El Curado Del Tabaco Tipo Virginia 2000

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Enciclopedia básica del cultivo de tabaco

Manual práctico para todos los agricultores

Autor: Angel López Méndez


Ilustraciones de Gallego & Rey

en España
El curado del
tabaco Virginia
➜ El curado del
tabaco Virginia
en España

Angel López Méndez


Ilustraciones de Gallego & Rey
2 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
El curado del tabaco virginia en España

Sumario

➜ 1 INTRODUCCION . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5

➜ 2 LOS ELEMENTOS DEL CURADO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7


2.1. La hoja de tabaco. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7
2.2. Las condiciones ambientales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9
2.3. El secadero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .10
2.4. El control del curado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13

➜ 3 ASPECTOS PREVIOS AL CURADO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .17


3.1. La madurez en la recolección. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .17
3.2. La uniformidad y las variedades. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20
3.3. La capacidad de curado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .22
3.4. El llenado de bandejas y contenedores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .22
3.5. La carga del secadero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .26

➜ 4 EL PROCESO DEL CURADO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .29


4.1. Inicio del curado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .29
4.2. Fases del curado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31
4.3. Cambios de fase. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .40
4.4. Acondicionamiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .42

➜ 5 CONSIDERACIONES ECONOMICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45


5.1. Programa y manejo del curado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45
5.2. Recolección del tabaco y carga del secadero. . . . . . . . . . . . . . . . . .47
5.3. Diseño del secadero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .49
5.4. Sistema de curado en cadena. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .50

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 3
4 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Introducción ➜ 1
E
sta publicación tiene como objetivo principal el de servir de ayuda a los cultivado-
res de tabaco virginia o flue-cured para perfeccionar y mejorar sus practicas de pro-
ducción en lo que se refiere al curado.
No pretende en modo alguno recoger todas las cuestiones teóricas y prácticas del cu-
rado del tabaco, siendo su orientación eminentemente práctica. No obstante, conviene
clarificar algunos conceptos que son imprescindibles para entender el curado como com-
binación de técnica y arte, y por ello ha sido necesario recurrir a algunas explicaciones de
carácter más técnico. Concretamente, explicaciones sobre las relaciones de humedad y
temperatura en el aire que empleamos para curar el tabaco.
Los aspectos que aquí se desarrollan no son una recopilación de lo tratado en las prin-
cipales publicaciones, que de forma amplia se han realizado sobre el cultivo y curado del
tabaco Flue-cured. Tienen más que ver con las experiencias transmitidas por los agricul-
tores de tabaco, por los técnicos que trabajan en este sector y por las propias experiencias
personales en el curado del tabaco.
Aunque se viene considerando el curado como algo mágico o un arte del dominio de
unos pocos, es cierto que tiene algo de arte, pero por supuesto, mucho de técnica. Los con-
ceptos técnicos a manejar no son muchos,pero sí importantes.Estos se pueden resumir en:
➜ Tratamiento de la hoja de tabaco como un ser vivo que reacciona a los cambios
ambientales.
➜ Conocimiento de las relaciones entre temperatura y humedad del aire.
➜ Conocimiento de la maquinaria de curado y su comportamiento en las diferentes
condiciones ambientales.

La idea clave de todo el proceso es que curar no significa simplemente secar. Tampo-
co puede considerarse el curado como una serie de trucos para mejorar el aspecto exter-
no del tabaco. Mediante el curado se puede mantener la calidad del tabaco que viene del
campo e incluso mejorarla.

"La calidad se produce en el campo pero se mantiene o mejora en el secadero"

Se podría definir el curado del tabaco de muchas maneras, pero para una mejor com-
prensión podríamos emplear la siguiente:

"Curar es secar el tabaco a un ritmo tal que permita obtener la máxima calidad
potencial de dicho tabaco"

En las siguientes líneas se tratará de dar explicaciones claras a estas ideas, aplicándo-
las a las condiciones de cultivo de España.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 5
6 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Los elementos del curado ➜ 2
La hoja de tabaco
2.1
E
s el material sobre el que se va a trabajar, la calidad de la hoja en el campo es quien
condiciona el resultado final del curado. Antes de fijar qué programa de recolec-
ción y que curado se debe seguir, es preciso conocer cuáles son las características
idóneas de la hoja a recolectar.
La hoja de tabaco es el elemento vivo del proceso. Permanece viva durante gran par-
te del mismo y reacciona ante los cambios ambientales que se suceden en el curado.
Aunque todas las características deseables del tabaco pueden resumirse en el concepto
de madurez, vamos a ver como influyen en el curado determinadas características de las
hojas.

➜ Estas características de la hoja son: cuerpo, estructura, color y uniformidad.


■ Cuerpo:
El cuerpo de la hoja se puede considerar como el grosor de la hoja. Una hoja
con cuerpo está más llena y pesa más. Las hojas con poco cuerpo son finas y
no soportan condiciones de curado con altas humedades y temperaturas, ya
que se amarronan o escaldan. En el curado de hojas de cuerpo fino habrá que
tener especial atención con la duración de las fases, en especial la de amari-
lleo, que no deberá ser muy larga, debiendo ser los cambios de fase lo más
suaves posibles.
Por el contrario, una hoja con cuerpo grueso podrá ser sometida a condicio-
nes de temperatura y humedad elevadas.

■ Estructura:
La hoja de tabaco tiene unas aberturas o poros llamados estomas que le per-
miten el intercambio de gases y líquidos con el exterior. A través de estos po-
ros, la hoja toma o desprende oxigeno y anhídrido carbónico, también absor-
be o evapora agua según sus necesidades.
La mayoría de las reacciones que tienen lugar durante el curado requieren oxígeno y
evaporación de agua.
Si los poros están cerrados no se producen las transformaciones químicas necesarias
y por tanto, no se realiza un secado de forma correcta. La estructura de la hoja se cierra

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 7
cuando el tabaco ha sufrido algún estrés en el campo. Los principales motivos por los
que la hoja se cierra es por desequilibrio entre la parte aérea y la raíz. Todo aquello que
afecta de forma negativa al desarrollo radicular tiene efectos negativos sobre la estruc-
tura de la hoja; por ejemplo: destrucción del sistema radicular por ataques de nemato-
dos y hongos de cuello, pérdida del sistema radicular por asfixia provocada por exceso
de riego o marchitamiento por falta de riego.
La hoja recolectada en estas condiciones es difícil de curar y su calidad nunca será
buena. Sin embargo, se puede mejorar algo la calidad siguiendo un programa de curado
que permita abrir la estructura de la hoja. Para que la hoja reaccione abriendo los poros
es necesario mantener condiciones de alta humedad al inicio del curado e iniciar la su-
bida de temperatura en el amarilleo, pero no más rápido de 0,5ºC por hora. Aún así, no
se puede garantizar una mejora apreciable de la calidad.

➜ Color y uniformidad:
Determinadas características ligadas a la madurez influyen en la duración de las distintas fa-
ses, obligando a modificar las condiciones de curado, especialmente el amarilleo.
Estas características de la hoja son el resultado de las técnicas de cultivo que se ha-
yan seguido durante el ciclo de producción. Aunque este aspecto pudiera ser motivo de
una amplia exposición, daremos unas ideas generales.
Cuando el cultivo se produce en unas condiciones de falta de agua generalizada, el
desarrollo de la planta es más corto y más lento. En consecuencia, la hoja adquiere más
cuerpo, pero cierra su estructura. Por ello, debemos intentar abrir sus poros en el curado,
con unas condiciones de alta humedad relativa y temperatura ligeramente más baja, con
lo que se alargará el amarilleo. Sin embargo, si se cura bien, este tabaco puede tener más
intensidad de color.

Plantación de tabaco con el grado de madurez adecuado para su recolección.

8 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Cuando por el contrario, el tabaco crece en condiciones de altas temperaturas y riegos y
fertilización abundantes,el desarrollo es muy rápido.Las hojas bajeras van a ser grandes y fi-
nas. El curado de estas hojas va a ser muy difícil, con grandes pérdidas de peso y de calidad
por escaldamiento, ya que el tabaco va a estar verde pero no tiene el cuerpo necesario para
soportar las condiciones de humedad y temperatura en el amarilleo. Esta situación puede
agravarse por la necesidad de despuntar alto debido al gran desarrollo de la planta.
No obstante, el tabaco de los pisos más altos puede ser de una calidad excepcional,
que desgraciadamente no compensará las pérdidas de peso y calidad sufridas en las ho-
jas inferiores.

Las condiciones ambientales 2.2


E
l sistema de curado utilizado en España utiliza secaderos de circulación forzada del
aire por ventiladores y con control automatizado de las condiciones ambientales. Las
condiciones ambientales a controlar son la temperatura y la humedad relativa del aire.
Para controlar la temperatura el mecanismo es muy simple pues sólamente se necesita
calentar el aire interior del secadero. Este aire se puede calentar con quemadores de gasoil
o gas.
El control de la humedad relativa no es tan sencillo, la humedad requerida para el cura-
do la debe aportar el propio tabaco. Cuando la humedad relativa es más alta de lo progra-
mado se elimina a través de un sistema de trampillas. A través de estas trampillas entra aire
más seco en el secadero y se expulsa aire más húmedo al exterior.
Sin embargo este aire tiene según fechas y momentos diferentes condiciones de tem-
peratura y humedad que afectaran el curado.En los meses de verano y durante el día la tem-
peratura es más alta y, en general, el aire es más seco. Por el contrario, durante los meses de
octubre y noviembre y por las noches, la temperatura es más baja y la humedad relativa es
más alta. Lo mismo sucede cuando se dan condiciones de lluvias. Aunque no podemos ac-
tuar sobre estas condiciones exteriores, si que debemos tenerlas en cuenta para las decisio-
nes posteriores que tengamos que tomar.

