Ce - Fuerza Mayor - Imprevisión - Jaime Rodriguez Navas

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 SENTENCIA 2006-00657 DE 28 DE OCTUBRE DE 2019

 CONSEJO DE ESTADO

 CONTENIDO:LA RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL, REQUIERE ASÍ LA


EXISTENCIA UNA OBLIGACIÓN DERIVADA DE UN CONTRATO, CUYO COMPLIMIENTO
HAYA SIDO OMITIDO POR EL DEMANDADO, OCASIONANDO CON ELLO UN MENOSCABO
A UN INTERÉS JURÍDICAMENTE PROTEGIDO EN CABEZA DEL DEMANDANTE. LO
ANTERIOR, DA LUGAR A LA EXIGENCIA DEL CUMPLIMIENTO DEL CONTRATO, SU
RESOLUCIÓN O EL PAGO DE LOS DAÑOS OCASIONADOS. EL ALTO TRIBUNAL
ANALIZA: CONTRACTUAL MINERO, CASO FORTUITO O FUERZA MAYOR,
RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL, TEORÍA DE LA IMPREVISIÓNNATURALEZA
JURÍDICA DE LAS FACTURASCADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE CONTROVERSIAS
CONTRACTUALES MINERAS, EXCEPCIÓN DE CADUCIDAD CONTEMPLADA EN EL
PARÁGRAFO 1º DEL ARTÍCULO 136 DEL CÓDIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO,
ENTRE OTROS.

 TEMAS ESPECÍFICOS:MINERÍA, CONTRATO DE CONCESIÓN MINERA,


RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL
 SALA:CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
 SECCION:TERCERA
 PONENTE:RODRÍGUEZ NAVAS, JAIME ENRIQUE

Sentencia 2006-00657 de octubre 28 de 2019

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCIÓN TERCERA

SUBSECCIÓN C    

Consejero Ponente:

Jaime Enrique Rodríguez Navas

Rad.: 25000-23-26-000-2006-00657 (40992)

Actor: Esmeraldas y Minas de Colombia S.A., Esmeracol S.A.

Demandado: Ingeominas y Minercol en Liquidación 

Ref.: Asuntos mineros 

Tema 1: Contractual minero.

Subtema 1: Caso fortuito o fuerza mayor.

Subtema 2: Responsabilidad contractual.


Subtema 3: Teoría de la imprevisión.

Tema 2: Naturaleza jurídica de las facturas.

Tema 3: Caducidad de la acción de controversias contractuales mineras.

Subtema 1: Excepción de caducidad contemplada en el parágrafo 1º del artículo


136 del Código Contencioso Administrativo.

Tema 4: Congruencia de la sentencia.

Subtema 1: Fallo citra petita.

Subtema 2: Fallo ultra petita.

Tema 5: Falta de motivación del acto administrativo.

Tema 6: Facturas por administración y canon superficiario. 

Sentencia: revoca.

Bogotá, D.C., veintiocho de octubre de dos mil diecinueve.

EXTRACTOS: «III. CONSIDERACIONES

3.1. Presupuestos de la sentencia de mérito.

3.1.1. Competencia.

3.1.1.1. De conformidad con el artículo 82 del Código Contencioso Administrativo


(CCA) modificado por el artículo 30 de la Ley 446 de 1998 —vigente para la fecha de
la presentación de la demanda —, la citada jurisdicción “[...] está instituida para
(30)

juzgar las controversias y litigios originados en la actividad de las entidades públicas


incluidas las sociedades de economía mixta con capital público superior al 50% [...]”. 

En la renovación del contrato de operación minera suscrito el 30 de junio de 1995,


cuya nulidad parcial y restablecimiento del equilibrio contractual depreca la actora,
intervino Mineralco S.A., “[s]ociedad regulada por el régimen de Empresas
Industriales y Comerciales del Estado, vinculada al Ministerio de Minas y Energía,
creada por la Ley 2ª del 2 de enero de 1990 [...]”. 

Por otro lado, la Resolución SFOM-154 de 2005, atacada por la actora, fue emitida
por el Ingeominas, el cual, para la fecha, era “[...] un establecimiento público del
Orden Nacional, con personería jurídica, autonomía administrativa y patrimonio
independiente, adscrito al Ministerio de Minas y Energía” como lo dispone el artículo
2º del Decreto 252 de 2004.
La litis tuvo así origen en un contrato suscrito y un acto proferido por entidades
públicas que, según artículo 39 de la Ley 489 de 1998, forman parte del sector
descentralizado de la administración pública nacional. Por lo tanto, la jurisdicción de
lo contencioso administrativo es competente para conocer de este proceso.

Adicionalmente, esta Subsección del Consejo de Estado es competentepara


conocer del presente asunto, en razón al factor funcional, de conformidad con el
artículo 293 del Código de Minas  y el artículo 129 del CCA .
(31) (32)

3.1.2. Vigencia de la acción.

3.1.2.1. El actor alegó que la acción de nulidad del contrato minero tiene un
carácter especial, de conformidad con lo establecido en los artículos 2º, 3º y 289 de la
Ley 685 de 2001, en concordancia con el artículo 53 de la Ley 80 de 1993, por lo que
—en su parecer— al no preverse un término de caducidad para la acción de nulidad
en la Ley 685, se aplica subsidiariamente el término de cinco (5) años establecido en
el artículo 136.10.e) del CCA. 

Al respecto, la Sala considera pertinente aclarar que el artículo 2º del Código de


Minas se limita a señalar el ámbito material de dicha codificación , del cual no
(33)-(34)

forma parte el proceso judicial a través del cual se ventilan los conflictos relacionados
con los trabajos o la industria minera que se presenten entre el Estado y los
particulares o entre éstos entre sí, sino únicamente las relaciones jurídicas entre
éstos. 

Por otra parte, la Corte Constitucional ha precisado que:

“El artículo 3º [de la L. 685/2001] solamente establece el criterio de especialidad


como una regla de aplicación dirigida a las autoridades judiciales y
administrativas, para dirimir las posibles antinomias que se susciten con otras
normas, además de las de carácter civil o comercial. En tal sentido el criterio lex
especialis en la norma bajo estudio, establece que frente a conflictos jurídicos
que se presenten entre el Estado y los particulares, o entre los particulares entre
sí, dentro de las materias reguladas por la Ley 685 de 2001 (art. 2º), se debe
realizar una interpretación restrictiva de las normas generales provenientes de
otros cuerpos normativos, inclusive el ambiental, a favor de las normas del
Código de Minas (L. 685/2001)” . (35)

Así pues, cuando el Código de Minas establezca el consecuente jurídico de un


supuesto fáctico comprendido dentro de su ámbito de aplicación —definido en el
artículo 2º ejusdem— y exista otra norma ajena a dicha codificación que asigne un
efecto jurídico diferente al mismo supuesto, el segundo debe aplicarse de forma
restrictiva. Esto ocurre con el artículo 289 del Código de Minas, invocado por la
demandante, en el que se definen los sujetos que se encuentran legitimados para
solicitar la nulidad o inexistencia del contrato de concesión minera . Dicha (36)

disposición, de acuerdo con lo anterior, se aplica con carácter preferente sobre el


artículo 87 del Código Contencioso Administrativo , en el que se determinan los
(37)
sujetos que con carácter general pueden pedir por vía judicial que se declare la
existencia o nulidad de los contratos estatales. 

No sucede lo mismo, sin embargo, con la regulación de la caducidad de la acción


de nulidad de los contratos mineros, sobre lo cual no existe norma especial en el
Código de Minas. Por lo tanto, en virtud de la remisión expresa al CCA que en materia
de acciones judiciales realiza el artículo 297 del Código de Minas  —también
(38)

invocado por la demandante— la vigencia de la acción en el sub judicedebe


determinarse con fundamento en las disposiciones pertinentes del CCA.

3.1.2.2. Adicionalmente, la sociedad actora alega que, al tener el litigio por objeto
bienes públicos relacionados con las minas de esmeraldas, la acción tiene carácter
imprescriptible, de acuerdo con el parágrafo 1º del artículo 136 del CCA. Esta
disposición establece que:

“Cuando el objeto del litigio lo constituyan bienes estatales imprescriptibles e


inenajenables la acción no caducará”. 

Pues bien, en el asunto de autos, el objeto del litigio  se centra, al menos en parte,
(39)

en el análisis de la validez de la cláusula 4ª del contrato de operación minera del 30


de junio de 1995. En dicha cláusula se pactó lo siguiente: 

“EL OPERADOR pagará un canon superficiario como contraprestación distinta a


las regalías, por el área contratada, así: PERÍODO DE EXPLOTACIÓN. Por
cada año el valor resultante de multiplicar veinte (20) salarios mínimos legales
mensuales vigentes para el período por el número de hectáreas contratadas.
ADMINISTRACIÓN DEL CONTRATO. EL OPERADOR pagará a MINERALCO
S.A., por concepto de Administración del contrato durante la vigencia del mismo,
dos (2) salarios mínimos mensuales por hectárea-año, vigente al momento de su
cancelación. [...] PARÁGRAFO TERCERO. REGALÍAS: EL CONTRATISTA
cancelará por concepto de regalías correspondientes a la explotación de
esmeraldas, el 1.5% del valor el material explotado que se liquidará por la
Sociedad Minerales de Colombia S.A. ‘MINERALCO S.A.’ a favor de los
beneficiarios de las mismas, conforme a la Ley 141 de 1994”.  

Según el artículo 3º del Decreto 2655 de 1988, vigente al momento en el que se


suscribió el acto de renovación cuya validez se discute, “todos los recursos naturales
no renovables del suelo y del subsuelo pertenecen a la Nación en forma inalienable e
imprescriptible”. El artículo 6º de la Ley 685 de 2001, que actualmente se encuentra
en vigor, en línea con lo anterior, establece que: “La propiedad estatal de los recursos
naturales no renovables es inalienable e imprescriptible”. De esta forma, el legislador
estatuyó la propiedad estatal sobre los recursos mineros, lo que —como lo ha
precisado la Corte Constitucional— “corresponde a la prevalencia del interés general
allí comprometido, por ser la minería una actividad de utilidad pública e interés social
(Código de Minas, art.13), así como a un claro mandato constitucional (art. 332)” . 
(40)

No sucede lo mismo, sin embargo, con los cánones de administración y


superficiario cuyo cobro es objeto de la cláusula impugnada. El canon superficiario y
las regalías son las contraprestaciones económicas que se pagan al Estado por el
derecho que éste otorga a los particulares para explotar minerales de su propiedad , (41)

lo que —como lo ha señalado esta colegiatura— “[...] resulta plenamente coherente


con las normas constitucionales [...] ya que si el Estado es el propietario del subsuelo
y de los recursos naturales no renovables, salvo algunas excepciones, resulta lógico y
equitativo que ninguna persona pueda explorar una determinada zona del territorio
nacional en búsqueda de tales bienes sin haber obtenido previamente la autorización
del Estado, por intermedio de la autoridad competente, y sin pagar por ello un precio o
contraprestación” . El canon de administración, por su parte, corresponde a la
(42)

administración del contrato por parte de la entidad contratante y hace parte de las
“compensaciones”, que “[...] son el objeto de una obligación pactada en los contratos
de explotación de recursos naturales no renovables, mediante la cual el contratista
ejecutor de dicha explotación se compromete a pagar una contraprestación a favor
del Estado por haber éste aceptado y prestado su concurso en la explotación de
dichos recursos” .
(43)

Tanto el canon superficial como el de administración requerían pacto expreso de


las partes, como —en este asunto— se acordó bajo la vigencia del Decreto 2655 de
1988 y la Ley 141 de 1994 . Sus beneficiarios solían ser los entes territoriales, el
(44)

Fondo Nacional de Regalías o las empresas industriales del Estado, como


Mineralco , que era la sociedad beneficiaria en los términos del acto de renovación
(45)

del contrato 122-95M. Los beneficiarios de las regalías, por su parte, eran los
departamentos y los municipios productores, los municipios portuarios o el Fondo
Nacional de Regalías . Se trata pues de fondos que forman parte del presupuesto de
(46)

las anteriores entidades. 

De conformidad con lo establecido en el numeral 4º del artículo 407 del Código de


Procedimiento Civil , vigente para la época de los hechos, y con la sentencia de la
(47)

Corte Constitucional C-530 de 1996 , que declaró exequible la anterior disposición,


(48)

dichos fondos, al ser propiedad de entidades de derecho público, son imprescriptibles.


Sin embargo —como lo ha manifestado esta Sección — por tratarse de dinero, es
(49)

evidente que tales fondos no pueden considerarse inalienables, por lo que no se


aplica la regla que en materia de caducidad prescribe el parágrafo 1º del artículo 136
del CCA, invocado por la sociedad demandante. 

3.1.2.3. Pasando ahora a analizar, de conformidad con lo anterior, la vigencia de la


acción en el sub lite, esta Colegiatura observa, en primer lugar, que en las súplicas
primera y segunda principales de la demanda, la sociedad actora pide que la
cláusula 4ª del contrato 122-95M, suscrito el 30 de junio de 1995, se declare nula,
debido a que vulneró diversas disposiciones de rango constitucional, legal y
reglamentario, en tanto en cuanto, con dicha cláusula: (i) la sociedad accionante fue
sometida, sin justificación alguna, a un régimen más gravoso, lo que constituye un
acto discriminatorio ; (ii) fueron vulnerados sus derechos adquiridos, así como las
(50)

condiciones contractuales preexistentes y las leyes incorporadas a contrato ; (iii) se


(51)

superó la tasa máxima del interés moratorio prevista en el Derecho comercial ; y (iv)
(52)

se pactó el cobro del canon superficiario para eventos no previstos en la ley . Como
(53)

consecuencia de lo anterior, la sociedad actora pretende, con la súplica octava


principal, que se reliquiden las sumas a cargo de la actora y de la autoridad minera. 
De esta forma, Esmeracol pretende que la cláusula 4ª del negocio jurídico referido
sea declarada nula, debido a que contraviene normas imperativas, esto es,
disposiciones que “en atención a su naturaleza no son susceptibles de modificación,
ni menos aún de desestimación por los contrayentes”, ya que —conforme al artículo
16 del Código Civil— “tutelan un interés general prevalente sobre el de las partes, o
también el interés de una parte contra la preeminente fuerza contractual de la otra” . (54)

La vulneración de una norma imperativa es —según el artículo 899 del Código de


Comercio— una causal de nulidad absoluta del contrato . Esmeracol era una
(55)

sociedad anónima en el momento en el que suscribió el referido acto de


renovación  y, como consta en el registro el certificado de existencia y representación
(56)

allegado al expediente , se encontraba inscrita en el registro mercantil. Por lo tanto,


(57)

de conformidad con lo establecido en el artículo 13 del Código de Comercio , los(58)

artículos 13 y 44 de la Ley 80 de 1993 , y la jurisprudencia contencioso


(59)

administrativa , la vulneración de normas imperativas es una causal de nulidad


(60)

absoluta para el contrato de operación minera de 30 de junio de 1995.

En este orden de ideas, la nulidad deprecada de la cláusula 4ª del negocio jurídico


referido es de carácter absoluto, por lo que la vigencia de la acción se define de
conformidad con el literal e) del numeral 10 del artículo 136 del CCA, por remisión
directa del artículo 297 del Código de Minas , en el cual se establece lo siguiente:
(61)

“10. En las relativas a contratos, el término de caducidad será de dos (2) años
que se contará a partir del día siguiente a la ocurrencia de los motivos de hecho
o de derecho que les sirvan de fundamento. 

En los siguientes contratos, el término de caducidad se contará así: 

“[...] e) La nulidad absoluta del contrato podrá ser alegada por las partes
contratantes, por el Ministerio Público o cualquier persona interesada, dentro de
los dos (2) años siguientes a su perfeccionamiento. Si el término de vigencia del
contrato fuere superior a dos (2) años, el término de caducidad será igual al de
su vigencia, sin que en ningún caso exceda de cinco (5) años, contados a partir
de su perfeccionamiento. En ejercicio de esta acción se dará estricto
cumplimiento al artículo 22 de la Ley por la cual se adoptan como legislación
permanente algunas normas del Decreto 2651 de 1991, se modifican algunas
del Código de Procedimiento Civil, se derogan otras de la Ley 23 de 1991 y del
Decreto 2279 de 1989, se modifican y expiden normas del Código Contencioso
Administrativo y se dictan otras disposiciones sobre descongestión, eficiencia y
acceso a la justicia". 

Pues bien, en el contrato minero de 30 de junio de 1995 se fijó un término de


duración de veinticinco (25) años. Por ende, la caducidad tendrá un plazo de cinco (5)
años, contados a partir del momento de su perfeccionamiento. 

Según el artículo 62 del Decreto 2655 de 1988 , vigente al momento de la


(62)

suscripción de la escritura de renovación, en concordancia con el artículo


2º ejusdem , los contratos de su género se perfeccionan con su suscripción. Aparte,
(63)
en su cláusula 22ª, el perfeccionamiento se sujetó a su inscripción en registro minero
ante el Ministerio de Minas . (64)

El acto de renovación cuya nulidad parcial pretende la accionante fue elevado a


escritura pública el treinta (30) de junio de mil novecientos noventa y cinco (1995) y
registrado el diez (10) de octubre del mismo año . Por lo tanto, la acción para solicitar
(65)

su nulidad absoluta se encontraba vigente hasta el once (11) de octubre del dos mil
(2000). Al haberse presentado la demanda el veintitrés (23) de febrero de dos mil seis
(2006), la Sala concluye que operó la caducidad de la acción que tiene por
objeto las pretensiones primera y segunda principales, en las que se pide la
declaración de nulidad de la cláusula 4ª del contrato minero suscrito el 30 de
junio de 1995, así como la condena derivada de dicha declaración.

3.1.2.4. En segundo lugar, mediante las pretensiones primera, segunda y


tercera subsidiarias a las pretensiones primera y segunda principal, la sociedad
demandante procura que se declare que la autoridad minera no estaba facultada para
cobrar las sumas por concepto de canon superficiario pactadas en la cláusula 4ª del
contrato minero de 30 de junio de 1995 y que, por lo tanto, lo cancelado por dicho
concepto constituía un pago de lo no debido. 

El pago es uno de los modos de extinción de las obligaciones, que consiste en la


prestación efectiva de lo que se debe, conforme a los artículos 1625 y 1626 del
Código Civil . Como cumplimiento efectivo de lo debido, el pago es así el modo
(66)

común de extinción de las obligaciones. Se produce un pago de lo no debido cuando


la obligación que se debe es inexistente, ya que éste es simplemente un medio para
extinguir las obligaciones . 
(67)

Ahora bien, tratándose de una obligación contractual, la nulidad absoluta o relativa


debe ser declarada por un juez, conforme a lo establecido en el Código Civil  y la Ley
(68)

80 de 1993 . La nulidad no opera de pleno derecho, ni se contempla dentro de las


(69)

facultades excepcionales de la administración, por lo que no puede ser declarada


unilateralmente por ésta. 

En este orden de ideas, el pago de lo no debido, en virtud de una obligación


contractual, requiere la declaración previa de la nulidad absoluta o relativa del acto
jurídico que constituya la fuente de la obligación de pago del canon superficiario. Esto
es precisamente lo que persigue la sociedad actora al pretender que se declare que la
autoridad minera no estaba facultada o que no “podía legalmente” cobrar lo pactado
en la cláusula 4ª del contrato, ya que las razones que esta esgrime como fundamento
de lo anterior son las mismas que alega para solicitar la nulidad de dicha cláusula, las
cuales consisten, fundamentalmente, en argüir que dicha disposición contractual
contravino la normativa vigente aplicable y, así, al haber pagado el deudor sumas
superiores a las previstas en dichas disposiciones, efectuó un pago de lo no debido. 

En definitiva, la Sala encuentra que con las pretensiones primera, segunda y


tercera subsidiarias a las pretensiones primera y segunda principal el libelista
simplemente formuló, bajo un rótulo diferente, pretensiones de nulidad y las
resarcitorias que de esta se derivan, las cuales —de conformidad con lo anteriormente
establecido— habían caducado al momento en que presentó la demanda. Por lo
tanto, esta sala de Subsección procederá a declarar que sobre las pretensiones
primera, segunda y tercera subsidiarias a las pretensiones primera y segunda
principal operó el fenómeno de la caducidad. 

3.1.2.5. En tercer lugar, las pretensiones primera, segunda y quinta


subsidiarias a la sexta principal, así como la pretensión subsidiaria a esta última
pretensión subsidiaria (valga la redundancia), y las pretensiones novena y décima
principales buscan que se “actualice” el contrato minero de 30 de junio de 1995 a
unas condiciones económicas diferentes a las pactadas, que hagan menos gravosa la
posición de la actora o que, lo que es lo mismo, se rebaje el canon superficiario y los
intereses moratorios a un monto menor al pactado. 

La Sala encuentra que, para que se produzca la “actualización” del acto de


novación deprecada por la accionante, tendrían que cesar los efectos que dicho
negocio jurídico debería producir con ocasión de su celebración; en otras palabras,
tendría que declararse su ineficacia, lo que —conforme a la jurisprudencia de la Sala
— implicaría su nulidad absoluta o relativa . (70)

Como se estableció anteriormente, la caducidad de la acción encaminada a que se


reconozca la nulidad absoluta del acto impugnado en este caso tiene un término de
cinco (5) años, contados desde el momento de perfeccionamiento del contrato, por lo
que dicho fenómeno tuvo lugar el once (11) de octubre del dos mil (2000). Ahora bien,
en la hipótesis en la que la ineficacia de las disposiciones contractuales, cuya
“actualización” solicita la demandante, fuera el resultado de la declaración de la
nulidad relativa de las cláusulas de acto de renovación del contrato de 30 de junio de
1995, la caducidad se habría producido el once (11) de octubre de mil novecientos
noventa y siete (1997), según el numeral f) del numeral 10º del artículo 136 del CCA. 

En este orden de ideas, al haberse presentado la demanda el veintitrés (23) de


febrero de dos mil seis (2006), la Subsección concluye que acaeció el fenómeno
de la caducidad con respecto a la acción que tiene por objeto las pretensiones
primera, segunda y quinta subsidiarias a la sexta principal, así como la
pretensión subsidiaria a esta última pretensión subsidiaria, y las pretensiones
novena y décima principal, en las que se solicitó la “actualización” del acto de
renovación al contrato 122-95M a unas condiciones económicas, diferentes a las
pactadas, que hagan menos gravosa la posición de la actora o que, lo que es lo
mismo, se rebaje el canon superficiario y los intereses moratorios a un monto
menor al pactado. 

3.1.2.6. Con las pretensiones tercera principal y subsidiaria a ésta, la sociedad


accionante busca que se declare que la obligación de administración convenida en el
contrato de operación minera de 30 de junio de 1995 no se ejecutó y, en
consecuencia, se le devuelva lo pagado por tal concepto, a título de responsabilidad
contractual o de pago de lo no debido. La Sala advierte que el contrato de operación
minera referido supone la ejecución de prestaciones sucesivas durante un tiempo más
o menos largo, que —en este asunto— deben ejecutarse entre el 30 de junio de 1995
y el 30 de junio de 2020 (cláusula 3ª) . La administración además genera un pago
(71)
periódico mensual durante la vigencia del contrato suscrito el 30 de junio de 1995
(cláusula 4ª), por lo que la Subsección entiende que la omisión de dicha
administración por parte de la autoridad minera entre el 30 de junio de 1995 y el
momento en que la demanda fue presentada, fue lo que motivó éstas súplicas. Por lo
tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 136.10 del
CCA , esta colegiatura concluye que la acción que tiene por objeto las
(72)

pretensiones tercera principal y subsidiaria se encontraba vigente al momento


de la presentación de la demanda. 

3.1.2.7. Mediante las pretensiones cuarta principal, quinta principal y


subsidiaria, y sexta principal, la firma demandante persigue que se declare que la
ejecución del contrato de operación minera 122-95M estuvo y está sometido a hechos
de caso fortuito y fuerza mayor y, por ende, se declare que: (i) no incurrió en
incumplimiento culposo del contrato; y (ii) no debe remuneración alguna, por lo que
debe restituirse lo pagado el periodo en el que la ejecución se vio afectada.

En línea con lo anterior, esta Subsección nota que con las súplicas cuarta


subsidiaria, tercera y cuarta subsidiaras a la sexta principal, y séptima principal,
la accionante pretende que se declare que, como efecto de la suspensión de
actividades mineras que se produjo por las circunstancias fuerza mayor previamente
invocadas, Esmeracol tuvo que afrontar unas circunstancias excepcionales de orden
técnico y económico en el cumplimiento del contrato 122-95M, por lo que,
consecuentemente, solicita que: (i) el contrato se reajuste en condiciones de viabilidad
financiera y equilibrio prestacional; (ii) se ordene compensar las pérdidas sufridas por
Esmeracol; y, (iii) se declare que la entidad minera concedente no puede facturar el
valor de las contraprestaciones pactadas en el contrato 122-95M, mientras dure la
incertidumbre sobre las condiciones de ejecución del contrato.

Las anteriores inconformidades parten de un motivo común, consistente en los


eventos de caso fortuito y fuerza mayor, que –según la actora– impidieron la ejecución
del contrato y trajeron consigo unos efectos de orden técnico y económico que le
ocasionaron pérdidas a Esmeracol. En el capítulo II del escrito introductorio
denominado “DE LA FUERZA MAYOR, EL CASO FORTUITO Y DE LA
IMPOSIBILIDAD TÉCNICA Y ECONÓMICA DE REALIZAR LA EXPLOTACIÓN” , la (73)

accionante hace consistir los eventos de caso fortuito y fuerza mayor “liberatorios de
la responsabilidad frente a la obligación de pago convenida en la renovación del
contrato de operación minera 122-95 M de 7 de diciembre de 1981” en dos (2)
hechos, a saber: (i) “[l]a suspensión en la venta de explosivos por parte del Ejército
Nacional”; y, (ii) “[l]a suspensión del fluido eléctrico por parte de la Empresa de
Energía de Bogotá”. Estas circunstancias —aduce la demandante— imposibilitaron,
por un lado, la actividad de explotación minera desarrollada a través de excavación
por el método convencional de voladura, y, por el otro, impidieron que se ventilaran y
secaran los túneles y galerías, así como el mantenimiento de campamentos y el
laboreo minero. Con ello —señala— se suspendió la actividad minera de Esmeracol,
lo que trajo consigo unas consecuencias técnicas y económicas que no habían sido
superadas aún al momento en que fue presentada la demanda. 
Conforme a lo afirmado en la demanda  y lo corroborado en el expediente , la
(74) (75)

suspensión del suministro de explosivos se reanudó el 12 de marzo de 2004; y, según


el oficio del jefe del Departamento Zona Occidente de la Empresa de Energía de
Boyacá S.A. ESP número 53030-223 del 29 de julio de 2004  —del cual se aportó
(76)

copia simple— “[...] en marzo del 2002 se le suspendió el servicio por deuda
generada en años anteriores; en el año 2003, se suspendió en varios períodos [...]”.
No se especificaron las fechas en las que se reanudó el suministro de energía
eléctrica. Sin embargo, es claro que este no pudo restablecerse después del 31 de
diciembre del 2003. Siendo así esta fecha anterior a aquella en la que se reanudó el
suministro de explosivos, la Sala tomará el día siguiente a esta última fecha, como
punto inicial del conteo de la caducidad para las pretensiones que tienen por objeto la
declaración de la ocurrencia de eventos de fuerza mayor que imposibilitaron el
cumplimiento del contrato de operación minera de 30 de junio de 1995 por parte de
Esmeracol, de conformidad con lo establecido en el artículo 136.10 del CCA . La (77)

caducidad debía comenzar a contarse, entonces, a partir del 13 de marzo del 2004,
por lo que operó el 13 de marzo de 2006. La demanda fue instaurada el 23 de febrero
de 2006. Por lo tanto, la Sala declarará que la acción que tuvo por objeto las
pretensiones cuarta principal, quinta principal y subsidiaria, y sexta principal
fue presentada oportunamente.

La Sala advierte, por otro lado, que, si bien las circunstancias excepcionales de
orden técnico y económico en la ejecución del contrato de 30 de junio de 1995 traen
causa en los eventos de fuerza mayor anteriormente aludidos, tales circunstancias
excepcionales constituyen, per se, el motivo de la petición de reajuste del equilibrio
prestacional de dicho contrato y de compensación de las pérdidas sufridas. Como lo
ha establecido la jurisprudencia contencioso-administrativa, la ocurrencia de sucesos
que imponen condiciones excesivamente gravosas a una de las partes contratantes,
da lugar a la recomposición del equilibrio económico del contrato, mientras que los
eventos de fuerza mayor, que imposibilitan la ejecución contractual, determinan la
irresponsabilidad de la parte frente al cumplimiento del contrato . Se trata así de
(78)

supuestos fácticos y consecuentes jurídicos diferentes, por lo que el motivo de la


solicitud de declaración de irresponsabilidad de Esmeracol por fuerza mayor, es
distinto al motivo de la petición de reajuste del equilibrio contractual. Las
circunstancias que dieron lugar a esta última solicitud se extendieron —según la
actora— hasta, al menos, el momento en el que fue presentada la demanda. Por lo
tanto, la Sala juzga que las pretensiones cuarta subsidiaria, y tercera y cuarta
subsidiaras a la sexta principal, se encontraban vigentes en el momento en el
que la demanda fue presentada. 

En las pretensiones decimoprimera y decimosegunda principales, la sociedad


demandante solicita que se declare la nulidad de la Resolución SFOM-154 de 15 de
diciembre de 2005 y que, como consecuencia de ello, se condene al Ingeominas a
restituir cualquier suma que, como efecto de dicha resolución se hubiera pagado. Esta
corporación ha señalado que, de conformidad con el artículo 136.10 del CCA, en
casos en los que se pretenda la nulidad de actos administrativos dictados con ocasión
de la actividad contractual, el término de caducidad de la acción de controversias
contractuales será de dos (2) años, contados desde el momento de su comunicación,
notificación o publicación. En el sub judice, el acto administrativo cuya nulidad se
depreca fue proferido el 15 de diciembre de 2005 y la demanda fue presentada el 23
de febrero de 2006. Por ende, la Sala encuentra que la acción que tenía por objeto
las pretensiones decimoprimera y decimosegunda principales se encontraba
vigente al momento de presentación de la demanda. 

3.1.2.8. A través de las pretensiones decimotercera y decimocuarta


principales, Esmeracol busca que se declare que, con la ocupación por guaqueros y
aparceros del área del contrato 122-95M, la autoridad minera incumplió la cláusula 4ª
del contrato de operación minera de 7 de diciembre de 1981 y que, en consecuencia,
se condene a esta última el resarcimiento de los perjuicios ocasionados a la
accionante. En el escrito introductorio no es especifica el tiempo durante el cual se
produjo dicha ocupación. Sin embargo, el señor Gilberto Rodríguez Muñoz, quien fue
llamado a declarar a este proceso, para que, depusiera sobre “[l]a problemática
social, política y de seguridad que se vive en la Región del Occidente de Boyacá y en
concreto en la zona de influencia del contrato 122/95”, manifestó, en audiencia que se
desarrolló el 13 de agosto de 2007, lo siguiente: 

“PREGUNTADO: Sírvase poner en conocimiento en [sic] que consiste la


guaquería. CONTESTADO: consiste en una serie de personal que hacen
trabajos clandestinos en el sector que tiene en arriendo la empresa
ESMERACOL. PREGUNTADO: Sírvase informar si cuando se le entregó a
ESMERACOL la zona concesionada había guaqueros en la zona.
CONTESTADO: siempre ha habido guaqueros en la zona desde que lo
entregaron y  actualmente hay todavía” (énfasis añadido) . 
(79)

Por lo tanto, la ocupación por guaqueros a la zona del contrato 122-95M, con la
que –según la actora– la autoridad minera incurrió en responsabilidad contractual, es
un fenómeno continuado, sobre el cual existen evidencias de que se prolongó, al
menos, hasta el momento de presentación de la demanda. Siendo este el motivo de la
inconformidad reclamada en las pretensiones decimotercera y decimocuarta
principales, la Sala concluye que, en los términos del artículo 136.10 del CCA, la
acción que tenía por objeto dichas pretensiones se encontraba vigente cuando
fue interpuesta la demanda.

3.1.2.9. Con la pretensión decimoquinta principal, la firma accionante pide que


la situación irregular de los guaqueros y aparceros ocupantes del área del contrato de
operación minera122-95M sea reconocida como excusa al incumplimiento de sus
obligaciones contractuales. La Sala nota que los hechos que motivaron esta solicitud
son los mismos que dieron lugar a las pretensiones decimotercera y decimocuarta
principales. Evidenciándose, como se expuso anteriormente, que se trata de un
fenómeno continuado que se extendió hasta el momento en el que se presentó la
demanda, esta Subsección determina que la acción que tenía por objeto la
pretensión decimoquinta principal no había caducado cuando fue interpuesta la
demanda. 

3.1.2.10. En la pretensión subsidiaria a la decimoquinta principal, la


demandante depreca que se declare que los cortes de energía eléctrica constituyeron
un caso ajeno a la voluntad de la actora, y que, en consecuencia, el contrato 122-95M
fue objeto de suspensión por el tiempo en que se produjeron los cortes de energía,
por lo que, por ese período, la autoridad minera no podía realizar cobro alguno a la
actora. Vale decir, que se declare que la entidad minera concedente no puede facturar
el valor de las contraprestaciones pactadas en el contrato 122-95M, mientras dure la
incertidumbre sobre las condiciones de ejecución del contrato.

La Sala observa que los cobros efectuados durante el período en el que se


produjeron los cortes de energía —y, en los que consecuentemente, estaría
suspendido el contrato 122-95M— constituyen el hecho que dio lugar a esta súplica.
Por lo tanto, conforme a lo establecido en el artículo 135.10 del CCA , en línea con la
(80)

jurisprudencia contencioso-administrativa , el término de caducidad será contado


(81)

desde el momento en el que el actor tuvo conocimiento de tales cobros. 

Esmeracol no precisó el lapso en el que se presentaron los mencionados cortes de


energía. Sin embargo, según el oficio del jefe del Departamento Zona Occidente de la
Empresa de Energía de Boyacá S.A. E.S.P. número 53030-223 del 29 de julio de
2004 , “[...] en marzo del 2002 se le suspendió el servicio por deuda generada en
(82)

años anteriores; en el año 2003, se suspendió en varios períodos [...]”. En dicho


oficio, no se especificaron las fechas en las que se reanudó el suministro de energía
eléctrica. Sin embargo, es claro que los cortes de energía eléctrica cesaron antes del
treinta y uno (31) de diciembre de dos mil tres (2003).

Conforme a los documentos obrantes en el expediente que a continuación se


relacionan, por las obligaciones generadas entre marzo de dos mil dos (2002) y
diciembre de dos mil tres (2003) se produjeron los siguientes cobros:

Número de factura Ubicación Fecha de emisión Observaciones


Canon superficiario, segundo trimestre
2957(83) Fl. 19, cdno. 2 18 de junio de 2002
de dos mil dos (2002).
Administración, segundo (2º) semestre
2958 Fl. 18, cdno. 2 28 junio 2002
de dos mil dos (2002).
Canon superficiario, tercer (3er)
3317 Fl. 16, cdno. 2 18 noviembre 2002
trimestre de dos mil dos (2002).
Administración, tercer (3er) trimestre
3318 Fl. 17, cdno. 2 18 noviembre 2002
de dos mil dos (2002).
Canon superficiario, cuarto (4º)
3385 Fl. 13, cdno. 2 5 diciembre 2002
trimestre de dos mil dos (2002) 
Administración, cuarto (4º) trimestre
3442 Fl. 12, cdno. 2 5 diciembre 2002
de dos mil dos (2002).
Canon superficiario, primer (1er)
3625 Fl. 25, cdno. 2 11 marzo 2003
trimestre de dos mil tres (2003)
Administración, primer (1er) trimestre
3626 Fl. 24, cdno. 2 11 marzo 2003
de dos mil tres (2003).
Canon superficiario, segundo (2º)
3788 Fl. 23, cdno. 2 12 mayo 2003
trimestre de dos mil tres (2003)
Administración, segundo (2º)
3789 Fl. 22, cdno. 2 12 mayo 2003
trimestres de dos mil tres (2003).
Canon superficiario, tercer (3er)
3859 Fl. 21, cdno. 2 17 junio 2003
trimestre de dos mil tres (2003).
Administración, tercer (3er) trimestre
3860 Fl. 20, cdno. 2 17 junio 2003
de dos mil tres (2003).
Esta judicatura nota que la factura número tres mil ochocientos cincuenta y nueve
(3859) tiene sello con firma de recibido de Esmeracol con fecha del nueve (9) de julio
de dos mil tres (2003), mientras esta misma constancia de recibo de la factura número
tres mil ochocientos sesenta (3860) tiene fecha del nueve (9) de julio de dos mil tres
(2003). 

La caducidad de la acción que tenía por objeto la pretensión subsidiaria a la


decimoquinta principal, por los cobros efectuados con las facturas número tres mil
ochocientos cincuenta y nueve (3859), y tres mil ochocientos sesenta (3860) acaeció
el diez (10) de abril de dos mil cinco (2005), con respecto a la primera factura, y el
diez (10) de julio de dos mil cinco (2005). Por tanto, al haberse presentado la
demanda el veintitrés (23) de febrero de dos mil seis (2006), la Sala concluye que,
con respecto a la pretensión subsidiaria a la decimoquinta principal por los
cobros efectuados con las facturas número tres mil ochocientos cincuenta y
nueve (3859), y tres mil ochocientos sesenta (3860) acaeció el diez (10) de abril
de dos mil cinco (2005), operó el fenómeno de la caducidad. 

No ocurre lo mismo con las demás facturas, lo que impide determinar con certeza
que hubieran sido recibidas por Esmeracol —que lo niega— en un momento
determinado. En consecuencia, al desconocerse el momento en el que la actora tuvo
conocimiento del hecho generador del daño, esta subsección considera que no operó
la caducidad de la pretensión subsidiaria a la decimoquinta principal por los
cobros efectuados con las facturas número dos mil novecientos cincuenta y
siete (2957), tres mil trescientos diecisiete (3317), dos mil novecientos cincuenta
y ocho (2958), tres mil trescientos diecisiete (3317), tres mil trescientos
dieciocho (3318), tres mil trescientos ochenta y cinco (3385), tres mil
cuatrocientos cuarenta y dos (3442), tres mil seiscientos veinticinco (3625), tres
mil seiscientos veintiséis (3626), tres mil setecientos ochenta y ocho (3788), y
tres mil setecientos ochenta y nueva (3789).

3.1.2.11. Con la pretensión séptima principal, la sociedad actora busca que se


declare que la demandada no podía facturar las contraprestaciones a cargo de
Esmeracol, derivadas del contrato 122-95M. Mientras que las pretensiones primera,
segunda y tercera subsidiarias a las pretensiones principales tercera a décima,
así como a sus pretensiones subsidiarias, van dirigidas a conseguir la nulidad,
inoponibilidad o reliquidación de las facturas número 2975, 2958, 3317, 3318, 3385,
3442, 3625, 3626, 3788, 3789, 3859, 3860, 4199 y 4200. 

Conforme a los razonamientos expuestos en el apartado anterior y teniendo en


cuenta que en el expediente no obran las facturas número cuatro mil ciento noventa y
nueve (4199), ni cuarenta y dos mil (4200), resulta forzoso concluir que fue ejercida
en tiempo la acción relativa a la pretensión séptima principal, así como las
pretensiones primera, segunda y tercera subsidiarias a las pretensiones
principales tercera a décima, y a sus pretensiones subsidiarias, en lo relativo a
las facturas número dos mil novecientos cincuenta y siete (2957), tres mil
trescientos diecisiete (3317), dos mil novecientos cincuenta y ocho (2958), tres
mil trescientos diecisiete (3317), tres mil trescientos dieciocho (3318), tres mil
trescientos ochenta y cinco (3385), tres mil cuatrocientos cuarenta y dos (3442),
tres mil seiscientos veinticinco (3625), tres mil seiscientos veintiséis (3626), tres
mil setecientos ochenta y ocho (3788), y tres mil setecientos ochenta y nueva
(3789).

3.1.3. Legitimación en la causa.

3.1.3.1. Esmeracol suscribió, en calidad de “operador”, los contratos de operación


minera de 7 de diciembre de 1981  y de 30 de junio de 1995 , con fundamento en los
(84) (85)

cuales exige la responsabilidad contractual de la demandada, así como el


restablecimiento del equilibrio económico. En desarrollo de éste último contrato, se
emitió la Resolución del subdirector de fiscalización y ordenamiento minero del
Ingeominas SFO-154 del 15 de diciembre de 2005 , de la cual fue destinataria
(86)

Esmeracol, cuya nulidad solicita. Por lo tanto, Esmeracol se encuentra legitimada


en la causa por activa. 

3.1.3.2. El Ingeominas, a su vez, se encuentra legitimado en la causa por


activa, debido a que el Ministerio de Minas, que es la autoridad minera , está(87)

facultada para delegar sus funciones  y, a través de la Resolución 18-0073 del 27
(88)-(89)

de enero de 2004 , reasumió las funciones que habían sido delegadas a Minercol
(90)

mediante las resoluciones Nos. 18-1130 del 7 de septiembre de 2001 y 18-0921 del 6
de septiembre de 2002 (art. 1º). El Ministerio de Minas, a su vez, delegó en el
Ingeominas  las funciones que como autoridad minera y concedente le confería la
(91)

Ley 685 de 2001, por medio de la Resolución 18-0074 de 2004 (art. 1º), con
excepción de algunas funciones en ésta enumeradas, dentro de las cuales no se
encuentra la de administrar y recaudar las contraprestaciones económicas derivadas
de la explotación minera , ni las de fiscalización y vigilancia de la ejecución de los
(92)

contratos mineros . Así pues, tras la supresión de Minercol que, con el Decreto 254
(93)

del 28 de enero de 2004 se produjo, el Ingeominas pasó a ser la autoridad minera a


cargo de la administración y recaudo de las contraprestaciones derivadas de los
contratos mineros, así como de la fiscalización y vigilancia de las obligaciones de
éstos emanadas. 

La Sala advierte además, que al proceso acudió la abogada Lina Paulina Orcasita
Celedón, en representación de la ANM , agencia a la cual el Decreto-Ley 4134 de
(94)

2011 le atribuyó las funciones de: (i) “autoridad minera o concedente en el territorio
nacional”; (ii) “[a]dministrar los recursos minerales del Estado y conceder derechos
para su exploración y explotación”; (iii) “[p]romover, celebrar, administrar y hacer
seguimiento a los contratos de concesión y demás títulos mineros para la exploración
y explotación de minerales de propiedad del Estado cuando le sea delegada esta
función por el Ministerio de Minas y Energía de conformidad con la ley; y (iv)
“[l]iquidar, recaudar, administrar y transferir las regalías y cualquier otra
contraprestación derivada de la explotación de minerales, en los términos señalados
en la ley” (nums. 1º, 2º, 3º y 8º del art. 4º). En el Decreto-Ley 4134 de 2011 se
estableció además un régimen de transición, bajo el cual el Ingeominas continuaría
ejerciendo las funciones que se le había delegado, durante un período de seis (6)
meses, el cual concluyó el 3 de mayo de 2012 . Tras ello, los contratos en curso
(95)

pasarían a ejecutarse por la ANM . Por lo tanto, la Sala reconocerá que, de


(96)
conformidad con el artículo 60 del Código de Procedimiento Civil , la ANM es
(97)

sucesora procesal del Ingeominas.

3.1.3.3. De acuerdo con lo previamente establecido en esta providencia, al


Ingeominas se le habían atribuido las funciones de administración y recaudo de las
contraprestaciones derivadas de los contratos mineros, así como de la fiscalización y
vigilancia de las obligaciones de estos derivados, en el momento en que se expidió la
Resolución SFO-154 del 15 de diciembre de 2005, cuya nulidad acusa la sociedad
demandante. 

Aparte, el artículo 27 del Decreto 254 de 2004 dispuso expresamente que los
contratos que hubiera suscrito y ejecutara Minercol en ejercicio de funciones
delegadas por el Ministerio de Minas y Energía, así como los recursos asignados a
ellos no formaban parte de Minercol Ltda. en Liquidación, los cuales serían
subrogados a la entidad que dicho ministerio determinara, la cual —de acuerdo con lo
anterior— es el Ingeominas . La suscripción de tales contratos, así como la vigilancia
(98)

de las obligaciones de éstos emanadas y el cobro de las contraprestaciones


económicas a que dieran lugar se encontraban en cabeza del Ministerio de Minas y
Energía, como autoridad minera o concedente, conforme al artículo 317 del Código de
Minas. 

El artículo 27 del Decreto 254 de 2004 excluyó así expresamente de la masa de la


liquidación de Minercol las acreencias provenientes de los contratos mineros que
vinieran ejecutándose, como el 122-95M. Por lo tanto, no cabe afirmar —como lo hace
la demandante— que contrato formara parte de dicha masa, conforme a lo
establecido en el artículo 26 del Decreto 254 de 2004 , que es la disposición en la
(99)

que se definía, con carácter general, la masa de la liquidación, a la cual se aplica la


excepción contenida en el artículo 27 precitado. La suscripción de tales contratos, la
vigilancia de las obligaciones de ellos emanadas y el cobro de las contraprestaciones
económicas a que dieran lugar estaban en cabeza del Ministerio de Minas y Energía,
el cual había delegado tales funciones a Minercol, a través de las Resoluciones 18-
1130 de 2001 y 18-0921 de 2002. Por ende, dicho ministerio estaba en capacidad de
reasumir tales funciones administrativas y delegarlas nuevamente a otra entidad,
como lo hizo a través de la Resolución 18-0073 de 2004, con el consiguiente traspaso
de los derechos contractuales a que hubiera lugar.

