Libro Semblanzas 1 Ed Elec PDF
Libro Semblanzas 1 Ed Elec PDF
Libro Semblanzas 1 Ed Elec PDF
Facultad de Humanidades
M.A. Walter Mazariegos Biolis
Decano
Dra. Iliana Cardona de Chavac
Secretaria Académica
Lcda. Mayra Solares
Secretaria Adjunta
M.A. Elsa Nuila Paredes
Directora del Departamento de Letras
928
M244
Maldonado Enríquez de Masaya, Nancy Noemí. Premio Nacional de Literatura
«Miguel Ángel Asturias»: Semblanzas de los galardonados, 1988-2012
/ Nancy Noemí Maldonado Enríquez de Masaya. – Guatemala:
USAC, Facultad de Humanidades, Instituto de Estudios de la Litera-
tura Nacional (INESLIN), 2013.
ISBN: 978-9929-40-320-8,
De conformidad con la ley, se prohíbe la reproducción parcial o total de esta obra, en
cualquier tipo de soporte, sea mecánico, fotocopiado o electrónico sin la respectiva
autorización del titular de los derechos.
Impresión:
Dirección General de Investigación (DIGI)
Universidad de San Carlos de Guatemala
Ciudad Universitaria, zona 12. Edificio S-11
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«El Cuco de los Sueños va hilando los cuentos. De los telares asciende un
siseo de moscas presas. Un raz-raz de escarabajo escapa de los rincones
venerables donde los cronistas del rey, nuestro señor, escriben de las cosas
de Indias. Un lero-lero de ranas se oye en los coros donde la voz de los
canónigos salmodia al crepúsculo. Palpitación de yunques, de campanas,
de corazones… Pasa Fray Payo Enríquez de Rivera. Lleva oculta, en la
oscuridad de su sotana, la luz. La tarde sucumbe rápidamente. Fray Payo
llama a la puerta de una casa pequeña e introduce una imprenta».
PRESENTACIÓN 13
INTRODUCCIÓN 17
RECONOCIMIENTOS 287
A diarios consultados, entrevistadores, prologuistas y críticos literarios 289
Preliminar
C omo autora del libro Premio Nacional de Literatura “Miguel Án-
gel Asturias”: Semblanzas de los galardonados 1988-2012,
me complace presentar la primera edición elect rónica de esta
obra, basada en una revisión de su primera edición impresa.
Presentación
E l Instituto de Estudios de la Literatura Nacional (INESLIN), de la Facul-
tad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala
(USAC), diseñó en el año 2004, entre otras líneas de investigación, una
referente al estudio crítico de las obras de los escritores que han obtenido el
Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias». En el marco de esta
línea se han desarrollado ya cuatro proyectos sobre la vida y la obra de los
escritores Luis Alfredo Arango, Luz Méndez de la Vega, Francisco Morales
Santos y Dante Liano. En el año 2012 se cumplieron veinticinco años de
entrega de este premio, por este motivo, el INESLIN ha decidido celebrarlo
con la edición del libro Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Astu-
rias»: Semblanzas de los galardonados 1988-2012.
Indudablemente, para realizar un estudio acerca de los escritores galardo-
nados es necesario que existan las condiciones literarias, así como las con-
diciones para la crítica literaria. En tal sentido, Mario Cordero, del diario La
Hora, escribió: «…para el surgimiento de la crítica literaria en Guatemala,
se necesitó de tres condiciones básicas: una fuerte literatura nacional, una
industria editorial y la legitimación de profesionales en la crítica literaria. Por
tales razones, se supone que la crítica literaria, como un ejercicio consciente
y profesional, no habrá empezado sino hasta principios del siglo XX; se pue-
den distinguir dos grupos de críticos literarios: a) quienes por su experiencia
como literatos han logrado acumular principios para ejercer la crítica, y b)
quienes han estudiado la carrera de letras y han obtenido algún grado aca-
démico en las distintas universidades del país y del mundo…»1.
Mario Cordero. «La crítica literaria en Guatemala». [en línea] [consulta en: http://diariodelgallo.
1
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En la parte final del libro se hace una mención especial de los diarios, re-
vistas y suplementos consultados y, del mismo modo, a los conductores
de entrevistas, prologuistas y críticos literarios, por su labor efectiva en el
momento de tener conocimiento de cada nuevo escritor galardonado. Sus
aportes en ensayos, artículos periodísticos y entrevistas fueron fuentes he-
merográficas de gran utilidad.
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Introducción
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«La literatura es una realidad que forma parte del pasado y del presente
de un pueblo, y constituye un componente esencial de la cultura. Por
aparte, el autor es un ser de carne y hueso, que comparte experiencias,
preocupaciones, traumas, penalidades e ideales, con el resto de sus con-
temporáneos».
Francisco Albizúrez Palma
En algunos casos, los premios son objeto de crítica en los medios cultura-
les. Esto se debe a las decisiones tomadas por las comisiones evaluadoras
encargadas de elegir al escritor que será galardonado. No obstante, ante
cualquier eventualidad, en cualquier país, si los miembros de la comisión
evaluadora determinan que el premio se concede a la persona selecciona-
da, la decisión es inapelable, y el escritor se convierte en la figura laureada
de las letras en esa ocasión.
El Premio Literario Casa de las Américas fue convocado por primera vez
en 1959 con el objetivo de estimular y difundir las letras del continente. El
escritor Arturo Arias recibió este galardón en los años 1979 en la rama de
ensayo y 1981 en la rama de novela.
En contraste con los premios anteriores, que van dirigidos a varias naciona-
lidades, en cada país se otorga un Premio Nacional de Literatura únicamen-
te a los escritores propios de una nación. Es la máxima distinción entregada
por el Ministerio de Cultura o su equivalente de cada país, a un escritor que
haya consagrado su vida al ejercicio de las letras y que haya sido reconoci-
do por la relevancia de su obra en los géneros de poesía, novela, cuento y
teatro. Algunos de los premios llevan el nombre de un escritor distinguido
y reconocido en su país como una de las máximas representaciones de la
literatura.
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3
Paul Valéry. «Carta de Paul Valéry a Francis de Miomandre». (Buenos Aires: Leyendas de Guatemala.
séptima edición, 1957) pp. 9-10.
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4
Francisco Albizúrez Palma. «Enseñar literatura». (Guatemala: Revista D, No. 438, Prensa Libre, 16 de
diciembre de 2012) p. 34. El académico Albizúrez Palma, licenciado en Letras, egresado de la Univer-
sidad de San Carlos de Guatemala, doctor en Filología Románica, por la Universidad de Madrid, fue
el fundador del Instituto de Estudios de la Literatura Nacional (INESLIN), en 1980.
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Qué es el premio
El Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias» es el reconoci-
miento más importante que otorga el Estado guatemalteco a un autor o
a una autora «de relevantes méritos literarios». Se ha concedido anual e
ininterrumpidamente a partir de 1988. En 2012 se cumplieron veinticinco
años de su entrega. El premio se creó mediante el Artículo 1, del Acuerdo
Ministerial No. 57-88, del Ministerio de Cultura y Deportes, de fecha 24
de noviembre de 1988. El 16 de noviembre de 2011, se emitió el Acuerdo
Ministerial No. 1126-2011, en el que se reforma y actualiza el Acuerdo an-
terior5.
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6
Max Araujo. (Promotor cultural del Ministerio de Cultura y Deportes). «Entrevista sobre el origen del
Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias». (Guatemala: Palacio Nacional de la Cultura, 22
de junio de 2010).
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El estímulo económico en efectivo se comenzó a dar cuando el licenciado Juan Fernando Cifuentes
ocupó el cargo de director de las Artes, quien también se encargó de que se dieran, retrospectivamente,
Q20,000 al escritor Luis Alfredo Arango, el 30 de abril de 1997. La cantidad del premio varió posterior-
mente a Q33,000, y a partir de 2001 Q50,000.00, que es la que rige hasta 2012. A veces este estímulo
económico es entregado tardíamente. A partir de 2001 se empezó a editar el libro correspondiente a
cada escritor. Las obras publicadas hasta 2012 son: Antología personal de poesía, de Margarita Carrera
(1997); Café express, de Isabel de los Ángeles Ruano (2001); Geranios encendidos, de Julio Fausto Agu-
ilera (2002); Cárcel de árboles, de Rodrigo Rey Rosa (2004); Los arrieros del agua, de Carlos Navarrete
(2005); Teatro escogido, de Marco Antonio Flores (2006); Versos dorados, de Isabel de los Ángeles
Ruano (2006); Señores bajo los árboles, de Mario Roberto Morales (2007); Soy el silbo del viento, de
Enrique Juárez Toledo (2008); Sopa de caracol, de Arturo Arias (2008); El Andalón, de Luis Alfredo
Arango (2009); Salvo la incertidumbre, de Gerardo Guinea Diez (2009); La pasión según Judas, de
Enrique Noriega (2010); Ligera y diáfana, de Luz Méndez de la Vega (2011); El poso de la espuma, de
Francisco Pérez de Antón (2011) y Corteza de la otra orilla (2012).
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Las universidades, los centros literarios y los escritores convocados que están
interesados responden y proponen a su escritor o escritora, por medio de
una carta, a la que deben acompañarse los documentos que se solicitan en
la convocatoria. La propuesta debe ser entregada en las fechas establecidas.
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El Consejo Asesor para las Letras está conformado por cuatro o cinco personas afines al campo de
las letras, quienes desarrollan su labor de elección en forma ad honorem y presidido por el director de
Culturas y Artes.
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Entre las personalidades que han integrado las comisiones para otorgar el
Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias», según Acuerdos Mi-
nisteriales de la Dirección General de las Artes están: 1) Comisión, según
Acuerdo Ministerial No. 148-92, de fecha 11 de septiembre de 1992: Rolando
Castellanos, Encargado a.i. de la Editorial Cultura; Marco Antonio Flores, es-
critor; Antonio Móbil, vicepresidente de la Asociación Cultural de Guatemala;
Enrique Noriega, poeta y vicepresidente de la Comunidad de Escritores, y
Rolando Masaya, encargado de la Unidad de Actividades Literarias. 2) Co-
misión, según Acuerdo Ministerial No. 150-93, de fecha 24 de diciembre de
1993: Marco Augusto Quiroa, escritor; David Pinto Díaz, sociólogo y crítico
literario, y José Luis Villatoro, escritor. 3) Miembros del Consejo Asesor para
las Letras del Ministerio de Cultura y Deportes, según Acta No. 4-2001 de la
Dirección General de las Artes: licenciado Gaspar Pedro González, director
de Arte y Cultura, y escritores Hoahnna Godoy, José Luis Perdomo Orellana,
Carlos René García Escobar y Francisco Morales Santos, vicepresidente de
dicho Consejo. 4) Consejo Asesor para las Letras, según Acta No. 02-2004:
licenciada Elizabeth Illescar de Gereda, directora general de Culturas y Artes
y los escritores Enán Moreno, José Luis Perdomo, Carlos René García Es-
cobar y Francisco Morales Santos. 5) Consejo Asesor para las Letras, según
Acta No. 03-2009: Ana María Rodas, José Luis Perdomo, Jessica Masaya y
Francisco Morales Santos.
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El símbolo (†) indica que los escritores y escritoras han fallecido.
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1988
Luis Alfredo Arango
«Entre tanta angustia e incertidumbre yo tengo una
gran esperanza. Estoy convencido de que Guatema-
la va a salir adelante».
Foto cortesía de Prensa Libre
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En su poesía y sus relatos cortos emplea una sintaxis y una dicción que son
propias del campo. Sus poemas son sencillos. El amor a su tierra lo hizo
convivir y asimilar todo lo relacionado con la naturaleza: bosques, monta-
ñas y ríos. En sus poemas describió, con frecuencia, a las aves: clarineros,
zopilotes, torditos, entre otros.
10
Acuerdo Ministerial No. 116-97, de fecha 30 de abril de 1997.
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Uno de los poemas emblemáticos que expresan ese sentir es «El Andalón»,
en donde entrega, lleno de angustia, las escasas y trabajadas palabras con las
que nombra lo que tanto ama: los pueblos, que como objetos dice conocer
como a sí mismo.
Mario Roberto Morales. «Luis Alfredo Arango: Un callejón de testimonios». Prólogo en el libro El An-
11
dalón de Luis Alfredo Arango. (Guatemala: Editorial Cultura, 2009) pp. 14-15.
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Por aparte, el escritor Dante Liano dice: «Aunque en 1959 había publicado
Brecha en la sombra (poesía), su inicio poético está marcado por la publicación
de una plaquette, Papel y tusa, en donde, con estilo epigramático, lleno de
ironía y dolor, retrata las condiciones del indio. Su restante producción, en
prosa y verso, no se alejará de los temas planteados en este primer libro: el amor
al paisaje del altiplano, la denuncia de las condiciones sociales del indígena, la
búsqueda de las raíces de la realidad mestiza. Se le considera principalmente
un poeta. Sin embargo no menos importante es su narrativa, en donde se
nota una lectura apasionada de Rulfo y, probablemente, de Arguedas. Como
el narrador peruano, Arango ha vivido la mayor parte de su vida entre los
indígenas y sus relatos provienen de fuentes de primera mano»12.
12
Dante Liano. Visión crítica de la literatura guatemalteca. (Guatemala: Editorial universitaria, 1997) p. 236.
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Premios y distinciones
Primer Premio de poesía en el Certamen Literario Centroamericano, 1962.
Placa de Plata del IGSS, por el Gran Premio de la Seguridad Social en la
rama de ensayo, 1968. Premio Certamen Permanente Centroamericano 15
de Septiembre, 1972. Premio en los Juegos Florales de Quetzaltenango por
Tzicolaj y Borbón, 1975. Premio único en el Certamen Nacional por el ses-
quicentenario de Totonicapán, 1979. Primer Premio en el Certamen Perma-
nente Centroamericano 15 de Septiembre, 1980. Diploma Emeritissimum de
la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala
(USAC), 1985. Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias», 1988.
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María del Rosario Domingo Arranz. Nuevo Signo. Historia de un grupo literario de Guatemala. (Gua-
temala: Tipografía Nacional, 1984) pp. 121-131.
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Obra literaria
Poesía: Imágenes de Cuaresma (s.f.), Brecha en la sombra (1959), Ventana
en la ciudad (1962), Toro sin alas (1963), Papel y tusa (1967), Boleto de
viaje (1967), Arpa sin ángel (1968), Dicho al olvido (1969), Grillos y tuercas
(1970), Clarinero (1971), Cartas a los manzaneros (1972), Bocetos para los
discursos de Maximón Bonaparte (1973), El Amanecido o cargando el arpa
(1975), Xicolaj & borbon: con poemas tercermundistas y antidysneyworld
(1975), Letras y rayas (1976), Canto florido (1976), Archivador de pueblos
(1977), El zopilote biónico (1979), Memorial de la lluvia (1980), El Rajop
Achij Tecum (1984), El Volador (1990), Zarabanda (1995), Animal del
monte (1999), Con barro del corazón (2001), A vuelo de pájaro: (Chi
Xik’ Anïk Tz’ikïn) (2002), Discurso de Atitlán (2003), El Andalón (2009).
Novela: Después del tango vienen los moros (1988). Cuento: Cuentos
de Oral Siguán (1970), Cruz o Gaspar (1972), Lola dormida (1983), La
serpiente pitón (1997), Los cuentos de don Juan Jenanito (2001). Cuentos
para niños: La Tatuana (1984), ¿Por qué el conejo tiene las orejas largas?
(1984), Las lágrimas del Sombrerón (1984), El país de los pájaros (1992).
Poesía
Del libro El Andalón 14
Luis Alfredo Arango. El Andalón. Poesía reunida. (Guatemala: Editorial Cultura, 2009) pp. 309, 59-
14
62, respectivamente.
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EL ANDALÓN
Conocí pueblos que cabían
en el vidrio de una ventana
Aldeas que copiaban los colores de las horas
–Colores de frutero,
de jaula con pericos,
de aguacero pintado en las paredes.
En la infancia solamente
y en los pueblos.
Detrás del centinela
espiar la noche de calabozos húmedos.
(Las cárceles y las escuelas colindaban,
a veces compartían el mismo corredor).
Aulas heladas,
ladrillos que olían a creolina;
nos vestían de soldados y marchábamos
con escopetas de palo;
detrás del pizarrón
medían las arañas
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el mapamundi enrollado…
Domingos.
Siempre domingos
porque los domingos eran iguales
a cualquier día;
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Sé muchas cosas:
no hubo solo un Cristo
sino muchos;
no solo el que acuchilla es asesino
sino el que mata de hambre,
no solo los ladrones roban,
en la mira de un fusil.
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1989Carlos Solórzano
«El teatro es la forma superior de la cultura. En el tea-
tro están incluidas todas las artes y todas las formas
de razonar. En el diálogo mismo donde hay un an-
Foto cortesía de Teresa Méndez-Faith
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Como docente, el escritor contó que dirigió más de cuarenta tesis de teatro
y que el único seminario que dio fue el de Investigación y Tesis. Aceptó la
revisión de tesis siempre que estas fueran sobre literatura dramática. Tam-
bién hizo mención de que en el año 2006, tenía varias obras dramáticas,
tres novelas y extensos ensayos académicos. «Siempre que escribo lo hago
con angustia. Esa frase tan sobada de la hoja en blanco, no me preocupa;
es el acto de extroversión, de sacar cosas quizá secretas que en un momento
dado hay que escribir», expresó. Cerró su conversación diciendo que no
sabía si era de Camus la frase que dice: «Las cosas no dichas y muy senti-
das se pudren dentro de uno, hay que expresarlas, así sean afectos, ideas, y
hasta elementos destructivos».
Premios y distinciones
Profesor Emérito de la Universidad Autónoma de México, 1985. Premio
Universidad Nacional, México, 1989. Premio Nacional de Literatura «Miguel
Ángel Asturias», 1989. Doctorado Honoris Causa de la Universidad de San
Carlos de Guatemala, 1998. Homenaje a sus cincuenta años de docencia
en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM por su entrega magisterial,
literaria y aporte administrativo, 2006. Premio Juan Ruiz de Alarcón, 2009.
Homenaje por sus 55 años de docencia y 90 años de vida, en la Universidad
Autónoma de México, 2010.
Obra literaria
Teatro: Espejo de novelas (1946), El sueño del ángel (1951), La muerte
hizo la luz (1951), Doña Beatriz, la sin ventura (1954), El hechicero (1954),
Las manos de Dios (1957), El crucificado (1957), Los fantoches (1959), Tres
actos (1959), Los falsos demonios (1963, convertida en novela en 1966), El
zapato (1971). Novela: Los falsos demonios (1966), Cruce de vías (1969),
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Las celdas (1971). Otros libros publicados: Teatro (1975), Teatro com-
pleto, letras mexicanas (2005). Ensayos: Del sentimiento plástico en la
obra de Unamuno (1944), Unamuno y el existencialismo (1946), Teatro
latinoamericano del siglo XX (1961), El teatro de la posguerra en México
(1961), Teatro guatemalteco contemporáneo (1964), Testimonios teatrales
de México (1973), La antología del teatro hispanoamericano contemporá-
neo (1964), Liminar al libro Miguel Ángel Asturias y el teatro (2005).
Teatro
Del libro Teatro breve 18
EL CRUCIFICADO (fragmento)
Farsa trágica en un Acto
La acción, un Viernes Santo en una población donde se esceni-
fica todos los años, por esas fechas, la pasión de Cristo.
PERSONAJES
Jesús:
(Hombre del pueblo de 30 años. Débil. Aspecto febril, rasgos indígenas).
María:
(Madre de Jesús. Vieja del pueblo).
Magdalena:
(Muchacha del pueblo, morena, rolliza).
Cuatro hombres que caracterizan a los Cuatro Apóstoles:
El Señor Cura.
Hombres y Mujeres del pueblo.
DECORADO:
El interior de una choza: Paredes ahumadas, piso de tierra. En
un rincón, la lumbre. A la izquierda, en primer término, una pequeña
puerta que comunica con la otra habitación de la choza. Al fondo una
puerta de dos hojas abiertas, por la que se ven los campos azules confun-
diéndose con el cielo.
Dos hombres y dos mujeres del pueblo vestidos a la usanza mexi-
cana están en escena arreglando diversos objetos. Sobre una silla se ve
una túnica de raso (“ lustrina”) morada. Sobre la mesa una corona de
espinas. Apoyada contra la pared, una gran cruz de madera rústica.
18
Carlos Solórzano. Teatro breve. (México: Editorial Joaquín Mortiz, S. A. 1977) pp. 73-74.
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ESCENA PRIMERA
Hombre 1º: Todo está listo.
Hombre 2º: (Con alegría). Sí, todo. Yo mismo ensamblé esos dos troncos
para hacer la cruz. (La acaricia).
¡Quedó bonita! ¿No?
Mujer 1º:Yo cosí la túnica morada.
Mujer 2º: Y yo enredé la corona de espinas cuidando de no lastimarme las
manos.
(Por la izquierda entra Jesús, cabizbajo. Va vestido como campesino pero
lleva ya puestas la peluca ondulada y las barbas de Cristo).
Mujer 1º: ¿Qué pasa, Jesús? ¿Estarás contento?...
Mujer 1º: Unos pocos minutos. Dentro de un rato van a venir a buscarte.
¿Qué tienes? Parece que te ha dado un escalofrío.
Jesús: Cállate.
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Novela
Del libro Los falsos demonios19
Mi muy querido hijo:
Creo que ya no esperas saber nada de mí. Tal vez te sorprendas al recibir
esta carta, y no puedo ocultar el gusto que me causa hacer algo que logre
conmoverte.
¿Te preguntas por qué estoy en un hospital? ¿Has pensado que quizás
pueda morir pronto?
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Pero no importa. No dejaré que me turbe. Escribiré ante sus mismos ojos,
ocultándole todo lo que su mirada curiosa quiere conocer. Escribiré para
que pronto puedas leer estas líneas, que han de convencerte de que no
me alejé para correr una aventura.
