Resumen Derecho Penal Dominicano
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TEMA I.
Los principios fundamentales del Derecho Penal
1.1 Las presunciones.
Son los medios de prueba indirecta que suponen una probabilidad.
Según su origen las presunciones se dividen en legales y de hecho, las legales constituyen verdaderas
dispensas de pruebas en provecho de quien han sido establecidas, las de hecho, también denominadas
indicios, son verdaderos modos de prueba y resultan de los hechos mismos.
Otra división se fundamenta en las personas que pueden invocarla, de tal modo tenemos las presunciones
que benefician a la inculpación y las que benefician al inculpado.
En consecuencia se puede admitir que son absolutas y por tanto inatacables, las presunciones establecidas
por un texto legal que califican la naturaleza de un hecho o afirman su existencia, como sucede con la
presunción de complicidad.
Podemos clasificar las presunciones en absolutas y relativas, las absolutas (jure et de jure) se refieren al
objeto de la prueba, mientras que las relativas (jure tantum) no descartan la prueba y únicamente se refieren
a la apreciación que es relativa y condicional.
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Aunque tiene antecedentes medievales, sólo se formula de forma expresa y en sentido actual por Anselmo
Fuerbach, en el siglo XVIII, en su famosa frase "Nullum crimen, nulla poena sine previa lege". Lo cual
supone, básicamente, que la acción punitiva del Estado debe atenerse estrictamente a lo establecido por las
leyes penales que sean anteriores a la acción delictiva. Esto, a su vez, significa:
1. Que el juez no puede castigar una conducta como delictiva si no existe una ley promulgada y
vigente con anterioridad a la realización del hecho delictivo, que califique a esa acción como delictiva.
2. Que no se puede establecer por el juez una pena que no venga prefijada por una ley anterior.
3. Que el legislador está obligado a concretar el contenido de la ley penal, de tal suerte que ésta
ofrezca a la jurisprudencia de los tribunales un firme y seguro fundamento.
4. Que toda conducta delictiva deberá estar fijada de una forma clara y precisa en la ley. Es lo que
constituye el principio de tipicidad: una conducta, para que pueda ser delictiva tiene que ser típica; esto es,
susceptible de ser subsumida en un tipo penal.
El principio de legalidad de los delitos y de las penas está reconocido en el artículo 11.2. de la Declaración
Universal de Derechos Humanos, en el artículo 15 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
en el artículo 7 de la Convención Europea de Derechos Humanos y en el artículo 21 de la Declaración de
Derechos y Libertades Fundamentales, del Parlamento Europeo, de 16 de Mayo de 1989.
En nuestro ordenamiento jurídico, este principio esta reconocido en los artículos 8 numeral 5 y 99 de
nuestra Constitución.
2. El principio de la irretroactividad de las leyes penales. que deriva del principio de legalidad.
El fundamento del principio de irretroactividad se encuentra en las exigencias de la seguridad jurídica del
ciudadano frente a un poder punitivo del Estado arbitrario. La retroactividad general de las leyes implicaría
una ofensa a la dignidad de la persona humana.
En nuestro ordenamiento esta previsto en el artículo 47 de nuestra Constitución, según el cual la ley
solo dispone para el porvenir, no tiene efecto retroactivo, sino cuando sea beneficioso al que esta subjudice
o cumpliendo condena.
Igualmente lo contempla el artículo 4 de nuestro Código Penal, el cual expresa: “Las
contravenciones, los delitos y las penas no podrán penarse sino en virtud de una disposición de la ley
promulgada con anterioridad a su comisión.
4. El principio de intervención mínima. Significa que la actuación del Derecho Penal debe
reducirse al mínimo posible. Es lo que se ha llamado también minimización de la respuesta jurídica violenta
frente al delito.
Este principio en una consecuencia del estado social y democrático de derecho, conforme el cual, el
derecho penal debe aparecer como la ultima racio. Debe encontrarse siempre en último lugar y entrar en
juego solo cuando resulta indispensable para el mantenimiento del orden jurídico y de la paz ciudadana.
Por la dureza de sus sanciones, que afectan los bienes más preciados de la persona y son los más
drásticos con los que cuenta el ordenamiento jurídico, el derecho penal debe intervenir únicamente cuando
resultan insuficientes otros medios menos gravosos.
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La Convención Americana de Derechos Humanos en su Artículo 5.1 dispone: “Toda persona tiene derecho
a que se respete su integridad física, psíquica y moral; del mismo modo el artículo 5.2 prevé que “nadie
puede ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos y degradantes. Toda persona privada
de su libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano”.
Como se puede observar la aplicación de este principio tiene su fundamento en las normas
constitucionales que prohíben la pena de muerte y empleo de torturas y de tratamientos vejatorios o que
impliquen la pérdida o disminución de la salud o de la integridad física de las personas.
La protección de este derecho ha sido desarrollada en la legislación adjetiva dominicana,
incriminando los actos de torturas y otros tratos o penas crueles inhumanos y degradantes, lo mismo que los
actos de discriminación. Por lo cual, tal como prevén los acuerdos internacionales sobre protección de las
personas antes estos actos, no pueden ser válidamente admitidos por los tribunales los elementos de
prueba obtenidos con empleo de torturas y otros tratos o penas crueles inhumanos y degradantes, y más
aún, constituyen un acto delictuoso.
8. El principio in dubio pro reo, que como concreción del principio anterior significa que en caso
de que quepan dudas acerca de la culpabilidad de un procesado habrá que decantarse por la libre
absolución del mismo. El principio in dubio pro reo sólo entra en juego cuando existe una duda racional
sobre la real concurrencia de los elementos del tipo penal, aunque se haya practicado una prueba válida
con cumplimiento de las correspondientes garantías procesales.
TEMA II.
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En la actualidad, las teorías del delito tienden al modelo finalista, aunque las diferencias de fundamentación
del sistema sean a veces muy diversas de las que dieron origen a la teoría finalista. .
Los presupuestos de la pena son los mismos en ambas teorías y la diferencia radica en el lugar donde se da
relevancia al dolo, a la conciencia de la antijuricidad o a la infracción del deber objetivo de diligencia.
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TEMA III.
La acción
La palabra acto, en su acepción más amplia comprende el aspecto positivo de la acción y negativo
de la omisión, de ahí que acto es la manifestación de voluntad que, mediante acción, produce un cambio en
el mundo exterior, o que por no hacer lo que se espera deja sin mudanza ese mundo externo cuya
modificación se aguarda.
El acto es pues una conducta humana voluntaria que produce resultado. Como hemos dicho, el
concepto acto abarca tanto el hacer como el omitir. De esta doble y contrapuesta forma de actividad ha
surgido una clasificación de las infracciones, según la cual, estas son:
1. Delitos de acción aquellos que reclaman el movimiento, la acción corpórea del agente.
2. Delitos de omisión aquellos en que existe una abstención, en que el agente omite hacer lo
ordenado por la ley.
3.1 Teorías causales
El delito es en primer término una conducta, un acto humano que comprende de una parte, una acción
ejecutada (acción strictu sensu) y la acción esperada (omisión), y de otra el resultado sobrevenido. Para que
este pueda ser incriminado precisa existir un nexo causal o una relación de causalidad entre el acto humano
y el resultado producido
Existe esta relación causal cuando no se puede suponer suprimido el acto de voluntad humana sin que deje
de producirse el acto concreto.
LUIS JIMÉNEZ DE ASUA, abordando el tema de las doctrinas formuladas sobre la causalidad, las reparte
en los siguientes ordenes.
Causa eficiente, que distingue la causa productora del resultado de las condiciones
Causa necesaria, según la cual, la causa significa una situación a la que se debe seguir de un modo
absolutamente necesario y rigurosamente general.
Como una variedad, Se presenta un grupo de doctrinas que estima causa la de índole jurídica.
Causa en sentido individualizado, Que designa como causa una de las condiciones del resultado.
Causa humana y causa racional, que fatalmente desemboca en un aspecto de la causalidad adecuada.
Causación adecuada, Esta teoría atribuye la categoría de causa solo a aquella condición que
generalmente es apropiada para producir el resultado, es decir, solo a la condición adecuada al resultado
Equivalencia de Condiciones o Teoría de la condición, Según la cual, se estima causa toda condición del
resultado concreto y todas las condiciones deben considerarse equivalentes.
3.2 Causalidad e imputación objetiva:
Para que a un agente le sea imputable una infracción es necesario que su acción o inacción sea le causa
única o la causa directa de ese resultado. Hay que probar la intención delictuosa del agente. Ej. Un
homicidio, sino hay intención delictuosa seria entonces un homicidio no intencional, esto es por imprudencia
y ligereza.
3.3 La Comisión
Generalmente, las infracciones se manifiestan por un acto material y positivo que se realiza contra una
prohibición de la ley, como es el homicidio, los golpes, las heridas, el robo. Se les llama delitos de acción o
comisión, pues requieren el movimiento, la acción corpórea del agente.
3.4 La Omisión
En ocasiones la infracción consiste en una abstención, en que el agente omite hacer lo ordenado por la ley,
no hace lo que de él se espera. A éstos se les llama delitos de inacción o de omisión.
3.5 La comisión por omisión.
Hablamos de comisión por omisión o una inacción, cuando el delito positivo de comisión, se realiza por
una abstención. Por ejemplo: a) Nace un niño y la madre con la intención de que muera no le da alimentos;
b) El celador de una vía férrea ve un tronco de árbol sobre la vía, n lo retira para que el tren se descarríe, lo
que ocurre efectivamente; c) Una persona está encargada del cuidado de un ciego, un enfermo o de un
invalido, descuida intencionalmente el cumplimiento de sus deberes, no le da alimentos y fallece; d) Un
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dueño de hotel tiene hospedado a un pasajero que enferma y a quien, por no suministrarle cuidados con el
fin de que no muera, fallece.
A esta clase de acciones es a las que se ha dado el nombre de delitos de comisión por omisión, porque
la omisión produce aquí las mismas consecuencias que una acción positiva.
Edmundo Mezger, para explicar esta situación jurídica dice: “Lo que hace que la omisión sea comisión, es la
acción esperada que el autor ha omitido emprender. Porque no ha emprendido esta acción que de él se
esperaba, por lo que es punible, siempre que esta acción esperada le sea exigible.
Continua señalando Mezger: “La pregunta decisiva se formula así: Si hubiera sido impedido por la acción
esperada, el resultado que el derecho desaprueba? Cuando esta pregunta se responde afirmativamente la
omisión es causal en orden del resultado”.
Aplicando estos principios a nuestros ejemplos, se concluye que serian culpables de delitos de comisión por
omisión, los comprendidos en los ejemplos dados.
TEMA IV.
El dolo
El dolo es cuando se produce un resultado típicamente antijurídico, con conciencia de que se quebranta el
deber, con conocimiento de las circunstancias de hecho y del curso esencial de la relación de causalidad
existente entre la manifestación humana y el cambio en el mundo exterior, con voluntad de realizar la acción
y con representación del resultado que se quiere o ratifica. Una definición más simple nos dice que el dolo
existe cuando se produce un resultado típicamente antijurídico, con conciencia de que se que se quebranta
el deber. En el dolo intervienen los siguientes elementos:
a) Conciencia de que se quebranta el deber;
b) Conocimiento de las circunstancias de hecho y del curso esencial de la relación de causalidad
existente entre la manifestación humana y el mundo exterior;
c) La voluntad de realizar la acción;
Otras doctrinas realizan otra clasificación del dolo, en los siguientes aspectos:
a) Dolo directo;
b) Dolo con intención ulterior o dolo especifico;
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objeto determinado; mientras que el error no supone una falta absoluta de conocimiento, pues lo que hay es
un conocimiento falso. Todo esto, que bien puede tener alguna importancia desde el punto de vista
psicológico, carece de ella en lo que al derecho penal positivo se refiere. Nuestra legislación no ha
distinguido una y otra cuestión, y más bien puede decirse que las ha confundid, pues si alguna vez se
refiere a ellas, sólo menciona el error, como comprendiéndolos a ambos. Para Von Liszt no tiene ninguna
importancia para el valor jurídico del error, que la repulsa errónea de la presunción de que el acto está
previsto por la ley, descanse sobre una apreciación inexacta del hecho, o sobre una concepción errónea de
las reglas jurídicas aplicables al mismo.
Error de derecho: Recae sobre una regla de derecho; esta clase de error se nos puede presentar bajos
dos formas: El referente a la existencia de la ley, y en que tiene relación con la interpretación que se le dé a
la misma. Sin embargo, el autor no podría alegar desconocimiento de la existencia de una ley, pues esta se
reputa conocida tan pronto como es publicada y transcurre el plazo establecido para su exigibilidad.
Error Invencible y error vencible: Es invencible cuando no deriva de culpa, de tal modo que, aún con el
concurso de la debida diligencia, no hubiera podido evitarse. Por el contrario es vencible cuando tiene como
causa la omisión de aquella diligencia. En tal sentido, si el error es invencible, no hay delito doloso, el caso
se reduce a un mero accidente.
Racionalmente invencible, es decir, que no hayan podido ser conocidas las características de los hechos
o la injusticia de la acción, atendida la relatividad de las circunstancias.
2. El error excluye la culpabilidad sin distinguir:
a) Si el error es de hecho o de derecho.
b) Si el llamado error de derecho recae en una ley penal o en una ley extra penal (civil,
comercial etc) vinculada al contenido de aquella, porque la naturaleza garantizadora del derecho penal hace
que sus conceptos jurídicos provengan de otras ramas.
3. El error esencial excluye el dolo, pero deja subsistente la culpa, cuando es vencible o evitable.
4. El error no produce efecto alguno en la culpabilidad, cuando es:
a) Accidental, como en el caso de que afecte a la variación del curso de la cadena de antecedentes y
causas, pero sin ser esencial el cambio para la producción de resultados;
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4.8 La Intención:
La intención es la dirección de la voluntad hacía un fin, conforme a la significación etimológica de la
palabra, la cual se origina en la palabra latina tendere in. La intención en materia penal significaría, la
dirección de la voluntad a un fin criminal.
El fundamento de la responsabilidad penal, según los postulados de la Escuela Clásica, era el carácter
voluntario del acto, fundado en la libertad de la voluntad, en que el agente poseyera en el momento de la
acción, la inteligencia y el discernimiento de sus actos.
Muchas veces se produce una situación en la que el individuo afirme la existencia de la intención, pero
alegue que los resultados producidos han yodo más allá de los que quiso o previó. Este es el caso en que
existe el delito preterintencional, acerca del cual nuestro Código no contiene disposiciones, solamente
encontramos un texto que lo sanciona en un caso especial, o sea, el artículo 309, en la parte infine, el cual
castiga los golpes y heridas que causaron la muerte.
TEMA V.
Causas eximentes de la responsabilidad penal
5.1 Causas de justificación:
Son aquellas causas que excluyen la antijuricidad de una conducta, que puede subsumirse en un tipo legal;
esto es aquellos actos u omisiones que revisten aspecto de delito, pero en los que falta sin embargo el
carácter de ser antijurídicos y de contrarios al derecho, que es el elemento más importante del crimen;
ejemplo el estado de necesidad. También cuando el hecho se ha cometido por una orden de la ley, o un
mandato de autoridad legítima, la necesidad actual de la legítima defensa.
Las causas de justificación han sido clasificadas en generales y especiales, según que se apliquen a todas
o a un gran número de infracciones o a algunas solamente. Han sido llamadas causas generales de
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5.3 El Estado de necesidad: Existe estado de necesidad cuando una persona, a causa de un suceso
natural o humano, se ve forzada a realizar un acto delictuoso para salvar su vida, su integridad corporal, su
libertad, su honor, sus bienes o los de otros, de un mal imprevisto, presente, inminente, y de otro modo
inevitable. Ejemplo: Una persona no tiene que comer para sí ni para su familia, no encuentra trabajo ni quien
le suministre alimentos, y roba pan en un establecimiento y lo lleva a su familia. Es criterio del Profesor
Leoncio Ramos, que el estado de necesidad no es una causa de no culpabilidad, porque, actuando el
agente como lo hizo, se encuentran reunidas todas las condiciones subjetivas para que haya infracción, y
sólo falta, el elemento injusto; pues en toda ley de carácter penal existe el precepto, y tras éste, la norma
que tiene como finalidad mantener la convivencia social, la paz y el estado de cultura protegiendo los
derechos que así quedan convertidos en bienes jurídicos.
5.4 Obrar en cumplimiento de un deber o en ejercicio legitimo de derecho, oficio o cargo: Previo a
derogarse con la ley 24/97, de enero del 1997, que modificó el Código Penal Dominicano, este texto, en su
artículo 327 disponía que: “El homicidio, los golpes y las heridas, no se reputan ni consideran crimen ni
delito, cuando han sido ordenadas por la ley o por la autoridad legítima”. Señalaba el citado artículo que
quedaban justificado, todos los casos en los cuales se cometan atentados a los bienes jurídicos por orden
de la ley y al mandato de la autoridad.
TEMA VI.
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fundamento moral de la responsabilidad. Para establecer la responsabilidad penal del ebrio, la doctrina ha
realizado una clasificación del tipo de ebrios, a saber:
1. Embriaguez crónica habitual: Es cuando el agente se ha convertido en un alcohólico y sufre delirios, frenesí
etc, por lo cual, debido a la intoxicación que le afecta de modo permanente, es un verdadero enajenado, y si
en ese estado ha cometido una infracción, debe ser descargado en virtud del Art.64 del Código Penal, por
causa de demencia. Queremos añadir aquí, un concepto muy nuestro, partiendo del hecho de que el estado
de embriaguez, que acabamos de ver, no se encuentra en nuestro ordenamiento penal, como un tipo de
demencia, o como una causa de eximente de responsabilidad, queda al libre albedrío de los jueces acogerlo
o no como tal, aún cuando no negamos la posibilidad de esta tesis como medio de defensa.
2. Embriaguez accidental: Es aquella que le ocurre a un sujeto que ha ingerido cualquier clase de bebida sin
conocer los efectos del alcohol; que no ha querido embriagarse ni ha podido prever las consecuencias de
su acción. Para determinar su culpabilidad hay que hay que investigar la existencia de toda responsabilidad;
si esta es plena, hay que negar la existencia de toda responsabilidad; si es parcial debe ser rebajada en
proporción al grado de ella e imponerse una pena atenuada; repetimos aquí, lo que expresáramos
anteriormente, no se le impone al juez.
3. Embriaguez voluntaria: Es cuando el agente conociendo los efectos del alcohol y sin intención criminal ha
querido embriagarse y lo ha conseguido plena o parcialmente. Si en ese estado ha cometido alguna
infracción, hay que distinguir entre sí es plena su embriaguez o no y si se trata de una infracción en la cual
entra o no la intención como elemento constitutivo. Si la infracción es intencional, y la embriaguez plena,
como por ejemplo si se trata de una injuria o de una falsedad, no habrá infracción por falta de elemento
moral. Si es de aquellas infracciones como el homicidio o el incendio involuntarios, en las cuales a falta de
intención, una falta o culpa bastan como elemento moral, la embriaguez en tales circunstancias, es una falta
imputable, que justifica la condenación. Si se trata de infracciones no intencionales, como una contravención
o un delito contravencional, el juez puede declarar que hay culpabilidad. Si la embriaguez no es plena no
excluye la culpabilidad, pero sí puede justificar la aplicación de circunstancias atenuantes según los casos.
