Querella Apremios + Abuso Sexual Sheina Com RZP PDF
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Que, en virtud del Art.111 y siguientes del Código Procesal Penal, vengo en interponer querella
criminal en contra del teniente Cristóbal Abarzúa Olave, de don Luis Ricardo Escalante
Espinoza, ignoro datos, y de todos quienes resulten responsables, -todos o en parte
pertenecientes a la dotación ordinaria o extraordinaria de funcionarios de Carabineros de Chile
que cumplieron funciones en la calle Quezada, comuna de Yumbel y sectores aledaños, en
calidad de autores, cómplices y encubridores, por el delito de APREMIOS ILEGÍTIMOS
Y ABUSO SEXUAL, previsto y sancionado en el artículo 150 D y siguientes del Código Penal,
en grado de desarrollo CONSUMADO, perpetrado en la persona de SHEINA ZALIMA
LUARTE GUTIERREZ, solicitando desde ya que se les condene, imponiéndose para ello el
grado máximo de la pena principal asignada al delito, con todas las accesorias correspondientes
y con expresa condenación en costas, en consideración a los antecedentes de hecho y
fundamentos de derecho que paso a exponer:
1
LOS HECHOS
El día 06 de enero de 2020, alrededor de las 08:00 hrs Sheina decidió ir a la plaza de la comuna
de Yumbel para manifestarse pacíficamente a las afueras de la sede local de la PSU ubicada en
calle Quezada N°750, de esa comuna lo que no ocurrió finalmente porque cuando llega al
recinto educacional, la puerta de ingreso ya estaba abierta y los alumnos ya habían ingresado a
dicho establecimiento. Finalmente ella y otras mujeres hicieron ingreso al recinto,
manifestándose pacíficamente.
2
3. De la detención, los apremios y el abuso sexual sufridos.
Estando dentro del establecimiento educacional ya antes dicho, el encargado del local solicita
la presencia de Carabineros de Chile para desalojar a Sheina y las otras mujeres que se
manifestaban.
Los carabineros hacen ingreso al recinto educacional y las emprenden en contra de Sheina y
las y los otros manifestantes. Es así que en ese contexto Sheina se aferra a una reja y comienza
el forcejeo con fuerzas especiales de carabineros. En ese momento un funcionario de
carabineros la apunta y dice a los otros funcionarios a viva voz “a ella, sáquenla a ella”.
Segundos después, el suboficial Luis Escalante Espinoza, le pisa la mano izquierda contra la
reja y se la arrastra unos centímetros hacia abajo, causándole una herida abierta en dicha mano.
El forcejeo continuó con ese suboficial y esté le dice a Sheina “suelta la reja maricona de
mierda”, haciendo abierta referencia a su apariencia física, vestimenta y orientación sexual,
esto porque dicho funcionario vive literalmente al frente de Sheina, teniendo conocimiento de
su lesbianismo, por lo que los epítetos que expresó tenían la expresa intención homofóbica de
degradarla.
Luego de forcejear, el suboficial Escalante, logra sacarla de la reja y la toma él y otros efectivos
policiales detenida, siendo la única capturada a propósito de la manifestación, pese a que había
otras y otros manifestantes, lo que hizo evidente que ella era el único objetivo de Escalante y
era el objetivo debido a su orientación sexual bastamente conocida por su aprehensor tal como
ya se dijo.
