Santiago
Santiago
Santiago
Santiago
E d i c i ó n 2 0 0 3
Dr. Thomas L. Constable
Introducción
TRASFONDO HISTÓRICO
El escritor de esta epístola fue evidentemente medio hermano de nuestro Señor Jesucristo
(Gá. 1:19) y hermano de Judas, el escritor de la epístola que lleva su nombre (cf. Mt.
13:55). Esta era la opinión de muchos de los padres de la iglesia y de escritores antiguos1.
Este Santiago no es el hermano del apóstol Juan el hijo de Zebedeo, quien sufrió martirio
a principios de la historia de la iglesia 1:19; Hch. 12:2). Tampoco fue el hijo de Alfeo
(Mr. 3:18) o el padre de Judas (Lc. 6:16). Él era el líder de la iglesia en Jerusalén que
habló ante el Concilio (Hch. 15:13-21; cf. 12:17; 21:18; 1 Co. 15:7). Algunos
comentaristas creen que las semejanzas en el griego de esta epístola con el del discurso
de Judas en Hechos 15 apoyan su identificación como el escritor2. El hecho de que el
escritor escribió esta epístola en muy buen griego no debe excluir a este Santiago. Como
un galileo dotado pudo haber sido fluido tanto en arameo como en griego.
Los destinatarios de esta carta fueron los judíos cristianos de la diáspora, judíos de
Palestina que se habían dispersado y habían llegado a la fe en Cristo (1:1). Varias
referencias judías en el libro apoyan la afirmación de que un judío la escribió para otros
judíos (p. ej., 1:18; 2:2, 21; 3:6; 5:4, 7).
Josefo dijo que Santiago murió en el 62 d. de J.C.3 y que por lo tanto escribió esta carta
antes de esa fecha. Muchos comentaristas creían que la falta de referencias al Concilio de
Jerusalén (49 d. de J.C.) sugiere que la escribió antes de esta reunión. Este es un
argumento muy insignificante, sin embargo, ya que los asuntos que trata Santiago en esta
epístola son diferentes de los que discutió en el Concilio de Jerusalén. Hubiera sido
innecesario que hiciera referencias a dicho Concilio. Tradicionalmente se cree que
Santiago escribió en una época temprana. Se cree que esta epístola fue probablemente la
primera divinamente inspirada y que la compuso en los tempranos o mediados 40s, tal
vez 45-48 d. de J.C. Muchos eruditos han tomado la falta de referencias o alusiones de
1P. ej., The Ecclesiastical History of Eusebius Pamphilus, 2.23. Eusebio vivió entre los años 265-340 d. de
J.C. Para más amplias discusiones, ver Peter H. Davids, The Epistle of James, pp. 7-9; Ralph P. Martin,
James, pp. xxxiii-lxi; o Joseph B. Mayor, The Epistle of St James, pp. i-lxv.
2P. ej., D. Edmond Hiebert, James, pp. 17, 18.
3Flavius Josephus, Antiquities of the Jews, 20:9:1. Josefo no mencionó la fecha, pero sí identificó la muerte
de Santiago con la de Portius Festus quien murió en el 62 d. de J.C.
Santiago a otras epístolas del Nuevo Testamento como apoyo adicional de esta postura.
Yo creo que no hay una razón substancial para dudar de la tradicional fecha temprana4.
CARACTERÍSTICAS ESPECIALES
“En un estilo nos recuerda los Proverbios, las severas denuncias de los
profetas, las parábolas en los Evangelios9.
“Hay tres doctrinas que salen más frecuentemente a la luz que ninguna
otra, y de estas la más prominente es la doctrina de Dios. De acuerdo con
la naturaleza ética de la epístola está el repetido énfasis en la doctrina del
pecado. Y sorprendentemente, el tercer tema más prominente es la
escatología”10.
“El diseño de la epístola por un lado anima a quienes iba dirigida la carta
para que sobrellevaran su carga pacientemente, y por otro lado les advierte
en contra de ciertos errores de doctrina y práctica”12.
MENSAJE13
La enseñanza de esta epístola tiene sus raíces en la enseñanza de Jesús en el Sermón del
Monte. Este, por supuesto, fue su más grande discurso ético. Santiago hizo no menos de
15 referencias o alusiones a Mateo 5—7 en su epístola. Santiago es el mayor expositor de
las ideas principales de este pasaje.
Jesús presentó tres grandes revelaciones en el Sermón del Monte que Santiago expuso en
su libro.
Primero, Jesús habló sobre el comportamiento de los creyentes (Mt. 5:20): “Porque os
digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis
en el reino de los cielos”. Jesús estaba hablando de cómo el comportamiento correcto se
manifiesta a sí mismo. Santiago da cinco comportamientos en los cuales el lector
necesitaba demostrar su rectitud. (Explicaré lo que era esto en un momento).
Segundo, Jesús aclaró la meta del comportamiento (Mt. 5:48): “Sed, pues, vosotros
perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Esta madurez a la
imagen de Cristo es la meta de Dios para cada cristiano. (Ef. 4:13): “[...] hasta que todos
lleguemos [...]. Al tratar con cada uno de los cinco comportamientos que seleccionó,
Santiago aclaró la meta que el creyente debe llevar en mente y cuál debe presionar.
(Identificaré esos también).
Tercero, Jesús iluminó el método por el cual el creyente debe ser conciente de la madurez
(perfección) cuando se conduzcan. (Mt. 6:1): “Guardaos de hacer vuestra justicia delante
de los hombres, para ser vistos de ellos” Jesús enseñó que los creyentes deben vivir para
obtener la aprobación del Dios, no la de sus seguidores. Santiago explicó lo que eso
significa en el caso de los cinco comportamientos que trata en esta epístola. Él mostró
cómo vivir para la aprobación de Dios y no para la de los hombres.
Estas tres grandes revelaciones en el Sermón del Monte contribuyen al subrepticio marco
en el cual Santiago cuelga su reto para sus lectores. Todos estos retos tratan de la
madurez espiritual. (Ver la gráfica abajo).
En el capítulo uno la conducta trata con esta prueba, las difíciles experiencias que cada
creyente encuentra en la vida.
Santiago reveló que la meta de Dios al permitirnos a los creyentes experimentar las
pruebas es la madurez personal. También explicó que el método por el cual alcanzamos
esta meta es aceptando pacientemente estas pruebas de Dios.
La meta de Dios para los creyentes que el prejuicio tiende a frustrar es amar a todas las
personas. El método por el que podemos alcanzar la meta en el plan de Dios es ejercitar
una genuina fe en Dios. Santiago explicó la relación de prejuicio y fe en este capítulo.
La meta de Dios es nuestra bendición de otros: Dios y toda la otra gente. El método es
recibir y usar sabiduría de Dios.
La meta es que usemos el dinero para servir a otros en vez de a nosotros mismos. El
método es alcanzar esta meta en dos dobleces: paciencia con Dios y oración a Dios.
ÉNFASIS DE SANTIAGO
Cap. 1 Cap. 2 Cap. 3 Cap. 4 Cap. 5
Área de Pruebas Prejuicios Habla Conflictos Dinero
conducta
Metas de Madurez Amar a los Bendiciones Paz con Servicio a
Dios personal demás de otros otros otros
Método de Aceptación Fe en Dios Sabiduría de Sumisión a Paciencia con
Dios de Dios Dios Dios Dios y ora-
ción a Dios
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 5
Primera, la vida de fe es una vida de peligro. Si vamos a alcanzar las metas de Dios de
conducta recta debemos superar los obstáculos que están en nuestro camino. Nuestra
oposición viene de tres fuentes con las que Santiago trata en su exposición de cada
comportamiento. (Ver la gráfica abajo).
El sistema del mundo dice: Evite las pruebas (cap. 1). Dele preferencia a aquellos que lo
pueden ayudar (cap. 2). Promuévase a usted mismo con lo que dice (cap. 3). Exija sus
derechos (cap. 4). Agarre todo el dinero que pueda (cap. 5).
Santiago dice que debemos rechazar la lujuria de la carne. La carne es la segunda fuente
de peligro que enfrentamos.
Santiago también nos advierte que resistamos al diablo, la tercera fuente de oposición al
trabajo de Dios de producir rectitud en nuestra conducta.
Satanás dice que Dios lo odia a usted y que las pruebas son evidencia de eso (cap. 1).
Dice que Dios está reteniendo lo que es bueno para usted y que podría obtener si les
muestra favoritismo a aquellos que lo favorecen a usted (cap. 2). Dice que Dios lo ha
abandonado y que usted necesita hablar por usted mismo (cap. 3). Dice que Dios no lo
defenderá por lo tanto usted debe confiar más en sí mismo (cap. 4). También dice que
Dios no proveerá para usted así que usted debe guardar su dinero en lugar de distribuirlo
como buen mayordomo (cap. 5).
PELIGROS DE LA VIDA DE FE
BOSQUEJO
I. Introducción 1:1
II. Pruebas y la verdadera religión 1:2-27
A. El valor de las pruebas 1:2-11
1. La actitud apropiada hacia las pruebas 1:2
2. El producto final de las pruebas 1:3, 4
3. Ayuda para adoptar esta actitud 1:5-8
4. El amplio panorama de las circunstancias 1:9-11
B. Las opciones en las pruebas 1:12-18
1. El último fin de las pruebas 1:12
2. La fuente de la tentación 1:13, 14
3. El progreso de la tentación 1:15
4. La bondad de Dios 1:16-18
C. La respuesta apropiada a las pruebas 1:19-27
1. La respuesta inapropiada 1:19, 20
2. La respuesta esencial 1:21
3. La respuesta completa 1:22-25
4. El comportamiento exterior 1:26, 27
III. Parcialidad y fe vital 2:1-26
A. El problema del favoritismo2:1-13
1. El mandato negativo 2:1
2. La práctica presente impropia 2:2-4
3. La inconsistencia del favoritismo 2:5-7
4. El deber del cristiano 2:8, 9
5. La importancia de la parcialidad 2:10, 11
6. La implicación de nuestro propio juicio 2:12, 13
B. La importancia de una fe vital 2:14-26
1. La afirmación de Santiago 2:14
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 7
Exposición
I. INTRODUCCIÓN 1:1
El escritor se identifica ante los receptores originales de esta epístola y los saluda para
presentarse a sus lectores.
Santiago (lit. Jacobo) era probablemente el medio hermano del Señor Jesucristo quien
evidentemente se hizo creyente más tarde durante el ‘ministerio terrenal’ de Jesús (cf. Jn.
7:5; 1 Co. 15:7). Se convirtió en el líder de la iglesia de Jerusalén en los inicios de su
historia (Gá. 2:9; Hch. 15:13-21).
Él se describe a sí mismo simplemente como un sirvo (gr. doulos) de Dios y del Señor
Jesucristo. Solamente él y Judas, otro medio hermano del Señor, se describen a sí mismos
en sus epístolas simplemente como siervos. Esto probablemente indica que ellos eran tan
bien conocidos en la iglesia primitiva que no necesitaban describirse con más detalles15.
Santiago no se refiere a sí mismo como al hermano de Jesús o al líder de la iglesia.
