Gonzalo Escudero Poesia Selecta
Gonzalo Escudero Poesia Selecta
Gonzalo Escudero Poesia Selecta
2
GONZÁLO ESCUDERO
PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
Diseño e Impresión:
Global Graphics 099 203 741 / 2521 790, Quito - Ecudor
Poesía Selecta
INTRODUCCIÓN Y SELECCIÓN
Galo René Pérez
i
Poesía Selecta
Gonzalo Escudero
(1903-1972)
iii
Gonzalo Escudero
Aquel libro de “Los poemas del arte” contiene doce sonetos y algunas
composiciones que se someten en su forma a los principios de una
evidente ortodoxia lírica.
iv
Poesía Selecta
v
Gonzalo Escudero
Este nuevo poemario reveló, por otra parte, que Escudero buscaba
incorporarse, ávida pero conscientemente, a un movimiento
pomodernista que había ya arrebatado a la lírica de nuestros países,
bajo la suscitación de Vicente Huidobro: el Creacionismo. Con inusual
arrogancia probaba éste a sus discípulos que era posible crear un
mundo autonómico de la poesía, levantado por la sola fuerza de la
imaginación y de los secretos dormidos en la energía del idioma. Una
evidencia de la nueva posición de Escudero son sus versos de “La
ciudad antártica”.
vi
Poesía Selecta
vii
¿qué son si no son apenas
presagios de eternidades
y memorias de presencias?”
viii
Poesía Selecta
La vida, encendida por la lumbre del amor y del gozo, y que se enlaza
con la “ceniza enjuta”, con los “pétalos de yeso” de su fin inexorable,
son el tema casi invariable de aquéllos. Una simbólica definición de su
poesía la ha conseguido el propio autor en los siguientes versos:
ix
LOS POEMAS DEL ARTE
Poesía Selecta
3
Gonzalo Escudero
EL SENTIR
4
Poesía Selecta
LA PIEDRA
5
Gonzalo Escudero
LA FORMA
6
Poesía Selecta
LA VOZ FLORIDA
7
Gonzalo Escudero
EL BRONCE
8
Poesía Selecta
VENDIMIA ROJA
9
Gonzalo Escudero
LA LOCURA
10
Poesía Selecta
EL RITMO
11
Gonzalo Escudero
LA FE LIRICA
12
Poesía Selecta
EL MARMOL
13
Gonzalo Escudero
VOCES HERALDICAS
14
Poesía Selecta
LA FABULA GRIEGA
15
HIPERESTESIA LÍRICA
Poesía Selecta
ANUNCIACION
19
Gonzalo Escudero
PROSAPIA HERALDICA
CORAZON HERALDO
20
Poesía Selecta
PLENITUD AGRESTE
CORAZON SATIRO
21
Gonzalo Escudero
LABERINTO
CORAZON SATANICO
Primavera de 1919.
22
Poesía Selecta
MITOS PROFANOS
23
Gonzalo Escudero
24
LAS PARÁBOLAS OLÍMPICAS
1922
Poesía Selecta
PARABOLA DE LA TINIEBLA
27
Gonzalo Escudero
PARABOLA DE LA ESPUMA
28
Poesía Selecta
PARABOLA DE LA ESTRELLA
PARABOLA DE LA NUBE
29
Gonzalo Escudero
PARABOLA DE LA MIES
30
Poesía Selecta
PARABOLA DE LA BRUMA
PARABOLA DE LA MONTAÑA
31
Gonzalo Escudero
PARABOLA DE LA BRISA
PARABOLA DE LA NIEVE
32
Poesía Selecta
¡Aquel grito
rompió al sol en mil átomos!¡Se habían desgarrado
las arterias del sol sonoro! El infinito
cincelaba la carne de un cíclope -curvado
el muslo que recorta cien grietas ondulantes
pletórico el divino tórax iluminado-
¡Era Dios aquel cíclope cincelado en diamantes!
Tengo para mi abismo, las adivinaciones
de una Cólquide erguida en finos alabastros,
donde el clamor ciclópeo de las elevaciones
va apagando la sorda música de los astros!
Donde junto a las rocas que hienden una arista
de acero al Infinito, se iluminan los rudos
semblantes, donde bajo de la tarde amatista,
los brazos estrangulan a los troncos desnudos!
¡Infinito Levanta la testa milenaria
clavando los tentáculos de bronce más adentro
en el Espacio. ¡Apaga la lámpara incendiaria
del Tiempo, mas no puedes ahogarnos, porque el
centro
del Universo entero somos los hombres! ¡ Cantan
los hombres que forjaron los siglos tumultuosos
con sus bíceps de mármol! ¡Los hombres se
levantan
ciegos como las cumbres! ¡Arden estrepitosos
como las llamas! ¡Luego mueren y se agigantan!
¡Infinito! ¡No puedes asir tus dedos rudos
a mi garganta, porque se funde en mi estertor
a la escultura olímpica de los troncos desnudos
el estremecimiento del Tabor!
33
HÉLICES DE HURACÁN
Y DE SOL
1933
Poesía Selecta
HÉLICES DE HURACÁN
Y DE SOL
1933
HOMBRE DE AMERICA
¡Hombre de América!
Hombre torrente y cataclismo,
con una mordedura de llamas en el pecho.
¡Naciste de una piedra que rodaba al abismo
y eres un ventisquero con dos garras de helecho!
Tremaban huracanes de oro...
Escuché en mí mismo:
“¡Hágase el hombre”!
Entonces grité:
¡El hombre se ha hecho!