Cuando Escalante la detiene, procede a tomarle la cabeza con brutalidad hacia una escalera que
había en el lugar, lo que provoca la caída del gorro y los anteojos que Sheina portaba. Acto
seguido la lanza al piso y estando tirada en el suelo otros dos funcionarios policiales de
carabineros, los que puede identificar claramente, pero del que solo conoce el nombre y cargo
de uno – Teniente Cristobal Abarzúa Olave-, la toman y arrastran por el pasillo en que se
encontraban, despojándola de su vestimenta (polerón, polera y una de sus zapatillas), dejándola
en su torso solo con una camiseta en la cual se transparentaban sus mamas, las que se
encontraban al descubierto, y comentando entre ellos “que alharaca la marimacho” haciendo
referencia nuevamente a su orientación sexual, que Escalante ya había hecho pública con
odiosidad. En medio del arrastre de Sheina que realizaban estos 2 funcionarios policiales, uno
3
de ellos la “manosea” en una de sus mamas (realiza tocaciones) y posteriormente a ello
proceden a proferirle golpes de pies en su espalda y muslo, además de grabarla y fotografiarla
con un teléfono celular pese a que estaba con su torso a total vista a través de la camiseta
translúcida que llevaba puesta y pese a que solicitó al funcionario que no lo hiciera debido
estaba expuesta.
Sheina, al cabo de rato logra ponerse de pie y comienza a recrimina al Teniente Abarzúa por
lo que estaba ocurriendo, quien antes esta recriminación le propina un golpe a mano abierta en
el lado izquierdo de su rostro. A propósito de esto, Sheina arremete en contra del Teniente
Abarzúa, quien la toma y con su mano izquierda la toca por encima de su vestimenta en sus
genitales. Como respuesta a lo anterior Sheina le da un rodillazo en sus genitales y el Teniente
Abarzúa le vuelve a dar una bofetada y camina lejos de ella. Sheina ante la impotencia que
sentía arremete nuevamente contra Abarzúa, quien en razón de la diferencia de contextura
física (Sheina es delgada), la bota al piso del lugar para inmovilizarla, pero además de aquello,
le quita el aire presionando su dedo pulgar en su garganta, para luego rodear con sus manos el
cuello de ella en un intento de ahorcamiento. Es precisamente en ese momento cuando
intervienen otros 2 funcionarios que se encontraban cerca y le gritan a Abarzúa que la suelte,
refiéndose a Sheina, cuestión que no ocurre por lo que uno de los funcionarios que le grita, lo
toma del brazo izquierdo y lo zamarrea para que la suelte y se detenga. Abarzúa finalmente la
deja libre y se va.
Mas tarde Sheina es trasladada a las dependencias de urgencias del Hospital de Yumbel para
constatar lesiones, cuestión que no tomó más de 5 minutos. Posteriormente, la dirigen a la
Quinta Comisaría de Carabineros de Chile de Yumbel y le quitan sus pertenencias.
4
EL DERECHO
5
2. Que tal acción la realice en el marco de sus funciones.
Si bien la expresión literal utilizada es “abusando de sus funciones”, se encuentra explícito en
la historia de la Ley que dicha forma verbal viene a resaltar que el empleado público está
cometiendo el delito cuando se encuentra en el ejercicio de sus funciones. El tipo penal plantea
una hipótesis de abuso de poder que requiere que la actuación del funcionario público suponga
un comportamiento que se extralimite de las funciones propias del cargo y sea ejecutado a
sabiendas de que excede sus funciones. En el caso sub lite, quien ejecuta la conducta no sólo
violenta la dignidad e integridad física y psíquica de la víctima, sino que además, su deber de
contribuir a la realización de un cuerpo policial íntegro (Kierszenbaum, 2009)1.
Este elemento se configura en tanto la acción constitutiva del delito denunciado, la realizó un
funcionario público, en el cumplimiento extralimitativo de las funciones asociadas a su cargo
y con ocasión de un procedimiento -que en la práctica resultó de sumo arbitrario e injustificado-
ordenado por una autoridad de la institución a la que pertenece.
Por otro lado, la conducta desplegada por funcionarios públicos en este contexto y que es
denunciada en esta presentación, no es susceptible de ser subsumida en el cumplimiento de un
deber, ya que según Cerezo Mir, citado por Garrido Montt, “el cumplimiento del deber nunca
puede justificar un acto típico o marginar su tipicidad, si ese acto constituye un atentado a la
dignidad humana”2, ni aún justificarse en prácticas institucionales u organizacionales
arraigadas en cada institución, ya que, “el derecho no puede resguardar elementos culturales
de las organizaciones que son claramente disfuncionales a los fines de la ley, la que cuando
se aparta de la realidad normalmente tiene por objeto transformarla”3
1
Meza-Lopehandía, Matías; Informe sobre derecho comparado; Asesoría Técnica Parlamentaria de la Biblioteca
Nacional; en Historia de la Ley 20.968; pág. 107.
