Hurto Agravado (Trabajo de Exposición)

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“Año de la universalización de la salud”

UNIVERSIDAD NACIONAL HERMILIO VALDIZÁN

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE DERECHO

TRABAJO DE EXPOSICIÓN

HURTO AGRAVADO (ART. 186)

DOCENTE: VAZQUES SOLIS, Leoncio

INTEGRANTES:

 CASTRO BERRIOS, Junior Lincoln

 CHAUPIS SARMIENTO, Jhomira Silvia

 GUERRA HUAPALLA, Gianna Melany

 SANTOS JAIMES, Alessandra Meredith

 SANTIAGO LEDESMA, Juan Edgar

HUÁNUCO – PERÚ

2020
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

INTRODUCCIÓN

Para poder partir de un buen punto de referencia recordaremos brevemente la


teoría del delito que es una conducta humana opuesta a lo que dice o prohíbe la
ley imponiendo una pena; teniendo en claro que dicha acción punitiva será
establecida de acuerdo a la tipicidad de los hechos y a su calificación como delito
por el orden jurídico.

Clasificamos al delito, por su gravedad, por la conducta del agente, por el


resultado, por el daño ocasionado, por su duración, por la culpabilidad, y por la
forma procesal.

Dentro de los delitos en particular que son considerados como parte especial del
derecho penal, tenemos el delito contra el patrimonio que se encuentra referido en
el título V del Libro II del código penal y el más antiguo y característico delito
patrimonial y por tanto el primero que encontramos en nuestro Código Penal, lo
constituye el delito de hurto simple previsto en el artículo 185 en los términos que
siguen:

“El que, para obtener provecho, se apodera ilegítimamente de un bien mueble,


total o parcialmente ajeno, sustrayendo le del lugar donde se encuentra (…)”

Con todo lo ya resumido podemos sustraer específicamente el tema del Hurto el


cual empezaremos por definir su tipicidad y otras características de este ilícito ya
que necesariamente se tiene que cumplir con los elementos del hurto simple para
poder también calificar sus agravantes lo cual será el tema central del presente
trabajo monográfico, haciendo referencia a cada una de las condiciones para que
se configure este delito como tal.

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DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO

1. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO EN LOS DELITOS PATRIMONIALES:


PROPIEDAD O PATRIMONIO
Según Salinas (2015) Es común en el pensamiento contemporáneo, afirmar que
al derecho penal le corresponde la función de protección de bienes jurídicos, aun
cuando para el funcionalismo funcional impulsado por Günter Jakobs, la función
del derecho punitivo sea la vigencia o estabilización de la norma penal. En tal
sentido corresponde identificar plenamente el bien jurídico que se pretende
tutelar o proteger con la tipificación de los delitos patrimoniales. p.38

A través del tiempo, las diversas legislaciones se han dividido: para unas el bien
jurídico era la propiedad (CP francés de 1810, CP vega de 1867) en tanto que
para otras, lo constituía el patrimonio (CP italiano de 1889). Tal división incluso
permanece hasta la actualidad (por ejemplo los códigos penales de Argentina,
Chile, Bolivia y Ecuador prefieren a la propiedad, en tanto que los códigos
penales de Brasil, México, Guatemala y Panamá prefieren al patrimonio),
trayendo como consecuencia lógica que las doctrinas del derecho penal también
adopten posiciones diversas. (Salinas 2015 p. 38).

En el Perú el código penal de 1863 recogía como bien jurídico de los delitos
patrimoniales a “la propiedad”. Incluso en el proyecto de 1916 todavía se
propuso a la propiedad como el interés fundamental a proteger. Sin embargo el
legislador de 1924 siguiendo el proyecto del código penal suizo de 1918 prefirió
e impulso el membrete de “Delitos contra el patrimonio”. Denominación que
perdura en el código penal de 1991. (Salinas 2015 p. 38)

Comentario de los autores:

Existen legislaciones penales que protegen la propiedad contra los ilícitos, pero
creemos que es más apropiado el término patrimonio para la búsqueda de esta
protección jurídica, puesto que no sólo se busca resguardar al propietario del
bien, sino también a los poseedores, tenedores, etc., que ostentan esta cualidad.

a) Teoría Jurídica del patrimonio y protección de la propiedad


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DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

Tomando por base la teoría jurídica del patrimonio en lo formal no existe


ninguna tensión entre la protección de la propiedad a través de los delitos
contra la propiedad y la protección del patrimonio en conjunto. La teoría
jurídica del patrimonio está en contra de una concepción según la cual la
lesión de la propiedad no ha de comportar necesariamente un daño del
patrimonio en sentido material. Este es el caso cuando el valor del objeto
del hecho es valorado según el parámetro subjetivo en vista que la
propiedad también es protegida en interés (subjetivo) del propietario. La
importancia que la posesión tiene para el propietario es significativa, así la
privación de su posesión resulta de igual manera una lesión a la propiedad
como un daño contra el patrimonio. Por el contrario, que el propietario
considere sus cosas como algo que no tiene valor (por ejemplo, los
desperdicios) y que ellas luego sean objeto de sustracción, ya no
produce una

lesión del patrimonio, ni el merecimiento de la protección en el sentido de


los delitos contra la propiedad. (Caro y García 2002 p. 37).

La cuestión es muy distinta cuando el patrimonio es valorado según un


parámetro objetivo. A pesar que el propietario puede tener interés en cosas
que en sí carecen de valor comercial, la lesión de la propiedad en este
caso no plantea ningún daño contra el patrimonio en un sentido material.
La protección del patrimonio es, en consecuencia, más limitada que la
protección de la propiedad. (Caro y García 2002 p. 38).

b) Teoría fáctico- económica del patrimonio y protección de la propiedad

El punto de vista fáctico-económico, dominante en la jurisprudencia y en la


doctrina, se diferencia de la teoría jurídica del patrimonio en un sentido
formal y material. La teoría fáctico-económica no exige ninguna
correspondiente legitimidad jurídica, para la configuración formal de un
objeto en el patrimonio de una persona. De acuerdo con ello, la propiedad
se toma en cuenta solo los presupuestos del patrimonio, de modo que el
propietario puede disponer económicamente de la cosa en cuestión. Si una
cosa es hurtada a su propietario, o se extravía de cualquier modo, ella ya
no pertenece más a su patrimonio – no obstante que ella subsista como
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DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

propiedad. (Caro y García 2002 p. 40)

En la consecuencia del modo de ver fáctico-económico se observa que


aquél también determina el patrimonio en sentido material según la
perspectiva del valor del tráfico, con lo que esta manera llega a un
concepto material-objetivo de patrimonio aplicable a todos los delitos.
Cosas desprovistas de un valor objetivo como fotos del recuerdo o cartas
personales en este sentido no pertenecen al patrimonio jurídico-
penalmente protegido. Esto conduce también en sentido

material a una incongruencia de protección de la propiedad y protección del


patrimonio con consecuencias prácticas: el autor que sustrae una cosa sin
valor objetivo, amenazando a la víctima con un arma con peligro para su
vida, comete el delito contra el patrimonio de robo agravado, pero si el
autor deja que sea la propia víctima la que le entregue el mismo objeto bajo
las mismas amenazas, entonces por falta de un daño patrimonial no
comete ninguna extorsión agravada- castigada con la misma medida de
pena- sino solo una coacción. Así pues según este punto de vista, las
casualidades presentes en el momento de la ejecución del derecho pueden
conducir a diferencias drásticas en la mediación de la pena. (Caro y Garcia
2002 p. 41).

Comentario de los autores:

El bien jurídico protegido en nuestra normatividad penal es el patrimonio,


puesto que, según la teoría fáctico-económica del patrimonio, los bienes
tienen que poseer un valor de mercado, es decir, que puedan ser
comercializados lícitamente, puedan disponerse y obtener frutos del
mismo, o también puedan ser valorados en dinero, y así los demás bienes
que forman parte del patrimonio del sujeto que carezcan de estas
cualidades no formarían parte de los bienes jurídicos protegidos.

La teoría jurídica del patrimonio en su parámetro objetivo también aclara


que para que se configuren los delitos contra el patrimonio, los bienes
tienen que tener un valor comercial, es decir, de los cuales se puedan

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DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

obtener algún provecho económico, siendo los demás bienes de propiedad


del sujeto pasivo y que carezcan de esta cualidad, desligados de la
protección del derecho penal.

1.1. Valoración económica de los bienes

Según Rojas Vargas (2000) Los bienes para ser objeto de tutela penal deben
de ser susceptibles de valoración económica. Quedan fuera de tutela punitiva
todos aquellos bienes sin relevancia económica, así para la persona tenga el
máximo valor sentimental e incluso sirvan para su desarrollo moral de su
personalidad. En efecto, “las cosas con exclusivo valor afectivo (fotografías,
imágenes, cabellos del ser amado, hojas de un árbol exótico, recuerdos de un
viaje por el Cusco, cenizas del familiar cercano, etc) y desprovistos
objetivamente de valoración pecuniaria en el tráfico comercial- industrial-
financiero, carecen de interés para el derecho penal en cuanto objetos físicos
de tutela penal, no integrando el concepto de patrimonio y por lo mismo no
son susceptibles de constituir objeto material de los delitos particulares” p. 73

Esta conclusión vale para nuestro sistema jurídico penal hasta por dos
argumentos: (Salinas 2015 p. 41)

Primero, por el hecho de que para entender los delitos patrimoniales previstos
en nuestro Código penal se adopta como base la concepción mixta respecto
del patrimonio, esto es, se entiende por patrimonio, en sentido genérico, todo
bien susceptible de valoración económica y reconocido por el derecho. Todo
bien que no puede ser valorado económicamente ni reconocido por el
derecho, queda fuera del concepto penal del patrimonio.

Y segundo, al revisar la redacción de las figuras punibles que atentan contra


el patrimonio recogidas en nuestro código penal, encontradas en el artículo
444, modificadas por Ley n° 28726, del 9 de mayo del 2006, en el cual se
exige que el dañado o hurtado debe tener un valor superior a la remuneración
mínima vital

para constituir delito, casos contrario constituirá faltas contra el patrimonio.


Igual criterio encontramos en el segundo párrafo del 444 y en el inciso 1 del
445. En este último numeral, el legislador hace mención hace mención a un

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valor de escaso valor económico. En suma, legislativamente se exige que el


bien tenga valor económico.

Otro tema de viva controversia en la doctrina penal radica en responder la


siguiente interrogante: ¿los hurtos y daños agravados requieren de una
cuantía especial o la cuantía es irrelevante?, existen dos marcadas
posiciones: (Salinas 2015 p. 42)

La primera afirma que para estar frente al delito de hurto agravado se requiere
necesariamente que el valor del bien sobrepase una remuneración mínima
vital. Se fundamenta esta posición en la circunstancia de que el artículo 186
del Código Penal prevé pena privativa de la libertad de mayor gravedad
respecto a la prevista en el artículo 185, siempre y cuando el hurto sea
cometido con las agravantes que allí se señala.

Castillo Alva (2002) en irrestricta aplicación del principio de legalidad, antes


de calificar los agravantes resulta necesario establecer si en el hecho
concreto concurren todos los elementos objetivos y subjetivos previstos en el
artículo 185 del CP. P. 228

La segunda posición sostiene que el hurto agravado para efectos de su


configuración no requiere que el valor de lo hurtado sea superior a una
remuneración mínima vital. Respetando el principio de legalidad, base
fundamental de nuestro derecho penal, se afirma convenidamente que al
tratarse de supuestos de hecho totalmente diferentes a lo previsto en el
artículo 185 y en

el artículo 186 del código penal, su configuración típica también exige


elementos diferentes. En efecto, el hurto agravado, previsto en el artículo 186,
adquiere total autonomía del hurto autonomía del hurto simple previsto en el
artículo 185, en consecuencia a la exigirse taxativamente el articulo 444 un
monto superior a una remuneración mínima vital tan solo para el supuesto
hecho del artículo 185, debe concluirse en forma lógica y coherente que
nuestro sistema punitivo no exige cuantía para configurarse el delito de hurto
agravado.

Rojas Vargas (2000) desde las determinaciones normativas establecidas en el


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código penal la solución a tal problema cede ante la presencia de la


taxatividad de la norma penal que restringe solo hurto y daños básicos
(artículo 185 y 186) al referente económico pecuniario. Solo es necesario que
el bien económico de lo hurtado sea susceptible de valoración económica.
Jurisprudencialmente esta posición se ha impuesto. En efecto al acuerdo
plenario n° 4-2011/CJ-116 del 6 de diciembre de 2011, ha establecido como
doctrina legal “el hurto agravado no requiere de requisito del quantum del
valor del bien para su configuración”.p.95

Comentario de los autores:

Existen dos teorías que se anteponen una a la otra respecto a la valoración


económica del bien en los casos de delitos patrimoniales, en la modalidad de
Hurto Agravado. Una sostiene que si importa que el valor del bien sea
superior a la remuneración mínima vital; y la otra sin embargo manifiesta que
el valor del bien es irrelevante en los supuestos del artículo 186.

