Vias Piramidales PDF
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Neuroanatomía Humana. Juan Antonio García-Porrero Pérez ©2015. Editorial Médica Panamericana. 333
Neuroanatomía Humana. Juan Antonio García-Porrero Pérez ©2015. Editorial Médica Panamericana.
Área premotora
El área premotora corresponde a la parte lateral del Área motora suplementaria
área 6. Se sitúa por delante del área motora primaria. En
la superficie del hemisferio cerebral, tiene forma de cuña El área motora suplementaria (AMS) corresponde a
con el vértice dirigido hacia el surco lateral. Ocupa el tercio la parte medial del área 6 de Brodmann, extendiéndose
anterior del giro frontal ascendente y la parte posterior de por el borde superior del hemisferio y la cara medial del
los giros frontales superior y medio. En el ser humano, giro frontal superior. Esta área desempeña un papel deter-
ha adquirido un gran desarrollo respecto al cerebro de los minante en la ideación o imaginación del movimiento que
primates. se va a realizar, así como en su planificación. Sus neuronas
El área premotora realiza una coordinación de movi- se activan cuando se pide a los sujetos que piensen en el
mientos complejos que afectan a varias articulaciones y movimiento que van a realizar. Así, las redes neuronales
parece desempeñar un papel relevante en la selección de los del área motora suplementaria parecen tener una repre-
planes motores adecuados, como pueden ser el estableci- sentación interna del movimiento posible, especialmente
miento de la secuencia motora y de la guía del movimiento, de su secuencia temporal. Además, esta área se activa de
especialmente en la guía visual. En el área premotora de forma interna o endógena (es decir, «pensando»), sin que
los primates, se ha descrito un tipo especial de neuronas exista ningún estímulo externo que lo provoque. Cuando
denominado neurona motora-set, que se activa milisegun- se realiza un movimiento concreto, un segundo antes ya se
dos antes de realizar el movimiento cuando el animal se detectan potenciales bioeléctricos (fenómeno denominado
está preparando para realizarlo. Se han distinguido dos potencial preparatorio) en esta área, lo que indica el impor-
territorios con diferente especialización funcional: el área tante papel iniciador de la planificación motora.
premotora dorsal y el área premotora ventral. La porción Por otro lado, esta área contribuye de forma relevante
dorsal ejerce un control de los músculos proximales y axia- a la coordinación de los movimientos de las dos manos,
les, siendo, por lo tanto, importante para la orientación como se ha puesto de manifiesto en algunas observaciones
del cuerpo en movimiento. Parece participar también en clínicas: los pacientes que han sufrido una lesión vascu-
el aprendizaje de secuencias motoras. La porción ventral lar específica del área motora suplementaria experimen-
actúa sobre músculos distales de la extremidad superior tan dificultades para el uso simultáneo y sincronizado de
y, presumiblemente, regula la adaptación de la mano a la ambas manos.
forma de los objetos.
Área motora del cíngulo
El área motora del cíngulo se encuentra inmediata-
Vladímir Alexéyevich Betz (1834-1894): anatomista de la
2 mente por debajo del área motora suplementaria, en la
Universidad de Kiev. profundidad del surco del cíngulo; corresponde a zonas
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de las áreas 24 y 31. Se ignora su función precisa en el ser imagen del objeto (distancia, forma, etc.) y el movimiento
humano, habiéndose sugerido su implicación en la regula- que es preciso realizar para agarrarlo o apartarlo, acercarse
ción de las actividades motoras que están provocadas por o separarse.
emociones o motivaciones. Recientes estudios en primates
indican que algunas neuronas de esta área proyectan bila- Vía motora piramidal
teralmente a la porción rostral del núcleo motor del facial
que controla la musculatura facial superior (v. Cap. 32). La vía motora piramidal está formada por los axones de
las neuronas motoras superiores de la corteza cerebral que
Corteza somatosensorial descienden a establecer sinapsis, directa o indirectamente
–a través de interneuronas–, sobre las motoneuronas de
La corteza somatosensorial primaria (áreas 3-1-2) la médula espinal o de los núcleos motores del tronco del
y secundaria (áreas 5 y 7) está también implicada en la encéfalo. La denominación de piramidal obedece a su trán-
motilidad. Dado que en estas áreas tiene lugar la recepción sito por las pirámides del bulbo.