A continuación se describen las medidas a adoptar en el curado según las dife-


rentes condiciones o situaciones ambientales:

➜Condiciones de baja temperatura:


Cuando se den estas condiciones se deben tomar las siguientes medidas:
■ Realizar el amarilleo a baja temperatura.
■ Iniciar el curado con temperaturas más bajas y realizar los cambios con subi-
das de temperatura más suaves.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 9
■ No intentar bajar rápidamente la humedad relativa. La apertura continua de
las trampillas, con entrada de aire frío, enfriará el tabaco y se producirán con-
densaciones. Además de perjudicar a la calidad se despilfarrará combustible.
■ Programar los cambios de fase para que tengan lugar durante las mañanas.
Conviene no cambiar de fase en la noche. Por dos motivos, uno de ellos es
que no vemos cómo reacciona el tabaco a los cambios realizados y otro por
que el aire frío de la noche aumenta el riesgo de condensaciones.

➜Condiciones de alta temperatura y baja humedad:


Cuando se den estas condiciones habrá que tomar las siguientes precauciones:
■ Vigilar la humedad relativa al inicio del amarilleo, y si es baja, aportar agua al
piso del secadero.
■ Programar el curado con unas condiciones de humedad alrededor de un 5%
más alta de lo habitual. Esto es más importante en las fases de amarilleo y fi-
jación de color.

➜ Condiciones de lluvia o tiempo húmedo:


Es aconsejable tomar las siguientes precauciones:
■ Antes de iniciar el curado, ventilar para reducir al máximo las gotas de agua
depositadas sobre la hoja. Esta ventilación debe ser con temperatura ya que
el aire que entra en el secadero será frío y húmedo.
■ Programar el curado con unas condiciones de humedad alrededor de un 5%
más bajo de lo habitual. Al entrar aire húmedo del exterior, el ritmo de seca-
do será un poco más lento de lo esperado.

2.3 El secadero

E
l secadero es la maquinaria que interviene en el proceso de curado y tiene una gran
importancia en el resultado final del mismo. Su construcción y diseño es muy va-
riada y su descripción se sale del objeto de esta publicación. Sin embargo daremos
algunas indicaciones prácticas sobre cuestiones de diseño y de mantenimiento sobre las
que el cultivador puede incidir para mejorar el curado.

En el diseño y elección de secadero deben considerarse los siguientes aspectos:


➜ Aislamiento
➜ Hermeticidad
➜ Capacidad de ventilación
➜ Transmisión de calor al interior del secadero

10 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
■ El aislamiento:
tiene por objetivo el re-
ducir las pérdidas de ca-
lor a través de paredes,
suelo y techo del secade-
ro. Cuanto más eficaz sea
dicho aislamiento, mayor
será el ahorro energéti-
co. En cualquier caso,
conviene que el aislante
esté protegido para evi-
tar su desprendimiento y
pegado a las hojas por
su toxicidad.
El aislante debe estar protegido para evitar
■ La hermeticidad:
desprendimientos del mismo que harían
el tabaco no comercializable.
se refiere a las uniones
entre elementos del seca-
dero y que se traducen en posibles fugas de aire. Estas fugas de aire significan
una pérdida de calor, un mayor consumo de energía y una pérdida de eficien-
cia en el curado.
Se debe vigilar la correcta unión de todos los elementos que integran el se-
cadero y en especial, el cierre de puertas y de trampillas. Estos son, con fre-
cuencia, los puntos donde se localizan las fugas más importantes.

■ Capacidad de ventilación:
El secadero tiene que estar diseñado para ser capaz de proporcionar la venti-
lación suficiente para que el aire atraviese la masa de tabaco. Tiene que ver
con la potencia de los
motores, el tipo de Asegúrese de que las correas transmiten
adecuadamente la potencia al ventilador.
ventiladores y sobre
todo, con la correcta
transmisión de la po-
tencia de los motores a
los ventiladores, es de-
cir con el número y tipo
de correas y poleas em-
pleadas. Con mucha
frecuencia se da la cir-
cunstancia de que un
secadero dispone de
unos motores y ventila-
dores perfectamente

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 11
dimensionados para las necesidades de curado previstas y sin embargo, las
correas o poleas no son las adecuadas. Esto se traduce en problemas de que
las correas patinan y el aire no tiene la suficiente presión.

■ Transmisión interna del calor: El calor procedente de la combustión del ga-


soil o del gas deben servir para calentar el aire que atravesará la masa de ta-
baco. Los diferentes modelos de secadero disponen de quemadores y calde-
ras que son capaces de realizar esta función. Dentro de los diferentes modelos,
son preferibles aquellos que no impulsan directamente los gases procedentes
de la combustión al interior del secadero por diferentes motivos: por un lado,
se evita que el aire entre muy caliente dentro del secadero, ya que el aire ex-
cesivamente caliente tiene un efecto negativo sobre la estructura de la hoja
que se cierra y por otro, porque los gases de la combustión pueden afectar a
la composición química de la hoja de tabaco, la entrada directa de los gases de
la combustión en la masa de tabaco, provocan la formación de determinadas
sustancias negativas (nitrosaminas) que afectan a la calidad del tabaco.

Mantenimiento de los secaderos La hermeticidad de las trampillas evitará


El mantenimiento de los secaderos, pérdidas de humedad y mejorará el control del curado.

como el de cualquier otra maquina-


ria, se basa en cuidar los elementos
vitales de la misma, reponiendo
aquellos que por su desgaste natural
o por rotura necesitan ser cambiados.
A continuación damos una guía resu-
mida de los elementos del secadero
que requieren una especial atención
con objeto de reducir al máximo las
pérdidas de energía calorífica y mejo-
rar la eficiencia de los equipos.

■ Verificar que existe un perfecto aislamiento en suelo, paredes y techo.


■ Eliminación de puentes térmicos, si existen.
■ Verificar que la chimenea no tiene pérdidas y su protector está colocado.
■ Lubricar anualmente los motores, ventiladores y poleas.
■ Limpiar al final de cada campaña los quemadores y electrodos.
■ Chequear frecuentemente la tensión de las correas del ventilador.
■ Antes de iniciar la campaña de curado, calibrar las sondas empleando un psi-
crómetro como referencia.
■ Comprobar que no existen fugas en el secadero, cambiar los burletes de las
puertas.
■ Ajustar el cierre de trampillas.
■ Mantener limpias las salidas de aire y el piso de los secaderos.

12 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Si no se tiene experiencia en este mantenimiento, es preferible recurrir a los servicios
de un profesional para realizar la oportuna "puesta a punto".

El control del curado 2.4


E
l curado del tabaco se realiza con unas determinadas condiciones de humedad y
temperatura en cada una de las distintas fases de curado. Para poder tomar las de-
cisiones correctas en el proceso del curado es preciso conocer con la mayor exac-
titud posible las condiciones ambientales que se dan en el interior del secadero.
Para el control de las condiciones ambientales del curado, se utilizan el psicrómetro y
las sondas de humedad y temperatura. Cada fabricante de secadero ha desarrollado un
sistema de medida de estos valores con algunas variaciones en el diseño.
El empleo del psicrómetro no puede sustituir a los actuales sistemas de medición in-
troducidos en los secaderos, sin embargo, puede servir de referencia para conocer la re-
lación entre los valores que marcan las sondas y las condiciones existentes en el punto
donde se encuentra situado el psicómetro.

➜ Empleo del psicrómetro:


El psicrómetro mide la temperatura y la humedad relativa que hay en un determinado
punto del secadero. El psicrómetro se basa en el fenómeno físico de enfriamiento que
provoca la evaporación de agua. El agua para evaporarse necesita calor y lo toma del
aire provocando su enfriamiento.
Cuanto más seco y caliente es un aire, más poder de secado tiene y por tanto más
enfría al evaporarse. En esto se basa el psicrómetro.
El psicrómetro consta de dos termómetros: Uno de ellos está en contacto con el aire y
mide la temperatura del aire, se le llama termómetro seco o bulbo seco. El otro termóme-
tro tiene su bulbo introducido en una mecha de tela que está humedecida a través de un
tubo que contiene agua. Este termómetro se llama termómetro húmedo o bulbo húmedo.
El aire, al pasar por la mecha humedecida, evapora el agua que esta contiene, pro-
vocando una bajada de la temperatura que marca el termómetro húmedo. Cuanto más
baja sea la humedad relativa del aire circulante más agua evapora y, en consecuencia,
más baja es la temperatura del termómetro húmedo.
La diferencia entre las temperaturas que marcan los termómetros seco y húmedo dan
una medida de la humedad relativa. Cuanto más próximas estén las dos temperaturas
más alta es la humedad relativa.Cuanto más separadas estén las dos temperaturas,más baja
es la humedad relativa.
Existe una tabla de valores psicrométricos que sirve de ayuda para saber en todo mo-
mento la humedad relativa del aire.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 13
Tabla de valores de humedad psicométricos
Diferencia de grados entre el termómetro seco y el húmedo

T.
Seca 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 22 24 26 28 30
32 93 86 80 72 66 60 54 50 44 39 33 29 24 20 15 11 8 4 2 1
34 93 86 80 73 67 62 56 51 46 41 36 32 27 23 19 15 11 8 4 2
36 93 87 80 74 69 63 58 53 47 43 37 34 30 26 22 18 14 11 8 4
38 93 87 81 75 70 64 60 54 50 45 40 36 32 28 24 21 17 14 10 7 1 0
40 93 87 82 76 70 65 61 56 51 45 42 38 34 30 27 23 20 16 13 10 2 1
42 93 88 82 77 71 66 62 57 52 48 44 40 36 32 29 25 22 19 16 13 7 2
44 94 88 83 77 72 67 62 58 53 49 45 41 38 34 31 27 24 21 18 15 10 4 2
46 94 88 83 78 73 68 63 59 55 51 47 43 39 36 33 29 26 23 20 17 12 7 5 2
48 94 89 84 79 74 69 64 60 56 52 48 44 40 37 34 31 28 25 22 19 14 9 6 3
50 95 89 84 79 74 70 65 61 57 53 49 46 42 39 36 33 30 27 24 21 16 12 7 3
55 95 90 85 79 74 71 67 63 59 55 52 48 45 42 39 36 33 30 28 25 21 16 14 10 7
60 95 90 85 80 76 73 69 65 61 57 54 51 48 45 42 39 36 33 31 27 24 20 17 14 11
65 95 91 86 81 77 74 70 67 63 60 56 53 50 47 44 42 39 36 34 32 27 23 21 18 15
70 95 91 87 82 78 75 72 68 65 62 58 55 52 50 47 44 42 40 37 35 30 26 24 22 19
75 95 92 88 83 80 76 73 69 66 63 60 57 52 51 48 46 43 41 39 37 32 28 26 24 21

Este fenómeno ha sido utilizado El psicrómetro nos da una lectura de las condiciones de
humedad y temperatura en un punto del secadero.
por algunos fabricantes de secade-
ros para el control de la humedad,
como es el caso del sistema Delta T.
La diferencia entre la temperatura
del aire al entrar en el secadero y la
temperatura del aire al salir del seca-
dero nos indica la velocidad con que
se seca el tabaco. Cuanto mayor es
esta diferencia más rápido se está se-
cando el tabaco. Correctamente co-
locados puede ser un buen sistema
de control del curado.

