Discriminacion

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UNIVERSIDAD NACIONAL SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO

Facultad de Educación y Ciencias de la Comunicación

Escuela profesional de Educación

La Discriminación en la Educación Peruana

Curso: Estrategias de Aprendizaje Autónomo

Docente: Dra. Sofía Visa Quispe

Estudiantes: - Lujan Lima Sheyla Jennifer

- Molero Casani Angela Ivon

-Paucar Segovia Mariela

- Huamán Castro Miguel Ángel

- Farfan Meza Milenny Scoling

Ciclo: I

Semestre: 2018 - II

CUSCO – PERÚ

1
2018

DEDICATORIA

-El presente trabajo está dirigido a mi

madre, eres una mujer que me llena de

orgullo, te amo y no sé dónde me -Dedico este trabajo a mi hermana,

encontraría de no ser por tu apoyo y por tu desinteresada ayuda y vitalicia

compañía. compañía pero sobre todo por los buenos

y malos momentos compartidos.

-Dedico este esfuerzo primeramente a

Dios por darme la bendición de vivir y

ganar experiencias, luego a mis padres

que me criaron, educaron y supieron

aliviar mis dolencias. -Dedico este trabajo a mis padres por

innumerables motivos hayan logrado

encaminarme por el buen camino y así

lograr mis objetivos.

2
INTRODUCCIÓN 5

Capítulo I 6

La discriminación 6

1.1.- ¿Qué es discriminación? 6

1.2.-Elementos 6

1.2.1.-Trato desfavorable 6

1.2.2.-Atribución de características devaluadas 7

1.2.3. Acceso a la igualdad real 7

1.2.4. Imponer obligaciones 8

1.3. Factores 8

1.3.1. Estereotipos 8

1.3.2. Prejuicios 9

1.4. Tipos de discriminación 11

1.4.1. Discriminación individual 11

1.4.2. Discriminación institucional 12

1.4.3 Discriminación colectiva 12

1.4.4. Discriminación estructural 12

1.4.5.-Discriminación directa 12

1.4.6.- Discriminación indirecta 13

1.4.8.-Discriminación positiva 13

3
2.3. Combatir la discriminación en la escuela 21

Capítulo IV 44

Discriminación en los jóvenes y la universidad 44

4.1.-En las universidades también se discrimina 44

4.2.-Discriminación en la atención Médica 46

4.3. ¿Cómo influye? 47

Conclusiones 48

Bibliografía 49

Anexos 50

4
INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo de investigación desarrollamos uno de los principales problemas

que afecta a la sociedad en especial a los estudiantes es la discriminación. Se trata de un

fenómeno histórico que está estrechamente ligado a la pobreza, la marginación y la

ignorancia e impide que las personas puedan desarrollarse física y moralmente de acuerdo

con sus capacidades.

Para abordar el tema de la discriminación, es conveniente recordar que el Perú es un

país pluricultural, diverso, con realidades bastante heterogéneas, muy influidas por la

compleja geografía en la que cada cultura se asienta. Existen 51 lenguas indígenas que nos

muestran la presencia de diversas culturas en nuestra conformación como país. Cada grupo

cultural ha desarrollado una manera particular de relación con la naturaleza, una propia

manera de comunicarse entre sí, de alimentarse, de buscar protección, de celebrar los

acontecimientos importantes. Cada grupo ha generado diferentes maneras de vivir, de

sentir, de concebir el mundo y de actuar para dar respuesta a los desafíos de la vida

cotidiana.

Esperamos que las reflexiones finales sirvan para generar alternativas concretas para

enfrentar la discriminación y el racismo en las aulas, en las que se involucre a toda la

comunidad educativa, ya que acabar con este problema es tarea de todos.

5
Capítulo I

La discriminación

1.1.- ¿Qué es discriminación?

Según Rodríguez, J.(2007 ) “la discriminación puede ser definida como una conducta

culturalmente fundada, y sistemática socialmente extendida, de desprecio contra una

persona o grupo de personas sobre la base de un perjuicio negativo” (pg. 7).

Según Vera, P. (2006) “la discriminación en los procesos de selección se presenta

cuando existe una diferenciación de trato a las personas por razón de raza, color de piel o

sexo, entre otros”(pg. 15).

Para ayudarnos a identificar la discriminación en nuestra cotidianeidad proponemos la

siguiente definición: discriminar es dar un trato desfavorable, de desprecio e inmerecido, ya

sea intencional o no, a una persona o a un grupo, por atribuirles características devaluadas;

asimismo, tiene como efecto imponerles obligaciones o desventajas e impedirles el acceso a

la igualdad real de oportunidades y derechos.

1.2.-Elementos

1.2.1.-Trato desfavorable

Cuando las personas infringen una ley se les restringen ciertos derechos. Por

ejemplo, no se le permite la libre circulación a quien roba o asesina. Sin embargo, es

diferente el caso de trato desfavorable cuando la persona o el grupo no ha cometido

ningún delito e inmerecidamente se generan acciones que los colocan en situaciones

6
vulnerables. Por ejemplo, a Laura no se le apoyó en un proyecto de ciencias; su

maestra no tuvo interés en revisarlo y se enfocó a los proyectos de sus compañeros

varones. Laura, por ser mujer, recibió un trato desfavorable inmerecido porque no se

le dio la misma oportunidad que a sus compañeros.

1.2.2.-Atribución de características devaluadas

A las personas o grupos a quienes se discrimina se les suelen atribuir características

devaluadas. Algo que le sucede a Daniel, a quien ya van varias veces que lo sacan de

algunas tiendas por su apariencia. A él le gusta tener el pelo largo, vestirse con ropa

holgada, rota y de colores oscuros; usa perforaciones y, además, es moreno y de

facciones gruesas. A las personas que tienen esta apariencia se las ve, por lo general,

como ladrones, pandilleros o delincuentes. Por otro lado, puede ocurrir que en la

experiencia directa con una persona le atribuyamos características para devaluarla,

aunque no necesariamente tengan una connotación negativa en la sociedad. Por

ejemplo, a Marcela le gusta mucho leer sobre política y dar su opinión, pero cada vez

que quiere platicar con su familia, su tío Raúl la calla y le dice que “se cree mucho”,

que es una “sábelo todo”. El tío Raúl está coartando la libertad de expresión de

Marcela por una característica que ella posee y que a él le molesta.

1.2.3. Acceso a la igualdad real

La discriminación impide la igualdad real, que se refiere a la distribución igual de

oportunidades y recursos, así como a recibir el mismo respeto y atención que

cualquier persona. Para lograrla, existe un mecanismo conocido como “acción

afirmativa”, consistente en dar ventajas y más recursos a las personas o grupos que

7
por más tiempo han sufrido desventajas por discriminación. De esta manera se

equilibran las situaciones y oportunidades. Por ejemplo, Emilia no puede ir a clases

de natación porque su mamá y su papá tienen que pagar para que su hermana, Julia,

quien tiene hipoacusia, pueda hablar y comunicarse mejor. A Emilia le parece

injusto. Sin embargo, es necesario compensar y capacitar a Julia para que pueda

cubrir la necesidad básica de la comunicación. Mientras, Emilia puede hacer otro

tipo de deporte, como jugar básquet en el parque y desarrollar sus capacidades

físicas, que también son importantes.

1.2.4. Imponer obligaciones

En circunstancias en que las personas deberían de tener la misma carga de trabajo o

responsabilidad; se les imponen más obligaciones y tareas que al resto. Por ejemplo,

Mariana tiene 14 años y es la hija mayor; por eso su mamá le encarga el quehacer de

toda la casa, mientras que su hermano de 10 y su hermana de ocho no hacen nada.

Las tareas del hogar son responsabilidad de toda la familia y cada miembro debería

colaborar de acuerdo con su edad y con sus capacidades en lugar de responsabilizar

únicamente a Mariana, discriminada por ser la mayor.

1.3. Factores

Cuando discriminamos consideramos al otro como inferior, y para hacerlo nos valemos

de una serie de estereotipos y prejuicios.

1.3.1. Estereotipos

Es necesario categorizar la numerosa información que recibimos constantemente del

mundo con el fin de poder comprenderlo y funcionar en él. Los estereotipos nos sirven para

8
crear estas categorías, pues son ideas simplificadas sobre lo que nos rodea; el problema es

que en muchas ocasiones efectuamos generalizaciones sobre grupos de personas que no

coinciden del todo con la realidad o son erróneas y, por lo tanto, nos hacen perder de vista

las características individuales.

Existen estereotipos positivos, neutros y negativos, dependiendo de la valoración social

que se le dé a la característica atribuida:

 Positivo: Los adolescentes son entusiastas. En nuestra sociedad, ser entusiasta se

considera una cualidad. Si bien en la adolescencia se cuenta con energía para

realizar muchas actividades, ello no quiere decir que todas las personas en esta

etapa sean entusiastas o que lo sean siempre.

 Neutro: Los adolescentes están en crecimiento físico. En los años en que la

adolescencia coincide con la pubertad, las personas están en desarrollo. Sin

embargo, cada quien tiene su tiempo para crecer. Es neutro porque todos

crecemos físicamente.

