Estudio de Filipenses 3

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FILIPENSES 3:1-16.

VERDAD CENTRAL.

La madurez del cuerpo de Cristo se manifiesta en la unidad de sus


miembros que avanzan decididamente hacia la meta del llamamiento de
Dios.

1. La verdadera circuncisión
(Filipenses 3:1-6)
n Pablo empezó el tercer capítulo de Filipenses con una aseveración de que el regocijo en el
Señor era protección contra las tristes y falsas enseñanzas de los judaizantes legalistas, que
ponían un lenguaje disfrazado de gracia a su dependencia de la ley.

n ¿Por qué Pablo usó expresiones tan fuertes en Filipenses 3.2 al condenar a estos judaizantes?
n Guardaos de los perros (véase Gálatas 5.15)
n Guardaos de los malos obreros (véanse Gálatas 1.8, 9; 4.17; 5.4)
n Guardaos de los mutiladores del cuerpo (véanse Gálatas 5.12; 6.12)

n Cómo caracterizó Pablo la verdadera fe de los filipenses en contraste con la falsa doctrina de
los judaizantes? (Filipenses 3.3)

n Pablo rehusó permitir que la circuncisión se convirtiera en una mala palabra debido a que ella
provino de Dios como una señal de membresía en el pueblo del pacto (Génesis 17.9–14).

n Insistió en que la circuncisión física nunca fue suficiente para caracterizar a una persona
como miembro del pueblo del pacto (Romanos 2.28, 29; 9.6–8).

n La verdadera circuncisión siempre involucraba al corazón.


n Si no se respondía a Dios, de corazón, con la misma fe que Abraham había tenido en Él, no
había verdadera circuncisión.
n Pablo insistió que todo creyente en Jesús es «circuncidado» (Filipenses 3.3; Colosenses 2.11),
es decir, marcado como miembro del pueblo del nuevo pacto de Cristo.
n Filipenses 3.3 asocia esta circuncisión del corazón con el Espíritu Santo, probablemente en el
sentido de que la presencia del Espíritu es el sello de la redención divina (Efesios 1.13).
n Colosenses 2.11, 12 asocia esta circuncisión del corazón con Cristo y el bautismo como una
representación de la resurrección de Cristo a una vida nueva (véase Romanos 6.4).
n ¿Por qué Pablo se consideraba un portavoz calificado en cuanto a los peligros espirituales de
«confiar en la carne»? (Filipenses 3.4–6)
n ¿Cuáles eran esos peligros?
n Ya que nosotros hoy no estamos bajo la influencia judía, ¿a qué otras influencias estamos
expuestos?

2. El anhelo de conocer mejor a Cristo


(Filipenses 3:7-11)

n ¿Cómo pudo Pablo concluir que todo lo que consideraba prestigioso de su origen judío era
desventaja en lo que respecta a Cristo? (vv. 7, 8)
n En términos generales, ¿qué había llegado a preferir Pablo en lugar de confiar en la carne?
(vv. 8, 9)

n Específicamente, ¿qué fases de la disciplina cristiana eran parte del supremo deseo de Pablo
por conocer a Cristo? (Filipenses 3.10)
n 1. (véase Efesios 1.15–23)
n 2. (véanse Filipenses 1.29; 2 Timoteo 3.12)
n 3. (véanse Romanos 8.36; 2 Corintios 4.10)

n ¿Cuál fue la meta del deseo disciplinado de Pablo por conocer plenamente a Cristo?
(Filipenses 3.11)
n ¿Cuál fue la meta del deseo disciplinado de Pablo por conocer plenamente a Cristo?
(Filipenses 3.11)
n ¿Qué querría decir Pablo con “si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los
muertos”?
n "Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza;
pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados."
n (Hebreos 12.11, RVR60)
n El gozo nunca se halla en la adversidad; siempre se halla únicamente en la comunión con
Jesús.
n ¿Cómo pueden las dificultades o las circunstancias adversas convertirse en oportunidades
para confiar en Dios más completamente?
n
n La devoción cristiana se centra en la búsqueda de la intimidad con Dios. Es «consagrarse a sí
mismo» al conocimiento de Jesucristo. Un indicio de madurez es el grado en que esta
aspiración se convierte en el centro de nuestra vida. En ningún otro lugar es retado el
discípulo de Jesús a convertirse en un hombre «con su corazón puesto en Dios».
n Comprende que ningún logro personal gana una posición espiritual. No temas perder todo en
tu intento de conocer a Cristo. Haz del «conocer» a Cristo el objetivo supremo de tu vida.
Conoce que esta búsqueda siempre implica sacrificios.

3. El camino hacia la meta


(Filipenses 3:12-16)
n A pesar de la adversidad que Pablo había soportado en sus años como apóstol, anhelando
servir al Señor Jesús en donde nadie más había proclamado el evangelio, no podía afirmar
haber llegado a la madurez espiritual.
n Pablo, el preso modelo del Señor, sólo podía invocar fe total y confianza en Jesucristo de
parte suya y de parte de sus lectores. Su secreto era conocer directamente el poder de
Jesucristo obrando en las circunstancias adversas.
n ¿Qué procuraba Pablo alcanzar en su vida espiritual? (Filipenses 3.12)
n teleioo (τελειόω), traer a un fin al completar o perfeccionar. Se utiliza […] de los santos de
Cristo (Juan 17.23; Filipenses 3.12; Hebreos 10.14; 11.40).

n Para alcanzar los retos de la disciplina espiritual, ¿cuáles eran las actitudes de Pablo respecto
al pasado y al futuro? (3.13)
n ¿Cuál era el objetivo espiritual de Pablo? (3.14)
n En Filipenses 3.14 Pablo usó una de sus metáforas favoritas, la carrera pedestre, para ilustrar
la resistencia que se necesita para vivir la vida cristiana.
n El corredor no debe mirar hacia atrás, sino concentrarse en la parte de la carrera que todavía
tiene que correr. Su enfoque final está en la línea de la meta y, si está acostumbrado a ganar,
en el premio que puede obtener.
n Describa, según Filipenses 3.15, 16, la apelación de Pablo por un compromiso unido al
discipulado espiritual.
n La necesidad de madurez
n El papel de Dios en la unidad
n Maneras de expresar la unidad
n

FILIPENSES 3  – DEJANDO LA LEY


MANTENIÉNDONOS EN JESÚS
A. Lo inútil de una relación con Dios basado en el principio de la
ley.
1. (1-2) Una advertencia en contra de la influencia de los Judíos legalistas.
Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas
cosas, y para vosotros es seguro. Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros,
guardaos de los mutiladores del cuerpo.
a. Por lo demás: Esto no significa que Pablo ya mero terminaba; Pablo aquí escribió como
muchos predicadores hablan. Pero debemos de esperar algún tipo de transición en la carta
con la frase por lo demás.

i. “El ‘por lo demás’ de Pablo aquí no es la frase ‘por lo demás’ que utilizan muchos
predicadores hoy en día. Él tiene otro ‘por lo demás’ en 4:8. Él no quiere decir, con esto,
que él esta a punto de terminar la carta. Las palabras traducidas de la frase ‘por lo demás’
se puede traducir ‘finalmente.’” (Wuest)

b. Gozaos en el Señor: Este es un título apto para toda la carta. Pablo compartió con los
Filipenses el principio de tener la habilidad de regocijarse en el Señor – no en las
circunstancias o situaciones, sino en el Señor, quien hace que todo trabaje para bien.

i. Este gozo que permanece es adecuado para el creyente porque esto muestra que
nosotros realmente creemos en Dios, el cual esta en control. Cuando nosotros creemos
esto, no es de sorprenderse que seamos llenos de gozo.

ii. Gozaos en el Señor: “Esta frase podría ser el equivalente Cristiano a la exclamación del
Antiguo Testamento de Aleluya.” (Martin)
iii. “Es un deber para nosotros el cultivar este gozo. Debemos de suprimir firmemente cualquier
tendencia de murmurar y contender; el encontrar culpa en los tratos de Dios; o el buscar el
sonsacar simpatía. Debemos a lo más resistirnos a la tentación de la depresión y la
melancolía, así como a cualquier forma de pecado.” (Meyer)
c. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro: Pablo le
aseguró a los Filipenses que a él no le importaba el recordarles de las mismas cosas
debido que era para su seguridad.
i. A Pablo no le importaba recordarles debido a que él tenía una preocupación apasionante
sobre ciertos peligros, y él hablaría fuertemente en contra de esos peligros. “Este arranque
es singular, ya que la intensidad no es como el resto de la carta. Aquello es calmado,
gozoso, claro, pero esto es tempestuoso y apasionado, llena de palabras brillantes y
ásperas.” (Maclaren)

d. Guardaos de los perros: Esta es una referencia severa para los legalistas problemáticos
los cuales intentaban engañar a los Filipenses. “Perros” es exactamente el término que los
despreciables Judíos utilizarían en contra de los Gentiles. Pablo dijo mucho al usar esta
palabra en contra de estos Judíos influenciados por el legalismo.

i. Muller al citar a Lightfoot: “Las manadas de perros los cuales merodeaban sobre las
ciudades Orientales, sin hogar y sin un dueño anterior, alimentándose de la basura y de la
inmundicia de las calles, peleando entre ellos mismos, y atacando a los peatones, esto
explica la aplicación de esta ilustración.”

ii. “Se nos ordena, por lo tanto, a tener cuidado de los hombres con un espíritu contencioso
y pendenciero, quienes bajo el aspecto de la religión esconden cosas impuras e inmundas;
y quienes no solamente están contaminados, pero contaminan con su influencia.” (Meyer)

e. Guardaos de los malos obreros: Esto describe lo que hacen estos legalistas


(obrando maldad), y también era una palabra en contra de su énfasis de justificación ante
Dios por obras. Pablo admitiría que ellos tenían una preocupación por las obras, pero ellos
eran malos obreros.
i. Malos obreros: “Estas personas no son los ‘Maniáticos’ de nuestras Iglesias; ellos
introducen las modas y los pasatiempos; ellos exageran la importancia de las pequeñeces;
ellos atrapan cada nueva teoría y divagación, y la siguen sin importar la pérdida de la
verdad y el amor.” (Meyer)
f. Guardaos de los mutiladores del cuerpo: Aquí hay otra referencia fuerte hacia la insistencia
de aquellos Judíos legalistas los cuales requerían que los Gentiles hicieran la circuncisión
para convertirse en Cristianos. Todo esto era hecho con la idea de que alguien debe ser un
Judío primero antes de que pudieran ser Cristianos.

i. “Ellos no negaban de que Jesús era el Mesías, o de que Su Evangelio era poder de Dios
para salvación, pero ellos insistían que los Gentiles creyentes sólo podrían llegar a la
plenitud de los privilegios del Evangelio a través de la Ley de Moisés.” (Meyer)

ii. Sin embargo, Pablo no miraba su insistencia en la circuncisión como algo bello o noble;
él la tenía como un horrible ejemplo de mutilación. “Yo no los llamaré a la circuncisión,
ellos no han sido circuncidados, ellos solamente han sido acuchillados y mutilados, a sido
solamente una mutilación carnal.” (Maclaren)
iii. Martin en la mutilación: “Por un juego de palabras, él burlescamente le llama un simple
corte, katatome, por ejemplo, mutilación de el cuerpo a la par con las prácticas paganas
prohibidas en Levíticos 21:5.”
2. (3-4) Pablo define la verdadera circuncisión.
Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en
Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. Aunque yo tengo también de qué confiar en la
carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más:
a. Porque nosotros somos la circuncisión: Estos Judíos legalistas se consideraban a ellos
mismos como los que verdaderamente estaban circuncidados y bien delante de Dios. Pero
Pablo declaró que él y sus seguidores son los que están en verdadera circuncisión.
b. Los que en espíritu servimos a Dios: Esto define la verdadera circuncisión. A los que en
espíritu servimos a Dios, lo que es opuesto a la adoración en la carne, la cual es externa,
enfatizada por estos legalistas.

i. “La palabra ‘adorar (traducida así en inglés)’ es la traducción de la palabra Griega que se
refiere a el servicio de Jehová por Su pueblo en particular, los Judíos. Un Judío se
escandalizaría en la aplicación de esta palabra a un Gentil.” (Wuest)

c. Nos gloriamos en Cristo Jesús: Esto también caracteriza a aquellos en verdadera


circuncisión. Su gozo (gloria) no se encuentra en su propia habilidad de ser justificado por
la ley o por guardar la ley. Jesús, y sólo Jesús, es su gloria.
d. No teniendo confianza en la carne: Esta es una tercera característica de una verdadera
circuncisión. Ellos no confían en su propia habilidad de ser justos delante de Dios a través
de obras externas (la carne), pero su única confianza esta en Jesús.
e. Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne . . . yo más: Pablo sabía que él estaba
más calificado para ser justificado por guardar la ley más que cualquiera de los oponentes
legalistas presentes.
i. Curiosamente, muy a menudo, aquellos que promueven la idea de tener confianza en la
carne son los mismos que están menos calificados de tener tal confianza. Esto es debido
al principio que Pablo explica en Colosenses 2:23 – Tales cosas tienen a la verdad cierta
reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen
valor alguno contra los apetitos de la carne.

