Modelo Tutela Rep Administrativa

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Señor

JUEZ DEL CIRCUITO DE XXXXX (REPARTO)


XXXXX

___________________________________________
CON SOLICITUD DE MEDIDA PROVISIONAL

Referencia: Acción de Tutela


Accionante: XXXXX
Accionada: Comité de Reparaciones Administrativas

XXXXXXXXXXXXXX, mayor de edad, identificado con cédula de ciudadanía Nº XX.XXX.XXX, de


XXXXX y domiciliado en XXXXXX, en ejercicio del artículo 86 de la Constitución Política, y de
conformidad con los Decretos 2591 de 1991, 306 de 1992 y 1386 de 2000, interpongo ante su
despacho la presente Acción de Tutela, con el fin de que se me protejan mis derechos
fundamentales de Petición, a la Igualdad, a la Buena Fe y los Derechos Fundamentales de las
Víctimas, los cuales han sido amenazados, violados y/o vulnerados por el Comité de Reparaciones
Administrativas. Para fundamentar esta Acción Constitucional me permito relacionar los siguientes:

1. HECHOS
1. Soy desplazado(a) por causa del conflicto político armado de (Debe señalar el Municipio Vereda
– Corregimiento o barrio), por hechos ocurridos el (fecha del desplazamiento) y por esa razón
rendí mi declaración de esos hechos ante (indicar la entidad ante la cual se presentó la
Declaración –Personería, Defensoría del Pueblo, Procuraduría o Juzgado), el día XX de XXXXX
de 20XX.

2. Me encuentro incluido(a) en el RUPD como madre cabeza de familia y beneficiaria del auto 092
de 2008 o padre cabeza de familia beneficiaria(o) (uno u otro de los anteriores) , con el código de
inclusión XXX (si no sabe el código, simplemente se elimina esto, pues no es fundamental),
junto con mi grupo familiar compuesto por nombrar a cada uno, edad y parentesco. Así mismo
señalar si en el grupo familiar existen personas quesean sujetos de especial protección, tales
como personas en situación de discapacidad, de grupos étnicos, room o afrocolombianos

3. En los hechos del desplazamiento (con anterioridad o posterioridad al mismo), mi grupo familiar
fue víctima de hechos violentos consistentes en homicidio, desaparición forzada, secuestro,
lesiones personales y psicológicas, con y sin incapacidad permanente, tortura, delitos contra la
libertad e integridad sexual, reclutamiento de menores y/o desplazamiento forzado, por la
afectación directa en mi persona (señalar aquí el nombre y el parentesco de la persona que
resulto afectada por los hechos violentos., a mi cónyuge, a mi hijo(a), a mi padre, a mi madre, a
mi hermano, eclaración, a pesar de haber transcurrido más de XX días, SEÑALAR AQUÍ LOS
HECHOS QUE GENERAN LA VULNERACION, VIOLACION Y/O AMENAZA A LOS
DERECHOS FUNDAMENTALES.

4. Presenté reclamación de reparación por vía administrativa el día 24 de noviembre de 2008, de


conformidad con el Decreto 1290 de 2008, a fin de que se me reconociera la calidad de víctima y
se me otorgara la reparación a que tengo derecho de acuerdo al daño causado por los grupos
armados organizados al margen de la ley.
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5. Transcurridos más de los 18 meses de haber presentado la solicitud, y que prescribe el artículo
27 del Decreto 1290 de 2008, para que se dé respuesta a la solicitud, no he recibido respuesta
de fondo.

6. La respuesta entregada por la entidad desconoce mi derecho fundamental a ser reconocido como
víctima, y me niega tal calidad con fundamento en (Señalar aquí las razones argüidas por la
entidad demandada), lo que no consulta la realidad de lo sucedido.