Era un lugar alto, tan alto que ya desde niño mi respiración parecía insu-
ficiente para retener aquel aire ligero que me rodeaba y que entraba con
dificultad dentro de mi cuerpo. Aquella meseta elevada se veía rodeada
de cordilleras azulosas, detrás de las cuales mi imaginación se cerraba
para permanecer en ese valle penetrado por una luz amarilla, que pare-
cía venir de un incendio lejano, detrás de los montes. En la parte más alta
del pueblo estaba nuestra casa, que descendía sobre la ladera como un
mirador que dominaba el pueblo y las serranías, como una fortaleza que
afirmaba los límites seguros de nuestro hogar. Yo pasaba el día dentro de
la casa. Por las mañanas estudiaba en «el cuarto de clases».
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1990
Otto-Raúl González
«He vuelto al lar patriótico después de 35 años de
exilio y palpita en mí la sensación del hijo que, tras
Foto cortesía de RAFS, autorizada por el escritor
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Juan Carlos Lemus. «Nunca he vivido lejos». (Guatemala: Prensa Libre, 26 de octubre de 2003).
22
Diario Excélsior de México. «Entregan el Premio Nacional de Literatura “Miguel Ángel Asturias”
23
1990 al poeta Otto-Raúl González». Entrevista reproducida por La Hora. (Guatemala: La Hora, 19 de
octubre de 1990) p. 23.
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Premios y distinciones
Máximo galardón en los Juegos Florales de Quetzaltenango, 1947. Premio
Olímpico de poesía 1968. Premio de Poesía Quetzal de Oro, Guatemala,
1974. Premio Nacional de Poesía de Baja California, 1979. Premio Nacional
de Poesía Jaime Sabines en México, 1990. Premio Nacional de Literatura
«Miguel Ángel Asturias», 1990. Doctor Honoris Causa otorgado por la Univer-
sidad de San Carlos de Guatemala, 2007.
Obra literaria
Poesía: Voz y voto del geranio (1943), A fuego lento (1946), Sombras era
(1948), Viento claro (1953), Canciones de los bosques de Guatemala (1955),
Hombre en la luna (1960), Para quienes gustan oír caer la lluvia en el tejado
(1962), Cuchillo de caza (1964), Diez colores nuevos (1967), Oratorio del
maíz (1970), La siesta del gorila (1972), Consagración del hogar: Cantata
para mi esposa (1973), Poema concreto (1973), Poesía fundamental (1974),
Cementerio clandestino (1975), Corridos en busca de guitarra (1975), Antología
mínima (1976), Tun y chirimía (1978), El hombre de las lámparas celestes
(1980), Danzas para Coatlicue (1983), Palidromagia (1983), Sonetos mexicas
(1988), El venado y los pájaros (1988), Agua encantada (1989), Templo
de los jaguares (1990), Diamante negro (1990), El conejo de las orejas en
reposo (1990), Luna mutilada (1991), Versos droláticos (1993), Concentración
de luciérnagas (1996), Conjuros para un jardín (1998), Hitzil uan Toxtli
(Colibrí y conejo) (1998), Los hermosos animales (1999), Versos del tapanco
(1999), Coctel de frutas (2000), Oír con los ojos (2001). Novela: Diario de
Leona Vicario (1982), El magnicida o licor de exilio (1987), Kaibil (1998),
El divino rostro (1999). Cuento: Cuentos infantiles con personajes de Walt
Disney (1966), Cuentos de psiquiatras (1973), De brujos y chamanes (1980),
El mercader de torturas (1986), Gente educada (1986), Sea breve (1999).
Ensayo: Diccionario apócrifo de lenguas orientales (1972), El secretario de
las secretarias (1985), Caminos de ayer: memoria y antología de la generación
del cuarenta en Guatemala (1990), Miguel Ángel Asturias el gran lengua,
(1999), Arte y técnica del soneto (2001), Galería de gobernadores del soneto
(2002), De Xibalbá es que vengo (2003).
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Poesía
Del libro Huitzil Uan Tuxtli (Colibrí y conejo)24
En Voz y voto del geranio
RESIDENCIA
Pues la tierra es de todos y de nadie
el geranio se propaga por la tierra;
pues la luz es de todos y de nadie
el geranio mora en la luz;
pues el agua es de todos y de nadie
el geranio vive en el agua;
pues el aire es de todos y de nadie
el geranio se desplaza por el aire;
el geranio está en la tierra
y en el aire
y en la luz
y en el agua;
el geranio reside en todas partes.
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EL SON VENIDERO
Pero el son que mañana bailaremos
el que mañana bailarán los hijos
ya no tendrá tristura ni lamento
ya no será tragedia ni quejido
pero será reflejo de alegría
y júbilo redondo y colectivo.
Un nuevo son se gesta en la semilla
con pasos y compases de montaña
un nuevo son pletórico de vida.
En este paraíso de los mayas
cambiaremos el son de las quejumbres
por un altivo son de abiertas alas
y el son será la música que arrulle
y el son será maíz de alegre brillo
y el son será quetzal de verde lumbre
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Novela
Del libro El magnicida
En Espejismo de la Reforma Agraria (fragmento)
Dan, dan, dan, darán tierra a los campesinos, porque la tierra es de quien
la trabaja. El pobre país tan amolado, tan explotado, tan atrasado, saldría
del marasmo en que lo dejó Ubico, en que lo dejaron Estrada Cabrera,
Cerna, Carrera, y los demás caciques peninsulares de la colonia, pom-
posamente llamados Capitanes Generales. Había que dar la tierra a los
campesinos, a los mozos colonos, a los peones de las fincas, a los siervos
de la gleba, a los medieros, a los aparceros, a los jornaleros, a los que vi-
ven y han nacido en esas tierras que es de ellos, porque ellos la trabajan,
la hacen producir, la cultivan, la enverdecen, la aman, la cuidan y hacen
que dé sus mieles más entrañables.
No le hace, García Ajau, te decías, que se enojen los finqueros criollos, los
latifundistas nacionales y extranjeros al cabo que, como dice la ley, solo
se les va a quitar, solo se les estaba quitando, la tierra que no tienen cul-
tivada. Pero la verdad era que todos aquellos a quienes alcanzaba a afec-
tar la ley agraria, aunque fuese no más con la pérdida de unas cuantas
hectáreas de tierra inculta, se volvían enemigos acérrimos del Gobierno y
empezaban a llamarlo “Gobierno Comunista” a grito pelado.
Volvió a Italia en 1980 y desde entonces reside en ese país. Continuó la pu-
blicación de libros de cuentos y novelas, siempre relacionados con temas de
Guatemala. Ha escrito libros sobre crítica literaria y ensayos en periódicos
y revistas.
En los años setenta, Liano se dio a conocer por haber inaugurado en su na-
rrativa el cuento corto, una nueva expresión en la literatura guatemalteca, y
rompió con el cuento tradicional en Guatemala. A la manera de la literatura
de la onda o juvenilismo26, desacralizó la novela María, de Jorge Isaacs,
con el cuento «Jorge Isaacs habla de María», cuya publicación provocó un
escándalo entre los periodistas de la sección opinión de ese tiempo. En
su cuentística predominan relatos en los que emplea el argot, el juego de
palabras y el lenguaje coloquial de la época de su juventud; otros temas de
25
Acuerdo Ministerial No. 113-91, de fecha 23 de octubre de 1991.
26
Juvenilismo o literatura de la onda es el «movimiento literario de la joven narrativa mexicana durante
los años sesenta, encarnado en la prosa de José Agustín, un autor culto entre todos los miembros de
la generación de escritores del setenta, junto a otro autor emblemático, el cubano Guillermo Cabrera
Infante. Se caracteriza por el empleo del argot, por el juego de palabras y el lenguaje coloquial poten-
cializado al máximo». En Luis Eduardo Rivera. «Introducción del libro Cuentos Completos de Dante
Liano». (Guatemala: Tipografía Nacional, 2008) p. 9.
71
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72
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Comentó que las críticas lo han acompañado toda la vida; que está ya bastan-
te fogueado en eso. Recordó que comenzó su carrera literaria en Guatemala
con un escándalo, porque publicó un cuento de media página en el cual ha-
cía una parodia de María, de Jorge Isaacs. Expresó que fue alrededor de un
29
Luis Eduardo Rivera. «Escribir es jugarse la personalidad, una charla con Dante Liano». (Guatemala:
Revista de la Universidad de San Carlos de Guatemala. No. 17, julio-septiembre, 2010).
30
Nancy Maldonado de Masaya. «Dante Liano en la Universidad de San Carlos de Guatemala». (Gua-
temala: Biblioteca Central USAC, 21 de agosto de 2008).
31
Diario del Gallo. «Dante Liano» y « El hombre de Montserrat de Dante Liano». (Consultado en: El
diario del Gallo.wordpress.com, 28 de abril de 2008 y 16 de diciembre de 2009).
73
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Expresó que cuando revisa una obra, pone atención en los aspectos formales,
de la misma manera, como en las metáforas, el lenguaje y en que los perso-
najes sean creíbles. En este caso en particular, «no conté la obra desde mi
punto de vista, porque si lo hubiera hecho probablemente tendría una novela
pretenciosa, lacrimosa, pasional, porque mi punto de vista está a favor de
la gente que se reveló ante el poder. Entonces, pensé que la única forma de
lograr un distanciamiento de los hechos que iba a contar era hacerlo desde
la perspectiva de uno de los verdugos», expresó. Para esa novela, el escritor
no realizó la investigación, porque le llegaban constantemente informes de
lo que estaba pasando en Guatemala. Explicó que en ese tiempo no había
Internet; pero que sí tuvo recortes de noticias y acceso a noticiarios por me-
dio de los cuales se enteró de la muerte de muchos de sus compañeros de
la universidad, algunos de quienes se había despedido antes de irse a Italia.
«Eran cosas que me golpeaban mucho. Por lo tanto, ese fue el ímpetu de la
novela», confesó.
74
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Premios y distinciones
Mención Honorífica en los Juegos Florales Centroamericanos, 1972. Primer
premio en los Juegos Florales Centroamericanos de Quetzaltenango, 1974.
Finalista del Premio Herralde de Novela, 1987 y 2002. Premio Nacional de
Literatura «Miguel Ángel Asturias», 1991.
Obra literaria
Cuento: Jornadas y otros cuentos (1978), La vida insensata (1987), El
vuelo del ángel (Antología) (1996), El origen y la finalidad (1999), Cuentos
completos (2008). Novela: El lugar de su quietud (1990), El hombre de
Montserrat (1990), El misterio de San Andrés (1996), El hijo de casa (2004).
Crítica literaria: Literatura Hispanoamericana (1980), Poeti de Guatema-
la (1954-1986) Studio introduttivo (1988), Edición crítica de “El hombre que
parecía un caballo” de Rafael Arévalo Martínez para la colección “Archi-
vos” (1997), Visión crítica de la Literatura Guatemalteca (1998), Diccionario
biográfico degli italiani in Centroamerica (Introduzione e coordinazione)
(2003). Ensayos: Dos registros narrativos en “Hombres de Maíz” (1980),
La palabra y el sueño: Literatura y sociedad en Guatemala; Literatura y
funcionalidad cultural en Fray Diego de Landa (1988), La poesía de Ana
María Rodas (1994), La prosa española en la América de la Colonia (1992),
La arquitectura de la vida nueva (1999) y otros. Coeditor con Rigoberta
Menchú y Gianni Miná: Rigoberta, la nieta de los mayas (1998). Coedi-
tor con Rigoberta Menchú: Li M’in, una niña de Chimel (2002), El vaso
de miel (2003).
Cuento
Del libro Cuentos completos 32
HACIA LA CENICIENTA
El baile estaba demasiado como para ponerle coco al cuento ese de que a
las doce. La cenicienta entornó-los-ojos y se dejó llevar. Pas que le dieron
las doce y sintió cómo la ropa se le iba encogiendo (luego, era verdad). Se
desembarazó del príncipe que la siguió hasta una estupefacta habitación.
No tengas cuidado, entró diciendo el príncipe, y, antes de cerrarnos la
puerta en las narices, guiñó un ojo. Se cerró la hoja y solo oímos el clap
de la llave por dentro.
32
Dante Liano. Cuentos completos. (Guatemala: Tipografía Nacional, 2008) pp. 42, 21-22, respectivamente.
75
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76
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Novela
Del libro El hombre de Montserrat (fragmento)33
CAPÍTULO I
1
No le falló la intuición. El muñecote grande que parecía caído de un car-
telón publicitario estaba bien muerto, probablemente de hacía poco, pues
todavía lo sintió aguado cuando trató de moverlo.
Con la punta del pie lo sacudió un poco, diciéndole:
—Usted, usted...
Hasta que reparó en la pocita de sangre que se había formado. Se rascó
la cabeza, pues quién le mandaba haberse parado. Ahora tenía que sacu-
dirse lo más pronto posible de la molestia.
Volteó el cadáver, por curiosidad. Pesaba como un quintal. Era un tipo
bigotudo y fuerte, más negro que volverlo a decir y con cara de pocas
pulgas. «Este ha de haber sido de mal carácter», pensó.
Esa mañana, el Teniente García se había levantado temprano. Vivía en
la Primero de Julio, con la esperanza de que terminaran luego la colonia
Militar. Salió a la calzada San Juan en el Ford Galaxy que había compra-
do sin pagar impuestos. Cuando estaba llegando a la colonia Montserrat,
había visto el bulto a la orilla del camino, en un sitio pelado.
—Un muerto— dijo. Y sin pensarlo mucho, parqueó unos metros más
adelante. Podía ser un borracho. Pero el Teniente Carlos García era hom-
bre sensible y tenía sus presentimientos. Se había acercado al cadáver y
confirmó su corazonada.
Alguien le había descargado la tolva, al infeliz, con pésima puntería y
una gran suerte. Solo uno de los tiros parecía mortal, el de la cabeza. De
seguro se habían pegado y luego el asesino comenzó a disparar. O, tal
vez, el primer tiro fue el mortal y después de la pura cólera, le descargó
la pistola.
«A mí qué me importa», pensó García y se dio vuelta. Se quedó donde
estaba.
33
Dante Liano. El hombre de Montserrat. (Guatemala: Piedra Santa, 2005) pp. 15-16 y El misterio de
San Andrés. (México: Editorial Praxis, 1996) pp. 11-12.
77
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Los pasos de los hombres son lentos y, no obstante, Benito tiene que pe-
gar la carrera cada vez que lo dejan atrás. Se pone furioso cuando tiene
que andar con la gente grande. Muchas veces, antes de acostarse, cierra
los ojos con fuerza y se imagina que, al día siguiente, va a despertar cre-
cido, con la memoria de los años pasados. Pero ahora que van dejando
el pueblo a las espaldas, más corre para andar como pegoste con los dos
hombres que caminan susurrando, cuando no en silencio. Será poco el
miedo que tiene. Y además, la tierra está oscura, y el monte apenas se
distingue contra el cielo negro.
78
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1992
Mario Monteforte Toledo
«El culto mayor de mi vida es la búsqueda de
la libertad y el sentido de la realidad y lo de
adentro del ser humano; esa lucha no es un
deporte, sino una necesidad intelectual y física
Foto cortesía de Prensa Libre
constante y creciente».
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34
Acuerdo Ministerial No. 195-92, de fecha 8 de diciembre de 1992. Equivocadamente se atribuye la
entrega del premio a Mario Monteforte Toledo en el año 1993, pero en el Acuerdo Ministerial y en el
trabajo de investigación hemerográfica, se verificó que el premio fue otorgado en 1992 y entregado
en 1993.
81
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83
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Carlos García Agraz. El guión fue elaborado por Mario Monteforte Toledo
y Reynaldo León. La película se filmó en su totalidad en locaciones guate-
maltecas y todos los actores fueron guatemaltecos. En 2004, se produjo el
documental Vida y obra de Mario Monteforte Toledo, con la dirección de
Alejo Crisóstomo, cuyo propósito fue ofrecer al receptor interesado la opor-
tunidad de captar parte de la vida y obra del escritor.
37
Algunos críticos literarios consideran que Mario Monteforte Toledo no perteneció al Grupo Los Te-
peus, pero que lo incluyen en la nómina, por el concepto de generación literaria. Historia de la Litera-
tura Guatemalteca. (Guatemala: Editorial Universitaria, 1987) Tomo 3. p.9
38
Edward Waters Hood. «Entrevista con Mario Monteforte. Un testigo del siglo veinte». (Guatemala: El
Periódico, El Acordeón, 28 de septiembre de 2003) pp. 5-7.
84
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mucho, pero no para huir, sino porque las dictaduras lo exiliaron 38 años
de Guatemala.
Afirmó que respetaba todo lo sagrado y que quizá había algo de religioso en
lo que escribía, pero que no tenía ni había profesado religión alguna. Creía
que «la conducta humana debía regirse no por el temor de ir al infierno sino
por el honor, la práctica y la defensa de la verdad, la solidaridad humana
y el respeto a quienes respetan a los respetables». Estaba «contra todas las
ortodoxias, los gobiernos anti-populares, los imperialismos y los sistemas o
prácticas entre cuyos valores no figuraba el respeto a la libertad, la creatividad
y la dignidad del ser humano y más cerca del socialismo que de ninguna rama
de la izquierda, cuya unidad le parecía la única esperanza de transformar
estructuralmente las sociedades por medio de una fuerza real».
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Premios y distinciones
Premio Farrar y Rinehart, 1939. Premio Gálvez, Facultad de Ciencias Jurídi-
cas y Sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala, por su tesis de
grado El control de cambios, Proyecto de economía dirigida para Centroamé-
rica, 1940. Premio Nacional, 1946. Premio Centroamericano «15 de Septiem-
bre», 1946. Premio Continental de la Unión de Universidades de la América
Latina, compartido con Lauro Yankas, 1955. Estrella Nacional de Yugoslavia,
1972. Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias», 1992. Orden
del Congreso de Guatemala, 1994. Orden del Águila Azteca, México, 1996.
Universitario Ilustre, Universidad de San Carlos de Guatemala, 1996. Orden
Gran Cruz de Ecuador, 1997. Orden Miguel Ángel Asturias, 1997. Doctora-
do Honoris Causa, Facultad de Humanidades de la Universidad del Valle
de Guatemala, 2000. Premio Internacional de Cuento «Juan Rulfo», 2001.
Homenaje, Agencia Española de Cooperación Internacional y el Instituto de
Cultura Hispánica, al cumplir 90 años de edad, 2001.
Obra literaria
Poesía: Barro (1932), Cabagüil (1946). Novela: Biografía de un pez [Bio-
graphy of a fish] (1943), Anaité (1946), Entre la piedra y la cruz (1948), Don-
de acaban los caminos (1953), Una manera de morir (1957), Llegaron del
mar (1966), Los desencontrados (1976), Unas vísperas muy largas (1989).
Cuento: La cueva sin quietud (1949), Cuentos de derrota y esperanza
(1962), Casi todos los cuentos (1973), 10 cuentos (1984), La isla de las nava-
jas (1992), Pascualito (2000), Cuentos de la Biblia (2001). Teatro: El santo
de fuego (1976), Los gringos (1976), La noche de los cascabeles (1987), El
escondido (1994), Teatro (2000). Ensayo: El control de cambios (1938), Las
piedras vivas (1949), Pintor, gota de arte (1949), Guatemala-monografía so-
ciológica (1959), Los partidos políticos de Iberoamérica (1961), Tres ensayos
al servicio del mundo que nace (1966), Y llegaron de mero México (1966),
Mirada sobre Latinoamérica (1971), Literatura, ideología y lenguaje (1983),
Centroamérica, dependencia y subdesarrollo (1983), Los signos del hombre
(1984), Las formas y los días-El barroco en Guatemala (1989), Palabras del
retorno (1992).
86
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Novela
Del libro Entre la piedra y la cruz (fragmento)39
SIERRA
I
No llorés. Muchas madres antes que vos han desgastado ya ese mismo
dolor a través de los tiempos. Detenéle la espalda, Tol, para que sepás lo
que siente y luego no seás malo con ella.
—¡Es hombre, es hombre, Tol! Ahora ya vas a tener quien te bese la mano
cuando seás viejo.
39
Mario Monteforte Toledo. Entre la piedra y la cruz. (Guatemala: Piedra Santa, 2000) pp. 17-19.
87
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Todos tenían las mismas ideas apacibles en aquel momento. Ahora ya na-
die diría que Tol Matzar era un inútil, como el Chicoy, que había llenado
el barrio con la presencia insignificante de seis hijas. La comadrona, las
niñas y hasta la madre participarían del honor, y en el mercado del do-
mingo las comadres las saludarían con ceremoniosa cordialidad y quizás
un poco de envidia. Apenas el patojo creciera y ya tuviera los ojos firmes
para defenderse de los malos espíritus y de los maleficios, le quitarían la
cofia que le cubría la cara y lo sentarían solo, frente a la casa, para que los
transeúntes dijesen con respeto. “Miren, ahora ya hay dos hombres en el
rancho de Matzar”. También los pobres tienes hijos varones.
Las niñas bebieron unos tragos de aguardiente y cayeron rendidas, rien-
do, embrutecidas por las impresiones extrañas de la noche. Tol fue a dejar
a la comadrona, que apenas podía tenerse en pie. —¡Mirá! Nima— Chu-
mil, la estrella más grande de estos cielos está entre los dos picos de Cris-
talín. Hay una lechuza en la viga de tu rancho. Allá viene Motz, el puñado
de estrellitas juntas. Oí al coyote que ha bajado hasta la bahía de pachi-
coc… Fijate, fijate bien, porque esos son los presagios. Contáselo todo al
brujo mañana. Tu hijo va a tener mucho espíritu, Tol, bastante espíritu.
Matzar regresó dejando entre las callejuelas sin luna un reguero de ladrar
de perros. Frente a su puerta se detuvo, respiró hondamente y miró la
noche. No había ruidos en la franja del lago que se divisaba desde la
eminencia. Del lado de Panajachel una luz brilló vivamente y se apagó;
alguien estaba pescando cangrejos, o algún cristiano hacía brujerías en
la cueva. Los pájaros nocturnos volaban bajo y el viento arrastraba las
hojas del cafetal de la playa y ascendía hacia el pueblo entregando polvo
contra la paja de los techos. Sintió frío y entró en su casa.
—Es bonito el niño —dijo a su mujer.
—Parece cerdito —dijo ella.
—Se va a llamar Lu. Así digo yo que está bueno.
—¿No sería mejor que le preguntaras primero al brujo?
—Sí, le voy a preguntar; pero siempre se va a llamar Lu.
Tol Matzar se tendió en la hamaca, descolgó lentamente los brazos y,
oyendo los ruidos acuosos de su primer hijo, se quedó dormido.