37
Gonzalo Escudero
¡Hombre de América!
Hombre cuarzo y estalactita,
risco de la montaña, rumor de caracol.
¡Si Tú vas a engendrar una estirpe maldita,
te crucificaré con tres dardos de sol!
38
Poesía Selecta
39
Gonzalo Escudero
PLEAMAR DE PIEDRA
Oyeme,
Yo quiero se la torre sonámbula en tu noche.
40
Poesía Selecta
El seismos,
carrusel de la muerte concéntrica.
41
Gonzalo Escudero
DIOS
42
Poesía Selecta
LOS DOLMENES
43
Gonzalo Escudero
TUNEL
44
Poesía Selecta
LOS HURACANES
45
Gonzalo Escudero
46
Poesía Selecta
es el viento,
la raza,
la distancia,
la desgarradura de la cordillera,
el zodíaco del sol ebrio.
Y es la raza.
Los muertos izados como lábaros.
Los muertos que claman.
Troncos de encinas bárbaras.
Monolitos horizontales.
Torreones calcinados.
¡Los muertos!
¡Ellos!
47
Gonzalo Escudero
SIN PALABRAS
48
Poesía Selecta
49
Gonzalo Escudero
LA CIUDAD ANTARTICA
Lámparas de acetileno
suspendidas de un hilo de espanto,
que bamboleantes dicen
el no de las muchachas en cinta,
cuyo vientre es un acordeón que aúlla.
Esqueletos patinadores
vendan sus órbitas con niebla
para no ver a sus amantes viejas.
Las brújulas señalan el ombligo de las mujeres.
Las torres tienen
su corazón de bronce enmohecido.
Campanarios que muerden
con sus dientes metálicos al viento
y beben a la noche, boj de cerveza negra,
y juegan a los dados con estrellas.
La Eternidad camina
en la ciudad antártica.
Los malandrines creen estar ciegos
y buscan para lazarillos
a los osos lunáticos de pétalos de pieles.
Dandys empedernidos
usan monóculos de burbujas de agua
y prenden sus cigarros con bólidos.
Los relojes orinecidos marchan hacia atrás,
con sus doce garras para estrangular a los hombres
que les han dado marcha.
Los barcos persiguen icebergs como sexos
con su anclas congeladas de miedo.
Crecen los alaridos
como muchachos de trece años.
En esta noche paten los trineos
50
Poesía Selecta
a visitar a la muerte.
Y tenderán a los arcoiris,
si los puentes de bruma se han hundido.
Van los perros,
con camisas de frac, al cielo.
Y la ciudad antártica
compra algodón para hacer nubes.
Las casas tienen
las vértebras dorsales de sus piedras
aplastadas por la voz siniestra
del Polo Sur que ladra.
Sus sombreros de teja,
por saludar a la noche,
dejan escapar a los espectros
que ahogan a los niños
y roban a las vírgenes los senos.
El sueño dispara un venablo
para cazar a un cometa titiritero,
cuya rúbrica es un alfabeto de colores.
Se oye la noche torrencial
como un circo de fieras.
Los bebedores guardan las madrugadas
en sus bolsillos, como navajas.
Sus narices son los tizones que inflaman
la dinamita del júbilo.
Las puertas se abren como párpados
para que el viento duerma en todos los lechos.
El hacha del espasmo decapita a los amantes
y hace saltar las cabezas unísonas
en las alcobas blandas.
Y las cuatro paredes son un puño apretado
para las gargantas de los moribundos
de la muerte antártica.
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Gonzalo Escudero
COLUMPIO DE ETERNIDAD
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Poesía Selecta
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Gonzalo Escudero
ASES
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Poesía Selecta
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Gonzalo Escudero
BARCO DE NUEZ
Nací galeote
para la tempestad mía en mi océano.
Sin más remos que tus brazos
y más grillete que tu recuerdo.
Arcoiris con golondrinas viajeras.
Cuerda para que salte el corazón malandrín.
¡Granuja al fin!
Columpio para los grumetes.
Este mar es mi mar.
Un boj de estaño líquido para los náufragos
en el bar de pizarra de los acantilados.
Este mar es mi mar.
Mi capricho es el humo, la mujer y el bostezo.
A los tres los muerdo sacrílegamente.
Emperador de las gaviotas.
Condotiero de las madréporas.
Pirata de los barcos de nuez.
Disparo golondrinas en lugar de palabras.
Mis cohetes son mástiles.
Mi sonrisa es el ancla de oro.
Malandrín afligido por la distancia,
mi silbo es un oboe de la noche.
Galeote de los remos de tus brazos,
pescador de las algas de tus senos,
buzo de los corales d tus pezones,
ya puedo morir...
Yo sé todo.
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Poesía Selecta
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Gonzalo Escudero
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Poesía Selecta
TU
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Gonzalo Escudero
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Poesía Selecta
MUJER DESHABITADA
Mujer deshabitada,
¿por qué estas luces en tus ojos?
-uvas verdes bajo los párpados de oro-.
Apaga tus luces que yo vengo
con un tatuaje de estrellas en el alma negra.
No me conoces, no.
El ámbar de mi pipa es como el de tu vientre,
tostado por el mismo sol pirata.
Mujer deshabitada,
no quiero tus luces. Apágalas.
Yo arrancaré tus ojos con mi boca
- uvas verdes bajo lo párpados de oro-
Y entonces, mujer deshabitada,
entrarás en mí.
Para nada.
La sombra ha perseguido a la sombra
en esta casa deshabitada.
¿Qué?