Evidentemente se propuso no ser conocido “según la carne” (2 Co. 5:16) solamente por
su Señor y Dios. Ser siervo de Dios era para él la más importante relación (cf. Ro. 1:1;
Fil. 1:1; Tit. 1:1; 2 P. 1:1; Jud. 1; Ap. 1:1). Él le daba a Jesús el mismo lugar que a Dios
al decir que era el siervo de Dios y del Señor Jesucristo. El término siervo no conllevaba
en el primer siglo ninguna denotación degradante como lo tiene ahora. En la Septuaginta,
doulos describe a los grandes líderes de Israel que ocuparon puestos de privilegio y honor
(p. ej., Moisés [Dt. 34:5; et al.]; David [2 S. 7:5; et al]; y los profetas [Jer. 7:25; 44:4;
Am. 3:7]). Al usar esta palabra, Santiago orgullosamente estaba afirmando que él
pertenecía a Dios y a Jesucristo en cuerpo y alma16.
Las 12 tribus (cf. Mt. 19:28; Hch. 26:7) en la dispersión más naturalmente se refería a los
judíos cristianos de la Diáspora, aquellos que vivían fuera de Palestina18. Ellos eran muy
probablemente miembros de la iglesia de Jerusalén que se habían ido de Jerusalén poco
14G. H. Rendall, The Epistle of James and Judaic Christianity, pp. 11, 12.
15Mayor, p. 29.
16Burdick, p. 167.
17Stulac, p. 30.
18Hiebert, pp. 32-34. Cf. Martin, pp. 8-11.
10 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
después del martirio de Esteban (cf. Hch. 8:1, 4; 11:19, 20)19. Lo que Santiago les
escribió a los judíos cristianos es normativo tanto para judíos como para gentiles ya que
ambos son uno en Cristo. No es natural tomar las 12 tribus como descriptivas de la
llamada “nueva Israel”, la iglesia, como algunos intérpretes lo hacen20. “Israel” puede
referirse y siempre se refiere a los descendientes físicos de Abraham en cualquier lugar
que aparezca en el Nuevo Testamento exactamente como sucede en el Antiguo
Testamento. Por otra parte no hay otra revelación que diga que la iglesia consista de 12
partes como se constituyó la nación de Israel.
¿De cuál clase de pruebas estaba hablando Santiago? ¿Quiso decir problemas como
quedarse sin dinero, o fallar una prueba escolar o tener que quedarse toda la noche
despierto con un hijo enfermo? Sí. La palabra griega que se traduce como “prueba”
(peirasmois) significa específicamente “la prueba de la fidelidad, integridad, virtud,
constancia del hombre... también la tentación del pecado”22. Están a la vista las diferentes
tentaciones que se salen de la voluntad de Dios. El contexto apoya esta conclusión. El
versículo tres repite estas pruebas como “la prueba de vuestra fe”. Santiago hablaba de
las diferentes clases de prueba en las cuales experimentamos la tentación de acompañar al
pecador en vez de permanecer fieles al Salvador. Él no hizo diferencia entre tentaciones
internas y externas23. Las tentaciones vienen de ambas fuentes (cf. v. 14). Cualquier
tentación constituye una prueba de nuestra fe, es decir, una tentación para dejar de confiar
en Dios y obedecerlo.
19Algunos eruditos creen que él vivía en Palestina (p. ej., Zane C. Hodges, The Epistle of James: Proven
Character through Testing, p. 12). Sin embargo, el lugar de los receptores no afecta significativamente la
interpretación de la epístola.
20P. ej., R. V. G. Tasker, The General Epistle of James, pp. 39, 40; Motyer, p. 24.
21Davids, p. 64.
22A Greek-English Lexicon of the New Testament, s.v. “peirasmos”.
23James B. Adamson, The Epistle of James, p. 53.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 11
Note que Santiago les estaba hablando a cristianos: “Hermanos míos”24. Este título
aparece 15 veces en esta epístola (cf. 1:16, 19; 2:1, 5, 14; 3:1, 10, 12; 4:11; 5:7, 9, 10, 12,
19).
Santiago les aconsejó a sus lectores que vieran las diferentes pruebas y tribulaciones que
iban encontrando en sus vidas como oportunidades de crecimiento. No los insta a
regocijarse por estar pasando pruebas. No les recomienda tener una actitud masoquista de
regocijo antinatural en experiencias dolorosas. En su lugar, les manda que vean sus
pruebas como beneficiosas aunque desagradables. Otra traducción para “sumo gozo”
puede ser “todo gozo”. La actitud por la que Santiago abogó puede quitar toda amargura
hasta de la más incómoda prueba. Haciendo caso omiso de la fuente de nuestras
dificultades –el mundo, nuestra carne o el maligno– podemos y debemos estar contentos
cuando pasamos por ellas. La razón sigue a continuación.
Las pruebas son los medios que Dios usa para hacer de los cristianos la clase de gente
que le brinda honor a su nombre. “Probar” (gr. dokimion) implica demostrar la verdadera
cualidad de algo cuando es sometido a prueba. La verdadera naturaleza del oro se hace
evidente cuando el refinador calienta el oro en el fuego. Similarmente el carácter de Dios
en el cristiano que está ahí debido a la presencia del Espíritu Santo se vuelve aparente a
través de las pruebas.
Estas son pruebas de nuestra “fe” en el sentido que nuestra confianza en Dios y nuestra
obediencia a él están siendo estiradas hasta el límite. Las pruebas pueden resultar en
aguante, en firmeza y perseverancia (en lugar de “paciencia” [AV]). La palabra griega
que se usa para “aguante” (hypomonen) describe la cualidad que capacita a la persona a
permanecer en sus pies cuando enfrenta la tormenta26. Si nos sometemos a ellas,
finalmente nos harán maduros (totalmente desarrollados) y completos (desarrollados en
cada área esencial de nuestra vida). Por lo tanto, no debemos tratar de escapar de las
24Hiebert,p. 56.
25Hodges, p. 18. Ver también Thomas D. Ice, “Dispensational Hermeneutics”, en Issues in
Dispensationalism, p. 32.
26William Barclay, New Testament Words, pp. 144, 145. Cf. Nigel Turner, Christian Words, pp. 318, 319.
12 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
Dios llevará a cada creyente que soporte las pruebas, en vez de que huya de ellas, a una
madurez relativa cuando perseveremos en ellas. Santiago enseñó que en vista de este
hecho debemos regocijarnos en nuestras pruebas en lugar de rebelarnos en contra de
ellas. Estas son instrumentos de Dios para perfeccionarnos.
El concepto de vivir por fe que Santiago introduce aquí por primera vez parece ser el
tema que une todas las partes de esta epístola28. El cristiano que no solamente
experimentó justificación por fe en el pasado sino que está viviendo por fe en el presente
(confiando en Dios y obedeciéndolo) es a lo que Santiago llama vivir por fe29.
1:7 Tales problemas personales no son solamente subjetivos, lo(a) dirigen las
circunstancias sensoriales en vez de Dios, pero ellas serán también
objetivas. Él o ella realmente está a merced de las circunstancias y los
eventos más allá de nuestro control. Este tipo de personas inconsistentes se
32J.A. Kirk, "The Meaning of Wisdom in James: Examination of a Hipótesis”, New Testament Studies 16
(1960):24-38.
33En griego esta es una condición de primera clase que asume que una condición es como la realidad por el
bien del argumento.
34Adamson, p. 57.
14 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
En resumen, Dios nos ayudará a tomar su visión ante las pruebas, la cual Santiago
explicó en los versículos 3 y 4, si se lo pedimos en oración. Podemos estar gozosos
mientras experimentamos pruebas que constituyen tentaciones que nos alejan de la
voluntad de Dios. Lo podemos hacer porque sabemos que si permanecemos fieles a Dios,
él va a usar esas pruebas para producir lo que lo glorifica y lo que es bueno para nosotros.
Santiago ha estado exhortando a sus lectores a adoptar la visión de Dios de sus pruebas.
Ahora ha ensanchado la perspectiva de ellas y los ha animado a adoptar la visión de Dios
en todas sus presentes circunstancias.
1:10 De la misma manera, el materialmente rico debe recordar que sus riquezas
son temporales y que la verdadera condición ante Dios es la de la
humildad. En cualquier parte, la hierba no es robusta, pero en algunas
partes de Palestina solamente está verde durante algunas semanas. El
término “la flor de la hierba” evidentemente se refiere a Isaías 40:6-8. Es
una combinación de dos pensamientos, a saber, que la hierba se marchita y
la flor pierde su color. En hebreo, mezclar metáforas era una forma de
enriquecer el pensamiento36.
Nuestras pruebas tanto como nuestros triunfos en la tierra son solamente temporales. Este
hecho debería ayudarnos a soportar nuestras pruebas y a no volvernos confiados en
nuestros triunfos.
Esta introducción al libro (vv. 2-11) está en balance con la conclusión (5:7-20). Ambas
secciones hablan de la necesidad de la paciencia (1:2-4; 5:7-12) y de la oración (1:5-8;
5:13-18), y ambas terminan con un énfasis en todas las circunstancias contrastantes de la
vida (1:9-11; 5:19, 20)42.
37P. ej., Mayor, pp. 45, 46; Adamson, p. 62; Hiebert, James, p. 78; C. Leslie Mitton, The Epistle of James,
p. 33.
38P. ej., Davids, pp. 76, 77; Stulac, pp. 195, 199; Martin, pp. 25, 26.
39Hodges, p. 23.
40Adamson, p. 66.
41Burdick, p. 169.
42Motyer, p. 12.
16 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
Hasta aquí, Santiago reveló el valor de las pruebas, en la forma que las usa Dios para
perfeccionar al cristiano, y cómo obtener la perspectiva de Dios en las pruebas cuando
esto es difícil de ver. Luego, procede a explicar las consecuencias de la obediencia y de la
desobediencia y la fuente de las tentaciones de manera que sus lectores puedan manejar
las pruebas efectivamente.
En vista de la forma en la que Dios usa las pruebas en nuestra vida, deberíamos
perseverar gozosamente en la voluntad de Dios. El cristiano que persevera en las pruebas,
que no cede a la tentación para alejarse de la voluntad de Dios, demuestra su amor por
Dios43. Son aquellos que perseveran en las pruebas por amor a Dios a los que él
recompensará con la corona de la vida. Solamente la persona que soporta recibirá la
bendición44.
“Es evidente que ‘esta vida que Dios ha prometido es más que la vida
eterna dada a cada creyente en el momento de la salvación’ (Jn. 5:24). Ya
que es una recompensa por un logro posterior a la fe inicial, se debe referir
a una todavía mayor calidad de vida”46.
“La idea de que todos los cristianos aman a Dios es una ficción. Aun
nuestro Señor sintió la necesidad de exhortar a su círculo interno de 11
43Santiago usó la misma palabra griega usada aquí para pruebas que usó en el versículo dos, pero aquí se
presenta el sentido negativo de la palabra. Ver Buist M. Fanning, “A Theology of James”, en A Biblical
Theology of the New Testament, p. 419.
44Ver Mayor, p. 194.
45Stulac, p. 49.
46Burdick, p. 171.