3. (5-6) Las razones de Pablo del porque él puede tener confianza en la


carne
circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en
cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es
en la ley, irreprensible.
a. Circuncidado al octavo día . . .: Pablo enumera primero cuatro cosas que eran parte de su
posesión debido a su nacimiento, y todas son razones por la cual él puede tener confianza
en la carne:
· Pablo fue circuncidado el octavo día de acuerdo con Levíticos 12:3.
· Pablo era del linaje de Israel, un descendiente de Abraham, Isaac y Jacob; y por lo tanto,
un heredero del pacto de Dios con ellos.
· Pablo era de la tribu de Benjamín, una tribu distinguida. Benjamín estaba distinguida por
el hecho de que dio a Israel su primer rey, Saúl (1 Samuel 9:1-2). Es la tribu que se alineó
a si misma con el Judá fiel cuando Israel se dividió en dos naciones en el tiempo de
Roboam (1 Reyes 12:21). También era la tribu que tenía la ciudad de Jerusalem dentro de
sus límites (Jueces 1:21).
· Pablo era hebreo de hebreos. Esto le contrasta a él con los Judíos los cuales adoptaban la
cultura Griega mientras esta se esparcía a través del Mediterráneo. En ese tiempo,
muchos Judíos se avergonzaron de su Judaísmo e intentaron vivir y actuar lo más que
pudieron como los Griegos, algunas veces hasta el punto que hacían que su circuncisión
fuera restaurada de manera cosmética o la escondían para que ellos pudieran disfrutar de
los baños públicos Romanos sin ser percibidos como Judíos. En contraste, Pablo fue
criado por sus padres como hebreo de hebreos.
b. En cuanto a la ley . . .: Luego Pablo enumeró tres cosas que eran parte de su elección y
convicción personal, y todas estas son razones por las cuales él puede tener confianza en
la carne.
· Pablo era en cuanto a la ley, fariseo. Esto nos habla de que entre un pueblo élite (los
Judíos), Pablo era de una secta élite (los Fariseos), quienes se hacían notar por su
devoción escrupulosa de la ley de Dios. “No había muchos Fariseos, nunca más de seis
mil, pero ellos eran los atletas espirituales del Judaísmo. Su propio nombre significa Los
Separados. Ellos se habían separado a si mismos de la vida común y de los deberes
comunes en orden para tener una sola meta en la vida el cual era guardar el detalle más
pequeño de la Ley.” (Barclay) La preocupación que los Fariseos tenían por guardar la ley
es reflejada en pasajes como Mateo 23:23.
· En cuanto a celo, perseguidor de la iglesia. Pablo no era solamente un
oponente intelectual de las herejías percibidas en contra del Judaísmo; él también era un
contendiente activo en contra de ellas – aún en su ceguera hacia Dios. La observación de
Pablo de que los Judíos de sus días tenían un celo por Dios, pero no de acuerdo al
conocimiento (Romanos 10:2) era cierta en su propia vida antes de que Dios le confrontara
en el camino a Damasco.
· En cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Esto muestra que Pablo alcanzó el
estándar de justicia el cual era aceptado entre los hombres de su día – aunque este
estándar estuviera corto ante el estándar santo de Dios. Debido a cómo la ley era
interpretada y enseñada, había aquellos en aquellos días los cuales eran engañados al
pensar que en realidad eran irreprensibles, como el hombre principal que era rico (Lucas
18:18-23).
i. En resumen, si alguien pudiera reclamar de agradar a Dios al guardar la ley y por obras
de la carne, este sería Pablo. Él estaba mucho más calificado que sus oponentes legalistas
y que hacían tal reclamación.

4. (7) Pablo rechaza toda confianza en la carne.


Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
a. Pero cuantas cosas … las he estimado como pérdida por amor de Cristo: Cualquiera de los
maestros corruptos de los cuales Pablo advirtió estarían orgullosos de proclamar el
pedigree de Pablo. Pero Pablo lo puso en claro: pero cuantas cosas las he estimado como
pérdida por amor a Cristo.

i. “La palabra ‘ganancia’ es plural en el Griego, a saber, ‘ganancias’. ,,, ‘Pérdida’ es


singular. Todas las ganancias se cuentan como una pérdida.” (Wuest)

ii. “Él tenía habilidad en la aritmética espiritual, y era muy cuidadoso en sus cálculos. Él
echaba sus cuentas con precaución, y observaba con ojo diligente sus pérdidas y sus
ganancias.” (Spurgeon)

b. Las he estimado como pérdida: Pablo estimaba estas cosas como pérdida. No es que por
su propio carácter fueran una pérdida en tanto que él eligió tenerlas como una pérdida.
i. Estas fueron estimado como pérdida no porque le hicieran daño a Pablo, pero debido a
que estas cosas eran maneras en las cuales Pablo buscaba agradar a Dios en las
energías de la carne. Antes de que Pablo se convirtiera en Cristiano, él pensaba que todas
estas cosas le daban éxito en el esfuerzo de agradar a Dios por obras.
ii. Podemos decir que la actitud de Pablo es la misma que Jesús describió en la parábola
de la perla de gran precio (Mateo 13:44-46).

B. La total confianza de Pablo en una relación viva con Jesucristo.


1. (8) La ganancia de Pablo en Jesucristo.
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de
Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar
a Cristo,
a. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida: Pablo no solamente contó su
pedigree religioso como una pérdida; él contó todas las cosas como pérdida – pero él las
contó como pérdida en vista de la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús.
i. Y ciertamente: “La traducción de cinco efectividades, la cual después son literalmente
traducidas, ‘si, en efecto, por lo tanto, al menos, aún,’ y muestra la fuerza y pasión de la
convicción de Pablo.” (Wuest)
ii. No es tanto que esas cosas no tenían valor en si mismas, pero comparadas con la
grandeza de la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, estas en verdad no son nada.
iii. Aquí Pablo pone una relación personal con Cristo Jesús en el mero centro de la vida
Cristiana. Él gozosamente aceptó la pérdida de todas las demás cosas por la grandeza de
su relación personal.
iv. En Filipenses 3:7 Pablo dijo que había estimado; y en este versículo él dijo aun estimo.
Esta primera estimación fue en su conversión; la segunda – algunos 30 años después –
estaba en su prisión Romana. Después de todo lo que había experimentado, él aun
contaba como digno el rendir todo por el bien de seguir a Jesús.

v. “Después de veinte años o más de experiencia Pablo tuvo la oportunidad de revisar su


hoja de cálculo, y ver de nuevo sus estimaciones, y ver si estaba correctas o no sus
cuentas. ¿Cuál era el asunto de su búsqueda más reciente? ¿Cómo los asuntos se
mantienen en su último balance? Él proclama con un énfasis muy especial, ‘Sí, sin duda; y
Yo estimo todo como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi
Señor.’” (Spurgeon)

b. Por amor del cual lo he perdido todo: Esta estimación de pérdida no era solamente un
ejercicio espiritual interno. Pablo en verdad había perdido todo por amor para ganar a
Cristo.
i. Esto es demostrado por el lugar y las circunstancias bajo la cual Pablo escribió esta carta
– una prisión Romana, donde el verdaderamente pudo decir por amor del cual lo he perdido
todo.
c. Lo tengo por basura: Aquí Pablo utilizó un lenguaje muy fuerte. Pablo, literalmente, los
consideraba como excremento – como estiércol; no solamente como inservible, pero como
ofensivo.
i. La antigua palabra Griega para basura tenía uno de dos usos. Podía describir
excremento del cuerpo, o los restos de la mesa que solamente se tiraban a los perros.
Nosotros podemos suponer que Pablo estaría cómodo con cualquiera de los dos
significados en este contexto.
ii. “La palabra da el significado de una vil escoria o el rehusarse de cualquier cosa; el peor
excremento. La palabra muestra que tan insignificante y que tan inútil, a vista de la
salvación, el apóstol estimaba cada cosa excepto el Evangelio de Jesús.” (Clarke)

2. (9) Los beneficios espirituales de su ganancia en Cristo Jesús.


y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de
Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
a. Y sea hallado en él: Debido a que Pablo estaba en él, él podría renunciar a su propia
justicia y vivir por la justicia que es de Dios por la fe. El fundamento de su vida espiritual
estaba en lo que Jesús había hecho por él y no en lo que él había hecho, estaba haciendo,
o lo que haría por Jesús en el futuro.
b. La justicia que es de Dios por la fe: Aquí Pablo expone la gran diferencie entre la relación
legal recalcada por sus oponentes y de su conexión personal con Cristo Jesús. La
diferencia esta entre el vivir y confiar en tú propia justicia y el vivir y confiar en la justicia de
Dios dada por la fe de Cristo.

i. “Él rechaza su propia justicia con la impaciencia con la cual otros hombres rechazan sus
pecados, y él tiene en alta estima la justicia la cual Cristo a traído para nosotros, la cual se
vuelve nuestra por fe.” (Spurgeon)

3. (10-11) La experiencia de Pablo de una relación personal con Jesús.


a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos,
llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de
entre los muertos.
a. A fin de conocerle: Esta era la simple petición del corazón de Pablo. Era una petición
desconocida para el legalista, quien debe de enfocarse necesariamente en su desempeño
y estatus para encontrar algún tipo de paz con Dios. Pero Pablo quería a Jesús, no a si
mismo.

i. El conocer a Jesús no es lo mismo que conocer Su vida histórica; no es lo mismo que


conocer doctrinas correctas con respecto a Jesús; no es lo mismo que conocer Su ejemplo
moral, y no es lo mismo que conocer Su gran obra a favor tuyo.

· Podemos decir que conocemos a alguien porque le reconocemos; debido a que podemos
distinguir que es diferente sobre ellos en comparación con otras personas.

· Podemos decir que conocemos a alguien debido a que estamos familiarizados con lo que
hacen; conocemos al panadero porque obtenemos nuestro pan a través de él.

· Podemos decir que conocemos a alguien porque realmente hemos conversado con ellos;
hemos platicado de asuntos con esa persona.

· Podemos decir que conocemos a alguien debido a que pasamos tiempo en su casa o con
su familia.

· Podemos decir que conocemos a alguien debido a que hemos dedicado nuestra vida
para ellos cada día, compartiendo cada circunstancia como en un matrimonio.

