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Fecha de presentación: febrero, 2019


Fecha de aceptación: mayo, 2019
Fecha de publicación: julio, 2019

ARQUITECTURA,
FUNCIÓN SIMBÓLICA Y LENGUAJE
ARCHITECTURE, SYMBOLIC FUNCTION AND LANGUAGE
Martha Lil Donoso Llanos1
E-mail: [email protected]
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1068-9414
1
Universidad de Guayaquil. Ecuador
Cita sugerida (APA, sexta edición)
Donoso Llanos, M. L. (2019). Arquitectura, función simbólica y lenguaje. Universidad y Sociedad, 11(4), 409-413.
Recuperado de http://rus.ucf.edu.cu/index.php/rus
RESUMEN
El presente trabajo examina el rol que la arquitectura cumple dentro del marco amplio de la producción cultural, estable-
ciendo que esta es constitutiva de lo humano. Se trata de desarrollar la idea de que la arquitectura es un sistema de signos
cuyo funcionamiento es asimilable al del lenguaje y que, al igual que este, depende para su comprensión cabal de los
códigos que se comparten temporalmente. Para desarrollar estos argumentos se contrastan aportes desde la teoría de la
arquitectura, la filosofía y la lingüística.

Palabras clave: Cultura, lenguaje, trabajo, ética, historia,

ABSTRACT
The present work examines the list that the architecture completes inside the wide mark of the cultural production, settling
down that; this is a constituent of the human being. It is to develop the idea that the architecture is a system of signs whose
operation is assimilated to that of the language and that, the same as this, depends for its exact understanding of the codes
that are shared temporarily. To develop these arguments contributions, they are contrasted from the theory of the architecture,
the philosophy and the linguistics.

Keywords: Culture, language, work, ethics, history.

UNIVERSIDAD Y SOCIEDAD | Revista Científica de la Universidad de Cienfuegos | ISSN: 2218-3620 Volumen 11| Número 4 | Julio - Septiembre, 2019

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INTRODUCCIÓN
Es usual considerar como arquitectura al conjunto de edi-
ficios en los que se desarrollan las actividades de gru-
pos humanos diversos, sea cual fuere su nivel de desa-
rrollo. Comprendido como “arquitectónico” está también
el cuerpo de conocimientos que permiten ejecutar esta
práctica. El presente trabajo pretende relievar el hecho de
que la arquitectura, forma parte imprescindible del com-
plejo sistema cultural que, dentro de la sociedad huma-
na, establece lazos, delimita comportamientos, estructura Figura 1. Guayaquil, Ciudad del río, edificio The Point.
relaciones en una gama infinita y compleja de aspectos.
Definida la arquitectura como actividad humana se ad-
Se puede definir a la arquitectura como la actividad hu- vierte la mutua dependencia entre arquitectura y lengua-
mana cuyo objetivo es producir espacios habitables. Esta je. Esto puede entenderse desde varias vertientes, la
proposición, se compone de dos elementos: espacios más simple establecería que la arquitectura actúa como
habitables y actividad humana. La noción de habitar, exa- lenguaje al generar un sistema de códigos mediante los
minada exhaustivamente en el medio académico, cambia cuales representa lo diseñado. La representación en ar-
a medida que el contexto se modifica. Para Heidegger quitectura ha tenido un desarrollo histórico paralelo a la
(2014), habitar implica el modo de ser humano en la tie- historia de la civilización. En relación a esto se puede
rra; esto conduce al segundo elemento en el que lo im- tomar como referencia la idea de infinito y la puesta en
portante es que la arquitectura debe connotarse como orden de la perspectiva en el Renacimiento o también al
actividad privativa de seres humanos, infiriendo de esto: fundamentalismo geométrico, que propone entender la
arquitectura reduccionistamente como un juego de pla-
-- los espacios producidos por la arquitectura, serían nos, líneas, volúmenes. Aquí no se trata de eso, o, más
cualitativamente distintos de aquellos producidos por precisamente, no sólo de eso. Otra vertiente explica la
especies vivas no humanas aun si comparten entre el- relación entre arquitectura y lenguaje asumiendo la exis-
las el rasgo de habitabilidad. tencia de un valor simbólico, lenguajero, que se presenta
-- lo humano se connota como un estado especial de como un plus frente al puro valor utilitario y que incide
vida activa. sobre el valor de mercado, así se entienda o no su impor-
tancia. La idea, de modo general, es que la arquitectura,
La especie humana se construye a sí misma en un movi- permite a la sociedad humana decir de sí misma y poner
miento cultural. Cultura es un proceso universal, presen- en evidencia las características especiales de su estruc-
te en todas las formaciones sociales, mediante el cual el tura, justamente poniendo en juego el sistema de valores
grupo se organiza en un movimiento creciente de cono- éticos y estéticos vigentes.
cimiento del mundo que le permite actuar en provecho
propio. Ser humano es estar inserto en cultura y esta es Se presenta aquí, en esto, una proposición apodíctica que
el resultado de la relación causal entre trabajo y lenguaje, rezaría así: siendo una actividad humana, la arquitectura
durante el cual la aprehensión del mundo adquiere carac- asume un valor simbólico. Afirmar que esta es una pro-
terísticas particulares. posición apodíctica implica decir que es cierta en todos
los mundos posibles. ¿Cuáles? Aquellos en los que exis-
DESARROLLO tan seres humanos, en cualquier dimensión geográfica o
registro temporal, con cualquier organización económico
El lenguaje humano no es un proceso simple de comuni- productiva y también con cualquier nivel de desarrollo.
cación. Al menos dos instancias señalan su especial con- Siempre, la arquitectura asumirá un valor simbólico, cuya
dición: distingue lo verdadero de lo falso –lo que permite comprensión es imprescindible a quienes participan del
la construcción de cuerpos de pensamiento específicos conjunto comunitario y lo es, principalmente, gracias a lo
como la ciencia– y vehiculiza la expresión que puede ser que su forma evidencia (Figura 2).
enfática, elocuente, admirativa, concisa; variedad peque-
ña pero que da cuenta de su complejidad.
Humanidad, lenguaje, trabajo y cultura son categorías
sistémicas (Figura 1).

