Humboldt y La Educación

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Tendencias de la literatura alemana

sobre Colombia
APUNTAMIENTOS BIBLIOGRAFICOS

Escribe: ARNE VON FRANQUE

Hace algún tiempo, en crítica que hicimos a un libro co-


lombiano sobre Alemania, tuvimos la oportunidad de constatar
que un buen libro colombiano sobre Alemania lo mismo que un
buen libro alemán sobre Col01nbia quedan por escribirse ( 1).

Ampliamente se conocen cuán estrechos han sido siempre


los lazos culturales entre Colombia y Francia, especialmente en
el siglo XIX; y cómo muchos colombianos hicieron, y todavía lo
hacen, el tradicional "viaje de formación a Europa", no siendo
raro que hicieran publicar sus escritos en la añorada Ciudad
Luz.

A pesar de esto, una fila de alemanes geógrafos, geólogos,


mineralogistas, etc., y muchos investigadores de las Ciencias
Exactas -como fue, por ejemplo, Alexander von Humboldt, cu-
yo bicentenario se celebra este año- encontraron en América
del Sur, y naturalmente en Colombia, un campo fructífero para
sus estudios. Pero, los r esultados de tales investigaciones suelen
desaparecer en las revistas especializadas que solo están al al-
cance de un público limitado o, empolvándose en bibliotecas,
institutos y universidades.

En verdad, no nos importa aquí la literatura científica pura


y profesional, sino los libros populares que se publican para el

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gran mercado gener al, que tienen innumerables lectores en los
diferentes círculos interesados, y que estampan, con J)rofundi-
dad, su imagen y su concepto.

Al r especto, no se puede dejar de lado el importante f enó-


meno geográfico, que imprescindiblemente afecta las r elaciones
ent re Alemania y Colombia; porque, por él, los europeos ven a
Colombia y al continente americano, como ultr~mar, tierra leja-
na, separada por todo un océano.
Antes de la er a del yet, un viaje a Ultramar duraba largo
tiempo, y de ello nos dejan testimonio los viajeros e investiga-
dores europeos, quienes siempre lo han visto como un reundo ex-
traño que ni geográfica ni culturalmente ha estado cerca de
Alemania.
Tradicionalmente, los alemanes aprenden inglés, poniéndo-
se cerca del mundo anglo-sajón, también un poco de francés,
pero, su español y su italiano pertenecen aún a limitadas excep-
ciones de personas, generalmente adineradas; sin embargo, ni
éstos sienten la unidad cultural del mundo románico y Latino-
, .
amenca.
Entonces, no es fantástico que Colombia haya quedado " tie-
rra lejana" para la mayoría de los alemanes, ya que, para ellos,
Chile, Brasil o Argentina estaban más cerca geográficamente:
en términos simples "Argentina solamente está situada en la
otra orilla del Océano Atlántico"; y, por lo tanto, encontró un
enorme influjo europeo, del ·cual nos sirve de espejo la migra-
ción, que ya es bastante conocida.
Mientras tanto, Colombia está situada "Más allá de las
Guayanas", "más allá de Venezuela", "perdida en los monumen-
tales macizos de los Andes"; y si hoy el númer o de emigrantes
alemanes es considerable. . . para quienes se quedan en Alema-
nia, Colombia sigue siendo una idea lejana. Dos títulos de libros
pueden aclararnos este hecho:
Kathleen Romoli publicó en 1941 el libro Colombia, gateway
tu South America (2). Para el norteamericano, Colombia geo-
gráficamente está situada, ineluctablemente, en el propio eje
óptico hacia el sur; descontando sus r esentimientos, el estado-
unidense se siente good neighbour, buen vecino, de los latino-
americanos por ser habitante del mismo continente. Si viaja a

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esos países vecinos, no atraviesa algún océano, pasa por Méjico
y Centroamérica, ipso facto pasará por Colombia en su camino
hacia América del Sur.

