Capitulo Vii
Capitulo Vii
Capitulo Vii
Locke comienza este capítulo haciendo referencia a los primeros tipos de sociedad. Señala que la
PRIMERA SOCIEDAD que se creó fue la formada por el hombre y la mujer lo que daría lugar a una
sociedad de padres e hijos. Más adelante se le añadió la sociedad formada por AMOS y SIERVOS.
Estos tipos de comunidad, aunque los padres y los amos ejercieron algún tipo de sociedad, NO
llegaron nunca a formar una SOCIEDAD POLÍTICA.
En definitiva, al negar que el padre ejerza un poder que le permita dictar leyes y ejecutarlas, Locke,
lo que está señalando realmente es que la SOCIEDAD FAMILIAR dista mucho de ser una sociedad
civil.
En relación con la SOCIEDAD formada por AMO y SIERVO, Locke, concibe a éste último como aquel
tipo de hombre libre que se hace siervo de otro vendiéndole, por un cierto tiempo, el servicio que
se compromete a hacer a cambio de un salario. Según Locke, normalmente estos siervos pasan a
formar parte de la familia del amo y, por ello, se encuentran sometidos a la disciplina de éste.
Ahora bien, tampoco, en este caso, el amo tiene un poder absoluto sobre el siervo ya que, además
de ser pasajero tal poder, la relación entre ambos tiene los límites establecidos por el contrato
establecido entre ambos.
Locke hace referencia, tambien, a lo que define como otra clase de siervos y que serían los
ESCLAVOS. Estos, afirma Locke, al ser capturados en una guerra justa, están por derecho de
naturaleza sometidos al dominio absoluto y arbitrario de sus amos y, por ello, no pueden ser
considerados como parte de la sociedad civil ya que no tienen capacidad de poseer propiedad
alguna.
Con el objeto de analizar y establecer más claramente las DIFERENCIAS existentes entre una
SOCIEDAD FAMILIAR y una SOCIEDAD POLÍTICA, Locke, decide considerar en qué consiste una
sociedad política. Comienza señalando que en el estado de naturaleza el hombre tiene el poder de
proteger su propiedad, es decir, su vida, su libertad y sus bienes, frente a los daños o amenazas de
otros hombres. Tambien puede castigar ( incluso con la muerte ) a aquellos que infringan la ley.
¿Cómo ha surgido, a partir de ahí, la sociedad política? Locke señala que unica y exclusivamente
desde el momento en que cada uno de los miembros del estado de naturaleza deciden renunciar a
su poder natural para entregarlo a las manos de la comunidad. Desde esos momentos, la
comunidad ( contando con hombres a quienes se ha dado autoridad para ejecutar las leyes ) viene
a ser un árbitro que decide, según las normas y las leyes establecidas y aceptadas por todos,
impartir su autoridad a todos por igual.
Sobre la base de lo establecido hasta ahora, Locke, piensa que ya contamos con una GUÍA para
averigüar quiénes componen, y quiénes no, una sociedad política. Aquellos que están unidos y
tienen establecida una ley común y una judicatura a la que apelar, para decidir sus controversias y
castigar a los infractores de la ley, formarían una sociedad civil. Por su parte, aquellos que carecen
de una autoridad común y mundana a la que apelar, continuarían en estado de naturaleza.
Un ESTADO, según Locke, se origina desde el momento en que una comunidad tiene el poder de
dictar leyes y de hacer que éstas se cumplan. Ambos poderes están encaminados a la preservación
de la propiedad de todos los miembros de la sociedad. Tal comunidad es el producto de la
renuncia a ejercer sus derechos por parte de cada uno de los miembros del estado de naturaleza,
dando al Estado el derecho a emplear su propia fuerza personal. Ahí tendríamos, según Locke, el
origen del poder legislativo y del poder ejecutivo de la sociedad civil, poder que consiste en juzgar
y condenar asi como determinar, mediante juicios, en que medida deben vindicarse las injurias
procedentes de afuera ( poder de hacer la guerra y la paz ). Por lo tanto, desde el momento en que
los hombres del estado de naturaleza renuncian al poder ejecutivo de la ley natural y lo ceden al
poder público, es cuando se origina realmente una sociedad política o civil. Esto es lo que saca
reaalmente a los hombres del estado de naturaleza y los sitúa en un Estado, el cual implica la
existencia de un juez terrenal con autoridad para dirimir controversias y para castigar. Dicho juez
es la legislatura. Ello quiere decir que cualquier agrupación de hombres que no cuenten con un
poder legislativo, al que apelar, se encontrarían en estado de naturaleza.
