Liderar Como Jesucristo

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Lou Seckler

Sermones y Serminarios
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Liderar como Jesucristo


Lección 1 – Jesucristo como líder

Jesucristo, durante su ministerio, proclamó un reino (Mar.1:14-15), que adoptó un patrón de


vida distinto al de la época. Los discípulos de Cristo eran diferentes a los demás grupos (Mat.
12:2; Mar. 2:23). Los fariseos se enteraron que los discípulos de Cristo no seguían la
costumbre del ayuno (Mar. 2:18).

En el sermón del monte, Cristo describió la conducta moral que distinguía sus discípulos de los
demás religiosos (Mat. 5-7). Cristo esperaba que sus discípulos formaran una comunidad
cultural que fuera diferente a la de la cultura de la época.

Los que siguieron a Cristo, dejando sus respectivas familias, formaron una nueva familia. Al
llamar Cristo sus discípulos (Mar. 1:16-20), algunos dejaron todo para seguir al Maestro. Era
para los discipulos un honor seguir su lider.

Dice Jesucristo en Mar. 10:29-30: “De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado
casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o tierras por causa de mí y por causa
del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos,
hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna”.

Los que dejaron todo encontraron en Cristo Jesús una nueva familia: “¿Quién es mi madre y
mis hermanos?... Todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana,
y mi madre”. (Mar. 3:33; 35)

De manera diferente a las familias físicas, esa familia se componía de personas que no tenía
nada en común, excepto a Cristo. Imaginen a Simón, el Zelote (un revolucionario en contra de
Roma) en la misma mesa con Mateo, un colector de impuestos que trabajaba para el gobierno
romano. Esta nueva familia se reunía en los hogares, disfrutaban de comidas y convivios.
Cantaban y recordaban a Cristo con de la Cena del Señor

Ese grupo de personas debería practicar una forma de liderazgo diferente. Cristo condenó a los
que tenían sed de poder diciendo: “5Sino que hacen todas sus obras para ser vistos por los
hombres; pues ensanchan sus filacterias y alargan los flecos de sus mantos; 6 aman el lugar
de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, 7 y los saludos
respetuosos en las plazas y ser llamados por los hombres Rabí. 8 Pero vosotros no dejéis que
os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos. 9 Y no llaméis
a nadie padre vuestro en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos”
(Mat.23:5-9).

Luego, Jesucristo agrega: “El mayor en el reino de los cielos será un siervo. Los que se exaltan
será humillados y los que se humillan serán exaltados”. (Mat. 23:11-12). Cuando los discípulos
buscaban posiciones de poder, Cristo contrastaba los suyos a las demás comunidades: “24 Al
oír esto, los diez se indignaron contra los dos hermanos. 25 Pero Jesús, llamándolos junto a sí,

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dijo: Sabéis que los gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que los grandes
ejercen autoridad sobre ellos. 26No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera entre
vosotros llegar a ser grande, será vuestro servidor, 27y el que quiera entre vosotros ser el
primero, será vuestro siervo; 28así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para
servir y para dar su vida en rescate por muchos” (Mat. 20:24-28).

Lo que definía el liderazgo en la comunidad de Cristo era el servicio (diakonia). “La Iglesia”,
libro de Hans Kung (pagina 390) declara: “Diakonia significa la actividad que cada griego
reconocía de inmediato como una de auto-degradación: servir mesas, servir alimentos y
bebidas. La distinción entre amo y siervo era más visible en la mesa que en cualquier otro
lugar, donde amos nobles se reclinaban a la mesa en sus largas túnicas, mientras sus siervos,
con sus ropas ceñidas, les servían… La diakonia jamás perdía su sentido de inferioridad”.

Diakonia ocurre en contextos de la preparación de alimentos y cuidados a las necesidades


personales de los amos (Luc. 10:40; Hec. 6:1; Mar 1:31). La connotación más amplia es la de
cuidar las necesidades físicas de los demás (Luc.8:3; Mar 15:41). La idea fundamental es esta:
vivir para servir a los demás.