 Negativo: Los adolescentes no saben lo que quieren. Estar en la incertidumbre o

no tener un plan de vida es considerado un defecto. No obstante, existen

adolescentes que en algunas ocasiones sí saben lo que quieren y en otras no,

como suele ocurrir con todas las personas, independientemente de su edad.

1.3.2. Prejuicios

Mientras que los estereotipos son una serie de ideas, creencias y generalizaciones, que

pertenecen al plano cognitivo, los prejuicios son una predisposición de tipo afectivo o

emotivo y se justifican desde los primeros. Es decir, se trata de juicios que emitimos a partir

9
de generalizaciones o sin tener suficiente conocimiento, por lo que nos hacen tener una

cierta actitud hacia las personas.

Al igual que los estereotipos, los prejuicios no necesariamente son negativos, pues nos

ayudan a organizar la información; sin embargo, como los adquirimos sin cuestionarlos

pueden ser mal empleados o limitantes si no los modificamos a partir de las experiencias

directas.

Tener prejuicios no implica necesariamente discriminar porque podamos experimentar

actitudes de rechazo y evitación. Por ejemplo, cuando Tania le pidió bailar a Mauricio, él se

negó. En este acto Mauricio rechazó la propuesta de Tania, pero no la discriminó. Él tiene

la opción de decidir con quiénes bailar y con quiénes no. Además, no la excluyó de la fiesta

ni le impidió bailar con otras personas. Por otro lado, Susana llegó borracha y empezó a

insultar a la gente, así que la llevaron a su casa y no la dejaron permanecer en la reunión.

Éste tampoco fue un acto discriminatorio, pues Susana mostraba una actitud violenta que

dañaba la armonía reinante. También ocurrió que Carlos no fue a la fiesta porque no

deseaba coincidir con Fernanda y Pablo, a quienes considera muy “fresas” y le caen mal.

Tampoco discriminó, sólo evitó el contacto con gente que no le agrada.

1.3.3. Poder

A menudo nos valemos de estereotipos y prejuicios para justificar el abuso y la conducta

negativa de un grupo sobre otro. Muchos de éstos los dicta la cultura dominante, es decir,

socialmente se han legitimado formas de ser, actuar y pensar que permean todos aspectos

de la vida y de la convivencia social. Los estereotipos y prejuicios los aprendemos pasiva y

acríticamente desde la infancia, a través de la fuerza de la repetición y la costumbre, y se

10
reproducen en los distintos espacios de socialización: familia, escuela, iglesia, medios de

comunicación, etcétera.

La discriminación se presenta cuando alguien, en el momento de encontrarse con una

persona o grupo diferente, busca afirmarse colocándose por encima. Por lo tanto,

discriminamos cuando otorgamos mayor valor a nuestras características, que están

validadas socialmente, y devaluamos las características de los otros con el fin de ponerlos

en una situación de inferioridad para poder dominarlos. Es decir, discriminar es una forma

violenta de reaccionar frente a la diversidad, pues existe un abuso de poder que se traduce

en dominio y sometimiento.

Una situación de discriminación la vivieron Sergio y Lucas, ayudantes en una fiesta de

15 años. Ellos no deseaban ir a la misa pues no son católicos, pero les dijeron que si no

asistían a la iglesia no les darían boletos para la fiesta. Tradicionalmente en México la

religión católica es la que impera, y en este caso Sergio y Lucas fueron discriminados

porque se les impuso una práctica religiosa por encima de sus creencias.

1.4. Tipos de discriminación

Las causas pueden ser variadas y las consecuencias devastadoras. Sin embargo, existen

diferentes tipos de discriminación que debemos entender. Son los siguientes.

1.4.1. Discriminación individual

La discriminación individual es aquella que realiza un individuo a otro. Es decir, es cuando

una persona trata de manera distinta y negativa a otra persona, sin que exista una razón

contextual diferenciada.
11
1.4.2. Discriminación institucional

Este tipo de discriminación se caracteriza porque son las instituciones públicas o privadas

las que llevan a cabo algún tipo de discriminación en función del sexo, raza u otros

motivos. La discriminación institucional es más compleja que la discriminación individual.

Un ejemplo puede ser la vivienda exclusiva o una oferta de trabajo que pide el idioma

“catalán”, excluyendo a aquellas personas que no lo hablen esa lengua pese a no ser un

requisito real para el puesto al que se aspira.

1.4.3 Discriminación colectiva

Un tipo de discriminación en el que se da un trato de inferioridad un grupo de personas. Por

ejemplo, discriminación hacia los inmigrantes o al colectivo LGTBI.

1.4.4. Discriminación estructural

Hace referencia a la discriminación que surge de las políticas institucionales que favorecen

directa o indirectamente a algunos individuos y perjudican a otros. Aunque las políticas de

las instituciones deben ser justas para todos, esto no siempre es así.

1.4.5.-Discriminación directa

La forma más conocida de discriminación y la más visible, en la que la persona que la sufre

recibe un trato injusto de otra persona debido a sus características. Es más fácil de detectar.

12
Por ejemplo, no aceptando a una mujer en un empleo solamente por no ser hombre, o

marginando a una persona homosexual por tener un lenguaje corporal distinto.

1.4.6.- Discriminación indirecta

Es una forma de discriminación menos visible y que muchas veces pasa desapercibida. Por

ejemplo, la imposición de normas o reglas que parecen inofensivas pero en la práctica no lo

son.

1.4.7.- Discriminación negativa

La persona que es víctima de la discriminación es tratada de manera discriminada y

perjudicial. Por ejemplo, al no dejar a los minusválidos acceder a ver un partido de fútbol.

1.4.8.-Discriminación positiva

La discriminación positiva es aquella en la que se ayuda a un colectivo desfavorecido para

conseguir la equidad. Por ejemplo, con una nota diferente en un examen físico de una

oposición. Este tipo de discriminación es instrumental, es decir, persigue el objetivo de

subsanar un agravio histórico hacia un colectivo determinado. Sin embargo, también es

motivo de controversia y debate social.

13
Capítulo II

La Discriminación En Los Niños Y La Escuela

2.1. La discriminación en la escuela

La escuela es el ámbito más adecuado para fomentar la inclusión social. Pero el espacio

escolar no sólo reúne esfuerzos para que la sociedad de las próximas décadas sea más

equitativa, ya que es permeable a las formas de violencia social existentes.

Así la discriminación es una modalidad de violencia que crece en los establecimientos

educativos. El INADI señaló que en lo que va del año se presentaron 252 denuncias por

discriminación en las escuelas porteñas. Los aspectos que con mayor regularidad se

denuncian son las faltas de vacantes, la ausencia de infraestructura para alumnos

discapacitados y, sobre todo, la discriminación por nacionalidad.

Escuelas que cierran sus puertas a las chicas y chicos que proceden de villas miserias,

discapacitados que se quedan fuera de las aulas e inmigrantes provenientes de países

limítrofes son las principales víctimas de prácticas y discursos que dan cuenta de la

vigencia de diferentes formas de segregación en nuestra sociedad.

Ante esto, las instituciones, y en especial la escuela, tienen el desafío de impulsar los

valores que reconozcan la dignidad e igualdad de las personas, y que contribuyan a

erradicar formas de violencia, exclusión y sometimiento.

2.2. Manifestaciones de discriminación arbitraria en la escuela

Existen diversos grupos que son víctimas habituales de la discriminación; sin

embargo, es importante destacar que no son las características diversas de las personas las

que la generan, sino las actitudes hostiles que se producen ante esta diversidad. En el

14
ámbito escolar, las manifestaciones de discriminación se producen principalmente ante las

diferencias por: diversos estilos y ritmos de aprendizaje:

Las personas aprenden de muchas maneras y con distintos ritmos y, por lo tanto,

requieren de diversos apoyos y condiciones del entorno. Sin embargo, los estudiantes con

Necesidades Educativas Especiales, así como aquellos que, aún sin presentar discapacidad

permanente o transitoria, aprenden más lento o más rápido, suelen ser discriminados en el

espacio escolar tanto por sus compañeros como por los docentes y demás miembros de la

comunidad educativa, y en ocasiones son marginados de las actividades sociales de sus

compañeros.

Cuando no se logran implementar estrategias adecuadas para los distintos ritmos y

estilos de aprendizaje en la escuela, muchos niños van quedando rezagados o se aburren,

por lo que son rotulados y estigmatizados como “tontos”, “nerd”, “desordenados”,

“hiperkinéticos” o “flojos”, y son considerados un problema al interior del aula.

La discriminación arbitraria también se expresa cuando las y los docentes presentan

bajas expectativas sobre las posibilidades de aprendizaje de los estudiantes, lo que impone

barreras a su proceso formativo, que difícilmente podrán superar en la etapa adulta.

