La Contribucion Del Judo A La Educacion de Jigoro PDF
La Contribucion Del Judo A La Educacion de Jigoro PDF
La Contribucion Del Judo A La Educacion de Jigoro PDF
JUDO KODOKAN.
Fotografía cortesía de la
National Diet Library
(Japón), a través de su
página web.
38 “La contribución del judo a la educación” de Jigoro Kano ◊ Carlos Gutiérrez y Mikel Pérez
“LA CONTRIBUCIÓN DEL
JUDO A LA EDUCACIÓN”
DE JIGORO KANO. INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS
CARLOS GUTIÉRREZ GARCÍA Y MIKEL PÉREZ GUTIÉRREZ t
Resumen
En el presente artículo se traduce y comenta la conferencia que Jigoro Kano (1860-1938), creador del
Judo Kodokan, impartiera en la Universidad de Southern California (Los Angeles) en 1932 bajo el título
La contribución del judo a la educación. A través de su lectura no sólo se aprecia la concepción que
mantenía Kano respecto al judo, sino también rasgos de su personalidad que revelan tanto la amplitud
de sus conocimientos como un carácter humanista basado en la racionalidad y en la colaboración entre
personas y países.
Introducción
1 Posiblemente un error en el original, ya que Los Angeles 1932 se considera oficialmente la X Olim-
piada (la IX si se considerase la no celebración de la VI Olimpiada Berlín 1916, y la XIII o XII si se
considerasen las Olimpiadas de Invierno de 1924, 1928 y 1932).
40 “La contribución del judo a la educación” de Jigoro Kano ◊ Carlos Gutiérrez y Mikel Pérez
tal manera que se causase dolor o una fractura. También se enseñaba el uso de espadas
y dagas. Así mismo teníamos numerosas formas de defendernos contra tales ataques.
Tal práctica, en su forma primitiva, existió incluso en nuestra era mitológica. Pero la
instrucción sistemática, como un arte, data aproximadamente de tan sólo trescientos
cincuenta años2.
En mis tempranos días estudié este arte con tres eminentes maestros de la
3
época . E1 gran beneficio que he obtenido como resultado de este estudio me con-
dujo a la decisión de seguir adelante con el tema más seriamente, y en 1882 fundé
mi propia escuela y la llamé Kodokan. Kodokan significa literalmente “escuela
para estudiar el camino”, significando “el camino” el propio concepto de vida4.
Llamé a la materia que enseñaba JUDO en lugar de JIUJITSU. En primer lugar,
les explicaré el significado de estas palabras: JIU significa “suave” o “que cede”5,
JITSU, un “arte” o “práctica”, y DO, “camino” o “principio”, así que JIUJITSU
significa un arte o práctica de la suavidad o de ceder primero con el propósito de
obtener la victoria en último término; mientras que JUDO significa el camino o
el principio de lo mismo.
Permítanme ahora explicar qué significa realmente esta suavidad o ceder. JUDO
Supongan que asumimos que podemos estimar la fuerza de un hombre en unida- CAMINO DE LA SUAVIDAD
des. Digamos que la fuerza del hombre que está frente a mí está representada por
diez unidades, mientras que mi fuerza, menor que la suya, está representada por
siete unidades. Entonces, si él me empuja con toda su fuerza, con certeza seré
impelido hacia atrás o tirado al suelo, incluso si utilizo toda mi fuerza contra él.
Eso ocurriría porque yo utilicé toda mi fuerza contra él, oponiendo fuerza contra
fuerza. Pero si, en lugar de oponerme a él, yo hubiera cedido ante su fuerza retiran-
do mi cuerpo justamente tanto como él empujaba, recordando al mismo tiempo
mantener mi equilibrio, entonces él se ladearía hacia delante de modo natural y
de este modo pierde su equilibrio.
En esta nueva posición, puede volverse tan débil (no en fuerza física real, sino
a causa de su comprometida posición) como para tener su fuerza representada por
el momento por, digamos, únicamente tres unidades, en lugar de sus diez unidades
normales. Pero mientras tanto yo, manteniendo mi equilibrio, conservo toda mi
2 Inicios de la Era Tokugawa (1603-1868), que supondría la pacificación del país bajo el férreo control
del shogunato o gobierno militar de los Tokugawa. Como señalan Ratti y Westbrook (1994), durante esta
época se sustituiría el conocimiento general de las artes guerreras (bujutsu), tremendamente práctico en
el campo de batalla, por un conocimiento más especializado de cada arte marcial, cuyo currículo desa-
rrollarían las diversas escuelas marciales o ryu, y de ahí la afirmación de Kano. Esto no quiere decir que
esta afirmación no sea una simplificación de la realidad, puesto que anteriormente a la Era Tokugawa ya
existieron algunas escuelas de jujutsu (Mol, 2001).
