El Curado Del Tabaco Tipo Virginia 2000
El Curado Del Tabaco Tipo Virginia 2000
El Curado Del Tabaco Tipo Virginia 2000
Sumario
➜ 1 INTRODUCCION . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 3
4 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Introducción ➜ 1
E
sta publicación tiene como objetivo principal el de servir de ayuda a los cultivado-
res de tabaco virginia o flue-cured para perfeccionar y mejorar sus practicas de pro-
ducción en lo que se refiere al curado.
No pretende en modo alguno recoger todas las cuestiones teóricas y prácticas del cu-
rado del tabaco, siendo su orientación eminentemente práctica. No obstante, conviene
clarificar algunos conceptos que son imprescindibles para entender el curado como com-
binación de técnica y arte, y por ello ha sido necesario recurrir a algunas explicaciones de
carácter más técnico. Concretamente, explicaciones sobre las relaciones de humedad y
temperatura en el aire que empleamos para curar el tabaco.
Los aspectos que aquí se desarrollan no son una recopilación de lo tratado en las prin-
cipales publicaciones, que de forma amplia se han realizado sobre el cultivo y curado del
tabaco Flue-cured. Tienen más que ver con las experiencias transmitidas por los agricul-
tores de tabaco, por los técnicos que trabajan en este sector y por las propias experiencias
personales en el curado del tabaco.
Aunque se viene considerando el curado como algo mágico o un arte del dominio de
unos pocos, es cierto que tiene algo de arte, pero por supuesto, mucho de técnica. Los con-
ceptos técnicos a manejar no son muchos,pero sí importantes.Estos se pueden resumir en:
➜ Tratamiento de la hoja de tabaco como un ser vivo que reacciona a los cambios
ambientales.
➜ Conocimiento de las relaciones entre temperatura y humedad del aire.
➜ Conocimiento de la maquinaria de curado y su comportamiento en las diferentes
condiciones ambientales.
La idea clave de todo el proceso es que curar no significa simplemente secar. Tampo-
co puede considerarse el curado como una serie de trucos para mejorar el aspecto exter-
no del tabaco. Mediante el curado se puede mantener la calidad del tabaco que viene del
campo e incluso mejorarla.
Se podría definir el curado del tabaco de muchas maneras, pero para una mejor com-
prensión podríamos emplear la siguiente:
"Curar es secar el tabaco a un ritmo tal que permita obtener la máxima calidad
potencial de dicho tabaco"
En las siguientes líneas se tratará de dar explicaciones claras a estas ideas, aplicándo-
las a las condiciones de cultivo de España.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 5
6 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Los elementos del curado ➜ 2
La hoja de tabaco
2.1
E
s el material sobre el que se va a trabajar, la calidad de la hoja en el campo es quien
condiciona el resultado final del curado. Antes de fijar qué programa de recolec-
ción y que curado se debe seguir, es preciso conocer cuáles son las características
idóneas de la hoja a recolectar.
La hoja de tabaco es el elemento vivo del proceso. Permanece viva durante gran par-
te del mismo y reacciona ante los cambios ambientales que se suceden en el curado.
Aunque todas las características deseables del tabaco pueden resumirse en el concepto
de madurez, vamos a ver como influyen en el curado determinadas características de las
hojas.
■ Estructura:
La hoja de tabaco tiene unas aberturas o poros llamados estomas que le per-
miten el intercambio de gases y líquidos con el exterior. A través de estos po-
ros, la hoja toma o desprende oxigeno y anhídrido carbónico, también absor-
be o evapora agua según sus necesidades.
La mayoría de las reacciones que tienen lugar durante el curado requieren oxígeno y
evaporación de agua.
Si los poros están cerrados no se producen las transformaciones químicas necesarias
y por tanto, no se realiza un secado de forma correcta. La estructura de la hoja se cierra
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 7
cuando el tabaco ha sufrido algún estrés en el campo. Los principales motivos por los
que la hoja se cierra es por desequilibrio entre la parte aérea y la raíz. Todo aquello que
afecta de forma negativa al desarrollo radicular tiene efectos negativos sobre la estruc-
tura de la hoja; por ejemplo: destrucción del sistema radicular por ataques de nemato-
dos y hongos de cuello, pérdida del sistema radicular por asfixia provocada por exceso
de riego o marchitamiento por falta de riego.
La hoja recolectada en estas condiciones es difícil de curar y su calidad nunca será
buena. Sin embargo, se puede mejorar algo la calidad siguiendo un programa de curado
que permita abrir la estructura de la hoja. Para que la hoja reaccione abriendo los poros
es necesario mantener condiciones de alta humedad al inicio del curado e iniciar la su-
bida de temperatura en el amarilleo, pero no más rápido de 0,5ºC por hora. Aún así, no
se puede garantizar una mejora apreciable de la calidad.
➜ Color y uniformidad:
Determinadas características ligadas a la madurez influyen en la duración de las distintas fa-
ses, obligando a modificar las condiciones de curado, especialmente el amarilleo.
Estas características de la hoja son el resultado de las técnicas de cultivo que se ha-
yan seguido durante el ciclo de producción. Aunque este aspecto pudiera ser motivo de
una amplia exposición, daremos unas ideas generales.
Cuando el cultivo se produce en unas condiciones de falta de agua generalizada, el
desarrollo de la planta es más corto y más lento. En consecuencia, la hoja adquiere más
cuerpo, pero cierra su estructura. Por ello, debemos intentar abrir sus poros en el curado,
con unas condiciones de alta humedad relativa y temperatura ligeramente más baja, con
lo que se alargará el amarilleo. Sin embargo, si se cura bien, este tabaco puede tener más
intensidad de color.
8 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Cuando por el contrario, el tabaco crece en condiciones de altas temperaturas y riegos y
fertilización abundantes,el desarrollo es muy rápido.Las hojas bajeras van a ser grandes y fi-
nas. El curado de estas hojas va a ser muy difícil, con grandes pérdidas de peso y de calidad
por escaldamiento, ya que el tabaco va a estar verde pero no tiene el cuerpo necesario para
soportar las condiciones de humedad y temperatura en el amarilleo. Esta situación puede
agravarse por la necesidad de despuntar alto debido al gran desarrollo de la planta.
