Geografia Del Poblamiento
Geografia Del Poblamiento
Geografia Del Poblamiento
POBLAMIENTO
ALÓCTONAS
(Provenientes de otros continentes)
Hoy sabemos con certeza que el hombre americano primitivo es alóctono, o sea
provino de otros continentes. Es más, el Océano Pacífico, en tiempos muy
remotos, parece haber sido un gran centro de comunicaciones e intercambios
culturales, a pesar de los rudimentarios métodos de navegación existentes
entonces. Los navegantes más intrépidos se lanzaban a la aventura, y aunque
muchos murieran en el intento, algunos, contando con un poco de suerte y
buenos vientos, podían llegar a parajes donde asentarse y reproducirse.
MÉNDEZ CORREA
El portugués Méndez Correa fue el principal defensor de una inmigración
australiana, a través de la Antártida. Según el antropólogo lusitano, los
australianos utilizaron sencillas balsas para llegar a Tasmania, las islas Auckland
y la Antártida. Este gélido continente pudo ser atravesado cuando gozaba de un
“óptimun climáticus” (periodo de clima óptimo), unos 5 000 años a.C., durante
el Holoceno. Después de varios siglos de recorrido por las costas antárticas,
arribaron al Cabo de Hornos en la Tierra del Fuego y, más tarde, poblaron la
Patagonia.
Afirma que, al producirse las glaciaciones, la superficie marítima entre América
del Sur y la Antártica, quedó convertida en un lugar de tránsito que habrían
utilizado pueblos australianos para emigrar hacia América del Sur y en particular
la Patagonia, estableciendo el contacto desde Australia hacia la Tierra de
O'Higgins y luego hacia la Patagonia Americana.
AUTÓCTONAS
(Originaria del lugar)
La teoría que afirma el origen autóctono (que los habitantes de América se
desarrollaron en el continente americano y no vinieron de otros lugares) tiene
dos referentes. Encontramos el aporte de Samuel Morton: Este norteamericano
afirmaba que el ser humano evolucionó paralelamente en América, Asia, África
y Europa. La teoría del origen autóctono ya fue descartada hace mucho tiempo.
Por el estado actual de las investigaciones científicas podemos afirmar lo
apuntado anteriormente... el ser humano apareció en África y desde allí se
expandió por todo el planeta entrando a América, ya con seguridad, por el
Estrecho de Bering.
LA RUTA TERRESTRE
El hombre llego a América cruzando el estrecho de Bering cuando este era un
istmo que formaba un gran puente durante el periodo de la glaciación, que unía
el continente asiático con el continente americano.
LA RUTA COSTERA
Sostiene que los primeros hombres llegaron a América utilizando botes
bordeando las costas del océano pacífico y se asentaron entre Alaska y Sur
América.
LA RUTA DEL PACÍFICO
Postula que hubo varias oleadas migratorias que salieron de las islas de Oceanía
y de Australia y cruzaron el océano pacifico utilizando pequeñas embarcaciones
LA RUTA DEL ATLÁNTICO
Propone que el hombre hubiera cruzado el océano atlántico desde Europa. Esta
teoría se sostiene dado que existen similitudes entre las herramientas de piedra
de América del Norte y de Europa
Las riquezas de América permitieron que toda Europa creciera, no solo España y
Portugal. La Conquista dio lugar a la importación de nuevos productos agrícolas
en Europa como el tomate, el maíz, la papa o el cacao, productos que tuvieron
un gran impacto también en la economía y en los hábitos europeos de otros
continentes. Igualmente, la llegada de las variedades agrícolas y diversidades
ganaderas de Eufrasia produjo un cambio en el paisaje productivo y alimentario
del continente americano. La introducción de minerales americanos impulsó
enormemente la economía europea, pero al mismo tiempo creó situaciones de
alta inflación. En los siglos posteriores, el oro y la plata desempeñaron una
función importante en el nacimiento del capitalismo, principalmente en los
Países Bajos, Gran Bretaña y Francia. La Conquista de América fue un proceso
casi permanente, ya que algunas sociedades indígenas opusieron una resistencia
constante mientras que otras nunca fueron asimiladas completamente.