3 Hachinosuke Fukuda (1829-1880) y Masamoto Iso (1818-1880), de la Tenshin Shin’yo Ryu, y
Tsunetoshi Iikubo (1835-1889), de la Kito Ryu. Desde sus inicios como practicante, en 1877, y hasta la
fundación de su propio dojo, el Kodokan, en 1882, Jigoro Kano acumuló aproximadamente cinco años
de práctica. Kano también conocería otros estilos de combate, tanto japoneses como occidentales (Villa-
món y Brousse, 1999; Watson, 2000).
4 El “Do” japonés, tan propio de las artes marciales (karatedo, aikido, kendo, kyudo, etc.), así como de
un buen número de tradiciones con un profundo significado ético y estético (chado –camino del té–, kado
–el camino de las flores–, shodo –el camino de la escritura–, kodo –el camino de las fragancias–, etc.).
Kano identifica el do con el propio camino o trayectoria vital.
5 También se ha traducido como “flexibilidad”, y judo como “el arte de la flexibilidad”. Esto ha condu-
cido en ocasiones a confundir este concepto de flexibilidad (suavidad, capacidad de ceder o amoldarse a)
con la capacidad física de la flexibilidad, la cual no representa el concepto de judo.
6 Esta ejemplificación se realizaría con toda probabilidad mediante la técnica uki otoshi (caída flotante)
(véase Kano, 1937: 12-13), una de las técnicas aparentemente más sencillas del judo, y que en una de
sus variantes se realiza llevando una rodilla al suelo, como sucede en la nage no kata (forma de las pro-
yecciones).
7 Aquí Kano realizaría esta ejemplificación a través de la técnica tomoe nage (proyección en círculo),
una de las técnicas visualmente más atractivas del judo y que ha sido utilizada como recurso en infinidad
de combates simulados en películas y series televisivas.
42 “La contribución del judo a la educación” de Jigoro Kano ◊ Carlos Gutiérrez y Mikel Pérez
máxima eficiencia en el uso del cuerpo y la mente8, y el Jiujitsu no es otra cosa que
una aplicación de este principio que abarca todo al ataque y a la defensa.
¿Puede aplicarse este principio en otros ámbitos de la actividad humana? Sí,
este mismo principio puede ser aplicado a la mejora del cuerpo, haciéndolo fuerte,
sano y útil, y esto es lo que constituye la educación física. También puede apli-
carse a la mejora de la fuerza moral e intelectual, y de esta manera constituye la
educación moral y mental. También puede aplicarse al mismo tiempo a la mejora
del régimen alimenticio, de la vestimenta, del hogar, de la vida en sociedad, y
de estrategia de los negocios, constituyendo de este modo el estudio y el entre-
namiento para la vida. Yo di el nombre de “Ju-do” a este principio que abarca
todo. Por tanto JUDO, en su sentido más completo, es un estudio y un método
de entrenamiento del cuerpo y de la mente así como de la regulación de la vida
y de los acontecimientos9.
E1 Judo, por tanto, en una de sus facetas, puede ser estudiado y practicado con
el ataque y la defensa como su objeto principal. Antes de que yo fundase el Kodokan,
esta faceta de ataque y defensa del Judo sólo era estudiada y practicada en Japón bajo
el nombre de Jiujitsu, algunas veces denominado Taijutsu, significando el arte de
controlar el cuerpo, o Yawara, el “control suave”. Pero vine a pensar que el estudio
de este principio que abarca todo es más importante que la mera práctica del Jiujitsu,
porque la auténtica comprensión del principio no sólo le permite a uno aplicarlo a
todas las facetas de la vida, sino que también es de gran utilidad para el propio estudio
del arte del Jiujitsu10.
