Caso de Manuel

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PSICOLOGÍA GENERAL

TEMA:
Caso clínico de Manuel.

FACILITADOR:
Prof. Anibal Ureña.

SUSTENTADO POR:
Altagracia Díaz.
Alberto Aracena Abreu.

MATRÍCULA:
2016-1467
2016- 1457

ASIGNATURA:
Psicología Clínica II

Constanza, República Dominicana


INTRODUCCIÓN

Los estudios sobre el grado de afectación en que las personas con discapacidad
intelectual puedan padecer trastornos del estado de ánimo se remontan a hace
dos décadas. Inicialmente diversos autores (Sovner y Hurley, 1983), propusieron
una serie de criterios sintomáticos especiales para las personas con D.I. y
trastornos del estado de ánimo. Posteriormente, Sovner y Lowry desarrollaron
los correlatos conductuales de las manifestaciones clínicas de estos trastornos
en las personas con D.I. basándose en los criterios sintomáticos del DSM (Lowry,
1998; Lowry y Sovner, 1992).

Una gran parte de las investigaciones sobre los trastornos del estado de ánimo
en personas con DI se ha realizado en personas con discapacidad intelectual
leve ya que los síntomas son muy similares a los de la población sin
discapacidad. Sin embargo, en los casos de personas con D.I. grave o profundo
y/o dificultades de comunicación el diagnóstico ha de estar basado
fundamentalmente en la observación de la conducta. En la medida en que la D.I.
es más grave los síntomas van adquiriendo características de trastornos de
conducta y perdiendo manifestaciones cognitivas.

Se han descrito los síntomas del trastorno Bipolar I y del trastorno depresivo
mayor en personas con DI, pero apenas se han estudiado otros trastornos del
estado de ánimo como la distimia, ciclotimia, etc.
CASO CLÍNICO

Manuel, ingeniero de 30 años, acude a consulta porque se siente con un estado


de ánimo bajo, apático y porque “su vida se le hace muy cuesta arriba”. Pide
ayuda presionado por su familia y por su novia, porque cada vez se está aislando
más socialmente y muestra bastante desinterés por lo que le rodea. Tenía
previsto casarse en seis meses, pero su pareja ha decidido aplazar la boda, ya
que no le nota nada ilusionado con el proyecto.

Cumple con todas sus obligaciones y actividades cotidianas. Nunca ha faltado a


su trabajo, pero siente que, por su dificultad para concentrarse, rinde poco. Va al
gimnasio semanalmente y tiene vida social, pero cada vez le cuesta más y su
tendencia es a aislarse y a la inactividad los fines de semana. Considera que ha
tenido una vida bastante estable, sin acontecimientos vitales significativos que le
hayan podido alterar. Solo refiere el fallecimiento de su abuela, cuando él era
adolescente, como una época muy negativa ya que estaba muy unido a ella.

Manuel se define a sí mismo como una persona inteligente, pesimista, distante,


trabajador y meticuloso, pero con poca energía y motivación. Manifiesta tener
sentimientos de abatimiento y tristeza desde hace años y siente que tiene poco
que ofrecer a los demás. Se sorprende siempre que alguien le reconoce algún
mérito o le hace algún halago.

Nunca ha tenido ideas de suicidio significativas, pero siente mucha


desesperanza y “sensación de vacío”, cuando piensa en el futuro. Marcos refiere
que le gustaría volver a sentir el placer o la energía que sentía cuando estudiaba
la carrera.
EVALUACIÓN.

a. La evaluación inicial del caso.

¿Qué es la depresión ?

