Tesis Condicion Fisica (Hernadez 2008)

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UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

Departamento de Ciencias Médicas y Quirúrgicas


Departamento de Educación Física
Departamento de Enfermería

TESIS DOCTORAL

LA CONDICIÓN FÍSICA, HÁBITOS DE VIDA


Y SALUD DEL ALUMNADO DE EDUCACIÓN
SECUNDARIA DEL NORTE DE LA ISLA DE
GRAN CANARIA

ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA


2008
UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
Departamento de Ciencias Médicas y Quirúrgicas
Departamento de Educación Física
Departamento de Enfermería

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
TESIS DOCTORAL

LA CONDICIÓN FÍSICA, HÁBITOS DE VIDA


Y SALUD DEL ALUMNADO DE EDUCACIÓN
SECUNDARIA DEL NORTE DE LA ISLA DE
GRAN CANARIA

ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA


Estudio presentado para la obtención del grado de Doctor a través del
programa de doctorado: Avances en Traumatología. Medicina del Deporte.
Cuidado de Heridas (Interdepartamental) (Bienio 2001-2003)

DIRECTORES:
DRA. DÑA. ESTRELLA Mª. BRITO OJEDA
DR. D. MANUEL E. NAVARRO VALDIVIELSO
DR. D. JOSÉ ANTONIO RUIZ CABALLERO

Las Palmas de Gran Canaria


Marzo, 2008
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UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
Departamento de Ciencias Médicas y Quirúrgicas
Departamento de Educación Física
Departamento de Enfermería

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TESIS DOCTORAL

LA CONDICIÓN FÍSICA, HÁBITOS DE VIDA


Y SALUD DEL ALUMNADO DE EDUCACIÓN
SECUNDARIA DEL NORTE DE LA ISLA DE
GRAN CANARIA

ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA

DIRECTORES:

DRA. DÑA. ESTRELLA Mª. BRITO OJEDA


DR. D. MANUEL E. NAVARRO VALDIVIELSO
DR. D. JOSÉ ANTONIO RUIZ CABALLERO

Las Palmas de Gran Canaria


Marzo, 2008
a mi hermano Matías, a Puri, Diego y Marina
A Jennifer, a mis queridos padres Matías y Pilar,

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
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AGRADECIMIENTOS

Quisiera expresar a las siguientes personas mi más sincero agradecimiento por las
diferentes contribuciones prestadas a la realización de esta tesis, y dar las gracias de antemano
a todos aquellos no mencionados y que han sido partícipes en el desarrollo de este trabajo.

- A mis Directores de Tesis:

Dra. Estrella Mª Brito Ojeda, principal artífice de esta investigación, por darme la
oportunidad de cumplir uno de mis proyectos de vida, por sus valiosos consejos e
inestimable asesoramiento profesional y personal, por su sabia dirección, sus ánimos
constantes y por confiar en mí,… Gracias de corazón.

Dr. Manuel E. Navarro Valdivielso, por su paciencia, generosidad y entrega, por su


tesón y enorme capacidad de trabajo, por hacer compatible la sabiduría con la sencillez,
por la transmisión de sus amplios conocimientos, por su inestimable aportación científica
a esta tesis doctoral, por encauzarme de una forma magistral en el campo investigador,
por su apoyo constante y por estar siempre ahí, … te estaré eternamente agradecido.

Dr. José Antonio Ruiz Caballero, por haber hecho crecer la admiración que siento hacia
su persona, ejemplo de valía y humildad en el plano profesional y personal, por su
acogimiento incondicional y generoso,… Muchas gracias por todo.
- A los Profesores de la U.N.E.D. Dr. Andrés López de la Llave y Dra. Mari Carmen Pérez
Llantada, por su asesoramiento en materia de estadística primero y por su amistad después, “mil
gracias”.

- A las Comunidades Educativas de cada uno de los Institutos de Secundaria y Centros de


Educación Obligatoria en que hemos intervenido, especialmente al alumnado participante y a la
enorme colaboración de todos los compañeros de los departamentos de Educación Física, ya

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que sin ellos este proyecto nunca hubiera visto la luz. Mi más sincero agradecimiento.

- A Vanesa Rodríguez Valencia, Máximo Moreno Roque, Fernando Díaz Suárez, Vanesa López
Molina, David Betancor Vega, Juan Germán Jiménez Suárez e Iván Mendoza Delgado por su
inestimable colaboración, dedicación y rigurosidad en el trabajo de campo, muchas gracias.

- Al Dr. Juan José González Henríquez y al Dr. Julio Martínez Morilla por su ayuda en el análisis
de los datos y en la revisión documental de esta tesis. Muchas gracias.

- Al Departamento de Ciencias Médicas y Quirúrgicas de la ULPGC por darme la oportunidad de


cursar el programa de doctorado y poder relacionar la Educación Física con la Salud, y
especialmente a los directores del programa: Dr. Ricardo Navarro García, Dr. Juan Fernando
Jiménez Díaz y el Dr. José Antonio Ruiz Caballero.

- A todos los profesores que han sido protagonistas de mi formación académica, y en especial a
los que me han formado para poder ejercer como profesional de la Actividad Física y el Deporte.

- Dejo para el final, pero en lugar preferente de mi corazón, a mis padres y hermano por haber
sabido conformar un núcleo familiar que me ha educado para valorar la tolerancia, el respeto y el
cariño, inculcándome que con humildad, trabajo y sacrificio, todo esfuerzo tarde o temprano tiene
su recompensa; y a Jennifer, sufridora en primera persona de cada día de trabajo, por su
paciencia, apoyo y dedicación infinitas y por aportar la dosis de amor y cariño que me ha
permitido culminar este trabajo y que impulsa nuestro proyecto de vida.
ÍNDICE
ÍNDICE ............................................................................................................................1
ABREVIATURAS ...........................................................................................................7
INTRODUCCIÓN .....................................................................................................9

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CAPÍTULO I: FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA............................. 15
1.1. LA CONDICIÓN FÍSICA EN LOS JÓVENES .................................................................18

1.1.1. La Conceptualización de la Condición Física..................................................19

1.1.2. Componentes de la Condición Física ...............................................................20

1.1.2.1. Evolución de las Capacidades Físicas Básicas en los Jóvenes................24

1.1.2.1.1. Evolución de la Capacidad de Resistencia ..................................25


1.1.2.1.2. Evolución de la Capacidad de Fuerza..........................................30
1.1.2.1.3. Evolución de la Capacidad de Velocidad ....................................36
1.1.2.1.4. Evolución de la Capacidad de Movilidad....................................40

1.1.2.2. Las Capacidades Coordinativas...............................................................44

1.1.2.2.1. La Coordinación Motriz y su evolución en los jóvenes ..............45


1.1.2.2.2. El Equilibrio Corporal y su evolución.........................................49
1.1.2.2.3. La Agilidad como componente físico y coordinativo
de la condición física ...................................................................51

1.1.2.3. Importancia de los Componentes Antropométricos en la


condición física........................................................................................52

1.2. LA CONDICIÓN FÍSICA EN LA EDUCACIÓN FÍSICA ESCOLAR ................................61

1.2.1. Tratamiento de la condición física desde el currículum del


área de educación física en la enseñanza secundaria.......................................62
1.2.2. Reflexiones sobre el desarrollo del currículum en la educación física
escolar..............................................................................................................65

1.3. EVALUACIÓN DE LA CONDICIÓN FÍSICA .................................................................68

1.3.1. Dificultades para la Evaluación de la Condición Física ...................................68


1.3.2. Baterías de Evaluación de la Condición Física.................................................70

1
1.4. HÁBITOS DE VIDA SALUDABLE Y SU RELACIÓN CON LA ACTIVIDAD FÍSICA .......74

1.4.1. La Actividad Física y su influencia sobre la salud ..........................................75

1.4.1.1. Actividad Física versus sedentarismo.....................................................76


1.4.1.2. Obesidad en los jóvenes .........................................................................82
1.4.1.3. Prevalencia de práctica de actividad física en la adolescencia...............87
1.4.1.4. Motivos que inducen a la práctica de actividades físicas
y deportivas .............................................................................................92

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1.4.1.5. La percepción de los jóvenes sobre el estado de su forma
física y salud ...........................................................................................93

1.4.2. Otros hábitos de vida relacionados con la actividad física..............................95

1.4.2.1. Hábitos alimenticios de los jóvenes........................................................96


1.4.2.2. Hábitos nocivos para la salud ...............................................................100

1.4.3. Reflexiones sobre los instrumentos de evaluación de los hábitos


de vida ...........................................................................................................102

CAPÍTULO II: OBJETIVOS.............................................................. 105


2.1. HIPÓTESIS DE LA INVESTIGACIÓN ........................................................................107
2.2. OBJETIVOS

2.2.1. Objetivos generales ........................................................................................108


2.2.2. Objetivos específicos .....................................................................................108

CAPÍTULO III: MATERIAL Y MÉTODO.................................... 111


3.1. DISEÑO DEL ESTUDIO............................................................................................114
3.2. MUESTRA ..............................................................................................................117

3.2.1. Determinación teórica de la muestra ............................................................117


3.2.2. Características de la muestra.........................................................................121

3.2.2.1. Características de la muestra en función de la comarca.........................122


3.2.2.2. Características de la muestra en función de la edad...............................123
3.2.2.3. Características de la muestra en función del género ..............................124
3.2.2.4. Características de la muestra en función del nivel académico...............124

2
3.3. VARIABLES DEL ESTUDIO ....................................................................................125
3.4. INSTRUMENTOS Y MEDIDAS.................................................................................127
3.4.1. Descripción y protocolo de las pruebas físicas y medidas
antropométricas ..............................................................................................127
3.4.2. Diseño del cuestionario de Hábitos de Vida relacionados
con el Ejercicio Físico y la Salud ...................................................................148
3.4.3. Validez y fiabilidad de los instrumentos de evaluación .................................153

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3.5. ORGANIZACIÓN Y PLANIFICACIÓN DE LA TOMA DE DATOS ..............................164

3.5.1. Actuaciones previas........................................................................................164


3.5.2. Organización del material ..............................................................................165
3.5.3. Organización de las sesiones de evaluación ..................................................166

3.5.3.1. Número de sesiones y agrupamiento de las pruebas..............................167


3.5.3.2. Ficha de Registro Personal.....................................................................167

3.6. BASE DE DATOS Y TRATAMIENTO ESTADÍSTICO .................................................169

3.6.1. Criterios de exclusión ....................................................................................169


3.6.2. Tratamiento estadístico ..................................................................................171

CAPÍTULO IV: RESULTADOS........................................................ 175


4.1. RESULTADOS DE LAS PRUEBAS ANTROPOMÉTRICAS EN LOS
ESTUDIANTES DE 12 A 18 AÑOS ............................................................................176

4.1.1. La estatura en los estudiantes de 12 a 18 años..............................................177


4.1.2. El peso corporal en los estudiantes de 12 a 18 años ......................................179
4.1.3. Índice de masa corporal en los estudiantes de 12 a 18 años ..........................180
4.1.4. Porcentaje de grasa corporal en los estudiantes de 12 a 18 años ...................182

4.2. RESULTADOS DE LAS PRUEBAS FÍSICAS EN LOS ESTUDIANTES DE


12 A 18 AÑOS ........................................................................................................183

4.2.1. Course navette de 20 m. en los estudiantes de 12 a 18 años..........................184


4.2.2. Lanzamiento de balón (3 kg) en los estudiantes de 12 a 18 años ..................186
4.2.3. Salto horizontal en los estudiantes de 12 a 18 años......................................187
4.2.4. Abdominales en 30 segundos de los estudiantes de 12 a 18 años .................189
4.2.5. Dinamometría manual en los estudiantes de 12 a 18 años ............................190
4.2.6. Velocidad en 20 metros de los estudiantes de 12 a 18 años ..........................192

3
4.2.7. Velocidad 10x5 metros en los estudiantes de 12 a 18 años ...........................194
4.2.8. Flexión anterior de tronco en los estudiantes de 12 a 18 años.......................195

4.3. ÍNDICES CORRELACIONALES DE LAS PRUEBAS FÍSICAS Y


ANTROPOMÉTRICAS EN ESTUDIANTES DE 12 A 18 AÑOS .....................................197

4.4. TABLAS DE PERCENTILES DE LAS PRUEBAS FÍSICAS Y


ANTROPOMÉTRICAS EN ESTUDIANTES DE 12 A 18 AÑOS .....................................215

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4.5. RESULTADOS DEL CUESTIONARIO DE HÁBITOS DE VIDA RELACIONADOS
CON EL EJERCICIO FÍSICO Y LA SALUD EN ESTUDIANTES DE 12 A 18 AÑOS ........233

CAPÍTULO V: ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LOS


RESULTADOS........................................................... 257
5.1. PREVALENCIA DE PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA DEL
ALUMNADO DE SECUNDARIA DEL NORTE DE GRAN CANARIA ............................258

5.1.1. Prevalencia de práctica de actividad físico-deportiva de los


adolescentes en función del género ...............................................................259

5.1.2. Prevalencia de práctica de actividad físico-deportiva de los


adolescentes en función de la edad................................................................261

5.1.3. Dedicación de los adolescentes a la práctica de actividad


físico-deportiva: sedentarios, moderadamente activos y activos ..................264

5.1.4. Actividades físico-deportivas preferidas en la población adolescente


del norte de Gran Canaria y motivos que inducen a su práctica ...................268

5.2. COMPORTAMIENTO Y EVOLUCIÓN DEL RENDIMIENTO FÍSICO DE LOS


ESTUDIANTES DE SECUNDARIA DEL NORTE DE GRAN CANARIA .........................272

5.2.1. Evolución de la capacidad de resistencia en los adolescentes .......................273


5.2.2. Evolución de la capacidad de fuerza en los adolescentes ..............................280

5.2.2.1. Capacidad de Fuerza en el Lanzamiento del Balón


Medicinal en los estudiantes de secundaria ..........................................282
5.2.2.2. Capacidad de Salto Horizontal en los estudiantes
de secundaria..........................................................................................285
5.2.2.3. Evolución de la Fuerza-Resistencia de la musculatura
abdominal en los estudiantes de secundaria...........................................288

4
5.2.2.4. La Dinamometría Manual en los estudiantes de secundaria ..................292
5.2.2.5. Índice General de Fuerza muscular en los estudiantes
de secundaria..........................................................................................295

5.2.3. Evolución de la capacidad de velocidad en los adolescentes .......................299

5.2.3.1. Capacidad de velocidad de los estudiantes de secundaria en


el test de carrera de 20 metros................................................................300
5.2.3.2. Capacidad de velocidad en la carrera de ida y vuelta de 10 x 5

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metros en los estudiantes de secundaria.................................................303
5.2.3.3. Índice General de Velocidad de los estudiantes de secundaria..............307

5.2.4. Evolución de la capacidad de movilidad en los adolescentes.......................310

5.3. ANÁLISIS DEL ÍNDICE DE MASA CORPORAL Y DE LA GRASA CORPORAL


EN LOS ADOLESCENTES DE 12 A 18 AÑOS DE EDAD .............................................314

5.3.1. Índice de masa corporal en los estudiantes de 12 a 18 años de edad............314


5.3.2. Los adolescentes y el porcentaje de grasa corporal ......................................319

5.4. SOBRE EL ESTADO DE SALUD DE LOS ADOLESCENTES DEL NORTE


GRANCANARIO Y SU RELACIÓN CON LA ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA ...........324

5.5. ANÁLISIS DE LOS HÁBITOS ALIMENTICIOS DEL ALUMNADO DE


SECUNDARIA DEL NORTE DE LA ISLA DE GRAN CANARIA Y SU
RELACIÓN CON LA ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA.............................................328

5.6. OTROS HÁBITOS DE VIDA Y ACTIVIDADES REALIZADAS EN EL TIEMPO


LIBRE DE LOS ADOLESCENTES Y SU RELACIÓN CON LA ACTIVIDAD FÍSICA .......331

CAPÍTULO VI: CONCLUSIONES Y LÍNEAS FUTURAS


DE INVESTIGACIÓN ........................................... 337

CAPÍTULO VII: REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ............... 345

5
A B RE VI AT URA S

AEP: Asociación Española de Pediatría.

AESA: Agencia Española de Seguridad Alimentaria.

AVENA: Alimentación y Valoración del Estado Nutricional en Adolescentes.

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BIA: Bioimpedancia Eléctrica.

DEXA: Absorciometría dual de rayos X.

EF: Educación Física.

FAO: Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

FC: Frecuencia Cardíaca.

FR: Frecuencia Respiratoria.

HBSC: Health Behaviour in School-aged Children.

IMS: Índice de Masa Corporal.

IOTF: International Obesity Taskforce. Grupo de Trabajo Internacional sobre Obesidad.

ISTAC: Instituto Canario de Estadística.

MG: Masa Grasa.

OMS: Organización Mundial de la Salud.

PGC: Porcentaje de Grasa Corporal.

PHV: Peak Height Velocity. Pico de Velocidad del Crecimiento.

RM: Repeticiones Máximas.

SEEDO: Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad.

SENC: Sociedad Española de Nutrición Comunitaria.

VO2max: Consumo Máximo de Oxígeno.

7
INTRODUCCIÓN

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
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INTRODUCCIÓN

Los retos planteados por el creciente problema de la inactividad física en la infancia y


adolescencia pueden ser considerados indudablemente, como uno de los desafíos más relevantes
para la salud pública en el siglo XXI. La responsabilidad de la mejora de los niveles de actividad
física y de otras conductas relacionadas con la salud de nuestros jóvenes debe recaer en todos los
miembros de la sociedad.

La realidad que atraviesan los niños y adolescentes de los países desarrollados, donde
existe un amplio conjunto de pruebas científicas que indican una disminución de los niveles de
condición física y de la práctica de actividades físico-deportivas en todos los grupos de edad, ha
convertido a la inactividad física en uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades
crónicas, no estando exento de esta problemática los jóvenes de nuestro entorno.

Por ello, nos hemos propuesto profundizar en el conocimiento del estado de la condición
física de los adolescentes y la relación que se establece entre el rendimiento físico mostrado por los
jóvenes con determinados hábitos de vida, principalmente los referidos a la práctica de actividades
físicas y deportivas, sin olvidar otros hábitos y conductas relacionadas con la salud, tales como el
tipo de alimentación, el tiempo dedicado a actividades de carácter sedentario, las horas de sueño, el
consumo de sustancias nocivas, etc., así como, indagar sobre las actitudes hacia la práctica
deportiva de los estudiantes de secundaria y la percepción de su estado de forma física y salud.

11
La comunidad en su conjunto, los propios hogares, y sobre todo los centros educativos, son
lugares excelentes para educar a los jóvenes en la mejora de conductas relacionadas con su salud y
calidad de vida como por ejemplo la práctica de actividades físicas y deportivas. En este sentido, el
colectivo docente, en calidad de personas que se interrelacionan directamente con los niños y
adolescentes, constituye un componente especialmente importante dentro de esta red de

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
influencias.

No obstante, es necesario proporcionar a todos aquellos sectores de la sociedad implicados


en el fomento de los hábitos de vida saludables, la información y herramientas necesarias para
afrontar con coherencia y de forma eficiente el desarrollo de proyectos orientados a tal fin, siendo
éste uno de los principales motivos que conduce a la realización de la presente investigación.

La labor docente en los centros de enseñanza ofrece un amplio espectro de posibilidades de


intervención en este sentido, donde en muchas ocasiones, lejos de limitarse a la mera impartición de
los contenidos curriculares propios de cada una de las áreas, el profesorado desarrolla numerosas
facetas tanto en el campo docente como investigador, ocupando tradicionalmente los profesionales
de la Educación Física un lugar destacado en dicha labor.

El estudio del cuerpo humano y su movimiento, como elementos indisociables en la acción


motriz, se ha ido nutriendo de diferentes campos del saber científico, tecnológico, humanístico,
pedagógico y artístico. El currículo propuesto para el área de Educación Física en la Educación
Secundaria, tiene como finalidad principal el desarrollo integral de la persona a partir de su
competencia motriz, cuya transferencia a otros contextos contribuye a una mejor calidad de vida y a
su desarrollo social autónomo como ciudadano, constituyendo éstos el objeto fundamental de esta
materia.

Por otro lado, la relación directa que se establece entre la condición física con la salud y
calidad de vida de las personas, es un hecho universalmente aceptado en la actualidad. Además
está científicamente reconocido, que la actividad física y el ejercicio inciden de forma positiva sobre
la mejora de la condición física, de la salud y de la calidad de vida en general de los jóvenes. El

12
ejercicio y la actividad física realizados de forma regular durante el periodo de crecimiento,
contribuyen de forma clara al desarrollo armónico y equilibrado del niño y adolescente, al tiempo que
un hábito de vida físicamente activo, normalmente favorece el establecimiento de estilos de vida
saludables (Gómez et al, 2005).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
No obstante, es generalmente aceptado que el horario destinado a la impartición del área de
Educación Física en la Educación Obligatoria es insuficiente para lograr mejoras apreciables en la
condición física del alumnado, por lo que consideramos la necesidad de aumentar la carga lectiva de
esta asignatura o bien incidir en un planteamiento didáctico basado en una concepción
multidisciplinar del proceso educativo en los centros de enseñanza, así como el desarrollo de
proyectos de intervención social que partan desde la coordinación de los diferentes estamentos
administrativos y sociales implicados, de forma que el hecho de afrontar un objetivo común desde
diferentes ámbitos, redunde en un enriquecimiento de la formación de nuestros jóvenes, al mismo
tiempo que sería una ayuda inestimable en la labor de concienciación y sensibilización social hacia
el fomento de hábitos saludables tales como la práctica de actividades físicas y deportivas, que
puedan desembocar en una mejora de la salud y calidad de vida de la sociedad en general y de los
niños y adolescentes en particular.

Todas estas motivaciones han sido especialmente importantes a la hora de decidir el objeto
de estudio en la elaboración del presente trabajo de investigación, donde nos hemos propuesto
conocer la condición física de los adolescentes que residen en los municipios pertenecientes a la
Mancomunidad del Norte de Gran Canaria y analizar la relación que se establece con determinados
hábitos de vida, especialmente con los referidos a la práctica de actividad físico-deportiva;
elaborando escalas de referencia para la valoración de la condición física entre los 12 y 18 años, que
pudieran convertirse en herramienta e instrumento de evaluación en el área de Educación Física de
la enseñanza secundaria, y proporcionando al mismo tiempo una valiosa información de cara a la
elaboración de programaciones de educación física y otros programas sociales, recreativos y
saludables destinados al fomento de la práctica de actividades físicas y el deporte.

13
Para ello, la organización y elaboración del presente trabajo de investigación se estructura
en seis capítulos, donde el capítulo I, aborda el desarrollo de la “Fundamentación teórica” y está
dedicado al estudio de las variables que componen la investigación, destacando la condición física y
la evolución de sus componentes, su tratamiento desde el ámbito de nuestro sistema educativo, la
problemática de la evaluación de la condición física, y los hábitos de vida saludables y su relación

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
con la actividad física.

Tanto la definición de la hipótesis de partida del estudio como los objetivos generales y
específicos planteados para su desarrollo, se concretan en el capítulo II, y de esta manera elaborar
el diseño metodológico que posibilite el estudio descriptivo, transversal y correlacional con una
muestra de 1.272 estudiantes (628 hombres y 644 mujeres) comprendidos entre los 12 y 18 años de
edad y pertenecientes a los municipios de la Mancomunidad del Norte de la isla de Gran Canaria y
que se plasman en el capítulo III , utilizando como instrumentos de evaluación una batería de
condición física orientada a la salud (Eurofit, 1988) y un cuestionario para determinar distintas
actitudes y hábitos de vida relacionadas con el bienestar.

Los “Resultados” de esta investigación se exponen en el capítulo IV, procurando mostrar la


información de forma simplificada, ayudando así a una mejor comprensión e interpretación de la
misma, dejando para el capítulo V la “Discusión de los Resultados” a partir de la interpretación y
análisis de los datos obtenidos.

Por último, en el Capítulo VI se detallan las “Conclusiones y Líneas Futuras de


Investigación” que nos permiten hacer un balance final de la situación actual de la realidad estudiada
y proponer líneas de investigación posteriores.

14
TEÓRICA
CAPÍTULO I

FUNDAMENTACIÓN

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

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E l desarrollo del marco teórico de esta investigación, cuyo objeto de estudio gira
alrededor del conocimiento de la condición física de la población estudiantil de
secundaria y bachillerato de la comarca Norte de la isla de Gran Canaria y de su relación con los
hábitos de vida saludables, se apoya en aquellos pilares básicos sobre los que se asienta un
tema que cada vez más, se convierte en motivo de preocupación y de continuos estudios dentro
de las sociedades desarrolladas.

Hemos de tener en cuenta, que este trabajo está centrado en una etapa de la vida
(pubertad-adolescencia) fundamental tanto para el desarrollo de la condición física, como para el
establecimiento y consolidación de dichos hábitos de vida.

El objetivo de este primer capítulo es ofrecer una caracterización de la situación actual


de las diferentes variables que componen el cuerpo de la investigación, y en consecuencia, a lo
largo de este capítulo los puntos abordados desarrollan los siguientes contenidos:

- Consideraciones generales de sobre la condición física en los jóvenes, donde se


hace una aproximación al concepto de condición física, y un desglose de sus
componentes físico-motrices y antropométricos, centrándonos fundamentalmente en la
evolución de los mismos durante las edades estudiadas.
- La condición física en el contexto educativo, que analiza la forma en que se afrontan
estos contenidos desde el área de Educación Física, sus funciones y finalidades, así
como las condiciones en que se desarrolla.
- La evaluación de la condición física, con las dificultades inherentes al propio proceso
evaluativo y las diferentes Baterías de test elaboradas para tal fin, con especial atención
a la batería Eurofit por ser la que fundamentalmente se ha utilizado en este trabajo.

17
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

- Los hábitos de vida saludables y su relación con la actividad física, donde se


profundiza en la relación que se establece entre la actividad física y la salud, los
problemas ocasionados por el aumento del sedentarismo, la prevalencia de práctica
física de nuestros jóvenes, así como otros hábitos de vida que también forman parte de
los actuales indicadores de calidad de vida, como la alimentación, descanso, hábitos
nocivos, etc.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
1.1 LA CONDICIÓN FÍSICA EN LOS JÓVENES.

Uno de los principales factores que inciden en el nivel de condición física de un sujeto,
es el grado de actividad física realizado. Por ello, se entiende que cuando se establece una
relación entre la actividad y el ejercicio físico con la calidad de vida, lo que principalmente se está
resaltando es la importancia que se le concede a la condición física dentro de los parámetros
que definen el estado de salud de las personas.

En este sentido, resultados obtenidos en estudios recientes indican que además de un


bajo nivel en la condición física de los adolescentes españoles (Ortega et al., grupo AVENA,
2005), es precisamente el grado de condición física, el que más se relaciona con algunos
factores de riesgo para la salud de nuestros jóvenes como por ejemplo el perfil lipídico-
metabólico (García-Artero et al., 2007, Estudio AVENA).

En consecuencia, además de la cantidad o el tipo de práctica física que realiza un


individuo, se considera que es fundamentalmente el conocimiento de su nivel de condición física,
el que nos puede ofrecer una perspectiva más realista de su estado respecto a los potenciales
beneficios que se deriven de dicha práctica, aunque claro está, son parámetros que presentan
una relación muy directa.

Por lo tanto, considerando la importancia del estado de la condición física de los jóvenes
en general, y en esta investigación en particular, existen numerosas perspectivas desde las
cuales abordar el desarrollo de este punto, optando por comenzar con una aproximación
conceptual que nos sitúe en la realidad que queremos estudiar, para seguidamente hacer una
descripción y análisis de los principales componentes que conforman la condición física humana.

18
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

1.1.1 LA CONCEPTUALIZACIÓN DE LA CONDICIÓN FÍSICA.

En la bibliografía y foros especializados se utilizan diferentes términos (aptitud física,


forma física, physical fitness, etc.) para definir un único concepto, al que nosotros
denominaremos Condición Física.

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No obstante, atendiendo al significado del lenguaje y partiendo del hecho de que la
realidad exterior al ser humano es aprendida a través de los nombres de las cosas o conceptos
que aplicamos en cada caso (García-Manso, Navarro y Ruiz-Caballero, 1996b), es necesario
que éstos sean lo más precisos posibles.

El término condición física es genérico, reúne las capacidades que tiene el organismo
para ser apto o no apto en una tarea determinada (Blázquez, 1990).

Sánchez-Bañuelos (1996) distingue cinco formas diferentes de condición física:

• La condición física enfocada hacia el rendimiento deportivo, es decir, para mejorar los
resultados en el ámbito de la competición deportiva.
• La condición física de carácter darwiniano, la cual representa las posibilidades de
supervivencia en un hábitat determinado y en los tipos de cultura en los que el esfuerzo
físico significa un requisito necesario.
• La condición física orientada al ámbito laboral y profesional no deportivo.
• La condición física de carácter general (multipropósito), orientada a obtener rendimientos
puntuales (concursos, pruebas de acceso, etc...).
• La condición física enfocada hacia la mejora de la salud.

El Diccionario de las Ciencias del Deporte (1992) define la Condición Física como factor
de la capacidad de trabajo (físico) del hombre, determinado por el grado de desarrollo de las
cualidades motrices (capacidades corporales) de resistencia, de fuerza, de velocidad y de
flexibilidad. La concreción de la definición en este diccionario es superior, pues llega a distinguir
entre Condición Física General y Condición Física Específica. La primera se refiere a la
capacidad de actuación deportiva general, caracterizándose por un grado de desarrollo lo más
elevado y regular posible de todos los componentes de la Condición Física. La Condición Física

19
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Específica, versa sobre una disciplina deportiva concreta, desarrollando únicamente los factores
que determinan la actuación deportiva en la misma.

Para Grosser y Starischka (1988), “...la condición física en el deporte es la suma de


todas las cualidades motrices (corporales) importantes para el rendimiento, y su realización a
través de los atributos de la personalidad (por ejemplo, la voluntad, la motivación)” y, por tanto,
“la condición física se desarrolla por medio del entrenamiento de las cualidades físicas”.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Como se puede observar en estas definiciones, el estudio y análisis del concepto
Condición Física ha estado enfocado tradicionalmente hacia el rendimiento deportivo. No
obstante, hemos de recordar que aunque la orientación de dicho concepto, tradicionalmente ha
sido deportiva, dirigida hacia la consecución de objetivos externos al individuo, hace años que
están tomando un gran impulso las otras tendencias que centran su objetivo en el bienestar del
propio sujeto, en la consecución de un beneficio propio, en considerar a la condición física
desde un entorno referido a la salud y calidad de vida, que podríamos situar dentro de un
paradigma ecológico (Leiva y Casajús, 2004; Zaragoza et al., 2004).

Bajo este prisma, que es el que más se adapta a la perspectiva que hemos querido dar a
nuestro estudio, la condición física se puede definir como “estado dinámico de energía y
vitalidad que permite a las personas llevar a cabo las tareas diarias habituales, disfrutar
del tiempo de ocio activo, afrontar las emergencias imprevistas sin una fatiga excesiva, a
la vez que ayuda a evitar las enfermedades hipocinéticas, y a desarrollar el máximo de la
capacidad intelectual, experimentando plenamente la alegría de vivir” (Rodríguez, 1995).

1.1.2 COMPONENTES DE LA CONDICIÓN FÍSICA

Ya en 1979, Roland Renson representaba el concepto de Condición Física mediante un


triángulo donde en sus vértices situaba los componentes o dimensiones que consideraba como
principales definidores del citado concepto: dimensión orgánica, motriz y cultural (Gráfico nº 1.1).

Dentro de este marco de referencia, donde la condición física no es considerada sólo y


exclusivamente desde el ámbito deportivo, sino dentro de un entorno mucho más amplio que
abarca la salud y la calidad de vida, no podemos obviar, como nos recuerda Navarro (1998), que

20
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

la existencia del ser humano, está condicionada por la compleja interacción de numerosos
factores entre los que destacan los relativos a los campos psicológico, afectivo, cognitivo,
sociológico (socio-político), sexual, laboral (económico), funcional (orgánico) y físico. Todos ellos
son los que, en conjunto o de manera individual, van a determinar la calidad de vida de que se
dispone a la hora de afrontar, de una forma positiva y racionalmente suficiente, la propia vida
(gráfico nº 1.2).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
DIMENSIÓN CULTURAL

Comportamiento Motor
(Actividad Física)

Resistencia
Físico Cardiorrespiratoria Aptitud

DIMENSIÓN ORGÁNICA DIMENSIÓN MOTRIZ

Gráfico nº 1.1: Triada de la aptitud física


(Fuente: Renson,1979)

Como se puede apreciar en el gráfico nº 1.2, son muchos los factores que afectan a la
calidad de vida de las personas, aunque, probablemente no sería oportuno abordar cada uno de
estos temas en un sólo estudio, ya que la amplitud de sus dimensiones podría sobrepasar las
expectativas normales de cualquier investigación.

De hecho, cada uno de los campos expuestos en el siguiente gráfico, son factores
reconocidos en la sociedad actual como claros parámetros definidores del estado de bienestar
de las personas, y conforman por separado o de forma conjunta constantes motivos de estudios
e investigaciones científicas.

21
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

CAMPO CAMPO CAMPO CAMPO


PSICOLÓGICO AFECTIVO COGNITIVO SOCIOLÓGICO

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
CALIDAD DE VIDA

CAMPO CAMPO CAMPO CAMPO


SEXUAL LABORAL FUNCIONAL COND. FÍSICA

Gráfico nº 1.2: Microsistema de factores que afectan a la calidad de vida de los ciudadanos

Centrándonos en cuáles pueden ser los componentes que mejor definan el estado de la
condición física de las personas, Lorenzo (2006), partiendo de un amplio estudio recopilatorio de
autores y corrientes representativas de varios países (Legido, 1996, Grosser et al., 1991;
Manno, 1985; Martin, 1982; Hahn 1988, Torres, 1996; Meinel y Schnabel, 1988, …) y optando
por guiarse fundamentalmente por las orientaciones de Legido (1996) y sobre todo de Torres
(1996), considera como componentes y factores de la condición física los siguientes:

1. Condición anatómica: estatura, peso, proporciones corporales, composición corporal,


valoración cieantropométrica.
2. Condición fisiológica: salud orgánica básica, composición biotipológica, funcionamiento
cardiovascular, funcionamiento respiratorio.
3. Condición fisico-motora: A. Capacidades Motrices Condicionantes (fuerza, velocidad,
flexibilidad y resistencia). B. Capacidades Motrices Coordinativas (equilibrio, orientación
espaciotemporal, ritmo, reacción, diferenciación, combinación y adaptación-transformación).
C. Agilidad y habilidad y destreza.

22
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Desde la relación con la salud, de todos estos componentes que conforman la condición
física, la capacidad aeróbica, la fuerza muscular y la composición corporal han sido las que han
adquirido una mayor relevancia científica sobre todo en el ámbito sanitario (Ruiz, 2007). Una alta
capacidad aeróbica en varones y un alto grado de fuerza muscular en mujeres se asocian con un
menor riesgo en algunos factores como el perfil lipídico-metabólico de enfermedad
cardiovascular (García-Artero et al., 2007). No obstante, la relación del resto de capacidades
físicas con distintos parámetros de salud sigue siendo muy reconocida tanto para personas

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
jóvenes como adultas (American College of Sports Medicine, 1998).

Tratando de acotar el objeto de estudio, existen una serie de parámetros considerados


como adecuados y suficientes para definir la condición física de los estudiantes de secundaria.
Se trata de componentes aceptados mayoritariamente en la bibliografía especializada y que se
adaptan perfectamente al diseño de esta investigación. Los componentes de la condición física a
que hacemos referencia se pueden sintetizar en tres grandes grupos: capacidad condicional,
capacidad coordinativa y componentes antropométricos.

• CAPACIDAD CONDICIONAL: Se fundamenta en el potencial metabólico y mecánico


del músculo y sus estructuras anexas (García-Manso, Navarro, Ruiz-Caballero,
1996a). Tradicionalmente se engloban como capacidades condicionales o también
denominadas capacidades físicas básicas.

• CAPACIDAD COORDINATIVA: Depende de las capacidades individuales de control


y regulación del movimiento humano. De entre las capacidades coordinativas,
destacan la coordinación motriz, el equilibrio corporal y la agilidad.

• COMPONENTES ANTROPOMÉTRICOS: La antropometría se ocupa de la medición


de las variaciones en las dimensiones físicas y la composición global del cuerpo
humano, a diferentes edades y distintos grados de nutrición (Garrido, 2005). Aunque
el número de componentes antropométricos descritos en la bibliografía es muy
numeroso, son muy habituales algunos referentes antropométricos como, la talla, el
peso, el Índice de Masa Corporal (IMC), y el Porcentaje de Grasa Corporal.

23
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

1.1.2.1EVOLUCIÓN DE LAS CAPACIDADES FÍSICAS


BÁSICAS EN LOS JÓVENES.
Al hablar de Capacidades Físicas Básicas, se suele hacer referencia a aquellas que
conforman y dan cuerpo a la capacidad condicional de los individuos.

Entendiendo que al tratarse de capacidades que se fundamentan en el potencial

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
metabólico y mecánico del músculo y sus estructuras anexas, y tratándose éstos de pilares
básicos dentro de la motricidad humana, se considera que el peso específico de estas
capacidades en la conformación de la condición física de las personas es bastante significativo.

Según Porta (1993) las capacidades físicas básicas son las predisposiciones anatómico-
fisiológicas innatas en el individuo, factibles de medida y mejora, que permiten el movimiento y el
tono postural.

Con la intención de simplificar diferentes clasificaciones de las que se pueden encontrar


en la literatura especializada y tratando de unificar criterios, De la Reina y Martínez de Haro
(2003) citan a García Lavera (1979) que habla de cualidades físicas básicas, a Grosser (1985)
que habla de capacidades físicas condicionantes, a Mora (1989) que habla de capacidades de
aspecto mecánico, a Martín (1989) que habla de cualidades físicas condicionantes, y a Generelo
y Lapetra (1993), que también hablan de cualidades físicas básicas, quienes junto a García-
Manso, Navarro y Ruiz-Caballero (1996b) que hablan de capacidades condicionales, coinciden
en señalar como tales a: la fuerza, la resistencia, la velocidad y la flexibilidad-elasticidad o
movilidad.

De ahí que se afronte el estudio de la capacidad condicional de los adolescentes en esta


investigación partiendo de aquellas capacidades que coincidiendo con lo expuesto
anteriormente, se hará referencia a ellas como capacidades físicas básicas: la resistencia y
sus manifestaciones; la fuerza y sus manifestaciones; la velocidad y sus manifestaciones y la
movilidad y sus manifestaciones.

Aunque, para diferentes autores las capacidades físicas básicas que mejor definen la
condición física de los jóvenes serían las dos primeras, es decir, la resistencia y la fuerza
muscular (Brito-Ojeda, 2003; García-Artero et al., 2007), las capacidades de velocidad y la

24
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

movilidad o flexibilidad también aportan valiosa información y permiten una mayor concordancia
con la mayoría de las investigaciones realizadas en la misma línea, lo cual facilitará posteriores
comparaciones y análisis de los datos obtenidos (American College of Sports Medicine, 1998;
Brito-Ojeda, 2003).

1.1.2.1.1 EVOLUCIÓN DE LA CAPACIDAD DE RESISTENCIA.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Tradicionalmente, muchos han sido los autores que han coincidido en señalar la
importancia de la mejora de la resistencia aeróbica como uno de los aspectos básicos dentro del
desarrollo de la condición física de los niños y adolescentes (Hahn, 1988; Weineck, 1988;
Becerro, 1989 y 1992; Cerani, 1993; Delgado et al., 1999; Navarro y Rico, 1998). Actualmente es
aceptado que una buena capacidad aeróbica se asocia con la disminución de algunos factores
de riesgo para la salud de los jóvenes.

En este sentido, para conocer si la población adolescente disfruta de una capacidad


aeróbica satisfactoria en términos de salud cardiovascular, instituciones como el grupo Fitness
Gram del Cooper Institute (1999) establecieron umbrales por debajo de los cuales se presentaría
riesgo cardiovascular en el futuro. De la aplicación de dichos umbrales se desprende que la
prevalencia de adolescentes con riesgo cardiovascular según su capacidad aeróbica en España
(estimada a partir del test de la Course-Navette de 20 m.), está en torno al 17% para las mujeres
y al 19% para los varones, es decir, casi la quinta parte de los adolescentes españoles, o lo que
es lo mismo, 1 de cada 5 adolescentes, se encontraban en riesgo de presentar algún evento de
índole cardiovascular cuando sea adulto. Por otro lado, el grupo de adolescentes cuya capacidad
aeróbica era indicativa de riesgo cardiovascular futuro poseía también un peor rendimiento en las
demás capacidades físicas (fuerza, velocidad/agilidad y movilidad) (Ortega et al., grupo AVENA,
2005).

Estos son datos que hablan por sí mismos, y dan a entender el peso específico que tiene
la capacidad de resistencia dentro de la condición física de los jóvenes, así como su contrastada
valía como parámetro orientador del estado de salud de los mismos.

Siguiendo a Navarro (1998), la resistencia es una capacidad del ser humano que viene
asociada a dos conceptos: nivel de rendimiento y fatiga. Pero en estudios donde se trata de

25
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

analizar la condición física de un grupo de personas, y en función de lo visto anteriormente, esta


capacidad adquiere otra importante dimensión, que es el ser indicador de la condición física. No
en vano, cualquier batería de test que trate de medir la condición física de una población,
incluyen una o varias pruebas que tratan de valorar esta capacidad o alguno de los parámetros
que la determinan.

En una revisión realizada por Brito-Ojeda (2003), de diferentes autores (Bompa, 1983;

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Grösser et al., 1989; Manno, 1991; Weineck, 1988; Harre, 1987; Zintl, 1981; Navarro, 1994) los
términos que más se repiten para definir la resistencia son:

- Capacidad de resistir la fatiga o soportar el cansancio (Grosser et al. 1989,


Manno 1991, Weineck 1988, Harre 1987, Zintl 1981, Navarro, 1994)
- Capacidad física y psíquica (Grosser et al. 1989, Weineck 1988, Zintl 1981,
Navarro, 1994)
- Capacidad de recuperarse rápidamente después de esfuerzos (Grosser 1989,
Zintl 1991, Navarro, 1994).

Uniendo estos parámetros que se muestran como los más reconocidos por los diferentes
autores, y a modo de resumen, podemos definir la resistencia como, “la capacidad psicofísica de
soportar o mantener un esfuerzo el mayor tiempo posible, retardando la aparición de la fatiga
y que nos permite una pronta recuperación”.

Tomando como referencia la fuente energética que predomina en función de la duración e


intensidad del esfuerzo, así como la vía energética predominante, podemos hablar de resistencia
aeróbica y resistencia anaeróbica (láctica o aláctica), en sus manifestaciones de capacidad y
potencia; entendiendo por RESISTENCIA AERÓBICA la capacidad de realizar esfuerzos
prolongados de intensidad moderada o leve retardando la aparición de la fatiga, donde la obtención
de energía se realiza mayoritariamente a través del metabolismo aeróbico. La RESISTENCIA
ANAERÓBICA, es la que hace referencia a la capacidad de prolongar esfuerzos cortos, de alta
intensidad, donde el suministro de energía se hace principalmente a través del metabolismo
anaeróbico.

Si quisiéramos ampliar esta clasificación deberíamos hablar de los conceptos de capacidad


y potencia aplicables a cada una de las manifestaciones de la resistencia, aunque más relacionados
con el mundo del rendimiento deportivo.

26
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Para Mishchenko y Monogarov (1995), la potencia refleja los cambios de velocidad de


liberación de energía en los procesos metabólicos; mientras que la capacidad refleja las
dimensiones de las reservas aprovechables de sustancias energéticas o el total de cambios
metabólicos producidos durante el trabajo. E incluso Navarro (1994) propone añadir, respecto a la
resistencia aeróbica, un nuevo concepto, la eficiencia aeróbica, que refleja las posibilidades de
obtener altas cotas de energía mecánica con bajo costo de energía química, y que tal y como
entiende Brito-Ojeda (2003) se trata de un concepto también aplicable a la resistencia anaeróbica.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
En cuanto a la EVOLUCIÓN de esta capacidad en los jóvenes, hemos de indicar que los
niños son sensibles a los esfuerzos aeróbicos y asimilan su entrenamiento a partir de los 8 años,
pero hasta la pubertad no se produce el “periodo sensible” u óptimo para su desarrollo (Martínez
et al., 1995).

Una adaptación al esfuerzo similar a los adultos, un menor volumen del corazón, que se
compensa con una mayor frecuencia cardiaca (FC) y respiratoria, y alcanzar el estado de
equilibrio entre aporte y demanda de oxígeno más rápidamente aunque con una frecuencia
cardiaca más elevada, son algunas de las características de las edades infantiles.

Afirmaciones como las anteriores, están basadas en las modificaciones (fruto del
crecimiento, desarrollo y maduración) que van sufriendo cada uno de los parámetros que
intervienen en la configuración de esta capacidad, tales como la función respiratoria, función
cardiovascular, consumo máximo de oxígeno, umbral anaeróbico, capacidad de formación de
lactato, capacidad “tampón”, etc.

En comparación con los adultos y adolescentes, los niños responden al ejercicio con una
alta frecuencia respiratoria (FR) y una ventilación superficial (Willmore y Costil, 2000). Además
de una menor reserva ventilatoria en las edades infantiles (Patel, 2001; Bompa, 1995), entre los
factores característicos del desarrollo de sistema respiratorio se encuentra una reducción del
ritmo respiratorio y un aumento del volumen respiratorio (Harre, 1987).

Respecto a la función cardiovascular, los niños tienen corazones más pequeños que los
adultos (Martín, 1989), aunque el tamaño relativo (según el peso corporal), es igual que en los
adultos (Zintl, 1991). Como consecuencia de ello y de un menor volumen sanguíneo, el niño
tiene menor volumen sistólico (Krahenbuhl et al. 1985) por lo que autores como Legido (1987)
llegan a hablar de “insuficiencia cardíaca relativa” frente al ejercicio físico, ya que entre los 11 a

27
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

15 años, el desarrollo del corazón en relación con la musculatura esquelética aumenta un 50%
menos que esta última; es decir, la capacidad de trabajo muscular es mayor que la del corazón.

Martín (1989), citando a autores como Anitua (1970) o Palgy (1984) comenta que tanto
el pulso basal como la respuesta cardiaca al esfuerzo son superiores en niños que en adultos,
llegando por ejemplo la FC Basal entre los 8 – 12 años a ser un 20 % superior a la de un adulto
(Maceck, 1970)1. De este modo, una FC en esfuerzo de 180-200 lat/min puede considerarse

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
normal en el niño (Tarakanov, 19902; Zintl, 1991; Latorre, 2000). Por otro lado, la FC apenas
varía en niños entrenados y no entrenados (Latorre, 2000), pero, es mayor en las niñas que en
los niños (Shephard et al., 1996).

Esta mayor FC máxima del niño sólo puede compensar parcialmente la menor
capacidad del volumen sistólico y, por lo tanto, el gasto cardíaco máximo es menor que el de un
adulto con un mismo nivel de entrenamiento (Patel, 2001; Cruz, 1994; Molnar, 2006; García-
Manso, 1998), pero si tenemos en cuenta el gasto cardíaco en relación con el peso corporal, el
índice de eficacia del corazón del niño puede ser considerado tan bueno como el del adulto
(Delgado, 1995).

Respecto al consumo máximo de oxígeno (VO2 max), la realidad nos demuestra que sus
valores van incrementándose, de forma natural con la edad de la persona (Galilea et al., 1986;
Andrade et al., 1990; Gutiérrez, 1995; Zintl, 1991; Klimt, 1986). Diferentes estudios longitudinales
han demostrado que el VO2 max. (absoluto) aumenta con la edad hasta los 18-20 años en
sujetos no activos, pudiéndose incrementar si el sujeto es sometido a un entrenamiento
adecuado. Gutiérrez (1995), señala que en valores absolutos, el niño incrementa este parámetro
hasta que concluye el crecimiento, hacia los 20 años en los chicos y 14-16 en las chicas. A partir
de los 11 años, el incremento del VO2 máx. es menor en las chicas (Galilea et al. 1986).

Por otro lado, el incremento periódico anual del consumo de oxígeno va a depender del
desarrollo estaturoponderal, de la actividad física y del sexo (Galilea et al., 1986). Como
consecuencia, el consumo de oxígeno relativo (en función del peso corporal) es relativamente
estable durante el crecimiento (Gutiérrez, 1995; Zintl, 1991; Klimt, 1986), aunque no por ello deja
de mejorarse los rendimientos en pruebas aeróbicas (García-Manso, 1998), existiendo sin
embargo, una diferencia mayor en los varones sobre todo cuando los comparamos con niños

1 Citado por Martín, 1989.


2 Citado por Delgado, 1995.

28
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

que no realizan actividad física (Andrade et al., 1990; Galilea et al., 1986; García-Manso,
Navarro, Ruiz-Caballero, 1996a).

En cuanto a la capacidad anaeróbica, es limitada en los niños, ya que ellos no pueden


alcanzar concentraciones de ácido láctico en los músculos o en la sangre como los adultos,
debido a una menor capacidad glucolítica (Cruz, 1994; Willmore y Costil, 2000). Investigaciones
como las realizadas por Bar-Or (1983), apuntan que la capacidad anaeróbica absoluta de un

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
niño de 8 años es de un 45-50% del valor de un niño de 14 años, mientras que la capacidad
relativa está alrededor del 65-70%.

En el período puberal el sistema anaeróbico láctico se encuentra en un 80% del adulto.


En la etapa postpuberal y debido al aumento significativo de la masa cardíaca, de la secreción
de testosterona y del incremento de las concentraciones de enzimas del metabolismo anaeróbico
(Grosser et al., 1988; Ribas, 1990), el sistema anaeróbico láctico está a un 90% del encontrado
en adultos (Macee, 1997)3.

En resumen, algunas de las características que mejor definen la evolución de la


capacidad de resistencia hasta la edad adulta serían:

- La capacidad aeróbica relativa de los jóvenes, es igual al adulto, y responden mejor a estímulos
de tipo aeróbico (larga duración y bien dosificados) que a estímulos de resistencia específica
anaeróbica, por tener menor concentración de enzimas glucolíticas, y menor masa muscular, ya
que su maduración aún es incompleta y desequilibrada (Shuleva et al., 1992). Además, según
Weineck (1988), la eliminación del ácido láctico es más lenta en el niño que en el adulto.

- Hacia los 11 años de edad (un poco antes en las niñas), se produce un relativo estancamiento
de esta capacidad. Tras esta pausa y hasta los 13 años aproximadamente se sigue mejorando
esta cualidad de forma paralela en chicos y chicas (Navarro, 2004). A partir de esta edad, se
comprueba que los chicos sufren un gran aumento de esta capacidad mientras que las chicas no
sólo no la aumentan significativamente, sino que, en muchos casos se estancan o incluso sufren
un descenso en su nivel de resistencia (Brito-Ojeda, 2003; Navarro, 2004). Las causas posibles
de este hecho cabe buscarlas no solo en aspectos fisiológicos y hormonales (aumento del peso
graso en las chicas a partir de la pubertad, menor masa muscular,...)(Osorio, 2003), sino también

3 Citado por Martin, 1997.

29
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

en causas culturales y sociales como por ejemplo el escaso nivel de práctica de práctica de
actividades físico-deportivas entre la población femenina adolescente (Sallis, 1993; Navarro,
2004; Batalla, 1995).

- Respecto a esta diferencia entre ambos sexos, y debido al mismo motivo anteriormente
expuesto, Sallis (1993) afirma que la resistencia aeróbica relativa a la masa corporal se
mantiene estable desde los 6 hasta los 16 años en los chicos, pero en el caso de las chicas

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
disminuye aproximadamente un 2% anual.

- No obstante, el valor máximo de capacidad de trabajo aeróbico se alcanza a los 12-14 años en
las chicas y a los 14-17 años en los varones (Giampietro, Berlutti y Caldarone, 1989).

En definitiva, la Resistencia cardiorrespiratoria tiene una gran importancia dentro de los


componentes de la condición física-salud, ya que su desarrollo tiene innumerables beneficios
para la salud del joven: menor fatiga en las actividades de la vida diaria o en la práctica físico-
deportiva, mejor funcionamiento metabólico, prevención de alteraciones cardiovasculares y
respiratorias, de obesidad y diabetes, entre otros (Bouchard y Shephard, 1994; Becerro, 1989 y
1997; Delgado et al., 1997).

1.1.2.1.2 EVOLUCIÓN DE LA CAPACIDAD DE FUERZA.

Junto a la resistencia, la fuerza es considerada de forma mayoritaria por todos los


estudiosos de la actividad física y el deporte, como una de las capacidades físicas básicas más
influyentes en el nivel de condición física de las personas. Del mismo modo que se ha situado a
la resistencia como un importante parámetro orientador del estado físico y de salud humana,
también el nivel de fuerza goza de una especial consideración en la bibliografía especializada.

No olvidemos que el mero hecho de mantenerse en pie, de levantar o sostener un


objeto, de desplazar nuestro propio cuerpo, van a necesitar un determinado nivel de fuerza. Este
hecho se acentúa si hablamos de realizar trabajos donde el “componente físico” predomine; tales
como las tareas del hogar, oficios como la construcción, la agricultura, etc.; o bien, en el caso de
las edades que nos ocupa, la realización de juegos, las clases de educación física, las
actividades extraescolares, la competiciones deportivas, etc. Todas ellas son actividades que

30
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

van a solicitar de nuestro organismo un determinado rendimiento para realizarlas con un mínimo
de eficacia, donde la fuerza desempeña un papel muy importante.

Entre las diferentes definiciones de fuerza muscular que proponen algunos de los
autores revisados, se puede observar como existen una serie de parámetros que son comunes
y que son los que mejor definen a esta capacidad (Gráfico nº 1.3).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
AUTOR DEFINICIÓN

Capacidad para superar resistencias o contrarrestarlas por medio de la


Grosser et al.
acción muscular

Morehouse Capacidad de ejercer tensión contra a una resistencia

Capacidad para vencer una resistencia exterior o afrontarla mediante un


Mosston
esfuerzo muscular

Capacidad para vencer resistencias externas o contrarrestarlas


Zacziorski
mediante esfuerzos musculares

Capacidad neuromuscular de superar resistencias externas o internas


Bompa
gracias a la contracción muscular

Capacidad de vencer la resistencia externa o reaccionar contra la


Kuznetsov
misma mediante la tensión muscular

Posibilidad de vencer una carga por la contracción producida por los


Fucci y Benigni
músculos. (Capacidad de realizar un trabajo: Transformación de energía)

Gráfico nº 1.3: Definiciones de la capacidad física de la fuerza muscular realizada por diversos autores.
(Fuente: De la Reina y Martínez de Haro, 2003)

En un intento de síntesis, podríamos definir a la capacidad de fuerza como la capacidad


de ejercer tensión muscular para vencer u oponerse a una resistencia.

En lo que respecta a las formas en que puede manifestarse esta capacidad, de manera
general, se ha venido utilizando casi de forma consensuada la existencia de tres tipos de fuerza:
Fuerza máxima, fuerza veloz y fuerza resistencia; clasificación que se puede considerar como

31
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

la más usual dentro de los contenidos curriculares que se imparten en la Educación Secundaria,
y entendidas como:

• Fuerza Máxima: Mayor fuerza que es capaz de desarrollar el sistema nervioso y


muscular por medio de una contracción máxima voluntaria.
• Fuerza Veloz: Capacidad del sitema neuromuscular de vencer una resistencia a la
mayor velocidad posible.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
• Fuerza Resistencia: Hace referencia a mantener en el tiempo un nivel constante de
cualquiera de las otras manifestaciones de fuerza.

No obstante, se trata de una clasificación donde no se llegan a contemplar todas las


posibles formas de manifestarse que presenta esta capacidad, y es por ello, por lo que partiendo
del concepto de que el músculo no se contrae casi nunca de forma pura (sólo de forma
isométrica, o isocinética, o isotónica, etc), García-Manso, Navarro y Ruiz-Caballero (1996a),
teniendo en cuenta la terminología de los propuesta por Vittori (1990) y Vélez (1992), hacen una
primera división, distinguiendo entre fuerza activa (la realizada por una contracción muscular
voluntaria), y reactiva (la que se produce como reacción a una fuerza externa que modifica o
altera la estructura del músculo). Dentro de la primera sitúan a la fuerza máxima, fuerza veloz y
fuerza resistencia que citamos anteriormente, pero subdivididas cada una de ellas en función del
tipo de contracción, velocidad del movimiento a realizar, resistencia a vencer, etc. Dentro de la
fuerza reactiva también se establecen diferentes formas de manifestarse, fundamentalmente en
función de la amplitud y velocidad de la fase excéntrica del movimiento. Todo ello da lugar a una
amplia taxonomía de manifestaciones de la fuerza muscular cuya utilidad es más propia de
estudios e investigaciones correspondientes al ámbito del alto rendimiento deportivo.

Respecto al desarrollo, EVOLUCIÓN y entrenamiento de la capacidad de fuerza en las


edades infantiles y juveniles, son temas donde siempre han existido grandes controversias,
especialmente en lo referido al entrenamiento con sobrecargas.

El ejercicio contra-resistencias es el medio más común para el desarrollo de la


capacidad de fuerza. Tal ejercicio ha sido desaconsejado en el pasado para niños prepuberales
(Erdociaín, 2005), aduciendo argumentos como que en estas edades los niveles de hormonas
sexuales son bajos, por ello el entrenamiento tendría pocos efectos en el desarrollo de la fuerza,
o que existe una sensibilidad especial de los niños a sufrir lesiones músculo-esqueléticas
(Becerro, 1992; Erdociaín, 2005).

32
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Diversos estudios realizados durante las últimas décadas entrenando la fuerza con
intensidades medias/altas (Ramsay et al. 1990; Sale 1993, Gorostiaga et al. 19994; O´hagan et
al. 19954) han mostrado aumentos significativos de la Fuerza con respecto a aquellos que no
entrenaban, tanto en sujetos preadolescentes con edades comprendidas entre los 6 y los 11
años, como en sujetos adolescentes, sin que existan por lo demás riesgos asociados cuando se
hace una correcta supervisión y prescripción (López y Serrano, 2002; Molnar, 2003). Es más,
una carga bien dosificada y adaptada a las particularidades morfológicas y funcionales del niño,

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
constituye un estímulo biológico favorable en la fase de crecimiento, maduración y desarrollo
(Shephard, 1988; Kraemer y Floxk, 1993; Letzelter, 1990, y Blimkie et al, 1993)5. Además
autores como Ara (2004), proponen que el entrenamiento de fuerza debe ser utilizado en
programas de salud y control de peso en población infantil. Otros autores como Bellew y Gehrig
(2006), Stager et al. (2006) o Jiménez (2000) encuentran en sus estudios una correlación
positiva entre la actividad física y la densidad mineral ósea; llegando incluso Vicente (2004), a
proponer el potenciar la práctica de actividades físicas con impactos y cambios bruscos de
dirección para mejorar la salud integral y, en especial, el esqueleto durante el crecimiento.

Para López y Serrano (2002), cabe predecir que un programa de fuerza resistencia en
las edades de la Iniciación Deportiva, producirá ganancias que oscilan entre el 13% y el 30% en
la fuerza máxima (1 Repetición Máxima -RM-), así como en la fuerza resistencia (6-11 RM) y la
fuerza-potencia aplicada a saltos y lanzamientos.

Centrándonos en la forma de evolución que presenta esta capacidad durante la


prepubertad, pubertad y adolescencia, de forma global es aceptado que tanto en niños como en
niñas, la fuerza aumenta de forma progresiva con la edad. Normalmente, hasta la edad
prepuberal los niveles de fuerza no varían de forma significativa entre ambos sexos, siendo a
partir de los 12 años para la fuerza explosiva o 13 años para la fuerza máxima cuando se
produce la diferenciación de fuerza en ambos sexos. Hasta estas edades, las evoluciones de la
fuerza suelen ser progresivas, aunque suaves, pero, a partir de la pubertad, los valores
presentan un incremento importante de esta cualidad por cada año de vida (García-Manso,
1998). Este incremento de la fuerza se debe fundamentalmente a la maduración del sujeto
(Sistema Nervioso y Sistema Endocrino) y al crecimiento del sujeto (aumento de la masa
muscular, aumento de la longitud de las estructuras óseas) (García-Manso, Navarro, Ruiz-
Caballero; 1996a).

4 Citados por Erdociaín, 2005.


5 Citados por Gómez, 1995.

33
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

En el gráfico 1.4, Fucci y Benigni (1988, modificado De la Reina y Martínez de Haro,


2003) nos muestran el incremento del grado de fuerza velocidad y fuerza resistencia en función
de la edad.

INCREMENTO DE LAS EXPRESIONES DE FUERZA CON LA EDAD

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
EDADES F. VELOCIDAD F. RESISTENCIA

6-10 años Mínimo Mínimo

11-13 años Bajo Discreto

14-15 años Bueno Bueno

16-17 años Elevado Elevado

18- edad óptima para


Óptimo Óptimo
cada disciplina

Mantenimiento de los
Edad óptima en Mantenimiento de los
valores alcanzados con
adelante valores alcanzados
tendencia a disminuir

Gráfico nº 1.4: Incrementos de dos manifestaciones de fuerza con la edad


(Fuente: Fucci y Benigni, 1988; modificado)

En la evolución de los incrementos de fuerza que nos muestra el gráfico anterior,


observamos una clara y lógica tendencia al aumento de esta capacidad desde las edades
infantiles hasta llegar a la adolescencia.

El desarrollo de la fuerza en jóvenes prepuberales evoluciona paralelamente al


desarrollo corporal del mismo (Haywood, 1993)6. Siguiendo a este autor, la secuencia sería,
primero el cuerpo alcanza el pico de crecimiento en estatura (11,5-12 años en chicas y 13,5-14
años en chicos) (Osorio, 2003), posteriormente el aumento en peso se daría pasados 3-6 meses
del pico de crecimiento de estatura, y por último, se daría el pico de ganancia de fuerza, 6 meses
después del pico de ganancia de peso (López y Serrano, 2002; Malina et al., 1991). La fuerza
mejora paralelamente al aumento de la masa muscular con la edad, puesto que cada centímetro

6 Citado por Chulvi, 2005.

34
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

cuadrado muscular correspondería a la posibilidad de movilizar 5-10 kilos (García-Manso et al.,


2003).

De forma más detallada y a modo de síntesis, podemos afirmar que cada una de las
diferentes etapas del crecimiento y maduración de los jóvenes, presenta unas determinadas
características en lo que al desarrollo de la fuerza se refiere:

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
1.- Entre los 7-10 años, se da un desarrollo lento de la fuerza, salvo que ésta sea estimulada de
alguna forma, como en algunos grupos musculares trabajados en la motricidad cotidiana (por
ejemplo, los miembros inferiores debido a la ejecución de saltos y carreras) (Molnar, 2003;
Casimiro, 1999; García-Manso, Navarro, Ruiz-Caballero, 1996a).

2. Entre los 10-12 años, existen mejoras de fuerza gracias a la coordinación neuromuscular (inter
e intra muscular), por la influencia del Sistema Nervioso en la contractibilidad del músculo
(Kraemer y Floxk, 1993; Molnar, 2003). Como consecuencia, durante esta etapa prepuberal, se
dan aumentos medianamente altos en la fuerza máxima y la rápida. Respecto a la fuerza
resistencia, hay aumentos muy pequeños en pruebas exigentes (por ejemplo flexiones de brazos
en barra), y mayores en pruebas menos exigentes (ejemplo, abdominales) (García-Manso,
Navarro, Ruiz-Caballero, 1996a).

3.- Hasta la pubertad, teóricamente, no deben existir diferencias significativas de fuerza entre
ambos sexos, siendo a partir de entonces cuando se produce un incremento de la misma en los
chicos (Casimiro, 1999); debido a que a partir de los 12-13 años, existe hipertrofia muscular
como consecuencia del comienzo de la secreción hormonal, con producción de testosterona
(Molnar, 2003).

4.- En consecuencia, durante la pubertad, las ganancias de fuerza debidas al entrenamiento en


estas edades, se logran fundamentalmente por un efecto hipertrófico del área de sección
muscular, mucho más acentuado en el género masculino que en el femenino (López y Serrano,
2002). Y sin acudir al entrenamiento, es normal que se den aumentos elevados de fuerza
máxima y rápida, sucediendo en niñas de forma más temprana, menos intensa y en un período
de tiempo más breve (García-Manso, Navarro, Ruiz-Caballero, 1996a). La fuerza resistencia
también aumenta de forma considerable durante este periodo (Fucci y Benigni, 1988).

35
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

5.- Durante la adolescencia, los varones aumentan la mayoría de los parámetros de la fuerza,
especialmente la fuerza máxima y la fuerza rápida. La fuerza resistencia, siempre que sea un
reflejo de la relación fuerza/peso, se desarrolla en menor medida. Las mujeres, muestran
aumentos de fuerza máxima claramente significativos, mientras que la rápida y en especial la
fuerza resistencia mejoran muy poco. El estancamiento de estas capacidades en las niñas no
entrenadas comienza a los 14-15 años (García-Manso, Navarro, Ruiz-Caballero, 1996a).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
En conclusión, la fuerza es una capacidad física con mucho peso específico dentro de la
condición física de los jóvenes, y su desarrollo se da de forma muy progresiva hasta la pubertad,
para a partir de entonces evolucionar más rápidamente sobre todo en los varones.

1.1.2.1.3 EVOLUCIÓN DE LA CAPACIDAD DE VELOCIDAD.

La capacidad de velocidad es considerada en muchas ocasiones dentro de la teoría


moderna del entrenamiento como una capacidad compleja no elemental, que está constituida
por procesos cognitivos, perceptivos, fisiológicos, biomecánicos, energéticos, volitivos, etc.
(Villamagna, 2006).

Muchos son los autores que respaldan esta afirmación, aunque no obstante, la mayoría
de ellos junto a estas reflexiones reconocen que la velocidad es básica para alcanzar la más alta
performance y lograr el éxito en la mayoría de las especialidades deportivas (Cometti, 2002;
Morente et al. 2003; García-Manso, Navarro y Ruiz-Caballero, 1996a; Villamagna, 2006).

En consecuencia, la velocidad ha sido tradicionalmente tratada, como una de las


cualidades físicas o condicionales determinantes del rendimiento deportivo. En este sentido,
Dietrich Martin et al. (2004), considera que “las capacidades de velocidad deben considerarse y,
por consiguiente, entrenarse como un ámbito de capacidad en sí mismo, tanto en la teoría como
en la práctica del entrenamiento”.

Al analizar la condición física vista desde la óptica de la salud más que la deportiva, se
podrían tener algunas reservas a la hora de considerar a esta capacidad como significativa, ya
que tal y como reconoce Navarro (1998), en los programas de entrenamiento para la población
de mediana y/o elevada edad, nunca han recibido mucha atención los esfuerzos que precisan un

36
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

elevado nivel de velocidad para su ejecución. No obstante, cuando la acción investigadora gira en
torno a sujetos jóvenes y sanos entre 12 y 18 años de edad, se puede considerar que el nivel de
rendimiento en pruebas que han de ejecutarse a máxima velocidad, supone un parámetro muy
útil y válido que ayuda a establecer un diagnóstico más completo acerca del estado de la
condición física de este sector de la población.

Tradicionalmente la clasificación más habitual que podíamos encontrar, de las diferentes

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manifestaciones de la velocidad señalaban a la velocidad de reacción, velocidad de
desplazamiento o cíclica y a la velocidad gestual o acíclica como las más características (Mora,
1989; Villamagna, 2006 ). Así se ha venido clasificando también en la mayor parte de la
bibliografía referente al desarrollo de la condición física en el ámbito escolar. No obstante, en el
ámbito del rendimiento deportivo, este tipo de clasificaciones han sido ampliadas y matizadas.

García-Manso, Navarro y Ruiz-Caballero (1996a) diferencian en un primel nivel dos


conceptos usados indistintamente a nivel coloquial pero que conviene aclarar: La rapidez y la
velocidad. La rapidez se refiere a la contracción rápida de un solo músculo o de un grupo
muscular al realizar un determinado movimiento aislado (Mirella, 2001), y está compuesta por el
tiempo de reacción y el tiempo de movimiento; mientras que cuando se trata de encadenar
movimientos dentro de una acción deportiva hablaremos de velocidad. En esta última, hemos
de diferenciar, entre velocidad de movimientos cíclicos y acíclicos, en los cuales es
universalmente aceptado que existen tres fases durante su ejecución: la aceleración, la máxima
velocidad y la resistencia a la máxima velocidad. Mientras que en los movimientos cíclicos, el acento
en el rendimiento se sitúa en el nivel de desarrollo de las capacidades condicionales; en los
movimientos acíclicos el acento recae en las capacidades coordinativas y en la toma de decisión.

Partiendo de la base de que la velocidad es una cualidad inherente al sistema


neuromuscular del individuo (Becerro, 1997), las diferentes manifestaciones de la velocidad van
a depender de factores nerviosos y musculares (De la Reina y Martínez de Haro, 2003). Por lo
tanto, es lógico pensar que la EVOLUCIÓN de esta cualidad está muy relacionada con el
desarrollo y maduración de las estructuras del sistema nervioso en el niño (Mora, 1995). En este
sentido se expresan autores como Becerro (1997) o García-Manso (1998), cuando afirma que
“la velocidad se encuentra influenciada por el desarrollo biológico y el crecimiento, aunque es
una cualidad que se encuentra altamente influenciada por el potencial genético que posee el
sujeto”.

37
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

La velocidad, en términos generales, se incrementa paralelamente al desarrollo de la


fuerza (Gómez y Méndez, 2000). Con los primeros cambios morfológicos, entre los 5 y 6 años,
se observa una mayor capacidad de responder a los estímulos (Martín Acero, 1998); con un
rápido desarrollo de la velocidad de reacción , de la frecuencia en los movimientos y de la
potencia en tanto la carga a vencer no sea elevada (Giraldes, 1997).

A partir de aquí, se observa una mejora paulatina en la velocidad de reacción hasta los 8

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años coincidiendo con el desarrollo y maduración del niño. Entre los 7 y 9 años, se da un
incremento en la velocidad de reacción y frecuencial (Grosser, 1992; Giraldes, 1997), no
existiendo apenas diferencias específicas por el sexo. Estas manifestaciones de velocidad
adquieren un gran incremento entre 9/10-12/13 años, siendo considerada por distintos autores
como la fase sensible para su desarrollo mediante el entrenamiento (Homann et al., 2005;
Moreno, 1999; Grosser, 1992)

De esta forma, Cometti (2002) coincidiendo con Cratty (1982)7 sitúa el máximo aumento
en la velocidad gestual (rapidez) entre los 8 -12 años.

También Martínez de Haro et al. (1995), sitúan la fase sensible para la velocidad de
reacción y la velocidad cíclica entre los 7 y 12 años y para la fuerza explosiva y aceleración para
los chicos entre los 11 y 15 y para las chicas entre los 9 y 13 años.

Siguiendo con este tramo de edad, Hollmann y Hettinger, (1980)8, afirman que entre los
8 y 12 años se produce un incremento de la velocidad debido a una mejora de la fuerza y de la
coordinación. En esta edad estamos ante una fase sensible para un buen desarrollo de la
velocidad de reacción y un gran aumento de la velocidad frecuencial y de los procesos de
aprendizaje motriz para desarrollar técnicas motoras. Cometti (2002), sitúa el periodo sensible
para la frecuencia de apoyos en carrera entre los 9-11 años.

Dada la aceptación general acerca de la importancia manifiesta de estas edades


prepuberales para el desarrollo de la velocidad, Grosser (1992), basándose en autores que
afirman que la distribución de fibras musculares de contracción rápida y lenta, puede quedar
determinada en esta etapa, pero con un cierto margen de influencia, manifiesta que la insistencia
hasta esa edad, en un entrenamiento predominantemente en base a la resistencia puede

7 Citado por Martin, 1989.


8 Citado en Grosser, 1992.

38
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

mermar las capacidades de velocidad en el futuro del niño. Por lo tanto, afirma Mora (1995) que
si especializamos prematuramente a los niños en la resistencia, podríamos limitar, su posterior
desarrollo deportivo en otras especialidades deportivas cuyo requerimiento básico incluya la
velocidad.

En lo que al tiempo de reacción se refiere, disminuye con la edad, para alcanzar sus
mejores valores entre los 18 y 25 años, y posteriormente empeora hasta alcanzar los valores más

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elevados en las últimas etapas de la vida (Cometti, 2002; García-Manso, Navarro y Ruiz-
Caballero, 1996a). Es una cualidad íntimamente ligada a la maduración del SNC, por lo que ya
desde edades muy tempranas los valores son similares a los que alcanza el sujeto adulto.

Entre los 11/13 hasta 15/17 años se dan mejorías en la fuerza-velocidad para la
capacidad de aceleración, y en la resistencia a la máxima velocidad (Grosser, 1992),
produciéndose entre los 13-15 años la máxima frecuencia gestual y un gran desarrollo de la
velocidad de desplazamiento (Watson, 1982)9.

EDAD CARACTERÍSTICAS

Incremento de la velocidad de reacción y la velocidad frecuencial sin


7-9 años
variación respecto al sexo.

Se produce una fase sensible de la velocidad de reacción y de la velocidad


9-12 años
frecuencial, y en parte también de la velocidad de movimiento.

Al principio de la fase: fuerza-velocidad (H-M) con resistencias medianas. Al


11/13-15/17
final de la fase: fuerza-velocidad con resistencias mayores. Mejora de la
años
resistencia de la velocidad máxima.

En los chicos se elevan: velocidad de base, fuerza-velocidad y resistencia


15/17-17/19
de la máxima velocidad. Para las chicas, en parte ya al principio de la fase,
años
alrededor de los 15 años.

Gráfico nº 1.5: Evolución de la capacidad de velocidad en niños y adolescentes


(Fuente: Grosser, 1992)

Según Cometti (2002), el desarrollo máximo de la rapidez (velocidad gestual) para los
individuos no entrenados se sitúa entre los 15 – 27 años. De 19 a 22/23 años, se mantiene en

9 Citado por Martin, 1989.

39
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

límites máximos, y a partir de los 23 empieza a disminuir la velocidad, pero se puede contener
esta disminución gracias al factor fuerza que se encuentra aún en su máximo desarrollo. A partir
de 24/25 años, se produce un descenso constante para individuos no entrenados. Es la
capacidad física que, tras la flexibilidad, antes inicia su lenta regresión, teniendo hasta los 50
años un descenso mantenido pero regular.

Como se observa en el gráfico nº 1.5, en las edades prepuberales se da un aumento de

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velocidad de reacción y frecuencial en ambos sexos, durante la pubertad mejora la fuerza-
velocidad (y con ello la capacidad de aceleración, de salto, de lanzamiento, etc.) así como la
resistencia a la máxima velocidad, a partir de ahí continúa una mejoría de estos parámetros
que concluye antes en las mujeres que en los hombres.

1.1.2.1.4 EVOLUCIÓN DE LA CAPACIDAD DE MOVILIDAD.

Es universalmente aceptado cuando se habla de la movilidad, que se trata una


capacidad necesaria para que la motricidad humana se desarrolle con normalidad y eficiencia
(máxime en el ámbito deportivo). No obstante, esta capacidad no siempre ha sido considerada
como una capacidad física básica, ya que hay autores que le han atribuido un estatus de
capacidad secundaria, intermedia, accesoria, o incluso un elemento facilitador de las restantes
capacidades condicionales y coordinativas.

Así lo reconocen Rodríguez y Santoja (2000), cuando citando a autores como Bompa
(1990), Harre (1985) o Matveiev (1985), consideran a la movilidad, dentro de las cualidades
físicas básicas, como uno de los parámetros que configuran la condición física de un deportista,
pero también reconocen que, a excepción de aquellas disciplinas donde se aprecia una gran
movilidad, como en la danza, la gimnasia rítmica y deportiva, en el resto de especialidades
deportivas, no es apreciado el efecto favorecedor del rendimiento que dicha cualidad posee.

No obstante, en ámbitos no exclusivamente deportivos, su ejercitación es


constantemente recomendada por los profesionales de la salud y de la actividad física, con la
intención de mantener esta capacidad y evitar una disminución muy acelerada, dado que cuanto
más tiempo se pasa sin realizar una estimulación adecuada de la flexibilidad, mayor será su
deterioro. No en vano, cuando se analizan los test incluidos en la mayoría de las baterías

40
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

destinadas a la evaluación de la condición física de las personas, siempre estará presente algún
test que mide la capacidad de movilidad de los grandes sistemas articulares.

Weineck (1988), acuñó el término de movilidad, definiéndolo como “la capacidad y


cualidad que el deportista tiene, para poder ejecutar movimientos de gran amplitud articular por
sí mismo, o bajo la influencia de fuerzas externas”. Si nos alejamos del significado estrictamente
deportivo que señala dicho autor, podemos considerar que movilidad es un término capaz de

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aglutinar todos los factores que definen a este complejo núcleo de significación, suponiendo un
compendio entre movilidad articular y elasticidad muscular (Rodríguez y Santoja, 2000).
También es muy habitual observar que autores como por ejemplo Mirella (2001) utilizan los términos
movilidad y flexibilidad indistintamente.

En cuanto a la EVOLUCIÓN de esta capacidad, como regla general se acepta que la


movilidad es la única capacidad física que tiende a decrecer desde edades muy tempranas
(Weineck, 1988; García-Manso, Navarro y Ruiz-Caballero, 1996a). La edad y el sexo son dos
variables que influyen decisivamente en las condiciones de movilidad de los sujetos, además de
ser una capacidad fuertemente determinada por el potencial genético (Rodríguez y Santoja,
2000; Farfel, 1979).

Entre los 2 y 3 años de edad, la movilidad alcanza sus máximos valores (De la Reina y
Martínez de Haro, 200310; García-Manso, Navarro y Ruiz-Caballero, 1996a). Araujo y Pérez
(1985), encuentran grandes niveles de movilidad en preescolares y escolares, señalando que es
preciso en Educación Física establecer estrategias para que dichos niveles se mantengan.

Para Filin (1975)11, hacia los 8-9 años la movilidad sigue creciendo en articulaciones
como la coxo-femoral, escapular y la columna vertebral. También la abertura de piernas obtiene
su máximo en este momento. De los 10-12 años aproximadamente, parece que se reduce la
flexibilidad de cadera y de los hombros (De la Reina y Martínez de Haro, 2003).

10En esta parte del documento en la que se hace referencia a la evolución de la movilidad, cuando se cita a De la
Reina y Martínez de Haro (2003), hemos de aclarar que sus afirmaciones están basadas en Generelo y Tierz, 1994;
Moreno, 1999 y Bravo, 1985.

11 Citado por García Manso, Navarro y Ruiz Caballero, 1996a.

41
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Otros autores como Docherty y Bell (1985) examinando las diferencias de movilidad en
distintos núcleos articulares de niños entre 6 y 15 años encuentran una disminución significativa
con la edad.

De forma general, se reconoce que hasta los 10 años se posee un buen nivel de
movilidad y flexibilidad, y ante la llegada de la pubertad se establece una reducción natural en la
curva de evolución de esta capacidad, comenzando a producirse su pérdida (Giampetro et al.,

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1989; Mora, 1989; Rius, 1995). Clarke (1967) señala que empieza a disminuir a los 10 años en
los chicos y a los 12 en las chicas; de modo que a los 20-22 años solamente se posee el 75%
del nivel inicial.

A partir de los 12-14 años, la eclosión hormonal y la enorme aceleración del crecimiento,
modifican la capacidad de estiramiento acentuando su regresión paulatinamente, convirtiéndose
en una fase crítica en la evolución y desarrollo de la movilidad (De la Reina y Martínez de Haro,
2003).

Así, Kuo et al. (1997)12 destacan que las modificaciones de extensibilidad isquiosural con
la edad pueden ser debidas a factores hormonales, mientras que Kendall y Kendall (1985) lo
atribuyen a disarmonías de crecimiento en los segmentos.

En los estudios de Milne y Mierau (1979) también se constató un descenso de


extensibilidad coincidiendo con la etapa de crecimiento rápido que se da en la pubertad, donde
probablemente, las diferencias madurativas existentes en los tejidos corporales y, sobre todo en
las estructuras anatómicas, sean las causantes directas de tales diferencias con la edad
(Rodríguez y Santoja, 2000).

En este sentido, Porta (1987) señala la existencia de una serie de períodos favorables,
en los cuales, se puede modificar la tendencia involutiva de la flexibilidad. Dichos períodos son
los correspondientes a la 2ª y 3ª infancia (de 5 a 12 años aproximadamente) considerándolos
como clave en la involución de la movilidad si no se somete a entrenamientos específicos. Se
trata de dos momentos críticos donde en ambos casos debemos favorecer la libertad de los
movimientos que se hagan y controlar así la tendencia involutiva: 6-9 y 9-12 años (De la Reina y
Martínez de Haro, 2003).

12 Citados por Rodríguez y Santoja, 2000.

42
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

A pesar de ser la infancia la época propicia para el desarrollo o mantenimiento de los


niveles de movilidad, hay autores que señalan a la adolescencia como la época donde se puede
lograr el máximo desarrollo, aunque con algunas diferencias entre las diferentes articulaciones
(Mirella, 2001).

Por este motivo, y por todo lo visto hasta ahora respecto a la evolución de la movilidad,
queda claro que entre los 12 y 18 años estamos en un periodo donde las diferencias que se

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puedan establecer en el nivel alcanzado en esta capacidad van a estar directamente
relacionadas con grado de ejercitación de la misma. Aquellos sujetos que trabajen su movilidad
serán capaces de mantener sus niveles e incluso mejorarlos, mientras que los que no la ejerciten
harán que se vaya deteriorando de forma acelerada.

En cuanto a las diferencias intersexuales es aceptado el hecho de que las mujeres


presentan valores de movilidad superiores a la de los hombres y de que en ellas la pérdida de
esta capacidad suele ser más lenta y menor (Docherty y Bell, 1985; De la Reina y Martínez de
Haro, 2003).

Por ello, es lógico pensar como Cornbleet y Woolsey (1996) cuando señalan que debido
a las diferencias de movilidad articular en relación al sexo, deberían modificarse los valores de
referencia, proponiendo valores superiores para las mujeres.

No obstante, no debemos olvidar que al igual que el resto de capacidades, la movilidad


puede ser desarrollada a cualquier edad por ambos sexos, incluso en edades avanzadas,
siempre que se utilice un sistema adecuado para ello.

En conclusión, podemos afirmar que a pesar de que la movilidad ― también reconocida


como flexibilidad en gran parte de la literatura científica y divulgativa ― es una capacidad que
tradicionalmente ha sido tratada como claramente involutiva y con pocas posibilidades de
mejora, en los últimos años se ha ido apreciando como las constantes recomendaciones de
ejercitación de esta capacidad en todas las edades desde diferentes ámbitos (deportivo, médico,
psicológico, etc.), ha ido repercutiendo en una mayor consideración hacia los beneficios que
reporta un mayor desarrollo de la movilidad, hecho que ha tomado especial relevancia en el
ámbito deportivo.

43
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

1.1.2.2 LAS CAPACIDADES COORDINATIVAS.

A la hora de establecer los componentes motrices que configuran la condición física de


las personas, históricamente se han establecido capacidades de carácter cuantitativo, y otras
con un mayor componente cualitativo del movimiento.

Por capacidades coordinativas se entienden todas aquellas capacidades que de una

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
forma u otra están implicadas en la regulación y control del movimiento, por lo que son
básicamente las que definen el aspecto cualitativo de la motricidad humana.

La perfección del minucioso engranaje que supone el movimiento humano ha dado lugar
a una necesidad de dividir y clasificar a la motricidad (Conde, 1995). No obstante, la realidad nos
demuestra que el movimiento corporal es único, y en él se integran todos los procesos
neurofisiológicos, psicológicos y contextuales en el que se presenta el mismo, estando
perfectamente coordinado de principio a fin. De este modo, las clasificaciones realizadas no son
más que un artificio para descomponer y entender mejor la motricidad humana, sobre todo
cuando se trata de sistematizar o planificar los contenidos de enseñanza y colaborar en el
correcto desarrollo corporal de los niños y niñas (Navarro, 2004).

Se ha demostrado que las capacidades coordinativas que están bien desarrolladas


influyen positivamente en el desarrollo de las capacidades condicionales, como por ejemplo en
la diferenciación de parámetros espaciotemporales de fuerza, en la contracción y relajación de la
musculatura o en la velocidad y precisión de las habilidades deportivo-motoras (Niklisch y
Zimmermann, 1981; Böttcher, 1983)13. También se puede afirmar que en el más simple de los
movimientos se demanda un determinado nivel de coordinación, y que ésta va a estar presente
en un grado u otro en todo desempeño humano (Conde, 1995).