Se puede llegar a entender este principio no únicamente por el procedimiento
que yo he seguido. Uno puede llegar a la misma conclusión a través de la interpreta-
ción filosófica de las transacciones cotidianas de los negocios, o por un razonamiento
filosófico abstracto. Pero cuando empecé a enseñar Judo pensé que era conveniente
8 Seiryoku zen’yo, más exactamente “máxima eficiencia en el uso de la energía vital”. Citando a
Maekawa y Hasegawa (1963: 9), “Consideraremos ahora qué quiere decir ‘la utilización más efectiva
de la energía’ que Kano defendía tan enfáticamente. ‘Más efectiva’, huelga decir, se relaciona con
el resultado de una acción, y cuando el objetivo se logra del mejor modo, puede decirse que es ‘más
efectivo’. En relación a esto, Kano decía que ‘Cualquier cosa que haga una persona, debe hacerlo
para obtener buenos resultados. El mejor medio para obtener buenos resultados es utilizar la propia
energía en la dirección correcta con el menor gasto posible, y con efectividad’… También ‘Utilizar
con efectividad la propia energía física y espiritual significa obtener los máximos resultados de ello’…
Donde si la ‘energía’ es utilizada o no con efectividad sólo puede decidirse por el resultado, teniendo
que considerar también el método mediante el que ésta se gasta. En cualquier caso, la razón por la que
Kano estableció un principio fundamental como este fue por su fuerte deseo de adoptar el racionalismo
y la eficiencia moderna…”.
9 Kano expresa aquí su concepción del judo como un principio que puede manifestarse en cualquier ac-
tividad humana, trascendiendo la práctica del deporte que hoy conocemos como “judo”. Obsérvese la iden-
tidad, por tanto, del Principio de máxima eficiencia en el uso de la energía vital (Seiryoku zen’yo) y el judo,
o, dicho de otra manera, el concepto del judo como Principio de máxima eficiencia en el uso de la energía
vital. Obsérvese también el carácter pedagógico (Educación de…, Preparación para…) que Kano atribuye
a la aplicación de este principio, dotando de pleno sentido la fundación de una escuela (el Kodokan) para
estudiar y desarrollar una trayectoria vital integral –camino– basada en la aplicación del mismo.
10 Aquí se apunta la importancia de la reflexión sobre la acción para mejorar la propia acción; es decir,
frente a una pedagogía basada en el “hacer y hacer” –o “repetir y repetir”– tan característica en muchas
formas de enseñanza de las artes marciales, que consideran que el practicante llegará a interiorizar y apli-
car correctamente los principios y las técnicas mediante la mera repetición (método inductivo), Kano
ensalza la importancia de la propia comprensión del principio para su posterior aplicación en técnicas
específicas y, en general, a cualquier aspecto de la vida (método deductivo).
11 El interés de Kano por la educación corporal no ha de buscarse únicamente en el hecho, tan rei-
terado en sus más o menos extensas biografías, de que durante su niñez fuese un chico frágil que sufrió
los abusos a los que se suele someter a los estudiantes débiles, y que a consecuencia de ello se viese en la
necesidad de fortalecer su cuerpo. Además, este interés ha de contextualizarse en un momento histórico
(finales del s. XIX) de gran evolución de las escueles gimnásticas europeas, bien conocidas por Kano
debido a su extensa formación y a sus viajes de estudio al viejo continente.
12 Como bien señalan Brousse, Villamón y Molina (1999: 186), en el randori “… se intenta dominar
al compañero, pero esta no es la meta final, sino que representa únicamente un medio para alcanzar el
desarrollo personal. El resultado, en términos de ganar o perder, no importa, así que no hay necesidad de
‘hacerlo bien’. El placer y la satisfacción pueden obtenerse del proceso de experimentación y búsqueda de
soluciones a los muchos problemas que aparecen espontáneamente o que son creados por uno mismo”.
13 Kata es un concepto nuclear dentro de la cultura japonesa, que define el modo o manera correcta de
hacer las cosas. Como señala Ebell (2008: 31), “… las katas son formas para ser seguidas, asegurando que
un cuerpo preciso de conocimientos se transfiera del profesor al estudiante. Es una especie de plantilla
para ser seguida tanto en el aprendizaje como en la ejecución”. En el judo, por tanto, aseguran la transmi-
sión fidedigna de las técnicas de profesor a alumno, aunque aquí la justificación de Kano se oriente espe-
cíficamente hacia la seguridad de la práctica que éstas proporcionan. Otaki y Draeger (1997) dividen las
ocho katas oficiales del Judo Kodokan en cuatro grupos: randori (nage no kata y katame no kata), defensa
personal (kime no kata y goshin jutsu no kata), educación física (ju no kata y seiryoku zen’yo kokumin taiiku)
y teoría del judo (itsutsu no kata y koshiki no kata).
14 Kano muestra aquí una visión muy ecléctica del judo, en consonancia con lo que actualmente han
venido a denominarse facetas, vertientes u orientaciones del judo y en general de las artes marciales
(Theeboom, De know y Wylleman, 1995; Villamón, Carratalá y Pablos, 1995). No escasean, en este
sentido, discursos posteriores que han tratado de definir “lo que es” o “lo que no es” el judo, tanto desde
una perspectiva “tradicionalista” como “radicalmente deportiva”. Parece que para Kano, sencillamente,
es judo si se ajusta al Principio de máxima eficiencia en el uso de la energía vital.