2
Mario Garrido Montt, Derecho Penal, parte general, T. II, p. 194, 4° edición
3
RIT N° 926-2006, 31 de diciembre de 2007
6
Se puede indicar, en principio, lo señalado por el Comité Internacional de la Cruz Roja, que
señala que son tratos crueles o inhumanos, aquellos sin propósito concreto; se inflige un nivel
considerable de sufrimiento o de dolor. Añadiendo que “La diferencia jurídica entre la tortura
y las otras formas de malos tratos reside en el nivel de gravedad del dolor o del sufrimiento
infligido. Además, para que un acto se considere tortura, es necesario que exista un propósito
concreto que lo motive”4; En la misma línea, Lugo (quien difiere del criterio de gravedad
respecto de la tortura) menciona que los tratos “Son crueles por la indiferencia y frialdad con
que se lastima a las víctimas, inhumanos porque no se respeta a las personas como tales y
degradantes por la humillación a la que se somete a la persona”5.
Tras lo anterior, debemos hacernos cargo de aquellos requisitos que deben cumplirse según lo
ha estimado la doctrina nacional e internacional, para estar frente al tipo penal alegado, siendo
estos:
a) debe ser un acto intencional: lo que se desprende fácilmente del relato, no existiendo duda
respecto de la intencionalidad de la conducta desplegada por el agente estatal;
b) El elemento determinante será el sufrimiento o dolor, el que debe ser considerable, y
es aquí donde se evidencia una suerte de gradualidad frente a los hechos constitutivos de
tortura, ya que el sufrimiento o dolor debe ser al menos relevante; y finalmente
c) El acto no persigue una finalidad a diferencia de la tortura, ya que no mira a un objetivo
específico, sólo busca apremiar de forma ilegitima o someter a tratos crueles, inhumanos y/o
degradantes a la víctima sin motivo ulterior.
Luego, estimamos pertinente para determinar la procedencia del tipo penal, analizar la licitud
o legitimidad del cuestionable actuar de los funcionarios públicos mencionados en el relato,
para lo que nos remitiremos a lo indicado por el Relator Especial contra la Tortura y otros tratos
o penas crueles, inhumanos o degradantes6, quien indica que para entender como lícito el uso
de la fuerza pública, ésta debe enmarcarse en los principios limitadores del poder del Estado
aplicables en el marco de procedimientos de detención, éstos son:
4
CIRC, https://www.icrc.org/es/doc/resources/documents/misc/69tjvk.htm
5
Minuta sobre el delito de tortura (2017), Dirección de estudios de la Defensoría Nacional P. 93
6
Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, “Uso de la fuerza al
margen de la detención y prohibición de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”.
Informe A/72/178 de fecha 20 de julio de 2017, párrafos 5-15.
7
a) Principio de Legalidad: todo uso de la fuerza debe tener un fundamento jurídico y abogar
por un fin legítimo;
b) Principio de Necesidad, la fuerza debe utilizarse únicamente para lograr un fin legítimo y
en la medida estrictamente necesaria;
c) Principio de Proporcionalidad, el daño que pueda ser infligido por el uso de la fuerza no
debe ser excesivo en comparación con el beneficio del fin legítimo perseguido; y
d) Principio de Precaución, las operaciones para el cumplimiento de la ley deben planificarse,
prepararse y llevarse a cabo, en la medida de lo posible, minimizando el uso de la fuerza y
cuando esto se torne inevitable, reduciendo al mínimo los daños que de ella puedan resultar.