Ello explica el auge de la literatura estadounidense sobr e


Colombia, la dedicación a estudios serios, a ensayos. En 1938,
por ejemplo, se publicó la traducción de la Historia de Colom-
bia por Henao-Arrubla (3), para usarse como manual requerl...
do en los E stados Unidos. Hoy en día, los estudios histórico po--
líticos de Colombia se encuentran, generalmente, en los E st ados
Unidos ; destaquemos los de Galbraith, Fluharty, Martz, Holt,
Dix, Payne, Bushnell, etc.. . . ( 4). El punto es tal que en Co-
lombia, objeto de tales estudios, deben esperarse luengos años
hasta que se traduzcan esas investigaciones básicas: después
de siete años, la Universidad Nacional publica la traducción del
libro de J ohn D. Martz, escrito en 1962 ( 5).

Esto no es otra cosa en Alemania. U na Bibliografía sobre


política e historia contemporáneas de Ib eroamérica (6), elabo-
rada en 1965 según los fondos de bibliotecas en tres ciudades
universitarias de Alemania Occidental, señala como especiales
obras sobre Colombia dieciséis títulos, de los cuales cinco son
anglo-americanos, y el resto colombianos; no obstante, están
allí por adquisición casual de dichas bibliotecas y, tal '-'ez, por
el obsequio de autores o entidades colombianos.

Colombia, como Latinoamérica en su conjunto, queda al do-


minio de la investigación norteamericana y, debido a E:sos r e-
cursos generosos y a sus instituciones, muchos asuntos colom-
bianos se estudian mejor en las universidades y bibliotecas es-
tadounidenses que en la misma Colombia. Seguramente se debe
a razones políticas, pero, en primera instancia, a razones geo-
gráficas: fácilmente para los Estados Unidos, Colombia signi-
fica el portón de Suramérica. Y ¿qué significa Colombia para
los europeos? Con esta pregunta entramos al segundo título de
libro.

En el año de 1938, en el mismo tiempo de Kathleen Romoli,


Gertrude Schreitter-Schwarzenfeld publicó en alemán un libr o
intitulado Tierra lejana, cuadros de un viaje por Colombia (7).
La diferencia de los t ítulos nos parece r elievante y significati-
va; mientras E stados Unidos empezaba la seria investigación
histórico-política, económica y socio]ógica de Latinoamérica, los

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europeos seguían viendo este continente como una aventur a pa-
ra viajeros, como ultramar, como "tierra lejana" ...

N o estamos seguros de que este libro se haya publicado al-


guna vez en Colombia, pero creemos que sin temor se puede in-
cluír en la rúbrica de libros sobre Colombia raros y curiosos, re-
comendables para la lectura.
. . . Estados Unidos publica la obra de Henao-Arrubla para
darle al interesado lector estadounidense un compendio de la
historia colombiana y para hacerle entender más fácil los fun-
damentos de los, entonces, actuales problemas políticos de Co-
lombia. Y, Gertrude Schreitter-Schwarzenfeld viaja a Colom-
bia y hasta, casualmente, acompañó a Alfonso López en &us cam-
pañas electorales, pero particularmente se limitó a preguntar,
a sus compañeros de viaje, quién era ese h ombre que parecía re-
presentar una rara mezcla del caudillo suramericano, según la
imaginación de la autora, y el formado político europeo; sin dar-
se cuenta que las elecciones de 1934 significaban un cambio fun-
damental en la estructura política de Colombia. En síntesis, la
autora no ve todo esto y se reduce a describir su vida en la Sa-
bana de Bogotá, dentro de un ambiente lluvioso, gris y tan de-
presivo que llega a corr esponder a la puna del Alto Perú.

Ciertamente, la Sabana ha cambiado su faz en estos últi-


mos treinta años, llegando a ser Bogotá una metrópoli, ya de
millones de habitantes. Sin embargo, el lector se cuestionará qué
fuerte habrá sido la impresión dejada de aislamiento, soledad
y olvido. E sta impresión de extraño, exótico, nunca vivido, del
lector europeo, se subrayó al ver las bonitas ilustr aciones del
libro en mención, que no muestran una ciudad, Bogotá, sino mu-
jeres indias en las carreteras y mercados de los pueblos vecinos.
Como "tierra lejana" va quedando Colombia y todo el subconti-
nente, enfatizándose más este desconocimiento con la forzosa
separación comunicativa que dej ó la Segunda Guerra :MundiaL

Ahora, ¿quién escribe sobre Colombia? N o se conoce una


información más amplia de la que divulgan los círculos comer-
cialmente interesados, como por ejemplo la de manuales, direc-
torios, etc., y el bien conocido Manua,l I bero A mericano, editado
por un instituto hamburgués (8).
Otras, son las de los investigadores en campos específicos,
cuya literatura, como hemos dicho antes, no puede hallar aco-

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gida dilatada. Las de los viajeros, literatura que, como en si-
glos pasados, está mandada a recoger.

