El Creacionismo

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TEORIA DEL CREACIONISMO

ETICA 2020- YISEL TRIVIÑO

SAMANTA SALINAS- FELIPE SILVA- SOPHIA FERREIRA- SANTIAGO ORTEGON- CAMILO


RODRIGUEZ- MARIA JOSE BARRIOS

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INTRODUCCION:

El propósito de la creación es un tema que interesa a cada ser humano en algún punto de su vida. 
Todos, en uno u otro momento, nos hacemos la pregunta: “¿Por qué existo?”; o: “¿Con qué
propósito estoy aquí en la tierra?” 

La variedad y complejidad de los sistemas intrincados que constituyen la sociedad de los seres
humanos y el mundo en que ellos existen, indican que tiene que haber existido un Ser Supremo
que los creó.  El diseño apunta a un diseñador. Cuando los seres humanos se encuentran con
huellas en una playa, concluyen inmediatamente que un ser humano caminó previamente por allí
poco tiempo antes.  Nadie imagina que las olas del mar se han establecido en la arena y por
casualidad se produjo una depresión que se parece a las huellas humanas exactamente.  Ni
tampoco los seres humanos concluyen instintivamente que cobraron existencia sin un propósito.
Siendo que el actuar con un propósito es un producto natural de la inteligencia humana, los
humanos concluyen que el Ser Inteligente y Supremo que los creó lo debe haber hecho con un
propósito específico.  Por consiguiente, los seres humanos necesitan conocer el propósito de su
existencia para poder dar un sentido a sus vidas, y hacer lo que es finalmente beneficioso para
ellos mismos.

Y por eso mismo para poder comprender muchas de las teorías del creacionismo de tiempos
remotos, se hará la explicación de los pensamientos de los, hindúes, babilonios y egipcios.
El origen del mundo según los hindúes.
En cuanto a la creación del mundo en la mitología hindú existen varios famosos relatos que se
completan el uno al otro, dándonos información sólida sobre las creencias creacionistas de esta
religión.

Mito de Adikumbeshvara

Shiva como el señor de la jarra primigenia, una jarra creada con barro y la famosa Amrita, el néctar
de la inmortalidad. Shiva mando a crear esta jarra donde introduciría los vedas o el conocimiento y
las semillas de la creación de todas las criaturas que habitan el mundo.

Mitología hindú- Naraka el inframundo

Representación de Naraka, el inframundo hindú

Una vez creada, Brahma la adornaría y la colocaría en las aguas que cubren el mundo después del
diluvio regenerador (ya que cada eón, Vishnú en su apariencia de destructor, incendia el mundo
hasta las cenizas y da paso a un diluvio regenerador que cubre el mundo y lo prepara para el
próximo renacer, volviendo al ciclo o samsara). Después de vagar, Shiva se aparece en su aspecto
de Cazador y le dispara una flecha liberando de este modo todas las semillas de la creación y
creando de nuevo el mundo.

Mito de Vishnú el creador

En esta versión Vishnú toma el papel creador, una vez pasado el fuego destructor y el diluvio
regenerador, Vishnú se recuesta sobre su serpiente de mil cabezas, Shesha y adopta el aspecto de
Narayana, el que flota en las aguas, con su esposa Lakshmi y de su ombligo nace un loto sobre el
que está Brahma. Una vez que despierta Vishnú, comienza la creación.

Mito del huevo dorado

La otra versión es la que trata sobre Hiranyagharba, el huevo dorado de la creación, nacido de la
unión de Purusha, el espíritu y Prakriti, la materia. Este huevo es depositado en las aguas
primigenias del diluvio. Pasado un tiempo, Brahma rompe el huevo, creando con su cáscara el
cielo y la tierra, con la membrana interior las montañas y nubes y niebla, y con las venas y fluidos,
los ríos y océanos.
El origen del mundo según los babilonios:
Cuando el mundo todavía no existía, sólo inmensos remolinos de agua y fango se
extendían, informes, en el espacio infinito. Había una gran oscuridad, en la que
borbotaban las olas inquietas, en tanto que ciegas sacudidas y formidables huracanes
agitaban acá y allá a la materia: nada más.