· Aún, más allá de todo esto, hay una manera para conocer a Cristo Jesús que incluye
todas estas, incluso va más allá de ellas.

ii. “Ellos me dicen que es un refinador, que él limpia manchas; él me ha lavado en su


sangre preciosa, y hasta ese grado yo le conozco. Ellos me dicen que él cubre al desnudo;
él me ha cubierto con un manto de justicia, y hasta ese grado yo le conozco. Ellos me
dicen que él quebranta, y que él quiebra las cadenas, él ha liberado mi alma, y por lo tanto
yo le conozco. Ellos me dicen que él es un rey y que el reina sobre el pecado; él sometió a
mis enemigos debajo de sus pies, y le conozco en ese carácter. Ellos me dicen que él es
un pastor: yo le conozco pues soy su oveja. Ellos dicen que él es una puerta: yo he entrado
a través de él, y le conozco como la puerta. Ellos dicen que él es comida: mi espíritu se
alimenta de él así como del pan del cielo, y, por tanto, yo le conozco como tal.” (Spurgeon)

b. Y el poder de su resurrección: El conocer a Jesús significa el conocer este poder, la


nueva vida que es imputada a nosotros ahora, no cuando muramos.
i. “Él quiere saber de una manera experimental el poder de la resurrección de Cristo. Esto
es, él quiere experimentar el mismo poder que levantó a Cristo de la muerte surgiendo de
su propio ser, venciendo al pecado en su vida y produciendo bendición Cristiana.” (Wuest)

ii. “Sin embargo, yo no creo que Pablo aquí esta pensando tanto del poder mostrado en la
resurrección, como el poder que sale a través de este, el cual puede ser más
apropiadamente llamado, ‘el poder de su resurrección.’ Esto era lo que el apóstol quería
aprehender y conocer.”

· El poder de Su resurrección es un poder evidenciado. Es la evidencia y el sello de que todo


lo que Jesús dijo e hizo es verdad
· El poder de Su resurrección es un poder justificador. Es la nota y la prueba de que el
sacrificio de la cruz fue aceptado como un pago total.
· El poder de Su resurrección es un poder que da vida. Esto significa que aquellos que están
conectados con Jesucristo reciben la misma resurrección de vida.
· El poder de Su resurrección es un poder consolador y reconfortante. Promete que nuestros
amigos y amados que están muertos en Cristo viven con Él.
c. Y la participación de sus padecimientos: El conocer a Jesús también significa
esta participación de sus padecimientos. Todo es parte de seguir a Jesús y el estar en
Cristo. Podemos decir que el padecimiento es parte de nuestra herencia como hijos de
Dios; se nos da el ser parte de la familia de padecimiento: Y si hijos, también herederos;
herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que
juntamente con él seamos glorificados (Romanos 8:17).
d. Llegando a ser semejante a él en su muerte: Esto nos recuerda que el estar
en Cristo también significa estar “en” Su muerte. Estas palabras tienen una relevancia
particular para Pablo, quien enfrentaba un posible martirio.
e. Si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos: Pablo no estaba
mórbidamente enfocado en el sufrimiento y muerte de la vida Cristiana. Él vio que eran una
manera necesaria para la meta de la vida de resurrección justo ahora y durante la
resurrección final de la muerte.
i. Esta era una meta que era digna en alguna manera para Pablo. El padecimiento valía la
pena, considerando la grandeza de la meta de la resurrección de entre los muertos.
ii. Llegase: Pablo no dudaba de que él era salvo, pero él anhelaba poderosamente por la
compleción de su salvación a través de la resurrección de su cuerpo. Era algo que él
todavía no tenía y que anhelaba.

iii. Recuerde que Pablo escribió esto habiendo experimentado más sufrimiento del que
nosotros podamos experimentar jamás, y él escribió desde la custodia de soldados
Romanos. Esto no era solamente teorías e ideas teológicas, pero una conexión
experimentada con Dios.

4. (12-14) El futuro de la relación de Pablo con Cristo Jesús.


No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir
aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo
haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de
Dios en Cristo Jesús.
a. No que lo haya alcanzado ya: Pablo hablo con tal madurez y pureza espiritual que
podríamos esperar que él creía que él había conquistado todas las dificultades espirituales
y viera él mismo el haber llegado cerca de la perfección. Aún, él nos aseguraba que no era
así. No había perfeccionismo en Pablo.
i. Tristemente, es común para muchos líderes Cristianos el cultivar la actitud de que
ellos hayan  alcanzado ya. Sin decir las palabras, ellos ponen adelante la imagen de triunfo
constante el cual da la idea de que lo han alcanzado ya y de que ya es perfecto.

ii. “Hermanos, es una cosa saludable para nosotros que somos ministros el leer una
biografía como la de M’Cheyne. Léelo todo, si eres un ministro, y hará estallen muchos de
sus charlatanes. Se encontrarán desmoronados terriblemente. Tomen la vida de Brainerd
de entre los Indus, o de Baxter en nuestra propia tierra. Piensen de la santidad de George
Herbert, la devoción de Fletcher, o el celo de Whitfield. ¿Donde estás tú después de leer
sus vidas? ¿No te asomaras para ir a buscar un lugar secreta para tú insignificancia?”
(Spurgeon)

iii. “Justo de la manera como un niño pequeño es un ser humano perfecto, pero aún esta
lejos de la perfección como un hombre desarrollado, así el verdadero hijo de Dios también
es perfecto en todas partes, aunque no esta perfeccionado en todas las etapas de su
desarrollo en fe.” (Muller)

iv. “Pero mientras la obra de Cristo por nosotros es perfecto, y sería presunción el pensar
añadir a éste, la obra del Espíritu Santo en nosotros no esta perfecta, se esta llevando a
cabo continuamente de día en día, y necesitará tener continuación a través de todas
nuestras vidas.” (Spurgeon)

b. Sino que prosigo: Debido a que Pablo se dio cuenta de que aún no había llegado, sólo
había una opción abierta para Él. Él debía de proseguir. No había vuelta atrás para Él.
i. Cuando España condujo el mundo (en el siglo 15), sus monedas reflejaban su arrogancia
nacional y tenían escrito Ne Plus Ultra lo cual significaba “Nada Más” – lo cual significaba
que España era lo sumo en todo el mundo. Después del descubrimiento del Nuevo Mundo,
ellos se dieron cuenta que no eran lo último de la tierra, así que cambiaron la inscripción en
sus monedas a Plus Ultra significando “Más Allá.” En el mismo patrón, algunas vidas
Cristianas dicen, “Nada Más” y otras dicen “Más Allá.”

ii. Esto es en donde la fe, como la de los niños, se encuentra con la verdadera madurez.
Un niño no puede esperar para ser más grande, y siempre quiere ser más maduro.

iii. Sino que prosigo significaba que Pablo había puesto su mano en el arado y se rehusaba
mirar atrás (Lucas 9:62).
c. Por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús: Pablo
proseguía por lo que Jesús quería. Su esfuerzo fue puesto en hacer la voluntad de Dios,
no la suya.
i. Cuando Pablo dijo, “Para ver si logro asir,” él utilizó un lenguaje fuerte. “La palabra ‘asir’
(aprehender) es de la misma palabra Griega traducida ‘alcanzar’, pero con una preposición
como prefijo el cual significa el forzar manteniéndolo ‘presionado’. Él quiere alcanzarlo y
jalar hacia abajo, como un jugador de football que no solamente quiere alcanzar (atrapar) a
su hombre, sino que quiere tumbarlo y hacerlo suyo.” (Wuest)

ii. Pablo empezó este versículo con la idea de que Cristo Jesús le había alcanzado a él.
Esta es una idea importante; pero algunas veces los Cristianos reaccionan a la idea al ser
pasivos. Ellos suponen, “Jesús me alcanzó; así que así es ahora. Yo soy un Cristiano y voy
al cielo.” Pablo mostró una diferente actitud, que él tomaría aquello por lo cual Jesús le
había tomado a él. Así que uno debe de preguntarse, “¿Porqué Jesús echo mano de
Pablo?”

· Jesús echo mano de Pablo para hacerle un nuevo hombre (Romanos 6:4) – así que
Pablo echo mano de aquello y quiso ver la obra transformadora de Jesús llevada a cabo
completamente en él mismo.
· Jesús echo mano de Pablo para conformarlo a la imagen de Cristo Jesús (Romanos 8:29)
– así que Pablo echo mano de aquello y él quiso ver la naturaleza de Jesús en si mismo.
· Jesús echo mano de Pablo para hacerle un testigo (Hechos 9:15) – así que Pablo echo
mano de la experiencia de Jesús y testificó esa experiencia.
· Jesús echo mano de Pablo para hacerle un instrumento en la conversión de otros
(Hechos 9:15) – así que Pablo echo mano del ministerio de traer a otros a Jesús.
· Jesús echo mano de Pablo para para traerle al sufrimiento (Hechos 9:16) – así que Pablo
echo mano de ese trabajo de Dios en su vida, queriendo conocer a Jesús en el
compañerismo de Sus padecimientos.
· Jesús echo mano de Pablo para que él pudiera obtener la resurrección de la muerte
(Filipenses 3:11) – así que Pablo echo mano de esa esperanza celestial.
d. Al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús: Pablo estaba enfocado en
una cosa, y no dejaría que lo que queda atrás lo distrajera de ello. Él prosiguió por
el premio.
i. Nosotros muchas veces dejamos que lo que queda atrás nos distraiga, ya sea que fueran
cosas buenas o malas. El ver lo que esta en el pasado muy a menudo nos mantiene fuera
de lo que Dios tiene para nosotros en el futuro.

ii. Es una decepción el vivir en el pasado o en el futuro; Dios quiere que prosigamos en el
presente, debido que el presente es el lugar en donde la eternidad nos toca. Pablo sabía
que una carrera sólo es ganada en el momento presente, no en el pasado ni en el futuro.

e. Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús: El premio es
el llamamiento de Dios. El premio es el llamamiento en si mismo, no los beneficios que
vienen del llamado o ninguna otra cosa. El premio es el ser capaz de tener la oportunidad
de correr en la carrera, el trabajar con Dios como un compañero para hacer la obra de Su
reino.
i. “Es un llamado supremo porque viene de lo alto, de Dios; la concepción de ello ha
emanado de Su corazón, es un llamamiento supremo debido a que es digno de Dios. Es
un llamamiento supremo porque esta muy por encima de los ideales de los hombres … Y
luego esto es un llamamiento supremo debido a que nos convoca a donde Cristo se sienta, a
la diestra de Dios.” (Meyer)
ii. Debido a que es un llamamiento tan glorioso, entonces vale la pena extenderse a lo que
está adelante. “La palabra Griega señala el gran esfuerzo hecho en la carrera; cada
músculo y nervio se esfuerzan, y de él brota cada partícula de su fuerza en la carrera.  Él
estaba corriendo por la vida, y corriendo por su vida.” (Clarke)
f. Del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús: Como todo lo demás, este supremo
llamamiento de Dios es solamente en Cristo Jesús. Los legalistas podrían decir que ellos
siguieron el supremo llamamiento de Dios, pero ellos ciertamente no lo hicieron en Cristo
Jesús; en lugar de eso ellos lo hicieron en las fuerzas de sus propias carnes.

5. (15-16) Pablo exhorta a los Filipenses a que tomen la misma actitud.


Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también
os lo revelará Dios. Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos
una misma cosa.
a. Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos: Aquellos que realmente
son perfectos [maduros] tendrán esto en mente [sentir]. Si no lo tienen, Pablo confía en que
Dios revelará la necesidad de tenerlo.
b. Esto también os lo revelará Dios: Pablo tenía una gran confianza en la habilidad del Señor
para tratar con Su propio pueblo. Él no tenía la actitud de que si él fallaba de convencerles
entonces ellos nunca serían convencidos.
c. Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla: Sin embargo, Pablo no
permitiría una falta de entendimiento para que ninguno tuviera la excusa de hacer lo que
ellos sabían que era la voluntad del Señor. Lo que no sabemos nunca nos puede excusar de
fallar en cumplir lo que sabemos que debemos hacer.
d. Sintamos una misma cosa: Parte de hacer lo que hoy hacemos es que sintamos una
misma cosa. Este es un llamado a la unidad (una unidad en verdad, en contra de una
división potencial traída por los legalistas) el cual ve atrás, en Filipenses 2:1-2.
i. Los problemas de unidad a los que se enfrentaban los Filipenses no brotaron de grandes
problemas carnales (como lo hizo con los Corintios, 1 Corintios 3:1-4). Al parecer fue un
peligro traído por la presión de fuera (Filipenses 1:27-30) y desde adentro (Filipenses 3:2).
Pablo se quería asegurar que esta presión les empujara a la unidad, en lugar que los
dividiera.

C. Andando el camino.
1. (17) El buen ejemplo de andar el camino: Pablo y otros.
Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis
en nosotros.
a. Sed imitadores de mí: No debemos de pensar que Pablo aquí era ególatra. Él sabía que
él no era un ejemplo perfecto o sin pecado, pero él aun era un buen ejemplo. Él podía decir
así como también él hizo en 1 Corintios 11:1 – Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.
i. Necesitamos ejemplos concretos. Mientras que esta mal el poner nuestra confianza en
cualquier hombre, es hipócrita que cada Cristiano diga “Has como digo, no lo que hago.”
b. Y mirad a los que así se conducen: También, Pablo no estaba tan orgulloso de pensar que
él era el único que podía ser tal ejemplo. Él le dijo a los Filipenses que miraran a los que así
se conducen en la manera en la que ellos hablaban, y él hizo saber a los Filipenses que los
tenían a nosotros como un patrón (en lugar de decir que Pablo era el único patrón).
2. (18-19) Los malos ejemplos: los enemigos de la cruz.
Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando,
que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el
vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.
a. Porque por ahí andan muchos: Con gran tristeza, Pablo se da cuenta de que hay muchos
que andan de una manera contraría a lo que él enseña. Él tiene a estas personas
como enemigos de la cruz de Cristo.
i. Estos enemigos de la cruz eran en realidad lo opuesto a los legalistas, quienes celebraban
su supuesta libertad en Cristo en las complacencias de su carne.
ii. Pablo tiene que contender con personas como estas en 1 Corintios 6:12-20 y Romanos
6, quienes pensaban que la salvación viene sin arrepentimiento y conversión, y que
pensaban que mientras tu alma fuera salva, no importaba lo que hicieras con el cuerpo.
iii. Cuando decimos que los hombres son enemigos de la cruz, no estamos diciendo que son
enemigos de la representación física de la cruz. Estamos dando a entender que ellos son
enemigos de la verdad Bíblica de la expiación de Jesús hecha por nosotros en la cruz, y su
poder continuo y efecto en nuestra vida.
iv. Estas personas eran verdaderos enemigos de la cruz de Cristo, quienes no andaban para
seguir a Jesús al llevar Su cruz de abnegación (Mateo 16:24-26).
b. Y aun ahora lo digo llorando: La obra y el fin de estos enemigos era de que ellos, en su
descuido de la santidad de Dios, daban municiones a las acusaciones legalistas de que
Pablo predicaba una gracia barata la cual no requería ningún compromiso con la vida. Esto
es lo que pesaba en Pablo y también a su enseñanza.
i. Spurgeon pensó que Pablo lloraba por tres razones. Primera, al considerar la culpa de
estos enemigos de la cruz. Segundo, al considerar los efectos perjudiciales de sus conductas.
Finalmente, al considerar su perdición.

ii. “Yo nunca he leído de que él apóstol lloró cuando él era perseguido. A pesar de que
latigueaban su espalda, yo creo que él nunca derramó una lágrima de sus ojos mientras
los soldados le azotaban. A pesar de que fue puesto en prisión, leemos de sus cantos,
nunca de sus quejas. Yo no creo que él nunca haya llorado a cuenta de cualquier
sufrimiento o peligro a los cuales él mismo era expuesto por el bien de Cristo. Yo llamo
esto una tristeza extraordinaria, debido a que él hombre que lloraba no era una pieza
suave de sentimentalismo, y muy pocas veces derramaba una lágrima aún en las pruebas
más graves. .” (Spurgeon)

iii. “Los maestros de la religión, que entran en la iglesia, y aún llevan vidas impías, son los
peores enemigos que la cruz de Cristo tiene. Estos son los tipos de hombres que traen
lágrimas a los ojos del ministro; estos son aquellos que rompen su corazón; ellos son los
enemigos de la cruz de Cristo.” (Spurgeon)

c. El fin de los cuales será perdición: La palabra traducida a perdición es la misma palabra
usada para destrucción en otros lugares (Filipenses 1:28). Esto se puede referir a su
condenación final o a la presente destrucción de sus vidas. Probablemente su condenación
final es lo que se tiene en cuenta.
d. Cuyo dios es el vientre: Esto describe la idolatría de estos enemigos. No necesariamente
en que ellos se enfocaban en lo que comen, pero aquí el vientre tiene una referencia más
amplia para las desenfrenos sensuales en general. Ellos viven por los placeres del cuerpo,
mente y alma.
e. Cuya gloria es su vergüenza: Esto muestra las prioridades fuera de lugar de
estos enemigos. Ellos se glorían sobre las cosas de las cuales se deben de avergonzar.
f. Que sólo piensan en lo terrenal: Esto describe el enfoque de sus vidas. No es para
complacer y adorar a Dios, sino el llevarse bien con este mundo. Su actitud era la misma
del rico necio en Lucas 12:16-21.

3. (20) Nuestra ciudadanía y nuestro Señor.


Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor
Jesucristo;
a. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos: Necesitamos apreciar todo lo que esto
significaría para los Filipenses, quienes valoraban en gran manera su ciudadanía Romana.
De la manera como los Filipenses podían considerarse a si mismos ciudadanos de Roma,
y estaban bajo las leyes y costumbres Romanas (aún cuando de hecho estaban lejos de
Roma), así los Cristianos se deben de considerar a si mismo ciudadanos del cielo.
i. Una paráfrasis de que la ciudadanía está en los cielos se lee como sigue: “Tenemos
nuestro hogar en el cielo, y aquí en la tierra somos una colonia de ciudadanos celestiales.”
Pablo esta diciendo: “Justo como los colonos Romanos nunca olvidaron que ellos
pertenecían a Roma, tú nunca debes de olvidar que tú eres un ciudadano del cielo; y tú
conducta debe estar acorde con tu ciudadanía.” (Barclay)

ii. Si somos ciudadanos del cielo esto significa que somos residentes extranjeros en la
tierra. Los extranjeros se distinguen en la tierra a la que van. Los Cristianos deben estar
tan marcados por su ciudadanía celestial que puedan ser notados como diferentes.

· Los extranjeros deben de buscar el hacer buenas obras en la tierra en la que son
residentes..

· Los extranjeros no deberían buscar el interferir en los asuntos de la tierra en la que son
residentes.

· Los extranjeros tienen privilegios y también deberes; no están bajo las mismas
obligaciones como ciudadanos de la tierra en la cual residen.

· Los extranjeros no son elegibles para las mismas recompensas y reconocimientos como
ciudadanos de la tierra en la que residen.

· Los extranjeros no se deberían de enfocar en levantar riquezas en la tierra en la cual


residen.

iii. También tenemos ciertas características como ciudadanos del cielo.

· Como ciudadanos estamos bajo el gobierno del cielo.

· Como ciudadanos compartimos los honores del cielo.

· Como ciudadanos tenemos derechos de propiedad en el cielo.

· Como ciudadanos disfrutamos de los placeres del cielo.

· Como ciudadanos del cielo amamos el cielo y nos sentimos apegados a estar allí.

· Como ciudadanos del cielo nos mantenemos en comunicación con nuestro hogar nativo.

iv. “Con que corazón los Alemanes cantan de su querida vieja patria; pero no pueden, con
todo su patriotismo Germánico, ellos no pueden vencer el resplandor genial del corazón
Británico, cuando él piensa de su patria también. El Escocés, también, donde sea que él
esté, recuerda la tierra de ‘pardo erial y maderas tupidas.’ Y el Irlandés, también, déjenlo
estar donde él quiere, aún piensa en ‘la isla esmeralda’ la primera piedra preciosa del mar.
Esta bien que el patriota ame a su país. ¿Nuestro amor hacia el cielo no arde
fervientemente?” (Spugeon)

v. Hay un contraste significativo entre los ciudadano de la tierra descrita en Filipenses 3:18-
19 y los ciudadanos del cielo descritos en Filipenses 3:20-21.
b. De donde también esperamos al Salvador: De la manera en que los Filipenses esperarían
la visita del emperador de Roma, aún más los Cristianos deben de esperar la venida de su
Rey – Cristo Jesús.
i. Salvador era un título dado a César. En 48 A.C. Julio César fue declarado el “salvador
universal de la humanidad.” Y luego se convirtió en un título común para el César
gobernante. Pablo da a entender algo cuando él aplica el título a Jesús en el contexto de
la ciudadanía.
c. Al Señor Jesucristo: El título Señor también era aplicado al César Romano. No fue mucho
después del tiempo de Pablo de que los Cristianos eran martirizados al rehusar que César
fuera su Señor, reclamando que Jesús era el único Señor.

4. (21) Las obras futuras de nuestro Salvador: transformando nuestros


cuerpos.
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de
la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
a. El cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo
de la gloria suya: Nuestro Salvador puede hacer y hará algo que ningún César puede hacer.
Cuando seamos resucitados, tendremos el mismo tipo de cuerpo que Jesús mismo tuvo
cuando él fue resucitado.

i. Jesús no fue solamente resucitado de los cuerpos en el mismo cuerpo. Él fue resucitado
en un nuevo cuerpo, moldeado después del antiguo pero equipado y adaptado para el
cielo.

b. Por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas: Esto es posible
únicamente debido a que el Dios al que servimos es omnipotente. El cual puede también
sujetar a sí mismo todas las cosas, y cumplir algo tan sorprendente como la resurrección de
nuestros cuerpos tras el patrón de la resurrección de Jesús.
i. Jesús en verdad puede sujetar todas las cosas. “Puede haber pecados dentro de tu
corazón que se han resistido a ser controlados. Has con ellos como quieras, aún éstos te
desafiarán … Pero si tú entregas el conflicto a Jesús, Él los sujetará; Él traerá los pecados
bajo su fuerte mano sujetadora. Ten buen ánimo. Lo que tú no puedes hacer, Él puede.”
(Meyer)

