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FACULTAD DE Ingeniería ECONOMICA

C.A.P.: ING. ECONÓMICA

CURSO: ADMINISTRACION GENERAL

TEMA :

DOCENTE : Dr. ERASMO MANRIQUE ZEGARRA

PRESENTADO POR: YULEISY YANIREE ASTRULLA CUBA

SEMESTRE : I

GRUPO : “A”

PUNO – PERÚ
2011
ANDREW CARNEGIE Y EL EVANGELIO DE LA RIQUEZA
En 1899, Andrew Carnegie (1835 – 1919), fundador del conglomerado U.S. Stela,
publicó un libro llamado The Gosple of Wealth (El Evangelio de la Riqueza), que
exponía la definición clásica de la responsabilidad social de las empresas, este libro
podría traducirse como muy interesante, porque establece que las personas
adineradas y las empresas deben asumir como responsabilidad administrar la
riqueza para bien de toda la sociedad, asistiendo y guiando a las personas con
menos fortuna. La posición de Carnegie se fundamentaba en dos principios: El
Principio de Caridad y El Principio de Custodia. Estos dos principios se consideraban
paternalistas porque colocaban a los dueños de las empresas en el papel de padre
para empleados y clientes infantiles, quienes carecían de capacidad parar actuar
para su propio bien.

El principio de caridad

Este principio consideraba que los miembros más afortunados de la sociedad tenían
que ayudar a los menos afortunados (desempleados, minusválidos, enfermos, viejos,
etc.). Estas personas infortunadas podían recibir ayuda directa o indirectamente, por
medio de instituciones como iglesias, casas de asentamiento y (a partir de 1920) el
movimiento del Arca Comunitaria. Sobra decir, que las propias personas adineradas
decían cuanto dar y que dar, al principio de consideraba que la caridad era
obligación de las personas y no de la empresa misma. No obstante en la década de
1920, las necesidades de la comunidad superaban incluso la fortuna de los ricos
más generosos y se esperaba que las empresas contribuyeran con sus recursos a
las obras de caridad parar los infortunados. El propio Andrew Carnegie practicaba lo
que predicaba, donando millones de dólares para obras cívicas y para obras de
caridad.

El principio de custodia

Este principio deriva de la Biblia y establece que las empresas y las personas
pudientes son consideradas custodias, o cuidadores, de los bienes que pertenecían
al resto de la sociedad. Ello derivaba en el encargo a las empresas de multiplicar la
riqueza de la sociedad, mediante el uso eficiente de los bienes e inversiones
prudentes.
El concepto de Andrew Carnegie decía que los ricos tenían “en custodia” el dinero
del resto de la sociedad y que lo podían usar para cualquier propósito que la
sociedad considerara legítimo. No obstante, también suponía que las empresas
tenían el encargo de multiplicar la riqueza de la sociedad, incrementándola por
medio de inversiones eficientes de los recursos que se les había encomendado.

Pero fue después de la gran depresión, en la década de 1930, que una cantidad
importante de ejecutivos adquirió un interés particular por el impacto las empresas
en la sociedad. En 1936 se comenzaron a aceptar los principios de Caridad y de
Custodia por las empresas estadounidenses, en general, conforme fue aumentando
la cantidad de compañías y ejecutivos reconocieron que el poder engendra
responsabilidad. Incluso, las empresas que no apoyaban esos principios, sabían que
si no aceptaban su responsabilidad social voluntariamente, el gobierno las obligaría
a hacerlo.

Uno de los problemas del concepto de responsabilidad social se refiere a puntos de


concretos para su aplicación. Algunos críticos opinaban que no existían lineamientos
en cuanto a la magnitud adecuada de los intereses de las sociedades y que una
empresa tampoco sabía como superar sus responsabilidades sociales ante sus
demás responsabilidades. Por ejemplo cuando Ford estaba desarrollando el modelo
pinto, la empresa encontró que el tanque de gasolina se podía incendiar en caso de
choque, con mucha mayor frecuencia d lo normal. La empresa desarrollo un análisis
de costos – beneficios para averiguar si valía la pena resolver el problema. El
análisis arrojo que la compañía podía lograr que el auto resulte mucho mas seguro
instalando un escudo de 11 dólares. Pero Ford opto por no hacerlo. De hecho,
decidió que las vidas humanas afectadas y destruidas por los taques de gasolina
defectuosas valían menos de once dólares por auto.

Por último, algunos críticos decían que los conceptos de las responsabilidades
sociales permitían que los ejecutivos de las empresas decidieran las obligaciones
sociales de sus corporaciones con base en sus convicciones particulares. Según
estos críticos, el concepto de responsabilidad era una cortina de humo k ocultaba los
valores personales de unos cuantos individuos muy poderosos

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