2. DERECHOS AMENAZADOS VIOLADOS O VULNERADOS


DERECHO DE PETICIÓN
El derecho de Petición está consagrado en el artículo 23 de la Constitución Nacional, en el Capítulo
1, Título II, como un derecho fundamental de todas las personas, a hacer solicitudes ante las
autoridades públicas conforme a la ley. Éste derecho ha tenido un profuso desarrollo a partir de la
jurisprudencia constitucional, señalando la Corte Constitucional, específicamente en el caso de que
el peticionario sea víctima, que este:
“…consiste, básicamente, en la facultad que tiene toda persona de acudir ante las autoridades
o particulares (en los casos señalados en la ley), para formular solicitudes y obtener de aquellos
una respuesta clara, de fondo, pronta y completa. De manera que se vulnera este derecho ante la
ausencia de respuesta o ante la respuesta otorgada sin solución de fondo o incompleta o tardía,
así como con la falta de notificación de lo decidido al peticionario. La Sentencia T-1089 de 2001,
M.P. Manuel José Cepeda Espinosa recopiló la doctrina constitucional sobre el derecho de
petición, de acuerdo con los criterios que fueron esbozados desde la sentencia T-377 de 2000,
M.P. Alejandro Martínez Caballero y estableció las siguientes reglas1:
a) El derecho de petición es fundamental y determinante para la efectividad de los mecanismos
de la democracia participativa. Además, porque mediante él se garantizan otros derechos
constitucionales, como los derechos a la información, a la participación política y a la libertad de
expresión.
b) El núcleo esencial del derecho de petición reside en la resolución pronta y oportuna de la
cuestión, pues de nada serviría la posibilidad de dirigirse a la autoridad si ésta no resuelve o se
reserva para sí el sentido de lo decidido.
c) La respuesta debe cumplir con estos requisitos: 1. oportunidad 2. Debe resolverse de fondo,
clara, precisa y de manera congruente con lo solicitado 3. ser puesta en conocimiento del
peticionario. Si no se cumple con estos requisitos se incurre en una vulneración del derecho
constitucional fundamental de petición.
d) Por lo anterior, la respuesta no implica aceptación de lo solicitado ni tampoco se concreta
siempre en una respuesta escrita. (…)”
Las peticiones entonces, implican no solo una respuesta oportuna o por lo menos dentro de los
términos establecidos, sino adicionalmente una respuesta material al asunto debatido a través de
la solicitud. Esta característica toma vital importancia tratándose de personas victimas de la
violencia, ya que su grado de vulnerabilidad es alto, dependiendo su bienestar de la respuesta,
para lo cual el estado tuvo un término prudencial de 18 meses.
De ésta manera, se observa que en reiteradas ocasiones la Corte Constitucional ha dicho que
el derecho Fundamental de petición ha dejado de ser expresión formal de la facultad ciudadana de
elevar solicitudes a las autoridades, para pasar a garantizar, en consonancia con el principio de
democracia participativa (articulo 1 C.P), la pronta resolución de las peticiones. Así, la Tutela
administrativa de los derechos fundamentales es un derecho contenido en el núcleo esencial de
Derecho de Petición, que no solo exige una respuesta cualquiera de la autoridad, sino pronta
resolución de la petición, bien sea positiva o negativa; así los sostiene la sentencia T-669 de 2003
M.P: Dr. Marco Gerardo Monroy Cabra, en la cual se sostiene que la resolución de un derecho de
petición expreso debe ser: "(...) 3. Derecho de petición - resolución oportuna y congruente, y
efectiva notificación - Se ha dicho en reiteradas ocasiones que el derecho de petición se vulnera
sino existe una respuesta oportuna a la petición elevada. Además, que ésta debe ser de fondo.
Estas dos características deben estar complementadas con la congruencia de lo respondido con lo
pedido y no sobre un tema semejante a relativo al asunto principal de la petición. Esto no excluye
el que además de responder de manera congruente lo pedido se suministre información
relacionada que puede ayudar a una información plena de la respuesta dada.
Puede establecerse de esta manera que la vulneración al derecho de petición se protege
mediante la tulela por ser un derecho fundamental, pero dicha protección adquiere mayor valor
cuando se trata de una persona victima de desplazamiento forzado, ya que, este tipo de población

1
En la sentencia T-1006 de 2001, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa, se agregaron dos reglas más.
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tiene protección especial por parte del Estado, así lo manifiesta la Corte Constitucional en la
sentencia T 1346 de 2001 cuando establece que: "... es a la Rama ejecutiva del Poder Público, en
cabeza del Presidente de la República y de las autoridades regionales, a quienes compete velar
por la protección de todos aquellos nacionales que se encuentran en situación de debilidad
manifiesta, como es el caso de las personas desplazadas por la violencia. De esta manera, cuando
el Estado incumple con su deber de atender de manera oportuna las solicitudes de las víctimas, ha
considerado la Corte que es la tutela el mecanismo idóneo y expedito para la protección de los
derechos fundamentales de que son titulares éstos grupos marginados, particularmente, ante la
inexistencia de otros mecanismos de defensa que garanticen la protección efectiva y real de los
citados derechos, frente a una situación de inminencia como la vivida por los desplazados.