88
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1993
Enrique Juárez Toledo
«Soy el silbo del viento / para tus magnolias, /
deshilando de nuevo la palabra futuro / que ya
en mis ojos bulle como un recreo, / seguro, muy
seguro de hallarte / verdadera Eva recobrada,
/ Cloe que vuelve convertida en diamante, / si
Foto cortesía de La Hora
E nrique Juárez Toledo formó parte de la Generación del 40. Ser miem-
bro del Grupo Acento le dio la oportunidad de compartir con otras
personalidades literarias de la época como Antonio Brañas, Raúl Leiva,
Carlos Illescas y Otto-Raúl González, entre otros, con quienes publicó la
revista Acento. Vivió las consecuencias surgidas en 1954, de persecución y
exilio tras el derrocamiento del régimen democrático que presidía Jacobo
Árbenz Guzmán. En el periodo presidencial de Julio César Méndez Mon-
tenegro, fue embajador de Guatemala en Ecuador, en donde realizó una
destacada labor cultural en la década de 1970.
40
Acuerdo Ministerial No. 5-94, de fecha 8 de febrero de 1994. Equivocadamente se atribuye la entre-
ga del premio a Enrique Juárez Toledo en 1992, pero en el Acuerdo Ministerial y en el trabajo de in-
vestigación hemerográfica se verificó que el premio fue otorgado en 1993 y entregado en 1994, según
lo indican dos artículos periodísticos: «Premio Nacional de Literatura al poeta Enrique Juárez Toledo».
(Guatemala: La Hora, Cultural, jueves 21 de abril de 1994) p. 30; y «Premio Nacional de Literatura
a poeta Enrique Juárez Toledo». (Guatemala: La Hora, Cultural, sábado 30 de abril de 1994) p. 1.
91
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41
Antonio Brañas. «Comentario del libro de Enrique Juárez Toledo: Casa de Poeta». (Guatemala: El
Imparcial, 12 de marzo de 1966) pp. 15 y 17.
42
Iván Barrera. «Comentario del libro de Enrique Juárez Toledo: El bien de amar». (Guatemala: El Impar-
cial, 24 de febrero de 1968) pp. 15 y 18.
43
Alaíde Foppa. «Comentario del libro de Enrique Juárez Toledo: Cantamos por la herida». (Guatemala:
El Imparcial, 5 de junio de 1965) p. 15.
92
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Marco Antonio Flores resaltó: «Poesía altamente simbólica, afán por derra-
marse en palabras cultas, privilegiadas, donde ideas y sentimiento se con-
forman y se funden. El lenguaje para Juárez Toledo es una cualidad de los
dioses; por lo tanto la máxima expresión del lenguaje, que es la poesía, no
puede ser simple, debe contener una grandeza que radica en la imagen, en
el símbolo, en la palabra y, ante todo, en la construcción de la metáfora. En
el lenguaje, el poeta derrama toda su capacidad analítica, su razonamiento,
su potencia interior, su preocupación vital y sus obsesiones».
Flores opinó que si el oficio poético es una lucha permanente con la palabra,
un ejemplo lo es Enrique Juárez Toledo, en quien «esta se produce ardua
e intensa: quizá no existe en este período secular [1940-1960] otro poeta
guatemalteco que haya realizado tal esfuerzo por domeñar el lenguaje para
ponerlo a su servicio, muchas veces con éxito». Asimismo, como conocedor
de la obra de Juárez Toledo, Flores afirmó que, desde sus primeros textos,
este poeta osciló entre la belleza y el dolor, la naturaleza y el amor. Expuso
que la poesía es para el autor un oficio sacramental, que quizá, por ello, es
preciosista, porque unge las palabras con su sensibilidad, sus obsesiones,
su visión de mundo y las edifica. «Fue un poeta con un oído excepcional,
inconfundible por su acento, su registro y su musicalidad», comentó.
Premios y distinciones
Juegos Florales de Quetzaltenango, 1965. Premio Nacional de Literatura
«Miguel Ángel Asturias», 1993.
Obra literaria
Poesía: Tierra sin cielo (1944), Invencible (1945), Pueblo y poesía (1945),
Para morir contento: poemas (1949), Dianas para la vida (1955), Cantamos
por la herida (1962), Inerme como el olvido (1965), Casa de poeta (1965),
El bien de amar (1966). Antología: Antología mínima (1998), Soy el silbo
del viento (2008).
44
Marco Antonio Flores. Poetas guatemaltecos del siglo XX –Visión crítica –. (Guatemala: Calendarios
Centroamérica, 2000) pp. 47-48.
93
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Poesía
Del libro Soy el silbo del viento 45
En Casa de Poeta
ESTE ES EL PARAÍSO
Aquí, he aquí el dormitorio,
Aquí, de norte a sur,
los lechos son unidos
por el imán de Eros,
para no separarse sino fatigados.
Aquí no hay calendario
ni relojes, ni ruidos imprudentes;
tranquilo el tiempo,
cóndor que se va de toda mano,
aquí es lebrel
y se complace con lamer tu sueño.
Aquí apenas la aguja de la aurora
toca tu frente
y es el áurea señal de nuestro sino.
Este es mi purgatorio
si vuelvo de labrar y no te encuentro,
yo el novio de azúcar
invariable, desesperado en busca
de su novia, de su azúcar antigua;
yo que ayer, en la ciudad,
sobre azotes de huno
y fríos techos de zinc,
anduve como loco tras tus pasos
al dejar la prisión
de mi oficina,
ansiando tu gavilla de consuelos.
Aquí, aquí nuestro rompeolas,
el remanso de nuestros fastidios
Enrique Juárez Toledo. Soy el silbo del viento. (Guatemala: Editorial Cultura, 2008) pp. 117-119,
45
94
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Este es el paraíso,
esposa mía,
aquí está el fénix
con las arras de nuestra voluntad.
Aquí no hay savia
que no se ofrende en flores,
el canto es contagioso
tanto como el arrullo,
incluso tienen sentido las divagaciones.
En El bien de amar
EL ÁNIMA Y SU MARCA
Anfibio en un licor de sideral espuma,
no olvido cómo nada más conmigo
has compartido el pan, la música, su baile,
y me brota un cardo por dentro
cuando mi adiós apenas si deja de ser tierno;
ya puedes tú decirme, alegre, qué sería
pensar yo nunca más con ella,
venturoso, volveré a estar en la mesa,
en el lecho, en el cine,
sobre una toalla de grama,
bajo la sombra de lejanos limoneros.
95
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96
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1994
Luz Méndez de la Vega
«Todas las mujeres que hacemos poesía femi-
nista estamos muy metidas en nuestra reali-
dad, convirtiéndola en cuestión poética. Pero
para mí, si la poesía no tiene profundidad fi-
losófica, o la raíz bien metida en la tierra, no
Foto cortesía de la escritora
tiene valor».
Ir a tabla de contenido
46
No fue posible localizar el Acuerdo Ministerial en los archivos del Ministerio de Cultura y Deportes,
ni la publicación del Acuerdo en el Diario de Centro América pero, la investigación hemerográfica
confirma el año de entrega. La Hora, publicó el 6 de enero de 1996 en la página 2, que fue entregado
en 1994, e indica, que el jurado estuvo integrado por la M.A. María del Carmen de Alonzo, la Lcda.
Delia Quiñónez de Tock y el escritor Alejandro Méndez.
99
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la colocó entre las más altas poetas de Guatemala, y otro poemario más que
excelente es Helénicas, en donde demuestra su profundo conocimiento de
la poesía del mundo heleno»47. Con este libro, Méndez de la Vega incursiona
en la auténtica poesía griega de los tiempos antiguos y la recrea en formas
que muestran su propio yo interno y los conflictos existenciales que siempre
han caracterizado su quehacer poético.
de 2010) p. 45.
100
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Carolina Vásquez Araya. «Una Luz en la penumbra». (Guatemala: Prensa Libre.com. Opinión, julio de 2009).
48
Luz Méndez de la Vega. «Currículum». Proporcionado por la escritora a Nancy Maldonado de Masaya.
49
101
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Consideraciones de la escritora
Luz Méndez de la Vega, en entrevistas publicadas por Gustavo Adolfo Mon-
tenegro50, en El diario del Gallo, y la realizada por la redacción de la revis-
ta Magazine 21 51, relató aspectos de su vida literaria. Contó que se inició
cuando era estudiante y su maestro de literatura, Manuel Galich, «les dejaba
trabajitos de composición». Publicó algunos de sus trabajos en la revista Stu-
dium, de la Facultad de Derecho. Recordó que con Manuel José Arce tuvo
que meterse de lleno en la literatura; juntos fundaron el grupo de teatro y de
literatura La Moira. «Hacíamos un suplemento, que aparecía en el Diario de
Centroamérica, llamado “Desvelo, Trino y Cimiento”, en el que empecé a
publicar con un seudónimo, firmaba “Lina Marqués”». La escritora además,
creó en 1970 la publicación Flor de Varia Poesía, que era una recopilación
de los trabajos de los catedráticos de la Facultad de Humanidades de la Uni-
versidad de San Carlos; sin embargo, fue publicado hasta en 1978. Agregó
que «como el libro se había atrasado tanto, todos los de La Moira me dijeron
que no publicarían si no me descubría con mi nombre. Poco después no
tuve más remedio que publicar Eva sin Dios. Este fue mi primer libro, pongo
a Eva como la primera rebelde contra el poder, que era Dios, en masculino.
La serpiente es el deseo, pero también, desde la antigüedad, es el símbolo
de la sabiduría».
50
Gustavo Adolfo Montenegro. «Yo siempre seré feminista». (Consultado en: El diario del Gallo.wor-
press.com, 15 de enero de 2008).
51
«Eva sin Dios». (Guatemala: Siglo Veintiuno. Revista Magazine 21, 14 de enero de 1996). pp. 4-5.
102
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Por aparte, la escritora comentó que «los años sesenta y setenta fueron un
siglo de oro para la literatura y el arte guatemaltecos, en todo sentido. Se
notaba una gran creatividad y no sé hasta qué punto aquello era una forma
de evasión por la represión política que empezaba». Trajo a la memoria la
página de César Brañas en El Imparcial: «Le llamaban la página editorial y
era una página literaria constante en la que había espacio para los jóvenes».
Premios y distinciones
Primer Premio APG Bernal Díaz del Castillo-Rama Crónica, 1978. Segundo
Premio APG-Rama Crónica, 1977-1978 y 1982. Orden Dolores Bedoya de
Molina, 1981. Medalla Cruz al Mérito Artístico APG, 1981. Primer Premio
de Poesía en el Certamen Permanente Centroamericano 15 de Septiembre,
1983. Trofeo Opus de las Artes (teatro), 1991. Medalla Oficina Nacional de
la Mujer, 1992. Medalla Revista de Naciones de la Societá Dante Alighieri,
1994. Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias», 1994. Me-
dalla Orden Vicenta Laparra de la Cerda, 1998. Medalla Orden Ixmukané,
2003. Medalla Presidencial del Centenario de Pablo Neruda-Presidente Ri-
cardo Lagos, Chile, 2004. Medalla de Investigación Científica Universitaria
Emérita, 2008. Medalla al Mérito Ciudadano, FLACSO, 2012 (entregada
post mortem, ya que el reconocimiento le fue anunciado a finales de 2011,
antes de su fallecimiento).
Obra literaria
Poesía: Eva sin Dios (1979), Tríptico (1980), De las palabras y la sombra
(1984), Poetisas desmitificadas (1984), Las voces silenciadas –Poemas feme-
nistas– (1985), Antología poética (personal) (1994), Helénicas y epigramas a
Narciso (1998), Toque de queda (1999), Frágil como el amor (2008). Teatro:
Tres rostros de mujer en soledad –Monólogos– (1991) Cuento: ¡Esas maldi-
103
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Teatro
Del libro Tres rostros de mujer en soledad 52
Monólogo en un acto
¡Ahhhhhhh! ¡Al fin se fueron! ¡Me aburren! No sé por qué tengo que vivir
entre toda esta gente. Estoy harta de sus risas sin motivo y sus conversa-
ciones tontas a medias. Nunca dicen nada, solo vienen a beber y comer.
Se divierten estúpidamente, mientras yo pago. Ni siquiera me estiman ni
comprenden. A mi espalda se escandalizan de la menor cosa que hago.
Me clavan sus dardos, sobre todo las mujeres… ¡La gran sociedad! ¡La
gran suciedad! ¡Vacía… vacía… vacía y con poses de intelectual! ¿Ya leís-
te la última novela de fulanito? y me sueltan un nombre en algún idioma
raro ¡qué vaya uno a saber en dónde fue comentada! porque ¿leerlas?
jamás. Esa no es literatura de las revistas del salón de belleza o de la
barbería. (Bosteza. Se pone de pie). ¿Y yo? ¿yo? Rodeada del tumulto y
sola. Sola y presa entre estas infranqueables paredes. Entre esta cárcel
ruidosa y absurda de prejuicios, etiquetas y condenas (se sirve otra copa
y la mira a trasluz de la lámpara). Tampoco esto da resultado... Pero me
hace soportarlos mejor... ¿Soportarlos... o soportarme a mí misma? (se
dirige hacia el espejo que debe permitir ver a la actriz y parte de su reflejo
en él. Dirigiéndose a su propia imagen). ¡Salud!
52
Méndez de la Vega, Luz. Tres rostros de mujer en soledad (Monólogos importunos). Guatemala:
Artemis-Edinter, 1991, p. 56-57 y Eva sin Dios. (Guatemala: Editorial Marroquín Hnas., 1979) pp.
12-14 y 18-19, respectivamente.
104
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Poesía
Del libro Eva sin Dios
PRÓLOGO
Pronto fui expulsada
del coro de las voces claras
cuando ya había perdido
el derecho
al canto del solo.
Colgué al hombro
mi voz
agria y ronca
—como un arma—
y me fui a los caminos
transitados por el grito.
De allí, también,
salí proscrita
por mi voz opaca
incapaz
de alturas y violencia.
Desde entonces
camino
por extravíos,
con mi voz muerta
atada al cuello
e, inútilmente, trato
—muda para siempre—
de hablar, cantar
o gritar
con torpes gestos.
105
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EVA
Porque mi carne tiene
afán de río
que corre hacia ti
Incansablemente,
sé
que salí
de tu costado.
Porque soy
incompleta sin ti
y giro orbital
a tu existencia
centrada en ti
¡Únicamente en ti!
sé
que salí
de tu costado.
106
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1995
Miguel Ángel Vásquez
«La poesía es adivinación: es un descubrimien-
to de lo que es el ser iluminado por la luz; esa
que no alcanza a ver el científico ni a entender
el filósofo. Toda poesía es anterior al hecho y
esta no es una afirmación idealista. Es que el
Foto cortesía del escritor
Entre las obras de Vásquez destaca la trilogía narrativa conformada por las
novelas: La semilla del fuego, que describe el horror de la dictadura ubiquista;
Operación Iscariote, que trata de un pueblo víctima de la crueldad y el miedo
con un trasfondo en los acontecimientos ocurridos en 1954; y, La llama san-
grante, testimonio de la lucha rebelde y la represión en los años sesenta. Su
53
Acuerdo Ministerial No. 304-95, de fecha 4 de diciembre de 1995.
109
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César Brañas. «A propósito del libro Biografía de un Ángel». (Guatemala: El Imparcial, 1963) p. 15.
54
Marco Antonio Flores. Poetas guatemaltecos del siglo XX. En «Miguel Ángel Vásquez». (Guatemala:
55
110
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111
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Premios y distinciones
Primer premio de poesía, Certamen Centroamericano (primer aniversario
de la Revolución del 20 de octubre), 1945. Primer premio de poesía «15 de
septiembre», 1951 y 1962. Primer premio de poesía en los Juegos Florales de
Quetzaltenango, 1963 y 1969. Primer Premio de poesía Certamen de la Aso-
ciación de Escritores de Guatemala, 1981. Primer Premio de Poesía, Certa-
men Mario Morales Monroy de Teculután, Zacapa, 1989. Premio de poesía en
Certamen Literario «Miguel Ángel Asturias», Facultad de Ciencias Jurídicas y
Sociales de la USAC, 1994. Premio único en el XVI Concurso Internacional
de Poesía de España, 1994. Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel
Asturias»,1995. Primer premio de cuento, Casa de la Literatura de Salzburgo,
Austria, 1996.
Obra literaria
Poesía: Relieves en el sueño (1946), Contigo (1947), Plegarias en grito
(1950), Palabras a Tecún Umán (1961), La furia colectiva (1963), Biografía de
un Ángel (1963), Estrella desterrada (1970), A media agua del sueño (1983),
Poemas laureados (1985), Laurel de sombra (1994). Antologías: El amor en
la poesía guatemalteca (1993), La poesía de la rebelión (1994), Mujeres que
escriben poesía (1996), Leamos sonetos (1997). Novela: La semilla del fuego
(1976), Operación Iscariote (1989), Razones para la cólera (1992), La llama
sangrante (1995), El clérigo vagabundo (2007). Ensayo: Bajo el vidrio de las
palabras (1993), Las voces de la memoria: Anécdotas y recuerdos no revela-
dos en la vida de Miguel Ángel Asturias (1999).
112
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Poesía
La poesía de la rebelión58
113
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III
Revolución
La ráfaga de acero palpita en la palabra:
diez letras en las venas igual que llamaradas.
Revolución
La sangre ya enrojece la música del alba
comprada por las vidas que siega la metralla.
Revolución
El máuser tiene un gesto siniestro de guadaña
para arrancar raíces de fuerza y amenaza.
Revolución
Viene el bramar profundo que anuncian las granadas
y se derrama el odio que esconden murallas.
Revolución
Furia en la voz, en el alma, en la mirada,
la juventud sin miedo hacia el peligro avanza.
Revolución
Gozosa en su vendimia febril la muerte pasa
mientras fusiles cantan sinfonías macabras.
Revolución
Atrás quedó el hogar, las madres, las hermanas,
las esposas con hijos, rezando sus plegarias.
Revolución
Un ídolo grotesco se postra ante la rabia
de los que no permiten la patria arrodillada.
Revolución
Si muchos hombres caen, más viva es la esperanza
de ver en futuro brillar la democracia.
114
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Revolución
Este Veinte de Octubre la voz se hace guirnalda
para los que cayeron por libertar su patria.
IV
Arde mi canto en tu crisol sereno,
—alta figura de mi voz en llamas—
para decir con la emoción del fuego,
tu realidad de luz, mi Guatemala.
115
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Novela
Del libro La semilla del fuego
En «El campo» (fragmento)
VI
Estaban sentados sobre una enorme piedra. A sus costados se perdía el
camino polvoriento, solitario en aquella hora de la tarde. Solos los tres,
Luciano Sutuche, su mujer y el crío. Solos los tres esperando con sus car-
gas de maíz porque había orden del intendente, para que nadie entrara
al pueblo antes de las cuatro de la tarde. Quienes quisieran hacerlo y no
tuvieran permiso especial, o fueran empleados del gobierno, tenían que
pagar al propio intendente, veinticinco centavos.
Octavio Contreras se había mandado a construir una garita especial con
un depósito como buzón en donde eran depositadas las monedas. Hasta
entonces, los alguaciles o policías, permitían el paso. La llave de la garita
estaba en poder exclusivo del intendente.
—Das tu permiso, patrón… Ya está bajo el sol, ya está en hora, pues…
El alguacil lo miró con desprecio. Se puso de pie y señaló los costales.
—¿Qué llevás allí? ¿Cuántos quintales? Ahora tenés que pagar cinco cen-
tavos por cada quintal… Yo te los peso, tengo aquí la balanza… mirá…
La Domitila abrió los ojos en un gesto de asombrada contrariedad.
—Tal vez no nos convenga, patrón, mejor que no lo vendamos el nuestro
maicito, pues… prefiero darles a los coches que seguir regalando mi pisto
al intendente.
El alguacil se puso rígido. No esperaba tal respuesta, acostumbrado a la
habitual docilidad de los campesinos.
—Ve qué abusivo el indio… Ya te voy a enseñar a respetar a la autori-
dad… Eso que dijiste se lo vas a repetir en su cara al intendente… pero,
eso sí, no te arriendo las ganancias… pasá… pasá… ahorita mismo te
llevo pa'la intendencia ¿Qué te estás creyendo vos, relajadote?
116
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1996Margarita Carrera
«Es importante explicar cómo la mujer enfoca
el nuevo lenguaje en cuanto a su intensa capa-
cidad de sentir el amor de una manera plena,
pues constantemente surgen nuevas voces de
féminas que producen en el aspecto lírico. Lo
Foto cortesía de Prensa Libre
59
Acuerdo Ministerial No. 219-96, de fecha 2 de octubre de 1996.
119
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60
Francisco Albizúrez Palma. Liminar del libro «Antología Personal de Poesía», de Margarita Carrera.
(Guatemala: Editorial Cultura, 1998) p. 7.
61
Luz Méndez de la Vega. «Margarita Carrera». (Guatemala: La Hora, 1977).
120
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121
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Consideraciones de la escritora
Margarita Carrera, en dos entrevistas consultadas en el Diario del Gallo63
y en el Blog guatemalteco Historias y opiniones64, relató aspectos sobre su
vida. «Nunca fui ni niña ni adolescente ni joven. Debido a la muerte de mi
padre, la vida de mi familia fue precaria. A los 15 años mi madre me puso
a trabajar, tuve que estudiar en la nocturna con muchas penurias, vivíamos
en una pensión miserable y no tenía amigas. Las pocas que tuve se alejaron
al empezar yo a trabajar». Además, cuenta que de 1944 a 1954 estuvo en
un ambiente de altos intelectuales y artistas. En el museo que entonces se
llamaba Arqueológico de Guatemala, conoció a intelectuales como Roberto
González Goyri, Argentina Díaz Lozano, Guillermo Grajeda Mena y Hugo
Cerezo Dardón. Afirma que, de estos creadores, conserva el mejor recuerdo
de ellos. «Fue una época que no regresará nunca. Hoy el país pareciera
estar maldito», dijo.
Contó que entre sus grandes amores están Miguel de Unamuno, Juan
Ramón Jiménez, Jorge Luis Borges, Sigmund Freud y Federico Nietzche.
«Nietzche me sirvió para escribir Antropos. Luego, el último padre que he
tenido, el más humano, el más maravilloso como persona y como ideal de
ser, es monseñor Gerardi. No sé si soy una persona de éxito, la verdad es
que he escrito tantos libros porque me enamoré locamente de la literatura».
