Educación y Sociología Durkheim

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SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN:

Lectura y análisis del libro 'Educación y Sociología'


de Émile Durkheim
Para la realización de este trabajo, se han escogido las obras del mismo autor en distintas
publicaciones tituladas “Educación y Sociología”. Ed. Colofón, 3ª ed., México, 1991.
'Educación y Sociología' de Émile Durkheim, publicada por Ediciones Península en Barcelona
en 1.975.

Cinco factores o hechos sociales a los que, el autor atribuye más importancia por cuanto
que favorecen o dificultan un buen resultado educativo

El libro se compone de 4 ensayos de Émile Durkheim y se pueden resumir en esta frase: ‘La
educación es un ente social’. A lo largo de las diferentes partes, se dedica a justificar y exponer
las razones que sustentan esta afirmación.

La estructura que sigue el autor comienza por un examen crítico de las definiciones de
educación realizadas a lo largo de la historia, así como una evolución histórica del concepto de
educación en diversas sociedades (griega, romana, medieval, renacentista, ...). A continuación
analiza la influencia de la sociedad de la educación y pasa seguidamente a definir la educación
y señalar la doble característica del sistema educativo como único y múltiple

Se distinguen los dos seres que forman al individuo y la función de la educación como
creadora de un nuevo ser, el ser social. A continuación se establece un paralelismo entre la
educación impartida y las cualidades físicas que se han ensalzado a lo largo de la historia de la
Humanidad. Posteriormente, se analiza el hecho de que la educación como ente social no
significa eliminar el individualismo, sino que existe una cierta implicación entre ambos, puesto
que el individuo al optar por la sociedad, opta a la vez por sí mismo.

El último aspecto que se analiza es el papel del Estado en materia educacional. Como
consecuencia de la educación en sociedad, el Estado debe velar por ella, por lo que surge un
conflicto entre el Estado y la familia, poseedora del niño. Durkheim, como es lógico, no
defiende el liberalismo a ultranza, en el que el Estado no intervenga en nada, sino que
propugna que sea el propio Estado quien realice el necesario control a los educadores.

Los cinco factores o hechos sociales a los que el autor atribuye mayor importancia son:

- el carácter social de la educación


- la acción educadora se realiza de la generación adulta a la generación joven;

- el carácter científico de los aspectos de la educación;


- los medios de acción de los que dispone la educación para lograr su propósito;

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Sociología de la Educación

- la necesidad de formación del educador basada no en procedimientos y fórmulas para


ejercer su profesión, sino en una reflexión que le permita tomar plena conciencia de
su función social.

A continuación se van a comentar brevemente estos aspectos.

Carácter social de la educación

En contraposición de las teorías individualistas de otros filósofos defendido por Kant, Herbert,
Mill o Spencer; la doctrina de la educación de Émile Durkheim, posee las siguientes ideas
capitales:

El hombre, como ser social, está conformado por su ser individual que se refiere a sus estados
mentales y a su experiencia personal, y también por un sistema de ideas, sentimientos y
hábitos del grupo al que pertenece, tales como ideas religiosas, creencias, prácticas morales,
tradiciones, que se traducen en la forma de voluntad del sujeto, y en las nociones de las que se
conforma la inteligencia. La constitución de este ser social es la finalidad de la educación, sin
soslayar al hombre como individuo, pues los atributos del hombre se transmiten por vía social
y se configuran históricamente por los avatares de la civilización.

Émile Durkheim apuesta por una concepción social de la educación, Según Durkheim, el
humano se compone de:

a) un ser individual, que se refiere a sí mismo y a su vida privada, idéntico al de los


animales y que se basa en el instinto para realizar el aprendizaje que necesita, y

b) un ser social, que se expresa en un sistema de ideas, de sentimientos y de


costumbres no individuales, sino encuadradas en el grupo en que se vive.

La educación tiene como fin crear este nuevo ser social a partir del ser egoísta del recién
nacido. Su objetivo final es conseguir que el individuo se asemeje al ideal de hombre labrado
por la sociedad.

Este factor se desarrolla principalmente en el primer ensayo del libro, titulado ‘La educación,
su naturaleza y su papel ‘ y se repite en el tercer escrito, ‘Pedagogía y sociología ‘. Sin
embargo, es conveniente señalar que esta idea está presente a lo largo de todo el libro.