2.2.1. Apariencia física:

Muchas de las formas de discriminación arbitraria y violencia escolar se manifiestan

a través de sobrenombres peyorativos que aluden a alguna característica física que

destaque; apelativos como “narigón”, “guatón”, “cabezón”, “negro”, “chancho”, suelen ser

considerados como bromas inofensivas por los estudiantes y aceptadas (a veces

promovidas) por parte de los adultos, aun cuando se trata de expresiones que dañan

15
significativamente su autoestima y dignidad, resaltando una característica con la que

probablemente no se sientan cómodos o a gusto.

Este tipo de discriminación también se refiere a su forma de vestir o expresarse, lo que

en ocasiones está relacionado con la condición socioeconómica: expresiones como “flaite”,

“picante”, “pelolais”, “cuico”, encierran una variedad de significados que profundizan la

discriminación; de este modo, “el flaite” es asociado a características de pobreza,

delincuencia y peligrosidad, en tanto que “la pelolais” se relaciona con ser superficial,

arribista y con baja capacidad intelectual.

2.2.3. Condición socioeconómica:

Los estudiantes considerados pobres suelen ser discriminados en el espacio escolar; el

barrio o población de la que provienen, el tipo de ropa que usan, las dificultades para

adquirir materiales escolares e, incluso, ser beneficiarios de algún tipo de subsidio estatal,

suelen ser motivos de segregación, traducido en las ya conocidas “bromas” y también en la

marginación de ciertas actividades.

Este tipo de discriminación arbitraria también se manifiesta en relación a las

características familiares de los estudiantes, como el tipo de  trabajo que desempeñan los

padres y/o madres o la apariencia personal o forma de vestir de éstos; ello puede reflejarse

en expresiones de bajas expectativas por parte de los docentes (“que más se puede esperar

de este niño si tiene esa familia”…), lo que altera severamente su proceso formativo. Del

mismo modo, se suelen sostener estereotipos altamente estigmatizadores al asociar pobreza

con delincuencia, falta de higiene o despreocupación, características que pueden

manifestarse transversalmente en todas las clases sociales.

16
Pero no solo se proyecta al interior de las escuelas, ya que la condición socioeconómica

también suele ser un factor de discriminación arbitraria según el establecimiento de donde

provenga el estudiante, produciéndose un proceso de doble discriminación, dentro y fuera

de éste.

2.2.4. Tipo de familia:

Existen diversos tipos de familias, tanto en relación a su estructura como a su

funcionamiento. Aquellos estudiantes que no viven con ambos padres suelen ser

discriminados, bajo la creencia de que ese tipo de familia está capacitada para ejercer de

mejor manera la crianza. De este modo, niños, niñas y adolescentes que son criados por

madres o padres solos, por la familia extensa (abuelos, tíos), cuando conviven con padres o

madres del mismo sexo, con familiares homosexuales, o cuando tienen hermanos de

diversos progenitores, son habitualmente etiquetados de manera negativa.

2.2.5. Sexo:

Hombres y mujeres son diferentes, pero tienen el mismo potencial para aprender y

requieren de las mismas oportunidades para lograrlo. Sin embargo, y aunque no siempre de

manera consciente, las estudiantes suele ser discriminadas arbitrariamente por razones de

género. Las expectativas y niveles de exigencia por parte de los docentes varía según se

trate de hombres o mujeres (se les exige más a los varones en asignaturas científicas y

matemáticas, y a las niñas en aquellas humanistas), lo que les resta oportunidades de

aprendizaje, en especial, a las mujeres.

En este mismo sentido, la discriminación arbitraria se manifiesta en relación a las

expectativas sobre las conductas esperadas para cada sexo: de una niña o adolescente se

17
espera que cumpla con una serie de características asociadas a lo femenino (ser suave,

ordenada, tranquila, responsable, emotiva, etc.) y, cuando no cumple con estas expectativas

es discriminada por “problemática” o “ahombrada”.

Lo mismo sucede respecto de los hombres: de ellos se espera que cumplan con una

serie de conductas asociadas a lo masculino (que juegue fútbol, que sea bueno para pelear)

o, de lo contrario serán etiquetados y, consecuentemente, discriminados como “llorones”,

“cobardes” o “afeminados”.

2.2.6. Pueblos originarios:

Los estudiantes pertenecientes a alguna etnia indígena son frecuentemente

discriminados, no solo por sus compañeros sino también por los docentes y demás

miembros de la comunidad educativa. Esta segregación se manifiesta a través de bromas e

insultos, apelando de manera peyorativa a su condición indígena (utilizando términos como

“indiecitos” en el sentido de un insulto, por ejemplo), así como también a través de la

negación y desvalorización de sus costumbres y lenguas originarias. Esta discriminación

trae como consecuencia un deterioro progresivo de su patrimonio cultural y lingüístico,

determinando el que muchos estudiantes opten por negar u ocultar su condición de

indígenas, dañando su autoestima y, por tanto, su identidad.

2.2.7. Discapacidad:

Existen diversos tipos de discapacidad (física, psíquica, mental y sensorial) niños y

niñas, al presentar cualquiera de ellas, son víctimas habituales de actos discriminatorios,

aunque no siempre con una intencionalidad negativa. Al igual que otros grupos excluidos

arbitrariamente los estudiantes que presentan alguna discapacidad son objeto de “bromas” y

18
apodos peyorativos que apelan a su condición (“cojo”, “cuatro ojos”, “mongólico”,

“enano”, etc.), lo que refleja la tendencia de nuestra sociedad a centrarse en la carencia y no

en los recursos y capacidades diferentes que cada persona desarrolla. Estos estudiantes

suelen ser marginados de los juegos y eventos sociales de sus compañeros bajo la idea de

que la diferencia les impediría compartir las mismas actividades. En otro sentido, pueden

tener un trato diferente de forma positiva, pero dañina también. El ejemplo más frecuente es

la sobreprotección a la cual se les somete, lo que entraña sentimientos de lástima y poca

confianza en sus capacidades

Los adultos también pueden cometer actos de discriminación respecto de los estudiantes

que presentan discapacidad, ya sea marginándolos de ciertas actividades, implementando

estrategias homogeneizadoras que no contemplan sus recursos de aprendizaje o asumiendo

roles sobreprotectores que les impiden desarrollar procesos de autonomía.

2.2.8. Enfermedad:

Enfermedades como el VIH, la esquizofrenia o la epilepsia, por mencionar algunas, son

estigmatizadas, fundamentalmente, debido a la ignorancia respecto de sus características. A

los y las estudiantes que viven con alguna de estas enfermedades se les condiciona el

ingreso, permanencia o promoción en establecimientos educacionales, bajo la premisa de

que se trataría de niños enfermizos, portadores de contagio para los otros miembros de la

comunidad educativa o, simplemente, peligrosos.

2.2.9. Inmigrantes:

Los inmigrantes reciben un trato diferenciado y solo algunos de ellos son

discriminados, bajo el estereotipo de tratarse de nacionalidades “inferiores” a la nuestra. No

19
sucede lo mismo respecto de estudiantes europeos o estadounidenses, quienes, por lo

general, tienden a ser valorados precisamente por sus diferencias (como el manejo de otro

idioma). Los estudios dan cuenta de que niños y adolescentes ecuatorianos, peruanos,

bolivianos y haitianos, son quienes más sufren de la discriminación por parte de sus

compañeros y de la comunidad educativa en general, lo que se traduce en la negación de

ingreso o permanencia en el sistema escolar, bromas, burlas y exclusión, entre otros.

Acciones como la negación de matrícula se tratan de justificar en la falta de regularización

de la residencia de sus familias en el país, porque impediría el ingreso a los niños chilenos o

porque son niños, niñas y adolescentes que no manejan símbolos y códigos de la cultura

nacional.

Los trastornos psicológicos y fisiológicos son otra de las consecuencias de la

discriminación escolar. Desde depresiones, tartamudez, y afecciones psicosomáticas,

retraso en el aprendizaje, entre otros. Así también encontramos entre los afectados una serie

de problemas que afectan tanto a su entorno educativo como familiar entre ellos están:

 Odio

 Resentimiento    

 Depresión  Debilidad     

 Baja autoestima 

 Desconfianza 

 Guerra

 Violencia

 Rechazo

20
“Si el agresor es expulsado llegará a la nueva escuela tratando de ejercer la misma

conducta que de alguna manera le fue benéfica, como es la de adquirir un protagonismo que

no tiene en casa. Si es la víctima probablemente se verá afectada por el síndrome de

indefensión cognitiva, que se caracteriza por un importante déficit cognitivo, motivacional

y afectivo que van a exponerlo al fracaso escolar o a conductas poco saludables o de riesgo,

entonces va a ser la misma, va a seguir siendo víctima”. Por esta razón se dice que no es la

solución de igual forma por que cabe destacar que esta problemática va extendiéndose de

manera extraordinaria por todos los rincones del país por las escuelas de los distintos

niveles educativos siendo instituciones públicas o privadas.