Jesucristo relaciona el liderazgo entre los discípulos a su liderazgo. En Mar. 9:33-35 dice así:
“33Y llegaron a Capernaun; y estando ya en la casa, les preguntaba: ¿Qué discutían por el
camino? 34Pero ellos guardaron silencio, porque en el camino habían discutido entre sí quién
de ellos era el mayor. 35Sentándose, llamó a los doce y les dijo*: Si alguno desea ser el
primero, será el último de todos y el servidor de todos”.

(Luc. 22:25-27): “25Y Jesús les dijo: Los reyes de los gentiles se enseñorean de ellos; y los
que tienen autoridad sobre ellos son llamados bienhechores. 26Pero no es así con ustedes;
antes, el mayor entre ustedes hágase como el menor, y el que dirige como el que sirve.
27Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No lo es el que se
sienta a la mesa? Sin embargo, entre ustedes yo soy como el que sirve”.

“Jesús y comunidad” libro de Gerhard Lohfink (pág. 49): “Los pasajes mencionados arriba
indican que Cristo quería que sus discípulos fuesen contra a la cultura acerca de la autoridad.
Esos pasajes señalan precisamente lo que hoy llamamos “estructuras de dominio”. Dichas
estructuras están siempre presentes en las sociedades mundiales. Sin embargo, en la
comunidad de los discípulos de Cristo, no se permitía relaciones de dominio”.

Toda la historia de Cristo describe la naturaleza de su liderazgo: la autoridad de Cristo era


basada en su decisión de tomar nuestro lugar en la cruz. La cuestión básica que confronta la
iglesia es esta: ¿Hemos sido fieles a las enseñanzas de Cristo acerca del liderazgo?

Conclusión: La iglesia no puede vivir con una forma de liderazgo secular.

Lección 2 – ¿Liderazgo religioso o secular?

Nuestras iglesias luchan por determinar la mejor forma de liderazgo y la mejor manera de tomar
decisiones. Nos enfrentamos a esas inquietudes con experiencias y opiniones diferentes. Al

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mismo tiempo, reconocemos que iglesias, igual que comunidades, toman decisiones y
determinan el curso de su futuro. Debe haber una manera reconocida y legítima de liderar la
congregación. Vimos en la lección pasada que Cristo confrontó a los discípulos por su
mentalidad secular de autoridad, con el liderazgo basado en el servicio.

La propia autoridad de Cristo la basaba en su servicio al pueblo. Él enseñó a sus discípulos a


no buscar el poder, sino seguirle en la senda del servicio.
Seguir patrones seculares de liderazgo era para los primeros cristianos una tentación
constante, según leemos en I y II Corintios. Los corintios practicaban la política partidaria en
cuanto a sus líderes (I Co. 1:10-13). Al decir “Soy de Pedro”, “Soy de Apolo” y “Soy de
Pablo”, los corintios llevaban sus valores seculares y políticos a la iglesia. Según I Corintios
muchos miembros juzgaban a los líderes por su habilidad de orador y visión mundial (I Co.
1:17; 2:3). La segunda carta de Pablo a los corintios es una defensa de su liderazgo y una
respuesta a las críticas. Basado en la defensa de Pablo, podemos ver las acusaciones que se
le hacían por sus debilidades.

Decían que Pablo era débil. Prometía visitarles, pero luego cambiaba de planes. Decía que “sí”
y que “no” al mismo tiempo. (II Co. 1:17). Era humilde en persona, pero osado a la distancia (II
Co. 10.1). Criticaban su salud diciendo: “Porque ellos dicen: Las cartas son severas y duras,
pero la presencia física es poco impresionante, y la manera de hablar menospreciable” (II Co.
10:10). Sus enemigos se comparaban a otros líderes, aparentemente usando medidas
seculares (II Co.10:12). Criticaban a Pablo por no aceptar ayuda financiera (II Co. 11:7-11).
Decían que Pablo era un orador mediocre (II Co. 11:6). Los corintios buscaban a líderes
conforme a su expectativa en cuanto al liderazgo. Querían a alguien con buena apariencia,
atlético y orador elocuente. Querían a Apolos y no a Pablo.