No obstante, el tabaco de los pisos más altos puede ser de una calidad excepcional,
que desgraciadamente no compensará las pérdidas de peso y calidad sufridas en las ho-
jas inferiores.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 9
■ No intentar bajar rápidamente la humedad relativa. La apertura continua de
las trampillas, con entrada de aire frío, enfriará el tabaco y se producirán con-
densaciones. Además de perjudicar a la calidad se despilfarrará combustible.
■ Programar los cambios de fase para que tengan lugar durante las mañanas.
Conviene no cambiar de fase en la noche. Por dos motivos, uno de ellos es
que no vemos cómo reacciona el tabaco a los cambios realizados y otro por
que el aire frío de la noche aumenta el riesgo de condensaciones.
2.3 El secadero
E
l secadero es la maquinaria que interviene en el proceso de curado y tiene una gran
importancia en el resultado final del mismo. Su construcción y diseño es muy va-
riada y su descripción se sale del objeto de esta publicación. Sin embargo daremos
algunas indicaciones prácticas sobre cuestiones de diseño y de mantenimiento sobre las
que el cultivador puede incidir para mejorar el curado.
10 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
■ El aislamiento:
tiene por objetivo el re-
ducir las pérdidas de ca-
lor a través de paredes,
suelo y techo del secade-
ro. Cuanto más eficaz sea
dicho aislamiento, mayor
será el ahorro energéti-
co. En cualquier caso,
conviene que el aislante
esté protegido para evi-
tar su desprendimiento y
pegado a las hojas por
su toxicidad.
El aislante debe estar protegido para evitar
■ La hermeticidad:
desprendimientos del mismo que harían
el tabaco no comercializable.
se refiere a las uniones
entre elementos del seca-
dero y que se traducen en posibles fugas de aire. Estas fugas de aire significan
una pérdida de calor, un mayor consumo de energía y una pérdida de eficien-
cia en el curado.
Se debe vigilar la correcta unión de todos los elementos que integran el se-
cadero y en especial, el cierre de puertas y de trampillas. Estos son, con fre-
cuencia, los puntos donde se localizan las fugas más importantes.
■ Capacidad de ventilación:
El secadero tiene que estar diseñado para ser capaz de proporcionar la venti-
lación suficiente para que el aire atraviese la masa de tabaco. Tiene que ver
con la potencia de los
motores, el tipo de Asegúrese de que las correas transmiten
adecuadamente la potencia al ventilador.
ventiladores y sobre
todo, con la correcta
transmisión de la po-
tencia de los motores a
los ventiladores, es de-
cir con el número y tipo
de correas y poleas em-
pleadas. Con mucha
frecuencia se da la cir-
cunstancia de que un
secadero dispone de
unos motores y ventila-
dores perfectamente
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 11
dimensionados para las necesidades de curado previstas y sin embargo, las
correas o poleas no son las adecuadas. Esto se traduce en problemas de que
las correas patinan y el aire no tiene la suficiente presión.
12 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Si no se tiene experiencia en este mantenimiento, es preferible recurrir a los servicios
de un profesional para realizar la oportuna "puesta a punto".
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 13
Tabla de valores de humedad psicométricos
Diferencia de grados entre el termómetro seco y el húmedo
T.
Seca 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 22 24 26 28 30
32 93 86 80 72 66 60 54 50 44 39 33 29 24 20 15 11 8 4 2 1
34 93 86 80 73 67 62 56 51 46 41 36 32 27 23 19 15 11 8 4 2
36 93 87 80 74 69 63 58 53 47 43 37 34 30 26 22 18 14 11 8 4
38 93 87 81 75 70 64 60 54 50 45 40 36 32 28 24 21 17 14 10 7 1 0
40 93 87 82 76 70 65 61 56 51 45 42 38 34 30 27 23 20 16 13 10 2 1
42 93 88 82 77 71 66 62 57 52 48 44 40 36 32 29 25 22 19 16 13 7 2
44 94 88 83 77 72 67 62 58 53 49 45 41 38 34 31 27 24 21 18 15 10 4 2
46 94 88 83 78 73 68 63 59 55 51 47 43 39 36 33 29 26 23 20 17 12 7 5 2
48 94 89 84 79 74 69 64 60 56 52 48 44 40 37 34 31 28 25 22 19 14 9 6 3
50 95 89 84 79 74 70 65 61 57 53 49 46 42 39 36 33 30 27 24 21 16 12 7 3
55 95 90 85 79 74 71 67 63 59 55 52 48 45 42 39 36 33 30 28 25 21 16 14 10 7
60 95 90 85 80 76 73 69 65 61 57 54 51 48 45 42 39 36 33 31 27 24 20 17 14 11
65 95 91 86 81 77 74 70 67 63 60 56 53 50 47 44 42 39 36 34 32 27 23 21 18 15
70 95 91 87 82 78 75 72 68 65 62 58 55 52 50 47 44 42 40 37 35 30 26 24 22 19
75 95 92 88 83 80 76 73 69 66 63 60 57 52 51 48 46 43 41 39 37 32 28 26 24 21
Este fenómeno ha sido utilizado El psicrómetro nos da una lectura de las condiciones de
humedad y temperatura en un punto del secadero.
por algunos fabricantes de secade-
ros para el control de la humedad,
como es el caso del sistema Delta T.
La diferencia entre la temperatura
del aire al entrar en el secadero y la
temperatura del aire al salir del seca-
dero nos indica la velocidad con que
se seca el tabaco. Cuanto mayor es
esta diferencia más rápido se está se-
cando el tabaco. Correctamente co-
locados puede ser un buen sistema
de control del curado.
➜ Empleo de sondas:
Para el control automatizado de la
temperatura y de la humedad, los fa-
bricantes de secaderos han dispues-
to diferentes tipos de sondas en el
secadero.
La mayor dificultad estriba en la
medición de la humedad relativa.
Para ello se emplean sondas electrónicas o sondas con mecha. Estas últimas se basan en el
mismo fenómeno que utiliza el psicrómetro. Cuentan con un depósito de agua que hume-
dece una mecha que evapora agua y enfría un termómetro.
Sin embargo este tipo de sondas ha provocado no pocos errores en la medición de la
14 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
humedad ya que las mechas tienen que es- Los controles automáticos deben ser
comprobados para ser reflejo de las
tar perfectamente ajustadas, deben reem-
condiciones reinantes en el interior del secadero.
plazarse cada una o dos hornadas ya que se
ensucian, y no marcan la humedad con la
exactitud requerida.