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presencia, su uso regulado –proporción, jerarquía, uni-


dad- e incluso su ausencia van a conformar el efecto dis-
cursivo que el arquitecto busca crear. De cualquier modo
este efecto tiene un decurso histórico dentro del cual las
lecturas posibles varían. En este caso, lo necesario, ar-
quitectura y sociedad, soportan el efecto de lo contingen-
te marcado por las características que asuma el entorno
histórico. Caso particular al respecto es el ciframiento que
esconde en sus pisos y arcadas el Palazzo de la Civilitá
Italiana, conocido como Colosseo Quadrato en su inten-
ción múltiple de honrar al pasado imperial romano y al
líder fascista Benito Mussolini. Las vicisitudes históricas
pusieron un toque vergonzante a esta memoria (Figura 3).

Figura 2. Teatro auditorio de la Facultad de Arquitectura y


Urbanismo, Universidad de Guayaquil.
Dos interrogantes surgen a partir de aquí: en que consiste
el valor simbólico de la arquitectura y como se efectúa.
De modo breve, se precisa que lo simbólico permite al
humano adjudicar a un significante más de un significa-
do. En el caso de la arquitectura el significante por ex- Figura 3. Colosseo Quadrato, distrito EUR, Roma.
celencia es el edificio, el objeto arquitectónico como tal; Debe precisarse que lo necesario para el funcionamiento
en relación a este se produce el significado primario que de un lenguaje está dado por los elementos que lo inte-
remite a la función propia del objeto y están, además, los gran, sus relaciones y la intención expresiva. Los elemen-
varios posibles significados secundarios que establecen tos, mínimos o no, son de índole funcional y formal a la
el estatus del objeto dentro del contexto imaginario en par. Sus relaciones se establecen mediante una especi-
que el sujeto vive. La trama simbólica se arma en el juego ficidad sintáctica, puesta en juego junto a una intención
entre el significante y los significados posibles los cuales semántica, que depende de las características contex-
dependen de la calidad del contexto y de la posición del tuales y que permite establecer diferencias evidentes.
sujeto interpretante dentro del mismo. La Basílica de San Esta correspondencia entre las formas y el contexto ha
Pedro y la plaza que la precede se organizan en función sido interpretada tradicionalmente como “época” o “esti-
de un par de ejes simbólicos que permiten unir en una tra- lo”. Desde la perspectiva de este trabajo, las diferencias
ma al mismo tiempo histórica y espacial el lugar del mar- formales se sitúan siempre dentro del rango de lo que
tirio de San Pedro, marcado por el obelisco y su tumba, el contexto desea de sí mismo. Es a posteriori que las
situada sobre el mismo eje de simetría que se cruza con lecturas hechas sobre la realidad física de la arquitectura
la coordenada en la que están, en sucesión grandiosa la ponen en evidencia que en relación al contexto –organi-
cúpula y el baldaquino. La sensación, para el visitante es zación específica de la sociedad, su modo de producción
de un avance ascensional que marca el poder y la gloria y su nivel de desarrollo- se han producido modificaciones
de la iglesia católica. a veces drásticas, que concitan formalidades distintas,
Para ejercer la función simbólica la arquitectura se com- como sucedió en el momento que demandó el surgimien-
porta como un lenguaje. Es decir, al igual que este comu- to de la Modernidad, circunstancia precisada con retórica
nica y expresa elaborando frases discursivas con inten- de manifiesto por Antonio Sant’Elia.
ción representativa. Monumental o anti monumental, por La intención expresiva se sostiene de dos aspectos hasta
ejemplo, son interpretaciones que se pueden adjudicar a cierto punto complementarios: por una parte, la búsque-
un objeto arquitectónico y que han sido logradas median- da de lo bello, de un efecto estéticamente agradable y
te estrategias compositivas específicas. Llegado a este por otra la voluntad de indicar algo que va más allá de
punto, se encuentra que la conjunción de elementos, su lo llanamente estético. Entre ambas la función simbólica

