La Personalidad

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1.

La personalidad

La personalidad es el conjunto de características físicas, genéticas y sociales que

reúne un individuo, y que lo hacen diferente y único respecto del resto. Tiene referencia

en el latín personalis, compuesta por el vocablo persona, que implica la máscara

apreciada históricamente en el teatro, con referencia también en el griego prósopon

(literal para máscara), y el sufijo -alis, traducido como "referido a". Comprende, así, las

"cualidades del individuo". Debe entenderse la interpretación de máscara como los

detalles de uno, y no como alguna clase de escondite.

Si bien la personalidad constituye también una forma particular y peculiar de ser,

organizada en una estructura psicológica integrada por determinados rasgos psíquicos,

fisiológicos y morfológicos relacionados entre sí. Todo ello manifestado en una

conducta, un pensamiento y una afectividad que caracterizan a quien lo posee. La

personalidad es lo más identitario del ser, siendo una entidad compleja y reuniendo

muchos componentes diferentes: hábitos, aptitudes, intereses, instintos, tendencias,

necesidades, sentimientos, ideas, reacciones, morfología, etc. Podemos afirmar que no

hay dos personalidades idénticas: la personalidad es un elemento diferenciador del ser

humano, otorgándole un sello individual.

1.1. Tipos de personalidad

Son muchas las teorías que se han realizado sobre los tipos de personalidad que

existen. Una de las teorías que más eco ha tenido en la historia de la psicología y que

más útil ha sido para clasificar los tipos de personalidades es la de Carl Jung y los 8

tipos de personalidad que se pueden dar.


Carl Jung es una de las personas más relevantes en el mundo de la psicología.

Durante mucho tiempo fue discípulo de Freud, separándose de él posteriormente por no

estar de acuerdo con su teoría de la sexualidad. Aprender sobre la teoría de la

personalidad de Jung ha sido clave para conocer los tipos de personas que existen y

cómo se comportan ante determinadas emociones, determinados sentimientos y en

definitivas situaciones.

Para lograr entender la teoría de Jung y conocer las personalidades que puede

tener una persona se debe de conocer primero cuáles son las 4 funciones básicas. Para

Carl Jung existen 4 funciones para comprender las personalidades y estas serán el punto

de partida. Estas funciones son: pensar, sentir, intuir y percibir. Se trata de funciones que

en cada persona inciden unas más que otras. Por eso, cada persona tendrá unos rasgos

específicos que harán que se diferencien los unos de los otros.

Mediante las 4 funciones básicas se logra extraer dos grandes grupos de

personalidad, las cuales son los extrovertidos y los introvertidos. Se trata de diferencias

como de dirigir más atención hacia el mundo exterior según los extrovertidos y hacia un

mundo más interior los introvertidos. Las personalidades son:

1.1.1. Reflexivo extravertido

Este primer tipo de personalidad en la clasificación de Jung se refiere a personas

racionales. Tienen objetivos claros y utilizan su cerebro para conseguirlos, por lo que

también son poco emocionales. Su baja sensibilidad hace que en ocasiones, puedan

parecer personas narcisistas e incluso tiránicos.


1.1.2. Reflexivo introvertido

Es el típico caso de alguien realmente inteligente y con muchas dificultades para

relacionarse con los demás. Aunque puedan ser catalogados como bichos raros, estas

personas tienen problemas para desarrollar su inteligencia emocional aunque son

inofensivas y también muy interesantes.

1.1.3. Sentimental extravertido

Son las personas más empáticas, que más entienden a los demás y más se

preocupan por ello. Por desgracia para ellos, apartarse de las opiniones de los demás les

resulta difícil y sufren mucho cuando se sienten marginados por algo o alguien. Eso sí, la

comunicación es su arma más valiosa.

1.1.4. Sentimental introvertido

Su calidad de introvertido hace que estas personas tengan muchas dificultades

para relacionarse, por lo que se les considera que son además individuos solitarios. La

melancolía y la irritabilidad suelen ser características presentes en esta clase de

personalidad. Son muy sensibles y harán cualquier cosa para pasar desapercibidos. Ir de

puntillas, será su estrategia para no terminar heridos.

1.1.5. Perceptivo extravertido

Se trata de personalidades que buscan el placer por encima de todo. Les

apasionan las formas y los objetos y tienen una atracción evidente por el mundo

material.
1.1.6. Perceptivo introvertido

En este tipo de personalidad encontramos los artistas como músicos o pintores.

Personas creativas ponen especial interés por lo perceptivo en sus vidas y que obtienen

de estas percepciones un modo de gestionar sus emociones.

