Educación y Sociología Durkheim
Educación y Sociología Durkheim
Educación y Sociología Durkheim
Cinco factores o hechos sociales a los que, el autor atribuye más importancia por cuanto
que favorecen o dificultan un buen resultado educativo
El libro se compone de 4 ensayos de Émile Durkheim y se pueden resumir en esta frase: ‘La
educación es un ente social’. A lo largo de las diferentes partes, se dedica a justificar y exponer
las razones que sustentan esta afirmación.
La estructura que sigue el autor comienza por un examen crítico de las definiciones de
educación realizadas a lo largo de la historia, así como una evolución histórica del concepto de
educación en diversas sociedades (griega, romana, medieval, renacentista, ...). A continuación
analiza la influencia de la sociedad de la educación y pasa seguidamente a definir la educación
y señalar la doble característica del sistema educativo como único y múltiple
Se distinguen los dos seres que forman al individuo y la función de la educación como
creadora de un nuevo ser, el ser social. A continuación se establece un paralelismo entre la
educación impartida y las cualidades físicas que se han ensalzado a lo largo de la historia de la
Humanidad. Posteriormente, se analiza el hecho de que la educación como ente social no
significa eliminar el individualismo, sino que existe una cierta implicación entre ambos, puesto
que el individuo al optar por la sociedad, opta a la vez por sí mismo.
El último aspecto que se analiza es el papel del Estado en materia educacional. Como
consecuencia de la educación en sociedad, el Estado debe velar por ella, por lo que surge un
conflicto entre el Estado y la familia, poseedora del niño. Durkheim, como es lógico, no
defiende el liberalismo a ultranza, en el que el Estado no intervenga en nada, sino que
propugna que sea el propio Estado quien realice el necesario control a los educadores.
Los cinco factores o hechos sociales a los que el autor atribuye mayor importancia son:
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Sociología de la Educación
En contraposición de las teorías individualistas de otros filósofos defendido por Kant, Herbert,
Mill o Spencer; la doctrina de la educación de Émile Durkheim, posee las siguientes ideas
capitales:
El hombre, como ser social, está conformado por su ser individual que se refiere a sus estados
mentales y a su experiencia personal, y también por un sistema de ideas, sentimientos y
hábitos del grupo al que pertenece, tales como ideas religiosas, creencias, prácticas morales,
tradiciones, que se traducen en la forma de voluntad del sujeto, y en las nociones de las que se
conforma la inteligencia. La constitución de este ser social es la finalidad de la educación, sin
soslayar al hombre como individuo, pues los atributos del hombre se transmiten por vía social
y se configuran históricamente por los avatares de la civilización.
Émile Durkheim apuesta por una concepción social de la educación, Según Durkheim, el
humano se compone de:
La educación tiene como fin crear este nuevo ser social a partir del ser egoísta del recién
nacido. Su objetivo final es conseguir que el individuo se asemeje al ideal de hombre labrado
por la sociedad.
Este factor se desarrolla principalmente en el primer ensayo del libro, titulado ‘La educación,
su naturaleza y su papel ‘ y se repite en el tercer escrito, ‘Pedagogía y sociología ‘. Sin
embargo, es conveniente señalar que esta idea está presente a lo largo de todo el libro.
La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que todavía no están
maduras para la vida social. Tiene por objeto suscitar y desarrollar en el niño cierto número de
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Sociología de la Educación
Frente a las diversas doctrinas acerca de la educación, Durkheim pide que revelen sus fuerzas
sociales que animan un determinado sistema de educación o trabajan por modificarlo, porque
las ideas son también hechos y si éstos tienen resonancia, entonces también son sociales; si no
muestran sus relaciones entre el individuo y la sociedad, entre la ciencia y la práctica, la
naturaleza de la moralidad y la del entendimiento, entonces no tienen validez.
Lo que debe ser la educación, responde a la contribución que las generaciones pasadas han
hecho, es decir que es imposible separar las causas históricas para poder comprenderla. Es
una realidad existente, sobre la cual sólo es posible actuar conociéndola, saber cuál es su
naturaleza y las condiciones de que dependen.
Toda educación trata de formar al hombre de acuerdo al ideal de hombre que sobreentiende
la civilización, lo que éste debe ser desde el punto de vista intelectual, como físico y moral.
Este hombre ideal se fija en las conciencias, y aunque la educación asegura la diversidad,
también se ocupa de perpetuar la homogeneidad de sus discípulos.
Al ser naciente (niño) se le agrega otro (educador) para llevarlo a la vida moral y social para
hacer de él un ser nuevo, que responderá antes que nada, a necesidades sociales. La
educación desenvolverá sus cualidades de la inteligencia y las físicas, para ir al encuentro de
un estado de perfección gracias al concurso de la sociedad, porque “El hombre, en efecto, no
es hombre más que porque vive en Sociedad.”[2] La sociedad es quien nos insta a pensar en los
intereses de los demás, a dominar las pasiones y los instintos, a subordinar los propios fines a
otros más altos: “Todo el sistema de representación que mantiene en nosotros la idea o el
sentimiento de la regla, de la disciplina, lo mismo interna que externa, es la sociedad quien lo
instituyó en nuestras conciencias.”[3] La sociedad domina todas nuestras nociones, puesto que
si el hombre fuese despojado de todo lo que le viene de la sociedad quedaría en el rango del
animal, la sociedad es la personalidad moral que perdura más allá de las generaciones y las
une, sin disociar al individuo de ésta, pues se implican mutuamente: “La acción que ésta [la
sociedad] ejerce sobre él, señaladamente por medio de la educación, no tiene, de ningún
modo, como objeto y como efecto, comprimirle, disminuirle, desnaturalizarle; sino, por el
contrario, engrandecerle y hacer de él un ser verdaderamente humano.”[4]
1
Durkheim, Émile. Educación y Sociología. Ed. Colofón, 3ª ed., México, 1991. p. 70.