Es precisamente por la falta de una solución  que ni la escuela ni los docentes pueden

seguir siendo indiferentes a la problemática de la discriminación en la escuela. Ya no es

admisible que frente a la presencia de actitudes y conductas sexistas, racistas, homofóbicas

e intolerantes, escuela y docentes pasen de largo, sea porque piensen que eso no está dentro

de sus responsabilidades (las cuales consistirían sólo en transmitir los contenidos de la

curricular), sea porque no quieren buscarse problemas o sea porque aun cuando tengan la

mejor intención de actuar, no saben cómo hacerlo y carecen de los conocimientos y

herramientas adecuadas.

 2.3. Combatir la discriminación en la escuela

Combatir la discriminación en la escuela exige una estrategia articulada que

comprometa a los distintos actores de la comunidad escolar, señaladamente a directivos y

docentes, que abarque los diferentes ámbitos, prácticas y relaciones que ocurren en el

espacio escolar y que se sustente en una plataforma pedagógica consistente: una estrategia

integral, pues, de educación para la no discriminación.

21
La discriminación, como hemos visto, se sostiene en una triada de desprecio, negación

de derechos y exclusión. Esto nos permite, por oposición, delinear los propósitos esenciales

de la educación para la no discriminación

Enuncio cuatro objetivos fundamentales:

·         Contribuir a la construcción de sujetos de derecho. Una persona discriminada es una

persona sin derechos y, por lo tanto, alguien a quien se le debe restituir su condición

ciudadana, inmerecidamente cercenada. Por ello, la educación para la no discriminación

debe promover el conocimiento de los derechos, su ejercicio, su defensa y el dominio de las

herramientas y mecanismos que permiten protegerlos.

·         Desarticular las bases socioculturales y simbólicas de la discriminación. Una tarea

fundamental es combatir desde su raíz los prejuicios, estereotipos y estigmas que

naturalizan, invisibilidad y le confieren legitimidad social al maltrato del que son objeto

determinadas personas y colectivos sociales.

·           Promover identidades libremente elegidas, plurales y no confrontadas. Otra tarea

pedagógica fundamental es no sólo combatir prejuicios específicos, sino las estructuras

mismas que dan lugar a los prejuicios, lo que supone reformular los esquemas maniqueos

que subyacen a nuestra forma de ver el mundo y lo que en él ocurre, y que son fuente

inevitable de intolerancia. Tarea ésta que se traduce en tres exigencias educativas cruciales:

cultivar la autonomía moral como medio para resistir las presiones del entorno; desarrollar

el juicio crítico como medio para superar interpretaciones maniqueas de la realidad y de las

personas; y promover el desarrollo de la autoestima como recurso para afirmar la propia

valía y resistir toda tentativa de sobajamiento y degradación por parte de otros.

22
·           Contribuir a la construcción de nuevos referentes para la interacción social. No se

trata sólo de evidenciar las sinrazones de los prejuicios, sino de ofrecer herramientas

conceptuales y prácticas que permitan reconstruir la convivencia social sobre nuevas bases.

Si la discriminación se expresa, entre otras cosas, como intolerancia hacia determinadas

diferencias que son calificadas de inadmisibles, se debe favorecer el desarrollo de dos

competencias clave: uno, la empatía como vía para estar en condiciones de ver a los otros

como personas con derechos, de comprenderlos y considerarlos como iguales y, por lo

tanto, como legítimos interlocutores; y dos, el respeto, la disposición a aceptar y a convivir

con cualquier forma de ser, pensar y actuar que elijan para sí mismos los demás ciudadanos

en el marco del Estado democrático de derecho; en otras palabras, la capacidad

de reconocer y valorar todas las expresiones de la diversidad humana que sean compatibles

con los derechos humanos y la legalidad democrática.

La propuesta que, desde mi punto de vista, puede contener y desplegar estos objetivos

para combatir eficazmente el fenómeno discriminatorio es la educación intercultural,

entendida no como un enfoque que simplemente se propone favorecer la integración de

ciertos grupos específicos como migrantes, indígenas o personas con discapacidad a la

corriente “normal” de la escuela y la sociedad, sino como un enfoque sustentado en una

perspectiva de derechos, de carácter incluyente, que atiende todas las expresiones de la

diversidad porque parte de la premisa de que en la escuela y en la vida las diferencias son la

norma y que estas diferencias no tienen por qué entenderse como problemas o déficits

respecto de un supuesto patrón ideal.

La educación intercultural tiene dos grandes objetivos:

23
 1. Lograr una real igualdad de oportunidades educativas para todos los estudiantes,

independientemente de sus diferencias culturales o de cualquier otro orden (propósito que

tiene que ver con la genuina universalización del derecho a la educación); y

2. promover el éxito escolar de todo el alumnado, definido en términos de desarrollo de

competencias para la vida y de competencias para desenvolverse en contextos de diversidad

cultural (lo que tiene que ver con el propósito de atender adecuadamente lo

diverso, tratando de dar a cada cual lo que realmente necesita, sin descuidar aquello que se

considera común a todos).

La discriminación también se da entre niños aunque digamos si ellos son tan

inocentes como pueden tomar actitudes asi pues suceden por muchos motivos , Y también

es la culpa del comportamiento de los padres porque los niños buscan imitar la actitud del

padre un ejemplo es lo que relata.[CITATION CES51 \p 05 \l 10250 ]

“El profesor, al ver a Humberto Grieve, le dijo: — ¿Hoy otra vez tarde?

Humberto con gran desenfado, respondió: —Que me he quedado dormido.

—Bueno —dijo el profesor—. Que esta sea la última vez. Pase a sentarse.

Humberto Grieve buscó con la mirada donde estaba Paco Yunque. Al dar

con él, se le acercó y le dijo imperiosamente: —Ven a mi carpeta conmigo.

Paco Fariña le dijo a Humberto Grieve: —No. Porque el señor lo ha puesto

aquí. — ¿Y a ti qué te importa? –le increpó Grieve violentamente,

arrastrando a Yunque por un brazo a su carpeta. — ¡Señor! –Gritó entonces

Fariña—, Grieve se está llevando a Paco Yunque a su carpeta. El profesor

cesó de escribir y preguntó con voz enérgica: — ¡Vamos a ver! ¡Silencio!

¿Qué pasa ahí? Fariña volvió a decir: —Grieve se ha llevado a su carpeta a

24
Paco Yunque. Humberto Grieve, instalado ya en su carpeta con paco

Yunque, le dijo al profesor: —Sí, señor. Porque Paco Yunque es mi

muchacho. Por eso. El profesor lo sabía esto perfectamente y le dijo a

Humberto Grieve: —Muy bien. Pero yo lo he colocado con Paco Fariña,

para que atienda mejor las explicaciones. Déjelo que vuela a su sitio. Todos

los alumnos miraban en silencio al profesor, a Humberto Grieve y a Paco

Yunque. Fariña fue y tomó a Paco Yunque por la mano y quiso volverlo a

traer a su carpeta, pero Grieve tomó a Paco Yunque por el otro brazo y no lo

dejó moverse. El profesor le dijo otra vez a Grieve: — ¡Grieve! ¿Qué es

esto? Humberto Grieve, colorado de cólera, dijo: —No, señor. Yo quiero que

Yunque se quede conmigo. —Déjelo, le he dicho. —No, señor. — ¿Cómo?

—No. El profesor estaba indignado y repetía, amenazador: — ¡Grieve!

¡Grieve! Humberto Grieve tenía bajo los ojos y sujetaba fuertemente por el

brazo a Paco Yunque, el cual estaba aturdido y se dejaba jalar como un trapo

por Fariña y por Grieve. Paco yunque tenía ahora más miedo a Humberto

Grieve que al profesor, que a todos los demás niños y que al colegio entero.

¿Por qué Paco Yunque le tenía miedo a Humberto Grieve? ¿Por qué este

Humberto Grieve solía pegarle a Paco Yunque? El profesor se acercó a Paco

Yunque, le tomó por el brazo y le condujo a la carpeta de Fariña. Grieve se

puso a llorar, pataleando furiosamente su banco. De nuevo se oyeron pasos

en el patio y otro alumno, Antonio Gesdres, —hijo de un albañil— apareció

a la puerta del salón. El profesor le dijo: — ¿Por qué llega usted tarde? —

Porque fui a comprar pan para el desayuno. —¿Y por qué no fue usted más

temprano? —Porque estuve alzando a mi hermanito y mamá está enferma y


25
papá se fue al trabajo. —Bueno –dijo el profesor, muy serio—. Párese ahí.

Y, además, tiene usted una hora de reclusión. Le señaló un rincón, cerca de

la pizarra de ejercicios. Paco Fariña, se levantó entonces y dijo: —Grieve

también ha llegado tarde, señor. —Miente, señor —respondió rápidamente

Humberto Grieve—. No he llegado tarde. Todos los alumnos dijeron en

coro: —¡Sí, señor! ¡Sí, señor! ¡Grieve ha llegado tarde! —¡Phis! ¡Silencio! –

dijo malhumorado el profesor y todos los niños se callaron. El profesor se

paseaba pensativo. Fariña le decía a Yunque en secreto: —Grieve ha llegado

tarde y no lo castigan. Porque su papá tiene plata. Todos los días llega tarde.