Locke utiliza todo lo dicho hasta ahora para cuestionar la MONARQUÍA ABSOLUTA, la cual, según
él, sería una institución degradada del estado de naturaleza. Y es que tal monarquía es totalmente
incompatible con la sociedad civil ya que excluye la existencia de todo poder legislativo (
independiente del monarca ) al que puedan apelar los súbditos. En este tipo de monarquía
unicamente existe un príncipe absoluto, que engloba en sí mismo el poder legislativo y el
ejecutivo, de tal modo que no existe ningún juez independiente y con autoridad al que poder
apelar. Ello hace que la monarquía absoluta se halle, con respecto a los que se hallan bajo su
dominio, en estado de naturaleza pero con una LAMENTABLE DIFERENCIA con respecto al estado
de naturaleza originario: miestras en el estado ordinario de naturaleza el hombre tenía libertad
para juzgar acerca de sus derechos y para defenderse en la medida de sus fuerzas, ahora, con la
monarquía absoluta, cuando su propiedad y sus derechos sean invadidos, le faltará no sólo el
recurso de apelación sino tambien la posibilidad de poder defender por sí mismo sus derechos.
Por lo tanto, no es cierto, señala Locke, que el poder absoluto purifique la sangre de los hombres o
corrija la bajeza de la naturaleza. Para justificar esta afirmación, Locke, hace referencia al ejemplo
del hombre que vive en las selva de América y que, por cualquier circunstancia, adquiere un poder
absoluto; asi como a los sucesos que, en su tiempo, se estaban produciendo en Ceilán.
Si alguien argumentase que en las monarquías absolutas los súbditos pueden APELAR A LA LEY y a
los jueces, Locke, responde que, aún siendo cierto tal hecho, existen razones para dudar que ello
se deba a un amor o interés de ese sistema político por la sociedad. Locke no niega que los
monarcas absolutos acepten que entre sus súbditos deba haber leyes y jueces para lograr la paz y
la seguridad mutuas; lo que piensa es que ello se debe, no a razones de caracter social, sino al
interés propio del monarca que se comporta con sus súbditos del mismo modo que un amo con
sus animales, pues procura que éstos no se maten ni se destruyan entre sí; pero no porque los
ame sino por interés propio y amor hacia sí mismo que se vería en la ruina si tales animales
desapareciesen.
Además, en la monarquía absoluta, el poder del monarca es ABSOLUTO y está por ENCIMA DE
TODA LEY y circunstancia. Según Locke esto entra en contradicción con todo tipo de sociedad civil.
Y es que sucede como si los hombres, una vez dejado el estado de naturaleza, acordaran que
todos ellos, MENOS UNO, deben estar bajo las leyes; y que la única persona que no está sometida
a ellas retiene toda la libertad propia del estado de naturaleza, y, además con impunidad. Es
evidente que de tamaña contradicción, presente en las monarquias absolutas, los hombres acaban
por darse cuenta, por lo que procuran protegerse, contra tal tipo de poder, buscando seguridad en
la sociedad civil en donde la facultad de dictar leyes fuese depositada en manos de un cuerpo
colectivo ( Parlamento, Senado ). A través de este proceso cada individuo, sin distinción, se haría
súbdito, en igualdad con los demás, de las leyes que el poder legislativo establezca; pero de tal
forma que NADIE podría hurtarse a la fuerza de las mismas para tener asi licencia y cometer toda
clase de abusos. Y es que, según Locke, en una sociedad civil ningún hombre puede estar exento
de las leyes que rigen.