1.1.7. Intuitivo extravertido

Personas que siempre están inquietas y que buscan constantemente su próxima

aventura. Necesitan muchos estímulos y están siempre buscando la actividad. Eso sí, se

preocupan simplemente de sus objetivos y no tienen en cuenta los de los demás.

1.1.8. Intuitivo introvertido

En este tipo de personalidad encontramos a las personas altamente sensibles. Esta

cualidad es la que les hace más singulares, pues son muy sensibles incluso a los

estímulos más sutiles. Suelen ser soñadores y les cuesta mantener los pies en el suelo.

1.2. Trastornos de la personalidad

Un trastorno de personalidad es un tipo de trastorno mental en el cual tienes un

patrón de pensamiento, desempeño y comportamiento marcado y poco saludable. Una

persona con trastorno de personalidad tiene problemas para percibir y relacionarse con

las situaciones y las personas. Esto causa problemas y limitaciones importantes en las

relaciones, las actividades sociales, el trabajo y la escuela.

En algunos casos, es posible que no te des cuenta de que tienes un trastorno de

personalidad porque tu manera de pensar y comportarte te parece natural. Y es posible

que culpes a los demás por los problemas que tienes. Los trastornos de personalidad

generalmente comienzan en la adolescencia o la adultez temprana. Existen muchos tipos


de trastorno de personalidad. Algunos tipos se vuelven menos obvios en el transcurso de

la mediana edad.

Los tipos de trastornos de la personalidad se dividen en tres grupos, sobre la base

de características y síntomas similares. Muchas personas que presentan un trastorno de

la personalidad también tienen signos y síntomas de, al menos, un trastorno de la

personalidad más. No es necesario que se manifiesten todos los signos y síntomas

enumerados para que se diagnostique un trastorno.

1.2.1. Trastornos de la personalidad del grupo A

Los trastornos de la personalidad pertenecientes al grupo A se caracterizan por

pensamientos o comportamientos excéntricos o extraños. Incluyen el trastorno paranoide

de la personalidad, trastorno esquizoide de la personalidad y trastorno esquizotípico de

la personalidad.

1.2.1.1. Trastorno paranoide de la personalidad

o Desconfianza y sospecha generalizadas hacia los demás y sus motivos.

o Creencia injustificada de que los demás intentan dañarte o engañarte.

o Sospecha injustificada de la lealtad o la fiabilidad de los demás.

o Vacilación al confiar en los demás debido al temor no razonable de que

usarán la información en tu contra.

o Percepción de comentarios inocentes o situaciones no intimidantes como

si fuesen insultos o ataques personales.

o Reacción hostil o de furia a los insultos o desaires percibidos.

o Tendencia a guardar rencor.


o Sospecha injustificada y recurrente de que el cónyuge o la pareja sexual

es infiel

1.2.1.2. Trastorno esquizoide de la personalidad

o Falta de interés en las relaciones sociales o personales; preferencia por la

soledad

o Amplitud limitada de las emociones

o Incapacidad para disfrutar la mayoría de las actividades

o Incapacidad para captar las señales sociales normales

o Aparentar ser distante o indiferente

o Poco interés o interés nulo en las relaciones sexuales

1.2.1.3. Trastorno esquizotípico de la personalidad

o Vestimenta, pensamientos, creencias, discurso o conductas peculiares.

o Experiencias perceptivas extrañas, como escuchar que alguien susurra tu

nombre.

o Falta de expresión emocional o respuestas emotivas inadecuadas.

o Ansiedad social y falta de relaciones cercanas o incomodidad con dichas

relaciones.

o Respuesta indiferente, inadecuada o suspicaz a los demás.

o Creencia de poder ejercer influencia en personas y acontecimientos con el

pensamiento.

o Creencia de que determinados incidentes o acontecimientos casuales

tienen mensajes ocultos exclusivos para ti.


1.2.2. Trastornos de la personalidad del grupo B

Los trastornos de la personalidad pertenecientes al grupo B se caracterizan por

pensamientos o comportamientos dramáticos, excesivamente emotivos o impredecibles.

Incluyen el trastorno de personalidad antisocial, trastorno límite de la personalidad, el

trastorno histriónico de la personalidad y trastorno narcisista de la personalidad.