En suma, no puede olvidarse, como lo señala la Corte en la sentencia citada, que el plazo máximo
señalado por el legislador para resolver la inclusión en el programa de reparación por vía
administrativa es de 18 meses, tal como lo consagra el artículo 27 del Decreto 1290 de 2008 , siendo
una obligación del Comité de Reparaciones Administrativas, resolver la solicitud de reparación en el
orden de recepción, contados a partir de la fecha de radicación de la solicitud ante la Agencia
Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional-Acción Social; término ya vencido.

DERECHOS DE LAS VÍCTIMAS Y PRINCIPIOS DE BUENA FE Y FAVORABILIDAD


En cuanto a derechos de las víctimas se ha señalado por la jurisprudencia de las altas Cortes que el
Estado Colombiano está obligado a acatar y respetar diferentes normas que sobre los derechos de
las víctimas consagradas en los instrumentos del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y
de Derecho Internacional Humanitario. Así, la Corte Constitucional acude a la definición de víctima
contemplada en los Principios y Directrices Básicos sobre el Derecho de las Víctimas de Violaciones
a las Normas Intencionales de Derechos Humanos y de Derecho Internacional de los Derechos
Humanos a Interponer Recursos y Obtener Reparaciones 2, según la cual:
“Se considerará "víctima" a la persona que, individual o colectivamente, como resultado de
actos u omisiones que violan las normas internacionales de derechos humanos o el derecho
internacional humanitario, haya sufrido daños, inclusive lesiones físicas o mentales, sufrimiento
emocional, pérdida financiera o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales. Se podrá
considerar también "víctimas" a los miembros de la familia directa o personas a cargo de la víctima
directa, así como a las personas que, al intervenir para asistir a la víctima o impedir que se
produzcan otras violaciones, hayan sufrido daños físicos, mentales o económicos.
La condición de una persona como "víctima" no debería depender de que se haya identificado,
capturado, enjuiciado o condenado al autor de la violación, y debería ser independiente de toda
relación que pueda existir o haber existido entre la víctima y ese autor”. (Negrilla propia).

Respecto a los principios de buena fe y favorabilidad, consagran en el artículo 3° del Decreto 1290 de
2008, los Principios Rectores del programa para la Reparación Administrativa de las Víctimas que “En la
ejecución del presente programa, las disposiciones se interpretarán teniendo en cuenta la presunción de
buena fe y el principio de favorabilidad en beneficio de los destinatarios”. Lo anterior tiene implicaciones de
hondo calado Constitucional, toda vez que la buena fe es un principio y un valor que debe regir las
actuaciones de la administración y que se encuentra consagrado en el artículo 83 de la Constitución, según el
cual “Las actuaciones de los particulares y de las autoridades públicas deberán ceñirse a los
postulados de la buena fe, la cual se presumirá en todas las gestiones que aquellos adelanten ante
éstas”. Luego entonces, no puede olvidarse que la Corte Constitucional ha ordenado la observancia
del principio de la buena fe por parte de los funcionarios en el estudio de las declaraciones
realizadas por las víctimas de desplazamiento forzado, aplicable por analogía al presente asunto,
entre otras en la sentencia T-821 de 2007, señalando que:
(i) Al momento de valorar los enunciados de la declaración, el funcionario debe tener
en cuenta la presunción de buena fe. En consecuencia, si estima que el relato o las
pruebas son contrarios a la verdad, debe demostrar que ello es así, dado que la
presunción de la buena fe supone una inversión de la carga de la prueba. En estos casos,
corresponde a la autoridad demostrar que los hechos esenciales de la narración no son
ciertos y que, por tal razón, el solicitante no se encuentra en circunstancia de
desplazamiento interno3.
2
Ha de recordarse que la Corte Constitucional ha reconocido que los Principios Rectores hacen parte del Bloque de
Constitucionalidad en sentido lato, toda vez que en ellas están contenidas normas de diferentes Instrumentos de
Derechos Humanos y de Derecho Internacional Humanitario.
3
En la Sentencia T-327 de 2001, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra, la Corte ordenó la inscripción en el RUPD de una
persona en situación de desplazamiento por grupos paramilitares, a quien se le había negado la inclusión en tres
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(…)
(ii) Adicionalmente, también por la aplicación del principio de buena fe, el
desconocimiento por parte de la autoridad de los hechos ocurridos no es prueba suficiente
de la no ocurrencia del acontecimiento narrado por el solicitante. En efecto, los hechos
generadores del desplazamiento pueden ir desde la notoriedad nacional, hasta la extrema
reserva de ámbitos privados4.