➜ Empleo de sondas:
Para el control automatizado de la
temperatura y de la humedad, los fa-
bricantes de secaderos han dispues-
to diferentes tipos de sondas en el
secadero.
La mayor dificultad estriba en la
medición de la humedad relativa.
Para ello se emplean sondas electrónicas o sondas con mecha. Estas últimas se basan en el
mismo fenómeno que utiliza el psicrómetro. Cuentan con un depósito de agua que hume-
dece una mecha que evapora agua y enfría un termómetro.
Sin embargo este tipo de sondas ha provocado no pocos errores en la medición de la

14 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
humedad ya que las mechas tienen que es- Los controles automáticos deben ser
comprobados para ser reflejo de las
tar perfectamente ajustadas, deben reem-
condiciones reinantes en el interior del secadero.
plazarse cada una o dos hornadas ya que se
ensucian, y no marcan la humedad con la
exactitud requerida.
Actualmente existen sondas electrónicas
altamente fiables que son preferibles a las
sondas de mecha. El único cuidado que re-
quieren es el calibrado para que sean fiel re-
flejo de las condiciones de humedad en el
interior del secadero. Estas sondas electróni-
cas presentan menos problemas de mante-
nimiento.

➜ Colocación de las sondas:


Para que las sondas sean fiel reflejo de lo
que queremos medir tienen que estar situa-
das en el punto del secadero que más se
ajuste a los valores reales en la masa del ta-
baco.
Un mismo valor de temperatura o de hu-
medad no refleja la misma situación en el in-
terior del secadero si se mide a la entrada del aire, en el centro del secadero o a la sali-
da del aire.
En algunos secaderos, las sondas de temperatura y de humedad están colocadas en
el mismo punto del secadero. Sin embargo, se recomienda que la sonda de la tempera-
tura esté colocada a la entrada del aire al secadero, en el piso bajo y relativamente cer-
ca del centro del secadero. Si la sonda de temperatura está muy próxima a la salida del
quemador alcanzará rápidamente la temperatura deseada y en general, el secadero es-
tará algo más frío de lo programado. Cuanto más separada esté la sonda de la entrada
de aire caliente al secadero, más caliente estará el secadero.
En cuanto a la sonda de humedad se recomienda que sea colocada en el piso alto
del secadero y próximo a la salida de aire del secadero. Si se coloca en el piso bajo o
medio, el secadero siempre tendrá más humedad que la programada.
La colocación de las sondas es importante para tener una idea más aproximada de
las condiciones ambientales reinantes en el secadero. Conociendo los valores existen-
tes en un punto sabremos que más abajo el aire estará algo más caliente y seco, y por
encima de ese punto, el aire estará algo más frío y húmedo.
Como se ha dicho anteriormente, el psicrómetro puede servir como referencia para
saber si las sondas están muy desviadas o no. Teniendo en cuenta que los puntos en los
que se puede colocar el psicrómetro no son los más representativos de las condiciones
existentes en el secadero.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 15
16 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Aspectos previos al curado ➜ 3
La madurez en la recolección
3.1
E
s el primer paso en la obtención del tabaco curado, ya que de alguna forma, el cu-
rado es una continuación controlada del proceso de maduración de la hoja.

La regla más importante en la recolección es "recolectar tabaco maduro y uniforme".

➜ Los síntomas que El tabaco con exceso de nitrógeno,


nos ayudan a decidir si el taba- requerirá más tiempo de curado.
co está maduro son:

■ Color de la hoja:
Debe ser de verde
amarillento a verde
manzana. El color
verde oscuro indica
exceso de nitrógeno
y es recomendable
que la hoja perma-
nezca más tiempo en
el campo.
■ Color de la vena
principal:
Debe ser blanco has-
ta un 70 – 75% de su
longitud.
■ Posición de la hoja:
Debe estar orienta-
da horizontalmente
hacia el centro del
surco. La hoja que
está en posición ver-
tical está falta de
madurez. La hoja

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 17
La hoja de tabaco fisiológicamente madura tiende a caer hacia el surco.

Recolección manual de 4/5 hojas por pasada.


madura tiene más
peso y tiende a caer,
curvándose sobre si
misma.
■ Superficie de la
hoja:
Debe ser abullonada
y de aspecto rugoso.
La hoja falta de ma-
durez tiene un aspec-
to liso, es fina y ape-
nas pesa.

Es importante recolectar cuan-


do la hoja ha alcanzado su madu-
rez fisiológica, ya que es cuando
mayor rendimiento produce. Tan-
to la hoja inmadura como la so-
bremadura dan menor produc-
ción por hectárea. Sin embargo,
siempre es preferible recolectar
algo más maduro que menos ma-
duro para obtener calidad.

18 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
➜ No obstante el ritmo de maduración varía con la posición foliar de la hoja. Un
modelo bastante aproximado del ritmo de recolección /maduración para
plantas con 20-22 hojas útiles sería:

■ Hojas bajeras (tipo P): Son hojas de aspecto liso, pequeñas y redondeadas.
Normalmente, en número de 2-3, tienen tendencia a secarse o a pasarse rá-
pidamente de madurez con lo que tienen poco peso. Si están enteras deben
recolectarse justo en el momento del despunte o no ser recogidas.
■ Hojas bajeras de 2ª recolección (tipo x):
Son hojas de aspecto más rugoso, con más grano, algo más grandes y algo
más picudas. Normalmente, en número de 3, están maduras a la semana o
diez días después del despunte.
■ Hojas medio-bajas (tipo C):
Son hojas más grandes, de aspecto redondeado, de aspecto liso o semirugo-
so dependiendo del grado de madurez. Normalmente, en número de 6 a 7, al-
canzan su madurez
plena a los 30-35 días
El agua depositada sobre la hoja provoca
después del despunte. ennegreciemiento y pudriciones indeseables.
■ Hojas altas (tipo B): En este caso es por condensaciones sobre la puerta.
Son hojas grandes,
algo más estrechas
que las de la posición
foliar anterior, el aspec-
to es más rugoso y tie-
nen más peso. Normal-
mente, en número de
8-9, alcanzan su madu-
rez idónea a los 60-70
días después del des-
punte.
■ Hojas punteras
(tipo T):
Son hojas más peque-
ñas y estrechas que las
de tipo B y son el resul-
tado de un despunte
algo más alto de lo de-
seable. Normalmente,
en número de 4-5, al-
canzan su madurez de
recolección a los 70-
80 días después del
despunte.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 19
Si consideramos que no se deben mezclar diferentes pisos foliares en una misma re-
cogida para no dañar la calidad del tabaco, es necesario realizar un mínimo de 4 reco-
lecciones de 3, 6, 8 y 4 hojas respectivamente, siendo deseable llegar a cinco recoleccio-
nes con una media de 4 hojas por pasada para completar la recolección de las plantas.

Momento de la Recolección
Si es posible, es recomendable recolectar cuando el tabaco está libre de rocío y mantie-
ne su grado de humedad interno adecuado.
La recolección de tabaco mustio o lacio puede ocasionar problemas de sobrecarga
del secadero, así como falta de la humedad necesaria para el amarilleo. Por el contrario,
la recolección de tabaco mojado con rocío provoca defectos en el curado.
Por ello, es deseable recolectar por la mañana cuando ha desaparecido el rocío.

3.2 La uniformidad y las variedades

N
o debemos dejar pasar por alto La recolección de tabaco con diferente grado de madu-
rez dificultará la obtención de tabaco de calidad.
la influencia que tienen sobre el
curado algunas cuestiones im-
portantes como son: la uniformidad del
tabaco y las variedades cultivadas.
El curado del tabaco conlleva tomar
decisiones sobre las condiciones y du-
ración de las distintas fases de curado.
Cuanto más uniforme sea el tabaco,
más fácil será tomar esas decisiones. Si
por el contrario, en un mismo secadero
tenemos tabaco de diferente piso foliar
o con un grado de madurez muy dife-
rente, será imposible obtener un tabaco
de calidad rentable. Así, cuando una
parte del secadero necesite un cambio
de fase, nos encontraremos con que
otra parte aún necesita más tiempo.
Obtendremos tabacos con un grado de
calidad muy diferente, con mezclas, que
exigirán una mayor selección y sin
duda, con un mayor porcentaje de ta-
baco de baja calidad.

20 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
➜ Aunque el objeto de este manual es el curado de tabaco, damos a conti-
nuación una descripción rápida de factores de producción que influyen en la uni-
formidad:

■ El suelo: No mezclar tabaco recolectado de diferentes parcelas.