4. Embriaguez intencional o premeditada: Ocurre cuando un individuo tiene la resolución de cometer una
infracción, pero no se siente con el suficiente coraje para realizarla, y por ello busca en la ingestión de
alcohol la decisión y el arrojo que le hacen falta. Sí este individuo ejecuta luego el hecho, un homicidio, por
ejemplo, sin que su embriaguez sea plena, la culpabilidad existe y bien puede constituir ese hecho una
agravación judicial en el ánimo del juez. Cuando por el contrario la embriaguez es plena, la culpabilidad
existe puesto que la intención coexistió con la ejecución.
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una infracción delictiva, se hace acreedor de una sanción. Sin embargo hay circunstancias en que, aun
existiendo la infracción penal y su autor, este no puede ser castigado por razones previamente
determinadas por el legislado (excusas absolutorias).
6.7 Excusas legales absolutorias o definitivas:
Son las causas de exención de la responsabilidad penal legalmente establecidas por estrictas razones
política criminal. La excusa es una circunstancia accidental que se une a los elementos constitutivo
generales y especiales de la infracción, y tiene como efecto, ya sea atenuar la pena, ya impedir que esta
sea impuesta al prevenido. El Juez no tiene poder para crear las excusas, pues estos están determinadas
en la ley y debe, en su sentencia, comprobar la existencia de las condiciones necesarias para la existencia
constituir la excusa.
Las excusas absolutorias tienen por efecto, sino declarar que el hecho no ha sido cometido, ni que su autor
no es culpable, sino, que, a pesar de ello, no le debe ser impuesta la pena determinada por la ley.
Las excusas absolutorias especiales son muy numerosas y entre ellas vamos a citar: Las que están
fundadas en un servicio prestado a la sociedad, como las establecidas e los artículos 100, 109, 138, 144, y
213 del Código Penal, relativamente a delitos que tienden a turbar la paz interna del Estado.
La contenida en el artículo 248 del C. P., por el cual, los ascendientes o descendientes, los cónyuges, aún
en estado de separación personal o de bienes, los hermanos o hermanas de los delincuentes ocultos, y sus
afines en los mismo grados, que ocultaren o hicieren ocultar a los reos de delitos cuya pena sea aflictiva.
Las sustracciones cometidas entre cónyuges y las que se efectúan por los viudos, respecto de las cosas
que pertenecieron al cónyuge difunto, ni entre ascendientes y descendientes, en virtud de lo dispuesto por el
artículo 380 del C. P.
Para la provocación: si se trata de un crimen que amerita pena de 3 años, la pena será la prisión
correccional de 6 meses a dos años. Si se trata de cualquier otro crimen, la pena será la prisión de 3 meses
a un año.
El artículo 323 admite una excepción a la excusa de la provocación al declarar que parricidio nunca es
excusable.
6.9 La imprudencia o negligencia como causas de atenuación:
La imprudencia consiste en la falta de prudencia, de cautela o precaución. Es un delito culposo. Es cuando
la acción u omisión del agente tiene como resultado un hecho delictuoso o dañoso, el cual está desprovisto
de intención, pero como tal hecho, por sus resultados o gravedad causa un daño, el legislador castiga a
quien lo comete, por el hecho de existir una falta; como consecuencia de negligencia, imprudencia,
ligereza, violación de reglamentos o torpeza. Pero si no existe la más ligera falta, esto es, la culpa, se trata
de un accidente, y el descargo se impone.
Elementos:
1.- Voluntad en el acto inicial.
2.- Falta de previsión del efecto del acto.
3.- Posibilidad de preverlo.
El agente ha causado un daño social, y estas son las razones por las cuales su delito, aunque no
intencional, es reprimible.
Incriminación de la imprudencia en el Código Penal Dominicano:
El artículo 319 del Código Penal dispone: “El que por torpeza, imprudencia, inadvertencia o inobservancia
de los reglamentos, cometa homicidio involuntario, o sea, causa involuntaria de él, será castigado con
prisión correccional de tres meses a dos años, y multa de veinticinco a cien pesos.
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El artículo 320 del Código Penal: Sí la imprudencia o la falta de precaución no han causado sino golpes o
heridas, la prisión será de seis días a dos meses, y la multa de diez a cincuenta pesos, o una de estas dos
penas solamente.
Cuando en el caso previsto en el Art. 320 C. P., las heridas o los golpes involuntarios sólo ocasionen una
enfermedad o incapacidad para el trabajo que duren menos de diez días, o no ocasionen ninguna
enfermedad o incapacidad, las penas. Que en dicho artículo se pronuncian se reducirán a la mitad y serán
aplicadas por los Jueces de Paz.
El artículo 458 del Código Penal: “El incendio causado en propiedad ajena, por negligencia o imprudencia
se castigará con multa de veinte a cien pesos. Se reputa causado por imprudencia o negligencia: 1.- el
incendio de chimeneas, casas, ingenios o fraguas, cuando resulta por vetustez de las oficinas o por falta de
reparación o limpieza; 2.- el de selvas, pastos, sabanas, siembras, montes, cosechas y otras materias
combustibles, amontonadas o depositadas en casas, trojes o cualquier otro edificio, cuando resulta a
consecuencia de hogueras encendidas o quemas en los campos a menos de cien varas de distancia; 3.- el
de los casos enumerados en los párrafos que preceden, cuando resulte por haber llevado velas encendidas
o candelas y haberlas dejado sin las precauciones necesarias en los lugares susceptibles de incendio.
6.10 Condiciones objetivas de la punibilidad: Son ciertas circunstancias exigidas por la ley penal para la
imposición de la pena, que no pertenecen al tipo del delito, que no condicionan la antijuricidad y que no
tienen carácter de culpabilidad. Son aquellas circunstancias exteriores que nada tienen que ver con la
acción delictiva, pero a cuya presencia se condiciona la aplicabilidad de la sanción.
6.11 La actio libera in causa: Se presentan cuando se produce un resultado contrario al derecho, por un
acto o una omisión en estado de inimputabilidad (como por ejemplo la ebriedad). No aplicándose estas
cuando el sujeto busca tal estado de inimputabilidad con el propósito de cometerla; esto es de manera
voluntaria o culposamente. Ej. El agente que cae en alcoholismo agudo de manera voluntaria, con la
intención de cometer la acción. Es en atención a esto último que autores como Von Liszt indican que es
decisivo en la imputabilidad el momento en que ha tenido lugar la manifestación de la voluntad, siendo
indiferente el estado mental del sujeto en el instante en que se produce el resultado.
TEMA VII.
Circunstancias agravantes
Garraud las define como: “Hechos que, uniéndose a los elementos materiales o morales del delito,
aumentan la criminalidad de la acción o la culpabilidad del agente”.
Son circunstancias determinadas por la ley, que se unen a los elementos generales y a los específicos de
la infracción, y tienen como consecuencia necesaria, una pena mayor que la establecida en la ley, al definir
las diversas figuras de delitos.
La doctrina divide las circunstancias agravantes en: circunstancias agravantes objetivas y subjetivas.
Son llamadas objetivas, cuando se unen a los elementos materiales de la infracción, como las de que un
robo se cometa de noche, en casa habitada, con escalamiento o fractura (Art. 386 Código Penal).
Se dice que son subjetivas, cuando se unen a la culpabilidad, a la individualidad del autor de la infracción,
tales como la premeditación, la asechanza, los lazos de consanguinidad y la edad de la víctima (art. 295 y
355).
Del mismo modo han sido clasificadas como especiales y generales. Las primeras no se aplican sino a
algunas infracciones. Las segundas se aplican a todas las infracciones o a muchas de ellas. De esta clase
tenemos la reincidencia y la condición de funcionario público del autor del hecho (prevista esta última en el
Art.198 del C.P.).
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criminal por su sentencia de condenación, pondrá los reos a disposición del Gobierno, para que sean
extrañados o expulsados del territorio;
2do.- Cuando la pena de la ley sea la del máximum de la reclusión mayor, se impondrá de tres a diez años
de dicha pena, y aún la de reclusión menor, si hubiere en favor del reo más de dos circunstancias
atenuantes;
3ro.- (Modificado Ley No. 5901 del 14 de Mayo de 1962) Cuando la Ley imponga al delito la de reclusión
mayor que no sea el máximum, los tribunales podrán rebajar la pena a la de reclusión menor, o de prisión
correccional cuya duración no podrá ser menos de un año, salvo que la ley permita una reducción de la
prisión a menor tiempo;
4to.- ( Modificado implícitamente por el artículo 8 de la Constitución de la República) Cuando la pena sea la
reclusión menor, detención, destierro o degradación cívica, los tribunales impondrán la prisión correccional,
sin que la duración mínima de la pena pueda bajar de dos meses;
5to. Cuando el Código pronuncie el máximum de una pena aflictiva, y existan en favor del reo circunstancias
atenuantes, los tribunales aplicarán el mínimum de la pena, y aún podrán imponer la inferior en el grado que
estimen conveniente;
6to.- Cuando el Código pronuncie simultáneamente las penas de prisión y multa, los tribunales
correccionales, en el caso de que existan circunstancias atenuantes, están autorizados para reducir el
tiempo de la prisión, a menos de seis días, y la multa a menos de cinco pesos, aún en el caso de
reincidencia. También podrán imponerse una u otra de las penas de que trata este párrafo, y aún sustituir la
de prisión con la de multa, sin que en ningún caso puedan imponerse penas inferiores a las de simple
policía.”
Las circunstancias atenuantes no se encuentran establecidas en la ley, por lo que el juez podrá
valorarlas subjetivamente, las más comunes en la practica judicial dominicana, son: La del delincuente
primario, llámese aquel que comete por primera vez un hecho de esa naturaleza, la juventud, la
inexperiencia, la falta de orientación social, las circunstancias en especifico que rodearon el suceso, en fin,
claro está que los jueces deberán motivar en sus sentencias, aquellas circunstancias que lo llevaron a
atenuar la pena de la persona culpable de un hecho.
TEMA VIII.
Aparición del delito
8.1 El iter criminis: Ideas o pensamientos, resolución criminal; los actos preparatorios; los actos
ejecutorios.
En toda infracción existe una actividad, un acto material realizado en el mundo externo, que produce un
cambio o una transformación o tiende a producirlos; y ese acto puede consistir en una acción o en una
omisión, es lo que se ha llamado como el elemento material.
La actividad del agente puede ser concebida y realizada en un mismo instante de tiempo, o pasa, como
ocurre en la mayoría de los casos, por una serie de etapas sucesivas separadas por un espacio más o
menos prolongado. En el segundo caso, a esa serie de fases por las cuales pasa el agente y que no pueden
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ser perfectamente identificables, es a lo que se ha dado el nombre de iter criminis. En el estudio de estas
fases pueden distinguirse las siguientes:
1. La idea criminal o tentación, esto es, la concepción del hecho criminal que surge en la mente;
2. La voluntas sceleris, o sea la resolución de obrar, de dirigir la voluntad a la realización de la infracción;
3. Los actos preparatorios, es decir, proveerse de los medios materiales para llevar a cabo la realización,
como son: Procurarse un arma, comprar un veneno, etc.
4. El comienzo de ejecución: Que son los actos que están en relación directa e inmediata con el fin criminal
que va a realizar.
Los actos de ejecución: Son aquellos actos por medio de los cuales el agente pone en acción los medios
o instrumentos para la ejecución de un delito, y que tienen una relación directa e inmediata con el mismo,
demostrada al comprobar la intención delictuosa.
Los actos preparatorios: Son los actos por los cuales se provee el agente de los medios materiales para
la ejecución del acto delictual; son aquellos actos que no constituyen la ejecución del delito proyectado, pero
que se refieren a él en la intención del agente y tienden así a su ejecución. Por ejemplo comprar un arma
para llevar a cabo un homicidio, preparar un veneno para cometer el crimen de envenenamiento, preparar
una sala de cirugía para realizar un aborto, etc.
8.2 Tratamiento jurídico penal de los actos preparatorios.
Por tratarse de actos, muchas veces aislados, cuya prueba es difícil de realizar, al no siempre poder
relacionar estos actos con la intención criminal del agente, que siempre reposa en su mente, los actos
preparatorios no son castigados por la ley penal. Sin embargo, en vista del peligro que hay en muchos
de ellos, el legislador los ha erigido en delitos especiales. En tal sentido pueden citarse: el soporte y la
posesión ilegal de armas y explosivos; rotura de cercas y violación de domicilio. Estos y muchos otros tienen
o pueden tener un carácter peligroso por sí mismos y también como actos preparatorios de una infracción,
con la cual pueden estar relacionados, por lo cual son castigados como delitos especiales.
Existen otros casos en que los actos preparatorios son castigados, estos son primeramente en el caso de la
complicidad (Art.60 p.2) C.P., debido a que toman su criminalidad y su calificación del hecho delictuoso
principal, como ocurre cuando se suministran medios o instrumentos para cometer el delito. En segundo
lugar cuando constituyen circunstancias agravantes de la infracción, como ocurre en un homicidio en que se
demuestra que el agente ha adquirido con anterioridad al hecho armas y otros medios materiales para
realizarlo, pues ello puede dar lugar a que pruebe la premeditación y por tanto, ese acto, que era
preparatorio antes de cometer el homicidio, se convierte después de realizarse, en una circunstancia
agravante.
8.3 Formas imperfectas del delito: Tentativas y la frustración.
Se entiende por tentativa, la tendencia de la voluntad hacia un delito; en nuestro ordenamiento jurídico, se
encuentra tipificada en el artículo 2 del Código Penal, el cual dispone que: “Toda tentativa de crimen podrá
ser considerada como el mismo crimen, cuando se manifieste con un principio de ejecución, o cuando el
culpable, a pesar de haber hecho cuanto estaba de su parte para consumarlo, no logra su propósito por
causas independientes de su voluntad, quedando estas circunstancias sujetas a la apreciación de los
jueces.
Del mismo modo, dispone el artículo 3 del mismo texto, que: “Las tentativas de delito no se reputan delitos,
sino en los casos en que una disposición especial de la ley, así lo determine.”
Cuando el agente ha realizado todo lo que estaba de su parte para consumar la infracción sin conseguirlo,
por causas independientes de su voluntad, se dice que hay delito frustrado.
De lo antes expuesto, se deduce que la tentativa está integrada por dos elementos constitutivos y
una circunstancia contingente:
1. Que se haya manifestado por un comienzo de ejecución;
2. Que se haya tenido la intención de realizar cierto y determinado crimen;
3. Que no se haya conseguido el fin perseguido, por causas independientes de la voluntad del agente.
En síntesis, podemos resaltar, que la tentativa de crimen se castiga siempre, la de delito, sólo cuando la
infracción lo contemple y nunca en materia de contravenciones.
Es también válido señalar, que en caso de ser acogida por los jueces, para pronunciar la culpabilidad de
algún procesado, éstos deben hacer valer en sus sentencias cuáles fueron los actos preparatorios y el
comienzo de ejecución realizado por el agente, que les llevó a formarse tal criterio, debiendo señalar,
igualmente, cuál fue la causa que frustró la infracción, pues de haber sido por el desistimiento voluntario del
agente, nos encontraríamos frente a una acción inimputable.
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El delito frustrado: En el artículo 2 del C. P., el legislador quiso unir dos tipos diferentes de situaciones,
una cuando se ha manifestado el comienzo de ejecución, pero se suspendió la ejecución por circunstancias
independientes de la voluntad del autor; y otra cuando ha fallado su efecto por cualquier causa. En el primer
caso la tentativa es imperfecta, mientras que en el segundo, lo es por falta de resultado, radicando allí la
diferencia entre delito intentado y delito frustrado. Como delito frustrado podríamos nombrar el de aquel que
trata de darle muerte a otro, al dispararle, se desvía la bala, aquí ha habido un delito de homicidio frustrado
8.4 El delito imposible:
Se dice que hay delito imposible o tentativa inidónea, cuando la actividad del agente está condenada
indefectiblemente al fracaso, porque el objeto no existe o le falta una condición esencial para su existencia;
porque no está en las condiciones o situación tenidas en cuenta por el agente; porque los medios
empleados no pueden conducir al resultado apetecido, o porque los mismos usados sin pericia, tampoco
podrían producir ese resultado.
Ejemplo: Si ha disparado contra un maniquí, o contra un árbol, creyendo que era la víctima a quien se
buscaba; o se dispara contra un cadáver, creyendo viva a la persona; se intenta envenenar, pero creyendo
dar un veneno, se yerra y se da una sustancia inofensiva.
Las causas de imposibilidad pueden estar relacionadas con el objeto o sujeto pasivo de la infracción, o con
los medios de que se ha valido el agente activo del delito. Las que se refieren al objeto pueden ser
absolutas o relativas.
TEMA IX.
Autoría y participación
Se define como autores aquellos que toman parte directa en la ejecución del hecho. Autor es quien ejecuta
la acción que forma el núcleo del tipo de cada delito. La participación: consiste en aquellas personas que
toman parte en la ejecución del hecho delictivo o prestan al autor o autores un auxilio o cooperación sin los
cuales no habría podido cometerse. Para la teoría formal objetiva autor es el sujeto que ejecuta la acción
expresada por el verbo típico; o sea, tomar parte en la ejecución del hecho. Por su parte la teoría del
dominio del hecho, autor es quien tiene el dominio final del suceso, mientras los participes por su parte,
carecen de ese dominio del hecho. Por último la teoría sujetiva, parte de la imposibilidad de una
diferenciación exterior del autor y del de los participes, dado que todas las condiciones del resultado tiene
idéntica significación con respecto a la causalidad del mismo.
9.1 Clases de autorías:
Puede suceder que varios individuos hayan participado en una infracción. Unas veces esos diferentes
individuos han participado juntos al mismo título, en la infracción, se dice entonces que son coautores; es el
caso, por ejemplo, en que dos ladrones se introducen al mismo tiempo en un apartamento, y colaboran
ambos en la sustracción de cosas robadas.
En otros casos, los participantes no juegan el mismo rol, unos son los autores directos de la infracción,
mientras que los otros intervienen en segundo plano, para inspirar o provocar el delito, o ayudar al
delincuente a la ejecución.
Al lado de los autores, están los cómplices, así se considera a aquel que paga al asesino o que le presta el
arma del crimen. La ley penal considera al cómplice como culpable de la infracción de la misma manera
que autor. Se dice que él toma prestada la criminalidad del autor de la infracción.
Una clasificación dada por la doctrina es la de:
1. La autoría mediata: Que es el autor que dominando el hecho y poseyendo las demás
características especiales de la autoría, se sirve de otra persona para la ejecución de la acción típica.
