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DIRECTOR DE LA TESI
DEPARTAMENT DE COMUNICACIÓ
1
2
A mis padres.
i
ii
Agradecimientos
A la profesora Anna Páisova, de la Facultad de Periodismo de la
Universidad Estatal de Moscú - Lomonósov, por su imprescindible
ayuda para la obtención de los numerosos documentos necesarios
para acceder a archivos, hemerotecas y bibliotecas en Moscú.
Gracias a todos.
iii
iv
Resumen
Esta Tesis trata sobre la propaganda soviética durante la Gran Guerra
Patriótica, en concreto sobre el modo en el que prensa y arte fueron
puestos al servicio de la propaganda en este periodo. Para determinar
cómo sociedad y sistema fueron “rehechos” por la propaganda “cultural”,
hemos analizado documentos del Comité para los Asuntos de las Artes y
el periódico cultural Literatúrnaya Gazeta. Partiendo de la consideración
de la propaganda como herramienta para la construcción del imaginario
(de clase) del pueblo soviético, en nuestro análisis hemos buscado
referencias al papel del artista como “soldado” y a elementos
presoviéticos recuperados en los discursos institucional y periodístico, con
el objetivo de concretar las principales características del ciudadano
soviético y su enemigo tal y como fueron descritas durante la Segunda
Guerra Mundial. Asimismo, nos detendremos en mostrar cómo el arte fue
institucionalizado y cómo las instituciones culturales trabajaron para
establecer el único tipo de arte posible (tanto en contenido como en
forma) en la URSS durante la Gran Guerra Patriótica.
Abstract
This Thesis is on Soviet propaganda during the Great Patriotic War, and
specifically the way that journalism and art were turned into propaganda.
In order to examine how the Soviet system and society were “remade”
through the arts by war under Stalin, we have analyzed documents from
the Committee of Arts Affairs and the cultural newspaper Literaturnaya
v
Gazeta. The main premise of this research is to do with propaganda as a
means for the construction of (class) imaginaries among the Soviet
people. To that end, we have looked for references in the media and
institutional discourse to: the role of the artist as a “soldier” or “warrior”;
aspect of Russian culture from pre-Soviet elements; and the defining
characteristics of the Soviet people and its enemies as described in
Literaturnaya Gazeta during WWII. Furthermore, we have have tried to
build an understanding of the ways in which art was institutionalized
during the war, and of how state cultural institutions worked to establish
the only permissible type of art (in both content and form).
vi
Prólogo
El estudio del estalinismo, la propaganda soviética y el arte durante la
Segunda Guerra Mundial es, a menudo, fuente de arduas disputas de
origen ideológico basadas en el enfrentamiento entre “nosotros” y “ellos”.
Así se establece un mundo dicotómico en el que, al hablar del estalinismo,
los debates se limitan a discusiones sobre “lo bueno vs. lo malo”, “lo justo
vs. lo injusto” o “la verdad vs. la mentira”, disputas en las que el autor se
suele “autoposicionar” en el campo del “nosotros” y, por lo tanto, de “lo
bueno”, “lo justo” o el que tiene la potestad de la verdad. En este trabajo
no pretendemos hablar de “buenos” y “malos”, sino de individuo,
sociedad y estructuras, de mensajes, de la institucionalización del arte, la
prensa y de la propaganda en general como parte (y consecuencia, tal vez)
del proceso de formación de la nueva sociedad estalinista. Y en esta tarea
situaremos al recién nacido “hommo sovieticus” como objetivo principal
de los discursos propagandísticos, pero también como elemento de
cohesión del propio discurso. El modo en el que el soviético se veía a sí
mismo y entendía su propia vida o las prácticas o estructuras sociales en
las que participaba estaba condicionado por un imaginario que estaba
siendo creado o modificado a través, entre otros medios, del arte o la
prensa, y la Gran Guerra Patriótica condicionaría drásticamente la
(re)definición de ese imaginario.
vii
viii
Índice
Agradecimientos.........................................................iii
Resumen/ Abstract...................................................v-vi
Prólogo.......................................................................vii
INTRODUCCIÓN .................................................1-34
1.Presentación..............................................................1
2. Preguntas de investigación, hipótesis y
objetivos.......................................................................4
3. Estado de la cuestión..............................................11
4. Fuentes, pertinencia y limitaciones de la
investigación..............................................................24
ix
2.2. Modelo estalinista de propaganda: “la propaganda
en un solo país”. Continuidades y
discontinuidades.......................................................133
2.2.1. Socialismo en un solo país: el punto de
inflexión...................................................................140
2.3. Organización institucional de la propaganda
soviética durante la Gran Guerra Patriótica.............146
x
4.3. Un nuevo giro en política cultural: hacia el
tradicionalismo y el nacionalismo de los años de la
Gran Guerra Patriótica.............................................245
4.3.1. El llamamiento a la “Madre Patria” y a la
“guerra santa”.................................................248
4.4. La gestión de las artes durante la Gran Guerra
Patriótica: el Comité para los Asuntos de las
Artes.........................................................................256
4.4.1. Análisis de documentos del Comité para los
Asuntos de las Artes: consideraciones
preliminares....................................................260
4.4.2. Dirección General de Teatros: repertorios y
encargos..........................................................262
4.4.3. El trabajo de las brigadas de artistas y teatros
del frente.........................................................283
4.4.4. Dirección General de Instituciones
Musicales........................................................301
4.4.5. Dirección General de las Bellas Artes.........313
4.4.6. Sobre arte popular, arquitectura y evacuación
de artistas........................................................323
CONCLUSIONS..............................................575-599
EPÍLOGO.........................................................601-603
BIBLIOGRAFÍA..............................................605-648
ANEXOS………………………………............649-733
Anexo 1…………………………………………..............403
- Documento 1. Decreto “Sobre la política del Partido en el
ámbito de la literatura artística”, 18 de junio de 1925…………649
- Documento 2. Decreto “Sobre la reconstrucción de las
organizaciones artístico-literarias”, 23 de abril de 1932………656
- Documento 3. Decreto “Sobre la prensa”, 27 de octubre de
1917…………………………………………………...……….658
- Documento 4. Intervención radiofónica de Viacheslav Mólotov,
22 de junio de 1941……………………………………………660
- Documento 5. Intervención radiofónica de Stalin, 3 de julio de
1941. Pravda, 3 de julio de 1941……………………………...663
- Documento 6. Discurso de Stalin en la Plaza Roja con motivo
del aniversario de la Revolución de Octubre, 7 de noviembre de
1941……………………………………………………………671
- Documento 7. Decreto “Sobre la formación del Comité Estatal
de la Defensa de la URSS”, 30 de junio de 1941…………...…674
- Documento 9. Juramento de lealtad del Ejército Rojo……….675
- Documento 10. Fragmentos del artículo “Caos en lugar de
música”, Pravda, 28 de enero de 1936………………………...676
- Documento 11. Resolución “Sobre la reorganización de la
Glavlit”, 3 de septiembre de 1930…………………………..…678
- Documento 12. Resolución del Politburó sobre la película
Bogatyrs (fragmentos)………………………………………....679
- Documento 13. Decreto “Sobre la organización del Comité para
los Asuntos de las Artes”, 16 de diciembre de 1935…………..680
- Documento 14. Instrucciones “Sobre la reorganización de la
Glavlit”, 22 de noviembre de 1922…………………………….680
xii
- Documento 15. Seguimiento de obras y autores de la Dirección
General de Teatros, 1942………………………………………681
- Documento 16. Ejemplo de contrato para encargo estatal de la
Dirección General de Teatros……………………………….…684
- Documento 17. Listado de obras teatrales en preparación
aprobadas en 1941………………………………………..……686
- Documento 18. Ejemplo de repertorio teatral según número de
representaciones de una obra y tema representados, 1943….…687
- Documento 19. Resumen de obra literaria enviado por un autor
al Comité y a la GUT para someterlo a examen y decidir si se
procedía o no a firmar el contrato para su producción………...688
- Documento 20. Carta de la GUT a autor sobre el retraso en la
recepción de una obra revisada………………………………...689
- Documento 21. Sobre las carencias de las brigadas en 1941...690
- Documento 22b. Carta de Aleksánder Solodóvnikov sobre el
buen trabajo de una brigada de artistas y la recomendación, por
parte del Comité para los Asuntos de las Artes, de la repetición de
su actuación, con el mismo repertorio, en otra ciudad………...690
- Documento 22. Distribución de brigadas por óblast para la
campaña de siembra de verano de 1943 en Kazajstán…………691
- Documento 23. Carta a Stalin (para ser publicada en medios
periodísticos) en la que se informa de que los trabajadores del arte
de Rostov contribuirán con el fondo de defensa para la
reconstrucción del teatro de su ciudad………………………....692
- Documento 24. Orden nº 100 del Comité para los Asuntos de las
Artes adjunto al Sovnarkom de la URSS del 15 de diciembre de
1941 “Sobre el servicio de conciertos de los Urales, Siberia y
Extremo Oriente”……………………………………………....694
- Documento 25. Orden nº 256 de 14 de octubre de 1943 del
Comité para los Asuntos de las Artes “Sobre la mejora del trabajo
en la Filarmónica Estatal Turcomana”……………………...…695
- Documento 26. Orden nº 38, del 9 de abril de 1943, y orden del
12 de enero de 1943 de la Dirección General de Instituciones
Musicales……………………………………………………....697
- Documento 27. Informe del Comité de Radio “Sobre las
medidas de mejora de las emisiones musicales”……………....698
- Documento 28. Sobre la mejora de repertorios musicales
radiofónicos en la URSS……………………………………...699
- Documento 29. Informe del Comité de Radio “Sobre las
medidas de mejora de las emisiones musicales”………………700
- Documento 30. Propuesta temática para exposición sobre la
Gran Guerra Patriótica, marzo de 1942………………………..701
xiii
- Documento 31. Temáticas para la exposición “Moscú Heroica”,
1942…………………………………………………………....702
- Documento 32. Carta del Consejo de Redacción del Comité para
los Asuntos de las Artes para pedir la participación de artistas
soviéticos en las distintas exposiciones………………………..703
- Documento 33. Planificación espacial de la exposición “El
Komsomol en la Guerra Patriótica”, 1942…………………..…704
- Documento 34. Eslóganes para la exposición “Carteles de
Agitación soviética”, 1942…………………………………….705
- Documento 35. Encargos de la editorial Iskusstvo para
1942……………………………………………………………707
- Documento 36. Preparación de exposiciones y publicaciones
especiales con motivo de la celebración del 24 aniversario del
nacimiento del Ejército Rojo de Obreros y Campesinos. Carta
remitida el 15 de enero de 1942 por la Dirección General de
Bellas Artes………………………………………………….....708
- Documento 37. Sobre el trabajo de los artistas del Pálej durante
la Gran Guerra Patriótica, 1945…………………………….….710
- Documento 38. Decreto “Sobre la introducción del monopolio
estatal en los anuncios”, 7 de noviembre de 1917………….….711
- Documento 39. Ordenación “Sobre el Tribunal Revolucionario
de la Prensa”, 28 de enero de 1918………………………….....712
- Documento 40. Decreto “Sobre la distribución de papel”, 18 de
noviembre de 1917………………………………………….....713
- Documento 41. Decreto “Sobre la introducción de la
disponibilidad de periódicos mediante pago”, 28 de noviembre de
1921……………………………………………………………714
- Documento 42. Decreto “Sobre el régimen de austeridad”, 11 de
junio de 1926………………………………………………..…715
- Documento 43. Disposición “Sobre la Agencia Telegráfica de la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas - TASS”, 10 de julio
de 1925……………………………………………………...…716
- Documento 44. Orden para la edición de periódicos para
poblaciones de territorios soviéticos ocupados, 30 de julio de
1941…………………………………………………………....717
- Documento 45. Carta de la Dirección General de Agitación y
Propaganda “Sobre el trabajo de los periódicos de raion”, 3 de
marzo de 1942…………………………………………………718
- Documento 46. Disposición “Sobre el trabajo de los
corresponsales de guerra en el frente” de la Dirección de
Propaganda y Agitación y de la Dirección Política General del
Ejército, 1942…………………………………………………..721
xiv
Anexo 2…………………………………723
xv
xvi
INTRODUCCIÓN
1. Presentación
El 22 de junio de 1941, Alemania puso en marcha la operación Barbarrosa
y, con ella, la invasión de la Unión Soviética y la Gran Guerra Patriótica,
nombre con el que los rusos se refieren a la Segunda Guerra Mundial en
su territorio. Los pronósticos iniciales de los líderes nazis apuntaban a que
el conflicto se solventaría en pocas semanas o meses. Sin embargo, estas
previsiones se vieron truncadas al no prever que, si la batalla de
prolongaba, el invierno ruso los alcanzaría y frenaría, ni tampoco (al
menos no lo suficiente) que se enfrentaban a un ejército y una población
que, pese sus carencias tecnológicas, técnicas y de preparación, iba a
oponer una obstinada y valerosa resistencia que los conduciría a la
victoria.
1
los años previos a la Revolución, los bolcheviques habían comenzado a
difundir, a través de los más diversos canales, los elementos de un
imaginario asociado a lo que más tarde sería el “nuevo ciudadano
soviético”. Atendiendo a las circunstancias económicas y sociopolíticas,
así como a las demandas del gobierno en cada momento, desde el poder y
a través de todos los medios a su alcance, este imaginario fue siendo
paulatinamente modificado o completado. La propaganda soviética
construía, de este modo, el corpus de ideas, opiniones, valores, creencias y
prácticas que conformarían el imaginario soviético, un imaginario
compuesto para dar sentido a la nueva sociedad, así como para integrar a
los ciudadanos en las estructuras institucionales de la misma.
4
Partimos de la base, demostrada por otros autores1, de que la propaganda
jugó un papel determinante en la movilización de las poblaciones y
ejércitos, tanto en los países Aliados como en los del Eje, durante la
Segunda Guerra Mundial. Es también ampliamente aceptado que cada
país difundió diferentes mensajes con el fin de satisfacer sus propias
necesidades. En el caso que nos ocupa, es decir, durante la Gran Guerra
Patriótica en la Unión Soviética, ¿cuáles fueron estos mensajes?,
¿cómo se definieron?, ¿a través de qué canales se difundieron?, ¿por
qué se difundieron masivamente unos mensajes y no otros en un
momento dado de la contienda?
1 Entre muchos otros, citaremos a Berkhoff (2012), Galimullina (2005), Gorlov (2009),
Kenez (1985), Kirschenbaum (2000), Lasswell (1971), Livshin y Orlov (1992), Morelli
(1971), Nevezhin (2007), Pizarroso (2005, 1993), Ponsonby (1991), Postuenko (2010),
Taylor (2003), Vázquez Liñán (2012, 2008), Thomson (1999).
5
planteamos aquí, utilizaremos documentos del Comité para los
Asuntos de las Artes y artículos del periódico cultural Literatúrnaya
Gazeta2, organismo oficial del Comité. Pero, ¿cuál era su papel y
situación en el organigrama institucional de las artes?, ¿cuál era su
peso en la gestión de las artes?, ¿difundía, como parecía previsible, el
mismo tipo de mensajes que el Comité?, ¿qué ideas eran divulgadas a
través de estos medios y cómo (en qué formato, con qué
argumentación) llegaron al público?, ¿compartían un mismo
receptor?, ¿contribuyeron a la definición de las políticas culturales de
la época?
2Literatura i Iskusstvo es el nombre que desde el 1 de enero de 1942 y hasta 1944 recibe el
periódico Literatúrnaya Gazeta tras su fusión con Sovetskoe Iskusstvo. Cuando
mencionamos el nombre de Literatúrnaya Gazeta, también hacemos referencia a su
periodo como Literatura i Iskusstvo.
6
organización institucional de la propaganda. Defendemos que tal
centralización se llevó a cabo, pero también que, al existir una
más que difusa línea entre las competencias y funciones del
Estado y del Partido en la dirección del país, se produjeron
duplicidades en la organización institucional de la
propaganda, la prensa y las artes en la Unión Soviética.
b) una segunda subhipótesis nos lleva a suponer que si la
instauración de esta organización centralizada resultó efectiva y
produjo una serie de mensajes muy concretos, fuera de esta
estructura no habría sido posible promocionar o difundir
ideas o instrucciones diferentes a las manifestadas desde los
organismos estatales y de Partido.
8
Patriótica, con el objeto de determinar el peso
concreto que tuvieron dichos organismos y sus
funciones dentro del sistema de organización
institucional de las artes en la URSS. Asimismo,
también pretendemos conocer el lugar que ocuparon
dentro de la estructura general de la propaganda y qué
relaciones pudieron mantener, si es que así fuera, con
otros departamentos, como el del Propaganda y
Agitación.
9
privilegiaron unos mensajes sobre otros, y si se
vieron influidos por el momento concreto (campañas,
batallas ganadas o perdidas, etc.) en el que se
emitieron. Asimismo, buscaremos indicativos, si los
hubiera, acerca del tipo arte se debía producir y los
autores y creaciones “ejemplarizantes” según la
distinción del Comité.
10
3. Para finalizar, como último objetivo intentaremos definir
el tipo de receptores y emisores de los mensajes
transmitidos por el Comité y Literatúrnaya Gazeta.
3. Estado de la cuestión
Nos detendremos ahora en la descripción de aquellas discusiones
académicas a la que nuestro trabajo pretende colaborar, esencialmente en
las que tienen que ver con el arte, la prensa cultural y la propaganda
soviética durante la Gran Guerra Patriótica. A partir de aquí hemos
definido una serie temas centrales que serán objeto de revisión en este
apartado: la propaganda soviética durante la Segunda Guerra mundial, la
estructura institucional de la propaganda, del arte y de la prensa, el papel
del artista en el arte, y los mensajes propagandísticos propios del periodo.
Dejaremos a un lado, no obstante, asuntos que consideramos tangenciales
en nuestro trabajo, tales como la historia general de la Segunda Guerra
Mundial, la propaganda soviética en general o el análisis del estalinismo
como régimen político. Si bien estas cuestiones planearán
permanentemente sobre nuestro trabajo, nos apoyaremos en la amplia
bibliografía existente al referirnos a ellas. Igualmente, con respecto a la
descripción de los totalitarismos, concepto importante para entender el
contexto en el que nos movemos, emplazamos al lector a examinar las
anotaciones a pie de página que encontrará a lo largo del texto.
11
En los Capítulos I, II y III realizaremos un breve acercamiento a estos
temas y definiremos nuestra postura al respecto.
12
Para el estudio del concepto de “realismo socialista” hemos revisado,
entre otras, las obras de Gutkin (1999), Groys (2008, 2008b y 1993),
Dobrenko y Naiman (2003), Dobrenko (2007), Bowlt (2002), Demaitre
(1966), Nekrásova (2006), Vorob’ev (2015) Borev (2008) o Hosking
(1980), además de las ideas del teórico del realismo socialista Georg
Lukács (1977 y 1975), y del arte totalitario de Golomstock (2012). A
partir de estas lecturas, hemos podido definir dos posturas principales en
el debate: la que proponen aquellos que consideran el surgimiento del
realismo socialista como el resultado del arte producido bajo un régimen
totalitario (por lo tanto, un movimiento puntual que, para algunos autores,
ni siquiera podría considerarse “arte” por la fuerte carga ideológica que
acarrean sus producciones); y aquellos que opinan que fue parte del
desarrollo natural del arte en Rusia. Nosotros nos hemos acercado a las
obras que se produjeron en los años 20, 30 y 40 en la URSS, y teniendo en
cuenta las aportaciones de estos autores, nos posicionamos en favor de la
consideración de que el realismo socialista fue parte de la evolución
natural y “lógica” del arte en Rusia y la URSS, y proponemos una mirada
al realismo socialista como una corriente estética y no como un
movimiento caduco y puntual, determinado negativamente por su teórico
nacimiento bajo un régimen totalitarista.
15
En cuanto a la propaganda soviética específica formulada durante la
Segunda Guerra Mundial, el libro de Karel Berkhoff (2012) nos acerca,
gracias a la utilización de documentos de archivo y prensa, a las masivas
campañas de movilización de la población y a la hipótesis de cómo se
salvó al comunismo y al Partido a través de la idea de la “patria”. En una
línea similar se haya el trabajo de Jeffrey Brooks (2000), que en relación a
la IIGM subraya cómo se produjo la reconstrucción del sistema cultural
soviético para hacer frente a la amenaza nazi. Para ilustrar de forma
general el funcionamiento de la propaganda soviética durante la Segunda
Guerra Mundial es interesante el texto de Livshin y Orlov (2007). Por otro
lado, Galimullina (2005) nos ofrece la posibilidad de observar la
problemática del estudio de la propaganda en esa época, y Volkovski
(2003) nos acerca a la propaganda contra el enemigo y en territorios
ocupados desde la perspectiva de los medios de comunicación. Por último,
proponemos revisar también el trabajo de Alexander Werth (1969),
corresponsal de origen ruso y nacionalizado británico, como una forma
distinta de ver el funcionamiento de la propaganda desde dentro de la
batalla. A partir de la amplia bibliografía consultada sobre la propaganda
soviética durante la Segunda Guerra Mundial, hemos sido capaces de
elaborar un organigrama del funcionamiento institucional de la
propaganda y de -gracias al análisis de los documentos de archivo y
hemeroteca- establecer una propuesta muy concreta de los mensajes más
importantes que utilizó la propaganda soviética -y los valores, ideas,
ideales, opiniones y creencias en ellos insertos- durante este periodo, así
como el objetivo con el que fueron utilizados.
3David-Fox (1999), desde una postura enfrentada a Fitzpatrick, propone una Revolución
Cultural incluida dentro del proyecto bolchevique general.
17
un cambio de tono, tanto en las instituciones encargadas del arte como en
el propio trabajo del artista, además de una profunda transformación en la
forma y el contenido de las obras artísticas sancionadas por las
autoridades durante la Gran Guerra Patriótica, hecho que hemos podido
colegir del análisis de nuestros documentos de archivo y periodísticos.
21
Poca literatura hemos encontrado en relación al periódico Literatúrnaya
Gazeta (LG) o a Literatura i Iskusstvo y Sovetskoe Iskusstvo. El nombre
del periódico es el mismo que la revista que en 1830 fundó Antón Del’vig,
en la que colaboraba Pushkin y que apenas si se editó durante un año. En
1840, Literatúrnaya Gazeta reaparece; sobre esta segunda aparición es
interesante el trabajo doctoral de Talashov (2000) acerca del papel de la
publicación en la brillante vida sociocultural e intelectual de la época.
Hemos encontrado referencias a la publicación en este primer periodo en
trabajos de carácter general como el de Stan’ko (1969) sobre la prensa de
la primera mitad de siglo XIX o el de Murátova (1963) sobre la historia de
la literatura rusa a finales del siglo XIX y principios del XX. En 1929, con
el apoyo de Gorki, aparecería la Literatúrnaya Gazeta (Literatura i
Iskusstvo desde enero de 1942 a noviembre de 1944), que es objeto de
estudio y análisis en el Capítulo VI. No hemos podido localizar ningún
monográfico concreto y profundo sobre esta publicación desde la
Revolución hasta después de la Gran Guerra Patriótica, más que la
información que aparece en libros sobre historia de la prensa en Rusia o la
Unión Soviética, arriba mencionados, y en la web de la propia revista. Por
lo tanto, para entender Literatúrnaya Gazeta hemos analizado los números
de la revista con los que contábamos, estudiando sus aspectos formales
(cuerpo del texto, número de páginas, precio, autores) y, partir de esta
información, hemos definido el periódico y elaborado una breve historia
del mismo.
24
grandes rasgos, intenta reproducir o reinterpretar a la sociedad y el sentir
de su tiempo, y la prensa, explicar “objetivamente” lo que ocurre en una
determinada sociedad. Así, cuando prensa y arte se ponen al servicio del
poder, más en un estado totalitario, demuestran ser armas
propagandísticas dispuestas para ser utilizadas con el objetivo de defender
una postura o una acción determinada, una idea o una ideología, o para
legitimar las políticas y actuaciones de un determinado organismo o
mandatario. Los mensajes “codificados” en los discursos artísticos y
periodísticos penetran a menudo en el imaginario del ciudadano y
contribuyen a darle forma a la identidad colectiva.
¿Por qué nos parece importante que trabajos acerca de estas temáticas
sean publicados en castellano? No se trata únicamente del interés general
que puede despertar una rama con tanta prominencia y atractivo
académico a nivel internacional4, sino de la posibilidad de conocer el
funcionamiento y formulación de una sociedad mediante la intervención
de la propaganda utilizada a través de herramientas como el arte o la
prensa. El estudio de la propaganda y de la construcción de imaginarios
tiene total vigencia hoy día, en una época convulsa, inestable, superficial y
cambiante, donde el caos y el interés individual prevalecen sobre todo lo
demás, ya que tiene que ver con la forma en la que vemos el mundo y lo
4 No se entiende que esto no sea así a pesar de que autores como Taibo (1993), Pizarroso
(2009, 1993), Vázquez Liñán (1999, 2008, 2012) o Frederic Guerrero-Solé (2011), entre
otros, hayan trabajado temas relacionados directa o indirectamente con propaganda
soviética y rusa desde un punto de vista académico.
26
entendemos. Siendo conscientes de que vivimos en una sociedad compleja
en la que las autoridades o grupos de poder son capaces de manipular
nuestros imaginarios para intentar hacernos, rehacernos o deshacernos,
seremos un poco más capaces de observar críticamente los cambios que
suceden a nuestro alrededor y, tal vez, ser receptores críticos y resistentes.
Todos los documentos del Comité para los Asuntos de las Artes los
obtuvimos del Archivo Estatal de Literatura y Arte (RGALI) de Moscú. El
material hemerográfico que hemos usado en esta investigación proviene,
en parte, del citado archivo y, sobre todo, de la hemeroteca de la Facultad
de Periodismo de la Universidad Estatal de Moscú.
27
A través de la sección online del Departamento de Historia de la
Universidad Estatal de Moscú5, del archivo digital Otkrytyi teskt (“Texto
abierto”)6 y de la web Istoricheskie Materialy (“Materiales históricos”)7
hemos tenido acceso numerosos decretos y documentos oficiales (en ruso)
de gran trascendencia para nuestra investigación. De los libros de Ronald
Grigor Suny (2005), Andréi N. Artizov y Oleg Nikoláevich Naúmov
(1999), Evgueni Dobrenko y Katerina Clark (2007), Rafail Ovsepyán
(1999), Gúr’ev (2011), Klimanova (1972) o Kuznetsov (2008), también
hemos obtenido, además de decretos, gran cantidad de documentación,
cartas, normativas, órdenes, transcripciones de discursos e intervenciones
en Congresos, artículos en revistas y periódicos, etc. Asimismo, hemos
hecho uso de archivos digitales dedicados a la historia del socialismo,
leninismo o marxismo8, donde hemos consultado textos de diversa índole
de líderes marxistas y bolcheviques como Lenin, Stalin, Lunacharski,
Bujarin, Zhdánov, Plejánov, Trotsky, etc. Cabe destacar el peso que para
nosotros ha tenido la localización del libro de Artizov y Naúmov (1999),
desde donde extrajimos parte de los decretos y ordenaciones relativas a
políticas culturales en la Unión Soviética. Los documentos más
importantes se presentan a texto completo; los demás aparecen
mencionados, lo que nos ha sido de gran ayuda a la hora de localizarlos en
otras fuentes.
5 Ref. en http://www.hist.msu.ru/ER/Etext/
6 Ref. en http://www.opentextnn.ru/
7 Ref. en http://istmat.info/
8 Destacan, entre ellos: Marxists Internet Archive en http://www.marxists.org; From Marx
to Mao en http://www.marx2mao.com , Revolutionary Democracy
http://www.revolutionarydemocracy.org/ ; sobre la obra de Lenin: “Lenin, revolyutsioner,
myslitel’, chelovek” en http://www.leninism.su; y sobre los trabajos y escritos de
Lunacharski: http://lunacharsky.newgod.su .
28
En relación a la transliteración desde el ruso de nombres propios, palabras
y referencias bibliográficas, nos hemos basado en el sistema citado por
Sánchez y Alonso (2012), al que hemos añadido algunas modificaciones9.
29
Tras lo expuesto hasta el momento, queremos, de nuevo, poner de
manifiesto una cuestión primordial en toda Tesis Doctoral, a saber: ¿qué
podemos nosotros aportar a la ya muy extensa literatura existente acerca
de estos temas? Esencialmente, hablamos de propaganda, arte y prensa
cultural durante la Segunda Guerra Mundial en la Unión Soviética,
campos que la producción académica ha cubierto con creces. Pensamos
que uno de los principales valores de esta Tesis estriba, por tanto, en
nuestra particular visión al afrontar el tema, que parte del marco teórico
que exponemos en el Capítulo I y de otras concreciones metodológicas y
conceptuales acerca de la propaganda, la prensa o el arte soviéticos, entre
otros, que se desarrollan en los capítulos posteriores. No obstante,
consideramos que nuestro aporte principal y más original es la utilización
y combinación en el análisis de documentos oficiales procedentes del
RGALI sobre el Comité para los Asuntos de las Artes y del periódico
Literatúrnaya Gazeta, fuentes que nos permitirán lograr un mejor
entendimiento del funcionamiento de la propaganda soviética durante la
Gran Guerra Patriótica y acercarnos a la comprobación de las hipótesis y
preguntas de investigación que aquí planteamos, además de alcanzar los
objetivos establecidos. Igualmente, consideramos que otra de las
contribuciones de nuestra Tesis reside en que, por primera vez, al menos
hasta donde hemos podido comprobar, se reúnen una serie de decretos,
ordenaciones y normativas en relación al arte y la prensa soviéticos,
traducidos parcialmente o en su totalidad, desde 1917 hasta finales
Segunda Guerra Mundial, así como partes de documentos y artículos del
Comité para los Asuntos de las Artes y de Literatúrnaya Gazeta.
30
En el Capítulo I, “Fundamentos teóricos y metodológicos”, definiremos
los conceptos e ideas básicas para entender nuestra Tesis, tales como
propaganda, ideología, hegemonía, poder o imaginarios, entre otros.
Cerraremos el capítulo con la presentación y defensa de las propuestas
metodológicas de la historiografía revisionista para el acercamiento al
estudio de los materiales de archivo y de hemeroteca.
32
Nuestra Tesis cuenta también con un importante e imprescindible
“Anexo” compuesto por dos partes: en la primera encontraremos
traducciones de documentos oficiales (decretos, ordenaciones, normativas,
cartas, informes, etc.), discursos, artículos, etc. En la segunda parte del
Anexo hemos incluido varios listados de los documentos utilizados. Este
material de apoyo es fundamental para una comprensión más amplia del
tema que tratamos.
33
34
CAPÍTULO I: FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y
METODOLÓGICOS
Como expusimos al inicio de esta Tesis, nuestra investigación pretende
profundizar en el análisis de cómo el poder soviético, a través de
determinadas instituciones gubernamentales y de la prensa cultural de la
época, definió y modeló tanto el contenido como la forma del arte que se
debía producir, con fines propagandísticos, durante el periodo
denominado por los soviéticos como la Gran Guerra Patriótica, de 1941 a
1945. Con este fin, abordaremos nuestro objeto de estudio desde los
estudios en propaganda.
35
el uso político del discurso histórico como conformador de imaginarios
sociales, así como el modo en el que la historigrafía actual se ha acercado
al estalinismo.
10Para una historia general de la propaganda y del propio concepto, véase: Black (2001),
Cunningham (2002), Ellul (1969), Pizarroso (1993), Pineda (2006), Taylor, P. (2003),
Thomson (1999) o Welsh (2013), entre otros.
11Véanse, entre otros, Wreford (1923), Doob (1964), Laswell (1971), Ponsonby (1991) o
Lumley (1933).
36
afirmación adquiere una mayor trascendencia para nuestro trabajo si
tenemos en cuenta que la “realidad” también se construye12, por lo que las
“verdades” (creencias, certezas, sentido común) incrustadas en cada
parcela de realidad son aceptadas y validadas por el grupo de personas (o
por determinadas élites) que conviven en esa sociedad concreta y han
“aceptado” una determinada versión de la realidad, y no necesariamente
por el conjunto de la humanidad.
39
No todas las formas de propaganda son iguales. Cada gobierno o grupo
utiliza aquella que más se amolda a sus necesidades y objetivos finales16.
Para esta Tesis, seguiremos la clasificación de Ellul (1973)17 para
referirnos a la propaganda soviética que analizaremos en capítulos
posteriores. Nos interesan, principalmente, sus definiciones de propaganda
de integración y propaganda de agitación, categorías inspiradas en las que
ya estableciera Lenin de agitación y propaganda.
18Es el caso del gobierno posrevolucionario de Lenin, que siguió utilizando la propaganda
de agitación en las campañas contra, por ejemplo, los kulaks. En la Unión Soviética,
también Iósif Stalin utilizó la propaganda de agitación para lograr la adherencia y
participación del ciudadano a las distintas fases de sus planes quinquenales.
41
De este modo, la propaganda de integración es, en palabras de Ellul, la
que promueve el conformismo (más que el consenso). Para que esta
propaganda funcione el propagandista habrá de mostrar que comparte
creencias, valores, estereotipos, prejuicios, etc. con el grupo al que se
dirige. El propagandista deberá hacerse claramente visible como
participante en las actividades del día a día de la sociedad y mostrar que él
también, como el resto de los ciudadanos, sólo puede ser a través de la
colectividad. Pretende conseguir que cada miembro de la sociedad sea una
parte perfectamente integrada y funcional del engranaje social.
Del general prusiano Carl Von Clausewitz es la frase “La guerra es una
mera continuación de la política por otros medios” (Clausewitz, 2005: p.
31). No es la guerra una simple manifestación de violencia, ni la
simplificada imagen de un combate en el que dos facciones se enfrentan
por un trozo de tierra; la guerra tiene siempre motivaciones y objetivos
42
concretos que van más allá de la apropiación de territorios, y utiliza
instrumentos y recursos mucho más complejos y racionales que la mera
violencia.
20La propaganda dirigida a los neutros tendría varios posibles fines: que los países (en el
caso de que sean países los que se enfrenten) neutrales continúen permaneciendo neutrales,
que no apoyen al enemigo, o buscar su beneplácito.
45
enemigo, exagerar la propia fuerza y posibilidades de victoria, destacar el
valor del ejército propio, sembrar dudas y discordias, mantener la moral
alta entre las tropas, alentar a la retaguardia, fomentar la unidad de la
nación en pro de un mismo objetivo, estigmatizar al enemigo, defender las
motivaciones justas de la lucha de tu bando (“ellos nos atacaron”, “ellos
nos quieren robar nuestras tierras”), etc. Eckhard (1965) analizó los
mensajes de los grandes líderes de la Segunda Guerra Mundial (Churchill,
Hitler, Stalin, Roosevelt, Mussolini) y estableció la existencia de varios
temas recurrentes, en mayor o menor medida, dentro de todos sus
discursos: denuncia, valores de fortaleza, valores morales, valores
económicos y agresión disfrazada. Todos estos temas, como veremos en
los capítulos IV y VI, estarán presentes, en mayor o menor medida, en los
mensajes difundidos a través de Literatúrnaya Gazeta o el Comité para
los Asuntos de las Artes.
46
el enemigo”21 (con la “lucha” por los neutrales en medio), y sobre ella
girarían todos los mensajes propagandísticos difundidos en tiempos de
conflictos bélicos.
47
Es en este punto en el que se nos hace necesario explicar el concepto de
imaginario, tal y como nosotros lo utilizaremos en este trabajo. Nos
acercaremos a él para intentar comprender qué es lo que hace que
determinadas comunidades compartan representaciones de la realidad, que
acepten o no un discurso determinado, que crean en lo que creen y que
sean capaces de justificar actuaciones que en otro tiempo les parecerían
injustificables. La cuestión que pretendemos abordar es aquella que
plantea el cómo pensamos nuestra existencia, nuestro lugar en el mundo y
nuestras prácticas, y cómo la propaganda puede intervenir en la creación,
modificación o mantenimiento de ese conjunto de representaciones22 que
forman los imaginarios sociales.
28 Sobre cómo se hacen posibles esas prácticas comunes, véase Bourdieu (1990).
29 Castoriadis (1999, 1989) establece dos tipos de significaciones imaginarias sociales: las
centrales, “creadoras de objetos ex nihilo y organizadoras del mundo” (Castoriadis, 1989:
p. 316); y las segundas o “agregadas”, derivadas de las primeras. Las significaciones
sociales centrales, serían, por ejemplo, Dios, economía, justicia, dinero, etc. Ellas no tienen
un referente. En torno a las significaciones centrales se organizaría un segundo mundo de
significaciones y, a partir de ellas, una gran multitud de elementos que podrán ser
socialmente representados.
51
significaciones daría origen al imaginario social. Los imaginarios sociales
se manifiestan a través de la materialización discursiva de esos
imaginarios en textos concretos y no es posible que exista una
representación sin que se hayan formado imaginarios previamente. Pero
las representaciones no son lo mismo que los imaginarios sociales; los
imaginarios sociales son los que permiten la creación y organización de
los sistemas de representaciones, y no al contrario. Siguiendo a J.L. Pintos
(1995), Arturo Gómez (2001) propone aproximarse a los imaginarios
sociales como “aquellos esquemas (mecanismos o dispositivos),
construidos socialmente, que nos permiten percibir/aceptar algo como
real, explicarlo o intervenir operativamente en lo que cada sistema social
se considere como real” (Arturo Gómez, 2001: p. 198).
31 Sobre la idea del ser social formado en sociedad y formador de sociedad, véanse, entre
otros, Marx (1994) [También Manuscritos Económico-Filosóficos, 1844. Ref. en
http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/ , 16.10.2014], Thompson (1981,
1989) o Castoriadis (1999).
32Sobre el imaginario social instituyente, véase, entre otros, Castoriadis (1999, 1989) y
Steger (2009, 2008).
33 Con “instituciones” Castoriadis se refiere al “lenguaje, la religión, el poder, a lo que es
el individuo en una sociedad determinada. Nos referimos incluso al hombre y a la mujer”
54
refieren ni a la realidad ni a la lógica, por lo que las denomino
significaciones imaginarias sociales” (Castoriadis, 1999: 94). Tanto las
significaciones imaginarias sociales como las instituciones, una vez
diseñadas, cristalizan en lo que Castoriadis llama el “imaginario social
instituido”, que es el que da continuidad a la sociedad forzando la
repetición siempre de las mismas formas que desde entonces regularán la
vida de los hombres, de manera similar al “habitus” propuesto por Pierre
Bourdieu. La tarea de la institución consistiría, pues, en introducir al
individuo en la vida colectiva, la vida social y “real”. Al hacerlo, la
institución destruye lo que en un principio se había constituido como el
sentido de la psique del hombre. Para compensar esta destrucción, la
“nueva” sociedad en la que se inserta (o en la que es forzado a instalarse)
le ofrece otras fuentes de sentido procedentes de la significación
imaginaria social. En el proceso de socialización del hombre, por lo tanto,
la psique interioriza las nuevas significaciones que le señalarán el camino
abierto por el bien común, la esperanza en un “futuro radiante”, la fe en
una vida después de la muerte, etc. Esta socialización daría lugar a
sociedades “heterónomas”34 en las que tendrían dificultad para salir
adelante ideas, valores o creencias opuestas al “orden establecido” porque,
simplemente, el individuo ni siquiera dispone de imágenes, de
representaciones que le permitan cuestionarse a la institución. Siendo así,
afirmaríamos que el trabajo del propagandista (producto él mismo, no lo
olvidemos, de la socialización) sería efectivo cuando lograse modificar o
usar en su favor las significaciones sociales imaginarias que dan cuerpo a
las instituciones. Persigue con este procedimiento la transformación o el
mantenimiento de los imaginarios sociales colectivos para conseguir una
(Castoriadis, 1999: p.118). Las instituciones estarían para “hominizar a ese monstruito
llorón que viene al mundo y volverlo apto para la vida” (Ídem: p. 121).
34Para Castoriadis la heteronomía es el “pensar y actuar como la institución y el medio
social imponen” (Castoriadis, 1999: p. 107).
55
serie de objetivos predeterminados y la colocación del sujeto y el grupo en
una posición en la que todas las ideas, voluntades y deseos opuestos a esos
objetivos se considerasen “fuera de la normalidad instituida” y, por
consiguiente, ajenos al individuo y rechazables, o, simplemente, ni
siquiera cabría la posibilidad de pensar esas otras opciones. Es por eso que
la propaganda trabaja sobre la construcción de imaginarios sociales: para
establecer un “marco de referencia” en el que todo sea lógico, normal y
real; fuera de él, la barbarie y lo condenable.
56
En toda sociedad conviven diferentes imaginarios. Determinados sectores
de una sociedad (ya sean grupos, clases, tribus) comparten ciertas
características y creencias, tienen “cosas en común” que los identifican,
los caracterizan y los diferencian de otros. La visión del mundo de un
grupo diferirá de la de otro, pero entre ambos grupos (o entre “todos” los
grupos, porque podríamos hablar de tantos imaginarios como clases o
grupos existan en la sociedad) también hallaremos puntos de unión,
elementos que vinculan imaginarios sociales muy distintos. Esos nexos
pueden ser compartir representaciones determinadas de la historia, habitar
en el mismo país o región, compartir una lengua o haber escuchado el
mismo tipo de canciones. Así, los imaginarios sociales contribuyen a
establecer diferencias, pero también alzan puentes de conexión: siempre
habrá elementos que separan y elementos que unen, y los puntos en los
que confluyen conforman un imaginario social compartido.
57
también habrá sido influenciado, inconscientemente tal vez, por otros
discursos propagandísticos que han penetrado en su imaginario y lo han
ayudado a “conformarse”. De cada imaginario social, por lo tanto, se
derivaría un gran magma de significaciones sociales imaginarias que
concederán a cada comunidad una serie de creencias, percepciones,
sistemas de normas y valores compartidos. Este imaginario social dotará a
las instituciones (economía, religión, educación, etc.) de significaciones
que, muy probablemente, no sean enteramente compartidas por las del
imaginario de otra clase. Los imaginarios sociales que se suelen propagar
mayoritariamente son los que comparten las élites, que acostumbran a
poseer el control sobre los medios de comunicación. La propaganda hecha
desde el poder pretenderá modificar al destinario desde la perspectiva de
sus propios imaginarios. Para legitimar su estatus y posición, para
consolidar su autoridad e imponer su visión, han de tener en cuenta el
resto de imaginarios sociales, como mencionamos anteriormente, para
poder influir en ellos. No puede actuar sobre la única base de sus
creencias y consideraciones, puesto que de ese modo no lograría la
aceptación y legitimación del pueblo; ha de encontrar, de nuevo, los
puntos de unión, lo que se traduce en una suerte de “negociación”
simbólica. A pesar de que estos imaginarios podrían ser muy dispares,
partimos de la consideración de que existe un segmento en el que ambos
confluyen y que daría lugar a un imaginario compartido para una sociedad
concreta en un momento histórico determinado.
36 Según Steger (2009), siguiendo a la religión, las ideologías también apelarían al miedo,
la ira, el amor o el sacrificio para justificar sus acciones e inducir a la acción. Como las
religiones, las ideologías han sido capaces de movilizar a poblaciones e inspirar, en
ocasiones, actos de solidaridad comunitaria o, muy al contrario, asesinatos masivos.
37 Gramsci (1985) rechazaba la función exclusivamente negativa que se otorgaba a la
ideología. Las ideologías serían fuerzas organizadoras y psicológicamente “válidas” que
dan forma al terreno sobre el que los individuos actúan y viven.
38 Paul Ricoeur (2010) sostiene que la idea de la ideología como forma de comunicación
sistemáticamente distorsionada, cuya intención real es distinta al significado público
oficial, se puede percibir en Habermas. Para el Marx de La ideología alemana (1994), la
ideología suponía una distorsión deliberada de la realidad material orquestada con el fin de
que las clases dominantes continúen con la explotación económica y la opresión política de
las clases dominadas.
59
falsedad (Taylor, 2006). Compartimos la postura de Žižek cuando sostiene
que estamos dentro de la ideología, sea verdadera o falsa, desde el
momento en el que el contenido expresado por ella es “funcional respecto
de alguna relación de dominación social (“poder”, “explotación”) de un
modo no transparente” (Žižek, 2003: p. 15). Por su parte, Manfred B.
Steger defiende una aproximación “neutra” a la ideología39, y la define
como “comprehensive belief systems comprised of patterned ideas and
claims to truth. Codified by social elites, they are embraced by significant
groups in society (…). Linking belief and practice, ideologies encourage
people to act while simultaneously constraining their actions” (Steger,
2008: p. 5). En esta línea, Eagleton apunta que las ideologías serían un
conjunto de creencias motivadas por intereses sociales y añadiría:
“Ideology, like halitosis, is in this sense what other person has” (Eagleton,
1991: p. 2).
39Steger (2008, 2009) propone la ideología como traductor de los imaginarios a prácticas
políticas concretas.
40 Según Eagleton, Gramsci percibe la ideología como “actively organizing forces which
are psychologically ‘valid’, fashioning the terrain on which men and women act, struggle
and acquire consciousness of their social position. In any ‘historical bloc’, Gramsci
comments, material forces are the ‘content’, and ideologies the ‘form’” (Eagleton, 1991:
p.117). Este autor destaca la crítica que Poulantzas hace a Gramsci en este sentido: con la
definición que propone el italiano se reduce la ideología a la expresión de la clase social y
la clase dominante, a la “esencia” de la formación social. La ideología dominante no
refleja sólo el universo de los líderes, sino las relaciones entre las clases gobernantes y las
dominadas en una sociedad.
60
Por lo tanto, las ideologías proporcionarían al individuo un conjunto de
verdades sobre las que basar su posicionamiento, su pensamiento y sus
acciones, pero también asignarían a una sociedad concreta una serie de
limitaciones “asimiladas” de forma inconsciente, dentro de cuyos límites
se hallaría todo lo que les es posible pensar y hacer. El individuo actúa en
sociedad de acuerdo a su “inconsciente cultural”, que es el que explica
cómo sus acciones son objetivamente reguladas sin que parezca que surjan
de la obediencia consciente y directa a ciertas directrices. Por acción del
habitus, determinadas estructuras mentales y sociales entran a formar
parte de (y dan forma a) la actividad social cotidiana. La ideología se
introduce en la sociedad gracias al trabajo sobre los imaginarios sociales
colectivos, que han de (re)formar el catálogo de creencias, ideas y
prácticas sociales que vendrán a determinar una sociedad dada en un
momento concreto.
62
algún modo; algo así como una “universalidad subjetiva”, un “sensus
communis”41.
41Con “universalidad subjetiva” Kant (1876) se refiere a la idea de que es “necesaria para
cada uno”, y con “sensus communis” (sentido común), a una especie de acuerdo universal
dentro de los juicios estéticos (sobre lo bello) en los que la demanda se colocaría por
encima del gusto individual. Entiende el sentido común como lo que puede ser
“universalmente participado” por las facultades del conocimiento general y de las
porciones de representación que surgen de ellas. No podría fundarse sobre la experiencia
porque el sentido común se refiere más bien a juicios que encierran una “necesidad”, una
“obligación”; no dice que una persona “está de acuerdo con una cosa”, sino más bien que
una persona “deberá estar de acuerdo con nosotros”.
63
a actitudes e ideas que son subjetivas pero “necesarias”, lo que, según
Kant, las convertiría en “objetivas”. Haciendo un trasvase de este
acercamiento hacia el concepto de ideología, hablaríamos de una
ideología que se intentaría apoderar del sentido común del grupo, hecho a
través del cual envolvería de criterios objetivos y “naturalizaría”
cualesquiera que fueran las ideas, planteamientos vitales, modos de
actuación, etc. que interesan a un grupo de poder o clase.
El sentido común del que hablaba Gramsci (1985) y, sobre todo, al que se
refería Fairclough (1998), estaba estrechamente vinculado a la ideología y
al discurso. El sentido común sería sustancialmente, aunque no
enteramente, ideológico. En esta línea, la ideología sería la filosofía
implícita en las actividades prácticas de la vida social que las conecta con
el sentido común (Fairclough, 1998), un sentido común “naturalizado”,
que ha partido de un discurso dominante en el que habría perdido, en
apariencia, su conexión con una ideología o intereses particulares. De este
modo, el sentido común ideológico contribuiría a la sustentación de
42Por el contrario, los imaginarios tendrían más que ver con la formación y sustento de un
“sensus communis”.
64
relaciones de poder desiguales. La ideología es más efectiva si su
funcionamiento es menos visible, si nadie se cree sujeto u objeto de. Si un
individuo dentro de la práctica ideológica se percata de que un aspecto
particular del sentido común está sustentando desigualdades de poder a su
costa, deja de ser sentido común y, por lo tanto, deja de funcionar
ideológicamente. Por este motivo la ideología busca la “invisibilidad”,
que se lograría cuando las ideologías fueran traídas al discurso como
elementos no explícitos en el texto, sino como suposiciones de fondo
(sentido común) que llevan al productor del texto a “textualizar” el mundo
de un determinado modo, y al que interpreta, a interpretar ese mundo de
ese modo particular (Fairclough, 1998: p. 85).
65
los de fuera y, pese a que no entiendan “eso” que tienen en común, que los
hace fuertes y los une, los otros, ellos, los enemigos, se lo querrán quitar.
43 Marx nunca llegó a desarrollar una teoría de la clase social, por lo que la idea que le
suponemos sobre este concepto se deriva de las lecturas de El Capital [Ref. en
https://www.marxists.org/archive/marx/works/download/pdf/Capital-Volume-I.pdf
(Volumen I),
http://www.marxists.org/archive/marx/works/download/Marx_Capital_Vol_2.pdf
(Volumen II), https://www.marxists.org/archive/marx/works/1894-c3/ (Volumen III)], El
68
“Las clases son grupos de hombres que se diferencian entre sí por
el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente
determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los
medios de producción (relaciones que las leyes refrendan y formulan en
su mayor parte), por el papel que desempeñan en la organización social
del trabajo, y, consiguientemente, por el modo y la proporción en que
perciben la parte de riqueza social de que disponen. Las clases son grupos
humanos, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo de otro por ocupar
puestos diferentes en un régimen determinado de economía social”44.
69
connotaciones de clase, sujetas a comparaciones internacionales”
(Thompson, 1991: p. 27). No estamos hablando de clase como categoría
cerrada, sino como algo que ocurre en las relaciones humanas; es por ello
que concebimos la clase como un “constructo cultural, histórico o
discursivo” (Burke, 2012: p. 104). De este modo, la clase cobra existencia
cuando un grupo de hombres a los que une una serie de experiencias
comunes “sienten y articulan la identidad de sus intereses a la vez
comunes a ellos mismos y frente a otros hombres cuyos intereses son
distintos de (y habitualmente) opuestos a los suyos” (Thompson, 2001: p.
14).
Entonces ¿es posible que una idea o una teoría “nuevas” penetren en el
imaginario social, en un imaginario de clase, y lo cambien? Podríamos
decir que sí45. Durante el proceso de conformación de los imaginarios
pueden ser introducidas nuevas teorías o ideas que permitirán que las
nuevas prácticas surgidas de ellas cobren sentido46. Es decir, teorías e
ideas intencionalmente elegidas (nuevas o reinterpretadas) son utilizadas
para sustentar unas prácticas que cobran sentido a través del imaginario
social. Es este el caso, por ejemplo, de la interpretación del marxismo
hecha por Lenin, o del comunismo entendido por Stalin. El individuo
tiene una imagen de sí mismo que le impide imaginarse fuera de su
contexto, fuera de la estructura, y el miedo a la soledad, al aislamiento
social, lo empuja a la aceptación de los nuevos imaginarios47. Las
45Taylor (2006), Anderson (1993) o Castoriadis (1989), entre otros, apoyan esta idea que
nosotros también hacemos nuestra.
46 Es preciso que las prácticas tengan sentido para el individuo en concordancia con la
teoría. Lo que da sentido a esas prácticas es el imaginario social “(…) el elemento crucial
en estas transiciones es que el pueblo (o sus segmentos activos) comparta un imaginario
social capaz de cumplir con este requisito, es decir, que incluya formas de hacer realidad la
nueva teoría” (Taylor, 2006: 139).
47 Domenach (1986) recuerda esta idea en sus técnicas y reglas de la propaganda. Lo
relacionamos también con la “teoría de la espiral del silencio”. Noelle-Neuman defendía
que la “teoría de la espiral del silencio se apoya en el supuesto de que la sociedad (…)
amenaza con el aislamiento y la exclusión a los individuos que se desvían del consenso.
71
ideologías, por lo tanto, no surgen de la nada, sino que vienen definidas
por las intenciones y relaciones de poder. Cabe recordar aquí, como
mencionamos más arriba, que el poder no puede trabajar sobre creencias y
valores que no formen parte del imaginario social general, de un
imaginario de clase concreto. Pero ¿cómo funciona el poder dentro de los
imaginarios?
Los individuos, por su parte, tienen un miedo en gran medida subconsciente al aislamiento
(…). Este miedo al aislamiento hace que la gente intente comprobar constantemente qué
opiniones y modos de comportamiento son aprobados o desaprobados en su medio, y qué
opiniones y formas de comportamiento están ganando o perdiendo forma” (Noelle-
Neuman, 1995: 259-260). Sobre la espiral del silencio, véase también la explicación de
Sierra Caballero (1999: pp. 466-473).
48 Deleuze (Foucault, 2008: pp. 9-13) tematiza los postulados tradicionales acerca del
poder en cinco tipos: 1. Postulado de la propiedad, según el cual el poder es algo que
pertenece a la clase dominante. 2. Postulado de la localización, que sitúa al poder dentro
del Estado. 3. Postulado de la subordinación, que sostiene que el poder encarnado en el
aparato del Estado estaría subordinado a un modo de producción (infraestructura). 4.
Postulado del modo de acción, que mantendría que el poder actúa a través de mecanismos
de represión e ideología. 5. Postulado de la legalidad, que implica que el poder del Estado
es expresado a través de la ley.
72
está en todas partes y, aunque se suele ejercer en una determinada
dirección por parte de ciertas personas o grupos, no se sabe exactamente
quién lo ejerce, aunque lo que sí podemos saber es quién no lo posee
(Foucault, 1991).
49 Antonio Gramsci o George Lukács, entre otros, hablarían de los aparatos del Estado
represivos como parte intrínseca del poder. Para Foucault, el poder no estaría localizado en
el aparato del Estado: la sociedad no cambia porque cambien los aparatos represivos del
Estado, sino porque cambian los mecanismos de poder que hacen que tales aparatos surjan
o funcionen. Para Foucault (1979: p. 92) el poder no es un grupo de instituciones o
mecanismos que aseguran el servilismo de los ciudadanos de un Estado, ni un sistema de
dominación utilizado por un grupo sobre otro; esas sólo son algunas de las formas finales
que el poder puede tomar.
73
individuo es un “efecto de poder”, pero también es su “elemento de
conexión. El poder circula a través del individuo que ha constituido”
(Foucault, 1991: p.144). De este modo, se hace necesario un análisis del
poder de forma ascendente y no sólo centrada en la capacidad represiva o
mandataria de los aparatos del Estado: hay que considerar cómo las
técnicas y los procedimientos del poder funcionan en los niveles más
bajos y cómo se desplazan y se extienden. Hablamos de un poder que va
más allá de lo político (del poder de gobiernos o partidos); existen, pues,
otros poderes50.
50No obstante, tendremos presente a lo largo de esta investigación, sobre todo a partir del
Capítulo II, que el totalitarismo se caracteriza por su intento del poder total, lo que incluye
anular el resto de poderes.
51 Van Dijk y los estudios críticos del discurso nos ofrecen la idea del poder como control
del “discurso” y del “contexto” (véase Van Dijk 2009, 1994, 1993). Esta mirada será
importante para nuestra investigación, puesto que la propuesta que hacemos pasa por
describir cómo el poder soviético controlaba (o intentaba controlar) todos los discursos
relevantes, e incluso los menos relevantes (como podrían ser los relacionados con la vida
privada). La propaganda depende del contexto, que es el que proporciona los elementos
para entender el mensaje, por lo que resulta central el estudio de los contextos, la
argumentación o los lugares de recepción del mensaje propagandístico.
74
undertakings, destined to a certain mode of living or dying, as a function
of the true discourses which are the bearers of the specific effects of
power”. (Foucault, 1980: p. 93).
52 Fairclough (1998) trata sobre la relación existente entre poder, discurso (lenguaje) e
ideología. Para enlazar todos estos elementos utiliza la herramienta del “sentido común”,
muy relacionada con el “consentimiento”. Las convenciones sociales encarnan una serie de
suposiciones ideológicas que serán adoptadas en el discurso como “sentido común” y que
se utilizarán para sostener las relaciones existentes. Es así como el sentido común se pone
al servicio del poder y como las ideologías se incrustan en las características del discurso
que se dan por sentadas por ser asuntos del sentido común. La ideología trabaja en el
discurso al imponer suposiciones sobre los que interpretan el texto y los que lo producen,
sin que ninguno de ellos sea realmente consciente de esta operación. Fairclough sostiene
que el sentido común discursivo es ideológico porque contribuiría a mantener las
relaciones de poder.
75
De lo que estamos hablando, pues, es de hegemonía para construir sentido
común, de poder convertido en sentido común de un orden social. Según
Eagleton, con Gramsci se produce un salto de la ideología entendida como
“sistema de ideas”, a la ideología como “práctica social vivida y habitual”.
En oposición, Althusser (2014), que mantendría que la ideología es
inconsciente y siempre institucional. Para Gramsci, lograr hegemonía
significa establecer un liderazgo político, intelectual y moral dentro de la
vida social. Para obtener esta hegemonía habría que difundir una visión
global determinada de un grupo concreto a través de la fabricación de la
sociedad como totalidad y, por lo tanto, equiparando los intereses del
grupo hegemónico a los intereses de la sociedad en su totalidad.
76
1.2. Elementos para un acercamiento
historiográfico al estalinismo
77
o Eric Hobsbawm53. La historia se ve, desde esta perspectiva, como una
construcción social, alejada de la mera narración de acontecimientos
trascendentales y haciendo caso a las pequeñas narraciones de individuos
sin nombre que van conformando la realidad social de cada época.
53Para entender mejor esta nueva propuesta marxista de hacer historia, recomendamos un
acercamiento al “movimiento” a través de las obras de Burke (2001, 2006, 2012),
Thompson (2000, 2006), Williams (1976) y Hobsbawm y Ranger (2012), entre otros.
78
un papel definitorio en la construcción de su historia. Posteriormente, las
nuevas propuestas historiográficas que se aproximaron a la historia desde
perspectivas distintas a las tradicionales y que estudiaban otras
posibilidades de hacer historia (oral, visual, lectura, del cuerpo,
mentalidades, ecología, mujer, etc.) apuntarían, sobre todo, a desentrañar
la historia a través de la lectura entre líneas de documentos no
convencionales, incidiendo en el nuevo protagonista de la misma: el
ciudadano común. Al trabajar con testigos “involuntarios” (los
testimonios se obtienen a partir de la lectura y posterior análisis de los
documentos de registros civiles, de libros de comercio, aduanas, diarios,
publicaciones menores, leyes, tributos, etc.), se requiere de cierta
interpretación por parte del investigador. El análisis va más allá de las
cifras y fechas que recogen los documentos de archivo con los que habían
trabajado hasta entonces los historiadores. Con este nuevo acercamiento a
fuentes y documentos que no se habían tomado en consideración
previamente, se revela una segunda lectura de la historia que nos muestra
estructuras más profundas de la sociedad y el poder y de la estrecha
interrelación existente entre los dos. Las “nuevas historias” se interesaron
por cómo funcionaba una sociedad, cómo se estructuraba a partir de
determinadas creencias, cómo los mecanismos de poder trabajan para
llegar a los “subordinados”, sobre la existencia de rituales y tradiciones
54 Antes que los marxistas británicos, en 1929, desde la escuela de los Annales francesa
fundada por Marc Bloch y Lucien Febvre a partir de la revista Annales d'Histoire
Economique et Sociale, se detectó la necesidad de hacer una historia que incorporase a
otras disciplinas de las ciencias sociales, tales como la geografía, psicología social,
ecología economía o demografía. Para entender la propuesta de la escuela de los Annales
francesa, recomendamos las obras de Bloch (1987) y Febvre (1975). A esta escuela
también pertenecen, en distintas generaciones, Roger Chartier o Fernand Braudel, de los
que proponemos, entre otros, sus trabajos El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la
época de Felipe II, de Braudel (1993), y El mundo como representación. Estudios sobre la
historia cultural, de Chartier (1995). Autores como Michel Foucault, Paul Ricoeur o
Jacques Derrida también insistirían en la necesidad de recuperar el relato y de reivindicar
el papel del individuo y su capacidad de acción en la historia.
79
(también inventados) (Hobsbawm y Ranger, 2002) con función política, o
sobre cómo se articulan las relaciones en función de la clase, etc.
actividad de Marx y Engels, y la edición de sus obras” [La referencia a estas informaciones
la hemos encontrado en el Portal de los Archivos de Rusia, ref.
http://www.rusarchives.ru/publication/ryazanov.shtml#s21, 27.12.2015]. En relación a la
conservación de documentos de archivo, con el decreto “Sobre la reorganización y
centralización de los asuntos de archivo” (“O reorganizatsii i tsentralizatsii arjívnogo
dela”, 1 de junio de 1918, ref. en http://www.hist.msu.ru/ER/Etext/DEKRET/18-06-01-
2.htm, 27.12.2015) se subrayaba la importancia de la centralización de la recogida y
almacenaje de documentos históricos. La importancia del estudio y control de la historia
también se percibe en la aparición en los años 20 de numerosas publicaciones periódicas
de corte histórico, entre las que destacamos El historiador-marxista (Istórik-marksist,
revista fundada en 1926 bajo el auspicio del Departamento de Prensa del Comité Central y
del Agitprop, pasaría a ser la publicación oficial para historiadores y teóricos del
marxismo. Se publicó hasta 1941. Se pueden consultar algunos de sus números desde
http://publ.lib.ru/ARCHIVES/V/''Voprosy_istorii''/_''Istorik-marksist''_.html, ref.
27.12.2015), Boletín de la Academia Comunista (Véstnik Kommunistícheskoi Akademii,
publicación oficial de la Academia Comunista, 1918-1936, institución de estudios
superiores y de investigación científica de la RSFSR y la URSS que incluía a los institutos
de filosofía, historia, arte, idiomas, literatura, historia, economía mundial, política,
institutos de ciencias naturales, etc. Fue fundada por decreto del Comité Central Ejecutivo
y del Sovnarkom el 25 de junio de 1918 -“Polozhenie VTsIK i SNK o Sotsialistícheskoi
akademii obshchéstvennyj nauk”, ref. http://www.hist.msu.ru/ER/Etext/DEKRET/18-06-
25.htm, 27.12.2015-), Asunto de archivo (Arjivnoe delo, revista publicada por los órganos
centrales de los archivos de la URSS y la RSFSR entre 1923 y 1941. En ella se publicaban
los decretos e instrucciones en relación a los archivos, se discutían temas sobre
metodología archivística, la situación de los archivos en el país y en el extranjero, etc.),
Revolución proletaria (Proletárskaya revolyútsiya (1921-1941), fue el órgano central del
Istpart durante sus primeros años (posteriormente, del Instituto Lenin y del Instituto Marx-
Engels-Lenin) y se encargaba de la publicación de artículos de investigación, documentos
y memorias sobre la historia del movimiento obrero, del Partido Comunista, de la
Revolución de Octubre y de la Guerra Civil. Ref. en
http://publ.lib.ru/ARCHIVES/P/''Proletarskaya_revolyuciya''/_''Proletarskaya_revolyuciya''
.html, 27.12.2015), o El Bolchevique (Bol’shevik, revista política y teórica del Comité
Central, publicada entre 1923 y 1941. Entre sus tareas principales estaba ofrecer a los
ciudadanos respuestas a las preguntas sobre la vida corriente desde el punto de vista de la
teoría y la práctica del bolchevismo).
