Escala Latinoamericana de C

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Escala Latinoamericana de Calidad de Vida (CV): Desarrollo, aplicaciones y


resultados

Andrea Silvana Aznar y Diego González Castañón


Fundación ITINERIS – Talleres de Capacitación Institucional en Discapacidad
[email protected]
www.itineris.org.ar
(54)(11)4772-9814
Introducción
Luego de varios años de trabajo en diferentes ciudades de Latinoamérica enseñando
y difundiendo el modelo clásico de calidad de vida (14), notamos que su jerarquización y su
lógica no se aplicaba naturalmente en nuestro contexto, al punto de desafiar el sentido
común. La pobreza y las altas tasas de desempleo típicas en Latinoamérica no parecían
afectar los puntajes de la calidad de vida obtenidos con herramientas basadas en el modelo
clásico. Con el propósito de obtener indicadores relevantes para las familias de personas
con discapacidad mental que viven en Latinoamérica e investigar sobre su agrupamiento e
interacción diseñamos una investigación participativa sobre calidad de vida con y para las
familias. Los objetivos por los cuales se invitó a participar a las familias fueron
- Confeccionar una herramienta para evaluar la CV en Latinoamérica e identificar sus
componentes
- Que la misma fuera útil y entendible, permitiera evaluar y guiar intervenciones,
contribuyera a desarrollar programas y tuviera el efecto de concienciar a las familias
participantes sobre la calidad de sus vidas.
- Comprobar la sensibilidad de la herramienta a las variaciones entre poblaciones

Materiales y métodos

Participaron familias residentes en Argentina, México, Guatemala, Honduras, Perú,


Bolivia, Chile, Puerto Rico, Venezuela, Brasil, Colombia y Uruguay. Uno de sus
integrantes, por lo general un hijo o hija, tenía una discapacidad intelectual de cualquier
etiología y requerimiento de apoyo. Pertenecían a diversos niveles socioeconómicos y
vivían en todo tipo de ciudades (pequeñas de 10.000 habitantes o megaurbes de 10 millones
de personas). Las familias, convocadas a través del correo electrónico, de la WWW (9), o
de un periódico especializado en discapacidad (3) que se distribuye en varios países del
cono sur, participaron como tales, reuniéndose en sus hogares tantas veces como quisieran
o fuera necesario.
La información se envió y recibió por correo, correo electrónico o en persona, en
forma directa o a través de un voluntario que facilitaba la participación de grupos de 5 a 30
familias, (recibía, imprimía y distribuía los materiales y, una vez completados, los recogía y
enviaba). El número de familias se incrementó en cada etapa, especialmente las residentes
en Argentina. 30 familias participaron durante los 18 meses de la investigación. En cada
etapa se enviaban convocatorias abiertas invitando a participar a más familias, las
indicaciones, las consignas y las grillas correspondientes, (que se completaban colocando
una cruz) y un resumen de los objetivos de la investigación y de las etapas previas.
El equipo de análisis estuvo constituido por una madre (líder en el movimiento de
autogestión en Argentina y psicóloga social), una trabajadora social (especializada en el
2

trabajo con familias y personas con discapacidades intelectuales), una psicóloga clínica y
un psiquiatra. Durante 18 meses, este equipo mantuvo 15 reuniones formales de tres horas,
y numerosos contactos telefónicos y virtuales, para analizar las respuestas de las familias,
tomar decisiones metodológicas y ejecutivas, redactar las consignas, grillas e informes de
avance correspondientes a cada etapa.

Etapa uno
Las familias respondieron dos preguntas: ¿qué es para su familia vivir una vida de
calidad? y ¿qué es para su familiar con discapacidad vivir una vida de calidad? Cincuenta
familias enviaron sus respuestas por escrito, las cuales fueron transcriptas en diapositivas
de Power Point 2000 (10) y examinadas en sucesivas reuniones por el equipo, para
identificar todas las ideas referidas a la calidad de vida contenidas en cada respuesta. Se
elaboró una lista de temas, expresados en frases simples y no personalizadas. Los cuatro
miembros del equipo identificaron en forma independiente, a cuál de los ocho dominios de
calidad de vida clásicas correspondían los enunciados.