2. Coautoría: Son coautores los que toman parte en la ejecución del delito co-dominando el hecho. La
coautoría no depende en su existencia dogmática de un reconocimiento legal expreso, pues está implícita
en la noción del autor
3. Participación en sentido estricto: Es preciso aquí, que el partícipe no haya tenido dominio del
hecho.
4. La instigación o inducción: Es el autor que determina directamente o induce a otro a cometer un
hecho punible, en otras palabras instigar es crear en otro la decisión al hecho punible. Se requiere siempre
una conducta activa y el instigador debe obrar dolosamente.
5. La complicidad: Es el que dolosamente coopera en la realización de un delito doloso.
9.2 Complicidad necesaria y no necesaria: La complicidad es el acto por el cual una persona participa o
se asocia indirecta o accesoriamente al delito cometido por otro, por medio de hechos limitativamente
determinados por la ley, que no son un comienzo de ejecución, ni indispensables para la existencia de la
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infracción. La complicidad necesaria es a la que se refiere a los que cooperan a la ejecución del hecho por
un acto sin el cual no se hubiera efectuado. El cómplice necesario es un verdadero cómplice, no obra con
ánimo de autor ni ejecuta la acción principal, su actuación es, como la de todos los cómplices, accesoria a la
del autor principal, y sólo se diferencia de aquellos en que sin su participación no puede ser cometido el
delito La cooperación necesaria se diferencia de la coautoría material en que el partícipe no ejecuta el
hecho típico, sino algo ajeno pero necesariamente relacionado, en definitiva participación en un hecho
ajeno.
Por otro lado la simple complicidad o la no necesaria, es la que se refiere a los que cooperan a la
ejecución del hecho por actos anteriores o simultáneos. Esta es aquella en la que una persona presta al
autor una cooperación secundaria a sabiendas de que favorece la comisión del delito, pero sin que su
auxilio sea necesario.
Los cómplices necesarios reciben la consideración de autores y son castigados como tales, en
cambio a los simples cómplices se les aplica la pena del autor del delito consumado rebajada en un tercio.
Necesaria o no, la complicidad ha de tener relevancia para la producción del resultado. Esta
exigencia lleva a excluir del ámbito de la complicidad y, consecuentemente de la esfera de lo punible, las
conductas que no representan una contribución al hecho delictivo.
9.3 Encubrimiento: Supone la existencia anterior de un delito y consiste en ocultar a quien lo cometió, en
facilitarle la fuga o en hacer desaparecer los rastros o pruebas del delito, o bien en guardar, esconder,
comprar, vender, o recibir en prendas o en cambio los efectos sustraídos. Igualmente comete encubrimiento
quien dejare de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acercar de la comisión de algún delito,
cuando estuviere obligado a hacerlo por su profesión o empleo, o negare a la autoridad, sin motivo legítimo,
el permiso de penetrar en su domicilio para detener al delincuente que se encuentre en él.
9.4 La asociación de malhechores: El Código Penal Dominicano en su artículo 265 y 266 sanciona un
tipo de pluralidad de agentes, al expresar que: “Toda asociación formada, cualquiera que sea su duración o
el número de sus miembros; todo concierto establecido, con el objeto de preparar o de cometer crímenes
contra las personas o contra las propiedades, constituye un crimen contra la paz pública.”
Como se ve en este género de infracción, el legislador sanciona el simple hecho de la asociación, sin tener
en cuenta que se hayan realizado o no las infracciones que constituyen la finalidad de la asociación.
Es sancionado con la pena de reclusión mayor, de conformidad con lo previsto por el artículo 266 del mismo
texto de ley.
Como la especie, el legislador ha previsto otros tipos de infracciones con iguales fines, tales como la trama
de cambio de gobierno, en las cuales, la característica saliente y común el acuerdo o conciliación realizada
por un dos o más personas con el fin de realizar actos criminales, hecho que tiene la suficiente gravedad
para perturbar profundamente la paz pública y la tranquilidad de las familias.
9.5 Distinguir entre autores, coautores y cómplices
El autor es quien participa directamente en la realización dela infracción, mientras que los coautores, son
aquellos individuos que participan simultáneamente, aún en lugares distintos en la comisión de un mismo
hecho; mientras que los cómplices son aquellos se asocian indirecta o directamente al delito cometido por
otro, por medio de hechos limitativamente determinados por la ley.
9.6 Textos que la contienen: Los artículos 59, 60, 61, 62 y 63 de nuestro Código Penal, contemplan lo
relativo a la complicidad, citamos a manera de conocimiento:
“Artículo 59.- A los cómplices de un crimen o de un delito se les impondrá la pena inmediatamente inferior a
la que corresponda a los autores de este crimen o delito; salvo los casos en que la ley otra cosa disponga.
Artículo 60.- Se castigarán como cómplices de una acción calificada de crimen o delito: aquellos que por
dádivas, promesas, amenazas, abuso de poder o de autoridad, maquinaciones o tramas culpables,
provocaren esa acción o dieren instrucción para cometerlas: Aquellos que, a sabiendas, proporcionaren
armas o instrumentos, o facilitaren los medios que hubieren servido para ejecutar la acción. Aquellos que, a
sabiendas, hubieren ayudado o asistido al autor o autores de la acción, en aquellos hechos que prepararon
o facilitaron su realización, o en aquellos que la consumaron; sin perjuicio de las penas que especialmente
se establecen en el presente Código, contra los autores de tramas o provocaciones atentatorias a la
seguridad interior o exterior del Estado, aún en el caso en que no se hubiere cometido el crimen que se
proponían ejecutar los conspiradores o provocadores.
Artículo 61.- Aquellos que, conociendo la conducta criminal de los malhechores que se ejercitan en
salteamientos o violencia contra la seguridad del Estado, la paz pública, las personas o las propiedades, les
suministraren habitualmente alojamiento, escondite o lugar de reunión, serán castigados como sus
cómplices.
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Artículo 62.- Se considerarán también como cómplices, y castigados como tales, aquellos que a
sabiendas hubieren ocultado en su totalidad o en parte, cosas robadas, hurtadas, sustraídas o adquiridas
por medio de crimen o delito.
Artículo 63.- (Modificado Ley No. 64 del 19 de Noviembre de 1924 G.O 3596, ley 224 del 26 de
Junio del 1984 y por ley 46-99 del 20 de mayo del 1999). En ningún caso podrá pronunciarse la pena
reclusión mayor, cuando procedan contra los ocultadores, sino después que se les hubiese convencido de
haber tenido conocimiento, al instante de la ocultación, de las circunstancias a las cuales la ley aplica la
pena de treinta años de reclusión mayor o la de reclusión mayor: de lo contrario, se les impondrá la pena de
detención.”
9.7 Responsabilidad penal de los autores, coautores y cómplices
En nuestra legislación, los autores y los coautores son sancionados de la misma naturaleza, con las
sanciones establecidas por cada infracción; mientras que los cómplices de un crimen o de un delito se les
impone la pena inmediatamente inferior a la que corresponda a los autores, salvo los casos en los que las
leyes dispongan otra cosa; siendo preciso establecer que cuando se habla de la pena inmediatamente
inferior se trata de aquella que correspondería, no de la que el juez haya impuesto al autor del hecho.
Las causas de eximentes de responsabilidad del autor, no se comunican a los cómplices, del mismo modo,
las excusas atenuantes, que por ser personales o reales concurren en la persona de que se trata.
Las circunstancias reales, o sea, aquellos actos externos que acompañan la infracción, producen su efecto
con respecto del cómplice, así como el autor principal. Si por el contrario existen circunstancias agravantes,
de atenuación o de impunidad que son personales al autor principal, su efecto no se comunican al cómplice.
TEMA X.
Teoría del concurso
10.1 Concurso de leyes
Hay casos, en que el agente es autor de dos o más infracciones, esto tiene una influencia jurídica sobre la
situación del delincuente. Esta situación se puede presentar en estos dos aspectos: 1ro.) Que el agente
haya cometido dos o más infracciones y que ninguna de ellas haya sido objeto de una condenación
irrevocable y 2do.) Que el agente, después de haber sido condenado irrevocablemente por una o más
infracciones, comete otra u otras.
En la primera situación se dice que existe concurso de infracciones; y en el segundo, que hay reincidencia,
si se cumple ciertos requisitos legales.
En tal sentido, se dice que hay concurso de infracciones cuando un sujeto ha cometido dos o más
infracciones y ninguna de ellas ha sido objeto de una condenación irrevocable, y ello es así, porque cuando
existe una persecución de carácter penal, o la sentencia pronunciada se encuentre en los plazos para
interponer recursos ordinarios o extraordinarios, todavía, o no ha condenación o siendo definitiva no es
irrevocable, y lo que existe es la acción pública puesta en movimiento.
10.2 Concurso real de infractores: El derecho penal moderno ha prestado atención a la codelincuencia,
que tiene como resultado, facilitar la realización de la infracción y en muchos casos evitar la imposición de
una pena.
En nuestro país encontramos incriminada la codelincuencia en diversas formas:
1. Según los artículos 265, 266 y 267 del C. P., referentes a la Asociación de Malhechores;
(comentarla sobre la base de lo anterior)
2. según el artículo 187 del C. P., sobre la trama que intenta conseguir el cambio de gobierno;
El atentado cuyo objeto sea cambiar la forma de gobierno establecido por la Constitución, o excitar a los
ciudadanos a armarse contra la autoridad legalmente constituida, será castigado con la pena de reclusión
menor.
3. Las bandas sediciosas o armadas; y
4. Conforme al artículo 123 del C. P., el caso de los funcionarios públicos que convengan entre sí la
ejecución de medidas contrarias a las leyes.
10.3 Concurso real de infracciones:
El concurso de infracciones puede ser real o material, ideal o intelectual. Es real o material, cuando el
agente ha cometido muchos actos o un conjunto de actos que constituyen, cada uno, de un modo separado
o independiente, una infracción distinta.
La existencia de un concurso real presupone, en primer lugar, la existencia de una pluralidad de acciones.
La comprobación de esta pluralidad tiene lugar en forma negativa; habrá pluralidad de acciones, si se
descarta la unidad de acción. En segundo lugar se requiere una pluralidad de lesiones de la ley penal, lo
que presupone los tipos penales realizadas son también independientes.
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El concurso es ideal o intelectual, cuando un solo acto produce la violación de varios bienes jurídicos, y cae
bajo el imperio de disposiciones penales distintas.
Nuestra legislación, como la francesa, no se ha ocupado sino del concurso real, y ha dejado fuera de sus
prescripciones el concurso ideal. En efecto, el articulo 304 del Código de Procedimiento Criminal, se refiere
al caso de que en el curso de los debates se descubra que el acusado es autor “de otros crímenes
diferentes”.
10.4 La regla del no-cúmulo de las penas.
En nuestro país, el legislador, al conflicto que se presenta ante un concurso de infracciones, como el que
acabamos de referirnos, adoptó la solución conocida como la regla del no cúmulo de las penas, aplicable
tanto a la materia criminal, como a los delitos, no así en materia contravencional, en la que por la naturaleza
de la infracción es posible acumular las penas.
En virtud de esta regla, el procesado condenado por la comisión de varias infracciones, la pena a imponer,
será la que corresponde a la pena más grave, absorbiéndose las menos graves. Las multas, cuando son
correccionales, siguen la regla de absorción.
Es bueno aclarar, que aún cuando el juez sólo podría aplicar a un procesado por varias infracciones, la pena
más grave, es su obligación examinar todos los hechos y declarar la culpabilidad o no del imputado en cada
uno de ellos; disponiendo que sólo se ejecute la pena más grave.
10.5 Infracciones continuas, sucesivas, conexas y simples
Las infracciones continuas: Es cuando la acción que lo constituye se prolonga, esto es, cuando el
estado delictuoso del agente prosigue durante cierto tiempo. Ejemplos de ellos, son el porte y tenencia ilegal
de armas, la ocultación de cosas o de personas,
Los delitos continuos: se dividen a su vez en delitos continuos permanentes y delitos continuo sucesivos.
Los primeros son aquellos en los cuales el acto queda terminado instantáneamente, pero el estado
delictuoso continua sin nueva intervención de la voluntad del agente, como ocurre en el caso de una pared o
una casa construida en violación de las leyes sanitarias o de construcción, o en hechos de cerrar un camino
con una construcción cualquiera.
La segunda, son aquellas en las cuales hay no sólo un estado delictuoso que se prolonga, sino, la actividad
delictuosa en la cual intervienen de nuevo la voluntad del agente, como en el porte ilegal de armas, o en la
violación de la ley No.14-94 sobre pensión alimentaria.
Los delitos simples: Son aquellos que están integrados por un solo acto, sea éste instantáneo o continuo,
como por ejemplo el robo, la estafa, el abuso de confianza.
Los delitos conexos: Se dice que dos o más delitos son conexos, cuando hay entre ellos un lazo, una
relación tan estrecha, que hace depender los unos de los otros o explicar los unos por los otros. Los delitos
son conexos, sea cuando han sido cometidos al mismo tiempo por muchas personas reunidas, sea cuando
sean cometidos por diferentes personas, aún diferentes tiempos y en diferentes lugares, pero a
consecuencia de un acuerdo formado anticipadamente entre ellas. Sea cuando los culpables han cometidos
los unos para procurarse los medios de cometer los otros, para facilitarlos, para consumar su ejecución o
para asegurarse la impunidad. Sea cuando las cosas sustraídas o distraídas u obtenidas con ayuda de un
crimen o de un delito, han sido, en todo o en parte ocultadas.
TEMA XXI.
Medios de obtención de la libertad del procesado
11.1 Libertad Provisional bajo Fianza
La libertad de la persona es la regla y el estado restrictivo de esta libertad, debiera ser la excepción.
Ante la inoperancia del sistema penitenciario dominicano, resulta provechoso conceder al procesado la
libertad provisional bajo fianza, pues se afirma que la prisión puede traer consecuencias trastornadoras en
aquellas personas que se ven por primera vez sometidos a un proceso judicial.
La libertad bajo fianza está sometida a condiciones determinadas por la Ley 341-98, en principio toda
persona, en todo estado de causa, tiene el derecho de solicitar su puesta en libertad mediante la prestación
de una fianza que deberá radicar ante el tribunal que esta apoderado del proceso, la que podría ser
otorgada, siempre que existan razones poderosas para su concesión o puede ser negada si a juicio del juez
o tribunal, el peticionario no reúne las condiciones previstas por la ley.
En materia correccional la fianza es obligatoria, es otorgada siempre, el juez o tribunal puede establecerla
aun de oficio, a excepción de los casos de reincidencia, en los cuales, el otorgamiento de la fianza es
facultativo.
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En materia criminal, la fianza puede ser solicitada ante el Juez de Instrucción o por ante la Cámara de
Calificación. Ya en la jurisdicción de juicio por ante el Juez de Primera Instancia o por ante la Corte de
Apelación que conoce en grado de apelación, o por ante la Suprema Corte de Justicia Corte de Justicia.
La libertad provisional bajo fianza puede ser solicitada cuantas veces sea negada.
Anteriormente el párrafo IV del artículo 113 del Código de Procedimiento Criminal, modificado por la Ley
341-98, imponía una limitación a la realización de la solicitud de libertad bajo fianza, señalando que si esta
había sido solicitada durante la Instrucción preparatoria, no podría ser solicitada ante la jurisdicción de juicio.
Sin embargo, esto ha sido modificado a partir de la decisión de la Suprema Corte de Justicia, que establece
que el juez o tribunal que ha sido apoderado de una solicitud de libertad bajo fianza, esta en el deber de
examinar si existen o no razones para otorgarla, es decir, que tiene que analizar los meritos de la solicitud,
independientemente de que haya sido solicitada o no durante la fase de instrucción.
El nuevo Código Procesal Penal, Ley 76-02, deroga las disposiciones de la Ley 341-98 sobre Libertad
Provisional bajo Fianza; reglamentando en sustitución de la misma, una medida de coerción consistente en
la presentación de una garantía económica suficiente 1. La cual debe efectuarse bajo las reglas establecidas
por los artículos 235, 236 y 237
Art. 235. Garantía. La garantía es presentada por el imputado u otra persona mediante el depósito de
dinero, valores, con el otorgamiento de prendas o hipotecas sobre bienes libres de gravámenes, con una
póliza con cargo a una empresa de seguros dedicada a este tipo de actividades comerciales, con la entrega
de bienes, o la fianza solidaria de una o más personas solventes.
Al decidir sobre la garantía, el juez fija el monto, la modalidad de la prestación y aprecia su idoneidad. En
ningún caso fija una garantía excesiva ni de imposible cumplimiento en atención a los recursos económicos
del imputado.
El juez hace la estimación de modo que constituya un motivo eficaz para que el imputado se abstenga de
incumplir sus obligaciones.
El imputado y el garante pueden sustituirla por otra equivalente, previa autorización del juez.
Art. 236. Ejecución de la garantía. Cuando se declare la rebeldía del imputado o cuando éste se sustraiga
a la ejecución de la pena, el juez concede un plazo de entre quince a cuarenta y cinco días al garante para
que lo presente y le advertirá que si no lo hace o no justifica la incomparecencia, se procederá a la
ejecución de la garantía. Vencido el plazo otorgado, el juez dispone, según el caso, la ejecución en perjuicio
del garante o la venta en pública subasta de los bienes dados en prenda o de los hipotecados, sin
necesidad de embargo inmobiliario previo.
Art. 237. Cancelación de la garantía. La garantía debe ser cancelada y devueltos los bienes afectados a
la garantía, más los intereses generados, siempre que no haya sido ejecutada con anterioridad, cuando:
1) Se revoque la decisión que la acuerda;
2) Se dicte el archivo o la absolución;
3) El imputado se someta a la ejecución de la pena o ella no deba ejecutarse.
1
Art. 226, numeral 1 Ley 76-02
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2) Someterse a la vigilancia del ministerio publico del domicilio elegido, debiendo informar
cualquier desplazamiento.
3) Dedicarse a algún trabajo, profesión u ocupación, siempre que no tenga otros medios
conocidos de subsistencia.
Art. 341. Suspensión condicional de la pena. El tribunal puede suspender la ejecución parcial o total de la
pena, de modo condicional, cuando concurren los siguientes elementos:
1. Que la condena conlleva una pena privativa de libertad igual o inferior a cinco años;
2. Que el imputado no haya sido condenado penalmente con anterioridad.
En estos casos se aplican las reglas de la suspensión condicional del procedimiento. La violación de las
reglas puede dar lugar a la revocación de la suspensión, lo que obliga al cumplimiento íntegro de la condena
pronunciada.
11.3 Libertad Condicional, Ley 164.
El artículo primero de la Ley 164, a los fines de precisar su objetivo especifico y naturaleza, indica que: “Se
establece la libertad condicional como un medio de prueba de que el recluso condenado a una pena
privativa de libertad, y a quien se le concede dicho beneficio, se encuentra rehabilitado y apto para vivir en
libertad”.
El artículo segundo, por su parte, hace aplicable la libertad condicional solo a las penas privativas de
libertad superiores de un año, bien sea en materia criminal o correccional.
