Cambio y Aprendizaje PDF

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DEL CAMBIO LINGÜÍSTICO

Y LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE

1. El estudio del lenguaje infantil ha suscitado un crecien-


te interés durante las dos últimas décadas. Lingüistas y sicó-
logos se esfuerzan conjuntamente por investigar los mecanismos
que intervienen en la adquisición y el desarrollo del lenguaje
en el niño. Muchos son los trabajos "sicolingüísticos" que han
aparecido en revistas y libros de compilación, pero más que el
número importa la calidad y el método empleado en ellos.
Se debe a R. Jakobson y a W. Leopold 1 el haber recopi-
lado, organizado y utilizado una masa informe de datos sobre
el lenguaje infantil, producida por un número relativamente
grande de eruditos en varias disciplinas, quienes durante más
de un siglo acumularon sus datos a través de la observación
directa 2.

1
R. JAKOBSON, Child Language, Aphasia and Phonological Vniverscds; W. F.
LEOPOLD, The Study of Child Language and Infant Bilingualism.
' Durante el siglo xix, el lenguaje infantil fue abordado por sicólogos (Tiede-
mann, Pérez, Egger, Sully, Preyer, Wund, Romanes), filósofos (Taine, Dewey),
pedagogos (Hall, Bateman), biólogos (Darwin, Gutzmann) y antropólogos (Cham-
berlain), entre otros. Aunque algunos estudiosos también lo abordaron desde el
punto de vista lingüístico (Franke, Lindner), tales trabajos no pasaron de ser
meros recuentos léxicos o fonéticos y, en su mayoría, el interés se centró en as-
pectos sicológicos. Los lingüistas decimonónicos de prestigio, sólo se refirieron a él
en forma tangencial: J. Grimm, Schleicher, Grammont, Jespersen, Bühler, De-
lacroix... Una excepción es Grégoire y, en menor grado, Cohén y Passy; los
hermanos Stern se destacaron por haber sido los iniciadores del enfoque estricta-
mente lingüístico, ya entrado el presente siglo (1907). Lo continúan Velten, Ja-
kobson y Leopold, quienes le imprimieron al análisis mayor coherencia y rigor.
Los trabajos más recientes se enmarcan generalmente dentro del enfoque sicolin-
güísúco de la teoría generativo-transformacional (a partir de 1960), entre los cuales
sobresalen los de Chomsky, Miller, McNeill, Fodor, Lenneberg, Brown y Bellugi-
Klima.

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Conscientes, por una parte, de la importancia que para la


lingüística actual representa dicho estudio y, por otra, de la es-
casez de trabajos sobre el tema en español, queremos exponer
aquí algunos supuestos teóricos respecto de las relaciones que
pueden existir entre el cambio lingüístico y el lenguaje infan-
til. Así como el primero hace parte de una disciplina lingüís-
tica comúnmente conocida como lingüística histórica, el se-
gundo está enmarcado dentro de otra que empieza a llamarse
lingüística infantil ("Child Linguistics"). Una y otra, pues,
mantienen vínculos temáticos y procedimentales que bien pue-
den ser no sólo de orden lingüístico sino genético (biológico
y sicológico) 3.

2. A partir de los trabajos de W. von Humboldt sabemos


que el lenguaje no es "ergon" (producto final), sino "enérgeia"
(actividad) y hoy por hoy es un lugar común el aserto de que
toda lengua (viva) evoluciona. La lingüística histórica se ocupa
de la descripción (y más recientemente de la interpretación y
explicación) de los calnbios lingüísticos, los cuales, para nues-
tros propósitos, pueden considerarse en dos categorías: el cam-
bio fonético y la analogía. Todo cambio fonético, a su vez,
cabalga sobre dos entidades que han mantenido la atención
de los lingüistas desde los neo-gramáticos: la competencia,
o sea el conocimiento que el hablante-oyente tiene de su lengua
nativa, de su estructura gramatical; y la actuación lingüís-
tica, el uso concreto que hace de ella, predominantemente en
términos de producción y percepción4.
Un cambio fonético desde el punto de vista de la actua-
ción, no implica necesariamente una alteración en el sistema

* Los conceptos que vamos a expresar hacen parte de un trabajo (inédito) más
extenso que hemos titulado: La palatalización española y sus implicaciones sicolin-
güísticas. Dentro del cambio lingüístico dedicaremos una mayor atención al cambio
fonético en relación con la adquisición del lenguaje por parte del niño. El lector
no debe esperar de las presentes notas puntos muy claros y concluyentes, dado que
se trata de una introducción teórica a una hipótesis relacionada con las palatales
españolas.
* Véanse especialmente las siguientes obras de N. CHOMSKY, Aspects of the
Theory oj Sy/ilax, en la traducción española (págs. 6 y sigs.); Language and Mind
(págs. 115-120).

