Aceros en Obras Civiles PDF
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SEMESTRE: 2020-I
Es común hablar del acero como una aleación de hierro-carbono, más sin embargo lo correcto
sería decir que el acero es una aleación Hierro-Carburo de Hierro, ya que el carbono salvo algunas
excepciones no existe en estado libre en el acero. Por tanto, siempre que hablemos de carbono
en los aceros, tenemos que acordarnos que se encuentra en forma de carburo de hierro y que los
componentes fundamentales del acero son el hierro y el carburo de hierro, siendo la cantidad y la
forma de distribución de este último lo que le da el toque final a la personalidad de un acero
ordinario.
El acero es una aleación de hierro y carbono, donde el carbono no supera el 2,1% en pesode la
composición de la aleación, alcanzando normalmente porcentajes entre el 0,2% y el 0,3%.
Porcentajes mayores que el 2,0% de carbono dan lugar a las fundiciones, aleaciones que al ser
quebradizas y no poderse forjar —a diferencia de los aceros—, se moldean.
La definición anterior, sin embargo, se circunscribe a los aceros al carbono en los que éste último
es el único aleante o los demás presentes lo están en cantidades muy pequeñas pues de hecho
existen multitud de tipos de acero con composiciones muy diversas que reciben denominaciones
específicas en virtud ya sea de los elementos que predominan en su composición (aceros al silicio),
de su susceptibilidad a ciertos tratamientos (aceros de cementación), de alguna característica
potenciada (aceros inoxidables) e incluso en función de su uso (aceros estructurales). Usualmente
estas aleaciones de hierro se engloban bajo la denominación genérica de aceros especiales,
razón por la que aquí se ha adoptado la definición de los comunes o "al carbono" que amén de ser
los primeros fabricados y los más empleados, sirvieron de base para los demás.
Representación de la inestabilidad lateral bajo la acción de una fuerza ejercida sobre una viga de
acero.
Aunque es difícil establecer las propiedades físicas y mecánicas del acero debido a que estas
varían con los ajustes en su composición y los diversos tratamientos térmicos, químicos o
mecánicos, con los que pueden conseguirse aceros con combinaciones de características
adecuadas para infinidad de aplicaciones, se pueden citar algunas propiedades genéricas:
Como existe una variedad muy grande de clases de acero diferentes que se pueden producir en
función de los elementos aleantes que constituyan la aleación, se ha impuesto, en cada país, en
cada fabricante de acero, y en muchos casos en los mayores consumidores de aceros, unas
Normas que regulan la composición de los aceros y las prestaciones de los mismos.
Por ejemplo en España actualmente están regulados por la norma UNE-EN 10020:2001 y
antiguamente estaban reguladas por la norma UNE-36010, ambas editadas por AENOR.21
Existen otras normas reguladoras del acero, como la clasificación de AISI (de hace 70 años, y de
uso mucho más extenso internacionalmente), ASTM, DIN, o la ISO 3506.
Tipos de acero
En el diagrama de equilibro, o de fases, Fe-C se representan las transformaciones que sufren los
aceros al carbono con la temperatura, admitiendo que el calentamiento (o enfriamiento) de la
mezcla se realiza muy lentamente de modo que los procesos de difusión (homogeneización) tienen
tiempo para completarse. Dicho diagrama se obtiene experimentalmente identificando los puntos
críticos —temperaturas a las que se producen las sucesivas transformaciones— por métodos
diversos.
3. Microconstituyentes
El hierro puro presenta tres estados alotrópicos a medida que se incrementa la temperatura desde
la ambiente:
• Hasta los 911 °C, el hierro ordinario, cristaliza en el sistema cúbico centrado en el cuerpo
(BCC) y recibe la denominación de hierro α o ferrita. Es un material dúctil y maleable
responsable de la buena forjabilidad de las aleaciones con bajo contenido en carbono y
es ferromagnético hasta los 770 °C (temperatura de Curie a la que pierde dicha cualidad).
La ferrita puede disolver muy pequeñas cantidades de carbono.
• Entre 911 y 1400 °C cristaliza en el sistema cúbico centrado en las caras (FCC) y recibe
la denominación de hierro γ o austenita. Dada su mayor compacidad la austenita se
deforma con mayor facilidad y es paramagnética.
• Entre 1400 y 1538 °C cristaliza de nuevo en el sistema cúbico centrado en el cuerpo y
recibe la denominación de hierro δ que es en esencia el mismo hierro alfa pero con
parámetro de red mayor por efecto de la temperatura.