■ Control de plagas y enfermedades: Especialmente aquellas que afectan a
la sanidad del sistema radicular de la planta, por ejemplo, los nematodos.
Cuando en una plantación el control de nematodos ha sido insuficiente se
observan determinados síntomas en zonas de la misma, como un amarilleo
excesivo, falta de desarrollo y estructura cerrada de las hojas. Este tabaco es
de muy baja calidad.
■ Uniforme distribución de agua y fertilizantes: Debe ajustarse la ma-
quinaria para realizar una distribución uniforme de fertilizantes. Asimis-
mo, deben revisarse los marcos de riego y reposición de boquillas en as-
persores con objeto de tener una distribución uniforme del agua. De lo
contrario, el desarrollo de la plantación será desuniforme y se dificultará
la recolección.
■ Despunte uniforme en altura: Si el despunte es manual y no se corrigen
las habituales diferencias entre alturas de despunte, el tabaco resultante
será diferente.
■ Recolectar un número igual de hojas por planta ayuda a obtener un ta-
baco más uniforme.

No todos estos factores tienen un valor determinante, pero con mucha frecuencia
se suman los efectos negativos con el consiguiente descenso de la uniformidad en la
recolección.

➜ Las variedades de tabaco, también influyen en el curado del tabaco y muy


especialmente el manejo que de ellas se haga. A continuación describimos algunas
cuestiones a tener en cuenta en el curado de las distintas variedades:

■ Variedades de ciclo corto o de madurez temprana: También deben ser


consideradas como variedades de amarilleo corto. Amarillean muy rápi-
damente, en muchos casos en menos de 48 horas y si se prolonga dema-
siado el amarilleo, las hojas tienen tendencia a tomar un color gris. Esto
aún se agrava cuando se sobrefertiliza, ya que se presentan en la misma
hoja un grado de madurez muy diferente, sobremaduro en la punta y
muy verde en la base de la hoja. Se requiere un especial control de la fer-
tilización.
■ Variedades resistentes a virosis y/o nematodos: Tienen tendencia a dar
tabaco verde, por ello se recomienda recolectarlas con un grado de madu-
rez algo mayor que las variedades tradicionales. También es recomendable
reducir algo la fertilización.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 21
3.3 La capacidad de curado

E
s un factor limitante de la calidad final del tabaco curado.Hay que tener en cuenta que
el noventa por ciento del tabaco de una explotación debería ser recolectado en 60/70
días. El período deseable está comprendido entre el 15 de Agosto y el 25 de Octubre.
Esto no quiere decir que no se pueda recolectar posteriormente a esta fecha, pero se puede
tener pérdida de peso y riesgo de heladas.
Si tenemos en cuenta que una hornada requiere una media de 7/8 días, un secadero
puede hacer de 8 a 9 hornadas por campaña. Si el peso medio de una hornada de un seca-
dero de 96 bandejas es de 800 kg., la capacidad de curado óptima de un secadero de 96
bandejas es de 7.000 u 8.000 kilos de tabaco.
Cuando la capacidad de curado no es suficiente, el tabaco se recolectará inmaduro al
principio y sobremaduro o pasado al final de la cosecha. Además, se tenderá a acelerar el
proceso del curado para adelantar el final y con ello se verá mermada la calidad de produc-
to final.
La solución idónea es disponer de más secaderos, consecuentemente de más capacidad
de curado, para poder recolectar tabaco maduro y poder darle su programa adecuado de
curado.No obstante,esta solución requiere más inversiones y por tanto un mayor coste eco-
nómico.
Cuando la falta de capacidad de curado es inferior a un 30% de la producción esperada,
puede ser interesante transplantar una parte de la explotación con variedades de madurez
temprana.Con ello, se adelanta una o dos semanas el inicio de la recolección y se puede reco-
lectar tabaco de forma más continuada,aprovechando al máximo las instalaciones de curado.
En el caso de emplear variedades de ciclo corto o de madurez temprana no se debe so-
brepasar el 25% de la superficie transplantada o, en caso contrario, se agravará el problema
de falta de capacidad de curado.

3.4 Llenado de bandejas y contenedores

L
a calidad final del tabaco curado y en especial la rentabilidad en la operación del cu-
rado depende en gran medida de la forma en que se llenen las bandejas o los conte-
nedores.
El llenado de bandejas o contenedores, cuando se realiza de forma manual, obliga a un ri-
guroso control para garantizar la uniformidad en el proceso de curado.Un llenado deficiente

22 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
de las bandejas va a dificultar el curado y va a afectar a la calidad del producto final.
Los defectos más frecuentes en el llenado de bandejas o contenedores son:sobrecarga de
los mismos y distribución desuniforme de las hojas dentro de la bandeja o contenedor.
No se pueden dar cifras exactas de la cantidad de tabaco con que se deben llenar
las bandejas o contenedores, ya que varía con el estilo de tabaco que tiene la explo-
tación, con el piso foliar que se va a recolectar y con las características del secadero.

➜ No obstante se dan algunas ideas al respecto:

■ Influencia del piso foliar: Las hojas de los pisos bajeros tienen tendencia a
apelmazarse unas contra otras dificultando en gran medida el paso del aire,
es necesario bajar alrededor de un 20% el llenado de bandejas. Lo mismo su-
cede cuando se recolecta tabaco fino o marchito.
■ Influencia de la cantidad y velocidad del aire: La cantidad de hojas que po-
demos colocar en las bandejas o contenedores dependerá también de la fuerza
(presión) que tenga el aire que envían los ventiladores. En el capítulo dedicado
al secadero se explica este concepto que,en esencia,es como sigue:"El aire debe
pasar a través de la masa de tabaco para garantizar un correcto curado. Sin em-
bargo, el tabaco, al estar prensado, opone resistencia al paso del aire. Y opone
más resistencia cuanto más apretado está. Para vencer esta resistencia es nece-
sario que el aire lleve presión". No tiene que ver con la cantidad de aire que im-
pulsan que puede ser alta, sino con la fuerza con que se impulsa.

Bandeja de tabaco uniformemente maduro.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 23
Para aprovechar al máximo la potencia de motores y ventiladores es preciso que el
tipo y el número de correas sean las adecuadas. En caso contrario, el ventilador patinará
y será incapaz de enviar el aire necesario.
Por ello, mejorando estas cuestiones se puede aumentar la cantidad de tabaco por la
bandeja o contenedor, pudiéndose llegar a unas cargas por bandeja superiores a 85 kg.
de tabaco verde que pueden significar cerca de 1.000 kg de tabaco curado por hornada
de 96 bandejas.

El llenado de bandejas con igual peso asegura un curado más uniforme.

La cantidad de hoja en los contenedores varía también con el diseño, pero se puede
considerar que con un correcto uso de las potencias instaladas puede cargarse de 800 a
1.000 kg de tabaco en verde por contenedor.

➜ Una vez fijada la cantidad de tabaco por bandeja o contenedor, que será el re-
sultado de nuestra experiencia con la maquinaria y tipo de tabaco de que disponemos,
será necesario vigilar:

■ Que todas las bandejas o contenedores tengan el mismo peso. Lo ideal


sería pesar todas y cada una de las bandejas. En caso contrario pesar una de
cada tres como mínimo.
■ Asegurarse que el tabaco está uniformemente distribuido dentro de la
bandeja o contenedor, en especial las esquinas donde es más fácil dejar
huecos por donde se puede escapar el aire.
■ Que todas las bandejas o contenedores estén llenos hasta donde hemos fi-
jado. En la carga de los contenedores se debe tener especial cuidado que el ta-
baco quede bien sujeto en las filas de pinchos para evitar que se caiga. La caída
del tabaco tiene un efecto negativo en la calidad, ya que se apelotona e impide
la circulación de aire con las consiguientes pudriciones y/o amarronamientos.

24 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
La carga uniforme de contenedores proporciona un curado más uniforme.

En cuanto a la cuestión de si es preferible o no el empleo de bandejas o contenedo-


res, debemos resaltar que los dos sistemas permiten obtener una buena calidad final, so-
bre todo si las plantaciones son uniformes. El empleo de contenedores está más ligado a
la recolección mecanizada con cosechadoras por falta de la mano de obra necesaria para
la carga y descarga de los secaderos que a la posible mejora de la calidad. No obstante, la

Mecanismo para asegurar el perfecto ensamblaje


entre contenedores, reduce el riesgo de chimeneas.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 25
mayoría de las parcelas de cultivo de tabaco virginia en nuestras zonas tradicionales son
de tamaño pequeño e irregulares por el tipo de suelo, lo que dificulta notablemente la
recolección mecanizada y restringe el uso de contenedores.

3.5 Carga del secadero

A
l igual que en el llenado de las bandejas, es imprescindible verificar que no se
dejan espacios entre ellas o entre los contenedores. Igualmente deben evitar-
se los espacios entre las bandejas o contenedores y las paredes y puertas del
secadero.
Como se ha explicado ante-
riormente, es necesario que el
Las láminas de goma aseguran el paso
del aire a través de los contenedores.
aire pase a través del tabaco y
que no se escape por los espa-
cios libres. Si el aire se pierde
por los espacios libres, el curado
será deficiente e incluso pueden
producir pudriciones y amarro-
namientos o escaldados del ta-
baco.
El diseño de bandejas y con-
tenedores debe permitir que se
acoplen entre sí de manera que
monten unos sobre otros y que-
den perfectamente unidos.
El diseño de los secaderos
también debe contemplar la ne-
cesidad de no dejar espacios
entre la estructura del secadero
y las bandejas o contenedores.
Para ello se emplean pantallas o
faldones de un material flexible,
tipo caucho, que permite la en-
trada de los contenedores. Estos
faldones que se instalan en las
paredes del secadero, obligan al
aire a pasar a través de los con-
tenedores. Es recomendable el

26 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
colocar estas pantallas en tres Evite que el aire se escape por el espacio vacío entre la puerta y
alturas para que en todo mo- los contenedores o bandejas.

mento el aire se vea forzado a


pasar a través del tabaco.
Del mismo modo, se deben
sellar los espacios entre la
puerta y fondo del secadero
con los contenedores o bande-
jas. Para ello, se pueden colocar
planchas de madera o de cau-
cho de suficiente rigidez para
impedir el paso del aire. Es pre-
ferible no utilizar planchas de
gomaespuma ya que son algo
porosas y dejan escapar parte
del aire.
Lo laborioso de la carga y
descarga del secadero es una
de las razones por las que se es-
tán transformado los secaderos
de bandejas en secaderos de
contenedores.