Estos principios que deben de concurrir de forma copulativa en el accionar policial para ser
lícito7, no son apreciables en los hechos descritos, por lo tanto, estamos frente a un acto de
carácter no sólo ilegitimo, ya que no ostenta fundamento jurídico alguno; sino también
innecesario, ya que no se evidencia que haya existido una necesidad lógica de la conducta
desplegada; así igualmente desproporcionado, al estar la víctima desprovista de armas, no
mediando provocación alguna ni representando con su propio actuar un peligro para la
seguridad de otra persona o de los funcionarios de las fuerzas de orden y seguridad
involucrados; y no resguardando el control de daños posterior ni guardando mínima sujeción
al principio de precaución, presentando un actuar desorganizado y no escatimando las
consecuencias que podrían provenir de éste, materializadas en la integridad física y psicológica
de la víctima.
7
Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, “Uso de la fuerza al
margen de la detención y prohibición de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”.
Informe A/72/178 de fecha 20 de julio de 2017, párrafos 6.
8
A su vez, el artículo 361 del Código Penal referente al delito de violación, señala en su numeral
1: “Cuando se usa de fuerza o intimidación”, y, en su numeral 2: “Cuando la víctima se halla
privada de sentido, o cuando se aprovecha su incapacidad para oponerse”.
Así las cosas, tratándose de un delineamiento más bien genérico, es menester analizar lo que
la doctrina ha estimado como el contenido de las voces “significación sexual” y “relevancia”.
Un acto contendrá connotación sexual cuando la conducta desplegada por el agresor sea de
aquellas que, en base a pautas socialmente acordadas en un tiempo y lugar determinado, puedan
ser catalogadas como expresión del instinto sexual, lo que quiere decir, que debe recurrirse a
un parámetro objetivo para determinar la significación sexual. Por otro lado, el acto de
significación sexual debe contar con cierta intensidad, gravedad o importancia como para
afectar la libertad sexual de la víctima, considerando su forma de comisión. La significación
sexual de la conducta aquí descrita es evidente al consistir en haber rozado la vagina de
9
Francisca sin consentimiento y valiéndose del miedo que le tenía al haberse encontrado en una
situación de sumisión.
3. Circunstancia del artículo 361 del Código Penal: uso de fuerza o intimidación.
Parece plausible aplicar cualquiera de las hipótesis de la circunstancia mencionada, ya que
ambas resultan inherentes a los hechos materia de la presente querella. Matus y Ramírez han
expresado que existe fuerza cuando se utiliza “la violencia física sobre la víctima con el
propósito de anular o vencer su voluntad8”Así las cosas, lo esencial en este contexto es la falta
de voluntad de la víctima y que el agresor actúe por vías de hecho9. Este elemento resulta de
sumo relevante al tiempo que no resiste mayor análisis, ya que de las circunstancias relatadas
y vividas por la víctima, no hay lugar a dudas respecto al uso de fuerza en el sentido que se
expuso precedentemente.
Por otro lado, la intimidación se configura con el despliegue de conductas que busquen causar
o infundir miedo, lo que puede traducirse como amenaza de causar un inminente daño físico
en el cuerpo, vida, o en la salud de la propia persona afectada o de otra persona con la cual se
encuentre ligada por vínculos afectivos, que sean de tal naturaleza que hacen posible su
intimidación10. Así mismo, y al igual que el delito de amenaza propiamente tal, debe estar
revestida de seriedad y verosimilitud, lo que dadas las circunstancias socio-políticas del país y
el uso desmedido e indiscriminado de medios de represión y violencia por parte de los
funcionarios de las fuerzas armadas, orden y seguridad en contexto del estallido social, no
resulta cuestionable que el acto de connotación sexual cometido por el funcionario público que
se denuncia en esta presentación, se haya cometido bajo esta hipótesis, ya que el temor a
posibles represalias físicas y psicológicas vienen dadas por un antecedente histórico, la
disparidad de armas y el abuso de poder asociado a ello.