El desafío de Pablo en las cartas a los corintios fue defender su ministerio y ofrecer
informaciones acerca de un liderazgo distinto a la cultura de la época. En I Co. Pablo reacciona
al conocimiento secular de liderazgo describiendo su propia obra apostólica. “Porque pienso
que Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles en último lugar, como a sentenciados a
muerte; porque hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, los ángeles y los hombres”
(I Co. 4:9-13). “Porque aunque soy libre de todos, de todos me he hecho esclavo para ganar a
mayor número” (I Co. 9:19). En contraste al conocimiento secular de liderazgo, el de Pablo
incluía deshacerse de sus derechos, hacerse esclavo a los demás y compartir el sufrimiento de
Cristo. Su liderazgo lo define la cruz de Cristo.

El tema de II Co. es liderazgo cristiano, ya que a Pablo lo forzaban a demostrar que era líder a
los que tenían ideas seculares acerca del liderazgo. La relación entre ministro y ministerio, o
siervo y servicio aparecen más veces en II Co. que en el resto de las cartas de Pablo (II Co.
3:3, 7, 9; 4:1; 5:18; 6:3; 8:4; 9:1, 2; 8:19; 11:8, 23). Atención al ministerio según lo veía Pablo:

“7Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la extraordinaria grandeza del poder
sea de Dios y no de nosotros. 8Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no
desesperados; 9perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos;
10llevando siempre en el cuerpo por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida
de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. 11Porque nosotros que vivimos, constantemente

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estamos siendo entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús
se manifieste en nuestro cuerpo mortal” (II Co. 4:7-11).

“…sino que en todo nos recomendamos a nosotros mismos como ministros de Dios, en mucha
perseverancia, en aflicciones, en privaciones, en angustias, 5en azotes, en cárceles, en
tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos, 6en pureza, en conocimiento, en paciencia, en
bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, 7en la palabra de verdad, en el poder de Dios…”
(II Co. 6:4-7a).

“23¿Son servidores de Cristo? (Hablo como si hubiera perdido el juicio.) Yo más. En muchos
más trabajos, en muchas más cárceles, en azotes un sinnúmero de veces, a menudo en
peligros de muerte. 24Cinco veces he recibido de los judíos treinta y nueve azotes. 25Tres
veces he sido golpeado con varas, una vez fui apedreado, tres veces naufragué, y he pasado
una noche y un día en lo profundo. 28Además de tales cosas externas, está sobre mí la
presión cotidiana de la preocupación por todas las iglesias” (II Co. 11:23-25, 28).

Para Pablo el liderazgo lo definía la cruz de Cristo. El liderazgo de Pablo y su autoridad no


podían separarse de su pasión por el servicio y el sacrificio por los demás.

Pablo indicó claramente en Filipenses la naturaleza del liderazgo cristiano. Cuando dos
mujeres no se hablaban (4:2), escribió que deberían enseñarles a cómo vivir juntas en armonía.
En Filipenses 2:6-11, narra la historia de Cristo, quien a sí mismo se despojó y tomó la forma
de siervo. La autoridad de Cristo vino solo después de su sufrimiento y humillación. En todo su
ministerio, Cristo demostró su patrón de liderazgo por el servicio a las personas. Otros líderes
cristianos también siguieron el ejemplo de Cristo. Dijo Pablo de Timoteo: “21Porque todos
buscan sus propios intereses, no los de Cristo Jesús. 22Pero ustedes conocen sus probados
méritos, que sirvió conmigo en la propagación del evangelio como un hijo sirve a su padre” (Fil.
2:21-22).

Epafrodito. “…porque estuvo al borde de la muerte por la obra de Cristo, arriesgando su vida
para completar lo que faltaba en vuestro servicio hacia mí” (Fil. 2:30).

Pablo era líder cristiano que seguía el ejemplo de Cristo, contando todos sus logros como
pérdida para ganar a Cristo (Fil. 3:2-11).

El conflicto entre Evodia y Síntique (Fil. 4:2) lo resolverían solo si la iglesia comienzara a vivir
según el ejemplo de Cristo.

En todas las generaciones, la iglesia ha tenido la tentación de los cristianos primitivos, o sea:
definir el liderazgo según los ejemplos seculares.

Nuestro desafío es reconocer que los líderes cristianos siguen el ejemplo de uno (Cristo) que
se sacrificó por todos. La autoridad no viene de la posición que se ocupa, sino de la decisión
del líder de dedicar su vida a la gente.

