De Las Sociedades en Particular
De Las Sociedades en Particular
De Las Sociedades en Particular
MERCANTILES EN
PARTICULAR1
1
NOTA IMPORTANTE: El presente estudio constituye una primera aproximación, a
manera de anotaciones previas y muy elementales, de un esfuerzo mayor, todavía en
proceso, tendente a sistematizar los aspectos más importantes de la regulación de las
Sociedades Mercantiles en el ordenamiento jurídico nicaragüense. Es por ello que el
lector todavía encontrará en el documento las carencias propias de este tipo de empeños.
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
1. NOCIONES GENERALES
Por otra parte, este tipo de sociedades encuentra reconocimiento legislativo en las
Ordenanzas francesas de 1673, las cuales, en la regulación de la “sociedad general”,
ponen de manifiesto el dato de la responsabilidad solidaria. Por su parte, las
Ordenanzas de Bilbao ya contemplan los rasgos de la actual compañía colectiva, a
saber, la actuación en nombre de todos y la responsabilidad personal e ilimitada de
los socios. Como no podía ser de otra forma, el Código francés de 1807, y los
españoles de 1829 y 1885, la disciplinan denominándola “colectiva”.
Si bien es cierto, a lo largo de la historia, este tipo societario fue de enorme utilidad
para reunir importantes capitales y participaciones en grandes empresas familiares,
hoy en día se utiliza cada vez con menos frecuencia, en tanto que se recurre a otras
formas sociales más apropiadas para el tráfico moderno que, adicionalmente,
proporcionan el beneficio de la no responsabilidad de los socios por las deudas
sociales. Empero, hay que recordar que la sociedad colectiva cumple la función de
“sociedad general”, sobre todo, en los supuestos de atipicidad o de irregularidad, de
modo que el estudio de su régimen jurídico es menester obligatorio.
2
DERECHO DE SOCIEDADES
La sociedad gira bajo un nombre colectivo o razón social formado por todos los
socios o algunos de ellos, con agregación de la frase “y compañía” (artículo 134
Cc.)2, y, además, tiene plena autonomía patrimonial de forma tal que responde de
sus deudas con su propio patrimonio; sin quebranto de la responsabilidad
subsidiaria de los socios, quienes, por su parte, responden de manera personal,
ilimitada y solidaria entre ellos (artículo 137 Cc.)3. En fin, el carácter personalista de
la sociedad se pone de manifiesto, también, en el hecho de que, salvo pacto en
contrario, la muerte del socio colectivo opera como causa de disolución de la
sociedad4.
2
Art. 134 Cc.: “La razón social es la fórmula enunciativa de los nombres de todos los socios, o de
alguno de ellos, con agregación de estas palabras: "y compañía"”.
3
Art. 137 Cc.: “Los socios colectivos indicados en la escritura social, son solidariamente
responsables de todas las obligaciones legalmente contraídas bajo la razón social.
Pero pueden por pacto los socios limitar su responsabilidad, con tal que se agregue a la razón
social la palabra: "limitada"”.
4
Art. 173 Cc.: “La sociedad colectiva se disuelve por los modos que determina el Código
Civil”. Art. 3285 C.: “La sociedad se acaba: 3º. Por muerte, interdicción civil o insolvencia de
cualquiera de los socios”.
3
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Según hemos explicado en otro lado, el contrato de sociedad colectiva (lo mismo
que el de la sociedad en general) debe cumplir ciertas condiciones esenciales,
indispensables para su validez y eficacia a efectos internos. Asimismo, dicho
negocio jurídico tiene que otorgarse en escritura pública e inscribirse en el Registro
Público Mercantil, requisitos comunes a toda sociedad, cuya falta lleva aparejada la
irregularidad societaria, con las consabidas consecuencias a las que aludimos en la
parte atinente a la Teoría General de las Sociedades.
El Código de Comercio nicaragüense ordena que todo contrato de sociedad debe constar
en escritura pública. El que se estipule entre los socios bajo otra forma, no producirá ningún
efecto legal5. En tal sentido el artículo 123 Cc. mandata que las escrituras de sociedades
en nombre colectivo, y en comandita simple, deberán contener para su validez: 1. Los nombres,
apellidos y domicilios de los socios; 2. Los negocios sobre que deba versar el giro de la sociedad;
3. La razón o firma social, expresando los nombres de los socios que han de tener a su cargo la
dirección o administración de la sociedad y el uso de dicha firma social; 4. El capital que cada
socio aporta en dinero, créditos o efectos, con la expresión del valor que se dé a estos, o de las
bases sobre que haya de hacerse el avalúo; 5. El domicilio de la sociedad; 6. La duración de la
sociedad y la manera de computar dicha duración.
5
Artículo 121 Cc.
4
DERECHO DE SOCIEDADES
Por lo que hace a la razón social, ya hemos adelantado que una de las notas
características de la sociedad colectiva es la de girar bajo un nombre colectivo, razón
social o firma. Por tal razón su formación está tutelada por rígidas normas y
principios. Uno de los principios más importantes es el de veracidad, a saber, la
razón social es la fórmula enunciativa de los nombres de todos los socios, o de alguno de ellos,
con la agregación de las palabras “y compañía”6. Por tal razón, en principio, sólo los
nombres de los socios colectivos pueden entrar en la razón social7; y, asimismo, el uso de la
razón social después de disuelta la sociedad, constituye delito de falsedad y la inclusión en
aquella del nombre de una persona extraña es una estafa. Lógicamente, la falsedad y la
estafa serán castigadas conforme al Código Penal8.
6
Artículo 134 Cc. De ello se infiere que cuando figuren los nombres de todos los socios no será
necesario colocar la frase “y compañía” y, por ende habrá que hacer alusión, simplemente, al
hecho de que se trata de la sociedad “López, López y López colectiva” o “López, López y López
en nombre colectivo”.
7
Primera parte del artículo 135 Cc.
8
Artículo 136 Cc.
9
Segunda parte del artículo 135 Cc.
5
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El retardo en la entrega, sea cual fuere la causa que lo produzca, autoriza a los
asociados para excluir de la sociedad al socio moroso, o a proceder ejecutivamente
contra su persona y bienes para compelerle al cumplimiento de su obligación. En
uno y otro caso el socio moroso responderá de los daños y perjuicios que la
tardanza ocasionare a la sociedad11.
Lo primero que debe tenerse en cuenta es que toda esta materia es derecho
dispositivo; y, además, para la determinación de los beneficios o pérdidas, se
aplicaran las normas y criterios generales de contabilidad. Así, los socios capitalistas
dividirán entre sí las ganancias y pérdidas en la forma que se hubiere estipulado. A
falta de estipulación, las dividirán a prorrata de sus respectivos capitales 12.
Por su parte, además de lo prescrito en la primera parte del precitado artículo 147 (si
alguno de los socios entrare sólo con su industria, sin valor estimado previamente, o sin previa
10
Art. 147 Cc.: “Si alguno de los socios entrare sólo con su industria, sin valor estimado
previamente, o sin previa designación de la cuota que debe percibir, y no viniese a un acuerdo
con los otros socios, tendrá en tal caso la parte que por árbitros le sea designada”.
11
Artículo 143 Cc.
12
Artículo 146 Cc.
6
DERECHO DE SOCIEDADES
designación de la cuota que debe percibir, y no viniese a un acuerdo con los otros socios, tendrá
en tal caso la parte que por árbitros le sea asignada), la segunda parte del mismo establece
que el socio industrial no responde de las pérdidas sociales salvo pacto en contrario.
Como sanción, la norma manda que los socios que contravengan estas
prohibiciones serán obligados a llevar al acervo común las ganancias provenientes
de tales operaciones, y a soportar individualmente las pérdidas que les resultaren 13.
Este régimen se complementa con la obligación negativa que pesa sobre los socios
consistente en no poder negar la autorización que solicite alguno de ellos para
realizar una operación mercantil, sin acreditar que las operaciones proyectadas les
deparan un perjuicio cierto y manifiesto 14.
13
Artículo 170 Cc.
14
Artículo 171 Cc.
7
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Aunque suelen concurrir en las mismas personas las facultades de gestión y las de
representación, es menester indispensable diferenciarlas adecuadamente. Sobre la
base de los datos positivos15, la doctrina señala que la gestión corresponde al aspecto
interno de la sociedad y la representación al externo; además, que el contenido de
las facultades de gestión es elástico mientras que el ámbito de la representación es
rígido e ilimitable y que, en fin, la gestión es una cuestión de deber y la
representación de poder.
Por otro lado, cada uno de los socios tiene derecho a oponerse a la consumación de
los actos y contratos proyectados por otros, a no ser que se refieran a la mera
conservación de las cosas comunes18. Así, la oposición suspende provisionalmente
la ejecución del acto o contrato proyectado, hasta que la mayoría numérica de los
socios no califique su conveniencia o inconveniencia 19. Finalmente, cabe advertir
que el acuerdo de la mayoría sólo obliga a la minoría cuando recae sobre actos de
simple administración, o sobre disposiciones comprendidas en el círculo de las
operaciones designadas en el contrato social. De forma que, resultando en las
15
Art. 157 Cc.: “La facultad de administrar trae consigo el derecho de usar de la firma social”,
en contraposición con el Art. 151 Cc.: “En virtud del mandato legal, cada uno de los socios puede
hacer válidamente todos los actos y contratos comprendidos en el giro ordinario de la sociedad, o
que sean necesarios o conducentes a la consecución de los fines que ésta se hubiese propuesto.