57 El 11 de febrero de 1921 se establecían, por decreto del Sovnarkom, los Institutos para
la preparación del Profesorado Rojo (“Ob uchrezhdenii Institútov po podgotovke Krasnoi
Professury”) con el objetivo de establecer en las ciudades de Moscú y Petrogrado
“Institutos para la preparación del Profesorado Rojo para la enseñanza en las escuelas
superiores de las repúblicas de economía teórica, materialismo histórico, desarrollo de las
formas sociales, historia contemporánea y construcción soviética”. El Comisariado del
Pueblo para la Instrucción Pública era el encargado de organizar estos institutos [Ref. en
http://istmat.info/node/45893, 1.12.2015].
82
historia del Partido Bolchevique y del marxismo, en una línea conforme a
cómo se debería entender la historia de estos temas según el gobierno.
líderes y sistemas totalitarios, que tiene que ver con su innata capacidad para la
interpretación “correcta” de las cosas (historia, naturaleza, etc.). Esta “predicción infalible”
(Arendt, 2013: pp. 485-486) sería objeto de preocupación de los líderes (que temerían que
sus promesas o predicciones no se cumplieran) y causaría gran efecto sobre la propaganda
(que tendría que hacer encajar la realidad en las mentiras propuestas desde el poder): “sólo
en un mundo completamente sometido a su control puede el gobernante totalitario hacer
realidad todas sus mentiras y lograr que se cumplan todas sus profecías”. El planteamiento
de propaganda totalitaria que hace Arendt entroncaría, en ciertos aspectos, con nuestra
propuesta de propaganda como construcción de imaginarios: “Antes de conquistar el poder
y de establecer un mundo conforme a sus doctrinas, los movimientos [totalitarios] conjuran
un ficticio mundo de consistencia que es más adecuado que la misma realidad a las
necesidades de la mente humana; un mundo en el que, a través de la pura imaginación, las
masas desarraigadas pueden sentirse como si estuvieran en su casa, hallarse protegidas
contra los interminables shocks que la vida real y las experiencias imponen a los seres
humanos y sus esperanza (…). La fuerza de la propaganda totalitaria (…) descansa en su
capacidad de aislar a las masas del mundo real” (Arendt, 2013: p. 489) y, añadimos
nosotros, en construirles un mundo en el que su papel se adapte a las exigencias y
necesidades del régimen. Las masas maduras “no creen en nada visible, en la realidad de
su propia experiencia; no confían en sus ojos ni en sus oídos, sino sólo en sus
imaginaciones” (Arendt, 2013: p. 487). Por otra parte, la obra de Friedrich y Brzezinski
Totalitarian dictatorship and autocracy (1964) es también clave en el desarrollo de la
corriente totalitaria. En él atribuían al totalitarismo las siguientes características: “1. a
totalist ideology. 2. A single party committed to this ideology and usually led by one man,
the dictator. 3. A fully developed secret police; and three kinds of monopoly or, more
precisely, monopolistic control; namely, that of a) mass communication; b) operational
weapons, and c) all organizations including economic ones, thus involving central planned
economy” (Friedrich y Brzezinski: 1964: p. 126). Nos parece interesante destacar también
aquí la descripción de las características del fenómeno totalitario expuestas por Raymond
Aron (1968). En primer lugar, un único partido poseerá el monopolio de la actividad
política; una segunda característica destacaría el fundamento ideológico del partido, desde
donde actuará y que se convertirá en la única verdad oficial del Estado, capaz de otorgarle
plena autoridad; en tercer lugar, los estados totalitarios se caracterizarían también por
mantener un absoluto control de los medios para ejercer la violencia y la persuasión, por lo
que todos los medios de comunicación pasarán a estar controlados por el Estado; una
cuarta característica expuesta por Aron mantiene que la mayoría de las actividades
profesionales y económicas formarían parte del aparato del Estado y, por lo tanto, estarían
cargadas de ideología oficial; la última característica, vinculada con la anterior, apunta a
que todas las actividades, tanto del Estado como del ciudadano, estarían sujetas a la
ideología oficial.
89
pasiva y objeto fácil de control y manipulación. Asimismo, bajo el
totalitarismo y el consiguiente mandato de un partido monolítico, el terror
es utilizado como herramienta de control, y la propaganda, como
instrumento de movilización. Para estos autores, los textos de líderes
soviéticos (Lenin y Stalin, principalmente) y los documentos oficiales o
del Partido-Estado (como el periódico oficial del Partido, Pravda) eran
fuentes de información primordiales. A partir de los años 70, algunos
historiadores encontrarían el modelo totalitario insuficiente y erróneo en
su explicación de la sociedad soviética, por lo que propusieron un giro en
la manera de enfrentarse al entendimiento de la historia de la Unión
Soviética. Los nuevos investigadores plantearon un salto de las ciencias
políticas a la historia social, en el que el individuo corriente, como parte
de la sociedad, adquiere mayor relevancia en la narración de la historia,
dejando de lado los relatos sobre la vida de los líderes políticos o el
desarrollo de los sistemas políticos.
Otros temas del revisionismo que también han sido centro de ataques por
parte de los críticos de estas corrientes son: el tema de la movilidad social
y profesional “hacia arriba”72; la presentación del Estado liderado por
Stalin como débil y desorganizado; la negación de la existencia de un plan
de terror masivo; la presión ejercida desde abajo por las masas como
acicate de cambios sociales y en políticas; la existencia de cierta
resistencia por parte de obreros y campesinos al proyecto identitario,
71Un buen resumen de los reproches efectuados por los críticos al revisionismo en general
y al trabajo de la historiadora de origen australiano en particular, se puede encontrar en
Fitzpatrick (2008).
72 Sobre este tema, véanse los trabajos de Fitzpatrick (1979, 1979b y 1992) y Bailes
(1978). En ellos se explica el papel de la educación y el surgimiento de los vydvizhentsy
(los trabajadores que promocionaron durante el Primer Plan Quinquenal y que acudieron
previamente a escuelas formales, y aquellos que fueron señalados desde dentro del Partido
para puestos de responsabilidad) y los praktiki (aquellos que promocionaron a puestos de
especialistas y en la administración sin educación formal especializada). Las principales
críticas a la idea de la movilidad desde abajo provienen de otros revisionistas. Grigor Suny
se muestra contrario a la idea de la promoción proletaria o desde abajo porque supondría
hablar de una clase obrera que buscaba activamente la promoción, y no de una clase obrera
consciente. Moshe Lewin, añadiría: “The 1930s was an era of great mobility, but for too
many the direction was down, no up. Whole classes where created or grew, while others
disappeared. Cadres were educated and promoted in massive numbers, while other masses
of cadres were destroyed. Professional training was impressive, but the majority of the
working class was still working with their bare hands” (Lewin, 1985: p. 34).
94
social y de Estado de las autoridades soviéticas73; la tiranía ejercida por
las autoridades locales que, alejándose de los mandatos del centro y
adaptando las políticas a las situaciones locales, ponían en marcha duras
medidas para evitar el caos o las rebeliones; o la afirmación de que las
ambiciones de la ciudadanía y las autoridades coincidían y que las masas
participaron activamente en las purgas (Pavlova, 2001). Como base de
interpretación de estos elementos, los revisionistas defenderán la primacía
del análisis social sobre aspectos políticos o ideológicos.
El primer tema que uniría a los revisionistas, por tanto, sería su interés por
investigar el apoyo “desde abajo” al régimen y esperar que ese
descubrimiento cambiara el modo en que se estudiaban los años 30
soviéticos y sus principales acontecimientos (colectivización,
74
industrialización, purgas ). Los historiadores sociales suelen preferir la
perspectiva “desde abajo”, “that is, from the society, or even from the
grass-roots viewpoint of ordinary lower-class citizens” a la perspectiva
“desde arriba” del gobierno y la élite (Fitzpatrick, 1986: p. 367). Así, los
73 Autores como David Hoffmann (2000), Sarah Davies (1997), Stephen Kotkin (1995) o
Sheila Fitzpatrick (1995) muestran cómo entre la nueva sociedad soviética existían focos
de resistencia, principalmente entre campesinos y obreros. Al rechazar el modelo de las
autoridades de un proletariado leal, frustraban los esfuerzos del Partido por construir un
orden social y político basado en la ideología bolchevique. Esta “resistencia” se rebeló
contra las autoridades en un intento por retener su identidad social y por defender una
visión del mundo diferente a la de las autoridades soviéticas.
74 Sheila Fitzpatrick estudió la movilidad hacia arriba de trabajadores y campesinos, lo
cual, en su opinión, estaba estrechamente vinculado con el cumplimiento de la promesa de
que la Revolución llevaría a los trabajadores al poder (Fitzpatrick, 1992). En este sentido,
autores como Lynne Viola (1989), Lewis Siegelbaum (1990) o Hiroaki Kuromiya (1988)
trabajaron sobre el éxito de la movilización de trabajadores en apoyo a las políticas del
régimen. Viola (1986 y 1989) identificó cierto apoyo al régimen por parte de la clase
trabajadora con respecto a la colectivización y descubrió que los sectores inferiores del
aparato del Partido eran, en ocasiones, más radicales que el propio Politburó, aunque no se
encontró apoyo relevante por parte del campesinado. Getty (1985) y Manning (1984)
llegaron a una conclusión similar pero en relación con las Grandes Purgas, en cuanto al
papel fundamental de secciones inferiores y locales del Partido. Viola (1986), por su parte,
subraya en su obra cómo el descontento y las manifestaciones de mujeres en el campo ante
la colectivización pudo haber provocado una remodelación de determinadas políticas.
95
límites entre sociedad y Estado en la época previa a la guerra se
presentarían “hopelessly indefinite” (Manning, 1987: p. 409). Esta
perspectiva “desde abajo” adquirirá gran relevancia en la elección y
análisis de fuentes documentales, aunque también será foco de crítica,
como veremos más abajo.
Para Pavlova (2001), que se muestra muy crítica con las propuestas
revisionistas, la mirada a la revolución estalinista como una “revolución
desde abajo” implicaría la existencia de un régimen que tenía menos
Seweryn Bialer incluye a la “revolución desde arriba” dentro de las tres fases de desarrollo
del estalinismo posrevolucionario, determinadas por el papel que Stalin tuviera en cada
una de ellas. La primera fase sería la de la consolidación del mandato bolchevique, estadio
marcado por el diseño de las instituciones básicas políticas, económicas y administrativas,
y por la formulación de políticas clave a largo plazo (como la NEP). En esta fase Stalin
aparece como “político” en la lucha del poder dentro del Partido. La segunda fase
transcurre entre 1928 y 1939 y se caracteriza por el desarrollo de las revoluciones desde
arriba, claves en la trascendental transformación de la sociedad soviética, y la
remodelación de las antiguas instituciones bolcheviques. En ellas Stalin emerge como
“revolutionary transformer and restorer” (Bialer, 2001: p. 9). La última fase es
denominada por Bialer etapa de “madurez del estalinismo”. Tras la conclusión de las
revoluciones desde arriba, se procede al establecimiento de las instituciones políticas y al
asentamiento de políticas culturales, sociales y económicas. El papel del líder entonces
sería el de “dictator-administrator” (Bialer, 2001: p. 10).
77“Revolution from below”, entendida como “below the top, rather than right at the
bottom” (Fitzpatrick, 2008: p. 684).
97
control sobre la sociedad de lo que se estimaba, cuyas acciones fueron
más una improvisación que un plan calculado; asimismo, esta postura
también supondría que las decisiones más radicales a menudo entrarían en
conflicto con las intenciones de los líderes locales y dieron lugar a
consecuencias sociales no planificadas (Pavlova, 2001: p. 71). Daniel
Brower (1987) también critica esta visión “desde abajo” y duda de la
precisión de los análisis realizados a partir de casos locales, citando los
casos de Getty (1985) y Manning (1984), alegando que las localizaciones
de sus investigaciones podrían ser irrelevantes o poco significativas del
funcionamiento general o central al tratarse casos aislados de distritos
remotos y ciudades poco importantes.
82Como ejemplo de este punto señala al libro de Arch Getty (1985), que, bajo su punto de
vista, no cumple las expectativas que se desprenderían de su título, puesto que habla de
numerosos aspectos que no tienen que ver con las purgas en sí: “His choice of subject
matter reminds one of a historian who chooses to write an account of a shoe factory
operating in the death camp of Auschwitz. He uses many documents and he does not falsify
the material. He decides not to use all available sources and dismissed the testimonies of
survivors as ‘biased’. Instead, he concentrates on factory records. He discusses matters of
production, supply, and marketing (…). He does not notice the gas chambers” (Kenez,
1986: p. 398-99).
100
Finalmente, Kenez censura el tono de los escritos de los revisionistas, que
define como:
83 Estos dos grandes logros de los revisionistas (Fitzpatrick, 1988) serían: el primero, haber
desafiado el modelo totalitario por ofrecer un retrato simplista de la interacción entre
Estado y sociedad. El segundo logro señala que, a partir de 1929, el régimen estalinista
tenía un “control limitado” del resultado de las políticas radicales que había aplicado y que
la “revolución desde arriba”, en lugar de conducir hacia un resultado concreto y planeado,
en ocasiones daba lugar a desenlaces inesperados.
84Fitzpatrick (2007) también manifiesta sus discrepancias con Stephen Cohen que, aunque
pertenecía al grupo revisionista, los acusaba de que en sus estudios del estalinismo
enfatizaban los logros modernizadores e ignoraban la represión (Cohen, 1985). Para Cohen
(1975, 1985), el estalinismo fue el resultado ilegítimo de la Revolución y el bolchevismo
original, y existían claras discontinuidades entre las revoluciones de Lenin y Stalin, punto
que Fitzpatrick niega.
102
encontrar y ofrecer otra explicación al Terror y una nueva perspectiva con
la que afrontar su estudio, partiendo del escepticismo con respecto al
dogma totalitarista de que Stalin tuvo total responsabilidad en la iniciativa
y evolución de estas políticas, y asumiendo la posibilidad de que tanto el
Partido como el gobierno eran menos monolíticos que anodinos (Getty,
1985). Con este fin, estudiaron la base social del Terror estalinista, la
naturaleza instrumental del mismo y su puesta en marcha en las
provincias, con todas las problemáticas a las que habrían de enfrentarse,
como la falta de comunicación centro-periferia o el caos administrativo.
Pavlova asegura que los historiadores occidentales “have glossed over the
essence of the Great Terror, which consisted of society’s final
“cleansing” of any anti-Soviet elements, which in reality meant the
liquidation of any and all potentially active and independent-minded
people in the country” (Pavlova, 2001: p. 82). Lynne Viola (2013)
lamenta las duras críticas, provenientes principalmente de los defensores
del modelo totalitario, que los acusaban de mostrar “leftisth sympathies”.
El debate acerca del papel del Terror llegó a ser tan duro que Martin
Malia85, por ejemplo, los comparó con los negacionistas del Holocausto y
los inquirió para que se arrepintieran. Cohen muestra su preocupación en
relación a la posibilidad de que los revisionistas:
A pesar de sus críticas, Cohen reconoce que todo apunta a que el terror
estalinista era un fenómeno social que se originaba “desde arriba”, con la
evidente participación del vozhd’ (“el líder” o “el jefe”), “but it quickly
grew into a large, enduring part of life «below»” (Cohen, 1986: p. 480).
87Chubarov (2001) defiende que los soviéticos continuaron la modernización iniciada por
sus predecesores zaristas, enlazando, de este modo, el régimen zarista con la era soviética.
Aunque la propuesta de este autor nos parece interesante, hemos de puntualizar que las
“modernizaciones” perseguida por zaristas, bolcheviques y estalinista eran bien distintas.
88 Gooding (2001) hace referencia al estalinismo como el “great retreat” de la utopía
revolucionaria de la época leninista. En esta línea, para Stites el estalinismo es la
representación de la “deutopianazing of the revolution” (Stites, 1989: pp. 226-227). Antes
de 1929, la sociedad soviética era creativa y proactiva. La “revolución cultural” marcaría
un punto de inflexión al destruir el anterior utopismo mediante el reemplazo del abierto
“comunalismo” revolucionario con una nueva versión monolítica e impuesta de la
sociedad: “Communalism in the work and life as an experiment in nurturing a new
personality or even as a form of survival was abandoned in the early thirties for the sake
of a single “collective” goal- as defined by the leaders; building the state and the economy
at all costs. The communalism of the experimental era was spontaneous, small in scale,
manageable, flexible, eclectic, democratic, and sometimes temporary. The collectivism
which descended in the 1930s was imposed from above, total, cumbersome, rigid,
monolithic, authoritarian, and eternal in spirit. Stalinist collectivism resembled the belief
of Zamyatin’s anti-hero that only the collective «we» has rights- not the little «we’s» of
experimental life, but the total «we» of a single state ruled by a deified «I»” (Stites, 1989:
p. 241). A estas posturas se enfrentan las de autores de la corriente “neotradicionalista”
propuesta por Fitzpatrick (2000). Para ellos, la nueva sociedad comunista no significaba la
vuelta a una sociedad tradicional, sino una alternativa de modernización en la sociedad.
Entre los neotradicionalistas, Hoffmann (2003) rechaza firmemente la noción de “great
retreat”, defendiendo que la recuperación de valores tradicionales no supuso un retroceso
ni afectó al socialismo. Sakwa (1988), por su parte, rechaza el atraso de Rusia y las
continuidades entre el periodo posterior a 1917 y viejo régimen zarista en instituciones y
política cultural. Para este autor, la revolución supone una ruptura radical con el pasado:
“… the Bolshevik regime destroyed not only the old state system but also the features of
civil society as it had developed not only as a part of the bourgeois system but also within
the worker’s movement and ultimately within the Bolshevik party itself” (Sakwa, 1988: p.
14).
89 Hoffmann (2003) no percibe el socialismo como resultado de la prematura importación
ideológica del marxismo inserta en la masa atrasada rusa de principios del siglo XX. Por
ejemplo, la defensa de la natalidad y la exaltación de la maternidad no tendrían que ver con
una supuesta vuelta a valores patriarcales tradicionales previos a la Revolución, sino que
serían parte de la preocupación global europea derivada de la necesidad de incrementar la
105
introducen en el estudio subjetivo del “ser interior” (“self”) desde el
análisis de diarios y piezas personales como cartas (también informes de
secciones locales del Partido o piezas de distintos periódicos).
107
Lenin sería el encargado de desarrollar un esbozo teórico de lo que
debería ser ese Estado, aunque no llegaría a ponerlo en marcha. Esa labor
recaería sobre Stalin, quien se ocuparía de trabajar para construir un
Estado socialista desde (su interpretación de) los postulados marxistas-
leninistas.
Es por esto que hemos dividido este capítulo en dos grandes epígrafes. En
el primero, trataremos el cuestionado modelo leninista de propaganda (de
la toma de poder al inicio de la construcción soviética). En el segundo,
nos centraremos en la estrategia estalinista de la “propaganda en un solo
país”. Finalmente, observaremos las continuidades y discontinuidades
existentes en la propaganda utilizada y diseñada por Lenin, y la forma a la
que esta evolucionó cuando Stalin se hizo con el poder del Partido.
108
2. 1. El modelo leninista de propaganda: de la
toma del poder a la construcción soviética
Las referencias a un “modelo leninista” de propaganda son pocas en la
literatura académica y ni el propio Lenin ni sus colaboradores más
cercanos establecieron un acercamiento más concreto. No obstante, en las
líneas que siguen nos atreveremos a bosquejar una descripción de dicho
modelo. La dificultad del empeño radica, principalmente, en lo complejo
de definir el tipo de propaganda utilizado por un Estado que se estaba
autoconstruyendo como idea y aspiración, al tiempo que trabajaba por
asentar las bases de su propia organización (incluida la propaganda) y
difundía y acomodaba en las mentes del ciudadano su imagen (la del
nuevo Estado y la del nuevo individuo soviético) y la de todos los
conceptos e ideas que formarían parte de la recién estrenada “realidad
soviética”. El modelo leninista de propaganda presentaría algunas
discontinuidades, ambigüedades e, incluso, incoherencias propias de un
discurso en construcción. Algunos autores critican que Lenin modificara
su punto de vista con respecto a determinados aspectos de la organización
del Partido, la libertad de expresión, el concepto de “vanguardia”, etc., así
como que tuviera que “autoexplicarse” en relación a ciertos conceptos que
había planteado antes de la Revolución90. Se podría entender que estos
cambios de planteamientos son, hasta cierto punto, lógicos debido a la
109
propia dinámica de los acontecimientos: se estaban creando conceptos y
estructuras sociales, políticas y culturales desde cero, sin una referencia
anterior. El único asidero teórico para estas propuestas era la
interpretación leninista de la teoría marxista.
91 El objetivo final era la extinción absoluta del Estado, lo que sólo se lograría cuando
desaparecieran las clases sociales: si no hay una clase que oprima a otra, la existencia del
Estado (como órgano de represión y control de la clase dominante) es innecesaria. En el
artículo “Nuestra tarea inmediata”, publicado en 1899 en Rabóchaya Gazeta [Ref. en
https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1899/0002.htm, 31.10.2014], Lenin
establece una primera tarea para el Partido, en la que propaganda y agitación juegan
también un papel fundamental: “La tarea de la socialdemocracia consiste, precisamente, en
transformar, por medio de la propaganda, la agitación y la organización de los obreros, esa
lucha espontánea contra sus opresores, en una lucha de toda la clase, en la lucha de un
partido político, determinado por ideales políticos y socialistas definidos”.
111
problemas sociales a finales de 1916 y principios del 17, “llevaron hacia
un crecimiento de la popularidad del Partido Obrero Socialdemócrata de
Rusia. Bajo el gobierno provisional, la propaganda y agitación
bolchevique se elevaron hasta un nivel insólito” (Gúr’ev, 2011: p. 58),
superando a la de todos los demás partidos. Después de que los
bolcheviques se hicieran con el poder, Lenin seguiría considerando
fundamental la continuación y reforzamiento del trabajo ideológico-
político que se había ejecutado durante los años previos a la Revolución:
“Debemos poner al servicio de la educación comunista a los cientos de
miles de personas que sean necesarias”. La tarea fundamental de los
especialistas en la difusión del trabajo ideológico-político debía ser
“ayudar a la educación y formación de la masa trabajadora para que
supere las antiguas costumbres, las viejas prácticas”, para “vencer toda la
oposición de los capitalistas, no sólo en lo militar y político, sino también
en lo ideológico”92 (Gúr’ev, 2011: p. 58). En marzo de 1919 tuvo lugar el
VIII congreso del Partido Comunista Ruso (bolchevique), en el que se
señalaba que una de las tareas centrales del Partido debía ser “el desarrollo
de la más alta propaganda de las ideas comunistas y el uso para este
objetivo del aparato y medios de poder estatal”93. En ese tiempo, se
publicaron una serie de resoluciones para establecer una ordenación
sistemática y regular del trabajo propagandístico entre las capas más altas
de la población: “Sobre la prensa de partido y soviética”, “Sobre la
propaganda política y el trabajo cultural-educativo en el pueblo”, “Sobre
113
No sería hasta finales de la Guerra Civil cuando el Secretariado del
Comité Central del Partido finalmente crearía el Departamento de
Agitación y Propaganda (Agitprop)94, el 20 de septiembre de 1920,
aunque los bolcheviques ya habían demostrado su interés por la
organización de la propaganda en el país con anterioridad95. Durante sus
primeros meses de existencia, la labor del Agitprop no estaba aún bien
definida y sólo contaba con 17 personas entre su personal96. En menos de
un año este departamento se convertiría en el responsable total de la
agitación y la propaganda del país y, progresivamente, se iría
transformando, a través de sus departamentos, en una de las máximas
instancias de control y censura de todo lo publicable.
94
Alla Chernyj habla de la creación del Agitprop en agosto de 1920 como un “importante
paso hacia el camino de la formación sociopolítica del sistema de gobierno”, a través de la
resolución de respuestas relativas cuestiones sobre cultura e ideología (Chernyj, 1998: p.
78).
95 Ya en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso de 1903, los
bolcheviques mostraron su preocupación por las tareas y necesidades de la propaganda.
Entre las resoluciones que se plantearon en el Congreso, una de ellas hacía referencia a la
labor de la propaganda y a la falta de formación de los propagandistas. [Ref. en
https://www.marxists.org/history/international/social-
democracy/rsdlp/1903/resolutions.htm , 11.11.2015].
96Sobre la organización del Agitprop, véanse, entre otros, Gúr’ev (2011), Hazan (1976) o
Clews (1964). A finales de 1929, como consecuencia de la reorganización general del
aparato del Partido, el Agitprop fue dividido en dos secciones: el Departamento de
Agitación y Campañas de Masas, y el Departamento de Cultura y Propaganda. El
Departamento de Agitación y Campañas de Masas contaba con cuatro subsecciones:
Agitación General, Campañas de Masas de Carácter General, Campañas de Masas en
Agricultura y Trabajo de Masas entre Trabajadores y Campesinos. Por su parte, el
Departamento de Cultura y Propaganda poseía tres subsecciones: Trabajo Científico,
Educación y Arte, Propaganda Marxista-Leninista, y una Sección de Prensa que incluía
periódicos y literatura (Hazan, 1976: p. 35). En 1934, estas dos secciones volvieron a
unirse en el Departamento de Cultura y Propaganda del Leninismo para, un año más tarde,
pasar a denominarse, de nuevo, Departamento de Agitación y Propaganda (Agitprop). En
1939 a este departamento se le otorgó el estatus de “Dirección” tras pasar a manos de
Andréi Zhdánov, que lo convirtió en el órgano principal de la propaganda de Partido
Comunista y en un medio de control ideológico de las artes (Hazan, 1976: p. 36).
114
2.1.1. Educados para el nuevo Estado: educación política,
vanguardia, organización y Partido
Afirma Taylor (2003) que la propaganda le dice a la gente qué pensar y la
educación le enseña cómo pensar. Esta es una buena proposición de
partida sobre la que construir el modelo leninista de propaganda y el
modelo soviético en general. Tanto en el proceso de toma del poder por
parte de los bolcheviques, como en la posterior fase de consolidación y
construcción socialista, la educación97 de las masas era condición esencial
e indefectible para el éxito de la misión planteada por Lenin. La tarea
principal estribaría en modelar la mente del heterogéneo, disperso y
naciente ciudadano soviético para hacerla receptiva a los mensajes de la
agitación y la propaganda, en configurar sus imaginarios para que hicieran
suyas hasta naturalizarlas las propuestas del bolchevismo, primero, y del
marxismo-leninismo, posteriormente.
101 Vladímir Ilich Stepakov estuvo desde joven vinculado al Partido Comunista ocupando
diferentes puestos hasta que fue elegido miembro del Comité Central en 1966. Su
pertenencia al Partido y sus escritos, vinculados con la educación marxista-leninista, hacen
que a la hora de enfrentarnos al análisis de su obra tengamos en cuenta que estamos ante
un autor fuertemente marcado ideológicamente. Su aportación nos resulta interesante por
ser la única en la que claramente se habla de “principios leninistas” de la propaganda.
102David Wedgwood Benn (1969) explica las aportaciones y contexto de aparición de los
trabajos de Stepakov.
103 Lenin (1905) explica la importancia de la partíinost’ en el desarrollo de la revolución y
del socialismo. Califica de “burguesa” la idea de bezpartíinost’, mientras que el socialismo
iría intrínsecamente ligado a la afiliación al Partido. Para Lenin, la afiliación al Partido es
la consecuencia y el resultado de la lucha de clases, y es necesario que exista tal partíinost’
para poder expresar los intereses de clase.
117
Con respecto al carácter científico de la propaganda, segundo principio
leninista que establece Stepakov, este autor incide en que los
conocimientos pueden ser científicamente establecidos, lo que significa
que pueden poseer carácter objetivo. La nauchnost’ es el elemento que
proporciona “objetividad” a la doctrina marxista-leninista.
104 Lenin (1917) sostenía que “Ocultar la verdad que no es agradable con palabras buenas
(dobren’kimi) es la cosa más nociva y más peligrosa para la tarea del proletariado, para la
tarea de la masa trabajadora. La verdad, por amarga que sea, debe mirarse directamente a
la cara. La política que no satisfaga esa condición es una política desastrosa”. El líder
bolchevique (1894) afirmaba también que “La claridad de la propaganda y la agitación es
una condición básica. Si nuestros oponentes hablaban y admitían que tuvimos éxito en el
desarrollo de la agitación y la propaganda, entonces se hace necesario entenderlo no como
una imagen exterior de que tenemos muchos agitadores y que hemos gastado muchos
papeles, sino que es necesario comprenderlo como la imagen interior de la verdad que
estaba en esa agitación, que atravesaba las cabezas de todos. Y no es posible rechazar esta
verdad”.
118
oyentes. Este principio es fundamental en la construcción del imaginario
soviético. Como explicamos en el Capítulo I, el propagandista no puede
trabajar exclusivamente sobre elementos totalmente nuevos, sino que ha
de utilizar las ideas y conocimientos previos del propagandee con el fin
de originar un mensaje capaz de penetrar en el imaginario soviético de
forma natural.
119
masa proletaria; el papel de dirección de una vanguardia ideológicamente
consciente; y el establecimiento de un único periódico político central
para toda Rusia. Estos elementos constituirían la base del modelo leninista
de propaganda que defendemos en nuestra Tesis.
121
con la primera fase del modelo leninista de propaganda: la conquista del
poder. El nuevo ciudadano soviético tenía que asimilar los ideales
marxistas (según la interpretación de Lenin) de la futura sociedad sin
clases para actuar en consecuencia.
“No basta con explicar la opresión política de que son objeto los
obreros (de la misma manera que no bastaba explicarles el antagonismo
entre sus intereses y los de sus patronos). Es necesario hacer agitación con
motivo de cada manifestación concreta de esa opresión (…). Y puesto que
las más diversas clases de la sociedad son víctimas de esta opresión,
puesto que se manifiesta en los más diferentes aspectos de la vida y la
actividad sindical, cívica, personal, familiar, religiosa, científica, etc., ¿no
es evidente que no cumpliríamos nuestra misión de desarrollar la
conciencia política de los obreros si no nos comprometiéramos a organizar
109 La evolución de la prensa nos sirve como ejemplo de herramienta propagandística para
la educación política. La prensa obrera anterior a la Revolución se centraba en
promocionar la revolución social y política y dejaba de lado las reivindicaciones
económicas que, por desconocimiento y deformación burguesa, podrían acabar en
reivindicaciones tradeunionistas. Posteriormente, sobre todo a partir de los años 20 y con
la puesta en marcha de la NEP, la prensa se tiñó de un carácter económico para explicar las
necesidades de la época en términos económicos. Sin embargo, también en los años
posteriores a la Revolución, la educación política siguió siendo un elemento fundamental
de la formación de la conciencia ideológica del ciudadano soviético. De hecho, Nadezhda
Krúpskaya, esposa de Lenin, sería la directora del Glavpolitprosvet (desde 1920), el
Comité Central para la Educación Política, dependiente del Comisariado para la
Instrucción Pública dirigido por Anatoli Lunacharski y en cuya dirección la propia
Krúpskaya tenía un papel preponderante.
122
una campaña de denuncias políticas de la autocracia en todos los
aspectos? Porque, para hacer agitación con motivo de las manifestaciones
concretas de la opresión, es preciso denunciar esas manifestaciones (lo
mismo que para hacer agitación económica, era necesario denunciar los
abusos cometidos en las fábricas)” (Lenin, 2015: p. 57).
123
podrá formular un imaginario que atienda a valores, ideas, posturas
morales o intereses concretos y distintos a los de otros grupos o clases.
110 Por su parte, León Trotsky, en Nuestras tareas políticas (escrito en 1904), defendía que
el “asunto” del propagandista era la política y no la pedagogía. Su tarea debía consistir “en
armar ideológicamente a los obreros de su círculo, en trasmitirles el bagaje de hechos e
ideas que les permitan orientarse inmediatamente entre todos los acontecimientos de la
ciudad, el país, del mundo entero; que debe enseñarles no sólo a orientarse ellos solos sino,
también, a ser capaces de utilizar todos los eventos como material vivo para la agitación”
124
Al hablar de la necesidad de una educación política y de cómo debía ser
esta, Lenin también comenzaba a trazar el diseño de la audiencia a la que
debería ir dirigida tal educación, lo que está directamente relacionado con
los principios de accesibilidad y relación con la vida propuestos por
Stepakov. Lenin hablaba de un “auditorio ideal” (la clase obrera) para
estas denuncias políticas, auditorio que requeriría “amplios y vivos
conocimientos políticos y que es la más capaz de transformar estos
conocimientos en lucha activa, aunque no prometa ningún «resultado
palpable»”111. Stepakov, al hablar de ese mismo “auditorio” al que se
enfrenta el propagandista, recordaba que uno de los principios de la
propaganda de tipo leninista alertaba de la necesidad de conocer el
público al que se dirige para poder adaptar su discurso y que cale en los
oyentes/lectores.
(Trotsky, 1970: p. 32). Esta afirmación venía enmarcada en un debate abierto sobre la
manera de formar a los propagandistas y agitadores a través de cursos de unos cinco meses
de duración. Al ser una enseñanza casi automática, sin reflexión y sin apego a la
actualidad, los alumnos de dichos cursos no mostraban interés. Trotsky abogaba por que la
propaganda fuera parte integrante de una “campaña política que comprendiesen
directamente”.
111 En el temprano texto Quiénes son los “amigos del pueblo y cómo luchan contra los
socialdemócratas, de 1894 [Ref. en
http://www.marx2mao.com/M2M(SP)/Lenin(SP)/FP94s.html, 3.11.2014], Lenin hacía
hincapié en que la labor práctica de agitación y propaganda había de gozar siempre de
prioridad sobre la teórica, puesto que esta tarea teórica sólo serviría para dar respuesta a
los problemas que surgirían de la labor práctica.
112 Sobre el culto a la espontaneidad, véase el “Capítulo II. La espontaneidad de las masas
y la conciencia de la socialdemocracia” en Lenin (2015). Sylvain Lazarus (en Budgen et
al., 2010) apunta que Lenin rompería con la tesis de Marx y Engels desarrollada en el
Manifiesto Comunista sobre el carácter espontáneo de la aparición de los comunistas
dentro del proletariado, algo intrínseco a la misma existencia de los obreros como clase.
Sin embargo, el líder bolchevique critica la conciencia espontánea y la contrapone a la
conciencia socialdemócrata, revolucionaria. La conciencia política no es innata, por eso la
masa proletaria ha de ser educada políticamente. Las manifestaciones espontaneas,
125
tampoco de una educación libre y autónoma113. Habría que controlar el
inconformismo obrero y sus denuncias para dirigirlas desde la agitación y
la propaganda de una manera determinada, y plantear soluciones a sus
problemas desde el punto de vista (leninista) socialdemócrata, sin dar
posibilidad a interpretaciones que supusieran “deformaciones” del
marxismo. De ahí la necesidad de un partido único: “Sólo el partido que
organice campañas de denuncias en las que realmente participe todo el
pueblo podrá convertirse en nuestros días en vanguardia de las fuerzas
revolucionarias” (Lenin, 2015: p. 89). Vemos cómo, con esta mención al
Partido - sobre la que profundizaremos más adelante- Lenin plantea la
necesidad de un núcleo dirigente y unitario de la conciencia proletaria
representado en un único órgano centralizado: el Partido. Para que los
conocimientos políticos llegasen a la clase obrera, “los socialdemócratas
deben ir a todas las clases de la población, deben enviar a todas partes
destacamentos de su ejército” (Lenin, 2015: p. 79). Es aquí donde
113 Un ejemplo del control ejercido sobre la educación por parte del bolchevismo lo
encontramos en el caso de la Federación Panrusa de Profesores. Fundada en 1905, se
declaró en huelga durante tres meses en defensa de los principios de autonomía profesional
y de un concepto democrático de la educación. Rechazaba ser un instrumento
complaciente del Estado y quería un papel de participante independiente en la toma de
decisiones relativas a la educación. Un año después, la Federación fue disuelta acusada de
contrarrevolucionaria (Lilge, 1968: p. 231). En 1917 fue restituida y en 1919, sustituida
por la Unión de Profesores Internacionalistas. Las propuestas educativas iniciadas por los
bolcheviques apuntaban a que para alcanzar el socialismo era necesario adquirir un cierto
nivel educativo. Por este motivo, la educación habría de ser utilizada como herramienta
política y no como fin en sí mismo. Hayashida (1969) corrige a Lilge y añade que esta
Federación no supuso amenaza alguna para el bolchevismo por haber tenido un periodo de
desarrollo corto y no haberse podido establecer como organización amplia, cohesionada y
con múltiples ramificaciones en todo el país.
126
introducimos el papel del segundo pilar de la propaganda leninista: la
vanguardia del proletariado.
115No debemos olvidar que muchas de las obras que mencionamos en este capítulo fueron
escritas desde la clandestinidad de un partido/ organización aún no legalizado. Gran parte
de las tareas planteadas por Lenin en esta época hay que analizarlas desde este punto de
vista. No son las mismas necesidades y posibilidades de difusión o de organización las que
posee un grupo que actúa desde la legalidad, que las de uno que lo hace clandestinamente.
Desde la clandestinidad de principios del siglo XX, Lenin exigía la libertad total de prensa,
conveniente en aquel momento para ellos; una vez alcanzaron el poder los bolcheviques, la
exigencia era la limitación de la libertad de prensa y la eliminación de toda la prensa que
amenazase los ideales revolucionarios. Profundizaremos sobre este aspecto en el Capítulo
V.
116 Formar parte del Partido poseía un doble valor para el futuro afiliado: por un lado, se
consideraría una especie de privilegio; por otro, sería el resultado del gran trabajo de
sinceridad y compromiso del afiliado. “El control general (en el sentido literal de la
palabra) de cada uno de los pasos del afiliado al partido, a lo largo de su carrera política,
crea un mecanismo de acción automática, cuyo resultado es lo que en Biología se llama
«supervivencia de los mejor adaptados». La «selección natural», producto de la completa
publicidad, del carácter electivo y del control general, asegura que, al fin y al cabo, cada
dirigente quede «en su sitio», se encargue de la labor que mejor concuerde con sus fuerzas
y con sus aptitudes, experimente sobre sí mismo todas las consecuencias de sus errores y
demuestre ante los ojos de todos su capacidad para reconocer sus faltas y de evitarlas”.
(Lenin, 2015: p. 137).
117Distinguimos entre “vanguardia proletaria” (intelligentsia) y “vanguardia del Partido”.
Incidiremos en esta distinción en el Capítulo IV de nuestra Tesis por la gran importancia
que ambas vanguardias tuvieron para el desarrollo de las políticas culturales de los años
128
revolucionarios “profesionalizados”. Además, esta vanguardia del
proletariado se haría cargo del liderazgo del Partido y del Estado socialista
hasta que la masa proletaria adquiriera conciencia.
En 1920 Lenin reconocía que sólo una “minoría consciente puede dirigir a
las grandes masas obreras y llevarlas tras de sí”120; los obreros mejor
organizados y más revolucionarios serían los que habrían de señalar el
camino al resto del proletariado. Esa “minoría” de obreros la formaban
aquellos hombres realmente conscientes de la opresión de la clase
burguesa sobre la mayoría proletaria. Se trataba, pues, de una “minoría”
dentro de la mayoría obrera, la minoría de los mejor preparados: “Si esta
minoría es realmente consciente, si sabe llevar tras de sí a las masas, si es
capaz de dar respuesta a cada una de las cuestiones planteadas en el orden
del día, entonces esa minoría es, en esencia, el partido”. La misión de esta
minoría será luchar “decididamente por la dictadura del proletariado y
educar en este sentido a las masas obreras”. El Partido propuesto por
Lenin habría de estar en constante contacto con las masas para poder
dirigirlas y convencerlas de que eran sus legítimos representantes: el
Partido encarnaba los intereses del pueblo.
130
tal y como aquí lo entendemos. En los años previos a la Revolución,
cuando el futuro Partido Comunista (Partido Obrero Socialdemócrata
Ruso entonces) aún trabajaba desde la clandestinidad, existían numerosos
periódicos, boletines y panfletos editados en las distintas regiones del país
(también en el exilio) y dirigidos a facciones concretas de trabajadores
(mineros, obreros de fábricas, etc.). Con esta profusión de publicaciones,
los esfuerzos se veían debilitados, ya que la fuerza que podrían tener
unidos se disipaba en la multitud de publicaciones locales de periodicidad
muy larga. Ya en el artículo “¿Por dónde empezar?”, Lenin hablaba de la
importancia de la creación de un único periódico político para toda Rusia,
elemento fundamental para la organización y el desarrollo de la agitación
y la propaganda: “Nunca se ha sentido con tanta fuerza como ahora la
necesidad de completar la agitación dispersa, llevada a cabo por medio de
la influencia personal, por medio de hojas locales, de folletos, etc., con la
agitación regular y general, que sólo puede hacerse por medio de la prensa
periódica” (Lenin, 1929: p. 112).
Un periódico político único para toda Rusia, planteaba Lenin, era la única
manera de aglutinar el descontento político y el ánimo de protesta del
proletariado y, a partir de ahí, convertir ese descontento en la fuerza
motriz del movimiento revolucionario del proletariado. Por eso, y como
repetiría en ¿Qué hacer?, este periódico se transformaría en la “tribuna”
desde la cual lanzar al resto del país las denuncias de todo el proletariado.
121La tribuna para estas denuncias políticas que jugarían un papel clave en la educación
del proletariado, en palabras del propio Lenin, “sólo puede ser un periódico central para
toda Rusia” (Lenin, 1929: p. 113).
131
políticos. El periódico no es sólo un propagandista colectivo y un agitador
colectivo, sino también un organizador colectivo”. Había que aunar los
esfuerzos de todas las publicaciones marxistas de la época y hacer llegar
al proletariado las denuncias de distinta índole procedentes de todos los
rincones de Rusia y de todas las secciones de trabajadores. Se trataba, en
fin, de ser capaces de responder de forma uniforme en todo el país, de
presentar todos los “problemas, preocupaciones y logros” de todas las
partes de Rusia. Un periódico central podría vehicular de forma uniforme
esos mensajes. El periódico sería, según este planteamiento, “una partícula
de un enorme fuelle que atizase cada chispa de la lucha de clases y de la
indignación de pueblo, convirtiéndola en un gran incendio” (Lenin, 2015:
p. 169). Lenin insistía en que sólo a través de un periódico central para
toda Rusia sería posible una “labor de agitación política unificada en toda
Rusia, que arroje luz sobre todos los aspectos de la vida y que dirija a las
más grandes masas. Y esta labor es inconcebible en la Rusia actual sin un
periódico destinado a toda Rusia y que aparezca muy frecuentemente”
(Lenin, 2015: p. 175). Por este motivo, el periódico se convertiría en
instrumento indispensable para la organización de las actividades del
Partido.
133
hacerse con el poder e imponer su severo liderazgo al resto de miembros
del Partido. El primer movimiento para reforzar su discutida candidatura
para liderar el Partido era defender con tesón una aparente continuidad
con respecto a los postulados del admirado y respetado antecesor. Esa era
la postura de Stalin con respecto a Lenin, como también lo fue de Lenin
con respecto a Karl Marx, aunque en este caso no fuera necesario
justificar su autoridad o liderazgo. El líder de la Revolución bolchevique
había reinterpretado las palabras del padre del comunismo para adaptarlas
a los requerimientos y particularidades de la Rusia pre- y
posrevolucionaria, de modo que sirvieran a los intereses del Partido y a la
construcción socialista, y sin importar que en la relectura de su marxismo
“se traicionara” la teoría del filósofo alemán. Stalin, por su parte, utilizó la
misma fórmula de reinterpretación para dar consistencia a su exégesis del
marxismo-leninismo122. La única explicación aceptada para cualquier
acontecimiento de la vida política o cotidiana era la expuesta por ellos.
122Makárenko defiende que el estalinismo supone una distorsión del sistema teórico y
práctico del marxismo-leninismo. El estalinismo “lleva a la desviación de los principios
democráticos de la construcción de la nueva sociedad, a la violencia sobre el pueblo, a la
represión masiva, a duros crímenes en política interior y exterior y, en definitiva, ha
debilitado el atractivo de la teoría revolucionaria y el potencial reformador del socialismo”
(Makárenko, 1989: p. 103).
123El “testamento de Lenin” fue una carta dictada por Lenin entre finales de diciembre de
1922 y enero de 1923 y dirigida al Congreso. Contenía una serie de propuestas de cambio
en la estructura política del Partido e incluía algunas apreciaciones personales sobre las
cualidades y defectos de destacados miembros del Partido (y posibles sucesores) como
Stalin, Trotsky, Zinóviev, Kámenev, Bujarin o Pyatakov. Una completa recopilación de
estos textos dictados por Lenin se puede consultar en
http://www.marxists.org/archive/lenin/works/1922/dec/testamnt [Ref. 16.11.2014]. Con
respect a Stalin, Lenin escribía: “Comrade Stalin, having become General Secretary, has
concentrated an enormous power in his hands; and I am not sure that he always knows
how to use that power with sufficient caution (…). Stalin is too rude, and this fault, entirely
supportable in relations among us Communists, becomes insupportable in the office of
General Secretary. Therefore, I propose to the comrades to find a way to remove Stalin
134
importantes camaradas en el Partido124. Cuando llegó a secretario general
del PC en 1922 aún era difícil pensar en él como el sucesor de Lenin, más
cuando grandes líderes históricos y destacados teóricos parecían estar
mejor posicionados en la carrera por el liderazgo del Partido125 (Bujarin o
Trotsky126, por ejemplo). Sin embargo, el dirigente georgiano mostró sus
grandes capacidades organizativas y tácticas e hizo un “uso ejemplar” de
todas las herramientas propagandísticas a su alcance para hacerse con el
poder: primero -y sobre todo a través de la prensa-, para desprestigiar y
eliminar (posteriormente, físicamente) cualquier tipo oposición; luego,
para defender sus propuestas teóricas en relación a la construcción del
Estado y la sociedad socialistas.
from that position and appoint another man who in all respects differs from Stalin only in
superiority-namely, more patient, more loyal, more polite and more attentive to comrades,
less capricious, etc.” (Daniels, 1953: p. 156).
124
La “autoridad teórica” de Stalin también había sido muy cuestionada con anterioridad a
la enfermedad de Lenin. Trotsky llegaría a decir que Stalin era “la más destacada
mediocridad que hay en el partido” (Trotsky 2006: p. 562). Antes de la muerte de Lenin,
Stalin era considerado por muchos un importante “praktik”, un hombre de la organización
(Reiman, 1987: p. 107), sin ninguna otra aspiración ni posibilidad de liderazgo efectivo en
el Partido.
125Para Stephen J. Lee (1999), la “inesperada” sustitución de Stalin tras la muerte de Lenin
se debería a múltiples motivos. En primer lugar, León Trotsky, uno de los máximos
aspirantes al liderazgo del Partido, parecía, a los ojos de otros miembros del Partido, una
mayor amenaza que Stalin. Asimismo, su puesto como secretario general del PC desde
1922 lo colocaba en una situación privilegiada desde la que controlaba la organización del
Partido y la promoción de algunos de sus miembros más destacados (así se aseguraba la
lealtad de aquellos que fueran promovidos por él). El carácter de buen estratega de Stalin
hizo que supiera esperar el mejor momento para atacar a los otros candidatos (primero a
Zinóviev y Kámenev, luego a Bujarin) y que se rodeara siempre de la gente “adecuada”
(Kalinin, Mólotov, Voroshílov).
126Con respecto a Trotsky, Robert Service mantiene que era un gran teórico, pero un “poor
tactician and an ill-advised strategist” (Service en Gregory y Naimark, 2008: p. 133) que
cometió el pecado de subestimar las posibilidades de Stalin. Por otro lado, el hecho de que
Trotsky fuera judío, que tuviera una salud débil o que no fuera bolchevique desde el inicio
del movimiento revolucionario, preocupaba y frenaba al resto de líderes del Partido,
además de dificultar su postulación como candidato válido a la sucesión de Lenin.
Asimismo, dada su estrecha relación con la organización militar y el Ejército Rojo,
muchos temían que un posible mandato de Trotsky pudiera derivar en una dictadura
militar.
135
Su falta de elocuencia teórica hacía que necesitara reafirmarse
constantemente en su fidelidad a los postulados leninistas con constantes
citas y referencias. Para ello se presentaba a sí mismo como continuador
de la labor del maestro, como su mejor discípulo. Sin embargo, ni siquiera
compartían una misma postura en relación al concepto de “socialismo”:
Lenin se refería a él de manera cambiante, como una fase transitoria o un
fin al que aspirar, mientras que Stalin se mostraba más riguroso en su
utilización del término y distinguía entre comunismo 127 y socialismo,
otorgando a este último el carácter transitorio exclusivamente (Gooding,
2002: p. 121).
127 Si en relación al socialismo parecía exponer sus ideas de manera más clara, en lo que
respecta al comunismo era más difuso y no hacía demasiadas referencias al mismo en sus
textos o discursos. Ni siquiera en la conocida como “Constitución de Stalin” de 1936 se
mencionaba cuál era el paso a seguir una vez alcanzado el socialismo en un solo país. En
el XVIII Congreso del Partido en 1939 sí hace una mención clara al comunismo como el
siguiente nivel tras el socialismo: “Ahora tenemos un estado socialista completamente
nuevo, no visto antes en la historia y que difiere sustancialmente en cuanto a la forma y
funciones del estado socialista de la primera fase. Pero el desarrollo no puede detenerse
aquí. Vamos, pues, hacia adelante, hacia el comunismo” [Ref. en
http://petrograd.biz/stalin/14-27.php, 13.11.2014].
136
sus enemigos políticos128. La propaganda en la época estalinista emplearía
a la nueva sociedad en construcción contra todos los saboteadores (reales
o potenciales) de la modernización de la URSS y alentaría al pueblo a
apoyar el proceso de industrialización y colectivización del país. En esta
fase de “construcción de la sociedad socialista”, la distinción entre
condiciones necesarias para el socialismo y socialismo en sí mismo se
difumina, y la creación de las instituciones y estructuras necesarias para el
desarrollo del socialismo termina convirtiéndose en la propia creación del
socialismo en sí (Gooding, 2002). De ahí que la propaganda,
principalmente a partir de 1929, insistiera también en mostrar a Stalin
(encarnación del Partido129) como responsable del éxito de la instauración
del socialismo en la Unión Soviética.
132Figes (2009) comenta que en las aulas de los colegios, e incluso en algunas casas, solía
haber un rincón dedicado a figuras como Lenin, Stalin o Marx, donde se colocaban, a
modo de altar, fotografías, escritos, dibujos o recortes de periódicos donde aparecieran o
fueran mencionados.
133El término “burgués” se haría común con connotaciones negativas en el vocabulario del
ciudadano soviético desde antes de la Revolución. En el texto “Marxism and problems of
linguistic”, publicado en Pravda el 20 de junio de 1950 [Ref. en
http://www.marx2mao.com/Stalin/ML50.html, 3.11.2014], Stalin hablaba de este cambio
en el vocabulario ruso ligado al desarrollo del Estado socialista: “To a certain extent the
vocabulary of the Russian language has changed, in the sense that it has been replenished
with a considerable number of new words and expressions, which have arisen in
connection with the rise of the new socialist production, the appearance of a new state, a
new socialist culture, new social relations and morals, and, lastly, in connection with the
development of technology and science”.
138
El desarrollo y consolidación de un Estado socialista era el común
denominador tanto en la doctrina marxista de Lenin como en la marxista-
leninista de Stalin, aunque los planteamientos y métodos para desarrollar
este proyecto fueran muy diferentes. ¿Existiría, pues continuidad entre
leninismo y estalinismo? Solzhenitsyn defendería que no existió el
estalinismo como tal porque Stalin siempre siguió los pasos de Lenin. En
este sentido, Roy Medvédev apunta que el estalinismo no fue creación de
un solo hombre y que su desarrollo se vio afectado por numerosas
circunstancias y precondiciones que ya estaban presentes en la vida del
ciudadano ruso antes de la Revolución, además de todas las experiencias
vividas con posterioridad (Revolución de Octubre, Guerra Civil y
primeros años de mandato soviético). Con respecto a los elementos de
continuidad existentes entre estalinismo y leninismo, Medvédev destaca
tres: centralismo, disciplina y organización, aspectos esenciales en el
Partido (Medvédev, 1979: p.188) que existieron en la organización que
ponía en marcha Lenin y que aplicó Stalin a su proyecto del socialismo en
un solo país. Por otro lado, cabría señalar también algunos puntos
relevantes de discontinuidad entre leninismo y estalinismo: las políticas de
Stalin no fueron continuación ni reflejo de las puestas en marcha por
Lenin (el más claro ejemplo es la abolición de la NEP y su sustitución por
el Primer Plan Quinquenal); y se prohibió la oposición fuera y dentro del
Partido. Otra diferencia citada por Medvédev es la relación entre el líder y
el poder: la obsesión del poder de Lenin no tenía un carácter personal,
sino que buscaba el poder para el proletariado, el Partido o los
trabajadores, subordinando, de este modo, sus intereses a los del Partido,
la Revolución o los trabajadores. Sin embargo, en Stalin sí ve una
constante búsqueda por el poder personal y una nula disposición a plegar
sus intereses a los del Partido. Tanto las condiciones de gobierno
existentes en cada época como la forma de gobernar de Stalin y Lenin
139
diferían marcadamente. Según Daniels (1953), Lenin gobernaba sobre la
base de su superioridad personal sobre el resto, y su autoridad estaba
refrendada por su fama de gran intelectual y teórico, además de ser el
fundador del Partido. Durante su mandato, hubo una relativa libertad
política y gobernaba más a través de le persuasión que con órdenes
irrebatibles. Por otro lado, la figura de Stalin como líder encajaría en el
molde de un “commander-in-chief of a military-like hierarchy” (Daniels,
1953: p.165), que había alcanzado el poder debilitando a la oposición y
estableciendo su interpretación del marxismo-leninismo como dogma de
fe y guía de acción; bajo el mandato de Stalin se establecería el más férreo
control sobre el Partido (estructura y organización). Cohen (en Tucker,
1978) fecha el año de la ruptura entre estalinismo y leninismo en 1929,
con el asentamiento de la doctrina del socialismo en un solo país y la
puesta en marcha de la industrialización radical y la colectivización
forzada. Por su parte, Trotsky la sitúa años antes, entre 1923 y 1924,
coincidiendo con los años de enfermedad de Lenin. Para Medvédev, no
existe continuidad entre ambos modelos, aunque sí comparten rasgos, ya
que ambos hundirían sus raíces en el bolchevismo, en tradiciones
históricas y culturales de Rusia, o en la Guerra Civil. Para los partidarios
de la continuidad, el estalinismo supuso el desarrollo de tendencias
totalitarias o autoritarias del leninismo.
141
Con Stalin en el poder se pasaría de la “revolución permanente” de la que
hablaba Trotsky y que defendió también Lenin (aunque no directamente,
sino entroncado con el internacionalismo de la Revolución), al
“socialismo en un solo país”, con el apoyo de Bujarin, en el XIV
Congreso del Partido Comunista que se celebró en 1925134. Para Stalin, la
Revolución triunfaría en el momento en el que el proletariado se hiciera
con el poder, mientras que para Lenin y Trotsky la victoria definitiva
llegaría con el triunfo de la Revolución en todos los países y el posterior
establecimiento del Estado y la sociedad socialista135. En su “socialismo
134 “Furthermore, I have spoken about the contradictions within our country, between the
capitalist elements and the socialist elements. I said that we can overcome these
contradictions by our own efforts. Whoever does not believe that this is possible is a
liquidator, does not believe that we can build socialism”. Esta cita pertenece a la
intervención de Stalin en el XIV Congreso del Partido Comunista (bolchevique) [Ref. en
https://www.marxists.org/reference/archive/stalin/works/1925/12/18.htm, 11.11.2014].
Unos meses antes, Stalin criticaba la postura de Trotsky, quien negaba la posibilidad de
que el socialismo se desarrollara en un solo país. Según Stalin, Trotsky estaba
subestimando las posibilidades de campesinos y obreros al defender que el socialismo sólo
se podría lograr con la victoria de la revolución mundial. Asimismo, establecía una clara
diferenciación entre la victoria del socialismo en un solo país y la victoria total del
socialismo, para la que sí era necesaria la participación de otros países: “The final victory
of socialism is the full guarantee against attempts at intervention, and hence against
restoration, for any serious attempt at restoration can take place only with serious support
from outside, only with the support of international capital. Therefore, the support of our
revolution by the workers of all countries, and still more the victory of the workers in at
least several countries, is a necessary condition for fully guaranteeing the first victorious
country against attempts at intervention and restoration, a necessary condition for the
final victory of socialism”. [Ref. en
https://www.marxists.org/reference/archive/stalin/works/1925/05/09.htm, 11.11.2014]. En
1924, en el texto “Octubre y la teoría de Trotsky y la revolución permanente” [Ref. en
http://grachev62.narod.ru/stalin/t6/t6_20.htm, 15.11.2014], Stalin presentaba a Rusia como
la avanzadilla del socialismo, como el punto de referencia y el ejemplo de la revolución
posterior en otros países. Criticaba de nuevo a Trotsky por sostener que “sin el apoyo
estatal directo del proletariado europeo la clase obrera de Rusia no puede mantener el
poder para sí y transformar el dominio temporal en una larga dictadura socialista”. Sin
embargo, subrayaba que “para la victoria total del socialismo, para la completa garantía de
la reconstrucción del viejo orden son necesarios esfuerzos comunes de los proletarios de
algunos países. Ni que decir tiene que sin el apoyo a nuestra revolución por parte del
proletariado de Europa, el proletariado de Rusia no podría no podría mantenerse en pie
frente a la presión general”, del mismo modo que la victoria en otros países no podría
lograrse sin la base exitosa desarrollada en la URSS.
135En 1930, Trotsky escribía: “La edificación socialista sólo se concibe sobre la base de la
lucha de clases en el terreno nacional e internacional (…) la revolución socialista se
142
en un solo país”, Stalin defendía que la victoria del socialismo se podría
alcanzar con las fuerzas de un único país, sin la ayuda del resto de
naciones (aunque sí con su apoyo, sobre todo económico) y sin que los
otros siguieran también el camino hacia el socialismo:
“The congress held that the working class, in alliance with the
labouring peasantry, can deal the finishing blow to the capitalists of our
country and build a socialist society, even if there is no victorious
revolution in the West to come to its aid (…) as the victory of the
revolution in the West is rather late in coming, nothing remains for us to
do, apparently, but to loaf around (…) we are capable of completely
building a socialist society by our own efforts and without the victory of
the revolution in the West, but that, by itself alone, our country cannot
guarantee itself against encroachments by international capital - for that
the victory of the revolution in several Western countries is needed. The
possibility of completely building socialism in our country is one thing,
the possibility of guaranteeing our country against encroachments by
international capital is another” (Stalin, 1926)136.
143
Por otra parte, el “socialismo en un solo país” estaría relacionado con las
ideas de nacionalismo y nación (vertebrales en los planteamientos teóricos
de Stalin) que ya planteaba el líder georgiano en El marxismo y la
cuestión nacional137, y que supondrían la ruptura con las tesis
internacionalistas de la Revolución defendidas por Lenin y el marxismo
clásico. Trotsky veía la ruptura con la posición internacional como el
camino hacia el “mesianismo nacional, esto es, al reconocimiento de
ventajas y cualidades inherentes al propio país susceptibles de permitir a
este desempeñar un papel inasequible a los demás”138. La propaganda
estalinista estaba presentando a la URSS como la patria del socialismo, su
lugar de nacimiento, y trataría de obligar a los socialistas del resto del
mundo a defender esa patria. Estos mismos argumentos se redirigirían a la
población soviética, a la que se instaba a la lucha y al sacrificio por la
defensa y consecución de Estado y una sociedad socialista superiores, que
culminarían su desarrollo en el comunismo.
139 Sobre la construcción del canal del Mar Blanco es muy interesante el libro del mismo
título editado por Maksim Gorki en 1934 con la participación de un nutrido grupo de
escritores soviéticos. En él se narra el proceso de construcción del canal bajo la dirección y
vigilancia de la OGPU. Para esta monumental obra, se emplearon presos procedentes de
gulags, presentados en el libro como criminales u opositores de Stalin. El proceso de
construcción del canal les revela el error de sus acciones o posturas políticas pasadas y
supone para ellos un camino hacia la salvación y redención que encontrarán en el esfuerzo
colectivo. No menciona el libro las inhumanas condiciones de trabajo y la violencia a la
que fueron sometidos estos presos, ni el número de víctimas que se cobró el megalómano
trabajo (sobre unas 100.000). Sobre la edificación de la estación hidroeléctrica de Dniéper,
recomendamos los trabajos de Anne Rassweiler (1983, 1988), y sobre Magnitogorsk, el
libro de Stephen Kotkin Magnetic Mountain (1995).
140La publicación primaba la fotografía sobre el texto y la forma artística más común en
sus páginas era el fotomontaje. Participaron en ella artistas de la talla de El-Lissitzky,
Varvara Stepánova o Aleksánder Ródchenko. Entre 1932 y 1933, la revista cubrió con
especial detalle el desarrollo de la ciudad de Magnitogorsk, en el óblast the Cheliábinsk. El
objetivo principal era mostrar los logros de la Unión Soviética a través de documentos
fotográficos y fotomontajes, sin apenas texto (Goush, 2009: pp. 160-161).
141 Destacamos el proyecto digital llevado a cabo por la Universidad de Saskatchewan
(Canadá) sobre esta publicación y que se puede consultar en
http://library2.usask.ca/USSRConst/ [Ref. 29.12.2015]. En la web se pueden consultar
varios números de la revista.
145
USSR Under Construction, 1938, vol. 2, febrero de 1938, p. 34. Sobre El Canal
Moscú-Volga.
146
de agitación142. En la práctica, sin embargo, diversos departamentos e
instituciones participaban en la gestión institucional de la propaganda,
dando lugar a una intrincada red organizativa. A pesar de lo voluminoso
del organismo, estaba rigurosamente centralizado (en el Comité Central,
como último estadio), al menos en teoría, y Stalin ejercía un gran poder
sobre él (Neveshin, 2007). Andréi Zhdánov o Aleksánder Shcherbakov
fueron algunos de los nombres más importantes de la propaganda
soviética durante el periodo estalinista.
148
En su intervención en el XVIII Congreso del Partido Comunista de 1939,
Stalin ya adelantó su propuesta de concentrar en un único ente la gestión
de la propaganda y agitación del Partido, que anteriormente trabajaban de
manera independiente, con sus correspondientes subdivisiones. Con este
motivo, el 3 de agosto de 1939 se creó la Dirección General de
Propaganda y Agitación, dirigida por Gueorgui Fédorovich Aleksándrov
durante la IIGM. Su intención era reunir en un solo órgano a todas las
subdivisiones incluidas en la estructura institucional de la agitación y la
propaganda del Comité Central. La UPA se convertiría en una de las bases
en las que se apoyaría el aparato del Partido. Se le encomendó la dirección
de la agitación y la propaganda en el país a través de los medios de
comunicación, las editoriales, etc., y la preparación de planes teóricos de
los partidos de masas y funcionarios estatales (como, por ejemplo, la
ejecución de la “educación comunista”). Este organismo comenzó a
trabajar con 115 personas, pero pronto ampliaría su plantilla y su
estructura se intrincaría. La ampliación de la función político-militar
acordada en ese Congreso condicionaría la creación de departamentos
militares en los comités de distrito, regionales, provinciales o de
ciudadanos de Partido y del Comité Central del Partido Comunistas de las
Repúblicas. Originalmente, la UPA había estado dividida en varios
departamentos: Propaganda del Partido, Preparación Marxista-Leninista
de los Cuadros, Prensa, Instituciones de Agitación y Cultural-Educativas.
Posteriormente, esta estructura se haría aún más compleja (Nevezhin,
2007: p. 55).
libri.ru/elib/shevk001/00000219.htm y http://www.knowbysight.info/2_KPSS/00570.asp
[Ref. 24.12.2014].
150
4. Departamento de Agitación:
- Grupo de conferenciantes (dokládchikov) sobre
preguntas actuales de la situación internacional política.
- Grupo de instructores y consultores sobre preguntas de
la propaganda impresa y oral.
- Asistente del director de departamento de la publicación
de literatura de agitación.
- Revista Sputnik Agitatora.