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fónico sincrónico de la lengua. Demos por caso el que se pro-


dujo en los comienzos de la formación del latín vulgar, cuando
un reducido grupo de hablantes5 empezó a palatalizar el seg-
mento /{ (proceso de suavización velar) del proto-romance:

(i) k > k' > c.

Cuando tal ("aberrante") modalidad se extendió y se hizo


común, la gramática la adoptó como uso normal. Pues bien:
este desplazamiento progresivo del punto de articulación velar
hacia el palatal, constituye un proceso diacrónico ya realizado,
el cual, debido a su lenta evolución (cuya duración no se ha
establecido aún con exactitud), no se puede considerar como
un cambio sincrónico. Por el contrario, un cambio fonético des-
de el punto de vista de la competencia, sí representa necesa-
riamente una alteración en la estructura fonológica de la len-
gua. La gramática, por ejemplo, puede verse afectada (en el
sentido de experimentar alguna variación), con la inclusión
sistemática de un sonido (i. e. "adición reglar") 6, o con la
pérdida de alguno o algunos de ellos ("simplificación") 7.
En el caso anotado anteriormente respecto de la palatal é
y la yod, tal vez podría aducirse que la estructura gramatical
del latín clásico sí sufrió alteración mediante la adición de un

* Según el criterio expresado por W. LABOV en su artículo On the Mecha-


mism o¡ Linguistic Change, pág. 110: "Los cambios fonéticos normalmente se han
originado en un subgrupo restringido de la comunidad lingüística" (la trad. es
nuestra). Traemos a colación el ejemplo de la palatal c porque constituye un im-
portante proceso en el habla infantil española, del cual nos ocuparemos en un
trabajo posterior.
" R. ANTILA, Introduction to Histórica! and Comparativc Linguistics (pág. 121).
7
Empleamos este termino en el sentido específico de "reducción fonética".
Las formas que adopta dicha simplificación en el lenguaje infantil dependen mu-
cho de cada lengua y de la etapa del desarrollo lingüístico del niño. En español,
por ejemplo, se pierden generalmente las sílabas inacentuadas y las consonantes
en sílaba trabada. Para ejemplos, consúltese principalmente el artículo de J. J.
MONTES, Acerca de la apropiación por el niño del sistema fonológico español (V.
Bibliogr.). Para la situación en otras lenguas consúltese: C. FRANKE, quien con-
cuerda con STERN en que las consonantes iniciales y las finales son suprimidas
más frecuentemente y luego las que hacen parte de un grupo consonantico; agrega,
para el alemán, que de las distintas consonantes de una palabra la más estable
es la intermedia, le sigue la inicial y, por último, la final.

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sonido diferente (c) hacia el siglo m de nuestra era 8. Sin


embargo, por esa época ya no se trataba de la misma lengua
sino de un estadio más avanzado de su evolución, es decir, el
romance; además, con relación al momento actual, debe con-
siderarse como una regla diacrónica que escapa, por lo tanto,
a la experiencia lingüística del hablante, a su competencia.
Algo muy distinto sucede, por ejemplo, con procesos como la
metafonía (Umlaut) y el ensordecimiento de consonantes en
posición final de sílaba en alemán, en donde el hablante na-
tivo de alemán "sabe" aplicar correcta e inconscientemente la
regla respectiva; aquí sí se trata, entonces, de reglas sincró-
nicas 9.

3. Es posible escribir una gramática capaz de generar


todas las oraciones correctas de una lengua dada y asignarles
sus correspondientes descripciones estructurales. El resultado
representará automáticamente la sustancia del conocimiento del
hablante de dicha lengua. Lo que no podrá ser representado tan
automáticamente es la forma de tal conocimiento en la me-
dida en que corresponda realmente al sistema de reglas inte-
riorizado por el hablante y en la medida en que constituye
parte de lo que lo capacita para producir y comprender las ex-
presiones de su lengua 10 . Este es uno de los problemas más
espinosos y complejos que se ha planteado la lingüística mo-
derna, y sus implicaciones, alcances y posibles soluciones son,
hasta ahora, impredecibles.