La depresión es un síndrome clínico caracterizado por un estado de ánimo


persistente de tristeza junto con otros síntomas que simultáneamente pueden
aparecer o no con una intensidad relativa y variable (valoración negativa, falta
de interés, inhibición motora...) Como ya se ha comentado en otros módulos, la
depresión mayor es una enfermedad altamente prevalente, una de cada cinco
mujeres y uno de cada diez hombres van a padecer una depresión a lo largo de
la vida y existen una serie de factores de riesgo bien conocidos, como tener

problemas económicos o sociales, y otros como que los hombres solteros se


deprimen más que los casados mientras que las mujeres casadas se deprimen
más que las solteras. Todo ello implica que la depresión no es un enfermedad
sencilla sino más bien compleja, en la que existen diferentes etiopatogenias: en
torno al 20-30 por ciento de las causas por las que alguien se deprime van a ser
genéticas; hay una serie de moduladores hormonales y de género (las mujeres
se deprimen el doble que los varones) y una serie de situaciones estresantes,
especialmente durante la infancia, que en los últimos años han resultado ser
esenciales para que alguien se deprima. Las personas que han sufrido abusos
o malos tratos durante la infancia y adolescencia tienen con más frecuencia
enfermedad mental y sintomatología depresiva.

Sabemos que hay factores esenciales para que una persona sea vulnerable a la
depresión como la personalidad y/o la resiliencia. En los primeros episodios
depresivos es muy frecuente la presencia de acontecimientos vitales estresantes
como desencadenantes del episodio. En los episodios posteriores la relación con
los desencadenantes no es tan clara. Lo que sí parece claro es que una vez un
enfermo tiene un primer episodio depresivo hay muchas más posibilidades de
tener un segundo episodio: Los episodios depresivos únicos representan el 25
%, hay un 50% de tener un segundo episodio depresivo después del primero, y
a partir del segundo episodio depresivo, hay un 90% de posibilidades de tener
un tercero. Muchas veces, pese a un tratamiento adecuado, los enfermos no
mejoran lo suficiente. De hecho, un 15% no acaban de mejorar y un 5 % fallecen
por suicidio, siendo la sintomatología depresiva la que más se asocia con el
suicidio.

b. Pruebas a utilizar (tomando en cuenta los síntomas).

Síntomas.

El paciente presenta necesidades de apoyo que manifiestan signos o síntomas


somáticos y motores, siendo los cognitivos más propios de personas con
menores necesidades de apoyo. La sintomatología afectiva se presenta en todos
los casos si bien el peso de los aspectos verbales y no verbales variará según
las capacidades comunicativas de la persona. En ocasiones, Se pueden pasar
por alto signos de un estado de ánimo alterado, cambios del apetito, problemas
de sueño, andar de un lado para otro o enlentecimiento, a no ser que el
profesional haga preguntas específicas para detectar la información sobre estas
otras áreas críticas de actividad del individuo.

Otros síntomas e indicadores son:

Nivel Cognitivo
Síntomas o signos Algunos indicadores

Disminución de la capacidad para Dificultad para mantener la atención


pensar o concentrarse. hacia la tarea o actividad incluso en
las que le eran gratificantes.
Pérdida de iniciativa. Mayor necesidad de apoyo físico y
verbal para la iniciación de
actividades, o para indicar su
finalización incluso en las que le eran
gratificantes.
Indecisión. Dudas constantes, necesidad de
reafirmación y confirmación…
Ideas de inutilidad inapropiados. Mayor dependencia, más demanda
de apoyo con relación al nivel de
necesidades previo, infravaloración
de sus capacidades y potencial…

Nivel Fisiológico-Emocional
Síntomas o signos Algunos indicadores

Aumento/disminución del apetito. Aumento/disminución peso.


Esconder la comida, conducta de
pica, rechazo a ir al comedor, robar
comida, comer a deshoras...
Alteración del sueño (muy importante Dificultad inicio de sueño
conocer patrón de sueño anterior). Despertar nocturno
Duerme más de 12 horas o muy
frecuentemente
*El insomnio o la hipersomnia pueden
deberse a otros factores como la falta
de actividades durante el día o debido
a los fármacos que toman.
Apatía. Menor participación e interés en
actividades cotidianas o
programadas.
Estado anormal de tristeza (en su Expresión facial triste, estado de
intensidad y/o duración). ánimo apagado o ausencia de
expresión emocional, sonríe o ríe
poco, llora o parece con ganas de
llorar.
Estado de ánimo irritable. Comienzo o incremento de la
agresividad física o verbal en
respuesta a
eventos o cosas triviales; reducción
en el nivel de tolerancia.
Nivel Conductual
Síntomas o signos Algunos indicadores