5. Departamento de Instituciones Culturales-Educativas.
- Consultores sobre preguntas de cine, radiodifusión,
instalación de aparatos de radio, teatro (en febrero de 1943
surgiría el Departamento para la Cinematografía y en octubre de
1944, el de Radiodifusión e Instalación de Red de Aparatos de
Radio).
- Sector de instituciones político-educativas.
6. Grupo de Organizadores Responsables (otvétstvennyj
organizátorov).
- Organizadores responsables (otvétstvennye
organizátory) de las preguntas del trabajo sobre propaganda y
agitación de las administraciones políticas de los comisariados del
pueblo.
- Organizadores responsables del trabajo de las
organizaciones locales del Partido en la esfera de la propaganda y
la agitación.
7. Departamento de Ciencia (desde mayo de 1942).
8. Departamento de Grupos Propagandísticos (desde septiembre
de 1942).
151
El Departamento de Prensa fue el más grande dentro de la UPA y nos
centraremos en sus funciones y funcionamiento en el Capítulo V. El
Sovinformburó (la Oficina Soviética de Información), TASS (Agencia
Estatal Telegráfica) y Radiokomité dependían o trabajaban junto a este
departamento.
147 En ruso, Glavnoe Upravlenie Politícheskoi Propagandy Krasnoi Armii (GUPP KA),
reorganizada en julio de 1941 (por decreto de la Stavka nº00401, 17.7.1941) en la
Dirección General Política del Ejército Rojo. [Ref. en
http://rkka.ru/handbook/high/glavpur.htm, 13.11.2015].
148 Ya en los primeros años del gobierno bolchevique se prestó especial importancia a la
propaganda entre las tropas propias y las extranjeras. Tras la Revolución de Octubre se
puso en marcha el Departamento Político Del Consejo Revolucionario de Guerra de la
República (Politícheskii Otdel Revolyutsiónnogo Voénnogo Soveta Respúbliki), que se
encargaría de la educación política del ejército. A lo largo de los años, este departamento
cambió de nombre en varias ocasiones hasta que el 16 de julio de 1941, por decisión del
Politburó, las administraciones políticas centrales de la propaganda política del Ejército
Rojo y la Armada Soviética pasarían a denominarse “Direcciones Generales Políticas”
(Decreto “Sobre la reorganización de los órganos de propaganda política y la introducción
del instituto de comisarios militares en el Ejército Rojo de obreros y campesinos - O
reorganizatsii órganov politícheskoi propagandy i vvedenii instituta voénnyj komissárov v
raboche-krest'yanskoi krasnoi armii. [Ref. en
http://www.libussr.ru/doc_ussr/ussr_4329.htm, 13.11.2015]).
152
este último en 1934. Durante la Gran Guerra Patriótica, el Comité Central,
el Comité Estatal de la Defensa, el Comisariado del Pueblo de la Defensa
y el Alto Mando influyeron en la GUP, que, en la práctica, estaba bajo la
dirección del Comité Central y el Politburó. La Dirección General Política
del Ejército Rojo de Obreros y Campesinos tuvo a su disposición un
potente órgano editorial: el periódico Estrella Roja (Kráznaya Zvezdá).
Según Sredin (1984), ambas direcciones estaban guiadas por las
indicaciones del Comité Central, en contra de la opinión que sostiene
Nevezhin (2007), quien sugería que actuaban de forma independiente al
Comité.
149A partir de 4 de agosto de 1944, el decreto nº 0268 del Comisariado del Pueblo Para la
Defensa (NKO), ordenaba que el departamento pasara a denominarse Dirección de
Propaganda entre las Tropas y Población Enemiga (Upravlenie Propagandy Sredí Voisk i
Naseléniya Protívnika) [Ref. en http://rkka.ru/handbook/high/glavpur.htm]. Una dirección
(upravlenie), en los organigramas soviéticos, es un órgano superior a un departamento
(otdel’).
153
departamento y se le encomienda realizar un proyecto para la instrucción
de los órganos políticos sobre el trabajo ideológico a realizar sobre el
adversario (Búrtsev, 1981: pp. 24-25). El propio Búrtsev afirmaría en sus
memorias que, al inicio de su trabajo, la tarea de la propaganda y
agitación entre las tropas y población del adversario era complicada y no
llegaba a satisfacer las exigencias ideológicas debidas. Con el fin de
centralizar la administración de la propaganda y la contrapropaganda entre
las tropas y la población del adversario, el Politburó creó por decreto la
Oficina Soviética de Propaganda Político-Militar (Sovétskoe Byuró
Voenno-Politícheskoi Propagandy) el 25 de junio de 1941 (Pajómov,
2000: p. 104), que coordinaría la contrapropaganda y la propaganda
político-militar entre las tropas y retaguardia del enemigo150, y de la que
formaban parte miembros del Comité Central, TASS, Sovinformburó, del
Instituto Marx-Engels-Lenin y del Instituto de Economía y Política
Mundial. Los trabajadores de este departamento habían de proporcionar
información sobre la situación político-moral de las tropas del adversario,
cambios en la retaguardia y en el frente, elaborar, siguiendo las
instrucciones de la Oficina, documentos propagandísticos dirigidos a la
población y a las tropas del enemigo, así como a los prisioneros de guerra.
El Departamento para la Organización del Trabajo Político entre las
Tropas y la Población del Enemigo pasaba a ser el órgano de trabajo de la
Oficina, que pronto reveló un grave problema: existían pocos especialistas
que pudieran llevar a cabo esta tarea. Los que dominaban idiomas
extranjeros y el funcionamiento y composición de los estados extranjeros
y sus ejércitos trabajaban para el Comisariado del Pueblo de Asuntos
Exteriores y la Komintern, principalmente. A principios de la guerra, la
GlavPU PKKA creó, además, dos nuevas secciones de propaganda: una
151Sobre la historia del NKVD, véase Butler (2006). Para una completa historia del NKVD
desde sus orígenes, se puede consultar la web de Memorial:
http://www.memo.ru/history/NKVD/kto/index.htmse [Ref. 20.7.2010].
152La Checa (la primera policía secreta soviética, VCkK, Vserossiískaya Chrezvycháinaya
Komíssiya po Bor’be s Kontrrevolyutsiei i Sabotazhen), que cambió su nombre a GPU
(Gosudárstvennoe Politícheskoe Upravlenie, Dirección Política Estatal) en 1922 y luego a
OGPU (Obedinennoe Gosudárstvennoe Politícheskoe Upravlenie, Dirección Unificada
Política Estatal), formaba parte del NKVD, cuya dirección controlaron en distintos
momentos Félix Dzerzhinski (fundador de la Cheka), Viacheslav Menzhinski, Guénrij
Yagoda y, sobre todo, Nikolái Yezhov y Lavrenti Beria.
153El NKVD, como veremos en el Capítulo IV, tuvo un importante papel en la definición
del arte, sobre todo en su papel de órgano “disuasorio” y represivo. Tanto las memorias de
Nadezhda Mandelshtam, esposa del poeta Ósip Mandelshtam, como los testimonios de
personajes relacionados con el arte recogidos en los libros de Orlando Figes (2009) o
Jochen Hellbeck (2006), coinciden en la atmósfera de miedo y vigilancia bajo la que
vivían, con el miedo continuo a ser denunciados y arrestados, e intentando satisfacer las
exigencias literarias establecidas por el Partido.
156
A partir de lo expuesto hasta el momento, hemos elaborado el siguiente
organigrama sobre la organización institucional de la propaganda durante
la Gran Guerra Patriótica.
COMITÉ CENTRAL
POLITBURÓ
DIRECCIÓN GENERAL
POLÍTICA (GUP)
- Dirección Política del Ejército Rojo
de Obreros y Campesinos
- Dirección Política de la Armada
- Departamento de Propaganda
del Partido.
La GUP contaba con - Departamento de Preparación y
numerosos Perfeccionamiento marxista-
departamentos, entre leninista de los cuadros del
ellos, el Departamento Partido.
para la organización del Propaganda - Departamento de Prensa.
Trabajo Político entre entre - Departamento de Agitación.
tropas y población del población y - Departamento de Instituciones
enemigo (también ejército Culturales-Educativas.
conocido como “7º soviéticos - Grupo de Organizadores
departamento”). Responsables.
Departamento de Ciencia (desde
1942).
- Departamento de Grupos
Oficina Soviética de Propagandísticos (desde 1942)
Propaganda Político-
Militar (hasta 1942)
Contrapropaganda y
propaganda político-
Consejo de militar
157 entre tropas y
Propaganda Político- retaguardia del
Militar (desde 1942) enemigo
158
CAPÍTULO III: LA PROPAGANDA SOVIÉTICA
DURANTE LA GRAN GUERRA PATRIÓTICA
No es nuestra intención desarrollar en este capítulo una introducción,
proponer una hipótesis o iniciar un debate acerca de los estudios
existentes sobre la historia general de la Segunda Guerra Mundial en la
URSS. La literatura disponible sobre este tema es absolutamente
inabarcable y, pese a ser el telón de fondo de nuestra investigación, no es
objetivo específico de estudio de esta Tesis. En este III Capítulo
indagaremos sobre la utilización que se hizo de la propaganda durante la
Segunda Guerra Mundial, convertida para los soviéticos en la “Gran
Guerra Patriótica” -que comienza en el momento en el que el ejército nazi
inicia la invasión de la URSS-, tal y como la denominó Pravda el día
siguiente al comienzo de la Operación Barbarroja, el 23 de junio de 1941.
159
logrado expulsar en otras ocasiones (Napoleón, Nevsky); destacaría la
idea de que el pueblo, unido, es invencible, y de que el pueblo y el ejército
soviéticos son ejemplos de valor y abnegación; pero, sobre todo,
subrayaría que la lucha por la patria es la lucha por la supervivencia, por
la defensa y liberación de la familia, amigos y del hogar, y, además, un
deber moral y sagrado de cada ciudadano hacia su país.
160
3.1. Introducción a la Gran Guerra Patriótica: la
Segunda Guerra Mundial de los soviéticos
“La historia de la Gran Guerra Patriótica es absolutamente falsa… No es
la historia que fue, sino la historia que fue escrita. Responde al espíritu
de la actualidad. A quien debe enaltecer, a quien debe callar…”
(G.K. Zhúkov, citado en Kozlov, 2006: p. 145)
154 Gill (2005) habla de la manipulación de símbolos como aspecto fundamental para
generar el sentido de legitimación de un nuevo régimen. Cuando un régimen cae y es
sustituido por otro, el sucesor ha de sustituir la cultura simbólica del régimen depuesto por
una nueva que lo defina y encaje mejor con los objetivos que plantea el nuevo gobierno.
Esos símbolos pueden utilizarse para legitimar acciones y creencias o para definir valores
colectivos que puedan apuntalar a la comunidad, definirla, o establecer sus límites y
161
Es a partir de este punto donde se comenzaría a plantear una cuestión que
ha formado y forma parte del debate identitario ruso desde la caída de la
URSS y que tomamos prestada de Peter Burke: ¿De quién es la memoria
de la que hablamos?
155 El control social de la historia soviética también incluiría algunas acciones de carácter
simbólico, como la construcción de edificios, monumentos, memoriales, etc., o el
renombramiento de calles, ciudades, eventos y festivales. Desde los años 60, la Gran
Guerra Patriótica ha proporcionado la mayoría de estas imágenes, que han llegado al
imaginario ruso casi sacralizadas y que también han servido como elemento de distracción
ante el estancamiento económico y político del país. Bajo el gobierno de Brezhnev se
construyó el mayor monumento a la Segunda Guerra Mundial en Moscú: el Parque de la
Victoria (Merridale, 2003: p. 17). Sobre el renombramiento de calles y estaciones es
interesante el caso que presenta Gill (2005), centrado en la ciudad de Moscú.
163
Recordar estos valores, asumirlos y hacerlos parte del ser ruso funciona
sobre todo como elemento de cohesión en el pueblo ruso156.
156 La IIGM es, probablemente, el mito más perdurable, efectivo y poderoso que se utiliza
en la retórica rusa, junto con el de Aleksánder Nevsky. Recordemos que la Gran Guerra
Patriótica acabó en 1945, por lo que aún es parte de una memoria contemporánea y
cercana; aún quedan ciudadanos que sufrieron la guerra y vivieron bajo el régimen
estalinista, y muchos de los soldados que sobrevivieron a esa guerra. Nevsky es un gran
icono del triunfo nacional que relaciona unidad nacional, fe y victoria. Su imagen es
menos controvertida que la de Stalin o Pedro el Grande porque no ha sido objeto de un
profundo revisionismo doméstico, y es también la imagen de quien derrotó a teutones y
suecos y nunca claudicó, a pesar de las amenazas, gracias a su profunda fe ortodoxa.
Durante el estalinismo se recuperó la figura del príncipe Nevsky como encarnación del
nacionalismo ruso, del patriotismo, la firmeza y la unidad. Serguéi Prokófiev y Serguéi
Eisenstein, entre otros, crearon dos de las obras más significativas dedicadas a este
personaje. Antes de que se estrenase la película de Eisenstein Aleksánder Nevsky (1938), la
película de culto entre la población soviética había sido Chapáev, estrenada en 1934 y
dirigida por los hermanos Vasíl’ev, basada en la novela homónima de Dmitri Fúrmanov.
Es la historia de un comandante del Ejército Rojo, Vasili Ivánovich Chapáev, que se
convirtió en héroe de la Guerra Civil rusa. Dobrenko (2008) sostiene que con el
lanzamiento de Aleksánder Nevsky se resucitaría la tradición del cine épico de los años 20.
Sobre la historia del héroe nacional Chapáev, véase Brintlinger (2012).
157 Los gestos históricos en política son altamente significativos. Después de un largo
periodo en el que no se había celebrado un acto central para celebrar el Día de la Victoria,
Borís Yeltsin, a partir de su segundo mandato, retoma esta celebración, que recupera el
esplendor de épocas soviéticas con Vladímir Putin como presidente del país. Yeltsin
recuperó para Rusia la bandera imperial tricolor y el águila de dos cabezas (Decreto de 15
febrero 1994, n 319 “Sobre el estandarte (bandera) del presidente de la Federación Rusa”,
“О shtandarte (flage) Prezidenta Rossíiskoi Federatsii”. Ref. en
http://sovet.geraldika.ru/article/2532, 19.12.2014) y la imagen del águila imperial para la
bandera oficial del presidente (desde agosto de 1996 sería el símbolo principal). Más
adelante, en 1995, se dieron cuenta de que podría ser un error dejar que los comunistas
monopolizaran toda la nostalgia soviética. Por esta razón, en el 50 aniversario de la
Victoria de la Gran Guerra Patriótica, se recuperaron la bandera roja y el martillo y la hoz,
que aparecieron en la Plaza Roja en el desfile de la Victoria y de este modo fueron
reconocidos, de manera oficial, como símbolos del Estado. El presidente Putin también
restauró algunos símbolos soviéticos: por ley recuperó el himno nacional soviético, pero
con una letra renovada por el mismo autor que compuso la original, Serguéi Mijalkov
(Yeltsin había eliminado por decreto el himno años antes); y también por ley se adoptó el
viejo escudo del águila imperial zarista como parte de la bandera de la Federación Rusa.
De este modo, el 1 de enero de 2001, tras las 12 campanadas sonó el nuevo himno en las
164
La historia de la Gran Guerra Patriótica, su interpretación y narración por
parte de historiadores y autoridades rusas158 y la percepción que la
población rusa tiene de ella, ha sido controvertida y contradictoria,
especialmente desde la caída de la URSS. Los valores fundamentales que
han perdurado desde la guerra hasta nuestros días, transmitiéndose de
generación en generación como características intrínsecas de ciudadano
ruso y soviético, han sido el patriotismo y el heroísmo desarrollados
durante el conflicto y heredado y potenciado tras la Victoria sobre el
ejército nazi. Ambos elementos están estrechamente relacionados con los
conceptos de nación159 y nacionalismo ruso.
televisiones rusas con el fondo de la bandera con el águila bicéfala bizantina como escudo
[Ref. en http://www.gov.ru/main/symbols/gsrf4_1.html, 19.12.2014]. Desde la celebración
de la Victoria del 9 de mayo de 2006, aparecen en el desfile la bandera de la Victoria (una
copia de la que hondeó sobre el Reichstag al finalizar la guerra en mayo de 1945) y la
estatal de la Federación Rusa. Según la ley federal de la Federación Rusa del 7 de mayo de
2007, nº 68-F3 “O snámeni Pobedy” (“Sobre la Bandera de la Victoria”) [Ref.
http://www.rg.ru/2007/05/08/znamya.html, 19.12.2014]: “La bandera de la Victoria en el
Día de la Victoria puede izarse en edificios, sobre mástiles y astiles de bandera, junto a la
bandera Estatal de la Federación Rusa”. El desfile del Día de la Victoria comienza con la
aparición de estas banderas mientras suena de fondo una de las más reconocidas canciones
de la Segunda Guerra Mundial: “Guerra sagrada” (“Svyashchénnaya Voiná”). Asimismo,
Putin, que siempre ha alabado los logros de la URSS como el triunfo en la IIGM, también
recuperó otros símbolos presoviéticos: se acercó a la iglesia rusa ortodoxa y cita a filósofos
antisoviéticos como Iván Ilyín, cuyos restos repatrió a Rusia y enterró con honores.
158El historiador ruso Nikolái Karamzín sostenía que la historia no es un género, sino un
discurso producido y consumido en gran variedad de formatos de apoyo mutuo. A partir de
su historia de Rusia en 12 volúmenes se desarrolló una serie en 2007 emitida en TVtsentr,
de 16 horas, y narrada por Yuri Shevchuk, líder del grupo de rock DDT. Como discurso
producido, el contenido y sentido de la historia vendrá determinado por el “narrador” de
esa historia.
159 Nos ha resultado interesante la propuesta que en relación al concepto de nación y
campesinado soviético hace Steve Smith (2000). Según este autor, el concepto de nación
rusa que imaginaban la mayoría de los campesinos que formaban parte del Ejército Rojo
no se pudo desarrollar plenamente porque se diluyó o cedió ante el de identidad de clase.
165
imperial? Para Hosking, la construcción imperialista rusa (“Russian
empire-building”) que se llevó a cabo a partir el siglo XVI entorpeció la
construcción de la nación rusa (“Russian nation-building”), es decir, que
el elemento “rossíiskii” (ruso imperial) de la identidad rusa entorpeció el
desarrollo del “russkii” (ruso étnico)160. Según Hosking, lo russkii y lo
rossíiskii, lo étnico y lo imperial, se unirían como nunca antes entre 1941 -
1945. De este modo, la característica de la “Russianness” cristalizaría
como una amalgama de lo étnico y lo imperial compuesto por elementos
russkii, rossíiskii y sovetskii.
162 Según Nikolái Timasheff, a partir de 1934 comenzaría una época de “retroceso” hacia
el nacionalismo clásico desde el comunismo que reviviría el orgullo nacional en Rusia y
enfatizaría en algunos aspectos del pasado imperial. Timasheff defendía que lo soviético
vivía una “retirada” o “retroceso” (retreat) a favor del recuerdo de lo imperial, de lo ruso
zarista. Para él, la revolución bolchevique fue una catástrofe que interrumpió el desarrollo
histórico como nación de Rusia. Sin embargo, en los últimos años (publica este libro en
1946), la Rusia nacional estaba haciendo un intento por eliminar ese elemento alienante de
la cultura rusa. Para este autor, la sociedad de la Rusia prerrevolucionaria era dinámica y
avanzaba con rapidez hacia la modernidad sobre una base nacionalista. Tras la Revolución
de Octubre de 1917, en el desarrollo identitario ruso se produjo un conflicto entre los
nuevos impulsos revolucionarios bolcheviques y las fuerzas de la tradición nacional
imperial. Finalmente, los revolucionarios se verían forzados a un “great retreat”. Con el
paso de los años, la tradición nacional demostraría ser más fuerte y a partir de los 30, la
autoridad soviética retomaría algunos elementos identitarios propios de la época zaristas.
Según Reichman, Timasheff resalta “the abandonment in the mid-1930s of egalitarian
economic and social policies and their replacement by pragmatic management, and the
end to assault on the family and other traditional institutions, and the waning of cultural
revolution and «proletarian internationalism»” (Reichman, 1988: p. 64). Esa “gran
retirada” significaba la vuelta al nacionalismo (tradicional zarista) que incluía, entre otros
elementos, la vuelta a la religión o a un concepto más clásico de la familia. Como vimos en
el epígrafe 1.3.1, autores como Hoffmann (2003), Kotkin (1998) o Weiner (1999) insisten
en insertar el estalinismo dentro un proyecto general de ilustración paneuropeo. Defienden
que la recuperación de valores tradicionales no fue el indicio de un supuesto retroceso del
país ni afectó al desarrollo del socialismo, sino que sería el resultado de la evolución
167
estudiarse en las escuelas, pero no sólo por ejemplificar la explotación de
los trabajadores, sino también recordando su heroico pasado, del que
había surgido el gran Estado soviético (Hosking, 2002). En 1943 se
reintrodujo la panoplia de los rangos militares como había sido en el
ejército zarista163, y el Ejército Rojo recuperó algunos elementos de los
uniformes del ejército imperial164. Del mismo modo, los muy diversos
grupos étnicos que formaban parte de la URSS se verían obligados a
unirse a ese compuesto que estaba dando forma a la futura gran nación
soviética.
Ortodoxa recuperase su libertad de culto para evitar la proliferación del nacionalismo (muy
vinculado a la práctica religiosa) en las repúblicas acosadas o invadidas por los nazis.
Sobre la relación entre nacionalismo y religión, véase Miner (2003).
167 Stalin cambiaría su forma de llamamiento a las masas a partir la Segunda Guerra
Mundial. Conocedor del odio y resentimiento que despertaba el poder soviético en ciertos
sectores, apeló al nacionalismo y al patriotismo en favor de “Rusia”, no de la Unión
Soviética, eliminando de su oratoria términos directamente relacionados con lo soviético,
como “camarada”, que sustituiría por “amigos”, “ciudadanos” o “hermanos y hermanas”
(Zajda y Zajda, 2003: p. 373). Sobre los discursos de Stalin al inicio de la guerra y su
cambio de discurso, véanse “Documento 5” y “Documento 6” del Anexo. Medvédev
(1979) sostiene que Stalin leyó su discurso del 3 de julio antes de su emisión a Elena
Stasova, miembro destacado de la Komintern, quien mostró gran contradicción por su
contenido: “What is this? Have you decided to hand the country over to de Germans? You
only talk about retreat and everything in ruins. Have we really prepared the country and
the Party for this? And what kind of mysticism are you up to – we will shield ourselves
with the banner of Alexander Nevsky, Sudorov, and so on…”. Stalin le replicaría: “We will
never rouse the people to war with Marxism-Leninism alone” (Medvédev, 1979: p. 124).
168Vasili Grossman estaba convencido de que “those who died in the war died for a moral
cause. They sacrificed themselves so that other could live: they died for the sake of the
Soviet people and a better world” (Finney, 2013: p. 322). Merridale llevó a cabo una serie
de entrevistas para tratar el tema del trauma en Rusia tras la IIGM. Cita a un veterano: “I
think I was fighting for my city… I don’t think the motherland really featured” (Merridale,
2000: p. 52).
169Sobre este aspecto véase Markwich, R. “The Great Patriotic War in Soviet and post-
Soviet collective memory”, en Stone (2012).
170La poetisa soviética Olga Bergholz, que trabajó en la radio en Leningrado durante el
bloqueo de la ciudad, escribiría ya en 1941: “It is wonderful that the concept of Homeland
(Rodina) has come so much closer to the ordinary person, has become so immediate: to
save the life of one’s friend in combat - that means to fight for one’s homeland” (en
169
pequeño pueblo en el que vivían o la propia familia, se revelaría
fundamental en el llamamiento de la propaganda a la movilización de la
población y el ejército durante la Gran Guerra Patriótica.
Hosking, 2002: p. 169). Lisa Kirschenbaum (2000) afirma que “patria”, “hogar” y
“familia” emergerían durante la guerra como elementos constituyentes del patriotismo
soviético. El mayor cambio que se produjo en la propaganda soviética durante la Gran
Guerra Patriótica situaba a la “madre patria”(“ródina-mat’”) en el centro de la narrativa
bélica, y vendría propiciado por dos elementos: en primer lugar, suponía la renuncia
temporal por parte del Estado soviético durante el tiempo de guerra a los llamamientos a la
lucha a favor del marxismo-leninismo (a la lucha por el Partido o la construcción del
socialismo/comunismo); por otro, tendría que ver con una utilización de la idea de la
madre como encarnación de la patria, “as national symbols and as the constantly reworked
and reimagined nexus between home and nation, between love for the family and devotion
to the state” (Kirschenbaum, 2000: p. 825). Se pretendía un trasvase de las características y
valores de la madre hacia la patria, presentar la lucha y el sacrificio de la guerra como un
combate por la defensa y supervivencia de todas las madres (como representantes y pilares
de la familia). Las madres sufridoras que esperan al hijo, al marido, al hermano, o las
madres que trabajan desde la retaguardia (o en el frente, como valientes soldados) para
contribuir en la victoria del Ejército Rojo sobre los “aniquiladores” alemanes. El
identificar a la propia madre del soldado con la madre-patria permitía un llamamiento
emocional a las armas que tenía más que ver con lealtades locales y personales que con
políticas o ideologías. De este modo, la lucha adquiere un carácter privado e individual en
oposición a la disciplina de Partido, según Jeffrey Brooks (2000). Por otro lado, Stalin
utilizó por primera vez en muchos años la palabra “madre patria” en un telegrama que
envió con motivo del hundimiento y posterior rescate de los tripulantes del Cheliuskin,
término que posteriormente incorporó a los eslóganes que se utilizarían en la celebración
del Primero de Mayo (Berkhoff, 2012: p. 8). Era, por lo tanto, un llamamiento no
desconocido por la población soviética, pero que adquirió un significado totalmente
distinto en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
170
el que la propia idea de “nuevo ciudadano soviético” ya era en sí una
declaración de intenciones), por lo que la educación de una población
mayoritariamente analfabeta y con poca o nula conciencia social y política
se convertiría en una tarea primordial171. A continuación, con el inicio de
los primeros grandes planes de desarrollo económico y social a finales de
los años 20 y los 30 (NEP, planes quinquenales), se tuvo que preparar a la
población para que aceptase su sacrificio personal -asumiendo un trabajo
físico intenso y abnegado- con un fin un tanto abstracto: la construcción
del “Estado socialista”. Había, pues, que crear la necesidad de trabajar por
un Estado desconocido (por lo novedoso) que les prometía la eliminación
de la desigualdad entre clases y un futuro próspero. La propaganda habría
de hacerlos creer en la posibilidad de una sociedad justa y equitativa, y en
la novedad, en la construcción de una nueva esperanza, radicaba buena
parte de su poder movilizador. Este ingente trabajo de sub-propaganda y
propaganda de integración prepararía al ciudadano soviético para asimilar
con relativa facilidad las nuevas ideas y valores que los mensajes
propagandísticos prentendían introducir en su imaginario bélico.
171 El imaginario hizo uso en aquel momento del odio y del sentimiento de inferioridad,
opresión y agravio que se había cultivado durante los años de zarismo entre gran parte de
la población, principalmente campesina. Habían sido víctimas de un gobierno autoritario
que había eliminado sus posibilidades de crecimiento y prosperidad, en el que las
diferencias sociales eran palmarias. La educación general y las políticas de la época
predispusieron a la población para confiar y creer en la utópica idea de un Estado socialista
que hasta entonces no había existido y que representaba todos los valores de los que
carecía el régimen zarista, un Estado que satisfaría todas las necesidades (realistas e
rocambolescas) de la población, que acabaría con las diferencias de clase y les daría la
oportunidad de vivir en una sociedad igualitaria y libre. La propaganda bolchevique
trabajaba, desde este punto de vista, con un imaginario rupturista.
171
La propaganda bélica en un periodo de “guerra total” busca,
habitualmente, fomentar o despertar el sentimiento patriótico, convencer a
la población de que sea leal al Estado (en caso de guerras entre Estados).
En el caso soviético, el Estado (que hasta la fecha se había identificado
con el propio Partido) hubo de difuminarse de estos mensajes y en su
lugar emergió el concepto de “patria” como el ente al que había que
mostrar lealtad, fortaleza y coraje, por el que se debía luchar y
sacrificarse.
177 Ejemplos ilustrativos de esta “propaganda del miedo” los encontraríamos en las
ordenaciones y decretos que se emitieron al inicio de la guerra para contrarrestar los
numerosos casos de deserción entre las filas del Ejército Rojo. Tal vez el caso más
destacado sea el de la orden nº 227, conocida coloquialmente con el título de “Ni un paso
atrás”, que ordenaba abrir fuego contra los combatientes que intentaran abandonar el frente
y denunciar a los superiores que permitieran tales acciones. En esta línea también podemos
citar el decreto 270 de la Stavka, en el que se amenazaba con la detención a las familias de
los traidores. Nos detendremos en estas normativas en el Capítulo IV.
174
retaguardia bajo condiciones, en muchas ocasiones, infrahumanas; que
muchos aceptaran las medidas correctivas, los sufrimientos178 o las
carencias sin mostrar rechazo u oponer resistencia de manera manifiesta y
masiva.
176
El ataque alemán del 22 de junio de 1941179 pilló desprevenida a la
URSS180. Desde su llegada al poder y tras la finalización de la Guerra
Civil, el gobierno bolchevique puso en marcha numerosos planes de
desarrollo económico y social181 con el objetivo de sacarlo de un atraso
que le impedía situarse al nivel del progreso social y económico de otras
grandes potencias. La implementación de un programa de desarrollo
económico182 a gran escala que equiparara a la URSS en industria,
tecnología y poder económico a los países avanzados era, por tanto, de
vital importancia. La base socioeconómica heredada de la Rusia zarista,
basada en un tremendamente empobrecido y analfabeto campesinado y
asentada sobre enormes diferencias sociales, colocaba a la Unión
Soviética a la cola del desarrollo con respecto al resto de países europeos.
La NEP183, primero, y los subsiguientes planes quinquenales184 diseñados
179Sobre la Operación Barbarroja véase, entre otros, Glantz (2003), Kirchubel (2013) o
Stahel (2009).
180Robert Service (2006), entre muchos otros, subraya que el propio Stalin recibió varias
informaciones sobre la posibilidad de un ataque de Alemania en territorio soviético, pero
no las consideró creíbles.
181Ya hablamos en el Capítulo II del programa Likbez, por ejemplo, para la erradicación
del analfabetismo.
182De ahí el desarrollo de los primeros planes quinquenales. La propaganda sobre estos
planes se centraba en alentar a la población a trabajar con más ánimo y más rapidez para
alcanzar los objetivos establecidos en los planes quinquenales. Posteriormente, destacaría
que estas metas se habían logrado en menos tiempo del establecido.
183 Tras la Primera Guerra Mundial, la Revolución de Octubre, la Guerra Civil y las
sequías y hambrunas que asolaron el país entre 1914 y 1921, Rusia era un país devastado,
con alma revolucionaria, pero sin nada con lo que alimentarla. El nuevo gobierno
bolchevique liderado por Lenin tenía la necesidad de crear una salida rápida para solventar
la crisis económica y social que atravesaba al país. Con esta intención se puso en marcha la
NEP (Nueva Política Económica), una extraña pero a la postre “eficaz” fusión entre
formas socialistas y capitalistas que suponía la autorización del comercio libre interior
(aunque con limitaciones), la aceptación de la propiedad privada de pequeñas y medianas
empresas, y la posibilidad de que los campesinos, después de satisfacer la cuota del
Estado, vendieran el excedente agrícola. El sector agrícola, gracias a la NEP, logró escapar
de su mala situación, pero a costa de olvidar al sector industrial. El problema pasaría del
campo a la ciudad, donde cada vez había más conflictos y más paro. Era posible adquirir
casi cualquier tipo de artículo, pero los precios de los productos manufacturados habían
177
por el gobierno estalinista (con la industrialización acelerada y la
colectivización forzada como abanderados del proyecto socialista en la
URSS de Stalin) aceleraron el nivel de desarrollo del país185. El Estado
sufrido un espectacular aumento que los hacía inaccesibles para la mayor parte de la
población. Pese a todo, la NEP (que se extendería hasta 1929, cuando sería sustituida por
el Primer Plan Quinquenal de Stalin) se manifestaría eficaz y la recuperación pronto se
haría evidente. Sobre la NEP véase, entre otros, Valenzuela (2006) y el capítulo “La Nueva
Política Económica”, en Service (2000).
184Sobre los planes quinquenales, véanse, entre otros, “El Primer Plan Quinquenal” en
Service (2000), Hunter (1973), Knickerbocker (1931), Campbell (1973) y Harrison y
Davis (1997).
185 Si bien es cierto que con el Primer Plan Quinquenal se produjo un gran avance en la
industrialización (Lee, 1991), se hacía imposible pensar en que fuera tan radical y veloz
como se propuso incialmente, más si cabe en un país que carecía de grandes
infraestructuras tecnológicas y con baja competitividad. La política económica de Stalin
traería consigo también hambre y desencanto, y el crimen y el vandalismo aumentarían de
manera destacable a partir de entonces. El Primer Plan Quinquenal, por sus ambiciosos
objetivos fuera del alcance de un país prácticamente subdesarrollado, estaba abocado al
fracaso desde su inicio, a pesar de que la propaganda soviética se encargara de presentarlo
como un éxito del esfuerzo y el trabajo colectivo de toda la población soviética. Muchos
de los objetivos del plan quinquenal no estaban totalmente definidos y los que lo estaban
solían cambiar sus cuotas y metas con frecuencia. Una vez que se lograba un objetivo, este
era revisado y aumentado, por lo que nunca se podía llegar a completar por completo. Por
otra parte, la colectivización forzada dio lugar a grandes episodios de hambrunas. Las
propuestas de modernización del Primer Plan Quinquenal obviaron las necesidades del
campesinado y la agricultura. Esto, unido a las malas cosechas de los años 1931 y 1932,
provocaron la terrible hambruna de 1932-33: 70 millones de personas vivían en zona de
hambruna, y entre 1930 y 1933 entre 4’6 y 8’5 millones murieron por inanición, sobre todo
en Ucrania (Figes, 2009: p. 168). En lo que sí se demostró eficaz el Primer Plan
Quinquenal fue en la puesta en marcha del desarrollo de una nueva potencia industrial. Sin
ser conscientes de ello, habían comenzado a preparar a la URSS para su futuro
enfrentamiento con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Sin el desarrollo
alcanzado durante estos años, la Unión Soviética no hubiese sido capaz de producir todo el
armamento y munición necesarios para, en primer lugar, no sucumbir en los primeros
envites de la contienda, y, finalmente, superar a Alemania (Fitzpatrick, 2005). Sin
embargo, para el Partido, los objetivos propuestos en el Primer Plan Quinquenal sí fueron
satisfechos en su totalidad, o al menos esa fue la versión oficial, tal y como señala Stalin
en su informe para el Comité Central publicado en Pravda el 7 de enero de 1933 sobre
“The Results of the First Five-Year Plan” [Ref. en
http://www.marx2mao.com/Stalin/RFFYP33.html, 13.11.2014]. En este informe el líder
soviético pone especial énfasis en el triunfo del desarrollo industrial: “The main link in the
five-year plan was heavy industry, with machine building as its core. For only heavy
industry is capable of reconstructing both industry as a whole, transport and agriculture,
and of putting them on their feet. It was necessary to begin the fulfillment of the five-year
plan with heavy industry. Consequently, the restoration of heavy industry had to be made
the basis of the fulfilment of the five-year plan (…). What are the results of the five-year
plan in four years in the sphere of industry? Have we achieved victories in this sphere?
178
soviético se preparaba para un eventual enfrentamiento entre el socialismo
soviético y el capitalismo mundial (Davies, en Harrison, 2008)186, por lo
que también se hizo hincapié en el aceleramiento de la producción y
desarrollo de la industria armamentística187. La movilización de la
población ante un hipotético caso de una guerra ya estaba en marcha
desde el fin de la NEP, aunque la guerra que finalmente sobresaltó al país
no sería aquella para la que se estaban preparando.
Yes, we have. And not only that, but we have accomplished more than we ourselves
expected, more than the ardent minds in our Party could have expected. That is not denied
now even by our enemies, and certainly our friends cannot deny it”. En cuanto a la
agricultura, el Partido también consideraba que se habían cumplido las expectativas: “The
task of the five-year plan in the sphere of agriculture was to convert the U.S.S.R. from a
small-peasant and backward country into one of large-scale agriculture organized on the
basis of collective labour and providing the maximum output for the market (…). The
Party has succeeded in converting the U.S.S.R. from a country of small-peasant farming
into a country of the largest-scale agriculture in the world”. Tanto en el caso de la
industrialización como en el de la agricultura, presenta datos de los avances soviéticos
concretos (muy probablemente manipulados) y en comparación con países “capitalistas”
como Estados Unidos, Alemania o Gran Bretaña.
186Sobre este aspecto, véanse, entre otros, Davies, Khlevnyuk y Wheatcroft (2014) y el
capítulo “Planning for mobilization: The 30’s” de Davies R.W., en Harrison (2008).
187Véanse, entre otros, las detalladas investigaciones de Mark Harrison (1988, 1998, 2000,
2002) y Barber y Harrison (1991, 2000). Para Harrison (1988), la campaña de evacuación
de la industria fue fundamental para evitar la derrota en los primeros meses de la guerra y
alcanzar, posteriormente, la victoria final.
188 El decreto del Politburó de formación del GKO se emitió el 30 de junio de 1941, bajo el
título “Sobre la formación del Comité Estatal de la Defensa de la URSS”. Véase la
traducción de este decreto en el “Documento 7” del Anexo.
179
más relevantes en este sentido, aunque también se establecerían comités
especiales encargados de gestionar esta labor189.
NNP allocated to the war. From the standpoint of domestic finance, however, the peak had
already passed. The passing of the maximum of Soviet domestic resource mobilization was
associated with military victory at Stalingrad, with recovery of national output, rising
priority being attached to restoration of the steel, energy, and transport sectors, and with
increasing access to imported military and civilian supplies under Lend Lease” (Harrison,
1988: p. 185).
192 Taskent, en Uzbekistán, fue una de las ciudades a las que se evacuó la población
soviética cercana al frente. Según Stronksi (2010: p. 77), “Intellectuals, artists, families of
high-level Party officials, and other members of the Soviet elite departed front-line cities
for the relative safety of the home front. In late 1941 and early 1942, Tashkent saw the
arrival of prominent literary, theater, and academic figures, including Anna Akhmatova,
Nadezhda Mandelstam, Kornei Chukovskii, Aleksei Tolstoi, and Solomon Mikhoels, as
well as industrial workers from airplane, bomb, and tank factories. More than 157,803
people moved to the Uzbek capital in 1941 alone, causing enormous strain on the city’s
urban infrastructure”. Generalmente, los lugares a los que fueron evacuados los
ciudadanos soviéticos estaban tan lejos del frente que no vivían la guerra del mismo modo
y, en ocasiones, ni siquiera eran conscientes de la situación real del país. La propaganda de
guerra se tuvo que construir en esa zona de modo diferente y tardío -con la llegada de los
evacuados-, y destacaba, entre otros elementos, imágenes de nacionalismo ruso e figuras
históricas rusas (Aleksánder Nevsky o Mijaíl Kutúzov, por ejemplo).
182
trenes en ocasiones tomaban direcciones equivocadas, la maquinaria o
parte de ella era abandonada en las estaciones de tren, etc. Era también
relativamente frecuente que las autoridades encargadas de las
movilizaciones y traslados abandonasen las fábricas y a la población a su
suerte. Aun así, la movilización de la población y la industria terminó
siendo, en gran medida, un éxito para el sistema soviético, aunque
también pusiera al descubierto algunos de sus límites. La movilización
que llevó aparejada la Gran Guerra Patriótica supuso la transformación de
la sociedad, la política y el propio régimen: “As one woman put it in the
opening pages of her unpublished memoirs of the evacuation, the war
«divided the history of Soviet people in two parts: ‘before the war’
[dovoennyi] and ‘after the war’ [poslevoennyi]». For many Soviet
citizens, the war became the defining experience of their lives”. (Manley,
2009: p. 3).
183
participaron 25 millones de personas, de los que 17 millones se
trasladaron entre junio y diciembre de 1941.
193El texto de la Constitución de 1936 se puede consultar en inglés en la página web del
departamento de Lenguas Extranjeras, en el programa de ruso de la Universidad de
Bucknell en http://www.departments.bucknell.edu/russian/const/1936toc.html [Ref.
15.12.2014].
194El 9 de junio de 1934, Pravda publicaba el editorial “For the Fatherland!”, en el que ya
hacía referencia a esta “patria”: “For our fatherland! This call fans the flame of heroism,
the flame of creative initiative in pursuits and all fields of our rich life. For the fatherland!
This call arouses millions of workers and alerts them in the defense of their great country.
The defense of the fatherland is the supreme law of life” (Suny, 2003: p. 231).
197Por ejemplo, Radio Moscú -la emisora soviética para el exterior- comienza a transmitir
en 1922 sin fronteras (Taylor, 2003: p. 203).
187
posible en un solo país y la propaganda sería redirigida hacia nuevos
objetivos.
Máiski recuerda en sus memorias que uno de los mayores desafíos a los
que hubieron de enfrentarse en los primeros compases de la guerra fue la
lucha contra el ánimo derrotista de la población inglesa: había que hacer
que confiaran en la capacidad de la Unión Soviética para combatir hasta el
final y lograr la victoria. Para contrarrestar ese ánimo derrotista, a partir
del verano de 1941 y tras consultar con Moscú, pusieron en marcha una
serie de medidas propagandísticas, entre ellas la creación del boletín
Soviet War News, que se publicaba desde la Embajada. Originariamente
contenía material militar casi en exclusiva (boletines desde el frente
soviético, órdenes, mensajes de corresponsales de guerra, etc.). Soviet War
News pretendía contraponer la información sobre los acontecimientos
bélicos que se publicaban desde Inglaterra, EE.UU. o Alemania al punto
de vista informativo ofrecido por la URSS. En poco tiempo el contenido
del boletín se vio ampliado con la publicación de informaciones sobre la
vida en la retaguardia, sobre los heroicos esfuerzos del pueblo soviético en
el ámbito de la economía nacional, la ciencia, la cultura, la música, la
literatura o el arte en general. Finalmente, se llegó a la conclusión de que
201Algunos títulos de estas octavillas, eran, por ejemplo, “Qué ocurre en Alemania” o
“Cómo viven los prisioneros de guerra en la Unión Soviética”.
202 Las octavillas destinadas al personal en el frente, al ejército, eran imprimidas en
grandes tiradas y buscaban provocar excitación, desconfianza o miedo entre las tropas y
retaguardia alemanas. También los órganos políticos del Ejército Rojo de Obreros y
Campesinos publicaban y difundían una gran cantidad de octavillas, carteles y diversos
materiales tipográficos para la retaguardia del enemigo. Sin embargo, la entrega de estos
materiales no se podía llevar a cabo de manera regular y muchas veces estas octavillas se
quedaban estancadas en aeródromos y caducaban. Los periódicos y las octavillas dirigidas
a los soldados en las líneas del frente también se distribuían irregularmente en el territorio
ocupado y sus tiradas eran más pequeñas. Además, no siempre respondían a las
inquietudes de aquellos a las que iban dirigidos. En este sentido, eran más funcionales las
octavillas y periódicos publicados desde la clandestinidad, cuyos autores sí conocían la
situación real de primera mano, puesto que se movían entre los frentes y la retaguardia
sobre los que informaban. Galimullina (2005) propone otra clasificación para las
octavillas: según el autor del material (en nombre de la parte soviética, alemana o de autor
encubierto); el contenido (informativo, analítico, documental, publicitario); según la forma
de presentación del texto (como un decreto, octavilla-diálogo, en forma de pregunta-
respuesta, etc.); y según la tendencia emocional (satírico, “sentimental”).
193
La propaganda en el exterior destinada al ejército alemán y a territorios
ocupados por las tropas nazis o a la retaguardia alemana, no se probó
especialmente útil, puesto que la mayoría de las personas a las que se
dirigió esa propaganda mantuvieron su ideología fascista y su apoyo al
gobierno nazi y al ideal nacionalsocialista (tal vez coaccionados por el
miedo o por convicción real). Por el contrario, la propaganda
antimilitarista y antifascista se mostró más efectiva entre los soldados y la
población de los países europeos aliados.
194
CAPÍTULO IV: LA INSTITUCIONALIZACIÓN DEL
ARTE: EL COMITÉ PARA LOS ASUNTOS DE LAS
ARTES COMO HERRAMIENTA
PROPAGANDÍSTICA
La Segunda Guerra Mundial se podría considerar el ejemplo más
ilustrativo de la llamada “guerra total”204. La movilización de recursos
humanos (civiles y militares) y de infraestructuras durante 1941-1945 fue
extraordinaria en todos los países participantes, especialmente en
Alemania y la Unión Soviética. El objetivo final (la victoria y la
destrucción del enemigo) justificó sin paliativos, en el imaginario de su
población, todos los medios y esfuerzos utilizados para su consecución.
La propaganda fue en ambos casos el catalizador de la aceptación de
tamaño sacrificio: predispuso a la población para la batalla, física, moral,
intelectual y de valores, y les infundió el ánimo necesario utilizando los
mensajes más apropiados en cada momento.
204 El concepto de “guerra total” implica poner al servicio de la guerra todos los recursos
disponibles, civiles y militares, de infraestructuras y personales, de un país. El término
derivaría de la propuesta teórica de “guerra absoluta” de Claus von Clausewitz, la guerra
considerada en abstracto, “donde todo ocurre por razones necesarias, todo se ensambla con
rapidez, donde no hay, si puede decirse así, espacios intermedios neutrales y sin esencia,
sólo hay (…) un éxito, y es el éxito final” (Clausewitz, 2005: p. 640). Siguiendo a
Chickerin y Förster (2003), la guerra total quedaría definida por una serie de elementos: en
primer lugar, por sus objetivos, orientados a la destrucción total o subyugación del
enemigo (como sistema político o encarnado en la totalidad de un pueblo o nación). En
segundo lugar, por los métodos utilizados en ella, de gran variedad y limitadas
restricciones. Otro elemento que caracterizaría a la guerra total sería su competencia para
la creación, por parte de los contendientes implicados, de ejércitos masivos compuestos
por decenas de millones de militares. Un cuarto elemento sería su capacidad de
movilización de “sociedades beligerantes”, para lo que es también necesario organizar y
mantener el entusiasmo de la población, tarea ejecutada por la propaganda. La
movilización de la sociedad deriva en una movilización total e implica, además, la
movilización de la industria y de la economía. Finalmente, en una guerra total el control y
la organización también han de ser totales, por lo que se tiene que combatir cualquier tipo
de resistencia por cualquier medio y estimular el ánimo de población y soldados a través
de métodos propagandísticos. De lo expuesto resulta que el elemento clave en la definición
de guerra total sería la total implicación de civiles (Chickering y Förster, 2003: pp. 1-23).
Subrayamos que esta guerra total no sería posible sin la puesta en marcha de una potente
maquinaria propagandística, capaz de modelar conciencias y predisponer a la población
para la guerra, de movilizar y espolear determinados sentimientos e ideas.
195
El 22 de junio de 1941 el ejército nazi entró en la URSS y dio comienzo la
Gran Guerra Patriótica en la que unos 26 millones205 de soviéticos
perdieron la vida. La victoria final soviética demostraría que la campaña
propagandística de movilización de población y recursos orquestada por el
gobierno de Stalin fue un “éxito”. La recuperación de valores denostados
en el pasado inmediato, la puesta en valor del interés grupal frente al
individual y la inteligente utilización de los sentimientos de desesperanza,
miedo y fraternidad nacidos de la exposición al duro conflicto bélico,
cristalizaron en eslóganes del tipo “Todo para el frente”, “Todo para la
victoria” y “Por la Patria” o “Por la Victoria”.
205Sobrelas cifras de víctimas soviéticas en la Gran Guerra Patriótica, véanse, entre otros,
Ellman y Maksudov (1994), Gorbachev (1990), Harrison (2003) o Haynes (2003).
196
serie de mensajes con el objetivo de incitar a la acción, despertar
determinados sentimientos (de odio, amor, compasión, grandeza, etc.),
destacar la naturaleza patriótica y heroica de la población y el ejército,
distinguir el carácter justo de la guerra contra los nazis, definir y
desenmascarar al enemigo, o buscar la unidad del pueblo soviético.
En los primeros años 20, la institución oficial encargda de las artes estuvo
centralizada desde el Narkomprós (Narodnyi Komissariat po
Prosveshchéniya - Comisariado del Pueblo para Instrucción Pública,
encargado de la cultura y la educación del país), uno de los primeros
comisariados que nació tras la Revolución de Octubre209. El Narkomprós
208En esta investigación cuando hablemos de “años 20” nos referiremos al periodo que va
desde la Revolución de 1917 hasta 1932, año en el que se publicó el decreto “Sobre la
reconstrucción de las organizaciones artístico-literarias”.
209Nació oficialmente el 9 de noviembre de 1917 con el decreto “Sobre la institución de la
comisión estatal para la ilustración” (“Ob gosudárstvennoi komissii po prosveshzéhniyu”)
[Ref. http://www.hist.msu.ru/ER/Etext/DEKRET/kompros.htm, 10.2.2015], ratificado con
199
conviviría algunos años junto con otras organizaciones culturales y
artísticas oficiosas independientes del Partido210, como la Proletkult o la
RAPP (Rossíiskaya Assotsiátsiya Proletárskij Pisátelei - Asociación Rusa
de Escritores Proletarios), entre otras muchas, con las que compartiría su
trabajo en la gestión de las artes. Esta “convivencia” significaría que,
durante algunos años, no existió un liderazgo único en el ámbito de las
artes en la URSS.
la firma de Vladímir Lenin (presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo) y de Anatoli
Lunacharksi (Comisario del Pueblo para la Instrucción Pública), a quien se le encargaba la
tarea de la gestión de la educación y la cultura del país. El decreto establecía que bajo el
control del Narkomprós actuarían 15 departamentos, casi todos dedicados a la educación, y
uno de ellos, en exclusiva, al arte. Posteriormente, irían apareciendo departamentos
adjuntos al Narkomprós que se ocuparían de las distintas ramas de las artes, de los que
destacaron por su labor e influencia, los departamentos de teatro (TEO Narkomprós,
creado por decreto en agosto de 1919 [Ref. en http://lunacharsky.newgod.su/lib/o-
massovyh-prazdnestvah/dekret-soveta-narodnyh-komissarov-ob-obedinenii-teatralnogo-
dela, 10.2.2015]), artes plásticas (IZO Narkomprós, instituido por decreto en mayo de
1918 [Ref. en mención en nota a pie de página nº 50 en
http://lunacharsky.newgod.su/lib/russkoe-sovetskoe-iskusstvo/ob-otdele-izobrazitelnyh-
iskusstv, 10.2.2015]) y literatura (LITO Narkomprós, creado poco después del propio
Narkomprós, en diciembre de 1917 [Ref. en
http://www.opentextnn.ru/censorship/russia/sov/law/tsik/?id=480, 10.2.2015]), que
actuaba también de editorial estatal hasta que fue sustituido en 1919 por Gosizdat -la
editorial estatal oficial y única adjunta al Narkomprós [Ref. en
http://www.opentextnn.ru/censorship/russia/sov/law/tsik/?id=614, 10.2.2015]-. También
tenían sus propios departamentos la música, el cine, los museos o la fotografía.
210 Anatoli Lunacharski afirmaría con respecto a la independencia de las organizaciones
artísticas proletarias de los organismos estatales: “He declarado decenas de veces que el
Comisariado del Pueblo para la Ilustración debe ser imparcial en lo que respecta a las
orientaciones particulares de la vida artística. Por lo que se refiere a la forma, el gusto del
Comisariado y el de todos los representantes del régimen no debe ser tomado en cuenta.
Hay que facilitar el libre desarrollo de todos los individuos y grupos artísticos” (Anatoli
Lunacharski en Molina, 1991: p. 37).
211 Para un acercamiento a Lunacharski y al Comisariado que encabezaba, véase
Fitzpatrick (1977).
200
esferas de la cultura y las humanidades en la Unión Soviética: educación,
museos, cine, teatros, clubs, parques de cultura y ocio, la seguridad de los
monumentos, vínculos culturales internacionales, editoriales, red de
bibliotecas, asociaciones creativas, etc. El Comisariado del Pueblo para la
Instrucción Pública comprendía al antiguo Ministerio de Educación
Pública, al Comité del Educación del Estado y al antiguo Ministerio de
Palacios, que controlaba los teatros imperiales, la Academia de las Artes y
los palacios reales (Clark y Dobrenko, 2007: p. 28). El gran volumen de
trabajo, la falta de experiencia o la imprecisión en algunos objetivos
fueron algunos de los lastres del Narkomprós en su primera década de
existencia, que además hubo de lidiar con la ardua tarea organizativa y
administrativa de un departamento compuesto por un ingente número de
subdivisiones administrativas y con la existencia, en paralelo e
independiente, de organismos relacionados con el arte y la educación
ajenos a su estructura y control.
212 En este sentido Lenin sostenía: “(…) the illiterate person stands outside of politics.
First it is necessary to reach him the alphabet. Without it there are only rumors, fairy
tales, and prejudices, but not politics” (Kenez, 1985: p. 145).
201
Narkomprós, que se encargaría del control y diseño de la educación e
instrucción política y de la agitación política: el Glavpolitprosvet213
(Glavnyi Polítiko-Prosvetítel’nyi Komitet – Comité General Político-
Educativo), liderado por Nadezhda Konstantínova Krúpskaya, esposa de
Lenin.
215 El Comité General de Repertorio se había creado años antes, en 1923, dentro del
Narkomprós. Su labor se centraba en la censura de las obras, además de ocuparse de
elaborar, reunir y hacer circular listas con obras censuradas y permitidas en la URSS.
Ningún trabajo podía estrenarse sin la aprobación del Comité. En 1934 se reorganizó en la
GURK (Glavnoe Upravlenie po Kontrolyu za Zrélishchami i Repertuárom - Dirección
General para el Control de Espectáculos y Repertorio), que se encargaba tanto de la
censura del repertorio teatral como de su dirección artística (Green, 2005: p. 592).
Finalmente, las funciones de la GURK serían trasladadas al Comité para los Asuntos de las
Artes en 1936, mientras que la Glaviskusstvo existió formalmente hasta 1933 (Fitzpatrick,
1971: p. 253) y sus tareas serían también encomendadas, con posterioridad, al Comité.
216 Según Anatoli Lunacharski, Lenin le dedicó poco tiempo al arte y se tildaba a sí mismo
de “profano” (Molina, 1991: p. 33). Consideraba que ninguna esfera de la vida podía
quedar al margen de la política, tampoco el arte o la educación: “We have to abandon the
old standpoint that education should be non-political, we cannot conduct educational work
in isolation from politics (…). It is one of our basic tasks to contrapose our own truth to
bourgeois “truth”, and win its recognition (…). Consequently, the purpose of political
culture, of political instruction, is to train genuine Communists capable of stamping out
falsehood and prejudices and helping the working masses to vanquish the old system and
build up a state without capitalists, without exploiters, and without landowners” (Anatoli
203
Gueorgui Plejánov218 y, por supuesto, Lenin219, definirían el concepto y
utilidad del arte dentro del Estado socialista. Según las consideraciones
marxistas del arte220, la obra artística no es creada para el goce de los
204
sentidos, sino que se convierte en un instrumento propagandístico para la
construcción del Estado.
220Sobre las consideraciones marxistas y teóricas del arte soviético, véanse, entre otros,
Egbert (1973), Guiducci (1976) o Williams (1980).
221 Véase “Documento 1” del Anexo.
222 Directores como Serguéi Eisenstein o Vsévolod Pudovkin llevaron a las pantallas de
cine a esas “personas normales”: campesinos, obreros, trabajadores, marineros o soldados.
Sus obras lograron gran aceptación por parte del público, que se veía reflejado en aquellos
personajes, y del gobierno, que consideraba la temática adecuada para la formación
ideológica. Un buen ejemplo de esto es la película muda Konets Sankt-Peterburga (El fin
de San Petersburgo, de 1927 y dirigida por Pudovkin), protagonizada por un joven
campesino que emigra del campo a la ciudad en busca de trabajo y muestra el despertar
político de un típico ciudadano soviético durante la toma de San Petersburgo por los
bolcheviques durante la Revolución. A su llegada a la ciudad, el protagonista encuentra
trabajo en una fábrica y se une a los saboteadores de los huelguistas, denunciando ante los
encargados de la fábrica el lugar de reunión de estos. Pero al ver el comportamiento de los
dueños de la fábrica, se percata de su error e intenta enmendarlo. Es detenido y enviado a
luchar en la Primera Guerra Mundial, y a la vuelta se une a los revolucionarios para
derrocar al zar Nicolás II. El enemigo burgués se encarna aquí en el jefe de la fábrica, un
hombre trajeado y que explota a sus trabajadores, frente a los obreros, los héroes, que
trabajan duramente y en pésimas condiciones y que comienzan a manifestar su descontento
a través de las huelgas -inicio de su concienciación ideológica-. El mensaje que intenta
transmitir esta película es el del desarrollo de la conciencia política del protagonista, que
representa a la masa, desde una concepción ingenua de la misma hacia una conciencia
205
ciudadano se pudiera sentir identificado. Esa sería la base de la estética
del realismo socialista que vería la luz, de manera oficial, en 1934, aunque
años antes ya se trabajaba en esta dirección.
miembros asumían que la música debía expresar la voluntad y las aspiraciones del
proletariado y había de ser escrita por compositores de orígenes obreros. Desaparece tras el
decreto de 1932. Sobre esta asociación, véase Nelson (2000).
228 La Proletkult (acrónimo del ruso para Proletárskaya Kul’tura -Cultura Proletaria-, hace
referencia a la organización Proletarskie Kul’turno-prosvetítel’nye Organizatsii -
Organización Educativo-cultural Proletaria-) fue el organismo que definió el término y las
funciones de la cultura proletaria soviética tras la Revolución. Ligado al Narkomprós -de
quien recibía apoyo- pero independiente del Partido, nació con la Revolución de Octubre y
fue defenestrada, junto a otras asociaciones de carácter cultural proletario, en el decreto de
1932 “Sobre la restructuración de las organizaciones artístico-literarias”. Sobre la
Proletkult es interesante el trabajo de Lynn Mally (1990), que propone un estudio histórico
de la agrupación desde su origen hasta su disolución. La organización tuvo a su principal
teórico en el intelectual bolchevique Aleksánder Bogdánov, quien defendía que el
proletariado habría de encontrar un nuevo sistema cultural, lo que incluía políticas, arte y
moral. Bogdánov vinculaba directamente el arte a la lucha de clases. Para él, el arte estaba
intrínsecamente relacionado con la clase de la que partía, porque cualquier tipo de arte
reflejará los intereses y concepción del mundo de dicha clase: “el arte es una de las
ideologías de clase, un elemento de su conciencia de clase; por lo tanto, es una forma
organizativa de la vida de clase, una forma de asociación y de unión de las fuerzas de
clase” (Bogdánov, 1924: p. 105). El arte no habría de reflejar únicamente la realidad
existente, sino que había de educar, proporcionar una determinada mentalidad y dirigir la
voluntad de las masas. Apuntaba Bogdánov también que para la victoria definitiva del
proletariado era necesaria la independencia cultural (del proletariado como clase con
respecto a elementos burgueses, por ejemplo). La Proletkult vivió su momento álgido
durante los años de la Guerra Civil, pero tras ella inició su decadencia como institución de
peso en la organización cultural y artística soviética. En los años posteriores a la
Revolución, el término “cultura proletaria” se utilizaría tanto para representar a aquellos
que querían romper cualquier tipo de lazo con los intelectuales vinculados al pasado
zarista, como para definir la propuesta de aquellos que, por el contrario, abogaban por que
la cultura clásica rusa de las masas formara parte de su conocimiento. La propuesta de
Bogdánov pasaba, indiscutible y primeramente, por la educación de las masas para que
fueran capaces de tomar el control del movimiento socialista. Así, “(…) in the opinion of
its most passionate advocates, the Proletkult was never meant to serve as a mere “culture
bearer”. Instead, its task was to found a new cultural order, an order dominated by a
proletarian class spirit. Although no one could articulate just what shape this new culture
would take, Proletkultists set incredibly ambitious goals. They wanted an art that would
inspire society to productive labor and break down the boundaries between refined culture
and daily life. They sought a new science that would integrate all knowledge into a
harmonious whole and yet still be accessible to the population at large. They hoped to
create a new proletarian intelligentsia that could completely subsume the old intelligentsia
but not lose its ties to the working class. It was this utopian agenda that so offended
pragmatists like Lenin, who saw such proposals as “harebrained” extravagances that the
state could ill afford” (Mally, 1990: p. 254). Como sostiene Mally, la Proletkult vivió su
época de esplendor gracias al apoyo de aliados que incluían uniones, sóviets y parte de la
burocracia del Narkomprós (Lunacharski, entre ellos). Sin embargo, cuando el Partido
Comunista comenzó a verlo como una amenaza y se posicionó en su contra, perdió a estos
aliados. Además, la NEP recortaría las ayudas disponibles para proyectos culturales (más
en el caso de una organización cuyos objetivos políticos y culturales chocaban con los del
Partido), lo que supuso la puntilla definitiva para esta organización.
207
anteriores: desde artistas proletarios para el proletariado, que reflejase la
lucha de clases y las aspiraciones sociales y políticas del proletariado, de
la nueva sociedad y del Estado socialista. Sin embargo, con la llegada de
los bolcheviques al poder y la subsiguiente toma de control de todas las
esferas de la vida y la política soviéticas, la utopía con la que vanguardia y
organizaciones proletarias se habían acercado al objetivo del arte, a sus
usos, a sus creadores y a sus audiencias, se desvanece para dejar paso al
uso político y utilitarista del arte concebido por el Partido con la
imposición de realismo socialista como metodología artística a mediados
de los años 30. En un estado totalitario el arte habría de ser también
totalitario, debía estar henchido de la propuesta ideológica del poder, que
toda obra artística habría de poseer de un modo u otro. La existencia de un
arte “neutral” no tenía cabida en la avanzada sociedad socialista.
208
marcha y fin de la NEP (1921-1928) y la “Revolución Cultural” (1928-
1932); así como por dos resoluciones en políticas culturales: el decreto de
1925 “Sobre la política del Partido en el ámbito de la literatura” que
mencionamos en el epígrafe anterior (cuya traducción se puede consultar
en el “Documento 1” del Anexo) y el decreto de 1932 sobre la
reestructuración de las organizaciones artísticas229.
229 Nos referimos al decreto del Politburó “Sobre la reconstrucción de las organizaciones
artístico-literarias”, del 23 de abril de 1932, traducido en el “Documento 2” del Anexo.
209
un momento en el que las condiciones del país hacían difícil la mera
supervivencia, muchos intelectuales rusos decidieron emigrar para no
traicionar sus principios. El gobierno bolchevique intentaría frenar esta
emigración230 descontrolada prohibiendo la salida del país231 y, al mismo
tiempo, controlar los posibles episodios contrarrevolucionarios a través de
230 Había dos motivos fundamentales por los que muchos intelectuales tomarían la decisión
de emigrar del país en estos años: las duras condiciones de vida y el Terror. Las
condiciones de racionamiento de comida para los escritores eran mínimas, lo que dio lugar
a numerosos llamamientos al gobierno por parte de los literatos y figuras culturales
demandando medidas de mejora ante esta situación. Con este objetivo el Politburó
publicaría la resolución del 16 de agosto de 1919 (Decreto del Politburó “Sobre la
provisión de racionamiento a los escritores”, Documento nº 2, en Artizov y Naúmov, 1999:
p. 13), que ordenaba la transferencia de los escritores a la primera categoría en cuanto a la
repartición de raciones, ya que su trabajo se consideraba “socialmente necesario y útil”.