Estos espejos cómplices
de los racimos de desnudez en el lecho,
hoy tiemblan como espadas de diamante.
Este reloj sonámbulo
que midió la centella de las caricias
y el pleamar de los vientres,
es una araña de doce patas de ónix.
Para nada.
¿Quién sabe si esta casa es un barco,
donde los muertos son grumetes?
Soy el ahorcado, sí, soy el ahorcado
en el palo mayor.
Capitán, Capitán, escúchame.
El único océano está en nosotros.
Para nada.
Mujer deshabitada
has entrado en mí.
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Gonzalo Escudero
NOEL
Noel:
Si usted quiere, conversaremos otra vez.
No importa de qué.
En este bosque de oro,
arquitectura gótica para las manos paralelas
de los niños ciegos.
Manos que se alzan y no descienden,
como los mástiles de los barcos,
de los árboles
y de las catedrales.
Noel:
es mejor que lloremos.
El gélido metal de su barba
tiene el óxido de la sangre,
sangre de los hombres que cayeron como
torreones,
acribillados por la aguja rítmica
de las alígeras ametralladoras,
¡máquinas de coser y de encuadernar
con la piel tostada de los hombres,
el libro de la inmortalidad!
Noel: todo es nada.
Quedan atrás los hombres claveteados
por el cuchillo del hambre.
Galeotes de las fábricas humeantes.
Encadenados de las usinas.
Atorrantes sin brújula en el mar de su
cristalería.
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Poesía Selecta
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Gonzalo Escudero
ANGUSTIA COSMICA
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Poesía Selecta
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Gonzalo Escudero
EXODO
¡Huir!
Con las alas tendidas.
Con la desgarradura en el costado.
Con la escarcha en los ojos.
¡Huir!
Hacia los vórtices.
Hacia los remolinos de astros.
Hacia las vorágines de tiniebla.
Hacia la luz que prende la luz.
Hacia las espirales del trueno.
Hacia la fotósfera de Dios.
Hacia nosotros mismos.
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Poesía Selecta
Ciudad mía.
Jinete en la montaña encabritada
que hurgas con los talones de tus murallas
el vientre de la tierra.
Habla
y di la palabra del trueno
en el páramo de oro.
Yo he de buscarte en la distancia de mi distancia
y he de encontrarte en el estanque de sus ojos,
con tu garúa que no se oye...
Soy una ascua de tu inmortalidad,
porque encendiéndote me enciendo
en la resina de tus maderas blancas
y de tus carnes trigueñas.
Se mía, más mía aún,
para encontrarte en mí mismo.
Haz tu diluvio sobre mí.
No quiero oírme y lloro.
Mi última banderola es el pañuelo
de alas como pentecosteses.
Banderola en el mástil de mis manos
que te acarician y la acariciaron...
Soy la ballesta de la madrugada.
No quiero hablar y me oigo.
No quiero oírme y lloro.
67
Gonzalo Escudero
TATUAJE
68
Poesía Selecta
69
Gonzalo Escudero
ELEGIA DE MI MUERTE
No más arcoiris.
Ni hélices.
Ni acantilados.
Nómades huracanes míos
que hacían danzar a los barcos borrachos.
Era mucho. Era tanto.
No más luciérnagas brujas.
Ni jabalinas de topacio.
Apenas lo que quiero es arroparme con el calcio
de esta tierra que sabe enflorar a sus mástiles:
álamos, álamos, álamos.
Era mucho. Era tanto.
No más panderetas.
Ni bengalas.
Ni llanto.
Apenas una brizna de este sol sonámbulo
que enciende las cerezas de los pezones cárdenos
en las medias manzanas núbiles de los senos.
Era mucho. Era tanto.
No más Tú.
Nunca más Tú.
Ni los pentecosteses dorados
de tus éxtasis largos.
70
Poesía Selecta
71
Gonzalo Escudero
Aldabonazos. Aldabonazos.
Este bosque de sombras se estrecha como un aro.
Más, siempre más.
¿Quién apagó la lámpara?
No.
Yo quiero ser un ventisquero de mi montaña
con los glaciares de mis brazos.
Nevera de eternidad para todos los ríos blancos.
Cobre, hierro y cuarzo.
Risco bravío en la mitad del páramo.
Yo quiero ser un canto bárbaro
cantado por todos los pájaros.
Todo, el Todo que tiembla
en el agua de argento de un cachorro.
Tengo sed de mí mismo en el espacio.
Y clamo.
¡Porque al fin blandiré la espada de un relámpago
sobre la tempestad de mis últimos astros!
72
ALTANOCHE
1947
Poesía Selecta
EVASION
Todo es nada.
Atrás de mí hay un grito.
Después de mí hay un grito.
Geometría blanca de la angustia.
Astillas de cristal en mis ojos.
Hielo que es agua.
Agua que es luz.
Luz que es eternidad.
Ya no soy nada, pero soy más aún,
ascua lineal sobre la piel del mundo.
Deltas de mi rugido en el silencio.
Atrás de mí quedan las lianas muertas.
Después de mí nacerán lianas vivas.
Hay un río de argento bajo mis pies.
Habrá después un río de miel.
Todo es nada.
Después de tu cuerpo sólo el viento es cuerpo.
Al fin, estos cuchillos te han mordido como mis
dientes.
Nevera de tu vientre que termina
donde la noche en triángulo comienza.
¿Por qué los árboles andan?
¿A quién mirarán tus senos esta noche?
Atrás, atrás todo.
Hay que fumar distancias
hasta que el gemido sea un cono en el cielo.
¿Voy? ¿Vuelvo?