E
n sus inicios no fue particularmente fácil la vida económica en las colonias,
donde no existía la moneda como medio de pago, entre aborígenes y
conquistadores., usándose prioritariamente el sistema de trueque. Luego se
usaron ciertos productos como monedas. La vara de lienzo, por ejemplo, en
Santa Fe, equivalía a dos reales. Los precios no eran iguales en un lugar que en
otro.
La economía colonial fue, lógicamente, complementaria de la española,
tendiente a satisfacer de aquellos productos que España no tenía, pero que a la
vez pudieran soportar el largo viaje desde América.
La economía se basaba en casi todo el territorio en el trabajo indígena
estructurado en el sistema de encomiendas, y la mita, que originaron abusos.
Esto no sucedió en Paraguay, donde los indios se sometieron en forma
voluntaria y gratuita. Por lo tanto, no fue necesario el sistema de encomiendas.
La principal fuente de riqueza era la tierra y sobre ella, los conquistadores
establecieron un sistema feudal. Primero, la propiedad de la tierra se obtuvo por
donación de la Corona, y luego por compra., pero sólo podían convertirse en
propietarios los conquistadores, los pobladores, los beneméritos de las Indias y
sus descendientes.
En Buenos Aires y en el litoral, se estableció una zona para el pastoreo de
ganado fuera del radio urbano. En salta surgieron “marquesados” como el de
Yavi, cuyas riquezas provenían de la “invernada de mulas”. Para ello se
repartieron indios y tierras. La excepción fue Cuyo, donde no existió el
latifundio, ni el pastoreo de ganado, repartiéndose, más indios que tierras.
No cabe duda, que el producto más rentable eran los metales preciosos. Al
principio, los conquistadores se apoderaron de ellos por trueque o saqueo. Luego
los recolectaron naturalmente, donde lo encontraban, sobre todo en el cauce de
los ríos, utilizando a los aborígenes para la tarea. A partir de 1560, nuevas
técnicas permitieron organizar y mejorar la explotación minera de yacimientos,
contando también para ello con la mano de obra de los pobladores originarios,
mediante el sistema de la mita, copiado del sistema incaico, pero mucho más
abusivo. Se les exigía que extrajeran entre 20 y 25 kg. De plata diarios, en
jornadas agobiantes.
Las minas de Potosí (Perú) se hallaban a más de 4000 metros de altura, por lo
que resultaba de muy difícil acceso para la recepción de productos de
intercambio. Se tardaba aproximadamente un año en llegar allí para entregar
alimentos, productos manufacturados o bestias de carga, a cambio de plata.
En América, los europeos hallaron especies novedosas para ellos: maíz, tabaco,
cacao y papa, además de otros cultivos, como, por ejemplo, tomate, maní,
mandioca, pimiento y yerba mate. En cambio, el aporte indígena a la ganadería
fue muy escaso. Los primeros equinos del Río de la Plata fueron traídos por
Pedro de Mendoza. El ganado ovino y vacuno provino del Alto Perú.
En el Río de la Plata y en Paraguay se organizaron en el siglo XVII, las
vaquerías, ante la abundancia de ganado. Se hacían rodeos de hacienda
cimarrona, para obtener cueros, astas y grasas, descartándose la carne, que era
aprovechada por los pumas y caranchos.
Durante los siglos XVI y XVII se creó el sistema de flotas y galeones para
custodiar el transporte de oro y plata que realizaban las embarcaciones españolas
de los ataques de corsarios y bucaneros.