¿Tú vives en su casa? ¿Cierto que eres su muchacho? Yunque respondió: —

Yo vivo con mi mamá. —¿En la casa de Humberto Grieve? —Es una casa

muy bonita. Ahí está la patrona y el patrón. Ahí está mi mamá. Yo estoy con

mi mamá. Humberto Grieve, desde su banco del otro lado del salón, miraba

con cólera a Paco Yunque y le enseñaba los puños, porque se dejó llevar a la

carpeta de Paco Fariña. Paco Yunque no sabía qué hacer. Le pegaría otra vez

el niño Humberto, porque no se quedó con él, en su carpeta. Cuando saldrían

del colegio, el niño Humberto le daría un empujón en el pecho y una patada

en la pierna. El niño Humberto era malo y pegaba pronto, a cada rato. En la

calle. En el corredor también. Y en la escalera. Y también en la cocina,

delante de su mamá y delante de la patrona. Ahora le va a pegar, porque le

estaba enseñando los puñetes y le miraba con ojos blancos. Yunque le dijo a

Fariña: —Me voy a la carpeta del niño Humberto. Y paco Fariña le decía: —

No vayas. No seas zonzo. El señor te va a castigar. Fariña volteó a ver a

Grieve y este Grieve le enseñó también a él los puños, refunfuñando no sé


26
qué cosas, a escondidas del profesor. — ¡Señor! –Gritó Fariña—. Ahí, ese

Grieve me está enseñando los puñetes”.)[CITATION CES511 \p 07 \l 10250

27
Capítulo III

La discriminación en los adolescentes y el colegio

3.1. Concepto de la adolescencia

El término “adolescencia” proviene etimológicamente del latín adolesco o adolecere,

que significa crecer. Sin embargo, con frecuencia se ha confundido esta raíz y se la ha

asociado con el verbo “adolecer”, dando a entender que a los adolescentes les falta algo en

relación con las personas adultas, es decir, no están completos. Esta confusión no es

solamente una casualidad, sino un reflejo de la manera como se concibe a los adolescentes

dentro de nuestra sociedad.

3.2. Adolescencia, época de cambios

Quienes trabajamos en educación con la población adolescente debemos contar con

información amplia acerca de los cambios que suceden en esta etapa de la vida, así como

sobre los temas relevantes para ellos en la actualidad. En este sentido, es necesario

informarnos sobre temas como la sexualidad, las adicciones, las relaciones humanas, los

trastornos de la alimentación, la influencia de los medios de comunicación, y muchos otros

que son de vital importancia para los jóvenes. Por ello, a continuación se presentan algunos

elementos que nos ayudan a comprender con más claridad esta etapa de la vida.

La adolescencia se caracteriza por ser una época de cambios que suceden de manera

rápida y contundente, y éstos, al igual que en cualquier etapa de la vida, implican ajustes y

adaptaciones importantes. Son cambios que dan pie a nuevas situaciones que modifican

prácticamente todos los ámbitos de la vida. En la etapa adolescente se presentan fuertes

trasformaciones en el cuerpo; de ahí que se modifiquen el área emocional y la familiar, la

vida social y la espiritual. Todo ello trae consigo sensaciones nuevas, emociones
28
desconocidas que pueden provocar miedo en ciertas ocasiones y resultar sumamente

atractivas en otras.

3.2.1. Identidad

Al mismo tiempo, los adolescentes se encuentran en la búsqueda y la construcción de una

identidad propia, algo que implica diferenciarse de las demás personas, pero sobre todo

hacer evidente que no son como las personas adultas cercanas, por lo que critican los

modelos impuestos y crean los propios.

Es común que en el proceso de formación de la identidad se dé una tendencia a pensar en sí

mismo. La adolescencia coincide con el surgimiento del pensamiento abstracto, lo cual

facilita que los adolescentes cuestionen lo que escuchan y lo que ven; también se vuelve

importante tener con quien compartir nuevas ideas y pensamientos.

Por lo anterior, y para lograr la diferenciación respecto del mundo adulto, adquiere

relevancia el grupo de pares que tiene gran influencia, dado que contar con personas con

quienes compartir sentimientos y pensamientos les ayuda a darse cuenta de sus diferencias

y semejanzas. De ahí que necesiten identificarse y sentirse parte de un grupo de “iguales”,

buscando similitudes en vestimenta, vocabulario y costumbres.

La búsqueda de diferenciación del mundo adulto y la necesidad de fortalecer sus lazos con

el grupo de pares propicia que algunos adolescentes quieran vivir ciertas experiencias que

pueden ser riesgosas para su salud y bienestar, simplemente por el hecho de recibir

reconocimiento o aceptación por parte de su grupo o por tener mayor poder, liderazgo,

etcétera. Sin embargo, estas experiencias cumplen también funciones psicológicas y

sociales relevantes, como la pertenencia a un grupo; la reducción del estrés; la vivencia de

situaciones de poder y protagonismo; el establecimiento de la autonomía frente a los padres

29
y las madres; el rechazo a las normas de una autoridad convencional; o la necesidad de

evidenciar que se ha entrado al mundo adulto.

Aquellos riesgos preocupan genuinamente a muchas personas adultas involucradas con la

educación de los adolescentes. No obstante, para prevenirlos de las conductas de riesgo no

basta con proporcionarles información acerca de los peligros que pueden encontrar, o bien

asustarlos con el fin de que rechacen cualquier contacto con el riesgo, sino que hace falta

algo más que enseñarlos a rechazarlas; es necesario desarrollar otras alternativas en las

cuales puedan interesarse. Es decir, ayudarlos a reconocer con qué se identifican, qué los

emociona y apasiona, qué cosas disfrutan y dan sentido a su vida, ya que ello puede ser un

referente poderoso para reducir el riesgo, pues favorece el desarrollo de competencias útiles

para enfrentar las situaciones con las que se encuentran todos los días.

3.2.2. Género

Todos los cambios que se viven durante la adolescencia afectan de distinta manera a

hombres y mujeres. El género es determinante en la forma en que los adolescentes viven

esta etapa, ya que los roles de género se reafirman y consolidan o bien se cuestionan y

flexibilizan. Al igual que en otras etapas de la vida, las mujeres serán con mayor frecuencia

un blanco para la violencia (entre otras, la violencia sexual), que puede agudizarse con los

cambios físicos que se vuelven evidentes y el ingreso de las adolescentes al mundo adulto.

Además, la maternidad se presenta como una posibilidad en este momento, lo que implica

ciertas normas sociales para la población femenina, relacionadas con la forma en que se

espera que vivan su sexualidad: que sean cariñosas, dóciles y tiernas, que aprendan a cuidar

de las demás personas, que sean fieles a su pareja y no expresen su enojo.

Por otra parte, también para los varones se presentan exigencias como la necesidad de

demostrar su masculinidad; tener muchas experiencias sexuales; la competencia con otros;


30
la represión de sus emociones; y la necesidad de ocultar a toda costa su vulnerabilidad.

Estas reglas provocan que forzosamente hombres y mujeres vivan de muy distinta manera

esta etapa de su vida.

En el trabajo para la no discriminación hace falta contar con espacios para estudiar con los

adolescentes estos roles estereotipados de género, analizarlos, cuestionarlos y renunciar a

ellos para vivir sin estereotipos sexistas y encontrar nuevas formas de ser mujeres y de ser

hombres que conduzcan a la equidad y a la igualdad de oportunidades para ambos sexos, y

a relaciones y formas de convivencia en las que ambos crezcan.

3.3. La discriminación hacia la adolescencia

En la mayoría de los textos que tratan sobre discriminación a los adolescentes no se les

“visibiliza” como un grupo discriminado. Cuando se habla de discriminación por edad se

hace referencia a las niñas y a los niños o a las personas adultas mayores; sin embargo, es

importante evidenciar que los adolescentes son, con mucha frecuencia, también un blanco

de la discriminación.

Esta discriminación se basa en el estereotipo acerca de la adolescencia del que hablábamos

al inicio de este capítulo y se presenta de muchas formas. Por ejemplo, al ser consideradas

personas incompletas, a los adolescentes se les niegan derechos ciudadanos como el voto;

en cambio, son sujetos a encarcelamiento o a trabajos forzados. Se les asocia con la

rebeldía y la violencia y frecuentemente se les considera delincuentes, se les detiene en la

calle por su apariencia y se les trata con violencia, sobre todo si a su condición de edad se

añade la pobreza.

La negación de su derecho a la información es otra forma de discriminarlos. Ello se observa

a través de la restricción en la información que se les brinda acerca de temas como la


31
sexualidad. Con frecuencia, esta información se trasmite de manera parcial y con un halo de

peligro a fin de asustarlos, creyendo que de esa manera evitarán prácticas que desde la

visión adulta pueden representar un riesgo.

Otra forma que adquiere la discriminación hacia esta población es la falta de valoración de

sus puntos de vista, formas de sentir, pensar y percibir la vida, al ser catalogadas como

“cosas de la edad”, es decir, como pasajeras y, por lo tanto, irrelevantes. En este sentido se

les suele discriminar por sus formas de vestir, por el lenguaje que emplean, por las personas

con las cuales se relacionan, etcétera.