La acción educadora se realiza desde la generación adulta a la generación joven

La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que todavía no están
maduras para la vida social. Tiene por objeto suscitar y desarrollar en el niño cierto número de

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Sociología de la Educación

estados físicos, intelectuales y morales, que exigen de él la sociedad política en su conjunto y


el medio especial, al que está particularmente destinado.[1]

Frente a las diversas doctrinas acerca de la educación, Durkheim pide que revelen sus fuerzas
sociales que animan un determinado sistema de educación o trabajan por modificarlo, porque
las ideas son también hechos y si éstos tienen resonancia, entonces también son sociales; si no
muestran sus relaciones entre el individuo y la sociedad, entre la ciencia y la práctica, la
naturaleza de la moralidad y la del entendimiento, entonces no tienen validez.

Lo que debe ser la educación, responde a la contribución que las generaciones pasadas han
hecho, es decir que es imposible separar las causas históricas para poder comprenderla. Es
una realidad existente, sobre la cual sólo es posible actuar conociéndola, saber cuál es su
naturaleza y las condiciones de que dependen.

Toda educación trata de formar al hombre de acuerdo al ideal de hombre que sobreentiende
la civilización, lo que éste debe ser desde el punto de vista intelectual, como físico y moral.
Este hombre ideal se fija en las conciencias, y aunque la educación asegura la diversidad,
también se ocupa de perpetuar la homogeneidad de sus discípulos.

Al ser naciente (niño) se le agrega otro (educador) para llevarlo a la vida moral y social para
hacer de él un ser nuevo, que responderá antes que nada, a necesidades sociales. La
educación desenvolverá sus cualidades de la inteligencia y las físicas, para ir al encuentro de
un estado de perfección gracias al concurso de la sociedad, porque “El hombre, en efecto, no
es hombre más que porque vive en Sociedad.”[2] La sociedad es quien nos insta a pensar en los
intereses de los demás, a dominar las pasiones y los instintos, a subordinar los propios fines a
otros más altos: “Todo el sistema de representación que mantiene en nosotros la idea o el
sentimiento de la regla, de la disciplina, lo mismo interna que externa, es la sociedad quien lo
instituyó en nuestras conciencias.”[3] La sociedad domina todas nuestras nociones, puesto que
si el hombre fuese despojado de todo lo que le viene de la sociedad quedaría en el rango del
animal, la sociedad es la personalidad moral que perdura más allá de las generaciones y las
une, sin disociar al individuo de ésta, pues se implican mutuamente: “La acción que ésta [la
sociedad] ejerce sobre él, señaladamente por medio de la educación, no tiene, de ningún
modo, como objeto y como efecto, comprimirle, disminuirle, desnaturalizarle; sino, por el
contrario, engrandecerle y hacer de él un ser verdaderamente humano.”[4]

1
Durkheim, Émile. Educación y Sociología. Ed. Colofón, 3ª ed., México, 1991. p. 70.

2
Durkheim, Émile. Educación y Sociología. Ed. Colofón, 3ª ed., México, 1991. p. 77.

3
Íbid. p. 78.

4
Íbid. p. 81

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En diversas ocasiones, afirma que cada palabra o cada gesto que se dedican a los jóvenes es
parte de la educación que se les inculca. También afirma que la educación es la socialización
de la joven generación por la generación adulta.

Todas estas definiciones e ideas se recogen principalmente en el apartado ‘Definición de la


educación’ del primer ensayo. El éxito educativo se fundamente pues, en la presencia de estos
dos grupos generacionales diferenciados.

Su concepción de la educación es unidireccional, desde la sociedad al maestro y del maestro al


niño, por lo que no considera la posibilidad de interacciones alumno → maestro.

Los medios de acción disponibles por la educación

Según Durkheim, los maestros poseen un enorme poder para lograr la educación de la joven
generación. Este poder proviene de la sociedad, que lo deposita en el maestro como
intérprete de las grandes ideas morales de su época y de su país. Para conseguir el éxito
educativo, es necesario hacer un buen uso de esta autoridad.