Etapa dos
Las familias señalaron qué grado de relación de cada uno de los enunciados con lo
que ellas consideraban una vida de calidad, (completamente relacionado, muy relacionado,
algo relacionado, poco relacionado, nada relacionado). 68 familias enviaron sus
formularios.
Se asignó un valor numérico a cada una de las respuestas, desde 1 = nada
relacionado hasta 5 = completamente relacionado. Se obtuvo el puntaje de relación
promedio y el desvío estándar para cada uno de los enunciados. Se seleccionaron los que
tuvieron el puntaje más alto, como primer criterio, y el desvío estándar más pequeño, como
segundo criterio.
Se decidió agrupar los enunciados seleccionados en áreas con nombres y
definiciones comprensibles por cualquier miembro de la familia. A partir de un listado con
más de 20 nombres de áreas utilizadas en la evaluación de la calidad de vida, el retraso
mental y las habilidades adaptativas, el equipo seleccionó 6 nombres que parecían cubrir
todo el espectro de los enunciados seleccionados y elaboró definiciones simples de los
mismos. Los miembros del equipo identificaron independientemente a cuál de esas seis
áreas de calidad de vida clásicas correspondían los enunciados.

Etapa tres
Las familias clasificaron los enunciados más relacionados con la calidad de vida en
una de las siguientes seis áreas

Bienestar Emocional: Estar satisfecho consigo mismo, con las personas que son
importantes para uno y con la vida que se vive
Fortaleza y Crecimiento personal: Crecer, aprender, tomar decisiones y ser protagonista
de la propia vida
Normas de Convivencia: Ejercer los derechos, respetar las normas sociales y cumplir con
los deberes ciudadanos
Bienestar Físico y Material: Estar sanos, vivir en un lugar, alimentarse, vestirse y tener
cosas que nos satisfacen
Vida en Familia: Pertenecer a un grupo de personas a las que nos unen lazos sanguíneos y
3

/o de profundo cariño
Relaciones Sociales y con la Comunidad: Relacionarse con amigos, vecinos, conocidos y
participar en actividades en la comunidad

124 familias enviaron sus formularios. Se calculó el porcentaje de familias que


clasificaban a un enunciado como perteneciente a una determinada área. Aquellos que por
lo menos la mitad de las familias identificaba como pertenecientes a una determinada área,
lo que llamamos indicatividad, fueron considerados indicadores. Se seleccionaron los
indicadores de cada área que tenían mayor puntaje de relación con la calidad de vida,
mayor concordancia de las familias a este respecto y mayor indicatividad.

Etapa 4
Se formuló los indicadores de forma que expresaran un elemento importante y
satisfactorio de la calidad de la vida de una persona. Se confeccionaron planillas con los
indicadores agrupados en las seis áreas y un sector para instrucciones, datos personales y
comentarios. Cada indicador fue evaluado con tres parámetros:
 Satisfacción: con el formato “Soy conocido en el barrio”, quien respondía debía marcar
con qué frecuencia (Siempre, A veces, Nunca) se cumplía ese indicador para la persona.
 Importancia: con el formato “Ser conocido en el barrio es importante”, quien respondía
debía marcar con qué frecuencia (Siempre, A veces, Nunca) ese indicador era
importante para la persona.
 Necesidad de apoyo: con el formato “Necesito ayuda para ser conocido en el barrio”,
quien respondía debía contestar Sí o No

90 personas con discapacidad mental de Argentina (o sus padres o cuidadores


directos), todas ellas de nivel socioeconómico bajo o medio bajo, completaron versiones
intermedias de este formulario durante reuniones de capacitación coordinadas por los
autores, para identificar y solucionar cualquier inconveniente en la comprensión. En
algunos casos se conversó sobre el porqué de las diferentes respuestas.
El equipo probó diferentes formas de obtener puntajes individuales y perfiles de
calidad de vida. Se evaluó la sensibilidad del instrumento al aplicarse a diferentes contextos
y diferentes personas con discapacidad, la coherencia de las variaciones con su situación, la
independencia de las áreas y componentes y su correlación simple y múltiple.