Las teorías mercantilistas, vigentes en Europa, sobre todo, a partir del siglo
XVII, sostenían que la riqueza de un país se basaba en la cantidad de oro que
acumulara, para lo cual el estado debía regular directamente la economía. Por
ese motivo, España, trató de que el oro americano abultaba sus arcas. En este
siglo comienzan a desaparecer los sistemas de encomiendas, abasteciéndose la
actividad comercial. Los indios se asientan en las reducciones y comienzan a
dedicarse a tareas menores. Mientras tanto, los conquistadores amplían sus
riquezas, sobre todo en ganado, en las pampas.
En Potosí decreció la actividad minera, y empezó a destacarse Oruro.
Desde el puerto de Sevilla, dos veces al año, partían dos flotas, controladas por
la Casa de Contratación: una a Veracruz y otra a Portobelo. Allí se
desembarcaron las mercaderías, que eran conducidas por vía terrestre hacia las
costas del Pacífico (por el istmo de Panamá). Desde allí se embarcan hacia Perú.
Los comerciantes intermediarios que llevarían los productos a Cuyo, Salta, el
Alto Perú, Córdoba del Tucumán, e incluso al Río de la Plata, acudían al Perú
para obtenerlos.
Este era el comercio legal, monopolista, que había establecido España para sus
dominios coloniales, donde sólo estaba permitido el comercio entre América y
España. El sistema no fue aplicado en forma rígida, ya que, al margen de dicho
sistema de conceder permisos comerciales, sobre todo al Río de la Plata, Pero,
junto a él, surgió otro intercambio, ilegal, con otros países europeos. Desde
Guinea, llegaban esclavos al puerto porteño, además de géneros y ginebras
holandesas que se dirigían a Potosí, desde donde, a su vez llegaban a Buenos
Aires, los cargamentos de plata con destino a Europa.
Para impedir el contrabando se creó una “Aduana Seca” en Córdoba, en 1622,
que tenía como objetivo impedir la comunicación entre el Puerto de Buenos
Aires y el norte colonial, que producía la entrada y salida de productos ilegales.
Esa circunstancia hizo nacer una diferenciación. Entre Córdoba y Buenos Aires
era fácil contrabandear, pero no en el norte, por lo cual esa zona comenzó a
desarrollar su producción industrial.
El territorio
americano del norte,
entonces, se
autoabastece. Los
alimentos, ropas,
movilidad y hasta artículos suntuarios, eran de propia fabricación. De España se
importaba muy poco, ya que sus productos eran muy caros, aunque se llevaban
demasiado, sobre todo, oro y plata. Esas industrias locales se desarrollaron por
necesidad de satisfacer los requerimientos de la población, impedida de realizar
contrabando. Tucumán poseía cereales, ganados y producción de mulas. Sus
telares fabricaban tejidos de lana y algodón. En La Rioja se producía vino, en
Córdoba harina, en Santiago, jabón. En esta dos últimas regiones también se
fabricaban prendas de vestir y sombreros.
En el siglo XVIII, la base de la economía colonial lo constituyó la ganadería,
con la venta de cuero, sebo y grasa, dando nacimiento al grupo económicamente
poderoso de los estancieros, por lo general funcionarios o militares. Las mayores
haciendas se concentraron en México y en el área andina. En agricultura, se
exportaba trigo, lino y cáñamo.
Para recaudar los impuestos provenientes del nuevo puerto porteño se creó la
Aduana de Buenos Aires. Para entender en los conflictos comerciales se fundó,
en 1794, el Consulado. Tenía además funciones de fomento a la agricultura y la
ganadería. Buenos Aires pronto se enriqueció, gracias a las ganancias aduaneras,
y los pueblos del interior comenzaron un creciente período de retroceso
económico.
El estricto sistema comercial impuesto por España originó una de las principales
reacciones contra el dominio español, constituyéndose en la causa más elocuente
de las revoluciones por la emancipación.
EL MESTIZAJE
La sociedad colonial sostuvo sus normativas raciales hasta el final de sus días,
pero eso nunca implicó que no hubiera contacto y sincretismo entre las razas.