2
Durkheim, Émile. Educación y Sociología. Ed. Colofón, 3ª ed., México, 1991. p. 77.
3
Íbid. p. 78.
4
Íbid. p. 81
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Sociología de la Educación
En diversas ocasiones, afirma que cada palabra o cada gesto que se dedican a los jóvenes es
parte de la educación que se les inculca. También afirma que la educación es la socialización
de la joven generación por la generación adulta.
Según Durkheim, los maestros poseen un enorme poder para lograr la educación de la joven
generación. Este poder proviene de la sociedad, que lo deposita en el maestro como
intérprete de las grandes ideas morales de su época y de su país. Para conseguir el éxito
educativo, es necesario hacer un buen uso de esta autoridad.
También señala las características personales de un buen educador, que son el carácter, sentir
internamente la autoridad, y creer en su labor, no en su inteligencia. Por último, resuelve el
posible conflicto entre libertad y autoridad, considerando que la libertad es el fruto de la
autoridad bien entendida.
La educación debe ser cosa de autoridad: “Para aprender a reprimir su egoísmo natural a
subordinarse a fines más altos, a someter sus deseos al imperio de su voluntad, a encerrarlos
en los debidos límites, es preciso que el niño ejerza sobre sí mismo una fuerte represión.”[5]
Esto provoca el sentimiento del deber, el estímulo del esfuerzo. Los padres y los maestros son
5
Durkheim, Émile. Educación y Sociología. Ed. Colofón, 3ª ed., México, 1991. p. 94.
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Sociología de la Educación
de quienes el niño aprende el deber, por lo que éstos tienen la responsabilidad de encarnar y
personificarlo como autoridades morales, porque la autoridad consiste enteramente en un
cierto ascendiente moral, y supone que el maestro tiene voluntad, porque la autoridad implica
confianza, y ante todo que debe dar la sensación de que la autoridad la siente en su propia
persona, una especie de fe interior en la grandeza de su misión. Para que sea posible, el
maestro debe ser laico porque representa a la sociedad, como personalidad moral y como
intérprete de las grandes ideas morales de su tiempo y de su país. Todo este respeto es lo que,
mediante la palabra y el gesto, pasa de su conciencia a la del niño. La autoridad no se
contrapone a la libertad, sino que ser libre es saber proceder con la razón y cumplir con el
deber: la libertad consiste “precisamente en dotar al niño de este dominio de sí mismo, es en
lo que debe emplearse la autoridad del maestro. La autoridad del maestro no es otra cosa que
un aspecto de autoridad del deber y de la razón [6].
Durkheim defiende con pasión el carácter científico de la pedagogía. Para ello, diferencia
educación (que es una acción continua sobre los niños) de pedagogía (que no es más que una
teoría, una forma de pensar respecto a los elementos de la educación). Las razones que
justifican esta condición científica son:
6
Íbid., pp. 97-98.
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Sociología de la Educación
En la segunda parte del ensayo se reflexiona sobre la pedagogía, la cual determina lo que debe
ser la educación en el futuro. Es decir, la pedagogía en una teoría práctica de la educación.
Tras ello, se analizan las ciencias sobre las que se apoya la pedagogía, que son la ciencia de la
educación, la sociología y la psicología. Por último, se diserta sobre el papel que debe
desempeñar la pedagogía (guiar, ilustrar, ayudar, colmar las lagunas y paliar las deficiencias
que se puedan detectar en la educación), sobre la necesidad de una amplia base histórica
sobre la que asentar la pedagogía, y sobre el cometido que debe realizar la psicología, que no
es nada menos que dictar los medios necesarios para la realización de los fines que debe
perseguir la educación.
Aunque el ideal intelectual está menos definido que el moral, está claro que es necesario
constituir en el espíritu cierto número de aptitudes fundamentales que Durkheim llama
categorías:
nociones-madres, centros de inteligibilidad, que son los marcos y los útiles del pensamiento
lógico. Entended por categorías, no sólo las formas más abstractas del pensamiento, la noción
de causa, o la de sustancia; sino las ideas, más ricas de contenido, que presiden a nuestra
interpretación actual: nuestra idea del mundo físico, nuestra idea de la vida, nuestra idea del
hombre.[8]
7
Durkheim, Émile. Educación y Sociología. Ed. Colofón, 3ª ed., México, 1991. p. 30
8
Íbid., p. 39.
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Sociología de la Educación
por lo que es necesaria una mayor reflexión para trazar la línea de conducta, puesto que trata
de formar mentes a través de la Historia, las Matemáticas...
Por último, se expone que no basta con conocer y comprender la organización del actual
mecanismo escolar sino que es necesario de conocer la evolución histórica del sistema escolar
puesto que evoluciona continuamente.
9
Durkheim, Émile. Educación y Sociología. Ed. Colofón, 3ª ed., México, 1991. p. 103.
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