La Segunda Guerra Mundial marcó un momento de cambio en la economía y cultura de los pueblos. Orson Welles ganó fama con su emisión de radio de "La Guerra de los Mundos" en 1938 y firmó un contrato sin precedentes con RKO para dirigir cine. Su primera película Ciudadano Kane (1941), a pesar de problemas con el magnate William Randolph Hearst, es considerada una obra maestra y análisis psicológico del poder y la decadencia. Durante la guerra, Hollywood produjo muchas películas bé
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La Segunda Guerra Mundial marcó un momento de cambio en la economía y cultura de los pueblos. Orson Welles ganó fama con su emisión de radio de "La Guerra de los Mundos" en 1938 y firmó un contrato sin precedentes con RKO para dirigir cine. Su primera película Ciudadano Kane (1941), a pesar de problemas con el magnate William Randolph Hearst, es considerada una obra maestra y análisis psicológico del poder y la decadencia. Durante la guerra, Hollywood produjo muchas películas bé
La Segunda Guerra Mundial marcó un momento de cambio en la economía y cultura de los pueblos. Orson Welles ganó fama con su emisión de radio de "La Guerra de los Mundos" en 1938 y firmó un contrato sin precedentes con RKO para dirigir cine. Su primera película Ciudadano Kane (1941), a pesar de problemas con el magnate William Randolph Hearst, es considerada una obra maestra y análisis psicológico del poder y la decadencia. Durante la guerra, Hollywood produjo muchas películas bé
La Segunda Guerra Mundial marcó un momento de cambio en la economía y cultura de los pueblos. Orson Welles ganó fama con su emisión de radio de "La Guerra de los Mundos" en 1938 y firmó un contrato sin precedentes con RKO para dirigir cine. Su primera película Ciudadano Kane (1941), a pesar de problemas con el magnate William Randolph Hearst, es considerada una obra maestra y análisis psicológico del poder y la decadencia. Durante la guerra, Hollywood produjo muchas películas bé
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15.
El cine americano va al frente
La catástrofe que fue la Segunda Guerra Mundial, con unos 25 millones de vidas humanas perdidas, significó un momento de cambio y de transformación de la evolución económica y cultural de los pueblos. La economía de paz se transformó en una de guerra, con la postergación en la fabricación de productos de consumos, por otros de guerra. Pero, poco antes que el chispazo hiciese estallar todo, un joven de Wisconsin llamado Orson Welles, brillante actor y director había conseguido a sus veintitrés años provocar el pánico nacional con su emisión radiofónica de la Guerra de los Mundos en la CBS, en la noche del 30 de octubre de 1938. Este experimento le hizo ganar una aureola por una publicidad a escala nacional que no había conseguido en sus años de carrera teatral. La RKO puso sus ojos sobre este personaje, dándole un contrato sin precedentes en la industria del cine, como director, actor, guionista y productor, con una retribución del 25% de los beneficios y un anticipo de 150.000 dólares. Sin ninguna experiencia cinematográfica previa, rodaría En el corazón de la oscuridad de Conrad, que ideo rodar íntegramente en cámara subjetiva. Pero, el proyecto no llegó a buen puerto, de modo que hasta 1940 no pudo rodar su primera película Ciudadano Kane, que le llevaría a la cumbre de los mayores creadores de la historia del cine. Como ha ocurrido en tantas otras obras maestras, su rodaje fue muy accidentado. Welles se inspiró en la figura del magnate de la prensa Hearst, que en la película se transforma en Charles Foster Kane. Hearst se empeñó en que la película no llegara a buen puerto, no pudo impedir que la película se estrenase, pero si boicoteo la crítica, teniendo la película una fría acogida. Por su complejidad técnica y narrativa, nos aparece hoy como la Intolerancia el cine sonoro. En su magnífica residencia, el millonario Kane fallece. Antes de hacerlo, menciona una misteriosa