Conforme las previsiones de la ley 5635, solo el interesado o una persona con poder especial otorgado por
éste, están facultados para solicitar la libertad condicional, solicitud que se realiza mediante una instancia
dirigida al tribunal que dicto la sentencia de condenación. Al respecto, la ley 164 introduce una innovación
al conceder esta facultad al alcaide o director del penal, en base a la observación cuidadosa que le permita
establecer la conveniencia de otorgar dicho beneficio a un determinado recluso.
En cuanto a las obligaciones que debe cumplir el recluso beneficiado con la libertad condicional, se destaca
aquella que se refiere a la obligación de residir en un lugar determinado por el auto.
La Ley No. 278-04 del 23 de agosto del año 2004, sobre Implementación del Proceso Penal instituido por la
Ley 76-02, en su artículo 14, numeral 4, introdujo una importante modificación al artículo 3 de la Ley 164 del
14 de octubre del 1980, sobre Libertad Condicional, para que en lo adelante rija como sigue:
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Artículo 3: La libertad condicional será propuesta, al Juez de Ejecución Penal o a quien por la autoridad de
la ley haga sus veces. El Juez apoderado de la petición procederá conforme el procedimiento establecido
en esta ley y en los artículos 444 y 445 del Código Procesal Penal.
La proposición será realizada por el alcalde o director del respectivo establecimiento penitenciario. La
proposición irá acompañada de los datos relativos al penado, a la infracción contenida, fecha de la
sentencia condenatoria, indicación de la residencia escogida por el reo, el nombre y las generales de la
persona bajo cuyo patronato se pondrá y una declaración firmada por ésta en la que conste que se
compromete a cumplir las obligaciones que el auto de liberación, la ley o los reglamentos pongan a su
cargo. Contendrá, asimismo, la constancia de haberse cumplido los requisitos señalados en el artículo
precedente y en cuanto el requisito de la letra c) del Artículo 1 de esta ley, la propuesta deberá ir
acompañada, además de la opinión favorable de la autoridad penitenciaria sobre el estado de rehabilitación
del recluso, de un informe expedido por un médico legista, después de haber hecho el examen y las
pruebas médicas necesarias para declarar al penado en estado de aptitud para reintegrarse a la vida en
sociedad.
Párrafo I. Se reconoce el derecho que tiene el condenado o cualquier interesado de solicitar la libertad
provisional cuando encontrándose en las condiciones del Artículo 1 de esta ley no haya sido propuesta para
obtener dicho beneficio.
Párrafo II. Para los efectos del párrafo anterior, el recluso elevará la petición a través de la Comisión de
Supervisión y Reforma Carcelaria, la cual tendrá derecho de solicitar informes y los documentos del penal
en que consten las actividades, conductas y vida del recluso, a fin de someter el caso, con sus
recomendaciones al respecto, a la autoridad judicial que debe decidir sobre la solicitud.
Párrafo III. El tribunal podrá tomar las medidas de lugar a fin de comprobar lo necesario en torno a la real
existencia de condiciones exigidas por la ley para la concesión de la libertad condicional.
En sus artículos 444 y 445, nuestro nuevo Código Procesal Penal establece un nuevo régimen de la libertad
condicional, por lo que nos permitimos transcribir tales textos:
Art. 444. Libertad condicional. El director del establecimiento penitenciario debe remitir al juez los
informes necesarios para resolver sobre la libertad condicional, un mes antes del cumplimiento del plazo
fijado al practicar el cómputo. La libertad condicional puede ser promovida de oficio o a solicitud del
condenado o su defensor. El juez puede rechazar la solicitud, cuando sea manifiestamente improcedente o
cuando estime que no transcurrió el tiempo suficiente para que hayan variado las condiciones que motivaron
el rechazo anterior. Si la solicitud es denegada, el condenado no puede renovarla antes de transcurridos
tres meses desde el rechazo, en cuyo caso un nuevo informe debe ser requerido al director del
establecimiento penitenciario.
Cuando la libertad sea otorgada, en la resolución que lo disponga se fijan las condiciones e instrucciones,
según lo establecido por la ley. El juez vigila el cumplimiento de las condiciones impuestas, las cuales son
reformables de oficio o a petición del condenado.
Art. 445. Revocación de la libertad condicional. Se puede revocar la libertad condicional por
incumplimiento injustificado de las condiciones o cuando ella ya no sea procedente por unificación de
sentencias o penas.
El incidente de revocación se promueve a solicitud del ministerio público.
Si el condenado liberado no puede ser encontrado, el juez ordena su captura. Cuando el incidente se lleva a
cabo estando presente el condenado, el juez puede disponer que se lo mantenga bajo arresto hasta que se
resuelva sobre el incidente.
El juez decide por resolución motivada y, en su caso, practica de nuevo el cómputo.
Las decisiones relativas a la libertad condicional son apelables.
11.4 Excarcelación por enfermedad, Art. 419 del Código de Procedimiento Criminal.
El artículo 419 del Código de Procedimiento Criminal le otorga la facultad al Procurador General de la
República de ordenar la excarcelación de reclusos que se encuentren en estado de salud precario, pero que
estén clínicamente fundamentados, mediante las certificaciones médicas que demuestren y avalen que el
estado de prisión pone en peligro la vida del recluso. Si el procurador estima pertinente la solicitud, otorgará
la excarcelación, mediante resolución y debiendo motivarla.
El estado de libertad se ha de mantener mientras exista la condición de salud del excarcelado, lo cual ha de
ser certificado por médicos legistas que están al servicio del representante del ministerio público que actúa
en el tribunal en el que se sigue el proceso.
El artículo 419 establece que el recluso que sea excarcelado por motivo de enfermedad, deberá, cada cierto
tiempo, someterse a una evaluación de su situación de salud, para lo cual, el representante del ministerio
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público se hará acompañar de los médicos legistas correspondientes, quienes examinaran al excarcelado y
certificarán las condiciones de salud en que este se encuentre
Cuando cesen las causas que motivaron su excarcelación, deberá ser devuelto al penal para que termine de
cumplir el tiempo que le faltare para la condena impuesta por el juez o tribunal, lo que en la práctica no
ocurre, convirtiéndose en definitiva, esta excarcelación por motivo de enfermedad.
Tras la entrada en vigencia del nuevo Código Procesal Penal, Ley 76-02, el artículo 419, antes analizado
queda derogado, constituyendo una disposición a considerar sobre este tema, el contenido del Art. 342 de
dicho texto legal.
Art. 342. Condiciones especiales de cumplimiento de la pena. Al momento de fijar la pena, el tribunal
debe tomar en consideración las condiciones particulares del imputado que hagan recomendable un
régimen especial del cumplimiento de la pena en los casos siguientes:
1. Cuando sobrepasa los setenta años de edad;
2. Cuando padezca una enfermedad terminal o un estado de demencia sobreviviente con
posterioridad a la comisión de la infracción;
3. Cuando la imputada se encuentre en estado de embarazo o lactancia;
4. Cuando exista adicción a las drogas o el alcohol.
En estos casos el tribunal puede decidir que el cumplimiento de la pena se verifique parcial o totalmente en
el domicilio del imputado, en un centro de salud mental, geriátrico, clínico o de desintoxicación.
En el caso previsto en el numeral 4, el tribunal puede condicionar el descuento parcial o total de la pena al
cumplimiento satisfactorio del programa de desintoxicación por parte del imputado
11.5 El indulto.
La Constitución de la República en su artículo 55 numeral 27 faculta al Presidente de la República de
otorgar la gracia o la merced a los reclusos, lo que ocurre en fechas específicas como el 27 de febrero y el
16 de agosto.
El indulto implica la suspensión de la prisión o condena que esta cumpliendo la persona, en virtud de una
sentencia condenatoria.
El indulto devuelve a la sociedad a aquel recluso que durante su permanencia en la cárcel ha observado
buena conducta y demostrado cierto grado de rehabilitación, por lo que se le considera acto para la vida en
libertad.
Ahora bien, en aras de evitar que el indulto sea el resultado de influencias de tipo político, y se produzcan
situaciones enojosas y criticables, el Congreso debe reglamentar los indultos, sometiéndolos a parámetros y
restricciones.
11.6 La Amnistía.
Según Garuad, la Amnistía es un acto de soberanía que tiene por objeto y por resultado, olvidar ciertas
infracciones, y, en consecuencia, abolir las persecuciones hechas o por hacer o las condenaciones
pronunciadas en razón de esas infracciones.
Interviene antes o después de la condenación, pero en ambos casos hace desaparecer todo cuanto ha
ocurrido antes, pues suprime la infracción, la persecución, la sentencia, todo lo que puede ser destruido y no
se detiene ante la imposibilidad del hecho.
En nuestro país, el antecedente más reciente lo encontramos en la Ley No. 1 del 1978, cuando fueron
beneficiados todo los presos políticos del gobierno de los doce años de Joaquín Balaguer.
La Ley de Amnistía tiene por finalidad borrar la acción pública que se ha puesto en movimiento contra una
persona.
Está concebida dentro de las atribuciones del Congreso Nacional.
En sentido estricto, la amnistía favorece a los individuos privados de su libertad o extrañados de su territorio
o deportados, por lo regular, por causa políticas que, en algún momento, generaron que se diera inicio a un
proceso penal.
Una de las características propias de la amnistía es que los beneficiarios no están sujetos al cumplimiento
de obligaciones, de donde se infiere, que ella funciona como si el individuo nunca estuviere en prisión.
11.7 El habeas corpus.
Este mecanismo legal está regulado por la Ley 5353 de 1914 y tiene por objeto concederle la libertad a
cualquier persona, en los casos en el se le haya privado de la misma en forma irregular o arbitraria y
también en los casos de carencia o insuficiencia de medios indiciarios que relacionan al detenido con el
hecho materializado, de ahí que la ley sobre habeas corpus contiene la indicación de que se puede recurrir
a esta acción constitucional, en uno de los casos siguientes:
1. Cuando el impetrante entiende que su estado de detención o de privación de libertad deviene en ilegal o
injusta al no existir orden justificativa de autoridad facultada para limitar su estado de libertad.
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2. Cuanto entienda que las vinculaciones indiciarias que lo puedan unir o relacionar o vincular con el hecho
concretizado no son suficientes o son inexistentes.
El habeas corpus tiende a impedir que la persona que se considere inocente de los hechos que se le
imputan sea objeto de vejámenes y desconsideraciones tanto desde el punto de vista físico como moral.
Al mismo tiempo, tiende a evitar que el paso temporal de prisión contribuya a la deformación de la
personalidad del detenido, lo cual, de materializarse, traería consecuencias negativas a los esfuerzos
encaminados a la prevención del delito.
El nuevo Código Procesal Penal limita la acción constitucional solo al ámbito de la violación de las
formalidades procesales legales, es decir que solo se presentará la acción ante cualquier juez o tribunal
cuando se alegue la ilegalidad de la actuación de la autoridad, no habrá habeas corpus por falta de indicios,
esta parte, es de la exclusiva competencia del juez de instrucción.
También existe el habeas corpus cuando haya evidencia de que la persona pueda ser trasladada o sacada
fuera del país.
La Ley No. 278-04 del 23 de agosto del año 2004, sobre Implementación del Proceso Penal instituido por la
Ley 76-02, en su artículo 15 numeral 2, deroga con todas sus modificaciones y disposiciones
complementarias la Ley 5353 del 22 de octubre del 1914 que regula el Habeas Corpus.
El nuevo Código Procesal Penal, dedica el título VII a regular el Habeas Corpus, en sus artículos 381 al 392,
los cuales expresan:
Título VII
El habeas corpus
Art. 381. Procedencia. Toda persona privada o cohibida en su libertad sin las debidas formalidades de ley
o que se viere inminentemente amenazada de serlo, tiene derecho, a petición suya o de cualquier persona
en su nombre, a un mandamiento de habeas corpus con el fin de que el juez o tribunal decida, sin
demora, sobre la legalidad de la medida de privación de libertad o de tal amenaza.
No procede el habeas corpus cuando existan recursos ordinarios o pueda solicitarse la revisión de las
medidas de coerción.
Art. 382. Solicitud. La solicitud de mandamiento de habeas corpus no está sujeta a formalidad alguna y
puede ser presentada por escrito firmado o por declaración en secretaría, por la persona de cuya libertad se
trate o por su representante, en lo posible con indicación de:
1. El nombre de la persona en cuyo favor se solicita;
2. El lugar en donde se encuentre;
3. El nombre o designación del funcionario o la persona que haya adoptado la medida de privar,
cohibir o amenazar en su libertad física a otra o el encargado del recinto en el cual se encuentre;
4. Una breve exposición de las razones por las que se invoca que la medida que le priva, cohíbe o
amenaza en su libertad es ilegal;
5. La mención de que no existen recursos ordinarios ni es posible la revisión de la medida conforme a
las reglas de este código.
Esta solicitud puede ser presentada cualquier día.
Art. 383. Mandamiento. Presentada la solicitud de habeas corpus, si procede, el juez o tribunal ordena la
presentación inmediata del impetrante. Una vez oído el impetrante, resuelve inmediatamente sobre la acción
o fija una audiencia sin demora innecesaria, siempre dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes, para lo
cual dispondrá que el funcionario demandado comparezca a los fines de que exponga los motivos legales
que justifiquen su actuación.
Art. 384. Ejecutoriedad. El mandamiento de habeas corpus debe ser cumplido y ejecutado, sin que haya
lugar a su desconocimiento por defectos formales.
Cualquier persona a quien se haya entregado el mandamiento se considera como su destinatario, aún
cuando se haya dirigido con un nombre o generales equivocados o a otra persona, siempre que bajo su
guarda o disposición se encuentre la persona en cuyo favor se expide o le haya sido encargada la ejecución
de un arresto que se pretenda ilegal.
Art. 385. Desacato. Si el funcionario a quien se le dirige un mandamiento de habeas corpus no presenta a
la persona en cuyo favor se expide, sin alegar una causa de fuerza mayor, es conducido en virtud de una
orden general de captura expedida por el juez o tribunal.
Art. 386. Audiencia y decisión. En la audiencia de habeas corpus, la cual no puede suspenderse por
motivo alguno, el juez o tribunal escucha a los testigos e interesados, examina los documentos, aprecia los
hechos alegados y dispone en el acto que la persona privada o cohibida en su libertad o amenazada de
serlo, sea puesta en libertad o el cese de la persecución si no han sido cumplidas las formalidades que este
código establece. En los demás casos, rechaza la solicitud.
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Parrafo. Las decisiones que rechacen una solicitud de habeas corpus o que denieguen la puesta en
libertad son recurribles en apelación.2
Art. 387. Ejecutoriedad. Decretada la libertad o el cese de la medida que la amenaza, ningún funcionario
puede negarse a cumplir lo dispuesto por el juez o tribunal, bajo pretexto alguno.
El funcionario que se niegue a cumplir, retarde o ejecute negligentemente la libertad decretada en virtud de
un mandamiento de habeas corpus, se hace reo de encierro ilegal y procede su destitución y persecución
penal por este hecho, sin perjuicio de la acción civil por los daños y perjuicios a que hubiere lugar.
Art. 388. Ocultamiento o secuestro. Toda persona que tenga bajo su custodia a otra en cuyo favor se ha
emitido un mandamiento de habeas corpus, que con intención de eludir el cumplimiento del mismo, o para
anular sus efectos, traslade a la persona privada de su libertad a la custodia o poder de otra, u oculte o
cambie el lugar de arresto o custodia; y el que a sabiendas contribuye a la realización de estos actos,
incurre en encierro ilegal, procede su destitución si se trata de funcionario público, y en todo caso su
persecución por estos hechos, sin perjuicio de la acción civil por los daños y perjuicios a que hubiere lugar.
Art. 389. Amenaza de traslado al extranjero. Siempre que un juez o tribunal autorizado para librar
mandamiento de habeas corpus tenga conocimiento de que una persona está ilegalmente privada de su
libertad y existan motivos suficientes para suponer que pueda ser trasladada fuera de la República, expide
las órdenes y resoluciones para impedirlo, dirigiéndolas a las personas que estime oportuno, y que se
conduzca inmediatamente a la presencia del juez o tribunal, para que se proceda de conformidad con este
código y las demás leyes que corresponda.
En este caso, si la persona que tiene a otra privada de su libertad o bajo su custodia, es encontrada, se le
notifica la orden, la cual surte a su respecto los mismos efectos que el mandamiento de hábeas corpus y
está obligado a satisfacerlo. Este artículo no se aplica cuando hay un procedimiento de extradición en curso.
Art. 390. Solidaridad. En todos los casos en que en este título se pone a cargo de funcionarios públicos el
pago de indemnizaciones por daños y perjuicios, el Estado es solidariamente responsable para el pago de
esas indemnizaciones.
Art. 391. Exención. La solicitud de habeas corpus está exenta del pago de cualesquiera impuestos, tasas,
valores, derechos, cargas o tributos.
Art. 392. Supletoriedad del procedimiento ordinario. En cuanto sean compatibles y a falta de una regla
específica, se aplican a los procedimientos especiales previstos en este libro las normas del procedimiento
ordinario.
11.8 El cumplimiento de la pena o ejecución de la sentencia.
En este caso, la libertad tiene lugar pues cumplida la sanción impuesta, ante la violación a la norma legal,
no habría ningún justificativo para la privación de libertad, la causa de tal privación ha cesado.
TEMA XII.
La pena
12. Concepto, fundamento y fines
La pena ha sido definida por LEONCIO RAMOS como la reacción de la sociedad contra el criminal, o como
un sufrimiento impuesto por el Estado al culpable de una infracción penal, en ejecución de una sentencia.
Por su parte, HECTOR DOTEL MATOS señala que la pena es un castigo dado por la sociedad al autor
responsable de una infracción.
De estas definiciones se deduce que la pena es:
un sufrimiento;
Impuesto por el estado por medio de una sentencia
A causa de una infracción penal.
La pena en sus comienzos, no tuvo otra finalidad que la de hacer sufrir al culpable, más tarde se entendió
que era útil o necesaria, pero que debía ser justa.
Toda pena para ser ejecutada, debe ser la consecuencia de una decisión con carácter irrevocable, dictada
por un Tribunal ordinario o excepcional.
La pena se le impone a todo que comete una infracción penal.
En la actualidad la pena no puede tener sino dos finalidades esenciales, que son:
1. El mantenimiento del orden jurídico y la convivencia social;
2. Utilizarla como medio de obtener una reeducación o reforma de quien la sufre.
2
Agregado por el artículo 14 numeral 2 de la Ley No. 278-04, del 23 de agosto del año 2004, sobre Implementación del Proceso
Penal instituido por la Ley 76-02.
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En nuestro sistema penal la pena debe ser igual para todos, en consecuencia, al aplicar una pena no se
debe tener en cuenta la situación de la persona, su posición social, política o económica, porque las penas
son iguales para todos, sin privilegio ni distinción.
Las penas son personales, nadie puede ser responsable por la infracción del otro.
Las penas de simple policía están consignadas en el artículo 464 del Código Penal, y son:
a) El arresto,
b) La multa, y
c) El comiso de ciertos objetos embargados.