Igualmente el principio de favorabilidad implica una interpretación que resuelva las dudas suscitadas
en el trámite, en materia probatoria, a favor del reclamante y no a favor de una negativa del Estado
de la Reparación Individual por vía Administrativa solicitada. En ese sentido, no puede ser de recibo
las razones esgrimidas por el Comité de Reparaciones Administrativas, según las cuales “el hecho
no fue cometido por quienes en el Decreto mencionado se identifican como “grupos armados al
margen de la ley, sino por la delincuencia común” o señalar aquí las razones esbozadas por la
entidad”.

Valga señalar que de este principio, se desprenden implicaciones probatorias para el Estado, en
tanto se produce una inversión de la carga de la prueba y debe entonces ha de ser el Comité de
Reparaciones, la entidad que debe demostrar la inexistencia del hecho o que, como causa de
exclusión del programa. En ese sentido ha de recordarse que en la Sentencia T-136 de 2007, al
pronunciarse sobre señaló la Corte:
(i) “En virtud del principio de favorabilidad, los enunciados legales o reglamentarios deben
interpretarse de la manera que mejor convenga a las personas obligadas a huir de su lugar
habitual de trabajo o residencia 5.
Así, para ratificar el argumento hasta aquí esbozado, ha de recordarse que la Corte
Constitucional en sentencia T-1020 de 2008, señaló que:
“Teniendo en cuenta lo que se ha venido expresando y las normas citadas, recuérdese que
frente a la inscripción en el Programa de Reparación Individual por vía administrativa para las
víctimas de los grupos armados organizados al margen de la ley, esta corporación ha señalado 6
que no se trata de una decisión arbitraria o puramente discrecional, debiendo informarse que
la víctima lo fue dentro de los elementos objetivos que lo indiquen, o en caso contrario, se
expondrán suficientemente las razones por las cuales no se considera acreditada tal
condición a partir de la información disponible, correspondiendo a Acción Social valorar lo
allegado y dar una respuesta de fondo y definitiva al peticionario.
(…)
Las disposiciones legales relacionadas con las víctimas de la violencia deben interpretarse,
además de la reiterada jurisprudencia, tomando en cuenta los principios de favorabilidad hacia el
entendimiento y restablecimiento de sus derechos7; la buena fe; la confianza legítima8; y la
preeminencia del derecho sustancial9, advirtiendo que “la condición de víctima es una situación
fáctica soportada en el padecimiento, no en la certificación que lo indique, tampoco en el censo
que revela la magnitud del problema. Sin perjuicio de la utilidad que las certificaciones y censos
oportunidades por no aportar pruebas de su condición e incurrir en versiones contradictorias. Entre las consideraciones
que hizo este Tribunal en aquella oportunidad se encuentra esta: “En virtud de la aplicación del artículo 83 de la Carta
Política, debe presumirse la buena fe en la actuación de los particulares. En el caso de los desplazados, se debe
presumir la buena fe al estudiar su inclusión en el Registro Nacional de Desplazados para recibir la ayuda del Gobierno
(…) Al presumirse la buena fe, se invierte la carga de la prueba y, por ende, son las autoridades las que deben probar
plenamente que la persona respectiva no tiene la calidad de desplazado.”
4
Sentencia T-327 de 2001, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
5
Tal fue lo que afirmó este Tribunal en la Sentencia T-268 de 2003, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra en la cual
ordenó la inscripción en el RUPD de personas que habían migrado dentro de la misma municipalidad (Medellín) con
motivo de los combates entre el ejército y un grupo armado ilegal en la localidad donde residían. En esta ocasión, la
Corte dijo que el aparte que a continuación se subraya de la ley 387 de 1998, debía ser interpretado como comprensivo,
también, como referido a las divisiones territoriales del municipio. “ARTICULO 1o. DEL DESPLAZADO. Es desplazado
toda persona que se ha visto forzada a migrar dentro del territorio nacional abandonando su localidad de residencia o
actividades económicas habituales, porque su vida, su integridad física, su seguridad o libertad personales han sido
vulneradas o se encuentran directamente amenazadas, con ocasión de cualquiera de las siguientes situaciones:
Conflicto armado interno, disturbios y tensiones interiores, violencia generalizada, violaciones masivas de los Derechos