Por todo ello, se considera que las capacidades coordinativas deben tener cabida en el
desarrollo de una condición física saludable (Delgado, 1997; Águila y Casimiro, 1997). Estas
capacidades cualitativas, sustentadas por el Sistema Nervioso Central, suponen la base de
cualquier movimiento humano, interviniendo en el control postural, y determinando el grado de
asimilación de técnicas y destrezas motrices, lo que favorecerá el aprendizaje y la seguridad en
la ejecución de los ejercicios (Casimiro, 1999).

13 Citados por Martin et al., 2004.

44
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Se utilizan numerosas clasificaciones, elaboradas desde distintos puntos de vista


(aprendizaje motor, escolar, rendimiento deportivo, etc.) para diferenciar las capacidades
coordinativas (Le Boulch, 1986; Meinel y Schanabel, 1988; Martin et al., 2004). Entre las
clasificaciones más habituales y aceptadas en la actualidad, están las que hacen referencia al
campo del rendimiento deportivo, donde podemos destacar según Zimmermann (1987)14:
Capacidad de diferenciación; capacidad de acoplamiento; capacidad de orientación; capacidad de
equilibrio; capacidad de cambio; capacidad de reacción y capacidad de ritmización.

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No obstante, y pese al amplio abanico de capacidades coordinativas que se proponen en
las diferentes clasificaciones de los distintos autores, hay tres a las que de forma muy habitual hace
referencia la literatura especializada y que se podrían considerar como las más comunes en el
tratamiento del desarrollo de la actividad física en edad escolar: la coordinación motriz, el
equilibrio corporal y la agilidad.

En consecuencia, el conocimiento del grado de desarrollo de estas capacidades,


contribuiría a la obtención de una perspectiva más amplia del nivel de condición física que presentan
los jóvenes.

1.1.2.2.1 LA COORDINACIÓN MOTRIZ Y SU EVOLUCIÓN EN LOS


JÓVENES.

Cuando decimos a nivel coloquial que una persona es coordinada nos estamos
refiriendo a que sus movimientos son armónicos, económicos, rítmicos, elásticos, elegantes, que
resuelve con anticipación, que domina el entorno (Conde, 1995); de forma que reflexionando
sobre ello, se podría afirmar que la coordinación se convierte en una especie de cajón de sastre
de los diferentes procesos de control, dominio y eficacia del movimiento (Rius, 1995).

Le Boulch (1986) define la coordinación motriz como “la correcta interacción, el buen
funcionamiento, del sistema nervioso y la musculatura durante el ejercicio, es decir, la capacidad
de generar movimiento de forma controlada y ajustada a los requerimientos que lo han
originado”.

14 Citado por Martínez de Haro et al., 1995.

45
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Una de las taxonomías más utilizadas y aceptadas de la coordinación motriz es la que


propone Lora (1991), en la cual establece tres niveles de coordinación:

• Coordinación sensoriomotriz: Referente a la relación ajustada y precisa establecida entre


el movimiento y cada uno de los diferentes campos sensoriales: vista, oido, tacto y
propioceptividad. Los sentidos servirán para brindar información al cerebro sobre el éxito
o fracaso de nuestras actividades motoras.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
• Coordinación global o general: Referente a la participación dinámica o estática de todos
los segmentos del cuerpo al ajustarse a un objetivo propuesto. Tiene su base en la
concurrencia de diversos factores: fuerza, velocidad, resistencia y flexibilidad, a los que
Lora denomina coordinación psicoorgánicomotriz.

• Coordinación perceptivomotriz: Referente a la organización de los datos sensoriales por


los cuales conocemos la presencia de un objeto exterior en función de las experiencias
recibidas, nuestros deseos, nuestras necesidades, etc.

En cuanto a la EVOLUCIÓN de la coordinación motriz, hemos de indicar que es muy


importante su desarrollo en las primeras edades (Hahn, 1988), por lo que autores como Martin
et al. (2004) proponen tres fases en el ámbito del entrenamiento infanto-juvenil de las habilidades
de coordinación:

1ª) En la edad infantil, hasta la primera fase de la pubertad, se da un aumento lineal y progresivo
del rendimiento en todos los ámbitos de las habilidades de coordinación.
2ª) Durante la primera fase de la pubertad, periodo de inestabilidad y readaptaciones.
3ª) Formación individual completa de la capacidad de rendimiento de coordinación en el nivel de
desarrollo de la adolescencia (segunda fase puberal).

Algunas características propias del desarrollo y evolución de esta capacidad desde la


infancia hasta finales de la adolescencia serían las siguientes:

- La importancia de la necesidad de una incentivación suficiente de estímulos que impliquen un


cierto grado coordinativo durante los primeros años de vida, es un hecho al que históricamente

46
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

se ha venido haciendo referencia por numerosos autores (Lewin 1965; Winter, 1976; Meinel,
1976; Israel 1977, etc.)15 .

- Autores como Beraldo y Polletti (1991) consideran la edad de 6 a 11 años como la mejor edad
para intervenir sobre los procesos coordinadores. Según Hahn (1988), es entre los 4 y 7 años,
cuando las mejoras coordinativas experimentan su mayor grado de crecimiento. La curiosidad y
la actitud lúdica propia de estas edades es protagonista por excelencia en la formación tanto

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motriz como cognitiva del niño y hacen que las formas motoras se vayan enriqueciendo y
complicando. A la edad de 7 años aproximadamente las coordinaciones comienzan a ser
analíticas con independencia segmentaria y con un repertorio de movimientos mucho más
amplios y precisos.

- Entre los 9-12 años, debido al desarrollo cognitivo y sensitivo, se refleja una buena capacidad
perceptiva y de observación, y “el desarrollo casi completo del analizador kinestésíco
(percepción muscular), se permite un seguimiento interno de movimientos observados y, con
ello, la capacidad de interiorizar el movimiento” (Martin, 198216). Otros autores (Bringmann, 1973;
Meinel, 1976; Hitz, 1978)17, consideran esta fase como inmejorable para que se de el
aprendizaje motor de tareas más complejas, debido al mejoramiento de la capacidad de control,
de regulación, de combinación motriz, de diferenciación temporal, de reacción y de ritmo.

- En diversos estudios citados por Martin et al. (2004), sobre la realización de diferentes test de
coordinación, también encuentran una mejora en el rendimiento de entre un 30 y un 50% en la
edad de 9-11 años, en la edad prepuberal en torno a un 25% , y en la puberal un 10% de media.
El mismo autor, atribuye el aumento de rendimiento en los niños de edad escolar temprana y
prepuberal a la adaptación de las condiciones psicocognitivas y neuromusculares, aquí en
particular reguladoras del movimiento.

- Todo parece indicar que este tramo de edad que precede a la pubertad, es una etapa muy
propicia para los aprendizajes y desarrollo de la coordinación; aunque es aquí donde no
podemos olvidar que cuanto más temprana sea la estimulación citada al principio del apartado,
mayores serán las posibilidades de llegar a estas edades con las suficientes garantías de
explorar toda su potencialidad.

15 Citados por Conde, 1995.


16 Citado por Hahn, 1988.
17 Citados por Conde, 1995.

47
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

- Esta misma situación es aplicable a la pubertad, es decir, si se desaprovecha esta edad,


empeoran las condiciones biológicas para su desarrollo (maduración del Sistema Nervioso
Central), debido a los cambios de las proporciones corporales, que tienen lugar durante esta
etapa (Casimiro, 1999).

- En la prepubertad y pubertad, debido a estos cambios morfológicos desproporcionados, se


provoca una disminución de la calidad motriz que afecta sobre todo a los movimientos que

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exigen gran precisión, mermando la capacidad coordinativa (Conde 1995).

- No obstante, hay autores como Knapp (1981), que han defendido la postura de que no existen
pruebas de una pérdida de coordinación motora en la pubertad. Que lo que revelan los datos
experimentales es más bien una mejora constante con la edad, aunque el ritmo de progreso se
vea retardado en algunas etapas; y así se deduce también de los resultados encontrados por
Martin et al. (2004) en sus investigaciones.

- En cualquier caso, este tema siempre ha sido motivo de debate entre los profesionales de la
actividad física y el deporte. Mientras autores como Gorkin18 opinan que entre los 14-15 años,
se trastorna un poco la armonía de los movimientos infantiles, pero que dichas perturbaciones
son pasajeras y poco importantes, o como Mateyev19 , que afirma que los estereotipos de
movimiento ya están automatizados y no sufren alteraciones, otros como Homburger20
denominan este periodo el “desplome de las conquistas motoras de la infancia”.

- Dado que este controvertido tema sigue vigente en la actualidad, se puede deducir que la razón
fundamental para obtener una mayor o menor coordinación motriz en la edades puberales, va a
ser el grado de experiencias previas y riqueza motriz alcanzadas en las etapas anteriores que
hemos señalado como básicas para su desarrollo. De esta forma, aquellos jóvenes que tienen
tras de sí un bagaje motor importante tienen más posibilidades de no presentar desarmonías
significativas o éstas serán mucho menores que aquellos otros cuyas experiencias anteriores en
el plano motor han sido muy pobres.

- De este modo, la torpeza de movimientos propia de muchos jóvenes en la pubertad, muchas


veces es consecuencia además de los cambios morfológicos comentados, a la falta de

18 Citado por Meinel y Schnabel, 1987.


19 Citado por Hernández, en Martínez de Haro (Coor) et al., 1995.
20 Citado por Meinel y Schnabel, 1987.

48
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

actividades físicas dinámicas y naturales en su infancia, por la hormigonización del entorno y la


robotización de sus juegos, lo que conlleva una motricidad muy reducida y artificial (Casimiro,
1999).

1.1.2.2.2 EL EQUILIBRIO CORPORAL Y SU EVOLUCIÓN.

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El equilibrio corporal es junto a la coordinación motriz, una capacidad que
tradicionalmente ha gozado de un gran peso específico dentro de los aspectos cualitativos del
movimiento. Se trata de la capacidad que permite mantener en un estado relativamente estable
el centro de gravedad, a pesar de los acontecimientos e influencias del entorno. Por ello se
convierte en la capacidad para asumir y sostener cualquier posición del cuerpo contra la fuerza
de la gravedad. En este sentido, cualquier acción motriz requiere de esta capacidad (Rius, 1995).

Definido como la capacidad de mantener o recuperar la posición del cuerpo durante la


ejecución de posiciones estáticas o en movimiento, el equilibrio se mantiene siempre que el
centro de gravedad esté dentro de la base de sustentación y no posea una inercia que tienda a
sacarlo del mismo (García-Manso, Navarro, Ruiz-Caballero, 1996a).

La capacidad para mantener el equilibrio supone según Rigal (1988) la de contrarrestar


todas aquellas condiciones que tienden a alterarlo. Se trata de un atributo básico y, al mismo
tiempo, complejo. El equilibrio es básico para la ejecución de cierto número de tareas y, si resulta
deficiente, es probable que tenga influencia negativa sobre la actividad locomotriz, la de salto, y
también sobre los lanzamientos (Vayer, 1982).

Tradicionalmente se habla de dos formas diferentes de manifestarse el equilibrio:


estático y dinámico.

Respecto a su EVOLUCIÓN, existe una estrecha relación entre las experiencias que
haya vivido el sujeto así como su desarrollo general con la mayor o menor adquisición de la
capacidad de equilibración.

La posición bípeda se adopta en los primeros años de vida de forma paralela a la


maduración del sistema neurológico y motor. Al final de la infancia ya está conformada la

49
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

capacidad de equilibrio (Martin et al., 2004). La edad prepuberal, con la consolidación del
sistema nervioso y neuronal, tal y como ocurría con la coordinación motriz, es una edad muy
propicia para el desarrollo de esta capacidad.

En este sentido, en el proceso evolutivo del equilibrio corporal se da un claro paralelismo


con el de la coordinación motriz, no en vano, depende en gran parte del desarrollo de estructuras
comunes, sin olvidar la indudable interrelación que existe entre todas las capacidades

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
coordinativas. Así se deduce de estudios realizados con edades prepuberales donde los
resultados obtenidos indican que a mayor nivel alcanzado en las pruebas de equilibrio se
obtendría a su vez un mayor nivel en las pruebas destinadas a evaluar la coordinación motriz
(Franco et al., 2002).

Por ello, la búsqueda de la máxima experimentación desde las edades muy tempranas,
van a posibilitar la adquisición de unos mayores niveles de eficacia y resultados. Concretamente
en la etapa de secundaria el trabajo de las capacidades perceptivo motrices de equilibración, se
orienta a la búsqueda de una buena gama de situaciones motrices y habilidades complejas que
puedan estimular y potenciar otras capacidades resultantes.

En las edades infantiles y hasta los 10-11 años los resultados en las pruebas de
equilibrio mejoran de forma significativa en amos sexos (Cuadrado et al., 2005; Franco et al.,
2002).

A partir de los 10-11 años, los jóvenes de ambos sexos empiezan a mostrar valores
constantes en pruebas de equilibrio general, notándose una ligera mejoría sólo en el caso de los
varones sobre los 16-17 años, y no existiendo diferencias significativas en los valores medios
obtenidos en los diferentes grupos de edad (Cuadrado et al., 2005; Sainz, 1996).

Ya en edades avanzadas comenzará a producirse una evidente involución fruto del


deterioro de los sistemas nervioso y locomotor (Rose, 2005; Camiña, Cancela y Romo, 2001),
pero al igual que el resto de capacidades coordinativas, este deterioro se hará de forma más
gradual en función del nivel de práctica de actividad física realizado, sobre todo aquellas que
impliquen la ejercitación de estas capacidades coordinativas.

50
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

1.1.2.2.3 LA AGILIDAD COMO COMPONENTE FÍSICO Y


COORDINATIVO DE LA CONDICIÓN FÍSICA.

Cuando se hace referencia a las capacidades coordinativas como aquellas que definen
el aspecto más cualitativo del movimiento, se ha de tener en cuenta el complicado engranaje que
supone la combinación de los diferentes elementos que componen cada acción motriz, donde en
la mayor parte de los casos no interviene una sola capacidad sino la conjunción de varias de

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ellas son las que determinan la realización eficaz del movimiento.

De este tipo de evidencias surge la presencia de capacidades como la agilidad, que


combinan los aspectos coordinativos con los condicionales y que permite al individuo que la
posee, realizar movimientos con un nivel de calidad importante, con rapidez, y con gran fluidez
en los cambios de posición y orientación corporal.

Esta capacidad que tiene el individuo para solucionar con velocidad las tareas motrices
planteadas, hace que muchos autores vean a la agilidad como una capacidad resultante porque
surge de la combinación de otras capacidades (Torres, 1996; Lorenzo, 2002; Mori y Méndez,
2006), y por ello es considerada sobre todo en el ámbito escolar como un indicador válido de la
condición física y riqueza motriz del alumnado (Mori y Méndez, 2006). No en vano, es muy
habitual encontrar test para la valoración de esta capacidad en las baterías destinadas a medir la
condición física de los jóvenes (Martínez, 2003).

La agilidad se puede definir como “la habilidad que permite al individuo realizar
movimientos complejos con facilidad, naturalidad, velocidad y amplitud, así como de adaptarse a
nuevos requerimientos motores de difícil ejecución con rapidez” (Porta, 2001).

En el desarrollo de esta capacidad está presente la relación con las demás capacidades
y la coordinación existente entre ellas (Cadierno, 2003).

Meinel y Schnabel (1987) consideran que para la consecución de la agilidad participan


en gran medida por una parte la velocidad y la flexibilidad y por otra las capacidades
coordinativas.

51
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

En consecuencia, no cabe duda de que capacidades como la agilidad, dependen y


evolucionan en función del progreso alcanzado en aquellas otras que la conforman. Por ello, la
estimulación de capacidades como la equilibración corporal, la coordinación, la velocidad y la
movilidad entre otras, nos deben conducir a un perfeccionamiento de la agilidad.

1.1.2.3 IMPORTANCIA DE LOS COMPONENTES ANTROPOMÉTRICOS

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EN LA CONDICIÓN FÍSICA.

En la mayoría de las investigaciones destinadas a conocer el estado de la condición


física de una persona o población, se hace necesaria la inclusión de pruebas que definan las
características antropométricas de los evaluados. Ya hace mucho tiempo que se realizan
estudios que abordan la relación entre las características antropométricas y biotipológicas de los
jóvenes, con la aptitud física general (Ismail et al. 1963; Slaughter et al., 1982).

De este modo, en las diferentes baterías de test se suelen incluir, como mínimo, las
medidas de la estatura y el peso, parámetros que se suelen utilizar para establecer relaciones
peso/estatura, para de una forma indirecta obtener valores de obesidad, etc.

En general está consensuado que medidas antropométricas como la talla, el peso, los
Índices de Masa Corporal y cintura-cadera así como el porcentaje de grasa corporal, conforman
parámetros básicos y prácticos para el conocimiento de la evolución corporal.

El PESO, es la determinación antropométrica más común y es considerado de gran


utilidad para observar la deficiencia ponderal en todos los grupos de edad y el retraso del
crecimiento en los niños (Garrido, 2005). También se debe recordar que realmente no debería
usarse el término peso corporal sino el de masa corporal, que es realmente lo que medimos.

El recién nacido suele pesar por término medio 3.500 gramos, que se verán duplicados a
los cuatro meses, triplicados al año y cuadruplicados a los dos años. A partir de los 2 años, el
crecimiento ponderal es 2.500 gramos por año, comenzando a partir de esa edad una ligera
disminución de ese ritmo o una fase de estabilidad hasta los 11-12 en niñas y 12-13 en niños
(Alguacil, 1994; Barroco, 1989)21.

21 Citado por Latorre y Herrador, 2003.

52
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Gráfico nº 1.6: Evolución del aumento de peso y talla en niños y adolescentes canarios en función de la
edad y el género (Fuente: Alguacil, 1994).

Lo normal, es que el peso y la estatura de los niños sean superiores a los de las niñas
hasta los 5-7 años, momento en que se produce cierta igualación de sexos, dándose a partir de
esa edad un predominio del sexo femenino que permanecerá hasta los albores de la
adolescencia, aproximadamente a los 15 años (gráfico nº 1.6), fase en la que se produce un
nuevo equilibrio, y a partir de ahí los niños superarán a las niñas en peso y talla (Toro y Zarco,
1995; Alguacil, 1994).

Respecto a LA ESTATURA (también denominada talla), de un modo general, podemos


decir que es de unos 50 centímetros al nacer y se incrementa progresivamente 20-25 cm. en el
primer año, 10-12 cm. en el segundo, 9 cm. en el tercero y 7 cm. en el cuarto, pasando a crecer
a ritmo constante de unos 5 a 7 cm. por año (Barroco, 198922; Alguacil, 1994).

Un niño crece siguiendo el patrón que nos muestra el gráfico 1.6. La velocidad de
crecimiento de los niños, será diferente según la edad y su madurez biológica (Malina y
Bouchard, 1991). El crecimiento sufre diferentes acelerones, y la edad de máximo crecimiento se
da durante la etapa del "estirón" del adolescente, lo cual se conoce como Pico de Velocidad de

22 Citado por Latorre y Herrador, 2003.

53
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Crecimiento (peak height velocity, PHV, en siglas inglesas), y se representa como centímetros
crecidos en un año. Esta PHV es un indicador muy utilizado para estudiar la madurez (somática)
del niño, y se suele dar entre los 13 y 14 años en los chicos y en el caso de las chicas estos
fenómenos se adelantan entre uno y dos años respecto a los chicos (Osorio, 2003; Malina y
Bouchard, 1991).

En general, la talla definitiva es 3,5 veces la del nacimiento y su evolución sigue una

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
línea de desaceleración, salvo en el momento de la pubertad. El crecimiento lineal continuará
hasta los 15,5 años en las niñas y los 17,5 años en los niños (Gutiérrez, 1995).

No obstante, hemos de tener en cuenta que el análisis comparativo de parámetros como


el peso o la talla, demuestra que los niños son cada vez más altos y pesados. Las
investigaciones realizadas desde hace décadas, revelan que existe una tendencia secular al
aumento de la talla y el peso, así como a una maduración más temprana (Allen-Lia, 1981;
Tanner, 1988; Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008), probablemente debido al mejoramiento
de las condiciones de vida como consecuencia del grado de avance tecnológico y sociocultural
de los países.

Respecto al ÍNDICE DE MASA CORPORAL (IMC), también denominado Índice de


Quetelet (en honor a su creador, el matemático Lambert Adolphe Quetelet), o BMI (Body Mass
Index), se trata de un indicador de obesidad que ha tenido gran incidencia en el ámbito de la
salud pública, debido a su facilidad de medida y rapidez de cálculo.

Se obtiene a partir de la relación Talla/Peso, aplicando la siguiente fórmula:


IMC = Peso / Talla2 ( Kg/m2)

En el documento de Consenso’2000 de la Sociedad Española para el Estudio de la


Obesidad (SEEDO), se establece como límite inferior del peso normal un IMC de 18,5 kg/m2, de
acuerdo con las recientes recomendaciones internacionales. El margen del sobrepeso que se
venía manejando hasta ahora por la OMS, SEEDO 1996,… (IMC = 25-29,9 kg/m2) en el que está
incluida una gran parte de la población adulta, y que posee una gran importancia en la estrategia
global de la lucha contra la obesidad y los factores de riesgo asociados, se divide en 2
categorías, con una nomenclatura específica. Asimismo, se introduce un nuevo grado de
obesidad (grado IV, obesidad extrema) para aquellas personas con un IMC ≥ a 50 kg/m2 y que
necesitan ser sometidos a procesos quirúrgicos concretos (gráfico nº 1.7).

54
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

VALORES LÍMITE
2 INTERPRETACIÓN
DEL IMC (KG/M )

< 18,5 Peso insuficiente

18,5-24,9 Normopeso

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
25-26,9 Sobrepeso grado I

Sobrepeso grado II
27-29,9
(preobesidad)

30-34,9 Obesidad de tipo I

35-39,9 Obesidad de tipo II

Obesidad de tipo III


40-49,9
(mórbida)
Obesidad de tipo IV
> 50
(extrema)

Gráfico nº 1.7: Clasificación del sobrepeso y la obesidad según el IMC.


(Fuente: Documento de Consenso SEEDO’2000)

Existen numerosos estudios que demuestran que el IMC es un parámetro válido


valoración de los niveles de obesidad en la población adulta “normal”, mientras que para
poblaciones “especiales”, por ejemplo los deportistas de alto nivel, se convierte en un índice que
no se ajusta a la realidad de la situación, ya que como bien indican muchos autores, no refleja
fielmente el aspecto cualitativo en la interpretación del valor medido (Merino et al., 2006; Garrido
et al., 2004; García-Manso, Navarro y Ruiz-Caballero, 1996b; Brito-Ojeda, 2003; Navarro, 1998;
Nogueras, 2001; Ara, 2004; Jiménez, 2000).

En este sentido, una de las grandes limitaciones en el uso de este índice es que está
basado en un supuesto cuestionable: “Todo el peso que exceda de los valores determinados por
las tablas talla-peso corresponderá a masa grasa” (Garrido, 2005); y como es evidente, dicho
sobrepeso (por ejemplo en deportes de fuerza), puede ser debido tanto al aumento de masa
grasa como de masa muscular (Merino et al., 2006).

55
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Para otros autores (Malina, 2006; Ara, 2004; Merino et al., 2006; Jiménez, 2000), la
utilidad del IMC durante la transición a la pubertad y la adolescencia, también puede tener
limitaciones y hay que obrar con cautela, sobre todo cuando comparamos a jóvenes deportistas
con sedentarios. En esos momentos, la relación entre estatura y peso es temporalmente
alterada, primero en estatura, y luego en peso, debido al PHV, y además se da un aumento
significativo de la masa muscular.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
No obstante, cantidad de estudios han utilizado y valorado este índice para todas las
edades. Este hecho, hace que aunque no sea considerado el método más idóneo, como valor
predictor del grado de obesidad en sujetos con características “específicas” (deportes de fuerza,
niños y adolescentes, etc.), sí que nos permite hacer comparaciones de su evolución para
grandes poblaciones, donde a nivel epidemiológico, el índice IMC puede proporcionar una
información estadística útil sobre la prevalencia de la obesidad (Merino et al., 2006).

En la actualidad se acepta la utilidad del IMC (Malina y Katzmarzyk, 1999; Dietz y


Robinson, 1998; Merino et al., 2006) para estimar la prevalencia de obesidad en la infancia y la
adolescencia, aunque se han sugerido diferentes criterios, como por ejemplo los valores
correspondientes a los percentiles 85 o 90 para el sobrepeso y P95 o P97 para la obesidad.

En consecuencia, siguen siendo muchos los profesionales de distintos campos


relacionados con la salud, que continúan haciendo uso de este índice en sus estudios,
investigaciones y publicaciones (Encuesta Nacional de Salud de España, 2006; Lirio, 2006; Ruiz
et al., 2006, Encuesta de Salud de Canarias, 2004; Serra-Majem y Aranceta, 2002; SEEDO,
2000; Sociedad Española de Nutrición Comunitaria –SENC-, 2004; Currie et al. - Health
Behaviour in School-aged Children (HBSC) study – 2004).

A modo de ejemplo, Lirio (2006), nos presenta una tabla en la cual, basándose en
estudios realizados con población española, y considerando exceso de peso, de la magnitud que
sea, a partir del percentil 97, nos ofrece los valores límites a partir de los cuales serían
considerados sobrepeso, para las diferentes edades (de la infancia al estado adulto) y en función
del sexo (gráfico nº 1.8).

Dado que no se trata de una cuestión sencilla, el Comité de Nutrición de la Asociación


Española de Pediatría (AEP), la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y
la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) han llegado a un Consenso de

56
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Tipificación Ponderal de la Población Infantil y Juvenil Española, que permite realizar el


diagnóstico adecuado del sobrepeso y la obesidad en la práctica clínica y epidemiológica en
nuestro medio. Para ello se ha utilizado los resultados del estudio enKid 1998-2000 (Serra-
Majem y Aranceta, 2001) que suponía el más amplio estudio de evaluación del estado nutricional
llevado a cabo en toda España hasta la fecha y que será tratado en el apartado metodológico.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
IMC a partir del cual
Edad IMC a partir del cual existe
existe sobrepeso en
(Años) sobrepeso en niñas
niños

1 20,81 20,61

2 19,21 19,24

3 18,66 19,15

4 18,53 19,14

5 18,48 19,28

6 19,14 19,99

7 19,76 20,58

8 20,20 21,01

9 20,58 21,44

10 21,20 22,23

11 22,24 23,15

12 23,02 23,70

13 23,79 24,75

14 24,47 25,79

15 25,66 25,99

16 27,27 25,49

17 28,35 25,03

18 27,11 24,55

Gráfico nº 1.8: IMC a partir del cual existe sobrepeso en niños y niñas
(Fuente: Lirio, 2006)

57
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

EL PORCENTAJE DE GRASA CORPORAL (PGC), junto con el IMC está encuadrado


dentro del estudio de la composición corporal, donde se utilizan diferentes métodos, a partir de
distintos modelos que intentan calcular dicha composición corporal.

Dentro de este amplio abanico de métodos, podemos hablar de:


- Métodos directos: realizados con técnicas de disección de cadáveres.
- Métodos indirectos: Suponen una relación cuantitativa constante entre diferentes

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variables por lo que siempre estiman la grasa corporal, nunca la determinan (Pacheco,
1996; García-Manso, Navarro, Ruiz-Caballero, 1996b).
- Métodos doblemente indirectos: su utilización es a consecuencia del desarrollo de
ecuaciones o programas a partir de métodos indirectos (Porta y Tejedor, 1993).

Entre los métodos indirectos más utilizados, se encuentran la densitometría hidrostática


y la absorciometría dual de rayos X (DEXA). De estos métodos indirectos (que son costosos y de
uso en laboratorio), se han derivado ecuaciones de regresión en diferentes poblaciones para
estimar la Masa Grasa (MG) de manera doblemente indirecta. Dentro de estos últimos, (también
llamados de campo) los más empleados son los pliegues cutáneos, circunferencia de la cintura,
cociente cintura-cadera y la Bioimpedancia eléctrica (BIA). Todos estos métodos usan
ecuaciones de acuerdo con la edad, raza, sexo y población evaluada (Serrato, 2005).

En investigaciones epidemiológicas y estudios en los que se realice un trabajo de campo


en unas condiciones de práctica o situación habitual, es decir, donde no se puede trasladar a los
sujetos a una consulta, ni a un laboratorio, los métodos para determinar la composición corporal
deben ser, preferentemente, no invasivos para el sujeto, de bajo costo, transportables, precisos,
válidos y estar estandarizados.

En este sentido, la BIA cumple con estos requisitos, y se basa en el principio de la


resistencia que ejerce la grasa al paso de una pequeña corriente eléctrica a través del cuerpo. La
masa libre de grasa por su contenido acuoso, es un buen conductor de la corriente, por lo tanto
la cantidad de electrones que finalmente es conducida por el cuerpo es inversamente
proporcional al contenido graso, es decir, la señal circula con facilidad a través de los líquidos de
los músculos y otros tejidos corporales, pero encuentra resistencia al pasar por la grasa corporal.
A esta resistencia es a lo que llamamos impedancia. Por lo tanto, se mide la impedancia de los
tejidos corporales al flujo de una corriente alterna de escasa intensidad, proporcionando una

58
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

estimación del agua corporal total a partir de la cual se calcula el PGC (Fernández-Real et al.,
2001).

Se trata de una técnica fiable, económica, práctica y con poca variabilidad en la


medición, que emplea muy poco tiempo y en condiciones estándar es reproducible. De ahí que
se esté convirtiendo en una forma de medida de la grasa corporal muy utilizada (Jebb et al.,
2004; Fernández-Real et al., 2001; Goss et al., 200323; Martín, Gómez y Antoranz, 2001;

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Bernárdez et al., 2003; Aldea et al., 2005; Morín et al., 2005; Peña y García, 2006; Núñez et al.,
1999; Rubiano et al., 1999). Además, al medir la cantidad de grasa del compartimiento intra
abdominal y subcutáneo también es ideal para poblaciones con obesidad y sobrepeso (Serrato,
2005).

Por otro lado, en la evolución de los niveles de tejido adiposo durante la infancia y
adolescencia se reconoce que hasta llegada la pubertad no existen diferencias significativas
entre los dos géneros (Gráfico nº 1.9). Con el comienzo del “estirón” de la pubertad se asiste a
una pérdida de grasa, principalmente en las extremidades, que es más acentuada en el
momento de mayor incremento de la altura. En muchachos, el balance temporal de grasa es
negativo, lo que contribuye a proporcionar una imagen de estiramiento (Bueno, 1996). No
sucede así en las muchachas y por ello las adolescentes pasan a la época de adulto con mayor
cantidad de masa grasa que lo hacen los adolescentes, especialmente en la zona de la pelvis,
mamas, partes superior de la espalda y posterior de los brazos. Todo ello contribuye a que las
mujeres presenten una imagen más redondeada que los hombres (Bueno, 1996).

Gráfico nº 1.9: Evolución del Porcentaje de Grasa Corporal a lo largo de la vida de una persona.
(Fuente: Warren y Shangold, 1997)

23 Citado por Molina (2007)

59
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

La valoración de la composición corporal en niños es mucho más complicada que en los


adultos debido a los cambios que experimenta su composición corporal durante el proceso
normal de crecimiento (Ara, 2004). En los niños es especialmente difícil discriminar si los
cambios habidos en la composición corporal son debidos al normal proceso de crecimiento, a la
dieta, a la actividad física o a algún otro proceso concurrente (López et al. 1996). Esto hace que,
igual que sucedía con el IMC, en las etapas de pubertad-adolescencia, en sujetos deportistas,
etc. debe primar la precaución a la hora de interpretar el PGC obtenido (Molina, 2007; Jiménez,

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
2000).

No obstante, existen diferentes escalas de valores para establecer los niveles de


sobrepeso, obesidad o peso saludable de los jóvenes en función del PGC. En este sentido, los
valores de grasa corporal que identifican el sobrepeso y la obesidad para Dwyer y Blizzard
(1996) en las poblaciones infantiles y puberales es del 20% para los chicos y el 30 % para las
chicas, mientras que para Taylor et al. (2003) los varones con alta adiposidad se sitúan en un
PGC ≥ 25 %, y ≥ 35 % en las mujeres. Por otra parte, Williams et al. (1992) señala como valores
de referencia para la obesidad en los varones un PGC ≥ 25 % mientras que en las mujeres es de
un PGC ≥ 30 %. A partir de estudios realizados con BIA, Jebb et al. (2004) proponen las escalas
de referencia que se muestran en el gráfico nº 1.10.

EDAD MUJERES
12
13
14
15
16
17
18
0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35%+

EDAD HOMBRES
12
13
14
15
16
17
18
0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35%+

BAJO EN GRASA SALUDABLE SOBREPESO OBESO

Gráfico nº 1.10: Valoración de los niveles de Porcentaje de Grasa Corporal de 12 a 18 años en función
del género. (Fuente: Jebb et al., 2004)

60
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

De esta forma, si se utilizaran los niveles de referencia que han propuesto autores como
Dwyer y Blizzard (1996) para establecer los niveles de sobrepeso y obesidad en varones (PGC
superior al 20 %), en un estudio realizado en Gran Canaria (Jiménez, 2000) el 36 % de los niños
y adolescentes tienen sobrepeso o son obesos, siendo la tasa de obesidad entre los sedentarios
de un 50 % mientras que en los deportistas (3 ó más días de práctica semanal) baja a un 25 %,
lo cual pone de manifiesto que en la joven población de la isla de Gran Canaria la situación
también comienza a ser preocupante.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
No obstante, y como se puede deducir, a modo de conclusión hemos de señalar que en
la actualidad no se dispone de criterios unificados internacionalmente para la valoración de los
niveles del sobrepeso y la obesidad en la población infantil y juvenil a partir del PGC.

1.2 LA CONDICIÓN FÍSICA EN LA EDUCACIÓN


FÍSICA ESCOLAR.
En España, las clases de Educación Física suponen el único momento donde todos los
niños y jóvenes tienen la posibilidad de realizar actividad físico-deportiva hasta terminar sus
estudios de secundaria obligatoria, es decir, hasta los 16/18 años siendo uno de los contenidos
de la Educación Física escolar aquellos referidos a la condición física y su relación con
determinados hábitos saludables de vida.

Desde la entrada en vigor de la LOGSE, aprobada en 1990, el sistema educativo


español está especialmente preocupado por la problemática de la juventud, fundamentalmente
en lo que se refiere a que el alumnado adquiera hábitos saludables en su propio estilo de vida
(Casimiro, 1999). De esta manera, desde hace años la salud se ha convertido en España y en la
mayor parte de los países desarrollados en un eje fundamental de todo el curriculum educativo y
especialmente en el área de Educación Física (EF) (Sallis y Mckenzie 199124; Pate, 1995; Piéron
et al., 1997; Tercedor, 1998; Rodríguez, 1998).

24 Citado por Casimiro, 1999.

61
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

1.2.1 TRATAMIENTO DE LA CONDICIÓN FÍSICA DESDE EL


CURRÍCULUM DEL ÁREA DE EDUCACIÓN FÍSICA EN LA
ENSEÑANZA SECUNDARIA.
Hoy en día, nadie duda de que en la educación integral del individuo en todos sus
ámbitos: cognitivo, afectivo, motor y social, el área de EF representa un papel muy importante.
Este hecho está siendo cada vez más reconocido tanto por las Administraciones Educativas

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
como por los propios profesionales de la educación, produciéndose una gran evolución desde la
tradicional desconsideración curricular, en todos los aspectos, hasta su actual equivalencia con
el resto de áreas (Casimiro, 1999).

En términos generales, la literatura científica indica que el aumento de la educación


física, la actividad física o la condición física genera un efecto positivo, sobre el rendimiento
académico de niños, niñas y adolescentes (Merino et al. 2006).

La llegada de nuevas leyes educativas como la LOCE o la actual LOE, no han supuesto
cambios significativos en este sentido. De esta forma, y según el Decreto 127/2007, de 24
mayo, por el que se establece la ordenación y el currículo de la Educación Secundaria
Obligatoria en la Comunidad de Canarias, la EF dentro de esta etapa mantiene el mismo
carácter, y puede cumplir diversas funciones. Entre ellas, destacamos:

- Función anatómico-funcional: En la medida en que, mediante el movimiento, se mejoran e


incrementan las estructuras anatómicas y la capacidad motriz de la persona.

- Función higiénica: En cuanto que la actividad física favorece la conservación y mejora de la


salud y del estado físico, así como la prevención de determinadas enfermedades y disfunciones.

- Función de compensación: En cuanto que el movimiento compensa las restricciones del medio
y el hábito sedentario de la sociedad actual.

En este sentido, en el currículo propio del área de EF en la enseñanza secundaria, se


diferencia entre una parte común, que incluirá los aspectos funcionales de las capacidades de
las personas desde una perspectiva de salud, de hábitos de ejercicio físico y de práctica
deportiva orientada hacia la inserción social y el empleo constructivo del tiempo libre, y otra parte

62
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

centrada en opciones personales enfocadas a determinadas habilidades (expresivas, deportivas,


en el medio natural, etc.) con un planteamiento de prolongación hacia las actividades
extraescolares.

También se reconoce en dicho currículo que la actividad física contribuye a moderar o


eliminar ciertos hábitos nocivos cuya aparición coincide, a menudo, con estas edades (Prieto y
Nistal, 2003; Moreno et al., 2004; Latorre y Herrador, 2003; Camacho et al., 2002; Ramos, 2008);

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
nos referimos al consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, pues a través de ella se adquiere
mayor conciencia sobre los usos y cuidados del cuerpo, así como la relación entre el concepto
de bienestar y salud.

Hay que considerar que la Educación Secundaria Obligatoria para muchos escolares
tendrá un carácter terminal; y teniendo en cuenta que los hábitos de vida saludables se
establecen en su mayor parte durante la infancia y adolescencia (Wärnberg et al., 2006; Merino
et al., 2006; Telama et al., 2005; Carrión, 2006; Trudeau et al., 2004; Tammelin et al., 2003), y
que es más fácil modificar parámatros de conducta en estas edades de formación que cuando se
es adulto (Gómez et al. 2005), justifica que se deba conceder prioridad al establecimiento de
hábitos de educación corporal y mejora de la calidad de vida durante estas etapas.

No obstante, no debemos creer que con la EF se pueden resolver todos los problemas
de los jóvenes (sedentarismo, obesidad, drogas, etc.), ya que dicha tarea demanda el desarrolllo
de ambiciosos programas multidisciplinares dirigidos a mejorar los hábitos de salud de los
escolares, por lo que reconoce Delgado (1997) que es necesario reconceptualizar y profundizar
en las relaciones entre EF y salud.

En este sentido, dentro de los objetivos de la EF en esta etapa se pueden destacar


algunos que pretenden generar en el alumnado la práctica habitual de actividades físicas y
desarrollar las capacidades que le son propias, por lo que al finalizar la etapa se debe:
“reconocer la actividad física y valorar sus efectos beneficiosos para la calidad de vida,
ocupación del tiempo libre y mejora del autoconcepto; realizar y planificar, de forma autónoma,
tareas en diferentes entornos de manera responsable, dirigidas al incremento de sus
posibilidades de rendimiento motor, a la mejora sana de su condición física y al
perfeccionamiento de las funciones de ajuste, dominio y control corporal” (Consejería de
Educación, Cultura y Deportes, 2007).

63
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Para ello, se proponen dos bloques de contenidos en el currículum de EF para


secundaria en la Comunidad Canaria (2007), donde prestando especial atención al Bloque I, «El
cuerpo: estructura y funcionalidad» se agrupan entre otros, contenidos relacionados con la
estructura y funcionamiento del cuerpo en relación con el movimiento; los conceptos generales
de la EF relacionados con la salud; el conocimiento, clasificación y acondicionamiento de las
capacidades físicas básicas, hábitos adecuados de alimentación, higiene e indumentaria; la
mejora del autoconcepto,…

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
En lo que a la condición física se refiere, y como ejemplos concretos de lo que se
pretende que el alumnado haya logrado al superar cada nivel académico, se pueden citar
algunos criterios de evaluación que contempla el currículo, tales como:

- Primer Curso: Incrementar las capacidades físicas previa valoración del nivel inicial,
utilizando los valores de la frecuencia cardiaca como indicadores para la dosificación y
control del esfuerzo.

- Segundo Curso: Mejorar su resistencia aeróbica y flexibilidad, previa valoración del nivel
inicial, utilizando los índices de la frecuencia cardiaca, la conciencia de la movilidad articular
y la elasticidad muscular como indicadores para la dosificación y control del esfuerzo.

- Tercer curso: Incrementar y optimizar su resistencia aeróbica, flexibilidad y fuerza-


resistencia, previa valoración del nivel inicial, mediante la puesta en práctica de métodos y
sistemas propios del acondicionamiento físico, utilizando los índices de la frecuencia
cardiaca, la conciencia de la movilidad articular y la elasticidad muscular como indicadores
para la dosificación y control del esfuerzo.

- Cuarto curso: Elaborar y ejecutar con autonomía planes sencillos de aplicación de métodos
y sistemas de entrenamiento adecuados a la mejora de sus capacidades físicas básicas, en
especial de la resistencia aeróbica, flexibilidad y fuerza resistencia, previa valoración de sus
posibilidades y limitaciones, mostrando autoexigencia en su aplicación y reconociendo
algunos efectos positivos y negativos que éstos tienen en los sistemas orgánicos-
funcionales y en la salud.

64
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

En consecuencia, es necesario que los profesionales de la EF dispongan de las


herramientas necesarias para establecer los niveles de condición física de su alumnado, y poder
conocer su evolución.

1.2.2REFLEXIONES SOBRE EL DESARROLLO DEL


CURRÍCULUM EN LA EDUCACIÓN FÍSICA ESCOLAR

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Es evidente que al hacer un análisis detallado del currículo de la EF en secundaria, se
observa como abarca la mayor parte de los ámbitos de la actividad físico-deportiva que desde el
punto de vista educativo cabe desarrollar en el alumnado, llegando a parecer en ocasiones algo
pretencioso y a veces poco realista.

Esta apreciación se fundamenta principalmente en que es universalmente aceptado que


para conseguir efectos saludables en el organismo del escolar a través del ejercicio físico, éste
debe tener unos niveles mínimos en cuanto a su duración, frecuencia e intensidad, los cuales
son difícilmente alcanzables en el escaso horario lectivo de que dispone la EF escolar.

En este sentido, la mayor parte del profesorado de EF así como las propuestas
didácticas de las diferentes editoriales, en su programación anual, suelen dedicar al desarrollo de
unidades didácticas específicas de Condición Física y Salud el primer trimestre o una parte del
mismo. Posteriormente se trabaja la condición física desde las capacidades coordinativas por
medio de la práctica de juegos y actividades deportivas; y la salud, principalmente en forma de
contenidos transversales.

Este hecho supone que en un espacio muy reducido de tiempo se pretende impartir
todos los contenidos propuestos y lograr los objetivos planteados, muchos de los cuales tal y
como hemos indicado anteriormente pretenden la mejora de aspectos relativos a la condición
física de los estudiantes.

A este hecho debemos añadir aspectos tales como:

- Que el área de EF dispone de dos clases semanales de 55 minutos cada una, donde por
motivos inherentes a la propia organización del área y de los centros educativos (cambios de

65
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

clase, desplazamiento a la instalación, vestuario, aseo personal, …) hay una obligada “pérdida
de tiempo”, que hace que sea mayor el tiempo de inactividad motriz que el tiempo “útil”
(Casimiro, 1999). De esta forma autores como Telama et al. (1982) hablaban de tiempo de
práctica de un 30% del total, o según datos de Sánchez-Bañuelos (1985)25 se aprovechan unos
16 minutos de práctica individual por clase, lo que conlleva una actividad de una media hora
semanal (Piéron y Cloes, 1981, indican un tiempo total de 12 minutos).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
- Que además de contenidos que se adquieren en las clases prácticas, existen numerosos
contenidos que requieren un tratamiento más teórico, o que aún pudiendo ser prácticos, no
desarrollan capacidades que mejoren la condición física del alumno (por ejemplo los primeros
auxilios, representaciones y dramatizaciones de expresión corporal, etc.)

- Que la predisposición de parte del alumnado no siempre es la más adecuada para el desarrollo
de contenidos de carácter físico-motriz.

- Que hay periodos vacacionales, días festivos, etc. que suponen un parón en la práctica de
ejercicio físico del alumnado que sólo realiza la EF escolar.

Por lo tanto, el sistema educativo obliga a ser realistas, y a reconocer como totalmente
insuficiente el espacio horario dedicado a la EF, y que tal y como evoluciona la sociedad actual,
convendría revisar la carga lectiva de esta asignatura para que los jóvenes puedan obtener
mayor beneficio de un área que les va a permitir adquirir una mejor condición física, crear unos
hábitos de vida saludables y mejorar su calidad de vida.

Así lo corroboran investigaciones que concluyen que la práctica de al menos 3 horas de


actividad física extraescolar a la semana se relaciona con una mejor condición física en niños pre
y postpúberes (Ara, 2004; Vicente, 2004; Jiménez, 2000; Gómez, 2002), u otras donde se afirma
que el tiempo y la intensidad de la práctica física en las clases de EF no reflejan ninguna
variación en la mejora de las capacidades físicas y biológicas de sujetos sedentarios (Brito-
Ojeda, 2003; Ureña, 1996 ).

25 Citado por Casimiro, 1999.

66
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

En consecuencia, es habitual escuchar a los profesionales de la EF hacer


reivindicaciones a favor de un aumento del horario lectivo de la EF, así como de oferta de
actividades físico-deportivas en horario académico no lectivo.

Mientras tanto, y como mal menor, se propone un enfoque de la EF donde se plantee


una orientación del área en general y de la condición física en particular, dirigida hacia la
adquisición de hábitos de vida físicamente activos más que hacia el rendimiento físico-deportivo

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
(Gómez, 2002), y por otro lado, hacia el desarrollo de una autonomía progresiva de los alumnos
y alumnas que les permita diseñar y llevar a la práctica en su tiempo libre, propuestas dirigidas a
la mejora de las capacidades físicas relacionadas con la salud, de forma que por propia iniciativa
se conviertan en practicantes asiduos, ya sea por vía federativa, por medio de actividades
extraescolares o de forma particular.

En consonancia con lo expuesto anteriormente, y a modo de conclusión, Merino et al.


(2006), realizan las siguientes sugerencias a los administradores/as escolares para promover
entre niños, niñas y adolescentes la actividad física durante toda la vida:

• Exigir educación para la salud y actividad física diaria para todo el alumnado.
• Garantizar que la educación física y los programas extracurriculares ofrezcan actividades que
se pueden practicar durante toda la vida, como los paseos o el baile.
• Proporcionar tiempo durante el día (por ejemplo, en los recreos) para actividades físicas no
estructuradas, como pasear, saltar a la comba o jugar en zonas recreativas.
• Contratar a especialistas en actividad física y entrenadores/as cualificados.
• Garantizar que las instalaciones escolares son seguras y están limpias y abiertas al alumnado
durante el horario no escolar y las vacaciones.
• Suministrar programas de promoción de la salud a los miembros del personal.

En conclusión, podemos afirmar que a pesar de que la EF está cada vez mejor
reconocida en los ambientes académicos, que socialmente también ha ganado algo más de
prestigio que hace años, y que existe unanimidad de criterios en todos los ámbitos de la
sociedad en reconocer que la práctica de actividad físico-deportiva es necesaria y aporta muchos
beneficios para un mejor desarrollo físico-psíquico-social de los niños y adolescentes, el tiempo
destinado al desarrollo curricular de esta asignatura es considerado como totalmente insuficiente
para la amplitud de los objetivos propuestos y potenciales beneficios que se podrían lograr.

67
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

1.3 EVALUACIÓN DE LA CONDICIÓN FÍSICA


A la hora de elaborar y/o poner en marcha un plan de intervención en el que se preste
atención a la práctica de la actividad física como forma de mejorar los niveles de salud entre la
población, se hace necesario conocer cual es el nivel de condición física de los ciudadanos
sobre los que se quiere actuar. Para ello se requiere la realización de una evaluación que debe
ser precisa, sencilla y concreta, de forma que permita acceder a grandes bolsas de poblaciones

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
sin que el costo, en tiempo y dinero, de esta parte del proceso lo haga inviable e irrealizable.

Por este motivo, y como requisito previo, deben quedar perfectamente establecidos los
parámetros a medir, a partir de los cuales emitir unos resultados que conformen un diagnóstico
sobre el que actuar. Esta actuación puede girar en torno a dos propósitos, el de reforzamiento de
la situación actual, cuando los datos y resultados obtenidos son positivos o favorables, o bien el
de actuación para la modificación de las conductas que derivan en unos resultados negativos o
desfavorables.

En este sentido, la evaluación es contemplada como un proceso dinámico, continuo y


sistemático, enfocado hacia los cambios de la conducta de los sujetos, mediante el cual
verificamos los logros adquiridos en función de los objetivos propuestos (González y Garatachea,
2003). Tradicionalmente, la evaluación de la condición física en su conjunto o de alguna parte de
la misma, ha sido un aspecto que ha preocupado al ser humano y no por ello ha estado exenta
de las dificultades propias de cualquier proceso evaluativo (Ureña, Velandrino y Parra, 1997).

1.3.1 DIFICULTADES PARA LA EVALUACIÓN DE LA


CONDICIÓN FÍSICA.
En general, la evaluación de la condición física se puede considerar de gran
complejidad, atendiendo a la gran cantidad de factores que influyen en ella y a las diferentes
orientaciones que queramos darle.

Por este motivo, tal y como se comentaba anteriormente, el primer problema que nos
tenemos que plantear, es saber qué es lo que vamos a valorar, y como denominar a esos
parámetros que van a ser evaluados (García-Manso, Navarro y Ruiz-Caballero, 1996b).

68
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Históricamente cuando se ha tratado de evaluar la condición física, ésta se centraba más


en la búsqueda de valores antropométricos, que específicamente funcionales que midieran los
distintos componentes de la condición física. Es a partir de la Segunda Guerra Mundial cuando
realmente comienzan a aparecer estudios cuya intención es medir las diferentes capacidades e
intentar una baremación que les posibilitara la comparación con otros grupos de características
similares (Ureña, Velandrino y Parra, 1997).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Cualquiera que sea la finalidad de la evaluación, se topará con distintos tipos de
dificultades, las cuales pueden darse en función del personal y material necesario y disponible,
de la capacidad de aceptación de los individuos y de otras muchas circunstancias (Harichaux y
Medelli, 2006).

Respecto al nivel de aplicación en escuelas y centros deportivos, una de las dificultades


que podemos encontrar es precisamente conseguir habituarse a un nuevo ámbito del test como
evaluación, el de la dimensión del comportamiento motriz, fundamentalmente distinta al de otras
áreas (Haag y Dassel, 1995). El alumnado debe ser consciente de que para la correcta
realización de un test que pretenda medir el rendimiento en una capacidad física, su implicación
ha de ser total para poder considerar el resultado útil y válido para el propósito de la evaluación.

De esta forma, en una investigación con grandes poblaciones escolares que utilice test y
pruebas de campo en situaciones de práctica habituales (por ejemplo las clases de EF), es
probable que se encuentre con algunas limitaciones para su realización, como podrían ser entre
otras: un material e instalaciones inadecuadas, horarios no convenientes o insuficientes, poca
predisposición de los sujetos implicados (alumnado, profesorado o directivos de los centros,
padres, …), dificultad de coordinación entre el agente evaluador y la dinámica de los centros, etc.

Todas ellas son dificultades que deben tenerse en cuenta, y que han de superarse con la
realización de una adecuada planificación del proceso evaluador que sea capaz de evitar o bien
superar estas situaciones.

En definitiva, y aún conociendo que son muchas las limitaciones que se pueden
encontrar a la hora de intentar evaluar la condición física de las personas, si se establecen con
claridad los parámetros que se quieren medir (y que mejor definan dicha condición), así como
todo el proceso metodológico que se llevará a cabo, se habrá dado el paso más importante y de

69
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

mayor dificultad. En este sentido, hemos de reconocer que se ha avanzado bastante en este
ámbito, siendo muchas las formas y baterías de pruebas y test propuestas a día de hoy.

1.3.2 BATERÍAS DE EVALUACIÓN DE LA CONDICIÓN


FÍSICA.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
A la hora de seleccionar pruebas o test para evaluar los diferentes indicadores que
definan el estado de la condición física de una población, hemos de tener en cuenta que deben
cumplir, desde el punto de vista metodológico, los principios de validez, fiabilidad, precisión,
sensibilidad, objetividad, sencillez, la eficacia de aplicación y la especificidad (Blázquez, 1996).
Dadas las características de los sujetos sometidos a control, jóvenes entre 12 y 18 años, es
necesario que los tests también cumplan los principios de la autorización previa, la
discrecionalidad de los datos, la seguridad física y la ética en su administración (Navarro, 1998).

Una revisión de la bibliografía especializada nos permite observar la existencia de gran


número de pruebas para cada parámetro físico que quisiéramos medir, las cuales se engloban
metodológicamente en dos grandes grupos: los tests de laboratorio y los tests de campo.

Los primeros permiten unas condiciones generalmente más sofisticadas, rigurosas y


controladas, pero lejos de las posibilidades de profesionales de la actividad física y el deporte
como los profesores de EF, que normalmente deben limitarse a pruebas de campo (Blázquez,
1996).

En consecuencia, en la mayor parte de las investigaciones que se proponen dentro de su


objeto de estudio servir de herramienta al alumnado y profesorado de EF, habitualmente se
recurre a la realización de test de campo, que aunque cabe la posibilidad de que sean menos
fiables, cumplen con los requisitos antes mencionados (sencillez, simplicidad, adaptabilidad y
fácil aplicación), son accesibles a todos y los más indicados para ser utilizados entre grandes
poblaciones (Navarro, 1998).

En lo que se refiere a Baterías de test destinadas al ámbito escolar y la iniciación


deportiva, Haag y Dassel (1995) hacen una revisión destacando los siguientes26:

26 Referencias de todos los test que se mencionan en Haag y Dassel, 1995.

70
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

• Test de la condición general (Renania del Norte-Westfalia) (Eulering et al., 1973), con
12 pruebas en total.
• Fitness-test (Baviera) (Bauer, 1972), que consta de 6 pruebas.
• Fitness-test Haro (Kiel) (Haag, 1972), con 6 pruebas.
• Test para valorar la capacidad de rendimiento físico (Lutter y Schröder, 1972), 10
pruebas.
• Fitness-test para escolares con un mínimo esfuerzo muscular (Graus –Weber test)

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
(1970), con un total de 6 pruebas.
• New York State Physical Fitness Screening Test, con cuatro pruebas (1968).
• Basic skills test for elementary school boys and girls, que consta de 7 pruebas
(Mechling y Rieder, 1977).
• Test para controlar los procesos de desarrollo en el ámbito de la formación básica en
clase de educación física (Test complejo), que está formado por 11 pruebas (Hecker,
1971).

La lista, sin querer ser demasiado extensa, basta para dar una idea de la multiplicidad de
baterías y criterios existentes.

Hoy en día, como es lógico, se sigue haciendo uso de este tipo de baterías, desde
diferentes ámbitos y con distintas finalidades. Siempre que exista la intención de medir la
condición física de un grupo numeroso de personas, lo habitual es no disponer de otros medios
más sofisticados que la realización de una batería de test físicos de campo como los vistos.
Valgan ejemplos tan habituales como, la realización de pruebas de acceso a diferentes
profesiones, (bomberos, policías locales o nacionales, guardia civil,…), acceso a diferentes
estudios como los de Ciencias de la actividad física y el deporte, o simplemente a nivel escolar,
desde el área de educación física.

Esta necesidad que ahora queda reflejada en el frecuente uso que se hace de las
baterías de test físicos, llevó a la creación en 1977 de un comité de expertos para el desarrollo
del deporte (CDDS) en el seno del consejo de Europa, con el fin de avanzar hacia la unificación,
camino que ha quedado plasmado en la batería “Eurofit” (Consejo de Europa, 1988).

La batería EUROFIT, se trata de un instrumento válido, a la vez que sencillo, para poder
evaluar la condición física. No en vano, son numerosas las investigaciones que se han realizado

71
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

y que se siguen realizando en la actualidad con base en la ejecución de esta batería (Brito-
Ojeda, 2003; Cuadrado, et al., 2005; Sainz, 1996; Blázquez, 1996; Brito-Ojeda et al. 1995;
Navarro, 1998; etc.).

Tres han sido las razones básicas que han estimulado la creación de esta batería
(Consejo Superior de Deportes, 1992): a) La Aptitud Física es un importante componente de la
Salud y la Educación Física. b) La evaluación de la Aptitud Física es útil para educadores y

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
niños. c) EUROFIT es un medio pedagógico.

Pretende ser una batería de pruebas aplicable en todos los centros de enseñanza, o
fuera de este ámbito, en clubes deportivos o centros de medicina deportiva. Los tests EUROFIT
son instrumentos sensibles y fiables, adaptables a cada individuo y capaces de medir los
principales factores de la condición física de las personas. Además, los tests que la componen
iban dirigidos en un principio a niños en edad escolar (6 a 18 años), aunque luego se generalice
con éxito su utilización (Cuadrado et al. 2005; Brito-Ojeda, 2003).

Asimismo, dicha batería proporciona unos criterios unificados a la hora de realizarla, de


forma que todos sus usuarios puedan disponer de unos datos objetivos y contrastables.

Entendiendo los creadores de esta batería, que la condición física es un concepto


multidimensional, la definición y elección de los parámetros a medir requirió en su momento
mucho tiempo y esfuerzo. De esta forma, los test finalmente seleccionados evalúan diferentes
dimensiones y factores de aptitud física (gráfico nº 1.11).

COORDINACIÓN

POTENCIA
RESISTENCIA CARDIORRESPIRATORIA APTITUD FÍSICA
APTITUD FÍSICA FUERZA EN RELACIÓN
EN RELACIÓN CON RESISTENCIA MUSCULAR CON LA SALUD
EL RENDIMIENTO MEDICIONES ANTROPOMÉTRICAS
FLEXIBILIDAD
VELOCIDAD
EQUILIBRIO

GRÁFICO nº 1.11: Dimensiones y factores de la aptitud física


(Fuente: Consejo Superior de Deportes, 1992)

72
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Como se puede observar, algunos de los factores presentan una relación directa con el
ámbito de la salud, mientras que todos ellos son definidores del ámbito del rendimiento.

DIMENSIÓN VARIABLES PRUEBAS

Resistencia Resistencia - Course Navette (1’)


Cardio- Cardio- - Cicloergómetro CT170
respiratoria respiratoria - ...

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- Dinamometría manual
Estática - Tracciones isométricas
- ...

- Salto Horizontal a pies juntos.


Explosiva - Lanzamiento de balón
Fuerza medicinal de 3 Kg
- ...

- Flexión mantenida de brazos.


Fuerza- - Abdominales en 30”.
Resistencia
- ...

- Flexión anterior de tronco desde


Flexibilidad Flexibilidad sentado
- Flexión profunda, ...

Segmentaria - Plate Taping

Velocidad - Carrera 10x15


De - Carrera de 20 metros
desplazamiento - Carrera de 50 metros
- ...

Talla - Mediciones, pliegues cutáneos,


Mediciones Peso bioimpedancia, Absorciometría,
antropométricas IMC
Grasa Corporal
...

Gráfico nº 1.12: Dimensiones, variables y pruebas para la valoración de la condición física.

Los protocolos y explicación pormenorizada de cada una de las pruebas utilizadas en la


presente investigación, se describen en el capítulo dedicado a la Metodología.

En conclusión, y a pesar de las dificultades inherentes al proceso evaluador de la


condición física de los jóvenes, en la actualidad se dispone tanto a nivel de laboratorio como de
campo, de los medios suficientes para poderla llevar a cabo con la seriedad y rigurosidad
pertinentes.

73
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

1.4 HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES Y SU


RELACIÓN CON LA ACTIVIDAD FÍSICA.
Los hábitos de vida de las personas se han convertido en un factor determinante para la
salud en las sociedades desarrolladas. En los últimos cien años, los problemas de salud más
acuciantes como eran la desnutrición y las enfermedades contagiosas y agudas, han sido
relegadas por las crónicas (obesidad, hipertensión arterial, trastornos respiratorios, del aparato

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locomotor, diabetes, dislipemias, etc.) (Ramos-Gordillo, 2003).

Hábitos inherentes a la propia vida del ser humano como la realización de actividad
física o su forma de alimentarse, pueden llegar a ser determinantes a la hora de intentar
disminuir o frenar la creciente oleada de problemas derivados de unas conductas inapropiadas
en este sentido. Este hecho preocupa especialmente en el caso de los niños y adolescentes, ya
que se encuentran en un proceso de desarrollo físico, y por otro lado están en edades de
conformación y consolidación hábitos de vida que en su mayoría habrán de acompañarle por
muchos años (Wärnberg et al., 2006; Merino et al., 2006; Telama et al., 2005; Carrión, 2006;
Trudeau et al., 2004; Tammelin et al., 2003).

Está científicamente reconocido que la actividad física y el ejercicio inciden de forma


positiva sobre la salud y calidad de vida de las personas en general y de los niños y jóvenes en
particular. El ejercicio y la actividad física realizados de forma regular durante el periodo de
crecimiento, contribuyen de forma clara al desarrollo armónico y equilibrado del niño y
adolescente, al tiempo que un hábito de vida físicamente activo, normalmente favorece el
establecimiento de estilos de vida saludables (Gómez-Puerto et al, 2005).

Problemas como la obesidad han provocado un aumento del interés científico, político y
de los medios de comunicación a partir de finales de la década de 1990, y este hecho ha servido
para situar a la actividad física en un lugar importante de la actual agenda de temas de salud
pública (Merino et al., 2006). Máxime cuando este tipo de problemas deriva en complicaciones
para la salud que empiezan a acusarse de forma muy seria entre los jóvenes; ya que,
investigaciones realizadas en los últimos años han puesto de manifiesto el aumento de la

74
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

incidencia de factores de riesgo cardiovascular en niños y adolescentes (Moreno et al., 2005b;


Srinivasan et al., 200227).

Son diversos los factores que pueden contribuir al inicio precoz de este tipo de
problemas, considerando entre otros, el descenso de los niveles de actividad física o el aumento
del sedentarismo y los cambios en los patrones alimenticios (Ruiz, 2007). Como consecuencia
de ello, la salud de la persona queda vinculada entre otros a los procesos socio-culturales a los

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
que se ve sometido, es decir, se encuentra en relación muy próxima al ámbito de la educación,
rebasando ampliamente, los límites de influencia en que tradicionalmente se había movido, que
no habían sido otros que los del sistema médico-sanitario (Sánchez-Bañuelos, 2004).

Por lo tanto, habría que entender la promoción de la salud como una tarea interdisciplinar y
que exige la coordinación de las aportaciones científico técnicas de distintos campos profesionales,
como de la medicina, educación, o de la economía (Rodríguez, 1995).

1.4.1 LA ACTIVIDAD FÍSICA Y SU INFLUENCIA SOBRE LA


SALUD.
La necesidad de hablar de las aportaciones que puede realizar la actividad física a la
salud, entendida ésta en sus dimensiones bio-psico-social, es un hecho ocasionado por la
disminución y falta de esfuerzo físico realizado en países con alto nivel de desarrollo industrial y
tecnológico.

Antiguamente, así como en culturas coetáneas a la nuestra que no tienen tal nivel de
desarrollo, el trabajo físico sigue siendo una característica que define su forma de vida y se ha
mostrado claramente relacionada con un adecuado estado de salud de sus individuos. Por tanto,
es el fenómeno del incremento del sedentarismo el que está llevando en la actualidad al estudio
pormenorizado de la relación entre actividad física y salud, y de ambos con la calidad de vida
(Delgado y Tercedor, 1998).

Asimismo, hemos de tener muy presente que cambiar los hábitos sedentarios en las
personas adultas puede resultar muy difícil, por lo que, quizás sea más rentable y, sobre todo

27 Citado por Ruiz, 2007.

75
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

más factible, educar en estilos de vida más saludables relacionados con la actividad física y en
contra del sedentarismo, durante la edad evolutiva de la persona (Dishman y Dunn, 198828;
Gómez et al., 2005).

Este apartado estará dedicado sobre todo al desarrollo de los efectos que sobre la
población en general y los jóvenes en particular tiene la práctica de actividad físico-deportiva en
contraposición al aumento del sedentarismo, al estado actual de uno de los problemas de salud

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
más acuciantes en las sociedades modernas como es la obesidad, la prevalencia de práctica de
actividad física de los jóvenes, así como su percepción sobre el estado de salud y forma física y
la actitud ante la práctica de ejercicio físico.

1.4.1.1 ACTIVIDAD FÍSICA VERSUS SEDENTARISMO

Como se viene comentando, actualmente es universalmente reconocido (médicos,


profesores, psicólogos, instituciones, padres, madres, deportistas, y población en general) que
la actividad física y el ejercicio inciden de forma positiva sobre las personas, siendo considerados
como una de las bases fundamentales para el buen estado de salud.

Por otra parte, la conducta opuesta, es decir, el sedentarismo, se ha relacionado con


numerosos problemas de salud, desde las enfermedades cardiovasculares (angina de pecho,
infarto agudo de miocardio, hipertensión arterial, etc.) hasta diversos tipos de cáncer (colon,
mama, etc.), pasando por problemas osteoarticulares (osteoporosis, artrosis,...), problemas
endocrino-metabólicos (diabetes, sobrepeso-obesidad, dislipemias), problemas psicológicos
(depresión, ansiedad, angustia, estrés,...) y ginecológicos, hasta las frecuentes caídas de los
ancianos que se sienten menos seguros (Gómez et al. 2005; Ramos-Gordillo, 2003; Warburton
et al., 2006).

No cabe duda de que las actividades "productivas" de la vida -desplazarse hasta el lugar
de trabajo, trabajar, hacer las tareas domésticas, etc.- cada vez requieren menos esfuerzo físico.
Del mismo modo, las actividades, juegos, pasatiempos, etc. que realizan los niños, niñas y
adolescentes de las sociedades modernas en su tiempo libre ha cambiado drásticamente en las
últimas décadas, y cada vez comportan una menor implicación del aspecto físico-motriz, siendo

28 Citado por Sánchez-Bañuelos, 1996.

76
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

las actividades de tipo sedentario como la televisión, las videoconsolas, los ordenadores y el ocio
digital (juegos, internet, compartir sms con móvil, chatear,…), los que ocupan una gran parte del
tiempo de ocio y recreación de los jóvenes de ambos sexos. Por estos motivos, sería lógico
pensar que esta falta de actividad física a que “sometemos” a nuestro organismo, debe ser
compensada de alguna forma.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
ESTILO DE VIDA SEDENTARIO

Alteraciones Psicológicas Reducción Longevidad


(Brill; Col y Blair, 1992) (Montoye, 1992)

Cáncer Obesidad
(Blair; Kohl: Gordon y cols, 1992) (Blair , 1993)

Trastornos Cardiovasculares
(Powell y Paffenbarger, 1985)

Gráfico nº 1.14: Riesgos a los que puede conducir el sedentarismo


(Fuente: Ramos-Gordillo, 2003)

Como se puede desprender del gráfico anterior, la inactividad física hace años que está
reconocida como uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades crónicas, y llega
a constituir entre el segundo y el sexto factor de riesgo más importante en relación con la carga
de la enfermedad en la población de la sociedad occidental, siendo su prevalencia más elevada
que la de todos los demás factores de riesgo modificables (Warburton et al., 2006).

A pesar de ello, los datos procedentes de numerosos estudios han demostrado que los
niveles de actividad física tienden a decrecer a medida que la edad aumenta, y que la
disminución más significativa de la actividad física tiende a producirse entre los 13 y los 18 años
de edad (Sallis, 2000; Gálvez, 2003; García-Ferrando, 2006; Álvarez, Angulo y Casero, 2004;
Currie et al., 2004).

De esta forma, por ejemplo los datos estadísticos internacionales que arroja el HBSC
study (Health Behaviour in School-Aged Children, Currie et al., 2002) indican que los jóvenes
entre 11 y 18 años ven más de 4 horas diarias de televisión, que hasta los 13-14 años se

77
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

observa una tendencia creciente en el alto consumo de televisión tanto en chicos como en chicas
(siendo ellos quienes ven más televisión que ellas en todos los tramos de edad), detectándose
sin embargo un cierto descenso a partir de los 15-16 años (Currie et al., 2004). En el caso de
España, los chicos siguen una evolución parecida a esta tendencia internacional (aunque por
debajo en valores absolutos), pero en las chicas sigue en aumento, de manera que a partir de
los 15 años (y las diferencias se incrementan aún más en el siguiente tramo de edad) el
porcentaje femenino con alto consumo televisivo supera al masculino (Moreno et al. 2004).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Asimismo, tal y como muestra el gráfico nº 1.15 existen actividades sedentarias que no
muestran un patrón diferencial entre los sexos y otras en las que sí se detecta una tendencia a la
diferenciación.

CHICOS CHICAS

11 - 12 13 - 14 15 - 16 17 - 18 11 - 12 13 - 14 15 - 16 17 - 18

Televisión 2,49 2,77 2,83 2,67 2,23 2,70 2,87 2,62


Deberes 1,74 1,74 1,59 1,67 1,93 2,25 2,29 2,58
Ordenador 1,08 1,38 1,48 1,41 0,68 0,88 0,85 0,87

Gráfico nº 1.15: Promedio de horas diarias dedicadas por los adolescentes españoles a diversas
actividades sedentarias, en función del género y la edad. (Fuente: Moreno et al. 2004)

Como se puede observar, hay actividades que tienden a estar más asociadas a los
varones (tiempo dedicado al ordenador jugando, chateando, con el correo electrónico o
navegando en Internet), otras más ligadas a las chicas (por ejemplo hacer deberes o tareas
escolares) y en el caso del tiempo dedicado a ver la TV no se aprecian diferencias significativas
en función del género en la mayor parte de los tramos de edad.

Respecto a los niños y niñas Canarias entre 2 y 15 años, el 32,6 % dedican más de 2
horas diarias a ver la televisión, y un 39,3 % entre 1 y 2 horas, mientras que todavía en estas
edades, las videoconsolas y sobre todo el tiempo conectado a internet no eran actividades
preferenciales, con un 56 % y 76,8 % respectivamente que declararon no utilizarlos nunca
(ISTAC, 2004).

En contraposición a todo ello, el conocimiento científico ayuda a fijar ciertos criterios


objetivos, a la hora de recomendar la realización de actividad física para las personas, en

78
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

términos de gasto calórico, intensidad aeróbica, movilidad, potencia muscular, etc. Así, en
Estados Unidos se definió una estrategia para mejorar la salud de la población (Healthy People,
2000), en la que se incluían 13 objetivos de actividad física. También la OMS, en su 57
Asamblea Mundial de mayo de 2004, aprobó una estrategia sobre régimen alimentario, actividad
física y salud (González, 2005).

Ortega y Pujol (1997), reconocen que los beneficios de la práctica de ejercicio físico

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
pueden observarse tanto a nivel físico como psico-social, desde los niños y niñas hasta los
mayores, siendo aceptada su clara influencia y utilidad para curar, rehabilitar y prevenir
enfermedades, así como promocionar la salud, mejorando la cantidad y, sobre todo, la calidad de
vida.

Estos beneficios de la actividad física para niños y niñas se pueden clasificar, en líneas
generales, en tres categorías (Merino et al. 2006):

1. Los beneficios físicos, mentales y sociales para la salud durante la infancia.

2. Los beneficios para la salud derivados de la actividad física en la infancia que se


transfieren a la edad adulta.

3. El remanente conductual del hábito de práctica de la actividad física saludable que se


mantiene hasta la edad adulta.

Existen diferentes trabajos de revisión y estudios que señalan que son muchos los
beneficios de la práctica regular de actividad física en la salud psicológica (Balaguer y García-
Merita, 1994; Blasco, 1997; Pastor y Pons, 2003; Van Amersfoort, 2004). En lo referente al
bienestar psicológico infantil, también existen pruebas científicas sólidas que demuestran la
importancia de la práctica de actividad física en estas edades, donde los niños y niñas con
niveles de actividad más bajos presentan una prevalencia más elevada de trastornos
emocionales y psicológicos (Merino et al., 2006; Steptoe y Butler, 1996).

Es aceptado como norma general que el deporte y el ejercicio proporcionan un medio


importante que contribuye a mejorar el bienestar social de los niños y jóvenes, su autoestima, las
percepciones sobre su imagen corporal, y su nivel de competencia, provocando un efecto más
positivo en aquellos que ya tengan una baja autoestima. Además, autores como Sibley y Etnier

79
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

(2003) afirman que los niños y niñas con niveles de actividad más elevados presentan asimismo
más probabilidades de tener un mejor funcionamiento cognitivo.

En cuanto a los beneficios para la salud derivados de la actividad física en la infancia y


adolescencia, Cuervo (2005) realiza una revisión de una publicación hecha por autores de
reconocido prestigio (Strong, Malina, Blimkie, Daniels, Dishman, Gutin et al., 2005) y cuyo
objetivo era revisar los efectos del ejercicio físico sobre diversas variables relacionadas con la

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
salud y el comportamiento durante la edad escolar, con el fin de desarrollar recomendaciones
basadas en la evidencia sobre las necesidades de ejercicio en este grupo de edad. En ella, de
los 1.220 resúmenes revisados, se seleccionaron 850 para su valoración por un grupo de
expertos, siendo los principales resultados obtenidos los siguientes:

- Se dieron fuertes evidencias de los efectos beneficiosos de la actividad física sobre la


salud musculoesquelética, sobre determinados componentes de la salud cardiovascular
(por ejemplo, síndrome metabólico), en adolescentes con hipertensión arterial leve y
sobre el grado de adiposidad en niños con sobrepeso.

- Existió evidencia moderada del efecto beneficioso del ejercicio sobre los niveles de
lipoproteínas, sobre el grado de adiposidad en niños y adolescentes obesos y con
normopeso, sobre la tensión arterial en normotensos y sobre diversos parámetros
psíquicos como ansiedad, autoestima, síntomas depresivos y rendimiento académico.

Aunque generalmente las enfermedades cardiovasculares no son propias de la infancia,


las investigaciones han demostrado que los niños y niñas menos activos físicamente y aquellos
con una condición física cardiovascular (aeróbica) deficiente, presentan como señalábamos
anteriormente, más probabilidades de tener factores de riesgo para estas enfermedades, tales
como unos niveles inferiores de colesterol “bueno”, una presión sanguínea más elevada, un
incremento de los niveles de insulina y un exceso de grasa (Boreham y Riddoch, 2001;
Wedderkopp et al., 2003). De hecho, diversos estudios científicos (Berenson et al., 1998; Strong
et al. 1999)29 evidencian que el inicio de la enfermedad cardiovascular se da en la adolescencia
o incluso la infancia, aunque sus manifestaciones clínicas aparezcan en la vida adulta.

29 Citados por Ruiz, 2007.

80
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Por otro lado, existen datos relativamente recientes que nos hablan de una condición
física inferior de los adolescentes españoles en comparación con otros países, hecho que está
vinculado con una certeza casi total a la baja participación en actividades físicas (Ortega et al.,
2005). Si estos resultados se interpretaran como un indicador de la salud cardiovascular futura,
se calcula que aproximadamente el 20% de adolescentes españoles tendrá un riesgo
incrementado de padecer enfermedades cardiovasculares en el futuro (Ortega et al., 2005).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Además de los problemas cardiovasculares, resulta muy probable que la inactividad
física y el sedentarismo contribuyan a elevar los niveles de obesidad, a incrementar la resistencia
a la insulina, a trastornos en el perfil de lípidos y a una presión arterial elevada en la infancia
(Merino et al., 2006).

Asimismo, en cuanto a enfermedades crónicas como la osteoporosis, se ha demostrado


claramente que las actividades físicas durante la pubertad temprana, en especial las actividades
de fuerza muscular (cargas de peso que tensionan en mayor medida los huesos), pueden servir
para lograr una mayor masa ósea (Bellew y Gehrig, 2006; Stager et al. 2006; Vicente, 2004;
Jiménez, 2000), lo cual puede constituir una protección frente a la osteoporosis en la tercera
edad (Bass, 2000). La masa ósea máxima se alcanza a la edad de 20-30 años, por lo que los
esfuerzos por mejorarla se deben centrar en la infancia y la adolescencia (Bass, 2000).

Estudios realizados en la Comunidad Canaria (Jiménez, 2000; López, 2001; Ara, 2004;
Vicente, 2004) ponen de manifiesto que añadir en nuestros jóvenes al menos 3 horas a la
semana de práctica deportiva además de las obligatorias en la escuela, es recomendable para
mejorar la condición física, reducir la obesidad e incrementar el capital óseo acumulado durante
el período de crecimiento.

En definitiva, actualmente se está en disposición de poder afirmar que el incremento de


la actividad física en niños y adolescentes es una actividad de promoción de la salud y una
estrategia de prevención de enfermedades, así como un impulso a la calidad de vida actual y
futura. En niños y jóvenes sedentarios se debe intentar el aumento de la actividad física de forma
gradual y de un modo general seguir las recomendaciones actualmente disponibles, que están
basadas en evidencias científicas y son promovidas por organizaciones profesionales, agencias
gubernamentales, y todos los estamentos sociales implicados.

81
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

1.4.1.2 OBESIDAD EN LOS JÓVENES.

Un problema que merece una especial mención dentro de este apartado que relaciona a
la actividad física con la salud es el de la obesidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS)
ha calificado esta enfermedad como la epidemia del siglo actual, que afecta no sólo al mundo
desarrollado, sino también a los países en vías de desarrollo que imitan hábitos alimentarios muy
negativos procedentes del mundo occidental. Hoy es un tema prioritario de salud pública, porque

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
constituye un factor de riesgo muy importante para las enfermedades crónicas a que se ha
venido haciendo referencia a lo largo de este capítulo (la hipertensión arterial, la enfermedad
coronaria, dislipemias, …).

La obesidad y las causas que la provocan sobre todo en los niños y adolescentes sigue
siendo un tema complejo de abordar, ya que son variados los factores de los que depende. De
una forma muy simple se podría resumir en que la obesidad se produce cuando la ingesta de
energía supera el gasto energético; pero lo que queda claro es que este hecho no se puede
resolver a través de un único factor.

Algunos niños y jóvenes son más propensos a padecer obesidad que otros como
consecuencia de factores hereditarios. Y por otro lado, en la gran mayoría de los casos, los
factores medioambientales, las preferencias de estilo de vida y el entorno cultural son los
factores más significativos que ejercen una influencia sobre la obesidad (Mariscal, 2006; Merino
et al., 2006). Aunque los cambios en las dietas de la infancia han contribuido indudablemente al
aumento global de los niveles de sobrepeso y obesidad de carácter pediátrico, la mayoría de los
expertos están de acuerdo en que la disminución de la actividad física es el principal factor que
contribuye al desarrollo de la obesidad (Merino et al., 2006).

La gravedad de la obesidad infantil radica principalmente en que los niños con


sobrepeso son más propensos a ser obesos en la edad adulta que los niños con peso normal, y
por lo tanto al desarrollo de enfermedades crónicas en la adultez. (Serra-Majem y Aranceta,
2001, Troyano y Flegal, 1998).

En el gráfico nº 1.16, Santos (2005) expone las conclusiones sobre las causas de la
obesidad que se derivan de las investigaciones de la OMS y la FAO (Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).

82
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Fuerza de la
Decrece el riesgo de obesidad Incrementa el riesgo de obesidad
evidencia

- Estilos de vida sedentarios.


- Actividad física regular.
Convincente - Elevada ingesta diaria de alimentos
- Elevada ingesta diaria de fibra. de alta densidad energética y pobres
en micronutrientes.

- Campañas agresivas de publicidad

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
de alimentos hipercalóricos y fast food.
- Entornos familiares y escolares
que promueven elecciones
- Elevado consumo de bebidas
saludables de alimentación
Probable azucaradas y zumos de frutas.
- Lactancia materna.
- Condiciones socio-económicas
adversas (especialmente para mujeres
en países desarrollados)

- Tamaño más grande de las porciones

- Alimentos con bajo índice - Alta proporción de comida precocinada.


Posible glucémico.
- Desórdenes alimenticios (dieta estricta/
conductas bulímicas periódicas)

- Incrementar el número de
Insuficiente ingestas
- Alcohol

Gráfico nº 1.16: Conclusiones sobre las causas de la obesidad


(Fuente: OMS/FAO expert consultation, Geneva, 2002, citado en SANTOS, 2005)

La OMS por medio de la IOTF (Grupo de Trabajo Internacional sobre Obesidad que
responde a las siglas ínglesas de International Obesity Taskforce) emite un informe en 2004
donde destaca aquellos comportamientos sociales y de hábitos de vida que han ido
contribuyendo al desarrollo de la obesidad en los niños y jóvenes destacando entre otros los
siguientes (Lobstein, Baur, Uauy, 2004):

1. El incremento del uso del transporte motorizado; por ejemplo, hasta el centro escolar.
2. La reducción de las oportunidades para realizar actividad física en el tiempo de ocio.
3. El aumento del ocio sedentario.
4. La existencia de múltiples canales de televisión en todas las franjas horarias.
5. La mayor cantidad y variedad de alimentos disponibles con un alto contenido calórico.
6. El incremento de los niveles de promoción y de comercialización de alimentos con un alto
contenido energético.
7. El aumento de las oportunidades para comprar alimentos.
8. El incremento del uso de restaurantes y tiendas de comida rápida.

83
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

En consecuencia, y coincidiendo con Moreno et al. (2002), dos son los factores
principales en los que se deberían centrar las estrategias dirigidas a prevenir y a tratar el
sobrepeso y la obesidad en la infancia y la adolescencia, la realización de una actividad física
suficiente y la adquisición de unos hábitos alimenticios adecuados.

En España, los resultados que se muestran en la investigación publicada en 2003 por la


SEEDO, y siempre siguiendo los criterios de clasificación de sobrepeso y obesidad en función

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
del IMC establecido en el documento de consenso SEEDO’2000, indican una prevalencia de
sobrepeso y obesidad en la población adulta, del 39 % y el 14,5 % respectivamente, presentando
las mujeres unos niveles de obesidad superiores, mientras que los hombres presentan niveles
más elevados de sobrepeso. La prevalencia de obesidad aumentaba significativamente con la
edad tanto en mujeres como en hombres. En cuanto al estudio por regiones tanto Canarias como
Andalucía arrojaron los valores más preocupantes, siendo los valores de obesidad en Canarias
de un 14,21 % en varones y un 22,22 % en mujeres, el más alto del país. Aunque estas cifras
varían en los datos publicados en la Encuesta de Salud de Canarias 2004, los resultados son
igual de preocupantes, con sobrepeso en un 46,39 % de la población adulta y obesidad en un
17,53 %, siendo en ambos casos más elevados los índices masculinos.

Más recientemente los datos que publica el Ministerio de Sanidad y Consumo relativos a
la Encuesta Nacional de Salud de España 2006, los resultados en los adultos no varían mucho
respecto a los publicados en 2003 por la SEEDO, dándose unos niveles de sobrepeso algo
inferiores (37,43 % de la población) y un aumento en lo que a la obesidad se refiere de un 0,75
% (15,25 %). Los varones presentan valores superiores tanto en sobrepeso como en obesidad y
se sigue manteniendo el aumento de ambos parámetros con la edad.

En cuanto a los datos estadísticos relativos al sobrepeso y la obesidad en los niños,


niñas y adolescentes españoles, el estudio en Kid 1998-2000 (Serra-Majem y Aranceta, 2001)
muestra que los valores de prevalencia del sobrepeso y la obesidad según los percentiles 85 y
97 del IMC de las tablas de Orbegozo era del 26,3% y el 13,9% respectivamente, revelando que
tanto los resultados de obesidad como de sobrepeso eran superiores en los varones, con valores
de 15,6% y 29,9% por 12,0 % y 22,5% en el caso de las mujeres. Por edades, niños y niñas de 6
a 13 años son los más problemáticos.

El estudio AVENA (Alimentación y Valoración del Estado Nutricional en Adolescentes) en


los resultados publicados entre 2003-2006, demuestra una prevalencia de sobrepeso más

84
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

obesidad en adolescentes de 13 a 18 años del 25,69 % y 19,13 % en hombres y mujeres


respectivamente (Moreno et al., 2005b).