de la sensibilidad somatoestésica y, especialmente, de la Desde el punto de vista funcional, la vía piramidal es
propioceptiva, no tiene nada de extraño que participen en esencial para la realización de movimientos voluntarios deli-
la integración de estímulos sensoriales que conducen a la cados que requieren precisión, ajuste y destreza.
realización adecuada de un movimiento determinado. El Está constituida por dos tractos: el tracto corticoespi-
conocimiento de la posición del cuerpo o de sus partes, nal, que regula las motoneuronas de la médula espinal e
así como su grado de tensión, es necesario para coordinar inerva la musculatura del tronco y de las extremidades, y
espacialmente un acto motor. Además, las áreas 5 y 7 son el tracto corticonuclear, que regula los núcleos motores
una puerta de entrada de información muy elaborada pro- del tronco del encéfalo, con la excepción de los núcleos de
cedente de la corteza visual, sirviendo así de enlace entre la origen de los nervios motores oculares.
Epilepsia jacksoniana1
La irritación del área motora primaria a consecuencia de un traumatismo craneal que deja una cicatriz en alguna zona
de esta corteza da lugar a crisis de convulsiones focalizadas que afectan a los grupos musculares correspondientes a los
mapas motores. Inicialmente, la crisis comienza por movimientos incontrolados de la mano o de la cara, que son las zonas
de representación más amplia, y, progresivamente, se extiende por la corteza motora primaria, afectando a otros músculos
hasta que, finalmente, se generaliza.
Apraxias
Se denomina apraxia al deterioro en la realización de movimientos aprendidos en respuesta a estímulos en ausencia de
parálisis, inatención o falta de comprensión. Obedece a lesiones focales (accidentes vasculares, tumores) o degenerativas
(demencias) que afectan a las áreas programadoras. Los pacientes pueden experimentar dificultades para producir un
movimiento en respuesta a una orden verbal, o para imitar el movimiento que hace otra persona, o usar una herramienta
correctamente.
Si la lesión afecta al área premotora, el paciente tiene grandes dificultades para coordinar y ejecutar los movimientos
de sus extremidades.
Los pacientes con lesiones del área del cíngulo y del área motora suplementaria sufren un déficit denominado mutismo
acinético, caracterizado por la pérdida de la iniciativa para moverse o hablar, como si hubieran perdido la capacidad de
ideación de un acto motor.
Las lesiones de la corteza motora somatosensorial producen apraxias caracterizadas por la falta de orientación del cuerpo
o de partes de éste (mano) con relación a un objeto, y los pacientes tienen graves dificultades para realizar movimientos
como dirigir la mano para asir una herramienta o un lápiz, a pesar de que ven perfectamente dónde están.
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Tracto corticoespinal (Figs. 30-3, 30,4 y 30-5) sula interna. Alcanzan el tronco del encéfalo y descienden
por la denominada región del pie. En el mesencéfalo, el
Origen tracto corticoespinal ocupa la parte central del pedún-
culo cerebral, flanqueado por los tractos corticopontinos
Las fibras motoras corticoespinales se originan en las (v. Fig. 11-3). Al llegar al puente, el tracto no forma un
áreas motora primaria (área 4), premotora (área 6), motora haz compacto, sino que se fragmenta en una serie de varios
suplementaria y en la corteza somatoestésica (áreas 3-1-2 fascículos que se entremezclan con los núcleos del puente
y 5) del lóbulo parietal. Aproximadamente, un tercio de y las fibras pontocerebelosas (v. Fig. 11-4).
los axones proviene del área motora primaria; otro tercio, En el tránsito hacia el bulbo raquídeo, los axones corti-
de las áreas premotora y suplementaria; y el tercio restante, coespinales se reagrupan de nuevo y descienden por el pie,
de la corteza parietal. Es probable que las fibras origina- dando lugar al relieve de la pirámide. En esta zona, los dos
das en la corteza sensitiva no inerven motoneuronas, sino tractos corticoespinales contactan en la línea media (v. Fig.
neuronas sensitivas del asta posterior, contribuyendo a la 11-6 y 11-7).
regulación del flujo de información somatosensorial. En la parte baja del bulbo raquídeo, en posición ven-
El tracto está formado por un millón de axones, más de tral y caudal a la decusación sensitiva, una gran parte de
la mitad de ellos, fuertemente mielinizados. las fibras (alrededor de un 80 %) cruza la línea media
en la denominada decusación motora o decusación
Trayecto (Fig. 30-5) de las pirámides y da lugar al tracto corticoespinal
lateral. El 20 % de las fibras restantes permanece, en
Las fibras atraviesan el centro oval y convergen, a través principio, sin cruzar y forma el tracto corticoespinal
de la corona radiada, sobre el brazo posterior de la cáp- ventral.
