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    Novena en Honor Del Padre Eterno

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    Adriana Espinosa
    Este documento presenta una novena en honor al Padre Eterno. Comienza con una invocación al Señor para bendecir su nombre y purificar el corazón, seguido de un acto de contrición por los pecados cometidos. Luego contiene oraciones como el Padre Nuestro y la Santísima Trinidad, para honrar y alabar al Padre Eterno como creador de todo y fuente de amor y misericordia.

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    Novena en Honor Del Padre Eterno

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    Adriana Espinosa
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    Este documento presenta una novena en honor al Padre Eterno. Comienza con una invocación al Señor para bendecir su nombre y purificar el corazón, seguido de un acto de contrición por los pecados cometidos. Luego contiene oraciones como el Padre Nuestro y la Santísima Trinidad, para honrar y alabar al Padre Eterno como creador de todo y fuente de amor y misericordia.

    Descripción original:

    Día 1

    Título original

    NOVENA EN HONOR DEL PADRE ETERNO (1)

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    Este documento presenta una novena en honor al Padre Eterno. Comienza con una invocación al Señor para bendecir su nombre y purificar el corazón, seguido de un acto de contrición por los pecados cometidos. Luego contiene oraciones como el Padre Nuestro y la Santísima Trinidad, para honrar y alabar al Padre Eterno como creador de todo y fuente de amor y misericordia.

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    Novena en Honor Del Padre Eterno

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    Este documento presenta una novena en honor al Padre Eterno. Comienza con una invocación al Señor para bendecir su nombre y purificar el corazón, seguido de un acto de contrición por los pecados cometidos. Luego contiene oraciones como el Padre Nuestro y la Santísima Trinidad, para honrar y alabar al Padre Eterno como creador de todo y fuente de amor y misericordia.

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    NOVENA EN HONOR DEL PADRE ETERNO

    Por la señal de la santa cruz


    De nuestros enemigos
    Líbranos Señor, Dios Nuestro.
    En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    INVOCACIÓN

    Abre, Señor, mis labios para bendecir tu santo nombre, purifica mi corazón de todos
    los vanos, perversos y ajenos pensamientos para alabar tu poder, ensalzar tu
    sabiduría y glorificar tu amor; ilumina mi entendimiento para conocerte en cuanto
    pueda; inflama mi afecto para amarte como mereces ser amado y dame tu divina
    gracia para que mereciendo hablar dignamente contigo, alcance también ser oído
    en la divina presencia de Tú augusta Majestad. Amén.

    ACTO DE CONTRICIÓN

    ¡Oh, Padre Eterno! Creador mío, amor de mi alma y dueño de mi corazón; quisiera
    ¡Oh Dios amable! no haber pecado jamás; pero ya que te he ofendido permíteme
    que te diga como el Padre San Agustín: “¡Oh Hermosura tan admirable que tarde
    he llegado a amarte!” Me pesa, Oh Padre Santo de no haberte consagrado mis
    afectos desde que te conocí, me pesa, Oh Padre misericordioso, de no haberte
    entregado mi corazón desde que supe que eres mi Dios; me pesa Oh Padre
    piadoso, de no haberte amado constantemente desde que supe que era tuyo. Yo te
    prometo, pues, Oh Dios tres veces Santo, no cometer pecado alguno y para esto no
    me niegues los preciosos auxilios de tu gracia, y dame un verdadero espíritu de
    penitencia para que llorando mis pecados como es debido y amándote como al
    único objeto de mi amor, merezca no sólo el perdón de todos ellos en esta vida, sino
    además la eterna bienaventuranza en la otra. Amén.

    Creo en Ti ¡Oh Padre piadoso! Porque siendo Creador de los cielos y de la tierra
    Eres también mi Señor
    Padre nuestro y gloria…

    Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, Líbranos Señor de todo mal. (se repite
    nueve veces)
    Te amo ¡Oh Padre amable! Por el Espíritu de amor Que me diste para que fuera Mi
    Dulce Consolador
    Padre nuestro y gloria…
    BENDITO

    Bendito sea el Padre Eterno, que todas las cosas crea con su poder, las gobierna
    con su sabiduría y las dirige a su mayor honra y gloria. Bendigámosle porque nos
    dio a su amado Unigénito por nuestro Salvador y a su divino Espíritu por nuestro
    glorificador.
    R. Alabémosle y ensalcémosle por todos los siglos de los siglos Amén.

    ORACIÓN

    Omnipotente y sempiterno Dios, que, con la Sangre de tu Hijo, quisiste ser aplacado
    y que nosotros fuésemos redimidos; te rogamos, Señor que nos concedas venerar
    el precio de nuestra salvación de tal manera que consigamos aquí la vida y en la
    eternidad la gloria, por el mismo Jesucristo Señor nuestro, tu Hijo, que contigo vive
    y reina por los siglos de los siglos. Amén.

    DÍA PRIMERO

    ¡Gran Señor Tú eres mi Padre! Y debo amarte; Tú mismo nos has mandado:
    “Amarás a tú Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”.
    El amor es proporcional a la perfección y como eres infinitamente perfecto, así
    debes ser amado; debo amarte Padre Santo, porque me creaste de la nada para
    amarte y servirte en este mundo y gozarte en la vida futura; debo amarte porque me
    diste al Hijo de tus complacencias como Redentor; debo amarte porque me diste tu
    divino Espíritu para que fuese mi consolador; debo de amarte y así Tú Señor,
    recibirás los afectos de mi corazón.
    (Medita y pide la gracia que deseas alcanzar).

    ORACIÓN FINAL

    ¡Oh Padre Eterno Santísimo! mira desde el eterno santuario donde habitas a los
    redimidos con la Sangre del Cordero, quien fue ensangrentado a causa de nuestro
    amor: mira Señor, las preciosas heridas de mi Redentor, que indican el precio de mi
    rescate y aplacado por ellas, dígnate perdonarme todos mis delitos; dame Tu gracia
    para amarte tiernamente en esta vida y Tu gloria para gozarte en la otra, por el
    mismo Jesucristo Tu Hijo, que Contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo
    por los siglos de los siglos. Amén.

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