¿A dónde? ¿De dónde?
De ninguna a ninguna parte.
Hay que alargar las sombras,
como se estiran las figuras en los espejos cóncavos.
75
Gonzalo Escudero
76
Poesía Selecta
París, 1933.
77
Gonzalo Escudero
Esta es mi cordillera.
Riscos de rascacielos.
Cóndores ciegos de los trimotores.
Sismo de boas coterráneas.
Lava de los convoyes aéreos.
Ventisqueros de las estaciones humeantes.
Nevada de las muchachas blancas y bárbaras
que escriben con los lápices de escarcha de sus
ojos
números como lágrimas.
Y así fueron los deltas de fósforo
en la orilla de estaño.
Así los muelles, piedra ajusticiada.
Así las burbujas de los ascensores de vidrio
subieron en los tubos de azogue de las casas.
78
Poesía Selecta
79
Gonzalo Escudero
ZOO
Sol,
inventario del color.
Quito, 1935.
80
Poesía Selecta
GEOGRAFIA ILUMINADA
Te he desnudado
como se desnuda a una llama de alcohol
entre los dedos de una pluma,
sin más itinerario que tu sollozo.
¿Quién leyó tus asombros
en los venablos de tus cejas?
Vuelta del mundo en los hemisferios
fragantes de tus pechos
para el descubrimiento de dos islas gemelas.
Esquí del tacto
en la cima nevada de tu cuello.
Brazos peninsulares del gozo.
Dientes exploradores en el Congo de tus cabellos.
Piratería en rojo de la lengua
en las bahías de veneno.
Istmo de continentes de jade
entre un mar blanco y un mar negro.
Creciente de topacio en los ríos
del estuario amatista de tus venas.
Catarata del Niágara de tu grito en el viento.
Quito 1935.
81
Gonzalo Escudero
82
Poesía Selecta
Quito, 1935.
83
Gonzalo Escudero
Quito, 1935.
84
Poesía Selecta
Itinerario de la hulla
en las locomotoras, hormigas de los cerros,
que viajan a la muerte
con la respiración rauda de los enfermos.
85
Gonzalo Escudero
Humo, yo mismo,
fábricas de las imágenes fortuitas,
estrellas de alcohol en globos sin amarras,
volcadura del firmamento
en nuestra cesta de papeles inútiles,
capricho de amotinar al mundo
en astillas de espejo.
Quito 1935.
86
Poesía Selecta
BELIGERANCIA
Quito 1935.
87
Gonzalo Escudero
Quito, 1935.
88
Poesía Selecta
ALTAMAR DE VIDRIO
89
Gonzalo Escudero
Quito, 1935.
90
Poesía Selecta
IMAGENES DE AZOGUE
Quito, 1935
91
Gonzalo Escudero
ABORDAJE DE LA VIGILIA
Quito, 1935.
92
Poesía Selecta
ECUADOR
93
Gonzalo Escudero
Quito, 1935.
94
Poesía Selecta
Artillería de ecos
sobre la infantería de las antenas.
Oceanografía de las palabras
vestidas como pájaros de escarcha.
Astillas de inalambrama
perdido en las agujas metálicas.
Escorpión de aire en el aire:
tu aguijón es el diámetro del gemido,
mástil borracho en los 360 grados del círculo,
con el ombligo de élitro,
punta de un cono desperdigado en luceros.
Y aquí estamos
en las tinieblas cúbicas de las casas,
donde suenan los pasos a mordeduras de navaja,
con la presencia de los hombres,
serafines tiznados,
colmillos tiernos de jabalíes
y plumaje de barro.
Y ese grito,
pica chasqueante en cáscara de piedra,
contra la tierra que no es nuestra.
¿Hasta cuándo?
Y aquí estamos
como la pólvora en los cartuchos
de los revólveres congelados,
plantadores de árboles de humo
en la floresta del incendio.
Si cada día es como la angustia fila de una espada
y el puño del pan magro
que tragan los muchachos,
sucios de sombras y de sueños,
mineros de la muerte
95
Gonzalo Escudero
en la cantera de la aurora,
y los harapos de las madres,
higueras de los cielos abrasados.
Quito, 1936.
96
Poesía Selecta
No pasarán.
Como no pasan los jinetes de azúcar
sobre caballos de ascua.
Generales de naipe
se rebelaron como los ángeles,
y enarbolaron alas de albornoces
de marroquíes de chocolate,
la climatarra al cinto
y las piernas en cruz gamada.
Todo por un bostezo de mosto,
por el aburrimiento de estar pintados en la baraja.
Mercaderes de sol en cartón satinado.
que compraron camisas de humo negro y tabaco
en una cinta métrica de algas
con dados verdes de las Islas Baleares
y luises amarillos de las Islas Canarias.
No pasarán.
¿Cuándo pasó el camello por la luz de una aguja?
Cuánto tiempo se leyó con el tacto
de abejas dulces
la piel del mundo.
Este júbilo tiene la edad de los muchachos
que sonrieron a los jabalíes
de metal de los tanques.
En esta fábrica de auroras,
es necesario roer el cielo con los colmillos
sobre las pértigas de la Alhambra de un grito.
¿Cuándo cantaron las cigarras
en el hocico de los rifles?
¿Cuándo los ojos como los azulejos de vidrio
pescaron las ballenas primaverales de las bombas?
97
Gonzalo Escudero
Las ametralladoras,
máquinas de escribir en la cal de los tuétanos,
teclearon alfileres de música
para la marsellesa de los muertos.
No pasarán.
Como no pasa el tiempo en los relojes congelados.