Reducción o regresión de las Rechazo al aseo, mayor necesidad de


habilidades de autocuidado y de la apoyo para vestirse, pérdida de
vida diaria. interés en la propia imagen...
Enlentecimiento motor. Se mueve lentamente, habla menos,
menos participativo, menos
iniciativa comunicativa, rinde menos
en las tareas habituales.
Reducción en la interacción social o Disminución o evitación del contacto
incremento en el aislamiento social. ocular, aislamiento.

Pruebas a utilizar en casos depresivos.

¿Para qué se usa?

Una prueba de depresión se usa para diagnosticar la enfermedad. Su médico o


profesional de atención primaria podría hacerle una prueba si usted tiene signos
de depresión. Si la evaluación confirma que tiene depresión, puede ser que
necesite tratamiento con un profesional de salud mental. Un profesional de salud
mental se especializa en el diagnóstico y el tratamiento de los problemas de
salud mental. Si usted ya está viendo a un profesional de salud mental, puede
que necesite una prueba de depresión para guiar el tratamiento.

¿Por qué necesito una evaluación de depresión?

Usted podría necesitar una prueba de depresión si tiene signos de depresión,


por ejemplo:

Pérdida de interés o placer en actividades de la vida diaria o de otro tipo, como


pasatiempos, deportes o sexo Enojo, frustración o irritabilidad.

Problemas del sueño: Dificultad para conciliar el sueño o dormir (insomnio), o


dormir demasiado.
Fatiga y falta de energía.

Ansiedad.

Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.

Sentimientos de culpa o inutilidad.

Subir o bajar de peso excesivamente.

Uno de los signos de depresión más graves es pensar en suicidarse o intentar


quitarse la vida. Si usted está pensando en hacerse daño o suicidarse, busque
ayuda de inmediato. Hay muchas maneras de conseguir ayuda. Usted puede:

Llamar al 911 o ir a su sala de emergencias local.

Llamar a su profesional de salud mental o a otro profesional de la salud.

Llamar a un ser querido o un amigo cercano.

¿Qué sucede durante una prueba de depresión?

El profesional de la salud puede hacerle un examen físico y preguntas acerca de


cómo se siente, su estado de ánimo, sus hábitos de sueño y otros síntomas.
También podría pedir análisis de sangre para averiguar si tiene un problema
físico, como anemia o enfermedad de la tiroides, que puede estar causando la
depresión.

En una prueba de sangre, el profesional de la salud toma una muestra de sangre


de una vena de un brazo con una aguja pequeña. Después de insertar la aguja,
extrae una pequeña cantidad de sangre y la coloca en un tubo de ensayo o
frasco. Tal vez sienta una molestia leve cuando la aguja se introduce o se saca,
pero el procedimiento suele durar menos de cinco minutos.

Si lo examina un profesional de salud mental, tal vez le haga preguntas más


detalladas sobre sus sentimientos y comportamientos. También podría pedirle
que conteste un cuestionario sobre esto.
¿Debo hacer algo para prepararme para una prueba de depresión?

La prueba de depresión generalmente no requiere ningún preparativo especial.

¿Tiene algún riesgo la evaluación?

Hacerse un examen físico o contestar un cuestionario no implica ningún riesgo.

Los riesgos de un análisis de sangre son mínimos. Tal vez sienta un dolor leve
o se le forme un moretón en el lugar donde se inserta la aguja, pero la mayoría
de los síntomas desaparecen rápidamente.

¿Qué significan los resultados?

Si le diagnostican depresión, es importante que reciba tratamiento lo más pronto


posible. Cuanto antes lo haga, mayor será su probabilidad de recuperarse. El
tratamiento de la depresión puede llevar mucho tiempo, pero la mayoría de las
personas que reciben atención eventualmente se sienten mejor.