1.2.2.1. Trastorno de personalidad antisocial

o Indiferencia hacia las necesidades o los sentimientos de los demás

o Mentiras, robos, uso de apodos, estafas constantes

o Problemas legales recurrentes

o Violación constante de los derechos de los demás

o Comportamiento agresivo, a menudo violento

o Indiferencia hacia la seguridad propia y de los demás

o Conducta impulsiva

o Irresponsabilidad constante

o Falta de remordimiento por el comportamiento

1.2.2.2. Trastorno límite de la personalidad

o Conducta impulsiva y riesgosa, como tener relaciones sexuales sin

protección, involucrarse en apuestas o tener atracones

o Imagen personal inestable o frágil

o Relaciones inestables e intensas

o Cambios en el estado de ánimo, a menudo como reacción al estrés

interpersonal
o Conductas suicidas o amenazas de autolesión

o Temor intenso a estar solo o a ser abandonado

o Sentimientos de vacío continuos

o Ataques de ira frecuentes e intensos

o Paranoia intermitente relacionada con el estrés

1.2.2.3. Trastorno histriónico de la personalidad

o Búsqueda constante de atención

o Excesivamente exaltado, drástico o provocativo en el plano sexual, con el

objetivo de captar la atención

o Discurso espectacular con opiniones fuertes, pero con pocos hechos o

detalles para respaldarlas

o Fácilmente influenciable

o Emociones poco profundas que cambian rápidamente

o Preocupación excesiva por la apariencia física

o Pensamiento de que las relaciones con los demás son más cercanas que lo

que en realidad son

1.2.2.4. Trastorno narcisista de la personalidad

o Cre

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ia

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1.2.3. Trastornos de la personalidad del grupo C

Los trastornos de la personalidad pertenecientes al grupo C se caracterizan por

pensamientos o comportamientos de ansiedad o temor. Incluyen el trastorno de la

personalidad por evitación, el trastorno de la personalidad dependiente y el trastorno de

la personalidad obsesivo-compulsiva.

1.2.3.1. Trastorno de la personalidad por evitación

o Sensibilidad excesiva a las críticas y al rechazo

o Sentimiento de ser inadecuado, inferior o desagradable

o Evasión de las actividades laborales que implican contacto interpersonal

o Inhibición, timidez y aislamiento en el plano social; evitar las actividades

nuevas o reunirse con extraños

o Timidez extrema en situaciones sociales y en las relaciones personales

o Temor a la desaprobación, a pasar vergüenza o a hacer el ridículo

1.2.3.2. Trastorno de la personalidad dependiente

o Dependencia excesiva de los demás y sentir la necesidad de que alguien

te cuide
o Conducta sumisa o apegada hacia los demás

o Temor a tener que cuidarte o defenderte tú mismo si te dejan solo

o Falta de confianza en ti mismo, necesidad de consejos excesivos y de la

confirmación de los demás para tomar incluso decisiones de poca

importancia

o Dificultad para iniciar o llevar a cabo proyectos solo debido a la falta de

confianza en ti mismo

o Dificultad para expresar desacuerdo con los demás, por temor a la

desaprobación

o Tolerancia hacia tratos abusivos o inadecuados, incluso cuando existen

otras opciones

o Necesidad urgente de comenzar una nueva relación cuando ha terminado

otra

1.2.3.3. Trastorno de la personalidad obsesivo-

compulsiva

o Preocupación por los detalles, el orden y las normas

o Perfeccionismo extremo, que genera disfunción y angustia cuando no se

logra la perfección, por ejemplo, sentirse incapaz de finalizar un proyecto

porque no se pueden cumplir las propias normas estrictas

o Deseo de controlar a las personas, las tareas y las situaciones; incapacidad

para delegar tareas

o Negarse a reunirse con amigos o a hacer actividades placenteras debido a

un compromiso excesivo con el trabajo o con un proyecto


o Incapacidad para desechar objetos rotos o inútiles

o Rigurosidad y obstinación

o Inflexibilidad en cuanto a la moral, la ética o los valores

o Estricto, control mezquino del presupuesto y los gastos

2. Desarrollo de la personalidad

Si bien se desarrollara dos teorías, las cuales son las mas conocidas y tratadas,

estas dos se destacan por enfocarse en las etapas que integra el desarrollo de una persona

los cuales son la teoría de Sigmund Freud y la teoría de Erik Erikson.

2.1. Etapas del desarrollo de la personalidad según Freud

La teoría de Freud, menciona que el desarrollo de la personalidad se divide en

cinco etapas, las cuales se logra identificar con las zonas erógenas, los órganos en los

que se focaliza el placer sexual, la energía y la libido de las personas. Freud le adición

que también influye la vivencia de algún trauma se puede proveer una fijación o un

retroceso en el proceso de desarrollo del individuo, por lo que si se da una variación

dentro de una de las etapas en concreto, la personalidad del individuo se determinara por

eso.