8
De acuerdo con la suposición de B. E. VIDOS, Manual de lingüística romá-
nica, pág. 138.
* Como se comprenderá, no aludimos a la noción de "regla" con el sentido
prescrípnvo de la gramática tradicional. La moderna fonología generativa concibe
las reglas (fonológicas) como aquellas operaciones que se utilizan para "establecer
las condiciones exactas bajo las cuales tiene lugar un proceso fonológico": S. A.
SCHANE, Generative Phonology, pág. 62. Un buen recuento teórico de "regla" den-
tro del marco de la lingüistica generativa transformaáonal, lo proporciona N.
CHOMSKY en On the Notion 'Rule of Grammar'. Para un enfoque fonológico
de este concepto puede verse el artículo de G. DRACHMAN, "On the Notion 'Pho-
nological Rule' ".
10
P. KIPARSKV, Ungtiiisic Universal! and Linguisüc Change, pág. 171.

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Una teoría lingüística adecuada debe hacer una especifi-


cación satisfactoria de los "universales" lingüísticos, para lo cual
debe disponer de un sistema notacional (formal) y de un pa-
trón de evaluación u . Ambos aspectos establecen una hipótesis
tendiente a decidir cuál de las muchas posibles gramáticas que
estarían en capacidad de describir en forma explícita las ora-
ciones de una lengua, posee "realidad sicológica", es decir, cua-
lidades para representar no sólo la sustancia sino también la
forma de la competencia de un hablante normal. Regular-
mente se establecen generalizaciones acerca de las oraciones de
la lengua y se seleccionan las que sean lingüísticamente sig-
nificativas y correspondan a las generalizaciones a las que un
niño llegaría al escuchar dichas oraciones, cuando trata de
construir su propia gramática.
Al hablar de "realidad sicológica" nos referimos, como ya
se anotó, a la forma de las reglas. En el mismo orden de ideas,
cuando hablamos de cambio fonético nos es posible referirnos
a él en términos de "cambios reglares"; pero para poder ob-
servar y describir el cambio reglar, debemos darles a las reglas
una forma definitiva, la cual necesariamente tendrá un efecto
sobre el cambio mismo, sobre su estructura. La forma esque-
mática más abstracta y general que presenta una regla fono-
lógica, podría ser:

(ii) A -> B / C,

en donde el segmento A se convierte en el segmento B, dentro


del contexto C. Aclaremos que aquí se trata de una regla sin-
crónica en la cual A funciona como "entrada" (input) de esta
regla que opera en el contexto C, y B funciona como su "re-
sultado" (output). Las secciones A y C se ínter relacionan, pues-
to que representan los blancos sobre los cuales va a operar la
regla, y B es el resultado. Así, pues, A + C constituye un nivel
jerárquico superior respecto de B, razón por la cual algunos

11
"Una teoría de la estructura lingüística que aspira a la adecuación explicativa
da razón de los universales lingüísticos y atribuye conocimiento tácito de estos
universales al niño": N. CHOMSKY, Aspectos..., pág. 27.

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autores han creado nombres distintos para esta dicotomía, a


saber: "descripción estructural" (A -f C) y "cambio estruc-
tural" (B) 12.

4. Anotemos de una vez que los procesos de aprendizaje


(preferimos emplear el término "adquisición") de una lengua
nativa son inconscientes e involuntarios y que nada, o casi nada,
se conoce en relación a sus mecanismos, esto es, a la estructu-
ración de la gramática en la mente del niño. De este supuesto
se coligen dos hechos muy significativos: el primero, que dadas
condiciones normales de tipo ambiental y sicológico, nada po-
drá impedir que un niño aprenda (adquiera) la lengua a que
ha sido expuesto; el segundo es una consecuencia del primero,
es decir, que los mecanismos internos involucrados en la ad-
quisición, ya no de una lengua natural determinada sino del
lenguaje humano en general, son de procedencia innata. Esto
significa que el niño nace con una especial predisposición para
el lenguaje. Todo lo que él tiene que hacer es seleccionar y
adaptar sus facultades lingüísticas innatas con base en las par-
ticulares características de la lengua que le tocó en suerte 13.
Aunque muchos son los esfuerzos que actualmente se ha-
cen para esclarecer y especificar la forma como el niño ad-
quiere su lengua, el problema continúa siendo un completo e
inextricable misterio. Las investigaciones se han limitado bá-
sicamente al análisis de los datos lingüísticos primarios que el