Y, en fin, las de los periodistas, que probablemente son hoy


quienes aportan la mayor parte de la literatura sobre América:
Ernst Samhaber se convirtió, de periodista, en uno de los más
profundos conocedores e historiadores de Latinoamérica (9).
N o siempre las peor es obras salen de la pluma de los periodis-
tas, tampoco las mejores, y este es un límite propio de la profe-
sión; el periodista presenta sus noticias en forma conrlensada,
actualizada y en un estilo agradable ; pero, en general, no dis-
pone de tiempo ni de dinero ilimitados, que le permita n dedi-
carse al intenso estudio de un objetivo. A menudo, los periodis-
tas viajan por todo el continente, sacando sus informaciones de
manuales, que de por sí ya contienen errores; si permanecen en
un determinado país, lo hacen por corto tiempo. Consecuente-
mente, tienen que producir descripciones híbridas, mezclas de
"conocimientos" de manual y de impresiones muy ligeras y sub-
jetivas.

Lógicamente, tendremos diferentes valoraciones, a veces


justas a veces tergi versadas. P ara ambas hay ejemplos :

Creemos que el libro El continente negro-blanco-rojo de


Herbert Wendt (10), nos ofrece un cuadro bien equilibrado de
la realidad latinoamericana. El libro V einte veces L atinoamérica
del francés Maree! Niedergang, publicado allí mismo en traduc-
ción alemana (11), también se ha hecho conocido aquí, en círcu-
los más amplios.

Refiri éndonos al capítulo descriptivo sobre Colombia, que


Peter Grubbe deja en su libro Latinoamérica, a la somb1·a del
cubano (12), debemos confesar que nos satisface poco.
Sin terminar acá, es interesante descubrir que la literatu-
ra científica ha tenido que basarse en tales libros, por falta de
algo mejor, y de ellos ha r ecogido h echos y conceptos falsos, que
luego toma la literatura no científica. Esto se puede comprobar
en una nota de pie de página, encontrada en un libro de Boris
Goldenberg ( 13) .
Continuando, en la descripción periodística no se reprocha
que vibre un poquito de peripecias y sensacionalismo. Hasta más
allá, es decir hasta los extremos, llega el periodista Ulrich

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Schippke, como puede apreciarse en el título de su libro Tierra
caliente, entre indios, policías y bandoleros (14), publicado
en 1962.

Ni los libros infantiles se libran de semejantes tendencias;


uno de la ubérrima Editorial Franz Schneider narra las aven-
turas de un chico alemán en "tierra lejana", quien cae en las
manos de un corrupto alcalde de un pueblo del. Bajo Magdalena.
¡ Cómo sería de alentador un libro infantil que narrara la
vida de un nino colombiano en un pueblo, o una ciudad! Lástima
que tal vez no lo conozcamos.

Los libros de Werner Hopp (15), que también se conocen


aquí, aparentemen te han tenido siempre buena acogida. El au-
tor reunió material en sus viajes de investigación y recolección
por la selva amazónica; no es de extrañar que sus libros refle-
jen un mundo de aventuras, aún desconocido por la mayoría
de los colombianos, y que reciban tanto interés.