Actualmente existen sondas electrónicas
altamente fiables que son preferibles a las
sondas de mecha. El único cuidado que re-
quieren es el calibrado para que sean fiel re-
flejo de las condiciones de humedad en el
interior del secadero. Estas sondas electróni-
cas presentan menos problemas de mante-
nimiento.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 15
16 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Aspectos previos al curado ➜ 3
La madurez en la recolección
3.1
E
s el primer paso en la obtención del tabaco curado, ya que de alguna forma, el cu-
rado es una continuación controlada del proceso de maduración de la hoja.
■ Color de la hoja:
Debe ser de verde
amarillento a verde
manzana. El color
verde oscuro indica
exceso de nitrógeno
y es recomendable
que la hoja perma-
nezca más tiempo en
el campo.
■ Color de la vena
principal:
Debe ser blanco has-
ta un 70 – 75% de su
longitud.
■ Posición de la hoja:
Debe estar orienta-
da horizontalmente
hacia el centro del
surco. La hoja que
está en posición ver-
tical está falta de
madurez. La hoja
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 17
La hoja de tabaco fisiológicamente madura tiende a caer hacia el surco.
18 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
➜ No obstante el ritmo de maduración varía con la posición foliar de la hoja. Un
modelo bastante aproximado del ritmo de recolección /maduración para
plantas con 20-22 hojas útiles sería:
■ Hojas bajeras (tipo P): Son hojas de aspecto liso, pequeñas y redondeadas.
Normalmente, en número de 2-3, tienen tendencia a secarse o a pasarse rá-
pidamente de madurez con lo que tienen poco peso. Si están enteras deben
recolectarse justo en el momento del despunte o no ser recogidas.
■ Hojas bajeras de 2ª recolección (tipo x):
Son hojas de aspecto más rugoso, con más grano, algo más grandes y algo
más picudas. Normalmente, en número de 3, están maduras a la semana o
diez días después del despunte.
■ Hojas medio-bajas (tipo C):
Son hojas más grandes, de aspecto redondeado, de aspecto liso o semirugo-
so dependiendo del grado de madurez. Normalmente, en número de 6 a 7, al-
canzan su madurez
plena a los 30-35 días
El agua depositada sobre la hoja provoca
después del despunte. ennegreciemiento y pudriciones indeseables.
■ Hojas altas (tipo B): En este caso es por condensaciones sobre la puerta.
Son hojas grandes,
algo más estrechas
que las de la posición
foliar anterior, el aspec-
to es más rugoso y tie-
nen más peso. Normal-
mente, en número de
8-9, alcanzan su madu-
rez idónea a los 60-70
días después del des-
punte.
■ Hojas punteras
(tipo T):
Son hojas más peque-
ñas y estrechas que las
de tipo B y son el resul-
tado de un despunte
algo más alto de lo de-
seable. Normalmente,
en número de 4-5, al-
canzan su madurez de
recolección a los 70-
80 días después del
despunte.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 19
Si consideramos que no se deben mezclar diferentes pisos foliares en una misma re-
cogida para no dañar la calidad del tabaco, es necesario realizar un mínimo de 4 reco-
lecciones de 3, 6, 8 y 4 hojas respectivamente, siendo deseable llegar a cinco recoleccio-
nes con una media de 4 hojas por pasada para completar la recolección de las plantas.
Momento de la Recolección
Si es posible, es recomendable recolectar cuando el tabaco está libre de rocío y mantie-
ne su grado de humedad interno adecuado.
La recolección de tabaco mustio o lacio puede ocasionar problemas de sobrecarga
del secadero, así como falta de la humedad necesaria para el amarilleo. Por el contrario,
la recolección de tabaco mojado con rocío provoca defectos en el curado.
Por ello, es deseable recolectar por la mañana cuando ha desaparecido el rocío.
N
o debemos dejar pasar por alto La recolección de tabaco con diferente grado de madu-
rez dificultará la obtención de tabaco de calidad.
la influencia que tienen sobre el
curado algunas cuestiones im-
portantes como son: la uniformidad del
tabaco y las variedades cultivadas.
El curado del tabaco conlleva tomar
decisiones sobre las condiciones y du-
ración de las distintas fases de curado.
Cuanto más uniforme sea el tabaco,
más fácil será tomar esas decisiones. Si
por el contrario, en un mismo secadero
tenemos tabaco de diferente piso foliar
o con un grado de madurez muy dife-
rente, será imposible obtener un tabaco
de calidad rentable. Así, cuando una
parte del secadero necesite un cambio
de fase, nos encontraremos con que
otra parte aún necesita más tiempo.
Obtendremos tabacos con un grado de
calidad muy diferente, con mezclas, que
exigirán una mayor selección y sin
duda, con un mayor porcentaje de ta-
baco de baja calidad.
20 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
➜ Aunque el objeto de este manual es el curado de tabaco, damos a conti-
nuación una descripción rápida de factores de producción que influyen en la uni-
formidad:
No todos estos factores tienen un valor determinante, pero con mucha frecuencia
se suman los efectos negativos con el consiguiente descenso de la uniformidad en la
recolección.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 21
3.3 La capacidad de curado
E
s un factor limitante de la calidad final del tabaco curado.Hay que tener en cuenta que
el noventa por ciento del tabaco de una explotación debería ser recolectado en 60/70
días. El período deseable está comprendido entre el 15 de Agosto y el 25 de Octubre.
Esto no quiere decir que no se pueda recolectar posteriormente a esta fecha, pero se puede
tener pérdida de peso y riesgo de heladas.
Si tenemos en cuenta que una hornada requiere una media de 7/8 días, un secadero
puede hacer de 8 a 9 hornadas por campaña. Si el peso medio de una hornada de un seca-
dero de 96 bandejas es de 800 kg., la capacidad de curado óptima de un secadero de 96
bandejas es de 7.000 u 8.000 kilos de tabaco.
Cuando la capacidad de curado no es suficiente, el tabaco se recolectará inmaduro al
principio y sobremaduro o pasado al final de la cosecha. Además, se tenderá a acelerar el
proceso del curado para adelantar el final y con ello se verá mermada la calidad de produc-
to final.
La solución idónea es disponer de más secaderos, consecuentemente de más capacidad
de curado, para poder recolectar tabaco maduro y poder darle su programa adecuado de
curado.No obstante,esta solución requiere más inversiones y por tanto un mayor coste eco-
nómico.