Respecto a los resultados que emanan de la Encuesta Nacional de Salud 2006 para la
población entre 2 y 17 años, se dan unos valores de 18,48 % de sobrepeso y de 9,13 % de
obesidad en ambos sexos, y los varones siguen superando a las mujeres en ambos parámetros.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Gráfico nº 1.17: Incidencia del sobrepeso y obesidad infantil (ambos sexos) en distintos países europeos.
30
(Fuente: Página Web Grupo Internacional sobre Obesidad —IOTF—)

En comparación con otros países europeos, España ocupa una posición intermedia en
términos de obesidad en la población adulta. Sin embargo, nuestro país presenta uno de los
porcentajes más elevados de Europa en materia de sobrepeso y obesidad en la infancia, tal y
como ilustra el gráfico nº 1.17.

En lo que respecta a los resultados obtenidos para la Comunidad Canaria en el estudio


en Kid 1998-2000, igual que sucedía en adultos, la población infantil y juvenil de Canarias

30 Citado por Merino et al., 2006.

85
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

presentaba los valores más elevados de España tanto en prevalencia de sobrepeso (32,8 %)
como de obesidad (18,0 %).

En este sentido, los estudios e investigaciones actuales referidas a Canarias, cuentan


con una valiosa información en los resultados que ofrece la Encuesta de Salud de Canarias
2004, donde sitúa los valores del IMC en función de los distintos percentiles, siendo los más
utilizados en la actualidad los percentiles 85 y 95 para definir los niveles de sobrepeso y

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obesidad respectivamente en la infancia y adolescencia, aunque en otros casos se utiliza P97
para definir la obesidad como en los trabajos de la Fundación Orbegozo (Hernández et al.,
2002). En este caso, para los jóvenes canarios comprendidos entre los 12 y 17 años el valor del
IMC para el P85 es de 25,28 para varones y 25,39 para las chicas (el estudio en Kid presenta
valores del P85 de 24,71 y 23,28 para varones y mujeres respectivamente). En el caso de la
obesidad siguiendo el criterio del P95 en Canarias se sitúa en 28,13 para las mujeres y 30,93
para los varones (Estudio en Kid: 25,88 las mujeres y 27,9 los hombres).

Estos datos también los podemos encontrar referidos a cada una de las islas así como a
las diferentes comarcas de las islas de Gran Canaria y Tenerife, lo cual será de gran utilidad
para la presente investigación en los apartados dedicados a los resultados y su análisis y
discusión.

En conclusión, podemos citar como hechos evidentes los siguientes:

- La tendencia hacia un mayor sobrepeso en nuestra infancia y adolescencia no ha mostrado


hasta ahora ningún síntoma de desaceleración.

- La inactividad física durante los primeros años de vida está reconocida actualmente como un
importante factor coadyuvante en el incremento de los niveles de obesidad y de otros trastornos
médicos graves que se observan en niños, niñas y adolescentes.

- La carga de las enfermedades relacionadas con la obesidad para la sociedad moderna es


inmensa, tanto en términos de costes económicos para los sistemas sanitarios como, a nivel
individual, en términos de reducción de la calidad y la cantidad de vida.

86
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

- Los estudios han demostrado que la obesidad en la infancia se puede mantener hasta la edad
adulta. De hecho, el riesgo de obesidad en la edad adulta es al menos dos veces más elevado
en niños y niñas obesos que en aquellos no obesos (Serdula et al., 1993).

- La obesidad en la Comunidad Canaria supone un grave problema de salud pública, siendo


perentorio para su control establecer programas de salud para potenciar prácticas y hábitos
saludables de vida, quedando demostrado que la actividad física realizada en el tiempo libre es

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
un factor protector frente a la obesidad (López, 2001).

1.4.1.3 PREVALENCIA DE LA PRÁCTICA DE ACTIVIDAD


FÍSICA EN LA ADOLESCENCIA.
Actualmente existe un amplio conjunto de pruebas científicas que indica una disminución
de los niveles de actividad física y de condición física de los españoles en todos los grupos de
edad (Wärnbeg et al., 2006; Tercedor, 2003; Merino et al., 2006).

A pesar de que la actividad física regular está cada vez más reconocida y asociada a
una vida más saludable y más larga, la mayoría de las personas adultas y de los niños, niñas y
adolescentes españoles no desarrolla una actividad física suficiente como para lograr beneficios
sanitarios (Merino et al., 2006).

Por otro lado, existen suficientes evidencias científicas que permiten afirmar que una
mayor cantidad de actividad física practicada en la infancia y adolescencia, crean una serie de
hábitos físicos que se establecen en estas edades y tienden a mantenerse en los primeros años
de la edad adulta y en etapas posteriores (Telama et al., 2005; Trudeau et al., 2004; Carrión,
2006; Tammelin et al., 2003).

En la Encuesta Nacional de Salud de 2006, los datos estadísticos reflejaron que, en la


población adulta, el 36,9% de los varones y el 43,70% de las mujeres no realizan ejercicio físico
en su tiempo libre. En lo que respecta a la franja de jóvenes entre 16-24 años de edad, destaca
el alto porcentaje de mujeres no practicantes, con un 47,03% frente al 26,14% de los varones.

87
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

En referencia a la frecuencia con la que los españoles mayores de 15 años practican


deporte, en el gráfico nº 1.18 se muestran los resultados obtenidos en la Encuesta de Hábitos
Deportivos de los españoles 2005, comparados con los resultados obtenidos en el 2000 y como
se puede observar, las cifras que se reflejan durante este período de tiempo, no sólo no han
mejorado sino que han empeorado ligeramente.

Grado de frecuencia 2005 2000

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Tres veces o más por semana 49 49

Una o dos veces por semana 37 38

Con mucha frecuencia 10 10

Sólo en vacaciones 3 3

NC 1 --

-3.094 -1.890

Gráfico nº 1.18: Frecuencia de práctica deportiva de los españoles mayores de 15 años.


(Fuente: García-Ferrando, 2006)

En lo que respecta a los jóvenes entre 15-24 años de edad que practican deporte tres o
más veces por semana, se ha pasado de un 67% en el 2000 a un 55% en el 2005 (García-
Ferrando, 2006); lo cual significa una disminución preocupante de 12 puntos porcentuales en la
práctica habitual de estos jóvenes, hecho que puede ser indicador de que un segmento amplio
de jóvenes españoles va dejando de hacer deporte de manera regular según pasan de la
adolescencia a la primera juventud, en tanto que entre la población de más de 55 años cada vez
es más frecuente encontrar personas que, por su mayor disponibilidad de tiempo libre y por estar
más sensibilizados por la salud, realizan actividades físico-deportivas de manera regular y
continuada (García-Ferrando, 2006).

En este mismo sentido, según se desprende de la Encuesta de Empleo del tiempo Libre
2002-2003 (Álvarez, Angulo y Casero, 2004), el porcentaje de chicos y chicas españoles que
realizan deportes y actividades al aire libre en el transcurso del día es menor en la franja de 16 a
24 años (35,8%) que en la de 10 a 15 años (44,8%). Tratándose éste de otro claro indicador del
abandono que sufre la práctica deportiva durante el paso de la adolescencia a la edad adulta;
sobre todo en el caso de los varones, donde siguiendo con el mismo estudio, los resultados
señalan que del 50,6% de los chicos que practican deporte o actividades al aire libre entre los
10-15 años desciende a un 37,5% entre los 16-24 años. En el caso de las mujeres también se

88
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

disminuye en el número de practicantes aunque en menor medida, pasándose de 38,3 % a los


10-15 años a un 34 % entre los 16-24 años de edad.

Esta tendencia a la disminución de la actividad física en los jóvenes se puede considerar


como bastante generalizada en la mayor parte de los países desarrollados, no en vano, según
datos publicados por la OMS en el 2004, según el HBSC study realizado en 34 países (Currie et
al., 2004), España ocupa una posición baja en la tabla en el número medio de días a la semana

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
en que los chicos y chicas de 11 años realizan alguna actividad física durante una hora o más
(4,1 días en los varones y 3,5 en las mujeres), en los 13 años las cifras españolas ya están por
encima de la media (4,1 y 3,7 días para varones y mujeres respectivamente), y a los 15 años,
con valores inferiores a los de los 13 años (4,0 y 3,4 días) ya se encuentran en la parte alta de la
tabla, lo cual indica que en el resto de países las cifras han disminuido aún más que las
españolas. De hecho, los valores promedio disminuyen de 4,3 a 3,9 para varones de los 11 a los
15 años, y de 3,8 a 3,2 para las mujeres.

Román et. al. (en Serra-Majem y Aranceta, 2003), indica que el 19,8 % de los varones
españoles entre los 10-13 años no practica deporte en su Tiempo libre, y entre los 14-17 años la
cifra aumenta a un 27,3 %. En las mujeres, se pasa de 43,0 % a un 54,2 % en ambas franjas de
edad. Del mismo modo, el número de varones entre los 10-18 años de edad que realizan 2 ó
más veces deporte a la semana es muy superior al de mujeres (51,5 % y 27,9 %
respectivamente).

Los resultados obtenidos entre 2003-2006 del Estudio AVENA (Wärnbeg et al., 2006),
demuestran que los varones entre 13 y 18 años resultaron ser más activos que las mujeres (71%
frente al 47%), y dos terceras partes masculinas y la mitad de las femeninas respondieron que
estaban más de dos horas al día realizando actividades sedentarias (por ejemplo ver televisión o
jugar a los video-juegos), siendo estas cifras ligeramente superiores a las registradas en otros
países europeos.

Respecto a la situación en Canarias, según la encuesta de hábitos deportivos de los


españoles 2005, para mayores de 15 años se refleja un retroceso de un 1 % el nivel de práctica
respecto al 2000 (García-Ferrando, 2006), pasando de un 36 % a un 35 % de practicantes. En la
Encuesta de Salud de Canarias 2004, los datos estadísticos reflejan que hasta los 15 años, el
34,1% de los jóvenes de ambos sexos realizan actividad físico-deportiva vigorosa de forma
regular, siendo superior la cifra en los varones. Entre los 16 y 29 años la cifra desciende a un

89
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

28,4%, con lo cual se confirma también en Canarias la tendencia ya comentada al abandono de


la práctica en estas edades. El 34% de los jóvenes entre 11 y 15 años declara no realizar nunca
actividad física o realizarla menos de una vez al mes, y un 51,1% realizarla una o varias veces
por semana. En lo que se refiere a la isla de Gran Canaria, el 50,8% de la población entre 2 y 15
años realiza actividad físico-deportiva una o varias veces por semana, dándose los valores más
elevados en la comarca Norte de la isla con un 56,1 %.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
En cuanto al deporte competitivo en España, hemos de indicar que entre los mayores de
15 años, una quinta parte (20%) de los varones practicantes hace deporte de carácter
competitivo reglado (García-Ferrando, 2006), esto es, controlado por un organismo federativo o
delegado por la correspondiente federación deportiva, en tanto que entre las mujeres sólo el 5%
hace este tipo de deporte. Parecida asimetría se produce en la distribución de los que compiten
con los amigos o amigas por divertirse, que asciende al 17% entre los varones mientras que sólo
lo hace el 5% de las mujeres (García-Ferrando, 2006).

Por otro lado, cuando en la Encuesta de Hábitos Deportivos de los españoles 2005 se ha
consultado a los sujetos mayores de 15 años que no practican actividad física-deportiva, acerca
de su disposición de volver a practicarla, los que están seguros de volver a practicar no son muy
numerosos, el 12%, pero sí lo son los que, de forma más cauta, admiten que probablemente sí
volverán a hacer deporte, el 28%. Otro grupo de población del 17% reconoce que en los
momentos actuales no sabe lo que hará en el futuro, posiblemente porque las circunstancias que
condujeron al abandono continúan manteniendo su vigencia. Los muy seguros de no volver a
practicar y los que sin ser tan tajantes reconocen que probablemente no volverán a hacerlo, son
sendos grupos del 21% (García-Ferrando, 2006).

Ya se ha comentado en el desarrollo de este texto la necesidad de que los niños, niñas y


adolescentes practiquen al menos 3 ó mas horas semanales de actividad físico-deportiva fuera
del horario escolar. En este mismo sentido otras recomendaciones internacionales presentadas
por expertos a nivel mundial en el campo de la actividad física y la salud (Cavill, Biddle y Sallis,
2001), y adoptadas por diversos organismos internacionales, sugieren la práctica de al menos 60
minutos (y hasta varias horas) de actividad física de intensidad moderada a vigorosa todos o la
mayoría de los días de la semana, y añaden que al menos dos días a la semana, esta actividad
debe incluir ejercicios para mejorar la salud ósea, la fuerza muscular y la flexibilidad. Esta
práctica se puede realizar mediante la acumulación de sesiones de actividad de duración
variable a lo largo del día. Esto puede incluir sesiones cortas e intermitentes de actividad física

90
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

(juegos espontáneos cotidianos, clases de educación física, ir andando al colegio y a casa,


montar y juegos en bici,…) así como actividades más largas, como la participación en deportes.
En definitiva, se trata de acercarse a los modelos naturales tradicionales de actividad de los
niños y niñas.

A pesar de estas recomendaciones, la realidad es que en el estudio de la Conducta


sobre Salud de los Niños y Niñas en Edad Escolar publicado por la OMS (Currie et al., 2004), se

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
observó que el porcentaje de los españoles que las cumplía era del 40,5% (chicos) y del 27,0%
(chicas) de 11 años; del 39,7% (chicos) y del 28,6% (chicas) de 13 años, y del 38,2% (chicos) y
del 22,7% (chicas) de 15 años. Estos resultados son en cierta medida coherentes con los
presentados con anterioridad y confirman la baja participación y las marcadas diferencias de
género en materia de actividad física en nuestro país.

Como conclusiones se puede afirmar que31

• De forma global, parece que la infancia y la adolescencia españolas se encuentran en


un entorno que no promueve tanto como sería deseable una mejora de sus niveles de
actividad física, considerando que esta situación puede y debe cambiar.
• La práctica de deporte como actividad de ocio encuentra nuevas dificultades por
conseguir un espacio social propio debido sobre todo al avance de nuevas formas de
emplear el tiempo libre (ocio digital, la asistencia a centros comerciales y de ocio, y otros
propios de las nuevas ofertas urbanas).
• Podemos afirmar que la actividad física de nuestros adolescentes es baja: como media,
los adolescentes realizan actividad física moderada la mitad de los días recomendados.
• Es generalizado que los chicos despliegan más actividad física que las chicas.
• A partir de los 13 años, y a medida que aumenta la edad, disminuye el hábito de realizar
actividad física y, por tanto, aumenta la conducta sedentaria.
• Merece un análisis en profundidad que entre los jóvenes de 15-24 años, hayan cifras
superiores al 40% que aducen a los motivos de “no le gusta” y “por pereza y desgana”,
como justificación del hecho de no haber practicado deporte.
• Los motivos que conducen al abandono de la práctica deportiva, temporal en muchos
casos, están relacionados mayoritariamente con la falta de tiempo libre y las crecientes
exigencias de dedicación al trabajo y a los estudios.

31 Basadas en Merino et al., 2006; García-Ferrando, 2006 y Currie et al., 2004.

91
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

1.4.1.4 MOTIVOS QUE INDUCEN A LA PRÁCTICA DE


ACTIVIDADES FÍSICAS Y DEPORTIVAS.
Si atendemos a la forma en que la sociedad española entiende el deporte (visto como
actividad físico-deportiva), podemos hacer referencia al deporte como instrumento para disfrutar
de una buena forma física y de salud, como válvula de escape, como favorecedor del
establecimiento y mantenimiento de relaciones sociales, como elemento educador y formador de

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
carácter, y como entretenimiento y aventura personal.

El grado de acuerdo de los españoles con estas cinco formas de entender el deporte se
puede decir que es mayoritario. No obstante, se dan algunas diferencias, ya que en la
concepción del deporte como instrumento para estar en buena forma física y de salud el acuerdo
es casi total (99%), en tanto que el grado de acuerdo va disminuyendo ligeramente, sin perder su
carácter mayoritario, según se pasa de la concepción de relación social del deporte, (92%), a la
de válvula de escape, (89%), aventura personal, 88%, y por último, a la concepción más
pedagógica del deporte (82%) (García-Ferrando, 2006).

Respecto a los principales motivos que conducen a la población española a la practica


deportiva, según la Encuesta de Hábitos Deportivos de los españoles 2005, el simple hecho de
hacer ejercicio físico es el más reconocido (56% y 65% respectivamente en hombres y mujeres),
pero además las mujeres citan en mayor proporción que los varones y de forma
estadísticamente significativa los motivos de mantener y/o mejorar la salud (42% frente al 26%
de los hombres), y de mantener la línea (25% frente al 11% masculino). Por el contrario, los
varones enfatizan en mayor medida que las mujeres el elemento lúdico de diversión y pasar el
tiempo (55% hombres, 35% mujeres), de la afición y gusto por el deporte (39% y 25%
respectivamente), el elemento de relación social de encontrarse con amigos (29% y 15%
respectivamente).

Además del género, la edad supone la otra variable con un gran peso en la
diferenciación de la forma de entender y practicar el deporte, por lo que se muestra en el gráfico
nº 1.19 los motivos aducidos por los jóvenes entre los 15 y 24 años frente a los que han
sobrepasado los 55 años de edad, y donde se puede observar como en ambas franjas de edad
existe alta coincidencia en el simple motivo de hacer ejercicio físico, pero a partir de ahí, entre
los jóvenes destaca sobre todo el elemento lúdico del deporte, ya que el 59% de los que

92
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

practican aducen que lo hacen por diversión y pasar el tiempo, frente al 30% de los mayores de
55 años que así lo admiten. También destacan los jóvenes el gusto por el deporte, el 39%, en
tanto que sólo lo hace así el 26% de los mayores, y su dimensión social de facilitar el estar con
amigos, 36% frente al 14%. Y por último, llama la atención que mantener y/o mejorar la salud
sólo sea señalado por un 16% de los jóvenes, siendo más lógico el 54% de los mayores de 55
años. En este sentido resulta esclarecedor este último dato, acerca de la concepción que tienen
los jóvenes españoles sobre la práctica de actividad física de cara a una mejora en el estado de

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
salud.

Motivos práctica deportiva, 2005 15-24 años 55 + años

Por hacer ejercicio físico 57 60

Por diversión y pasar el tiempo 59 30

Porque le gusta el deporte 39 26

Por encontrarse con amigos 36 14

Por mantener y/o mejorar la salud 16 54

Por mantener la línea 16 10

Porque le gusta competir 6 1

Gráfico nº 1.19: Motivos para la práctica deportiva.


(Fuente: García-Ferrando, 2006)

1.4.1.5 LA PERCEPCIÓN DE LOS JÓVENES SOBRE SU SALUD


Y FORMA FÍSICA.
En relación a la autoevaluación del estado de su forma física, la mayoría de la población
española afirma tener al menos una aceptable forma física (85%). Los varones, con un 43%,
evalúan en mayor proporción como buena o excelente su forma física en relación a las mujeres,
con un 37%. Entre los 15-24 años de edad un 52 % de ambos géneros sitúan su estado de
forma como bueno o muy bueno. También se da una mejor valoración entre los que practican
deporte sobre los no practicantes (García-Ferrando, 2006).

En cuanto a la Comunidad Canaria, los datos que revela la Encuesta de Salud de


Canarias 2004 indican que entre los 0-15 años de edad, el 71,8 % de los jóvenes de ambos

93
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

géneros afirman tener una buena o muy buena forma física y tan sólo un 2,35% consideran que
su forma física es mala o muy mala. En la franja de edad que va de los 16 a los 29 años la
situación varía, y tan solo el 8,4% de las mujeres dicen tener una forma física muy buena por un
19,3% de los varones. Sin embargo el 79,1% afirma seguir manteniendo un estado de forma
normal (50%) o bueno (29,1%), mientras que en los hombres los resultados están más
equilibrados, con un 37,1% normal y un 36,7% buena. En estas edades tampoco se tiene la
percepción de mantener una forma física mala o muy mala, ya que el 6,7% de los varones la

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
consideran mala y sólo un 1,6% muy mala, por un 10,8% y 1,2% respectivamente en las
mujeres.

La valoración del estado de salud percibida por la población española en la Encuesta


Nacional de Salud 2006 manifiesta que un 88,75 % de los menores de 16 años de edad
consideran tener un estado de salud bueno o muy bueno, y entre los 16 y 24 años esta cifra se
sigue manteniendo en un 87,86 %, aunque se aprecia alguna diferencia respecto al género (los
hombres con un 34,97% muy bueno y 56,80% bueno; y las mujeres con un 31,05% y un 52,70 %
respectivamente).

En lo que concierne a la población canaria de 0 a 15 años de edad los valores son algo
inferiores a los nacionales, ya que la Encuesta de Salud de Canarias 2004 indica que un 84,6%
de los varones y un 85,02% de las mujeres consideran su estado de salud como bueno o muy
bueno, y tan solo en torno al 1% lo consideran malo o muy malo estando los resultados en
ambos géneros muy igualados. En cambio, de los 16 a los 29 años de edad se empiezan a
apreciar importantes diferencias, ya que el 89,41% de los varones valoran su salud como buena
o muy buena por un 73,85 % de las mujeres.

Por otro lado, los datos estadísticos de la Encuesta Nacional de Salud 2006 revelan que
los principales problemas y enfermedades crónicas o de larga evolución que presenta la
población española menor de 16 años y diagnosticados clínicamente son la alergia crónica
(11,86 %) y el asma (7,88 % en varones y 6,07 % en mujeres).

En definitiva, podemos decir que una amplia mayoría de la población infantil y juvenil
española en general y canaria en particular, tienen una percepción de su estado de forma física y
salud buena o muy buena, siendo los más precavidos los que la valoran como normal o
aceptable, y una minoría los que reconocen un estado de forma física o de salud mala o muy
mala.

94
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

1.4.2 OTROS HÁBITOS DE VIDA RELACIONADOS CON LA


ACTIVIDAD FÍSICA.
Además de la práctica de actividad física-deportiva y las de carácter sedentario
realizadas para la ocupación del tiempo libre, existen otra serie de hábitos de vida que
constituyen un importante peso específico en cuanto a la salud y calidad de vida de los
ciudadanos, especialmente cuando hablamos de niños, niñas y adolescentes, ya que además de

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
las posibles repercusiones sobre su salud actual y futura, no se debe olvidar la importancia que
representa esta edad de cara a la consolidación de hábitos de vida para la edad adulta (Delgado
et al. 1999, Serra et al. 2002, Wärnberg et al., 2006; Merino et al., 2006; Telama et al., 2005;
Carrión, 2006; Trudeau et al., 2004; Tammelin et al., 2003).

Es reconocido de forma general, que variables como la alimentación y la dieta o el


consumo de sustancias nocivas para la salud, son parámetros a tener muy en cuenta en todos
los estudios e investigaciones de hábitos, salud y calidad de vida. No en vano, es universalmente
aceptado que además de realizar actividad física para mantener y mejorar la salud, niños, niñas
y adolescentes necesitan una dieta sana y equilibrada con el fin de garantizar que exista un
equilibrio adecuado entre el consumo y el gasto de energía, así como de proporcionar la energía
y los fundamentos para un crecimiento y un desarrollo saludables.

Además, variables relacionadas con el descanso como las horas de sueño de la


población, también son frecuentemente consultadas en este tipo de estudios. En este sentido, en
la Encuesta Nacional de Salud 2003, los datos estadísticos revelaban que un 55,30% de los
jóvenes entre 5 y 15 años dormía entre 8-9 horas al día y un 40,70% 10 ó más horas/día. Menos
de 8 horas/día sólo un 3%. Entre los jóvenes de 16 a 24 años, las cifras varían, y los que
dormían 10 ó más horas descienden a un 11,08%, mientras que los que lo hacían menos de 8
horas/día se aproxima al 30%. En la población canaria, la Encuesta de Salud 2004 arroja
resultados con valores similares a los nacionales.

No obstante, en este apartado se desarrollarán en mayor profundidad aquellos hábitos


que junto a la actividad física suelen ser los más considerados para el establecimiento de
parámetros de salud y calidad de vida, como son los hábitos alimenticios y el consumo de
sustancias nocivas.

95
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

1.4.2.1 HÁBITOS ALIMENTICIOS EN LOS JÓVENES

Los múltiples cambios fisiológicos y psicológicos que se dan durante la pubertad y


adolescencia influyen sobre el comportamiento, necesidades nutricionales y hábitos alimentarios
de los jóvenes. El intenso crecimiento, desarrollo y cambios en la composición corporal propios
de estas etapas, en un período relativamente corto de tiempo, hace que las necesidades de
energía y nutrientes van a ser superiores que en las restantes etapas de la vida (González-

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Gross, et al. 2003).

Los cambios psicológicos tienden a afectar a los patrones dietéticos, algo a tener muy en
cuenta, puesto que hoy día la mayoría de los adolescentes del medio urbano controlan su propia
dieta además del nivel de actividad física que practican. Esto puede conducir a la adquisición de
unos hábitos inadecuados que, como recuerdan Delgado et al. (1999) y Serra-Majem et al.
(2002), en la mayoría de los casos, se mantienen a lo largo de la vida adulta con el consiguiente
riesgo o beneficio para la salud.

En España, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA, 2005) hemos


sufrido una transición nutricional, que consiste en una serie de modificaciones, tanto cuantitativas
como cualitativas, en la alimentación, vinculadas con las transformaciones económicas y
sociales. La dieta tradicional se ha sustituido rápidamente por otra con una mayor densidad
energética, lo que supone la ingesta de más grasa, principalmente de origen animal, y más
azúcar añadido en los alimentos, unido a una disminución de la ingesta de carbohidratos
complejos y de fibra.

Además de la aparición de la denominada “comida basura”, el problema también es


económico. Los alimentos comercializados masivamente tienen cada vez precios más bajos,
especialmente en las ciudades, y las frutas y verduras son cada vez más caras. A esto, le
debemos añadir el hecho de que el frenético ritmo de vida al que se ven sometidas las familias
sustrae el tiempo necesario para preparar comidas saludables en casa a diario, lo cual conduce
al fácil recurso de la “comida rápida”.

En el mejor de los casos, una mala dieta impedirá que el o la joven alcance su mejor
condición física, y en el peor, puede dañar su salud actual y futura.

96
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Esta transición nutricional junto a la invasión de las nuevas tecnologías y los cambios en
los estilos de vida a que se ha venido haciendo referencia anteriormente (patrones conductuales
que conducen a las sociedades occidentales hacia una vida más sedentaria y menos activa) han
ido creando un entorno obesogénico (Santos, 2005).

Las sociedades que disfrutan de una economía de la abundancia, según los estudios de
epidemiología nutricional, constatan la presencia de la malnutrición por defecto y por exceso. Así

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
pues, junto a la obesidad aparecen las carencias de hierro, calcio y vitaminas. Esta situación se
debe, fundamentalmente, a la insuficiente formación alimentaria, al mal uso del poder adquisitivo
de la población, a las presiones publicitarias que acompañan la venta de productos, a los nuevos
estilos de vida, al consumo creciente de “comida rápida”, etc. (AESA, 2003).

Siguiendo con las conclusiones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria


(AESA, 2005), los hábitos alimentarios del mundo occidental se caracterizan, cuantitativamente,
por un consumo excesivo de alimentos, superior, en términos generales, a las ingestas
recomendadas en cuanto a energía y nutrientes para el conjunto de la población y,
cualitativamente, por un tipo de dieta rica en proteínas y grasas de origen animal. La dieta
española responde a estas características, si bien tiene como ventaja frente a otros países
europeos, la presencia de un mayor consumo de vegetales (legumbres, verduras, ensaladas y
frutas), un mayor consumo de pescado, y el uso de aceites de origen vegetal para cocinar (con
predominio del aceite de oliva). Además, su situación geográfica le permite estar encuadrada
entre los países consumidores de la dieta mediterránea, considerada muy saludable y
equilibrada.

Los tres principales objetivos de una dieta saludable son (Merino et al., 2006):
1. Proporcionar una variedad de alimentos diferentes.
2. Suministrar todos los nutrientes en cantidades adecuadas.
3. Proporcionar suficiente energía (calorías) para mantener una masa corporal ideal.

Como afirman Merino et al. (2006) no existen alimentos “buenos” o “malos”, sino sólo
una buena o mala dieta global. En este sentido, una dieta saludable infantojuvenil debe constar
de los siguientes grupos y cantidades de alimentos:
• 2-3 raciones diarias de productos lácteos (por ejemplo, leche, yogur, queso,etc.).
• 2-3 raciones diarias de alimentos ricos en proteínas (por ejemplo, carne, aves de
corral, pescados, legumbres, huevos o frutos secos).

97
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

• 6-11 raciones de alimentos ricos en hidratos de carbono complejos y no refinados (por


ejemplo, pan, cereales, arroz o pasta).
• 2-4 raciones diarias de fruta.
• 3-5 raciones diarias de verduras.
• Al menos 2-3 litros de líquidos.
• Se deben consumir con prudencia grasas, aceite, sal y azúcares refinados.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Por otro lado, el patrón alimentario más recomendado actualmente para los
adolescentes, establece en cinco el número de comidas diarias que se deben realizar. Tres más
importantes: desayuno, almuerzo y cena, y otras dos de sostén. Cada una de las importantes
debe aportar el 25% de la energía total diaria y las de sostén el 25% restante (Lirio, 2006;
Hernández, 2000; Liarte y Novell, 1998).

A esta edad se recomienda no saltarse ninguna comida y se hace especial hincapié en


el desayuno, debido a que las investigaciones han demostrado que el desayuno es una comida
particularmente importante para niños, niñas y adolescentes (Serra-Majem et al., 2002), teniendo
en cuenta que el aporte energético-calórico del desayuno es un elemento clave para que el niño
afronte con fuerzas no sólo la actividad física de la mañana, sino que también contribuirá a un
correcto rendimiento intelectual en las tareas escolares.

El estudio enKid 1998-2000 (Serra-Majem et al., 2002) pone de manifiesto que los
alimentos más consumidos por los jóvenes canarios entre 2 y 24 años son la leche, quesos,
otros lácteos y las patatas, y los menos consumidos serían los cereales pescados, carnes rojas,
embutidos y frutos secos. Asimismo los datos estadísticos obtenidos, reflejan que en Canarias
existe una ingesta inadecuada de algunos grupos de alimentos como por ejemplo un consumo
inferior a 1 ración/día de verduras en niñas de 2-9 años, una ingesta mayor a 1 ración/día de
bollería en niñas de 6-9 años, más de 4 raciones/día de dulces en varones de 14-17 años, más
de 1 ración/día de refrescos en mayores de 14 años.

En este sentido, la Encuesta de Salud de Canarias 2004 también pone de manifiesto que
los alimentos más consumidos a diario por los canarios son los productos lácteos (86,40 %),
seguido de pan y cereales con un 82, 40 % y la fruta fresca con un 55,20 %.

Además, el estudio enKid 1998-2000, nos muestra los siguientes datos acerca del
hábito del desayuno de los niños españoles:

98
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

- El 8% de los niños españoles acude al colegio sin haber desayunado.


- Sólo el 5% realiza un desayuno completo.
- Para el 74,6%, el desayuno consiste únicamente en un vaso de leche, sólo o
acompañado de azúcar, galletas, bollería o pan.
- Sólo el 9% toma zumos de fruta y el 5% alguna pieza de fruta entera.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Más recientemente en la Encuesta Nacional de Salud 2006, el 9,24 % de los jóvenes
entre 1 y 15 años afirman desayunar sólo café, leche, té, yogur, chocolate, etc. y sólo un 1,18 %
no suele desayunar nada. De los 16 a los 24 años, el 7,8 % declara no desayunar nada mientras
que un 11,98 % sólo algún líquido de los citados anteriormente.

Como conclusiones sobre los hábitos alimenticios de los jóvenes españoles, se pueden
citar algunas de las derivadas del resumen realizado por Moreno et al. (2004) de los datos
españoles publicados por la OMS en el estudio sobre los hábitos de vida relacionados con la
salud (Currie et al., 2004 -HBSC-2002):

- El desayuno es la comida que más adolescentes se saltan (el 16,1% no desayuna


ningún día entre semana), sobre todo a medida que avanza la adolescencia y especialmente
entre las chicas. Conviene tener en cuenta que en este estudio se especificaba que desayunar
era algo más que tomar un vaso de leche o un zumo de fruta y que comer al mediodía o cenar
era ingerir algo más que una bebida o un aperitivo.

- Alrededor de la cuarta parte de los adolescentes presenta un consumo bajo de frutas y


verduras y elevado de dulces y refrescos.

- A medida que aumenta la edad, empeoran los patrones alimentarios: mayor porcentaje
de adolescentes pierde alguna o varias de las comidas diariamente, disminuye el consumo de
frutas y aumenta el de dulces y bebidas azucaradas.

- El porcentaje de chicas que se salta algunas comidas a lo largo de la semana es mayor


que el de chicos, siendo esta diferencia bastante llamativa a partir de los 15 años.

99
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

- Durante la última década parecen haber empeorado algunos aspectos de la conducta


alimentaria, como por ejemplo la disminución en más de un 20% del porcentaje de chicas de 15
años que cena diariamente.

1.4.2.2 HÁBITOS NOCIVOS PARA LA SALUD.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Al tratar un tema como el de la salud y la calidad de vida, es obvio que no podemos dejar
al margen una serie de hábitos, convertidos en conductas tóxico-adictivas que pueden estar
legalizadas o no, y cuya aceptación puede ser cuestionada desde un punto de vista social, pero
que siendo realistas ahí están y constituyen un factor de riesgo para la salud de la población.

Dado que, como repetidamente se ha venido manifestando, la adolescencia es la edad


más propicia para la adquisición de hábitos saludables, es lógico pensar que también los hábitos
insalubres pueden ser adquiridos con mucha facilidad en estas edades, y que la adherencia a
este tipo de conductas tienen en esta etapa su momento más importante, tal y como se deduce
de numerosos estudios revisados (Encuesta sobre Drogas a la Población Escolar de Canarias de
2006; Encuesta Canaria de Salud, 2004; Moreno et al., 2004; Latorre y Herrador, 2003;
Camacho et al., 2002; Ramos, 2007).

Entre estas conductas nocivas para el estado de salud de jóvenes y adultos cabría
destacar el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas no legalizadas pero muy extendidas entre
la población más joven tales como el hachís.

Respecto al tabaco, los jóvenes españoles 16 a 24 años de edad son fumadores


habituales en un 28,27 % y el 66,74 % nunca ha fumado o son exfumadores (6,46 %), según los
datos de la Encuesta Nacional de Salud 2006.

En la población canaria de 16 a 29 años de edad, las cifras son muy similares a las que
revelan el resto de españoles, pero llama la atención que un 40,10 % comenzó a fumar antes de
los 16 años, y un 34,5 % entre los 16 y 18 años, es decir, que las edades adolescentes suponen
el inicio del consumo de tabaco en un 74,6 % de los jóvenes canarios (Encuesta de Salud de
Canarias 2004).

100
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

En lo referente a la población adolescente española según datos de la OMS (Moreno et


al., 2004) el 46% de los adolescentes de las edades estudiadas (11 a 18 años) manifiesta haber
fumado tabaco alguna vez, siendo el porcentaje más elevado entre las chicas que entre los
chicos a partir de los 15 años.

En lo que atañe al consumo diario los resultados muestran que un 14,5% de los
adolescentes españoles entre 11 y 18 años fuman diariamente, llegando a ser un 31,8% en el

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
grupo de más edad (dentro de este grupo –el de 17-18 años– son un 25,7% los varones que
fuman a diario frente a un 37,4% de las mujeres).

De esta forma, queda claro que a medida que aumenta la edad aumenta el consumo de
tabaco, con márgenes de fumadores diarios que van de un 1,2% (varones de 11 años) a un
25,7% (varones de 18 años) o de 0,6% (a los 11 años) a un 37,4 ( a los 18 años) en las mujeres.

En cuanto al alcohol, el 76,35 % de los jóvenes españoles de 16 a 24 años han


consumido alcohol en los últimos 12 meses, siendo la cifra de varones superior a la de mujeres
en casi un 12 % (Encuesta Nacional de Salud 2006).

En la población canaria de 16 a 29 años de edad, según los datos que refleja la


Encuesta canaria de salud 2004, un 37,40 % de los varones declara no beber nunca alcohol por
un 46,70 % de las mujeres. La edad de inicio sigue siendo preocupante ya que un 50,8 % lo
hace antes de los 18 años. Existe un alto porcentaje de bebedores ocasionales entre los 16 y 44
años (42,40 %) y un 4,3 % de bebedores moderados o excesivos.

En relación con el consumo de alcohol de los adolescentes españoles, el estudio de la


OMS (Moreno et al., 2004), un 67,2% de los adolescentes (11-18 años) encuestados manifiesta
no haberse emborrachado nunca, aunque un 10,5% dice haberlo hecho al menos cuatro veces.
Globalmente (considerando toda la muestra estudiada) no se observan diferencias significativas
en cuanto al sexo, pero sí en función de la edad.

Así, por ejemplo, el porcentaje de adolescentes que no se ha emborrachado nunca


disminuye drásticamente a medida que aumenta la edad (se pasa del 94,5% a los 11-12 años, al
57,6% a los 15-16 y al 33,9% a los 17-18 años) y de igual manera, se incrementa el porcentaje
de adolescentes que dice haberse emborrachado más de 10 veces (del 0,3% a los 11-12 años,

101
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

se va pasando en los grupos de edad de 13- 14, 15-16 y 17-18 años al 1,1%, 5,8% y 14,4%,
respectivamente).

Con respecto a otras drogas como el hachís, los datos entre los jóvenes españoles de
15 a 18 años (Moreno et al., 2004), muestran que un 31,6% de los varones y un 30% de las
chicas españolas manifiestan haberlo consumido en los últimos 12 meses, y la evolución del
consumo en doce años en nuestro país confirma un incremento significativo; así, por ejemplo, si

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
en 1990, el 80,9% de los chicos de 15-16 años manifestaba no haberlo consumido nunca, este
porcentaje ha descendido en 2002 al 68,2%, encontrándose un descenso aún más marcado
entre las chicas (si en 1990 el 89% decía no haberlo probado nunca, en 2002 dice lo mismo el
71,2%). Por otro lado, continúa la tendencia de aumento de consumo con la edad.

En definitiva y a modo de conclusión se puede indicar que conductas de riesgo como el


consumo de tabaco, alcohol o hachís aumentan claramente con la edad, convirtiéndose la
adolescencia en el periodo de inicio de estas conductas en un alto porcentaje de jóvenes y
especialmente en el caso de las mujeres que superan a partir de los 15 años al sector masculino
en lo que al consumo de tabaco se refiere (Moreno et al., 2004).

1.4.3 REFLEXIONES SOBRE LOS INSTRUMENTOS DE


EVALUACIÓN DE LOS HÁBITOS DE VIDA.
En toda investigación en la que se trabaje con grandes poblaciones, además de la
validez y de la fiabilidad de los instrumentos que se utilicen, también se valora su coste
económico y personal, así como la facilidad de empleo, como es el caso de la mayoría de los
métodos indirectos.

En lo que respecta al estudio de variables relacionadas con los hábitos de vida, además
de las características mencionadas, la sencillez y la simplicidad en su manejo y administración
completarían la valía de los instrumentos utilizados.

En este sentido, el cuestionario es un instrumento que cumple con esta serie de


requisitos y si su elaboración es la adecuada, no sólo nos va a proporcionar la información de las
variables propuestas, sino que también contribuirá a interpretar los resultados que se deriven del

102
CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

análisis del estudio en su conjunto, sobre todo cuando se trata de relacionar hábitos de vida con
otro tipo de variables como la condición física de una población.

Tal y como define Manzano et al. (1996) un cuestionario es “un cuadernillo que contiene
el listado de todas las preguntas que utilizamos para obtener la información que interesa en la
investigación, y sirve como medio para estructurar la entrevista de forma ordenada, a fin de
garantizar que se van a plantear las mismas preguntas a todos los encuestados. Se trata de un

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
proceso estandarizado de interrogación, muy laborioso, y objetivo, en cuanto que 2 personas
distintas que apliquen el mismo cuestionario al mismo encuestado obtendrán la misma
información”.

El cuestionario es un instrumento muy utilizado en la evaluación de los estilos de vida así


como en el control de salud, siendo uno de los instrumentos más útiles y empleados para la
recogida de información (Mateo, 1993; Botella et al., 2000).

Montoye et al (1996), hicieron una revisión de los cuestionarios más usuales y de


contrastada validez y fiabilidad que se habían desarrollado a lo largo de las últimas décadas y
que relacionaban la actividad física con la salud (Tecumseh and Minnesota Quetionaire,
Paffenbarger/Harvard Alumni Questionaire, Five-City/7-Day Recall Questionaire, Baecle
Questionaire, The Minnesota Leisure Time Physical Activity Questionaire, etc.), y tal y como nos
confirmaba Tuero et al. (2000), la mayor parte de ellos estaban en lengua inglesa, por lo que el
siguiente paso fue la traducción y adaptación al español de algunos de ellos por parte de
investigadores españoles (por ejemplo el International Physical Activity Questionnaire – IPAQ-
traducido y validado por la propia Tuero).

En la actualidad, ya superada esta situación, los cuestionarios se han extendido en su


uso, y podemos encontrar un amplio abanico de ellos elaborados por organismos nacionales e
internacionales (OMS, Encuestas Nacionales de Salud, Encuestas de Hábitos Deportivos, etc.),
o por numerosas investigaciones realizadas desde el ámbito científico. Además los podemos ver
en diferentes versiones: versión corta, larga, telefónica, autoadministrada, con diferentes tramos
de edad, con múltiples variables para el estudio de los mismos hábitos, etc.

Esta falta de uniformidad en la elaboración de los cuestionarios, en ocasiones se ha


convertido en una dificultad para la realización de investigaciones haciendo uso los mismos en el
terreno de los hábitos de vida en general y de los deportivos en particular. No en vano, uno de

103
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

los principales propósitos de estos cuestionarios debe ser proveer de instrumentos comunes que
puedan ser usados para obtener datos relacionados con la actividad física y la salud que sean
internacionalmente comparables. Sin embargo, se observa como por ejemplo, en la evaluación
del nivel de actividad física de cualquier población de adultos o jóvenes, la falta de una
metodología estandarizada dificulta la comparación de los resultados con la bibliografía
especializada (Román et al. en Serra-Majem y Aranceta, 2003). De este modo, se ha encontrado
como estudios que se basan en cuestionarios autoadministrados de actividad física muestran

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
índices de actividad más altos que los que se basan en medidas más objetivas (podómetros,
pulsómetros, etc.) que valoren la intensidad, duración, frecuencia, etc. (Riddoch y Boreman,
1995).

En este sentido y como reflexión final, se podría considerar que esta diversidad de
formatos y de metodologías existentes, lejos de ayudar en esta labor investigadora más bien
aumenta la complejidad de la comparación de resultados y el establecimiento de conclusiones.
Por ello, sería muy interesante que la comunidad científica fuera unificando algunos criterios que
permitan el establecimiento de modelos de cuestionarios más homogeneizados para su uso en
futuros diseños de investigación.

104
CAPÍTULO II

OBJETIVOS

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
CAPÍTULO II OBJETIVOS

II

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
A la hora de definir el objeto de estudio que nos ocupa en esta investigación,
observamos como la magnitud del tema que abordamos es amplísima, tal y como se
puede corroborar tanto en la introducción como en la fundamentación teórica de este trabajo.

Es por ello, que una vez hecha la revisión bibliográfica y establecidos los fundamentos
teóricos que serán soporte del presente estudio, creemos oportuno partir de una hipótesis de
trabajo para posteriormente concretarla en el establecimiento de unos objetivos que nos guíen
en nuestra labor, y no nos permitan desviarnos de aquellos fines y propósitos planteados
inicialmente.

2.1 HIPÓTESIS DE LA INVESTIGACIÓN

La hipótesis fundamental que ha centrado el objeto de estudio en este trabajo de


investigación es la siguiente:

La condición física de los estudiantes de secundaria de la comarca norte de Gran


Canaria se comporta de forma similar a la población estudiantil del territorio español, siendo el
rendimiento físico de las mujeres sensiblemente inferior al de los hombres, y manteniendo el
estado de la condición física una relación directa con determinados hábitos de vida
(alimentación, bienestar, sueño y actividades sedentarias) y especialmente los relacionados con
una práctica habitual de actividad física.

107
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

2.2 OBJETIVOS

Según el marco teórico presentado y en función de la hipótesis planteada, se formulan


los siguientes objetivos:

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
2.2.1 OBJETIVOS GENERALES:

1.- Conocer y analizar la condición física de la población estudiantil del Norte de la isla de Gran
Canaria (Canarias, España), perteneciente a centros públicos y comprendida entre los 12 y 18
años de edad.

2.- Conocer los hábitos de vida de los estudiantes de enseñanza secundaria y estudiar las
relaciones que se establecen con el estado de su condición física.

3.- Establecer escalas de referencia para la valoración de la condición física entre los 12 y 18
años que pudieran ser utilizados por los profesores y estudiantes como herramienta o
instrumento de evaluación en el área de Educación Física de la enseñanza secundaria.

4.- Obtener un mayor conocimiento sobre la condición física de los escolares de Gran Canaria y
sobre sus hábitos de vida relacionados con la salud, para facilitar la elaboración de las
programaciones educativas de Educación Física en la Enseñanza Secundaria y otros programas
sociales, recreativos y saludables destinados al fomento de la práctica de las actividades físicas
y el deporte.

2.2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

1.- Conocer y analizar los diferentes componentes de la condición física a través de pruebas
físicas, funcionales y antropométricas, diferenciándolos por categorías de edad y género.

2.- Conocer y analizar la frecuencia y características de la práctica de actividad físico-deportiva


de los estudiantes de secundaria del norte de Gran Canaria en su tiempo libre.

108
CAPÍTULO II OBJETIVOS

3.- Establecer las relaciones entre los resultados obtenidos en las pruebas físicas y
antropométricas de los estudiantes de educación secundaria en función del grado de actividad
física que realizan, y según la edad y el género, comparándolo con otros estudios similares.

4.- Identificar las relaciones que se establecen entre la práctica de ejercicio físico y las variables
relacionadas con el estado de salud y actitud ante la actividad físico-deportiva (percepción de

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
forma física, de estado de salud, enfermedades crónicas y problemas físicos, valoración de la
importancia de la actividad física para la salud, expectativas de práctica en el futuro).

5.- Conocer y analizar los hábitos alimenticios del alumnado de secundaria de la comarca norte,
especialmente los referidos a número de comidas diarias, alimentos ingeridos y a la percepción
de su alimentación sana y equilibrada, así como indagar si existen diferencias entre los
estudiantes activos y los sedentarios.

6.- Analizar el tiempo dedicado a actividades de ocio de carácter sedentario de la población


escolarizada entre 12 y 18 años de la mancomunidad del norte de Gran Canaria y su relación
con el nivel de actividad física de los estudiantes.

7.- Conocer otros hábitos de vida de los estudiantes que puedan tener relación con la salud y
con el nivel de actividad física que realizan.

109
MÉTODO
CAPÍTULO III

MATERIAL Y

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

III

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
E n todo trabajo de investigación donde se pretenda la obtención del conocimiento
científico, se hace necesario seguir un procedimiento riguroso, de orden lógico,
cuyo propósito sea demostrar el valor de verdad de ciertos enunciados. En definitiva estamos
hablando del método científico.

El vocablo método, proviene de las raíces: meth, que significa meta, y odos, que significa
vía. Por tanto, el método es la vía para llegar a la meta.

Kerlinger (1981) describe el método científico como: "La manera sistemática en que se
aplica el pensamiento al investigar, y es de índole reflexiva".

Como describimos en el capítulo introductorio, en esta investigación no sólo nos


limitaremos a describir el actual nivel de condición física de la muestra estudiada, sino que
tratamos de establecer relaciones con diversas variables como los hábitos de vida, percepción
de estados de salud, etc. Es decir, lo que se pretende analizar en profundidad es un complejo
multifactorial que atiende a diferentes parámetros.

A la hora de afrontar un trabajo de este tipo, y como ya hemos aclarado en más de una
ocasión a lo largo de este texto, partimos de una óptica donde el marco referencial que prima es
el de la salud y calidad de vida. Lo podríamos situar dentro de un paradigma ecológico, por lo
que a la hora de valorar aspectos como la condición física o la composición corporal, nos
alejamos de la exclusiva interpretación en función del rendimiento, para tratar de comprender la
relación de estos estados físicos y antropométricos con parámetros que definen los estilos de
vida más saludables.

113
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

Para ello, hemos de diseñar un proceso estructurado de forma coherente que permita
abordar el problema de forma racional y realista, que nos permita la obtención de conclusiones
fiables y válidas. Siguiendo a Navarro (1998), “el valor científico de las mismas responderá, en
gran medida, a la forma en que se elaboren aspectos muy diversos como el diseño del trabajo, la
selección del universo de estudio, la determinación de indicadores apropiados para el estudio y
su verificación, la utilización de los materiales de control y medición más precisos y útiles para
las peculiaridades del estudio o el tratamiento estadístico que se aplique a los datos obtenidos”.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
En consecuencia, y atendiendo a lo comentado anteriormente, dedicamos este capítulo
a la exposición detallada de cada uno de los apartados que conforman el plan o diseño de
nuestra investigación.

3.1 DISEÑO DEL ESTUDIO

El diseño de investigación que proponemos para la realización de este trabajo, supone


en la práctica un plan de acción donde se indica la secuencia de los pasos a seguir en todo el
proceso, lo que nos permitirá precisar los detalles de la tarea de investigación y establecer las
estrategias a seguir para obtener resultados positivos, además de definir la forma de encontrar
las respuestas a las interrogantes que inducen este estudio.

Esta investigación está basada en un estudio descriptivo, transversal y correlacional del


estado físico y algunas actitudes y hábitos de vida, de los escolares entre 12 y 18 años
residentes en los municipios de la Mancomunidad del Norte de la isla de Gran Canaria, así como
su incidencia en la salud y la calidad de vida, todo ello abordado desde un paradigma que
podemos considerar ecológico y holístico.

Los estudios epidemiológicos realizados en esta línea, se basan mayoritariamente en


diseños longitudinales o transversales. Los longitudinales analizan la evolución de las variables
en el tiempo respecto a una muestra dada, mientras que los transversales comparan variables
en muestras diferentes para un mismo período de tiempo.

En nuestro caso, hemos optado por los transversales, ya que, consideramos que los
longitudinales tienen una serie de limitaciones intrínsecas difíciles de salvar en el momento en

114
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

que realizamos este trabajo. No dejando de reconocer algunas ventajas de los estudios
longitudinales, como el hecho de que es probable que valoren con mayor precisión y fiabilidad la
evolución de la condición física a lo largo de la vida, así como los hábitos y actitudes de práctica
deportiva; nos encontramos con una serie de requisitos muy básicos que no podíamos cumplir
para la finalidad y posibilidades materiales de este estudio.

Por ejemplo, un estudio longitudinal requiere un seguimiento puntual y prolongado en el

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
tiempo de la población objeto de estudio, lo que implica la permanencia o por lo menos la
accesibilidad del investigador o investigadores al lugar y muestra con que se desarrolla dicha
investigación. Se trata éste de un requisito que no podíamos garantizar en ningún momento.
Esta, entre otras, es una de las causas por las que desde un principio descartamos la realización
de un estudio con técnicas observacionales de carácter longitudinal.

No obstante, consideramos que los trabajos transversales explican con rigurosidad la


relación existente y causal de las variables que pretendemos analizar. Además, el empleo de
una muestra que se ajuste, por su tamaño, a las oscilaciones que pudieran manifestarse a lo
largo de los años, puede corregir o amortiguar algunos de los efectos perniciosos de este tipo de
planteamiento, permitiendo dar una idea o fotografía precisa del problema, a la vez que nos
proporcionan criterios básicos para el seguimiento posterior de las variables analizadas y la
descripción de intervenciones que permitan corregir desviaciones importantes respecto a lo que
consideremos como situación óptima del problema (Navarro, 1998).

A esto hemos de añadir, la diferencia presupuestaria que existe entre ambas técnicas de
investigación, lo que a nuestro entender, es uno de los principales factores que empujan a los
investigadores a decantarse por estudios transversales antes que longitudinales, debido al
elevado costo de estos últimos en comparación con los primeros.

En consecuencia, cuando nos proponemos la elaboración de un diseño de trabajo que


nos permita encarar esta investigación de la manera más válida y precisa, sin que esto nos
conduzca a una pérdida de operatividad, decidimos no variar sustancialmente las líneas de
investigación ya abiertas en este sentido, considerando las ventajas que supone el hecho de
contar con referentes muy fiables, a los que podamos aportar aspectos originales sin llegar a
desvirtuar unas tendencias ya validadas y contrastadas en este tipo de investigaciones (gráfico
nº 3.1).

115
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

OBJETO DE ESTUDIO

Universo y entorno del

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
estudio

Variables a estudiar
Determinación de la
Muestra

Selección y elaboración de los


INSTRUMENTOS:

- Batería de test físicos


- Medidas antropométricas
- Cuestionario

Tratamiento de los
datos obtenidos RESULTADOS

DISCUSIÓN y análisis de los resultados

CONCLUSIONES y líneas
futuras de investigación

Gráfico nº 3.1: Representación esquemática del diseño de la investigación

116
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

3.2 MUESTRA

La mayoría de los trabajos de investigación realizados con grandes poblaciones, plantea


como uno de sus aspectos fundamentales, la adecuada elección de criterios para la posterior
selección de la muestra con la que se va a trabajar.

Teniendo en cuenta que se trabaja con muestras porque no es viable, o no es

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
aconsejable hacerlo directamente con toda la población, una buena muestra es la que al trabajar
con ella nos permita llegar a las mismas conclusiones a las que habríamos llegado de haber
trabajado directamente con toda la población, si ello hubiera resultado posible (Manzano y
Braña, 2003).

Por ello, en este estudio, para seleccionar la muestra definitiva hemos procurado seguir
las directrices recomendadas y aceptadas por la comunidad científica y que se concretan en una
serie de pasos que iremos desarrollando a continuación, partiendo de la determinación teórica de
la muestra hasta llegar a la muestra real utilizada.

3.2.1 DETERMINACIÓN TEÓRICA DE LA MUESTRA.

Muchos de los estudios e investigaciones referentes a Gran Canaria, se suelen


desarrollar haciendo una división del territorio en función de distintas comarcas. Basta con
observar los trabajos publicados anualmente por entidades especializadas en este ámbito, como
por ejemplo el Instituto Canario de Estadística (ISTAC), o el Servicio Canario de Salud, para
confirmar este hecho.

La isla de Gran Canaria (Islas Canarias, España) se puede comarcalizar desde varias
ópticas, según la población, la situación geográfica de los municipios e incluso por las
características económicas de los habitantes de los municipios de dicha isla, por citar algunas.

Nosotros hemos establecido como criterios los siguientes:

• Que los datos que se obtengan puedan relacionarse con otras investigaciones similares.
• Que guarden una cierta coherencia con factores predominantes en cada zona.

En función de estos criterios, nos decantamos por utilizar un agrupamiento comarcal ya


existente en la isla de Gran Canaria, realizado desde hace años y que creemos se ajusta
perfectamente a lo pretendido.

117
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

Se trata de una distribución por zonas de actuación común, centrada en diferentes


municipios que se mancomunan. Es decir, a partir de las condiciones económicas, demográficas,
geográficas, sociales,… de los diferentes municipios de la isla, se crean unas entidades capaces
de representar al grupo de municipios que lo integran, y que siempre presentan gran similitud en
cuanto a las características mencionadas. De este modo tenemos la Mancomunidad del Sureste,
la Mancomunidad de Medianías y la Mancomunidad del Norte, que es la que nos ocupa.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
La Mancomunidad de Ayuntamientos del Norte de Gran Canaria está formada por 10
municipios: La Aldea de San Nicolás, Agaete, Gáldar, Santa Mª de Guía, Moya, Firgas, Arucas,
Teror, Valleseco y Artenara (Gráfico nº 3.2).

Gráfico nº 3.2: Ubicación de la Isla de Gran Canaria y de los municipios del estudio.

Como podemos observar en el gráfico anterior, a pesar de su denominación, esta


comarca comprende municipios del oeste y centro de la isla además de los norteños, excluyendo
a las Palmas de Gran Canaria por tratarse de un área metropolitana que no se ajusta a los
criterios seguidos y a las características antes mencionadas.

Dentro de esta comarca, la presente investigación abarca a todos los niños


escolarizados en centros públicos desde 1º de la ESO al 1º de Bachiller, comprendidos entre las
edades de 12 a 18 años.

118
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

Con el propósito de generalizar lo mas posible los resultados a dicha comarca que tiene
una población de derecho de 118.047 personas (según el censo de Instituto Nacional de
Estadística del 2004), hemos optado por escoger una muestra suficientemente amplia que se
extrae de un universo de 9.509 personas de la franja de edad comprendida entre los 12 y 18
años (Gráfico nº 3.3), todo ello bajo la hipótesis de p = q = 50% (a la que corresponde la máxima
varianza poblacional), con un margen de error de ± 2,5 % y un nivel de confianza del 95 %,
obteniendo una muestra definitiva de 1272 sujetos.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
POBLACIÓN OBJETO DE ESTUDIO
HABITANTES TOTALES
(12-18 AÑOS)
118.047 9.509

Gráfico nº 3.3: Población de la Mancomunidad del Norte de GC y población objeto de estudio.


(Fuente: Modificado del Instituto Canario de Estadística, 2004)

En un principio, para hacernos una composición de lugar, y conocer con mayor


profundidad el universo y entorno del estudio, se hace necesario saber como se distribuye la
población objeto de estudio entre los diferentes municipios.

En el siguiente gráfico, exponemos la población escolarizada de la isla de Gran Canaria,


así como la de los municipios incluidos en este trabajo.

Educación
ISLA Y Educación Educación
TOTAL % % Secundaria % Bachillerato %
COMARCA Infantil Primaria
Obligatoria

GRAN
126.244 25.219 20 50.697 40 38.803 31 11.525 9
CANARIA

LA ALDEA 1.378 275 20 565 41 442 32 96 7


AGAETE 677 145 21 246 36 233 34 53 8
GÁLDAR 3.699 756 20 1.578 43 1.083 29 278 8
GUÍA 2.445 403 16 916 37 848 35 265 11
MOYA 912 175 19 397 44 273 30 67 7
FIRGAS 934 193 21 393 42 337 36 11 1
ARUCAS 5.566 1.095 20 2.182 39 1.794 32 491 9
TEROR 1.783 357 20 704 39 520 29 202 11
VALLESECO 372 60 16 159 43 153 41 0 0

Gráfico nº 3.4: Población escolarizada en Gran Canaria y municipios de la Mancomunidad del Norte en el
curso 2005/06 (Educación Obligatoria y Bachiller; no se incluyen enseñanzas especiales ni universitarias)
(Fuente: Modificado de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, 2006)

119
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

En la misma línea, en el siguiente gráfico, se presenta la distribución de la población de


de 12 a 18 años para cada municipio de la comarca.

EDAD 12 13 14 15 16 17 18 TOTAL
MUNICIPIO n % n % n % n % n % n % n % n %
LA ALDEA 86 6,0 104 7,5 92 7,0 81 6,1 97 7,4 94 6,7 82 5,7 636 6,7
AGAETE 60 4,2 59 4,2 64 4,9 57 4,3 61 4,6 57 4,1 57 4,0 415 4,4

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
GÁLDAR 288 20,1 285 20,5 268 20,4 266 20,1 254 19,3 304 21,7 291 20,3 1956 20,6
GUÍA 179 12,5 180 13,0 157 11,9 178 13,4 161 12,3 178 12,7 182 12,7 1215 12,8
MOYA 98 6,8 93 6,7 99 7,5 91 6,9 89 6,8 87 6,2 109 7,6 666 7,0
FIRGAS 94 6,6 90 6,5 85 6,5 89 6,7 68 5,2 86 6,1 83 5,8 595 6,3
ARUCAS 420 29,3 372 26,8 383 29,1 381 28,7 393 29,9 394 28,1 408 28,4 2751 28,9
TEROR 149 10,4 151 10,9 107 8,1 129 9,7 124 9,4 143 10,2 149 10,4 952 10,0
VALLESECO 47 3,3 42 3,0 47 3,6 39 2,9 51 3,9 40 2,9 57 4,0 323 3,4

TOTAL 1421 14,8 1376 14,3 1302 13,5 1311 13,6 1298 13,5 1383 14,4 1418 14,7 9509 100,0

Gráfico nº 3.5: Población de 12 a 18 años de la comarca norte distribuida por municipios.


(Fuente: Instituto Canario de Estadística, 2004)

Para finalizar la presentación de los datos que nos permita un reparto más real de la
determinación teórica de la muestra, mostramos en el siguiente gráfico la distribución por sexos
de la población objeto de estudio.

MUNICIPIOS HOMBRES % MUJERES % TOTAL %


LA ALDEA 320 7,1 316 7,3 636 6,7
AGAETE 218 4,8 197 4,5 415 4,4
GÁLDAR 1.013 22,3 943 21,8 1956 20,6
GUÍA 591 13,0 624 14,4 1215 12,8
MOYA 341 7,5 325 7,5 666 7,0
FIRGAS 318 7,0 277 6,4 595 6,3
ARUCAS 1.417 31,2 1.334 30,8 2751 28,9
TEROR 479 10,6 473 10,9 952 10,0
VALLESECO 161 3,5 162 3,7 323 3,4
TOTALES 4.858 51,1 4.651 48,9 9.509 100,0

Gráfico nº 3.6: Población de 12 a 18 años de la comarca norte distribuida por municipios en función del
sexo.
(Fuente: Instituto Canario de Estadística, 2004)

120
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

3.2.2 CARACTERÍSTICAS DE LA MUESTRA

Es evidente que cuando el muestreo es totalmente aleatorio, las garantías para aplicar
los resultados a todo el universo son mayores. Pero dadas las características del sector de
población escolar al que iba destinado el estudio, se adecuó la selección de la muestra a
técnicas de muestreo por conglomerados, siempre de forma estratificada por municipio, nivel

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
académico y sexo. Siguiendo estas directrices, a continuación detallamos los centros estudiados
así como los niveles académicos y número de grupos escogidos por cada nivel.

A.- Centros seleccionados.- En este estudio han participado la casi totalidad de los
Institutos de Educación Secundaria de la comarca norte de la isla de Gran Canaria. Los centros
donde hemos intervenido han sido los siguientes:

• I.E.S. Agaete (Agaete).


• I.E.S. Roque Amagro (Gáldar).
• I.E.S. Saulo Torón (Gáldar).
• I.E.S. Guía (Santa Mª de Guía).
• I.E.S. Santa Mª de Guía (Santa Mª de Guía).
• C.E.O. Luján Pérez (Santa Mª de Guía).
• I.E.S. Doramas (Moya).
• I.E.S. Villa de Firgas (Firgas).
• I.E.S. Domingo Rivero (Arucas).
• I.E.S. Teror (Teror).
• I.E.S. La Aldea (La Aldea de San Nicolás).
• C.E.O. Juan Carlos I (Valleseco).

B.- Niveles académicos.- Hemos escogido 1º, 2º, 3º, 4º y 1º Bachiller porque es en
estos niveles donde la Educación Física es área curricular obligatoria. En 2º de Bachiller es
materia optativa. Esto hace que el alumnado de Educación Física de 2º de Bachiller sea un
alumnado algo “seleccionado”, en el sentido en que a todos ellos normalmente les gusta la
Educación Física, el deporte, suelen ser alumnos que realizan habitualmente actividades
físicodeportivas, etc., con lo cual la muestra perdería representatividad.

121
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

C.- Número de grupos de cada centro.

- En los niveles en los que había de 1 a 4 grupos-clase, se elegía uno si la ratio era superior a 20
o dos si era inferior a 20. En los niveles en los que habían más de 4 grupos-clase, se escogían
dos de ellos (siempre procurando ratios superiores a 20 alumnos).
- La forma de seleccionar los grupos era al azar, escogiendo siempre el grupo A de cada nivel, y
si éste no era posible (por coincidencia horaria o cualquier otro motivo), se escogía el B, y así

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
sucesivamente, hasta que los grupos elegidos tuvieran disponibilidad.

Teniendo en cuenta que la heterogeneidad de los grupos está garantizada al ser


contemplada como factor prescriptito en la actual Ley Educativa, a continuación presentamos las
características de la muestra final en función de los siguientes aspectos:
A.- Características en función de la comarca
B.- Edad.
C.- Género.
D.- Niveles educativos.

3.2.2.1 CARACTERÍSTICAS DE LA MUESTRA EN FUNCIÓN DE LA


COMARCA
En este punto nos limitamos a exponer el número de sujetos que han conformado la
muestra final de este estudio, tanto el total de la comarca como la distribución por municipios.
Del mismo modo establecemos los porcentajes referidos a la población total comprendida entre
los 12 y 18 años, así como los porcentajes que suponen el número muestral escogido dentro de
cada municipio.

MUNICIPIOS N n % población total % muestra


Agaete 415 112 1,2 8,8
Arucas 2751 143 1,5 11,2
Firgas 595 67 0,7 5,3
Gáldar 1956 252 2,7 19,8
La Aldea 636 168 1,8 13,2
Moya 666 90 0,9 7,1
Guía 1215 231 2,4 18,2
Teror 952 139 1,5 10,9
Valleseco 323 70 0,7 5,5
Total 9509 1272 13,4 100,0

Gráfico nº 3.7: Población de 12 a 18 años y muestra final por municipios.

122
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

3.2.2.2 CARACTERÍSTICAS DE LA MUESTRA EN FUNCIÓN DE LA


EDAD.
Atendiendo a los objetivos de este trabajo, donde se pretende analizar los resultados en
función de variables propuestas como la edad o el género, hemos tratado siempre que exista
paridad y equilibrio dentro de la muestra utilizada.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Resulta obvio que la edad se convierte en una variable fundamental a la hora de afrontar
la presente investigación, por lo que a continuación se expone de forma detallada la muestra
distribuida por municipios y en función de la edad.

EDAD 12 13 14 15 16 17 18

MUNICIPIO n % n % n % n % n % n % n %

Agaete 4 3,5 17 8,2 21 7,8 12 4,3 33 14,4 18 12,9 7 18,9


Arucas 15 13,2 21 10,1 23 8,6 23 8,3 31 13,5 27 19,3 3 8,1
Firgas 2 1,8 13 6,3 20 7,5 19 6,9 10 4,4 1 0,7 2 5,4
Gáldar 17 14,9 34 16,4 53 19,8 54 19,5 45 19,7 38 27,1 11 29,7
La Aldea 14 12,3 29 14,0 40 14,9 40 14,4 24 10,5 19 13,6 2 5,4
Moya 12 10,5 15 7,2 14 5,2 24 8,7 20 8,7 4 2,9 1 2,7
Guía 32 28,1 42 20,3 42 15,7 59 21,3 40 17,5 14 10,0 2 5,4
Teror 5 4,4 21 10,1 38 14,2 30 10,8 18 7,9 18 12,9 9 24,3
Valleseco 13 11,4 15 7,2 17 6,3 16 5,8 8 3,5 1 0,7 0 0

Total 114 100,0 207 100,0 268 100 277 100 229 100 140 100 37 100

Gráfico nº 3.8: Muestra distribuida por municipios en función de la edad

Como se puede observar en el gráfico anterior, el porcentaje de alumnado de 12 años es


de los más bajos. Esto es debido a que la mayor parte de los alumnos de 1º de la ESO tienen 13
años o más, ya que han cumplido los 13 antes de la fecha de realización de las pruebas (abril y
mayo), o bien son repetidores de 1º ESO, o han repetido algún curso en la Educación Primaria.
No obstante, la muestra de 12 años obtenida es suficientemente representativa.

Respecto a las edades de 17 y 18 años, hemos de tener en cuenta que se trata de


alumnado de Bachiller. El Bachiller en nuestro sistema educativo no está encuadrado dentro de
la enseñanza obligatoria. Los chicos que terminan 4º de la ESO, pueden optar por la vida laboral,
por la Formación Profesional o por el Bachiller. Sólo en este último caso, siguen cursando en los
centros de secundaria la Educación Física como área curricular dentro del 1º de Bachillerato,

123
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

que se corresponde con los 16-17 años si no se ha repetido ningún curso, por lo cual sólo
tendrán 18 aquellos alumnos de 1º que hayan repetido.

3.2.2.3 CARACTERÍSTICAS DE LA MUESTRA EN FUNCIÓN DEL


GÉNERO.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Es evidente que las características biológicas son diferentes en hombres y mujeres por
lo que previsiblemente el comportamiento físico y otras variables estudiadas entre los distintos
géneros, se prevé sea dispar debiendo fraccionar la muestra en razón del sexo.

Como ya hemos dicho, la población objeto de estudio hace referencia a un total de 9.509
personas, de las cuales corresponden 4.858 a hombres y 4.651 son mujeres. Como podemos
observar en el siguiente gráfico, y como consecuencia del ajuste proporcional de la muestra total,
resulta que de 1.272 casos, 628 personas conforman la muestra masculina por 644 la femenina,
obteniendo de esta forma unos porcentajes muy parecidos a los que reflejaba la población total
objeto de estudio siempre muy próximos al 50 %.

SEXO EDAD 12 13 14 15 16 17 18 TOTAL

n 51 105 133 145 102 71 20 628


HOMBRES
% 8,1 16,7 21,2 23,1 16,3 11,3 3,2 49,4
n 63 102 135 132 127 69 17 644
MUJERES
% 9,8 15,8 20,9 20,5 19,7 10,7 2,6 50,6

Gráfico nº 3.9: Muestra distribuida por género y edad.

3.2.2.4 CARACTERÍSTICAS DE LA MUESTRA EN FUNCIÓN DEL


NIVEL ACADÉMICO.

Dadas las edades en que se centra el estudio, de 12 a 18 años, los cursos a los que
corresponden estas edades dentro de la Educación Secundaria si el ritmo de promoción del
alumno es el normal (aspecto muy a tener en cuenta), se corresponden con los niveles que van
del 1º ESO al 2º de Bachiller. De éstos, hemos descartado el 2º de Bachiller por motivos
comentados anteriormente.

124
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

Como podemos observar en el gráfico nº 3.10, los porcentajes registrados en función de


los niveles educativos es muy similar, y las pequeñas diferencias que se han dado, surgen a
partir de los criterios de exclusión aplicados a la base de datos y que detallaremos en el
siguiente apartado.

Niveles educativos n %

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
1º ESO 293 23
2º ESO 232 18,2
3º ESO 307 24,1
4º ESO 237 18,6
1º Bachiller 203 16
Total 1272 100

Gráfico nº 3.10: Muestra distribuida por niveles educativos.

Para concluir, la muestra definitiva que hemos utilizado en este estudio ha sido de
1.272 estudiantes comprendidos entre los 12 y 18 años, y que cursaban estudios de
Educación Secundaria Obligatoria o 1º de Bachillerato en centros públicos pertenecientes
a los municipios encuadrados en la Mancomunidad del Norte de Gran Canaria, optando
por una muestra estratificada proporcionalmente por edad y sexo.

3.3 VARIABLES DEL ESTUDIO.


De acuerdo con los objetivos que se han establecido para este estudio, las variables
seleccionadas para llevarlo a cabo se exponen en el gráfico nº 3.11 y están relacionadas con los
siguientes parámetros:

A.- Relacionadas con la condición física.


B.- Relacionadas con medidas e índices antropométricos.
C.- Relacionadas con los hábitos de vida.
D.- Relacionadas con la alimentación.
E.- Relacionadas con la sensación general de salud-bienestar percibida y
expectativas de práctica futura.

125
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

Al mismo tiempo hemos definido una serie de subvariables que nos ayudan a identificar
cada una de las variables propuestas.

VARIABLES SUBVARIABLES

- Fuerza
- Resistencia

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
CONDICIÓN FÍSICA - Velocidad / Agilidad
- Movilidad / Flexibilidad

- Medidas e índices antropométricos (peso, talla, IMC)


ANTROPOMETRÍA - Composición corporal (PGC)

- Sedentarios (sólo EF) / Moderadamente activos / Activos


- Tiempo semanal de práctica de Actividad Física (AF)
- Tipo de práctica deportiva
- Participación en competiciones deportivas federadas
HÁBITOS DE VIDA - Tiempo dedicado hábitos sedentarios
- Hábitos nocivos para la salud
- Horas de sueño
- Otras actividades ocupacionales

- Comidas diarias
ALIMENTACIÓN - Percepción de alimentación equilibrada
- Cantidad semanal de alimentos consumidos

- Importancia de la Actividad Física para la salud y


motivos para su práctica
- Expectativas de práctica futura de AF
SALUD CORPORAL - Percepción del esfuerzo físico diario
- Percepción del estado de forma física
- Percepción del estado de salud
- Enfermedades crónicas y problemas físicos

Gráfico nº 3.11: Variables y subvariables de partida.

126
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

3.4 INSTRUMENTOS Y MEDIDAS

Siguiendo el diseño del estudio que hemos propuesto, y de acuerdo con las
características de la evaluación de las variables expuestas en el apartado anterior, los
instrumentos que se han seleccionado para la realización de la misma han sido:

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
- Una Batería de test físicos.
- Pruebas antropométricas y medidas de composición corporal.
- Un cuestionario de hábitos de vida y salud relacionados con la actividad física.

A continuación, dentro de este apartado, se presentan y describen de forma


pormenorizada cada uno de ellos, así como la validez y fiabilidad los mismos.

3.4.1 DESCRIPCIÓN Y PROTOCOLO DE LAS PRUEBAS


FÍSICAS Y ANTROPOMÉTRICAS.
Hemos basado la valoración de la aptitud física en la aplicación de la Batería EUROFIT,
validada y estandarizada por el Consejo de Europa (1993) manteniendo el protocolo estipulado
por el COMITÉ PARA EL DESARROLLO DEL DEPORTE DE LA UNIÓN EUROPEA. Además, se han incluido
dos pruebas complementarias, no pertenecientes a dicha Batería Eurofit, como son la de
Velocidad de 20 metros con salida desde tendido prono con las manos entrelazadas en la
espalda, y el lanzamiento del balón medicinal de tres kilogramos.

Las pruebas motrices, funcionales y antropométricas que hemos realizado en este estudio
son las siguientes:
• COURSE-NAVETTE DE 20 METROS.

• LANZAMIENTO DE BALÓN MEDICINAL (3 KG.)

• SALTO HORIZONTAL (A PIES JUNTOS)


• ABDOMINALES EN 30 SEGUNDOS
• DINAMOMETRÍA MANUAL
• VELOCIDAD 20 METROS (SALIDA TENDIDO PRONO)

127
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

• VELOCIDAD 10 × 5 METROS
• FLEXIÓN ANTERIOR DEL TRONCO (DESDE SENTADO)
• ESTATURA
• PESO
• PORCENTAJE GRASA CORPORAL

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Para la descripción de cada una de las pruebas físicas nos hemos apoyado en el texto
oficial sobre el EUROFIT adaptándolo a las características de la población de 12 a 18 años y
garantizando que los evaluadores utilicen una misma terminología y explicación de los test,
mientras que las dos pruebas no pertenecientes a la Batería EUROFIT se describen de acuerdo
a protocolos emanados del CONSEJO SUPERIOR DE DEPORTES para la evaluación de la condición
física de los jóvenes que participaban en los denominados Centros de Iniciación Técnico-
Deportiva (CITD).

En la descripción de cada test físico hemos incluido:

• El objetivo de la prueba.
• Las características del terreno.
• Los materiales necesarios.
• La posición inicial.
• El desarrollo de la misma.
• Las instrucciones para el sujeto que la realiza.
• Las instrucciones para el evaluador.
• El sistema de puntuación.

Los protocolos pormenorizados de cada una de las pruebas físicas se describen en las
páginas siguientes.

También hemos medido los valores cineantropométricos, estatura y peso aconsejados por
Eurofit, con el objetivo de hallar el IMC. Además hemos medido el porcentaje de grasa corporal,
utilizando un monitor de composición corporal.

Todos estos instrumentos de medida los exponemos a continuación de forma


pormenorizada.

128
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

COURSE NAVETTE

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Gráfico nº 3.12: Representación esquemática de la prueba de la Course Navette de 20 metrps.

• OBJETIVO: Medir la potencia aeróbica máxima.

• TERRENO: Espacio plano con dos líneas paralelas situadas a una distancia de 20 m. una
de otra y con un espacio libre de 2 m. por los exteriores.

• MATERIAL:
o Cinta de audio o CD con el registro del protocolo.
o Reproductor con la potencia suficiente para poder oírlo bien (o bien dispositivo
General Asde, S.A., si se dispone de él).
o Indicador visual de períodos y medios períodos.

• DESCRIPCIÓN:
o Posición Inicial: Los ejecutantes se situarán detrás de la línea de salida
dejando una separación de 1 m. entre ellos.
o Desarrollo: Una vez activado el reproductor, al escuchar la señal los sujetos se
desplazarán hasta la línea siguiente (20 m.) y la pisarán esperando a oír la señal
siguiente, en que regresarán a la línea de salida.

129
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

o En todo momento se ha de intentar seguir el ritmo de las señales.


o El ciclo se repetirá hasta que no se consiga pisar cualquiera de las líneas en el
momento en que lo señale el dispositivo reproductor, entonces se retirará y
comunicará el último período en que haya quedado.
o Caminar unos minutos para recuperarse.

• INSTRUCCIONES PARA EL SUJETO:

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
o Se situará detrás de la línea de salida y al oír la señal correrá hasta pisar la línea
contraria, donde esperará hasta oír nuevamente la señal para volver a la línea
de salida.
o Deberá regular el ritmo para conseguir pisar la línea en el mismo momento en
que suene la señal.
o El dispositivo reproductor indicará el número de período que está realizando.
o Cuando no pueda seguir el ritmo, es decir, pisar la línea cuando suene la señal,
deberá retirarse de la prueba y comunicar al evaluador el último período
realizado.
o Vas a realizar este test una sola vez.

• INSTRUCCIONES PARA EL EVALUADOR:

o Antes de iniciar la prueba, verificar el correcto funcionamiento del dispositivo


reproductor.
o Colocar el dispositivo reproductor en un lugar donde pueda ser escuchado
correctamente por los participantes.
o Se realizará una única demostración antes de proceder a la evaluación de la
prueba.
o Las líneas deben ser pisadas en el mismo momento en que suene la señal.
o No se podrá ir hasta la línea siguiente hasta no se haya escuchado la señal.
o Se realizará un único intento.

• PUNTUACIÓN:
o El registro se anotará en períodos y medios períodos
o Se deberá anotar el último período que se haya oído.

130
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

LANZAMIENTO DE BALÓN (3 Kg)

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Gráfico nº 3.13: Representación esquemática de la prueba de Lanzamiento de Balón medicinal.

• OBJETIVO: Medir la fuerza explosiva de los músculos extensores de miembros superiores


junto a la efectividad muscular dinámica del tronco y extremidades inferiores.

• TERRENO: Independiente.

• MATERIAL:
o Balón medicinal de 3 Kg., cinta métrica y tiza.

• DESCRIPCIÓN:
o Posición Inicial: El ejecutante se situará detrás de una línea con los pies
ligeramente separados (aproximadamente a la altura de los hombros). Sujetará
el balón con las dos manos y doblará los brazos por encima de la cabeza hasta
que el balón toque la nuca.
o Desarrollo: A la voz de “preparado ... ya” el sujeto flexionará ligeramente las
piernas y a continuación lanzará el balón lo más fuerte y lejos posible. Los pies
no deberán moverse del sitio ni traspasar la línea de lanzamiento hasta que el
balón haya tocado el suelo.

131
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

• INSTRUCCIONES PARA EL SUJETO:

o Sitúate tras la línea de lanzamiento y separa ligeramente los pies (a la altura de


los hombros).
o Sujeta el balón con las dos manos y dobla los brazos por encima de la cabeza
hasta que el balón toque la nuca. El gesto es similar a un saque de banda de los
que se realizan en un partido de fútbol.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
o A la voz de “preparado ... ya” y sin saltar ni coger carrerita para tomar impulso,
deberás flexionar ligeramente las piernas e inclinarás también ligeramente la
espalda hacia atrás.
o Lanza el balón lo más fuerte que puedas y no despegues los pies del suelo
hasta que el balón haya caído.

• INSTRUCCIONES PARA EL EVALUADOR:

o Notificar al sujeto el peso del balón. (3 Kg.).


o Deberá asegurarse de que el sujeto está correctamente colocado, es decir, tras
la línea y con los pies ligeramente separados (a la altura de los hombros).
o Comprobar la correcta ejecución del lanzamiento del balón. Las manos accionan
simétrica y simultáneamente por encima de la cabeza.
o Asegurarse que los pies del sujeto no se despegan del suelo ni que tampoco
traspasan la línea de lanzamiento.
o La cinta métrica debe colocarse perpendicular a la línea de lanzamiento que
previamente hemos trazado en el suelo y que el ejecutante nunca debe
traspasar.
o Se permitirán dos intentos anotándose el mejor resultado.

• PUNTUACIÓN:

o El registro se anotará en metros, utilizando dos decimales.


o Se medirá la distancia entre la línea de lanzamiento y el punto de caída del
balón en el suelo.

132
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

SALTO HORIZONTAL (a pies juntos)

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Gráfico nº 3.14: Representación esquemática de la prueba de Salto Horizontal a pies juntos.

• OBJETIVO: Medir la fuerza explosiva de los miembros inferiores.

• TERRENO: Superficie plana y antideslizante con una línea dibujada en el suelo.

• MATERIAL:
o Cinta métrica con precisión de centímetros,
o Tiza.
o Dos colchonetas (de gimnasia, de judo o similares) dispuestas en sentido
longitudinal, una al lado de la otra.

• DESCRIPCIÓN:
o Posición Inicial: El ejecutante se colocará detrás de la línea de salida con los
pies ligeramente separados.
o Desarrollo: El ejecutante saltará hacia delante realizando una rápida
extensión de las piernas y estirando los brazos para tomar impulso. Al
caer mantendrá los pies en el mismo lugar donde ha realizado el
primer contacto.

133
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

• INSTRUCCIONES PARA EL SUJETO:

o Colócate justo detrás de la línea de partida de pie.


o Pon los pies a la misma altura y ligeramente separados, paralelos, los dedos
justo detrás de la línea de salida.
o Flexiona las piernas y salta tan lejos como puedas cayendo con los pies juntos
sin perder el equilibrio.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
o Te puedes ayudar con ambos brazos para que el impulso que te permite llegar
más lejos sea superior.

• INSTRUCCIONES PARA EL EVALUADOR:

o Se situará a un lado y marcará las distancias saltadas.


o La distancia se medirá desde la parte delantera de la línea de salida hasta la
parte posterior del talón más próximo a la línea de partida.
o Se realizarán dos intentos.
o Se colocará en el suelo una cinta métrica, perpendicularmente a la línea de
salida, con el fin de poder realizar las mediciones con exactitud.
o Es conveniente trazar líneas horizontales cada 20 cm., paralelas a la línea de
salida, la primera a un metro de distancia de ésta.
o Si el ejecutante se cae hacia atrás o toca el suelo con cualquier parte del
cuerpo, puede realizar otro intento. Si se cae hacia delante, el intento es válido.

• PUNTUACIÓN:

o El registro se anotará en centímetros, anotándose el mejor de los dos intentos.


o Cualquier error en la medición puede ser muy importante, por lo que se prestará
mucha atención a la lectura de la misma.
o Se anotará el mejor resultado obtenido de los dos intentos permitidos.
o Si el sujeto realiza un salto de 1,56 m. el resultado obtenido es 156.

134
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

ABDOMINALES (30”)

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Gráfico nº 3.14: Representación esquemática de la prueba de Abdominales en 30 segundos.

• OBJETIVO: Medir la fuerza-resistencia de los músculos abdominales.

• TERRENO: Independiente.

• MATERIAL: Cronómetro digital con una precisión de hasta décimas de segundo.

• DESCRIPCIÓN:
o Posición Inicial: El ejecutante se colocará en decúbito supino con las piernas
flexionadas 90º, con los pies ligeramente separados y los dedos de las manos
entrelazados en la nuca.
o Un ayudante le sujetará los pies fijándolos en el suelo.
o Desarrollo: Al oír la señal de “preparado ... ya” deberá realizar el mayor número
de veces posibles el ciclo de flexión y extensión de la cadera.
o En la flexión los codos deberán tocar las rodillas y en la extensión la espalda
deberá tocar el suelo.

135
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

o El ayudante contará el número de repeticiones en voz alta y si el ciclo no es


correcto no se contabilizará.
o Al finalizar los 30”, el evaluador avisará de la finalización de la prueba.