47Arlen L. Chitwood, Judgment Seat of Christ, p. 157.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 17
Las otras “coronas” a las que se refieren los otros autores del Nuevo Testamento son
probablemente también referencias a la llenura de las cualidades mostradas en sus
contextos. Probablemente no sean coronas materiales (cf. 1 Ts. 2:19; 2 Ti. 4:8; 1 P. 5:4;
Ap. 2:10). En otras palabras, podríamos interpretarlas como una metáfora en vez de como
coronas literales. Aquellos que le demuestran su amor al Señor perseverando en las
pruebas recibirán vida a la mayor potencia en el presente y en el futuro.
Santiago no quería que sacáramos la conclusión de que porque Dios permite que
experimentemos pruebas, entonces él es la fuente de la tentación. Una deducción de tal
naturaleza nos puede llevar a caer en el pecado.
Jesús les enseñó a sus discípulos a orar: “No nos metas en tentación” (Mt.
6:13; Lc. 11:4). Jesús usó una figura del lenguaje (i.e., litote) en la cual
expresó una idea positiva negando lo contrario50. Él no implicó que Dios
nos metiera en tentación. Su punto fue que él puede ayudarnos a estar lejos
de ella. Esencialmente quiso decir que le podemos pedir a Dios que nos
permita experimentar la menor tentación posible. Santiago no estaba
contradiciendo la enseñanza de Jesús.
1:14 En vez de culpar a Dios, necesitamos reconocer que nosotros somos los
responsables cuando cedemos a la tentación, no Dios. No hay nada en
Dios que responda positivamente al pecado, pero sí hay mucho en
nosotros que lo hace.
48Hodges, pp. 26, 27. Ver también Joe L. Wall, Going for the Gold, pp. 128, 129, 140-151. Para otras
promesas para aquellos que aman a Dios, ver Éxodo. 20:6; Deuteronomio. 7:9; 30:16, 20; Jueces. 5:30;
Salmos. 5:11; Isaías. 64:4; 1 Corintios. 2:9; y 2 Timoteo. 4:8.
49Mayor, p. 53. Ver también su amplia discusión sobre este tema en las pp. 195-197.
50Otros ejemplos de litote son: “no pocos” queriendo decir muchos, y “no pocas veces” queriendo decir
frecuentemente.
51Motyer, p. 50.
18 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
“
Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos
lo arrastran y seducen” (NVI).
“Deseo (epithymia) no siempre tiene un sentido negativo (cf. Lc.
22:15; Fil. 1:23), pero aquí, como en la mayoría de veces en el
Nuevo Testamento, se refiere a la carnalidad, el egoísmo, los
deseos ilícitos. Mientras que la palabra a menudo se refiere
específicamente a pasiones sexuales, aquí el uso del singular
sugiere una concepción más amplia”52.
¿Cuál diferencia práctica hace que Dios nos tiente o que él permita que experimentemos
tentación? Tal vez podamos apreciar la diferencia si pensamos en Dios como nuestro
Padre. Ningún buen padre terrenal deliberadamente seduciría a su hijo a que cayera. Sin
embargo, cada buen padre deliberadamente permitirá que su hijo entre en situaciones en
la vida en las cuales el hijo deba hacer escogencias morales. Nos damos cuenta de que
enviar al hijo a la escuela o a la comunidad, a la edad apropiada, es bueno para el niño
porque eso lo madura. De la misma manera Dios nos madura permitiéndonos que ciertas
experiencias nos ataquen, aunque él mismo solamente les da buenas cosas a sus hijos (Lc.
11:13).
La concupiscencia puede llevar a la muerte física del creyente (1 Jn. 5:16), y puede llevar
a la muerte física y espiritual del incrédulo. La vívida ilustración de Santiago acerca del
proceso del parto describe gráficamente la causa y el efecto de la relación entre la
concupiscencia, el pecado y la muerte. Dios desea llevarnos al cumplimiento de la vida
(v. 12), pero si respondemos impropiamente y caemos en la tentación no obtendremos la
corona de la vida sino la muerte. “Muerte” en el versículo 15 es lo opuesto a “vida” en el
versículo 12. El resultado final de rendirse a la tentación es la muerte, pero el resultado
final de resistir la tentación es el logro de la vida (cf. Jn 10:10).
“Esta atención que obtiene el lenguaje figurado está diseñada para detener
a los pecadores en su sendero, al ver que esa muerte es el natural y terrible
fin de una vida de pecado, no un resultado ocasional para algunos
pecadores”54.
Aquí Santiago defendió a Dios ante aquellos que dudaban de su bondad o veracidad o
que se habían dado por vencidos en la esperanza en tiempo de prueba y que habían
concluido que ese era su “destino”55.
1:16 Santiago quería que sus lectores no tuvieran dudas acerca del propósito y
métodos de Dios al tratar con sus hijos. La misma expresión “no erréis”
aparece en 1 Corintios 6:9; y 15:33. Dios definitivamente no es el autor de
la tentación56.
1:17 Cada acto de dar y cada don dado tienen su fuente en Dios. Esto no
incluye la tentación. Dios creó el sol y la luna a través de los que vemos
variación en la luz. Sin embargo, en el trato de Dios con sus criaturas no
hay variación. Él siempre hace todo para su propia gloria y el bien de sus
criaturas.
1:18 El mayor de los dones de Dios para los creyentes es el don de la nueva
vida en Cristo. La iniciativa de Dios nos proveyó este don a nosotros, y su
especial revelación nos la comunicó. Este versículo, junto con el anterior,
muestra claramente que Santiago creía que la vida eterna era un don de la
gracia de Dios. Necesitamos tener esto en mente cuando leemos la
discusión sobre la fe y las obras que hace Santiago a continuación en el
capítulo 2. Santiago también estuvo de acuerdo con Pablo que nuestra
salvación nace de la soberana voluntad de Dios (cf. Ro. 4:21, 22; 2 Co.
4:6). Él la inició.
55Martin, p. 39. El término teológico para la justificación del carácter de Dios es la “teodicea”.
56Cuando Dios le ordenó a Abraham que ofreciera a Isaac como sacrificio humano (Gn. 22:2) parecía que
Dios lo estaba tentando a asesinar. Dios impidió que él asesinara a su hijo (Gn. 22:12). Esto fue una prueba
de la obediencia de Abraham, no una solicitud de asesinato.
20 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
El punto de estos versículos (17, 18) parece ser que la intención de Dios para toda la
gente, y para los creyentes en particular, es invariablemente su bendición. En vez de ver
las tentaciones como provenientes de la voluntad de Dios, como enviadas del cielo,
debemos verlas como enemigas potenciales del crecimiento espiritual. En vez de cavar
bajo su peso debemos tomar vigor en contra de ellas. Podemos hacerlo sabiendo que el
esfuerzo nos mejorará de este lado de la tumba y cederá a un maravilloso galardón al otro
lado de la tumba.
Mucha gente ha observado que tenemos dos oídos y una boca, lo cual debe
recordarnos escuchar el doble de lo que hablamos (cf. Prov. 10:19;
17:27)60.
1:20 Una respuesta irritada a las tentaciones no permite que avance la justicia
en el carácter y conducta que Dios está buscando que se produzca en el
creyente.
La inmundicia que se presenta aquí parece ser toda clase de comportamiento indeseado
que yace fuera de la voluntad de Dios y esto incluye el enojo y la ira. Los despojos de
perversión” son aquellos malos hábitos de la vida que cargamos del mundo no redimido
(cf. Sal. 17:4; Lc. 6:45). El creyente debe aceptar obedientemente lo que Dios ha revelado
y debe responder cooperativamente a lo que Dios ordena. La Palabra de Dios tendrá
entonces un buen terreno en el cual crecer, y producirá una abundante cosecha de justicia
en el creyente.
Algunos intérpretes han entendido el plural de la frase “la cual puede salvar vuestras
almas” como implicación que las almas de los lectores de Santiago todavía necesitaban la
experiencia de la salvación de la eterna condenación. Debido a que sus lectores eran
cristianos (vv. 1, 2) algunos intérpretes creen que cuando el creyente peca pierde la
salvación y la necesitan de nuevo. Sin embargo, las palabras de Santiago usadas en el
contexto dejan claro que no es eso lo que él quiso decir. “Salvar su vida” o “salvarse así
mismos” (gr. psychas) es una mejor traducción (cf. Mt. 16:24-27; Mr. 3:4; Lc. 6:9; 9:56;
Stg. 5:20; 1 P. 1:9)65. “El alma no describe una parte del individuo diferente a otra parte
de él o de ella como el cuerpo; describe a toda la persona.
Obedeciendo la Palabra de Dios el creyente puede salvar su vida de las consecuencias del
pecado. La consecuencia final para un creyente es una muerte física (no eterna)
prematura (cf. 1:15; 5:19, 20; Prov. 10:27; 11:19; 12:28; 13:14; 19:16; Ro. 8:13; 1 Co.
11:30; 1 Jn. 5:16)67. Santiago todavía hablaba acerca de las consecuencias de obedecer y
desobedecer a Dios: la corona de la vida (v. 12) y la de la muerte (v. 15).
1:23, 24 Esta ilustración es tan clara y tan común que no necesita mucho
comentario. El verbo griego katanoeo se refiere a una observación
cuidadosa. No significa echar un vistazo, como alguien sugirió.
“Por lo tanto el pasaje cae en tres secciones, cada una con diferente
respuesta a la Palabra que Dios habla: oír (19b, 20), recibir (21) y
obedecer (22-25)”75.
Santiago procedió a explicar en 1:26—2:13 lo que una persona ansiosa de trabajar (1:25)
hace.
1:27 Cuidar a los huérfanos y a las viudas es una responsabilidad que está cerca
del corazón de Dios (cf. Ex. 22:21; Dt. 10:18; Is. 1:17; Jer. 5:28; Ez. 22:7;
Zac. 8:10). Aún muchos que profesan amarlo a él descuidan esto. (Sal.
68:5; Ec. 4:10; Mr. 12:40).76 Así mismo, la pureza moral personal es un
excelente indicador externo de santidad (cf. Hch. 15:20; 1 Ti. 5:22).
Santiago argumenta sobre realidades. Él no quiere que nos engañemos a
nosotros mismos pensando que somos espirituales si nuestra obediencia a
Dios es solamente superficial.
“Para resumir, los vv. 22-27 insisten en que la religión de una persona
debe consistir de algo más que actos superficiales. No es suficiente
escuchar las declaraciones de verdad espiritual (vv. 22-25), ni es suficiente
involucrarse en actividades religiosas (v. 26). La persona cuya experiencia
religiosa es genuina pondrá la verdad espiritual en práctica, y su vida
estará marcada por el amor a los demás y la santidad ante Dios”78.
En este capítulo, Santiago trata sobre el problema práctico de las pruebas y las
tentaciones. Usó el tema para recordarnos algunas verdades básicas que tienen
implicaciones en muchas otras áreas de la vida cristiana práctica. Algunas de estas áreas
tratan con compromisos consistentes con Dios y la obediencia a su Palabra.
Demostraremos un comportamiento tan genuinamente religioso que no se podrá
comparar con nada ni con el que nadie pueda tener cuando respondamos apropiadamente
a las tentaciones que vienen de la voluntad de Dios. La respuesta apropiada involucra
rechazar las tentaciones y regocijarnos en ellas porque creemos que Dios las está usando
para perfeccionarnos para su gloria.
76Ver Richard D. Patterson, “The Widow, the Orphan, and the Poor in the Old Testament and the Extra-
Biblical Literatura”, Biblioteca Sacra 130:519 (julio-setiembre, 1973):223, 234.
