Trisagio Trinidad
Trisagio Trinidad
Trisagio Trinidad
Dios, nuestro amadísimo Padre amorosamente creó el mundo y lo conserva. Hemos visto la
obra de Jesús, quién se ofreció a bajar a la tierra, morir cruelmente crucificado y redimir al
mundo. Hemos visto que el Espíritu Santo santifica a los hombres. Estas tres personas
distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo son un solo Dios.
La verdad más importante que Jesús nos enseñó es que en un solo Dios hay tres personas
distintas.
Antes de subir al cielo Jesús dijo a los apóstoles: “Id pues, y haced discípulas a todas las
gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mateo 28,19).
Cuando el alma está en gracia, se convierte en templo vivo de la Santísima Trinidad. “Si
alguno me ama guardará mi palabra, y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada en
él". (Juan 14,23)
OFRECIMIENTO
Rogámoste, Señor, por el estado de la Santa Iglesia y Prelados de ella; por la exaltación de la
fe católica, extirpación de las herejías, paz y concordia entre los príncipes cristianos,
conversión de todos los agonizantes y caminantes; por las benditas almas del purgatorio y
demás piadosos fines de nuestra santa madre la Iglesia. Amén.
V.- Bendita sea la Santa e individua Trinidad, ahora y siempre y por todos los siglos de
los siglos.
R.- Amen.
V.- Abrid, Señor, mis labios.
R.- Mi vos pronunciará vuestra alabanza.
V.- Gloria sea dada al Padre, Gloria al Eterno Hijo, Gloria al Espíritu Santo, Por los siglos
de los siglos.
R.- Amén. Aleluya.
ACTO DE CONTRICIÓN
Amorosísimo Dios, Trino y Uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en quien creo, a quien
adoro, en quien espero, y a quien amo con todo mi corazón, cuerpo, alma, sentidos y potencias;
por ser Vos mi Padre, mi Señor y mi Dios, infinitamente bueno y digno de ser amado sobre
todas las cosas. Me pesa, Trinidad Santísima; me pesa, Trinidad Misericordiosísima; me pesa,
Trinidad amabilísima, de haberos ofendido, sólo por ser Quien Sois; propongo y os doy
palabra de nunca más ofenderte y morir antes que pecar; espero en
vuestra Suma Bondad y Misericordia Infinita que me habéis de perdonar todos mis pecados,
y que me daréis gracia para perseverar en un verdadero amor y cordial devoción a vuestra
siempre Amabilísima Trinidad. Amén.
HIMNO
Ya se aparta el sol
ardiente:
Y así, oh luz perenne
unida,
Infunde un amor
constante
A nuestras almas rendidas.
En la aurora te alabamos,
Y también al mediodía,
Aspirando por gozar,
En el cielo de tu vista.
Al Padre, al Hijo y a Ti
Espíritu, que das vida,
Ahora y siempre sean
dadas
Alabanzas infinitas.
¡Oh Padre Eterno! Principio y fuente de todo bien. Increado, Ingénito, centro de toda
felicidad; me gozo de veros tan superior a todo lo creado, que mi entendimiento se pierde en
el océano de vuestras perfecciones infinitas. Permitid que unidos a los Ángeles, Arcángeles y
Tronos, celebremos vuestro inmenso poder. ¡Oh, Padre eterno! Fuera de vuestra posesión, yo
no veo otra cosa que tristezas y tormentos. por más que digan los amadores de la vanidad.
¿Qué me importa que diga el sensual que su dicha es el gozar de sus placeres? ¿Qué me importa
que también diga el ambicioso que su mayor contento es el gozar de su gloria vana? Yo, por
mi parte, no cesaré jamás de repetir, con vuestros Profetas y Apóstoles, que mi suma felicidad,
mi tesoro y mi gloria es el unirme a mi Dios y mantenerme inviolablemente junto a Él. Vos
sois mi única felicidad, mi tesoro y mi gloria. Haced que jamás me separe de Vos, para que
pueda siempre alabaros.
ORACIÓN AL HIJO
¡Oh Hijo divino! En todo igual al Padre, verdad inefable camino seguro y vida felicísima del
hombre; os glorifico por todos vuestros soberanos atributos, y os alabo por vuestras
misericordias infinitas. ¡Ay Jesús mío, que no he sido discípulo vuestro sino de nombre! Pero
queriendo ya serlo en realidad, permitid que una mi voz a la de las Dominaciones, Principados
y Potestades, y ensalce con ellas vuestra sabiduría infinita ¡OH, ¡cómo todo me parece
desabrido a vista de vuestros suaves atractivos! ¡Oh, cómo me parecen mentirosos y falaces
los discursos de los hombres, en comparación de las palabras de vida con las cuales Vos habláis
al corazón de aquellos que os escuchan!¡Oh, qué trato! ¡Qué belleza! ¡Qué luz! ...