Sistema adecuado de sellado entre puerta y contenedores

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 27
28 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
El proceso del curado ➜ 4
El inicio del curado
4.1
U
na vez lleno el secadero se procede a iniciar el curado. Como hemos indicado an-
teriormente, la hoja de tabaco aún permanece viva y como algo vivo debe ser tra-
tada. Según las condiciones iniciales del tabaco, así deberá actuarse:

➜ Ventilación:
La hoja de tabaco debe recolectarse seca. Las gotas de agua procedente de rocío o llu-
via favorecen el desarrollo de hongos y bacterias en las hojas.
Sin embargo, con frecuencia es inevitable recolectar tabaco mojado. Cuando esto su-
ceda, antes de iniciar el curado, es necesario secar la hoja de tabaco. Para ello, se ventila
el tiempo necesario hasta que el tabaco esté seco. Puede ser necesario ventilar hasta 12
horas.
En general, cuando se hace necesario la ventilación inicial, la temperatura del aire ex-
terior no es alta y, en consecuencia, ese aire exterior no tiene mucha capacidad de secado.

El tabaco recolectado debe estar seco, en caso contrario ventilar con temperatura.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 29
Además, la hoja de tabaco no está lacia y dificulta la circulación del aire a través de las
bandejas o contenedores.
Este periodo de ventilación no debe considerarse nunca como una pérdida de tiem-
po en el proceso de curado. Para que esta ventilación signifique un inicio del curado los
pasos a seguir serían:

■ Ventilar con temperatura: Para ello debemos programar el encendido del


quemador a 2-3º C por encima de la temperatura que marque la sonda de
temperatura seca en el momento de cerrar el secadero, ya que la temperatu-
ra exterior puede haber subido algo y sin embargo el tabaco está frío. Este
aire algo más caliente tiene mayor poder de secado.

■ Homogeneizar el secado: Si se dejan las trampillas permanentemente


abiertas en esta fase, el aire tiende a escaparse rápidamente al exterior, debi-
do a que le cuesta trabajo pasar a través de la masa de tabaco. Programar la
apertura y cierre automático de las trampillas aproximadamente al 75% de
humedad. Este cierre y apertura automática obliga al aire a pasar a través del
tabaco y seca más eficazmente.

■ No perder tiempo: Si la temperatura es baja, es necesario favorecer el seca-


do e irse acercando a las condiciones de temperatura necesaria para el ama-
rilleo. Programar una subida de temperatura suave de 0,5º C o 1ºC por hora.
El aire más caliente secará algo más el tabaco y al final de la ventilación la
temperatura estará más próxima a la necesaria. La subida de temperatura de-
penderá de la inicial. Así, si partimos de 15º C en el exterior, subiríamos 1ºC
cada hora hasta alcanzar unos 27ºC o 28ºC. Si la temperatura exterior es más
alta, por ejemplo 22º C, podríamos subir 0,5ºC cada hora, para acabar a la
misma temperatura de 27º o 28ºC.

La ventilación del tabaco, a las temperaturas indicadas, tiene un efecto beneficioso


para el curado. Un ligero marchitamiento o laciado de las hojas, permitirá un curado más
uniforme y limpio de manchas indeseables.
Durante esta ventilación, ya se está eliminando algo de agua con un coste bajo y no
se corre peligro de que se seque el tabaco fijándose el color verde.
Incluso en tabaco no mojado, es aconsejable un periodo de ventilación moderado de
4 a 6 horas con los citados valores de humedad y temperatura.

➜ Temperatura de inicio:
La temperatura de inicio, como se ha indicado anteriormente, no debe significar un cam-
bio brusco para la hoja. La hoja, al estar viva, reacciona a los cambios ambientales. Si el
tabaco recolectado está a una temperatura ambiente, por ejemplo de 24º , y se arranca
directamente el curado a una temperatura de 34ºC, se producirán efectos negativos en
el proceso.

30 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Por un lado, la hoja tiende a cerrar sus poros o estomas. La hoja con la estructura ce-
rrada, no suda, no amarillea bien y tiene un acabado con síntomas de inmadurez, tiene
un color más pálido y un aspecto liso de plástico. Por otro lado, la subida brusca de tem-
peratura puede provocar que algunas hojas fijen un color verde indeseable.
Hay que iniciar con una temperatura 2-3ºC superior a la que tenga el tabaco e irla su-
biendo suavemente durante la ventilación, para acabar la ventilación con una tempera-
tura de 29º o 30ºC.
A partir de este momento, se cerrarán las trampillas de aire y se subirá la temperatu-
ra de 1ºC a 1,5ºC por hora hasta alcanzar la temperatura de amarilleo.

Fases del curado 4.2


C
omo se ha dicho anteriormente, el proceso de curado adecuado es aquel que per-
mite secar la hoja de tal forma que tengan lugar los cambios necesarios para ob-
tener la mayor calidad posible.
El programa de curado a seguir será el que en cada momento nos pida el tabaco. Tra-
dicionalmente, se ha entendido que el curado de tabaco Virginia debe dividirse en tres
fases: amarilleo, fijación de color y secado de la vena. Sin embargo, la experiencia en cu-
rado de agricultores y técnicos ha modificado esta división.
Las "paradas" en el curado, consistentes en detener la subida de temperatura, se han
traducido, de hecho, en fases intermedias de curado. Algunos productores realizan dife-
rentes escalones durante el curado.
En la mayoría de los casos, se ha identificado cada fase de curado con unas condicio-
nes concretas de humedad y temperatura. Sin embargo, se ha comprobado que modifi-
car las condiciones de humedad y temperatura en una fase de curado, permite continuar
en esa fase e irnos aproximando a la siguiente fase.
Esto, no obstante, no invalida la idea de amarilleo, fijación de color y secado de la vena
como procesos básicos del curado del tabaco.
A continuación describiremos cada uno de estos procesos o fases de curado, así como
las condiciones ambientales adecuadas para cada una de ellas.

➜ Amarilleo:
Esta primera fase del curado debe ser considerada como una continuación de la madu-
ración del tabaco en el campo. La hoja de tabaco aún está viva y activa y así debe conti-
nuar hasta el final de esta fase en el secadero.
El objetivo principal de esta fase se puede considerar conseguido cuando desaparece el co-
lor verde de la hoja,apareciendo de forma simultánea el color amarillo más o menos intenso.Esta
desaparición del color verde se debe a la destrucción de la clorofila por un proceso de oxidación.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 31
Paralelamente a la destrucción de la clorofila, tienen lugar otras transformaciones quí-
micas como es el paso del almidón a azúcar de gran importancia en el sabor y equilibrio
del humo del tabaco.
Un segundo objetivo de esta fase es reducir, de forma progresiva, el contenido de hu-
medad dentro de la hoja. Es deseable, que al final de la fase de amarilleo se haya elimi-
nado entre el 20% y 30% del contenido inicial de humedad.
Los tres parámetros más importantes a controlar durante la fase de amarilleo son la
temperatura, la humedad y la circulación de aire. Existe, sin embargo, una cierta relación
entre temperatura y humedad, siendo necesario controlar correctamente la duración de
esta fase.

■ Temperatura:
El tabaco amarillea a temperaturas que varían aproximadamente entre 32ºC y 43ºC.
Cuando mayor es la temperatura, mayor es la velocidad de amarilleo. El tabaco a 35ºC
amarillea más lentamente que a 40ºC.
Las temperaturas bajas de amarilleo son recomendables cuando el ambiente exterior
es frío. Por el contrario, temperaturas de amarilleo por encima de 41ºC pueden resultar
útiles en un curado deficiente para hojas muy finas.
Aunque la temperatura media de amarilleo se establece en 38ºC, la propia marcha del
curado nos indicará la temperatura de amarilleo que dependerá entre otros factores del
piso foliar y de la velocidad de amarilleamiento.
Cuando se realice el curado de los pisos foliares bajos, que se caracterizan por tener
hojas de cuerpo muy fino, es conveniente no alargar más de 48 o 54 horas el amarilleo.
Periodos de amarilleo más largos provocan amarronamientos, pudriciones y desarrollo
de hongos y bacterias. Por ello, si a una temperatura de amarilleo de 38ºC, a las 48 horas
de amarilleo, persiste el color verde en la hoja, es recomendable subir de forma progre-
siva (0,5ºC por hora) la temperatura hasta alcanzar los 41ºC.
Esta subida de temperatura, además de propiciar una mayor velocidad de amarilleo
impide el desarrollo de hongos y bacterias que mueren a dicha temperatura.
En pisos foliares altos, con más cuerpo y consistencia de la hoja de tabaco, se pue-
de alargar el amarilleo hasta 72 - 80 horas, sin riesgos para la calidad de la hoja cura-
da.
A temperaturas superiores a 43ºC, los procesos de amarilleamiento se detienen por
muerte de las células de la hoja.