• INSTRUCCIONES PARA EL SUJETO:

o Tiéndete “boca arriba” (tendido supino) con las piernas flexionadas 90º.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
o Coloca los pies ligeramente separados y entrelaza los dedos de las manos
detrás de la nuca.
o Tu compañero te sujetará los pies para que se mantengan fijos al suelo.
o A la señal de “preparado ... ya” debes flexionar hasta que tus codos toquen las
rodillas y volver a la posición inicial, es decir, que tu espalda toque el suelo.
Deberás repetir el ciclo hasta que yo diga “basta”.

• INSTRUCCIONES PARA EL AYUDANTE:

o Cogerás los pies de tu compañero manteniéndolos fijos en el suelo.


o Debes contar cada ciclo, teniendo en cuenta que un ciclo comienza cuando los
codos tocan las rodillas y termina cuando la espalda vuelve a tocar el suelo. Si el
ciclo no se completa, no se cuenta.
o Debes fijarte que los codos tocan las rodillas y que la espalda toca el suelo.

• INSTRUCCIONES PARA EL EVALUADOR:

o Se le permite al sujeto un ensayo previo.


o Solo se permitirá un intento.
o Se da por válido un movimiento en el momento en que los codos tocan las
rodilla, si en ese momento no se cuenta un movimiento más, significa que esto
no ha sido realizado correctamente.

• PUNTUACIÓN:

o El registro será el número de repeticiones correctamente realizadas del


movimiento completo en 30 segundos.
o Si se realizan 15 incorporaciones correctas, movimiento que termina con los
codos tocando las rodillas, la puntuación obtenida será de 15 puntos.

136
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

DINAMOMETRÍA MANUAL

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Gráfico nº 3.15: Representación esquemática de la prueba de Dinamometría Manual.

• OBJETIVO: Medir la fuerza estática de la mano (Isométrica).

• TERRENO: Independiente.

• MATERIAL: Dinamómetro manual adaptable y con una precisión de hasta ½ Kg.

• DESCRIPCIÓN:

o Posición Inicial: El ejecutante deberá sujetar el dinamómetro con la mano de


más fuerza y con el brazo caído a lo largo del cuerpo.
o Desarrollo: Al oír la señal de “preparado ... ya” deberá cerrar la mano sobre la
empuñadura del dinamómetro.
o En el máximo grado de flexión se esperará hasta que se registre la marca.
o Tener en cuenta que el sujeto coge el dinamómetro con su mano dominante y
que éste no toca ninguna parte del cuerpo.

137
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

o Sólo es necesario colocar el dinamómetro a cero tras los dos intentos,


simplemente hay que observar la puntuación final más alta obtenida.

• INSTRUCCIONES PARA EL SUJETO:

o Coge el dinamómetro con la mano más hábil y más fuerte.


o Mantén el brazo estirado a lo largo del cuerpo pero sin tocarlo.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
o A la voz de “preparado ... ya” oprime la empuñadura lo más fuerte que puedas
procurando ejercer la presión de modo progresivo y continuado y mantenerla por
lo menos dos segundos.
o Tienes que realizar el test dos veces y se anota el mejor resultado.

• INSTRUCCIONES PARA EL EVALUADOR:

o Cerciorarse previamente de cuál es la mano dominante y que el aparato no toca


ninguna parte del cuerpo.
o El brazo del ejecutante deberá estar completamente estirado a lo largo del
cuerpo pero sin tocarlo.
o Se realizarán dos intentos tras una pausa entre uno y otro.
o Colocar el marcador a cero en el inicio de cada prueba.
o Se hará un breve descanso entre los dos intentos permitidos.
o Se ajustará la empuñadura de tal manera que las dos barras del instrumento
estén a la altura de la primera falange del dedo corazón.

• PUNTUACIÓN:

o El registro se anotará en Kgf. con una precisión de hasta ½ Kgf., valorándose el


mejor de los dos intentos.
o Si el resultado es de 24 kgf. la puntuación obtenida es de 24.

138
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

VELOCIDAD 20 m. (Salida tendido prono)

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Gráfico nº 3.16: Representación esquemática de la prueba de Velocidad de 20 m. con salida tendido
prono.

• OBJETIVO: Medir la velocidad de reacción y la velocidad cíclica de las piernas.

• TERRENO: Llano, con una longitud mínima de 30 metros.

• MATERIAL:
o Cronómetro digital con precisión de hasta décimas de segundo.
o Una tiza para marcar las líneas de salida y meta.

• DESCRIPCIÓN:
o Posición Inicial: El ejecutante se situará detrás de la línea de salida, acostado
“boca abajo”, tendido prono, la barbilla deberá estar apoyada sobre la línea de
salida y las manos entrelazadas detrás de la espalda a la altura de las vértebras
lumbares.
o Desarrollo: A la voz de “preparado ... ya” deberá levantarse y correr a la
máxima velocidad posible hasta traspasar la línea de llegada, ubicada a una
distancia de 20 metros.

139
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

o El ejecutante debe mirar al suelo y no ver al que da la voz de salida. El


cronometrador debe colocarse con mirada perpendicular a la línea o trayectoria
de carrera del ejecutante, cerrando el crono justo cuando pase frente a él.

• INSTRUCCIONES PARA EL SUJETO:

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
o Sitúate detrás de la línea de salida.
o Acuéstate “boca abajo”, tendido prono, apoya la barbilla sobre la línea y
entrelaza las manos detrás de la espalda.
o A la voz de “preparado ... ya”, deberás levantarte y correr a la máxima velocidad
que puedas hasta la línea de llegada que está a 20 metros.
o Procura pasar por la línea de meta a máxima velocidad.
o Tienes que realizar el test dos veces y se anota el mejor resultado.

• INSTRUCCIONES PARA EL EVALUADOR:

o Deberá asegurarse de que el sujeto está correctamente colocado, es decir, con


la barbilla apoyada sobre la línea de salida y las manos entrecruzadas detrás de
la espalda.
o Se realizarán dos intentos, y se podrá repetir en caso de algún incidente durante
el desarrollo de ambos intentos (caída, resbalón, ...).
o Se aconsejará la realización de un calentamiento previo con su parte general y
específica para una prueba de velocidad.
o Cerciorarse de que el sujeto mira al suelo y no ve al que da la orden de salida.
o Hacer que el sujeto pase a su velocidad máxima por la línea de meta.

• PUNTUACIÓN:

o El registro se anotará en segundos y centésimas de segundo.


o Se medirá el tiempo empleado en recorrer la distancia de 20m. con salida desde
la posición de tendido prono.

140
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

VELOCIDAD 10 X 5 m (con cambio de sentido)

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Gráfico nº 3.17: Representación esquemática de la prueba de Velocidad de 10 x 5 metros.

• OBJETIVO: Medir la velocidad de desplazamiento y la agilidad.

• TERRENO: Superficie plana antideslizante.

• MATERIAL:
o Cronómetro digital con precisión de hasta décimas de segundo.
o Tiza y cinta adhesiva de papel.
o Cinta métrica.
o Conos señalizadores, que se colocarán en los extremos de cada línea.

• DESCRIPCIÓN:
o Posición Inicial: De pie, detrás de la línea de salida.
o Desarrollo: A la voz de “preparado ... ya”, el ejecutante deberá correr a
la máxima velocidad hasta llegar a la línea contraria y regresar de nuevo
al punto de salida, donde, sin parar, volverá a repetir el ciclo.

141
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

o El cronómetro se parará en el momento en que ambos pies traspasen la


línea de salida en el último desplazamiento.

• INSTRUCCIONES PARA EL SUJETO:

o Colócate de pie detrás de la línea de salida y a la voz de “preparado ... ya”, corre
lo más rápido posible hacia la otra línea y crúzala con ambos pies.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
o Da la vuelta lo más rápido posible y regresa a la línea de salida traspasándola
con ambos pies.
o Deberás realizar este ciclo de ida y vuelta, cinco veces seguidas y sin reducir la
velocidad en ningún momento.
o El test lo vas ha realizar una sola vez.

• INSTRUCCIONES PARA EL EVALUADOR:

o El sujeto deberá estar tras la línea de salida en el momento en que se inicie la


prueba y deberá traspasar con ambos pies tanto la línea de salida como la de
llegada mientras dure la prueba.
o El cronómetro se pondrá en marcha en el momento en que se de la señal de
partida y se parará cuando traspase la línea de salida con ambos pies en el
último ciclo.
o Observará que en cada ciclo las líneas de salida y de llegada se sobrepasan por
completo e irá diciendo el número de ciclos realizados.
o Se realizará un solo intento y solamente se repetirá la prueba en caso de algún
incidente durante la realización de la misma.
o Interrumpa la prueba si el sujeto franquea la línea con un solo píe.
o Indique en voz alta el ciclo que se acaba de realizar por el sujeto.

• PUNTUACIÓN:

o El registro se anotará en segundos, con dos decimales (hasta centésimas de


segundo).
o El tiempo registrado es el que invierte el sujeto en realizar cinco ciclos
completos.

142
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

FLEXIÓN ANTERIOR DEL TRONCO


(desde sentado)

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Gráfico nº 3.18: Representación esquemática de la prueba de Flexión Anterior de Tronco desde la
posición de sentado.

• OBJETIVO: Medir la flexibilidad del tronco.

• TERRENO: Independiente.

• MATERIAL:

o Un cajón de 35 cm. de largo, 45 cm. de ancho y 32 cm. de alto; con una placa
superior de 55 cm. de largo y 45 cm. de ancho que sobresalga 15 cm. de la
parte más larga del cajón.
o Regla graduada de 50 cm. (con precisión de milímetros) adosada a la placa
superior, para que el ejecutante pueda desplazar sobre ella una guía con la con
la punta de los dedos; o bien, aparato elaborado al efecto (“flexiómetro”), con
idénticas características pero de estructura metálica.

143
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

• DESCRIPCIÓN:

o Posición Inicial: El sujeto se sentará, descalzo, frente al lado más ancho del
cajón con los pies en contacto
o Desarrollo: El sujeto flexionará el tronco hacia delante, sin doblar las piernas, y
extendiendo los brazos y las palmas de las manos, llevará la guía lo más lejos
posible sobre la regla.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
• INSTRUCCIONES PARA EL SUJETO:

o Siéntate con los pies juntos y las plantas de los pies tocando el cajón.
o Flexiona la cadera sin flexionar las rodillas y extiende los brazos todo lo que
puedas deslizando los dedos por la regleta, sin movimientos bruscos.
o Cuando no puedas más, mantente quieto durante dos segundos.
o No fuerces y mantente inmóvil sin rebotar en la posición de máxima flexión.
o Tienes que realizar el test dos veces.

• INSTRUCCIONES PARA EL EVALUADOR:

o No se hará calentamiento previo.


o Deberá situarse al lado del ejecutante para mantenerle las rodillas en extensión.
o Las manos deberán avanzar lentamente y en paralelo, sin dar golpes o
impulsos. Si los dedos no están paralelos, se registrará la media de la distancia
de las puntas de los dedos.
o La posición debe mantenerse durante dos segundos de manera que el
evaluador pueda leer correctamente el resultado y se realizarán dos intentos
seguidos.

• PUNTUACIÓN:

o Se registrará, en centímetros, la mayor distancia obtenida de los dos intentos


realizados. Tocar la tabla a la altura de los pies equivale a 15 centímetros.

144
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

PRUEBAS ANTROPOMÉTRICAS

• ESTATURA:

Para la medición de la talla se ha utilizado el método tradicional utilizado en


cineantropometría, es decir medir la distancia entre el vértex y la región plantar, estando la

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
cabeza con el plano de Frankfurt paralelo al suelo y el cuerpo en posición anatómica, con la
región occipital, espalda, glúteos y talones juntos (descalzos) en contacto con una superficie
vertical y manteniendo una inspiración profunda. La medición se realiza sobre un tallímetro
convencional, con precisión de milímetros y la medida anotada se realiza en centímetros (gráfico
nº 3.19).

Gráfico nº 3.19: Representación esquemática de la toma de medidas de la Talla, el peso y el Porcentaje


de Grasa Corporal.

• PESO:

Para la medición del peso corporal de los sujetos de la muestra se utilizó el monitor de
composición corporal Inner Scan de TANITA® modelo BC-531 (gráfico nº 3.13), con una
precisión de ± 100 grs., anotándose los kilogramos y las fracciones de kilogramos de 100 en 100

145
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

grs. Previamente a cada sesión de evaluación se verificaba la precisión de la báscula utilizando


para su ajuste un peso estándar determinado previamente (gráfico nº 3.19).

• ÍNDICE DE MASA CORPORAL (IMC):

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Hemos utilizado el índice de Quetelet, o Indice de Masa corporal (IMC ó BMI, body mass
index) como índice antropométrico con el propósito de detectar el grado de adiposidad del
sujeto, si bien es verdad que cuando se trata de personas activas y de gran masa muscular
puede desvirtuar los valores del IMC (Merino et al., 2006; Garrido et al., 2004; García-Manso,
Navarro y Ruiz-Caballero, 1996; Brito-Ojeda, 2003; Navarro, 1998; Nogueras, 2001; Ara, 2004;
Jiménez, 2000). Este IMC, que hemos tratado con mayor profundidad en la fundamentación
teórica del presente texto, es el resultado de la relación entre el peso corporal (en Kg) y la talla al
cuadrado, expresada en metros.
IMC = Peso / Talla2 ( Kg/m2)

• PORCENTAJE DE GRASA CORPORAL (PGC):

A la hora de determinar la grasa corporal de los sujetos, en un trabajo de estas


características, y adaptando al presente estudio las pautas citadas por Martín et al. (2001), los
requisitos que deben cumplir las técnicas seleccionadas deben ser:

1.- Que puedan ser aplicadas en cualquier lugar no especializado (aulas, canchas
deportivas, etc.), con gran accesibilidad (poder realizarse en el momento), sencillez de
manejo y reproducibilidad.
2.- No invasibilidad y facilidad de ser aceptadas por el alumnado como una técnica que
no despierte ningún tipo de prejuicios.
3.- Que su coste (el de los aparatos necesarios) pueda ser asumido por quien realiza la
investigación.
4.- Que el tiempo que lleva su realización permita la valoración de muchos sujetos en
poco tiempo.
5.- Que exista evidencia suficiente de su utilidad para este fin.

146
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

De todas las técnicas utilizadas en la valoración de la grasa corporal (DH, DEXA,


tomografía, etc...), sólo la medición de los pliegues cutáneos, las ecuaciones basadas en
medidas antropométricas y la Impedancia Bioeléctrica (Bioimpedancia) cumplen estos requisitos
(Martín et al., 2001).

Nos hemos decantado por el uso de la impedancia bioeléctrica (BIA), por ser la técnica
que mejor se adaptaba a las peculiaridades de nuestro trabajo.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Hemos utilizado un monitor de composición corporal Inner Scan de TANITA® modelo
BC-531, que calcula la composición corporal mediante la utilización una tecnología avanzada de
doble frecuencia.

Esta tecnología está basada en el análisis de la impedancia bioeléctrica (BIA) donde se


hace circular una señal eléctrica inocua, de baja intensidad (50 KHz), a través del cuerpo, por
medio de posapiés patentados por TANITA®, que se encuentran sobre la plataforma del monitor.

Existen una serie de recomendaciones que hacen autores como Heyward (2001), así
como los principales fabricantes de aparatos para la toma de medidas mediante BIA (Tanita® y
Omrod®) y que son las siguientes:

1- No beber excesivamente 4 horas antes del test.


2- No hacer ejercicio 12 horas antes del test.
3- Orinar dentro 30 minutos antes del test.
4- No tomar la medida a primera hora de la mañana.
5- No consumir alcohol 48 horas antes.
6- No usar diuréticos 7 días antes del test.

• Proceso para la medición:

- Como requisito imprescindible, hay que estar descalzo y con la planta de los pies
limpias, para que la señal eléctrica fluya con facilidad.
- Mismas condiciones que para el peso, es decir, lo más ligero de ropa posible (pantalón
corto deportivo y camiseta o sin ella).
- Se introducen los datos que el monitor solicita: sexo, edad y estatura.

147
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

- Se sube al monitor cuidando que los pies estén bien colocados paralelos y pisando
correctamente los posapiés destinados para ello.
- El propio monitor se encarga de calcular el peso que junto al sexo, edad, estatura y
nivel de impedancia eléctrica utilizará para estimar el porcentaje de grasa de nuestro
organismo.
- Ya sólo queda esperar a oír la señal para bajarse del monitor, empleando el monitor
aproximadamente 6 segundos en hacer los cálculos y ofrecer el resultado del

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
porcentaje graso con una sensibilidad del 0,1 %.

Como podemos observar, la BIA es un método sumamente sencillo de aplicar,


económico y práctico que emplea muy poco tiempo y en condiciones estándar es reproducible.

3.4.2 DISEÑO DEL CUESTIONARIO DE HÁBITOS DE VIDA


RELACIONADOS CON EL EJERCICIO FÍSICO Y LA SALUD.
Cuando nos planteamos esta investigación, queríamos centrarnos en el objeto esencial de
la misma, es decir, conocer y analizar la evolución de la condición física en los estudiantes de
secundaria de la comarca de Gran Canaria estudiada, a través de determinados tests físicos
muy consensuados en el mundo de la Educación Física, pero nos faltaban otros parámetros
objetivos que pudieran influir en dicho nivel de condición física de los estudiantes.

Por ello, en una investigación de estas características, donde además de medir la


condición física de los sujetos, se trata de relacionar esta variable con otras como, la cantidad de
actividad física que se realiza, hábitos de vida, la repercusión de éstos en sus actitudes hacia la
práctica de actividades físico-deportivas, etc.; ha de contar necesariamente con algún
instrumento que nos permita obtener toda esta información, lo cual no sólo permitirá conocer
resultados de las variables estudiadas, sino que también contribuirá a interpretar aquellos que se
deriven del análisis del estudio en su conjunto.

Para este fin, nos dispusimos a seleccionar un instrumento adecuado para la obtención de
toda esta información, decantándonos por el uso del cuestionario.

148
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

El la literatura especializada existe un amplio abanico de modelos de cuestionarios, de


diferentes tipos, con distintos formatos, etc., pero ninguno de ellos ha llegado a adaptarse a las
características de la información que nosotros requeríamos en esta investigación.

Argumentos como la edad a la que van dirigidos (por ejemplo cuestionarios como el IPAQ
es para sujetos a partir de los 15 años), la extensión del cuestionario, la información que aporta,
etc., han hecho que en nuestro caso nos decantemos por la elaboración de un cuestionario

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
propio que se adapte a las peculiaridades y variables a analizar dentro de este trabajo.

No es menos cierto, que contando con antecedentes de investigaciones realizadas en esta


misma línea, se nos allanaba mucho el terreno. Ya Navarro (1998), en su tesis doctoral proponía
esta línea de intervención, la cual fue continuada y adaptada a edades escolares por Brito-Ojeda
(2003).

El cuestionario confeccionado para esta investigación pretende medir además de la


cantidad de actividad física que se realiza, las actitudes subjetivas de los entrevistados sobre
aspectos relacionados con la actividad física y la salud, así como percepciones acerca de la
cantidad y calidad de su alimentación.

Teniendo en cuenta aspectos como la edad de los encuestados, se ha procurado utilizar


un lenguaje sencillo ajustándonos a las características que deben regir la elaboración de los
cuestionarios (Ortega, 1987), para obtener una información clara y directa que facilite y
simplifique el tratamiento estadístico de las respuestas obtenidas.

Como escalas de medida utilizadas en el cuestionario, incluimos de tipo cuantitativo y


cualitativo, destacando preferentemente la escala de Likert o de Osgood, de 1 a 7, con la
intención de facilitar el proceso estadístico al permitirnos obtener un índice que representa la
media aritmética de las puntuaciones obtenidas por los sujetos entrevistados.

Con todo ello se creó y diseñó el siguiente cuestionario para los alumnos de la ESO y
Bachillerato, teniendo en cuenta a la hora de confeccionarlo, las ideas e informaciones que
queríamos recoger y las condiciones específicas en las que se aplicaría.

149
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

HÁBITOS DE VIDA EN RELACIÓN CON EL EJERCICIO FÍSICO Y LA SALUD

Antes de nada queremos darte las gracias por tu amabilidad para rellenar el siguiente
cuestionario que pretende recoger información sobre lo que tú opinas sobre determinadas
actitudes y hábitos de vida con relación a la salud y a la actividad física.

Se trata de una investigación que pretende valorar la condición física de los chicos y
chicas de nuestra comarca, y sus hábitos de vida, garantizándote siempre una total
confidencialidad de los datos obtenidos. Por este motivo rogamos contestes con la mayor
sinceridad posible.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Casi todas las preguntas contienen, en su respuesta, una escala de 1 a 7. Debes
tachar el número que mejor represente tu opinión, teniendo en cuenta que los dos polos
opuestos son el 1 y el 7, y que, para mayor claridad, irán acompañados con una pequeña
leyenda.

Centro: _______________________________________________________ Curso: _____


Fecha de nacimiento: (día, mes y año):___________ Edad:____ Sexo : Hombre Mujer

1. -¿Practicas, en la actualidad, algún deporte o ejercicio físico en tu tiempo libre? (no contabilizar las
clases de Educación Física en el Instituto) SI NO
Si has contestado SI, ¿Cuántos días a la semana?

1 2 3 4 5 6 7

2. ¿Formas parte de algún equipo deportivo federado o escolar?


Si No Antes si, ahora no

3. Si realizas deporte regularmente, di cuántas horas a la semana lo haces (incluyendo las


competiciones, si participas):
Deporte: _____________________ Horas a la semana: ______________
Deporte: _____________________ Horas a la semana: ______________
Deporte: _____________________ Horas a la semana: ______________

4. ¿Cómo valorarías el esfuerzo físico que requieres para todas las actividades que haces al día (desde
que te levantas de la cama hasta que te acuestas por la noche?

1 2 3 4 5 6 7
Muy poco Muchísimo

5. ¿Cómo consideras tu actual estado de salud?

1 2 3 4 5 6 7
Muy malo Muy bueno

6.- ¿Tienes algún problema físico que te impida hacer actividad físico-deportiva con normalidad?
SI NO ¿Cuál? ___________________________________________

7. ¿Cuál es la sensación que tienes sobre tu actual “forma física”?

1 2 3 4 5 6 7
Muy mala Muy buena

8. ¿Qué importancia crees que tiene el ejercicio físico en la salud?


1 2 3 4 5 6 7
Ninguna Muchísima

150
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

9.- ¿Cuánto tiempo libre dedicas a las siguientes actividades?

- Lectura, televisión, juegos de ordenador, … (sin actividad física)


1 2 3 4 5 6 7
Nada Muchísimo

- Salir en bici, juegos de pelota, pasear al perro,… (con actividad física suave)
1 2 3 4 5 6 7
Nada Muchísimo

- Entrenamiento deportivo varias veces por semana, … (intensidad más elevada)


1 2 3 4 5 6 7

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Nada Muchísimo

10.- Consideras que cuidas tu salud respecto al consumo de cigarros, alcohol y otras drogas.
1 2 3 4 5 6 7
Nunca consumo A diario o casi a diario

11.- De las 24 horas del día, ¿cuánto tiempo dedicas a dormir? _______

12. Habitualmente, ¿cuáles de las siguientes comidas realizas?


Desayuno (antes de salir de casa) SI NO
Media mañana (Recreo) SI NO
Almuerzo SI NO
Merienda SI NO
Cena SI NO

13. ¿Consideras que tu alimentación es sana y equilibrada?


1 2 3 4 5 6 7
Nada sana Muy sana

14.- ¿Cuánto tiempo dedicas diariamente a actividades como ver la televisión, jugar en el ordenador,
playstation, etc.?
Horas: __________ Minutos: ________

15.- Indica la cantidad que semanalmente consumes de los siguientes alimentos:

A.- Leche y derivados (Yogur, batidos,…)


1 2 3 4 5 6 7
Nada Muchísimo
B.- Pescado, carnes, huevos
1 2 3 4 5 6 7
Nada Muchísimo
C.- Verduras y hortalizas
1 2 3 4 5 6 7
Nada Muchísimo
D.- Pan, pastas, cereales y legumbres (garbanzos, lentejas,…)
1 2 3 4 5 6 7
Nada Muchísimo
E.- Frutas
1 2 3 4 5 6 7
Nada Muchísimo
F.- Mantequilla, aceites, mayonesa, ali-oli
1 2 3 4 5 6 7
Nada Muchísimo
G.- Bollería (donuts, palmeras,…), hamburguesas, perritos,…
1 2 3 4 5 6 7
Nada Muchísimo

151
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

16. En caso que practiques algún deporte en tu tiempo libre, expresa tu nivel de acuerdo o desacuerdo
con las siguientes afirmaciones:

16.1. Hago ejercicio para mejorar mi condición física.


1 2 3 4 5 6 7
Total desacuerdo Muy de acuerdo

16.2. Hago ejercicio para divertirme


1 2 3 4 5 6 7
Total desacuerdo Muy de acuerdo

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
16.3. Hago ejercicio por estética
1 2 3 4 5 6 7
Total desacuerdo Muy de acuerdo

16.4. Hago ejercicio por indicación médica


1 2 3 4 5 6 7
Total desacuerdo Muy de acuerdo

16.5. Hago ejercicio para relacionarme con los demás y hacer nuevos amigos
1 2 3 4 5 6 7
Total desacuerdo Muy de acuerdo

17. Además de estudiar, realizas algún tipo de trabajo (con tus padres, en una empresa, por tu
cuenta,…) Si No ¿De qué tipo y con qué frecuencia?:
___________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________

18. Con respecto a la práctica de algún tipo de actividad física, ¿en qué grupo de los siguientes te
incluirías?:

Practico deporte regularmente


Practico deporte, principalmente, los fines de semana
Practico deporte ocasionalmente
No practico nunca

19. Cuando seas mayor ¿harás ejercicio físico regularmente?

Si No No lo se No creo

20. Observaciones (En este apartado indica lo que quieras sobre este cuestionario y el tema tratado):

Muchas gracias por tu colaboración.

152
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

3.4.3 VALIDEZ Y FIABILIDAD DE LOS INSTRUMENTOS DE


EVALUACIÓN.
La batería EUROFIT es un conjunto de tests propuestos por investigadores europeos
que valoran todos los aspectos de la condición física en relación con la salud, (Boreham, et al.
1987, Gamble, et al, 1988) y que posee una fiabilidad y validez > 0.75 en cada una de las
pruebas seleccionadas.

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Kemper en 1990 destaca la necesidad de diferenciar entre test de laboratorio (cuya
finalidad es dar a los especialistas valores de referencia de sus deportistas o encontrar
parámetros condicionales), y test de campo y las baterías que lo engloban (que pretenden
obtener valores groseros de referencia que faciliten la comprensión de un fenómeno más
complejo) ya que, para la misma capacidad, se pueden presentar resultados contrapuestos entre
unos y otros.

En este sentido, la gama de tests EUROFIT no evalúan de forma suficientemente objetiva


y fiable todos parámetros condicionales específicos de cada una de las capacidades que se
pretenden valorar, pero sí algunos de los aspectos más significativos de la condición física de los
sujetos.

También cabe destacar que la revisión realizada por el COMITÉ PARA EL DESARROLLO DEL
DEPORTE DEL CONSEJO DE EUROPA demostró una fiabilidad de la batería que oscilaba entre 0.89 y
0.98 (Van Mechelen et al., 1990), aunque no resulta extraño encontrar autores como Renson, R.
(1987) y Ästrand y Rodahl (1985) que mantienen una postura contraria a las pruebas de campo
(ya sean Eurofit o cualquiera otra de las que hoy día tienen mayor difusión), ya que afirman la no
necesaria existencia de relación directa entre el test y la capacidad que mide, pese a existir una
correlación significativa entre los resultados obtenidos.

Sin embargo, como ya se ha comentado en este trabajo, resultaría una tarea


infinitamente más compleja e inaccesible, el hecho de querer valorar a una población muy
numerosa de sujetos a través de su paso por un laboratorio especializado de fisiología, debido al
coste económico y de tiempo que esto supondría.

153
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

Tampoco debemos olvidar que los datos que se pueden obtener mediante la valoración
funcional de la perspectiva fisiológica y médica nos facilita únicamente parámetros funcionales
sobre el funcionamiento de algunos de los sistemas que caracterizan al ser vivo pero que no por
ello garantizan la valoración de aspectos específicos de la motricidad como son las capacidades
condicionales (Navarro, 1998).

Ya Skinner y Oja (1993) nos dicen que a la hora de realizar baterías de test a grandes

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
poblaciones debemos tener en cuenta:
• Valoración de la cantidad y calidad de actividad física realizada.
• Grado de percepción del ciudadano de la misma.

Por su parte, Bouchard y Shephard (1993) añade el darle a la población acceso a una
información sencilla que le permita conocer el estado de su condición física.

En definitiva, aceptando las carencias y limitaciones que poseen los test de campo, a la
hora de su elección debemos comprobar su validez y reflexionar sobre la ejecución de cada uno
de los mismos, ya que alteraciones en su ejecución pueden conllevarnos a alteraciones del
resultado.

A. Prueba de flexión anterior de tronco desde sentado (Sit and Reach)

El “sit and reach” mide fundamentalmente la flexibilidad de la parte baja de la espalda,


los extensores de la cadera y los músculos flexores de la rodilla (Martínez, 2002a).

Ruiz-Navarro (1987) en su Estudio experimental sobre la elaboración de un test para la


valoración de la flexibilidad en situaciones estáticas, nos afirma la necesidad de utilizar varios
test para determinar la flexibilidad de un individuo de forma fiable, reconociendo también la
existencia de pruebas que miden únicamente la movilidad en general. No obstante, durante
mucho tiempo las baterías utilizadas para valorar la flexibilidad en general han involucrado el
movimiento de numerosas articulaciones, haciendo referencia a la movilidad de los grandes
sistemas articulares como son: flexión anterior del tronco desde de pie, flexión profunda del
cuerpo y el “sit and reach” (flexión anterior de tronco desde la posición de sentado con piernas
extendidas).

154
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

Este test presenta los siguientes coeficientes: fiabilidad entre 0.88 y 0.98 y objetividad
entre 0.95 y 0.98 (Fetz y Kornexl, 1978; Clarke y Clarke, 1987).

Por otro lado, sabemos que la cadera (su rango de movimiento) es uno de los aspectos
más relacionados con este test (Cornbleet, 1996, estudio realizado con 410 escolares)
presentando una correlación entre ambos de 0.75, no ocurriendo lo mismo con la elongación de
los músculos isquiotibiales y la flexibilidad de la parte baja de la espalda (parte más baja de la

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
columna vertebral, zona lumbar, sacra y coccígea) con correlaciones de 0.64 y 0.28
respectivamente (Jackson y Baker, 1986) y de entre 0.70–0.76 para isquiotibiliales, p > 0.05
(Liemohn et al, 1994; estudio de 40 estudiantes universitarios) que otros autores sitúan entre
0.29 y 0.40, demostrando así que existe una gran variabilidad de resultados en la valoración de
la movilidad articular de la zona baja de la espalda por el test. Por último, también hay autores
que afirman que tienen una correlación inversa (r = –0.61) con la posición de extensión activa de
la articulación de la rodilla (García, 1995).

No obstante, según Nupponen (1981), en Telama et al. (1982), presenta un coeficiente de


fiabilidad superior al 0,90. Para chicos de 12, 15 y 18 años valores respectivos de 0,95; 0,98 y
0,98. Para chicas de 12, 15 y 18 años, valores respectivos de 0,95; 0,96 y 0,96.

Sea como fuere, la prueba presenta una fiabilidad y validez elevada para la evaluación de
forma general de la movilidad del sujeto a través de una cadena articular de amplio uso, en la
actividad de los ciudadanos.

B. Salto Horizontal a Pies Juntos (Standing Broad Jump)

El salto horizontal a pies juntos, evalúa la fuerza explosiva de la musculatura extensora


de los miembros inferiores, con una validez de 0.61 (Johnson y Nelson, 1986), y una fiabilidad de
0.65–0.96 en niños de entre 4 y 12 años). A partir de esta edad, los coeficientes de fiabilidad se
encuentran generalmente entre 0.80 – 0.96. Por ejemplo, 0.90–0.95 en jóvenes de entre 13 y 18
años, (Fetz y Kornexl, 1978); o 0.80 y 0.96 en niños y niñas de 12 años respectivamente, 0.94 y
0.87 para los de 15 años y 0.89 y 0.85 para los de 18 (Telama et al. 1982). Su objetividad
alcanza el valor de 0.96.

155
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

En este test, el peso corporal posee un papel decisivo al igual que para el salto vertical.
Cazorla (1984), propone una ecuación para valorar la potencia de la pierna:

Potencia = 4.9 × peso × altura

Pero también los factores antropométricos son importantes, tal y como nos describe
Navarro-Cabello (1986).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
C. Dinamometría.

Hay que hacer especial mención a que a pesar de que la ejecución de la prueba de
dinamometría manual es muy sencilla, es habitual ver diferencias metodológicas en las distintas
investigaciones que se centran fundamentalmente en la mano con que se realiza la prueba, ya
que aunque la batería Eurofit recomienda que sea la mano dominante (la que habitualmente más
se emplea), existe una tendencia internacional al uso de la mano derecha, y en otros casos a la
medición de la fuerza de ambas manos, bien para su análisis por separado o para utilizar como
resultado la suma del valor obtenido en cada una de ellas. También en la empuñadura del
dinamómetro pueden existir discrepancias, ya que aunque lo más usual es que siguiendo el
protocolo Eurofit se utilice la primera falange del dedo corazón como punto de apoyo a la barra
del instrumento, Ruiz (2007) propone una fórmula para cada género basada en una ecuación
que utiliza la anchura máxima de la mano (distancia que hay entre los extremos de los dedos
pulgar y meñique con la mano totalmente abierta) y que nos indica la apertura óptima que debe
tener cada sujeto a la hora de sujetar el dinamómetro en la realización de la prueba.

En esta investigación hemos utilizado las directrices propuestas por la batería Eurofit
aunque para facilitar la comparación con otros trabajos también medimos la fuerza en ambas
manos.

Clarke (1966)1 demostró que existe una correlación de 0,80 entre la fuerza de agarre y
las medidas más generales de fuerza muscular, suponiendo esta sola medida dos tercios de la
información que proporcionaría una batería de test más extensa.

1
Citado por Telama et al., 1982.

156
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

La fuerza de agarre manual es el test que más depende del crecimiento (Telama et al.
1982). El mismo autor obtuvo coeficientes de fiabilidad, por edades, en sujetos masculinos de
12,15 y 18 años de 0.96, 0.88 y 0.89 respectivamente. En femeninas de las mismas edades los
valores alcanzados fueron de 0.94, 0.88 y 0.69.

Beunen (1972) y Simon (1978)2 obtuvieron un coeficiente de fiabilidad (test-retest) del


0.85 en jóvenes de 11 y 19 años.

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D. Test de Abdominales (sit-up)

Las variantes del test que hemos elegido para medir la fuerza-resistencia de la
musculatura flexora del tronco, pueden ser múltiples (piernas dobladas, piernas extendidas,
manos en la cabeza, ayudas, duración de la prueba, etc.), y cada una compromete a la
musculatura mencionada de una forma diferente.

Analizando de manera detallada el test que hemos realizado, podríamos llegar a la


conclusión de que quizás el nombre utilizado no sea el más adecuado. Es decir, se ajustaría más
a la realidad, que se llamara por ejemplo “test de fuerza de la musculatura flexora del tronco”, ya
que se da la circunstancia de que con la posición adoptada para la realización del mismo y la
ayuda recibida, intervienen en la ejecución del movimiento la musculatura abdominal
(principalmente recto anterior) y el psoas ilíaco como principal flexor de cadera (al encontrarse
los pies anclados por la ayuda del compañero).

Jetté et al (1984), realizaron un profundo estudio sobre las formas de realización de este
test llevando a cabo una extensiva revisión bibliográfica y un estudio experimental con el apoyo
de la electromiografía, resultando un valiosísimo documento que permite el estudio en
profundidad de este tipo de test, aunque proponen como test más idóneo para la valoración de
este grupo muscular debe usarse el que denomina “partial curl-up”, en el cual el sujeto parte de
posición supina y rodillas flexionadas a 140º, con los pies juntos y talones en contacto con el
suelo, y los brazos extendidos a lo largo de los muslos. Este test fue validado por Dickson et al
(1984) en 43 niños y estableciendo un coeficiente de fiabilidad de 0.88 y un coeficiente de
objetividad de 0.99.

2
Citados por Martínez, 2002.

157
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

Crawford (1970) al valorar el sit-up con manos en la cabeza y durante 1 minuto y


conforme al protocolo propuesto por la CAHPER, 1966, la fiabilidad del mismo alcanza 0.86 al
ser medida en 80 niños de 13 a 14 años.

Los diferentes test-retests utilizados para comprobar la fiabilidad de esta prueba


muestran cierta dispersión en sus resultados (0.68 a 0.89), pero alcanzando valores suficientes
para su aceptación (Navarro, 1998).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
E. Test de Lanzamiento del balón medicinal de 3 kg.

A la hora de observar la realización de este test por parte de diferentes autores, vemos
como se utilizan balones de 5, 3 o 2 kg según la categoría y sexo. Blázquez (1990) establece 3
kg. para hombres y 2 kg. para mujeres; por su parte Legido et al. (1995) recomiendan un peso de
3 kg. sin diferencia de sexo, pero añaden que su aplicación en menores de 10 años se debe
realizar con un balón de 2 kg.

Para el presente estudio nos decantamos por la propuesta de Legido et al. (1995) para
poder establecer más fácilmente los análisis comparativos entre sexos y edades.

En este test, aunque se mide la fuerza explosiva de los brazos, hemos de tener en
cuenta que se trata de una acción coordinada que parte de una de fijación de pies al suelo, para
a partir de ahí iniciar un movimiento en cadena cinética de flexo-extensión de piernas y
extensión-flexión de tronco que se culmina con la acción más importante que es la de los brazos.
Esto hace de él un test completo en cuanto a la valoración de la efectividad muscular dinámica
del tronco y de la extremidad superior en conjunto.

En su ejecución es la altura (cuanto más alto mejor) y no el peso el factor de mayor


importancia, ya que si quisiéramos medir la potencia extensora absoluta y relativa según
morfología, sería más correcto introducir una fórmula correctora de distancia de
lanzamiento/estatura, tal y como propone la Comisión de Pruebas de Aptitud Física del Instituto
Nacional de Educación Física de Madrid (1998) (Brito-Ojeda, 2003).

158
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

F. Prueba de Velocidad de 10 x 5 metros.

Su principal objetivo es medir la velocidad de desplazamiento y la agilidad del individuo.

Según Beunen y Simon (1977-78)3, la carrera de velocidad (Shutte rum) 10 x 5 m,


presenta un coeficiente de fiabilidad de 0,80 en jóvenes de entre 11 y 19 años.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
G. Prueba de sprint de 20 metros (Salida tendido prono).

El principal propósito es medir la velocidad de reacción y la velocidad cíclica máxima en


las piernas.

Del mismo modo que otros test vistos anteriormente, en esta prueba también se pueden
encontrar numerosas variantes, que en este caso afectan principalmente a la forma en que se
realiza la salida. Éstas pueden ser: de pie (con los pies a la misma altura, o uno delante y otro
detrás), tendido prono con la cabeza en dirección contraria a la carrera, tendido supino con la
cabeza en dirección a la carrera, y la que se ha realizado en esta investigación que ha sido
tendido prono con la cabeza en dirección a la carrera.

La opción elegida por nosotros obedece sobre todo a que existen estudios similares
realizados en poblaciones cercanas a la nuestra, que han utilizado este test. Es una prueba
considerada de aplicación a niños jóvenes y adultos (Martínez, 2004). Además nos decantamos
por esta distancia (20 metros) al ser una distancia que existe en todas las instalaciones
deportivas de los centros educativos implicados en esta investigación. No olvidemos, que para
utilizar un test con una distancia superior, por ejemplo de 30 metros, se necesitan un mínimo de
40-45 metros, para disponer de espacio suficiente para la salida y los metros necesarios para la
frenada. Estos son unos requisitos que desgraciadamente aún no se da en todos los centros
educativos de nuestro entorno.

Para Jeschke (1971)4; Albl, Baldauf et al. (s/f)4 la fiabilidad del test en su versión salida
de pie se sitúa entre el 0,85 y 0,97 para jóvenes masculinos de entre 12 y 18 años; y su

3 Citado por Martínez, 2002a


4
Citados en Fetz y Kornexl, 1976.

159
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

objetividad entre 0,82 y 0,90. Kuhlow (1969)4 situó la fiabilidad de esta prueba en adolescentes
femeninos de entre 12 y 15 años entre el 0,74 y 0,83. Por otro lado, la objetividad de la carrera
de 20 m., según Jeschke, Albl, Baldauf et al. se sitúa entre 0,82 y 0,90.

H. Course Navette.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Como ya hemos señalado, la valoración de la capacidad aeróbica se ha realizado
utilizando la prueba de carrera de ida y vuelta de 20 mts. con paliers de un minuto, prueba que
ha sido validada y estandarizada por el Dr. Luc Lëger, obteniendo una fiabilidad mediante el
procedimiento de test-retest de r = 0,89 para niños y adolescentes, y una correlación de r = 0,95
para los adultos (Lëger y Thivierge, 1988).

Lëger et al. (1992) hace una revisión extensa de la prueba de course navette de 20 m.
en relación a la capacidad de predicción del VO2 max, llegando a la conclusión de que este test
tiene una alta correlación con la prueba de esfuerzo realizada sobre tapiz rodante mediante la
medición directa a través de un analizador de gases.

De la revisión bibliográfica que hemos efectuado hemos encontrado correlaciones sobre


la validez del test de Course- navette que oscilan entre r = 0.89 y r = 0.91 (Gadoury y Leger,
1989; Palicska, 1987; Leger et al, 1992; Prat et al, 1986), especialmente más alto cuando la
muestra de esas investigaciones eran personas adultas.

I. Índice de masa corporal

Aunque no hay consenso, en EE.UU. se ha extendido la utilización del Percentil 85 del


IMC para definir el sobrepeso y el Percentil 95 para definir la obesidad (Dietz y Robinson, 1998).
En Europa y en Asia, sin embargo, varios autores sugieren la utilización del P97 como criterio
para definirla (Serra-Majem y Aranceta, 2000). La OMS, en el informe elaborado por la IOTF,
definía el sobrepeso en la edad adulta para valores del IMC > 25 kg/m2 y para valores del IMC >
30 kg/m2, la obesidad (OMS, 1998). Basándose en este criterio, Cole et al. (2000), proponen la
utilización del Percentil que corresponde con un valor para el IMC de 25 kg/m2 a la edad de 18
años (sobrepeso) y con el valor de 30 kg/m2 para la obesidad.

160
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

Autores Sobrepeso Obesidad

a
EE.UU. P85 del IMC P95 del IMC

b
Europa, Asia P85 del IMC P97 del IMC

c P95 del IMC+ otro indicador,


OMS, 1995 P85 del IMC
como el pliegue tricipital

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
P que corresponde con un P que corresponde con un
d
Cole et al. IMC de 25 a los 18 años de IMC de 30 a los 18 años de
edad edad
e
Estudio enKid P85 del IMC P97 del IMC

a Dietz y Robinson (1998); b Rolland-Cachera, Dehege, Bellisle (2001); c Organización mundial de la salud (1995);
d Cole et al. (2000); e Serra-Majem y Aranceta (2001).

Gráfico nº 3.20: Distintos criterios utilizados para definir el sobrepeso y la obesidad en la infancia y
adolescencia (Fuente: Serra-Majem y Aranceta, 2003).

Dada la enorme variabilidad que existe en la composición corporal en una etapa de


crecimiento y desarrollo, la OMS recomienda la utilización del IMC en comparación con un
estándar de referencia específico para cada edad y sexo y otro indicador adicional de adiposidad
corporal como el pliegue tricipital, también en comparación con el estándar específico de
referencia por edad y sexo (Serra-Majem y Aranceta, 2003).

Otro problema que se les plantea a los investigadores en este campo, está en relación con
qué valores de referencia deben utilizarse. La OMS ha venido recomendando la utilización de las
curvas de referencia elaboradas por Must y Dallal (1991), también se han utilizado los valores
propuestos por los Centres for Disease Control and Prevention (CDC) norteamericanos, Cole et
al. (2000) en colaboración con la IOTF han elaborado unas tablas de referencia útiles en
comparaciones internacionales basadas en datos antropométricos procedentes de diferentes
países (Serra-Majem y Aranceta, 2003). De lo que no nos queda ninguna duda, es de que
siempre que existan tablas de referencia locales, son de uso preferente.

Como se ha descrito en la fundamentación teórica, el Comité de Nutrición de la


Asociación Española de Pediatría (AEP), la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad
(SEEDO) y la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) han llegado a un Consenso

161
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

de Tipificación Ponderal de la Población Infantil y Juvenil Española, que permite realizar el


diagnóstico adecuado del sobrepeso y la obesidad en la práctica clínica y epidemiológica en
nuestro medio. Para ello se ha utilizado los resultados de un estudio enKid, que supone el más
amplio estudio de evaluación del estado nutricional llevado a cabo en toda España hasta la fecha
(Serra-Majem y Aranceta, 2001); por ello, son los resultados de este estudio, donde las curvas
de percentiles se han construido por separado para cada sexo, y abarcan desde los 2 a 18 años,
los que nos servirán como referentes para nuestro trabajo, además de las tablas de percentiles

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
existentes de la población de jóvenes de Canarias y de la isla de Gran Canaria en concreto
(Brito-Ojeda, 2003; ISTAC, 2004).

J. Porcentaje graso con Monitor de Composición Corporal

Los métodos de medición de la grasa corporal basados en la impedancia eléctrica, están


siendo cada vez más utilizados por muchos investigadores y en diferentes campos de la
medicina y ciencias de la salud en general.

Respecto al modelo clásico de bioimpedancia (BIA) tetrapolar, se considera una técnica


ideal para estimar la composición corporal en Pediatría dada su seguridad, reproductibilidad y
bajo coste (Redondo et al., 2005).

De la misma forma lo expresan autores como Román et al. (2003) en el campo del
rendimiento deportivo, al afirmar como conclusión a su estudio con jugadores de béisbol con
edades comprendidas entre 18 y 34 años, que “este método resulta un buen predictor en
relación con la antropometría, con las ventajas de ser exacto, repetible, de fácil realización,
disminuye el error interobservador y es más rápido y aceptado por los atletas”. Obtuvo
correlaciones entre técnicas antropométricas (tomando 4 pliegues) y la BIA que van de 0.994 a
0.764.

Casanova et al. (2004), estudiaron 365 niños sanos con edades comprendidas entre 6 y
14.9 años, y también obtuvo correlaciones entre técnicas antropométricas (tomando 4 pliegues) y
la BIA de 0.948 en varones y 0.945 en mujeres.

162
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

Respecto al uso de monitores de composición corporal mediante BIA, y atendiendo a las


ventajas que nos ofrecen (ya comentadas), son cada vez más los autores que apuestan por ellos
para sus investigaciones (Martín et al., 2001; Bernárdez et al., 2003; Aldea et al., 2005; Morín et
al., 2005; Peña y García, 2006).

El equipo de investigación de TANITA®, ha publicado numerosos trabajos para la


validación de los monitores de composición corporal Inner Scan de TANITA® modelo BC-531.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Rubiano et al. (1999) encuentra una correlación de 0.84 al compararlos con los resultados
obtenidos mediante Absorciometría Dual por Rayos X (DXA), en una población adulta sana.

Núñez et al. (1999), estudiaron 96 niños con edades de 11.9 ± 3.3 años, utilizando el
sistema BIA leg to leg, encontrando una correlación de 0.98 en la masa libre de grasa entre la
BIA y DXA, y 0.89 en el porcentaje de grasa corporal.

En su aplicación a diversos campos de estudio, Tsui et al. (1997), comparan BIA y DXA
en un trabajo con 48 hombres y 48 mujeres diabéticos Tipo 2, obteniendo una correlación entre
ambos métodos de 0,89.

K. Cuestionario.

Una vez redactado el cuestionario, y dado que fue elaborado para la presente
investigación, en primer lugar se le pasó a un comité de expertos de 8 personas relevantes en el
terreno de la Actividad Física y el Deporte que emitieron su opinión y propusieron algunas
adaptaciones que se incorporaron al diseño definitivo, especialmente las relacionadas con la
simplificación de los hábitos alimenticios.

Posteriormente se sometió a una prueba de validez, confiabilidad y operatividad,


aplicándosele a un grupo (una clase) de alumnos de cada uno de los niveles de la ESO y el
Bachiller. De esta forma se corroboró su grado de validez al recoger realmente los datos
esperados, además resultó ser confiable produciendo el mismo resultado independientemente de
quien lo aplicara, y operativo ya que los términos empleados generaron las mismas
interpretaciones por parte del alumnado. Por todo ello, el cuestionario resultó satisfactorio y
pasamos a considerarlo adecuado para nuestros propósitos.

163
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

3.5 ORGANIZACIÓN Y PLANIFICACIÓN DE LA TOMA


DE DATOS.
En este punto trataremos de explicar de forma pormenorizada todos aquellos aspectos
referentes a cuestiones meramente prácticas a la hora de realizar el trabajo de campo.

Creemos muy importante que la persona que afronte una investigación de estas

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
características, conozca de forma intrínseca el funcionamiento del entorno en que se va a mover,
para poder planificar y organizar de forma realista y eficiente su actuación en la práctica.

En este caso, hablamos de los Institutos de Educación Secundaria y Centros de


Enseñanza Obligatoria, cada uno con sus propias características que los hacen peculiares. A
saber, número de alumnos, de grupos, niveles que imparten, medios de que disponen
(instalaciones, materiales,…), profesorado, horarios, plan de actividades (fechas), etc.

Pues bien, teniendo en cuenta estos aspectos, para la realización de este estudio hemos
realizado un diseño de actuación en la práctica, basado en los puntos que iremos detallando a
continuación.

3.5.1 ACTUACIONES PREVIAS.

- Composición de Lugar: Hablamos de conocer el número de centros de la zona en cuestión, y


todas las características antes mencionadas, siendo muy importante el nº de alumnos del
Centro y el nº de grupos de cada nivel, con el fin de establecer la muestra.

- Solicitud de autorización: Nos dirigimos al Director de cada Centro y a los Jefes del
Departamento de Educación Física, portando una carta de presentación donde se detalla el
estudio que pretendemos realizar solicitando su autorización.

- Solicitud de horarios: Los Departamentos de Educación Física nos facilitaron los horarios de
todos grupos para poder elaborar nuestro horario de intervención, y poder comunicarles cuáles
iban a ser los grupos escogidos. Del mismo modo, la Jefatura de Estudios así como la
Vicedirección de los centros, nos indicaban aquellas fechas en las que no iba a ser posible

164
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

actuar en cada centro, o con los grupos elegidos, por diversas circunstancias (viajes fin de
curso, actividades complementarias programadas, actividades extraescolares, etc.)

- Elaboración de nuestro horario de intervención en los centros: Atendiendo al horario de


los grupos seleccionados y atendiendo a las circunstancias explicadas anteriormente,
elaboramos nuestros propios horarios de visita a los diferentes centros.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
- Monitorización de evaluadores: El equipo de investigación que llevó a cabo la toma de datos
estuvo compuesto por 5 evaluadores además del coordinador-responsable de la investigación.
De ellos, cuatro eran Licenciados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y una
Maestra Especialista en Educación Física. A pesar de que todos ellos tienen sobrada
experiencia en este tipo de estudios, - no en vano, ya habíamos realizado un trabajo de
similares características -, creímos oportuno impartir unas sesiones de recordatorio y
unificación de criterios en las técnicas de desarrollo y control de los test físicos, medidas
antropométricas, y cuestionarios.

El plan con los evaluadores consistió en una primera fase de recordatorio teórico de
todos los aspectos a tener en cuenta en cada instrumento de evaluación, tanto los
protocolarios como las normas de actuación y precauciones para su aplicación. Posteriormente
pasamos a la práctica interviniendo conjuntamente los evaluadores y el responsable de la
investigación en uno de los centros seleccionados, donde realizamos todas las pruebas. Y por
último, realizamos la toma de datos por parejas, tal y como íbamos a trabajar en los centros.

3.5.2 ORGANIZACIÓN DEL MATERIAL.

A cada grupo evaluador se le entregó inicialmente todo el material necesario para la


realización de las pruebas y un recordatorio de los protocolos de realización de las mismas.
Semanalmente se les facilitaba un dossier que contenía su plan de trabajo para la siguiente
semana, los centros en los que se iban a realizar las pruebas así como los cuestionarios.

Protocolo:
El evaluador principal recopilará todo el material que se precisa para la realización de la
sesión de evaluación antes de ir a los lugares correspondientes según las rutas establecidas. El

165
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

material homologado para esta investigación suministrado por el responsable de este trabajo ha
sido el siguiente:

• Cajón con cinta métrica para la prueba de flexión anterior de tronco desde sentado
(“flexiómetro”).
• Reproductor de CD homologado y CDs grabados con el protocolo del test de Course navette
de Lëger, o aparato electrónico homologado.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
• 4 conos de tráfico o señaladores.
• Tiza y cinta blanca.
• Cinta métrica de 25 metros.
• Dos cronómetros.
• 2 colchonetas de 2x 1x 0.05 m.
• Dinamómetro de mano con empuñadura ajustable. Modelo T.K.K. D-TYPE HAND
DYNAMOMETER (con display digital de 7 kg a 99.5 kg).
• 2 balones medicinales de 3 kg.
• Cuestionarios, en número equivalente a la muestra.
• Material de oficina diverso: archivadores, bolígrafos, clics, …
• Carpeta del evaluador, con hoja de control de trabajo de campo, planillas de registro,
descripción detallada de las pruebas y tablas de referencia.

3.5.3 ORGANIZACIÓN DE LAS SESIONES DE EVALUACIÓN.

Los evaluadores deberán llegar 30 minutos antes de la hora prefijada para cada sesión
al centro correspondiente, presentándose al Director, Jefe de Estudios o al profesor de EF del
grupo a evaluar, y le pedirán la colaboración necesaria para el desarrollo de las pruebas
programadas para ese día.

Los evaluadores irán recibiendo al alumnado junto al profesor de Educación Física del
grupo, para presentarse y explicarles el contenido de la investigación, las pruebas que se
realizarán en esa clase, así como las instrucciones oportunas para la buena organización de la
sesión de evaluación. Además se les indicará la voluntariedad en la participación y la necesidad
de realizar las pruebas con el mayor interés. Por último se les agradece su participación.

166
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

Uno de los evaluadores dispondrá y organizará el material necesario para las pruebas de
ese día, mientras el otro va realizando el calentamiento con el grupo.

3.5.3.1 NÚMERO DE SESIONES Y AGRUPAMIENTO DE LAS PRUEBAS.

Teniendo en cuenta que a cada sesión de EF se le dedican 55 minutos en el horario

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
oficial de los centros educativos, de los cuales hemos de restar el tiempo que tarda el alumnado
en el cambio de clase (pasar por el vestuario y llegar a la instalación deportiva del centro),
además del tiempo que debemos dejarle al final para el aseo personal, tenemos que ser realistas
y pensar que vamos a disponer de aproximadamente 40-45 minutos de sesión. En este tiempo
estamos incluyendo los aproximadamente 15-20 que dedicábamos al calentamiento y
organización del material y alumnado, con lo cual el tiempo real de que disponíamos para la
realización de las pruebas, era generalmente de unos 25-30 minutos.

En función de estos condicionantes, necesitábamos normalmente 4 sesiones de clase


para la toma de todos los datos que requeríamos en la presente investigación. No obstante, una
de las sesiones la dedicábamos a la elaboración del cuestionario, lo cual, siempre que fue
posible se realizó en la hora de tutoría del grupo, dentro del plan de acción tutorial del centro, y
previa autorización del Departamento de Orientación del centro y tutor del grupo. Por lo tanto los
contenidos de las sesiones se distribuyeron en 4 grupos:

A: Datos personales, peso, talla, PGC y Course Navette de 20 m..


B: Salto horizontal, lanzamiento de balón de 3 kg., velocidad 20 m.
C: Flexión anterior desde sentado, dinamometría, abdominales en 30”, 10 X 5.
D: Cuestionario.

3.5.3.2 FICHA DE REGISTRO PERSONAL.

La ficha de registro personal es el documento en que se anotaron con bolígrafo y de


forma clara los resultados que obtenía cada sujeto objeto de estudio en las diferentes pruebas
físicas y antropométricas, así como cualquier incidencia que se produjera en la realización de las
mismas (Gráfico nº 21).

167
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

Las anotaciones numéricas serán de la siguiente manera:


• Cuando se trate de resultados expresados en metros: unidades-coma-centímetros. Por
ejemplo 4,55.
• Cuando se trate de resultados expresados en unidades de tiempo: segundos- décimas-
centésimas

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Curso
FICHA PERSONAL Nº: CENTRO:
2005-06

Apellidos: Nombre:

Sexo (V / H): Fecha de Nacimiento: Edad: Grupo:

Municipio y barrio: FECHA DE REALIZACIÓN:

RESULTADOS OBTENIDOS

MEDIDAS E INDICES ANTROPOMÉTRICOS

1.- TALLA 2. PESO 3.- IMC 4.- PGC

TEST FÍSICOS

2.- Salto 3.- Lanzamiento de 4.- Abdominales


1.- Dinamometría
horizontal Balón 3Kg 30”
Dcha. Izda.

8.- Flexión de
5.- Velocidad 20 m. 6.- 10 X 5 7.- Coursse Navete
tronco

OBSERVACIONES:

Gráfico nº 3.21: Modelo de ficha de registro personal utilizada en la presente investigación.

168
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

3.6 BASE DE DATOS Y TRATAMIENTO ESTADÍSTICO

Para el análisis de los resultados obtenidos hemos confeccionado, en primer lugar, una
matriz de datos con doble entrada (sujetos y variables) para la codificación de las respuestas,
con el objeto de salvaguardar la comparabilidad de los datos.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Una vez registrados los tests físicos y cuestionarios, y elaborada la base de datos,
pasamos a la fase de “depuración” de la misma, es decir, teníamos que quedarnos sólo con
aquellos casos que nos fueran del todo útiles y que nos permitieran un mejor y más exacto
estudio; así como convertir la base de datos en una herramienta más manejable.

Por consiguiente, establecimos una serie de criterios para excluir de la muestra final, por
diversos motivos que detallamos a continuación, a aquellos sujetos cuyos datos no se
correspondían con nuestras pretensiones.

Por otro lado, el hecho de haber logrado una muestra bastante amplia nos ha dado un
mayor margen de maniobrabilidad en este sentido.

3.6.1 CRITERIOS DE EXCLUSIÓN.

No olvidemos que el estudio se realiza en Centros Educativos de Enseñanza


Secundaria, donde dado el diseño de trabajo que hemos llevado a cabo, y tal y como explicamos
anteriormente, la toma y recogida de datos de cada uno de los sujetos requería un mínimo de 4
sesiones de clase, lo que suponía trabajar en el mejor de los casos, durante dos semanas en
cada centro. Todo ello contando con que no surgieran imprevistos o periodos no lectivos
previstos: días de fiesta, actividades en el centro, salidas de los grupos, etc.

Cuando se realiza un estudio de campo de estas características, donde se trabaja a


expensas de muchos factores y condicionantes, se dan multitud de circunstancias que hacen
que todos los sujetos con los que se ha trabajado, no vayan a ser incluidos en la muestra final.

169
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

Por ello, se hace necesario aplicar una serie de criterios de exclusión que detallamos a
continuación:

- Alumnado que no ha realizado alguno de los test físicos. A la hora de hacer un análisis
completo del estado de cada sujeto, o bien de establecer las posibles correlaciones entre las
diferentes capacidades, creíamos muy importante que tuvieran todos los datos disponibles,
no en vano, cada uno de los datos nos aporta valiosa información.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
- Alumnado al que no se le ha tomado alguna de sus medidas o índices
antropométricos. Por el mismo motivo anteriormente expuesto.

- Alumnado que no ha rellenado el cuestionario o bien no han contestado alguna de las


preguntas más determinantes. Todas las preguntas nos ofrecen importante información,
pero hay algunas como saber si se es sedentario o no, que son imprescindibles para el
análisis posterior.

- Los no comprendidos entre los 12 y 18 años. Debemos recordar que los cursos
estudiados han sido de 1º de la ESO a 1º de Bachiller, pero como ya se ha explicado, si hay
alumnos-as que han repetido varios cursos cuando llegan a 1º de Bachiller tienen más de 18
años pero por motivos obvios, si toda su clase realizó las pruebas, cuestionarios, etc. ellos
también los han realizado. Del mismo modo sucede con aquel alumnado que haya podido
llegar a 1º de la ESO con tan solo 11 años, siendo no obstante, un número muy reducido de
alumnos-as.

- Alumnado lesionado o bien con alguna deficiencia de tipo motórico. No obstante, todos
los que han querido realizar las pruebas las han realizado, pero no han sido incluidos en la
muestra final si sus capacidades estaban mermadas respecto al resto.

- Los que de forma evidente no mostraron todo su interés en la realización de las


pruebas.

La exclusión efectiva del estudio ha sido aplicada a posteriori sin conocimiento por parte
del alumno, con el fin de evitar cualquier tipo de “discriminación” en la práctica, o de situaciones
no deseadas.

En definitiva, ciñéndonos a todos estos criterios, de los 1677 alumnos estudiados en un


principio han sido excluidos 405 casos, quedándonos con una muestra final de 1272 sujetos.

170
CAPÍTULO III MATERIAL Y MÉTODO

3.6.2 TRATAMIENTO ESTADÍSTICO.

Una vez elaborada la base de datos definitiva, comenzamos el tratamiento estadístico con
un análisis estadístico univariado, es decir, medidas sumariales que nos han permitido describir
cada una de las variables estudiadas. Para ello hemos utilizado los estadísticos habituales:
frecuencias, medidas de tendencia central (media, mediana, moda y percentiles) y medidas de

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
dispersión (rango, varianza y desviación estándar).

Todos los cálculos estadísticos de este estudio han sido realizados a través del programa
informático SPSS (versión 14.0) y del módulo Excel de la aplicación Microsoft Office 2003,
habiéndose obtenido los valores medios y las desviaciones típicas de cada variable; los
coeficientes de correlación entre las distintas pruebas físicas y antropométricas; cálculo de
percentiles de dichas pruebas; las líneas de tendencias de acuerdo con el rendimiento alcanzado
en cada prueba física o con los valores obtenidos en las mediciones antropométricas, y todo ello
en función de la edad y el sexo. Para la realización de análisis diferenciales entre dos muestras
independientes se utilizó la prueba t para muestras independientes, y cuando se han hecho
comparaciones para más de dos muestras se realizó un análisis de varianza (ANOVA) entre los
diferentes grupos de cada variable aplicando el test de Scheffé y el HSD de Tukey para
comparar las diferencias Post Hoc con niveles de significación del 0.05 y del 0.01.

Las herramientas informáticas que hemos utilizado para el desarrollo de este trabajo han
sido las siguientes:

• Hardware:
o Ordenador personal con procesador Intel Pentium IV (1,8 GH HD); 512 Mb
de memoria DDR; tarjeta gráfica SVGA GE FORCE MX 400 de 64 Mb y
disco duro de 80 GB U DMA 7200 RPM.
• Software:
o Windows XP Professional.
o Microsoft Office 2003
o Statistical Package for Social Sciences (SPSS, ver. 14.0).

171
CAPÍTULO IV

RESULTADOS

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
CAPÍTULO IV RESULTADOS

IV

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
T al y como explicamos en el capítulo anterior referido a la metodología, en la
presente investigación hemos empleado pruebas físicas y antropométricas
(básicamente las contenidas en la batería EUROFIT), además de un cuestionario de hábitos de
vida relacionados con el ejercicio físico y la salud. Como consecuencia de la aplicación de estos
instrumentos a la muestra objeto de estudio, se obtienen los resultados que en este capítulo
presentamos.

Los resultados obtenidos los exponemos de forma pormenorizada a lo largo del


desarrollo de este capítulo, pero procurando siempre mostrar la información de modo claro y
conciso, ayudando así a una mejor comprensión e interpretación de los datos reflejados. Para
ello, la presentación de dichos resultados la hemos realizado procurando mantener una misma
línea de exposición, utilizando tablas de doble entrada, figuras donde se muestra la evolución de
los resultados de las diferentes pruebas, y comentarios de los aspectos más relevantes de estas
tablas y gráficos.

Según se desprende de los objetivos de este trabajo, la edad y el género de los sujetos
estudiados se convierten en dos variables fundamentales a la hora de analizar y discutir los
resultados obtenidos. Por ello, en las tablas y gráficos donde se presentan los datos obtenidos
se ha agrupado a la muestra en función de estas dos variables.

Por lo tanto, toda la exposición de los resultados, hará referencia en primer lugar a tres
grupos diferenciados: resultados totales (se incluyen los dos géneros), resultados de hombres y
de mujeres, y todo ello, se expresará siempre en función de los 7 grupos de edad estudiados, es
decir, de los 12 a los 18 años de edad.

175
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Siguiendo estas pautas de actuación, los resultados obtenidos los presentamos


estructurados en función de los siguientes apartados:

1.- Resultados de las pruebas antropométricas en los estudiantes de 12 a 18 años.


2.- Resultados de las pruebas físicas en los estudiantes de 12 a 18 años.
3.- Índices correlacionales de las pruebas físicas y antropométricas en los estudiantes de
12 a 18 años.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
4.- Tablas de percentiles de las pruebas físicas y antropométricas en los estudiantes de
12 a 18 años.
5.- Resultados del cuestionario de hábitos de vida relacionados con el ejercicio físico y la
salud.

4.1 RESULTADOS DE LAS PRUEBAS ANTROPOMÉTRICAS


EN LOS ESTUDIANTES DE 12 A 18 AÑOS.

La mayor parte de los trabajos similares a este que presentamos, donde el objeto de
estudio hace referencia a niveles de condición física, hábitos de vida relacionados con el
ejercicio físico y la salud, etc., hacen uso de forma habitual de medidas e índices
antropométricos.

Como ya se ha comentado, las pruebas antropométricas seleccionadas para esta


investigación han sido:

- La estatura.
- El peso corporal.
- El índice de masa corporal.
- El porcentaje de grasa corporal.

De entre todas las pruebas antropométricas, estas 4 medidas que hemos utilizado se
pueden considerar de las más comunes en este tipo de investigaciones, y dedicamos este
apartado a exponer los resultados obtenidos en dichas pruebas.

A pesar de que en muchas de las pruebas, los resultados de hombres y mujeres, así
como los resultados en los diferentes grupos de edad, van a diferir bastante, hemos preferido

176
CAPÍTULO IV RESULTADOS

presentarlos conjuntamente para simplificar la exposición de los mismos. No obstante, el modelo


de presentación que utilizamos también nos permite analizar los resultados por separado.

Los resultados de cada prueba antropométrica se describen en una tabla que contiene la
media aritmética, la desviación típica y el número de casos por cada uno de los grupos de
edades que conforman la muestra y todo ello en función del género. Además se reflejan las
medias totales, tanto de cada género como de cada edad sin diferenciar los géneros.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Además, se expone un diagrama lineal de las medias de cada una de las pruebas,
donde podemos apreciar la evolución que ha tenido cada una de ellas desde los 12 a los 18
años de edad en hombres y mujeres.

4.1.1LA ESTATURA EN LOS ESTUDIANTES DE 12 A 18 AÑOS

Dentro de las medidas antropométricas de cualquier investigación, la estatura, también


denominada talla en muchos estudios, es una constante, es decir, aparece prácticamente
siempre como una de las medidas utilizadas.

Al valorar la estatura media expresada en centímetros de la muestra total (N = 1272),


observamos como alcanza los valores más elevados a los 17 años con una media de 169,1 cm,
y una desviación típica (DT) de ±9,9 (tabla nº 4.1).

Si hacemos el análisis en función del género, siguiendo con la tabla nº 4.1, en los 628
hombres encontramos una estatura media de 168 cm. (DT= ±7,8) siendo a los 17 años donde
alcanza su máximo (Media= 176,5; DT= ±7,2; N= 628); mientras que la media en las 644
mujeres es de 160,2 cm. (DT= ±6,1), encontrando los valores más altos a los 18 años (Media =
163,3; DT= ±7,0; N= 17).

El gráfico nº 4.1 nos permite apreciar la evolución de la estatura en función de la edad,


partiendo ambos géneros prácticamente iguales a los 12 años, con unas medias de 155,2 cm.
(DT= ±8,5; N= 51) y 155,3 cm. (DT= ±6,3; N= 63) en hombres y mujeres respectivamente, para
seguir a partir de ahí una línea creciente que se manifiesta mucho más ascendente en el género
masculino.

177
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Hombres Mujeres Total

Edad n Media d.t. N Media d.t. N Media d.t.


12 51 155,2 8,5 63 155,3 6,3 114 155,3 7,3
13 105 162,0 8,3 102 158,6 7,1 207 160,3 7,9

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
14 133 167,6 7,5 135 159,6 5,7 268 163,6 7,8
15 146 170,9 7,5 131 159,9 5,2 277 165,7 8,5
16 102 173,2 6,9 127 162,9 6,2 229 167,5 8,3
17 71 176,5 7,2 69 161,4 5,5 140 169,1 9,9
18 20 173,1 8,6 17 163,3 7,0 37 168,6 9,2

Total 628 168,4 7,8 644 160,2 6,1 1272 164,3 8,4

Tabla nº 4.1: Resultados de la Estatura en los estudiantes de 12 a 18 años en función del género.

180,0
HOMBRES
MUJERES
175,0
ESTATURA EN CENTÍMETROS

170,0

165,0

160,0

155,0

150,0
12 13 14 15 16 17 18
EDAD

Gráfico nº 4.1: Evolución de la Estatura en los estudiantes de 12 a 18 años en función del género

178
CAPÍTULO IV RESULTADOS

4.1.2 EL PESO CORPORAL EN LOS ESTUDIANTES DE 12 A


18 AÑOS.

El peso corporal también es una prueba que siempre está presente al analizar medidas
antropométricas de cualquier población, máxime cuando se realiza un estudio que relacione
ejercicio físico y salud, ya que cada vez más, la variable peso corporal viene asociada a la salud.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
En la tabla nº 4.2 se observa como las medias del peso corporal (tomado en Kilogramos)
de la muestra total aumentan de forma progresiva a medida que aumenta la edad, sucediendo lo
mismo si lo miramos en función del género.

El peso corporal medio de las mujeres se sitúa en 57,7 Kg (DT= ±12,6 ; N= 644) (tabla
nº 4.2), mientras que en los hombres alcanza los 64,1 Kg de media (DT= 14,3; N= 628). En
ambos géneros, el peso corporal medio más elevado se obtiene a los 18 años (Media= 75,6;
DT= ±17,2; N= 628 en hombres; Media= 66,2; DT= ±17,8; N= 644 en mujeres).

Observando la evolución en función de la edad que nos ofrece el gráfico nº 4.2, vemos
como ambos sexos parten casi con el mismo peso a los 12 años (medias de 50,6 y 49,5 Kg. en
hombres y mujeres respectivamente), para ir progresivamente ascendiendo en ambos casos,
siendo algo más acusado el ascenso del género masculino, mientras que en el género femenino
se observa el único periodo de estabilidad entre los 16 y 17 años, ambas edades con una media
de 59,9 Kg.

Hombres Mujeres Total


Edad n Media d.t. n Media d.t. n Media d.t.
12 51 50,6 14,0 63,0 49,5 9,7 114 50,0 11,8
13 105 56,3 12,1 102,0 54,5 13,4 207 55,4 12,8
14 133 60,7 13,0 135,0 56,7 9,8 268 58,7 11,7
15 146 63,4 13,0 131,0 57,4 11,8 277 60,6 12,8
16 102 68,7 14,7 127,0 59,9 12,7 229 63,8 14,3
17 71 73,3 15,9 69,0 59,9 13,2 140 66,7 16,1
18 20 75,6 17,2 17,0 66,2 17,8 37 71,2 17,9

Total 628 64,1 14,3 644 57,7 12,6 1272 60,9 13,9

Tabla nº 4.2: Resultados del Peso Corporal en los estudiantes de 12 a 18 años en función del género.

179
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

80,0
HOMBRES
MUJERES
75,0
PESO CORPORAL EN Kg

70,0

65,0

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
60,0

55,0

50,0

45,0
12 13 14 15 16 17 18
EDAD

Gráfico nº 4.2: Evolución del Peso Corporal en los estudiantes de 12 a 18 años en función del género

4.1.3 ÍNDICE DE MASA CORPORAL EN LOS ESTUDIANTES


DE 12 A 18 AÑOS.

El Indice de Masa Corporal (IMC), también denominado BMI en referencia a sus siglas
en inglés (Body Mass Index), recordemos que se extrae de la relación entre el peso corporal
expresada en kilogramos y de la estatura tomada en metros al cuadrado, y lo presentamos a
continuación siguiendo las pautas establecidas en función de la edad y el género.

Se da una circunstancia muy curiosa en los resultados obtenidos en el cálculo de este


índice, y es que como se puede apreciar en la tabla nº 4.3, el promedio y las desviaciones
típicas, tanto en los 628 hombres como en la 644 mujeres dan los mismos resultados, Media =
22,4 y DT= ±4,3; con N= 628 y 644 respectivamente.

Esto nos lleva a estudiar en el gráfico nº 4.3 la evolución del IMC en función de las
edades. En ella, vemos como las curvas definen un mismo perfil, con un crecimiento acelerado al
principio, luego un periodo de estabilización, para terminar ascendiendo otra vez de forma
acelerada. En los hombres el IMC se estabiliza entre los 13 y 15 años (Media= 21,5), y a partir

180
CAPÍTULO IV RESULTADOS

de ahí se da un aumento lineal considerable hasta los 18 años. En las mujeres el período de
estabilización también dura 2 años, pero llega de forma algo más tardía, entre los 14 y 16 años;
lo cual quiere decir, que entre los 15 y 16 años se invierte la situación, quedando los hombres
con valores superiores a los de las mujeres. Posteriormente el comportamiento femenino es igual
al masculino con un rápido ascenso pero mostrando siempre a partir de los 16 años índices
ligeramente inferiores a los varones.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Hombres Mujeres Total
Edad n Media d.t. n Media d.t. n Media d.t.
12 51 20,7 4,3 63 20,5 3,5 114 20,6 3,9
13 105 21,4 4,0 102 21,6 4,7 207 21,5 4,3
14 133 21,5 3,9 135 22,2 3,7 268 21,9 3,8
15 146 21,6 3,8 131 22,4 4,1 277 22,0 4,0
16 102 22,8 4,4 127 22,5 3,9 229 22,6 4,1
17 71 23,5 4,7 69 22,9 4,6 140 23,2 4,6
18 20 25,1 5,2 17 24,6 5,4 37 24,9 5,2

Total 628 22,4 4,3 644 22,4 4,3 1272 22,4 4,3

Tabla nº 4.3: Resultados del ÍMC en los estudiantes de 12 a 18 años en función del género.

26,0
HOMBRES
MUJERES
25,0
INDICE DE MASA CORPORAL

24,0

23,0

22,0

21,0

20,0
12 13 14 15 16 17 18
EDAD

Gráfico nº 4.3: Evolución del IMC en los estudiantes de 12 a 18 años en función del género

181
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

4.1.4 PORCENTAJE DE GRASA CORPORAL EN LOS


ESTUDIANTES DE 12 A 18 AÑOS.
El porcentaje de grasa corporal (PGC) que mostramos a continuación, hace referencia a
la cantidad de grasa corporal expresada como una proporción del peso corporal, y es un
parámetro muy solicitado a la hora de analizar el grado de obesidad de una población.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
A primera vista, observamos en la tabla nº 4.4 como los resultados de las mujeres son
superiores a los de los hombres en todos los grupos de edades estudiados, presentando ellas
una Media = 26,9 (DT = ±7,7) y ellos 17,1 de media (DT = ±8,1).

La figura nº 4.4 nos muestra la evolución del PGC entre los 12 y 18 años, y se observa
como entre los 12 y 16 años las curvas descritas por cada sexo muestran un perfil contrario la
una de la otra. En los varones disminuye hasta los 15 años y aumenta ligeramente hasta los 16,
mientras que en las mujeres aumenta hasta los 14 para disminuir hasta los 16 años. A partir de
ahí, la evolución es similar en los dos géneros.

El PGC masculino más bajo lo obtienen los 71 chicos de 17 años con una media de
14,7% (DT= ±7,6), y en el caso de las mujeres se da a los 12 años con promedio de 25,3 %
(DT= ±7,1; N= 63). El más elevado se da a los 18 años en ambos géneros siendo 29,1 la media
de las mujeres y 18,7 la de los varones.

Hombres Mujeres Total


Edad n Media d.t. n Media d.t. n Media d.t.
12 51 18,7 8,5 63 25,3 7,1 114 22,3 8,4
13 105 18,4 9,3 102 26,8 7,8 207 22,6 9,5
14 133 16,3 7,5 135 27,8 6,6 268 22,1 9,1
15 146 16,1 7,8 131 27,3 6,5 277 21,4 9,1
16 102 17,1 7,5 127 26,5 6,1 229 22,3 8,2
17 71 14,7 7,6 69 25,9 9,1 140 20,2 10,1
18 20 18,7 8,4 17 29,1 10,4 37 23,5 10,6

Total 628 17,1 8,1 644 26,9 7,7 1272 22,0 9,3

Tabla nº 4.4: Resultados del PGC en los estudiantes de 12 a 18 años en función del género.

182
CAPÍTULO IV RESULTADOS

30,0

28,0
PORCENTAJE GRASA CORPORAL

26,0

24,0

22,0

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
20,0

18,0

16,0
HOMBRES
MUJERES
14,0

12,0
12 13 14 15 16 17 18
EDAD

Gráfico nº 4.4: Evolución del PGC en los estudiantes de 12 a 18 años en función del género

4.2 RESULTADOS DE LAS PRUEBAS FÍSICAS EN LOS


ESTUDIANTES DE 12 A 18 AÑOS.
Los test o pruebas físicas que hemos realizado conforman una parte sustancial dentro
de la presente investigación. Son principalmente los resultados obtenidos en ellos
(conjuntamente con los de las pruebas antropométricas), los que van a dar lugar al
establecimiento de conclusiones acerca del nivel de condición física de la población estudiantil
de 12 a 18 años de la comarca norte de Gran Canaria, tras el pertinente análisis y discusión final
de dichos resultados.

Como ya se ha comentado, hemos hecho uso fundamentalmente, de test físicos


recogidos en la batería EUROFIT, añadiéndole dos pruebas complementarias no pertenecientes
a dicha batería. No podemos obviar que se trata de una batería de test muy solicitada, sobre
todo en estudios realizados con las edades que nos ocupan. No en vano, antes de generalizarse
su uso, los test que la componen iban dirigidos a niños en edad escolar (6 a 18 años).

Igual que sucedía con las pruebas antropométricas, es lógico pensar que en muchas de
las pruebas, los resultados de hombres y mujeres, y de los diferentes grupos de edad, van a

183
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

diferir bastante. No obstante, y tratando siempre de simplificar la exposición de dichos


resultados, los presentamos conjuntamente; procurando siempre utilizar un modelo de
presentación que también nos permita analizar los resultados por separado.

Siguiendo la línea de exposición ya iniciada con los resultados de las pruebas


antropométricas, los resultados de las pruebas físicas también se describen en una tabla que
contiene la media aritmética, la desviación típica y el número de casos por cada uno de los

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grupos de edades que conforman la muestra, y todo ello en función del género. Además,
también se expone un diagrama de líneas de la media de las pruebas para apreciar la evolución
de cada una de ellas desde los 12 a los 18 años de edad.

Los test físicos realizados y cuyos resultados exponemos a continuación son los
siguientes:
- Course-navette de 20 metros. - Dinamometría manual
- Lanzamiento de balón de 3 Kg - Velocidad 20 m
- Salto horizontal - Velocidad 10X5 m.
- Abdominales en 30” - Flexión anterior de tronco

4.2.1 COURSE NAVETTE EN LOS ESTUDIANTES DE 12 A 18


AÑOS.
De los dos test que propone la Batería Eurofit para la valoración de la Resistencia
Cardiorrespiratoria utilizamos el test de Course Navette de Luc Lëger, medido en periodos o
paliers de un minuto de duración.

Los resultados que hemos obtenido de los sujetos de la muestra (N= 1272) y que se
relacionan en la tabla nº 4.5 de acuerdo a los diferentes grupos de edad y género muestran
como los valores medios de los hombres (N= 628) se sitúan en 6,4 periodos (DT= ±2,5). Por el
contrario, la muestra femenina (N= 644) obtiene un promedio de 3,3 periodos (DT= ±1,5). En
todas las edades estudiadas la marca de los varones supera a las mujeres, siendo a los 12 años
cuando se da una diferencia menor entre ambos géneros, ya que a esta edad las mujeres
obtuvieron sus mejores resultados con una media de 3,7 por los 5 periodos de media de los
hombres.Los mejores valores masculinos se sitúan en una media de 7,4 periodos registrados a
los 16 y 17 años de edad (DT= ±2,4; N= 173).

184
CAPÍTULO IV RESULTADOS

En la evolución de la prueba en función del género y la edad que nos muestra el gráfico
nº 4.5, vemos como las mujeres después de obtener las mejores marcas a los 12 años,
descienden su rendimiento a los 13 años, para volver a mejorar ligeramente y mantenerse
estable con una media de 3,4 periodos desde los 14 a los 17 años. Los hombres presentan una
línea ascendente en su rendimiento desde los 12 hasta los 16-17, siendo entre los 13 y los 15
años cuando más han mejorado, pasando de 5,3 a 7,0 periodos respectivamente. Los valores
más bajos los obtienen las mujeres a los 18 años y los hombres a los 12 años (gráfico nº 4.5).

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Hombres Mujeres Total
Edad n Media d.t. n Media d.t. n Media d.t.
12 51 5,0 2,4 63 3,7 1,7 114 4,3 2,1
13 105 5,3 2,4 102 3,0 1,5 207 4,1 2,3
14 133 6,2 2,5 135 3,4 1,5 268 4,8 2,5
15 146 7,0 2,6 131 3,4 1,6 277 5,3 2,8
16 102 7,4 2,5 127 3,4 1,3 229 5,1 2,7
17 71 7,4 2,3 69 3,4 1,4 140 5,4 2,8
18 20 6,6 2,6 17 2,8 1,7 37 4,9 2,9

Total 628 6,4 2,5 644 3,3 1,5 1272 4,8 2,6

Tabla nº 4.5: Resultados de la prueba Course Navette (medida en periodos) de los estudiantes de 12 a 18
años en función del género.

8,0
HOMBRES
MUJERES
COURSE NAVETTE, EN PERIODOS

7,0

6,0

5,0

4,0

3,0

2,0
12 13 14 15 16 17 18
EDAD

Gráfico nº 4.5: Evolución de la prueba Course Navette en los estudiantes de 12 a 18 años en función del
género.

185
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

4.2.2 LANZAMIENTO DE BALÓN (3 Kg.) EN LOS


ESTUDIANTES DE 12 A 18 AÑOS.
Este test a pesar de no estar incluido en la batería Eurofit, nos parecía muy interesante
su realización, ya que no en vano, es uno de los test más usados a nivel docente tanto en
investigaciones, como en las programaciones de Educación Física de los centros educativos, lo
cual nos permitirá posteriores comparaciones, correlaciones, etc. Sus resultados se expresan en

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unidades de longitud (metros y centímetros).

Los 6,13 m. de media aritmética obtenidos en el lanzamiento del género masculino (DT=
±1,3) es superior al femenino (Media= 4,01 m; DT= ±0,7) tal y como se puede apreciar en la
tabla nº 4.6.

Si analizamos los resultados en el gráfico nº 4.6, vemos como los resultados femeninos
van aumentado de forma muy gradual, (con alguna oscilación entre los 14 y 16 años) pasando
de una media de 3,46 m. a los 12 años a 4,53 m. de promedio a los 18 años. Por el contrario, en
los hombres entre los 12 y 17 años cada año se da un importante aumento, pasando de 4,25 m.
de promedio a los 12 años (DT= ±1,1; N= 51) a 7,46 m. a los 17 años (DT= ±1,6; N= 71). Entre
los 17 y 18 años tiende a la estabilización de los resultados.

Hombres Mujeres Total


Edad n Media d.t. n Media d.t. n Media d.t.
12 51 4,25 1,1 63,0 3,46 0,7 114 3,82 1,0
13 105 4,91 1,0 102,0 3,66 0,7 207 4,29 1,1
14 133 5,56 1,1 135,0 4,00 0,8 268 4,77 1,2
15 146 6,34 1,2 131,0 3,94 0,6 277 5,20 1,6
16 102 6,89 1,4 127,0 4,21 0,8 229 5,40 1,7
17 71 7,46 1,6 69,0 4,25 0,8 140 5,88 2,0
18 20 7,51 1,6 17,0 4,53 0,8 37 6,14 2,0

Total 628 6,13 1,3 644 4,01 0,7 1272 5,07 1,5

Tabla nº 4.6: Resultados del Lanzamiento de balón medicinal (3 kg) en los estudiantes de 12 a 18 años
en función del género.