Las etapas de Freud son:

2.1.1. Etapa oral (0-1 año)

Es la primera etapa del desarrollo que empieza en el nacimiento y dura hasta el

primer año de vida de las personas. En esta etapa, el placer se encuentra en la boca y se

obtiene con actividades de succión, de chupar, de comer o de morder. Regularmente se


relaciona con el acto de chupar, morder objetos, entre otros. La educada evolución de

esta etapa estriba de las vivencias placenteras y de seguridad que los niños experimentan

durante este tiempo. Así pues, según Freud, que si un niño sufre un trauma en este rango

etario puede provocar una fijación en esta etapa es el hecho de dejar de amamantar antes

de lo previsto o hacerlo durante más tiempo de lo necesario. Los resultados de una

fijación en esta etapa pueden ser adicciones al tabaco, morder las uñas, entre otros.

2.1.2. Etapa anal (1-3 años)

Esta etapa empieza al año y termina a los 3 años. Se caracteriza por ser la etapa

en la que la fuente de placer se encuentra en el ano, por lo tanto, se relaciona con

actividades placenteras del control de los esfínteres, se incluye también la vejiga, como

retener y/o expulsar heces. Según Freud, en esta etapa pueden surgir dos inconvenientes

si no se sigue una evolución adecuada: por un lado, los niños pueden presentar una gran

retención de las heces dando lugar a un estreñimiento y consecuentemente desarrollar un

carácter terco. Por otro lado, los niños pueden rebelarse y expulsar heces en momentos

inoportunos y consecuentemente desarrollar un carácter más destructivo.

2.1.3. Etapa fálica (3-6 años)

La tercera etapa del desarrollo según Freud se inicia a los 3 años y termina a los 6

años y la fuente de placer se focaliza en los órganos genitales. Esta etapa se relaciona

con el placer que sienten los niños con el exhibicionismo de sus genitales y el interés por

los genitales del sexo opuesto y el propio. Al inicio de esta etapa las personas muestran

un gran interés autoerótico, pero a medida que pasa el tiempo, el foco de interés se

desplaza hacia los padres, teniendo en cuenta el complejo de Edipo.


El complejo de Edipo se caracteriza por la búsqueda de satisfacción en el

progenitor de sexo opuesto, aunque también aparece un interés hacia el progenitor del

mismo sexo en cuanto a superar su rivalidad. Es habitual que los niños, en esta etapa,

busquen contacto corporal, caricias, se masturben o creen fantasías en relación a lo que

hacen los mayores. No obstante, llega un punto en el que el complejo de Edipo entra en

un estado de liquidación, donde se encuentran pequeñas diferencias entre niños y niñas.

Por un lado, en el caso de los niños, la hostilidad que muestran hacia el padre

concebido como un rival y el interés sexual por la madre hacen que el niño espere ser

castigado con la castración. Además, las fantasías de castigo no satisfechas pueden

provocar síntomas neuróticos en la personalidad del niño. Y, es en esta fase del

complejo de Edipo en la que el niño se identifica con el padre y quiere adoptar su

imagen, la agresividad rival desaparece y pierde el interés por el falo.

Por otro lado, en el caso de las niñas, inicialmente, del mismo modo que los

niños, muestran un amor hacia la madre. Pero a diferencia de los niños, llega un

momento en el que las niñas descubren la carencia de pene, a consecuencia de la menor

medida del clítoris en su comparación y, por lo tanto, imaginan que han sido mutiladas.

Así pues, atribuyen como culpable de su mutilación a la madre y, para hacer frente a su

situación de ambivalencia sexual deciden escoger al padre como objeto de amor, debido

a la envidia o al deseo de su pene.

2.1.4. Etapa de latencia (5-12 años)

Esta etapa empieza a los cinco años y se termina a los doce, la edad aproximada

en la que se inicia la pubertad. En esta etapa los impulsos sexuales se mantienen

adormecidos, es decir, se da una supresión temporal del instinto sexual en los niños
durante este periodo. En este sentido, esta etapa se caracteriza por no tener una zona

concreta donde se focaliza el placer.

2.1.5. Etapa genital - Da origen a la pubertad y madurez

Esta es la última etapa del desarrollo según Freud y es acompañada de cambios

físicos, psíquicos y emocionales propios de la edad. La zona erógena en la que se

focaliza el placer vuelve a ser los genitales, aunque en este caso, las personas ya tienen

la capacidad de expresar la sexualidad en función del consenso y el vínculo con las otras

personas. En otras palabras, podríamos decir que se trata de la sexualidad adulta y

madura. Esta etapa se caracteriza por la aparición, de nuevo, de los intereses sexuales y

de satisfacción, se empiezan a llevar a cabo actividades sexuales y se producen la

organización y la madurez sexual. Además, se reafirma la identidad sexual de las

personas. Finalmente, cabe destacar que en esta etapa se desencadenan aspectos como la

amabilidad, afectuosidad, receptividad, seguridad, aptitud, capacidad de comprender y

apreciar el bienestar de los demás, la inclinación a colaborar con otras personas, etcétera.