Parecido es el caso de Otto Schreiber (16), conocido como


"Don Otto" entre sus amigos colombianos, quien buscó una vida
aventurera y la encontró en las llanuras del río Magdalena, en
pequeños pueblos, en haciendas abandonadas y en el propio pá-
ramo de la Cordillera Central. "Don Otto" nos pinta su riquísi-
ma vida de aventuras; claro que sin bosquejar algún concepto
general sobre Colombia, siendo reconocible que no era su in-
tención.
De todos modos, nos parece más delicado el caso de que cuan-
do uno ha vivido por prolongado tiempo en este país, se ha en-
frentado con la realidad, y ha sentido la ardiente problemática
de la vida económica urbana, puede dar un concepto general
fundamentad o, y, sin embargo, absurdament e nos precipitamos
al mero sensacionalis mo. . . Desafortunad amente, llegamos a un
libro cuya circulación se espera que cese. N o está escrito por un
alemán, sino por un estadouniden se, pero también se presenta
en una traducción alemana de la Editorial Paul List de Munich.
Se trata de Los violentos; misión en Colombia, escrito por J ohn
Henry Mueller (17).

El autor ha trabajado durante los últimos años, como in-


geniero, en la ampliación del puerto de Buenaventura . Sus li-
bros aparecen como paralelo de sus misiones y como fruto de

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ellas -¿tendrán las mismas calidades?-. El índice de sus obras
nos da quince libros entre 1940 y 1967; ejemplos : Libia, arena,
sangre y viento del desierto, 1941; E xtasis del petróleo en Cu..
vait, 1958 ; Hombre entre el mar y el desierto; Job caliente en
Israel, 1967; este último sobre la construcción del puerto Eilat
en el golfo de Acabá. Los libros no los conocemos, pero espera-
mos que se distingan del que nos ocupa ...

. . . , que en la primera página trae ya la "frase magnífi-


ca": "Aunque en Bogotá jamás se sale de la casa sin pistola o
r evólver, si uno está invitado al Hotel Tequendama debe entre-
gar esa artillería al jefe de recepción". Precisamente , se refiere
al 9 de enero de 1967, día en el cual fue infalible que se paseó
por Bogotá, sin pistola en el bolsillo. Así podemos seguir sin ne-
cesitar detenernos en detalles. Llama a un capítulo "Bandole-
ros", a otro "Asesinos, contrabandist as y rateros", no faltando,
siquiera, las "historias" de los viajes dificilísimos, de los avio-
nes que se caen del cielo, de los carros saqueados, de las "des-
leales" muchachas del servicio doméstico ... etc. Indudablemen-
te, el autor posee un estilo fácil y de suspenso, pero estimamos
que este libro, por su punto de vista y sus sofismas, es desorien-
tador y ofensivo.

Su punto de vista es el de un t ípico "gringo", quien en el


exterior provoca conscientemen te el odio.

Los habitantes del país anfitrión son principalment e ton-


tos, perezosos y de "astutos" hasta "criminales"; el país no sir-
ve sino de relieve para las aventuras y el "job". "Si se trata de
US$ 10.000, tengo un cuello muy cor to", dice en la página 59,
queriendo significar que otra cosa no le importa. Un país de
·20.000.000 de habitantes, en desarrollo y en dura lucha contra
sus problemas, ha sido objeto de estudios sobre sus reformas
como los de Lauchlin Currie o Richard Musgrave. Entre tanto,
para este ingeniero la construcción de un puerto no representa
un apoyo al desarrollo económico, sino un "job", escogido entre
varios que le habían ofrecido; y sus relaciones con el anfitrión,
exceptuando la familiaridad y la fraternidad que suenan tan
falsas, se sintetizan en el desprecio del super-hombre, .formado
en una civilización, que vive "en el mejor bungaló de Buenaven-
tura con 800 libros y 500 discos", frente a los aborígenes de la
selva.

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Este libro, tan interesante y jocoso, se ha escrito inciden-
talmente, y para el inexperto lector europeo del siglo XX es un
concepto absolutament e postizo de Colombia; por eso deplora-
mos s u publicación en Alemania.

Si se lo publicara en Colombia, no sería raro que renacie-


ran, y con razón, los resentimiento s contra los "gringos", que
con mucho esfuerzo se han querido superar.