■ Humedad:
El amarilleo del tabaco, requiere el mantenimiento de la hoja viva. Esto significa hume-
dades relativas superiores al 80%. Por debajo de esta humedad relativa, el tabaco se seca
y la hoja muere impidiéndose el proceso de amarillamiento adecuado.
Dentro de la fase de amarilleo, deben considerarse dos fases separadas: En primer lu-
gar, la hoja de tabaco se somete a unas condiciones de muy alta humedad, próxima al
100%, que le permitan que sus poros se abran y comience a "sudar". El tabaco que no
suda tiene una apariencia más inelástica y aspecto de falta de madurez (tabaco "slick"

32 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
con estructura cerrada). Esta fase de amarilleo se debe realizar con las trampillas de ven-
tilación cerradas y durante unas 24 a 36 horas. Duraciones más largas, facilitan el desa-
rrollo de pudriciones y alargan la duración del curado. Cuando el tabaco no es capaz de
sudar, por condiciones muy secas, por mal aislamiento o por recolección de tabaco muy
lacio o marchito, se aconseja introducir agua en el piso del secadero para aumentar la hu-
medad relativa.
Pasado este periodo, se continúa el amarilleo con una bajada progresiva de la hume-
dad. Esta eliminación de la humedad no impide que el tabaco siga amarilleando y va
adelantando en el proceso de desecación de la hoja.
Como se ha explicado anteriormente, existe una correlación entre la temperatura del
aire y su capacidad de secar. A temperatura más alta, el aire es capaz de contener más
agua y por lo tanto tiene más poder de secado. Por ello, en esta segunda fase de amari-
lleo, se recomienda subir ligera y progresivamente la temperatura y comenzar la apertu-
ra de trampillas que permiten la eliminación de humedad.
La acción combinada de la subida de temperatura y mayor ventilación tiene la ven-
taja de acelerar el proceso de
amarilleo, detener el desarro- El exceso de nitrógeno se refleja en tabaco
llo de hongos y la eliminación amarronado de difícil curado.
de humedad necesaria para ir
secando el tabaco.
Con esta práctica, la parte
de la hoja que ya está amari-
lla, comienza a secarse con un
color más intenso y, aún se
dan condiciones que permi-
ten que las zonas verdes, en la
base de la hoja, vayan cam-
biando de color.
Con mucha frecuencia, se
recurre a la ventilación del se-
cadero antes de subir la tempe-
ratura de amarilleo. Esto es un
error que provoca un moteado
sobre la hoja que deteriora la
calidad.La entrada de aire exte-
rior, más frío y por tanto con
menos capacidad de retención
de agua, provoca una conden-
sación de agua por enfriamien-
to sobre la hoja. En todas las
fases de curado es imprescin-
dible recordar que el tabaco
no debe nunca enfriarse.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 33
El proceso de secado se produce más por el calor que por la ventilación. La bajada de
humedad se consigue a través de la separación entre los valores de temperatura seca y
temperatura húmeda. Pero es aconsejable que esta separación sea debida a subidas de
la temperatura seca (calor) más que a través de bajadas de la temperatura húmeda (aper-
tura de trampillas de ventilación).

■ Circulación de aire:
Durante la fase de amarilleo, las hojas están enteras y oponen mucha resistencia al paso
del aire. Si el aire no pasa a través de todas las hojas se producirá un curado inadecuado
y desuniforme. Esto es más evidente en las hojas del primer piso, que por su forma pla-
na tienen tendencia a apelmazarse dificultando el paso del aire a través de la masa de
tabaco.
El proceso de ventilación y un ligero marchitamiento de las hojas, ayuda a ahuecar las
hojas y facilita el paso del aire. Para que el aire pueda circular necesita presión suficiente.
Por otro lado, durante la
fase de amarilleo, la elimina-
Tabaco escaldado. El excesivo amarilleo y una subida
brusca de temperatura son sus principales causas. ción de humedad debe ser
lenta. El paso del aire sobre la
superficie de la hoja evapora
humedad. La cantidad de aire
que pasa a través del tabaco
durante la fase de amarilleo
debe ser baja para reducir la
evaporación. Esto se consigue
gracias a los reguladores del
caudal de que disponen algu-
nos modelos de secaderos o
también con el empleo de va-
riadores de frecuencias.

■ Duración del amarilleo:


Cada tipo de tabaco requiere
una duración de amarilleo de-
terminada. Cuando más ma-
duro y amarillo se haya reco-
lectado el tabaco, menor será
la duración. Por el contrario, el
tabaco inmaduro y/o muy
verde requiere mayor tiempo
de amarilleo.
Los tabacos de hoja fina
deben ser amarilleados en
menos tiempo que los tabacos

34 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
de hoja gruesa correspondientes a las posiciones foliares más alta. Como cifras orientati-
vas, los tabacos finos no deberían superar las 60 horas de amarilleo y los tabacos de cuer-
po, las 90 horas de amarilleo. Antes de superar estos valores es preferible dejarlos madu-
rar en el campo.
La experiencia ha demostrado que, en general, alargar la duración del amarilleo su-
pone mejorar la calidad. Principalmente porque la tendencia más frecuente es recolectar
tabaco falto de madurez.
Las variedades de ciclo corto también amarillean más rápido.

Iniciar el cambio de amarilleo cuando aún queda algo de tabaco con zonas verdes.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 35
Un exceso de amarilleamiento provoca una falta de brillo en el tabaco así como la
aparición de zonas grisáceas.

➜ Fijación del color:


También conocida como secado de la hoja o secado de venas finas. En esta fase, la hoja
tiene que cesar su actividad como algo vivo. La acción combinada del calor y la deseca-
ción provocan la fijación definitiva del color de la hoja. En esta fase se seca la lámina de
hoja y las venas secundarias.
Esta fase es la de mayor dificultad, en cuanto a las decisiones que se deben tomar. La
experiencia de cada cultivador es de gran valor para realizarla con éxito. No obstante, se-
guidamente se dan unas recomendaciones sobre la forma de actuar, sobre la tempera-
tura, humedad relativa, movimiento del aire y duración de la fase.

■ Temperatura:
Las temperaturas a partir de
las cuales se produce la fija- Condición ideal de la hoja para iniciar
la fijación de color y secado de vena fina.
ción de color, van aproxima-
damente desde los 44ºC has-
ta los 54ºC. El riesgo de ama-
rronamiento del tabaco es
máximo en esta fase por la
posible combinación de al-
tas temperaturas y altos con-
tenidos de humedad en la
hoja. El uso del psicrómetro
es de gran utilidad en esta
fase, que marca de forma
muy directa el contenido de
humedad de la hoja.
La realización de diferen-
tes paradas en la subida de
temperatura representa un
seguro para una correcta fija-
ción del color. La subida brus-
ca desde la temperatura de fin
de amarilleo (42º -43ºC) hasta
la temperatura de fijación de
color (53º - 54ºC) es, con mu-
cha frecuencia, el error más
grave cometido en el curado.
Esta prisa, se debe, casi siem-
pre, a un alargamiento inne-
cesario del amarilleo.

36 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
A título de orientación es recomendable realizar una parada en la subida de tempe-
ratura entre 48ºC y 50ºC.
Existe una regla de oro consistente en "no superar, de forma simultánea la tempe-
ratura de 50ºC y un contenido de humedad del 50%".
Estos valores corresponden en el psicrómetro a una temperatura seca de 50ºC y en el
termómetro húmedo de 40ºC.

■ Humedad relativa:
En esta fase, la humedad relativa debe bajar desde el 75% en la subida inicial de tempe-
ratura hasta el 50% al final del secado de la hoja o venas finas.
Existe una correlación entre subida de temperatura y humedad que debe coordinar-
se para asegurar el éxito de esta fase.

La forma de operar sería la siguiente:

Tª seca Tª húmeda Contenido humedad

44ºC 39ºC 75%

Si en este momento, la temperatura húmeda fuera más alta, se debe detener la subi-
da de temperatura hasta que se estabilice en los 39ºC. En este momento, se puede con-
tinuar con la subida de temperatura a un ritmo de 0,5ºC/hora o 1ºC/hora hasta:

Tª seca Tª húmeda Contenido humedad

46ºC 40ºC 67%

Si en este momento la temperatura húmeda (o la medida de la humedad relativa) fuese


más alta, se actuará sobre los controles de temperatura y humedad, deteniendo la subi-
da de temperatura y aumentando algo la ventilación hasta que se estabilicen los valores
en lo deseado.

A partir de aquí, reiniciamos la subida de temperatura a un ritmo de 1ºC/hora hasta:

Tª seca Tª húmeda Contenido humedad

48ºC 40ºC 60%

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 37
Un curado con baja humedad produce tabaco más pálido y con zonas verdosas en la hoja.

Actuamos de forma idéntica a la descrita anteriormente hasta alcanzar la temperatu-


ra de seguridad de 50ºC. En esta temperatura ya se está secando la hoja y se reduce el
riesgo de amarronado. No debe considerarse esta parada como una pérdida de tiempo
ya que se está secando la hoja, aunque a una menor temperatura. El secadero debe man-
tenerse en estas condiciones hasta que (más o menos) las hojas del primer piso están se-
cas en un 90%. En este momento, se puede subir a un ritmo de 1ºC por hora hasta al-
canzar los 54ºC de temperatura seca, sin sobrepasar los 42ºC en el termómetro húmedo.
Como se ha explicado, existen dos formas de mantener la humedad relativa en las ci-
fras señaladas: deteniendo las subidas de temperatura y aumentando la ventilación por
apertura de trampillas. Sin embargo, es preferible la primera forma, ya que el tabaco re-
sultante es de mejor calidad y el consumo de energía menor.

■ Circulación de aire:
Durante esta fase del curado, es necesario eliminar la humedad interior de la hoja. Al co-
menzar la fijación de color, el tabaco debe estar completamente lacio y algo seco. Por
ello, el caudal de aire circulante aumentará para secar más rápidamente la hoja.
En el caso de que el secadero disponga de regulador de caudal, se situará en la posi-
ción intermedia alta.

■ Duración de la fase:
No conviene acelerar esta fase. El dar el tiempo necesario, ayudará a mantener la calidad
potencial del tabaco. El acabado final de la hoja será de mayor brillo e intensidad de co-
lor cuando se mantenga un mayor contenido de humedad.
Las prisas en la eliminación de la humedad provocan que la hoja cierre su estructura
y de alguna forma pierda calidad.