Gracias a esto, numerosos personajes de la cultura pudieron sobrevivir a la Guerra Civil y
a la hambruna que asoló Rusia entre 1921 y 1922. El segundo factor que animó a los
intelectuales a emigrar fue el Terror. Gorki, Lunacharski o Kámenev hicieron distintos
llamamientos al Comité Central contra los arrestos masivos de profesores, investigadores y
figuras de la cultura que había pertenecido al partido de Kadete. En estos arrestos masivos
llevados a cabo por la Cheka (Comisión Extraordinaria de toda Rusia para Combatir la
Contrarrevolución y el Sabotaje) detendrían a los fundadores del Teatro del Arte de
Moscú, Konstantín Stanislavsky y Vladímir Nemiróvich-Dánchenko, vinculados al partido
Kadete. Pese a las peticiones, Lenin seguía viendo las detenciones de figuras prominentes
de la cultura relacionados con los Kadetes como algo “esencial y correcto” (Dobrenko y
Clark, 2007: p. 8).
231 Memorándum del jefe de la Cheka, Félix Edmúndovich Dzerzhinski, al Comité Central
del Partido Comunista Ruso (bolchevique) con objeciones a las intercesiones del comisario
del Narkomprós a favor de la salida al extranjero de agentes del arte del 19 de abril de
1921. El presidente de la Cheka informa de que el camarada Lunacharski ha estado
apoyando las instancias de los artistas que solicitaban permisos para viajar al extranjero.
La Cheka protesta ante esto, ya que se han encontrado con que de los artistas que han
viajado de forma individual (Kusevitski, Gozvoskaya, Gaidarov y Balmont) no ha vuelto
ninguno, y Balmont, además, ha llevado a cabo desde el extranjero “una malintencionada
campaña contra nosotros”. Ante la petición de permiso para viajar al extranjero de algunos
artistas y compañías, la Cheka muestra su firme oposición y pide al Comité Central que
trate este asunto “con la mayor seriedad” (Documento nº 7 en Artizov y Naúmov, 1999: p.
15). El 7 de mayo de 1921, un decreto del Politburó pedía a Lunacharski que redactara una
lista detallada de los artistas que querían viajar fuera del país (Documento nº 9 en Artizov
y Naúmov, 1999: p. 16). Unos días después, el comisario del Narkomprós remitía la lista,
y el 18 de mayo el subdirector de la Cheka y el director del Departamento de Exteriores de
la Cheka (INO) dirigían una carta al Politburó en la que insistían en que el Comité Central
debía “llamar la atención al Narkomprós por su actitud completamente inadmisible hacia
las salidas al extranjero de las fuerzas artísticas. No hay ninguna duda de que la gran
mayoría de los artistas y pintores que salen al extranjero se perderán para la Rusia
soviética, al menos en los próximos años” (Documento nº 13 en Artizov y Naúmov, 1999:
p. 18).
210
deportaciones como la que se produciría en 1922, conocida como “el
barco de los filósofos”232, en la que prominentes figuras de la
intelectualidad rusa fueron deportadas a Occidente.
232 Para más información sobre la deportación de intelectuales, véase Chamberlain (2007).
La deportación de los intelectuales en el conocido como “barco de los filósofos”
(“filosofskii parojod”) tuvo lugar entre septiembre y noviembre de 1921 como parte de la
campaña del gobierno de la RSFSR para enviar al extranjero a intelectuales “incómodos”
para el poder. En ella, cientos de intelectuales (filósofos, doctores, profesores, críticos,
escritores, etc.) fueron enviados en barco desde Odessa, Moscú o Petrogrado hacia
Alemania y Letonia. En mayo de 1921, Vladímir Lenin dirigió una carta al jefe de la
Cheka, Félix Dzerzhinski, en la que hablaba de la necesidad de enviar a los elementos
“contrarrevolucionarios” al extranjero, pero antes sería necesaria una preparación
“escrupulosa” de estas medidas, que deberían discutirse en profundidad. “Todos estos [se
refiere a los trabajadores del diario Ekonomist] son claros contrarrevolucionarios,
cómplices de la Entente, la organización de sus siervos y espías, y de los pervertidores de
la juventud estudiantil. Es necesario organizar el asunto para atrapar a estos “espías
militares” y, de manera constante y sistemática, enviarlos al extranjero”. Esta carta se
puede consultar en el Archivo de Alexander Yakovlev:
http://alexanderyakovlev.org/almanah/inside/almanah-doc/152 [Ref. 31.1.2012].
233 Sheila Fitzpatrick (1974b) habla de “soft line” para referirse a las políticas culturales
del gobierno y del Partido antes de 1928. La línea blanda en políticas culturales implicaba
la participación y acomodación de la intelligentsia burguesa en la gestión de la política
cultural de la época, lo que permitió la aparición de distintas asociaciones y agrupaciones
culturales y artísticas. Esta “permisividad”, con el paso del tiempo, daría lugar al
desarrollo de una intelligentsia propia de orígenes proletarios. La “línea blanda”, pese a lo
que pudiera parecer, no poseía un carácter liberal, sino que germinaba dentro de un marco
ideológico concreto (el marcado por el comunismo) y bajo el control de una censura no
excesivamente férrea. Por el contrario, la “hard line” (“línea dura”), que triunfaría a partir
del 1928, trabajaría en la coerción a la intelligentsia burguesa y la protección de los
intereses proletarios del Partido.
211
esta década favorecieron indistintamente las peticiones de una y otra
línea234, dado que las políticas en el ámbito cultural aún no estaban
totalmente definidas. Al no estar completamente limitadas las tareas de las
distintas administraciones, ni del todo ideológicamente alineados los
principales representantes de los numerosos departamentos y
comisariados, ni unificado en un solo órgano administrativo todo lo
relacionado con la gestión de las políticas culturales, se produjeron
desacuerdos en la toma de decisiones e imprecisiones con respecto al
ámbito cultural. Organismos de distinta índole, no sólo el Narkomprós,
tendrían competencias en materia cultural (el Departamento de Agitación
y Propaganda, la Cheka, el NKVD más adelante, etc.), por lo que se hizo
difícil establecer una única línea de acción en el ámbito artístico.
Nuestra tarea es siempre avanzar hacia la novedad. No vamos a vivir en los museos.
Nuestro camino está trazado en el espacio y no en la maleta de quien ya ha vivido./ Sin
colecciones nos lanzaremos con más facilidad al torbellino de la vida (…). En lugar de
reunir no sé qué antiguallas hay que fundar los laboratorios del aparato creador de la
construcción mundial: de sus ejes saldrán los pintores de formas nuevas y no de
representaciones muertas de objetos./ Que los conservadores viajen a provincias con sus
equipajes muertos, con sus querubines lascivos de las antiguas casas corruptas por Rubens
y los griegos. Nosotros transportaremos vigas de doble T, electricidad y luces de colores”.
Del mismo modo, los artistas proletarios de la época también consideraban que los nuevos
tiempos exigían un nuevo arte, pero ellos destacarían su uso social. Los artistas del frente
de izquierdas acusaban a los vanguardistas de realizar aproximaciones nihilistas al arte del
pasado, de modo que impedían al proletariado y al propio Partido utilizar la herencia
artística de Rusia para sus objetivos políticos. Es por esto que Groys (2008) defiende que
el realismo socialista se presentó inicialmente como una “operación de rescate” dirigida
contra la destrucción de la tradición cultural.
237 “No somos utópicos que piensan que la obra de la edificación de la Rusia socialista
puede ser llevada a cabo por no se sabe qué hombres nuevos, nosotros utilizamos el
material que nos ha dejado el viejo mundo capitalista. Emplazamos a los hombres del
pasado en unas condiciones nuevas, les imponemos un control adecuado, los sometemos a
la vigilancia del proletariado y les obligamos a llevar a cabo el trabajo que nos es
necesario. Sólo así se puede construir. Si no podéis construir un edificio con los materiales
que el mundo burgués os ha dejado, no construiréis nada en absoluto, y no sois
comunistas, sino charlatanes fútiles. Para la edificación socialista es indispensable utilizar
totalmente toda la ciencia, la técnica y, en general, todo lo que nos ha dejado la Rusia
capitalista”. En el “Informe sobre la política interior y exterior del Consejo de Comisarios
del Pueblo” de marzo de 1919 (Lenin, 1975: p. 143).
214
siempre que no supusieran una amenaza para el régimen. Durante los
primeros años de la NEP, se producirían intensos debates entre los
conocidos como “compañeros de viaje”238 (“popútchik”) y los “escritores
proletarios”239, reflejo de la tolerancia con respecto a las distintas
corrientes y creadores en el mundo del arte. El enfrentamiento se cerraría
con el decreto del Comité Central de 1925 “Sobre la política del Partido
en el ámbito de la literatura”, en el que se aceptaba la participación de los
“compañeros de viaje” en la escena cultural soviética.
241 Hace referencia al juicio a 53 ingenieros y técnicos de la minería del área de Shajty de
Donbass que fueron arrestados y juzgados por cargos de conspiración, espionaje y sabotaje
de la economía soviética. Sobre el juicio de Shajty es interesante el comentario del
periodista americano Eugene Lyons, corresponsal de la agencia United Press International
en Moscú y primer occidental en entrevistar a Stalin (Taylor, 1990: p. 163). Considerado
un “compañero de viaje” por el Partido, con el paso de los años el periodista quedó
desencantado con el régimen. En relación al asunto de Shajty, Lyons escribiría: “Fifty
Russian and three German technicians and engineers from the local industry were to be
tried publicly on charges of counter-revolutionary sabotage and espionage” (Lyons, 1937:
p. 114). Este juicio, según Lyons, sería el primero de los “melodramatic «demonstration
trials»” que desde entonces y durante años iban a sorprender a todo el mundo “with their
spectacle of men confessing incredible crimes and embracing death with grandiloquent
gestures” (Ídem.). Considera Lyons que “The Shakhty men were pilloried not merely for
their own misdeeds, but for the crimes of the whole embittered, rebellious intelligentsia”
(Lyons, 1937: p 115).
217
nivel académico-educativo, el arte se vio afectado también por esta
rampante “proletarización” a través de la subordinación de su método y su
labor a organizaciones proletarias estatales o del Partido, además de
mediante la paulatina sustitución de elementos de la intelligentsia
burguesa por elementos “originariamente” proletarios. Al final, la
proletarización de la cultura significaría, ante todo, la politización y
extensión del control del Partido a todo el campo de las artes. En este
proceso se pretendía beneficiar al proletariado por encima de la vieja
intelligentsia, vinculada a la tradición intelectual zarista.
220
Revolución Cultural de finales de la década de los años veinte y principios
de los treinta engendraron un “cambio hacia la izquierda” en el arte, ya en
la segunda mitad de los treinta tendría lugar un nuevo “giro hacia la
derecha”, que se manifestaría en la lucha contra el formalismo y en una
demanda cada vez mayor de una cultura de carácter nacional. Dividiremos
este viraje “de izquierda a derecha” en tres fases: la primera tiene lugar de
1932 a 1935 (periodo de definición e imposición oficial del realismo
socialista como metodología estética); la segunda, de 1936 a 1938 (la era
de las grandes purgas242, asentamiento del realismo socialista y la
campaña contra el formalismo); y la tercera y última, de 1939 a 1941
(recuperación definitiva del tradicionalismo y nacionalismo en el arte e
inclusión del patriotismo en el discurso propagandístico como temática
central). Los dos discursos oficiales que marcarían el nuevo ciclo cultural
serían el decreto de 1932 que acababa con las organizaciones proletarias y
el primer Congreso de la Unión de Escritores Soviéticos que se celebró en
1934.
242 Las purgas fueron el método utilizado por el gobierno para eliminar del Partido y sus
instituciones, del Ejército y de la sociedad soviética a los elementos “indecisos” y a los
“enemigos ocultos” que se podrían haber infiltrado para socavar los cimientos del Estado
socialista.
243Del archivo de artículos de Anatoli Lunacharski: http://lunacharsky.newsgod.su. La cita
pertenece al texto recogido bajo el título “Sobre el realismo socialista”, redactado para su
publicación en revistas literarias [Ref. en http://lunacharsky.newgod.su/lib/raznoe/o-
socialisticheskom-realizme, 10.10.2015].
221
En agosto de 1934 tuvo lugar el primer Congreso de la Unión de
Escritores Soviéticos. Destaca la participación en la reunión de líderes de
la talla de Andréi Zhdánov, Maksim Gorki, Nikolái Bujarin y Karl Rádek.
En él se definió e instauró oficialmente el realismo socialista como
método de creación artística en la URSS244. Consideramos que el
244 En su intervención, Andréi Zhdánov habló de la literatura soviética como la más rica en
ideas, la más avanzada y la más revolucionaria, una literatura que pone en el centro de su
trabajo a la clase trabajadora y al campesinado mostrándolos en su lucha por el socialismo
y contra la explotación de clases; una literatura que ha de ser optimista, impregnada de
entusiasmo, y en la que se ha de destacar el espíritu de los hechos heroicos. La fortaleza de
la literatura soviética radica en el hecho de que sirve a una nueva causa: la de la
construcción del socialismo. Recuerda Zhdánov la mención de Stalin a los escritores como
los “ingenieros del alma humana” (en una reunión con escritores soviéticos en casa de
Gorki, en octubre de 1932), lo que para él se traduce en “knowing life so as to be able to
depict it truthfully in works of art not to depict it in a dead, scholastic way, not simply as
“objective reality”, but to depict reality in its revolutionary development. In addition to
this, the truthfulness and historical concreteness of the artistic portrayal should be
combined with the ideological remolding and education of the toiling people in the spirit
of socialism. This method in belles lettres and literary criticism is what we call the method
of socialist realism”. Es por esto que en el periodo de construcción del socialismo “there is
not and cannot be a literature which is not class literature, not tendentious, allegedly
nonpolitical”. Los escritores soviéticos han de reflejar la vida real en su “desarrollo
revolucionario”, rechazar el viejo romanticismo que representaba una vida inexistente y
héroes irreales y que no era capaz de mostrar al lector el antagonismo y la opresión de
clases. En el nuevo periodo socialista, sin embargo, se creaba un nuevo tipo de
romanticismo: el romanticismo revolucionario: “We say that socialist realism is the basic
method of Soviet belles lettres and literary criticism, and this presupposes that
revolutionary romanticism should enter into literary creation as a component part, for the
whole life of our Party, the whole life of the working class and its struggle consist in a
combination of the most stern and sober practical work with a supreme spirit of heroic
deeds and magnificent future prospects”. Para cerrar su intervención, Zhdánov pide a los
asistentes que creen obras de arte de contenido altamente ideológico y artístico, que
ayuden a remodelar la mentalidad de la gente en el espíritu del socialismo y que se
posicionen al frente de la lucha por una sociedad sin clases. Por su parte, en su
intervención en el Congreso, Maksim Gorki hace un repaso histórico de la literatura rusa y
europea y del enfrentamiento con la cultura burguesa y las aspiraciones artísticas de la
URSS. Define el periodo entre 1907 y 1917 como la época “when irresponsible ideas ran
riot, when Russian men of letters enjoyed complete “freedom of creation”. This liberty
found its expression in propaganda of all the conservative ideas of the Western
bourgeoisie”. Rechaza también que el tema central de las obras sea, como ocurrió en el
siglo XIX, la personalidad del individuo, que es la antítesis de la sociedad, el estado y la
naturaleza. Insistía, por otro lado, en que toda la masa de población, liderada por
campesinos y obreros, habría de contribuir a la creación de una nueva cultura y habría de
ser capaz de realizar autocrítica de sus errores. Finalmente, para entender algunos de los
puntos básicos del realismo socialista que se expusieron durante el Primer Congreso de la
Unión de Escritores Soviéticos, destacaremos la participación de Karl Rádek, que hizo una
222
acercamiento académico al realismo socialista se articula principalmente
en torno al debate acerca de si esta corriente estética es una evolución
“natural” del arte de vanguardia europeo en la URSS245, o si, por el
defensa de la utilización del realismo como método de trabajo para los artistas de la URSS:
“Realism means the portrayal of this reality in all its basic connections. Realism means
giving a picture not only of the decay of capitalism and the withering away of its culture,
but also of the birth of that class, of that force, which is capable of creating a new society
and a new culture. Realism does not mean the embellishment or arbitrary selection of
revolutionary phenomena; it means reflecting reality as it is, in all its complexity, in all its
contrariety, and not only capitalist reality, but also that other, new reality – the reality of
socialism”. Para Rádek, el artista ha de mostrar a través de su obra cómo el socialismo se
construye también sobre algunos elementos que el pasado les había dejado y sobre nuevos
materiales que el hombre ha creado en su lucha contra la opresión de clases y en el proceso
de remodelación personal. El realismo socialista habría de ser, pues, capaz de reflejar la
vida en su movimiento hacia el socialismo, para lo que el artista ha de comprender la
realidad en su totalidad, en el movimiento completo: “Socialist realism means not only
knowing reality as it is, but knowing whither it is moving. It is moving towards socialism, it
is moving towards the victory of the international proletariat. And a work of art created by
a socialist realist is one which shows whither that conflict of contradictions is leading
which the artist has seen in life and reflected in his work”. Las citas que hemos utilizado
están recogidas en la transcripción de la reunión traducida al inglés en Marxists Internet
Archive [Ref. en https://www.marxists.org/subject/art/lit_crit/sovietwritercongress/,
7.2.2015].
245 Pese a que se podría considerar que las vanguardias y el arte proletario son dos
propuestas estéticas que se excluyen mutuamente, algunos autores han intentado mostrar
que no están tan distanciados y que el realismo socialista se empieza a forjar desde las
vanguardias (Groys y Günther (1992), Mally (1990), Vorob’ev (2012) y Gutkin (1999)).
Vorob’ev (2012) propone la idea de una “tercera estética” representada por el realismo
socialista y que conviviría en “germen” con las otras dos hasta que se impuso a las demás a
partir de 1934 de forma oficial. Afirma que las consideraciones de Bujarin o Trotsky sobre
la función del arte ya estaban preparando el fundamento de los planteamientos del realismo
socialista. Conceptos cardinales en la propuesta bolchevique a nivel sociopolítico como
partíinost’ (compromiso con el partido), ideinost’ (contenido ideológico) o naródnost’
(carácter nacional), enriquecen la base de la propuesta de arte y cultura proletaria y son
también los cimientos conceptuales de la propuesta artística del realismo socialista.
Finalmente, parece evidente que tanto vanguardias como arte proletario y realismo
socialista tienen un elemento en común: presentan la idea de un futuro brillante encarnado
en un presente pictórico ideal, que implica la ruptura, en mayor o menor medida, con los
contenidos ideológicos, temáticos y formales anteriores. A lo largo de la historia, el poder
ha contribuido a dar forma a la concepción y tipo de arte en cada época, patrocinando unas
tendencias y autores y atacando a otros. El arte es una herramienta propagandística capaz
de representar el capital simbólico del grupo dominante, por lo que el poder siempre
intentará atraer para sí a los trabajadores del arte y sus creaciones para rehacerlas de la
forma más apropiada según su objetivo político. Es por esto que Vorob’ev (2012) defiende
que en los años 20 las organizaciones proletarias fueran un “instrumento táctico” que se
utilizaba para preparar el campo para el arte totalitario del estalinismo; en ese preciso
momento servían a los intereses del poder y por eso fueron toleradas, del mismo modo que
ocurrió un poco antes con las vanguardias. Posteriormente, con la lucha de clases del
223
contrario, se trató de un fenómeno aislado dentro del arte, un método
artístico creado ex profeso como herramienta propagandística del poder
para un periodo determinado246. De esta postura se desprende un segundo
debate acerca de si el arte del realismo socialista se puede considerar arte
frente cultural, el poder vio más útil la liquidación de todas las asociaciones artísticas que
no casaran con la opción estética e ideológica oficial dentro del arte y que estaban
comenzando a desarrollar una independencia que no podía permitir un gobierno totalitario.
Nekrásova (2006) defiende que el realismo socialista nace en un contexto histórico
concreto provocado por la ideología de un estado totalitario, imponiéndose como método
creador que surge “como parte de la ideología del estado soviético y se desarrolla en el
contexto de su historia”. En su Tesis Doctoral, Nekrásova examina el fenómeno del
realismo socialista “como una etapa integral y legítima del desarrollo de la cultura
nacional” que aspira a desvelar los rasgos característicos de la cultura nacional soviética.
La aparición del realismo socialista, engendrado desde el poder, fue inevitable en las
condiciones del poder totalitario. Aunque en un principio podría parecer que la tradición
cultural rusa excluye a las vanguardias, Nekrásova defiende lo contrario: las vanguardias
desarrollaron cierto utopismo de la tradición artística rusa cuando intentaron conquistar el
poder total en la cultura, reconstruyéndola según sus concepciones de la realidad y la vida.
Esas pretensiones totalitarias se encarnarían con éxito en el realismo socialista, gracias a la
ayuda del poder. Vanguardia y comunismo “se unieron en el realismo socialista”, fruto de
la tradición cultural europea, y fueron definidos por la herencia cultural rusa. Borís Groys
sostiene que el realismo socialista fue “parte de un único desarrollo europeo de la
vanguardia (…). Mantiene paralelismos no sólo con el arte fascista de Italia o nazi de
Alemania, sino también con el neoclasicismo francés, la pintura del realismo americano,
con la prosa tradicional y políticamente contratada de ingleses, americanos y franceses de
este tiempo, la arquitectura historizada (“istoriziruyushii”), los carteles promocionales y
políticos, la estilística cinematográfica hollywodiense, etc. Lo que diferencia al realismo
socialista, sobre todo en sus métodos radicales, es que son impuestos” (Groys, 1993: p.
16). Bajo estas propuestas se defiende al realismo socialista como parte de la herencia
cultural rusa, como una tendencia que dominó el arte durante medio siglo en la URSS.
Gutkin (1999) presentaría el realismo socialista como una forma de “conciencia cultural”
en la que conectaría con las tempranas visiones de una sociedad ideal insertas en la
tradición cultural y política rusa. Gutkin busca los orígenes ideológicos del realismo
socialista en escritos políticos y estéticos desde 1890 a 1934, y compara los textos de
vanguardistas (simbolistas, futuristas, etc.) con textos políticos de la misma época,
identificando lo que denomina un “paradigma revolucionario intelectual”, que acogería en
un mismo espacio a esos movimientos, artistas y las propuestas ideológicas marxistas.
Observamos, de este modo, la dificultad de desvincular totalmente la historia política y
artística de Rusia; el arte anhelaba una renovación profunda en sintonía con el pensamiento
político de la época, que defendía la idea de una futura utopía socialista y comunista. Tanto
vanguardias como bolchevismo, élites proletarias culturales e intelectuales burgueses
trabajaban bajo los ideales revolucionarios de una sociedad socialista aún por llegar.
246 Autores como Kopp (1970) o Birnholz (1972) sostienen que el movimiento de
vanguardia ruso se desarrolló fuera de la corriente europea y que la Revolución supuso una
ruptura trascendental dentro de la historia del arte ruso. El realismo socialista no sería la
metodología estética oficial del estalinismo, sino la pauta que definiría al “arte totalitario”
soviético entendido como tipología en sí, y no como el arte que se realiza bajo regímenes
totalitarios (Golomstock, 2012).
224
habida cuenta de su evidente intención propagandística y su formulación
desde los organismos de poder, cuestión que dejaremos abierta por
alejarse de los márgenes de esta investigación247.
247 Hemos decidido no profundizar en nuestra Tesis en esta discusión por considerar que se
aleja del centro de esta investigación. Aun así, queremos hacer constar algunas
consideraciones al respecto: entendemos que la organización de la producción artística
desde las autoridades podría llevar a reflexionar sobre una posible merma en el valor
artístico a la obra realista socialista, pues muchos supondrían que tal trabajo artístico está
dirigido única y exclusivamente por las necesidades y exigencias Partido, y no es fruto de
la expresión libre del artista. Sin embargo, dado que en raras ocasiones es posible
determinar si el artista realizaba este tipo de obra por imposición o por verdadero
compromiso con el proyecto socialista en cada momento, y puesto que partimos de la
consideración del realismo socialista como inserto en el desarrollo natural de la historia del
arte en la Unión Soviética en un periodo convulso como fue la primera mitad del siglo XX
y enmarcado en un régimen totalitario, privar al realismo socialista de su valor artístico por
el hecho de poseer una carga ideológico nos resulta, quizás, demasiado restrictivo y
encorsetado. Todo arte es, evidente o subrepticiamente, ideológico y propagandístico por
ser producto de un momento histórico concreto, creado bajo la postura ideológica del autor
-consciente o inconscientemente-, y con la capacidad de “reflejar” a una sociedad y sus
gustos. El trabajo del artista soviético de la época estalinista se institucionalizó hasta tal
punto que la única obra permitida -en círculos masivos- era la obra definida por el poder,
revelando en el proceso creativo y en la misma obra esa relación de dominación que
determina la ideología del grupo dominante. Así, la existencia de la obra soviética del
realismo socialista simboliza la aceptación implícita de la hegemonía dominante y del
“sentido común” y la “realidad” descrito por ellos. Los circuitos libres funcionaban mal o
no funcionaban al no existir un mercado privado del arte, y la valoración de las creaciones
artísticas se hacía en función de su utilidad al Partido, no de su “valor artístico”. A este
respecto, tenemos en cuenta que el “valor artístico” de una obra es definido subjetivamente
en función de modas y de quiénes lideren los mercados del arte y los circuitos de la crítica
en cada momento. Es difícilmente cuestionable el alto valor artístico de la obra de artistas
como Eisenstein o Shostakóvich, que vieron ninguneados algunos de sus trabajos por no
ajustarse a los cánones estéticos del momento. La existencia de galardones como el Premio
Stalin no premiaba a artistas por la calidad de su trabajo u originalidad en su propuesta,
sino en función de su adecuación a las demandas políticas del poder. El Premio Stalin era
“the highest honor that could be bestowed by the Soviet state in recognition of a single
piece of work in science or culture, but in the case of the fine arts its symbolic capital was
often compromised by its role, perceived or actual, in the consolidation of a generational
and ideological hegemony within the Soviet art world” (Johnson, 2011: p. 819). La
elección del Premio Stalin estaba gestionada por el Comité para el Premio Stalin, aunque
sus decisiones estaban subordinadas al Comité de las Artes, a la Dirección General de
Agitación y Propaganda al Politburó y al mismo Stalin. Nuestra postura al respecto es que
a pesar de que el arte del realismo socialista poseía, indudablemente, una alta y manifiesta
carga propagandística e ideológica, este no respondería sólo a las imposiciones directas de
las autoridades soviéticas, sino que también podría ser la manifestación artística propia y
libre de un artista que pertenece a una sociedad cuyo imaginario -trabajado durante
décadas desde el poder- les llevaba a responder artísticamente de esa precisa forma en ese
preciso momento histórico. La creación artística en periodos revolucionarios es siempre
interesada -sea cual sea el régimen bajo el que se crea- porque es la manera más fácil -
junto con la prensa- de acercarse a las masas y de que el gobierno pueda explicar y
225
El realismo socialista, que partía de las consideraciones marxistas del
arte248, sería el método unificado para todos los artistas soviéticos de
justificar su postura y acciones dentro de la guerra o ante una situación económica, social o
política complicada, por ejemplo. Tendríamos que cuestionarnos también el valor artístico
de obras filmográficas como El Gran Dictador (1942) de Charlie Chaplin, Casablanca
(1942) de M. Curtiz, Man Hunt (1941) de Fritz Lang, To be or not to be (1942) de Ernst
Lubitsch, o Destination Tokyo (1943) de Delmer Daves, entre muchísimas otras, de claro
contenido propagandístico y creadas durante la guerra bajo el auspicio del gobierno
americano. O el trabajo de John Steuart Curry (regionalista americano al que podríamos
vincular con la tendencia nacionalista en el arte del realismo socialista), o incluso los de
Mark Rothko, Ad Reinhardt o Jackson Pollock por haber sido ayudados en sus carreras por
los programas de arte público generados por Roosevelt bajo el New Deal, conocidos como
“Federal Art Project”. Por su parte, independientemente de la guía institucional,
consideramos una respuesta natural del ser social que durante periodos bélicos apareciera,
en primer lugar, un arte crítico contra el gobierno que los ha embarcado en una guerra
(prácticamente imposible, por otra parte, en un estado como el soviético); pero también un
arte para el pueblo, que refleje sus sentimientos (y que, en este caso, además sirve al
poder), un arte que quiere poner de manifiesto el valor, la fortaleza y el coraje de un
pueblo o de un ejército, que quiere infundir ánimo y fe en la victoria, que aboga por la
resistencia contra el enemigo al tiempo que lo dibuja de forma abominable.
248 Bozal (2002) apunta que la estética marxista como doctrina definida y cerrada no
existe, sino que más bien se trata de un conjunto de tendencias a partir del pensamiento de
Marx y Engels, más las posteriores aportaciones de Lenin, Trotsky, Plejánov y Gramsci.
Adolfo Sánchez Vázquez (1980) trata el tema del arte marxista a partir de los autores
clásicos Marx y Engels. El arte, según el marxismo “clásico”, pertenece a la
superestructura y está determinado por los condicionamientos sociohistóricos,
especialmente económicos. El arte para los comunistas rusos debía ser un reflejo de la
realidad social, pero de una realidad social determinada desde el gobierno. Por eso, desde
finales de los años veinte y, sobre todo, en la década de los cuarenta del siglo XX, desde el
Estado soviético se prestó especial atención al arte y se emitieron múltiples decretos en los
que se instaba a los artistas de las distintas ramas (escritores, músicos, gentes del teatro,
cine, etc.) a que contribuyeran en la creación del Estado comunista desde el arte,
representando en sus obras la “realidad soviética”: el hombre soviético, trabajador,
defensor del comunismo, honrado, patriota y valiente. De los principios del marxismo se
desprenden cuatro puntos que podemos relacionar con el arte: En primer lugar, el
marxismo concibe al hombre como un ser práctico, productor e, incluso, transformador. El
arte, pues, sería un modo más de producción, característica que se empezó a vislumbrar
antes de la imposición del realismo socialista a mediados de los años treinta. El trabajo del
artista era el de uno más de los tantos ciudadanos que colaboraban en la construcción del
socialismo. En segundo lugar, la historia avanza en función de las relaciones de
producción de la sociedad y el arte sería un agente del devenir de esa historia. La tarea
principal del artista del realismo socialista era mostrar al héroe de sus obras, al obrero o
campesino soviético, en un presente que era la representación del ideal del “paraíso
comunista”. En tercer lugar, en el marxismo lo fundamental es el individuo como parte de
la sociedad, no como ser aislado, y el arte es considerado como un fenómeno social, así
que se da menos importancia al “genio” del artista. Con el fin de trabajar para la creación
de un nuevo Estado, completamente distinto al anterior (el zarista), que repudiaban, en la
búsqueda de la desaparición de las clases, se va “eliminando” al individuo en favor de la
masa. Lo individual representa a lo burgués; el proletariado, al pueblo. Los intereses del
226
cualquier rama de las artes desde ese momento, un arte “realista en la
forma y socialista en el contenido”. Lo principal era que el arte no se
pareciera al arte del capitalismo occidental, que era visto como decadente,
como un arte formalista que rechazaba los valores del pasado (Groys,
2008). El realismo socialista estaba formulado de manera que podría
incluir en su contenido y en su forma partes de la herencia rusa cultural y
artística del pasado, siempre que esta se utilizase para responder a las
necesidades específicas del Estado-Partido. La instauración del realismo
socialista como estética oficial del arte de la época estalinista también
supondría el inicio de la batalla contra el formalismo249 dentro del arte. El
proletariado serán los del pueblo. Por último, la visión holística del marxismo: la obra de
arte puede construir la realidad social que representa. El realismo socialista intentaba crear
una imagen concreta de una sociedad que, teóricamente, era nueva; una sociedad en la que
la lucha de clases acabaría con la opresión y las injusticias y que otorgaría el poder al
pueblo. Así, el realismo socialista mostraba en todas sus representaciones artísticas a
campesinos y trabajadores que conseguían librarse de los opresores, movilizar a sus
compañeros e imponer la visión socialista del mundo, y así conseguir uno en el que los
campesinos y los agricultores se representaban con sonrisas y felices en el trabajo, en el
colegio o en el tiempo de ocio. Por otra parte, sobre el realismo socialista, creemos
imprescindible citar a Georg Lukács, considerado el principal teórico de este movimiento
desde el realismo crítico centrado en la literatura. Para Lukács (1975), el autor debe
posicionarse y en su obra debe haber un reflejo de la realidad, pero desde la crítica.
Considera que en la obra de arte se produce una especie de “conocimiento dialéctico” de la
realidad: la obra realista crítica plasma la realidad en sus contradicciones (la lucha de
clases). Esas contradicciones quedan reflejadas entre el “sein” (ser) y el “sollen” (lo que
debería ser). La intención es cambiar el mundo reflejando una realidad y aquella que
debería ser como contraste. Esto se puede percibir, con bastante claridad, en obras
literarias de autores soviéticos en las que, con fines propagandísticos, se presenta a un
protagonista héroe que lucha contra una realidad adversa a la que logra superar y así
preparar el camino hacia el nuevo mundo socialista sin clases y en el que el proletariado
tomará el control. La estética de Lukács reniega de todo arte que sea utilizado como mero
divertimento, pues el arte debe “punzar”, hacer que se reaccione y cambiar el mundo. La
esencia del arte para Lukács sería el arte comprometido, social, crítico. Aunque no
podríamos considerar el realismo socialista como un arte realmente “crítico”, lo que sí es
cierto es que, aunque dirigido, tenía un fuerte contenido social.
249 Los formalistas aspiran a hablar de la obra de arte en sí, de sus cualidades en sí (en
música, por ejemplo, del sonido). El formalismo considera que el arte es forma y está al
margen del autor, porque atiende principalmente a la obra. No tienen en cuenta el
contenido, pues su preocupación principal es el medio. He aquí el punto en el que difiere
de forma radical con los planteamientos del realismo socialista. Una de las “víctimas” más
famosa de la campaña antiformalista fue el compositor Dmitri Shostakóvich. Después del
estreno de Lady Macbeth de Mtsensk en 1934, el 28 de enero de 1936, el diario Pravda
227
enfrentamiento fue dialéctico y “físico”. El arte soviético debía ser
político, debía estar cargado de contenido ideológico para contribuir a la
formación del nuevo ciudadano soviético. Toda forma artística carente de
ideología era considerada negativa y rechazada tajantemente.
publicó un artículo titulado “Caos en lugar de música” (“Sumbur vmesto múzyki” [Ref.
http://www.opentextnn.ru/music/epoch%20/XX/?id=2471 , 18.2.2015]) en el que
arremetía contra la obra del compositor ruso por ser “la transferencia a la ópera de los más
negativos rasgos del meyerholdismo, pero multiplicados por mil (…)”. Shostakóvich
sufrió un continuo “tira y afloja” con las autoridades soviéticas por su supervivencia
artística en la URSS, donde recibió tantas alabanzas como críticas, lo que provocó que el
artista viviera en un constante estado de agitación y desasosiego (Vólkov, 2004). Véase la
traducción de un fragmento de este artículo de Pravda en el “Documento 10” del Anexo.
250Para textos (manifiestos, declaraciones, discursos, etc.) sobre estos grupos, véanse
González García (2009) y Gómez (2010).
228
Partido, sino que evolucionó a partir de las vanguardias, haciendo uso
también de elementos y corrientes artísticas prerrevolucionarias251 para
crear, de este modo, una obra de arte acorde a las exigencias y
necesidades del Partido. Como declara Katerina Clark: “the only thing
that was absolutely new about Socialist Realism was the term itself”
(Clark, 1981: p. 29).
La literatura y el cine serían los medios para los que con mayor detalle se
describirían las características y exigencias del nuevo movimiento
estético, instrucciones que se extenderían al resto de las artes. Sin
embargo, antes de la proclamación del realismo socialista como estética
oficial ya proliferaron películas, novelas y relatos que se centraban en el
trabajo en las fábricas252 o en la aplicación de medidas agrícolas253, temas
251 Véase The Arts in Russia Under Stalin, de Isaiah Berlin, informe escrito para la Oficina
Británica de Exteriores en 1945. Se puede consultar en The New York Review of Books:
http://www.nybooks.com/articles/archives/2000/oct/19/the-arts-in-russia-under-stalin/
[Ref. 20.07.2010]. En pintura, por ejemplo, el realismo socialista seguiría estándares del
naturalismo o el impresionismo; en música, las complejas obras de experimentadores
como Shostakóvich o Prokófiev serían atacadas y a sus autores se les aconsejaría seguir
patrones más románticos como los que representaban Chaikovski o Rajmáninov; la
literatura volvería hacer uso de la novela histórica (la vida de los zares, por ejemplo).
229
que se serían promocionados por el realismo socialista, pero que tienen su
origen en la tendencia a la proletarización de la cultura que se vivió tras la
Revolución. También se privilegió una mirada al pasado heroico de Rusia,
con novelas como Pedro I, de Alekséi Tolstói254, cuya primera parte fue
escrita en 1929. Muchas de las obras literarias se centraban en la
proyección hacia el futuro de un hombre ideal, es decir, en su
construcción (o re-construcción) a lo largo de la novela255. El líder del
Partido, Stalin, también sería protagonista de muchas obras literarias (a
menudo poesía) y, sobre todo, pinturas, trabajos que mostraban al jefe de
la URSS como la luz que ilumina el camino hacia el paraíso comunista de
los soviéticos256.
252Un buen ejemplo es la película Cemento (1925), de Fédor Gladkov. Considerada como
una de las obras prototípicas del realismo socialista, narra la relación entre Gleb
Chumalov, un soldado del Ejército Rojo y obrero, y su esposa, Dasha. Al regresar de la
Guerra Civil, se percata de la transformación que ha sufrido Dasha, influenciada por el
desarrollo industrial y político de la época: ha dejado de lado el cuidado de su hija para
dedicarse a trabajar en las organizaciones del Partido del Departamento de Mujeres,
rechaza cocinar o practicar sexo con él, etc. La novela “takes seriously the collision
between the “traditional” patriarchal culture of its working-class heroes and the
egalitarian ideals of the revolution” (Lenoe, 2004: p. 216).
253 Un ejemplo es la película Serguéi Eisenstein Lo viejo y lo nuevo (1928), sobre la
idealización de los koljoses y el heroísmo de sus trabajadores.
254Sobre la reaparición de los héroes zaristas en la literatura soviética, véase Platt y
Brandenberger (2006).
255Encontramos un ejemplo de este caso en la novela Así se templó el acero (que narra la
vida de una familia desde la Primera Guerra Mundial hasta 1934), de Nikolái Ostrovski,
otro característico ejemplo de realismo socialista en literatura. La Madre (1905), de
Maksim Gorki, se considera la muestra más temprana de esta estética en literatura.
256Para la idea de Stalin como “rey Sol”, véase Bowlt (2000). Para ampliar la información
sobre el culto a Stalin en el arte, véanse Brown (1991), Grómov (1991), Lee (1999) y
Tucker (1979), entre otros.
230
trabajadores felices que progresaban gracias a los avances industriales o
de la industria agrónoma, imágenes de los grandes líderes del presente y el
pasado, relatos heroicos de la historia de Rusia, etc. Pero el realismo
socialista no estaba pensado para representar la vida tal y como era, sino
en su aspiración hacia lo que quería o debía ser. El realismo socialista
suponía una interpretación positiva y, sobre todo, utópica de la vida
misma; era un método de interpretación, un filtro ilusorio que, aunque con
cierta base social real, terminaba representando una imagen que era más
una aspiración que una realidad257, y cuyo objetivo final era animar a la
población en la persecución de ese ideal de perfección soviética en el
hombre creado por el arte. El arte habría de transmitir unos valores éticos,
morales, una ideología, unas ideas y unas formas de comportamiento que
aparecerían como características casi intrínsecas del nuevo ciudadano
soviético. Este arte tampoco había de olvidar mostrar su firme e implícito
rechazo al arte y la cultura burgueses y a todos los enemigos de Estado
257 Dobrenko (2007) ve la producción cultural del realismo socialista como elemento
definitorio del propio socialismo. La realidad, fuera del ámbito estético representado por el
realismo socialista, no tendría nada verdaderamente socialista. Es gracias a esta estética
que los ciudadanos soviéticos podrían vivir un futuro presentado como presente que nunca
puede llegar a ser real porque no existe; es una representación. Dobrenko habla del
realismo socialista como un mecanismo para producir una realidad alternativa en todas las
esferas de la producción cultural soviética. Por otro lado, Gutkin (1999) habla del realismo
socialista como “conciencia cultural”, como la batalla del día a día en la creación del
nuevo hombre soviético, y conecta las visiones utópicas de la sociedad ideal con la
tradición cultural rusa. Tanto bolcheviques como los movimientos artísticos de vanguardia
compartían el ideal de alcanzar una sociedad futura ideal, convirtiendo a sus creadores en
“demiurgos”. En el periodo anterior a 1917, vanguardistas y revolucionarios bolcheviques
(defensores del futuro arte proletario) trabajaron de forma paralela, pero tras Octubre, las
vanguardias se vieron obligadas a abandonar sus tendencias estéticas y unirse (o
evolucionar/involucionar) hacia las propuestas bolcheviques (Gutkin, 1999: p. 150). Esta
idea de la representación idealizada de la realidad ya había sido considerada previamente.
Por ejemplo, Voronski tradujo la fórmula de Belinski al realismo socialista: “Cuando un
poeta o escritor no está satisfecho con la realidad que lo rodea, naturalmente no pretende
representarla sino como debe de ser: intenta entreabrir la cortina del futuro y mostrar al
hombre su ideal. Comienza a examinar la realidad del hoy a través del prisma de un
“mañana” ideal. Esto ni por asombro contradice la definición del arte” (Voronski, 1982: p.
305). Finalmente, de lo que trataría el realismo socialista sería de mostrar no que se vive
dentro de la realidad, sino dentro y a través del arte, de ahí la propuesta de “arte total” de
Groys (2008b).
231
socialista. De aquí la aparición del “héroe positivo”, quien encarnaba
todas las virtudes positivas del soviético de a pie258. Esta característica del
258 El héroe soviético, representado con mayor precisión en novelas y cine, debía ser capaz
de mostrar la evolución moral y el despertar de la conciencia social del protagonista a lo
largo de la obra, su progreso natural hacia el paraíso del comunismo. Según la
Enciclopedia Soviética en su versión on-line sobre la edición redactada entre 1969 y 1978
[Ref. en http://bse.sci-lib.com/article104892.html, 5.2.2015], la literatura y el arte del
realismo socialista crearon la imagen de este nuevo héroe positivo como “luchador,
constructor, líder”. A través de él se accede al optimismo histórico del realismo socialista:
el héroe “afirma la fe en la victoria de las ideas comunistas a pesar de las derrotas y
pérdidas”. Las obras del realismo socialista representan el espíritu heroico revolucionario y
cómo aquellos que lo poseen son capaces de arrastrar a las masas (un famoso ejemplo de
este ímpetu revolucionario y evocador de masas es La Madre de Gorki, llevada al cine por
Pudovkin en 1926). Isaiah Berlin, en el informe anteriormente citado, menciona la
aparición de este tipo de personaje, del héroe soviético, al que otorga las características de
“brave, puritanical, simple, noble, altruistric, entirely devoted to the service of his
country”. El nuevo héroe soviético se enfrentaba en características al héroe clásico del
siglo XIX o los primeros años del siglo XX (Brooks, 1994). El héroe que desaparecía
pecaba de carácter meditabundo y de no tener un fin claro en la vida. Sin embargo, para
Abraham Terz (pseudónimo del escritor exiliado Andréi Sinyavski), el protagonista de las
obras del realismo socialista sí compartiría algunas características con el personaje
principal de las novelas del siglo XVIII, por ejemplo: ambos actuaban movidos por un fin
mayor, que para el héroe del siglo XVIII era la religión y para el del siglo XX, el Partido y
la construcción del socialismo. Los dos defendían la integridad de su Estado y en ambos
casos se enorgullecían de su superioridad y subestimaban a los que no creían en él. El
héroe del realismo socialista “no es sólo un hombre bueno, sino que es un héroe iluminado
por la luz del ideal más ideal” (Terz, 1960: p. 133). No tiene defectos y, si los tiene, son
corregibles o irrelevantes. Se caracteriza por su “convicción ideológica, audacia,
inteligencia, fuerza de voluntad, patriotismo, respeto a las mujeres, predisposición al
sacrificio, etc. La cualidad esencial es, naturalmente, la lucidez con la que ve el Fin y la
resolución con que a él se dirige” (Ídem). Es un hombre normal, pero a la vez
extraordinario, políticamente comprometido, que representa al “soviético corriente”, por
eso a veces se muestra impulsivo y sujeto a pasiones. Lo que lo distingue del resto es su
energía y su iniciativa. En el arte socialista se produce una sacralización del espacio
(Dobrenko y Neuman, 2003) en el que se mueve este nuevo héroe positivo. Las acciones
de la novela socialista (también del cine o del teatro) suelen ocurrir en la periferia, nunca
en el espacio sagrado que representa el centro (el Kremlin, Moscú), el espacio al que sólo
tienen acceso los grandes líderes. Sólo el héroe positivo y sus mentores podrán acceder al
centro gracias a sus acciones. Así, la periferia sería el espacio de acción y vida de las
masas, mientras que ese centro sacralizado se convierte en una meta final a la que quiere
optar todo ciudadano. Del mismo modo, este héroe, en su periplo, vive un rito de
iniciación: una figura inmadura que avanza a su adultez apoyado por las enseñanzas de sus
mentores y superando toda una serie de pruebas de carácter ético, moral y político.
Mathewson Jr. (1953) sostiene que la tradición del héroe positivo en la literatura rusa tiene
una trayectoria muy extensa y que en ella han predominado las concepciones moralistas
encarnadas en un héroe como epicentro de la narración. La literatura rusa es, por ello,
“héroe-céntrica”: “Russian literature was hero-centered, if not heroic in the conventional
sense, from the earliest moments of the realist epoch. Pushkin's Onegin and Lermontov's
Pechorin established a pedigree for the literary protagonist which persisted to the point of
becoming a stereotype. Dostoevsky's Myshkin, Raskolnikov, the Karamazovs, Tolstoy's
232
héroe como “hombre común” es fundamental para el desarrollo del
imaginario soviético a través del arte durante la Gran Guerra Patriótica.
Es importante recordar que la introducción del realismo socialista
coincidió con la prohibición del mercado libre (Groys, 2008: p. 145),
incluido el mercado del arte. A partir de ahora el único
consumidor/comprador del arte era el Estado, y a él sólo le interesaba un
arte útil que atrajese a las masas, que las educara e inspirara. No tenía que
probarse económicamente rentable, así que los gustos de las masas eran
irrelevantes para las prácticas del realismo socialista. Por eso el realismo
socialista, en última instancia, fue diseñado para la reproducción masiva y
el consumo y distribución masivos; la contemplación individual quedaba
fuera (Groys, 2008). El arte totalitario259 y el arte de masas son
concomitantes con el realismo socialista.
Pierre, Prince Andrei, Levin, Turgenev's gallery of faltering heroes -to name only the most
prominent- all demonstrate an effort to center the novelist's quest in the figure of the
protagonist” (Mathewson, 1953: p.508).
259 Groys (en Dobrenko y Naiman, 2003) se refiere al arte totalitario durante estalinismo
como el tipo de arte propio de los regímenes totalitarios (incluidos el italiano, chino y
alemán), entendiendo totalitario como capaz de aunar, pero no en el sentido de
uniformidad -que implicaría eliminar lo diferente o lo que no encaja en los parámetros
artísticos e ideológicos definidos por el poder-, sino como lucha total de todas las
oposiciones contra todas, lo que lo haría “formar parte de un único acontecimiento
mundial”. Es la constante lucha contra el otro en el que ese “otro” no queda excluido, sino
que es fundamental para el mismo establecimiento y existencia del concepto. El arte
totalitario implicaría, de este modo, una ideología totalitaria. Para Groys, los signos del
arte totalitario no describen el mundo, sino que lo ocupan y cubren todo su espacio con los
signos propios de su régimen frente al de los “otros”. En estos estados totalitarios el arte
fue utilizado como propaganda para ideologías, pues “for the totalitarian state, all of
society represents a single vast, unified homogeneus field of operation” (Groys en
Dobrenko y Naiman, 2003: p. 99). Groys consideraba a la sociedad soviética bajo el
estalinismo como la “obra de arte total” de Stalin, y se refería a su líder y al estalinismo
como una “obra de arte total” (2008b) capaz de integrar en sí misma también al
espectador. Es la estética de la audiencia masiva frente al elitismo de la vanguardia; la
dictadura del consumidor vs. la dictadura del productor.
233
4.2.2. El Partido como guía moral e ideológico
“El Partido siempre tiene la razón”260 es el apunte subliminal de cualquier
mensaje propagandístico en la década de los años 30: el Partido y su líder,
Stalin, como guías morales y espirituales de la nueva sociedad socialista.
Después de la Revolución de Octubre, vivir ajeno al sistema soviético era
imposible, puesto que todo se había estado construyendo en torno a él. La
existencia del propio sistema soviético era ya un mensaje en sí mismo.
Cualquier actividad cotidiana implicaba el contacto con oficiales,
oficinistas o burócratas que trabajaban y servían al Estado-Partido, que
habían sido educados dentro de una estructura educativa ideologizada e
interactuaban con los millones de aspirantes a “nuevo ciudadano
soviético”. Muchos de ellos eran ya vydvizhentsy. Los líderes y miembros
del Partido se habían autoencomendado la tarea de construir el socialismo
y modernizar Rusia, y con Stalin en el poder se convencieron de que la
suya era una misión superior. Fitzpatrick (1999) apunta que en los años
treinta la misión revolucionaria que realizaba la vanguardia del Partido se
tornaría en misión “civilizadora” y convertiría a los oficiales en
representantes de una vanguardia política, pero también cultural261. Es en
este momento, a partir de 1936, cuando Stalin se apropia del término
“intelligentsia” para referirse a la nueva élite soviética262.
260“The party is always right” es el título del primer capítulo de Every Day Stalinism:
ordinary life in extraordinary times: Soviet Russia in the 1930’s, de Shelia Fitzpatrick.
261Recordemos que en 1932 Stalin se refirió a los escritores como “ingenieros del alma
humana” en el célebre encuentro con escritores soviéticos en la casa de Gorki. La misión
de los trabajadores del arte iba más allá de la creación puramente estética: era, también,
una misión “civilizadora” y moral.
262Con la aparición de esta nueva intelligentsia estalinista se introducen en el vocabulario
soviético algunos términos que permiten transmitir el mensaje de superioridad de la
ideología comunista. Entre estas palabras, el vocablo “backwardness/ otstálost’” (retraso)
pasa ser central en el léxico y el imaginario soviético: representaba todo lo que había
234
Otro mensaje que adquiere especial protagonismo a partir de los años
treinta dentro de la temática del realismo socialista es el del “futuro
radiante” (“svetloe búdushchee”) que esperaba a la población de la URSS
con la llegada del comunismo263. El nuevo hombre que quería construir el
Gobierno soviético, culto, vigilante y disciplinado, se identificaba con el
trabajador eficiente y con el estajanovista264. El trabajo bajo las
condiciones soviéticas era lo que permitiría al hombre “rehacerse”
(Fitzpatrick, 1999). La literatura y el cine serían dos de los principales
canales a través de los que se ilustraría la posibilidad de redención y
transformación del antiguo hombre ruso (el de la época anterior a la
Revolución, el que había vivido bajo el zarismo y en la opresión de clases)
en un nuevo hombre soviético mediante el trabajo y el acercamiento al
Partido265.
En los últimos años de la década de los treinta del siglo XX, las
represiones y persecuciones políticas se agudizaron y destaparon la época
de la “Gran Purga” (1937-38, también conocida como Yezhóvshchina, por
ser el periodo en el que Yezhov tuvo un papel fundamental al frente del
pertenecido a la vieja Rusia y tenía que ser cambiado en el nombre del progreso y la alta
cultura: “Religion, a form of superstition, was backward. Peasant farming was backward.
Small-scale private trade was backward, not to mention petty-bourgeois, another favorite
term of opprobrium. It was the Communists’ task to turn backward, agrarian, petty-
bourgeois Russia into a socialist, urbanized, industrialized giant with modern technology
and a literate workforce” (Fitzpatrick, 1999: p. 15).
263 En un discurso ante estajanovistas en noviembre de 1935, Stalin pronunciaría la famosa
cita: “life has become better, comrades; life has become more joyous, and when you are
living joyously, work turns out well” (Brooks, 2000: p. 89; Petrone, 2000: p. 6).
264El estajanovista era el trabajador que seguía el ejemplo Alekséi Grigórevich Stajánov,
un minero que en 1935 logró extraer en una jornada de trabajo 14 veces más carbón que el
establecido en el cupo habitual. El movimiento estajavonista promulgaba el aumento de la
productividad laboral por iniciativa personal. Sobre el movimiento estajanovista, véase
Siegelbaum (1990).
265La “posibilidad de redención” la hemos visto, entre otros, en el personaje principal de la
película El fin de San Petersburgo, de Pudovkin.
235
NKVD), limpieza que se extendió a los artistas. El objetivo era neutralizar
o acabar con toda clase de “enemigos del pueblo” (“vragi naroda”), reales
o imaginarios: con la oposición del Partido, con los elementos rebeldes en
el Politburó, en el Ejército o en la sociedad y, en suma, con cualquiera que
se manifestara en contra de las políticas y planes del Partido. En el arte
significó condenar al ostracismo, al exilio o incluso a la muerte a autores
que no cumplieran con las exigencias ideológicas del realismo socialista.
La campaña antiformalista fue su manifestación más palmaria.
266 El Primer Plan Quinquenal supuso la rápida industrialización de las ciudades y requirió
del aumento de la fuerza obrera, lo que provocó que la población urbana creciese y que
millones de campesinos llegasen a los centros urbanos huyendo de la hambruna y atraídos
por las posibilidades de trabajo en las fábricas. Jóvenes trabajadores y campesinos
educados en los valores socialistas y fieles al régimen, prestos a denunciar cualquier
irregularidad cometida (o intuida) entre sus vecinos, amigos, familiares o compañeros,
promocionaron y ocuparon puestos administrativos y de especialistas. Los trabajadores con
más aptitudes y que mostraban su total convicción y servicio a la ideología del Partido,
acudían a institutos nocturnos y a universidades para completar su educación. Recordemos
que hasta mediados de los años treinta, con la Constitución de 1936 y la publicación en
Pravda de las palabras de Stalin “A son does not answer for his father”, sólo los
individuos de origen proletario (obreros y campesinos pobres), podían acceder a la
educación superior. Por otro lado, con la industrialización y el desarrollo de la
colectivización, la campaña antikulaks se endurecería y en 1929 el sóviet local de cada
área establecería una tasa que indicaba la cantidad de grano que debían entregar al Estado
como impuesto. Muchos campesinos señalados como kulaks perderían todas sus pocas
propiedades porque no podían pagar las altas tasas exigidas por el Estado (Hellbeck, 2006,
pp. 166-67). En la segunda mitad de los años treinta, se suavizaron las medidas contra los
“enemigos de clase”, sobre todo a partir de la declaración arriba mencionada atribuida a
Stalin y publicada en Pravda (Fitzpatrick, 2005b: p. 41). Asimismo, en la Constitución de
1936 se declaraba superada la lucha de clases porque la clase explotadora había sido
liquidada. Con el Primer Plan Quinquenal, el Estado se aseguraba que la población
dependería de él para todo, desde la vivienda a la educación, al empleo o en lo relativo al
abastecimiento (se impusieron las cartillas de racionamiento). Al tiempo que la
industrialización transformaría a Rusia en un Estado socialista, todos los campesinos-
obreros serían remodelados como ciudadanos soviéticos. Los campesinos llegaban con las
costumbres propias de la antigua familia (basadas en arcaicas tradiciones) y era necesario
que los cambios en el Estado y en la población se desarrollasen paralelamente. Hellbeck
(2006) apunta que a través del trabajo colectivo y de la educación política que recibían los
recién llegados, se conseguía la conversión del campesinado-obrero en un auténtico
236
colectivización267 fue el gran punto de inflexión de la historia soviética, ya
que destruiría un estilo de vida que había evolucionado durante siglos y
que se basaba en la vida familiar en torno a una granja, a aldeas o
comunas campesinas establecidas como centros independientes, en las que
existían pequeños mercados interiores y la Iglesia marcaba las normas
morales. Con la colectivización se dispersarían las familias, se requisarían
todas las propiedades privadas (por pequeñas que fuesen, incluyendo
animales, casas y hasta herramientas de trabajo) y se acabaría con la
familia como centro organizador de vida, puesto que pasa a ocupar el
Partido. El Partido, encarnado en su líder, se convierte en el centro de la
vida del individuo soviético y lo será hasta el inicio de la Gran Guerra
Patriótica, cuando el discurso oficial sitúa a la patria en el lugar
prominente que antes ocupó el Partido o el propio Stalin.
268Trotsky, en un memorándum dirigido al Politburó del Comité Central sobre los jóvenes
escritores y artistas, fechado el 30 de junio de 1922, hablaba de la necesidad de proteger a
los jóvenes talentos revolucionarios para que no terminaran en las editoriales burguesas.
Para que tal cosa no sucediera, Trotsky proponía elaborar un registro de poetas, escritores
y artistas de diversa índole, donde figurara un dossier de cada autor con información
biográfica, literaria, política y de otro tipo. De este modo se podría ejercer un control total
sobre el artista y su obra desde el Partido (Documento nº 42, en Artizov y Naúmov, 1999:
p. 36-37). El 6 de julio de 1922, el Politburó publicaba una resolución -basada en este
memorándum de Trotsky- en la que afirmaba que era esencial la creación de una única
editorial (con subsidio estatal) que quedara bajo control de la Gosizdat (Documento nº 46,
en Artizov y Naúmov, 1999: p. 40-41).
238
el peso de la censura en la URSS recae sobre la Glavlit (Glavnoe
Upravlenie po Délam Literatury i Izdátel’stv - Dirección General para la
Literatura y las Editoriales) -que en sus primeros años dependía del
Narkomprós- y sus ramas locales y regionales, con la colaboración la
Glaviskusstvo y el Glavrepertkom, y siempre con la participación como
organismo represor del NKVD.
those publications of light genre which help spread Soviet influence to the broad philistine
masses (…); e. of children’s and young adult literature, allow publication only of
literature that promotes a Communist upbringing,of religious nature”. Finalmente, la
Glavlit afirma que debe luchar contra la literatura que contenga “a. pornography, b.
unhealthy eroticism, c. obscenities, d. hack work and pulp novels, e. the depiction of
OGPU as a torture chamber, f. sometimes against blatant counterrevolution”.
272 Véase “Documento 14” en el Anexo.
273 Véase “Documento 11” en Anexo.
240
A partir de los años 30, la Glavlit queda, de nuevo, como primer
responsable, tanto de la censura previa como de la censura de libros ya
publicados, aunque no es el único órgano que actúa como censor de las
artes en la URSS. Los funcionarios del Comité Central también actuaban
como censores y, en ocasiones, los oficiales del Agitprop corregían el
trabajo de la Glavlit. En ocasiones, incluso se establecían “comisiones
especiales” para revisar una obra artística en concreto (Clark y Dobrenko,
2007: pp. 265-270).
275 Miller habla del Orgburó, el Politburó y Stalin como “censor-in-chief” en el ámbito de
las artes (Miller, 2010: p. 63). En los años 30, el Orgburó estuvo envuelto en la censura y
control ideológico de la industria del cine. En 1933 estableció por decreto una comisión
sobre cine para controlar todos los proyectos desde sus etapas iniciales (desde los
borradores del guion), pasando por la producción y hasta su estreno. A la cabeza de esta
comisión se colocó a Alekséi Stetski, uno de los líderes del Agitprop. El decreto ordenaba
que “not one theme can be put into production without prior sanction of the Cental
Committe and no one film can be released without being viewed by this commission”.
(Miller, 2010: pp. 61-67).
276 Es el caso, por ejemplo, de la película Bezhin lug (El prado de Bezhin, de 1937) de
Serguéi Eisenstein. Acusada de “antiartística” e “inconsistente políticamente” desde el
gobierno y las páginas de Pravda, su producción fue paralizada varias veces por el Comité
Central y de manera definitiva en 1937, por lo que “no llegó a montarse nunca” (Aristarco,
1976: p. 24). Sin embargo, un gran grupo de intelectuales se unieron en defensa del
director y su película y desde Mosfilm y periódicos como Sovetskoe Iskusstvo o Izvéstiya
llevaron a cabo una campaña para evitarlo. La película no se concluyó nunca y se perdió
durante la IIGM. Sobre este caso, véanse también Dobrenko y Clark (2007: pp. 142-143) y
Zabrodin (2008).
277 Según Terz (1967), con el realismo socialista proliferaron los escritores políticamente
irreprochables, pero de “mediocre talento”. Véase también el capítulo Socialist Realism in
Soviet Literature, de Katerina Clark en Cornwell (2001). En este artículo, la autora
sostiene que no toda la literatura soviética fue realismo socialista. Algunos escritores no-
soviéticos escaparon a la censura y publicaron, y existía una literatura cuya temática no se
encuadraba dentro del realismo socialista. Por otro lado, Orlando Figes (2009) y Joschen
242
obstante, hemos de tener presente que los documentos que conocemos
sobre estos casos fueron recogidos por el NKVD y no es fácil determinar
cuánto de verdad hay en ellos, ni si los conservados son los únicos que
existieron.
Los años treinta quedarían marcados por las purgas, tanto entre líderes del
Partido y del gobierno, como entre intelectuales o miembros del Ejército.
A finales de agosto de 1936 se celebrarían los juicios contra Kámenev y
Zinóviev, acusados de ser el “centro Trotskista-Zinovievista”. Más tarde,
en marzo de 1938, llegaría el más famoso de los juicios, contra Bujarin y
otros miembros de la élite del Partido. Junto a todos estos, muchos líderes
de la RAPP y críticos marxistas serían purgados por trotskistas o
izquierdistas. Las purgas y represiones, la condena al ostracismo y el
maltrato físico y psicológico a intelectuales y artistas soviéticos también
fue escandaloso278 en esta década.
Hellbeck (2006) citarían en sus libros algunos ejemplos de escritores que lograron fama (y
el Premio de Stalin) por obras que satisfacían las peticiones del Partido en cuanto a cómo
debía ser la literatura soviética y los temas que tenía que tratar, aunque su calidad literaria
no fuera destacable ni perdurasen en el tiempo, mucho menos fuera de la Unión Soviética.
278Sobre la dura represión que sufrieron los escritores soviéticos durante el estalinismo,
véase la trilogía de Vitali Shentalinksi (2005, 2006, 2007).
243
A partir de lo expuesto hasta el momento, y como guía para lo que
estudiaremos a continuación, ofrecemos el siguiente organigrama de la
organización institucional de las artes en la URSS durante la Gran Guerra
Patriótica.
COMITÉ CENTRAL
POLITBURÓ
NARKOMPROS NKVD
SOVNARKOM
GLAVLIT
245
comenzado a definir sus características esenciales una década antes (y el
realismo socialista las estaba ilustrando), pero las circunstancias bélicas de
la época hicieron que resurgieran antiguos temas en la propaganda. Se dio
forma a una “nueva” versión del patriotismo279, el nacionalismo
reapareció con fuerza y la religión pasó del olvido a la “alianza” con los
soviéticos.
Los años treinta fueron testigo de uno de los más trascendentales giros en
la política cultural soviética: el giro hacia el nacionalismo, hacia una
tendencia más conservadora y populista que se presentaría vinculada con
el patriotismo y el heroísmo de los años de la Gran Guerra Patriótica. Este
giro significaba la puesta en valor del naródnost’280 en el ámbito cultural
(aquí entendido en su aspecto más amplio, que incluye tradiciones,
costumbres y los modos de ver la vida de los distintos nacionalismos) y
artístico (cómo se manifiesta en la recuperación y respeto a la tradición
artística rusa del realismo socialista). Este viraje trasladaría una cultura
socialista con cierta tendencia al comunismo internacionalista (como era
la propuesta revolucionaria inicial del bolchevismo) a una cultura que
apostaba por la defensa de la tradición nacional rusa281 (Timasheff, 1945).
Asimismo, la disolución de la Komintern en 1943 supondría un punto de
inflexión en el transcurso de la guerra, que se manifestó en una
intensificación de la propaganda nacionalista (Clark y Dobrenko, 2007).