Humanos, infracciones al Derecho Internacional Humanitario u otras circunstancias emanadas de las situaciones
anteriores que puedan alterar o alteren drásticamente el orden público.”
6
Cfr. T-417 de mayo 25 de 2006, M. P. Rodrigo Escobar Gil.
7
T-025 de enero 22 de 2004, M. P. Manuel José Cepeda Espinosa; T-328 de mayo 4 de 2007, M. P. Jaime Córdoba
Triviño.
8
T-1094 de octubre 29 de 2004, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; T-328 de 2007.
9
T-025 de 2004; T-328 de 2007.
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pudieren prestar en función de la agilidad y eficacia de los procedimientos 10” (no está en negrilla en
el texto original).
Lo anterior armoniza con lo señalado por esta Corte11, al advertir lo que se puede establecer
a partir del “conjunto de principios actualizados para la protección y la promoción de los derechos
humanos mediante la lucha contra la impunidad”, contenidos en la directriz de apoyo a los Estados,
presentada en febrero 8 de 2005 ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas:
“En lo que tiene que ver con la reparación de los daños, la directriz distingue el derecho de las
víctimas y sus derechohabientes a ser indemnizados por los perjuicios causados, del derecho de
los Estados a repetir contra los autores, de manera que, con independencia de los resultados de la
investigación, toda persona afectada en su vida, honra, bienes, derechos y libertades, por hechos
sucedidos dentro del marco del conflicto armado interno, puede exigir ‘medidas de restitución,
indemnización, rehabilitación y satisfacción según lo establece el derecho internacional’, sin
perjuicio del derecho del Estado de dirigirse contra los responsables de la vulneración - artículo 2º
C.P. Principio 34-
En consecuencia, cuando una persona solicita ayuda humanitaria a Acción Social, como
derechohabiente de quien falleció por la violenta acción de grupos organizados armados al margen
de la ley, o a raíz de una masacre selectiva, o por desaparición forzada, está constitucionalmente
fuera de lugar la exigencia de requisitos como que el hecho se hubiere perpetrado “la reclamación
se debe hacer dentro del año siguiente a la ocurrencia de los hechos” o “por motivos ideológicos
y políticos” (art. 16 y 49 L. 428 de 1997), cuando usualmente tales crímenes emanan del brutal
abuso por parte de quienes poseen las armas e imponen, por ende, la ley del más fuerte.
Esa exigencia de razones resulta, de tal manera, alejada de la realidad, elusiva e indemostrable
entre la gran masa de personas escépticas, que sólo aspiran a que las dejen trabajar y subsistir en
su terruño, ambicionado por los envilecidos depredadores de bienes jurídicos ajenos12.
De todo lo anterior deviene injustificado que Acción Social se oponga a inscribir o realizar el
trámite pertinente a favor de la señora Rosana Aponte de Ortiz, sin tener en cuenta que su real
condición de víctima, por el asesinato de su hijo Luis Ángel Ortiz Aponte, es el factor que debe
motivar su inclusión en el Programa de Reparación Individual por vía administrativa para las
víctimas de grupos armados al margen de la ley, y no el “error” en el envío por parte de la
Defensoría del Pueblo o la “negligencia” de Adpostal en la entrega de la correspondencia,
trasladándole la responsabilidad a la parte más afectada y negándole arbitrariamente su derecho”.

Pero no sólo la Corte Constitucional se ha pronunciado sobre el asunto, también el Consejo de Estado señaló
sobre estos dos principios constitucionales y la reparación por vía administrativa, en reciente sentencia que:
Ahora bien, el decreto en cita (artículo 3) contempla como principio orientador del Programa de
Reparación Administrativa el de la buena fe y favorabilidad, conforme al cual la interpretación de
las disposiciones que lo regulan deberá hacerse de manera favorable al destinatario.
En ese orden de ideas, como en la controversia sub júdice se infieren serios motivos para
considerar que el occiso falleció por la actividad de un grupo armado organizado al margen de la
ley (las FARC), y, como las razones que expuso la entidad accionada para negar la reparación
carecen de sustentación, pues, no acreditó la aseveración de que el crimen se produjo por
delincuencia común o atracadores, se dará aplicación al mencionado principio de buena fe y
favorabilidad, de manera que se tendrán por víctimas a los actores en los términos de la Ley 418
de 1997 [15].
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Cuarta. 22 de julio de
2009, Radicación número: 19001-23-31-000-2009-00061-01(AC)