2.2. Etapas del desarrollo de la personalidad según Erikson

Según la teoría de la personalidad de Erik Erikson, el desarrollo de la

personalidad se divide en ocho etapas distintas, que van desde el nacimiento de las

personas hasta su muerte. Estas etapas consisten en la búsqueda y la adaptación de las

personas en el ambiente y, en cada una de estas etapas existen conceptos opuestos que

entran en conflicto Las etapas de Erikson son:


2.2.1. Confianza vs desconfianza (0-18 meses)

El primer conflicto con el que se encuentran las personas al nacer es el que se

encuentra entre la confianza y la desconfianza, y dura hasta aproximada mente los 18

meses. En este rango etario los niños reciben los cuidados de sus progenitores en

relación con las necesidades de los niños, como la comida, la protección, la atención,

entre otros, por lo que los niños esperan formar un vínculo con sus progenitores acorde

con la satisfacción de sus necesidades.

Así pues, en esta etapa, los niños deben batallar contra el conflicto entre la

confianza y la desconfianza de generar un vínculo de confianza con sus padres. Pues la

sensación de confianza, la vulnerabilidad, la frustración, la satisfacción, la seguridad,

etcétera, determinarán el modo de establecer relaciones y la calidad de estas relaciones

con otras personas a lo largo de su vida, al mismo tiempo que el niño también debe

aprender a confiar en sí mismo. Es decir, las relaciones futuras del niño con el exterior

dependerán del vínculo que se haya creado con sus padres en esta etapa.

El objetivo que se debe lograr en esta etapa es llegar al punto de equilibrio entre

la confianza y la desconfianza, hecho que le permita al niño un adecuado ajuste entre su

autonomía y su vida social. Además, otro logro que se debe obtener al finalizar la etapa

es la esperanza, es decir, el niño debe comprender que los progenitores no siempre

estarán a su lado ni siempre podrán satisfacer todas sus necesidades, de modo que el

niño debe ser capaz de tener la esperanza de sobrevivir cuando nadie le pueda satisfacer

sus necesidades.
2.2.2. Autonomía vs vergüenza (18 meses-3 años)

En esta etapa los niños empiezan a desarrollar sus capacidades de movimiento y

excreción, hecho que requiere un aprendizaje y un control por parte de los progenitores.

En este sentido, la autonomía se refleja en los niños ya que el desarrollo de estas nuevas

capacidades les causa un sentimiento de libertad porqué sienten que ya no dependen de

sus cuidadores para poder desplazarse y, a medida que pasa el tiempo, los niños se

vuelven más independientes gracias a sus capacidades desarrolladas. Sin embargo, la

vergüenza se refleja en los niños debido a su forma inexperta de desplazarse o de

controlar sus esfínteres y también se debe, en cierta medida, a la libertad que los padres

proporcionan a sus hijos, que implica dudar de sus capacidades, es decir, de lo que los

padres consideran que los niños pueden hacer o no.

El logro que se debe obtener al finalizar esta etapa es la determinación o la

voluntad de hacer o no hacer las cosas que los niños quieran teniendo en cuenta la

confianza que tengan en sí mismos. Así pues, a medida que pase el tiempo, los niños

irán realizando pruebas de sus actos para poder conocer los efectos y las consecuencias

que cada una de sus actuaciones conlleva, de este modo, irán desarrollando su

autonomía, al mismo tiempo que necesitaran límites marcados de lo que pueden y lo que

no pueden hacer. En este sentido, llegarán a un equilibrio entre la autonomía y la

vergüenza, que dará lugar a un autocontrol y autogestión de sus propias conductas.

2.2.3. Iniciativa vs culpa (3-5 años)

En esta etapa, los niños desarrollan sus capacidades de forma más autónoma que

anteriormente. Por lo tanto, gracias al descubrimiento de sus capacidades, los niños se

dan cuenta de todas las posibilidades que tienen a su alcance en comparación con la
etapa anterior, hecho que fomenta la iniciativa de los niños, ya que estos ponen a prueba

sus capacidades y habilidades realizando nuevas actividades. Sin embargo, si los padres

reaccionan negativamente ante la iniciativa de sus hijos, como por ejemplo

regañándoles, probablemente genere un sentimiento de culpabilidad en los niños.

