Sobreadaptación
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Sobreadaptación
SOBREADAPTACIîN Y
ENFERMEDAD PSICOSOMçTICA
DIRECTOR: ALUMNA:
DR. JUAN AGUILERA MU„OZ MARêA DEL CARMEN HIDALGO A.
CUENCA-ECUADOR
2005
ABSTRACT
This thesis is written with a psychoanalytical perspective of the over adaptative and the
psychosomatic illness that is generated by cause of the rupture.
These characteristics that are usually seen on patients with a particular operation:
Òdifficulty of registering the presence of the psycho suffering in their mental systemÓ, it
could be deserted on a variety of pathologies, one of the most research is the
psychosomatic illness, it comes from the failure of the fundamental stages of My self.
The psychosomatic illness uses methods to manage the conflicts generated by a deficient
maternal branch relationship, his sets up the basis of a defence that neglects the body to
avoid the contact with emotions that were the ones who generated it, also judging a
disorder during the symbolization process that distinguishes the other psychopathologist
charts that compromises the body within its pathology starting from the methods that
make possible its expression as well as the meaning of the corporal symptom seems to
denounce.
A mi familia
AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer de manera muy especial a mis padres y hermanos por el apoyo
incondicional en todos los proyectos de mi vida y aœn m‡s durante mi formaci—n
profesional.
P‡g.
INTRODUCCIîNÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ 8
1. ADAPTACIîNÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ. 10
1.1 ConceptoÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ.. 10
2. SOBREADAPTACIîNÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ 12
2.2 ConceptoÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ... 12
2.3 Caracter’sticasÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ... 13
5. PSICOSOMçTICAÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ. 29
5.1 ConceptoÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ.. 30
5.2 Trastornos Psicosom‡ticosÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ... 31
6. CORREDORES BIOLîGICOSÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ 34
6.1 ConceptoÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ. 34
6.2 Sistema Nervioso Aut—nomoÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ.. 35
6.3 Sistema InmunitarioÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ 35
6.4 Sistema EndocrinoÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ.. 36
6.5 HerenciaÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ.. 37
CONCLUSIONESÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ. 42
BIBLIOGRAFêAÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ 43
INTRODUCCIîN
Estos pacientes dif’ciles de abordar por sus dificultades para expresar y asociar
vivencias con sentimientos se presentaban en un inicio con quejas de tipo som‡tico que
dominaban a tal punto el cuadro cl’nico que en un inicio resultaba muy dif’cil reconocer
la influencia mental, sin embargo su discurso reflejaba un mecanismo de disociaci—n
permitiendo ver entre l’neas la negaci—n de aspectos psicol—gicos que se inscriben en el
cuerpo como medio de expresi—n.
De esta manera tomando en cuenta que hoy en d’a los registros de nuestro mundo
cultural imponen gran exaltaci—n de los cuidados estŽticos, las expectativas de salud y el
Žxito social, pretendo enfocar en esta monograf’a las pautas de crianza de las personas
con tendencia a insertarse en el medio social con una sobre-adaptaci—n a la realidad que
contrasta con un descuido de su yo corporal.
Una vez que el ni–o abandona el vientre materno para establecer contacto con un
mundo conformado de est’mulos que desconoce en su totalidad, las partes que conforman
su personalidad est‡n carentes de unidad y coherencia por lo que su capacidad de
supervivencia depende enteramente a diferencia de otras especies de un Òauxiliar
externoÓ para adaptarse f’sica, social y psicol—gicamente al medio y construir su propia
identidad.
1.1 CONCEPTO:
Harttman defini— la adaptaci—n como Òla relaci—n rec’proca del organismo con su
medio t’picamente esperableÓ.1
La adaptaci—n, una funci—n del yo, es un proceso esperable en todo ser humano,
que se inicia desde el nacimiento, y garantiza la conservaci—n biol—gica psicol—gica y
social de un individuo.