Lección 3 – Líderes como pastores

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Hechos 20:17-35

Hemos estudiado que el liderazgo surge en iglesias donde cada miembro tiene la
responsabilidad de edificar el cuerpo de Cristo. En las primeras iglesias la función precedía al
titulo. Por ejemplo, se reconocía a los líderes que ya estaban involucrados en ministerios. Pablo
no buscaba ninguna posición en la iglesia que fuese superior a los demás cristianos (I Co.
12:28). En su discurso a los ancianos de Efeso, Pablo describió aspectos significativos del
anciano que son evidentes en la terminología de liderazgo, de pastores y de obispos
(supervisores).

Ya que Pablo no pudo estar presente en Efeso en su viaje final, llamó a los ancianos a que
fuesen a Mileto (Hec 20:17). El vocablo en griego equivalente a anciano (presbuteros)
simplemente significa “mayor” (según Luc. 15:25: “hermano mayor”). El liderazgo compuesto
de hombres mayores era común en el mundo antiguo, sobretodo en el judaísmo. Los judíos
reconocían la autoridad de los ancianos (Mat. 26:57; Hec. 4:23; en el AT en Exo. 19:7; Num.
11:16, 24). El liderazgo por un consejo de ancianos era común en ciudades antiguas, como hoy
en los pueblos no industrializados.

Los primeros cristianos desarrollaron naturalmente un liderazgo presidido por ancianos; Pablo
promovió la elección de ancianos en cada ciudad (Hec. 14:23).

El liderazgo de hombres maduros, o mayores, era un hecho evidente en las sociedades


antiguas, donde la edad la conectaban a la sabiduría. Para discusión: Si en la época actual el
mundo no busca liderazgo entre los ancianos, ¿cuál será nuestro desafío para ordenar
ancianos en nuestras iglesias?

La descripción que hace Pablo de sí mismo indica que era patrón de la conducta que esperaba
de sus seguidores. Sirvió al Señor con humildad y lágrimas (v. 19). Pasó privaciones y
sufrimientos. Pablo dio instrucciones detalladas a los ancianos, educándoles en la fe cristiana.
Basados en ese pasaje, ¿qué debemos esperar de un anciano? Juntos, los dos pasajes
apuntan a

1) alguien que pueda ser ejemplo de sacrificio por la fe y

2) alguien que tiene un buen conocimiento de la fe cristiana. Para discusión: ¿Cuáles son los
obstáculos al implementarse a ambos criterios?

Pablo declara las responsabilidades de los ancianos en v. 28-31. “Miren por ustedes” significa
que el primer deber del líder es garantizar su integridad y carácter. Igual que el ejemplo
personal de Pablo, solo podían ser líderes los que mostrasen sacrificio por la obra.

El pasaje hace uso extensivo del imagen del pastor: “…y por todo el rebaño… para apacentar (lit.
“pastorear”) la iglesia del Señor”. La imagen del pastor pasó a ser la que usamos para definir al
líder de iglesia, aunque la usen solamente en Efesios 4:11 y en 1 Pedro 5:2. Aunque la imagen
se usa regularmente, lo que significa no queda totalmente claro a los que no viven en zonas
rurales.

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Pablo, en su discurso, explica cuál es la obra de los pastores. El deber del pastor es
“apacentar la iglesia” (v. 28 RV). Ese deber incluye reunir y alimentar al rebaño. V. 29 indica
que también debe proteger el rebaño contra “lobos rapaces”. La imagen de “lobos rapaces”
apunta a la enseñanza de los falsos profetas. El énfasis en reunir y alimentar es evidente en
Eze. 34:13-16, donde Dios toma el lugar de pastor. Nota el deber del pastor en Salmos 23. La
descripción que hace Jesucristo de sí mismo es la del buen pastor (Juan 10:7-9), lo que ofrece
otra dimensión: la entrega (dedicación) del pastor.

Para discusión: ¿Qué imágenes vienen a la mente cuando hablamos del líder cristiano como
pastor? Explicar qué significa para nosotros. Hay algunos que usan la imagen para enfatizar la
ternura del pastor, pero no la autoridad del mismo. Hay que tener en mente que el pastor es
responsable de la nutrición del rebaño y la protección contra “lobos”. Por eso, el pastor
necesita un buen conocimiento de la fe cristiana. El pastor debe también estar listo para
sacrificarse por el rebaño.