8
MATUS, Jean Pierre y RAMIREZ, M° Cecilia. Manual de Derecho Penal Chileno, Parte Especial. P. 237
9
ídem. P. 238
10
Ídem, citando a Etcheverry. P. 238
10
degradantes, tanto así, que la prohibición se considera una norma de ius cogens, es decir, una
norma imperativa que forma parte del orden público internacional11.
Por otra parte, se debe tener presente lo dispuesto en la Convención Interamericana para
prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención de Belém do
Pará”, ratificada por el Estado de Chile el año 1998, que hace extensiva la prohibición al
ámbito específico de protección a la mujer. Ésta última, dispone en su artículo 1 el concepto
de Violencia contra la Mujer, entendiendo por tal, cualquier acción o conducta, basada en su
género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en
el ámbito público como en el privado. En tanto en su artículo 2, se entiende que este tipo de
violencia puede ser física, sexual y psicológica, pudiendo ser ejecutada por el Estado o sus
agentes. Establece además principios del todo infringidos por los hechos precedentemente
descritos, siendo que su artículo 3 dispone que “[t]oda mujer tiene derecho a una vida libre
de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado”. Asimismo, en su artículo 4, en
sus literales b), c), e) y f) señala: “[t]oda mujer tiene derecho al reconocimiento, goce,
ejercicio y protección de todos los derechos humanos y a las libertades consagradas por los
instrumentos regionales e internacionales sobre derechos humanos. Estos derechos
comprenden, entre otros: b. el derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral;
c. el derecho a la libertad y a la seguridad personales; d. el derecho a que se respete la
dignidad inherente a su persona y que se proteja a su familia; e. el derecho a que se respete la
11
Nash, C., 2009. Alcance del concepto de tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes, Anuario de
Derecho Constitucional Latinoamericano, Año XV, Montevideo, pp. 585-601
11
dignidad inherente a su persona y que se proteja a su familia; f. el derecho a igualdad de
protección ante la ley y de la ley.
En este caso concreto, han sido funcionarios públicos quienes han infringido dichos mandatos
de orden indiscutidamente constitucional, al infligir apremios ilegítimos completamente fuera
de la legalidad y los protocolos establecidos por la misma institución, afectando los límites
corporales de mi representada, y los derechos y garantías constitucionalmente consagradas en
su favor, conculcando su integridad física y psíquica.
La debida diligencia es el "[p]arámetro más utilizado para medir el nivel de cumplimiento por
los Estados de su obligación de prevenir y responder a los actos de violencia contra la
mujer"12y un “instrumento para la eliminación de la violencia contra la mujer”13 y, en
concreto, según ha precisado la jurisprudencia interamericana, implica “que en casos de
violencia contra la mujer (…), las autoridades estatales deben iniciar ex officio y sin dilación,
una investigación seria, imparcial y efectiva una vez que tomen conocimiento de los hechos
que constituyan violencia contra la mujer, incluyendo la violencia sexual. De tal modo que,
ante un acto de violencia contra una mujer, resulta particularmente importante que las
autoridades a cargo de la investigación la lleven adelante con determinación y eficacia,
teniendo en cuenta el deber de la sociedad de rechazar la violencia contra las mujeres y las
obligaciones del Estado de erradicarla y de brindar confianza a las víctimas en las
instituciones estatales para su protección” 14(énfasis agregado).
12
Rashida Manjoo, Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, 01 agosto
2011, A/66/215.
13
Informe de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, Yakin Ertürk,
E/CN.4/2006/61, de 20 de enero de 2006, párrs. 59 a 63.
14
Corte IDH. Caso Velásquez Paiz y otros Vs. Guatemala. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 19 de noviembre de 2015. Serie C No. 307., Párrafo 145
15
Corte IDH. Caso Espinoza Gonzáles Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 20 de noviembre de 2014. Serie C No. 289, Párrafo 242.