En el ámbito educativo existen maestros y autoridades que los etiquetan y que se relacionan

con ellos muchas veces sin siquiera conocer sus nombres ni interesarse en absoluto por sus

emociones, frustraciones, intereses y formas de ver la vida.

3.4. La discriminación entre adolescentes

Al llegar a la adolescencia ya se ha pasado por un complejo proceso educativo que ha

definido hasta cierto punto una manera de ver la vida, se han adoptado los modelos

transmitidos desde el mundo adulto y, por lo tanto, se reproducen los estereotipos que

rechazan o discriminan a ciertos grupos de personas.

Con lo anterior queremos reiterar que la discriminación se aprende y que, como todo

proceso de aprendizaje, es susceptible a cambios, es decir, la discriminación puede

cuestionarse y eliminarse. Los seres humanos tenemos la capacidad de reaprender, de

desechar el conocimiento que nos ha sido impuesto y de dar cabida a formas de pensar

distintas, más democráticas, respetuosas y justas.

El modelo individualista y de competencia en el que se inserta la discriminación se refleja

en las terribles realidades de convivencia entre adolescentes que con mucha frecuencia

32
observamos en las relaciones entre pares. Ejemplos de ello son el menosprecio evidente, el

rechazo injustificado y la exclusión constante.

Por experiencia, las maestras, los maestros, las madres y los padres de familia sabemos que

existen múltiples formas en que los adolescentes se discriminan entre sí, como por ejemplo,

al etiquetarse con sobrenombres: “el gordo”, “la cuatro ojos”, “el nerd” o “la negra”.

Además de los apodos, con frecuencia cometen agresiones, malos tratos y humillación. ¿Es

esto discriminación? Sin duda, es una manera de relacionarse que al negar la pertenencia al

grupo limita las posibilidades de desarrollo de las personas y es una antesala para hechos

discriminatorios más graves que atentan directamente contra los derechos humanos de las

personas.

Existen diversos motivos por los cuales los adolescentes discriminan. Entre los más

comunes encontramos los rasgos físicos, la forma de vestir, el modo de hablar o expresarse,

la condición socioeconómica, el género, la preferencia sexual, etcétera. Generalmente,

quienes discriminan tienen una condición de mayor poder que quienes son víctimas de la

discriminación.

3.5. Formas de discriminación

3.5.1. La discriminación por edad

La discriminación por edad es más fácil de identificar en la población de adultos mayores o

bien hacia las niñas y los niños. En cambio, la juventud es un atributo muy valorado

socialmente, y como tal cuesta trabajo pensar que los jóvenes sean discriminados por esta

condición. Sin embargo, existe una diferencia importante socialmente marcada entre la

adolescencia y la juventud. Por ello, nos encontramos con que los adolescentes son,

efectivamente, un grupo de edad discriminado con frecuencia.

33
Existe una contradicción en la forma en la que tratamos a los adolescentes que puede

devenir en conductas discriminatorias. En algunas ocasiones se les sigue tratando como

niños, con sobreprotección o mirándolos como incapaces de tomar su vida en sus manos; y

en otras como personas adultas, exigiéndoseles responsabilidades y labores para las que

todavía no se les ha preparado. Puede parecer una tarea ardua, pero necesitamos entender

que son adolescentes y que a su edad poseen capacidades y limitaciones que debemos

conocer para no discriminarlos.

3.5.2. La discriminación por género

El género es el conjunto de ideas dictadas por la cultura acerca de la diferencia sexual que

atribuye características femeninas y masculinas a cada sexo, a sus actividades, a sus

conductas y a sus formas de ser en diversos ámbitos de la vida.

El género es una construcción social que pauta desde el deber ser lo que se espera de una

mujer y de un hombre. Estas expectativas sociales van marcando roles establecidos que

deben cumplirse para asegurar la aceptación social de nuestro entorno.

Desafortunadamente, estos roles se encuentran sumamente estereotipados, lo que provoca y

mantiene un claro desequilibrio de poder y, por tanto, favorece la discriminación.

Existe un sinfín de frases de uso popular que son una clara evidencia de la discriminación

por género: “último vieja”; “el hombre llega hasta donde la mujer quiere”; “a las mujeres

no hay que entenderlas, hay que quererlas”; “los hombres piensan, las mujeres aman”; “el

hombre debe ser feo, fuerte y formal”; “a la mujer ni todo el amor ni todo el dinero”,

etcétera.

Cada una de estas frases es reflejo del estereotipo social existente acerca de lo que debe ser

un hombre o una mujer. En nuestra sociedad, la discriminación por género se da con mucha
34
mayor frecuencia hacia el género femenino. Prueba de ello es la forma en la que utilizamos

el lenguaje, valiéndonos del masculino para referirnos a hombres y mujeres, como por

ejemplo: “los niños”, “los maestros”, “la historia del hombre”, “los hombres ilustres”,

“palabra de hombre”, etcétera. Estas formas de expresión excluyen al género femenino. El

lenguaje es un vehículo del pensamiento y al excluir a las mujeres del discurso se les niegan

sus derechos a la igualdad, equidad, democracia y justicia.

Sin embargo, no es solamente a través del lenguaje como las mujeres han sido víctimas de

la discriminación. También y sobre todo en el ámbito social, laboral y familiar han sido

devaluadas y tratadas de manera desigual. Muchas de ellas tienen salarios menores en el

trabajo, son expulsadas de la escuela si se embarazan, son víctimas de acoso sexual,

etcétera. Esta forma poco equitativa de funcionar socialmente ha existido durante siglos, lo

que ha impedido que tanto hombres como mujeres desarrollen de manera integral todas sus

capacidades y potencialidades como seres humanos.

Durante la adolescencia ser hombre o ser mujer adquiere un significado especial; las ideas

acerca de lo femenino y lo masculino se actualizan a partir de todos los cambios que se

viven en esta etapa, lo que necesariamente repercute en cómo se desarrollan las relaciones

interpersonales entre los géneros.

Un modo de la discriminación de género en este grupo de edad se expresa en las relaciones

de amistad o de noviazgo, en las cuales se reproducen estereotipos sexistas que implican

distintas expectativas y exigencias para los adolescentes. Por lo general, existe un

condicionamiento para que las mujeres no expresen su enojo ni se sientan con libertad de

mostrar su tristeza, mientras que a los hombres se los educa para lo contrario: no deben

llorar ni mostrar vulnerabilidad, pero cuentan con la aprobación de los demás si expresan su

35
enojo. Este es sólo un ejemplo de muchísimas situaciones aprendidas por hombres y

mujeres alrededor de la forma de sentir y expresar las emociones.

Con miras a trabajar la no discriminación de género de manera objetiva es importante

orientar a los adolescentes para que cuestionen los estereotipos, identifiquen el

desequilibrio de poder en sus relaciones y hagan un ejercicio real de empatía y respeto a la

diversidad para poder formar relaciones más equitativas.

Promover la no discriminación de género significa reconocer las diferencias y fomentar que

hombres y mujeres puedan expresar sus puntos de vista independientemente de su sexo;

apoyar la existencia de la igualdad de oportunidades para que mujeres y hombres estudien,

trabajen, participen en distintas organizaciones; permitir que ambos géneros tengan acceso

a la información con el fin de poder cuidarse y garantizar una vida sexual sana; e impulsar

que sean libres de expresar cualquier emoción sin necesidad de reprimirse.

3.5.3. La discriminación por preferencia sexual

La preferencia u orientación sexual es la atracción que siente una persona para relacionarse

eróticamente con sus semejantes, sean de un género o del otro. De acuerdo con esta

definición, la preferencia sexual puede ser heterosexual (atracción predominantemente

hacia personas del otro género), homosexual (atracción de manera primordial hacia

personas de su mismo género), o bisexual (mismo nivel de atracción hacia personas de uno

u otro géneros).

En nuestra sociedad, el grupo dominante o con mayor poder es el heterosexual, y es desde

ese patrón que desde siempre se ha fomentado la discriminación hacia las personas

homosexuales o bisexuales. Es por tal circunstancia que existen estereotipos cargados de

mitos alrededor de la forma de ser de las personas homosexuales, mitos llenos de

desvalorización y discriminación. La orientación sexual es una característica integral de las


36
personas, una forma de ser total, no una enfermedad o una desviación susceptible de

modificarse.

Es frecuente que durante la adolescencia los jóvenes se percaten de su atracción sexual

hacia las personas de un sexo, del otro o de ambos, y ello no significa necesariamente que

en ese momento surja la preferencia u orientación sexual sino que, simplemente, al tratarse

de una etapa de cambios, se favorece que ésta se manifieste y se reconozca socialmente.

También en las relaciones de pares durante la adolescencia pueden observarse el rechazo y

la discriminación hacia las personas homosexuales o bisexuales; ha llegado incluso a

manifestarse en marginación, segregación e incluso asesinatos. Sin embargo, no solamente

a través de estas acciones extremas se les discrimina; también se observa esta intención en

el contenido de algunas bromas, chistes y burlas que como educadores debemos detener y

cuestionar.

