Tecnología e Informática Grado 9

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TECNOLOGÍA E INFORMÁTICA GRADO 9°

ACTIVIDAD # 2: CONDUCTA DE ENTRADA

Realice la siguiente lectura y al finalizar responda el taller de forma personal


en su cuaderno

EL DEBER CUMPLIDO

"¡Dios Santo! No quiero seguir pensando en eso; es que estoy... ¡Eso es!, estoy
nervioso. No quiero saber más de este asunto. Con la ayuda de Dios, me consigo una
pensioncita y me retiro.
¡Diantre!, yo... yo no quería... yo sólo... ¿Será que soy blandito como dice el teniente?
¡Qué escalera más larga! Bueno, ya llegué !Qué porquería..! No. No debo de hablar
así. Yo no acostumbro a expresarme de esa forma. ¿Estarán todas esas personas
esperando al... al médico? ¡Qué médico ni que ocho cuartos, es un siquiatra y se
acabó! Bueno, si puedo pensar, en forma clara y lógica, como lo hago, entonces estoy
bien; es decir, estoy completamente cuerdo; sí, sí, tal vez un poco nervioso... ¡Aunque
cualquiera se pone así! Uno se entretiene en... en el... en ese trabajo, y... Deja
sentarme, mirar alguna revista, leer algo. Cualquier cosa para matar el tiempo.
¿Matar? ¿Por qué no puedo olvidar esa maldita palabra!" -¡Porquería! -Perdonen
señores; perdone usted señorita. Fue un pensamiento en voz alta; ¡perdóneme!
“Déjame hojear esta revista. ¡Qué metida de pata! Siento como si todos me estuvieran
mirando. Cerveza Schaeffer es la mejor cuando... Una palabra se le zafa a cualquiera.
La cuenta Ideal es... El reloj irrayable... La salchicha del sabor... Tome Pepsi... Me
están mirando; yo sé que me están mirando; pero no los voy a mirar. ¡Anuncios! ¡Qué
muchos anuncios! Bueno, aquí hay algo: Diez síntomas que anuncian la infidelidad de
su pareja. Interesante título. Aunque, eso no va conmigo; pero, hay que leer de todo,
pues como dice el refrán, Cuando uno está de malas hasta la mujer... ¡Ah!, llamaron a
otro; pronto llegará mi turno. ¡Dios mío! No hago nada más que estar un ratito sin
hacer nada y vuelvo a pensar en... ¡y no quiero! Fue una equivocación; esas cosas
pasan. Me acuerdo de la vez que cogí al hijo del senador con estupefacientes.
Bueno, eso de meterse uno con los de arriba, de que me trasladaran a Vieques o a
Culebra, a la verdad que no me agradaba; en esta vida el pez grande se come al más
chiquito. Lo del hijo del senador había que dejarlo quieto. ¡Claro que cogí mi ayudita!
Turnos de día, cero plantón, cero quemarse en el tráfico del medio día con el sol
pegado a la espalda... ¡No señor! Mejor el patrullaje en auto, y, bueno, había que
cobrar el favorcito. Después de todo, ¡allá Marta con sus pollos!, el que quiera
drogarse que se... ¡Tan bien que me iba! ¡Qué más podía pedir, con seis años en la
fuerza y sargento. ¡Lo qué son las cosas, tener que pasarme esto! ¡Esa mujer, qué
linda es! La verdad es que tiene unas piernas... ¡qué si yo... Yo soy un hombre joven y
tengo la vida por delante... Con la pensión que el Fondo del Seguro me apruebe y lo
que reciba del Seguro Social, se vive bien; y esto es pa' seguida, pues por los nervios
no hay que someter tanta evidencia. Los siquiatras con tal de mantener el negocito...
¡jum! ¡Olvídese usted!, que en este país todo se compra; y yo no soy el único que...
Bueno, para mí lo primero es la salud; aunque en este trabajo que tengo siempre se
tiene la vida en peligro. ¿Tengo? ¡Tengo no, tenía! Tenía porque lo que soy yo