2. HURTO AGRAVADO

1 TIPO PENAL.
Es lugar común que los Códigos Penales de la cultura occidental regulen junto al
hurto simple el hurto agravado; es decir, hurtos los con agravantes en razón a
circunstancias de modo, lugar, tiempo, utilización de medios, etc., o hurtos
calificados en atención a la calidad del sujeto activo o a las características de la
víctima. El Código peruano regula una lista de agravantes que aumentan la ilicitud
del hurto y por tanto merecen sanciones más severas. En efecto, el artículo 186
del Código Penal modificado por ley Nro. 26319 del primero de junio de 1994,
señala:

El agente será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor
de seis años si el hurto es cometido:

1. En casa habitada.
2. Durante la noche.
3. Mediante destreza, escalamiento, destrucción o rotura de
obstáculos.
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4. Con ocasión de incendio, inundación, naufragio, calamidad


pública o desgracia particular del agraviado.
5. Sobre bienes muebles que forman equipaje de viajero.
6. Mediante el concurso de dos o más personas.

La pena será no menor de cuatro ni mayor de ocho años si el hurto es cometido:

1. Por un agente que actúa en calidad de integrante de una organización


destinada a perpetrar estos delitos.
2. Sobre bienes de valor científico o que integren el patrimonio cultural de la
Nación.
3. Mediante la utilización de sistemas de transferencia electrónica de fondos,
de la telemática en general, o la violación del empleo de claves secretas.
4. Colocando a la víctima o a su familia en grave situación económica.
5. Con empleo de materiales o artefactos explosivos para la destrucción o
rotura de obstáculos.

La pena será no menor de ocho ni mayor de quince años cuando el agente actúa
en calidad de jefe, cabecilla o dirigente de una organización destinada a
perpetrar estos delitos.

2 TIPICIDAD OBJETIVA.
En primer término, objetivamente para estar frente a una figura delictiva de hurto
agravado, se requiere la presencia de la totalidad de elementos típicos del hurto
básico, menos el elemento "valor pecuniario" indicado expresamente sólo para el
hurto simple por el artículo 444 del Código Penal. Se exige sustracción del bien
de la esfera de protección de su dueño o poseedor; apoderamiento ilegítimo del
bien por parte del sujeto activo; bien mueble total o parcialmente ajeno con valor
patrimonial, la finalidad de obtener un provecho indebido que debe inspirar al
agente y el dolo. La interpretación jurisprudencial tiene claro tal supuesto cuando
al analizar un figura de hurto agravado de energía eléctrica, la Sala penal de
apelaciones de la Corte Superior de Lima, por resolución del 11 de junio de
1998, afirma "que el tipo penal define el delito de hurto agravado y exige como
presupuesto objetivos: la preexistencia de un bien mueble; que el agente se

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apodere ilegítimamente de un bien mueble para obtener un provecho; que exista


sustracción del bien del lugar donde se encuentre; que dicho bien sea total o
parcialmente ajeno; además del elemento subjetivo del dolo, es decir la
conciencia y voluntad de la realización de todos los elementos objetivos y ánimo
de lucro" 1Por el principio de legalidad no se exige que el valor del bien mueble
sustraído deba sobrepasar las cuatro remuneraciones mínimas vitales previsto en
el artículo 444 del C.P. Aquí se hace intención sólo para el hurto previsto en el
artículo 185 mas no para el hurto agravado regulado en el artículo 186 en
concordancia con el185 del C.P.

De tal modo, se concluye que los hurtos agravados son modalidades específicas
del hurto cuya estructura típica depende del tipo básico pero que conservan en
relación a éste un específico margen de autonomía operativa. Rojas Vargas
afirma que el argumento que explica la exclusión del referente pecuniario
racionalizador, hállese en una diversidad los factores: pluriofensividad de la acción
típica circunstanciada, notable disminución de las defensas de la víctima, criterios
de peligrosidad por parte del agente y valoraciones normativas. La resultante
ofrece la siguiente lectura: más que el valor referencial del bien, lo que interesa en
el hurto agravado es el modo como se realiza la sustracción−apoderamiento.

El agente en todo momento debe conocer la circunstancia agravante y querer


actuar en base a tal conocimiento. Si el autor desconoce tal circunstancia
aparece lo que denominamos error do tipo previsto en el art. 14 del Código Penal,
debiendo sancionarse al agente sólo por el delito de hurto básico.

En la práctica judicial bien puede presentarse una conducta ilícita de hurto donde
concurra una sola circunstancia agravante como también puede presentarse dos o
más agravantes; en ambas condiciones estaremos ante el delito de hurto
agravado con una diferencia que al momento graduar la pena por la autoridad
jurisdiccional, al agente que ha cometido hurto con concurso de agravantes será
merecedor de pena más alta respecto al que lo hizo con una sola agravante, ello
de acuerdo al contenido del art. 46 del Código Penal. La ejecutoria Suprema del
11 de diciembre de 1997, da cuenta de un hurto agravado por la concurrencia de
varias circunstancias agravantes como sigue "la sustracción de los sacos de

1
Exp. 445−98, citado en Jurisprudencia Penal III, p. 262

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arroz y maíz imputados a los acusados, en circunstancias que los camiones que
transportaban la carga se desplazaban por la carretera, habiendo sido perpetrado
dicho ilícito durante la noche, con el empleo de destreza (aprovechando del
descuido de los conductores) y en cuya ejecución los agentes escalaron el
camión y arrojaron los sacos de productos, tal modalidad comisiva constituye
delito de hurto agravado, puesto que no hubo ejercicio de violencia o amenaza,
sino sólo fuerza en las cosas"2

Corresponde en seguida analizar en qué consisten cada una de las


circunstancias agravantes del hurto; agrupándolas según la división realizada por
el legislador nacional:

3 AGRAVANTES SANCIONADAS CON PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD


NO MENOS DE TRES NI MAYOR DE SEIS AÑOS:

2.3.1 DURANTE LA NOCHE.−


Constituye agravante el realizar o ejecutar el hurto aprovechando la circunstancia
de la noche, entendida como lapso de tiempo en el cual falta sobre el horizonte la
claridad de la luz solar. Esto es importante tenerlo en cuenta puesto que así el
horizonte esté iluminado por una hermosa luna llena o por efectos de luz artificial,
la agravante igual se configura. El agente debe buscar la noche para realizar su
accionar de sustracción ilegítima de bienes, pues sabe que la protección de los
bienes por parte de la víctima se ha relajado y que tendrá mayores posibilidades
de consumar su hecho y no ser descubierto.

Es lugar común sostener que el fundamento político criminal de esta agravante


radica en que la noche es un espacio de tiempo propicio para cometer el hurto, al
presuponer la concurrencia de los elementos: oscuridad, mínimo riesgo para el
agente y facilidad mayor para el apoderamiento al relajarse las defensas por
parte de la víctima y presuponer condiciones de mejor oculta miento para el
sujeto activo del delito3.

De tal forma que la frase "durante la noche" debe entenderse desde un criterio
gramatical, esto es, en su sentido cronológico -astronómico; de ningún modo
puede alegarse para el derecho penal peruano, que esta agravante encuentra su
2
(Exp. 5358−97 −Ama-zonas en Jurisprudencia Penal 1, 1999, p. 392).
3
(Peña Cabrera, 1993, p. 40 Y Rojas Vargas, 2000, p. 183)
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explicación en un criterio teleológico funcional, esto es, buscando la finalidad


político criminal de la norma penal. En consecuencia, creemos que no es posible
hacer un híbrido entre el criterio gramatical y el teleológico para tratar de entender
la agravante "durante la noche", como lo sugiere Rojas Vargas al sostener que
durante la noche se constituye así en una agravante que debe ser considerada
tanto en su acepción físico−gramatical de oscuridad o nocturnidad natural como
en su perspectiva teleológica, buscando el fin implícito de tutela en la norma
penal, para descartar la agravante allí donde existió suficiente iluminación y/ o
posibilidades de defensa iguales a que si el hecho se hubiera cometido durante el
día con luz solar.

Esta posición restringe en forma extrema los efectos de aplicación práctica de la


agravante, pues en una calle donde haya suficiente iluminación artificial e incluso
vigilancia particular no será posible cometer un hurto agravado así el agente haya
penetrado el inmueble y aprovechando el sueño de sus moradores sustrajo todo
el dinero que había en la caja fuerte. Igual, no se configuraría esta agravante en el
hecho que el agente ingresa a una vivienda iluminada debido a que los moradores
se olvidaron de apagar la luz y se sustrae los bienes. Lo cual nos parece poco
racional, pues los supuestos evidentemente configuran agravante por haberse
producido durante la noche.

Aparece la agravante así el inmueble donde se ingresa aprovechando la noche


para hurtar esté deshabitado. Es indiferente tal circunstancia. Incluso si está
habitado se configurará un hurto perpetrado con dos agravantes: durante la noche
y casa habitada.

La consumación o perfeccionamiento del hurto tiene que hacerse durante la


noche. De tal forma que si en un caso concreto se llega a determinar que los
actos preparatorios se hicieron en el día y la sustracción de los bienes se produjo
en la noche se configura la agravante; mas no concurrirá agravante si llega a
determinarse que los actos preparatorios se hicieron aprovechando la noche pero
la sustracción se produjo en el día.

2.3.2 MEDIANTE DESTREZA, ESCALAMIENTO, DESTRUCCIÓN O


ROTURA DE OBSTÁCULOS.−
El inciso tercero del artículo 186 recoge hasta cuatro supuestos que agravan la

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DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

figura delictiva del hurto, los mismos que tienen naturaleza diferente aun cuando la
finalidad sea la misma. En un hecho concreto pueden concurrir una sola de estas
circunstancias así como dos o más circunstancias agravantes, incluso pueden
concurrir perfectamente con las otras agravantes que recoge el artículo 186 del
C.P. Veamos en qué consiste cada una de estas modalidades:

2.3.2.1. Hurto mediante destreza.−


Se configura la agravante con destreza cuando el agente ha realizado la
sustracción ilegítima de un bien total o parcialmente sin que la víctima lo
haya advertido o enterado sino después de caer en la cuenta que le falta el
bien, debido a que el agente actúo haciendo uso de una habilidad, maña,
arte, pericia, agilidad o ingenio especial. En tal sentido la noción de
destreza implica un especial cuadro de habilidad y pericia, no
necesariamente excepcional, que sea suficiente para eludir la atención de
un hombre común y corriente para sustraer las cosas que se hallan dentro
de su inmediata y directa esfera de vigilancia. Para Peña Cabrera la
destreza presupone, una actividad disimulada, que no permite al sujeto
pasivo percatarse de la intención del ladrón, de lo contrario este podría
oponer resistencia en defensa de los bienes que trae consigo. Actúan con
destreza aquellas personas que se dedican a sustraer billeteras
aprovechando las combis o buses llenos de pasajeros; o cuando el agente
haciendo uso de una habilidad especial en los dedos sustraen las billeteras
de los bolsillos de los transeúntes sin que este se dé cuenta; o también
cuando se sustrae bienes muebles abriendo la puerta de los vehículos
haciendo uso de llaves falsas o ganzúas.

El fundamento de la agravante se basa en el aprovechamiento (que hace el


agente de circunstancias de pericia, maña o arte para vulnerar la normal
vigilancia del sujeto pasivo que hace de sus bienes. Siendo así, la especial
habilidad o rapidez con que actúa el agente debe ser utilizado
conscientemente por este como un medio para vulnerarla esfera de
vigilancia del sujeto pasivo. Es decir, el agente debe querer actuar con
especial habilidad para lograr su objetivo, caso contrario, si llega a
determinarse que el agente actúo con aparente destreza pero que en
realidad no era consciente de tal situación la agravante no se presenta.
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Nuestra Corte Suprema por consultoría Suprema del 04 de setiembre de


1997 sostiene que "el, arrebatamiento del monedero de la agraviada
cuando se encontraba, en el mercado, se subsume dentro de los alcances
del inciso cuarto del art. 186 del Código Penal vigente toda vez que en el
accionar del agente, ha primado la destreza para apoderarse del
monedero, no habiendo ejercido violencia física sobre la víctima".
Finalmente, Rojas Vargas, a sostiene que por lo general, los hurtos
cometidos sobre personas ebrias, drogadas o dormidas tampoco se
inscriben en el consumido modal de la destreza. La clandestinidad con la
que se efectué el hurto, a la que aludía el artículo 329 del Código Penal de
1863, en cuanto significa "a escondidas" o "secretamente", por definición
no integra el contenido de la destreza, ya que es ello característica del
hurto básico o simple, más aún si no cumple con el requisito de la
proximidad de la cosa y la vigilancia inmediata y directa del bien por parte
del afectado.