Cuando la falta de capacidad de curado es inferior a un 30% de la producción esperada,
puede ser interesante transplantar una parte de la explotación con variedades de madurez
temprana.Con ello, se adelanta una o dos semanas el inicio de la recolección y se puede reco-
lectar tabaco de forma más continuada,aprovechando al máximo las instalaciones de curado.
En el caso de emplear variedades de ciclo corto o de madurez temprana no se debe so-
brepasar el 25% de la superficie transplantada o, en caso contrario, se agravará el problema
de falta de capacidad de curado.
L
a calidad final del tabaco curado y en especial la rentabilidad en la operación del cu-
rado depende en gran medida de la forma en que se llenen las bandejas o los conte-
nedores.
El llenado de bandejas o contenedores, cuando se realiza de forma manual, obliga a un ri-
guroso control para garantizar la uniformidad en el proceso de curado.Un llenado deficiente
22 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
de las bandejas va a dificultar el curado y va a afectar a la calidad del producto final.
Los defectos más frecuentes en el llenado de bandejas o contenedores son:sobrecarga de
los mismos y distribución desuniforme de las hojas dentro de la bandeja o contenedor.
No se pueden dar cifras exactas de la cantidad de tabaco con que se deben llenar
las bandejas o contenedores, ya que varía con el estilo de tabaco que tiene la explo-
tación, con el piso foliar que se va a recolectar y con las características del secadero.
■ Influencia del piso foliar: Las hojas de los pisos bajeros tienen tendencia a
apelmazarse unas contra otras dificultando en gran medida el paso del aire,
es necesario bajar alrededor de un 20% el llenado de bandejas. Lo mismo su-
cede cuando se recolecta tabaco fino o marchito.
■ Influencia de la cantidad y velocidad del aire: La cantidad de hojas que po-
demos colocar en las bandejas o contenedores dependerá también de la fuerza
(presión) que tenga el aire que envían los ventiladores. En el capítulo dedicado
al secadero se explica este concepto que,en esencia,es como sigue:"El aire debe
pasar a través de la masa de tabaco para garantizar un correcto curado. Sin em-
bargo, el tabaco, al estar prensado, opone resistencia al paso del aire. Y opone
más resistencia cuanto más apretado está. Para vencer esta resistencia es nece-
sario que el aire lleve presión". No tiene que ver con la cantidad de aire que im-
pulsan que puede ser alta, sino con la fuerza con que se impulsa.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 23
Para aprovechar al máximo la potencia de motores y ventiladores es preciso que el
tipo y el número de correas sean las adecuadas. En caso contrario, el ventilador patinará
y será incapaz de enviar el aire necesario.
Por ello, mejorando estas cuestiones se puede aumentar la cantidad de tabaco por la
bandeja o contenedor, pudiéndose llegar a unas cargas por bandeja superiores a 85 kg.
de tabaco verde que pueden significar cerca de 1.000 kg de tabaco curado por hornada
de 96 bandejas.
La cantidad de hoja en los contenedores varía también con el diseño, pero se puede
considerar que con un correcto uso de las potencias instaladas puede cargarse de 800 a
1.000 kg de tabaco en verde por contenedor.
➜ Una vez fijada la cantidad de tabaco por bandeja o contenedor, que será el re-
sultado de nuestra experiencia con la maquinaria y tipo de tabaco de que disponemos,
será necesario vigilar:
24 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
La carga uniforme de contenedores proporciona un curado más uniforme.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 25
mayoría de las parcelas de cultivo de tabaco virginia en nuestras zonas tradicionales son
de tamaño pequeño e irregulares por el tipo de suelo, lo que dificulta notablemente la
recolección mecanizada y restringe el uso de contenedores.
A
l igual que en el llenado de las bandejas, es imprescindible verificar que no se
dejan espacios entre ellas o entre los contenedores. Igualmente deben evitar-
se los espacios entre las bandejas o contenedores y las paredes y puertas del
secadero.
Como se ha explicado ante-
riormente, es necesario que el
Las láminas de goma aseguran el paso
del aire a través de los contenedores.
aire pase a través del tabaco y
que no se escape por los espa-
cios libres. Si el aire se pierde
por los espacios libres, el curado
será deficiente e incluso pueden
producir pudriciones y amarro-
namientos o escaldados del ta-
baco.
El diseño de bandejas y con-
tenedores debe permitir que se
acoplen entre sí de manera que
monten unos sobre otros y que-
den perfectamente unidos.
El diseño de los secaderos
también debe contemplar la ne-
cesidad de no dejar espacios
entre la estructura del secadero
y las bandejas o contenedores.
Para ello se emplean pantallas o
faldones de un material flexible,
tipo caucho, que permite la en-
trada de los contenedores. Estos
faldones que se instalan en las
paredes del secadero, obligan al
aire a pasar a través de los con-
tenedores. Es recomendable el
26 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
colocar estas pantallas en tres Evite que el aire se escape por el espacio vacío entre la puerta y
alturas para que en todo mo- los contenedores o bandejas.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 27
28 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
El proceso del curado ➜ 4
El inicio del curado
4.1
U
na vez lleno el secadero se procede a iniciar el curado. Como hemos indicado an-
teriormente, la hoja de tabaco aún permanece viva y como algo vivo debe ser tra-
tada. Según las condiciones iniciales del tabaco, así deberá actuarse:
➜ Ventilación:
La hoja de tabaco debe recolectarse seca. Las gotas de agua procedente de rocío o llu-
via favorecen el desarrollo de hongos y bacterias en las hojas.
Sin embargo, con frecuencia es inevitable recolectar tabaco mojado. Cuando esto su-
ceda, antes de iniciar el curado, es necesario secar la hoja de tabaco. Para ello, se ventila
el tiempo necesario hasta que el tabaco esté seco. Puede ser necesario ventilar hasta 12
horas.
En general, cuando se hace necesario la ventilación inicial, la temperatura del aire ex-
terior no es alta y, en consecuencia, ese aire exterior no tiene mucha capacidad de secado.
El tabaco recolectado debe estar seco, en caso contrario ventilar con temperatura.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 29
Además, la hoja de tabaco no está lacia y dificulta la circulación del aire a través de las
bandejas o contenedores.
Este periodo de ventilación no debe considerarse nunca como una pérdida de tiem-
po en el proceso de curado. Para que esta ventilación signifique un inicio del curado los
pasos a seguir serían:
➜ Temperatura de inicio:
La temperatura de inicio, como se ha indicado anteriormente, no debe significar un cam-
bio brusco para la hoja. La hoja, al estar viva, reacciona a los cambios ambientales. Si el
tabaco recolectado está a una temperatura ambiente, por ejemplo de 24º , y se arranca
directamente el curado a una temperatura de 34ºC, se producirán efectos negativos en
el proceso.