CAPITULO VIII
Locke comienza afirmando que los hombres al ser libres por naturaleza no pueden ser sacados de
esa condición y ser puestos bajo el poder político de otro sin su propio CONSENTIMIENTO. El único
modo, señala Locke, de que un hombre se someta a las ataduras de la sociedad civil es mediante
un ACUERDO con otros hombres, según el cual todos se unen formando una COMUNIDAD.
Cuando, mediante el consentimiento, se forma una comunidad, ésta debería actuar, según Locke,
a través de la VOLUNTAD DE LA MAYORÍA ya que, tal comunidad, forma un cuerpo que debe girar
siempre hacia donde le lleve la mayoría. En este contexto cada individuo y miembro de esa
comunidad debe SOMETERSE al parecer de la mayoría. Y es que, según Locke, cada hombre, al dar
su consentimiento para la formación de un cuerpo político, se pone a sí mismo bajo la obligación
de someterse a las decisiones de la mayoría. De lo contrario no tendría sentido la existencia de un
PACTO pues el hombre seguiría estando en estado de naturaleza al NO seguir los dictados de la
mayoría social y continuar actuando según su propio criterio.
Locke establece una diferencia entre MAYORÍA COMUNITARIA y MAYORÍA DE TODOS Y CADA
UNO. Señala que un consenso basado en este último tipo de mayoría sería algo imposible ya que
implicaría una especie de REGIMEN ASAMBLEARIO, con tal variedad de opiniones y intereses, que
daría lugar a un tipo de sociedad parecida a lo sucedido con las entradas de Catón en el teatro, el
cual entraba unicamente para salir a continuación. Se hace necesaria, por tanto, la existencia de
un cuerpo político que represente a la mayoría y que tenga el poder de tomar decisiones y que
represente a todos los miembros de la comunidad en su conjunto.
Todos los que salen del estado de naturaleza han de entender que lo hacen despues de entregar a
la MAYORÍA COMUNITARIA todo el poder necesario para que la sociedad alcance sus fines. Por
todo ello, lo que constituye una SOCIEDAD POLÍTICA no es otra cosa que el CONSENTIMIENTO de
una pluralidad de hombres que aceptan la regla de la mayoría y que acuerdan unirse e
incorporarse a dicha sociedad. Esto fue lo que, según Locke, dió ORIGEN a los gobiernos legales de
todo el mundo.
A continuación, Locke, analiza las OBJECCIONES que muchos han puesto a sus ideas sonbre el
origen de la sociedades políticas. Afirma que éstas son esencialmente DOS: la PRIMERA señala que
no existen EJEMPLOS HISTÓRICOS que demuestren la existencia de una agrupación de hombres
libres e independientes que se unen y deciden formar un gobierno político. La SEGUNDA afirma
que es imposible que los hombres pudieran actuar del modo que señala Locke pues éstos NACEN
SIEMPRE BAJO UN GOBIERNO al que someterse por lo que carecen de libertad para formar otro.
Locke señala tambien que aunque existan ejemplos históricos que demuestran que en el pasado el
gobierno estaba en manos de UN SOLO INDIVIDUO ello no invalida todo lo que acaba de decir
acerca de que la sociedad política depende del CONSENTIMIENTO de los individuos. Sin embargo,
dado que muchos piensan que el origen de los gobiernos reside en la existencia de la monarquía y
en el poder del padre, Locke, decide considerar porque los pueblos, en un principio, favorecieron
esta forma de gobierno. Comienza afirmando que ello no fue debido a la existencia de una
especial consideración o respeto hacia la autoridad paternal; y es que, en un principio, afirma
Locke, el GOBIERNO DEL PADRE fue algo natural en las sociedades primitivas ya que los hijos
aceptaban de buen grado su mando. Además la monarquía paterna era una simple forma de
gobierno en donde no existían desarrollados la ambición, la tiranía o el afán imperialista por lo que
los gobernados no sentían necesidad de prevenirse contra los abusos e inconvenientes de un
poder absoluto que las monarquías subsiguientes iban reclamar para sí. Dado que tales hombres
no habían sentido la opresión de la tiranía no tenían razones para poner coto a ese mal o
prevenirlo. Por ello no es raro que se sometieran de buen grado a esa forma de gobierno paternal.