¡Oh Verdad eterna, fuera de la cual yo no veo otra cosa que engaños y mentiras! ¡Ah! ¿Cuándo
será la hora en que Vos me hablaréis claramente en el seno de vuestra gloria?
¡Oh Espíritu consolador!, que procedéis del Padre y del Hijo, amor increado, manantial de
todas las gracias, centro de todas las dulzuras, y no obstante, tan poco amado. A lo menos,
me alegro del encendido amor con que os aman las Virtudes, los Querubines y Serafines. ¡Oh!
¡Quién pudiera amaros con todos los hombres de la tierra, como estos espíritus os aman en el
cielo! ¡Oh amor, oh don del Altísimo, centro de las dulzuras y de la felicidad del mismo Dios!
¡Qué atractivo para un alma el verse en el abismo de vuestra bondad y toda llena de vuestras
inefables consolaciones! ¡Ah placeres engañadores! ¡Cómo habéis de poder compararos con la
mínima de las dulzuras que un Dios, cuando le aparece, sabe derramar en un alma fiel? ¡Oh!,
si una sola partícula de ellas es tan gustosa, ¿cuánto más será cuanto Vos la derraméis como
un torrente sin medida y sin reserva. ¿Cuándo derramaréis vuestro bien como un torrente
sobre mi alma? ¿Cuándo será esto?, ¡oh mi Dios!, ¿cuándo será?
ANTÍFONA
A Ti, Dios Padre Ingénito. A Ti, Hijo Unigénito. A Ti, Espíritu Santo Paráclito. Santa e
individua Trinidad, de todo corazón te confesamos, alabamos y bendecimos, a Ti, Dios Padre,
Dios Hijo, Dios Espíritu Santo. Un Dios por los siglos de los siglos.
V.- Adoremos al Dios de las alturas.
R.- Alabémosle en la tierra sus criaturas.
ORACIÓN
Amabilísimo Señor, Dios uno y trino: dadnos continuamente vuestra gracia, vuestra caridad
y la comunicación de Vos, para que en tiempo y eternidad os amemos y glorifiquemos, Dios
Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, una deidad, por infinitos siglos. Amén.
GOZOS A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Interminable bondad,
suma esencia soberana,
de donde el bien nos dimana,
Santísima Trinidad:
pues tu divina piedad
pone fin a nuestro llanto,
Ángeles y Serafines
Dicen Santo, Santo, Santo.
Santísima Trinidad,
Una Esencia Soberana
de donde en raudales mana
la Divina Caridad,
de Tu inmensa Majestad,
ante el Trono Sacrosanto,
Ángeles y Serafines
Dicen Santo, Santo, Santo.
Gózate, pues, tu luz pura,
Con ser tan esclarecida,
No llega a ser comprendida
Por alguna criatura:
Por eso al ver tu hermosura,
Con sagrado horror y espanto,
Ángeles y Serafines
Dicen Santo, Santo, Santo.
De la súbita muerte,
del rayo de la centella,
libra este Trisagio, y sella
a quien le reza y advierte,
que por esta feliz suerte
en este mar de quebranto,
Ángeles y Serafines
Dicen Santo, Santo, Santo.
De la guerra fratricida,
que ensangrienta nuestro suelo,
el Trisagio, Don del Cielo,
nos preserva con su acogida;
y en dulce paz bendecida,
suba hasta Dios nuestro canto.
Ángeles y Serafines
Dicen Santo, Santo, Santo.
Es escudo soberano,
de la divina Justicia,
y de la infernal malicia
triunfa devoto el cristiano:
y hace que el dragón tirano
huya con terror y espanto,
Ángeles y Serafines
Dicen Santo, Santo, Santo.
V.- Bendita sea la Santa e individua Trinidad, que todas las cosas crea y gobierna, ahora y
siempre por infinitos siglos de los siglos. Amén. Bendigamos al Padre y al Hijo con el
Espíritu Santo.
ORACIÓN
DEPRECACIÓN DEVOTA
A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
V/. Espíritu Santo, infinito Dios, Santísima Trinidad y un solo Dios verdadero.
R/. Toda criatura te ame y glorifique.
V/. Por lo mucho que os agradan las almas que son devotas de vuestra Santísima Trinidad.
R/. Líbranos, Trino Señor.
V/. Por el gran amor con que libráis de males a los pueblos donde hay algún devoto de
vuestra Trinidad amable.
R/. Líbranos, Trino Señor.
V/. Por la virtud divina que en los devotos de vuestra Trinidad Santísima reconocen los
demonios contra sí.
R/. Líbranos, Trino Señor.
V/. Que acertemos a resistir al demonio con las armas de la devoción a vuestra Trinidad.