Creemos haber mostrado, sin dar una reseña completísima ,


que la literatura corriente acerca de Colombia, y que todavía
se lee en Alemania, la describe como la eterna "tierra lejana",
un país de avent uras y sen saciones, que r ecorren andantes y pe-
riodistas.
Una seria descripción completa de la r ealidad socio-política
colombiana escrita en lengua alemana, n o n os es conocida. Aca-
so, en comienzo, encont r emos algo en los manuales sobre Latino-
américa, que poco a poco tienen más divulgación, gracias al in-
terés creciente por esta zona. Al r especto, tendremos que desta-
car las publicaciones sobr e Suramérica, de editoriales de libros
de bolsillo ( 18).

* • •
Ya en este plan, debemos hablar de otra tendencia, comple-
tamente nueva, que empieza a dominar e influír en la lite-
r atur a sobre Latinoaméric a, y que despier ta un interés especial
en la generación joven. Ella no es la vista del aventurero, sino
el entendimient o de que este continente se encuentra en una
marcha extraordinari a par a solucionar sus problemas sociales y
políticos fundamentales.
Fidel Castr o, con su experimento cubano, y la vida y muer-
te de Ernesto "Che" Guevara han hallado un sentido excepcio-
nal, particularme nte en el estudiant ado, y entran en un proceso
de idolización y heroización.
Debido a ese mismo sentido los estudiantes persiguen la li-
teratura sobre la izquierda radical y los movimientos guerrille-
ros latinoamerica nos, primordialme nte de Colombia. Podría de-
cirse que la figura de Camilo Torres, el "Che" Guevara colom-
biano, goza entre los estudiantes europeos de la misma popu la-
ridad que entre los colombianos.

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La Editorial Rowohly ha publicado una compilación de 234
páginas, en edición de bolsillo, titulada Camilo T orres, del apos-
tolado a la gue1·rilla; artículos y proclamas (19), agosto de 1969,
y ya podemos imaginar el amplio círculo de lectores que ha en-
contrado.
En la Editorial Furche de H amburgo se publicó Camilo T o-
n·es, sacerdote, guerrillero; descripción, c¡,nálisis, docu1nentos, de
Hildegard Lüning (20).
Y hasta en per sonaje de novela se ha convertido Camilo
Torres; el holandés Wim H ornman publicó, poco después de la
muerte de Camilo, una especie de biografía novelesca con el tí-
tulo de El rebelde, Editorial J. H. Gotmer de Haarlem, que re-
cientemente apareció traducida al alemán, con el título de El sa-
cerdote gue1·rillero, novela sobre Camilo Torres 21.
La violencia en Colombia, de Guzmán Campos, no se ha edi-
tado en traducción alemana, según sabemos, pero es conocida
en los círculos interesados e informados. Pues, el flujo de interés
por los conflictos políticos, que llegan hasta la violencia, es muy
fuerte; por consiguiente, nos parece a veces como si esa nueva
literatura se estuviera deslizando en conceptos equívocos, y que
el entusiasmo, de las antiguas juventudes, por las aventuras de
"tierras lejanas" se convirtiera en entusiasmo ideológico que, a
menudo y del mismo modo, se aleja de la realidad, proporcio-
nando nuevos conceptos falsos.
Pensamos que el Diario de un guerrille1·o, de autor anóni-
mo, editado por Ediciones Seuil en París, con un prólogo de Ar-
mando Gatti, se ha criticado aquí, aunque no se ha publicado.
El libro apareció en Alemania este año, traducido aparentemen-
te de la edición francesa por Ingeborg Elsterer para la Edito-
rial Christian V\Tegner de Hamburgo (22). A quien conoce un
poquito a Colombia, le molestarán las superficia les notas de pie
de página, por ejemplo ... Comuneros: guerrilleros en la gue-
rra de la Independencia colombiana contra los españoles (Pág.
11); Caudillos: conductores de los comuneros (Pág. 14); Pa-
jat·os (sin tilde) : bandoleros que están al servicio de los caci-
ques [jefes de los indios de América Central y del Sur] (sic!)
o del gobierno, y que matan a quienes, según su opinión, no es-
tán ligados al movimiento, o no pertenecen a él (Pág. 39) ; etc.
N o sabemos si estos descuidos ya se encontraban en la edición
francesa.

