Qué Significa Llevar Mucho Fruto

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¿Qué significa llevar mucho fruto?

La parábola en Juan 15 puede parecer un poco abstracta. Jesús es la vid, nosotros


somos el pámpano, y Dios es el labrador. ¿Qué significa todo esto?

Escrito por Vern Nicolette

“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.  Todo pámpano que en mí no lleva
fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.  Ya
vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.  Permaneced en mí, y yo en
vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la
vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.  Yo soy la vid, vosotros los pámpanos;
el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada
podéis hacer.  El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se
secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.  Si permanecéis en mí, y mis
palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.   En esto es
glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.”  Juan 15:1-8.

Algunas personas piensan que el fruto al que se refiere aquí tiene que ver con los
dones del espíritu, el ganar personas para Cristo, cuánto han profetizado en Su
nombre u otra variedad de buenas obras realizadas a través de los dones espirituales.
Pero Jesús advierte que hubo muchos que lo llamaron “Señor, Señor” y que tenían
muchas buenas obras, que manifestaron los dones del espíritu, pero sin embargo, Él
nunca los conoció en verdad. (Mateo 7:21-23) Cuando Jesús habla acerca de llevar
fruto al permanecer en Él, está hablando acerca del fruto del espíritu que se manifiesta
en las vidas de quienes andan en el Espíritu.

Lo que significa permanecer en Él


¡Llevar fruto – el fruto del Espíritu – solo puede surgir por permanecer en Jesús y
caminar en el Espíritu! ¡El permanecer en Jesús es un estilo de vida muy activo!
Significa vivir de tal forma que siempre me encuentro en Él, camino de la mano con Él
y vivo de acuerdo a Su Palabra. “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en
vosotros…” Es claro que permanecer en Jesús tiene que ver con que Sus palabras
permanezcan (es decir, que habiten, y tengan poder) en mi corazón y mi mente.
Cuando las palabras de Jesús permanecen y tienen poder en mi mente y mi corazón,
de tal manera que las obedezco conforme el poder del espíritu, entonces el fruto del
Espíritu, las virtudes de Jesús, también serán manifestadas en mi vida.

Lo que significa llevar fruto


Está claro que el llamado de todo cristiano es llevar fruto – El fruto del espíritu:  “Yo soy
la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo
limpiará, para que lleve más fruto” Juan 15:1-2.

Llevar el fruto del Espíritu no es opcional en la vida cristiana. Llevar fruto es el


resultado de la obediencia a la Palabra de Dios y a las indicaciones del Espíritu
Santo. La indiferencia y la desobediencia consciente a la voluntad de Dios significan
que no soy un cristiano verdadero, “un seguidor de Cristo”, y esto significa que no
puedo tener comunión con Jesucristo ni el Padre. (Juan 14:15-17; Juan 14:21,23-24; 1
Juan 1:6-7) Jesús mismo dice aquí que cada pámpano que no da fruto es quitado por
el Padre. Tal pensamiento no debería desanimarnos, hacernos sentir sin esperanza o
hacer nuestra vida más pesada, sino que debería despertarnos a tomar esto con más
seriedad; ¡debería ser una inspiración para que yo dé más fruto y pueda tener
comunión con Él!

Entonces, ¿cómo puedo llevar fruto?  El fruto del espíritu solo puede manifestarse en
mí por el poder del Espíritu. Ningún tipo de esfuerzo propio dará frutos espirituales.
Requiere una entrega total de mi voluntad propia a Dios para que pueda obedecer las
palabras de Jesús en las situaciones cotidianas de la vida, de tal manera que el fruto
del espíritu pueda brotar de mí en lugar de mi propia naturaleza. Esta entrega total
sucede cuando Jesús es mi primer amor, cuando Él reina en mi corazón y en mi mente.
Es así como Su voluntad – Su palabra – se cumple en mi vida, y no mi propia voluntad.
Si persevero en dar fruto – El fruto del Espíritu, el fruto de que viene por obedecer las
palabras de Jesús – surgirá de manera natural en mí.

Lo que significa ser podado


Los pámpanos que dan fruto son podados para que puedan dar aún más fruto. Si los
pámpanos tuvieran sentimientos y uno pudiera preguntar al pámpano ¿cómo se siente
cuando es podado?, él respondería sin duda: “¡Es bastante doloroso!”
También nosotros que andamos en el Espíritu y vivimos una vida de todo corazón para
Dios conforme a nuestro entendimiento y habilidades podemos sentirnos así algunas
veces. El fruto del espíritu se está manifestando, pero puede haber áreas donde el
fruto aún está inmaduro o se encuentra en mal estado. El labrador viene a podar y
cortar esas partes del pámpano, con la esperanza de que el pámpano siendo podado
pueda dar aún más fruto, fruto que se vuelve más perfecto y abundante con el tiempo.
A esto también se le conoce como: “La disciplina del Señor”, o Su amor para con
nosotros. (Hebreos 12:5-11).

El Padre es el labrador, y Él es quien se encarga de podar. En ocasiones permite que


podamos pasar por circunstancias y situaciones difíciles: malas finanzas, mala salud,
oposición, malentendidos, una relación difícil, etc… Pero tales pruebas nos llevan al
final de nuestra propia fuerza una y otra vez, en áreas donde no sabíamos que
estábamos usando nuestra propia fuerza y no en el poder del Espíritu. Vemos nuestra
falta del fruto del espíritu, y esto despierta en nosotros una necesidad de entregarnos
profundamente a Jesús y una profunda obediencia a Su Palabra. Está escrito: “…  Y
también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.”  Hechos 5:32.

Una obediencia a la Palabra de Dios cada vez más grande (andar en el espíritu) trae un
poder cada vez mayor del Espíritu, y luego el fruto del Espíritu puede ser manifestado
en nuestras vidas en un grado cada vez mayor.

Llevando mucho fruto


El gozo y la satisfacción que van de la mano con el dar frutos cada vez más perfectos y
abundantes no solo están a reservas del labrador, sino que también son compartidos
con el pámpano. El pámpano comparte el gozo con el labrador, porque es el deseo del
pámpano el llevar fruto aún más perfecto y abundante, para que el labrador pueda ser
glorificado. Es por ello que el pámpano puede soportar el dolor de la podada, tal como
Jesús pudo soportar el dolor de la cruz: “… El cual por el gozo puesto delante de él
sufrió la cruz…”  “Hebreos 12:2.

¡Llevar fruto abundantemente – El fruto del espíritu – es el llamado de todos los


creyentes y la promesa de Dios con los mismos! ¡Y por la gracia de Dios es posible
para ti también! El Padre es glorificado cuando llevamos mucho fruto, y Jesús dice que
por medio de esto también seremos Sus discípulos.

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