280 El concepto naródnost, traducido como “carácter nacional”, lleva implícito los
adjetivos “nacional”, “popular” y de folclore tradicional. Se basa en la idea de que el arte
ha de ser accesible a las masas, ser parte de su vida, hablar su lenguaje, representar sus
tradiciones. En un estado multinacional como era la URSS, también significaba destacar
las particularidades nacionales de cada pueblo. “Narodnost’ is the tenet which emphasizes
the specific content and composition of socialist-realist art (…). This principle applies to
the quality of art which gives it significance to mandkind. Best describe as “peopleness”,
art with the quality of narodnost’ is art fot the people and is, in his sense, considered
“popular” o “populist” art. The concept of narodnost’ has a long tradition in the history
of Russian letters as expressed in the writing of such thinkers as V. Belinsky, N
Dobroliubov and N. Cherneshevsky” (Morris, 2005: p. 92). Sobre este concepto, véanse,
entre otros, Morris (2005) y Smorodisnkaya (2007).
281Un caso es el de la prohibición de la película de Demian Bedny Bogatyrs. La resolución
del Politburó del 14 de noviembre de 1936 prohibía la emisión del film (véase
“Documento 12” del Anexo).
247
Los soviéticos encuentran en la guerra un punto de unión y solidaridad
que la propaganda añade a su arsenal: el sufrimiento compartido. En
palabras del compositor Shostakóvich: “The war brought great sorrow
and made life very hard. Much sorrow and many tears. But it had been
even harder before the war, because everyone was alone in his sorrow”
(Vólkov, 1984: p. 135).
248
Una de las medidas que se llevaron a cabo para evitar las deserciones fue
la orden nº 270282 de 1941:
“Ordeno que todo aquel que se quite los galones (…) y se rinda
sea considerado un desertor infame, cuya familia será detenida por ser la
familia de un hombre que ha roto su juramento y que ha traicionado a la
madre patria. Esos desertores deben ser fusilados en el acto. Todo aquel
que caiga en un cerco debe combatir hasta el final… El que prefiera
rendirse será destruido por todos los medios posibles, mientras que su
familia se verá privada de toda ayuda” (Montefiore, 2004, pp. 395).
“¡Ni un paso atrás! Este debe ser ahora nuestro principal eslogan.
Es necesario defender cada posición, cada metro de nuestro territorio,
hasta la última gota de sangre, aferrarse a cada parcela de tierra soviética y
defenderla tanto tiempo como sea posible. Nuestra Madre Patria vive días
duros. Debemos parar y luego expulsar y destrozar al enemigo a toda
250
nuestro ejército y flota! ¡Mi dirijo a ustedes, amigos míos!”284. Las
referencias a “lo soviético” o al Estado socialista desaparecían casi por
completo en este nuevo tipo de discurso. Algunos ciudadanos soviéticos,
sobre todo los de los pueblos no rusos, veían la guerra como un escape a
la represión y violencia que imperaba en la Unión Soviética y podrían
llegar a considerar a los alemanes como sus salvadores, por lo que
pedirles nuevos esfuerzos para alcanzar el “paraíso comunista” o el
“futuro radiante” en un Estado socialista hubiese sido, probablemente,
poco efectivo. En apenas dos semanas de guerra, desde el gobierno ya
habían percibido el descontento de la población y emprenderían un giro en
su mensaje: la lucha a partir de entonces no sería contra el enemigo del
comunismo, sino contra el de la madre patria.
253
antisoviético que, desde ellas, se había estado fraguando286. Para aquellos
que tuvieron que sufrir la ocupación alemana, la religión se convirtió en
un consuelo ante tanta muerte y destrucción y en un refugio frente a la
realidad287.
256
olvidar la incidencia de la Glavlit en el arte como principal órgano censor
en esta área (que durante los años de guerra, además, se ocupaba de que
en la prensa no aparecieran informaciones que revelasen secretos
militares), o del NKVD como órgano de represión y disuasorio, instigador
de la autocensura y la denuncia.
289Véase “Documento 13” del Anexo: Decreto del Politburó del Comité Central “Sobre la
organización del Comité para los Asuntos de las Artes”, del 16 de diciembre de 1935.
257
evolución de las artes en general, a partir de este momento, el Comité para
Asuntos de las Artes se encargaría de la gestión y la vigilancia de cada
campo concreto de las artes a través de sus múltiples direcciones
especializadas. En enero de 1936 fue nombrado director del Comité
Platón Kérzhentsev, quien ocuparía el cargo hasta 1938, y que fue
sustituido en 1939 por Mijaíl B. Jrápchenko290.
290Mijaíl Borísovich Jrápchenko fue el director del Comité para los Asuntos de las Artes
desde 1939 a 1948. Sobre M.B. Jrápchenko, véase Perjin (2007).
258
Entre las tareas de las que se encargará el Comité, como veremos en el
análisis de documentos, destacan: la elaboración de resoluciones,
informes, cartas de instrucciones en las que establecían los temas a tratar y
cómo mejorar las creaciones de los trabajadores del arte; llamamientos
generales a artistas, teatros, instituciones musicales, etc. en los que se
destacaba la necesidad e importancia de su participación en la guerra a
través de la elaboración de determinadas obras; encargos, contratos y
seguimiento de producción de obras teatrales, musicales y pictóricas;
informes sobre las obras musicales y teatrales que interpretarán las
brigadas del frente y, desde el frente, cartas de líderes militares de
unidades o divisiones acerca del trabajo realizado; biografías de autores;
listados de obras musicales que han de aparecer en los repertorios de
teatros y radios; listas temáticas para exposiciones que incluían cuadros,
postales, sellos, carteles o folletos; menciones a los artistas galardonados
con el Premio Stalin; informaciones acerca de concesiones de sueldos,
pensiones, viudedad y permisos de desplazamiento, traslado o comisiones
de servicio (kommandirovki); informaciones acerca de las tareas de los
grupos de arte amateur, sobre artistas o instalaciones culturales (museos,
teatros) evacuados, etc.
En los documentos del Comité para los Asuntos de las Artes a los que
tuvimos acceso, encontramos referencias a los siguientes departamentos
bajo el control directo del Comité: Dirección General de Teatros (liderado
por F.P. Bondarenko/ Y. Kaláshnikov), Dirección General de Instituciones
Musicales (V. Surin), Dirección General de las Bellas Artes (V.A.
Skavarikov), Dirección General para el Control de los Espectáculos y el
259
Repertorio, Dirección General de Contabilidad y Dirección General de
Brigadas del Frente291.
291 A partir de la literatura revisada, hemos concluido que la Dirección de Brigadas del
Frente pertenecía a la GUT, pues no se cita como “departamento independiente” en
ninguno de los libros consultados. Aun así, ya hemos mencionado que una “upravlenie”
(dirección) estaba siempre por encima de un “otdel” (departamento). Por lo tanto, no
podemos confirmar que, dada la importancia que estas agrupaciones adquirieron durante la
guerra, no lograran, en algún momento, cierta independencia organizativa (que no
temática) en relación a la GUT. En este sentido, cabe recordar que todo lo relacionado con
el frente era revisado por la Dirección General Política, que se encargaba de su “idoneidad
ideológica”, por lo que esta Dirección también infliría, de un modo u otro, en las
actividades y formación de las brigadas.
260
que las listas eran inabarcables en el tiempo que teníamos, determinamos
también hacer una selección representativa de las ramas de las artes que
aparecían con más frecuencia en el fondo de documentos del Comité para
los Asuntos de las Artes y que, en nuestra opinión, podrían ser más
influyentes en la modelación de los imaginarios por la accesibilidad que la
población en la retaguardia y los soldados en el frente tenían a estas
formas artísticas. Finalmente, decidimos centrarnos en los documentos
relativos a teatro, artes plásticas y música.
292Se pueden consultar el resto de fondos -aunque no acceder a ellos- en la página web de
Archivo Estatal de Literatura y Arte (RGALI) en www.rgali.ru
261
Analizaremos estos documentos desde el punto de vista de sus contenidos,
interesándonos por los mensajes que difundían, su forma, sus
destinatarios, cómo pretenderían afectar a la construcción del imaginario
soviéetico y si existía una “orientación didáctica” en ellos.
293 El 9 de agosto, por ejemplo, el Teatro del Arte de Moscú informaba de que había
vendido todas las entradas para la representación de Tres hermanas de Chéjov (Fondo 962,
lista 7, nº exp. 887).
294 Escrita por Aleksánder Korneichuk en 1942, El Frente narra las necesidades de cambio
generacional en las filas del Ejército Rojo durante la Gran Guerra Patriótica. El viejo
comandante Górlov dirige a sus hombres con tácticas antiguas adquiridas de su
experiencia en la Guerra Civil, lo que los conduce a la derrota; Górlov se niega a aceptar
los avances técnico-tácticos de la nueva guerra. Por el contrario, joven oficial Ógnev es la
personificación del valor, la iniciativa, la fuerza moral, la firmeza militar y la inteligencia
táctica. Finalmente, el mando pasará a las jóvenes generaciones. Fue galardonada con el
Premio Stalin de primera categoría y serializada en Pravda en 1942 (Brooks, 2000: p. 176;
Stites, 1995: p.123).
295 Chapáev es una novela escrita en 1923 por Dmitri Fúrmanov que cuenta la historia de
un soldado y comandante del Ejército Rojo que sirvió durante la Primera Guerra Mundial
y fue héroe de la Guerra Civil rusa. La versión cinematográfica es obra de los hermanos
Vasíl’ev (1934). Vasili Chapáev, personaje real a quien Fúrmanov conoció personalmente
como comisario político de la división que lideraba el oficial, es uno de los héroes
soviéticos más utilizados por la propaganda durante la Gran Guerra Patriótica, parte
indispensable de la mitología heroica-militar de la ciudadanía soviética. De origen
campesino y sin educación, su valor e inteligentes estrategias permitieron el éxito de sus
tácticas frente a los blancos en la Guerra Civil y es ejemplo de buen liderazgo, conciencia
política y disciplina.
263
El proceso de seguimiento de autores y obras comisionadas se repetía en
todos los encargos estatales de las distintas disciplinas artísticas, como
detallaremos a lo largo de este epígrafe. En el caso de las obras teatrales,
en primer lugar, la GUT hacía un llamamiento a los posibles autores y
realizaba los encargos, generalmente a través de los teatros o las uniones
de escritores regionales o de repúblicas, que previamente habían expuesto
las listas temáticas redactadas por la GUT a propuesta del Comité. Para
que una obra fuera aceptada, el autor debía remitir un resumen de su obra
o tema a tratar, o un borrador de la misma. Una vez recibida la propuesta,
se procedía a la firma del contrato para la realización de la obra dentro de
un plazo determinado y se adelantaba un porcentaje de la cantidad del
pago final. Para que la obra fuese finalmente aceptada y se completase el
pago por el trabajo, se exigía la introducción de ciertas modificaciones
que, en ocasiones, requerían una transformación casi total de la pieza
original. Finalmente, una vez incluidas las recomendaciones hechas por la
GUT y el Comité, se finiquitaban los pagos y la obra podía ser impresa y
llevada a escena. Este proceso se realizaba en colaboración con Iskusstvo,
que era el ente que se ocupaba de la publicación de material literario.
296 Escribió esta obra con Aleksánder Kochetkov. Dúrova fue una mujer rusa que se
disfrazó de hombre para participar en las guerras napoleónicas con la caballería rusa y fue
condecorada por su actuación. Es considerada la primera mujer oficial en los ejércitos
rusos. Hemos encontrado esta obra digitalizada en la biblioteca digital de Tomsk [Ref. en
http://elib.tomsk.ru/purl/1-6716/]. En la portada y en la segunda página del libro vemos
que la editorial encarga de la edición del libro es Muzgiz -que se encargaba de las
publicaciones de tipo musical-. Asimismo, en la información editorial que aparece al final
de la tercera página, junto al número de tirada, podemos leer el nombre de la editorial
“Krasnoe Snamya”, de Tomsk, cuya imprenta se encargó de la manufactura de estos
ejemplares. No hemos podido encontrar referencias acerca de por qué Muzgiz -y no
Iskusstvo u otra editorial estatal relacionada con la edición literaria- se encargó de la
265
héroes de la Gran Guerra Patriótica que destacaron por su audacia y
valentía en la lucha contra el enemigo fascista (en las obras de Gueorgui
Mdivani y Batal’ón idut na zapad – El batallón se dirige a occidente, o
Konstantín Finn y Klyuchi Berlina - Las llaves de Berlín). Este tipo de
pieza busca fomentar el patriotismo y mostrar al público la posibilidad de
la victoria: si una vez se logró ante un ejército teóricamente invencible
como el de Napoleón, el pueblo soviético, unido, logrará vencer de nuevo
siguiendo el ejemplo de los grandes héroes de otras épocas, de los que son
herederos. El documento informa también acerca de las obras con las que
trabajan en ese momento algunos teatros: el Teatro Artístico Académico
de Moscú “Gorki” iba a estrenar nuevos espectáculos, entre ellos El
carrillón del Kremlin (Kremlevskie Kuranty)298, de Nikolái Pogodin; el
teatro Maly había terminado la producción de Guerra y Paz; el Teatro del
Komsomol de Lenin contaba con nuevos espectáculos, como Komandiry
vedut korabli (Los comandantes dirigen nuestros barcos, “sobre nuestra
heroica flota”); el Teatro Mossovet tenía en escena Profesor Mamlok; y el
Teatro Musical de Donetsk, de la ciudad de Stalino -su antiguo nombre-,
estrenaba la temporada con Iván Susanin299.
edición de esta obra teatral. En la tercera página, además, aparecen otros datos
interesantes: por un lado, que la pieza cuenta con una tirada de 250 ejemplares y, por otro,
que ha sido impresa por encargo de la Dirección de Asuntos para las Artes de Tomsk.
297 Soldado y poeta que participó en la guerra contra Napoleón en 1812.
298 Escrita en 1940, es una obra protagonizada por el Lenin de los años 20 y muestra el
gran carácter optimista del líder de la URSS durante la época de reorganización económica
y electrificación del país.
299Sobre un héroe que se sacrifica por su patria para expulsar del país al ejército invasor
polaco y en defensa del zar Miguel I, con quien se inicia la dinastía Románov.
266
Zvezdá pervoi velichiny - Estrella de primera magnitud, o Gregory Kats y
Mijaíl Shtitel’man con Tvoi dobryi drug - Tu buen amigo); obras teatrales
de “temática bélica contemporánea” (muy demandadas, como veremos a
lo largo de este capítulo y en los artículos de Literatúrnaya Gazeta) de
dramaturgos como Mdivani, Arkadi Pérventsev, Vladímir Solov’ev (El
capitán General Kutúzov), Vladímir Guran (Smelye pobezhdayut - Los
valientes vencerán), Fibij y Kupriyánov (Snega Finlandii - Las nieves de
Finlandia), Vladímir Stavski (Voiná - Guerra300), Aleksánder
Afinogénov301 (Nakanune - En vísperas302), los hermanos Tur y L. Shéinin
(Dym otéchestva - El humo de la patria303), el ucraniano Aleksánder
Korneichuk (Partizany stépyaj Ukrainy - Partisanos de las estepas de
300En 1941, Stavski, quien moriría en el frente dos años después, escribía esta pieza sobre
la Guerra Civil. Al inicio de la guerra, desde el Comité encargaron obras que representaran
a héroes y acontecimientos sobre el conflicto civil ruso. Con el proceso de
“desestalinización” y, en cierto modo, “desideologización” que se vivió durante la Gran
Guerra Patriótica, la temática de la Guerra Civil podía percibirse como excesivamente
ideologizada, pues enfrentó a dos facciones del mismo país en un momento en el que la
propaganda de guerra hablaba de la unidad de los pueblos. Por tanto, la demanda de obras
que trataran este tema fue disminuyendo paulatinamente a lo largo de 1942.
301Aleksánder Afinogénov perteneció al ámbito del Partido desde su adolescencia. Fue
censor militar y editor de periódicos y perteneció a la RAPP, desde donde defendía el
realismo proletario (mostrar la realidad sin embellecerla, destacando las contradicciones de
clase existentes dentro de la sociedad soviética). Consideraba a Stalin su mentor literario y
le enviaba sus obras para su revisión y opinión personal. Su característico acercamiento
psicológico al personaje y la crítica que impregnaba la imagen de algunos personajes y
ciertos aspectos de la sociedad burguesa, le acarrearon duros reproches. En la época del
Terror fue interrogado por el NKVD, pero finalmente no sería purgado. Murió en un
bombardeo al inicio de la Gran Guerra Patriótica (Hellbeck, 2006: pp. 285-345).
302Nakanune (En vísperas) es un drama publicado póstumamente en 1942 y dedicado a la
lucha contra el fascismo. La obra está escrita al inicio de la guerra, pero incompleta por la
muerte del autor durante un bombardeo aéreo en Moscú (Engelstein y Sandler, 2000: p.
93). Trata sobre el cambio que supone para una familia rusa el inicio de la Segunda Guerra
Mundial.
303Al comienzo de la Gran Guerra Patriótica, el hijo de un antiguo terrateniente regresa a
su pueblo con el uniforme nazi y reclama las propiedades de su familia. Demuestra y
ejemplifica, junto a los oficiales alemanes que lo acompañan y de los que es una
marioneta, la gran crueldad del enemigo.
267
Ucrania304) y Konstantín Símonov (Russkie lyudi - Rusos305). Junto al
nombre de algunas obras aparecen anotaciones como “en proceso de
revisión” -con las piezas de Anatoli Mariengof o Aleksánder Kapler- o
“rechazada”. El registro enumera también obras de temática “actual
fascista,” obras de teatro infantil (Alekséi Simukov, Volshebnoe zernó -
La semilla mágica), y piezas de corte histórico (como Davnym Davnó -
Hace mucho tiempo de Aleksánder Gladkov -terminada antes de la
guerra306-, los Iván el Terrible de Solov’ev y de Alekséi Tolstói -el autor
de la versión más conocida-, y la mencionada Nadezhda Dúrova, de K.
Lípskerov y A. Kochetkov).
Los listados de repertorios suelen estar firmados por miembros del Comité
para los Asuntos de las Artes. En este caso, el vicepresidente del Comité,
Solodóvnikov, (Fondo 962, lista 7, nº exp. 887) firma un repertorio junto
al jefe de la sección principal del Control para Espectáculos y Repertorios,
en 1943, que incluye Suvórov de Bájarev y Razumovski, Profesor
304Escrita en 1942 y Premio Stalin de Primera categoría ese mismo año, trata la historia de
un pueblo ucraniano acosado por el avance de las tropas alemanas. El pueblo decide
resistir por sus propios medios y aplicando las tácticas de tierra quemada. Sospechan que
entre ellos se esconde un espía o colaboracionista. Cuando este es descubierto, es obligado
a suicidarse. Cabe recordar que Kiev se perdió en los primeros meses de guerra, tras una
dura batalla en la que los ucranianos opusieron gran resistencia.
305 La obra recibió el premio Stalin de segunda categoría en 1943. Russkie Lyudi (Rusos)
fue escrita en 1942 y es un drama sobre las dificultades de la guerra y la gran capacidad de
resistencia humana y transformación del pueblo soviético. Se desarrolla en una ciudad
ocupada por los alemanes en agosto de 1941. A pesar de las enormes dificultades, pérdidas
y sufrimientos, los soviéticos muestran su valor y coraje y conservan la fe en la victoria.
Esta obra podría considerarse una de las más representativa del drama soviético de guerra:
reúne misiones secretas contra el enemigo, hombres y mujeres que trabajan juntos y al
mismo nivel, acciones heroicas, luchas contra los alemanes, romance entre el héroe y la
heroína, la muerte de un camarada; también aparecen cobardes, traidores y elementos de la
Rusia prerrevolucionaria, patrióticos y nacionalistas (Stites, 1995).
306 Se desarrolla durante la guerra contra Napoleón, en 1812.
268
Mamlok307 de Wolf, Shel soldat s fronta - El soldado se fue al frente, de
Valentín Katáev 308
, El Capitán General Kutúzov - Fel’dmarshal
Kutuzov309 de Solov’ev, Un chico de nuestra ciudad - Páren’ iz náshego
góroda310, de Konstantín Símonov, Prodolzhenie sleduet - Hay que
continuar, de A. Ya. Brushtéin, Moi Syn – Mi hijo, de O. Litovski, Pedro
I de Alekséi Tolstói311, Chelovek s ruzh’em - Un hombre con armas312 y
307 Profesor Mamlok es una obra del escritor alemán Friedrich Wolf de 1933, llevada al
cine en 1938. Mamlok es un reputado cirujano judío al que no le interesan los debates
políticos. Su hijo Rolf, comunista, se adhiere al movimiento de resistencia contra Hitler
cuando este alcanza el poder y Mamlok lo echa de su casa. Poco tiempo después, el
cirujano es obligado a abandonar su clínica y no puede practicar más la medicina debido a
su origen judío. Sufre constantes humillaciones por parte de los oficiales alemanes y su
hijo es arrestado y brutalmente torturado. Estos acontecimientos le hacen cambiar de
opinión y se posiciona políticamente, hablando a favor de la resistencia. En el seguimiento
de autores, a finales de 1941 (no concreta fecha) se informaba de que F. Wolf vivía “en
Alma-Ata y trabaja en una obra antifascista. El plazo del acuerdo se cumple 1 de
diciembre de 1941” (Fondo 962, lista 7, nº 1112, p. 1).
308Valentín Katáev escribió en 1937 este texto que trata la historia de amor y actividades
clandestinas de un joven soldado durante la ocupación alemana de Ucrania en 1918. Narra
la historia de su huida al monte cuando los alemanes entran en territorio ucraniano y de
cómo crea una brigada de guerrilleros que finalmente formará parte del Ejército Rojo.
Acerca de Katáev, la información con la que contaban a finales de 1941 en el Comité
indicaba que su lugar de residencia era la ciudad de Kúibyshev -probablemente había sido
evacuado allí-. En esos momentos trabaja en una comedia cuyo héroe era un soldado del
Ejército Rojo. El autor intentaba mostrar “la unidad del pueblo soviético y el amor con el
que el pueblo rodea a sus combatientes” (Fondo 962, lista 7, nº 1112, p. 7).
309 El mariscal de campo Kutúzov combatió con éxito en las guerras napoleónicas y fue
discípulo del también mariscal Aleksánder Suvórov. Ambos personajes son referencias
constantes en la recuperación de personajes y valores del pasado. A finales de 1941,
informaban al Comité de que V. Solov’ev vivía en Transcaucasia y trabajaba en la obra
Ciudadanos de la ciudad de Lenin (Fondo 962, lista 7, nº 1112, p. 8).
310 Un chico de nuestra ciudad, escrita por Konstantín Símonov en 1941, es una obra de
teatro que narra las peripecias de Serguéi Lukonin, un joven de Sarátov que deja su ciudad
para ingresar en la escuela de tanquistas. En 1936 es enviado a la Guerra Civil española,
donde es hecho prisionero por los alemanes. Finalmente, consigue escapar tras los
interrogatorios, aunque es herido en la huida. En 1941 acude de nuevo al frente con motivo
del inicio de la Gran Guerra Patriótica y allí se encuentra con el alemán que lo interrogó en
España. La obra fue llevada al cine en 1941, en una película con el mismo nombre y
dirigida por Aleksánder Stoller.
311En el año 1941, Tolstói aparecía en los seguimientos del Comité por el encargo de la
obra sobre Iván el Terrible (Fondo 962, lista 7, nº 1112, p. 9).
269
El carrillón del Kremlin de Nikolái Pogodin, Lyubov’ Yarovaya313 de
Konstantín Trenev, Parjómenko de Vsévolod Ivanov314, Chapáev de
Fúrmanov, Razlom - La fractura de Borís Lavrenev, Bezpokóinaya
stárost’ - Vejez intranquila de Leonid Rajmánov, Platón Krechet315 y
Partisanos de las estepas de Ucrania de Korneichuk, Skazka - Cuento y
Dvádtsat’ let spustyá - Veinte años después de Mijaíl Svetlov, Uchítel’ -
El Profesor de Serguéi Gerásimov316, So vsyákim mózhet sluchitsya - Le
puede ocurrir a cualquiera de Borís Romashov, Pérvaya Konnya-
Primera Caballería317 de Vsévolod Vishnevski, y Glubókaya Razvedka -
Misión de reconocimiento de Kron.
312 Los acontecimientos de esta obra tienen lugar durante la Revolución de Octubre. El
soldado Iván Shadrin es enviado a Petrogrado para entregar a Lenin una carta con
preguntas de sus camaradas. Shadrin vaga por el Instituto Smolny en busca de agua
hirviendo y se encuentra casualmente con un hombre al que le pregunta dónde encontrar lo
que necesita y que le responde amablemente. Posteriormente es informado de que había
estado hablando con el mismísimo Lenin. Tras esto regresa al frente, donde es hecho
prisionero por el Ejército Blanco, aunque logra escapar. Finalmente, se encontrará con
Lenin y Stalin y recordarán divertidamente el episodio en que no reconoció a Lenin.
313Ambientada en Crimea durante la Guerra Civil rusa, esta obra, llevada al cine en 1953,
está protagonizada por Lyubov’ Yarovaya, una maestra que acude al comisario Román
Koshkin, máximo representante de la autoridad local, con información acerca de la entrada
de los blancos en la ciudad.
314Escrita en 1942, narra la heroica vida y muerte de Aleksánder Parjómenko, un viejo
bolchevique que participó en la Guerra Civil.
315El autor recibió el Premio Stalin de primera categoría en 1941. La obra fue escrita entre
1934 y 1935 y narra la historia de Platón Krechet, un cirujano idealista, noble y con gran
sensibilidad artísticas que trabaja por mejorar la sociedad soviética. Frente a él, el director
del hospital, un saboteador del progreso socialista. Krechet opera a un hombre que
finalmente muere durante la operación, por lo que es acusado injustamente de mala praxis.
316Es una obra sobre conflictos intergeneracionales. Stepán Lautin regresa a su ciudad
natal tras terminar sus estudios con el objetivo de montar una nueva escuela. La idea es
bien recibida por todo el pueblo, excepto por su padre, quien cree que ha regresado porque
no ha alcanzado el éxito en la ciudad.
317Hace referencia a un cuerpo de caballería. La acción ocurre en el frente polaco durante
1920 y narra el proceso de formación del ejército y la Caballería Roja. Aparecen en la obra
Voroshílov, Stalin o Timoshenko, entre otros.
270
En 1943, la GUT contaba con las siguientes obras en representación
(Fondo 962, lista 7, nº exp. 1230): El Teatro de Ópera y Ballet de
Leningrado S.M. Kírov pasaba el ballet de Aram Jachaturián Gayanéh; en
el MJAT se representaban El carrillón del Kremlin, Misión de
reconocimiento y El Frente; en el Teatro Pushkin, Invasión, Rusos y El
Frente; en el Teatro Vajtángov Oleko Dúndich318, El Frente y Cyrano de
Bergerac.
318Dúndich fue un revolucionario de enorme valor que participó en la Guerra Civil (en el
cuerpo ecuestre del Ejército Rojo) y en la Primera Guerra Mundial.
319 Véase “Documento 18” en el Anexo.
320De Leonid Leónov, una de las obras más representadas durante la Gran Guerra Patria,
narra los primeros días de la guerra en un pequeño pueblo ruso desde una complejidad
psicológica que la hacía destacar sobre el resto de obras teatrales de la época.
321Del famoso poema de Símonov sobre un soldado ruso que se va al frente y le pide a su
amada que lo espere. En el número de Literatura i Iskusstvo del 4 de julio de 1942,
veremos una referencia a la importancia que para los soldados tuvo este poema, quienes lo
arrancaban de los periódicos para mandarlos a sus personas queridas.
322 Sobre amor y separación en tiempos de guerra.
271
Para que desde la Dirección de Teatros y desde el Comité para los
Asuntos de las Artes pudieran conocer el trabajo que llevaban a cabo los
teatros soviéticos y si este respondía o no a las exigencias del momento,
cada uno de ellos informaba puntualmente de las obras y autores con los
que trabajaban y del estado de su producción. Además, también les
remitían las solicitudes de colaboración de ciertos teatros con
determinados dramaturgos y razonaban la aportación positiva del autor a
la labor de ese teatro en particular. El 25 de noviembre de 1943, el
director del Teatro Evgueni Vajtángov y el director adjunto del
Departamento Literario se dirigen por carta a Mijaíl Jrápchenko (Fondo
962, lista 7, nº exp. 1230) en relación a la colaboración exclusiva del
escritor Vasili Grossman, quien trabaja con ellos desde 1940. Informan de
que en el año 1941 Grossman escribió Esli vérit’ pifagorejtsam –Si
tuviéramos que creer a los pitagóricos323, y que en ese momento está
trabajando en una obra nueva:
323 La escribió antes de la guerra, pero no llegaría a publicarse hasta 1946. Fue duramente
criticada en Pravda (Garrard, 2010: p. 301).
272
serie de temáticas que debían de tratar las obras realizadas bajo encargo
estatal. Así, en 1942, los temas recomendados eran, principalmente, los
siguientes (Fondo 962, lista 7, nº 1112, pp. 139-151):
Otro tema muy demandado en las obras literarias de la época de guerra era
la “3. Imagen de los dirigentes y jefes militares”. Como mencionamos
previamente, la intención era extraer de esos héroes (porque los
“dirigentes militares” eran siempre héroes) sus características y valores
más positivos para “traspasarlos” al nuevo héroe soviético cotidiano. El
nuevo protagonista era el “héroe ordinario” (soldado, trabajador de una
fábrica, madre de familia, etc.), de forma que la propaganda, al jugar con
la asimilación de estas características del héroe del pasado al actual,
273
contribuiría a la formación del imaginario del ciudadano común
proporcionándole algunos de los valores fundamentales para lograr la
victoria en una guerra: valentía, iniciativa, amor a la patria, capacidad de
sacrificio, diligencia en su trabajo, etc. Como ejemplos de estos “líderes
militares” en los documentos del Comité se citan a Stalin, Chapáev y
Nikolái Shchors (el “Chapáev ucraniano”), entre otros. Los rasgos
distintivos de los jefes militares son la “alta pureza moral y profunda
dedicación a los ideales, encendida fidelidad al partido, amor patriótico
hacia su patria, serenidad y claridad en el pensamiento y seguridad (en sí
mismo) bolchevique en la consecución del objetivo, tranquilidad y
entereza (…)” (Fondo 962, lista 7, nº 1112, pp. 139-151). Entre los rasgos
citados, nos parece destacable la mención a la “encendida fidelidad al
partido”. Este es un documento emitido a principios de 1942, por lo que
aún era “admisible” exigir el sacrificio por la Partido y la patria no había
copado todo el espacio de objeto al que venerar y por el que luchar.
274
socialismo” y la del “héroe en la época estalinista” (Fondo 962, lista 7, nº
1112, pp. 139-151).
Este documento también destaca que las leyes estatales sobre disciplina
laboral, sobre la jornada de ocho horas, por ejemplo, son también un
medio para la educación, ya que “incrementan el sentimiento de
responsabilidad, disciplinan a la persona, incrementan la vigilancia en el
trabajo, destrozan la flojedad, exigen una postura honrada hacia el
trabajo”. Relacionamos este punto con la petición a la población de que
realicen mayores esfuerzos en la defensa de la patria. Esa “disciplina
laboral” durante la guerra va acompañada de abnegación, diligencia y
compromiso absoluto, no únicamente con el Partido, sino con la patria.
275
La unidad es otro tema recurrente en la propaganda bélica. En el caso de
la Unión Soviética, este rasgo adquiere aún mayor magnitud, ya que el
país estaba compuesto por multitud de nacionalidades. Y no sólo se
trataba de la unión de las diferentes naciones, sino de la unión de los
diferentes “estratos” aún existentes en una teórica sociedad sin clases: “6.
La unión de los obreros, campesinos y la intelligentsia soviética en un
único frente laboral, la unidad moralmente política de nuestra sociedad y
la amistad de los pueblos de nuestro país: son tres de los importantes
factores de la política de la Unión Soviética (…)” (Fondo 962, lista 7, nº
1112, pp. 139-151).
Finalmente, otros temas que el informe incluye entre las exigencias del
Comité para las piezas teatrales soviéticas de 1942 eran:
A partir del análisis de esta muestra del repertorio teatral soviético durante
la Gran Guerra Patriótica, concluimos que las instrucciones del Comité de
ampliar el repertorio con autores nacionales que trabajasen sobre temas
patrióticos y heroicos son rigurosamente obedecidas: la práctica totalidad
de las obras y autores que llegaban a los escenarios de la Unión en el
frente o la retaguardia eran soviéticos o de origen ruso, y la gran mayoría
de las piezas de teatro representadas en la URSS en este periodo se
articulaban en torno a misiones o acciones patrióticas y heroicas
ambientadas en la Guerra de 1812, algunas en la Guerra Civil, capítulos
históricos de grandes acontecimientos de la historia de Rusia y, sobre
todo, en la Gran Guerra Patriótica. La variedad de personajes que
protagonizan estas piezas teatrales se limitaría a dos tipos: militares (de
mayor o menor rango, incluidos soldados, del pasado o del presente) y
ciudadanos normales que sufren, echan de menos a sus familiares y luchan
por su patria con sacrificio. En muchas ocasiones, sus protagonistas se
“redescubren” y “rehacen” al despertarse en ellos una desconocida
conciencia patriótica (frente a la conciencia de clases de periodos
anteriores) en el trascurso de la historia. Muestran gran valor y gran
capacidad de obrar desinteresadamente por la defensa de la patria -que
representa los valores honrados del país: unidad, respeto y amor por la
familia, honor, valentía, etc.-, que anteponen a sus intereses o, incluso, a
su propia seguridad o vida. No se menciona apenas el radiante futuro que
aguarda al país socialista, aunque sí se buscaban obras capaces de
282
representar “la conciencia socialista del trabajo”, por ejemplo, en un cierto
intento de utilizar los mensajes de la propaganda sobre los planes
quinquenales y el estajanovismo para fomentar el trabajo incansable del
ciudadano y del soldado en la guerra. Como demandaba el realismo
socialista, el objetivo era mostrar a la audiencia el tipo de persona que
debía y podía ser y el futuro al que podía acceder, la realidad a la que
aspirar. La cultura de masas que había acostumbrado al público soviético
a obras más “livianas”, como folletines, novelas románticas, policiacas y
de aventuras331, se ve superada por las necesidades de la guerra y obliga al
público a aceptar una nueva dramaturgia soviética, absolutamente plegada
a los condicionantes de la guerra.
331 Sobre la cultura de masas en la Unión Soviética, véase Geldern y Stites (1995). Este
libro reúne traducciones de canciones populares soviéticas (Katiusha, Guerra Sagrada) y
de fragmentos de obras de teatro, novelas y poemas tan emblemáticos como Chapáev,
Pavlik Morózov, Cómo se templó el acero, El Frente, Zoya, Espérame o El pañuelo azul.
332Sobre teatro estalinista y las brigadas del frente, véanse, entre otros, Hesse (1971), Van
de Water (2006), Anastas’ev (1967), Antónov-Ovséenko (1995), Batyuk, (2005), Senelick
y Ostrovsky (2014) y Uvárova (1976).
283
Kuzajmetov333, la Dirección Política del Ejército Rojo de Obreros y
Campesinos, departamentos militares y comités locales y regionales y sus
respectivos departamentos de agitación y propaganda, además del Comité
para Asuntos de las Artes, intervenían en la elaboración del repertorio, en
la composición de las brigadas y participaban en el control de estas
agrupaciones.
284
película homónima, formó parte de esas brigadas), que llevaban a cabo
espectáculos de diversa índole: recitales, lecturas, números circenses,
títeres, arias de óperas, bailes folclóricos, interpretación de piezas
musicales, canciones, fragmentos de obras de teatro, sketchs satíricos, etc.
Acordeonistas, pianistas y violinistas solían ser parte de estas brigadas.
Además de sus espectáculos, las brigadas llevaban a cabo otras
actividades de carácter político: leían decretos o fragmentos de discursos
de líderes del Estado o del Partido, informaciones del Sovinformburó,
artículos de periódicos que destacaban por su contenido ideológico, y
órdenes de jefes militares o de la Stavka.
Brigada de artistas del frente en el Frente Sur. Actuación de la famosa actriz Lidia
Ruslánova, 1941. Autor: Ivanov. Archivo Estatal Ruso de Documentos Cinematográficos,
nº 0- 177138. Ref. en www.victory.rusarchives.ru/
285
las cuales llegaron a actuar más de 300 veces en el frente (Ehrenberg y
Mijáilova, 1985: p. 10). Los rasgos más relevantes de estas agrupaciones
eran su movilidad, preparación y capacidad para actuar en cualquier lugar
y bajo cualquier condición: al aire libre, sobre tanques, en estaciones de
tren, en puntos de agitación, bosques, aeródromos, sobre las cubiertas de
barcos de guerra, en cuevas, sobre ruinas, etc. Al inicio de la guerra, las
condiciones y medios de trabajo de los artistas eran muy escasos, pero
gracias al trabajo y la coordinación entre las instituciones encargadas de la
gestión del arte, de los teatros y las uniones de artistas, en algunos casos
las brigadas mejoraron susceptiblemente su situación: algunas contaban
con maquillaje, pelucas, vestuario; más adelante pudieron hacerse con
camiones con unas aletas abatibles sobre la que montaban su escenario;
algunos incluso llevaban decorados y cortinas para improvisar un
escenario real. En cualquier caso, veremos más adelante cómo algunas de
las carencias más denunciadas estaban relacionadas con la escasez de
suministros básicos, como ropa o alimentos, de difícil acceso en el frente.
M.N. Garkavi con artistas de brigadas del frente en un escenario improvisado: la carrocería
abierta de un automóvil, entre 1944 y 1945. Autor desconocido. Archivo Estatal Ruso de
Literatura y Arte. F. 3063, Op. 1, nº exp. 136, L. 12. Ref. en www.victory.rusarchives.ru/
286
El repertorio teatral de las brigadas solía constar de obras o fragmentos de
obras de una hora y media de duración y se fue ampliando a lo largo de la
guerra con piezas elaboradas por autores soviéticos y temáticas de corte
militar e histórico y heroico- patrióticas creadas ad hoc, así como algunas
composiciones clásicas rusas y extrajeras. Entre las obras más producidas,
Un chico de nuestra ciudad, de Konstantín Símonov, Profesor Mamlok,
de F. Wolf, El soldado se fue al frente, de Valentín P. Katáev, Chapáev,
de Dmitri A. Fúrmanov, y fragmentos de Rusos, de Konstantín Símonov,
o El Frente, de Korneichuk. Como expusimos en el anterior epígrafe, el
nuevo repertorio debía ser encargado a autores soviéticos y prestaría
especial atención al patriotismo y el heroísmo de ciudadanos comunes y
soldados, destacaría los grandes triunfos y líderes militares (Kutúzov,
Suvórov, Brusílov, Bagratión o el Almirante Najímov) rusos o soviéticos,
dramas y personajes históricos, acentuaría el carácter antialemán de las
obras, etc.
Había brigadas de artistas y teatros del frente que actuaban cerca de las
líneas de combate y otros que lo hacían en zonas más alejadas o en la
retaguardia, lo que les permitía cierta fortaleza y estabilidad y acudir con
frecuencia a su base para llevar a cabo los ensayos. Por el contrario, las
brigadas y teatros que actuaban en el frente ante el Ejército Rojo o la
Armada Soviética habían de soportar duras condiciones: era difícil y
peligroso acceder a los lugares donde se encontraban las unidades ante las
que tenían que actuar y solían carecer de medios, tal vez por no poder
desplazarse durante largo tiempo o por determinados lugares con todo su
material. La proximidad de brigadas al frente provocó que algunos artistas
murieran en el ejercicio de sus funciones; muchos, además, como los que
trabajaron en las brigadas y teatros de Leningrado, estaban armados y
combatían. Para la mayoría, formar parte de una de estas unidades
287
artísticas era un deber cívico y moral, su manera de responder al
llamamiento de “Todo para el frente, todo para la victoria, todo por la
patria”. También ellos, como parte de la población soviética, compartían
unos imaginarios que habían estado conformándose en los últimos años y
que permitieron una naturalización de su misión en la guerra, de sus
objetivos, su capacidad de sacrificio y de los valores que se auto-atribuían
y que derivaban de la situación bélica a la que se enfrentaban, en la que
estaban siendo atacados por bárbaros nazis cuyo único objetivo era acabar
con todas las naciones y la cultura de la URSS, según rezaba la
propaganda de la época.
En una carta dirigida a todos los directores de los teatros de Moscú, Mijaíl
Jrápchenko exponía:
291
algo ampliado, unos días después en otro texto fechado en los primeros
días de octubre de 1941 (Fondo 962, lista 7, nº exp. 887)335.
293
Sobre la necesidad de tratar estos temas se incidirá en los artículos de
Literatúrnaya Gazeta publicados en estas fechas, incluso utilizando las
mismas o similares expresiones.
Con respecto a las brigadas del frente, encontramos también otro tipo de
documentos que se repite con cierta frecuencia: las cartas de felicitaciones
a brigadas dirigidas al Comité para los Asuntos de las Artes o la GUT por
los jefes de las unidades militares ante las que han actuado, o del Comité
hacia los departamentos de propaganda del distrito, región o república en
los que había participado esa brigada. En ellas se informa del trabajo que
habían llevado a cabo: número de actuaciones, lugar, repertorio,
composición de la brigada, etc. En el siguiente ejemplo, el comisario
militar de una unidad del ejército se dirige al Comité: “Los artistas del
teatro del frente ofrecieron ante el regimiento 16 conciertos en el periodo
del 11 de noviembre al 18 de noviembre de 1941” en presencia de
294
soldados, comandantes, comisarios y funcionarios políticos. Subraya que
ejercieron su labor con gran valentía, pues “casi todo el tiempo
trabajaban en condiciones de ataques de aviación enemiga. Bajo
explosiones y proyectiles, se comportaron como corresponde a soldados
soviéticos (…)”. Además, el comisario militar de la 251 brigada de
artillería antiaérea Belov (quien firma el texto), destaca la importancia del
trabajo de las brigadas para el ánimo de las tropas: “Con sus canciones,
música, lenguaje poético, elevaron el ánimo de los combatientes, los
alentaron en su trabajo militar para la lucha contra los buitres fascistas”
(Fondo 962, lista 3, nº exp. 951 (1), p. 20).
Acerca del control del trabajo de las brigadas, los documentos del Comité
para los Asuntos de las Artes incluyen listados de obras interpretadas por
las brigadas teatrales y del frente. Forman parte de estos listados obras
clásicas de Pushkin, Chéjov y Gorki, junto a readaptaciones para la
ocasión o nuevas creaciones de escritores soviéticos, monólogos, duetos
de acordeonistas o canciones rusas (Fondo 962, lista 3, nº exp. 951 (1), p.
43). En estos listados, enviados por las propias brigadas o los teatros a los
que pertenecían a la GUT, también aparecían los nombres de los
intérpretes junto a la obra que interpretaban336.
336 Las brigadas teatrales del frente organizadas por el Teatro del Arte de Moscú para el
verano de 1942 incluían a “15 personas entre actores, músicos y otros miembros de la
brigada”. Entre las obras que representarían estaban: El Carrillón del Kremlin, Krysolov
(del poema de Marina Tsvetáeva basado en El flautista de Hamelin, de 1925, que narra la
historia de una próspera ciudad habitada por comerciantes a los que sólo les mueven
intereses materiales y que, un día, sufre una terrible plaga de ratas. Krysolov llega a la
ciudad e, interpretando una música mágica con su flauta, dirige las ratas hacia el río, donde
se ahogan. Como recompensa pide a un burgués la mano de su hija, pero este se la niega y
en agradecimiento por su labor le regalan una funda de cartón piedra para la flauta. Días
después, regresa al pueblo con su música y hechiza las almas de los niños de la ciudad y la
hija del burgués, dirigiéndolas también hacia el río.); El soldado Shul’ts (Ryadovoi
Shul’ts); y algunos relatos cortos de Chéjov como El Malhechor. También se procedería a
la lectura de poemas sobre la Gran Guerra Patriótica, de corte heroico, y de Mayakovski
(Fondo 962, lista 3, nº exp. 1004 (1), p. 32).
295
El respeto por las sensibilidades nacionales que mostró el gobierno
soviético propició que, para las brigadas del frente que trabajaban en otras
repúblicas, se establecieran repertorios con temáticas locales y que
incluyeran autores de la región. El 31 de diciembre de 1942, desde el
óblast de Chkálovski, el director y coordinador del partido del teatro se
dirigía al presidente del Comité para Asuntos de las Artes en una carta con
copia a la Dirección Política y al Comité de la Defensa de la URSS
informando de su trabajo: “Desde el mes de noviembre de 1941,
trabajamos en el óblast de Chkálovski y servimos a los trabajadores de
las ciudades y los pueblos, a los hospitales y a las unidades militares”. En
el repertorio para 1942 de la brigada (compuesta por 33 personas, 22 en la
parte artística) que remite, la mayoría de las obras son de autores
ucranianos y clásicos rusos: Nazar Stodolya de Shevchenko337, Natalka-
Poltavka de Kotlyarevski338, Bestalannaya339, Máiskaya Noch de
Gógol340, Ispytanie chuvstv (en el documento se indica que es “en ruso”)
de Uspenski341, Platón Krechet de Aleksánder Korneichuk. También se
llevarán a cabo veladas de miniaturas y de conciertos con sketches,
337 Poema épico del ucraniano Tarás Shevchenko sobre las heroicas acciones de los
cosacos ucranianos. El protagonista, Nazar, es un cosaco que desafía el poder despótico de
los aristócratas. El antagonista de este poema es el terrateniente Jaletski.
338 Petro y Natalka son dos enamorados a cuyo matrimonio se opone el padre de ella, pues
el pretendiente no es suficientemente adinerado. Petro decide irse fuera a ganar dinero y en
ese periodo de tiempo el padre de Natalka muere y toda su familia se ve obligada a vivir en
un pobre alojamiento de campesinos. Después de esperar 5 años, finalmente Natalka,
animada por su madre, acepta casarse con un viejo y acaudalado oficial del gobierno
ucraniano. Cuando Petro vuelve, ya con una pequeña fortuna, descubre el compromiso y
comienza su lucha por impedirlo, hasta que finalmente los amantes vuelven a estar juntos.
339Bestalannaya (Sin talento) es una obra musical de 1886 escrita por el clásico ucraniano
Iván Karpenko-Kary. Es una historia de amor pasional y orgullo salpicada de canciones
populares, tradición y costumbres ucranianas.
340 Del cuento de Nikolái Gógol Noche de mayo o la ahogada.
341 Prueba de sentimientos es una obra sobre cómo la paz y la cotidianidad del ciudadano
ruso (en este caso, dos familias de oficiales que viven en el bosque) se ve interrumpida por
la guerra.
296
canciones, danzas, declamación de poemas, etc. (Fondo 962, lista 7, nº
exp. 1019, p. 22-23).
Por otro lado, informan al Comité de que para el año 1943 tienen pensado
incluir:
Si las brigadas del frente recibían una valoración positiva, se las felicitaba
y se ponía en conocimiento de sus dirigentes la satisfactoria ejecución de
su trabajo. En ocasiones, su buen hacer podía dar lugar a peticiones para
la repetición de ese repertorio en otra zona. El 13 de marzo de 1943, el
secretario del Comité Central del Partido Comunista de Tayikistán para la
Propaganda recibía una notificación del vicepresidente del Comité para
los Asuntos de las Artes adjunto al Sovnarkom de la URSS, Aleksánder
Solodóvnikov, acerca del trabajo de las brigadas teatrales en esa república
(Fondo 962, lista 7, nº exp. 1019, p. 13)342.
El trabajo de las brigadas del frente aumenta, pese a las pérdidas iniciales
y la falta de recursos, en el transcurso de la guerra. Por eso se hace
necesario subrayar ante el Comité la necesidad de mejorar las condiciones
de trabajo de estos artistas. Así, el 3 de abril de 1943, desde la Dirección
de Teatros del Frente344 de la Dirección General de Teatros remiten una
carta al vicepresidente del Comité para Asuntos de las Artes, el camarada
298
Konstantínov entonces, en la que se notifica que en esos momentos
trabajan bajo el sistema de Dirección de Teatros del Frente del Comité
seis teatros, con un total de cerca de 200 trabajadores creativos. El
volumen de trabajo era muy alto, ya que servían al Ejército Rojo y a la
Flota.
299
Para el trabajo de las brigadas teatrales del frente para el Ejército Rojo y la
Flota:
Tanto las piezas teatrales como musicales (óperas347, sinfonías, etc.) eran
elaboradas bajo encargo estatal. Puesto que el Estado era el único cliente
en el “mercado del arte” de la URSS, crear cualquier obra fuera de sus
márgenes era condenarse al ostracismo en el país.
348Todos los teatros se adaptarían a la petición del Comité de incluir en sus repertorios
obras de autores y temática soviéticos. El teatro de Tbilisi, por ejemplo, contó, en su
temporada 1941-1942, con los siguientes autores y obras: Borodín (“El príncipe Igor”),
Chaikovski (“Evgueni Oneguin”, “La dama de picas”), Bizet (“Carmen”), Verdi (“Aida”,
“El trovador”, “Rigoletto”, “La Traviata”), Puccini (“Tosca”). En cuanto a autores
nacionales, y respondiendo a las exigencias de ampliar repertorios con obras de autores
soviéticos, se incluyeron trabajos de dramaturgia de Aleksánder Sumbátov -Yúzhin, Borís
Lavrenév, Mdivani, Bájterev y Razumovski (El general Suvórov), Símonov (Un chico de
nuestra ciudad), Afinogénov (Máshen’ka), Litovski (Mi hijo), Brushtéin, Seiranyan, etc.
(Fondo 962, lista 7, nº exp. 1112, p. 48).
303
artística”. Para que un encargo se considerase aceptado, habría de recibir
la aprobación por parte de la sección del teatro (por el libreto, en el caso
de óperas) y el consejo de música, además de la del presidente del Comité.
Asimismo, el Comité “controla y asesora al compositor y al libretista en
el proceso de creación de la obra musical, haciendo, en caso de que fuera
necesario, correcciones y cambios”, igual que ocurría con las obras
teatrales. En relación al plazo de entrega, no podría ser mayor de un año y
medio, y el incumplimiento de las fechas acordadas acarrearía la
reexaminación del contrato o su cancelación. Por último, se establecía que
todo “el trabajo operativo-organizativo para la realización del encargo
estatal y el control de su cumplimiento recae sobre la Dirección General
de Teatros junto con la Dirección General de Instituciones Musicales”.
Este texto incide en un elemento constante en las directrices para las
organizaciones artísticas de la URSS: que sean artistas nacionales los que
compongan el principal repertorio artístico soviético, dato que se repetirá
en los artículos de Literatúrnaya Gazeta y Literatura i Iskusstvo.
354 Del mismo modo que se felicitaba a los trabajadores y dirigentes de las brigadas y
teatros del frente, las brigadas de conciertos también eran objeto de las alabanzas por parte
del Comité. Un ejemplo es la orden nº 160 de julio 1943 (Fondo 962, lista 5, nº exp. 627
(3)). En ella, el presidente del Comité, Surin, informa de que la brigada de conciertos del
frente, organizada en febrero de 1943, “ha llevado a cabo un gran trabajo entre las
unidades de acción del Ejército Rojo”. En cuatro meses, esta brigada había ofrecido cerca
de 400 conciertos en el frente. En este documento descubrimos una anotación especial
sobre el importante trabajo de estas agrupaciones de artistas en el frente: no sólo suponían
un acicate para el ánimo de las tropas al romper por unas horas con su rutina y con la
dinámica de la guerra (violencia, miedo, preocupación, disciplina, carencias) proveyendo a
los soldados con un poco de entretenimiento y diversión, sino que, en ocasiones, su visita
suponía una forma de contacto con sus familiares y amigos en la retaguardia: “La brigada
lleva más de doscientas cartas de saludo y envíos de los combatientes en el frente de
Ivantsev a sus familias (…). Esta brigada es la primera que hace algo de tal naturaleza en
el frente”.
355Véase “Documento 26” en el Anexo.
356 Un ejemplo es esta carta que el subdirector de la Dirección General de Instituciones
Musicales, A. Ikónnikov, remitió al camarada S.M. Batalov, en el óblast de Kírov, distrito
de Uninsky, del Consejo del Pueblo de Elganski del koljós “Prosvet” en 1945 (Fondo 962,
lista 5, nº exp. 858, p.1): “Cada canción, himno u otra clase de obra musical con texto, se
presenta a sí misma como única e íntegra y no puede ser utilizada independientemente.
Los textos musicales, si esta obra es de gran calidad, deben, sin falta, corresponderse con
las ideas incluidas en el texto. Por eso el GUMU [Dirección General De Instituciones
Musicales] no puede apoyar su petición sobre la utilización de la música de “Slav’sya”
307
del líder. El culto al líder357, que había comenzado con la celebración del
cincuenta aniversario de Stalin y se había limitado enormemente tras los
primeros meses de guerra, volvía a ocupar un puesto privilegiado en las
creaciones de los autores de todos los ámbitos artísticos en la URSS.
309
necesidad de ampliar el repertorio y enumeraba las obras que ya estaban
producidas y cuáles se podían grabar de entre las propuestas por el
director del Radiokomité. Este sería un buen ejemplo para observar cómo
la implicación de varios organismos independientes en aspectos decisorios
sobre un mismo tema podría generar algún tipo de conflicto. De nuevo,
Surin insistía en su postura en relación a los repertorios musicales para
radio359. Para definir la programación, se anexaba un informe del Comité
de Radio “Sobre las medidas de mejora de las emisiones musicales” con
todas las obras que habían de poseer grabaciones para su emisión por
radio360.
310
ocasiones, al folclore de las regiones. Románticos como Liszt, Verdi,
Rossini, Paganini, Dvorak, Charles Gounod, Liádov, Massenet,
Rajmáninov o el propio Chaikovski, aparecen junto a compositores
pertenecientes a la corriente musical del nacionalismo ruso, encabezada
por Glinka. También observamos referencias al grupo de Los Cinco, con
Músorgski, Borodín, César Cui, Rimski- Kórsakov y Balákirev (que no
aparece en las listas que consultamos, aunque, al igual que Chaikovski, se
escuchó durante la IIGM). Autores georgianos como Jachaturián (que
también sería acusado de formalista en su momento), Zajari Paliashvili o
Grigori Kiladze, armenios como Aleksánder Spendiárov o ucranianos
como Lysenko, Gulak-Artemovski o Stetsenko, ponían de manifiesto el
énfasis en la inclusión de elementos musicales de las distintas repúblicas
soviéticas. Para satisfacer el gusto más clásico, Mozart, Bizet o
Beethoven. Finalmente, en línea con las tendencias posrománticas de
ruptura con la tradición tonal, Shostakóvich, Prokófiev o el mencionado
Jachaturián, que verían reconducidos sus trabajos hacia el oficialista
nacionalismo ruso para poder sobrevivir361. Del mismo modo que
defendemos que el realismo socialista es la manifestación “natural” de la
evolución de las vanguardias europeas en el contexto particular de la
Rusia soviética posrevolucionaria, el nacionalismo musical ruso sería la
evolución “natural” de la corriente musical europea del romanticismo de
finales del siglo XIX y principios del XX.
361En las listas que hemos consultado no hemos visto obras de Shostakóvich o Prokófiev,
pero dado que únicamente pudimos revisar algunos de estos listados, y puesto que
aparecen referencias a los trabajos de estos autores en la bibliografía que hemos utilizado y
en Literatúrnaya Gazeta y Literatura i Iskusstvo, intuimos que también formaban parte del
repertorio de artistas aprobados por el Partido, aunque sólo por algunas de sus
composiciones.
311
En cuanto a los encargos estatales, en el seguimiento del proceso creativo
se producían intercambios epistolares entre el autor y las autoridades
artísticas. Es el caso de este ejemplo, en el que la Dirección de
Instituciones Musicales recibe una carta del poeta I. Zvezdin el 4 de
diciembre de 1944 en la que incluía su poema de tres páginas y un alegato
sobre la pertinencia de su composición, con el objetivo de obtener la
aprobación de la institución (962, lista 5, nº exp. 858, p. 5)362.
362 Esta lista recoge los documentos relativos al concurso para la mejor canción sobre la
victoria. Es por eso que, a pesar de tratarse de la Dirección General de Instituciones
Musicales, también recibe textos de poetas y escritores con propuestas de letras para el
concurso.
312
es extraordinariamente primitivo y simplista (…), resulta
totalmente atípico el papel de los residentes de la ciudad que
apoyan al príncipe, que entorpecen la independencia política y
los privilegios de la servidumbre del estado feudal (…)”.
(Fondo 962, lista 5, nº exp. 858, p. 8)
La fórmula que utilizaban para rechazar las obras era la siguiente: “Los
textos de sus canciones enviados no representan suficiente interés
artístico y no podemos utilizarlos” (“Prislannye Vashi teksty pesen ne
predstavlyáyut dostátochnogo judózhestvennogo interesa a ne mógut byt’
nami ispolzovany”).
364 El Orgcomité, en una carta del 6 de marzo de 1942 firmada por el subdirector del
mismo, exigía al Comité para los Asuntos de las Artes y a la Dirección de las Bellas Artes
la elaboración de listados de artistas de Moscú, Leningrado y repúblicas autónomas y de la
Unión disponibles para encargos para la exposición la “Gran Guerra Patriótica” (Fondo
962, lista 6, nº exp. 990). En respuestas a las demandas realizadas, desde la Dirección se
expedían listados en los que se informaba sobre la realización de encargos a 292 artistas de
la URSS, incluyendo: 142 pintores (88 de Moscú, 24 de Leningrado, 30 de las repúblicas
de la Unión); 65 escultores (29 de Moscú, 16 de Leningrado, 20 de las repúblicas de la
Unión); 85 artistas gráficos (48 de Moscú, 22 de Leningrado, 15 de las repúblicas). En esta
enumeración no se encuentran artistas de Estonia, Lituania y Letonia. Entre las obras y los
artistas que trabajan en los encargos exigidos por la Dirección, encontramos algunos
nombres conocidos en el mundo de la pintura: Aleksánder Gerásimov, Vasili Svarog,
Vasili Yákovlev, Vladímir Odintsov, Gavriil Gorélov, Yuri Pímenov, Fédor Shurpín,
Arkadi Plástov, Konstantín Finogénov, Lev Bruni, Aleksánder Búbnov, Petr Vasíl’ev,
Konstatín Yuón (“El desfile de la Plaza Roja del 7 de noviembre del año 1941” -pintó dos
obras con este nombre: una en 1942 y la otra en 1949-). Entre los escultores destacamos la
presencia de Vera Mújina (“Patria”), Serguéi Merkúrov (que se encargaría de elaborar
bustos de V.I. Lenin y de I.V. Stalin), Borís Korolev (“Por la patria”). Finalmente, algunos
de los artistas gráficos citados son Iván Kos’min y Alekséi Laptev. Los encargos a los
artistas incluían un pago inicial al cerrar el acuerdo y uno final con la entrega de la obra,
como las obras literarias y musicales.
315
además de recuperar obras clásicas o del realismo socialista realizadas
previamente.
Otras exhibiciones planificadas eran “La Guerra Patriótica en los días del
Ejército Rojo en Moscú”, “Moscú heroica” o una dedicada a los trabajos
de Okna-TASS. En todos los casos se indican los encargos realizados en
los que se trabaja y el pago por cada uno de ellos (150 obras de pintura, a
316
una media de 3000 rublos; 50 esculturas a una media de 5000 rublos; 200
trabajos gráficos a una media de 750 rublos).
El plan temático para la exposición “La Gran Guerra Patriótica del pueblo
soviético contra la Alemania fascista”, que se celebraría a lo largo de
1942, incluía un minucioso listado que describía hasta 205 temas (Fondo
962, lista 6, nº exp. 991). Entre los más destacables: representaciones
pictóricas de Stalin en distintas poses y situaciones (en discursos, con
miembros del Ejército Rojo, en su despacho, con autoridades, con el
365En los documentos que analizamos, se suelen referir al conflicto, sobre todo en los
primeros años, como “Guerra Patriótica”, y no como “Gran Guerra Patriótica”.
317
pueblo), representación de todo tipo de hazañas militares, episodios
heroicos de soldados, oficiales o gente anónima (basados en
informaciones del Sovinformburó o Pravda), interpretaciones de artistas
en el frente, la derrota del enemigo en la batalla, la muerte de un
camarada, bombardeos de ciudades, luchas y batallas, partisanos,
tanquistas, pilotos, prisioneros, infantería, imágenes del frente, comisarios
de guerra, etc. También anotaban propuestas de títulos de dichas obras:
“El pueblo unido”, “La hazaña del capitán Gastello”, “La hazaña de los 28
de la guarnición de la división de Panfílov”, “La partisana Tanya”. Para la
exposición también se solicitaban esculturas sobre esas mismas temáticas.
El tema de los “episodios heroicos de soldados, oficiales o gente
anónima”, como hemos apuntado ya y también observaremos en los
artículos de Literatúrnaya Gazeta, es una de las exigencias temáticas más
recurrentes a los artistas soviéticos en este periodo.
La carta incluye una lista de los artistas y las obras que participaron en la
exposición. El trabajo en las repúblicas soviéticas y en distritos lejanos
había de ser tan extenso y cuidado como en las ciudades más importantes
y centrales de la Unión. Por eso, documentos de este tipo son también
muy comunes el material de archivo consultado. Asimismo, destacar el
trabajo en estas regiones contribuía a poner en valor el carácter
multinacional de la URSS, además de su respeto y admiración por todas
las naciones que la componían.
320
además del plan temático, la colocación exacta de cada obra en el espacio
de la exposición (Fondo 962, lista 6, nº exp. 1054 (1), pp. 26-66)370.
321
Para controlar el trabajo de los agitplakati, desde la Dirección de las
Bellas Artes se organizaban reuniones -que intuimos se llevaban a cabo en
todo el territorio de la URSS- con artistas y personal del Comité y otras
organizaciones relacionadas con las actividades de agitación artística,
además, intuimos, de las direcciones de Propaganda y Agitación y
Dirección Política. Los documentos del Comité en este sentido
comprenden telegramas y cartas sobre reuniones, conferencias,
indicaciones acerca de quiénes acudirán a tales reuniones, quiénes van en
comisión de servicio y a dónde, etc.
En los fondos del Comité para los Asuntos de las Artes hemos encontrado
documentos de la Dirección de Actividades Artísticas Amateur
374 La guerra destruyó el teatro Vajtángov y el Bolshói quedó seriamente dañado. El Teatro
del Ejército Rojo se evacuó a Sverdlovsk, el Maly de Moscú a Cheliábinsk, el Kámenny a
Irkutsk, el Mossovet a Alma Ata, el Bolshói a Kúibyshev, etc. (Senelick y Ostrovsky,
2014: p. 462). Las evacuaciones hicieron necesarias la reconstrucción de grupos de teatro
en las ciudades evacuadas o atacadas que, una vez se reinstauraba cierta estabilidad en
ellas, volvían a requerir los servicios de los artistas. El 25 de septiembre de 1942, el
documento Nº C-11459 de carácter “confidencial” fue remitido desde el Sovnarkom, en
nombre de Ya. Chadáev, a Jrápchenko y a Polikárpov, del Comité de Radio y Emisiones
del Sovnarkom. Le adjuntaba a Jrápchenko una carta del Comité de Radio y Emisiones con
la siguiente resolución del vicepresidente del Sovnarkom de la URSS: “En contra de la
convocatoria en Moscú. El camarada Jrápchenko tiene que ayudar al Comité de Radio.
Solucione esta cuestión junto al camarada Polikárpov”. Según Polikárpov, “en octubre de
1941, [se produjo] la evacuación de Moscú a Sverdlovsk de 50 personas (músicos e
intérpretes de la Gran Orquesta Sinfónica del Comité de Radio) y a Kúibyshev de 30
artistas del coro. De los que se quedaron en Moscú tras la evacuación de los músicos de
orquestas, 30 personas, intérpretes de la orquesta sinfónica del Teatro Estatal Bolshói, se
organizaron en la Orquesta Sinfónica del Comité de Radio (…). Le pido que se permita al
Comité de Radio llamar al trabajo en Moscú a las 50 personas evacuadas a la ciudad de
Sverdlovsk, intérpretes de la Orquesta Sinfónica, y a las 30 personas, artistas de la
orquesta, evacuados a Kúibyshev, que ya llevan prácticamente un año sin trabajar”
(Fondo 962, lista 10, nº exp. 48, p. 16).