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De la misma manera como al lector alemán le molesta en-
contrar, en casi todos los libros y periódicos colombianos, los
nombres alemanes escritos erróneamente, en el mayor descui-
do; al lector colombiano le molesta encontrar los nombres de sus
municipios escritos equivocadamente, con acentos descuidados.
Bueno, estos no son sino descuidos superficiales.
De todas maneras, tendríase que discutir la tendencia a he-
roizar la lucha guerrillera. N o queremos, ni podemos tampoco,
entrar a considerar la veracidad de ese folleto por falta de ex-
periencia directa. Por lo pr onto, queda entendido que, en un li-
bro parecido, todos los guerrilleros se presentan sin manchas
morales, mientras que a los representantes del ejército se pre-
sentan como a los propios criminales. Así, un joven lector eu-
ropeo desorientado, quien se halla entusiasmado por los movi-
mientos revolucionarios, tendrá la impresión de que todo el pue-
blo colombiano se encuentra en una lucha heroica contra las cla-
ses dirigentes, en agonía. Impresión que, sin juzgar los movi-
mientos guerrilleros, es incompatible fácilmente, más cuando
uno se encuentra aquí en el país.
Sería una buena compensación si la Editorial Wegner hi-
ciera traducir un libro como el de Evelio Buitrago Salazar, Zar-
pazo, otra cara de la violencia, para poder conocer otro punto
de vista. Al fin y al cabo, ambos libros están escritos sin pre-
tensiones literarias y no pueden ofrecer sino material para co-
nocer, por lo menos, difer entes aspectos, no un concepto total.
¿Qué queda como conclusión ?
Que Latinoamérica y Colombia, en la literatura alemana,
no sigan expuestas a las te1·giversaciones de aventureros ni a
la superficialidad, profesionalmente acondicionada, de periodis-
tas ambulantes.
Que se hagan conocer los estudios serios de escritores e in-
vestigadores colombianos y extranjeros, preferencialmente de
los estadounidenses, por medio de buenas traducciones que lle-
guen a un público más general.
Que los libros sobre Colombia no se traduzcan o escriban
bajo puntos de vista servilmente ideológicos.
Que Colombia, y todo el continente, obtengan por la rela-
ción externa y objetiva con la literatura alemana, los puntos
que justamente merecen.

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NOTAS

(1) En torno a un lib'ro colombiano en ECO N9 108, abril de 1969,


pp. 668-687.
(2) Nueva York: Doubleday & Co.; más tarde publicó Colombia,
Panorama de una gran democracia, Buenos Aires: Ed. Claridad 1944.
(3) Jesús María H enao and Gerardo Arrubla: Histo't Y of Colombia;
translated by J. Fred Rippy, Chape! Hill: University of North Carolina
Press 1938.
(4) W. O. Galbraith (inglés): Colombia, a general survey, London:
Oxford University Press 1953; 2~ ed. 1966.
Vernon Lee Fluharty: Dance of the millions; military 1-ule and social
revolution in Colombict, 1930-195G, Pittsburgh: Pittsburgh University Press;
1957; 2• ed. 1966.
J ohn D. Martz: Colombia, a contemporary political su1·vey, Chapel
Hill: University of North Carolina Press 1962.
Pat M. Holt : Colombia today and tomorrow, New York: Praeger 1964.
Robert H. Dix: Colombia, the political dimension of change, New Ha-
ven: Y ale U niversity Press 1967.
James L. Payne: Patterns of conflict in Colombia, New Haven: Yale
University Press 1968.
David Bushnell: The Santander regime in Gran Colombia, N ewark: U ni-
versity of Delaware Press 1954 (El régimen de Santander en la Gran
Colombia; trad. J orge Orlando Melo, Bogotá: Eds. Tercer Mundo 1966) ;
Eduardo Santos and the good neighbor, 1938-1942, Gainsville: University
of F lorida Press 1967.
(5) Colombia, un estudio de política contemporánea; trad. Francisco
Correa, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia 1969.
(6) Jürgen Schaefer: Bibliographie zur Politik und Zeitgeschichte
der iberoame1·ikanischen Lande'r, Hamburg: Institut für Ibero-Amerika-
Kunde 1965.
(7) Fernes Land, Bilder aus Columbien, Prag: K. André 1938 (en el
texto se traducen los titulos alemanes al español).
(8) Iberoamerika-H andbuch, varias ediciones.
(9) Ernst Samhaber: Südamerika; Gesicht, Geits, Geschichte, Ham-
burg 1939.
Spanisch-Südam erika, Be1·1in 1941.
Die neue Welt; Wandlungen in Südamerika, Freiburg: Badischer Ver-
lag 1949.
Südamerika; ein Kontinent wird neu entdeckt, Stuttgart: Scherz &
Goverts 1954.
Kleine Geschichte Südamerikas, Frankfurt/Main : H einrich Scheffler
Verlag 1954.
Sudamérica, biog1·a!ía de un continente; 2~ edición, Buenos Aires: E d.
Sudamericana 1961.