Las antenas de escarcha de las orejas saben
que esta península es un puño del hombre
en la cuenca de un mapa iluminado,
contra los maremotos y los generalísimos,
los gases deletéreos
y las langostas púrpuras de los obispos.
Esta península es un golfo del hombre,
la desembocadura de la tierra incendiada
que alarga deltas de gemido
hasta las madres, acantilados duros
de las madréporas de los niños.
No pasarán.
Como no pasan trenes en túneles de azogue.
Este es el tiempo de los árboles
con naranjas de obuses,
de la candela nómada en el pico
de carbón de los pájaros
y de las catedrales que viajan con muletas.
Esta es el hambre
de los resucitados en el tercer día,
la zarza trepadora
en los andamios de los intestinos.
98
Poesía Selecta
No pasarán.
¿Cuándo los ángeles rebeldes
escalaron las nubes inquilinas del cielo?
Este mundo recién nacido,
con la amarra de un eco en el ombligo,
en nuestro mar y nuestra tierra,
un globo de papel sobre las jarcias de las estrellas,
una sed que se afila en yunque de las aguas
y lame la centella de una espada,
cuando Miguel arcángel se ha vuelto miliciano
y Sant Yago es un torvo pistolero de palo.
Mundo recién nacido
de desnacidos mundos,
cuando las piedras suenan en los ríos
y se desgajan rosas de los huesos
en rosas de aire de los alaridos.
Quito, 1937.
99
Gonzalo Escudero
No sé cómo ni cuándo.
Pero las cordilleras, cabras encabritadas,
se alzaron en las noche a coces de relámpago.
A la altura del aire,
parieron indios en la madrugada,
como paren las cabras madres
machos cabríos entre las nubes verdes.
100
Poesía Selecta
101
Gonzalo Escudero
102
Poesía Selecta
103
Gonzalo Escudero
104
Poesía Selecta
Amanecida, amanecida
tu piel de almendra ha inventado los días,
cinematógrafo del aire,
los avestruces y los ángeles,
en un tiempo que tiene la edad del agua,
donde la soledad de estar solo es liviana,
con tu presencia de alga
y tu ausencia de pluma.
Desde entonces, la nube es libre
y más ligeras las codornices
en una primavera de cerbatanas,
zafra de azúcar de tus tobillos y de las cañas,
decoración del mundo con la pintura fresca
de un sol de la alegría tintorera
que hace sonar las esterlinas de tus cabellos.
En tu mapa de olor he descubierto
un meridiano de fragancia
que parte del alcor mojado de tu cuello
y sigue la ballesta de tu espalda,
dividiéndote en dos mitades
lacias de dátil.
Todo el alcohol de la oceanía verde
se ha amotinado en los bajeles
de tu mirar sin brújula.
Lenta de luz y altura,
torre afilada
con las campanas de ascua,
tu desnudez de flama dura
es la tormenta de una aguja.
105
Gonzalo Escudero
Guitarra anochecida
en la noche agorera
noche de miel tostada, Tú misma,
toda en tañido y lluvia de vihuela,
te oyes, resaca dulce,
pulso de estatua ciega,
toda en madera núbil
y canto de candela.
Toda tejida en viento,
luz de las luces altas,
arquitectura de élitro
en altanoche de cigarras,
hasta que los colores y los cuchillos
de la herrería de los luceros
se afilen con el grito
de un gallo negro,
para otra aurora, leche creciente
en un cielo que crece,
con este gozo de orilla y arrecife,
pápula y tacto de ceñirte
y descubrirte como una isla
de la estatura de una rosa
en una mar amanecida,
toda en rescoldo de naranja hialina
para un Simbad de espuma
y pescador de sombras
en tu arena desnuda.
106
Poesía Selecta
Quito 1939.
107
Gonzalo Escudero
TIEMPO BALDIO
Quito, 1939
108
Poesía Selecta
109
Gonzalo Escudero
Quito, 1939.
110
Poesía Selecta
MADUREZ DE LA MUERTE
111
Gonzalo Escudero
Violones calcinados
por los bengalas de una fiesta,
si al menos estos brazos izaran
las gaitas de los vientres en la cuerdas
de los dorados intestinos
contra las nubes forasteras,
contra el humo pirata de paisajes,
contra el viento rapaz del oro de la arena,
contra la lluvia verde,
máquina de coser cordilleras.
Estos muertos están conmigo
en geometría de línea recta,
infantería de ángeles
con fusiles de niebla
para matar estatuas vivas
de gozo en lunas llenas.
Estos muertos están conmigo,
caballeía lenta
de caballos envenenados
por las distancias agoreras,
las cimitarras de rocío para acribillar sueños,
los cascos de algodón para pisar ausencias.
112
Poesía Selecta
Quito, 1940
113
Gonzalo Escudero
114
Poesía Selecta
115
Gonzalo Escudero
II
116
Poesía Selecta
III
IV
117
Gonzalo Escudero
118
Poesía Selecta
VI
VII
119
Gonzalo Escudero
VIII
Montevideo, 1943
120
Poesía Selecta
121
Gonzalo Escudero
Montevideo, 1943
122
Poesía Selecta
ELEGIA DE LA NACENCIA
Eternidades traía
la mozuela en su regazo,
que para cuitas añejas,
tiernos le venían años.
Herida en riscos de luna,
cabra de los pechos parvos,
sus hontanares de sangre
tejieran ríos de nardos.
Pintada con lluvias verdes
cierva de los siete llantos,
agua de la muerte diérale
a abrevar sus siete cántaros.