En cuanto al logro que se debe obtener al finalizar esta etapa, debemos tener en

cuenta que es necesario un equilibrio que permita que los niños sean capaces de

reconocer la responsabilidad de sus actos y que al mismo tiempo se puedan sentir libres

de actuar bajo esa responsabilidad. Así pues, los niños deben conocer cuáles son las

consecuencias de sus comportamientos para poder saber que deben y que no deben

hacer, dando lugar al logro llamado “propósito”. El propósito es lo que permitirá que los

niños aprendan las limitaciones que tienen sus actuaciones en relación a todo aquello

que les rodea.

2.2.4. Laboriosidad vs inferioridad (5-13 años)

Durante esta etapa los niños siguen madurando y aprendiendo de sus actos, por la

cual cosa necesitan actuar y experimentar. Cuando no consiguen lo que quieren llevando

a cabo dichas actuaciones se puede generar un sentimiento de inferioridad y frustración.

Pues el objetivo de esta etapa es que las personas puedan lograr tener una sensación de

competencia que les permita sentirse capaces de actuar equilibradamente y realizar lo

que se proponen, sin proponerse metas inalcanzables que se encuentran fuera de lugar,

sin rendirse ni atribuyendo el fracaso a la inferioridad.

2.2.5. Búsqueda de la identidad vs difusión de la identidad (13-21 años)

El conflicto con el que se encuentran las personas en esta etapa del desarrollo de

la personalidad es encontrar su identidad, es decir, cuando una persona se encuentra en


esta etapa lucha por descubrir quién es, encontrarse a sí mismo y saber qué es lo que

quiere. Por esta razón, durante esta etapa las personas suelen experimentar y explorar

nuevas opciones alejadas de lo que ya conocían con anterioridad. En este conflicto es

habitual vivir inseguridades, tener dudas sobre los roles sociales, dudar de la preferencia

sexual, cuestionarse aspectos sobre la independencia y la adhesión a grupos,

experimentar dudas ideológicas y de valores, etcétera. Pues una alteración en esta etapa

puede provocar que la identidad de las personas no sea desarrollada bajo su libertad y

dar lugar a problemas de personalidad en un futuro cercano.

2.2.6. Intimidad vs aislamiento (21-40 años)

En esta etapa del desarrollo de la personalidad las personas suelen buscar

relaciones personales y entablar vínculos emocionales, de modo que les permita

compartir sus experiencias, afectos, emociones e intimidad. Es en esta etapa cuando las

personas se relacionan con otras de forma distinta, buscan relaciones más íntimas de las

que esperan un compromiso y reciprocidad. Además, esperan que estas relaciones les

permitan compartir sus experiencias, afectos, emociones y que les permitan sentirse

seguras y confiadas. Por lo tanto, si se evita este tipo de intimidad las personas pueden

encontrarse en una situación de aislamiento. Así pues, el objetivo de esta etapa es

conseguir recibir el amor de otras personas teniendo en cuenta el equilibrio entre la

intimidad y el aislamiento, respetando los límites que cada uno se marque en cuanto a su

intimidad y la facilidad con la que compartirla.

2.2.7. Generatividad vs estancamiento (40-60 años)

Durante este período las personas se suelen encontrar en conflicto con el hecho

de sentirse productivo en su día a día y sentirse estancado e inútil. Las personas desean
sentirse productivas y que sus esfuerzos tengan sentido, generalmente en relación a tener

la responsabilidad y el cuidado de algo o alguien. Contrariamente, las personas se

pueden sentir estancadas por el hecho de no sentirse productivos, por ejemplo, por no

haber conseguido una pareja sentimental, por no tener un trabajo, entre otros. Por esta

razón, el objetivo de esta etapa es prepararse para la vida e implicarse en el cuidado

personal, de modo que se debe buscar un equilibrio entre la productividad y el

estancamiento.

2.2.8. Integridad vs desesperación (60-muerte)

En la última etapa del desarrollo de la personalidad las personas según Erikson

llegan al punto en que su productividad empieza a reducirse o deja de existir, por lo

tanto, deben mirar atrás y prestar atención a los logros de las etapas anteriores. Las

personas procuran no estancarse socialmente y transmitir sus conocimientos a las

siguientes generaciones, de modo que es en este momento en el que las personas se

cargan de sabiduría. Todo esto conlleva a que las personas cuiden su estado de salud

tanto física como mental. Así pues, las personas que se encuentran en esta etapa tienen

por objetivo valorar el sentido de su existencia y aceptarla tal y como se ha vivido,

siempre teniendo en cuenta el equilibrio entre la integridad de las personas y su

desesperanza.