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(10) Herbert Wendt: De1· schwa1·z-weiss-rote Kontinent; Lateiname-
rika - Reforme?' und Reb ellen, Oldenburg : Gerhard Stalling Veriag 1964.
(11) Maree! Niedergang: Les vingt Amériques Latines, París 1962;
Zwanzigmal Lateinamerika; von Mexiko bis Feuerland, München: R. Pi-
per & Co. 1963.
(12) Peter Grubbe (Klaus Volkmann): I m Schatten des Kubane1·s;
das neue Gesicht Lateinamerikas, Hamburg: Christian Wegner Verlag y
München: Wilhelm Goldmann Verlag 1961.
(13) Boris Goldenberg: Latin A ·m erica and the Cuban R evolution,
London: George Allen & Unwin 1962; Lateinamerika und die kubanische
Revolution, Koln: Kiepenheuer & Witsch 1963.
(14) Ulrich Schippke: T ierm caliente- heisses Land; 'Unte?· India?·nc?·n
Agenten und Bandole1·os, Hannover: Fackeltrager-Verlag 1962.
(15) Werner Hopp: Zum Vater der StTome, Berlín: Verlag Paul Pa-
rey 1942.
Tropisches Südame1·ika, Berlin: Safari-Verlag 1949.
Südamerika und wi1·, Berlín: Safari-Verlag 1949.
Südamerika, Berlin: Safari-Verlag 1952.
Unt er den Gipfeln der Anden, Berlin : Safari-Verlag 1953.
A mazonies, A tlantis der Zukunft, Berlín: Safari-Verlag 1954.
(16) Otto Sch1·eiber: Kolumbianische Safari, 1968.
(17 ) J ohn H enry Mueller: Die Gewalttatigen; Auftrag in Kolumbien,
München: Paul List Verlag 1968.
(18) Por ejemplo Gustavo Beyhaut: Süd-und Mittelamerika II; von
der Unabhangigkeit bis zu1· K1·ise der Gegenwart; Fischer Weltgeschichte
tomo 23, Frankfurt/ Main: Fischer-Bücherei 1965.
(19) Camilo Torres: Vom Apostolat zum Pa1·tisanenkampf; A1·tikel
und Proklamationen; trad. Titus Heydenreich y Hildegard Schulz, Reinbek/
Hamburgo: Rowohlt Taschenbuch-Verlag 1969; la ti·aducción conespon-
de a la edición Camilo Torres; por el Padre Camilo Torres Restr!::po ( 1956-
1966), Cuernavaca/Méjico: Centro Intercultural de Documentación, Eds.
SONDEOS N9 5.
(20) Hildegard Lüning: Camilo Torres, Prieste1·, Gue?'?'illero; Darste-
llung, Analyse, Dokumentation, Hamburg: Furche-Ve1·lag pref. 1969.
(21) Wim Hornman: De?· Guerilla-P1·ieste1·; Roman un Camilo To-
nes, F1·eiburg-Basel-Wien: Verlag Herder 1969.
(22) Tag ebuch eines Gue1·ille1·o (sic!) von; trad. I ngeborg Elsterer,
Hamburg : Christian Wegner Verlag 1969
N. B. El autor agradece la redacción de la traducción al señor FRANZ
VILA.

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