Pablo describe a los líderes de la iglesia como supervisores u obispos (v.28). En griego, la
forma original episkopos, se traduce como obispo o supervisor. Ese era un vocablo conocido en
la vida secular de un supervisor en el trabajo o en el campo. El pasaje sugiere la autoridad que
tiene todo anciano u obispo.

Nuestro desafío, como lo mencionamos arriba, es transferir las funciones desempeñadas en


iglesias-hogares del primer siglo, y aplicarlas a la iglesia actual. Discutir el desafío de proteger
a la iglesia de lobos, es decir, falsos maestros. (En varias congregaciones de las iglesias de
Cristo de Chiapas, en México, por falta de pastores, algunas personas se presentaron como
hermanos y les enseñaron doctrinas distintas a las de la Biblia. Esos son los "lobos rapaces" de
que menciona Pablo)

En los versos 33-35 Pablo describe nuevamente la educación que dio, en cuanto a su ejemplo
personal. Si Pablo era un ejemplo de cómo auxiliar a los débiles, eso debería también ser obra
de la iglesia y deber del anciano.

Lección 4 – El trabajo de los ancianos

En lecciones anteriores hemos enfatizado que la iglesia requiere líderes, como cualquier otra
organización, evitando formas seculares de liderazgo, insistiendo que Cristo ofrece una forma
basada en el servicio (en contra a las ideas culturales).

Cristo enseñó y vivió el verdadero liderazgo, empezando con el sacrificio de uno mismo y el
rechazo a las ambiciones egoístas (Mar. 10:41-45). Vimos en las epístolas de Pablo que el
liderazgo ocurre en el contexto donde todo cristiano es activo en el servicio. Vimos que la
función precede a títulos y posiciones (I Ts. 5:12:14).

En las iglesias de Cristo hemos dedicado atención especial a las características descritas en I
Timoteo 3 y Tito 1 como modelos para la iglesia en todas las épocas.
En ambas cartas, Pablo deduce que no estaría presente para ayudar a las iglesias mientras
elegían sus respectivos ancianos.

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Timoteo y Tito no eran predicadores ubicados, sino enviados de Pablo que seguían sus
instrucciones. En I Tm. los que asumen posición de liderazgo incluyen obispos (supervisores I
Tm. 3:1), diáconos (siervos, 3:8), y las mujeres (3:11: pueden ser esposas de los diáconos).
Note también las características de las viudas (5:3-16). A los ancianos los menciona en 5:7.
Deducimos que es lo mismo que obispos. Tito menciona solo ancianos (Ti. 1:5-16). En I Tm. 3,
Pablo concluye que el pueblo estaba familiarizado con esas funciones; mientras a Tito le
instruye que “establezca ancianos en cada ciudad” (Ti. 1:5).

Esta forma de liderazgo era común en el mundo antiguo donde las comunidades normalmente
buscaban a hombres mayores para el liderazgo. Ese tipo de liderazgo era común en las
sinagogas y sigue siendo común en países no industrializados.

Si miramos el contexto de las instrucciones en I Timoteo y Tito, veremos que Pablo responde a
una crisis a la que se enfrentaba la iglesia, y que obispos y ancianos proveerían el liderazgo y
la estabilidad. Ancianos y diáconos no son para adornar a la iglesia. Tienen un propósito
específico en el plan de Dios para su iglesia.

En I Tm. 1:3-7 Pablo describe la crisis causada por los falsos maestros; también en 1:18-20;
4:1-6; 6:3-10. Pablo instruye a Tito a “establecer” (nombrar) ancianos por la situación crítica
provocada por los falsos maestros (Tito 1:10-16). Esas instrucciones nos recuerdan que la
iglesia se enfrenta a nuevos desafíos en cada generación, que determinará la misión e
identidad de la misma.

El enfoque en las características llama la atención al carácter y buenos hábitos del líder
cristiano, que se espera sea un modelo de la fe que profesa. Algo difícil a as iglesias ha sido la
ausencia relativa de una descripción del trabajo del anciano; toda atención se le da a las
características (I Tm. y Tito hablan de “cualidades de carácter”). Una de las partes más
importantes de I Tm. y Tito, es la necesidad que el líder sea un buen ejemplo de vida cristiana.
Para más información acerca del modelo de vida cristiana, ver I Tm. 4:12; Tito 2:7.