324
(judózhestvennoi samodeyatel’nosti), que intuimos se dedicaba al control
de las actividades artísticas puestas en marcha en la retaguardia,
esencialmente, por ciudadanos comunes y no por trabajadores
profesionales del arte. El que existiese una dirección exclusiva para
monitorizar el trabajo de estas agrupaciones da muestra de hasta qué
punto se planeó un control sobre las artes en la URSS. Al ser parte del
Comité y responder, por lo tanto, también ante el Sovnarkom, abunda en
la idea de la existencia de una gran uniformidad de los mensajes
propagandísticos a través del arte durante la guerra.
327
Marx y Engels dijeron que no existían los pintores, sino más bien unos
hombres que, entre otras cosas, practicaban la pintura. Ese es el papel al
que queda relegado el artista de la era estalinista, especialmente durante la
Gran Guerra Patriótica: a un hombre que pinta, esculpe, compone o
escribe según unos parámetros previamente establecidos por el Partido y
que, en muchos casos, habían sido previamente asimilados, aceptados e
incorporados de forma natural al imaginario del artista. Pero este hombre
o mujer, además, y como veremos en el Capítulo VI, se convertirá en
arma de la lucha. En los documentos del Comité se describen,
básicamente, los trabajos que han de realizar (formas y contenidos) y el
procedimiento burocrático para su encargo, pero no se trata extensamente
su papel en la guerra ni es el artista el que habla. Literatúrnaya Gazeta
será su “tribuna”.
328
CAPÍTULO V: PRENSA Y PROPAGANDA
SOVIÉTICA
La prensa es y ha sido, desde sus comienzos, una herramienta del poder o
contrapoder en todas las sociedades, bajo cualquier tipo de régimen.
Controlar el acceso a la información y, de este modo, el contenido, la
cantidad y los tiempos de difusión de las publicaciones es fundamental
para alzarse con la hegemonía en el discurso de la “verdad”, la “realidad”
o la opinión “correcta”. Quien tiene la hegemonía de la palabra ostenta el
poder, entendiendo en ese caso el poder como malla de interrelaciones.
Parafraseando la sentencia de Burke “¿De quién es la memoria de la que
hablamos?”, lanzamos una nueva cuestión: “¿De quién es la palabra que
hacemos nuestra?”. Este interrogante será el trasfondo desde el que
trabajaremos en este capítulo, en el que incidiremos en el punto de
conexión que consideramos más relevante -para los intereses de esta
investigación- entre propaganda y periodismo: el papel de la prensa
soviética como herramienta para la redefinición o creación de nuevos
imaginarios, y no sólo para su difusión. Durante la Segunda Guerra
Mundial, la prensa soviética hizo un uso extensivo de la propaganda de
agitación expuesta por Ellul, que apela a sentimientos más básicos, con el
objetivo de la involucración física del propagandee; el poder soviético
necesitaba movilizar a toda la población, en el frente y en la retaguardia.
329
económica, política y cultural de las masas. Es por esto que el
bolchevismo, a partir de las ideas leninistas de la prensa, la consideraría
una parte integral e integrante de la sociedad. Del mismo modo que la
sociedad soviética y socialista estaba protagonizando una transformación
radical, la prensa también atravesaría un periodo de cambios en el que se
eliminaron y después ampliaron el número cabeceras, se instauraron
nuevos métodos de trabajo, nuevas formas de hacer periodismo, apareció
un nuevo tipo de periodista, diferentes mensajes, distintos tonos en los
artículos, audiencias múltiples, etc.
330
5.1. Definiendo la función de la prensa
bolchevique: de la época prerrevolucionaria a la
NEP
El planteamiento central de la función de la prensa soviética quedaría
establecido a partir de numerosos textos de Lenin, muchos de ellos
escritos antes de la Revolución. En el Capítulo II, al hablar del modelo
leninista de propaganda, exponíamos que estaba basado en cuatro pilares
básicos para la construcción y sostén de los imaginarios del ciudadano
soviético, entre los que destacaba la propuesta de un único periódico
político central para toda Rusia. El aparente centralismo que estructuraba
el funcionamiento de todas las instituciones gubernamentales soviéticas se
extiende también al ámbito de la prensa.
331
obreros de las fábricas, a intelectuales, a trabajadores de las minas, etc.).
Las múltiples publicaciones, la diversificación de audiencias y la
problemática de la edición y difusión desde la clandestinidad debilitaban
el mensaje de los periódicos socialdemócratas, razón que motivaría la
propuesta leninista de un único órgano central.
377 Lenin se incorporó a este periódico, el primer periódico bolchevique legal -aprovechó
el momento de cierta libertad de prensa que siguió al “Domingo Sangriento” de 1905- , al
llegar a San Petersburgo, en noviembre de 1905.
378 El texto se puede consultar en la web Marxists Internet Archive [Ref. en
https://www.marxists.org/archive/lenin/works/1905/nov/13.htm, 20.5.2015]
332
mercado editorial. Al liberarlo del yugo del dinero, y desde dentro de la
organización del Partido, reflejo de las aspiraciones de la clase
trabajadora, el escritor gozaría de una libertad “limitada” -por el bien de la
organización- y delimitada por el propio Partido, vanguardia del
proletariado.
383Sobre censura en prensa desde la Guerra Civil hasta 1920, véase el Capítulo 3
“Tsenzura Gazet”, en Molchánov (2002).
384 Los tribunales revolucionarios se constituyeron por decreto el 24 de noviembre de 1917
con el objetivo de luchar “contra la contrarrevolución, el sabotaje y la especulación”. En el
decreto “Sobre los tribunales revolucionarios”, publicado el 4 de mayo de 1918, se
anulaban todos los tribunales locales y del ejército, que traspasaban sus funciones a los
tribunales revolucionarios. También se habían de encargar de la lucha contra los
“pogromos” y del gamberrismo con espionaje. Los asuntos de la prensa también pasarían
por este tribunal [Ref. en
http://www.opentextnn.ru/censorship/russia/sov/law/snk/1917/?id=616, 12.7.2015].
385 Véase “Documento 3” en el Anexo. El 25 de octubre de 1917, los bolcheviques toman
el Palacio de Invierno, los ministerios, correos y telégrafos, y la imprenta Rússkaya Volya.
Ese mismo día, el Comité Militar Revolucionario emite una resolución en la que prohíbe
temporalmente la publicación de prensa burguesa y publicaciones contrarrevolucionarias:
es el decreto sobre la prensa. Pronto, los Sóviets de las principales ciudades formaron
departamentos de prensa (Kenez, 1985: p. 38).
335
Este decreto marcaría el desarrollo de la prensa soviética con el primer
gobierno bolchevique y durante el primer periodo estalinista. Primero se
eliminarían las publicaciones burguesas y, posteriormente, también
desaparecería la prensa de la oposición socialista de mencheviques y
socialdemócratas386. Una vez eliminada toda oposición, el objetivo para la
nueva prensa soviética ya no sería tanto crear un único periódico central
para toda Rusia, como crear y monopolizar un único discurso para todas
las publicaciones controlado por el poder estatal-del Partido como “guía
espiritual” de la sociedad soviética. Paulatinamente, la pregunta que
planteábamos al inicio “¿De quién es la palabra que hacemos nuestra?” va
dirigiéndose hacia su respuesta: nuestra palabra es la palabra del Partido
porque es la única existente y la única posible.
386Un día después de la publicación del decreto sobre la prensa, el 28 de octubre de 1917,
se emitía una nueva disposición acerca de la prohibición de la salida de los periódicos que
fueran clausurados por el Comité Revolucionario de guerra (“O zapreshcheenii vyjoda
gazet, zakrytyj Voenno-revolyutsiónnym komitétom”). [Ref. en
http://www.opentextnn.ru/censorship/russia/sov/law/snk/1917/?id=476, 21.5.2015].
387 Véase “Documento 38” en el Anexo.
336
cerró más de 10 grandes periódicos burgueses: Rech’, Rússkoe Slovo,
Rússkaya Volya, Novoe Vremya, Kopeika, etc. y se confiscaron los
recursos de estos periódicos. La imprenta de Rússkaya Volya fue
entregada a Pravda, cuya máquina había sido destruida por los cadetes
un día antes de la Revolución, e Izvéstiya se organizó con los medios
requisados a Kopeika. También se cerrarían periódicos mencheviques
como Nashe Edinstvo o Rabóchaya Gazeta. Plantillas enteras fueron
arrestadas y acusadas de conducir actividades contrarrevolucionarias.
El significado de fondo del decreto sobre el monopolio estatal de los
anuncios era mucho más interesante: el Estado, que controlaba los
subsidios estatales para periódicos y revistas, eliminaba la publicidad y
así estocaba de muerte a la prensa burguesa, que había sobrevivido
gracias a la inserción de publicidad en sus páginas y que desaparecería
finalmente el 18 de marzo de 1918, con un decreto del Sovnarkom que
resolvía suprimir toda la actividad de la prensa burguesa388. El decreto
sobre el monopolio estatal de los anuncios atrajo numerosas críticas por
parte de la prensa burguesa. Las protestas condujeron a la emisión, en
1918, del decreto “Sobre el tribunal revolucionario de la prensa”389, que
concedía al Sovnarkom amplios poderes con respecto a la prensa.
337
publicación de ediciones baratas de los clásicos rusos y ediciones en
masa de libros de texto. Todo el “negocio” de la publicación de libros
en la Unión Soviética pasaba por este organismo.
394 Decreto del Sovnarkom del 26 de noviembre de 1918 “Sobre las obras científicas,
literarias, musicales y artísticas” (“O naúchnyj, literatúrnyj, muzykál’nyj i judózhestvennyj
proizvedéniyaj”) [Ref.
http://www.opentextnn.ru/censorship/russia/sov/law/snk/1917/?id=593, 23.5.2015].
Establecía que cualquier obra científica, literaria musical o artística “podía ser reconocida,
por decisión del Comisariado del Pueblo para la Instrucción Pública como bien de la
República Socialista Federativa Soviética de Rusia”, también las de autores ya fallecidos.
La obra que hubiera sido declarada bien de la RSFSR podría ser reproducida y difundida
sólo por el Comisariado del Pueblo para la Instrucción Pública u otra institución según
acuerdo con este Comisariado. Si el autor hubiera fallecido, los honorarios por la obra
pasan a ser bienes estatales. Si la obra fuera reproducida, difundida o hecha pública sin la
autorización pertinente por parte del Comisariado, supondría una infracción punible del
monopolio de estado.
339
comunicación395, la mala distribución396 y una aún deficitaria red de
periódicos locales y regionales. Para hacer frente a la escasez de papel,
el Sovnarkom tuvo que elaborar un plan de recorte y distribución de
papel397 que obligó a muchas publicaciones a reducir sus tiradas o el
número de páginas publicadas, mientras que otras se vieron obligadas a
fusionarse y muchas tuvieron que cerrar.
400 El Comité Central había concedido subsidios para suscripciones, descuentos, créditos
fáciles, ayudas, etc., que habían contribuido al aumento del número de publicaciones en
circulación, lo que, subsecuentemente, también incidiría en la carencia de material para
imprimir. Estos periodos de escasez forzaron al Comité Central a responder limitando sus
tiradas, reduciendo los costes de producción, eliminando los descuentos de suscripciones,
etc. La misma situación se repetiría en 1922, 1926 y en el periodo 1929-30. Finalmente,
entre 1930-31, se estableció un “system of centralized rationing of newspapers in order to
control newsprint supplies and direct information to preferred audiences” (Lenoe, 1989: p.
625). El primer paso hacia la racionalización de los periódicos fue la distribución
centralizada. El Sovnarkom encomendó la responsabilidad de la distribución y
suscripciones al Comisariado de Puertos y Telégrafos, en agosto de 1930. También se
controlarían los sistemas de suscripciones, con cuotas para las diversas organizaciones,
oficinas o fábricas.
341
experiencia para escribir de forma efectiva, ni tampoco sabían cómo
utilizar el material y maquinaria de impresión y tipográfico. En relación a
los impresores, Trotsky afirmaba: “Camaradas impresores, su técnica de
impresión es terrible. Hay series enteras que están tan borrosas que no se
puede adivinar ni una línea. El número de errores de impresión, las líneas
embarulladas, son innumerables” (Trotsky, 1925: p. 243).
401Desde la llegada al poder de los bolcheviques se intentó atender a las necesidades de las
distintas naciones y publicar en sus lenguas nacionales. El Comisariado del Pueblo para las
Nacionalidades tenía su propia publicación, Zhizn’ Natsionál’nostei, que se publicó
semanalmente desde el 9 de noviembre de 1918 al 16 de febrero de 1922 (Ovsepyán,
1999). El objetivo era explicar las medidas del poder soviético en cuanto a la cuestión
nacional y la conciencia nacional. Entre 1918 y 1919 se publicaron 90 periódicos del
frente, ejército y divisiones (Kuznetsov, 2008: p. 87). A principios de 1919, todos los
ejércitos en activo publicaban sus propios periódicos. A mediados de 1919, el Ejército y la
Armada tenían publicaciones de ejércitos, de grupos especiales, de división, etc. Durante la
Guerra Civil, en regiones de Ucrania, Bielorrusia, Siberia, Extremo Oriente también
funcionaba la prensa clandestina y de guerrilla. Un grupo especial de la Dirección Política
se encargaba de la propaganda del frente y retaguardia y consiguió publicar y distribuir
entre el adversario hasta 16 millones de octavillas en diferentes lenguas. También editaban
342
Finalmente, hemos de mencionar el relevante papel que para el
desarrollo del sistema de medios soviético (radio y prensa escrita)
tuvieron la instauración de la Agencia Rusa de Telégrafos (ROSTA) y
de Soyuzpechat, como organismo distribuidor de prensa. ROSTA fue
creada por decisión del Comité Central en septiembre de 1918 y entre
sus funciones destacadas se encontraba abastecer de información sobre
“el trabajo heroico de las masas” (Ovsepyán, 1999) a la prensa y
órganos del Partido. Se componía de 10 departamentos, entre los que
sobresalían el literario y de agitación, el de educación, o el de
fotografía. ROSTA puso en marcha una extensa red de corresponsales y
proporcionaba boletines informativos temáticos diarios: AgitROSTA,
LitagitROSTA, etc. En LitagitROSTA escribían propagandistas, pero
también escritores, poetas y artistas sobre cuestiones de la vida interior
e internacional (Kuznetsov, 2008: pp. 90-91). De AgitRosta surgiría,
posteriormente, Okna Rosta402. ROSTA era también la encargada de
proporcionar materiales para los trenes y barcos de agitación403.
publicaciones especiales para difundir entre los ejércitos blanco y polaco. Como en la
Guerra Civil también participaban fuerzas extranjeras, se editaron publicaciones en
distintos idiomas extranjeros: inglés, alemán, serbocroata, italiano y finlandés.
402Las Okna-Rosta hacen referencia a las colecciones de pósteres satíricos editados por
ROSTA durante la Guerra Civil. Grandes artistas de la vanguardia soviética participaron
en su creación como ilustradores o como compositores de los textos: Mayakovski,
Ródchenko, Mijaíl Cheremnyj, Dmitri Moor o Kukryniksy, por citar a algunos. Se
caracterizaban por un lenguaje muy iconográfico, basado en la sencillez de la imagen y la
concreción de los textos.
403 Los trenes y barcos de agitación (Agitpoezd y Agitparojod) comenzaron a funcionar
durante la Guerra Civil. Con ellos se pretendía llegar a lugares remotos de la URSS y a las
unidades del frente. Servían para abastecer de material de agitación y propaganda a las
redes locales del Partido y del Ejército Rojo y también recibían la visita de corresponsales
extranjeros. Dependían del Departamento de Trenes y Barcos de Agitación (Otdel
Agitparpoezdov), creado en 1919, que respondía directamente a Lenin como presidente del
Comité de Comisarios del Pueblo. Sobre el trabajo de los barcos y trenes de agitación y de
otros instrumentos de agitación alternativos, véase Bíbikova y Tolstói (2002).
343
5.2. De la prensa de la NEP a los planes
quinquenales
El inicio de la Nueva Política Económica tuvo una considerable influencia
en la transformación de la prensa soviética, como también ocurriría
durante los planes quinquenales de Stalin. Como había sucedido
anteriormente con las revoluciones de 1905, de Febrero y Octubre de 1917
y durante las guerras mundial y civil, cada acontecimiento que afectaba a
la estabilidad del país tenía su reflejo en la prensa.
344
pero que no fueron atendidas de modo equitativo: por un lado, el conjunto
de nuevos burócratas, oficiales, activistas y partidarios del Partido; por
otro, la masa trabajadora urbana y campesina. Sus necesidades y
capacidades eran distintas, pero el gobierno priorizaría la atención al
primer grupo al encontrarse aún en fase de construcción y asentamiento de
la organización del Partido. Según Lenoe (1989), una parte fundamental
del proyecto de educación puesto en marcha por los bolcheviques tras la
Revolución era la construcción de una red de periódicos diferenciados por
público objetivo: según las habilidades lectoras, intereses, nivel educativo
de las diferentes clases, si eran trabajadores, campesinos, oficiales del
Partido, funcionarios, o si se trataba de minorías nacionales (judíos,
polacos, armenios, alemanes, uzbecos, etc.) (Lenoe, 1989: p. 19)404.
345
(Lenoe, 1989: p. 18), base de la figura del corresponsal obrero y
campesino, quien comenzaría su andadura periodística escribiendo textos
sobre desórdenes en fábricas o pueblos, como veremos a continuación.
Durante la Revolución y la Guerra Civil, Pravda y Bednotá405 ya habían
publicado cartas de obreros y campesinos de forma regular, pero para
mejorar la comunicación con las masas, los oficiales del Agitprop
decidieron expandir e institucionalizar la red de corresponsales de obreros
y campesinos. El número de soldados, campesinos y obreros
corresponsales creció rápido y alcanzó el medio millón en 1928 (Steklov
et al., 1929: p. 203). Los corresponsales eran animados a ser
independientes y críticos con las autoridades locales y muchos de ellos
trabajaban encubiertos por miedo a posibles represalias por parte de sus
jefes y oficiales del Partido (Brooks, 1989: p. 22).
405Era el periódico de masas para soldados y campesinos diseñado por el Comité Central,
que publicó desde marzo de 1918 hasta enero de 1931. Después de la Guerra Civil, se
centraría exclusivamente en el público campesino (Kuznetsov, 1972: pp. 57-73)
346
política que les había dado el Partido, ajustándose a los temas más
pertinentes en cada momento406. Sin embargo, estos “periodistas” no eran
profesionales de la información cualificados, sino más bien
propagandistas o, mejor dicho, agitadores con escasa formación y
capacidad de expresión, motivo por el cual hubo que comenzar a prestar
atención también a la instrucción educativa de los profesionales del
periodismo. Para intentar reforzar la actividad periodística, en 1921 se
abre en Moscú el Instituto Estatal de Periodismo407, cuya función principal
era proporcionar a las publicaciones grupos de profesionales cualificados
(Ovsepyán, 2005: p. 65).
406Sobre los corresponsales obreros y campesinos, véanse las tesis doctorales de Mueller
(1992) sobre la organización de las conferencias de corresponsales de obreros de
Rabóchaya Gazeta, y Coe (1993), sobre el movimiento de corresponsales campesinos. Por
otro lado, sobre la importancia de la educación del lenguaje oficial para los corresponsales
obreros y campesinos, recomendamos consultar los trabajos de Brooks (1989) y Gorham
(1996).
407 En noviembre de 1923 el Instituto Moscovita de Periodismo, que se encargaba de la
preparación de periodistas y de corresponsales trabajadores y campesinos, es reorganizado
en el Instituto Estatal de Periodismo (GIZh) y se determina que la gestión de esta
enseñanza superior quede en manos del Narkomprós. Antes, en 1920, se había abierto el
Instituto de Periodismo de Petrogrado, organizado por ROSTA, que ofrecía cursos de
formación para sus corresponsales y trabajadores desde 1919 (Ovsepyán, 1999). En 1924
el GIZh se incluye en la red de escuelas superiores comunistas. En 1930 cambia su nombre
al de Instituto Comunista de Periodismo “Pravda”. Un decreto del Comité Central del 11
de noviembre de 1930 le encarga la preparación de los redactores de periódicos de
repúblicas, locales y regionales, así como de grandes ciudades. El 16 de abril de 1938 es
liquidado por orden del Presídium de la URSS.
408 Véase “Documento 42” en el Anexo.
347
frente de batalla periodístico se trasladaba a las fábricas y, más adelante,
también al campo para dirigir todos los recursos propagandísticos
disponibles al refuerzo de las instrucciones del gobierno acerca de los
cambios económicos que implicaban los procesos de industrialización y
colectivización. Este “régimen de austeridad” propulsaría,
definitivamente, al periodismo de masas organizado y los nuevos
reporteros entrarían en las fábricas para ayudar a “organizar” esta
producción.
Lenoe (1989) explica que en esta “lucha” por la industrialización del país,
el método empleado por la prensa era el conocido como “udárnaya
kampániya” (“campaña de choque”), una forma de agitación militante que
los periódicos utilizaron, sobre todo, entre 1928 y 1931 para explicar los
planes de industrialización y colectivización409, pero al que también se
recurrió en momentos concretos de la Guerra Civil. Las campañas de
choque se organizaban en torno a tareas particulares indicadas por el
Partido. El material para estas acciones era proporcionado por activistas
bolcheviques o trabajadores de las fábricas (corresponsales campesinos y
obreros) que escribían “desde el frente”, líderes del Partido que ofrecían
apasionados discursos y conferencias, corresponsales que narraban los
éxitos o fracasos en estas “batallas”, editores de periódicos que exponían
las principales características y objetivos de una nueva campaña, etc. Los
editoriales explicaban, por ejemplo, el rol que había de ejecutar un obrero
409 En un informe del Comisariado del Pueblo para el Comercio sobre la campaña y
organización del acopio de grano para el año 1929-1930, del 21 de mayo de 1929,
menciona este tipo de acción, “udárnaya kampániya”, en contraste con el trabajo de
propaganda. En este informe en concreto se hace referencia a la necesidad de una campaña
prolongada, que se desarrolle a lo largo de todo el año, porque “la campaña explicativa no
siempre es suficientemente amplia ni está suficientemente planificada entre las capas de
campesinos pobres y campesinos medios. Los métodos de influencia pública han tenido,
en muchos aspectos, carácter de campaña de choque a corto plazo, cuando deben llevarse a
cabo de modo constante” [Ref. en http://istmat.info/node/30022, 27.5.2015].
348
que trabajara en una fábrica para participar en la construcción del
socialismo con éxito: se hacían reportajes para ampliar explicaciones
sobre determinadas tareas, se publicaban cartas de activistas, y se
imprimían los decretos más relevantes en relación con los procesos de
industrialización y colectivización. El lenguaje de estas campañas hacía
uso de titulares imperativos, metáforas militares, superlativos y
vocabulario de propio de la guerra de clases. El fin de las campañas de
choque era movilizar a las masas y cerrar filas alrededor del Partido para
la ejecución de acciones concretas, como la elevación de la producción o
el pago del impuesto agrario. Implicaba a todos los departamentos de
agitación y propaganda, además de a los de prensa. En estas campañas
también se organizaban exposiciones, grupos de discusión, colectas para
fondos, clases de educación para adultos, distribución de panfletos o
juguetes de agitación (agit-toys) para explicar a los más pequeños, por
ejemplo, la lucha de clases (Lenoe, 1989: p. 29-30). Como casi toda la
agitación, estaba principalmente dirigida a lectores con poca o ninguna
educación, y su lenguaje era sencillo y directo, con eslóganes muy
repetidos.
349
Según Lenoe (1989), con la muerte de Lenin y el inicio posterior del
liderazgo de Stalin, se produciría un cambio hacia una prensa “estridente”
(“shrillness”). Durante la NEP, los periódicos centrales estaban
compuestos por los géneros habituales en la prensa occidental, es decir,
noticias procedentes de agencias con cierta pretensión de objetividad,
análisis sobre economía, editoriales o piezas satíricas sobre la vida diaria.
En los años 30, por el contrario, vemos una prensa repleta de
“declamation, exhortation, and didactism (…). Exclamation marks,
commands, military metaphors, and congratulations from party leader to
factories…” (Lenoe, 1989: p. 1). En los años 30 asistimos al desarrollo de
una prensa que conquista el papel de maestro-aleccionador o de padre, en
el límite entre tutor y líder militar, que anima a la acción, corrige y
aconseja. Cambian el tono, el formato y el estilo, y los artículos se van
haciendo más cortos.
350
Literatúrnaya Gazeta, 17 de febrero de 1932, página 1 (izquierda); 10 de febrero 1934,
página 3 (derecha). Utilización de signos exclamativos, interrogativos o puntos
suspensivos en los titulares.
410Ya en agosto de 1929, Yu. Lebedinski, miembro destacado de la RAPP, reprendía a los
escritores soviéticos porque escribían “too little about factories and workers’ daily life.
Writers ought to show not just life as it currently existed, but also the embryonic future-
«future prospects» and the «development of the working class»” (Lenoe, 2004, p. 232). Se
les pedía que fueran a las fábricas no sólo a observar, sino también a participar en la
construcción socialista “dándole forma”. Los periodistas de masas no eran meros
observadores, sino organizadores.
351
reflejasen los logros del trabajador avanzado. Dos meses después de esta
reunión, el jefe informador del Agitprop (Alekséi Stetski), envió una
resolución al Comité Central sobre la literatura en la que llamaba a la
creación de una nueva ficción dirigida a las masas. Esa nueva literatura
debía “represent the process of the socialist reconstruction of the city and
the countryside, the remaking of the proletariat and the peasantry in the
transition period, the new directions of human relations, improvements in
daily life, the class struggle of the world proletariat” (Lenoe, 2004: p.
212). También llamaba a la unificación de todos los escritores en una
única unión y al silenciamiento de los compañeros de viaje (que sucedería,
como ya hemos visto, en 1932). Observamos aquí, de nuevo, la estrecha
relación y el desarrollo paralelo vivido por la prensa y el realismo
socialista. El periodismo de masas, por temática y tono, podría ser
considerado un precursor de la literatura proletaria y del realismo
socialista.
353
(TASS)411 y la Glavlit (Nevezhin, 2007: p. 56). Según Nevezhin, la UPA
también influía directamente en el trabajo de la TASS y el Sovinformburó
(los dos contaban con miembros de la Dirección de Propaganda y
Agitación entre sus filas), aunque dado que ambos eran entes adjuntos del
Sovnarkom, en última instancia responderían ante él.
Los órganos que elaboraban las informaciones para los medios nacionales
e internacionales eran TASS, Sovinformburó y el Radiokomité412 -Comité
para la Instalación de Radio y la Radiodifusión-, adjunto al Sovnarkom.
Existía cierta competencia entre ellos413 en cuanto a la información
destinada al exterior se refiere, aunque todos eran eslabones de un mismo
sistema y reflejaban un mismo punto de vista: el gubernamental.
354
En cuanto a la distribución, en los primeros años treinta “the distribution
department and individual publishing houses were eventually closed and
replaced with a single centralized distribution organ, Soiuspechat’”
(Lenoe, 2003: p. 616). Es en esa década cuando se acaba con los agentes
de distribución privados al centralizar todo el aparato de distribución de
prensa en la URSS en el mencionado organismo.
355
A partir de lo que hemos expuesto hasta el momento y en anticipo de lo
que trataremos a continuación, así quedaría el organigrama de la
organización institucional de la prensa durante la Gran Guerra Patriótica.
COMITÉ CENTRAL
POLITBURÓ
COMITÉ ESTATAL
DE LA DEFENSA
SOVNARKOM
DIRECCIÓN GENERAL
POLÍTICA
- Dirección Política del Ejército
Rojo de Obreros y Campesinos
- Dirección Política de la Armada
Oficina Soviética de
Propaganda Político- SOVINFORMBURÓ
Militar (hasta 1942) PRENSA
CENTRAL Y
CONVENCIONAL
356 RADIOKOMITÉ
Consejo de Propaganda
Político-Militar (desde
1942)
5.3. La prensa durante la Gran Guerra Patriótica
El contenido de la prensa que acompañó a los soviéticos durante la Gran
Guerra Patriótica tenía un aspecto en común con el de las décadas
precedentes: la continua exhibición de la capacidad de abnegación
inherente al alma rusa414. Si durante los años que siguieron a la
Revolución se había apelado al ciudadano desde las páginas de los
periódicos a que sacrificara sus intereses personales en favor de la causa
de la construcción del socialismo y del nuevo hombre soviético, durante la
Segunda Guerra Mundial, el ciudadano soviético asistió y respondió
nuevamente al llamamiento del sacrificio personal, esta vez en pro de la
defensa de la patria. En este sentido, Hosking apunta que en las páginas de
Pravda se vio un cambio “from preaching ideology, leadership and party
discipline to reporting directly on the lives and feelings of ordinary
citizens, evoking their personal motivation to fight for the families, friends
and native land” (Hosking, 2000: p. 175).
414Los trabajos del ruso Nikolái Berdiáyev, así como literatos de la talla de León Tolstói o
Dostoyevski, tratan el tema del “alma rusa”. Berdiáyev la describe en relación a su
inherente condición histórica ortodoxa. Tiene que ver con la capacidad de sufrimiento
innato en el espíritu ruso, sufrimiento en el sentido de ceder por el bien del colectivo, de
humildad y de falta de ambición. Para llegar a ser la poderosa nación que fueron, tuvieron
que atravesar enormes dificultades y realizar muchos sacrificios que implicaban la cesión o
pérdida de la ambición personal. Se nos muestra en su obra a una Rusia salvadora de las
libertadas del pueblo que, en ocasiones, se ve obligada a ejercer como ente “opresor” del
pueblo en pro de un fin mayor. El pueblo, abnegado y obediente, accede y “acepta” la
opresión. Al mismo tiempo, el alma rusa se caracteriza por su desorden y por su indolente
capacidad de espera a que Dios venga a ordenarla y a indicarle el camino [Ref. en
http://www.berdyaev.com/berdiaev/berd_lib/1915_007.html, 15.8.15].
415La presencia “visual” de Iósif Stalin en las páginas de los periódicos empieza a
disminuir: “During the year and a half before the invasion, Pravda featured him in thirty-
one front-page pictures (…). By contrast, the paper printed only twenty five pictures in the
357
radiante, no parecía ser la opción más adecuada ni efectiva. Para movilizar
a la población hubo que hacer uso de “fuerzas” aún mayores que pudieran
apoyarse en la exaltación de los sentimientos más primitivos y básicos del
ser humano: el amor y el odio. Había, asimismo, que trabajar en el control
de la “imaginación radical” de la que hablamos en el Capítulo I, con el fin
de someter y “encauzar” los miedos de la población. Esas fuerzas se
encarnaron en frentes temáticos: la defensa de la patria y el odio hacia el
enemigo. El cambio de discurso se reflejó inmediatamente en la prensa, y
ya quedó patente en las intervenciones radiofónicas de Mólotov y Stalin -
que también se publicaron en todos los periódicos y revistas del país- en
los primeros meses de guerra.
first to and a half years of war, of which nine were current photographs that specified
place or situation. Most were simply drawings or photographic portraits, which the paper
used even when he issued military directives” (Brooks, 2000: pp. 164-165).
358
Partido y Komsomol contaban con este departamento. Del mismo modo,
se habían fortalecido los departamentos de crítica y bibliografía, se habían
organizado las plantillas y establecido corresponsales fijos en las distintas
regiones, fortaleciendo de este modo a las publicaciones de tipo regional y
local. Esta aparentemente estructurada, controlada y precisa red de
periódicos, contribuiría a la rápida respuesta de la prensa, que desde el
inicio de la guerra redirigiría su carga propagandística hacia una “nueva
audiencia” (ejército, retaguardia), reelaborando ciertos mensajes para
adaptarlos a las circunstancias bélicas. No obstante, las investigaciones de
algunos revisionistas y posrevisionistas (mencionados en el Capítulo I),
nos hacen plantearnos la posibilidad de que en la Unión Soviética, sobre
todo durante las guerras, pudieran haberse producido importantes
capítulos de caos y desorganización, tanto a nivel de la propaganda en
general como de la prensa en particular. Este aspecto es difícil de
contrastar, pero en memorias de a época como las de Grossman (2007),
por ejemplo, parece apuntarse en esa dirección.
359
primeros mensajes desde el frente (Ovsepyán, 1999; Sherel’, 2000;
Rúzhnikov, 2002)416.
361
El estallido de la guerra supone una nueva reestructuración de la prensa,
que implica cambios tanto en su organización institucional como en la
temática a tratar. Los periódicos y sus plantillas (con los corresponsales a
la cabeza) han de prepararse para tratar con otro tipo de materiales y
fuentes, pero también para construir un nuevo discurso con un estilo de
redacción algo distinto.
421 Los soviéticos tuvieron que dar sus radios privadas a la militsiya y se instalaron
altavoces en las calles (Knightley, 2003: p. 267; Pizarroso, 2007: p. 51-52) para que sólo
hubiese una voz oficial y así controlar lo emitido también por la radio, evitando las
interferencias de radios extranjeras, por ejemplo.
362
carácter civil redujeran sus cabeceras, número de páginas o tiradas422. Los
periódicos del frente423 se editaron desde el comienzo de la guerra y en
1942 ya existían 13 publicaciones de esta índole en las diversas lenguas
nacionales de la URSS. En ocasiones, en un mismo frente se publicaban
periódicos en diferentes idiomas. El Comité Central y los órganos
políticos del Ejército Rojo y de la Armada estaban pendientes de que la
propaganda impresa mantuviera un “carácter constante y eficaz
políticamente”. Los programas de actividades de la prensa del frente
estaban determinados por las decisiones del Comité Central y del gobierno
soviético, los decretos del Comité Estatal de la Defensa y las directivas de
las Direcciones Políticas del Ejército Rojo y de la Flota, donde se daba
forma a las tareas ideológicas y al trabajo político educativo que se había
de realizar entre las fuerzas armadas soviéticas (Popov y Gorójov, 1981:
p. 5). Había periódicos de división, ejército y frente y dirigidos a
diferentes tipos de profesionales (tanquistas, aviadores, artillería,
blindados, ingenieros, etc.), en línea con la tendencia de la prensa
soviética, adquirida tras la Revolución, de divulgar publicaciones
especializadas orientadas a distintas audiencias. Estos periódicos
contribuían al refuerzo de la amistad y la camaradería entre los soldados, a
la defensa multinacional de la patria, y servían también de aprendizaje de
combate, ya que publicaban información con técnicas y tácticas militares.
422 Desde el 30 de junio de 1941, Pravda sale a cuatro páginas (polosa) -antes 6- y
Komsomólskaya Pravda deja de publicarse a nivel regional y de distrito (Ovsepyán, 2005:
p. 133).
423 Sobre la prensa del frente, véase Popov y Gorójov (1981). Este libro ofrece una
profunda revisión del funcionamiento, ordenación y estructura de toda la prensa publicada
en el frente y para el frente. Al final del libro se incluye un completo listado de los
periódicos y revistas del Ejército Rojo y la Flota, indicando el nombre de sus editores jefe
y el frente, flotilla o ejército en el que eran difundidos.
363
Estos artículos pertenecen a la revista Za Oboronu (Por la defensa), marzo 1942, nº 5-6,
pp. 22-23. No era estrictamente una publicación del frente (del Ejército o de la Flota), sino
de la “Sociedad de ayuda a la defensa y a la construcción de la aviación y química”
(Osoaviajim). El artículo de la izquierda, titulado “Pega con el casco”, explica e ilustra
cómo defenderse frente a un enemigo armado cuando sólo puedes utilizar un casco; el de
la derecha, “Preparación de trinchera de cara a la primavera”, sobre cómo preparar una
trinchera para esa época del año.
425 Según la Gran Enciclopedia Soviética (versión 2012) El Bloc del Agitador comenzó a
publicarse en 1942 con una periodicidad de dos veces por semana. Dependía de la
Dirección Política del Ejército y la Armada y se diseñó con el objetivo de contribuir al
trabajo de los agitadores-soldado y agitadores-marinero. Se centraba en hazañas en el
frente y retaguardia y se editaba en ruso, azerí, armenio, georgiano, kazajo, uzbeko y
tártaro. Su misión era explicar la política del Partido Comunista y del gobierno soviético
en relación a las fuerzas armadas, la propaganda de las tradiciones revolucionarias, de
combate y trabajo del pueblo soviético y el ejército, qué suponía el juramento militar, etc.
426 Esta imagen ha sido localizada en el archivo de la web de la publicación heredera de
esta revista [Ref. http://www.front2000.ru/archive.shtml, 27.2.2016]
365
También eran muy utilizadas y teóricamente efectivas en territorios
ocupados y en el frente las octavillas, con tiradas de miles de ejemplares,
que incluían llamamientos a la lucha o carteles propagandísticos.
366
ocupaban de completar el trabajo informativo y, del mismo modo que
hacía la prensa, emitían en las diferentes lenguas de las repúblicas y en el
extranjero (Sherel’, 2000; Rúzhnikov, 2002).
Con la victoria cada vez más cerca, en los periódicos se empiezan a leer
piezas sobre la reconstrucción de la economía nacional. La información
internacional vuelve a ocupar más espacio con textos sobre coaliciones,
acuerdos o sobre temas vinculados con la guerra en general. La prensa
publica artículos, cartas y telegramas de personalidades extranjeras que
430 Nikolái Tíjonov escribe habitualmente relatos sobre la vida de los habitantes de
Leningrado en Pravda y también colabora con Literatúrnaya Gazeta publicando poemas y
algunos artículos.
431Muy destacada es la historia de Zoya Kosmodemiánskaya descrita en Pravda por P.
Pdov, el 27 de enero de 1942. Zoya participó en la Gran Guerra Patriótica dentro de
milicias de partisanos. Fue capturada por los alemanes, que la vejaron y torturaron hasta la
muerte, fotografiaron su cadáver y lo exhibieron. Las fotografías aparecieron en prensa.
369
expresan su agradecimiento a la URSS por sus victorias, que informaban
de la resistencia en países de Europa, de conferencias internacionales
(Yalta, Postdam, Teherán), de las liberaciones de zonas ocupadas por los
fascistas en otros países, o de operaciones del Ejército Rojo fuera de sus
fronteras. Para los que trabajaban en misiones fuera del país, se reforzaba
la publicación de documentos esenciales sobre política exterior de la
URSS. En los estados liberados comienzan a aparecer diarios en sus
lenguas nacionales con el objetivo de poder explicar la política de la
URSS en esos lugares. Finalmente, el 9 de mayo Pravda publica el acta de
capitulación alemana.
371
de guerra, sino, a menudo, “well-known writers, who gave somewhat
unreal literary style to the news” (Knightley, 2003: p. 267). Grossman,
Surkov, Símonov, Shólojov, Tíjonov… escribían sobre el individuo, sobre
lo que hacía y lo que vivía. Para otro tipo de informaciones era suficiente
con atender a los comunicados oficiales del gobierno.
433 Es el caso, por ejemplo, que se dio en octubre de 1942, cuando Stalin introdujo la
estructura de comando único, que colocaba a los comisarios políticos bajo autoridad de los
comandantes militares (Brooks, 2000: pp. 184-185).
372
El Frente Oriental fue el más importante de la Segunda Guerra Mundial y
del que peor se informó, según Knightley (2003)434. En los comunicados
oficiales nunca se mencionaba el número de víctimas, se evitaba informar
acerca de los grandes desastres del frente y no describían claramente el
lugar donde se producían las batallas. Las informaciones de lo que sucedía
en el campo de batalla se publicaban con varios días de retraso,
probablemente porque, como hemos explicado, la inspección a la que se
sometía la información militar era aún mayor.
6.1. Metodología
Hasta este momento hemos prestado una amplia atención la descripción
del contexto sociocultural, institucional y político de la época sobre la que
trabajamos para poder entender los planteamientos y desarrollos de la
propaganda, vinculados a las necesidades del gobierno en cada momento.
Nuestra propuesta de análisis se basa fundamentalmente en el enfoque de
los actos de habla de John Langshaw Austin436 y el análisis crítico del
discurso desde las propuestas de Teun A. van Dijk o Norman Fairclough,
y parte de la observación de modelos analíticos pragmáticos y
metodologías esencialmente cualitativas. Por otro lado, en nuestro análisis
están presentes los conceptos de poder (desde la perspectiva de Foucault,
principalmente, como malla de interrelaciones) y de hegemonía (desde
Gramsci) que planteamos en el Capítulo I. No se trata tanto de
sistematizar el análisis para establecer un modelo intercambiable y
437 Siguiendo a Fairclough, el discurso se definiría como el uso del lenguaje socialmente
determinado, como una “form of social practice”, lo que implica que el discurso es parte
de una sociedad, no un agente externo a ella. Implica que el lenguaje es un proceso
histórico y está socialmente condicionado (Fairclough, 1998: p. 22). En cuanto a la
definición de texto, volvemos a acudir a Fairclough, que a su vez parte de las propuestas
de Michael Halliday para relacionar texto y discurso: “(…) a spoken text is simple what is
said in a piece of spoken discourse, but I shall generally use the term for a written
transcription of what is said. A text is a product rather than a process – a product of the
process of text production. But I shall use the term discourse to refer to the whole process
of social interaction of which a text is just a part. The process includes in addition to the
text the process of production, of which the text is a product, and the process of
interpretation, for which the text is a resource” (Fairclough, 1998: p. 22-23). No
olvidemos que estos procesos de producción e interpretación están también socialmente
determinados. Por ello Fairclough habla de los “members’ resources” (“recursos de los
miembros”, el repertorio interpretativo del individuo) que las personas utilizan para
376
desde sus conocimientos, limitaciones, capacidades, creencias, valores u
orientaciones ideológicas. Su papel de herramienta para el
“entendimiento” del discurso media los resultados, voluntaria y/o
involuntariamente. Ni el lenguaje en general ni, obviamente, el texto
elaborado en particular, son medios transparentes a través de los que
tenemos acceso directo a la “realidad”. En su elaboración y su recepción
entran en juego una serie de condicionantes que mostrarán una realidad
determinada e interesada, que ha sido presentada como “sentido común”
para encajarla en determinados imaginarios. En la construcción de dicha
realidad habrán participado, como elementos activos y principales, la
institución de la que parte el mensaje (como representante del poder y
controlador y definidor final del discurso y sus intenciones), el emisor
como codificador y el receptor como descodificador. Es, sobre todo, en la
parte de decodificación del mensaje donde entran en juego los
imaginarios, que han sido y son sometidos a un permanente moldeamiento
a través de la manipulación de conocimientos, valores, opiniones y
creencias exhibidos, como decíamos, como parte del “sentido común” y,
de ese modo, naturalizados. Sin el trabajo previo de construcción o
transformación de imaginarios, la decodificación del mensaje difícilmente
producirá una “respuesta deseada”, es decir, aquella que el emisor busca
en el receptor a través de su mensaje y que se puede traducir en acción o
adquisición de una nueva opinión, por ejemplo. Es aquí donde la
propaganda trabaja desde distintas instituciones como la educación, la
religión o el arte, entre otras.
377
La consideración principal de partida para el análisis es la siguiente: cada
discurso, inevitable e indefectiblemente, es un acto de comunicación, un
intento de intercambio comunicativo con una intención implícita. Se trata,
pues, de desentramar el discurso, la red de elementos y condicionantes
que han participado -de nuevo, voluntaria o involuntariamente- en la
“encriptación” de las intenciones finales del mensaje y en la
“desencriptación” de determinados aspectos de dicho mensaje. El discurso
ha sido elaborado partiendo de los conocimientos previos del emisor y del
receptor, de conocimientos, creencias y valores comunes, del contexto
sociocultural y político de emisión y recepción, y de los objetivos
concretos del mensaje, que probablemente promulgarán subrepticiamente
la difusión de una idea determinada, de una postura concreta con respecto
a un tema o cuestión particular, de una información ideológicamente
formada, etc. Al final, todo desemboca en el mismo lugar: el discurso -
propagandístico- como constructor de imaginarios.
(RE)DEFINICIÓN DE IMAGINARIOS
CONTEXTO
378
EMISOR MENSAJE RECEPTOR
Respuesta ideal438:
• Movilización política
• Creación de nuevas obras
LITERATÚRNAYA ARTISTAS
GAZETA
- Intención explícita Difundir la postura del Comité
438 Formulamos este término a partir de los propuestos por Stuart Hall (1973) “preferred
reading” y “preferred or dominant meanings”. Hall habla del dominio discursivo como un
sistema jerárquico prevalente que permitiría, más que dar significado al discurso, reforzar,
ganar credibilidad y dirigir la decodificación del evento, provocando, de este modo, una
“lectura preferida” que, sistemáticamente, habría de dar lugar a una “respuesta ideal”.
379
LITERATÚRNAYA CIUDADANOS
GAZETA
- Intención explícita Informar sobre la actuación
del arte y los artistas en guerra
Respuesta ideal:
• Movilización
• Identificación con
los ideales, creencias,
valores, opiniones, etc.
expuestos.
439 A este respecto Van Dijk defiende que “una expresión no debería caracterizarse
solamente en términos de su estructura interna y el significado que se le asigna, sino
también en términos del acto realizado al producir tal expresión” (Van Dijk, 1993: p. 31).
381
Para que la respuesta del receptor a los mensajes sea la buscada/esperada
por el emisor, ha de haber un conocimiento previo compartido entre
ambos actores que le permita al productor del mensaje elaborar un
discurso adecuado a sus necesidades y que, al mismo tiempo, pueda ser
aceptado y entendido por el receptor (mensaje explícito) sin ser
plenamente consciente de todas sus implicaciones significativas (mensaje
implícito). Así, la respuesta buscada (respuesta ideal o respuesta
preferida) no es espontánea; está mediada por el contexto de producción.
Asimismo, en un texto escrito el proceso de comunicación está limitado,
ya que en muchas ocasiones no existe posibilidad directa de feedback, no
hay interacción directa entre autor y lector, a no ser que se introduzcan
tipos de texto como “las cartas al director” o alguna sección en la que
pueda participar el lector como comentarista. El emisor, por su parte, sí
que puede anticipar algunas de las reacciones posibles a determinado
contenido y, por tanto, confeccionar su texto teniendo en cuenta o
anticipando estas posibles reacciones o respuestas. En cierto modo, la
“interacción” se falsifica por medio de la inclusión de elementos de los
conocimientos previos compartidos y de la ideologización del discurso.
440 Van Dijk (1993, 2012) trata en profundidad el papel del contexto en el discurso y la
relación texto, contexto y poder.
383
clases de modelos mentales de tipo experiencial, construidos por los
participantes “sobre las situaciones y ambientes de sus vidas cotidianas” y
que se categorizan según escenarios espacio-temporales, participantes,
identidades, conocimientos, acciones u objetos. De este modo, los
contextos controlarían tanto la producción como la compresión del
discurso con el objetivo de crear un discurso apropiado para cada
situación comunicativa. Esta definición de “contextos” está directamente
relacionada con el concepto de imaginarios sociales, en el sentido de que
ambos, aunque con diferente incidencia, moldean el discurso del emisor y,
sobre todo, la capacidad de un entendimiento determinado por parte del
receptor. La diferencia entre imaginario y contexto estriba en que los
imaginarios alcanzan un mayor espectro, son más “poderosos”, menos
situacionales y más difícilmente variables, y suelen ser más una
construcción (que parte) “de otros” que del propio individuo (ya sea como
receptor o como emisor). Los imaginarios, pues, incidirían en la
construcción de esos contextos al aportar un corpus de creencias, valores y
opiniones naturalizadas como “sentido común”, básicos para que la
codificación y decodificación de cualquier discurso produzca, finalmente,
una “respuesta ideal”.
441Norman Fairclough (1998) hace una propuesta de análisis que hemos tomado de punto
de partida para desarrollar el nuestro, y que se basa, fundamentalmente, en tres fases:
385
explicamos más arriba, nuestra propuesta de análisis no es directamente
extrapolable a otros medios y otras situaciones que no sea la
experimentada por Literatúrnaya Gazeta y los soviéticos durante la Gran
Guerra Patriótica, ya que el modelo ha sido elaborado para “hacer hablar”
a este texto en concreto, observando “desde arriba” (no en el sentido
revisionista de la expresión, sino espacial) a este único medio de
comunicación inserto en un contexto (esta vez en su concepto más
clásico) sociopolítico y económico determinado.
descripción (que tiene que ver con la las propiedades formales del texto), interpretación
(relacionado con los conocimientos previos compartidos, cómo funcionan en las relaciones
entre texto e interacción, con el texto como producto de un proceso de producción y con el
proceso de interpretación), y explicación (la relación de los discursos con los procesos de
lucha y las relaciones de poder, con el contexto social). Para el proceso de descripción del
texto -en el que no nos detendremos demasiado-, propone una serie de preguntas de las que
destacamos aquellas que inciden en el poder semántico de las palabras. En primer lugar, en
la descripción semántica del texto habría que buscar cómo las diferencias ideológicas entre
textos en sus representaciones del mundo están codificadas en el vocabulario utilizado. En
algunos textos, el uso de un determinado vocabulario conlleva una fuerte carga ideológica.
En nuestro caso de estudio, lo veremos en las formas en las que se refiere a nazis o
soviéticos, a sus sociedades y sistemas políticos, que confrontan en ese constante
enfrentamiento de valores del “nosotros vs. ellos”, característico de la propaganda en
general. Otra cuestión que cabría considerar se orientaría hacia la observación y
descripción de cómo la elección de las palabras de un texto depende de y ayuda a crear
relaciones sociales entre participantes. Por último, de la propuesta de Fairclough,
extraemos la necesidad de cuestionarnos acerca de la evaluación negativa o positiva de los
términos utilizados por parte del emisor y del receptor (Fairclough, 1998: pp. 112-119).
386
institucional), que tienen que ver con el tema general del que trata el texto,
con su significado y sus consecuencias para el usuario. En este plano
incluimos también el análisis del “estilo” del texto como forma alternativa
para decir más o menos la misma cosa utilizando determinadas estructuras
sintácticas o palabras con implicaciones sociales o ideológicas (no es lo
mismo decir “nazi” que “alemán”). Para entender mejor la implicación del
estilo en la semántica, atendemos a las palabras de Ducrot, que lo define
como el momento “cuando la manifestación del contenido implícito se
asienta sobre una especie de artimaña del locutor (…) [que] facilitará al
destinatario los elementos susceptibles de conducirlo a tal o cual
conclusión” (Ducrot, 1982: p. 18). Esta interpretación entiende la
“estrategia del estilo” como una manipulación que puede ser premeditada
o “semipremeditada”.
387
que puedan aparecer como la “causa o consecuencia de los primeros”442) y
“lo implícito basado en la enunciación” (que tiene que ver con los
“sobreentendidos del discurso”, es decir, con los efectos de sentido)
(Ducrot, 1982: pp. 12-13). Distingue también entre significados implícitos
y literales, y aclara que el significado literal puede ayudar al emisor a
“limitar su responsabilidad”, que se refugiaría bajo un “excusante” “yo lo
que dije fue, literalmente…”. No se trata en este caso de descubrir la
información o intenciones implícitas en el discurso, sino de
“reconstituirlas”; de hallar en lo “implícito” o “sobreentendido”, no una
información nueva, sino una que podamos reconstituir, inferir a partir de
los distintos elementos del discurso. Para Fairclough (1995), las
proposiciones implícitas naturalizadas (eso que se dice “sin saber que se
dice”, porque el imaginario te lo ha dictado) mantienen un valor
persuasivo en el discurso, ya que contribuyen al posicionamiento de la
gente como sujeto social. Del mismo modo, afirma que lo no dicho en las
proposiciones implícitas es el lugar en el que podemos localizar la carga
ideológica de un mensaje.
Cabe aquí plantearnos una difícil cuestión: hasta qué punto el emisor
(periodista o escritor) tiene conocimiento consciente del significado
profundo de lo que escribe, cuánto hay de intencionalidad
(propagandística) en su texto y cuánto responde a unos conocimientos
previos compartidos como parte de su imaginario y de sus propias rutinas
laborales. Esta pregunta, sin embargo, quedará sin respuesta en esta
investigación por salirse de los márgenes que proponemos, del mismo
modo que tampoco podremos afirmar tajantemente que la respuesta del
ciudadano fue esa “respuesta ideal” anhelada desde el gobierno.
442Un caso paradigmático del “implícito del enunciado” lo encontraríamos en los boletines
del Sovinformburó, que hablan eufemísticamente de “retiradas”, cuando lo que
implícitamente dicen es “derrotas”.
388
Por otra parte, la pragmática tiene que ver con el descifrado de los textos
en situaciones sociales complejas y concretas. Pretende, ante todo, inferir
los estados mentales subjetivos que subyacen a la conducta social de los
actores, a su modo de entender el discurso y su respuesta al mismo. Lo
que busca la pragmática en el discurso es construir un modelo teórico
abstracto de las relaciones causales que subyacen y definen el discurso. El
análisis del discurso combinaría los conocimientos derivados de un
estudio a nivel semántico (qué significa de forma general lo que dice el
artículo) y a nivel pragmático (qué busca provocar en el lector). Los dos
niveles están sistemáticamente relacionados y no se puede obviar por
completo una de las dos partes si se quiere realizar un análisis más o
menos preciso.
“In other words, the form and the content of a discourse depend
on the relation between the habitus (which is itself the product of
sanctions on a market with a given level of tension), and a market defined
by a level of tension which is more or less heightened, hence by the
severity of the sanctions it inflicts on those who pay insufficient attention
to ‘correctness’ and to ‘the imposition of form’ which formal usage
presupposes” (Bourdieu, 1991: p. 79).
391
Qué quiere decir y por qué Tema
A quién
Quién
Con qué intención
443En la web del actual Literatúrnaya Gazeta fechan su nacimiento el 1 de enero de 1830,
fundado por Antón Dél’vig con la cercana participación de Pushkin [Ref.
http://www.lgz.ru/gaz/ , 22.8.2015]. Sin embargo, poco tenía que ver la Literatúrnaya
Gazeta de mediados de 1830 con la que comenzó a publicarse en 1929 a instancias de
Gorki. Tal vez, con el objetivo de mantener el prestigio que conlleva ligar la publicación al
nombre de Pushkin, la revista habría querido defender esa continuidad, pese a que es
posible que lo único que tuvieran realmente en común ambas ediciones fuera el nombre.
392
de 45.000 ejemplares. En el primer número exponían su orientación:
“trabajar duro por la producción de un tipo de escritor activista-social,
orgánicamente unido a la clase trabajadora y formando parte de su lucha”.
En cada publicación de los años 30, desde Literatúrnaya Gazeta se
subrayaba el papel político de la Unión de Escritores: los escritores no
podían quedarse al margen de la construcción socialista y tendrían que
participar activamente en la construcción de la literatura y la cultura
proletaria. En la guerra, este escritor “activista-social” en pro del Estado
socialista, transmutaría en “escritor-soldado” defensor de la patria.
393
La prensa soviética pasaba por ser el canal a través del cual el gobierno se
dirigía a las múltiples audiencias con discursos adecuados a cada sector,
intentando dar la impresión de que realmente respondía a las demandas
del lector “especializado”. Sin embargo, ni Za Industrializátsiyu respondía
a las necesidades informativas reales del trabajador de una fábrica, ni
Literatúrnaya Gazeta se dedicaba a hablar de arte en exclusiva, ni
Bednotá de las necesidades de los campesinos, ni Krásnaya Zvezdá del
trabajo del Ejército únicamente. Más bien, el foco se ponía en cómo desde
los diferentes ámbitos de la sociedad se podía contribuir a la formación de
un estado socialista, cómo el ciudadano debía dejar a un lado sus intereses
personales y priorizar el servicio al Partido, al Estado o a la patria. Es por
eso que Literatúrnaya Gazeta, como el resto de publicaciones, pese a ser
un periódico “literario” o “cultural”, no quedaba “exonerado” de colaborar
con las autoridades en la formación ideológica de la población soviética.
398
- Textos destinados a la definición del héroe soviético en
la Gran Guerra Patriótica.
- Textos orientados a describir las características del
enemigo.
- Memoria del pasado zarista e imperial (especialmente de
la guerra de 1812) y recuperación de escritores, pintores, músicos,
etc. del pasado (Repin, Pushkin, etc.).
400
6.2.1. Agitación para la movilización
Hemos mencionado en numerosas ocasiones que el primer gran objetivo
de la propaganda bélica durante la Gran Guerra Patriótica era la
movilización de recursos y personas. Sin duda, los artículos que publicaba
Literatúrnaya Gazeta no olvidaban en ningún momento esta meta. No
obstante, en ocasiones, las menciones eran mucho más directas y el
artículo se dedicaba, abiertamente, a la agitación para la movilización
entre los artistas.
402
Página 1, parte inferior derecha, bajo fotografía de Stalin.
“Cumpliremos nuestro deber ante los nuestros” (“Vypolnim svoi dolg
péred rodnoi”) es el titular que engloba un breve titulado “La palabra de
los escritores estonios” (“Slovo estónskij pisátelei”), y dos artículos
cortos: “Bajo la bandera invencible” (“Pod nepobedimy známenem”) y
“Destruiremos el fascismo” (“Unichtózhim fashizm”). El breve sobre los
escritores estonios proclama:
444 Como veremos a lo largo de los artículos aquí seleccionados, el nombre de Stalin, que
aparecerá con cierta frecuencia en los tres primeros meses de guerra, va a pasar a segunda
línea hasta que reaparece con fuerza en 1944, cuando la victoria es más que una mera y
lejana posibilidad.
403
El primero de los artículos recoge las declaraciones de varios participantes
en las reuniones de escritores en Kiev, Tallin y Tbilisi, que ponen de
manifiesto la postura y predisposición de los escritores soviéticos contra el
fascismo. El segundo, reunía algunas impresiones de los escritores
reunidos en Moscú con motivo del inicio de la guerra:
445
Aleksánder Fadéev fue secretario de la Unión de Escritores Soviéticos desde 1938 hasta
1944, y desde 1946 hasta 1954.
404
trabajo. Más que nunca necesitamos ahora una única voluntad.
¡Unámonos aún más en torno al gran Stalin! ¡Entreguemos todas
nuestras fuerzas a la defensa de la patria soviética! ¡Pelearemos
hasta que el enemigo que se atrevió a atacar nuestro país sea
destruido!”.
446Fédor Panférov fue un escritor soviético, editor jefe de la revista literaria Oktyabr’ y
uno de los líderes de la RAPP.
406
Leónov parte en su artículo del discurso de Stalin del 3 de julio de 1941
(traducido en el “Documento 5” de nuestro Anexo), publicado en la
primera página de mismo número. En las semanas posteriores a la
intervención radiofónica del líder soviético, muchos autores recurren a
este discurso en sus artículos como material para la agitación y
movilización: “Los pueblos de la Unión Soviética responden al discurso
del camarada Stalin con el esfuerzo heroico unánime de todas sus fuerzas,
para expulsar al enemigo de las fronteras de la Unión Soviética”. Leónov
destaca la existencia de una profunda motivación que empuja al pueblo a
combatir: “… en esta guerra se lucha por la virtud del hombre, por su
libertad (…). El camarada Stalin habló con nosotros con nuestro idioma
de la libertad, la ley y la victoria”.
407
El segundo breve es una corresponsalía desde Tbilisi (“¡Todo para el
frente!”, “Vse dlya fronta!”) que informa sobre la organización, por parte
de los escritores georgianos, de brigadas de agitación de literatos, con
poetas como Leonidze, Mosashvili, Shanshiashvili o Chikovani al frente.
Como componentes de estas brigadas, los poetas se desplazaron hasta
oficinas de reclutamiento o clubes de trabajadores y hablaron ante los
soldados sobre “nuestra sagrada guerra patriótica”. Los autores
georgianos, explica el breve, ya estaban produciendo obras cortas,
pequeñas escenas, etc. “dirigidas contra los ladrones fascistas y
llamamientos a movilizar a todas las fuerzas para el frente”.
409
Literatura i Iskusstvo, 25 de julio de 1942.
Editorial. “Arte-agitador” (“Iskusstvo-agitátor”).
448Este cuento de Mijaíl Shólojov (Premio Nobel en 1965) fue publicado el 22 de junio de
1942 en Pravda, al cumplirse un año de la invasión alemana. Junto con la novela en varios
tomos El Don apacible (Tijii Don), son las dos obras más memorables de este autor: “Odio
extremadamente a los fascistas por todo lo que han causado a mi patria y a mí
personalmente, y al mismo tiempo amo a mi pueblo con todo el corazón y no quiero que
tenga que sufrir bajo el yugo fascista” (“La ciencia del odio”, en Kuznetsov, 2005: pp.
350-365).
410
invasor, tiranos y asesinos”; debe hablar “del heroísmo del pueblo, de sus
sufrimientos, de su lucha en nombre de la futura victoria (…). Y entonces
el arte soviético cumplirá su propósito”.
411
“La tarea que se establece ante los artistas hoy día exige
todavía mayor fuerza de agitación de su arte. Se necesitan
carteles, paneles y lubki que se dirijan a los más secretos y
queridos sentimientos del individuo soviético. Se necesita no sólo
revelar el sentido lógico, sino también el directamente emocional
que surge de la batalla, mostrar que en esta lucha no hay otra
salida más que la victoria o la muerte. El enemigo ocupa y
destruye todo lo que fue creado por siglos de pacífico trabajo de
nuestro pueblo, mata mujeres, niños y ancianos, incendia
ciudades, pueblos y aldeas. Frente a tal enemigo, es necesario
luchar hasta la última gota de sangre”.
412
“… en los decisivos días de Octubre, como en los días de
la heroica defensa de Moscú y Leningrado, el artista debe
convertirse en un auténtico soldado de un único gran frente
contra el fascismo alemán (…). Levantar en los soldados del
Ejército Rojo una poderosa oleada de valor y odio que repela y
destruya al acérrimo enemigo; esa es la tarea de los artistas”.
413
El presidente del Comité para los Asuntos de las Artes, Mijaíl Jrápchenko
(en el retrato de arriba), describe el resultado de la ocupación fascista
evocando la imagen de crueldad y sinrazón que la propaganda soviética
asociaba con los nazis:
414
del mundo, en nombre de la conservación de las conquistas culturales, es
necesario destruir sin compasión el estado hitleriano, al ejército
hitleriano que representa un enorme peligro para toda la humanidad
progresiva”. Por esto apela a todos los “¡Maestros de la cultura y el arte
de todos los países amantes de la libertad del mundo!” para que se unan a
esta lucha.
El presidente del Comité se enorgullece por las creaciones con las que la
música, la pintura y el teatro soviéticos se han enriquecido durante la Gran
Guerra Patriótica. Destaca las piezas teatrales Rusos, El Frente e Invasión,
que excitan a lectores y espectadores “con su valiente y dura verdad, con
su fe en la fuerza e invencibilidad del pueblo ruso”; o la 7ª Sinfonía de
Shostakóvich, “una de las más espléndidas creaciones del arte musical
soviético”. También merecen ser distinguidas la exposición “Gran Guerra
Patriótica” de la Galería Tretyakov y el gran trabajo de las brigadas
415
enviadas por los teatros al frente. Todas las obras y la exposición aquí
citadas, aparecen referenciadas en los documentos del Comité.
El artículo trata acerca del encuentro de cuatro días de duración entre los
representantes del arte de agitación, convocado por el Comité para los
Asuntos de las Artes, donde se exhibieron la “enorme y eficaz fuerza de
agitación visual, la enorme popularidad del póster en el frente y la
retaguardia”. El arte de los pósteres es continuación, explican, de la
416
tradición de Okna-Rosta449. Si bien no se trata de un texto de agitación a la
movilización per se, sí que trata del arte de agitación por excelencia (el
cartel), motivo por el que lo hemos incluido en este bloque. Con reuniones
de este tipo se contribuía a la unificación de los mensajes en las obras.