30 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Por un lado, la hoja tiende a cerrar sus poros o estomas. La hoja con la estructura ce-
rrada, no suda, no amarillea bien y tiene un acabado con síntomas de inmadurez, tiene
un color más pálido y un aspecto liso de plástico. Por otro lado, la subida brusca de tem-
peratura puede provocar que algunas hojas fijen un color verde indeseable.
Hay que iniciar con una temperatura 2-3ºC superior a la que tenga el tabaco e irla su-
biendo suavemente durante la ventilación, para acabar la ventilación con una tempera-
tura de 29º o 30ºC.
A partir de este momento, se cerrarán las trampillas de aire y se subirá la temperatu-
ra de 1ºC a 1,5ºC por hora hasta alcanzar la temperatura de amarilleo.
➜ Amarilleo:
Esta primera fase del curado debe ser considerada como una continuación de la madu-
ración del tabaco en el campo. La hoja de tabaco aún está viva y activa y así debe conti-
nuar hasta el final de esta fase en el secadero.
El objetivo principal de esta fase se puede considerar conseguido cuando desaparece el co-
lor verde de la hoja,apareciendo de forma simultánea el color amarillo más o menos intenso.Esta
desaparición del color verde se debe a la destrucción de la clorofila por un proceso de oxidación.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 31
Paralelamente a la destrucción de la clorofila, tienen lugar otras transformaciones quí-
micas como es el paso del almidón a azúcar de gran importancia en el sabor y equilibrio
del humo del tabaco.
Un segundo objetivo de esta fase es reducir, de forma progresiva, el contenido de hu-
medad dentro de la hoja. Es deseable, que al final de la fase de amarilleo se haya elimi-
nado entre el 20% y 30% del contenido inicial de humedad.
Los tres parámetros más importantes a controlar durante la fase de amarilleo son la
temperatura, la humedad y la circulación de aire. Existe, sin embargo, una cierta relación
entre temperatura y humedad, siendo necesario controlar correctamente la duración de
esta fase.
■ Temperatura:
El tabaco amarillea a temperaturas que varían aproximadamente entre 32ºC y 43ºC.
Cuando mayor es la temperatura, mayor es la velocidad de amarilleo. El tabaco a 35ºC
amarillea más lentamente que a 40ºC.
Las temperaturas bajas de amarilleo son recomendables cuando el ambiente exterior
es frío. Por el contrario, temperaturas de amarilleo por encima de 41ºC pueden resultar
útiles en un curado deficiente para hojas muy finas.
Aunque la temperatura media de amarilleo se establece en 38ºC, la propia marcha del
curado nos indicará la temperatura de amarilleo que dependerá entre otros factores del
piso foliar y de la velocidad de amarilleamiento.
Cuando se realice el curado de los pisos foliares bajos, que se caracterizan por tener
hojas de cuerpo muy fino, es conveniente no alargar más de 48 o 54 horas el amarilleo.
Periodos de amarilleo más largos provocan amarronamientos, pudriciones y desarrollo
de hongos y bacterias. Por ello, si a una temperatura de amarilleo de 38ºC, a las 48 horas
de amarilleo, persiste el color verde en la hoja, es recomendable subir de forma progre-
siva (0,5ºC por hora) la temperatura hasta alcanzar los 41ºC.
Esta subida de temperatura, además de propiciar una mayor velocidad de amarilleo
impide el desarrollo de hongos y bacterias que mueren a dicha temperatura.
En pisos foliares altos, con más cuerpo y consistencia de la hoja de tabaco, se pue-
de alargar el amarilleo hasta 72 - 80 horas, sin riesgos para la calidad de la hoja cura-
da.
A temperaturas superiores a 43ºC, los procesos de amarilleamiento se detienen por
muerte de las células de la hoja.
■ Humedad:
El amarilleo del tabaco, requiere el mantenimiento de la hoja viva. Esto significa hume-
dades relativas superiores al 80%. Por debajo de esta humedad relativa, el tabaco se seca
y la hoja muere impidiéndose el proceso de amarillamiento adecuado.
Dentro de la fase de amarilleo, deben considerarse dos fases separadas: En primer lu-
gar, la hoja de tabaco se somete a unas condiciones de muy alta humedad, próxima al
100%, que le permitan que sus poros se abran y comience a "sudar". El tabaco que no
suda tiene una apariencia más inelástica y aspecto de falta de madurez (tabaco "slick"
32 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
con estructura cerrada). Esta fase de amarilleo se debe realizar con las trampillas de ven-
tilación cerradas y durante unas 24 a 36 horas. Duraciones más largas, facilitan el desa-
rrollo de pudriciones y alargan la duración del curado. Cuando el tabaco no es capaz de
sudar, por condiciones muy secas, por mal aislamiento o por recolección de tabaco muy
lacio o marchito, se aconseja introducir agua en el piso del secadero para aumentar la hu-
medad relativa.
Pasado este periodo, se continúa el amarilleo con una bajada progresiva de la hume-
dad. Esta eliminación de la humedad no impide que el tabaco siga amarilleando y va
adelantando en el proceso de desecación de la hoja.
Como se ha explicado anteriormente, existe una correlación entre la temperatura del
aire y su capacidad de secar. A temperatura más alta, el aire es capaz de contener más
agua y por lo tanto tiene más poder de secado. Por ello, en esta segunda fase de amari-
lleo, se recomienda subir ligera y progresivamente la temperatura y comenzar la apertu-
ra de trampillas que permiten la eliminación de humedad.
La acción combinada de la subida de temperatura y mayor ventilación tiene la ven-
taja de acelerar el proceso de
amarilleo, detener el desarro- El exceso de nitrógeno se refleja en tabaco
llo de hongos y la eliminación amarronado de difícil curado.
de humedad necesaria para ir
secando el tabaco.
Con esta práctica, la parte
de la hoja que ya está amari-
lla, comienza a secarse con un
color más intenso y, aún se
dan condiciones que permi-
ten que las zonas verdes, en la
base de la hoja, vayan cam-
biando de color.