186
CAPÍTULO IV RESULTADOS

LANZAMIENTO DE BALÓN EN METROS 8,0


HOMBRES MUJERES
7,5
7,0
6,5
6,0
5,5

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
5,0
4,5
4,0
3,5
3,0
12 13 14 15 16 17 18
EDAD

Gráfico nº 4.6: Evolución del Lanzamiento de balón medicinal (3 kg) en los estudiantes de 12 a 18 años
en función del género

4.2.3 SALTO HORIZONTAL EN LOS ESTUDIANTES DE 12 A


18 AÑOS.
Para la valoración de la fuerza explosiva de las piernas hemos optado por el test de
Salto Horizontal que propone la batería Eurofit.

Al valorar los centímetros (cm.) alcanzados en este test, y atendiendo a la tabla nº 4.7,
es evidente la menor capacidad de salto de las mujeres respecto a los varones. De este modo la
media de los hombres se sitúa en 179,5 cm. con una desviación típica de ±27,1; mientras que en
el femenino fue de 139,1, con una desviación típica de ±21,1.

Si observamos la evolución de los resultados en función de las edades (gráfico nº 4.7),


vemos en los hombres un aumento lineal bastante pronunciado entre los 12 y 15 años en la
distancia del salto, pasando de una media de 153,8 cm. a los 12 años (DT= ±24,0; N= 51) a
188,7 cm. de media a los 15 años (DT= 26,2; N= 146). Entre los 15 y 16 años se estabilizan los
resultados, (con medias de 188,7 y 189,3 cm. respectivamente) para aumentar otra vez de forma
pronunciada entre los 16 y 17 años. El único periodo en que disminuye la capacidad de salto en
los chicos se da entre los 17 y 18 años.

187
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

En lo que a las mujeres se refiere, siguen una tendencia diferente a los hombres, dado
que entre los 12 y 15 años el perfil que describe la curva de los resultados es prácticamente
plano, es decir, hay pequeñas oscilaciones de subidas y bajadas pero siempre con diferencias
mínimas entre los valores obtenidos en estas edades. Como ejemplo, a los 12 años la media es
de 135,4 cm. (DT= ±19,9); mientras que a los 15 años todavía se mantiene en una media de
136,1 cm. (DT= ±20,4). A partir de ahí existe una tendencia al aumento pero de forma muy
progresiva llegando al máximo a los 18 años con una media de 146,4 cm. (DT= ±18,5).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Hombres Mujeres Total
Edad n Media d.t. n Media d.t. n Media d.t.
12 51 153,8 24,0 63,0 135,4 19,9 114 143,6 23,6
13 105 161,4 29,0 102,0 133,8 22,4 207 147,8 29,4
14 133 173,3 26,3 135,0 137,2 26,0 268 155,1 31,7
15 146 188,7 26,2 131,0 136,1 20,4 277 163,8 35,3
16 102 189,3 24,7 127,0 141,1 20,9 229 162,6 33,0
17 71 197,8 28,9 69,0 143,5 19,9 140 171,0 36,8
18 20 192,2 30,2 17,0 146,4 18,5 37 171,1 34,2

Total 628 179,5 27,1 644 139,1 21,1 1272 159,3 32,0

Tabla nº 4.7: Resultados del Salto Horizontal en los estudiantes de 12 a 18 años en función del género.

200,0
HOMBRES
MUJERES
190,0
SALTO HORIZONTAL EN CM

180,0

170,0

160,0

150,0

140,0

130,0

120,0
12 13 14 15 16 17 18
EDAD

Gráfico nº 4.7: Evolución del Salto Horizontal en los estudiantes de 12 a 18 años en función del género

188
CAPÍTULO IV RESULTADOS

4.2.4 ABDOMINALES EN 30 SEGUNDOS DE ESTUDIANTES DE


12 A 18 AÑOS.

De entre el amplio abanico de pruebas que existen para valorar la fuerza del grupo
muscular de los abdominales, los creadores de la batería Eurofit y nosotros en esta
investigación, nos decantamos por este test donde se contabilizan el número de flexiones de
tronco que es capaz de realizar un sujeto en un tiempo de 30 segundos.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Los valores medios que nos muestra la tabla nº 4.8 sitúan a las 644 mujeres con un
promedio de 15,0 abdominales realizados en 30” (DT= ±4,9) y a los 628 varones con 21,3 de
media (DT= ±4,7). En ambos casos la cifra más alta de abdominales realizados se sitúa a los 17
años, con 16,1 de media en la mujeres (DT= ±5,0) y 23,3 abdominales en los hombres (DT=
±4,6); manteniendo los varones valores superiores a las mujeres en todas las edades
estudiadas.

Las curvas que muestra el diagrama de líneas para los diferentes grupos de edad
(gráfico nº 4.8), no difieren mucho en el perfil descrito, aunque sí que presentan pendientes muy
diferentes. Mientras en los hombres se manifiesta una evolución ascendente muy pronunciada
entre los 12 y los 16 años, en las mujeres los resultados aumentan pero de forma muy lenta y
progresiva hasta los 17 años. En ambos casos de los 17 a los 18 años la curva decrece.

Hombres Mujeres Total


Edad n Media d.t. n Media d.t. n Media d.t.
12 51 18,1 4,8 63,0 14,4 4,7 114 16,0 5,1
13 105 19,4 5,0 102,0 14,4 3,9 207 17,0 5,1
14 133 20,7 5,1 135,0 14,7 5,4 268 17,7 6,0
15 146 22,1 5,2 131,0 15,6 4,7 277 19,0 5,9
16 102 23,3 4,3 127,0 15,9 5,4 229 19,2 6,2
17 71 23,3 4,6 69,0 16,1 5,0 140 19,8 6,0
18 20 22,1 4,1 17,0 14,2 5,0 37 18,5 6,0

Total 628 21,3 4,7 644 15,0 4,9 1272 18,15 5,8

Tabla nº 4.8: Resultados de la prueba de Abdominales en 30’’ en los estudiantes de 12 a 18 años en


función del género.

189
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

24,0
HOMBRES
MUJERES
22,0
ABDOMINALES EN 30''

20,0

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
18,0

16,0

14,0

12,0
12 13 14 15 16 17 18
EDAD

Gráfico nº 4.8: Evolución de la prueba de Abdominales en 30’’ en los estudiantes de 12 a 18 años en


función del género.

4.2.5 DINAMOMETRÍA MANUAL EN LOS ESTUDIANTES DE


12 A 18 AÑOS.

Los test de Dinametría Manual pretenden medir la fuerza de prensión de las manos.
Internacionalmente la tendencia es medir la fuerza en la mano derecha, aunque también existen
numerosas baterías de test, donde en el protocolo se especifica la realización de la prueba con
la mano dominante. En este trabajo, nosotros hemos valorado la fuerza en ambas manos, pero
en este capítulo sólo exponemos los resultados de la mano dominante siguiendo las pautas de la
batería Eurofit.

En la siguiente tabla (nº 4.9), apreciamos una evidente diferencia en la media de los
hombres (34,6) respecto a las mujeres (23,0). A los 12 años las mujeres presentan una media de
18,0 (DT= ±4,8; N= 63) y los hombres de 21,4 (DT= ±6,7; N= 51) siendo a esta edad donde
encontramos las menores diferencias. A medida que pasan los años hasta llegar a los 18, las
diferencias van aumentando siempre a favor de los varones.

190
CAPÍTULO IV RESULTADOS

En lo que al gráfico 4.9 se refiere, nos muestra en las mujeres un aumento muy
progresivo hasta los 18 años, donde alcanzan su máximo (Media= 26,3), encontrándose alguna
oscilación entre los 15 y 18 años. En los hombres se da un notable incremento de los resultados
entre los 12 y 15 años, para luego seguir mejorando de forma más paulatina hasta los 18 años
donde también ellos alcanzan el máximo (Media= 43,4; DT= 8,9).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Hombres Mujeres Total
EDAD n Media d.t. n Media d.t. n Media d.t.
12 51 21,4 6,7 63 18,0 4,8 114 19,5 5,8
13 105 26,7 8,2 102 21,8 5,6 207 24,3 7,6
14 133 31,9 8,3 135 22,7 5,2 268 27,2 8,4
15 146 37,6 8,0 131 22,7 4,9 277 30,8 9,9
16 102 39,4 7,4 127 25,3 5,4 229 31,7 9,5
17 71 41,9 9,8 69 24,0 5,4 140 33,1 11,6
18 20 43,4 8,9 17 26,3 5,4 37 36,3 11,8
Total 628 34,6 8,2 644 23,0 5,2 1272 29,0 9,2

Tabla nº 4.9: Resultados de la Dinamometría de la mano dominante en los estudiantes de 12 a 18 años,


en función del género.

45,0
HOMBRES
DINAMOMETRÍA MANO DOMINANTE

MUJERES
40,0

35,0

30,0

25,0

20,0

15,0
12 13 14 15 16 17 18
EDAD

Gráfico nº 4.9: Evolución de la Dinamometría de la mano dominante en los estudiantes de 12 a 18 años


en función del género.

191
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

4.2.6 VELOCIDAD EN 20 METROS DE LOS ESTUDIANTES DE


12 A 18 AÑOS.

La realización de este test obedece a una doble intención, medir la velocidad de reacción
junto a la de desplazamiento, mediante una prueba que no está incluida en la batería Eurofit. En
ella se registra el tiempo que se invierte en recorrer 20 metros con una salida desde tendido

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
prono y con manos entrelazadas en la espalda, anotando el resultado en segundos y centésimas
de segundo.

A la hora de analizar los datos que mostramos a continuación, creemos conveniente


recordar que al interpretar los resultados de pruebas de velocidad se invierte la situación que
hemos tenido hasta el momento; es decir, en este caso cuanto menores sean los valores
mostrados, mejores han sido los resultados obtenidos, lo cual hace que la tendencia que
describe la curva en la representación gráfica sea descendente ha medida que mejoran los
resultados, y si los resultados empeoran la tendencia de la curva es ascendente.

Así, la tabla nº 4.10 nos muestra que la media del tiempo empleado por los hombres de
12 a 18 años en levantarse y recorrer la distancia de 20 m. ha sido de 4,79 segundos (DT=
±0,51), y la de las mujeres 5,59 seg. (DT= ±0,69).

En hombres, la carrera más lenta se realiza a los 12 años (Media= 5,30; DT= ±0,53) y en
las mujeres a los 18 años, dándose la circunstancia de que casi igualan la marca de los 12 años
(Media= 5,69; DT= ±0,61). El mejor resultado lo obtienen los varones a los 16 años con un
promedio de 4,55 seg. (DT= ±0,44; N= 102) y en féminas a los 14 años con media de 5,50 seg.
(DT= ±0,73; N= 135).

La evolución de la prueba en función de la edad y el género (gráfico nº 4.10), nos


muestra como en las mujeres se aprecia muy poca variación, mejorando ligeramente los
resultados de los 12 a los 16 años para igualarse hasta los 17 y volver a empeorar entre los 17 y
18 años. En los hombres se da una mejoría de los resultados entre los 12 y los 16 años muy
acusada, para a partir de ahí empezar a empeorar muy sutilmente hasta los 18 años.

192
CAPÍTULO IV RESULTADOS

Hombres Mujeres Total


Edad n Media d.t. n Media d.t. n Media d.t.
12 51 5,30 0,53 63 5,69 0,61 114 5,52 0,60
13 105 4,99 0,61 102 5,66 0,70 207 5,32 0,74
14 133 4,86 0,62 135 5,50 0,73 268 5,18 0,75

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
15 146 4,66 0,63 131 5,53 0,73 277 5,07 0,80
16 102 4,55 0,44 127 5,52 0,69 229 5,09 0,77
17 71 4,59 0,45 69 5,52 0,70 140 5,05 0,75
18 20 4,60 0,32 17 5,70 0,67 37 5,10 0,75

Total 628 4,79 0,51 644 5,59 0,69 1272 5,19 0,74

Tabla nº 4.10: Resultados de la prueba de Velocidad en 20 m. (salida tendido prono) en los estudiantes de
12 a 18 años en función del género

6,0

5,8
VELOCIDAD 20 m. (EN SEGUNDOS)

5,6

5,4

5,2

5,0

4,8

4,6
HOMBRES
MUJERES
4,4

4,2
12 13 14 15 16 17 18
EDAD

Gráfico nº 4.10: Evolución de la prueba de Velocidad en 20 m. (salida tendido prono) en los estudiantes
de 12 a 18 años en función del género.

193
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

4.2.7 VELOCIDAD 10 X 5 METROS EN LOS ESTUDIANTES DE


12 A 18 AÑOS.

Este test que consiste en realizar 5 veces un recorrido de ida y vuelta de 5 metros, por
sus características, además de valorar el componente de velocidad (tal y como indica su
denominación), también valora la el componente de agilidad del sujeto (al tener que realizar 9
cambios de dirección durante la carrera). Los resultados de esta prueba se expresan en

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
unidades de tiempo (segundos y centésimas de segundo).

Los varones presentan mejores resultados en todos los grupos de edad de 12 a18 años
que las mujeres (tabla nº 4.11). El promedio femenino de las edades tratadas es de 22,22 seg.
(DT= ±1,69; N= 644), y el masculino de 20,17 seg. (DT= ±1,77; N= 628).

Respecto al gráfico nº 4.11, nos muestra como los hombres mejoran sus resultados año
tras año desde los 12 a los 17 años, edad esta última en que obtienen sus mejores valores
(Media= 19,42 seg. DT= ±1,49; N= 71). En las mujeres los valores empeoran de los 12 a los 15
años, edad en que obtienen los peores registros (Media= 22,66 seg. DT= ±2,02; N= 131); a
partir de ahí comienzan a mejorar los resultados obteniendo su mejor tiempo a los 18 años con
una media de 21,69 seg. y una desviación típica de 1,76.

Hombres Mujeres Total


Edad n Media d.t. n Media d.t. n Media d.t.
12 51 21,17 1,79 63 22,22 1,71 114 21,75 1,82
13 105 20,88 2,00 102 22,41 1,65 207 21,63 1,99
14 133 20,41 2,13 135 22,52 1,63 268 21,47 2,16
15 146 19,91 1,81 131 22,66 2,02 277 21,21 2,35
16 102 19,66 1,50 127 22,21 1,46 229 21,07 1,94
17 71 19,42 1,49 69 21,83 1,60 140 20,61 1,96
18 20 19,71 1,66 17 21,69 1,76 37 20,62 1,96

Total 628 20,17 1,77 644 22,22 1,69 1272 21,20 2,03

Tabla nº 4.11: Resultados de la prueba de Velocidad 10 X 5 m. en los estudiantes de 12 a 18 años en


función del género.

194
CAPÍTULO IV RESULTADOS

23,0

22,5
VELOCIDAD 10X5 (EN SEGUNDOS)

22,0

21,5

21,0

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
20,5

20,0
HOMBRES
MUJERES
19,5

19,0
12 13 14 15 16 17 18
EDAD

Gráfico nº 4.11: Evolución de la prueba de Velocidad 10 X 5 m. en los estudiantes de 12 a 18 años en


función del género.

4.2.8 FLEXIÓN ANTERIOR DE TRONCO EN LOS


ESTUDIANTES DE 12 A 18 AÑOS.
Existen numerosas pruebas diseñadas para valorar la capacidad de movilidad o
flexibilidad de las personas. Siguiendo el protocolo de la batería Eurofit, para valorar la
flexibilidad propone la realización del test de flexión anterior del tronco desde la posición de
sentado con piernas extendidas, anotando el resultado en unidades de longitud (centímetros).

Los resultados obtenidos por las mujeres son superiores a los de los hombres en todos
los grupos de edad comprendidos entre los 12 y los 18 años. Los promedios se sitúan entre los
20,61 cm. (DT= ±7,41) de las mujeres, por 16,74 cm. (DT= ±7,73) de los hombres. Ambos
géneros muestran una menor flexibilidad en esta prueba a los 12 años y el mejor resultado lo
obtienen a los 18 años (tabla nº 4.12).

En el comportamiento evolutivo que nos muestra el gráfico nº 4.12, podemos apreciar


como la flexibilidad aumenta en las mujeres hasta los 15 años, para luego disminuir hasta los 17
y terminar con su valor más elevado a los 18 años ( Media= 23,5 cm. DT= ±7,8). En el caso
masculino aumenta de forma muy ligera de los 12 a los 14 años, entre los 14 y 16 años se da un

195
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

aumento muy pronunciado, disminuye mínimamente hasta los 17 años y termina logrando los
valores máximos a los 18 años (Media= 19,2; DT= ±9,1).

Hombres Mujeres Total


EDAD n Media d.t. n Media d.t. n Media d.t.
12 51 14,3 6,6 63,0 18,0 6,3 114 16,4 6,7

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
13 105 14,4 6,0 102,0 18,6 7,7 207 16,5 7,2
14 133 14,9 7,0 135,0 20,9 7,4 268 17,9 7,8
15 146 16,8 8,2 131,0 21,7 6,9 277 19,1 8,0
16 102 19,0 8,1 127,0 20,9 8,0 229 20,1 8,1
17 71 18,5 9,0 69,0 20,5 7,7 140 19,5 8,4
18 20 19,2 9,1 17,0 23,5 7,8 37 21,2 8,7

Total 628 16,74 7,73 644 20,61 7,41 1272 18,67 7,85

Tabla nº 4.12: Resultados de la Flexión Anterior de Tronco en los estudiantes de 12 a 18 años en función
del género.

26,0
HOMBRES
MUJERES
FLEXIÓN ANTERIOR DE TRONCO EN CM.

24,0

22,0

20,0

18,0

16,0

14,0

12,0
12 13 14 15 16 17 18

EDAD

Gráfico nº 4.12: Evolución de la Flexión Anterior de Tronco en los estudiantes de 12 a 18 años en función
del género.

196
CAPÍTULO IV RESULTADOS

4.3 ÍNDICES CORRELACIONALES DE LAS PRUEBAS


FÍSICAS Y ANTROPOMÉTRICAS EN ESTUDIANTES DE
12 A 18 AÑOS.
Con el fin de conocer las relaciones existentes entre las diferentes pruebas
antropométricas y físicas que se han utilizado en este trabajo, en el cual se pretende, entre otras
cosas, el estudio de la condición física de los estudiantes de la comarca norte de la isla de Gran

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Canaria, hemos calculado los índices de correlación de Pearson para valorar el grado de
asociación de cada par de variables con la utilización del paquete estadístico SPSS (ver. 14.0)
para Windows.

Teniendo en cuenta que las correlaciones son estadísticos que indican en qué grado las
pruebas son independientes o presentan alguna interrelación entre ellas (Brito Ojeda et al.,
1995), los índices de correlación arrojan un valor que va desde -1 a 1, indicando estos valores la
relación positiva o negativa que se da entre los distintos test, y el valor 0 la inexistencia de la
misma. No obstante, a la hora de interpretar estas tablas, debemos atender a algunos aspectos
previos que creemos merecen una aclaración.

Por un lado, podemos observar como en la mayoría de las pruebas físicas cuanto mayor
puntuación se obtiene, mejor ha sido la realización de la prueba. Este hecho presenta las
excepciones de las pruebas de velocidad, donde, a menor tiempo registrado mejor marca se ha
tenido la prueba. Esto explica el hecho de que muchos de las correlaciones con las pruebas de
velocidad sean negativas.

En segundo lugar, la regla por la que suele regirse la interpretación de los coeficientes de
correlación es la siguiente (Bravo et al., 1999):

- Coeficiente de correlación menor de 0,20; se considera nulo.


- Coeficiente cuyo valor está comprendido entre 0,40 y 0,60 representa una
correlación media.
- Coeficiente entre 0,60 y 0,90 muestra una correlación alta.
- Coeficiente de 0,90 simboliza una correlación muy elevada.

En tercer lugar, es oportuno aclarar la no existencia de comentarios acerca de cada una


de las tablas. Como podremos observar, la cantidad de datos y números es tal, que se haría
demasiado monótono, y perdería sentido la investigación si nos perdiéramos en la interpretación

197
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

de cada uno de ellos. Por este motivo, aquellos aspectos más relevantes serán comentados y
discutidos en el apartado referido al análisis y discusión de los resultados.

Por último, indicar que se ha calculado el índice de correlación atendiendo al género y


edades de la muestra, presentando dichos resultados acompañados del nivel de significación
estadística (bilateral) para cada par de variables relacionadas, así como el número de casos (n)
que se interrelacionan, dando lugar a la siguiente relación de tablas:

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
• Tabla nº 4.13: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
total de varones de 12 a 18 años de edad.
• Tabla nº 4.14: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
total de mujeres de 12 a 18 años de edad.
• Tabla nº 4.15: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
de varones de 12 años de edad.
• Tabla nº 4.16: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
de varones de 13 años de edad.
• Tabla nº 4.17: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
de varones de 14 años de edad.
• Tabla nº 4.18: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
de varones de 15 años de edad.
• Tabla nº 4.19: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
de varones de 16 años de edad.
• Tabla nº 4.20: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
de varones de 17 años de edad.
• Tabla nº 4.21: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
de varones de 18 años de edad.
• Tabla nº 4.22: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
de mujeres de 12 años de edad.
• Tabla nº 4.23: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
de mujeres de 13 años de edad.
• Tabla nº 4.24: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
de mujeres de 14 años de edad.
• Tabla nº 4.25: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
de mujeres de 15 años de edad.
• Tabla nº 4.26: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
de mujeres de 16 años de edad.
• Tabla nº 4.27: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
de mujeres de 17 años de edad.
• Tabla nº 4.28: Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra
de mujeres de 18 años de edad.

198
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,624(**) ,215(**) -0,017 ,406(**) ,638(**) ,234(**) -,249(**) -,207(**) ,238(**) ,103(**) ,704(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0 0 0,672 0 0 0 0 0 0 0,01 0
CAPÍTULO IV

N 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628
Correlación de Pearson ,624(**) 1 ,891(**) ,647(**) 0,03 ,552(**) 0,007 0,044 ,113(**) -,149(**) ,103(**) ,618(**)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0,459 0 0,862 0,269 0,005 0 0,01 0
N 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628
Índice Correlación de Pearson ,215(**) ,891(**) 1 ,830(**) -,199(**) ,322(**) -,130(**) ,203(**) ,269(**) -,322(**) 0,068 ,371(**)
Masa Sig. (bilateral) 0 0 0 0 0 0,001 0 0 0 0,086 0
Corporal N 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628
Porcentaje Correlación de Pearson -0,017 ,647(**) ,830(**) 1 -,421(**) 0,036 -,300(**) ,398(**) ,430(**) -,459(**) -0,034 0,078
Grasa Sig. (bilateral) 0,672 0 0 0 0,369 0 0 0 0 0,394 0,051
Corporal N 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628
Correlación de Pearson ,406(**) 0,03 -,199(**) -,421(**) 1 ,580(**) ,559(**) -,661(**) -,616(**) ,543(**) ,330(**) ,487(**)
Salto
Sig. (bilateral) 0 0,459 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Horizontal
N 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628
Lanzamiento Correlación de Pearson ,638(**) ,552(**) ,322(**) 0,036 ,580(**) 1 ,472(**) -,424(**) -,415(**) ,383(**) ,280(**) ,677(**)
de balón Sig. (bilateral) 0 0 0 0,369 0 0 0 0 0 0 0
(3 Kg) N 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628
Correlación de Pearson ,234(**) 0,007 -,130(**) -,300(**) ,559(**) ,472(**) 1 -,554(**) -,439(**) ,512(**) ,246(**) ,307(**)
Abdominales
Sig. (bilateral) 0 0,862 0,001 0 0 0 0 0 0 0 0
en 30 seg.

199
N 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628
Velocidad Correlación de Pearson -,249(**) 0,044 ,203(**) ,398(**) -,661(**) -,424(**) -,554(**) 1 ,497(**) -,517(**) -,273(**) -,372(**)
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0 0,269 0 0 0 0 0 0 0 0 0
tendido prono N 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628
Correlación de Pearson -,207(**) ,113(**) ,269(**) ,430(**) -,616(**) -,415(**) -,439(**) ,497(**) 1 -,570(**) -,207(**) -,261(**)
Velocidad
Sig. (bilateral) 0 0,005 0 0 0 0 0 0 0 0 0
10x5 m.
N 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628
Correlación de Pearson ,238(**) -,149(**) -,322(**) -,459(**) ,543(**) ,383(**) ,512(**) -,517(**) -,570(**) 1 ,229(**) ,255(**)
Course
Sig. (bilateral) 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Navette
N 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628
Flexión Correlación de Pearson ,103(**) ,103(**) 0,068 -0,034 ,330(**) ,280(**) ,246(**) -,273(**) -,207(**) ,229(**) 1 ,270(**)
anterior de Sig. (bilateral) 0,01 0,01 0,086 0,394 0 0 0 0 0 0 0
tronco N 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628
Correlación de Pearson ,704(**) ,618(**) ,371(**) 0,078 ,487(**) ,677(**) ,307(**) -,372(**) -,261(**) ,255(**) ,270(**) 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0 0 0 0,051 0 0 0 0 0 0 0
manual
N 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628 628
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.13.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de VARONES de 12 a 18 años.
RESULTADOS

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,502(**) ,157(**) ,138(**) ,140(**) ,349(**) 0,059 0,019 -0,032 0,01 -0,031 ,469(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0 0 0 0 0 0,138 0,623 0,425 0,798 0,426 0
N 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644
Correlación de Pearson ,502(**) 1 ,929(**) ,841(**) -,157(**) ,371(**) -,100(*) ,281(**) ,200(**) -,251(**) 0,031 ,472(**)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0 0 0,011 0 0 0 0,435 0
N 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644
Índice Correlación de Pearson ,157(**) ,929(**) 1 ,910(**) -,236(**) ,279(**) -,134(**) ,310(**) ,240(**) -,289(**) 0,053 ,347(**)
Masa Sig. (bilateral) 0 0 0 0 0 0,001 0 0 0 0,18 0
Corporal N 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA

Porcentaje Correlación de Pearson ,138(**) ,841(**) ,910(**) 1 -,258(**) ,203(**) -,120(**) ,277(**) ,250(**) -,286(**) 0,023 ,262(**)
Grasa Sig. (bilateral) 0 0 0 0 0 0,002 0 0 0 0,56 0
Corporal N 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644
Correlación de Pearson ,140(**) -,157(**) -,236(**) -,258(**) 1 ,438(**) ,408(**) -,584(**) -,510(**) ,447(**) ,174(**) ,276(**)
Salto
Sig. (bilateral) 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Horizontal
N 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644
Lanzamiento Correlación de Pearson ,349(**) ,371(**) ,279(**) ,203(**) ,438(**) 1 ,302(**) -,284(**) -,326(**) ,269(**) ,226(**) ,529(**)
de balón Sig. (bilateral) 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
(3 Kg) N 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644
Correlación de Pearson 0,059 -,100(*) -,134(**) -,120(**) ,408(**) ,302(**) 1 -,446(**) -,263(**) ,305(**) ,189(**) ,175(**)
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,138 0,011 0,001 0,002 0 0 0 0 0 0 0
en 30 seg.

200
N 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644
Velocidad Correlación de Pearson 0,019 ,281(**) ,310(**) ,277(**) -,584(**) -,284(**) -,446(**) 1 ,500(**) -,444(**) -,204(**) -,184(**)
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,623 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
tendido prono N 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644
Correlación de Pearson -0,032 ,200(**) ,240(**) ,250(**) -,510(**) -,326(**) -,263(**) ,500(**) 1 -,487(**) -,123(**) -,145(**)
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,425 0 0 0 0 0 0 0 0 0,002 0
10x5 m.
N 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644
Correlación de Pearson 0,01 -,251(**) -,289(**) -,286(**) ,447(**) ,269(**) ,305(**) -,444(**) -,487(**) 1 ,119(**) ,092(*)
Course
Sig. (bilateral) 0,798 0 0 0 0 0 0 0 0 0,002 0,02
Navette
N 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644
Flexión Correlación de Pearson -0,031 0,031 0,053 0,023 ,174(**) ,226(**) ,189(**) -,204(**) -,123(**) ,119(**) 1 ,179(**)
anterior de Sig. (bilateral) 0,426 0,435 0,18 0,56 0 0 0 0 0,002 0,002 0
tronco N 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644
Correlación de Pearson ,469(**) ,472(**) ,347(**) ,262(**) ,276(**) ,529(**) ,175(**) -,184(**) -,145(**) ,092(*) ,179(**) 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0,02 0
manual
N 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644 644
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.14.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de MUJERES de 12 a 18 años.
TESIS DOCTORAL

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,750(**) ,459(**) 0,246 0,099 ,459(**) 0,003 0,017 0,232 -0,042 0,002 ,715(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0 0,001 0,081 0,49 0,001 0,986 0,907 0,102 0,771 0,99 0
CAPÍTULO IV

N 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51
Correlación de Pearson ,750(**) 1 ,928(**) ,763(**) -0,16 ,536(**) -0,109 ,337(*) ,507(**) -,314(*) 0,025 ,704(**)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0,263 0 0,446 0,016 0 0,025 0,864 0
N 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51
Índice Correlación de Pearson ,459(**) ,928(**) 1 ,895(**) -,277(*) ,458(**) -0,178 ,467(**) ,553(**) -,429(**) 0,026 ,558(**)
Masa Sig. (bilateral) 0,001 0 0 0,049 0,001 0,212 0,001 0 0,002 0,854 0
Corporal N 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51
Porcentaje Correlación de Pearson 0,246 ,763(**) ,895(**) 1 -,472(**) 0,253 -,291(*) ,653(**) ,681(**) -,487(**) -0,135 ,311(*)
Grasa Sig. (bilateral) 0,081 0 0 0 0,074 0,039 0 0 0 0,346 0,026
Corporal N 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51
Correlación de Pearson 0,099 -0,16 -,277(*) -,472(**) 1 ,325(*) ,415(**) -,705(**) -,573(**) ,303(*) ,498(**) 0,217
Salto
Sig. (bilateral) 0,49 0,263 0,049 0 0,02 0,002 0 0 0,031 0 0,126
Horizontal
N 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51
Lanzamiento Correlación de Pearson ,459(**) ,536(**) ,458(**) 0,253 ,325(*) 1 ,406(**) -0,19 -0,021 0,185 ,410(**) ,639(**)
de balón Sig. (bilateral) 0,001 0 0,001 0,074 0,02 0,003 0,182 0,881 0,194 0,003 0
(3 Kg) N 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51
Correlación de Pearson 0,003 -0,109 -0,178 -,291(*) ,415(**) ,406(**) 1 -,480(**) -,501(**) ,459(**) 0,254 0,097
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,986 0,446 0,212 0,039 0,002 0,003 0 0 0,001 0,072 0,5
en 30 seg.

201
N 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51
Velocidad Correlación de Pearson 0,017 ,337(*) ,467(**) ,653(**) -,705(**) -0,19 -,480(**) 1 ,549(**) -,507(**) -,442(**) -0,139
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,907 0,016 0,001 0 0 0,182 0 0 0 0,001 0,33
tendido prono N 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51
Correlación de Pearson 0,232 ,507(**) ,553(**) ,681(**) -,573(**) -0,021 -,501(**) ,549(**) 1 -,517(**) -0,204 0,214
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,102 0 0 0 0 0,881 0 0 0 0,152 0,132
10x5 m.
N 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51
Correlación de Pearson -0,042 -,314(*) -,429(**) -,487(**) ,303(*) 0,185 ,459(**) -,507(**) -,517(**) 1 0,231 -0,063
Course
Sig. (bilateral) 0,771 0,025 0,002 0 0,031 0,194 0,001 0 0 0,103 0,662
Navette
N 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51
Flexión Correlación de Pearson 0,002 0,025 0,026 -0,135 ,498(**) ,410(**) 0,254 -,442(**) -0,204 0,231 1 0,159
anterior de Sig. (bilateral) 0,99 0,864 0,854 0,346 0 0,003 0,072 0,001 0,152 0,103 0,265
tronco N 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51
Correlación de Pearson ,715(**) ,704(**) ,558(**) ,311(*) 0,217 ,639(**) 0,097 -0,139 0,214 -0,063 0,159 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0 0 0 0,026 0,126 0 0,5 0,33 0,132 0,662 0,265
manual
N 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51 51
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.15.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de VARONES de 12 años.
RESULTADOS

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,530(**) 0,076 -0,033 ,248(*) ,556(**) 0,093 -0,128 -0,14 ,250(**) 0,031 ,721(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0 0,44 0,736 0,011 0 0,346 0,194 0,154 0,01 0,755 0
N 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105
Correlación de Pearson ,530(**) 1 ,883(**) ,711(**) -,205(*) ,357(**) -,311(**) ,314(**) ,293(**) -0,175 -0,046 ,529(**)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0,036 0 0,001 0,001 0,002 0,075 0,639 0
N 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105
Índice Correlación de Pearson 0,076 ,883(**) 1 ,860(**) -,388(**) 0,115 -,429(**) ,466(**) ,434(**) -,357(**) -0,074 ,214(*)
Masa Sig. (bilateral) 0,44 0 0 0 0,242 0 0 0 0 0,452 0,029
Corporal N 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA

Porcentaje Correlación de Pearson -0,033 ,711(**) ,860(**) 1 -,416(**) -0,092 -,499(**) ,531(**) ,400(**) -,407(**) -0,057 0,048
Grasa Sig. (bilateral) 0,736 0 0 0 0,351 0 0 0 0 0,56 0,627
Corporal N 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105
Correlación de Pearson ,248(*) -,205(*) -,388(**) -,416(**) 1 ,416(**) ,542(**) -,642(**) -,496(**) ,434(**) ,213(*) ,249(*)
Salto
Sig. (bilateral) 0,011 0,036 0 0 0 0 0 0 0 0,029 0,01
Horizontal
N 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105
Lanzamiento Correlación de Pearson ,556(**) ,357(**) 0,115 -0,092 ,416(**) 1 ,246(*) -,255(**) -,240(*) ,296(**) 0,139 ,600(**)
de balón Sig. (bilateral) 0 0 0,242 0,351 0 0,011 0,009 0,014 0,002 0,158 0
(3 Kg) N 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105
Correlación de Pearson 0,093 -,311(**) -,429(**) -,499(**) ,542(**) ,246(*) 1 -,549(**) -,263(**) ,507(**) 0,178 0,032
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,346 0,001 0 0 0 0,011 0 0,007 0 0,069 0,743
en 30 seg.

202
N 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105
Velocidad Correlación de Pearson -0,128 ,314(**) ,466(**) ,531(**) -,642(**) -,255(**) -,549(**) 1 ,416(**) -,342(**) -0,122 -0,16
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,194 0,001 0 0 0 0,009 0 0 0 0,214 0,104
tendido prono N 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105
Correlación de Pearson -0,14 ,293(**) ,434(**) ,400(**) -,496(**) -,240(*) -,263(**) ,416(**) 1 -,411(**) -,215(*) -0,08
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,154 0,002 0 0 0 0,014 0,007 0 0 0,027 0,418
10x5 m.
N 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105
Correlación de Pearson ,250(**) -0,175 -,357(**) -,407(**) ,434(**) ,296(**) ,507(**) -,342(**) -,411(**) 1 0,175 ,221(*)
Course
Sig. (bilateral) 0,01 0,075 0 0 0 0,002 0 0 0 0,074 0,023
Navette
N 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105
Flexión Correlación de Pearson 0,031 -0,046 -0,074 -0,057 ,213(*) 0,139 0,178 -0,122 -,215(*) 0,175 1 0,118
anterior de Sig. (bilateral) 0,755 0,639 0,452 0,56 0,029 0,158 0,069 0,214 0,027 0,074 0,231
tronco N 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105
Correlación de Pearson ,721(**) ,529(**) ,214(*) 0,048 ,249(*) ,600(**) 0,032 -0,16 -0,08 ,221(*) 0,118 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0 0 0,029 0,627 0,01 0 0,743 0,104 0,418 0,023 0,231
manual
N 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105 105
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.16.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de VARONES de 13 años.
TESIS DOCTORAL

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,567(**) ,191(*) 0,123 ,200(*) ,481(**) -0,002 -0,101 -0,008 -0,01 -0,057 ,590(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0 0,028 0,158 0,021 0 0,981 0,249 0,929 0,907 0,513 0
CAPÍTULO IV

N 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133
Correlación de Pearson ,567(**) 1 ,914(**) ,779(**) -,284(**) ,351(**) -,218(*) ,194(*) ,323(**) -,321(**) -0,038 ,455(**)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0,001 0 0,012 0,025 0 0 0,665 0
N 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133
Índice Correlación de Pearson ,191(*) ,914(**) 1 ,866(**) -,436(**) ,185(*) -,259(**) ,278(**) ,400(**) -,381(**) -0,018 ,260(**)
Masa Sig. (bilateral) 0,028 0 0 0 0,033 0,003 0,001 0 0 0,84 0,003
Corporal N 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133
Porcentaje Correlación de Pearson 0,123 ,779(**) ,866(**) 1 -,572(**) 0,055 -,338(**) ,405(**) ,505(**) -,458(**) -0,105 0,093
Grasa Sig. (bilateral) 0,158 0 0 0 0,528 0 0 0 0 0,228 0,287
Corporal N 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133
Correlación de Pearson ,200(*) -,284(**) -,436(**) -,572(**) 1 ,408(**) ,493(**) -,643(**) -,635(**) ,465(**) ,271(**) ,348(**)
Salto
Sig. (bilateral) 0,021 0,001 0 0 0 0 0 0 0 0,002 0
Horizontal
N 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133
Lanzamiento Correlación de Pearson ,481(**) ,351(**) ,185(*) 0,055 ,408(**) 1 ,328(**) -,312(**) -,317(**) ,241(**) 0,147 ,592(**)
de balón Sig. (bilateral) 0 0 0,033 0,528 0 0 0 0 0,005 0,092 0
(3 Kg) N 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133
Correlación de Pearson -0,002 -,218(*) -,259(**) -,338(**) ,493(**) ,328(**) 1 -,501(**) -,497(**) ,443(**) 0,083 ,242(**)
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,981 0,012 0,003 0 0 0 0 0 0 0,341 0,005
en 30 seg.

203
N 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133
Velocidad Correlación de Pearson -0,101 ,194(*) ,278(**) ,405(**) -,643(**) -,312(**) -,501(**) 1 ,474(**) -,425(**) -,268(**) -,377(**)
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,249 0,025 0,001 0 0 0 0 0 0 0,002 0
tendido prono N 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133
Correlación de Pearson -0,008 ,323(**) ,400(**) ,505(**) -,635(**) -,317(**) -,497(**) ,474(**) 1 -,537(**) -,172(*) -0,163
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,929 0 0 0 0 0 0 0 0 0,048 0,06
10x5 m.
N 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133
Correlación de Pearson -0,01 -,321(**) -,381(**) -,458(**) ,465(**) ,241(**) ,443(**) -,425(**) -,537(**) 1 0,144 0,078
Course
Sig. (bilateral) 0,907 0 0 0 0 0,005 0 0 0 0,097 0,372
Navette
N 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133
Flexión Correlación de Pearson -0,057 -0,038 -0,018 -0,105 ,271(**) 0,147 0,083 -,268(**) -,172(*) 0,144 1 ,206(*)
anterior de Sig. (bilateral) 0,513 0,665 0,84 0,228 0,002 0,092 0,341 0,002 0,048 0,097 0,017
tronco N 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133
Correlación de Pearson ,590(**) ,455(**) ,260(**) 0,093 ,348(**) ,592(**) ,242(**) -,377(**) -0,163 0,078 ,206(*) 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0 0 0,003 0,287 0 0 0,005 0 0,06 0,372 0,017
manual
N 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133 133
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.17.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de VARONES de 14 años.
RESULTADOS

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,525(**) 0,126 0,049 0,157 ,399(**) 0,081 -0,035 -0,114 0,117 -0,068 ,475(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0 0,131 0,558 0,059 0 0,33 0,676 0,169 0,158 0,415 0
N 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146
Correlación de Pearson ,525(**) 1 ,907(**) ,777(**) -0,122 ,300(**) -0,121 ,237(**) 0,157 -,262(**) 0,1 ,576(**)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0,142 0 0,147 0,004 0,059 0,001 0,232 0
N 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146
Índice Correlación de Pearson 0,126 ,907(**) 1 ,890(**) -,219(**) 0,16 -,173(*) ,292(**) ,242(**) -,362(**) 0,155 ,441(**)
Masa Sig. (bilateral) 0,131 0 0 0,008 0,053 0,037 0 0,003 0 0,061 0
Corporal N 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA

Porcentaje Correlación de Pearson 0,049 ,777(**) ,890(**) 1 -,328(**) 0,06 -,247(**) ,354(**) ,321(**) -,429(**) 0,09 ,284(**)
Grasa Sig. (bilateral) 0,558 0 0 0 0,473 0,003 0 0 0 0,279 0,001
Corporal N 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146
Correlación de Pearson 0,157 -0,122 -,219(**) -,328(**) 1 ,578(**) ,554(**) -,584(**) -,627(**) ,573(**) ,209(*) ,305(**)
Salto
Sig. (bilateral) 0,059 0,142 0,008 0 0 0 0 0 0 0,011 0
Horizontal
N 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146
Lanzamiento Correlación de Pearson ,399(**) ,300(**) 0,16 0,06 ,578(**) 1 ,484(**) -,394(**) -,531(**) ,476(**) 0,158 ,413(**)
de balón Sig. (bilateral) 0 0 0,053 0,473 0 0 0 0 0 0,056 0
(3 Kg) N 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146
Correlación de Pearson 0,081 -0,121 -,173(*) -,247(**) ,554(**) ,484(**) 1 -,579(**) -,418(**) ,566(**) ,176(*) 0,148
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,33 0,147 0,037 0,003 0 0 0 0 0 0,033 0,074
en 30 seg.

204
N 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146
Velocidad Correlación de Pearson -0,035 ,237(**) ,292(**) ,354(**) -,584(**) -,394(**) -,579(**) 1 ,484(**) -,617(**) -0,072 -0,096
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,676 0,004 0 0 0 0 0 0 0 0,391 0,25
tendido prono N 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146
Correlación de Pearson -0,114 0,157 ,242(**) ,321(**) -,627(**) -,531(**) -,418(**) ,484(**) 1 -,603(**) -0,11 -,206(*)
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,169 0,059 0,003 0 0 0 0 0 0 0,186 0,013
10x5 m.
N 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146
Correlación de Pearson 0,117 -,262(**) -,362(**) -,429(**) ,573(**) ,476(**) ,566(**) -,617(**) -,603(**) 1 ,171(*) 0,148
Course
Sig. (bilateral) 0,158 0,001 0 0 0 0 0 0 0 0,039 0,075
Navette
N 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146
Flexión Correlación de Pearson -0,068 0,1 0,155 0,09 ,209(*) 0,158 ,176(*) -0,072 -0,11 ,171(*) 1 ,170(*)
anterior de Sig. (bilateral) 0,415 0,232 0,061 0,279 0,011 0,056 0,033 0,391 0,186 0,039 0,041
tronco N 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146
Correlación de Pearson ,475(**) ,576(**) ,441(**) ,284(**) ,305(**) ,413(**) 0,148 -0,096 -,206(*) 0,148 ,170(*) 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0 0 0 0,001 0 0 0,074 0,25 0,013 0,075 0,041
manual
N 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146 146
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.18.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de VARONES de 15 años.
TESIS DOCTORAL

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,460(**) 0,094 0,166 0,077 ,411(**) -0,061 0,145 0,053 -0,043 -0,007 ,375(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0 0,349 0,096 0,441 0 0,539 0,145 0,599 0,666 0,943 0
CAPÍTULO IV

N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Correlación de Pearson ,460(**) 1 ,924(**) ,827(**) -,300(**) ,475(**) -0,178 0,171 ,332(**) -,421(**) -0,104 ,436(**)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0,002 0 0,073 0,086 0,001 0 0,296 0
N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Índice Correlación de Pearson 0,094 ,924(**) 1 ,857(**) -,365(**) ,364(**) -0,167 0,112 ,334(**) -,446(**) -0,11 ,329(**)
Masa Sig. (bilateral) 0,349 0 0 0 0 0,092 0,262 0,001 0 0,271 0,001
Corporal N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Porcentaje Correlación de Pearson 0,166 ,827(**) ,857(**) 1 -,443(**) ,281(**) -,228(*) 0,182 ,468(**) -,491(**) -0,109 0,172
Grasa Sig. (bilateral) 0,096 0 0 0 0,004 0,021 0,067 0 0 0,274 0,084
Corporal N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Correlación de Pearson 0,077 -,300(**) -,365(**) -,443(**) 1 ,265(**) ,452(**) -,506(**) -,466(**) ,539(**) ,379(**) ,204(*)
Salto
Sig. (bilateral) 0,441 0,002 0 0 0,007 0 0 0 0 0 0,039
Horizontal
N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Lanzamiento Correlación de Pearson ,411(**) ,475(**) ,364(**) ,281(**) ,265(**) 1 ,270(**) -0,135 -0,182 0,12 0,023 ,316(**)
de balón Sig. (bilateral) 0 0 0 0,004 0,007 0,006 0,177 0,067 0,228 0,819 0,001
(3 Kg) N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Correlación de Pearson -0,061 -0,178 -0,167 -,228(*) ,452(**) ,270(**) 1 -,339(**) -0,183 ,347(**) ,277(**) 0,063
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,539 0,073 0,092 0,021 0 0,006 0 0,066 0 0,005 0,53
en 30 seg.

205
N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Velocidad Correlación de Pearson 0,145 0,171 0,112 0,182 -,506(**) -0,135 -,339(**) 1 ,220(*) -,384(**) -,477(**) -,196(*)
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,145 0,086 0,262 0,067 0 0,177 0 0,026 0 0 0,049
tendido prono N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Correlación de Pearson 0,053 ,332(**) ,334(**) ,468(**) -,466(**) -0,182 -0,183 ,220(*) 1 -,580(**) -,213(*) 0,055
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,599 0,001 0,001 0 0 0,067 0,066 0,026 0 0,032 0,584
10x5 m.
N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Correlación de Pearson -0,043 -,421(**) -,446(**) -,491(**) ,539(**) 0,12 ,347(**) -,384(**) -,580(**) 1 ,310(**) -0,005
Course
Sig. (bilateral) 0,666 0 0 0 0 0,228 0 0 0 0,002 0,958
Navette
N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Flexión Correlación de Pearson -0,007 -0,104 -0,11 -0,109 ,379(**) 0,023 ,277(**) -,477(**) -,213(*) ,310(**) 1 0,173
anterior de Sig. (bilateral) 0,943 0,296 0,271 0,274 0 0,819 0,005 0 0,032 0,002 0,083
tronco N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Correlación de Pearson ,375(**) ,436(**) ,329(**) 0,172 ,204(*) ,316(**) 0,063 -,196(*) 0,055 -0,005 0,173 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0 0 0,001 0,084 0,039 0,001 0,53 0,049 0,584 0,958 0,083
manual
N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.19.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de VARONES de 16 años.
RESULTADOS

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,398(**) 0,016 -0,01 0,209 ,298(*) 0,17 0,056 -0,008 -0,016 -0,039 ,332(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0,001 0,895 0,931 0,08 0,012 0,157 0,644 0,945 0,892 0,75 0,005
N 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71
Correlación de Pearson ,398(**) 1 ,920(**) ,848(**) -0,135 ,460(**) 0,01 0,188 ,243(*) -,483(**) 0,075 ,529(**)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0,262 0 0,933 0,117 0,041 0 0,533 0
N 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71
Índice Correlación de Pearson 0,016 ,920(**) 1 ,931(**) -,239(*) ,367(**) -0,049 0,185 ,266(*) -,515(**) 0,089 ,423(**)
Masa Sig. (bilateral) 0,895 0 0 0,044 0,002 0,686 0,122 0,025 0 0,46 0
Corporal N 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA

Porcentaje Correlación de Pearson -0,01 ,848(**) ,931(**) 1 -,323(**) ,321(**) -0,048 0,223 ,303(*) -,501(**) 0,063 ,358(**)
Grasa Sig. (bilateral) 0,931 0 0 0,006 0,006 0,692 0,061 0,01 0 0,604 0,002
Corporal N 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71
Correlación de Pearson 0,209 -0,135 -,239(*) -,323(**) 1 ,492(**) ,447(**) -,637(**) -,562(**) ,377(**) ,255(*) ,314(**)
Salto
Sig. (bilateral) 0,08 0,262 0,044 0,006 0 0 0 0 0,001 0,032 0,008
Horizontal
N 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71
Lanzamiento Correlación de Pearson ,298(*) ,460(**) ,367(**) ,321(**) ,492(**) 1 ,514(**) -,375(**) -,374(**) 0,14 ,426(**) ,543(**)
de balón Sig. (bilateral) 0,012 0 0,002 0,006 0 0 0,001 0,001 0,243 0 0
(3 Kg) N 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71
Correlación de Pearson 0,17 0,01 -0,049 -0,048 ,447(**) ,514(**) 1 -,386(**) -,403(**) ,332(**) ,282(*) ,288(*)
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,157 0,933 0,686 0,692 0 0 0,001 0 0,005 0,017 0,015
en 30 seg.

206
N 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71
Velocidad Correlación de Pearson 0,056 0,188 0,185 0,223 -,637(**) -,375(**) -,386(**) 1 ,487(**) -,399(**) -,270(*) -,239(*)
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,644 0,117 0,122 0,061 0 0,001 0,001 0 0,001 0,023 0,045
tendido prono N 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71
Correlación de Pearson -0,008 ,243(*) ,266(*) ,303(*) -,562(**) -,374(**) -,403(**) ,487(**) 1 -,516(**) -0,135 -0,147
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,945 0,041 0,025 0,01 0 0,001 0 0 0 0,262 0,222
10x5 m.
N 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71
Correlación de Pearson -0,016 -,483(**) -,515(**) -,501(**) ,377(**) 0,14 ,332(**) -,399(**) -,516(**) 1 0,122 -0,049
Course
Sig. (bilateral) 0,892 0 0 0 0,001 0,243 0,005 0,001 0 0,312 0,686
Navette
N 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71
Flexión Correlación de Pearson -0,039 0,075 0,089 0,063 ,255(*) ,426(**) ,282(*) -,270(*) -0,135 0,122 1 ,277(*)
anterior de Sig. (bilateral) 0,75 0,533 0,46 0,604 0,032 0 0,017 0,023 0,262 0,312 0,019
tronco N 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71
Correlación de Pearson ,332(**) ,529(**) ,423(**) ,358(**) ,314(**) ,543(**) ,288(*) -,239(*) -0,147 -0,049 ,277(*) 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0,005 0 0 0,002 0,008 0 0,015 0,045 0,222 0,686 0,019
manual
N 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71 71
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.20.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de VARONES de 17 años.
TESIS DOCTORAL

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,462(*) 0,073 -0,101 ,468(*) ,721(**) 0,25 -,468(*) -0,418 0,151 0,079 ,696(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0,04 0,761 0,671 0,038 0 0,288 0,037 0,067 0,527 0,74 0,001
CAPÍTULO IV

N 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20
Correlación de Pearson ,462(*) 1 ,915(**) ,779(**) -0,071 ,584(**) 0,321 0,187 -0,006 -0,344 0,133 0,376
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0,767 0,007 0,168 0,43 0,981 0,138 0,575 0,103
N 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20
Índice Correlación de Pearson 0,073 ,915(**) 1 ,930(**) -0,275 0,331 0,261 0,395 0,161 -,444(*) 0,118 0,121
Masa Sig. (bilateral) 0,761 0 0 0,24 0,153 0,267 0,085 0,497 0,05 0,621 0,61
Corporal N 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20
Porcentaje Correlación de Pearson -0,101 ,779(**) ,930(**) 1 -0,36 0,17 0,168 ,547(*) 0,227 -,497(*) 0,166 0,001
Grasa Sig. (bilateral) 0,671 0 0 0,118 0,475 0,478 0,012 0,336 0,026 0,485 0,996
Corporal N 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20
Correlación de Pearson ,468(*) -0,071 -0,275 -0,36 1 ,535(*) 0,29 -,603(**) -,685(**) 0,421 0,2 ,571(**)
Salto
Sig. (bilateral) 0,038 0,767 0,24 0,118 0,015 0,214 0,005 0,001 0,065 0,399 0,009
Horizontal
N 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20
Lanzamiento Correlación de Pearson ,721(**) ,584(**) 0,331 0,17 ,535(*) 1 ,474(*) -0,408 -,485(*) 0,172 0,19 ,577(**)
de balón Sig. (bilateral) 0 0,007 0,153 0,475 0,015 0,035 0,074 0,03 0,469 0,422 0,008
(3 Kg) N 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20
Correlación de Pearson 0,25 0,321 0,261 0,168 0,29 ,474(*) 1 -0,276 -0,26 0,282 0,235 0,173
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,288 0,168 0,267 0,478 0,214 0,035 0,239 0,269 0,229 0,318 0,465
en 30 seg.

207
N 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20
Velocidad Correlación de Pearson -,468(*) 0,187 0,395 ,547(*) -,603(**) -0,408 -0,276 1 ,472(*) -,511(*) -0,068 -,460(*)
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,037 0,43 0,085 0,012 0,005 0,074 0,239 0,035 0,021 0,777 0,041
tendido prono N 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20
Correlación de Pearson -0,418 -0,006 0,161 0,227 -,685(**) -,485(*) -0,26 ,472(*) 1 -,492(*) 0,055 -,514(*)
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,067 0,981 0,497 0,336 0,001 0,03 0,269 0,035 0,028 0,819 0,02
10x5 m.
N 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20
Correlación de Pearson 0,151 -0,344 -,444(*) -,497(*) 0,421 0,172 0,282 -,511(*) -,492(*) 1 -0,121 0,222
Course
Sig. (bilateral) 0,527 0,138 0,05 0,026 0,065 0,469 0,229 0,021 0,028 0,61 0,348
Navette
N 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20
Flexión Correlación de Pearson 0,079 0,133 0,118 0,166 0,2 0,19 0,235 -0,068 0,055 -0,121 1 0,179
anterior de Sig. (bilateral) 0,74 0,575 0,621 0,485 0,399 0,422 0,318 0,777 0,819 0,61 0,449
tronco N 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20
Correlación de Pearson ,696(**) 0,376 0,121 0,001 ,571(**) ,577(**) 0,173 -,460(*) -,514(*) 0,222 0,179 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0,001 0,103 0,61 0,996 0,009 0,008 0,465 0,041 0,02 0,348 0,449
manual
N 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.21.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de VARONES de 18 años.
RESULTADOS

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,493(**) 0,106 0,155 0,174 0,202 0,136 0,111 0,058 0,082 -0,033 ,345(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0 0,409 0,224 0,173 0,112 0,288 0,389 0,651 0,524 0,798 0,006
N 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63
Correlación de Pearson ,493(**) 1 ,915(**) ,884(**) -0,101 ,304(*) 0,188 ,325(**) 0,165 -0,246 0,016 ,316(*)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0,43 0,015 0,14 0,009 0,196 0,052 0,899 0,012
N 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63
Índice Correlación de Pearson 0,106 ,915(**) 1 ,943(**) -0,202 ,253(*) 0,145 ,326(**) 0,159 -,320(*) 0,052 0,204
Masa Sig. (bilateral) 0,409 0 0 0,112 0,045 0,256 0,009 0,213 0,01 0,687 0,109
Corporal N 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA

Porcentaje Correlación de Pearson 0,155 ,884(**) ,943(**) 1 -0,155 ,283(*) 0,139 ,251(*) 0,113 -,331(**) -0,012 0,211
Grasa Sig. (bilateral) 0,224 0 0 0,224 0,024 0,277 0,047 0,379 0,008 0,928 0,097
Corporal N 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63
Correlación de Pearson 0,174 -0,101 -0,202 -0,155 1 ,396(**) 0,115 -,581(**) -,550(**) ,382(**) -0,02 ,314(*)
Salto
Sig. (bilateral) 0,173 0,43 0,112 0,224 0,001 0,37 0 0 0,002 0,878 0,012
Horizontal
N 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63
Lanzamiento Correlación de Pearson 0,202 ,304(*) ,253(*) ,283(*) ,396(**) 1 ,393(**) -,360(**) -,275(*) 0,24 -0,129 ,543(**)
de balón Sig. (bilateral) 0,112 0,015 0,045 0,024 0,001 0,001 0,004 0,029 0,058 0,313 0
(3 Kg) N 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63
Correlación de Pearson 0,136 0,188 0,145 0,139 0,115 ,393(**) 1 -0,242 -0,082 0,177 0,009 ,300(*)
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,288 0,14 0,256 0,277 0,37 0,001 0,056 0,524 0,164 0,943 0,017
en 30 seg.

208
N 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63
Velocidad Correlación de Pearson 0,111 ,325(**) ,326(**) ,251(*) -,581(**) -,360(**) -0,242 1 ,508(**) -,401(**) 0,095 -,313(*)
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,389 0,009 0,009 0,047 0 0,004 0,056 0 0,001 0,459 0,012
tendido prono N 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63
Correlación de Pearson 0,058 0,165 0,159 0,113 -,550(**) -,275(*) -0,082 ,508(**) 1 -,532(**) 0,003 -0,228
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,651 0,196 0,213 0,379 0 0,029 0,524 0 0 0,979 0,073
10x5 m.
N 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63
Correlación de Pearson 0,082 -0,246 -,320(*) -,331(**) ,382(**) 0,24 0,177 -,401(**) -,532(**) 1 0,011 ,298(*)
Course
Sig. (bilateral) 0,524 0,052 0,01 0,008 0,002 0,058 0,164 0,001 0 0,93 0,018
Navette
N 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63
Flexión Correlación de Pearson -0,033 0,016 0,052 -0,012 -0,02 -0,129 0,009 0,095 0,003 0,011 1 0,036
anterior de Sig. (bilateral) 0,798 0,899 0,687 0,928 0,878 0,313 0,943 0,459 0,979 0,93 0,779
tronco N 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63
Correlación de Pearson ,345(**) ,316(*) 0,204 0,211 ,314(*) ,543(**) ,300(*) -,313(*) -0,228 ,298(*) 0,036 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0,006 0,012 0,109 0,097 0,012 0 0,017 0,012 0,073 0,018 0,779
manual
N 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63 63
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.22.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de MUJERES de 12 años.
TESIS DOCTORAL

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,461(**) 0,108 0,105 0,064 ,299(**) -0,121 0,097 0,073 -0,027 -0,186 ,442(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0 0,278 0,294 0,524 0,002 0,227 0,331 0,465 0,785 0,061 0
CAPÍTULO IV

N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Correlación de Pearson ,461(**) 1 ,928(**) ,889(**) -0,12 ,324(**) -,195(*) ,296(**) ,275(**) -,276(**) 0,011 ,442(**)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0,229 0,001 0,05 0,002 0,005 0,005 0,916 0
N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Índice Correlación de Pearson 0,108 ,928(**) 1 ,961(**) -0,167 ,241(*) -0,161 ,292(**) ,270(**) -,298(**) 0,096 ,323(**)
Masa Sig. (bilateral) 0,278 0 0 0,094 0,015 0,106 0,003 0,006 0,002 0,335 0,001
Corporal N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Porcentaje Correlación de Pearson 0,105 ,889(**) ,961(**) 1 -0,181 ,209(*) -0,159 ,277(**) ,272(**) -,294(**) 0,082 ,297(**)
Grasa Sig. (bilateral) 0,294 0 0 0,069 0,035 0,111 0,005 0,006 0,003 0,415 0,002
Corporal N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Correlación de Pearson 0,064 -0,12 -0,167 -0,181 1 ,409(**) ,316(**) -,572(**) -,634(**) ,447(**) 0,186 ,431(**)
Salto
Sig. (bilateral) 0,524 0,229 0,094 0,069 0 0,001 0 0 0 0,061 0
Horizontal
N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Lanzamiento Correlación de Pearson ,299(**) ,324(**) ,241(*) ,209(*) ,409(**) 1 ,218(*) -0,168 -,263(**) ,301(**) ,196(*) ,402(**)
de balón Sig. (bilateral) 0,002 0,001 0,015 0,035 0 0,028 0,091 0,008 0,002 0,048 0
(3 Kg) N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Correlación de Pearson -0,121 -,195(*) -0,161 -0,159 ,316(**) ,218(*) 1 -,324(**) -,322(**) ,354(**) 0,118 0,119
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,227 0,05 0,106 0,111 0,001 0,028 0,001 0,001 0 0,237 0,235
en 30 seg.

209
N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Velocidad Correlación de Pearson 0,097 ,296(**) ,292(**) ,277(**) -,572(**) -0,168 -,324(**) 1 ,608(**) -,428(**) -0,07 -0,153
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,331 0,002 0,003 0,005 0 0,091 0,001 0 0 0,482 0,124
tendido prono N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Correlación de Pearson 0,073 ,275(**) ,270(**) ,272(**) -,634(**) -,263(**) -,322(**) ,608(**) 1 -,418(**) -0,173 -,226(*)
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,465 0,005 0,006 0,006 0 0,008 0,001 0 0 0,083 0,022
10x5 m.
N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Correlación de Pearson -0,027 -,276(**) -,298(**) -,294(**) ,447(**) ,301(**) ,354(**) -,428(**) -,418(**) 1 0,107 0,064
Course
Sig. (bilateral) 0,785 0,005 0,002 0,003 0 0,002 0 0 0 0,283 0,523
Navette
N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Flexión Correlación de Pearson -0,186 0,011 0,096 0,082 0,186 ,196(*) 0,118 -0,07 -0,173 0,107 1 ,204(*)
anterior de Sig. (bilateral) 0,061 0,916 0,335 0,415 0,061 0,048 0,237 0,482 0,083 0,283 0,04
tronco N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
Correlación de Pearson ,442(**) ,442(**) ,323(**) ,297(**) ,431(**) ,402(**) 0,119 -0,153 -,226(*) 0,064 ,204(*) 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0 0 0,001 0,002 0 0 0,235 0,124 0,022 0,523 0,04
manual
N 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102 102
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.23.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de MUJERES de 13 años.
RESULTADOS

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,322(**) -0,101 -0,13 ,273(**) ,228(**) ,228(**) -0,137 -0,164 0,11 -0,028 ,400(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0 0,242 0,132 0,001 0,008 0,008 0,114 0,058 0,202 0,746 0
N 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135
Correlación de Pearson ,322(**) 1 ,908(**) ,819(**) -0,146 ,284(**) -0,079 ,223(**) 0,113 -0,114 0,062 ,493(**)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0,092 0,001 0,361 0,009 0,19 0,186 0,475 0
N 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135
Índice Correlación de Pearson -0,101 ,908(**) 1 ,917(**) -,264(**) ,196(*) -,175(*) ,290(**) ,191(*) -0,165 0,081 ,340(**)
Masa Sig. (bilateral) 0,242 0 0 0,002 0,023 0,042 0,001 0,027 0,056 0,352 0
Corporal N 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA

Porcentaje Correlación de Pearson -0,13 ,819(**) ,917(**) 1 -,257(**) ,197(*) -0,125 ,274(**) ,169(*) -0,156 0,095 ,287(**)
Grasa Sig. (bilateral) 0,132 0 0 0,003 0,022 0,149 0,001 0,05 0,071 0,274 0,001
Corporal N 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135
Correlación de Pearson ,273(**) -0,146 -,264(**) -,257(**) 1 ,458(**) ,562(**) -,566(**) -,538(**) ,522(**) 0,126 ,334(**)
Salto
Sig. (bilateral) 0,001 0,092 0,002 0,003 0 0 0 0 0 0,147 0
Horizontal
N 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135
Lanzamiento Correlación de Pearson ,228(**) ,284(**) ,196(*) ,197(*) ,458(**) 1 ,391(**) -,317(**) -,499(**) ,424(**) ,319(**) ,523(**)
de balón Sig. (bilateral) 0,008 0,001 0,023 0,022 0 0 0 0 0 0 0
(3 Kg) N 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135
Correlación de Pearson ,228(**) -0,079 -,175(*) -0,125 ,562(**) ,391(**) 1 -,597(**) -,462(**) ,394(**) ,220(*) ,256(**)
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,008 0,361 0,042 0,149 0 0 0 0 0 0,01 0,003
en 30 seg.

210
N 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135
Velocidad Correlación de Pearson -0,137 ,223(**) ,290(**) ,274(**) -,566(**) -,317(**) -,597(**) 1 ,571(**) -,514(**) -,208(*) -,193(*)
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,114 0,009 0,001 0,001 0 0 0 0 0 0,016 0,025
tendido prono N 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135
Correlación de Pearson -0,164 0,113 ,191(*) ,169(*) -,538(**) -,499(**) -,462(**) ,571(**) 1 -,602(**) -0,103 -,270(**)
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,058 0,19 0,027 0,05 0 0 0 0 0 0,234 0,002
10x5 m.
N 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135
Correlación de Pearson 0,11 -0,114 -0,165 -0,156 ,522(**) ,424(**) ,394(**) -,514(**) -,602(**) 1 0,148 ,203(*)
Course
Sig. (bilateral) 0,202 0,186 0,056 0,071 0 0 0 0 0 0,086 0,018
Navette
N 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135
Flexión Correlación de Pearson -0,028 0,062 0,081 0,095 0,126 ,319(**) ,220(*) -,208(*) -0,103 0,148 1 0,131
anterior de Sig. (bilateral) 0,746 0,475 0,352 0,274 0,147 0 0,01 0,016 0,234 0,086 0,131
tronco N 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135
Correlación de Pearson ,400(**) ,493(**) ,340(**) ,287(**) ,334(**) ,523(**) ,256(**) -,193(*) -,270(**) ,203(*) 0,131 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0 0 0 0,001 0 0 0,003 0,025 0,002 0,018 0,131
manual
N 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135 135
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.24.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de MUJERES de 14 años.
TESIS DOCTORAL

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,417(**) 0,105 0,147 0,082 ,281(**) -0,013 -0,121 -0,129 0,063 0,003 ,462(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0 0,231 0,094 0,349 0,001 0,879 0,169 0,142 0,478 0,975 0
CAPÍTULO IV

N 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131
Correlación de Pearson ,417(**) 1 ,945(**) ,891(**) -,324(**) ,196(*) -,190(*) ,285(**) ,256(**) -,282(**) 0,017 ,417(**)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0 0,025 0,03 0,001 0,003 0,001 0,846 0
N 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131
Índice Correlación de Pearson 0,105 ,945(**) 1 ,927(**) -,384(**) 0,115 -,208(*) ,356(**) ,326(**) -,334(**) 0,014 ,298(**)
Masa Sig. (bilateral) 0,231 0 0 0 0,189 0,017 0 0 0 0,873 0,001
Corporal N 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131
Porcentaje Correlación de Pearson 0,147 ,891(**) ,927(**) 1 -,390(**) 0,026 -,226(**) ,361(**) ,304(**) -,391(**) 0,002 ,220(*)
Grasa Sig. (bilateral) 0,094 0 0 0 0,77 0,009 0 0 0 0,979 0,012
Corporal N 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131
Correlación de Pearson 0,082 -,324(**) -,384(**) -,390(**) 1 ,460(**) ,422(**) -,675(**) -,435(**) ,538(**) ,186(*) 0,101
Salto
Sig. (bilateral) 0,349 0 0 0 0 0 0 0 0 0,033 0,249
Horizontal
N 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131
Lanzamiento Correlación de Pearson ,281(**) ,196(*) 0,115 0,026 ,460(**) 1 ,260(**) -,425(**) -,385(**) ,363(**) ,235(**) ,370(**)
de balón Sig. (bilateral) 0,001 0,025 0,189 0,77 0 0,003 0 0 0 0,007 0
(3 Kg) N 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131
Correlación de Pearson -0,013 -,190(*) -,208(*) -,226(**) ,422(**) ,260(**) 1 -,396(**) -,216(*) ,307(**) 0,171 0,012
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,879 0,03 0,017 0,009 0 0,003 0 0,013 0 0,051 0,893
en 30 seg.

211
N 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131
Velocidad Correlación de Pearson -0,121 ,285(**) ,356(**) ,361(**) -,675(**) -,425(**) -,396(**) 1 ,510(**) -,519(**) -,284(**) -,223(*)
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,169 0,001 0 0 0 0 0 0 0 0,001 0,01
tendido prono N 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131
Correlación de Pearson -0,129 ,256(**) ,326(**) ,304(**) -,435(**) -,385(**) -,216(*) ,510(**) 1 -,533(**) -,181(*) 0,028
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,142 0,003 0 0 0 0 0,013 0 0 0,039 0,753
10x5 m.
N 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131
Correlación de Pearson 0,063 -,282(**) -,334(**) -,391(**) ,538(**) ,363(**) ,307(**) -,519(**) -,533(**) 1 ,213(*) 0,106
Course
Sig. (bilateral) 0,478 0,001 0 0 0 0 0 0 0 0,015 0,23
Navette
N 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131
Flexión Correlación de Pearson 0,003 0,017 0,014 0,002 ,186(*) ,235(**) 0,171 -,284(**) -,181(*) ,213(*) 1 -0,006
anterior de Sig. (bilateral) 0,975 0,846 0,873 0,979 0,033 0,007 0,051 0,001 0,039 0,015 0,946
tronco N 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131
Correlación de Pearson ,462(**) ,417(**) ,298(**) ,220(*) 0,101 ,370(**) 0,012 -,223(*) 0,028 0,106 -0,006 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0 0 0,001 0,012 0,249 0 0,893 0,01 0,753 0,23 0,946
manual
N 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131 131
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.25.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de MUJERES de 15 años.
RESULTADOS

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,564(**) ,237(**) 0,15 -0,041 ,289(**) -,178(*) ,296(**) 0,088 -0,066 -,187(*) ,347(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0 0,007 0,092 0,649 0,001 0,045 0,001 0,327 0,46 0,036 0
N 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127
Correlación de Pearson ,564(**) 1 ,932(**) ,834(**) -,186(*) ,377(**) -,175(*) ,340(**) ,229(**) -,261(**) -0,123 ,418(**)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0,036 0 0,049 0 0,01 0,003 0,169 0
N 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127
Índice Correlación de Pearson ,237(**) ,932(**) 1 ,926(**) -,193(*) ,331(**) -0,124 ,263(**) ,227(*) -,272(**) -0,062 ,348(**)
Masa Sig. (bilateral) 0,007 0 0 0,029 0 0,164 0,003 0,01 0,002 0,485 0
Corporal N 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA

Porcentaje Correlación de Pearson 0,15 ,834(**) ,926(**) 1 -,179(*) ,283(**) -0,108 0,117 ,215(*) -,221(*) -0,073 ,271(**)
Grasa Sig. (bilateral) 0,092 0 0 0,044 0,001 0,228 0,19 0,015 0,013 0,413 0,002
Corporal N 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127
Correlación de Pearson -0,041 -,186(*) -,193(*) -,179(*) 1 ,490(**) ,428(**) -,578(**) -,462(**) ,353(**) ,211(*) ,221(*)
Salto
Sig. (bilateral) 0,649 0,036 0,029 0,044 0 0 0 0 0 0,017 0,013
Horizontal
N 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127
Lanzamiento Correlación de Pearson ,289(**) ,377(**) ,331(**) ,283(**) ,490(**) 1 ,269(**) -,204(*) -,246(**) 0,127 0,121 ,480(**)
de balón Sig. (bilateral) 0,001 0 0 0,001 0 0,002 0,021 0,005 0,155 0,175 0
(3 Kg) N 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127
Correlación de Pearson -,178(*) -,175(*) -0,124 -0,108 ,428(**) ,269(**) 1 -,477(**) -0,163 ,226(*) ,252(**) 0,107
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,045 0,049 0,164 0,228 0 0,002 0 0,067 0,011 0,004 0,232
en 30 seg.

212
N 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127
Velocidad Correlación de Pearson ,296(**) ,340(**) ,263(**) 0,117 -,578(**) -,204(*) -,477(**) 1 ,413(**) -,383(**) -,240(**) -0,09
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,001 0 0,003 0,19 0 0,021 0 0 0 0,007 0,312
tendido prono N 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127
Correlación de Pearson 0,088 ,229(**) ,227(*) ,215(*) -,462(**) -,246(**) -0,163 ,413(**) 1 -,453(**) -0,141 -0,151
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,327 0,01 0,01 0,015 0 0,005 0,067 0 0 0,114 0,091
10x5 m.
N 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127
Correlación de Pearson -0,066 -,261(**) -,272(**) -,221(*) ,353(**) 0,127 ,226(*) -,383(**) -,453(**) 1 0,117 0,03
Course
Sig. (bilateral) 0,46 0,003 0,002 0,013 0 0,155 0,011 0 0 0,189 0,738
Navette
N 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127
Flexión Correlación de Pearson -,187(*) -0,123 -0,062 -0,073 ,211(*) 0,121 ,252(**) -,240(**) -0,141 0,117 1 ,213(*)
anterior de Sig. (bilateral) 0,036 0,169 0,485 0,413 0,017 0,175 0,004 0,007 0,114 0,189 0,016
tronco N 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127
Correlación de Pearson ,347(**) ,418(**) ,348(**) ,271(**) ,221(*) ,480(**) 0,107 -0,09 -0,151 0,03 ,213(*) 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0 0 0 0,002 0,013 0 0,232 0,312 0,091 0,738 0,016
manual
N 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127 127
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.26.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de MUJERES de 16 años.
TESIS DOCTORAL

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,451(**) 0,164 ,382(**) 0,131 ,265(*) 0,196 0,005 0,048 0,047 -0,053 ,344(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0 0,179 0,001 0,282 0,028 0,107 0,966 0,695 0,701 0,663 0,004
CAPÍTULO IV

N 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69
Correlación de Pearson ,451(**) 1 ,953(**) ,920(**) -,283(*) ,335(**) -0,186 ,446(**) ,314(**) -,293(*) -0,048 ,344(**)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0,018 0,005 0,125 0 0,009 0,015 0,695 0,004
N 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69
Índice Correlación de Pearson 0,164 ,953(**) 1 ,891(**) -,355(**) ,281(*) -,271(*) ,484(**) ,327(**) -,334(**) -0,041 ,260(*)
Masa Sig. (bilateral) 0,179 0 0 0,003 0,019 0,024 0 0,006 0,005 0,739 0,031
Corporal N 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69
Porcentaje Correlación de Pearson ,382(**) ,920(**) ,891(**) 1 -,349(**) 0,219 -0,129 ,414(**) ,385(**) -,262(*) -0,087 ,262(*)
Grasa Sig. (bilateral) 0,001 0 0 0,003 0,07 0,291 0 0,001 0,029 0,475 0,03
Corporal N 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69
Correlación de Pearson 0,131 -,283(*) -,355(**) -,349(**) 1 ,272(*) ,272(*) -,543(**) -,464(**) ,353(**) ,260(*) 0,136
Salto
Sig. (bilateral) 0,282 0,018 0,003 0,003 0,024 0,024 0 0 0,003 0,031 0,265
Horizontal
N 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69
Lanzamiento Correlación de Pearson ,265(*) ,335(**) ,281(*) 0,219 ,272(*) 1 0,11 -0,177 -0,206 ,340(**) 0,149 ,507(**)
de balón Sig. (bilateral) 0,028 0,005 0,019 0,07 0,024 0,369 0,146 0,089 0,004 0,222 0
(3 Kg) N 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69
Correlación de Pearson 0,196 -0,186 -,271(*) -0,129 ,272(*) 0,11 1 -,420(**) -,242(*) ,372(**) 0,097 0,154
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,107 0,125 0,024 0,291 0,024 0,369 0 0,046 0,002 0,429 0,206
en 30 seg.

213
N 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69
Velocidad Correlación de Pearson 0,005 ,446(**) ,484(**) ,414(**) -,543(**) -0,177 -,420(**) 1 ,441(**) -,396(**) -,269(*) -0,138
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,966 0 0 0 0 0,146 0 0 0,001 0,025 0,257
tendido prono N 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69
Correlación de Pearson 0,048 ,314(**) ,327(**) ,385(**) -,464(**) -0,206 -,242(*) ,441(**) 1 -,390(**) -0,106 -0,089
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,695 0,009 0,006 0,001 0 0,089 0,046 0 0,001 0,388 0,468
10x5 m.
N 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69
Correlación de Pearson 0,047 -,293(*) -,334(**) -,262(*) ,353(**) ,340(**) ,372(**) -,396(**) -,390(**) 1 0,115 0,123
Course
Sig. (bilateral) 0,701 0,015 0,005 0,029 0,003 0,004 0,002 0,001 0,001 0,347 0,316
Navette
N 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69
Flexión Correlación de Pearson -0,053 -0,048 -0,041 -0,087 ,260(*) 0,149 0,097 -,269(*) -0,106 0,115 1 0,178
anterior de Sig. (bilateral) 0,663 0,695 0,739 0,475 0,031 0,222 0,429 0,025 0,388 0,347 0,144
tronco N 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69
Correlación de Pearson ,344(**) ,344(**) ,260(*) ,262(*) 0,136 ,507(**) 0,154 -0,138 -0,089 0,123 0,178 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0,004 0,004 0,031 0,03 0,265 0 0,206 0,257 0,468 0,316 0,144
manual
N 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69 69
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.27.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de MUJERES de 17 años.
RESULTADOS

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Porcentaje Lanzamiento Velocidad Flexión
Índice Masa Salto Abdominales Velocidad Course Dinamometría
Estatura Peso Grasa de balón 20 m. Salida anterior de
Corporal Horizontal en 30 seg. 10 X 5 m. Navette manual
Corporal (3Kg) tendido prono tronco
Correlación de Pearson 1 ,661(**) 0,438 ,608(**) -0,081 ,608(**) 0,216 0,195 0,128 -0,164 0,389 ,644(**)
Estatura Sig. (bilateral) 0,004 0,078 0,01 0,758 0,01 0,405 0,453 0,625 0,529 0,123 0,005
N 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17
Correlación de Pearson ,661(**) 1 ,962(**) ,905(**) -0,444 ,618(**) -0,047 0,41 0,26 -0,478 0,222 ,661(**)
Peso Sig. (bilateral) 0 0 0 0,074 0,008 0,857 0,102 0,314 0,053 0,392 0,004
N 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17
Índice Correlación de Pearson 0,438 ,962(**) 1 ,872(**) -,498(*) ,519(*) -0,137 0,432 0,231 -,508(*) 0,116 ,569(*)
Masa Sig. (bilateral) 0,078 0 0 0,042 0,033 0,601 0,083 0,373 0,037 0,657 0,017
Corporal N 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA

Porcentaje Correlación de Pearson ,608(**) ,905(**) ,872(**) 1 -,612(**) 0,437 -0,138 0,434 0,272 -,578(*) 0,087 0,469
Grasa Sig. (bilateral) 0,01 0 0 0,009 0,08 0,597 0,082 0,29 0,015 0,739 0,057
Corporal N 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17
Correlación de Pearson -0,081 -0,444 -,498(*) -,612(**) 1 0,052 0,428 -,586(*) -,523(*) ,678(**) 0,094 -0,048
Salto
Sig. (bilateral) 0,758 0,074 0,042 0,009 0,842 0,086 0,013 0,031 0,003 0,721 0,855
Horizontal
N 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17
Lanzamiento Correlación de Pearson ,608(**) ,618(**) ,519(*) 0,437 0,052 1 ,506(*) -0,283 -0,202 -0,026 ,636(**) ,711(**)
de balón Sig. (bilateral) 0,01 0,008 0,033 0,08 0,842 0,038 0,271 0,436 0,921 0,006 0,001
(3 Kg) N 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17
Correlación de Pearson 0,216 -0,047 -0,137 -0,138 0,428 ,506(*) 1 -0,479 -0,384 0,281 ,500(*) 0,286
Abdominales
Sig. (bilateral) 0,405 0,857 0,601 0,597 0,086 0,038 0,052 0,128 0,275 0,041 0,267
en 30 seg.

214
N 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17
Velocidad Correlación de Pearson 0,195 0,41 0,432 0,434 -,586(*) -0,283 -0,479 1 ,541(*) -0,234 -0,348 0,013
20 m. Salida Sig. (bilateral) 0,453 0,102 0,083 0,082 0,013 0,271 0,052 0,025 0,367 0,172 0,96
tendido prono N 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17
Correlación de Pearson 0,128 0,26 0,231 0,272 -,523(*) -0,202 -0,384 ,541(*) 1 -0,418 -0,131 -0,001
Velocidad
Sig. (bilateral) 0,625 0,314 0,373 0,29 0,031 0,436 0,128 0,025 0,095 0,615 0,996
10x5 m.
N 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17
Correlación de Pearson -0,164 -0,478 -,508(*) -,578(*) ,678(**) -0,026 0,281 -0,234 -0,418 1 -0,107 -0,375
Course
Sig. (bilateral) 0,529 0,053 0,037 0,015 0,003 0,921 0,275 0,367 0,095 0,684 0,138
Navette
N 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17
Flexión Correlación de Pearson 0,389 0,222 0,116 0,087 0,094 ,636(**) ,500(*) -0,348 -0,131 -0,107 1 ,517(*)
anterior de Sig. (bilateral) 0,123 0,392 0,657 0,739 0,721 0,006 0,041 0,172 0,615 0,684 0,033
tronco N 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17
Correlación de Pearson ,644(**) ,661(**) ,569(*) 0,469 -0,048 ,711(**) 0,286 0,013 -0,001 -0,375 ,517(*) 1
Dinamometría
Sig. (bilateral) 0,005 0,004 0,017 0,057 0,855 0,001 0,267 0,96 0,996 0,138 0,033
manual
N 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Tabla nº 4.28.- Correlaciones entre las pruebas físicas y antropométricas en la muestra de MUJERES de 18 años.
TESIS DOCTORAL

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
CAPÍTULO IV RESULTADOS

4.4 TABLAS DE PERCENTILES DE LAS PRUEBAS


FÍSICAS Y ANTROPOMÉTRICAS EN ESTUDIANTES DE
12 A 18 AÑOS.

Atendiendo a los objetivos propuestos en esta investigación, y dado el carácter aplicativo


de la misma, nos proponemos dotar a los profesionales de la actividad física y el deporte de la
comarca norte de la isla de Gran Canaria, de unas tablas de referencia de resultados físicos y

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
antropométricos, que les puedan ser de utilidad en su quehacer profesional con jóvenes entre los
12 y 18 años de edad.

Las tablas de percentiles que presentaremos a continuación tienen una gran utilidad
como instrumento y referencia para conocer y comparar los resultados de determinadas pruebas
físicas que se utilizan como evaluación en la Educación Secundaria, constituyéndose como
marco referencial para los profesionales y estudiantes, especialmente en la comarca norte de la
isla de Gran Canaria para edades comprendidas entre los 12 y 18 años.

Por otro lado, creemos que pueden servir igualmente para comparar las mediciones y
resultados medios de uno o varios grupos de individuos con otros valores de referencias
nacionales y europeos.

En las tablas de percentiles que presentaremos a continuación figuran en la columna


izquierda la distribución de los percentiles de cinco en cinco, ordenando los resultados de las
diferentes pruebas físicas en función de la relevancia de la marca obtenida, es decir que, por
ejemplo el percentil 75 corresponde con aquellas marcas que sitúan al 25% de las personas por
encima y a un 75% por debajo, indicándonos un puesto alto por el valor obtenido. En la parte
inferior de las tablas se ha incluido la media y la desviación típica como complemento que sirva
de orientación para la interpretación de los valores reflejados en cada tabla de percentiles.

Aunque cuando analizamos las pruebas antropométricas como la estatura, el peso, el


Índice de Masa Corporal o el Porcentaje de Grasa Corporal, donde existen unos valores medios
que se podrían considerar como los ideales o más adecuados, los percentiles mantienen el
mismo significado estadístico, pero su interpretación varía, ya que habría que ponderarlo con
respecto a criterios de normalidad en cada tipo de población. En consecuencia, el percentil 99 no
indica necesariamente un valor de excelencia respecto al grupo, ya que, por ejemplo, que un

215
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

varón pese 106 Kg. no se puede entender como un valor recomendable si éste no se compara o
se relaciona con su estatura, o incluso con el tipo de actividad deportiva que realiza
habitualmente. Por lo tanto, estos percentiles nos van a permitir situarlos respecto a su ubicación
dentro del grupo.