Debemos notar también que las cualidades de carácter que encontramos en Tito 2 es para
todos en la iglesia (ancianos, ancianas, jóvenes, esclavos), y es paralela a la lista de las
características de los ancianos. Es decir, estas características sugieren que los líderes
cristianos deben exhibir las mismas cualidades que se espera de los demás cristianos.

Nuestro mayor desafío, y un tema que ha causado mucha división, consiste en cómo las listas
de características deben funcionar. Discutir las maneras diferentes que usamos estas listas.
Usamos las listas como características esenciales y otras como guías. ¿Cómo se puede
interpretar la lista de las características? ¿Contienen todo lo necesario? ¿Son todas las
características de importancia idéntica?

Podemos entender mejor las listas cuando entendemos cómo funcionan en I Tm. y Tito. Aparte
de describir buenos ejemplos (ver arriba), se enfocan en la buena reputación de los líderes
cristianos en comunidades cristianas más grandes mientras convive entre paganos. Es
increíble que, dado nuestro enfoque en el liderazgo contra a la cultura, que las características
sean básicamente seculares, es decir, valores apreciables por la sociedad en general. De

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hecho, una inscripción descubierta hace pocos años listaba las características de un buen
general. La inscripción tiene muchos paralelos a la lista de I Tm. 3. La primera característica de
la lista (“irreprensible”, o “intachable” NVI) es la base de las demás, y la final (“que tenga buen
testimonio de los de fuera” 3:7), apuntan a la reputación del líder entre los no cristianos.

Características como “sobrio, prudente, decoroso” (I Tm. 3:2) eran virtudes admiradas por todo
el pueblo. “No dado al vino, no pendenciero” eran virtudes importantes para todos los que
aceptaban responsabilidades y eso se esperaba de todos. “No un neófito” (recién convertido
3:6) es un recuerdo de la importancia de la experiencia necesaria para ser líder cristiano. “No
codicioso de ganancias deshonestas” es una virtud cristiana común (según Heb. 3:5; I Tm.
6:10; II Tm. 3:2). Los ancianos eran, con frecuencia, responsables de las finanzas, y a algunos
les pagaban (I Tm. 5:17-18).

Estudiaremos más características en la próxima lección.

Desde que esas características son básicamente imprescindibles para los líderes, ¿Qué otras
virtudes importantes esperamos de un líder? Discutir la importancia de la experiencia de vida
cristiana y la edad como requisito.

Lección 5– El liderazgo y la familia

Aunque la autoridad principal viene de Dios, Pablo reconoce la necesidad del líder local desde
el mismo inicio. En el inicio, dicho liderazgo emergía de la vida familiar.

El hogar indudablemente influenciaba la identidad y el conocimiento del liderazgo. Eso porque


las iglesias se reunían en hogares. Notamos imágenes de la familia para describir la iglesia:

1. Para los de aquella cultura, el lenguaje de “amor fraternal” (Rom. 12:10; I Ts. 4:9-10; Hb
13:1; I Pe. 1:22) se aplicaba solo entre familiares. Hoy “hermano” es tan solo un titulo

2. La imagen más común para la iglesia vino de la vida en familia; nota las referencias a
“hermano”, “hermana” en la fe.

3. El hecho de que los cristianos se trataban como hermanos es vital a su entendimiento del
liderazgo; por ejemplo, Pablo a veces se refería a sí mismo como padre de las iglesias y padre
espiritual de Timoteo. Los escritores bíblicos consideraban la familia como el campo de
pruebas para el liderazgo de todo tipo. Aunque el liderazgo cristiano surgía de la iglesia-hogar,
donde los cristianos veían al líder como al padre de familia (pater familas) romano en su
severidad, ellos adoptaron solamente algunos de sus roles.

a.) El padre de familia (pater familias) romano tenía autoridad absoluta sobre su hogar, una
cualidad que los cristianos no adoptaron.

b.) El padre romano tenía la responsabilidad de la educación de los hijos y el bienestar del
hogar, funciones adoptadas en las iglesias por los líderes que se reunían en hogares.

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1. Como modelo del hogar de la antigüedad, las iglesias poseían propiedades y tenían
presupuestos (administraban finanzas, pagaban maestros). Podemos discutir cómo la situación
ha cambiado en cuanto a la propiedad, a las cuestiones legales, etc. Y cómo eso altera la
responsabilidad de los ancianos.