Ahora bien, según lo dispuesto en el artículo 2 del decreto 1290 de 2008, se entiende por reparación
individual administrativa el conjunto de medidas de reparación que el Estado reconozca a las
víctimas de violaciones de sus derechos fundamentales, por hechos atribuibles a los grupos
armados organizados al margen de la ley; sin perjuicio de la responsabilidad de los victimarios y de
la responsabilidad subsidiaria o residual del Estado. Así mismo, se consideran destinatarios o
beneficiarios de tal reparación, las personas que hubieren sufrido daño directo como consecuencia
de la violación de sus derechos fundamentales por acción de los grupos armados organizados al
margen de la ley. El ejercicio de tal derecho a obtener la reparación puede lograrse “mediante: (i) la
restitutio in integrum, o reposición de la situación a su estado original; (ii) la indemnización o
reparación por equivalencia en dinero, y (iii) la satisfacción o reparación moral.” 13
10
T-188 de marzo 15 de 2007, M. P. Álvaro Tafur Galvis.
11
T-188 de 2007; T-067 de enero 31 de 2008, M. P. Nilson Pinilla Pinilla.
12
T-722 de julio 21 de 2008, M. P. Nilson Pinilla Pinilla.
13
Sentencia C-775 de 2003. M.P. Dr. Jaime Araujo Renteria.
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En el mismo sentido, la Corte Constitucional mediante Sentencia T- 458 de 2010 estableció que:
“el derecho a la reparación comporta la obligación de adoptar todas las medidas necesarias
tendientes a hacer desaparecer los efectos de las violaciones cometidas, y a devolver a la víctima
al estado en que se encontraba antes de la violación en aplicación de la regla consuetudinaria
según la cual “toda violación de un derecho humano da lugar a un derecho de la víctima o sus
derechohabientes a obtener reparación, el cual implica el deber del Estado de reparar y el derecho
de dirigirse contra el autor”. 

Así mismo el decreto estipula que se entiende por perpetradores o victimarios, a los integrantes de
los grupos armados organizados al margen de la ley, con independencia de que se les identifique,
aprehenda, procese o condene, y sin consideración a la relación familiar existente entre el autor y la
víctima. En razón a lo anterior, la misma normatividad estipula que no se requiere que tales grupos
estén identificados para poder acceder a la reparación administrativa. En razón de lo anterior, no
puede ser de recibo la causa argumentada por el Comité de Reparaciones Administrativas según el
cual “no ha sido posible determinar los móviles de la muerte de XXXXX o que este fue víctima de las
acciones de los grupos de delincuencia común o BACRIM (señalar aquí esta razón o la
argumentada por la entidad”. Lo anterior por cuanto la carga de la prueba no puede trasladarse al
ciudadano para negar la reparación administrativa, ni la incertidumbre del autor puede servir de
excusa para menoscabar mis derechos que bastante afectados se han visto desde que se produjo el
hecho victimizante.

En este sentido, la Sentencia C- 914 de 2010 establece que:


“Con fundamento en la Constitución, el Derecho internacional de los derechos humanos y el
Derecho internacional humanitario, la Corte constitucional en asuntos de tutela ha determinado en
reiterada jurisprudencia, que las disposiciones legales relacionadas con las víctimas de la violencia
en el marco del conflicto armado interno, deben interpretarse tomando en cuenta el principio de
favorabilidad; el principio de buena fe y el derecho a la confianza legítima, así como el principio de
prevalencia del derecho sustancial propio del Estado Social de Derecho.

Es decir que:
“la condición de víctima es una situación fáctica soportada en el padecimiento, no en la
certificación que lo indique, tampoco en el censo que revela la magnitud del problema. Sin perjuicio
de la utilidad que las certificaciones y censos pudieren prestar en función de la agilidad y eficacia
de los procedimiento.”