Comienza analizando las diferentes teorías defendidas a lo largo de la historia. Seguidamente,


considera las predisposiciones innatas y las tendencias heredadas por los jóvenes de sus
padres, concluyendo que no son de gran importancia.

Establece una interesante comparación entre la educación y la hipnosis y define las


características de la buena educación para lograr el éxito: paciente, continuada, realizada por
un ente de autoridad en vez de desordenada, brusca, intermitente. El problema de la
educación es que es costosa, en lugar de placentera, lo que facilitaría su realización, debido a
que supone la aceptación del deber.

También señala las características personales de un buen educador, que son el carácter, sentir
internamente la autoridad, y creer en su labor, no en su inteligencia. Por último, resuelve el
posible conflicto entre libertad y autoridad, considerando que la libertad es el fruto de la
autoridad bien entendida.

La educación debe ser cosa de autoridad: “Para aprender a reprimir su egoísmo natural a
subordinarse a fines más altos, a someter sus deseos al imperio de su voluntad, a encerrarlos
en los debidos límites, es preciso que el niño ejerza sobre sí mismo una fuerte represión.”[5]
Esto provoca el sentimiento del deber, el estímulo del esfuerzo. Los padres y los maestros son

5
Durkheim, Émile. Educación y Sociología. Ed. Colofón, 3ª ed., México, 1991. p. 94.

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de quienes el niño aprende el deber, por lo que éstos tienen la responsabilidad de encarnar y
personificarlo como autoridades morales, porque la autoridad consiste enteramente en un
cierto ascendiente moral, y supone que el maestro tiene voluntad, porque la autoridad implica
confianza, y ante todo que debe dar la sensación de que la autoridad la siente en su propia
persona, una especie de fe interior en la grandeza de su misión. Para que sea posible, el
maestro debe ser laico porque representa a la sociedad, como personalidad moral y como
intérprete de las grandes ideas morales de su tiempo y de su país. Todo este respeto es lo que,
mediante la palabra y el gesto, pasa de su conciencia a la del niño. La autoridad no se
contrapone a la libertad, sino que ser libre es saber proceder con la razón y cumplir con el
deber: la libertad consiste “precisamente en dotar al niño de este dominio de sí mismo, es en
lo que debe emplearse la autoridad del maestro. La autoridad del maestro no es otra cosa que
un aspecto de autoridad del deber y de la razón [6].

El carácter científico de los aspectos de la educación

La educación es un hecho que dirige la pedagogía, y es estudiado por la ciencia de la


educación. La psicología y la sociología colaboran para estudiar científicamente la educación.
La psicología aborda el hecho asumiendo la psicología del niño frente a la del adulto; la
sociología: desde los elementos de la civilización y los elementos en que éstos se transmiten.
La pedagogía resulta entonces una obra de reflexión que busca resultados de ambos órdenes
para establecer principios de conducta o para reformar la educación. Hace falta conocer
plenamente las condiciones del hecho educativo, para que haya más probabilidades de
utilizarlo eficazmente. Para ello, es menester entender las instituciones de acuerdo a su
función, dirigida hacia una pedagogía racional y eficaz dentro de los límites sociales,
analizando sus componentes, sus necesidades y las génesis de sus causas.

Durkheim defiende con pasión el carácter científico de la pedagogía. Para ello, diferencia
educación (que es una acción continua sobre los niños) de pedagogía (que no es más que una
teoría, una forma de pensar respecto a los elementos de la educación). Las razones que
justifican esta condición científica son:

- la pedagogía trata con hechos consumibles, observables;

- todos estos hechos son homogéneos;

- se persigue un conocimiento desinteresado.

La estructura de este factor científico se desarrolla a lo largo de segundo ensayo, titulado


‘Pedagogía y sociología’. En primer lugar, se diferencian estos términos, para continuar
justificando por qué se puede considerar a la pedagogía como una disciplina científica y
enumerando los problemas que debería tratar la ciencia de la educación.

6
Íbid., pp. 97-98.