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llamados “el cuerpo del delito” y finalmente, la confiscación general en los casos especiales en que se
imponga por una ley especial.
12.2.4 Penas aflictivas e infamantes.
Todo condenado a pena criminal sufre una pena infamante. Las penas aflictivas e infamantes son aquellas
que hace padecer al condenado un sufrimiento y una desconsideración a la vez. Las penas simplemente
infamantes conllevan solamente la desconsideración de aquel condenado.
12.3 Las penas privativas de libertad:
Las penas privativas de libertad consisten en privar al delincuente de su libertad física, es decir, de cierta
libertad de movimiento.
La privación de la libertad es la pena por excelencia en todas las sociedades civilizadas, que asume formas
y caracteres muy diversos, según la gravedad objetiva del hecho.
Así, por ejemplo: esas penas, entre nosotros, en orden a su gravedad son: reclusión mayor, detención,
reclusión menor, prisión correccional y prisión de simple policía.
Duración y régimen
En nuestro país tenemos la siguiente escala de penas:
Reclusión mayor de 30 años y de 20 años
Reclusión mayor de 3 a 20 años, de 5 a 20 años y de 3 a 10 años (modificación del
Art. 386 del Código Penal Dominicano)
Detención de 3 a 10 años,
Reclusión menor de 2 a 5 años,
Prisión correccional de 6 meses a 2 años
Prisión de simple policía de 1 a 5 días.
Las penas de privación de libertad tienen utilidad o pueden tenerla, cuando el legislador establece
un régimen conducente a esa finalidad, la principal de las cuales es reformar al delincuente a la vez que lo
castiga.
12.4 La individualización de la pena:
Personalidad de la pena: La pena debe ser personal, es decir, que ante la ley penal dominicana, cada uno
es responsable de sus propios hechos, y a nadie se le puede condenar por una acción realizada por otro, o
lo que es lo mismo, que nadie debe sufrir las consecuencias del delito que no ha cometido, ni de la pena
impuesta a otra persona por un hecho delictuoso.
Individualización de la pena: Es la adecuación de la pena a las condiciones del sujeto sobre quien recae,
por estimarse que solo de una forma puede la pena cumplir su finalidad reeducadora y correctiva. Es una
teoría, ya que no nueva, muy extendida dentro de los conceptos del moderno Derecho Penal, que guarda
relación con las condenas indeterminadas y con las medidas de seguridad.
12.5 Libertad provisional bajo Fianza: 4
La libertad de la persona es la regla y el estado restrictivo de esta libertad, debiera ser la excepción.Ante la
inoperancia del sistema penitenciario dominicano, resulta provechoso conceder al procesado la libertad
provisional bajo fianza, pues se afirma que la prisión puede traer consecuencias trastornadoras en aquellas
personas que se ven por primera vez sometidos a un proceso judicial.
La libertad bajo fianza esta sometida a condiciones determinadas por la Ley 341-98, en principio toda
persona, en todo estado de causa, tiene el derecho de solicitar su puesta en libertad mediante la prestación
de una fianza que deberá radicar ante el tribunal que esta apoderado del proceso, la que podría ser
otorgada, siempre que existan razones poderosas para su concesión o puede ser negada si a juicio del juez
o tribunal, el peticionario no reúne las condiciones previstas por la ley.
En materia correccional la fianza es obligatoria, es otorgada siempre, el juez o tribunal puede establecerla
aun de oficio, a excepción de los casos de reincidencia, en los cuales, el otorgamiento de la fianza es
facultativo.
En materia criminal, la fianza puede ser solicitada ante el Juez de Instrucción o por ante la Cámara de
Calificación. Ya en la jurisdicción de juicio por ante el Juez de Primera Instancia o por ante la Corte de
Apelación que conoce en grado de apelación, o por ante la Suprema Corte de Justicia Corte de Justicia.
La libertad provisional bajo fianza puede ser solicitada cuantas veces sea negada.
Anteriormente el párrafo IV del artículo 113 del Código de Procedimiento Criminal, modificado por la Ley
341-98, imponía una limitación a la realización de la solicitud de libertad bajo fianza, señalando que si esta
había sido solicitada durante la Instrucción preparatoria, no podría ser solicitada ante la jurisdicción de juicio.
Sin embargo, esto ha sido modificado a partir de la decisión de la Suprema Corte de Justicia, que establece
4
Estos tres últimos temas se repiten
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que el juez o tribunal que ha sido apoderado de una solicitud de libertad bajo fianza, está en el deber de
examinar si existen o no razones para otorgarla, es decir, que tiene que analizar los meritos de la solicitud,
independientemente de que haya sido solicitada o no durante la fase de instrucción.
El nuevo Código Procesal Penal, Ley 76-02, sobre esta materia, prevé:
Art. 235. Garantía. La garantía es presentada por el imputado u otra persona mediante el depósito de
dinero, valores, con el otorgamiento de prendas o hipotecas sobre bienes libres de gravámenes, con una
póliza con cargo a una empresa de seguros dedicada a este tipo de actividades comerciales, con la entrega
de bienes, o la fianza solidaria de una o más personas solventes.
Al decidir sobre la garantía, el juez fija el monto, la modalidad de la prestación y aprecia su idoneidad. En
ningún caso fija una garantía excesiva ni de imposible cumplimiento en atención a los recursos económicos
del imputado.
El juez hace la estimación de modo que constituya un motivo eficaz para que el imputado se abstenga de
incumplir sus obligaciones.
El imputado y el garante pueden sustituirla por otra equivalente, previa autorización del juez.
Art. 236. Ejecución de la garantía. Cuando se declare la rebeldía del imputado o cuando éste se sustraiga
a la ejecución de la pena, el juez concede un plazo de entre quince a cuarenta y cinco días al garante para
que lo presente y le advertirá que si no lo hace o no justifica la incomparecencia, se procederá a la
ejecución de la garantía. Vencido el plazo otorgado, el juez dispone, según el caso, la ejecución en perjuicio
del garante o la venta en pública subasta de los bienes dados en prenda o de los hipotecados, sin
necesidad de embargo inmobiliario previo.
Art. 237. Cancelación de la garantía. La garantía debe ser cancelada y devueltos los bienes afectados a
la garantía, más los intereses generados, siempre que no haya sido ejecutada con anterioridad, cuando:
Se revoque la decisión que la acuerda;
Se dicte el archivo o la absolución;
El imputado se someta a la ejecución de la pena o ella no deba ejecutarse.
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La Ley 76-02, Código Procesal Penal, establece un nuevo régimen sobre el perdón condicional, contenido
en las disposiciones siguientes, las cuales entraran en vigencia a partir del 27 de septiembre del 2004:
Art. 340. Perdón judicial. En caso de circunstancias extraordinarias de atenuación el tribunal puede eximir
de pena o reducirla incluso por debajo del mínimo legal, siempre que la pena imponible no supere los diez
años de prisión, atendiendo a las siguientes razones:
1. La participación mínima del imputado durante la comisión de la infracción;
2. La provocación del incidente por parte de la víctima o de otras personas;
3. La ocurrencia de la infracción en circunstancias poco usuales;
4. La participación del imputado en la comisión de la infracción bajo coacción, sin
llegar a constituir una excusa legal absolutoria;
5. El grado de insignificancia social del daño provocado;
6. El error del imputado en relación al objeto de la infracción o debido a su creencia
de que su actuación era legal o permitida;
7. La actuación del imputado motivada en el deseo de proveer las necesidades
básicas de su familia o de sí mismo;
8. El sufrimiento de un grave daño físico o psíquico del imputado en ocasión de la
comisión de la infracción;
9. El grado de aceptación social del hecho cometido.
Art. 341. Suspensión condicional de la pena. El tribunal puede suspender la ejecución parcial o total de la
pena, de modo condicional, cuando concurren los siguientes elementos:
Que la condena conlleva una pena privativa de libertad igual o inferior a cinco años;
Que el imputado no haya sido condenado penalmente con anterioridad.
En estos casos se aplican las reglas de la suspensión condicional del procedimiento. La violación de las
reglas puede dar lugar a la revocación de la suspensión, lo que obliga al cumplimiento íntegro de la condena
pronunciada.
12.7 Libertad Condicional, Ley 164.
El artículo primero de la Ley 164, a los fines de precisar su objetivo especifico y naturaleza, indica que: “Se
establece la libertad condicional como un medio de prueba de que el recluso condenado a una pena
privativa de libertad, y a quien se le concede dicho beneficio, se encuentra rehabilitado y apto para vivir en
libertad”.
El artículo segundo, por su parte, hace aplicable la libertad condicional solo a las penas privativas de
libertad superiores de un año, bien sea en materia criminal o correccional.
Conforme las previsiones de la ley 5635, solo el interesado o una persona con poder especial otorgado por
éste, están facultados para solicitar la libertad condicional, solicitud que se realiza mediante una instancia
dirigida al tribunal que dicto la sentencia de condenación. Al respecto, la ley 164 introduce una innovación
al conceder esta facultad al alcaide o director del penal, en base a la observación cuidadosa que le permita
establecer la conveniencia de otorgar dicho beneficio a un determinado recluso.
En cuanto a las obligaciones que debe cumplir el recluso beneficiado con la libertad condicional, se destaca
aquella que se refiere a la obligación de residir en un lugar determinado por el auto.
La Ley No. 278-04 del 23 de agosto del año 2004, sobre Implementación del Proceso Penal instituido por la
Ley 76-02, en su artículo 14, numeral 4, introdujo una importante modificación al artículo 3 de la Ley 164 del
14 de octubre del 1980, sobre Libertad Condicional, para que en lo adelante rija como sigue:
Artículo 3: La libertad condicional será propuesta, al Juez de Ejecución Penal o a quien por la autoridad de
la ley haga sus veces. El Juez apoderado de la petición procederá conforme el procedimiento establecido
en esta ley y en los artículos 444 y 445 del Código Procesal Penal.
La proposición será realizada por el alcalde o director del respectivo establecimiento penitenciario. La
proposición irá acompañada de los datos relativos al penado, a la infracción contenida, fecha de la
sentencia condenatoria, indicación de la residencia escogida por el reo, el nombre y las generales de la
persona bajo cuyo patronato se pondrá y una declaración firmada por ésta en la que conste que se
compromete a cumplir las obligaciones que el auto de liberación, la ley o los reglamentos pongan a su
cargo. Contendrá, asimismo, la constancia de haberse cumplido los requisitos señalados en el artículo
precedente y en cuanto el requisito de la letra c) del Artículo 1 de esta ley, la propuesta deberá ir
acompañada, además de la opinión favorable de la autoridad penitenciaria sobre el estado de rehabilitación
del recluso, de un informe expedido por un médico legista, después de haber hecho el examen y las
pruebas médicas necesarias para declarar al penado en estado de aptitud para reintegrarse a la vida en
sociedad.
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Párrafo I. Se reconoce el derecho que tiene el condenado o cualquier interesado de solicitar la libertad
provisional cuando encontrándose en las condiciones del Artículo 1 de esta ley no haya sido propuesta para
obtener dicho beneficio.
Párrafo II. Para los efectos del párrafo anterior, el recluso elevará la petición a través de la Comisión de
Supervisión y Reforma Carcelaria, la cual tendrá derecho de solicitar informes y los documentos del penal
en que consten las actividades, conductas y vida del recluso, a fin de someter el caso, con sus
recomendaciones al respecto, a la autoridad judicial que debe decidir sobre la solicitud.
Párrafo III. El tribunal podrá tomar las medidas de lugar a fin de comprobar lo necesario en torno a la real
existencia de condiciones exigidas por la ley para la concesión de la libertad condicional.
En sus artículos 444 y 445, nuestro nuevo Código Procesal Penal establece un nuevo régimen de la libertad
condicional, por lo que nos permitimos transcribir tales textos:
Art. 444. Libertad condicional. El director del establecimiento penitenciario debe remitir al juez los
informes necesarios para resolver sobre la libertad condicional, un mes antes del cumplimiento del plazo
fijado al practicar el cómputo. La libertad condicional puede ser promovida de oficio o a solicitud del
condenado o su defensor. El juez puede rechazar la solicitud, cuando sea manifiestamente improcedente o
cuando estime que no transcurrió el tiempo suficiente para que hayan variado las condiciones que motivaron
el rechazo anterior.
Si la solicitud es denegada, el condenado no puede renovarla antes de transcurridos tres meses desde el
rechazo, en cuyo caso un nuevo informe debe ser requerido al director del establecimiento penitenciario.
Cuando la libertad sea otorgada, en la resolución que lo disponga se fijan las condiciones e instrucciones,
según lo establecido por la ley. El juez vigila el cumplimiento de las condiciones impuestas, las cuales son
reformables de oficio o a petición del condenado.
Art. 445. Revocación de la libertad condicional. Se puede revocar la libertad condicional por
incumplimiento injustificado de las condiciones o cuando ella ya no sea procedente por unificación de
sentencias o penas.
El incidente de revocación se promueve a solicitud del ministerio público.
Si el condenado liberado no puede ser encontrado, el juez ordena su captura. Cuando el incidente se lleva a
cabo estando presente el condenado, el juez puede disponer que se lo mantenga bajo arresto hasta que se
resuelva sobre el incidente.
El juez decide por resolución motivada y, en su caso, practica de nuevo el cómputo.
Las decisiones relativas a la libertad condicional son apelables.
TEMA XIII.
Las medidas de seguridad
13.1 Concepto, fundamento y fines:
Las medidas de seguridad pueden ser definidas como ciertas restricciones a los derechos del hombre,
impuestos por el Estado, con el fin de obtener la adaptación de un miembro de la sociedad al orden jurídico
y social imperante, y evitar la delincuencia incipiente o reincidente.
La medida de seguridad, a diferencia de la pena, no tiende a infligir un sufrimiento o una reprobación.
Las medidas de seguridad se imponen a causa de la peligrosidad y la nocuidad social del delincuente, no
por lo que hizo, sino por lo que es capaz de hacer, y es básicamente una prevención social o medio de
defensa anticipado contra un mal futuro.
Los positivistas sostienen la similitud de las medidas de seguridad y las penas, por estas razones:
Porque ambas presuponen un hecho criminoso.
a) Ambas tienen al hecho cometido como índice que revela cual es la clase de personalidad del delincuente.
b) Ambas tienen como finalidad la defensa social
c) Ambas son aplicadas por las mismas autoridades
d) Para imponer unas u otras se emplean los mismos procedimientos, existen las mismas garantías, y tienen
una duración relativamente determinada.
13.2 Clases
Las medidas de seguridad, atendiendo al fin que con ellas se persigue, han sido clasificadas del modo
siguiente:
De educación
De corrección
De curación, y
De segregación.
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A las tres primeras pertenecen el tratamiento educativo de los menores delincuentes, el internamiento en
hospitales especiales de los delincuentes enajenados y anormales psicológicos, el internamiento en
establecimientos especiales de alcohólicos y toxicómanos, el internamiento en lugares de trabajo de los
mendigos y vagamundos, para habituarlos a la vida útil del trabajo.
A la última clase pertenecen el internamiento en establecimientos especiales, de los delincuentes
reincidentes, habituales o profesionales, aparentemente incorregibles, el destierro de extranjeros
perniciosos o indeseables, la prohibición de ejercer ciertas profesiones u oficios y de visitar ciertos lugares o
residir en ellos.
13.3 Concurrencia de penas y medidas:
En nuestro código penal no está están organizadas las medidas de seguridad de manera sistemática, sin
embargo, si revisamos las penas establecidas en nuestra legislación penal, encontraremos que entre ellas
hay algunas que tienen carácter de verdaderas medidas de seguridad, tales como:
La interdicción legal
La privación de ciertos derechos cívicos, civiles y de familia,
La degradación cívica
La supervigilancia del alta policía
Todas estas penas son postdelictivas, de ahí que intervengan a consecuencia de la comisión de un hecho
reñido con la ley penal, constituyéndose en accesorias de la pena principal.
TEMA XIV.
La responsabilidad civil derivada de la infracción penal
En ocasiones, una infracción a la ley penal, al mismo tiempo turba el orden social, causa un daño que
puede ser de naturaleza física y de índole moral y que puede afectar no solo a la víctima sino también a
otras personas. La acción que tiende a reparar el daño causado a los particulares por la infracción se
denomina acción civil.
De lo anterior se desprende, que la responsabilidad civil derivada de una infracción penal, tiene lugar
cuando la comisión de una infracción penal, ocasiona un daño a la víctima, comprometiendo la
responsabilidad del autor.
La responsabilidad civil derivada de una infracción penal, constituye un caso de responsabilidad delictual,
esto es cuando la acción en responsabilidad civil nace a consecuencia de un delito o cuasidelito civil
Elementos constitutivos:
a) un daño ocasionado al que reclama la reparación.
b) Una falta imputable al demandado, en este caso, consistente en una infracción penal.
c) Una relación de causalidad entre el daño y la falta.
Por ser esta una modalidad de la responsabilidad delictual, se presenta en diferentes vertientes:
La responsabilidad por el hecho personal:
cualquier hecho del hombre que causa a otro un daño, obliga a aquel por cuya culpa sucedió a repararlo.
(Art.1382).
Cada cual es responsable del perjuicio que ha causado, no solamente por un hecho suyo, sino también por
su negligencia o imprudencia. (Art. 1383 C.C.)
La responsabilidad por el hecho de otro:
No solamente es uno responsable del daño que causa un hecho suyo, sino también del que se causa por
hechos de las personas de quienes se debe responder, o de las cosas que están bajo su cuidado.
El padre y la madre después de la muerte del esposo, son responsables de los daños causados por sus
hijos menores que vivan con ellas.
Los amos y comitentes, lo son del daño causado por sus criados u apoderados en el en las funciones en
que estén empleados.
Los maestros y artesanos lo son del causado por sus discípulos y aprendices, durante el tiempo que están
bajo su vigilancia.
La responsabilidad antes dicha tiene lugar a menos que el padre, la madre, los maestros y artesanos
prueban que les ha sido imposible evitar el hecho que da lugar a la responsabilidad. (Art.1384).
La responsabilidad por el hecho de las cosas: el dueño de un animal, o el que se sirve de él por el
tiempo de su uso, es responsable del daño que ha causado aquel, sea que se encuentre bajo su custodia o
que se le hubiera extraviado o escapado (Art.1385).
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El dueño de un edificio es responsable del daño que cause su ruina cuando ha tenido lugar como
consecuencia de culpa suya o por vicio en su construcción. (Art.1386 C.C).
14.1 Consecuencias accesorias: La acción en responsabilidad civil tiene por efecto que cuando se
encuentran reunidos para su existencia: falta, daño o perjuicio y vínculo de causalidad, la víctima se
convierte en acreedora de la reparación del daño sufrido.
De ahí que se dice que el efecto que produce la responsabilidad civil es la reparación del daño sufrido por la
víctima.
La acción en responsabilidad civil surgida de una infracción a la ley penal puede ser llevada por ante los
tribunales penales accesoriamente a la acción pública o ante los tribunales civiles, la parte lesionada tiene
derecho de opción para apoderar la jurisdicción civil o penal.