El acero de refuerzo del concreto se compra, usualmente, según las especificaciones ASTM. Las
especificaciones de compra cubren el método de fabricación, ciertos requisitos químicos, pruebas
en tensión y doblez, acabado superficial, recubrimiento para protección contra corrosión, marca o
identificación y variaciones permisibles en peso. El acero de refuerzo con revestimiento epóxico
se debe producir e instalar de acuerdo a la norma ASTM A 775. Ocasionalmente el acero de alta
resistencia de grado 42 y 49 se agrieta o rompe en clima frío, por lo que se debe de rechazar
cuando ello ocurra (Dixon y Jaycox, 1994).
El acero empleado en el concreto reforzado consiste en varillas redondas, en su mayoría del tipo
corrugado, con rebordes o salientes en sus superficies. Las deformaciones en la superficie ayudan
a producir una mayor adherencia entre el concreto y el acero. Los grados más comunes de acero
de refuerzo son el 60 y el 40, con esfuerzos de fluencia de 60 000 lb/pulg2 (414 MPa) y 40 000
lb/pulg2 (276 MPa), respectivamente. En la siguiente tabla se muestran las propiedades de varillas
corrugadas más comunes (Parker y Ambrose, 1996).
El objetivo esencial del acero de refuerzo es evitar el agrietamiento del concreto producido por
esfuerzos de tensión (Parker y Ambrose, 1996).
Barras de refuerzo
El tipo más común de acero de refuerzo (diferente del acero de preesfuerzo) viene en forma de
barras circulares llamadas por lo general varillas, disponibles en un amplio intervalo de diámetros
aproximadamente de a de pulgada para aplicaciones ordinarias y en dos tamaños de barras
pesadas aproximadamente de y de pulgada. La figura 2.11 presenta varios tipos de barras
corrugadas (Nilson y Winter, 1997).
Tipos de barras corrugadas de acero
Fuente: Referencia 2
Los tamaños de las barras se denominan mediante números. Los más utilizados son los Nos. 3 a
11 y los Nos. 14 y 18 representan las dos barras de tamaño especial mencionadas. La
denominación mediante números se ha organizado de manera que la unidad de denominación
corresponde muy cercano al número de octavos de pulgada del tamaño del diámetro (Nilson y
Winter, 1997).
En la tabla 2.3 se presentan todos los aceros de refuerzos disponibles en la actualidad, su grado
o denominación, la especificación ASTM que define sus propiedades en detalle (incluyen
deformaciones) y sus dos valores mínimos principales de resistencia especificada. Las barras
grados 40 y 50 que aparecen en la tabla 2.3, no siempre pueden estar disponibles en diámetros
grandes (Nilson y Winter, 1997).
Las barras se galvanizan usualmente después del proceso de corte y doblamiento. Las barras
revestidas con sustancias epóxicas, en la actualidad más utilizadas que las galvanizadas, son
reguladas por la norma ASTM A775, la Standard Specification for Epoxy-Coated Reinforcing Steel
Bars, que incluye requisitos para el material de revestimiento, la preparación de la superficie antes
del revestimiento, el método de aplicación y los límites de espesor del revestimiento. En general,
el revestimiento se aplica a las barras rectas en una operación de producción en línea y las barras
se cortan y doblan después de esta operación (Nilson y Winter, 1997).
Además de las barras sencillas de refuerzo, por lo general, se utilizan las mallas electrosoldadas
de alambrón para reforzar losas y otras superficies como cascarones, y para reforzar a cortante el
alma de vigas delgadas, en particular con vigas preesforzadas. El refuerzo con alambrones
soldados consta de un conjunto de alambrones de acero extruidos en frío, colocados longitudinal
y transversalmente de sus respectivos ángulos rectos, y soldados entre sí en todos los puntos de
intersección. El tamaño y espaciamiento de los alambrones puede ser el mismo en las dos
direcciones o ser diferente dependiendo de los requisitos del diseño (Nilson y Winter, 1997).