1
HARTMANN, H, ÒComentarios sobre la Teor’a Psicoanal’tica del YoÓ, en ÒEnsayos sobre la Psicolog’a
del YoÓ, MŽxico: FCE, 1960
La rigidez o flexibilidad de la integraci—n del infante en su medio depende sobre
todo de la relaci—n que establezca con las figuras involucradas en su cuidado durante los
primeros a–os de vida, ya que mediante estas logra incorporar progresivamente reglas
externas que desplazadas hacia el mundo interior le van permitiendo una independencia
mayor del entorno, este proceso se acompa–a de logros o fracasos en la capacidad para
mediar entre las exigencias de la sociedad y la vida pulsional logrando as’ un equilibrio
entre estos polos.
2.1 CONCEPTO:
2
LIBERMAN, D., ÒObservaciones Psicoanal’ticas y Consideraciones Metapsicol—gicas acerca del Paciente
Sobreadaptado que SomatizaÓ en ÒDel cuerpo al s’mboloÓ Editorial Tres, Buenos Aires, 1986
cuerpo/mente, que no les permite registrar sensaciones que van m‡s all‡ de los receptores
exteroceptivos y que por lo tanto los lleva a estar sometidos constantemente a situaciones
de riesgo para su vida.
2.2 CARACTERêSTICAS:
El nacimiento psicol—gico del infante es un proceso lento y silencioso a travŽs del cual el
ni–o va adquiriendo habilidades adaptativas que consolidan etapas, cada una de las cuales
representa un cambio principal en relaci—n a la anterior, por lo que constituyen las bases
de la estructuraci—n de la psique. Durante cada una de las etapas las experiencias del
infante tienen consecuencias m‡s trascendentales que en otros estadios m‡s estables, en el
caso de la sobre-adpataci—n las vivencias vinculares pat—genas se conceptualizan como
puntos de fijaci—n en el establecimiento de la simbiosis y la diferenciaci—n-
individuaci—n.
Aproximadamente a partir del segundo mes esa barrera contra los est’mulos
empieza a romperse y una imperceptible conciencia del objeto que satisface las
3
SPITZ, R., ÒLa Etapa sin ObjetoÓ, en ÒEl Primer A–o de Vida del Ni–oÓ, Editorial Aguilar, Madrid, 1961
necesidades abre paso a una nueva fase denominada por Mahler Òfase simbi—ticaÓ4 que
hace referencia a la relaci—n de ’ntima acomodaci—n, entre las necesidades afectivas-
corporales del bebŽ y la respuesta materna. Esta relaci—n constituye en los primeros
meses una fusi—n madre-hijo que reemplaza la barrera instintiva inicial que protege al yo
de la tensi—n prematura.
4
MAHLER, M., ÒAlgunas DefinicionesÓ, en ÒEl Nacimiento Psicol—gico del InfanteÓ Editorial Marymar,
Buenos Aires 1979
no entran en el campo de sus ideales, de esta manera la madre en lugar de ser un escudo
protector de su hijo, necesita que sea este quien cumpla esa funci—n, en tanto que sus
propias necesidades internas permanecen sin contenci—n debido a la inversi—n de roles
que implica esta situaci—n: el hijo es el encargado de calmar la ansiedad materna y
satisfacerla mediante logros que colmen sus aspiraciones adapt‡ndose pasivamente a la
realidad y a la instauraci—n temprana de la l—gica formal de un adulto.
3.2 DIFERENCIACIîN-INDIVIDUACIîN:
5
MAHLER, M., ÒEnfoque GeneralÓ, en ÒEl Nacimiento Psicol—gico del InfanteÓ, Editorial Marymar,
Buenos Aires, 1979
Los primeros movimientos mediante los cuales el ni–o sale gradualmente del
universo de la madre hacia c’rculos mas amplios son controlados por el temor de los
padres a la capacidad agresiva y destructiva de su hijo, por lo que intentan inhibir el gateo
limitando el espacio de movimientos del ni–o, necesitan reforzar el control por temor a
que el nuevo deambulador Òhaga desastresÓ, ÒrompaÓ o ÒdesordeneÓ.