77Adamson, p. 85.
78Burdick, pp. 176, 177.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 25
Las similitudes aparecen tanto en el tema como en la estructura. Note los paralelos a
continuación entre Mateo 7:1-27 y Santiago 2:1-26.80
MATEO 7 SANTIAGO 2
1, 2 Prohibición en 1 Prohibición en contra del
contra de juzgar. favoritismo al juzgar.
3-5 Ilustración sobre 2-4 Ilustración de remover la
remover la falta propia parcialidad para
propia de manera poder juzgar o instruir a
de poder ayudar a otros.
remover la de
otros.
6 Advertencia sobre 5-7 Advertencia sobre no
no despreciar lo despreciar a hermanos
que es sagrado a ricos en fe a favor de otros
favor de los perros que le puedan hacer daño a
o los cerdos que le usted.
puedan hacer daño
a usted.
7-11 Ánimo para pedir y
creer.
12 Resumen de la ley 8-11 Resumen de la ley de amar
de hacer a los a otros como a nosotros
demás lo que mismos.
quisiéramos para
nosotros mismos.
13, 14 Resumen de la 12, 13 Resumen de la exhortación
exhortación a a seguir la ley de la
seguir la senda libertad.
angosta que guía
hacia la vida.
15-23 Advertencia en 14-19 Advertencia en contra de
contra de los falsos la fe muerta, que con la
profetas, que con la verdadera prueba presenta:
verdadera prueba obras.
presentaron: obras.
MATEO 7 SANTIAGO 2
24-27 Parábola para 20-26 Ejemplos para ilustrar
ilustrar poner las poner la fe en práctica.
palabras de Cristo
en práctica.
Puede ser de ayuda distinguir la parcialidad o el favoritismo (gr. prosopolepsia; Ro. 2:11;
Ef. 6:9; Col. 3:25; cf. Hch. 10:34) de algunos de sus sinónimos. Una definición de
prosopolepsia es la que sigue:
Parcialidad implica una inclinación a favor de una persona o cosa debido a un fuerte
apego o conexión. Decimos que un conductor de orquesta, por ejemplo, tiene parcialidad
81Adamson, p. 102.
82Ibid.,
p. 104.
83A Greek-English . . ., s.v. “prosopolepsia”, p. 551.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 27
por los trabajos de Brahms. Tratar a la gente con parcialidad puede surgir de una
predilección, de un prejuicio o de una inclinación. Predilección implica un vínculo
preconcebido que se formó como resultado del trasfondo de uno, el temperamento, etc.,
que lo inclina a uno a una particular preferencia. Podemos decir que una cierta persona
tiene predilección por los homicidios misteriosos. Prejuicio implica un juicio
preconcebido e irracional o una opinión, usualmente desfavorable en contra de alguien,
marcado por la sospecha, el miedo, la intolerancia o el odio. Podemos decir que el
prejuicio racial incita a la turba a linchar. Inclinación implica una tendencia a favor o en
contra de alguien o de algo sin juzgar con base en la exactitud de la preferencia. Uno
puede decir que alguien tiene una inclinación hacia el color azul. Santiago estaba tratando
principalmente con la parcialidad.
Existe debate entre los comentaristas acerca de que lo que se presenta sea
un caso de servicio público de adoración o una reunión congregacional
con el propósito de escuchar un caso judicial a la vista86. El término
“sinagoga” significa en la literatura cristiana antigua un servicio público
de adoración, pero los siguientes versículos podrían sugerir un marco
judicial. Este asunto no afecta mayormente el significado del pasaje.
84Davids,
p. 107.
85Martin,
pp. 60, 63.
86Adamson, p. 105, argumentó a favor de la primera opción y Martin, pp. 59, 61, a favor de la segunda.
28 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
Las tres preguntas de Santiago en estos versículos esperan respuestas positivas, como
queda claro en la construcción del texto griego.
2:5 Ya que Dios ha escogido a los pobres de este mundo para ser los
receptores de sus bendiciones es inconsistente para los cristianos retener
las bendiciones de ellos (cf. Mt. 5:3; Lc. 6:20). Realmente Dios ha
escogido más gente pobre que rica (Lc. 1:52; 1 Co. 1:26). El “reino” es
probablemente el reino milenial mesiánico en el cual los cristianos
participarán con Cristo a quien ellos aman88. Esto parece claro por el
contexto. Los herederos de este reino. Los que lo recibirán, son creyentes
(cf. 1:12; Mt. 5:3, 5; Mr. 10:17-22; 1 Co. 6:9, 10; Gá. 5:21; Ef. 5:5).
2:8 Santiago no quiso decir que los cristianos debían evitar honrar a los ricos
sino que debían amar a todos y tratar a cada individuo de la manera que
nos tratamos a nosotros mismos (Mt. 7:12; cf. Lv. 19:18). La ley “real”
(gr. basilikos) es real en que es la ley del rey que gobierna el reino (gr.
87Hiebert,James, p. 139.
88Ibid.,
p. 141.
89Mayor, p. 88.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 29
basilikon) que los creyentes heredarán (v. 5)90. También es real en que es
principal, gobierna todas las otras leyes que tratan con las relaciones
humanas (Mt. 22:39; cf. Lv. 19:18). Además, es “conductora de una
disposición mayor que es digna de un rey”91.
2:9 En este versículo, Santiago usó la forma verbal de la misma palabra griega
que usó en el versículo 1, prosopolepteo. El tipo de trato preferencial con
el que lidiaba Santiago en este pericopio (2:1-13) viola la ley real porque
trata a unos como a inferiores y a otros como la fuente de un favor
especial (cf. Hch. 10:34). También viola mandatos específicos que se
encuentran en la Palabra de Dios que revelan la voluntad de Dios en los
tratos interpersonales (Mt. 7:12; cf. Lv. 19:15).
“Cualquiera que muestre favoritismo rompe la suprema ley del amor por
su prójimo, la ley que contiene todas las leyes que gobiernan las relaciones
de alguien con la de los semejantes de alguien”93.
2:10 Santiago anticipó que algunos de sus lectores podrían sentir que el trato
preferencial no era algo importante. Por lo tanto, señaló que la práctica de
preferir a ciertos individuos hace que uno viole la ley de Dios. Nos
hacemos culpables de todo en el sentido de que hemos violado la ley de
Dios, no de que hayamos violado cada mandamiento de la ley. Uno nunca
debe pretender comportarse justamente porque ha cumplido solamente una
parte de la leyes de Dios.
2:11 Santiago ilustró este punto con un caso hipotético que involucraba dos
severas violaciones de la ley. Todos los pecados no son igualmente serios
en cuanto a que las consecuencias de algunos pecados son mayores que
otras, pero todos los pecados son igualmente serios en que cualquier
pecado es una violación a la voluntad de Dios.
2:12 La ley de la libertad (1:25) es la ley de Dios que nos libera ahora. Es la
misma que la ley de Cristo (Gá. 6:2) en contraste con la ley mosaica.
Libres como somos bajo la ley de Cristo, necesitamos recordar que Dios
nos juzgará (Ro. 14:10-13; 1 Co. 3:12-15; 2 Co. 5:10). Necesitamos hablar
y actuar en conformidad, a saber, sin prejuicio hacia los demás.
En la vida moderna, la parcialidad asoma algunas veces debido a las diferencias en los
niveles económicos, raza, preferencias religiosas, puntos de vista políticos, trasfondo
educativo y opiniones personales, para nombrar algunos pocos96. Para los cristianos es
algunas veces más difícil ser imparcial con los pecadores que presumen de su pecado que
con aquellos que reconocen haber pecado. Sin embargo, debido a que Cristo murió por
todos debemos extendernos a todos de la misma manera que él lo hizo en vez de ser poco
amables o parciales. Esto es cierto ya sea que los pecadores sean homosexuales, pacientes
con SIDA, asesinos de bebés no nacidos, mentirosos, adúlteros, ladrones o chismosos.
94Hiebert,James, p. 148.
95Burdick, p. 180.
96Ver Larry A. Mercer, “A Biblical and Cultural Study of the Problem of Racism”, Biblioteca Sacra
153:609 (enero-marzo, 1996):87-103.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 31
Este alcance será un correcto indicador de la magnitud de cuánto el amor de Dios nos
controla (cf. 1:27).
Esta sección de versículos puede levantar una pregunta en algunas mentes en relación con
cómo Santiago vio la relación de los cristianos con la ley mosaica. ¿Estaba implicando él
que somos responsables de guardar todo el código mosaico? Sus propias palabras ante el
concilio de Jerusalén muestran que esta no era su postura (cf. Hch. 15:13-21). Dios dio la
ley mosaica tanto para regular la vida de los israelitas como para revelar el carácter y los
propósitos de Dios a los israelitas y a todos los otros pueblos. Su función reguladora cesó
cuando Jesús murió en la cruz (Ro. 10:4; He. 7:12). Su valor revelador permanece para
siempre; es parte de la Escritura que todavía es beneficiosa (2 Ti. 3:16). La revelación
moral de Santiago referida aquí es tan aplicable ahora como lo fue antes de la cruz. Dios
todavía espera que la gente viva en su luz. Aunque Dios ha terminado la ley mosaica
como un cuerpo codificado de la ley, algunos mandamientos individuales dentro de este
pacto continúan vigentes bajo la “ley de la libertad”. Estas son las leyes que afectan toda
la conducta humana en contraste con aquellas que afectan solamente la vida de los
israelitas. Los cristianos viven bajo un nuevo juego de reglas: la ley de la libertad. Los
israelitas vivían bajo un juego diferente de reglas: la ley de Moisés. El hecho de que la
“regla de oro” fuera parte de la ley mosaica tanto como de la ley de Cristo no significa
que todavía estamos bajo la ley mosaica97.
Algunos han visto esta sección como si se tratara de un tema nuevo, la relación entre la fe
y las obras, mientras que la anterior trataba de la parcialidad (vv. 1-13). Me parece, no
obstante, que esta sección se relaciona con la anterior de la misma manera que 1:19-27 se
relaciona con 1:2-18. Trata con un asunto mayor y más básico que se conecta y está
debajo del problema práctico recién discutido.
97Para una mayor discusión de la relación del cristiano con la ley mosaica, ver Charles C. Ryrie, “The End
of the Law”, Biblioteca Sacra 124:495 (julio-setiembre, 1967):239-247; y J. Dwight Pentecost, “The
Purpose of the Law”, Biblioteca Sacra 128:511 (julio-setiembre, 1971):227-233.
98Mayor, p. 95.
32 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
Santiago recién trató sobre los cristianos que profesaban amar a los demás pero
practicaban favoritismo personal que demostraba que no era cierto. Ahora presenta el
más grande asunto del creyente que no da evidencia de su fe por la manera en la que vive.
Comienza por cuestionarse la vitalidad de la fe. La forma de esta pregunta en el griego
original espera una respuesta negativa. Si lo traducimos: “¿Podrá esa clase de fe
salvarlo?” o ¿Podrá tal fe salvarlo?”, podemos descaminar al lector. La misma
construcción existe en 1:2-4; 2:17, 18, 20, 22, 26; y en 1 Corintios 13:4 donde la adición
de “esa clase de” o “tal” da una obvia traducción impropia. La presencia del artículo
definido “la” con el sustantivo abstracto “fe” enfatiza el sustantivo. Santiago dice que la
fe sin obras no puede salvar a una persona. Las obras son una condición para cierta clase
de salvación.