Resultados
Etapa uno
Se identificaron 111 temas que fueron formulados en frases simples, en español.
Los cuatro miembros del equipo clasificaron estos 111 enunciados de acuerdo con los ocho
dominios de calidad de vida clásicos, (concordancia entre los evaluadores = 80.73). Se
calculó entonces el porcentaje de enunciados que hacían referencia a cada uno de los ocho
dominios, considerándolo una medida indirecta de la importancia asignada a cada uno para
la calidad de vida.
En esta muestra de personas que viven en Latinoamérica, la CV se basa
ampliamente en el Bienestar emocional y las Relaciones interpersonales, mientras que al
Bienestar físico y material se les asigna una importancia menor. El gráfico siguiente
muestra los porcentajes de alusión.
4

El gráfico siguiente la comparación con la pirámide descrita por Schalock (4) y


permite apreciar las diferencias culturales en la jerarquización de las diferentes áreas de la
calidad de vida.

Etapa dos
Las 111 frases recibieron un puntaje de relación promedio de 4,23 con un desvío
estándar de 0,89. Se retuvieron para la fase posterior 56 frases con un puntaje > 4 y un
desvío estándar menor de 0,8. Los cuatro miembros del equipo de investigación clasificaron
estas 56 frases en forma independiente de acuerdo con los seis dominios propuestos,
obteniendo una concordancia del 100% en el 56% de los enunciados y del 75% en un 25%
adicional (una concordancia general de 83%).
5

Por lo general, a mayor importancia del tema se correspondía un menor grado de


dispersión de las opiniones.

10 Temas más importantes 10 Temas menos importantes


1 Tener alguien que me ame en mi familia 102 Cumplir con las obligaciones ciudadanas
2 Tener alguien que me ame 103 Tener una mascota
3 Tener un lugar donde vivir 104 Ser protagonista de la vida
105 Que las responsabilidades sean distribuidas entre todos
4 Ser feliz
los miembros de la familia
5 Tener paz 106 Ser independiente
6 Tener salud 107 Tener fe y confianza en Dios
7 Aprender de acuerdo a las capacidades 108 Decidir qué queremos para nuestra vida
8 Tener alguien con quien compartir los logros 109 Tener un trabajo pago
9 Comer 110 Vivir solo
10 Ser visto como alguien capaz de sentir 111 Pagar los impuestos

Etapa tres
7 frases por área fueron consideradas indicadores. Los casos en los que la
indicatividad es menor que 50%, concentraban de todos modos el valor indicativo para el
área correspondiente con respecto a las otras cinco áreas.

Bienestar Emocional
Ser amado por alguien 54%
Ser feliz 72%
Vivir con tranquilidad 51%
Tener algunas cosas que me hagan feliz 41%
Disfrutar de los logros 47%
Aceptarse como uno es 58%
Tener quien nos diga cuánto nos valora 42%
Fortaleza y crecimiento personal
Aprender según las capacidades que se tienen 86%
Ser visto como alguien capaz de pensar por sí mismo 57%
Desarrollarse como persona 71%
Tener oportunidades para aprender 69%
Hacer frente a las situaciones desagradables 65%
Volver a empezar cuando se cometen errores 80%
Plantearse metas 88%
Normas de convivencia
Ser tratado de igual a igual 49%
Nuestros lugares personales son respetados 56%
Nuestros gustos y preferencias son respetados 53%
Nuestros tiempos personales son respetados 71%
Tener responsabilidades 42%
Respetar los límites, las reglas, las normas 90%
Ejercer los derechos ciudadanos 87%
Bienestar físico y material
Estar sano 87%
Comer 91%
6