Con mucha frecuencia, se
recurre a la ventilación del se-
cadero antes de subir la tempe-
ratura de amarilleo. Esto es un
error que provoca un moteado
sobre la hoja que deteriora la
calidad.La entrada de aire exte-
rior, más frío y por tanto con
menos capacidad de retención
de agua, provoca una conden-
sación de agua por enfriamien-
to sobre la hoja. En todas las
fases de curado es imprescin-
dible recordar que el tabaco
no debe nunca enfriarse.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 33
El proceso de secado se produce más por el calor que por la ventilación. La bajada de
humedad se consigue a través de la separación entre los valores de temperatura seca y
temperatura húmeda. Pero es aconsejable que esta separación sea debida a subidas de
la temperatura seca (calor) más que a través de bajadas de la temperatura húmeda (aper-
tura de trampillas de ventilación).
■ Circulación de aire:
Durante la fase de amarilleo, las hojas están enteras y oponen mucha resistencia al paso
del aire. Si el aire no pasa a través de todas las hojas se producirá un curado inadecuado
y desuniforme. Esto es más evidente en las hojas del primer piso, que por su forma pla-
na tienen tendencia a apelmazarse dificultando el paso del aire a través de la masa de
tabaco.
El proceso de ventilación y un ligero marchitamiento de las hojas, ayuda a ahuecar las
hojas y facilita el paso del aire. Para que el aire pueda circular necesita presión suficiente.
Por otro lado, durante la
fase de amarilleo, la elimina-
Tabaco escaldado. El excesivo amarilleo y una subida
brusca de temperatura son sus principales causas. ción de humedad debe ser
lenta. El paso del aire sobre la
superficie de la hoja evapora
humedad. La cantidad de aire
que pasa a través del tabaco
durante la fase de amarilleo
debe ser baja para reducir la
evaporación. Esto se consigue
gracias a los reguladores del
caudal de que disponen algu-
nos modelos de secaderos o
también con el empleo de va-
riadores de frecuencias.
34 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
de hoja gruesa correspondientes a las posiciones foliares más alta. Como cifras orientati-
vas, los tabacos finos no deberían superar las 60 horas de amarilleo y los tabacos de cuer-
po, las 90 horas de amarilleo. Antes de superar estos valores es preferible dejarlos madu-
rar en el campo.
La experiencia ha demostrado que, en general, alargar la duración del amarilleo su-
pone mejorar la calidad. Principalmente porque la tendencia más frecuente es recolectar
tabaco falto de madurez.
Las variedades de ciclo corto también amarillean más rápido.
Iniciar el cambio de amarilleo cuando aún queda algo de tabaco con zonas verdes.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 35
Un exceso de amarilleamiento provoca una falta de brillo en el tabaco así como la
aparición de zonas grisáceas.
■ Temperatura:
Las temperaturas a partir de
las cuales se produce la fija- Condición ideal de la hoja para iniciar
la fijación de color y secado de vena fina.
ción de color, van aproxima-
damente desde los 44ºC has-
ta los 54ºC. El riesgo de ama-
rronamiento del tabaco es
máximo en esta fase por la
posible combinación de al-
tas temperaturas y altos con-
tenidos de humedad en la
hoja. El uso del psicrómetro
es de gran utilidad en esta
fase, que marca de forma
muy directa el contenido de
humedad de la hoja.
La realización de diferen-
tes paradas en la subida de
temperatura representa un
seguro para una correcta fija-
ción del color. La subida brus-
ca desde la temperatura de fin
de amarilleo (42º -43ºC) hasta
la temperatura de fijación de
color (53º - 54ºC) es, con mu-
cha frecuencia, el error más
grave cometido en el curado.
Esta prisa, se debe, casi siem-
pre, a un alargamiento inne-
cesario del amarilleo.
36 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
A título de orientación es recomendable realizar una parada en la subida de tempe-
ratura entre 48ºC y 50ºC.
Existe una regla de oro consistente en "no superar, de forma simultánea la tempe-
ratura de 50ºC y un contenido de humedad del 50%".
Estos valores corresponden en el psicrómetro a una temperatura seca de 50ºC y en el
termómetro húmedo de 40ºC.
■ Humedad relativa:
En esta fase, la humedad relativa debe bajar desde el 75% en la subida inicial de tempe-
ratura hasta el 50% al final del secado de la hoja o venas finas.
Existe una correlación entre subida de temperatura y humedad que debe coordinar-
se para asegurar el éxito de esta fase.
Si en este momento, la temperatura húmeda fuera más alta, se debe detener la subi-
da de temperatura hasta que se estabilice en los 39ºC. En este momento, se puede con-
tinuar con la subida de temperatura a un ritmo de 0,5ºC/hora o 1ºC/hora hasta:
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 37
Un curado con baja humedad produce tabaco más pálido y con zonas verdosas en la hoja.
■ Circulación de aire:
Durante esta fase del curado, es necesario eliminar la humedad interior de la hoja. Al co-
menzar la fijación de color, el tabaco debe estar completamente lacio y algo seco. Por
ello, el caudal de aire circulante aumentará para secar más rápidamente la hoja.
En el caso de que el secadero disponga de regulador de caudal, se situará en la posi-
ción intermedia alta.
■ Duración de la fase:
No conviene acelerar esta fase. El dar el tiempo necesario, ayudará a mantener la calidad
potencial del tabaco. El acabado final de la hoja será de mayor brillo e intensidad de co-
lor cuando se mantenga un mayor contenido de humedad.
Las prisas en la eliminación de la humedad provocan que la hoja cierre su estructura
y de alguna forma pierda calidad.
38 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
El tiempo que se alargue esta fase, no estará perdido del todo, ya que se va eliminan-
do agua. La fase posterior, se acortará en la medida de que el tabaco llegue algo más seco
a ella. Y por otro lado, se reduce el consumo de energía al reducir la temperatura de ex-
pulsión del aire.
Se puede considerar que esta fase ha terminado cuando toda la lámina y parte de la
vena principal están secas.
■ Temperatura:
A mayor temperatura, el secado de la vena es más rápido, pero tiene efectos negativos
sobre el valor comercial y cualitativo del tabaco. La temperatura recomendada está en-
tre 66ºC y 71ºC.
Cuando la temperatura supera los 73ºC, se produce una caramelización de los azú-
cares, el tabaco toma un aspecto de tostado y su sabor en el fumado es más áspero. A
temperaturas altas, también se produce una pérdida de aromas y elasticidad del tabaco.