palabra: Rosebud. Al preparar los noticiarios en su recuerdo, el periodista Thompson recibe el encargo de averiguar cuál es el significado de tal palabra. Por ello comienza a ahondar en la vida privada del millonario, entre sus más allegados amigos y servidores, sin encontrar la respuesta. Sin embargo, en la última escena de la película, se ve a un empleando deshaciéndose de algunos trastos viejos, donde aparece un pequeño trineo de Kane, de cuando era niño, donde aparece la mencionada palabra. En suma, esta producción constituye un excelente análisis histórico, pero también psicológico, de la formación de un poderoso plutócrata, con sus frustraciones intimas y sus paradojas. Pero, Ciudadano Kane también es un excelente testimonio sobra la evolución histórica del periodismo en los Estados Unidos y sobre el problema del monopolio de la prensa. Siguiendo con Orson Welles, después del fracaso comercial que significo la producción de Ciudadano Kane, hizo suceder la adaptación de la novela El cuarto mandamiento (1942), salto atrás para mostrar el orgullo de la clase aristocrática de finales del siglo XIX que no acepta mezclar su sangre con la nueva burguesía industrial. Es también, como Ciudadano Kane, un retrato de la América autentica, un documento sobre la decadencia de las familias aristocráticas sudistas. Pero, se reveló también como un fracaso comercial, que se unió a los roces y problemas con trabajos truncados de algunas películas que ya no pudo acabar de rodar. No le quedó más remedio que abandonar Hollywood como haría Chaplin o Stroheim. Inauguraría el ciclo shakesperiano Otelo (1951) rodado en Marruecos y con Campanadas a medianoche (1966) rodado en España. La revelación del volcánico Welles descubre la mediocridad instalada en Hollywood por estas fechas. Los estudios se comportan ahora, que la guerra está en auge, en tremendas fábricas de creación de munición bélica, pero de otra materia, la publicidad contra el denostado enemigo. Howard Hawks protagonizará El sargento York (1941), basada en un héroe de la Primera Guerra Mundial, teñido de la siempre fácil patriotería, Guadalcanal (1943), Objetivo Birmania (1945) o Treinta segundos sobre Tokio (1945) entre otras. En la guerra de espionaje y la Resistencia, servirán de pretexto para películas de intriga y de aventuras sin fin, como es el caso de la famosísima Casablanca (1943), de Michael Curtiz, Cinco tumbas a el Cairo (1943) o Sangre sobre el sol (1945). El propio Alfred Hitchcock, instalado desde 1940 en Hollywood no dejará pasar la oportunidad para rodar algunas películas de trasfondo belicista como Enviado especial o El saboteador. Como puede verse, cualquier pretexto es bueno para que el mago del suspense componga sus citados angustiosos suspenses. El astuto Hitchcock comienza a aprovechar las enseñanzas técnicas de Orson Welles en la Sombra de una duda (1943) que se ha considerado la mejor película sobre un atractivo y en apariencia apuesto criminal. Con su siguiente obra Recuerda (1945) ahonda en el psicoanálisis y el papel de los traumas infantiles en la vida. Por esta época, se empiezan a retirar figuras como Wyler, Ford o Capra, que darán paso a otros productores no menos brillantes: Preston Sturges, John Huston o George Stevens. También la exacerbada codiciada de los hermanos Marx comienza a extinguirse. Quedan los extranjeros Fritz Lang o Lubitsch que aportaran a la causa anti nazi obras como Ser o no ser (1942) del segundo. Rene Claire pasara del hibridismo franco-inglés, al franco americano con Me casé con una bruja (1942) que demostró la persistencia de los temas mágicos y sobrenaturales en la gran pantalla en su comicidad. En Sucedió Mañana nos narra la prodigiosa aventura de un periodista que es capaz de leer su diario del día siguiente, hasta que descubre horrorizado su propia muerte. Afortunadamente será solo un gazapo periodístico. Por lo tanto, el balance de este periodo hsitorico se refleja pobre para la industria cinematográfica.