Al referirse a su niñez y los motivos por los que escribe dice que «desde los
ocho años leía mucho, a los diez me nació el deseo de escribir, a los trece
seguía leyendo y escribiendo y ahora continúo haciendo lo mismo. Esa pa-
sión es como un virus que no me deja en paz. Además, creo que empecé
a escribir por instinto de conservación, yo era muy sola y tenía que buscar
a alguien que me oyera y al que pudiera oír. De esa manera, con la lectura
62
Ronald Flores. «Ah, Margarita más tremenda». (Consultado en: blog, Actividades y eventos, narrati-
va, reseñas Literarias, 26 de octubre de 2008).
63
Margarita Carrera. «Sobre mi poesía». (Consultado en: El diario del Gallo.wordpress.com, 15 de
septiembre de 2010).
64
Margarita Carrera. «Relato sobre su vida». (Consultado en: Blog guatemalteco, Historias&opiniones:
blogueros en acción. El personaje SCD 2006-2008).
122
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Premios y distinciones
Premio Quetzal de Oro, Asociación de Periodistas de Guatemala (APG),
1981. Finalista en el XI Premio Anagrama de Ensayo en Barcelona, España,
1982. Primer Premio de Poesía en los Juegos Florales Centroamericanos y
de Panamá, 1982. Primer Premio de Poesía en los Juegos Florales Hispano-
americanos, en Quetzaltenango, 1986. Premio Nacional de Literatura «Mi-
guel Ángel Asturias», 1996. Premio Unicef a la Comunicación, 2000. Orden
Monseñor Gerardi, 2004. Premio Maestra de Académicos y Diploma Mérito
Literario, por la Academia Guatemalteca de la Lengua, 2012.
Obra literaria
Poesía: Poemas pequeños (1951), Poesías (1957), Desde dentro (1964),
Poemas de sangre y alba (1969), Del noveno círculo y Antología míni-
ma (1977), Mujer y soledades (1982),Toda la poesía de Margarita Carrera
(1984), Signo XX (1986), Sumario del olvido (1994), Antología personal de
poesía (1998), Iracundiae Dea (2008). Teatro: El Circo. Farsátira en un acto
(1975). Biografías noveladas: En la mirilla del jaguar. Biografía novelada
de Monseñor Gerardi (2002). Sumario del recuerdo. Memorias 1929-1981
(2006). Ensayo: Corpus poeticum de la obra de Juan Diéguez (1959), En-
sayos (1974), Literatura y psicoanálisis (1979), Ensayos-contra reloj (1980),
Antropos (la nueva filosofía) (1985), El desafío del psicoanálisis freudiano
(1988), Hacia un nuevo humanismo (1996), Antología personal: ensayo
(1997), Ensayos sobre Borges (1999).
123
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Poesía
Del libro Antología personal de poesía 65
En Poemas pequeños 1951
PAISAJE
Piedras a mi lado.
El lago enfrente;
más allá volcanes,
y el sol que se encueva.
Crepúsculo.
Un día menos
en mi vida.
CREATIO
En siete días forjaste el Universo:
en el primero hiciste el llanto
en el segundo el hambre
en el tercero el sueño
en el cuarto la vigilia
en el quinto el amor
en el sexto la muerte
en el séptimo el olvido.
Margarita Carrera. Antología personal de poesía. (Guatemala Editorial Cultura, 1998) pp. 11, 159,
65
161, 75 y 76, respectivamente, y Ensayos sobre Borges. (Guatemala: Editorial Universitaria, 1999)
pp. 5-6.
124
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ATARDECER
Te ha atardecido la lluvia
se te ha metido tan dentro
que has tendido al viento
ese cuerpo sin sentido.
En Soledades
Y CIERRO LA PUERTA
Y cierro la puerta.
Nada.
Nadie perturba mi paz.
Gardenias y cipreses
me acompañan.
Madera y silencio.
También los pájaros
han huido.
125
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Ensayo
Del libro Ensayos sobre Borges
EL ALEPH A LA LUZ DEL PSICOANÁLISIS (fragmento)
Para comprender el profundo significado de “El Aleph” de Borges, se
torna necesario recurrir, según mi criterio, a la interpretación de los
sueños de Freud.
Los misterios del tiempo y del espacio, como del Universo entero, se en-
cuentran en “una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor”,
denominada “Aleph”. En esta acontece algo insólito. Es “el lugar donde
están, sin confundirse, todos los lugares del Orbe, vistos desde todos los
ángulos.”
Los personajes que intervienen en “El aleph” son (a la manera dantesca)
tres: Beatriz Elena Viterbo (quien igual que la Beatriz de La Comedia
de Dante yace muerta), Carlos Argentino Daneri (cuyo último apellido
se asemeja a “Dante”: Daneri), y el mismo Jorge Luis Borges (quien, a su
vez, hará el papel de Dante al descender al infierno: “el sótano”, el cual
encerrará contradictoriamente el “paraíso”. Ya en sus estudios sobre La
Comedia, Borges nos revela cómo para Dante es mejor el Infierno que el
Paraíso, en donde Beatriz castiga con duras palabras a este).
126
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1997
Augusto Monterroso
«Los caminos que conducen a la literatura pue-
den ser cortos y directos o largos y tortuosos.
El deseo de seguir en ellos sin que necesaria-
mente lleven a ningún sitio seguro es lo que
convertirá al niño en escritor».
Foto cortesía de Prensa Libre
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129
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«Ensayo sobre la obra Viaje al centro de la fábula de Augusto Monterroso». (Consultado en: España,
68
130
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69
Horacio Castellanos Moya. «El último clásico centroamericano». (Guatemala: El Periódico. El Acor-
deón, 16 de febrero de 2002) y «Augusto Monterroso gana el Premio Príncipe de Asturias». (Consulta-
do en: Oviedo, España, Librusa, jueves, 1 de junio de 2000).
70
Adolfo Méndez Vides. «Monterroso en el olimpo». (Guatemala: El Periódico, El Acordeón, 16 de
febrero de 2002) p. 7.
71
«Biografía de Augusto Monterroso». (Consultado en: gipuzkoakultura.net Dirección General de Cul-
tura –Diputación Foral de Gipuzkoa, 2007).
131
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«Comencé a escribir relatos muy breves. Me di cuenta de que esa era mi voz,
mi forma de expresarme: concisa y claramente, práctica que los escritores
latinos recomendaban, brevedad, y eso influyó en mí. Me gustaba experi-
mentar con el lenguaje. Un caso es el relato breve “La sinfonía concluida”
que no tiene puntos ni comas. El hecho obedece a que el protagonista co-
72
Víctor García de la Concha. Director de la Real Academia Española 2000. «Augusto Monterroso gana el
Premio Príncipe de Asturias». (Consultado en: Oviedo, España, Librusa, jueves, 1 de junio de 2000).
73
Luis Aceituno. «Conversación con Tito Monterroso». (Guatemala: El Periódico. El Acordeón, 29 de agosto
de 1999).
74
Mori Ponsowy. «Tras la obra satírica». (Consultado en: Revista Ñ. Clarín.com, Edición sábado, 22 de marzo
de 2003)
75
Yolanda Sassoon, con Jennie Ostrosky, «Augusto Monterroso, cuento, novela y ensayo». (Consultado en:
http://cvc.cervantes.es/actcult/monterroso 2009).
132
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El escritor mencionó que la sátira «es una crítica de las costumbres, una críti-
ca de los demás, una crítica de los defectos ajenos». Pero que él la aprendió,
no sabe si de los libros o de sí mismo. Según Monterroso, «si como escritor
se ha de criticar al prójimo y a la humanidad en general, debe empezar por
criticarse a sí mismo».
Al referirse al Premio Príncipe de Asturias de las Letras, con el cual fue ga-
lardonado, Monterroso lo calificó como «un estímulo para la literatura cen-
troamericana, pues en Centroamérica existe mucho talento literario, mucha
capacidad para la poesía, para el cuento y para la literatura en general. Sin
embargo, las condiciones políticas y económicas, la falta de medios, de im-
prentas, etcétera, son desestimulantes para los escritores. A veces, se sienten
condenados al aislamiento por falta de proyección. En esas circunstancias,
recibir el premio fue muy valioso».
Premios y distinciones
Premio Magda Donato, 1970. Premio Xavier Villaurrutia, 1975. Condecora-
ción del Águila Azteca, por su aporte a la cultura de México, 1988. Premio
Juan Rulfo, 1996. Orden Miguel Ángel Asturias, 1996. Doctor Honoris Cau-
sa por la Universidad de San Carlos de Guatemala, 1996. Premio Nacional
de Literatura «Miguel Ángel Asturias», 1997. Premio Príncipe de Asturias,
2000.
133
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Obra literaria
Cuento y ensayos: Obras completas y otros cuentos (1959), La oveja ne-
gra y demás fábulas (1969), Movimiento perpetuo (1972), La palabra má-
gica (1984), La vaca (1998), Literatura y vida (2001). Novela: Lo demás
es silencio (1978). Otros: La letra e: fragmentos de un diario (1987), Los
buscadores de oro (1993). Entrevistas: Viaje al centro de la fábula (1981).
Antologías: Pájaros de Hispanoamérica (1998).
Cuento
Del libro Obras completas y otros cuentos76
EL DINOSAURIO
«Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí»
EL ECLIPSE
Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada
podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, im-
placable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tran-
quilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza,
aislado, con el pensamiento fijo en la España distante, particularmente
en el convento de Los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una
vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso
de su labor redentora.
Augusto Monterroso. Obras completas (y otros cuentos). «El eclipse». (México, D. F.: Ediciones Era,
76
134
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Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso
en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opre-
sores y salvar la vida. —Si me matáis —les dijo—, puedo hacer que el sol
se oscurezca en su altura. Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé
sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se produjo un pequeño
consejo, y esperó confiado, no sin cierto desdén. Dos horas después, el
corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente so-
bre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsa-
do), mientras uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz,
sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses
solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían pre-
visto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles.
VACA
Cuando iba el otro día en el tren me erguí de pronto feliz sobre mis dos
patas y empecé a manotear de alegría y a invitar a todos a ver el paisaje
y a contemplar el crepúsculo que estaba de lo más bien. Las mujeres y
los niños y unos señores que detuvieron su conversación me miraban
sorprendidos y se reían de mí pero cuando me senté otra vez silencioso
no podían imaginar que yo acababa de ver alejarse lentamente a la orilla
del camino una vaca muerta muertita sin quien la enterrara ni quien le
editara sus obras completas ni quien le dijera un sentido y lloroso dis-
curso por lo buena que había sido y por todos los chorritos de humeante
leche con que contribuyó a que la vida en general y el tren en particular
siguieran su marcha.
135
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1998
Francisco Morales Santos
«La literatura es un gran río de memorias que
se enlazan en el tiempo y en el espacio; por ella
sabemos de los grandes sueños, de las mayo-
res desilusiones, de las esperanzas truncadas.
En el mejor de los casos, una buena literatura
nos hace olvidar los malos momentos y mejora
Foto cortesía del escrtor
nuestra autoestima».
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En 1966, fue cofundador del grupo Nuevo Signo, el cual estuvo integrado
por los escritores Luis Alfredo Arango, Delia Quiñónez, Antonio Brañas,
José Luis Villatoro, Julio Fausto Aguilera y Roberto Obregón. A todos ellos
los unía un sentimiento de servicio hacia la sociedad y de expresión estética.
Morales Santos organizó y participó por dos años en las lecturas denomina-
das «Poesía en voz alta», que los escritores del grupo Nuevo Signo llevaban
a las escuelas, las universidades, los institutos nacionales y los centros cul-
turales del país.
Los poemas de Morales Santos abarcan temas propios del ámbito guate-
malteco en los que el escritor rescata lo autóctono, profundiza en el amor a
la patria, a la familia y a la mujer. Es un poeta que vivió el período convulso
de la guerra interna, situación que marcó parte de su producción literaria.
Plantea los grandes problemas humanos existentes por parte de las oligar-
quías y la indiferencia de las clases burguesas de Guatemala. Su obra con-
lleva una indagación constante hacia el reconocimiento del entorno social,
geográfico y cultural guatemalteco.
77
Acuerdo Ministerial No. 347-98, de fecha 25 de agosto de 1998.
139
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Sus poemas están compuestos en gran medida por versos libres; pero, son
notorios el encabalgamiento, el ritmo y la musicalidad, en donde entran en
juego las figuras retóricas. Una de sus obras más sobresalientes es Madre,
nosotros también somos historia, tanto por su extensión, como por la fuerza
lírica y la carga ideológica que contiene, al entablar una comunicación pro-
fundamente afectiva entre el hijo y la figura materna que, además, puede
simbolizar a la tierra y a la patria.
140
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auténtico impulso poético, una urgencia por redondear la idea, con lo cual,
lamentablemente, la ambigüedad sostenida se quiebra y se banaliza. Pero
aún esta crítica podría encontrar en el yo poético de Morales Santos su jus-
tificación como un intento de resistirse a la desintegración del tiempo, de ir
Al pie de la letra sirviendo a la realidad y al servicio de la Poesía»79.
En 2010, presentó la segunda edición del libro Los nombres que nos nom-
bran, una antología que muestra el panorama de la poesía guatemalteca de
1782 a 2007, libro que fue escrito con el propósito de resaltar las caracterís-
ticas del legado poético y los aspectos individuales y colectivos de los poetas
de Guatemala desde Rafael Landívar, hasta comienzos del siglo XXI80.
79
Eduardo Gargurevich. «Al pie de la letra, de Francisco Morales Santos». (Consultado en: Portal de
Banda Hispánica s/f).
80
«El mundo en verso, Morales Santos presentará antología ampliada». (Guatemala: Prensa Libre,
Cultura, 26 de julio de 2010) p. 64.
141
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81
Francisco Mauricio Martínez. «Devorador de libros, Francisco Morales Santos». (Consultado en El
diario del Gallo.wordpress.com, 7 de diciembre de 2007).
142
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Premios y distinciones
Segundo Premio en los Juegos Florales de Quetzaltenango, 1969 y 1974.
Primer premio de los Juegos Florales de Quetzaltenango, 1976. Premio úni-
co del Primer Festival Nacional de Arte de la Universidad de San Carlos,
1978. Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias», 1998. Eme-
ritisimum, por la Facultad de Humanidades de la USAC, 2009. Diploma
Mérito Literario, por la Academia Guatemalteca de la Lengua, 2012.
143
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Obra literaria
Poesía: Agua en el silencio (1961), Ciudades en el llanto (1963), Germina-
ción de la luz (1966), Nimayá (1968), Sensación de lo lejano (1968), Tene-
brario (1969), Escrito sobre olivos (1971), Cuerno de incendio (1976), Cartas
para seguir con vida (1977), Poesía para lugares públicos (1976), Conjuros
contra gangrena y tumba (1978), Al pie de la letra (1987), Madre, nosotros
también somos historia (1988), Implicaciones del verbo amar (1990), Cere-
monial contra el olvido (1995), ¡Oh líquida memoria! (1999), Escritos sobre
fondo oscuro (2001). Ensayo: El hermano Pedro Betancur: primer santo de
América Central (1980), Los barriletes gigantes de Santiago Sacatepéquez
(1970) y otros. Antologías: Las plumas de la serpiente (1970), Los nombres
que nos nombran (2010). Literatura infantil: Tío Conejo y tío Coyote
(1984), Ajonjolí (1997), Torre de papel (2003), Árbol de pájaros (2005), Te-
jido de sueños (2006). Antología: Poemas escogidos para niños (2006).
Poesía
Del libro Madre, nosotros también somos historia (fragmento)82
1
El aire húmedo, viejo familiar nuestro, te puso en mi memoria
con tu vida presente y anteriores vidas.
Cerré entonces el libro para acercarme al hombre
formando multitudes, dejé correr las voces,
dejé que envejeciera la tarde por ser tarde,
perdoné la flojera del bus y los enviones
y me puse a pensar copiosamente, verificando los recuerdos
en el manual de tus oficios regios.
Fue como si el invierno penetrara al cuerpo con fuerza
recogida en australes latitudes,
como si desde lejos llegara una poesía torrencial acerca de ti,
en efecto, el hablar de ti, el hacerte lugar en mis palabras
conduce necesaria, invariablemente, a expresarlo de este modo.
Me pareció entonces que desde tu poniente
retornabas el sol a mi cerebro, permitiéndome ver más claramente
el presente y el futuro
82
Francisco Morales Santos. Madre, nosotros también somos historia. (Guatemala: Facultad de Hu-
manidades, INESLIN; DIGI, Universidad de San Carlos de Guatemala, 2009) pp. 15-16 y Poemas
escogidos para niños. (Guatemala: Piedra Santa, 2006) pp. 75, 45, 34 y 45, respectivamente.
144
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ADIÓS A LA TARDE
A lomo de loma
se está yendo el sol
mientras lo despido
como el girasol.
Y a lomo de mulo,
do re mi fa sol,
vuelvo a casa envuelto
por el arrebol.
POEMA FELIZ
Al corazón de una dalia
da su beso el colibrí,
después le escribe en el aire:
“Todo mi amor para ti”.
REGALO
Mi corazón es un fruto.
Mi corazón es un nido.
Pájaro es.
Girasol es.
También es fuego
y panal.
¿Qué se te ofrece de él?
FIESTA DE PÁJAROS
Filtrándose en las nubes
la luz de la alborada
construye un pentagrama,
los pájaros entonces
parados en las ramas
o al borde de los nidos
empiezan a cantar.
146
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1999
Mario Alberto Carrera
«Uno puede tener riquísimas experiencias, pero
si carece de técnica, no lo puede expresar. Para
transmitir emociones que asombren se necesita
un lenguaje único y nuevo. Y para crear se pre-
cisa de haber leído mucho, así como de viajar y
Foto cortesía del escrtor
83
Acuerdo Ministerial No. 317-99, de fecha 8 de junio de 1999.
149
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150
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85
Lucía Escobar. «Mario Alberto Carrera fue galardonado». (Guatemala: Siglo Veintiuno. Cultura, 30
de junio de 1999) p. 24.
86
Enán Moreno. «Fragmento crítico literario sobre el escritor Mario Alberto Carrera». (Guatemala:
Facultad de Humanidades, USAC, noviembre, 2012).
87
Mario Alberto Carrera. «Currículum». Proporcionado a Nancy Maldonado de Masaya (Guatemala:
21 de marzo de 2010).
151
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Contó que nunca estuvo ligado a ninguna ideología política, ni con el comu-
nismo ni con la derecha, pues siempre vio que en la política había intereses
creados. Hizo su tesis sobre Herbert Marcuse, un hombre que pertenecía
al partido comunista alemán, pero que se salió para volverse revisionista y
crítico del partido. Al preguntarle cuál es su filosofía respondió: «Pienso en
el anarquismo como una actitud de vida. Y no es ninguna locura, sino un
estatus de libertad. El anarquista es el hombre más libre que puede existir,
y le es muy difícil compartir pasiones con reglas o ideas muy determinadas.
El marxismo tiene estatutos y principios que son muy cerrados y muy deter-
88
Lucía Escobar. «Yo dejé de creer en Dios a los siete años». (Guatemala: Siglo Veintiuno, Revista Maga
314, junio de 1999) pp. 6-7.
89
Arturo Monterroso. «El dolor vital, Mario Alberto Carrera». (Guatemala: El Periódico, El Acordeón,
4 de julio de 1999) pp. 02b-03b.
152
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minantes. Eso no quiere decir que no comparta algunas de esas ideas del
marxismo. Para estar con un grupo político o guerrillero hay que tener dis-
ciplina; es decir, como en el Ejército, ser obediente y beligerante. Yo, claro
está, no puedo ser ni esto ni lo otro».
El escritor consideró que decir que un solo libro puede cambiar el mundo es
demasiado, pero las ideologías expresadas en un libro pueden modificar de-
terminados sectores del mundo. «De hecho, El capital de Marx ha cambiado
parte del curso de la historia. Asimismo, la Biblia», comentó.
153
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Premios y distinciones
Gran Cruz de Oficial de la Orden de Isabel la Católica concedida por el Rey
don Juan Carlos I de España, por sus altos méritos literarios. (s/f). Quetzal
de Oro, 1982. Primer Premio Opus de dramaturgia, 1990. Premio único
de cuento «Novella», 1993. Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel
Asturias», 1999. Diploma al Mérito Literario, por la Academia Guatemalteca
de la Lengua, 2012.
Obra literaria
Novela: Buscando el sendero (1967), Hogar, dulce hogar (1982), Diario de
un tiempo escindido (1984), Don Camaleón (1985), Tratado de fascinología
y de muerte (2003), En el ataúd del incrédulo (2012). Cuento: Cuentos
psicoeróticos (1979), Prosas a la muerte de mi padre (1986), La apetecida
esperanza de tu muerte (1995), El contar de los contares (1997). Teatro: La
cólera (s/f). Poesía: Tres sonetos de amor para Luz Méndez de la Vega (s/f).
Ensayo: La estética en el pensamiento de Herbert Marcuse (1972), Cuando
el arte muera. Estudio filosófico (1973), Las ocho novelas de Rafael Arévalo
Martínez (1975), ¿Cómo era Miguel Ángel Asturias? (1975), Homenaje a
Arévalo Martínez (1975), Biografía de siete grandes escritores guatemalte-
cos (1975-1979), Pepe Batres Montúfar, Obras Completas (1980), Marcuse,
Freud, Nietzche, Asturias, Becket, Proust y otros Vrs Carrera (1981), Las
ideas políticas en el teatro de Manuel Galich (1982), Crítica (1984), Costum-
bres de Guatemala; La comedia de los perfiles (1998), Una aproximación
a la Teoría de la lengua y del conocimiento (1998), Panorama de la poesía
femenina guatemalteca del siglo XX (1983).
Novela
Del libro Hogar, dulce hogar (fragmento)90
ÉL Y ELLA
Él era militar y eso lo decía todo. No tuvo niñez ni adolescencia. Fue un
advenedizo. Un estorbo y un bastardo. Era el cuarto y último de los hijos
que mi abuela tuvo “así nomás” con un señor de altísimo copete —de
fustán con picos— que luego se casó con otra —de su clase— y dejó a mi
abuela sin qué decir ni qué hacer…
Mario Alberto Carrrera. Hogar, dulce hogar. Cuarta edición. (Guatemala: Artemis Edinter, 1992) p. 1-5.