Recibir los remedios que se necesitan 86%


Vestirse 87%
Estar limpio 84%
Tener accesorios que normalicen la vida cotidiana 73%
La familia tiene una situación económica estable 73%
Vida en familia
Sentirse cómodo en familia 60%
Compartir momentos agradables en familia 73%
Que cada miembro de la familia sea feliz 49%
Tener tiempo para compartir en familia 68%
Estar unidos en familia 85%
Recibir ayuda de la familia 74%
Compartir los problemas con la familia 82%
Relaciones sociales y con la comunidad
Tener alguien con quien dialogar 55%
Tener actividades para recrearse 54%
Recibir ayuda de personas que no son de la familia 89%
Tener una ocupación en la comunidad 75%
Amar a alguien que no sea de la familia 59%
Ser conocido en el barrio 92%
Compartir la vida con amigos 81%

Etapa 4
El equipo diseñó y probó no menos de cinco formatos para el instrumento final, con
diferentes formulaciones de los mismos indicadores, eliminando tecnicismos y vocabulario
inaccesible. Las familias y los trabajadores no encontraron dificultades mayores para
completar cada uno de los ítem, tarea que demanda entre 15 y 25 minutos. Tanto las
personas con discapacidad mental, las familias y los trabajadores que respondieron en
nombre de su familiar o su paciente, pudieron comentar con los otros sobre la calidad de
vida, identificando los temas importantes en los cuales existía algún grado de insatisfacción
y requerimiento de ayuda, argumentando en forma coherente la fundamentación de sus
respuestas. Sin embargo, la pregunta sobre la necesidad de ayuda fue eliminada de la
versión definitiva, ya que era respondida masivamente por la positiva, independientemente
de la calidad de vida y los recursos existentes.
El equipo ensayó diversas formas de presentar los resultados: puntaje total,
porcentaje relativo al total, puntaje por áreas, encontrando siempre problemas de
comprensión entre profesionales y no profesionales. Finalmente se escogió el formato de
columnas apiladas al 100% para describir a los grupos y el de puntaje relativo al total para
los individuos. En ambos casos, en vez de utilizar la escala numérica, en el eje Y se
especifica el rango (bajo, mediano y alto) calculado de acuerdo al mínimo y al máximo
puntaje posible en la escala. El análisis de significación se realizó en todos los casos con el
método de 2.
7

Calidad de vida (p = 0,00%) Bajo Mediano Alto


100%

80%

60%

40%

20%

0%

F.
.
l

C.
na

.
na

en
de

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y
oc

F.

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as
Em

.p

B.

Vi

l
rm

Re
C

No
B.

y
F.

A modo de ejemplo, el gráfico permite apreciar el porcentaje de individuos en cada


rango. Pese a contar con una buena situación física, material y emocional, en este subgrupo
evaluado se aprecian deficiencias en la subescala de Relaciones sociales y con la
comunidad.
Relaciones sociales y con la comunidad
Bienestar Físico y material (Palomar) (Palomar)
Alto

Alto
Mediano

Mediano
Bajo
Bajo

Familias
Familias

Este par de gráficos muestran los puntajes individuales de dos grupos de individuos,
permitiendo observar las diferencias entre grupos y entre áreas (diferente dispersión y valor
promedio).
La escala es sensible a las condiciones de los distintos grupos evaluados y permite
identificar las personas con alta, mediana y baja CV en cada una de las 6 áreas. Las
variaciones son coherentes con la expectativa basada en el juicio clínico. Así, las personas
8

más pobres puntuaban peor en la escala de Bienestar físico y material, las personas
internadas en forma crónica, puntuaban bajo en las escalas de Vida en familia y de
Relaciones con la comunidad.
Las comparaciones entre los grupos pueden ser altamente significativas (p =
0.001%, para el caso de los 5 grupos, de ciudades distintas, comparados en el gráfico
siguiente).