16
Artículo 149 Cc.
17
Artículo 150 Cc.
18
Artículo 152 Cc.
19
Artículo 153 Cc.
8
DERECHO DE SOCIEDADES
20
Artículo 154 Cc.
21
Artículo 156 Cc.
22
Artículo 158 Cc.
23
Artículo 163 Cc.
9
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Aun cuando existan socios gestores y no gestores, y pese a que estos últimos -como
hemos señalado líneas atrás- no puedan involucrarse en los asuntos de la gestión,
existen competencias atribuidas al conjunto de socios. El ejercicio de tales funciones
se lleva generalmente por medio de Acuerdos. Así, el ordenamiento confiere
facultades de control, establecidas en el artículo 166 y 15224, o aquellas que derivan
de la obligación de rendir cuentas que tienen los administradores 25 y, en general, los
casos que requieran el consentimiento de los socios.
Todos los socios, sin excepción, tendrán derecho no sólo a examinar el estado de la
administración y de la contabilidad, sino también a hacer, con arreglo a los pactos
consignados en la escritura de la sociedad o las disposiciones generales del derecho,
las reclamaciones que creyesen conveniente al interés común26. Tal facultad es
personal, intransmisible y los Estatutos no la pueden limitar.
24 Art. 166 Cc.: “En las compañías colectivas todos los socios, administren o no, tendrán
derecho no sólo a examinar el estado de la administración y de la contabilidad, sino también a
hacer, con arreglo a los pactos consignados en la escritura de la sociedad o las disposiciones
generales del derecho, las reclamaciones que creyeren conveniente al interés común”. Art. 152
Cc.: “Cada uno de los socios tiene derecho a oponerse a la consumación de los actos y contratos
proyectados por otros, a no ser que se refieran a la mera conservación de las cosas comunes”.
10
DERECHO DE SOCIEDADES
4.1. Representación
No obstante, en derecho comparado, no falta quien opine a favor de que los socios,
por el hecho de serlo, son representantes y que la autorización exigida por el
artículo 159 se entiende dada si en la escritura no se ha establecido otra cosa.
Afirmación esta última con la que no estamos del todo de acuerdo.
El ámbito del poder de representación tiene un contenido rígido que alcanza a todo
lo que entra en el giro de negocios de la empresa 30. Sin embargo, no debe olvidarse
27
Artículo 157 Cc.
28
Art. 159 Cc.: “Los administradores delegados representan a la sociedad judicial y
extrajudicialmente...”.
29
Cuestión aparte de la autorización para ejercer la representación es la “autorización especial”
que exige el mismo 159 Cc. para poder vender e hipotecar los bienes inmuebles, o para poder
alterar su forma o transigir, o para comprometer los negocios sociales de cualquier naturaleza
que fueren.
30
Art. 165 Cc.: “Si al hacer el nombramiento de administrador los socios no hubiesen
determinado la extensión de los poderes que le confieren, el delegado será considerado como
simple mandatario y no tendrá otras facultades que las necesarias para los actos y contratos
enunciados en el Artículo 151”. Art. 151 Cc.: “En virtud del mandato legal, cada uno de los
socios puede hacer válidamente todos los actos y contratos comprendidos en el giro ordinario de
la sociedad, o que sean necesarios o conducentes a la consecución de los fines que ésta se
hubiese propuesto”.
11
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que el objeto social no constituye siempre una referencia válida, ya que existe la
posibilidad de sociedades que no tengan “un género determinado de comercio”31.
En tal caso, en principio, no tendríamos más remedio que declarar que se trata de
un poder de contenido prácticamente ilimitado; empero, parece más lógico
interrogarse si tal contenido puede ser objeto de limitación (verbigracia,
restringiéndolo únicamente a los actos de administración ordinaria), sobre todo, a
los efectos externos, a saber, facultando a la sociedad oponer a terceros la
extralimitación del administrador. Con todo, de la lectura del artículo 155 Cc., se
infiere la inoponibilidad de las limitaciones frente a los terceros (al menos frente a
los que actúan de buena fe)32. Obviamente, en estos casos la sociedad quedaría
vinculada frente a los terceros, debiendo responder el administrador frente a ésta por
los daños y perjuicios causados.
Por último, cuando el socio aplique los fondos comunes a sus negocios particulares
o use en estos la firma social, dichos negocios serán válidos pero las ganancias
corresponderán a la sociedad, cargando él solo con las pérdidas, sin perjuicio de
31
Vid. artículo 169.4 Cc.
32
Art. 155 Cc.: “Si…se verificare el acto o contrato con terceros de buena fe, los socios quedarán
obligados solidariamente a cumplirlo, sin perjuicio de su derecho, a ser indemnizados por el socio
que lo hubiere ejecutado”.
33
Art. 140 Cc.: “Si un socio no autorizado, usare de la firma social, la sociedad no será
responsable del cumplimiento de las obligaciones que aquel hubiere suscrito, salvo si la
obligación se hubiere convertido en provecho de la sociedad. La responsabilidad, en este caso, se
limitará a la cantidad correspondiente al beneficio que hubiere reportado a la sociedad”.
Asimismo, “la sociedad no es responsable de los documentos suscritos con la razón social
cuando las obligaciones que los hubiesen causado no le conciernen, y el tercero los aceptase con
conocimiento de esta circunstancia” (Art. 141 Cc.).
34
Artículo 158 Cc.
12
DERECHO DE SOCIEDADES
restituir los fondos distraídos a la sociedad e indemnizar los daños que ésta hubiese
sufrido. Pudiendo, además, también ser excluido de la sociedad por sus consocios 35.
4.4. Responsabilidad
35
Artículo 169.2 Cc.
36
Arto 144 Cc.: “Los acreedores personales de un socio por deudas contraídas después de
celebrada la sociedad, no podrán embargar, mientras ésta subsista, el capital que dicho socio
hubiere introducido; pero les será permitido solicitar la retención de la parte de interés que en
ella tuviere para percibirla al tiempo de la división social. Tampoco podrán concurrir en la
quiebra de la sociedad con los acreedores sociales; pero tendrán derecho a perseguir la parte que
les corresponda a su deuda en el residuo de la masa concursada”.
13
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El socio necesita del consentimiento de los demás para “ceder a cualquier título su
interés en la sociedad”37, ello es consecuencia directa del carácter personalista de la
sociedad colectiva. La explicación de fondo es que la salida de un socio puede traer
consecuencias perjudiciales para los demás y para la sociedad.
La solución en cuestión atiende a idéntico principio que el que hace operar como
causal de disolución de la sociedad la muerte del socio, salvo pacto expreso de
subsistencia entre los socios supérstites o de continuación con los herederos 38. Se
entiende que esta causal de disolución opera de forma automática, empero, parece
válido el acuerdo de reactivación de la sociedad en fase de liquidación. Finalmente,
resulta obvio que la transmisión de las partes sociales implica una modificación de
la escritura que, inexcusablemente, debe inscribirse en el competente Registro.
37
Artículo 169.3 Cc.
38
Arto 135 Cc.: “Sólo los nombres de los socios colectivos pueden entrar en la razón social. El
nombre del socio que ha muerto, o se ha separado de la sociedad o la compañía cuyos derechos y
obligaciones han sido transferidos a la nueva, puede ponerse también en la razón social,
agregando a ella la palabra: “sucesores””.
14
DERECHO DE SOCIEDADES
6. MODIFICACIÓN DE LA ESCRITURA
15
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7. DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN
La mayoría de los estudiosos conciben a la disolución como “el comienzo del fin de
la sociedad”, el instante en que se inicia el proceso de extinción de la organización y
de las relaciones obligatorias que nacen en virtud del contrato social.
16
DERECHO DE SOCIEDADES
Según lo prescrito por el artículo 173 del Código de Comercio, las causas de
disolución de las sociedades colectivas son las establecidas por el Código Civil, en su
artículo 3285.
Con todo, antes de su proceder a su examen particular habrá que analizar algunos
aspectos generales de las mismas: 1. En primer término, habrá que preguntarse si se trata
de causas de disolución enunciativas o taxativas. Pese a la dicción de la norma, me parece
que no cabe duda que las causas señaladas son meramente enunciativas (aunque con
cierta pretensión de exhaustividad), en tanto que faltan causales de disolución tan
evidentes como el acuerdo de todos los socios o la reunión de todas las
participaciones en una sola persona. 2. También conviene averiguar si dichas causas son
de Derecho dispositivo o de Derecho necesario. En tal sentido, como regla general, parece
que no pueden evadirse las causas objetivas reguladas por la norma, e incluso aquellas
no contempladas expresamente (conclusión del término por el que fue contraída;
pérdida de la cosa o conclusión del negocio que le sirve de objeto; imposibilidad del
fin; unipersonalidad, acuerdo unánime, entre otras). Sin embargo, las causales
subjetivas (renuncia de algún socio; muerte, interdicción civil o quiebra del socio)
pueden transformarse bien en causas de separación o bien en cláusulas de sucesión o
de reactivación. 3. En fin, conviene cuestionarse respecto al modo de operar de las causas de
disolución. La pauta general parece ser que éstas operarán automáticamente tan solo
en los casos en que puedan acreditarse de manera fehaciente (verbigracia, en caso de
quiebra o de interdicción civil, mediante la correspondiente sentencia judicial), en
otro caso, deberán ser verificadas a través del acuerdo correspondiente, o ya por
resolución judicial.