El momento de la bipedestaci—n que marca el inicio de la separaci—n-individuaci—n
propiamente dicha conforma otra situaci—n de ansiedad familiar. Se imponen nuevamente
exigencias muy altas al bebŽ; tanto en el ‡rea del lenguaje como en el de la adquisici—n de
conductas y h‡bitos de independencia.
Los padres de estos chicos son intolerantes a las continuas variaciones que presenta
este proceso, para la madre salir con el hijo en esas condiciones representa una situaci—n
de angustia por lo imprevisible de su conducta que se encuentra fuera de lo programado,
por lo tanto privan a sus hijos de hacer experimentos de l’mite corporal, distancias,
alejamientos y acercamientos, regulaci—n del equilibrio del cuerpo en movimiento en el
espacio, y adquirir nociones de altura y perspectiva que s—lo se pueden conseguir a partir
de sucesivas experiencias de mover objetos, investigarlos, trepar por ellos, caerse y
volverse a levantar.
Como en el per’odo anterior el bebŽ logra todas las acomodaciones que se esperan
de Žl, sin embargo no acceden a un autŽntico aprendizaje, en tanto este solo es posible si
puede conectarse con las ansiedades y miedos que cada cambio evolutivo supone. Por el
contrario, estos bebŽs en tanto saltean este elemento vivencial del proceso y se sobre-
adaptan a la realidad.
3.3 INTERACCIîN FAMILIAR:
De este modo el hijo real pasa a convertirse en el hijo ideal que refiere una
sensibilidad extrema a la percepci—n del estado del otro que lo obliga a satisfacer sus
necesidades, as’ como tambiŽn un anhelo de logros que est‡n m‡s all‡ de sus
posibilidades madurativas.
Dentro de esta estructura los pacientes sobre-adaptados son hijos de padres que
generalmente se ubican dentro de alguna de las siguientes modalidades:
Son padres que han estado expuestos a intensas exigencias de adaptaci—n frente a las
que fracasaron total o parcialmente, de tal manera que sus hijos siguen la direcci—n de
compensaci—n de sus fracasos y deber‡n ser exitosos generalmente en las ‡reas en las
que ellos mismos fallaron.
Otras en cambio son parejas que han tenido que atravesar por varios cambios en su
vida, con pŽrdidas y readaptaciones. Uno o ambos son inmigrantes o personas que han
realizado transformaciones bruscas a nivel cultural, social o econ—mico, por lo que
necesitan que los hijos respondan con una —ptima adaptaci—n al medio y a los
requerimientos a los que ellos no lograron adaptarse.
Existen tambiŽn padres que han atravesado serias crisis emocionales personales o en
la relaci—n de pareja por lo que el hijo pasa a tener la misi—n salvadora de unir a sus
progenitores, calmar la depresi—n de la madre o llenar el vac’o dejado por la muerte de un
ser querido.
6
LIBERMAN, D., ÒConfiguraciones Evolutivas Comunes en el Paciente Psicosom‡ticoÓ en ÒDel Cuerpo
al S’mboloÓ Editorial Tres, Buenos Aires, 1986
Los padres de estos pacientes se caracterizan en cambio por la inoperancia de sus
funciones en la crianza de los hijos, dentro de los v’nculos pat—genos encontramos los
siguientes tipos:
El padre impulsivo que compite con la madre en cambio sufre accesos de c—lera
comport‡ndose como un hermanito menor que hace rabietas infantiles por lo tanto no
puede producir cambios en la interacci—n familiar, sin embargo por el rol m‡s activo que
desempe–a puede dar lugar a un acercamiento emocional a su hijo potenciando descarga
de agresiones que generan alivio.