2.3.2.2. Hurto por escalamiento.−


Como la anterior agravante, esta también supone cierta habilidad o pericia
en el agente.

En efecto, la conducta desarrollada por el sujeto activo del hurto se


encuadrará en la agravante cuando para sustraer y apoderarse
ilícitamente del bien mueble total o parcialmente ajeno, actúe superando
corporal mente los obstáculos dispuestos como defensas preconstituidas
de cercamiento o protección del bien (cercos, muros, rejas, paredes, etc.)
mediante el empleo de un esfuerzo considerable o de gran agilidad. No
hay escalamiento sin esfuerzo significativo por parte del agente.

Acierta Rojas Vargas al enseñar que la modalidad de escalamiento debe


ser comprendido desde un criterio teleológico, esto es, en función a los
fines político−criminales y dogmáticos que fundamentan la agravación. Vale
decir, sostiene el profesor citado, sólo cuando el escalamiento exteriorice
una energía criminal compatible con la necesitada en la superación de
obstáculos o defensas predispuestas, de tal modo de dejar fuera del texto
de la agravante situaciones donde la energía o esfuerzo criminal es mínimo

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o los obstáculos son fácilmente vencibles en consideraciones promedio.

En suma, para estar ante la agravante deberá verificarse la concurrenci a


sucesiva de las siguientes circunstancias o elementos:

Primero, la existencia de defensas que protegen directa o indirectamente


el bien objeto del delito;

Segundo, se verificará el despliegue de una energía física considerable o


gran agilidad por parte del agente para sobrepasar y vencer las defensas
de protección; y,

Tercero, sustracción y apoderamiento del bien que motivo el escalamiento.


Este último elemento resulta trascendente a tenerlo en cuenta debido que
para consumarse el delito de hurto necesariamente se exige
apoderamiento, esto es, posibilidad del agente de poder disponer
libremente del bien ilegítimamente sustraído, por lo que muy bien el
escalamiento también puede producirse para salir de la esfera de
protección de la víctima. En esa línea, si el sujeto es sorprendido antes que
se produzca el real apoderamiento estaremos frente a una tentativa de
hurto agravado.

2.3.3.3 Hurto mediante destrucción de obstáculos.−

Constituye otra agravante el hecho de destruir o inutilizar las defensas


inmediatas o mediatas pre constituidas de protección del bien mueble que
pretende apoderarse el sujeto activo. Por destrucción debe entenderse
toda acción que inutiliza o coloca en situación de inservible a la defensa u
obstáculo que protege los bienes de la víctima. Aquí hay aumento del
desvalor del injusto penal, pues para lograr su objetivo, el agente hace uso
de la violencia sobre las cosas que protegen a los bienes de la víctima. Se
presentará la agravante cuando el agente por ejemplo hace un forado en la
pared o techo de la vivienda de su víctima; rompe la ventana de un vehículo
para sustraer un equipo de radio; destruye la caja fuerte utilizando
explosivos, etc.

En este momento, nos parece importante dejar establecido que los daños
15
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

ocasionados a consecuencia de la destrucción de las defensas de los


bienes quedan subsumidos en el hurto agravado. Aun cuando esto
aparece obvio, existen operadores jurídicos que todavía califican por
separado al hurto agravado con los daños e incluso con violación de
domicilio. Defecto que se produce por desconocimiento de los principios
generales del derecho penal que la jurisprudencia felizmente viene
superando. La Sala Penal de la Corte Suprema por Ejecutoria del 25 de
octubre de 1995, subsanando el defecto apuntado, dejó establecido que "si
para perpetrar el evento delictivo se ha causado la destrucción del lecho
de la vivienda ello constituye hurto agravado. Los daños causados a la
propiedad no constituye un ilícito independiente al de hurto agravado sino
consecuencia de este último".

Defensas u obstáculos directos o inmediatos son, por ejemplo las cajas de


seguridad que contienen el dinero o los valores, las maletas o maletines
cerrados con llave u otros mecanismos de seguridad, el cofre, baúl,
gaveta, armarios, cómodas, etc., así como sus cerraduras, candados,
dispositivos de seguridad (mecánica, eléctrica o electrónica). Son
defensas Indirectas o mediatas las paredes, muros, techos, ventanas,
enrejados, cercos eléctricos, etc. que protegen el inmueble (Rojas Vargas,
2000, p. 209).

2.3.3.4. Hurto por rotura de obstáculos.−


Se configura esta agravante cuando el sujeto activo con la finalidad de
apoderarse ilegítimamente del bien, intencional mente ocasiona la fractura,
ruptura, abertura, quiebra, destrozo o desgarro de las defensas pres
constituidos del bien. Se entiende que no hay destrucción o inutilización de
los objetos que conforman las defensas sino, simplemente fracturas o
rupturas suficientes para hacer posible el apoderamiento del bien objeto
del hurto; por ejemplo estaremos ante esta modalidad cuando el agente
utilizando un instrumento de fierro denominado "pata de cabra" ha
fracturado el candado que aseguraba la puerta de ingreso a la vivienda de
la víctima.

Rojas Vargas enseña que la rotura de obstáculos supone vencer defensas

16
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

con un mínimo de destrucción que no hace perder la estructura de la


defensa, ni arruina su individualidad como objeto. Rotura es desunión
violenta de las partes de una cosa, con posibilidades de más o menos
restitución de la integridad de dicho objeto.

Las modalidades de destrucción y de rotura son totalmente diferentes y en


un caso concreto se presentan en forma independiente, esto es, donde se
alega destrucción no puede a la vez, alegarse que hay rotura y donde hay
rotura no puede alegarse a la vez, que ha habido destrucción. En un caso
concreto o hay rotura o hay destrucción. Todo depende de la magnitud del
daño ocasionado al obstáculo que configura la defensa de los bienes de la
víctima. En esa línea, algunos tratadistas peruanos no tienen claro tal
diferencia, pues denotando que lo consideran términos sinónimos afirman
que destruir o roturar consiste en fracturar los obstáculos empleando un
esfuerzo material y físico (fuerza) sobre los elementos y mecanismos de
seguridad o cercamiento colocados por el propietario o poseedor para
proteger sus bienes4.

Finalmente debe quedar establecido que la destrucción o rotura de las


defensas del bien objeto del hurto deben ser realizadas con dolo por parte
del agente, esto es, deben ser ocasionados con intención. Si llega a
determinarse que la rotura o destrucción se debió a negligencia, de caso
fortuito o a la poca resistencia de la defensa las agravantes no aparecen.

2.3.3. CON OCASIÓN DE INCENDIO, INUNDACIÓN, NAUFRAGIO,


CALAMIDAD PUBLICA o DESGRACIA PARTICULAR DEL
AGRAVIADO.−
El inciso cuarto del artículo 186 del Código sustantivo recoge hasta cinco
modalidades o circunstancias que agravan la figura del hurto. La doctrina peruana
por consenso esgrime que el fundamento de estas gravantes radica en el
abandono o debilitamiento de las posibilidades de defensa de sus bienes por
parte de la víctima al atravesar cualquiera de las calamidades anotadas; así
mismo por el mayor desvalor de la conducta del agente, quien se aprovecha para
hurtar de la indefensión que producen los desastres, en circunstancias en que el
derecho en su conjunto, la convencionalidad social y el espíritu de solidaridad
4
(Peña Cabrera, 1993, p. 42). , Bramont−Arias To-rres y García Cantizano (1997, p. 299).
17
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

exigen conductas altruistas y de socorro. Pero veamos en qué consiste cada una
de estas hipótesis:

2.3.3.1. Hurto con ocasión de incendio.−


Se verifica esta agravante cuando el agente o sujeto activo aprovechando un
incendio que necesariamente causa zozobra y confusión en la víctima, sustrae
bienes muebles. Se entiende por incendio un fuego de gran magnitud,
incontrolable por la conducta de una persona. La frase con ocasión de incendio
nos da a entender que no necesariamente el hurto tiene que darse en el lugar del
incendio sino por el contrario también puede producirse en lugares adyacentes o
cercanos al desastre. Lugares de los cuales la víctima se aleja para concurrir al
lugar del incendio y tratar de controlarlo y salvar sus bienes. El agente aprovecha
la confusión natural que produce el siniestro en el espíritu de su víctima. Resulta
claro que el hurto debe perfeccionarse durante el incendio, esto es, desde que se
inicia hasta que es controlado. Si llega a determinarse que el hurto se produjo
después del incendio, debido a que el agente se puso a remover los escombros y
se lleve un bien mueble de la víctima, estaremos ante un hurto simple y no ante la
agravante en comentario.

2.3.3.2. Hurto producido en inundación.−


Se perfecciona la agravante cuando el agente realiza el hurto durante o con
ocasión de una inundación. Se entiende por inundación una gran torrentada de
agua incontrolable por el hombre que cubren extensos terrenos o poblaciones
originando muchas veces muerte, destrucción total de las viviendas y en otras,
graves daños a la propiedad como a la integridad física y psicológica de las
personas. Las inundaciones pueden ser a consecuencia de la acción de la
naturaleza como a consecuencia de la acción del hombre. En ambos casos puede
muy bien perfeccionarse el hurto agrava-do. Ante el siniestro las personas
abandonan sus viviendas o lugares donde normalmente defienden sus bienes,
ocasión que es aprovechada por el agente para perfeccionar su actuar ilícito y
sustraer bienes.

Con Rojas Vargas concluimos que los hurtos pueden producirse igualmente
durante la inundación como mientras duren los efectos de la misma en base a las
condiciones de racionalidad y evaluación objetiva promedio señaladas para el

18
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

caso del incendio. Sin duda, la agravante puede perfeccionarse cuando la


torrentada de agua a pasado, sin embargo, por los graves aniegos y
empozamiento de agua que se produce hace difícil que las personas vuelvan a
sus viviendas, situación que muy bien puede aprovechar el delincuente para
sustraer bienes muebles con la finalidad de obtener un provecho patrimonial
indebido.

2.3.3.3. Hurto perfeccionada en naufragio.−


Se perfecciona la agravante cuando el agente aprovechando un naufragio, sustrae
ilícitamente bienes muebles ya sea de la propia embarcación averiada o de los
pasajeros. Se entiende por naufragio toda pérdida o ruina de una embarcación en
el mar, río o lago navegables. Sin duda el agente del hurto debe tener conciencia
o conocer que la embarcación ha naufragado, caso contrario sólo estaríamos
frente a un típico hurto simple. La agravante se justifica por el hecho que en tales
circunstancias la defensa que ejerce normalmente la víctima sobre sus bienes se
debilita, facilitando de ese modo la comisión del delito.

2.3.3.4. Hurto ocasionado en calamidad pública.−


Se entiende por calamidad toda desgracia o infortunio de grandes proporciones
producida por cualquier causa o factor que afecta a una población o varias. Esta
es una fórmula abierta con la cual el legislador ha querido abarcar otros
infortunios que puede sufrir la población diferentes a los que expresamente se
especifica en el artículo 186 del C.P, los mismos que muy bien pueden servir
para que los delincuentes se aprovechen y pretendan obtener utilidad económica
indebida en detrimento de las víctimas que aparte de soportar la calamidad
deberán soportar la sustracción de sus bienes y de ahí que se configure la
agravante. El debilitamiento o anulación de las defensas sobre la propiedad
mueble constituye la razón político criminal que fundamenta en estricto estas
agravantes, pues caso contrario, de no producirse disminución, abandono o
anulación de la protección de los bienes muebles, obviamente no se presentará la
agravante.

En consecuencia calamidad pública connota una serie de desastres innominados,


naturales o sociales, que provocan estragos en la población, la economía y en el
curso propio de la vida social, los mismos que generan efectos de disminución en

19
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

la defensa de la propiedad mueble. Son desastres que adquieren caracteres de


gran compromiso social (local, regional o nacional) afectando a un indeterminado
número de personas. El sentido mismo de la frase calamidad pública es de por sí
delimitante de las proporciones que debe asumir la desgracia pública. Como
ejemplos podemos indicar a los terremotos, explosiones volcánicas, estados de
hambruna, las pestes, sequías, guerras civiles, guerras o invasiones extranjeras,
etc. (Rojas Vargas, 2000, p. 226).

2.3.1. Hurto producido en desgracia particular de la víctima.− Esta


circunstancia agravante del hurto es la última indicada en el inciso 4 del
artículo 186 del Código Penal.

Aparece cuando el agente, con el ánimo de obtener un beneficio económico


indebido, aprovechando que su víctima atraviesa una desgracia o infortunio que le
toca a su persona o familia, le sustrae ilícitamente sus bienes. El legislador al
indicar el adjetivo "particular" está poniendo el límite al infortunio en el sentido
que éste no debe comprometer a gran número de personas ni debe tener
irradiación masiva, pues en tal caso estaremos frente a las agravantes antes
comentadas. La desgracia de la cual se aprovecha el sujeto activo, sólo debe
afectarle al agraviado o a sus familiares o allegados cercanos, a nadie más.