3. Neurosis

La neurosis o neuroticismo, también conocida como inestabilidad emocional es

un rasgo psicológico que define parte de la personalidad, de las características psíquicas

de una persona. Ser neurótico suele implicar un estado emocional negativo durante

largos periodos de tiempo que, además, pueden agravarse con otros problemas como la
ansiedad, los sentimientos de culpa, la depresión, la ira o, incluso, la envidia. La

neurosis es un trastorno psicológico que hace sufrir a quienes lo padecen, pero es una

condición relativamente manejable. Siempre se está en contacto con la realidad, no hay

despersonalización.

3.1. Tipos de Neurosis

3.1.1. Neurosis obsesiva

Este tipo de neurosis se caracteriza por la aparición constante y repetitiva de

pensamientos que causan un elevado nivel de angustia. Estos pensamientos surgen

siempre de manera involuntaria y el malestar que generan no puede ser aliviado

fácilmente, por lo que la persona siente una gran frustración y adopta conductas

repetitivas para intentar que esa sensación se vaya apagando.

Además, el miedo a seguir experimentando la angustia hace que las personas que

desarrollan este fenómeno psicológico intenten mantener casi todo lo que ocurre a su

alrededor bajo control, de manera que no se expongan a situaciones que desencadenen

esas crisis de angustia.

3.1.2. Neurosis fóbica

La característica principal de la neurosis fóbica es la evitación de determinados

estímulos, los cuales pueden llegar a generar ataques de ansiedad. En estos casos, el

hecho de intentar mantenerse lejos de las situaciones capaces de producir ansiedad es en

sí un problema comparable al malestar que generan esas crisis. Actualmente, los

psicólogos se refieren a este tipo de neurosis como fobias, las cuales pueden ser

divididas en fobias específicas y fobia social.


3.1.3. Neurosis depresiva

La neurosis depresiva es una fuerte alteración del estado de ánimo de la persona,

normalmente como reacción a una vivencia que es interpretada como altamente

perjudicial. Entre los síntomas de este tipo de neurosis encontramos la abulia (falta de

motivación general), el llanto y los pensamientos catastróficos, entre otros.

3.1.4. Neurosis histérica

Este es uno de los conceptos más antiguos de la psicología, y está vinculado a las

teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud y de la comunidad psiquiátrica de la Europa de

la época victoriana. Se asumía que la neurosis histérica estaba fundamentada en deseos

reprimidos e insatisfechos, lo cual generaba alteraciones somáticas como una falsa

ceguera o sordera, la rigidez de las extremidades, etc. Con el tiempo, este concepto ha

pasado a estar en desuso más allá de las Humanidades y de la Historia, y los síntomas

que agrupaba han pasado a ser atribuidos a una amplia variedad de trastornos

psicológicos contemplados en los manuales diagnósticos.

4. Psicosis

La psicosis es el término utilizado para describir los trastornos que afectan la

mente, en los que se ha perdido cierto contacto con la realidad. Cuando alguien se

enferma de esta forma, se le denomina episodio psicótico. Durante un período de

psicosis, se alteran los pensamientos y las percepciones de una persona, y esta puede

tener dificultad para comprender lo que es y lo que no es real.

4.1. Tipos de Psicosis

La psicosis afecta a cada persona de diferente manera y durante las etapas

iniciales no siempre es útil poner un nombre o una etiqueta a la enfermedad. No


obstante, cuando una persona padece psicosis, se le suele diagnosticar una enfermedad

psicótica específica. Diagnosticar significa determinar la naturaleza de una enfermedad

sobre la base de los síntomas que presenta el paciente, y el diagnóstico dependerá tanto

de los factores que hayan provocado la enfermedad como del tiempo que duren los

síntomas. En el caso de un primer episodio de psicosis, resulta particularmente difícil

determinar con exactitud el tipo de psicosis de que se trata, porque aún se desconoce en

gran medida cuáles han sido los factores que la provocaron. No obstante, conviene estar

familiarizado con algunos de los términos que se suelen emplear al diagnosticar

diferentes tipos de psicosis.

4.1.1. Psicosis inducida por las drogas

El trastorno psicótico inducido por sustancias se produce cuando una persona

experimente delirios y alucinaciones como consecuencia de la ingesta de productos tales

como el alcohol, cannabis, anfetaminas, etc. Para ser considerado como trastorno

psicótico, los delirios y alucinaciones deben ser mayores a los de una simple

intoxicación.

En estos casos, la duración de los síntomas suele ser breve, generalmente inferior

a un par de días de duración. Ocasionalmente puede suceder que estos síntomas se

prolonguen más tiempo, incluso hasta varias semanas o un mes; esto suele producirse

cuando la intoxicación se debe a sustancias especialmente fuertes, como por ejemplo

cocaína, anfetaminas o LSD.