Además el simple modo de vivir y el hecho de tener las necesidades básicas cubiertas, hacía que
dentro de este grupo original existieran POCAS CONTROVERSIAS lo que hacía que existieran pocas
leyes para decidir los litigios. Tampoco eran necesaria la existencia de una variedad de
FUNCIONARIOS que se encargasen de dirigir procesos judiciales ya que eran muy pocos los
ofensores y delincuentes. Por todo ello, la PRIMERA PREOCUPACIÓN de estos hombres primitivos
no era tanto interior como exterior: necesitaban realmente protegerse de la violencia que pudiera
venir de un enemigo de afuera. Por ello, libremente decidieron, en un primer momento, otorgar la
autoridad y el poder a aquel hombre más sabio y más valiente para que los dirigiese en los
combates contra sus enemigos.
Locke relata diferentes ejemplos que demostrarían la veracidad de esto último que acaba de
señalar. Afirma, por ejemplo, que los REYES INDIOS de América se limitaban a ser GENERALES de
sus ejércitos, los cuales, aunque en tiempos de guerra tenían un poder absoluto, en tiempos de
paz, ejercían un dominio muy modesto y las decisiones que se tomaban provenían siempre de las
decisiones del pueblo. Lo mismo sucede con el REINO DE ISRAEL. Locke relata una serie de citas
bíblicas que demostrarían que tanto los JUECES como los PRIMEROS REYES eran realmente
capitanes de guerra y jefes de sus ejércitos.
En definiva, ( finalizando ya su respuesta a la primera de las objecciones ), Locke, señala que en los
tiempos primitivos, ya fuese, o bien, a partir de una FAMILIA que creció hasta convertise en Estado
y en donde todos aceptaban la autoridad un PATER-FAMILIAS; o bien, a partir de la unión de
VARIAS FAMILIAS, que decidieron unirse por motivos de seguridad; lo que parece cierto es que, al
principio, existia la autoridad de un individuo que ejercía el poder de un GENERAL para asi poder
hacer frente a los enemigos externos. Ahora bien, según Locke, tanto en un caso como en otro, lo
cierto es que a nadie le era concedido ese poder más que con el fín de lograr la SEGURIDAD de su
pueblo frente a posibles ataques externos.
Lo que sucede, continúa Locke, es que esta EDAD DORADA se acabaría viendo manchada por la
ambición y el amor scelaratus habendi, es decir, por la malvada concupiscencia. Según Locke, en
EDADES POSTERIORES, los Príncipes aprendieron a albergar intereses diferentes de los del pueblo.
A partir de esos momentos los hombres juzgaron que era necesario examinar con más cuidado los
derechos originales del gobierno con el fín de limitar o poner fín a los posibles excesos. Por todo
ello, del mismo modo que aquellos hombres, que por naturaleza eran libres, habían decidido por
propio consentimiento someterse al gobierno del padre (aunque no admitiendo nunca que tal
poder fuera jure divino o absoluto ); ahora podrían decidir tambien libremente otorgar el gobierno
a otro grupo de personas.
Por lo que se refiere a la respuesta de Locke a la SEGUNDA OBJECCIÓN, ( es decir la que establece
que como todos los hombres nacen bajo algún gobierno, es imposible que ninguno esté jamás
libre para decidir formar otro gobierno distinto ), Locke, comienza señalando que resulta absurdo
negar este hecho ya que, de lo contrario, debería existir en el mundo unicamente un príncipe legal
y un gobierno legal. Pero lo cierto es que existen MULTITUD de monarquías legales. Pues bien, se
pregunta Locke, ¿cómo es posible que existan varias monarquías distintas cuando unicamente
debería existir UNA ( la primigenia ) a la que deberíamos estar sometidos todos los humanos?
