Circulos de Calidad
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Contenido
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EQUIPOS DE ALTO RENDIMIENTO: LECCIONES DE LOS PIGMEOS
MANFRED F.R. KETS DE VRIESSIETE
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un papel importante en la superación de estos retos. Sin confianza, el
riesgo derivado de estos peligros aumentaría. Hay que contar con todos.
En cualquier contexto, selva tropical o empresa occidental, si hay
confianza, muchas otras cosas quedan encauzadas. La confianza simplifica
la vida, con independencia de la organización a la que se pertenezca. Es un
antídoto contra la multiplicación de leyes y reglamentos.
También muestran gran habilidad para las relaciones y los roles: la rigidez
de comportamiento brilla por su ausencia.
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están discriminadas. Como ya se ha mencionado, las relaciones entre
hombres y mujeres son extraordinariamente igualitarias.
Marido y mujer
colaboran en muchas
actividades y nunca
obligan al otro a hacer
algo en contra de su
voluntad. Aparte de la
caza con lanza y con
arco y flechas, hay muy
poca especialización
por sexos. Las mujeres
son parte esencial del equipo de trabajo. Su aportación a la provisión de
alimentos es fundamental y participan activamente en su distribución e
intercambio. Hombres y mujeres participan en la caza con red,
normalmente juntos. El hombre recoge las setas y frutos secos que
encuentra, así como madera para hacer fuego y agua, y también cocina,
lava y limpia a los bebés cuando es necesario. La mujer participa en las
discusiones con los hombres y realiza trabajos duros cuando es necesario.
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que trae las malas noticias ofrecen ejemplos de comportamiento que
favorecen la instauración de una cultura de la confianza.
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retirar los palos que formaban la estructura de la choza. A estas alturas,
todo el poblado, que participaba en el conflicto desde el primer momento,
estaba ya alterado. Era evidente que las cosas estaban yendo demasiado
lejos. Se estaban traspasando las fronteras de la mutua asistencia. La
mujer estaba llorando y el hombre se sentía igualmente mal, pues lo
último que deseaba era perder a su esposa (si la choza llegaba a
demolerse completamente, la mujer estaba obligada a empaquetar sus
pertenencias y volver a la casa de sus padres).
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El conflicto es inevitable, pues forma parte, sin duda, de la naturaleza
humana. Sin embargo, ante un conflicto en la empresa, todos los
miembros del equipo deben estar dispuestos a apoyar, proteger y
defender a los otros. En los equipos eficaces, sus miembros hacen todo
cuanto verdaderamente está en su mano para resolver sus diferencias sin
perder el respeto. Siempre que sea posible, las situaciones de conflicto
deben replantearse como situaciones de colaboración.
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Lección 3: los miembros del equipo dialogan y se
comunican abiertamente
El humor y la risa son métodos comunes para resolver problemas entre los
miembros del grupo, ayudan a superar el estrés y las tensiones inevitables
del trabajo conjunto y contribuyen a alejar de la mente las causas del
conflicto. Lo que podríamos llamar “gestión emocional” desempeña
también un papel importante en la resolución de conflictos. Los pigmeos
no sienten vergüenza de mostrar sus sentimientos y esta buena
disposición hace mucho más fácil resolver
las controversias. De hecho, un poblado
pigmeo silencioso es un poblado pigmeo
con problemas.
Ante los delitos más terribles, los restantes miembros del grupo no toman
medida alguna; no es necesario, pues consideran que se producirá algún
tipo de repercusión sobrenatural. En caso de infracciones menores, el
acusado tiene la oportunidad de exponer su postura ante los demás
miembros del grupo; los incidentes graves son materia del molimo, que
opera en nombre de la comunidad. Los actores del molimo deben mostrar
públicamente su desaprobación de la infracción de las pautas sociales
atacando la choza del infractor, por ejemplo, o al propio infractor o
infractora en una incursión a primera hora del día. El molimo es un
elemento importante de la tradición pigmea y en este tipo de situaciones
representa el papel de la conciencia colectiva del grupo.
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El compartir, la cooperación, la independencia y la autonomía son valores
fundamentales de la sociedad pigmea.
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grupo. Un lenguaje especializado puede estrechar aún más los vínculos
internos de la comunidad. Para reforzar este proceso de vinculación, las
empresas de éxito hacen todo lo posible por seleccionar empleados que
compartan previsiblemente los valores fundamentales de la organización,
integrarlos eficazmente en el grupo y ayudarlos a interiorizar estos
principios. Por último, establecen sanciones para las infracciones de estos
valores y creencias compartidos.
Uno de los relatos que escuché entre los pigmeos hacía referencia al
incumplimiento de una de sus reglas fundamentales del comportamiento
social. Durante una jornada de caza, uno de los cazadores, frustrado por
su mala suerte (no había cobrado ninguna pieza en todo el día), se separó
del grupo y colocó su red delante de las de la tribu, con lo que atrapó el
primer animal que se acercó huyendo del ruido que hacía el otro grupo
para dirigir a las presas hacia las redes. El infractor no consiguió retirarse a
tiempo y fue descubierto cometiendo el grave delito de anteponer sus
necesidades personales a las de la comunidad. Para un pequeño grupo de
cazadores, como ya se ha señalado, la supervivencia depende
crucialmente de una colaboración estrecha y de un sistema de
obligaciones recíprocas que garantice que todos se llevan una parte de las
capturas de la jornada. Este pigmeo había violado esta regla no escrita,
había sido egoísta. La humillación y el ridículo fueron su castigo por este
comportamiento inaceptable. Las mujeres y los niños se rieron de él y
nadie le hablaba, condenado al ostracismo.