11
Cfr. esp. la exposición de P. KIPARSKY, art. cit., nota 10; también R. AN-
T1LA, pág. 114.
" Para CHOMSKY la incógnita más importante que hay que despejar es ésta:
"¿Cuáles son los supuestos iniciales respecto a la naturaleza del lenguaje que el
niño aporta al aprendizaje lingüístico, y cuál es el detalle y especificidad del es-
quema innato (la definición general de "gramática") que gradualmente se hace
más explícito y diferenciado a medida que el niño aprende la lengua?": Aspecto!...,
pág. 27. En esta obra, Chomsky se muestra aún muy escéptico acerca de poder
suministrar un esquema o "modelo de adquisición" que alcance tales objetivos. En
trabajos posteriores, principalmente en su libro Languagc and Mind y en su ar-
tículo Language and thc Mind, no avanza sustancialmente en este aspecto;
en este último elabora con gran propiedad un "modelo perceptivo" del apren-
dizaje lingüístico. Sin embargo, un modelo de adquisición más completo, se sigue
esperando.

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niño va utilizando para la construcción de su gramática (lo


que los generativistas denominan el input) y de los resultados
de actuación (o el output), así como de algunas cuestiones
periféricas (descripción y clasificación de los datos, tabulación
de frecuencias fonéticas y léxico-semánticas, condiciones de
percepción y producción de oraciones y niveles de asociación).
Pero el problema central permanece insoluble: no ha sido po-
sible abrir la codiciada cajita de Pandora del mecanismo (in-
nato) de adquisición (MA) con el que todo niño nace equi-
pado y que lo habilita para adquirir cualquier lengua natural
en forma nativa. Es lo que se suele representar por medio del
esquema siguiente 14 :

(m) Datos lingüísticos —» MA —> gramática.

En suma, lo importante para los estudios (sicolingüísticos)


del futuro inmediato, no será tanto acumular más datos y aná-
lisis de la estructura superficial del lenguaje; lo verdadera-
mente significativo y fascinante será la incursión en el labe-
ríntico mundo de la estructura subyacente de la competencia
lingüística. Como lo anota Kiparsky, "lo que realmente se ne-
cesita es una ventana a la forma de la competencia lingüís-
tica, no obnubilada por factores como la actuación [ . . . ] " ; y
agrega a renglón seguido: "En el cambio lingüístico tenemos
precisamente tal ventana" lo .

5. Puntualicemos: es innegable la existencia de una rela-


ción, más aún, de un paralelismo entre los procesos que tienen
lugar en la adquisición del lenguaje infantil y los que se reali-
zan en los cambios lingüísticos, en la diacronía. Y no sólo se
establece tal paralelismo en el caso de la analogía morfológica

" Langtiagf and Mind, pág. 119. La teoría de las "ideas innatas", no es nue-
va, pues no pocos autores del siglo xix ya la aceptaban. Tampoco lo es el
postulado de la "capacidad creativa" del lenguaje que Chomsky y otros (Katz,
McNeill, etc.) han popularizado tanto: ya Humboldt había manifestado que el
lenguaje permite hacer "un uso infinito de medios finitos". Otra capacidad direc-
tamente relacionada con la anterior es la de poder entender y producir oraciones
nunca antes oídas o proferidas. Todo esto, desde luego, está contenido en el men-
cionado "mecanismo de adquisición" (MA).
" Ar. cdt., 1968, pág. 174 (la traducción y los subrayados son nuestros).

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(cfr. rompido/roto; ponido / puesto), sino también en estruc-


turas sintácticas más complejas como la de la "negación múl-
tiple", que aparece en muchas lenguas entre las que se encuen-
tra el español (cfr. Yo tampoco no voy ¡Yo tampoco voy) 1G.
No ocurre lo mismo si comparamos, v. gr. Yo no tengo nada
con *Yo tengo nada, donde la última no es una oración gra-
maticalmente bien formada en español y, en tales circunstancias,
un niño difícilmente la produciría, así como tampoco se reali-
zaría tan fácilmente un cambio de tal naturaleza en la historia
del español. En consecuencia, tanto el lenguaje infantil como
el cambio lingüístico poseen ciertas restricciones sistemáticas.
Estos factores cobran relieve en la medida en que los pro-
cesos de adquisición experimentan el desarrollo lingüístico del
niño hacia la captación de la gramática del adulto. Retomando
un poco los conceptos de "adición reglar" y de "simplificación",
mencionados antes, debemos agregar que aquélla se rela-
ciona con el habla del adulto mientras que ésta refleja el
habla del niño (principalmente, pero no de manera exclusiva,
en el plano fonológico) 17. En efecto, la gramática del adulto