90
154
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155
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Mi madre tampoco tuvo una infancia y una adolescencia muy feliz que
digamos. El esquema de ambos era bastante parecido. Era ella hija de
un finquero ricachón de San Salvador (que tuvo hijos por todos lados, y
dejó regada semilla hasta entre las campesinas de sus feudos) y de una
maestra rural que conoció al hombrón finquero y se le entregó. De mane-
ra pues que mis dos padres fueron bastardos, hijos de ricos hombres que
abusaron de la ingenuidad y la inermidad de las mujeres del pueblo. Los
dos rechazados y una infancia que olía fuertemente a miseria y amargura.
156
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Dos fuimos sus hijos. Yo soy el segundo: Lo curioso es que para tenernos
tuvieron que casarse dos veces. Al nacer mi hermano se divorciaron y al
venir yo en camino se tuvieron que volver a casar…
Cuento
Del libro Cuentos psicoeróticos (fragmento)91
INQUILINOS
Algunas noches que regresaba al apartamento tenía la sensación de que
mientras había estado en la oficina alguien lo usaba. No era propiamente
que descubriera algún olor —el olor propio de otro cuerpo humano— ni
tampoco que las ollas y platos estuvieran fuera de lugar. No. Todo estaba
en orden. La sala limpia y bien arreglada como a mí me gustaba verla.
Ningún hueco en los cojines que delatara que alguien había puesto allí la
cabeza. Pero los mismos muebles y mi misma cama me pasaban, como
por telepatía, el mensaje que alguien había ocupado mi vivienda durante
el día.
Me caía mal la idea. Me sentía como burlado. Era como si tuviera testigos
de lo que estaba haciendo. Porque la sensación se convertía también en
algo diferente. Sentía, que, extraños, habían estado durante mi ausencia
en mi casa pero que había sido tan fuerte su presencia que aún no se
había disipado del todo. Mis visitantes tenían una personalidad tan recia
que aun cuando ya no estaban en la casa su presencia se manifestaba
de alguna manera. La sensación, en dos platos, era que nunca me sentía
verdaderamente solo.
91
Mario Alberto Carrera. Cuentos psicoeróticos. (Guatemala: Ediciones Artemis Edinter, 1991) p. 1-2.
157
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Sabía que la sensación que me poseía y que la idea que ocupaba mi ce-
rebro al llegar a mi apartamento era absurda. Nadie podía haber estado
en mi casa. La puerta estaba intacta. Nadie tenía llave, todos los muebles
estaban en orden. Ningún olor delataba la presencia de extraños. Yo era
el único habitante de aquel pequeño apartamento de soltero. Pocas veces
recibía visitas y casi nunca hacía fiestas. Amaba mi apartamento porque
cuando lo alquilé tuve el valor, por primera vez, de vivir solo. Tenía 28
años y creo que fue un pequeño reto a mi propia existencia.
158
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92
Acuerdo Ministerial No. 626-2000, de fecha 12 de octubre de 2000.
161
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Por aparte, el escritor Adolfo Méndez Vides planteó que Poemas de la iz-
quierda erótica es un libro clásico, en el que la autora se mostró «apasiona-
da, activa, vigorosa, intensa, erótica y que veinte años más tarde completó
con la publicación de otro libro en el mismo formato, edición gemela pero
vestida de luto, que ella llama su libro negro: La insurrección de Mariana,
donde nos aproximamos a la experiencia de la simpatía ante la muerte, por-
que el dolor se comparte, porque las heridas nos hicieron supurar a todos,
porque pasados los años uno quiere borrar las telarañas de la cara pero
las huellas de la tristeza se quedaron fijas en una obra poética luctuosa y
referencial. Releer La izquierda erótica al alimón con la Insurrección… es
una experiencia particular, porque dimensiona la pasión frente al martirio.
Tras dos décadas el libro negro de Ana María Rodas vuelve a reeditarse,
y en sus páginas recuperamos la tristeza nunca apaciguada de los amigos
93
Francisco Nájera. Introducción del libro Mariana en la tigrera de Ana María Rodas. (Guatemala: Editorial
Artemis-Edinter, 1996) pp. 1-2.
162
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Los poemas de Ana María Rodas han sido publicados en antologías de Cen-
troamérica, Colombia, México, Estados Unidos, Reino Unido, Viena, Roma
y Múnich y traducidos al inglés, portugués y alemán.
Entre otras funciones, Rodas dirigió la dirección general del Diario de Cen-
tro América y la Tipografía Nacional de Guatemala, de 2008 a 2011. En el
año 2012, asumió el cargo de directora de la Biblioteca Nacional de Gua-
temala «Luis Cardoza y Aragón», en donde tiene como reto recuperar el
brillo de la biblioteca. Por un lado está trabajando con entidades mexicanas
que poseen bibliotecas grandes para que le den asesoría, asimismo logró
un convenio para que su homóloga de Panamá visite y evalúe el estado de
la biblioteca guatemalteca para mejorar su funcionamiento y, para 2013,
anunció un programa de actividades culturales, desde ciclos de cine y con-
ciertos, hasta exposiciones y presentaciones de libros para atraer público a
dichas instalaciones.
Consideraciones de la escritora
Ana María Rodas, en entrevistas realizadas por María R. Doles95, Arturo
Monterroso96 y Lucía Escobar97, relató aspectos sobre su vida literaria. Ex-
puso que los tres géneros que trabaja son distintos. «La poesía, que es una
especie de lava que brota y se puede trabajar y publicar si está bien, o tirar
si está mal. El cuento, que requiere más tiempo y es un proceso diferente
94
Adolfo Méndez Vides. «La insurrección de Mariana». (Guatemala: El Periódico. Cultura, 1 de febrero de 2011) p. 19.
95
María R. Doles. «La poesía es una especie de lava que brota». Revelaciones Siglo XXI. (Consultado en: La Prensa
literaria, una Universidad de bolsillo. Suplemento semanal del Diario la Prensa, 20 de marzo de 2004).
96
Arturo Monterroso. «La mujer en el espejo». (Guatemala: El Periódico, El Acordeón, 24 de julio de 2005) pp. 02b y 03b.
97
Lucía Escobar. «Ana María Rodas, Premio Nacional de Literatura. Vida de Periodista». (Guatemala: El Periódico, El
Acordeón, 29 de octubre de 2000) pp. 02b-03b.
163
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Premios y distinciones
Premio «Libertad de Prensa», otorgado por la Asociación de Periodistas
de Guatemala, 1974. Primer premio de cuento y poesía en el Certamen de
Juegos Florales México, Centroamérica y el Caribe, 1990. Premio Nacional
de Literatura «Miguel Ángel Asturias», 2000. Orden «Vicenta Laparra de la
Cerda» por su obra literaria y actividad periodística, 2006.
Obra literaria
Poesía: Poemas de la izquierda erótica (1973), Cuatro esquinas del juego
de una muñeca (1975), El fin de los mitos y los sueños (1984), La insurrec-
ción de Mariana (1993), Poemas de la izquierda erótica: Trilogía, (Poemas
de la izquierda erótica, Cuatro esquinas del juego de una muñeca y El fin de
los mitos y los sueños) (2006). Cuento: Mariana en la tigrera (1996).
165
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Poesía
Del libro Poemas de la izquierda erótica98
Lavémonos el pelo
y desnudemos el cuerpo.
Yo tengo y tú también
hermana
dos pechos
y dos piernas y una vulva.
No somos criaturas
que subsisten con suspiros.
Ya no sonriamos
ya no más falsas vírgenes.
98
Ana María Rodas. Poemas de la izquierda erótica. (Antigua Guatemala: Edición Gurch, 1998) pp.
7, 11, 10, respectivamente; y Mariana en la Tigrera (Guatemala: Editorial Artemis-Edinter, 1996) pp.
41-43.
166
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Cuento
Del libro Mariana en la Tigrera (fragmento)
MARIANA EN LA TIGRERA
Era de esperarse este vómito, aunque hubiera de pasar más de un año.
De regreso, lloraba en un avión de United entre Port-au-Prince y Miami.
Mi pasaporte decía TWOV y eso me importaba un pepino. Roberto espe-
raba aquí y el tío Dedé también, pero en Port-au-Prince había quedado
Rolland.
Me inunda su última visión: peludo, con la t-shirt roja y sus ojos inmensa-
mente dulces, mojados por la tristeza. Rolland, pez rubio. Haití y vos son
ahora en mi boca una de aquellas frutas chinas que por agrias y dulces,
no les gustan a todos.
167
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Le Marché du Fer, tus amigas de los nombres tan dulces que he olvidado
porque en realidad nunca llegué a comprenderlos. El creole, mi amor, el
creole y mi francés quebrado. Los haitianos riéndose de mí y yo riéndo-
me con ellos porque una semana así merece ser celebrada de todas las
formas posibles y especialmente con gente a la que uno no conoce. Ibo
Beach, alcanzada dos veces a vela, los arrecifes que por poco no esquivo.
El paree habría quedado hundido en cinco pies de agua. Y la Spí que
no se abrió la primera vez. Vos, bajando la vela y subiendo la Spí —yo
controlaba el timón pero eso es más sencillo— luciéndote en la maniobra.
Vos sabías que lo hacías para que yo te viera y yo sabía también. En todo
el día, apenas comimos un sándwich y por la noche, rendidos de sol y de
amor nos dormimos sin comer. El vodú sonaba y sonaba y se colaba bajo
mi pelo. Desperté con el silencio de la madrugada, cuando el sol era un
recuerdo sin sentido, apenas perceptible en la piel, y tu cuerpo largo y
delgado era el muro que me defendía del exterior.
Por las noches, los jugos de naranja y las ancas de rana Chez Maurice y
Louison. Sospecho que comí otras cosas, pero no recuerdo porque don
Pablito, blanco y negro con sus estampas de la corrida, atraía mi mirada
y entonces, entre Picasso y los ojos de Rolland, la comida se olvidaba.
Ahora pienso que podría haberme quedado allá igual que cualquiera de
esos franceses y canadienses que la resaca ha llevado a la media luna de
Port-au-Prince, y Rolland tal vez se me habría acabado y mis hijos habla-
rían un francés desastroso y todos los días se me encogería el estómago
porque los golpes de estado y los militares de opereta y las degollinas. ¿O
me habría habituado?
168
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2001
Isabel de los Ángeles Ruano
«¿Quién soy yo? Argamasa de rayo y trueno en
la garganta, ungida con el salmo en nombre del
Espíritu Santo, y santo y seña de los elegidos
con mi raíz hundida en la expresión, su voz en
el verbo con patente testimonio de la luz, la luz
Foto cortesía de Prensa Libre
semántica».
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El escritor Marco Antonio Flores considera a Ruano como una de las poe-
tas más importantes del siglo XX y, quizá, una de las voces femeninas más
originales y desconcertantes. Según Flores, Ruano es «poeta de obsesiones
profundas y permanentes que al calar en sí desequilibran su personalidad,
su ser, pero penetran lúcidamente en su más internalizada palabra, la que
99
Con frecuencia se considera que la escritora Isabel de los Ángeles Ruano nació en Chiquimula o en
Jutiapa. Se verificó su lugar de nacimiento, y otros datos adicionales, en el currículum que se con-
serva en el Archivo de la Facultad de Humanidades (USAC) y el Archivo del Ministerio de Cultura y
Deportes.
100
Acuerdo Ministerial No. 696-2001, de fecha 11 de diciembre de 2001.
171
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172
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102
José Mejía, «Poésie guatémaltèque du XXe siècle, co-edición bilingüe». (Consultado en: Página de la lite-
ratura guatemalteca. Fundación Suiza Simón I. Patiño y Unión Latina).
103
Carolina Escobar Sarti. «Versos dorados de Isabel de los Ángeles Ruano». (Guatemala: La cuerda, año 9,
No. 89, mayo 2006), p. 14-15.
104
Dado que no fue posible entrevistar a Isabel de los Ángeles Ruano, por su estado emocional actual, en este
apartado se presentan fragmentos de dos prólogos, que expresan consideraciones acerca de la autora.
105
Margarita Carrera. «El genio de Isabel de los Ángeles Ruano», en el libro Café express, de Isabel de los
Ángeles Ruano. (Guatemala; Editorial Cultura, 2008) p. 7.
173
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espacio. Bajo el influjo de Pablo Neruda, quien a su vez yace bajo la sombra
de Whitman, Isabel retoma la voz propia de los profetas y de los poetas que
conmueven al mundo. Voz de trueno, segura y templada que invade todos
los campos de la sensibilidad humana. No en vano se dice creadora de un
estilo nuevo, pleno de fuerza y vigor. Voz que echa raíces o desérticas; voz
que se convierte en fuego abrasador o en tempestuosa lluvia fecunda. Im-
posible realizar una antología poética sin acoger su poesía. Imposible hablar
de literatura iberoamericana y española sin recoger su nombre. Isabel lleva
en la sangre las alas del canto, su canto, que es himno, un himno que nos
recuerda la Novena de Bethoven, y que resuena inmenso, casi bíblico, eco
de la voz de Dios y de la poesía eterna».
Javier Payeras. «Los templos y la vida», en el libro Versos dorados, de Isabel de los Ángeles Ruano.
106
174
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Premios y distinciones
Primer premio en el Concurso Internacional de Ensayo organizado por
el Instituto Nacional de Centro América (INCA), 1962. Beca en el Centro
Mexicano de Escritores, 1966. Premio de Poesía 1979, en el V Festival Al-
fonsina Storni en Buenos Aires, Argentina (con este premio obtuvo su ingre-
so a la gran familia de la Fundación Givré), 1980. Homenaje de la Dirección
General de Bellas Artes, por medio del Departamento de Letras, por haber
obtenido el premio de la Fundación Givré, 1980. Premio Nacional de Lite-
ratura «Miguel Ángel Asturias», 2001.
Obra literaria
Poesía: Cariátides (1967), Torres y tatuajes (1988), Versos dorados (2006),
Café express y otros poemas sueltos (2008), Poemas grises (2010).
Poesía
Del libro Versos dorados107
RIMAS SONORAS Y VIOLENTAS
Estas rimas sonoras y violentas
llevan recio sonido atolondrado.
107
Isabel de los Ángeles Ruano. Versos dorados. (Guatemala: Editorial Cultura, 2006) p. 21.
175
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108
Isabel de los Ángeles Ruano. Torres y tatuajes. Cariátides. (Guatemala: Tipografía Nacional, 2012)
p. 20.
176
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109
Isabel de los Ángeles Ruano. Torres y tatuajes, Tratados de los ritmos. (Guatemala: Tipografía Nacio-
nal, 2012) pp. 76-77 y Café express. (Guatemala: Editorial Cultura, 2012) p. 23.
177
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CAFÉ EXPRESS
Puntual. Vienes puntual.
Ay, amor
¿me traes flores?
–¡qué bien!–
¿traes bombones?
Junto a la chimenea
yo tengo tus habanos.
Son las 5 p. m.
veo tu corbata azul
sonríes, traes
el júbilo de un instante
de amor.
Y luego, lentamente
beberemos sorbo a sorbo
en nuestra taza de china
un poco de café.
–Café express por favor–
Con dos terrones de azúcar
178
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2002
Julio Fausto Aguilera
«En un poeta, en un verdadero poeta, tiene
que haber un profeta. El poeta es profeta y el
profeta encauza a la sociedad hacia las causas
justas...».
Foto cortesía de La Hora
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María del Rosario Domingo Arranz. Nuevo Signo. Historia de un grupo literario de Guatemala.
111
181
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182
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constituyó como el autor del mejor poema del año 1966, al publicar “Concier-
to para órgano”, dedicado a Miguel Marsicovétere y Durán. Ese poema, uno
de los más extensos del autor, que casi siempre escribe breves, es un hondo
canto a la esperanza, un trueno de biseles afirmativos, una sinfonía de hondos
y sabios ecos»114.
114
Alberto Velásquez. «Julio Fausto Aguilera (el mejor poema del año 1966)». (Guatemala: La Hora, 3
de marzo, 1990) p. 3.
115
José Barnoya. «La patria del poeta, Digan lo que digan, Julio Fausto Aguilera sigue siendo auténtico
poeta». (Guatemala: Siglo Veintiuno, 4 de febrero de 2007).
116
María del Rosario Domingo Arranz, «Nuevo Signo. Historia de un grupo literario de Guatemala»
(Guatemala: Tipografía Nacional de Guatemala, 1984) pp. 107-119 y Gustavo Montenegro, «El poeta
de Nuevo Signo alquila un cuarto en la zona 7, está enfermo, solo y con deseos de publicar». (Consul-
tado en Guatemala: Prensa Libre.com, 23 de diciembre de 2001).
183
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Julio Fausto Aguilera recordó con gratitud a todos sus amigos, especialmen-
te reconoce a quienes le abrieron las puertas en los diarios: «A pesar de que
era revolucionario, me publicaban todo. En ese entonces César Brañas era
el encargado de la página literaria en El Imparcial y siempre me dio espa-
cios. Cuando cerraron El Imparcial, publiqué en La Hora».
Premios y distinciones
Quetzal de Oro, de la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), 1983,
por su libro La Patria es una casa. Diploma de Emeritisimum, por la Fa-
cultad de Humanidades de la USAC, 1988. Premio Nacional de Literatura
«Miguel Ángel Asturias», 2002.
Obra literaria
Poesía: La patria es una casa (1954 y 1983), Poemas mínimos (1959),
Canto y mensaje (1960), Diez poemas fieles (1964), Mi buena amiga muerte
y otros poemas vivos (1965,) Poemas amantes (1965), Poemas fidedignos
184
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Poesía
Del libro Geranios encendidos117
En Canto y mensaje
OTRA VEZ TE CANTO, HERMANO (fragmento)
Ayer te cantó mi voz
feliz entre las espigas.
117
Julio Fausto Aguilera. Geranios encendidos. (Guatemala: Editorial Cultura, 2003) pp. 5, 20, 74, 73,
76-77 y 39, respectivamente.
185
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186
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CONCIENCIA
Para ser franco, en prosa,
ya estoy harto de hambres... hace tiempo.
Capitalista, socialistamente,
lo juzguemos en ruso, en inglés, en espartano,
la camisa raída mirando las vitrinas
sin poder dar un paso por falta de dinero,
ya estoy harto de hambres... ¡ya estoy harto!
Sin embargo,
no pido estar ahíto.
Capitalista o socialistamente,
jamás quisiera andar
con los bolsillos llenos de dinero,
Porque ya hablando en verso,
en mi delirio de razón, en mi
razón de ser, en mi honor, en mi deuda,
esclavo agradecido de mi duro privilegio
y reprobando a Alguien, condenándolo,
decidme:
¿para qué quiero la vida,
para qué sirvo yo
sin sed,
sin hambre?
ni con el alma en paz, ni satisfecho.
187
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No oculto en Hiroshima:
¡lo estoy contemplando horrorizado!
¡Oídme, de Viet Nam no contengo el alarido…!
Es nuestro viejo golpe que abate, que lacera.
La sima que llevamos como un rabo adherida
que a veces nos revuelca, nos roe, nos encharca…
¡Pero mirad!, nos ponemos de pie,
nos lavamos con llanto,
con himnos que resuenan en el tiempo, ecos fecundos;
nos levantamos con la flor de Lídece.
SEMBRADORES DE LA ESPERANZA
Somos los sembradores de la esperanza:
traemos
repletos los morrales de dorada semilla,
y en amorosos puñados la echamos
a los humanos surcos, que la reciben ávidos.
188
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Humberto Ak’abal
Poeta, cuentista. Nació en Momostenango, Totonicapán, Guate-
mala, el 31 de octubre de 1952. Premio Nacional de Literatura
«Miguel Ángel Asturias» 2003. Humberto Ak’abal declinó acep-
tar dicho galardón118.
Como poeta, primero escribe sus poemas en quiché y luego los traduce al
español. Su poesía es de carácter fuerte; sin embargo, se perciben en ella
suavidad, sencillez, calidez, y deleite. Incorpora en forma sutil el sentir de su
pueblo y emplea como recurso la grafía. La estructura de sus escritos está
llena de onomatopeyas, con las que evoca la magia de la naturaleza que
está en su entorno. Para realizar su trabajo se apoya en los consejos de sus
ancestros y la tradición oral.
A los 37 años conoció al poeta Luis Alfredo Arango, quien lo animó a pu-
blicar sus poemas. Arango, al referirse a la obra de Ak’abal dice: «En “El
animalero” y “Xalolilo lelele” el lector irá encontrando el mundo de Ak’abal,
quien fue un sencillo pastor, un niño “ponchero” en su natal Momostenan-
go. Ahora vive y trabaja en la Ciudad de Guatemala, donde intenta recu-
perar las cosas simples que rodearon su dura infancia, invocándolas en sus
poemas. No queda mucho espacio aquí para contar las difíciles circunstan-
cias que han marcado su existencia; ha logrado superarlas con admirable
voluntad, hasta llegar a ser él mismo; se ha forjado una cultura autodidacta
118
Acta No. 03-200, de fecha 3 de diciembre de 2003, de la Editorial Cultura, del Ministerio de Cultura
y Deportes.
191
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A finales del año 2012, Ak’abal presentó su poema más reciente, escrito con
motivo del 13 Baktún, «Y llegó el Oxlajuj Baqtun», en el que manifiesta su
sentir sobre esta fecha.
192
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Por consenso, el Consejo Asesor para las Letras dispuso otorgar el Premio
Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias» 2003 a Humberto Ak’abal
por «consideración a la profundidad de su poesía, que resalta los valores de
una cultura que se ha universalizado por sus alcances históricos y porque,
en el ámbito internacional, hace relevante a la literatura guatemalteca des-
de su perspectiva étnica». La noticia le fue notificada al escritor por medio
de una carta del Director General de Culturas y Artes, el 3 de diciembre
de 2003. Humberto Ak’abal rechazó el premio por medio de una carta de
fecha 19 de enero de 2004. El Consejo decidió, de todas maneras, dejarlo
como el escritor designado para ese año.