publicado a la(s) 13 oct. 2009 3:58 por Hatyit Basay Hernández Cano [ actualizado el 9 mar. 2013
0:13 ]
Saber y conocer el tipo de acero de refuerzo que se le debe poner a un elemento estructural nos
reduce el trabajo para elegir cuál es el indicado para ciertas condiciones de servicio que nos exige
el análisis de un proyecto u obra civil. Veamos a continuación algunas sugerencias y/o formas de
habilitar el acero de refuerzo en una construcción según diferentes autores:
En los planos de taller, que son un conjunto de planos que el proveedor de varillas prepara antes
de ejecutar una obra e interpreta los planos del contrato de ingeniería con la información necesaria
para que la comprendan los trabajadores que fabrican las varillas en el taller y los que las colocan
en la construcción antes de colar el concreto, se indicarán las longitudes exactas de corte de la
varillas, la ubicación de todos los dobleces, el número de cada tipo de varilla, etc. (Parker y
Ambrose, 1996).
La colocación del refuerzo puede ser simple y fácil de realizar, como en el caso de una zapata
simple o una sola viga. En otros casos, donde el refuerzo es extenso y complejo, los problemas
de instalación pueden requerir atención durante el diseño de los miembros. Cuando las vigas se
cortan entre sí, o cuando las vigas cortan columnas, las varillas que se prolongan desde elementos
distintos deben quedar traslapadas en la junta. Al considerar el “cruce” de las varillas en dichas
juntas, se puede afectar su colocación en los elementos individuales (Parker y Ambrose, 1996).
Cuando se requiere refuerzo para resistir la flexión en losas, muros o vigas, su capacidad queda
determinada por la distancia entre el acero sujeto a tensión y el lado más alejado del concreto
sujeto a compresión (Parker y Ambrose, 1996).
En las losas y muros casi siempre es necesario colocar refuerzo en dos direcciones. Aun en los
casos en que las acciones de flexión se producen en una sola dirección, el reglamento establece
una cantidad mínima de refuerzo en la otra dirección para controlar el agrietamiento provocado
por la contracción (que se produce por la reducción de la humedad) y los cambios de temperatura.
El espesor mínimo de una losa es aproximadamente de 2 pulg, incluso con el revestimiento mínimo
y varillas pequeñas, como se muestra en la figura 4.1a. Sin embargo, los espesores de losa son
por lo general mayores. Los reglamentos de construcción establecen espesores mínimos de 4
pulg. Así el refuerzo se coloca como se muestra en la figura 4.1b, con las varillas más cercanas a
la cara superior o a la inferior, lo cual depende del momento, si es positivo o negativo (Parker y
Ambrose, 1996).
Los muros de 10 pulg o de mayor espesor tienen, a menudo, dos hileras separadas de refuerzo,
tal como se muestra en la figura 4.1.c. Cada capa se coloca tan cerca de la superficie exterior del
muro como lo permiten los requisitos de revestimiento. Los muros con refuerzo entrelazado (tanto
varillas verticales como horizontales) se hacen, rara vez, con espesores menores de 6 pulg (Parker
y Ambrose, 1996).
Tal como se muestra en la figura 4.1d, las vigas de concreto llevan, en general, un mínimo de dos
varillas de refuerzo y un estribo o amarre del No. 2 o del No. 3 (Parker y Ambrose, 1996).
Fuente: Referencia 4
Las columnas redondas pueden ser reforzadas con zunchos o refuerzo en espiral (Parker y
Ambrose, 1996).
Corte y doblez
A menos que se especifique límites más reducidos en los documentos del contrato, las varillas
derechas deben tener una tolerancia longitudinal de 1 pulg. (2.5 cm). Las varillas dobladas
usualmente se miden de exterior a exterior de la varilla, pero algunas organizaciones usan
dimensiones de centro a centro (Dixon y Jaycox, 1994).
· Independientemente de las tolerancias de doblez, todas las partes de las varillas deben tener
el recubrimiento especificado.
· Si el refuerzo va a ser doblado en la obra, el diámetro del pasador del cual se dobla el acero
no debe ser menor que el tamaño recomendado en la Referencia 15 y en ACI 318. Se requiere
diámetros diferentes de pasadores para diferentes grados del acero (Grados 40, 60 y 75).
· Caliente el refuerzo para doblarlo únicamente cuando sea aprobado por el diseñador, pues el
calentamiento puede cambiar las características del acero. En todo caso, nunca caliente el acero
por encima de los 93°C y siempre permita que se enfríe lentamente.
· Si las varillas que están siendo calentadas para ser dobladas se ahogan parcialmente en el
concreto, evite el daño al concreto que rodea a las varillas que pueda ser causado por el proceso
de calentamiento o por el doblado.