Núcleo lenticular
Núcleo caudado
Tálamo
Sustancia negra
Núcleo motor
del trigémino
Decusación Tracto
motora espinotalámico
Figura 30-3. Esquema de la vía piramidal. En el nivel cerebral, se representa un corte frontal del hemisferio izquierdo a la altura
de la cápsula interna. El nivel troncoencefálico se representa en una visión longitudinal. El nivel inferior se representa en una
sección transversal de la médula espinal. La flecha negra horizontal señala un corte transversal del bulbo raquídeo a nivel de la
decusación motora. El tracto corticoespinal se muestra en rojo, y el tracto corticobulbar, en azul.
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Núcleo oculomotor
Núcleo oculomotor
Núcleo rojo Sustancia negra
Núcleo rojo Sustancia negra
Oliva inferior
Tracto bulbotalámico Oliva inferior
Tracto bulbotalámico Figura 30-5. Reconstrucción de tractografía por DTI (imagen
por tensores de difusión) de las vías piramidales de ambos he
Pirámide misferios cerebrales. Obsérvese la decusación motora en la
Pirámide parte inferior.
Figura 30-4. Vista del trayecto de la vía piramidal en cortes a Terminación (Fig. 30-6)
distintos niveles del sistema nervioso: corte horizontal del ce
rebro que pasa por la cápsula interna, visión superior (A); cor El tracto corticoespinal lateral termina haciendo sinap-
tes transversales por el mesencéfalo (B), el puente (C), el bulbo sis directa o indirectamente (a través de interneuronas)
raquídeo (D) y la médula espinal (E). El tracto corticoespinal se sobre las motoneuronas alfa y gamma de la parte lateral
representa en rojo, y el tracto corticonuclear, en azul. Obsérve del asta anterior de la médula espinal (lámina IX), que
se que las fibras del tracto corticoespinal se organizan en lámi inervan los músculos distales de las extremidades.
nas de representación somatotópica (v. explicación en el texto).
Los axones del tracto corticoespinal ventral terminan
haciendo sinapsis, también de forma directa o a través
Tracto corticoespinal lateral de neuronas asociativas, sobre las motoneuronas alfa y
gamma de la parte medial del asta anterior (lámina IX),
El tracto corticoespinal lateral o cruzado desciende que inervan la musculatura axial del tronco y los músculos
por la parte posterior del cordón lateral de la médula espi- proximales de las extremidades.
nal hasta los niveles más inferiores. En su trayecto, va dis- Las interneuronas que median entre las fibras corticoes-
minuyendo progresivamente de calibre a medida que va pinales y las motoneuronas se sitúan en la zona intermedia
dando colaterales axónicas que penetran en la sustancia de la médula espinal, a nivel de las láminas VII y VIII de
gris medular. Rexed. Hay neuronas de axón corto que establecen sinapsis
sobre motoneuronas del mismo segmento, y hay neuronas
Tracto corticoespinal ventral de axón largo que difunden el impulso hasta motoneuro-
nas de segmentos vecinos. En la mayoría de los mamíferos,
El tracto corticoespinal ventral se incorpora directa- la mayor parte de los axones de la vía piramidal conec-
mente al cordón anterior ipsilateral, donde ocupa un área tan previamente con interneuronas; sin embargo, en los
aproximadamente ovalada en la proximidad de la fisura primates –y, especialmente, en el hombre–, se incrementa
mediana ventral. A medida que desciende, gran parte de notablemente el número de conexiones directas con las
sus fibras se decusan segmentariamente por la comisura motoneuronas inferiores, siendo esto, posiblemente, un
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Parte lateral
del asta anterior
Parte medial
del asta anterior
Figura 30-6. Sección transversal de la médula espinal para mostrar la terminación de los tractos corticoespinales lateral y ven
tral sobre las motoneuronas de las columnas lateral y medial, respectivamente. Las motoneuronas alfa se representan en rojo;
las motoneuronas gamma, en verde; y las interneuronas, en azul.
reflejo del incremento de las capacidades motoras de la dorsal al tracto corticoespinal, en la proximidad del tracto
mano humana. bulbotalámico.