" Cfr. J. J. MONTES (1976, pág. 35; pág. 22 en Separata). Además de los
magníficos artículos del doctor MONTES, citaremos algunos otros que no incluímos
en la Bibliografía; por vía de información: W. F. LEOPOLD, Semantic Lcarning in
Injant Language, en Word 4, 1948, págs. 143-180; Y. R. CHAO, The Cantian
Idiolect: An Analysis of the Chinde Spo^en by a Twenly-eigth-months-old Child,
en University of California Pttblications in Semitic P/tilology 11, 1951, págs. 27-44;
A. N. GVOZDEV, Voprosy izucheniya dets\oi rechi, Akad. Pedag., Nauk RSFSR,
Moscú, 1961; E. H. LEN.VEBERC, Vnderstanding Langnage without Ability to Speal{.
en Journal of Abnormal and Social Psychology 65, 1962, págs. 419-425; C. A.
FF.RGUSON, Baby Talk, in Six Languages, en American Anthropologisi 66 (1964),
págs. 103-114; D. I. SLOBIN, Grammatical Development in Russian-speaking Chil-
dren, en K. RIEGEL (ed.), The Development of Language Ftinctions, University of
Michigan, Language Development Program, Report núm. 8, Ann Arbor, 1965,
págs. 93-101; K. ATKINSON et al., An Experiment in the Recognition of Babbling,
en Papen and Reports on Child Language Development, Stanford, California, 1970;
E. L. KAPLAN, Intonation and Language Acquisition, en Papers and Reports...
Stanford, 1970; J. R. KORNI-ELD, Theoretical Issues in Child Phonology, en Papers
from the Seventh Regional Meeting of the Chicago Ljngiiistic Society, 1971, págs.
454-464; D. INGRAM, Phonological Rules in Young Children, en Papers and Re-
ports.. ., 1971.
17
Naturalmente la simplificación constituye sólo una de las características de)
lenguaje infantil. No es el objetivo del presente artículo hacer una descripción de
los procesos que intervienen en las distintas etapas lingüísticas del niño, ni el de

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está sustentada en la tradición, representa el canon testimonial


de su historia; es conservadora, pues tiende a regirse por los
patrones cultos. La gramática del niño, en cambio, se caracte-
riza por su fuerza innovadora; en ella la lengua se recrea cons-
tantemente, pues el niño es indiferente e ignora la historia y
tradición de su lengua. Aquella (la lengua del adulto) está
viciada de limitaciones prescriptivas, en tanto que ésta (la del
niño) se distingue por su espontaneidad.
Las implicaciones que este hecho tiene para el estudio del
cambio lingüístico no se pueden prever tan fácilmente. R. An-
tila supone que: "La contribución por parte del niño al cambio
lingüístico puede ser bastante considerable; [pero] es difícil
conocer sus proporciones exactas" 18. Sin embargo, es tan evi-
dente su incidencia que muchos lingüistas de vieja y nueva
data han dado por seguro que uno de los principales factores
para el cambio fonético es el "aprendizaje imperfecto" de los
niños. El citado autor (ibídem) concede a este hecho moti-
vaciones de tipo biológico-sicológico, esto es, que puede existir
un sistema natural innato de procesos fonológicos aparecido
en un período posterior al balbuceo, el cual (sistema) sufre
modificaciones paulatinas a medida que el niño se aproxima
a los patrones de la norma lu . El cambio resultará del grado
en que él falle o "se equivoque"20. Consecuentemente, este
sistema impone un orden universal en los procesos de adquisi-
ción lingüística, orden que es curiosamente paralelo y equiva-
lente al operado en los cambios lingüísticos. Es más: cualquier
fenómeno producido a lo largo del desarrollo lingüístico in-
fantil puede tomarse como un posible cambio lingüístico.