Por ello, es deseable, si se dispone de suficiente capacidad de curado, el realizar esta
fase de curado a temperaturas de 66ºC a 68ºC. Además de mejorar el acabado del taba-
co se reduce el consumo energético al reducir las pérdidas de temperatura.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 39
■ Humedad relativa:
El método para controlar la humedad relativa es similar al seguido en la fase de fija-
ción de color. Al inicio de esta fase, la humedad relativa debe ser de un 40% y al final
de la fase debe bajar hasta el 10% aproximadamente.
Si cuando se ha cambiado de fase de fijación de color a secado de la vena, el conte-
nido de agua en la hoja fuera muy alto, se producirá una subida del valor del termó-
metro húmedo del psicrómetro por encima de 45ºC.
Si esto sucede, se debe detener la subida de temperatura hasta que la lectura de tem-
peratura del termómetro húmedo baje de 45ºC. Esperar y posteriormente continuar
con la subida de temperatura.
■ Circulación de aire:
El tabaco ya no ofrece resistencia al paso del aire. Sin embargo, a mayor caudal, más rápido
se secará la vena.
Conviene, no obstante, hacer la siguiente observación: Si se realiza el secado de la vena
con las trampillas de ventilación abiertas, la salida del aire al exterior es muy rápida y parte
de las bandejas situadas en el piso alto del secadero, reciben menos aire y se secan peor. Por
ello, es conveniente que estas trampillas de ventilación se abran y cierren periódicamente.
Con ello, además de reducir el consumo energético, se producirá un curado más homo-
géneo y uniforme del tabaco.
V
amos a dedicar un espacio a los cambios de fase de curado ya que son los mo-
mentos en los que las decisiones son más difíciles y tienen una mayor influencia
en el resultado final del curado.
40 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
En el proceso de aprendizaje del curado de tabaco Virginia, se ha considerado cada fase
como un escalón y los cambios de fase se realizan de forma rápida. La experiencia de culti-
vadores y técnicos ha demostrado que los cambios tienen que ser suaves y escalonados.
Hay que tener en cuenta que cuando se realiza un cambio de fase y pasamos, por ejem-
plo, de amarilleo a fijación de color, el tabaco no detiene un proceso e inicia otro. En este
caso, inicia la fijación de color pero sigue amarilleando.
La práctica habitual es esperar a los síntomas que indican que el tabaco ya ha finalizado
totalmente la fase en la que está y proceder al cambio de fase.
Es recomendable realizar los cambios de fase adelantándose al momento en que el ta-
baco presente todos los síntomas que indican que la fase de curado ha terminado.
Por ejemplo, es preferible iniciar el cambio de amarilleo a fijación de color cuando toda-
vía se ve alrededor de un 10% de zonas verdes en la hoja, en lugar de esperar a que esté to-
talmente amarillo.
Al adelantar el momento del cambio de fase se gana tiempo. Pero, si este cambio es muy
brusco, se pueden producir defectos en el curado. Es conveniente, por tanto, que las subidas
de temperatura sean más suaves. De esta forma, se ve cómo reacciona la hoja al cambio de
fase y se puede corregir cualquier posible defecto de curado.
Si para "ayudar" a la desaparición de color verde en el amarilleo quieren subir 4ºC la tem-
peratura (de 39º a 43ºC), se puede subir 1ºC cada hora y se tardará cuatro horas en llegar a
la temperatura deseada. Pero si tenemos previsto hacerlo, es preferible empezar la subida
cuatro horas antes y subir 0,5ºC cada hora.Y aún sería más deseable,si es posible hacerlo por
los controles del secadero, empezar la subida doce horas antes y subir 0,5ºC cada dos horas
o 0,25ºC cada hora.
Con estas subidas se ha empleado el mismo tiempo y sin embargo la temperatura ha
sido algo más alta (ha amarilleado algo más rápido y eliminado algo de humedad).
En el cambio de fase de fijación de color a secado de vena el criterio debe ser algo
diferente. Observar
la reacción del taba- Cuando la desuniformidad es significativa,
la subida de temperatura suave permite un mejor curado.
co a las subidas de
temperatura. Si su-
biendo 1ºC por hora,
la temperatura del
termómetro húme-
do no sube por enci-
ma de los 45ºC se
puede subir a 2ºC
por hora e incluso
hasta 2,5ºC por hora,
ya que lo que intere-
sa es alcanzar pron-
to la temperatura de
secado de vena prin-
cipal.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 41
4.4 Acondicionamiento
F
inalizado el secado de la hoja y vena del tabaco, no se puede manipular el taba-
co ya que se rompe al tocarlo. Por ello, es necesario devolverle humedad, que de-
berá ser del 16%.
Más humedad aumenta el riesgo de fermentación en el fardo y menos humedad
provoca pérdidas por rotura de hojas. El tacto nos da la idea de cómo está el tabaco,
no debe sonar al tacto, pero tampoco tener el tacto de un trapo.
Para dar la humedad necesaria, se suministrará a través de unos pulverizadores si-
tuados a la salida de la ventilación. No es aconsejable humectar el tabaco a tempera-
turas altas, pero, por otro lado,
humectar a temperatura baja Excelente tabaco curado en bandejas,
requiere mucho más tiempo resúmen de unas buenas prácticas de manejo del curado.
para acondicionar el tabaco.
Es recomendable, una vez
acabado el curado, abrir las
trampillas de ventilación para
que se enfríe el tabaco. La in-
yección de agua produce un
enfriamiento mucho más rápi-
do del aire. Cuando la tempe-
ratura esté alrededor de 50ºC
se puede proceder a la hu-
mectación. El inicio de la hu-
mectación acelera el enfria-
miento del aire y permite ga-
nar tiempo, ya que como he-
mos repetido a lo largo de los
puntos anteriores, el aire ca-
liente se carga antes de hume-
dad y puede humectarse más
rápido al enfriarse después.
El aire frío coge poca hume-
dad y humecta más lentamen-
te, con lo que se pierde tiempo
de secado y en consecuencia,
se produce una disminución de
la capacidad de curado.
42 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Grados Contenido
e l
Centígrados humedad
100%
70º
c u r a d o
65º
80%
d e l
60º
70%
55º 60%
Gráfico de programa de curado tipo
t a b a c o
50%
50º
Tª humedad máxima
40%
45º
30%
v i r g i n i a
40º
20%
Tª humedad mínima
e n
35º 10%
E s p a ñ a
43
44 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Consideraciones económicas ➜ 5
Programa y manejo del curado
5.1
U
na correcta aplicación de los conceptos descritos en el capítulo dedicado a las fa-
ses del curado es de gran utilidad para conseguir importantes ahorros de consu-
mo de combustible y de electricidad.