Si su médico de cabecera hace el diagnóstico, puede que lo refiera a un


profesional de salud mental. Si un profesional de salud mental hace el
diagnóstico, le recomendará un plan de tratamiento basado en el tipo de
depresión que usted tiene y en su gravedad.

¿Hay algo más que deba saber sobre la evaluación de depresión?

Siquiatra: Médico especialista en salud mental. Los psiquiatras diagnostican y


tratan las enfermedades mentales. También puedan recetar medicamentos.

Psicólogo: Profesional que ha recibido capacitación en psicología. Los


psicólogos generalmente tienen títulos de doctorado, como "Ph.D." (Doctor en
Filosofía) o "Psy.D." (Doctor en Psicología). Pero no tienen título de médicos.
Los psicólogos diagnostican y tratan las enfermedades mentales. Ofrecen
asesoramiento individual y sesiones de terapia grupal. No pueden recetar
medicamentos a menos que tengan una licencia especial. Algunos psicólogos
trabajan con profesionales que pueden recetar medicinas.

Trabajador social clínico: (L.C.S.W., por sus siglas en inglés) Profesional que
tiene una maestría en trabajo social y se ha especializado en salud mental.
Algunos tienen otros títulos y han recibido capacitación adicional.
Los trabajadores sociales clínicos diagnostican y ofrecen asesoramiento para
una serie de problemas de salud mental. No recetan medicamentos, pero pueden
colaborar con profesionales de la salud que pueden hacerlo.

Consejero profesional autorizado: (L.P.C., por sus siglas en inglés) La


mayoría de estos profesionales han obtenido una maestría. Los requisitos de
capacitación varían en cada estado. Diagnostican y ofrecen asesoramiento para
una variedad de problemas de salud mental. No recetan medicamentos, pero
pueden colaborar con profesionales de la salud que pueden hacerlo. Los
trabajadores sociales clínicos y los consejeros profesionales autorizados
también tienen otros nombres, por ejemplo, terapeuta o consejero. Si no está
seguro de qué tipo de profesional de salud mental debe ver, consulte con su
médico de atención primaria.

C. Criterios diagnósticos DSM V.

Episodio depresivo mayor.

A. Presencia de cuatro (o más) de los siguientes síntomas durante un periodo


de dos semanas, que representan un cambio respecto a la actividad previa; al
menos uno de los síntomas debe ser (1) estado de ánimo depresivo o (2) pérdida
de interés o de la capacidad para el placer o (3) estado de ánimo irritable.

1) Estado de ánimo depresivo:

En personas con DI, el estado de ánimo depresivo puede ser descrito por otras
fuentes de una o varias de las siguientes maneras, que suponen un cambio en
lo que se observa habitualmente en el individuo: expresión facial triste, estado
de ánimo apagado o ausencia de expresión emocional, sonríe o ríe poco, llora o
parece con ganas de llorar.

• Las personas que observan a las personas con DI describen que están irritables
como: con aspecto gruñón o con expresión facial de enfado, inicio (o aumento)
de comportamientos agitados (agresión, conducta autolesiva, escupir, que
grita, dice palabrotas, con comportamientos destructivo o perturbador)
acompañados de un sentimiento de enfado.
• Las personas con un trastorno generalizado del desarrollo o personas con DI
que parten de base con estereotipias y/o comportamientos repetitivos o rituales,
pueden producir un aumento de estos cuando están irritables.

2) Pérdida importante de peso: las personas que observan a la persona con


DI describen que: come en exceso, está obsesionado con la comida, roba
comida, rechaza las comidas, ha perdido o ganado peso recientemente, tiene
un comportamiento muy nervioso durante las comidas o en relación con los
alimentos (tira la comida al suelo, grita cuando llega la comida).

3) Insomnio o hipersomnia casi cada día: las personas que observan a la


persona con DI describen que: tiene problemas para quedarse dormido, se
despierta muy temprano por la mañana, duerme demasiado, presenta
recientemente problemas de comportamiento a última hora de la noche, a
primera hora de la mañana, duerme siestas frecuentes, se queda dormido
durante el día, está dando vueltas toda la noche, duerme poco por la noche y
parece cansado.

4) Agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por


los demás, no meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido). Las
personas que observan a la persona con DI describen que: apenas se sienta,
se levanta con mucha frecuencia, se mueve de un lado para otro, camina
rápido, se mueve rápido, tiene movimientos lentos, disminuye o deja de
hablar por completo, vocaliza mucho más o menos de lo normal, está mucho
menos activo físicamente que antes.

5) Fatiga o pérdida de energía casi cada día.

Las personas que observan a la persona con DI describen que: parece cansada
o dice estar cansada, rechaza actividades que requieran esfuerzo físico, o se
pone nerviosa por ellas, pasa demasiado tiempo simplemente sentada o
tumbada, tiene ojeras.
6) Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que
pueden ser delirantes) casi cada día (no los simples autorreproches o
culpabilidad por el hecho de estar enfermo). Las personas que observan a la
persona con DI describen que: habla negativamente de sí mismo, se
considera una “mala persona”, a menudo espera recibir un castigo incluso si
no tiene un historial de malos tratos, se culpa por problemas de los que no es
responsable, teme que los cuidadores se enfaden con ella o le rechacen
incluso tras transgresiones menores, busca reafirmación en exceso de que
se le considera un buena persona, o habla negativamente de sí mismo con
mucha frecuencia (lo que supone un cambio respecto a su comportamiento
habitual). Las personas con DI grave y profunda no funcionan a niveles
cognitivos consecuentes con la capacidad de experimentar o expresar
culpabilidad o inutilidad.

7) Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión,


casi cada día (ya sea una atribución subjetiva o una observación ajena). Las
personas que observan a la persona con DI describen que: muestra un
descenso del rendimiento en el trabajo o en el programa de día, ha perdido
habilidades de cuidado personal, se distrae fácilmente o deja inacabadas
tareas que antes podía concluir, ha empezado a mostrar comportamiento
agitados, o un aumento de los mismos, cuando tiene que hacer actividades
de requieren concentración, tiene problemas de memoria que “van y vienen”,
presenta pérdida de habilidades sin justificar, es incapaz de aprender nuevas
habilidades como se esperaba o ha tenido que dejar de trabajar o suspender
su participación en cursos por malos resultados.

8) Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación


suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan
específico para suicidarse. Las personas que observan a la persona con DI
describen que: habla frecuentemente de la muerte o de personas que han
fallecido o tiene preocupaciones morbosas, se queja de problemas físicos
infundados o irrealistas y tiene miedo de la enfermedad o de la muerte,
amenaza con matarse o hacerse daño o ha intentado suicidarse (métodos
poco convencionales como tirarse a la carretera cuando pasa un coche o
saltar por la ventana pueden ser actos impulsivos, pero con naturaleza
suicida).

B. Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto.


C. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro
social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Las
personas con DI pueden perder sus plazas en instituciones residenciales,
puestos de trabajo, u otros programas debido a una pérdida aparente de
habilidades o a comportamientos perturbados asociados, o pueden provocar
estrés significativo en sus familiares o cuidadores.
D. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o una enfermedad médica (p.
ej., hipotiroidismo). En personas con DI, casi cualquier problema físico con
dolor o malestar puede también dificultar la concentración, alterar el sueño,
la alimentación y causar agitación psicomotora. Además de las causas
directas de los problemas afectivos (trastornos de la función tiroidea),
infecciones, problemas médicos comunes provocan síntomas que parecen
propios de la depresión. Estos problemas incluyen infecciones urinarias, otitis
media, celulitis, estreñimiento, reflujo gastroesofágico, migrañas, una serie
de trastornos del movimiento inducidos por medicamentos (acatisia, otros
síntomas extrapiramidales) y otros efectos secundarios de medicamentos
(letargo, sedación, delirium).
E. Los síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo (p. ej.,
después de la pérdida de un ser querido), los síntomas persisten durante más
de 2 meses o se caracterizan por una acusada incapacidad funcional,
preocupaciones mórbidas de inutilidad, ideación suicida, síntomas psicóticos
o enlentecimiento psicomotor.
El impacto de los acontecimientos vitales estresantes en personas con DI
puede estar infravalorado. Un suceso sencillo, como un cambio personal,
puede provocar una reacción intensa.
ANÁLISIS FUNCIONAL y DIAGNÓSTICO.