Debido al cruzamiento de las fibras motoras piramida- A medida que desciende, el tracto emite colaterales que
les, la musculatura distal de las extremidades está controlada invaden el tegmento del tronco del encéfalo y terminan sobre
fundamentalmente por el hemisferio cerebral contralateral, los núcleos motores de origen de los nervios craneales, a
mientras que la musculatura proximal y la del tronco tiene excepción de los motores oculares (Fig. 30-7). Son el núcleo
un control bilateral, hecho que explica la conservación de los motor del facial, que controla la musculatura mímica; el
movimientos del tronco en las lesiones de la vía piramidal. núcleo motor del trigémino, que controla los músculos
Durante su trayecto descendente, el tracto corticoespi- masticadores; el núcleo del hipogloso, que controla la
nal da numerosas colaterales a las neuronas sensitivas del musculatura lingual; y el núcleo ambiguo, que controla la
asta posterior. Estos axones proceden de las áreas soma- musculatura de la faringe, el velo del paladar y la laringe.
toestésicas parietales y parecen desempeñar un papel rele- Estos núcleos, con excepción del núcleo motor del
vante en el control de la información sensitiva y del dolor facial, que presenta alguna singularidad importante, reci-
(v. Cap. 21). ben fibras directas y cruzadas. El núcleo del hipogloso
Debe recordarse que con los tractos piramidales viajan recibe fibras mayoritariamente cruzadas, pero también
fibras de proyección de las vías motoras indirectas con des- fibras directas. En razón de ello, en los casos de lesiones de
tino al núcleo rojo (fibras corticorrúbricas), a la formación la vía piramidal (casi siempre, unilaterales), la musculatura
reticular (fibras corticorreticulares) y a la oliva inferior de la fonación, de la deglución y de la masticación no se ve
(fibras corticoolivares). afectada; la musculatura de la lengua puede verse afectada
inicialmente, pero, al cabo de poco tiempo, las fibras direc-
Tracto corticonuclear (Figs. 30-3 y 30-4) tas asumen el control y la actividad lingual se recupera.
Mención aparte merece el núcleo motor del facial. De
El tracto corticonuclear o corticobulbar se origina acuerdo con las aferencias corticales que recibe, se descri-
en las zonas de representación de la cara y de las vísceras ben dos partes (útiles desde el punto de vista clínico) en
cervicales de las áreas motoras primaria y premotora. Las este núcleo. Las neuronas que inervan la musculatura de
fibras atraviesan el centro oval y convergen hacia la rodilla la frente y de alrededor de los ojos, como los músculos
de la cápsula interna (de ahí el nombre clásico de fascículo frontal, orbicular de los ojos, corrugador, prócer y depre-
geniculado que se dio a esta vía). Penetra, luego, en el sor de la ceja, constituyen el facial superior y reciben fibras
pedúnculo cerebral del mesencéfalo, por donde desciende directas y cruzadas. Las demás neuronas del núcleo que
medialmente al tracto corticoespinal. En el puente, es difí- dan inervación al resto de la musculatura facial forman el
cil de identificar, pues sus fibras se disgregan junto a las facial inferior y reciben fibras únicamente cruzadas. Este
del tracto corticoespinal; los axones se agrupan de nuevo hecho permite diferenciar parálisis centrales de parálisis
y pasan a la pirámide bulbar, donde ocupan una posición periféricas (v. más adelante).
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ÁREAS MOTORAS
Zonas de representación del macizo craneofacial y vísceras cervicales
Núcleo motor
del trigémino
Facial inferior
Núcleo ambiguo
Figura 30-7. Esquema, sobre una proyección longitudinal del tronco del encéfalo, del modo de terminación del tracto corticonu
clear del lado izquierdo sobre los núcleos motores de los nervios craneales (con excepción de los motores oculares). Obsérvense
los tipos de fibras (directas y cruzadas) y, especialmente, el modo de terminación sobre el núcleo del facial.