Marta Sandoval. «Humberto Ak’abal rechaza Premio Nacional de Literatura». (Guatemala: El Perió-
122
193
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Ana María Rodas opinó que cualquiera que conozca a Asturias sabe que
su obra se funda intensamente en la cultura indígena. A su juicio, Asturias
es el fundador de la literatura guatemalteca, en el sentido en que Chaucer
lo fue de la literatura inglesa, el autor anónimo del Mio Cid, de la literatura
española y Homero, de la literatura griega. Agregó que probablemente se
recuerda en mala hora la tesis de graduación de Miguel Ángel Asturias sin
contextualizarla, ya que, en su momento, el contenido de la tesis era con-
siderado como el evangelio en Guatemala. Sin embargo, en la actualidad,
esa tesis no tiene ningún valor al lado de lo que escribió en toda su vida.
Independientemente de las reacciones de escritores y académicos que se
pronunciaron al respecto, el Consejo Asesor para las Letras tomó con respe-
to la decisión de Humberto Ak’abal, quedando de todas maneras, para ese
año, como el escritor seleccionado para el galardón, por lo que se destacó
la calidad y trascendencia de su obra, además de su trayectoria literaria en
la que ha proyectado los valores de la cultura quiché.
194
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por la poesía y comencé a buscar otras lecturas. Fue así como llegué a
Bécquer, Nervo, Gutiérrez Nájera, Darío y Neruda. Esa relación fue desper-
tando mi interés y deseos de escribir; así que por ese entonces comencé a
hacer mis primeros intentos, entre los catorce y quince años. Esa inquietud,
con el tiempo, fue tomando seriedad».
Finalmente comentó que «quienes piensan que mis libros se venden como
pan caliente, se equivocan, sobre todo si toman en cuenta que en otros paí-
ses hay poetas y escritores mucho más prestigiosos. Por lo tanto, si me he
hecho un espacio no significa que ya haya conquistado el mundo. Por eso
vuelvo a mis piloyes y a mis pixtones, y porque también, para mí no es fácil
arrancar mi ombligo de la tierra que me vio nacer».
Premios y distinciones
Quetzal de Oro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, 1993. Pre-
mio Internacional de Poesía «Blaise Cendrars», Neuchâtel, Suiza, 1997.
Premio Continental Canto de América UNESCO, México, 1998. Medalla
del Milenio otorgada por Asociación Cultural Vicenta Laparra, Guatemala,
2003. Homenaje-dedicación de la LXVI Edición de los Juegos Florales His-
panoamericanos, Quetzaltenango, Guatemala, 2003. Premio Internacional
195
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Obra literaria
Poesía: El animalero – Ajyuq’ (1990), Guardián de la caída de agua – Cha-
jil tzaqibal ja’ (1993), Hojas del árbol pajarero (1995), Lluvia de luna en la
cipresalada (1996), Retoño salvaje (1997), Desnuda como la primera vez –
Ch’analik ek’eje ri nabe mul (1998), Con los ojos después del mar (2000),
Gaviota y sueño (2000), Ovillo de seda (2000), Detrás de las golondrinas
(2002), Oscureciendo Kamoyoyik (2002), Grito – Raqon chi’aj (2004), Bar-
co de piedra (2004), Remiendo de media luna (2006), La danza del espanto
– Uxojowem labaj (2007), Las palabras crecen (2009). Cuentos: Grito en la
sombra (2001), De este lado del puente (2006). Antologías: Tejedor de pa-
labras – Ajkem tzij (1996), Hojas solo hojas (1996), Cinco puntos cardinales
(1998), Arder sobre la hoja (2000), Todo tiene habla (2000), Cielo amarillo
– Saqirisanik (2000), Jaguar dormido – Warinaq balam (2001), Picoteando,
poesía amorosa – Tzopotza’ (2001), Palabramiel – Aqajtzij (2001), Entre pa-
tojos (2002), Otras veces soy jaguar, (2006), El rostro del viento – Ri upalaj
ri kaq’ik’ (2006).
Poesía
Del libro Retoño salvaje 125
SENTADOS SOBRE UN PETATE
Sentados sobre un petate
en el suelo de la cocina
comíamos tamalitos con sal
y bebíamos café caliente;
con nosotros, las gallinas,
los perros y un marrano.
Yo les tenía miedo
Cuando yo era chiquito
le tenía miedo
125
Humberto Ak’abal «Retoño salvaje. Poesía de Humberto Ak’abal». (Guatemala: El Periódico, El
Acordeón, 30 de noviembre de 1997) p. 5B.
196
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a los ladinos
y a los extranjeros.
Me escondía
entre las ollas de barro
que la abuela tenía
detrás de la cocina.
LUNA NEGRA
Nacemos
con una lunita negra
en la rabadilla.
Llegado el tiempo
un jaguar negro
se la come.
Nadie lo ve.
Solo se siente cuando
el animal lo lame a uno.
Los espantos
no tienen cuerpo,
solo sombra.
Y las sombras entran
aunque las puertas
estén cerradas.
LUGARES OSCUROS
Los espantos
buscan lugares oscuros
para esconderse.
Hacen travesuras:
juegan con piedrecitas,
ríen, silban, tocan puertas:
o se aparecen
como bultos negros
saltando por la casa.
Las abuelas no les tienen miedo,
197
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los chicotean
con ramas de arrayán
y queman incienso
para que se ahoguen.
Los espantos
salen llorando.
Del libro El animalero 126
GRILLOS
Los grillos
son los músicos más inútiles:
desde antes, mucho antes,
vienen repitiendo la misma nota
y noche a noche
dale que dale con la rascadera
Poema del escritor Humberto Ak’abal «Y llegó el Oxlajuj Baqtun». (Guatemala: Revista D, No. 438,
127
198
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201
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obra. Sus textos marcan claramente la transición que lo llevó hasta alcanzar
su reciente estilo.
El Periódico. «Mejor libro de Ficción, El Material Humano». (Guatemala: El Periódico, Cultura, martes
129
29 de diciembre de 2009).
Leonel Delgado Aburto. «El material humano de Rey Rosa. Notas poco rigurosas». (Consultado en:
130
202
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El escritor chileno Roberto Bolaño expresó: «La prosa de Rey Rosa es metó-
dica y sabia. No desdeña, en algunos momentos, el látigo —o mejor dicho:
el chasquido lejano de un látigo que jamás vemos— ni el camuflaje. No es
un maestro de la resistencia sino una sombra, una raya que atraviesa veloz el
espacio de la normalidad. Su elegancia nunca va en demérito de su precisión.
Leerlo es aprender a escribir y también es una invitación al puro placer de
dejarse arrastrar por historias siniestras o fantásticas»131. Y el poeta español
Pere Gimferrer, al referirse a otra de sus novelas, comentó: «Lo que llama ante
todo la atención en La orilla africana es, por una parte, su diafanidad, y, por
otra, su carácter a primera vista enigmático. De la coexistencia entre diafani-
dad y enigma nacen en buena medida el hechizo y la fascinación del texto, a
menos que pensemos (no sin razón) que tales rasgos dimanan simplemente
de la límpida, esmerilada y tensa belleza de un estilo que parece hacer suyo,
para la prosa, lo que del poema dijo Octavio Paz: “Aguzar silencios hasta la
transparencia”. Tenemos, en efecto, la sensación de diafanidad en virtud de
una escritura despojada hasta el máximo, en la que ninguna palabra sobra, y
sin embargo envolvente y sensual hasta rozar lo obsesivo, casi como un sue-
ño vivido, que relata —en un marco de despojada hermosura, a un tiempo
erotizado y ascético— una peripecia cada uno de cuyos detalles es perfec-
tamente comprensible para cualquier lector, pero cuyo sentido final parece
escapársenos»132.
Sus obras han sido traducidas al francés, alemán, holandés, italiano y ja-
ponés. Asimismo, editoriales extranjeras como Anagrama y Seix Barral han
publicado algunos de sus libros.
Entre otras actividades, Rodrigo Rey Rosa dirigió la película Lo que soñó
Sebastián (2004), basada en su novela del mismo nombre. Escribió el guion
en colaboración con Robert Fitterman. Este filme obtuvo el reconocimiento
de la crítica por haber alcanzado un balance de las estructuras sintácticas en
sus discursos narrativos.
Como aporte significativo, Rey Rosa estableció la primera edición del Premio
de Literatura Indígena B’atz’ (nombre de la deidad tutelar de los escribas y
131
Roberto Bolaño. Comentario sobre la obra de Rodrigo Rey Rosa en la contraportada del libro El
material humano. (Barcelona: Editorial Anagrama, S. A., 2009).
Pere Gimferrer. Comentario en la contraportada externa del libro La orilla africana de Rodrigo Rey
132
203
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artistas mayas), para el cual donó el monto recibido en la entrega del Premio
Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias» 2004. El 8 de agosto de 2007,
en la ciudad de Guatemala, se anunciaron los ganadores. Se otorgaron dos
primeros lugares: al escritor quiché Leoncio Pablo García Talé, de Totonica-
pán, con la obra B’ixonik tzij ke uk’ulaj Kaminaqib, (Canto palabra de una
pareja de muertos), y al escritor cachiquel Miguel Ángel Oxlaj Cumez, de San
Juan Comalapa, Chimaltenango, con la obra Rutaqikil Ri Sarima’, (El Sari-
má). El segundo lugar le correspondió al escritor Manuel Raxulew Ambrosio,
con la obra Le Tzalijem, (El retorno), escrita en quiché. Veinte obras fueron
recibidas en esa ocasión, en ocho diferentes idiomas: quiché, cachiquel, zutu-
jil, garífuna, mam, quekchí, achí y jacalteca. Las obras fueron evaluadas por
jurados específicos para cada lengua, integrados por profesionales, académi-
cos e investigadores mayas y garífunas y escritores de reconocido prestigio
nacionales y extranjeros. En el artículo «El despertar de B’atz’», la periodista
Nancy Arroyave manifestó que durante la ceremonia de entrega del premio
«la lectura, primero en el idioma original y luego en español, puso de mani-
fiesto para el público que estaba ante un acontecimiento revelador. Los au-
tores premiados distan mucho de tener una formación académica profunda
pero, en cambio, convergen en haber desarrollado una sensibilidad literaria
admirable y haber asimilado el evento como una oportunidad para estimular
a otros escritores a participar»133.
Otro aspecto importante de Rey Rosa fue la participación en la redacción
del libro de arte del pintor Miquel Barceló, El mar de Barceló, en el que se
documenta todo el proceso de creación de casi un año de la cúpula de la
Sala XX de la ONU en Ginebra. Este libro reúne imágenes comentadas de
la cúpula, además de 150 fotografías de Agustí Torres.
204
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mismos que se narran en mis novelas y cuentos no tienen mucho que ver
con mi biografía».
Recuerda su estancia por tres meses en Madrás, India, por encargo de la
editorial Mondadori. «Tenía que escribir un libro o devolver el adelanto. Fin-
gí ser biógrafo de María Cruz, la poeta guatemalteca que vivió en Madrás,
en la Sociedad Teosófica de Mme. Blavatsky, a principios del siglo XX. Ese
sitio existe todavía. Me permitieron vivir allí; es un ashram bastante estricto,
María Cruz había sido bibliotecaria y me permitieron investigar en la biblio-
teca. A los tres meses de estar allí tenía un librito muy modesto».
Visitó Tánger por curiosidad; sin embargo se convirtió en un lugar impor-
tante en su vida y en su literatura. «Vivir en Tánger fue parte de una estra-
tegia. Era un lugar muy barato en los ochenta, mucho más que Guatemala.
Podía alquilar un apartamento en cincuenta dólares y dedicarme a escribir
y a leer durante dos o tres meses seguidos, sin riesgo de que me llamaran
por teléfono o que me invitaran a una boda o a un funeral. Así fue durante
las primeras temporadas que pasé allí y por eso regreso una y otra vez. Allí
conocí a Paul Bowles durante un taller de escritura que dio en Tánger, en
1980. Bowles murió en Tánger en 1999, pero ya había sido una influencia
determinante en mi carrera. No solo porque tradujo mis primeros relatos
y me dio una mano para publicar en inglés. Mi relación con Bowles no ha
terminado todavía. Las relaciones con los escritores que también son mis
amigos no suelen terminar con su muerte física. No sé hasta dónde influyó
la escritura de Bowles en mi manera de escribir, pero sin duda contribuyó
mucho en la manera de concebir y de construir un cuento», dijo.
Acerca de su producción Los sordos, comentó que utiliza como telón de fon-
do la «clasista, compartimentada y violenta sociedad guatemalteca». Esta
novela contiene algo de la geografía narrativa de Guatemala y aborda, en
parte, el tema de los guardaespaldas, personas que abundan en este país.
205
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Premios y distinciones
Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias», 2004.
Obra literaria
Novela: Lo que soñó Sebastián (1994), El cojo bueno (1996), Que me
maten si… (1997), Ningún lugar sagrado (1998), La orilla africana (1999),
Piedras encantadas (2001), El tren a Travancore (Cartas indias) (2001), Car-
tas indias (2002), Caballeriza (2006), Otro zoo (2007), El material humano
(2009), Severina (2011), Los sordos (2012). Cuento: El cuchillo del mendi-
go (1992), El agua quieta (1992), Cárcel de árboles; El salvador de buques
(1992). Antología: Con cinco barajas: antología personal (1996), Siempre
juntos y otros cuentos (2008), Imitación de Guatemala (2014). Filmogra-
fía: Lo que soñó Sebastián (2004).
Novela
Del libro La orilla africana (fragmento)135
FRÍO
1
Hamsa se levantó cuando todavía estaba oscuro y el viento del Este soplaba
con fuerza para hacer sonar el follaje de los árboles como mil maracas y silbar
entre las peñas del acantilado, al pie del cual se estrellaban violentamente las
olas del mar. Después de hacer sus abluciones, rezó sobre la piel de un car-
nero sacrificado para el último Aid el Kebir. Preparó un vaso de té sobre un
pequeño brasero. Partió un pan redondo y oscuro, y hundió un trozo en un
tazón de aceite de oliva. Dijo: «En el nombre de Dios», y comenzó a comer.
135
Rodrigo Rey Rosa. La orilla africana. (Guatemala: F&G Editores, 1996) pp. 13-15.
206
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Clareaba apenas cuando se puso en camino hacia las laderas de Shlokía, don-
de había visto por última vez al cordero extraviado, poco antes de emprender
el regreso al cobertizo la tarde anterior. Bajó por el camino que bordeaba
los acantilados, donde algunos sapos croaban todavía. Pasó por debajo de
la casona abandonada de los Perdicaris y, en lugar de seguir por el sendero
entre el bosque de pinos, decidió atravesar los matorrales por un pasadizo
que conocía y donde, en ocasiones anteriores, había encontrado otras ovejas
descarriadas. Protegiéndose la cara con los brazos, pues la maleza extendía
sus manitas espinosas aquí y allá para arañarlo o tirarle del cabello, se internó
en el sombrío túnel de vegetación. Aunque existía el riesgo de toparse con un
jabalí, Hamsa no tenía miedo, pues aquí no habría ningún djinn, ya que todos
detestaban las espinas (y por eso los musulmanes protegen a sus muertos
dejando que los cardos crezcan sobre sus tumbas). La maleza estaba húmeda
por el rocio y allí dentro olía a resma, a romero y a suciedad de puerco espín.
Del otro lado del manto de arbustos estaban las grandes rocas y las olas del
mar bravo, por encima de las cuales un viento frío zarandeaba a las gaviotas.
Hamsa gritó dos veces, llamando al cordero, y miró detenidamente el paisaje
inclinado, donde los primeros rayos del sol doraban el costado de las rocas.
Nada. Subió hasta el pequeño bosque que ocultaba la casa en ruinas del
antiguo club náutico español, y miró en la piscina arruinada, donde crecía la
hierba. Nada. Por fin bajó hasta los peñascos donde golpeaba el mar.
Estaba de pie al borde de una muralla de roca cuando vio al cordero unos
metros más abajo, arrinconado entre dos peñas salpicadas intermitentemen-
te por el reventar de las olas; temblaba. ¿Cómo había llegado hasta allí?, se
preguntó. Quizá lo habían acosado los perros de los soldados que tenían
una barraca cerca del antiguo club. Comenzó a descender, descolgándose
peligrosamente por la muralla. Con el cuerpo pegado a la roca arenosa, fue
presa de un temblor irreprimible, como el que suele sufrirse al subir por el
tronco de un árbol muy alto. El pie buscaba a ciegas un punto de apoyo en
algún resquicio de la roca, pero no lo encontraba. Las manos sudorosas esta-
ban aferradas a un cuerno de roca. Una tórtola pasó volando a sus espaldas.
Hamsa volvió la cabeza con un encogimiento visceral; el cuerno de roca se
desprendió con un crujido sordo, y Hamsa cayó.
207
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Primera libreta:
MODO & MODO
Jueves 14 de diciembre, 9 de la mañana. En el Archivo.
Me propongo hacer una lista de las fichas más llamativas o esperpénticas.
Supongo que este trabajo, que tendrá algo de kafkiano —como ha sugerido
Ariadna—, podría dejar entrever la figura de un hombre, el bachiller Be-
nedicto Tun, cuya larga y peculiar trayectoria criminológica en un país con
una historia política tan turbulenta como Guatemala tiene algo de hazaña.
Las fichas usadas originalmente por Tun eran del sistema Vucetich, en las
que se podía consignar, además de nombres y huellas dactilares de las per-
sonas fichadas, el motivo por el que fueron fichadas, el lugar de domicilio, el
estado civil, la profesión, los antecedentes y alguna observación particular.
Este sistema sufrió algunas modificaciones en 1931 (como la introducción
de cartulinas en lugar de tiras de papel) y en 1969 se impuso, por voluntad
de la Embajada de los Estados Unidos —con el propósito de que los inves-
tigadores norteamericanos pudieran interpretar las fichas sin dificultad—,
el sistema Henry, donde solo se registran el nombre, la edad y las huellas
dactilares. Además, de 1971 en adelante los guatemaltecos de sexo mas-
culino, al obtener la mayoría de edad y solicitar la cédula de ciudadanía,
comenzaron a formar parte de una base de datos situada en el Gabinete
de Identificación, que el Gobierno de Guatemala compartía con el de los
Estados Unidos, según consta en un documento conservado en el Gabinete
de Identificación. Ambos sistemas designan un lugar para las fotografías de
los reos, y no son pocas las imágenes que se han conservado.
Hoy las fichas, cartulinas amarillentas de diez centímetros por quince, están
roídas por la humedad y el paso del tiempo. En casi todas las que he revi-
sado figura, al pie, el sello y la firma de Benedicto Tun.
136
Rodrigo Rey Rosa. El material humano. (Barcelona: Editorial Anagrama, S. A., 2009) pp. 17-18.
208
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211
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El Consejo Asesor para las Letras acordó otorgar el Premio Nacional de Li-
teratura a Carlos Navarrete «por sus aportes a la literatura, al pensamiento
y a la historia nacional, haciendo énfasis en que los numerosos ensayos que
Carlos Navarrete ha escrito y publicado a lo largo de su vida, y por los que
se ha distinguido no solo en nuestro país sino en el ámbito internacional,
139
Javier Payeras. «Los arrieros del agua: Memoria y pérdida de la inocencia». Prólogo. Carlos Nava-
rrete. Los arrieros del agua. (Guatemala: Editorial Cultura, Magna Terra, 2005) pp. 9-10.
212
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Su afición por los santos comenzó con la visita de Pablo Neruda a Guate-
mala en 1950. «Con un grupo de personas lo acompañamos a La Antigua,
y al salir de la iglesia de la Merced estaba una señora, de las que venden
oraciones. Neruda se interesó y empezó a comprar algunas. “Cómo, maes-
tro, usted comprando esas cosas”. Neruda contestó: “Aquí en las oraciones
140
Acta 02-2005 de la Dirección General de Culturas y Artes. (Guatemala 27 de julio de 2005) p. 1.
141
Margarita Carrera. «Persistencia Premio de literatura. Otros grandes valores de la cultura guatemal-
teca no son reconocidos en absoluto por el Estado». (Guatemala: Prensa Libre, 2005).
142
Luis Aceituno. «Tuve la suerte de ser un sobreviviente». Entrevista a Carlos Navarrete. (Guatemala:
El Periódico, El Acordeón, 13 de noviembre de 2005).
213
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214
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Premios y distinciones
Premio Centroamericano de Ciencias, Letras y Bellas Artes, Adrián Recinos
[s/f]. Premio de ensayo, Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de
Educación Pública de Guatemala, 1962. Premio Chiapas, rama de cien-
cias por el conjunto de su obra antropológica, 1985. Premio Nacional de
Literatura «Miguel Ángel Asturias», 2005. Doctorado Honoris Causa por la
Universidad de San Carlos de Guatemala, el 20 de abril de 2007.
Obra literaria
Novela: Los arrieros del agua (2005). Ensayo: Esquipulas en la poesía
popular (1961), Exploraciones arqueológicas de la cueva de los Andasolos
(en colaboración con Eduardo Martínez E. (1977), Un reconocimiento de
la Sierra Madre de Chiapas (apuntes de un diario de campo) (1978), Las
esculturas de Chaculá, (Huehuetenango, Guatemala) (1979), Ejercicios para
definir espantos (1979), Las rutas de comunicación prehispánica en los Al-
tos Cuchumatanes: un proyecto arqueológico ethnohistórico (1980), San
Pascualito Rey y el culto a la muerte en Chiapas (1982), El romance tradi-
cional y el corrido en Guatemala (1987), Documentos para la historia del
culto a san Caralampio, Comitán, Chiapas (1991), El Hombre-Danta en la
iconografía del formativo superior de Chiapas y Guatemala (1992), El señor
de Esquipulas: origen y difusión (1999), Relatos mayas de tierras altas sobre
el origen del maíz: los caminos de Paxil (2002), Luis Cardoza y Aragón y el
grupo Saker-Ti (2002), Las Rimas del peregrino: poesía popular en oracio-
nes, alabados y novenas al Cristo de Esquipulas (2006), Esquipulas: Origen
y difusión de un Cristo Negro en Mesoamérica (2010).
215
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Novela
Del libro Los arrieros del agua (fragmento)143
CAPÍTULO I
Cuando vi que los bailadores saltaban dando gritos, con la sonaja en la
mano y el sudor chorreándoles bajo la máscara, sentí como si me fuera a
morir de repente y todo lo vivido se acumulara de golpe.
“Y ahora para qué —me dije, medio escondido en una esquina—; para
qué diantre seguir la fiesta si ya se te acabó lo principal.” Por no dejar me
fui siguiéndolos mientas del parque allegaba el ruido de las chinaminas y
de todo el jolgorio que traía el viento.