Enferma de lontanías,
potra de clarines altos
para espuelas de los vientos
en ijares desgarrados.
Eternidades traía
la mozuela en su regazo,
porque viento, sangre y agua
gemíanle adentro largos
de vihuelas moribundas
y de acordeones borrachos.
Llórenla que no la lloran,
ámenla que no la amaron,
estatuas de cal desierta,
los hombres deshabitados,
que la cigarra venía
quemada en soles lejanos,
tatuada en tinta de noche
y fructificada en barro,
para azogarse de cielo
y enjalbegarse de canto.
123
Gonzalo Escudero
Eternidades traía
la mozuela en su regazo,
florecidas las caricias
en los azúcares blandos,
leche de la tiera negra
en garrafas de alabastro,
iguales como gemelas
mitades de un mundo pávido,
para un arcángel sediento
en el aire de los pájaros.
No la lloren soledades
en umbrías y altozanos,
que ya la llora el follaje
de la guitarra de su árbol,
que ya le plañen orioles
en silencio azorados,
que lunas prietas camínanla
en la almendra de su tacto,
que en la campana de vientre
la redoblan cien caballos,
cuatrocientas herraduras
en medianoche de estaño.
Eternidades traía
la mozuela en su regazo,
que ya le suenan albadas
en gargantas de los gallos,
que ya le duelen nacencias
en los huesos de los astros.
124
Poesía Selecta
Montevideo, 1943.
125
Gonzalo Escudero
ALTANOCHE
126
Poesía Selecta
127
Gonzalo Escudero
128
Poesía Selecta
Montevideo, 1943.
129
ESTATUA DE AIRE
1951
Poesía Selecta
ESTATUA DE AIRE
1951
133
Gonzalo Escudero
134
Poesía Selecta
135
Gonzalo Escudero
10
11
12
136
Poesía Selecta
13
14
15
137
Gonzalo Escudero
16
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18
138
Poesía Selecta
19
20
21
139
Gonzalo Escudero
22
23
24
140
Poesía Selecta
25
26
27
Porque te sé yo no te sé y a guisa
de la escafandra el sueño te devoro,
onda que te desnudas en sonrisa
y luego te recatas en azoro,
que yo te quiero cántara precisa
con un raudal de pájaros en coro,
volumen de la fruta repentina,
que recomienza donde se termina.
141
Gonzalo Escudero
28
29
30
142
Poesía Selecta
31
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33
143
Gonzalo Escudero
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Poesía Selecta
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39
145
Gonzalo Escudero
40
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42
146
Poesía Selecta
43
Anochecida ya tu remembranza,
moza del viento, límite impreciso
entre la ardida luz y la templanza,
el laurel de la muerte y el hechizo,
¿dónde tu pecho de buída lanza
en batallas de nieblas, se deshizo?
Dúrame cielo de la orilla tierna,
mármol exacto en duración eterna.
44
45
147
Gonzalo Escudero
46
47
48
148
Poesía Selecta
49
50
Lima - París
149
MATERIA DEL ANGEL
1953
Poesía Selecta
CONTRAPUNTO
153
Gonzalo Escudero
154
Poesía Selecta
155
Gonzalo Escudero
10
París.
156
MEMORIA DE LA
TRANSPARENCIA
Poesía Selecta
MEMORIA DE LA TRANSPARENCIA
PRIMER MOVIMIENTO
Alta la repentina
espuma de la náyade,
su cabellera de agua
derramada en el aire.
Incorpórea la rosa
en su tallo de sangre,
que la ha infundido el viento
levedad de ventalle.
De la medrada luna
a la luna menguante,
su desnudez ilesa
clama sin voz: miradme.
La devoraron ondas
a la ondina de jade.
Que la mire la muerte,
finada espuma, nadie.
159
Gonzalo Escudero
SEGUNDO MOVIEMIENTO
Anieblada su luna,
en ella se sumieron
los semblantes atónitos
con sus ojos de yeso.
160
Poesía Selecta
TERCER MOVIMIENTO
Halladla en el latido
letal de los relojes,
sostenida en su soplo
su arquitectura insombre.
Halladla a mi difunta
en su vegetal goce,
donde se aspira el eco
y la fragancia se oye.
Así la inconsumida
soflama la enarbole
adelfa de sonidos
y campana de olores
161
Gonzalo Escudero
CUARTO MOVIEMENTO
Devolvedme la brasa
de su cuerpo desnudo,
sumisa la fragante
vihuela de sus muslos.
¿Cuándo su continente
de litorales puros
se ciñó su terrestre
vestidura de fruto?
Ah balada ligera
de brasa y cuerpo juntos,
convalecido el gozo
a la verdad del humo.
Acabada la hoguera
y el amar inconcluso,
enlutadme la rosa
con mármoles difuntos.
162
Poesía Selecta
QUINTO MOVIEMIENTO
Izadme la gozosa
bandera de la lluvia
en techumbres de viento
con pilares de música.
Arriadme la afligida
bandera de la lluvia,
esparcida en el viento
su cabellera mútila.
Aligeradme el sueño
que en alto se apresura
a morir el liviano
corazón en su fuga.
De miel, su remembranza,
de almendra, su columna,
que la doncella taña
la lira de la lluvia.
163
Gonzalo Escudero
SEXTO MOVIMIENTO
La levedad su numen,
el aire su designio,
la corola su hechura,
el eco su vestigio.
Malvenida procela
que a destiempo malvino
cabalgando sus verdes
caballos de ventisco.
Ya se juntó el altano
azor de hierro frío
con la alondra de hielo
en la rama de aliso.