44 “La contribución del judo a la educación” de Jigoro Kano ◊ Carlos Gutiérrez y Mikel Pérez
Ahora veremos cómo los sistemas de educación física existentes pueden sopor-
tar esta prueba.
Tomando los deportes en conjunto, no puedo evitar pensar que no son la
forma ideal de educación física, ya que cada movimiento no se selecciona para el
desarrollo completo del cuerpo sino para lograr otro propósito definido. Y además,
como normalmente necesitamos un equipamiento especial y a veces un buen número
de personas para participar en ellos, los deportes son adecuados como entrenamiento
para grupos selectos de personas y no como medios para mejorar la condición física
de toda una nación. Esto sigue siendo cierto en el boxeo, la lucha, y diferentes tipos
de ejercicios militares que se practican por todo el mundo15. Entonces la gente puede
preguntar, “¿No son los ejercicios gimnásticos una forma ideal de entrenamiento
físico nacional?”.
A esto yo respondo que son una forma ideal de educación física puesto que
están ideados para el desarrollo integral del cuerpo, y no requieren necesariamente
de un equipamiento y participantes especiales. Pero los ejercicios gimnásticos carecen
de cosas muy importantes esenciales para la educación física de una nación completa.
Los defectos son:
15 Recordemos que el deporte que conoce Kano es aún fundamentalmente una práctica elitista que
sólo pueden permitiste las clases sociales más acomodadas.
16 Kano se refiere aquí a los ejercicios tipo “Tablas Gimnásticas”, tan habituales en el ámbito educa-
tivo y militar de la época, los cuales se centraban casi exclusivamente en el desarrollo corporal armónico
(cuerpo anatómico).
17 Se revela aquí la concepción social de la educación física que mantiene Kano, que habría de servir
para la educación de la nación en general y no únicamente para la formación de las élites.
18 Kano se refiere aquí a dos “propuestas gimnásticas” para una educación física nacional: el Kobo-shiki
o Bujutsu-shiki y el Buyo-Shiki. En un artículo publicado en 1937 (un año antes de su muerte) señalaba:
“El primero propone la gimnástica integrada en el entrenamiento ataque-defensa, denominado Kobo-
shiki, o Bujutsu-shiki. Se trata de un método que permite a los judokas lograr un físico equilibrado,
mientras que ofrece a los no judokas un ejercicio divertido y variado. Mientras que el Buyo-shiki (estilo
de danza, o de expresión) se creó inicialmente para el cultivo intelectual, en relación a todo lo que con-
cierne a la actividad interior de los seres humanos, del placer del espíritu a la fidelidad a la sociedad, del
comportamiento ético a la cultivación del gusto estético y de sentimientos refinados. Su ejercicio se basa
en la capacidad expresiva, y con los movimientos expresivos de varios segmentos del cuerpo se expresan
pensamientos, sentimientos y representaciones de la naturaleza. No obstante su contenido gimnástico se
va perfeccionando ulteriormente” (en Kano, 1998: 217). El Kobo-shiki o Bujutsu-shiki se materializaba en
la Seiryoku zen’yo kokumin taiiku no kata, o Forma de la Educación Física Nacional de La Máxima Eficacia.