450
Hemos localizado esta imagen en la Biblioteca Presidencial Borís Yeltsin, de San
Petersburgo [Ref. en http://www.prlib.ru/Pages/victory70_1-2-posters1943.aspx,
25.4.2016]
418
Esta reunión de artistas de agitación de las artes plásticas tiene lugar en
fechas próximas a la Batalla de Kursk, que tendría lugar en julio de este
año y sería definitiva en el cambio de rumbo a favor del Ejército Rojo en
la Gran Guerra Patriótica. Es en artículos de este tipo donde podemos
percibir la importancia de las llamadas “campañas de choque” en la
guerra: con motivo del inicio o fin de combates concretos (sucede con
Vorónezh, Dniéper, Stalingrado, Moscú, Leningrado, la ofensiva de
verano de 1942 en el Cáucaso, etc.), se aceleran los trabajos de agitación y
se concretan aún más las acciones del arte y sus mensajes. La agitación es,
durante toda la guerra, herramienta fundamental para la movilización y la
llamada a la acción y a la resistencia de los trabajadores del arte y de la
población, mucho más cuando la victoria está próxima y la batalla ha sido
ardua, sangrienta y larga. Siempre hay que recordar que el enemigo es
cruel, que la victoria está próxima y que el pueblo soviético es fuerte y
abnegado, capaz de expulsar a los invasores de sus tierras con su voluntad,
firme creencia en la victoria y absoluto amor a la patria como arma más
letal, y la mejor manera de incidir en estos aspectos y características del
individuo es con ejemplos concretos y apelaciones directas, el método de
la agitación.
451 Recodemos aquí lo mencionado acerca de lo “implícito del enunciado”. En este caso,
este mensaje, en este contexto concreto, significaría “vamos ganando” o “ellos tienen
muchas bajas y nosotros no”; no aparece en el editorial referencia alguna a las bajas
locales. De tal modo, se ocultan o minimizan las pérdidas del bando soviético, mientras
que se exageran (probablemente) las del enemigo, herramienta clásica de la propaganda de
guerra.
422
un francotirador. Muchos escritores se fueron al frente, muchos
se han quedado en la retaguardia para, aquí, llevar a cabo su
honroso papel de agitadores y propagandistas de las elevadas
tareas del pueblo soviético en su sagrada guerra patriótica contra
los fascistas”.
“¡En la lucha por la Patria!” La fotografía (de la agencia TASS) muestra a varios militares
hojeando los periódicos que llegan al frente. Literatúrnaya Gazeta, 30 de julio de 1941,
página 2.
425
carretera hacia la ciudad G453. De repente, por el lado derecho
del camino, se escucha el rugido de los motores de aviones y,
después, el estruendo de una explosión. No era difícil de adivinar:
los bandidos fascistas bombardean las vías ferroviarias”.
Del bosque surgen “dos buitres” que disparan a los soldados soviéticos y
“cuando los despreciables buitres fascistas aparecieron detrás de
nosotros… balas por todos lados”, narra vivazmente Sheveidel’. En ese
momento, según el relato, los periodistas que acompañaban a esa unidad
comenzaron también a disparar. Los aviones enemigos continuaron su
vuelo, pero, en cuestión de segundos, uno de los aparatos “comenzó a
perder apreciablemente el equilibrio y cayó al suelo (…). El fuego certero
de los periodistas soviéticos cumplió su misión: el avión fascista fue
derribado”. En el aparato había cuatro alemanes: dos de ellos fueron
asesinados y dos capturados, según esta crónica.
453 Para que los periodistas y escritores no revelaran pistas acerca de su situación en el
frente, con frecuencia, al hacer referencia a una localización o ciudad, se mencionaba el
lugar únicamente con una inicial, como en este caso. Tampoco es descartable que incluso
la inicial fuese falsa.
426
Aunque este texto comienza con una arenga contra el enemigo nazi, gran
parte del mismo está dedicado al trabajo del literato en la guerra, tanto en
el frente como en la retaguardia, razón por la que lo hemos incluido en
este epígrafe y no en el que estudia las características y representación del
enemigo (6.2.5.). También trata otros temas, como el tipo de obras que se
deben realizar, apegadas a la actualidad y en las que se destaque el
heroísmo del pueblo.
454 Es esta una oración muy repetida, aunque con ligeras modificaciones, en los artículos
de Literatúrnaya Gazeta, sobre todo en los primeros meses de guerra: entre los artistas y
escritores, unos acudieron al frente con armas y se alistaron en el ejército, mientras que
otros utilizaron pinceles o plumas en este mismo frente, en lugar de pistolas. Otra variante
de “frase estándar” en este periodo es aquella que repetía que hubo artistas que acudieron
al frente y otros que cumplieron su labor con la patria desde la retaguardia, en sus puestos
en los periódicos o creando obras literarias o artísticas adecuadas, ideológicamente, a los
estándares exigidos por el Comité.
427
batallas”. Los literatos en el frente muestran al lector casos de
“incomparable heroísmo” de combatientes del Ejército Rojo. Son ellos los
encargados dar vida a estos “innumerables héroes” en la mente del lector.
“En el frente y en los periódicos del frente, que salen directamente allí”,
en la línea de fuego, los escritores publican sus relatos, poemas bélicos,
eslóganes, etc. Con el objetivo de forjar “la voluntad en la victoria (…),
llaman a la aspiración a imitar a los héroes de la patria, a la exaltación
en la gente del sentimiento de patriotismo, a la preparación para ofrecer
todas nuestras fuerzas y, si se necesita, también la vida por la victoria
sobre los brutales bandidos fascistas”.
Por otro lado, el editorial informa de que los mejores escritores trabajan
en antologías y colecciones de poemas de guerra, artículos y obras
artísticas de defensa, lo que significaría que la repuesta al llamamiento del
Comité fue inmediata. Ya han editado algunos trabajos de autores como
Aséev o Lébedev-Kumach y se han publicado artículos de A. Tolstói o I.
428
Ehrenburg, entre otros. Los teatros preparan para los escenarios soviéticos
nuevas obras de defensa y antifascistas, “escritas en los días de la gran
guerra patriótica”. Como recomendaba el Comité para los Asuntos de las
Artes, este editorial reivindica que sean autores contemporáneos
soviéticos los que compongan este tipo de obras. “El pueblo quiere leer en
profundidad auténticas obras artísticas, crónicas de nuestros días, reflejo
del heroísmo del pueblo y el partido. Los escritores crean esas obras. No
hay tiempo para libros largos”. La prioridad es la “ayuda inmediata
[negrita en el original] al ejército y al frente en su lucha (…). Y aquí de
los literatos se demanda una gran movilidad y capacidad de trabajar
mucho y rápido”. Los autores soviéticos deben escribir artículos, sátiras,
folletos, textos para carteles, para la radio, obras cortas para espectáculos
de variedades, etc. La gran mayoría del material que los escritores
necesitan para sus obras lo pueden encontrar en los “miles de hechos de
heroísmo personal y colectivo de combatientes del Ejército Rojo y la
Flota”. Desde el editorial se pide a los escritores que generalicen, de
forma artística, estos hechos protagonizados por héroes anónimos por todo
el país para que puedan servir de ejemplo para la población: “… que cada
ejemplo de heroísmo sea abierto, y, a través de los medios del arte, se
muestre el carácter nacional de los soviéticos, la nobleza de la idea que
educa en el desprecio a la muerte y en el odio hacia el enemigo”.
455 Estas ciudades eran objetivos prioritarios de Hitler al inicio de la guerra. En el caso de
Kiev, por tratarse de un “gran almacén de grano”; Moscú, por ser la capital del país; y
Leningrado, por su estratégica situación -cerca de Finlandia y con salida al mar- y por su
valor simbólico, al llevar el nombre del líder de la Revolución. En estas fechas, los
soldados del ejército alemán deberían estar aproximándose a Leningrado, ya que el sitio a
la ciudad comenzó en la primera semana de septiembre de 1941.
430
estratégico y, sobre todo, simbólico para el país, por lo que su pérdida
sería un fuerte golpe para el ánimo de la población y el ejército. Kiev se
perdería al inicio de la guerra, tras un cerco de algo más de mes y medio
que concluyó en septiembre de 1941, semanas después de que fuera
escrito este editorial. Al contrario de lo defendido por la propaganda nazi,
se insiste en el texto en que los tanques, infantería y artillería del ejército
soviético “continúan mostrando su aplastante fuerza en los campos de
batalla, infundiendo el miedo en los fascistas, forzando a los soldados
alemanes a no levantar la cabeza de las trincheras en días”.
432
“La historia de la literatura conoce muchos ejemplos de
escritores con armas en sus manos que defienden su patria (…) a
Denís Davydov, poeta-partisano, a Lérmontov, participante en las
guerras caucasianas, a León Tolstói, partícipe en la defensa de
Sebastopol, Dm. Fúrmanov, héroe legendario de la división
Chapáev, y muchos otros. Pero nunca hasta la fecha había
existido un enemigo tan peligroso para nuestro pueblo como el de
ahora, y nunca de nosotros se había exigido tal esfuerzo de todas
las fuerzas como ahora. Hitler anunció abierta y cínicamente que
se esforzaría por destruir a los pueblos eslavos, y que la nación
que considera a León Tolstói un gran escritor, no es digna de un
mejor destino”.
Comienza este texto recordando que Gorki dijo que, si alguna vez el
enemigo entraba en el país, él estaría preparado para luchar junto al
Ejército Rojo. Su pasión y entrega a la misión que ocupara al país en cada
momento es puesta aquí como ejemplo para los demás.
435
En la construcción del imaginario soviético, la participación del escritor-
soldado fue fundamental, ya que, como participante directo en el conflicto
y profesional de la palabra, sus relatos poseían una importante carga
emocional y de veracidad, fácil y ampliamente transmitida a través de los
medios de comunicación de masas, especialmente radio y periódicos
centrales y del frente.
437
Recuerda el editorial que los trabajadores de la literatura y el arte deben
tener presente que todas sus creaciones de estos días “entrarán en las
grandes crónicas de la guerra patriótica”, para insistir en su deber con la
patria y con las generaciones futuras. Por ello recomiendan que sean
“autoexigentes” y siempre “veraces”, lo que significa “dominar el
sentimiento de perspectiva de nuestra lucha, experimentar, compartir con
sus participantes su trabajo, su campaña, su batalla; conocer a los héroes
de la batalla como si se tratase de los mejores y más cercanos de sus
amigos”.
440
“… yo no soy un periodista [gazetchik457], eso es asunto
de los corresponsales. Hay que ser atento con los soldados, es
necesario ser compañero. Pero los soldados no sólo necesitan
noticias sobre hazañas (…). Es necesario ganar más rápido.
Podemos aguantar más tiempo que el enemigo, pero cada día
innecesario de guerra es un mar de lágrimas. Hay que escribir
sobre esto desde Moscú, hablar con las mujeres ancianas cuyo
hijo se alistó en el ejército, cuyos nietos fueron evacuados a las
profundidades del país. Escriban cómo esta vieja mujer le pide al
soldado: «por favor, vencedles más deprisa»… ¡Escriban! En el
frente lo leerán, y si escriben bien, cientos de miles de personas
recordarán a su madre, y cientos de miles de combatientes
combatirán con más fuerza que el día anterior. Así has ayudado a
estos soldados, les has proporcionado un entusiasmo que sin ti les
hubiera sido más difícil”.
442
Por estas razones, Aleksánder Romm cree que el escritor ha de estar
atento a lo que “siente la gente”: cuando ven que su sentimiento es
expresado de algún modo, “se les hace más fácil la lucha”. Esta es la
forma en la que funcionan los imaginarios: se integran más fácilmente si
parecen ser ya parte de nuestro habitus.
443
De nuevo tenemos un editorial que incide en el arte como un “arma” de la
propaganda que “golpea” al enemigo e inspira al pueblo hacia la
destrucción del invasor. El texto también trata el significado del trabajo
del artista para la patria y para el pueblo. Con un lenguaje
manifiestamente bélico, artistas y arte se convierten en el “armamento”
para vencer al enemigo, y se subraya que desde cualquier género se puede
contribuir a la derrota del nazismo.
444
En el editorial se enumeran algunos nuevos cambios en las temáticas de
las obras durante el conflicto. La guerra “ha cambiado al individuo” y el
arte habría de adaptarse a esta transformación, mostrarla y encontrar “los
medios y métodos para transferir lo nuevo que ha traído la guerra”, que
también pide que se hable de “motores”, de estrategias militares, de
tanquistas, de “operatividad”, etc. Los escritores soviéticos no trabajan
sólo como corresponsales, sino también en cuentos, historias, novelas,
obras de teatro de interés actual. Cada uno de estos tipos de arte forma
parte del “arsenal de nuestro armamento”, porque “el arte arma en la
lucha contra el hitlerismo (…), ayuda a la movilización de las fuerzas
espirituales del hombre”. Así, “nuestro arte es un arma diversa”, todo un
“arsenal” que se debe poner “al servicio del pueblo, debe golpear al
enemigo en el mismo corazón, inspirar a los soviéticos en la lucha y la
victoria, hacia la destrucción de la barbarie fascistas. Tal es la
obligación y el papel del artista en la guerra patriótica que decide el
destino de nuestro estado, de nuestra patria”.
445
El texto se centra en el artista Yákov Romas, quien acudió al frente en los
primeros días de guerra, incorporándose a “un escuadrón de las fuerzas
ligeras”. Se le había encargado el trabajo de ilustrar “la historia de los
movimientos militares del escuadrón de la flota”. Los marineros
recibieron a Romas con agrado, pero “cuando la negra nube de la guerra
se arrastró hacia Leningrado”, Romas dejó a un lado el “pincel” y cogió
una “ametralladora” para defender “su amada ciudad”. Romas,
experimentado ametrallador de la Guerra Civil, se convirtió en
comandante de la compañía de ametralladoras. Posteriormente volvería a
su trabajo en el barco.
458 Durante la Gran Guerra Patriótica, Pável Luknitski fue corresponsal de TASS en los
frentes ucraniano y en Leningrado, entre otros.
446
El corresponsal P. Luknitski explica en este artículo las duras condiciones
en las que trabajan los escritores en el frente, a las que se han
acostumbrado y que han logrado normalizar, del mismo modo que
tuvieron que hacer los artistas de las brigadas del frente. Describe la
tienda de campaña en la que trabajan y duermen como asentada sobre “un
suelo pantanoso por la lluvia”. Al tratarse de escritores, aunque trabajen
como corresponsales, sus crónicas suelen presentar marcados toques
literarios, como es el caso de este artículo. Asimismo, en una guerra,
permanecer oculto ante el enemigo es fundamental para la supervivencia,
lo que también conlleva sus pequeños inconvenientes, que no pasan
desapercibidos en estas narraciones: “De una densa nube en la tienda
suenan los mosquitos. No puede haber fuego encendido para no
descubrirnos con el humo”, o “La noche llega a la tienda, se encarama a
la compuerta, y haciéndose hueco entre nosotros, con todo su equipo
militar, duerme como un tronco el poeta Vsévolod Rozhdéstvenski,
corrector del periódico del Ejército Rojo «Léninskii put’»”. Luknitski
cuenta que el dramaturgo Dmitri Shcheglov, “trabajador literario”,
duerme cerca de él, y que en la tienda de al lado se encuentran el autor
447
Vasya Korolev y el crítico Lev Levin. Observamos, pues, que en cada
unidad había varios corresponsales y escritores.
El autor del artículo recuerda que cuando los escritores llegaron a las
unidades militares en el frente la recepción fue fría: “«¿A qué viene esta
gente? ¿Cómo van a trabajar? ...»”. Según Luknitski, los soldados, en
ocasiones, no entendían la importancia de que gentes del arte formaran
parte de sus unidades. La “mayor ayuda” para los escritores en el frente
provenía, no obstante, del Politotdel (Dirección Política). Esta mención
nos ha servido para corroborar la importancia de esta institución en la
gestión tanto de la prensa como de sus trabajadores a lo largo del frente.
Luknitski escribe que ninguno de los escritores que estaban con él temía
dirigirse hacia posiciones avanzadas ni moverse “bajo el fuego de
artillería o de mortero”. De este modo se lograban “vivos reportajes
desde líneas avanzadas, ensayos, versos”, grandes titulares de periódicos,
editoriales y materiales que también podrían utilizar para actividades
artísticas amateur o las brigadas de artistas.
En el relato del trabajo de los escritores del frente, este autor narra su
visita a un hospital donde trabajan una actriz y un escritor que él conoce:
“Ella es ahora comisaria del hospital”. Consideramos importante este
apunte, pues da muestra de cómo los artistas tuvieron que reubicarse y
acometer actividades que no les eran propias con el objetivo de servir a la
patria allá donde fueran necesarios y realizando la actividad que les fuera
encomendada. El motivo de su visita al hospital era la organización de una
velada literaria, en la que todos los heridos “escuchan con gran atención y
hacen preguntas interesantes sobre Mayakovski, Gorki, Ehrenburg…”. El
trabajo de agitación en hospitales de campaña por parte de los artistas
448
seguía siendo muy relevante, pues había que recuperar, no sólo
físicamente, sino anímicamente, a los heridos para que pudieran regresar
cuanto antes a sus puestos.
“No creo que las musas callen en el campo de batalla. Pero las musas,
como la gente, cambian en el campo de batalla”. Ehrenburg asegura que
los soldados del frente no esperan temáticas bélicas, con lo que se
posiciona en contra de lo expresado por el propio Comité para los Asuntos
de las Artes. “He visto en el frente a lectores que preferían los versos de
Pushkin sobre el mar a la descripción de un refugio de guerra. Porque es
451
que ellos no están de visita, viven en ese refugio”. Así que esperan
historias sobre “altos sentimientos” que no se extingan “en el enrarecido
aire de la guerra”. Lo que está intentando decir Ehrenburg es que el
soldado busca una vía de escape en los escritos literarios que llegan a sus
manos, cualesquiera que sean. El Comité, no obstante, era partidario de
que se produjeran obras que representaran al pueblo y al ejército durante
la guerra, en el frente y en la retaguardia, sus padecimientos y alegrías;
por eso exigía la creación de más obras bélicas y que narrasen
“acontecimientos actuales”. Sin embargo, olvida este aspecto que apunta
Ehrenburg: los soldados ya saben lo que es una guerra, desde dentro y
real. Por eso fue tan importante el papel de las brigadas del frente, ya que
supieron preparar -con la supervisión directa de la Dirección Política-
repertorios adecuados para los combatientes: entretenimiento edulcorado -
y algo de educación política- para que se olvidaran, aunque fuera por unas
horas, de su dura y sangrienta realidad diaria.
Estos textos están casi siempre escritos por miembros del Comité o de
alguna de sus direcciones, aunque artistas y periodistas también colaboran
en esta línea. Es también un tema recurrente a lo largo de la guerra, dado
que en todo momento es necesario que el artista sepa qué tipo de trabajo
se considera el más adecuado para contribuir en la defensa de la patria.
453
Literatúrnaya Gazeta, 24 de septiembre de 1941.
Página 4, columnas cuarta y quinta en la parte superior derecha de la
página. “La dramaturgia movilizada”, (“Mobilizóvannaya dramaturgiya”),
A. Fevral’ski.
456
Los tiempos de guerra han impulsado un profundo cambio en el repertorio
literario. Tal y como se indica en los documentos del Comité462, las
nuevas obras y los dramaturgos soviéticos trabajan en composiciones en
las que suenan con “fuerza y pasión la idea del patriotismo” y “la idea de
la derrota de los enemigos”, protagonizadas por combatientes que luchan
“por el honor” y “la independencia de la patria”. Por este motivo, han
tenido gran éxito espectáculos “dedicados a líderes militares rusos del
pasado”, como Kutúzov o Suvórov. Otros ejemplos destacados de héroes
históricos protagonizan obras como Nadezhda Dúrova de Lípskerov y
Kochetkov, Hace mucho tiempo de A. Gladkov, Oleko Dúndich, de
Rzheshevski y Kats, etc. En las imágenes que ofrece el arte en sus
distintas formas, el espectador busca “a sus queridos héroes, quiere
verlos, quiere escucharlos”. Solodóvnikov menciona que una de las obras
que más popularidad ha adquirido en los primeros meses de guerra es la
de Símonov Un chico de nuestra ciudad, que muestra a otro tipo de héroe:
el “individuo común”. Aunque cree que aún posee algunas carencias, la
obra de Símonov muestra “oportunamente la figura central de nuestros
días”: “al ardiente patriota, al combatiente tanquista valeroso, al héroe
de la Unión Soviética”. También hace referencia a la obra de Korneichuk
Partisanos en las estepas de Ucrania, sobre la lucha entre ucranianos y
alemanes. Asimismo, cita una serie de trabajos que entonces formaban
parte del repertorio de los teatros soviéticos y que, tal y como vimos en
los documentos del RGALI, habían sido aprobadas y positivamente
valoradas por el Comité: En vísperas, de Afinogénov, Familia Siláev, de
V. Solov’ev, El humo de la patria, de Tur y Sheinin, o El batallón se
462En el Fondo 962, lista 7, nº 1112, pp. 139-151 se incluye un listado con los principales
temas a tratar en 1942, que coinciden con los mencionados en este artículo. Tenemos en
cuenta que el autor de este texto es el vicepresidente del Comité, por lo tanto, es bastante
lógico que utilizara -tanto él como cualquier otro miembro del organismo que participara
en Literatúrnaya Gazeta- el material previamente redactado o en disposición de ser
elaborado por dicho Comité o sus direcciones.
457
dirige a occidente, de Gueorgui Mdivani. En ellas está presente la idea de
“la devoción por la patria y la lucha contra el invasor extranjero”; amor
por la patria y odio por el enemigo, los dos canalizadores de los mensajes
propagandísticos durante la Gran Guerra Patriótica.
A pesar de que los soviéticos habían logrado que los nazis no tomaran la
capital (fue más bien una decisión militar de Hitler para desviar las
fuerzas a otros focos), el ejército alemán seguía avanzando en suelo
soviético, por lo que el trabajo propagandístico de los literatos debía
seguir siendo diligente, urgente y conciso. Por eso, para finalizar su
informe, critica a aquellos dramaturgos que no ha cumplido con los plazos
de entrega de sus encargos y anima a los demás a trabajar más y con todas
sus fuerzas para responder a las necesidades de la guerra.
463Hay referencias a estos álbumes sobre la Gran Guerra Patriótica en los documentos del
Comité para los Asuntos de las Artes fechados entre febrero y marzo de 1942 en el fondo
962, lista 6, nº exp. 992 y en el fondo 962, lista 6, nº exp. 1054 (1), entre otros.
465
acudieron a diversos frentes en las guerras ruso-japonesa, turco-rusa y en
la Guerra Civil, entre otras), todos vinculados al realismo, está
proponiendo no sólo el tipo de pintura más recomendable para la época,
sino también el tipo de artista en el que deberían reflejarse los creadores
soviéticos.
Por otro lado, el escritor también denuncia que existen literatos que no
encuentran las palabras adecuadas para reflejar “la grandeza de nuestra
lucha”. Al defender la “distancia histórica” para sus creaciones, algunos
escritores carecen de material suficiente para componer; la premura de la
guerra no permite que el artista medite los acontecimientos antes de
escribir sobre ellos. El escritor, desde los primeros días de guerra, ha
escrito sobre “la lucha de su pueblo contra los ocupantes fascistas, ha
sentido directamente cómo han fertilizado en su trabajo artístico el
heroísmo, el valor, la resistencia, la fuerza (…)” y ha descrito “la
devoción por la patria” de los soviéticos.
464 Mijaíl Jrápchenko, presidente del Comité para los Asuntos de las Artes, había remitido
el 24 de junio de 1941 una carta a todos los directores de teatros de Moscú (intuimos que
también dirigiría la misma misiva a directores de otros teatros del país) en la que pedía que
presentaran una lista de artistas para incorporar a las brigadas de conciertos, listado que se
habría de presentar ante Surin (Fondo 962, lista 3, nº exp. 951 (1) p. 12).
465
En noviembre de 1941, el comisario militar de una unidad del ejército se dirige al
Comité para destacar el excelente trabajo realizado por las brigadas del frente, que pese a
469
de superar estos artistas para poner en escena sus espectáculos, teniendo
que atravesar la nieve o ejecutar conciertos al aire libre a -34 grados466.
Sin embargo, como también recogen los documentos del RGALI, uno de
los principales problemas seguía siendo el repertorio. En el frente, las
obras heroicas “son apreciadas”, del mismo modo que lo eran antes; el
público escucha “con amor y gratitud” estos espectáculos y canciones
como “Guerra sagrada” (“Svyashchénnaya Voiná”). Las brigadas que
incluyen en sus repertorios humor, sátiras y chistes también tienen mucho
éxito en el frente. A los soldados y oficiales les gustan, sobre todo, “las
obras en las que se recuerda el hogar, a las personas cercanas, a la
amada, pero sobre todo que, en nombre de la libertad y la felicidad, la
gente llevará a cabo una lucha sin piedad contra el enemigo aquí, en la
que han de actuar bajo las duras condiciones de guerra (“ataques de aviación”,
“explosiones”), “elevaron el ánimo de los combatientes” (fondo 962, lista 3, nº exp. 951
(1), p. 20).
466 En los documentos analizados hemos encontrado cartas emitidas por la Dirección
General de Teatros o de Brigadas del Frente, o incluso de Instituciones Musicales, al
Comité donde se quejan de las duras condiciones bajo las que trabajan sus artistas (un
ejemplo lo encontramos en la memoria “Sobre el viaje del Teatro Dramático del Frente de
Moscú al frente de Vóljov”, del 1 de octubre al 18 de noviembre de 1943, fondo 962, lista
7, nº exp. 1208). Si en febrero de 1942 aún persistían este tipo de protestas, intuimos que
las quejas por las duras condiciones de trabajo de las brigadas del frente no fueron
debidamente atendidas por el Comité ni por el Sovnarkom.
470
línea de fuego”. Esa mención “al hogar, a las personas cercanas, a la
amada” es una referencia directa a la patria que describíamos al inicio del
capítulo.
En este artículo, el presidente del Comité para los Asuntos de los Artes
muestra su satisfacción porque durante la guerra han aparecido “una serie
de buenas obras y sinfonías que reflejan las imágenes heroicas de nuestra
realidad”. Entre ellas, la 7ª Sinfonía de Dmitri Shostakóvich, que ha sido
472
bien recibida por la sociedad soviética y en la que el compositor “con
gran fuerza artística expresó el enorme contenido ideológico,
pensamientos y sentimientos de un pueblo que dirige una lucha
encarnizada contra los invasores fascistas”. Así, en este texto, Jrápchenko
se centra en resaltar la importancia de que el tema del “espíritu heroico”
protagonice las creaciones musicales de los compositores soviéticos.
Al igual que ocurre con el teatro, Jrápchenko recuerda que la guerra pide
nuevos contenidos y nuevas formas de expresión. Si en la dramaturgia
demandaba más piezas de un acto, en la música, el vals o el blues “se
pueden utilizar para canciones de masas, pero no sirven para hablar de
los grandes asuntos de la época”, pues están más vinculados, sobre todo
el jazz, a la cultura popular de masas (que no es lo mismo que cultura
“para las masas”).
475
patriótica, sobre cuya creación debe trabajar intensamente el
pensamiento creativo de los compositores soviéticos”.
La patria, una vez más, es el impulso hacia la lucha heroica del pueblo y
el ejército soviéticos.
479
Por otra parte, se hace imprescindible que estas obras también estén
protagonizadas o cuenten con la participación destacada del ciudadano
común:
“El tema del arte”. En la columna de la derecha distinguimos un texto dedicado al estreno
de la 7ª Sinfonía de Shostakóvich en los Estados Unidos.
483
La batalla de Stalingrado estaba próxima a su comienzo. Mientras tanto,
las tropas nazis, acompañadas por soldados rumanos y otras fuerzas del
Eje, avanzaban hacia las ricas regiones del Cáucaso a gran velocidad,
cosechando victoria tras victoria. El interés por ocupar esta zona radicaba,
principalmente, en la riqueza de sus pozos petrolíferos, que podrían
proveer de combustible al ejército alemán desde la misma zona de
conflicto. Posteriormente, una vez el territorio fue “reconquistado” en
1944, los pueblos checheno, ingusetio, karachai y balkar, acusados de
“colaboracionistas” y “traidores”, fueron deportados en trenes, en
condiciones infrahumanas, a Asia Central y Siberia. Por eso en estos
momentos, en el verano de 1942, se hacía más necesario que nunca
recordar en los mensajes propagandísticos que en el alma del soviético
debía sobresalir su capacidad de “persistencia, resistencia y valentía”.
El texto anima a que todos los agentes de las artes, escritores, músicos,
artistas, actores, trabajadores del cine, etc. se planteen qué debe hacer la
literatura y “cuál es el deber del arte en estos días”.
Según indica el editorial, son ejemplos del tema que el arte ha de cubrir la
obra Rusos de Símonov, ejemplo de la idea de resistencia (stóikost’,
también “fuerza de espíritu”) “que llega a través de las actuaciones de los
héroes”; los versos de Tvardovski en “Otrechénie”, que hablan sobre un
hijo al que sus padres vuelven la espalda al saber que huyó del campo de
batalla (un desertor, castigado por las órdenes 277 y 270); o los artículos
de A. Tolstói o I. Ehrenburg en Kráznaya Zvezdá o Pravda. Y junto al
necesario tema de actualidad del momento, las sempiternas referencias al
“amor hacia la patria, el profundo patriotismo, el odio hacia los
invasores”. Por supuesto, no hay que olvidar los libros de los grandes
484
clásicos como León Tolstói, Lérmontov o Rustaveli, que retrotraen a una
gloriosa época pasada y “son también actualidad hoy”. Cuando el artista
piensa en el destino de Rusia, recuerda “su doloroso camino, sus gloriosas
tradiciones, sus grandes hijos: Nevsky, Suvórov, Kutúzov”. Su deber es,
ante todo, hablar de esos temas al pueblo, al ejército, “para que su
palabra incendie los corazones”. Como dijo Mayakovski y rememora este
editorial para finalizar: “La palabra es el adalid de la fuerza humana”.
486
Entre las últimas obras sobre partisanos, de desigual calidad, también cita
Inmortal, de Gladkov y Arbúzov. Kaláshnikov recomienda a los
dramaturgos prestar especial atención al “proceso de formación de las
nuevas cualidades del carácter del ciudadano soviético y del patriota”.
487
la URSS (como el publicado sobre Turkmenistán el 14 de noviembre del
mismo año, página 4, a cinco columnas en la parte inferior de la página).
Ahora que el Ejército Rojo comenzaba a ganar terreno, quizá era más
interesante para la propaganda insistir más en la representación del
“abnegado ciudadano que trabaja en la retaguardia”, pues su labor no
podía bajar el ritmo, ya que armamento, municiones, alimento y otros
tipos de aprovisionamientos debían seguir llegando al frente, aunque la
amenaza en él fuera disminuyendo.
467El mercader Kuzmá Minin y el príncipe de la Dinastía Rúrika Dmitri Pozharski, héroes
nacionales, lideraron la lucha contra la invasión polaca de principios del siglo XVII.
494
los temas históricos en el teatro, ya que al final se trata de una “exhibición
de la riqueza de las fuerzas interiores de nuestro pueblo”.
6.2.4. El héroe
Literatúrnaya Gazeta concede un importante espacio a los relatos
periodísticos que describen la figura del “héroe”, fundamental en la
definición del imaginario soviético. Tal vez, el aspecto más interesante en
este sentido es que este héroe es siempre “uno de los nuestros”, alguien
con el que el ciudadano y el soldado se podrían identificar fácilmente. No
es el “héroe de nuestro tiempo” de Lérmontov; es un personaje positivo y
sencillo que encarna los mejores valores del ruso y del nuevo soviético; es
el “ciudadano común” al que encumbra el realismo socialista, que se forja
para darle alas y hacerle creer que él también puede y ha de aspirar a la
autorrealización con el objetivo de progresar en su vida, mediante su
esfuerzo y trabajo, y contribuir, con su actitud y acciones, a la victoria
soviética sobre la Alemania nazi. El héroe es aquel que lo da todo por la
patria: quien trabaja más, quien mata a más alemanes, quien se sacrifica
por la victoria hasta extremos casi inhumanos e incluso da la vida por la
ella. Veremos en este epígrafe algunas de las características que se
atribuyen a esta imprescindible figura en la propaganda soviética de
guerra, aunque algunas de ellas ya han sido esbozadas en los artículos
precedentes.
Por último, cabe destacar que en este artículo aún se presenta a Stalin
como el líder que guiará al pueblo hacia la victoria (“Stalin nos conduce a
497
la victoria”), idea que irá perdiendo protagonismo a lo largo de los meses.
Recuerda, asimismo, el discurso de Stalin unas semanas antes, que
sostenía que la guerra con Alemania no era una guerra entre dos ejércitos,
sino una “guerra patriótica de todo nuestro pueblo contra los bárbaros
armados”.
498
en el imaginario soviético la idea de que existe la igualdad de
oportunidades independientemente de la procedencia social de la persona,
ya que con fidelidad, constancia y entrega en el trabajo cualquier
ciudadano puede convertirse en un héroe de la patria.
501
Kaláshnikov también elogia la obra de Korneichuk Un chico de nuestra
ciudad, en la que se muestra “la verdad del frente, la verdad del
pensamiento y el sentimiento” y en la que se refleja “la pasión y la ira del
talentoso poeta”.
502
fronta”). Bajo el primero de los titulares citados, una carta dirigida a “A
Ilyá Ehrenburg” firmada por el jefe mecánico-conductor de la guardia,
starshiná (suboficial), I.V. Chmil’.
503
En “Cartas al frente” los artistas se dirigen a miembros particulares del
ejército o a secciones o divisiones concretas. Les piden que les relaten las
labores que llevan a cabo allí y rememoran, si es el caso, su trabajo en el
frente, a los héroes que conocieron, las acciones en las que participaron,
etc. Finalmente, les ruegan que sigan enviándoles cartas.
Estos dos textos nos confirmarían que los artistas soviéticos estaban
determinados a seguir los mandatos del Comité acerca de incluir en sus
obras acciones heroicas y vivencias reales de soldados y ciudadanos
soviéticos (convirtiéndolos en héroes), de tal modo que sus creaciones
fueran representaciones “veraces” de la realidad en el frente y la
retaguardia. Asimismo, el hecho de que un soldado considerase a
Ehrenburg uno de los suyos (al referirse a él como “querido tripulante”),
ahonda en la idea del “escritor-soldado”.
504
De nuevo, es posible que estas cartas no fueran reales, sino composiciones
elaboradas desde la redacción con el objetivo de mostrar al ciudadano
soviético el trabajo y sacrificio que el soldado del Ejército Rojo realizaba
por la patria, siempre con ánimo positivo y fe en la victoria.
469Periodo del otoño y la primavera cuando las nieves se empiezan a derretir y los caminos
y carreteras se hacen impracticables por el lodazal formado.
506
“… la relevancia del trabajo de Ehrenburg no está en los
méritos literarios de sus artículos, panfletos, artículos satíricos,
crónicas, sino en que desde los primeros días de guerra,
Ehrenburg, en sus cientos de enérgicos artículos, se convirtió en
el pregonero de aquellas simples y humildes personas, vestidas
con guerrera [gimnasterki] y pilotka desteñidas por el viento y la
lluvia, que sobrevivieron a toda clase de experiencias,
perseverando en su riqueza, no endureciendo su corazón, su alma
humana, su razón, su justa verdad y universo (…). Recorrió con
ellos todo el duro camino de la retirada del Prut al Volga, y en
cada línea de sus escritos informaba al mundo de que el soviético
no cede ni un palmo de su posición ideológica, de que su fe en la
victoria es firme, donde quiera que luche contra el fascista”, en
Berézina, Dniéper, Moscú, Smolensk, la ribera del Volga, las
arenas de Astracán, en el Cáucaso…
6.2.5. El enemigo
La representación del enemigo nazi en los textos de Literatúrnaya Gazeta
parece responder a una única lógica dual: los nazis encarnan al mal, Hitler
es el mal. En ellos se despoja al soldado alemán de cualquier humanidad y
lo muestran como un ser despiadado, sanguinario, traidor, dominado por
la violencia y, sobre todo, por la sinrazón. Este “enemigo nazi” está
guiado por líderes aún peores que él, encabezados por Hitler, quien pasa a
508
ser sinónimo del “mal” y del “odio”. De este modo, las tropas alemanas
son más bien “hitlerianas” o “nazis”, y en algunas ocasiones se utiliza la
sinécdoque “korichnevye” (literalmente, “camisas pardas”, que era el
color de las camisas de los miembros de las SA) para referirse a los
fascistas.
470Fédor Gladkov, escritor soviético miembro del Partido desde 1920, participó en la
IIGM como corresponsal de Pravda e Izvéstiya en los Urales. Es el autor de “Cemento”,
una de las primeras obras del realismo socialista.
510
hitleriana de canallas se arrojó sobre nuestra patria. Armados
hasta los dientes (…) los caníbales quieren aplastar y poner
cadenas a nuestro pueblo, como ya encadenaron a los
desafortunados pueblos de Francia, Bélgica, Dinamarca,
Checoslovaquia, Serbia y Grecia”.
513
Literatúrnaya Gazeta, 13 de julio de 1941.
Página 2, a dos columnas en el centro de la página. “El enemigo será
destruido” (“Vrag búdet unichtozhen”), de Alekséi Nóvikov-Priboi472.
472Nóvikov-Priboi fue escritor y sirvió en la Flota del Báltico a principios del siglo XX.
Durante la Gran Guerra Patriótica escribió para periódicos y revistas de la Armada como
Krasnii Flot o Krasnoarmeets.
514
Nóvikov-Priboi culmina su artículo recordando que el pueblo soviético ya
ha demostrado “su valor en numerosas ocasiones” y no permitirá que el
“brutal fascismo” destruya su país.
518
que “tiene de héroes a los hombres de las SS”, símbolos de destrucción y
crueldad: “La literatura es, ante todo, la búsqueda en la vida y la
recreación de aquella gente que crea vida, que la hace mejor, más bella,
que lucha por el triunfo de los más altos ideales de la humanidad”. El
escritor ha de saber escuchar y recoger los sentimientos y pensamientos
del hombre, porque la literatura “es un ardiente corazón humano que
golpea en el pecho del artista al unísono con los corazones humanos”; es
el alma de las mujeres rusas de Pushkin, Turguénev o Tolstói, es “la gran
virtud humana de Otelo”, “el heroico amor de Romeo y Julieta”, “el noble
humanismo de Carl Moore”. Por el contrario, la literatura nazi se
caracteriza por la “falta de razón” que conduce a los fascistas a querer
“amputar de toda la humanidad lo que los distingue de los animales: el
pensamiento (…). Pero la literatura siempre es la afirmación de las ideas
elevadas, es la lucha por la victoria de la razón sobre los instintos”, por la
creación verdaderamente bella de la moral humana; así es la literatura
soviética. Por el contrario, en la “idea de la muerte en la guerra”, “la
muerte sin discusión, sin oscilación”, la muerte como primera orden del
“Führer”, ahí radica la “idea” artística y se desarrolla la literatura fascista,
según este editorial.
En una nueva demostración del odio que solía impregnar las palabras de
Ehrenburg sobre los nazis, al inicio de este artículo califica a los soldados
de Hitler de “salvajes”: “Antes de que Hitler destrozara bibliotecas y
museos de Europa, saqueó al pueblo alemán. Aislando a los alemanes de
la cultura de otros pueblos, condenó a Alemania al salvajismo espiritual”.
Destaca que la herencia clásica rusa aceptada por los artistas soviéticos no
es sólo base ejemplar y creativa para los artistas de la URSS, sino que
también escritores ingleses o franceses alaban el trabajo de Pushkin,
Tolstói, Chéjov y Dostoyevski, o la música de Chaikovski, Shostakóvich
o Músorgski. De Pushkin dice que “era un ruso en el mejor sentido de la
palabra. Escuchaba el latido de la lengua materna”, y señala que “Don
Quijote hace tiempo que pertenece a toda la humanidad”. Es esta una
forma de incluir en el legado internacional artístico a los mejores artistas
rusos como referentes del arte de la humanidad.
Así, el Comité para los Asuntos de las Artes recomendó que la literatura,
la pintura o la música recogiesen en sus creaciones las vidas y acciones de
estos héroes. La referencia a estos personajes y acontecimientos es
continua durante todo el conflicto, ya que los valores que encarnaban no
eran caducos y servían bien en cualquier momento de la batalla.
473En un doble sentido: nacionalista como defensor de la unidad de la nación (de la Unión
Soviética) en la fraternidad de los pueblos, y relacionado con la cultura popular,
aglutinadora de elementos del folclore tradicional de las repúblicas soviéticas.
524
trataron en profundidad y profusamente temas como el heroísmo y el
patriotismo, y que en sus obras lograron describir las principales
características del héroe que la propaganda soviética buscaba encumbrar
durante la Gran Guerra Patriótica. Por último, estos autores superion
recoger las peculiaridades y características de la cultura popular de las
distintas repúblicas mediante la descripción del carácter de los personajes,
las tradiciones y los paisajes que ilustraban en sus composiciones
literarias, pictóricas o musicales.
Este artículo sería un claro ejemplo del intento por vincular capítulos
heroicos del pasado con los acontecimientos presentes. En este caso, se
trata de recordar algunas colaboraciones entre Alemania y Rusia, no con
la intención de estigmatizar a todo el pueblo alemán como enemigo, sino
para mostrar que en tiempos pretéritos ambos pueblos colaboraron
exitosamente. Sobre la colaboración entre Alemania y Rusia, recuerda que
Pedro el Grande ayudó a Federico I con su ejército, y que cuando
Napoleón destruyó Prusia recibió la asistencia del zar ruso Alejandro I,
del mismo modo que se ayudó a los alemanes contra el general francés.
Según este artículo, Hitler sabe de la fuerza del pueblo ruso y de su
significado en Europa y por eso “odia salvajemente a nuestro país y a
nuestro pueblo”, al que quiere convertir en su esclavo.
474 Stepán Razin lideró a los cosacos del Don en el levantamiento contra la nobleza y el
zarismo en los años 1670-1671.
526
Este artículo fue editado para conmemorar el centenario de la muerte de
Lérmontov. V. Zhdánov lo describe como un “genial poeta ruso, gran
patriota y ciudadano ruso” y recuerda que este aniversario coincide “con
los días de la gran guerra patriótica del pueblo soviético contra las
hordas del fascismo germano”. En la poesía de Lérmontov, continúa
Zhdánov, se encarna la imagen de la Rusia nacional, la imagen del pueblo
poderoso e invencible, “el amor hacia la patria en la firme esperanza en
su radiante futuro”. Lérmontov ilustró en sus obras su “fuerza de poeta-
revolucionario”, valor que se pretende transferir al artista soviético.
Subraya el autor del artículo que en la época de la Rusia del zar Nicolás I,
quien somete al poeta a una constante persecución, es capaz de unir al
pueblo con sus obras, donde “el amor a la patria penetra y calienta la
poesía de Lérmontov”. Es por este motivo que en los días de la “poderosa
exaltación de los sentimientos patrióticos de todo el pueblo”, Lérmontov
aparece especialmente cercano al soviético. El poeta pertenece a aquellos
escritores del pasado “creadores de obras inmortales sobre el amor a la
patria, sobre la lucha del pueblo ruso contra el enemigo”, como Pushkin,
que pretendía desenmascarar “a los calumniadores de Rusia”, o Tolstói,
527
que habla de la guerra contra Napoleón. Lérmontov lega al pueblo una
obra sobre la patria que alaba “la fuerza y al valor del pueblo”, que se
centra en “temas heroicos de la lucha por la libertad y la independencia”,
que habla del “pensamiento en el pasado heroico del pueblo ruso”.
Finalmente, destaca que la obra del poeta “llama a la literatura de
vanguardia a servir a los intereses de la sociedad y del pueblo”.
“La gran guerra patriótica ha sido una prueba para todo el arte
soviético”, comienza este artículo de Alekséi Popov. En él escribe,
principalmente, sobre los artistas que componen las brigadas de teatro del
frente y de los repertorios que interpretan, entre los que se incluyen las
obras más destacadas de la dramaturgia soviética bélica, recogidas en los
documentos del RGALI.
Popov señala, una vez más, que desde el mismo día del inicio de la guerra
ya hubo brigadas de artistas que se dirigieron al frente, y que hasta esa
fecha estos grupos habían interpretado cerca de 1000 conciertos.
Menciona el autor a una brigada que se ha formado para los Urales por
decisión de la Dirección General Política. Desde estas brigadas se han de
exponer ante el público las hazañas de sus camaradas del frente y “los
grandes objetivos de la lucha”, además de incidir en los temas
relacionados con el amor hacia la madre patria, el odio hacia el enemigo,
“el gran amor a la vida y el desprecio a la muerte”, y la “unidad de frente
y retaguardia”. “Las nuevas condiciones demandan una nueva etapa de
vida creativa del teatro”, sostiene Popov, motivo por el cual ya se trabaja
en “la reconstrucción de viejas obras y elaboración de nuevas”.
532
Literatura i Iskusstvo, 8 de agosto de 1942.
Página 3, a seis columnas en la parte inferior de la página. “Rajmáninov
y la música rusa” (“Rajmáninov i rússkaya múzyka”), prof. K. Kuznetsov.
533
La cámara nacional de libro edita, bajo la coordinación del profesor A.
Efímov, una guía que incluye materiales sobre la guerra patriótica de 1812
y también sobre las actividades de los más importantes líderes militares
rusos y héroes nacionales -participantes en dicha guerra-, tales como
Kutúzov, Bagratión, Denís Davydov, Plátov, Ermílov, etc. En esta guía
también se incluiría una “bibliografía con fuentes fundamentales” y “las
principales memorias de la literatura en ruso, monografías,
investigaciones científicas, investigación científica-popular, etc.”.
Por otra parte, Tijomírov quiere reiterar que los actuales artistas que
trabajan en el frente son justos herederos de aquellos que ya trabajaron
describiendo otras guerras antes que ellos: “En mayor medida que
cualquier otro pintor, Vereshchaguin era un artista-guerrero”, que para
ayudar en la victoria luchó como un soldado ordinario. Este artista de
guerra representaba en sus lienzos e ilustraciones episodios vividos por él
en la guerra y formó parte de cuatro campañas: la turca de 1868, la de los
Balcanes 1877-78, la hispano-americana 1898, ruso-japonesa 1904, en la
que falleció. Vereshchaguin también pintó muchos cuadros dedicados a la
guerra de 1812, para los que “estudió con atención todo el material
histórico del que pudo disponer”. Es pues, un ejemplo a seguir para
cualquier otro pintor o ilustrador de guerra por su valentía, dedicación y la
gran calidad de su trabajo, pero también por la forma en la que exponía el
contenido de sus trabajos. Tijomírov subraya que las obras de escritores
como Konstantín Símonov, Vitali Vasilevski o Aleksánder Korneichuk se
apoyan “en la severa escuela de la guerra”, y al interpretar la verdad de
esta guerra “establecen una fuerza moral poderosa que educa el heroísmo
y preparación hacia cualquier sacrificio en nombre de la patria”, del
mismo modo que lo hicieron los grandes artistas en el pasado.
535
Para Tijomírov, los artistas que narran, pintan o ponen música a las
guerras han de exponer todo lo que en ellas hay: ataques, frío, hambre,
victorias, asaltos, enfermedad, heridos, etc. Vereshchaguin fue un
“patriota, guerrero y cronista” de guerra, un artista cuya obra “es un
ejemplo” para el artista que participa en la Gran Guerra Patriótica. Es el
mito del arte soviético como revelador de la realidad existente y
anticipador del futuro ideal, señas de identidad del realismo socialista,
pero en una nueva versión, ciertamente algo deformada: sí se muestran
batallas, muertes, enfermedad y toda la violencia y crueldad de la guerra,
pero son los miembros del ejército nazi quienes causan todos esos daños;
sí aparece el héroe que ha de atravesar por indescriptibles dificultades y
que al final siempre sale victorioso (no necesariamente con vida), pero
esta vez lucha por la patria y es capaz de sacrificarse por ella.
536
de la lucha del pueblo ruso contra tropas de invasores y que
acabó con la derrota y expulsión del enemigo de Rusia”.
Que mencione las “tendencias decadentes del arte extranjero del siglo
XX” nos parece especialmente destacable, pues no hemos encontrado
muchas más referencias en este sentido. Suponemos que se refiere al arte
formalista o a tendencias artísticas que dominaron la esfera europea del
arte durante esos años, en los que las vanguardias europeas siguieron
desarrollándose en diferentes direcciones, más centradas en el arte
conceptual o abstracto que en el objetual y realista por el que se abogaba
en la URSS.
En cuanto a la situación actual del arte tras dos años de guerra, en opinión
de Iogansón, se debe mucho al realismo socialista y a los 25 años de
pintura soviética. Uno de los temas principales del arte actual es el “odio
hacia el enemigo”, en el que el artista ha de “mostrar la auténtica cara del
enemigo”: fría, la del cruel asesino profesional para el que la destrucción
del pueblo eslavo es un asunto “honroso”. Artistas como Plástov,
Kukryniksy o Gaponenko han aprehendido estos aspectos para la
exposición “Gran Guerra Patriótica”. De Kukryniksy dice que “golpea al
enemigo” desde la posición de las mejores tradiciones de la pintura rusa
de Súrikov, Repin, Serov, Levitán o Korovin. Explica Iogansón que en esa
exposición están “los mejores cuadros de la historia imperial y de la
guerra civil”, traídos de distintos museos para formar parte de la
exhibición.
539
Literatura i Iskusstvo, 7 noviembre de 1943.
Página 4, a tres columnas alineadas en la parte superior izquierda.
“Pensamientos sobre Chaikovski” (“Mysli o Chaikóvskom”), D.
Shostakóvich.
541
Son habituales en las páginas del periódico relatos cortos o fragmentos de
piezas literarios de diversos de artistas del país. En ocasiones, se trata de
obras ya publicadas o preparadas para editarse, y en otros casos, como el
que nos ocupa, es un texto escrito ex profeso para Literatúrnaya Gazeta.
Esta composición de Mijaíl Zóshchenko descubre al lector que, para los
artistas, la vida también continúa, aunque ahora tienen que convivir con
las vicisitudes propias de la guerra.
543
Volviendo al artículo, en él se relata el trabajo que estas agrupaciones
realizaban durante la época de siembra en los koljoses y es un buen
ejemplo del extensivo trabajo de la propaganda soviética, que cubría todos
los ámbitos, públicos y espacios existentes. En la guerra, la labor
propagandística no sólo se centró en el frente o en la retaguardia
“industrial”, sino que se acercó al campo para recordar los trabajadores
agrícolas su “deber patriótico”, que en su caso pasaría por el aumento de
la producción para poder alimentar al ejército o a otras zonas de la
retaguardia necesitadas.
475La palabra “stengazeta” hace referencia a los murales que preparan los niños en los
colegios para hacer presentaciones. En este caso, se trataría de murales informativos-
propagandísticos imitando a un periódico y pegados en las paredes del lugar.
544
aficionados en el óblast de Stalingrado, donde se montaron pequeños
grupos de agitación-artística compuestos por 3-5 lectores/recitadores,
cantantes y conferenciantes. Todos estos grupos también distribuían
“panfletos con textos de las mejores canciones y obras de poetas-soldado
del frente”.
545
En el editorial se insiste en que los programas de conciertos:
547
Literatura i Iskusstvo, 16 de agosto de 1942.
Editorial. “Literatura sobre la resistencia y la valentía” (“Literatura o
stóikost’ i múzhestvo”).
549
“El Cáucaso es un antiguo sueño de los asesinos y
asaltantes alemanes. El Cáucaso es petróleo y carne, es lana y
manganeso, es vino y metales preciosos, es cemento y cítricos.
Los tiranos fascistas buscan aquí nuevas fuentes de mano de obra
gratuita, les parecen stanitsas476 ricas (…)”.
477 Véanse las referencias al fondo 962, lista 6, nº exp. 991 en el Capítulo IV.
551
Si en otros tiempos desde los medios de comunicación se advertía de la
negativa influencia que para el arte suponían las tendencias formalistas,
Gerásimov ahora sostiene que no hay que temer al formalismo que
anteriormente difamó “los sanos comienzos de nuestra joven pintura
realista”. Las obras que se exhiben en esta exposición confirmarían que
“la bien desarrollada juventud artística soviética de la época de Octubre
es digna continuadora de las grandes tradiciones del arte realista ruso”.
Esto demuestra que el realismo socialista se había generalizado de tal
modo que ya no era necesaria su confrontación con el formalismo para
justificarlo. Además, recordemos que estas exposiciones se montaban, en
la mayoría de los casos, con obras realizadas por encargo estatal, con lo
cual era prácticamente imposible que hubiera una pieza que se saliese de
los márgenes estéticos oficiales.
Gerásimov afirma que las pinturas que forman parte de esta exposición
son una clara muestra de que la creación artística soviética ha encontrado
“las verdaderas imágenes artístico-plásticas que preservarán para las
futuras generaciones todo nuestro odio hacia el enemigo, toda nuestra
indestructible fe en la victoria, todo nuestro amor y devoción hacia la
patria, el pueblo y el gran Stalin”.
Stalingrado fue más que una simple batalla; la propaganda la utilizó para
alabar el éxito de la estrategia estalinista, aunque mencionaría también la
importancia del liderazgo de militares como Vóronov o Rokossovski.
Además, esta victoria es, sin duda, la más simbólica de todas las que se
produjeron en el Frente Oriental: Stalingrado era “la ciudad de Stalin”.
Del mismo modo que Hitler se fotografió en París con la torre Eiffel de
fondo tras la ocupación nazi de la capital francesa, ninguna otra imagen
hubiera podido ser tan poderosa para la propaganda enemiga como aquella
en la que el líder nazi hubiera aparecido entre las ruinas de Stalingrado o,
554
anteriormente, ante las cúpulas de la Catedral de San Basilio o junto a las
murallas del Kremlin en Moscú.
Este editorial se publicaba bajo un edicto emitido por Stalin para felicitar
al mariscal de artillería Nikolái Vóronov y al mariscal Konstantín
Rokossovski tras la victoria en Stalingrado.
555
Este editorial marca las pautas para el proceso de “mitificación” de la
batalla de Stalingrado como encarnación del éxito de la estrategia militar,
técnica y táctica de sus líderes, combinado con la voluntad y el coraje del
pueblo soviético y el Ejército Rojo. Describe someramente cómo se
desarrolló la resolución del conflicto en las luchas en las orillas del Volga,
y cómo el ejército soviético supo, finalmente, hacerse con la iniciativa e
imponerse a la estrategia alemana gracias al liderazgo del Alto Mando y
de sus dirigentes militares. Es importante hacer notar que, a partir de
Stalingrado, ya no sólo se logran victorias gracias al trabajo de los
soldados en el frente o de la gente en la retaguardia; a partir de entonces,
los altos mandos del ejército y sus acertadas técnicas, dirección y
maniobras, juegan un papel fundamental en estos éxitos militares.
478El título honorífico “Narodnyi Judózhnik” se concedía a los artistas más destacados del
país, que con sus destacadas creaciones artísticas hubieran contribuido, desde cualquier
rama artística, al desarrollo y grandeza del arte soviético.
557
Literatura i Iskusstvo, 10 de julio de 1943.
Página 2, a 7 columnas, parte inferior de la página. “La canción de
masas”479 (“Massovayapesnya”), Mijaíl Jrápchenko.
Mijaíl Jrápchenko abre el debate acerca del valor artístico del folclore
nacional. El presidente percibe “una actitud señorial-condescendiente”
hacia la creación de canciones populares. La palabra “folclore”, para
algunos agentes del arte musical, “se presenta como sinónimo de atraso,
primitivo”, lo que supone “un profundo error” que “descansa, sobre todo,
en la ignorancia elemental de los valores artísticos creados por el
pueblo”.
561
carácter del nuevo ciudadano soviético ni en las composiciones de los
artistas soviéticos. En el caso de Octubre, probablemente por su directa
vinculación con la campaña de construcción socialista, del Partido y del
Estado, excluido por la necesidad de redireccionar los mensajes hacia la
definición y defensa de la patria. En cuanto a la Primera Guerra Mundial,
la salida prematura del país de la guerra (de una forma que muchos líderes
de entonces considerarían vergonzosa y claudicante) y las pérdidas
territoriales y morales, probablemente fueron el motivo de su
“desaparición” de la lista de acontecimientos históricos que el artista había
de reflejar.
480 Entre las que sí hemos considerado y entre las que hemos leído, pero no incluido aquí,
hemos observado que muchas de ellas fueron escritas por otros artistas de la misma rama
artística que el autor o la obra revisada. Es el caso, por ejemplo, de las críticas de
Gerásimov o Dmitri Moor, aquí referidas. También hemos mostrado en este análisis las
críticas de algunos de miembros del Comité sobre obras teatrales como Rusos, entre otras.
562
“Esta obra de nuestro contemporáneo habla
maravillosamente y a plena voz sobre el dolor y la furia del
pueblo soviético que lucha contra los ocupantes fascistas, una
guerra que no es por la vida, sino por la muerte. En la
producción de la sinfonía el compositor, me parece, ha
encontrado los medios adecuados para la expresión de
pensamientos y sentimientos complejos. Aquí están la naturaleza
y el barullo de la guerra (…). Yo no soy músico y entiendo
espléndidamente que sobre la Octava Sinfonía hay diferentes
juicios y diferentes opiniones… Pero para mí, como oyente, lo
más importante es la idea fundamental, el estado de ánimo
fundamental del que la Octava Sinfonía está impregnada”.
563
reafirma y continúa en la Unión Soviética. En él Stalin reaparece como
guía no sólo de la victoria, del gobierno o del Partido, sino de la patria.
564
La guerra afronta su último año y medio de guerra con las perspectivas de
victoria de su parte, pero las brigadas de artistas del frente continúan su
trabajo igual que al inicio de la contienda, y los debates acerca de cómo
mejorar su trabajo y qué obras son las más apropiadas para sus repertorios
continúan: “¡Espectáculo teatral en el frente! Cuántas discusiones ha
provocado este tema entre los trabajadores del arte… (…). ¿Necesita
tragedia el teatro del frente? ¿Qué comedias son preferibles en su
repertorio? ¿Cuál debe ser el diseño del espectáculo?”.
481Citada en los fondos 962, lista 7, nº exp. 1208 y 962, lista 7, nº exp. 1230, como parte
del repertorio de las brigadas del frente.
565
oficial soviético? ¿Por qué no son adaptadas para las
condiciones del teatro del frente piezas teatrales sobre líderes
militares (tales como “Suvórov”, “Capitán General Kutúzov”,
“General Brusílov”)?”.
Espectáculo Viaje de novios representado para los heridos del frente e interpretado por
actores de la filial del Teatro Vajtángov. Primer Frente Ucraniano, 1944. Autor
desconocido. Localización: Polonia, Rytvyany. Archivo Estatal de la Federación Rusa. F.
R- 5508, Op. 3, D. 321, L. 89. Ref. en www.victory.rusarchives.ru/
566
ofensivas de Vorónezh a Kiev, del Don a Dniéper…”, y gracias a su
abnegado y muy artístico trabajo “se convirtió en el colectivo más querido
de los soldados, sargentos, oficiales y generales del frente”.
Por otra parte, critica que algunos teatros del frente no puedan, siquiera,
calificarse como “teatros”. Enumera los muchos problemas relativos al
“diseño escénico”, por ejemplo. Apunta que en los espectáculos del frente
son muy importantes “el color y la pintura” y comenta cómo se reutilizan
o cómo modifican la escenografía. Añade, además, que las condiciones de
los desplazamientos de los teatros en el frente no les permiten que lleven
consigo los “decorados y atrezo” habituales, lo que desvirtúa sus
representaciones.
567
Literatura i Iskusstvo, 1 de abril de 1944.
Este número dedica su primera página a Kalinin por su nombramiento
como “Héroe del Trabajo Socialista”, acompañado por la entrega de la
Orden de Lenin -las más alta condecoración de la URSS- y la medalla
dorada de “La hoz y el martillo”, coincidiendo con el 25 aniversario de su
“actividad en el puesto de jefe del órgano supremo de gobierno
soviético”. Por esta razón, algunos de los más renombrados artistas del
país, como Nikolái Tíjonov, Alekséi Tolstói, Aleksánder Gerásimov,
Leonid Leónov o Kukryniksy, entre otros, dedican un breve texto en la
parte central de la página a la figura del presidente del Presídium del
Soviet Supremo de la Unión Soviética. Al acercarse el final de la guerra,
el Partido, el gobierno y sus principales líderes vuelven a ser considerados
héroes y dignos de mención, ya sea por su participación en el conflicto o
por sus actividades dentro del gobierno. En este caso, los artistas que
escriben sobre Kalinin destacan su cercanía e interés por las cuestiones del
arte.
568
“Un amigo del arte soviético” (“Drug sovétskogo iskusstva”), A.
Gerásimov.
570
y como el mejor de todos nosotros. ¡Honor y alabanza a él por
esto!”.
571
la cultura y el arte con nuevos logros y descubrimientos»- destaca en la
orden del Primero de Mayo el camarada Stalin (…)”.
El arte sigue siendo un arma para la victoria (“La lucha heroica del
pueblo inspira al artista soviético. Y viceversa, el arte inspira a nuestro
pueblo en la victoria”), y ahora también para Stalin, equiparado, por
primera vez, a la patria:
572
quedan patentes en las duras experiencias de la guerra. Esa es la noble
tarea del arte”.
573
574
CONCLUSIONS
At the beginning of this work I put forward a series of hypotheses and
raised several questions that have guided this thesis and to which I have
then tried to provide answers. Following a historical-theoretical study of
Soviet propaganda – one of the main pillars of this thesis – and the
analysis of the socio-historical and socio-political context against which
events transpired during the Great Patriotic War, I have then gone on to
probe into the (power) relations established between the populace and
state/party institutions through the analysis of the hegemonic discourse of
the press and official bodies devoted to the arts. My main aim has been to
delve deeper into the use of the cultural press and the institutionalization
of art – embodied in this work by the Literaturnaya Gazeta and the
Committee on Arts Affairs – as propaganda tools at the service of power,
entrusted with the task of contributing to the construction of the (new)
Soviet imaginary during the Great Patriotic War. In this regard, I must
stress the importance that the elaboration of a specific theoretical and
methodological framework has had for laying the groundwork of this
particular research and its consequent development.
577
State and party institutions participated and had powers of decision-
making and instruction in the spheres of art and the press, thereby
duplicating management functions in this regard. If the institutions
involved are “at odds”, dual representation can lead to chaos, which,
according to the results of my analysis, might have been the case on more
than one occasion. However, given the structure of the Soviet system of
institutional organization, it was not that they were “at odds”, but rather
that the dividing line between State and Party had not been correctly
defined and it was impossible to establish exactly where the exclusive
powers of the former began and ended, or what were those specific to
the latter482. Moreover, the fact that Stalin was the head of both of the
USSR’s main governing bodies made this dissociation even harder. In
theory, “dual representation” and “centralization” could seem like
mutually exclusive attributes, but my analysis points in the opposite
direction: the existence of a dual representation was evident; nonetheless
it was also apparently more of an incomplete “symbiosis” of governing
bodies than a real struggle between them both over the running of the
country. So much so that the supposedly “centralized” government and
“dual representation” contributed to the development of a special
organizational system for the arts and the press in the USSR, which has
been covered in this work, and, additionally, it worked horizontally with
other institutions that were not directly related to either field, although, in
any case, always answerable to the Central Committee or the Sovnarkom.
Central Committee/
Sovnarkom
Central Political
Directorate
Directorate for
Propaganda and Agitation
Literaturnaya Gazeta
483It is important not to forget that I have not analyzed all of the Soviet propaganda
messages transmitted via any channel during World War II, but only those originating
from the Committee on Arts Affairs and the Literaturnaya Gazeta.
581
participation of brigades of artists, who took these previously studied and
defined repertoires to all the corners of the country, both on the front and
in the rearguard. All these channels contributed to transmitting an
identical set of messages, albeit sometimes with small local
concessions484.