Puntaje general deCalidad de vida


(p = 0,00%)
Bajo Mediano Alto
100%

80%

60%

40%

20%

0%
Palomar San Martín Lagos Rosario Resistencia

Al investigar los coeficientes de correlación entre las áreas se encontró que variaban
entre un máximo de r = 0.57 (entre Derechos y Relaciones sociales), hasta un mínimo de r
= 0.17 entre Bienestar físico y material y Fortaleza y el crecimiento personal). Por lo tanto,
se consideró que las seis áreas eran independientes entre sí

B. Emocional F. y C. personal
Normas de C. B. F. y M. Vida en F. Rel. S. y C.
B. Emocional 1,00 0,44 0,48 0,31 0,38 0,41
F. y C. personal 0,44 1,00 0,47 0,17 0,31 0,36
Normas de C. 0,48 0,47 1,00 0,23 0,43 0,51
B. F. y M. 0,31 0,17 0,23 1,00 0,30 0,42
Vida en F. 0,38 0,31 0,43 0,30 1,00 0,39
Rel. S. y C. 0,41 0,36 0,51 0,42 0,39 1,00

El análisis de regresión múltiple utilizando a cada área como variable dependiente y


al resto como independientes, mostró que Normas de convivencia era relativamente más
dependiente (R2 = 45.53) y que Bienestar físico y material la más independiente de la
variación en las demás áreas (R2 = 21.83).
9

Regresión Múltiple
50

40

30

20
B. F. y C. Normas de B. F. y M. Vida en F. Rel. S. y C.
Emocional personal C.
Variable dependiente

El área menos satisfecha en todos los grupos es la de Relaciones sociales y con la


comunidad.

Relaciones sociales y con la comunidad


(p = 0,65%)
Bajo Mediano Alto
100%

80%

60%

40%

20%

0%
Palomar San Martín Lagos Rosario Resistencia
10

Discusión
Etapa uno
Las familias y los investigadores utilizan procesos diferentes que para descubrir,
pensar y operar sobre la realidad. Para un grupo de familias no seleccionadas de
Latinoamérica, la calidad de vida se halla fundamentalmente basada en el bienestar
emocional y las relaciones interpersonales. Éste perfil resulta aún más llamativo sabiendo
que muchas de las familias participantes pertenecen a una clase económica baja o media
baja.
El significado de una vida de calidad es independiente de las más razonables y
lógicas consideraciones académicas. Es un concepto de contenido y significado altamente
locales. Por otro lado, mientras se encuentran insatisfechas las necesidades humanas
básicas, no podemos hablar de una vida de calidad, ni siquiera de una vida aceptablemente
digna. A nuestro entender, habría un umbral por debajo del cual la pregunta por la calidad
de la vida no tiene sentido. Ésta dinámica podría relacionarse con los comentarios de
Cummins (2), según quien el bienestar personal tiene un comportamiento sigmoideo, con
un umbral inferior y un umbral superior más allá de los cuales la estabilidad del sistema se
pierde.
Las respuestas a ambas preguntas realizadas en esta etapa no se diferenciaban con
respecto a su temática, solo en la amplitud de las metas o en su complejidad; básicamente,
las familias se conformaban con menos en el caso de su familiar con discapacidad
intelectual.

Etapa dos
Al analizar los diez temas considerados más importantes y los diez menos
importantes, descubrimos un perfil cultural o regional diferente del que habitualmente se
desprenden de las herramientas de calidad de vida elaboradas en países del primer mundo,
aún con personas de diferentes entornos culturales y niveles socio económicos. Preguntar si
la persona recibe una cantidad de alimentos suficientes es pertinente e importante en
Latinoamérica. Sería impertinente y descortés preguntar por el grado de satisfacción
laboral, ya que el nivel de desempleo supera el 15 o el 20%, y las personas comprenden que
el trabajo no entra dentro de la esfera habitual de sus elecciones.
En Latinoamérica, los jóvenes convencionales permanecen en el hogar paterno
típicamente hasta que deciden vivir con sus parejas, la evasión tributaria no es percibida
como una falta grave por los ciudadanos y la mayoría no practica la religión a la cual
pertenece. Estas características no son contradicciones, aunque no encontremos la lógica a
ser pobre y pensar que el bienestar material no es lo más importante. Ninguna cultura es
lógica, en todas se encuentran rarezas y sin sentidos aparentes. Cada cultura es lo que es,
ontológicamente diferente de otras. Las culturas nos siguen la lógica académica sino una
mucho más compleja. Para ser sensible a lo cultural, una teoría y sus herramientas deben
ser necesariamente multifactoriales y complejas.