Al haberse excluido, del patrimonio de Minercol Ltda. en Liquidación, los contratos


mineros en ejecución y los recursos a ellos asignados, se excluyó así mismo de las
funciones del Gerente General de Minercol Ltda. en Liquidación todo lo relacionado
con la fiscalización, vigilancia, administración y recaudo de las contraprestaciones
derivadas de tales contratos, sobre lo cual tenía competencia el Ingeominas, conforme
al artículo 5.11 del Decreto 252 de 2004 y el artículo 1º de la Resolución 18-0074 de
2004. 

Tampoco cabe argüir —como lo hace la sociedad actora— que, al momento de la


expedición de la Resolución SFOM-154 de 2005 no se había presentado una
subrogación de la posición contractual, debido a que el artículo 28 del Decreto 254 de
2004 establecía que una vez finalizada la liquidación de Minercol, y no antes, sus
derechos y obligaciones serían transferidos al Ministerio de Minas y Energía, y la
liquidación no había culminado aún. La Sala advierte que el artículo 28 del Decreto
254 de 2004  hacía referencia a los bienes y derechos que formaban parte del
(100)

patrimonio de Minercol Ltda. en Liquidación, que son los que entraban en la


liquidación de dicha empresa. Sin embargo, la subrogación de los contratos, como el
122-95M, operó por disposición legal directa y expresa, como se explicó
anteriormente. 

Así pues, al no debatirse en el asunto de autos un interés sustancial en


cabeza Minercol Ltda. en Liquidación, la Sala concluye que no está legitimada
en la causa por pasiva. 

3.2. Acervo probatorio.

La Sala —en este apartado— enunciará las pruebas conducentes, pertinentes y


que le permitan llegar a la certidumbre requerida para resolver el objeto del litigio ,
(101)

del cual han quedado descartadas aquellas pretensiones sobre las cuales operó la
caducidad. Se trata, entonces, de establecer si: (i) al no haberse ejecutado la
obligación de administración convenida en el contrato de operación minera 155-95M,
la entidad contratante no tenía derecho al cobro de la contraprestación económica
convenida por ese rubro, y consecuentemente debe devolverse lo pagado; (ii) la
suspensión del suministro de explosivos y de energía eléctrica a Esmeracol
constituyen circunstancias de fuerza mayor, que imposibilitaron la ejecución del
contrato minero 122-95M; (iii) el cese de actividades en las minas cubiertas por dicho
negocio jurídico, como consecuencia de los eventuales hechos de fuerza mayor
previamente mencionados, generó unas circunstancias técnicas y económicas
excepcionales, que dan lugar al reajuste del equilibrio económico del contrato minero
122-95M; (v) la Resolución SFOM-154 de 15 de diciembre de 2005 es nula, por las
razones alegadas; (vi) el área comprendida por el contrato 122-95M fue ocupada por
aparceros y guaqueros, lo que constituye un incumplimiento contractual por parte de
la autoridad minera o permite excusar el cumplimiento de las obligaciones en cabeza
de Esmeracol; y si (vii) resulta procedente la declaración de la nulidad, inoponibilidad
o la reliquidación de las facturas número 2957, 2958, 3317, 3318, 3385, 3442, 3625,
3626, 3788 y 3789.

3.2.1. Prueba documental:

Las pruebas documentales que aquí se estudiarán y valorarán son aquellas que
fueron aportadas y allegadas dentro de las oportunidades procesales
correspondientes, como lo establece el artículo 174 del Código de Procedimiento Civil
(CPC), el cual dispone que “[t]oda decisión judicial debe fundarse en las pruebas
regular y oportunamente allegadas al proceso”. 

Al proceso se aportaron documentos en original, o copia auténtica o simple. De


conformidad con lo dispuesto en los numerales 1º y 2º del artículo 254 del Código de
Procedimiento Civil , las copias allegadas al expediente se reputarán auténticas por
(102)

la Sala, debido a que su autenticidad fue verificada por notario, o por el Ingeominas o
por la Empresa de Energía Eléctrica de Boyacá S.A. ESP, previa orden judicial,
emitida por el a quo, mediante auto de 13 de junio de 2007 . (103)

Aquellos documentos que se hubiesen aportado en copia simple, se presumirán


auténticos, sin necesidad de presentación personal ni autenticación, conforme al
artículo 11 de la Ley 1395 de 2010 y la jurisprudencia unificada de la Sección Tercera
del Consejo de Estado . 
(104)-(105)

3.2.1.1. Copia auténtica del acuerdo de Ecominas número 65 de 2 septiembre


de 1981 , con el que se autorizó al gerente general de dicha empresa, a suscribir
(106)

nuevos contratos de operación con unas sociedades, dentro de las que figura
Esmeracol. 

3.2.1.2. Copia auténtica de la escritura pública número 2335 de siete (7) de


diciembre de 1981  suscrita por representantes de Ecominas y Esmeracol, con la
(107)

cual se formalizó el contrato de operación minera sobre un área de aproximadamente


73 hectáreas, ubicada en la reserva especial de Muzo – Coscuez (Boyacá). En este
documento consta que el 6 de octubre de 1977, los suscribientes habían firmado un
contrato de operación minera sobre un área de 220 hectáreas, el cual no se ejecutó
con normalidad, por lo que Esmeracol solicitó su revisión. 

El objeto del contrato, según la cláusula 1ª, consiste en otorgar a Esmeracol “[...] el
derecho temporal y exclusivo a explorar y explotar, a nombre de la
Empresa [Ecominas], el subsuelo potencialmente esmeraldífero [...] que hace parte de
la inicialmente contratada con la misma sociedad [...]”. Su vigencia es de seis (6)
años, prorrogable hasta por seis (6) años más, por solicitud de Esmeracol con la que,
conforme a la cláusula 10ª, “[...] las partes acordarán las nuevas contraprestaciones
económicas que habrán de regir durante las respectivas prórrogas” 

En las cláusulas 3ª y 4ª se convino que: Ecominas no quedaba obligada a


reconocer contraprestación alguna, en caso de que sobre el área del contrato se
hubieran reconocido o llegaran a reconocerse derechos; y que Esmeracol se obligaba
a permitir la permanencia de los aparceros y ocupantes reconocidos “[...] hasta tanto,
y mediante su colaboración, LA EMPRESA [Ecominas] no logre definir la situación de
éstos en cuanto a su permanencia en tal lugar”.

En la cláusula 9ª se pactó que Esmeracol sería propietaria de la producción de


esmeraldas que obtuviera en razón de sus trabajos en el área del contrato, por lo que
Ecominas como titular de los yacimientos, recibiría las siguientes
contraprestaciones: (i) regalías equivalentes al 23% de la producción bruta, avaluadas
por dos (2) peritos, destinadas al Departamento de Boyacá y municipios, de
conformidad con el artículo 2º del Decreto 1244 de 1974 (cláusula 11ª);
y, (ii) contraprestaciones económicas por un monto de $ 20’175.000 anuales, durante
los tres (3) primeros años del contrato (cláusula 13ª); $ 21’183.750, por el cuarto (4º)
año; $ 22’192.500 por el quinto (5º) años; y $ 23’201.250 por el sexto (6º) años
(cláusula 14ª). Dentro de las anteriores sumas se incluye el 23% correspondiente a
regalías (cláusula 15ª). 
3.2.1.3. Copia auténtica del otrosí al contrato de operación minera elevado a
escritura pública 2335 del siete (7) de diciembre de 1981 , suscrito en 1985, por
(108)

representantes de Ecominas y Esmeracol, por medio del cual se realizaron, entre


otras, las siguientes modificaciones: (i) la vigencia se pactó en diez (10) años, los
cuales culminarían el 30 de junio de 1995, pudiendo prorrogarse por un lapso igual,
previa solicitud de Esmeracol, con la cual se acordarían unas nuevas
contraprestaciones económicas (cláusula 10ª); y (ii) el monto de las
contraprestaciones económicas del contrato se fijó en $ 22’242.398, el cual, a partir
del segundo año de operaciones (que comenzaría el 1º de junio de 1986), se
incrementaría en un 5%, con respeto al valor del año inmediatamente anterior
(cláusula 13ª). Dichas sumas comprenden el pago de regalías (cláusula 15ª). 

En esta copia no aparecen algunas partes del texto original y, en la fecha, sólo se
especifica que el documento fue firmado en mil novecientos ochenta y cinco (1985).
No obstante, en la cláusula relativa a la vigencia del contrato, se especificó que esta
comenzaría a contarse a partir del 1º de julio de 1985. 

3.2.1.4. Copia auténtica de la escritura número 2458 de 31 de julio de 1985, de


la notaría 15 de Bogotá , con la que se formalizó el anterior otrosí.
(109)

3.2.1.5. Copia auténtica de la comunicación con fecha de entrada de 31 de marzo


de 1995 , con la que el Gerente General de Esmeracol informó a Mineralco que el
(110)

contrato de operación minera sobre un área de 73 hectáreas, ubicado en Coscuez,


vencería el 30 de junio del mismo año. Aparte, mencionó que el parágrafo 1º del
artículo 17 de la Ley 141 de 1994 había dispuesto que: “Los contratos vigentes a la
promulgación de la presente Ley, se renovarán a partir de la etapa de explotación
teniendo en cuenta la clasificación anterior”. Según su interpretación de dicha norma
—afirmó— el contrato mencionado quedaría prorrogado por 25 años, “[...] toda vez
que al expedirse aquella [Ley 141] el contrato firmado, vigente, se beneficiaría con
sus efectos”. 

3.2.1.6. Copia auténtica del oficio 0631 del 11 de abril de 1995 , por medio del
(111)

cual Mineralco dio respuesta a la anterior comunicación de Esmeracol y le manifestó


que:

“[...] se decidió por parte de esta administración suscribir un nuevo contrato


adaptándolo a las nuevas disposiciones como es la Ley 99 de 1993, Ley 80 de
1993, Ley 141 de 1994, Decreto 145 del 19 de enero de 1995, Decreto 2655 de
1988 actual Código de Minas y el Estatuto de Contratación de Mineralco S.A.,
[sic] ésto debido a que el artículo 17, parágrafo primero no estable como [sic]
imperativo la renovación a 25 años de los contratos, lo que establece como
imperativo es la clasificación que se encuentra dentro de ese artículo, lo que
obligatoriamente deberá tenerse en cuenta de prorrogarse el mismo.

Por esta razón, y con el fin de llevar a cabo una contratación ajustada a derecho,
Mineralco lo invita a estudiar conjuntamente los términos de esta contratación, el
viernes 21 de abril de 1995, a las 11:00 A.M.”. 
3.2.1.7. Copia auténtica de comunicación de 20 de abril de 1995 , con sello de
(112)

entrada del mismo día, a través de la cual Esmeracol solicitó que se repusiera la
determinación contenida en el “acto administrativo, oficio Nº 0631 de abril 11 de
1995, emanado de la oficina jurídica” . 
(113)

3.2.1.8. Copia auténtica del oficio 804 de 4 de mayo de 1995 , con el cual el jefe


(114)

de oficina jurídica de Mineralco comunicó a Esmeracol que su interpretación del


artículo 17 de la Ley 141 de 1994 seguía siendo la esbozada en el oficio de 20 de abril
de 1995. Rechazó así los argumentos de Esmeracol, debido, entre otras, a que
“[...] ello implicaría la pérdida de la facultad por parte de Mineralco para prorrogar sus
contratos o para determinar si el adecuado o inadecuado cumplimiento de los
compromisos por parte del contratista pudiera ser revisado por esta entidad para la
aceptación o el rechazo de una prórroga”. No obstante —manifestó— “[...] en aras de
satisfacer su inquietud sobre este tema, me he permitido solicitar concepto a la oficina
jurídica del Ministerio de Minas”.

3.2.1.9. Copia auténtica del acto de renovación del contrato de operación


contenido en la escritura pública 2335 del 7 de diciembre de 1981 suscrito entre
Mineralco y Esmeracol el 30 de junio de 1995 , con el objeto de otorgar a la
(115)

segunda el derecho temporal y exclusivo de explorar y explotar el subsuelo


potencialmente esmeraldífero en un área de aproximadamente 73 hectáreas y 3856
metros cuadrados, en el municipio de San Pablo de Borbur (Boyacá), que es la misma
área definida en el contrato inicial de operación suscrito el 7 de diciembre de 1981,
con la modificación efectuada el 1º de agosto de 1991 (cláusulas 1ª y 2ª). 

El término del contrato es de 25 años, conforme al artículo 17 de la Ley 141 de


1994, el cual podrá darse por terminado a solicitud del operador (cláusula 3ª). 

En la cláusula 4ª se establecieron las contraprestaciones económicas del contrato,


de la siguiente manera:

«EL OPERADOR pagará un canon superficiario como contraprestación distinta a


las regalías, por el área contratada, así: PERÍODO DE EXPLOTACIÓN. Por
cada año el valor resultante de multiplicar veinte (20) salarios mínimos legales
mensuales vigentes para el período, por el número de hectáreas contratadas.
ADMINISTRACIÓN DEL CONTRATO. El operador pagará a MINERALCO S.A.,
por concepto de Administración del contrato y durante la vigencia del mismo,
dos (2) salarios mínimos mensuales por hectárea-año, vigente al momento de su
cancelación. [...] PARÁGRAFO SEGUNDO: FORMA DE PAGO. EL OPERADOR
cancelará a MINERALCO S.A., el valor correspondiente al período de
explotación más el valor correspondiente a la explotación del contrato, en forma
trimestral dentro de los diez (10) días siguientes al vencimiento del trimestre, en
las oficinas de MINERALCO S.A., en la ciudad de Santafé de Bogotá D.C.
PARÁGRAFO TERCERO. REGALÍAS. EL CONTRATISTA cancelará por
concepto de regalías correspondientes a la explotación de esmeraldas, el 1.5%
del valor del material explotado que se liquidará por la Sociedad Minerales de
Colombia S.A. “MINERALCO S.A.”, a favor de los beneficiarios de las mismas,
conforme a la Ley 141 de 1994».  
Cabe mencionar, por su relevancia para el sub lite, que en este acto se pactó
asimismo que: (i) en caso de que Esmeracol se retrasara en sus pagos del canon
superficiario, pagaría un interés del 3% mensual (cláusula 5ª); (ii) Esmeracol sería el
único responsable de las actividades relacionadas con la ejecución del contrato y de
sus efectos, conforme a las normas vigentes (cláusula 6ª); (iii) Esmeracol constituiría
una garantía única de cumplimiento del contrato y prestaciones sociales, a través de
una compañía de seguros, “la cual se mantendrá vigente durante el término de y
hasta la liquidación del contrato” y “deberá renovarse año a año por un valor
equivalente al veinte por ciento (20%) de la respectiva anualidad”; (iv) Esmeracol
“podrá solicitar a discreción de Mineralco, la modificación del área objeto de la
presente renovación” (cláusula 12ª); (vii) Minercol podrá renunciar al contrato,
siempre y cuando se encuentre al día en sus obligaciones (cláusula 14ª); (viii) sin
perjuicio de la declaración de caducidad, Mineralco podrá imponer a Esmeracol
multas sucesivas de hasta 20 salarios mínimos mensuales vigentes “cada vez y e en
cada caso por mora o incumplimiento parcial de cualquiera de las obligaciones
emanadas de este contrato” (cláusula 15ª); (ix) Mineralco podrá declarar la caducidad
del contrato, en caso de incumplimiento de Esmeracol, “que afecte de manera grave”
su ejecución, siguiendo el procedimiento convenido, la cual acarreará la terminación
del contrato, además de las sanciones a que haya lugar (cláusulas 18ª ,19ª y
20ª); (x) “[...] cuando sobrevengan el caso fortuito, la fuerza mayor o circunstancias
graves e imprevisibles de orden técnico o económico, que hagan imposible o
demasiado gravoso el cumplimiento de lo pactada, cualquiera de las partes podrá
pedir su revisión, según lo establecido en el artículo 868 del Código de
Comercio”; (xi) “[p]ara efecto de las notificaciones que MINERALCO S.A.
deba hacer [sic] a al OPERADOR se remitirán a la siguiente dirección: Carrera
15 Nº 92-70. Oficina 2001 de Santafé de Bogotá D.C. Así mismo, EL CONTRATISTA
se compromete a dar aviso oportuno de cualquier cambio que de ésta se produzca,
quedando Mineralco S.A. exonerada de toda responsabilidad por incumplimiento de
esta disposición”. 

3.2.1.10. Copia auténtica de la factura DCT CC 126 del 2 de octubre de 1995 , (116)

emitida por el jefe del departamento de crédito y tesorería de Mineralco


correspondiente al trimestre comprendido entre el 1º de julio y el 1º de octubre de
1995, por un monto de $ 43’640.032 por las contraprestaciones económicas pactadas,
y $ 4’364.003, por concepto de administración del contrato.

3.2.1.11. Copia auténtica del recibo de caja 5092 del 18 de octubre de 1995 , en


(117)

la que se dejó constancia del pago las contraprestaciones económicas del contrato
003/81 para el trimestre trascurrido entre julio y octubre de 1995, por un total de $
46’640.032, de los cuales $ 4’364.003 corresponden a la cuota de administración. 

3.2.1.12. Copia auténtica de la factura DCC177 del 29 de diciembre de 1995 , (118)

emitida por el jefe del departamento de crédito y tesorería de Mineralco


correspondiente al trimestre comprendido entre el 1º de octubre y el 31 de diciembre
de 1995, por un monto de $ 43’640.032 por las contraprestaciones económicas
pactadas, y $ 4’364.003, por concepto de administración del contrato.
3.2.1.13. Copia auténtica de la factura número 80 de 1996 , emitida por el jefe
(119)

del departamento de crédito y tesorería de Mineralco correspondiente al primer


trimestre de 1996, por un valor de $ 52’149.642 correspondiente a las
contraprestaciones económicas pactadas, y $ 5’214.964, por la administración del
contrato.

3.2.1.14. Copia auténtica de la factura número 180 del 21 de junio de 1996 , (120)

emitida por el jefe del departamento de crédito y tesorería de Mineralco


correspondiente al segundo trimestre de 1996, por un valor de $ 52’149.642 por las
contraprestaciones económicas pactadas, y $ 5’214.964, correspondiente a la
administración del contrato.

3.2.1.15. Copia auténtica de la comunicación del 11 de septiembre de 1996 , (121)

con sello de entrada de 13 de septiembre de la misma anualidad, mediante al


cual Esmeracol puso en conocimiento de Mineralco que había considerado necesario
suspender temporalmente las operaciones de la mina de Coscuez a partir del 1º de
octubre, “[...] como consecuencia de las difíciles condiciones de operación y de orden
público actualmente existente en la región que impiden el normal desarrollo de la
explotación minera”. La empresa pidió tener en cuenta lo anterior, “[...] para todas las
implicaciones contractuales que de ello puedan derivarse”. 

3.2.1.16. Copia auténtica del oficio 1519 del 30 de septiembre de 1996 , con el


(122)

que Mineralco requirió a Esmeracol, para que le informara “[...] el término de


suspensión de las labores de explotación, con el fin de contratar mediante una
inspección técnica al área y definir hacia el futuro las obligaciones contractuales
relacionadas con la ejecución del contrato”. 

3.2.1.17. Copia auténtica del recibo de caja 7427 de 21 de octubre de 1996 , en (123)

la que se dejó constancia del pago de las contraprestaciones económicas del contrato
003/81 para el primer trimestre de 1996, por un total de $ 55’591.518, de los cuales $
5’214.964 corresponden a la cuota de administración. 

3.2.1.18. Copia auténtica de la factura número 269 de 23 de octubre de 1996 , (124)

emitida por el jefe del departamento de crédito y tesorería de Mineralco


correspondiente al trimestre comprendido entre el 1º de julio y el 30 de septiembre de
1996, por un valor de $ 52’149.642, por las contraprestaciones económicas pactadas,
y $ 5’364.606, correspondiente a la administración del contrato. 

3.2.1.19. Copia auténtica de la comunicación del 23 de octubre de 1996 , con (125)

sello de recibido del mismo día, a través de la cual el Esmeracol pidió a Mineralco


que redujera el área del contrato de operación minera a 47,03 hectáreas, en atención
a “los últimos estudios de geología y geometría del yacimiento”. 

3.2.1.20. Copia auténtica de la comunicación del 23 de octubre de 1996 , con (126)

sello de recibido del 29 de octubre de 1996, por medio de la cual Esmeracolpuso en


conocimiento de Mineralco que el 1º de octubre del mismo año se habían suspendido
todas las actividades de operación y explotación de la mina de Coscuez, y que había
fijado el 1º de noviembre de 1996 como fecha tentativa para reiniciar las operaciones.
En consecuencia, la suspensión del contrato comprendería, inicialmente, el lapso
transcurrido entre el 1º de octubre y el 1º de noviembre de 1996. 

3.2.1.21. Copia auténtica de un memorando, sin fecha, ni firma, remitido por


el subgerente técnico (E) de Mineralco a la secretaria del comité de contratación de
la misma empresa, con el que le informó que, en visita realizada el 1º de noviembre
de 1996, se pudo constatar la parálisis total de las operaciones mineras de
Esmeracol . (127)

3.2.1.22. Copia auténtica del memorando 2710 del 5 de noviembre de 1996 , (128)

mediante el cual el jefe de la oficina jurídica de Mineralco comunicó a la secretaria


del comité técnico de contratación, que no encontraba impedimento para acceder a la
solicitud de suspensión del contrato de operación minera presentada por Esmeracol,
para el período comprendido entre el 1º de octubre y el 1º de noviembre de 1996.

3.2.1.23. Copia auténtica del memorando 2964 del 11 de diciembre de


1996 , remitido por subgerente técnico (E) al jefe de la Oficina Jurídica de
(129)

Mineralco, en el que, a partir de la solicitud de reducción del área de Esmeracol,


definió una nueva delimitación del área contratada, la cual tenía una cabida
superficiaria de 46 hectáreas y 3856 metros cuadrados. En atención a lo anterior,
indicó que procedía la firma de un otrosí por reducción de área, requiriéndose
previamente “[...] el concepto de tesorería, referenciado al pago de las
contraprestaciones económicas”. 

3.2.1.24. Copia auténtica del memorando del sugerente técnico (E) de


Mineralco, con fecha y número ilegible, dirigido al comité de contratación de la misma
entidad, en el que le manifestó que no se encontraba objeción de tipo técnico a la
solicitud de reducción del área contratada con Esmeracol .
(130)

3.2.1.25. Copia auténtica de la factura número 342 del 10 de diciembre de


1996 , emitida por el jefe del departamento de crédito y tesorería de Mineralco, la
(131)

cual corresponde al trimestre comprendido entre el 1º de octubre y el 30 de diciembre


de 1996, por un valor de $ 52’149.642, por las contraprestaciones económicas
pactadas, y $ 5’214.964, correspondiente a la administración del contrato.

3.2.1.26. Copia auténtica del recibo de caja 8398 del 31 de marzo de 1997 , en


(132)

el que se dejó constancia del pago las contraprestaciones económicas


correspondientes al segundo (2º) trimestre de 1996 e intereses, por un total de $
55’591.518, de los cuales $ 2’512.946 corresponden a la administración. 

3.2.1.27. Copia auténtica de la factura número 094 del 26 de junio de 1997 , (133)

emitida por el jefe del departamento de crédito y tesorería de Mineralco, la cual


corresponde al “trimestre del 30 de junio/97” por un valor de $ 63’113.623, por las
contraprestaciones económicas pactadas, y $ 6’311.362, correspondiente a la
administración del contrato.

3.2.1.28. Copia auténtica de la factura número 103 de 1997 , emitida por el jefe


(134)

del Departamento de Crédito y Tesorería de Mineralco, la cual corresponde al


“trimestre del 30 de Marzo/97” por un valor de $ 63’113.623, por las
contraprestaciones económicas pactadas, y $ 6’311.362, correspondiente a la
administración del contrato.

3.2.1.29. Copia auténtica del acta número 45 de reunión ordinaria del comité de


contratación y crédito de Mineralco , que se llevó a cabo el 4 de junio y el 18 de
(135)

julio de 1997, en la que se trató la solicitud de suspensión del contrato de operación


minera suscrito con Esmeracol el 7 de diciembre de 1981 y renovado el 31 de junio de
1995.

3.2.1.30. Copia auténtica de la factura número 172 del 23 de octubre 1997 , (136)

emitida por el jefe del departamento de crédito y tesorería de Mineralco, la cual


corresponde al “trimestre del 30 de Sept./97” por un valor de $ 63’113.623, por las
contraprestaciones económicas pactadas, y $ 6’311.362, correspondiente a la
administración del contrato.

3.2.1.31. Copia auténtica del oficio remitido por el gerente general de Mineralco


a Esmeracol, con el que le comunicó que el contrato de operación minera suscrito por
la segunda presenta un saldo de $ 236’486.034, más intereses de $ 56’141.077 al 31
de octubre de 1997, por lo que solicitó que se acercara a las oficinas de Mineralco,
antes del 31 de enero de 1998, para llegar a un acuerdo relativo a la forma de pago
de tales acreencias . 
(137)

3.2.1.32. Copia auténtica de la factura número 227 del 31 de diciembre 1997 , (138)

emitida por el jefe del departamento de crédito y tesorería de Mineralco, la cual


corresponde al trimestre comprendido entre el 1º de octubre y el 30 de diciembre de
1997, por un valor de $ 44’415.613, por concepto de contraprestaciones económicas
pactadas para la explotación de esmeraldas. 

3.2.1.33. Copia auténtica de la cuenta de cobro número 95 del 31 de marzo de


1998 , emitida por la subgerente administrativa y financiera de Mineralco, la cual
(139)

corresponde al trimestre comprendido entre enero y marzo de 1998, por un valor de $


52’632.520, por concepto de contraprestaciones económicas pactadas por etapa de
explotación de esmeraldas. 

3.2.1.34. Copia auténtica del acta número 51 del comité de contratación y


crédito de Mineralco , que se llevó a cabo 6 de mayo de 1998, en la que consta
(140)

que el comité especificó lo siguiente:

“Se aclare la decisión tomada en el acta 045 de agosto 29/97, numeral 5º, por
cuanto la cláusula a modificar es la segunda que establece la delimitación real
del área y no la cláusula décima.  

Nota: Se debe establecer la delimitación real del área a partir de [sic] que fecha,
para efectos de liquidación de contraprestaciones.  

El comité de contratación y crédito, recomienda que se tome la cláusula


pertinente al caso. La fecha debe ser la misma en que la sociedad solicitó la
reducción del área. Aclarando además, que a la fecha debía encontrarse a paz y
salvo por todo concepto con Mineralco S.A.”. 

3.2.1.35. Copia auténtica de la cuenta de cobro número 230 del 19 de junio de


1998 , emitida por el subgerente administrativa y financiara de Mineralco, la cual
(141)

corresponde al trimestre comprendido el 1º de abril y el 30 de junio de 1998, por un


valor de $ 47’847.746, por concepto de contraprestaciones económicas pactadas por
etapa de explotación de esmeraldas, y $ 4’784.774, por administración del contrato. 

3.2.1.36. Copia auténtica de la certificación de 18 de marzo de 1994 , firmada (142)

por la secretaria general y jurídica de Minercol, en la que, entro otros, consta:

“Que mediante Decreto Nº 1679 de junio 27/97 se ordenó la fusión de las


empresas MINERALES DE COLOMBIA S.A., MINERALCO S.A. y EMPRESA
COLOMBIANA DE CARBÓN LTDA. – ECOCARBON LTDA. en la EMPRESA
NACIONAL MINERA LTDA., MINERCOL LTDA., protocolizada mediante
Escritura pública Nº 4005 del 23 de diciembre de 1998”. 

3.2.1.37. Copia auténtica del oficio 1092-03582 del 1º de junio de 1999, a través


del cual el jefe de división de recaudo y distribución de Minercol comunica a
Esmeracol que a 30 de diciembre de 1998 adeuda $ 491’431.727, correspondientes a
capital, más $ 201’702.368, por concepto de intereses .  (143)

3.2.1.38. Copia auténtica del oficio 1092-04280 del 13 de julio de 1999 , por (144)

medio del cual el jefe de división de recaudo y distribución solicitó al tesorero de


Minercol que facturara lo siguiente:

“1. Contraprestaciones económicas por explotación.  

20 smlv($ 232.460) x 73.3856 has/12x3  


Trimestre enero 01 a marzo 30/99 = $ 86.736.795
Trimestre abril 01 a junio 30/99 = $ 86.736.795

2. Administración del contrato.  

20 smlv($ 232.460) x 73.3856 has/12x3  


Trimestre enero 01 a marzo 30/99 = $ 8’676.380
Trimestre abril 01 a junio 30/99 = $ 8’676.380

TOTAL....................................................................... $ 190.880.350” 

3.2.1.39. Copia auténtica del oficio 1090-04853 del 19 de julio de 1999 , con el (145)

que el gerente de fiscalización minera de Minercol solicitó a Esmeracol el pago de


las obligaciones pendientes con esta última, las cuales se liquidan en dicho
documento. 
3.2.1.40. Copia auténtica de la factura 000950 del 27 de julio de 1999 , (146)

correspondiente a las indicadas en el oficio 1092-04280 del 13 de julio de 1999,


previamente referido (3.2.1.38). 

3.2.1.41. Comunicación fechada el 23 de septiembre de 1999 , con rótulo de


(147)

radicado en la Superintendencia de Servicios Públicos de la misma fecha, por medio


de la cual Esmeracol presentó, ante dicha entidad, reclamación de cobro del servicio
de energía a la Empresa de Energía de Boyacá S.A. ESP.

3.2.1.42. Copia auténtica de la comunicación con sello de recibido de 4 de agosto


de 1999 , a través de la cual la gerente de Esmeracol solicitó al gerente de
(148)

fiscalización minera de Minercol “[...] la rebaja total de los intereses por mora que nos
reportan hasta el 31 de diciembre de 1998”. 

3.2.1.43. Copia auténtica de la comunicación fechada el 24 de febrero de 2000 , (149)

con sello de recibido ilegible, por medio de la cual la Gerente de Esmeracol pidió a la


Presidenta de Minercol que se redujera el monto de la contraprestación económica y
de administración ya que —afirma— se había solicitado a Mineralco la reducción del
área de explotación hasta 46,9496 hectáreas, “[...] solicitud que fue aceptada por
esa entidad, conforme lo demuestran las facturas de cobro de los
canones [sic] trimestrales de arrendamiento (con una [sic] hectárea de 46,9496) que
nos enviaron hasta el 31 de diciembre de 1998 [...]”. 

3.2.1.44. Copia auténtica del oficio 1092-0354 del 25 de abril de 2000 , por (150)

medio del cual el gerente de fiscalización Minera de Minercol invitó a la gerente


general de Esmeracol a una reunión en la división de recaudo y distribución “[...] con
el fin de tratar el tema de [la] reducción del área solicitada por esa empresa”. 

3.2.1.45. Copia auténtica del informe de la visita de seguimiento y


controlpresentado por los ingenieros de minas Nelson Misael Aguirre y José David
Castañeda, realizada los días 5 a 9 de mayo de 2000, con el fin de complementar y
aclarar la situación actual de los contratos y sus contraprestaciones económicas, en el
que, entro otros, se concluyó que: “En la zona excluida en la reducción del área
solicitada no se observaron frentes de explotación, por lo que la reducción solicitada
es viable desde el punto de vista minero” . 
(151)

3.2.1.46. Copia auténtica del concepto de visita técnica realizada el 11 de junio


de 2000 al área del contrato de Esmeracol , por profesionales de la gerencia de
(152)

fiscalización minera-división de seguimiento y control de Minercol, con el objetivo de


“determinar el rango de los trabajos de explotación de esmeraldas”, en el cual se
concluyó que “[...] los trabajos de explotación adelantados dentro del área del contrato
de la referencia se clasifican en el rango de mediana minería”. 

3.2.1.47. Copia auténtica del memorando X011-06122 de 24 de julio de 2000 , (153)

remitido por la jefa de división legal minera de Minercol al jefe de la división de


seguimiento y control, en el que, entre otros, manifestó que: 
“— De conformidad a lo consignado en memorando Nº 1090-04853 de 19 de
julio de 1999, referente a las [o]bligaciones pendientes con Minercol, se observa
que Esmeracol S.A., desde el 11 de octubre de 1995, se encuentra en mora en
el pago de sus obligaciones.  

— De lo anterior se colige que en el momento en que se presentó la solicitud de


reducción del área, la sociedad contratista no se encontraba al día, circunstancia
a la que fue condicionada la reducción del área, tal y como se señaló en el  acta
051 de mayo 6 de 1998”. 

3.2.1.48. Copia auténtica del memorando X011-06621 del 2 de agosto de 2000 , (154)

remitido por la jefa de división legal minera de Minercol al jefe de la división de


seguimiento y control, en el que, entre otros, expresó que: 

“[...] si bien es cierto que el contratista tiene el derecho a pedir la reducción del
área (solicitud), no es menos cierto que la discrecionalidad respecto de la
procedencia de dicha solicitud está en cabeza de la entidad contratante
(facultad), con fundamento en informe de visita técnica (sugerencia) y lo
plasmado en el acta Nº 0051, del comité de contratación, de fecha 6 de mayo
de 1998 (condición).

No sobra advertir que el área reducida debe abarcar la zona destinada a la


extracción y la zona anexa utilizada para una eficiente operación minera.  

Lo hasta aquí anotado es suficiente para hacer la siguiente recomendación: 

1. Determinar el valor que adeuda el contratista a la entidad contratante a la


fecha de presentación de la solicitud.  

2. Informar al interesado su solicitud de reducción de área será analizada una


vez:  

— Especifique el número de hectáreas a utilizar (art. 70 C. de M.). 

— Cumpla con el pago de las sumas adeudadas”.  

3.2.1.49. Copia auténtica de la factura de Minercol número 001237 del 7 de


septiembre del 2000 , por concepto de administración del contrato 122 de 1995,
(155)

equivalente a dos (2) salarios mínimos legales vigentes ($ 260.100) por 46,9496
hectáreas / 12 x 3, correspondiente a los trimestres comprendidos entre: (i) el 1º de
enero y el 30 de marzo del 2000; (ii) el 1º de abril y el 30 de junio del 2000; (iii) el 1º
de julio y el 30 de septiembre del 2000. El valor total facturado es de $ 21’064.993.

3.2.1.50. Copia auténtica de la factura de Minercol número 001236 del 7 de


septiembre del 2000 , por concepto de contraprestaciones económicas del contrato
(156)

122 de 1995, equivalente a veinte (20) salarios mínimos legales vigentes ($ 260.100)
por 46,9496 hectáreas / 12 x 3, correspondiente a los trimestres comprendidos entre:
(i) el 1º de enero y el 30 de marzo del 2000; (ii) el 1º de abril y el 30 de junio del 2000;
(iii) el 1º de julio y el 30 de septiembre del 2000. El valor total facturado es de $
183’173.865.

3.2.1.51. Copia auténtica de la factura de Minercol número 001235 del 7 de


septiembre del 2000 , por concepto de administración del contrato 122 de 1995,
(157)

equivalente a dos (2) salarios mínimos legales vigentes ($ 236.460) por 46,9496
hectáreas / 12 x 3, correspondiente a los trimestres comprendidos entre: (i) el 1º de
enero y el 30 de marzo de 1999; (ii) el 1º de abril y el 30 de junio de 1999; (iii) el 1º de
julio y el 30 de septiembre de 1999; y (iv) e1º de octubre y el 30 de diciembre de 1999.
El valor total facturado es de $ 25’533.916.

3.2.1.52. Copia auténtica de la factura de Minercol número 001234 del 7 de


septiembre del 2000 , por concepto de contraprestaciones económicas del contrato
(158)

122 de 1995, equivalente a veinte (20) salarios mínimos legales vigentes ($ 260.100)
por 46,9496 hectáreas / 12 x 3, correspondiente a los trimestres comprendidos entre:
(i) el 1º de enero y el 30 de marzo de 1999; (ii) el 1º de abril y el 30 de junio de 1999;
(iii) el 1º de julio y el 30 de septiembre de 1999; y (iv) e1º de octubre y el 30 de
diciembre de 1999. El valor total facturado es de $ 222’034.048.

3.2.1.53. Copia auténtica del oficio 1091-06770 del 24 de agosto de 2000,con el


cual la gerente de fiscalización minera de Minercol invitó a la gerente general de
Minercol a una reunión en la división de recaudo y distribución, el viernes 15 de
agosto, “[...] para determinar temas como reducción de área e incumplimiento de los
compromisos contractuales” . (159)

3.2.1.54. Copia auténtica del comprobante de consignación por pago de


regalías del Banco de Bogotá, recibido el 6 de octubre del 2000 , firmado por
(160)

Esmeracol, por un valor de $ 2’116.890.

3.2.1.55. Copia auténtica de la comunicación del 12 de diciembre de 2000 , con (161)

sello de recibido de la misma fecha, a través de la cual la gerente de Esmeracol le


informó a la presidenta de Minercol, que, en cumplimiento de los compromisos
asumidos en reuniones sostenidas entre estas, procedió a pagar $ 72’327.592 el 24
de noviembre, y $ 106’686.513 el 27 de noviembre, siendo impagado el cheque
correspondiente a la última suma por el Banco Santander, “a pesar de que tenía en la
cuenta fondos suficientes, según consta en los extractos bancarios adjuntos”. Ante
ello, afirma que ha propuesto reiteradamente el pago de la obligación referida,
haciéndose caso omiso del ofrecimiento.

3.2.1.56. Copia auténtica del memorando 10398 del 14 de noviembre de 2000 , (162)

con el que la jefa de recaudo y distribución le solicitó al tesorero de Minercol que le


facturara a Esmeracol lo siguiente:

“1. CONTRAPRESTACIONES ECONÓMICAS POR EXPLOTACIÓN – (CANON


SUPERFICIARIO) 

20 smlv ($ 260.100) * 46.9496 Has / 12 * 3 


Trimestre oct.01/00 a dic/30/00 = $  61’057.995 

TOTAL...................................................$ 61.057.955  

2. ADMINISTRACIÓN DEL CONTRATO 

2 smlv ($ 260.100) * 46.9496 Has / 12 * 3 

Trimestre oct. 01/00 a dic/30/00 = $  6’105.795 

TOTAL...................................................$ 6.105.795” 

3.2.1.57. Copia auténtica de la factura de Minercol número 001323 del 27 de


noviembre del 2000 , por concepto de administración del contrato 122/95 de
(163)

explotación de Esmeraldas, liquidado sobre un área de 46,9496 hectáreas,


correspondiente al trimestre comprendido entre el 1º de octubre y el 30 de diciembre
del 2000, por un valor total (IVA incluido) de $ 7’021.664. 

3.2.1.58. Copia auténtica de la comunicación con fecha de 3 de enero de


2001 , a través de la cual la gerente de Esmeracol le manifestó al gerente de
(164)

fiscalización minera de Minercol, que funcionarios de esta última empresa le habían


indicado que, para conseguir una disminución de los intereses o del capital
adeudados por la primera, debían iniciar un trámite ante la Procuraduría General de la
Nación. Añadió que, ninguna aseguradora asumía el riesgo de cubrir una deuda
vencida, por lo que tomaría la póliza requerida, una vez se hubieran conciliado las
sumas adeudadas.

3.2.1.59. Copia auténtica del memorando 01303 del 20 de febrero de 2001 , con (165)

el que la jefa de recaudo y distribución le solicitó al tesorero de Minercol que le


facturara a Esmeracol las siguientes sumas, correspondientes al primer semestre del
2001:

“Canon superficiario (trimestral) 

20 smlv ($ 286.000) X 46.9496 Has / 4 = $ 67.137.928 

Total canon superficiario.......................................= $ 67.137.928 

Administración (trimestral) 

2 smlv ($ 286.000) X 46.9496 Has / 4 = $ 6.713.793 

Total administración.............................................= $ 6.713.793  

Total a facturar ....................................................= $ 73.851.721” 

3.2.1.60. Copia auténtica de la factura 001322, sin fecha, por concepto de


administración del contrato 122/95 de explotación de esmeraldas, liquidado sobre un
área de 46,9496, correspondiente al período comprendido entre el 1º octubre y el 30
de diciembre del 2000, por un valor de $ 7’012.664 . La factura fue impresa en
(166)

papelería de Ecocarbón, pero en ésta se indica que el 100% de lo facturado


corresponde a Minercol.

3.2.1.61. Copia auténtica de la factura de Minercol 001321 de 21 de noviembre


de 2000 , por concepto de canon superficiario del contrato 122/95 de explotación de
(167)

esmeraldas, liquidado sobre un área de 46,9496, correspondiente al trimestre


comprendido entre el 1º de octubre y el 30 de diciembre del 2000, por un valor de $
61’057.955. 

3.2.1.62. Copia auténtica del memorando 02048 del 12 de marzo de 2001 , con (168)

el que la jefa de recaudo y distribución le solicitó al tesorero de Minercol que le


facturara a Esmeracol las siguientes sumas, correspondientes al primer semestre del
2001:

“Canon superficiario (trimestral) 

20 smlv ($ 286.000) X 46.9496 Has / 4 = $ 67.137.928 

Total canon superficiario.......................................= $ 67.137.928 

Administración (trimestral) 

2 smlv ($ 286.000) X 46.9496 Has / 4 = $ 6.713.793 

IVA = $ 1’074.207 

Total administración.............................................= $ 7.788.000 

Total a facturar ....................................................= $ 74.925.928”. 

3.2.1.63. Copia auténtica de la Resolución 10900073 del 26 de marzo de 2001 , (169)

proferida por el gerente de fiscalización minera de Minercol, mediante la cual le


impuso a Esmeracol una multa de un salario mínimo mensual legal vigente ($
286.000), por el incumplimiento de sus obligaciones de pagar oportunamente la
contraprestaciones económicas, presentar informes técnicos y renovar la póliza de
garantía de cumplimiento.

3.2.1.64. Copia auténtica del oficio 1092-03679 del 23 de abril de 2001 , con (170)

el que la jefa de división de recaudo y distribución de Minercol le comunica a


Esmeracol que:

“De acuerdo con la cláusula cuarta del contrato 122-95, ‘por concepto


de administración del contrato el operador pagará dos (2) salarios mínimos
mensuales por hectárea-año vigente al momento de su cancelación’, razón por
la cual, la tesorería de Minercol estará haciendo llegar próximamente una
factura de ajuste por la diferencia dejada de facturar para el año 1999”. 
3.2.1.65. Copia auténtica del memorando 03106 del 23 de abril de 2001 , con (171)

el que la jefa de recaudo y distribución le solicitó al tesorero de Minercol que le


facturara a Esmeracol las siguientes sumas, correspondientes al cuarto
semestre de 1999:

“Administración (trimestral) 

2 smlv ($ 260.100) X 46.9496 Ha / 4 X 4 = 6.105.795 X 4 = $ 24.423.180 

Total administración..............................................................= $ 24.423.180  

Valor pagado factura 1235 

2 smlv ($ 236.460) X 46.9496 Ha / 4 X 4 = 5.550.851 x 4 = $ 22.203.405 

Ajuste a facturar....................................................................= $ 2.219.775 

IVA = $ 335.164 

Total factura por ajuste = $ 2.574.939” 

3.2.1.66. Copia auténtica de la factura de 001527 , sin fecha, por concepto de


(172)

canon superficiario del contrato 122/95 de explotación de esmeraldas, liquidado sobre


un área de 46,9496, correspondiente al tercer trimestre de 2001, por un valor de $
67’137.928. La factura fue impresa en papelería de Ecocarbón, pero en ésta se indica
que debe ser cancelada en la caja de Minercol, correspondiéndole a ésta el 3% de lo
facturado y lo demás a los entes territoriales, según el artículo 23 de la Ley 819 del
2000.

3.2.1.67. Copia auténtica del oficio 1092-03627 del 8 de mayo de 2001 , en el (173)

que la jefa de la división de recaudo y distribución de Minercol manifiesta que la


factora 001527, antes referida, había sido anulada. 

3.2.1.68. Copia auténtica de la factura de Minercol 001529 del 27 de marzo de


2001 , por concepto de administración del contrato 122/95 de explotación de
(174)

esmeraldas, liquidado sobre un área de 46,9496, correspondiente al primer trimestre


de 2001, por un valor total (con IVA) de $ 7’788.000. 

3.2.1.69. Copia auténtica de la factura de Minercol 001528 del 27 de marzo de


2001 , por concepto de canon superficiario del contrato 122/95 de explotación de
(175)

esmeraldas, liquidado sobre un área de 46,9496, correspondiente al primer trimestre


de 2001, por un valor de $ 67’137.928. 

3.2.1.70. Copia auténtica de la factura 001582 del 9 de mayo de 2001 , por (176)

concepto de administración del contrato 122/95 de explotación de esmeraldas,


liquidado sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al primer trimestre del
2001, por un valor total (IVA incluido) de $ 7’788.000. Esta copia es borrosa. 
3.2.1.71. Copia auténtica del escrito fechado el 11 de mayo de 2001 , por medio
(177)

del cual Esmeracol le solicitó a Minercol que se abstuviera de imponer la multa


ordenada en la Resolución 10900073 del 26 de marzo de 2001.

3.2.1.72. Copia auténtica de la factura número 001595 del 24 de mayo de


2001 , por concepto de ajuste del valor de otra factura pagada previamente, cuyo
(178)

número es ilegible, correspondiente a la administración del contrato 122/95 de


explotación de esmeraldas, durante el primer trimestre de 1999, por un valor de $
2’574.939. La factura fue impresa en papelería de Ecocarbón y la copia es borrosa. 

3.2.1.73. Copia auténtica de la factura número 001689 del 4 de julio de 2001 , (179)

por concepto de canon superficiario del contrato 122/95 de explotación de


esmeraldas, liquidado sobre un área de 46,9496, correspondiente al segundo
trimestre de 2001, por un valor de $ 67’137.928. La factura fue impresa en papelería
de Ecocarbón, pero en ésta se indica que debe ser cancelada en la caja de Minercol,
correspondiéndole a ésta el 3% de lo facturado y lo demás a los entes territoriales,
según el artículo 23 de la Ley 819 del 2000.

3.2.1.74. Copia auténtica de la factura de Minercol número 001667 del 4 de julio


de 2001 , por concepto de canon superficiario del contrato 122/95 de explotación de
(180)

esmeraldas, liquidado sobre un área de 46,9496, correspondiente al segundo


trimestre de 2001, por un valor de $ 67’137.928 y un valor total de $ 74’925.928.