Finalmente tenemos padres con una fuerte conflictiva ed’pica no resuelta que
establecen una alianza perversa con la madre sometiendo a su hijo a la condici—n de un
tercero excluido. Sin embargo en momentos en los que ya no es posible excluir como por
ejemplo en el desprendimiento adolescente de los hijos con los padres, el v’nculo ilusorio
de la pareja entra en conflicto por la imposibilidad de excluir provocando separaciones o
relaciones extramatrimoniales de alguno de los miembros.
En todos los casos son padres que obstaculizan el desenvolvimiento natural del
desarrollo de sus hijos, esperan y estimulan desarrollos tempranos, y su ambici—n se
satisface en toda conducta que manifieste independencia en el mundo externo, precocidad
y autocontrol, excluyendo el dolor ps’quico, las crisis afectivas, los altibajos de humor, y
las regresiones temporarias inherentes al crecimiento normal.
Esta situaci—n moviliza intensas ansiedades anales en la madre, que no tolera que el
bebŽ pueda ensuciarse y ensuciar, de ah’ que el biber—n graduado se constituye en un
baluarte que da seguridad, pero que impide la discriminaci—n de texturas, consistencias y
temperaturas.
En el ‡rea de la maduraci—n motora se observan restricciones que impiden la
libertad de movimientos necesarios para la exploraci—n del espacio circundante, son ni–os
a los que se les tiende a inmovilizar, se los tiene poco tiempo en brazos por lo que
carecen de vivencias espec’ficas que surgen de ser mecido, arrullado y estimulado con
juegos de movimiento y ritmo. As’ en la etapa de gateo y ejercitaci—n vertical de la
marcha que entablan el desarrollo de la capacidad de investigar, reconocer y clasificar
los objetos ofreciendo un campo de conocimiento y ordenaci—n de la realidad, mediante
el uso de distintos sentidos que permiten conceptualizaciones cada vez mas abstractas,
estos bebŽs se encuentran sometidos a una conducta materna igualmente inadecuada:
instalan un control muy intenso sobre la motilidad, a travŽs de los limites del coralito, la
sillita de paseo, el andador o el ÒnoÓ de los padres.
4. RUPTURA DE LA SOBRE-ADAPTACION
Durante los primeros meses el bebŽ es incapaz de procurarse satisfacci—n por sus
propios esfuerzos por lo que necesariamente es v’ctima de situaciones traum‡ticas en las
cuales el yo angustiado se vuelve contra los instintos porque juzgando correctamente o no
los cree peligrosos.
La inhibici—n, como respuesta a la angustia se–al, tiene que ver con funciones
defensivas que no son necesariamente patol—gicas, pero que sin embargo tambiŽn puede
constituirse en s’ntoma como vemos en estos sujetos que mientras funcionan con su
estructura de sobre-adaptaci—n, la falta de angustia se–al impide la respuesta inhibici—n-
funci—n normal del yo, pero cuando dicha estructura claudica aparece la inhibici—n como
s’ntoma, que es la manifestaci—n de la rebeli—n del yo ante el sojuzgamiento a los altos
ideales maternos.
Al igual que el grupo anterior estos pacientes carecen de una se–al de alarma
defensiva y adecuada frente al dolor f’sico, por lo que son propensas a lastimarse.
Son personas que presentan una marcada torpeza motora y por esa raz—n tienen
propensi—n a sufrir accidentes: tropiezan, pierden el equilibrio, calculan mal las
distancias, se golpean y rompen cosas, manejan con brusquedad su cuerpo y los objetos,
tom‡ndoles con m‡s fuerza que la que requieren o dej‡ndolos caer.
Presentan un manejo desconectado del cuerpo, con poca habilidad para los
movimientos; no se dan cuenta de que no est‡n preparados para determinadas actividades
corporales, exponiŽndose a accidentes de distinta gravedad. As’ el accidente pasa a
convertirse en el significante de un contenido ideacional que estos pacientes no lograron
pensar y por lo tanto transmitir.