En suma, desgracia particular es todo suceso funesto para la economía, la salud o


la tranquilidad de la víctima, previsible o imprevisible, de origen azaroso,
provocado voluntaria o involuntariamente por terceros, o inclusive auto provocado
por la víctima, que disminuyen las defensas que ésta tiene normalmente sobre
sus bienes y de cuya situación se aprovecha el sujeto activo para perfeccionar el
hurto (Rojas Vargas, 2000, p. 229).

Ejemplos que la doctrina cita para graficar esta agravante constituye el hurto
producido durante un velorio o cuando el agente aprovechando que su víctima
está inconsciente a consecuencia de un accidente de tránsito, le sustrae la pulsera
de oro que lleva.

2.4. SOBRE LOS BIENES MUEBLES QUE FORMA EL EQUIPAJE DE


VIAJERO.−
Antes de indicar en qué consiste esta agravante nos parece necesario señalar
qué debe entenderse por "equipaje" y por "viajero", pues en la práctica judicial
20
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

todavía no se tiene claro tales términos desde la perspectiva jurídico penal. Se


entiende por equipaje a todo aquello que el viajero lleva dentro de una maleta,
mochila, bolsa, alforja, Costalillo, etc. por razones de propia necesidad,
comodidad o finalidad personal como por razones relativas a su profesión o
finalidad de viaje. Se descarta de ese modo que constituya equipaje todos
aquellos bienes que lleva puesto el viajero como su vestido, reloj, sombrero, etc.

En tanto que por viajero se entiende a toda persona que por razones diversas
(visita familiar, turismo, negocios, trabajo, etc.) y en consecuencia llevando
equipaje, sale del ámbito de su morada o domicilio habitual y se desplaza
geográficamente de un lugar a otro, utilizando para tal efecto algún medio de
transporte adecuado e incluso caminado. Se entiende que el viajero debe tener
cierta permanencia en el trayecto. Así mismo tendrá condición de viajero la
persona desde que sale de su domicilio con su equipaje hasta llegar a su destino
final así en el trayecto realice escalas propias del viaje.

En esta línea del razonamiento, para estar ante la agravante que nos ocupa es
necesario el desarraigo del ámbito de su domicilio habitual para trasladarse a
otro lugar por parte de la víctima. Si no hay desarraigo, así la persona lleve
equipaje no es considerado viajero para el derecho penal. En efecto, no es viajero
aquella persona que dé Ancón, viene a una galería de Gamarra y efectúa la
compra de diversas prendas de vestir llevándolas en un maletín. No hay agravante
si a esta persona que fue de compras se le sustraen el maletín durante el viaje
que realizó dentro de Lima al balneario de Ancón. El hecho será hurto que muy
bien puede agravarse por otras circunstancias (concurso de dos o más personas),
pero nunca por la circunstancia en comento.

Teniendo claro tales presupuestos, es fácil evidenciar que la agravante se


configura cuando el agente sabiendo que su víctima es un viajero, ilícitamente le
sustrae y se apodera de su equipaje. Es indiferente si la sustracción se realizó en
pleno viaje o cuando la víctima estaba descansando por una escala que tuvo que
hacer durante el viaje o cuando está ingiriendo sus alimentos, etc. Lo importante
es verificar que la víctima estaba en trayecto a su destino fijado. Así mismo, el
sujeto activo puede ser cualquier persona, pudiendo ser un tercero, otro viajero o
el conductor del medio de transporte.

21
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

El fundamento de la agravante radica en la exigencia de mayor tutela del Estado


sobre los bienes de personas en tránsito, en lugares probablemente extraños a
ellas y acaso tutelar el turismo.

2.5. MEDIANTE EL CONCURSO DE DOS o MAS PERSONAS.−


La consumación en el delito de hurto agravado, perpetrado con el concurso de
dos o más personas, se produce cuando los agentes se apoderan de un bien
mueble total o parcialmente ajeno, privándole al titular del bien jurídico del
ejercicio de sus derechos de custodia y posesión del bien mueble, asumiendo de
hecho los sujetos activos la posibilidad objetiva de realizar actos de disposición de
dicho bien.

Esta agravante quizá sea la más frecuente en la realidad cotidiana y por ello haya
sido objeto de un sin número de pronunciamientos judiciales aun cuando no se ha
logrado establecer su real significado. Ello debido que los sujetos que se dedican
a hurtar bienes siempre lo hacen acompañados con la finalidad de facilitar la
comisión de su conducta ilícita pues por la pluralidad de agentes merman o
aminoran rápidamente las defensas que normalmente tiene la víctima sobre sus
bienes; radicando en tales presupuestos el fundamento político criminal de la
agravante.

En la doctrina peruana y por tanto en nuestra jurisprudencia siempre ha sido un


problema no resuelto el hecho de considerar o no a los partícipes en su calidad
de cómplices o instigadores en la agravante en comentario. En efecto aquí,
existen dos vertientes o posiciones. Unos consideran que los partícipes entran a
las agravantes. Para que se concrete este calificante afirma Peña Cabrera, sin
mayor fundamentación, es suficiente que el hurto se realice por dos o más
personas en calidad de partícipes; no es exigible el acuerdo previo, ya que sólo
es necesario participar en la comisión del delito de cualquier forma: coautoría,
complicidad, etc. En el mismo sentido5 .

En tanto que la otra posición que asumimos, sostiene que sólo aparece la
agravante cuando las dos o más personas que participan en el hurto lo hacen en
calidad de coautores. Es decir cuando todos con su conducta teniendo el dominio

5
Ángeles−Frisancho-Rosas (Código Penal, p. 1173) Y Paredes Infanzón (1999, p. 66)

22
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

del hecho aportan en la comisión del hurto. El mismo fundamento de la agravante


nos lleva a concluir de ese modo, pues el número de personas que deben
participar en el hecho mismo facilita su consumación por la merma significativa
de la eficacia de las defensas de la víctima sobre sus bienes. El concurso debe
ser en el hecho mismo de la sustracción−apoderamiento. No antes ni después, y
ello sólo puede suceder cuando estamos frente a la coautoría. En esa línea, no
habrá esta agravante cuando un tercero facilita su vehículo para que Juan Pérez
solo cometa el hurto. Tampoco cuando un tercero induce o instiga a Juan Pérez
para que hurte bienes de determinada vivienda.

Con Rojas Vargas afirmamos que para la legislación penal peruana cometen
delito quienes lo ejecutan en calidad de autores; el inductor o instigador no
comete delito, lo determina; los cómplices no cometen delito así concursen con
un autor o coautores, ellos colaboran o auxilian. Por lo mismo, la agravante sólo
alcanza a los autores o coautores del delito. Ni a la autoría mediata, donde el
instrumento es utilizado y por lo mismo no comete jurídico−normativamente el
delito, ni la instigación, donde quien comete el delito es tan sólo el inducido o
autor directo, articulan hipótesis asimilables o subsumibles por la circunstancia
agravante en referencia. En el mismo sentido Javier Villa Stein.

Entre los coautores debe existir un mínimo acuerdo para perfeccionar el hurto. No
obstante tal acuerdo no debe connotar permanencia en la comisión de este tipo
de delitos, pues en tal caso estaremos ante una banda que configura otra
agravante diferente a la que venimos interpretando.

2.6. AGRAVANTES SANCIONADAS CON PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD NO


MENOS DE CUATRO NI MAYOR DE OCHO AÑOS:
El artículo 186 se conforma de tres partes o grupos de agravantes. La primera
parte lo conforman las agravantes ya comentadas; la segunda, lo conforman
circunstancias que nos toca comentar y la última parte conformada por agravantes
que merecen mayor pena para el autor.

2.6.1. EN CASA HABITADA.−


La primera agravante de la figura delictiva de hurto es la circunstancia que
aquel se efectúe o realice en casa habitada. Los tratadistas peruanos
coinciden en señalar que dos son los fundamentos de la agravante:
23
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

Pluriofensividad de la acción y peligro potencial de efectos múltiples que se


puede generar para los moradores y segundo, vulneración de la intimidad a
que tenemos derecho todas las personas6. En efecto, con la acción
realizado por el agente se afecta diversos bienes jurídicos protegidos por el
Estado por considerarlos fundamentales para una armoniosa convivencia
social como son afectación al patrimonio, inviolabilidad del domicilio y
eventualmente afectación a la vida, la integridad física, la libertad sexual, el
honor, etc. de los moradores de la casa. Y violación de la intimidad
entendida como el derecho que le asiste toda persona de tener un espacio
de su existencia para el reconocimiento, la soledad, la quietud, evitando
interferencias de terceros, permitiendo de ese modo un desarrollo libre y
autónomo de la personalidad7.

Haciendo hermenéutica jurídica de esta agravante se discutió en doctrina si


a la frase "casa habitada" debe dársele una acepción restringida,
Limitándola sólo al lugar donde moran una o más personas8o amplia,
entendida como todo espacio físico que cumpla el papel de servir de
vivienda o habitación y donde una o varias personas moran habitualmente o
circunstancialmente.

Sin duda de ambas concepciones, la segunda es la más atinada, pues si


recurrimos al Diccionario de la Real Academia de Ia Lengua encontramos
que por casa se entiende todo edificio casa habitar; es decir, puede
denominarse también residencia, domicilio, hogar, mansión, morada,
vivienda o habitación.

En tal sentido, toda vivienda permanente o temporal por precaria que sea su
construcción configura la agravante a condición de que no esté abandonada
o deshabitada. La casa puede servir de domicilio permanente o eventual de
sus moradores, lo importante a tener en cuenta es el hecho de que se trata
de una morada y que al tiempo de cometerse el hurto servía de vivienda
para la víctima

6
(Peña Cabrera, 1993, p. 38; Bramont−Arias− García, 1997, p. 297; Pare-des Infanzón, 1999,
p. 58; Rojas Vargas, 2000, p. 175 Y Villa Stein, 2001, p. 43)
7
(Salinas Siccha, 2000, p. 198).
8
(Bramont−Arias −García, 1997, p. 297)
24
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

Sin importar claro está que al momento de realizarse el hurto, la vivienda se


encontraba sin sus moradores que habían salido por ejemplo de visita a un
familiar o a una fiesta. En consecuencia quedan aludidos las casas de
campo o verano en el tiempo que son utilizadas.

Desde el momento que se toma como referencia que el inmueble debe servir
de morada o vivienda para la víctima, resumen excluidos de la agravante los
edificios que sirvan para negocios, los colegios, las oficinas, los locales de
instituciones públicas o privadas. En términos más gráficos y contundentes,
un hurto cometido en un colegio o en local de una Universidad no constituye
agravante así este se produzca cuando

estudiantes, profesores y trabajadores administrativos se encuentren en


pleno ejercicio de sus labores.

Finalmente, respecto de esta agravante es importante poner en evidencia


con que se descarta la presencia de la agravante en interpretación cuando
el sujeto activo es el propio guardián que habita la casa, o una persona que
mora en la vivienda, o quien estando dentro de la vivienda con el
consentimiento de su titular se apodera de un bien mueble, o en fin, cuando
es el propio dueño de la casa quien se apodera de un bien mueble de
quien se encuentra en su vivienda por la circunstancia que sea. Ello porque
en estos casos opera el factor abuso de confianza y no hay perpetración en
casa ajena que origina el peligro potencial de afectar otros intereses aparte
del patrimonio de la víctima.

2.6.2. POR UN AGENTE QUE ACTÚA EN CALIDAD DE INTEGRANTE


DE UNA ORGANIZACIÓN DESTINADA A PERPETRAR ESTOS
DELITOS.−
Aquí estamos frente a un agravante por la condición o cualidad del agente.
La agravante se configura cuando el autor o coautores cometen el delito de
hurto en calidad de integrantes de una organización destinada a cometer
hechos punibles. El legislador se ha cuidado en usar el término banda que
resulta demasiado complicado para definirlo y más bien ha hecho uso del
término organización para abarcar todo tipo de agrupación de personas que

25
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

se reúnen y mínimamente se organizan para cometer delitos con la finalidad


de obtener provecho patrimonial indebido.

El agente será integrante de una agrupación delictiva cuando haya


vinculación orgánica entre éste y aquella, concierto de voluntades entre el
agente y los demás conformantes de la organización y vinculación funcional
entre el agente y el grupo. Configurándose la agravante cuando el autor o
coautores cometan el hurto en nombre o por disposición del grupo. Si se
determina que aquel actúo sólo sin conocimiento de la organización a la que
pertenece o porque dejó de ser miembro de aquella, la agravante no se
verifica.