Etapa tres
Quizás un análisis estadístico hubiera permitido extraer agrupamientos a partir del
listado de indicadores ordenado por puntaje de relación. Con el procedimiento utilizado,
una frase se transforma en un indicador de una determinada área de calidad de vida porque
la mayoría de las familias reconoce en ella la indicatividad hacia aquel tema más amplio.
Aún si demostráramos la coincidencia total de ambos métodos, con la obvia
11

ganancia de tiempo, preferiríamos el método "artesanal", porque de este modo la


producción de conocimiento se hace junto con las familias, al ritmo de su proceso. Si el
conocimiento es generado unilateralmente por los investigadores se produce desde el
comienzo una brecha entre investigadores y familias. Si el conocimiento lo generan otros,
las familias sólo podrán involucrarse en la medida en que se acomoden a ese conocimiento
culturalmente y científicamente validado (e incuestionable con los medios de los cuales
dispone una familia). Si el conocimiento se genera a través de la colaboración entre
familias e investigadores, las familias pueden ocupar el centro de los servicios, elegir,
organizar, evaluar. La revolución copernicana de la que habla Turnbull (16) sólo se logra si
las familias son capaces de asumir el centro del sistema. Y por más que se las coloque en el
centro o se las declare el centro, sólo funcionarán así si pueden comprender lo que están
haciendo, si se modifican la distribución del poder de decisión y las prácticas dentro del
sistema. Una estructura análoga es la que hace que la planificación centrada en la persona
sea algo genuino o solo bienintencionado.
Ya que las familias participantes desconocen la literatura sobre calidad de vida, las
similitudes y coincidencias con otras herramientas y teorías (11) nos hace suponer que
existe alguna universalidad de ciertos temas relacionados con la calidad de vida desde el
punto de vista de las familias. En la tarea de investigación, la universalidad es un punto de
llegada y no un punto de partida; presuponer la importancia de ciertos temas nos impide ver
las singularidades culturales. Es posible que las áreas, generalizaciones más abstractas, sean
más coincidentes que los indicadores mismos, (que por señalar hacia algo son altamente
locales, contextuales).
Elegimos nombres comunes para las áreas para que fueran utilizables por cualquier
familia, comprensibles y percibidos como parte de su vida cotidiana. Por ejemplo,
Autodeterminación no es parte del vocabulario habitual y requiere una explicación previa.
Derechos hubiera sido entendido como algo referido a las leyes, (que no se cumplen y que
no modifican demasiado la realidad para el habitante común de Latinoamérica); Normas de
Convivencia permite dirigir la mirada de que quienes responden hacia algunos derechos
humanos básicos aplicados a su vida cotidiana.

Etapa 4

Es posible que la herramientas resulte aplicable a cualquier persona, tenga una


discapacidad o no. Confeccionar una herramienta exclusivamente para personas con
discapacidad mental hubiera sido un procedimiento con un potencial estigmatizante y
hubiera contradicho el principio según el cual la calidad de vida está compuesta de los
mismos componentes para todas las personas (15).
Se descartaron otros parámetros (como la tolerancia a la insatisfacción o la
disponibilidad de recursos), para mantener la simpleza del instrumento. Con el mismo
espíritu, se prefirió utilizar dos o tres categorías para cada parámetro. Preguntar por la
frecuencia de un satisfactor es un modo más simple de medir el grado de satisfacción que si
preguntáramos “¿qué tan satisfecho está usted con ser tratado de igual a igual?”
Anticipamos que la gran mayoría de los indicadores resultarán siempre importantes
para las personas evaluadas. Sin embargo, atentos a las variaciones individuales
recomendaríamos tener en cuenta sólo los ítem importantes para la persona, pues preguntar
por el grado de satisfacción referido a elementos intrascendentes, es confuso. En una de las
versiones ensayadas preguntábamos si la persona quería recibir ayuda, en vez de preguntar
12