6. Es posible, entonces, explicar mejor la naturaleza de los


cambios por medio del análisis de los procesos de adquisición
ejemplificar profusamente; la mención de éste u otro factor obedece a sus estrechos
vínculos con el cambio lingüístico (fonético, en particular) y la adquisición del
lenguaje.
" Op. cit., pág. 194 (la traducción es nuestra).
19
Para el papel que desempeña la norma en el habla infantil española, véase
a J. J. MONTES, El sistema, la norma y el aprendizaje de la lengua.
50
Una discusión más completa sobre la llamada "Fonología Natural", se en-
cuentra en D. STAMPE, The Acquisition of Phonetic Reprcsentation.

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y desarrollo del lenguaje infantil. Pensemos, por ejemplo, que


si Ferdinand de Saussure hubiera tenido en cuenta el factor
adquisición y hubiera analizado un poco su naturaleza y sus
implicaciones para la lingüística, probablemente no habría es-
tablecido esa división tan tajante entre diacronía y sincronía
como lo indica su esquema de los Ejes de las Sucesiones y las
Simultaneidades. Aunque Saussure fue consciente de que: "En
el fondo todo es sicológico en la lengua, incluso sus manifes-
taciones materiales y mecánicas, como los cambios fonéticos" 21,
quizás no juzgó pertinente desarrollar esta idea y, por tanto,
sus alusiones al lenguaje infantil, si es que realmente las hizo,
fueron de carácter indirecto y ocasional.
7. Las consideraciones anteriores nos llevan a suponer que
hay más similitudes e interferencias entre estos dos planos de
lo que se pudiera creer en principio. Intentaremos precisar
mejor estos conceptos valiéndonos de algunos esquemas grá-
ficos que no sólo permitirán visualizar el problema en forma
más objetiva, sino que darán la oportunidad de esbozar algunos
supuestos teóricos que no pretenden nada distinto de instigar
la curiosidad por un tema de tanta trascendencia en la actua-
lidad.
El esquema que sigue muestra que al rastrear un cambio
fonético cualquiera a través del tiempo, digamos un cambio X,
que luego de varios estadios evolutivos se convierte en Y, ten-
dríamos:

Diacronio >- Diocronío

n
Curso de lingüistica general, pág. 47. Interesantes conceptos acerca de la
dicotomía saussureana se hallan en W. P. LEHMANN, Saussure's Dichotomy bctween
Descriptive and Historical Unguistics.

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La observación de (iv) nos sugiere que:

a) Todo cambio fonético es sincrónico no solamente en


sus comienzos, como lo anota Jakobson ", sino en cada una
de las etapas de su evolución histórica.
b) La Diacronía no es más que una suma (ordenada pero
no continua) de hechos sincrónicos.
c) El supuesto anterior, b), no se debe entender como una
suma propiamente dicha de elementos agregados aisladamente
(sin relación mutua), sino que existen "zonas de intersección"
entre un estadio y otro y que tales intersecciones son de dife-
rente índole, es decir, que muchos y variados fenómenos in-
tervienen en esa zona hasta el punto de que no es posible pre-
cisar dónde termina un estadio y dónde empieza el otro.
Extremando algo más el análisis, pero dentro de los lími-
tes de lo probable, la consideración del factor adquisición en
el estudio de las relaciones sincrónico-diacrónicas (y teniendo
siempre presente el problema del cambio fonético), nos sugie-
re este otro esquema:

(v)

CAMBIO
HECHOS
FONÉTICO
S 1 N C R ONICOS
EN EL
EN EL
HABLA
H A B L A DEL
INFANTIL
AOULT 0

™ Citado por S. SAPORTA. Ordcrcd Rules, Dialect dijjercnces, and historiad


Processcs, pág. 224: "Un cambio (fonético) es, en sus comienzos, un hecho sin-
crónico". SAPORTA, ibideni, replica que lo contrario es igualmente cierto, i. c. que
los hechos sincrónicos reproducen a menudo cambios históricos.