38 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
El tiempo que se alargue esta fase, no estará perdido del todo, ya que se va eliminan-
do agua. La fase posterior, se acortará en la medida de que el tabaco llegue algo más seco
a ella. Y por otro lado, se reduce el consumo de energía al reducir la temperatura de ex-
pulsión del aire.
Se puede considerar que esta fase ha terminado cuando toda la lámina y parte de la
vena principal están secas.

➜ Secado de vena gruesa:


El objetivo de esta fase es eliminar todo el agua contenida en la vena principal. Si las ve-
nas principales no se secan del todo, el tabaco resultante pierde gran parte de su valor
comercial y corre el riesgo de estropearse una vez enfardado.
Las condiciones de temperatura y humedad al final de la fase de fijación de color no
serían suficientes para el secado total de la hoja a tiempo.

■ Temperatura:
A mayor temperatura, el secado de la vena es más rápido, pero tiene efectos negativos
sobre el valor comercial y cualitativo del tabaco. La temperatura recomendada está en-
tre 66ºC y 71ºC.
Cuando la temperatura supera los 73ºC, se produce una caramelización de los azú-
cares, el tabaco toma un aspecto de tostado y su sabor en el fumado es más áspero. A
temperaturas altas, también se produce una pérdida de aromas y elasticidad del tabaco.
Por ello, es deseable, si se dispone de suficiente capacidad de curado, el realizar esta
fase de curado a temperaturas de 66ºC a 68ºC. Además de mejorar el acabado del taba-
co se reduce el consumo energético al reducir las pérdidas de temperatura.

En el centro tabaco con color intenso forzado en el curado, en general no deseable.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 39
■ Humedad relativa:
El método para controlar la humedad relativa es similar al seguido en la fase de fija-
ción de color. Al inicio de esta fase, la humedad relativa debe ser de un 40% y al final
de la fase debe bajar hasta el 10% aproximadamente.
Si cuando se ha cambiado de fase de fijación de color a secado de la vena, el conte-
nido de agua en la hoja fuera muy alto, se producirá una subida del valor del termó-
metro húmedo del psicrómetro por encima de 45ºC.
Si esto sucede, se debe detener la subida de temperatura hasta que la lectura de tem-
peratura del termómetro húmedo baje de 45ºC. Esperar y posteriormente continuar
con la subida de temperatura.

■ Circulación de aire:
El tabaco ya no ofrece resistencia al paso del aire. Sin embargo, a mayor caudal, más rápido
se secará la vena.
Conviene, no obstante, hacer la siguiente observación: Si se realiza el secado de la vena
con las trampillas de ventilación abiertas, la salida del aire al exterior es muy rápida y parte
de las bandejas situadas en el piso alto del secadero, reciben menos aire y se secan peor. Por
ello, es conveniente que estas trampillas de ventilación se abran y cierren periódicamente.
Con ello, además de reducir el consumo energético, se producirá un curado más homo-
géneo y uniforme del tabaco.

■ Duración de esta fase:


Depende principalmente del piso foliar que condiciona el contenido de agua de la
vena principal. Los pisos foliares más altos tienen más agua que los pisos bajos y tar-
dan más tiempo en secar totalmente la vena.
La cantidad de agua eliminada en las fases anteriores también condiciona la dura-
ción de esta fase. La idea que se trata de transmitir es que es necesario eliminar agua
desde el principio del curado pero a un ritmo adecuado.
Se puede considerar finalizado el curado cuando las venas del tabaco situado en
la parte delantera del secadero se rompen al "chascarlas" . Si existe alguna duda, con-
viene dejar alguna hora más con las trampillas de ventilación cerradas, para que el
aire caliente pase a través de todas las zonas del secadero.

4.3 Los cambios de fase

V
amos a dedicar un espacio a los cambios de fase de curado ya que son los mo-
mentos en los que las decisiones son más difíciles y tienen una mayor influencia
en el resultado final del curado.

40 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
En el proceso de aprendizaje del curado de tabaco Virginia, se ha considerado cada fase
como un escalón y los cambios de fase se realizan de forma rápida. La experiencia de culti-
vadores y técnicos ha demostrado que los cambios tienen que ser suaves y escalonados.
Hay que tener en cuenta que cuando se realiza un cambio de fase y pasamos, por ejem-
plo, de amarilleo a fijación de color, el tabaco no detiene un proceso e inicia otro. En este
caso, inicia la fijación de color pero sigue amarilleando.
La práctica habitual es esperar a los síntomas que indican que el tabaco ya ha finalizado
totalmente la fase en la que está y proceder al cambio de fase.
Es recomendable realizar los cambios de fase adelantándose al momento en que el ta-
baco presente todos los síntomas que indican que la fase de curado ha terminado.
Por ejemplo, es preferible iniciar el cambio de amarilleo a fijación de color cuando toda-
vía se ve alrededor de un 10% de zonas verdes en la hoja, en lugar de esperar a que esté to-
talmente amarillo.
Al adelantar el momento del cambio de fase se gana tiempo. Pero, si este cambio es muy
brusco, se pueden producir defectos en el curado. Es conveniente, por tanto, que las subidas
de temperatura sean más suaves. De esta forma, se ve cómo reacciona la hoja al cambio de
fase y se puede corregir cualquier posible defecto de curado.
Si para "ayudar" a la desaparición de color verde en el amarilleo quieren subir 4ºC la tem-
peratura (de 39º a 43ºC), se puede subir 1ºC cada hora y se tardará cuatro horas en llegar a
la temperatura deseada. Pero si tenemos previsto hacerlo, es preferible empezar la subida
cuatro horas antes y subir 0,5ºC cada hora.Y aún sería más deseable,si es posible hacerlo por
los controles del secadero, empezar la subida doce horas antes y subir 0,5ºC cada dos horas
o 0,25ºC cada hora.
Con estas subidas se ha empleado el mismo tiempo y sin embargo la temperatura ha
sido algo más alta (ha amarilleado algo más rápido y eliminado algo de humedad).
En el cambio de fase de fijación de color a secado de vena el criterio debe ser algo
diferente. Observar
la reacción del taba- Cuando la desuniformidad es significativa,
la subida de temperatura suave permite un mejor curado.
co a las subidas de
temperatura. Si su-
biendo 1ºC por hora,
la temperatura del
termómetro húme-
do no sube por enci-
ma de los 45ºC se
puede subir a 2ºC
por hora e incluso
hasta 2,5ºC por hora,
ya que lo que intere-
sa es alcanzar pron-
to la temperatura de
secado de vena prin-
cipal.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 41
4.4 Acondicionamiento

F
inalizado el secado de la hoja y vena del tabaco, no se puede manipular el taba-
co ya que se rompe al tocarlo. Por ello, es necesario devolverle humedad, que de-
berá ser del 16%.
Más humedad aumenta el riesgo de fermentación en el fardo y menos humedad
provoca pérdidas por rotura de hojas. El tacto nos da la idea de cómo está el tabaco,
no debe sonar al tacto, pero tampoco tener el tacto de un trapo.
Para dar la humedad necesaria, se suministrará a través de unos pulverizadores si-
tuados a la salida de la ventilación. No es aconsejable humectar el tabaco a tempera-
turas altas, pero, por otro lado,
humectar a temperatura baja Excelente tabaco curado en bandejas,
requiere mucho más tiempo resúmen de unas buenas prácticas de manejo del curado.
para acondicionar el tabaco.
Es recomendable, una vez
acabado el curado, abrir las
trampillas de ventilación para
que se enfríe el tabaco. La in-
yección de agua produce un
enfriamiento mucho más rápi-
do del aire. Cuando la tempe-
ratura esté alrededor de 50ºC
se puede proceder a la hu-
mectación. El inicio de la hu-
mectación acelera el enfria-
miento del aire y permite ga-
nar tiempo, ya que como he-
mos repetido a lo largo de los
puntos anteriores, el aire ca-
liente se carga antes de hume-
dad y puede humectarse más
rápido al enfriarse después.
El aire frío coge poca hume-
dad y humecta más lentamen-
te, con lo que se pierde tiempo
de secado y en consecuencia,
se produce una disminución de
la capacidad de curado.

42 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Grados Contenido

e l
Centígrados humedad
100%
70º

Temperatura seca 90%

c u r a d o
65º
80%

d e l
60º
70%

55º 60%
Gráfico de programa de curado tipo

t a b a c o
50%
50º
Tª humedad máxima
40%
45º
30%

v i r g i n i a
40º
20%
Tª humedad mínima

e n
35º 10%

6 12 18 24 30 36 42 48 54 60 66 72 78 84 90 96 102 108 114 120 126 132 138 144


Horas

E s p a ñ a
43
44 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Consideraciones económicas ➜ 5
Programa y manejo del curado
5.1
U
na correcta aplicación de los conceptos descritos en el capítulo dedicado a las fa-
ses del curado es de gran utilidad para conseguir importantes ahorros de consu-
mo de combustible y de electricidad.
Pero es necesario recordar que la calidad potencial del tabaco no debe verse merma-
da por el objetivo de reducir costes.

Los tres pilares en los que se basa un programa de curado de calidad con reduc-
ción de consumos energéticos son:
➜ Eliminación constante de agua de secado.
➜ No sobreventilar.
➜ Finalización de todas las fases del curado a su tiempo.