En varios casos, es necesario doblar las varillas de refuerzo. El doblez se realiza en el taller de
fabricación y no en el sitio de la obra, y el diámetro del doblez (ver figura 4.2) debe ser adecuado
para evitar la ruptura de la varilla (Parker y Ambrose, 1996).
Los dobleces en las varillas se realizan, en ocasiones, para que puedan ser ancladas. El
reglamento define a doblez como “gancho normalizado” y los requisitos para diseñar a los detalles
de este tipo de doblez se indican en la figura 4.2b (Parker y Ambrose, 1996).
Fuente: Referencia 4
Figura 4.2 Doblez necesario para el diseño de varillas de acero de refuerzo: a) diámetros mínimos
del doblez; b) ganchos normalizados.
Se debe evitar los dobleces en las varillas cuando el esfuerzo de fluencia sea mayor de 60 lb/pulg2
(414 MPa) (Parker y Ambrose, 1996).
El refuerzo es ahogado a una distancia mínima de la superficie del concreto (margen) para evitar
pandeo bajo ciertas condiciones de cargas de compresión, evitar errumbe cuando se exponga al
clima, o pérdida de resistencia cuando se exponga al fuego. Se requieren márgenes más grandes
para concretos expuestos a líquidos o vapores corrosivos o para tableros de puentes que están
expuestos frecuentemente a sales descongelantes. En ACI 301, ACI 318 y ACI 345, se dan
profundidades típicas recomendadas para el recubrimiento. Este recubrimiento debe ser al menos
tan grueso como se muestra en las especificaciones del contrato; de no ser así debe consultarse
al diseñador. El refuerzo debe estar apropiadamente espaciado, empalmado, amarrado
firmemente en su posición y ahogado para dar el margen requerido para todas las superficies de
concreto (Fig. 8.4) (Dixon y Jaycox, 1994).
Fuente: Referencia 1
Fig. 8.4 El acero de refuerzo que se muestra está listo para el colado de una losa.
· Verifique los espaciamientos de los estribos y los anillos que se proyectan más allá de otros
refuerzos de columnas, y por debajo de varillas con movimiento horizontal que están a media
distancia entre los soportes. En losas estructurales, especialmente en losas de tableros de puente,
tiene importancia crítica el recubrimiento del margen entre la parte superior de la losa y la parte
superior del refuerzo.
· Si hay más de una parrilla de refuerzo, alinee las varillas de refuerzo verticalmente una encima
de la otra en ambas direcciones horizontales, para minimizar la interferencia con la colocación y
consolidación del concreto.
· Procure aberturas pre-planeadas en la parte superior de la parrilla para los canalones, y así
evitar el esparcimiento y segregación del concreto.
· Cuando el refuerzo esté demasiado congestionado como para permitir la colocación del
concreto, provea aberturas para que las varillas temporalmente se junten a cada lado, y después
vuélvalas a poner en su posición asignada. Alternativamente, cuando sea aprobado por el
diseñador, junte las varillas a cada lado y déjelas allí en esa posición permanentemente.
· Ponga en escalonamiento los empalmes de las varillas para facilitar el colado del concreto, a
menos que esto sea prohibido.
· Escalone los empalmes en los estribos de columnas alrededor de sus cuatro esquinas en vez
de una encima de la otra.
· No empalme varillas o mallas de alambre soldadas sin la aprobación del diseñador, a menos
que así se muestre en los documentos del contrato.
· Traslape las varillas o la malla de alambre soldada en la longitud especificada, ya que la longitud
determina la resistencia del empalme. Es deseable escalonar los empalmes siempre que sea
posible.
· No permita soldadura de punto a menos que lo permitan los documentos del contrato, ya que
tales soldaduras debilitan las varillas en el punto de la soldadura. Si se hacen muchas soldaduras,
es aconsejable la prueba de algunas de ellas.
· Especialmente donde el refuerzo está congestionado, tamaño nominal máximo del agregado
de la mezcla de concreto no debe exceder 3/4 del espaciamiento del claro mínimo entre las varillas,
de modo que permita el colado del concreto alrededor de las varillas (Dixon y Jaycox, 1994).
Las varillas de refuerzo deben estar firmemente sujetas en su lugar durante el colado del concreto.
