¿Qué Es Un Reino

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¿QUÉ ES UN REINO?

El concepto de reino nació en el corazón del hombre. Fue depositado allí por su
Creador así como el propósito para el cual fue creado. A pesar del he- cho de que
hubo muchos tipos de reinos a través de la historia, hay ciertas características
comunes a todos ellos. El Reino de Dios, según Jesús, tam- bién posee estos
componentes. A continuación hay algunos que precisará conocer para poder
comprender los conceptos de Las Escrituras.

Todos los reinos tienen:

•   Un rey y señor: un soberano; 


•   Un territorio: un dominio; 


•   Una constitución: un pacto real; 


•   Una ciudadanía: una comunidad de súbditos; 


•   Una ley: principios aceptables; 


•   Privilegios: derechos y beneficios; 


•   Un código de ética: un estilo de vida y conducta aceptables; 


•   Un ejército: seguridad; 


•   Una mancomunidad: seguridad económica 


•   Una cultura social: protocolo y procedimientos. 
El reyes la encarnación del


reino, representa su gloria y naturaleza. La autoridad fluye del rey, y su
palabra es suprema. 
El territorio es el dominio sobre el cual el rey ejerce
total autoridad. El territorio, sus recursos y la gente son propiedad personal
del rey. Por derecho el rey posee todo y, por lo tanto, es considerado señor
sobre todo. La palabra señor denota propiedad por derecho. El término
seiíor es so- lamente asignado a un propietario soberano. Por esa razón, La
Escritura declara: "Del 51\:01\ es la tierra y todo cuanto hay en ella, el
mundo y cuantos lo habitan" (Salmo 24:1). 


La constitución es el pacto de un rey con su ciudadanía y expresa la mente y


voluntad del rey para con sus ciudadanos y el reino. Constituye la intención del
soberano por su pueblo, así como también contiene los bene- ficios y privilegios del
reino. La constitución son las palabras documentadas del rey. La Biblia contiene la
constitución del Reino de Dios, la cual detalla su voluntad y sus intenciones para
con sus ciudadanos.

La ciudadanía es la gente que vive bajo el gobierno del rey. La ciudada- nía en un
reino no es un derecho, sino un privilegio y es el resultado de la elección del rey.
Los beneficios y privilegios de un reino son solamente accesibles para los
ciudadanos, y por lo tanto, el favor del reyes siempre un privilegio. Una vez que
uno se hace ciudadano del reino, todos los derechos de la ciudadanía están a
disposición del ciudadano. El rey está obligado a cuidar y proteger de todos sus
ciudadanos, y el bienestar de ellos es un reflejo del mismo rey. El objetivo número
uno del ciudadano de un reino es someterse al rey, buscando únicamente
permanecer ante él de forma in- tachable. Esto se llama justicia. Por eso, jesús dijo
que la prioridad de todo hombre era buscar su Reino.

"Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas


estas cosas les serán añadidas"
MATEO 6:33

La ley constituye las normas y los principios establecidos por el rey, me- diante los
cuales su reino funcionará y será administrado. Las leyes de un reino deben ser
obedecidas por todos, incluso por los extranjeros que resi- den en él. Son la manera
por la que uno tiene acceso garantizado a los bene- ficios del rey y del reino. La
violación de las leyes del reino lo coloca a uno en una posición de enemistad con el
rey y, por lo tanto, interrumpe la po- sición favorable que disfruta con este. Las leyes
en un reino no pueden ser cambiadas por los ciudadanos, ni están sujetas a
referéndum ni a debate por parte de ellos. Dicho de otro modo, la palabra del reyes
ley en su reinado. El rey David comprendió este principio de la palabra real cuando
declaró:
"Quiero inclinarme hacia tu santo templo y alabar tu nombre por tu
gran amor y fidelidad. Porque has exaltado tu nombre y tu palabra por
sobre todas las cosas"
SALMO 138:2

 
Los privilegios son los beneficios que el rey concede a sus ciudadanos fieles. Este
aspecto del reino es muy diferente de otras formas de gobierno. En un reino, la
ciudadanía siempre es anhelada por el pueblo porque, una vez que uno está en el
reino, el reyes personalmente responsable por su vida y sus necesidades. Además,
ya que el rey lo posee todo dentro de su reino, él puede darle a cualquier ciudadano
cualquiera o toda la riqueza

que él desee.
Un código de ética es la conducta aceptable de los ciudadanos en


el reino

y su representación de este. Este código incluye normas morales, relaciones sociales,


conducta personal, actitud, vestimenta y forma de vida.