99Wiersbe, p. 63.
100Esta es la postura de la mayoría de los arminianos.
101P. ej., Burdick; Tasker; Motyer; Fanning, pp. 424-427; John F. MacArthur, Faith Works, pp. 139-155.
MacArthur, p. 152, escribió “El contraste de Santiago es entre dos clases de fe: una que salva y otra que no
salva”.
102P. Ej., Hodges, Wiersbe; Dillow; R. T. Kendall, Once Saved, Always Saved.
103Para una respuesta que abogue por el señorío de la salvación que sostenga esta posición, ver Robert N.
Wilkin, “Can Faith Without Works Save? James 2:14”, Grace Evangelical Society News 9:5 (setiembre-
octubre, 1994):2, 3.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 33
Esta declaración parece contradecir la afirmación de Pablo que las obras no son una
condición para tener la salvación (p. ej. Ef. 2:8, 9; Ro. 11:16: et al). Sin embargo, Pablo y
Santiago hablaban de diferentes aspectos de la salvación. Esto es claro en la anterior
aserción de Santiago que dice que sus lectores cristianos (1:18) serían capaces de salvar
sus “almas” (mejor “vidas”) si obedecían la Palabra de Dios (1:21). Jesús también hizo
advertencias similares al decir que si sus discípulos no lo seguían podían perder su
“alma” (i.e., vidas; cf. Mt. 16:24-26; Mr. 3:4; 8:34-37; Lc. 9:23-25). Él usó la misma
palabra griega que usó Santiago para describir la vida (i.e., psyche). La traducción “vida”
por “alma” puede descaminarnos, no obstante, a concluir que solamente la vida física está
a la vista cada vez que leemos esta palabra (psyche). En vez de eso, la palabra psyche
describe totalmente a la persona, no solamente nuestra vida eterna (cf. 1 P. 1:9). Cada
aspecto de nuestra vida debe estar a la vista, y el contexto nos ayudará a determinar cuál
es.
“Sería difícil encontrar un concepto que fuera más rico y más variado en
significado que el concepto bíblico de salvación. La anchura de la
salvación es tan arrolladora y la intención de su objetivo tan espléndido
que en muchos contextos las palabras usadas se resisten a una definición
precisa. Sin embargo, estas dificultades no han impedido que numerosos
intérpretes asuman, a menudo sin ninguna justificación contextual, que las
palabras usadas invariablemente significan ‘liberación del infierno’ o ‘ir al
cielo cuando usted muera’. Puede sorprenderles a muchos que este uso de
‘salvación’ (gr. soteria) podría haber sido el menos común de los
significados que llegó a la mente de los lectores de la Biblia en el primer
siglo. Verdaderamente, en 812 usos de las diferentes palabras hebreas
traducidas como ‘salvar’ o ‘salvación’ en el Antiguo Testamento,
solamente (7.1 por ciento) se refieren a la salvación eterna”105.
104Muchos comentaristas creen que Santiago se refería a la salvación escatológica (es decir, salvación de la
condenación eterna). Esta interpretación obviamente involucra hacer obras como un tipo de condición para
ese aspecto de la salvación, lo que parece contradecir la clara revelación que la salvación del infierno es
solamente por gracia.
105Dillow, p. 112, cf. pp. 187-194. Ver también Alfred Plummer, The General Epistles of St. James and St.
Jude, p. 137; Martin Dibelius, James, p. 178; y W. Nicol, “Faith and Works in the Letter of James”,
Neotestamentica 9 (1975):7-24. Para un corto y popular tratamiento, ver Robert N. Wilkin, “Repentance
and Salvation, Part 2: The Doctrine of Repentance in the Old Testament”, Journal of the Grace
Evangelical Society 2 (primavera 1989):14.
34 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
Como lo hizo anteriormente (vv. 2-4), Santiago proveyó una hipotética, aunque no poco
común situación para ilustrar su postura (vv. 15, 16).
Santiago concibió una situación que bien pudo haber tenido lugar en su iglesia en
Jerusalén donde había muchos santos pobres (Ro. 15:25-31; 1 Co. 16:3). Todas las
personas en la ilustración eran cristianos genuinos como se ve claramente en los términos
que usó Santiago para describirlos (cf. “hermanos” en 1:2; 2:1, 14; 3:1). La situación que
describió acentúa lo absurdo de pretender tener una fe vital al mismo tiempo que no hay
obras (es decir, no obedecer la Palabra de Dios; cf. 1 Jn. 3:17, 18). Una bendición no
salva a un hombre hambriento de la muerte; solo el pan puede hacerlo.
“¿Qué bien hace, mis hermanos cristianos, si alguien entre ustedes tiene fe
y sin embargo no actúa por fe? La fe ciertamente no le puede preservar la
vida, ¿verdad? Sería la misma cosa si uno de ustedes hablara con algunos
hermanos cristianos que han sido despojados de las cosas necesarias para
vivir y usted les dice: ‘Váyanse a su casa en paz y caliéntense, y llénense’.
Pero si no les das las cosas que ellos necesitan para sobrevivir, ¿qué bien
les harían tus palabras? ¿Se salvarían sus vidas por tus palabras de
confianza? De la misma manera cuando la fe permanece sola, debido a
que fallaste en actuar por fe, tu fe inactiva es tan muerta como tus inútiles
palabras hacia tus desvalidos hermanos. No tienen ningún poder
preservador”106.
Santiago no estaba diciendo que una persona que responde a las necesidades de otro
cristiano como en los versículos 15 y 16 muestra que ha fallado al ejercitar la fe salvadora
y que está desprovista de la vida eterna. Él estaba diciendo que la fe, si las obras (es
decir, la obediencia a la Palabra de Dios) no la acompañan, es muerta.
“Muerta” no significa que no exista sino que es inactiva, muerta (cf. v. 14). Este es un
punto muy importante.
A continuación, Santiago introduce una objeción a su tesis que la fe sin obras es muerta.
La pone en la boca de un objetante hipotético. Este mecanismo literario de objeción y
respuesta fue comúnmente usado por Pablo. (Ro. 9:19, 20; 1 Co. 15:35, 36). Es la diatriba
o perorata109. La forma de la diatriba nos ayuda a identificar que lo que sigue es la
declaración de un objetante y que lo siguiente es la respuesta al objetante.
La NVI tiene al objetante diciendo solamente la primera parte de este versículo: “Tú
tienes fe, y yo tengo obras”, y Santiago respondiendo en la última parte del versículo. La
RVR-1995 tiene al objetor diciendo todo el versículo. ¿Cuál es correcto? En el texto
griego no había signos de puntuación, de manera que tenemos que determinar con base
en lo que escribió Santiago. El objetante parece que establece su postura a manera de
argumento en vez de una simple declaración. Este hecho parece claro por el contexto en
el cual Santiago responde con una refutación (vv. 19-23). Por lo tanto, en este versículo
yo prefiero la puntuación de la RVR-1995.
El objetante afirma que las buenas obras son una señal necesaria de la fe salvadora. Él
dice: “No puedes probar que tienes fe a menos que tengas obras, pero debido a que tengo
obras, tú puedes ver que tengo fe”110. Este es el argumento que han usado muchos
evangélicos: la evidencia necesaria de una persona que ha sido salva (justificada) es sus
buenas obras (santificación). Si no está haciendo buenas obras, no es salvo. Las obras
siempre evidencian fe, dicen ellos. Si esta postura es verdadera, ¿por qué Jesús les enseñó
a sus discípulos que algunos que están “en mí” no llevan fruto? (Jn. 15:2, 6)?
La idea que la evidencia de la santificación debe estar presente antes que el pecador
pueda tener total seguridad de su justificación la popularizaron algunos predicadores
reformados después del tiempo de Juan Calvino. Esta idea ni proviene de las Escrituras ni
la sostuvo Juan Calvino. Teodoro Beza en Génova y William Perkins en Inglaterra fueron
figuras líderes en la desviación calvinista de las propias enseñanzas de Juan Calvino en
relación con la fe y la seguridad111.
Algunas personas han concluido que la razón de Santiago para usar los
demonios como ilustración fue para mostrar que el ascenso intelectual a la
verdad no es suficiente. Para experimentar regeneración, una persona no
solo debe aceptar el mensaje del evangelio como verdadero sino confiar en
el Salvador para que la salve. Aunque es verdad que el ascenso intelectual
111Ver R. T. Kendall, Calvin and English Calvinism to 1649; idem., Once Saved…., pp. 207-217; y M.
Charles Bell, Calvin and Scottish Theology: The Doctrine of Assurance.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 37
2:20 Santiago pensó que el argumento del objetante era tonto. Incluso afirmó
que sin buenas obras la fe de una persona es muerta, no inexistente, sino
muerta (gr. argos, ineficaz, lit. sin obras; cf. Mt. 20:3, 6).
Santiago luego procedió a explicar lo que quiso decir con “muerta” en los
versículos 21-23. Note cuán frecuentemente Santiago dijo que escribía
acerca de la fe muerta que no estaba acompañada de obras, no de la fe
ausente que no estaba acompañada de obras (1:26; 2:14, 16, 20).
2:21 Este versículo al principio parece contradecir otros versículos que dicen
que Dios declaró a Abraham justo cuando Abraham creyó en la promesa
de Dios (Gn. 15:1-6; Ro. 4:1-5). La solución al problema descansa en el
significado de “justificado”. Esta palabra siempre significa declarar a
alguien justo, no hacer a alguien justo (cf. Ex. 23:7; Dt. 25:1; 1 R.
2:22 La fe de Abraham “se perfeccionó” por sus obras en el sentido que sus
obras fortalecieron su fe. Esta es otra manera de expresar la misma idea
que Santiago estableció en 1:2-4. La madurez viene conforme
perseveramos en la voluntad de Dios cuando nos encontramos en pruebas.
2:23 Génesis 15:6 fue cumplido cuando Abraham ofreció a Isaac, en el sentido
que la fe de Abraham se volvió abundantemente clara en esa ocasión.
Santiago parece haber incluido el hecho de que Dios por esta razón llamó
a Abraham su amigo. Quería mostrarle que la continua y obediente fe, no
115La falla al definir justificación bíblicamente es lo que ha llevado a algunos intérpretes reformados a
concluir que todo el que es verdaderamente justificado inevitablemente se comportará justamente.
116Ver Victor P. Hamilton, The Book of Genesisw Chapters 1—17, p. 441.
117Hodges, The Gospe…., pp. 29, 30.
118Mayor, p. 104.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 39
2:24 El uso del plural “vosotros” en este versículo en el texto griego muestra
que Santiago había terminado de contestarle al objetante. De nuevo estaba
dirigiéndose a sus lectores (cf. vv. 14-17).
Las obras nos declaran justos en el sentido de que nuestras obras testifican
ante los espectadores que hemos ejercido fe salvadora. Ellas son el fruto
externo que da testimonio de la vida eterna que existe dentro. “Vosotros
veis… por las (sus) obras”. Sin embargo, Santiago previamente dijo que
no todo creyente produciría fruto visible (v. 17; cf. Jn. 15:2). Tal fe del
creyente no es productiva sino “muerta”. No obstante, él tiene fe. Algunos
incrédulos parecen producir fruto de fe salvadora, pero Dios un día
expondrá tanto su “trigo” como su “cizaña” (Mt. 13:30).