Roy Freyre , comentando el artículo 238 del Código Penal derogado, que
recogía esta agravante pero refiriéndose exclusivamente a "banda", enseña:
para configurarse la modalidad que estudiamos se requiere que el autor
material de la acción, aparte de estar de hecho adscrito a una banda,
también actúe en nombre de la misma. Deberá pues, sigue afirmando Roy,
existir por lo menos una conexión ideológica entre el agente y su
organización delictiva, de tal manera que su conducta ilícita, más que la
toma de una decisión exclusivamente personal, sea el vehículo que canaliza
la manifestación de un concierto previo de varias voluntades.

Esta agravante puede entrar en concurso con el supuesto de hecho previsto


en el artículo 317 del Código Penal, denominado asociación ilícita para
delinquir tan de moda en estos tiempos que se ha destapado y conoce la
mayor corrupción en las altas esferas del Estado Peruano. Sin embargo por
el principio de especialidad y por la redacción de la agravante, la
circunstancia en comento subsume al supuesto del art. 317.

2.6.3. SOBRE BIENES DE VALOR CIENTIFICO QUE INTEGRAN EL


PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN.−
De la lectura de este inciso del artículo 186 del C.P. se evidencia que
estamos ante dos circunstancias agravantes por la cualidad del objeto del
hurto. Se configuran cuando el agente sustrae ilícitamente bienes de valor
científico o cuando lo hace sobre bienes que integran el patrimonio cultural
de la nación. El fundamento de las agravantes radica en su importancia y
26
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

significado de los bienes objeto del hurto para el desarrollo científico del
País y por su legado histórico, artístico y cultural de los mismos. Por los
bienes que conforman el patrimonio cultural se conoce el pasado histórico
de la nación. Pero ¿qué bienes tienen valor científico y cuáles pertenecen al
patrimonio cultural de la nación? Responder a tales preguntas rebasa de
sobremanera la labor del operador jurídico, quien tiene que recurrir a normas
o disposiciones extrapenales para poder determinar si estamos ante alguna
de las cualidades que exige la norma penal.

Resulta difícil saber qué bienes tienen valor científico y cuáles no.
Correspondiendo al Juez determinar tal calidad en cada caso concreto.
Para ello sin duda necesitará la concurrencia de personas calificadas en
bienes de valor científico para saber si se trata de bienes de tales
características. Con Rojas Vargas , a modo de ejemplo, podemos decir que
bienes con valor científico serían máquinas o instrumentos médicos de alta
precisión, riñones o corazones artificiales, microscopios o telescopios
electrónicos, aparatos y dispositivos higrométricos, espectrógrafos de
última tecnología, etc., así como bienes de utilidad científica como material
genético depositado en recipientes, cultivo de virus para estudio e
investigación médica, fármacos en proceso de ensayo o experimentación,
compuestos químicos−radioactivos, etc. No interesa tanto el valor
económico del bien, sino su valor científico, así como que el agente debe
conocer tales cualidades.

En tanto que bienes que integran el patrimonio cultural de la nación son


todos aquellos que constituyen testimonio de la creación humana, material o
inmaterial expresamente declarados por su importancia artística, científica,
histórica o técnica. Por medio de ellos las generaciones humanas presentes
y por venir conocen su pasado histórico. Para saber si estamos ante un
bien que integra el patrimonio cultural de la nación, el operador jurídico debe
recurrir a la vigente ley número 24047 de 1985 que estable-ce en forma más
o menos clara lo que se entiende por bienes que conforman el patrimonio
cultural de la Nación.

Aquí cabe hacer una precisión en el sentido que esta agravante constituye
una excepción a los delitos contra el patrimonio, pues aquí no interesa el
27
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

valor económico que pueda tener el bien sustraído; tampoco interesa que el
agente saque provecho económico del mismo, debido a que muy bien puede
sustraerlo para tenerlo como adorno o tenerlo en su colección, etc. Lo único
que interesa saber es si el bien tiene valor cultural expresamente
reconocido y el agente conocía de tal cualidad, caso contrario sólo
estaremos frente a la figura del hurto simple.

Para estar ante la agravante, la sustracción debe hacerse de museos o de


lugares donde los bienes de valor cultural se encuentren protegidos; si por el
contrario la sustracción se hace de yacimientos arqueológicos la agravante
no aparece configurándose más bien el delito contra el patrimonio cultural
previsto en los arts. 226 y ss. del C.P. Así mismo, si por ejemplo primero se
produjo la sustracción−apoderamiento y después el agente lo saca o extrae
del país, se presentará un concurso real de delitos entre hurto agravado y el
delito previsto en alguno de los artículos 228 o 230 del Código Penal. En tal
sentido, se aplicará la pena del delito más grave. Si concurre el hurto con lo
previsto en el art. 228 se aplicará la pena de éste artículo y en caso que
concurra con lo dispuesto en el art. 230 se aplicará la pena del hurto
agravado. De ningún modo habrá concurso aparente de leyes como
sostiene Bramont−Arias− García Cantizano.

2.6.4. MEDIANTE LA UTILIZACIÓN DE SISTEMAS DE


TRANSFERENCIA ELECTRÓNICA DE FONDOS, DE LA TELEMÁTICA
EN GENERAL o LA VIOLACIÓN DEL EMPLEO DE CLAVES SECRETAS
(DEROGADO).
En este inciso aparecen tres supuestos que en doctrina se agrupan en lo
que se denomina desatinadamente delitos informáticos. Bramont−Arias
Torres refiere al bien jurídico que se protege con los delitos informáticos
afirma que en realidad no existe un bien jurídico protegido con aquellos,
porque en verdad no hay, como tal un "delito" informático. Este no es más
que una forma o método de ejecución de conductas delictivas que afectan a
bienes jurídicos que ya gozan de una específica protección por el derecho
penal.

Esa postura ha tenido claro el legislador y ha optado por introducir a los

28
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

mal llamados delitos informáticos como modalidades de comisión de


conductas delictivas ya tipificadas, aun cuando después como veremos más
adelante ha creado tipos penales que tipifican los delitos informáticos. No
obstante, estos últimos nada tienen que ver con las circunstancias que ahora
nos ocupa.

De ese modo encontramos reunidas tres circunstancias que agravan la figura


delictiva del hurto: Primero, cuando este se rea-liza mediante la utilización
de sistemas de transferencia electrónica de fondos; segundo, cuando el
hurto se efectúa por la utilización de la telemática en general; y, tercero,
cuando el hurto se produce violando claves secretas. Estas circunstancias
agravantes tienen naturaleza de materialización distinta aun cuando la
finalidad sea la misma: obtener provecho económico indebido por parte del
agente en perjuicio de la víctima.

Las agravantes se justifican por el medio que emplea el agente en la


sustracción. No está demás señalar que esta fórmula no tiene antecedente
legislativo y es por ello su agrupamiento en un solo tipo penal conductas
matizadas y complementarias entre sí. Veamos en qué consiste cada uno
de los supuestos previstos:
2.6.4.1. Utilización de sistemas de transferencia electrónica de
fondos.−

La transferencia electrónica de fondos se entiende como aquel


procedimiento que se realiza a través de un terminal electrónico,
instrumento telefónico u ordenador, autorizando un crédito o un débito
contra una cuenta o institución financiera. Este sistema de transferenci a
de fondos está referido a la colocación de sumas de dinero de una cuenta
a otra, ya sea dentro de la misma entidad financiera, ya a una cuenta de
otra entidad financiera, o entidad de otro tipo ya sea pública o privada,
manifestándose tal hecho en el reflejo de un asiento contable (Bramont-
Arias Torres).

En otros términos, transferir electrónicamente fondos es trasladar,


movilizar, desplazar dinero de una cuenta a otras sin recibos, firmas ni
entregas materiales y sobre todo, sin remitir o enviar físicamente el
dinero.
29
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

El profesor Rojas Vargas enseña que las modalidades comisivas


prácticas de la agravante en comentario pueden ser: apoderamiento
cargando a la cuenta del acreedor, más allá de lo pactado, los fondos
derivados de la cuenta o de la tarjeta de crédito del deudor; incursiones a
las cuentas bancarias del agraviado para desviar fondos a cuenta de
tercera personas; adulteración del saldo de una cuenta en base a
transferencias apócrifas; concesión de créditos a personas o instituciones
inexistentes; utilizar tarjetas de débito para sustraer dinero de cajeros
automáticos, etc.

Para graficar cómo puede materializarse la presente agravante cabe


citarse uno de los casos que cuenta el profesor Bramont−Arias Torres en
la introducción de su trabajo "El delito informático en el Código Penal
Peruano"9: Las autoridades del Distrito de Columbia anuncian que cuatro
individuos han llevado acabo un importante fraude informático, a través de
manipulaciones de datos efectuadas desde un terminal de computadora
de alerta entidad bancaria local. Tras seleccionar cuentas de ahorro que
no habían registrado movimiento alguno durante un largo periodo de
tiempo, habían transferido sus fondos a otras cuentas ficticias, abiertas
por el grupo bajo nombres falsos, y de las cuales retiraron las
correspondientes sumas con posterioridad. (Uno de los individuos había
estado empleado en la institución afectada).

En nuestra realidad, el hurto mediante transferencia de fondos se


constituye en una de las formas más frecuentes de sustracción y
apoderamiento de dinero a través de medios electrónicos en entidades
bancarias, no obstante muchas veces no se denuncia para evitar
desconfianza de los usuarios en el sistema financiero, situación que
origina el alto índice de la cifra negra de In criminalidad informática. En
los contados casos que se han denunciado, la jurisprudencia nacional ha
respondido positivamente; como ejemplo tenemos la Resolución Superior
de fecha 15 de setiembre de 1997, por la cual confirmando la sentencia
del Juzgado penal afirma "que la incriminación hecha por la entidad
bancaria contra los procesados ha quedado demostrada de la siguiente

9
editado por el fondo editorial de la Universidad Católica (1997, p. 12)
30
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

forma: que de fajas diecinueve a fajas veinticuatro corre el listado del


cajero automático y el movimiento de dos cuentas mediante el cual y a
pesar de la insuficiencia de fondos en cada cuenta retiraron ocho mil
noventinueve soles el mismo día veintiocho de febrero de mil novecientos
noventaiséis; que para cometer tales hechos el agente infractor
previamente realizó doce transferencias de cuentas de terceros a la
cuenta contiahorro correspondiente a la procesada y poner en práctica el
hurto de la cantidad antes referida; que por otro lado la complicidad de
ambos procesados está demostrado al haberse hecho uso de la tarjeta
de la justiciable así como la cuenta de Méndez Rodríguez, amen de la
aceptación de los hechos y el reconocimiento de pago por el abogado
defensor del último de los mencionados".
2.6.4.2. Mediante la utilización de la telemática en general.-
La agravante se configura cuando el agente haciendo uso de la
telemática entendida como el tratamiento de información a distancia
haciendo uso de las telecomunicaciones asociadas a la informática (el
Internet, comercio electrónico), sustrae ilícitamente bienes valorados
económicamente en su beneficio.

La telemática o la ciencia de la comunicación a distancia, usando los


soportes tecnológicos de la electrónica, informática y las
telecomunicaciones, en su dimensión práctica y operacional, es en la
actualidad la actividad de punta en el comercio electrónico, las
comunicaciones en general y la exposición de servicios múltiples
(educativos, médicos, científicos, etc.), a escala mundial (Rojas Vargas).
De allí que las personas con la finalidad de obtener un provecho
económico no tengan miramientos para cometer hurtos haciendo uso de
los servicios que brinda el Internet como son la página Web, el correo
electrónico entre los más estandarizados. Así estaremos ante la
agravante en análisis cuando el sujeto activo se apodere de información
reservada o secreta y valorada económicamente; se apodere de
programas que aún no han salido al mercado; el hurto se produzca en
operadores del ciber mercado a través del comercio electrónico, etc.

31
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

2.6.4.3. Mediante la violación del empleo de claves secretas.-


La agravante se configura cuando el agente haciendo mal uso o manejo,
mal empleo de las claves secretas que sabe o conoce porque le han sido
confiadas por su titular, comete el hurto. Si llega a determinarse que el
sujeto activo no tenía las claves remotas y más bien entró en
conocimiento haciendo uso de la informática o por otros medios, no se
verifica el presente agravado, subsumiéndose su conducta en las otras
circunstancias ya comentadas, pues en aquellas necesariamente se viola
claves secretas con las cuales se encuentran protegidas las operaciones
del ciberespacio.

Igual razonamiento hermenéutico realiza Rojas Vargas al enseñar que el


violar el empleo de claves secretas no tiene tanto un sentido técnico de
penetración informático−electrónica a las claves, como sí el uso indebido
de ellas hecho por personas que han logrado (o tienen) el acceso a las
mismas debido a los roles propios de sus atribuciones profesionales y
técnicas como por especiales vinculaciones al titular de la clave (el
analista de banco o financiera, el funcionario que custodia la base de
datos, el personal de confianza que maneja la tarjeta magnética del titular,
etc.) y que hacen aplicación ilícita de su especial posicionamiento de
conocimiento privilegiado en las operaciones Electrónico− telemáticas.

