Método Osar

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Todo resultado depende de dos factores: el entorno y las acciones que lo

generan. Parece obvio pero muchas veces se nos olvida, que nuestros


resultados dependen de nuestras acciones. Si al evaluar un resultado
nos sorprendemos, decepcionamos o simplemente no logramos lo que
queríamos alcanzar, la primera clave para modificarlo podemos
encontrarla en la acción. Si el resultado no es el esperado, es necesario
modificar la acción que lo generó, ya sea nuestra o de otro.
No podemos esperar resultados diferentes con las mismas acciones. La única
manera de que cambie el resultado actuando de igual forma es que los
demás cambian su comportamiento o que cambie el entorno. En este
caso, nuestra responsabilidad sobre el resultado es mínima, no somos
protagonistas de nuestros actos, estamos a merced de los demás.
“El principio de la locura es creer que haciendo lo mismo obtendremos
resultados diferentes”
A. Einstein

Bien, y ¿qué hacemos para poder modificar nuestras acciones? La


primera opción sería, probar otra cosa. Es decir, utilizar el famoso
sistema de prueba y error, que ya sabemos cómo funciona en muchas
ocasiones. Sin embargo, Echevarría nos propone otra cosa que parece
más lógica y útil: Hazte algunas preguntas para entender por qué ocurrió lo
que ocurrió.
Pero no cualquier pregunta vale. Por ejemplo, la que parece más
obvia: ¿Por qué se ha producido? Pareciera que esta pregunta ayuda a
resolver el problema y pero lo que en realidad hace es ayudarnos a
encontrar culpables. Y a ser posible culpables que no seamos nosotros
mismos: mis padres, mi educación, el país que está muy mal, la crisis, la
sociedad… Así que esta pregunta generalmente conduce a justificarnos,
lo que lleva a la resignación y no a una nueva acción.
Qué otras preguntas nos llevan al aprendizaje: ¿Qué me hace actuar
así? ¿De dónde proviene mi forma de actuar? ¿Qué puedo hacer para
que las cosas se produzcan en forma diferente y con ello esperar
resultados más satisfactorios?

Y en cada caso el aprendizaje necesario para obtener los nuevos


resultados será de un nivel más o menos profundo. Me explico:

1. Cambios en la acción:
¿Qué he hecho o qué he dejado de hacer? ¿Qué hacen otros que sí
obtienen los resultados que yo quiero?

Es un aprendizaje de primer orden, solo tengo que cambiar lo que hago,


mis hábitos, mis acciones. Es una aprendizaje suficiente en muchas
ocasiones, pero también es limitado.
2. Cambios en el observador:
Este es un aprendizaje de segundo orden, es necesario un cambio en el
observador (yo) para que cambie la acción y por lo tanto el
resultado. Aún así algunos cambios en mí mismo son más superficiales
que otros.

 Cambios de conocimientos o capacidades: ¿Qué tengo que aprender


para poder obtener otros resultados? ¿Qué capacidades tengo que
desarrollar? ¿Cambia el observador? Sí, pero es un cambio poco
profundo, que podríamos llamar cosmético, en mis conocimiento o
capacidades.
 Cambios transformacionales: cuando el aprendizaje llega al núcleo
del aprendedor, tras el cambio, soy una persona distinta que observa el
mundo de otra manera. Es decir, este cambio que es el más profundo, se
produce en nuestras creencias, nuestros valores e incluso en nuestra
propia identidad. El aprendizaje transformacional disuelve el muro de
posibilidad con el que antes chocaba. Lo que antes parecía imposible,
ahora ya no lo es.
3. Cambios el entorno 
Y si finalmente, ni cambiando yo puedo obtener el resultado que deseo,
entonces tendré que cambiar el entorno: dejar mi trabajo, busca ayuda
para que cambien mis relaciones familiares, divorciarme, dejar de
trabajar por cuenta ajena y emprender…

Como final del resumen te dejo una frase del final del vídeo que me ha
impactado especialmente:

Ser adulto es tener la capacidad de generar resultados para mí, para mi


familia, mi entorno y para la sociedad.
Rafael Echevarría.

Con mi agradecimiento a mi maestro y a todo su equipo que durante los


9 meses que duró mi formación con ellos (como un embarazo) facilitaron
el cambio transformacional de mi observador, me despido. No sin antes
invitarte a que escuches la explicación del modelo con sus propias
palabras…

Esperamos que te haya gustado este artículo, te haya resultado


inspirador y motivador para tu labor del día a día.

Para Aprender Hay Que OSAR

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