Además de lo señalado hasta ahora, Locke, decide poner al DESCUBIERTO, aún más, la DEBILIDAD
DE LA 2ª OBJECCIÓN que establece que todos los hombres nacen bajo un gobierno y, por
consiguiente, no son libres para empezar otro nuevo. Para mostrar tal debilidad, Locke, acude a la
HISTORIA y hace referenica a la multitud de ejemplos que nos muestran a distintos hombres que
se apartaron de la jurisdicción en la que habían nacido, y se negaron a obedecerla, formando
nuevos gobiernos. Señala que la multitud de PEQUEÑOS ESTADOS de la época antigua no son otra
cosa que un ejemplo que muestra que no fue el derecho del padre, comunicado a sus herederos,
lo que constituyó el origen de los gobiernos ya que se si ello fuera así, entonces los hombres no
tendrían libertad para separarse de sus familias y establecer pequeños estados y gobiernos
nuevos. El separarse del gobierno en el que se nace ha sido, según Locke, una práctica común en el
mundo, desde sus orígenes hasta el día de hoy; ya que los hombres son tan libres hoy como lo
fueron los que nacieron en las selvas. Por lo tanto, es absurdo aceptar el principio que establece
que al nacer bajo un gobierno estamos naturalmente sujetos a él, y no tenemos el derecho de
libertad del que disfrutábamos en el estado de naturaleza.
Y es que, según Locke, no existe ley alguna que obligue a los hijos o descendientes a seguir siendo
súbditos permanenetes del Estado en el que se ha nacido. En este contexto, Locke, hace referencia
a la CONFUSIÓN que se produce entre ser SÚBDITO POR NACIMIENTO de un determinado Estado,
y ser SUBDITO A PARTIR DE LAS ROPIEDADES que se poseen dentro de un Estado. Es evidente,
afirma Locke, que un hijo no es súbdito de un Estado por el simple hecho de haber nacido dentro
del mismo. Unicamente está bajo la tutela del padre hasta que alcanza la mayoría de edad, y, a
partir de ahí, es un hombre libre, con libertad de ponerse bajo el gobierno que le plazca, y de
unirse al cuerpo político que le parezca. Ahora bien, desde el momento en que decide
incorporarse a un Estado cualquiera, por el hecho de unirse a él, tambien une y somete a la
comunidad las posesiones que tiene o tendrá en el futuro. Por lo tanto, por el mero acto de unirse
una persona ( que antes era libre ) a un Estado cualquiera, éstá vinculando sus posesiones a dicho
Estado ( posesiones que antes eran tambien libres ). Y, así, ambas cosas - persona y posesión -
devienen súbditos del gobierno.
Ahora bien, someterse a las leyes de un país, vivir en él y disfrutar de sus privilegios y protecciones
no hace a un hombre MIEMBRO de esa sociedad y súbdito permanente de un Estado. Por ello, los
extranjeros que viven bajo la protección de otro Estado no se convierten en súbditos o miembros
de ese Estado aunque están obligados a respetar las normas de la administración de dicho Estado.
En definitiva, nada puede hacer de un hombre un súbdito, excepto una positiva declaración, y una
promesa o acuerdo expresos.
CAPITULO IX
Locke inicia este capítulo preguntándose como es posible que el hombre en estado de naturaleza,
siendo totalmente libre y poderoso, decidiese en un momento determinado MERMAR SU
LIBERTAD y renunciar a su imperio para someterse al dominio y CONTROL DEL PODER POLÍTICO.
Por consiguiente, concluye Locke, es lógico suponer que el hombre en estado de naturaleza
estuviese DESEOSO de unirse en sociedad con el fín de que preservar mejor su vida, su libertad y
sus posesiones, es decir, su PROPIEDAD. Nótese que el concepto que Locke tiene de la Propiedad
es muy amplio, ya que no abarca unicamente las posesiones económicas, sino tambien la vida y la
libertad.