Según el artículo 3285 C., la causas de disolución de la sociedad colectiva son: 1. Por
vencimiento del plazo, es decir, “cuando ha concluido el tiempo por el que fue
contraída”. 2. Por la pérdida de la cosa o conclusión de la empresa que constituya su
objeto. 3. Por muerte, interdicción civil o insolvencia de cualquiera de los socios. 4.
Por renuncia unilateral de un socio, notificada a los demás y que no sea maliciosa ni
extemporánea. 5. Por la separación del socio administrador, cuando éste haya sido
nombrado en el contrato de sociedad.
Además de esas causales estrictamente estipuladas por la norma, y que, como hemos
adelantado, parecen tener pretensión de exhaustividad, creemos que es posible incluir
algunas otras que, pese a no haber sido consideradas por el legislador, nadie dudaría
en invocar como causales de disolución. Nos referimos al acuerdo de todos los socios;
a la desaparición de la pluralidad de socios; a los motivos de nulidad de la sociedad (a
tal efecto remitimos al lector a la doctrina de la sociedad de hecho que hemos tratado
en el primer Capítulo de esta obra); a la fusión o la escisión de la sociedad, en los
supuestos que conlleve su extinción; a la quiebra de la sociedad; e, indudablemente,
todas las otras causas de disolución que las partes hayan incorporado al particular
contrato.
17
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
Ahora bien, la disolución no surtirá los efectos jurídicos que está llamada a cumplir
mientras no se inscriba en el libro segundo del competente Registro Público
Mercantil, tal conclusión se desprende de lo señalado en los artículos 121 y 122 Cc. y,
muy especialmente, de lo ordenado por el artículo 156 numeral 1 de la Ley General
de los Registros Públicos
18
DERECHO DE SOCIEDADES
Por último, no debe perderse de vista que las normas que regulan la liquidación de la
sociedad colectivas son de Derecho dispositivo, en virtud de lo cual pueden ser
sustituidas por las particulares reglas contractuales que se estipulen en el pacto social
o por los acuerdos unánimes adoptados en la escritura de disolución o en el momento
de la liquidación.
Por lo que hace al nombramiento de los liquidadores, el Código prevé que, disuelta la
sociedad, se procederá a la liquidación por la persona que al efecto haya sido
nombrada en la escritura social, o en la de disolución (art. 174 Cc.). Ahora bien, si en
dichos instrumentos se hubiere acordado nombrar liquidador, sin determinar la forma
del nombramiento, éste se hará por unanimidad de los socios, y en caso de
desacuerdo, por el Juez competente. Lo mismo se hará si no se hubiere acordado el
nombramiento de liquidador. En fin, es importante destacar que el nombramiento
puede recaer, en uno de los socios o en un extraño; y sólo en el caso de hallarse todos
conformes, podrán encargarse los socios de hacer la liquidación colectivamente39.
Por lo que atañe a las funciones de los liquidadores, de manera general, éstas
consisten en administrar y conservar el patrimonio social, ejecutar las operaciones
pendientes, promover la extinción de las relaciones duraderas (contratos de trabajo,
arrendamientos, contratos de seguro, etc.) y realizar las operaciones de liquidación a
las que luego nos referiremos. Para desempeñar tales funciones los liquidadores gozan
de las oportunas facultades de representación40.
39
Artículo 175 Cc.
40
Véase en tal sentido el Art. 181 Cc.: “Los liquidadores representan en juicio activa y
pasivamente a la sociedad en liquidación”.
19
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
La primera tarea que deben emprender los liquidadores es la determinación del estado
patrimonial de la sociedad y, en tal sentido, la norma les manda a formar inventario
al tomar posesión de su cargo, de todas las existencias y deudas de cualquier
naturaleza que sean, de los libros, correspondencia y papeles de la sociedad (art. 179.1
Cc.). El balance, debidamente comunicado y aprobado por los socios, da paso a las
operaciones de liquidación, las cuales son:
41
Artículo 182 Cc.
42
Artículo 183 Cc.
43
Artículo 178 Cc.
20
DERECHO DE SOCIEDADES
2. Además, los liquidadores deben acometer la liquidación del activo, actuación que
persigue hacer efectivos los derechos de la sociedad contra terceros. A tal efecto, el
Código les obliga a exigir el pago de los créditos, percibir su importe, y otorgar los
correspondientes finiquitos (art. 179.5 Cc.). No obstante, habrá que preguntarse si es
posible requerir a los socios para que satisfagan la deuda de aportación que no hayan
enterado todavía. En relación a ello, la doctrina afirma que, salvo cuando dicha cuota
sea precisa para atender los fines liquidatorios (gastos de conservación, pago de
acreedores, entre otros), la reclamación debe considerarse abusiva.
3. Otra de las operaciones es la liquidación del pasivo, ello se deduce del mandato que
obliga a los liquidadores “a liquidar y cancelar las cuentas de la sociedad con terceros,
y con cada uno de los socios”44.
44
Artículo 179.4 Cc.
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Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
2. Por lo que hace al momento en que debe produce la partición. Lo más coherente es
interpretar que ésta se acomete cuando se hayan realizado las operaciones de
liquidación del activo y del pasivo46 (y, como ya hemos señalado, siempre y cuando se
hayan aprobado las cuentas y la propuesta de reparto).
45
Artículo 179.8 Cc.
46
Al menos tal es el sentido de la parte inicial del artículo 186 Cc.
22
DERECHO DE SOCIEDADES
Una vez que opera la extinción, “los libros y demás documentos sociales serán
depositados en casa de uno de los socios que a pluralidad de votos se designare” (art.
186 Cc.).
7.3.2 De la prescripción
Las normas que regulan la prescripción de las acciones que proceden en contra de los
miembros de la sociedad colectiva extinta se encuentran contenidas en los artículos
188 al 191 del Código de Comercio.
Así, todas las acciones contra los socios no liquidadores, sus herederos o
causahabientes, prescriben en cinco años, contados desde el día en que se disuelve la
sociedad, siempre que la escritura social haya fijado su duración, o la escritura de
disolución haya sido inscrita y publicada según las prescripciones que contiene la Ley
General de los Registros Públicos. Ahora bien, si el crédito fuere condicional, la
prescripción correrá desde el cumplimiento de la condición. Asimismo, la
prescripción corre contra los menores y personas jurídicas que gocen de los derechos
de tales, aunque los créditos sean ilíquidos, y no se interrumpe sino por las gestiones
judiciales que dentro de cinco años hagan los acreedores contra los socios no
liquidadores.
Una vez transcurridos los cinco años, los socios no liquidadores no serán obligados a
declarar judicialmente acerca de la subsistencia de las deudas sociales.
No debe perderse de vista que la prescripción no tiene lugar cuando los socios
verifican por sí mismo la liquidación o la sociedad se encuentra en quiebra. En tal
sentido, las acciones de los acreedores contra el socio o socios liquidadores,
considerados en esta última calidad, y las que tienen los socios entre sí, prescriben por
el transcurso de los plazos que señala el derecho común, que, como regla general, es
de diez años (art. 905 C.), salvo los casos estipulados expresamente en los artículos
906 al 925 C.
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Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
1. NOCIONES GENERALES
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DERECHO DE SOCIEDADES
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Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
Lo primero que salta a la vista es que el legislador, o mejor dicho los técnicos
encargados de la elaboración del proyecto, se muestran incapaces de elaborar por sí
mismos, es decir, sin los debidos apoyos legislativos “importados”, un tipo social
que se ajuste a las necesidades prácticas a las que estaba llamada a servir la sociedad
de responsabilidad limitada, a saber, aquellas derivadas de las actividades
empresariales que emprendían un número reducido de individuos, con modesto
capital, y usualmente ligados por vínculos familiares o de amistad.
26
DERECHO DE SOCIEDADES
El artículo en cuestión no es otro que el 137 Cc., mismo que prescribe que “los
socios colectivos indicados en la escritura social, son solidariamente responsables de
todas las obligaciones legalmente contraídas bajo la razón social. Pero pueden por
pacto los socios limitar su responsabilidad, con tal que se agregue a la razón social
la palabra: "limitada"”.
Con todo, quizás deba de ser un poco condescendiente y reconocer que, pese a tan
graves antinomias, el sistema de las sociedades colectivas y el de sus primas
hermanas, las sociedades colectivas de responsabilidad limitada, ha funcionado sin
graves perturbaciones. Quizás, en buena medida, por la propia naturaleza del tráfico
jurídico mercantil de nuestra deprimida patria. O bien por que los operadores del
tráfico han sabido adaptar sus necesidades a lo que el sistema les ofrecía. Empero, ello
no significa que tal situación deba mantenerse incólume per saecula seculurum, máxime
cuando, al menos en el papel, comienzan a sentarse ciertas condiciones para la
inversión extranjera en el país.
27
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
aquélla, por las razones que hemos apuntado arriba, se trata de una verdadera
especie del género de sociedades de capital.
En este estado de cosas me será permitido un último comentario final, y es que, pese
a todo, nuestra sociedad colectiva de responsabilidad limitada no deja de participar
de algunas de las notas características de las entidades de responsabilidad limitada,
a excepción de aquellas otras que, arriba comentadas, la convierten en una
subespecie societaria sui generis.