En tal sentido, resulta desatinado Bramont−Arias Torres al sostener que


con esta agravante se protege la obtención de claves secretas tanto por
medios informáticos como utilizando otros medios, distintos a los
informáticos, para su posterior empleo accediendo a estos sistemas.

2.6.5. COLOCANDO A LA VICTIMA O A SU FAMILIA EN GRAVE SITUACIÓN


ECONÓMICA.−
En primer término resulta pertinente indicar a quien le considera víctima en los
delitos contra el patrimonio. En este aspecto, no hay mayor discusión en la
doctrina al considerar víctima del delito de hurto a aquella persona que por efecto
del actuar ilícito del agente ha visto disminuido su patrimonio. La víctima puede
ser una persona natural o jurídica.

En esa línea, se presenta la agravante cuando la víctima o la familia que depende


32
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

directamente de aquella, como consecuencia del hurto han quedado desprovista


de los recursos económicos indispensables para satisfacer sus necesidades y de
su familia. Sin embargo, para que opere la agravante no es necesario que la
víctima quede en la pobreza o indigencia absoluta, sólo se exige que esta quede
en una situación patrimonial difícil de cierto agobio e inseguridad, el mismo que
puede ser temporal o permanente.

La doctrina peruana coincide en indicar que se verifica la agravante cuando el


agente conoce o percibe una variación notoria de la economía en que deja a la
víctima o a su familia; el dolo directo se ve así reforzado por el conocimiento de
tal circunstancia. Caso contrario, si el sujeto activo al momento de actuar no se
representó tal situación, la agravante no aparece.

2.6.6. CON EMPLEO DE MATERIALES o ARTEFACTOS EXPLOSIVOS


PARA LA DESTRUCCIÓN o ROTURA DE OBSTÁCULOS.−
La agravante se fundamenta en la peligrosidad de los medios empleados por el
agente para lograr su propósito. Esta circunstancia constituye una agravante de la
circunstancia también agravante ya comentada prevista en el inciso 3 de la
primera parte del art. 186 del Código Penal. Aquí se exige que la destrucción o
rotura de obstáculos se realice utilizando materiales o artefactos explosivos. El
uso de estos medios que ponen en peligro la vida y la integridad físico o mental
de las personas así como el patrimonio de terceros justifica que la presente
agravante merezca mayor sanción punitiva.

Se entiende que materiales explosivos son todas aquellas sustancias o


compuestos químicos susceptibles de generar explosión al entrar en contacto ya
sea provocado o accidental. En tanto que artefactos explosivos son todos
aquellos artificios diseñados para hacer explosión y generar efectos destructores.

2.6.7. UTILIZANDO EL ESPECTRO RADIOELÉCTRICO PARA LA


TRANSMISIÓN DE SEÑALES DE TELECOMUNICACIÓN ILEGALES

Salinas Siccha (2015) La agravante ha sido introducida por la Ley n° 28848, con
la finalidad de cubrir en forma aparente una omisión del legislador del Código de
1991, toda vez que el artículo 185 se extendió la figura de hurto a la apropiación

ilícita del espectro electromagnético, sin embargo, en el artículo 186 que regula

33
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

las agravantes, no se contempló una estipulación especial referida al hurto


electromagnético, que por su modalidad de ejecución tiene características
particulares.p.85

Para el jurista Salinas Siccha (2015) la agravante se justifica toda vez que la
interferencia de una transmisión clandestina o ilegal afecta entre otros aspectos,
la banda de navegación aeronáutica y servicios de telecomunicaciones
autorizadas, lo que de hecho acarrea daño para la colectividad, así como la
utilización de bienes y equipos de los concesionarios. p.86

Comentario de los autores:

Esta agravante no es en sí un hurto del espacio radioeléctrico, sino que hace


uso de éste para emitir señales de trasmisión ilegales por las emisoras
informales. Viéndolo de esta manera estaríamos ante un hurto de uso, y no ante
un hurto en sí, donde el apoderamiento y sustracción son las directrices de la
acción, para después disponer el bien objeto del delito y obtener un beneficio a
favor de un tercero.

Esta agravante es importante porque creemos que el impacto social que deviene
del uso ilegal del espacio radioeléctrico es amplio, tan es así como las emisoras
pueden interferir con las señales formales, afectando bienes de terceros, y más
aún pueden obstruir señales emitidas por el mismo Estado para su
comunicación y defensa de sus intereses.

Por eso creemos que esta agravante debiera estar en otra norma penal que
contemple la afectación de los bienes del estado, que sería el más adecuado, y
no en el delito de hurto.

2.6.8. SOBRE BIEN QUE CONSTITUYA ÚNICO MEDIO DE SUBSISTENCIA


O HERRAMIENTA DE TRABAJO DE LA VÍCTIMA

Salinas Siccha (2015) se configura cuando el agente sustrae el bien de la esfera


de vigilancia del sujeto pasivo, un bien mueble que constituye su único medio de
subsistencia o constituye su herramienta de trabajo. Aparecen dos agravantes.
La primera circunstancia aparece cuando el bien objeto del hurto es el único bien
que le genera ingresos para sobrevivir al sujeto pasivo, en tanto que la segunda
circunstancia, se verifica cuando el bien objeto del hurto es herramienta de
34
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

trabajo del sujeto pasivo. P.86

Así mismo Salinas Siccha (2015) refiere que el intérprete debe entender que la
agravante solo se verifica cuando el agente conozca bien tal circunstancia, caso
contrario la agravante no aparece. El agente debe conocer que el bien que
sustrae es herramienta de trabajo de su víctima o, en su caso, que es su único
bien con el cual se genera su subsistencia. El dolo debe alcanzar a tales
circunstancias, pues la responsabilidad objetiva está proscrita de nuestra
normatividad penal.

Comentario de los autores:

En esta agravante del delito de hurto es indispensable que se verifique


fehacientemente que el bien sustraído sea la única herramienta que genere los
ingresos necesarios de subsistencia del agraviado, siendo éste un requisito
fundamental para su configuración, puesto que de acreditarse que la persona

tiene otras herramientas de trabajo que le generen ingresos económicos


desvirtuaría esta agravante.

Si bien el jurista Salinas Siccha manifiesta que el agente debe saber que el bien
a hurtar es el único medio de subsistencia del agraviado, de lo contrario no
encajaría en el tipo penal, entonces podemos decir que sea o no el valor del bien
mayor a una RMV, el agente debe conocer que al sustraer el bien al agraviado le
va a generar un estado económico precario, es decir que de no saberlo no
configuraría la agravante, sin importar después que la víctima se encuentre en
un estado económico difícil de enfrentar, debido a que no tiene su única
herramienta de trabajo para generar ingresos para poder subsistir. Yendo un
poco más allá de este análisis, vemos que es difícil comprobar que el agente
sepa que el bien a hurtar sea el único medio de subsistencia del agraviado -
porque así lo manifestaría en su declaración - por lo tanto si no se cumple el tipo
subjetivo, la agravante no existiría, entonces podríamos decir que si el valor del
bien sustraído no supera una RMV estaríamos frente al tipo base del hurto,
remitiéndonos a los artículos 185º y 444º CP, cuestión rara, dado que lo que lo
se busca es proteger a las personas de un mayor desvalor de la acción.

Por esto creemos que hay algunas agravantes, como ésta, que no cumplen con
35
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

la función de proteger al agraviado de una pluriofensividad de acciones del


agente, tal y como se mencionó en el Acuerdo Plenario Nº 04-2011/CS-116, y
por tanto no deben ser descritas en el artículo 186º, debido a que existen otras
circunstancias que sí encuadrarían mejor en el tipo penal.

2.6.9. SOBRE VEHÍCULO AUTOMOTOR, SUS AUTOPARTES O


ACCESORIOS

Salinas Sicccha (2015) aquí la agravante se configura o materializa cuando el


objeto del hurto es un vehículo, sus autopartes o accesorios. Se busca proteger
el patrimonio de las personas que cuentan con un vehículo en su poder. p. 86-87

Comentario de los autores:

Esta circunstancia agravante no nos parece adecuada, debido a que solo se


estaría brindando protección jurídica a personas con un nivel económico
adquisitivo superior por sobre quienes no cuentan con recursos económicos
suficientes para adquirir un vehículo automotor.

Vemos que se está incurriendo en una diferenciación de clases sociales al


momento proteger ciertos bienes de las personas, distinción innecesaria en un
estado de derecho, donde se procura la seguridad jurídica de todos por igual y
no de unos cuantos, más aún cuando ya existen otras circunstancias que
pudieran agravar el hurto como el agente que actúa en calidad de integrante de
una organización criminal, agravantes que ya de por sí representan un mayor
desvalor de la acción.

Además no creemos que el hurto de autopartes tenga que ser agravante cuando
el monto de lo sustraído no supere una RMV, cosa diferente sería cuando se
produjera el hurto del vehículo automotor en sí.

Incluso también creemos que el legislador está incurriendo en un exceso de


circunstancias que suceden en el día a día, cayendo en un aburrimiento al
momento de legislar cada situación delictiva. Así lo ve el maestro Peña-Cabrera
(2014) cuando dice que “la excesiva taxatividad de las conductas típicas, que se
recogen en el listado de circunstancias agravantes, ha supuesto una técnica

legislativa caracterizada por el Casuismo exagerado”. p. 217.

36
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

2.6.10. SOBRE BIENES QUE FORMAN PARTE DE LA INFRAESTRUCTURA O


INSTALACIONES DE TRANSPORTE DE USO PÚBLICO, DE SUS EQUIPOS O
ELEMENTOS DE SEGURIDAD, O DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS PÚBLICOS DE
SANEAMIENTO, ELECTRICIDAD, GAS O TELECOMUNICACIONES.

Salinas Sicccha (2015) Esta agravante, fue por la Ley N° 29583, de setiembre
de setiembre de 2010, se configura cuando el agente sustrae ilícitamente bienes
que forman parte de la infraestructura o instalaciones de transportes de uso
público. O también el agente sustrae bienes de los equipos y elementos de
seguridad de la infraestructura o instalaciones del transporte de uso público (…)
Este accionar no solo implica la destrucción parcial de la infraestructura del
transporte, sino que afecta considerablemente el desarrollo del país. p.87

Salinas Siccha (2015) se configura cuando el agente dolosamente sustrae


ilícitamente bienes que forman parte de la infraestructura o instalaciones de
empresas destinadas a prestar servicios públicos de saneamiento, electricidad,
gas o telecomunicaciones. Los objetos de sustracciones pueden ser medidores,
tapas de buzones, pozos, casetas, alambres, postes de alumbrado público,
tuberías metálicas, etc. p.88

Comentario de los autores:

Nosotros creemos que esta agravante se justifica por el daño que el agente le
produce a la sociedad al hurtar bienes que forman parte instalaciones de
transporte de uso público, de prestación de servicios públicos de saneamiento,

electricidad, gas o telecomunicaciones por cuanto la afectación a éstos genera


dificultad en el normal de desarrollo de la vida cotidiana.

El hurto de medidores, alambres, postes de alumbrado, tuberías, etc., implica


una grave afectación a terceros en su vida diaria, como por ejemplo puede ser el
corte del servicio de luz por la sustracción de cableado eléctrico, o la suspensión
del servicio de agua por el daño al momento de hurtar tuberías que generan
pérdidas tanto a la empresa que brinda el servicio como a quienes se les ofrece.
Es decir, que para el hurto con esta agravante no importa el valor del bien
sustraído, sino que su reproche va más allá del valor en dinero del bien, sino que
se ve reflejado en el daño y afectación que éste genera a la sociedad.

El hurto de bienes o partes de infraestructuras de transporte de uso público

37
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

también genera pérdidas y afecta a la sociedad, por cuanto si se sustrae


material metálico de un puente o de un ferrocarril también veremos un daño
sustancial al comercio, libre tránsito, etc. por no poder circular los medios de
transporte normalmente.

2.6.11. EN AGRAVIO DE MENORES DE EDAD, PERSONAS CON


DISCAPACIDAD, MUJERES EN ESTADO DE GRAVIDEZ O ADULTO
MAYOR

Salinas Sicccha (2015) La agravante recogida en el inciso 11 del segundo


párrafo del artículo 186 se configura cuando el agente comete hurto en agravio
de menores de edad. No hay mayor discusión en considerar menores a la las
personas que tienen una edad por debajo de los dieciocho años. Así está
previsto en el inciso 2 del numeral 20 del Código Penal, en el artículo 42 del
Código Civil

y en el artículo 1 del Texto Único Ordenado del Código del Niño y adolecente.
Las circunstancias agravantes se materializan cuando el agente dirige los actos
de sustracción y apoderamiento con fines lucrativos en contra del menor. El
término “agravio” implica, no solo el desmedro o mermar patrimonialmente, sino
también un direccionamiento atemorizador que afecta directamente al menor.
p.88-89

Salinas Sicccha (2015) Se agrava el hurto cuando la víctima es discapacitada.