A continuación se presentan los resultados de las tablas de percentiles agrupadas en


razón al género y a las diferentes edades de 12 a 18 años:

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- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en varones de 12 a 18 años de edad
(Tabla nº 4.29).
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en varones de 12 años de edad (Tabla
nº 4.30).
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en varones de 13 años de edad (Tabla
nº 4.31.)
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en varones de 14 años de edad (Tabla
nº 4.32).
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en varones de 15 años de edad (Tabla
nº 4.33).
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en varones de 16 años de edad (Tabla
nº 4.34).
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en varones de 17 años de edad (Tabla
nº 4.35).
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en varones de 18 años de edad (Tabla
nº 4.36).
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en mujeres de 12 a 18 años de edad
(Tabla nº 4.37).
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en mujeres de 12 años de edad (Tabla
nº 4.38).
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en mujeres de 13 años de edad (Tabla
nº 4.39).
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en mujeres de 14 años de edad (Tabla
nº 4.40).
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en mujeres de 15 años de edad (Tabla
nº 4.41).
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en mujeres de 16 años de edad (Tabla
nº 4.42).
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en mujeres de 17 años de edad (Tabla
nº 4.43).
- Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en mujeres de 18 años de edad (Tabla
nº 4.44).

216
CAPÍTULO IV RESULTADOS

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 188,0 106,7 35,7 40,0 242,7 9,90 32 3,54 16,99 12,0 36,0 59,0

95 183,0 92,9 31,0 31,0 226,7 8,72 29 3,85 17,81 10,5 29,0 49,5

90

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
181,0 82,8 28,0 28,0 218,3 8,09 28 4,11 18,17 10,0 27,0 46,5

85 179,0 77,6 26,0 25,0 210,0 7,79 27 4,22 18,47 9,5 25,0 44,0

80 177,0 73,9 25,0 23,0 205,0 7,38 26 4,30 18,79 9,0 23,0 42,0

75 175,0 71,3 24,0 21,0 200,0 7,02 25 4,38 19,00 8,5 21,0 40,5

70 174,0 68,7 23,5 20,0 195,0 6,80 24 4,46 19,16 8,0 20,0 39,5

65 173,0 66,5 23,0 18,0 191,0 6,63 23 4,53 19,34 7,5 19,0 38,0

60 171,6 64,4 22,0 17,0 188,0 6,35 23 4,60 19,54 7,5 18,0 36,5

55 170,9 62,3 21,5 16,0 185,0 6,13 22 4,67 19,69 7,0 17,0 35,5

50 169,0 60,5 21,0 15,0 180,0 5,94 22 4,74 19,87 6,5 16,0 34,5

45 168,0 59,0 21,0 14,0 178,0 5,67 21 4,80 20,04 6,0 15,0 33,0

40 166,5 57,6 20,5 13,0 173,0 5,50 20 4,88 20,25 5,5 14,0 31,5

35 165,0 56,1 20,0 12,5 169,0 5,33 20 4,94 20,50 5,0 13,0 30,5

30 164,0 54,3 19,5 12,0 165,0 5,18 19 5,01 20,73 5,0 12,0 28,0

25 162,5 52,8 19,0 11,0 160,0 4,87 18 5,10 21,09 4,5 11,0 26,5

20 160,7 50,6 18,5 10,0 155,0 4,57 17 5,21 21,40 4,0 10,0 24,0

15 158,0 48,4 18,0 9,6 146,1 4,28 16 5,37 21,81 3,5 9,0 22,0

10 156,0 46,2 17,5 8,7 139,7 4,00 15 5,54 22,47 3,0 6,0 20,0

5 151,2 42,2 17,0 7,4 125,0 3,61 13 5,83 23,46 2,0 4,0 16,0

1 145,0 35,3 16,0 5,1 112,3 2,95 8 7,31 33,32 1,0 0,0 12,5

Media 168,5 63,0 22,0 16,8 179,3 6,02 21,3 4,78 20,18 6,5 16,4 33,7

Desv.
9,6 15,2 4,2 8,1 30,1 1,59 5,13 0,60 1,90 2,6 7,8 10,2
Típica

Tabla nº 4.29: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en los estudiantes VARONES de 12 a 18


años de edad.

217
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 174,0 83,6 32,0 41,0 203,5 7,34 28 4,53 18,05 10,5 27,5 37,5

95 168,5 78,3 28,0 33,0 194,5 6,33 26 4,57 18,88 9,5 24,0 32,5

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
90 166,0 69,2 26,0 31,0 190,0 5,56 25 4,75 19,09 8,5 22,0 29,0

85 164,3 67,1 24,5 28,5 180,0 5,05 22 4,83 19,39 7,0 22,0 26,5

80 162,0 62,0 24,0 24,0 170,0 4,91 21 4,89 19,73 6,5 21,0 25,5

75 160,3 60,4 23,5 22,5 168,0 4,75 21 4,92 19,90 6,0 19,5 23,5

70 160,0 54,7 22,0 21,0 166,0 4,43 21 4,94 20,10 5,5 18,0 22,5

65 158,8 51,4 21,5 20,5 163,0 4,35 20 5,03 20,35 5,5 17,0 22,0

60 157,0 48,6 21,0 19,0 160,0 4,14 20 5,10 20,57 5,0 16,0 21,5

55 156,0 48,3 20,6 18,0 155,5 4,09 19 5,13 20,61 5,0 16,0 21,0

50 156,0 47,8 20,3 17,0 150,0 3,98 19 5,16 20,72 4,5 15,0 20,0

45 154,0 47,2 20,0 16,5 149,0 3,94 18 5,25 21,11 4,5 12,5 19,00

40 153,0 46,0 19,6 16,0 147,0 3,87 18 5,37 21,28 4,0 12,0 17,0

35 152,0 44,9 19,3 14,5 142,0 3,82 17 5,43 21,42 4,0 11,5 16,50

30 150,0 43,0 19,0 13,5 140,0 3,68 17 5,53 21,72 4,0 10,0 15,5

25 148,0 40,8 18,0 13,0 137,0 3,59 16 5,63 22,38 3,5 9,5 14,5

20 146,0 37,9 17,0 12,0 134,0 3,52 15 5,75 22,57 3,5 9,0 14,0

15 145,0 35,9 16,5 11,0 131,5 3,38 14 5,81 22,91 3,0 7,5 13,5

10 145,0 35,2 16,0 10,0 125,0 3,30 12 5,99 24,14 2,0 6,0 13,0

5 143,0 33,0 15,0 7,5 119,5 3,03 10 6,30 24,47 1,5 5,5 13,00

1 141,5 30,4 14,0 6,0 104,5 2,52 7 6,71 25,85 1,0 0,5 9,5

Media 155,2 50,6 20,7 18,7 153,8 4,25 18,1 5,30 21,17 5,0 14,3 20,3

Desv.
8,4 13,9 4,2 8,5 23,8 1,04 4,8 0,52 1,77 2,3 6,5 6,6
Típica

Tabla nº 4.30: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en los estudiantes VARONES de 12 años.

218
CAPÍTULO IV RESULTADOS

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 181,0 87,9 33,9 52,3 220,0 7,43 30 3,85 17,26 10,0 27,0 48,5

95 176,6 78,8 28,8 32,6 211,6 6,56 26 4,06 18,38 9,0 24,8 40,5

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
90 174,0 73,4 26,6 28,6 196,8 6,05 25 4,24 18,91 8,5 22,6 36,5

85 171,4 67,3 25,0 26,0 192,0 5,93 24 4,36 19,30 8,0 20,5 35,0

80 169,0 65,7 24,0 25,0 189,2 5,84 23 4,43 19,41 7,5 20,0 33,5

75 166,5 62,8 23,0 23,0 182,0 5,50 23 4,60 19,70 7,0 19,0 32,0

70 165,4 61,0 22,5 22,0 174,8 5,40 22 4,66 19,90 6,5 18,0 30,5

65 165,0 59,9 22,0 21,0 170,0 5,24 22 4,76 20,14 6,5 17,0 28,5

60 163,0 57,5 21,5 20,0 167,8 5,19 21 4,82 20,30 6,0 16,0 28,0

55 162,0 55,0 21,0 18,2 165,0 5,00 20 4,90 20,40 5,5 15,0 27,0

50 161,0 53,1 20,0 16,0 160,0 4,80 20 4,97 20,52 5,0 14,0 25,0

45 160,0 52,8 19,8 15,0 158,8 4,60 20 5,00 20,74 5,0 13,8 24,0

40 159,0 52,0 19,6 14,0 154,6 4,58 18 5,09 21,04 4,5 13,0 22,5

35 158,0 49,8 19,4 13,0 150,0 4,50 18 5,18 21,13 4,5 12,0 22,0

30 157,2 48,6 19,2 12,5 145,2 4,34 17 5,26 21,36 4,0 11,0 21,5

25 157,0 47,8 19,0 12,0 142,0 4,24 16 5,35 21,65 3,5 10,0 20,5

20 155,9 46,8 18,5 11,5 140,2 4,00 15 5,43 22,08 3,0 9,0 20,0

15 154,0 44,7 18,0 11,0 130,8 3,86 15 5,55 22,42 2,5 8,5 18,0

10 152,5 43,3 17,5 9,4 122,0 3,64 13 5,76 22,73 2,0 7,4 16,5

5 149,0 40,5 16,2 8,7 118,4 3,47 12 6,07 24,25 1,5 5,2 15,0

1 146,0 35,5 16,0 7,8 96,2 3,08 5 7,25 31,30 1,0 0,0 13,0

Media 162,0 56,3 21,3 18,4 161,4 4,91 19,4 4,99 20,88 5,3 14,4 26,5

Desv.
8,3 12,1 3,9 9,3 28,9 1,03 5,0 0,61 1,99 2,4 6,0 8,1
Típica

Tabla nº 4.31: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en los estudiantes VARONES de 13 años.

219
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 183,8 100,1 34,0 37,7 227,4 7,87 30 3,75 17,75 12,0 32,0 49,0

95 180,4 85,5 28,0 30,8 210,4 7,14 28 3,92 18,03 9,5 27,0 45,0

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
90 177,9 75,5 26,0 28,4 201,0 6,84 27 4,18 18,52 9,0 24,0 41,5

85 176,0 73,9 25,2 24,2 197,2 6,70 26 4,25 18,83 8,5 21,2 40,5

80 173,6 69,7 24,0 22,0 194,0 6,61 25 4,32 18,96 8,5 21,0 39,0

75 172,0 67,2 23,5 20,0 190,0 6,42 24 4,41 19,16 8,5 19,0 37,5

70 171,0 65,3 23,0 19,0 188,0 6,21 23 4,47 19,34 7,5 19,0 36,5

65 170,0 62,8 22,0 17,0 183,8 6,10 23 4,60 19,51 7,4 18,0 35,5

60 169,0 61,2 21,5 16,0 182,0 5,77 22 4,69 19,76 7,0 17,0 34,5

55 168,3 59,8 21,2 15,0 179,6 5,63 21 4,72 19,87 6,5 16,0 33,5

50 167,0 58,4 21,0 14,5 177,0 5,58 21 4,78 20,19 6,5 15,0 32,0

45 166,0 57,4 20,0 14,0 173,0 5,48 20 4,84 20,25 6,0 13,4 31,0

40 165,0 55,9 19,8 13,0 170,0 5,32 20 4,91 20,46 5,5 12,0 30,4

35 164,5 54,4 19,2 12,0 169,0 5,24 19 5,00 20,75 5,0 11,2 28,5

30 164,0 53,4 19,0 11,5 165,0 5,08 19 5,11 20,99 5,0 11,0 27,5

25 163,0 51,6 18,8 11,0 159,0 4,83 18 5,22 21,25 4,5 10,0 26,0

20 162,0 50,1 18,4 10,0 155,4 4,57 17 5,38 21,57 4,0 9,0 25,5

15 160,4 48,8 18,2 9,5 144,8 4,39 16 5,47 22,22 3,5 8,0 24,0

10 158,1 46,8 18,0 8,8 135,2 4,19 14 5,67 22,47 3,0 6,0 21,5

5 155,0 44,0 17,6 7,6 122,6 3,80 12 5,93 23,92 2,0 3,6 16,0

1 150,3 39,5 16,0 5,2 113,6 2,59 5 7,06 27,38 1,0 0,0 12,5

Media 167,6 60,7 21,5 16,3 173,3 5,56 20,7 4,86 20,41 6,2 14,9 31,9

Desv.
7,5 13,0 3,9 7,5 26,2 1,12 5,1 0,62 2,12 2,5 7,0 8,3
Típica

Tabla nº 4.32: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en los estudiantes VARONES de 14 años.

220
CAPÍTULO IV RESULTADOS

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 186,3 105,4 33,6 39,9 238,2 8,85 32 3,50 17,01 12,0 36,0 57,0

95 182,0 88,7 29,0 28,0 226,5 8,35 30 3,64 17,56 11,0 31,0 50,0

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
90 180,3 78,8 26,0 27,0 221,5 8,03 28 3,83 17,93 10,5 27,0 46,5

85 179,0 75,0 24,3 23,0 214,0 7,75 27 4,09 18,22 10,0 25,3 44,5

80 177,0 72,8 24,0 20,0 210,0 7,40 27 4,22 18,38 9,5 23,0 43,0

75 175,4 69,9 23,0 18,8 205,8 7,20 26 4,26 18,85 9,0 22,0 42,5

70 174,8 66,6 22,4 17,0 203,0 7,04 25 4,33 19,06 8,5 20,5 41,0

65 173,1 64,8 22,2 16,3 200,0 6,84 24 4,41 19,28 8,0 19,5 40,0

60 173,0 63,5 22,0 16,0 196,0 6,68 24 4,53 19,41 8,0 19,0 39,5

55 172,0 62,4 21,3 15,0 193,0 6,50 23 4,59 19,59 7,5 18,0 38,5

50 171,5 60,8 21,0 14,2 190,5 6,30 23 4,68 19,79 7,0 16,5 37,5

45 171,0 59,8 20,3 14,0 188,0 6,10 22 4,72 19,83 6,5 16,0 36,0

40 170,0 58,4 20,1 13,0 186,0 6,00 21 4,79 20,03 6,0 15,0 35,0

35 169,0 57,5 20,0 12,0 181,8 5,82 20 4,88 20,18 6,0 14,0 34,5

30 168,0 56,5 19,4 12,0 180,0 5,61 19 4,95 20,31 5,5 12,0 33,0

25 166,1 55,3 19,2 11,0 175,0 5,53 18 5,02 20,58 5,0 10,3 31,5

20 165,0 54,5 19,0 10,0 168,0 5,39 18 5,09 20,90 4,5 9,0 30,5

15 163,9 52,4 18,2 9,6 160,0 5,20 17 5,17 21,38 4,0 8,0 28,5

10 162,0 50,5 18,0 9,0 154,5 4,80 16 5,36 21,82 3,5 6,0 26,0

5 157,3 47,1 17,2 7,9 144,3 4,13 13 5,76 22,71 2,5 4,0 23,5

1 151,0 39,7 17,0 6,1 121,8 3,71 9 7,31 28,53 2,0 0,0 20,5

Media 170,9 63,4 21,6 16,0 188,7 6,34 22,1 4,66 19,91 7,0 16,8 37,0

Desv.
7,5 13,0 3,8 7,8 26,1 1,24 5,2 0,62 1,80 2,6 8,2 8,0
Típica

Tabla nº 4.33: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en los estudiantes VARONES de 15 años.

221
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 190,0 119,3 36,0 36,0 237,0 9,90 32 3,53 16,84 12,5 37,0 54,5

95 182,5 93,6 31,0 31,0 224,0 9,40 31 3,75 17,75 11,5 34,8 50,5

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
90 181,5 86,7 29,0 28,9 219,9 8,61 29 3,95 18,04 10,5 29,0 48,0

85 180,0 81,4 27,0 25,0 215,9 8,09 28 4,13 18,33 10,0 27,0 46,5

80 179,0 78,9 25,8 23,0 213,8 7,95 27 4,18 18,58 9,5 25,8 46,0

75 178,0 77,1 24,8 21,0 211,5 7,76 26 4,28 18,70 9,0 24,0 44,0

70 177,4 72,6 24,0 19,7 206,8 7,70 25 4,36 18,92 9,0 23,7 41,5

65 177,0 71,7 23,0 19,0 200,0 7,62 25 4,41 19,01 8,5 22,0 40,5

60 175,3 70,3 22,6 17,6 198,6 7,28 25 4,47 19,06 8,0 21,6 40,0

55 174,0 69,2 22,2 16,0 190,6 6,97 24 4,53 19,23 8,0 20,0 38,5

50 173,0 68,0 22,0 15,0 188,0 6,83 24 4,57 19,38 7,5 19,0 38,0

45 172,5 65,4 21,4 14,0 186,0 6,71 23 4,61 19,63 7,5 18,0 37,5

40 171,7 62,5 21,2 13,4 183,0 6,52 22 4,65 19,68 7,0 17,0 36,5

35 171,0 60,6 21,0 13,0 179,0 6,40 22 4,75 19,84 6,5 15,0 36,0

30 170,0 58,8 20,2 12,0 174,0 6,31 21 4,80 19,99 5,5 14,0 35,0

25 169,0 57,0 20,0 11,3 172,0 6,04 21 4,87 20,28 5,0 12,0 34,0

20 167,5 56,5 19,2 11,0 166,0 5,56 20 4,91 20,71 5,0 11,0 33,0

15 166,0 54,8 19,0 9,8 162,0 5,31 19 4,98 21,16 4,5 10,2 32,0

10 164,1 53,0 18,1 9,4 160,0 5,17 17 5,04 21,69 4,0 9,0 31,0

5 162,0 51,3 18,0 8,5 146,1 4,57 17 5,19 22,52 4,0 7,0 27,5

1 158,0 47,8 17,0 6,7 140,0 3,81 12 5,63 24,92 2,0 3,0 23,0

Media 173,2 68,7 22,8 17,1 189,3 6,89 23,3 4,55 19,66 7,4 19,0 38,6

Desv.
6,9 14,7 4,3 7,4 24,6 1,40 4,3 0,43 1,49 2,4 8,1 7,3
Típica

Tabla nº 4.34: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en los estudiantes VARONES de 16 años.

222
CAPÍTULO IV RESULTADOS

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 193,3 116,8 35,3 34,0 244,5 11,01 32 3,62 16,28 11,5 38,3 62,5

95 187,8 101,0 31,5 29,5 241,0 10,15 31 3,96 17,51 10,5 30,5 59,5

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
90 184,0 95,2 31,0 26,0 233,0 9,60 30 4,16 17,82 10,0 29,0 54,0

85 183,3 91,1 29,0 23,5 229,0 8,96 28 4,20 18,10 9,5 28,0 50,5

80 183,0 85,7 27,0 20,0 225,0 8,43 28 4,24 18,24 9,5 26,0 48,0

75 182,5 83,3 26,0 18,5 219,5 8,29 27 4,31 18,34 9,0 25,0 46,5

70 181,5 79,7 25,0 18,0 214,0 8,12 26 4,35 18,65 9,0 25,0 45,0

65 180,0 75,0 24,3 17,0 209,0 8,03 25 4,41 18,82 8,5 22,5 44,0

60 179,0 73,3 24,0 16,0 206,0 7,90 24 4,45 19,00 8,0 21,0 43,0

55 177,5 72,6 23,2 14,3 205,0 7,88 24 4,49 19,11 7,5 20,0 42,0

50 176,0 70,3 23,0 14,0 203,0 7,60 23 4,52 19,37 7,5 18,0 41,0

45 175,0 69,1 22,0 13,0 197,0 7,24 23 4,60 19,42 7,0 17,0 40,0

40 174,0 67,0 21,4 12,0 190,0 6,93 22 4,63 19,54 7,0 16,0 38,5

35 173,0 65,4 21,0 11,0 187,0 6,85 22 4,72 19,71 6,5 15,0 37,0

30 172,0 64,4 20,3 8,7 180,0 6,70 21 4,78 19,88 6,5 14,0 36,0

25 171,5 60,5 20,1 8,3 178,0 6,60 20 4,82 19,99 6,0 12,0 34,5

20 170,0 60,0 20,0 7,9 170,0 6,15 19 4,90 20,28 6,0 11,0 32,5

15 168,0 59,0 19,2 7,4 165,5 5,78 19 4,99 20,60 4,5 10,5 32,0

10 167,0 56,7 19,0 6,9 161,0 5,41 18 5,25 21,71 4,0 6,0 29,5

5 166,0 52,0 18,0 5,3 153,5 4,80 16 5,44 22,05 4,0 3,0 25,5

1 164,4 47,0 16,1 2,7 126,2 4,23 14 6,03 24,25 2,0 0,0 22,5

Media 176,5 73,3 23,5 14,7 197,8 7,46 23,3 4,59 19,42 7,4 18,5 41,0

Desv.
7,1 15,8 4,7 7,6 28,7 1,57 4,5 0,45 1,48 2,3 9,0 9,7
Típica

Tabla nº 4.35: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en los estudiantes VARONES de 17 años.

223
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 188,0 106,0 37,4 39,9 247,9 10,56 29 4,07 17,93 11,0 34,0 57,5

95 188,0 98,5 35,2 35,3 239,6 9,31 28 4,20 17,93 10,5 34,0 55,5

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
90 180,8 97,1 31,4 27,8 234,5 9,08 27 4,32 18,01 10,5 32,2 51,5

85 179,6 96,4 30,2 24,5 222,1 8,92 27 4,36 18,22 10,0 30,3 48,5

80 179,1 93,7 30,0 23,2 214,4 8,77 26 4,37 18,25 9,5 29,2 47,5

75 178,6 90,8 27,0 22,3 212,3 8,71 25 4,39 18,27 8,5 23,8 47,0

70 176,8 85,8 26,0 20,6 210,6 8,42 24 4,41 18,61 8,0 21,3 45,5

65 174,7 80,9 25,4 20,0 197,0 8,29 23 4,45 18,85 7,5 21,0 44,5

60 174,0 77,2 25,2 19,4 190,0 7,94 23 4,52 19,10 7,0 20,4 44,0

55 173,5 74,9 25,0 17,9 188,4 7,70 22 4,57 19,25 7,0 20,0 42,5

50 173,0 74,0 24,5 17,0 186,0 7,50 22 4,59 19,36 6,5 19,0 41,5

45 172,6 71,6 24,0 16,6 184,6 7,26 21 4,60 19,46 5,5 17,6 41,5

40 172,0 68,5 23,6 16,0 183,2 7,17 21 4,60 19,54 5,5 16,6 41,5

35 171,3 67,7 23,0 15,3 181,3 7,00 20 4,61 19,69 5,0 15,7 41,5

30 169,7 65,8 22,1 13,7 180,0 6,68 20 4,62 19,90 4,5 15,0 40,0

25 169,0 61,9 20,3 12,8 179,3 6,40 19 4,68 20,48 4,5 14,8 37,5

20 168,8 58,1 20,0 11,8 175,6 6,35 19 4,86 21,23 4,0 13,2 36,5

15 167,7 57,6 19,9 10,9 168,4 6,11 18 4,89 21,57 3,5 9,4 35,0

10 165,8 57,3 19,4 9,9 158,8 5,96 17 4,99 22,02 3,5 6,0 32,5

5 163,2 56,4 19,2 9,3 155,4 5,33 15 5,23 22,56 3,0 5,9 29,5

1 151,4 47,0 19,0 9,1 131,1 4,23 14 5,31 23,74 3,0 4,4 21,0

Media 173,1 75,6 25,1 18,8 192,2 7,51 22,1 4,60 19,71 6,6 19,2 41,8

Desv.
8,4 16,8 5,2 8,1 29,4 1,54 4,0 0,31 1,62 2,6 8,9 8,7
Típica

Tabla nº 4.36: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en los estudiantes VARONES de 18 años.

224
CAPÍTULO IV RESULTADOS

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 174,6 99,4 35,0 45,0 193,6 6,08 29 3,90 19,09 7,5 38,0 35,0

95 170,5 79,5 30,0 40,0 176,7 5,30 24 4,35 19,84 6,0 32,0 32,0

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
90 168,0 72,3 27,0 36,0 166,0 4,96 22 4,70 20,28 5,5 30,0 30,0

85 166,5 68,0 26,0 34,0 160,0 4,76 20 4,90 20,60 5,0 28,0 28,0

80 165,0 65,4 25,0 33,0 155,0 4,60 19 5,04 20,96 4,5 27,0 26,5

75 164,0 62,8 24,0 31,0 151,0 4,48 18 5,13 21,23 4,0 26,0 26,0

70 163,0 60,8 23,0 30,0 149,0 4,30 17 5,22 21,42 4,0 24,0 25,0

65 162,5 59,2 23,0 29,0 145,0 4,17 17 5,32 21,66 4,0 23,0 24,0

60 161,5 58,0 22,0 28,0 143,0 4,10 16 5,41 21,87 3,5 22,8 23,5

55 161,0 56,0 22,0 27,0 140,0 3,97 16 5,49 22,00 3,0 22,0 22,5

50 160,0 55,0 21,0 26,0 137,0 3,87 15 5,56 22,19 3,0 21,0 22,0

45 159,0 53,7 21,0 26,0 135,0 3,80 14 5,62 22,39 3,0 20,0 21,5

40 158,5 52,6 20,0 25,0 133,0 3,70 14 5,70 22,60 3,0 19,0 20,5

35 158,0 51,0 20,0 24,0 130,0 3,60 13 5,77 22,82 2,5 18,0 20,0

30 157,0 49,8 20,0 23,0 128,0 3,52 13 5,85 23,08 2,5 17,0 19,5

25 156,0 48,8 19,5 22,0 124,0 3,43 12 5,95 23,34 2,0 15,0 18,5

20 155,0 47,3 19,0 21,0 120,0 3,33 11 6,08 23,65 2,0 14,0 17,5

15 153,5 45,9 18,5 20,0 116,0 3,22 11 6,20 24,00 2,0 13,0 16,5

10 152,0 44,0 18,0 19,0 110,3 3,10 10 6,43 24,45 1,5 11,0 15,0

5 150,0 41,2 17,0 16,2 103,0 2,85 7 6,69 25,07 1,5 8,0 13,0

1 145,4 36,4 16,0 11,4 85,0 2,34 3 8,91 32,66 1,0 1,3 10,5

Media 160,0 57,0 22,2 26,9 138,0 3,96 15,2 5,56 22,34 3,3 20,5 22,2

Desv.
6,4 12,4 4,2 7,2 22,1 0,77 5,0 0,70 1,71 1,5 7,5 5,5
Típica

Tabla nº 4.37: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en las estudiantes MUJERES de 12 a 18


años de edad.

225
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 166,8 73,8 29,8 40,8 177,8 5,0 24 4,60 19,42 7,0 31,0 28,0

95 165,0 66,2 26,9 36,9 169,6 4,6 22 4,73 19,80 6,5 28,8 25,0

90 163,0 62,2 25,8 34,8 157,8 4,6 20 4,98 20,13 6,0 26,0 22,5

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
85 162,7 59,6 23,7 32,7 153,0 4,2 20 5,06 20,32 5,5 24,7 22,5

80 161,1 57,5 23,0 31,0 151,0 4,1 19 5,15 20,53 5,0 23,0 22,0

75 159,3 54,2 23,0 31,0 148,5 4,0 17 5,29 21,03 5,0 22,0 21,0

70 158,0 53,8 22,0 29,0 145,0 3,8 16 5,41 21,42 4,5 22,0 20,5

65 158,0 53,2 21,0 28,3 142,3 3,7 16 5,51 21,68 4,5 20,3 19,5

60 157,0 50,9 21,0 28,0 138,4 3,6 15 5,55 21,72 4,0 20,0 19,0

55 156,6 50,2 20,0 27,1 136,1 3,5 15 5,63 21,95 4,0 19,0 18,0

50 156,0 49,3 20,0 26,0 135,0 3,3 14 5,70 22,31 4,0 18,0 17,5

45 155,5 46,7 19,0 23,9 133,0 3,2 13 5,72 22,39 3,5 17,0 16,5

40 153,9 44,8 19,0 22,8 132,0 3,2 13 5,78 22,51 3,4 17,0 16,5

35 153,0 44,3 18,0 21,7 130,7 3,1 13 5,81 22,62 2,9 15,0 16,0

30 152,3 42,8 18,0 21,0 128,0 3,1 13 5,90 22,73 2,5 14,6 15,0

25 151,5 41,9 18,0 20,0 126,5 3,0 12 5,99 22,98 2,5 13,0 14,0

20 150,0 41,4 18,0 18,4 120,8 2,9 11 6,10 23,31 2,0 12,0 12,5

15 149,0 40,9 17,0 17,0 116,6 2,7 11 6,25 23,75 1,5 11,3 12,0

10 147,2 38,2 16,0 15,2 109,6 2,6 8 6,34 24,46 1,5 11,0 11,5

5 144,2 35,9 16,0 15,0 100,3 2,4 6 6,71 25,71 1,1 8,1 10,5

1 141,2 33,5 15,6 12,6 91,4 2,1 4 7,47 26,78 1,0 5,2 9,0

Media 155,3 49,5 20,4 25,3 135,4 3,5 14,4 5,7 22,2 3,7 18,0 17,5

Desv.
6,3 9,6 3,5 7,2 19,7 0,7 4,7 0,6 1,7 1,6 6,3 4,7
Típica

Tabla nº 4.38: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en las estudiantes MUJERES de 12 años.

226
CAPÍTULO IV RESULTADOS

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 174,0 93,1 38,9 49,9 182,0 5,15 22 4,09 19,17 7,5 38,0 32,5

95 171,0 84,2 30,0 40,0 170,0 4,80 20 4,61 19,97 5,5 31,0 31,0

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
90 168,0 72,1 27,9 37,9 162,0 4,64 19 4,87 20,56 5,0 28,9 28,0

85 166,0 66,6 26,0 34,9 160,0 4,38 18 5,05 21,02 4,5 25,9 27,0

80 164,4 60,9 24,0 32,8 152,8 4,22 17 5,12 21,23 4,0 24,0 25,5

75 163,8 59,3 23,0 30,0 148,0 4,04 17 5,25 21,38 4,0 24,0 25,0

70 162,7 57,5 22,0 30,0 146,4 3,92 16 5,37 21,49 3,5 23,0 24,0

65 161,3 55,7 22,0 28,7 141,7 3,78 16 5,44 21,69 3,0 22,0 22,5

60 160,0 54,3 21,0 27,0 137,0 3,67 16 5,50 21,87 3,0 20,0 21,5

55 159,0 53,0 21,0 26,0 134,6 3,64 15 5,56 21,93 3,0 19,0 21,0

50 158,0 52,5 21,0 26,0 133,0 3,60 15 5,61 22,00 3,0 18,0 20,5

45 157,2 50,8 20,0 26,0 129,5 3,55 14 5,68 22,31 2,5 17,5 20,0

40 156,0 49,7 20,0 25,0 128,0 3,50 14 5,70 22,40 2,5 17,0 19,5

35 155,2 48,2 20,0 24,0 125,4 3,45 13 5,79 22,82 2,0 16,0 19,0

30 154,2 47,3 19,0 23,0 122,3 3,40 13 5,87 23,25 2,0 15,0 18,0

25 154,0 46,7 19,0 22,0 118,5 3,30 12 6,08 23,57 2,0 14,0 16,5

20 153,0 44,1 18,0 20,2 114,2 3,13 12 6,24 23,88 1,5 12,2 16,0

15 152,0 42,7 17,0 20,0 110,2 3,02 11 6,45 24,00 1,5 10,2 14,5

10 150,1 40,8 17,0 18,0 107,1 2,87 10 6,56 24,20 1,5 8,1 13,5

5 148,1 39,4 16,1 16,1 102,1 2,60 8 6,74 25,10 1,0 7,0 12,5

1 143,0 33,1 15,0 10,0 85,1 2,24 6 8,01 28,99 1,0 4,0 10,0

Media 158,6 54,5 21,6 26,9 133,8 3,66 14,4 5,66 22,41 3,0 18,6 20,9

Desv.
7,0 13,3 4,6 7,7 22,3 0,66 3,9 0,69 1,64 1,5 7,6 5,6
Típica

Tabla nº 4.39: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en las estudiantes MUJERES de 13 años.

227
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 173,7 80,4 32,0 41,7 206,6 6,33 29 3,94 19,08 7,5 37,7 34,5

95 168,3 72,1 29,0 38,3 182,9 5,56 24 4,23 19,83 6,0 32,9 31,0

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
90 166,0 69,5 27,0 36,0 169,2 4,93 22 4,54 20,38 5,5 29,6 30,0

85 165,0 67,7 26,0 35,0 160,0 4,73 20 4,81 20,72 5,0 27,0 27,5

80 164,1 65,6 26,0 34,0 155,0 4,60 19 4,88 21,26 4,5 26,0 26,5

75 163,0 63,9 25,0 33,0 151,0 4,47 18 5,06 21,62 4,0 26,0 25,5

70 162,4 61,9 24,0 32,0 149,8 4,30 17 5,18 21,85 4,0 24,8 25,0

65 162,0 60,8 23,0 31,0 145,0 4,20 16 5,27 21,99 4,0 24,0 24,0

60 161,0 59,5 23,0 30,0 142,0 4,10 16 5,35 22,16 3,5 23,0 23,0

55 160,0 58,6 22,0 29,0 140,0 4,00 15 5,42 22,34 3,0 22,0 22,5

50 159,5 56,6 22,0 28,0 137,0 3,87 14 5,49 22,47 3,0 22,0 22,0

45 159,0 54,7 21,3 27,0 135,0 3,79 14 5,60 22,62 3,0 21,0 21,5

40 158,8 52,4 21,0 25,0 133,6 3,65 13 5,67 22,80 3,0 20,0 21,0

35 158,0 50,7 20,0 24,0 130,9 3,53 13 5,74 23,01 2,5 18,9 20,0

30 157,0 49,6 20,0 24,0 125,2 3,44 12 5,82 23,25 2,5 18,0 19,5

25 156,0 48,8 19,0 23,0 121,0 3,38 11 5,91 23,43 2,5 16,0 19,0

20 155,0 47,6 19,0 21,8 116,6 3,30 10 6,00 23,63 2,0 14,0 18,0

15 154,0 46,0 18,0 20,1 110,1 3,23 10 6,18 24,11 2,0 14,0 16,5

10 152,0 44,5 18,0 19,0 102,8 3,19 8 6,45 24,52 1,5 12,0 16,0

5 150,0 42,7 17,0 17,0 95,0 3,03 6 6,78 25,02 1,0 8,7 14,0

1 147,3 40,0 17,0 16,0 76,1 2,87 4 7,88 28,19 1,0 1,0 12,0

Media 159,6 56,7 22,3 27,8 137,2 4,00 14,7 5,50 22,52 3,4 20,9 22,3

Desv.
5,7 9,7 3,6 6,6 25,9 0,79 5,4 0,73 1,63 1,5 7,4 5,2
Típica

Tabla nº 4.40: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en las estudiantes MUJERES de 14 años.

228
CAPÍTULO IV RESULTADOS

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 171,7 99,9 35,0 44,0 193,2 5,40 27 3,87 19,37 8,0 36,1 37,0

95 168,3 77,7 31,0 40,0 170,5 5,12 24 4,15 20,22 6,0 32,5 30,5

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
90 167,0 73,4 28,0 36,0 162,0 4,80 22 4,37 20,50 5,5 31,0 28,0

85 165,3 68,0 26,0 33,5 157,0 4,56 21 4,88 20,62 5,0 28,5 26,0

80 164,5 64,1 24,0 32,0 152,0 4,40 20 5,06 20,94 4,5 27,0 25,5

75 163,5 62,3 24,0 30,0 146,5 4,30 18 5,13 21,12 4,0 26,0 25,0

70 162,5 60,7 24,0 30,0 144,0 4,20 17 5,22 21,33 4,0 25,0 24,5

65 161,5 58,5 23,0 28,5 140,5 4,14 17 5,33 21,75 4,0 25,0 23,5

60 161,0 57,0 22,0 28,0 139,0 4,03 16 5,44 22,07 3,5 24,0 23,5

55 160,8 55,6 22,0 27,0 137,5 3,93 16 5,50 22,17 3,5 23,0 23,0

50 160,0 54,8 21,0 26,0 135,0 3,88 15 5,56 22,41 3,0 22,0 22,5

45 159,0 53,9 21,0 26,0 132,0 3,82 15 5,70 22,63 3,0 21,0 22,0

40 158,0 52,8 21,0 25,0 130,0 3,77 14 5,76 23,00 2,5 20,0 21,5

35 158,0 51,3 20,0 24,5 128,0 3,70 13 5,81 23,14 2,5 20,0 21,0

30 157,0 50,2 20,0 24,0 125,0 3,60 13 5,89 23,42 2,5 18,0 20,0

25 156,8 49,3 20,0 23,0 121,5 3,50 13 6,00 23,89 2,0 17,0 19,0

20 155,0 48,0 19,0 22,0 120,0 3,40 12 6,06 24,10 2,0 16,0 18,0

15 154,5 47,5 19,0 21,0 116,5 3,36 11 6,17 24,54 2,0 15,0 17,0

10 153,0 46,1 18,0 20,0 113,0 3,25 10 6,30 24,87 1,5 13,0 16,0

5 152,3 44,5 18,0 19,0 108,0 2,98 9 6,59 25,75 1,5 11,0 15,0

1 148,7 41,1 18,0 13,1 91,8 2,53 6 7,51 32,66 1,0 3,0 12,5

Media 159,9 57,4 22,4 27,3 136,1 3,94 15,6 5,53 22,66 3,4 21,7 22,3

Desv.
5,2 11,7 4,1 6,5 20,4 0,63 4,7 0,73 2,02 1,5 6,9 4,8
Típica

Tabla nº 4.41: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en las estudiantes MUJERES de 15 años.

229
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 177,5 99,4 33,7 41,0 186,0 6,00 32 3,94 18,98 7,0 38,7 34,5

95 173,0 84,4 29,7 37,7 175,0 5,59 25 4,41 19,85 5,5 31,7 33,0

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
90 171,0 74,5 27,0 34,0 168,0 5,30 23 4,78 20,38 5,0 30,0 32,0

85 169,0 70,6 26,0 33,0 160,2 5,00 21 4,90 20,63 5,0 29,0 30,5

80 168,0 67,7 25,0 31,0 160,0 4,85 20 5,03 21,05 4,5 28,0 28,5

75 167,0 65,3 24,0 30,0 156,0 4,70 19 5,11 21,29 4,5 27,0 27,5

70 166,0 63,1 24,0 29,0 153,0 4,60 18 5,21 21,44 4,0 26,0 27,0

65 165,0 60,9 23,0 28,0 150,0 4,49 17 5,28 21,60 3,5 24,0 26,5

60 164,0 59,4 23,0 27,0 146,6 4,32 17 5,35 21,82 3,5 23,6 26,0

55 164,0 58,2 22,0 27,0 143,3 4,23 16 5,42 21,94 3,0 22,3 25,0

50 163,0 57,3 22,0 26,0 140,0 4,10 16 5,48 22,14 3,0 21,0 24,0

45 161,9 55,7 21,0 25,0 136,4 4,03 15 5,59 22,31 3,0 20,0 23,5

40 161,0 55,0 20,4 25,0 133,0 3,90 14 5,66 22,50 3,0 19,0 22,5

35 160,0 54,6 20,0 24,0 131,1 3,84 14 5,69 22,78 3,0 18,1 22,0

30 159,0 53,0 20,0 23,0 129,8 3,76 13 5,79 22,92 2,5 16,8 21,5

25 158,8 51,8 20,0 22,0 125,0 3,64 13 5,89 23,20 2,5 16,0 20,0

20 158,0 50,7 20,0 21,0 122,2 3,54 11 6,04 23,50 2,0 15,0 19,5

15 156,0 49,5 19,0 21,0 119,9 3,41 11 6,16 23,76 2,0 14,0 19,0

10 155,0 46,8 19,0 20,0 115,6 3,33 10 6,22 24,32 2,0 12,0 17,5

5 153,7 44,4 18,0 19,0 110,6 3,14 7 6,45 24,51 1,5 4,6 16,0

1 149,3 43,0 17,0 14,8 101,5 2,91 4 8,91 25,62 1,0 0,0 11,0

Media 162,9 59,9 22,5 26,5 141,1 4,21 15,9 5,52 22,21 3,4 20,9 24,3

Desv.
6,2 12,6 3,9 6,1 20,9 0,75 5,4 0,69 1,46 1,3 8,0 5,3
Típica

Tabla nº 4.42: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en las estudiantes MUJERES de 16 años.

230
CAPÍTULO IV RESULTADOS

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 171,0 100,0 37,6 46,6 182,0 6,46 28 4,12 19,48 8,0 38,2 35,5

95 170,0 84,3 30,0 42,6 176,0 5,47 25 4,46 19,77 5,5 34,2 34,0

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
90 169,0 78,9 29,2 39,2 167,4 5,17 22 4,80 20,07 5,0 30,4 30,5

85 167,8 72,7 26,8 35,0 164,8 4,99 21 4,92 20,22 5,0 28,0 30,0

80 167,0 67,3 25,0 31,8 156,8 4,82 20 4,99 20,39 4,0 27,0 29,5

75 166,0 63,8 24,0 30,0 155,0 4,70 19 5,05 20,67 4,0 24,0 28,5

70 164,9 62,3 24,0 29,0 153,8 4,50 18 5,12 20,98 4,0 23,0 27,0

65 163,0 60,3 23,0 29,0 150,0 4,48 18 5,20 21,13 4,0 22,2 26,0

60 163,0 59,0 22,0 28,0 148,0 4,36 17 5,26 21,36 3,5 22,0 25,5

55 162,2 58,5 22,0 27,0 146,8 4,25 16 5,38 21,55 3,5 21,0 25,0

50 161,0 56,7 22,0 26,0 144,0 4,15 15 5,50 21,60 3,0 20,0 24,0

45 160,0 55,5 21,6 24,6 142,6 4,06 15 5,59 21,80 3,0 19,0 23,0

40 159,1 54,4 21,0 23,0 140,4 3,98 14 5,60 22,06 3,0 18,0 22,0

35 159,0 53,4 20,8 21,0 135,8 3,89 14 5,71 22,21 3,0 17,0 22,0

30 158,7 52,3 20,0 21,0 133,4 3,79 13 5,82 22,31 2,5 16,4 21,0

25 158,0 51,8 20,0 19,0 133,0 3,70 13 5,90 22,85 2,5 16,0 20,5

20 157,0 49,5 20,0 19,0 130,0 3,62 12 5,99 22,97 2,0 14,6 20,0

15 156,2 48,4 19,0 17,0 125,2 3,51 12 6,19 23,30 2,0 13,2 18,5

10 153,4 46,9 18,8 15,8 123,2 3,45 11 6,37 23,49 2,0 11,0 18,0

5 151,4 45,7 18,0 13,4 116,0 3,27 8 6,67 24,19 1,5 9,0 16,0

1 149,7 41,1 17,0 7,1 83,7 2,95 5 7,78 28,94 1,5 4,7 13,5

Media 161,4 59,9 22,9 25,9 143,5 4,25 16,1 5,52 21,83 3,4 20,5 24,2

Desv.
5,5 13,1 4,5 9,0 19,7 0,75 5,0 0,69 1,59 1,4 7,6 5,4
Típica

Tabla nº 4.43: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en las estudiantes MUJERES de 17 años.

231
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Veloc. 20 Flexión
Índice Porcent. Lanzam. Dinamo-
Salto Abdom. m. Salida Veloc. Course anterior
Centiles Estatura Peso Masa Grasa Balón metría
Horiz. 30 seg. tendido 10 X 5 m. Navette de
Corp. Corporal (3Kg) manual
prono tronco

Cm. Kg. IMC % Cm. m. Repet. Seg. Seg. Periodos Cm. Kgf.

99 176,5 109,1 38,6 48,2 176,7 6,0 21 4,73 18,68 6,0 36,7 32,0

95 174,6 100,9 32,8 45,0 171,6 5,6 20 4,87 18,93 5,5 35,4 31,0

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
90 171,0 88,5 30,4 42,2 167,0 5,3 19 5,00 19,40 5,0 32,6 29,5

85 168,6 78,8 28,8 40,2 165,0 5,1 19 5,13 19,76 5,0 31,0 28,5

80 167,8 73,4 27,0 38,4 164,0 4,9 18 5,26 20,15 4,5 30,2 28,0

75 167,0 70,4 27,0 36,0 160,0 4,8 18 5,40 21,10 4,5 27,0 27,5

70 166,2 68,6 25,4 35,2 153,6 4,8 18 5,50 21,14 3,5 27,0 26,5

65 165,7 67,9 25,0 33,2 150,8 4,7 17 5,54 21,16 3,0 27,0 26,0

60 165,3 67,5 24,6 30,8 150,0 4,7 16 5,55 21,18 3,0 27,0 25,5

55 164,8 66,9 23,8 28,8 149,8 4,7 15 5,57 21,22 2,5 26,8 25,0

50 164,0 65,5 23,0 28,0 149,0 4,6 15 5,59 21,30 2,0 26,0 24,5

45 162,4 60,1 23,0 25,6 145,8 4,6 15 5,60 21,76 2,0 22,0 24,0

40 162,0 58,5 22,4 24,4 142,0 4,5 14 5,60 22,27 2,0 20,4 23,5

35 161,2 57,3 21,6 24,0 139,2 4,4 13 5,63 22,54 1,5 19,2 22,5

30 159,8 55,3 21,0 23,4 138,0 4,4 12 5,76 22,59 1,5 17,8 21,5

25 159,0 52,8 21,0 21,0 138,0 4,2 11 6,07 22,72 1,5 17,0 20,5

20 159,0 52,6 21,0 19,4 134,8 4,0 11 6,09 23,46 1,5 16,2 19,5

15 157,8 51,5 20,4 19,0 131,6 3,8 10 6,21 23,74 1,5 16,0 17,0

10 154,6 48,7 20,0 17,4 123,6 3,7 10 6,32 23,88 1,5 15,6 16,0

5 151,0 45,5 19,8 14,8 113,2 3,4 7 6,63 24,11 1,0 13,8 15,5

1 151,0 45,5 19,2 14,2 110,6 2,9 2 7,62 24,56 1,0 10,0 13,0

Media 163,3 66,2 24,6 29,1 146,4 4,5 14,2 5,7 21,7 2,8 23,5 23,6

Desv.
6,8 17,3 5,1 10,0 18,0 0,7 4,8 0,7 1,7 1,6 7,5 5,3
Típica

Tabla nº 4.44: Percentiles de pruebas físicas y antropométricas en las estudiantes MUJERES de 18 años.

232
CAPÍTULO IV RESULTADOS

4.5 RESULTADOS DEL CUESTIONARIO DE HÁBITOS


DE VIDA RELACIONADOS CON EL EJERCICIO
FÍSICO Y LA SALUD.
En esta investigación, además de obtener una serie de datos que nos permitan
establecer el nivel de condición física de la población estudiantil de los 12 a los 18 años de la

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Mancomunidad del Norte de Gran Canaria, y atendiendo a los objetivos planteados, hemos
querido relacionar estos resultados con una serie de hábitos de vida, y otras valoraciones sobre
la práctica de actividad física y su relación con la salud, de los sujetos estudiados.

Con esta fínalidad se les ha pasado un cuestionario, elaborado had hoc y ya presentado
en el apartado metodológico, que nos sirve para identificar los resultados de las variables que
nos guían en esta investigación.

Para presentar los resultados del cuestionario se ha hecho un análisis estadístico, donde
fundamentalmente hemos utilizado, por un lado la frecuencia, valores medios y desviación
estandar de cada una de las variables analizadas, utilizando una escala de Likert con valores
comprendidos entre 1 y 7; y por otro lado, registramos la frecuencia y porcentaje cuando se trata
de escalas dicotómicas.

Además, la mayoría de los ítems se los ha diferenciado de acuerdo a la edad y al género


para seguir en consonancia con la línea de presentación de resultados expuestos hasta el
momento, y agrupándolas en dos grandes dimensiones. Por una parte, los hábitos de vida y su
relación con la actividad física, que incluyen la prevalencia de práctica de actividad físico-
deportiva en los estudiantes de secundaria del norte de Gran Canaria, tipo de actividades físico-
deportivas y deportes más practicados, cantidad de deportistas federados, tiempo dedicado a
hábitos sedentarios, hábitos nocivos para la salud, horas de sueño, otras actividades
ocupacionales y hábitos alimenticios; y por otro lado, la percepción de la salud corporal, que
incluye a su vez la percepción del esfuerzo físico diario de los jóvenes del norte grancanario,
percepción del estado de forma física y de salud, enfermedades crónicas y/o problemas físicos,
expectativas de práctica en el futuro, importancia concedida a la actividad física para la salud y
motivos para su práctica.

233
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

En base a todo lo expuesto anteriormente, a continuación se exponen los resultados


obtenidos.

4.5.1 HÁBITOS DE VIDA Y SU RELACIÓN CON LA


ACTIVIDAD FÍSICA
Como se ha apuntado anteriormente se representan en este apartado los resultados

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
referentes a la prevalencia de práctica de actividad físico-deportiva en los estudiantes de
secundaria del norte de Gran Canaria, al tipo de actividades físico-deportivas y deportes más
practicados, a la cantidad de deportistas federados, el tiempo dedicado a hábitos sedentarios,
hábitos nocivos para la salud, las horas de sueño de los jóvenes adolescentes, otras actividades
ocupacionales que realizan además del estudio y sus hábitos alimenticios.

4.5.1.1 NIVELES DE PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FISICA

Hombre Mujer Total


Edad Si No Si No Si No

n % n % n % n % n % n %
12 40 78,4 11 21,6 38 60,3 25 39,7 78 68,4 36 31,6

13 88 83,8 17 16,2 55 53,9 47 46,1 143 69,1 64 30,9

14 111 83,5 22 16,5 66 48,9 69 51,1 177 66,0 91 34,0

15 122 83,6 24 16,4 46 35,1 85 64,9 168 60,6 109 39,4

16 81 79,4 21 20,6 58 45,7 69 54,3 139 60,7 90 39,3

17 56 78,9 15 21,1 34 49,3 35 50,7 90 64,3 50 35,7

18 13 65,0 7 35,0 5 29,4 12 70,6 18 48,6 19 51,4

Total 511 81,4 117 18,6 302 46,9 342 53,1 813 63,9 459 36,1

Tabla nº 4.45: FRECUENCIA DE PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA de los estudiantes de


secundaria en función de la edad y el género (Pregunta nº 1 del cuestionario).

234
CAPÍTULO IV RESULTADOS

36,1% 63,9%

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
SI Practican NO Practican

Gráfico nº 4.13: Distribución de los estudiantes de secundaria (muestra total) en función de la PRACTICA
DE ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA (Pregunta nº 1 del cuestionario).

90
Hombres
80
Mujeres
70 81,4%
60
Porcentaje

50
53,1%
40 46,9%
30
20
10 18,6%
0
SÍ practican NO practican
Gráfico nº 4.14: GRADO DE PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA de los estudiantes de
secundaria en función del género (Pregunta nº 1 del cuestionario).

235
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

90 83,8 83,5 83,6


78,9
78,4 79,4 Hombres
80 Mujeres

65,0
70 60,3

60 53,9
Porcentaje

48,9 49,3
45,7
50
35,1
40

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
29,4
30
20
10
0
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 4.15: Evolución del GRADO DE PRÁCTICA de actividad físico-deportiva de los estudiantes de
secundaria en función de la edad y del género (Pregunta nº 1 del cuestionario).

4.5.1.2 CANTIDAD DE PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FÍSICO-


DEPORTIVA REALIZADA

Hombres Mujeres Total


Edad
Desv. Desv. Desv.
n Media n Media n Media
Típ. Típ. Típ.
12 40 5:50 4:25 38 4:20 2:49 78 5:09 3:49

13 88 6:34 4:21 55 4:50 3:30 143 5:56 4:08

14 111 7:27 4:25 66 5:32 3:54 177 6:47 4:20

15 122 7:34 4:16 46 5:18 4:02 168 6:56 4:18

16 81 7:22 3:52 58 5:42 4:03 139 6:41 4:01

17 56 7:37 3:45 34 5:15 3:16 90 6:48 3:45

18 13 8:46 5:00 5 3:10 1:15 18 7:43 5:01

Total 511 7:14 4:15 302 5:12 3:41 813 6:31 4:10

Tabla nº 4.46: TIEMPO TOTAL semanal dedicado por los estudiantes de secundaria que practican
ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA, en función de la edad y el género (Pregunta nº 3 del cuestionario).

236
CAPÍTULO IV RESULTADOS

9:36 Hombres 8:46


Mujeres
8:24 7:37
Horas totales de práctica

7:27 7:34
deportiva a la semana

7:22
7:12 6:34
5:50 5:42
6:00 5:32

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
5:18 5:15
4:50
4:20
4:48

3:10
3:36

2:24

1:12

0:00
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 4.16: Evolución del TIEMPO TOTAL semanal dedicado por los estudiantes de secundaria que
practican ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA, en función de la edad y el género (Pregunta nº 3 del
cuestionario).

4,5 Hombres
Días de práctica semanales

4,1
4,1 Mujeres
3,9 4,0
4,0 3,8 3,8
3,7
3,6
3,5
3,5 3,4
3,3
3,3 3,3 3,2

3,0

2,5

2,0
12 13 14 15 16 17 18
Edad
Gráfico nº 4.17: Número de DÍAS a la semana dedicados por los estudiantes de secundaria que practican
ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA, en función de la edad y del género (Pregunta nº 1 del cuestionario).

237
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

Hombres Mujeres
Total (n=1272)
(n=628) (n=644)
Actividades físicas de tiempo libre
Desv. Desv. Desv.
Media Media Media
Típ. Típ. Típ.

Sin Act. Fís. significativa (juegos de


4,11 1,49 4,39 1,42 4,25 1,46
ordenador, TV, lectura, música,…)

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Con Act. Fis. moderada (juegos, paseos,
4,52 1,72 3,90 1,72 4,21 1,75
montar en bici, bailar, …)

Con Act. Fis. intensa (entrenamiento,


4,30 2,15 2,89 2,03 3,60 2,21
prácticas deportivas, …)

* Escala Likert de valoración de 1-7 (1=nada; 7=muchísimo)

Tabla nº 4.47: Tiempo que le dedican los estudiantes de secundaria a diferentes ACTIVIDADES EN SU
TIEMPO LIBRE y en función del género e intensidad de las mismas (Pregunta nº 9 del cuestionario).

5,0

4,5
Escala Likert (1-7)

Con actividad física

4,0
Sin actividad física
Con actividad física
Sin actividad física

significativa

Con actividad física


moderada
significativa

3,5
intensa

moderada

3,0
Con A. F.
intensa

2,5

2,0
Hombres Mujeres

Gráfico nº 4.18: PERCEPCIÓN DEL TIEMPO DEDICADO por los estudiantes de secundaria a
DIFERENTES ACTIVIDADES para la ocupación del tiempo libre y en función del género (Pregunta nº 9
del cuestionario).

238
CAPÍTULO IV RESULTADOS

70 63,1 Hombres
Mujeres
60

50
Porcentaje

40 34,5
29,8

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
30
21,7
17,4
20 14,0 14,6

10 4,9

0
Regularmente Fines de Ocasionalmente Nunca
semana

Gráfico nº 4.19: FRECUENCIA DE PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA en los estudiantes


de secundaria y en función del género (Pregunta nº 18 del cuestionario).

4.5.1.3 PRACTICANTES FEDERADOS

90
Federados
80
No federados 88,20%
70

60
Porcentaje

50
54,46%
40
45,54%
30

20

10
11,80%
0
Hombres Mujeres
Gráfico nº 4.20: Porcentaje de estudiantes de secundaria pertenecientes a equipos deportivos
FEDERADOS, en función del género (Pregunta nº 2 del cuestionario).

239
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

50 49,6
45,9 46,1 Hombres
44,8
45 42,3 Mujeres
41,2
40,0
40
35
Porcentaje

30
25

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
20 17,6
15,9
15 12,6
9,9 10,2
10 7,2

5
0,0
0
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 4.21: Evolución del porcentaje de ESTUDIANTES DE SECUNDARIA FEDERADOS, en función


de la edad y el género (Pregunta nº 2 del cuestionario).

4.5.1.4 DEPORTES O ACTIVIDADES FÍSICO-DEPORTIVAS


MÁS PRACTICADAS
45

40

35

30
Porcentaje

25

20

15

10

0
ón
a

ria
a
ol

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tic
al

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tb

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na

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ci
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O
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B
le

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ón
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ci
/B

la
o

cu
m

us
lis

M
ic
C

Gráfico nº 4.22: DEPORTES O ACTIVIDADES FÍSICO-DEPORTIVAS MÁS PRACTICADAS por los


VARONES estudiantes de secundaria (Pregunta nº 3 del cuestionario).

240
CAPÍTULO IV RESULTADOS

Porcentaje
3

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
1

...
a

at o

ón
a

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la
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C

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lis

ic
M
ic

ob
C

er
A

Gráfcio nº 4.23: DEPORTES O ACTIVIDADES FÍSICO-DEPORTIVAS MÁS PRACTICADAS por las


MUJERES estudiantes de secundaria (Pregunta nº 3 del cuestionario).

4.5.1.5 TIEMPO DEDICADO A HÁBITOS SEDENTARIOS

Hombres
2:54
2:49 Mujeres
2:47 2:45
2:47 2:44 2:43
2:39
2:40 2:37
Horas y minutos

2:34 2:33
2:33 2:29

2:26 2:21

2:18
2:13
2:11 2:09

2:03
2:04
1:57
1:50
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 4.24: Evolución del TIEMPO DIARIO dedicado por los estudiantes de secundaria a
ACTIVIDADES DE OCIO SEDENTARIAS (TV, jugar con el ordenador, videoconsolas,…) en función de la
edad y el género (Pregunta nº 14 del cuestionario).

241
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

6,0
Hombres
5,5 Mujeres
Escala Likert (1-7)

5,0
4,4 4,5 4,5
4,4 4,4 4,4 4,4 4,4
4,5 4,3
4,2
4,3

4,0 4,0
4,0

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
3,4
3,5

3,0

2,5

2,0
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 25: Evolución de la percepción de los estudiantes de secundaria del TIEMPO LIBRE
DEDICADO A ACTIVIDADES DE OCIO SEDENTARIAS, en función de la edad y el género (Pregunta nº
9 del cuestionario).

4.5.1.6 HORAS DE SUEÑO.

9,20
9,03
Hombres
9,00
Mujeres
8,80 8,65 8,66

8,60 8,54
8,45 8,44 8,45
8,40 8,39
8,40
Horas

8,20 8,18
8,15
8,20
8,02
8,00 7,88

7,80
7,60
7,40
7,20
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 4.26: TIEMPO (hora centesimal) que dedican los estudiantes a dormir, en función de la edad y
el género (Pregunta nº 11 del cuestionario).

242
CAPÍTULO IV RESULTADOS

4.5.1.7 HÁBITOS NOCIVOS PARA LA SALUD

Hombres Mujeres Total


Edad
Desv. Desv. Desv.
n Media n Media n Media
Típ. Típ. Típ.
12 51 1,04 0,20 63 1,03 0,18 114 1,04 0,18

13 105 1,24 0,73 102 1,14 0,68 207 1,19 0,70

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
14 133 1,42 1,07 135 1,39 0,95 268 1,41 1,01

15 146 1,66 1,19 131 1,88 1,48 277 1,76 1,34

16 102 1,85 1,29 127 2,13 1,58 229 2,00 1,46

17 71 2,25 1,48 69 2,13 1,41 140 2,19 1,44

18 20 3,25 1,65 17 3,06 1,78 37 3,16 1,69

Total 628 1,64 1,20 644 1,68 1,31 1272 1,66 1,26

* Escala Likert de valoración de 1-7

Tabla nº 4.48: CONSUMO de los estudiantes de secundaria de CIGARROS, ALCOHOL Y OTRAS


DROGAS, en función de la edad y el género (Pregunta nº 10 del cuestionario).

4,0
Hombres

3,5 Mujeres
3,3
Escala Likert (1-7)

3,1
3,0

2,5 2,3
2,1 2,1

2,0 1,9 1,9


1,7

1,5 1,4 1,4


1,2
1,0 1,0 1,1
1,0
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 4.27: Evolución en el CONSUMO DE CIGARROS, ALCOHOL Y OTRAS DROGAS por los
estudiantes de secundaria, en función de la edad y el género (Pregunta nº 10 del cuestionario).

243
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

4.5.1.8 OTRAS ACTIVIDADES OCUPACIONALES

16%
9%

75%

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Estudiantes varones que trabajan de forma complementaria al estudio
Estudiantes féminas que trabajan de forma complementaria al estudio
Estudiantes que NO realizan otro tipo de trabajo además del estudio

Gráfico nº 4.28: ESTUDIANTES QUE REALIZAN ALGÚN TIPO DE TRABAJO de forma complementaria a
los estudios y en función del género (Pregunta nº 17 del cuestionario).

60 57,8
Hombres
50 Mujeres

40
Porcentaje

31,7
30

20 16,9
13,7 12,0 14,1 12,7

6,9 7,8 7,8


10 5,6
4,9
1,0 1,0
0
Agricultura
Hostelería /

Tareas del

Otros
Construcción

Ganadería
Ayudante
comercio
Camarero

Albañilería /
hogar

Gráfico nº 4.29: TIPO DE TRABAJO complementario además del académico que afirman realizar aquellos
estudiantes de secundaria que lo reconocen como una actividad ocupacional, en función del género
(Pregunta nº 17 del cuestionario).

244
CAPÍTULO IV RESULTADOS

Todos los días Fines de


15% semana
5 veces/semana 25%
2%
4 veces/semana
3%

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
3 veces/semana
9% Ocasionalmente
21%

2 veces/semana
8%

1vez/semana En vacaciones
10% 7%

Gráfico nº 4.30: FRECUENCIA con que los estudiantes de secundaria realizan TRABAJOS
COMPLEMENTARIOS además del estudio. (Pregunta nº 17 del cuestionario).

4.5.1.9 PERCEPCIÓN DE UNA ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA


6,0
Hombres
5,5
5,5 Mujeres
5,3
5,2 5,2
5,1 5,1
Escala Likert (1-7)

5,0
5,0 4,8 4,9
4,8
4,6
4,5 4,5
4,5 4,4

4,0

3,5

3,0
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 4.31: Evolución de la Percepción de los estudiantes sobre la VALORACIÓN DE SU


ALIMENTACIÓN SANA Y EQUILIBRADA en función de la edad y el género (Pregunta nº 13 del
cuestionario).

245
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

4.5.1.10 COMIDAS REALIZADAS A DIARIO

Hombres Mujeres Total


Comidas diarias
n % n % n %
SI 550 87,72 526 81,80 1076 84,72
Desayuno
NO 77 12,28 117 18,20 194 15,28

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Media mañana SI 447 71,29 471 73,36 918 72,34
(recreo) NO 180 28,71 171 26,64 351 27,66

SI 626 99,84 637 99,07 1263 99,45


Almuerzo
NO 1 0,16 6 0,93 7 0,55

SI 390 62,30 414 64,59 804 63,46


Merienda
NO 236 37,70 227 35,41 463 36,54

SI 619 98,72 609 94,86 1228 96,77


Cena
NO 8 1,28 33 5,14 41 3,23

Tabla nº 4.49: Distribución del tipo de COMIDAS que realizan los estudiantes de secundaria a lo largo del
día y en función del género (Pregunta nº 12 del cuestionario).

99,8 99,1 98,7


100 Hombres
94,9
Mujeres
95
90 87,7

85 81,8
Porcentaje

80
73,4
75 71,3

70
64,6
65 62,3

60
55
50
Desayuno Media Almuerzo Merienda Cena
mañana
(recreo)

Gráfico nº 4.32: Distribución del tipo de COMIDAS que realizan los estudiantes de secundaria a lo largo
del día y en función del género (Pregunta nº 12 del cuestionario).

246
CAPÍTULO IV RESULTADOS

4.5.1.11 CANTIDAD SEMANAL DE ALIMENTOS CONSUMIDOS

Hombres Mujeres Total


(n=628) (n=644) (n=1272)
Grupos de alimentos
Desv. Desv. Desv.
Media Media Media
Típ. Típ. Típ.

Leche y derivados 6,03 1,50 6,04 1,55 6,04 1,52

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Pescado, carnes, huevos 4,18 1,45 4,03 1,45 4,10 1,45

Verduras y hortalizas 3,79 1,63 4,12 1,69 3,96 1,67

Pan, pastas, cereales y


4,94 1,68 4,65 1,75 4,79 1,72
legumbres

Frutas 4,61 1,85 4,71 1,98 4,66 1,92

Mantequilla, mayonesa,
3,55 1,63 3,36 1,61 3,46 1,62
productos grasos
Bollería, hamburguesas,
3,59 1,74 3,51 1,73 3,55 1,74
perritos

* Escala Likert de valoración de 1-7


Tabla nº 4.50: CONSUMO SEMANAL DE LOS DISTINTOS GRUPOS DE ALIMENTOS de los estudiantes
de secundaria, en función del género (Pregunta nº 15 del cuestionario).

6,0 6,0 6,0


Hombres
Mujeres
5,5

4,9
Escala Likert (1-7)

5,0 4,7
4,6 4,6

4,5
4,2
4,1
4,0

4,0 3,8
3,6 3,6
3,5
3,4
3,5

3,0
Leche y Pescado, Verduras y Pan, pastas, Frutas Mantequilla, Bollería,
derivados carnes, huevos hortalizas cereales y mayonesa, hamburguesas,
legumbres productos perritos
grasos

Gráfico nº 4.33: PERCEPCIÓN de los estudiantes de secundaria de los GRUPOS DE ALIMENTOS que
consumen durante la semana, en función del género (Pregunta nº 15 del cuestionario).

247
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

4.5.2 PERCEPCIÓN DE LA SALUD CORPORAL

En este segundo bloque de resultados obtenidos del cuestionario de hábitos de vida y


salud relacionado con la actividad física y deportiva, exponemos toda aquella información
referida a la percepción de la salud corporal y otras actitudes relacionadas con la práctica
deportiva, donde incluimos la percepción del esfuerzo físico diario de los jóvenes del norte
grancanario, percepción del estado de forma física y de su salud, enfermedades crónicas y/o

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
problemas físicos, expectativas de práctica de actividades físico-deportivas en el futuro,
importancia concedida a la actividad física para la salud y motivos para su práctica.

4.5.2.1 PERCEPCIÓN DEL ESTADO DE FORMA FÍSICA

6,0
Hombres
5,5 5,3
5,1 5,1 Mujeres
5,0 5,0 5,0 5,0
5,0
Escala Likert (1-7)

4,6 4,7
4,5
4,5 4,3
4,1
4,0 3,9

3,5
3,5

3,0

2,5

2,0
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 4.34: Evolución de la PERCEPCIÓN DEL ESTADO DE FORMA FÍSICA, de los estudiantes de
secundaria en función de la edad y el género (Pregunta nº 7 del cuestionario).

248
CAPÍTULO IV RESULTADOS

4.5.2.2 PERCEPCIÓN DEL ESFUERZO FÍSICO DIARIO

6,0
Hombres
5,5
Mujeres
4,9
5,0 4,8
Escala Likert (1-7)

4,6 4,5
4,5 4,5 4,4 4,4
4,5 4,4 4,3

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
4,2
4,0 3,9
4,0 3,8

3,5

3,0

2,5

2,0
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 4.35: Evolución de la PERCEPCIÓN DEL ESFUERZO FÍSICO REALIZADO A LO LARGO DEL
DÍA en función de la edad y el género (Pregunta nº 4 del cuestionario).

4.5.2.3 PERCEPCIÓN DEL ESTADO DE SALUD


7,0
Hombres
6,5 Mujeres

6,0
Escala Likert (1-7)

5,9 6,0 5,9


6,0 5,8
5,8 5,7
5,6
5,4 5,4 5,5
5,5 5,3
5,3

5,0
4,6
4,5

4,0
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 4.36: Evolución de la PERCEPCIÓN DEL ESTADO DE SALUD en función de la edad y el


género (Pregunta nº 5 del cuestionario).

249
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

4.5.2.4 ENFERMEDADES CRÓNICAS Y/O PROBLEMAS


FÍSICOS

3,77 % 6,53 %

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
89,70 %

Estudiantes varones que manifiestan alguna enfermedad crónica o problema físico


Estudiantes femeninas que manifiestan alguna enfermedad crónica o problema físico
Estudiantes que manifiestan buen estado de salud

Gráfico nº 4.37: Estudiantes de Secundaria que manifiestan ENFERMEDADES CRÓNICAS Y/O


PROBLEMAS FÍSICOS, en función del género (Pregunta nº 6 del cuestionario).

18 17,6
Hombres
16 Mujeres

14
11,5
Porcentaje

12
10,7
9,9
10
8,4
8 6,9
6,1 6,1
6 5,3
4,6 4,6
3,8
4 3,1
1,5
2
0
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 4.38: Evolución en función de la edad y el género de las ENFERMEDADES CRÓNICAS Y/O
PROBLEMAS FÍSICOS entre los estudiantes de secundaria que manifiestan padecerlas, (Pregunta nº 6
del cuestionario).

250
CAPÍTULO IV RESULTADOS

Alergia y rinitis
alérgica
Otros
6% Asma
27%

Lesión de 42%
rodilla
2%

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
21 %

Hipertensión
2%
Escoliosis y
problemas de
espalda

Gráfico nº 4.39: Relación de ENFERMEDADES CRÓNICAS Y/O PROBLEMAS FÍSICOS que manifiestan
los estudiantes de secundaria (Pregunta nº 6 del cuestionario).

4.5.2.5 IMPORTANCIA DE LAS ACTIVIDADES FÍSICAS Y


DEPORTIVAS PARA LA SALUD.
7,0
Hombres
6,8 6,7 6,7 Mujeres
6,6 6,6 6,6 6,6 6,6 6,6
6,6 6,5 6,5 6,5 6,5
6,4
Escala Likert (1-7)

6,4
6,4
6,2
6,0
5,8
5,6
5,4
5,2
5,0
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 4.40: IMPORTANCIA que le conceden los estudiantes de secundaria al EJERCICIO FÍSICO
PARA LA SALUD, en función de la edad y el género (Pregunta nº 8 del cuestionario).

251
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

4.5.2.6 MOTIVOS QUE INDUCEN A LA PRÁCTICA DEPORTIVA

Hombres Mujeres
Total (n=1272)
Motivación para la práctica de (n=628) (n=644)
ejercicio físico
Desv. Desv. Desv.
Media Media Media
Típ. Típ. Típ.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Mejorar la condición física 5,42 1,71 4,92 1,92 5,20 1,82

Diversión 5,76 1,48 5,18 1,85 5,50 1,67

Estética corporal 4,11 1,98 4,00 2,10 4,06 2,03

Indicación médica 2,33 1,91 2,61 2,11 2,45 2,00

Relacionarse y hacer amigos 4,21 2,13 3,77 2,13 4,02 2,14

* Escala Likert de valoración de 1-7


Tabla nº 4.51: MOTIVOS que inducen a la PRÁCTICA DEPORTIVA en los estudiantes de secundaria, en
función del género (Pregunta nº 16 del cuestionario).

6,0 5,8
5,4 Hombres
5,5 5,2 Mujeres
4,9
5,0
Escala Likert (1-7)

4,5 4,1 4,2


4,0
4,0 3,8

3,5
3,0 2,6
2,3
2,5
2,0
1,5
1,0
Mejorar la Diversión Estética Indicación Relacionarse
condición corporal médica y hacer
física amigos

Gráfico nº 4.41: MOTIVOS que inducen a la PRÁCTICA DEPORTIVA en los estudiantes de secundaria y
en función del género (Pregunta nº 16 del cuestionario).

252
CAPÍTULO IV RESULTADOS

4.5.2.7 EXPECTATIVAS DE PRÁCTICA DE ACTIVIDAD


FÍSICO-DEPORTIVA EN EL FUTURO

No creo
1%

No lo sé

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
34%
Si
64%
No
1%

Gráfico nº 4.42: EXPECTATIVAS DE PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FÍSICO DEPORTIVA en el futuro de los


estudiantes de secundaria (Pregunta nº 19 del cuestionario).

80 74,3
Hombres
Mujeres
70

60 53,1

50 44,5
Porcentaje

40

30 23,5

20

10
1,0 0,8 1,3 1,6

0
Si No No lo sé No creo

Gráfico nº 4.43: EXPECTATIVAS que tienen los estudiantes de secundaria de PRACTICAR ACTIVIDAD
FÍSICO DEPORTIVA en el futuro y en función del género (Pregunta nº 19 del cuestionario).

253
ANÁLISIS Y
CAPÍTULO V

RESULTADOS
DISCUSIÓN DE LOS

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
A lo largo del primer capítulo hemos intentado exponer de forma pormenorizada los
términos desde los que se orientan los componentes de la condición física que
consideramos centrales para nuestro objeto de estudio, es decir, las capacidades físicas y los
componentes antropométricos. Son estos elementos de la condición física los que hemos
estudiado en la muestra seleccionada, con la intención de constatar, a través de los resultados
obtenidos en los diversos tests, su evolución en función de la edad y el género.

Haremos hincapié en los caracteres peculiares más significativos de estos componentes


de la condición física, de la misma manera que recogeremos algunos de los aspectos más
ilustrativos que nos aporten las respuestas del cuestionario empleado, así como las relaciones
establecidas entre dichas respuestas y los resultados relativos al rendimiento físico. Hemos de
tener en cuenta que del cuestionario aplicado se obtiene por ejemplo el grado de práctica de
actividad físico-deportiva, que resulta ser una de las variables básicas para los análisis
comparativos realizados, además de otros aspectos relativos a los hábitos de vida y salud
corporal que también analizaremos.

Por consiguiente, estudiaremos en primer lugar la prevalencia de práctica de actividad


físico-deportiva de la muestra, para poder establecer los grados o niveles de práctica que
servirán de referencia para el análisis comparativo de cada uno de los siguientes apartados, los
cuales serían: los resultados relativos a la evolución de las diferentes capacidades físicas y de
los distintos componentes antropométricos, resultados sobre el estado de salud y actitud ante la
actividad física, hábitos alimenticios y otros hábitos de vida relacionados con la actividad física y
la salud.

257
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Por otro lado, como hemos visto a lo largo de la fundamentación teórica de esta
investigación, la existencia de otros estudios similares realizados en Canarias y otras
Comunidades Autónomas de nuestro país, así como trabajos realizados a gran escala tanto
nacionales como internacionales que abordan esta misma temática, nos permite disponer de una
serie de datos de referencia a la hora de analizar, discutir y establecer un diagnóstico de la
situación en que se encuentran los estudiantes de secundaria de la Mancomunidad del Norte de
Gran Canaria dentro del marco referencial establecido.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
5.1 PREVALENCIA DE PRÁCTICA DE ACTIVIDAD
FÍSICO-DEPORTIVA DEL ALUMNADO DE
SECUNDARIA DEL NORTE DE GRAN CANARIA.
Como hemos comentado anteriormente, es necesario dado el diseño de esta
investigación, comenzar este capítulo con un apartado referido al grado de práctica de actividad
físico-deportiva de la población estudiada, ya que se trata de una variable que servirá de
referencia en gran parte del análisis de los resultados obtenidos.

En este punto, además de analizar la prevalencia de práctica de actividad física de los


estudiantes de secundaria del norte de Gran Canaria en su conjunto, también lo haremos en
función de algunas variables como el género, la edad, los grados o niveles de práctica y el tipo
de actividades físicas y deportivas más practicadas, las cuales van a tener un gran peso
específico de cara a la mejor comprensión, interpretación, comparación y posterior discusión de
los resultados obtenidos.

Tal y como hemos visto en la exposición de los resultados de esta investigación, al


analizar los datos obtenidos por la muestra total estudiada, se aprecia como se confirman los
niveles de práctica que se vienen barajando en otros estudios tanto a nivel regional como
nacional.

De esta forma, los resultados nos revelan que un 36,1 % del alumnado de secundaria de
ambos sexos no realiza actividad físico-deportiva, estando como decíamos, estas cifras
obtenidas muy cercanas a las de los jóvenes españoles en general, y canarios en particular,
incluso dándose coincidencias casi absolutas como las reflejadas con el estudio enKid (Román

258
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

et al., 2003)1 que señalan un 36,07 % de población española entre los 10 y 17 años que no
practica deporte, o muy próximos a otros como la Encuesta de Salud de Canarias 2004 donde el
34% de los jóvenes entre 11 y 15 años declaran no realizar nunca actividad física o realizarla
menos de una vez al mes. Asimismo en la encuesta de Hábitos y Actitudes de los Andaluces en
Edad Escolar ante el Deporte es el 34,4 % el porcentaje de escolares que no practican ni una
vez al mes. (Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía, 2006).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
No obstante, estos resultados sólo nos aportan una aproximación al objeto de estudio
que promueve la inclusión de este apartado referido a la prevalencia de práctica de actividad
física y deportiva de los adolescentes del norte de Gran Canaria, por ello, para llegar a un
riguroso conocimiento de la frecuencia y características de dichos niveles de práctica, se hace
necesario un análisis pormenorizado de las variables anteriormente mencionadas, el género, la
edad, el grado de práctica y el tipo de actividades físicas y deportivas más practicadas, y que a
continuación pasamos a desarrollar.

5.1.1 PREVALENCIA DE PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FÍSICO-


DEPORTIVA DE LOS ADOLESCENTES EN FUNCIÓN DEL
GÉNERO.
En consonancia con la literatura científica consultada (Wärnbeg et al., 2006; Currie et al.,
2004; Román et al., 2003; Gálvez, 2003; Rodríguez, 2003; Sallis, 2000, Centers for Disease
Control and Prevention CDC, 19981; Cantera, 1997), los resultados del presente estudio
demuestran que los adolescentes masculinos de la comarca norte de Gran Canaria, practican
actividad físico-deportiva con mayor frecuencia que las femeninas. Asimismo tanto la intensidad
como la duración con que se realiza dicha práctica es mayor en el caso de los varones.

Probablemente hechos que iremos desgranando en este capítulo, como por ejemplo el
gusto por la realización de prácticas físicas más competitivas en los varones, o de actividades de
tipo más aeróbicas y de menor requerimiento de esfuerzo físico por parte de las mujeres, o los
roles masculinos y femeninos tradicionalmente asignados a los distintos juegos y deportes
infantiles y juveniles, etc., nos ayuden a comprender mejor la realidad que conduce al
establecimiento de estas diferencias en la práctica físico-deportiva de los chicos y chicas de la
población estudiada.

1 En Serra-Majem y Aranceta, 2003

259
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

En este sentido, los resultados que arroja nuestra investigación son evidentes, con un
81,4 % de los varones del norte de Gran Canaria que afirman practicar actividad física algún día
a la semana por tan sólo el 46,9 % de las mujeres. Estudios como el AVENA (Wärnbeg et al.,
2006), muestran resultados de los varones entre 13 y 18 años de un 71% frente al 47% de las
mujeres, coincidiendo prácticamente este último valor con el obtenido en nuestra investigación.
También en el estudio enKid (Román et al., en Serra-Majem y Aranceta, 2003), la muestra de
los 10 a los 17 años aporta cifras muy próximas a las de nuestro trabajo, con el 76,45 % de los

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
varones que practican deporte en su tiempo libre por un 51,4 % de las mujeres.

Asimismo en la Encuesta Nacional de Salud de 2006 se destaca el alto porcentaje de


mujeres no practicantes entre 16-24 años de edad, con un 47,03% frente al 26,14% de los
varones. También otros trabajos realizados en la educación secundaria obligatoria (ESO), con
alumnos comprendidos entre los 12 y 16 años confirman este hecho (Casimiro, 1999, en
Granada; Camacho et al., 2002, en Córdoba; Serra et al., 2001, en Huesca; Balaguer y Castillo,
2002, en Valencia).

A nivel internacional la situación es similar, y los resultados que publican estudios como
el HBSC (Currie et al., 2004) que abarca a 32 países, ponen de manifiesto que los índices de
práctica deportiva internacionales muestran tendencias muy parecidas a las encontradas en
España (Moreno et al., 2004) y en nuestra investigación.

En definitiva, la diferencia de práctica de actividad físico-deportiva entre ambos géneros


es evidente, y aunque se encuentran muy cercanos los resultados obtenidos en nuestro estudio
con los de numerosos trabajos revisados (Wärnbeg et al., 2006; Román et al., 2003; Currie et al.,
2004; Sallis, 2000; García-Ferrando, 2006; Casimiro, 1999; Camacho et al., 2002; Serra et al.,
2001;; Balaguer y Castillo, 2002), las cifras obtenidas en el alumnado de Secundaria del Norte de
Gran Canaria, confirman que los varones presentan un índice de práctica significativamente
superior al de las jóvenes estudiantes, dándose incluso unas diferencias entre ambos géneros
que son superiores a las de otras poblaciones nacionales e internacionales.

Es probable que las causas de una menor práctica de actividad física femenina sean
principalmente culturales, por encima de otros factores de tipo biológico (Balaguer y Castillo,
2002). En nuestra sociedad, aunque cada vez menos, se sigue asociando la práctica de
actividad física con valores masculinos, lo cual lejos de favorecer la participación femenina,
supone un obstáculo que hay que terminar de salvar.

260
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Es este sentido, la respuesta a las causas que provocan esta disparidad en los niveles
de práctica deportiva entre ambos sexos, probablemente sea multifactorial, con una interrelación
compleja de cuestiones sociales, medioambientales y de desarrollo. Así, aspectos como el
desarrollo diferencial de las capacidades físicas, las diferencias en la composición corporal
durante el crecimiento y la maduración, y un sesgo subconsciente de género por el que los
padres, las madres y el profesorado promueven inconscientemente que los chicos participen
más en cuestiones relativas a la actividad física (Merino et al., 2006), sean algunas de las

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
principales causas que conducen a esta situación.

En consecuencia, tanto padres como educadores y la sociedad en general (por ejemplo


los medios de comunicación) deben fomentar una práctica de actividades físico-deportivas que
sea integradora para chicos y chicas, evitándose la asociación de dicha práctica con valores
masculinos.
No obstante, y como conclusión a este tema, parece ser que la situación esté
empezando a cambiar, y que las causas que provocan estas diferencias de hábitos deportivos
están siendo paulatinamente modificadas por parte de la sociedad. De este modo, el porcentaje
de mujeres que hacen deporte en España ha crecido más que el de varones (3% frente a 1%)
entre los años 2000 y 2005 (García-Ferrando, 2006). Este resultado supone una ruptura en la
tendencia registrada en pasadas encuestas, y apunta un prometedor acercamiento de las tasas
de práctica deportiva femenina a la masculina.

5.1.2 PREVALENCIA DE PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FÍSICO-


DEPORTIVA DE LOS ADOLESCENTES EN FUNCIÓN DE LA
EDAD.
Otra variable de gran trascendencia para un análisis más exhaustivo de los grados de
práctica de actividad física y deportiva de una población es la edad. Máxime cuando el sector de
población estudiada presenta unas características tan peculiares como la pubertad y
adolescencia, donde como iremos exponiendo a continuación, numerosos estudios ponen de
manifiesto que la práctica deportiva tiende a disminuir con el paso de los años, siendo
precisamente la transición de la pubertad y adolescencia a la primera juventud, las etapas de la
vida en que mayor abandono de práctica existe.

261
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Así se refleja en diversos trabajos realizados tanto en nuestro país como a nivel
internacional (García-Ferrando, 2006; Álvarez, Angulo y Casero, 2004; Gálvez, 2003; Currie et
al., 2004; Sallis, 2000). En este sentido, según se desprende de la Encuesta de Empleo del
Tiempo Libre 2002-2003, el porcentaje de chicos y chicas españoles que realizan deportes y
actividades al aire libre en el transcurso del día es menor en la franja de 16 a 24 años (35,8%)
que en la de 10 a 15 años (44,8%), dándose un descenso inferior en el caso de las mujeres.
También Román et al. (en Serra-Majem y Aranceta, 2003) indican que entre los 10-13 años y los

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
14-17 años se dan aumentos de la inactividad en torno a un 10 % tanto en mujeres como en los
varones.

Esta situación de abandono de práctica deportiva en estas edades también se podría


confirmar de un modo general en la Comunidad Canaria, donde podemos encontrar datos
estadísticos en cuya interpretación se refleja igualmente una disminución de la práctica física en
función de la edad, ya que hasta los 15 años, el 34,1% de los jóvenes canarios de ambos sexos
realizan actividad físico-deportiva vigorosa de forma regular (siendo superior la cifra en los
varones) mientras que entre los 16 y 29 años esta cifra desciende a un 28,4% (Encuesta de
Salud de Canarias 2004).

Si tenemos en cuenta, tal y como se ha comentado en la fundamentación teórica del


presente trabajo, que los intereses de las personas cambian con la edad, hemos de reconocer
que son muchos y muy variados los factores que en mayor o menor medida van a influir en la
disminución de los niveles de actividad física en estas edades que se están tratando.