28
DERECHO DE SOCIEDADES
Con el tiempo, el contrato de commenda llegó a ser una verdadera forma social
(denominándose collegantia en Venecia y societas maris en Génova), cuando ambos
contratantes aportaron capital. Así, había un socio capitalista (socius pecuniae) y un
socio capitalista e industrial (socius industriae et pecuniae). Usualmente, el socius
pecuniae aportaba las dos terceras partes del capital y, en cambio, el socio capitalista
e industrial la tercera parte restante, junto con su trabajo. En caso de pérdida esta se
soportaba en la misma proporción que el capital invertido, cuando había ganancias
estas se distribuían a partes iguales.
A partir de aquí se vislumbran con claridad las dos manifestaciones que conducen,
respectivamente, a la sociedad en comandita y a la asociación en participación. De
forma tal que, en la primera (accomandita) el capitalista se deja ver en el exterior
como partícipe en el negocio y, por ende, responsable frente a los acreedores: su
47
Véase en tal sentido lo señalado en la Unidad I de esta obra.
29
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
30
DERECHO DE SOCIEDADES
Aunque las notas que caracterizan a la sociedad colectiva se ven alteradas por la
presencia de dos clases de socios (gestores y comanditarios en la terminología de
nuestro Código), la comanditaria simple continúa participando de la naturaleza de
las sociedades personalistas, debido a que ésta se constituye en atención a las
circunstancias personales de los socios gestores (revistiendo más bien escasa
trascendencia jurídica las de los socios comanditarios) y porque la estructura
singular de este tipo societario es especialmente adecuada para la asociación de
capital y trabajo.
Al tenor de lo dispuesto por el artículo 123 Cc., son prácticamente las mismas que
las de las sociedades colectivas, con las salvedades siguientes: a) la identidad de los
48
Art. 200 Cc.: “Todas las disposiciones sobre las compañías en nombre colectivo, son aplicables
a la sociedad en comandita simple, salvo las excepciones establecidas en este capítulo respecto a
los socios comanditarios”.
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Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
socios comanditarios; b) las aportaciones que los socios comanditarios lleven a cabo
o se obliguen a hacer, con expresión de su valor cuando no sean en metálico; c) el
régimen de adopción de los acuerdos societarios.
Por lo que atañe a la razón social, ésta comprenderá el nombre o razón de comercio
de uno o varios socios gestores. El nombre de los socios comanditarios no puede
formar parte de la razón social, y si lo hicieren, responderán a terceros solidariamente
con los socios gestores, salvo que en la escritura de sociedad hubiesen limitado su
responsabilidad y la razón social llevase la palabra “limitada” (art. 193 Cc.).
Ahora bien, cuando no todos los nombres de los socios gestores sean comprendidos
en la razón social, ésta terminará por las palabras “y compañía” u otras equivalentes
para expresar ésta. Se agregará siempre a la razón social las palabras “en comandita”.
La omisión de esta última palabra o la de limitada, en su caso, dará a la sociedad el
carácter de colectiva para el efecto de las responsabilidades ilimitadas y solidarias49.
Esta aportación debe estudiarse en su doble configuración: como cuota de capital social
y como suma de responsabilidad. En su carácter de cuota de capital social, dicha
aportación (que en ningún caso puede consistir en trabajo) se destina a integrar el
capital de explotación de la sociedad. En su consideración de suma de
responsabilidad, constituye el límite de responsabilidad del socio comanditario. Es
importante destacar que, la doctrina más en forma, admite la posibilidad de derogar el
sistema legal con la finalidad de establecer que la suma de responsabilidad sea mayor
que la cifra de aportación, de tal forma que, el socio comanditario responderá por las
obligaciones de la sociedad no hasta el monto de su aportación sino hasta el límite de
la cantidad que ofrezca como garantía.
49
Artículo 194 Cc.
32
DERECHO DE SOCIEDADES
Vale decir que, en este aspecto, nuestro ordenamiento jurídico supera a otros, como
el español, donde se prohíbe a los socios comanditarios llevar a cabo cualquier acto
de administración de los intereses de la sociedad. No obstante, también es cierto que
esta facultad desnaturaliza, en alguna medida, la esencia misma de este tipo
societario.
Además, ni los socios comanditarios, ni los gestores, podrán ser obligados a devolver
las cantidades que, conforme a las estipulaciones del contrato social, hayan percibido
de las utilidades obtenidas en los períodos fijados en el mismo contrato (art. 198 Cc.).
Se percibe aquí que los socios comanditarios son socios de la misma condición que
los colectivos. Obviamente, “de ser limitada la responsabilidad de los socios
comanditarios al valor de los fondos porque se hayan obligado, pueden ser
50
Artículo 195 Cc.
51
Artículo 197 Cc.
33
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
Por lo que se refiere a las pérdidas de la sociedad, éstas serán soportadas por los
socios comanditarios hasta el límite de su aportación, o de la garantía ofrecida,
cuando en atención a lo pactado esta última sea mayor que el monto de su
aportación. En el caso de los gestores, estos deberán soportar, entre todos, el
remanente de las pérdidas que no hubiesen sido cubiertas por los comanditarios, en
razón del consabido límite de responsabilidad establecido para ellos.
2.4.1 Representación
Lo usual es que corresponda a los socios gestores, sin embargo, ya vimos que, en
razón de la facultad conferida por el artículo 195 Cc., se permite a los socios
comanditarios ostentar dicha representación. Lo cierto es que, como dijimos en su
oportunidad, esta facultad desnaturaliza, en buena medida, la esencia misma de esta
forma social.
52
Artículo 199 Cc.
34
DERECHO DE SOCIEDADES
35
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
El Código al regular a la sociedad en comandita por acciones, más que elaborar una
simple variante de la en comandita simple, optó por un modelo de sociedad
capitalista, de naturaleza similar a la anónima, en la que todos los socios son
53
Artículo 288 Cc.
54
Art. 291 Cc.: “En las escrituras de sociedades en comandita por acciones se debe hacer constar
el nombre del socio o socios gestores que hayan de administrar los negocios de la sociedad”.
36
DERECHO DE SOCIEDADES
Al igual que la anónima, la sociedad en comandita por acciones debe cumplir los
requisitos establecidos por el Código para su efectiva constitución, especialmente lo
dispuesto en los artículos 124 y del 203 al 206 Cc. Junto con esas disposiciones de
carácter común, el legislador establece la especialidad de que en las escrituras de la
sociedad en comandita por acciones se debe hacer constar el nombre del socio o
socios gestores que hayan de administrar los negocios de la entidad 55. Ello significa
que su cese, o el nombramiento de nuevos administradores, conllevarán,
necesariamente, la modificación del pacto social y de los Estatutos, en su caso.
En cuanto a los socios comanditarios, al tenor de lo dispuesto por el artículo 292 Cc.,
que obliga a que la sociedad cuente con un Consejo de Vigilancia compuesto, cuando
menos, de tres accionistas comanditarios, se deduce que el número de tales socios
comanditarios no puede ser menor de tres.
Por lo que hace al nombre de la sociedad, la norma impone, en primer lugar, que “la
sociedad en comandita por acciones existe bajo una razón social que no podrá
contener más que los nombres de los socios gestores. Cuando los nombres de todos
estos socios no estén comprendidos en la razón social, se terminará por las palabras y
compañía u otras equivalentes para expresar estas”56.
55
Artículo 291 Cc.
56
Artículo 289 Cc.
37
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
3.3 Acciones
El primer rasgo particular, en el régimen de esta materia, es el que tiene que ver con
la forma de adoptar los acuerdos que tiendan a la destitución del socio gestor. A tal
efecto, en la Junta General deberán estar representadas tres cuartas partes del capital
social, y la decisión del caso sólo podrá tomarse con el voto favorable de la mitad de
ese capital (art. 297 Cc.). Tales requisitos, que como se puede observar coinciden con
los que exige el artículo 262 para modificar el acto constitutivo, están plenos de
sentido si tenemos en cuenta que la sustitución del gestor conlleva, indefectiblemente,
la modificación del pacto social.
57
Artículo 296 Cc.
38
DERECHO DE SOCIEDADES
Pero aún mayor peculiaridad revisten aquellos acuerdos de la Junta General, en los
que se sustituye al gestor destituido, o al que hubiere fallecido o estuviere sujeto a
interdicción, en los casos en que hubiese más de un gestor. Así, según norma
imperativa, esta sustitución requiere el consentimiento expreso de los otros gestores 58,
de lo cual se deduce que aquí no basta con cumplir los requisitos de quorum y
mayorías, normalmente comunes a ambos tipos societarios. Asimismo, con dicha
disposición, el carácter de órgano soberano, que de suyo ostenta la Junta General, se
ve trastocado en una de sus manifestaciones más importantes: su preeminencia sobre
el órgano de administración. Aunque, obviamente, tal recorte de competencias
encuentra justificación en el severo régimen de responsabilidad impuesto a los
administradores.
Hemos venido diciendo que uno de los datos esenciales, del singular régimen jurídico
de las sociedades en comandita por acciones, es el de encomendar la administración
social a los denominados “socios gestores”. Además, de la lectura del articulado que
regula este tipo societario, se infiere que, a diferencia de las anónimas, todos los
administradores deben de ostentar la condición de socios de la entidad.