El ejército es el sistema del reino para asegurar el territorio y proteger a sus


ciudadanos. Es importante entender que en un reino los ciudadanos no pelean
en el ejército, sino que disfrutan de la protección del ejército. Por esta razón, en
el Reino de Dios, los ángeles son llamados huestes celestiales. La palabra hueste
significa ejército e identifica a los ángeles como el componente militar del Reino
de los cielos. Este concepto del reino presenta un desafío a nuestro pensamiento
religioso de la Iglesia como un ejército. Un estudio cuidadoso de la constitución
bíblica de la palabra nos mostrará que la Iglesia, tal como jesús la estableció, no
es identificada como un ejército sino como una ciudadanía, una familia de hijos y
una nación.
"(...)cuandolanzócontraelloselardordesuíra,desuJuror,indignación y
hostilidad: i todo un ejército de ángeles destructores!"
SALMO 78:49

"Alaben al SEÑOI) ustedes sus ángeles, paladines que ejecutan su palabra


yobedecensumandato.AlabenalSEÑOI) todossusejércitos,siervossuyos que
cumplen su voluntad"
SALMO 103:20-21
"(...) ocurrirá también al Jin del mundo. El Hijo del hombre enviará a
sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los que pecan y hacen
pecar. Los arrojarán al horno encendido, donde habrá llanto y rechinar
de dientes"
MA TEO 13:40-42

Una mancomunidad es el sistema económico de un reino que garantiza a cada


ciudadano igual acceso a la seguridad financiera. En un reino, el tér- mino
mancomunidad es usado porque el deseo del reyes que todos sus ciu- dadanos
compartan el beneficio de la riqueza del reino. La gloria del reino está en la felicidad
y salud de todos sus ciudadanos.

Consideremos cuidadosamente la palabra del Rey en el Reino de Dios, jesucristo:

"Luego dijo Jesús a sus disCípulos:
-Por eso les digo: No se preocupen


por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán. La vida
tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa (. .. )
Ustedes, por el contrario, busquen el reino de Dios, y estas cosas les
serán añadidas. No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la
buena voluntad del Padre darles el reino"
LUCA5 12:22-24,31-32
La cultura social es el entorno creado por la vida y las costumbres del rey y sus
ciudadanos. Este es el aspecto cultural que separa y distingue al reino de todos los
demás que lo rodean. Es la cultura la que expresa la naturaleza del rey, mediante el
estilo de vida de sus ciudadanos. Esta distinción en la cultura del Reino se evidencia
en las palabras del Señor jesús, cuando repe- tidamente dijo en el libro de Mateo:
"Ustedes han oído que se dijo (...) pero yolesdigo...",yotravez:"...
peroentreustedesnodebeserasí"(Mateo5:21- 22). La cultura social del reino se
supone que debe ser evidente en nuestras actividades y relaciones cotidianas.

LOS COMPONENTES DE UN REINO


Todos los reinos están conformados por una serie de componentes ne- cesarios
para funcionar efectivamente. Todos, incluido el Reino de Dios, poseen:

• Un programa de salud: sanidad;


• Un programa de educación: ministerio de enseñanza del Espíritu Santo;


• Un sistema de impuestos: diezmo;


• Un sistema central de comunicaciones: dones del Espíritu Santo;


• Un cuerpo diplomático: embajadores de Cristo;

 
•   Un sistema de administración: la ministración del Espíritu a través de la
humanidad, llamada Iglesia; 


•   Un sistema económico: el sistema de dar y recibir (tiempos de siem- bra y de


cosecha). 
Un estudio cuidadoso del mensaje bíblico y la presentación del
mensaje del Reino de los cielos por parte de Jesús nos ilustrará la presencia
de todos estos componentes y características de vida en el Reino de Dios.

Sin embargo, el elemento más sobresaliente y que más distingue al Reino de
Dios de todos los otros reinos es el concepto de que todos sus ciudadanos
son familiares del Rey, y son reyes en sí mismos. Ese fue el mensaje que trajo
el Señor Jesucristo. 


 
 