Tres años sin bailar. Tres años de mantener la ilusión de que al próximo
iba a desquitarme, y todo para nada. Nomás para seguir maldiciendo el
momento en que a lo bestia levanté tamaña piedra, solo por hacerme el
fuerte, ya que ni molestaba en el surco.
Prendido del yugo busqué las primeras casas para que me trajeran auxi-
lio, y fui a parar al hospital de Tuxtla con la pierna que parecía papayota
madura. Consentí que me pusieran cuerdas de plástico y dizque aceite de
animal entre los huesos, porque de al tiro se destrabó la rodilla. Y desde
entonces ya no pude ser el mismo.
Carlos Navarrete. Los arrieros del agua. (Guatemala: Editorial Cultura, Magna Terra Editores, 2005)
143
pp. 15-16 y El romance tradicional y el corrido en Guatemala. (México, D.F.: Universidad Nacional
Autónoma de México, 1987) p. 134-135.
216
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uno termina hablando solo, por más que se tenga fijo en la cabeza que ser
chismoso es malo y peor serlo de uno mismo.
Así me imaginé la forma en que debí nacer, y al ir trayendo mis pasos caí
en la cuenta que es inútil pedir más porque todo fue como debía, alegre o
triste, y si por un lado di, por el otro me llevé la chinga merecida. Estuve
en la cárcel penando y gocé la libertad que quise. Tuve madre y la perdí,
tuve padre y apenas me recuerdo de él. Me crié con cuatro hermanos,
logré esposa, suegros de buena pieza, y un hijo que siempre estuvo y
ahora comienza irse.
Creo que tengo 68 años pero no puedo dar fe. De lo que sí atestiguo
es que nacimos tan pobres que mi mamá me tuvo que entregar con mi
padrino, Galdino Santiago, un viejo malencarado que se dedicaba a la
arriería. Me educó a punta de lazo con peor trato que a sus mulas, y toda
la escuela que tuve fue el camino de herradura que va de Comitán a Chi-
comuselo; y de ahí a la costa, atravesando la sierra.
217
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218
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2006
Marco Antonio Flores
«La literatura es mercado, ya no es solo una necesi-
dad humana de expresarse; se ha convertido en mer-
cancía. Eso se ve en las tiradas multimillonarias,
pero no es, en mayoría, literatura para descubrir la
interioridad. Se busca inventar una historia para que
Foto cortesía de Prensa Libre
Marco Antonio Flores. «Currículum». Entregado por el escritor a Nancy Maldonado de Masaya.
145
221
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del desencanto ante las situaciones que se suscitan en el ambiente hostil del
conflicto armado, del cual él mismo participó en sus años juveniles.
Según el escritor Adolfo Méndez Vides, hay «dos Marco Antonios, uno el
novelista agresivo, violento, llena la boca de sapos y culebras, bastante en
línea con el personaje a quien presencié peleonero en un acto social en-
frentando al colega que seguro le caía mal; y otro el poeta, refinado y sen-
Francisco Pérez de Antón. Veinte plumas y un pincel. «En el invierno de nuestro descontento». Ensayo.
146
222
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timental, sensible, para quien los gritos de los niños son rosados, o existe
la palabra deleite, y deja que su fragilidad de ser humano se manifieste.
Uno es el narrador duro y guerrero, como patojo malcriado, y otro el poeta
íntimo, mortal. Su prosa contiene toda su exterioridad, y la poesía el lado
íntimo de su reflejo»147.
147
Adolfo Méndez Vides. «Poesía completa». (Consultado en: El Periódico, Cultura, 21 de diciembre de 2010).
148
Gustavo Adolfo Montenegro. «No me arrepiento de nada». (Consultado en: Prensa Libre.com, Cul-
tura, 15 de julio de 2009).
149
Marta Sandoval. «Premio Nacional de Literatura para Marco Antonio Flores». (Consultado en: El
Periódico. Temas de interés: Cultura, 26 de agosto de 2006).
223
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Premios y distinciones
Premio Centroamericano de Poesía, 1967. Finalista del Premio Barral de
Novela, 1972. Premio Nacional de Cuento, Monterrey, México, 1987. Pre-
mio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias», 2006.
Obra literaria
Poesía: La voz acumulada (1964), Muros de luz (1968), La derrota (1972),
Persistencia de la memoria (1992), Reunión, Poesía completa, Volumen I
(1992), Crónica de los años de fuego (1993), Un ciego fuego en el alma
(1995), Poesía escogida (1998), Reunión, Poesía completa, Volumen II
(2000), La estación del crepúsculo (2003), Viento Norte ((2005), Antolo-
gía personal (2008), La voz acumulada (2010). Novela: Los compañeros
(1976), En el filo (1993), Los muchachos de antes (1996), Las batallas perdi-
das (1999). Cuento: La Siguamonta (1993), Cuentos completos (1999), La
vida es sueño (2009). Teatro: Entremés para cantar (1972), Las luciérnagas
ciegas (inédito), El entrenador (inédito), Teatro completo (2006). Ensayo:
El teatro en Cuba (1964), Una generación de poetas en el contexto de la
224
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Poesía
Del libro Crónica de los años de fuego 150
150
Marco Antonio Flores. Crónica de los años de fuego (México: Universidad Nacional Autónoma de
México, 1993) p. 83, 11-12, respectivamente; y Los compañeros. Tercera edición. (Guatemala: Edito-
rial Piedra Santa, 2000) pp. 59-62.
225
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LA TIERRA (fragmento)
Novela
Del libro Los compañeros (fragmento)
TRES
EL PATOJO 1966
Guaro amargo: melcocha: rapadura: colado de vinagre: agua: aguardien-
te: agua ardiente: guardiente: guaro. Danza a través de los palacios barro-
cos llenos de nubes que no pesan más que la mirada. Claridad meridiana:
mañana azul rellena de miel. Sobre las nubes conchas de mar, de suaves
colores, rosas, celestes, verdes, de todos tamaños. Las más pequeñas:
bonitas: metidas en cajas de marfil y en el fondo de la cajita la música
rodeándola. Siempre ella: caja vieja de marfil, llena de semen, de concha
hedionda a meados de borracho. Bañado de meados, prensado, enchiro-
226
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228
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2007
Mario Roberto Morales
«Me he dedicado a la literatura, la militancia
revolucionaria, el periodismo y la academia.
Pero solo le he sido fiel a la aventura».
Foto cortesía del escritor
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M ario Roberto Morales pasó sus primeros años en Santa Lucía Cotzu-
malguapa, Escuintla. Se trasladó a la capital con sus padres cuando
iba a cursar el cuarto grado de primaria. Estudió en el colegio American
School y luego en la Universidad Rafael Landívar. En 1966, durante su
primer año de universidad, entró en contacto con jóvenes pertenecientes a
organizaciones de izquierda. Así comenzó una experiencia de 25 años de
militancia política. Vivió en Nicaragua durante la revolución sandinista, de
1983 a 1991.
Mario Roberto Morales. «Currículum del escritor». Proporcionado a Nancy Maldonado de Masaya.
152
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232
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233
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156
Mario Roberto Morales. «Educación y libros de texto». (Consultado en Guatemala: La insignia,
noviembre de 2007).
157
Enán Moreno. «Análisis crítico sobre la obra de Mario Roberto Morales». Entrevista realizada por
Nancy Maldonado de Masaya. (Guatemala: Biblioteca Central de la Universidad de San Carlos de
Guatemala, 19 de febrero de 2010).
234
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235
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Premios y distinciones
Premio Centroamericano de Novela en Quetzaltenango, 1971. Premio Cen-
troamericano de Novela, 1976. Premio Latinoamericano de Narrativa de la
Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA), 1985. Premio Nacional
de Literatura «Miguel Ángel Asturias» 2007. Diploma Mérito Literario, por la
Academia Guatemalteca de la Lengua, 2012.
Obra literaria
Poesía: Epigramas para interrogar a Patricia (1982), Epigramas (1990),
Epigramas de seducción y rituales para purificarse (2004). Novela: Los
demonios salvajes (1977), El esplendor de la pirámide (1986), Señores bajo
los árboles (1994), El ángel de la retaguardia (1997), Los que se fueron por
la libre (1998), Face of the Earth, Heart of the Sky (Señores bajo los árboles)
(2000), Obraje (2010), Jinetes en el cielo (2012). Cuento: La debacle (1969).
Ensayo: La ideología y la lírica de la lucha armada (1994), La articulación
de las diferencias o el síndrome de Maximón (1999). Coordinador: Edición
crítica de los Cuentos y leyendas de Miguel Ángel Asturias (2000), Stoll-
Menchú: la invención de la memoria (2001).
Novela
Del libro Señores bajo los árboles (fragmento)160
236
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a la iglesia para plantarlas al pie del santo. Ese día llegan los padrinos
de la criatura a comer: se mata un carnero, se hace el atole que llaman
pusunque, y la madrina le va dando poquitos a la criatura mojando su
dedo para que chupe. La madrina, mientras, hace oraciones para que la
criatura no vaya a ser chismosa.
El ejército llega por oleadas, va apareciendo por el llano, asoma por los
cerros más bajos: desde la aldea se mira el puño de puntitos negros con-
fundiéndose con las sombras de las nubes: el ejército asoma cubierto de
hojas, con uniformes pintos y caras manchadas: muchas caras tiene el
ejército, asoma por el cerro, asoma por el río, va llegando por el camino
y de pronto ha rodeado la aldea: bajo el cielo quebrado de la madruga-
da o con la penumbra del anochecer, viene el ejército: son ellos (los del
ejército) los que asoman con pintura negra en el rostro, ellos los que apa-
recen con antorchas en las manos, ellos los que queman los ranchos para
que la gente salga y que los niños corran chillando y que los ancianos se
tropiecen con las piedras y las mujeres no puedan ni fajarse su hijo a la
espalda: ellos son los que acorralan a los hombres en el centro de la aldea
para matarlos y los que encierran a las mujeres en la iglesia para pasarles
encima: ellos despanzurran a los niños, los desfondan, los arrancan de los
perrajes en las espaldas de las madres y los aplastan contra las piedras
cogidos de los pies: ellos son los que rasgan las barrigas de las mujeres, les
sacan a los chiquitos que todavía no han nacido y los echan a los perros
después de partirlos en dos desgajándolos por las piernas como cangre-
jos: ellos vienen asomando por el camino, por el cerro, por el llano, qué
querrán, qué buscarán ahora…
237
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238
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Como escritor, cada novela tiene un estilo diferente, en principio es una re-
presentación de la memoria de la generación de los años setenta y ochenta.
Toma como asuntos, algunos hechos reales ocurridos en Guatemala o de
otros países en los que ha vivido. Estos componentes le sirven para iniciar
161
Acuerdo Ministerial No. 628-2008, de fecha 23 de septiembre de 2008.
241
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242
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243
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165
Gladys Tobar. «Estudio de las obras de crítica literaria de Arturo Arias, como parte del contenido del
curso de Literatura Centroamericana». (Guatemala: Departamento de Letras, Facultad de Humanida-
des, USAC, segundo semestre de 2012).
166
José Roberto Leonardo. «Las arias de don Giovanni». (Guatemala: Prensa Libre. Cultura. 25 de
enero de 2011) p. 44.
167
Juan Carlos Lemus. «Escritor Arturo Arias», Entrevista. (Consultado en: Prensa Libre, 25 de mayo
de 2003).
168
Luis Aceituno. «Arturo Arias, Sopa de Caracol o el recuento de los daños». (Guatemala: El Periódi-
co, El Acordeón, 17 de agosto de 2003) pp. 2 y 3.
169
Nancy Arroyave. «A veces disfruto más leer que escribir». (Guatemala: Prensa Libre, 8 de diciembre
de 2008) p. 74.
244
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Al referirse a una de sus últimas novelas, Las arias de don Giovanni, expre-
só: «Se refiere a las arias de la ópera de Mozart, Don Giovanni. Y a un juego
de palabras con mi apellido. Es entre otras cosas, un juego metafórico de las
contradicciones que existen en el seno de la sociedad guatemalteca, en don-
de habitan identidades secretas y guardadas por dentro. Para mí el humor
es la máxima expresión de irreverencia y libertad; algo muy democrático.
La novela es ante todo una provocación literaria».
245
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Premios y distinciones
Premio Casa de las Américas en la rama de ensayo por Ideologías, literatura
y sociedad durante la revolución guatemalteca 1944-1954, 1979. Premio
Casa de las Américas en la rama de novela por Itzam-Na, 1981. Premio
Anna Seghers, por la novela Jaguar en llamas, 1990. Premio Nacional de
Literatura «Miguel Ángel Asturias», 2008.
Obra literaria
Novela: Después de las bombas (1979), Jaguar en llamas (1989), Los ca-
minos de Paxil (1990), Itzam Na (1997), Cascabel (1997), Sopa de caracol
(2002), Arias de don Giovanni (2011). Crítica literaria: Ideologías, lite-
ratura y sociedad durante la revolución guatemalteca 1944-1954 (1979),
La identidad de la palabra: narrativa guatemalteca a la luz del nuevo siglo
(1997), Gestos ceremoniales: narrativa centroamericana 1960-1990 (1997),
The Rigoberta Menchú Controversy (2000), Edición crítica de Mulata de tal
de Miguel Ángel Asturias, (2001). Co-guionista: película El Norte (1984).
Novela
Sí. Sí. Sí. Ahora me toca hablar a mí, inaugurar metáforas. Déjenme, que
a los chapines casi nunca nos dejan. No abrimos el amelcochado pico. Ya
basta de silencios. Cierto. El lenguaje siempre es impreciso, un perpetuo
coito interrumpido. Un ritual de autoestima. Pero el silencio tampoco visi-
biliza. El lenguaje será un obstáculo dantesco pero es el único medio para
ser uno mismo. Hablo para reindividualizarme. La marca del militante es
la singularidad de su ausencia. Asume el rol de la inexistencia en el juego
de la conspiración. Tal vez a los demás no les importe quién hable, pero
a mí me importa hablar. Podría cantarles un bolero de la zona eight de
mi obtusa tierra embolada, deseada como Ada sin hada ni muy buenos
helados, pero ustedes escogieron su maldad. Me preguntaron de la foto.
Después me negociaré perdón por ella pues las cosas no son como las
pintan. Pero a su tiempo. Aunque sí sea su humilde servidor el empurrado
que sale en ella arma en mano. Ya verán. Es una inversión de identidad.
170
Arturo Arias. Sopa de caracol. (Guatemala: Editorial Cultura, 2008) pp 9-11 e Itzam Na. (Guatema-
la: Editorial Universitaria, 1997) p. 1-2.
246
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Pero en fin. Uno no se cansa de amar a ese maldito país aún cuando se
programe para odiarlo. Dependiendo de que lo sueñe o viva en él es un
desvencijado paraíso o una embotada prisión armada con espinas de
rosales. Pero déjenme comenzar primero por el lujurioso tropicalismo de
Río de Janeiro. Ese viaje al babalorixásico ombligo epidérmico de los
secuestros, los embotellamientos imperdonables, la miseria humana des-
comunal alevosamente negra y colorida en su retorcida turgidez húmeda
fue el inicio de todo aunque nada tiene que ver con la tristemente olvida-
da izquierda chapina a la que se le quemó el arroz.
Conocí a la Valeria en su taxi ya que por esos azares del desatinado des-
tino terminó recogiéndome en la rua Marqués de Sao Vicente. Salí del
aparthotel en la Gávea, esquina con la Duque Estrada, y caminé frente a
la mohosa entrada crujiente de la Pontificia Universidad Católica, puque
con “e” final, porque los brasileños no pueden pronunciar palabras que
no terminen en vocal por la tajante forma como silencian el vaho sensual
que pende siempre entre una palabra y otra, entre frase y frase. Era do-
mingo y casi no había tráfico. No tenía por qué tomar taxi. Iba sólo hacia
Ipanema. Quedé de juntarme con Víctor/Victoria frente al hotel Arpoador
Inn. Para acortar, a la Víctor/Victoria le decía V/V que no es lo mismo que
B.B. sino su antónimo, pero así de mal me trataba la vida. La V/V era
incapaz de entender nada que no fuera el entusiasmo de sus muy perso-
nales, sadísticas ansiedades producidas por su puritana represión. En fin.
Podía tomar el bus que lo restregaba a uno a todo lo largo de Leblón e
Ipanema por Ataulfo de Paiva y Visconde de Pirajá hasta escupirlo frente
al mercado de las pulgas en la Praça General Osorio. De allí se caminaba
un par de cuadras por la rua Jangadeiros hasta la playa. Decidí agarrar
lo que apareciera primero.
En eso un pequeño Volkswagen pasó lentamente frente a mí en dirección
contraria. Se paró en la Duque Estrada, y dio vuelta en "U". Conducía
una mujer. No era usual en Río. No la distinguí claramente por el reflejo
en el vidrio pero se veía atractiva. Mujer taxista. La suerte estaba echada.
Paré el taxi. Se detuvo. Entré. La vi. Hay días en la vida que la suerte de
uno cambia con la rapidez de una patada en el estómago. Era lindísima.
247
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Sí. Esos son los recortes. Porque sabés que con el vergueo que siarmó, las
familias se pusieron bien cabronas, ya vas, y se mentaron la madre pública-
mente en los periódicos. Ni que telenovela, maestro. Y entonces recortamos
algunos desos campos pagados y los echamos al final del diario, una onda
así como epílogo porqués lo que pasó después del famoso encontronazo
que te interesa. Su diario. Sus cartas. Pero primero los recortes. Aquí están
cayéndose todos ahora. Mirá, ya amariotes quiandan. El papel periódico.
Vamos hojiando entonces. Espero que timporte que vaya pasando diatrás
pa delante perués una cosa que me sale ya tan natural, maestro. Lo indio
que uno tiene, no? Enfín. A ver quiay aquí.
248
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2009
Gerardo Guinea Diez
«El exceso de malas pasiones nos obnubilan
y dejamos de lado las cosas por las cuales
hay que seguir adelante».
Foto cortesía del escritor
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En 1981 tuvo que salir al exilio hacia México, donde trabajó como perio-
dista en algunos medios de comunicación y, por tiempo corto, en la sección
internacional del periódico mexicano Uno más Uno. También trabajó como
secretario de redacción y jefe de diseño en la revista política mexicana De
Par en Par. Fue secretario de redacción en las secciones de economía, ne-
gocios, finanzas y comercio exterior del periódico El Financiero, de México,
D.F. y estuvo a cargo de la coordinación editorial de Casa de Chile en Méxi-
co. De regreso a Guatemala, trabajó en la revista Crónica, en los periódicos
Prensa Libre y Siglo Veintiuno. En su labor editorial, es director de Magna
Terra Editores. Ha tenido a su cargo la edición de aproximadamente mil
títulos, de literatura y otras disciplinas, desde 1996 a la fecha. Dirigió la
revista cultural Magna Terra, de 2000 a 2008, y la revista política Este País,
de 2006 a 2008.
La obra poética de Gerardo Guinea Diez está conformada por poemas bre-
ves y extensos. En la primera etapa de su producción conserva un dominio
tradicional hasta convertirse en una poesía cada vez más contemporánea.
Sus poemas tratan temas sobre la vida cotidiana y se percibe en sus versos
una aparente fragilidad, soledad, arrebato y una sutil vehemencia lírica amo-
rosa. Reminiscencias y acontecimientos violentos se expresan, por medio de
simbolismos escenificados, entre ellos la muerte, consecuencia de los sufri-
mientos del ser humano.
171
Acuerdo Ministerial No. 498-2009, de fecha 8 de julio de 2009.
251
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252
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«Me di cuenta que era escritor al percatarme que tenía una conciencia de lo que
implica la literatura; todo ese mundo de autores y sus corrientes y eso me permitió
adquirir la conciencia de querer escribir. Las influencias literarias se van dando por
edades. Hubo un tiempo en que leí y releí la obra de Cortázar; además, a escritores
como Borges y Octavio Paz, pero después me fui acercando a otros, y por supuesto
a Onetti, pero en los últimos veinte años, no había leído una novela tan importante,
tan parecida al concepto de literatura, como Los detectives salvajes de Roberto
Bolaño», comentó.
173
Sergio Parrilla. «El camino al revés». Texto leído en la ceremonia de entrega del Premio Nacional de
Literatura «Miguel Ángel Asturias»
174
Carol Zardetto. «Gerardo Guinea Diez». Entrevista. (Consultado en: El diario del Gallo.wordpress.
com, el 17 de noviembre de 2010).
175
Eddy Coronado. «Gerardo Guinea Diez». Entrevista. (Consultado en: El diario del Gallo.wordpress.
com el 23 de octubre de 2009).
253
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Premios y distinciones
Premio Nacional de Poesía César Brañas, 2000. Premio Mesoamericano
de Poesía Luis Cardoza y Aragón, 2006. Premio Nacional de Literatura
«Miguel Ángel Asturias», 2009. Mención honorífica por su obra Cierta grey
alrededor, en Premio Internacional de Poesía «Rubén Darío» 2011.
Obra literaria
Poesía: Horarios de lo efímero y lo perdurable (1995), Ser ante los ojos
(2001), Raíz del cielo (2003), Poemas para el martes (2006), Casa de no-
sotros (2009), Salvo la incertidumbre, Poesía 1984-2008 (2009), En cierta
grey alrededor (2012). Novela: El amargo afán de la desmuerte (1993), Por
qué maté a Bob Hope (1994), Exul umbra (1997), Calamadres (2002), El
árbol de Adán (2007), Un león lejos de Nueva York (2010). Cuento: Las
criaturas del aire (2004). Ensayo: Pasión de la memoria, Guatemala ante
el fin de siglo (1994), Gramática de un tiempo congelado (2008). Otros
libros: Niñez de Guatemala. Guatemala más allá de la palabra. Poesía y fo-
tografía (2002), Diccionario Privado, Mario Monteforte Toledo. En coautoría
con José Luis Perdomo Orellana (2003).
Poesía
Del libro: Salvo la incertidumbre 177
En Horarios de lo efímero y lo perdurable (1984-1994)
Gerardo Guinea Diez. Salvo la incertidumbre (Poesía 1984-2008). (Guatemala: Editorial Cultura,
177
2009) pp. 27 y Un león lejos de Nueva York. (Guatemala: F&G Editores, 2010) pp. 13-14.