Ya tañía la muetre
laúdes amarillos
y en tambores del agua
se despeñaba el río.
164
Poesía Selecta
SÉPTIMO MOVIEMIENTO
Estibadme el esquife
de la memoria tenue,
maduras las congojas
y eternas las mudeces.
En mi hontanar de sombras
como sombra sabedme,
el corazón con música
y la voz sin vertiente.
Arquitecto de aromas,
el cielo de la muerte
desvaneció la torre
de la rosa perenne.
165
Gonzalo Escudero
OCTAVO MOVIMIENTO
Cómo se sosegaron
las guitarras tañidas
en añiles silencios
de las mares marchitas.
Solo tú permaneces
idéntica y distinta
escultura de aroma
y ondulación de espiga.
166
Poesía Selecta
NOVENO MOVIMIENTO
Nada le rememora
que estos rostros se amaron
abrevando la noche
con sus bocas de mármol.
Ni que a su movimiento,
elipse de los pájaros,
se unieron las cautivas
palomas de las manos.
Ni que su veladura
con ángeles de vaho
velaba a la salobre
medusa de los llantos.
167
Gonzalo Escudero
DECIMO MOVIMIENTO
Edificada en altos
de aroma su moranza,
dentro de su voz revuelen
las vírgenes calandrias.
La música le venga
de su llovida fábula.
De su inventado estío
la codorniz y el ascua.
París.
168
Poesía Selecta
IDENTIDAD CELESTE
Igual su movimiento
a la inventada espuma de la rosa
en el liviano aliento
y a su descendimiento
del tallo de su espada luminosa.
Igual a la salina
madrépora su cuerpo temeroso,
igual a su colina
de nácar, repentina
la celestial esponja de su gozo.
Igual a su sosiego
este yacer sin brújula en la brisa
para este amar sin ruego,
la máscara de fuego
trocada en candelabro de ceniza.
169
Gonzalo Escudero
Ya desigual, baldía,
mi nube en su breñal se despereza,
cercana su agonía
de lluvia y celestía,
todo el raudal de su frescura ilesa.
Ya su memoria instila
en su panal mi ensombrecida abeja,
la verde clorofila
de la dalia intranquila
atesorada en dulcedumbre vieja.
El sueño rememora
lo que el olvido guarda en su colmena
y presto se evapora
la palabra insonora,
apagado su soplo de sirena.
Me valga mi aposento
de niebla con ventana al paraíso
y en mi perecimiento
batallen con el viento
alto el laurel y el corazón sumiso.
Finado el desvarío,
iguales los silencio a los astros,
y al tiempo manantío
su litoral umbrío
de ángeles que ensombrecen alabastros.
170
Poesía Selecta
BALADA EN VIENTO
Dama de neblinas,
aposentadora,
manzanas de hielo
las lunas lirondas
en sus soledades
se quebraron solas.
Arca de cantares
con llaves de aurora,
peces de caricia
guarda en su redoma,
y sus doncelleces
en cristal de roca.
Tijeras de viento
rasgan su amapola
de corpiño y falda,
caderas orondas,
arbusto de mármol
brotando sus hojas.
El sueño ligero
le anuda a su ronda
y queda la dama
aposentadora,
guitarra de almendra
en aire de copla.
171
Gonzalo Escudero
Muriente de amares,
durmiente de ondas,
¿qué espera la dama
aposentadora,
camisa de nieve,
pechos de toronja?
El gozo le mide
la luz de su eslora,
moroso, tentado
su fruta redonda,
ínsula de dicha,
litoral de loza.
A brisa de estío,
brasa de corola.
A borrasca libre,
mar desnudadora.
A lecho de espuma,
dama de zozobra.
Amansados pechos,
sumisas palomas,
reposa la dama
aposentadora,
estatua vencida
su sirte de sombra.
París.
172
Poesía Selecta
La aurora levadiza
en la medrada luz apacentaba
al cuerpo con la brisa
que su columna alzaba
y los celestes pechos sosegaba.
Ah cuerpo articulado
en ebanistería y coyuntura
de su laúd templado,
liviana encordadura
para la voz de la calandria pura.
La pesantez de su onda
con las anguilas de sus pies ariscos
quiebra la mar redonda
y su vitral en ciscos,
espuma de plumajes levantiscos.
Asidas en sigilo
Las asas de su cántara cautiva,
con el amor en vilo
el amador aviva
y abreva en oquedad la noche estiva.
173
Gonzalo Escudero
A la ribera escasa
de su cantil en música anegado,
a su menuda brasa
de muro rescoldado,
advino el tiempo desasosegado.
En cándida voluta
esfumó el cuerpo su revuelo de ave,
su complexión de fruta,
su levedad de nave
y la molicie de su mármol suave.
En la desierta zoca
ya no resuena jácara ninguna,
ni la negada boca
humedece su pruna,
ni el muslo hiela en témpano de luna.
Quebrado en el vilano
el arco de su bóveda cimera,
¿en qué yacer liviano
el cuerpo se aligera
y en su ceniza enjuta desespera?
París.
174
Poesía Selecta
MATERIA DE ANGEL
175
Gonzalo Escudero
París.