Para ser demandante es suficiente con ser víctima, no se requiere ningún requisito particular. Toda persona
perjudicada en la comisión de un hecho delictuoso tiene calidad para demandar.
14.2 La extinción de la responsabilidad penal
De conformidad con el artículo 2 de nuestro Código de Procedimiento Criminal: “la acción pública, para la
aplicación de las pena, se extingue con la muerte del procesado” y por la prescripción, pero existen otras
causas que producen efectos idénticos como son, que son la amnistía, la abrogación de la ley penal, la
autoridad de la cosa juzgada.
De conformidad con la disposición contenida en el 44 del nuevo Código Procesal Penal, Ley 76-03, las
causas de extinción de la acción penal son:
1) Muerte del imputado;
2) Prescripción;
3) Amnistía;
4) Abandono de la acusación, en las infracciones de acción privada;
5) Revocación o desistimiento de la instancia privada, cuando la acción pública depende de
aquella;
6) Aplicación del criterio de oportunidad, en la forma prevista por este código;
7) Vencimiento del plazo de suspensión condicional del procedimiento penal, sin que haya
mediado revocación;
8) Muerte de la víctima en los casos de acción privada, salvo que la ya iniciada por ésta sea
continuada por sus herederos, conforme lo previsto en este código;
9) Resarcimiento integral del daño particular o social provocado, realizada antes del juicio, en
infracciones contra la propiedad sin grave violencia sobre las personas, en infracciones culposas y en las
contravenciones, siempre que la víctima o el ministerio público lo admitan, según el caso;
10) Conciliación;
11) Vencimiento del plazo máximo de duración del proceso;
12) Vencimiento del plazo máximo de duración del procedimiento preparatorio sin que se haya
formulado acusación u otro requerimiento conclusivo;
13) Pago del máximo previsto para la pena de multa, en el caso de infracciones sancionadas
sólo con esa clase de penas.
Cabe resaltar que la Ley No. 278-04 del 23 de agosto del año 2004, sobre Implementación del Proceso
Penal instituido por la Ley 76-02, establece una extinción extraordinaria de la acción penal, al establecer en
su articulo 3:
“Dentro de los meses posteriores a la publicación de esta ley, los tribunales penales de la República
remitirán a la Suprema Corte de Justicia una relación detallada de todas las causas cuya última actuación
procesal date de un año o más antes de la vigencia de esta ley. Al termino de estos dos meses y dentro del
siguiente mes, la Suprema Corte de Justicia Corte de Justicia publicará esta relación, mediante un Boletín
Judicial Especial, en un diario de circulación nacional y otros medios de difusión nacional, intimando a las
partes que para que continúen el proceso en el plazo de tres meses a partir de la fecha de publicación, bajo
conminatorias de declarar extinguida la acción penal. Vencido este plazo sin que se cumpla la
conminatoria, se declarará extinguida la acción penal.
Párrafo I. Si la inactividad procesal de que trata este articulo opera respecto de las causas que por efecto
de un recurso interpuesto estuvieren cursando en el tribunal de alzada, serán publicadas de igual manera y
por el mismo mecanismo detallado en el párrafo anterior, el tribunal de alzada intimara a la parte recurrente
para que en el plazo de tres meses continué el proceso. Si la parte intimada no cumple con la conminatoria
se entenderá que ha desistido de su recurso y así se pronunciara. En caso de varios recurrentes la
continuación del proceso por cualquiera de ellos beneficiara a los demás.
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TEMA XV.
Régimen penal para los menores infractores
15.1 Los menores de edad y la Ley 14/94 sobre Niños, Niñas y Adolescentes.
La nueva ley 136-03, sobre Protección de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, que derogó la
Ley 14-94, señala, al igual que la anterior, que debemos entender por adolescente, al expresar:
“Adolescente desde los trece años hasta los dieciocho cumplidos”.
La definición de joven infractor, debe conocerse con anticipación a lo que es el delito, es decir, todo
comportamiento (acción u omisión) penado por la ley con arreglo al sistema jurídico de que se trate; de ahí
que se considere menor delincuente, a todo niño o joven al que se ha imputado o se le ha considerado
culpable de la comisión de un delito. 5
La Ley 136-03 establece que en ningún caso podrán ser responsables los menores de edad de 13 años de
edad.
Igualmente establece dicho texto legal que la justicia penal de la persona del adolescente, una vez
establecida la responsabilidad, tiene por objeto aplicar la medida socioeducativa o la sanción
correspondiente y promover la educación, atención integral e inserción de la persona adolescente en la
familia.
5
REGLAS DE BEIJING, 2.2. B y C, Primera Parte, Principios Generales.
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La legislación dominicana establece la presunción de minoridad hasta prueba en contrario. A los menores
infractores se les conoce un juicio ante la jurisdicción especializada de niños, niñas y adolescentes. Si un
menor es aprehendido por la Policía deberá ser conducido de inmediato a las dependencias del Defensor de
Niños, Niñas y Adolescentes.
Anteriormente las declaraciones informativas que menores deban prestar en relación a causas penales
tendrán lugar exclusivamente ante los Tribunales de Niños, Niñas y Adolescentes. Para esos fines el
Tribunal o Juez competente librará rogatoria, insertando sus interrogatorios si los juzgase pertinente; sin
embargo, dentro de las innovaciones introducidas por nuestro nuevo Código Procesal Penal se encuentra la
posibilidad que tiene el tribunal de que el menor que vaya a presentar declaraciones, en ocasión de un
proceso, lo haga ante los jueces que van a decidir el asunto.
Se prohíbe en cualquier forma informaciones relativas a hechos en que aparezcan niños como infractores o
víctimas de crímenes o delitos que afecten su honor o dignidad.
Cuando el hecho causado por un menor produzca daños en perjuicio de personas y propiedades,
comprometerá la responsabilidad civil de sus padres o responsables.
15.2 Inimputabilidad
Los menores son inimputables. Si se les atribuye la comisión de actos contrarios a la ley, no podrán ser
enjuiciados y penados por los Tribunales Ordinarios. En todo caso están bajo la jurisdicción de los
Tribunales de Niños, Niñas, y Adolescentes y se les aplicarán las reglas establecidas en el Código (Ley 14-
94).
Ante la imputabilidad relativa a la cual se encuentran sometidos, se debe establecer si estos son
responsables o no de sus actos. Sin embargo, la edad en que se determine si el niño, niña o adolescente
es capaz de querer y conocer sus hechos es totalmente subjetiva.
La Ley 136-03, establece el mismo región de inimputabilidad ante los tribunales ordinarios y establece que
son imputables ante su tribunal especializado.
15.3 Culpabilidad y responsabilidad de los menores de edad
El juez especializado de la materia, conocerá del proceso y determinará la culpabilidad conforme a lo
establecido en la Ley 136-03, que crea un proceso similar al establecido en el proceso penal ordinario sobre
valorización de las pruebas, contemplando los mismos derechos y garantías.
Determinada la culpabilidad, el juez procede a ubicar la responsabilidad penal y civil, y puede aplicar
medidas cautelares o sanciones conforme a la gravedad del hecho punible y al principio de grupos etáreos
que hace el código.
Donde la privación de libertad en la excepción y es exclusiva de los crímenes.
15.4 La edad y la responsabilidad:
Siempre se ha reconocido que la edad, en sus términos extremos, la infancia y la vejez, ejercen y deben
ejercer una influencia digna de ser tenida en cuenta desde el punto de vista de la responsabilidad penal,
pues la experiencia común de todos los hombres es, conforme a las bases en que nuestro Código Penal,
que hasta que o se ha alcanzado cierta edad, no se posee la madurez física y mental suficiente para obrar
con voluntad, conciencia y libertad; y que por el contrario, en la edad madura, en la vejez, se produce un
debilitamiento de las facultades psíquicas, capaz de causar un estado de inconciencia muy semejante al de
la infancia.
En cuanto a la responsabilidad penal de los ancianos, nuestra leyes la han dejado regida por el derecho
común, mientras que, en relación con los menores fueron creadas, dentro de una norma especializada,
instituciones que son el reflejo del concepto que, desde muy antiguo, priva en el ánimo de los hombres, de
que una infracción cometida por un niño o por un adolescente no puede ser apreciada del mismo modo que
la realizada por un adulto y de aquí que, en legislación, haya sido enfocado el problema, ya desde el punto
de vista jurídico.
15.5 Los envejecíentes y la aplicación de los artículos 70, 71 y 72 del C. P.
Ya hemos dicho que el legislador, en lo que se refiere a las personas que han cumplido dieciocho años, o lo
que es lo mismo, que son mayores de edad penalmente, por una presunción de hecho y hasta prueba en
contrario, han llegado a tener desarrollo físico y mental que les permite tener plena conciencia de los actos
que realizan, y de aquí que se presuma también, en principio, su capacidad penal, y que por avanzada que
sea la edad, persista tal presunción, salvo que se pruebe la existencia de circunstancias capaces de hacerla
desaparecer, ya sea en virtud del artículo 64, o por una de las causas de no culpabilidad que el juez puede
apreciar. Pero en cuanto a la vejez esencialmente, nuestra ley sólo admite, cuando no sea aplicable el
artículo 64, una mitigación de la pena después de cumplido los sesenta años.
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El nombre de esta institución figura solamente en el artículo 65 del Código Penal cuando expresa, que: “Los
crímenes y delitos que se cometan, no pueden ser excusados, ni la pena que la ley les impone pude
mitigarse, sin en los casos y circunstancias en que la misma ley declare admisible la excusa o autorice la
imposición de una pena menos grave”
El legislador no ha definido la naturaleza jurídica de la mitigación de la pena, pero si nos fijamos en los
textos legales en los cuales están indicados sus efectos, veremos que es una circunstancia atenuante legal
que el juez está obligado a tener en cuenta, o una conmutación de pena que opera de pleno derecho, según
que quien de ella se ha de beneficiar cumpla los sesenta años antes o después de ser juzgado
irrevocablemente.
15.6 La ejecución de la pena en materia criminal
La mitigación de la pena está indicada en los artículos 70, 71 y 72 del Código Penal. Estableciendo que la
pena de trabajos públicos no se le impondrá nunca a una persona que hay cumplido sesenta años, y que se
sustituirá con reclusión.
Además establece que si una persona condenada cumpliera los 60 años, se entenderá que fue condenado
a reclusión y se quedara recluido por lo que le resta para cumplir la condena.
TEMA XVI.
Las contravenciones de simple policía
Conforme a la división tripartita que adopta nuestro Código Penal, en su Art. 1ero, Las infracciones que las
leyes castigan con penas de simple policía es una contravención.
Las leyes de simple policía que se refieren a las contravenciones unas tienen por objeto, preservar las
personas de cualquier accidente. Ej. Las que castigan la vagancia de locos o furiosos o de animales dañinos
o feroces; mientras que otras procuran proteger las propiedades, tales como las disposiciones que castigan
la negligencia en reparar y limpiar los hornos y chimeneas; las infracciones a los reglamentos sobre poda de
árboles.
Estas contravenciones están previstas y castigadas, unas por el Código Penal (Art. 471 y siguientes), otras
por leyes especiales.
Caracteres:
1. Las contravenciones existen por el solo hecho material de la desobediencia a las
prescripciones reglamentarias o por negligencia en cumplirlas, independientemente de toda intención
culpable, de toda voluntad malsana.
2. Las contravenciones no admiten ninguna excusa, excepto la fuerza mayor irresistible,
correspondiéndole al prevenido establecer esta excepción para escapar a la pena.
3. En materia de contravenciones no hay complicidad.
4. Las contravenciones no pueden ser juzgadas sino por el tribunal del lugar donde fueron
cometidas, esto es el Juzgado de Paz de la Jurisdicción en que fue cometida la infracción. Razón por la cual
en la sentencia dictada con motivo de una persecución por contravención de simple policía debe
establecerse el lugar en que se cometió la infracción, a fin de que, bien sea en apelación, bien sea en
casación, al conocerse de nuevo el hecho, sea posible apreciar, aun de oficio por tratarse de una cuestión
de orden público, si el Juez ha actuado dentro de los límites de su competencia.
5. Las penas de simple policía pueden ser acumuladas: La pena pronunciada por un crimen o
por un delito no absorbe la pena de la contravención deferida al tribunal al mismo tiempo o ulteriormente, y
por otra parte, si varias contravenciones han sido cometidas, una pena especial debe ser pronunciada para
cada una de ellas, sin confusión.
Es criterio jurisprudencial la regla de que “en caso de concurso de contravenciones hay lugar a tantas penas
como haya contravenciones distintas.
Ningún hecho puede constituir una contravención castigable, a menos que este hecho haya sido previsto,
sea por una ley general o especial, por un decreto presidencial o disposición de carácter municipal.
El juez en esta materia de simple policía tan solo puede estatuir cuando la prevención le ha sido deferida
por el Ministerio Público o por la Parte civil
El juez no puede exonerar al contraventor completamente de la pena, pero puede aminorar su efecto,
admitiendo circunstancias atenuantes.
El juez no puede basar su decisión sobre la visita que haya hecho a los lugares de modo oficioso, ni sobre
el conocimiento personal que tenga de los hechos. Si el juez considera necesario recurrir a la visita de los
lugares, esta debe ser ordenada mediante sentencia dictada por el tribunal, en presencia de las partes
debidamente citadas.
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16.1 La Pena
Las penas son aplicables conforme a la clasificación de las contravenciones. La primera clase de
contravenciones son las comprendidas en el Art. 471 del Código Penal, son las más ligeras, sumando un
total de 21, dentro de estas están:
1. Los que descuidaren la reparación y limpieza de hornos, chimeneas y máquinas donde se haga uso
de fuego y lumbre;
2. Los que disparen fuegos artificiales en lugar vedado por la autoridad;
3. Los fondistas y otras personas que descuidaren el alumbrado, cuando este deber les sea impuesto
por los reglamentos municipales;
4. Los que descuidaren también la limpieza de las calles o lugares de tránsito, en los municipios donde
se deja ese cuidado a cargo de los habitantes.
La pena principal aplicable a estas contravenciones es un peso oro de multa.
Entre las penas complementarias se encuentran el decomiso de los efectos y objetos que sirvan para
cometer la infracción y el arresto de uno a tres días que podrá pronunciarse simultáneamente con la multa,
en caso de que el juez que conozca la contravención conforme a las circunstancias de la misma, entienda
que los culpables merezcan esta pena. En caso de reincidencia, y cualesquiera que sean las circunstancias,
se impondrá a los culpables la pena de arresto, durante tres días a lo más. La segunda clase de
contravenciones, están comprendidas en el Art. 475 del Código Penal, entre estas podemos citar:
1. .-Los que infringieren los bandos y reglamentos relativos a las cosechas de frutos.
2. Los dueños o encargados de hoteles, fondas o casas de huéspedes, que omitieren inscribir, en los registros
que deben ser llevados para tal fin los nombre de las personas que durmieron o pasaron un día o una
noche en sus establecimientos;
3. Los arrieros, carreteros, carruajeros o recueros que dejaren abandonadas sus bestias en medio de una
calle, camino o plaza,
En caso de reincidencia, se impondrá siempre la pena de arresto durante cinco días a los culpables de las
faltas de que se trata el Art.479.
16.2 Ejecución de las Penas.
16.3 Tentativa en materia de Simple Policía:
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Dada la poca importancia que revisten las contravenciones de simple policía, el legislador ha creído que
debe guardar silencio en relación con la tentativa de estas transgresiones, y en efecto nada dice a este
respecto, por tanto, es necesario colegir que es esta materia la tentativa no es castigable, a no ser que una
disposición así lo disponga..
16.4 La Prescripción:
De conformidad con el artículo 457 del Código de Procedimiento Criminal, la acción pública por una
contravención de policía prescribirá después de un año cumplido, desde el día que hubiere sido cometida, si
en este intervalo no hubiese recaído condena.
El plazo de la prescripción de las penas impuestas por las sentencias en materia de contravenciones de
policía es de dos años. Es preciso señalar que la interrupción de la prescripción en materia de simple policía
está sujeta a reglas especiales. Ya que sólo un fallo condenatorio definitivo interrumpe la prescripción.
16.5 La triple competencia territorial
La competencia territorial, en el orden penal se rige por la siguiente regla de competencia, de ahí que es
competente:
1. La jurisdicción del lugar donde se cometió el hecho
2. La jurisdicción del lugar del domicilio del procesado
3. La jurisdicción del lugar donde el procesado sea apresado
TEMA XVII.
Los delitos relacionados con la circulación de vehículos de motor. Violaciones a la Ley de
Tránsito
Estos delitos están contemplados por la Ley 241 sobre Tránsito de Vehículos del 28 de diciembre del año
1967, modificada por la Ley 114-99 del 16 de diciembre del 1999.
La misma regula todo lo que se refiere a tránsito de vehículos incluyendo los accidentes provocados por
estos; así como establece las sanciones a los transgresores de esta ley.
Cuando los golpes y las heridas se ocasionen involuntariamente con la conducción de un vehículo de motor,
se rigen por las disposiciones de esta Ley.
La falta a que se refiere la ley es la misma de los artículos 319 y 320 del Código Penal, no se trata de una
falta cualquiera, sino de una de las limitativamente señaladas, a saber: imprudencia, inadvertencia,
negligencia o inobservancia de las leyes y reglamentos.
La Ley 585 de fecha 29 de marzo del año 1977, crea el Juzgado de Paz Especial de Tránsito, indicando que
el mismo será competente para conocer exclusivamente, de las violaciones a la Ley 241 sobre Tránsito de
Vehículos, así como las ordenanzas y resoluciones dictadas en materia de tránsito por los correspondientes
ayuntamientos.
En aquellos municipios en donde no existan Juzgados Especiales de Tránsito conocerán de tales
violaciones los Juzgados de Paz Ordinarios.
TEMA XVIII.
Competencias penales de los Jueces de Paz
La competencia de un tribunal, es la aptitud legal que le asigna la misma ley para que conozca de un caso
especifico con exclusión de otros. Esta competencia de las jurisdicciones de juicio, se encuentra ligada a la
forma en que ella están organizadas en nuestro sistema jurídico.
En materia penal el primer criterio que toma en consideración la naturaleza y gravedad del hecho delictivo y
de ahí determina la competencia material o ratiore materiae.
En segundo lugar del hecho y de donde infiere las competencia territorial o ratiore loci.
En tercer lugar toma en cuenta la persona del supuesto infractor competencia personal o ratione persona.
El juzgado de paz conoce en materia correccional de ciertos delitos que muy limitada, algunas leyes
especiales atribuyen competencia
En materia penal el asunto de la competencia es de orden público y por tanto imperativo para las partes
litigantes.
18.1 Riña.
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Los juzgados de paz conocerán conforme a la ley 36-2000, de los casos en que una o más personas
infieran golpes, heridas o vías de hecho (riña), cuya recuperación no sea mayor de 20 días. Se trata de una
competencia excepcional porque se trata de un delito que conlleva sanciones de tipo correccional.