La Ley N° 29407, del 18 de setiembre de 2009, incorporo esta agravante. Se
configura cuando el agente comete hurto sobre persona que sufre incapacidad
física, mental o sensorial. Se justifica el agravante, toda vez que el agente se
aprovecha de la especial debilidad de aquellas personas, sabiendo
perfectamente que ellas no opondrán alguna clase de resistencia y, por tanto, no
ponen en peligro el logro de su finalidad, que es obtener un provecho
patrimonial. p.89

Salinas Siccha (2015) También se agrava la conducta delictiva de hurto y, por


tanto, el autor o autores y participantes merecen mayor pena cuando la víctima
se encuentre en estado de gestación. p.90

Salinas Siccha (2015) También se agrava cuando la víctima pertenece al grupo


de adultos mayores. La Ley N° 30076 en forma atinada modifico esta agravante.

38
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

Antes se refería a ancianos, ahora en coherencia con la ley de Personas Adultas


Mayores N° 28803, la agravante aparece cuando la víctima del hurto es un
Adulto Mayor que de acuerdo con el artículo 2 de la citada ley, se entiende por
persona adulta mayor a todo aquel que tenga 60 a más años de edad. p.90

Comentario de los autores:

Estas agravantes, a razonar del legislador, requieren una mayor protección


jurídica, puesto que una de las características que estas personas tienen en
común es el estado de vulneración que el agente puede violentar con mayor
facilidad. Como por ejemplo, un menor de edad no tiene la misma capacidad de
cuidado ante un posible hurto como sí lo tiene un adulto, así mismo la mujer en
estado de gravidez o adulto mayor que por su mismo estado físico son más
vulnerables ante los agentes que cometen el ilícito sin oponer resistencia alguna.

Pero también tenemos que apreciar que si el hecho no representa un


significativo riesgo para la persona agraviada, tanto en su integridad física y
psicológica, y el monto de lo sustraído es de un ínfimo valor pecuniario, no
debería ventilarse en el ámbito penal, porque no existe un hecho con mayor
relevancia social, y por el contrario debe ser del ámbito de los juzgados de
faltas.

2.6.12. SOBRE BIENES QUE FORMAN PARTE DE LA INFRAESTRUCTURA O


INSTALACIONES PÚBLICAS O PRIVADAS PARA LA EXPLORACIÓN,
EXPLOTACIÓN, PROCESAMIENTO, REFINACIÓN, ALMACENAMIENTO,
TRANSPORTE, DISTRIBUCIÓN, COMERCIALIZACIÓN O ABASTECIMIENTO
DE GAS, DE HIDROCARBUROS O DE SUS PRODUCTOS DERIVADOS,
CONFORME A LA LEGISLACIÓN DE LA MATERIA.

2.7. AGRAVANTES SANCIONADAS CON PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD NO


MENOR DE OCHO NI MAYOR DE QUINCE ANOS.

 CUANDO EL AGENTE ACTÚA EN CALIDAD DE JEFE,


CABECILLA o DIRIGENTE DE UNA ORGANIZACIÓN
DESTINADA A PERPETRAR HURTOS.−
Esta circunstancia agravante prevista en la última parte del artículo 186 que
se agrava por la condición, rango o calidad del sujeto activo, sin justificación
racional, rompe con el derecho penal de acto para dar paso al derecho
39
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

penal de autor que con razón Rojas Vargas afirma es repudiable, al igual
que la responsabilidad objetiva como forma de imputación, por contravenir
los principios que rigen el derecho punitivo contemporáneo.

La agravante exige la concurrencia de dos elementos: Primero, el agente


debe actuar en calidad de jefe, cabecilla o dirigente de una organización
delictiva; y, segundo, esta organización debe estar destinada o tenga como
actividad o finalidad la comisión de delitos contra el patrimonio. Sin duda
para determinar si estamos ante una organización delictiva el operador
jurídico deberá verificar si ésta tiene cierta permanencia en el tiempo y
existe separación de funciones o roles entre sus integrantes. No
necesariamente se exige que la organización tenga una especie de estatuto
o reglamento interno de cumplimiento obligatorio, sino que por la forma de
comisión reiterada de hechos parecidos, sus propios integrantes identifican
al jefe, cabecilla o dirigente. El agente será identificado como tal y será
merecedor a la sanción prevista cuando concurre la agravante en
comentario, siempre que actúe liderando una organización de tres o más
personas cuya finalidad sea cometer hurtos.

Con tal razonamiento, es evidente que no compartimos el criterio rígido


expresado al definir como jefe a quien tiene la máxima prerrogativa o
jerarquía dentro de la organización delictiva; dirigente, en cambio, es quien
desde roles definidos y precisos conduce orgánicamente las acciones
delictivas, por lo general en relación de subordinación al jefe. La
organización puede tener varios dirigentes según áreas o zonas; y, será
cabecilla, quien cumple funciones de liderazgo en determinados actos
delictivos pudiendo haber sido nominado por el jefe o dirigente o surgir
producto de los hechos. Pues estos rótulos varían dependiendo de qué tipo
de organización se trate. Sin duda, si sólo se tratara de bandas, lo
expresado por el citado autor tendría perfecta cabida, sin embargo como ha
quedado establecido el legislador al referirse a organizaciones, ha tratado
de englobar a todo tipo de grupos que se dedican a cometer delitos contra
el patrimonio. Grupos que por ejemplo en lugar de jefe tienen cabecilla.

Esta agravante complementa la hipótesis prevista en el inciso 1 de la

40
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

segunda parte del art. 186 del C.P., en el sentido que aquel supuesto prevé
la conducta del integrante de la organización en tanto que esta, prevé la
conducta del líder de la organización. En consecuencia, según la condición
del agente dentro de la organización se le impondrá la pena prevista que
comparativa-mente se diferencia apreciablemente.

2.8. PENALIDAD.
De presentarse cualquiera de las hipótesis previstas en los primeros seis incisos
del artículo 186, la pena será privativa de libertad no menor de tres ni mayor de
seis años. En tanto que si se presentan los supuestos de los cinco siguientes
incisos la pena será privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho.
Mientras que si se verifica la concurrenci a de la agravante prevista en la última
parte del artículo 186, la pena privativa de libertad será no menor de ocho ni
mayor de quince años.

I. Acuerdo Plenario Nº 4-2011/CS-116


El 06 de diciembre del 2011, la Corte Suprema de Justicia mediante
Acuerdo Plenario Nº 4-2011/CS-116, y publicada en el Diario El Peruano el
30 de mayo del 2012, estableció que para tipificar el delito de Hurto
Agravado no era necesario tomar el valor pecuniario del bien objeto
material del delito, en atención a las circunstancias que agravan la
comisión del hecho punible, por cuanto no solamente se vulnera el
patrimonio del agraviado, sino que también se vulnera otros bienes
jurídicos que están bajo la tutela del Estado para llegar al objetivo del Hurto
Agravado, que es la sustracción de manera dolosa un bien ajeno.

En nuestro país, nuestro Código Penal no diferencia el monto deducible del


bien sustraído para el delito de Hurto Agravado, conforme lo prescribe el
artículo 186° en su texto, ya que sólo describe unas circunstancias que
agravan el delito de hurto en su tipo base, debido a la pluriofensividad de
otros bienes jurídicos protegidos que el estado también tutela.

Ante esta situación debemos tener en cuenta que se ha dado una


apreciación al respecto emitida por la Corte Suprema de Justicia de la
República, mediante reunión de la Sala Penal Permanente y Transitoria,
denominado Acuerdo Plenario Nº 4-2011/CJ-116, en la que se fundamenta
41
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

que no es necesario el valor del bien mueble sustraído para configurar el


delito de Hurto Agravado, basándose en los siguientes argumentos:

a) El hurto agravado importa una pluriofensividad de bienes jurídicos.

b) En irrestricto respeto al principio de legalidad – base fundamental


del Derecho Penal -, el artículo 444º CP exige taxativamente un
monto superior a una remuneración mínima vital tan solo para el
supuesto de hecho del artículo 185º CP (hurto simple), mas no del
hurto agravado (artículo 186º CP), por lo que debe concluirse en
forma lógica y coherente que nuestro sistema punitivo no exige
cuantía para la configuración del hurto agravado.

c) Impide se genere impunidad de las conductas ilícitas.

Bien es cierto que en el primer punto, tal y como lo expresa la norma,


existen circunstancias que agravan el delito, debido a que atentan o
suponen una mayor lesividad hacia al agraviado, aun cuando el fin último
del agente activo sea el apoderamiento del bien patrimonial; pero como
sabemos por el principio de legalidad, las normas derivadas de una norma
tipo base y que gravan la punibilidad atendiendo a ciertas circunstancias
especiales, tienen que cumplir los requisitos de ésta para que se configure
las formas agravadas, cuestión que no ha sido ampliamente definida por la
mayoría de magistrados intervinientes en el acuerdo plenario en mención.

Tal es así que quienes están de acuerdo en que no se debe tomar en


cuenta el valor del bien mueble objeto del hurto, basan su hipótesis en que
el Hurto Agravado es una modalidad específica del hurto cuya estructura
típica se construye a partir del tipo básico pero que conserva respecto a
éste un margen de autonomía específica.

Sin embargo hay un voto discordante del magistrado Prada Saldarriaga


que esgrime su hipótesis con base en que el delito de hurto agravado tiene
que cumplir todos los requisitos del tipo base, incluyendo el monto del bien
mueble que tiene que superar una remuneración mínima vital, muy aparte
de las circunstancias agravantes que se describen en el artículo 186º del
código penal.

42
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

Prado Saldarriaga no nos habla de un delito de hurto agravado, si no que


para él existe un delito de hurto con agravantes, es decir que concurren
dentro del delito ciertas circunstancias que agravan la pena de acuerdo a lo
pensado por el legislador, pero siempre y cuando se cumpla lo normado
por el art. 444º del CP vigente, por lo que el valor del bien tiene que ser
mayor a una remuneración mínima vital. A esto le suma que si bien la
norma no lo define expresamente, tal como tampoco lo hace el art. 185º del
CP que prescribe el hurto simple, se debe recurrir a lo estipulado en el art.
444º del CP que distingue las faltas con los delitos en materia patrimonial.

II. Expediente Nº 4531 – 2005–Primera Sala Penal Transitoria de


Lima
El 24 de enero del 2006, se emitió resolución judicial de la Primera Sala
Penal Transitoria de Lima, recaída en el Expediente Nº 4531-2005, en el
cual se establece como condición necesaria de delimitación el valor del
objeto de la acción en el delito de hurto y faltas contra el patrimonio.

En esta resolución, que en primera instancia se tipificó el delito contra el


patrimonio, como robo en agravio de Jhonny Ángel Delgado Cueva, por
cuanto la víctima fue acorralada contra la pared y lograron sustraerle ocho
nuevos soles con cincuenta céntimos, y que mediante recurso de nulidad
interpuesto por los acusados, el superior jerárquico determinó que durante
el hecho punible no se utilizó violencia y amenaza, y que el valor de bien
sustraído no superaba las cuatro remuneraciones mínimas vitales, es decir
que el “valor del objeto de la acción – diferencia cuantitativa – (…) cuando
no sobrepasa las cuatro remuneraciones mínimas vitales estamos frente a
una falta contra el patrimonio…” (Exp. 4531- 2005-Lima. Primera Sala
Penal Transitoria).

Hemos podido apreciar que el juez superior, haciendo uso de los principios
de legalidad y mínima intervención, dispuso que el hecho no resulte
punible por el derecho penal, por cuanto lo dispone la norma 444º del
código sustantivo que describe las faltas contra el patrimonio.

Del mismo modo en la Sentencia recaída en el Exp. Nº 912-06, expedida


por la Cuarta Sala Especializada en lo penal para Procesos con Reos

43
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

Libres de fecha 09 de abril de 2007, se delimita también el valor del bien


objeto del delito para diferenciar entre delito y falta contra el patrimonio,
siendo expresado en el Considerando Tercero lo siguiente:

“Que para la materialización del delito de Hurto Agravado, se requiere en


primer término, que la conducta atribuida al agente se encuadre en el tipo
base del delito de hurto, contenido en el numeral 185º del Código Penal,
necesariamente concordante con el numeral 444º del mismo cuerpo legal,
esto es que se trate del apoderamiento ilegítimo de un bien mueble, total o
parcialmente ajeno, cuyo valor sobrepase las cuatro remuneraciones
mínimas vitales…” (Peña, R. (2010) Pág. 180-181).