El modo de terminación del tracto corticonuclear es • En la cápsula interna, los axones del tracto cortico-
similar al del tracto corticoespinal. Algunos axones hacen nuclear (destinados al macizo craneofacial) ocupan la
sinapsis directamente sobre las motoneuronas de los rodilla. Por detrás de ésta, en el brazo posterior de la
núcleos de origen de los nervios craneales, y otros lo hacen cápsula, se ubican, de delante hacia atrás, los axones
previamente sobre interneuronas de la formación reticular destinados al miembro superior, al tronco y al miembro
próxima a los núcleos. inferior.
El tracto corticonuclear da colaterales axónicas para las • En el pie del pedúnculo cerebral, la vía piramidal se dis-
estaciones sinápticas sensitivas somatoestésicas del tronco pone en una posición intermedia entre los voluminosos
del encéfalo, como los núcleos grácil, cuneiforme y sen- fascículos corticopontinos. En ese lugar, los axones para
sitivo del trigémino, que contribuyen a la regulación del el macizo craneofacial son los más mediales y, luego, en
flujo sensorial por parte de las áreas corticales motoras. sentido lateral, se sitúan los del miembro superior, el
tronco y el miembro inferior.
Organización somatotópica de la vía piramidal • En el puente y en el bulbo raquídeo, no hay una organi-
Aparte de la representación somatotópica del área 4, hay zación claramente reconocible.
también una cierta organización somatotópica a lo largo • En la médula espinal, existe una clara organización del
de todo el trayecto de la vía piramidal (Fig. 30-4). Esta fascículo corticoespinal cruzado. Los axones se agrupan
organización tiene gran importancia clínica para interpre- en láminas. Las láminas más mediales terminan en los
tar debidamente la localización y extensión de acciden- segmentos más superiores de la médula espinal, mien-
tes vasculares o tumores que producen signos piramidales tras que las más laterales lo hacen sobre los segmentos
(v. Recuadro 30-3). Tal representación es la siguiente: más inferiores.
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Es el resultado de la lesión de la neurona motora superior que integra la vía piramidal. Generalmente, obedece a un
accidente vascular cerebral (hemorragia, trombo o émbolo) en algún punto del trayecto de la vía piramidal. Si la lesión
es en la corteza cerebral, en la cápsula interna o en algún punto de la vía por encima del cruzamiento bulbar, se produce
el siguiente cuadro clínico:
• Parálisis o paresia de los músculos de las extremidades contralaterales (hemiplejia o hemiparesia). Afecta, preferente-
mente, a los músculos distales, manteniéndose indemnes los músculos proximales y la musculatura del tronco por las
razones anteriormente expuestas.
• Hipertonía o espasticidad de los músculos afectados. Obedece a la pérdida de inhibición que ejerce la vía piramidal
sobre el reflejo miotático, que se exacerba. En las extremidades superiores, la espasticidad es mayor en los músculos
flexores y, en las extremidades inferiores, lo es en los extensores. Por ello, los pacientes adoptan una actitud caracte-
rística con la extremidad superior flexionada y la inferior extendida. La dificultad de flexionar esta última provoca un
andar característico denominado marcha de segador. El paciente avanza rozando el suelo con el pie y describiendo con
éste un semicírculo.
• Supresión de los reflejos superficiales, como el reflejo abdominal (al frotar la piel del abdomen, se contraen los músculos
abdominales subyacentes) y el reflejo cremastérico (ascenso del testículo, por contracción del cremáster, al frotar la cara
interna del muslo).
• Signo de Babinski. Es un reflejo plantar anormal muy característico del síndrome piramidal. En un sujeto normal, el
dedo gordo del pie realiza flexión plantar cuando se estimula con un objeto duro el margen externo del pie. El reflejo
anormal consiste en la dorsiflexión del dedo grueso y separación en abanico de los restantes. Debe tenerse en cuenta
que, en los niños menores de 18 meses, y debido a la falta de maduración mielínica de la vía piramidal, el signo de
Babinski es la respuesta normal ante la estimulación de la planta del pie.
• Si la lesión afecta al fascículo corticobulbar, generalmente, en la rodilla de la cápsula interna, hay parálisis de los
músculos faciales inferiores de la hemicara contralateral. Los músculos faciales superiores no se ven afectados, ya que
sus motoneuronas (mitad rostral del núcleo motor del facial) reciben fibras de ambos hemisferios. Por el contrario, en
las parálisis periféricas del facial resultan afectados todos los músculos de la hemicara ipsilateral.