A los fines del cumplimiento del ideal exigente, son pacientes en los que el s’ntoma
som‡tico denuncia el esfuerzo excesivo al que se someten, a travŽs del —rgano que
enferma intentan recuperar la unidad psicosom‡tica rota. No tienen otra posibilidad que
responder a travŽs de enfermedades a los conflictos emocionales que no pueden registrar
y transmitir. Pero en tanto apelaron al c—digo visceral, estas respuestas no llegaron a
connotar un mensaje para los padres, transform‡ndose as’ en buenos hijos que a travŽs de
un pacto narcisista con sus progenitores, potenciaron mutuamente su omnipotencia, a
costa del sufrimiento som‡tico.
Por otra parte los trabajos realizados por Marty sobre psicosom‡tica se–alaron que
Òno existen enfermedades psicosom‡ticas sino m‡s bien enfermos psicosom‡ticosÓ8 y
describieron el Òpensamiento operatorioÓ en sus observaciones cl’nicas de pacientes con
7-8
SIVAK, R., WIATER, A., ÒConsideraciones Te—ricas. Afecto e Historia de la AlexitimiaÓ, en
ÒAlexitimia, la Dificultad para Verbalizar AfectosÓ, Editorial Paid—s, Buenos Aires, 1997
trastornos psicosom‡ticos: un pensamiento puramente detallista, ajustado a sucesos
presentes y cotidianos, con habilidades limitadas de fantas’a.
Estos pacientes localizan sus conflictos en el sistema nervioso aut—nomo que pasa a
convertirse en su medio de expresi—n privilegiado. Hay por lo tanto toda un ‡rea de su
personalidad que se expresa con el c—digo visceral.
Estos pacientes son lo que menos se declaran enfermos porque mantiene una
relaci—n de poca empat’a y de poco cuidado con su cuerpo por lo que no se les debe
confundir con los hipocondr’acos en quienes su mundo comienza y termina en la
preocupaci—n e interpretaci—n delirante de sus sensaciones cenestŽsicas y las relaciones
ficticias que mantienen con los mŽdicos y la medicina,
As’ como ellos desconocen la ’ndole de las emociones ubicadas en el cuerpo, las personas
que los rodean tampoco pueden establecer esa conexi—n. Son por lo tanto, sujetos que no
intentan movilizar a la gente en funci—n de sus s’ntomas, manteniendo una actitud de
falta de empat’a con su enfermedad y su esfuerzo corporal por lo que siempre buscan
hacerse exigir tambiŽn por los dem‡s.
5. PSICOSOMçTICA
El tŽrmino psicosom‡tico fue utilizado por primera vez en 1818 por el psiquiatra
alem‡n Johann C. Heinroth al referir que Òel origen del insomnio es psicosom‡ticoÓ.9
Dicho tŽrmino apenas aparece en la literatura mŽdica y no mŽdica durante el siglo XIX;
estando bastante avanzado el siglo XX cuando empieza a utilizarse de manera formal.
9
BELLOCH A., SANDêN B., RAMOS F., ÒSobre el Concepto de Psicosom‡ticaÓ en ÒManual de
Psicopatolog’aÓ, Editorial Mc Graw Hill, Madrid, 1995
el cuerpo separados), proponiendo en su lugar, la idea de inseparabilidad entre estos
conceptos.
