El Castillo de Lo Inconsciente
El Castillo de Lo Inconsciente
El Castillo de Lo Inconsciente
inconsciente
El castillo de lo inconsciente yérguese sobre una roca enorme,
aguda y hosca, rodeada de abismos. Entre la roca, y la montaña
vecina, derrúmbase el agua torrencial, que luego se arrastra,
allá en el fondo lóbrego...
–La paz sea contigo –me dijo–. ¿Qué buscáis aquí, extranjero?
–Eso quiero.
–Lo serás, pero sin saber que lo eres, sin darte cuenta de tu
suprema ventura.. Esta es la divina ciudad del Nirvana de que
habla el Buda. Este es el albergue del silencio interior; éste es el
sosegado sueño del yo. Aquí toda individualidad se diluye como
la gota de agua en el mar... Aquí el maya tenaz desaparece:
aquí todo es idéntico con el Todo; la relación de tu ser con el
Universo acaba... El ser y el no ser son una misma cosa... Aún
es tiempo; vuelve a pasar la explanada y desciende hacia el
dolor, que hiere y maltrata, pero individualiza... Baja hacia el
torrente; arrástrate de nuevo entre las rocas. Duro es el
arrastrarse, pero quien se hace mal eres tú; mientras que aquí
el bien nos satura, pero tú ya no existes. En el Bien están, más
el Bien no está en ti.
...¡Vacilé! ¡Oh mísero apego al yo, cadena que nos liga con
tantos eslabones al mundo de la ilusión; fuiste más fuerte que el
anhelo de paz!
Más duro era el descender que había sido el subir, Los filos de
las rocas herían con mayor encono.
Allá en lo alto, cada vez más en lo alto, los vitrales del castillo
brillaban misteriosamente...