Por todos estos motivos, el concepto expedido por el Comité de Reparaciones Administrativas, en el
que se rechaza mi solicitud de ser considerado como destinatario de la reparación administrativa por
no tener certeza de los motivos que produjeron el homicidio de mi hijo vulnera mis derechos a la
VIDA DIGNA, SALUD FISICA Y MENTAL, VERDAD, JUSTICIA Y REPARACION, ACCESO A LA
ADMINISTRACION DE JUSTICIA, DIGNIDAD HUMANA Y REPARACION INTEGRAL DE LAS
VICTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO.

3. PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN DE TUTELA EN MATERIA DE


DESPLAZAMIENTO FORZADO Y VÍCTIMAS
La Corte Constitucional en varias oportunidades se ha pronunciado en relación con la procedencia
de la acción de tutela en materia de desplazamiento forzado. Ha afirmado en tal sentido que:
Dado que las personas desplazadas son merecedoras de especial protección, por haber sido
colocadas en situación dramática y soportar cargas injustas, que es urgente contrarrestar para que
puedan satisfacer sus necesidades más apremiantes, esta Corte ha encontrado que resulta
desproporcionado exigir el agotamiento previo de trámites ordinarios como requisito para la
procedencia de la acción de tutela. Así ha reiterado14:
“Debe quedar claro que, debido a la gravedad y a la extrema urgencia a la que se ven
sometidas las personas desplazadas, no se les puede someter al trámite de las acciones judiciales
para cuestionar los actos administrativos de la Red, ni a la interposición de interminables
solicitudes a la coordinadora del Sistema. Aquello constituye la imposición de cargas
inaguantables, teniendo en cuenta las condiciones de los connacionales desplazados, y son
factores que justifican la procedencia de la acción de tutela. En este contexto, se ha admitido que
14
Cfr., entre otras, las sentencias T-746 de septiembre 15 de 2010, M.P. Mauricio González Cuervo y T-086 de febrero 9
de 2006, M. P. Clara Inés Vargas Hernández.
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cuando quiera que en una situación de desplazamiento forzado una entidad omita ejercer sus
deberes de protección para con todos aquellos que soporten tal condición, la tutela es un
mecanismo idóneo para la protección de los derechos conculcados.”

Así mismo, esta corporación ha indicado 15:
“El desplazamiento forzado en Colombia ha conducido a una violación masiva y sistemática de
derechos fundamentales de miles de personas que, por distintas causas, han sido obligadas a
emigrar de su entorno habitual para posteriormente, en muchos casos, verse sometidas al
abandono de la sociedad y del Estado, que debe brindar en forma oportuna y efectiva la atención
necesaria para que esta población supere su estado de extrema vulnerabilidad.”

4. FUNDAMENTOS DE DERECHO
Son fundamentos de derecho: Artículo 86 de la Constitución Política, el Decreto 2591 de 1991, el
Decreto 306 de 1992 y el Decreto 1386 de 2000. XXXX Deben anexarse los demás fundamentos
legales y jurisprudenciales del caso concreto.

5. PETICIÓN
Con fundamento en lo anteriormente expuesto le solicito señor juez que se tutelen mis derechos
fundamentales de Petición, a la Igualdad, a la Buena Fe y los Derechos Fundamentales de las
Víctimas, amenazados, violados y/o vulnerados y en consecuencia se ordene al Comité de
Reparaciones Administrativas que:

1. Me de repuesta de fondo a la solicitud de reparación por vía administrativa el día 24 de


noviembre de 2008, de conformidad con el Decreto 1290 de 2008, pues han transcurrido más de
los 18 meses señalados en el Artículo 27.

2. Se ordene a esa entidad que me incluya en el programa y me haga entrega del pago de la
misma, dada mi situación de discapacidad, lo que me hace beneficiario de un enfoque
diferencial y por tanto de un trato preferente incluso en el pago.

3. Se me tutelen los demás derechos que usted, como guardián de la Constitución, encuentre
amenazados, violados y/o vulnerados.

4. Se prevenga a esa entidad para que en lo sucesivo se abstenga de requerir de hecho, el


prerrequisito de la acción de tutela para proceder a la entrega de la ayuda humanitaria de
emergencia o la prórroga de la misma.

6. PRUEBAS
Téngase como pruebas señor Juez las siguientes:
(Relacionar aquí aquellos documentos que se harán valer comopruebas)

7. JURAMENTO
Bajo la gravedad del juramento me permito manifestarle que por los mismos hechos y derechos no
he presentado acción de tutela ante ningún otro despacho judicial.