5.1 CONCEPTO:
El tŽrmino psicosom‡tico, se–ala Lipowski Òno deber’a ser utilizado para implicar
causalidad, sino para referirse a relaciones rec’procas ente dichos factores implicados en
el desarrollo y curso de todas la enfermedadesÓ.11 Este autor bas‡ndose en una
concepci—n holista biopsicosocial de la salud y la enfermedad, propone la siguiente
10-11 BELLOCH A., SANDêN B., RAMOS F., ÒSobre el Concepto de Psicosom‡ticaÓ en ÒManual de
Psicopatolog’aÓ, Editorial Mc Graw Hill, Madrid, 1995
definici—n de la medicina psicosom‡tica como alternativa moderna a la antigŸedad de los
enfoques unilateralmente psic—genos:
ÒMedicina psicosom‡tica se refiere a una disciplina que trata sobre (1) el estudio de
las correlaciones de los fen—menos psicol—gicos y sociales con las funciones fisiol—gicas,
normales o patol—gicas y sobre la interrelaci—n de los factores biol—gicos y psicosociales
en el desarrollo, curso y resultado de las enfermedades; y (2) la defensa de una
aproximaci—n holista o (biopsicosocial) al cuidado del paciente y la aplicaci—n de
mŽtodos derivados de la ciencias conductuales para la prevenci—n y tratamiento de la
morbilidad humana.Ó12
12-13
BELLOCH A., SANDêN B., RAMOS F., ÒLos Trastornos Psicosom‡ticosÓ en ÒManual de
Psicopatolog’aÓ, Editorial Mc Graw Hill, Madrid, 1995
Posteriormente el DSM-II amplio el abanico de posibles trastornos al clasificarlos en
base a nueve sistemas somatofiol—gicos:
• Respiratorios
• Gastrointestinales
• Cardiovasculares
• Mœsculo-esquelŽticos
• De la piel
• Endocrinos
• Genitourinarios
• Hem‡ticos y linf‡ticos
14
BELLOCH A., SANDêN B., RAMOS F., ÒLos Trastornos Psicosom‡ticosÓ en ÒManual de
Psicopatolog’aÓ, Editorial Mc Graw Hill, Madrid, 1995
El DSM IV, mantiene la misma idea y adem‡s agrega algunas v’as mediante las
cuales los factores psicol—gicos pueden influir de forma significativa sobre el inicio y
curso de cualquier trastorno org‡nico ya sea alterando el curso de una enfermedad,
interfiriendo con el tratamiento de la condici—n mŽdica general, constituyendo un factor
de riesgo adicional para la salud de un individuo o exacerbando los s’ntomas de una
enfermedad.
As’ mismo el DSM-IV establece los siguiente seis tipos de factores psicol—gicos que
pueden influir mediante alguna de las direcciones se–alas arriba:
6.1 CONCEPTO:
Los corredores biol—gicos son mecanismos que interrelacionan las distintas ‡reas de
expresi—n del organismo. El tŽrmino corredor es utilizado para tratar de dar una mejor
idea de lo que es un proceso din‡mico de comunicaci—n y nexo y el tŽrmino biol—gico
para destacar las estructuras anat—micas y funcionales involucradas.
Es importante recalcar que en todos estos sistemas los est’mulos emocionales pueden
influir y sobre todo alterar su funcionamiento, no solo en pacientes constituidos por una
estructura sobreadaptativa con riesgo som‡tico sino en todas la personas que de una u
otra manera vivimos expuestas diariamente a situaciones estresantes que muchas veces
exceden nuestra capacidad de simbolizar y que ende se inscriben en el cuerpo como
medio de expresi—n m‡s viable.
Desde hace varios a–os se ha venido constatando que las variables de tipo
psicosocial modifican de forma importante la funci—n inmunol—gica. B‡sicamente, la
evidencia surgida en torno a este t—pico ha centrado sus esfuerzos en la influencia de los
estados emocionales negativos, y se ha llegado a concluir que los eventos relacionados
con pŽrdidas, desempleo, estrŽs acadŽmico, divorcio y separaci—n son los mas capaces de
inducir decrementos en la inmunocompetencia.
En relaci—n con el resto de corredores podemos decir que este sistema esta inervado
por el sistema nervioso aut—nomo y que tiene adem‡s receptores para numerosos
neurotransmisores y neurohormonas, as’ como otros mensajeros qu’micos producidos
por el sistema endocrino. Todo esto ha llevado a considerar al sistema inmune como el
cerebro m—vil, teniendo en cuenta que algunas cŽlulas de este sistema pueden sintetizar
molŽculas mensajeras que actœan sobre el hipot‡lamo modulando la secreci—n de otras
hormonas.