Con todo, dos seres vivían tranquilamente en aquella noche cenagosa: Apsu, el espíritu
del abismo, del espacio sin límites, y Tiamat, el espíritu de las aguas. Sería muy difícil
imaginárselos: los mismos babilonios no tenían ideas muy precisas a este propósito, y en
el fondo, se limitaban a decir que eran dos seres de formas monstruosas. Cuando
trataban de representárselos, dibujaban extrañas figuras con cierta semejanza con las
máscaras de Carnaval, que no carecían de una cierta eficacia. Sea como sea, a Tiamat, se
le atribuía el sexo femenino.

Nacimiento de los Dioses


En determinado momento, la masa de las aguas se mezcló con el abismo, y de esta unión,
comenzaron a nacer dioses semejantes a enormes serpientes, a dragones alados, a aves
de rapiña; y durante mucho tiempo, esos toscos seres divinos se agitaron en la confusa
noche junto con las arremolinadas aguas. De éstas, nacieron, por fin, tres divinidades muy
poderosas: Anu, el dios del cielo, Bel, el dios de la tierra, y Ea, el dios de los océanos.
Pero los dos seres primitivos, Apsu y Tiamat, no se mostraron en modo alguno conformes
con el nuevo estado de cosas. Uno y otro eran demonios torpes y tardos, como es natural,
tratándose de dos espíritus siempre inmersos en una noche sin fin y en una lenta corriente
de agua; los nuevos dioses, en cambio, eran ágiles e inquietos, porque en ellos, la vida
había tomado forma y había iniciado su infatigable actividad. Apsu se lamentaba de esta
manera:
—Durante el día, no tengo un instante de paz, y de noche, no puedo pegar los ojos con
todos esos seres que me trastornan. Quiero exterminarlos y restablecer el gran silencio a
que estábamos acostumbrados—.
Hablaba, en suma, a excepción del proyecto exterminador, como podría hablar un viejo
abuelo a quien los nietos alborotadores hubiesen turbado la paz. Tiamat no estaba de
acuerdo con su compañero en lo de destruir a su descendencia, pero Apsu estaba resuelto
a eliminarla, y para asegurar el golpe, había tomado los servicios de Mummu, un espíritu
inferior, el cual existía desde antes del nacimiento de los nuevos dioses, y a quien Tiamat
había dado el encargo de tener a raya el tumulto de las aguas.
La creación del mundo según los egipcios:
El nacimiento de los Dioses;
Al principio, en medio de las tinieblas, sólo existía un océano infinito de aguas inmóviles,
el cual se llamaba Nun. Y así, de este océano, emerge Amón-Ra, el dios del Sol, sin padre
ni madre. Ha nacido del océano. Ha nacido el primer dios.
Aparece en la cima de una colina saliendo de Nun y escupe a Shu, dios del aire, y a Tefnut,
diosa de la humedad. Y juntos engendran a Gueb, el dios de la tierra, y a Nut, la diosa del
cielo… Y Gueb y Nut dan nacimiento a los demás dioses egipcios. De esta forma, nace el
universo.
Pero el océano Nun no desaparece, sino que rodea el cielo. Ante esto, los egipcios temen
que se vierta sobre la tierra inundándola. Por eso, ante este miedo que provoca esta
situación, representan este océano con la forma de un lago sagrado junto a sus templos.

El nacimiento de los Hombres;


Una vez que el universo está en su lugar, deben nacer los hombres, que después serán
faraones.
Los egipcios consideraron como creador de los hombres al dios con forma de carnero
llamado Jnum. En su torno de alfarero fue modelando el cuerpo humano, y también su
alma, preocupándose especialmente en formar a los futuros faraones, y darle su ka, es
decir, su energía vital.

Conclusión:
Con la realización de esta pequeña investigación sobre la creación del hombre cabe
destacar que cada ser tiene la libertad de creer en lo que él piense que sea la respuesta
correcta sin ser juzgados o persuadidos para que cambien de opinión.
Aunque cabe mencionar que no sólo debemos de aferrarnos a una sola y única verdad,
sino que debemos de ser abiertos a las posibilidades de que nuestra creencia llegué a ser
errónea.
En nuestra opinión todos los mitos y acepciones de la aparición del hombre sobre la tierra
son ciertos, ya que cada historia es verdadera considerando el lugar de donde provenga.

BIBLIOGRAFIAS:
Autor desconocido, k. (2009) Creación del hombre- UACM(Bing).
Carracedo C, N (2001) La creación del universo: Cuentos y leyendas.
Schleberger, E, Editorial. Abada, (2004)
Anna Dallapiccola Editorial: Akal 2006

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