III. Acuerdo Plenario Jurisdiccional Distrital en Materia Penal de


Ucayali
El 18 de diciembre del 2009, se realizó en la ciudad de Pucallpa un
Acuerdo Plenario Jurisdiccional Distrital en Materia Penal I 2009, donde
trece magistrados, entre ellos jueces superiores, vocales integrantes de las
salas especializadas y jueces de juzgados especializados en materia penal
atendieron y discutieron, entre otros, la problemática de aplicación del
artículo 186º del código penal peruano, por lo que se plantearon la
pregunta a tratar como Tema 1 si se puede aplicar la cuantía para la
configuración del delito de Hurto Agravado, a lo cual se planteó una
ponencia y discusión en la misma, obteniendo como resultado dos
posiciones discordantes respecto a la valoración del quantum como
referencia para configurar el delito de hurto agravado, con referencia al
artículo 444º del código penal.

La primera postura se inclina a favor de que el delito de Hurto Agravado es


autónomo y dada las circunstancias agravantes NO importa la cuantía,
exponiendo los argumentos siguientes:

1. En el principio de legalidad pues el artículo 444º del Código Penal,


modificado por la Ley Nº 28726, establece: “El que realiza cualquiera
de las conductas previstas en los artículos 185 y 205 cuando la
acción recae sobre un bien cuyo valor no sobrepase una
remuneración mínima vital, será reprimido con prestación de

44
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

servicios comunitarios de cuarenta a ochenta jornadas o con sesenta


a ciento veinte días-multa, sin perjuicio de la obligación de restituir el
bien sustraído o daño”.

2. Es así, que la norma acotada sólo hace referencia al supuesto de


hurto simple regulado en el artículo 185º del C.P. y no a los
supuestos de hurto agravado regulados en el artículo 186º del
mencionado cuerpo legal.

3. (…) de lo anotado se verifica que la interpretación sistemática de las


normas señaladas no permiten establecer que se daba aplicar la
cuantía de 01 R.M.V. para los supuestos de hurto agravado.

4. La exclusión del referente pecuniario racionalizador a decir de Rojas


Vargas se encuentra: (…) en diversos factores de pluriofensividad de
la acción típica circunstanciada (…), es así que los hurtos agravados
resultan ser modalidades específicas del hurto cuya estructura típica
depende del tipo básico pero que conservan en relación a éste un
específico margen de autonomía operativa.

5. En lo concerniente a la pluriofensividad de la acción típica


circunstanciada se verifica que en el hurto agravado se adiciona el
riesgo para otros bienes jurídicos, tales como: la intimidad y la
integridad, en otros casos concurre una especial peligrosidad del
agente o procura el aseguramiento en su proceder…, siendo
irrelevante por ello la cuantía mínima de una R.M.V. contenida en el
artículo 444 del Código Penal.

6. De otro lado (…) la Corte Suprema de Justicia de San Martín en su


Pleno Distrital en materia penal de 2008… se llegó a un acuerdo por
mayoría en el sentido que: “No es necesario considerar que supere
una remuneración mínima vital para la configuración del delito de
hurto agravado sino que debe apreciarse otras circunstancias
preestablecidas en la norma penal”.

La segunda postura es contraria a la primera, expresando que SÍ se debe


tomar como referencia el valor del bien para configurar el delito de Hurto

45
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

Agravado siempre que se determine previamente todos los elementos del


tipo base, es decir el Hurto simple, teniendo como fundamentos a decir del
doctor René Eduardo Martínez Castro que de no hacerlo se estaría
afectando los principios de Lesividad y Proporcionalidad.

Así mismo el doctor Tiberio Juan Aquino Osorio concluye que “por el
principio de legalidad, sí se debe de tener en cuenta la cuantía como
elemento objetivo … de Hurto Agravado, considerando que el artículo 186
del código penal no describe conducta alguna, sino algunas circunstancias
por el cual (…) se agrava…” (I Pleno Jurisdiccional en Materia Penal –
Ucayali 2009).

Luego de un largo debate y discusión entre los magistrados intervinientes


se procedió a la votación por los señores Jueces Superiores Titulares,
obteniendo como acuerdo del pleno la postura número dos que expresa
que sí se debe tomar en cuenta la cuantía para la configuración del delito
de hurto agravado, porque por el principio de legalidad se tiene que
determinar primero la estructura del tipo base, es decir, el Hurto.

Como podemos ver coexisten en nuestra realidad jurídica dos posiciones


en cuanto a la aplicación del artículo 186º del código penal, en cuanto si se
debe o no tomar en cuenta el valor del objeto del delito en el Hurto
Agravado, atendiendo o no a las circunstancias agravantes que
supuestamente afectan otros bienes jurídicos que también requieren de
especial protección del Estado, es decir que “aun cuando el valor del bien
materia de sustracción se encuentre dentro de los límites de la falta, si
concurre una circunstancia agravante, no parece adecuado que la reacción
estatal esté sólo orientada por ese elemento del tipo objetivo (monto
referencial para ser considerado delito), sin valorar la presencia de
aquellas circunstancias que en nuestra sociedad han sido consideradas
como gravosas y merecedoras de mayor reproche penal. (Gálvez, T. y
Delgado, W. (2011). Pág. 693).

46
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

REFERENCIAS

I Acuerdo Plenario Jurisdiccional Distrital en Materia Penal de Ucayali. 18 de


diciembre de 2009. Recuperado de www.pj.gob.pe

Acuerdo Plenario Nº 4-2011/CS-116. Lima Perú – 6 diciembre 2011.

Recuperado de www.pj.gob.pe

Caro J. y García C. (2002). Derecho Penal Patrimonial. Lima-Perú. Editorial y


Liberia Grijley. E.I.R.L.

Etcheberry, A. (1999). Derecho Penal Parte General. Tomo I. Santiago de Chile:


Editorial Jurídica de Chile.
Gálvez, T. y Delgado, W. (2011). Derecho Penal Parte Especial Tomo II. Lima:
Jurista Editores.
Ossorio, M. (s/f) Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales.

Editorial Heliasta.Osorio, M. (1999). Diccionario de Ciencias Políticas y Sociales.


(26° Edición).

Peña-Cabrera, A. (2010). Derecho Penal Parte Especial Tomo II. (Edición


actualizada). Lima: Editorial IDEMSA.

Peña-Cabrera, A. (2014). Derecho Penal Parte Especial Tomo II. (Segunda


Edición). Lima: Editorial Moreno S.A.

Salinas S., R. (2013). Derecho Penal Parte Especial. (Quinta Edición) Lima-
Peru. Editora y Librería Grijley. E.I.R.L

Salinas S., R. (2015). Delitos Contra el Patrimonio. (Quinta Edición) Lima-Peru.

Pacifico Editores. S.A.C.

Reátegui, James (2015) Manual de Derecho Penal Parte Especial. (Primera


Edición) Lima – Perú: Pacífico Editores S.A.C.

47
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

Contenido
INTRODUCCIÓN...............................................................................................2
Delitos contra el Patrimonio........................................................................3
1. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO EN LOS DELITOS PATRIMONIALES:
PROPIEDAD O PATRIMONIO...............................................................3
a) Teoría Jurídica del patrimonio y protección de la propiedad............3
b) Teoría fáctico- económica del patrimonio y protección de la
propiedad......................................................................................................4
1.1. Valoración económica de los bienes...........................................6
2. HURTO AGRAVADO.............................................................................8
2.1 TIPO PENAL..........................................................................................8
2.2 TIPICIDAD OBJETIVA...........................................................................9
2.3 AGRAVANTES SANCIONADAS CON PENA PRIVATIVA DE
LIBERTAD NO MENOS DE TRES NI MAYOR DE SEIS AÑOS:.........11
2.3.1 DURANTE LA NOCHE.−.....................................................................11
2.3.2 MEDIANTE DESTREZA, ESCALAMIENTO, DESTRUCCIÓN O
ROTURA DE OBSTÁCULOS.−...........................................................12
2.3.2.1. Hurto mediante destreza.−............................................................12
2.3.2.2. Hurto por escalamiento.−.............................................................14
2.3.3.3 Hurto mediante destrucción de obstáculos.−...............................15
2.3.3.4. Hurto por rotura de obstáculos.−.................................................16
2.3.3. CON OCASIÓN DE INCENDIO, INUNDACIÓN, NAUFRAGIO,
CALAMIDAD PUBLICA o DESGRACIA PARTICULAR DEL
AGRAVIADO.−.....................................................................................17
2.3.3.1. Hurto con ocasión de incendio.−................................................17
2.3.3.2. Hurto producido en inundación.−...............................................18
2.3.3.3. Hurto perfeccionada en naufragio.−...........................................18
2.3.3.4. Hurto ocasionado en calamidad pública.−................................19
2.4. SOBRE LOS BIENES MUEBLES QUE FORMA EL EQUIPAJE DE
VIAJERO.−...........................................................................................20
2.5. MEDIANTE EL CONCURSO DE DOS o MAS PERSONAS.−.............21
2.6. AGRAVANTES SANCIONADAS CON PENA PRIVATIVA DE
LIBERTAD NO MENOS DE CUATRO NI MAYOR DE OCHO AÑOS: 23
2.6.1. EN CASA HABITADA.−........................................................................23
2.6.2. POR UN AGENTE QUE ACTÚA EN CALIDAD DE INTEGRANTE DE
UNA ORGANIZACIÓN DESTINADA A PERPETRAR ESTOS
DELITOS.−...........................................................................................25
2.6.3. SOBRE BIENES DE VALOR CIENTIFICO QUE INTEGRAN EL
PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN.−....................................26
DERECHO PENAL V (PARTE ESPECIAL II)

2.6.4. MEDIANTE LA UTILIZACIÓN DE SISTEMAS DE TRANSFERENCIA


ELECTRÓNICA DE FONDOS, DE LA TELEMÁTICA EN GENERAL o
LA VIOLACIÓN DEL EMPLEO DE CLAVES SECRETAS.−...............28
2.6.5. COLOCANDO A LA VICTIMA O A SU FAMILIA EN GRAVE
SITUACIÓN ECONÓMICA.−................................................................32
2.6.6. CON EMPLEO DE MATERIALES o ARTEFACTOS EXPLOSIVOS
PARA LA DESTRUCCIÓN o ROTURA DE OBSTÁCULOS.−............32
2.6.7. UTILIZANDO EL ESPECTRO RADIOELÉCTRICO PARA LA
TRANSMISIÓN DE SEÑALES DE TELECOMUNICACIÓN
ILEGALES............................................................................................33
2.6.8. SOBRE BIEN QUE CONSTITUYA ÚNICO MEDIO DE SUBSISTENCIA
O HERRAMIENTA DE TRABAJO DE LA VÍCTIMA............................34
2.6.9. SOBRE VEHÍCULO AUTOMOTOR, SUS AUTOPARTES O
ACCESORIOS......................................................................................35
2.6.10. SOBRE BIENES QUE FORMAN PARTE DE LA
INFRAESTRUCTURA O INSTALACIONES DE TRANSPORTE DE
USO PÚBLICO, DE SUS EQUIPOS O ELEMENTOS DE SEGURIDAD,
O DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS PÚBLICOS DE SANEAMIENTO,
ELECTRICIDAD, GAS O TELECOMUNICACIONES...........................36
2.6.11. EN AGRAVIO DE MENORES DE EDAD, PERSONAS CON
DISCAPACIDAD, MUJERES EN ESTADO DE GRAVIDEZ O ADULTO
MAYOR................................................................................................37
2.6.12. SOBRE BIENES QUE FORMAN PARTE DE LA
INFRAESTRUCTURA O INSTALACIONES PÚBLICAS O PRIVADAS
PARA LA EXPLORACIÓN, EXPLOTACIÓN, PROCESAMIENTO,
REFINACIÓN, ALMACENAMIENTO, TRANSPORTE, DISTRIBUCIÓN,
COMERCIALIZACIÓN O ABASTECIMIENTO DE GAS, DE
HIDROCARBUROS O DE SUS PRODUCTOS DERIVADOS,
CONFORME A LA LEGISLACIÓN DE LA MATERIA..........................38
2.7. AGRAVANTES SANCIONADAS CON PENA PRIVATIVA DE
LIBERTAD NO MENOR DE OCHO NI MAYOR DE QUINCE ANOS.. .38
 CUANDO EL AGENTE ACTÚA EN CALIDAD DE JEFE, CABECILLA
o DIRIGENTE DE UNA ORGANIZACIÓN DESTINADA A
PERPETRAR HURTOS.−....................................................................38
2.8. PENALIDAD.........................................................................................40
I. Acuerdo Plenario Nº 4-2011/CS-116..................................................40
II. Expediente Nº 4531 – 2005–Primera Sala Penal Transitoria de Lima
42
III. Acuerdo Plenario Jurisdiccional Distrital en Materia Penal de
Ucayali 43

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