aprovecho, y... Hay que pensar siempre positivo; todo me va a salir bien. ¿Claro
que...”
-Sí gracias. ¡Ay!, lo siento, creía que era por esa puerta. Sí, sí, ya sé. “¡Cómo se gana
los pesos este médico!, con aire acondicionado alfombras a todo lujo...”
-Gracias, ¡Sargento Riollano para servirle! No, de Comerío; del Salto de Comerío. Mi
familia todavía vive por allá. Bien doctor, lo que pasa es que odio a la gente que quiere
pasarse de la raya. Ese tipo era de esos... usted sabe, había una huelga, yo... yo, yo...
bueno, aquel día en la mañana... dio un discurso frente a los portones de la empresa y
allí habló pestes del Cuerpo; o sea de la Uniformada. ¡Nos embarró como le dio gusto
y gana! Dijo que nosotros éramos peones de los ricos. Que estábamos en contra de
los trabajadores y en contra de nuestros propios intereses. ¡Y qué cosa!, nos llamó
obreros; sí, dijo que éramos obreros; que vivíamos engañados, que los ricos nos
usaban, que nos ponían a pelear entre nosotros mismos; que... ¡No le digo qué ese
tipo era subversivo! Sí, ¡un verdadero comunista! ¿Yo? Yo soy católico. Soy de los
Caballeros de Colón, y, creo... ¡Creo no! ¡Estoy convencido! ¡Convencido de que los
Comunistas, los Aleluyas, y los Pipiolos lo que quieren es destruir a nuestro país! Yo
no; yo lo que quiero es defender la democracia. Siempre lo he hecho. Cuando era
adolescente fui miembro del Civil Air Patrol. Cuando llegué a adulto serví en el U.S.
Army; y cuando me licencié, ingresé en la Policía; a luchar por la ley y el orden; por la
democracia. Yo soy americano. Americano de clavo pasao.
Vivo orgulloso de ser ciudadano de los Estados Unidos. ¿Sabe, yo estuve estacionado
en Fort Brag? Yo he visitado varias ciudades allá en el norte. No, no he visitado ningún
otro país. Pues, me licenciaron un poco antes de tiempo; bueno, usted sabe... yo sólo
hablaba un poco el Inglés; y no lo sabía leer ni escribir. Ese tipo era peligroso doctor.
Lo sé; porque en la academia...
No, no me refiero a esa, me refiero a la Academia de la Policía; allí nos mostraban
películas de cómo son esos agitadores. Además me había caído mal con lo del
discursito. Yo no soy un obrero. ¡Soy un profesional! Porque ser policía es ser un
profesional. ¿Entiende? Obrero es el que no es profesional. Bueno, sí, me encuentro
un poco nervioso; es que nunca había... Bueno, de vez en cuando daba mi bofetada o
uno que otro macanazo; pero eso era antes de ser sargento. Desde que me
ascendieron, usted sabe, ya uno no tiene necesidad; uno manda. ¿El próximo viernes?
Está bien. Gracias por su ayuda. Sí, en la farmacia del Fondo del Seguro. Una cada
seis horas. Bien, bien, pues... gracias.
“¡Caramba! ¡El doctorcito era buena gente; me va a recomendar favorablemente para
la pensión! La oficina tiene su lujo; pero a la verdad que para estudiar medicina hay
que quemarse las pestañas por largo tiempo. Tiempo... ¡Jum! tiempo es lo que me
sobra a mí. Mucho tiempo...
Todo el mundo tiene su lado flaco; el día que le robaron los vasos y los candelabros
del altar de la iglesia al Cura, hasta el teniente pegó freno... En verdad me sorprendió
cuando lo hizo, porque cuando supimos que los ladrones no habían respetado ni el
sagrado templo y que se habían robado hasta el cáliz de la comunión, nos dio tanta
rabia que... Bueno, recuerdo que el teniente me ordenó que le buscara a otros dos
agentes más; para que juntos le arregláramos el asuntito ese al sacerdote; fue