Aunque no está expresado de lege data, parece coherente sostener que el severo
régimen de responsabilidad al que están sometidos los administradores exige,
forzosamente, el consentimiento unánime de todos ellos no sólo para nombrar a otros
nuevos (designación que naturalmente requerirá también la aquiescencia de la Junta
General) sino, incluso, para alterar el vigente régimen de administración (verbigracia,
para adoptar un sistema en donde cada una de las decisiones requieran el consenso de
todos los gestores). Asimismo, al constar la estructura del órgano de gestión en el
pacto social y en los Estatutos, su modificación conllevará la alteración de éstos.
Fuera de las facultades, derechos y deberes que comparten con los administradores de
la anónima, los socios gestores de la sociedad en comandita por acciones ostentan dos
derechos particulares: el derecho de veto, en el caso de sustitución del
coadministrador (art. 298 Cc.), y el derecho a exigir los daños y perjuicios que se le
ocasionen por haber sido separados del cargo sin justa causa59.
58
Artículo 298 Cc.
59
Artículo 297 Cc.
39
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
Por lo que atañe a la separación de los socios gestores, aquéllos destituidos en virtud
de acuerdo, tomado con las previsiones relatadas líneas atrás, podrán retirarse de la
sociedad, obteniendo el reembolso de su capital en la proporción del último balance
aprobado. Indiscutiblemente, si dicho reembolso significa reducción del capital social,
ésta sólo podrá llevarse a efecto en los términos señalados en el artículo 26260.
Sin lugar a dudas, el socio gestor también podrá dejar de serlo por cese o renuncia.
Aunque en tales casos no se requiere cumplir con todas las previsiones
60
Art. 262 Cc.: “Salvo disposición contraria de los Estatutos, se requiere siempre la presencia
de socios que representen las tres cuartas partes del capital, y el voto favorable de socios
presentes que representen la mitad del capital, por lo menos, para resolver sobre lo siguiente:
1º Disolución
anticipada de la sociedad;
2º Prorroga de su duración;
40
DERECHO DE SOCIEDADES
Por último, no podemos dejar de advertir que, en todos los casos, el administrador
puede continuar, sin problemas, siendo accionista de la sociedad (tal afirmación
viene respaldad por el artículo 297 que literalmente señala: “podrán retirarse de la
sociedad”).
62
Artículo 293 Cc.
63
Artículo 294 Cc.
41
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
3.5 Disolución
64
Artículo 299 Cc.
42
DERECHO DE SOCIEDADES
V. SOCIEDAD ANÓNIMA
1. NOCIONES GENERALES
43
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La razón del éxito de las sociedades anónimas ha obedecido a los dos grandes
rasgos que las caracterizan: de un lado, la división del capital en acciones que son
fácilmente transmisibles y permiten la diversificación del riesgo; de otra parte, la no
responsabilidad de los socios por las deudas de la sociedad.
44
DERECHO DE SOCIEDADES
El capital siempre estará referido a una cifra numérica en dinero y deberá expresarse
en la moneda de curso legal. Por otro lado, la función que está llamado a cumplir el
capital social obliga a distinguirlo del patrimonio. Así, mientras el capital es la
cantidad estable contenida en el pacto social, el patrimonio es el conjunto de bienes,
derechos y obligaciones de la sociedad. En consonancia con ello, la norma exige
que la cifra de capital no sea una mera ilusión sino que a ella corresponda un
efectivo patrimonio.
45
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
sólo hasta el monto de sus respectivas acciones”. De modo que, los terceros sólo
podrán recurrir a la vía subrogatoria para exigir al socio el pago de los dividendos
pasivos, no pudiéndose incoar la acción directa.
Vale decir que algunas leyes especiales sí establecen una cuantía mínima de capital,
tal es el caso de ciertas Sociedades Anónimas particulares, verbigracia, los Bancos
(el equivalente en córdobas a diez millones de dólares de los Estados Unidos de
América), y las Bolsas de Valores (cinco millones de córdobas).
46
DERECHO DE SOCIEDADES
Por lo que se refiere a las sucursales, o sedes secundarias, que la sociedad establezca,
las cuales están subordinadas a la principal y no gozan de personalidad jurídica,
aunque si de cierta autonomía en su organización y su actividad, el Código exige
que deben inscribirse en el Registro del respectivo departamento. Al efecto, se
65
Vid. artículo 337 Cc.
47
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
66
Artículo 208 Cc.
67
Cfr. artículo 34 C.
48
DERECHO DE SOCIEDADES
Aquí sobresale la figura del fundador, quien es la persona que suscribe, por sí o por
medio de representante, el pacto social, adquiriendo, por consiguiente, acciones de la
sociedad. En otras palabras son los socios originarios de la entidad, debiendo
68
Artículo 202 Cc.
49
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
destacarse que éstos pueden ser tanto personas físicas como jurídicas. Ex artículo 204
Cc., una de las principales obligaciones de los fundadores es la consistente en
inscribir, en el Registro Público Mercantil y a más tardar dentro de 15 días contados
desde la fecha de su otorgamiento en el país69, la escritura y los Estatutos de la
sociedad; a la vez que deben publicar ambos documentos en la Gaceta.
Por otro lado, cabe destacar que aunque la sociedad puede constituirse con 2 socios,
para su continuación (una vez transcurridos 6 meses) requiere de un número de
accionistas que no sea inferior a tres, ya que, en caso de contravención, cualquiera de
los socios puede exigir su disolución71.
69
Artículo 21 Cc.
70
Artículo 225 Cc.
71
Artículo 270 Cc.
72
Artículo 206 Cc.
50
DERECHO DE SOCIEDADES
Para proceder a la fundación sucesiva será necesario culminar cada una de las
siguientes etapas: la publicación del programa; la suscripción del capital; la
celebración de la Junta General que apruebe y ratifique la constitución de la
sociedad; la protocolización del acta de la Junta General constitutiva y, finalmente,
la inscripción del testimonio de la escritura correspondiente, haciendo constar en
ella que se hizo la publicación de la escritura y Estatutos en la Gaceta 73.
La suscripción de las acciones debe recogerse en uno o varios ejemplares del programa
de los fundadores, y deben indicar las generales de ley de quien suscribe las acciones
(que como sabemos puede ser persona natural o jurídica), el número de acciones
suscritas, fecha de suscripción y expresar claramente la declaración de que el
suscriptor conoce y acepta el programa y el proyecto de Estatutos, todo certificado
por un Notario o dos testigos (art. 219 Cc.).
73
Artículo 216 Cc.
74
Artículos 217 y 218 Cc.
75
Artículo 220 Cc.
51
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
Algunos autores afirman que, en este tipo de sociedades, no hay cabida para las
acciones remuneratorias. En mi opinión, la norma es lo suficientemente abierta
como para desdecir tal interpretación, es más, el concepto de socio fundador (al que
nos hemos referido en el apartado anterior) es usado aquí con toda propiedad y, aún
más, de forma literal por la norma (arto 217 Cc.), por lo que, al igual que en la
fundación simultánea, es lícito otorgar a éstos acciones remuneratorias, en los
términos y condiciones que señala el artículo 225 Cc.
Suscrito el capital social se convoca a la Junta General. Esta se ocupará, entre otras cosas,
de dar a conocer y aprobar el valor atribuido a las aportaciones en especie, no
teniendo derecho a votar en tal extremo los socios que las aporten; de discutir y
aprobar el programa y los Estatutos; de hacer el nombramiento de los directores y
administradores; de designar a los sujetos que han de constituir la sociedad ante
Notario (art. 221 Cc.).
Del acta de la Junta General formará parte una lista de todos los accionistas que
concurran y en la cual se expresará el número de las acciones y de votos que éstos
representen. Dicha acta será autorizada por un Notario. La certificación de ella y el
programa y Estatutos, debidamente aprobados, se insertarán íntegros en la escritura
pública76. En fin, el testimonio de dicha escritura deberá inscribirse en el Registro
Público competente, haciendo constar en éste que se hizo la publicación de la
escritura y Estatutos en la Gaceta.
Todo contrato de sociedad debe constar en escritura pública. Así, la escritura se erige
en forma solemne y necesaria del contrato plurilateral de sociedad. Por consiguiente,
el que se estipule entre los socios bajo otra forma, no producirá ningún efecto legal77.
Luego, la norma exige la publicación, en La Gaceta, del pacto social y los Estatutos. No
obstante, la omisión de la publicación afectará únicamente a las sociedades
constituidas por suscripción pública, en tanto la omisión de los datos de
publicación, en el testimonio de la escritura respectiva, será óbice suficiente para
que el registrador no de pase a la inscripción del mismo (art. 204 Cc.).
76
Artículos 222 y 223 Cc.
77
Artículo 121 Cc.
52
DERECHO DE SOCIEDADES
En ambos sistemas fundacionales el pacto social deberá cumplir con los requisitos
de validez señalados por el artículo 124 Cc. En caso de que se omita alguno de
éstos, dicha omisión acarreará la nulidad del contrato, la que podrá ser declarada a
pedimento de cualquier socio79.
78
Artículo 204 Cc.
79
Artículo 125 Cc.
80
Artículo 124 Cc.