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de la arquitectura encuentra expresión plena. El entendi- lenguaje Moderno fue la máquina y a partir de éste y de
miento de lo bello es siempre temporal –la disyuntiva or- su método de trabajo, el funcionalismo racionalista creó
namentación o no ornamentación, por ejemplo– el edificio una estética propia. Los sucesos que advinieron después
de Loos en la Michaelerplatz, y el disgusto del emperador del fin de la segunda guerra mundial provocaron la crisis
dan buena cuenta histórica del problema pero, más allá de la Modernidad para toda la civilización occidental –
de esto, la arquitectura puede mostrar, ocultar, enaltecer, la interrogación acerca de si la razón es el único modo
intimidar, ser honesta o falaz. ¿A qué se alude? A casos legítimo de aprehender el mundo- y concomitantemente,
como el Gran Hall de la Cancillería de Hitler, a los vacíos el cuestionamiento del paradigma. Un primer resultado
en el Museo Judío de Libeskind en Berlín, a las fachadas visible es la proliferación de referencias en las que se ins-
“remake” histórico en Las Vegas o a los tromp l’oeil en el cribe la expresión formal de la arquitectura posmoderna,
barroco, por decir algo. particularidad que llama la atención, pero sobre la cual
no se establece una sistematización teórica sustentable.
Un caso particularmente notable es la demanda de hones-
tidad esgrimida por los modernos. ¿Una arquitectura ho- En este momento, se debe poner atención sobre un as-
nesta? Lo que implica, de modo inmediato que las habría pecto particular del problema, el del Lenguaje Formal
deshonestas. Si arquitectura fuese puramente lenguaje Arquitectónico. Recordemos la cita de Foucault (1996),
estaríamos ante una dicotomía del orden de Retórica, “el lenguaje es, como se sabe, el murmullo de todo lo que
o Parresía. Esta demanda de honestidad constituyó un se pronuncia, y es, al mismo tiempo, ese sistema transpa-
supuesto esencial para el surgimiento del nuevo lengua- rente que hace que cuando hablamos, se nos compren-
je y puso límites a la libertad creativa. Según Camacho da; en pocas palabras el lenguaje es a la vez todo el he-
(2011), “en ética “necesario” se transforma en “obligatorio”, cho de las hablas acumuladas en la historia y además el
“posible” en “permitido”, “imposible” en “prohibido” y “con- sistema mismo de la lengua”. (p. 37)
tingente” en “indiferente”. Observando el panorama de la
Tomando esta idea y trasladándola al campo de la crea-
década gloriosa de la construcción del lenguaje moder-
ción arquitectónica se pueden establecer tentativamen-
no, observamos que estas categorías estaban presentes
te ciertos términos de entendimiento. Lenguaje Formal
al momento de diseñar y, de algún modo se conservan en
Arquitectónico es un lugar asumido por la totalidad del
la memoria creativa de muchos arquitectos.
discurso producido –enunciados e intención simbólica-,
En lo que se refiere a la búsqueda de la belleza –una exi- comprensible gracias a la existencia compartida de códi-
gencia vitruviana raramente discutido- un examen históri- gos culturales (Figura 4).
co muestra que el comportamiento de la arquitectura se
puede aproximar a la teoría de los paradigmas de Kuhn.
En este caso, “permitido” y “prohibido” encuentran sos-
tén en algo que identificado como el referente estético
admitido dentro de la vigencia del contexto. Contreras
(2004), quien estudia la teoría de Kuhn, plantea que “los
paradigmas son realizaciones científicas universalmen-
te reconocidas (dogmáticas) que, durante cierto tiempo
proporcionan modelos de problemas y soluciones a una
comunidad científica en particular” (p. 43). Es necesario
resaltar que la teoría original establece que a partir de los
paradigmas se conforman comunidades -en lo que inte-
resa a Kuhn- de científicos. Estas comunidades, que ad-
hieren a un paradigma pasan por períodos de transición
en los que una nueva referencia desaloja y reestructura
el conocimiento anterior. La interpretación que se esgri-
me aquí es que un evento similar se produce entre las
Figura 4. Terminal aérea de la TWA, New York.
comunidades creativas, en este caso particular, la de los
arquitectos. En un reciente aporte teórico, Schumacher (2011), afirma
que “la arquitectura es un sistema de comunicaciones:
Para la arquitectura, la adopción y vigencia de un término
El término arquitectura es usualmente asumido para de-
de referencia a nivel estético, crea comunidad, reglas y
notar ya sea cierta clase de artefactos –la clase de to-
modos de comportamientos aceptados, equivalentes a
dos los –buenos- edificios- o un dominio de conocimiento
éticamente válidos. El referente esencial general para el