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En la segunda parte del ensayo se reflexiona sobre la pedagogía, la cual determina lo que debe
ser la educación en el futuro. Es decir, la pedagogía en una teoría práctica de la educación.
Tras ello, se analizan las ciencias sobre las que se apoya la pedagogía, que son la ciencia de la
educación, la sociología y la psicología. Por último, se diserta sobre el papel que debe
desempeñar la pedagogía (guiar, ilustrar, ayudar, colmar las lagunas y paliar las deficiencias
que se puedan detectar en la educación), sobre la necesidad de una amplia base histórica
sobre la que asentar la pedagogía, y sobre el cometido que debe realizar la psicología, que no
es nada menos que dictar los medios necesarios para la realización de los fines que debe
perseguir la educación.

Para Durkheim, haciendo sociológico el análisis moral, es posible otorgarle un fundamento


racional, ni religioso ni metafísico, recuperando sus verdades al proyectarlas en el plan del
pensamiento laico. La educación moral tiene como función inicial al niño en los deberes,
suscitarle ciertas virtudes, “desarrollar en él la aptitud general para la moralidad, las
disposiciones fundamentales que están en la raíz de la vida moral, constituir en él el agente
moral, dispuesto a las iniciativas que son condición general del progreso.”[7] Hay que entender
como elementos de moralidad el espíritu de disciplina, el espíritu de abnegación y el espíritu
de autonomía, orientados hacia el deber y el bien. La paulatina asimilación del sentido del
gusto de la regularidad, la limitación de deseos y el respeto por la regla al reconocerla
racionalmente fundada, supone su aplicación metódica de la inteligencia.

Aunque el ideal intelectual está menos definido que el moral, está claro que es necesario
constituir en el espíritu cierto número de aptitudes fundamentales que Durkheim llama
categorías:

nociones-madres, centros de inteligibilidad, que son los marcos y los útiles del pensamiento
lógico. Entended por categorías, no sólo las formas más abstractas del pensamiento, la noción
de causa, o la de sustancia; sino las ideas, más ricas de contenido, que presiden a nuestra
interpretación actual: nuestra idea del mundo físico, nuestra idea de la vida, nuestra idea del
hombre.[8]

Necesidad de formación del profesorado para tomar plena conciencia de su función


social

Según Durkheim, la pedagogía no debe comunicar al futuro educador procedimientos y


fórmulas para enseñar al alumno, sino que debe darle plena conciencia de su función. Es
necesario realzar la mayor dificultad de la enseñanza secundaria que la enseñanza primaria,

7
Durkheim, Émile. Educación y Sociología. Ed. Colofón, 3ª ed., México, 1991. p. 30

8
Íbid., p. 39.

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por lo que es necesaria una mayor reflexión para trazar la línea de conducta, puesto que trata
de formar mentes a través de la Historia, las Matemáticas...

Este aspecto se desarrolla en el último ensayo, titulado ‘La evolución y el papel de la


enseñanza secundaria en Francia’. Comienza con las ideas expuestas en el párrafo anterior y a
continuación, expresa la paradoja de que no se sabe muy bien hacia qué debe tender el ideal
de hombre que se quiere construir en el instituto. En el siguiente punto se analiza el problema
de la enseñanza secundaria, que no es otro que decidir la actitud que se debe tomar frente a
los dos aspectos que presenta la realidad escolar (la existencia de una serie de instituciones
asentadas por un lado y de unas ideas, por otro, que la incitan a cambiar).

Por último, se expone que no basta con conocer y comprender la organización del actual
mecanismo escolar sino que es necesario de conocer la evolución histórica del sistema escolar
puesto que evoluciona continuamente.

“La educación usada en una determinada sociedad y considerada en un momento


determinado de su evolución, es un conjunto de prácticas, de maneras de hacer, de
costumbres, que constituyen hechos perfectamente definidos y que tienen la misma realidad
que los otros hechos sociales. No son, como se ha creído durante mucho tiempo,
combinaciones más o menos arbitrarias y artificiales, que no deben su existencia sino al influjo
caprichoso, de voluntades siempre contingentes. Constituyen, por el contrario, verdaderas
instituciones sociales. No existe ningún hombre que pueda hacer que una sociedad tenga, en
un momento dado, un sistema de educación diferente de aquel que su estructura supone.”[9]

9
Durkheim, Émile. Educación y Sociología. Ed. Colofón, 3ª ed., México, 1991. p. 103.

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