Las varillas horizontales tiene que estar sostenidas para que queden separadas de las cimbras;
las verticales deben arriostrarse para que no se ladeen contra las cimbras. La colocación y la
sujeción de las varillas se realizan gracias al uso de varios accesorios y a una gran cantidad de
alambra para amarrar de calibre delgado (Parker y Ambrose, 1996).
Apoyo
Todo el refuerzo debe mantenerse firmemente en su lugar antes y durante el colado del concreto.
· Use la cantidad y resistencia de soportes para varillas, y los soportes suficientes para apoyar
tanto el refuerzo como las cargas de construcción.
· No utilice piedras, bloques de madera, u otros objetos no aprobados para soportar el acero.
· Use silletas o bloques sobre el suelo lo suficientemente grandes para evitar asentamientos e
indentaciones en el suelo.
· En general, apoye las varillas longitudinales cada 5 o 6 pies (1.5 a 1.8 m).
· Entrene a los trabajadores para que reconozcan la importancia de la ubicación apropiada del
refuerzo (Fig. 8.5). durante las operaciones de colado del concreto, el refuerzo, especialmente el
ligero “refuerzo por temperatura”, puede llegar a ser desplazado por las vías de tránsito, por
accidentes, por las pesadas cargas de concreto que se dejan caer sobre él (especialmente en
cimbras profundas), y por las herramientas usadas en la consolidación del concreto. Se requiere
atención especial para evitar este desplazamiento y para detectar y corregir cualquiera que
efectivamente ocurra (Dixon y Jaycox, 1994).
Fig. 8.5 Se requiere de atención continua para encontrar y corregir desplazamientos del refuerzo.
Aquí vemos que el acero inapropiadamente colocado se está flexionando bajo el peso.
Cuando se utilizan varias varillas en los elementos (que es la situación común), existen límites
superiores e inferiores para definir la separación de las varillas. Los límites inferiores tienen por
objetivo permitir la transferencia adecuada de los esfuerzos, desde el concreto hacia el acero, y
facilitar el flujo del concreto húmedo durante el colado. Para columnas, la distancia libre mínima
entre las varillas se especifica como 1.5 veces el diámetro de la varilla o un mínimo de 1.5 pulg
(Parker y Ambrose, 1996).
Para muros y losas, la separación máxima de las varillas, entre centros, se especifica como tres
veces el espesor del muro o losa o un máximo de 18 pulg. Esto se aplica al refuerzo que se
requiere para los esfuerzos calculados (Parker y Ambrose, 1996).
Según las especificaciones ACI de 1977 la separación de las varillas en las secciones críticas no
debe exceder dos veces el espesor de la losa y la cantidad mínima de acero que se coloque en la
losa en la dirección de los claros no debe ser menor que la requerida para el refuerzo de
contracción y temperatura (Park y Gamble, 1992).
Como sabemos, el espacio (e) que ocupa el recubrimiento se mide desde la superficie exterior del
refuerzo hasta la cara interior de la madera del encofrado. En caso de que lleve estribos se medirá
a partir de éstos, y si no los lleva será desde el refuerzo longitudinal, como ocurre con las viguetas
(Figura 2).
Importancia y función
El espesor del recubrimiento es de gran importancia para lograr una protección adecuada del
refuerzo de acero durante la vida útil de la estructura.
La función principal del recubrimiento es proteger el acero contra la corrosión. Además, permite
que el concreto se acomode entre las barras de acero y el encofrado, adhiriéndose
adecuadamente.
Otra función importante del recubrimiento es proteger el acero de las altas temperaturas que
producen los incendios. Si el concreto colocado en los encofrados es de calidad controlada,
proporcionará una protección completa contra el fuego. Las excelentes propiedades del concreto
de resistencia al fuego, ampliamente demostradas, protegen al refuerzo que hay en su interior y
retrasan cualquier daño estructural, impidiendo en la mayoría de los casos un colapso de las
edificaciones. Esto beneficia a todos: constructores, residentes de edificios y propietarios.
Cuando se supervisan los trabajos de encofrado de una construcción, antes de autorizar el vaciado
de concreto, casi siempre se detecta que no existen los espacios apropiados para los
recubrimientos entre los refuerzos y el encofrado. Por ejemplo, esto ocurre con frecuencia con las
viguetas de los techos, donde las varillas que se ubican en la parte inferior (conocidas como acero
positivo) se apoyan directamente sobre la madera del encofrado, tal como se puede apreciar en
la Figura 3, donde no hay espacio para el recubrimiento.