3.2.1.75. Copia auténtica de la factura de Minercol número 001672 del 9 de julio


de 2001 , por concepto de administración del contrato 122/95 de explotación de
(181)

esmeraldas, liquidado sobre un área de 46,9496, correspondiente al segundo


trimestre de 2001, por un valor total (con IVA) de $ 7’788.000.

3.2.1.76. Copia auténtica del escrito fechado el 13 de junio de 2001 , en el (182)

que Esmeracol le comunicó al Tesorero de Minercol, entre otros, que:

“La factura Nº 1601 de fecha 24 de mayo de 2001, es improcedente, porque ya


[sic] existan las facturas 950-1032-1033 de la administración y contraprestación
del año de 1999, y al momento de cancelarlas, notamos que no estaba correcta,
entonces fueron devueltas y ustedes precedieron a [sic] anuladas por error en la
liquidación en el número de hectáreas. Por lo anterior, Esmeracol S.A., tuvo que
esperar nueve (9) meses para que nos enviaran la nueva factura, es decir,
la Nº 1235, de fecha 21 de noviembre de 2000, que lógicamente enseguida la
pagamos”.  

3.2.1.77. Copia auténtica de la factura número 001601 del 24 de mayo de


2001 , por concepto de ajuste a la factura 1235 correspondiente a la administración
(183)

del contrato 122-95 de explotación del esmeraldas, durante el cuarto trimestre de


1999. El ajuste a facturar, más IVA, asciende a $ 2’574.939.

3.2.1.77(sic). Copia auténtica del informe sobre la visita técnica de seguimiento


y seguridad del área del contrato 125-95M realizada entre el 13 y el 19 de
septiembre de 2001, por los profesionales de la división de seguimiento y control de
Mineralco, Franklin Javier Alarcón y Luis Jaime Lacouture, fechado el 25 de
septiembre de 2001 . 
(184)

Dentro de las conclusiones alcanzadas con esta visita técnica, se menciona que:

“10. Considerando la producción del área propuesta por Esmeracol (46 Has y
9.998 m2), quedaría por fuera del área del contrato 122-95M, las siguientes
labores mineras: [sic] Jeruzalén, Rodríguez, La Paz, Tecnimur o Cristales,
Brisas, La Esmeralda, Munches, Quintero, Enrielado, Las Lajas, La Esperanza y
S.A. Una vez se firme el [sic] Otro Sí del contrato de Esmeracol con la reducción
de área, las explotaciones por fuera de la misma, son ilegales y se procedería
con el respectivo cierre. 

11. A la fecha de este informe, el área del contrato 122-95M de Esmeracol, es


de 73 Has y 3.858 m2, que es el área con la cual se debe liquidar las
contraprestaciones económicas”.  

A continuación, en las recomendaciones se indicó lo siguiente: 

“4. Poner en conocimiento este informe de visita técnica al titular del contrato
122-95M de Esmeracol, para que se pronuncie sobre las situaciones
mencionadas en el mismo, en especial sobre las labores mineras que se
encuentran fuera del área y que tendrían que suspenderse y cerrarse.  

5. Con base en este informe, el titular debe ratificar su decisión sobre la


reducción del área propuesta (46 Has y 9998 m2), plantear una nueva área de
reducción, ampliación o dejar sin modificación, en el término de treinta (30) días
a partir de la notificación de este informe técnico.  

6. Si se decide modificar el área del contrato, se debe elaborar e inscribir en el


Registro Minero Nacional el otro sí respectivo, de tal manera que quede en
firme dicha solicitud.  

7. La división de recaudo y distribución debe proceder a liquidar las


contraprestaciones económicas correspondientes a las 73 Has y 3.858m2. Una
vez inscrito en el Registro Minero Nacional el otro sí que modifique el área del
contrato, se procederá a realizar el cobro de las contraprestaciones económicas
con base en el área modificada”. 

3.2.1.78. Copia auténtica de la comunicación con fecha y sello de recibido de 17


de octubre de 2001, con la que la gerente de Esmeracol solicitó al gerente de
Minercol:

“[...] la revisión y ajuste del contrato de operación y explotación con respecto a


algunas cláusulas tales como la administración del contrato, asesoría técnica,
reinversión social, áreas de explotación, responsabilidades de las partes,
garantías, contraprestaciones económicas, clasificación, entre otras, frente a la
nueva reglamentación del Código de Minas”. 
3.2.1.79. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002172 del 29 de
octubre de 2001 , con la que se ajustó el cálculo de la administración cobrada en las
(185)

facturas 1529, 1672 y 2035 correspondiente a los tres (3) primeros trimestres de 2001,
de la siguiente forma: “2 smlv (286.000) x 26.4360 / 4X3 = 3.780.348X3
= $ 11.341.044”. El valor total facturado (con IVA incluido) es de $ 13’155.611.

3.2.1.80. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002171 del 29 de


octubre de 2001 , con la que se ajustó el cálculo del canon superficiario cobrado
(186)
en
las facturas 1528, 1698 y 2034 correspondiente a los tres (3) primeros trimestres de
2001, de la siguiente forma: “20 smlv 286.000X26.4360 / 4X3 =
37.803.480X3= $ 113.410.440”. El valor total facturado es de $ 113’410.440.

3.2.1.81. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002170 del 29 de


octubre de 2001 , con la que se ajustó el cálculo de la administración cobrada en la
(187)

factura 1237, correspondiente al periodo comprendido entre el 1º de enero y el 31 de


diciembre del 2000, de la siguiente forma: “2 smlv (260.000) x 26.4360
= $ 13.752.007”. El valor total facturado (con IVA incluido) es de $ 15’952.328.

3.2.1.82. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002169 del 29 de


octubre de 2001 , con la que se ajustó el cálculo del canon superficiario cobrado en
(188)

la factura 1236, correspondiente al periodo comprendido entre el 1º de enero y el 31


de diciembre del 2000, de la siguiente forma: “20 smlv (260.000) x 26.4360
= $ 137.520.072”. El valor total facturado es de $ 137’520.072.

3.2.1.83. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002168 del 29 de


octubre de 2001 , con la que se ajustó el cálculo de la administración cobrada en la
(189)

factura 001235, correspondiente al periodo comprendido entre el 1º de enero y el 31


de diciembre de 1999, de la siguiente forma. El valor total facturado (con IVA incluido)
es de $ 12’952.328.

3.2.1.84. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002167 del 29 de


octubre de 2001 , con la que se ajustó el cálculo del canon superficiario cobrado en
(190)

la factura 001234, correspondiente al periodo comprendido entre el 1º de enero y el


31 de diciembre de 1999, de la siguiente forma: “20 smlv (236.460) x 26.4360 HA
= $ 125.021.131”. El valor total facturado es de $ 125’021.131.

3.2.1.85. Copia auténtica de la comunicación fechada el 6 de noviembre de


2001, con sello de recibido del 9 de noviembre del mismo año, por medio de la
cual Esmeracol se pronunció sobre el informe de visita técnica al área del contrato
122/95, realizada entre el 14 y el 18 de agosto de 2001 . En esta manifiesta, entre
(191)

otras, que por virtud del principio constitucional de prevalencia del derecho sustancial
sobre el formal, consideraba que el área total de la concesión era de 46 hectáreas y
9946 metros cuadrados. Las diferencias al respecto –afirmó– pueden tratarse dentro
del proceso de conciliación que se estaba adelantando. 

3.2.1.86. Copia auténtica de la “RESPUESTA A OBJECIONES PRESENTADAS


POR ESMERACOL S.A. EN NOVIEMBRE DE 2001, RELACIONADAS CON EL
INFORME DE VISITA TÉCNCIA EFECTUADA EN AGOSTO DE 2001” , firmada por (192)
los profesionales de la división de seguimiento y control de Mineralco, Franklin Javier
Alarcón y Luis Jaime Lacouture, en la que, entre otros, se indica que: 

“1. MODIFICACIÓN DEL ÁREA TOMADA EN CONCESIÓN 

Con respecto a la reducción de área, ésta se llevará al comité de contratación


minera y posteriormente a la junta directiva de Minercol Ltda. Una vez sea
autorizada por la junta directiva, se procederá a la elaboración del
respectivo otro sí y posterior inscripción en el Registro Minero Nacional”.  

3.2.1.87. Copia auténtica de la comunicación con fecha y sello de recibido del


13 de noviembre de 2001 , a través de la cual Esmeracol le manifestó a Minercol
(193)

que no aceptaba y devolvía las factura número 002167, 002168, 002169, 002170,
002171 y 002172, debido a que —a juicio suyo— la modificación del área del contrato
122-95M había sido aceptada por el comité de contratación y crédito, lo que consta en
las actas número 45 y 51, “[...] pero Mineralco no lo registró oportunamente en el título
minero, a pesar de su aceptación tácita evidenciada en la facturación que desde esa
época nos vienen cobrando sobre 46 hectáreas y 9.496 metros cuadrados”. 

3.2.1.88. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002357 del 30 de


noviembre de 2001 , por concepto de canon superficiario del contrato 122-95,
(194)

liquidado sobre un área de 73,3856 hectáreas, correspondiente al cuarto trimestre de


2001, por un valor total de $ 104’941.408.

3.2.1.89. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002358 del 30 de


noviembre de 2001 , por concepto de administración del contrato 122-95, liquidado
(195)

sobre un área de 73,3856 hectáreas, correspondiente al cuarto trimestre de 2001, por


un valor total (con IVA incluido) de $ 12’173.204.

3.2.1.90. Copia auténtica de la comunicación fechada el 17 de diciembre de


2001 , con sello de recibido del 18 de diciembre de la misma anualidad, con la
(196)

que Esmeracol devolvió a Minercol las facturas número 002357 y 002358, ya que —a


juicio suyo— se había acordado la modificación del área de explotación desde 1996. 

3.2.1.91. Copia auténtica del concepto de la Gerencia de Fiscalización Minera-


división de seguimiento y control de Minercol del 28 de febrero de 2002 , el cual
(197)

manifiesta que la reducción del área del contrato 122-95M es “técnicamente


aceptable”.

3.2.1.92. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002733 del 23 de


abril de 2002 , por concepto de administración del contrato 122/95, liquidado sobre
(198)

un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al primer trimestre de 2002, por un


valor total (con IVA incluido) de $ 8’414.307.

3.2.1.93. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002732 del 23 de


abril de 2002 , por concepto de canon superficiario del contrato 122/95, liquidado
(199)

sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al primer trimestre de 2002, por


un valor total de $ 72’537.132.
3.2.1.94. Copia auténtica del concepto de visita técnica al área del contrato 122-
95M, con fecha de 23 de abril de 2002 . El objetivo de la visita consistió en
(200)

determinar el tipo de trabajos que se venían realizando, de acuerdo con la solicitud de


reducción presentada el 23 de octubre de 1996. Se indica que fueron identificadas
trece (13) bocaminas que quedarían fuera del área reducida, a saber: “La Esperanza,
Lajas (inactiva), Jerusalén, San Judas (inactiva), La Esmeralda, Brisas (inactiva),
Rodríguez, Enrielado, Quintero (inactiva), S.A., La Paz y Tencimur”. En las
conclusiones, se indica que, en caso de aceptarse la reducción solicitada, los frentes
de trabajo de La Paz y Tecnimur quedarían en una zona no amparada por ningún
título. Por lo anterior, se recomendó que la reducción no fuera aceptada. 

3.2.1.95. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002705 del 20 de


marzo de 2002 , con inscripción de “Anulada”, por concepto de administración del
(201)

contrato 122/95, liquidado sobre un área de 73,3856 hectáreas, correspondiente al


primer trimestre de 2002, por un valor total (con IVA incluido) de $ 13’125.167. El
número de la factura no se lee con claridad en esta copia. 

3.2.1.96. Copia auténtica de la factura de Minercol del 20 de marzo de


2002 , con inscripción de “Anulada” y número ilegible, por concepto de canon
(202)

superficiario del contrato 122/95, liquidado sobre un área de 73,3856 hectáreas,


correspondiente al primer trimestre de 2002, por un valor total de $ 133’380.752.

3.2.1.97. Copia auténtica del recibo de caja de Minercol número 20031 del 23 de


abril de 2002 , en el que consta que Esmeracol pagó, por medio de cheque, las
(203)

sumas de $ 72’460.968, correspondientes al canon superficiario del contrato 122/95M,


y de $ 7’979.084, por concepto de administración del mismo contrato. 

3.2.1.98. Copia auténtica de la comunicación de 19 de abril de 2002 , con la (204)

que Esmeracol devolvió a Minercol las facturas 002704 y 002705, correspondientes al


primer trimestre de 2002, porque no se ajustan al área de explotación que, afirma, es
de 46 hectáreas y 9496 metros cuadrados. 

3.2.1.99. Copia auténtica del oficio 1092-1872 de 23 de abril de 2002 , mediante


(205)

el cual el jefe de la división de recaudo y distribución (E) de Minercol dio respuesta a


la anterior comunicación de Esmeracol e hizo envío de las facturas 002732 y 002733,
correspondientes al primer trimestre de 2002.

3.2.1.100. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002732 del 23 de


abril de 2002 , por concepto de canon superficiario del contrato 122/95, liquidado
(206)

sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al primer trimestre de 2002, por


un valor total de $ 72’537.132. Esta copia es borrosa. 

3.2.1.101. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002733 del 23 de


abril de 2002 , por concepto de administración del contrato 122/95, liquidado sobre
(207)

un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al primer trimestre de 2002, por un


valor total (con IVA incluido) de $ 8’414.007. Esta copia es borrosa. 
3.2.1.102. Copia auténtica del acuerdo de pago número 10, suscrito entre
Minercol y Esmeracol el 23 de abril de 2002 . Se reconoció, en éste, que
(208)

Esmeracol adeudaba $ 686’946.387 a Minercol, por concepto de canon superficiario,


administración e intereses, causados entre el 1º de julio de 1996 y el 30 de diciembre
de 1998, como contraprestaciones económicas del contrato 122-95M, conforme a la
liquidación realizada por Minercol, la cual hace parte de este acuerdo (cláusulas 1ª y
6ª). Esmeracol se comprometió a pagar la anterior suma, mediante una consignación
de $ 240’269.310 a la firma de este acuerdo, y seis (6) cuotas bimestrales de $
74’446.480 (cláusula 2ª). Los suscribientes se comprometieron, además, a formalizar
la reducción del área del contrato, mediante la suscripción de un otrosí (cláusula 7ª) y
declararon que las facturas constituían una “manifestación de voluntad de la
Administración, [...] encaminada a producir efectos jurídicos entre las partes los
cuales trascienden [sic] en la obligación estatal de liquidar las contraprestaciones con
base en el área reducida y en la obligación del particular o del contratista para el caso
en estudio, de cancelar dichas contraprestaciones, con lo cual queda demostrada la
modificación al área del contrato inicial, en atención a la solicitud de contratista”
(cláusula 8ª). En la liquidación mencionada se calcularon las contraprestaciones
causadas entre el 1º de julio y el 22 de noviembre de 1996 sobre un área de 73,3856
hectáreas, mientras que las causadas entre el 23 de noviembre de 1996 y el 30 de
diciembre de 1998 fueron calculadas con base en un área de 46,9496 hectáreas.

3.2.1.103. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002769 del 30 de


abril de 2002 , por concepto de canon superficiario del contrato 122/95, liquidado
(209)

sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al segundo trimestre de 2002,


por un valor total de $ 72’537.132. Esta copia es borrosa. 

3.2.1.104. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002770 del 30 de


abril de 2002 , por concepto de administración del contrato 122/95, liquidado sobre
(210)

un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al segundo trimestre de 2002, por un


valor total (con IVA incluido) de $ 7’414.307. 

3.2.1.105. Copia auténtica del “INFORME DE VISITA TÉCNICA AL CONTRATO


NO 122-95M TITULAR: ESMERACOL S.A.”, presentado por el ingeniero de minas
Wilfrido Sangunio, el 7 de mayo de 2002, como parte del programa de fiscalización,
seguimiento y control de la gerencia operativa regional número 1 (Nobsa) de
Minercol . En las recomendaciones del informe, se indicó que:
(211)

“Se visitaron tres minas (Diamante, Matera, y Amistad) de 31 bocaminas con 70


gajos (frentes), quedando pendiente visitar 28. De las cuales se encuentra
suspendida temporalmente el 60% de la actividad minera por motivo de
electricidad, ya que la electrificadora [sic] corto el servicio a la empresa. Las que
se encuentra activas se benefician de la planta eléctrica de la mina Millonarios o
tienen planta eléctrica”.  

3.2.1.106. Copia auténtica del escrito fechado el 9 de mayo de 2002 , mediante


(212)

el cual Esmeracol devolvió a Minercol la factura número 002769 del 30 de abril de


2002, “[...] porque según el parágrafo segundo del contrato vigente [...] la forma de
pago será trimestral y dentro de los diez (10) días siguiente al vencimiento del mismo,
y en este caso particular nuestro trimestre vence el 30 de [sic] Junio de 2002”.

3.2.1.107. Copia auténtica de la comunicación con fecha de 15 de mayo de


2002 , a través de la cual Esmeracol devolvió a Minercol la factura número 002769
(213)

del 30 de abril de 2002, “[...] por razones de fecha anticipada al vencimiento del


segundo semestre de 2002, sobre el contrato 122/95”.

3.2.1.108. Copia auténtica del oficio 109-2318 con fecha de 16 de mayo de


2002 , con el que el gerente de fiscalización minera de Minercol manifestó a
(214)

Esmeracol que, habiéndose estudiado la alinderación propuesta por esta última,


encontró que el área planteada se encontraba totalmente dentro del área otorgada y
no se superponía con la de otros contratos, por lo que se consideraba “técnicamente
viable”. Añadió que se concedía quince (15) días a Esmeracol, para que manifestara
su acuerdo o desacuerdo con el estudio técnico realizado. 

3.2.1.109. Copia auténtica del escrito con fecha y sello de recibido de 5 de junio


de 2002 , por medio del cual Esmeracol manifestó a Minercol que estaba “[...] de
(215)

acuerdo con el estudio técnico de reducción de área realizado por la división de


seguimiento y control de Minercol Ltda., con una extensión superficial total de 46
hectáreas 9.501 metros cuadrados. Así mismo solicitamos la elaboración del otrosí
con el fin de registrarlo en el respectivo título minero”. 

3.2.1.110. Copia auténtica de la comunicación del 24 de junio de 2002 , con la(216)

que Esmeracol comunicó a Minercol que había realizado el pago de primera cuota
especificada en el acuerdo suscrito, por un monto de $ 71’402.418.

3.2.1.111. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002958 del 28 de


junio de 2002 , por concepto de administración del contrato 122/95, liquidado sobre
(217)

un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al segundo trimestre de 2002, por un


valor total (con IVA incluido) de $ 8’414.307. La factura tiene sello “RECIBIDO
CORRESPONDENCIA” de Minercol, del 9 de julio de 2003. 

3.2.1.112. Copia auténtica de la factura de Minercol número 002957 del 28 de


junio de 2002 , por concepto de canon superficiario del contrato 122/95, liquidado
(218)

sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al segundo trimestre de 2002,


por un valor total de $ 72’537.132. La factura tiene sello “RECIBIDO
CORRESPONDENCIA” de Minercol, del 9 de julio de 2003. 

3.2.1.113. “OTROSÍ AL CONTRATO 122/95M, MODIFICATORIO DEL ÁREA DEL


CONTRATO DE MEDIANA MINERÍA”, suscrito entre Minercol y Esmeracol el 15 de
julio de 2002 . En éste se acordó reducir el área del contrato referido a 46 hectáreas
(219)

y 9501 metros cuadrado, comprendida dentro de la alinderación especificada en la


cláusula 1ª. Su perfeccionamiento se sujetó a su inscripción en el Registro Minero
Nacional, de lo cual se haría cargo Minercol (cláusula 5ª). 

3.2.1.114. Copia auténtica del oficio de 18 de septiembre de 2002 , con el cual


(220)

la jefa de la división legal minera de Minercol ordenó que se enviara el otrosí del
contrato 122-95M a la división de registro minero, “[...] para lo de su competencia
respecto al [sic] OTROS SÍ del aludido contrato, suscrito el 15 de julio de 2002”. 

3.2.1.115. Copia auténtica de la factura de Minercol número 003186 (1369 DFD)


del 2 de octubre de 2012 , por concepto de canon superficiario del contrato 122/95,
(221)

liquidado sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al tercer trimestre de


2002, por un valor total de $ 72’537.132. La factura tiene sello de “RECIBIDO
CORRESPONDENCIA” de Minercol, del 16 de octubre de 2002.

3.2.1.116. Copia auténtica de la factura de Minercol número 003187 (1370 DFD)


del 6 de octubre de 2002 , por concepto de canon superficiario del contrato 122/95,
(222)

liquidado sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al tercer trimestre de


2002, por un valor total (con IVA incluido) de $ 8’414.307. La factura tiene sello de
“RECIBIDO CORRESPONDENCIA” de Minercol, del 16 de octubre de 2002.

3.2.1.117. Copia auténtica del “INFORME DE VISITA TÉCNICA, AL CONTRATO


Nº 122-95M TITULAR: ESMERACOL S.A.”, presentado por el ingeniero de minas
Wilfrido Sangunio, el 8 de noviembre de 2002, como parte del programa de
fiscalización, seguimiento y control de la gerencia operativa regional número 1
(Nobsa) de Minercol , en el que se consignó, entre otros, que:
(223)

“En el momento de la visita NO se encontraban laborando temporalmente por


problema de explosivos y energía los cortes: Bonanza, Promesa, Victoria,
Brisas, Jerusalén, Itoco y Esperanza. 

Corte Activos actualmente: 17 

Cortes inactivos temporalmente: 7 

Cortes inactivos y abandonados: 7 

Total de cortes: 31 

[...] 

5.16. Medidas preventivas de seguridad 

[...] 

Se debe prohibir el ingreso a [sic] Guaqueros a los cortes ya que son personas
extrañas a la empresa, ya que el artículo 9º del reglamento de seguridad de
labores subterráneas (D. 1335/87) prohíbe el ingreso de personal ajeno al título
minero a las labores subterráneas. 

[...] 

6. Recomendaciones 
[...] 

Las labores de exploración y explotación se encuentran actualmente dentro del


área de contrato de Esmeracol S.A.”.  

3.2.1.118. Copia auténtica de la factura de Minercol número 003317 (1476 DFD)


del 18 de noviembre de 2012 , por concepto de canon superficiario del contrato
(224)

122/95, liquidado sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al tercer


trimestre de 2002, por un valor total de $ 72’537.132. La factura tiene sello de
“RECIBIDO CORRESPONDENCIA” de Minercol, del 29 de noviembre de 2002.

3.2.1.119. Copia auténtica de la factura de Minercol número 003318 (1477 DFD)


del 18 de noviembre de 2012 , por concepto de administración del contrato 122/95,
(225)

liquidado sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al tercer trimestre de


2002, por un valor total de $ 8’414.307. La factura tiene sello de “RECIBIDO
CORRESPONDENCIA” de Minercol, del 29 de noviembre de 2002

3.2.1.120. Copia auténtica del oficio 8205 del 29 de noviembre de 2002 , a (226)

través del cual Minercol le recordó a Esmeracol que se encontraba en estado de


incumplimiento del pago de la segunda cuota prevista en el acuerdo suscrito,
correspondiente al 23 de octubre de 2002, y que la cuota del mes de diciembre estaba
próxima a vencerse. Manifestó además que no se habían cancelado las facturas
número 2957, 2958, 3317 y 3318.

3.2.1.121. Copia auténtica de la factura de Minercol número 003442 (1566 DFD)


del 5 de diciembre de 2012 , por concepto de administración del contrato 122/95,
(227)

liquidado sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al cuarto trimestre de


2002, por un valor total (con IVA incluido) de $ 8’414.307. La factura tiene sello de
“RECIBIDO CORRESPONDENCIA” de Minercol, del 19 de diciembre de 2002.

3.2.1.122. Copia auténtica de la factura de Minercol número 003385 (1565 DFD)


del 5 de diciembre de 2012 , por concepto de canon superficiario del contrato
(228)

122/95, liquidado sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al cuarto


trimestre de 2002, por un valor total de $ 72’537.132. La factura tiene sello de
“RECIBIDO CORRESPONDENCIA” de Minercol, del 17 de diciembre de 2002.

3.2.1.123. Copia auténtica de la Resolución número 002 del 17 de febrero de


2003, proferido por el segundo comandante y jefe de estado mayor de la primera
brigada del Ejército Nacional , por la cual se suspendió de forma definitiva la venta
(229)

de explosivos y accesorios a la empresa Esmeracol, por incumplimiento del artículo


52 del Decreto 2535 de 1993, debido a que Esmeracol: (i) suministraba explosivos a
otras empresas, sin autorización de la brigada; (ii) no presentaba la documentación
requerida, como las actas de quema y cuadro de consumo mensual de material;
y, (iii) se lucraba de la venta de explosivos y accesorios, al venderlos por mayor
precio a otras empresas mineras, a las cuales la primera brigada le había suspendido
su venta. 
3.2.1.124. Copia auténtica del oficio 1092-1833 del 18 de marzo de 2003 , (230)

mediante el cual Minercol le recordó nuevamente a Esmeracol que se encontraba en


estado de incumplimiento del pago de las cuotas previstas en el acuerdo suscrito,
correspondientes a los meses de octubre y diciembre de 2002, y febrero de 2003.
Manifestó además que no se habían cancelado las facturas número 2957, 2958, 3317,
3318, 3358, 3442, 1775 y 1776.

3.2.1.125. Copia auténtica del acta de visita de seguridad minera a


explotaciones subterráneas del 4 de marzo de 2003 , suscrita por representantes
(231)

de Minercol y Esmeracol, en la que, entre otras se recomendó: “Fijar políticas claras


sobre acceso de guaqueros no autorizados para los diferentes cortes”. 

3.2.1.126.- Copia auténtica de la factura de Minercol número 003626 (1776 DFD)


del 11 de marzo de 2003 , por concepto de administración del contrato 122/95M,
(232)

calculada sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al primer trimestre del


2003, por un valor total (con IVA incluido) de $ 9’040.615. La factura tiene sello de
“RECIBIDO CORRESPONDENCIA” de Minercol del 19 de marzo del 2003.

3.2.1.127. Copia auténtica de la factura de Minercol número 003625 (1775 DFD)


del 11 de marzo de 2003 , por concepto de canon superficiario del contrato
(233)

122/95M, calculada sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al primer


trimestre del 2003, por un valor total de $ 77’936.336. La factura tiene sello de
“RECIBIDO CORRESPONDENCIA” de Minercol del 19 de marzo del 2003.

3.2.1.128. Copia auténtica del “INFORME DE VISITA TÉCNICA, AL CONTRATO


Nº 122-95M TITULAR: ESMERACOL S.A.”, presentado por el ingeniero de minas
Wilfrido Sangunio, el 30 de abril de 2003, como parte del programa de fiscalización,
seguimiento y control de la gerencia operativa regional número 1 (Nobsa) de
Minercol . La visita tuvo por objeto la minas o cortes: “Nuevo Milenio, Promesa, La
(234)

Victoria, El Progreso, Los Primos, Morrallero, Bonanza, La Tabla, Millonarios, La Paz


y Cristales”. Se recomendó la adopción inmediata de diversas medidas preventivas,
así como el cumplimiento del concepto técnico número 1091-0275 de 9 de marzo de
2003, presentado por la división de seguimiento y control sobre el Informe Anual de
Explotación de 2001, además de la actualización de las proyecciones de los trabajos.

3.2.1.129. Copia auténtica de la factura de Minercol número 003789 (1984 DFD)


del 12 de mayo de 2003 , por concepto de administración del contrato 122/95M,
(235)

calculada sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al segundo trimestre


del 2003, por un valor total (con IVA incluido) de $ 9’040.615. La factura tiene sello de
“RECIBIDO CORRESPONDENCIA” de Minercol del 22 de mayo de 1992.

3.2.1.130. Copia auténtica de la factura de Minercol número 003788 (1983 DFD)


del 12 de mayo de 2003 , por concepto de canon superficiario del contrato 122/95M,
(236)

calculada sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al segundo trimestre


del 2003, por un valor total de $ 77’936.336. La factura tiene sello de “RECIBIDO
CORRESPONDENCIA” de Minercol del 22 de mayo de 1992.
3.2.1.131. Copia auténtica del “INFORME DE VISITA TÉCNICA, AL CONTRATO
Nº 122-95M TITULAR: ESMERACOL S.A.”, presentado por el ingeniero de minas
Wilfrido Sangunio, el 30 de mayo de 2003, como parte del programa de fiscalización,
seguimiento y control de la gerencia operativa regional número 1 (Nobsa) de
Minercol . La visita tuvo por objeto “[...] posicionar las bocaminas con el GPS
(237)

PATHFINDER TRIMBLER [...]”, con lo cual se obtuvieron las coordenadas de las


bocaminas Los Primos, Progreso, Esperanza, Diamante, Fortuna, Marranera, La
Tabla, Cero-Cero, San Pedro y Amistad, las cuales se especifican en el informe. Se
recomendó continuar este tipo de visita, así como dar cumplimiento al concepto
técnico número 1091-0275 de 9 de marzo de 2003.

3.2.1.132. Copia auténtica de la factura de Minercol número 003860 (2091 DFD)


del 17 de junio de 2003 , por concepto de administración del contrato 122/95M,
(238)

calculada sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al tercer trimestre del


2003, por un valor total (con IVA incluido) de $ 9’040.615. La factura tiene sello de
“CORRESPONDENCIA” de Esmeracol del 9 de julio del 2003, y sello de “RECIBIDO
CORRESPONDENCIA” de Minercol del 2 de julio de 2003. 

3.2.1.133. Copia auténtica de la factura de Minercol número 003859 (2090 DFD)


del 17 de junio de 2003 , por concepto de canon superficiario del contrato 122/95M,
(239)

calculada sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al tercer trimestre del


2003, por un valor total de $ 77’963.336. La factura tiene sello de
“CORRESPONDENCIA” de Esmeracol del 9 de julio del 2003, y sello de “RECIBIDO
CORRESPONDENCIA” de Minercol del 2 de julio de 2003. 

3.2.1.134. Copia auténtica del oficio 1110-883 del 18 de septiembre de 2003 , (240)

con el que Minercol manifestó a Esmeracol que venía incumpliendo sistemáticamente


sus obligaciones contractuales, por lo cual requirió su incumplimiento en un término
de un (1) mes, bajo apremio de caducidad.

3.2.1.135. Copia auténtica de aviso fijado en la cartelera de la gerencia


operativa regional de Nobsa, el 27 de octubre de 2003 , por el término de un (1)
(241)

mes, con el que se publicó que Esmeracol se encontraba incursa en la causal de


caducidad prevista en la cláusula 20ª del contrato 122-95M, de conformidad con el
oficio 1092-1833 del 18 de marzo de 2003, por incumplimiento del acuerdo de pago
de 23 de abril de 2002 y el impago de las contraprestaciones económicas a que había
lugar. Se informó asimismo que mediante oficio el 1110-883 del 18 de septiembre de
2003 Esmeracol había sido requerida al cumplimiento de sus obligaciones, bajo
apremio de caducidad

3.2.1.136. Copia auténtica del oficio 1092-7060 con sello de recibido de 4 de


noviembre de 2003 , a través del cual Minercol le recordó a Esmeracol que se
(242)

encontraba en proceso de caducidad por incumplimiento de las obligaciones pactadas


en el contrato 122-95M, así como en el acuerdo de pago de 23 de abril de 2002, y que
la única forma de detener dicho proceso consistía en pagar las cuotas convenidas en
el acuerdo mencionado, además de las facturas que en este oficio se relacionaban.
3.2.1.137. Copia auténtica de la Resolución número 003 del 12 de marzo de
2004, proferido por el segundo comandante y jefe de estado mayor de la primera
brigada del Ejército Nacional , por la cual se levantó la suspensión a la venta de
(243)

materiales explosivos y accesorios a Esmeracol, ordenada mediante la Resolución


002 del 17 de febrero de 2003. Como fundamento de esta decisión, se argumentó
que: (i) la Fiscalía ordenó por “INHIBIRSE DE ABRIR INSTRUCCIÓN” por el delito de
actividades terrorista, tipificado en el artículo 345 del Código Penal , de conformidad
(244)

con lo dispuesto en el artículo 327 del Código de Procedimiento Penal ; (ii) el (245)

Segundo Comandante del Batallón de Infantería Sucre había emitido concepto a favor
del representante legal de Esmeracol, de acuerdo con el cual éste cumplía “[...]  las
medidas de seguridad de la zona; cuenta con vigilancia privada las 24 horas, e
igualmente cuenta con polvorían construido con las mejores especificaciones
técnicas. [...] El Director de corte controla el consumo de explosivos; el almacenista y
quien manipula los explosivos es [...] calificado y capacitado en sistemas de
perforación y manejo de estos elementos”; y, (iii) “[l]a empresa ESMERACOL S.A.
cumple con los requisitos estipulados en el decreto 1809 de 1994 artículo 11
requisitos para la compra de explosivos a la Industria militar”. 

3.2.1.138. Copia simple del oficio del jefe del Departamento Zona Occidente de


la Empresa de Energía de Boyacá S.A. E.S.P. número 53030-223 del 29 de julio
de 2004 , en el que consta que Esmeracol “[...] desde hace varios años ha estado en
(246)

un proceso de legalización y negociación con la Empresa de Energía de Boyacá S.A.


E.S.P. por la cartera vencida de dicha compañía y de la comunidad de su influencia.
Certificamos que en marzo del 2002 se le suspendió el servicio por deuda generada
en años anteriores; en el año 2003, se suspendió en varios períodos por quema del
transformador de Santa Bárbara, de donde se abastece la zona minera de Coscuez”. 

3.2.1.139. Copia simple del escrito del 27 de julio de 2004 , mediante el cual


(247)

el Alcalde de Muzo (Boyacá), José Danilo Pineda Campos, certificó que Esmeracol
sostenía estrechos vínculos con la comunidad de dicho municipio, a la cual había
apoyado mediante diversas obras, y que dicha empresa había constituido un soporte
a proceso de paz del occidente de Boyacá. 

3.2.1.140. Copia simple del escrito del 28 de julio de 2004 , con el que (248)

el Alcalde de Otanche (Boyacá), Ramiro Antonio Ortiz Ramírez, certificó que


Esmeracol sostenía estrechos vínculos con la comunidad de dicho municipio, a la cual
había apoyado mediante diversas obras, y que dicha empresa había constituido un
soporte a proceso de paz del occidente de Boyacá, en términos idénticos al anterior
documento firmado por el alcalde de Muso. 

3.2.1.141. Copia simple del escrito del 28 de julio de 2004 , por medio del cual
(249)

el Alcalde de San Pablo de Borbur (Boyacá), Jorge Armando Espitia Solano,


certificó que Esmeracol sostenía estrechos vínculos con la comunidad de dicho
municipio, a la cual había apoyado mediante diversas obras, y que dicha empresa
había constituido un soporte a proceso de paz del occidente de Boyacá, en términos
idénticos a los anteriores documentos firmados por los alcaldes de Muso y Otanche.
3.2.1.142. Copia simple del escrito de 17 de agosto de 2004 , mediante el cual
(250)

el Director Regional del Sena – Boyacá, Samuel Antonio Gómez Cristancho,


certificó que Esmeracol venía desarrollando actividades de formación profesional y
asistencia para Esmeracol. 

3.2.1.144. Copia auténtica del informe de la Gobernación de Boyacá titulado


“Conflicto y Paz en el Occidente de Boyacá” , en el que se relatan los siguientes
(251)

hechos relacionados con la conflictividad en las zonas de Coscuez y Muzo, dentro de


las cuales se desarrolla la explotación minera objeto del contrato de operación minera
122-95M.

El Banco de la República venía explotando las minas de esmeraldas de Coscuez


y Muzo de forma exclusiva desde 1946. A comienzos de la década de los
sesenta, comenzaron a llegar a la región personas que, a diferencia de los
locales, conocían el valor comercial de las esmeraldas. Inició entonces la
explotación particular de yacimientos esmeraldíferos, la cual se incrementó con
el descubrimiento de los yacimientos de Peñas Blancas, a 20 kilómetros de
Coscuez. Esto atrajo a pobladores de diversos lugares del país y el surgimiento
de núcleos de poder, con la consiguiente ruptura del orden socioeconómico de la
región. El Gobierno Nacional decidió entonces declarar que toda explotación y
comercialización de esmeraldas ajena a la ejercida por el Banco de la República,
era ilegal, con lo que los negocios particulares pasaron a la clandestinidad. Se
decidió así, en 1968, terminar con la explotación exclusiva del Banco de la
República, la cual pasó a manos de Ecominas, que en 1973, en estado de
bancarrota, procedió a ceder la explotación de las minas de Coscuez y Muzo a
particulares, a través de licitaciones públicas. 

En el anterior escenario, surgió un conflicto en el que se identifican tres periodos


de mayor intensidad, comprendidos entre 1970 y 1973, 1976 y 1976, y 1984 y
1990. En este último periodo de conflicto, culminó debido a que “[a] finales de la
década de los 80 se había concretado la lucha al enfrentamiento de dos grupos
definidos que ejercían dominio territorio en áreas bien definido, con gran
potencial de armas y equipos sofisticados y con capacidad de daño que los hizo
capaces de acciones depredatorias en toda la Provincia [...]”. Este conflicto trajo
consigo alteraciones a las condiciones socioeconómicas, jurídicas, éticas y de
convivencia en la región. 

Finalmente, los líderes de los dos (2) bandos enfrentados resolvieron pactar la
paz, con la mediación del clero, para lo cual suscribieron un documento de
compromiso cese de hostilidades, el cual se plasmó en documento firmado el 12
de julio de 1990 en la zona esmeraldífera de Muzo-Quípama. En el marco de
este acuerdo, se desarrolló el 28 de mayo de 1991 un foro, en el cual se creó el
comité de normalización, verificación y desarrollo del occidente de Boyacá,
reconocido con la Resolución de la Gobernación de Boyacá de 0097 de 12 de
agosto de 1992. Tras ello, en mayo del 2000, se creó la Corporación PAZVIVA,
como organización no gubernamental, con el fin de “dirigir y concertar las
acciones para el fortalecimiento del proceso de[sic] Paz y orientarlo eficazmente
hacia objetivos de desarrollo socioeconómico concretos y mensurables que, al
mismo tiempo, afinasen las libertades fundamentales, los [sic] Derechos
Humanos y las responsabilidades sociales como condición esencial para esos
logros”. 

En cualquier caso, las alteraciones que el conflicto en el occidente de Boyacá


trajo consigo, sumadas a la ausencia del Estado y los grupos políticos, produjo
unos altos índices de necesidades básicas insatisfechas, a las cuales se suman
falencias en educación, salud y salubridad. La comunidad ha permanecido
además en un estado calificado como “prepolítco”, ya que ésta “[...] no participa
en la institucionalidad del Estado ni ha ejercido una militancia política con
contenido social y con partidos u organizaciones estables, sólidas y con
proyección histórica, lo cual ha afectado la cohesión social”. 

3.2.1.145. Copia de unos mapas en los que se localiza el área en la que se


desarrolla el proyecto minero de Esmeracol , sin indicación de la fuente de la que
(252)

fueron tomados. 

3.2.1.144(sic). Copia de unas tablas con las estadísticas de los homicidios en


los distritos de Chiquinquirá , sobre la cual no existe constancia de su
(253)

procedencia, ni fuente. 

3.2.1.145. Comunicación, con fecha de 12 de octubre de 2004 , con rótulo de


(254)

recibido del día siguiente, en la que Esmeracol manifestó que, debido a la suspensión


en el suministro de explosivos durante un período de trece (13) meses y la suspensión
del suministro de electricidad durante diferentes períodos del 2002 y el 2003, tuvo que
suspender la producción de las minas objeto del contrato de operación minera. Puso
de presente además la importancia de la empresa en la región, la cual permite el
guaqueo de personas de la región, como contribución al proceso de paz del occidente
de Boyacá. En atención a lo anterior, solicitó “[...] la posibilidad de recalcular el total
de la deuda, eliminando el cobro de los períodos en los cuales la Empresa estuvo
inactiva por motivos de fuerza mayor (falta de fluido eléctrico y materiales
explosivos) [...]”. 

3.2.1.146. Copia simple del concepto de la jefa de la Oficina de Asesoría


Jurídica del Ministerio de Minas y Energía del 9 de noviembre de 2004 , dirigido (255)

al subdirector de fiscalización y ordenamiento minero del Ingeominas, en el que, tras


analizar la normativa pertinente, concluye que:

“[...] el Instituto Colombiano de Geología y Minería, Ingeominas, es la autoridad


competente para expedir los actos administrativos tendientes a liquidar los
contratos mineros pendientes de este trámite, y por ende a recaudar y cobrar la
cartera morosa generada por concepto de contraprestaciones económicas y
demás obligaciones sin cumplir por los beneficiarios de títulos mineros, a la
fecha del 28 de enero de 2004, fecha en la que se ordenó la liquidación de la
Empresa Nacional Minera Limitada Minercol Ltda.”. 

3.2.1.147. Copia auténtica de la comunicación del 24 de noviembre de 2004 , (256)

con la cual el subdirector de fiscalización y ordenamiento minero del Ingeominas


remitió la factura 000188, correspondiente al canon superficiario del contrato 122-
95M.

3.2.1.148. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000188 del 24 de


noviembre de 2004 , por concepto de canon superficiario del contrato 122/95,
(257)

liquidado sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al tercer trimestre del


2004, por un valor total de $ 84’039.789.

3.2.1.149. Copia auténtica de la comunicación del 24 de noviembre de 2004 , (258)

con la cual del subdirector de fiscalización y ordenamiento minero del Ingeominas


remitió la factura 000189, correspondiente a la administración del contrato 122-95M.

3.2.1.150. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000189 del 24 de


noviembre de 2004 , por concepto de administración del contrato 122/95, liquidado
(259)

sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al tercer trimestre del 2004, por
un valor total (con IVA incluido) de $ 9’748.615.

3.2.1.151. Oficio 1101-7082 de Minercol en Liquidación , por medio del cual le


(260)

comunica al gerente general de Esmeracol que, pese a que esta última le adeuda a la
primera un total de $ 860’747.561, por las contraprestaciones económicas del contrato
122-95M, con las rebajas por políticas de cartera, ésta podría beneficiarse de un
descuento de $ 220’107.119, con lo que la suma a cancelar ascendería a $
640’640.442. Se pone de presente, además, que “[...] con la expedición del Decreto
3577 del 29 de octubre de 2004, publicado el 3 de noviembre de 2004, la
competencia del recudo y distribución de regalías y otras contraprestaciones
económicas generadas por la explotación de esmeraldas es del Instituto Colombiano
de Geología y Minería, Ingeominas”. 

3.2.1.152. Copia auténtica de la comunicación del 8 de febrero de 2005 , con la


(261)

cual el subdirector de fiscalización y ordenamiento minero del Ingeominas remitió la


factura 000189, correspondiente al canon superficiario del contrato 122-95M, para el
primer período del 2005, por un valor total de $ 89’556.362.

3.2.1.153. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000220 , cuyo texto


(262)

es ilegible. 

3.2.1.154. Copia auténtica de la comunicación del 8 de febrero de 2005 , con la


(263)

cual del subdirector de fiscalización y ordenamiento minero del Ingeominas remitió la


factura 000221, correspondiente a la administración del contrato 122-95M para el
primer trimestre del 2005, por una valor de $ 10’388.538.

3.2.1.155. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000221 , cuyo texto


(264)

es ilegible. 

3.2.1.156. Copia auténtica de la comunicación del 13 de abril de 2005 , por (265)

medio de la cual Esmeracol solicitó al Ingeominas que analice la posibilidad de


elaborar un nuevo acuerdo de pago, teniendo en cuenta el cese de operaciones que,
durante 14 meses, afrontó dicha empresa entre 2002 y 2003, debido a la falta de
fluido eléctrico y la sanción de la industria militar. Aparte, manifestó que:

“Consideramos complejo en términos de cumplimiento, efectuar un acuerdo de


pago y simultáneamente operar con el canon vigente. Si bien es cierto, la mora
en nuestras obligaciones obedece a nuestros altos costos de operación y a la
baja producción que hemos registrado en los últimos años. Consideramos
irresponsable de nuestra parte, comprometernos con el acuerdo y con [sic] en
canon vigente en marcha. Por lo anterior, solicitamos la diligencia de
Ingeominas para evaluar la posibilidad de congelar el canon, por menos,
mientras dure vigente el acuerdo de pago que vayamos celebrando”.  

3.2.1.157. Copia auténtica de la comunicación del 11 de abril de 2005 , con la


(266)

cual la subdirectora de fiscalización y ordenamiento minero del Ingeominas remitió la


factura 000265, correspondiente a la administración del contrato 122-95M.

3.2.1.158. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000265 del 11 de


abril de 2005 , por concepto de administración del contrato 122/95, liquidado sobre
(267)

un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al segundo trimestre de 2005, por un


valor total (con IVA incluido) de $ 10’388.538.

3.2.1.159. Copia auténtica de la comunicación del 11 de abril de 2005 , con la


(268)

cual la subdirectora de fiscalización y ordenamiento minero del Ingeominas remitió la


factura 000264, correspondiente al canon superficiario del contrato 122-95M.

3.2.1.160. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000264 del 11 de


abril de 2005 , por concepto de canon superficiario del contrato 122/95, liquidado
(269)

sobre un área de 46,9496 hectáreas, correspondiente al segundo trimestre de 2005,


por un valor total de $ 89’556.362.