2:26 La fe sin obras es como un cuerpo muerto sin espíritu humano. No tiene
valor práctico. Esta es la ilustración final y la afirmación del tema. Cuando
dejamos de obedecer a Dios, nuestra fe se vuelve ortodoxia muerta. La fe
vital entonces se vuelve fe muerta. Tanto el cuerpo muerto como la fe viva
estuvieron vivos en un tiempo.
“Ni una sola vez Santiago cuestionó si el rico –o el pobre– eran salvos;
tampoco los reprendió de tal manera que causara que se preguntaran si
eran salvos. Nunca dijo, por ejemplo: ‘El problema con ustedes es que
ustedes no son salvos’. No les presentó un plan de salvación; no les
advirtió de una falsa seguridad; no se fue a las bases de la fe salvadora”125.
Para resumir, creo que Santiago escribió los versículos 14-26 queriendo decir esto: Las
buenas obras no son necesarias para evitar que vayamos al infierno. Sin embargo, son
necesarias para evitar que caigamos bajo el castigo disciplinante de Dios que podría
resultar en muerte física prematura. Es posible que un cristiano no use su fe y pare de
“caminar por fe”. En un caso así su fe no es de uso práctico aquí y ahora. Por lo tanto,
nosotros que somos cristianos debemos cuidar de mantenernos confiando y obedeciendo
a Dios día a día. Es posible que un cristiano ejercite “fe salvadora” y deje de “caminar
por fe”. Eso es precisamente lo que Santiago nos advierte que evitemos. Él trata
principalmente con la santificación, no con la justificación, aquí y a través de la epístola.
Esta es una enseñanza de vida, no una enseñanza sobre cómo llegar a ser cristiano.
Uno de los más importantes aspectos de nuestras obras, de las cuales Santiago ha estado
discutiendo, son nuestras palabras. Llevamos a cabo muchas de nuestras obras con
palabras. Luego, Santiago les dio a sus lectores instrucciones concernientes a sus palabras
para ayudarlos a entender y aplicar la voluntad de Dios en esta área de la vida de ellos.
Sin embargo, lo que enfoca Santiago es el particular mal uso de la lengua en la adoración
cristiana (cf. 1 Co. 12:3; 14:27-39).
“…en su usual manera [Santiago] regresa al tema del habla (1:19, 26) y les
advierte a los verdaderos cristianos del peligro de la lengua…”128.
Al igual que en los capítulos anteriores, Santiago presentó un nuevo tema con un
mandato (cf. 1:2; 2:1).
En el tiempo de Santiago, los judíos respetaban mucho a los maestros (rabíes), los veían
con gran temor y los honraban mucho (cf. Mt. 23:8). El servicio de la sinagoga les daba
oportunidad a los hombres de la congregación de levantarse y dirigirse al resto de la
asamblea (cf. Hch. 13:15). Los cristianos importaron esta oportunidad a las reuniones de
la iglesia primitiva (cf. 1 Co. 14:26-33). Por lo consiguiente, había muchos en la
audiencia de Santiago quienes, aunque no reunían las habilidades, aspiraban a enseñarles
a otros públicamente para tener prestigio. Santiago les advirtió que Dios juzgaría a los
128Adamson, p. 138.
129Mayor, p. 107.
130Martin, p. 104.
131Ibid., p. 107.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 43
maestros en forma más estricta que a los que no eran maestros porque probablemente
sabían la verdad y pretendían vivir por ella.
La persona que habla mucho va a errar más en su habla. La lengua es el miembro más
difícil que el cuerpo pueda controlar. Nadie ha podido controlarla excepto Jesucristo.
“Aunque no todos los pecados que recaen en una persona son
necesariamente los mismos compartidos por otros, todas las personas tiene
por lo menos un pecado en común, llamado el pecado de la lengua”133.
3:3 Sucede igual con los caballos que con los humanos. Si podemos controlar
la lengua, podemos tener todo el animal bajo control.
3:4 Este segundo ejemplo añade otro elemento: la lengua controlada puede
sobrepones grandes obstáculos. Santiago había observado muchos barcos
en el mar de Galilea y probablemente en el Mediterráneo que eran
llevados por fuertes vientos.
3:5 Las dos ilustraciones anteriores comparten una característica que Santiago
señala seguidamente. Aunque pequeña y comparativamente insignificante,
la lengua puede afectar grandes cambios en desproporción con su tamaño.
El freno, el timón y la lengua, aunque son pequeños, tienen poder para
dirigir. Esta interpretación parece preferible a la que toma el versículo 5
como una declaración de que la lengua puede hacer reclamos pretenciosos.
Santiago no había declarado esa idea previamente, pero esta oración
sostiene una conexión con la que precede.
3:7 El ser humano ha tomado todas las mayores formas de vida animal bajo su
control. Por ejemplo, personas les han enseñado a leones, tigres y monos a
saltar a través de aros. Les han enseñado a los pericos y a los canarios a
hablar y a cantar. Han encantado a las serpientes. Han entrenado a los
delfines y a las ballenas a ejecutar diferentes piruetas y faenas. Los
antepasados se enorgullecían de la habilidad de los humanos de
domesticar y controlar al reino animal138. “Domesticar” es tal vez una
palabra muy fuerte. “Domar” debe ser una mejor traducción para la
palabra griega (damazo).
3:8 Sin la ayuda del Espíritu Santo ningún ser humano ha sido jamás capaz de
domar su propia lengua. Es mucho más peligrosa que cualquier feroz
animal, porque nunca descansa, y puede destruir simplemente con
palabras. El fuego, los animales y la lengua tienen el poder de destruir (cf.
v. 5).
3:9 Honramos a Dios con nuestras palabras, excepto cuando damos la vuelta y
deshonramos a otras personas con lo que decimos. Esto es inconsistente
debido a que el hombre está hecho a la imagen de Dios (Gn. 1:27).
3:11, 12 Las ilustraciones destacan esta inconsistencia natural (cf. Mt. 7:16). Una
fuente de agua puede producir solamente una clase de agua. Un árbol
solamente produce fruto de su propia especie. De la misma manera que un
manantial salado no puede producir agua fresca, tampoco una naturaleza
humana caída produce palabras puras. Una fuente, un árbol y la lengua
tienen el poder de deleitar (cf. vv. 5, 8).
Como en los capítulos anteriores, Santiago trató sobre la raíz causante del
comportamiento humano que está fuera de la armonía con la voluntad de Dios. Él hace un
fuerte contraste con los maestros religiosos a los que Jesús reprendió por su
superficialidad e hipocresía. Estaba, por supuesto, retratando el comportamiento humano
como si estuviera naturalmente separado de la influencia santificadora del Espíritu Santo.
Al igual que en los capítulos anteriores, Santiago comienza su discusión sobre el habla
humana con una exhortación práctica y continúa tratando cada vez más con asuntos
básicos. Habló de la importancia de controlar la propia mente seguidamente de capacitar
a sus lectores a entender cómo controlar la lengua. La sabiduría en la mente afecta el
propio uso de la lengua. Note las palabras clave “sabio” y “sabiduría” (vv. 13, 17), que
encierran el pensamiento de esta sección, además de la prominencia de “pacífica” y “paz”
con las que concluye (vv. 17, 18).
Las verdaderas cualidades de un maestro (v. 1) son la sabiduría (la habilidad de ver la
vida desde la perspectiva de Dios) y el entendimiento (la percepción mental y la
comprensión)145. Muy fácilmente podemos percibir el entendimiento en otros, pero la
sabiduría es más difícil de identificar. Santiago dijo que hay que mirar el comportamiento
de una persona para ver si es sabia. La sabiduría que Santiago tenía en mente no era
mucho el resultado de lo que se piensa o se dice sino de lo que se hace146. Una de las
marcas de la sabiduría es la gentileza, la mansedumbre, la humildad. La palabra griega
prauteti (“gentileza”) aparece en la literatura no bíblica para describir un caballo al que
alguien le ha puesto freno y ha entrenado para someterlo a la rienda147. Representa la
fuerza bajo control, específicamente bajo el control del Espíritu Santo. La evidencia de
esta actitud es una deliberada colocación de sí mismo bajo la autoridad divina. La única
manera de controlar la lengua es colocar la propia mente en forma deliberada bajo la
autoridad de Dios y permitirle a él que la controle (cf. Mt. 11:27; 2 Co. 10:1). El
concepto de Santiago de la sabiduría era hebreo en vez de griego, moral más que
intelectual (cf. 1:5).
145Probablemente, Santiago tenía la sabiduría del Antiguo Testamento en mente. Ver John E. Johnson,
“The Old Testament Offices as Paradigm for Pastoral Identity”, Biblioteca Sacra 152:606 (abril-junio
1995):182-200.
146James H. Ropes, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle of St. James, p. 244.
147Barclay, New Testament…, pp. 241, 242.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 47
“El problema parecer ser que algunas personas que se sienten jefes, al
pensar que a ellos les había sido conferida sabiduría superior y
entendimiento, habían divido la iglesia debido a su enseñanza, la cual
inducía a abusar de la lengua”148.
3:14 Los “celos amargos” y la “contención” son motivos que no deben habitar
en el corazón de un maestro o se encontrará a sí mismo diciendo cosas que
no debe. Estas son actitudes hacia otros y hacia sí mismo que son la
antítesis de la gracia que busca el bienestar de otros antes que el propio.
Los celos y la contención son manifestaciones de arrogancia, y resultan en
promoción de sí mismo en vez de la verdad que debe comunicarse. Mentir
en contra de la verdad significa enseñar cosas falsas, cosas que se oponen
a la verdad. Aquellos que presumen tener sabiduría no son de Dios porque
la humildad no marca sus vidas.
3:15 Este tipo de seudo “sabiduría”, que surge de los celos y de la contienda, no
tiene su fuente en el temor del Señor. Viene del espíritu (filosofía) de este
mundo (cf. 2:1-7). Consiste de solamente lo que es natural excluyendo la
influencia supernatural del Espíritu de Dios. Por otra parte, es demoníaca
en su engaño, hipocresía y maldad.
148Martin, p. 128.
149Adamson, p. 154.
48 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
Para repetir los pensamientos de Santiago en este capítulo, nuestras palabras son muy
importantes cuando buscamos llevar a cabo el ministerio que Dios nos ha llamado a
cumplir. No podemos controlar la lengua fácilmente. Por lo tanto, no debemos ser muy
rápidos para tomar un ministerio de enseñanza. El único que puede controlarnos la lengua
es Dios quien nos da sabiduría. Las marcas de la sabiduría que él nos da son la humildad,
la gracia y la paz.
Santiago nos advierte en contra de cualquier cosa que no produzca fruto de buenas obras:
vana religión (1:25, 26), fe muerta (2:26), sabiduría muerta (3:17, 18).
En este capítulo, Santiago les dio instrucciones a sus lectores para animarlos y
capacitarlos a vivir en paz con Dios, con otros y consigo mismos. Se liga fácilmente con
el capítulo 1 (cf. 4:6 y 1:5, 21; 4:8b y 1:6-8, 15, 21, 27; 4:9, 10 y 1:21).