Filipenses 3

Resumen: Les exhorta a regocijarse, vers. 1, 4, y a guardarse de los maestros


judaizantes, vers. 2,3. Para "tapar la boca" a éstos Pablo habla de las ventajas carnales
(en las que confiaban los judaizantes) de que él mismo podía jactarse, si en tales cosas
hubiera virtud, vers. 4,5; pero  renunció  a todos  los beneficios de la carne, para
disfrutar de las bendiciones en Cristo, quien es más importante que todas las ventajas
de nacimiento (linaje) y de oficio, vers. 7-11. Sin embargo, Pablo todavía no ha
alcanzado la meta, sino que, olvidando lo pasado, y extendiéndose a lo que está
delante, prosigue hacia el premio, vers. 12-14, y les ruega que hagan lo mismo, vers.
15,16. Esta exhortación se acentúa con dos pensamientos finales: (1)
 varios hermanos renunciaron al evangelio puro y son enemigos de la cruz de Cristo,
vers. 18,19, y (2) debemos conducirnos como ciudadanos celestiales hasta que Cristo
venga para transformar "el cuerpo de la humillación nuestra", a fin de que sea
semejante a su cuerpo glorioso, vers. 20,21.
          3:1 -- "Por lo demás, hermanos". Algunos suponen que al escribir esto Pablo
hacía como muchos predicadores que dicen, "Ahora bien, para concluir", y entonces
siguen predicando otra media hora. Lo dice otra vez en 4:8. Es cierto que Pablo usa
esta expresión a veces hacia el final de sus cartas (2 Tes. 3:1; 2 Cor. 13:11; Efes.
6:10), pero no la usa exclusivamente para finalizar (véanse 1 Cor. 7:29; 1 Tes. 4:1).
          -- "gozaos en el Señor". No debemos encontrar nuestro gozo en las cosas
materiales ni en el placer mundano, sino en Cristo y en su iglesia. El cristiano tiene el
privilegio y el deber de regocijarse. El tiene más fuentes de felicidad que los del
mundo y las fuentes de gozo del cristiano nunca fallan. La religión de Cristo no nos
hace tristes; no produce depresión ni melancolía. Dicen algunos siquiatras que la
religión de Cristo es una de las mayores causas de enfermedades mentales. Las re-
ligiones falsas pueden causar tales enfermedades pero ¡qué vil mentira del diablo si se
dice esto acerca de la verdadera religión de Cristo! El cristiano es el único que tiene
perfecto equilibrio mental, porque él acomoda todas las cosas en su debido lugar --
estudios, trabajos, actividades sociales, etcétera -- y en medio de toda experiencia
humana está contento, cosa que no puede decirse de los del mundo. El cristiano refleja
en los ojos, en el rostro, en la palabra y en la conducta que Cristo mora en su corazón.
Véanse 1:4; 4:4; Jn. 15:11; 16:20,22,24; Hech. 5:41; Sant. 1:3; y muchos otros pasajes.
          Pablo nunca estaba amargado. A pesar de todas las injusticias y persecuciones
que sufría, siempre estaba gozoso "en el Señor". Podemos y debemos tener este mismo
gozo, pero tiene que ser gozo "en el Señor". No hay gozo verdadero fuera del Señor.
Por más que uno tenga la "felicidad" proporcionada por el dinero y posesiones,
muchos amigos, poder, fama, y popularidad, no tendrá el gozo verdadero. Por el otro
lado, el que está "en el Señor" siempre está gozoso aunque sea pobre, maltratado,
enfermo y perseguido.
          Gozo "en el Señor" está bien relacionado con el conocimiento de la palabra de
Dios. En este contexto el gozo está relacionado con la comprensión de la justicia
verdadera, y de la circuncisión verdadera y de cómo servir a Dios. "Los mandamientos
de Jehová son rectos, que alegran el corazón" (Sal. 19:8).
          -- "A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es
seguro". Pablo era (es) un maestro muy eficaz, y todo maestro bueno sabe la necesidad
de la repetición. "Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces ..."
(3:18). En el ver. 2 dice "guardaos" tres veces. "Por esto, yo no dejaré de recordaros
siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad
presente" (2 Ped. 1:12). Tal vez Pablo se refiera a esta misma carta, o a sus enseñanzas
orales entre ellos, o posiblemente a otra carta que les hubiera escrito. El menciona una
carta que escribió a los de Laodicea (Col. 4:16) que no está en el Nuevo Testamento.
A algunos les gusta hablar de "libros perdidos" para implicar que la Biblia no está
completa. Pablo y los otros apóstoles predicaron muchos sermones y sin duda escri-
bieron varias cartas que no están en el Nuevo Testamento. Pero no nos falta verdad
alguna. Lo que no tenemos es toda repetición de toda verdad revelada.
          Es verdad que hay mucha repetición en el Nuevo Testamento. Varias
enseñanzas de Cristo fueron repetidas, mayormente en los libros de Mateo, Marcos y
Lucas. También varias enseñanzas de Pablo se repiten en sus cartas. La palabra
"Deuteronomio" significa "segunda ley", porque es, en gran parte, la repetición de la
ley. Los libros de Crónicas repiten la historia encontrada en 2 Samuel; 1 y 2 Reyes
repite la historia de los reinos de David, Salomón, Roboam y los reyes de Judá. Los
sermones que predicamos deben ser siempre interesantes. Al repetir verdades bíblicas
no debemos aburrir a los asistentes, pero al mismo tiempo, todos los oyentes deben
estar sumamente interesados en la verdad por más que se repita. (¿Nos aburre
nuestro(a) esposo(a) cuando nos dice repetidas veces "Te amo"?)
          ¿Por qué repetir? La audiencia casi nunca es la misma de un servicio al otro;
algunos miembros faltan y habrá visitantes. Hay miembros nuevos que necesitan
mucha confirmación y para esto deben oír las mismas verdades varias veces. También
los jóvenes crecen rápidamente y captan cada día mejor las grandes verdades bíblicas.
Hay mujeres con niños que se distraen mucho; es muy difícil que ellas escuchen toda
palabra del sermón. Por estas razones es bueno repetir las verdades bíblicas.
          Del descuido de temas importantes resulta la apostasía. La división actual en la
hermandad fue causada en gran parte por el descuido del tema de la organización y
obra de la iglesia. Hace cincuenta años casi no se oía nunca sermones sobre la so-
ciedad misionera que causó división en la iglesia a fines del siglo pasado. Hoy en día
hay muchos hermanos con "convicciones" débiles con respecto al uso de instrumentos
de música en el culto (muchos hermanos liberales los aceptarían sin oposición alguna).
          La verdad es que hay muchísimos temas que necesitan mucha repetición; por
ejemplo, es necesario explicar y denunciar el calvinismo, el movimiento carismático,
el supuesto reino milenario, el humanismo (por ejemplo, la evolución), y muchos otros
errores. Lamentablemente hay hermanos que no saben "quién es quien y qué es que"
en cuanto a los predicadores que profesan ser "conservadores". Fácilmente entran en
las iglesias hermanos que enseñan errores gravísimos. Dice Pablo, "a mi no me es
molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro". Parece a veces que
sí les es molesto a algunos hermanos predicar mucho sobre temas controversiales,
problemas en la iglesia, varias "cuestiones", etcétera, y predican por muchos meses
(tal vez por años) sin mencionarlos. De tal descuido resultan digresiones y apostasías.
          3:2 -- "Guardaos de los perros", "Cuidaos de los perros" (BAS; VHA). El
tiempo del verbo "guardaos" o "cuidaos" es presente. Significa, pues, sed vigilantes
continuamente. Compárense Mar. 4:24; 8:15; Luc. 21:8; 2 Jn. 8.
          Al decir "perros" Pablo se refiere a los judaizantes. Estos profesaban ser
cristianos. Aceptaban a Cristo como el Mesías y habían sido bautizados para el perdón
de pecados. También aceptaron la verdad de que el evangelio es para los gentiles, pero
decían que primeramente éstos tenían que ser judíos por medio de circuncidarse para
poder ser cristianos. Según esto el evangelio no era suficiente. La cruz de Cristo no era
adecuada para la salvación plena de los gentiles, y que para ellos se requería el
evangelio más la circuncisión (Hech. 15:1-5; Gál. 2:1-5). De esta manera les robaban a
los gentiles su libertad en Cristo.
          Por lo tanto, Pablo era su enemigo número uno, porque les resistió fuertemente:
Gál. 2:5, "a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad
del evangelio permaneciese con vosotros" (gentiles). Según la ley de Moisés, el perro
era un animal inmundo (Lev. 11:27). La palabra "perro" era término de desprecio tanto
entre gentiles como entre judíos.
          En la actualidad muchos tienen perros caseros, y en Los Estados Unidos gastan
mucho dinero para alimentarlos y cuidar de su salud, como si fueran miembros de la
familia (muchas veces son tratados mejor que los "otros miembros" de la familia). Es
más difícil para los tales entender la fuerza de la palabra, pero había pocos términos
que indicaban tanto desprecio. Los judíos siempre lo aplicaban a los gentiles. Por eso,
Pablo escoge este término para hablar de los mismos hermanos judíos que querían
imponer la circuncisión sobre hermanos gentiles. Los judaizantes eran perros de dos
patas, malignos, contenciosos, descontentos que "ladraban" su mensaje torcido y falso
para trastornar las iglesias gentiles. (Compárese los lobos de dos patas de Hech.
20:29).
          Nos conviene dar mucho énfasis al peligro de mezclar la ley de Moisés con el
evangelio. Hay varias sectas que lo hacen: los Adventistas aplican (a su modo) la ley
del séptimo día; la Iglesia Católica Romana y los Mormones tienen su sacerdocio
especial, basándose en la ley de Moisés; varias iglesias humanas usan instrumentos de
música en el culto, basándose en la ley de Moisés (mayormente en los Salmos que
forman parte de la ley de Moisés); también casi todas las iglesias humanas imponen el
diezmo, que también viene de la ley de Moisés. Todos sacan de la ley de Moisés lo
que les conviene y lo aplican a su modo en sus religiones "cristianas". Deben estudiar
con cuidado este texto en el cual Pablo denuncia fuertemente a los que usan mal la ley
de Moisés. Pablo usaba palabras cortantes cuando era necesario. El mensaje de verdad
siempre corta corazones (véanse Hech. 5:33; 7:54, "aserrados en sus corazones" (BAS,
margen).
          -- "guardaos de los malos obreros", se refiere a los mismos. Pablo denuncia a
los judaizantes con una denuncia triple para darle más fuerza. Los mismos son llama-
dos "obreros fraudulentos" (2 Cor. 11:13). Los que predican el evangelio se llaman
"obreros" (Mat. 9:38; 10:10; 2 Tim. 2:15). Los "obreros" denunciados por Pablo eran
muy activos pero no hacían la obra de Dios, sino que formaban partidos, y se
gloriaban en la carne de los hermanos gentiles (Gál. 6:13), es decir, se jactaban de
cada gentil que podían circuncidar para agregarlo a su partido.
          -- "guardaos de los mutiladores del cuerpo", "guardaos de la
concisión" (VM), KATATOMEN, mutilación. Pablo se refiere a los que  practicaban
lo que ellos mismos llamaban la "circuncisión", PERITOME, pero ya que no está en
vigor la ley de la circuncisión, la práctica era simplemente "mutilación". La palabra
"mutilación" aparece en Lev. 21:5 ("ni se harán sajaduras en su carne", BAS).
          Para hablar de lo que ellos practicaban Pablo ni usa la palabra "circuncisión",
porque la práctica de ellos no era digna de la palabra, sino que era ni más ni menos
que la "mutilación" del cuerpo. Dice Pablo en Gál. 5:12 (al referirse a los judaizantes),
"¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!"
          3:3 -- "Porque nosotros somos la circuncisión", los cristianos, "linaje de
Abraham" (Gál. 3:29), porque "no es judío el que lo es exteriormente, ni es la
circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en
lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra" (Rom. 2:28,29).
(Véanse también Efes. 2:11; Col. 2:11; Gál. 5:6; 6:12,15). En la actualidad los
cristianos son el pueblo escogido de Dios, el "Israel de Dios" (Gál. 6:16).
          Aun bajo la ley la circuncisión física no era suficiente. Varios textos hablan de
la circuncisión del corazón (Lev. 26:41; Deut. 10:36; 30;6; Jer. 4:4; Ezeq.. 44:7);