(ibídem, p. 263), creada sobre 1924. El desarrollo del Buyo-shiki se muestra como más complejo, teniendo
como precedente conceptual la itsutsu no kata, creada por Kano en 1887. En 1927 Kano señalaba “… qui-
siera señalar otro sistema, por el momento en gestación, llamado ‘Educación física popular Hyogen-shiki’
(estilo de expresión), nacido sobre la consideración de que los movimientos deben contener un sentido
o significado antes que ser monótonos y automáticos. Se trata de un método con el cual, a la manera
de la kata Itsutsu, se trata de representar, a través de los movimientos corporales, los pensamientos, los
sentimientos, o bien la fuerza de la Gran Naturaleza, verificables por otra parte en las artes tradicionales
del No y de la danza. Pero el hecho de que no haya nacido como método de educación física y que por
tanto carezca de contenido gimnástico, me obliga a perfeccionarlo ulteriormente, con la esperanza de
presentarlo al público en fechas no lejanas” (ibídem, p. 265). Dos años más tarde el Kobo-shiki seguía
desarrollándose, mientras el Hyogen-shiki (aquí Kano no habla de Buyo-shiki) seguía en fase conceptual
(ibídem, p. 268). En 1934, dos años más tarde de pronunciar la conferencia que traducimos, señalaba:
“Y quien se vea atraído por la temática expresiva, por la manifestación de sentimientos y pensamientos,
o por el fluir de la naturaleza, sólo en la kata hallará la posibilidad de expresarse a través de nuestro mo-
46 “La contribución del judo a la educación” de Jigoro Kano ◊ Carlos Gutiérrez y Mikel Pérez
Una forma es la que llamé “forma simbólica”. Este es un modo de representar
ideas, emociones y diferentes movimientos de objetos naturales mediante el movi-
miento de las extremidades, cuerpo y cuello. La danza es uno de los ejemplos de esto,
pero originalmente la danza no fue diseñada teniendo como objeto la educación
física, y por tanto no puede decirse que cumpla con esos requisitos. Pero es posible
diseñar tipos especiales de danza creados para ajustarse a personas de diferente sexo
y condiciones físicas y mentales, y elaboradas para expresar ideas y sentimientos
morales, de modo que junto con el cultivo del aspecto espiritual de una nación pueda
desarrollar también el cuerpo de un modo que se ajuste a todos.
Esta “forma simbólica” es, creo, practicada en América y Europa de un modo
u otro, y ustedes pueden imaginar lo que quiero decir; por tanto ya no trataré sobre
ello de aquí en adelante19.
Existe otra forma a la que llamé “forma de ataque y defensa”. En ésta, he com-
binado diferentes métodos de ataque y defensa, de tal manera que el resultado con-
ducirá al desarrollo armonioso de todo el cuerpo. Los métodos ordinarios de ataque y
defensa enseñados en el Jiujitsu no puede decirse que sean ideales para el desarrollo
del cuerpo; por consiguiente, los he combinado especialmente de manera que cum-
plan las condiciones necesarias para el desarrollo armonioso del cuerpo. Esto puede
decirse que reúne dos propósitos: 1) e1 desarrollo del cuerpo, y 2) e1 entrenamiento
en el arte del enfrentamiento. Al igual que se exige a toda nación que vele por su
propia defensa, del mismo modo todo individuo debe saber cómo defenderse. En esta
época de iluminación, nadie se preocuparía de prepararse para una agresión nacional
o para el ejercicio de la violencia contra el prójimo. Pero la defensa en interés de la
justicia y de la humanidad no debe ser jamás descuidada ni por una nación ni por un
individuo.
Voy a mostraros mediante la práctica real este método de educación física en la
forma de ataque y defensa. Éste se divide en dos tipos de ejercicios: uno es el ejercicio
individual y el otro es el ejercicio con un oponente (como se demuestra)20.
Según lo que he explicado y mostrado mediante la práctica, habréis compren-
dido sin duda qué es lo que yo entiendo por educación física basada sobre el principio
de la máxima eficacia. Aunque sostengo con firmeza que la educación física de toda
una nación debe fundarse sobre este principio, al mismo tiempo no quiero decir que
se ponga poco énfasis en los deportes o en los diversos tipos de ejercicios militares.
Aunque no se les puede considerar como apropiados para la educación física de toda
una nación, en tanto que cultura de un grupo o de grupos de personas, tiene su valor
vimiento del arte y del cuerpo. Hablo del método Buyo-shiki (estilo de danza), creado hace algún tiempo
para el cultivo intelectual, al que intento inspirar en el futuro próximo un nuevo sistema, interpretándolo
como contenido gimnástico, además de estético y de placer” (en Kano, 1998: 212). Por lo que parece que
el perfeccionamiento del “estilo de expresión” como parte de la Educación Física Nacional de la Máxima
Eficacia no llegó a completarse, aunque está presente en movimientos de diversas katas como la itsutsu
no kata, ju no kata, o en la propia Seiryoku zen’yo kokumin taiiku no kata (movimiento kagami mikage o
“pulido del espejo”).
19 Como hemos señalado, esta forma expresiva no estaba tan desarrollada como otras facetas del judo,
por lo que no es extraño que Kano no ofreciese más explicaciones al respecto.
20 Se demostraría aquí la Seiryoku zenyo kokumin taiiku no kata, o Forma de la Educación Física Nacio-
nal de La Máxima Eficacia, cuya primera parte de ejercicios individuales (tandoku renshu) puede conside-
rarse como una tabla de gimnasia sueca cuyos movimientos están orientados hacia la defensa personal. La
segunda parte (sotai renshu) se compone de kime shiki (formas de decisión) y ju shiki (formas de suavidad)
(véase Kano, 1989: 239-251).