255
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Novela
Del libro Un león lejos de Nueva York (fragmento)
I
Es temprano y la calle derrama soledades sin importancia. El día anuncia
engaños por venir. Desde su atrio Rosa no quita los ojos de la encrucijada
de calles. Suda y el jadeo lentamente se aletarga, para dar paso a Miguel,
quien abre su puerta, se detiene en el umbral y sin demora atraviesa la
calle para aproximarse al balcón de Benjamín.
Cuenta y nombra cada amor que pasó por su cuerpo. Hombres que la
dejaron abandonada en el soplo de un tiempo efímero. Ella hizo lo mis-
mo: se bañó de sus sudores y ahora ellos la recuerdan como lo que fue,
una mujer hermosa e insaciable. Con todo, ninguno dejó una huella tan
indeleble como Ramiro García, afecto encubierto en los márgenes de sus
porfiados recuerdos.
256
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Acerca de la poesía exteriorista, Ernesto Cardenal dijo: «El exteriorismo no es un ismo ni una es-
179
cuela literaria. Es una palabra creada en Nicaragua para designar el tipo de poesía que nosotros
preferimos. El exteriorismo es la poesía creada con las imágenes del mundo exterior, el mundo que
vemos y palpamos, y que es, por lo general, el mundo específico de la poesía. El exteriorismo es la
poesía objetiva: narrativa y anecdótica, hecha con los elementos de la vida real y con cosas concretas,
con nombres propios y detalles precisos y datos exactos y cifras y hechos y dichos». Tomado de: Jaime
Quezada. «Ernesto Cardenal: La poesía nicaragüense y el testimonio de una época». (Santiago: Edi-
torial Universitaria, 1994) pp. 19-20.
259
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260
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261
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«Siempre hay que ver hacia dentro, al presente y afuera. Lo más importante
para un escritor es no amargarse; saber vivir y asumir experiencias. En un
país que salió de una guerra y entró en otra como esta que se vive, hay
que tener una actitud permanente de reflexión. Un escritor se forma en la
calle. García Márquez decía: “Tuve que suspender mi educación para ir a
la escuela”. Insiste, hay que autoformarse, buscar escritores, leer y trabajar
mucho. “Ah, el mejor consejo es que no tomen en cuenta al pie de la letra
los consejos”. Yo mismo me di el consejo», comentó.
183
Gustavo Adolfo Montenegro. «Enrique Noriega: “Hay que ver adentro, al presente y hacia afuera”».
Guatemala: Prensa Libre. Cultura, 14 de junio de 2010) p. 71.
184
Nora Martínez. «Enrique Noriega: Poeta. Premio Nacional de Literatura 2010». (Consultado en Dia-
rio de Centro América. La Revista, (www.dca.gob.gt.Guatemala, 16 de julio de 2010) pp. 4-5.
262
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Al referirse a su obra Lo que la memoria viste y calza, comentó que «en este
libro hay un material diverso; la diferencia está en que alberga textos más
extensos que en otros poemarios, pero se vinculan a todo lo que ocurre a
mi alrededor. Tengo pasajes sobre experiencias con el pasado, con la infan-
cia; es una acumulación poética de cinco años. Considero que mi ritmo de
trabajo es lento y meticuloso. Un trabajo que me satisfaga lleva cinco años
para ver la luz».
Premios y distinciones
Segundo lugar de poesía, Certamen Permanente 15 de Septiembre, Minis-
terio de Cultura y Deportes, 1974. Premio Único de Poesía, Certamen Per-
manente 15 de Septiembre, Ministerio de Cultura y Deportes, 1989. Premio
Único de Poesía, Certamen Permanente 15 de Septiembre, Ministerio de
Cultura y Deportes, 1992. Premio Único de Poesía, Juegos Florales Cen-
troamericanos de Quetzaltenango, Casa de la Cultura de Occidente, 1999.
Premio (único) Mesoamericano de Poesía Luis Cardoza y Aragón, 2007.
Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias», 2010. VIII Premio
Mesoamericano de Poesía Luis Cardoza y Aragón, 2012.
Obra literaria
Poesía: Oh banalidad (1975), Post Actus (1982), La pasión según Judas
(1990), Libreta del Centauro copulante (1994), El cuerpo que se cansa (1998),
La Saga de N (2006), Épica del ocio (2007), Lo que la memoria viste y calza
(2012). Antologías: Antología poética, Miguel Ángel Asturias, 2004; La rosa
bien temperada, Poesía escogida [1958-1999], [coantologador] (2006); La
manzana de la discordia, poesía de la generación del treinta (2010).
263
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Poesía
Del libro Oh banalidad 185
HOMENAJE
no fue la muerte
tras lo que fuimos
era más que la vida:
la irrenunciable fe
por una mejor vida
LOS AMANTES
deambularás interior encontrándome a tu inconveniencia
en toda relación y objeto exterior
nuestra separatidad todo nuestro fuego que no la acepta:
besos en tu boca te morderán los labios
/calles sin posibilidad de ti
la angustiante visión de su certeza:
en mi carne prematuro desgarramiento
¿AMAR?
Amar ha sido
Todo
Menos
Un lecho de rosas
Enrique Noriega. Oh banalidad. Segunda edición (Guatemala: Ediciones del Cadejo, 1992) pp. 30
185
y 42, respectivamente.
Enrique Noriega. Libreta del centauro copulante. (Guatemala: Ediciones del Cadejo, 1994) p. 7
186
264
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POETA
Salta cuerda
De recuerdo en recuerdo
Suspira adolorido
Matándose
Algo en el pecho
Suena su violín
Derruido
O florece
Su rosa
Marchita
Grita
En la soledad
Se hermana
Como garrapata
Habla tonterías
En bares cafés
Y entrevistas
Y es
Como si siempre
Viviera y feneciera
En lo profundo
Del azogue
Requiem por él
POESÍA MENOR
Sólo atento al rasgo
Íntimo
Ojo de la conciencia
Qué quedará anotado
Qué no
187
Enrique Noriega. Post Actus. Segunda edición. (Guatemala: Ediciones del Cadejo, 1992) pp. 18-19
y 4, respectivamente.
265
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2011
Francisco Pérez de Antón
«Escribir no es un proceso natural. Tampoco
artificioso. Es el arte de hilvanar ideas y soni-
dos de modo que, en palabras de Tirso de Mo-
lina, puedan deleitar aprovechando. De esta
Foto cortesía de Prensa Libre
Desde 1963, Pérez de Antón vive en Guatemala, lugar donde se casó con
una guatemalteca y tuvo hijos. Se dio a conocer en el campo empresarial,
cuando trabajó como presidente honorario de la Corporación Multi Inver-
siones, entidad guatemalteca, entre 1964 y 1984. Fundó y dirigió numero-
sas empresas en Guatemala y El Salvador, entre ellas Avícola Villalobos,
Pollo Campero y Empacadora Toledo. Ha elaborado ensayos relacionados
con temas políticos y económicos, publicados en Guatemala, El Salvador,
Nicaragua, Panamá, México, Argentina, Ecuador y España. Ha impartido
las cátedras de Ética Empresarial y de Economía Gerencial en la Universi-
dad Francisco Marroquín, formó parte del Consejo Directivo por ocho años
y es Fiduciario Emeritus de dicha universidad.
188
La Constitución Política de la República de Guatemala dice: «Artículo 146. Naturalización. Son
guatemaltecos, quienes obtengan su naturalización, de conformidad con la ley. Los guatemaltecos
naturalizados, tienen los mismos derechos que los de origen, salvo las limitaciones que establece esta
Constitución».
189
Acuerdo Ministerial No. 947-2011, de fecha 9 de septiembre de 2011.
269
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190
Mario Vargas Llosa. «Mario Vargas Llosa en Guatemala”. Revista Crónica. 8 de junio de 1993.
270
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De acuerdo con la académica Gladys Tobar: «Las novelas Los hijos del in-
cienso y de la pólvora, La guerra de los capinegros y El sueño de los justos
conforman una trilogía que recorre la historia de Guatemala, desde la Co-
lonia hasta la Revolución Liberal de 1871, es decir, que el autor sintetiza en
forma novelada siglos de la historia de Guatemala»192.
191
Centauro de los géneros: término impuesto por Alfonso Reyes a los ensayos —donde cabe todo o
casi todo y que a menudo se escribe por el puro placer de la introspección—. Ortega y Gasset lo llamó
«Texto redactado en voz baja»,—para lectores sin prisa que no exijan ser persuadidos ni tengan miedo
a modificar su saber o sus creencias—. Montaigne, inventor del ensayo lo considera como «Reflexión
que no garantiza certeza alguna». Pérez de Antón emplea estos recursos para elaborar sus ensayos.
192
Gladys Tobar. «Estudio sobre la obra de Francisco Pérez de Antón». (Guatemala: INESLIN, Facultad
de Humanidades, USAC, 2012).
193
Carolina Escobar Sarti. “Hijos de Santiago de los Caballeros”. Prensa Libre. Revista D, No. 39, 3
de abril de 2005.
271
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Entre sus méritos personales, por los cuales ha recibido varios honores, se
destacan su esfuerzo en la distribución de la ayuda española durante el
terremoto de 1976 en Guatemala, (el rey Juan Carlos I le concedió la cruz
de Caballero de la Orden de Isabel la Católica). Su esfuerzo en «fomentar y
defender la libertad política, la libertad económica y la libertad de expresión
en Guatemala» (la Cámara de Comercio de Guatemala, en 1998, le otorgó
la Orden José Cecilio del Valle), y en agosto de 2011, el Banco Industrial
le rindió un homenaje público y le concedió el honor de izar la bandera
nacional por engrandecer a Guatemala «a través de los méritos personales
logrados durante una vida de trabajo».
194
Adolfo Méndez Vides. “El sueño de los justos”. El Periódico, “Viaje al centro de los libros”, martes
10 de marzo de 2009.
195
Juan Diego Oquendo. «La belleza de la literatura radica en la claridad». (Guatemala: El Periódico.
Oculta, 25 de noviembre de 2011) p. 29.
196
Ángel Elías. «Escritor y ensayista presenta libro. “Es un homenaje al hombre común”». (Guatemala:
Literatura, Prensa Libre, 21 de septiembre de 2012) p. 58.
272
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enorme de muchos años de lecturas. El léxico sale por una razón, los ritmos
de la prosa salen por otra, y uno no sabe dónde estaba eso escondido. Pero
es necesario leer mucho para poder escribir bien, construir frases, párrafos,
capítulos».
273
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Premios y distinciones
Primer premio de relatos breves, española provincia de Toledo, 1957. Cruz
de Caballero de la Orden de Isabel la Católica, 1976. Mención de Honor del
Premio Juan Rulfo de narrativa, en París, 1984. Orden José Cecilio del Va-
lle, 1998. Premio al Autor Nacional, Facultad de Derecho de la Universidad
Francisco Marroquín, 2005. Premio de la Cámara Guatemalteca de Perio-
dismo, 2005. Doctor honoris causa en Ciencias Sociales, por la Universi-
dad Francisco Marroquín, 2006. Premio Artista del Año por su trayectoria
literaria, Asociación Von Humboldt y Vicenta Laparra de la Cerda, 2006.
Homenaje público, Banco Industrial, 2011. Premio Nacional de Literatura
«Miguel Ángel Asturias», 2011. Diploma Mérito Literario, por la Academia
Guatemalteca de la Lengua, 2012.
Obra literaria
Novela: Los hijos del incienso y de la pólvora (2005), La guerra de los
capinegros (2006), El sueño de los justos (2008). Narrativa breve: Can-
sados de esperar el sol (1985), Un lugar llamado Quivira (1997). Ensayo:
En corteza de amate (1990), El poso de la espuma (1994), El vuelo del fai-
sán herido (2000), El gato en la sacristía (2002), Hombre adentro (2007),
Doce plumas y un pincel (2011). Otros libros: Ética de la libertad (1979).
Memorial de cocinas y batallas (historia de Pollo Campero) (2002), Ciudad
de Guatemala (en colaboración con otros autores) (2003). Chapinismos del
Quijote (2005).
274
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Novela
Del libro Los hijos del incienso y de la pólvora 197
PRIMERA PARTE
JUEGOS NOCTURNOS (fragmento)
El carruaje del presidente, un pequeño y ligero forlón hecho para malos
caminos, penetró a paso de carga en el valle del Tuerto cuando la tarde
empezaba a caer. Atravesó como una exhalación los alfalfares de Belén y
de González, giró en el Tortuguero y embocó la alameda de Santa Lucía
entre los restallantes chasquidos de las trallas y los gritos de los postillo-
nes.
197
Francisco Pérez de Antón. Los hijos del incienso y de la pólvora. (Guatemala: Editorial Santillana,
S. A., 2005). pp. 35-36 y El poso de la espuma. (Guatemala: Editorial Piedra Santa, 1994) pp.15-16.
275
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Ensayo
Del libro El poso de la espuma
276
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C arlos López vivió su niñez en su pueblo natal, Pajapita. Todos los días,
de madrugada acompañaba a su padre al campo, lejos de su pueblo,
para ayudarlo a sembrar maíz, tomate, ayote, sandía, melocotón y pepino.
En su adolescencia, se trasladó a la ciudad de Guatemala. Estudió en el Ins-
tituto Normal Mixto Rafael Aqueche, en donde obtuvo el título de maestro
de educación primaria urbana. Posteriormente, estudió en la Universidad
de San Carlos de Guatemala. En 1980, salió al exilio debido a la represión
política que se estaba viviendo en Guatemala. Llegó a México desampara-
do y triste porque dejó amigos, familia y trabajo. Tuvo que realizar, en un
principio, los oficios de lavador de tráileres y después de albañil. Gracias a
que expuso con insistencia su caso como exiliado guatemalteco en México
ante el Partido Mexicano de los Trabajadores, lo enviaron a la Editorial
Prolibro a buscar empleo. Allí comenzó a trabajar como corrector de textos.
Fue su primer contacto con el medio y con la cultura mexicana y su entrada
al mundo editorial.
198
Acuerdo Ministerial No. 966 -2012, de fecha 5 de octubre de 2012.
279
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199
Yanet Aguilar Sosa. «Praxis, el reto de publicar poesía desde la invisibilidad. La editorial, que nunca
ha recibido subvención del gobierno, acaba de cumplir 25 años de existencia». (México: El Universal.
31 de diciembre de 2006) p. 2F.
200
Humberto Ak’abal. «Gotas de sueño bañan los hai-kus de Fuego Azul» (solapa derecha). (Guatema-
la: Editorial Praxis, 1997).
201
Según el Diccionario de la Real Academia, el haiku es un poema japonés corto, compuesto de
cinco versos, pentasílabos el primero y el tercero, y heptasílabos los restantes. Mientras que tanka es
la forma de poesía tradicional japonesa consistente en un poema breve, generalmente formado por
tres versos de cinco, siete y cinco moras (unidad de medida de la cantidad silábica, equivalente a una
sílaba breve) respectivamente. Mientras que los poemas son obras poéticas tradicionalmente en verso
y de alguna extensión.
280
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La poeta mexicana Estrella Asse dijo acerca de esta obra que «en verdad
que el hallazgo del poema “Almendranada”, de Carlos López, basta para
sorprender, pero la curiosidad incita a querer adivinar qué se oculta detrás
de ese título que fusiona dos términos irreconciliables, tras el choque que
produce la unión de una imagen concreta con el concepto abstracto de la
negación, del vacío absoluto»202.
202
Estrella Asse. «El trazo de una mariposa». Almendranada. Prólogo. (México, D. F.: Editorial Praxis,
S. A. de C. V., 2011) p. 9.
203
Gloria Vergara. «Texto de presentación de Bellotas de agua». (Colima, México: Archivo histórico
municipal de Colima, Colima, s/f).
204
Marco Antonio Flores. «Poemas escritos en Fuego azul». (Guatemala: Siglo Veintiuno, Guía 21, 23
de noviembre de 1997) pp. 28-29.
281
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205
Según el Diccionario de la Real Academia, calambures son agrupaciones de las sílabas de una o más
palabras, de tal manera que se altera totalmente el significado de estas; y palíndromos son palabras o
frases que se leen igual de izquierda a derecha, que de derecha a izquierda.
206
Juan Antonio Rosado. «Asteriscos, de Carlos López». (México: Siempre!, 3055, 1 de enero, 2012),
pp. 71-72.
207
Plaquettes: publicaciones de tamaño pequeño que se usan principalmente para difundir obras lite-
rarias de corta extensión, como poemas o cuentos.
282
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Acerca de sus más recientes obras, Pasión por el libro y Asteriscos, comentó
que «el primero pretende recoger las ideas luminosas de autores universales
que han escrito sobre esta maravillosa invención humana. Es un peque-
ño homenaje al libro y a los seres apasionados que los crean con toda su
capacidad, porque escribir un libro es poner en juego toda la inteligencia
208
Lucía Herrera. «Es una celebración a la palabra». (Guatemala: Prensa Libre. Cultura, 4 de octubre
de 2012) p. 52.
209
Andrea García-Gallont. «Voy a seguir haciendo lo que siempre he hecho». Guatemala: Siglo 21.com.
gt, 4 de octubre de 2012).
210
Ana Lucía Mendizabal. «Carlos López: “Escribir bien es la única garantía de que el arte que se hace
con palabras no desaparecerá”». (Guatemala: Siglo 21, Magacín, 29 de enero de 2012) p. 9.
211
Alejandra Aréchiga Cervantes. «El editor difunde la sabiduría de las personas: Carlos López». (Coli-
ma, México: Andante 531. Noticias de Colima, 23 de mayo, 2008) p. 1
283
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Premios y distinciones
El Hombre de la Semana, Crónica, Guatemala, 1998. Reconocimiento al
Mérito Editorial, Octavo Encuentro Interamericano de Poetas/Festival Inter-
nacional de las Artes, Navachiste, Guasave, Sinaloa, México, 2000. Accésit
al Quetzal de Oro-Libro del Año, por Redacción en movimiento. Herra-
mientas para el cultivo de la palabra, Asociación de Periodistas de Guate-
mala, 2004. Homenaje al poeta y editor Carlos López, Cafebrería El Pén-
dulo, México, 2006. X Encuentro Nacional de Poetas, Homenaje a Carlos
López y Editorial Praxis, Toluca, México, 2007. Visitante distinguido, Ayun-
tamiento del Municipio de Santiago, República Dominicana, 2011. Orden
Mario Monteforte Toledo, Fundación Mario Monteforte Toledo, Guatemala,
2012. Homenaje al Maestro de Maestros, Fundación Mario Monteforte To-
ledo, Guatemala, 2012. Socio de Honor, Club Palindrómico Internacional,
España, 2012. Premio Artista del Año en Letras, Hemeroteca Nacional de
Guatemala, 2012. Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias»,
2012. Homenaje por haber recibido el Premio Nacional de Literatura «Mi-
guel Ángel Asturias» 2012, en la décima Feria Internacional del Libro en el
Zócalo, México, por la Gremial de Editores de Guatemala, 2012.
284
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Obra literaria
Poesía: Fuego azul (1997), Bellotas de agua (2000), Almendranada (2011).
Plaquettes de poesía: Vado ancho (1998), Relámpago nocturno (1999).
Calambures: Uso de los anteojos para todo género de vistas (1996), A
veces arde Roma (2010). Palíndromos: La roca coral (2002), Naves se
van (2003), Aten al planeta (2007), Sé ver breves (2011). Investigación:
Diccionario biobibliográfico de literatos guatemaltecos (1993). Redacción en
movimiento. Herramientas para el cultivo de la palabra (2003), Voses de
Guatemala (2005), Helarte de la errata (2005), El libro (2008), Diccionario
esencial de la lengua española (2009), El que a yerro (2009), Pasión por el
libro (2011), Asteriscos (2011). Plaquettes de investigación: Tito, biogra-
fía mínima (2003). Antologías: Arder sobre la hoja. Poética de Humberto
Ak’abal (2000), Poética de Carlos Illescas (2001), Decálogos, mandamien-
tos, credos, consejos y preceptos para oficiantes de la escritura (2006), Los
siete pecados capitales: la lujuria (2008), Los poemas de la poesía (t. I, 2001;
t. II, 2003; t. III, 2012), Desde el fondo de la tierra, poetas jóvenes de Oaxa-
ca (2012).
Poesía
Del libro Almendranada212
212
Carlos López. Almendranada. (México, D. F.: Editorial Praxis, S. A. de C.V., 2011) p. 13.
285
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A mi padre
Don Nacho se levanta de madrugada,
la tierra lo espera; el rocío
se recoge en el nacimiento de la hoja.
Su paso de tigre pasa sin despertar las zarzas.
Las campanas todavía no son azules,
los grillos siguen locos mientras la noche instala los atriles del amanecer.
Solo oye el silencio. Sólo piensa en el eco de los machetazos.
El río Turena la furia de su límite,
ha recorrido todo el camino debajo de las aguas
sin hallar el sentido de los tumbos.
Arriba, el puente es una trinchera.
Un grito cuelga de su vértice de acero:
A VENCER O MORIR POR GUATEMALA
No despierta el día.
El imperio del agua se posó en los resquicios del mundo.
Carlos López. Fuego azul. (México, D. F.: Editorial Praxis, 1997). *Los hai-kus están separados cada
213
286
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Reconocimientos
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Entrevistadores
Alejandra Arréchiga Cervantes
Ana Lucía Mendizábal
Andrea García-Gallont
Ángel Elías
Arturo Monterroso
Carlos López
Carol Zardetto
Eddy Coronado
Edward Waters Hood
Francisco Mauricio Martínez
Diarios Gustavo Adolfo Montenegro
Diario de Centro América Helena Díaz Page
Diario del Gallo Jennie Ostrosky
El Imparcial José Roberto Leonardo
El Periódico Juan Carlos Lemus
Excelsior, de México Juan D. Oquendo
La Hora Lucía Escobar
Prensa Libre Lucía Herrera
Siglo Veintiuno Luis Aceituno
Luis Eduardo Rivera
Revistas María del Rosario Domingo Arranz
Revista D María R. Doles
Revista Magazine 21 Marta Sandoval
Revista Ñ. Clarin Mori Ponsowy
Nancy Arroyave
Suplementos Nora Martínez
Cultural La Hora Oswaldo J. Hernández.
Cultural El Acordeón Yolanda Sassoon
289
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290
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