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sus compañeros), todos los miembros de la comunidad están facultados
para cuestionar la autoridad en el momento en que consideren que se
ponen en peligro los objetivos del grupo.
Sacan fruto de las diferencias existentes entre los miembros del grupo
cuando tales diferencias contribuyen al bien común. Alaban y reconocen
el trabajo individual y colectivo, y celebran los éxitos conseguidos. Asumen
como propias las decisiones del equipo y mantienen actualizado su
planteamiento mediante un seguimiento permanente. De este modo,
crean un ambiente de desarrollo y aprendizaje, y durante el proceso
animan a los miembros del grupo a evaluar sus propios avances y su
desarrollo.
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LIDERAZGO POR CAPACIDAD
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Lo que la empresa necesita son líderes respetados por la aportación que
pueden hacer al conjunto. Personas que convierten sus palabras en
hechos, que disfrutan estimulando el desarrollo de su personal, que están
dispuestas a desempeñar el papel de mentor, entrenador y animador, y
que saben cómo llevar a los demás hacia objetivos ambiciosos. Los líderes
por capacidad aceptan los razonamientos contrarios y animan a todos a
expresarse abiertamente; saben reconocer un trabajo bien hecho, alabar
los logros y establecer sistemas de recompensa adecuados para encauzar
el comportamiento del personal hacia los objetivos perseguidos. En
nuestra época de transformación y cambio, el conflicto es parte integrante
de la vida empresarial. La capacidad de resolver conflictos es, por tanto,
una habilidad importante para quienes ocupan puestos de liderazgo de
grupos. Los líderes eficaces del futuro serán maestros de la claridad y la
sinceridad, dos capacidades fundamentales para desarticular los
conflictos. Comunicarán lo que hay que hacer de modo claro e inequívoco,
haciendo imposibles las interpretaciones erróneas. Abordarán los
conflictos de modo que los obstáculos se conviertan en instrumentos de
resolución creativa de problemas y mejora de los resultados. En cualquier
caso, el trabajo en equipo es, por encima de todo, un acto de equilibrio.
Por una parte, todos los miembros merecen beneficiarse de la parte que
les corresponde en los resultados, obtener el reconocimiento por sus
logros; por otra parte, los miembros deben asumir el valor de la
colaboración, subordinando sus necesidades personales a las del grupo. La
colaboración no suele ser fácil, por lo que un ambiente constructivo de
reciprocidad constituye un favorecedor punto de partida. Los grupos que,
como los pigmeos en la selva, operan en un entorno difícil son muy
conscientes de esta necesidad de colaboración. Pese a todos los
problemas inherentes a los equipos, los pigmeos saben que es más difícil
trabajar sin ellos que con ellos. Sin ellos, sus posibilidades de
supervivencia serían escasas, dados los retos del entorno. Los miembros
de las empresas harían muy bien en tomar nota de estas lecciones de los
pigmeos.
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SISTEMAS CERRADOS FRENTE A SISTEMAS ABIERTOS
Como lección final de los pigmeos, por tanto, debemos aprender que la
supervivencia requiere no sólo una orientación interna, sino también
externa: hay que tener en cuenta los cambios del entorno exterior. La
gestión de fronteras es importante; construir puentes hacia los
participantes externos en la empresa es una tarea esencial. Las relaciones
externas son fundamentales para la eficacia de los equipos. En el caso de
los pigmeos, este ajuste externo puede ser completamente imposible.
Adaptarse a la gran sociedad requeriría una reinvención total de su
existencia, una transformación absoluta de su cultura, el fin de su mundo.
El mundo de la empresa no es un sistema tan cerrado como el de los
pigmeos. Muchas otras circunstancias lo diferencian, pero el paralelismo
sigue siendo sorprendente: al igual que los pigmeos, la empresa no tiene
más remedio que mirar más allá de sus fronteras, tiene que estar atenta a
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las nuevas discontinuidades externas, para tener al menos una
oportunidad de supervivencia y de éxito. Si no mira más allá de sus
fronteras en este mundo rápidamente cambiante, competitivo y
mundialmente interdependiente, sufrirá también consecuencias
dramáticas: el declive inexorable de su ciclo de vida, hasta la muerte de la
empresa. Una forma de gestionar la continuidad, de crear empresas que
perduren, es el trabajo en equipo. La empresa que se dota de las
herramientas del trabajo eficaz en equipo cuenta con una ventaja
competitiva, una posición avanzada hacia el éxito. En cualquier caso,
dominar estas herramientas requiere un considerable esfuerzo
psicológico. El estadista y novelista francés René Chateaubriand dijo en
una ocasión: “No se aprende a morir matando a otras personas”. Los
pigmeos han hecho realidad esta afirmación. Saben cómo cuidar los unos
de los otros. Los miembros de las empresas de nuestra sociedad
postindustrial harían muy bien en comprender también este principio.
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