Establecido todo lo anterior, Locke, señala, como conclusión, que el PRINCIPAL FIN, que lleva a los
hombres a unirse en Estados, es la PRESERVACIÓN DE LA PROPIEDAD.
Tal preservación de la propiedad resultaba IMPOSIBLE, dentro del estado de naturaleza, y ello,
según Locke, por TRES RAZONES: A) La primera porque faltaba una ley aceptada y consensuada
por todos que dicidiese en la controversias. Pues aunque la ley natural, señala Locke, es clara e
inteligible, los hombres, cegados por sus propios intereses, tendrían tendencia a pasarla por alto
cuando ésta afectara a sus propios deseos. B) La segunda porque en el estado de naturaleza falta
un juez imparcial con autoridad para resolver los conflictos. No se puede olvidar que en el estado
de naturaleza cada uno es juez y ejecutor de la ley, y dado que los hombres son pasionales y
vengativos, no serían de extrañar los excesos y arbitrariedades a la hora de aplicar la ley natural. C)
En tercer lugar no existe en el estado de naturaleza un poder ejecutivo que obligue a cumplir las
sentencias cuando éstas son justas.
El estado de naturaleza, por tanto, a pesar de todos sus previligios, conlleva consigo un condición
de ENFERMEDAD. Los inconvenientes que tal estado presenta lleva a los hombres a buscar
protección bajo las leyes de un gobierno, a fín de procurar la conservación de la propiedad. Esto es
lo que explica que estén tan deseosos de renunciar al poder de castigar que tiene cada uno, y de
entregárselo a alguien que lo ejerza por ellos. Este sería el origen, según Locke, del DERECHO
ORIGINAL del poder legislativo y del ejecutivo, así como el de los gobiernos de las sociedades
mismas.
Según Locke el estado de naturaleza posee ( al margen de la libertad ) DOS TIPOS DE PODERES: el
PRIMERO consiste en que el hombre puede hacer, dentro de los límites de la ley natural, todo lo
que le parezca oportuno para preservar su vida y la de otros. Según Locke si no fuera por la
corrupción y la maldad de hombres degenerados este estado de naturaleza sería el ideal y no
habría necesidad de ningún tipo de sociedad. El SEGUNDO consiste en que el hombre en estado de
naturaleza tiene el poder personal de castigar los crímenes cometidos contra la ley natural.
Pues bien, según Locke, el hombre, en estado de naturaleza, RENUNCIA a los dos tipos de poderes
anteriores. El hombre renuncia al primer tipo de poder ( preservación de su vida y la de la
humanidad ) para entregarlo al PODER LEGISLATIVO el cual, a partir de su actuación, limitará
muchas cosas de la libertad que el hombre tenía por ley de naturaleza. En relación con el segundo
tipo de poder el hombre renuncia por completo a su poder de castigar para entregar tal poder al
ORGANO EJECUTIVO de la sociedad.
Ahora bien la renuncia que el hombre realiza a seguir viviendo, según el estado de naturaleza, es
hecha por cada uno con la exclusiva intención de PRESERVARSE A SÍ MISMO y de presevar su
LIBERTAD y su PROPIEDAD de una manera mejor. Por ello, el poder de la sociedad está obligada a
asegurar la propiedad de cada uno protegiendo al hombre en contra de los inconvenientes -
anteriormente vistos - del estado de naturaleza. De este modo quien ostente el PODER
LEGISLATIVO estaría obligado a gobernar según las leyes establecidas de acuerdo con el pueblo; a
resolver los pleitos de acuerdo con dichas leyes; a emplear la fuerza para que tales leyes se
cumplan; si se trata de relaciones con el extranjero debería impedir todo injuria o agresión que
venga desde afuera. En definitiva su labor consistiría en lograr la paz, la seguridad y el bien del
pueblo.