484 For instance, as has been seen in the documents of the Russian State Archive of
Literature and Art (RGALI) and in several articles appearing in the Literaturnaya Gazeta,
when a theatre brigade was deployed, for example, in the Ukraine, an effort was made to
include the works of local authors and elements of traditional folklore, such as songs and
dances, in its repertoire. By the same token, if its destination was in the rearguard, in a
kolkhoz, an attempt was made, whenever possible, to include topics that might be of
interest to the peasants and locals.
485The Press Department formed part of the Directorate for Propaganda and Agitation
during the Great Patriotic War.
582
controlled the country’s ideological, educational-propagandistic and
agitation programmes – henceforth being primarily accountable to the
Sovnarkom or the Central Committee. So far as I have been able to judge,
the Committee on Arts Affairs functioned with a certain amount of
independence with respect to the organization and management of
artistic production in the USSR, though not so, I believe, as regards
ideological orientation, dictated mainly by the Politburo and the
Sovnarkom through decrees or the intervention of other agents, such
as the Central Political Directorate or, to a lesser extent, the
Directorate for Propaganda and Agitation, both under the aegis of the
Central Committee. Therefore, independence did not exist, not even de
jure, in the bodies responsible for administering issues related to
propaganda, art or the press, inasmuch as the regulations and decrees
issued derived from the Sovnarkom or the Politburo.
584
free art market in the USSR, no artist or work could, in theory, break out
of the thematic and formal boundaries imposed by the Committee, nor
exist outside the state circuit. Thus, the Committee was a bureaucratic
body whose job it was to supervise and assess artists and works, and
Literaturnaya Gazeta, its official mouthpiece, through which the
authors publishing articles in the newspaper also publically voiced
their pro-government stance.
487 Sometimes even colloquial, as can be seen, for instance, in the letters from the front or
in the personal accounts of a number of correspondents or artists.
585
of the Committee), reminding them unremittingly of their duty to the
motherland and, at the same time, the sense of responsibility that can be
deduced from the newspaper itself as the voice of the arts in the USSR
during the war. It is also important not to forget that, on many occasions,
its articles served as an excellent tool of agitation and were read on the
front. In any case, the Literaturnaya Gazeta was not an especially easy
read, which also gives us a clue as to its readership: its target
audience was the collective of artists and intellectuals, although, as it
was a central and public newspaper, it was readily available to all
citizens488, a point I will return to further on. Lastly, with respect to the
issues covered, the Committee set the tone and the Literaturnaya Gazeta
hammered away at them time and again. Even the poems, scores or short
stories published in the newspaper satisfied the demands of the Committee
as regards specific content. This being the case, the possibilities of
thematic deviations in the Literaturnaya Gazeta, as the official organ
of the Committee on Arts Affairs, were practically nil and I have not
found any dissenting voices in the newspaper489: all the views of the
Committee were defended and bolstered in the press and the
possibility of introducing conflicting or different messages was
negligible. After a fashion, the newspaper was the “colloquial” way in
which artists, representatives and agents talked about their work, what
they should do and how they should do it; about when an artwork was
acceptable and when it showed deficiencies of form or content, the most
representative artists and works, inspiring historical characters and events,
and the inestimable worth of the Russian cultural legacy; and, above all,
488As I have been unable to find references to prints runs and circulation figures, I cannot
be more specific as to the definition of the newspaper’s readership or availability.
489 Although some renowned authors (like Ilya Ehrenburg) could afford to voice their own
opinions with respect to some topics, and some musical critiques were, effectively, mere
critiques, without any evident ideological content.
586
about the best way of contributing to the war effort with their work,
whether on the front itself or in the rearguard. By contrast, the Committee
published regulations, ordinances and lists dealing with what to do and
how to do it – content, form, quantity or background of the authors – in
addition to managing state commissions, without whose approval no work
could be, in theory, disseminated in the Soviet Union. It was therefore a
more organizational and managerial than ideological body, although there
are eminently propagandistic texts to be found in its documents.
Accordingly, though distinct in tone and form, the Committee and the
Literaturnaya Gazeta put the accent on the same messages, which hardly
varied throughout the war. In any case, it was highly improbable that
dissenting, schismatic or hostile messages would emanate from a public
institution, whether under duress, for fear or for the author’s real
commitment to and firm belief in the official messages, something that
was, on the other hand, commonplace in times of war490.
490 I have not studied the independent circles or movements in the press or unofficial art.
They existed, nonetheless, thanks to methods such as the samizdat, although in a more
limited way than in the 1970s and 1980s, because, in addition to the Government’s
methods of control and censorship of publications, in the Stalinist period all printing
presses, material and printing and design equipment, even typewriters, had been
confiscated by the state and it was still early days to reconstruct an “industry” or an
alternative editing and dissemination network. Furthermore, authors like Shostakovich,
Bulgakov, Mandelstam and Nikolay Glazkov managed to temporally circumvent
censorship, albeit some of them paid for such recklessness with their lives (On samizdat,
see Komaromi, 2004).
587
in the art world (mainly literary critics, editors, artists, members of a
variety of committees and directorates, etc.). I have found no references
to the newspaper being read by a conventional public, so I cannot confirm
whether it was a mass-readership publication, yet I assume that it had a
widespread circulation insofar as it was the foremost cultural newspaper
of its time. However, both the issues addressed and, in particular, the
greater complexity and the more specialized language give me cause to
believe that it was not readily accessible to the average citizen. Another
reason could have been its price: Pravda cost 15 kopeks, whereas
Literaturnaya Gazeta and Literatura i iskusstvo cost 45. Likewise,
Pravda, Izvestiya and other general-interest newspapers and magazines
also published information about premieres or critiques of films, literature
or plays, hence covering public demand for information to this respect.
Something similar happened with the recipients of the documents of the
Committee. In this case, its instructions were not of a public nature and
were distributed or delivered to artists chiefly through different
cultural bodies: museums, theatres, conservatories, artistic
organizations of various sorts, groups, artists’ associations, etc.;
namely, the regulations and information published by the Committee were
transmitted to official bodies related to art which, in turn, passed them on
to the artists in question.
Yet, in this regard, the key question would be, did the propaganda
circulated by the Committee on Arts Affairs or the Literaturnaya
Gazeta truly fulfil its purpose? My answer is somewhat ambiguous:
“probably”. As I have already stated on numerous occasions, this is
because we do not know for sure if the “anticipated response” of artists,
citizens or soldiers was exacted or sincere; the result of the substantial
impact of the propaganda of integration and “shock campaigns” on the
588
Soviet imaginary. In any case, the main objective of propaganda during
the Great Patriotic War (mobilization) was reached, regardless of the
importance of its role in (re)shaping the Soviet imaginary. Thus, if the
goal had been mobilization, rather than the ideological “conversion” of
artists, we could go so far as to say that war propaganda through art had a
huge impact. So, it seems to be beyond doubt that the propaganda of the
Committee and the Literaturnaya Gazeta fulfilled its mandate, at least
with regard to the art community: it made them more committed to
their work, both on the front and in the rearguard, in defence of the
motherland by creating more works that followed the guidelines
established by the Committee; many of them marched to the front in
brigades of artists, responding to the call of patriotic “duty” as “soldier-
artists”; similarly, a large number of writers became war correspondents.
In the analysis proposal put forward in Chapter VI, I inquired into how
the dominance relationships existing in the discourse revealed
themselves and how the establishment used the press to disseminate a
discourse that contributed to legitimizing itself. On the basis of the
articles analyzed, I have arrived at the conclusion that the method
employed was the transmutation of “me” (Party, State) into “us” (the
people, the motherland), an objective that was attained by passing
governmental interests and needs through the propaganda machine
so as to present as them as being shared by the people. By establishing
the victory of the people in defence of the motherland as a common goal
in the war, the demand that citizens or soldiers make every effort or even
lay down their lives for the party or the state was thus avoided. Promoted
under the slogan “For the motherland!” the struggle lost a lot of its
ideological weight in favour or a more personalized and subjective vision
of both the conflict and its participants. The Soviets offered up their work,
589
their possessions and their own lives in order to save their families or
friends, protect their homes and villages (that was the “motherland” for
them), but not for a cohering abstract entity as was the nebulous socialist
state, which had been demanding ever greater efforts from its citizens for
the last decade, without them glimpsing any real progress or a foreseeable
“brilliant future”.
Thus, it can be seen in all of the articles that the struggle was always to
protect the motherland or native soil (otechesvo, rodina, otchizna) from
the German invaders; not Stalin, not the socialist project that the press had
promoted untiringly in the 1930s, not even the Soviet state. The
“motherland”, therefore, was a common denominator in the discourse of
the Literaturnaya Gazeta during the Great Patriotic War and, more than
likely, a vital element in all of its messages and the most crucial in the
construction of the Soviet imaginary.
Those writing for the Literaturnaya Gazeta did so, generally speaking,
about their work (what topics should be addressed and how, what was
considered incorrect and what was not, or what were the principle
needs of each genre). It is on this point that the following questions
should be raised: at whom were the messages directed, what values did
they intend to disseminate and why exactly at that moment and not at
another? As I have already highlighted, the messages of the Great
Patriotic War differed from those churned out by the Soviet propaganda
machine during, for instance, the period of the five-year plans, the Civil
War, or the country’s industrialization and collectivization. With the
advent of World War II, multiple variables had to be taken into account,
which might not have been a priority until then. The recipients have
already been discussed, but what relationship can be found among the
590
values disseminated at each moment and the context in which they
were used in press articles? For example, at the beginning of the war,
between the summers of 1941 and 1942, the Literaturnaya Gazeta
covered the mobilization of all forces in the defence of the motherland,
with a particularly defensive discourse featuring persistent comments to
the tune of “they have attacked us treacherously”, “our cause is just”, “we
are fighting to defend our motherland”. It was a direct message which,
without mincing words, urged artists to take up arms, whether in the
figurative (paintbrushes, pens, cameras) or literal sense, following the
example of the troops and citizens in the rearguard. At the beginning of
the war, there were countless desertions and casualties due, among many
other factors, to the lack of training of the renovated, inexperienced and
youthful Red Army, to the absence of a high command with war
experience (purged in the mid-1930s), and to the need for cutting-edge
equipment and technology. The populace was terrified and, if a true
account of the war had been published (Sovinformburo and TASS were
responsible for filtering information), this would have dealt a terrible blow
to the morale of the Soviet people very difficult to overcome. That is why
in the initial years of the war the Literaturnaya Gazeta insisted on
recalling past heroes and similar battles491 that the Russians had won
against foreign invaders (for that reason, 1812 was an important
benchmark: Hitler was the new Napoleon), thanks to the perseverance of
the people, the love they professed for their motherland and the heroic
exploits of their leaders, fellow citizens and soldiers. The Soviet Union
appeared to be represented yet again as the “great empire” it had once
been, as a union of diverse peoples and nations, faithful in the struggle
491In Literaturnaya Gazeta, some of the figures of the Russian Civil War were indeed
mentioned as sterling heroes. However, references to the war itself as an exemplary battle
and historical fact with a positive symbolism that served to reconstruct the Soviet war
imaginary only occurred during the first few months of the conflict. Afterwards, its
ideological baggage was to become excessively exclusive.
591
that they knew was just. To abandon the motherland or to ignore its call
was regarded as a hostile act of treason, and such cases were never
mentioned in the press. Hence the imperative need to achieve the greatest
level of mobilization, boost morale, and underscore positive values shared
by those who decided to lay down their lives for the motherland during
the Great Patriotic War: heroism, patriotism, charisma, self-sacrifice,
bravery, generosity, etc. They were examples to be followed because with
their deeds they managed, as they had done in the past, to deliver their
country from a foreign foe and restore peace. It was crucially important
that, as reflected in the articles published in the Literaturnaya Gazeta and
the documents issued by the Committee, the hero was shown “as one of
ours”: a soldier, a mother waiting for her son to return, a peasant, a
munitions factory worker, etc. The feeling of being represented in the
images disseminated by art contributed to defining the Soviet war
imaginary.
After the summer of 1943 and the victories obtained in Stalingrad and
Kursk, Soviet propaganda shifted towards an offensive war rhetoric: it
was essential to continue the advance, to keep on fighting with the same
intensity as before because victory was nigh and the enemy did not seem
as invincible as it had done at start of the war. Hence, the subtle tinge of
pride, arrogance, a certain degree of deference and superiority in the face
of the enemy which impregnated some texts towards the end of the war.
Likewise, the issue of the country’s reconstruction (on a physical and
economic level) was finally broached. Ultimately, the message had not
changed: “Fight, fight for the motherland, since the ultimate victory is still
to come”.
592
Lastly, from 1944 onwards, above all after the Leningrad Blockade had
been lifted, victory was just around the corner. Although, already back in
1943, newspaper articles had begun to include “praise” for the wise
handling and tactical guidance of Stalin and the country’s military leaders,
thanks to whom the conflict seemed as if it were going to be finally
resolved positively for the USSR, these “dithyrambs” proliferated in the
last year of the war. That year also marked the beginning of series of
important victories for the Red Army and the hasty retreat of the
Wehrmacht, as a result of which orders and decrees with citations of
awards to be given to military leaders, battalions, units or soldiers, or to
those on whom the country’s gratitude was showered for the huge
undertaking that they had accomplished for the motherland, had begun to
appear on the front page of the Literaturnaya Gazeta. And it was usually
Stalin who signed those documents, which bear his image.
594
The link between Soviet art and traditional Russian culture and
elements of national folklore of the republics was a habitual
propaganda resource. In these articles, it can be seen how they were
used to introduce the idea of the moral and intellectual hegemony of
Soviet art and artists with respect to the Germans, whose intention was to
destroy the cultural legacy of humanity. Placing the art of the different
republics on the same level as that of the Russian Soviet Federative
Socialist Republic (RSFSR) laid emphasis on the idea of unity of the
Soviet people as a symbol of superiority, based on the respect for the
traditions, tolerance, generosity and fellowship of the regions of the
USSR. In connection with the Russian artistic legacy, Lermontov,
Pushkin, Vereshchagin, Repin and Leo Tolstoy were represented in
these articles not only as torchbearers of the Russian cultural legacy,
but also as examples of the best moral attributes of the Russian
people, inherited by the Soviets. All of them were highlighted above
all for having been great patriots.
This is when the Soviet hero takes centre stage, of whom I have been
able to identify three types: historical Russian heroes (such as
Suvorov, Kutuzov and Nevsky); ordinary Soviet heroes (soldiers and
citizens); and high-ranking military heroes (more frequent towards
the end of the war). All of them possessed the same qualities: they were
true patriots willing to lay down their lives for their nation; they were not
concerned about the effort or sacrifices that they would have to make, nor
did they fear the enemy, however vast and reckless, for whom they felt a
profound disaffection, even hatred; they were diligent in their work,
putting it before their personal interests, their morals and ethics were strict
and responsible; and, primarily, they regarded their work for the
595
motherland as an almost sacred “duty”, not as an obligation, but as
something spontaneous and morally necessary.
To these three types of hero a fourth, maybe not so evident, one can be
added: the hero-artist, which dovetails with the idea of the “soldier-
artist”, the “war writer” or the correspondent. He was also a hero and
his chronicles, editorial pieces and articles were geared to presenting
himself before his readers in this guise. Furthermore, his heroism was
even greater, since on having answered the call of the motherland from
day one of the war, he had been bold enough to leave everything behind to
go to the front, despite having little or no military training. As one of
many, he fought side by side with the rest of the troops, with his pencil or
paintbrush and a pistol in his holster.
Conversely, his antithesis, the enemy of the Soviet Union, the Nazi
soldier, or Goebbels, or Himmler, or, above all, Hitler, embodied all
the evils of the earth: treacherous, bloodthirsty, ruthless and
“mindless”. In the articles appearing in the Literaturnaya Gazeta, I have
found numerous references to the “iniquity” that guided the actions of the
German army, which blindly and unconsciously followed all of Hitler’s
instructions. As a cultural publication, it also emphasized the
difference between the impoverished, filthy and decadent culture of
the Germans, and the richness of Soviet culture, proud heir to the
Russian cultural legacy.
In this thesis, I have discussed art and the press at the service of power,
because the Soviet state impeded any other alternative: neither art for art’s
sake nor the press with a desire to inform. However, another aspect which
I also believe to be of enormous importance and which has been revealed
during this research is that the artists and art workers who
disseminated their messages through their artistic creations, whether
in the Literaturnaya Gazeta or through the Committee on Arts Affairs,
unconsciously constructed their own imaginaries (the idea, for
instance, of the “soldier-artist”492 or “war writer”), while simultaneously
constructing the imaginary of the Soviet citizen. Though the ultimate
objective was the same (the mobilization of the populace and resources),
in the self-referential portrait of the artists themselves the accent was put
more on their role as guides and illustrators of the reality of the people (as
before, Stalin’s “engineers of the human soul”) than on that as “everyday
heroes”.
Each people or nation, each social group or class, exists within the bounds
established by its imaginaries, within the “historically possible” in a given
492 The “engineer of souls” artist thus becomes the soldier-artist; the former uses
“ammunition” blatantly aimed at the reformulation of the minds of new citizens (at social
and political education); the latter employs ammunition directed at sentiments, which
seeks to provoke a response in the form of action (adhesion, mobilization).
597
situation, in the face of a given event. The responses of particular
individuals – already (self-)acknowledged as elements of a group – form
part of a cultural repertoire specifically created or recreated for them at a
precise moment, which activates their conceptual frames in order that they
understand what is occurring in a specific way and act in one way but not
another when faced with whatever challenge may arise. The repertoire of
responses that Soviet propaganda defined in the years of the Great
Patriotic War for the imaginaries of the citizens proved to be reasonably
effective (regardless of the fact that these could be conditioned by fear)
and reached its specific objectives at the time: to mobilize the populace
and the army, to unite the people in the struggle through their hatred of the
enemy and their love of country. In the end, an objectively inferior army,
with less training and technology and which was mainly made up of
conscripts, managed to defeat the all-powerful Wehrmacht. The question
that I posed about whose was the memory that we make our own is, in
itself, the answer: the memory that we make our own (at least in the case
in hand) is that which the propaganda machine, controlled by the
establishment, had created ad hoc for a specific social group at a given
time, for the purpose of obtaining a precise response that was
advantageous to the interests of that group of powerbrokers in particular.
599
600
EPÍLOGO
En los más de cinco años de trabajo de esta Tesis ha estado a punto de
dejarla y dedicarme a la vida contemplativa o a poner copas en un bar
(todo mi respecto a los camareros) cientos de veces. He dudado de mi
capacidad intelectual para llevar a cabo este trabajo y de que mi estado
emocional o económico me permitiera terminarla. En muchas ocasiones
me ha resultado difícil encontrar motivaciones para seguir trabajando en
ella. Mi poca pericia a la hora de buscar/encontrar becas o el poco interés
que el Estado y las Universidades pueden tener en que se realicen
investigaciones de este tipo por el poco rédito económico que puedan
dejar, me han hecho replantearme mil veces si merecía la pena seguir con
esto o si era hora de arrojar la toalla.
601
En una estación de autobuses en el País Vasco intentaba explicarles a unos
amigos -con ningún interés en el tema, ni en la investigación en general,
ni siquiera en la mía- sobre qué trataba mi Tesis y por qué hacía lo que
hacía si apenas tenía apoyo y si lo que hacía, muy probablemente, no me
aportaría ningún beneficio económico. Su autobús salió y no tuve tiempo
de contestarles a esa última pregunta, aunque probablemente un “porque
me gusta y me hace feliz” no les habría servido. De la felicidad no se
come. Mientras contaba esto, una señora de unos 60 años estaba sentada a
mi lado. Al irse mis amigos se dirigió a mí: “No te desanimes. Admiro y
agradezco profundamente a los que hacéis un trabajo como el tuyo, de
ciencias sociales, humanidades... Supongo que muchas veces es poco
gratificante y no lográis apenas difusión en los medios, mucho menos en
los generalistas, por no hablar de la carencia de becas y apoyo
institucional para investigaciones en vuestro ámbito, pero vuestro trabajo
es fundamental para la investigación en general, también para los
“científicos de ciencias”: ayudáis a despertar la pobre conciencia crítica de
la sociedad. Aunque no logréis llegar a todos, sois los únicos que podéis
hacernos repensar el modo en que leemos el mundo”. Ella era profesora
titular en la Universidad Complutense de química o física o ingeniería, no
recuerdo.
Volvemos, pues, a la cuestión inicial para poner punto y final a esta Tesis:
¿por qué esta investigación y por qué ahora? No es nuestra intención
apuntar al ambicioso y, tal vez, algo presuntuoso blanco de “despertar la
conciencia crítica” de nadie; tampoco queremos parecer oportunistas al
estudiar este tema en unas fechas en que se cumplen aniversarios
redondos de la Segunda Guerra Mundial, o en el que el debate sobre el
papel de la propaganda, que muere y resucita periódicamente, vuelve a
estar en primera línea del frente. Sin embargo, sí es nuestra intención
602
intentar cuestionarnos que, tal vez, no somos tan libres como pensamos, ni
tan genuinos como queremos hacer ver en las redes sociales o en nuestras
investigaciones, ni nuestras ideas totalmente nuestras y originales, ni
nuestras acciones íntegramente voluntarias y espontáneas, ni nuestras
creencias y valores realmente propios; se trata de acercarnos al pasado
para ver lo que fuimos, cómo nos hicimos (y nos hicieron) y qué parte de
aquello ha quedado en nuestra memoria y sigue siendo parte (interesada)
de nuestro presente y de nuestro “yo” del siglo XXI, y hacernos
conscientes de que esa “construcción”, la construcción propagandística de
los imaginarios, continúa en marcha, también a través de nuevos canales y
con mensajes quizás diferentes.
En una sociedad en la que “la realidad” es cada vez más la forma en la que
nos vemos y lo que vemos a través de una pantalla, mostrar que somos
constructos sociales y que nos movemos y pensamos dentro de los límites
de nuestros múltiplemente reconstruidos o rediseñados imaginarios, que
no somos impermeables a la propaganda manejada desde los ámbitos del
poder porque esta es connatural a los tiempos actuales de la sociedad de
masas, tal vez nos permita acercarnos a nuestras lecturas, a lo que vemos
y oímos, a los que nos educan y cómo lo hacen, o a lo que decimos o
escribimos, de una forma distinta, tal vez más crítica, aunque sea sólo en
el infructuoso intento por buscar o defender que tal vez haya algo
puramente genuino en nosotros.
603
604
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ANEXO
Anexo 1
El “Anexo 1” está compuesto por traducciones de documentos
oficiales (decretos, regulaciones, ordenaciones, informes) emitidos
por organismos estatales y del partido de alto rango, así como
fragmentos de discursos, cartas o artículos relevantes en el
desarrollo periodístico y artístico del país.
649
periódicos de pared, etc.); y terminando con la producción artística-
literaria ideológicamente consciente.
651
respuestas definitivas a todas las preguntas en relación a las formas
artísticas.
493 “Smena Vej” hace referencia a una serie de ensayos periodísticos de carácter filosófico-
político y a un movimiento artístico en el que participaron escritores emigrados que pedían
el cese de la lucha contra los bolcheviques y el inicio de la colaboración entre grupos.
653
campesinos. Tales deben ser los ambitos del contenido de la literatura
proletaria.
15. El Partido debe, por todos los medios posibles, erradicar los intentos
de interferencia administrativa casera e incompetente en los asuntos
literarios. El Partido debe preocuparse por la selección escrupulosa del
personal en esas instituciones para garantizar una gestión realmente
correcta, útil y táctica de nuestra literatura.
655
al desarrollo de la literatura nacional en las numerosas republicas y óblast
de nuestra Unión.
656
En la actualidad, cuando ya se quedan pequeños los cuadros de la
literatura proletaria y las artes, cuando han tomado la delantera nuevos
escritores y artistas de las fábricas o koljoses, los límites de las
organizaciones proletarias artístico-literarias (VOAPP, RAPP, RAMP,
etc.) se quedan pequeños y frenan el avance serio de la creación artística.
657
- Documento 3. Decreto “Sobre la prensa”, 27 de octubre de 1917
[http://www.hist.msu.ru/ER/Etext/DEKRET/press.htm, 16.3.2016].
Al mismo tiempo, por todas partes han aparecido críticas sobre que el
nuevo poder socialista ha violado, de este modo, el principio básico de su
programa, atentando contra la libertad de prensa.
Todo el mundo sabe que la prensa burguesa tiene una de las armas más
poderosas de la burguesía. Especialmente en este crítico instante, cuando
el nuevo poder, el poder de los obreros y los campesinos, acaba de
consolidarse, era imposible dejar estas armas, en su totalidad, en manos
del enemigo mientras que este no es menos peligroso ahora que las
bombas y las pistolas. He aquí las razones de que se tomaran medidas
temporales y extraordinarias para la represión del flujo de suciedad y
calumnias en las que la prensa amarilla y verde (zhelenaya), de buen
gusto, ahogaría la joven victoria del pueblo.
658
Tan pronto como el nuevo orden se consolide, cualquier efecto
administrativo sobre la prensa quedará interrumpido y se establecerá la
libertad plena dentro de los límites de la responsabilidad ante el tribunal, y
conforme al más amplio y progresivo respeto a la ley.
660
nombre de su gobierno, acerca de que el gobierno alemán había decidido
entrar en guerra con la URSS debido a la concentración de unidades del
Ejército Rojo cerca de frontera oriental alemana.
Esta guerra nos ha sido impuesta no por el pueblo alemán, no por los
obreros, campesinos e intelligentsia alemana, cuyo sufrimiento
conocemos bien, sino por la camarilla de gobernadores fascistas
sanguinarios de Alemania, que han esclavizado a franceses, checos,
661
polacos, serbios, a Noruega, Bélgica, Dinamarca, Holanda, Grecia y otros
pueblos.
Es por esto que todo nuestro valeroso ejército, toda nuestra valerosa
Armada militar, todos nuestros pilotos y Fuerzas Aéreas, todos los
pueblos de nuestro país, todas las mejores gentes de Europa, América y
Asia, al final, todas las mejores gentes de Alemania, estigmatizan las
pérfidas acciones de los fascistas alemanes, simpatizan con el gobierno
soviético, aprueban el comportamiento del gobierno soviético y ven que
nuestra causa es justa, que el enemigo será destruido, que debemos
vencer.
¿Qué es necesario para acabar con el peligro que amenaza a nuestra patria
y qué medidas hay que tomar para destruir al enemigo? Ante todo, es
necesario que nuestras gentes, los soviéticos, comprendan toda la
profundidad del peligro que amenaza a nuestra patria y rechacen la
mansedumbre, la desidia, la mentalidad del trabajo pacífico, tan naturales
666
antes de la guerra, pero fatales para hoy día, cuando la guerra ha cambiado
por completo la situación. El enemigo es duro e implacable. Tiene como
objetivo ocupar nuestras tierras, regadas con nuestro sudor, y después,
quedarse con nuestro pan y nuestro petróleo, obtenidos de nuestro trabajo.
Tiene como objetivo restaurar el poder de los terratenientes, restaurar el
zarismo, la destrucción de la cultura nacional y la existencia de los estados
nacionales de rusos, ucranianos, bielorrusos, lituanos, letones, estonios,
uzbecos, tártaros, moldavos, georgianos, armenios, azeríes y otros pueblos
libres de la Unión Soviética, su germanización, su transformación en
esclavos de los príncipes y barones alemanes. El asunto, de este modo,
tiene que ver con la vida y la muerte de los pueblos de la URSS, con que
los pueblos de la Unión Soviética sean libres o sean esclavizados. Es
necesario que los soviéticos entiendan esto y dejen de ser complacientes,
que se movilicen y reorganicen su propio trabajo según las nuevas
condiciones de guerra, no mostrando clemencia con el enemigo.
667
Debemos reconstruir inmediatamente todo nuestro trabajo en función de
la guerra, todo debe subordinarse a los intereses del frente y a las tareas de
organización de la destrucción del enemigo. Los pueblos de la Unión
Soviética ven ahora que el fascismo alemán es indomable en su furibunda
maldad y odio hacia nuestra patria, que ha proporcionado a todos los
trabajadores trabajo libre y bienestar. Los pueblos de la Unión Soviética
deben levantarse en defensa de sus derechos, en la defensa de su tierra
frente al enemigo.
670
Con el objetivo de una rápida movilización de todas las fuerzas de los
pueblos de la URSS, para repeler al enemigo que pérfidamente ha atacado
a nuestra patria, se ha creado el Comité Estatal de la Defensa, en cuyas
manos se concentra ahora todo el poder del estado. El Comité Estatal de la
Defensa ha comenzado su trabajo y llama a todos los pueblos a unirse en
torno al partido de Lenin-Stalin, en torno al gobierno soviético para
ofrecer su apoyo abnegado al Ejército Rojo y la Armada Soviética, para
lograr la derrota del enemigo y la victoria.
671
¡Camaradas! En difíciles condiciones toca hoy celebrar el 24 aniversario
de la Revolución de Octubre. El pérfido ataque de los bandidos alemanes
y la guerra que nos han impuesto han creado una amenaza para nuestro
país. Hemos perdido una serie de distritos temporalmente y el enemigo se
ha encontrado a las puertas de Leningrado y Moscú. El enemigo pensaba
que, tras el primer golpe, nuestro ejército se dispersaría, que nuestro país
se pondría de rodillas. Pero el enemigo se ha equivocado gravemente. A
pesar de los fracasos temporales, nuestro ejército y nuestra armada atacan
con heroicidad al enemigo a lo largo de todo el frente, causándole serias
pérdidas, y nuestro país - todo nuestro país- se ha organizado en un único
campamento para que juntos, con el ejército y la armada, derrotemos al
invasor alemán.
Hubo un tiempo en que nuestro país se encontró en una posición aún más
complicada. Recuerden el año 1918, cuando celebrábamos el primer
aniversario de la Revolución de Octubre. Tres cuartos de nuestro país se
encontraban entonces en manos de intervencionistas extranjeros.
Habíamos perdido, temporalmente, Ucrania, el Cáucaso, Asia Central, los
Urales, Siberia, el Lejano Oriente. No teníamos aliados, no teníamos
Ejército Rojo - acabábamos de empezar a crearlo-, no teníamos suficiente
pan, no teníamos suficientes armas, no teníamos suficiente equipamiento.
14 estados nos presionaban por entonces. Pero no nos desanimamos, no
perdimos el ánimo. En el fuego de la guerra organizamos entonces al
Ejército Rojo y convertimos a nuestro país en un campamento militar. El
espíritu del gran Lenin nos inspiró entonces en la guerra contra los
intervencionistas. ¿Y qué pasó? Acabamos con los intervencionistas,
devolvimos todos los territorios robados y conseguimos la victoria.
672
Hoy día nuestra situación es mejor que hace 23 años. Nuestro país es
mucho más rico que hace 23 años en materia de industria, productos
alimenticios y materias primas. Ahora tenemos aliados y junto a ellos
formamos un único frente contra los invasores alemanes. Ahora contamos
con la simpatía y el apoyo de todos los pueblos de Europa que han caído
bajo el yugo de la tiranía hitleriana. Ahora tenemos un increíble ejército y
una increíble flota que defienden la libertad y la independencia de nuestra
patria. No tenemos serias carencias de alimentos, ni de armamento, ni de
equipamiento. Todo nuestro país, todos los pueblos de nuestro país
apoyan a nuestro ejército, nuestra flota, ayudándolos a destruir las hordas
invasoras de fascistas alemanes. Nuestras reservas humanas son
inagotables. El espíritu del gran Lenin y su victoriosa bandera nos inspira
ahora en la guerra patriótica como hace 23 años.
675
Juro estudiar escrupulosamente el arte militar, custodiar, por todos los
medios, las propiedades militares y del pueblo, y hasta el último suspiro
ser leal a su Pueblo, a su Patria soviética y al Gobierno de Obreros y
Campesinos.
677
- Documento 11. Resolución del Politburó “Sobre la reorganización de
la Glavlit”, 3 de septiembre de 1930 [Ref. en
http://www.opentextnn.ru/censorship/russia/sov/law/tsk/1930/?id=1160,
11.11.2014] (fragmentos).
679
soviético; 2. Proponer al camarada Kerzhntsev que escriba un artículo en
Pravda en el espíritu de la presente decisión”.
2) Adjunto al Comité para los Asuntos de las Artes crear el Consejo para
los Asuntos de las Artes de representantes de las repúblicas nacionales.
681
2. Obra sobre Lenin en el periodo 1893-1895. “Las luchas de la
Unión por la liberación de la clase trabajadora”. Nikolái Virtá.
3. Obra sobre Dzerzhinski, como guarda de la Revolución
Socialista en el periodo de dirección de la Cheka. Se ocupan de
esta producción dos dramaturgos: Bil’-Belotserkovski (…).
4. Obra sobre Sergó Ordzhonikidze, realizada por Korneichuk.
5. Obras sobre: Kírov (Kron), sobre el líder militar Timoshenko
del Ejército Rojo (Tíjonov).
6. El Comité propone que, aparte de estos temas, se lleven a cabo
encargos de obras teatrales sobre héroes de la guerra civil:
Frunze (Mijaíl), Shchors (Nikolái), Bozhenko (Vasili), Kotovski
(Grigori)494.
“Acuerdo nº 85.
El Comité para Asuntos de las Artes adjunto al Sovnarkom de la URSS, en
la persona del vicepresidente del Comité, Solodóvnikov, A.V. por una
parte, y del dramaturgo XXXX -en lo sucesivo nombrado “Autor”- por la
otra, han cerrado el presente acuerdo en los siguientes términos:
1. El Comité encarga al Autor y este último acepta la obligación
de escribir una obra sobre el tema de los obreros llamado “Na
minuty vremeny”, de un acto, de acuerdo con la solicitud previa.
2. El Autor está obligado a entregar la obra en la forma
definitiva, mecanografiada a máquina de escribir, dos ejemplares,
no más tarde del 1 de octubre de 1943.
3. En treinta días a la recepción de la obra, el Comité está
obligado a familiarizarse con ella e informar al Autor por escrito
sobre la aceptación o rechazo de la obra, con indicación de las
enmiendas necesarias y cambios o exposición de los motivos del
rechazo.
Después de la inclusión de las enmiendas y cambios, el Comité
está obligado, en el plazo de dos semanas, a informar al autor
sobre la aceptación o no aceptación de la obra con enmiendas.
4. Todo lo propuesto al Autor en cuanto a cambios y enmiendas,
de acuerdo con el punto 3 del presente acuerdo, es obligatorio
para el Autor y debe ser cumplido en el plazo de un mes.
684
5. En caso de que sea necesaria una segunda corrección, el
Comité está obligado en un plazo de diez días a informar al Autor
por carta de sus indicaciones.
6. En el caso de que el Autor no sea informado por el Comité
dentro del plazo indicado en los puntos 3 y 5 -con retraso de tres
días- con una carta de revocación por escrito de la obra, se
considera aceptada y para el Comité comienza la obligación de
llevar a cabo con el Autor el [ilegible –“encargo”,
probablemente-] dentro del plazo indicado abajo, en el punto 8.
7. En el caso de que se acepte la obra, el Comité, con el presente
acuerdo adquiere el derecho a la puesta en escena de la obra
para todos los teatros de la Unión.
8. El Comité, por el presente acuerdo, realiza el pago de los
honorarios del Autor en la cantidad general de 5000 rublos en los
siguientes plazos.
a) Con la firma del acuerdo, el 25%.
b) Después de la aceptación definitiva de la obra,
el 75%.
9. Dependiendo de la calidad ideológica-artística de la obra, el
Comité revisará la suma acordada aparte de su incremento.
10. En el caso de que el Autor no presente la obra en el plazo
acordado en este acuerdo, y también el poco concienzudo
cumplimiento del acuerdo o el rechazo de las correcciones (véase
el punto 3), el Autor estará obligado a devolver toda la suma
recibida.
11. La dirección jurídica de las partes:
495Tomamos el caso del autor N. Virtá. En un informe de finales de 1941, informan de que
“Por el nuevo tema acordado debe trabajar en una obra sobre un comandante héroe de la
Guerra Patriótica” (Fondo 962, lista 7, nº exp. 1112, p. 1). En otro informe, este del 12 de
marzo del 1942 sobre el cumplimiento de los encargos estatales, se indica que su obra Sus
años de juventud sobre la actividad revolucionaria del joven Lenin, estaría acabada a
finales de marzo de 1943 (Fondo 962, lista 7, nº exp. 1112, p. 11). Los informes también
incluían datos sobre el lugar de residencia del autor y las fechas límites de entregas de sus
obras.
687
“En los 105 teatros se representan 228 obras de teatro. De ellas, 104 son
de dramaturgos soviéticos, 35 sobre el tema de la guerra patriótica y la
lucha contra el fascismo, 9 históricos, 45 de diferentes temas (…), 4 para
niños, una traducción del kirguís con materiales de épica nacionalista,
111 obras de dramaturgos clásicos, incluyendo 54 obras de clásicos
rusos, 39 de clásicos occidentales, 7 obras clásicas ucranianas, 7
operetas clásicas, 4 óperas clásicas. 12 obras antiguas rusas y de autores
extranjeros, 11 obras que no lograron montarse”. En esta lista también se
enumeran obras prohibidas: “Za okeanon, Anna Kristi, Opasnyi povorot -
Curva peligrosa, Deti portyat otnosheniya - Los niños estropean las
relaciones, Tropa shpiona- El sendero del espía, Jishchnitsa -La fiera,
Madam San-Zhen. [Firma irreconocible]”.
(Fondo 962, lista 7, nº exp. 1230)
688
- Documento 20. Carta de la GUT a autor sobre el retraso en la
recepción de una obra revisada.
689
- Documento 21. Sobre las carencias de las brigadas en 1941.
“Óblast de Alta-Aminski
1. Brigada del Teatro Académico de ópera y ballet.
2. Brigada del Teatro musical de la comedia de Kiev.
3. Teatro Ucraniano de Odessa “Komsomol leninista”.
4. Grupo teatral kazajo del Teatro de República de
Títeres.
5 – 9. Filarmónicas de las brigadas de música popular
para conciertos.
10. Teatro regional coreano.
11. Teatro regional de Uiguristán.
12 – 14. Teatro de los koljós y sovjós kazajos / (…) por la
información recibida, ya ha ofrecido 44 representaciones,
atendiendo a 7727 espectadores.
Óblast de Pavlodarski
1. Teatro regional kajazo /íntegro.
2. Teatro del koljós y sovjós de Beskaragáiski.
691
3 – 6. Cuatro Filarmónicas de brigadas de música
popular.
Óblast de Semipalátinsk
1. Brigada del Teatro regional kazajo.
2. Brigada del Teatro Estatal de Kiev “I. Franko”.
3 – 11. Nueve brigadas de la filarmónica estatal de
Kazajstán. Por la información obtenida el 1 de abril, las
mencionadas brigadas llevaron a cabo 119 conciertos,
con la asistencia de 30 mil espectadores.
Óblast de Kzyl- Orda
1. Brigada del teatro “Artem”.
2 – 4. Tres brigadas de la filarmónica estatal de
Kazajstán. (…)”.
Fechado el 14 de marzo de 1943.
(Fondo 962, lista 7, nº exp. 1019, pp. 4-6)
La carta concluye con la firma del director del teatro, del director artístico,
de representantes de artistas y del secretario del buró político.
693
- Documento 24. Orden nº 100 del Comité para los Asuntos de las
Artes adjunto al Sovnarkom de la URSS del 15 de diciembre de 1941
“Sobre el servicio de conciertos de los Urales, Siberia y Extremo
Oriente”.
Las giras por las repúblicas de los grandes colectivos nacionales no están
bien organizadas; no practican tampoco el intercambio de los artistas en
gira con filarmónicas de otras repúblicas.
696
1. Reforzar el trabajo en la creación de obras de gran calidad.
Utilizar con amplitud la práctica de los encargos creativos a los
compositores y poetas de Turkmenistán, y también organizar
cursos de obras de géneros concretos y con temáticas concretas.
2. Crear un consejo artístico para la filarmónica y atraer a los
mejores especialistas de la república.
3. Reforzar la preparación de un festival de 10 días de música
soviética en las repúblicas de Asia Central sobre el tema “Música
en los días de la guerra patriótica”.
4. Utilizar repertorios de compositores soviéticos y clásicos rusos,
más un nuevo repertorio patriótico.
5. Realizar un amplio trabajo de educación a gran escala con los
oyentes.
6. Organizar giras de los mayores colectivos por la república.
7. Organizar un sector infantil (…)”.
(Fondo 962, lista 5, nº exp. 627 (1))
Según esta orden (Fondo 962, lista 5, nº exp. 627 (4)), los artistas debían
registrarse a la entrada y a la salida del trabajo y se publicarían los
nombres de todos los trabajadores y el tiempo de descanso permitido para
cada uno (media hora para comer en una franja horaria determinada de 1
hora). Hasta los más mínimos detalles de tipo organizativo aparecen en
estos documentos. En otra orden del 12 de enero de 1943 se informa de
que el 22 de diciembre de 1942, un concierto organizado por el VGKO en
la región de Kúibyshev comenzó con 15 minutos de retraso. Surin, que
firma este documento, apunta el nombre de dos músicos que se ausentaron
697
y les pide explicaciones por presentarse sólo en la segunda parte; también
exige que se tomen las medidas oportunas por esta falta. Consideramos
que estos documentos se podrían haber escrito, además, con cierta
intención disuasoria o aleccionadora. En cualquier caso, no hemos podido
corroborar que estuvieran redactados, por ejemplo, con el fin de “abrir
expediente” por faltas o indisciplinas.
Entre las obras solicitadas para su emisión figuraban: del Teatro Bolshói:
“Ruslán y Lyudmila”, de Glinka; “Evgueni Oneguin”, y “La dama de
picas” de Chaikovski. Otras óperas como “Iván Susanin” de Glinka,
“Borís Godunov” y “Jovánshchina” de Músorgski (terminada por Rimski-
Kórsakov); “La hechicera” (“Charodéika”), “Las zapatillas de la zarina”
(“Cherevicki”) y “Opríchnik” de Chaikovski; “El príncipe Ígor” de
Borodín; “Rusalka” de Dargomyzhski; “La novia del zar”, “La doncella
de la nieve”, “El gallo de oro”, “Noche de mayo”, “La ciudad invisible de
Kítezh” y “La dama de Pskov” (“Psikovityanka”) de Rimski-Kórsakov;
“Francesca de Rímini” y “Aleko” de Rajmáninov. Muchas están grabadas
en Tonfilm sólo “como arias separadas”. Continuaba aclarando que, a
pesar de que presentaba en su programación 14 óperas occidentales, el
Bolshói sólo tenía grabada “Carmen” de Bizet. Destaca el amplio
repertorio de canciones populares, pero lamentaba que les lleguen con
lentitud, por lo que exige que se les proporcionen “de 100 a 150 de las
mejores canciones populares que tengan”. Otra de las propuestas para la
mejora del repertorio formulada por Puzin es la organización mensual “de
programas de radio con 40-50 grandes conciertos en los que actúen los
mejores artistas y colectivos musicales”. El informe concluye con algunas
698
quejas acerca de la falta de garantías técnicas para las emisiones y
grabaciones musicales.
(Fondo 962, lista 3, nº exp. 1275, p. 27 y ss.)
Entre los principales autores y obras que se incluyen en las listas: Glinka
(“Iván Susanin”), Zajárov (“En la marcha”), Rimski-Kórsakov (“La
doncella de las nieves”/ “Snegúrochka”), Paganini, Liszt (estudio “La
caza salvaje”), Verdi (cantata del duque, de la ópera “Rigoletto”), Bizet
(coplas del toreador, de la ópera “Carmen”), Jachaturián (lezginka, suite
de baile), Spendiaryán, Músorgski, Glazunov, Kiladze, Rossini (obertura
“La escala de seda”, cavatina de “Fígaro” de la ópera “El barbero de
Sevilla”), Zakaria Paliashvili, Chaikovski (5ª sinfonía, vals, airoso de
Lensko, de la ópera “Evgueni Oneguin”), Dvorak, Borodín (aria del Khan
Konchak, de la ópera “El príncipe Ígor”); Ippolítov-Ivánov,
Starokádomsky, Glinka (una parte de la ópera “Ruslán y Liudmila”),
Liádov, Mozart (una parte de “Las bodas de Fígaro”), Gounod (marcha de
“Fausto”), Chaikovski (vals del ballet “El lago de los cisnes”), César Cui
700
(“Bolero”). También se citan canciones populares rusas (“Kalinka”, “Las
montañas del Cáucaso”). Con respecto a las grabaciones con las que
cuenta Tonfilm, son: Antón Arenski (“Rafael”), Rubinstéin (epitalamio de
la ópera “Nerón), Rimski-Kórsakov (es el autor que más obras tiene
grabadas); Chaikovski (“Romeo y Julieta”, entre otras); Naprávnik,
Lysenko, Mozart, Verdi, Gounod, Émile Waldteufel, Morena (podría
tratarse del compositor español Federico Moreno Torroba), Ponchielli,
Stetsenko, Moniuszko, Massenet, Bizet, Serov, Verikovski, Gulak-
Artemovski, Rajmáninov.
(Fondo 962, lista 3, nº exp. 1275, p. 27 y ss.)
701
4. [Encargos de trabajos] Para la exposición “La Heroica
defensa de Leningrado”.
5. Adquisición de obras artísticas para el fondo del Museo
Estatal.
6. Pago a los artistas según los acuerdos, los encargos y
adquisiciones de 1941.
7. Adquisición y encargo de obras artísticas para cinco
exposiciones itinerantes en Moscú, Novosibirsk, Sverdlovsk, a 75
mil rublos la exposición.
8. Exposición sobre el humor en el frente.
9. Comisiones de trabajo creativas de artistas en el frente y en
relación a los encargos de obras artistas. 100 comisiones de
servicio al mes, a 1000 rublos cada una.
10. Gastos por comisión de servicio en las regiones, liberadas de
los ocupantes; localización y conservación de los monumentos
que sufrieron daños durante la ocupación.
11. Exposiciones itinerantes (…) 50 exposiciones con
reproducciones sobre el tema de la Guerra Patriótica (…)
12. Organización de una exposición permanente sobre la Guerra
Patriótica en Moscú y Leningrado.
13. Exposición itinerante sobre el Ejército Rojo.
14. 10 exposiciones en los hospitales en las ciudades más grandes
de la URSS con los fondos de los museos de la Unión (…)”.
(Fondo 962, lista 6, nº exp. 991)
- Documento 32. Carta del Consejo de Redacción del Comité para los
Asuntos de las Artes para pedir la participación de artistas soviéticos
en las distintas exposiciones.
“Respetado … :
Los trabajos serán admitidos los días 26 y 27 de enero del siguiente año
en el local [ilegible], en la calle Kúibyshev, 21, habitación 408, de 3 a 5
de la tarde.
Soviética”, en 1941.
707
Este listado incluye también 60 propuestas temáticas para postales con
imágenes de las acciones de Suvórov, la toma de Berlín por tropas rusas o
de diferentes batallas a lo largo del frente ruso.
(Fondo 962, lista 6, nº exp. 992)
“Los artistas del Pálej forman una brillante página en la historia del arte
ruso y soviético. La creación de miniaturas de Pálej se ha hecho popular
más allá de las fronteras de nuestra patria. A pesar de la dura situación
de guerra y de las dificultades que se presentaron en el trabajo y las
condiciones del Pálej, los artistas continuaron trabajando activamente en
sus creaciones (…). En los 40 se unieron a los Pálej 76 artistas. Al
comienzo de la guerra, muchos fueron llamados para incorporarse al
Ejército Rojo. Muchos murieron en el frente, algunos volvieron (…).
Desde 1943 no ingresa nadie. En la actualidad hay 65. En 1943, 85. (…)
Los temas se establecieron por elección y deseo de los propios artistas
(…) el heroico pueblo ruso, canciones épicas, cuentos, literatura rusa,
música y demás temas actuales. (…) De entre los artistas destacan:
Markichev, Zinóviev, Kotujin, Vakurov, Bureev, etc.”
(Fondo 962, lista 6, nº exp. 1228, pp. 10-11).
710
- Documento 38. Decreto “Sobre la introducción del monopolio estatal
en los anuncios”, 7 de noviembre de 1917 [Ref. en
http://www.hist.msu.ru/ER/Etext/DEKRET/17-11-07.htm, 18.5.2014].
Este decreto está firmado por el presidente del Sovnarkom, Lenin, y por el
Comisario del Pueblo para la Ilustración, Lunacharski, no más tarde del 7
de noviembre de 1917. La normativa establecía que sólo los medios
autorizados por el gobierno podrían utilizar anuncios, y estos anuncios se
limitarían, casi exclusivamente, a publicidad estatal, puesto que la
empresa y la iniciativa empresarial privada no tenían cabida en el nuevo
gobierno bolchevique: “La impresión de anuncios de pago en las
ediciones periódicas de prensa, así como en colecciones y pósteres, y
también en la entrega de anuncios en kioscos, oficinas, etc. y en las
distintas instituciones, se anuncia monopolio del Estado”. Los únicos que
tenían permiso para publicar anuncios eran las publicaciones del
“Gobierno Temporal de trabajadores y campesinos de Petrogrado y los
Sóviets locales de diputados de trabajadores, soldados y campesinos”. Se
advertía de que las publicaciones que no tuvieran este derecho y
publicaran anuncios serían clausuradas. Los propietarios y trabajadores de
imprentas y oficinas de gestión de anuncios permanecerían en sus puestos
de trabajo hasta que el Estado requisara las oficinas, y debían acudir a las
reuniones de reorganización estatal de estas empresas. El decreto también
anunciaba penas de hasta 3 años de cárcel para aquel que ocultara
documentos o dinero, o para cualquiera que participara en un sabotaje
contra el gobierno desde sus oficinas. Las empresas de recepción y
entrega de anuncios requisadas por el Estado serían compensadas “con el
pago, en caso de necesidad, de un subsidio temporal por parte del Estado a
sus propietarios. A los pequeños propietarios, inversores y acciones de las
empresas confiscadas se les devuelven íntegramente sus contribuciones”.
711
- Documento 39. Decreto “Sobre el Tribunal Revolucionario de la
Prensa”, 28 de enero de 1918. [Ref. en Kuznetsov, 2008, pp. 146-148].
Esta norma decretaba que la gestión de los delitos y faltas contra el pueblo
que se hubieran cometido a través de la prensa sería competencia del
Tribunal Revolucionario de la Prensa. Los delitos a los que se refiere son
“noticias falsas o informaciones deformadas sobre acontecimientos de la
vida pública, por representar un atentado contra los derechos e intereses
del pueblo revolucionario, y también la violación de las normas sobre la
prensa publicadas por el poder soviético”. El Tribunal estaría compuesto
por tres personas elegidas por periodos de tres meses por el Consejo de
Diputados de Trabajadores y Soldados. De la investigación preliminar de
los delitos se encargaría la Comisión de Instrucción, compuesta también
por tres personas elegidas por el Consejo de Diputados. Esta Comisión,
según se establece en el decreto, atendería las informaciones y quejas en
un plazo de 48 horas, y establecería si eran de su competencia o las
remitía a una sesión de escuchas del Tribunal Revolucionario de la Prensa.
Las resoluciones de la Comisión sólo se considerarían válidas si las
decisiones sobre arrestos, registros o liberación de los detenidos eran
aprobadas por los tres miembros de la Comisión. Las instrucciones de la
Comisión de Instrucción serían ejecutadas por la Guardia Roja, la
militsiya, y otros órganos militares y ejecutivos de la república. Las quejas
sobre estas resoluciones serían examinadas por el Tribunal Revolucionario
de la Prensa. Asimismo, este decreto establecía que la Comisión de
Instrucción tendría derecho a exigir toda la información y documentos
necesarios para la investigación por parte de todos los departamentos y
funcionarios, y también de todas las auto-administraciones locales,
instituciones legales y poderes, establecimientos notariales,
712
organizaciones sociales y profesionales, empresas comerciales e
industriales, instituciones gubernamentales, establecimientos públicos y
privados de crédito, etc. Las sesiones del Tribunal Revolucionario de la
Prensa serían públicas y podían participar en ellas acusación y defensa.
Sus decisiones serían definitivas, sin opción a apelación. El Comisariado
para Asuntos de la Prensa del Consejo de Diputados Trabajadores y
Soldados ejecutaría las decisiones y las sentencias del Tribunal
Revolucionario de la Prensa. Por último, el decreto establecía que el
Tribunal Revolucionario de la Prensa era el encargado de determinar: las
multas económicas, la expresión pública de la reprimenda, la colocación
en un lugar bien visible o publicación especial con el desmentido de las
noticias faltas, la suspensión temporal o permanente de las publicaciones
o su retirada de la circulación, la confiscación de las imprentas y
propiedades de empresas relacionadas con impresión y tipografía, la
privación de libertad, la privación al culpable de todos o algunos de sus
derechos políticos.
Ref. en
http://bdsa.ru/%D0%BF%D1%80%D0%B8%D0%BA%D0%B0%D0%B
7%D1%8B-%D0%BD%D0%BA%D0%BE-%D0%B7%D0%B0-1941-
%D0%B3%D0%BE%D0%B4/263-169, 27.2.2016.
722
Anexo 2
El “Anexo 2” está compuesto por listados que esquematizan los
contenidos utilizados en esta investigación.
1 2 3 4 5
Fondo 962, 1941 Cartas Comité para los Informaciones sobre el
lista 7, nº directivas Asuntos de las trabajo de las brigadas
exp. 887 Artes / Dirección teatrales del frente y los
General de servicios artísticos a
Teatros / unidades militares en el
Dirección General frente, sobre la
de Teatros del importancia de la
Frente participación de los
trabajadores del arte en la
guerra, sobre la valiosa
aportación de los
trabajadores del arte a
través de las brigadas del
frente, repertorios de
brigadas teatrales del
frente
Fondo 962, 24.6.1941 Dictámenes y Comité para los Informaciones sobre
lista 3, nº – 24.3. órdenes Asuntos de las mejoras de los servicios
exp. 951 (1) 1942 Artes de brigadas de
conciertos, programas de
brigadas de conciertos
Fondo 962, 24.6.1941 Dictámenes e Comité para los Informes sobre el trabajo
lista 3, exp. – 24.3. informes Asuntos de las de teatros,
nº 951 (2) 1942 Artes/ Unión de agradecimientos por los
Compositores trabajos de brigadas del
Soviéticos frente, informes en los
que se destaca la calidad
de las nuevas
composiciones soviéticas
Fondo 962, 1942 Cartas Comité para los Cómo se realizan los
723
lista 7, nº directivas y de Asuntos de las encargos estatales de
exp. 1017 instrucción Artes / Dirección obras de teatro
General de
Teatros
Fondo 962, 1942 Informes y Comité Para los Listados e informes
lista 7, nº listados de Asuntos de la sobre las obras en las que
exp. 112 seguimientos Artes/ Dirección estaban trabajando los
de encargos General de diferentes autores, y
estatales Teatros / aquellas que ya habían
Dirección de terminado, tanto obras
Instituciones literarias como textos
Musicales para composiciones
musicales
Fondo 962, 1942 Planes y Comité para los Temáticas y tipo de
lista 6, nº presupuestos Asuntos de las obras a elaborar para
exp. 991 de Artes / Dirección exposiciones sobre la
exposiciones General de las Gran Guerra Patriótica y
Bellas Artes otras, encargos estatales
y precios
Fondo 962, 1942 Planes Comité para los Carta estándar del
lista 6, nº temáticos y Asuntos de las Comité dirigida a los
exp. 992 programas de Artes / Dirección artistas solicitando sus
exposiciones, General de las propuestas para
lista de Bellas Artes participar en distintas
carteles y exposiciones (Gran
eslóganes Guerra Patriótica,
Sovetskii Agitplakat),
temáticas y eslóganes
utilizables en los
carteles, plan temático de
impresión de Iskusstvo
(lubki, reproducciones de
cuadros)
Fondo 962, Febrero- Correspon- Comité para los Plan temático de
lista 3, nº Diciembre dencia Asuntos de las publicaciones
exp. 1176 1942 Artes/ Editorial
Muzgiz/ Editorial
Iskusstvo
Fondo 962, 12.3.1942 Informes, Comité para los Cartas firmadas por
lista 10, nº - correspon- Asuntos de las Jrápchenko dirigidas a
exp. 48 31.12.1942 dencia Artes / miembros del
724
Sovnarkom / Sovnarkom (Beria,
Comité de Radio Mólotov, etc.) para
solicitar ampliación de
presupuestos para
distintos asuntos,
solicitud de retorno de
músicos evacuados para
responder a las demandas
de trabajadores del
Comité de Radio
Fondo 962, 15.7.1942 Planes Comité para los Encargos estatales de
lista 6, nº temáticos y Asuntos de las obras (cuadros,
exp. 990 programas de Artes / Dirección ilustraciones, esculturas),
exposiciones, General de las listados de artistas
protocolos de Bellas Artes disponibles y
reuniones procedencia
Fondo 962, 4.1.1942- Cartas Comité para los Sobre reestructuración
lista 3, exp. 18.12.1942 directivas, Asuntos de las del trabajo,
nº 1004 (1) informes, Artes subordinación absoluta al
y (2) actas de asunto de la defensa y a
reuniones las tareas de la guerra
patriótica, organización y
contenidos para mejora
de los trabajadores del
arte en brigadas del
frente y teatros,
problemas de brigadas
teatrales del frente
(Kazajstán), repertorio de
brigadas teatrales del
frente (composición y
repertorio), mejoras de
actividades de centros
artísticos amateur
Fondo 962, 12.10.1942 Corresponden- Comité para los Encargos estatales,
lista 7, nº - cia Asuntos de las repertorios de teatros
exp. 1230 20.10.1943 Artes / Dirección
General de
Teatros
Fondo 962, 31.12.1942 Instrucciones Comité para los Informes sobre el trabajo
lista 7, nº - 9.2.1943 órdenes y Asuntos de las de las brigadas teatrales
725
exp. 1019 decretos Artes / Dirección del frente, repertorios,
General de distribución de servicios
Teatros / artísticos en unidades
Dirección de militares (brigadas),
Teatros del Frente condiciones, peligros y
necesidades de las
brigadas
Fondo 962, 1943 Acuerdos y Comité para los Acuerdos para la
lista 7, nº encargos Asuntos de las elaboración de encargos
exp. 1019 estatales Artes / Dirección estatales de obras de
General de teatro, cartas de autores
Teatros / con exposición del
Dirección General argumento de su obra,
para el Control de peticiones de adelanto de
Espectáculos y dinero (establecido por
Repertorios/ contrato), seguimiento de
Dirección General encargos estatales, sobre
de Instituciones la necesidad de mejora y
Musicales ampliación del repertorio
de obras dramatúrgicas y
autores soviéticos
Fondo 962, 1943 Planes Comité para los Programa de contenido
lista 6, nº temáticos Asuntos de las de álbum dedicado a la
exp. 1054 Artes / Dirección Gran Guerra Patriótica,
(1) y (2) General de las plan temático para la
Bellas Artes exposición “El
Komsomol en la Guerra
Patria” (incluye
ubicación de obras y
distribución en stands),
encargos estatales para
diversas exposiciones
(también sobre la
exposición “Gran Guerra
Patriótica”)
Fondo 962, 1.1.1943- Cartas Comité para los Sobre la falta de
lista 7, nº 31.12.1943 directivas Asuntos de las espectadores por la
exp. 1137 Artes / Dirección carencia de un repertorio
(1) y (2) General de adecuado (para jóvenes),
Teatros sobre la necesidad de
mejora y ampliación del
726
repertorio de las brigadas
teatrales del frente.
Aparecen también varias
cartas fechadas en 1941
sobre la importancia de
la incorporación de los
trabajadores del arte al
trabajo por la patria para
derrotar al invasor
fascista, sobre la
necesidad de mejora y
ampliación del repertorio
Fondo 962, 1.1.1943- Decretos Dirección General Salarios de músicos por
lista 5, exp. 31.12.1943 de Instituciones categorías, traslados,
nº 627 (1), Musicales / comisiones de servicio,
(2), (3) y (4) Comité para los informe sobre trabajos de
Asuntos de las mejora de la Filarmónica
Artes Estatal Turcomana,
Kirguiz y Kazaja,
informes sobre el trabajo
de las brigadas del frente
Fondo 962, 4.1.1943- Disposiciones Comité para los Establecimiento de
lista 3, exp. 31.5.1943 y decretos Asuntos de las dotación monetaria por el
nº 1113 (1) Artes/ Sovnarkom Premio Stalin, salarios,
y (2) (Mólotov, sueldos, personal de
Chadáev, Andréev museos, circo, pensiones,
y Stalin) fondos para
reconstrucción de
instituciones culturales
(bibliotecas, museos) e
industrias, sobre
descuentos para
publicaciones, permisos
de desplazamiento,
evacuaciones
Fondo 962, 1943 Transcripción Comité para los Informe sobre el trabajo
lista 3, nº de la Asuntos de las realizado por los
exp. 1198 intervención Artes/ trabajadores del arte y su
del subdirector Secretariado de importancia en la Gran
del Comité presidencia Guerra Patriótica,
para los necesidad de nuevos
727
Asuntos de las caminos creativos
Artes “Sobre orientados al patriotismo
la tarea de los y al heroísmo, con la
trabajadores guía de Stalin y con el
del Arte valor y la unidad del
durante la pueblo
Gran Guerra
Patriótica”
Fondo 962, 24.3.1943- Plan de trabajo Dirección de Informes sobre el
lista 3, nº 28.1.1944 para 1943, Actividades cumplimiento de las
exp. 1146 informes Artísticas medidas básicas de
Amateur / Comité actividades artísticas
para los Asuntos amateur
de las Artes
Fondo 962, 10.4.1944 Memoria Dirección General Medidas para la mejora
lista 3, nº de Instituciones del repertorio de
exp. 1275 Musicales/ Comité radiodifusión musical,
para los Asuntos repertorio musical para
de las Artes/ radio (disponibilidad y
Comité de Radio necesidades)
Fondo 962, 1944 Informes Comité para los Biografías breves -
lista 7, nº Asuntos de las últimos logros, Premio
exp. 1270 Artes / Dirección Stalin, últimas obras- de
General de artistas de distintos
Teatros géneros
Fondo 962, 28.11.1944 Decretos, Comité para los Felicitaciones por el
lista 7, nº – informes Asuntos de las trabajo de las brigadas
exp. 1208 31.5.1944 Artes / Dirección del frente de varios
General de teatros
Teatros /
Dirección General
de Brigadas del
Frente / Dirección
Política
Fondo 962, 19.11.1944 Corresponden- Comité para los Programas de brigadas
lista 2, nº – cia Asuntos de las del frente, obras
exp. 1241 13.7.1945 Artes / Dirección disponibles, sobre las
de Propaganda y que se trabaja y
Agitación argumento, temáticas que
/Dirección hay que cubrir, petición
General de de actores y directores
728
Teatros para las zonas con
escasez de equipos
teatrales
Fondo 962, 1945 Textos y Dirección General Cartas informativas
lista 5, nº cartas de Instituciones sobre las obras enviadas
exp. 858 presentados Musicales /Comité para este concurso
para el para los Asuntos (misivas entre la
concurso de las Artes Dirección de
sobre la mejor Instituciones Musicales y
canción sobre los artistas)
la Victoria
Fondo 962, 1945 Cartas, Comité para los Sobre trabajo de artistas
lista 6, nº informes Asuntos de las de Pálej y artes
exp.1228 Artes / decorativas
Sovnarkom
Fondo 962, 1945 Cartas Comité para los Sobre la adecuación de
lista 7, nº directivas Asuntos de las los teatros a las
exp. 1346 Artes / Dirección necesidades de la guerra,
General de petición de información
Teatros sobre teatros, reuniones
para presentar nuevos
repertorios, listas de
directores disponibles
*
Todos los documentos están mecanografiados. En los contratos para
encargos estatales, los nombres de autores, direcciones y precio están
escritos a mano, al igual que las anotaciones, que se realizan en lápiz rojo
o azul.
730
- Decreto de anulación de los tribunales locales y del ejército “Sobre los
tribunales revolucionarios”, 18 de mayo de 1918: O революционных
трибуналах (“O revolyutsiónnyj tribunálaj”)
http://www.opentextnn.ru/censorship/russia/sov/law/snk/1917/?id=616
(Página 206)
732
judózhetsvenooi literatury”),
http://www.hist.msu.ru/ER/Etext/USSR/1925.htm (Páginas 125 y 403)
733