entonces, cuando el Padre Cura dijo que los cacos vivían en Canales; sí, ¡en el
caserío Nemesio Canales! A la verdad que yo no había visto nunca al teniente
tartamudeando. La cosa fue que pegó un frenazo que por poco deja las guaretas en la
brea.
Allá convenció al Padrecito de que para entrar al Caserío Nemesio Canales se
necesitaba la Fuerza de Choque de la Policía; que Canales era territorio de nadie; y
que él no deseaba arriesgar la vida de sus hombres. Y... ¡Y ese fue el mismo que me
llamó blandito por lo de la huelga! ¡Blandito! ¡Más blandito es él que... ¡Ja! El Cura se
quedó con la cara estirada, sin cáliz y sin candelabros. ¿Blandito? ¡So pendejo! Lo que
pasa es que cada cual sabe cómo se bate el cobre; esos tipos de Canales no se
quieren pa' na'; te limpian el pico sin encomendarse a nadie; y al otro día te
encuentran con la boca llena de hormigas en un pastizal. ¡Y por el sueldo que a uno le
pagan...!
¡Pobre infeliz, yo nunca quise... Le dije que se callara; se lo grité una y otra vez;
pero siguió hablando y hablando. Todo porque ordené que se protegieran a los
que querían entrar. Bueno, yo sabía que no eran empleados regulares, pero
eso a mí me importa un pepino. El que quiera su trabajo que trabaje y que no
se ponga a piquetear. Aquella mujer sí que era tremenda artista; la verdad es
que una cosa así para pasar un día completo echado... ¡no tiene precio! El
mismo se lo buscó por seguir bembeteando; por no querer callarse, por eso...
¡Suerte que con la ayuda de mis compañeros todo quedó bien! Fue... un tiro que se le
zafó a uno de los huelguistas.
El caso se cerró y pa'lante. Bueno, no puedo quejarme; después del problemita, el
Club Rotario me seleccionó Ciudadano del Año. Estoy a punto de pensionarme; y lo
más importante es que la pensión no me impide conseguir algunos pesos adicionales
con las chiripas que pueda hacer aquí y allá. Todo eso, más los cupones para
alimentos; y con las conexiones que tengo... ¡Bueno para algo hice mis favorcitos! Lo
del muerto fastidia; pero, sé que lo olvidaré; después de todo, no soy el primero. Todo
es cuestión de tiempo. Cuestión de tiempo y del tratamiento...”

ACTIVIDAD DE CLASE
Una vez leído el Cuento, reflexione y conteste:

1. Vienes con unos conocimientos de la básica primaria, menciona que cosas


sabes acerca de los Computadores

2. Como el título del cuento dice: “EL DEBER CUMPLIDO”, Qué harás este
año para que al terminar cada una de las clases de Tecnología, tú digas:
“he cumplido Mi deber”

3. Qué cargo tenía Diantre en su carrera militar y recuerda que tu cargo este
año será: “estudiante”, menciona 5 cosas que realizarás para ser un buen
estudiante de Tecnología:

4. Diantre acudió al médico para buscar solución a los problemas que lo


aquejaban, menciona 5 cualidades que necesitas que tu maestro tenga
para poderle entender y lograr los objetivos propuestos

5. Con tus palabras, cuenta, cual es el mensaje real del cuento que acabaste
de leer, llamado el deber cumplido.

6. Transcribe el último párrafo del Cuento y después de hacerlo, contesta: ¿si


por casualidad en este primer periodo no te va muy bien, que promesa te
harías a ti mismo para mejorarla?:

7. Escribe 10 actividades que tú te imaginas y te deberían enseñar durante


este año lectivo.

8. Realiza un dibujo alusivo al cuento

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