53
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
Por su parte, los Estatutos, que son los que contienen el régimen interno de la
sociedad, por el que ha de regir su vida y funcionamiento, deberán contener las
siguientes previsiones: 1. Las atribuciones de la Junta Directiva, de la Junta de
Vigilancia y de las Juntas Generales ordinarias y extraordinarias. 2. El régimen de
buena administración, de vigilancia de las operaciones y de los gerentes. 3. El
derecho de los socios de conocer el empleo de los fondos sociales. 4. El número de
los socios y participación del capital que habrá de concurrir a las juntas en que se
reduzca o aumente dicho capital, o en que se trate de la disolución o modificación
de la sociedad 81.
Por su parte, el artículo 205 Cc. prevé que el Registrador no inscribirá la escritura o
los Estatutos en los siguientes casos: 1. Si los socios fundadores no fueren de
antecedentes notoriamente buenos. 2. Si no cumplieren con los requisitos de validez
del artículo 124. 3. Si contiene disposiciones contrarias a la Constitución, al
ordenamiento jurídico en general, a la moralidad o al orden público. 4. Si los
Estatutos no estuvieren aprobados conforme a lo establecido en la escritura social, o
reformen sustancial o contradictoriamente el contrato social. 5. Si los Estatutos no
establecen un régimen que ofrezca a los accionistas garantías de buena
administración.
81
Artículo 203 Cc.
54
DERECHO DE SOCIEDADES
patrimonio del socio al de la sociedad. Por otro lado, en nuestro sistema jurídico se
ha venido interpretando que la aportación de los socios al capital social comprende,
además de las aportaciones dinerarias, los bienes o derechos patrimoniales
susceptibles de valoración económica, por tanto, estaría excluida la aportación de
trabajo o servicios (salvo en el caso de las acciones remuneratorias) 82.
82
Artículo 124.7 Cc.
83
Artículo 249 Cc.
55
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
3. LAS ACCIONES
Al dividirse el capital social en acciones, cada una de ellas constituye una parte
alícuota de aquél, que confiere a su poseedor iguales derechos, a no ser que se haya
estipulado lo contrario al constituirse la sociedad84.
De la correcta interpretación del artículo 224 Cc. (“el capital de las sociedades
anónimas se divide en acciones de igual valor”), se infiere que en nuestro
ordenamiento rige el principio de igualdad del valor nominal de las acciones, mismo que
emana de la concepción de las acciones como partes alícuotas del capital. No
obstante, lo normal es que, en virtud del pacto social, este principio de igualdad se
circunscriba al ámbito de cada serie de acciones, en otras palabras, todas las
acciones de una misma serie serán de igual valor nominal 85.
Nuestro Código, como no podía ser de otra forma debido a su senectud, está
anclado en el tradicional sistema de representación de las acciones, a través de
84
Artículo 224 Cc.
85
Véase en tal sentido el artículo 238 Cc. que prohíbe “emitir nuevas series de acciones,
mientras no se hubiesen cubierto las primeras en su totalidad”.
56
DERECHO DE SOCIEDADES
títulos valores, que no sólo acreditan la condición de socio en el tenedor legítimo sino
que, al mismo tiempo, facilitan la realización de transacciones fáciles y rápidas.
Sin lugar a dudas, ese sistema de representación ha sido uno de los factores claves
para el éxito de las sociedades anónimas en casi todos los sistemas jurídicos
conocidos. Sin embargo, las mismas razones que propiciaron el éxito de dicho tipo
societario se han erigido en factor de cambio del tradicional sistema de
representación: las enormes masas de títulos-valores-acciones que acudían a los
mercados de valores entorpecían de tal forma el tráfico jurídico que se ha tenido que
sustituir la tradicional emisión “de papel” por otro sistema mucho más ágil, “la
representación de las acciones en anotaciones en cuenta”.
Nosotros creemos que tal equiparación no es del todo aceptable, ya que el concepto
de valor transferible es distinto del propio de valor mobiliario, en tanto que se erige
en único delimitador de todo el ámbito objetivo de aplicación de las normas de la
bolsa de valores, a la vez que se distingue por su especial “negociabilidad”. Por su
parte, la noción de valor mobiliario tan solo se refiere a una subcategoría descriptiva,
y con meros fines clasificatorios, dentro de la categoría genérica de los títulos valor,
que hace referencia, sobre todo, a la emisión de valores emitidos en serie. En
síntesis, si bien la noción de valor mobiliario y valor transferible comparten algunas
características comunes, ambas, definitivamente, no son del todo análogas.
86
Art. 146 LMC.- Anotaciones en registro: “Las Centrales de Valores llevarán las anotaciones
correspondientes a la totalidad de los valores desmaterializados, inscritos en el Registro de
Valores de la Superintendencia. Para tal efecto, al igual que para los títulos físicos depositados en
una central de valores, se mantendrán dos tipos de cuentas por cada depositante, uno para los
valores por cuenta propia y el otro para los valores por cuenta de terceros…”.
87
Artículo 1 del, todavía vigente, Decreto 33-93, de 21 de junio de 1993, Reglamento General
sobre Bolsas de Valores.
57
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
Con todo, la acción, en cuanto especie del género título-valor, se caracteriza por
incorporar derechos de naturaleza corporativa, en otros términos, se trata de un “título de
participación social” que incorporan la relación jurídica nacida del contrato de
sociedad. Además, la nota de la literalidad, que caracteriza a los títulos-valores, se
encuentra en alguna medida desdibujada, ya que los derechos corporativos
incorporados a las acciones no se delimitan sólo por el tenor del título, debiendo
remitirse, adicionalmente, a los estatutos sociales.
El artículo 226 Cc. prescribe que las acciones nominativas (al igual que las
remuneratorias, sobre las que luego volveremos) deben ser, necesariamente,
88
Decreto Nº 1824. Gaceta 146, 147, 148, 149, 150 y 170 de julio de 1971.
89
Artículo 224 Cc.
90
Artículo 228 Cc. No debe perderse de vista que tales títulos provisionales quedarán, para todos
los efectos, equiparados a las acciones, y deberán cambiarse por éstas cuando llegué la
oportunidad.
58
DERECHO DE SOCIEDADES
suscritas por los Directores que determinen los Estatutos y contener lo siguiente: la
denominación y domicilio de la sociedad; fecha de constitución e inscripción en el
competente Registro; importe del capital social y número total de acciones en que
esté dividido; valor nominal del título, nombre de la persona en cuyo favor se
expide y los pagos efectuados.
Aunque nuestro sistema positivo no dice nada al respecto, nos parece lógico admitir
la posibilidad de que el principio de libre transmisión de las acciones pueda restringirse,
ya por la voluntad social expresada en los estatutos, ya por los acuerdos particulares
de los accionistas, que se obligan de forma voluntaria a observar determinadas
limitaciones en la circulación de las acciones. Obviamente aquí sólo estamos
hablando de “restricciones”, ya que no es coherente admitir las cláusulas o pactos
que tornen “intransmisible” la acción de forma indefinida, puesto que éstas
vendrían a desnaturalizar completamente dicha institución.
En la práctica, las dos modalidades de restricciones más usuales son: de un lado, las
cláusulas de autorización, por medio de las cuales se subordina la validez de las
transmisiones a la aprobación de la sociedad; de otro, las cláusulas de adquisición
preferente, que atribuyen al resto de los socios, a la misma entidad o, incluso, a
determinados terceros, la facultad de adquirir prioritariamente las acciones cuya
transmisión pretende un determinado accionista.
91
Artículos 230 y 232 Cc.
92
Conviene preguntarse aquí que sucede en el supuesto, por cierto bastante frecuente, de que la
sociedad no haya impreso y entregado a los socios los títulos representativos de las acciones, aun
y cuando esa sea la forma de representación prevista estatutariamente. Tal situación se produce,
sobre todo, en las sociedades cerradas y familiares, ya que la entidad elude de esta forma los
costes de impresión de los títulos y, además, existe en su seno una notoria ausencia de voluntad
circulatoria de la posición de socio, que genera una marcada vocación por no documentar las
acciones, en tanto no hay un interés práctico en tal sentido.
Lo idóneo, en tales situaciones, es que la transmisión se lleve a cabo de conformidad con las
normas civiles (arts. 2716 ss. C.) y mercantiles (arts. 365 ss. Cc.) sobre la cesión de créditos,
debiendo, en todo caso, notificar la transmisión a la sociedad, que a partir del acto de la
notificación quedará obligada frente al cesionario.
59
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
Por otra parte, si bien el Código faculta para que el libro de inscripción de las acciones
nominativas, y el talonario de las acciones al portador, puedan ser inspeccionados por
cualquier accionista93. Éste no dice nada respecto a la posibilidad de obtener
certificaciones cuando la sociedad no haya emitido aún los títulos definitivos o los
resguardos provisionales, facultad que en otros ordenamientos se admite sin
problemas, y que nos parece que, en tanto no se reforme la norma, debe ser siempre
incluida a nivel estatutario.
También es importante destacar que, una vez satisfecho por completo el valor de las
acciones nominativas, los interesados podrán exigir, siempre que los Estatutos lo
permitan, que se les otorguen títulos al portador94. Dicha conversión se explica por
el hecho de que mientras las acciones son nominativas la sociedad tiene derecho a
exigir, frente al particular socio, el pago de las parcialidades que se deban, y,
entonces, sólo cuando estén completamente satisfechas el socio podrá liberarse de
tal carga y, naturalmente, pretender que se le libren los títulos al portador.