13
tanto de emergencia como de forma continuada si así se requiere, mediante un protocolo de
atención cuyo objetivo sea reducir las consecuencias de la violación; iv) se realice
inmediatamente un examen médico y psicológico completo y detallado por personal idóneo y
capacitado, en lo posible del sexo que la víctima indique, ofreciéndole que sea acompañada
por alguien de su confianza si así lo desea; v) se documenten y coordinen los actos
investigativos y se maneje diligentemente la prueba, tomando muestras suficientes, realizando
estudios para determinar la posible autoría del hecho, asegurando otras pruebas como la ropa
de la víctima, investigando de forma inmediata el lugar de los hechos y garantizando la
correcta cadena de custodia; vi) se brinde acceso a asistencia jurídica gratuita a la víctima
durante todas las etapas del proceso, y vii) se brinde atención médica, sanitaria y psicológica
a la víctima, tanto de emergencia como de forma continuada si así se requiere, mediante un
protocolo de atención cuyo objetivo sea reducir las consecuencias de la violación. Asimismo,
en casos de supuestos actos de violencia contra la mujer, la investigación penal debe incluir
una perspectiva de género y realizarse por funcionarios capacitados en casos similares y en
atención a víctimas de discriminación y violencia por razón de género 16” (énfasis agregado).
“1°. Que el acto sea cometido como parte de un ataque generalizado o sistemático
contra una población civil.
2º. Que el ataque a que se refiere el numerando precedente responda a una política del
Estado o de sus agentes; de grupos armados organizados que, bajo la dirección de un mando
responsable, ejerzan sobre algún territorio un control tal que les permita realizar operaciones
16
Corte IDH. Caso Favela Nova Brasília Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 16 de febrero de 2017. Serie C No. 333., Párrafo 254
14
militares, o de grupos organizados que detenten un poder de hecho tal que favorezca la
impunidad de sus actos.”
15
pertenezca; su sexo, orientación sexual, identidad de género, edad, filiación, apariencia
personal o la enfermedad o discapacidad que padezca” reviste un carácter de especial cuidado.
Se tiende a pensar que las acciones represivas del Estado son políticamente neutras, es decir,
que se aplican con independencia de las condiciones morales de los administrados y
administradas a quienes se dirigen. Sin embargo, la institución cuyos actos se denuncian en la
presente querella depende del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, que es el Ministerio
que mayor contenido político sostiene, precisamente, para dirigir la política pública de
seguridad. Dicho de otra forma, su actuar es reflejo de un mandato superior, eminentemente
político, que determina quiénes son las personas peligrosas y cuáles son las formas de
reprimirlas.
En este caso concreto, el descontento popular generalizado, detonado en todo el país y que
funciona sin ninguna articulación central o liderazgo visible, se constituye como una causa
universal del ciudadano y de la ciudadana de nuestro país. Como es una situación bastante
extraña dentro de los movimientos sociales chilenos del siglo XXI (todos con liderazgos
reconocidos, causas y petitorios concretos), el discurso hegemónico de la autoridad, con el
objetivo de desplazar la causalidad de la conflictividad desde sus propias bases (ejercicio del
poder) concreta una “operación ininterrumpida de mecanismos seccionadores que posibilitan
entender los conflictos sociales como efectos de la acción nociva de entes anómalos, antes que
como efectos necesarios y propios de la forma en que el poder es ejercido” (Agamben, 2006 y
2008). Es decir, la criminalización de este movimiento (el mecanismo seccionador) permite
desplazar la responsabilidad política del Estado de Chile en el fracaso de las políticas públicas
de bienestar, configurándola como un trastorno adaptativo de los y las manifestantes, los que
por supuesto implicamos un peligro de “contagio” de esta condición al resto de la sociedad.