2. El conocimiento cristiano del liderazgo lo aprendieron en el contexto del hogar:

a. “Hospitalario” (filoxenos, lit. “amigo de extraños”) en 3:2 (según Tito 1:8) se refiere a recibir
extraños en el hogar (eso no es invitar a los mejores amigos sino a los necesitados de
alimentos o posada).

b. Nota la importancia de la hospitalidad como una virtud practicada por todos en Rm. 12:13.
También Hb. 13:2; I pe. 4:9.

c. Los extraños en ese caso eran casi siempre creyentes de otras ciudades que necesitaban
posada. No era posible seleccionar a los extraños que entraban en cada hogar.

c. Los que eran “hospitalarios” también permitían que en su casa se reuniera la iglesia.
d. Para discusión: ¿Cómo esa característica (hospitalario) se traduce en nuestra época ya que
no nos reunimos en hogares? La idea básica de recibir a extraños se aplicaba en cualquier
circunstancia.

“Marido de una esposa” lo encontramos tanto en I Tm 3:2 como en Tito 1:6, según la
característica de la viuda en I Tm 5:9 “mujer de un solo marido”. La sentencia es ambigua tanto
en el griego como en el español. Posibles significados:

a. No un bígamo.
b. No uno que tiene novias
c. No un divorciado que volvió a casarse.
d. Hay que llevar en cuenta el tenor de las características: debe ser una persona ejemplar tanto
dentro como fuera de la iglesia.

El entorno del hogar prepara la descripción del trabajo del anciano. La falta de una descripción
detallada del trabajo del anciano ha sido causa de confusión en las iglesias; como
consecuencia, trabajan con deducciones conflictivas acerca de sus responsabilidades. El
trabajo de un anciano aparece en I Tm. 3:4; note los detalles:

1. “Gobierna bien su casa” (“su familia” NVI). La deducción es que el anciano, diferente a los
ateos (según I Tm 4:3), ratifica el matrimonio y la familia.

2. “Gobierna” (proistemi) tiene la connotación doble de “ser la cabeza” y “cuidar, auxiliar”. NVI
dice en Rm. 12:8 “liderazgo”. Alguien sugirió que significa “autoridad bondadosa” y “autoridad
que cuida”. O sea, digna de un padre.

3. “Hijos en sujeción” sugiere que el hogar es un campo de pruebas para los deberes públicos.
Una persona cuya vida de hogar es caótica no sería recomendable. Nota historias bíblicas de

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líderes cuyos hijos no estaban en sujeción (I Sm 1-2).

4. Para discusión: ¿Cómo se aplican estos pasajes en nuestro propio hogar? ¿Cuánta
responsabilidad debe tener los padres por sus hijos? Aquí el pasaje no comenta la edad de los
hijos (seis o dieciséis). El paralelo en Tito de la misma característica es “Hijos creyentes que no
estén acusados de disolución ni de rebeldía” (1:6). La sentencia calificativa sugiere
adolescentes o hijos adultos – no niños.

5. En I Tm 3:5, la sentencia en paréntesis señala más la descripción del trabajo y la relación


entre familia y iglesia. Note el paralelo entre “gobierna” y “cuidará”. Ese comentario define
bien el role del anciano. Los ancianos tienen la autoridad de cuidar la iglesia, procurar lo mejor
para los miembros.

6. Los cristianos tienen ideas distintas en cuanto a la naturaleza de la autoridad del anciano. Un
modelo es altamente autoritario, mientras el otro es una reacción al patrón del anciano
autoritario. Discutir cómo la metáfora de la familia determina la naturaleza de la autoridad,
previniéndole para que no vaya a ningún extremo. ¿Cuál es el desafío de llevar el patrón del
hogar a la iglesia contemporánea?

La iglesia moderna, igual que la antigua, requiere el liderazgo de los que ejemplifican la vida
cristiana, enseñan la fe cristiana y guían a la iglesia hacia el futuro. La iglesia no es una
democracia. Aunque los ancianos no administran cada detalle de la vida de la iglesia, la guían
en todos los aspectos de su vida. Los ancianos son dignos de autoridad por su servicio a la
iglesia.

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