Con respecto al tiempo que el concreto del recubrimiento protege a las armaduras, eso depende
de su espesor. Una disminución del recubrimiento se reflejará en una reducción del periodo de
protección de la armadura (Figura 4).
Cuando el proyectista especifica los recubrimientos en los planos estructurales para todas las
armaduras, lo hace con el fin de proporcionarles una adecuada protección contra el clima, la
corrosión, la acción del fuego y la distribución del concreto.
Los espacios para los recubrimientos se realizan colocando elementos separadores, como los
dados de mortero previamente preparados o de plástico (Figuras 5 y 6), independientemente de
que sean provisionales o definitivos.
Si los separadores son de mortero, su calidad deberá ser semejante a la mezcla de concreto
utilizada en la obra. No se debe usar piezas de madera u otro material residual de construcción,
aunque sea ladrillo o concreto, ni materiales metálicos.
Finalmente, es importante tener en cuenta las medidas mínimas que deben tener los
recubrimientos, establecidas en la Norma E-060 sobre Concreto Armado del Reglamento Nacional
de Edificaciones:
4. Conclusiones
• Uno de los materiales que mayor importancia tienen dentro de una estructura y, de manera
generalizada, dentro de todas las construcciones de obra civil es el acero cuyas
propiedades son determinantes en el funcionamiento de aquellos para ofrecer un servicio
de total garantía cumpliendo con una seguridad estructural óptima. Es imprescindible
conocer cuáles son las dos categorías en la cual puede clasificarse el acero en función de
su utilidad dentro de una estructura, dicha clasificación es: acero estructural y acero de
refuerzo; éste último es el que nos interesó conocer más detalladamente en el presente
documento.
• Se sabe que el acero, sea estructural o de refuerzo, tiene una propiedad muy
característica y propia de ella, absorbe y disipa energía la cual le sirve para regresar a su
estado original cuando se le deja de aplicar una determinada fuerza o solicitación externa
a la que estuvo sometida previamente. Específicamente, el acero de refuerzo, en el diseño
de los miembros de concreto reforzado se determina la cantidad mínima por medio de
cálculos y representa la cantidad necesaria para resistir la fuerza de tensión requerida en
el miembro.
• Cualquier documento que esté normalizado y legalizado ante obras públicas y sea de
carácter reglamentario, establecen disposiciones con respecto al refuerzo mínimo en
columnas, vigas, losas y muros. El refuerzo mínimo puede especificarse como un
porcentaje mínimo de varillas.
• La colocación de acero de refuerzo puede ser simple y fácil, como el caso de una zapata
simple o una sola viga. En otros casos, donde el refuerzo es extenso y complejo, los
problemas de instalación pueden requerir atención durante el diseño de los miembros.
Cuando las vigas o cualquier otro elemento estructural se cortan entre sí, o cuando las
vigas cortan a las columnas, las varillas que se prolongan desde elementos distintos
deben quedar traslapadas en la junta. Al considerar el cruce de las varillas en dichas
juntas, se puede afectar su colocación en los elementos individuales.
• Por ello, es imprescindible que el proyectista y el personal adecuado trabajen o colaboren
juntos parta estar pendientes de los diversos problemas que pueden llegarse a presentar
en los trabajos del manejo y colocación del acero de refuerzo, así como también prever
las consecuencias que deriven de dicho trabajo, por ejemplo la supervisión en la sujeción
de las varillas y el arriostre de las cimbras.
• Hay que tener presente ciertos detalles en el manejo del refuerzo, como lo es la dimensión
del propio material, la longitud de desarrollo y lo anclajes. Cuando se trata de mallas de
alambrón electrosoldadas (corrugado o liso) se usan comúnmente como refuerzo a
tensión para losas en una o dos direcciones y para otros elementos estructurales también.
Sea el caso del manejo de alambrón corrugado, una parte del desarrollo se asigna a los
alambrones soldados que se cruzan y otra parte a la longitud de desarrollo del alambrón
corrugado; para mallas de alambrón liso el desarrollo está determinado por el
empotramiento de dos alambrones cruzados.
• De acuerdo a los factores anteriores y a diversos detalles omitidos durante la colocación
del acero, recalco que la supervisión durante el proceso constructivo de una obra civil
juega un papel importante en el buen funcionamiento, en conjunto de todos los elementos
estructurales, un sistema estructural de concreto reforzado.