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académico que concierne a dicha clase de artefactos, o, CONCLUSIONES


finalmente a la actividad profesional dirigida hacia la pro-
La arquitectura, en tanto que sistema de comunicación
ducción de dichos artefactos. Sin embargo, arquitectura
crea el entorno físico y expresivo en el que se desenvuel-
como sistema de comunicaciones no es la sola colección
ve la sociedad humana. Al hacerlo cumple, dentro de
de los artefactos, no la simple forma de conocimiento, ni
esta, una función designada como simbólica y lo hace
tampoco la particular práctica profesional. Más bien reúne
asumiendo una estructura similar a la del lenguaje. Esta
las tres categorías: artefactos, conocimiento y prácticas
relación le permite funcionar sobre la base de códigos
–todo entendido como comunicaciones que se conectan
cuya comprensión y uso depende del contexto. Cada pe-
entre sí en una red continua”. (p. 17)
riodo histórico busca representarse a sí mismo con expre-
La intención es indicar, en relación al rol del creador y siones propias de lo que se deriva la movilidad de todo
su libertad expresiva, que esta se mueve dentro de un el sistema.
campo de lenguaje que lo precede y dentro del cual su
contribución está marcada por los límites del contexto y la REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
cultura. Las formas, es posible argumentar, son el resulta- Camacho, L. (2011). Posibilidad, imposibilidad,
do de la fértil producción de creadores individuales que, contingencia y necesidad: de la filosofía a la ciencia.
a veces, pueden tener rasgos geniales. Si se responde Revista de Filosofía, (50), 127-128. Recuperado de
a esto con una hipótesis, la de que existen paradigmas https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/filosofia/article/
estéticos cuya vigencia depende de la consistencia del view/11667
contexto se encuentra inequívocamente una relación cau-
sal para la expresión arquitectónica que trasciende el de- Contreras, R. R. (2004). El paradigma científico según
seo individual del creador sin restar por esto su importan- Kuhn. Desarrollo de las ciencias: del conocimiento
cia. En este caso, el creador, si es posible decirlo, es una artesanal hasta la ciencia norma. Mérida: Universidad
contingencia necesaria y su obra, si bien depende de las de Los Andes.
elecciones que asuma, está sujeta a la realidad temporal Foucault, M. (1996). Lenguaje y Literatura. Barcelona:
en la que se inscribe. Paidós.
Este último punto resulta importante en extremo porque Hall, S. (1997). Representation, cultural representation
introduce parámetros racionales para la comprensión de and signifying practices. London: Sage Publications.
ciertos acontecimientos en el campo de las elecciones
formales, siendo esta la ventaja que se desprende de in- Heidegger, M. (2014). Construir habitar pensar. Cali:
troducir elementos conceptuales para examinar un pro- Fotocopioteca.
blema. Nesbitt (1988), en su Theorizing a new agenda for Nesbitt, K. (1998). Theorizing a new agenda for
Architecture señala que “la falta de dominancia de un solo architecture, New York: Princeton Architectural Press.
punto de vista es característica del período pluralista im-
precisamente llamado posmoderno”. (p. 16) Esa herencia Schumacher, P. (2011). The Autopoiesis of Architecture.
posmoderna se comprende por el cuestionamiento nece- Chichester: Wiley-Academy.
sario del paradigma moderno que hasta ahora no ha po-
dido ser suplantado por otro modelo igualmente eficiente,
de ahí la pluralidad de referentes que caracteriza la rea-
lidad arquitectónica de los últimos decenios y su aparen-
te falta de rigor ético. El Lenguaje –instancia general- al
convertirse en Lengua y Habla, se plasma en lo que reco-
nocemos usualmente como realización de época y estilo.
La arquitectura, como ejercicio cultural y en tanto que len-
guaje actúa como herramienta de representación de las
estructuras sociales. Hall (1997), indica que “pertenecer
a una cultura es pertenecer al mismo universo concep-
tual y lingüístico, es saber cómo los conceptos e ideas
se traducen en lenguaje, y como el lenguaje se refiere,
hace referencia al mundo” (p. 8). Conocer esta instancia y
recordarla al trabajar en arquitectura crea una dimensión
drásticamente diferente en su nivel epistémico.

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