Este mecanismo seccionador (o mecanismo biopolítico como los llamó Foucault) genera un
producto, que es el mismo discurso hegemónico autoafirmado “como el único capaz de ofrecer
discursos de verdad de esta enfermedad” (Foucault, 2009), y “definiendo etiología, posición y
características de ésta -dando forma en el mismo acto a la verdad de la salud- definiendo aquello
que se debe sacrificar de nuestro cuerpo para conservarla o restaurarla” (en “El aparato
seccionador: discursos hegemónicos y barras bravas” de Améstica Zavala, Camilo). Es decir,
el Gobierno ha reafirmado su posición de garante del orden público en función de la
identificación del “enemigo interno” que debe ser reprimido y disuadido violentamente de
16
seguir manifestándose, con vistas de lograr el desplazamiento de responsabilidades que en
justicia se deben asumir. Es por ello que dirige el actuar de Carabineros con un claro
componente político, de represión violenta de la disidencia u oposición del gobierno actual,
con independencia de la consigna que ella enarbole (sea el Movimiento Feminista, el No+AFP,
la nacionalización de recursos naturales, reformas al sistema de previsión de salud, el
reconocimiento constitucional del pueblo mapuche, etc.), dado que nuestra agregación
conforma una masa que, de no poder identificada, aislada -como ocurrió en el caso de sub lite-
y tratada desde la individualidad de su composición, implica correr el riesgo de contagiar al
resto de la población.
A su turno, los mecanismos biopolíticos son una forma de generalización y, como tal, de sesgo
y/o de estereotipo. Nuestro país sabe de responsabilidad internacional en materia de
criminalización de protesta por el caso de Norín Catrimán contra el Estado de Chile, sede en la
cual se pudo trabajar conceptos de estereotipo y sesgos en la aplicación selectiva de la Ley
Antiterrorista. En materia de criminalización de la protesta, se puede señalar que “[e]n el caso
concreto, la criminalización de la protesta, a pesar de las múltiples veces que se menciona en
la sentencia, no se establece como una violación per se en la Convención Americana de
Derechos Humanos (CADH). No obstante, la protesta corresponde a una exteriorización de
varios derechos constitucionales (libertad de expresión, conciencia, derecho a reunión,
etcétera) por lo que jamás puede ser configurada como delito. Asimismo es que, frente a hechos
antijurídicos enmarcados en protestas sociales, deben buscarse todas las vías jurídicas
posibles antes que aplicar la última ratio del derecho: el derecho punitivo Entonces, la
criminalización de la protesta se configuró por el Estado de Chile, “como entramados o
estrategias de desarticulación que incluyen la represión sobre quienes no aceptan someterse
a las políticas estatales”.17
Como ya se puede advertir, en este caso han operado las mismas lógicas que, discriminando a
las disidencias políticas, criminalizan su discurso público en el ejercicio de los derechos
reconocidos a nivel constitucional. Ese discurso tiene un fin eminentemente político, que es el
generar incidencia dentro de los espacios de toma de decisión, siendo violentamente coartado
por las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad. Es decir, en este caso concreto no es siquiera
17
Becker Castellanos, Sebastián: “La criminalización de la protesta: el caso Norín Catrimán y otros (dirigentes,
miembros y activistas del pueblo indígena mapuche) v/s el Estado de Chile” en Anuario de Derechos Humanos,
p. 128.
17
necesario adentrarnos en la posición política que detenta la víctima, sino que en su participación
en el movimiento ciudadano. Es ello lo penalizado por motivos políticos, por lo que se
configura la agravante en relación con dicho componente.
Todo lo anterior sin perjuicio de la calificación jurídica de los hechos que se haga en la
oportunidad procesal que corresponda, o el establecimiento de otros ilícitos, conforme al mérito
de la investigación.
Tribunal competente.