Entre ellos, cabe citar el hecho de que en la infancia la actividad física gira en torno a
actividades de diversión que en su mayoría requieren práctica física de carácter participativo y no
competitivo, y con la llegada de la adolescencia muchas veces se produce el paso a la
competencia deportiva, lo cual provoca una desmotivación en muchos jóvenes y la búsqueda de
otro tipo de alternativas de ocio que no les suponga frustraciones ni fracasos. Al mismo tiempo,
la adolescencia marca el inicio de la edad adulta y ya es posible practicar nuevos tipos de
actividades “adultas” que antes estaban prohibidas o no generaban interés, algunas de ellas
sedentarias y no saludables (fumar, beber, fiestas nocturnas, etc.) (Merino et al., 2006). Por otro
lado, el tiempo destinado al estudio u otras obligaciones aumenta, lo cual junto a un mayor deseo
de pasar más tiempo con los amigos y amigas (que pasan a ser el agente social más influyente
en sus decisiones), hace que se vaya relegando a un segundo plano la participación en
actividades físicas como un complemento importante en su salud y calidad de vida.

262
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Todas estas causas, y probablemente muchas otras, desembocan en una disminución


de los hábitos deportivos de los adolescentes, la cual comienza a producirse según estudios
internacionales sobre los 13 años de edad (Sallis, 2000; Currie et al., 2004), mientras que datos
españoles (Lasheras et al., 2001) han indicado que esta edad en la que la actividad física
empieza a estancarse o a disminuir puede ser más temprana, en torno a los 11 años de edad.

En el análisis de los resultados obtenidos en nuestra investigación, se confirma esta

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
tendencia al descenso del grado de práctica deportiva de los adolescentes del norte de Gran
Canaria en estas edades. De esta forma, los datos que se desprenden del total de la muestra
coinciden con los datos internacionales, produciéndose el descenso de los hábitos físico-
deportivos alrededor de los 13 años de edad.

Sin embargo, si tenemos en cuenta los resultados que hemos obtenido en función de la
edad y el género, se aprecian algunas circunstancias que merecen la realización de algún
comentario aclaratorio. Por ejemplo, la disminución de práctica física de los varones en el sector
de población estudiado se produce de forma más tardía que en los estudios a los que se ha
hecho referencia anteriormente, ya que en este caso el porcentaje de practicantes entre los 12 y
15 años es muy estable (82,3 % de media), siendo a partir de los 15 años cuando comienza a
producirse un claro descenso llegando a un 65 % de participación a los 18 años de edad. En lo
que a las mujeres respecta se produce una situación peculiar, ya que a partir de los 12 años se
manifiesta un evidente descenso de la práctica (de 60,3% a los 12 años a un 35,1% a los 15
años), pero luego se recuperan algo las cifras hasta los 17 años (49,3 %) para volver a
descender a partir de esta edad.

En definitiva, estamos en disposición de afirmar que los niveles de práctica física y


deportiva de la población puberal y adolescente de la comarca norte de Gran Canaria confirman
las tendencias regionales, nacionales y del resto de países desarrollados en cuanto al descenso
de la participación en actividades físicas a medida que aumenta su edad, aunque en este caso
los varones del norte de Gran Canaria comienzan la disminución de práctica de actividad físico-
deportiva de forma algo más tardía que otras poblaciones estudiadas, no sucediendo lo mismo
con las mujeres.

263
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

5.1.3 DEDICACIÓN DE LOS ADOLESCENTES A LA PRÁCTICA


DE ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA: SEDENTARIOS,
MODERADAMENTE ACTIVOS Y ACTIVOS.
Entre los objetivos que nos hemos planteado, y relativo a la necesidad de establecer
relaciones entre los resultados obtenidos en la muestra seleccionada en función del grado o nivel
de práctica de actividad físico-deportiva que realizan, se hace necesario el establecimiento de

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
una clasificación de dichos niveles. Esta clasificación debe tener un carácter aplicativo y de
generalización a la población escolar, por lo que ha de ser sencilla y operativa, y a su vez estar
en consonancia con las directrices aceptadas actualmente en el ámbito científico en cuanto a la
cantidad de actividad física a realizar en la adolescencia para tener una buena calidad de vida
actual y futura.

Para tal fin hemos establecido una ponderación del grado de actividad física en los
adolescentes distinguiendo los siguientes grados:

- Sujetos SEDENTARIOS, entendiendo aquellos adolescentes que sólo realizan


actividad física en las clases curriculares de Educación Física, y que no practican
ninguna actividad físico-deportiva en su tiempo libre.

- Sujetos MODERADAMENTE ACTIVOS, entendiendo aquellos adolescentes que al


menos realizan práctica de actividades físicas físico-deportiva 1 ó 2 días semanales
además de las clases de Educación Física Escolar. No rechazan la actividad física
pero son ocasionales, muchas veces practicantes de fines de semana, les gusta
participar pero no de forma sistemática y con la regularidad suficiente.

- Sujetos ACTIVOS: entendiendo en este grupo aquellos adolescentes que realizan


actividad físico-deportiva 3 ó más días a la semana además de las clases de
Educación Física en su horario escolar. A este grupo pertenecen el sector de
población estudiantil más comprometido con el deporte, ya sea a través de la
actividad deportiva federada como aquellos otros con hábitos consolidados de
práctica física.

264
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

En definitiva, al realizar el agrupamiento de nuestra muestra en función del grado de


actividad física, los sujetos activos son mayoritarios en el sector de población estudiada
cifrándose en torno al 50 %. Por otra parte, sorprende un porcentaje relativamente alto de
adolescentes que se declaran sedentarios (36,1 %), e incluyéndose en el grupo de estudiantes
moderadamente activos un 14,1 % de la población estudiada (Tabla nº 5.1).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Género
Grado de Actividad
Física Hombre Mujer Total
n % n % n %
Sedentarios 117 18,6 342 53,1 459 36,1
Moderadamente
90 14,3 89 13,8 179 14,1
activos
Activos 421 67,0 213 33,1 634 49,8

Total 628 100 644 100 1272 100

Tabla nº 5.1: Frecuencia del grado de práctica de actividad físico-deportiva de los estudiantes de
secundaria de la comarca norte de Gran Canaria en función del género.

Mayoritariamente los estudiantes de sexo masculino son los sujetos más activos (67,0
%), frente a la población de mujeres donde el sector predominante son las sedentarias (53,1 %),
siendo equiparable los valores en aquellos estudiantes moderadamente activos, tanto de
hombres como mujeres.

Si el grado de participación lo consideráramos exclusivamente en función de los días de


práctica y sin hacer el desglose anteriormente comentado de clasificación de los sujetos en
función del grado de actividad, podemos inferir que aunque no existe un equilibrio de práctica
entre ambos géneros, prácticamente la mitad (49,8 %) de los adolescentes del norte de Gran
Canaria practican más de 3 días en semana.

Estas cifras casi coinciden con otros estudios realizados tanto dentro de nuestro país
como fuera de él. Por ejemplo, en la encuesta de hábitos deportivos de los españoles de 2005
nos mostraba que la frecuencia de 3 ó mas veces por semana de práctica deportiva de los
mayores de 15 años era de un 49 % (García-Ferrando, 2006). No obstante en función de estos
resultados, si tenemos en cuenta que el presente trabajo aborda las edades comprendidas entre

265
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

los 12 y los 18 años, donde es aceptado que los niveles de práctica son mayores que en edades
más adultas, se podría interpretar que el grado de participación durante 3 ó mas días semanales
de los adolescentes del norte de Gran Canaria, está algo por debajo de las cifras nacionales.
Este hecho, como veremos a continuación no se ajusta a la realidad, probablemente porque las
cifras de participación que propone García-Ferrando (2006) van disminuyendo con la edad pero
vuelven a equilibrarse a partir de los 55 años con un claro aumento de los niveles de práctica de
actividad físico-deportiva, probablemente debido a la creciente preocupación del cuidado de la

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
salud y calidad de vida que se produce en estas edades.

De este modo, Currie et al. (2004) encontraron que a los 13 años de edad, los varones
españoles realizaban una hora o más de actividad física una media de 4,1 días semanales y las
jóvenes de la misma edad 3,7 días a la semana, dándose prácticamente los mismos valores que
el alumnado de 13 años de nuestra muestra (4,1 y 3,6 respectivamente). Idéntica situación
encontramos a los 15 años, con valores nacionales de 4,0 días a la semana para los chicos y 3,4
para las chicas (Moreno et al., 2004), por un 4,1 y 3,3 respectivamente de nuestros estudiantes.

Para una mayor profundización del comportamiento de la población adolescente del


norte de Gran Canaria hemos analizado los diferentes niveles de actividad físico-deportiva con
respecto a la franja de edad objeto de este estudio, es decir, de los 12 a los 18 años.

HOMBRES
Moderadamente
Sedentarios Activos Total
Activos
Edad % del N % del N % del N % del N
% de la % de la % de la % de la
n de la n de la n de la n de la
fila fila fila fila
columna columna columna columna

12 11 21,57 9,40 12 23,53 13,33 28 54,90 6,65 51 100 8,12

13 17 16,19 14,53 11 10,48 12,22 77 73,33 18,29 105 100 16,72

14 22 16,54 18,80 24 18,05 26,67 87 65,41 20,67 133 100 21,18

15 24 16,44 20,51 19 13,01 21,11 103 70,55 24,47 146 100 23,25

16 21 20,59 17,95 13 12,75 14,44 68 66,67 16,15 102 100 16,24

17 15 21,13 12,82 9 12,68 10,00 47 66,20 11,16 71 100 11,31

18 7 35,00 5,98 2 10,00 2,22 11 55,00 2,61 20 100 3,18

Total 117 18,63 100 90 14,33 100 421 67,04 100 628 100 100

Tabla nº 5.2.- Distribución de los estudiantes varones de la comarca norte de Gran Canaria en función del
grado de actividad físico-deportiva y de la edad.

266
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

La franja de edad en la que los adolescentes muestran una menor actitud sedentaria
frente a las actividades físicas y deportivas radica entre los 13 y 15 años, siendo en estas
edades las que los jóvenes muestran un mayor interés y práctica en la diversificación de
actividades deportivas, especialmente con los jóvenes varones de 13 años que son los más
activos de la población estudiada (tabla nº 5.2).

Por el contrario, cuando analizamos el grado de actividad de las jóvenes adolescentes

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
del norte de Gran Canaria observamos que a la edad de 15 años las mujeres muestran un gran
desinterés en la realización de actividades físicas y deportivas, llegando a un 64,89 % su nivel de
sedentarismo (tabla nº 5.3), mientras que es curioso observar como el nivel de práctica de las
mujeres en las franjas de edades precedentes son los más altos encontrados, sin llegar en
ningún caso, a considerarlos como valores óptimos de actividad física para las mujeres y más en
estas edades.

MUJERES
Moderadamente
Sedentarias Activas Total
Activas
Edad % del N % del N % del N % del N
% de la % de la % de la % de la
n de la n de la n de la n de la
fila fila fila fila
columna columna columna columna

12 25 39,68 7,31 16 25,40 17,98 22 34,92 10,33 63 100 9,78

13 47 46,08 13,74 20 19,61 22,47 35 34,31 16,43 102 100 15,84

14 69 51,11 20,18 16 11,85 17,98 50 37,04 23,47 135 100 20,96

15 85 64,89 24,85 13 9,92 14,61 33 25,19 15,49 131 100 20,34

16 69 54,33 20,18 16 12,60 17,98 42 33,07 19,72 127 100 19,72

17 35 50,72 10,23 7 10,14 7,87 27 39,13 12,68 69 100 10,71

18 12 70,59 3,51 1 5,88 1,12 4 23,53 1,88 17 100 2,64

Total 342 53,11 100 89 13,82 100 213 33,07 100 644 100 100

Tabla nº 5.3.- Distribución de las jóvenes estudiantes de la comarca norte de Gran Canaria en función del
grado de actividad físico-deportiva y de la edad.

Al analizar los sujetos moderadamente activos tanto en hombres como en mujeres, en


algunos casos no podemos inferir los resultados obtenidos en función de la edad al conjunto de
la población, ya que concretamente en las franjas de edades de los 17 y 18 años, hemos
obtenido menos de 10 observaciones muestrales en cada una de estas edades, hecho que
también sucede en las mujeres activas de 18 años de edad.

En definitiva, podemos manifestar que el número de días a la semana de práctica


deportiva de los estudiantes de secundaria del norte de Gran Canaria, presenta patrones de

267
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

comportamiento muy parecidos al resto de los jóvenes españoles, los cuales a los 11 años
muestran valores inferiores a la media de los países desarrollados, pero a los 13 y 15 años ya se
encuentran por encima de la media de estos países en cuanto al nivel de práctica física que
realizan (Moreno et al., 2004), siendo no obstante totalmente insuficiente el nivel de actividad
físico-deportiva mostrado por las jóvenes adolescentes.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
5.1.4 ACTIVIDADES FÍSICO-DEPORTIVAS PREFERIDAS EN
LA POBLACIÓN ADOLESCENTE DEL NORTE DE GRAN
CANARIA Y MOTIVOS QUE INDUCEN A SU PRÁCTICA.
Siendo uno de los objetos de este estudio el conocimiento y análisis de las
características y peculiaridades de la práctica de actividades físico-deportivas de los estudiantes
de secundaria, resulta de gran interés establecer un perfil sobre cuáles de estas actividades son
las más practicadas por el alumnado del norte de Gran Canaria, así como saber si el gusto por
dichas actividades coincide o no en ambos géneros y con otras poblaciones.

En este sentido, los resultados que arroja la presente investigación muestran como el
fútbol en los varones, y la natación en las mujeres son los deportes que cuentan con un mayor
números de practicantes con unas cifras de 43,8 % y 5,9 % respectivamente. En el caso de los
chicos, la diferencia entre el fútbol y el resto de deportes es abrumadora, mientras que las chicas
muestran un equilibrio mucho mayor en sus gustos por las actividades que practican,
encontrando como el senderismo y caminar, o el propio fútbol también están próximos al 5 % de
practicantes femeninas. No obstante, hemos de tener en cuenta que estos porcentajes
mostrados en el capítulo de resultados hacen referencia al total de la muestra, donde está
incluida toda la población sedentaria además de los que practican alguna actividad o deporte.

Por ello, en la tabla nº 5.4 se expone un listado de las actividades físico-deportivas


preferidas por aquellos adolescentes que se han catalogado como activos o moderadamente
activos y en función del género; pudiéndose observar como el porcentaje de practicantes en las
diferentes actividades deportivas sigue estando mucho más repartido y equilibrado en el caso de
las mujeres, aunque coincidiendo con los resultados obtenidos en el estudio en Kid, el fútbol en
los varones y la natación en las chicas continúan siendo los deportes más practicados (Román et
al., en Serra-Majem y Aranceta, 2003).

268
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Hombres Mujeres
Actividad deportiva n % Actividad deportiva n %
Fútbol 275 57,10% Natación 37 13,90%
Ciclismo / Bicicleta estática 31 6,40% Danza / Baile / Ballet 35 13,10%
Baloncesto 23 4,80% Fútbol 34 12,70%
Natación 21 4,40% Caminar / Senderismo 29 10,90%
Musculación/Tonificación 20 4,10% Musculación/Tonificación 18 6,70%

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Fútbol Sala 18 3,70% Ciclismo / Bicicleta estática 17 6,40%
Balonmano 16 3,30% Balonmano 16 6,00%
Correr 13 2,70% Aerobic/Batuka/Step/Spining… 14 5,20%
Lucha canaria 11 2,30% Correr 13 4,90%
Otros 54 11,20% Baloncesto 13 4,90%
Gimnasia rítmica 10 3,70%
Otros 31 11,60%

Tabla nº 5.4: Actividades físico-deportivas más practicadas por los estudiantes de secundaria activos y
moderadamente activos del norte de Gran Canaria y en función del género.

En los varones, a pesar de que se podía prever un predominio del fútbol como máximo
exponente de los deportes practicados, los resultados obtenidos muestran a las claras una
prevalencia total (57,10 %) de esta actividad deportiva, que si la unimos a los practicantes de
fútbol-sala llegan a suponer más del 60 % de los adolescentes masculinos que realizan
preferentemente esas actividades deportivas. Estas diferencias parecen acentuarse aún más
cuando las siguientes actividades más practicadas se encuentran entre un 6,4 % del ciclismo (o
bicicleta estática) y el 4-5 % del baloncesto, la natación y el trabajo de pesas en gimnasio, por
este orden.

Se podría afirmar que son diversos los motivos que conducen a esta situación. Por un
lado, a la repercusión social que ha tenido el fútbol en nuestro país históricamente se le ha unido
una sobreexplotación mediática que ocupa e inunda la información deportiva de los diferentes
medios (radio, prensa y sobre todo televisión), lo cual no cabe duda de que debe tener sus
efectos en la sociedad en general y en nuestros jóvenes en particular. Por otro lado, muchas
veces el tipo de deporte practicado dependerá de las instalaciones de que se disponga para su
práctica, y en este sentido sigue siendo el fútbol y fútbol sala las que cuentan con mayor y
mejores condiciones en nuestra Comunidad. También va a influir el grado de asociacionismo
deportivo, y tanto en España en general como en Canarias en particular, el fútbol es el deporte
que cuenta con más clubes y licencias federativas en edades infantiles y juveniles con mucha
diferencia por encima del resto (García-Ferrando, 2006).

269
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Todo estas causas y probablemente otras muchas, hacen que se establezcan estos
altos porcentajes de práctica del fútbol en el alumnado del Norte de Gran Canaria, aunque no
obstante no se aleja de la realidad nacional y de otras comunidades, como por ejemplo
Andalucía, donde los deportes más practicados por los estudiantes andaluces también son el
fútbol (50,50%), baloncesto (34,29%) y fútbol sala (21,77%) (Consejería de Turismo, Comercio y
Deporte de la Junta de Andalucía, 2006).

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Todo lo comentado anteriormente, puede servir de argumento a la hora de justificar el
alto porcentaje de chicas de nuestra muestra que también practican fútbol (12,7 %), y que
supone la tercera actividad físico-deportiva preferida por ellas, pero con muy poca diferencia
respecto a las dos primeras que son la natación (13,9 %) y aquellas relacionadas con el baile y la
danza (13,1 %).

A nivel nacional, y entre los 15 y 74 años, la natación recreativa se consolida como el


deporte más practicado, ligeramente por delante del fútbol y muy por delante del tercer deporte
más popular, el ciclismo recreativo. La gimnasia de mantenimiento en centro deportivo, el
senderismo, el aeróbic y otras gimnasias de expresión corporal, la carrera a pie y el baloncesto,
componen todos ellos la lista de los ocho deportes con mayor número de practicantes (García-
Ferrando, 2006); que comparados con los más practicados por el alumnado objeto de este
estudio (tabla nº 5.2), casi llegan a coincidir, aunque lógicamente no en el mismo orden ni con
los mismos porcentajes ya que las diferencias de edad son evidentes, lo cual no deja de ser un
claro indicador de qué actividades se perfilan como las preferidas por nuestros jóvenes en la
actualidad y en el futuro.

En relación a ello, y en línea con los resultados obtenidos por los jóvenes de otros
estudios españoles (Navarro, 2002; García-Ferrando, 2006), los principales motivos que inducen
a los estudiantes de secundaria del norte de Gran Canaria a la práctica de estas actividades
físico-deportivas en ambos géneros son la búsqueda de diversión en sus momentos de ocio, así
como la mejora de la condición física, aunque con un mayor grado de valoración por parte de los
varones, mientras que la mejora de la estética corporal y el establecimiento de relaciones con
los amigos también son valorados pero en menor proporción, constituyéndose estos indicadores
en una valiosa información para el establecimiento de estrategias de promoción de la actividad
deportiva en los jóvenes.

Por otro lado, ya se ha comentado con anterioridad que uno de los factores que podían
influir en la consolidación de hábitos deportivos en los adolescentes era la pertenencia a un club

270
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

o asociación deportiva, las cuales normalmente participan en competiciones controladas por un


organismo federativo.

En este sentido, entre los chicos y chicas activas de nuestro estudio un 56,0 % de los
varones y un 25 % de las jóvenes realizan deporte federado, es decir, con licencia y organizado
por una federación. Si atendemos a la muestra total, las cifras serían de un 45,5 % y 11,8 %
para chicos y chicas respectivamente, estando muy próximas a las obtenidas en Andalucía

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
(Consejería de Turismo, Comercio y Deporte, 2006).

Estos datos son muy superiores a los presentados por García-Ferrando (2006), que
obtuvo 20 % en los varones y tan sólo un 5 % en las chicas, pero como ya se ha comentado
anteriormente, en su trabajo la muestra estudiada era de 15 años en adelante, abarcando todos
los tramos de edades adultas, por lo que se podrían considerar lógicos los distintos porcentajes
obtenidos. No obstante, las diferencias entre el número de deportistas federados masculinos y
femeninos en todos los casos son llamativas.

Del mismo modo hay que prestar especial atención al elevado porcentaje de jóvenes de
ambos sexos del sector de población estudiado, que afirman haber estado practicando deporte a
nivel federado pero que lo han dejado (21,3 %), reforzando este hecho el evidente alto grado de
abandono de la práctica deportiva en estas edades.

Teniendo en cuenta que se suele aceptar que la mayoría de los jóvenes que practican
deporte federado manifiestan una mayor consolidación de hábitos deportivos y continuidad de
práctica que el resto, creemos que estos niveles de abandono de la competición reglada merece
como mínimo un ejercicio de reflexión por parte de los responsables de la gestión del deporte
federado en nuestro país en general y de la Comunidad Canaria en particular.

Como conclusión se puede afirmar que los estudiantes de secundaria del norte de Gran
Canaria muestran similares preferencias que el resto de los españoles a la hora de elegir la
actividad físico-deportiva a realizar, con una clarísima predominancia del fútbol en el caso de los
varones y un equilibrio importante entre la natación, las relacionadas con el baile y la danza y el
fútbol en el caso de las mujeres, siendo el principal motivo que induce a la práctica de estas
actividades en ambos géneros la búsqueda de diversión en sus momentos de ocio. Además la
participación en la práctica deportiva federada de nuestros jóvenes igual que sucede a nivel
nacional sigue siendo muy superior en el caso de los varones, dándose un elevado porcentaje de
abandono durante la pubertad y adolescencia.

271
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

5.2 COMPORTAMIENTO Y EVOLUCIÓN DEL


RENDIMIENTO FÍSICO DE LOS ESTUDIANTES DE
SECUNDARIA DE LA MANCOMUNIDAD DEL NORTE
DE GRAN CANARIA.
Uno de los objetivos centrales de esta tesis ha sido el de conocer y analizar la condición

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
física de la población estudiantil comprendida entre los 12 y 18 años edad, así como el
establecimiento de escalas de referencia para la valoración de dicha condición física dentro del
marco estudiado de los municipios de la Mancomunidad del Norte de Gran Canaria, para lo que
hemos procedido a analizar los parámetros de las capacidades físicas y componentes
antropométricos de los estudiantes.

El rendimiento físico de cualquier persona, viene determinado fundamentalmente por el


nivel de desarrollo de sus capacidades físicas, las cuales como se ha visto en el primer capítulo
de este trabajo, se fundamentan en el potencial metabólico y mecánico del músculo y sus
estructuras anexas, por lo que la importancia de estas capacidades en la conformación de la
condición física de las personas es innegable.

En consecuencia, además de la cantidad o el tipo de práctica física que realiza un


individuo, se considera que es fundamentalmente el conocimiento de su rendimiento físico, el
que nos puede ofrecer una perspectiva más realista de su estado respecto a los potenciales
beneficios que se deriven de dicha práctica.

En este sentido, hemos de indicar que la mayor parte de las capacidades físicas
evolucionan con la edad a medida que el sujeto crece y se desarrolla, sobre todo en
determinados periodos de la vida en que son más fácilmente influenciables por estímulos
externos como los aportados por la práctica de actividad física y el entrenamiento, y que en la
literatura científico-deportiva se ha denominado como fases sensibles (Hahn, 1988) y se han
situado básicamente en la infancia y pubertad-adolescencia.

No obstante, se ha de tener en cuenta el papel de vital importancia que representa la


práctica de actividades físico-deportivas de cara a un mejor y más completo desarrollo de las
capacidades físicas de los sujetos, así como para la correcta evolución y mantenimiento de las
mismas.

272
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Asimismo, es preciso atender al diferente comportamiento motor de hombres y mujeres,


ya que no presentan un idéntico perfil evolutivo del desarrollo y maduración de las capacidades
físicas, motivando ritmos diferentes en la evolución de las mismas en función del género.

Por otro lado, muchos estudios ya han corroborado que cada una de las capacidades
físicas evoluciona de forma diferenciada, dependiendo de una serie de factores y condicionantes
inherentes a las características propias de cada capacidad y que han sido tratados en la

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
fundamentación teórica de esta investigación.

Con todo ello, y en respuesta a los objetivos planteados en esta investigación, a


continuación analizaremos el estado y la evolución de las distintas capacidades físicas del
alumnado de secundaria de los municipios de la Mancomunidad del Norte de Gran Canaria,
atendiendo principalmente a tres factores, género, edad y actividad físico-deportiva que
practican.

5.2.1 EVOLUCIÓN DE LA CAPACIDAD DE RESISTENCIA EN


LOS ADOLESCENTES.

Tradicionalmente, muchos han sido los autores que han coincidido en señalar la
importancia de la mejora de la resistencia aeróbica como uno de los aspectos básicos dentro del
desarrollo de la condición física de los niños y adolescentes (Hahn, 1988; Weineck, 1988;
Becerro, 1989 y 1992; Cerani, 1993; Delgado y col., 1999; Navarro y Rico, 1998; De la Reina y
Martínez de Haro, 2003; Brito-Ojeda 2003; Ossorio, 2003; Bernal, 2006; García-Verdugo, 2007).

En este sentido, para la medición y conocimiento de los niveles de desarrollo de la


capacidad de resistencia aeróbica en el sector de población estudiado, hemos recurrido a la
prueba diseñada por Luc Lëger denominada Course Navette de 20 metros como test que
también propone la Unión europea dentro de la batería Eurofit, compuesta por una serie de
pruebas sencillas y de fácil administración para la evaluación de la condición física de los
europeos.

Los índices de resistencia que hemos obtenido en la población masculina estudiada nos
muestran un rendimiento muy superior al grupo de mujeres en todos los rangos de edad

273
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

estudiados (p< 0.01), con unos valores medios de 6,4 periodos para los hombres y 3,3 periodos
para mujeres. De igual modo sucede en diferentes trabajos revisados (Brito-Ojeda, 2003; García-
Artero et al., 2007; Gonzalo et al., 2005; Ortega et al., 2005; Martínez, 2004b; Casimiro, 1999;
Sainz, 1996; Linares, 1992) por lo que aunque esta circunstancia era de esperar, sorprenden las
diferencias encontradas (cercanas al 50 %), ligeramente superiores a las encontradas por
Ortega et al. (2005) en el estudio AVENA con estudiantes españoles entre 13 y 18,5 años (45,2
%), y significativamente superiores al 37,9 % de diferencia entre chicas y chicos de 12 a 16 años

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
de Castilla y León (Cuadrado et al., 2005), ya que para este sector de edad nuestras diferencias
ascienden a un 45,3 %.

Aunque los datos más sorprendentes son los que surgen de la comparación de nuestros
resultados con los encontrados por Brito-Ojeda (2003) en la población de 14 a 18 años de los
municipios del este de la isla de Gran Canaria, con una diferencia entre géneros de un 34,4 % a
favor de los varones, mientras que en este sector de edad dentro de los municipios del norte
nuestras diferencias ascienden a un 52,6 %.

Ya comentábamos en el análisis de la prevalencia de práctica de actividad físico-


deportiva en función del género, que la disparidad de los datos encontrados nos parecían
llamativas, ya que aún siendo generalizado un mayor número de practicantes masculinos, en
nuestro caso estas diferencias se veían acentuadas. Probablemente, este hecho sea uno de los
principales responsables de que las diferencias establecidas en la prueba de resistencia entre
ambos géneros se vean incrementadas, ya que no en vano, se trata de un test resistencia
aeróbica máxima, y que requiere de unos niveles de esfuerzo, sacrificio y “sufrimiento” elevados
si se pretende obtener un buen resultado en su realización, factores todos ellos que están
normalmente mucho más desarrollados en sujetos con unos hábitos físico-deportivos
consolidados.

Otro parámetro que vamos a analizar y con clara repercusión en los niveles de
resistencia aeróbica es la edad de los estudiantes, según la cual el comportamiento habitual de
esta capacidad con el paso de los años es el de un incremento en ambos géneros, hasta llegar
un momento donde tiende a estabilizarse, siendo en el caso de las mujeres en torno a los 12-14
años y de forma algo más tardía en los varones, encontrándose incluso estudios que indican una
disminución de esta capacidad en el paso de la niñez a la adolescencia debido a que los
cambios en la altura, peso y la composición corporal reducen la eficacia del sistema aeróbico
(McMurray et al., 2003; Ara, 2005).

274
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

De este modo, los niveles de resistencia aeróbica obtenidos por nuestra población
femenina, manifiestan esta tendencia a la estabilización hasta los 17 años en que comienza a
descender, aunque anteriormente destaca un descenso de la capacidad aeróbica entre los 12 y
13 años, coincidiendo con las conclusiones anteriormente expuestas (McMurray et al., 2003). A
pesar de que sigue siendo destacable el bajo rendimiento de las jóvenes del norte de Gran
Canaria en esta capacidad, a excepción de este paréntesis que se da en torno a los 13 años, las
cifras obtenidas entre los 12-14 años son similares a los de otros trabajos revisados (Ortega et.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
al, 2005; Cuadrado et al., 2005), y es a partir de los 14 años cuando se observan algunas
diferencias, que son especialmente llamativas si comparamos nuestros resultados con los
mostrados por Brito-Ojeda (2003) en las estudiantes del este de Gran Canaria.

La capacidad de resistencia aeróbica mostrada por los estudiantes varones del norte de
Gran Canaria Gran es prácticamente igual o incluso en algunos casos ligeramente superior al de
otros trabajos de cohortes similares (Sainz, 1996; Ortega et al., 2005; Cuadrado et al., 2005;
Brito-Ojeda, 2003), constatándose además que la evolución masculina de esta capacidad
muestra una tendencia ascendente desde los 12 a los 16-17 años, observándose una
disminución a partir de los 18 años.

No obstante, ya nos advertía Brito-Ojeda (2003) que en la década de los 90, el


rendimiento en el course navette de 20 m. de los varones de Gran Canaria había descendido
notablemente, situación que se corrobora con los resultados de estudios nacionales e
internacionales, que han puesto de manifiesto un progresivo y preocupante deterioro en la
capacidad aeróbica de los adolescentes respecto a lo que ocurría en décadas anteriores (Brito-
Ojeda et al., 1990; Prat, 1988; Linares, 1992, Westersthal, 2003; Tomkinson et al., 2003a;
Tomkinson et al., 2003b).

Por ello, si tomáramos como referencia los valores aquí obtenidos y los comparamos con
los referidos por Brito-Ojeda (2003) para los jóvenes del este de Gran Canaria, podríamos
manifestar que probablemente en estos últimos años ha cesado el descenso de la resistencia
aeróbica de los varones de esta isla, siendo sustituido por un proceso de estabilización del
rendimiento en dicha capacidad, tal vez debido a que los niveles de práctica de actividad físico-
deportiva masculinos se han mantenido más o menos constantes; mientras que en las jóvenes
estudiantes del norte de Gran Canaria se manifiesta una importante disminución en sus niveles
de resistencia aeróbica en los últimos años respecto a los recogidos en el este de la isla, y que

275
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

puede deberse a la existencia de unos mayores hábitos deportivos femeninos en dicha


comarca.

En cualquier caso, este declive de la capacidad de resistencia aeróbica en las últimas


décadas, hace que la variable tiempo se convierta en un factor que dificulta la interpretación de
los resultados cuando se utilizan valores normativos de referencia procedentes de estudios
realizados hace años.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
En consecuencia, podemos manifestar que la evolución de la capacidad de resistencia
aeróbica de los adolescentes del norte de Gran Canaria presenta un perfil similar al de otras
poblaciones estudiadas, mostrando unos márgenes de rendimiento que en el caso de los
varones están en concordancia con otros estudios relativamente recientes (Ortega et al., 2005;
Cuadrado et al., 2005; Brito-Ojeda, 2003), aunque si atendemos a los rangos de normalidad que
tradicionalmente se han propuesto en la bibliografía especializada (Eston y Reilly, 2001;
Blázquez, 1996; Martínez, 2002) y cuyos valores han disminuido en los últimos años, no
podemos calificarlos de buenos resultados. En el caso de las mujeres el rendimiento en esta
prueba está bastante por debajo de los márgenes esperados, lo cual pone de manifiesto unos
pobres niveles de resistencia aeróbica en la población femenina, teniendo como principal causa
probable el escaso bagaje de práctica físico-deportiva mostrado por dicha población.

Por otro lado, ya se ha comentado que también forma parte del objeto de estudio de esta
investigación el establecimiento de relaciones entre los resultados obtenidos en las pruebas
físicas desde el punto de vista del grado de práctica físico-deportiva que realizan los estudiantes.

En este sentido, y como cabe esperar, los resultados del course navette de 20 m.
evidencian una mayor capacidad de resistencia aeróbica en los sujetos activos de ambos sexos
respecto a los sedentarios (tabla nº 5.5), aunque es sorprendente observar una gran diferencia
de rendimiento en los sujetos activos en función del género, lo que pone en evidencia que las
adolescentes que practican en mayor medida actividades físicas no alcanzan valores que
podamos considerar óptimos para el rendimiento físico o deportivo, y más aún si lo comparamos
con las escasas diferencias que se establecen con respecto a las mujeres moderadamente
activas. De este modo, se puede observar en la siguiente tabla como el rendimiento alcanzado
por las chicas moderadamente activas y las activas es casi equivalente, mientras que se
aprecian diferencias significativas de este grupo respecto a las sedentarias (p< 0.01). En el caso
de los varones estas diferencias significativas se dan entre los sujetos activos y el resto (p<

276
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

0.01), apreciándose una notable homogeneidad entre las medias obtenidas en esta prueba de
resistencia por los sujetos sedentarios y los moderadamente activos.

TEST DE RESISTENCIA DE COURSE NAVETTE

Grado de Actividad
Género n Media D.T. Diferencia de medias Sig.
Física

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Sedentarios 117 5,2 8,7 Sed./Mod. Act.: 0,2 0,845

Moderadamente
Hombres 90 5,4 2,2 Mod. Act./Act.: 1,7 (*) 0,000 (*)
Activos

Activos 421 7,1 2,6 Act./Sed.: 1,88 (*) 0,000 (*)

Sedentarias 342 2,9 1,2 Sed./ Mod. Act.: 0,7 (*) 0,000 (*)

Moderadamente
Mujeres 89 3,6 1,4 Mod. Act./Act.: 0,2 0,449
Activas

Activas 213 3,9 1,8 Activas/Sed.: 0,9 (*) 0,000 (*)

* La diferencia de medias es significativa al nivel .01.

Tabla nº 5.5: Capacidad de resistencia en los adolescentes en función del grado de práctica de actividad
físico-deportiva.

Estos resultados ponen de manifiesto que en el caso de los hombres la práctica de sólo
uno o dos días semanales de actividad físico-deportiva (además de la educación física escolar),
no supone ninguna garantía de mejora en su resistencia aeróbica, teniendo que darse un mínimo
de tres días de práctica para que los resultados empiecen a ser considerables; mientras que en
el caso de las mujeres, el paso de moderadamente activas a activas tampoco implica un
aumento significativo del rendimiento en esta capacidad, lo cual puede ser indicativo de que la
práctica físico-deportiva realizada por las jóvenes activas no cumple con los requisitos
necesarios para la mejora de la resistencia, probablemente debido a que no alcanza los niveles
de intensidad y duración adecuados.

Si analizamos la resistencia con respecto a la edad y al grado de actividad física


realizado, podemos afirmar que la capacidad aeróbica se mantiene equidistante respecto a la
edad y al género, salvo a partir de los 16 años donde se aprecia una divergencia y cada vez
mayor diferencia en la capacidad de resistencia entre las mujeres sedentarias y activas (gráfico
nº 5.1).

277
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

MUJERES
4,5

4,0

3,5

3,0
Periodos

2,5

2,0

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
1,5
Sedentarias
1,0 Moderadamente Activas
Activas
0,5

0,0
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.1: Evolución de la capacidad de resistencia en las mujeres adolescentes en función del
grado de práctica de actividad físico-deportiva.

No encontramos una explicación clara a la disminución de la capacidad de resistencia en


torno a los 13 años, pero al ser idéntico el comportamiento de los 3 grupos al margen de la
actividad física que realizan, podríamos establecer alguna correlación con la coincidencia de
estas edades con el "estirón" de las adolescentes, donde los cambios en la altura, peso y la
composición corporal reducen la eficacia del sistema aeróbico (Ara, 2005), así como con el paso
de la Educación Primaria a la Educación Secundaria Obligatoria, que mantiene una estrecha
relación con la modificación de diversos hábitos de vida como los relacionados con las
actividades físicas que realizan en su tiempo libre, tales como el tipo de juegos y pasatiempos
preferidos, que comienzan a ser cada vez más pasivos.

La capacidad aeróbica de los varones adolescentes de Gran Canaria se va


diferenciando cada vez más entre los sedentarios y activos en función de la edad (gráfico nº 5.2),
dándose las menores diferencias cuando se tiene 12 años, y van aumentando conforme se
aumenta en edad, logrando los mejores niveles de rendimiento a los 16 años en el caso de los
jóvenes activos. En los sujetos sedentarios sometidos al único ejercicio físico realizado en las
clases de educación física, igual que sucede en otros estudios consultados, se observa como
mejoran su rendimiento hasta los 15 años, aunque siempre con niveles muy pobres y
claramente inferiores a los sujetos activos, y a partir de esa edad comienzan a estancarse y a
disminuir su resistencia (Balaguer et al., 1982; Jiménez, 2000).

278
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

HOMBRES
9

6
Periodos

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
4

3
Sedentarios
2
Moderadamente Activos
1 Activos

0
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.2: Evolución de la capacidad de resistencia en los hombres adolescentes en función del
grado de práctica de actividad físico-deportiva.

Este hecho es muy probable que se deba a diversas circunstancias, considerando por un
lado que especialmente en los sujetos sedentarios, la actitud pasiva en su estilo de vida aumenta
con la edad, y por otro lado que a partir de los 16-17 años la Educación Física deja de ser una
asignatura obligatoria en los centros educativos, con lo que la escasa actividad físico-deportiva
que realizaban pasa a ser nula, además de que en estas edades los adolescentes comienzan a
descubrir otros hábitos de vida poco saludables (fumar, salidas nocturnas, etc.). Todo ello pone
de manifiesto que cuando el proceso natural de evolución favorable de la resistencia aeróbica va
concluyendo, se hace necesaria la realización de unos niveles práctica física mínimos que
permitan un desarrollo o mantenimiento de dicha capacidad.

En general, hemos de manifestar que nuestros resultados concuerdan con los


comunicados por diferentes estudios revisados (Unnithan et al., 19962; Jiménez, 2000; Brito-
Ojeda, 2003), donde se afirma que el entrenamiento y la práctica físico-deportiva en las edades
puberales y adolescentes revierten en una mejora de los parámetros definidores de la resistencia
aeróbica.

Por todo ello, y a la luz del análisis de los datos obtenidos, podemos afirmar que los
niveles de resistencia aeróbica de nuestra población escolar, medida a partir de los periodos
completados en la prueba de course-navette de 20 m., ponen de manifiesto que:

2
Citado por Jiménez, 2000.

279
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

- En general, los varones presentan resultados que sin ser buenos están dentro de los
valores normales de la población española, mientras que las mujeres se encuentran
bastante por debajo de las referencias más recientes.
- Los sujetos activos poseen una capacidad de resistencia superior a los sedentarios en
ambos géneros aunque de forma más evidente en los varones, lo cual es indicativo de
que la resistencia aeróbica es un factor directamente relacionado con el grado de

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actividad físico-deportiva.
- Se hace cada vez más necesaria una intervención que conduzca a un aumento en la
práctica de actividades físicas que demanden el desarrollo de esta capacidad, dada su
importancia para la salud y calidad de vida actual y futura de nuestros jóvenes, ya sea a
través del aumento del horario lectivo del área de Educación Física o a través de
cualquier otra estrategia extraescolar diseñada para tal fin por los organismos que
corresponda.

5.2.2 EVOLUCIÓN DE LA CAPACIDAD DE FUERZA EN LOS


ADOLESCENTES.
La fuerza es considerada de forma mayoritaria por los estudiosos de la actividad física y
el deporte, como una de las capacidades físicas más influyentes en el nivel de condición física
de las personas junto a la resistencia aeróbica. Del mismo modo que se ha considerado a la
capacidad de resistencia como un importante parámetro orientador del estado físico y de salud
humana, también el nivel de fuerza de las personas goza de una especial consideración en la
bibliografía especializada (Ruiz, 2007; García-Artero, 2007; Brito-Ojeda, 2003; Ara, 2004;
Vicente, 2004). En esta línea y a modo de ejemplo, podemos afirmar que estudios recientes
indican que la mejora de la condición física, especialmente de la capacidad aeróbica en varones
y la fuerza muscular en mujeres, desempeña un papel protector sobre parámetros que identifican
el riesgo cardiovascular en adolescentes como puede ser el perfil lipídico-metabólico (García-
Artero et al., 2007).

La evolución de la capacidad de Fuerza durante la prepubertad, pubertad y


adolescencia, tanto en chicos como en chicas, se caracteriza por un aumento progresivo con la
edad. La literatura especializada suele coincidir en que normalmente, hasta la edad prepuberal,
los niveles de fuerza no varían de forma significativa entre ambos sexos, siendo a partir de los 12

280
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

años para la fuerza explosiva o 13 años para la fuerza máxima cuando se produce la
diferenciación de fuerza en ambos géneros. Hasta estas edades, las evoluciones de la fuerza
suelen ser progresivas, aunque suaves, pero, a partir de la pubertad, los valores presentan un
incremento importante de esta cualidad por cada año de vida (García-Manso, 1998).

Desde una perspectiva metodológica, el análisis y discusión de los niveles de


rendimiento en la capacidad de fuerza de una población se encuentra con una serie de

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
dificultades que conviene aclarar. Tal y como se expuso en la fundamentación teórica de esta
investigación, por un lado existe un comportamiento diferente en la capacidad de ejercer tensión
entre los distintos grupos musculares, y por otro lado hay que considerar diferentes
manifestaciones de fuerza que atienden a distintas formas de contracción muscular, lo cual
implica la utilización de diversos test que sean capaces de abarcar la medición de estos
parámetros.

En la batería de tests aplicada a los sujetos de nuestra muestra se incluían cuatro


pruebas relacionadas con la capacidad de fuerza en sus diferentes manifestaciones y orientadas
a los distintos grupos musculares. Tres de ellas se manifiestan mediante una acción aislada, que
tratan de valorar la fuerza máxima de los músculos flexores de la mano (dinamometría manual),
la fuerza explosiva de la musculatura extensora de los miembros inferiores (salto horizontal a
pies juntos) y la fuerza general que mediante el lanzamiento del balón medicinal de 3 Kg.
involucra a los grandes grupos musculares del tronco, miembros inferiores y superiores, en una
acción de alto nivel coordinativo. La otra prueba es la del test de abdominales en 30”, que
ofrece en su ejecución un elevado componente de desarrollo muscular orientado hacia la
musculatura flexora del tronco. Estas pruebas realizadas para la evaluación de la fuerza de los
jóvenes estudiantes, han resultado ser las más utilizadas por el profesorado de Educación Física
en los centros educativos españoles (Martínez, 2003b), a excepción de la dinamometría manual
debido a que en dichos centros no es habitual disponer de un dinamómetro para la realización de
este test.

Por esta razón, el análisis de los datos obtenidos en nuestro trabajo va a ser realizado
desde la óptica del rendimiento obtenido por los sujetos de nuestra muestra en los tests
anteriormente señalados, aunque posteriormente trataremos de simplificar dicho análisis con la
inclusión de un índice que trate de unificar en un solo valor los niveles de rendimiento
alcanzados en las diferentes pruebas.

281
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

5.2.2.1 CAPACIDAD DE FUERZA EN EL LANZAMIENTO DEL


BALÓN MEDICINAL 3 KG. EN LOS ESTUDIANTES DE SECUNDARIA.
Entre los test de fuerza existentes en la literatura científica para valorar la capacidad de
fuerza en el lanzamiento, hemos utilizado el test de lanzamiento de balón medicinal de 3 kg., ya
que lo consideramos un test completo por cuanto valora la fuerza explosiva de los miembros
superiores junto a la efectividad muscular dinámica del tronco y extremidades inferiores.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Como hemos dicho anteriormente hemos empleado un balón medicinal de 3 kg. para la
medir la fuerza en el lanzamiento de los estudiantes, siendo un peso muy común empleado en la
gran mayoría de las investigaciones para la población masculina. No obstante, en el análisis de
otras investigaciones (Martínez, 2003; Nogueira 2002; Muñoz, 2003) hemos observado que se
emplea el balón medicinal de 2 kg. cuando se trata de mujeres y de niños menores de 10 años.
A pesar de ello, nos hemos decantado en utilizar indistintamente el balón medicinal de 3 kg.
tanto para hombres como mujeres, con el propósito de facilitar la comparación de sus resultados
entre géneros, así como con otros estudios que han seguido este mismo protocolo (Brito-Ojeda,
2003; Navarro, 1998).

Al igual que otros trabajos de investigación hemos comprobado que los varones tienen
un rendimiento muy superior al de las chicas en todos los rangos de edad estudiados (p< 0.01).
En concreto hemos observado un incremento del 34,6 % de la fuerza de los hombres respecto a
las mujeres en la prueba de lanzamiento de balón medicinal, de la misma manera que los
obtenidos en el estudio realizado por Brito-Ojeda (2003) en la población grancanaria de 14 a 18
años, aunque en dicho trabajo los valores absolutos para cada uno de los géneros son
ligeramente superiores con respecto a los estudiantes del norte de Gran Canaria (2,4 % y 4,2 %
en hombres y mujeres respectivamente).

Con respecto a la edad, la tendencia ascendente del desarrollo de la fuerza en los


adolescentes se confirma en el análisis de la prueba de lanzamiento de balón medicinal de 3 kg.,
dándose una evolución positiva muy pronunciada en los varones entre los 12 y 17 años llegando
a mejorar su rendimiento en este test hasta en un 43 %, tal vez además de por una ganancia de
fuerza explosiva influya una mayor precisión en la ejecución de los movimientos debido a la
mejora de la coordinación entre los diferentes grupos musculares implicados, máxime cuando
estamos ante una prueba que requiere una combinación de movimientos que aunque no
presentan gran dificultad, sí que demanda una adecuada sincronización para el logro de mejores

282
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

resultados. Cuando los jóvenes llegan a la edad en que se acelera la producción hormonal,
comienza de forma paralela un aumento de la masa muscular que va a ser un factor
determinante en el aumento de los niveles de fuerza (García-Manso et al., 2003).

En las mujeres también se produce una evolución favorable entre los 12 y 18 años,
aunque en este caso se da de forma mucho más lenta y progresiva con una mejoría final del
23,6 % en todo el margen de edad estudiado, debido probablemente a los niveles deficitarios de

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
su práctica motriz habitual, y que por otro lado, morfológica y fisiológicamente, no alcanzan el
desarrollo muscular de los hombres (López y Serrano, 2002).

Por otro lado, el lanzamiento de balón medicinal de 3 kg. tanto en sujetos sedentarios
como en los moderadamente activos de ambos géneros, muestran unos niveles de rendimiento
significativamente inferiores a aquellos que realizan actividad físico-deportiva de forma regular
(p< 0.01), confirmando a la práctica física como un factor con un elevado peso específico en el
desarrollo de esta capacidad (Tabla nº 5.6) ya que los adolescentes activos presentan
desarrollos musculares más acentuados que los sedentarios (Vicente, 2005).

TEST DE LANZAMIENTO DE BALÓN (3 KG)

Grado de Actividad
Género n Media D.T. Diferencia de medias Sig.
Física

Sedentarios 117 5,58 1,39 Sed./Mod. Act.: 0,03 0,99

Moderadamente
Hombres 90 5,61 1,50 Mod. Act./Act.: 0,62 (*) 0,002 (*)
Activos

Activos 421 6,23 1,62 Act./Sed.: 0,65 (*) 0,000 (*)

Sedentarias 342 3,82 0,70 Sed./ Mod. Act.: 0,01 0,984

Moderadamente
Mujeres 89 3,83 0,66 Mod. Act./Act.: 0,42 (*) 0,000 (*)
Activas

Activas 213 4,25 0,83 Activas/Sed.: 0,43 (*) 0,000 (*)

* La diferencia de medias es significativa al nivel .01.

Tabla nº 5.6: Fuerza explosiva de la musculatura extensora de los miembros superiores en el test de
lanzamiento de balón medicinal de 3 kg. de los adolescentes del norte de Gran Canaria en función del
grado de práctica de actividad físico-deportiva.

Tal y como se aprecia en los gráficos nº 5.3 y 5.4 el desarrollo de la fuerza explosiva de
las extremidades superiores presenta una tendencia ascendente en ambos géneros, mostrando

283
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

una evolución paralela entre activos y sedentarios, aunque siempre con valores superiores en los
activos, excepto en el caso de los varones de 12 y 13 años donde todavía el grado de práctica
deportiva realizada no supone un factor determinante en el desarrollo de esta capacidad, hecho
que comenzará a producirse a partir de los 13 años.

HOMBRES
9

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
8

6
Metros

4 Sedentarios
Moderadamente Activos
3 Activos

2
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.3: Evolución de la fuerza explosiva en las extremidades superiores de los varones
adolescentes en función del grado de práctica de actividad físico-deportiva.

MUJERES
5,00

4,50

4,00
Metros

3,50

3,00
Sedentarios
Moderadamente Activos
2,50
Activos

2,00
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.4: Evolución de la fuerza explosiva en las extremidades superiores de las mujeres
adolescentes en función del grado de práctica de actividad físico-deportiva.

284
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Como conclusión, podemos afirmar que en consonancia con las pautas de evolución de
la fuerza explosiva descritas en la literatura científica, el desarrollo de esta capacidad en la
acción conjunta de los miembros superiores, tronco y piernas muestra una evolución ascendente
entre los 12 y 18 años en ambos géneros, siendo en un principio (hasta los 12-13 años) fruto de
una mejor coordinación inter e intra muscular, para posteriormente seguir mejorando el
rendimiento a expensas de la hipertrofia muscular propia de esta edad, la cual se dará de forma
más evidente en los sujetos activos comenzado a establecerse diferentes niveles de fuerza en

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
función del grado de práctica física que realizan.

5.2.2.2 CAPACIDAD DE SALTO HORIZONTAL EN LOS ESTUDIANTES


DE SECUNDARIA.

La literatura científica especializada suele coincidir en la forma en que evoluciona la


capacidad de fuerza explosiva en edades puberales y adolescentes en ambos géneros, haciendo
referencia a que incluso sin la realización de entrenamiento físico es normal que se den
aumentos elevados de esta capacidad en estas edades, sucediendo antes en las chicas aunque
de forma mucho menos intensa que en los chicos (García-Manso, Navarro y Ruiz-Caballero,
1996a).

La fuerza explosiva de la musculatura extensora de los miembros inferiores la medimos


en esta investigación mediante la realización del test de Salto Horizontal a Pies Juntos, y los
niveles de rendimiento obtenidos en dicha prueba, confirman esta tendencia ascendente del nivel
de la capacidad de salto tanto de varones como de mujeres, aunque igual que sucede en el
estudio de los niños y niñas de 6 a 16 años de Castilla y León (Cuadrado et al., 2005), los
aumentos femeninos en esta capacidad no se dan antes que los masculinos sino de forma
paralela, encontrándose incluso en las chicas una fase que podríamos considerar de
estabilización a partir de los 10 años y que en nuestro caso se manifiesta claramente entre los 12
y 15 años, para a partir de ahí comenzar una mejoría del rendimiento muy ligera y progresiva
hasta los 18 años. En los varones, el perfil ascendente mostrado en la capacidad de salto por los
estudiantes de la comarca norte de Gran Canaria es muy pronunciado entre los 12 y 15 años, y
luego continúa la misma tendencia pero de forma menos rápida hasta los 17 años, coincidiendo
con Sainz (1996), Martínez (2003) y Brito-Ojeda (2003).

285
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Los adolescentes masculinos muestran valores en la capacidad de salto superiores a las


femeninas en un 22,5 % (p< 0.01), siendo casi coincidentes con el de otros estudios realizados
con edades similares (Sainz, 1996; Martínez, 2003; Ortega et al., 2005; Brito-Ojeda, 2003).

Por otro lado, los estudiantes varones de la comarca norte de Gran Canaria muestran
valores ligeramente inferiores a los estudiantes del territorio peninsular español (Sainz, 1996;
Martínez, 2003; Ortega et al., 2005), en torno a un 4 % de su capacidad de salto, aunque hemos

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
apreciado que en los varones de Castilla y León (Cuadrado et al., 2005) su fuerza explosiva de
piernas es algo inferior a los estudiantes canarios; por otra parte, en las mujeres estas
diferencias son sensiblemente mayores llegando a mostrar las jóvenes de nuestro estudio una
capacidad de salto inferior hasta en un 9 %.

La cantidad de práctica de actividad física que realizan los adolescentes es un buen


indicador del nivel de desarrollo de la fuerza de la musculatura extensora de las piernas, ya que
hemos evidenciado que el nivel de rendimiento aumenta en ambos géneros a medida que se
incrementa el tiempo dedicado a la práctica física-deportiva (Tabla nº 5.7), coincidiendo en el
caso de los varones con los valores encontrados por Mariscal (2006) en jóvenes activos y
sedentarios de Granada, no así en las chicas donde las granadinas mostraron diferencias de
apenas un 1 % entre activas y sedentarias, aunque este valor no tiene una gran consistencia
porque la distribución de la muestra granadina no se ajustaba a un carácter proporcional en la
totalidad de la franja de 10 a 18 años.

TEST DE SALTO HORIZONTAL A PIES JUNTOS

Grado de Actividad
Género n Media D.T. Diferencia de medias Sig.
Física

Sedentarios 117 173,1 30,9 Sed./Mod. Act.: 1,76 0,908

Moderadamente
Hombres 90 174,8 26,7 Mod. Act./Act.: 7,11 0,102
Activos

Activos 421 181,9 30,2 Act./Sed.: 8,86 (*) 0,013 (*)

Sedentarias 342 135,5 20,3 Sed./ Mod. Act.: 2,78 0,573

Moderadamente
Mujeres 89 138,2 21,4 Mod. Act./Act.: 3,64 0,389
Activas

Activas 213 141,9 24,6 Activas/Sed.: 6,42 (*) 0,002 (*)

* La diferencia de medias es significativa al nivel .05.

Tabla nº 5.7: Capacidad de salto de los adolescentes en función del grado de práctica de actividad físico-
deportiva.

286
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

En este sentido se observa en la tabla anterior una diferencia significativa de rendimiento


en la prueba de salto entre los sujetos activos y sedentarios de ambos géneros (p< 0.05), no
sucediendo lo mismo cuando comparamos ambos grupos con los moderadamente activos.

A pesar de que en ambos géneros la evolución del desarrollo de la fuerza explosiva de


piernas entre activos y sedentarios se da de manera similar, cabe resaltar que a la edad de 12 y
13 años las diferencias de rendimiento en función del grado de práctica física realizado son

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
mínimas, empezando a establecerse entre los 13 y 14 años mejores resultados en los sujetos
activos, incrementándose cada vez más hasta el final de la adolescencia las diferencias respecto
a los sedentarios, tanto en varones como en mujeres (gráficos 5.5 y 5.6), coincidiendo con los
resultados de Vicente (2005) en su tesis doctoral con jóvenes grancanarios.

Esta situación podría ser indicativa de que la ganancia de fuerza explosiva de los
miembros inferiores en edades prepuberales e inicio de la pubertad, es fruto del desarrollo de la
coordinación neuromuscular (inter e intra muscular) y de la influencia del sistema nervioso en la
contractibilidad del músculo (Kraemer y Floxk, 1993; Molnar, 2003), y será posteriormente,
cuando el grado de hipertrofia muscular comience a ser evidente, cuando se establezcan las
diferencias en función del nivel de ejercitación física.

HOMBRES
220

200

180
Centímetros

160

140
Sedentarios
Moderadamente Activos
120
Activos

100
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.5: Evolución de la capacidad de salto de los adolescentes varones en función del grado de
práctica de actividad físico-deportiva.

287
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

MUJERES
160

150

140
Centímetros

130

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
120
Sedentarias
110 Moderadamente Activas
Activas

100
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.6: Evolución de la capacidad de salto de las jóvenes adolescentes en función del grado de
práctica de actividad físico-deportiva.

En conclusión, podemos decir que la evolución de la capacidad de salto de los


estudiantes de la comarca norte de Gran Canaria mantiene pautas similares de desarrollo al de
otras poblaciones españolas estudiadas, encontrando en ambos géneros niveles de rendimiento
inferiores a otros estudios de cohortes similares y como viene siendo una constante en esta
investigación este hecho se manifiesta de forma más evidente en las mujeres; encontrando por
otro lado como el grado de actividad físico-deportiva realizado comienza a marcar diferencias en
el desarrollo de esta capacidad a partir de los 13-14 años para ambos géneros.

5.2.2.3EVOLUCIÓN DE LA FUERZA-RESISTENCIA DE LA
MUSCULATURA ABDOMINAL EN LOS ESTUDIANTES SECUNDARIA.
La fuerza-resistencia de la musculatura de la región abdominal constituye un parámetro
relevante para la condición física de las personas, tanto desde el punto de vista de la salud como
del rendimiento deportivo, ya que por un lado ofrece una importante contribución al nivel físico
demandado por las diferentes actividades deportivas, y sobre todo, a la promoción de la salud,
fundamentalmente por su intervención en el control de la curvatura de la columna baja y su
relación con determinados problemas de espalda (Gusi y Fuentes, 2000;Cantó y Jiménez, 1998).

Esta capacidad de fuerza-resistencia que hemos valorado mediante el test de


Abdominales en 30” está más desarrollada en los chicos que en las chicas hasta en un 29,6 %
(p< 0.01) y al comparar con otros estudios de cohortes similares, estas diferencias se muestran

288
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

superiores a las encontradas en dichos trabajos (Brito-Ojeda, 2003; Cuadrado et al., 2005;
Casimiro, 1999; Sainz, 1996). Por ejemplo, y de forma más concreta entre la franja de edades de
los 14 a los 18 años la diferencia establecida entre ambos géneros en la presente investigación
es de un 31,4% mientras que Brito-Ojeda (2003) en estas mismas edades obtiene unas
diferencias de un 16,4 %, y del mismo modo, entre los 12 y 16 años Cuadrado et al. (2005)
muestran diferencias de un 16,61 % en chicos y chicas de Castilla y León, por un 27,5 %
obtenido en este estudio.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Asimismo, haciendo un análisis comparativo de cada uno de los géneros con los valores
obtenidos en la fuerza-resistencia de la musculatura abdominal de otros estudios, resulta que
tanto chicos como chicas muestran en esta capacidad un rendimiento inferior a gran parte de los
estudios revisados, siendo este hecho más acusado en el caso de las adolescentes, moviéndose
los varones en una orquilla situada entre un 5 % – 13 % inferior a los de otras investigaciones,
mientras que las mujeres están entre un 17 % – 22 % por debajo de las jóvenes de otros trabajos
revisados, lo cual pone en evidencia un bajo nivel de fuerza-resistencia abdominal de los
estudiantes de la comarca norte de Gran Canaria, especialmente en las mujeres, sin que por ello
deje de sorprender que también los varones en esta capacidad estén algo por debajo de otras
poblaciones españolas, cuando en capacidades como la resistencia no sucedía lo mismo.

Este hecho nos puede indicar que si estos grupos musculares no se ejercitan
específicamente no se produce una mejora en su rendimiento, pudiendo dar lugar a una atonía
en dicha musculatura flexora del tronco la cual podría conllevar desequilibrios pélvicos y
problemas posturales (Cantó y Jiménez, 1998).

La fuerza de los músculos abdominales de los adolescentes sigue una tendencia


ascendente desde los 12 a los 17 años, tanto en hombres como en mujeres, tratándose de una
tendencia ascendente mucho menos pronunciada en el caso de las mujeres, lo cual indica que
las menores diferencias entre sí de las chicas y chicos se dan a los 12 años (diferencias
significativas al nivel 0,01), para a partir de ahí darse unas divergencias cada vez mayores,
corroborándose una vez más las tendencias manifestadas por distintos autores, por las que a
partir de la pubertad se empiezan a establecer las diferencias en los niveles de fuerza entre
ambos géneros (García-Manso, Navarro, Ruiz-Caballero, 1996a; López y Serrano, 2002; García-
Manso et al., 2003, Fucci y Begnini, 1988; Haywood, 19933).

3
Citado por Chulvi, I., 2005.

289
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

En esta línea, encontramos como determinados estudios que comparan la condición


física de chicos y chicas desde las edades infantiles a las juveniles, destacan que los chicos de
Primaria tienen una mayor fuerza-resistencia abdominal que las adolescentes de secundaria
(Casimiro, 1999; Cuadrado et al., 2005).

Por otro lado, una evidencia clara que diferencia a los sujetos sedentarios y
moderadamente activos de los que realizan actividad físico-deportiva de forma habitual, es

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
precisamente el nivel de desarrollo de la fuerza-resistencia de su musculatura abdominal. De
esta forma, podemos observar en la tabla nº 5.8 como en ambos géneros las diferencias
significativas se establecen entre los sujetos activos con el resto (p< 0.001), mientras que por el
contrario los hombres y mujeres sedentarias y moderadamente activas conforman un grupo con
gran homogeneidad en la valoración de esta prueba, poniéndose nuevamente de manifiesto
como el desarrollo de la fuerza-resistencia de la musculatura flexora del tronco depende en gran
medida del nivel de ejercitación específica y del grado de actividad física que se realiza.

TEST DE ABDOMINALES EN 30 SEGUNDOS

Grado de Actividad
Género n Media D.T. Diferencia de medias Sig.
Física

Sedentarios 117 18,9 5,1 Sed./Mod. Act.: 1,02 0,3

Moderadamente
Hombres 90 19,9 4,9 Mod. Act./Act.: 2,46 (*) 0,000 (*)
Activos

Activos 421 22,4 4,9 Act./Sed.: 3,49 (*) 0,000 (*)

Sedentarias 342 14,4 4,7 Sed./ Mod. Act.: 0,27 0,888

Moderadamente
Mujeres 89 14,7 4,3 Mod. Act./Act.: 1,98 (*) 0,004 (*)
Activas

Activas 213 16,6 5,3 Activas/Sed.: 2,24 (*) 0,000 (*)

* La diferencia de medias es significativa al nivel .01.

Tabla nº 5.8: Fuerza-resistencia de la musculatura abdominal de los adolescentes en función del grado
de práctica de actividad físico-deportiva.

De este modo, la evolución de la fuerza abdominal de los sujetos activos muestra una
tendencia ascendente hasta los 17 años en ambos géneros, mientras que en el caso de los
sedentarios esta tendencia finaliza uno y dos años antes en hombres y mujeres respectivamente,
mostrando esta población sedentaria valores inferiores a los alcanzados por los activos a lo largo
de todos los sectores de edad estudiados (gráficos 5.7 y 5.8).

290
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

HOMBRES
30

25
Repeticiones

20

15

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Sedentarios
10 Moderadamente Activos
Activos

5
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.7: Evolución de la fuerza-resistencia de la musculatura abdominal de los adolescentes


varones en función del grado de práctica de actividad físico-deportiva.

MUJERES
20

18

16
Repeticiones

14

12

10
Sedentarias
Moderadamente Activas
8
Activas

6
12 13 14 15 16 17
Edad
Gráfico nº 5.8: Evolución de la fuerza-resistencia de la musculatura abdominal de las jóvenes
adolescentes en función del grado de práctica de actividad físico-deportiva.

En definitiva podemos afirmar que el nivel de fuerza-resistencia de la musculatura


abdominal de los estudiantes del norte de Gran Canaria, se encuentra especialmente en el caso
de las mujeres por debajo del encontrado en otras poblaciones españolas, y que la práctica
continuada de actividad físico-deportiva tiene una clara repercusión en el desarrollo de esta
capacidad, aunque para lograr buenos niveles de rendimiento en ella se hace necesario una
ejercitación específica de esta musculatura flexora del tronco.

291
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

5.2.2.4 LA DINAMOMETRÍA MANUAL EN LOS ESTUDIANTES DE


SECUNDARIA.

El test de dinamometría manual fue realizado con el objetivo de medir la capacidad de


fuerza de la musculatura implicada en la prensión manual, ya que hemos de tener en cuenta que
se trata de una acción aislada donde de forma casi isométrica se ejerce la mayor tensión posible
sobre un dinamómetro en la acción de cerrar la mano.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
El análisis de los resultados obtenidos en la capacidad de fuerza de la musculatura
flexora de la mano y en función del género, pone de manifiesto, como era de esperar, elevadas
diferencias entre los valores medios alcanzados por los varones respecto a las mujeres (33,5 %;
p< 0.01), circunstancia que se da en la práctica totalidad de los estudios revisados. No obstante,
igual que ha sucedido con otras capacidades analizadas, las diferencias establecidas entre
ambos sexos en la presente investigación son superiores a las que se derivan de otros trabajos,
llamando la atención la coincidencia de que estas diferencias son constantes (5-6 %) respecto a
la mayor parte de otros estudios revisados (Ortega et al. 2005; Brito-Ojeda, 2003; Cuadrado,
2005; Casimiro, 1999), y alcanzando los chicos valores similares a los obtenidos en dichos
trabajos mientras que las mujeres muestran un rendimiento algo inferior a los reseñados por
estos estudios.

Por otro lado, el nivel de rendimiento observado en la capacidad de fuerza en la prueba


de dinamometría manual muestra una tendencia ascendente desde los 12 a los 18 años en
ambos géneros, aunque mucho más pronunciada en el caso de los varones, lo cual indica que
las menores diferencias entre chicas y chicos se dan a los 12 años (significativas para p< 0.05),
y a partir de ahí darse unas divergencias cada vez mayores hasta los 18 años de edad
(significativas para p< 0.01). Se trata de un comportamiento habitual en los análisis de esta
capacidad en las distintas investigaciones, y se corresponde con la evolución teórica de esta
capacidad, donde es aceptado que las diferencias de fuerza máxima entre ambos sexos son
pequeñas hasta la pubertad, siendo a partir de entonces cuando se produce un incremento de la
misma, sucediendo en las chicas de forma más temprana, menos intensa y en un período de
tiempo más breve que en los chicos (García-Manso, Navarro, Ruiz-Caballero, 1996a; Casimiro,
1999); debido entre otras causas, a que a partir de los 12-13 años comienza a darse en los
varones una hipertrofia muscular como consecuencia del comienzo de la secreción hormonal,
con producción de testosterona (Molnar, 2003).

292
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

En este sentido, se observa en distintas investigaciones que abarcan las edades


infantiles y puberales (Casimiro, 1999; Cuadrado et al. 2005), como los chicos en Primaria
muestran en la dinamometría manual valores algo superiores a las chicas, aumentando
notablemente estas diferencias en Secundaria a favor de los varones, produciéndose una gran
evolución puberal de la capacidad de fuerza en ambos sexos, destacando que en el género
masculino casi se duplica, producto de los citados cambios hormonales, y quizás por la propia
actividad física realizada por los chicos con una mayor participación de la musculatura de los

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
brazos.

TEST DE DINAMOMETRÍA MANUAL

Grado de Actividad
Género n Media D.T. Diferencia de medias Sig.
Física

Sedentarios 117 33,0 8,7 Sed./Mod. Act.: 1,62 0,494

Moderadamente
Hombres 90 31,4 9,3 Mod. Act./Act.: 2,93 (*) 0,036 (*)
Activos

Activos 421 34,3 10,7 Act./Sed.: 1,31 0,434

Sedentarias 342 22,1 5,6 Sed./ Mod. Act.: 1,03 0,257

Moderadamente
Mujeres 89 21,0 5,0 Mod. Act./Act.: 1,99 (*) 0,012 (*)
Activas

Activas 213 23,0 5,6 Activas/Sed.: 0,96 0,114

* La diferencia de medias es significativa al nivel .05.

Tabla nº 5.9: Fuerza máxima de presión manual (mano dominante) de los adolescentes en función del
grado de práctica de actividad físico-deportiva, a través de la aplicación del test de dinamometría manual.

La fuerza máxima de prensión manual de nuestra población, estudiada desde el punto


de vista del grado de actividad físico-deportiva que realizan los estudiantes (tabla nº 5.9), pone
de manifiesto que, tal vez por tratarse de una acción corporal aislada que depende su desarrollo
del grado de activación o de trabajo físico concreto, ya sea por la práctica de una modalidad
deportiva en la que se implica en mayor medida los miembros superiores o por actividades
cotidianas o de trabajo que conlleven una ejercitación de los brazos (por ejemplo transportar
manualmente los libros escolares, practicar deportes de raqueta o colaborar en actividades
agrarias y de la construcción entre otras), los sujetos activos de ambos géneros no muestran
niveles de fuerza significativamente superiores a los sedentarios, aunque paradójicamente sí lo
hacen respecto a los moderadamente activos (p< 0.05). Todo ello parece ser indicativo de que
la fuerza de la musculatura flexora de la mano no es una capacidad que se ejercite lo suficiente

293
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

en las distintas actividades físico-deportivas practicadas por los estudiantes, y que las ligeras
diferencias encontradas entre activos y sedentarios se deban probablemente al desarrollo
muscular que de forma natural se produce en estas edades, y que normalmente afecta en mayor
medida a aquellos individuos que presentan hábitos consolidados de práctica física.

En esta línea existen otros estudios que ponen de manifiesto esta misma situación,
como por ejemplo los resultados obtenidos por Mariscal (2006) en su tesis doctoral con jóvenes

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
activos y sedentarios entre 10 y 18 años de Granada, y donde el rendimiento medio mostrado en
la prueba de Dinamometría manual era prácticamente el mismo para los jóvenes activos y
sedentarios de ambos géneros.

La fuerza de presión manual evoluciona de forma similar en los hombres y las mujeres
independientemente del grado de actividad física habitual que realizan, especialmente en los
jóvenes de 12 y 13 años, aunque en los varones esta homogeneidad se mantiene un año más, y
a partir de los 15 años las diferenciaciones de los niveles de fuerza son cada vez más
pronunciados (gráficos nº 5.9 y 5.10). Como se viene afirmando, este hecho también puede
explicación en un mayor desarrollo muscular desde el punto de vista biológico que afecta en
mayor medida a los hombres (López y Serrano, 2002) y fundamentalmente por la relación directa
que existe entre los sujetos activos y la hipertrofia muscular adaptativa vinculada al ejercicio
físico.

HOMBRES
50

45

40
Kilogramos

35

30

25
Sedentarios
20 Moderadamente Activos
Activos
15

10
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.9: Evolución de la fuerza máxima de presión manual (mano dominante) en los hombres
adolescentes en función del grado de práctica de actividad físico-deportiva.

294
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

MUJERES
28

26

24

22
Kilogramos

20

18

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
16
Sedentarios
14 Moderadamente Activos
12 Activos

10
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.10: Evolución de la fuerza máxima de presión manual (mano dominante) de las mujeres
adolescentes en función del grado de práctica de actividad físico-deportiva.

Finalmente, podemos concluir que la capacidad de fuerza de prensión de la mano


aumenta entre los 12 y 18 años de forma progresiva en ambos géneros, aunque la tendencia de
incremento en los varones es mayor que en las mujeres, probablemente debido al desarrollo que
de forma natural se produce en la musculatura implicada, ya que la práctica de las actividades
físico-deportivas habituales de los estudiantes no parece ser indicativa de una mejoría
significativa en los niveles de rendimiento de esta musculatura. Y para evitar esto, es
aconsejable que los programas de educación física escolar y extraescolar incluyan actividades
físicas que impliquen en mayor medida el desarrollo de la fuerza de los brazos de lo que
actualmente se viene realizando.

5.2.2.5 ÍNDICE GENERAL DE FUERZA MUSCULAR EN LOS


ESTUDIANTES DE 12 A 18 AÑOS DE EDAD.
Según la actividad física y deportiva que realizan habitualmente los jóvenes, es lógico
pensar que se desarrollarán en mayor medida los segmentos corporales implicados directamente
en dicha actividad, por ejemplo, el ser jugador de fútbol obviamente provocará adaptaciones
musculares referidas a las extremidades inferiores. Así pues, si queremos valorar de una forma
global la fuerza general que puede tener un sujeto, es preciso conocer los niveles de fuerza
muscular en los distintos segmentos corporales para establecer un índice que unifique en un solo
valor la fuerza general del individuo.

295
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Para establecer este índice nos hemos ajustado al protocolo utilizado por García-Artero
et al. (2007) en el estudio AVENA. Para ello, cada uno de los test de fuerza realizados ha sido
considerado como una variable, la cual es transformada dividiendo los resultados obtenidos en
cada test por el valor correspondiente al percentil 95 de la muestra en dicha prueba, y
posteriormente el promedio de las 4 variables transformadas se utilizó para establecer una única
variable denominada Índice General de Fuerza (IGF), con valores comprendidos entre 0 y 1.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
IGF MUESTRA TOTAL
1,00

0,90

0,80

0,70
Índice

0,60

0,50
Hombres
0,40 Mujeres

0,30
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 5.11: Evolución del Índice General de Fuerza de los adolescentes.

El análisis del IGF resultante en la población objeto de estudio que muestra el gráfico nº
5.11, pone de manifiesto las diferencias significativas existentes entre los niveles de fuerza
durante la pubertad y adolescencia de los dos géneros (p< 0.01), siendo a los 12 años el único
tramo de edad estudiado en que la diferencia entre géneros no es significativa, confirmándose el
hecho de que a menor edad menores serán las diferencias de fuerza entre los chicos y chicas
(García-Manso, Navarro, Ruiz-Caballero, 1996a; Casimiro, 1999; Molnar, 2003; López y Serrano,
2002; García-Manso et al., 2003, Fucci y Begnini, 1988), ya que en niños prepúberes las
ganancias de fuerza presenta como determinantes más probables una mejora de la técnica de
coordinación motora y un aumento de la activación de las unidades motrices (Ramsay et al.,
1990), mientras que en los adolescentes son el resultado principalmente de adaptaciones
nerviosas e incrementos del tamaño muscular y la tensión específica (Jiménez, 2000), por lo que
es lógico que a medida que pasan los años estas diferencias en los niveles de fuerza alcanzados

296
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

aumentan cada vez más a favor de los varones, lo cual obedece fundamentalmente al propio
desarrollo y maduración biológica de los jóvenes, donde a partir de la pubertad y principalmente
por motivos hormonales se da una mayor hipertrofia muscular en los varones que en las mujeres
(Molnar, 2003).

En general, los sujetos activos presentan mayores niveles de fuerza que los sujetos
sedentarios, evidenciándose además que los moderadamente activos no obtienen mejorías en

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
su rendimiento con respecto a los sedentarios (tabla nº 5.10), lo cual revela que la práctica física
realizada de forma eventual y sin una regularidad mínima de 3 días semanales no produce
mejorías en la capacidad de fuerza de los jóvenes adolescentes.

ÍNDICE GENERAL DE FUERZA (IGF)

Sedentarios Moderadamente Activos Activos

n Media D.T. n Media D.T. n Media D.T.

HOMBRES 117 0,72 0,05 90 0,72 0,06 421 0,79 0,04

MUJERES 342 0,52 0,07 89 0,52 0,12 213 0,57 0,07

Tabla nº 5.10: Índice General de Fuerza de los adolescentes de la comarca norte de Gran Canaria en
función del grado de práctica de actividad físico-deportiva.

Diversos estudios citados por Erdociaín (2005) donde se incluía el entrenamiento de la


fuerza con intensidades medias/altas (Blimkie et al. 1992, 1993, Ramsay et al. 1990; Sale 1989,
Gorostiaga et al. 1999; Kanehisa et al, 1995; O´hagan et al. 1995) mostraron aumentos
significativos de esta capacidad con respecto a aquellos que no entrenaban, tanto en sujetos
preadolescentes con edades comprendidas entre los 6 y los 11 años, como en sujetos
adolescentes. Esta circunstancia no se da del mismo modo en esta investigación, ya que en los
varones las diferencias de rendimiento a favor de los activos comienzan a establecerse a partir
de los 13 años, mientras que las mujeres activas desde los 12 años muestran mejores niveles de
fuerza que las sedentarias (Figuras nº 5.12, 5.13), aunque alcanzando diferencias
estadísticamente significativas tan solo en el caso de los varones de 17 años de edad (p< 0.01),
lo cual puede ser indicativo de que para lograr mayores beneficios en la capacidad de fuerza
durante los periodos prepuberales y puberales esta capacidad debe ser entrenada de forma
específica, mientras que una vez avanzada la pubertad, aquellos sujetos que han practicado más
de 3 horas semanales de actividad físico-deportiva van a presentar un mayor desarrollo muscular

297
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

que los adolescentes sedentarios (entre un 6-9 % en Vicente, 2005) lo cual unido a una mayor
coordinación inter e intra muscular así como a una mayor activación neural propias de los sujetos
entrenados, se traduce en el desarrollo de unos mayores niveles de fuerza en general.

IGF HOMBRES
1,000

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
0,900

0,800
Índice

0,700

0,600

Sedentarios
0,500 Moderadamente Activas
Activas
0,400
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.12: Evolución del Índice General de Fuerza de los varones adolescentes en función del grado
de actividad físico-deportiva realizado.

IGF MUJERES
0,650

0,600

0,550
Índice

0,500

Sedentarias
0,450 Moderadamente Activas
Activas

0,400
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.13: Evolución del Índice General de Fuerza de las mujeres adolescentes en función del
grado de actividad físico-deportiva realizado.

298
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

5.2.3 EVOLUCIÓN DE LA CAPACIDAD DE VELOCIDAD EN


LOS ADOLESCENTES.

De un modo general, la literatura científica especializada coincide en la importancia de la


velocidad como una capacidad condicional híbrida que se ve ampliamente influenciada por los
niveles de Fuerza y Resistencia a la vez que aspectos neuromusculares directamente implicados
en la ejecución del movimiento (Villamagna, 2006, Cometti, 2002; Morente et al. 2003; García-

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Manso, Navarro y Ruiz-Caballero, 1996a; Martin et al., 2004). Por ello, cuando se pretende medir
el nivel de rendimiento físico de una población compuesta por sujetos jóvenes de entre 12 y 18
años de edad, la valoración de pruebas que han de ejecutarse a máxima velocidad, supone un
parámetro muy útil y válido que ayuda a establecer un diagnóstico más completo acerca de la
condición física de esta población.

Asimismo, es aceptado por distintos autores que normalmente la evolución de la


capacidad de velocidad durante la prepubertad, pubertad y adolescencia, tanto en chicos como
en chicas se da de forma paralela al desarrollo de la fuerza y de los cambios morfológicos y
fisiológicos que tienen lugar en estas edades (Homann et al., 2005; Becerro, 1997; De la Reina y
Martínez de Haro, 2003; García-Manso, 1998; Mora, 1995). De este modo, de manera general se
admite que en las edades prepuberales se da un aumento de velocidad de reacción y frecuencial
en ambos sexos, durante la pubertad mejora la fuerza-velocidad (y con ello la capacidad de
aceleración, de salto, de lanzamiento,…) así como la resistencia a la máxima velocidad, y a partir
de ahí continúa una mejoría de estos parámetros que concluye antes en las mujeres que en los
hombres (Grosser, 1992; Cometti, 2002, Martínez de Haro et al. 1995; Martín-Acero, 1993).

En nuestro trabajo hemos utilizado dos test diferentes para poder evaluar la capacidad
física de velocidad, la Carrera de ida y vuelta sobre tramos de 5 metros y la Velocidad cíclica
sobre la distancia de 20 metros. En el primer test, a la velocidad de desplazamiento se le añaden
aspectos como la acción de frenado, el cambio de posición y la modificación de la trayectoria de
desplazamiento, convirtiéndolo en una prueba que combina la velocidad de movimientos con
parámetros de agilidad. En el segundo test, aún siendo un movimiento cíclico, en el que la fuerza
determina la amplitud de cada una de las zancadas, al incorporar una posición de salida en la
que el sujeto se encuentra en tendido prono se altera considerablemente la naturalidad propia
del gesto de carrera al inicio de la prueba.

299
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Una reflexión de estas características nos conduce a pensar en la necesidad de analizar


esta capacidad a partir del comportamiento individualizado de cada una de las pruebas
anteriormente señaladas, y aunque así lo haremos, también analizaremos las dos pruebas en su
conjunto, estableciendo un Índice General de Velocidad (IGV) siguiendo el mismo proceso que
llevábamos a cabo con la fuerza.

5.2.3.1 CAPACIDAD DE VELOCIDAD DE LOS ESTUDIANTES DE

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
SECUNDARIA EN EL TEST DE CARRERA DE 20 METROS.
La capacidad de velocidad de los varones adolescentes es, como era de esperar,
significativamente superior a la de las jóvenes de estas mismas edades con un margen del 14,3
% (p< 0.001), tomando como referencia la prueba de carrera de 20 metros con salida de tendido
prono, hallando gran similitud con el estudio realizado por Brito-Ojeda (2003) también en la
población adolescente de Gran Canaria, evidenciandose nuevamente que las mujeres de esta
muestra alcanzan valores absolutos en la capacidad de velocidad algo inferiores al trabajo
presentado por Brito-Ojeda (2003), reiterando una vez mas una merma de potencial físico en las
adolescentes del norte de Gran Canaria con respecto a otros estudios nacionales (Martínez,
2004; Ortega et al. 2005; Cuadrado et al., 2005).

Al analizar la evolución de la capacidad de velocidad de desplazamiento en una prueba


corta donde la velocidad de reacción cobra un papel relevante, hemos comprobado
especialmente en los varones que se ajusta a los parámetros establecidos en la literatura
científica. En este sentido, se confirma un gran incremento del rendimiento en velocidad hasta
los 13 años de edad (Moreno, 1999; Grosser, 1992), siendo incluso considerada esta etapa
como una fase sensible para el desarrollo y entrenamiento de esta capacidad (Homann et al.,
2005; Grosser, 1992; Martínez de Haro et al., 1995), complementada con una mejora en la
fuerza explosiva y la capacidad de aceleración en torno a los 13-15 años (Grosser, 1992;
Becerro, 1997).

En definitiva, la capacidad de velocidad en los adolescentes varones del norte de Gran


Canaria sigue una tendencia ascendente y progresiva a partir de los 12 años alcanzando su cenit
a los 16 años de edad, y a partir de aquí estabilizarse hasta los 18 años de edad. Por otra parte,
en las mujeres adolescentes su máxima velocidad se alcanza antes que los varones hacia los 14
años de edad, en línea a los resultados obtenidos por Brito-Ojeda (2003) y Martínez (2004a),
posteriormente se estabiliza su nivel de rendimiento hasta los 17 años y desciende hasta los 18
años.

300
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

A los 12 años, al igual que sucede con otras capacidades físicas, las diferencias entre
géneros ya son significativas (p< 0.01) pero menores que en edades superiores, llegando incluso
a triplicarse estas diferencias a los 16 años de edad, lo que pone de manifiesto que hasta las
edades prepuberales la evolución y desarrollo de las capacidades físicas se dan de forma
paralela y sus diferencias de rendimiento son mínimas.
La capacidad de velocidad de desplazamiento está relacionada directamente con la
actitud sedentaria o activa de los estudiantes, mostrando los sujetos activos un mayor

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
rendimiento motor en pruebas de velocidad (tabla nº 5.11). No obstante, estas diferencias de
rendimiento en esta prueba, tan sólo se ven plasmadas estadísticamente en el caso de los
varones, donde los sujetos activos muestran resultados significativamente superiores a los
sedentarios o moderadamente activos (p< 0.01), mientras que entre estos últimos las diferencias
de tiempo medio obtenido en los 20 m. son casi nulas, volviéndose a poner de manifiesto como
el desarrollo de la capacidad de velocidad también requiere un mínimo de 3 días de práctica
deportiva para la mejora de su rendimiento. Idéntica circunstancia se da en el caso de las
mujeres donde también las moderadamente activas y las sedentarias muestran idénticos valores
medios, mientras que las activas a pesar de obtener mejores resultados, éstos no llegan a
establecer unas diferencias estadísticamente significativas, corroborándose una vez más que las
chicas más activas del norte de GC no muestran el rendimiento físico esperado.