• Si la lesión se encuentra en la médula espinal, se ve afectado el fascículo corticoespinal cruzado y la hemiplejia es del
mismo lado. Con todo, lo normal en la clínica es que resulten afectados los fascículos de los dos lados, produciéndose
una parálisis bilateral. Si el daño es a nivel cervical, se observa tetraplejia (parálisis de las cuatro extremidades) y, si es
a niveles más bajos, aparece paraplejia (parálisis de las extremidades inferiores).
RESUMEN
• Los movimientos voluntarios requieren la participación (parte medial del área 6) es relevante para la imagina
de la corteza motora del cerebro. En ella se localizan las ción del movimiento y la coordinación de los movimien
neuronas motoras superiores, que envían impulsos a las tos de las manos. El área motora del cíngulo participa
motoneuronas inferiores, bien directamente a través de la en movimientos con componente emocional. Las áreas
vía piramidal, o indirectamente mediante los sistemas de somatosensoriales primaria y secundaria son también
control del tronco del encéfalo (vías motoras indirectas, motoras en cuanto que en ellas se integran estímulos
Cap. 29). Gran parte de las áreas motoras se encuentran sensoriales propioceptivos para realizar adecuadamente
en el lóbulo frontal. Hay un área motora primaria y varias los movimientos.
áreas motoras secundarias o programadoras.
• La vía motora piramidal es esencial para realizar movi
• El área motora primaria (área 4) ocupa el giro frontal as mientos voluntarios delicados que requieren precisión.
cendente; es esencial para activar la musculatura y es, Está formada por el tracto corticoespinal y el tracto cor
por tanto, responsable de la ejecución del movimiento. ticonuclear.
Está organizada somatotópicamente (homúnculo motor).
• El tracto corticoespinal se origina en las motoneuronas
• Las áreas motoras programadoras se encargan de es superiores de las áreas motoras (con excepción del área
tablecer las estrategias o pautas motoras para realizar del cíngulo). Atraviesa el centro oval y se incorpora al bra
adecuadamente el movimiento. El área premotora (parte zo posterior de la cápsula interna; desciende luego por el
lateral del área 6) se sitúa por delante del área primaria; pedúnculo cerebral, el pie del puente y el pie del bulbo
coordina los movimientos complejos y selecciona los pla raquídeo (donde provoca el relieve de las pirámides). En
nes motores adecuados. El área motora suplementaria la parte inferior del bulbo, el 80 % de las fibras se cru-
(continúa en pág. siguiente)
Neuroanatomía Humana. Juan Antonio García-Porrero Pérez ©2015. Editorial Médica Panamericana.
rEsuMEn (continuación)
zan (decusación motora) y forman el tracto corticoespi- está controlada por el hemisferio cerebral contralateral,
nal cruzado o lateral; el 20 % no se cruza y constituye el mientras que la proximal y axial tienen control bilateral.
tracto corticoespinal ventral. El tracto lateral desciende
• El tracto corticonuclear (fascículo geniculado) parte de las
por el cordón lateral de la médula espinal del lado contra
rio y el ventral lo hace por el cordón anterior ipsilateral, zonas de representación de la cara y vísceras cervicales de
pero a medida que desciende se cruza por la comisura las áreas motoras. Desciende por la rodilla de la cápsula
blanca anterior. Los axones terminan sobre las motoneu interna y pasa al pedúnculo cerebral. A nivel del puente y
ronas del asta anterior (lámina IX). Los del tracto lateral del bulbo da colaterales directas y cruzadas para los nú
lo hacen en las motoneuronas que inervan los músculos cleos motores de los nervios craneales: motor del trigé-
distales de las extremidades, y los del tracto ventral so mino, motor del facial, hipogloso y ambiguo. La inervación
bre las motoneuronas que inervan la musculatura axial del núcleo del facial presenta alguna singularidad impor
y la proximal de las extremidades. Debido al cruzamiento tante en la clínica: las motoneuronas para la musculatura
de los tractos, la musculatura distal de las extremidades facial inferior reciben únicamente fibras cruzadas.
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