3.2.1.161. Copia auténtica de la comunicación del Ingeominas del 17 de mayo


de 2005 y rótulo de recibido del 18 de mayo subsiguiente , a través de la
(270)

cual Esmeracol informó al Ingeominas que había cancelado $ 297’270.313


correspondientes a los cánones superficiario y de administración “[...] a marzo de
2015 [...] dando cumplimiento a lo pactado por Esmeracol S.A., Ingeominas y el
doctor [sic] camilo Ospina de la Presidencia de la República, para el saneamiento de
cartera de las empresas mineras”. Añadió que se encontraba a la espera del estudio
de las bases jurídicas del anterior acuerdo, “para iniciar en firme nuestra conciliación
de cartera”. A esta comunicación se adjuntaron los comprobantes de las
consignaciones referidas, así como la póliza de cumplimiento del contrato 122-95M. 

3.2.1.162. Copia auténtica de la comunicación de Esmeracol del 1º de julio de


2005 , con rótulo de recibido de la misma fecha, con la cual remitió los informes
(271)

técnicos y mineros de 2003 y 2004, cuya entrega se encontraba pendiente.

3.2.1.163. Copia auténtica de la comunicación fechada el 12 de julio de 2005 , (272)

con la cual la subdirectora de fiscalización y ordenamiento minero remitió a Esmeracol


la factura SM-000442, por concepto de canon superficiario del contrato 122-95M,
correspondiente al tercer semestre de 2005, por un valor de $ 89’556.362.

3.2.1.164. Copa auténtica de la factura del Ingeominas SM-00442 del 12 de julio


de 2005 , por concepto de canon superficiario del tercer trimestre de 2005, liquidado
(273)

sobre un área de 46,9496 hectáreas, por un valor total de $ 89’556.362.

3.2.1.165. Copia auténtica de la comunicación del Ingeominas fechada el 12 de


julio de 2005 , con la cual la subdirectora de fiscalización y ordenamiento minero
(274)

remitió a Esmeracol la factura SM-000443, por concepto de administración del


contrato 122-95M, correspondiente al tercer semestre de 2005, por un valor de $
8’955.636.

3.2.1.166. Copa auténtica de la factura del Ingeominas SM-00443 , cuyo texto


(275)

es ilegible. 

3.2.1.167. Copia simple de la Resolución 332 del 5 de agosto de 2005 , con la


(276)

que el Director General del Ingeominas asignó a la subdirección de fiscalización y


ordenamiento minero, además de las funciones establecidas en el artículo 3º de la
Resolución D-939 del 16 de noviembre de 2004, la función de: “Expedir los actos
administrativos sobre la liquidación de los contratos y demás títulos mineros”. 

3.2.1.168. Copia auténtica del concepto técnico elaborado por la subdirección


de fiscalización y ordenamiento minero – grupo de seguimiento y control del
Ingeominas, de 31 de agosto de 2005 , en el que se evaluó la solicitud de
(277)

suspensión del contrato 122-95M, elevada por Esmeracol. Esta dependencia


manifestó que la suspensión del contrato por el lapso trascurrido entre el 12 de
febrero de 2003 y el 1º de enero de 2004 era procedente. A este concepto se anexó
un estado de cuenta del contrato referido, así como unas recomendaciones para la
actualización de programa de trabajos e inversiones (PTI).

3.2.1.169. Copia auténtica de la comunicación de Esmeracol del 8 de


noviembre de 2005 , con rótulo de recibido del día siguiente, mediante la cual dicha
(278)

empresa manifestó al Ingeominas que:

“[...] según nuestro estado de cuenta remitido por ustedes en oficio de fecha 31


de [sic] octubre de 2005, encontramos que las facturas Nº 0264 y 0265
correspondientes al segundo [sic] Trimestre del año 2005 por el concepto de
canon superficiario y administración respectivamente del contrato 122/95/M por
46.9496 hectáreas, ya fueron canceladas en su totalidad el día 04 de octubre de
2005”.

3.2.1.170. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000264 del 11 de


abril de 2005 , con sello de “CANCELADO”. 
(279)

3.2.1.171. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000265 del 11 de


abril de 2005 , con sello de “CANCELADO”.
(280)
3.2.1.172. Copia auténtica de la Resolución del subdirector de fiscalización y
ordenamiento minero del Ingeominas SFO-154 del 15 de diciembre de 2005 , (281)

por medio de la cual esta entidad resolvió: (i) aceptar la suspensión del contrato 122-
95M entre el 17 de febrero del 2003 y el 1º de enero de 2004; y (ii)declarar que, en
consecuencia, Esmeracol le adeuda al Ingeominas $ 580’579.1335.

3.2.1.173. Copia auténtica del escrito del 19 de diciembre de 2005 , mediante el


(282)

cual la Coordinadora del Grupo de Información y Atención al Minero del Ingeominas le


comunicó a Esmeracol que se había proferido la Resolución SFOM-154 del 15 de
diciembre de 2005, de la cual debía notificarse personalmente durante los tres (3) días
siguientes en la dirección del Ingeominas especificada o, en caso de que no lo hiciera,
sería notificada con edicto. 

3.2.1.174. Copia auténtica del “INFORME DE VISITA TÉCNICA Y DE


SEGURIDAD Nº ODPR – 569-2005”, del mes de diciembre de 2005 , elaborado (283)

por un ingeniero de minas y metalurgia de la subdirección de fiscalización y


ordenamiento minero del Ingeominas-grupo de seguimiento y control, como resultado
de la visita efectuada el 16 de diciembre de 2005. 

3.2.1.175. Copia auténtica de la comunicación del 17 de enero del 2006 ,a (284)

través de la cual la subdirectora de contratación y titulación del Ingeominaspuso


en conocimiento de Esmeracol que en el expediente 122-95M se había proferido auto
que sería notificado por estado del 19 de enero de 2006 en las dependencias de la
entidad remitente. 

3.2.1.176. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000633 del 23 de


enero de 2006 , por concepto de administración del contrato 122-95M,
(285)

correspondiente al cuarto trimestre de 2005, liquidado sobre un área de 46,9496


hectáreas, por un valor total (con IVA incluido) de $ 8’955.636.

3.2.1.177. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000632 del 23 de


enero de 2006 , por concepto de canon superficiario del contrato 122-95M,
(286)

correspondiente al cuarto trimestre de 2005, liquidado sobre un área de 46,9496


hectáreas, por un valor total de $ 89’556.362.

3.2.1.178. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000696 del 3 de abril


de 2006 , por concepto de canon superficiario del contrato 122-95M, correspondiente
(287)

al primer trimestre del 2006, liquidado sobre un área de 46,9496 hectáreas, por un
valor total de $ 95’777.184.

3.2.1.179. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000695 del 3 de abril


de 2006 , por concepto de administración del contrato 122-95M, correspondiente al
(288)

primer trimestre del 2006, liquidado sobre un área de 46,9496 hectáreas, por un valor
total de $ 9’577.718.

3.2.1.180. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000758 del 26 de


julio de 2006 , por concepto de canon superficiario del contrato 122-95M,
(289)
correspondiente al segundo trimestre del 2006, liquidado sobre un área de 46,9496
hectáreas, por un valor total de $ 95’777.184.

3.2.1.181. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000697 del 26 de


julio de 2006 , por concepto de administración del contrato 122-95M,
(290)

correspondiente al segundo trimestre del 2006, liquidado sobre un área de 46,9496


hectáreas, por un valor total de $ 9’577.718.

3.2.1.182. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000778 del 27 de


septiembre de 2006 , por concepto de canon superficiario del contrato 122-95M,
(291)

correspondiente al tercer trimestre del 2006, liquidado sobre un área de 46,9496


hectáreas, por un valor total de $ 95’777.184.

3.2.1.183. Copia auténtica de la factura del Ingeominas SM-000777 del 27 de


septiembre de 2006 , por concepto de administración del contrato 122-95M,
(292)

correspondiente al tercer trimestre del 2006, liquidado sobre un área de 46,9496


hectáreas, por un valor total de $ 9’577.718.

3.2.1.184. Copia auténtica de la constancia de ejecutoria GIAM-07-


00522 suscrita el 17 de abril de 2017 por la coordinadora de Grupo de Información y
(293)

Atención al Minero del Ingeominas, en la que consta que: 

“[...] la Resolución SFOM Nº 154 de fecha 15 de [sic] diciembre de 2005


proferida dentro del expediente Nº 122-95M fue notificada personalmente el 20
de diciembre de 2005 al señor Germán Humberto Forero [sic] Representante
Legal de la sociedad comercial Esmeracol S.A., queda ejecutoriada y en firme el
26 de diciembre de [sic] 20057, ya que contra la misma no se [sic] presentaron
recurso alguno”. 

3.2.1.185. Certificado de Registro Minero expedido por el Ingeominas el 21 de


diciembre de 2005 , en la que consta que: (i) la escritura pública 2335 del 7 de
(294)

diciembre de 1981, con la especificación “CONTRATO DE OPERACIÓN”, fue inscrita


el 29 de noviembre de 1990; (ii) la escritura pública 2780 del 27 de agosto de 1991,
con la especificación “OTROSÍ, ACLARANDO ALINDERACIÓN”, fue inscrita el 11 de
octubre de 1991; (iii) el contrato suscrito el 30 de junio de 1995, con especificación
“RENOVACIÓN CONTRATO”, fue inscrito el 10 de octubre de 1995; y que (iv) el
otrosí suscrito el 15 de julio de 2002, con especificación “MODIFICA EL ÁREA DEL
CONTRATO 122-95M (GAFL-08)”, fue inscrito el 27 de septiembre de 2002. 

3.2.1.186. Historia de cuenta de las matriculas de la Empresa de Energía de


Boyacá a nombre de Esmeracol , en las cuales se consignan los consumos
(295)

mensuales indicados en cada uno de los medidores instalados en los predios de dicha
empresa y el valor de cada una de las facturas. 

3.2.1.187. Copia del contrato de transacción suscrito entre la Esmeracol y la


Empresa de Energía de Boyacá , fechado el 5 de junio de 2007, con el cual, por
(296)

política de la segunda, se descontaron los intereses de mora registrados en las


facturas de cobro de energía y se acordó que Esmeracol cancelaría las sumas
adeudadas en las cuentas número 436695169 y 476445258, en cuatro (4) cuotas
mensuales de $ 100’000.000 y una cuota mensual adicional de $ 197’598.192.

3.2.2. Prueba testimonial.

De las pruebas testimoniales solicitadas y decretadas , en este proceso se


(297)

practicaron los testimonios de Gilberto Rodríguez Muñoz, quien fue llamado por la
parte demandante, para que depusiera sobre “[l]a problemática social, política y de
seguridad que se vive en la región del occidente de Boyacá y en concreto en la zona
de influencia del contrato 122/95”, y de Luis Eduardo Urbano Barrera, el cual fue
también convocado por la accionante, para que se pronunciara sobre “[l]os eventos
de fuerza mayor y caso fortuito sufridos por [...] Esmeracol S.A., los cuales
paralizaron la exploración y explotación del contrato 122/95 M [...] durante los años
2002 y 2003 y las consecuencias actuales sufridas por la sociedad por los eventos
ocurridos”. 

A continuación, se exponen, de forma concisa, los aspectos más relevantes de las


declaraciones practicadas, con respecto al objeto de la litis. 

3.2.2.1. Testimonio de Gilberto Rodríguez Muñoz, rendido el 13 de agosto de


2007 ante el Magistrado Leonardo Augusto Torres Calderón del Tribunal
Administrativo de Cundinamarca . En su declaración, el señor Rodríguez Muñoz
(298)

manifestó, en síntesis, que: (i) había trabajado administrando Esmeracol durante


varios años, pero en ese momento no estaba vinculado a dicha empresa, ya que su
vinculación había concluido en el 2003; (ii) Esmeracol había contribuido a la
construcción de infraestructura en la región; (iii) la empresa tenía un departamento de
seguridad, el cual no tenía la capacidad suficiente para impedir la entrada de
guaqueros en el área de explotación de la empresa, para lo cual se requería el apoyo
de la fuerza pública; (iv) la situación de seguridad había mejorado ya que entre los
años 1990 y 1995 los guaqueros no respetaban a los vigilantes de la empresa, pero
“a esta fecha más o menos hay un respeto”; (v) la electricidad de la mina es
suministrada por la electrificadora de Boyacá y esta es indispensable para las labores
de la mina; (vi) entre los años 1991 y 1995 (o 1996) se presentaron muchos
problemas con los guaqueros; (viii) tras ello, la empresa permitió la explotación “casi
libre” de particulares, con lo que llegaron personas de varios lugares del país durante
varios años, “hasta que los empresarios organizaron la mina”, pero ya habían pasado
varios años y los gastos de energía habían sido cargados a la empresa; (ix) sin
energía eléctrica no pueden adelantarse trabajos en la mina y los equipos se dañan,
por lo que se requiere un tiempo de recuperación, para retomar las actividades; (x) en
minería de socavón o túnel, las bombas se utilizan para sacar el agua, requiriéndose
varios días, para evacuar el agua cuando un túnel se inunda; (xi) en el túnel de La
Paz, que permaneció un año sin bombeo, se requirió año y medio, para evacuar el
agua; (xii) “[e]n algunos casos existen plantas eléctricas especiales para reemplazar
el fluido eléctrico pero que salen más costosas por el gasto del ACPM y demás que
se necesitan para el funcionamiento de la planta”; (xiii) el suministro de explosivos es
necesario para el funcionamiento de la mina, con lo cual se han presentado
problemas, que han obligado a detener las labores mineras; (xiv) que se han
presentado interrupciones temporales en la explotación de la mina, pero no recuerda
que hubiera habido una paralización total;. 

3.2.2.2. Testimonio de Luis Eduardo Urbano Barrera, rendido el 13 de agosto


de 2007 ante el magistrado Leonardo Augusto Torres Calderón del Tribunal
Administrativo de Cundinamarca . En su declaración, el señor Urbano Barrera
(299)

manifestó, en resumen que: (i) trabajó durante 8 años como jefe de seguridad de


Esmeracol, luego estuvo desvinculado un tiempo, y desde hacía aproximadamente 4
años se desempeñaba como director administrativo de la empresa; (ii) en el 2002 y el
2003 se desempeñaba como jefe de seguridad; (iii) el servicio de energía se ha
prestado deficientemente a la empresa; (iv) funcionarios de la empresa electrificadora
se prestaron para realizar instalaciones fraudulentas, por lo que hubo una suspensión
del fluido eléctrico por uno o dos años; (vi) Esmeracol siempre pagó los servicios de
los “cortes” de energía oficiales, más no las de los “cortes asociados” ajenos a la
empresa; (vii) esto ocasionó el corte del suministro de energía eléctrica, lo que dio
lugar a que se realizaran reuniones con la comunidad, dirigidas al restablecimiento del
servicio; (viii) durante el tiempo en el que se suspendió el suministro de electricidad la
productividad de la mina fue cero; (ix) durante el tiempo de la suspensión se
produjeron derrumbes de entre el 5% y el 10% de algunos túneles; (x) se suspendió el
suministro de explosivos, por unas investigaciones abiertas por la autoridad
competente, por hechos en los que Esmeracol no había tenido nada que ver; (xi) en el
momento de la declaración, la empresa contaba con un muy buen equipo para el
manejo de explosivos; (xii) los trabajadores asociados realizan un compromiso con la
empresa, para las labores de explotación de un frente determinado, “[...] respecto a lo
de la luz y explosivos siempre ha sido responsabilidad del asociado según los
convenios que se ha hecho entre la empresa y el asociado, es decir la empresa
Esmeracol solicita a Indumil un pedido de explosivos y esta a su vez les vende estos
explosivos a los asociados de la misma manera la electricidad, cada corte asociado
en ese entonces manejaba independientemente el servicio”; y (xii) que los asociados
dieron malos manejos a los explosivos. 

Al tener un vínculo laboral con Esmeracol en el momento en el que se practicó el


anterior testimonio, el señor Urbano Barrera tiene relación de dependencia con dicha
empresa, además de un interés en que esta resulte favorecida en el sub judice. Ante
tal situación, el testigo se encuentra inmerso en una de las circunstancias de
sospecha previstas en el artículo 217 del Código de Procedimiento Civil , por lo que
(300)

la Sala examinará su testimonio con mayor rigor. 

3.2.3. Prueba pericial.

La Sala expondrá, en un primer momento, los fundamentos y elementos


determinantes de la valoración de la prueba pericial. A renglón seguido relacionará los
resultados del peritaje practicado en el sub judice y, tras ello, procederá a la
valoración de tales resultados de conformidad con los fundamentos previamente
expuestos. 

3.2.3.1. Ámbito de valoración de la prueba pericial. 


El juzgador tiene la facultad y el deber de estudiar y valorar las pruebas técnicas o
científicas que se sometan a su conocimiento. Con base en la valoración de los
fundamentos de dichas pruebas, el juzgador puede adoptar o desechar los resultados
del dictamen. En este sentido, la jurisprudencia contencioso-administrativa ha
manifestado que: 

“[...] el juez es autónomo para valorar el dictamen y verificar la lógica de sus


fundamentos y resultados, toda vez que el perito es un auxiliar de la Justicia,
pero él no la imparte ni la administra [...]. En suma, el juez está en el deber de
estudiar bajo la sana crítica el dictamen pericial y en la libertad de valorar sus
resultados; si lo encuentra ajustado y lo convence, puede tenerlo en cuenta total
o parcialmente al momento de fallar; o desechar sensatamente y con razones
los resultados de la peritación por encontrar sus fundamentos sin la firmeza,
precisión y claridad que deben estar presentes en el dictamen para ilustrar y
transmitir el conocimiento de la técnica, ciencia o arte de lo dicho, de suerte que
permita al juez de la causa otorgarle mérito a esta prueba por llegar a la
convicción en relación con los hechos objeto de la misma” . (301)

Ahora bien, dicha valoración no debe limitarse a la verificación del nivel de


cualificación o de la reputación del perito, los especialistas o la institución que elaboró
el dictamen o concepto técnico bajo examen. Así lo ha puesto de presenta la Sala, al
manifestar que:

“[...] el juez, a la luz de la sana crítica y las reglas de la experiencia, debe valorar
el dictamen pericial con el fin de acogerlo total o parcialmente o desechar sus
resultados, siempre que no sea claro, preciso y detallado y no reúna las
condiciones para adquirir eficacia probatoria, como son la conducencia en
relación con el hecho por probar; que el perito sea competente, es decir, un
verdadero experto para el desempeño del cargo; que no exista un motivo serio
para dudar de su imparcialidad; que no se haya probado una objeción por error
grave; que el dictamen esté debidamente fundamentado y sus conclusiones
sean claras firmes y consecuencia de las razones expuestas; que haya surtido
contradicción; que no exista retracto del mismo por parte del perito, en síntesis,
que otras pruebas no lo desvirtúen” . (302)

Asimismo, la Corte Constitucional colombiana ha dejado claro que la prueba


pericial no depende únicamente del nivel de cualificación del perito, al indicar que,
conforme al Código de Procedimiento Civil, la prueba pericial se caracteriza, entre
otros aspectos, por “ser motivado en forma clara, oportuna, detallada y
suficientemente (art. 237)” .
(303)

Para definir el ámbito competencial del perito es preciso, en primer lugar, tener en
cuenta la razón (el por qué) se recurre a este medio de prueba. Como establecen los
artículo 226 Código General del Proceso y 405 Código de Procedimiento Penal,
“[la] prueba pericial es procedente cuando sea necesario efectuar valoraciones que
requieran conocimientos científicos, técnicos, artísticos o especializados” . La (304)

necesidad de incorporar esas valoraciones que escapan de la órbita epistemológica


del juez es precisamente lo que justifica la incorporación del dictamen pericial, que es:
“un informe llevado a cabo por una persona ajena a los intereses que se
ventilan [...], en base a la especialización que tiene sobre ciertos conocimientos
científicos, artísticos, prácticos o técnicos en la materia objeto de discusión, con la
particularidad de escapar los mismos como regla general al saber del juzgador,
limitándose éste posteriormente a valorarla libremente junto con el resto de pruebas
practicadas, lo que implica que no estará en ningún caso vinculado al sentido de
aquel dictamen” . 
(305)

Son pues los conocimientos científicos necesarios para realizar este examen lo que
justifica el recurso a este medio de prueba. Además, al analizar la cientificidad de la
prueba se están determinando las razones que otorgan fiabilidad de la prueba, lo que
debe expresarse en la motivación de la sentencia . (306)

En este orden de ideas, el valor epistemológico del dictamen pericial depende, ante
todo, de su “fundamento”, “razones de ciencia” o “rigor científico”. Esto se encuentra
directamente relacionado con el análisis de cientificidad del peritaje, ya que los
fundamentos y el rigor de un examen son justamente los factores que lo hacen
científico. Siendo este un medio de prueba que se justifica por su carácter técnico o
científico, ese rigor científico es lo que finalmente permite que sus conclusiones
puedan considerarse hechos en un proceso judicial. 

Mediante la valoración de la “calidad epistémica” de la prueba científica, esto es, la


evaluación de su carácter científico, se determina en definitiva la calidad de este tipo
de pruebas. En efecto “la calidad epistémica de una prueba científica depende de la
validez científica y/o metodología de la misma”. Esto se debe a que “[m]uchas de
estas pruebas [...] pueden realizarse por métodos científicos diferentes, y no todos
ellos gozan del mismo criterio en la comunidad científica, de manera que la validez
científica del método usado, y con ello la calidad de los resultados alcanzados,
pudiera ser objeto de discusión” . En consecuencia, los criterios de cientificidad
(307)

pueden servir también para medir la calidad de diversos dictámenes y compararlos


cuando se presenten varias pruebas de este tipo. 

3.2.3.2. Resultados del peritaje practicado.

En el proceso se practicó dictamen pericial rendido por el ingeniero Rubén Darío


Mojica Villamizar en este asunto, “profesor ocasional de tiempo completo adscrito a la
Escuela de Ingeniería de Minas” de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de
Colombia, Seccional Sogamoso, quien fue designado por el decano de dicha
facultad , por solicitud de la actora , debido a que la Sociedad Colombiana de
(308) (309)

Ingenieros —la cual fue inicialmente oficiada— manifestó que en sus listados no
contaban con ingenieros expertos en la explotación de minas de esmeraldas (310)

El 16 de julio de 2008, el ingeniero Mojica Villamizar presentó dictamenmediante


escrito  en el que en síntesis, dijo:
(311)

a. Las razones mencionadas en la Resolución 002 del 17 de febrero de 2003, de


la Primera División del Ejército Nacional, como fundamento de su decisión de
sancionar a Esmeracol, con la suspensión del suministro de materiales
explosivos y accesorios. 

b. Que dicha suspensión se había prolongado por 12 meses y 25 días,


comprendidos entre el 17 de febrero de 2003 y el 12 de marzo de 2004.

c. Que una vez levantada tal sanción, Esmeracol compró materiales explosivos
por un precio de $ 165’500.000, como consta en factura del 6 de abril de 2004.

d. Que, debido a la suspensión del suministro de explosivos, “muchos de los


trabajos que se venían avanzando hasta la fecha [...] se tuvieron que abandonar
acarreando la no producción del material de interés económico (esmeraldas)”,
por lo que tuvieron que suspender el pago de sus obligaciones. 

e. Que en la zona de Coscuez se presentan problemas sociales relacionados


con la producción de esmeraldas, tales como: prostitución, alcoholismo,
desempleo, presencia de grupos al margen de la ley, y ausencia de servicios
públicos y saneamiento. 

f. Que, según “un estudio consultivo con los habitantes, mineros y empresarios
mineros de la zona de influencia directa”, la autoridad minera no había tomado
acciones encaminadas a solucionar los problemas relacionados con la minería
de esmeraldas, pero sí habían podido solucionarse problemas de seguridad,
“con la presencia de la fuerza pública y a través de acuerdos directos con los
actores involucrados”. 

g. Que, “[m]ediante consulta realizada en los archivos de la empresa Esmeracol


S.A.”, halló el oficio Nº 53030-233 de 29 de julio de 2004 , con el cual la
(312)

Empresa de Energía de Boyacá certificó que el suministro de energía eléctrica a


Esmeracol había sido suspendido por falta de pago.

h. A la pregunta sobre las acciones tomadas por Esmeracol para el


restablecimiento del suministro de energía eléctrica, respondió que —según el
oficio previamente mencionado— la empresa “ha demostrado gran voluntad y ha
mediado entre la comunidad y la Empresa de Energía de Boyacá S.A. ESP con
el propósito de recuperar la cartera vencida y legalizar el servicio eléctrico en
esta zona del departamento”.

La demandante solicitó aclaración del anterior dictamen, mediante memorial


presentado el 25 de agosto de 2006 , en lo atinente a las preguntas sobre las
(313)

consecuencias que en la producción de la mina tuvo la suspensión del suministro de


explosivos y sobre las medidas adoptadas por la autoridad minera para solucionar los
problemas existentes en la zona, debido a que: a lo primero, el perito había
contestado “con conceptos generales, de orden subjetivo de orden personal”; y, en su
respuesta lo segundo, éste se había limitado “a manifestar que un estudio consultivo,
con mineros y empresarios de la zona de influencia directa no se encuentran acciones
concretas por parte de la autoridad minera”. 
El 13 de febrero de 2003, el ingeniero Mojica Villamizar presentó aclaración del
dictamen , en la que manifestó:
(314)

i. Que en la minería esmeraldífera en el área de Coscuez se requiere el uso de


explosivos “como medio de arranque de la roca donde se encuentra el mineral,
esto debido a que la roca que contiene las mineralizaciones de rocas
duras [...] no existiendo en la zona otro mecanismo o método de arranque [sic] a
la operación de perforación y voladura, esto debido a las características
genéticas propias de los yacimientos de esmeraldas que son de
origen [sic] Hidrotermal de tipo Hipotermal [...]”.

j. Que en la minería se realizan actividades de carácter sucesivo y periódico,


tales como el desagüe, la ventilación y el mantenimiento de la infraestructura, el
sistema eléctrico y los equipos, cuya desatención, por la suspensión de labores,
trae consigo derrumbes, ya que la vida útil de la madera, en las condiciones de
humedad de la región es de seis (6) meses, y el acero requiere también cambios
periódicos. Se producen también inundaciones, debido a que la minería en la
zona se lleva a cabo mediante pozos verticales de hasta 200 metros de
profundidad, lo que trae consigo la pérdida de equipos.

k. Que, para responder a la pregunta sobre las acciones tomadas por la


autoridad minera, requería más tiempo.

3.2.3.3. Valoración del dictamen en este asunto.

La Sala procederá a valorar lo afirmado en el dictamen del ingeniero Mojica


Villamizar y en su aclaración en el orden en el que estas fueron presentadas al inicio
de este acápite, de conformidad con las siguientes consideraciones alusivas a lo
expresado por el perito bajo el mismo literal que antecede a cada una de ellas, según
resumen que realizó la Sala en líneas precedentes:

a. Bajo este literal el perito se limitó a resumir lo dicho en la Resolución 002 del
17 de febrero de 2003, la cual reposa en el expediente . Esto no requiere los
(315)

conocimientos propios de un ingeniero de minas experto en la explotación de


esmeraldas, por lo cual el ingeniero Mojica Villamizar fue llamado al proceso. La
Resolución 002 de 2003 es además un documento que debe ser valorado
directamente por el juzgador, conforme al principio de inmediación de la prueba.
Por tanto, lo afirmado al respecto carece de mérito probatorio. 

b. El perito se limitó a verificar las fechas en las que fueron expedidas las
resoluciones obrantes en el expediente, para lo cual no se requieren, tampoco,
sus conocimientos especializados. Por ende, lo dicho carece de mérito
probatorio. 

c. El ingeniero Mojica Villamizar señaló únicamente el momento en el que


Esmeracol había adquirido explosivos, una vez se levantó la suspensión de su
suministro, conforme a lo indicado en una factura, cuya procedencia y forma de
encontrarla no especificó. Con ello, no responde a la pregunta, que se la había
formulado, sobre las gestiones realizadas por la empresa actora para restablecer
el suministro de explosivos. 

d. El perito no especificó los trabajos que tuvieron que abandonarse debido a la


suspensión del suministro eléctrico y de explosivos, ni la forma en que esto
afectó la producción de esmeraldas. Siendo sus conocimientos necesarios para
establecer este vínculo causal, la Sala se abstendrá de pronunciarse al
respecto. 

e. El auxiliar de la justicia no indicó la metodología utilizada para conocer los


problemas sociales de la zona de Coscuez, ni si accedió a esta información de
forma indirecta, ni las fuentes de las cuales fue tomada. Esta Subsección no
puede así evaluar la” firmeza, precisión y calidad” (art. 241, CPC) de lo
afirmado. 

f. El ingeniero Mojica Villamizar no señaló, siquiera de forma sumaria, en qué


consiste el método de indagación a la que denomina “estudio consultivo”.
Tampoco expuso la manera en que, para realizar dicho “estudio consultivo”,
identificó a la población relevante, ni si ésta fue consultada a través de
entrevistas o encuestas, ni si utilizó preguntas abiertas o cerradas, ni la forma en
que relacionó los datos obtenidos por tales medios. Esto tampoco se encuentra
en el material anexo al dictamen. Por lo tanto, al desconocer los fundamentos
técnicos y científicos de lo afirmado (art. 237.6, CPC) la Sala no cuenta con la
información suficiente para evaluar la “firmeza, precisión y calidad” (art. 241,
CPC) del dictamen, por lo que lo dicho al respecto por el perito carece de mérito
probatorio.

g. La Sala observa que el oficio 53030-233 de 29 de julio de 2004  fue aportado


(316)

al expediente por la parte actora, por lo que no se requería consultar los archivos
de la Esmeracol –como lo mencionó el ingeniero Mojica Villamizar– para hallar
dicho documento. El perito se limitó así a parafrasear lo dicho en un oficio que
se encontraba en el expediente, para lo cual no se requerían los conocimientos
especializados de un ingeniero experto en minería de esmeraldas. Lo dicho en
este sentido carece así de mérito probatorio.

h. Ya que, en este punto y bajo este literal, el ingeniero Mojica Villamizar enunció
únicamente lo enunciado en el oficio 53030-233 de 29 de julio de 2004, a lo
dicho en este punto se aplican las consideraciones establecidas en el literal
anterior.

i. Lo explicado por el perito en su informe, bajo este literal, requiere


conocimientos propios de un ingeniero experto en minería esmeraldífera,
ajustándose así a la esfera cognitiva y competencial del perito en el sub lite.
Aunque este no relaciona la fuente de sus conocimientos, la Sala considera,
dado que procede de un ingeniero acreditado y destacado por la UPTC,
Seccional Sogamoso, como un experto en la materia objeto del dictamen, cabe
inferir que este pudo haber adquirido tales conocimientos de su experiencia
profesional.
j. Sobre lo afirmado en este punto se predica lo manifestado por la Sala en el
anterior literal.

k. El perito no respondió a esta solicitud de aclaración. 

3.3. Problemas jurídicos.

En atención a los motivos de inconformidad expresados por los recurrentes, la Sala


debe dar respuesta a los siguientes problemas: 

¿La sentencia es incongruente, debido a que se pronunció de forma genérica sobre


las pretensiones, mas no sobre todas y cada una de forma individualizada?

¿La suspensión del suministro de explosivos y de energía eléctrica al explotador de


minas de esmeraldas configura evento de fuerza mayor que imposibilita el pago de las
contraprestaciones económicas con fuente en el contrato de operación minera?

¿La suspensión del suministro de explosivos y de energía eléctrica al explotador de


minas de esmeraldas configuran hechos constitutivos de circunstancias excepcionales
de orden técnico y económico que dan lugar al reajuste del equilibrio contractual?

¿La ocupación, por terceros, del área cubierta por un contrato minera constituye un
incumplimiento contractual por parte de la autoridad minera o permite excusar el
cumplimiento de las obligaciones a cargo de la operadora?

¿La autoridad minera debe demostrar que ejecutó, efectivamente, actos de


administración para que el pago de la contraprestación económica por tal concepto
sea procedente?

¿El acto administrativo demandado debe declararse nulo, debido a que la división
de la entidad que lo expidió carecía de competencia?

¿La motivación del acto con el cual se liquidaron y cobraron unas


contraprestaciones económicas pactadas en un contrato es insuficiente si no da
cuenta individualizada, cuantificada y separada de cada una de las obligaciones
materia de liquidación?

¿El fallo de primera instancia fue incongruente por haber declarado la nulidad
parcial del acto demandado y recalcular lo adeudado por la demandante?

¿Es procedente la reliquidación judicial oficiosa del canon superficiario efectuada


en la Resolución SFOM-154 de 2005 debido a que se realizó con base en un área
errada?

¿Las facturas número 2957, 2958, 3317, 3318, 3385, 3442, 3625, 3626, 3788 y
3789 son actos administrativos? Y, si lo son ¿son inoponibles por no haber sido
notificadas conforme a lo previsto para tales actos? O ¿debe declararse su nulidad o
reliquidarse, porque la sociedad actora no podía cobrar el canon superficiario durante
el tiempo en el que se produjeron los cortes de energía y la suspensión del suministro
de explosivos? 

3.4. Análisis del caso. 

Tanto la demandante como la demanda recurrieron, en apelación, el fallo de


primera instancia. Por ende, esta Subsección está facultada para resolver “sin
limitaciones” el asunto bajo examen (artículo 357, CPC) circunscribiéndose, en todo
caso, al objeto de la litis. 

3.4.1. Congruencia de la sentencia de primera instancia. 

En la sustentación del recurso de alzada interpuesto por la actora, esta argumentó


que la sentencia de primera instancia era incongruente, debido a que se pronunció de
forma genérica sobre las pretensiones, mas no sobre todas y cada una de ellas, en
forma individualizada.

Según el principio de congruencia, la sentencia debe guardar consonancia con los


hechos y pretensiones esgrimidos en la demanda, así como en las alegaciones,
recursos excepciones y defensas presentados oportunamente, las excepciones y
defensas . De acuerdo con este postulado, el juez debe resolver todas las
(317)

cuestiones a él sometidas o explicar las razones por las cuales no se pronunciará


sobre alguna de las pretensiones. En todo caso, “no toda falta de pronunciamiento
expreso sobre una pretensión, hace, por sí misma incongruente una sentencia” .  (318)

Cuando el juzgador no se pronuncia sobre alguna de las pretensiones, puede


presentarse una incongruencia por fallo “citra petita”. No obstante, como lo explica
Devis Echandía,

“[...] la decisión puede existir implícitamente en la sentencia, caso en el cual no


existirá incongruencia; esto puede ocurrir cuando en la parte motiva de la
sentencia se trató el punto en forma de que aparezca el implícito rechazo de una
pretensión o excepción, a pesar de no haberse dicho nada en la resolución final,
y cuando la sentencia negó alguna pretensión o excepción que necesariamente
implica el rechazo también de otra aun cuando no se diga nada sobre ésta en la
parte resolutiva e inclusive tampoco en la motiva. No se trata, pues, de una
simple falta de ‘conformidad literal’” .
(319)

Puede así, presentarse un fallo congruente que no se haya pronunciado


expresamente sobre todas y cada una de las pretensiones, cuando el objeto de éstas
haya sido tratado en la parte motiva o se haya rechazado alguna pretensión que
conlleve el rechazo de otra. 

Para la Sala es claro que en este asunto no se requería el pronunciamiento sobre


cada una de las súplicas formuladas en el escrito introductorio. Como se advirtió en el
análisis de la caducidad de la acción, en la demanda se plantearon y replantearon
pretensiones análogas, con rótulos diversos, y varias de ellas, además, parten de
supuestos semejantes, por lo que pueden ser desestimadas con base en una misma
argumentación, cuya reiteración sería manifiestamente inútil. La identidad
argumentativa de las súplicas de la demanda no pasó inadvertida para la actora, la
cual expuso los hechos y argumentos jurídicos en los que apoyó sus pretensiones en
tres apartados, relativos a la validez de la Resolución SFOM-154 de 2005, la nulidad
de la cláusula 4ª del contrato 122-95M, la fuerza mayor y la imposibilidad técnica y
económica de explotar las minas objeto del contrato 122-95M, y los vicios de los actos
contractuales. 

Esta subsección nota que la sentencia de primera instancia no se pronunció sobre


los eventos de fuerza mayor, ni sobre las circunstancias económicas y técnicas
excepcionales alegados por Esmeracol. El rechazo de estas las pretensiones
relacionados con estos dos (2) aspectos no se desprende, tampoco, de lo
argumentado por el a quo sobre la de la Resolución SFOM-154 de 2005 y de la
cláusula 4ª del contrato 122-95. 

De acuerdo con lo anterior, la Sala concluye que el fallo de primera instancia


incurrió en incongruencia citra petita, por no haberse pronunciado sobre los eventos
de fuerza mayor, y las circunstancias económicas y técnicas excepcionales alegados
por la actora en la demanda, sobre los cuales se pronunciará esta esta corporación.

3.4.2. La suspensión del suministro de explosivos y de energía eléctrica para


la explotación de minas de esmeraldas como circunstancias de fuerza mayor
que imposibilitaron la ejecución del contrato 12-95M.

3.4.2.1. La sociedad actora alega que la suspensión del suministro de energía


eléctrica y de explosivos constituyeron eventos de caso fortuito o fuerza mayor, que
imposibilitaron el cumplimiento de lo acordado en el contrato de operación 122-95M,
debido a que las labores de excavación de la mina se efectúan mediante el método
convencional de voladura, y la electricidad se requiere para la ventilación y secado de
túneles y galerías, así como para el mantenimiento del campamento y el laboreo
minero. En consecuencia, Esmeracol pide que se declare que: (i) no incurrió en
incumplimiento culposo del contrato; y (ii) no debe remuneración alguna, por lo que
debe restituirse lo pagado durante el periodo en el que la ejecución se vio afectada.

3.4.2.2. La Sala tomará en consideración que la jurisprudencia contencioso-


administrativa ha precisado que, en el Derecho colombiano, la fuerza mayor o el caso
fortuito son expresiones sinónimas , las cuales son definidas por el artículo 1º de la
(320)

Ley 95 de 1890 como “[...] el imprevisto a que no es posible resistir, como un


naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de autoridad
ejercidos por un funcionario público, etc.”. 

Deben tratarse así de circunstancias imprevisibles e irresistibles. Se


consideran  imprevisibles aquellos hechos intempestivos o sorpresivos, cuya
(321)

ocurrencia, atendiendo a las circunstancias particulares del caso, no es posible


contemplar con anterioridad a su ocurrencia, por lo que el deudor no hubiera debido
precaverse razonablemente contra ellas. Se entiende, por otra parte, que un suceso
es irresistible, en la medida en que sus efectos resulten imposibles de eludir para el
deudor, no obstante los medios empleados. A lo anterior, debe añadirse que el hecho
no sea imputable al deudor que lo alega , es decir, su exterioridad, como requisito
(322)

para constituirse como eximente de responsabilidad, ya que cada quien está obligado
a asumir su propio riesgo .
(323)

El caso fortuito o fuerza mayor debe impedir absolutamente la ejecución de las


prestaciones contractuales a cargo de una de las partes, para erigirse como una
justificación de incumplimiento contractual, ya que nadie está obligado a lo
imposible . No debe tratarse, pues, de un hecho que simplemente dificulte su
(324)

cumplimiento, evento en el cual tendría lugar la aplicación de la teoría de la


imprevisión, con efectos diversos (art. 868 del C. Co.).

Adicionalmente, para que la fuerza mayor o el caso fortuito liberen de


responsabilidad al deudor, este no debe haber asumido la responsabilidad de la
fuerza mayor o el caso fortuito, garantizándole al acreedor el resultado buscado ; ni (325)

debe haberse presentado el evento de fuerza mayor o caso fortuito cuando el deudor
se hubiera constituido en mora ; ni puede alegarse cuando se haya perdido un
(326)

cuerpo cierto hurtado o robado . (327)

Al respecto, cabe añadir, por último, que la prueba del caso fortuito o fuerza mayor
le corresponde al que la alega . (328)

3.4.2.3. Sobre esta cuestión, en el proceso se acreditó que el 12 de octubre de


2004, Esmeracol le comunicó al director del Ingeominas que, debido a la suspensión
en el suministro de explosivos durante un período de trece (13) meses y la suspensión
del suministro de electricidad durante diferentes períodos del 2002 y el 2003, tuvo que
suspender la producción de las minas objeto del contrato 122-95M por el período
comprendido entre el 17 de febrero de 2003 y el 12 de marzo de 2004 .  (329)

El 13 de abril de 2005, Esmeracol le solicitó al Ingeominas que analizara la


posibilidad de elaborar un nuevo acuerdo de pago, teniendo en cuenta el cese de
operaciones que, durante 14 meses, afrontó dicha empresa entre 2002 y 2003, debido
a la falta de fluido eléctrico y a la sanción de la industria militar .
(330)

El 31 de agosto de 2005, la subdirección de fiscalización y ordenamiento minero –


grupo de seguimiento y control del Ingeominas emitió concepto técnico , en el que (331)

manifestó que la suspensión del contrato por el lapso trascurrido entre el 12 de


febrero de 2003 y el 1º de enero de 2004 era procedente.

El Ingeominas, mediante Resolución SFO-154 del 15 de diciembre de 2005 , (332)

aceptó la suspensión del contrato 122-95M entre el 17 de febrero del 2003 y el 1º de


enero de 2004.

Gilberto Rodríguez Muñoz, quien desempeñó labores administrativas en


Esmeracol hasta el 2003, declaró que el suministro de explosivos es necesario para el
funcionamiento de la mina, con lo cual se han presentado problemas, que han
obligado a detener las labores mineras . (333)
Luis Eduardo Urbano Barrera, quien fuera jefe de seguridad de Esmeracol entre
el 2002 y el 2003, declaró que el 13 de agosto de 2007, cuando fue practicado el
testimonio por él rendido, Esmeracol había nombrado “[...] un muy buen equipo para
el manejo de estos explosivos, cumpliendo estrictamente lo que Indumil ordenó”.
Aparte, manifestó que un ochenta por ciento (80%) de quienes laboraban en el área
del contrato 122-95M eran “trabajadores asociados”, con quienes la empresa
realizaba un “compromiso” para la explotación, así como unos “convenios”, de
conformidad con los cuales ellos se hacían responsables por los consumos de la
electricidad y los explosivos, siendo estos últimos adquiridos por Esmeracol, la cual se
los vendía a los dichos asociados, quienes les dieron un mal manejo .(334)

Conforme a lo manifestado por el perito Mojica Villamizar en este proceso, en la


minería esmeraldífera en el área de Coscuez se requiere el uso de explosivos “como
medio de arranque de la roca donde se encuentra el mineral, esto debido a que la
roca que contiene las mineralizaciones de rocas duras [...] no existiendo en la zona
otro mecanismo o método de arranque [sic] a la operación de perforación y voladura,
esto debido a las características genéticas propias de los yacimientos de esmeraldas
que son de origen [sc] Hidrotermal de tipo Hipotermal [...]” .
(335)

El 17 de febrero de 2003, el Ejército Nacional suspendió el suministro de


explosivos y accesorios a Esmeracol, por incumplimiento del artículo 52 del
Decreto 2535 de 1993, debido a que Esmeracol: (i) suministraba explosivos a otras
empresas sin autorización de la Brigada; (ii) no presentaba la documentación
requerida, como las actas de quema y el cuadro de consumo mensual; y, (iii) se
lucraba de la venta de explosivos y accesorios, al venderlos por mayor precio a otras
empresas mineras, a las cuales la primera brigada le había suspendido su venta . (336)

Esta suspensión fue levantada por el Ejército Nacional el 12 de marzo de


2004, debido a que: (i) la Fiscalía ordenó “INHIBIRSE DE ABRIR INSTRUCCIÓN” por
el delito de actividades terrorista, tipificado en el artículo 345 del Código Penal , de
(337)

conformidad con lo dispuesto en el artículo 327 del Código de Procedimiento


Penal ; (ii) el Segundo Comandante del Batallón de Infantería Sucre había emitido
(338)

concepto a favor del representante legal de Esmeracol, de acuerdo con el cual éste
cumplía “[...] las medidas de seguridad de la zona; cuenta con vigilancia privada las
24 horas, e igualmente cuenta con polvorían construido con las mejores
especificaciones técnicas. [...] El Director de corte controla el consumo de explosivos;
el almacenista y quien manipula los explosivos es [...] calificado y capacitado en
sistemas de perforación y manejo de estos elementos”; y, (iii) “[l]a empresa
ESMERACOL S.A. cumple con los requisitos estipulados en el decreto 1809 de 1994
artículo 11 requisitos para la compra de explosivos a la Industria militar”. 

3.4.2.5(sic). Conforme a lo anterior, esta Subsección concluye que, en el presente


asunto, se acreditó que el Ejército Nacional suspendió el suministro de explosivos y
accesorios entre el 17 de febrero de 2002 y el 12 de marzo de 2003, lo que trajo
consigo la suspensión de actividades de explotación minera en el área cubierta por el
contrato minero de 30 de junio de 1995.
Sin embargo, la Sala advierte que los presupuestos de la responsabilidad penal
son distintos a los de la responsabilidad sancionatoria administrativa, debido a que
éstas tienen unos objetivos, principios, procedimientos y mecanismos diversos, como
lo ha precisado esta corporación . Por ende, mal podría afirmarse que la ausencia de
(339)

la primera, implique necesariamente la ausencia de la segunda. Además que, si bien


la resolución con la que se levantó la suspensión del suministro de explosivos afirma
que, en el momento en el que esta fue emitida, la empresa contaba la documentación
requerida, como las actas de quema y cuadro de consumo mensual de material, tal
aserto no implica que Esmeracol no hubiera suministrado explosivos a otras empresas
sin autorización de la Brigada, o que, en el momento en el que se suspendió el
suministro de explosivos, la hubiese presentado. 

De acuerdo con lo anterior, la Sala encuentra que la suspensión del suministro de


explosivos y accesorios por parte del Ejército Nacional fue el resultado de la conducta
de Esmeracol, sin que esto quedara desvirtuado con la decisión posterior de
restablecer dicho suministro. Este es, entonces, un evento en modo alguno ajeno a
Esmeracol, por lo que —conforme a lo anteriormente establecido— no puede
considerarse un caso fortuito o fuerza mayor eximente de responsabilidad
contractual. 