3.5.4. La discriminación por prácticas sexuales

Hablar sobre sexualidad sigue siendo un tema controvertido en nuestros días. De ahí que la

discriminación alrededor de la misma no se identifique únicamente en los casos de

homosexualidad y bisexualidad, sino que se extienda a otras áreas relacionadas, como la

forma en que las personas viven su sexualidad.

Existe una serie de preceptos dictados desde el poder para regular la vida sexual de las

personas, algo que se intensifica claramente cuando se trata de los adolescentes. En su

mayoría, la gente joven es discriminada por cómo vive su sexualidad; por ejemplo, por ser

sexualmente activa antes del matrimonio; por salir con varias personas al mismo tiempo,

por su preferencia sexual, entre otras razones. Por ello, las personas adultas insisten en que

las adolescentes no comiencen a tener relaciones sexuales, para lo cual se valen de

mensajes como “date a respetar” o “los hombres sólo piensan en sexo y una vez que lo
37
consiguen te dejan”. Asimismo, se presiona a los hombres para que aprendan a “ser

caballerosos” o “grandes amantes” y a “tener muchas mujeres”. Para lograrlo, muchas

veces se restringe la información a la población adolescente porque existe el temor de que

cuanta más posean, mayor actividad sexual tendrán. Hoy sabemos que esto no es cierto.

Asimismo, esta forma de controlar la sexualidad de los adolescentes atenta contra los

derechos que tienen a decidir sobre su cuerpo y su sexualidad, así como al acceso a la

información y a la educación sexual.

En nuestros días, una gran cantidad de adolescentes viven su sexualidad de manera distinta

a como las personas adultas les recomiendan o imponen. Así cuestionan un sistema que

busca controlarlos. La escuela y la familia como instituciones también son reproductoras de

este sistema y buscan imponerlo; por ello, con frecuencia, cuando los adolescentes no se

apegan a las normas establecidas en este sentido, pueden ser discriminadas.

3.5.5. La discriminación por origen étnico

Este tipo de discriminación se ejerce contra las personas que son diferentes por su

condición racial o de pertenencia a algún grupo étnico, y es muy frecuente en nuestro país,

ya que existe una gran valoración de la cultura occidental como modelo al cual todos

debemos aspirar.

Al discriminar a las personas por ser indígenas, mulatas, morenas, negras, o por hablar

alguna lengua indígena o vestirse con la ropa típica de sus comunidades, no sólo se atenta

contra los derechos humanos sino que se pierde toda dimensión histórica acerca de nuestras

raíces y de la contribución cultural que estos grupos y razas han aportado al desarrollo y el

avance de la sociedad. Muchas veces se les niega a las personas indígenas la posibilidad de

estudiar o laborar en ciertos lugares por su misma condición. Es muy importante enfatizar

38
que la raza, la etnia y la diversidad cultural nos dan identidad histórica, sin la que perdemos

parte de lo que somos y de nuestras tradiciones.

La pobreza y las condiciones de aislamiento en que viven algunos adolescentes indígenas

les niegan su derecho a la educación, al acceso a la información, a la salud, entre otros. La

falta de oportunidades de desarrollo en sus comunidades los empuja a emigrar

masivamente, lo que representa una gran pérdida para el país y constituye una clara

condición de desventaja y de discriminación hacia ellos.

Por otra parte, entre la población adolescente se reproducen estas formas de discriminación

al sobrevalorar las aportaciones de culturas ajenas a la propias. Ejemplos de ello se dan en

la música, la ropa, las películas, la moda en general, mientras que existe un

desconocimiento o un rechazo abierto a lo que aportan las culturas originarias de nuestro

país.

Contra esta discriminación, pueblos enteros han luchado y conquistado derechos que cada

vez adquieren mayor importancia. Sin embargo, falta mucho para que tales derechos se

conviertan en realidad, porque aún persiste la marginalidad, la pobreza y la injusticia hacia

la población indígena.

3.5.6. La discriminación por características físicas

Este tipo de discriminación se basa en la valoración de un modelo de belleza impuesto por

diferentes instituciones, generalmente a través de los medios masivos de comunicación. Lo

grave para nuestra sociedad es que ciertos modelos distan bastante de las características

físicas preponderantes en nuestra cultura. La discriminación por características físicas se da

hacia quienes en su apariencia física no se apegan al modelo esperado o aceptado, que por

lo general es de piel blanca, rasgos afilados, cuerpo delgado, alto y de proporciones

perfectas, lo que incluye una forma determinada de vestir “a la moda”.


39
Durante la adolescencia, al verse incrementado el interés por las relaciones en grupo y por

ser atractivo(a) para las demás personas, la apariencia física adquiere gran relevancia. De

ahí que con frecuencia los adolescentes inviertan mucha energía en acercarse lo máximo

posible a dicho modelo de belleza. Lo anterior puede repercutir en su salud física y mental:

cuando el interés por alcanzar dicho modelo es más fuerte que el autocuidado puede

provocar problemas graves, desde el rechazo de la propia imagen corporal hasta trastornos

de alimentación como la bulimia o la anorexia, enfermedades que afectan todas las áreas

del desarrollo.

Además, el aspecto físico adquiere relevancia en la construcción de la identidad de los

adolescentes, y para formar parte de un grupo utilizan con frecuencia su forma de vestir,

peinarse o maquillarse o accesorios como tatuajes o perforaciones, algo que los expone más

todavía a la discriminación, al identificárseles con grupos estereotipados.

Es muy frecuente encontrarnos que en las relaciones entre adolescentes hay discriminación

hacia las personas que se alejan de este modelo; a ellos les será más difícil tener la

aceptación del grupo y serán elegidos con menor frecuencia para iniciar relaciones de

pareja.

3.5.7. La discriminación por condición socioeconómica

Otra forma de discriminación que no siempre es reconocida, aunque ocurre con frecuencia,

es la que tiene lugar por condición socioeconómica. Se da regularmente desde un grupo con

más posibilidades económicas y de oportunidades de desarrollo hacia otro con mayor

pobreza y posibilidades limitadas en relación con la formación académica, la salud y las

condiciones básicas de subsistencia.

40
A la gente que vive en condición de pobreza se la suele asociar con la delincuencia, la

ignorancia y la vagancia, por lo que se le da un trato discriminatorio que sigue negando sus

posibilidades de desarrollo y de crecimiento personal, creándose así un círculo vicioso.

En las escuelas y en los ambientes en los cuales se desenvuelven los adolescentes se

reproduce este tipo de discriminación cuando se rechaza a alguien por su condición de

pobreza, cuando se le niega el acceso a la educación, a la salud, a la cultura, a la diversión,

es decir, a un desarrollo integral, por no contarse con los recursos económicos necesarios

que las escuelas demandan, o bien porque los jóvenes se ven en la necesidad de trabajar en

lugar de estudiar para poder sobrevivir.

3.5.8. La discriminación por creencias

El credo se define como un conjunto de doctrinas u opiniones que comparte una

colectividad. En este caso, generalmente la discriminación tiene que ver con las creencias

religiosas. Las personas somos libres de elegir cualquier religión o creencia y de

manifestarla individual o colectivamente. Este derecho incluye la posibilidad de cambiar de

religión cuando así se desee o bien de no profesar ninguna. Cualquier acto que atente contra

esta libertad es discriminatorio.

No obstante, las creencias a las cuales nos referimos van más allá de lo religioso. Se

refieren a la libertad de expresar nuestros pensamientos, nuestras creencias y prácticas

relacionadas con éstas. En relación con la población adolescente encontramos que desde el

mundo adulto muchas veces se devalúan sus opiniones, formas de pensar y sus creencias.

También entre los adolescentes puede existir rechazo o discriminación ante las diversas

opciones religiosas, ante las distintas opiniones políticas, sociales, ideológicas, etcétera. Por

ello es de suma importancia trabajar en torno al aprecio por la diversidad, en la forma en

41
que nos enriquece la diferencia y en la comprensión de que no es posible que todos

compartamos las mismas creencias, formas de pensar y de percibir la vida.

3.5.9. La discriminación por enfermedad

Alrededor de este tipo de discriminación existe una serie de mitos acerca de las personas

que viven con alguna enfermedad. Generalmente, estas distinciones impiden a las personas

estudiar, laborar en ciertas instituciones o participar en grupos u organizaciones,

negándoseles sus derechos educativos, laborales o sociales. Alrededor de este tipo de

discriminación existe una serie de mitos acerca de las personas que viven con alguna

enfermedad, lo que provoca en ellas una sensación de aislamiento social y de depresión.

En la actualidad podemos observar claramente este tipo de discriminación hacia las

personas que viven con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que si bien no es la

única enfermedad por la cual se discrimina a las personas, sí adquiere una relevancia

importante en el tratamiento de este tema. Las personas con VIH son discriminadas tanto

por médicos, enfermeras, proveedores de salud, maestros, directores de escuela y padres de

familia, como por gran parte de la sociedad en general.