21 Aquí Kano invita al desarrollo de la vertiente deportiva y utilitaria (como método de ataque y
defensa) del judo.
48 “La contribución del judo a la educación” de Jigoro Kano ◊ Carlos Gutiérrez y Mikel Pérez
de convencer al oponente sobre un argumento no es lanzarle tal o cual ventaja, que
se derive del poder, de la sabiduría, o de la riqueza, sino de persuadirle de acuerdo con
las inviolables reglas de la lógica. Esta lección de que la persuasión, y no la coerción,
es eficaz –que es tan valiosa en la vida real– podemos aprenderla en el Randori.
Nuevamente enseñamos al aprendiz, cuando ha recurrido a cualquier treta para
superar a su oponente, a emplear solamente tanta fuerza como sea absolutamente
necesaria para el objetivo en cuestión y lo alertamos contra el empleo de demasiada
o muy poca fuerza. Hay no pocos casos en los que las personas fracasan en lo que
emprenden simplemente porque van demasiado lejos, no sabiendo cuándo parar y
viceversa.
Por tomar aún otro ejemplo, en el Randori enseñamos al aprendiz, cuando se
enfrenta a un oponente que está insensatamente excitado, a conseguir la victoria sin
resistirse directamente con toda la fuerza, sino jugando con él hasta que la propia furia
y fuerza de este último se gaste.
La utilidad de esta actitud en las transacciones cotidianas es evidente. Como
es bien conocido, no hay razonamiento que pueda ayudarnos cuando estamos frente
a una persona que está tan agitada que parece que ha perdido el control. Todo lo que
tenemos que hacer en tal caso es esperar hasta que su pasión se gaste por sí misma.
Todas estas enseñanzas las aprendemos de la práctica del Randori. Su aplicación a
la conducción de los asuntos cotidianos es un tema de estudio muy interesante y es
valioso como un entrenamiento intelectual para mentes jóvenes22.
Concluiré mi charla sobre la faceta intelectual del Judo refiriéndome breve-
mente a los medios racionales de aumentar el conocimiento y la energía intelectual.
Si observamos de cerca a la sociedad, nos damos cuenta por todas partes el modo en
que gastamos tontamente nuestra energía en la adquisición de conocimiento. Todo
lo que nos rodea siempre nos proporciona oportunidades para obtener conocimientos
útiles pero, ¿acaso no estamos desaprovechando constantemente la mejor utilización
de tales oportunidades? ¿Realizamos siempre la mejor elección de libros, revistas y
periódicos que leemos? ¿No constatamos a menudo que la energía que podría haber
sido gastada en la adquisición de un conocimiento útil es a menudo empleada en
la adquisición de un conocimiento que no sólo es perjudicial para uno mismo sino
también para la sociedad?
Además de la adquisición de un conocimiento útil, debemos intentar mejorar
nuestras facultades intelectuales, tales como memoria, atención, observación, juicio,
razonamiento, imaginación, etc. Pero no debemos hacer esto al azar, sino conforme
a las leyes psicológicas, de modo que la relación de esas facultades, las unas con las
22 La utilización de los principios del judo a la conducción de diversos aspectos de la vida fue implemen-
tada por el propio Jigoro Kano, que consciente de la imposibilidad de desarrollar los mismos únicamente en
el dojo fundó la Asociación Cultural del Kodokan en 1922 “para mejorar todas las facetas de nuestra vida
diaria” (Kano, en Maekawa y Hasegawa, 1963: 11). Actualmente existen iniciativas en este mismo sentido,
como es el caso del denominado “Verbal Judo” [Judo Verbal], un entrenamiento en habilidades comunica-
tivas orientado especialmente a las fuerzas de seguridad. “Verbal Judo es el propio principio del judo: utilizar
la energía de los otros para dominar las situaciones. Comprende un conjunto de principios y tácticas de co-
municación que permiten a quien las utiliza generar cooperación y lograr la conformidad voluntaria de otros
en situaciones estresantes, tales como sospechosos hostiles, víctimas trastornadas o asustadas, o cualquier
acción que genere diferencias entre el agente y la sociedad” (en http://www.verbaljudo.com). Los principios
y la práctica del judo también se han utilizado en numerosos programas de psicoterapia e inserción social
como medio para resolver los conflictos y canalizar la agresividad.