Definición de la situación problema: El paciente presenta depresión , también,


lo que se define como un tipo de trastorno afectivo o del estado de ánimo que a
menudo se parece a una forma de apatía grave (clínica) menos severa, pero
más crónica. Sin embargo, las personas que tienen depresión también pueden
experimentar a veces episodios de pesimismo. La depresión es un trastorno que
afecta al cuerpo, al estado de ánimo y a los pensamientos.

TRATAMIENTO: OBJETIVOS Y PROCEDIMIENTOS.

- Objetivos

• objetivo principal es lograr la mejoría anímica del paciente en los niveles


físico, y conductual.

• Lograr que el paciente encamine su vida, y retome sus actividades


personales y sociales.

• Aumentar las actividades gratificantes y de refuerzo.

• Modificar las Conductas Pesimistas.

• Disminuir la ansiedad, la depresión y el pesimismo.

• Aumentar la autoeficacia.

• Desarrollar el proceso de afrontamiento del duelo, Aumentando su interés


por la compañía de otros de los cuales se recibirá apoyo.

• Aumentar el interés por las actividades en general.

a. Tratamiento y procedimiento.

La intervención para disminuir la depresión, los problemas de conducta y


favorecer el establecimiento del vínculo se llevó a cabo con terapia cognitivo
conductual, fundamentalmente con familiares, en un modelo basado en el
entrenamiento, con técnicas operantes, y desde la perspectiva del desarrollo y
de la vinculación.
b. Las técnicas de intervención ajustadas al caso para lograr los objetivos
terapéuticos.

Técnicas operantes.

Se enseñó al paciente a reforzar positivamente las conductas adecuada, ante el


comportamiento inadecuado se les indicó cómo seleccionar otra conducta
apropiada incompatible.

También se les hizo reflexionar sobre la necesidad de poner límites en cada


caso, ya que de esa forma tendría claro qué podía hacer en cada situación. Se
dieron pautas por escrito:

- Ser firme: mostrarse cariñoso pero firme es la forma de decirle que deje de
realizar ese comportamiento inadecuado.

- Poner normas claras para que comprenda qué es lo que se espera de él.

- Formular las pautas de manera positiva, es decir, informar sobre lo que se


puede hacer y no sobre lo que no se puede realizar.

- Ser consistente. Los límites deben cumplirse siempre que las circunstancias
sean las mismas.

- Explicar de forma breve y ajustada el porqué de las normas.

- Al castigar una conducta desaprobar el comportamiento y sí mismo.

c. Describa qué haría usted como psicólogo en las primeras 5 sesiones,


teniendo en cuenta los objetivos que quiere alcanzar con el paciente.

Sesión 1.- Escuchamos al paciente para determinar cuál es el motivo que le lleva
a consultar. A veces está clara cuál es la petición de ayuda, pero a menudo es
necesario ayudar a clarificar los objetivos que se persiguen realmente. Éste es
el trabajo del psicólogo en la primera consulta: facilitar que puedas sentir la
confianza para expresarte libremente, de cara a encontrar soluciones a los
problemas que planteas. En ocasiones, el paciente no sabe qué tiene que decir
o qué se espera de él. En realidad, lo único que esperamos del paciente es que
esté dispuesto a dejarse ayudar.
Luego, me presento con el paciente, le explicó el procedimiento de la
intervención y le entregó dos formatos que avalaran su aceptación, autorización
para la terapia y la grabación de cada sesión. Después se procede a entrevistar
a Manuel, para recopilar los datos más relevantes en función de su vida
(información general, relaciones familiares, sociales y afectivas, trabajo, tiempo
de ocio, entre otros apartados). Se le aplica el CES-D y a continuación se le
presentó el manual de intervención bajo el formato del cuaderno del participante.
Y, por último, se asignarán dos tareas para casa, donde se debe evaluar
diariamente el estado de ánimo en un formato nombrado “Termómetro del
Estado de Ánimo” y la otra tarea se refiere a contestar el cuestionario sobre
pensamientos dañinos y positivos