Los adolescentes son estigmatizados y discriminados en todo el mundo en relación con su

salud sexual y reproductiva, lo que limita seriamente su acceso a una atención médica y

social adecuada. Si a ello agregamos la condición de salud relacionada con el VIH,

encontramos un sinnúmero de casos de discriminación y violación a sus derechos humanos

en distintos ámbitos de su vida: en el trabajo, en la escuela, en la familia y en su

comunidad.

Estudios recientes han mostrado que la discriminación disminuye en la medida en que

aumenta el conocimiento acerca de la enfermedad; de ahí que consideremos urgente

42
trabajar con los adolescentes brindándoles información al respecto y reconociendo la

importancia de erradicar este tipo de discriminación.

3.6. Herramientas para promover la prevención de la discriminación con

adolescentes

Para trabajar en la prevención de todas las formas de discriminación antes descritas es

importante considerar las siguientes recomendaciones:

 Contar con información científica, clara y objetiva acerca de los distintos temas

alrededor de los cuales se expresa con frecuencia la discriminación: sexualidad,

género, enfermedades, origen étnico, etcétera.

 Cuestionar cada uno de los estereotipos impuestos a los grupos humanos que son

discriminados con mayor frecuencia.

 Trabajar en el aprecio por la diversidad como un valor, entendiendo que las

diferencias nos enriquecen tanto en lo personal como en lo social, y que son una

fuente de desarrollo y crecimiento. Es necesario perder el miedo a lo diferente;

atrevernos a acercarnos y conocernos es la mejor forma de caminar hacia la

aceptación.

 Prestar atención a las actitudes cotidianas que discriminan, reconocerlas, dialogarlas

y cambiarlas.

 Trabajar en el desarrollo de competencias psicosociales, es decir, de capacidades y

habilidades que nos permitan mirar, escuchar y entender al otro o a la otra,

comunicarnos de manera más efectiva y colaborar de manera conjunta en la tarea de

erradicar la discriminación.

 Mostrar posibilidades alternativas de relacionarnos, en las cuales se respete a cada

persona por el hecho de serlo, se comprendan profundamente las diferencias y se


43
valoren los derechos humanos, principalmente el respeto, la solidaridad, la equidad,

la igualdad y la justicia.

Después de revisar las diversas razones y formas por las que se discrimina a las personas

en general y a los adolescentes en particular, es indispensable conocer las alternativas con

las cuales contamos para hacer frente a este problema social y vivir de manera respetuosa e

incluyente. En el siguiente capítulo se presenta una breve reseña sobre el origen y los

principios de los derechos humanos y la importancia de desarrollar las competencias

psicosociales que nos ayudan a ejercerlos.

Capítulo IV

Discriminación en los jóvenes y la universidad

4.1.-En las universidades también se discrimina

La discriminación, como violación a la igualdad de derechos, permea todo el tejido

social. Motivada por diferencias económico-sociales, culturales, políticas, raciales,

religiosas, de género o de opción sexual, la discriminación puede ir desde burlas y formas

leves e insidiosas hasta agresiones directas y la eliminación y exterminio de los contrarios.

Ni las universidades, pensadas como espacios incluyentes, universales, de vigencia de

derechos y superación de las brechas sociales, escapan a la persistencia y reproducción de

las discriminaciones existentes en sus entornos. Un estudio reciente sobre el tema, hecho en

siete universidades de Bogotá, detectó su presencia tanto en universidades públicas como

privadas, su invisibilización y naturalización generalizadas, y sus efectos negativos sobre la

salud física y mental de los/las estudiantes y sobre el ámbito universitario.

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El trabajo constató y contrastó formas muy diversas de discriminación. Desde las que

denomina “invisibles”, presentes en el lenguaje, los gestos y el humor cotidianos, pasando

por las “institucionales”, sustentadas por directivos, docentes y estudiantes que jerarquizan,

valoran y descalifican personas, saberes, profesiones  y universidades, hasta las

“estructurales”, con sabor clasista y ancladas en viejos e injustos modelos de distribución

de la riqueza, el saber y el poder.

El estudio identificó además la familia como uno de los espacios sociales más

importantes para la transmisión y reproducción de los valores, estereotipos y prejuicios que

alimentan las discriminaciones, seguida de la escuela, que comprende desde los niveles

preescolares hasta el propio campo universitario. Y al tratar de reconocer las relaciones

entre la discriminación y la violencia, las investigadoras reconocen la discriminación como

manifestación de violencia, como consecuencia de las violencias ya existentes y como

estímulo para la generación de nuevas formas de violencia.

Al igual que la violencia, la discriminación hunde sus raíces en las inequidades

establecidas y en la incapacidad de tramitar las diferencias sin recurrir a la fuerza, es decir:

en la intolerancia. Y si bien ambas —las discriminaciones y las violencias— se pueden y

deben enfrentar en muchos escenarios y de muchas maneras, es preciso evitar quedarse en

el tratamiento meramente formal o sintomático.

Ya por fuera del ámbito universitario, preocupan hoy algunas formas extremas de

discriminación.  La xenofobia contra los migrantes de Asia y África a Europa, las amenazas

y asesinatos de defensores de derechos humanos en Colombia y la guerra a muerte contra la

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minoría musulmana en Myanmar (la antigua Birmania, de mayoría budista) son algunas de

las más alarmantes.

No tiene entonces límites ni fronteras la discriminación. Ni debe tenerlos la lucha contra

ella, en cualquiera de sus formas, incluidas las étnico-religiosas, y en todos los espacios,

incluidos los universitarios.   

4.2.-Discriminación en la atención Médica

Ofrecer atención médica gratuita a los alumnos, que a la fecha se han afiliado 3 millones

de jóvenes y que la meta es cubrir a los 7 millones que hay en el país en este mismo año.

Todos estos estudiantes, gozan de la cobertura amplia de servicios médicos prestados por el

Estado, aunque agregó que por ser en su mayoría jóvenes, lo ideal es que todos los jóvenes

usamos estos servicios. Sin embargo, este “Derecho” solo es para estudiantes de

instituciones públicas de educación media y superior, es decir todos los estudiantes que no

tuvieron acceso a una Institución Pública y que a pesar de ello realizan un esfuerzo por

continuar sus estudios en una Institución particular, no pueden considerarse como

estudiantes dignos a recibir atención médica que el estado otorga ya que para éste, ellos no

existen, o al menos eso parece. O tal vez, el Estado piense, que estos alumnos de escuelas

privadas no se enferman, como los que estudian en instituciones públicas, habría que

decirles que están en un grave error, los alumnos de escuelas privadas también son jóvenes

que sufren las dificultades a que los enfrenta la condición político, social y económica que

impera en nuestra nación. Y que tal vez ésta lucha sea más difícil para ellos, ya que muchos

se ven en la necesidad de trabajar para sostener sus estudios. Situación totalmente

inequitativa y discriminatoria a todas luces, ya que al igual que los que estudian en una

pública

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4.3. ¿Cómo influye?

-La discriminación afecta el proceso de aprendizaje.

-Genera baja autoestima del discriminado

-Las relaciones sociales se cortan o extinguen

-Los exámenes bajan de calificación

-Las personas discriminadas abandonan clases, para evitar el conflicto en el que se

encuentran

-En graves casos, suelen tomar conductas agresivas hacia los demás

Aislamiento de las demás personas

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Conclusiones

Llegamos a las conclusiones de:

 La discriminación en la primaria afecta al niño en su capacidad psicológica, la cual

afecta su modo de aprendizaje y comportamiento en la escuela, creando

posiblemente caracteres autistas.

 Para ayudarnos a identificar la discriminación en nuestra cotidianeidad proponemos

la siguiente definición: discriminar es dar un trato desfavorable, de desprecio e

inmerecido, ya sea intencional o no, a una persona o a un grupo, por atribuirles

características devaluadas; asimismo, tiene como efecto imponerles obligaciones o

desventajas e impedirles el acceso a la igualdad real de oportunidades y derechos.

 Tener prejuicios no implica necesariamente discriminar porque podamos

experimentar actitudes de rechazo y evitación

 Hasta mediados del siglo XX, el sistema educativo peruano era profundamente

elitista y marginaba a las grandes mayorías nacionales. Esto era consecuencia de la

persistencia de un orden oligárquico fundado en la explosión social. La crisis de este

orden abrió una brecha por la cual penetró una vasta presión social que buscaba

hacer accesible la educación

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Bibliografía

Aguilera, R. (2007). Discriminacion directa e indirecta. Madrid, España. Editorial Madrid.

Galeano, E. Las venas abiertas de América Latina. Buenos Aires: Kapelusz, 1973.

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Botta, Mirta. Tesis, Monografías e Informes: Nuevas Normas y Técnicas de Investigación y

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Galarza, F.(2001) Empleo y Discriminación. Lima, Perú: Editorial Diamante.

Zapata, A.(2007)Desiguales desde siempre. Lima, Perú: Editorial IEP

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Anexos

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