La Importancia de La Vocación Sacerdotal en La Iglesia
La Importancia de La Vocación Sacerdotal en La Iglesia
La Importancia de La Vocación Sacerdotal en La Iglesia
Cristo en su infinito amor al género humano, nos dejó su amor a través de las múltiples
formas en las cuales lo podemos contemplar dentro de la Iglesia. Una de ellas es el llamado
que el amorosamente nos hace a cada uno de nosotros, pero de manera singular el llamado
a la vida sacerdotal. Dios ha prometido acompañar a su pueblo y lo hace en mediación de
los hombres en la vida sacerdotal, con estas palabras cito al Profeta Jeremías, quien nos
recuerda como Dios nos promete pastores, mismos que estén al cuidado del pueblo santo de
Dios, y nos dice: «Les daré pastores según mi corazón»1.
Dios llama a quien él quiere y sobre todo a seguirle como resucitados, como apóstoles
maduros para seguir continuando con su obra salvadora en medio del mundo, por lo que la
presencia del Sacerdote dentro de la comunidad representa el amor de Cristo a su iglesia,
pero también es un amor de manera muy personal para la persona que trata de responder
alegremente al llamado de Dios. Sin sacerdotes el mundo no tendría los sacramentos, «no
podría vivir aquella obediencia fundamental que se sitúa en el centro mismo de su
existencia y de su misión en la historia, por tanto, esta obediencia es al mandato de
Cristo»2.
Los apóstoles creyeron y confiaron en el Señor y pudieron en su tiempo experimentar
los milagros de Dios en sus vidas, trabajando por Jesús, con Jesús y en Jesús, es decir,
permanecer fielmente a la gracia recibida, suscitará abundantes vocaciones al sacerdocio en
la Iglesia, cuna y madre de la Fe Cristiana. Recordemos, pues que la Iglesia tiene esa tarea
de seguir formando personas para que la acción de Cristo se siga efectuando, el evangelista
Marcos lo menciona en su libro: «Subió al monte y llamó a los que él quiso y vinieron
donde él. Instituyó doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con poder
de expulsar los demonios»3, es decir, Cristo invita a quien ha sido llamado a formar parte
de él, de manera más íntima a través de la Eucaristía, en donde Cristo mismo es el que
invita a participar de la Cena de su Cuerpo, siendo la Eucaristía la cumbre de la vocación
sacerdotal, ahí donde el Señor lleva a plenitud su amor a través del sacerdocio ministerial,
así, por medio de la alegría y la esperanza , Dios sigue llevando a cabo su obra de
salvación.
La compleja situación que atraviesa la sociedad, en donde podemos notar que muchas
familias se van disgregando por múltiples complicaciones que una familia puede tener,
desde aquel padre de familia que siempre quiere lo mejor para su familia hasta el hijo que
desea un futuro prometedor, y aunado a esto, los problemas sociales, económicos y
1
Jer 3, 15
2
PDV, 1-2
3
Mc 3, 3-15
religiosos que se vive dentro de la misma familia, es ahí cuando se exige una presencia real
de Jesucristo.
Debemos reconocer también que ante la escasez de los ministros ordenados el trabajo
pastoral no se ha llevado a cabo como debería, aunque sí, algunas zonas han tratado de
caminar en este ámbito. De aquí se sigue también el fenómeno de los modos cada vez más
parciales y condicionados de pertenecer a la Iglesia, que ejercen un influjo negativo sobre
el nacimiento de nuevas vocaciones al sacerdocio, sobre la autoconciencia misma del
sacerdote y su ministerio en la comunidad.
Es así, como los fieles quedan con mucha frecuencia abandonados pastoralmente, por lo
que perjudica el crecimiento de la vida espiritual y así como la promoción de los candidatos
a la vida sacedotal, los jóvenes se sienten más atraída a un ambiente de consumismo y de
estar a la moda como ellos mismos lo manifiestan, sin embargo se logra percibir como
dependientes y prisioneros de una interpretación individualista, materialista y hedonista4.
Sin embargo, a pesar de todas estas cuestiones difíciles que atraviesa la iglesia, Cristo
sigue acompañando, el mismo Jesús quien es el Mesías5, sacerdote, profeta y rey, tal y
como nos lo presenta Lucas en su Evangelio, cuando Cristo entra en la sinagoga y
comienza a hablar en medio de los presentes, es lo que provoca el conocimiento recto6 y de
todo lo que implica ser sacerdote en medio de la sociedad, que insisto es algo
contracultural, porque choca con muchas de las ideas que la gente suele tener a través de
los medios masivos de comunicación.
«Por el Sacramento del Orden, los presbíteros se configuran a Cristo Sacerdote como
miembros con su Cabeza para estructuración y edificación de todo su cuerpo, que es la
Iglesia, como cooperadores del orden episcopal»7. Es por esto que decimos, que más allá
de que el sacerdote está injertado en medio de una sociedad que muestra su debilidad
humana y que va en contra de la voluntad de Dios, ahí el don tan grande de la vocación y la
gracia podrán encaminarlo a la vida de santidad y no solo él, sino a todo el pueblo que sirve
en su momento, recordemos las palabras de Mateo en su Evangelio: «Sed, pues, perfectos,
como perfecto es vuestro padre celestial»8
Concluyo, diciendo que la vocación es un regalo sobrenatural, que solamente Dios lo
concede a quienes Él por su infinita misericordia ha elegido, la formación sacerdotal es
indispensable dentro de una Diócesis, de manera específica, el Seminario, en su momento
4
PDV, 8
5
Lc 4, 20
6
Ibidem
7
PO, 12
8
Mt 5, 48
San Rafael Guízar y Valencia lo manifestó de la siguiente manera: “Un Obispo se puede
quedar sin báculo o mitra, incluso sin catedral, pero nunca sin seminario”.