Como en los capítulos anteriores, Santiago comienza éste con una clara introducción de
un problema práctico que sus lectores enfrentan. Acababa de referirse a la importancia de
evitar la contienda (3:14-16) y amar la paz (3:13, 17, 18). Luego, atacó el problema del
conflicto entre los creyentes. La ausencia de las palabras “hermanos míos” (cf. 1:2; 2:1;
3:1) indica la severidad de esta sección y de la que le sigue (v. 13).
“Pleitos” (gr. polemoi, guerras) puede referirse a disputas entre varios individuos aunque
“conflictos” (gr. machoi, batallas) probablemente describe las tensiones entre un
individuo y entre varios individuos. Ambos tipos de conflicto, grandes o pequeños, son
los enemigos de la paz. Santiago identifica con una pregunta retórica la fuente de ambas
clases de conflicto como placeres. “Placeres” son deseos satisfechos (cf. Lc. 8:14; Tit.
3:3). Santiago no dijo que guerrean los unos con los otros en el creyente sino que como
un ejército sitiado, inevitablemente lo asaltan. La satisfacción del deseo, que es lo que es
el placer, es algo en lo que la gente gasta bastante tiempo, dinero y energía para obtener.
¿Estoy gastándolos para satisfacer mis deseos personales o principalmente los deseos de
Dios? Nuestros deseos personales son parte de nuestra naturaleza humana, y nunca
escaparemos de su arrastre mientras vivamos en nuestros cuerpos presentes. Sin embargo,
no deben dominar nuestra vida. Los deseos de Dios son los que deben hacer esto. Nuestra
cultura glorifica la satisfacción de los deseos personales, y es la principal búsqueda de la
mayoría de la gente incluyendo a los cristianos.
4:3 Sin embargo, a menudo le pedimos a Dios cosas que nos den la capacidad
de satisfacer nuestros deseos egoístas. Por ejemplo, pedimos más tiempo,
dinero, energía de manera que podamos hacer cosas que deseamos pero
que Dios no desea para nosotros. Lo que necesitamos pedirle es más deseo
por lo que él promete y manda. Además, necesitamos menos deseo por lo
que es contrario a su voluntad para nosotros (cf. Mt. 7:7-11).
155Tasker, p. 87.
156Edwin T. Winkler, “Commentary on the Epistle of James”, en An American Commentary on the New
Testament, p. 54.
157Mayor, p. 136.
158Cf. Fanning, pp. 432, 433.
159Davids, pp. 99, 100.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 51
4:5 En este versículo, Santiago da apoyo bíblico a lo que ha declarado (v. 4).
Sin embargo, no cita un versículo específico sino que evidentemente
resume la enseñanza bíblica del celo de Dios (cf. Ex. 20:5; 34:14; Sal.
42:1; 84:2; Zac. 8:2) en una nueva declaración163.
160Motyer, p. 144.
161Mayor, p. 225.
162Ibid., p. 140.
163Ver Sophie S. Laws, “Does Scripture Speak in Vain? A Reconsideration of James IV. 5”, New
Testament Studies 20 (1973, 1974): 210-215; Stulac, pp. 146, 147.
52 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
Debemos someternos a Dios con humildad. Esto significa hacer que lo que
es importante para Dios sea importante para nosotros ordenando nuestras
164Mayor, p. 141.
165A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature, s.v. “phthonon”,
p. 718.Ver además Ropes, p. 262.
166Burdick, p. 194. Cf. Martin, p. 151.
167Hiebert, James, p. 236.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 53
4:8 Cuando resistimos a Satanás por un lado, debemos acercarnos a Dios por
el otro lado. Cuando lo hacemos, él se acercará a nosotros. Para acercarnos
a Dios debemos pasar por un proceso de purificación que evoca el que
pasaban los sacerdotes de Israel. Debemos lavarnos las manos, simbólico
de nuestras acciones externas, además de nuestro corazón dividido,
simbólico de nuestras acciones internas y motivos. Los lavamos al
confesarnos y arrepentirnos. Debemos remover el pecado de nuestras
manos y la duplicidad del corazón. Un solo ánimo significa involucrarse
en un único propósito, es decir, vivir por la gloria de Dios en vez de para
nuestros propios deseos (cf. 1:8).
4:9 Santiago estaba llamando a los lectores que se habían comprometido con
el mundo al seguir el hedonismo en lugar de ser rectos delante de Dios.
Hay risas y gozo en la búsqueda de los deseos personales, pero en el
proceso de arrepentimiento debemos abandonarlos. Santiago no estaba
diciendo que los cristianos constantemente deben sentirse miserables, estar
de duelo, llorar y estar tristes. Estas son solamente las evidencias de un
arrepentimiento de una anterior actitud pecadora y de un estilo de vida (cf.
Mt. 5:3, 4).
4:10 Al concluir esta sección de consejo directo (vv. 7-10), Santiago tocó la
misma nota con la que comenzó: la sumisión a Dios en humildad
poniéndolo a él antes que a nosotros mismos. Esto siempre resulta en la
exaltación de Dios tanto inmediata como final. Ya que esta es la condición
en la cual Dios puede usarnos, él procederá a hacerlo para su gloria (cf.
Mt. 23:12; Lc. 14:11; 18:14; 1 P. 5:6).
doloroso. Bell compartió sus luchas con su madre, que le aconsejó que
mantuviera los ojos en Jesús, porque Jesús nunca lo desilusionaría. A
medida que el buscaba aplicar este consejo, comenzó a encontrar la gracia
de ver el racismo de otros como el problema de ellos. Más
específicamente buscó la gracia de Dios para purificar su propia vida de
odio hacia aquellos que lo maltrataban. En términos de Santiago, Ralph
Bell se humilló a sí mismo delante del Señor, y se encontró a sí mismo
siendo levantado por la gracia de Dios que es capaz de amar a sus
enemigos. ¿Cómo puede uno amar a gente hostil e hiriente? La respuesta
es sobrenatural, al descansar en la gracia que Dios da a los humildes”168.
B. AUTOEXALTACIÓN 4:11, 12
Luego de haber tratado la fuente de los conflictos interpersonales e internos que los
creyentes y la gente en particular experimentan, Santiago seguidamente trató un diferente
aspecto del mismo problema. Lo hizo para motivar más a sus lectores a abandonar la
filosofía del mundo de ponerse a sí mismos en primer lugar. Criticar a otros es peligroso
no solamente porque es una forma de egoísmo sino porque al criticar se exalta a sí mismo
sobre Dios.
4:12 Santiago hablaba de juzgar a otros sin la autorización divina para hacerlo.
Obviamente Dios ha delegado esta responsabilidad de juzgar actos civiles
a los gobiernos humanos, alguna conducta de la iglesia a los ancianos y el
comportamiento de los hijos a los padres.
168Stulac, p. 151.
169Adamson, p. 177.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 55
4:15 El mercader debió haber hecho sus planes con una dependencia consciente
de Dios reconociendo que su soberanía controla todos los hechos de su
vida (cf. Hch. 18:21; 1 Co. 4:19; 16:7; Fil. 2:19, 24).
170Ibid., p. 178.
171Stulac, p. 156.
56 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
4:16 Santiago exhortó a aquellos de sus lectores que estaban viviendo con esta
actitud. Ellos sentían gozo al sentir que controlaban su propio destino.
Aquí tenemos una representación del “hombre egocéntrico” que se
acredita lo que Dios le ha dado. Jactarse así no es realista. Traiciona una
actitud que pone al hombre en el lugar de Dios. Por esta razón es maligna.
Note que el versículo que concluye cada sección de la epístola de Santiago, en cada
capítulo, es una declaración proverbial. Resume la postura de Santiago en la sección
anterior y la establece en una forma concisa que es fácil de recordar.
El problema final práctico del que habló Santiago involucra dinero. Escribió estas
instrucciones para advertir a sus lectores de un peligro, para informarles de las
ramificaciones del problema y para exhortarlos a lidiar con la situación apropiadamente.
Esta es su tercera referencia al rico y al pobre (cf. 1:9-11; 2:1-12)175.
172Burdick, p. 197.
173Wiersbe, pp. 130-133.
174Moo, p. 158.
175Debemos también considerar 4:13-17 así como 5:1-6 como lidiar con el rico. Para algunas percepciones
de ayuda sobre la manera en que el cristiano tiene que hablar y actuar cuando se confronta con la riqueza, el
status y el poder por un lado, o pobreza, ignorancia e inutilidad por el otro, ver Duane Warden, “The Rich
and Poor in James: Implications for Institutionalized Partiality”, Journal of the Evangelical Theological
Society 43:2 (junio, 2000):253-257.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 57
“Las personas a las que se dirigió aquí no son las mismas personas del v.
13. Ya no se está condenando más la mundanalidad sin importancia del
ajetreo del comerciante, sino la más mortal mundanalidad del injusto
capitalista o propietario”177.
5:5 Los ricos son a menudo suaves y autoindulgentes (cf. Lc. 16:19-31; Amós
6:1-6). Esta es la connotación de lujo, una condición que nuestra cultura
saborea pero que la Escritura condena. “Placer perverso” implica
extravagancia y desperdicio. En su ambiciosa codicia, los ricos se
engordan figurativamente, y algunas veces literalmente, sin darse cuenta
de que se preparan para el sacrificio (juicio) como muchos animales de
sacrificio.
178Wiersbe, p. 146.
179Adamson, p. 87.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 59
Estas son fuertes palabras de advertencia. Santiago evidentemente creía que sus lectores
estaban errando en esta área de su vida y necesitaban una severa conmoción. El regalo
judío por hacer dinero y sus intereses en este seguimiento necesitaba control. Nosotros
también necesitamos esta advertencia ya que la cultura moderna tiene al dinero en una
posición muy alta.
Al igual que en 1:10, hay una pregunta acerca de si Santiago se estaba refiriendo a los
cristianos ricos o a los incrédulos ricos. Aquí como en el otro versículo, tiendo a pensar
que Santiago probablemente se refería a los cristianos ricos. Parece que él se dirigía a sus
lectores en vez de “hablar retóricamente, dirigiéndose formalmente a no cristianos en
1:10 así como en 5:1-6, sino que diciendo esto realmente por el beneficio de los lectores
cristianos, que estaban sufriendo en manos de los perseguidores ricos”181.
Esencialmente la actitud de los ricos que Santiago condenaba era: Obten todo lo que
puedas tan rápido como puedas en cualquier forma que puedas. Seguidamente aconsejó
una diferente actitud para instar a sus lectores, ricos y pobres, a ejercer la paciencia.
5:7 Debido a los peligros que Santiago acababa de exponer, los creyentes
deben adoptar una actitud paciente. El verbo makrothymesate (ser
paciente) describe “automoderación que no rápidamente se venga”182. El
regreso del Señor está cerca (cf. Mr. 13:32-37; Fil. 4:5; 1 P. 4:7; 1 Jn.
2:18).
180Elsa Tamez, The Scandalous Message of James: Faith Without Works is Dead, p. 20.
181Stulac, p. 199.
182J. B. Lightfoot, Saint Paul's Epistles to the Colossians and to Philemon, p. 138.
183Burdick, p. 201.
60 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
5:9 Es fácil para nosotros culparnos unos a otros por nuestras presentes
molestias.