si necesitaba ayuda, como en la versión definitiva; las personas respondían masiva e


indiscriminadamente que sí. Una persona puede requerir ayuda pese a estar satisfecha, por
ejemplo, para garantizar ese estado de satisfacción en el futuro; la incertidumbre es un
factor relevante y habitual dentro del contexto latinoamericano, en el cual todo el sistema
social puede verse conmocionado en cuestión de días, por motivos políticos, económicos,
sociales internos y externos. Preferimos una respuesta binaria para facilitar la identificación
de los ítem en los que se requiere intervención.

Los modelos de calidad de vida habitualmente utilizados (5) (6) (7) son lineales y
simples aún siendo multifactoriales. Nuestra experiencia es que los dominios de la calidad
de vida no se ordenan por importancia o como condiciones sucesivamente necesarias.
Proponemos un modelo topológico de la calidad de vida. La vida humana no sería análoga
una superficie lisa sino a un terreno con desniveles como el que se ve en la figura tres,
inspirado en uno de los casos de la teoría de las catástrofes. (12)

La calidad de vida tendría tres componentes: materiales (objetivos), personales


(subjetivos) y sociales (contextuales) (2). Los tres componentes interactuarían como los tres
ejes del espacio, pero los únicos valores posibles son aquellos que caen dentro de la cara
superior de la superficie dibujada. En el área producida por altos valores de los tres
componentes, las transiciones son graduales, homogéneas, lógicamente predecibles. Pero
ésta área tiene tres umbrales por debajo de los cuales deja de existir una vida de calidad y la
existencia de la persona se reduce a subsistir, cuestionada su condición de humano, de
persona y de ciudadano. Cualquier par de componentes puede amortiguar, hasta cierto
punto, el impacto de las carencias del tercero. Las carencias en dos componentes hacen
muy dificultosa la calidad de vida. En el gráfico, el área blanca corresponde a una vida de
13

calidad, el área puntillada, a una vida sin calidad, en la que solo restan las cantidades.
Lo interesante del modelo, es que el cambio en la calidad de vida de una persona
debe realizarse recorriendo esta superficie y no sólo variando los parámetros teóricos,
como pasamos a ilustrar. Si intervenimos exclusivamente para mejorar las condiciones
materiales de la vida de una persona que inicialmente se encuentra en A, nos
desplazaríamos sobre un eje y llegaríamos a un punto B en el cual, por más que se
satisfagan las necesidades básicas, la calidad de vida no mejora. Se requiere desplazarse
sobre la superficie real en los tres ejes, para llegar al punto C, que tiene mejores
condiciones materiales, personales y sociales que A.
El punto B puede representar una situación de malas condiciones sociales, como
podrían ser la falta de legislación específica o la falta de cumplimiento de las leyes
existentes. Sancionar una ley o hacer más eficientes los mecanismos de control de las
mismas no llevaría a la persona automáticamente hacia el punto D, donde la calidad de vida
es mejor. Siguiendo el modelo, entre B y D hay una brecha que no puede saltarse. Hay que
hacer un recorrido que pase por el punto C para que esa mejora social sea efectiva, porque
se acompaña de una mejoría en los factores personales (que permiten que la persona use, se
apropie, tienda a exigir el cumplimiento de esa ley).
El pasaje hacia C representa el cruce del umbral de la subjetividad: la persona deja
de ser sólo individuo para pasar a ser persona, sujeto. Lo que se mide en los componentes
personales es la diferencia entre autonomía y autodeterminación: ser dueño de la propia
vida más allá del desempeño mecánico en la misma.