R/. Te rogamos, óyenos.
V/. Que hermoseéis cada día más con los coloridos de vuestra gracia vuestra imagen, que
está en nuestras almas.
R/. Te rogamos, óyenos.
V/. Que todos los fieles se esmeren en ser muy devotos de vuestra Santísima Trinidad.
R/. Te rogamos, óyenos.
V/. Que todos consigamos las muchas felicidades que están vinculadas para los devotos de
esa vuestra Trinidad inefable.
R/. Te rogamos, óyenos.
V/. Que al confesar nosotros el misterio de vuestra Trinidad se destruyan los errores de los
infieles.
R/. Te rogamos, óyenos.
V/. Que todas las almas del purgatorio gocen mucho refrigerio en virtud del misterio de
vuestra Trinidad.
R/. Te rogamos, óyenos.
Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, líbranos, Señor, de todo mal. (3 veces)
¡Oh, Dios Mío! Trinidad a Quien adoro. Ayúdame a olvidarme totalmente de mí para
establecerme en Ti, tan inmóvil y tranquilo (a), como si ya mi alma estuviera en la eternidad.
Que nada pueda turbar mi paz ni hacerme salir de Ti, ¡oh, Inmutable!, sino que cada minuto
me sumerja más en la hondura de Tu Misterio. Pacifica mi alma, haz de ella Tu cielo, Tu
morada de amor y el lugar de Tu descanso. Que ella nunca Te deje solo, sino que esté ahí con
todo mi ser, todo despierto en fe, todo adorante y completamente rendido a Tu Acción
Creadora.
¡Oh, ¡mi Cristo Amado, Crucificado por amor! Deseo ser enteramente Tuyo (a); ser uno (a)
con Tu Sagrado Corazón. Quisiera cubrirte de Gloria, quisiera amarte, hasta morir de amor,
pero como siento mi incapacidad, Te pido que me revistas de Ti Mismo, que identifiques mi
alma con todos los movimientos de Tu Alma, que me abrumes, que me poseas, que me
substituyas por Ti, para que mi vida no sea sino una irradiación de Tu Vida. Ven a mí como
Adorador del Padre, como Restaurador y como Salvador.
¡Oh, Verbo Eterno, ¡Palabra de mi Dios! Quiero pasar mi vida escuchándote, quiero
volverme totalmente dócil, para aprenderlo todo de Ti. Entonces, a pesar de todas las noches,
de todos los vacíos y de todas mis impotencias, quiero fijar siempre la mirada en Ti y morar
en Tu Inmensa Luz. ¡Oh, Astro mío querido! Fascíname para que ya no pueda salir de Tu
Esplendor.
¡Oh, Fuego Consumidor, ¡Espíritu de Amor! Desciende sobre mí para que en mi alma se
realice una nueva encarnación del Verbo: Que yo sea para Él una prolongación de Su
Humanidad Sacratísima, en la que Él renueve todos Sus Misterios. Y Tú, ¡oh, Padre!, inclínate
amorosamente sobre esta pobre criatura Tuya, cúbrela con Tu Sombra, no veas en ella sino a
Tu Hijo Predilecto, en Quien tienes todas Tus Complacencias.
¡Oh, mis Tres, mi Todo, ¡mi Bienaventuranza, Soledad Infinita, Inmensidad en que me
pierdo! Yo me Consagro a Ti como un (a) preso (a). Sumérgete en mí, para que yo me sumerja
en Ti, hasta que vaya a contemplar en Tu Luz, el Abismo de Tus Grandezas. Amén .
Te rogamos Señor, por el estado de la Santa Iglesia y prelados de ella, por las intenciones del
Santo Padre, por la exaltación de la fe católica, extirpación de las herejías, paz y concordia
entre los cristianos, conversión de todos los infieles, herejes y pecadores: por los agonizantes
y caminantes, por las benditas almas del purgatorio, por el aumento de la devoción a los
Sagrados Corazones de Jesús y María, y demás piadosos fines de nuestra Santa Madre
Iglesia. ¡OH beatísima Trinidad!, os doy palabra de procurar con todo esfuerzo y empeño
salvar mi alma, ya que la creasteis a vuestra imagen y semejanza y para el cielo. Y también
por amor vuestro procuraré salvar las almas de mis prójimos.
Para salvar mi alma y daros gloria y alabanza, sé que he de guardar la divina ley. Os doy
palabra de guardarla como la niña de mis ojos, y también procuraré que los demás la
guarden.
Aquí, en la tierra, me ejercitaré en alabaros, y espero que después lo haré con más perfección
en el cielo; y por esto, con frecuencia rezaré el Trisagio y el verso: Gloria al Padre, al Hijo y
al Espíritu Santo. Y también procuraré que los demás os alaben. Amén.