•   UN CONTRASTE DE REINOS 
Los autobuses estaban en fila en las
calles de la pequeña ciudad, traían a los turistas lejanos y cercanos para
visitar y fotografiar la pequeña casita de madera. Muchos viajaron desde el
otro lado del océano para ver esta estructura tan antigua que no tenía relación
arquitectónica con la moder- na jungla de cemento que la circundaba.
Parecía como una rebanada de historia servida sobre las calles del siglo XXI.
Ahora se había convertido en una atracción turística que absorbía los dólares
para la penosa economía local y proveía muchos empleos necesarios para
los ciudadanos de esa pequeña ciudad. 
No obstante, no fue hace mucho
tiempo que la misma vieja casa se des- moronaba y caía en ruinas de forma
horrorosa. Sus paredes contenían mu- chos recuerdos e historias del
grandioso pasado de la ciudad. Algunos de los habitantes exigieron que fuera
demolida porque estaba afectando el valor de sus propiedades linderas. Sin
embargo, un anciano que miraba y actuaba como si fuera tan viejo como la
casa comenzó a peticionar para salvar la original pequeña estructura.
Finalmente, consiguió bastante apoyo como para que la calificaran para la
conservación de antigüedades de la ciudad, y así comenzó el largo camino de
restauración de esta pieza de arte de arqui- tectura histórica. 
Cuando fui
como visitante a aquella ciudad, quise conocer a ese anciano y le pedí a mi
chofer que me condujera hasta él, así podía escuchar la histo- ria completa de
la salvación de la condenada casa. 


UNALECCIÓN SOBRE RESTAURACIÓN


Cuando el automóvil estacionó junto a la valla que rodeaba la vieja casa de madera
con la pintura descascarada, tres perros corrieron para salirnos al encuentro con unos
ladridos impensadamente amigables. El anciano sen- tado en su crujiente mecedora
nos llamó con una seña, como si hubiese estado esperándonos por años. Avancé
hacia el porche y me senté en un viejo cajón provisto para que descansáramos.
Luego de presentarme, él me preguntó cuál era nuestro interés en la casa. Le pedí
que nos contara cómo la había salvado de la destrucción inminente. Con un brillo en
los ojos, re- unió sus pensamientos y procedió a guiarme en un viaje mental que
atrajo mi atención como un niño que oye una leyenda por primera vez.

Habló entusiastamente sobre la historia de la casita y de sus experien- cias de la


niñez con su vida. Cuando lo interrogué sobre el proceso de restauración, me relató
una historia que jamás olvidaré. Él dijo que la casa era una restauración genuina.
-¿Qué quiere decir con eso de restauración genuina? -le pregunté.
-Bueno -respondió-, usted verá algunas llamadas restauraciones que no son
genuinas, porque sustituyen el original con otros materiales.

Luego, haciendo un gesto hacia la plaza de la ciudad, dijo:

-Pero ese proyecto es restauración genuina porque los arquitectos fue- ron a los
archivos y hallaron los planos originales, luego usaron exactamen- te los mismos
materiales para cada parte de la reconstrucción. De hecho, la pequeña casita luce
como el día en que fue construida.

-De modo que una restauración verdadera requiere de los planos y mate- riales
originales para ser completa y genuina -afirmé a modo de pregunta. -
¡Absolutamente! Por ello, el valor de la casa restaurada es superior al

de los rascacielos que la rodean -me respondió el viejo hombre. Abandoné ese
porche aquel día con una mayor apreciación por el com- plicado proceso llamado
restauración y también entendí más cabalmente el gran programa de restauración
que el Creador ha estado ejecutando

sobre la Tierra.
La estrategia divina concebida por el sabio Padre sigue el mismo
princi-
pio que la historia de este anciano. La pérdida del Reino de los cielos sobre la Tierra
a través del acto de desobediencia de parte de Adán y, consecuen- temente, la
pérdida de su enviado especial, el Espíritu Santo, exigía una res- tauración. Esto
requería un programa celestial para la preservación de la Tierra. Este programa se
hizo conocido como "la obra redentora de Dios". Su o es la recuperación y el
restablecimiento del Reino de los cielos sobre la Tierra y la readmisión de la
humanidad como su representante real legal.

La estrategia divina fue el regreso del Adán original para reconstruir al viejo Adán
que había fracasado. El medio sería la venida del Rey Mesías para redimir, restaurar
y reconectar al hombre nuevamente con el gobierno celestial. Esta promesa de una
simiente real en Génesis 3:15 estableció la venida de Dios en carne como un
redentor legítimo con todos los derechos de entrar a la dimensión terrenal para
alcanzar este objetivo.

Esta declaración fue conocida como "la promesa" y activó la larga ex- pectativa
histórica de un rey Mesías destinado a redimir a los hombres y restaurarlos
nuevamente a su posición real. Este proceso incluía el llamado y la misión de una
línea específica a través de la cual el gran rey vendría. La prerrogativa divina
entonces escogió a un hombre obediente llamado Abraham (Génesis 12:1-4), al cual
le fue dada la promesa de la venida de la simiente del Reino para redimir y restaurar,
no solamente a una nación, sino a todas las naciones del mundo.

"Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y


serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los
que te maldigan; por medio de ti serán bendecidas todas las familias
de la tierra"
GÉNESIS 12:2-3

 
 
 

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