8. NOTIFICACIÓN
Su respuesta y demás notificaciones se deberá hacer en la CaXX XX N° XX-XX, XXXXX, teléfono
XXX XX Celular XXX XXX XX XX , o en el Consultorio Jurídico de la Universidad de, CaXX XX N°
XX-XX, oficina XXX.

A la accionada en la CaXX XX N° XX-XX, XXXXX, teléfono XXX XX.

9. EXCEPCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
Con fundamento en el artículo 4 de la Constitución, según el cual “ La Constitución es norma de
normas. En todo caso de incompatibilidad entre la Constitución y la ley u otra norma jurídica, se
aplicarán las disposiciones constitucionales” , le solicito Señor Juez que aplique la excepción de
15
T-334 de mayo 4 de 2007, M. P. Nilson Pinilla Pinilla.
Página 8 de 8

inconstitucionalidad, e inaplique la norma XXXX por ser abiertamente contraria a la Constitución,


(Señalar aquí porque es contraria a la constitución y específicamente cuales son las normas que
viola o desconoce).

En relación con la excepción de inconstitucionalidad en materia de desplazamiento forzado, la Corte


Constitucional en el Auto 008 de 2009, como parte del seguimiento la Sentencia T-025 de 2004, dijo:
“Se podrá emplear la excepción de inconstitucionalidad en los casos en que la aplicación de
una norma de orden legal vulnere los derechos fundamentales de la población desplazada, o de
manera específica, inevitablemente resulte en un impedimento para la protección efectiva de las
personas en condición de desplazamiento. La Corte entiende que en muchas situaciones, los
funcionarios administrativos tienen dificultades para aplicar la excepción de inconstitucionalidad.
No obstante, la situación es diferente cuando se trata de dar cumplimiento a una sentencia que
protege los derechos constitucionales de un grupo en situación de extrema vulnerabilidad y se
encuentran obstáculos de rango legal o administrativo. En este escenario, debe aplicarse la
prevalencia de la Constitución y la primacía de los derechos fundamentales.
La Corte Constitucional ha establecido como criterios que han de ser tenidos en cuenta para
inaplicar normas, los siguientes: (1) que el contenido normativo de la disposición sea
evidentemente contrario a la Constitución, y (2) que la norma claramente comprometa derechos
fundamentales.
En el caso de la política de atención a la población desplazada, la excepción se debe aplicar
cuando se presenten las siguientes condiciones, las cuales deben ser objeto de motivación en un
acto administrativo:
Que se constate que la aplicación de las normas administrativas o legales amenaza o impide la
protección de los derechos constitucionales.
Que no existe vía alternativa igualmente eficaz para remover el obstáculo en el momento
necesario.
Que se deduce claramente de la Constitución la necesidad de garantizar un derecho
constitucional, en este caso los derechos de la población desplazada, siempre que el derecho sea
claramente identificado y el obstáculo normativo para avanzar en su materialización
específicamente señalado.”

10. SOLICITUD DE MEDIDA PROVISIONAL


De conformidad con el artículo 7 del Decreto 2591 de 1991, según el cual “Desde la presentación de
la solicitud, cuando el juez expresamente lo considere necesario y urgente para proteger el derecho,
suspenderá la aplicación del acto concreto que lo amenace o vulnere.… En todo caso el juez podrá
ordenar lo que considere procedente para proteger los derechos y no hacer ilusorio el efecto de un
eventual fallo a favor del solicitante.… El juez también podrá, de oficio o a petición de parte, dictar
cualquier medida de conservación o seguridad encaminada a proteger el derecho o a evitar que se
produzcan otros daños como consecuencia de los hechos realizados, todo de conformidad con las
circunstancias del caso.… El juez podrá, de oficio o a petición de parte, por resolución debidamente
fundada, hacer cesar en cualquier momento la autorización de ejecución o las otras medidas
cautelares que hubiere dictado.”, me permito solicitar se sirva ordenar que como medida provisional,
y a fin de evitar un perjuicio irremediable consistente en (señalar cuál puede ser el perjuicio, en que
consiste y que daño causa), la entidad accionada (Señalar aquí cual es la acción o la medida que
debe ejecutar el juez para prevenir el perjuicio irremediable).

Del señor Juez,

XXXXXXXXXXXX
C. C. N° XX.XXX.XXX

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