también la del oído (Jer. 6:10); y la de labios (Ex. 6:12,30). Por lo tanto, aun bajo la
ley de Moisés la circuncisión verdadera, la que Dios quería, era muy semejante a la
circuncisión espiritual enseñada por el Nuevo Testamento.
          -- "los que en espíritu servimos a Dios", "los que tributamos culto por el
Espíritu de Dios" (VHA). El culto de la iglesia es guiado por el Espíritu. "¡Oh Gálatas
insensatos! ... ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a
acabar por la carne?" (Gál. 3:1-3). ¿Cómo comenzaron por el Espíritu? Por el evan-
gelio. ¿Cómo quieren acabar "por la carne"? Volver a la ley de Moisés.
          Otro factor importante con respecto a adorar a Dios por el Espíritu es que
adoremos "en espíritu y en verdad" sin preocuparnos tanto por lugares de reunión.
Cristo enseña que no importa el lugar de reunión: "Mujer, créeme, que la hora viene
cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre ... los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad" (Jn. 4:20-24).
          Desde luego, es necesario tener algún sitio donde podamos reunirnos como
iglesia, pero bien puede ser la casa de alguna familia (Rom. 16:5; Col. 4:15; Filemón
2). La Biblia no pone énfasis alguno en el lugar de reunión. El hecho de que alguna
iglesia tenga edificio bien acomodado y costoso no es evidencia de que sea iglesia
espiritual. Sin embargo, los cristianos de cualquier lugar, por pobres que sean, deben
hacer lo posible para  proveer algún sitio adecuado para la adoración a Dios.
          -- "y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne" (1:26),
como hacían los judaizantes: "quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en
vuestra carne. Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor
Jesucristo" (Gál. 6:13,14). Dijo a los corintios (1 Cor. 2:2), "Pues me propuse no saber
entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado".
          Hoy en día no existe el mismo problema combatido por Pablo; no hay líderes
religiosos que quieran obligar a la gente a circuncidarse para obtener la salvación, pero
la palabra "carne" es palabra amplia, como Pablo explica en los versículos siguientes.
Tiene que ver con todo aspecto de la religión externa (privilegios externos, Mat. 3:9;
Jn. 8:33,34, etcétera). La "carne" no puede servir como base de justificación delante de
Dios.
          Por lo tanto, podemos decir que el tener confianza en la "carne" abarca cualquier
confianza que no sea la que está bien puesta en el evangelio de Cristo. La "carne"
incluye todo aquello que está opuesto a Cristo y al Espíritu.
          Pero es importante recordar que "confiar en la carne" no significa "confiar en
la obediencia". Pablo no menosprecia la sujeción al evangelio. "Confiar en la carne"
no tiene nada que ver con la aceptación de Cristo y la obediencia a sus mandamientos.
Muchos enseñan que cualquier acto como el bautizarse, tomar la cena, etcétera, es
algo "externo" y no tiene nada que ver con la salvación. Es necesario entender cómo
se usa la expresión "confiar en la carne" en el  texto y también en el contexto.
          3:4 -- "Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne". La Biblia de las
Américas dice "aunque yo mismo podría confiar en la carne", pero la traducción literal
es "aunque yo mismo teniendo confianza". Pablo afirma que no había virtud en las
cosas de la carne, estas cosas que en seguida mencionará, en las cuales muchos
hermanos judíos todavía confiaban.
          Pablo estaba altamente calificado para hablar de tales cosas externas, porque él
las poseía en sumo grado. Nadie podía decir, "Pablo habla de tales cosas porque es
envidioso, y si las tuviera él, no las criticaría". La verdad es que Pablo superaba a
muchos de sus contemporáneos. "En el judaísmo aventajaba a muchos de mis con-
temporáneos en mi nación" (Gál. 1:14).
          Su argumento es que si tales ventajas hubieran servido como base de confianza,
entonces él mismo podría haber confiado en ellas.
          -- "circuncidado al octavo día", como un judío verdadero de nacimiento (Luc.
2:22). Los ismaelitas se circuncidaban al año décimotercero, y los prosélitos al ju-
daísmo a una edad madura.
          -- "del linaje de Israel", no era un prosélito, sino del linaje original, un des-
cendiente verdadero de Israel (Jacob) quien recibió la bendición de Isaac, quien a su
vez la recibió de su padre Abraham.
          -- "de la tribu de Benjamín", hijo menor de Jacob y, como José, hijo favorito.
De esta tribu vino el primer rey de Israel (Saúl). Esta tribu quedó con la de Judá
cuando las diez tribus se rebelaron contra el rey Roboam, bajo el mando de Jeroboam,
para formar el reino del norte.
          -- "hebreo de hebreos", lo superlativo. Aunque nació en Tarso, lejos de
Jerusalén, era de sangre pura. Sus padres
eran verdaderos hebreos y retenían las cualidades hebreas en el idioma y en las
costumbres (en contraposición a los helenistas, "griegos", Hech. 6:1). Demostraron su
gran celo por la ley cuando enviaron a su hijo a Jerusalén para estudiar a los pies del
famoso Gamaliel. "Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en
esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de
nuestros padres, celoso de Dios" (Hech. 22:3).
          -- "en cuanto a la ley, fariseo", "la más rigurosa secta de nuestra religión"
(Hech. 26:5) en contraste con los "saduceos" (los materialistas o "modernistas" de
aquellos tiempos) y los "herodianos" (que tenían ambiciones políticas). Jesús denunció
fuertemente la hipocresía de los fariseos (Mat. 23), pero había fariseos sinceros como
vemos en el caso de Pablo. "Los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni
espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas" (Hech. 23:8). Por eso, dijo Pablo
"Varones, hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la resurrección de los
muertos se me juzga" (Hech. 23:6).
          -- "en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia", la prueba o demostración de su
celo. Pablo nunca rindió servicio mediocre a Dios, ni antes ni después de su conver-
sión. Como fariseo era celoso, un partidario tenaz. Fue el instigador principal de la
"persecución que hubo con motivo de Esteban" (Hech. 11:19; 7:58; 8:1--9:1). Otros
fariseos creían que la iglesia de Cristo era una herejía, pero no poseían el celo de
Pablo. Había consecuencia entre su creencia y su conducta; él creía que los cristianos
eran enemigos de Dios y trataba de acabar con ellos (Hech. 9:1,2; 22;1-5; 26:9-15; 1
Cor. 15:9). En 1 Tim. 1:13-16 revela su propio concepto de su conducta en aquel
entonces.
          Demostrar celo por Dios es digno de alabanza. Un buen ejemplo es Finees
(Núm. 25:11-15). El ejemplo perfecto es Cristo (Jn. 2:17). Sin embargo, el celo por
una causa falsa es inútil y mortal (Rom. 12:2). Así fue el celo de Saulo de Tarso.
Gracias a Dios, fue convertido y demostró
el mismo celo por la causa de Cristo (2 Cor. 11:2).
          -- "en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible". Sabía y practicaba la
ley (Gál. 1:14). Pablo no decía que él nunca había pecado (Rom. 3:9,10,23), sino que
su vida anterior era bien conocida por los judíos (Hech. 26:4,5) y no podían acusarle
de infracciones de la ley de Moisés. Pablo guardaba concienzudamente la ley de
Moisés, y aun las tradiciones de los padres. Era ejemplar (sacó calificación perfecta)
en la práctica del judaísmo.
          Era muy excepcional en que no violaba su conciencia (Hech. 23:1; 24:16). Era
hombre muy sincero, muy dedicado a su religión. ¡Qué demostración más clara de que
los más religiosos pueden estar equivocados! "Yo ciertamente había creído mi deber
hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; lo cual también hice ... "
(Hech. 26:9,10).
          Otra verdad obvia en este texto es que la ley de Moisés no podía "hacer
perfectos a los que se acercan" a Dios por medio de ella (Heb. 10:1-4). Saulo de Tarso
era un ejemplo bueno de esto también, porque si algún judío sincero pudiera haber
logrado este propósito Saulo lo habría hecho.
          3:7 -- "Pero cuantas cosas eran para mí ganancia" como judío (las cosas
mencionadas en los vers. 4-6), todas las cosas de distinción y honor: antepasados
ilustres, educación especial, liderazgo entre los de la secta más estricta, y el gran
respeto de sus contemporáneos. "En el judaísmo aventajaba a muchos de mis con-
temporáneos" (Gál. 1:14), siendo "instruido a los pies de Gamaliel" (Hech. 22:3). Un
futuro ilustre le aguardaba.
          -- "las he estimado como pérdida por amor de Cristo". Pablo emplea lenguaje
de la contabilidad. El dice "he estimado" como pérdida estas cosas que para mí eran
ganancia, y todavía por muchos se consideran ganancia. Pablo coloca todas estas cosas
al lado del "debe" y no al del "haber" en su libro mayor. La misma palabra
"pérdida", ZEMIAN, se usa en Hech. 27:10,21. Para salvar a la gente (marineros
y soldados), muchas cosas de la nave fueron arrojadas al mar. Hubo "pérdida", pero
ésta se sufre con gozo al contemplar las vidas salvadas.
          A veces los empresarios invierten mucha capital en algo que no sirve, que no
rinde. Lo hacen creyendo que es buena inversión, pero están equivocados. ¿Qué deben
hacer? Simplemente reconocer que "perdieron". Tienen que apuntarlo en sus libros
como "pérdida" y seguir adelante. Pablo equivocadamente invirtió mucho tiempo y
energía en el judaísmo. Esperaba gran "ganancia", pero después encontró la ganancia
verdadera en Cristo, en el evangelio (el tesoro, la perla de gran precio de Mat. 13:44-
46) y con todo gozo "estimó" todo lo que tenía como "pérdida".
          Todos somos "contadores". Cada día tenemos que decidir cómo considerar
muchas cosas. La buena educación, la riqueza, el talento especial,  ¿es "ganancia" o es
"pérdida"? Todo depende de cómo se utilicen. Tales cosas pueden ser gran ganancia si
se dedican al Señor, o pueden hundir el alma en perdición. Muchas cosas que el
mundo considera como gran "ganancia" en realidad son "pérdida"; "Porque ¿qué
aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?" (Mat. 16:26). Al
mismo tiempo hay experiencias difíciles para los cristianos que deben clasificarse
como "ganancia" en lugar de "pérdida" porque dan ricos beneficios espirituales (Rom.
5:3-5; 2 Cor. 12:8-10; Sant. 1:2-4).
          3:8 -- "Y ciertamente, aun". Esta expresión indica mucho énfasis, y aun más en
el griego donde hay cinco palabras (sí, ciertamente, por tanto, por lo menos, aun). No
es posible traducir libremente estas partículas; algo de la fuerza y convicción de Pablo
se pierde en la traducción.
          -- "estimo (todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de
Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual he perdido todo".
          Pablo sufrió la pérdida de todo: su empleo, su reputación, su seguridad física,
sus amigos, y por último su vida, pero ahora habla de lo que ganó en Cristo. Jesús
había dicho "De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos,
o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del
evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos,
hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida
eterna" (Mar. 10:29,30).
          Pablo dice que lo perdió todo para ganar "la excelencia del conocimiento de
Cristo". El "conocimiento" que Pablo ganó no era meramente el conocimiento inte-
lectual, sino el de la experiencia. No es solamente el conocimiento acerca de Cristo,
sino el conocimiento íntimo que sólo se gana a través de vivir en comunión con El.
          -- "y lo tengo por basura", SKUBALON, "estiércol" (AVV; VNC), "lo que se
arroja a los perros, escoria, excremento, basura, etcétera ... se tira como inútil y aun
repugnante al tacto y a la vista" (Jamieson, Fausset, Brown). ¡Cuántas cosas Pablo
arrojó al mar para salvar su barco espiritual! Heb. 10:32-34 habla de la pérdida y del