Este complejo sistema est‡ constituido por gl‡ndulas de secreci—n interna que
est‡n ordenadas por un sistema de jerarqu’as en donde hay una coordinaci—n perfecta
comandada por el hipot‡lamo encargado de traducir las —rdenes internas y externas en
factores liberadores que estimulan o inhiben la hip—fisis (gl‡ndula madre) que a su vez
se entiende con las gl‡ndulas: tiroides, timo, paratiroides, g—nadas, suprarrenales y
mamarias, las cuales producen hormonas: estructuras qu’micas sintetizadas por una
gl‡ndula de secreci—n interna, y que a travŽs del torrente sangu’neo llegan a un —rgano
para modificar su comportamiento manteniendo as’ el equilibrio del organismo.
Los est’mulos ps’quicos influyen claramente en este sistema, as’ por ejemplo las
alteraciones en el ciclo menstrual se pueden producir por situaciones emocionales que
alteran la liberaci—n de hormonas produciendo cambios en situaciones de estrŽs o
disgusto.
6.5 HERENCIA:
Todos los mecanismos y estructuras antes enumeradas discurren sobre una malla de
sustentaci—n constituida por nuestra herencia biol—gica. Podemos f‡cilmente comprender
que somos el producto de numerosos factores y que el primero de estos, determinante en
muchos aspectos, es el resultado de la combinaci—n de los genes de nuestros progenitores.
7. OTRAS TEORêAS EXPLICATIVAS
Mediante ciertos experimentos algunos autores han constatado que los tipos de
respuestas fisiol—gicas de estrŽs (por ejemplo cambios en la frecuencia cardiaca, presi—n
arterial, etc) se asociaban a caracter’sticas propias de una determinada situaci—n. Sin
embargo aunque esta teor’a no ha sido seriamente considerada por la psicosom‡tica
actual, existe evidencia experimental y cl’nica sobre la viabilidad de este tipo de
especificidad.
De acuerdo a esta teor’a, una persona tiene una parte de su cuerpo predispuesta para
enfermar independientemente del tipo de estresor. El tipo de enfermedad que puede surgir
est‡ determinada por el Òeslab—n m‡s dŽbilÓ dentro de su sistema funcional org‡nico.
Modelo de Di‡tesis-EstrŽs:
Cualquier formulaci—n que asocie una emoci—n espec’fica con una enfermedad
determinada es un ejemplo de este tipo de enfoque. Por ejemplo cuando se dice que la ira
reprimida se asocia con la hipertensi—n, la presencia de la ira reprimida se infiere del
informe del paciente (por ejemplo de lo que este Žste dice, expresa o autoinforma);
relacionamos un conjunto de variables psicol—gicas (indicadores de la ira) con un
conjunto de variables f’sicas (por ejemplo datos obtenidos con el esfigmoman—metro).
Una de las m‡s reconocidas dentro de este enfoque es la:
Esta monograf’a toca sobre todo un punto indispensable que hoy en d’a ha sido
muchas veces y por muchas personas olvidado, el hecho de que alguien que acude a una
consulta es mucho m‡s que un conjunto de s’ntomas y signos, es mucho m‡s que un
nœmero en la lista de espera de un mŽdico o psic—logo, es sobre todo un ser humano con
dolencias que acude a nosotros muchas veces no solo para ser diagn—sticado y tratado de
manera impersonal, sino para ser escuchado y atendido como si fuese nuestro primero,
nuestro œnico y nuestro œltimo paciente, solamente as’, cuando logremos comprender
que la visi—n dualista del ser humano no puede guiar nuestra vocaci—n, lograremos
avanzar y ampliar la complejidad del tratamiento humano.
BIBLIOGRAFêA