Asimismo, en la escritura social podrá preverse la posibilidad de que las acciones al
portador puedan convertirse en nominativas95.
En fin, siempre que el contrato social no disponga otra cosa, las acciones nominativas
que no estuviesen completamente pagadas, no podrán enajenarse sin consentimiento
de la sociedad, salvo que se rematen judicialmente en venta forzada. En tal caso, la
sociedad tendrá el “derecho de tanteo”, es decir, quedará facultada para adquirirlas
por el mismo precio ofrecido por otros, y si las acciones se remataren a su favor,
quedarán por el mismo hecho amortizadas96.
93
Artículo 229 Cc.
94
Artículo 227 Cc.
95
Artículo 124.8 Cc.
96
Artículo 236 Cc.
60
DERECHO DE SOCIEDADES
Que duda cabe que el derecho de participar en el reparto de las ganancias sociales es, por
decirlo de cierta manera, el primer derecho del accionista, en tanto atiende a la
finalidad lucrativa que, normalmente, persigue todo accionista97. No obstante, aquí
habrá que diferenciar entre el derecho a participar en las ganancias, una suerte de derecho
corporativo inconcreto y abstracto que habrá de proyectarse en algún momento, pero
que no hace nacer en sí mismo, a favor del accionista, una concreta acción de pago de
determinada cantidad; y el derecho al dividendo exigible en un determinado ejercicio
económico, que faculta al accionista a exigir un crédito concreto sobre aquella parte
de los beneficios que la Junta General haya ordenado repartir. Entendiéndose por
dividendo la parte de ganancia repartible, en un ejercicio social cualquiera,
correspondiente a cada acción.
97
Artículo 240 Cc.
98
Artículo 240 Cc.
99
Sobre tal posibilidad véase el artículo 239 Cc.
61
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
El derecho de asistir y votar en las Juntas Generales de accionistas, permite, a pesar del
carácter impersonal y capitalista de la sociedad, a cualquiera de los socios participar
en la gestión de la entidad y fiscalizar, en cierto modo, la actuación de los
administradores. En lo que atañe al derecho de voto, éste es una especie de derecho
intangible que debe atribuirse de forma proporcional al valor nominal de la acción,
del que, en línea de principio, no puede ser privado ningún socio, salvo en los casos
previstos expresamente por las normas heterónomas (como sucede con las acciones
remuneratorias). La proporcionalidad de la que hablábamos viene a ser
resquebrajada en el supuesto contemplado en el artículo 260 Cc. que ordena que
ningún accionista, cualquiera que sea el numero de sus acciones, podrá representar mas del
décimo de los votos conferidos por todas las acciones emitidas, ni mas de dos décimos de los votos
presentes en la Junta. Tal medida pretende defender a las minorías accionarias, a través
del recorte de la influencia de los grandes accionistas en las Juntas Generales
100
Vid. en tal sentido lo señalado en los artículos 269 y ss. Cc. especialmente lo prescrito en el
artículo 280.
101
Artículo 315 de la Ley General de Títulos Valores.
62
DERECHO DE SOCIEDADES
Por otra parte, el hecho de que en una sociedad anónima puedan participar grupos
de accionistas con intereses diversos explica que la norma permita emitir acciones
con un diverso contenido de derechos: en este caso, todas las que atribuyan los
mismos derechos constituyen una clase. Esta posible desigualdad de derechos, entre
las acciones de las distintas clases, permite hablar, de conformidad a lo prescrito por
nuestro ordenamiento, de acciones ordinarias o comunes, de una parte, y de
acciones remuneratorias, de otra.
Así, en nuestro entorno las acciones comunes son aquellas que confieren a sus titulares
el régimen normal de derechos y obligaciones que integran la condición de socios, y
éstas pueden ser nominativas y al portador. En sentido distinto, las remuneratorias
son las que se reservan los socios fundadores en la escritura social, como si fuesen
102
Art. 261 Cc.: “Todo accionista tiene derecho de protestar contra las deliberaciones tomadas
en oposición a las disposiciones de la ley de los Estatutos y podrá requerir del Juez competente
la suspensión de su ejecución y declaración de su nulidad”.
103
Art. 257 Cc.: “A la Junta General corresponde el examen y aprobación del balance respectivo y
la distribución de ganancias. Este balance lo tendrá preparado con anticipación la Junta Directiva”.
63
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
En el caso de las remuneratorias, además de ser suscritas por los Directores que
determinen los Estatutos y contener similares requisitos a los señalados por el
artículo 226 Cc. para las nominativas, habrá de consignarse que no están sujetas a
pagos, y que no tienen más derechos que los que les confieren el pacto social y las
normas del Código.
104
Artículo 225 Cc.
105
Artículo 233 Cc.
64
DERECHO DE SOCIEDADES
4. ÓRGANOS SOCIALES
A tal efecto la Ley regula separadamente tres órganos distintos: 1. La Junta General
de accionistas, órgano deliberante que congrega a los socios y que exterioriza con sus
acuerdos la voluntad social. 2. La Junta Directiva, órgano ejecutivo encargado de la
administración permanente de la sociedad y de representar a la misma en sus
relaciones con terceros ajenos a la misma. 3. La Junta de Vigilancia, órgano
encargado de ejercer la fiscalización de las actuaciones del órgano ejecutivo.
Nuestro ordenamiento establece que las Juntas Generales de accionistas pueden ser
ordinarias o extraordinarias. La ordinaria se reunirá, al menos, una vez al año. Por
su parte, la extraordinaria se convocará siempre que lo crea conveniente la Junta
Directiva, o cuando lo pidan por escrito y con expresión del objeto y motivos, los
accionistas que representen no menos de la vigésima parte del capital social, salvo
que el contrato social dispusiese otra cosa106. En todo caso, los accionistas tendrán
derecho de solicitar que en el orden del día se anuncien determinados asuntos que
serán objeto de la deliberación de la Junta General 107.
106
Cabe destacar que si la Junta Directiva se negare a convocar a la Junta General solicitada por
los socios, podrán los interesados demandar ante el Juez competente para que la convoque y
presida hasta dejarla organizada (art. 252 Cc.).
107
Artículo 251 Cc.
65
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
Salvo disposición contraria de la Ley, del contrato social o de los Estatutos, la regla
general es que las resoluciones de la Junta General se forman con un número de
votos superior a la mitad, entendiéndose que cada acción da derecho a un voto 110.
En tal sentido, cabe destacar que, de conformidad a lo señalado por el artículo 260
Cc., ningún accionista, cualquiera que sea el número de sus acciones, podrá
representar más del décimo de los votos conferidos por todas las acciones emitidas,
ni más de dos décimos de los votos presentes en la Junta. Como dijimos en su
oportunidad, esta última es una norma que trata de proteger los derechos de las
minorías.
Todo acuerdo de la Junta General deberá constar, para que sea válido, en el acta de
la sesión, firmada por el Presidente y Secretario de la Junta Directiva o los que
hagan sus veces, sin perjuicio de que también lo hiciesen los concurrentes que se
interesasen. El acta deberá contener la fecha y lugar en que se celebre, el nombre y
apellido de los socios que han concurrido y de los que estén representados, el
número de las acciones que cada uno representa y las resoluciones que se dicten 111.
108
Artículo 253 Cc.
109
Artículo 255 Cc.
110
Artículo 254 Cc.
111
Artículo 256 Cc.
66
DERECHO DE SOCIEDADES
Los socios que no estén de acuerdo con la fusión, reintegración o aumento del
capital social, cambio de objeto de la sociedad o sobre la prórroga (cuando esta
última no estuviese autorizada por los Estatutos), tienen derecho de separarse de la
sociedad, exigiendo el reembolso del valor de sus acciones en proporción al capital
social, conforme al último balance aprobado. Este derecho sólo podrá ser ejercido
por los socios disidentes presentes en la Junta, dentro de los tres días de la clausura
de ella, y por lo que atañe a los disidentes ausentes dentro de un mes de publicada la
resolución respectiva112.
Por otro lado, no debe perderse de vista que, de conformidad a lo prescrito por el
artículo 268 Cc., “transcurrido el término marcado en el contrato para la duración
de la sociedad, y no mediando ningún otro motivo de disolución, podrá prorrogarse
este plazo, si los socios convinieren en ello por unanimidad, o si los que se retiran
no representan más que un tercio del capital social y los socios restantes les
liquidasen su parte en los términos legales”, debiendo publicarse, en su caso,
debidamente la prórroga.
Los Directores serán electos de entre los mismos socios, por un período que no
exceda de diez años, sin perjuicio de que en cualquier momento la Junta General
pueda proceder a la revocación de su mandato. El pacto social y los estatutos
determinará la posibilidad de reelección y, en caso de que no se prohíba, podrá
acordarla la “unanimidad de los votos” (art. 244 Cc.).
112
Artículo 262 Cc.
113
Artículo 243 Cc.
67
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
Los vigilantes ostentarán la atribuciones que determinen los Estatutos, pero en todo
caso tendrán obligación de comprobar los libros, la caja, la cartera y valores de la
sociedad; además, deberán presentar cada año a la Junta General un informe en el
cual señalará las irregularidades e inexactitudes que haya reconocido en los
inventarios y balances, exponiendo, en su caso, los motivos que se opongan a la
distribución de los dividendos propuestos por el socio o socios gestores 117.