gran sufrimiento de los hermanos hebreos. La salvación se nos da de balde, pero
cuesta todo.
          3:9 -- "Y ser hallado en él", 1:20,21; Gál. 3:27; Apoc. 14:13.
          -- "no teniendo mi propia justicia, que es por la ley". Pablo se refiere a la ley de
Moisés. De ella habla en los vers. 5,6, "en cuanto a la ley ... en cuanto a la justicia que
es en la ley". Es la ley que requirió la circuncisión. Los judaizantes decían, "Es
necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés" (Hech. 15:5). Es
importante que se entienda y que se recuerde que Pablo se refiere a la ley de
Moisés, porque los evangélicos casi no pueden decir "ley" sin incluir la ley de
Cristo.
          El gran deleite de los comentaristas y pastores evangélicos es condenar el
"legalismo" y al hablar de "ley" (o "la ley") no les gusta distinguir entre la ley de
Moisés y la ley de Cristo. Hablan de "ley" (o "la ley") como si hubiera solamente una
ley, y siempre hablan con tonos bien negativos acerca de "ley" (o "la ley).
          Pablo habla claramente acerca de la ley de Moisés en su carta a los Romanos.
Rom. 2 se dirige con toda claridad a los judíos. Al decir "tú" se dirige al judío (vers.
1,3, etc.). En el ver. 17, dice, "tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley".
¿En qué ley se apoyaba el judío? Rom. 3:1, "¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de
qué aprovecha la circuncisión?" ¿Quién no puede entender que Pablo está hablando de
judíos literales y de la ley de ellos (la ley de Moisés)?
          Entonces, en Rom. 3:20 declara con todo énfasis que "por las obras de la ley
ningún ser humano será justificado delante de él". La palabra "justificado" y las
expresiones "ser justo" o "tener justicia" se refieren a la misma cosa: la salvación. En
el ver. 21 dice, "aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios", es decir, el
plan de Dios para justificar o salvar al hombre por medio de Jesucristo (el evan-
gelio). Dios perdona al hombre que obedece al evangelio y le pronuncia "justo" o
"justificado" porque ya no es culpable de pecado. El hombre justo es el hombre ab-
suelto de culpa. Esta es la "justicia" de la cual Pablo habla en Fil. 3:9.
          Recuérdese, pues, que al decir "ley", Pablo no se refiere a la ley de Cristo (que
es simplemente el evangelio o el Nuevo Testamento), sino a la de Moisés. Muchos
hermanos en Cristo han caído en el error del calvinismo. Hasta la fecha este error
amenaza el alma de muchos hermanos.
          No había perfección bajo la ley de Moisés (Heb. 7:11; 8:7; 10:1), y fue quitada
(Col. 2:14; Heb. 7:12). La ley no podía perfeccionar porque no proveía un salvador.
Condenaba pero no podía salvar porque "la sangre de los toros y de los machos
cabríos no puede quitar los pecados" (Heb. 10:4). La ley sirvió como "ayo" para llevar
a los judíos a Cristo (Gál. 3:24).
          La única manera de "salvarse" bajo la ley de Moisés era simplemente no
"perderse", es decir, guardar la ley perfectamente sin pecar (Gál. 3:10, "Maldito todo
aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para
hacerlas"). Porque el judío, habiendo pecado, no tenía salvador. Observaba los
sacrificios de la ley que apuntaban hacia Cristo, el "Cordero de Dios que quita los
pecados del mundo" (Jn. 1:29), y luego al venir Cristo, su sangre limpió sus pecados.
Bajo la ley no había remisión de pecados, sino que "en estos sacrificios cada año se
hace memoria de los pecados" (Heb. 10:3), hasta que viniera el Perfecto Sacrificio, y
entonces habría "remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto" (Heb.
9:15). Con esta breve explicación de la naturaleza y limitación de la ley, se puede
entender por qué Pablo no podía ser salvo por la ley. El habla de "mi propia justicia,
que es por la ley", porque desde el punto de vista del judaísmo, Pablo ya sostenía una
relación correcta con Dios a través de su observación de la ley, pero Pablo reconocía
claramente que esa "justicia" no valía nada. Era justicia "humana" (mía) pero no
divina (de Dios). Pablo no quería esa clase de "justificación" porque no valía nada.
          -- "sino la que es por la fe de Cristo, la justicia de Dios por la fe". La Biblia de
las Américas dice, "sino la que es por la fe en Cristo", pero el griego dice "de Cristo".
Compárese "del conocimiento de Cristo" (no "del conocimiento en Cristo", ver. 8; y
"la cruz de Cristo" (no "la cruz en Cristo"), ver. 18. En estos tres textos la palabra
"Cristo" aparece sin el artículo y en el caso genitivo, CHRISTOU. Pablo dijo que él
quería ser hallado teniendo la justicia que "es por la fe de Cristo", es decir, "la justicia
que es de Dios por la fe". Es de Cristo. Es de Dios. La única justicia verdadera es la
justicia que Dios provee por medio de Cristo.
          Podemos tener esta justicia o justificación de Dios por medio del evangelio,
que en este texto y en muchos otros se llama "la fe". Es la fe objetiva (el evangelio) de
Cristo (Rom. 1:5; 16:26; Gál. 3:25; Judas 3). Los evangélicos casi siempre interpretan
la palabra "fe" como "fe subjetiva" (la fe de la persona, o como ellos dicen, "aceptando
a Jesucristo como su único Salvador"). En realidad en muchos textos la palabra "fe"
significa la fe objetiva (la cosa creída), o sea, el evangelio. Además, la palabra "fe",
aun cuando es fe subjetiva, significa en la mayoría de los textos "fiel" y "fidelidad"
(equivale a obediencia) en lugar de pura aceptación mental o confianza. La "fe sola" se
menciona una sola vez en las Escrituras (Sant. 2:24) y en ese texto se condena:
"Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la
fe".
          La palabra "fe" sí significa "confianza", pero es confianza expresada en
obediencia. La doctrina de "la salvación por la fe sola" contradice la Biblia desde
Génesis hasta Apocalipsis. Es una teología fundada sobre la arena.
          La justicia que Pablo quería, pues, es la justicia que el evangelio hace posible.
Es la justicia hallada en la religión de Cristo, en contraste con "la justicia que es por la
ley" de Moisés. Rom. 3:27, "la ley de la fe" es el evangelio de Cristo; Gál. 3:23, "antes
que viniese la fe" (el evangelio de Cristo); Gál. 3:25, "venida la fe (el evangelio), ya
no estamos bajo ayo (la ley de Moisés)"; Judas 3, "la fe que ha sido una vez dada a los
santos". La palabra "fe" en estos textos no se refiere a la fe subjetiva, la fe de la
persona, sino a la cosa creída, el objeto de la fe subjetiva, es decir, el evangelio. Es la
fe objetiva, la fe como un objeto, lo que debemos creer, lo que debemos defender
(Judas 3). Esta fe "vino", y cuando vino, ya los judíos no seguían bajo la ley.
          Debemos agregar un detalle más. El comentario de Hendriksen es típico del
modo de pensar de los "evangélicos". Dice, "la única justicia que tiene valor delante
de Dios es la justicia de Cristo contada al pecador como don de Dios". Al decir esto
los "evangélicos" quieren decir que la justicia personal de Jesús, la justicia que El
tenía por haber llevado una vida perfecta, es contada o atribuida al creyente. De esta
manera el hombre nunca tiene justicia propia sino solamente la de otro, la justicia
personal de Cristo. La Biblia no enseña  esta doctrina. Pablo dice (Rom. 4:3) "Creyó
Abraham a Dios, y le fue contado por justicia". ¿Qué fue contado? "Creyó" él mismo
(él era fiel a Dios, ver. 12) "y le fue contado por justicia", es decir, la fe o fidelidad de
Abraham a él mismo le fue contada para (EIS) justicia (compárese Hech. 2:38).
          3:10 -- "a fin de conocerle". La palabra "conocer" no significa meramente el
conocimiento intelectual. No habla Pablo de lo que sabía acerca de Cristo. El habla del
conocimiento de la experiencia personal. Se refiere al conocimiento de la comunión
(participación) con Cristo para conformarse a El. Pablo tenía plena confianza en
Cristo: "Yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi
depósito para aquel día" (2 Tim. 1:12). Le conoció, y quería ampliar y enriquecer ese
conocimiento, compartiendo cada vez más la vida de Cristo. Quería conocimiento al
grado máximo.
          No menospreciamos en lo más mínimo el conocimiento intelectual, lo cual es
indispensable al conocimiento en el sentido de la experiencia personal. "Pero sabemos
que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es
verdadero" (1 Jn. 5:20). Obsérvese que "nos ha dado entendimiento" para poder
"conocer" a Dios. Sin el entendimiento intelectual adecuado no es posible conocerle.
          "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesu-
cristo, a quien ha enviado" (Jn. 17:3). Por lo tanto, Jesús y los apóstoles se dedicaron
diligentemente a enseñar todo el consejo de Dios para que podamos conocer a Dios
(tener comunión con El).
          Tener comunión con Dios significa participar de las cosas de Dios. En primer
lugar, tenemos que estar en Cristo para participar con El de las cosas de Dios. ¿Cómo
entramos en Cristo? ¿Cómo puede el hombre estar en Cristo? Contesta Pablo (Gál.
3:27), "porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis
revestidos". Antes de obedecer al evangelio no conocimos a Dios. "Ciertamente, en
otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses"
(Gál. 4:8). Pero ahora, hemos obedecido al evangelio, y sí conocemos a Dios
("conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios ..." Gál. 4:9).
          Al obedecer al evangelio, pues, entramos en Cristo, y tenemos comunión con El.
Estamos en Dios y Dios está en nosotros (1 Jn. 2:24). El Espíritu Santo mora en
nosotros porque somos guiados por su palabra. Antes de nuestra conversión el pecado
moraba en nosotros (controlaba nuestra vida) pero ahora el Espíritu Santo mora en
nosotros, es decir, controla y bendice nuestra vida, llevando en nosotros el "fruto del
Espíritu" (Rom. 7:17; 8:9-14; Gál. 5:22,23).
          -- "y el poder de su resurrección". (Véase Efes. 1:17-20). Pablo quería conocer
el poder de la resurrección. No es que a él le faltara información acerca de este poder.
Recuérdese que la palabra "conocimiento" tiene que ver con la experiencia personal.
Quería conocer por la experiencia personal el poder transformador de la resurrección
de Cristo.
          El tema central de la predicación de los apóstoles era la resurrección de
Jesús (Hech. 2, el sermón de Pentecostés; 3:15; 4:10; 13:37; 17:31; 24:21; 26:6-8,
22,23). Pablo predicó la resurrección de Cristo como el cumplimiento de la esperanza
de Israel, y la roca fundamental del evangelio. Hay gran poder en este mensaje, pues
convirtió a miles de judíos y paganos.
          En Rom. 1:4 dice Pablo que Jesucristo "fue declarado Hijo de Dios con poder,
según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos". En 1 Cor.
15:12-19 explica que sin la resurrección tanto la predicación como nuestra fe es en
vano.
          Para tener conocimiento o experiencia personal del poder de la
resurrección, debemos ser crucificados, sepultados y resucitados con Cristo. La fe que
viene por medio de oír el poderoso mensaje del evangelio nos mueve a crucificarnos
en el arrepentimiento, o cambio de corazón, y luego en el bautismo  ser sepultados y
resucitados (Rom. 6:3-6; Col. 2:12). Entonces debemos demostrar el poder de la
resurrección todos los días de nuestra vida nueva. La lucha diaria contra el diablo era
severa para Pablo; por lo tanto, "golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea
que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado ... Así que, el
que piensa estar firme, mire que no caiga" (1 Cor. 9:27; 10:12). El poder que resucitó
a Cristo nos ayuda a vencer al diablo, para no caer otra vez. Es el poder del evangelio
(Rom. 1:16). Es poder dinámico, energía celestial. Con este poder podemos ser
vencedores (Rom. 8:37). ¡Qué pensamiento glorioso! El poder que levantó a Cristo de
los muertos está disponible  para ayudarnos a ganar la victoria final.