Por otro lado, no se demostró, ni fue alegado, que las circunstancias que dieron
lugar a la suspensión del suministro de explosivos, tales como, la omisión de
presentar las actas de quema y el cuadro de consumo mensual, hubieran sido
imposibles de evitar, atendiendo a las circunstancias del caso, ni que hubieran sido
imposibles de contemplar previamente. No puede pues asumirse que la omisión de
presentar dicha información, que a la postre trajo consigo la sanción que impidió la
explotación minera cubierta por el contrato minero de 30 de junio de 1995,
constituyera un hecho irresistible, ni imprevisible. 

En suma, como lo manifestó el gerente general y dos miembros de la junta directiva


de Esmeracol, en comunicación del 12 de octubre de 2004, la sanción impuesta fue
levantada por el Ejército Nacional, porque no se encontraban “méritos para
continuarla”, mas no porque no hubieran existido razones para imponerla .(340)

Además, el señor Urbano Barrera, quien era el jefe de seguridad de Esmeracol en


el momento en el que se suspendió el suministro de explosivos, manifestó que dicha
empresa vendía explosivos a los trabajadores asociados, los cuales les dieron un mal
manejo. No se estableció, ni el mencionado testigo afirmó que Esmeracol contara con
autorización para venderles tales explosivos a los “trabajadores asociados”. De esta
forma, lo afirmado por el señor Urbano Barrero confirma que las acciones de
Esmeracol por las cuales el Ejército Nacional suspendió el suministro de explosivos y
accesorios son ciertas. 

3.4.2.6. Con respecto a los cortes del fluido eléctrico, en este proceso se probó
que, en marzo del 2002, la Empresa de Energía de Boyacá suspendió el suministro de
energía eléctrica a Esmeracol, “por deuda generada en años anteriores” y lo mismo
ocurrió en “varios períodos” del 2003, “por quema del transformador de Santa
Bárbara, de donde se abastece la zona minera de Coscuez” . (341)
El testigo Luis Eduardo Urbano Barrera, exjefe de seguridad de Esmeracol,
declaró que: (i) Esmeracol siempre pagó los servicios de los “cortes” de energía
oficiales, más no los de los “cortes asociados” ajenos a la empresa; (ii) esto ocasionó
la suspensión del suministro de energía eléctrica, lo que dio lugar a que se realizaran
reuniones con la comunidad, dirigidas al restablecimiento del servicio; y (iii) durante el
tiempo en el que se suspendió el suministro de electricidad, la productividad de la
mina fue nula . (342)

Gilberto Rodríguez Muñoz, antiguo administrador de Esmeracol, por su parte,


declaró que la electricidad de la mina amparada por el contrato 122-95M era
suministrada por la electrificadora de Boyacá y, sin ésta, no podían adelantarse
trabajos de explotación minera. Añadió que se habían presentado interrupciones
temporales en las labores de la mina, pero no recordaba que hubiera habido una
paralización total de las actividades . 
(343)

Por otra parte, en el “INFORME DE VISITA TÉCNICA AL CONTRATO NO 122-


95M TITULAR: ESMERACOL S.A.”, presentado por el ingeniero de minas Wilfrido
Sangunio, el 7 de mayo de 2002, como parte del programa de fiscalización,
seguimiento y control de la gerencia operativa regional número 1 (Nobsa) de
Minercol , se indicó que, en la visita al área de dicho contrato efectuada entre el 23 y
(344)

el 26 de mayo del 2002 fueron inspeccionadas 31 bocaminas, encontrándose que las


actividades se habían suspendido temporalmente en el 60% de éstas.

3.4.2.7. De conformidad con lo anterior, esta subsección considera que en el


asunto de autos se probó que el suministro de energía eléctrica al área del contrato
minero de 30 de junio de 1995 se suspendió en marzo de 2002 y en varios períodos
del 2003, lo que paralizó, al menos parcialmente, las actividades de explotación
minera que se desarrollaban. 

Ahora bien, según lo afirmado por Esmeracol en la demanda y en las


comunicaciones mediante las cuales pidió que se suspendiera el contrato 122-95M,
en consonancia con lo declarado por el señor Rodríguez Muñoz, la zona en la que se
desarrollaba la explotación minera se veía afectada por la presencia de guaqueros
que accedían al servicio de energía facturado a nombre de Esmeracol, sin pagarlo.
Por ello, Esmeracol incurrió en mora en el pago de este servicio público domiciliario, lo
que a su vez trajo consigo su suspensión en marzo de 2003.

La intrusión de guaqueros –según el antiguo administrador de Esmeracol– fue más


intensa en el periodo comprendido entre 1990 y 1995, cuando éstos no respetaban a
los vigilantes de la empresa. Pero luego, dicha situación mejoró, ya que existía algún
respeto hacia los vigilantes. Añadió además que Esmeracol permitió la explotación
“casi libre” de particulares, con lo que llegaron personas de varios lugares del país
durante varios años, “hasta que los empresarios organizaron la mina”, pero ya habían
pasado varios años y los gastos de energía habían sido cargados a la empresa.

En este orden de idas, esta Sala considera que la suspensión del suministro de
energía eléctrica no puede considerarse un hecho externo a Esmeracol, ya que ésta
permitía el acceso libre de guaqueros al área del contrato. Por ello, en el “INFORME
DE VISITA TÉCNICA, AL CONTRATO Nº 122-95M TITULAR: ESMERACOL S.A.”,
presentado por el ingeniero de minas Wilfrido Sangunio, el 8 de noviembre de 2002,
se recomendó que se debía “[...] prohibir el ingreso a [sic] Guaqueros a los cortes ya
que son personas extrañas a la empresa, ya que el artículo 9º del reglamento de
seguridad de labores subterráneas (decreto 1335/87) prohíbe el ingreso de personal
ajeno al título minero a las labores subterráneas” . Tras ello, en el acta de visita de
(345)

seguridad minera a explotaciones subterráneas del 4 de marzo de 2003 , suscrita


(346)

por representantes de Minercol y Esmeracol, se recomendó a esta última: “Fijar


políticas claras sobre acceso de guaqueros no autorizados para los diferentes cortes”.
En este orden de ideas, el acceso de guaqueros, que ocasionó ulteriormente el corte
del suministro de energía eléctrica, fue ocasionado por la ausencia de políticas claras
de Esmeracol sobre este problema, así como por el libre acceso que esta les
permitía. 

Queda claro así, para esta Subsección, que la suspensión del suministro de
energía por los impagos de Esmeracol no constituye un hecho exterior a ésta. Al no
haberse adoptado las medidas necesarias para impedir el acceso de guaqueros, ni
unas políticas claras sobre la materia, resulta forzoso concluir también que no se trató
de un hecho irresistible.

La intrusión de guaqueros no puede considerarse, tampoco, un hecho imprevisible.


Como se expuso en el informe de la Gobernación de Boyacá titulado “Conflicto y Paz
en el Occidente de Boyacá” , el intenso conflicto social relacionado con la minería
(347)

esmeraldífera en Coscuez y Muzo, que surgió a principios de la década de los setenta


y culminó a finales de la década de los ochentas, llevó a que la comunidad de la
región se encontrara en estado calificado como “prepolítco”, ya que ésta “[...] no
participa en la institucionalidad del Estado ni ha ejercido una militancia política con
contenido social y con partidos u organizaciones estables, sólidas y con proyección
histórica, lo cual ha afectado la cohesión social”. Bajo estas circunstancias
ampliamente conocidas en la región —como lo manifestó la actora— no cabe afirmar
que la intrusión de guaqueros pudiera considerarse un hecho imprevisible. 

Por otro lado, los cortes en el servicio de energía eléctrica que se presentaron en el
2003 fueron ocasionados por la quema del transformador de Santa Bárbara, que
abastecía a la zona. Esta es una circunstancia externa a Esmeracol y cuya
ocurrencia, atendiendo a las circunstancias particulares del caso, no era posible
contemplar con anterioridad, conforme a lo probado en el asunto de autos. 

Sin embargo, los efectos de los cortes de energía eléctrica hubieran podido
evitarse con el uso de plantas eléctricas. Como lo indicó el administrador de
Esmeracol, este servicio público venía siendo prestado deficientemente, y su ausencia
traía consigo graves consecuencias, ya que impedía el desarrollo de trabajos en la
mina, además del deterioro de los equipos, por lo que se requería un tiempo de
recuperación para retomar las actividades. Frente a estas circunstancias, que hacían
previsible la ocurrencia de cortes de electricidad como los que ocurrieron en el 2003,
Esmeracol hubiera podido precaverse y evitar los efectos perjudiciales de tales cortes,
recurriendo al uso de plantas eléctricas de ACPM, como las que —según lo dicho por
el señor Rodríguez Muñoz— fueron utilizadas en algunos sectores de la mina. Al no
hacerlo, esta colegiatura concluye que la suspensión de las labores mineras en el
área del contrato minero del 30 de junio de 1995, ocasionada por los cortes en el
suministro de energía eléctrica, no puede considerarse un evento imprevisible e
irresistible.

Conforme a lo anterior, la Sala procederá a desestimar las pretensiones cuarta


principal, quinta principal y subsidiaria, y sexta principal.

3.4.3. La ocurrencia de circunstancias excepcionales de orden técnico y


económico.

3.4.3.1. La sociedad demandante alega que la suspensión de la explotación


minera, ocasionada por la suspensión del suministro de explosivos y de energía
eléctrica, generó unas circunstancias técnicas y económicas excepcionales, que
alteraron el equilibrio económico del contrato 122-95M, haciendo excesivamente
gravoso para Esmeracol el cumplimiento de sus obligaciones, por lo que solicita
que: (i) el contrato se reajuste en condiciones de viabilidad financiera y equilibrio
prestacional; (ii) se ordene compensar las pérdidas sufridas por Esmeracol; y, (iii)se
declare que la entidad minera concedente no podía facturar el valor de las
contraprestaciones pactadas en el contrato 122-95M, mientras durara la incertidumbre
sobre las condiciones de ejecución del contrato.

3.4.3.2. Sobre este punto, en el contrato suscrito el 30 de junio de 1995 se pactó


que:

“El presente contrato se entiende celebrado sobre las bases de equidad y se


ejecutará de acuerdo con la forma y términos convenidos. Sin embargo, cuando
sobrevengan el caso fortuito y la fuerza mayor o circunstancias graves e
imprevisibles de orden técnico o económico, que hagan imposible o demasiado
gravoso el cumplimiento de lo pactado, cualquiera de las partes podrá pedir su
revisión, según lo establecido para el efecto por el artículo 868 del Código de
Comercio” . (348)

De esta forma, el mencionado contrato acogió lo establecido en el artículo 59 del


Código de Minas entonces vigente , con el que, a su vez, se había adoptado la teoría
(349)

de la imprevisión en los contratos mineros, prevista en el artículo 868 del Código de


Comercio . 
(350)

Conforme a lo manifestado por la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de


Justicia, el reajuste de las prestaciones contractuales o su resolución por aplicación
de la teoría de la imprevisión procede cuando se presenten circunstancias que alteren
el equilibrio del contrato que sean extraordinarias, imprevistas e imprevisibles, y
extrañas a la parte afectada. La ocurrencia de estos eventos debe estar así: (i) fuera
de lo común (extraordinario); (ii) no puede ser prevista de forma objetiva y razonable
por un sujeto con relativa aptitud o capacidad de previsión (imprevisible); y no debe
ser pronosticada anticipadamente por el sujeto “en su situación, profesión u oficio,
conocimiento, experiencia, diligencia o cuidado razonable” (imprevista). En todo caso,
los anteriores criterios deben ser ponderados por el juzgador en cada caso, teniendo
en cuenta “el marco fáctico de circunstancias, el estado del conocimiento, el progreso,
el deber de cuidado exigible y la experiencia decantada de la vida”. Además, quien la
invoca no debe haberlas “causado, motivado, agravado, incurrido en dolo o culpa u
omitido medidas idóneas para evitarlos o atenuar sus efectos, siéndole exigible y
pudiendo hacerlo”, debiendo éste además haber adoptado medidas para “evitar,
mitigar o disipar la excesiva onerosidad (duty to mitigate damages)” (ajenidad). Puede,
en todo caso, modificarse contractualmente los riesgos que a cada parte contratante
le corresponde asumir, ya que “[l]os riesgos del contrato confluyen a integrar el
equilibrio prestacional, lo conforman y excluyen la extraneidad para efectos de la
imprevisión” .
(351)

3.4.3.3. De acuerdo con lo determinado en el acápite precedente (3.4.2), la


suspensión de la explotación minera que —según el actor— trajo consigo unas
circunstancias excepcionales de orden técnico y económico que alteraron, en
detrimento suyo, el equilibrio económico del contrato, fueron ocasionadas por hechos
que no son externos, ni imprevisibles. Adicionalmente, Esmeracol no adoptó medidas
para evitar, mitigar o disipar la excesiva onerosidad que, para ésta, trajeron tales
eventos, ya que hubiera podido utilizar plantas eléctricas de ACPM, como lo indicó su
exadministrador, pero no lo hizo.

Por lo tanto, las circunstancias de orden técnico y administrativo que pudiera haber
traído consigo el cese de actividades mineras cubiertas por el contrato minero de 30
de junio de 1995, por la suspensión del suministro de explosivos y de electricidad, no
puede considerarse un evento que dé lugar al restablecimiento de las prestaciones
contractuales, ni a una eventual reparación patrimonial. En consecuencia, se negarán
las pretensiones cuarta subsidiaria, tercera y cuarta subsidiaras a la sexta
principal, y séptima principal.

3.4.4. La ocupación de guaqueros y apareceros como incumplimiento


contractual imputable a la autoridad minera.

3.4.4.1. Esmeracol pretende que se declare que, con la ocupación del área del
contrato 122-95M por guaqueros y aparceros, la autoridad minera incumplió la
cláusula 4ª del contrato de operación minera del 7 de diciembre de 1981 y que, en
consecuencia, se condene a esta última a resarcir los perjuicios ocasionados a la
accionante.

3.4.4.2. Antes de entrar a resolver este cargo, corresponde a la Sala determinar el


régimen jurídico aplicable al negocio jurídico que —según la actora— vincula al
Ingeominas y a Esmeracol, de conformidad con lo cual determinará si cabe declarar la
responsabilidad contractual deprecada, por la ocupación de guaqueros y aparceros. 

En primer lugar, esta Subsección observa que el contrato del 7 de diciembre de


1981, protocolizado por escritura pública número 2335 de la Notaría 22 de Bogotá, fue
suscrito por Ecominas, la cual era una empresa industrial y comercial del Estado
adscrita al Ministerio de Minas y Energía, conforme a los decretos 912 de 1968, 122
de 1970 y 2063 de 1980, como consta en su considerando 1º. Por lo tanto, de
acuerdo con el artículo 6º del Decreto 1050 de 1968  y el artículo 34 del Decreto
(352)
3130 del mismo año , este contrato se rige por las normas propias del derecho
(353)

privado, salvo en lo relativo a la cláusula de caducidad y las reclamaciones


diplomáticas. 

Por otra parte, la Sala considera pertinente precisar que —según el artículo 76 de
la Ley 80 de 1993  y la jurisprudencia de esta corporación — los contratos que
(354) (355)

tengan por objeto la exploración y explotación de recursos naturales no renovables


están sometidas a un régimen de contratación pública especial. En sentido similar, el
artículo 79 del Decreto 2655 de 1988, que era el código de minas vigente en 1995,
establecía que: 

“Los contratos que celebren las empresas industriales y comerciales del Estado,
vinculadas al Ministerio de Minas y Energía, cuyo objeto sea explorar y explotar
áreas recibidas en aporte, son administrativos y sus cláusulas serán las que se
acuerden en cada caso. [...] A estos contratos no les serán aplicables las
normas de la contratación administrativa ordinaria la entidad contratante deberá
incluir en ellos la Legislación complementaria cláusula de caducidad, y deberá
establecer cuando fuere pertinente, la de renuncia a reclamación
diplomática” (subraya la Sala).

3.4.4.3. En el presente asunto, el contrato de 30 de julio de 1995 tenía por objeto la


exploración y explotación de un recurso no renovable, como lo son las esmeraldas;
fue suscrito por una entidad vinculada al Ministerio de Minas y Energía , a la cual —
(356)

conforme a lo manifestado en su considerando a)— el Ministerio de Minas y Energía


le había otorgado, “[...] mediante Resolución Nº 003680 del 9 de noviembre de 1988
el aporte Nº 1226 (zona de reserva especial), para la exploración y explotación de
yacimientos esmeraldíferos, localizados en el Departamento de Boyacá”. 

La Sala encuentra así que el contrato de 30 de julio de 1995 es un contrato estatal


sometido a un régimen especial de derecho público, el cual —conforme a lo
manifestado por las partes contratantes en su considerando e)— se “[...] rige por el
artículo 17 de la Ley 141 de 1994, el Decreto 2655 de 1988 [Código de Minas
entonces vigente], los principios generales de la Ley 80 de 1993. Por la Ley 99 de
1993 y la Ley 141 de 1994 y sus respectivos Decretos Reglamentarios”.

Establecido lo anterior, esta Subsección procederá a verificar si, en este caso,


concurrieron los presupuestos exigidos para que se configure la responsabilidad
contractual deprecada por la sociedad actora. 

3.4.4.4. Esta corporación ha precisado los elementos de la responsabilidad civil


contractual, de la siguiente manera:

“Siguiendo con las precisiones del contexto legal, se identifican a continuación


los elementos de la responsabilidad civil contractual derivada del
incumplimiento, con el propósito de establecer las particularidades que permitan
el análisis del caso concreto.  

[...]
i) En el primer elemento se deben identificar dos requisitos: la obligación
contractual exigible y la acción u omisión de una parte con la cual infringe el
contrato. Visto desde otro ángulo, el incumplimiento del contrato se expresa
como la falta al deber de cumplimiento. 

ii) En relación con el daño, entendido como la lesión o menoscabo de intereses


legalmente amparados, en el escenario contractual que proviene del
incumplimiento de la obligación, se vincula el concepto de antijuridicidad por
cuanto el incumplimiento constituye una violación al contrato, una falta a lo
debido y en ese sentido, el daño resarcible debe ser antijurídico con lo cual se
quiere significar que es contrario a la ley del contrato.  

Ahora bien, trayendo las normas del derecho de las obligaciones, el daño
contractual por causa del incumplimiento se concreta a través de los conceptos
acogidos por el Código Civil: daño emergente que consiste en el perjuicio o
pérdida causada y el lucro cesante que corresponde a la ganancia o provecho
que dejó de reportarse, de acuerdo con los artículos 1613 y 1614 del Código
Civil.   
(357)

iii) En cuanto al tercer requisito, el nexo de causalidad entre el incumplimiento y


el daño contractual, basta decir que fue inicialmente entendido como una
relación de causa a efecto, concretamente entre la conducta dolosa o culposa y
el perjuicio, empero, evolucionó dentro del concepto general de responsabilidad
y se identifica ahora con el requisito de imputación o asignación, por virtud del
cual el daño resarcible, esto es el que es pasible de constituirse en fuente la
obligación de indemnizar el perjuicio, debe ser atribuido o reconducido a su
autor, en este caso a la parte que se obligó y faltó a su deber de cumplimiento,
de manera que el mismo contrato guía la asignación de responsabilidad. 

No presenta mayor dificultad la comprensión de este concepto, si se tiene en


cuenta que la ley contractual genera obligaciones, asigna deberes, cargas y
riesgos, a cada parte en relación con la(s) otra(s), dentro de la situación
relacional en la que se han colocado, de manera que el título de imputación por
el cual debe responder la parte incumplida frente a aquella que si cumple, se
encuentra en el deber de cumplimiento que surgió de la propia voluntad de las
partes” .  (358)

En sentido similar, la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia ha


manifestado lo siguiente:

“Trátase aquí, según puede establecerse, de un proceso de responsabilidad civil


contractual, razón por la cual el acogimiento de la acción depende de la
demostración, en primer término, de la celebración por las partes a que se
refiere la misma y en segundo lugar, de los elementos que son propios a
aquella, a saber: el incumplimiento de la convención por la persona a quien se
demanda; la producción para el actor de un daño cierto y real; y, finalmente, que
entre uno y otro de tales elementos medie un nexo de causalidad, es decir, que
el perjuicio cuya reparación se persigue sea consecuencia directa de la
conducta anticontractual reprochada al demandado. 

[...] 

Sobre el particular tiene dicho la Sala de la Corte: ‘El contrato legalmente


celebrado vincula a las partes y las obliga a ejecutar las prestaciones
convenidas, de modo que si una de ellas incumple las obligaciones que se
impuso, faculta a la otra para demandar bien que se le cumpla, que se le
resuelva el contrato o el pago de los perjuicios que se le hayan causado por el
incumplimiento pretendiendo esto últimos ya de manera principal (arts. 1610 y
1612 del C.C.) o ya de manera accesorio o consecuencial (arts. 1546 y 1818 del
C.C.), los que se encaminan a proporcionar a la parte cumplida una satisfacción
pecuniaria de los daños ocasionados’ (Sent. de 14 de marzo de 1996, Exp.
4738, G.J. CCXL, p. 407)”. (359)

La responsabilidad civil contractual, requiere —de conformidad con lo anterior— la


existencia una obligación derivada de un contrato, cuyo complimiento haya sido
omitido por el demandado, ocasionando con ello un menoscabo a un interés
jurídicamente protegido en cabeza del demandante. Lo anterior, da lugar a la
exigencia del cumplimiento del contrato, su resolución o el pago de los daños
ocasionados. 

Por otra parte, en el artículo 50 de la Ley 80 se establece que:

“Las entidades responderán por las actuaciones, abstenciones, hechos y


omisiones antijurídicos que les sean imputables y que causen perjuicios a sus
contratistas. En tales casos deberán indemnizar la disminución patrimonial que
se ocasione, la prolongación de la misma y la ganancia, beneficio o provecho
dejados de percibir por el contratista”. 

El texto subrayado de dicha disposición fue declarada condicionalmente exequible


por la Corte Constitucional, “[...] en el entendido de que ella debe ser interpretada en
consonancia con el artículo 90 de la Constitución, puesto que esa norma
constitucional se aplica también en relación con la responsabilidad contractual del
Estado” . 
(360)

Al respecto, esta corporación precisó que:

“[S]on dos las condiciones indispensables para la procedencia de la declaración


de la responsabilidad patrimonial con cargo del Estado y demás personas
jurídicas de derecho público, a saber: el daño antijurídico y la imputabilidad del
daño a alguna de ellas. 

La noción de daño antijurídico es invariable cualquiera sea la clase (contractual


o extracontractual) o el régimen de responsabilidad de que se trate; consistirá
siempre en la lesión patrimonial o extrapatrimonial que la víctima no está en el
deber jurídico de soportar. 
La diferencia estriba, en consecuencia, en los títulos jurídicos de imputación del
daño, determinantes de la causalidad jurídica más allá de la simple causalidad
material que se deriva del nexo causal. 

Así, mientras en la responsabilidad fundada en el contrato, serán títulos jurídicos


de imputación, por ejemplo los mandatos de [la] buena fe, y la igualdad y
equilibrio entre prestaciones y derechos que caracteriza los contratos
conmutativos (art. 28, Ley 80/93) en la extracontractual lo serán, además, la
falla del servicio que es el título de imputación más frecuente, cualquiera que
sea el sistema que para su prueba se adopte; la culpa personal en nexo con el
servicio, prevista para citar algunas disposiciones, en el inciso 2° del artículo 90
de la Constitución Nacional y en el artículo 77 del
Código Contencioso Administrativo; la igualdad de las personas ante la ley (art.
13 de la C.N, entre otros); el riesgo excepcional establecido, por ejemplo por la
Ley 104 de 1993 o en el Decreto 444 del mismo año; el error judicial y el
anormal funcionamiento de la administración de justicia artículo40 del Código
de Procedimiento Civil, artículo 414 del Código de Procedimiento Penal, etc., la
inconstitucionalidad de la Ley declarada judicialmente, y principios de justicia de
equidad como éste del no enriquecimiento sin causa” . (361)

Adicionalmente, esta colegiatura ha establecido que los elementos principales de la


responsabilidad contractual de la administración pública son los siguientes: 

“a) El incumplimiento de una obligación surgida del contrato, imputable a


la administración pública.  

b) El daño antijurídico sufrido por el contratista o el menoscabo de su derecho a


la prestación.  

c) El nexo causal entre el daño antijurídico sufrido por el contratista y el


incumplimiento de la obligación imputable a la administración pública” . 
(362)

La responsabilidad contractual de la administración requiere así la existencia una


obligación surgida de un contrato, cuyo complimiento sea imputable a la
administración contratante y haya ocasionado el menoscabo de su derecho a la
prestación. Lo anterior da lugar a que se indemnice la disminución patrimonial que se
ocasione, la prolongación de la misma y la ganancia, o el beneficio o provecho
dejados de percibir por el contratista.

3.4.4.5. Conforme a lo procedentemente expuesto, esta sala de Subsección


procederá a establecer, en primer lugar, si en el presente asunto existía una
obligación contractual que hubiera sido incumplida por la autoridad minera, conforme
a lo argüido por Esmeracol. 

En el sub lite se acreditó que el 7 de diciembre de 1981 se elevó a escritura


pública  un contrato de operación minera suscrito entre Esmeracol y
(363)

Ecominas el cual tenía por objeto otorgar a Esmeracol “[...] el derecho temporal y
exclusivo a explorar y explotar, a nombre de la Empresa [Ecominas], el subsuelo
potencialmente esmeraldífero de un área de setenta y tres hectáreas (73 Has.) con
tres mil ochocientos cincuenta y ocho con setenta y un metros cuadrados (3.858,71
M2.) y que hace parte de la inicialmente contratada con la misma sociedad y que se
encuentra en la zona de la reserva especial de Coscuez, área cuyo plano topográfico,
levantado a escala 1:5.000 se anexa al presente documento y cuyos linderos son los
siguientes: [...]”. Su vigencia era de seis (6) años, prorrogable hasta por seis (6) años
más, por solicitud de Esmeracol, con la que, conforme a la cláusula 10ª, “[...] las
partes acordarán las nuevas contraprestaciones económicas que habrán de regir
durante las respectivas prórrogas”. 

En la cláusula 4ª de dicho contrato se pactó que:

“El operador se obliga a permitir la permanencia de los aparceros u ocupantes


reconocidos que existan en la zona, hasta tanto, y mediante su colaboración, la
empresa logre definir la situación de éstos en cuanto a su permanencia en tal
lugar”.  

En el año de 1985, Ecominas y Esmeracol firmaron un otrosí al contrato de


operación minera del 7 de diciembre de 1981, con el propósito de modificar
algunas cláusulas del segundo . En su cláusula 10ª se convino lo siguiente:
(364)

“Las partes acuerdan que el término de la vigencia del contrato actual será de
diez (10) años más, contados a partir del primeo (1º) de julio de mil novecientos
ochenta y cinco (1985) hasta el treinta (30) de junio de mil novecientos noventa
y cinco (1995), salvo que termine antes por las causales que determinen la
disolución de la sociedad, el incumplimiento del contrato o las que fije la ley para
estos casos. Vencido este plazo, el contrato será prorrogable de año en año,
hasta por diez (10) años más, por solicitud escrita del OPERADOR, efectuada
con tres (3) meses de anticipación al vencimiento del término inicial o de su
respectiva prórroga. Al recibir la solicitud, las partes contratantes acordarán las
nuevas contraprestaciones económicas que habrán de regir durante las
respectivas prórrogas”. 

La Ley 2ª de 1990 y el Decreto 1377 del mismo año transformaron a Ecominas


en Minerales de Colombia S.A., Mineralco S.A., la cual tenía dentro de su objeto la
explotación y explotación de los yacimientos otorgados en aporte a Ecominas (art. 3º,
L. 2ª).

El 31 de marzo de 1995, Esmeracol manifestó a Mineralco que el anterior contrato


mencionado quedaría prorrogado por veinticinco (25) años, de conformidad con lo
establecido en el parágrafo 1º del artículo 17 de la Ley 141 de 1994 .
(365)

En respuesta a lo anterior, el 11 de abril 1995, Mineralco le manifestó a Esmeracol


que, dicha entidad había decidido “[...] suscribir un nuevo contrato adaptándolo a las
nuevas disposiciones como es la Ley 99 de 1993, Ley 80 de 1993, Ley 141 de 1994,
Decreto 145 del 19 de enero de 1995, Decreto 2655 de 1988 actual Código de Minas
y el Estatuto de Contratación de Mineralco S.A., [sic] ésto debido a que el artículo 17,
parágrafo primero no estable como [sic] imperativo la renovación a 25 años de los
contratos, lo que establece como imperativo es la clasificación que se encuentra
dentro de ese artículo, lo que obligatoriamente deberá tenerse en cuenta de
prorrogarse el mismo” .
 (366)

El 4 de mayo de 1995, el jefe de la oficina jurídica de Mineralco comunicó a


Esmeracol que, conforme a lo establecido en el parágrafo 1º de la Ley 141 de 1994,
no se prorrogaba automáticamente el contrato de operación minera suscrito, ya que
“[...] ello implicaría la pérdida de la facultad por parte de Mineralco para prorrogar sus
contratos o para determinar si el adecuado o inadecuado cumplimiento de los
compromisos por parte del contratista pudiera ser revisado por esta entidad para la
aceptación o el rechazo de una prórroga” . 
(367)

El 30 de junio de 1995 Esmeracol y Mineralco suscribieron un contrato  –inscrito


(368)

el 10 de octubre de 1995 – con el objeto de otorgar a la segunda “[...] el derecho


(369)

temporal y exclusivo a explorar y explotar el subsuelo potencialmente esmeraldífero


en un área de aproximadamente 73 hectáreas y 3.856 metros cuadrados, la cual se
encuentra ubicada en el municipio de San Pablo de Borbur, Departamento de Boyacá”
(Cláusula 1ª). Se consignó además que: “Las partes de común acuerdo manifiestan
que el área materia de este documento es la misma contenida en el contrato inicial de
operación suscrito el 7 de diciembre 1981 y su respectiva modificación efectuada el 1º
de agosto de 1991 y contenida en la hoja de papel de seguridad Nº 7402624 y a
dichas coordenadas se remiten”. 

En este acto jurídico que se acordó que Esmeracol “[...] será el único responsable
de todas las actividades relacionadas con la ejecución del presente contrato y de los
efectos que las mismas produzca, de conformidad con las normas legales vigentes”
(cláusula 6ª).

Este contrato, conforme a lo manifestó en su considerando e), se “[...] rige por el


artículo 17 de la Ley 141 de 1994, el Decreto 2655 de 1988, los principios generales
de la Ley 80 de 1993. Por la Ley 99 de 1993 y la Ley 141 de 1994 y sus
respectivos decretos reglamentarios”.

La Sala encuentra así que, el contrato de operación minera protocolizado el 7 de


diciembre de 1981 tenía un plazo inicial de seis (6) años, el cual fue prorrogado, en
1985, por un término de diez (10) años, que se cumplió el treinta (30) de junio de mil
novecientos noventa y cinco (1995). Este contrato podía ser prorrogado “de año en
año”, previa solicitud de Esmeracol, mediante acto en el que se especificarían las
contraprestaciones a las que hubiera lugar. 

Esmeracol, sin embargo, no buscó una prórroga del contrato de operación minera
protocolizado el 7 de diciembre de 1981, con base en lo acordado previamente por las
partes. La empresa demandante propuso a Mineralco una interpretación del parágrafo
1º del artículo 17 de la Ley 141 de 1994, de acuerdo con el cual el mencionado
negocio jurídico quedaría prorrogado automáticamente. Dicha interpretación fue
rechazada la segunda, ya que, con ello, perdería sus facultades de revisar el
cumplimiento de lo acorado y decidir sobre su prórroga. Además, Mineralco puso de
presente que su intención era de “suscribir un nuevo contrato” adaptándolo a las
disposiciones vigentes en materia minera, ambiental, contractual y de regalías. 

La Sala observa, en primer lugar, que el parágrafo 1º del artículo 17 de la Ley 141
de 1994 establecía que:

“A partir de la vigencia de la presente ley, todos los beneficiarios de títulos


mineros durante la etapa de explotación de piedras preciosas, pagarán un
canon superficiario como contraprestación distinta a la regalía, en proporción al
área contratada con Mineralco S.A., o quien haga sus veces, y de acuerdo con
los siguientes parámetros de contratación: 

SALARIOS
DURACION DURACION DURACION MÍNIMOS
DISTRITO
CLASIFICACION PERIODO [sic] PERIODO PERIODO MENSUALES
ESMERALDIFERO
EXPLOTACION MONTAJE EXPLOTACION HA/AÑO
CONTRATADA
un (1) año
Reserva nacional Un (1) año veinticinco (25)
A prorrogable en 20
Muzo y Coscuez improrrogable años
seis (6) meses
[...]

Los contratos vigentes a la promulgación de la presente ley, se renovarán a


partir de la etapa de explotación teniendo en cuenta la clasificación anterior”.

Encuentra así esta Subsección, que la anterior disposición no ordenaba que los
contratos mineros vigentes al momento de su promulgación se prorrogarían
automáticamente por ministerio de la ley, sino que establecían unas
contraprestaciones económicas y unos plazos máximos que debían respetarse en la
suscripción y prórroga de los contratos para la exploración, montaje y explotación
minera en la Reserva Nacional de Muzo y Coscuez.

Una interpretación como la propuesta por Esmeracol, le impediría examinar el


cumplimiento, por parte del operador o concesionario, de lo convenido inicialmente,
así como de la normativa sobre la materia, y decidir sobre la prórroga del contrato. De
esta forma —considera la Sala— se cercenaría a Mineralco su condición de
administrador de los yacimientos de Esmeraldas otorgados a Ecominas, así como de
los bienes muebles e inmuebles de propiedad de la Nación destinados al servicio de
las minas de Muzo y Coscuez que hubieran conservado ese carácter, conforme al
artículo 2.e) de la Ley 2ª de 1990. De esta forma, además, el Estado estaría
renunciando a las facultades constitucionales que le corresponden como propietario
del subsuelo y de los recursos naturales renovables , así como al deber de
(370)-(371)

planificar el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, para garantizar su


desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución .  (372)-(373)

Concluye la Sala así que, de conformidad con lo establecido anteriormente, es


claro que el contrato de operación minera elevado a escritura pública del 7 de
diciembre de 1981 no se prorrogaba automáticamente por ministerio de la ley, ni se
solicitó su prórroga anual, de conformidad con lo contractualmente estipulado. Por
otra parte, Mineralco manifestó, de forma clara y expresa, que dicho contrato no se
prorrogaría, sino que se suscribiría uno nuevo, que se adaptara al derecho vigente en
materia ambiental, minera, contractual y de regalías; materias que, conforme a los
artículos superiores 4º, 79, 80, 332, 333, 360 y 150 in fine, constituyen intereses
jurídicos de rango constitucional, cuya regulación le compete al legislador, de
conformidad con los principios y normas de la Carta Política. 

Es pues claro, que la intención de las partes al suscribir el contrato de operación


minera del 30 de junio de 1995 no fue la de prorrogar el contrato anterior, con sus
modificaciones, sino la de suscribir un nuevo negocio jurídico, que únicamente se
refiere al anterior, para señalar que tendría por objeto la misma área. El anterior
negocio jurídico, por lo demás, se había extinguido ese mismo día, de conformidad lo
estipulado en cláusula 10ª, arriba trascrita, del otrosí firmado en 1985. 

Esta Colegiatura nota, además, que en el contrato de 30 de junio de 1995 se reguló


íntegramente el vínculo entre Mineralco y Esmeracol, estipulándose en su clausulado
todos elementos de dicha relación a los cuales se refería el contrato de 7 de diciembre
de 1981 y sus modificaciones. En este último contrato, además, no se consignó que
“[l]as demás cláusulas del contrato conservan su vigencia y validez”, ni que “[...] las
demás cláusulas del contrato de operación anteriormente aludido, no han sido objeto
de modificación y, por tanto, las declara vigentes”, como lo habían hecho previamente
los co-contratantes al suscribir los acuerdos con los que, en 1985 y 1991, se modificó
el contrato de 7 de diciembre de 1981 .
(374)

Definida así, como está, la intención de las partes, con base en lo manifestado por
las mismas en las negociaciones del contrato de 30 de junio de 1995, así como en el
texto del contrato mismo y lo dicho en contratos anteriores, esta Subsección concluye
que, de conformidad con los artículos 1618 y 1622 del Código Civil , el contrato de 7
(375)

de diciembre de 1981 se extinguió el 30 de junio de 1995 y, en esa misma fecha, se


suscribió un nuevo negocio jurídico autónomo e independiente al anterior, con un
objeto análogo. Consecuentemente, no cabe entender que, al denominar como
“RENOVACIÓN” el negocio jurídico de 30 de junio de 1995, con este se prorrogó o se
modificó el contrato de 7 de diciembre de 1981.

No existía así la obligación 4ª del contrato de operación minera protocolizado el 7


de diciembre de 1981, cuyo incumplimiento alega la sociedad demandante como
fundamento de las pretensiones bajo estudio. Por el contrario, en la cláusula 6ª del
contrato de operación minera del 30 de junio de 1995, que regulaba la relación entre
las partes en el periodo de esta reclamación, se pactó que Esmeracol “[...] será el
único responsable de todas las actividades relacionadas con la ejecución del presente
contrato y de los efectos que las mismas produzca, de conformidad con las normas
legales vigentes”. No es pues procedente la declaración de responsabilidad
contractual estudiada en este acápite. 

Así pues, de acuerdo con los anteriores razonamientos, la Sala desestimará las
pretensiones decimotercera y decimocuarta principales.
3.4.5. La ocupación de guaqueros y apareceros como excusa al
incumplimiento de las obligaciones contractuales de Esmeracol.

3.4.5.1. Habiéndose descartado en el apartado anterior la eventual responsabilidad


contractual de la autoridad minera, por la ocupación de guaqueros y aparceros en el
área del contrato minero del 30 de junio de 1995, esta Subsección procederá a
establecer si, conforme a lo solicitado en la pretensión decimoquinta principal, dicha
circunstancia puede excusar el cumplimiento de dicho contrato por parte de
Esmeracol. 

3.4.5.2. Al respecto, la Sala recuerda que en los acápites 3.4.2 y 3.4.3 de esta
providencia, se estableció que el ingreso de guaqueros y aparceros al área del
contrato de operación minera de 30 de junio 1995 no constituía un hecho externo,
imprevisible e irresistible, que imposibilitara su ejecución, ni que diera lugar al reajuste
de las prestaciones contractuales, y que, además, Esmeracol no adoptó medidas para
evitar, mitigar o disipar la excesiva onerosidad que, para ésta, trajeron tales eventos.
No cabe así, excusar el cumplimiento de las obligaciones contractuales de Esmeracol,
en razón a la ocurrencia de los anteriores eventos. 

En consecuencia, esta Subsección desestimará la pretensión decimoquinta


principal.

3.4.6. La devolución de lo pagado a la autoridad minera por concepto de


Administración, por inejecución de dicha obligación.

3.4.6.1. Esmeracol pretende que se declare que la obligación de administración


convenida en el contrato de operación minera 122-95M no se ejecutó y, en
consecuencia, se le devuelva lo pagado por tal concepto, a título de responsabilidad
contractual o pago de lo no debido.

3.4.6.2. Con respecto a esta solicitud, la Sala nota que en la cláusula 4ª del
contrato de operación minera de 30 de junio de 1995 se pactó que: “El operador
pagará a Mineralco S.A., por concepto de administración del contrato y durante la
vigencia del mismo, dos (2) salarios mínimos mensuales por hectárea-año, vigente al
momento de su cancelación”. Sin embargo, en dicho contrato no se definió en qué
consistía dicha administración.

Esta Subsección observa que por administración, con su primera letra en


mayúscula —como se pactó en el contrato— se entiende el “[c]onjunto de los
organismos destinados a la gestión y el funcionamiento de una parcela determinada
de la vida social” . Así pues, de acuerdo con el tenor literal de lo pactado, con el
(376)

canon estipulado por este concepto, se paga por el funcionamiento de los organismos
de la entidad contratante encargados de gestionar y velar por el correcto cumplimiento
del contrato de operación minera de 30 de junio de 1995 y la normativa aplicable, en
cuanto el objeto de dicho negocio jurídico consiste en la exploración y explotación de
un recurso perteneciente al Estado, lo cual tiene un interés público y social, de acurdo
con los artículos 3º y 7º del Decreto 2655 de 1988 . La función a cargo de dichos
(377)
organismos tiene un carácter permanente, por lo que, como es natural, se pactó un
pago periódico durante la vigencia del contrato.

Ahora bien, en el proceso no se probó que Mineralco o el Ingeominas no contaran


con unos organismos destinados a gestionar el contrato de operación minera del 30
de junio de 1995 y velar por su cumplimiento, así como el de la normativa aplicable.
Por el contrario, se demostró que Mineralco desarrolló diversas actividades de
administración, tales como: (i) constatar que la actividad minera en el área del
contrato se hubiera paralizado ; (ii) verificar la viabilidad jurídica de la suspensión del
(378)

contrato, conforme a la solicitud de suspensión presentada por Esmeracol, para el


período comprendido entre el 1º de octubre y el 1º de noviembre de
1996 ; (iii) determinar si la solicitud de reducción del área del contrato era técnica
(379) (380)-

y jurídicamente  procedente, así como realizar visitas de seguimiento y control , y


(381) (382) (383)

atender reuniones  con el mismo propósito; (iv) solicitar el cumplimiento de las


(384)

obligaciones económicas en cabeza de Esmeracol ; (v) elaborar conceptos


(385)-(386)-(387)-(388)-(389)

técnicos para establecer el rango de los trabajos de explotación de esmeraldas


llevados a cabo en el área del contrato ; (vi) imponer multar por el incumplimiento
(390)-(391)

de las obligaciones de Esmeracol ; (vii) realizar visitas e informes técnicos para


(392)

verificar la forma en que se estaban desarrollando las actividades mineras del contrato
y realizar recomendaciones al respecto ; (viii) suscribir acuerdos de pago, con
(393)-(394)-(395)-(396)

el propósito de evitar el continuo incumplimiento contractual por parte de Esmeracol ; (397)

y (ix) adelantar gestiones encaminadas a decretar la caducidad del contrato . (398)-(399)

La Sala concluye así que Minercol tenía organismos encargados de la gestión del
contrato de operación minera del 30 de junio de 1995, así como de la verificación del
cumplimiento lo estipulado y la normativa pertinente. Dichos organismos, además,
desarrollaron una intensa actividad, debido, en buena parte, a los incumplimientos de
Esmeracol y las solicitudes formuladas por dicha empresa. 

Por lo tanto, la Sala desestimará las pretensiones tercera principal y


subsidiaria.

3.4.7. La nulidad de la Resolución SFOM-154 de 15 de diciembre de 2005 y la


devolución de lo pagado a la autoridad minera por concepto de administración,
por inejecución de dicha obligación.

La sociedad demandante solicita que se declare la nulidad de la Resolución SFOM-


154 de 15 de diciembre de 2005 y que, como consecuencia de ello, se condene al
Ingeominas a restituir cualquier suma que, como efecto de dicha resolución hubiera
pagado. La Sala procederá, por lo tanto, a analizar los cargos formulados por la firma
impugnable contra dicha resolución, comenzando con aquellos que —como se verá—
han ido siendo indirectamente resueltos a lo largo de esta sentencia. 

3.4.7.1. Según el artículo 26 del Decreto 254 de 2004, hace parte de la masa de la


liquidación cualquier derecho patrimonial que ingrese o deba ingresar a Minercol Ltda.
—en liquidación—. Por lo tanto, las facturas relacionadas en la resolución censurada,
al constituir créditos a favor de ésta, hacían parte integrante de sus activos, y su
cuantificación, negociación y recaudo era competencia exclusiva del liquidador.
Conforme a lo previamente establecido en esta providencia, el artículo 27 del
Decreto 254 de 2004 excluyó expresamente de la masa de la liquidación de Minercol
las acreencias provenientes de los contratos mineros que, como el suscrito el 30 de
junio de 1995, vinieran ejecutándose. Por ende, no cabe afirmar –como lo hace la
demandante– que este formara parte de dicha masa, de acuerdo con el artículo 26 del
Decreto 254 de 2004, que es la disposición en la que se definía, con carácter general,
la masa de la liquidación, a la cual se aplica la excepción contenida en el artículo 27
precitado. En consecuencia, este cargo no está llamado a prosperar.

3.4.7.2.- Minercol en Liquidación no perdió su competencia para adelantar


cualquier cobro, conforme a lo establecido en el artículo 3º del Decreto 254 de 2004,
ya que éste le permitió conservar su capacidad jurídica para realizar los actos,
operaciones y contratos necesarios para efectuar su pronta liquidación.

Como lo estableció la Sala anteriormente en esta providencia, al haberse excluido


del patrimonio de Minercol Ltda. en Liquidación los contratos mineros en ejecución y
los recursos a ellos asignados, se excluyó así mismo de las funciones del Gerente
General de Minercol Ltda. en Liquidación todo lo relacionado con la fiscalización,
vigilancia, administración y recaudo de las contraprestaciones derivadas de tales
contratos, sobre lo cual tenía competencia el Ingeominas, conforme al artículo 5.11
del Decreto 252 de 2004 y el artículo 1º de la Resolución 18-0074 de 2004. Por ende,
este cargo será rechazado. 

3.4.7.3. Al momento de la expedición de la Resolución SFOM-154 de 2005 no se


había presentado una subrogación de la posición contractual.

De conformidad con lo determinado por esta Subsección en el análisis de la


legitimación en la causa, el artículo 28 del Decreto 254 de 2004 establecía que una
vez finalizada la liquidación de Minercol, y no antes, sus derechos y obligaciones
serían transferidos al Ministerio de Minas y Energía. Esta disposición, en cualquier
caso, hacía referencia a los bienes y derechos que formaban parte del patrimonio de
Minercol Ltda. en Liquidación, que son los que entraban en la liquidación de dicha
empresa. La subrogación de los contratos, como el del 30 de junio de 1995, operó por
disposición directa y expresa, como se explicó anteriormente. Este cargo es
consecuentemente impróspero.