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La interpretación de (v) se puede hacer de la siguiente


manera: el habla infantil (empleamos "habla" y no lenguaje
para podernos ubicar concretamente dentro de una lengua par-
ticular) constituye una diacronía o, mejor, si se nos permite
el término, una "micro diacronía", la cual aparece a su vez
incluida en una Sincronía (la del adulto) que es, ni más ni
menos, el concepto con el cual se denominan normalmente
los hechos de lengua en un momento dado.
Un último diagrama más general nos permitirá incluir
todo lo expuesto hasta ahora en forma global, a la vez que nos
enseñará otros ángulos de la situación que hemos venido tra-
tando:

(vi)

cambio fónico

octuocidn competencia

habla infantil

Esta composición gráfica nos instruye sobre los siguientes


enunciados teóricos:

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a) Se reemplaza el concepto de cambio fonético por el de


"cambio fónico" (vértice A), lo cual ofrece la ventaja de
poder abarcar no exclusivamente lo fonético (actuación), sino
igualmente lo fonológico, lo sistemático (competencia).
b) El cambio fónico y el habla infantil se encuentran in-
terrelacionados por un solo eje recíproco directo (diacronía/-
sincronía: eje vertical A-B). Este se encuentra cruzado (lo
cual no debe entenderse en el sentido de oposición) por otro
eje recíproco indirecto (competencia/actuación: eje horizontal
C-D), en el que se encuentra la gramática, del lado de la
competencia.
c) El habla infantil se bifurca en la flecha de los "errores"
(violación de las reglas, en este caso fonéticas), que va dirigida
hacia la actuación y que se entrecruza con la flecha de la fo-
nética; se bifurca también en la flecha de la "adición reglar"
(reinterpretación de las reglas del adulto), que va dirigida
hacia la competencia y que se entrecruza con la flecha de la
fonología 2S.

8. Muchos son los aspectos conexos que cabría tratar en


un estudio de esta naturaleza. Bástenos con citar, finalmente,
el concerniente a la imitación que supuestamente hace el niño
de los patrones del habla del adulto. No pretendemos decir
que no exista tal imitación. Lo que realmente queremos poner
en tela de juicio es la trascendencia que se le ha dado como
factor significativamente determinante dentro del mecanismo
general del desarrollo lingüístico del niño. En verdad, el niño
no imita todo lo que se cree, en primer lugar porque su misma
naturaleza egocéntrica24 no lo induce a ello y, en segundo

" Estamos seguros de que la situación del problema, tal como la hemos presen-
tado, adolece de algunas inexactitudes y vados, como suele acontecer con todo
enfoque tentativo. Nuestra única aspiración es llamar la atención sobre las inmensas
posibilidades invesógaávas del habla infantil española.
14
J. PIAGET ha sido enfático en afirmar que el niño menor de siete años hace,
en general, caso omiso de los adultos y demás niños con quienes habla y se en-
cierra en conversaciones egocéntricas, sin conceder mayor importancia a sus obser-
vaciones: cfr. The Languoge and Thought of the Child, págs. 28 y sigs. También
en Seis estudios de psicología, págs. 35-37.

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lugar, porque es eminentemente creativo sobre todo en mate-


ria lingüística. Un ejemplo bastante ilustrativo de la poca im-
portancia que el niño concede a las pretensiones correctivas
del adulto está contenido en el siguiente diálogo 20 :

(vn) — Yo sabo.
— "Yo se" [corrige el padre].
— No. Yo sabo. Esa es mi manda de esí.

Como se ve, se trata de una analogía morfológica, pro-


ceso muy común (productivo) en el lenguaje infantil. Pero
lo interesante al respecto es que el niño (contrariamente a lo
que el adulto piensa de él) no cree que esté cometiendo erro-
res. Y es que ciertamente no los comete: los produce, que es
otra cosa, ya que, como observa Kiparsky, "La adquisición del
lenguaje infantil es un acto individual de creación" 26.
El niño, pues, construye su gramática a partir de los datos
proporcionados por un contexto lingüístico dado; pero las re-
glas adquiridas por él no son las del adulto sino más bien una
interpretación creativa, una reelaboración de esas reglas. No
obstante, a semejanza de lo que acontece con la formación de
un cambio lingüístico, que termina imponiéndose y siendo
aceptado pese al rechazo de la norma imperante, el niño acaba
por "aceptar" (captar) las pautas gramaticales del adulto. Pero
éste es un complejo proceso de asimilación que dista mucho
de poder ser reducido a un simple acto de imitación.

JORGE ENRIQUE PORRAS.

Universidad Pedagógica de Colombia, Tunja.

" J. I. MONTES, art. cit., 1976, pág. 26; pág. 3 en separata.


x
Histórica! Lingttistics, 1970, pág. 310. Véanse interesantes ejemplos creativos
en MONTES, 1976, págs. 37-38; págs. 24-25 en Separata.

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