50 “La contribución del judo a la educación” de Jigoro Kano ◊ Carlos Gutiérrez y Mikel Pérez
El Judo es un estudio y un entrenamiento del cuerpo y la mente así como en la
regulación de la propia vida y asuntos. A partir del minucioso estudio de los diferentes
métodos de ataque y defensa llegué a convencerme de que todos dependen de la apli-
cación de un principio que abarca todo, a saber: “Cualquiera que sea el objetivo, la
mejor manera de alcanzarlo es mediante el mejor o máximo uso eficiente del cuerpo
y la mente para ese propósito”. Así como este principio aplicado a los métodos de ata-
que y defensa constituye el Jiujitsu, del mismo modo este mismo principio, aplicado
a la cultura física, mental y moral, así como a las maneras de vivir y de conducir los
asuntos, constituye el estudio de, o el entrenamiento en, esos aspectos23.
Una vez que es comprendida la verdadera importancia de este principio, puede
ser aplicado a todas las facetas de la vida y de la actividad y permite a uno llevar la
vida más alta y más racional.
La comprensión real de este principio no necesita necesariamente alcanzarse
mediante el entrenamiento en los métodos de ataque y defensa, pero como yo he
llegado a concebir esta idea a través del entrenamiento en estos métodos, hice de
tal entrenamiento en combate y del entrenamiento para el desarrollo del cuerpo los
medios normales para llegar hasta el principio.
Este principio de la máxima eficiencia, cuando se aplica al aumento o al per-
feccionamiento de la vida social, al igual que cuando se aplica a la coordinación del
cuerpo y de la mente –en la ciencia del ataque y de la defensa– requiere, en primer
lugar, orden y armonía entre sus miembros, y esto sólo puede lograrse mediante la
ayuda y las concesiones mutuas, llevando a un bienestar y a un beneficio mutuos24.
El objetivo final del Judo es, pues, inculcar en la mente del hombre un espíritu
de respeto por el principio de máxima eficiencia y de bienestar y beneficio mutuos,
llevándole a practicarlos de modo que el hombre individual y colectivamente pueda
alcanzar la condición más alta, y, al mismo tiempo, desarrollar el cuerpo y aprender
el arte del ataque y la defensa. RETRATO DE JIGORO KANO,
Si observamos de cerca el estado actual de la sociedad en todo el mundo, a pesar FUNDADOR DEL JUDO
del hecho de que la moralidad en todas sus formas (religiosa, filosófica y tradicional) KODOKAN.
tiene la intención de mejorar la conducta del hombre en sociedad y hacer el ideal Fotografía cortesía de la
de mundo, los hechos parecen realmente lo contrario. Observamos vicios, disputas, y National Diet Library
descontento en cualquier nivel de la sociedad, del más alto al más bajo. Mientras se (Japón), a través de su
página web.
A LA IZQUIERDA,
23 Señalaba Kano en 1918 la existencia de tres niveles en el judo: 1) Judo inferior, para el entrena-
CALIGRAFÍA DE KANO CON
miento del arte del ataque y de la defensa, que sería el ejercicio de base; 2) Judo medio, útil para la forma-
ción física y el cultivo mental, y que es consecuencia del entrenamiento en el arte del ataque y la defensa; EL PRINCIPIO SEIRYOKU
y 3) Judo superior, que describe la puesta en práctica del principio del judo al servicio de la sociedad (en ZEN’YO.
Kano, 1998 y 2005b). Maekawa y Hasegawa (1963) o Draeger (1974) también señalan que Kano diferen- A LA DERECHA, CALIGRAFÍA
ciaba entre kyogi judo, o judo en sentido limitado, que sería aquel practicado únicamente con el propósito
DE KANO CON EL PRINCIPIO
de adquirir fortaleza física o una buena técnica de combate –no sin cierto riesgo de poder caer en un ex-
cesivo reduccionismo nos atreveríamos a decir aquí que éste sería en la actualidad el judo deportivo en su JITA KYOEI.
sentido más estricto–, y kogi judo o judo en sentido amplio, que busca la educación integral de la persona
y con ello la mejora de la sociedad –lo que ahora ha venido a denominarse judo educativo–.
24 Aparece aquí el segundo gran principio del judo Kodokan: Jita Kyoei o Prosperidad y beneficio
mutuos. Jita Kyoei es la concreción del espíritu altruista de Jigoro Kano, que no concibe el perfecciona-
miento “individual” (de una persona, de un grupo, de una nación, etc.) al margen del perfeccionamiento
“colectivo” (de las demás personas, del resto de la sociedad, del país, de la humanidad). “Para el verda-
dero beneficio de uno mismo uno debe tener también en consideración el beneficio de la sociedad. La
más grande prosperidad de uno mismo puede ser lograda a través del servicio a la humanidad” (Kano, en
Maekawa y Hasegawa, 1963: 8).