3.4.7.4. Habiéndose acreditado la suspensión del suministro de explosivos, así


como la demora en el desagüe de los túneles por falta de fluido y, con ello, la
existencia de circunstancias de fuerza mayor durante el primer semestre de 2004, el
Tribunal debería haber restituido el equilibrio de la ecuación financiera del contrato. 

Esta corporación, como juez del contrato, estableció en los acápites 3.4.2 y 3.4.3
de esta sentencia, que la suspensión del suministro de explosivos y de energía
eléctrica a Esmeracol no constituyó un hecho externo, imprevisible e irresistible, que
imposibilitara su ejecución, ni que diera lugar al reajuste de las prestaciones
contractuales. Por lo tanto, este cargo será desestimado. 
3.4.7.5. Los efectos de la fuerza mayor se extendieron durante el primer semestre
de 2004 y más allá, ya que el suministro de explosivos a Esmeracol había sido
interrumpido hasta el 12 de marzo de 2004, por lo que la suspensión del contrato
debió prolongarse hasta esa fecha. Al no hacerlo, se presentó una falsa motivación. 

De conformidad con lo manifestado por la Sala en el anterior literal, este cargó será
igualmente rechazado. 

3.4.7.6. El considerando 4º de la Resolución D-332 de 2005 señala que


la subdirección de fiscalización y ordenamiento minero tiene la función de efectuar el
seguimiento y control del cumplimiento de las obligaciones de los titulares mineros.
Pero, con la determinación del monto de un crédito causado antes del 28 de enero de
2004, sobrepasó dicha competencia.

Con respecto a este cargo, la Sala estima que debe tenerse en cuenta, en primer
lugar, que el objetivo de la Resolución SFOM-154 de 2015 consistió en responder a la
solicitud de elaborar un acuerdo de pago para la cartera causada por Esmeracol, en el
que se tuviera en cuenta el cese de operaciones entre el 2002 y el 2003, ocasionada
por la suspensión del suministro de explosivos y energía eléctrica, elevada
formalmente por Esmeracol el 13 de abril 2005 .  (400)

Tras haber sostenido reuniones con representantes de Esmeracol, y recibir el


concepto técnico favorable del grupo de seguimiento y control del Ingeominas , el (401)

subdirector de fiscalización y ordenamiento minero del Ingeominas profirió la


Resolución SFOM-154 de 2005 , con la cual aceptó la suspensión del contrato
(402)

minero del 30 de junio de 1995, entre el 17 de febrero del 2003 y el 1º de enero de


2004; y, como consecuencia de ello, declaró que Esmeracol le adeuda al Ingeominas
$ 580’579.1335.

La Sala considera pertinente tener en cuenta, en primer lugar, que en el artículo 11


del Decreto 252 del 28 de enero de 2004 se definió la estructura del Ingeominas y se
creó la dirección de servicio minero, la cual tenía, entre otras, la función de ejercer
como autoridad minera, según el artículo 21 de dicho decreto. De la dirección de
servicio minero formaba parte la subdirección de fiscalización y ordenamiento minero,
a la cual el artículo 23 del Decreto 252 de 2004, modificado por el artículo 12 del
Decreto 3577 del 29 de octubre del 2004, le atribuyó, entre otras, las funciones de: (i)
efectuar el seguimiento y control del cumplimiento de las obligaciones por parte de los
titulares mineros y adoptar las medidas pertinentes e imponer las sanciones
correspondientes; (ii) liquidar, recaudar, distribuir y transferir las regalías y cualquier
otra contraprestación derivada de la explotación de minerales, en los términos
señalados en la ley; (iii) administrar las regalías, compensaciones y
contraprestaciones económicas señaladas en la ley y exigibles con posterioridad al 28
de enero de 2004, derivadas de los contratos, convenios y proyectos que hayan sido
recibidos por el Instituto en virtud de las funciones delegadas; y (iv) realizar la
distribución de las contraprestaciones y compensaciones causadas con anterioridad al
28 de enero de 2004 y recaudadas por la Empresa Nacional Minera, Minercol Ltda., o
por Minercol Ltda. en Liquidación.
Pues bien, para dar respuesta a la solicitud formulada por la actora, la subdirección
de fiscalización y ordenamiento minero procedió a verificar, en primer lugar, las
condiciones de cumplimiento del contrato de operación minera del 30 de junio de
1995, pudiendo constatar que las circunstancias por las que Esmeracol afirmaba que
había tenido que suspender las actividades de exploración y explotación minera eran
ciertas, conforme a la documentación por ésta aportada. Tales circunstancias fueron
consideradas eventos de fuerza mayor —lo que no comparte esta corporación— que
permitían acceder a la solicitud formulada por Esmeracol. Así, de acuerdo con su
interpretación de la ley y de los hechos puestos a su consideración, liquidó las
contraprestaciones económicas adeudadas por Esmeracol, descontando las causadas
dentro del lapso en el que Esmeracol suspendió las labores de explotación minera.
Conforme a lo anterior, en la Resolución SFOM-154 de 2005, el subdirector de
fiscalización y ordenamiento minero dio respuesta afirmativa a la solicitud presentada
por Esmeracol, indicando lo que, como consecuencia de dicha decisión, le
correspondía pagar. 

Resulta claro así —para esta Subsección— que la actuación de la subdirección de


fiscalización y ordenamiento minero se efectuó dentro del marco de las competencias
anteriormente mencionadas. Dentro de dichas competencias se encontraba, como se
explicó, la de “[e]fectuar el seguimiento y control del cumplimiento de las obligaciones
por parte de los titulares mineros [...]” mencionado en los considerandos de la
Resolución D-332 de 2005, a la que hizo referencia la recurrente. Y, para
pronunciarse sobre la solicitud de Esmeracol, expidió finalmente, un acto
administrativo, el cual era el resultado del ejercicio de sus funciones y resultaba
necesario para concluir el trámite iniciado con tal petición, lo que se menciona
asimismo en los considerandos de la Resolución D-332 de 2005 . La Resolución
(403)

SFOM-154 de 2005 se fundamentó así, claramente, en lo mencionado en los


considerandos de la Resolución D-332 invocada como sustento funcional de la
primera, en lo que el actor centraba su censura. 

En consecuencia, este cargo será rechazado.

3.4.7.7. En la Resolución SFOM-154 de 15 de diciembre de 2005, se tomó la


Resolución D-332 de 2005 como fuente de competencia, la cual asignó a
la subdirección de fiscalización y ordenamiento minero la función de expedir actos
administrativos sobre liquidación de los contratos mineros, lo que no coincide con lo
efectuado en la liquidación. 

En el literalmente precedente, la Sala estableció que la Resolución SFOM-154 de


15 de diciembre de 2005 fue emitida en el ejercicio de las competencias atribuidas a
la subdirección de fiscalización y ordenamiento minero. Consecuentemente, este
cargo tampoco está llamado a prosperar. 

3.4.7.8. Motivación insuficiente de la Resolución SFOM-154 de 15 de diciembre de


2005.

La sociedad impugnante argumentó que la motivación de los actos administrativos


implica dejar plasmados, al menos en forma sumaria, los fundamentos de hecho y de
derecho a partir los cuales se toma una decisión particular, lo que no puede
entenderse como una simple mención de las fuentes de la decisión, “[...] pues cuando
una resolución individualiza, cuantifica y liquida obligaciones, debe motivar el periodo
y la base sobre la cual se calcula el canon superficiario, la administración y los
intereses moratorios”. Esto —afirma la recurrente— impide conocer la tasa de interés
que se aplicaron y el capital que se cobra.

La falta de motivación, como causal de nulidad del acto administrativo, se presenta


cuando en éste no se indica, al menos de forma sucinta, los hechos y/o fundamentos
jurídicos que sustentan en proceder de la administración . Una de las formas
(404)

admitidas de motivación del acto administrativo es la motivación previa o remitida, la


que –como lo ha señalado esta corporación– se presenta “[...] cuando la
administración no se explaya en exponer los hechos, sino que remite a la actuación, a
lo previo, como cuando dice: ‘Con fundamento en la prueba que obra en el folio 20 del
expediente...tómese esta decisión...’” .  (405)

En este orden de ideas, no era necesario que en la Resolución SFOM-154 de 15


de diciembre de 2015 se trascribieran las operaciones de liquidación plasmadas en el
concepto técnico del grupo de seguimiento y control del Ingeominas , al cual hacía
(406)

referencia expresa la resolución controvertida y que se encontraba en el mismo


expediente administrativo, del cual se remitió copia auténtica a este proceso. Por lo
tanto, este cargo será rechazado. 

3.4.8. La nulidad, inoponibilidad o reliquidación de las facturas número 2958,


3317, 3318, 3385, 3442, 3625, 3626, 3788 y 3789.

3.4.8.1.- La compañía accionante depreca la nulidad o la declaración de


inoponibilidad de las anteriores facturas, con las que Minercol cobró el canon
superficiario y la administración pactadas en el contrato minero del 30 de junio de
1995, y que se declare que los cortes de energía eléctrica constituyeron un caso ajeno
a la voluntad de la actora, y que, en consecuencia, el contrato 122-95M fue objeto de
suspensión, por lo que la actora no podía efectuar los cobros realizados con tales
facturas. Además de los argumentos propuestos en sustento de las pretensiones
anteriormente resueltas en esta providencia, Esmeracol añadió que, por tratarse de
actos administrativos, debían ser notificadas personalmente, por lo que, al no haberlo
sido, son inoponibles.

3.4.8.2. La Sala recuerda que la necesidad de intervención del Estado en la


economía, que pugnaba con los principios de la economía clásica liberal para el logro
de intereses superiores, ha sido reconocida en la jurisprudencia contencioso-
administrativa inveterada  y fue incorporada al ordenamiento constitucional patrio
(407)

con el Acto Administrativo 1 de 1968 . Esta intervención —ha precisado esta


(408)

corporación— puede revestir modalidades diversas, como la fijación de precios


máximos , la regulación de tarifas , la inspección y vigilancia de actividades
(409) (410)

económicas , o su prohibición , o la gestión de actividades económicas propias de


(411) (412)

los particulares, sujetas al régimen jurídico común , entre otras. 


(413)
Como vehículo para la intervención del Estado en la economía mediante el
desarrollo de actividades características de la empresa privada , los Decreto 1050 y
(414)

3130 de 1968 introdujeron  las empresas industriales y comerciales del Estado como
(415)

“[...] organismos creados por la ley, o autorizados por ésta, que desarrollan


actividades de naturaleza industrial o comercial conforme a las reglas del derecho
privado, salvo las excepciones que consagra la ley [...]” ; definición que fue seguida
(416)

por la Ley 489 de 1998, que en su artículo 85 agregó únicamente a su objeto el


desarrollo de actividades de gestión . Los actos y contratos con los que estas
(417)

entidades desarrollaran su actividad económica, en la que compiten junto a los


particulares, están sujetos al derecho privado, pero —como lo precisaron la Sala de
Consulta Civil  y la Sección Tercera  desde un primer momento— la ley o sus
(418)-(419) (420)

estatutos podían conferirle, al momento de su creación o posteriormente,


prerrogativas públicas específicas, para el cumplimiento de funciones administrativas,
en lo que estaban sometidas al derecho público. Su creación, organización y algunos
aspectos de su funcionamiento, control fiscal, inspección técnica y relaciones con la
administración están sujetos, igualmente, al derecho público. 

De esa forma —como lo puntualizaron la Sala de Casación Civil  y la Sección (421)

Tercera — las empresas industriales y comerciales del Estado fueron previstas “para
(422)

adelantar actividades en el campo empresarial, ya sea en situación de monopolio, o


en régimen concurrente con particulares”, y asimismo pueden “tener encomendado el
ejercicio de funciones estatales”. La decisión del juzgador de someterlas, por regla
general, al régimen de actos “y hechos” de los particulares fue clara. Por lo tanto, “las
funciones administrativas que les sean atribuidas a las empresas industriales y
comerciales del Estado, lo habrán de ser de manera específica, de tal manera que no
quede duda en cuanto a la naturaleza de la función, así como en lo referente al
alcance de la misma” . En este sentido, la Sala Plena de lo Contencioso
(423)

Administrativo  y la Sección Cuarta precisaron que –conforme al artículo 43 del


(424) (425)

Decreto 3130 de 1968 – los privilegios y prerrogativas propios de la Nación y los


(426)

establecimientos públicos no se hacían extensivos a las empresas industriales y


comerciales del Estado, salvo que fueran conferidos expresamente por una norma
específica. 

3.4.8.3. Ahora bien, la Empresa Colombiana de Minas, Ecominas, en un primer


momento, Minerales de Colombia S.A., Mineralco, después, y la Empresa Nacional
Minera Ltda., Minercol, por último, estuvieron sometidas, a lo largo de su existencia, al
régimen de empresas industriales y comerciales del Estado, conforme a lo previsto en
el Decreto 912 de 1968 , la Ley 2 de 1990 , el Decreto 1377 de 1990  y el Decreto
(427) (428) (429)

1679 de 1997 . Por ende, conforme al artículo 31 del Decreto 3130 de 1968, los
(430)

actos que realizaran “para el desarrollo de sus actividades industriales y comerciales,


esta[ban] sujetos a las reglas del derecho privado”, mientras que los efectuados “para
el cumplimiento de las funciones administrativas que les haya confiado la ley, son
actos administrativos. En igual sentido, el artículo 93 de la Ley 489 de 1998 disponía
que los actos que expidieran “para el desarrollo de su actividad propia, industrial o
comercial o de gestión económica se sujetarán a las disposiciones del derecho
privado”. 
En 1968, cuando se reconoció constitucionalmente la intervención del Estado en la
economía y fueron introducidas las empresas industriales y comerciales del Estado,
fue creada la Empresa Colombiana de Esmeraldas —denominada Empresa
Colombiana de Minas con el artículo 31 del Decreto-Ley 3161 de 1968—, como uno
una de dichas entidades descentralizadas, cuya actividad, en un comienzo, se limitó al
desarrollo de labores propias de la industria minera, como: la explotación,
administración y gestión de yacimientos de esmeraldas, y de bienes muebles
destinados a trabajos mineros, la adquisición de títulos, el desarrollo de
investigaciones en el campo de la minería esmeraldífera, la contratación de servicios
técnicos, así como la compra, venta, lapidación y, en general, el desarrollo de
operaciones comerciales e industries relacionas con las esmeraldas y otras piedras
preciosas o semipreciosas . De esta forma, Esmeracol desarrollaba actividades
(431)

propias de un particular en una economía de mercado. 

Posteriormente, para un mejor control de las actividades de talla, comercio y


exportación de esmeraldas, por medio del Decreto 1411 de 1978 fueron asignadas a
Ecominas las funciones de emisión de guías, registro, exportación de esmeraldas y
sancionatoria que, conforme al Decreto 293 de 1964, le correspondían al Ministerio de
Minas y Energía . Ecominas mantuvo, en líneas generales, esas funciones
(432)

típicamente administrativas, conforme a la transformación de la empresa que se


produjo a través de la Ley 2 de 1990 (art. 3.f).

Luego, con la fusión de Mineralco y Ecocarbón, dispuesta en el Decreto 1679 de


1997, fueron asignadas nuevas funciones a Minercol Ltda., como las de fomentar el
fortalecimiento de la infraestructura para el transporte de minerales, controlar
técnicamente la explotación racional de los yacimientos y “[l]as funciones que ejercía
la dirección general de minas, la subdirección de evaluación de proyectos, la
subdirección de ingeniería, la división legal de minas y las divisiones regionales de
minas del Ministerio de Minas y Energía”. 

Finalmente, con la adopción de un nuevo Código de Minas por medio de la Ley 685
de 2001, el Ministerio de Minas fue instituido como autoridad minera (art. 317). Sin
embargo, dicho organismo no contaba la infraestructura necesaria para adelantar
todas las funciones que, como tal, le fueron atribuidas , por lo que, con la Resolución
(433)

181130 de 2001, procedió a delegar a Minercol algunas de las funciones que en virtud
de la Ley 685 del 2001 le correspondían.

De esa forma, Minercol ejecutó funciones administrativas, como la de cancelar


licencias de explotación  o decidir sobre la conversión de una licencia de exploración
(434)

en una de explotación  que, en principio, le correspondían al Ministerio de Minas


(435)
.
(436)-(437)

Así —observa la Sala— fueron asignándosele a Ecominas y luego a Minercol


competencias de raigambre administrativo, que no poseía en un principio, cuando
había sido concebida para el desarrollo de actividades propias de la empresa privada.
Pasaron así Ecominas y Minercol a tener una caracterización bifronte, mostrando una
faceta propia de una empresa minera, por un lado, y desarrollando a su vez labores
de regulación, control y fomento de la minería. 
3.4.8.4. En todo caso, a lo largo de sus transformaciones, Ecominas, Mineralco y
Minercol mantuvieron la actividad característica de una empresa minera en el área en
la que se desarrolló el contrato minero del 30 de junio de 1995. Desde un principio,
Ecominas tuvo la función de “[e]xplorar, explotar y administrar los yacimientos de
esmeraldas y demás piedras preciosas y semipreciosas, de berilo o glucinio, o de
cualesquiera otras especies de minerales que se encuentren dentro de la zona de la
reserva nacional, cuya alinderación, de acuerdo con el artículo primero del Decreto
400 de 1899”, es decir, las comprendidas en la reserva de Muzo y Coscuez . Con
(438)-(439)

la creación de Mineralco, que se produjo por medio de la Ley 2 de 1990 y el Decreto


1377 de 1990, mantuvo esa función, para lo cual podía realizar los contratos que se
requirieran. Y, finalmente, con Decreto 1679 de 1997, dicha función quedó
comprendida dentro de la más amplia de “[c]ontratar la exploración y explotación de
los recursos mineros y carboníferos del país” (art. 4.b). De esa forma, la contratación
de la explotación minera formó siempre parte de la característica actividad comercial y
empresarial desarrollada por Ecominas, Mineralco y Minercol.

De la contratación para la explotación de recursos mineros, como los comprendidos


en el zona de Muzo y Coscuez , surgen la obligación de pagar los cánones
(440)

superficiarios, que “constituyen una contraprestación que se cobra por la entidad


contratante sin consideración a quien tenga la propiedad o posesión de los terrenos
de ubicación del contrato, sobre la totalidad del área de las concesiones [...]” . Si (441)

bien, el parágrafo 1º del artículo 17 de la Ley 141 de 1994 fijó el monto de los cánones
superficiarios que pagarían los beneficiarios de títulos mineros comprendidos en la
reserva de Muzo y Coscuez, dicha norma estableció también que “[l]os contratos
vigentes a la promulgación de la presente ley, se renovarán a partir de la etapa de
explotación teniendo en cuenta la clasificación anterior”. De esta forma, como se
mencionó anteriormente , la obligación de pagar cánones superficiarios debía
(442)

pactarse en los contratos de explotación minera, que constituían la fuente de la


misma.

La fuente del canon superficiario, por tanto, no es la ley, sino el acuerdo de


voluntades. Así lo entendió el jefe de la oficina jurídica de Mineralco, que en el oficio
0631 del 11 de abril de 1995  manifestó que, contrario a lo dicho por el gerente de
(443)

Esmeracol :
(444)

“[...] el artículo 17, parágrafo primero no establece como imperativo la


renovación a 25 años de los contratos, lo que establece como imperativo es la
clasificación que se encuentra dentro de ese artículo, lo que obligatoriamente
deberá tenerse en cuenta de prorrogarse el mismo.

Por esta razón, y con el fin de llevar a cabo una contratación ajustada a derecho,
Mineralco lo invita a estudiar conjuntamente los términos de esta contratación, el
viernes 21 de abril de 1995, a las 11:00 A.M.”.  

Así pues, como lo determinó la Sala anteriormente , bajo esa interpretación fue
(445)

suscrito el contrato de 30 de junio de 1995, en el que se pactó que:


“EL OPERADOR pagará un canon superficiario como contraprestación distinta a
las regalías, por el área contratada, así: PERÍODO DE EXPLOTACIÓN. Por
cada año el valor resultante de multiplicar veinte (20) salarios mínimos legales
mensuales vigentes para el período, por el número de hectáreas contratadas.
ADMINISTRACIÓN DEL CONTRATO. ADMINISTRACIÓN DEL CONTRATO. EL
OPERADOR pagará a MINERALCO S.A., por concepto de administración del
contrato durante la vigencia del mismo, dos (2) salarios mínimos mensuales por
hectárea-año, vigente al momento de su cancelación. [...] PARÁGRAFO
SEGUNDO. Forma de pago. El operador cancelará a Mineralco S. A., el valor
correspondiente al período de explotación más el valor correspondiente a la
administración del contrato, en forma trimestral dentro de los diez (10) días
siguientes al vencimiento de trimestre, en las oficinas de Mineralco S.A., en la
ciudad de Santafé de Bogotá D.C. [...]” .
(446)

De esta forma, estima la Sala, la obligación de pagar el canon superficiario, en la


que resulta irrelevante quien detente la propiedad o posesión de los terrenos de
ubicación del contrato que, en este caso, tiene un monto fácilmente determinable, así
como un momento y lugar de cancelación definidos, surge del contrato en el que se
acordó, como del contrato emerge directamente la obligación de pagar un canon de
arrendamiento, una vez haya expirado el período estipulado , sin que sea necesaria
(447)

la emisión de una factura u otro documento para su nacimiento o exigibilidad. 

En el contrato de 30 de junio de 1995 se convino además, observa la Sala, un pago


periódico por concepto de administración, que —como se determinó previamente — (448)

es una de las “compensaciones” que, conforme a la jurisprudencia de la Corte


Constitucional  —seguida por la Sala de Consulta y Servicio Civil —, “[...] son el
(449) (450)

objeto de una obligación pactada en los contratos de explotación de recursos


naturales no renovables, mediante la cual el contratista ejecutor de dicha
explotación se compromete a pagar una contraprestación a favor del Estado por
haber éste aceptado y prestado su concurso en la explotación de dichos
recursos. Por lo tanto, el origen, el objeto y el ámbito de las compensaciones es
el acuerdo de voluntades, dentro de los parámetros fijados por la Constitución y
la ley” (énfasis añadido). Forzoso resulta así concluir que la obligación del pago
mensual por concepto de Administración surge también del contrato, sin que se
requiera una actuación adicional de la otra parte contratante. 

3.4.8.5. Ahora bien, los actos administrativos se caracterizan, principalmente, por


ser una manifestación de la voluntad unilateral de la administración, en sentido
funcional, que crea, modifica o extingue situaciones jurídicas . Sin embargo,
(451)

conforme a lo expuesto precedentemente, en este caso, la obligación de pagar los


cánones superficiales y las cuotas periódicas de Administración a cargo de Esmeracol
tiene una fuente contractual directa, sin que en ello incida la emisión de facturas que,
consecuentemente, no crean, modifican ni extinguen situaciones jurídicas. Por lo
tanto, no pueden considerarse actos administrativos. 

3.4.8.6. Aparte, para que la manifestación de la voluntad administrativa, por sí


misma, haga nacer, modifique o extinga una situación jurídica, es necesario que se
produzca en el ejercicio de una potestad administrativa, dispuesta en el derecho
público . Los actos administrativos en firme son obligatorios mientras no hayan sido
(452)

suspendidos o anulados judicialmente , y pueden ser ejecutados directamente por la


(453)

administración, incluso contra la voluntad de los interesados , lo que implica una (454)

prerrogativa pública en la que el principio de igualdad cede ante la autoridad . Los (455)

actos administrativos son así actos de autoridad . En razón a ello, deben ser
(456)

notificadas o publicadas , con la exposición —por regla general— de las razones de


(457)

hecho y derecho en las que se fundamentan , y producirse en ejercicio de una


(458)

competencia que, como medida de la potestad , sea determinada directa o (459)

indirectamente por la ley , como garantía de los administrados, cuya esfera jurídica
(460)-(461)

resulta alterada sin su consentimiento. 

En el presente caso, como se expuso previamente, la función empresarial de


explotar y administrar los yacimientos esmeraldíferos de Muzo y Coscuez, para lo cual
podía realizar los contratos requeridos, fue asignada desde el primer momento a
Ecominas y, tras ello, a Mineralco y a Minercol. Pese a que paulatinamente fueron
asignándosele funciones administrativas a dichas empresas industriales y comerciales
del Estado, dicha actividad extractiva, propia de la empresa minera para la cual fue
concebida como una entidad sujeta a derecho privado, se mantuvo durante su
existencia. 

Así, en desarrollo de la actividad empresarial que le correspondía, Minercol estaba


obligada a emitir facturas por las operaciones que, como en este caso, realizaran.
Conforme al Estatuto Tributario, tales facturas deben contener: (i) su razón social y
número de identificación tributaria; (ii) el número y fecha de la factura; (iii) una
descripción específica o genérica de los artículos vendidos o servicios prestados; y
(iv) el valor total de la operación . La Sala observa que las facturas 2975, 2958,
(462)

3317, 3318, 3385, 3442, 3625, 3626, 3788 y 3789 contenían tales elementos . Es (463)

pues esa, la naturaleza jurídica de dichos documentos. 

3.4.8.7. No pasa por alto la Sala que —como lo esgrimió la sociedad actora— en el
acuerdo de pago suscrito el 23 de abril de 2002 entre Minercol y Esmeracol, estas
pactaron que:

“Las facturas expedidas por Mineralco S.A., con lleno de los requisito de la Ley,
constituyen la manifestación de voluntad de la Administración, la cual está
encaminada a producir efectos jurídicos entre las partes, los cuales trascienden
en [sic] en la obligación estatal de liquidar las contraprestaciones con base en el
área reducida y en la obligación del particular o del contratista para el caso en
estudio, de cancelar dichas contraprestaciones, con lo cual queda demostrada la
modificación del área del contrato inicial, en atención a la solicitud del
contratista” (subrayado añadido). 

Con ello, observa esta Subsección, se buscó generar con las facturas el efecto de
modificar el área del contrato pactada inicialmente en 73,3856 hectáreas, para que se
redujera a aproximadamente 47 hectáreas, como lo venía solicitando Esmeracol
desde el 23 de octubre de 1996  y, para lo cual, conforme indicado el Subgerente
(464)

Técnico de Mineralco  y a lo manifestado en acta del comité de contratación y crédito


(465)

de Mineralcodel 6 de mayo de 1998 , se requería la firma de un otrosí, con el que se


(466)
modificara la cláusula 2ª del contrato minero del 30 de junio de 1995; convenio
modificatorio que se comprometieron a suscribir Esmeracol y Minercol en la cláusula
7ª del referido acuerdo de pago y finalmente fue firmado el 15 de julio de 2002 . (467)

No obstante, las potestades administrativas y las competencias en las que se


determina la medida de aquellas, las cuales dan lugar a la expedición de actos
administrativos, deben ser definidas directa o indirectamente por el legislador, pero,
en ningún caso, por el acuerdo de voluntades. No se observa, sin embargo, en el
referido pacto, referencia a disposición alguna de la que se desprenda la obligación de
liquidar las contraprestaciones pactadas con base en el área reducida solicitada por el
contratista. Además, si bastara con la manifestación de voluntad administrativa y no
se requiriera la suscripción de una convención modificatoria para reducir el área del
contrato, junto con su inscripción en el registro minero —como se desprende de los
artículos 52, 56, 58 y 80 del Decreto 2655 de 1988 — las partes contratantes no
(468)

hubieran procedido de la manera en que lo hicieron con la suscripción del otrosí que
modificó el área del contrato. 

Pero para redundar en razones, esta Judicatura nota que durante la ejecución del
contrato minero del 30 de junio de 1995 las partes contratantes no le dieron a las
facturas el tratamiento de un acto administrativo. Tanto es así, que en los casos en los
que Esmeracol estuvo disconforme con los cobros efectuados, no recurrió las
facturas, sino que se limitó a devolverlas, como consta en las comunicaciones de 13
de noviembre de 2001 , 17 de diciembre de 2001 , 19 de abril de 2002  y 15 de
(469) (470) (471)

mayo de 2002 , con las cuales la sociedad actora procedió a “devolver” facturas a
(472)

Minercol, alegando que no se ajustaban al área del contrato o que habían sido
emitidas antes del vencimiento del trimestre que daba lugar al cobro de la obligación.
Minercol, por su parte, cuando accedió a las glosas formuladas por Esmeracol con la
devolución de las facturas número 002704 y 002733, se limitó a emitir dos (2) nuevas
facturas, sin pronunciarse sobre la revocación de las anteriores, como procedería en
caso de que se trataran de actos administrativos. Además, en el acuerdo de pago del
23 de abril de 2002, Esmeracol y Minercol estipularon que “Esmeracol. S.A., firmará y
otorgará un pagará [en] garantía a [sic] la obligación a que se refiere el acuerdo” , lo (473)

que hubiera sido en necesario en caso de que las facturas constituyeran actos
administrativos los cuales –como se expuso– pueden ser ejecutados directamente por
la Administración. 

3.4.8.8. En este orden de ideas, la Sala concluye que: (i) Minercol tenía la facultad
de cobrar los cánones y cuotas periódicas de administración pactadas en el contrato
minero del 30 de junio de 1995, cuyo pago constituía una obligación de Esmeracol
derivada directamente del contrato y las convenciones modificatorias; y (ii) las facturas
2975, 2958, 3317, 3318, 3385, 3442, 3625, 3626, 3788 y 3789 no son actos
administrativos, ya que no generan efectos jurídicos, y no fueron proferidas en
ejercicio de una potestad administrativa definida directa o indirectamente por el
legislador. Además, no fueron tratadas como actos administrativos por las partes
contratantes. Por lo tanto, no se requería su notificación o comunicación conforme a lo
establecido en el artículo 44 del Código Contencioso Administrativo. 
Las facturas, en definitiva, constituyeron actuaciones que dieron lugar a la solicitud
de acuerdo de pago, presentada por Esmeracol el 13 de abril de 2005, en razón al
cese de operaciones que, durante 14 meses, afrontó dicha empresa entre 2002 y
2003, debido a la falta de fluido eléctrico y la sanción de la industria militar , a la que
(474)

respondió negativamente el Ingeominas mediante el acto administrativo contenido en


la Resolución SFOM-154 de 2005 , con el que concluyó el termite iniciado con la
(475)

petición de Esmeracol, en ejercicio de competencias administrativas que al


Ingeominas, como establecimiento público , le fueron asignadas en el artículo 23
(476)-(477)

del Decreto 252 de 2004, modificado por el artículo 12 del Decreto 3577 del 29 de
octubre del 2004, como se determinó anteriormente .  (478)

3.4.8.9. Por lo tanto, de conformidad con los anteriores razonamientos, la Sala


desestimará las pretensiones primera, segunda y tercera subsidiarias a las
pretensiones principales tercera a décima, así como a sus pretensiones
subsidiarias, y la pretensión subsidiaria a la decimoquinta principal.

3.4.9. Solicitud de corrección de la liquidación realizada por el a quo.  

3.4.9.1. La entidad accionada solicitó que se corrigiera la liquidación realizada por


el fallador de primera instancia, por las siguientes razones: (i) el segundo semestre de
2002 se debió liquidar a partir del área inicial del contrato 122-95M (73,3856
hectáreas), porque el otrosí que redujo el área fue suscrito el 15 de junio de 2002 y se
perfeccionó el 27 de setiembre del mismo año; (ii) en la Resolución SFOM-154 de
2005, las contraprestaciones correspondientes al tercer y cuarto semestre de 2002
fueron calculadas con el área inicial de 73,3856 hectáreas, por lo que el valor debe
ajustarse al área establecida de 46,9446 hectáreas; (iii) de acuerdo con lo anterior, el
capital adeudado por concepto de canon superficiario correspondiente a los trimestres
segundo, tercero y cuarto de 2002 ascendería a $ 248’445.016, el cual generó un
interés moratorio que, liquidado a la tasa máxima permitida por la ley que —afirma—,
sería de $ 199’700.195; (iv) en el fallo, el monto de la administración se calculó a
partir del SMMLV del 2002, pese a que debía calcularse con base en el SMMLV de
2005; y (v) el total del capital en intereses adeudados ascendería así a $ 410’328.407,
“antes del IPC”. 

3.4.9.2. La Sala considera pertinente examinar, en primer lugar, las razones por las
que el a quo procedió a recalcular lo adeudado por Esmeracol. En el fallo de primera
instancia, el tribunal manifestó lo siguiente: 

“[...] si bien los cargos de la demanda no prosperan, la Sala encuentra que en la


resolución SFOM-154 de 2005, la autoridad minera se estaría enriqueciendo sin
justa causa en el cobro de la deuda, pues como se advirtió la liquidación de la
deuda se causó con base en el área inicialmente estipulada (73.3856
hectáreas), y luego de la suscripción del otrosí de fecha 15 de julio de 2002, se
redujo el área a 46.9496 hectáreas, las cuales fueron señaladas al momento de
realizar la operación matemática en la descripción de cada una de las facturas
mencionadas, originándose con ello un empobrecimiento sin causa a Esmeracol
S.A. [...]”. 
Por lo anterior, el a quo procedió a re-liquidar las prestaciones económicas cuyo
cobro se efectuaba en la Resolución SFOM -154 de 2005 y, finalmente, resolvió: 

“SEGUNDO. Dar por probada la pretensión tercera subsidiaria de la décima


principal.  

TERCERO. Modificar el inciso primero del numeral segundo de la resolución


SFOM-154 de 2005, el cual quedará así: 

‘Declarar que como consecuencia de la suspensión de actividades prevista en el


artículo anterior, la sociedad comercial ESMERACOL S.A. adeuda al Instituto
Colombiano de Geología y Minería – INGEOMINAS, la suma de quinientos
sesenta y siete millones ciento cuarenta y dos mil trescientos noventa pesos
moneda corriente ($ 557.142.390)”. 

Salta a la vista la contradicción en la que incurrió el a quo, ya que, primero, afirmó
que los cargos de la demanda no prosperaban y, luego, procedió a estimar la
pretensión tercera subsidiaria de la décima principal. 

3.4.9.3. Para esta Sala de Subsección es oportuno recordar que, según el principio
de congruencia, invocado en sustento del recurso de alzada interpuesto por
Esmeracol, la sentencia debe guardar consonancia con los hechos y pretensiones
esgrimidos en la demanda, así como en las alegaciones, recursos excepciones y
defensas presentados oportunamente, y las excepciones y defensas .  (479)

Ahora bien, se presenta incongruencia en la sentencia por fallo extra petita,


“[...] cuando se condena al demandado por un objeto diverso al pretendido o por una
causa diferente a la que se invoca en la demanda [...]” , lo que atenta contra el
(480)

debido proceso y desconoce el deber de motivación de las providencias judiciales , (481)

por lo que se encuentra proscrito en nuestro ordenamiento procesal . Este vicio (482)

procesal se presenta en fallos condenatorios, como lo ha precisado esta


Subsección . Debe tenerse en cuenta además que “[...] la causa petendi en las
(483)

acciones de nulidad alude a las normas que se citan como violadas y al concepto de
la violación” . Esto es así, debido a que al actor le corresponde desvirtuar la
(484)

presunción de validez del acto administrativo. El juez, en todo caso, tiene un margen
de interpretación frente a los hechos alegados y probados por la parte demandante y
la definición de la norma o el régimen jurídico aplicable al caso . (485)

Cabe precisar, por otra parte, que el juzgador tiene algunas facultades oficiosas,
que lo desatan de lo demandado. La Sala Plena de lo Contencioso Administrativo ha
señalado que, en esta jurisdicción, el fallador puede pronunciarse sobre cualquier
excepción, así no hubiera sido propuesta, conforme al artículo 164 del Código
Contencioso Administrativo . Asimismo, el fallador puede decretar de oficio las
(486)

nulidades absolutas, ya que con su sanción se protege el interés general y el orden


público . Se ha aceptado también, que el juzgador se pronuncie oficiosamente sobre
(487)

las lesiones que afecten bienes reconocidos convencionalmente . (488)


3.4.9.4. En este asunto, la declaración del pago de lo no debido por Esmeracol no
constituía una excepción, ni daba lugar a la nulidad absoluta del proceso, ni lesionaba
bienes reconocidos convencionalmente. 

Por otra parte, la Sala advierte que en la demanda no se argumentó que en la


resolución atacada se hubiera liquidado erróneamente las contraprestaciones a cargo
de Esmeracol, por haberse liquidado sobre un área distinta a la que correspondía,
como lo estimó el Tribunal. A ello no hizo referencia la demandante en el capítulo de
la demanda denominado “HECHOS QUE DETERMINAN LOS VICIOS QUE
AFECTAN LA VALIDEZ DE LA RESOLUCIÓN SFO-154 DE 1 DE DICIEMBRE DE
2005 EXPEDIDA POR EL INSTITUTO COLOMBIANO DE GEOLOGÍA Y MINERÍA –
INGEOMINAS- A TRAVÉS DE LA SUBDIRECCIÓN DE FISCALIZACIÓN Y
ORDENAMIENTO MINERO” , ni fue mencionado en el apartado relativo a los
(489)

“VICIOS DE LOS ACTOS PRODUCIDOS EN DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD


CONTRACTUAL” , ni en el titulado “NORMAS VIOLADAS Y CONCEPTO DE LA
(490)

VIOLACIÓN” , los cuales quedaron expuesto en el apartado relativo a la demanda.


(491)

La Sala no pasa por alto que en las pretensiones tercera subsidiaria a la primera y
segunda pretensiones principales —sobre la cual operó la caducidad— y la
subsidiaria a la tercera principal, el actor solicitó que se declarara el pago de lo no
debido de la siguiente forma:

“Tercera  pretensión subsidiaria a la primera y segunda pretensiones principales:  

En caso de que no prospere la segunda pretensión subsidiaria a la primera y


segunda pretensiones principales, se solicita que en subsidio, el tribunal declare
que constituye un pago de lo no debido el realizado por la sociedad
ESMERALDAS Y MINAS DE COLOMBIA, ESPERACOL S.A., a la autoridad
minera los pagos que se realizaron a título de pago de Canon anual
Superficiario en el período de explotación y resultado de multiplicar veinte (20)
salarios mínimos legales mensuales vigentes para el periodo por el número de
hectáreas contratadas. || En consecuencia la autoridad minera debe restituir las
sumas recibidas por dicho concepto debidamente actualizadas. 

[...] 

TERCERA PRETENSIÓN PRINCIPAL: 

[...] 

Pretensión subsidiaria:  

En el evento de que no prospere la pretensión principal anterior, en subsidio


solicito que se declare que al no haberse realizado actividades de
administración del contrato, cualquiera suma pagada por ESMERALDAS Y
MINAS DE COLOMBIA, ESPERACOL S.A., constituyen el pago de lo no debido
y en consecuencia, le deben ser restituidas con la actualización debida, las
sumas pagadas por ese concepto” .  (492)
El fundamento factico de la anterior solicitud lo hizo consistir la actora en lo
siguiente: 

“55. Del pago de lo no Debido Realizado por ESMERALDAS Y MINAS DE


COLOMBIA, ESPERACOL S.A. a favor de la autoridad minera por haber
pagado sumas por encima del tope legal. Resulta que la demandante pagó
desde el 30 de junio de 1995 hasta el presente de esta demanda, sumas
superiores a las legalmente permitidas por razón del canon superficiario.  

Adicionalmente, pagó por concepto de administración, sumas que no debía pues


la autoridad minera no realizó actividades de administración del contrato” . (493)

Finalmente, como normas violadas y concepto de la violación, en el libelo


introductorio se argumentó, con respecto al pago de lo no debido, que:

“De la violación de las disposiciones contenidas en los artículos el artículo


2.0(sic) de la Ley 685 de 2001; artículos 213 y 214 del Decreto 2655 del 1988
y artículo 1º del Decreto 727 de 1990, por parte de la cláusula cuarta de la
renovación del contrato de operación minera 122-95M del 7 de diciembre de
1981, suscrita el 30 de junio de 1995, de las facturas expedidas por la sociedad
Empresa nacional Minera Ltda. Minercol Ltda. y por la Resolución SFOM-154 de
15 de diciembre de 2005, en tanto que los mencionados actos consagran el
canon superficiario para eventos legales no previstos, por cuantía
extremadamente superiores a las legalmente señaladas y factura y pretenden
cobrarlos, tal como se expresó en los hechos de la presente demanda” . (494)

Se aprecia así que —como se narró en los apartados de esta providencia relativos
a la demanda y al trámite de primera instancia— la actora, tanto en la demanda como
en las alegaciones previas al fallo de primera instancia, argumentó que el pago de lo
no debido obedecía (i) a la omisión, por parte de la autoridad minera, de su obligación
de administración; y a una (ii) supuesta invalidez de la disposición contractual en la
que se había fijado el canon superficiario. De lo anterior, queda claro —para esta Sala
— que no cabe interpretar lo solicitado y argumentado por la accionante, en un
sentido en el que cupiera entender que se pidió el pago de lo no debido, porque en la
liquidación efectuada en la Resolución SFOM-154 de 2005 no se hubiera tenido en
cuenta el área correspondiente. 

Por último, debe tenerse en cuenta que, como lo ha manifestado esta corporación:

“[...] el juez conductor del proceso es garante de los derechos fundamentales de


las partes en el marco del trámite procesal, particularmente del derecho al
debido proceso, del cual forma parte esencial el principio de congruencia, es
claro entonces que el juez puede y debe decretar de oficio configurada su
vulneración [...]” . 
(495)

Así pues, de conformidad con los razonamientos anteriormente expuestos, esta


Subsección procederá a revocar la sentencia de primera instancia en su totalidad. 
3.5. Condena en costas. 

No hay condena en costas, porque de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 55 de


la Ley 446 de 1998, sólo hay lugar a su imposición, cuando alguna de las partes
hubiere actuado temerariamente y como en este caso no se vislumbra que se hubiese
actuado de esa manera, no se hará condena alguna en ese sentido.

En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Tercera, Subsección C, administrando justicia en nombre de
la República y por autoridad de la ley,

FALLA:

1. REVOCAR la sentencia del seis (6) de octubre de dos mil diez (2010), proferida
por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, Sección Tercera, Subsección B, junto
con la aclaración efectuada mediante auto del diez (10) de noviembre del dos mil diez
(2010) y, en su lugar, disponer lo siguiente:

PRIMERO: DECLARAR que se acreditó la excepción de falta de legitimación en


la causa por pasiva de la Empresa Nacional Minera Ltda. en Liquidación,
Minercol Ltda. en Liquidación. 

SEGUNDO: NEGAR todas las pretensiones de la demanda, por los motivos


expuestos en esta providencia. 

TERCERO: Sin condena a costas. 

2. RECONOCER a la Agencia Nacional de Minería, ANM, como sucesora procesal


del Instituto Colombiano de Geología y Minería, Ingeominas.

3. RECONOCER a la abogada Alexa Catherine Ortiz Rodríguez, identificada con la


cédula de ciudadanía Nº 52.787.409 y portadora de la tarjeta profesional Nº 121.528
expedida por el Consejo Superior de la Judicatura, como apoderada judicial de la
Nación – Ministerio de Minas y Energía, en los términos y para los fines a los que
alude el poder a ella conferido. 

4. Ejecutoriada esta providencia devuélvase el expediente al tribunal de origen.

Notifíquese y cúmplase.

Magistrados: Jaime Enrique Rodríguez Navas, Presidente de Sala—Guillermo


Sánchez Luque, aclaró voto—Nicolás Yepes Corrales».

30 23 de febrero de 2006.

31 L. 685/2001. “ART.  293.—De las acciones referentes a los contratos de concesión que tengan por
objeto la exploración y explotación de minas, conocerán en primera instancia, los tribunales administrativos
con jurisdicción en el lugar de la celebración”.
32 CCA. “ART. 129.—El Consejo de Estado, en Sala de lo Contencioso Administrativo conocerá en
segunda instancia de las apelaciones de las sentencias dictadas en primera instancia por los tribunales
administrativos y de las apelaciones de autos susceptibles de este medio de impugnación, así como de los
recursos de queja cuando no se conceda el de apelación o se conceda en un efecto distinto del que
corresponda, o no se conceda el extraordinario de revisión”.

33 Al respecto: Corte Constitucional. Sentencia C-891 de 2002, apartado 27.

34 L. 685/2001. “ART.  2°—Ámbito material del  código. El presente  código regula las relaciones
jurídicas del Estado con los particulares y las de estos entre sí, por causa de los trabajos y obras de la
industria minera en sus fases de prospección, exploración, construcción y montaje, explotación, beneficio,
transformación, transporte y promoción de los minerales que se encuentren en el suelo o el subsuelo, ya sean
de propiedad nacional o de propiedad privada. Se excluyen la exploración y explotación de hidrocarburos
líquidos y gaseosos que se regirán por las disposiciones especiales sobre la materia”.

35 Corte Constitucional, Sentencia C-339 de 2002, apartado 4º; y Sentencia C-891 de 2002, apartado 30.

36 L. 685/2001. “ART.  289.—Acción de nulidad del contrato. Solamente la administración, el


concesionario, los terceros que acrediten interés directo y el Ministerio Público, podrán pedir que se declare la
inexistencia o nulidad del contrato de concesión minera, en las condiciones y con los requisitos señalados en
el artículo 87 del Código Contencioso Administrativo”.

37 CCA. ART. 87.—Subrogado por el artículo 32 de la Ley 446 de 1998. “De las controversias
contractuales.  Cualquiera de las partes de un contrato estatal podrá pedir que se declare su existencia o su
nulidad y que se hagan las declaraciones, condenas o restituciones consecuenciales, que se ordene su
revisión, que se declare su incumplimiento y que se condene al responsable a indemnizar los perjuicios y que
se hagan otras declaraciones y condenas”.

38 L. 685/2001. “ART. 297.—Remisión. En el procedimiento gubernativo y en las acciones judiciales, en


materia minera, se estará en lo pertinente, a las disposiciones del Código Contencioso Administrativo y para
la forma de practicar las pruebas y su valoración se aplicarán las del Código de Procedimiento Civil”.