Pero es necesario recordar que la calidad potencial del tabaco no debe verse merma-
da por el objetivo de reducir costes.
Los tres pilares en los que se basa un programa de curado de calidad con reduc-
ción de consumos energéticos son:
➜ Eliminación constante de agua de secado.
➜ No sobreventilar.
➜ Finalización de todas las fases del curado a su tiempo.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 45
➜ No sobreventilar:
Se ha comprobado que aumentar la ventilación en todas las fases de curado, en especial
en la de fijación de color y en la de secado de vena, aumenta de forma significativa el
consumo de combustible.
Una medida de la ventilación que se está dando al tabaco es el valor de la tempera-
tura que marca el bulbo húmedo del psicrómetro. Cuando mayor es la lectura de la tem-
peratura del bulbo húmedo del psicrómetro, mayor es el contenido de humedad y me-
nor está siendo la ventilación.
Para las mismas temperaturas del bulbo seco del psicrómetro, a lo largo de las distin-
tas fases de curado, se ha comprobado que aumentar 1ºC la temperatura del bulbo hú-
medo reduce el consumo de combustible alrededor de un 10%. Del mismo modo, au-
mentar la temperatura del bulbo húmedo 2ºC reduce el consumo cerca de un 20%.
Este mayor contenido de humedad no significa una mayor duración del curado, pues
la hoja de tabaco va entregando más fácilmente su contenido de agua cuanto más sua-
vemente se produce su desecación.
46 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
También tiene mucho que ver con la rápida finalización del curado el llenado unifor-
me del secadero y de las bandejas o contenedores. Si este llenado es desuniforme, el aire
tendrá tendencia a pasar por las zonas menos cargadas y necesitará más tiempo para se-
car las zonas más cargadas del secadero.
La hoja de tabaco fisiológicamente madura tiene su estructura celular más abierta y per-
mite una mejor eliminación de agua. Asimismo, tiene un color verde menos intenso y
amarillea en menos tiempo. Esta menor duración del amarilleo se refleja en un ahorro de
combustible.
El tabaco con síntomas de falsa madurez provocada por ataques de nematodos, falta
de nitrógeno o con problemas de manejo, no responderá de manera adecuada en el pro-
ceso de curado. El tabaco con síntomas de estrés por daños en las raíces tendrá una es-
tructura más cerrada que retrasará su curado.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 47
La carga uniforme del secadero, bien con bandejas o contenedores, afecta a la ca-
lidad del tabaco curado y a la eficacia del mismo. El tabaco colocado en bandejas o
contenedores ofrece siempre una resistencia al paso del aire. Si existen espacios en-
tre las bandejas o contenedores o entre ellos y las paredes del secadero, el aire ten-
derá a escaparse por ellos. Igualmente, si el tabaco está más apretado en unas ban-
dejas y más flojo en otras, el aire pasará más fácilmente por las bandejas con menos
tabaco.
El resultado, en ambos casos, será que el curado es desuniforme. Se pueden pro-
vocar pudriciones en las zonas donde no pasa el aire y las zonas con exceso de aire
tendrán peor acabado e incluso pueden quedar verdes.
Además, tendrán un curado más largo ya que unas zonas del secadero necesitarán
más tiempo para finalizar el secado. Este mayor tiempo significará un mayor consumo
de electricidad y combustible.
48 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Diseño del secadero
5.3
E
l diseño del secadero, en cuanto se refiere a aislamiento y recuperadores de ca-
lor, tiene una incidencia decisiva, no solo en el ahorro de combustible sino tam-
bién en la calidad de la hoja curada.
El aislamiento más empleado es la espuma de poliuretano. Una capa de 2 a 3 cm
en suelo y paredes puede llegar a representar un ahorro de un 20% del consumo de
combustible. Sin embargo, es necesario que este aislante no esté al aire libre ya que
se pueden desprenderse trozos del mismo y mezclarse con el tabaco. El tabaco cura-
do tiene que estar exento de todo tipo de materias extrañas y éstas los son. Por ello,
se recomienda proteger este aislante con chapa, de forma que se impida la rotura del
mismo.
Los recuperadores de calor basan su efectividad en el proceso de calentamiento
del aire entrante al ponerse en contacto con unos conductos de salida del aire del se-
cadero. El aire que tiene que ser expulsado del secadero en vez de salir a través de las
trampillas tradicionales, sale a través de unos tubos metálicos que se encuentran en
la entrada del aire exterior.
Este calentamiento del aire entrante se traduce en dos ventajas. Por un lado, al en-
trar el aire más caliente, el quemador se enciende menos veces para mantener la tem-
peratura programada, lo que se traduce en un menor consumo y reducción de costes.
Por otro lado, el aire entrante al calentarse, evita el enfriamiento brusco del tabaco
con lo que se reducen condensaciones y pérdidas de calidad.
También se puede reducir el consumo de combustible programando la apertura y
cierre de trampillas, de forma que éstas se cierren automáticamente cuando se en-
ciende el quemador. Así se evita el exceso de consumo provocado por la expulsión
del aire recién calentado al exterior.
Cuando se realice esta modificación en el programador, se deberá modificar el
programa de curado propiamente dicho. Será necesario eliminar agua más suave y
más constantemente acortando las fases de curado. Esto es debido a que cuando se
quiera bajar la humedad, esta bajada será más suave, ya que al expulsar aire cargado
de humedad y producirse la entrada del aire exterior, el secadero se enfriará, arranca-
rá el quemador para mantener la temperatura y simultáneamente cerrará las trampi-
llas frenando la eliminación de humedad.
Este mecanismo de funcionamiento a la vez que reduce el consumo energético
tiene un efecto beneficioso sobre la calidad del tabaco curado. Como se ha dicho con
reiteración, esta eliminación más suave de la humedad abre los poros o estomas de la
hoja facilitando el curado y mejorando la estructura y acabado de la hoja.
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 49
5.4 Sistema de curado en cadena
E
ste es un sistema de curado que ahorra energía al introducir el aire sobrante de
un secadero en otro secadero.
50 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Los intercambiadores de calor situados en la parte superior
consiguen un ahorro significativo de combustible
e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 51