Estos tres conceptos merecen una atención especial:

➜ Eliminación constante de agua:


El tabaco antes de ser curado tiene entre un 75% y un 85% de agua. Esto significa que un
secadero al inicio del curado con 5.000 kg. de tabaco verde, tendrá que eliminar alrede-
dor de 4.000 kg. de agua para obtener unos 1.000 kg. de tabaco seco.
Si el secadero permanece mucho tiempo sin abrir las trampillas de ventilación, nece-
sitará más tiempo o más temperatura para la eliminación posterior del agua.
Más tiempo o más temperatura significan un mayor consumo de electricidad y de
combustible.
El amarilleo es la fase del curado en la que se puede permanecer durante más tiem-
po sin abrir las trampillas de ventilación. A veces, se mantiene más de 50 horas sin venti-
lación, sin eliminar prácticamente nada de agua, con una humedad relativa del 100%.
Sin embargo, si una vez que se ha alcanzado una humedad próxima al 100% se inicia
una eliminación progresiva de agua, manteniendo el control de humedad entre el 90%
y 95%, se producirá un cierre y apertura automática de las trampillas de ventilación con
una evacuación de agua.
Esta eliminación de agua significa un paso más en el secado. Por otro lado, el agua
evaporada es expulsada al exterior con el aire y cuando más caliente sea este aire, más
gasto de combustible se está produciendo.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 45
➜ No sobreventilar:
Se ha comprobado que aumentar la ventilación en todas las fases de curado, en especial
en la de fijación de color y en la de secado de vena, aumenta de forma significativa el
consumo de combustible.
Una medida de la ventilación que se está dando al tabaco es el valor de la tempera-
tura que marca el bulbo húmedo del psicrómetro. Cuando mayor es la lectura de la tem-
peratura del bulbo húmedo del psicrómetro, mayor es el contenido de humedad y me-
nor está siendo la ventilación.
Para las mismas temperaturas del bulbo seco del psicrómetro, a lo largo de las distin-
tas fases de curado, se ha comprobado que aumentar 1ºC la temperatura del bulbo hú-
medo reduce el consumo de combustible alrededor de un 10%. Del mismo modo, au-
mentar la temperatura del bulbo húmedo 2ºC reduce el consumo cerca de un 20%.
Este mayor contenido de humedad no significa una mayor duración del curado, pues
la hoja de tabaco va entregando más fácilmente su contenido de agua cuanto más sua-
vemente se produce su desecación.

➜ Finalización a tiempo del curado:


Tiene mucho que ver con la duración de cada fase del curado y con la forma en que se
realizan los cambios de fase.
Siempre volvemos a la idea de que la hoja de tabaco está viva durante gran parte del
proceso de curado y por lo tanto, reacciona a los cambios ambientales dentro del seca-
dero. Así, cuanto más bruscos son los cambios de fase, más se cierran los poros de la hoja
y por tanto ofrece más resistencia a eliminar su agua. Por ello, se recomiendan subidas de
temperatura de 0,5ºC por hora e incluso algo inferiores.
Estos cambios de fase
más suave deben ir acom- La uniformidad en la madurez facilitará las decisiones de curado.
pañados de un adelanto
proporcional en el momen-
to que debe realizarse el
cambio. Esto es especial-
mente significativo en la fi-
nalización del amarilleo.
También se produce un
retraso en la finalización
del curado cuando se sube
la temperatura bruscamen-
te 2 – 3ºC por hora para
conseguir el secado de
vena principal. La vena
principal también tiene po-
ros o estomas y si se secan
muy rápido dificultan el se-
cado de su interior.

46 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
También tiene mucho que ver con la rápida finalización del curado el llenado unifor-
me del secadero y de las bandejas o contenedores. Si este llenado es desuniforme, el aire
tendrá tendencia a pasar por las zonas menos cargadas y necesitará más tiempo para se-
car las zonas más cargadas del secadero.

Recolección del tabaco


y carga del secadero
5.2
L
a madurez del tabaco y la carga del secadero tienen una gran influencia sobre la
duración de las fases del curado y sobre la finalización del mismo y en consecuen-
cia, sobre el consumo energético.

Uniforme curado de tabaco en contenedores.

La hoja de tabaco fisiológicamente madura tiene su estructura celular más abierta y per-
mite una mejor eliminación de agua. Asimismo, tiene un color verde menos intenso y
amarillea en menos tiempo. Esta menor duración del amarilleo se refleja en un ahorro de
combustible.
El tabaco con síntomas de falsa madurez provocada por ataques de nematodos, falta
de nitrógeno o con problemas de manejo, no responderá de manera adecuada en el pro-
ceso de curado. El tabaco con síntomas de estrés por daños en las raíces tendrá una es-
tructura más cerrada que retrasará su curado.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 47
La carga uniforme del secadero, bien con bandejas o contenedores, afecta a la ca-
lidad del tabaco curado y a la eficacia del mismo. El tabaco colocado en bandejas o
contenedores ofrece siempre una resistencia al paso del aire. Si existen espacios en-
tre las bandejas o contenedores o entre ellos y las paredes del secadero, el aire ten-
derá a escaparse por ellos. Igualmente, si el tabaco está más apretado en unas ban-
dejas y más flojo en otras, el aire pasará más fácilmente por las bandejas con menos
tabaco.
El resultado, en ambos casos, será que el curado es desuniforme. Se pueden pro-
vocar pudriciones en las zonas donde no pasa el aire y las zonas con exceso de aire
tendrán peor acabado e incluso pueden quedar verdes.
Además, tendrán un curado más largo ya que unas zonas del secadero necesitarán
más tiempo para finalizar el secado. Este mayor tiempo significará un mayor consumo
de electricidad y combustible.

La colocación orientada de las hojas en el contenedor no


es imprescindible pero asegura una mejor circulación.

48 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Diseño del secadero
5.3
E
l diseño del secadero, en cuanto se refiere a aislamiento y recuperadores de ca-
lor, tiene una incidencia decisiva, no solo en el ahorro de combustible sino tam-
bién en la calidad de la hoja curada.
El aislamiento más empleado es la espuma de poliuretano. Una capa de 2 a 3 cm
en suelo y paredes puede llegar a representar un ahorro de un 20% del consumo de
combustible. Sin embargo, es necesario que este aislante no esté al aire libre ya que
se pueden desprenderse trozos del mismo y mezclarse con el tabaco. El tabaco cura-
do tiene que estar exento de todo tipo de materias extrañas y éstas los son. Por ello,
se recomienda proteger este aislante con chapa, de forma que se impida la rotura del
mismo.
Los recuperadores de calor basan su efectividad en el proceso de calentamiento
del aire entrante al ponerse en contacto con unos conductos de salida del aire del se-
cadero. El aire que tiene que ser expulsado del secadero en vez de salir a través de las
trampillas tradicionales, sale a través de unos tubos metálicos que se encuentran en
la entrada del aire exterior.
Este calentamiento del aire entrante se traduce en dos ventajas. Por un lado, al en-
trar el aire más caliente, el quemador se enciende menos veces para mantener la tem-
peratura programada, lo que se traduce en un menor consumo y reducción de costes.
Por otro lado, el aire entrante al calentarse, evita el enfriamiento brusco del tabaco
con lo que se reducen condensaciones y pérdidas de calidad.
También se puede reducir el consumo de combustible programando la apertura y
cierre de trampillas, de forma que éstas se cierren automáticamente cuando se en-
ciende el quemador. Así se evita el exceso de consumo provocado por la expulsión
del aire recién calentado al exterior.
Cuando se realice esta modificación en el programador, se deberá modificar el
programa de curado propiamente dicho. Será necesario eliminar agua más suave y
más constantemente acortando las fases de curado. Esto es debido a que cuando se
quiera bajar la humedad, esta bajada será más suave, ya que al expulsar aire cargado
de humedad y producirse la entrada del aire exterior, el secadero se enfriará, arranca-
rá el quemador para mantener la temperatura y simultáneamente cerrará las trampi-
llas frenando la eliminación de humedad.
Este mecanismo de funcionamiento a la vez que reduce el consumo energético
tiene un efecto beneficioso sobre la calidad del tabaco curado. Como se ha dicho con
reiteración, esta eliminación más suave de la humedad abre los poros o estomas de la
hoja facilitando el curado y mejorando la estructura y acabado de la hoja.

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 49
5.4 Sistema de curado en cadena

E
ste es un sistema de curado que ahorra energía al introducir el aire sobrante de
un secadero en otro secadero.

Al reutilizar el aire caliente que en condiciones normales iría al exterior, se produce


un ahorro de combustible.
Para la impulsión del aire emplea un único ventilador por lo que se consigue tam-
bién un ahorro de energía eléctrica.
La utilización de este sistema de curado requiere ciertas condiciones de dimensión
y manejo.
Cada unidad de curado debe disponer de tantos secaderos como días de curado se
empleen en cada hornada. El número ideal de secaderos es de ocho. Si tenemos en
cuenta que un secadero estándar, de 96 bandejas, puede secar entre 8.000 y 9.000 kg
de tabaco al año, la producción de la explotación debe estar como mínimo entre
70.000 y 80.000 kg por unidad de curado.
Se recolecta un secadero cada día, de forma que cuando se tienen todos llenos, ha-
brá secaderos en todas las fases de curado. Así, cuando un secadero esté a 72ºC, el si-
guiente estará a 66ºC, el siguiente a 60ºC, el siguiente a 54ºC, el siguiente a 48ºC y así
sucesivamente.
El aire al pasar a través del tabaco coge humedad y se enfría. Este aire más frío y más
húmedo pasa al siguiente secadero donde se enfría algo más y coge más humedad,
repitiéndose este hecho en cadena.
En realidad, es como si en vez de ocho secaderos convencionales tuviéramos un
único y enorme secadero con ocho pisos o compartimentos.
Ahí radica otra de las limitaciones del sistema: el tabaco que se recolecta tiene que
tener un grado de madurez muy similar en los ocho secaderos. De lo contrario, habría
tabaco en algunos secaderos que no estaría curándose en las condiciones de hume-
dad y temperatura deseables.
Las explotaciones que utilizan este sistema necesitan un riguroso seguimiento del
curado. Pero tienen como ventaja el ahorro energético que puede ser superior al 20%.

50 e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a
Los intercambiadores de calor situados en la parte superior
consiguen un ahorro significativo de combustible

e l c u r a d o d e l t a b a c o v i r g i n i a e n E s p a ñ a 51

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