176
Poesía Selecta
AUTORETRATO
1957
177
Poesía Selecta
AUTORETRATO
1957
PRELUDIO
179
Gonzalo Escudero
180
Poesía Selecta
POESIA
181
Gonzalo Escudero
182
Poesía Selecta
AMOR
183
Gonzalo Escudero
184
Poesía Selecta
FUGA
185
Gonzalo Escudero
186
Poesía Selecta
PRESAGIO
187
Gonzalo Escudero
188
Poesía Selecta
TESTAMENTO
189
Gonzalo Escudero
190
Poesía Selecta
AGONIA
191
Gonzalo Escudero
192
Poesía Selecta
ETERNIDAD
193
Gonzalo Escudero
194
Poesía Selecta
INTRODUCCIÓN A LA MUERTE
1960
195
Poesía Selecta
INTRODUCCIÓN A LA MUERTE
1960
En el oleaje de mi duermevela
para mis infinitos sosegares,
ya nada me ensombrece ni desvela,
si enmudecidos todos mis cantares,
vencida por albur mi ciudadela,
finadas mis ondinas de los mares,
el corazón muriente rememora
lo que el olvido nemoroso ignora.
197
Gonzalo Escudero
198
Poesía Selecta
199
Gonzalo Escudero
10
11
12
200
Poesía Selecta
13
14
15
201
Gonzalo Escudero
16
17
18
202
Poesía Selecta
19
20
Washington.
203
Gonzalo Escudero
204
Poesía Selecta
205
Gonzalo Escudero
Washington.
206
Poesía Selecta
REPERTORIO DE LA NOCHE
Más ni tú ni la luz
siquiera presintieron
que entre las dos latía
mi corazón despierto,
207
Gonzalo Escudero
Aquellos corazones
el de la luz, ligero,
el tuyo, con la almendra
de otra luz, ileso,
y el mío, con las lunas
de mi sangre, despierto,
me duelen en el aire
en donde están gimiendo,
los tres ensombrecidos
por difuntos deseos
y a la vez en su viaje
de celestes viajeros,
caminado en aromas
de jacinto y enebro,
insomnes con el oro
estelar del desvelo,
y los tres taciturnos,
sin escucharse, oyéndose
las voces inconclusas
para amares eternos.
Washington.
208
Poesía Selecta
IMITACION DE LA NUBE
Ya se quebraron solas
mis naos con sus lunas tripulantes
y sollozaron olas
en los pechos fragantes
de todas mis ondinas ondulantes.
Ah gemida y gimiente,
mi dulce prometida sin promesa,
finada y renaciente
donde acaba y empieza
todo el raudal de la blancura ilesa.
209
Gonzalo Escudero
Oriunda te llamaba
del agua y aledaña del querube
y si mucho te amaba
apenas le retuve
a tu inasida levedad de nube.
Ya fenecido el canto,
quedó el amor sin lengua ni soflama
y en un cielo de llanto
la nube se derrama
y un serafín de hielo me reclama.
Washington.
210
Poesía Selecta
211
Gonzalo Escudero
212
Poesía Selecta
Washington.
213
Gonzalo Escudero
ESCRITURA EN LA ESPUMA
Washington.
214
Poesía Selecta
INDICE
INTRODUCCIÓN Y SELECCIÓN i
LOS POEMAS DEL ARTE 1
ELOGIO DEL ARTE 3
EL SENTIR 4
LA PIEDRA 5
LA FORMA 6
LA VOZ FLORIDA 7
EL BRONCE 8
VENDIMIA ROJA 9
LA LOCURA 10
EL RITMO 11
LA FE LIRICA 12
EL MARMOL 13
VOCES HERALDICAS 14
LA FABULA GRIEGA 15
HIPERESTESIA LÍRICA 17
ANUNCIACION 19
PROSAPIA HERALDICA
CORAZON HERALDO 20
PLENITUD AGRESTE
CORAZON SATIRO 21
LABERINTO
CORAZON SATANICO 22
MITOS PROFANOS 23
LAS PARÁBOLAS OLÍMPICAS 1922 25
PARABOLA DE LA LUZ 27
PARABOLA DE LA TINIEBLA 27
PARABOLA DEL FUEGO 27
PARABOLA DEL AGUA 28
PARABOLA DEL VIENTO 28
PARABOLA DE LA ESPUMA 28
215
Gonzalo Escudero
216
Poesía Selecta
ALTANOCHE 1947 73
EVASION 75
CUADERNO DE NUEVA YORK EN LLAMAS 78
ZOO 80
GEOGRAFIA ILUMINADA 81
CONGO DE LA MADRUGADA FUTURA 82
BOTANICA DEL LAMENTO 84
BIOGRAFIA DEL HUMO 85
BELIGERANCIA 87
RELOJERIA DEL SUEÑO 88
ALTAMAR DE VIDRIO 89
IMAGENES DE AZOGUE 91
ABORDAJE DE LA VIGILIA 92
ECUADOR 93
HISTORIA UNIVERSAL DEL HAMBRE 95
FABRICA DEL MUNDO 97
NATIVIDAD DEL INDIO 100
CARTA A MI PADRE MUERTO 103
CANTATA Y FUGA DE TU PRESENCIA 105
DIBUJO ANIMADO DEL SISMO 107
TIEMPO BALDIO 108
ROMANCE DEL HIJO 109
MADUREZ DE LA MUERTE 111
NUEVA EDICION DE LA ETERNIDAD 114
RONDALLA EN OCHO LAMENTOS 116
JOLGORIO DE LOS ANGELES 121
ELEGIA DE LA NACENCIA 123
ALTANOCHE 126
ESTATUA DE AIRE 1951 131
ESTATUA DE AIRE 1951 133
MATERIA DEL ANGEL 1953 151
CONTRAPUNTO 153
MEMORIA DE LA TRANSPARENCIA 157
217
Gonzalo Escudero
218
Poesía Selecta
219