Los 42 indicadores fueron agrupados por el equipo en tres componentes, material,


personal y contextual, obteniendo un grado de acuerdo entre los evaluadores mayor al 85%.
El análisis de los puntajes de esos 3 componentes:, mostró niveles de independencia altos
(r2 < 0.4).

45

Personal - Contextual
30 Personal - Material
Contextual - Material
Lineal (Personal - Contextual)
Lineal (Personal - Material)
Lineal (Contextual - Material)

2 2 2
R = 0,3 R = 0,4 R = 0,4
15
15 30 45

El análisis de regresión múltiple demostró que los componentes se interrelacionan


en un nivel más alto, pero sin llegar a depender de los otros dos.
14

Componente Dependiente Componentes R2


Independientes
Personal Social y Material 47
Social Personal y Material 57
Material Personal y Social 47

Al superponer los datos de los individuos con el modelo topológico se observó un


ajuste visualmente auspicioso, que resta comprobar matemáticamente.

Sujeto, en Latinoamérica, no significa lo mismo que individuo en los países del


primer mundo. Esta diferencia fue abordada por Keith (8) y Schalock (13). El conocimiento
científico es producido dentro de una cultura, por lo que genera preguntas y respuestas
propias de esa cultura. En las culturas de la distancia, como se encuentra en las zonas más
densamente pobladas de las grandes ciudades de Latinoamérica, un individuo puede existir
independientemente de la sociedad en la que vive. La autonomía, la independencia y la
libertad individual son valores exaltados. En las culturas de contacto la sociedad y sus
miembros se producen mutuamente. Los sujetos entonces, son producto de si mismos y del
medio en el cual nacen, viven y trabajan; se es humano. Existen fronteras imprecisas y
vastos territorios compartidos entre las personas, su familias y la comunidad. Estar al
margen de la vida social es considerado un problema, no una elección. En este es el tipo de
organización social, que se encuentra en la mayor parte de Latinoamérica, el contraste entre
Calidad de Vida individual y calidad de vida familiar (11) es menos relevante. Creemos que
este modelo topológico de la calidad de vida puede favorecer el entendimiento
transcultural, y que la dimensión transcultural porta conocimientos relevantes para familias
y profesionales de países desarrollados y en vías de desarrollo.
15

Referencias
1. Aznar, A. S. and González Castañón, D Quality of life from the point of view of Latin American
families: a participative research. Journal of Intellectual disabilities research 49(10), 784-788, Oct 2005
2. Cummins, R. A. (2004). Service providers as managers of clients' subjective well-being. Conference in
IASSID World Congress, Montpellier.
3. El Cisne June 2003, Nº 154
4. Elorriaga, J. et al. Quality of life of persons with mental retardation in Spain: one organization
experience. In Schalock, R. L (1996). Quality of life. AAMR, Washington. (Chapter 12)
5. Felce, D and Perry J. (1996). Assessment of quality of life. In Schalock, R. L. Quality of life. AAMR,
Washington. (chapter 7)
6. Gross, R.H. et al (1983). Early management and decision making for the treatment of myelomeningocele.
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7. Hung-Chih Lin. (1996).Quality of Life of individuals with disabilities in Taiwán. In Keith K & Schalock
R.L. Cross cultural perspectives on Quality of life. AAMR, Wasington (chapter 18)
8. Keith K. D. (1996).Measuring quality of life across cultures: issues and challenges. In Keith K &
Schalock R.L. Cross cultural perspectives on Quality of life Vol 1. AAMR, Wasington (chapter 8)
9. La página de la discapacidad mental http://www.itineris.org.ar
10. Microsoft Power Point 2000©
11. Poston, D. Et al. (2003). Family quality of life: a qualitative inquiry. Mental Retardation 41(5):313-328,
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