Para que concurra la violencia o vías de hecho del párrafo I de Art. 311, se establecen los siguientes
elementos:
El hecho material debe haber producido heridas, violencias, golpes o vías de hecho;
Que las lesiones no produzcan ninguna incapacidad para el trabajo, o si se produce, que
la misma dure menos de 20 días; y
La intención.
Esta infracción se castiga con multa de RD$20.00 a RD$500.00 y prisión de 15 días a 1 año,
dependiendo de la gravedad.
18.2 Normas sobre Comercio, Porte y Tenencia de Armas (Ley 36)
Las normas regulativas del comercio, porte y tenencia de armas, surgen en el año 1923 con el decreto No.
62 de fecha 4 de mayo específicamente sobre armas blancas, complementándose luego con la Ley
No.1216 del 15 de noviembre de 1929, sobre Armas de Fuego. Después de estas disposiciones ha habido
innumerables, iniciativas legislativas sobre el particular, culminando con la promulgación de la ley 36 sobre
Comercio, Porte y Tenencia de Armas.
Esta Ley establece, a partir de su artículo 50 las directrices legales sobre porte y tenencia de armas
blancas, otorgándole competencia al juzgado de paz, para conocer de tales infracciones.
Además tiene como objeto:
1. Regular la fabricación, porte y tenencia de armas blancas por los particulares.
2. Establecer las armas blancas que deben quedar exceptuadas como prohibidas.
3. Exceptuar además, como incriminatorias, el porte o uso de ciertas armas blancas, en razón
del oficio o función que desempeñan.
4. Sancionar el porte, introducción, fabricación y venta de armas blancas, punzantes y
contundentes.
La política y los alcaldes pedaneos son los encargados de viabilizar la aplicación de esta Ley. Les
corresponde hacer los sometimientos mediante el levantamiento de actos en que se compruebe la violación.
18.3 Robo simple y fullería:
De conformidad con la disposición contenida en el Artículo 401 del Código Penal, el robo simple es la
sustracción de la cosa ajena cuyo valor no exceda de los RD$5,000.00.
El robo simple entra dentro de la clasificación de los delitos.
Además de que aun reuniendo todos los elementos indispensable para constituir un delito, no están
acompañado de ninguna circunstancias especial que pueda agravarlos. (a estos robos entran en la
categoría de fullería y raterías) Ej; robo en los campos, los robos de caballos o bestias de carga, robo de
cosecha.
Como todo robo, la tentativa del robo simple se castiga como el delito mismo, en cumplimiento de las
disposiciones del precitado artículo 401.
Según el párrafo II del artículo 401 del Código Penal, el tipo penal de fullería se verifica, cuando un
individuo, a sabiendas de que esta en la imposibilidad absoluta de pagar, se hiciere hecho servir bebidas o
alimentos que consumir en todo o en parte en establecimiento a ello destinado. También si se alojase en
calidad de huésped, con conocimiento de que carece de los recursos suficientes para pagar el precio en la
forma y plazo acordado.
La fullería difiere del robo, pues en el primer caso se encuentra ausente el elemento material de la
sustracción, requerido para configurar el robo; en este caso, las bebidas o los alimentos son entregados
voluntariamente.
Sus elementos constitutivos son:
1. El inculpado debe hacerse servirse bebidas o alimentos
2. Los alimentos y bebidas debe hacerse servir en establecimiento destinados para ello.
3. Las bebidas y alimentos deben haber sido consumidos.
4. Que el inculpado se haga servir bebidas y alimentos a sabiendas de que no tiene dinero con que pagarlos.
En caso de la fullería en un hotel o posada:
1. Haber utilizado u ocupado una o varias habitaciones, en un hotel, motel o pensiòn;
2. Realizar tal ocupación, a sabiendas de que no tenía dinero para pagar
18.4 Juegos de Azar
El legislador dominicano ha establecido diferentes disposiciones que legales controlan y castigan el juegos
de azar.
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El artículo 410 del Código Penal prohíbe toda clase de juegos de azar en la República Dominicana, salvo
los casos reglamentados por leyes especiales. La trasgresión de esta norma está castigada con prisión
correccional de uno a seis meses, multa de diez a cien pesos y la confiscación del dinero, efectos puestos a
juego, los muebles de a habitación y los instrumentos, objetos y útiles destinados al juego .
Los elementos que la constituyen son:
1. El elemento material: el acto de juego realizado por el autor, combinado con el hecho de la tendencia de una
casa de juegos o envite de manera legal o clandestina.
2. El juego de azar.
3. La intención de realizar o tener juegos sancionar o prohibidos por la ley.
18. 5 Control de Precios:
La regula la Ley No. 13 del 27 de abril del 1963, sobre control de precios, reformada por los leyes 60 y 352
del 20 de noviembre de 1965 y 1 de septiembre de 1968, respectivamente.
Esta trata en cierta forma de aglutinar las distintas disposiciones que se refieren al comercio y como de
precio que lo rigen.
El Juez de Paz dispone para una correcta apreciación de esta disposición de manera eficiente de las
distintas resoluciones que el ministerio de industria y comercio expide con las regulaciones de los precios de
los productos , de los costos de producción, porque estos son las directrices para sancionar o no al
comerciante que es sometido a la jurisdicción de este juzgado.
Tiene como objeto:
a) Regula todo lo concerniente al control de precios de los productos de primera
necesidad, así como las pesas y medidas que usan los comerciantes con ocasión de este oficio.
b) Establecer las obligaciones propias del oficio de comerciante. Sobre todo las
prohibiciones que deben tener en cuenta para el ejercicio de su función.
c) Establecer sanciones correspondientes.
TEMA XIX.
Ley de foresta
Es la ley 118-99 es la que regula todos los aspectos sobre conservación forestal y árboles frutales. Esta ley
declara como de interés nacional la defensa y repoblación de todos las áreas forestales del país,
estableciendo normas que aseguren la conservación, la restauración y la propagación forestal, así como la
utilización de madera equitativa y racional de las riquezas forestales. Esta Ley regula la conservación,
restauración, fomento de la vegetación forestal, el transporte y comercio de productos que de ella se deriven
así como los de la industria forestal.
Sancionar los trasgresores de esta ley en todos sus manifestaciones.
Ley sobre dominio de aguas terrestre y distribución de aguas publicas:
La ley sobre dominio de agua terrestre y distribución de aguas publicas es la Ley 5852.
Esta ley pretende regular lo referente al dominio de las aguas pluviales, o aguas vivas (manantiales y
corrientes) aguas muertas o estancadas, así como las aguas subterráneas, distribuidas en todo el territorio
nacional.
Mediante esta ley quedaron instituidas además la policía de aguas y los tribunales del agua que son más
que los funcionarios de la Dirección de General de Recursos hidráulicos, los encargados de distritos de
riego y los inspectores y distribuidores de agua; así como los juzgados de paz respectivamente.
Tiene por objeto:
a) Regular el dominio de las aguas terrestres, así como su distribución.
b) Conceptuar, definir y establecer los diferentes tipos de aguas que se encuentra
distribuidas a nivel nacional.
Ante el juzgado en materia de agua el tribunal se convierte en un tribunal en categoría de aguas y6 el
fiscalizador es el inspector de agua.
Ley sobre caza de animales:
Es la ley No. 85 de 4 de febrero del 1931, G.O. 4334, sobre caza de aves y otros animales. Esta ley trata de
la protección de animales que se preservan por encontrarse en extinción.
La violación de esta ley consiste en que no se pueden realizar cazas sin la autorización o licencia para ello.
Estas se castigan con multa de RD$10.00 a RD$50.00 y prisión de 5 a 30 días o con una de estas penas
solamente.
La ley sobre maltrato de animales.
Es la ley No. 1268 del 19 de octubre de 1946 G.O. No. 6518 que sanciona los malos tratamientos a los
animales.
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La ley castiga la muerte, tortura, heridas, golpes de manera continua, privación o escasez de alimento, aire,
agua, luz o movimiento a los animales domésticos o desatinados al servicio del hombre, cuando tales
hechos fueren cometidos voluntariamente y sin necesidad justificada.
El maltrato causado por el dueño o el guardián y la reincidencia son agravantes y duplican las penas que
establece la ley.
Se castiga con prisión correccional de 6 meses a 1 año y multa de RD$6.00 a RD$50.00 ó ambas penas
según la gravedad del caso.
TEMA XX.
Competencia penal de los Jueces de Paz. Delitos e infracciones de carácter municipal
Ley 675, sobre Urbanización y Ornato Público.
Es un sistema que regula la urbanística, zonificación y ornato en relación a as edificaciones que se erijan en
el país. Con el fin de ordenar la ciudad.
Traer violaciones sobre: a) linderos; b) permiso de construcción; c) rige construcción, reconstrucción,
ampliación o alteración de bohíos, rancho o casetas; d) estado de los solares; e) los relativo a la instalación
de cañerías subterráneas o áreas de hacer zanjas o excavaciones en la vía pública; f) sobre medidas de
seguridad publicas, peligro público o escombro público; g) al cambio del uso del suelo; h) sobre la fijación,
cruzar o sostener anuncios, carteles, postes cientos, tirantes, cables, alambres, rieles, transformadores,
condensadores en vía pública y poda de árboles; i) los impuestos de construcción;
Las violaciones se castigan: con multa de RD$20.00 a RD$500.00. prisión de 20 día a 1 año. En cuanto a
los impuesto el pago doble de los dejados de pagar; el doble de lo que hubiere constado la confección de
los planos,, demolición parcial o total (solo en construcciones ilegales) en estos casos lasa personas
infractoras serán castigadas con multa de RD$10.00 a RD$300.00. prisión de 10 días a 6 meses.
Ley 6232, que crea la Dirección General de Planeamiento Urbano.
Otras competencias asignadas en leyes y disposiciones especiales.
Leyes especiales:
1. Ley 5888, que crea el Juzgado de Paz para Asuntos Municipales.
2. 3455, sobre Organización Municipal.
3. Ley 120-99 que prohibe la colocación de derechos en las calles y avenidas.
4. Ley 317, sobre instalación de estaciones de gasolina.
TEMA XXI.
El homicidio. El crimen
El Código Penal agrupa el homicidio, el asesinato, los golpes, las heridas y las vías de hecho, como
atentados, bajo la designación de “Crímenes y delitos contra las personas”.
El artículo 295 del Código Penal, define el Homicidio de la siguiente manera: “El que voluntariamente mata a
otro, se hace reo de homicidio”.
21.1 Diferencias
El homicidio puede ser intencional, voluntario; o no intencional, involuntario. Es voluntario cuando se comete
a sabiendas y con intención. Es involuntario cuando se comete por torpeza, imprudencia, inadvertencia,
negligencia o inobservancia de los reglamentos.
El homicidio no intencional, en que no hay intención de causar la muerte, es sancionado según el artículo
319 del Código Penal con penas correccionales.
21.2 Circunstancias Agravantes:
El homicidio puede ir acompañado de circunstancias agravantes:
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6
Art. 2 Código Penal
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319 con penas correccionales, hay homicidio no intencional en los siguientes casos: 1- Cuando al reñir dos
personas le quitan la vida sin querer, a otra que se acerca.
Homicidio accidental: No constituye delito, puesto que no se le puede imputar a quien lo causa, ninguna
culpa ni falta. Es el que se comete por mero accidente o como resultado de una circunstancia fortuita o de
fuerza mayor, o como consecuencia de la falta exclusiva de la víctima, cuando corriendo uno a caballo en el
lugar destinado para ello, como el hipódromo, se atraviesa rápidamente algún individuo y muere atropellado.
Homicidio por omisión: Tiene lugar cuando quienes teniendo una obligación no solamente legal o
profesional, sino sencillamente un deber natural de obrar, no lo hacen, ocasionando dicha abstención
intencional la muerte del individuo.
Homicidio eutanásico: Comprende dos casos: el caso de la eutanasia “por acción”, o eutanasia propiamente
dicha, y el de la eutanasia por omisión.
En el primer caso, de eutanasia por acción o eutanasia propiamente dicha, el crimen resulta de un hecho
material, la intención se encamina a facilitar una muerte inminente y en todo caso tenida por muy próxima e
inevitable, para evitar los sufrimientos que la rodean, para hacer su fin más humano, mas compasivo.
El segundo caso, eutanasia por omisión o eutanasia pasiva, resulta por cesación de los artificios de
mantenimiento de una persona condenada por la ciencia médica y que vive vegetativamente.
Homicidio, heridas y golpes involuntarios: (319 y 320 Código Penal)
Según el artículo el que por torpeza, imprudencia, inadvertencia, negligencia o inobservancia de los
reglamentos, cometa homicidio involuntario, o sea causa involuntaria de él, será castigado con prisión
correccional de tres meses a dos años, y multa de veinte y cinco a cien pesos.
Art. 320.- si la imprudencia o la falta de precaución no han causado sino golpes o heridas, la prisión será de
seis días a dos meses, y la multa, de diez a cincuenta pesos, o a una de estas dos penas solamente.
21.6 Diferencia entre Homicidio y Asesinato
Se califica de asesinato, el homicidio cometido con premeditación o acechanza, con empleo de torturas o de
actos de barbarie. El asesinato no es tanto un homicidio agravado como un delito distinto, en el que las
circunstancias señaladas son elementos constitutivos del mismo. En el asesinato existe una mayor
intensidad del propósito criminal que en el homicidio, por los medios perjudiciales utilizados de un modo
especial o por la inconfundible malicia y peligrosidad que se revela.
21.7 Elementos Constitutivos del Homicidio Intencional:
1. La preexistencia de una vida humana destruida.
2. Un elemento material, un acto de naturaleza tal que pueda producir la muerte de otro.
3. Un elemento moral, la intención.
21.8 Homicidio por Imprudencia ó Negligencia:
El homicidio por imprudencia es aquel que el autor hubiera evitado, si hubiera sido prudente y previsor. La
inadvertencia y la negligencia consisten en la omisión y el olvido de una precaución ordenada por la
prudencia y cuya observación pudo evitar el homicidio o las heridas.
21.9 Homicidios ya agravados que son sancionados con pena de 30 Años
El Asesinato.
El Parricidio
El Infanticidio.
El envenenamiento.
TEMA XXII.
El robo
Según el artículo 379 del Código Penal: “El que con fraude sustrae una cosa que no le pertenece se hace
reo de robo.
22.1 Robo Simple
Robo simple es aquel que reuniendo todos los elementos indispensables para constituir el delito, no está
acompañado de ninguna circunstancia especial que pueda agravarlo, dentro de esta clasificación entran las
fullerías y raterías.
22.2 Robo Agravado
El robo es calificado y se convierte en un crimen, cuando concurren circunstancias que aumenta su
gravedad.
Los robos se agravan en razón de la calidad del agente, en razón del tiempo en que son cometidos; en
razón del lugar de su ejecución y en razón de las circunstancia que han acompañado su ejecución.
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TEMA XXIII.
Las drogas y sustancias controladas
23.1 Su Configuración Legal
Todo lo relacionado con las drogas y sustancias controladas en la República Dominicana, se encuentra
reglamentado por la Ley 50-88 del 30 de mayo del año 1988, modificada por la Ley 17-95
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Esta ley ha sido implementada en atención a la magnitud que ha alcanzado el tráfico y consumo ilícito de
drogas, en la actualidad desarrollándose en proporciones dramáticas y alarmantes.
Droga. Es una sustancia simple o compuesta de origen natural o sintético, que al ingresar al organismo,
puede modificar la salud de los seres humanos y que se utiliza en la preparación de medicamentos, medios
diagnósticos etc..
Es considerada como una sustancia o preparado de medicamentosos de efecto estimulante, deprimente o
narcótico.
Drogas Alucinógenas. Las drogas que pertenecen a este grupo se caracterizan por producir alucinaciones
en los consumidores. Aunque ésta no es su única propiedad, se exhibe como su efecto más destacado y
dominante en el organismo de los consumidores. Entre las drogas alucinógenas de mayor uso se destacan
las siguientes: Dietilamida del Acido Lisérgico (LDF-25), peyote, mescalina y otras similares.
Drogas Deprimentes o Estimulantes.- Todas aquellas que contengan cualquier cantidad de ácido
barbitúrico o cualquiera de sus sales, cualquier derivado del ácido barbitúrico que se determine como capaz
de formar hábito; toda droga que contenga cualquier cantidad de anfetamina o cualquiera de sus isómeros
ópticos, cualquier sal de anfetamina o cualquier sal de isómero óptico de anfetamina.
Drogas Narcóticas.- Significa cualquiera de las siguientes sustancias, ya sean producidas directa o
indirectamente extrayéndolas de sustancias de origen vegetal, independientemente por medio de síntesis
química o por una combinación de extracción y síntesis química: a) El opio, las hojas de coca y los opiatos;
b) Cualquier compuesto, producto, sal, derivado o preparación de la misma, que sea químicamente idéntica
a cualquiera de las sustancias mencionadas en los apartados a) y b) de este acápite, con la excepción de
que las palabras “Drogas Narcóticas” no incluyen las hojas de coca descocainizadas ni extractos de hojas
de coca, si dichos extractos no contienen cocaína o ecgonina.
Sustancia controlada: Significa toda droga, sustancia química, básica y esencial, o precursor inmediato,
incluida en las Categorías I, II, III, IV, y V del Capítulo II de esta Ley.
Comercialización. Se entiende por comercialización las transacciones comerciales ilegales, compra, venta
entrega, recepción, internación y exportación de estupefacientes y sustancias controladas, bajo régimen de
prohibición legal.
Tráfico ilícito.- Es el acto ilegal de traslado o transporte de estupefacientes y sustancia controladas, así
como los actos anteriores o posteriores dirigidos a las transacciones comerciales ilícitas de entrega a
cualquier título de sustancia controladas o que estén bajo el régimen de prohibición legal.
Las drogas más conocidas y utilizadas, previstas por esta ley son:
Marihuana.- Significa todas las partes de la planta Cannabis Sativa L. Esté en proceso de crecimiento o no,
las semillas de la misma, la resina extraída de cualquier parte de dicha plante y todo compuesto, producto,
sal, derivado, mezcla o preparación de tal planta, de sus semillas o de su reina, pero no incluirá los tallos
maduros de dicha planta, ni las fibras obtenidas de dichos tallos, ni el aceite o pasta hecho de las semillas
de dicha plante, ni cualquier otro compuesto producto, sal, derivado, mezcla o preparación de tales tallos
maduros.
Grupos excitantes o estimulantes: La Coca y sus derivados (cocaína y clorhidrato de cocaína; así como
las anfetaminas.
Grupos opiáceos: Morfina, Heroína, opio Codeína y otras.
Art. 3. Para fines de esta Ley, los usuarios de drogas controladas se clasificaran en tres categorías:
a) Aficionados: es la persona que se inicia en el uso de las drogas sin llegar al hábito.
b) Habituados: es la persona que abusa regularmente de una o varias drogas sin
consecuencias sociales u ocupaciones evidentes.
c) Adictos y fármacos-Dependientes: es la persona que dependen psíquica y físicamente de
la droga, manifestando síndrome de abstinencia, luego de la cesación o disminución drástica de la dosis
regularmente utilizada, de forma tal que pone en peligro la moral, la salud, seguridad o bienestar públicos, o
que está tan dependiente del uso de las drogas que ha perdido el autocontrol con respecto a su adicción.