39 “Debemos cuidarnos de confundir las nociones de proceso y litigio, aunque en materia civil, laboral y
contencioso administrativa, es común en la mayoría de los procesos la existencia de personas con intereses
opuestos o diferentes y entonces en ellos existe litigio y se produce una especie de lucha judicial en que se
esgrimen armas de ataque y de defensa; pero también es evidente, y ello no debe ser olvidado, que en otros
falta absolutamente el litigo. Es decir, en esta clase de proceso existe generalmente el litigio, en la misma
forma que la enfermedad en la curación, sirviendo de pretexto para iniciarlos, pero no se confunden: el
proceso se inicia entonces ante el juez y se desarrolla en su presencia; el litigio existe desde antes entre las
partes, y puede ocurrir que a pesar de él no se inicie ningún proceso”. DEVIS ECHANDÍA,
Hernando. Compendio de derecho procesal, Tomo I, Editorial ABC, Bogotá, 1983, p. 139.

40 Corte Constitucional, Sentencia C-891 de 2002, apartado 39.

41 D. 2655/88. “ART. 212.—Contraprestaciones económicas.  Las contraprestaciones económicas que


percibe el Estado a cargo de las personas a quienes se otorga el derecho a explorar o explotar recursos
minerales, constituyen una retribución directa por el aprovechamiento económico de dichos bienes de
propiedad nacional. Clases de contraprestación económica.  Las contraprestaciones económicas son de
cuatro clases: ||  ● Canon superficiario. ||  ● Regalías. || ● Participaciones. ||  ● Impuestos específicos. || El
canon superficiario es la suma de dinero que deberán pagar los beneficiarios de licencias de exploración en
los términos señalados en este capítulo, siempre y cuando se trate de proyectos de gran minería”. L.
685/2001. “ART. 226.—Contraprestaciones económicas.  Las contraprestaciones económicas son las
sumas o especies que recibe el Estado por la explotación de los recursos naturales no renovables”.

42 Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil. Concepto de 29 de octubre de 2014, Exp. 2216.

43 Corte Constitucional, Sentencia C-251 de 2003.


44 Apartados 2.4.4.5 y 3.4.8.4.

45 Al respecto: ORTIZ RODRÍGUEZ, Alexa C. Manual de derecho minero, Universidad Externado de


Colombia, Bogotá, 2014, p. 149. TORRES RICO, Aníbal. Tratado de Regalías Mineras e Hidrocarburos,
Editorial Carrera 7ª, Bogotá, 2008, p. 33.

46 L. 141/94. “ART.  1°—Constitución del Fondo Nacional de Regalías. Créase el Fondo Nacional de


Regalías con los ingresos provenientes de las regalías no asignadas a los departamentos y a los municipios
productores y a los municipios portuarios de conformidad con lo establecido en esta ley”.

47 CPC. “ART. 407.—Declaración de pertenencia. En las demandas sobre declaración de pertenencia


se aplicarán las siguientes reglas: [...] 4. La declaración de pertenencia no procede respecto de bienes
imprescriptibles o de propiedad de las entidades de derecho público”.

48 “Los bienes fiscales comunes o bienes estrictamente fiscales dejaron de ser prescriptibles, se
convirtieron en bienes imprescriptibles. Si no procede la declaración de pertenencia en relación con los
bienes de propiedad de las entidades de derecho público, tampoco procede oponer la excepción de
prescripción ante la demanda reivindicatoria de uno de tales bienes. Hoy día los bienes fiscales comunes o
bienes estrictamente fiscales son imprescriptibles. Lo relativo a los bienes públicos o de uso público: siguen
siendo imprescriptibles, al igual que los fiscales adjudicables que tampoco pueden adquirirse por prescripción.
No se quebranta la igualdad, porque quien posee un bien fiscal, sin ser su dueño, no está en la misma
situación en que estaría si el bien fuera de propiedad de un particular. En la medida en que se impide que los
particulares se apropien de los bienes fiscales, se asegura o garantiza la capacidad fiscal para atender las
necesidades de la comunidad. No hay acción para que se declare que se ha ganado por prescripción el
dominio de un bien que la ley declara imprescriptible, porque no hay derecho”. Corte Constitucional, Sentencia
C-530 de 1996.

49 “Por otra parte, tampoco puede considerarse aplicable el criterio adoptado por esta corporación
respecto de la posibilidad de formular las acciones contencioso administrativas en cualquier tiempo, cuando el
objeto del litigio estaba constituido por bienes estatales imprescriptibles e inenajenables —criterio recogido
actualmente en la Ley 446 de 1998 (num.  8º del artículo 136 del CCA)—, dado que si bien los dineros que
debe transferir la Nación a favor de las entidades territoriales, por concepto de su participación en los ingresos
corrientes de aquélla, pueden ser considerados bienes fiscales y, por lo tanto, imprescriptibles, conforme al
numeral 4º del artículo 407 del Código de Procedimiento Civil —declarado exequible por la Corte
Constitucional mediante  Sentencia C-530 de 1996—, es evidente que no constituyen bienes inenajenables,
condición que, por lo demás, en ningún caso, podría predicarse del dinero“. Consejo de Estado, Sección
Tercera. Sentencia de 6 de julio de 2005, Exp. 28662.

50 Con esto, según la actora, se vulneraron los artículos 13 y 109 de la Constitución, y del artículo 3º del
Código Contencioso Administrativo.

51 Lo que, conforme a lo alegado por Esmeracol, viola el artículo 58 constitucional, el artículo 38 de la Ley
153 de 1887 y el artículo 6º del Decreto 2655 de 1988 y el artículo 356 del Código de Minas.

52 Con lo que, para la firma demandante, se vulneró el artículo 884 del Código de Comercio, modificado
por el artículo 111 de la Ley 510 de 1999.

53 De esta forma, la accionante considera que fueron trasgredidos los artículos 230 de la Ley 685 de
2001, los artículos 213 y 214 del Decreto 2655 de 1988, el artículo 1º del Decreto 727 de 1990,

54 Consejo de Estado, Sección Tercera, Sala Plena. Sentencia de 29 de septiembre de 2011, Exp. 18837.

55 C. CO. “ART. 899.—Nulidad absoluta. Será nulo absolutamente el negocio jurídico en los siguientes


casos: || 1) Cuando contraría una norma imperativa, salvo que la ley disponga otra cosa[...]”.

56 Fl. 47 del cdno. 2 de pruebas.

57 Fls. 5 y 6 del cdno. 2 de pruebas.


58 C. CO. “ART. 13.—Presunción de estar ejerciendo el comercio.  Para todos los efectos legales se
presume que una persona ejerce el comercio en los siguientes casos: || 1) Cuando se halle inscrita en el
registro mercantil [...]”.

59 L. 80/93. “ART.  13.—Los contratos que celebre las entidades q que se refiere el artículo 2º del presente
estatuto se regirán por las disposiciones comerciales y civiles pertinentes, salvo en las materias
particularmente reguladas en esta ley. [...] ART.  44.—Los contratos del Estado son absolutamente nulos en
los casos previstos en el derecho común  [...]”.

60 “En primer lugar, dispone el artículo 44 de la  Ley 80 que las causales de nulidad de los contratos
estatales tienen dos fuentes normativas: || i) De un lado, las que contempla el derecho común. Recuérdese
que en los términos de los artículos 13 y 40 de le Ley 80  de 1993, los contratos estatales se rigen por el
derecho civil y comercial, salvo en las materias particularmente reguladas en la Ley 80. A aquéllos estatutos
se refiere el artículo 44 de la Ley 80, cuando remite a las causales de nulidad del derecho común. || Por tanto,
si una de las pares del negocio estatal es un comerciante, el régimen jurídico aplicable al negocio es el código
de comercio, y por ende las causales de nulidad previstas enél”. CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera.
Sentencia de 4 de octubre de 2007, Exp. 16368.

61 L. 685/2001. “ART. 297.—Remisión. En el procedimiento gubernativo y en las acciones judiciales, en


materia minera, se estará en lo pertinente, a las disposiciones del Código Contencioso Administrativo y para
la forma de practicar las pruebas y su valoración se aplicarán las del Código de Procedimiento Civil”.

62 D. 2655/88. “ART.  62.—Perfeccionamiento de los contratos de concesión. Los contratos de


concesión, una vez suscritos, quedarán perfeccionados y podrán ejecutarse después de su inscripción en el
Registro Minero” (subrayado fuera del texto original).

63 D. 2655/88. “ART.  2º—Campo de aplicación.  Este  código regula las relaciones entre los diversos
organismos y entidades estatales, las de los particulares entre sí y con aquellos, en lo referente a la
prospección, exploración, explotación, beneficio, fundición, transformación, transporte, aprovechamiento y
comercialización de los recursos naturales no renovables que se encuentren en el suelo o en el subsuelo,
incluidos los espacios marítimos jurisdiccionales, ya sean de propiedad nacional o de propiedad privada. Se
exceptúan los hidrocarburos en estado líquido o gaseosos, que se regulan por las normas especiales sobre la
materia” (subrayado añadido).

64 Fl. 297 del cdno. 2.

65 Fls. 54 y 55 del cdno. 2.

66 C.C. “ART. 1625.—Modos de extinción.  Toda obligación puede extinguirse por una convención en
que las partes interesadas, siendo capaces de disponer libremente de lo suyo, consientan en darla por nula.||
Las obligaciones se extinguen además en todo o en parte: || 1o.) Por la solución o pago
efectivo.  [...] ART. 1626.—Definición de pago.  El pago efectivo es la prestación de lo que se debe”.

67 “El derecho moderno, inspirándose en elementales principios de la equidad, también admite el


enriquecimiento injusto o sin causa, que consiste en el acrecentamiento del patrimonio de una persona a
expensas de otra [...]. Si tomamos la aplicación más frecuente de institución en el pago de lo no debido o
pago sin causa, esta última expresión se refiere a la inexistencia de la obligación que necesariamente debe
preexistir a todo pago, puesto que este es solamente un medio de extinguir las obligaciones; cuando el pago
no está precedido de una obligación no puede producir lógicamente su efecto propio, porque no se puede
extinguir lo que no existe; entonces se dice que hay pago sin justa causa o más exactamente pago de lo no
debido”. OSPINA FERNÁNDEZ, Guillermo y OSPINA ACOSTA, Eduardo. Teoría de contrato y del negocio
jurídico, 7ª edición, Temis, Bogotá, 2018, pp. 271 y 272.

68 C.C. ART. 1742.—Obligación de declarar la nulidad absoluta. Subrogado por el artículo 2º de la Ley


50 de 1936. “La nulidad absoluta puede y debe ser declarada por el juez, aún sin petición de parte, cuando
aparezca de manifiesto en el acto o contrato; puede alegarse por todo el que tenga interés en ello; puede así
mismo pedirse su declaración por el Ministerio Público en el interés de la moral o de la ley. Cuando no es
generada por objeto o causa ilícitos, puede sanearse por la ratificación de las partes y en todo caso por
prescripción extraordinaria. || ART. 1743.—Declaración de nulidad relativa. La nulidad relativa no puede ser
declarada por el juez o prefecto sino a pedimento de parte; ni puede pedirse su declaración por el Ministerio
Público en el solo interés de la ley; ni puede alegarse sino por aquéllos en cuyo beneficio la han establecido
las leyes, o por sus herederos o cesionarios; y puede sanearse por el lapso de tiempo o por ratificación de las
partes”.

69 L. 80/93. “ART.  45.—De la nulidad absoluta.  La nulidad absoluta podrá ser alegada por las partes,
por el agente del Ministerio Público, por cualquier persona o declarada de oficio, y no es susceptible de
saneamiento por ratificación. || En los casos previstos en los numerales 1o. 2o. y 4o. del artículo anterior, el
jefe o representante legal de la entidad respectiva deberá dar por terminado el contrato mediante acto
administrativo debidamente motivado y ordenará su liquidación en el estado en que se encuentre. || ART.  46.
—De la nulidad relativa.  Los demás vicios que se presenten en los contratos y que conforme al derecho
común constituyen causales de nulidad relativa, pueden sanearse por ratificación expresa de los interesados
o por el transcurso de dos (2) años contados a partir de la ocurrencia del hecho generador del vicio”.

70 “La eficacia en sentido lato del contrato se refiere, entonces, a la plenitud de la producción de sus
efectos jurídicos, o sea a los derechos y obligaciones que de su celebración surgen para las partes y sus
proyecciones respecto de terceros, extraños al interés dispuesto, pero afectos a su disposición. En cambio, la
ineficacia del contrato es la no producción de los efectos que debiera producir con ocasión de su celebración,
bien sea porque: a) para el ordenamiento jurídico el negocio es inexistente, es decir no produce efecto alguno;
b) o resulta inválido o nulo, o sea, que nacido a la vida jurídica, los efectos que de su existencia emanan
pueden ser anulados o aniquilados por presentar irregularidades o vicios frente a la ley; c) o por disposición
legal o particular se difieren sus efectos, como cuando se somete a condiciones por las partes o requiere de
autorizaciones legales que lo activen”. Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección B. Sentencia de 30
de abril de 2012, Exp. 21699.

71 Fls. 294 a 299 del cdno. 2.

72 CCA. “ART.  136.—[...] 10. En las relativas a contratos, el término de caducidad será de dos (2) años
que se contará a partir del día siguiente a la ocurrencia de los motivos de hecho o de derecho que les sirvan
de fundamento”.

73 Fls. 65 a 68 del cdno. 1.

74 Fl. 67 del cdno. 1, num. 68.

75 Resolución 003 del 12 de marzo de 2004, proferido por el segundo comandante y jefe de estado mayor
de la primera brigada del Ejército Nacional, por la cual se levantó la suspensión a la venta de materiales
explosivos y accesorios a Esmeracol, ordenada mediante la Resolución 002 del 17 de febrero de 2003 (fls.
1559 y 1560 del cdno. 6).

76 Fl. 73 del cdno. 2.

77 CCA. “ART.  136.—[...] 10. En las relativas a contratos, el término de caducidad será de dos (2) años
que se contará a partir del día siguiente a la ocurrencia de los motivos de hecho o de derecho que les sirvan
de fundamento”.

78 “En presencia de la teoría de la imprevisión, la prestación contractual se cumple en condiciones


gravosas para el contratista y ello determina su derecho a que se restablezca la ecuación financiera del
contrato. || En cambio, la fuerza mayor determina la irresponsabilidad del contratista frente a la no ejecución
del objeto contratado, sin que ello comporte indemnización o compensación a su favor. || Se tiene así que la
ocurrencia de la fuerza mayor impone demostrar que el fenómeno fue imprevisible y que no permitió la
ejecución del contrato, en tanto que en la teoría de la imprevisión debe probarse que el hecho exógeno e
imprevisible no impidió la ejecución del contrato, pero hizo más oneroso el cumplimiento de las obligaciones
para el contratista, porque tuvo que incurrir en gastos necesarios para contrarrestar los efectos impeditivos del
fenómeno presentado”. Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia de 22 de julio de 2009, Exp. 14389.

79 Fl. 301 del cdno. 1.


80 “En las relativas a contratos, el término de caducidad será de dos (2) años, que se contará a partir del
día siguiente a la ocurrencia de los motivos de hecho o de derecho que les sirvan de fundamento”.

81 Consejo de Estado, Sección Tercera. Autos de 12 de diciembre de 2007 (Exp. 33.582), del septiembre
4 de 2008, (Exp. 35.015), del 15 de diciembre de 2012 (Exp. 40425) y del 30 de agosto de 2018 (Exp. 58225),
entre otras.

82 Fl. 73 del cdno. 2.

83 Este documento fue referido en la demanda como factura núm. 2975 (f. 17, c. 1). No obstante, coincide
en la fecha, monto y concepto con la factura referida en la demanda.

84 Fls. 27 a 35 del cdno. 2.

85 Fls. 294 a 299 del cdno. 2. También se encuentra copia simple a folios 47 a 49 del cdno. 2.

86 Fls. 1853 a 1856 del cuaderno 7; y 8 a 11 del cdno. 2.

87 CÓDIGO DE MINAS. “ART. 9º—Delegación. Las autoridades administrativas, en virtud de lo


dispuesto en la Constitución Política y de conformidad con la presente  ley, podrán mediante acto de
delegación, transferir el ejercicio de funciones a sus colaboradores o a otras autoridades, con funciones afines
o complementaria.”.

88 L. 489/98. “ART. 14.—Delegación entre entidades públicas. La delegación de las funciones de los


organismos y entidades administrativos del orden nacional efectuadas en favor de entidades descentralizadas
o entidades territoriales deberá acompañarse de la celebración de convenios en los que se fijen los derechos
y obligaciones de las entidades delegante y delegataria. Así mismo, en el correspondiente convenio podrá
determinarse el funcionario de la entidad delegataria que tendrá a su cargo el ejercicio de las funciones
delegadas”.

89 CÓDIGO DE MINAS. “ART. 324.—Sistemas y métodos. La autoridad minera, al hacer delegación de


funciones en las demás autoridades, acordará con estas la adopción de sistemas y ayudas técnicas de
operación y comunicación que garanticen un eficiente desempeño de las funciones delegadas y un
permanente y completo flujo de mutua información. Será responsabilidad de dicha autoridad minera que las
funciones delegadas sean ejecutadas bajo los principios de legalidad, celeridad, economía y eficacia”.

90 Fls. 68 a 69 del cdno. 3.

91 El Ingeominas estaba habilitado para “[e]jercer las funciones de autoridad minera que le sean
delegadas”, conforme al numeral 11º del artículo 5º del Decreto del Ministerio de Minas y Energía número 252
de 2004.

92 CÓDIGO DE MINAS. “ART.  317.—Autoridad  minera. Cuando en este código se hace referencia a la


autoridad minera o concedente, sin otra denominación adicional, se entenderá hecha al Ministerio de Minas y
Energía o en su defecto a la autoridad nacional, que de conformidad con la organización de la administración
pública y la distribución de funciones entre los entes que la integran, tenga a su cargo la administración de los
recursos mineros, la promoción de los aspectos atinentes a la industria minera, la administración del recaudo
y distribución de las contraprestaciones económicas señaladas en este código, con el fin de desarrollar las
funciones de titulación, registro, asistencia técnica, fomento, fiscalización y vigilancia de las obligaciones
emanadas de los títulos y solicitudes de áreas mineras”.

93 CÓDIGO DE MINAS. “ART. 318.—Fiscalización y vigilancia.  La autoridad minera directamente o por


medio de los auditores que autorice, ejercerá la fiscalización y vigilancia teniendo en cuenta lo previsto en el
artículo 279 de este código, de la forma y condiciones en que se ejecuta el contrato de concesión tanto por
los aspectos técnicos como por los operativos y ambientales, sin perjuicio de que sobre estos últimos la
autoridad ambiental o sus auditores autorizados, ejerzan igual vigilancia en cualquier tiempo, manera y
oportunidad”.
94 Su personería jurídica fue reconocida con auto de 22 de febrero de 2017, visible a folio 850 del cdno.
ppal.

95 D.L. 4134/2011. “ART. 19.—Régimen de transición. El servicio geológico colombiano seguirá


ejerciendo todas las funciones, incluyendo aquellas en materia minera que por competencia directa o por
delegación se le habían asignado al Instituto Colombiano de Geología y Minería, Ingeominas, hasta que entre
en operación la Agencia Nacional de Minería,  ANM, lo cual deberá ocurrir dentro de los seis (6) meses
siguientes a la expedición del presente  decreto. || El Presidente de la Agencia Nacional de Minería, ANM,
deberá adelantar de manera inmediata las medidas administrativas necesarias para el cumplimiento de las
funciones asignadas en el presente decreto que entrará a regir dentro de los seis (6) meses siguientes a la
expedición del presente decreto”.

96 D.L. 4134 DE 2011. “ART. 20.—Subrogación de contratos. El servicio geológico colombiano deberá


identificar los contratos, convenios, acuerdos y procesos de contratación en curso que por su objeto deban
ser ejecutados por la Agencia Nacional de Minería, ANM. Para tal efecto los representantes legales de las dos
entidades suscribirán un acta que contenga la relación de los mismos, y formalizarán las respectivas
subrogaciones en un tiempo no superior a seis (6) meses contados desde la fecha en que entre en operación
la Agencia Nacional de Minería, ANM”.

97 CPC. “ART. 60.—Sucesión procesal. [...] Si en el curso del proceso sobreviene la extinción de


personas jurídicas o la fusión de una sociedad que figure como parte, los sucesores en el derecho debatido
podrán comparecer para que se les reconozca tal carácter. En todo caso, la sentencia producirá efectos
respecto de ellos aunque no concurran”.

98 D. 254/2004. “ART.  27.—Bienes y recursos excluidos del patrimonio a liquidar. No forman parte
del patrimonio de la Empresa Nacional Minera Ltda. en Liquidación, Minercol Ltda. en Liquidación: [...] 7. Los
contratos, convenios y proyectos que Minercol Ltda. haya suscrito y ejecute en ejercicio de las funciones
delegadas por el Ministerio de Minas y Energía, así como los recursos a ellos asignados, los cuales serán
subrogados a la entidad que el Ministerio de Minas y Energía determine. Minercol Ltda. en Liquidación y el
subrogatorio, adelantarán todas las  actuaciones necesarias para dar cumplimiento a lo aquí previsto”.

99 D. 254/2004. “ART. 26.—Masa de la liquidación. Integran la masa de la liquidación todos los bienes,


las utilidades, rendimientos financieros generados de recursos propios y cualquier tipo de derecho patrimonial
que ingrese o deba ingresar a la Empresa Nacional Minera Ltda., en Liquidación, Minercol Ltda. en
Liquidación, con excepción de los bienes previstos en el presente Decreto y en el artículo 21 del Decreto-ley
254 de 2000”.

100 D. 254/2004. “ART.  28.—Traspaso de bienes, derechos y obligaciones.  Una vez finalizada la
liquidación de la Empresa Nacional Minera Ltda. en Liquidación, Minercol Ltda. en Liquidación, los bienes,
derechos y obligaciones serán transferidos a la Nación - Ministerio de Minas y Energía. El Liquidador realizará
oportunamente los actos que sean necesarios para el traspaso de esos activos, pasivos, derechos y
obligaciones, si a ello hubiere lugar, en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 35 del Decreto-Ley 254 de
2000”.

101 “La conducencia se refiere a la aptitud legal o jurídica de la  prueba  para convencer al juez sobre el
hecho a que se refiere. La pertinencia trata de la importancia y relación entre los hechos que se pretenden
demostrar o desvirtuar. La  utilidad  consiste en la necesidad de que la  prueba  sea útil para ayudar a obtener
la convicción del juez respecto de los hechos que interesan al proceso”(subrayado fuera del texto). Consejo
de Estado, Sección Tercera, Subsección A. Auto de 22 de marzo de 2013, Exp. 45426. “1.1.
La prueba judicial es un medio procesal que permite llevar al juez el convencimiento de los hechos que son
materia u objeto del proceso y, por tanto, le permite tomar una decisión fundada en una determinada realidad
fáctica. || 1.2. De acuerdo con el artículo 168 del Código Contencioso Administrativo, en los procesos
tramitados ante la jurisdicción contenciosa administrativa se aplicarán las normas del Código de
Procedimiento Civil que regulan la admisibilidad de los medios de  prueba, la forma de practicarlas y los
criterios de valoración. En virtud del  principio de la necesidad de la  prueba, las  pruebas aportadas a un
proceso dentro de las oportunidades legalmente establecidas,  deben llevar al juez al grado de
convencimiento suficiente para que pueda solucionar el problema objeto de litigio. Por ello, las pruebas deben
ser pertinentes y conducentes.  Conducentes, porque el medio probatorio es idóneo para demostrar el hecho
que se alega;  pertinentes, porque el hecho que se pretende demostrar es determinante para resolver el
problema jurídico” (énfasis añadido). Consejo de Estado, Sección Cuarta. Auto de 10 de abril de 2014, Exp.
20074.

102 CPC. “ART. 254.—Valor probatorio de las copias.  Las copias tendrán el mismo valor probatorio del
original, en los siguientes casos: || 1. Cuando hayan sido autorizadas por notario, director de oficina
administrativa o de policía, o secretario de oficina judicial, previa orden del juez, donde se encuentre el
original o una copia autenticada. || 2. Cuando sean autenticadas por notario, previo cotejo con el original o la
copia autenticada que se le presente”.

103 Fls. 241 a 243 del cdno. 1.

104 “El anterior paradigma, como se señaló, fue recogido por las leyes 1395 de 2010, 1437 de 2011, y
1564 de 2012, lo que significa que el espíritu del legislador, sin anfibología, es modificar el modelo que ha
imperado desde la expedición de los  decretos leyes 1400 y 2019 de 1970. En otros términos, a la luz de la
Constitución Política negar las pretensiones en un proceso en el cual los documentos en copia simple
aportados por las partes han obrado a lo largo de la actuación, implicaría afectar  —de modo significativo e
injustificado—  el principio de la prevalencia del derecho sustancial sobre el formal, así como el acceso
efectivo a la administración de justicia (arts. 228 y 229 C.P.). Lo anterior no significa que se estén aplicando
normas derogadas (retroactividad) o cuya vigencia se encuentra diferida en el tiempo (ultractividad),
simplemente se quiere reconocer que el modelo hermenéutico de las normas procesales ha sufrido cambios
significativos  que permiten al juez tener mayor dinamismo en la valoración de las pruebas que integran el
acervo probatorio, para lo cual puede valorar documentos que se encuentran en copia simple y frente a los
cuales las partes han guardado silencio, por cuanto han sido ellas mismas las que con su aquiescencia, así
como con la referencia a esos documentos en los actos procesales (v.gr. alegatos, recursos, etc.) los
convalidan, razón por la que, mal haría el juzgador en desconocer los principios de buena fe y de lealtad que
han imperado en el trámite, con el fin de adoptar una decisión que no refleje la justicia material en el caso
concreto o no consulte los postulados de eficacia y celeridad” (subrayado añadido). Consejo de Estado,
Sección Tercera, sentencia del 28 de agosto de 2013, Exp. 25.022, M.P. Enrique Gil Botero.

105 El consejero de Estado Guillermo Sánchez Luque no comparte este criterio jurisprudencial, sin
embargo lo respeta y acoge. Los argumentos de la inconformidad se encuentran consignados en la aclaración
de voto a la sentencia del 22 de octubre de 2015, Rad. 26.984.

106 Fl. 73 del cdno. 7 A.

107 Fls. 27 a 35 del cdno. 2.

108 Fls. 36 a 38 del cdno. 7 A.

109 Fls. 40 a 45 del cdno. 7 A.

110 Fl. 909 del cdno. 5.

111 Fl. 912 del cdno. 5.

112 Fls. 914 a 915 del cdno. 5.

113 Esta es una trascripción. Los errores, erratas, énfasis y mayúsculas forman parte del texto original.

114 Fl. 916 del cdno. 5.

115 Fls. 294 a 299 del cdno. 2. También se encuentra copia simple a folios 47 a 49 del cdno. 2.

116 Fl. 923 del cdno. 5.

117 Fl. 924 del cdno. 5.


118 Fl. 930 del cdno. 5.

119 Fl. 933 del cdno. 5.

120 Fl. 935 del cdno. 5.

121 Fl. 937 del cdno. 5.

122 Fl. 938 del cdno. 5.

123 Fl. 947 del cdno. 5.

124 Fls. 954 y 991 del cdno. 5.

125 Fls. 948 y 949 del cdno. 5.

126 Fl. 952 del cdno. 5.

127 Fl. 956 del cdno. 5.

128 Fl. 957 del cdno. 5.

129 Fls. 962 y 963 del cdno. 5.

130 Fls. 965 y 966 del cdno. 5.

131 Fl. 992 del cdno. 5.

132 Fl. 971 del cdno. 5.

133 Fl. 987 del cdno. 5.

134 Fl. 989 del cdno. 5.

135 Fls. 994 a 996 del cdno. 5.

136 Fl. 989 del cdno. 5.

137 Fls. 1009 a 1010 del cdno. 5.

138 Fl. 1011 del cdno. 5.

139 Fl. 1017 del cdno. 5.

140 Fls. 994 a 996 del cdno. 5.

141 Fl. 1024 del cdno. 5.

142 Fl. 1031 del cdno. 5.

143 Fl. 1055 del cdno. 5.

144 Fl. 1058 del cdno. 5.


145 Fls. 1059 y 1060 del cdno. 5.

146 Fl. 1063 del cdno. 5.

147 Fls. 100 a 103 del cdno. 2.

148 Fl. 1064 del cdno. 5.

149 Fl. 1071 del cdno. 5.

150 Fl. 1076 del cdno. 5.

151 Fls. 1078 a 1089 del cdno. 5.

152 Fls. 1102 a 1104 del cdno. 5.

153 Fls. 1105 a 1115 del cdno. 5.

154 Fls. 1116 a 1117 del cdno. 5.

155 Fl. 1118 del cdno. 5.

156 Fl. 1119 del cdno. 5.

157 Fl. 1120 del cdno. 5.

158 Fl. 1121 del cdno. 5.

159 Fl. 1124 del cdno. 5.

160 Fl. 1125 del cdno. 5.

161 Fls. 1132 a 138 del cdno. 5.

162 Fls. 1140 y 1141 del cdno. 5.

163 Fl. 1228 del cuaderno 6.

164 Fl. 1170 del cdno. 5.

165 Fls. 1144 y 1145 del cdno. 5.

166 Fl. 1148 del cdno. 5.

167 Fl. 1149 del cdno. 5.

168 Fls. 1151 y 1152 del cdno. 5.

169 Fls. 1154 y 1155 del cdno. 5.

170 Fl. 1160 del cdno. 5.

171 Fls. 1161 y 1162 del cdno. 5.


172 Fl. 1164 del cdno. 5.

173 Fl. 1163 del cdno. 5.

174 Fl. 1165 del cdno. 5.

175 Fl. 1165 del cdno. 5.

176 Fl. 1229 del cdno. 6.

177 Fls. 1167 a 1169 del cdno. 5.

178 Fl. 1231 del cdno. 6.

179 Fl. 1182 del cdno. 5.

180 Fl. 1183 del cdno. 5.

181 Fl. 1184 del cdno. 5.

182 Fl. 1188 del cdno. 5.

183 Fl. 1189 del cdno. 5.

184 Fls. 1276 a 1289 del cdno. 6.

185 Fl. 1300 del cdno. 6.

186 Fl. 1301 del cdno. 6.

187 Fl. 1302 del cdno. 6.

188 Fl. 1303 del cdno. 6.

189 Fl. 1304 del cdno. 6.

190 Fl. 1305 del cdno. 6.

191 Fls. 1306 a 1310 del cdno. 6.

192 Fls. 1297 a 1299 del cdno. 6.

193 Fl. 1313 del cdno. 6.

194 Fls. 1314 y 1316 del cdno. 6.

195 Fls. 1315 y 1317 del cdno. 6.

196 Fl. 1320 del cdno. 6.

197 Fl. 1340 del cdno. 6.

198 Fl. 1332 del cdno. 6.


199 Fl. 1332 del cdno. 6.

200 Fls. 1334 a 1338 del cdno. 6.

201 Fl. 1352 del cdno. 6.

202 Fl. 1352 del cdno. 6.

203 Fl. 1354 del cdno. 6.

204 Fl. 1355 del cdno. 6.

205 Fl. 1356 del cdno. 6

206 Fl. 1357 del cdno. 6.

207 Fl. 1358 del cdno. 6.

208 Fls. 1359 a 1366 del cdno. 6.

209 Fl. 1395 del cdno. 6.

210 Fl. 1413 del cdno. 6.

211 Fls. 1396 a 1406 del cdno. 6.

212 Fl. 1408 de cdno. 6.

213 Fl. 1416 del cdno. 6.

214 Fls. 1418 y 1419 del cdno. 6.

215 Fls. 1425 a 1428 del cdno. 6.

216 Fl. 1432 del cdno. 6.

217 Fl. 1435 del cdno. 6 y 18 del cdno. 2.

218 Fls. 1436 del cdno. 6 y 19 del cdno. 2.

219 Fls. 51 a 53 del cdno. 3. También se encuentra copia auténtica de dicho documento a folios 1437 a
1439 del cdno. 6.

220 Fl. 1142 del cdno. 6.

221 Fl. 14 del cdno. 2.

222 Fl. 15 del cdno. 2.

223 Fls. 1443 a1470 del cdno. 6.

224 Fl. 16 del cdno. 2.


225 Fl. 17 del cdno. 2.

226 Fl. 1472 del cdno. 6.

227 Fl. 12 del cdno. 2.

228 Fl. 13 del cdno. 2.

229 Fls. 1486 y 1487 del cdno. 6.

230 Fl. 1488 del cdno. 6.

231 Fls. 1496 a 1499 del cdno. 6.

232 Fl. 24 del cdno. 2.

233 Fl. 24 del cdno. 2.

234 Fls. 1504 a 1527 del cdno. 6.

235 Fl. 22 del cdno. 2.

236 Fl. 23 del cdno. 2.

237 Fls. 1529 a 1534 del cdno. 6.

238 Fl. 20 del cdno. 2.

239 Fl. 21 del cdno. 2.

240 Fl. 1544 del cdno. 6.

241 Fl. 1547 del cdno. 6.

242 Fl. 1548 del cdno. 6.

243 Fls. 1559 y 1560 del cdno. 6. También se encuentra copia simple a fls. 71 y 72 del cdno. 2.

244 L. 599/2000. “ART.  345.—Administración de recursos relacionados con actividades


terroristas.  El que administre dinero o bienes relacionados con actividades terroristas, incurrirá en prisión de
seis (6) a doce (12) años y multa de doscientos (200) a diez mil (10.000) salarios mínimos legales mensuales
vigentes”.

245 L. 600/2000. ART. 327, INC. 1º—”Resolución inhibitoria.  El Fiscal General de la Nación o su
delegado, se abstendrán de iniciar instrucción cuando aparezca que la conducta no ha existido, que es
atípica, que la acción penal no puede iniciarse o proseguirse o que está demostrada una causal de ausencia
de responsabilidad”.

246 Fl. 73 del cdno. 2.

247 Fl. 74 del cdno. 2.

248 Fl. 75 del cdno. 2.


249 Fl. 76 del cdno. 2.

250 Fl. 77 del cdno. 2.

251 Fls. 1582 a 1583 del cdno. 6. También se encuentra copia simple a fls. 85 a 94 del cdno. 2.

252 Fls. 78 a 80 del cdno. 2.

253 Fls. 81 a 84 del cdno. 2.

254 Fls. 58 a 59 A del cdno. 2. También se encuentra copia auténtica a fls. 1598 a 1600 del cdno. 6.

255 Fls. 95 a 97 del cdno. 2.

256 Fl. 1608 del cdno. 6.

257 Fl. 1609 del cdno. 6.

258 Fl. 1610 del cdno. 6.

259 Fl. 1609 del cdno. 6.

260 Fl. 56 del cdno. 2. También se encuentra copia auténtica a fls. 1611 y 1612 del cdno. 6.

261 Fl. 1613 del cdno. 6.

262 Fl. 1614 del cdno. 6.

263 Fl. 1615 del cdno. 6.

264 Fl. 1616 del cdno. 6.

265 Fls. 1620 y 1621 del cdno. 6.

266 Fl. 1622 del cdno. 6.

267 Fl. 1623 del cdno. 6.

268 Fl. 1613 del cdno. 6.

269 Fl. 1623 del cdno. 6.

270 Fls. 1628 a 1631 del cdno. 6.

271 Fl. 1632 del cdno. 6.

272 Fl. 1633 del cdno. 6.

273 Fl. 1634 del cdno. 6.

274 Fl. 1633 del cdno. 6.

275 Fl. 1635 del cdno. 6.


276 Fls. 98 y 99 del cdno. 2.

277 Fls. 1830 a 18 del cdno. 7.

278 Fl. 1849 del cdno. 7.

279 Fl. 1851 del cdno. 7.

280 Fl. 1851 del cdno. 7.

281 Fls. 1853 a 1856 del cdno. 7; y 8 a 11 del cdno. 2.

282 Fl. 1857 del cdno. 7.

283 Fl. 1859 a 1863 del cdno. 7.

284 Fl. 1865 del cdno. 7.

285 Fl. 1866 del cdno. 6.

286 Fl. 1867 del cdno. 6.

287 Fl. 1868 del cdno. 6.

288 Fl. 1869 del cdno. 6.

289 Fl. 1873 del cdno. 6.

290 Fl. 1874 del cdno. 6.

291 Fl. 1877 del cdno. 6.

292 Fl. 1878 del cdno. 6.

293 Fl. 1898 del cdno. 7.

294 Fls. 54 y 55 del cdno. 2.

295 Fls. 313 a 364 del cdno. 2.

296 Fls. 375 a 378 del cdno. 2.

297 Auto de 13 de junio de 2007. Fls. 241 a 243 del cdno. 1.

298 Fls. 300 a 304 del cdno. 2.

299 Fls. 306 a 310 del cdno. 2.

300 CPC. “ART.  217.—Testigos sospechosos.  Son sospechosas para declarar las personas que en
concepto del juez, se encuentren en circunstancias que afecten su credibilidad o imparcialidad, en razón de
parentesco, dependencias, sentimientos o interés con relación a las partes o a sus apoderados, antecedentes
personales u otras causas”.

301 Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia del 26 de noviembre de 2014, Rad. 00834-02(AG).
302 Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia del 9 de octubre de 2014, Exp. 28021.

303 Corte Constitucional, Sentencia T-288 de 2011.

304 Es necesario aclarar aquí que, como explican Salvador Coderch y Rubí Puig: “Saber no es sólo saber
hacer. En nuestra cultura, el sentido preciso de las expresiones «ciencia» y «tecnología» es discutido, pero, al
menos, hay acuerdo en su falta de sinonimia: conocimiento científico es conocimiento teórico y conocimiento
tecnológico es el que se refiere a técnicas que emplean conocimiento científico”. SALVADOR CODERCH,
Pablo, y RUBÍ PUIG, Antoni, “Riesgos de desarrollo y evaluación judicial del carácter científico de dictámenes
periciales”, InDret: Revista para el Análisis del Derecho, Nº 1, 2008, p. 47.

305 SÁNCER PELEGRINA, José Antonio, “Estudio de la prueba del dictamen de peritos a la luz de la Ley
1/2000, de 7 de enero, de enjuiciamiento civil”, Boletín Aranzadi Civil-Mercantil, Nº 43, 2002, p. 1.

306 IGARTUA SALAVERRÍA, Juan, La motivación de las sentencias...,  p. 155.

307 GASCÓN ABELLÁN, Marina, “Prueba Científica...”, pp. 88-89.

308 Fls. 380, 384 y 386 del cdno. 2.

309 Fl. 252 del cdno. 1.

310 Fl. 268 del cdno. 1.

311 Fls. 297 a 302 del cdno. 2.

312 Fl. 73 del cdno. 2.

313 Fls. 312 y 313 del cdno. 1.

314 Fls. 326 a 329 del cdno. 2.

315 Fls. 1486 y 1487 del cdno. 6.

316 Fl. 73 del cdno. 2.

317 CPC. “ART. 305.—Congruencias.  La sentencia deberá estar en consonancia con los hechos y las
pretensiones aducidos en la demanda y en las demás oportunidades que este código contempla, y con las
excepciones que aparezcan probadas y hubieren sido alegadas si así lo exige la ley”.

318 Corte Constitucional, Sentencias T-592 de 200 y T-079 de 2018.

319 DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Compendio de derecho general, Tomo I (Teoría general del proceso),
editorial ABC, Bogotá 1983, p. 448.

320 Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia de 8 de noviembre de 2005, Rad. 1999-00218;
sentencia de la Subsección C de 16 de marzo de 2015, Exp. 45923; y sentencia de la subsección B de 30 de
julio de 2015, Exp. 32688.

321 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Sentencia de del 31 de mayo de 1965, G.J. CXI y
CXII p. 126; sentencia del 13 junio 2017, Rad. 2017-00083-00; y sentencia de 25 de junio de 2018, rad. 2018-
00561-00. CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera. Sentencia de 27 de noviembre de 2005; y sentencia de
27 de junio de 2012, Exp. 24458.
322 C.C. “ART. 1604.—Responsabilidad del deudor. [...] El deudor no es responsable del caso fortuito,
a menos que se haya constituido en mora (siendo el caso fortuito de aquellos que no hubieran dañado a la
cosa debida, si hubiese sido entregado al acreedor), o que el caso fortuito haya sobrevenido por su culpa”.

323 Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia de 27 de noviembre de 2005, Exp. 14392; sentencia
de 11 de febrero de 2009, Exp. 17145; sentencia de 27 de junio de 2012, Exp. 24458; y sentencia de la
Subsección B del 30 de julio de 2015, Exp. 32688.

324 Consejo de Estado, Sección Tercera. Auto de 6 de marzo de 2006, Exp. 13414

325 C.C. “ART.  1732.—Responsabilidad por caso fortuito. Si el deudor se ha constituido responsable


de todo caso fortuito, o de alguno en particular, se observará  lo pactado”.

326 C.C. “ART. 1604.—Responsabilidad del deudor. [...] El deudor no es responsable del caso fortuito,
a menos que se haya constituido en mora (siendo el caso fortuito de aquellos que no hubieran dañado a la
cosa debida, si hubiese sido entregado al acreedor), o que el caso fortuito haya sobrevenido por su culpa”.

327 CC. “ART.  1735.—Pérdida de la cosa hurtada o robada. Al que ha hurtado o robado un cuerpo
cierto, no le será permitido alegar que la cosa ha perecido por caso fortuito, aún de aquellos que habrían
producido la destrucción o pérdida del cuerpo cierto en poder del acreedor”.

328 C.C. “ART.  1604.—Responsabilidad del deudor. [...] La prueba de la diligencia o cuidado incumbe
al que ha debido emplearlo; la prueba del caso fortuito al que lo alega”.

329 Fls. 58 a 59 A del cdno. 2. También se encuentra copia auténtica a folios 1598 a 1600 del cdno. 6.

330 Fls. 1620 y 1621 del cdno. 6.

331 Fls. 1830 a 18 del cdno. 7.

332 Fls. 1853 a 1856 del cdno. 7; y 8 a 11 del cdno. 2.

333 Fl. 303 del cdno. 2.

334 Fls. 306 a 310 del cdno. 2.

335 Fls. 326 a 329 del cdno. 2.

336 Fls. 1486 y 1487 del cdno. 6.

337 L. 599/2000. “ART.  345.—Administración de recursos relacionados con actividades


terroristas.  El que administre dinero o bienes relacionados con actividades terroristas, incurrirá en prisión de
seis (6) a doce (12) años y multa de doscientos (200) a diez mil (10.000) salarios mínimos legales mensuales
vigentes”.

338 L. 600/2000. ART. 327, INC. 1º—“Resolución inhibitoria.  El Fiscal General de la Nación o su
delegado, se abstendrán de iniciar instrucción cuando aparezca que la conducta no ha existido, que es
atípica, que la acción penal no puede iniciarse o proseguirse o que está demostrada una causal de ausencia
de responsabilidad”.

339 Consejo de Estado, Sección Cuarta, Sentencia del 5 de abril de 1991, Exp. 3116; sentencia del 28 de
enero de 1992; y sentencia de 9 de octubre de 1992, Exp. 3693.

340 Fls. 58 a 59 A del cdno. 2.


341 Oficio Nº 53030-223 del 29 de julio de 2004 del jefe del Departamento Zona Occidente de la Empresa
de Energía de Boyacá S.A. ESP. Fl. 73 del cdno. 2.

342 Fls. 306 a 310 del cdno. 2.

343 Fls. 300 a 304 del cdno. 2.

344 Fls. 1396 a 1406 del cdno. 6.

345 Fls. 1443 a1470 del cdno. 6.

346 Fls. 1496 a 1499 del cdno. 6.

347 Fls. 1582 a 1583 del cdno. 6. También se encuentra copia simple a folios 85 a 94 del cdno. 2.

348 Fls. 294 a 299 del cdno. 2. También se encuentra copia simple a folios 47 a 49 del cdno. 2.

349 D. 2655/88. “ART. 59.—Cláusula sobre revisión de los contratos.  Los contratos mineros se
entienden celebrados sobre bases de equidad y se ejecutarán de acuerdo con la forma y términos
convenidos. || Sin embargo, cuando sobrevengan el caso fortuito, la fuerza mayor, circunstancias graves e
imprevisibles de orden técnico o económico que hagan imposible o demasiado gravoso el cumplimiento de lo
pactado, podrá cualquiera de las partes pedir su revisión. || El procedimiento para la revisión de que trata el
presente artículo será el señalado por el artículo 868 del Código de Comercio”.

350 C. CO. “ART. 868.—Revisión del contrato por circunstancias extraordinarias.  Cuando


circunstancias extraordinarias, imprevistas o imprevisibles, posteriores a la celebración de un contrato de
ejecución sucesiva, periódica o diferida, alteren o agraven la prestación de futuro cumplimiento a cargo de
una de las partes, en grado tal que le resulte excesivamente onerosa, podrá ésta pedir su revisión. || El juez
procederá a examinar las circunstancias que hayan alterado las bases del contrato y ordenará, si ello es
posible, los reajustes que la equidad indique; en caso contrario, el juez decretará la terminación del contrato. ||
Esta regla no se aplicará a los contratos aleatorios ni a los de ejecución instantánea”.

351 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Sentencia de 21 de febrero de 2012, Ref. 11001-
3103-040-2006-00537-01.

352 D. 1050/68. “ART.  6º—De las empresas industriales y comerciales del Estado.  Son organismos
creados por la ley, o autorizados por esta, que desarrollan actividades de naturaleza industrial o comercial
conforme a las reglas del derecho privado, salvo las excepciones que consagra la ley [...]” (subrayado
añadido).

353 D. 3130/68. “ART.  34.—De los contratos de las empresas y de las sociedades.  Los contratos que
celebren las empresas industriales y comerciales del Estado y las sociedades de economía mixta para el
desarrollo de sus actividades no están sujetos, salvo disposición en contrario, a las formalidades que la ley
exige para los del gobierno.  Las cláusulas que en ellos se incluyan serán las usuales para los contratos entre
particulares, pero las primeras, en los términos del artículo 254 del Código Contencioso Administrativo,
podrán pactar el derecho a declarar administrativamente la caducidad, y deberán incluir, cuando fuere del
caso, las prescripciones pertinentes sobre reclamaciones diplomáticas” (subrayado añadido).