TEST DE VELOCIDAD DE 20 METROS

Grado de Actividad
Género n Media D.T. Diferencia de medias Sig.
Física

Sedentarios 117 4,92 0,61 Sed./Mod. Act.: 0,002 0,999

Moderadamente
Hombres 90 4,92 0,57 Mod. Act./Act.: 0,205 (*) 0,008 (*)
Activos

Activos 421 4,71 0,59 Act./Sed.: 0,208 (*) 0,002 (*)

Sedentarias 342 5,60 0,71 Sed./ Mod. Act.: 0,0005 1,000

Moderadamente
Mujeres 89 5,60 0,69 Mod. Act./Act.: 0,126 0,331
Activas

Activas 213 5,48 0,70 Activas/Sed.: 0,125 0,102

* La diferencia de medias es significativa al nivel .01.


Tabla nº 5.11: Velocidad de desplazamiento de los adolescentes del norte de Gran Canaria en función
del grado de práctica de actividad físico-deportiva.

No obstante, estas diferencias en los niveles de velocidad de los jóvenes en función del
grado de práctica físico-deportiva que realizan no se manifiestan hasta los 13 años en los
hombres y los 14 años en las mujeres (gráficos nº 5.14 y 5.15), debido probablemente por un

301
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

lado, a la consolidación a partir de estas edades de un mayor desarrollo de la fuerza explosiva,


muy necesaria en el test realizado ya que se dificulta la salida partiendo desde tendido prono, y
por otro lado, al tratarse de capacidades inherentes al desarrollo neuromuscular es de esperar
que aquellos sujetos que más actividad deportiva realizan desarrollen unos niveles de
coordinación inter e intramuscular superiores al resto, traduciéndose en una mayor y mejor
frecuencia de zancadas en la carrera de 20 metros .

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
HOMBRES
5,6
Sedentarios
5,4
Moderadamente Activos
5,2 Activos

5
Segundos

4,8

4,6

4,4

4,2

4
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.14: Evolución de la velocidad de desplazamiento de los adolescentes varones en función del
grado de actividad físico-deportiva realizado.

MUJERES

6,4
Sedentarias
6,2 Moderadamente Activas
Activas
6
Segundos

5,8

5,6

5,4

5,2

5
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.15: Evolución de la velocidad de desplazamiento de las mujeres adolescentes en función del
grado de actividad físico-deportiva realizado.

302
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

De esta manera, podemos concluir que la capacidad de velocidad mostrada por los
adolescentes a través de la prueba de carrera de 20 m. con salida tendido prono está
relacionado con la cantidad de práctica de las actividades físico-deportiva, y muestra una
tendencia progresiva y creciente desde los 12 a los 16 años aunque en las mujeres el desarrollo
de esta capacidad es menor de lo inicialmente esperado al compararlo con estudios de cohortes
similares.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
5.2.3.2 CAPACIDAD DE VELOCIDAD EN LA CARRERA DE IDA Y
VUELTA DE 10 X 5 METROS EN LOS ESTUDIANTES DE SECUNDARIA.

El test de Carrera de ida y vuelta de 10 X 5 m. tiene como objetivo medir la velocidad de


desplazamiento y la agilidad que puedan manifestar los sujetos objeto de estudio.

El análisis de la evolución de estas capacidades en función del género nos ofrece dos
formas diferenciadas de comportarse. Por un lado, los varones experimentan un evidente
incremento en su nivel de rendimiento en esta prueba desde los 12 a los 17 años, mejorando los
valores alcanzados en cerca de un 10 %, mientras que las mujeres por el contrario manifiestan
una evolución descendente desde los 12 a los 15 años para luego mejorar su rendimiento de los
15 a los 18 años en un 5 %.

A pesar de este progreso mostrado en los niveles de rendimiento de la velocidad-


agilidad en las chicas jóvenes durante la recta final de su pubertad y adolescencia, en las edades
estudiadas los datos nos confirman diferencias significativas respecto a los varones (p< 0.01),
ya que éstos muestran valores superiores a las mujeres en esta capacidad en torno a un 9,2 %,
cifra que por otro lado está acorde a las encontradas en otros estudios revisados (Cuadrado et
al, 2005; Brito-Ojeda, 2003; Sainz, 1996), con alguna excepción encontrada como el trabajo
realizado por Martínez (2004a) con alumnado de secundaria de la provincia de Jaén, donde las
diferencias entre chicos y chicas son tan solo de un 3,8 %. Del mismo modo, podemos afirmar
que el rendimiento mostrado en la realización del test de carrera de ida y vuelta de 10 X 5 m.
tanto por los varones como por las mujeres de 12 a 18 años del norte de Gran Canaria, es
similar al encontrado en otros lugares de España en los estudios anteriormente citados.

Por otro lado, aquellos adolescentes que realizan actividad físico-deportiva de forma
regular (activos), han obtenido niveles de rendimiento en esta prueba de velocidad-agilidad

303
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

superiores a los que no practican o lo hacen de forma más esporádica (tabla nº 5.12), en
consonancia con los resultados encontrados por Mariscal (2006) con jóvenes granadinos en una
prueba de similares características (5 X 10 m.).

De este modo se establecen diferencias significativas en los varones activos respecto al


resto (p< 0.01), mientras que los sedentarios y moderadamente activos conforman un grupo
homogéneo en cuanto a rendimiento en esta prueba, poniendo de manifiesto que la práctica

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
física continuada es un factor que predispone a los jóvenes para un mejor desarrollo de estas
capacidades (tabla nº 5.12). En el caso de las mujeres sí se encuentran diferencias significativas
entre sedentarias y moderadamente activas (p< 0.05), y entre sedentarias y activas (p< 0.01),
mientras el rendimiento de las activas no es significativamente superior al de las moderadamente
activas, evidenciándose nuevamente como el desarrollo de la condición física de las chicas
activas del norte de GC no muestra el perfil que cabía esperar, debido probablemente a que las
prácticas físico-deportivas realizadas no alcancen los niveles de exigencia mínimos para
garantizar las adaptaciones orgánicas necesarias que permitan un mayor rendimiento en las
diferentes pruebas realizadas.

TEST DE VELOCIDAD-AGILIDAD 10 X 5 METROS

Grado de Actividad
Género n Media D.T. Diferencia de medias Sig.
Física

Sedentarios 117 20,69 1,68 Sed./Mod. Act.: 0,06 0,967

Moderadamente
Hombres 90 20,62 0,01 Mod. Act./Act.: 0,68 (*) 0,005 (*)
Activos

Activos 421 19,94 1,80 Act./Sed.: 0,74 (*) 0,000 (*)

Sedentarias 342 22,69 1,74 Sed./ Mod. Act.: 0,57 (*) 0,012 (*)

Moderadamente
Mujeres 89 22,12 1,50 Mod. Act./Act.: 0,24 0,498
Activas

Activas 213 21,88 1,63 Activas/Sed.: 0,81 (*) 0,000 (*)

* La diferencia de medias es significativa al nivel .01.

Tabla nº 5.12: Velocidad en el test de 10 X 5 m. de los adolescentes del norte de Gran Canaria en función
del grado de práctica de actividad físico-deportiva.

Asimismo, la evolución del desarrollo de la velocidad-agilidad en ambos géneros se da


de forma paralela en los sujetos activos y sedentarios, especialmente en el caso de las mujeres,

304
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

aunque con valores superiores a lo largo de prácticamente todos los tramos de edad estudiados
de aquellos que practican actividad física de forma regular (gráficos nº 5.16 y 5.17), llamando la
atención que el incremento porcentual registrado entre los niveles de rendimiento de los activos
respecto a los sedentarios es de un 3,6 % en ambos géneros.

Esta evolución obtenida, confirma que ya desde las edades prepuberales tiene lugar un
considerable incremento en el desarrollo de la velocidad de reacción, de la frecuencia en los

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
movimientos y de la potencia siempre que la carga a vencer no sea elevada (Giraldes, 1987),
situándose la fase sensible para el desarrollo de este tipo de capacidades antes de los 12-13
años de edad (Homann et al., 2005; Grosser, 1992).

MUJERES
24

23,5

23
Segundos

22,5

22

21,5
Sedentarias
21
Moderadamente activas
20,5 Activas

20
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.16: Evolución de la Velocidad en el test de 10 X 5 m. de las mujeres adolescentes del norte
de Gran Canaria en función del grado de práctica de actividad físico-deportiva.

No obstante, las características del test de carrera de ida y vuelta de 10 X 5 m. donde se


da un elevado número de paradas y arrancadas a máxima velocidad en un breve espacio de
tiempo, hacen de la fuerza explosiva una capacidad física fundamental para la obtención de un
mejor rendimiento en esta prueba, pudiéndose explicar el ligero descenso del rendimiento en las
mujeres de 12 a 13 años por la bajada que se producía en la fuerza explosiva de piernas
mostrada en el salto horizontal durante este mismo tramo de edad, donde se encuentra una
correlación significativa entre ambos test de r = 0.634 (p < 0.01) y a partir de los 13 años

305
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

probablemente sea la estabilización de los niveles de fuerza explosiva los causantes del
estancamiento producido en los niveles de rendimiento en esta prueba.

En el caso de los varones, la evolución de la velocidad en este test de 10 X 5 m. se


produce de la forma esperada observándose un incremento continuado hasta los 17 años, tal y
como sucedía en la capacidad de fuerza explosiva de los miembros inferiores en el test de salto
horizontal, encontrando también niveles de correlación significativos entre ambas pruebas (r =

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
0.616; p < 0.01).

HOMBRES

22,5
Sedentarios
22 Moderadamente Activos
Activos
21,5

21
Segundos

20,5

20

19,5

19

18,5
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.17: Evolución de la Velocidad en el test de 10 X 5 m. de los varones adolescentes del norte
de Gran Canaria en función del grado de práctica de actividad físico-deportiva.

Para finalizar podemos decir que el rendimiento en la capacidad de velocidad en el test


de carrera de ida y vuelta de 10 X 5 m., donde también se valoran parámetros definidores de la
agilidad, está estrechamente ligado al desarrollo de la fuerza explosiva de piernas, encontrando
tanto en los hombres como en las mujeres adolescentes de la comarca norte de Gran Canaria
valores medios y tendencias evolutivas similares a las obtenidas en otros estudios realizados en
España, poniéndose una vez más de manifiesto que el rendimiento de la población activa en
estas capacidades es superior a aquellos que no practican actividad físico-deportiva de manera
regular, no encontrando en los varones signos de mejoría de los adolescentes moderadamente
activos respecto a los sedentarios, ni en las mujeres entre las jóvenes activas y las
moderadamente activas.

306
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

5.2.3.3 ÍNDICE GENERAL DE VELOCIDAD DE LOS ESTUDIANTES DE


SECUNDARIA.

La capacidad de velocidad que podemos medir en un sujeto va a estar directamente


relacionada con el tipo de manifestación de esta capacidad que estemos valorando con cada una
de las pruebas realizadas. De esta forma, los test de velocidad de carrera en 20 m. con salida
tendido prono y de carrera de ida y vuelta de 10 X 5 m. a pesar de tratarse de acciones que han

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
de ejecutarse a máxima velocidad, son pruebas que como ya se ha comentado anteriormente
miden distintos parámetros relativos a la velocidad, por lo que para tener una visión conjunta del
desarrollo de esta capacidad en la población estudiantil del norte de Gran Canaria, se ha optado
por establecer un Índice General de Velocidad (IGV) que unifique en un solo valor la velocidad
general del individuo.

Para establecer este índice, igual que hicimos con el IGF nos hemos ajustado al
protocolo utilizado por García-Artero et al. (2007) en el estudio AVENA.

Para ello, cada uno de los test de velocidad realizados ha sido considerado como una
variable, la cual es transformada dividiendo los resultados obtenidos en cada test por el valor
correspondiente al percentil 95 de la muestra en dicha prueba, y posteriormente el promedio de
las 2 variables transformadas se utilizó para establecer una única variable denominada Índice
General de Velocidad (IGV), con valores comprendidos en este caso entre 1 y 2, siendo los más
veloces aquellos que muestren un IGV lo más próximo a 1 y más lentos a medida que su IGV se
acerque a 2.

Las menores diferencias encontradas entre ambos géneros en el desarrollo de la


capacidad de velocidad entre los 12 y 18 años de edad se produce como cabía esperar a los 12
años (gráfico nº 5.18), y a partir de ahí los niveles de velocidad alcanzados aumentan cada vez
más a favor de los varones, observándose una pequeña mejoría de un 3 % en el rendimiento de
las mujeres entre los 12 y 17 años, mientras que los varones en el mismo tramo de edad
aumentan su nivel en un 11 %; resultando unas diferencias estadísticamente significativas entre
ambos géneros (p< 0.01), y coincidiendo la evolución de este IGV con la observada en el
análisis del IGF, corroborando la teoría de que la capacidad de velocidad en términos generales
se incrementa paralelamente al desarrollo de la fuerza (Gómez y Méndez, 2000).

307
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

IGV MUESTRA TOTAL


1,5
1,5 Hombres
1,4 Mujeres

1,4
1,3
Índice

1,3

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
1,2
1,2
1,1
1,1
1,0
12 13 14 15 16 17 18
Edad

Gráfico nº 5.18: Evolución del Índice General de Velocidad en los adolescentes.

Las diferencias de evolución en los niveles de velocidad entre chicos y chicas están
íntimamente relacionadas con el desarrollo de las estructuras que componen los sistemas
nervioso y muscular fundamentalmente (De la Reina y Martínez de Haro, 2003; Mora, 1995), por
lo que en las edades infantiles y prepuberales el incremento de la capacidad de velocidad se
logra principalmente a expensas de la maduración del sistema nervioso, lo que se traduce en
unos aumentos paralelos del rendimiento en ambos géneros, mientras que durante la pubertad
ya comienza a ganar peso la intervención del desarrollo de la fuerza muscular en la mejora de la
velocidad, por lo cual a partir de estas edades empiezan a destacarse los varones sobre las
mujeres en este tipo de pruebas, sin olvidar que la velocidad es una capacidad que se encuentra
altamente influenciada por el potencial genético que posee el sujeto (Becerro, 1997; García-
Manso, 1998).

En general, los varones activos presentan niveles de velocidad significativamente


mayores que los sedentarios (P< 0.05) , confirmándose que los varones moderadamente activos
no obtienen mejorías en su nivel de velocidad con respecto a los sedentarios (tabla nº 5.13), lo
cual nos vuelve a confirmar que la práctica física realizada de forma eventual y sin una
regularidad mínima de 3 días semanales no produce mejorías en la capacidad de velocidad de
los jóvenes adolescentes, observándose pequeñas mejorías sólo en el caso de poblaciones con
una escasa prevalencia de práctica física y un bajo nivel de rendimiento como el que han
demostrado las jóvenes adolescentes del norte de Gran Canaria.

308
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

ÍNDICE GENERAL DE VELOCIDAD (IGV)

Sedentarios Moderadamente Activos Activos

n Media D.T. n Media D.T. n Media D.T.

HOMBRES 117 1,18 0,06 90 1,18 0,06 421 1,13 0,05

MUJERES 342 1,32 0,10 89 1,30 0,12 213 1,28 0,11

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Tabla nº 5.13: Índice General de Velocidad de los adolescentes de la comarca norte de Gran Canaria en
función del grado de práctica de actividad físico-deportiva.

Al comparar la evolución de la velocidad en los sujetos activos y sedentarios en función


de la edad, se observa como hasta pasados los 13 años no se establecen diferencias en el
rendimiento obtenido en ambos grupos (gráficos nº 5.19 y 5.20), debiéndose probablemente a
que hasta esta edad los incrementos obtenidos eran consecuencia de una mejora de la
coordinación neuromuscular y de las ganancias naturales de masa muscular, más que por el
efecto de la práctica físico-deportiva que realizan (Jiménez, 2000), apreciándose nuevamente
cuando se comparan sujetos que realizan diferentes niveles de actividad física un claro
paralelismo entre el desarrollo de las capacidades de velocidad y fuerza en edades prepuberales
y puberales.

IGV HOMBRES
1,30

Sedentarios
1,25 Moderadamente Activos
Activos

1,20
Índice

1,15

1,10

1,05
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.19: Evolución del Índice General de Velocidad de los varones adolescentes en función del
grado de actividad físico-deportiva realizado.

309
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

IGV MUJERES
1,36

1,34

1,32

1,30
Índice

1,28

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
1,26
Sedentarias
1,24
Moderadamente Activas
1,22 Activas

1,20
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.20: Evolución del Índice General de Fuerza de las mujeres adolescentes en función del
grado de actividad físico-deportiva realizado.

5.2.4 EVOLUCIÓN DE LA CAPACIDAD DE MOVILIDAD EN


LOS ADOLESCENTES.

El test de flexión anterior de tronco desde la posición de sentado (sit and reach) que
propone la batería Eurofit valora principalmente la movilidad de la parte baja de la espalda, los
músculos extensores de la cadera y los flexores de la rodilla.

Las mujeres han evidenciado estar mejor dotadas para obtener mayores grados de
movilidad que los hombres en el citado test, ya que a lo largo de todos los tramos de edad
estudiados encontramos mejores niveles de rendimiento en las jóvenes, confirmando así el
hecho generalmente aceptado de que el género femenino presenta valores en esta capacidad
superiores al masculino y de que en las mujeres la pérdida de flexibilidad suele ser menor y se
produce de forma más lenta (Docherty y Bell, 1985; De la Reina y Martínez de Haro, 2003).

De esta forma, en el test de flexión anterior de tronco encontramos diferencias próximas


a un 20 % a favor de las chicas, cifra que está en sintonía con las obtenidas en otros estudios de
similares características realizados en nuestro país (Ortega et al., 2005; Sainz, 1996), y siendo
estas diferencias estadísticamente significativas hasta los 15 años de edad (p< 0.01).

310
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Sin embargo, a pesar de que en la literatura científica especializada, de forma general se


reconoce que hasta los 10 años se posee un buen nivel de movilidad, y ante la llegada de la
pubertad, se establecerá una reducción natural en la curva de evolución de esta capacidad
comenzando a producirse su pérdida (Giampetro et al., 1989; Mora, 1989b; Rius, 1995), nuestros
resultados no se corresponden con estas afirmaciones, ya que en ambos géneros los valores
obtenidos siguen mejorando a partir de los 12 años, especialmente en los varones de 14 a 16
años con un aumento del 21,6 % sólo en este tramo de edad, mientras que las mujeres entre los

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
13 y 15 años de edad mejoran en un 14,2 % su nivel de movilidad en esta prueba.

En esta misma línea, otros estudios realizados en España con edades semejantes
obtienen niveles de movilidad y tendencias evolutivas de esta capacidad similares a las nuestras,
encontrando por ejemplo que en los trabajos de Cuadrado et al. (2005), Brito-Ojeda (2003),
Ortega et al., (2005), Martínez (2003d) y Sainz (1996) tanto las mujeres como los varones
aumentan sus niveles movilidad en el test de flexión anterior de tronco hasta llegar a los 15-16
años en que tienden a estabilizarse, coincidiendo con los resultados obtenidos en este estudio, y
que nos hace cuestionar la aceptación de que la pubertad y adolescencia son etapas donde se
establece una reducción natural de esta capacidad debidas a factores hormonales (Kuo et al.,
1997)4 o a disarmonías de crecimiento en los segmentos (Kendall y Kendall, 1985), y estando
más en concordancia con aquellas otras teorías que a pesar de reconocer a la infancia como una
época propicia para el desarrollo o mantenimiento de los niveles de movilidad, señalan a la
adolescencia como la época donde se puede lograr el máximo desarrollo, aunque con algunas
diferencias entre las distintas articulaciones (Mirella, 2001).

La práctica regular de actividad físico-deportiva parece ser indicativa de ligeros


incrementos en la capacidad de movilidad de ambos géneros observando mejorías de los
adolescentes activos respecto a los sujetos sedentarios de un 6 % y un 12 % para varones y
mujeres respectivamente (tabla nº 5.14), estando estos resultados en consonancia con los
obtenidos por Mariscal (2006) con adolescentes activos y sedentarios de Granada, pero llegando
a establecerse como diferencias estadísticamente significativas tan solo las de las mujeres
activas respecto al resto (p< 0.01), mientras que los varones activos del norte de GC en el
desarrollo de esta capacidad no obtienen los beneficios que cabía esperar tal y como había
sucedido en el resto de capacidades analizadas.

4
Citados por Rodríguez y Santoja, 2000.

311
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

TEST DE FLEXIÓN ANTERIOR DE TRONCO

Grado de Actividad
Género n Media D.T. Diferencia de medias Sig.
Física

Sedentarios 117 15,79 7,96 Sed./Mod. Act.: 0,58 0,855

Moderadamente
Hombres 90 15,21 8,33 Mod. Act./Act.: 1,65 0,165
Activos

Activos 421 16,86 7,64 Act./Sed.: 1,06 0,394

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Sedentarias 342 19,57 7,06 Sed./ Mod. Act.: 0,02 1,000

Moderadamente
Mujeres 89 19,55 6,95 Mod. Act./Act.: 2,75 (*) 0,010 (*)
Activas

Activas 213 22,30 8,12 Activas/Sed.: 2,73 (*) 0,000 (*)

* La diferencia de medias es significativa al nivel .01.

Tabla nº 5.14: Niveles de Movilidad mostrados en el test de Flexión Anterior de Tronco de los
adolescentes del norte de Gran Canaria en función del grado de práctica de actividad físico-deportiva.

HOMBRES

22

20

18
Centímetros

16

14

12

10 Sedentarios
Moderadamente Activos
8
Activos
6
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.22: Evolución de la Capacidad de Movilidad de los adolescentes varones en función del grado
de actividad físico-deportiva realizado.

La evolución de la capacidad de movilidad según el grado de práctica física que realizan


los adolescentes del norte de Gran Canaria y en función de la edad, muestra como las
diferencias de rendimiento entre activos y sedentarios masculinos no se manifiestan hasta
pasados los 14 años mientras que en las mujeres son evidentes a partir de los 12 años aunque
entre los 16 y 17 años estas diferencias son tan solo de un 5 % (gráficos nº 5.22 y 5.23),

312
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

poniendo de manifiesto que estamos ante una capacidad que requiere de una ejercitación
específica para lograr niveles de rendimiento óptimos, ya que la simple práctica de actividades
físico-deportivas no garantiza unos márgenes de movilidad adecuados si no se presta una
atención especial a la realización de ejercicios que impliquen su desarrollo.

Esta situación, junto al hecho de no encontrar diferencias significativas entre los varones
activos respecto al resto, tal y como había sucedido en la mayor parte de las capacidades físicas

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
analizadas, nos conduce a pensar que en la práctica física habitual de nuestra población activa
no se presta la dedicación suficiente al trabajo de movilidad articular, de elasticidad y de
extensibilidad muscular, lo cual debe se convierte en un aspecto a mejorar dentro de la práctica
deportiva de los jóvenes.

MUJERES

30
28
26
24
Centímetros

22
20
18
16
Sedentarias
14
Moderadamente Activas
12 Activas
10
12 13 14 15 16 17
Edad

Gráfico nº 5.23: Evolución de la Capacidad de Movilidad de las mujeres adolescentes en función del
grado de actividad físico-deportiva realizado.

En definitiva, la capacidad de movilidad de los estudiantes de secundaria de la comarca


norte de Gran Canaria presenta unas tendencias evolutivas similares a otras poblaciones
españolas de las mismas edades, poniendo de manifiesto que por un lado el género femenino
parece estar mejor dotado para obtener mayores grados de movilidad que el masculino, por otro
lado que la llegada de la pubertad y la adolescencia no supone necesariamente un retroceso o
estancamiento en el desarrollo de esta capacidad, y por último, para que la práctica de actividad
físico-deportiva se traduzca en beneficios para la capacidad de movilidad de los sujetos, debe
integrar ejercicios específicos dirigidos a su desarrollo.

313
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

5.3 ANÁLISIS DEL ÍNDICE DE MASA CORPORAL Y


DE LA GRASA CORPORAL EN LOS ADOLESCENTES
DE 12 A 18 AÑOS DE EDAD.
Las características anatómico-funcionales constituyen un pilar básico en la mejora de la
condición física, por lo que hemos estudiado algunos parámetros antropométricos de los

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
adolescentes con la intención de relacionarlos con su rendimiento físico y hábitos de práctica
físico-deportiva.

Para simplificar el análisis nos vamos a centrar en dos índices que consideramos más
relevantes para el objeto de este estudio: por un lado el Índice de Masa Corporal, y por otro el
porcentaje de grasa corporal en los jóvenes adolescentes.

5.3.1 ÍNDICE DE MASA CORPORAL EN LOS ESTUDIANTES


DE 12 A 18 AÑOS DE EDAD.

A pesar de las limitaciones que presenta el uso del IMC como predictor del grado de
obesidad en poblaciones de características especiales, tales como deportistas de alto nivel,
practicantes de deportes de fuerza o niños y adolescentes, en la actualidad se acepta la utilidad
del IMC (Malina y Katzmarzyk, 1999; Dietz y Robinson, 1998; Merino et al., 2006) para estimar la
prevalencia de obesidad en la infancia y la adolescencia, aunque se han sugerido diferentes
criterios, como los valores correspondientes a los percentiles 85 o 90 para el sobrepeso y P95 o
P97 para la obesidad.

En consecuencia, siguen siendo muchos los estudios realizados por profesionales de


distintos campos relacionados con la salud, que continúan haciendo uso de este índice en sus
investigaciones y publicaciones (Encuesta Nacional de Salud de España, 2006; Lirio, 2006; Ruiz
et al., 2006, Encuesta de Salud de Canarias, 2004; Serra-Majem y Aranceta, 2002; Currie et al. -
HBSC study – 2004), para finalmente llegar a un consenso de Tipificación Ponderal de la
Población Infantil y Juvenil Española entre diversas sociedades médicas y nutricionales (Comité
de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría, la Sociedad Española para el Estudio de la
Obesidad y la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria). Este indicador es una importante
contribución para el diagnóstico del sobrepeso y la obesidad en la práctica clínica y

314
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

epidemiológica en la población española, utilizando como base los resultados obtenidos del
estudio enKid dirigido por Serra-Majem y Aranceta (1998-2000) por el que se han establecido
curvas de percentiles desde los 2 a los 18 años de edad para cada sexo.

Para establecer la comparación de nuestros resultados del IMC con otros estudios y en
consonancia con las directrices emanadas de la Organización Mundial de la Salud (2000),
hemos optado por tener como referencia el percentil 95 como punto de corte para determinar la

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
obesidad, y el percentil 85 para determinar el sobrepeso tomando como base el estudio enKid. Al
mismo tiempo tomaremos referencias más cercanas geográficamente y concretamente de
Canarias (Brito-Ojeda, 2003; ISTAC, 2004), así como la clasificación de los índices de obesidad
propuestos en el Documento de Consenso SEEDO 2000, y que establece los valores de
Normopeso cuando el IMC es ≥ 18,5 y ≤ 24,9; peso insuficiente cuando el índice es menor a
18,5; el Sobrepeso, entre 25 y 29,9 y la Obesidad cuando el IMC ≥ 30.

De esta manera, los valores medios mostrados en el IMC por los estudiantes del norte
de Gran Canaria entre los 12 y 18 años ha sido idéntico en ambos géneros (Media = 22,4; DT =
±4,3), aunque si hacemos la comparación de cada uno de los géneros con otros estudios
revisados encontramos como los varones estudiados presentan cifras muy próximas a dichos
trabajos (González-Gross, 2003b; Moreno et al., 2005a; Serra-Majem y Aranceta, 2001; Ruiz,
2007) mientras que en las mujeres observamos como los valores medios del IMC son superiores
a estas investigaciones y a otras de entornos muy cercanos (ISTAC, 2004; Brito-Ojeda, 2003), lo
cual pone de manifiesto que el motivo de este mayor IMC de las jóvenes del norte de Gran
Canaria no es atribuible necesariamente a un desarrollo de la masa muscular, y tal vez lo sea
con respecto a una desproporcionalidad entre el peso y la talla en este periodo de grandes
cambios morfológicos y hormonales.

En este sentido, los valores que definen el sobrepeso y la obesidad correspondientes a


los percentiles 85 y 95 de la población adolescente del norte de Gran Canaria (P85=26, P95=31
para los varones; P85=26, P95=30 para las mujeres) están muy próximos a los encontrados en
los jóvenes entre 12 y 17 años de la Encuesta Canaria de Salud 2004 (ISTAC, 2004), obteniendo
diferencias apreciables tan sólo en el caso del percentil 95 de las mujeres, donde el incremento
porcentual de las jóvenes del norte de Gran Canaria es de un 6,2 % respecto a los resultados de
dicho estudio. Del mismo modo sucede con respecto al estudio de Brito-Ojeda (2003) con
alumnado de 14 a 18 años del este de la isla de Gran Canaria, donde también los hombres
presentan valores similares a nuestro estudio, mientras que las jóvenes del norte de Gran

315
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Canaria en los percentiles 85 y 95 presentan cifras de IMC superiores en todos los sectores de
edad estudiados.

En esta misma línea, si acudimos a los valores de referencia para la población infantil y
juvenil española propuestos en el estudio enKid (Serra-Majem y Aranceta, 2001), encontramos
como los percentiles 85 y 95 del IMC muestran valores inferiores a los obtenidos en nuestra
investigación en ambos géneros (tabla nº 5.15), observando no obstante como el incremento

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
porcentual medio de las chicas del norte de Gran Canaria respecto a los valores nacionales es
superior al 10 %, mientras que en los varones no llega al 5 %.

HOMBRES MUJERES
enKid Norte GC enKid Norte GC
EDAD P85 P95 P85 P95 P85 P95 P85 P95
12 23,2 26,2 24,5 28 22,1 24,5 23,7 26,9
13 23,9 26,9 25 28,8 22,6 25,1 26 30
14 24,5 27,6 25,2 28 23,1 25,7 26 29
15 25,1 28,4 24,3 29 23,6 26,3 26 31
16 25,7 29,1 27 31 24,1 26,8 26 29,7
17 25,9 29,2 29 31,5 24,2 26,9 26,8 30
18 26,1 29,3 30,2 35,5 24,3 27 28,8 32,8
MEDIA 24,9 28,1 26,5 30,3 23,4 26,0 26,2 29,9

Tabla nº 5.15.- Comparación del IMC entre hombres y mujeres adolescentes de Gran Canaria con el
estudio enKid (Serra-Majem y Aranceta, 2001) tomando como referencia los percentiles 85 para el
sobrepeso y el 95 para la obesidad.

Teniendo en cuenta que en la valoración individual de un niño, el uso del percentil 95 de


IMC se asocia significativamente a aumento de grasa corporal e identifica a niños con alta
probabilidad de persistencia de la obesidad en la edad adulta (Must y Dallal, 1991), y que en
adolescentes, se asocia a presión arterial elevada y perfiles lipídicos que aumentan el riesgo de
enfermedad cardiovascular asociada a la obesidad (Gotthelf y Jubany, 2005), los niños que
crecen con niveles de IMC entre los percentiles 85 y 95 y que por lo tanto se encuentran en zona
definida como sobrepeso, deberían ser objeto de una evaluación exhaustiva que incluya una
adecuada historia familiar y búsqueda de factores de riesgo asociados a hipertensión arterial y
dislipemias (Barlow y Dietz, 1998); y de forma general también sería aconsejable tener en cuenta
el aumento de los niveles de lípidos en sangre de los adolescentes españoles de cara a la
planificación de programas preventivos durante la infancia y adolescencia (Ruiz, 2007).

316
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

El porcentaje de obesidad y sobrepeso en la población estudiantil del norte Gran Canaria


es del 20 % si tomamos como referencia la clasificación propuesta por la SEEDO 2000,
observando además como el 16,7 % de los adolescentes presenta un peso insuficiente, el 63,6
% está dentro de los valores de normopeso y los niveles de sobrepeso y obesidad son del 13,8
% y 5,8 % respectivamente.

Un análisis más minucioso de estos resultados nos indica que existen índices crecientes

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
de obesidad que se van instalando en edades cada vez más tempranas dentro de la sociedad
canaria, ya que al comparar nuestros datos con los obtenidos en la Encuesta Canaria de Salud
2004, observamos por un lado, como los niveles de obesidad de los estudiantes de secundaria
del norte de Gran Canaria están muy próximos a los encontrados en los jóvenes canarios de 16
a 29 años de edad, y por otro lado, se aprecia como en el escaso margen de tiempo transcurrido
entre ambos estudios se produce un ligero aumento de los valores correspondientes a los
percentiles 85 y 95 de los jóvenes del norte de Gran Canaria, respecto a los jóvenes canarios de
12 a 17 años de edad (ISTAC, 2004); confirmándose la tendencia que señalan diversos estudios
con adolescentes españoles (Rios, 1999; AVENA, 2006) donde se detecta que la tasa de cambio
anual de prevalencia de sobrepeso y obesidad ha aumentado en los últimos años (Moreno et al.,
2005b), llegando a definirla Wärnberg et al. (AVENA, 2006) como una verdadera “epidemia” de
obesidad en los adolescentes, convirtiéndose este hecho en otra llamada de atención a los
organismos implicados en velar por la salud de la población canaria.

Por otro lado, los adolescentes que realizan actividad física habitual mantienen un IMC
más adecuado y saludable que los sujetos sedentarios o moderadamente activos, siendo en
torno al 67 % los que se encuentran en la categoría de normopeso siguiendo la clasificación de
la SEEDO’2000, tanto en hombres como en mujeres (tablas nº 5.16 y 5.17).

Aunque los niveles de sobrepeso de los adolescentes varones activos y sedentarios son
muy similares, el porcentaje de sujetos obesos en la población sedentaria se duplica con
respecto a aquellos sujetos que participan en actividades físicas de forma habitual. Este hecho
nos indica que cuando utilizamos como indicador el IMC, los valores de referencia que definen la
obesidad propiamente dicha y que compromete la salud, son los que realmente nos permiten
establecer diferencias en los niveles de adiposidad de los adolescentes, ya que en los sujetos
con sobrepeso las diferencias que se establecen entre los varones activos y sedentarios son
muy reducidas.

317
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

HOMBRES
VALORES
Moderadamente
LÍMITE DEL IMC INTERPRETACIÓN Sedentarios Activos Total
activos
(KG/M 2 )

n % n % n % n %

< 18,5 Peso insuficiente 19 16,24 23 25,56 63 14,96 105 16,72

18,5-24,9 Normopeso 69 58,97 51 56,67 283 67,22 403 64,17

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25-26,9 Sobrepeso grado I 9 7,69 8 8,89 33 7,84 50 7,96
Sobrepeso grado II
27-29,9 7 5,98 3 3,33 20 4,75 30 4,78
(preobesidad)

30-34,9 Obesidad de tipo I 11 9,40 3 3,33 18 4,28 32 5,10

35-39,9 Obesidad de tipo II 2 1,71 1 1,11 4 0,95 7 1,11


Obesidad de tipo III
40-49,9 0 0,00 1 1,11 0 0,00 1 0,16
(mórbida)
Obesidad de tipo IV
> 50 0 0 0 0 0 0 0 0
(extrema)
TOTAL 117 100 90 100 421 100 628 100

Tabla nº 5.16.- Distribución porcentual del IMC de la muestra de varones adolescentes en función de la
clasificación SEEDO’2000 y el nivel de actividad física.

MUJERES
VALORES
Moderadamente
LÍMITE DEL IMC INTERPRETACIÓN Sedentarios Activos Total
activos
(KG/M 2 )

n % n % n % n %

< 18,5 Peso insuficiente 68 19,88 14 15,73 26 12,21 108 16,77

18,5-24,9 Normopeso 206 60,23 57 64,04 143 67,14 406 63,04

25-26,9 Sobrepeso grado I 32 9,36 10 11,24 16 7,51 58 9,01


Sobrepeso grado II
27-29,9 16 4,68 6 6,74 16 7,51 38 5,90
(preobesidad)

30-34,9 Obesidad de tipo I 15 4,39 2 2,25 8 3,76 25 3,88

35-39,9 Obesidad de tipo II 3 0,88 0 0,00 3 1,41 6 0,93


Obesidad de tipo III
40-49,9 2 0,58 0 0,00 1 0,47 3 0,47
(mórbida)
Obesidad de tipo IV
> 50 0 0 0 0 0 0 0 0
(extrema)
TOTAL 342 100 90 100 213 100 644 100

Tabla nº 5.17.- Distribución porcentual del IMC de la muestra de mujeres adolescentes en función de la
clasificación SEEDO’2000 y el nivel de actividad física.

318
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Si analizamos el comportamiento del IMC en las mujeres en función del grado de


actividad deportiva que realizan, podemos observar que cuando se trata de alumnas sedentarias
obtenemos unos valores de peso insuficiente superior a las activas, ya que éstas suelen
presentar un desarrollo muscular más elevado, encontrando además porcentajes superiores de
normopeso en las jóvenes activas, pero por el contrario, no se aprecian diferencias significativas
cuando se trata de mujeres con sobrepeso y obesidad, poniéndose de manifiesto en este caso
que el nivel de práctica física y deportiva de las estudiantes activas del norte de Gran Canaria en

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muchas ocasiones no es suficiente para obtener los beneficios esperados para establecerse en
rangos de normalidad saludable de su índice de corporalidad.

5.3.2 LOS ADOLESCENTES Y EL PORCENTAJE DE GRASA


CORPORAL.
Los métodos para determinar la composición corporal en un trabajo de campo donde no
se puede trasladar a los sujetos a una consulta, ni a un laboratorio, deben ser, preferentemente,
no invasivos para el sujeto, de bajo costo, transportable, preciso, válido y estar estandarizado.
En este sentido, las técnicas basadas en la Bioimpedancia eléctrica (BIA) cumple con estos
requisitos y miden la impedancia de los tejidos corporales al flujo de una corriente alterna de
escasa intensidad, proporcionando una estimación del agua corporal total a partir de la cual se
calcula el PGC (Fernández-Real et al., 2001), tratándose de una técnica fiable, económica,
práctica y con poca variabilidad en la medición, que emplea muy poco tiempo y en condiciones
estándar es reproducible. De ahí que se esté convirtiendo en una forma de medida de la grasa
corporal muy utilizada (Aldea et al., 2005; Morín et al., 2005; Peña y García, 2006; Jebb et al.,
2004; Fernández-Real et al., 2001; Martín, Gómez y Antoranz, 2001; Bernárdez et al., 2003;
Núñez et al., 1999; Rubiano et al., 1999). Además, al medir la cantidad de grasa del
compartimiento intra abdominal y subcutáneo también es ideal para poblaciones con obesidad y
sobrepeso (Serrato, 2005).

No obstante, hay que tener en cuenta que la estimación de la grasa corporal mediante
BIA es un método doblemente indirecto, es decir, sus resultados son consecuencia del desarrollo
de ecuaciones a partir de métodos indirectos como la densitometría hidrostática y la
absorciometría dual de rayos X (DEXA) (Porta y Tejedor, 1993), por lo que sería ideal la
complementación de los resultados con algún método indirecto o con otros doblemente

319
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

indirectos como la medición de pliegues cutáneos, circunferencia de cintura o cociente cintura-


cadera.

Por otro lado, la valoración de la composición corporal en niños y adolescentes es


mucho más complicada que en los adultos debido a los cambios que experimenta dicha
composición corporal durante el proceso normal de crecimiento. En los niños es especialmente
difícil discriminar si los cambios habidos en la composición corporal son debidos al normal

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proceso de crecimiento, a la dieta, a la actividad física o a algún otro proceso concurrente
((Rodríguez et al., 2004; López et al. 1996). Esto hace que, igual que sucedía con el IMC, en las
etapas de pubertad-adolescencia o en jóvenes deportistas, debe primar la precaución a la hora
de interpretar el PGC obtenido (Molina, 2007; Jiménez, 2000).

Tomando como referencia la población del norte de Gran Canaria, los hombres jóvenes
muestran un porcentaje de grasa corporal notablemente inferior al de las mujeres adolescentes
(17,1 % frente a 26,9 % respectivamente), y aunque es normal que las mujeres tengan índices
de adiposidad superiores a los hombres, estas diferencias de grasa corporal entre ambos
géneros son mayores a las encontradas en otros estudios de cohortes similares (González-
Gross, 2003b, Moreno et al., 2005a; Moreno et al., 2005b; Berral et al., 2001; Rodríguez et al.,
2004; Taylor et al., 2003, Casanova et al., 2004; Jebb et al., 2004; Dwyer y Blizzard, 1996; Hoyo
y Sañudo, 2007; Carrasco et al. 2005). Esta circunstancia, tal y como ha sucedido en otros
trabajos consultados no se advertía en el análisis del IMC (Carrasco et al., 2005; Jiménez, 2000;
González-Gross, 2003b; Moreno et al., 2005a), hecho que puede resultar contradictorio, sobre
todo después de encontrar altos grados de correlación entre PGC e IMC (r = 0.830, p < 0.01 en
los varones; y r = 0.910, p < 0.01 en las mujeres), lo cual pone de manifiesto que el IMC aunque
puede constituir una medida razonable del grado de obesidad (Dietz y Bellizzi, 1999; Meléndez,
2002) debe ser evaluado con prudencia, ya que no parece ser el método más preciso para medir
la adiposidad especialmente cuando se comparan sujetos con diferentes niveles de actividad
física (Nogueras, 2001; López et al., 1997), o en edades prepuberales y puberales donde el
incremento de los valores del IMC no siempre es causado por una acumulación de masa grasa,
ya que sobre todo en los jóvenes activos este aumento es debido principalmente al desarrollo de
la masa magra, principalmente masa muscular (Ara, 2005).

De esta forma, Taylor et al. (2003) con sujetos de 8.5 a 15.5 años de edad, encontró que
el 86 % de chicos y chicas con alta adiposidad (PGC ≥ 25% en el sexo masculino y ≥ 35 % en
las mujeres) fueron correctamente identificados por los puntos de corte internacionales del IMC,

320
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

mientras que Rodríguez et al. (2004) en el estudio AVENA con adolescentes españoles de entre
13 y 18 años de edad, y utilizando el percentil 85 del PGC como el punto de corte para el exceso
de grasa corporal, también encuentra que un 94 % de los varones y un 84 % de las mujeres eran
correctamente identificados mediante el IMC. En consecuencia, a pesar de que los valores
obtenidos a partir del IMC nos puedan servir de referencia para la comparación con otros
estudios e incluso para obtener una visión general de los niveles de obesidad de una población,
el PGC se constituye como un indicador más fiable de los niveles de adiposidad de los

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adolescentes, al aportarnos más información sobre la condición física de los sujetos, ya que
cuando realizan actividad física, el tejido graso supone una carga extra para el individuo, tal y
cual se ha evidenciado con los adolescentes de Gran Canaria al mostrar el PGC una correlación
moderada con variables relacionadas con el rendimiento físico, especialmente referidas a las
capacidades de resistencia, fuerza y velocidad, con una mayor dependencia entre los varones
adolescentes que con las mujeres de esas mismas edades, en línea con otras investigaciones
similares (Berral et al., 2001; Jiménez, 2000; Wärnberg et al., 2006; Brito-Ojeda, 2003; Ara,
2005, González-Gross et al., 2003b).

Por otro lado, no existe un consenso en la comunidad científica sobre cual debe ser el
PGC que identifique a los adolescentes con sobrepeso y obesidad, ya que existe una gran
variabilidad entre los niveles de adiposidad según el género, la edad y el desarrollo puberal. En
el estudio AVENA (Rodríguez et al., 2004; Moreno et al., 2002), o en las investigaciones de
Weststrate y Deurenberg (1989) y Sardinha et al. (1999) se proponen como valores más
coherentes de exceso de grasa corporal en las mujeres adolescentes el 30-35%, mientras que
en los varones de 10 a 15 años se sitúa en un 25-30 %, y del 20 al 25 % cuando se trata de
adolescentes mayores, entre los 15 y 18 años de edad.

Los valores de grasa corporal que identifican el sobrepeso y la obesidad para Dwyer y
Blizzard (1996) en las poblaciones infantiles y puberales son del 20% para los chicos y el 30 %
para las chicas, mientras que para Taylor et al. (2003) los varones con alta adiposidad se sitúan
en un PGC ≥ 25 %, y ≥ 35 % en las mujeres. Por otra parte, Williams et al. (1992) señala como
valores de referencia para la obesidad en los varones un PGC ≥ 25 % mientras que en las
mujeres es de un PGC ≥ 30 %.

Si utilizamos como límites de referencia para el sobrepeso y la obesidad los propuestos


por Dwyer y Blizzard (1996) resulta que el 26,1 % de los varones adolescentes del norte de Gran
Canaria tienen sobrepeso o son obesos, y en el caso de las chicas el 27,8 % estarían en la

321
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

misma situación, lejos del 36 % obtenido por Jiménez (2000) en varones de Gran Canaria de 8 a
20 años de edad, lo cual puede deberse a la diferencia de amplitud de los rangos de edad
estudiados.

Por otra parte, tomando como referencia la distribución que propone Taylor et al. (2003)
sobre la grasa corporal, encontramos como un 16,2 % de los varones del norte de Gran Canaria
presentan alta adiposidad, por un 14,1 % de las mujeres; mientras que según los valores

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referenciales de Williams et al. (1992) el porcentaje de adolescentes varones obesos se
mantiene en un 16,2 % mientras que el de mujeres aumenta a un 33,2 %.

Esta disparidad de criterios pone de manifiesto la necesidad de acercarse a unos valores


de referencia consensuados para el establecimiento de los distintos niveles de adiposidad, con el
fin de poder realizar diagnósticos adecuados y facilitar la realización de análisis comparativos
entre distintas poblaciones.

Por este motivo, hemos optado por establecer unos valores normativos del nivel de
adiposidad de los estudiantes del norte de Gran Canaria que traten de aunar los diferentes
criterios propuestos por distintos autores (Rodríguez et al., 2004; Dwyer y Blizzard, 1996; Taylor
et al., 2003; Jebb et al., 2004; Weststrate y Deurenberg, 1989; Sardinha et al., 1999; Moreno et
al., 2002 y Williams et al., 1992), y que se explicitan en la tabla nº 5.18 para los varones
adolescentes y en la tabla nº 5.19 para las mujeres adolescentes.

HOMBRES
VALORES
Moderadamente
LÍMITE DEL IMC INTERPRETACIÓN Sedentarios Activos Total
activos
(KG/M 2 )

n % n % n % n %

≤ 10 Bajo 21 17,95 18 20,00 72 17,10 111 17,68

de 11 - 20 Óptimo 55 47,01 45 50,00 242 57,48 342 54,46

de 21 - 27,5 Moderadamente alto 25 21,37 13 14,44 70 16,63 108 17,20

> 27,5 Alto 16 13,68 14 15,56 37 8,79 67 10,67

TOTAL 117 100 90 100 421 100 628 100

Tabla nº 5.18.- Distribución del PGC de la muestra de varones adolescentes en función del nivel de
actividad física que realizan.

322
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

En los varones adolescentes del norte de Gran Canaria, la realización de tres días
semanales de actividades físicas y deportivas además de la educación física escolar, se traduce
en una disminución manifiesta de los índices de adiposidad, pudiéndose observar como el 35 %
de los varones sedentarios muestran niveles de grasa corporal moderadamente altos o altos,
mientras que en los sujetos activos son un 25 % los que están por encima de los niveles óptimos
y saludables de PGC (tabla nº 5.18), en consonancia con resultados obtenidos en estudios
similares (Mariscal 2006; Hoyo y Sañudo, 2007; Medina, 2002) y no encontrando diferencias

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
relevantes con el estudio de Jiménez (2000) realizado en Gran Canaria, salvo en los sujetos
sedentarios que en dicho estudio presentan una tasa de obesidad del 50%, lo cual puede
deberse probablemente a los diferentes valores de referencia utilizados para definir el sobrepeso
o bien como apuntábamos anteriormente a la diferencia en los rangos de edad analizados.

MUJERES
VALORES
Moderadamente
LÍMITE DEL IMC INTERPRETACIÓN Sedentarios Activos Total
activos
(KG/M 2 )

n % n % n % n %

≤ 15 Bajo 23 6,73 5 5,62 14 6,57 42 6,52

16 - 30 Óptimo 223 65,20 53 59,55 142 66,67 418 64,91

31 - 35 Moderadamente alto 54 15,79 20 22,47 27 12,68 101 15,68

> 35 Alto 42 12,28 11 12,36 30 14,08 83 12,89

TOTAL 342 100 89 100 213 100 644 100

Tabla nº 5.19.- Distribución del PGC de la muestra de mujeres adolescentes en función del nivel de
actividad física que realizan.

Tal y como sucedía con el IMC, de un modo general se observa que la práctica física
realizada por las mujeres adolescentes del norte de Gran Canaria no llega a ser suficiente para
mejorar sus niveles de adiposidad, ya que a pesar de hallar valores de PGC moderadamente
altos superiores en las jóvenes sedentarias, los valores de altos niveles de adiposidad son
superiores en las chicas que se declaran activas (tabla nº 5.19), pudiendo ser indicativo una vez
más de que los parámetros que deben regir una correcta realización de práctica físico-deportiva
para el logro de mayores beneficios para la salud (tiempo de práctica, intensidad de las
actividades, frecuencia con que se realiza, …) no se están siguiendo de la forma más adecuada
y eficiente.

323
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

En este sentido, se podría establecer una relación directa entre la escasa realización de
actividad física de forma monitorizada de las chicas activas del norte de Gran Canaria (por
ejemplo, sólo el 11,8 % pertenece a un equipo federado) con su bajo rendimiento en las
diferentes capacidades físicas analizadas y con los niveles de adiposidad encontrados, ya que
estudios llevados a cabo con niños y adolescentes españoles nos indican una clara relación
entre una mejor condición física cardiovascular y una composición corporal más saludable
cuando la actividad física se realizaba de forma monitorizada (Hoyo y Sañudo, 2007; Berral et

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al., 2001; Casajús et al., 2006; Berral et al., 2001).

5.4 SOBRE EL ESTADO DE SALUD DE LOS


ADOLESCENTES DEL NORTE GRANCANARIO Y SU
RELACIÓN CON LA ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA.
El nivel de práctica de actividades físicas y deportivas de los jóvenes guarda una
relación directa con una mejor percepción de su estado de salud y rendimiento físico-deportivo,
especialmente en los estudiantes del norte grancanario que practican deporte sistemáticamente,
aunque esta constante se manifiesta de forma más moderada en el caso de las mujeres.

Al relacionar las capacidades físicas de los adolescentes del norte de Gran Canaria con
la percepción del estado de su forma física y de su salud se observa que a mayor rendimiento
físico-deportivo mejor es la autovaloración que realizan respecto a su grado de salud y condición
física, del mismo modo que sucede en otros estudios realizados tanto en España como en varios
países de la Unión Europea (Piéron et al., 1997; García-Montes et al., 20075).

Los estudiantes de secundaria del norte de la isla de Gran Canaria muestran un índice
de salubridad óptimo y propio de sociedades desarrolladas, siendo la incidencia a padecer
enfermedades crónicas así como problemas de índole físico-corporal relativamente bajo; tan solo
el 3,77 % en los varones y un poco más en las mujeres (6,53 %), con una mayor prevalencia en
las enfermedades relacionadas con el asma, problemas posturales y raquídeos, y alergias de
diferente índole, en consonancia con los resultados obtenidos en la Encuesta Nacional de Salud
2006. Asimismo se confirma que el alumnado que mantiene un buen nivel de actividad físico-
deportiva, refieren una menor incidencia en este tipo de patologías.
5
Citado en Piéron, M., 2007.

324
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Por otra parte, los jóvenes estudiantes del norte de Gran Canaria tienen una percepción
del estado de su forma física aceptable, tal y como sucede en otros trabajos españoles revisados
(García-Ferrando, 2006; ISTAC, 2004; Camacho et al., 2002), y siendo principalmente las chicas
a partir de los 13 años las que empiezan a tener una peor visión de su estado de forma, llegando
a no considerar como aceptable su forma física a los 18 años de edad, lo cual resulta ser
bastante realista si tenemos en cuenta el análisis general de su condición física, donde
observábamos que la precariedad de los niveles de forma física encontrados en las mujeres se

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
acentuaba a medida que pasan los años, coincidiendo con otras investigaciones similares
(Casimiro, 1999).

Probablemente, la aparición o el aumento de hábitos de vida poco saludables que se


produce a medida que avanza la adolescencia, tales como el abandono de la práctica deportiva,
mayor sedentarismo, inicio en el consumo de sustancias nocivas para la salud, etc., guarde una
estrecha relación con la percepción del estado de salud de los estudiantes del norte de Gran
Canaria, ya que a pesar de considerar en ambos géneros que su estado de salud es mejor que
el de su forma física (gráfico nº 5.24), se ha encontrado una tendencia decreciente en la
valoración que hacen tanto chicas como chicos de su estado de salud entre los 12 y los 18 años
de edad, tal y como sucede en otros estudios similares (Latorre y Herrador, 2003).

7,0
Importancia
Valoración Escala Lickert 1-7

6,5 Ejercicio Físico

6,0
Estado de Salud
5,5

5,0 Forma Física

4,5

4,0

3,5

3,0
Sedentarios Moderadamente Activos
Activos

Nivel de Actividad Físico-deportiva

Figura nº 5.24.- Relación de la percepción del estado de salud, forma física e importancia del ejercicio
físico para la salud de los adolescentes del norte de Gran Canaria, en función del grado de actividad física
que realizan.

325
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Por otro lado, a pesar de que los adolescentes grancanarios reconocen cada vez más la
importancia que tiene la actividad física para la mejora y el mantenimiento de la salud, donde ha
habido unanimidad en ambos géneros, tanto en sujetos activos como sedentarios (gráfico nº
5.24) y en todos los tramos de edad estudiados, parece que esta motivación no es suficiente
para hacer realidad una práctica de actividad física continuada que realmente pueda incidir en la
mejora de la salud del individuo, especialmente en el género femenino donde los índices de
práctica de las jóvenes grancanarias de la muestra de nuestro estudio resultan ser del todo

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
insuficientes, en consonancia con otros estudios similares (Vilchez, 2007; Wärnbeg et al., 2006;
Tercedor, 2003; Merino et al., 2006).

En este sentido y de forma muy evidente, los estudiantes sedentarios del norte de Gran
Canaria no muestran grandes expectativas para la práctica de actividad físico-deportiva de forma
regular (60 % y 52,1 % en mujeres y varones respectivamente), y a pesar de ello, estos mismos
estudiantes reconocen la importancia de la actividad física para la mejora de su salud, lo cual
nos hace pensar que las estrategias a seguir en el diseño de programas de actuación para el
fomento de la práctica deportiva en los jóvenes no deben centrarse exclusivamente en la visión
saludable de la misma, ya que este aspecto a pesar de estar muy logrado no se traduce en
aumentos de práctica física, por lo que los organismos implicados en el fomento de los hábitos
de vida saludables incluidos los Colegios e Institutos de Educación Secundaria, especialmente
desde el área de educación física, han de arbitrar nuevas vías de motivación para el fomento de
la práctica de ejercicio físico, tales como la diversión, la relación con los amigos, sin descartar
otros como la competición, el aspecto físico, etc.

No en vano, factores como el pertenecer a un equipo federado, donde entre otros


valores se suele fomentar el aspecto competitivo, eleva el porcentaje de adolescentes que afirma
tener la intención de seguir practicando ejercicio físico de adulto en casi un 30 %.

No obstante, estas divergencias entre percepciones y realidad no constituyen una


situación nueva ni exclusiva del entorno español o grancanario, ya que en varios países
europeos como Portugal o Bélgica, las personas sedentarias no consideran la necesidad de
incrementar su práctica física, mientras que en los países donde la prevalencia de personas
activas es muy alta como por ejemplo Finlandia y Suecia, muchos consideran que aún deberían
ser más activos (Piéron, 2007).

326
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Encontrar la fórmula que conduzca a la población adolescente a elevar sus hábitos


deportivos no es una cuestión sencilla, ya que en diversos estudios longitudinales llevados a
cabo en distintos países europeos (Anderssen, Wold y Torsheim, 2005; Raitakari et al., 1994;
Telama, Leskinen y Yang, 1996)6, se confirma que existe una mayor estabilidad en los sujetos
inactivos que en los activos, es decir que la tendencia de los jóvenes a quedar instaurados en
hábitos sedentarios cuando sean mayores es muy superior a la posibilidad de cambiar del estilo
de vida inactivo al activo.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
No por ello debemos ser pesimistas ya que por otro lado, existen suficientes evidencias
científicas que permiten afirmar que una mayor cantidad de actividad física practicada en la
infancia y adolescencia, crean una serie de hábitos físicos que se establecen en estas edades y
tienden a mantenerse en los primeros años de la edad adulta y en etapas posteriores (Telama et
al., 2005; Trudeau et al., 2004; Carrión, 2006; Tammelin et al., 2003; Wärnberg et al., 2006), por
lo que a pesar de que el hábito deportivo debe crearse y fomentarse desde las edades infantiles,
debemos ser especialmente cuidadosos en el paso de la niñez a la pubertad y adolescencia, ya
que se trata de una etapa donde aumenta considerablemente el abandono de la práctica
deportiva (Sallis, 2000; Currie et al., 2004; Lasheras et al., 2001), hecho que hemos confirmado
en la población adolescente del norte de Gran Canaria en general y de forma particular en
aquellos que practicaban deporte federado, donde el 21,3 % abandona su práctica en estas
edades.

Como conclusión podemos afirmar que a pesar de que tanto los estudiantes activos
como los sedentarios del norte de Gran Canaria consideran su estado de salud como aceptable,
aunque ligeramente mejor en aquellos que realizan actividad física de manera habitual, el
alumnado más sedentario reconoce estar en peor forma física que el activo. Sin embargo, ambos
grupos conceden una gran importancia a la práctica de actividad física para mantener un buen
estado de salud, lo cual no se traduce en un aumento de hábitos deportivos ni en una mayor
expectativa de práctica física en el futuro por parte de los sedentarios, manteniéndose incluso un
elevado índice de abandono de la práctica durante la adolescencia, lo que nos invita a pensar en
una modificación de las estrategias llevadas a cabo hasta ahora para el fomento de la actividad
física como uno de los pilares básicos del estado de salud y bienestar de la sociedad en general
y de los niños y jóvenes en particular.

6
Citados en Piéron, 2007.

327
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

5.5 ANÁLISIS DE LOS HÁBITOS ALIMENTICIOS DEL


ALUMNADO DE SECUNDARIA DEL NORTE DE LA
ISLA DE GRAN CANARIA Y SU RELACIÓN CON LA
ACTIVIDAD FÍSICA.
Las necesidades nutricionales y hábitos alimentarios de los jóvenes son superiores a las

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
de otras etapas de la vida (González-Gross, et al. 2003) e inherentes a los múltiples cambios
fisiológicos que se dan durante la pubertad y adolescencia, con especial relevancia cuando se
trata de una población físicamente muy activa.

Los estudiantes del norte de Gran Canaria estiman que mantienen una alimentación
aceptable, sana y equilibrada, conformándose los lácteos y derivados como el grupo de
alimentos de mayor consumo en el alumnado, en consonancia con la mayoría de estudios de
investigación relacionados con los hábitos alimenticios de los españoles (ISTAC, 2004; INE,
2005; Serra-Majem y Aranceta, 2002). También los adolescentes grancanarios prefieren
consumir grupos de alimentos como el pan, las pastas, cereales y legumbres y por otro lado las
frutas, mostrando de esta manera unos hábitos alimentarios saludables, aunque el bajo consumo
de verduras y hortalizas junto a la bollería y el abuso de sistemas de comida rápida, rompen un
adecuado equilibrio alimenticio, confirmándose que siguen estando vigentes los resultados
obtenidos en el estudio En Kid 1998-2000 (Serra-Majem y Aranceta, 2002), donde se reflejaba
que en Canarias existe una ingesta inadecuada de algunos grupos de alimentos como por
ejemplo un consumo inferior a 1 ración/día de verduras en niñas de 2-9 años, una ingesta mayor
a 1 ración/día de bollería en niñas de 6-9 años, más de 4 raciones/día de dulces en varones de
14-17 años, o los datos que ofrece la Encuesta de Salud de Canarias 2004 (ISTAC, 2004),
donde en la comarca norte de Gran Canaria el consumo diario de dulces es superior al de
verduras, hortalizas, pescado y carne. Esto pone de manifiesto que los hábitos alimenticios de
los adolescentes no son todo lo bueno que sería aconsejable, debiéndose llevar a cabo
estrategias de intervención administrativas, familiares y docentes para mejorar la alimentación de
niños y adolescentes.

Coincidiendo con Latorre y Herrador (2003), las jóvenes adolescentes entre los 16 y 18
años del norte de Gran Canaria son las que peor valoración hacen del tipo de alimentación que
realizan, lo cual puede deberse a que en estas edades son los adolescentes los que empiezan a
controlar su propia dieta, hecho que no deja de ser preocupante ya que la adquisición de unos

328
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

hábitos alimenticios inadecuados suelen mantenerse a lo largo de la vida adulta, con el


consiguiente riesgo o beneficio para la salud (Delgado et al., 1999; Serra-Majem et al., 2002),
evidenciándose que debemos mejorar nuestra intervención sobre la concienciación de una
alimentación adecuada desde edades muy tempranas, de forma que cuando llegue el momento
en que los jóvenes tengan mayor libertad de decisión opten por una alternativa alimenticia
saludable.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Por otro lado, el ser practicante asiduo de actividades físicas y deportivas está
relacionado en ambos géneros y en todos los tramos de edad estudiados con una percepción
más positiva del tipo de alimentación que realizan.

A pesar de que en estas edades se recomienda realizar 5 comidas diarias, el desayuno


merece una especial atención al quedar demostrado en distintas investigaciones su importancia
para el rendimiento físico e intelectual a lo largo del día de niñas, niños y adolescentes (Lirio,
2006; Wärnberg et al., 2006; Serra-Majem et al., 2002; Latorre y Herrador, 2003; Ballabriga y
Carrascosa, 2001). En este sentido, mientras que la práctica totalidad del alumnado de
secundaria del norte Gran Canaria almuerzan y cenan, las cifras obtenidas en los estudiantes
que no desayunan las podemos considerar como preocupantes, ya que el 15,28 % de los
adolescentes acuden a clase sin haber desayunado nada, cifras que casi doblan a las obtenidas
en el estudio enKid (Serra-Majem et al., 2000), o en la Encuesta Nacional de Salud Española del
año 2007 (INE, 2007). Esta situación afecta en mayor medida al género femenino (18,20 %,
frente al 12,3 % de los varones) y especialmente entre los 14 y 16 años coincidiendo con Latorre
y Herrador (2003) y Moreno et al. (2004), mientras que en los varones las peores cifras se dan
entre los 15 y 17 años.

La realización habitual de actividades físicas y deportivas por parte de los adolescentes


grancanarios ha resultado ser un factor influyente en el número de jóvenes que desayunan, ya
que mientras que casi el 20 % de los sedentarios no desayunan, entre los que practican deporte
la cifra se reduce al 12,5 %, siendo indicativo que los hábitos de vida saludables suelen mostrar
una relación positiva entre ellos.

Al analizar la relación que se establece entre el desayuno y PGC como uno de los
parámetros definidores de un buen estado físico, encontramos como en ambos géneros los
niveles de grasa corporal de los estudiantes grancanarios que no desayunan son
significativamente superiores a aquellos que sí lo hacen (p< 0.01), especialmente en los varones

329
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

donde el 40,2 % de los jóvenes que no desayunan presentan un PGC moderadamente alto o
muy alto, mientras que en los que sí desayunan esta cifra se reduce a un 26,2 %, en
consonancia con los resultados del estudio en Kid (Serra-Majem et al., 2000) donde se observó
como la prevalencia de obesidad en los jóvenes que no desayunaban o desayunaban poco era
superior a los que lo hacían abundantemente, siendo esta asociación más acusada en varones
que en mujeres, confirmándose en España las tendencias que se venían descubriendo en varios
países europeos y en Estados Unidos (Siega et al., 1998; Wolfe et al., 1994; Summerbell y

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
Moody, 1992). Asimismo, podemos afirmar que esta situación afecta en mayor medida a los
adolescentes sedentarios al comprobar como cerca de la mitad de los jóvenes que combinan la
falta de actividad física con el hábito de no desayunar presentan un PGC por encima del óptimo
(47,6 %).

Desde los distintos estamentos administrativos del gobierno español así como desde las
distintas autonomías, hace años que se vienen desarrollando una serie de actuaciones
destinadas al fomento de los hábitos de vida saludables, haciendo especial hincapié en los
hábitos alimenticios. De esta manera se han elaborado materiales pedagógicos sobre hábitos
alimenticios tales como La Alimentación en relación con la Salud y el Consumo (MEC, 1988) o
Aprendo a comer (Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, 1999), confeccionados
bajo un prisma interdisciplinar y para su puesta en práctica de forma directa en los centros
educativos. Parece evidente que a la vista de los resultados obtenidos en diferentes estudios
revisados (estudio en Kid 1998-2000; HBSC, 2002; Encuesta de Salud de Canarias, 2004;
Encuesta Nacional de Salud de España, 2006) este tipo de intervenciones no ha dado los frutos
esperados, probablemente debido a que se afrontaba la posible solución del problema casi
exclusivamente desde un sólo ámbito, el escolar.

Las últimas tendencias en las propuestas que se están llevando a cabo desde los
distintos organismos y entidades públicas (SENC, SEEDO, AESAN, …) desembocan en
actuaciones tales como la Estrategia NAOS o el Programa PERSEO a nivel nacional, o el
Proyecto Delta en Canarias, que apuestan por ampliar los ámbitos de intervención,
considerando como prioritarios el ámbito familiar y el comunitario, además del escolar, y
haciendo partícipes de sus actuaciones no sólo al profesorado y alumnado sino a otros
colectivos específicos tales como madres, padres y responsables de la alimentación infantil
(comedores escolares), profesionales sanitarios y sociales, empresas e industrias alimentarias,
informadores y medios de comunicación social, clubes e instituciones deportivas, etc.

330
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Aunque todavía es pronto para poder comprobar los resultados de estas intervenciones,
creemos que esta debe ser la línea a seguir, sobre todo si se trabaja desde la coordinación de
los diferentes organismos implicados, ya que de lo que sí estamos seguros es de que el
deterioro de los hábitos alimenticios que ha ido experimentando nuestra sociedad en las últimas
décadas no se corrige sólo y exclusivamente desde la escuela.

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5.6 OTROS HÁBITOS DE VIDA Y ACTIVIDADES
REALIZADAS EN EL TIEMPO LIBRE DE LOS
ADOLESCENTES Y SU RELACIÓN CON LA
ACTIVIDAD FÍSICA.

Además de la práctica de actividades físico-deportivas y adecuados hábitos alimenticios,


existen otros hábitos que podrían tener un importante peso específico en el bienestar y calidad
de vida. Así, las horas diarias de descanso, el tipo y tiempo dedicado a actividades de ocio o el
consumo sustancias nocivas para la salud, son aspectos que van a tener una incidencia directa
en la salud y calidad de vida de los ciudadanos, especialmente cuando hablamos de niños, niñas
y adolescentes, por su repercusión sobre su salud actual y futura, además de ser unas edades
claves en la consolidación de hábitos de vida para la edad adulta (Wärnberg et al., 2006; Merino
et al., 2006; Telama et al., 2005; Carrión, 2006; Trudeau et al., 2004; Tammelin et al., 2003).

En general los jóvenes del norte de Gran Canaria duermen diariamente alrededor de
ocho horas y media, siendo un tiempo que entra en el rango aceptable de las horas de sueño
recomendadas, apreciándose como el tiempo diario dedicado a dormir va disminuyendo en
ambos géneros a medida que se avanza en edad, de forma que entre los 12 y 18 años se reduce
en casi 50 minutos el tiempo de sueño diario, siendo esta diferencia más acusada en las
mujeres, y estando todo ello en consonancia con otros estudios epidemiológicos españoles
(Encuesta de Salud de Canarias, 2004; Estudio en Kid, 1998-2000; Encuesta Nacional de Salud,
2003).

La práctica habitual de actividades físicas y deportivas conlleva un gasto energético


superior que debe equilibrarse además de con una mayor ingesta calórica, con un descanso

331
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

adecuado a los requerimientos físicos de los adolescentes, tal y como se observa en los varones
activos del norte de Gran Canaria que dedican cerca de 30 minutos más al día para dormir que
sus homólogos sedentarios, mientras que en las mujeres apenas se observan diferencias entre
las activas y las sedentarias.

Por otro lado, los adolescentes del norte de Gran Canaria dedican diariamente algo más
de dos horas y media a actividades lúdicas o de entretenimiento de carácter sedentario tales

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
como ver la televisión, jugar con videoconsolas o pasatiempos de ordenador, siendo inferior a lo
observado en otros estudios similares (estudio en Kid 1998-2000, HBSC study, 2002)
especialmente en el caso los varones. No obstante, en las mujeres se aprecia un mayor tiempo
dedicado al consumo de pasatiempos sedentarios en los últimos años, lo cual unido a la escasa
actividad física que realizan consolida al sector puberal y adolescente femenino como uno de los
ejes prioritarios en la intervención de los organismos encargados del fomento de hábitos de vida
saludables. A pesar de ello, el tiempo dedicado por los jóvenes grancanarios a las actividades
lúdicas-sedentarias siguen las tendencias nacionales e internacionales (Currie et al., 2004;
Moreno et al., 2004), siendo a los 14 años la edad en la que dedican mayor tiempo a ver la
televisión en la adolescencia.

Como cabía esperar, aquellos adolescentes que dedican más tiempo a la práctica
deportiva disponen de menos tiempo para ver la televisión, jugar con videoconsolas y para otras
actividades de ocio de tipo sedentario, lo cual les conduce a un consumo más moderado y
responsable de estas formas de pasatiempos, y como consecuencia, en los adolescentes
sedentarios se incrementa en media hora el tiempo dedicado a este tipo de entretenimientos
pasivos.

Dado que, como repetidamente se ha venido manifestando, la adolescencia es la edad


más propicia para la adquisición de hábitos saludables, es lógico pensar que también los hábitos
insalubres pueden ser adquiridos con mucha facilidad en estas edades, y que la adherencia a
este tipo de conductas tienen en esta etapa su momento más importante. De hecho, hay
diversos estudios españoles que coinciden en señalar que las edades comprendidas entre los 14
y 16 años son determinantes en la aparición y afianzamiento del tabaquismo y el consumo de
bebidas alcohólicas, entre otras prácticas nocivas para la salud (Encuesta sobre Drogas a la
Población Escolar de Canarias de 2006; Encuesta Canaria de Salud, 2004; Moreno et al., 2004;
Latorre y Herrador, 2003; Camacho et al., 2002; Ramos, 2007).

332
CAPÍTULO V ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

De esta forma y coincidiendo con otros estudios revisados (Encuesta sobre Drogas a la
Población Escolar de Canarias de 2006, Moreno et al., 2004; Latorre y Herrador, 2003;
Rodríguez, 2003; Camacho et al., 2002; Guallar, 1999) se observa como en los estudiantes del
norte de Gran Canaria el consumo de las sustancias nocivas más habituales entre los
adolescentes como el alcohol y el tabaco, aumenta conjuntamente con la edad, siendo más
consumidoras las mujeres a la edad de 15 y 16 años y los varones entre los 17 y 18 años,
debiéndose probablemente a que las chicas tienden a madurar antes y les surge de forma

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
precoz la sensación de querer sentirse mayor, utilizando para ello la adopción de costumbres y
roles socialmente reconocidos como de adultos pero de malas consecuencias para su salud
actual y futura.

La práctica habitual de actividades físicas y deportivas en los estudiantes del norte de


Gran Canaria está relacionada en los varones con un menor consumo de sustancias nocivas
para la salud, no observándose esta misma relación en el caso de las mujeres, lo cual unido al
aumento en los últimos años de consumo de sustancias nocivas por parte de las adolescentes
canarias agudiza aún más la problemática en que se encuentran estas jóvenes de cara a mejorar
su estilo de vida, evidenciándose nuevamente la premura de una intervención multifactorial y
coordinada en este sentido desde los distintos organismos y estamentos de la sociedad
involucrados en la promoción de hábitos de vida saludables..

En otro orden de cosas, podría pensarse que aquellos adolescentes que dedican parte
de su tiempo libre a ayudar a sus padres o familiares en las labores domésticas o profesionales,
dispondrán de menos tiempo para realizar actividades físicas y deportivas.

En este sentido, los resultados obtenidos en nuestra investigación indican que existe un
25 % de jóvenes estudiantes que dicen simultanear los estudios con otras actividades
ocupacionales, especialmente las relacionadas con las labores domésticas en el caso de las
mujeres, y en los varones con aquellas referidas a la agricultura, y la ayuda en la construcción o
en comercios. Sin embargo, el porcentaje de sujetos activos que realizan este tipo de tareas es
superior al de sedentarios (26% y 18,5% respectivamente), lo cual viene a confirmar que dedicar
una parte del tiempo libre a otras labores de ayuda doméstica o profesionales generalmente no
debe suponer un impedimento para encontrar el espacio horario que permita dedicar un espacio
horario a la práctica de actividad físico-deportiva.

333
DE
CAPÍTULO VI

INVESTIGACIÓN
CONCLUSIONES Y
LÍNEAS FUTURAS

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CAPÍTULO VI CONCLUSIONES

VI

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E n la presente investigación, hemos querido conocer el estado en que se encuentra
la condición física de los estudiantes de secundaria de los municipios
pertenecientes a la Mancomunidad del Norte de la Isla de Gran Canaria (Canarias, España) y su
relación con los hábitos de vida de dichos adolescentes, partiendo del análisis de su rendimiento
físico y de sus características antropométricas, y por otro lado, ahondando en el conocimiento
del grado de práctica de actividad físico-deportiva y de distintos aspectos relativos a otros
hábitos de vida, actitudes y salud corporal.

Las conclusiones de esta investigación se han agrupado de acuerdo a los objetivos


planteados en el presente trabajo, es decir, en relación al rendimiento físico de los adolescentes
así como de sus aspectos antropométricos, características de las prácticas de actividad físico-
deportiva habituales de los estudiantes, estado de salud y actitud ante la actividad físico-
deportiva que realizan, sus hábitos alimenticios, y de otros hábitos de vida y actividades de
ocupación del tiempo libre, con el propósito de proyectar dichas conclusiones como importantes
evidencias para el análisis y mejora de la Educación Física dentro del sistema educativo y
deportivo.

1ª. Los estudiantes del norte de Gran Canaria muestran un nivel de rendimiento en sus
capacidades físicas dentro de los rangos de normalidad establecidos en estudios de cohortes
similares, especialmente en el caso de los varones, mientras que las mujeres no llegan a
alcanzar un desarrollo óptimo de la condición física con respecto a la salud.

2ª. Los jóvenes activos presentan un mejor rendimiento físico que los sedentarios, y por el
contrario, aquellos sujetos que no practican más de tres días semanales no obtienen una mejoría

337
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

relevante en su condición física, lo que evidencia que la práctica de actividad física y deportiva
realizada de forma sistemática, con la adecuada duración e intensidad es la que nos conduce a
la obtención de beneficios saludables, hecho que se constata de forma especial en el desarrollo
y niveles de rendimiento mostrados en las capacidades físicas de los varones.

3ª. A medida que aumenta la edad de los jóvenes, la condición física evoluciona de forma
gradual y progresiva, siendo las diferencias entre géneros menores a los 12 años que a los 17

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años de edad donde los niveles de rendimiento tienden a estabilizarse, especialmente en las
capacidades de velocidad y fuerza muscular.

4ª. La capacidad de resistencia aeróbica de los varones de secundaria del norte de Gran Canaria
ofrece resultados que sin ser buenos están dentro de los valores normales de la población
española, mientras que las mujeres se encuentran bastante por debajo de las referencias más
recientes.

5ª. El logro de un rendimiento óptimo en el desarrollo de las capacidades físicas de los


estudiantes de educación secundaria referidas a la movilidad, la fuerza-resistencia de la
musculatura abdominal o la fuerza de prensión manual, requiere que se aborde la práctica de
actividades físicas que integren ejercicios específicos dirigidos a su desarrollo.

6ª. La pubertad y adolescencia se confirman como un periodo sensible y propicio para la mejora
de los niveles de rendimiento en las capacidades de velocidad y fuerza muscular.

7ª. En las mujeres de secundaria de la comarca norte de Gran Canaria, la capacidad física de la
flexibilidad o movilidad presenta mejores niveles de rendimiento que en sus homólogos
varones, y a pesar del carácter involutivo de esta capacidad, en los dos géneros se aprecia que
el periodo de la pubertad-adolescencia no supone necesariamente un retroceso o estancamiento
en su desarrollo.

8ª. La incidencia de sobrepeso y obesidad en los estudiantes de secundaria del norte de Gran
Canaria es del 28,22 %, y se detectan índices crecientes de obesidad que se van instalando en
edades cada vez más tempranas dentro de la sociedad canaria, corroborándose por otro lado
como en los adolescentes varones del norte de Gran Canaria, la realización de tres días
semanales de actividades físicas y deportivas además de la educación física escolar, se traduce
en una disminución manifiesta de los índices de adiposidad, no sucediendo lo mismo en el caso
de las mujeres.

338
CAPÍTULO VI CONCLUSIONES

9ª. Los jóvenes del norte de Gran Canaria practican menos actividad física de forma habitual a
medida que van cumpliendo más edad, aunque en el caso de los hombres podemos
considerarlos como una población bastante activa (81,4 %). Por su parte, el grado de práctica de
actividades físicas de las mujeres adolescentes es en general muy reducido lo que evidencia una
falta de interés y motivación por el deporte (46,9 %), dando lugar a una baja condición física en
general, e incluso las jóvenes más activas no obtienen los niveles de mejoría deseados,
probablemente debido a que los niveles de intensidad y duración en la realización de su práctica

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físico-deportiva no son los adecuados.

10ª. Los estudiantes de secundaria del norte de Gran Canaria muestran similares preferencias
que el resto de los españoles a la hora de elegir la actividad físico-deportiva a realizar, con una
clarísima predominancia del fútbol en el caso de los varones y un equilibrio importante en las
mujeres entre actividades como la natación, las relacionadas con la danza o el baile y el fútbol.

11ª. Cerca del 50 % de los estudiantes varones del norte grancanario practican deporte de
competición organizado por las federaciones deportivas, mientras que tan solo el 11,8 % de las
mujeres tienen licencia federativa, siendo estas edades un periodo crítico y proclive para el
abandono de la práctica deportiva competitiva.

12ª. Los adolescentes perciben su estado de salud de forma satisfactoria y valoran el efecto de
la práctica de actividades físicas sobre la mejora de su salud, no obstante aquellos adolescentes
que mantienen actitudes sedentarias en su vida cotidiana suelen mostrar una actitud de rechazo
o bajas expectativas a hacia la práctica deportiva, sin manifestar firmes deseos de modificar este
hábito de vida sedentario en el futuro, y por el contrario aquellos estudiantes que están adscritos
a alguna federación deportiva afirman positivamente su intención de seguir practicando ejercicio
físico cuando sean adultos, mostrando una mayor adherencia a la práctica deportiva.

13ª. Los estudiantes del norte de Gran Canaria perciben que su alimentación es sana y
equilibrada, aunque predomina el consumo de productos lácteos por encima de otros grupos de
alimentos, y además el 15,28 % de los adolescentes ha perdido el hábito de desayunar,
principalmente en el caso de las mujeres, relacionándose este hecho con unos valores más
elevados de adiposidad sobre todo en los sujetos sedentarios; mientras que por el contrario el
ser practicante asiduo de actividades físicas y deportivas ha resultado ser un factor influyente en
el aumento del número de jóvenes que desayunan, siendo indicativo de que los deportistas
mantienen una organización de las comidas más racional y ordenada.

339
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

14ª. Las dos sesiones semanales de Educación Física que actualmente recoge el currículo de la
Educación Secundaria son insuficientes para mejorar la condición física de los estudiantes,
siendo poco viable en la mayoría de los casos alcanzar los objetivos académicos oficialmente
establecidos, y principalmente, aquellos referidos a incrementar sus posibilidades de rendimiento
motor mediante el acondicionamiento de las capacidades físicas.

15ª. Los proyectos y actuaciones destinadas al fomento de hábitos de vida saludables tales

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
como la práctica de actividad física y deportiva, no se deben centrar única y exclusivamente en el
ámbito escolar sino en unas estrategias de trabajo conjuntas con el ámbito familiar y el
comunitario, siempre desde la coordinación de los distintos organismos administrativos
implicados e incidiendo desde edades muy tempranas, de forma que cuando los jóvenes tengan
mayor libertad de decisión opten por alternativas de vida más saludables.

16ª. La población adolescente femenina del norte de Gran Canaria merece una atención especial
en el diseño de actuaciones para el fomento de hábitos de vida saludables como la práctica de
actividad físico-deportiva, por lo que resulta de gran importancia promover una práctica
deportiva que sea integradora tanto para chicos como para chicas fomentando en todo momento
la igualdad de oportunidades entre géneros.

LÍNEAS FUTURAS DE INVESTIGACIÓN


En el presente estudio hemos tratado de acotar el amplio espectro investigador que el
tema tratado suscitaba, de forma que nuestra inquietud investigadora no nos desviase del objeto
de estudio previamente planteado, ya que somos conscientes de que la rigurosidad en una
investigación suele estar reñida con proyectos excesivamente ambiciosos, especialmente
cuando se dispone de unos medios limitados.

No obstante, hemos de reconocer que las numerosas variables estudiadas, podrían


convertirse por separado en distintos trabajos de investigación, lo cual nos ofrece la posibilidad
de profundizar en nuevas hipótesis de trabajo.

Por otro lado, estudios como el que hemos desarrollado debe servir de incentivo para
continuar ampliando el abanico de posibilidades de investigación que la realidad social de
nuestros jóvenes nos ofrece, de forma que el mayor grado de conocimiento que vayamos
adquiriendo desde los diferentes trabajos nos sirva de soporte para abrir futuras líneas de

340
CAPÍTULO VI CONCLUSIONES

investigación que traten de seguir profundizando y buscando propuestas de actuación que traten
de corregir aquellos aspectos negativos encontrados así como el refuerzo de los positivos.

Entre las distintas perspectivas de investigación futura, creemos conveniente abordar los
siguientes aspectos entre otros:

- Actualmente, la valoración de la condición física de los adolescentes implica una adecuada


interpretación global de numerosos parámetros motrices, fisiológicos y antropométricos, por lo

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008
que se hace necesario profundizar en el diseño y estudio de pruebas para la valoración de la
condición física de niños y adolescentes, conducente a la elaboración y propuesta de un índice
simplificado que sea capaz de unificar en un solo valor el estado de la condición física de los
sujetos, lo que nos facilitaría tener una referencia global sobre la capacidad física en relación a la
salud.

- Profundizar en la realización de estudios longitudinales sobre los parámetros definidores de la


condición física de los jóvenes y la relación que se establece con sus hábitos de vida, con la
finalidad de conocer con mayor precisión y fiabilidad la evolución de la condición física a lo largo
del crecimiento y desarrollo, y de esta forma consolidar y completar el conocimiento de una
realidad puntual que nos aportan los estudios transversales.

- La falta de consenso en la comunidad científica a la hora de definir criterios unificados para la


valoración del sobrepeso y la obesidad de niños y adolescentes en función del PGC, dificulta en
gran medida el análisis y la comparación de los resultados obtenidos en investigaciones
realizadas en distintas poblaciones, por lo que dada la creciente importancia que está
adquiriendo la prevención de la obesidad infantil y juvenil en las sociedades desarrolladas, se
debe hacer un esfuerzo por llegar a consensos en la tipificación de la valoración del PGC en los
niños y adolescentes que permitan su correcta interpretación.

- A pesar de que en el currículum de la asignatura de EF se abordan los contenidos relacionados


con la condición física, higiene de vida y salud de los escolares y jóvenes estudiantes, parece no
ser suficiente para mejorar los hábitos de vida de los adolescentes, por lo que se hace necesario
que se elaboren nuevas propuestas curriculares interdisciplinares o de carácter transversal
debidamente contextualizadas y que traten de paliar el escaso tiempo de que disponen los
centros educativos para el desarrollo de este tipo de contenidos, especialmente en el área de
educación física.

341
ORLANDO HERNÁNDEZ DE VERA TESIS DOCTORAL

- El aumento del nivel de sedentarismo de los jóvenes, especialmente en el caso de las mujeres,
demanda la propuesta de líneas de intervención coherentes con la realidad social actual que
guíen el desarrollo de proyectos de fomento de la actividad físico-deportiva, y que sean capaces
de atraer a un mayor número de jóvenes practicantes y lograr una mayor adherencia a la
práctica deportiva.

© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008

342
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