POR TANTO;
En mérito de lo expuesto y de lo dispuesto en los artículos 108, 111 y siguientes del Código
Procesal Penal, en los artículos 1, 7, 14, 15 N°1 y 150 A y siguientes del Código Penal, y demás
disposiciones legales pertinentes,
18
SOLICITAMOS A S.S. Tener por presentada querella criminal en contra del teniente
CRISTOBAL ABARZÚA OLAVE, de don LUIS RICARDO ESCALANTE ESPINOZA y de
quien resulte responsable por el delito de APREMIOS ILEGÍTIMOS Y ABUSO
SEXUAL, previsto y sancionado en el artículo 150 D y siguientes del Código Penal, en calidad
de AUTOR, CÓMPLICE O ENCUBRIDOR y en grado de desarrollo CONSUMADO,
admitirla a tramitación y remitirla al Ministerio Público para su conocimiento, con el objeto de
que investigue, formalice y acuse a quienes determine responsables, debiendo ser éste o éstos
condenados a la pena principal y accesorias correspondientes, con expresa condena en costas.
PRIMER OTROSÍ: Solicito a S.S tener presente que esta interviniente se reserva de acuerdo
a lo dispuesto en el artículo 261 letra d) del Código Procesal Penal, para la instancia procesal
correspondiente, el ejercicio de las acciones civiles que conceden los artículos 59 y siguientes
del mismo cuerpo legal.
2. Concurrir al sitio del suceso y realizar la fijación fotográfica del lugar, a fin de
determinar la dinámica de los hechos y la ubicación de la víctima.
3. Determinar si en el mismo existe algún indicio físico o evidencia del ilícito cometido.
En caso de que sea así, fijarlo fotográficamente y levantarlo con cadena de custodia y
realizar el análisis correspondiente.
19
5. Tomar declaración a posibles testigos del hecho. Para estos efectos, la víctima aportará
sus antecedentes oportunamente al momento de tomarle declaración.
10. Se determine si con ocasión de otras investigaciones realizadas por esta Brigada, se han
requerido imágenes del mismo lugar, en la fecha y hora de ocurrencia de los hechos.
En su caso, obtener una copia de los referidos registros, dejando constancia de la forma
de obtención e incorporarlos como evidencia a la presente causa.
15. Se recabe copia del Dato de Atención a Urgencias (DAU) que da cuenta del carácter de
las lesiones de la víctima.
16. Se oficie al Servicio Médico Legal para que se realice a la víctima examen físico y
psicológico/psiquiátrico conforme al protocolo de Estambul.
SOLICITAMOS A S.S., tener presente las diligencias que esta parte solicita efectuar al fiscal
designado para llevar adelante la investigación de los hechos relatados en lo principal de esta
querella.
21
TERCER OTROSÍ: Solicitamos a S.S., tener presente que mi personería para actuar a nombre
y representación de doña SHEINA ZALIMA LUARTE GUTIERREZ consta en escritura
pública de Mandato Judicial, Repertorio N°240/2020.- suscrito con fecha 4 DE MARZO DE
2020-, ante doña América Sepúlveda Navarrete, Notario Público Titular de la Notaría de
Yumbel, documento que se acompaña en este acto.
SOLICITAMOS A S.S. tenerlo por acompañado para todos los efectos legales.
CUARTO OTROSÍ: Solicitamos a S.S. tener presente que, en nuestra calidad de abogada
habilitada para el ejercicio de la profesión, asumiremos personalmente el patrocinio y poder
conferido en virtud del Mandato Judicial acompañado en el tercer otrosí de esta presentación.
SEXTO OTROSÍ: Se solicita a S.S. tener presente que el patrocinio de la presente causa es
asumido por las abogadas antes mencionadas, quienes forman parte de la Asociación de
Abogadas Feministas de Chile (ABOFEM), de manera gratuita y como parte de su compromiso
social, teniendo como misión promover un enfoque de género en el derecho, a través de sus
distintos procesos.
PAULA Firmado
Firmado
digitalmente por REBECA
ROMINA PAULA ROMINA
digitalmente por
CONCEPCIO REBECA
PENA PENA MUNOZ
Fecha: 2020.03.28
CONCEPCION
N ZAMORA ZAMORA PICCIANI
MUNOZ 14:18:29 -03'00' PICCIANI Fecha: 2020.03.28
14:19:34 -03'00'
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