4.1.2. Psicosis orgánica

La psicosis orgánica es una enfermedad mental con un origen físico. Puede ser

causada por una enfermedad del cerebro, como una embolia, un tumor, una infección o
una enfermedad más general que cause daño indirecto al cerebro. El abuso de sustancias

como el alcohol, los fármacos y las drogas también pueden causar una psicosis orgánica,

que puede desaparecer si la enfermedad original es tratada.

Las psicosis orgánicas se caracterizan por un estado confusional en los casos más

transitorios y por una personalidad que sufre desestructuraciones en los casos crónicos.

El hecho de que la psicosis orgánica transcurra de forma crónica o aguda depende de la

afectación original que la causa.

4.1.3. Psicosis reactiva breve

En ocasiones los síntomas psicóticos surgen de repente como respuesta a una

situación de mucha tensión en la vida de la persona, tales como un cambio importante en

sus circunstancias personales, o la muerte de un familiar. Aunque los síntomas pueden

ser agudos, la persona se recupera en pocos días.

4.1.4. Trastorno delirante

El trastorno delirante es un trastorno psicótico que se caracteriza por la presencia

de una o más ideas delirantes sin que se produzca otra patología significativa.

Estas ideas delirantes deben persistir como mínimo un mes y no deben ser la

consecuencia directa del consumo de algún tipo de sustancias o enfermedad médica. Las

personas que tienen trastornos delirantes están firmemente convencidas de cosas que no

son realmente ciertas. Por ejemplo, creer que son buenos escritores y que le han

concedido un premio Nóbel o pensar que están siendo perseguidos y que hay personas

que quieren hacerles daño.


4.1.5. Esquizofrenia

El término esquizofrenia se emplea para referirse a aquellas enfermedades

psicóticas en que los cambios de conducta o los síntomas persisten durante un período

no inferior a los seis meses. Tanto los síntomas como la duración de la enfermedad

varían según el caso, y al contrario de lo que se suele creer, muchas personas afectadas

de esquizofrenia llevan una vida plena y feliz, logrando muchas de ellas una total

recuperación.

4.1.6. Trastorno esquizofreniforme

No se distingue de la esquizofrenia, salvo en que los síntomas han persistido

durante menos de seis meses.

4.1.7. Trastorno bipolar (maníaco depresivo)

En el trastorno bipolar, la psicosis se presenta como parte de una alteración

afectiva más generalizada, caracterizada por alternancias violentas entre la gran

excitación (manía) y la melancolía (depresión). En caso de presentarse síntomas

psicóticos, suelen corresponder al estado anímico de la persona: por ejemplo, si está

deprimida oye voces que le dicen que debe suicidarse, en tanto que si experimenta una

excitación o euforia anormales, se cree un ser excepcional capaz de realizar grandes

hazañas.

4.1.8. Trastorno esquizoafectivo

Este diagnóstico corresponde a la presencia simultánea o consecutiva tanto de

síntomas de trastorno afectivo (tales como la depresión o la manía) como de psicosis. Es

decir, el cuadro clínico no es típico ni del trastorno afectivo ni de la esquizofrenia.


4.1.8. Depresión psicótica

Consiste en una depresión aguda combinada con síntomas psicóticos, sin que en

ningún momento de la enfermedad se lleguen a producir períodos de manía o excitación,

por lo que se distingue del trastorno bipolar.

5. Análisis de mi personalidad

Según las personalidades expresadas en el presente trabajo mi personalidad se

caracteriza por ser una pequeña combinación entre estas, siendo el factor común entre

todas que me considero como una persona extrovertida, toda vez que se me facilita la

socialización y a la vez sobresalir en distintos ámbitos sociales, ahora de manera

discriminada diré porque mi personalidad es una combinación entre todas las

personalidades extrovertidas aquí descritas; Si bien me considero una persona reflexiva

porque tengo claro cuales son mis objetivos a corto y largo plazos, los cuales consta de

terminar mis estudios de pregrado, cursar un postgrado e ingresar a alguna institución

adscrita al ministerio de defensa y en esta ejercer mi conocimiento, paso a la

personalidad sentimental toda vez que siempre trato de cuidar de mis seres queridos y

allegados, brindándole todo lo posible, a esto ultimo se le agrega que por lo general me

afecta el que dirán, pero esta afectación la sufro es más por personas allegadas.

Por último me considera también una persona perceptiva – intuitiva, toda vez que

siempre siento la necesidad de estar disfrutando del mountain bike, razón por la cual me

resulta placentera y cada fin de semana busco aventurarme en los terrenos que se

consideran como de difícil acceso, donde me resulta satisfactorio sentir el fango saltar en

mi indumentaria deportiva y sentir la brisa mientras desciendo lo más rápido posible.

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