114
Artículo 245 Cc.
115
Artículo 250 Cc.
116
Artículo 246 Cc.
117
Vid. artículo 293 Cc.
68
DERECHO DE SOCIEDADES
Finalmente, no debe perderse de vista que, según lo prescrito en el artículo 248 Cc.,
de manera general, las sociedades anónimas deben publicar anualmente en la
Gaceta, un balance que contenga con toda claridad su activo y pasivo. De hecho,
aquellas sociedades que hayan optado por la “fundación sucesiva” tienen obligación
de publicar cada seis meses, en la misma Gaceta, el balance de sus operaciones, con
expresión del valor en que calculen sus existencias y de toda clase de efectos
realizables.
118
Artículo 247 Cc.
69
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
Los accionistas, en ningún caso, pueden exigir que la sociedad les devuelva el valor
de sus respectivos aportes, sin perjuicio de que puedan percibir la ganancia líquida
con las limitaciones que la Ley o el contrato social establezcan. No obstante, puede
convenirse que durante el período de tiempo que la preparación de la empresa que
explotará la sociedad exija, se reconozcan intereses a tipo fijo por cantidades
adelantadas; en todo caso, el contrato social fijará la fecha en que, a lo sumo, podrá
durar el pago de dichos intereses119.
119
Artículo 240 Cc.
120
Artículo 241 Cc.
121
Cfr. artículos 242 y 234 Cc.
70
DERECHO DE SOCIEDADES
sociedad, salvo que dicha omisión se justificare por causa de fuerza mayor, caso
fortuito o estipulación contraria del pacto social (art. 235 Cc.).
71
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122
Véase Capítulo II.
123
Artículos 269 al 271 Cc.
124
Artículo 274 y 275 Cc.
72
DERECHO DE SOCIEDADES
125
Artículo 286 in fine Cc.
126
Artículo 273 Cc.
127
Artículo 277 Cc.
73
Prof. Jesús Jusseth Herrera Espinoza
Juez el encargado de establecer dicho plazo, previa audiencia a los socios, que a este
fin serán llamados por el plazo de diez días por medio de edictos. En caso de que la
liquidación no pudiere terminarse en el plazo señalado, podrá prorrogarse por una
sola vez, por una duración que no exceda de la mitad del primer plazo.
“Transcurrido el término convenido para la liquidación, sin que ésta se halle
terminada, se continuará judicialmente” 128.
Una vez satisfechas las deudas o consignadas las sumas necesarias para su pago, se
procederá a la partición de los valores, los cuales se liquidarán en la proporción
debida a cada uno de los socios, siendo aplicables, en tal sentido, las reglas
generales que rigen las particiones entre coherederos. Por otro lado, los
liquidadores, terminada la liquidación, someterán a la aprobación de aquellos a
quienes deban su nombramiento, las cuentas finales y un informe explicativo del
desempeño de su mandato, acompañado de todas las documentales que contribuyan
a justificar su gestión129.
128
Artículo 278 Cc.
129
Artículos 281 y 282 Cc.
130
Artículo 285 Cc.
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DERECHO DE SOCIEDADES
1. Introducción
En sede jurídica las dos figuras, lo que mismo que la transformación de sociedades
(institución sobre la que luego trataremos), se agrupan en el concepto general, de
elaboración doctrinal, de modificaciones estructurales de la sociedad.
75
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3. Fusión
3.1 Noción
Justamente por ello, la fusión se diferencia de otras figuras afines en tanto ésta
exige, cuando menos, la extinción de alguna sociedad; y, además, porque no puede
considerarse como verdadera fusión el acto por el cual una sociedad adquiere todas
las acciones, participaciones o cuotas sociales de otra, sometiéndola así a su
absoluto dominio.
Así, los presupuestos jurídicos de toda fusión son tres: 1. La extinción de todas o
algunas de las sociedades involucradas. 2. La transmisión del patrimonio de las
sociedades que desaparecen a la nueva o a la absorbente, según el caso. 3. La
integración de los socios de las entidades extinguidas a la sociedad nueva o a la
absorbente.
76
DERECHO DE SOCIEDADES
Bajo este aspecto, la agrupación de los socios en una única entidad sólo puede
lograrse por un procedimiento: la entrega o atribución a los miembros de las
sociedades extinguidas de acciones, participaciones o cuotas sociales de la sociedad
nueva o absorbente como contraprestación de la atribución patrimonial realizada.
Son, por tanto, los socios y no la sociedad que reciben la contraprestación.
1. Fase preparatoria:
Proyecto de fusión
Balances de fusión
2. Acuerdos de fusión.
3. Etapa ejecutiva:
Publicación del acuerdo
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Posibilidad de oposición
i. El proyecto de fusión
El proyecto aunque debe ser firmado por los administradores, no vincula a las
sociedades sino hasta que es aprobado por las respectivas Juntas Generales que
hayan de adoptar el acuerdo de fusión.
78
DERECHO DE SOCIEDADES
Constituye una pieza de carácter técnico que está llamada a jugar un esencial papel
en la realización práctica de las fusiones, y que, al propio tiempo, puede constituir
una garantía para acreedores, socios y terceros.
79
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de socios que representen las tres cuartas partes del capital, y el voto favorable de
socios presentes que representen la mitad del capital, por lo menos, para resolver
sobre lo siguiente: 3º Fusión con otra sociedad. Los socios disidentes en cuanto a las
resoluciones de los números 3º, 5º y 6º y la del numero 2º, si la prórroga no está
autorizada por los Estatutos, tienen derecho de separarse de la sociedad, exigiendo
el reembolso del valor de sus acciones en proporción al capital social, conforme al
último balance aprobado.
De este derecho sólo podrán usar los disidentes presentes en la Junta, dentro de los
tres días de la clausura de ella, y los ausentes, dentro de un mes de publicada la
resolución respectiva”.
1. El proyecto de fusión.
2. Las cuentas anuales auditadas con el informe de gestión de los últimos ejercicios
de las sociedades participantes.
3. Los balances de fusión.
4. Los informes de los administradores explicando y justificando el proyecto de
fusión, con especial referencia al tipo de canje.
5. Los informes de los expertos.
6. El proyecto de escritura de la nueva sociedad o de modificación de la sociedad
absorbente.
7. Los estatutos de las sociedades participantes en la fusión.
8. Los datos personales de los administradores de las sociedades.
La fusión es una operación esencialmente formal. Una vez acordada por todas las
sociedades interesadas, hay que cumplir ciertos requisitos de publicidad.
De hecho, “la fusión sólo tendrá efecto transcurridos que sean los tres meses desde
la publicación del respectivo acuerdo; a no ser que conste de modo auténtico que se
hayan satisfechas todas las deudas de cada una de las sociedades que tratan de
fusionarse, o que se ha puesto a la orden del Juzgado de Comercio respectivo, el
importe de dichas deudas depositado en la cajas de la compañía, o que se ha
obtenido el consentimiento de los acreedores” (Art. 264 Cc.).
80
DERECHO DE SOCIEDADES
Según las voces del arto. 265 Cc. “durante el plazo fijado en el artículo anterior,
puede oponerse a la fusión, cualquier acreedor de las sociedades que hayan de
entrar en la fusión.
Esta oposición suspenderá la realización de la fusión hasta que se resuelva
judicialmente”.
4. Escisión de sociedades
4.1 Noción
4.2 Clases
ii. Por lo que atañe a la forma de realizarla se distingue: escisión por integración y
por incorporación.
La escisión por incorporación o por absorción tiene lugar cuando los bienes y
obligaciones de la escindida se transmiten a una o varias sociedades beneficiarias
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iii. En el caso de las sociedades anónimas, lo normal es exigir que las acciones de la
sociedad que se escinde se encuentren íntegramente desembolsadas.
82
DERECHO DE SOCIEDADES
en el capital de las sociedades beneficiarias, así como el criterio en que se funda ese
reparto.
ii. El proyecto debe ser sometido a INFORME TÉCNICO elaborado por expertos.
4.4 Formalidades
Para el caso de las anónimas habrá que añadir la respectiva aprobación judicial (Cfr.
art. 213 Cc.)
En nuestro sistema, nos parece que cabría la aplicación analógica del art. 265 Cc., el
cual prescribe que “durante el plazo fijado en el artículo anterior, puede oponerse a
la fusión, cualquier acreedor de las sociedades que hayan de entrar en la fusión. Esta
oposición suspenderá la realización de la fusión hasta que se resuelva
judicialmente”.
Este régimen se caracteriza por tres notas: se trata de una responsabilidad solidaria;
de carácter subsidiario y de extensión limitada.
83
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Lo normal es que la acción de nulidad contra una escisión sólo pueda ser ejercitada
si la operación ya ha sido inscrita en el Registro Mercantil.
Por lo que se refiere a los efectos externos de la declaración de nulidad, es decir, las
consecuencias de la declaración sobre las relaciones mantenidas con terceros
durante el período de eficacia interina de la escisión, éstas no se verán afectadas por
la declaración de nulidad, respondiendo en su caso, solidariamente las sociedades
absorbentes participantes en la escisión del cumplimiento de las obligaciones
nacidas a su cargo que fueran objeto de reversión a la sociedad escindida por efecto
de la nulidad.
84