Santiago prohibió esto debido a que involucra un juicio impropio (cf. 4:11,
12). El juicio tendrá lugar pronto. Este versículo es una clara indicación de
que los primeros cristianos esperaban que el regreso del Señor era
inminente188.
5:10 Uno podría usar solamente a uno de los profetas hebreos como ejemplo de
paciente resistencia en sufrimiento (cf. 1:4).
5:11 Job no fue solamente paciente, sino que determinó resistir cualquier cosa
que le sucediera en tanto esperaba que Dios aclarara el misterio de su
sufrimiento (cf. Job 13:10, 15; 16:19-21; 19:25). En los versículos 7-10
Santiago suplicó por la paciencia (makrothymia) que se reprimía y no se
vindicaba. Aquí, él aboga por perseverar (hypomone) a través de las
circunstancias difíciles (cf. 1:3; He. 11:25).
189Moo, p. 169. Inminente significa algo que puede pasar muy pronto, no que tiene que pasar. Ver Robert
G. Bratcher, A Translator's Guide to the Letters from James, Peter, and Jude, p. 55; M. F. Sadler, The
General Epistles of SS. James, Peter, John and Jude, pp. 68, 69; Adamson, pp. 191, 192; Frank E.
Gaebelein, The Practical Epistle of James, p. 112; Vernon D. Doerksen, James, p. 123; E. C. Blackman,
The Epistle of James, p. 146; J. Alec Motyer, The Tests of Faith, p. 107; Mitton, p. 186; Spiros Zodhiates,
The Patience of Hope, p. 90; David P. Scaer, James the Apostle of Faith, p. 126; Homer A. Kent Jr., Faith
that Works, p. 176; Harold T. Bryson, How Faith Works, pp. 116, 117, 119; Davids, p. 185; Simon J.
Kistemaker, Exposition of the Epistle of James and the Epistles of John, p. 165.
190Renald E. Showers, Maranatha: Our Lord, Come! A Definitive Study of the Rapture of the Church, p.
149.
62 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
Cuando nos impacientamos y perdemos el control, tendemos a decir cosas que sería
mejor no decir. Estas incluyen jurar, abusar del nombre del Señor, y apelar al cielo o a
cualquier confirmación de que estamos diciendo la verdad (cf. Mt. 5:33-37).
la Escritura tiene directa aplicación al diario vivir. Debería afectar la manera en la que
pensamos acerca del dinero entre otras cosas.
C. LA ACCIÓN APROPIADA:13-18
Santiago animó a sus lectores a orar tanto como a ser pacientes para poder soportar la
tentación de vivir solamente para el presente, y dejar de vivir sólo por fe. Santiago no
solamente comienza y termina su epístola con referencias a las pruebas, sino “también
comienza (1:5-8) y termina (5:13-18) con la oración como el medio instrumental para
manejar las pruebas”196.
Orar a Dios, sin profanidad, es la salida adecuada para el sentimiento de tristeza causada
por sufrir mientras soportamos pacientemente.
5:14 Las épocas de enfermedad física son usualmente ocasiones en las que es
especialmente difícil ser paciente (p, ej., Job).
196C.Richard Wells, “The Theology of Prayer in James”, Criswell Theological Review 1:1 (otoño, 1986):
86.
197Hodges, The Epistl…, p. 113.
198Merrill F. Unger, “Divine Healing”, Biblioteca Sacra 128:511 (julio-setiembre, 1971):236. Cf.
Adamson, p. 197. Ver también Mayor, pp. 170, 171, para referencias extrabíblicas.
64 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
El aceite proveía más frescura y suave alivio que real alivio a malestares
serios, pero la gente además de frotárselo lo bebía como medicina. El
término traducido como “ungiéndolo con aceite”, en griego se refería a la
unción medicinal, no a la ceremonia religiosa. Santiago usó aleiphein
(“frotar”) aquí en vez de chriein (“ungir”). La palabra anterior es la
referencia “mundana y profana” a toda clase de frotamiento mientras la
última es la palabra “sagrada y religiosa” que se usaba para describir las
ceremonias religiosas199.
199R. C. Trench, Synonyms of the New Testament, p. 129. Ver también Burdick, p. 204, para apoyo
adicional de esta postura.
200Ver John Wilkinson, “Healing in the Epistle of James”, Scottish Journal of Theology 24 (1971):338-
340.
201Burdick, p. 204.
202Fanning, p. 433. Cf. Gary S. Shogren, “Will God Heal Us—A Re-examination of James 5:14-16ª”,
Evangelical Quarterly 61 (1989): 99-108.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 65
La oración de los ancianos ofrecida con fe restaurará (lit. salvar, gr. sosei,
“hace bien”; cf. Mt. 9:21, 22; Mr. 6:56) al enfermo. Ofrecida con fe
significa presentada con confianza en el poder de Dios para sanar si esa es
su voluntad en ese caso (Mt. 8:1-13; Mr. 4:35-41). Por otra parte la
voluntad del Señor lo sanará si esa es su voluntad (Jn. 14:13; 1 Jn. 5:14).
No hay base en la Escritura que sostenga la idea popular que orar con fe
significa orar con la confianza de que algo va a pasar solamente porque
oramos (cf. 1:5, 6; 2 Co. 12:7-10). La fe siempre tiene que tener a la
persona o la promesa de Dios como su objetivo para que sea efectiva.
Algunos toman la fe presentada aquí como una seguridad dada por Dios de
que es su voluntad sanar en este caso (cf. 1 Co. 12:9)208. Sin embargo, lo
que parece presentarse aquí es la fe simple ya que Santiago no la califica.
203Martin, p. 209.
204Para refutar esta postura, ver pp. 204, 205.
205Martin, p. 209.
206A. T. Robertson, Word Pictures in the New Testament, 6:65. Benjamin Franklin aparentemente dijo:
“God heals, and the doctor collects the fee”.
207Davids, The Epistle…, p. 194. Ver también Thomas L. Constable, “The Doctrine of Prayer” (tésis de
doctorado, Dallas Theological Seminary, 1969), p. 111; Mayor. p. 173.
208P. ej., D. Edmond Hiebert, The Epistle of James: Tests of a Living Faith, p. 322; idem, James, p. 297;
Guy H. King, A Belief That Behaves: An Expositional Study of the Epistle of James, p. 124; Motyer, The
Message…., p. 198.
66 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
Él supone estos hechos, creo yo, que son consistentes con la otra
revelación en relación con la oración que los escritores de las
Escrituras dan en otra parte211.
Los esposos y las esposas necesitan crear una atmósfera en el hogar que
promueva transparencia (cf. Col. 3:12, 13). Necesitamos demostrar total
aceptación de nuestra pareja (cf. 1 Jn. 4:18). También necesitamos mostrar
una actitud de constante perdón (Ef. 4:31, 32). Los esposos deben hacer un
compromiso para verbalizar sus emociones sin retirarse o abandonar. Esto
involucra reconocer nuestras emociones y compartirlas con nuestra pareja
pese a su respuesta.
209Fanning,p. 434.
210Robertson,6:65.
211Ver Thomas L. Constable, Talking to God: What the Bible Teaches about Prayer, pp. 129, 130.
212Adamson, p. 189.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 67
“No hay tal cosa como (por decir algo) sanidad ‘no espiritual’. Cuando la
aspirina trabaja, es el Señor el que la hizo trabajar; cuando el cirujano
217Mayor, p. 176.
218C. Samuel Storms, Reaching God's Ear, p. 214.
219The Ecclesiastical…, p. 76.
220Wendell G. Johnston, “Does James Give Believers a Pattern for Dealing with Sickness and Healing?”
en Integrity of Heart, Skillfulness of Hands, p. 174.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 69
Para ilustrar el poder la oración, Santiago refirió la experiencia de Elías (1 R. 17:1; 18:1,
41-45). En vista de las impresionantes respuestas que Elías recibió, Santiago le recordó a
su audiencia que el profeta era un hombre ordinario.
“Aquí el punto es no que Elías levantara una ferviente oración, sino que
esa oración fue precisamente la que él hizo”222.
“Oró fervientemente” es literalmente “oró con oración”. Este versículo no es una llamada
para una ferviente oración sino una llamada para orar (cf. 4:16). Un “hombre justo” que
ora puede lograr mucho. Por lo consiguiente, las respuestas a la oración están al alcance
de cada creyente (cf. Lc. 11:9-13). Sin embargo, como se mencionó anteriormente,
Santiago usó “justo” como lo hizo Jesús para referirse a una conducta correcta.
“…Elías sin vacilar le hizo su audaz petición a Jehová debido a que era
conciente de que estaba en armonía con la voluntad de Dios. Él pudo
confiadamente persistir en su petición de que lloviera (1 R. 18:42-44)
porque sabía que Dios había prometido enviar la lluvia que él estaba
pidiendo (1 R. 18:2). Pudo perseverar en oración porque sabía que su
petición estaba en armonía con la expresada voluntad de Dios.
Santiago concluyó esta sección y toda la epístola explicando cómo un hermano que había
errado podía regresar al compañerismo con Dios y podía volver a vivir por fe. Estas
instrucciones se aplican directamente a lo que Santiago recién explicó en el capítulo 5.
Sin embargo, ellos también muestran el regreso de cualquiera que haya tropezado en los
errores de otro que Santiago trató en este libro.
5:19 Este versículo también liga lo que Santiago acababa de decir acerca del
privilegio y el deber de la oración. Cualquier creyente, no solamente los
ancianos, pueden ayudar a un hermano a regresar al camino correcto (v.
14; cf. Ez. 33:1-9).
224D. Edmond Hiebert, Working With God: Scriptural Studies in Intercession, pp. 12, 13.
225Martin,p. 213.
226Daniel R. Hayden, “Calling the Elders to Pray”, Biblioteca Sacra 138:551 (julio setiembre, 1981):258-
266. Ver Wells, pp. 105, 106, para una versión modificada de esta postura.
227Ver Bob Wilkin, “A Soul Talk, Soul Food, and ‘Soul Salvation’”, Grace Evangelical Society News 6:12
(diciembre, 1991) 2; e idem, “‘Soul Salvation’, Part 2; Saving the Soul of a Fellow Christian; James 5:19,
20”, Grace Evangelical Society News 7:1 (enero, 1992): 2.
Edición 2003 Notas del Dr. Constable sobre Santiago 71
Tal uso fue entendible para Santiago quien era un judío creyente que les
escribía principalmente a otros judíos (1:1; cf. Mt. 7:1-5; Gá. 6:1-5). Su
descripción no contradice otra revelación del Nuevo Testamento
concerniente al perdón.
Esta epístola trata de cinco problemas prácticos que cada creyente, inmaduro o maduro,
encuentra a medida que busca vivir por fe y los asuntos yacen bajo estos problemas.
Como un médico diestro, Santiago no solo identifica los problemas, sino que también
descubre el origen, señala los factores de complicación, y prescribe el tratamiento para
vencerlos con la visión de que sus lectores se vuelvan más maduros espiritualmente. Los
problemas y el método de Santiago de tratar con ellos dan cuenta de la popularidad de
esta epístola a través de la historia de la iglesia y de su perenne valor en el ministerio. Si
usted predica y enseña este libro fielmente, usted puede contar con que la gente obtendrá
ayuda inmediata de ello.
72 Notas del Dr. Constable sobre Santiago Edición 2003
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