354 L. 80/93. “ART. 76.—De los contratos de exploración y explotación de los recursos


naturales.  Los contratos de exploración y explotación de recursos naturales renovables y no renovables, así
como los concernientes a la comercialización y demás actividades comerciales e industriales propias de las
entidades estatales a las que correspondan las competencias para estos asuntos, continuarán rigiéndose por
la legislación especial que les sea aplicable. Las entidades estatales dedicadas a dichas actividades
determinarán en sus reglamentos internos el procedimiento de selección de los contratistas, las cláusulas
excepcionales que podrán pactarse, las cuantías y los trámites a que deben sujetarse. || Los procedimientos
que adopten las mencionadas entidades estatales, desarrollarán el deber de selección objetiva y los principios
de transparencia, economía y responsabilidad establecidos en esta ley. || En ningún caso habrá lugar a
aprobaciones o revisiones administrativas por parte del consejo de ministros, el Consejo de Estado ni de los
tribunales administrativos” (subrayado añadido).

355 “En efecto Carbocol Ltda., funcionó como una empresa industrial y comercial del Estado, que cumplía
actividades para el desarrollo de la actividad minera y, por lo tanto, los contratos que celebraba eran contratos
administrativos; no obstante que la ley sometió dichos contratos a un régimen especial que gobierna dicha
actividad, así lo establecía el  parágrafo del artículo 16 del Decreto-Ley 222 de 1983 y también lo consagró el
artículo 76 de la Ley 80 de 1993; es decir, están sometidos a un régimen jurídico especial de derecho
público”. Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia de 13 de septiembre de 2008, Exp. 34594. En
sentido similar: Sentencia de la Subsección A de 30 de octubre de 2013, Exp. 21988.

356 L. 2ª/90. «ART. 1º—La Empresa Colombiana de Minas, “Ecominas”, creada mediante el Decreto 912
de 1968 y reorganizada por el Decreto 3161 del mismo año, podrá transformarse cuando el Gobierno
Nacional así lo disponga, en una sociedad anónima del orden nacional, con capital estatal, personería
jurídica, patrimonio propio e independiente y autonomía administrativa, sometida al régimen legal de las
empresas industriales y comerciales del Estado, vinculada al Ministerio de Minas y Energía, cuyo nombre o
razón social será Minerales de Colombia S.A., pudiendo utilizar la sigla  “Mineralco S.A.”».

357 «ART.  1613.—Indemnización de  perjuicios. La indemnización de perjuicios comprende el daño


emergente y lucro cesante, ya provenga de no haberse cumplido la obligación, o de haberse cumplido
imperfectamente, o de haberse retardado el cumplimiento. || Exceptúanse los casos en que la ley la limita
expresamente al daño emergente. ||  ART. 1614.—Daño emergente y lucro cesante.Entiéndese por daño
emergente el perjuicio o la pérdida que proviene de no haberse cumplido la obligación o de haberse cumplido
imperfectamente, o de haberse retardado su cumplimiento; y por lucro cesante, la ganancia o provecho que
deja de reportarse a consecuencia de no haberse cumplido la obligación, o  cumplido imperfectamente, o
retardado su cumplimiento».

358 Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección A. Sentencia de 25 de marzo de 2015, Exp. 37726.

359 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Sentencia de 9 de marzo de 2001, Rad. 5659.

360 Corte Constitucional. Sentencia C-333 de 1996.

361 Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia de 8 de mayo de 1995, Exp. N8118.

362 Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia de 25 de febrero de 2009, Exp. 16103.

363 Fls. 27 a 35 del cdno. 2.

364 Fls. 36 a 38 del cdno. 7 A.

365 Fl. 909 del cdno. 5.

366 Fl. 912 del cdno. 5.

367 Fl. 916 del cdno. 5.

368 Fls. 294 a 299 del cdno. 2.

369 Fls. 54 y 55 del cdno. 2.

370 Constitución Política de Colombia. “ART.  332.—El Estado es propietario del subsuelo y de los
recursos naturales no renovables, sin perjuicio de los derechos adquiridos y perfeccionados con arreglo a las
leyes preexistentes”.
371 “La Constitución Política establece que el subsuelo y los recursos naturales no renovables son de
propiedad del Estado (332,  C.P.), por lo que corresponde al mismo bajo dicha potestad intervenir por
mandato de la ley en la explotación de los recursos naturales, en el uso del suelo, en la producción,
distribución, utilización y consumo de los bienes, con el fin de lograr la racionalización de la economía, la
protección del medio ambiente y el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes”. Corte constitucional,
sentencias C-983 de 2010 y C-412 de 2015.

372 Constitución Política de Colombia. “ART. 332.—El Estado planificará el manejo y aprovechamiento de


los recursos naturales, para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución”.

373 “En términos generales, los fines perseguidos por el legislador con la consagración de un tratamiento
especial para el contrato vigente entre Carbocol e Intercor, encuentran respaldo en la atribución amplia
otorgada por el Constituyente al Estado para planificar el manejo y aprovechamiento de los recursos
naturales, para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución, y para
prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental (C.P. art. 80). Es claro que para la planeación y el
manejo macroeconómico, sometidos por la Carta Política a ciclos coincidentes con el período del gobierno, la
renegociación obligada y súbita de todos los contratos vigentes para la explotación de recursos naturales no
renovables, sería traumática en cuanto al ingreso de recursos, y a su aplicación en la ejecución de los planes
y programas de desarrollo debidamente aprobados”. Corte Constitucional, Sentencia C-691 de 1996.

374 Fls. 38 y 39 del cdno. 7 A.

375 C.C. “ART.  1618.—Prevalencia de la intención. Conocida claramente la intención de los


contratantes, debe estarse a ella más que a lo literal de las palabras. [...] ART.  1622.—Interpretaciones
sistemáticas, por comparación y por aplicación práctica. [...] podrán también interpretarse por las de otro
contrato entre las mismas partes y sobre la misma materia”.

376 Real Academia Española. Diccionario de la lengua española, Edición del Tricentenario (actualización
2017). El diccionario contiene otra acepción para Administración, que consiste en el “[c]onjunto de los
organismos de gobierno de una nación o de una entidad política inferior”. Esta acepción no es tenida en
cuenta por la Sala, en esta ocasión, debido a que con ella se estaría refiriendo al conjunto de órganos de
gobierno de alguna de las entidades territoriales del Estado colombiano, a la que claramente no hace
referencia la disposición contractual bajo examen, debido a que dichas entidades no hacen parte del contrato
de operación minera, ni ejercen funciones de gobierno éste.

377 D. 2655/88. “ART. 3º—Propiedad de los recursos naturales no renovables. De conformidad con la


Constitución Política, todos los recursos naturales no renovables del suelo y del subsuelo pertenecen a la
Nación en forma inalienable e imprescriptible. En ejercicio de esa propiedad, podrá explorarlos y explotarlos
directamente a través de organismos descentralizados, o conferir a los particulares el derecho de hacerlo, o
reservarlos temporalmente por razones de interés público, todo de acuerdo con las disposiciones de este
Código.  [...] Artículo 7. Declaración de utilidad pública o interés social. Declárase de utilidad pública o de
interés social la industria minera en sus ramas de prospección exploración, explotación, beneficio, transporte,
fundición, aprovechamiento, procesamiento, transformación y comercialización”.

378 Fl. 956 del cdno. 5.

379 Memorando 2710 del 5 de noviembre de 1996 (fl. 957 del cdno. 5).

380 Memorando 2964 del 11 de diciembre de 1996 del subgerente técnico (E) de Mineralco y otros,
visibles a fls. 962 y 963 del cdno. 5, y 965 y 966 del cdno. 5.

381 Copia auténtica del concepto de la Gerencia de Fiscalización Minera – división de seguimiento y
control de Minercol del 28 de febrero de 2002, el cual manifiesta que la reducción del área del contrato 122-
95M es “técnicamente aceptable”.

382 Memorando X011-06621 del 2 de agosto de 2000, remitido por la Jefa de división legal minera de
Minercol al jefe de la división de seguimiento y control, visible a fls. 1116 a 1117 del cdno. 5.
383 Informe de la visita de seguimiento y control presentado por los ingenieros de minas Nelson Misael
Aguirre y José David Castañeda, realizada los días 5 a 9 de mayo de 2000, en el que, entro otros, se concluyó
que: “En la zona excluida en la reducción del área solicitada no se observaron frentes de explotación, por lo
que la reducción solicitada es viable desde el punto de vista minero”. Visible a fls. 1078 a 1089 del cdno. 5.

384 Copia auténtica del oficio 1091-06770 del 24 de agosto de 2000, con el cual la gerente de fiscalización
minera de Minercol invitó a la gerente general de Minercol a una reunión en la división de recaudo y
distribución, el viernes 15 de agosto, “[...] para determinar temas como reducción de área e incumplimiento de
los compromisos contractuales”. Visible a fl. 1124 del cdno. 5.

385 Oficio remitido por el gerente general de Mineralco a Esmeracol solicitó que se acercara a las oficinas
de Mineralco, antes del 31 de enero de 1998, para llegar a un acuerdo relativo a la forma de pago de tales
acreencias, visible a fls. 1009 a 1010 del cdno. 5.

386 Oficio 1090-04853 del 19 de julio de 1999, con el que el Gerente de Fiscalización Minera de Minercol
solicitó a Esmeracol el pago de las obligaciones pendientes con esta última, las cuales se liquidan en dicho
documento, visible a fls. 1059 y 1060 del cdno. 5.

387 Copia auténtica del oficio 8205 del 29 de noviembre de 2002 a través del cual Minercol le recordó a
Esmeracol que se encontraba en estado de incumplimiento del pago de la segunda cuota prevista en el
acuerdo suscrito, correspondiente al 23 de octubre de 2002, y que la cuota del mes de diciembre estaba
próxima a vencerse, visible a fl. 1472 del cdno. 6.

388 Acta de visita de seguridad minera a explotaciones subterráneas del 4 de marzo de 2003
suscrita por representantes de Minercol y Esmeracol, en la que, entre otras se recomendó “[f]ijar políticas
claras sobre acceso de guaqueros no autorizados para los diferentes cortes”, visible a fls. 1496 a 1499 del
cdno. 6.

389 “INFORME DE VISITA TÉCNICA, AL CONTRATO Nº 122-95M TITULAR: ESMERACOL S.A.”,


presentado por el ingeniero de minas Wilfrido Sangunio, el 30 de abril de 2003, como parte del programa de
fiscalización, seguimiento y control de la gerencia operativa regional número 1 (Nobsa) de Minercol, visible a
fls. 1504 a 1527 del cdno. 6.

390 Concepto de visita técnica realizada el 11 de junio de 2000 al área del contrato de Esmeracol por
profesionales de la Gerencia de Fiscalización Minera – división de seguimiento y control de Minercol, visible a
fls. 1102 a 1104 del cdno. 5.

391 Concepto de visita técnica al área del contrato 122-95M, con fecha de 23 de abril de 2002, visible a
fls. 1334 a 1338 del cdno. 6.

392 Resolución 10900073 del 26 de marzo de 2001, proferida por el Gerente de Fiscalización Minera de
Minercol, visible a fls. 1154 y 1155 del cdno. 5.

393 Informe sobre la visita técnica de seguimiento y seguridad del área del contrato 125-95M realizada
entre el 13 y el 19 de septiembre de 2001, por los profesionales de la división de seguimiento y control de
Mineralco, Franklin Javier Alarcón y Luis Jaime Lacouture, fechado el 25 de septiembre de 2001, visible a fls.
1276 a 1289 del cdno. 6.

394 “INFORME DE VISITA TÉCNICA AL CONTRATO NO 122-95M TITULAR: ESMERACOL S.A.”,


presentado por el ingeniero de minas Wilfrido Sangunio, el 7 de mayo de 2002, como parte del programa de
fiscalización, seguimiento y control de la gerencia operativa regional número 1 (Nobsa) de Minercol, visible a
fls. 1396 a 1406 del cdno. 6.

395 “INFORME DE VISITA TÉCNICA, AL CONTRATO Nº 122-95M TITULAR: ESMERACOL S.A.”,


presentado por el ingeniero de minas Wilfrido Sangunio, el 8 de noviembre de 2002, como parte del programa
de fiscalización, seguimiento y control de la gerencia operativa regional número 1 (Nobsa) de Minercol, visible
a fls. 1443 a1470 del cdno. 6.
396 “INFORME DE VISITA TÉCNICA, AL CONTRATO Nº 122-95M TITULAR: ESMERACOL S.A.”,
presentado por el ingeniero de minas Wilfrido Sangunio, el 30 de mayo de 2003, como parte del programa de
fiscalización, seguimiento y control de la gerencia operativa regional número 1 (Nobsa) de Minercol, visible a
fls. 1529 a 1534 del cdno. 6.

397 Acuerdo de pago número 10, suscrito entre Minercol y Esmeracol el 23 de abril de 2002, visible a fls.
1359 a 1366 del cdno. 6.

398 Oficio 1092-7060 con sello de recibido de 4 de noviembre de 2003, a través del cual Minercol le
recordó a Esmeracol que se encontraba en proceso de caducidad por incumplimiento de las obligaciones
pactadas en el contrato 122-95M, así como en el acuerdo de pago de 23 de abril de 2002, y que la única
forma de detener dicho proceso consistía en pagar las cuotas convenidas en el acuerdo mencionado, además
de las facturas que en este oficio se relacionan, visible a fl. 1548 del cdno. 6.

399 Resolución número 003 del 12 de marzo de 2004, proferido por el Segundo Comandante y Jefe de
Estado Mayo de la Primera Brigada del Ejército Nacional, visible a fls. 1559 y 1560 del cdno. 6.

400 Fls. 1620 y 1621 del cdno. 6.

401 Fls. 1830 a 18 del cdno. 7.

402 Fls. 1853 a 1856 del cdno. 7; y 8 a 11 del cdno. 2.

403 “Que mediante Resolución Nº  D-939 del 16 de noviembre de 2004, el director general del Instituto
Colombiano de geología y Minería, Ingeominas, asigna unas funciones a diferentes Dependencias del
Instituto, entre ellas, a la subdirección de fiscalización y ordenamiento minero, estableciendo en el artículo 3º
numerales 1º y 20 en cabeza de dicha dependencia lo siguiente: `[...] 20. Expedir todos los demás actos
administrativos que resulten del ejercicio de sus funciones, o que sean necesarios para el cabal cumplimiento
de los trámites y asuntos de su competencia’”. Resolución D-332 de 2005 del Director General del
Ingeominas. Fls. 98 y 88 del cdno. 2’”.

404 “Motivación de los actos administrativos. Constituye un elemento necesario para la existencia de un
acto administrativo que haya unos motivos que originen su expedición y que sean el fundamento de la
decisión que contienen. Es decir, deben existir unas circunstancias o razones de hecho y/o de derecho que
determinan la expedición del acto y el contenido o sentido de la respectiva decisión”. Consejo de Estado,
Sección Primera. Sentencia de 23 de enero de 2014, Rad. 11001-03-24-000-2012-00293-00.

405 Consejo de Estado, Sección Cuarta. Sentencia de 21 de noviembre de 2012, Rad. 25000-23-27-000-
2008-00110-01.

406 Fls. 1830 a 18 del cdno. 7.

407 “La necesidad de evitar las crisis económicas de la producción, la regularización del abastecimiento
adecuado en los centros consumidores, la utilidad de fomentar la creación de industrias, para evitar la
importación de productos extranjeros, han constituido otros tantos motivos determinantes de la intervención
administrativa del Estado. También aquí se alzan en pugna y oposición los principios de la economía clásica
liberal con los que tienden a la socialización de los medios económicos, y como medio de transición el
desarrollo de las intervenciones del Estado para regular todo lo relativo al desplazamiento de las mercancías
y a la regulación de sus precios”. Consejo de Estado, sentencia del 30 de marzo de 1943.

408 “ART.  6°—El artículo 32 de la Constitución Nacional quedará así: || Se garantizan la libertad de


empresa y la iniciativa privada dentro de los límites del bien común, pero la dirección general de la economía
estará a cargo del Estado. Este intervendrá, por mandato de la ley, en la producción, distribución, utilización y
consumo de los bienes y en los servicios públicos y privados, para racionalizar y planificar la economía a fin
de lograr el desarrollo integral. || Intervendrá también el Estado, por mandato de la ley, para dar pleno empleo
a los recursos humanos y naturales, dentro de una política de ingresos y salarios, conforme a la cual el
desarrollo económico tenga como objetivo principal la justicia social y el mejoramiento armónico e integrado
de la comunidad, y de las clases proletarias en particular”.
409 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, sentencia del 31 de enero de 1962, rad.
núm. 347.

410 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera. Sentencia del 24 de
septiembre de 1987, C.P. Samuel Buitrago Hurtado.

411 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera. Sentencia del 19 de
mayo de 1983, rad. núm. 4022.

412 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera. Sentencia del 11 de
noviembre de 1994, rad. núm. 2900.

413 “Son estas desmembraciones del Estado muy frecuentes en la vida moderna, y responden a la
necesidad de que aquél adopte modalidades en su gestión cada vez más dinámicas y eficaces. En el siglo
pasado, no se conocían generalmente estas modalidades del Estado y éste, en forma estrictamente
homogénea o unificada, cumplía unas funciones muy distintas de las realizadas por los particulares. Pero, a
medida que la vida moderna se ha ido haciendo más compleja y rica en posibilidades económicas y a medida
que el Estado se ha visto comprometido en empresas similares a las de los particulares, ha tenido que agilizar
y acelerar sus gestiones mediante procedimientos que se amolden a esa diversificación de funciones, y a
esos propósitos antes desconocidos. Fue así como surgió la figura jurídica del establecimiento público
descentralizado, como un efectivo instrumento para realizar funciones propias del estado intervencionista,
dotado no solo de personería jurídica y de autonomía administrativa frente a los organismos tradicionales del
Estado sino también de un patrimonio independiente. Todo ello le dio rapidez y flexibilidad a su actividad. Y
fue así como, en razón de esos resultados muy positivos, se produjo una gran proliferación de
establecimientos públicos descentralizados. Su autonomía llegó en ocasiones a parecer excesiva y fue por lo
que, en la reforma administrativa de 1960, se procuró integrarlos dentro de la administración, adscribiendo o
vinculando cada establecimiento público a un determinado Ministerio. Con todo, el lógico movimiento de
desmembración ha continuado en forma casi vertiginosa, respondiendo ello a necesidades apremiantes de la
vida contemporánea y, sobre todo, de la industrialización de un país, como el nuestro, que debe ser
propiciada y movida directamente por un Estado justamente intervencionista; y han aparecido así, entre
nosotros, no solo esos establecimientos y las empresas industriales y comerciales del Estado, que desarrollan
sus actividades con patrimonio exclusivamente estatal, pero conforme a las reglas del derecho privado, sino
también las empresas de economía mixta, que son organismos constituidos bajo la forma de sociedades
comerciales con aportes del Estado y de capital privado, creadas por la Ley o autorizadas por ésta, que
desarrollan actividades de naturaleza industrial o comercial conforme a las reglas del derecho privado, salvo
las excepciones que consagra la ley”. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo. Sentencia
del 8 de abril de 1970, C.P. Andres Holguín.

414 En lo que coincide el artículo 93 de la Ley 489 de 1998.

415 Si bien, en Colombia ya existían empresas industriales y comerciales del Estado, como el Ferrocarril
de la Sabana (auto del Consejo de Estado del 21de septiembre de 1921, C.P. Sixto A. Zerda), estas no se
caracterizaban por su sometimiento a las reglas de derecho privado.

416 Artículo 6º, Decreto 1050 de 1968.

417 “ART. 85.—Empresas industriales y comerciales del Estado.  Las empresas industriales y


comerciales del Estado son organismos creados por la ley o autorizados por ésta, que desarrollan actividades
de naturaleza industrial o comercial y de gestión económica conforme a las reglas del Derecho Privado, salvo
las excepciones que consagra la ley, y que reúnen las siguientes características: [...]”.

418 «En síntesis, estas entidades [empresas industriales y comerciales del Estado y empresas de
economía mixta] constituyen uno de los medios de intervención del Estado. Es así como en estas empresas,
para reducirse a ellas, el Estado actúa como Estado pero aboca o se abroga, si se quiere, determinadas
actividades que, en otro tiempo, se consideraba que eran propias de los particulares, de la empresa privada. ||
2. De estas circunstancias  ser una actividad del Estado en el campo privadoprovienen las reglas que rigen
estas empresas, reglas que determinan el campo de la  consulta y que se pueden resumir así: || Por actuar en
el campo privado el Estado acepta someterse en principio al derecho que regula esas actividades, al derecho
privado. Logra así acelerar su acción pero se coloca en buena parte en el terreno en que actúan los
particulares. [...] Ese es el sentido del inciso 2º del  artículo 43 del Decreto 3130 que para mayor claridad se
transcribe a continuación: ||  “Las empresas industriales y comerciales del Estado y las sociedades de
economía mixta tienen las prerrogativas y beneficios específicos que les reconocen las leyes, y los generales
aplicables a esta clase de organismos”. || Por lo tanto hay necesidad en cada caso de examinar
cada  empresa en particular, en concreto primero, luego las leyes que hayan podido dictarse sobre esa
materia y, por último y si se quiere en ese orden, las disposiciones generales que rigen esta clase
de empresas para determinar sus prerrogativas o privilegios. En cierto sentido es necesario proceder así ya
que pueden existir las siguientes situaciones: || La  ley, aquella misma que crea o autoriza una Empresa, o sus
estatutos en virtud de la misma  ley, puede reconocer a esa  empresa determinados privilegios o prerrogativas;
|| Una  ley, posteriormente, nada obsta para esa posibilidad, también puede otorgarle a todas las  empresas de
que se ha venido tratando o a una en particular, alguno o algunos privilegios o prerrogativas; [...]». Consejo de
Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil. Concepto del 24 de noviembre de 1972, rad. núm. 693.

419 “La justificación de este régimen doble es bien clara: Se trata de facilitar la actuación de estos entes
descentralizados, autorizándolos para actuar por modos idénticos a los que emplea la empresa privada,
procedimientos que impone y exige la índole comercial o industrial de sus actividades, y requeridos muchas
veces por la circunstancia de que deben obrar en un plano de competición y eficiencia igual al de
organizaciones similares de carácter privado. [...] Del estudio de las disposiciones referidas se puede deducir
que: || 1º El régimen legal de los actos de las empresas industriales y comerciales del Estado, se puede
determinar así: || a. Los actos referentes a su creación organización, control fiscal y relaciones con la
administración central, es decir, los que realizan como parte del Estado y en razón de su vinculación con los
organismos principales de aquélla son de carácter administrativo y como tales, están regidos por normas de
derecho público, contenidas en el acto de su constitución, los estatutos, y las leyes y reglamentos especiales
que regulen estas actividades; || b. También, con iguales razones, son actos administrativos regidos por el
derecho público, los que las empresas realicen en desarrollo de funciones puramente administrativas,
distintas a las enunciadas en el literal anterior, que les hayan sido asignadas por leyes especiales, y || c. Los
demás actos de las empresas, esto es, aquellos mediante los cuales adelantan las operaciones de
explotación industrial y comercial específicas señaladas por su objeto son, en principio y, como regla general,
actos sometidos al derecho privado,  —con dos excepciones—: || 1ª Que la  ley haya dispuesto lo contrario,
como en el caso del artículo 36 del Decreto 3130 de 1968, respecto de la contratación de empréstitos,
internos o externos, los cuales deben celebrarse de conformidad con las leyes especiales que regulan esta
clase de operaciones para todos los entes del Estado, siendo por ello, actos administrativos, y || 2ª  Que la
propia empresa, con base en la autorización del artículo 34 del mismo  decreto, pacte la cláusula de
caducidad administrativa, atendiendo a las conveniencias del respectivo organismo, caso en el cual tal
relación es de naturaleza administrativa y las controversias a que den ocasión son de competencia de la
justicia contencioso-administrativa”. Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil. Concepto del 11 de
diciembre de 1970, Rad. 487.

420 «Considera la Sala de Decisión transcribir a continuación unos apartes del fallo proferido por la
Sección Tercera del Consejo de Estado el 18 de  junio de 1970. En aquella ocasión se dijo: || “La distinción
entre el régimen jurídico de los establecimientos públicos y el de las empresas industriales y comerciales del
Estado comenzó a hacerse en nuestra legislación con el Decreto Nº  1050 de 1968, cuya vigencia comenzó el
5 de  julio de dicho año. Esos organismos, cuyas características comunes y sustanciales son la personería
jurídica, la autonomía administrativa y el patrimonio independiente aportado directa o indirectamente por el
Estado, se distinguirán en adelante por el régimen de su actividad; de derecho público el de los
establecimientos, y de derecho común el de las empresas. La distinción que ahora se hace destaca
nítidamente la indistinción anterior, cuando la noción de Establecimiento era genérica y se aplicaba con un
régimen indistinto a las entidades que por tener personería jurídica, autonomía administrativa y patrimonio
independiente surgían como nuevas personas públicas. De esta manera la novedad aportada por
los decretos 3050 y 3130 de 1968 es la de diversificar los procedimientos jurídicos y el de establecer el
nombre genérico de  “entidades descentralizadas” para comprender a las que con anterioridad podían
llamarse  “establecimientos públicos”, sin contrariar con ello ordenamiento ninguno y ni siquiera los conceptos
más generales de la jurisprudencia y la doctrina. En todo caso, el hecho de que se haya venido a distinguir
ahora entre Establecimientos y Empresas, y que el criterio de distinción sea el  derecho conforme al cual
deben adelantar sus actividades, indica que antes ese criterio no regía y que por eso se determinó estatuirlo».
Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia del 14 de octubre de 1971, Exp. núm. 1273.

421 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia del 29 de marzo de 1990, M.P. Rafael
Romero Sierra.

422 Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia del 26 de julio de 1990, Exp. 5385.
423 Ibíd.

424 Consejo de Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo. Sentencia del 6 de septiembre de
1988, Exp. A-012; y auto del 9 de octubre de 1980, Exp. 680.

425 Consejo de Estado, Sección Cuarta. Sentencia del 6 de febrero de 1987, Exp. 1238.

426 “ART.  43.—Del ejercicio de privilegios y prerrogativas.  Los establecimientos públicos, como


organismos administrativos que son, gozan de los mismos privilegios y prerrogativas que se reconocen a la
Nación. ||  “Las empresas industriales y comerciales del Estado y las sociedades de economía mixta tienen las
prerrogativas y beneficios 'específicos' que les reconocen las leyes, y los generales aplicables a esta clase de
organismos”.

427 D. 912/68. “ART.  1º—Créase y organízase la Empresa Colombiana de Esmeraldas como entidad


autónoma de tipo comercial e industrial, con patrimonio propio e independiente, personería jurídica y domicilio
en Bogotá”.

428 L. 2ª/90. «ART. 1º—La Empresa Colombiana de Minas, “Ecominas”, creada mediante el Decreto 912
de 1968 y reorganizada por el Decreto 3161 del mismo año, podrá transformarse cuando el Gobierno
Nacional así lo disponga, en una sociedad anónima del orden nacional, con capital estatal, personería
jurídica, patrimonio propio e independiente y autonomía administrativa, sometida al régimen legal de las
empresas industriales y comerciales del Estado, vinculada al Ministerio de Minas y Energía, cuyo nombre o
razón social será Minerales de Colombia S.A., pudiendo utilizar la sigla  “Mineralco S.A.”».

429 D. 1377/90. ART. 1º—“A partir de la vigencia de este Decreto y una vez cumplidos los requisitos
legales sobre constitución de sociedades anónimas, la Empresa Colombiana de Minas, Ecominas, creada
mediante los  decretos 912 de 1968 y 3161 del mismo año, será transformada en la sociedad Minerales de
Colombia S. A., Mineralco S. A., entidad que tendrá la naturaleza de Anónima, de capital estatal y gozará de
personería jurídica, patrimonio propio e independiente y autonomía administrativa. La sociedad estará
sometida en lo pertinente al régimen de las empresas industriales y comerciales del Estado y vinculada al
Ministerio de Minas y Energía”.

430 D. 1679/97. “ART.  2°—Naturaleza  jurídica. La Empresa Nacional Minera Ltda.  “Minercol Ltda.” será
una sociedad de responsabilidad limitada, del orden nacional, con capital estatal, sometida al régimen de las
empresas industriales y comerciales del Estado, vinculada al Ministerio de Minas y Energía con personaría
jurídica, autonomía administrativa y patrimonio propio e independiente. Su domicilio principal será la ciudad de
Santafé de Bogotá D.C. La junta directiva podrá establecer seccionales en las zonas mineras del país donde
las necesidades lo exijan”.

431 Decreto 912 de 1968, artículo 2º.

432 Decreto 2477 de 1984, considerandos 4º y 5º.

433 Consejo de Estado, Sección Primera. Sentencia del 4 de agosto de 2011, rad. núm. 11001-03-24-000-
2004-00089-01.

434 Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección B. Sentencia del 29 de octubre de 2012, Exp.
21711.

435 Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección B. Sentencia del 21 de marzo de 2012, Exp. 22524.

436 D. 2655/88. “ART.  75.—Multas, cancelación y caducidad.  El Ministerio podrá multar al beneficiario
de derechos mineros, cancelar administrativamente las licencias de exploración y de explotación e
igualmente, declarar la caducidad de los contratos de concesión, de conformidad con este  código”.

437 D. 636/74. “ART. 3º—Además de las funciones que se señalan en el Decreto 1050 de 1968 y de las
disposiciones legales y reglamentarias en vigencia el Ministerio de Minas y Energía atenderá los siguientes
negocios: [...] l) Conocer y tramitar las solicitudes y propuestas de permisos, aportes, arrendamientos,
concesiones y licencias para la exploración, explotación, refinación, transporte, procesamiento y distribución
de minerales, hidrocarburos y sus derivados; expedir o celebrar los actos unilaterales o bilaterales que definan
aquellas peticiones y, en general, tomar las decisiones que otorguen o nieguen a los particulares, a las
entidades públicas o a las empresas de economía mixta, los derechos sobre los yacimientos mineros e
hidrocarburíferos de la Nación y sobre el posterior aprovechamiento de los recursos explotados; [...]”.

438 D. 18711214(sic)/1871. “ART. 1°—Los grupos de minas conocidos con los nombres de ‘Muzo’ i de
‘Coscuez’, son las únicas de esmeraldas de que está en posesión la República, i cuya propiedad se reserva
ésta”.

439 D. 400/1899. “ART. 1º—Los limites generales de los grupos de minas de esmeraldas de Muzo y
Coscuez son los siguientes: Por la quebrada de Porquecito, desde la boca en el río Minero, hasta él más alto
filo de la serranía de Átoco, en la dirección de Quépame; el filo de dicha serranía, hasta ponerse en el punto
más inmediato a las vertientes de la quebrada Tambarías; la quebrada Tambarías, hasta su desembocadura
en el río Minero, y este río aguas arriba, hasta la boca de la quebrada Sorquecito”.

440 Dentro de la que se encuentra el área del contrato celebrado el 30 de junio de 1995. (Apartados
3.2.1.2 y 3.2.1.9).

441 Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil. Concepto del 15 de junio de 2006, rad. núm.
11001-03-06-000-2006-00055-00(1750)

442 Apartado 3.4.4.5.

443 Apartado 3.2.1.6.

444 Apartado 3.2.1.5.

445 Apartado 3.4.4.5.

446 Fls. 46 a 49 del cdno. 2, y 155 a 161 del cdno. 7B.

447 C.C. “ART. 2000.—El arrendatario es obligado al pago del precio o renta. [...]  ART. 2002.—El pago
del precio o renta se hará en los períodos estipulados, o a falta de estipulación, conforme a la costumbre del
país, y no habiendo estipulación ni costumbre fija, según las reglas que siguen: || La renta de predios urbanos
se pagará por meses, la de predios rústicos por años. || Si una cosa mueble o semoviente se arrienda por
cierto número de años, meses, días, cada una de las pensiones periódicas se deberá inmediatamente
después de la expiración del respectivo año, mes o día. Si se arrienda por una sola suma, se deberá ésta
luego que termine el arrendamiento”.

448 Aptado. 3.1.2.2.

449 Sentencia C-251 del 25 de marzo de 2003.

450 Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil. Concepto del 15 de junio de 2006, Rad. 11001-
03-06-000-2006-00055-00(1750).

451 Consejo de Estado, Sección Primera. Sentencia de 18 de junio de 2015, Rad. 2011-00271-00;
sentencia de 17 de febrero de 2011, rad. núm. 2009-00080-01; y del 14 de abril de 2016, Rad. 00023-00,
entre otras.

452 DÍEZ, Manuel María. El acto administrativo, Tipográfica Editora Argentina, Buenos Aires, 1956
(reimpresión 2014), pp. 80 a 82.
453 CCA. “ART.  66.—Salvo norma expresa en contrario, los actos administrativos serán obligatorios
mientras no hayan sido anulados o suspendidos por la jurisdicción en lo contencioso administrativo, pero
perderán su fuerza ejecutoria en los siguientes casos: [...]”.

454 CCA. “ART. 64.—Salvo norma expresa en contrario, los actos que queden en firme al concluir el
procedimiento administrativo serán suficientes, por sí mismos, para que la administración pueda ejecutar de
inmediato los actos necesarios para su cumplimiento. La firmeza de tales actos es indispensable para la
ejecución contra la voluntad de los interesados”.

455 MUÑOZ MACHADO, Santiago. Tratado de derecho administrativo y derecho público general, Tomo
IV, “La actividad administrativa”, 1ª edición, Iustel, Madrid, 2011, pp. 28-33.

456 MAYER, Otto. Derecho administrativo alemán, Tomo I (“Parte General”), Depalma, Buenos Aires,
1904, (traducción de 1982), pp. 127-128.

457 CCA. “ART. 44.—Las demás decisiones que pongan término a una actuación administrativa se
notificarán personalmente al interesado, o a su representante o apoderado. || Si la actuación se inició por
petición verbal, la notificación personal podrá hacerse de la misma manera. || Si no hay otro medio más eficaz
de informar al interesado, para hacer la notificación personal se le enviará por correo certificado una citación a
la dirección que aquél haya anotado al intervenir por primera vez en la actuación, o en la nueva que figure en
comunicación hecha especialmente para tal propósito. [...]”.

458 Corte Constitucional, Sentencia C-371 de 1999.

459 GARCÍA DE ENTERRÍA, E., y FERNÁNDEZ T. Curso de derecho administrativo, Tomo I, 15ª edición,
Cizur Menor (Navarra), 2011, pp. 575-580.

460 Constitución Política de Colombia. “ART.  121.—Ninguna autoridad del Estado podrá ejercer funciones
distintas de las que le atribuyen la Constitución y la ley. || ART. 122.—No habrá empleo público que no tenga
funciones detalladas en ley o reglamento y para proveer los de carácter remunerado se requiere que estén
contemplados en la respectiva planta y previstos sus emolumentos en el  presupuesto correspondiente. ART.
123.—[...] Los servidores públicos están al servicio del Estado y de la comunidad; ejercerán sus funciones en
la forma prevista por la Constitución, la ley y el reglamento”.

461 L. 489/98. “ART.  110.—Las personas naturales y jurídicas privadas podrán ejercer funciones
administrativas, salvo disposición legal en contrario, bajo las siguientes condiciones: || La regulación, el
control, la vigilancia y la orientación de la función administrativa corresponderán en todo momento, dentro del
marco legal a la autoridad o entidad pública titular de la función la que, en consecuencia, deberá impartir las
instrucciones y directrices necesarias para su ejercicio. [...] La atribución de las funciones administrativas
deberá estar precedida de acto administrativo y acompañada de convenios, si fuere el caso”.

462 D. 624/89, Estatuto Tributario. “ART.  615.—Obligación de expedir factura.  Para efectos tributarios,
todas las personas o entidades que tengan la calidad de comerciantes, ejerzan profesiones liberales o presten
servicios inherentes a éstas, o enajenen bienes producto de la actividad agrícola o ganadera, deberán expedir
factura o documento equivalente, y conservar copia de la misma por cada una de las operaciones que
realicen, independientemente de su calidad de contribuyentes o no contribuyentes de los impuestos
administrados por la Dirección General de Impuestos Nacionales. [...] ART. 617.—Requisitos de la
factura.  || Para efectos tributarios, las facturas a que se refiere el Artículo 615, deberán contener: || a)
Apellidos y nombres o razón social y número de identificación tributaria del vendedor o de quien presta el
servicio; || b) Número y fecha de la factura; || c) Descripción específica o genérica de los artículos vendidos o
servicios prestados; || d) Valor total de la operación”.

463 Fls. 14 a 25 del cdno. 2.

464 Aptado. 3.2.1.19.

465 Aptado. 3.2.1.23.


466 Aptado. 3.2.1.34.

467 Aptado. 3.2.1.113.

468 D. 2655/88. “ART. 52.—Contratos con terceros.  La entidad titular del aporte podrá explorar y
explotar el área o parte de ella, directamente o mediante contratos con terceros. [...] ART. 56.—Contratos
mineros. Son contratos mineros los que crean derechos y obligaciones cuyo objeto principal es la
exploración, montaje de minas, explotación, y beneficio de minerales. Estos contratos, además de los
requisitos que deben llenar por razón de su clase y naturaleza, deberán inscribirse en el registro
minero. [...] ART.  58.—Interpretación, modificación y terminación unilaterales.  En los contratos mineros
no se aplicarán los principios de modificación, terminación e interpretación unilaterales regulados para los
contratos administrativos ordinarios, y en estas materias, se regirán por lo previsto en sus correspondientes
cláusulas. [...] ART.  80.—Requisitos de perfeccionamiento. Los contratos mineros de los establecimientos
públicos y de las empresas industriales y comerciales del Estado que por sus características, metas
propuestas y la extensión del área, puedan calificarse como de gran minería, requerirán para su
perfeccionamiento y ejecución, únicamente, la aprobación del ministro previa a su inscripción en el registro
minero. || Los que se celebren con pequeños y medianos mineros sobre áreas comprendidas en los aportes,
no necesitan más formalidad que su inscripción en el registro”.

469 Fl. 1313 del cdno. 6.

470 Fl. 1320 del cdno. 6.

471 Fl. 1355 del cdno. 6.

472 Fl. 1416 del cdno. 6.

473 Fl. 1360 del cdno. 6.

474 Aptado. 3.2.1.156.

475 Fls. 1853 a 1856 del cdno. 7; y 8 a 11 del cdno. 2.

476 D. 441/69. “ART.  1º—El Instituto Nacional Geológico Minera, es un establecimiento público y por
consiguiente dotado de personería  jurídica, autonomía administrativa y patrimonio independiente, adscrito al
Ministerio de Minas y Petróleos”.

477 L. 489/98. “ART. 81.—Régimen de los actos y contratos. Los actos unilaterales que expidan los
establecimientos públicos en ejercicio de funciones administrativas son actos administrativos y se sujetan a
las disposiciones del Código Contencioso Administrativo”.

478 Aptado. 3.4.7.6.

479 CPC. “ART. 305.—Congruencias.  La sentencia deberá estar en consonancia con los hechos y las
pretensiones aducidos en la demanda y en las demás oportunidades que este código contempla, y con las
excepciones que aparezcan probadas y hubieren sido alegadas si así lo exige la ley”.

480 Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección C. Sentencia del 13 de abril de 2015, Exp. 52556; y
sentencia del 9 de octubre de 2014, Exp. 49421.

481 “Para la Sala, al tratarse de una condena más allá de lo pedido y debatido en el plenario, así como de
lo razonado en la parte considerativa del fallo, ella resulta contraria al principio de congruencia, atenta contra
el debido proceso y desconoce el especial deber de motivación de los eventuales fallos extra petita que en
virtud del principio iura novit curia está habilitado a emitir el juez constitucional de los derechos colectivos”.
Consejo de Estado, Sección Primera. Sentencia del 26 de marzo de 2015, rad. 15001-23-31-000-2011-00031-
01 (AP)
482 CPC. “ART.  305.—La sentencia deberá estar en consonancia con los hechos y las pretensiones
aducidos en la demanda y en las demás oportunidades que este código contempla, y con las excepciones
que aparezcan probadas y hubieran sido alegadas si así lo exige la ley.|| No podrá condenarse al demandado
por cantidad superior o por objeto distinto del pretendido en la demanda, ni por causa diferente a la invocada
en ésta”.

483 «Ahora respecto de la causal en comento ésta Subsección también ha señalado que: “[...] el vicio
sobre el que aquí se discurre se presenta cuando la sentencia es condenatoria, y no cuando es absolutoria,
pues no podría entenderse cómo una sentencia que niega las pretensiones de la demanda pueda incurrir en
tal yerro por estar condenando al demandado, se resalta, “por cantidad superior o por objeto distinto del
pretendido en la demanda...” o “por causa diferente a la invocada en ésta”. [...] Por lo tanto, es necesario
precisar en éste punto que la sustentación que realice el recurrente de la causal que alega debe estar
encaminada fundamentalmente a demostrar su configuración, de forma tal que si los argumentos esbozados
no tienen relación alguna con ésta, su impugnación estará condenada al fracaso». Consejo de Estado,
Sección Tercera, Subsección C. Sentencia del 12 de noviembre de 2014, Exp. 51304.

484 Consejo de Estado, Sección Cuarta. Sentencia del 9 de abril de 2015, Exp. 20769.

485 “[...] resulta improcedente el análisis del presente asunto en virtud de la acción de nulidad y
restablecimiento del derecho, toda vez que  si bien existe un margen razonable de interpretación de la
demanda por parte del juez frente a los hechos alegados y probados por la parte demandante y la definición
de la norma o el régimen jurídico aplicable al caso, ello no puede ni debe confundirse con la modificación de
la causa petendi y menos aún del petitum” (énfasis añadido). Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia
del 27 de enero de 2012, Exp. 20407. “Por consiguiente, aunque la pretensión de la demanda apunta a
obtener la nulidad de los actos administrativos, la causa petendi expuesta por la demandante no es la que
expone el Tribunal, a la cual no podría llegarse ni siquiera por interpretación de la demanda, lo que configura,
como lo señala la demandante en su recurso de apelación, un  fallo extra petita, que debe ser revocado [...]”
(subrayado fuera del texto). Consejo de Estado, Sección Cuarta. Sentencia del 24 de marzo de 2011, Exp.
16383.

486 “Si bien el Código Civil, en el artículo 2513, prevé la obligatoriedad de alegar la prescripción y dispone
que “el  juez no puede declararla  de oficio” y en este mismo sentido lo establece el artículo 306 del Código de
Procedimiento Civil, lo cierto es que, tratándose de controversias de conocimiento de la jurisdicción de lo
contencioso administrativo, las disposiciones que rigen el procedimiento son las contenidas en el Código
Contencioso Administrativo. Este ordenamiento, en el artículo 164, regula las excepciones en los siguientes
términos: ‘En todos los procesos podrán proponerse las excepciones de fondo en la contestación de la
demanda, cuando sea procedente, o dentro del término de fijación en lista, en los demás casos. En la
sentencia definitiva se decidirá sobre las excepciones propuestas y sobre cualquiera otra que el fallador
encuentre probada  [...].’ Esta disposición faculta al juzgador administrativo para, en la sentencia de primera o
de segunda instancia, resolver sobre cualquier excepción que encuentre probada en el proceso, incluso
aquellas que el demandado no haya propuesto, sin limitación alguna. Por tal razón, en los procesos
contencioso administrativos puede declarase de manera oficiosa la prescripción de derechos de naturaleza
laboral, como en el caso”. Consejo de Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo. Sentencia de 3 de
febrero de 2015, rad. 11001-03-15-000-2008-01391-00 REV.

487 “[...] las nulidades absolutas son sanciones que prevé la ley para aquellos negocios jurídicos que
contravienen, entre otros, el orden público y las normas imperativas. [...] Las nulidades absolutas protegen
intereses generales y es por esta razón que no pueden sanearse por ratificación de las partes y que las
facultades del  juez  se incrementan pues las puede decretar oficiosamente. [...] En consecuencia, si en el
trámite de la segunda instancia, que se surte en virtud del recurso de un apelante único, se advierte una
causal de nulidad absoluta, es poder-deber del juez  el decreto oficioso de ella porque se lo impone el control
de legalidad que el ordenamiento le manda en aras de la protección del interés general que envuelve la
defensa del orden público y las normas imperativas. [...] Por lo tanto, jamás podrá decirse que, en un caso
como el que se acaba de mencionar, el decreto oficioso de la nulidad absoluta lleve consigo la violación del
principio de la reformatio in pejus porque la protección del orden jurídico es un interés general que debe
prevalecer sobre el interés particular que contiene el principio de no reformar la sentencia en perjuicio del
apelante único”. Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección C. Sentencia de 15 de marzo de 2015,
Exp. 30759.
488 “Como se dejó establecido en precedencia, con las lesiones sufridas por [...] no sólo se le vulneraron
derechos de orden legal, sino que se le afectaron bienes reconocidos convencionalmente; en concreto el
derecho que tenía a que el Estado dispusiera de su protección mientras estuviera en las instalaciones del
establecimiento educativo y que le fue desconocido el 6 de octubre de 1998, cuando resultó agredida dentro
del Colegio Instituto fe y Alegría del  Municipio de Floridablanca. Este tipo daño puede ser reconocido de
oficio, conforme a lo dispuesto en sentencia de unificación de esta corporación. En efecto, sobre la posibilidad
de reconocer de oficio este tipo de perjuicios en sentencia del 28 de agosto de 2014, expediente 26251”.
Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección C. Sentencia de 2 de marzo de 2015, Exp. 30924.

489 Fls. 19 a 51 del cdno. 1.

490 Fl. 68 y 69 del cdno. 1.

491 Fls. 69 a 73 del cdno. 1.

492 Esta es una cita textual. Los errores, erratas, énfasis y mayúsculas forman parte del texto original.

493 Esta es una cita textual. Los errores, erratas, énfasis y mayúsculas forman parte del texto original.

494 Esta es una cita textual. Los errores, erratas, énfasis y mayúsculas forman parte del texto original.

495 Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia de 23 de septiembre de 2014, Exp. 30782.

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