25 Tengamos en cuenta que a principios de los años 30 Japón vivía un proceso de creciente militari-
zación, donde el poder político de los líderes militares era cada vez mayor. El 1931 Japón anexionaba la
provincia china de Manchuria, declarándose en febrero de 1932 el estado títere de Manchukuo. Poste-
riormente los japoneses utilizarían Manchukuo como base para atacar China. Como persona pacifista y
a la vez embajador no oficial de Japón, Kano debía albergar unos profundos sentimientos de desolación
sobre el rumbo que estaba tomando la historia de su país.
26 De la que Japón se retiraba un año más tarde, en 1933, siguiendo con su escalada hostil que le
conduciría a la II Guerra Mundial.
52 “La contribución del judo a la educación” de Jigoro Kano ◊ Carlos Gutiérrez y Mikel Pérez
BIBLIOGRAFÍA
Brousse, M. y Matsumoto, D. (1999) Judo. A Sport And A Way Of Life. Seoul:
International Judo Federation.
Brousse, M., Villamón, M. y Molina, J. P. (1999) “El judo en el contexto escolar”.
En Villamón, M. (dir.) Introducción al judo. Barcelona: Hispano Europea, pp.
183-199.
Draeger, D.F. (1974) The Martial Arts and Ways of Japan. Volume III: Modern Bujutsu
& Budo. New York: Weatherhill.
Ebell, S.B. (2008) “Competición Versus Tradición en el Judo Kodokan”. Revista de
Artes Marciales Asiáticas, 3(2), 28-37.
Kano, J. (1932) “The Contribution of Jiudo to Education”. Journal of Health and
Physical Education, 3, 37-40, 58.
Kano, J. (1937) Judo (Jujutsu). Tokyo: Maruzen Company.
Kano, J. (1974) “L’education par le Judo”. En Jazarin, J.L., Le Judo, école de vie. Paris:
Le Pavillon, pp. 189-207.
Kano, J. (1977, abril) “The Contribution of Jiudo to Education”. Judo USA, 3(2),
3-6
Kano, J. (1989a) Judo Kodokan. Madrid: Eyras.
Kano, J. (1989) “The Contribution of Jiudo to Education”. En Nelson, R.F. (ed.),
Martial Arts Reader. An Anthology of Historical and Philosophical Writings. New
York: Woodstock, pp. 199-209.
Kano, J. (1995) Judo (Jujutsu). Roma: Mediterranee.
Kano, J. (1998) Fondamenti del Judo. Milán: Luni Editrice.
Kano, J. (2005) “The Contribution of Judo to Education”. Disponible en http://www.
judoinfo.com/kano.htm [Consulta 12/05/2006].
Kano, J. (2005b) Mind Over Muscle: Writings from the Founder of Judo. Tokyo:
Kodansha International.
Maekawa,M. y Hasegawa, Y. (1963) “Studies on Jigoro Kano. Significance of his
ideals of Physical Education and Judo”. Bulletin of the Association for the Scientific
Studies on Judo, Kodokan, Report 2, 1-12. Disponible en http://www.bstkd.com/
judorev/jobo1.htm [Consulta 23/06/2008].
Mol, S. (2001) Classical Fighting Arts of Japan. A Complete Guide to KoyÀJÀjutsu.
Tokyo: Kodansha International.
Otaki. T. y Draeger, D.F. (1997) Judo formal techniques: A Complete Guide to Kodokan
Randori No Kata. Rutland/Tokio: C. E. Tuttle Co.
Ratti, O. y Westbrook, A. (1994) Los Secretos del Samurai. Las artes marciales en el
Japón Feudal. Madrid: Alianza Deporte.
Theeboom, M., De Knop, P. y Wylleman, P. (1995) “Traditional Asian martial arts
and the West”. Journal of Comparative Physical Education and Sport, 17, 57-69.
Villamón, M. y Brousse, M. (1999) “Evolución del judo”. En Villamón, M. (dir.),
Introducción al judo. Barcelona: Hispano Europea, pp. 103-139.
Villamón, M., Carratalá, V. y Pablos C. (1995) “Judo tradicional, judo rendimiento
y judo para todos: tres orientaciones”. En VV.AA., Àmbits específics dels esports
i l’educació física. Lleida: INEFC, pp. 283-292.
Watson, B.N. (2000) The Father of Judo: A Biography of Jigoro Kano. Tokyo: Kodansha
International.