Era frecuente en el Brasil colonial que los colonos portugueses tomaron esposas
indígenas y engendraran una descendencia difícil de catalogar, lo mismo que
hacían los amos españoles con sus esclavas negras, dando origen a familias
paralelas a la de su matrimonio europeo. Los colonos ingleses, en cambio,
puritanos en su mayoría, fueron siempre renuentes a la mezcla.
Hizo falta, entonces, nuevas designaciones para las mezclas resultantes, cuyo
término más arbitrario sería el de “pardo”, categoría en la que entraba todo
aquello que resultara inclasificable y sospechosamente mixto.
Tal y como las distinciones raciales, las culturales tampoco no fueron tan
tajantes como pareciera, y la prolongada convivencia entre las razas propició un
sincretismo creciente, cuyo resultado es el crisol cultural que hoy caracteriza a la
América Latina.
El concepto de mestizo surgió en la época de la colonización española en
América, tras el origen de nuevos vínculos entre ambas culturas. El concepto
hacía referencia, en particular, a la mezcla entre personas indígenas con personas
europeas. Con el paso de los años se generaron mezclas entre personas del resto
de los continentes.
El mestizaje va más allá del color de piel, tiene que ver con los rasgos físicos en
general, las costumbres, el idioma y las características culturales. A lo largo de
la historia han existido naciones donde el mestizaje resultaba ilegal. Pero en un
mundo cada vez más globalizado y en el que las diferentes culturas interactúan
de manera constante, es inevitable y necesaria la vinculación armoniosa de los
linajes.
Los principales tipos de mestizaje, según el origen de las diferentes etnias, son:
Mestizo. Mezcla de indígena con europeo.
Mulato. Mezcla de africano con europeo.
Zambo. Mezcla de africano con indígena.
Morisco. Mezcla de mulato y europeo.
Cholo. Mezcla de mestizo e indígena.
Castizo. Mezcla de mestizo con europeo.
Criollo. Hijos de españoles que nacieron en América.
Consecuencia del mestizaje
La invasión española interrumpió la evolución de las civilizaciones autóctonas
de América. Los pueblos indígenas fueron destituidos de sus tierras, sus
riquezas, sus casas, su cultura y su religión politeísta (que fue desplazada por el
catolicismo monoteísta).
Surgieron nuevas etnias por la cruza entre los indígenas y los europeos. Esos
vínculos estuvieron atravesados por el dolor, la violencia y el resentimiento, y no
fueron bien aceptados desde sus inicios, tanto entre los pueblos originarios como
en las sociedades europeas.
Con el paso de los siglos, ese rechazo se fue transformando en una
discriminación racial sin lógica alguna, en diversas sociedades de todo el
mundo, tan solo porque era algo que ocurría anteriormente: la discriminación
según el color de piel.
De esa manera, la sociedad colonial estaba integrada, en primer lugar, por una
clase superior blanca y europea, minoritaria, que acaparaban los cargos de
funcionariado estatal o se dedicaban al comercio a través de grandes plantas de
producción con mano esclava. En segundo lugar, por una servidumbre indígena
y un variado sector mestizo que ocupaba una posición comercial intermedia, y
finalmente los esclavos negros, mulatos o zambos, encargados de las labores
mineras, agrícolas y de mano de obra.
Este sistema de desigualdades fue clave para sembrar la semilla de la rebelión
libertadora que, en muchos casos, ofrecía la posibilidad de una sociedad
heterogénea de ciudadanos libres e iguales.
Regiones no controladas por los conquistadores
Algunas zonas de más difícil acceso o más cuestionable supervivencia, como la
selva amazónica, la Patagonia austral, el Gran Chaco y los desiertos del norte de
Centroamérica no pudieron ser jamás reducidos a control de los europeos.
Gracias a ello se mantuvieron, y algunos lo hacen aún hoy en día, como los
últimos bastiones de sociedades precolombinas en un continente que les fue
arrebatado.
La herencia del pasado colonial en las sociedades contemporáneas.