Art. 4.- Los que negocien ilícitamente con las drogas controladas, se clasificarán en las siguientes
categorías: a) Simples poseedores. La simple posesión se determinará conforme a lo establecido en esta
misma Ley, en cada caso particular; b) Distribuidores o Vendedores. Distribuidor o vendedor es la
persona que realiza directamente la operación de venta al usuario; c) Intermediarios. Intermediario es la
persona que hace los contactos entre el usuario y el distribuidor, o entre el distribuidor y el traficante; d)
Traficantes. Traficante es la persona que comercia con drogas controladas en las cantidades especificadas
en la presente ley. E) Patrocinadores. Patrocinador es la persona que financia las operaciones del tráfico
ilícito, dirige intelectualmente esas operaciones, suministra el equipo de transporte o dispone cualquier
medio que facilite el negocio ilícito.
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Art. 5.- Cuando se trate de cocaína, la magnitud de cada caso sometido a la justicia, se determinará de
acuerdo a la escala siguiente,: a) Cuando la cantidad de la droga no exceda de un (1) gramo, se
considerará la simple posesión, y la persona o las personas procesadas se clasificarán como aficionados. Si
la cantidad es mayor de un (1) gramo, pero menor de cinco (5) gramos, la persona o personas procesadas
se clasificarán como distribuidores. Si la cantidad excede de cinco (5) gramos, se considerará a la persona o
personas como traficantes.
b) No se considerará aficionado cuando la droga que la persona lleve consigo tenga como fin la distribución
o venta, cualquiera que sea su cantidad, en este caso se considerará al procesado como distribuidor o
vendedor.
Art. 6.- cuando se trate de marihuana, por la cantidad decomisada o envuelta en la operación, se
determinará la magnitud de cada caso. A) cuando la cantidad no exceda de 20 gramos, se considerará la
simple posesión y la persona o las personas procesadas se clasificarán como aficionados, si la cantidad es
mayor de 20 gramos pero menor de una libra, se clasificará a la persona o a las personas procesadas como
distribuidores, si la cantidad excede de una libra, se clasificará a la persona o las personas procesadas
como traficantes.
b) cuando la cantidad no exceda de 5 gramos, tratándose de Hashish, se considerara la simple posesión y
la persona o las personas procesadas se clasificarán como aficionados, si la cantidad es mayor de 5 gramos
pero menor de un cuarto (1/4) de libra se clasificará a la persona o las personas procesadas como
distribuidores, si la cantidad excede de un cuarto (1/4) de libra se clasificará a la persona o a las personas
procesadas como traficantes.
c) No se considerará aficionado, cuando la droga que la persona lleve consigo tenga como fin su
distribución o venta, cualquiera que sea su cantidad, en este caso, se considerará al procesado como
distribuidor o vendedor.
Art. 10.- se crea bajo dependencia del Poder Ejecutivo, la Dirección Nacional de Control de Drogas. Esta
Dirección Nacional de Control de Drogas tendrá como objetivos principales: a) Velar por el fiel cumplimiento
y ejecución de las disposiciones de la presente ley; b) prevenir y reprimir el consumo, distribución y tráfico
ilícito de drogas y sustancias controladas en todo el territorio nacional; c) Las labores de investigación y
preparación para sometimiento a la justicia de aquellas personas físicas o morales violadoras de la presente
Ley de Drogas y Sustancias Controladas de la República Dominicana, que operen tanto a nivel nacional
como internacional; d) El control del sistema de inteligencia nacional antidrogas, para colectar, analizar y
diseminar informaciones de inteligencia estratégica y operacional, con el fin de contrarrestar las actividades
del tráfico ilícito de drogas en la República Dominicana, para cuyo fin se crea como una dependencia de
esta Dirección Nacional de Control de Drogas, el Centro de Información y Coordinación Conjunta (CICC); e)
El decomiso, incautación y custodia de los bienes y beneficios derivados del tráfico ilícito, hasta tanto pese
sobre éstos, sentencia irrevocable y definitiva; f) La implementación de las previsiones consignadas en esta
Ley respecto a la producción, fabricación, renación, transformación, extracción, preparación, distribución o
cualesquiera otras operaciones de manipulación de estas sustancias controladas, producidas legalmente; g)
La coordinación y cooperación con autoridades policiales, militares y judiciales, en sus esfuerzos comunes
para mejorar y dar cabal cumplimiento a las disposiciones de la presente Ley.; h) La coordinación y
cooperación con gobiernos e instituciones extranjeras para reducir la disponibilidad de drogas ilícitas en la
República Dominicana y el Área del Caribe, desarrolladas dentro del contexto de los Convenios y Tratados
Internacionales suscritos y ratificados por la República Dominicana.; i) Ser contacto y representantes ante el
INTERPOL, así como ante cualquier otro organismo internacional, en materia de programas de control
internacional de drogas y sustancias controladas.
Art. 11.- La Dirección Nacional de Control de Drogas estará a cargo de una junta directiva integrada por
cinco miembros, que serán nombrados por el Poder Ejecutivo.
Art. 53.- Se crea bajo la dependencia de la Secretaría de Estado de Salud Pública y Asistencia Social, una
Comisión Multidisciplinaria, que asesorará al Magistrado Procurador Fiscal competente, constituida por un
médico representante de dicha Secretaría de Estado, un representante de la Asociación Médica Dominicana
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Párrafo: las pruebas provenientes del extranjero, relativas a la investigación de los delitos previstos
y sancionados por esta Ley serán valoradas de acuerdo con las normas que sobre el particular existan en
la República Dominicana, así como las del Derecho Internacional.
Art. 84.- Los Tribunales de Primera Instancia serán los competentes para conocer como jurisdicción
de primer grado de las infracciones a la presente Ley.
Art. 85.- Son circunstancias agravantes del tráfico ilícito de drogas controladas y en consecuencia
caerán bajo la esfera de los artículos 56, 57 y 58 del Código Penal Dominicano: a) La exportación o
importación producción, fabricación, distribución venta de drogas controladas o especialidades
farmacéuticas, adulteradas o a base de sustancias adulteradas; b) La participación de grupos criminales
organizados; c) el hecho de haberse cometido el delito en banda, o en calidad de afiliado a una banda
destinada al tráfico ilícito de drogas controladas. Si además de haber cometido el delito en banda el agente
la hubiese promovido, organizado, financiado o dirigido; d) el uso de armas de fuego de fuego o de la
violencia; f) el empleo de menores para la ejecución del delito, así como de personas con trastornos
mentales o habituadas, lo mismo que imputables; j) la reincidencias; entre otros.
Párrafo I.- la reincidencia se sancionarán con el máximo de la pena que corresponde de acuerdo
con la clasificación de la violación cometida.
Art. 87.- para los fines de esta Ley, no tendrán aplicación, las leyes que establecen la Libertad
Provisional Bajo Fianza, la libertad condicional y el perdón condicional de la pena.
Art. 88.- En los casos en que las sanciones por la violación a las disposiciones de esta Ley, lleven
prisión, o multa, o ambas penas a la vez, la prisión preventiva será siempre obligatoria.
Art. 92.- Las drogas decomisadas por violación a esta Ley, deberán ser destruidas en presencia de
representantes del Ministerio Público, de la Secretaría de Estado de Salud Pública y Asistencia Social, de la
Asociación Médica Dominicana, de la Dirección Nacional de Control de Drogas y del Consejo Nacional de
Drogas, y con acceso e invitación a la prensa y al público en general. Su destrucción deberá realizarse en la
Capital de la República Dominicana, y antes de la destrucción deberá ser analizada y comprobada su
cantidad, calidad y grado de pureza, levantándose un Acta que deberá ser firmada por los representantes
de la instituciones mencionadas, a quienes se les entregará copia del documento.
Art. 94.- Queda a cargo del Poder Ejecutivo la reglamentación para la viabilización, ejecución y
aplicación de esta Ley.
TEMA 24.
Robo, estafa y abuso de confianza
24.1 Elementos Constitutivos
Robo:
1.- Una sustracción.
2.- Sustracción fraudulenta.
3.- La sustracción debe tener por objeto una cosa mueble.
4.- La cosa sustraída ha de ser ajena.
Estafa:
1. La entrega de una cosa
2. El empleo de maniobras fraudulentas.
3. Que la entrega o remesa de valores, capitales u otros objetos hay sido obtenida con la ayuda de esas
maniobras fraudulentas.
4. Que haya un perjuicio.
5. Que el culpable haya actuado con intención delictuosa.
Otro variante de la estafa se constituye partiendo de los siguientes elementos.
1. Uso de un falso nombre o falsa calidad.
2. Empleo de maniobras fraudulentas.
3. El abuso de una calidad verdadera.
a.-) Caracteres de la maniobras: La maniobra debe consistir en un acto aparente, en una cierta
combinación de hechos exteriores, en una maquinación más o menos diestra, dando al fraude un carácter
tangible y revelándolo de una manera concreta.
b.-) Objeto de las maniobras: No basta que las maniobras hayan sido empleadas para el logro de
sus fines y para que la infracción se caracterice, las maniobras fraudulentas deben haber sido desplegadas
para persuadir a quienes son víctimas de su empleo, de la existencia de empresas falsas, de créditos
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imaginarios o de poderes que no se tienen, o bien para hacer concebir la esperanza o el temor de un
accidente o de cualquier otro acontecimiento quimérico.
Abuso de Confianza:
1. La entrega de la cosa
2. La Disipación o distracción, lo que implica la voluntad de un poseedor a título precario de
conducirse como propietario de la cosa y de atribuirse respecto de ella un poder jurídico que no le pertenece
3. La distracción fraudulenta: El delito de abuso de confianza supone en su autor la intención
culpable. Es necesario que haya actuado con conocimiento de causa, no pudiendo ignorar, por una parte,
que tenía posesión a título precario solamente, y sabiendas, por otra parte, que al disponer de la cosa
confiada, se exponía a no poderla restituir.
4. Distracción en perjuicio del propietario: La distracción o la disipación deben haber producido un
perjuicio a los propietarios, poseedores o detentadores de los objetos confiados. Pero un perjuicio eventual
es suficiente. El delito se consuma desde el momento en que el autor ha podido prever que la distracción
podía entrañar un perjuicio. A partir de ese momento la infracción queda consumada, la restitución o el pago
de una indemnización no excluye el delito.
5. Carácter mobiliar de la cosa distraída: El abuso de confianza no puede relacionarse sino con
cosas muebles: efectos capitales, mercancías, billetes, documentos conteniendo obligaciones o descargo.
6. Entrega de los objetos a título precario: El abuso de confianza supone necesariamente una
entrega, hecha voluntariamente y a título precario. Es necesario que los objetos hayan sido entregados al
prevenido; siendo la entrega un elemento esencial del delito, lo que supone un desapoderamiento de la
posesión de la cosa en beneficio de un detentador.
7. Entrega en virtud de uno de los contratos enumerados por la ley: Es decir, en virtud de un
mandato, depósito, alquiler, prenda, préstamo a uso o comodato, trabajo asalariado o no. Si se trata de otro
contrato no habría abuso de confianza.
24.2 Diferencias:
La Estafa tiene lugar cuando el agente se hace entregar o remesar fondos, valores u objetos,
usando un falso nombre o una falsa calidad o empleando maniobras fraudulentas en las condiciones
prevista por la ley (artículo 405)
La estafa difiere del robo, en que la víctima del delito ha entregado voluntariamente la cosa que el
inculpado se ha apropiado. Difiere del abuso de confianza en que la entrega ha sido determinada por el
empleo de maniobras fraudulentas.
El Abuso de confianza tiene lugar cuando en perjuicio de los propietarios, poseedores, o
detentadores, sustrajeren o distrajeren efectos, capitales, mercancías, billetes, finiquitos o cualquier otro
documento que contenga obligación o que opere descargo, cuando estas cosas les hayan sido confiadas o
entregadas en calidad de mandato, depósito, alquiler, prenda, préstamo a uso o a comodato o para un
trabajo sujeto a no remuneración. Y cuando en este y en el caso anterior exista por parte del culpable la
obligación de devolver o presentar la cosa referida, o cuando tenía aplicación determinada. Pena de Uno a
Dos años.
El Robo se verifica cuando el agente, con fraude sustrae una cosa que no le pertenece.
El robo es la aprehensión material de una cosa ajena, sin el consentimiento del propietario. La
estafa consiste en el empleo de maniobras fraudulentas destinadas a provocar la entrega de la cosa. El
abuso de confianza es la distracción o disipación de la cosa entregada voluntariamente en virtud de un
contrato.
24.3 Penalidades
Estafa simple, prisión de seis meses a dos años.
Cuando concurre alguna circunstancia agravante, es decir, la estafa es en perjuicio del Estado
Dominicano o sus instituciones, si no excede de cinco mil pesos, los culpables serán castigados con pena
de reclusión menor y con la de reclusión mayor si alcanza una suma superior.
Abuso de confianza
Este se castiga con prisión correccional de uno a dos años y multa no menor de 50 pesos, ni mayor
a la tercera parte de las indemnizaciones y restituciones que se deban al agraviado, además el culpable
puede ser privado de los derechos mencionados el artículo 42.
En caso de que concurra alguna circunstancia agravante se convertirá en un crimen castigado con
penas de tres a diez años de reclusión mayor.
Robo
Dependiendo de las circustancias que concurran en la materializacion del hecho, el robo se castiga
con diferentes penas.
Máximo de la reclusión mayor.
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Cuando concurran las cinco circunstancias previstas en el artículo 381 del Código Penal:
1) Cuando el robo se ha cometido de noche;
2) Cuando lo ha sido por dos o más personas;
3) Cuando los culpables o algunos de ellos llevaren armas visibles o ocultas;
4) Cuando se cometa el crimen con rompimiento de pared o techo, o con escalamiento o
fractura de puertas o ventanas, o haciendo uso de llaves falsas, ganzúas u otros instrumentos,
5) Cuando el crimen se ha cometido con violencia o amenaza de hacer uso de sus armas
Cuando la violencia ejercida para cometer el robo ha dejado señales de contusiones o heridas
(382)
Cuando sea cometido en caminos públicos o en los vagones de ferrocarril que sirvan de
transporte, si en su comisión concurren dos de las circunstancias previstas en el artículo 381 (383)
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TEMA XV.
El delito de audiencia y el delito en la audiencia
Configuración. Sanción. El litigante temerario. Los delitos contra los jueces, articulo 222 del Código
Penal.
El delito de audiencia:
Las perturbaciones al orden de la audiencia o delitos de audiencia, son aquellas infracciones que
constituyen toda interrupción al silencio y al orden de cualquier manera que sea para estos casos, la
autoridad correspondiente competirá al infractor a retirarse de la sala y en caso de resistencia por parte del
mismo, éste será detenido en la cárcel pública durante 24 horas. Este tipo de sanción no sólo se aplica en
materia penal sino que también se aplica en material civil (ver artículo 88 y siguientes del Código Civil).
El Art. 365 del Código de Procedimiento Criminal faculta al Presidente del Tribunal, sea éste colegiado o
unipersonal, cuya audiencia es perturbada, a hacer expulsar los perturbadores y en el caso de resistencia
hacerlos apresar por veinticuatro horas. Para que se aplique este artículo es preciso que haya perturbación
o tumulto dirigido contra el respeto debido a las autoridades y además que haya publicidad. En
consecuencia, el derecho de arrestar que le confiere el Art.365 al juez, no le pertenece sino cuando procede
públicamente y por ello los hechos que tiene lugar en una audiencia a puertas cerradas no caen bajo la
aplicación de este artículo.
Estas medidas van dirigidas a mantener el orden y disciplina de las audiencias y tienden a evitar cualquier
alteración del curso normal de las mismas, no constituyendo ninguna pena sino un acto del poder
discrecional del presidente del tribunal. En consecuencia son simples medidas de policía que pueden ser
tomadas sin previo dictamen del Ministerio Público. El arresto tiene lugar por orden del Presidente del
Tribunal y será ejecutado en la cárcel a la vista de dicha orden, la cual será mencionada en el acta o
proceso verbal de la audiencia. El arresto está sin embargo sujeto a una condición previa: que haya
ordenado la expulsión del perturbador y este se haya resistido. El Art.365 limita dicho arresto a solo
veinticuatro horas, razón por la cual después de ese lapso, él o los detenidos deben ser puestos en libertad
sin que sea necesario dar nuevas órdenes. Al tratarse de simples medidas, órdenes que no constituyen
sentencias, no son susceptibles de atacarse por las vías de recursos. Como todo tribunal tiene la policía de
su audiencia y todo magistrado que procede a cualquier acto de instrucción tiene la policía del lugar donde
lo realiza. El Art. 365 se aplica a todos los tribunales del orden judicial. Las disposiciones del Art.365 se
aplican a las personas que asisten a la audiencia y a los presentes en el lugar en que se realiza un acto de
instrucción por un juez; incluyendo a los abogados.
Artículo 222 del Código Penal:
“Cuando uno o muchos Magistrados del orden administrativo o judicial, hubieren recibido en el ejercicio de
sus funciones, o a causa de este ejercicio, algún ultraje de palabra, o por escrito, o dibujos no públicos,
tendentes en estos diversos casos a herir el honor o la delicadeza de dichos magistrados, aquel que hubiere
dirigido tales ultrajes será castigado con prisión correccional de seis días a seis meses. Si el ultraje con
palabras se hiciere en la audiencia de un tribunal, la pena será de prisión correccional de seis meses a un
año”.
Bibliografía
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Editora Corripio, C. por A., Santo Domingo. 2011.
2. Dotel Matos, Héctor. ”Manual Fundamentos de Derecho Penal”, 2da. Edición, Editorial Tavarez, Sto.
Dgo. Rep. Dom., 1998, Págs. 114-121.
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Tavarez, Sto. Dgo. Rep. Dom., 1991, Págs. 164-169.
4. Capitant, Henri. “Vocabulario Jurídico”. 6ta. Edición, Editorial Depalma, Buenos Aires, Argentina, 1977.
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5. Espasa-Calpe. “Vocabulario Jurídico”. 9na. Edición, Editorial Depalma, Buenos Aires, Argentina, 2007.
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7. Ortega Polanco, Francisco. “Código Procesal Penal por un Juez en ejercicio”, Tomo I, Editora Corripio,
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Impresora Soto Castillo, Sto. Dgo., Rep. Dominicana, 2004, Págs. 43 – 55 y 182.
9. Ortega Polanco, Francisco. “Código Procesal Penal por un Juez en ejercicio”, Tomo II, Editora Corripio,
Sto. Dgo., Rep. Dominicana, 2007, Págs. 108 - 114.
Autor:
Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.
Página Web: yuniorandrescastillo.galeon.com
Correo: [email protected]
Celular: 1-829-725-8571
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