Sesión 2.- En esta sesión, se le aplica al paciente la técnica de relajación


nombrada “combatir el estrés”, se procedió a que Manuel leyera el nombre y
mensaje de la sesión, para posteriormente proporcionarle información del
módulo sobre “los pensamientos” (saludables y dañinos) y la realidad (interna y
externa). Se le pidió que identificara dentro de una lista aquellos pensamientos
saludables y dañinos que pudiera haber tenido. Luego se le presenta la
información en una presentación de power point. Al finalizar la sesión, se revisa
la tarea y el termómetro del estado de ánimo, así como a proporcionarle un
formato de evaluación de la sesión; y se le asigna la tarea “los pensamientos” en
la que identificaría aquellos que tuvo recientemente y cómo se sintió respecto a
ellos.

Sesión 3.- Se inicia con la técnica de relajación “vacía tu mente”, se prosigue a


revisar la tarea “los pensamientos” y el termómetro del estado de ánimo. De la
misma manera Manuel explica el mensaje de la sesión y se le facilita información
sobre las “3 maneras para disminuir los pensamientos dañinos que nos hacen
sentir mal” y sus posibles “remedios”, a lo cual el paciente aportara ejemplos; y
por último se le proporcionó el formato “balancear el pensamiento”. Y al finalizar
la hora, se evalúa la intervención del día.

Sesión 4.- Durante ésta, tratamos de hacer un repaso de toda la información,


así como de aquellas actividades que fueron proporcionadas durante las
sesiones anteriores. Posteriormente, se le da información sobre el aumento de
los pensamientos saludables, se le dirige un ejercicio de relajación con
imaginación en la que tratara de visualizar su pasado y futuro; después se
evalúa la sesión y se le asigna la tarea para casa.

Sesión 5.- Se inicia con “las actividades”. Durante ésta, se le aplica una técnica
de relajación, se revisa la tarea y empezamos a mostrarle información, donde
Manuel analice y ejemplifique algunas situaciones respecto al tema “lo que hago
afecta cómo me siento” y conteste un formato donde se evalúe una actividad que
estuvo relacionada con su estado de ánimo, con el objetivo de incrementar las
actividades agradables. Y al finalizar, califica la intervención, mientras que a él
se le asignan tareas para casa (el termómetro del estado de ánimo y una
lista de actividades agradables).
Conclusión

Es bueno destacar que la depresión se presenta como un conjunto


de síntomas de predominio afectivo (tristeza patológica, apatía, anhedonia,
desesperanza, decaimiento, irritabilidad, sensación subjetiva de malestar e
impotencia frente a las exigencias de la vida) aunque, en mayor o menor grado,
también están presentes síntomas de tipo cognitivo, volitivo somático,
por lo que podría hablarse de una afectación global psíquica y física. La
posibilidad diagnóstica de un trastorno depresivo se suele plantear a partir de
datos observacionales poco específicos, como el deterioro en la apariencia y en
el aspecto personal, enlentecimiento psicomotriz, tono de voz bajo, apariencia
triste, llanto fácil o espontáneo, disminución de la atención, verbalización de
ideas pesimistas (culpa, hipocondría,) alteraciones del sueño y quejas
somáticas inespecíficas. La base para distinguir estos cambios patológicos
de los ordinarios viene dada por la persistencia de la clínica, su gravedad, y el
grado de deterioro funcional y social.
Bibliografía

https://www.google.com/search?q=la+depresion&rlz=1C1GCEU_enDO880DO8
80&oq=la+depresion&aqs=chrome.0.0l8.5388j0j8&sourceid=chrome&ie=UTF-8

https://medlineplus.gov/spanish/depression.html

https://www.msdmanuals.com/es-do/hogar/trastornos-de-la-salud-
mental/trastornos-del-estado-de-%C3%A1nimo/depresi%C3%B3n

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