U
na de las trampas del quehacer histórico es apelar al uso de generalidades, tal es
el caso de lo que suele denominarse: la herencia o legado coloniales. Dentro de
este, se suele ubicar a la economía, así como las estructuras sociales y mentales.
Su rasgo más característico es siempre poseer un significado negativo. La etapa
virreinal es el periodo sobre el que quizás existan más prejuicios; su imagen
suele ser oscura o gris, predomina así una historia negra de la colonia. Lo cual,
quizás se deba a que a la colonia o virreinato se le suele atribuir los grandes
males republicanos.
Es innegable que durante esta etapa existieron condiciones muy injustas y
despreciables; sin embargo, no podemos quedarnos con una mirada incompleta
sobre esta época de nuestra historia. Haciendo una analogía, vale recordar una
declaración del famoso historiador Jacques Le Goff, sobre el supuesto carácter
“oscurantista” de la Edad Media:
Salvando las distancias, creo que algo similar pasa con nuestra etapa virreinal. El
sesgo es siempre negativo y no se reconoce el valor de algunos elementos
recibidos desde la península ibérica. Vale la pena entonces mencionar algunos
de ellos, así como cuestionar las ideas equivocadas que existen sobre este
periodo. La intención no es construir una historia dorada o indulgente sobre la
colonia, sino tratar de escapar de los lugares comunes de la historia tradicional y
el imaginario peruano.
Instituciones del virreinato
Los hispanos trajeron numerosas instituciones a América. Se crearon también
instituciones ad hoc para la administración de las colonias o provincias. Tal es el
caso del Real y Supremo Consejo de Indias ubicado en la metrópoli española, y
cuyas leyes representaron una de las legislaciones más modernas de su época.
En los virreinatos por su parte, se crearon los cabildos o municipios, herederos
de una larga tradición europea de gobiernos locales: Roma, Germania, ciudades-
república italianas, etc. En España, los municipios de Castilla y León fueron
totalmente autónomos, se autogobernarse; representando una temprana y
auténtica democracia directa. Según Francisco Miró Quesada, antes de la
conquista de América, los hispanos ya habían logrado grandes avances en el
gobierno de sus ciudades: igualdad ante la ley, inviolabilidad del domicilio,
garantías procesales, participación de la cosa pública, derecho de los vecinos a
elegir libremente a los magistrados concejales y la responsabilidad política de
los funcionarios municipales. Esta estructura de gobierno local (ayuntamiento)
se reprodujo en América, llegando incluso a ejercer funciones de gobierno y
administración de justicia. Lamentablemente esta institución decaerá, a partir de
la introducción de la nefasta costumbre de vender los cargos públicos, en vez
continuar con las tradicionales elecciones. Sin embargo, lo que había sido una
institución controlada por peninsulares pronto se abrió a criollos y mestizos,
haciéndolos parte del régimen municipal. Hacia 1812, gracias a la constitución
liberal de Cádiz, se refundaron los cabildos, y estos optaron nuevamente por la
elección de sus autoridades. Estas comunidades locales serán las que proclamen
la independencia en los próximos años, siendo por lo tanto los lugares donde se
incubó la democracia y la libertad de América. (Miró Quesada: 2007)
LOS CRIOLLOS
Los grupos criollos suelen ser vistos con cierta benevolencia en la historia
colonial (no así durante la república). Se olvida convenientemente que
compartieron tanto poder como los peninsulares. Un tramado de alianzas
matrimoniales existió entre criollos y chapetones. La apropiación de tierras fue
extendida entre ellos (fundamento de la vida señorial). El mayorazgo español se
extendió en América y los criollos formaron parte de esa élite del poder
virreinal, la cual pronto adquirirá numerosos títulos de Castilla. El historiador y
sociólogo Hugo Neira, señala: “El imperio colonial español produjo un caso
singular en sus extramuros, una seudo nobleza compuesta por compradores de
títulos nobiliarios. Se forma así, una clase social que devino en rentista y alcanzó
notable poder e influencia durante el virreinato. Una aristocracia criolla, que fue
la que más títulos nobiliarios adquirió en Sudamérica. Dueños de minas, obrajes,
haciendas, etc. Triste nobleza, sin proeza, sin milicia, sin novillitas. Tardía,
espuria y pecuniaria, en palabras de Hugo Neira. Los criollos, no solo son las
víctimas de las reformas borbónicas (s. XVIII), como suele decirse, sino un
grupo social que formó parte importante de las estructuras de explotación y
discriminación colonial. Ese grupo tomara el poder al ascender la república.
Dinámica social y económica
Por momentos sorprende constatar cómo el virreinato presento un orden más
inclusivo que la república. Un ejemplo de ello es el respeto a las tierras
comunales, las cuales durante la colonia se preservaron en gran medida, para
luego ser incorporadas por grandes señores bajo la república. Gracias a la
complicidad de los caudillos militares surgidos durante la independencia, nacerá
un poderoso grupo terrateniente que se apropió de los campos que
históricamente corresponden a las comunidades. En el siglo XIX, se desarrolla
una república terrateniente, la cual invisibiliza al indio hasta el siglo XX. El
gamonalismo será un fenómeno republicano.
Fundaron sociedades complejas, ricas y originales, hechas a la imagen de las
ciudades que construyeron, a un tiempo sólidas y fastuosas. Un doble eje regía a
aquellos virreinatos y capitanías generales, uno vertical y otro horizontal. El
primero era jerárquico y ordenaba a la sociedad conforme al orden descendente
de las clases y grupos sociales: señores, gente del común, indios, esclavos. El
segundo, el eje horizontal, a través de la pluralidad de jurisdicciones y estatutos,
unía en una intrincada red de obligaciones y derechos a los distintos grupos
sociales y étnicos, con sus particularismos. Desigualdad y convivencia:
principios opuestos y complementarios. Si aquellas sociedades no eran justas
tampoco eran bárbaras”.
La producción minera por su parte constituye una de las principales críticas a
nuestra “herencia colonial”; sin embargo, se obvia que también constituyó una
actividad que articuló mercados (extendiéndose), dinamizó regiones y generó
una acumulación importante. El interior del Perú tenía mayor peso que al iniciar
la república, época donde se afianza el centralismo histórico limeño. La
situación del indio es menos oscura de lo que se cree: controla gremios, posee
capital, gana pleitos legales, etc. La élite colonial no solo fue blanca (peninsular,
criolla), también incluyó indígenas. Ciertamente las reformas borbónicas
modificarán esto y de ahí las grandes rebeliones del siglo XVIII. A pesar de
todo, la modernización económica no empezó con la república sino con los
borbones ilustrados. El mercantilismo dio paso a tendencias liberales y
fisiocráticas.
Finalmente, cabe resaltar la gran autonomía que tuvo el virreinato en el siglo
XVII, hecho que conduce la extendida idea de una gran sujeción hacia la
metrópoli. También es importante anotar que la dinámica social fue notable
durante este periodo (criollos, mestizos, indígenas, negros, etc.); siendo opuesto
a la otra idea extendida, la de sujetos coloniales sin agencia, fijos e inamovibles
en este nuevo espacio denominado, Perú.
Ubicación, representación e interpretación de mapas sobre el
poblamiento americano.
Bibliografía:
Ohmstede, A. E. (2014, diciembre 30). Instituições e trabalho indígena na
América espanhola | Escobar Ohmstede | Mundos do Trabalho. Recuperado 3 de
junio de 2020, de
https://periodicos.ufsc.br/index.php/mundosdotrabalho/article/view/1984-
9222.2014v6n12p27
https://www.ecured.cu/Teor%C3%ADa_inmigracionista_asi%C3%A1tica
https://storymaps.arcgis.com/stories/20db16fe50044a2c9cbd4a8a5dc5a590