          -- "y la participación de sus padecimientos". Cuando el Señor explicó a Ananías
la obra que Pablo llevaría a cabo, le dijo, "le mostraré cuánto le es necesario padecer
por mi nombre" (Hech. 9:16). Saulo de Tarso, el perseguidor, se convierte en Pablo
el perseguido. Los últimos ocho capítulos del libro de Hechos describen cómo Pablo
participó de los padecimientos de Cristo. De estos sufrimientos él mismo habla en
varios textos (por ejemplo, 1 Cor. 4:11-13; 2 Cor. 11:24-28). El sufrimiento era el
compañero constante de Pablo.
          Pero el no se quejaba, sino que se gloriaba en sus tribulaciones (Rom. 5:3).
"Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de
las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia" (Col. 1:24).
          -- "llegando a ser semejante a él en su muerte". Pablo fue crucificado con
Cristo, es decir, hizo morir lo carnal en su vida (Gál. 2:20; Rom. 6:4-7; Col. 3:5,
etcétera). Pero él quería asemejarse a Cristo en toda manera posible, aun en su muerte
física. Quería caminar (vivir) con Cristo, sufrir con Cristo y, si fuera la voluntad de
Dios, morir con Cristo. "Cada día muero" (1 Cor. 15:31); "llevando en el cuerpo siem-
pre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste
en nuestros cuerpos. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a
muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra
carne mortal. De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida" (2
Cor. 4:10-12). La muerte casi siempre estaba a la puerta. Pablo duró mucho tiempo en
Roma bajo la sombra de muerte.
          3:11 -- "si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos".
Pablo no expresa duda, sino humildad (Vincent). El "llegar" es un proceso.
"Llegamos" a la resurrección después de ser hallados en El, después de conocerle y
después de participar de sus padecimientos.
          Desde luego, todos serán resucitados en aquel día (Jn. 5:28,29), pero Pablo está
pensando en la consumación del proceso presentado en los vers. 9,10 (las grandes
bendiciones de la redención, las que serán para los que "saldrán a resurrección de
vida". "Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte,
así también lo seremos en la de su resurrección" (Rom. 6:5). Es necesario tener
mucho cuidado con la enseñanza de los comentarios "evangélicos" sobre este
texto. Por ejemplo, el comentario de John F. Walvoord ("Filipenses, Triunfo en
Cristo") dice, "Pablo está anticipando aquí que habrá una resurrección especial de los
justos que les extraerá, en un acto especial de Dios, del número total de los muertos.
Naturalmente, esto tiene su apoyo en Apocalipsis 20 por el hecho de que los muertos
malvados no son resucitados hasta el final del reinado milenario de Cristo, mientras
que los muertos justos son resucitados antes ... Pablo tiene el arrebatamiento a la vista,
el suceso descrito en 1a Tesalonicenses 4:13-18, que es una especial resurrección para
aquellos que están 'en Cristo' ... La única cuestión que tenía en mente era si él estaría
todavía presente cuando tuviera lugar el arrebatamiento".
          Es increíble que hombres inteligentes aceptaran tales teorías tan
antibíblicas. Habrá una sola resurrección, la resurrección general al final del mundo,
en "aquel día". No habrá dos resurrecciones, la primera de los justos, y la segunda la
de los injustos mil años más tarde. La Biblia no habla de una "segunda resurrección".
Dice Cristo claramente (Jn. 5:28,29), "vendrá hora cuando todos los que están en los
sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida; mas
los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación". Todos los que están en los
sepulcros saldrán en la misma hora. No dice que los justos saldrán primero, y luego
mil años después saldrán los injustos. ¿Pero no enseña esto Apoc. 20? De ninguna
manera. Apoc. 20 no habla de la resurrección física. "Esta es la primera resurrección.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección" (vers. 5,6).
¿Quiénes tienen parte en la primera resurrección? Los vencedores (los del ver. 4, "las
almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios,
los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen". Estos son los mismos
vencedores mencionados en Apoc. 2 y 3, y a través del libro. Al morir estos no van al
olvido. Ocupan tronos (2:26,27; 3:21; 20:4) para reinar con Cristo. Es lenguaje de
victoria y triunfo.
          La primera resurrección es espiritual. Es la exaltación de los que mueren por
Cristo y así mueren en el Señor (14:13). "La segunda muerte no tiene potestad sobre
éstos" (20:6). Léase 2:11, "El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte".
¿Quién toma parte en la primera resurrección? El mismo libro de Apocalipsis contesta:
"El que venciere". La segunda muerte no daña al que venciere; la segunda muerte no
tiene potestad sobre los que tienen parte en la primera resurrección. Por lo tanto, "la
primera resurrección" no tiene nada que ver con la resurrección física. No habrá dos
resurrecciones corporales, sino una sola.
          El "arrebatamiento" de 1 Tes. 4:13-17 no es el supuesto "rapto secreto" de los
"evangélicos". Léase con cuidado el texto. Dice que cuando Cristo venga "los muertos
en Cristo resucitarán primero" (ver. 16). ¿Y luego qué? ¿Mil años después resucitarán
los injustos? No es una comparación entre la resurrección de los justos y la de los
injustos. Dice Pablo, "los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los
que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en
las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor". Las
dos cosas de las que habla Pablo en 1 Tes. 4:13-18 no son dos resurrecciones, sino la
resurrección de los cristianos muertos y el arrebatamiento de los cristianos vivos.
Obsérvese que Pablo no dice, como dicen los milenarios que los arrebatados estarán
por siete años en las nubes con Cristo (durante "la gran tribulación"), sino que "así
estaremos siempre con el Señor".
          3:12 -- "No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto" en cuanto a
"conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos,
etcétera". Pablo todavía estaba "corriendo" la carrera. Los vers. 12-14 aluden a las
carreras del anfiteatro. Dice "no que", para evitar algún concepto equivocado
(compárense 4:11,17). Pablo tenía mucha confianza con respecto a su salvación; en
este texto no está expresando ninguna duda.
          Pero él reconoció que aunque ya había corrido mucho, había peleado mucho y
había ganado grandes victorias por Cristo, todavía no había llegado a la meta final
para recibir el premio. Pablo, ahora en su vejez, habiendo servido fielmente por tantos
años, habiendo sufrido muchas prisiones en Jerusalén, en Cesarea y en Roma, todavía
no había llegado al estado de no poder crecer más o de no necesitar trabajar más. No
estaba libre del poder de las tentaciones carnales (1 Cor. 9:27). Y ¿quién jamás ha
superado a Pablo en amor, celo, abnegación de sí mismo y devoción verdadera a
Cristo? Si era necesario que él hablara así, ¡cuánto más nosotros que ni hemos
comenzado a sacrificarnos como él! Pablo sabía que estaba en el camino correcto (Jn.
14:6; Mat. 7:13,14; Hech. 24:14), pero nunca creía que él no podía caer (1 Cor. 9:27;
10:13). Siempre sirvió a Dios con limpia conciencia (Hech. 23:1; 24:16; 2 Cor. 1:12).
El nos enseña que debemos seguir corriendo de esta manera hasta el final de la carrera,
que debemos seguir luchando hasta que termine la batalla. Si Pablo, quien era tan fiel
y soportó tanto por el Señor, no podía "descansar", cuánto menos nosotros.
          La palabra "perfecto", como Pablo la usa aquí, denota aquella perfección
absoluta de "los espíritus de los justos hechos perfectos" (Heb. 12:23). Esto se realiza
cuando la carrera se termina. En el ver. 15 se usa la palabra "perfección" en sentido de
madurez.
          -- "sino que prosigo", continúo en la carrera. Véase 1 Cor. 14:1, "seguid el
amor"; y 1 Tim. 6:11, "sigue la justicia".
          -- "por ver si logro asir", KATALABO, significa echarse sobre algo para
agarrarlo con firmeza, posiblemente refiriéndose al acto de asir el poste que marca la
terminación de la carrera, o sea la victoria. Con anhelo intenso Pablo quería realizar el
gran objetivo de su vida. Heb. 12:1,2 nos exhorta a correr "con paciencia la carrera
que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe".
Para lograr asir el premio se requiere la dedicación, la abnegación de sí, y el dominio
propio (1 Cor. 9:24-26).
          -- "aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús". Pablo fue asido por
Cristo para una obra especial (Gál. 1:15,16; Hech. 9:1-19; 22:15,21; 26:15-18). Pablo
se esforzaba grandemente por cooperar con ese propósito del Señor quien tomó
posesión de su vida (1:21; Gál. 2:20). En la historia bíblica se puede observar
claramente que cuando algún hombre fue "asido" por Dios, la voluntad del hombre
escogido y llamado estaba plenamente en juego. Véanse los casos de Moisés (Ex.
3:10; 4:10,11); de Jeremías (Jer. 1:4-10); de Juan el Bautista (Luc. 1:15-17); y de
Pablo (Hech. 26:19; Gál. 1:15,16).
          Dios quiere tomar posesión de la vida de nosotros también. Quiere producir "así
el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil.. 2:13) por medio de su palabra (1
Tes. 2:13). Pero no lo hará sin la voluntad nuestra.
          3:13 -- "Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado". En los vers.
9,10 Pablo explicó claramente lo que quería alcanzar. El estaba "en Cristo", tenía la
justicia "que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe", conocía al
Señor, y había participado extensamente en sus padecimientos, pero no había
terminado la carrera. No había alcanzado la meta. No era perfecto en el sentido de
estar totalmente sin pecado.
          -- "pero una cosa hago", una expresión que pone énfasis en el pensamiento
presentado. Compárense Jn. 9:25 ("una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora
veo"); Luc. 10:42 ("una sola cosa es necesaria"); Sal. 37:4 ("una cosa he demandado a
Jehová, ésta buscaré"). Pablo estaba resuelto -- tenía singularidad de propósito -- a
terminar la carrera para alcanzar la meta y recibir el premio. Véanse también Mat.
6:22, "si tu ojo es sencillo (singular)"; 2 Cor. 11:3 "la sincera fidelidad (singularidad) a
Cristo"; Efes. 6:5 "con sencillez (singularidad) de corazón".
          -- "olvidando ciertamente lo que queda atrás", "olvidando", tiempo presente y
continuo. Es probable que en este contexto se refiere a las ventajas que tenía en el ju-
daísmo (vers. 4-6), pero bien puede abarcar cualquier cosa en la vida pasada que
pudiera impedirle en la carrera, sean desalientos, persecuciones, o triunfos. Pablo
olvidó todo aquello en que él pudiera haber reposado y todo aquello que le pudiera
haber desanimado o distraído. No le convenía permitir que lo enorme de su crimen de
haber perseguido a Cristo le oprimiera demasiado (1 Tim. 1:13), ni tampoco que la
grandeza de su servicio pasado, los grandes éxitos, los severos sacrificios, las
revelaciones que recibía (2 Cor. 11:24-28; 12:7) lo enaltecieran.
          Estaba resuelto a no dejar que nada le distrajera. No es posible correr hacia ade-
lante si miramos hacia atrás. "El mirar atrás resultará por cierto en ir atrás (Luc. 9:62).
Así la mujer de Lot (Lucas 17:32). Si al remar contra la corriente dejamos de manejar
los remos, somos llevados para atrás ... "Di a los hijos de Israel que marchen adelante"
(Exodo 14:15)" (Jamieson, Fausset, Brown).
          No podemos vivir en el pasado. La meta es futura. El premio es futuro y todavía
no está en nuestro poder. Tenemos que dejar que el pasado sea pasado. El momento de
abandonar la cruz y llevar la corona todavía no ha llegado. Los trabajos del tiempo
pasado no cumplen con las obligaciones presentes y futuras. Este texto combate la
indiferencia que se engendra cuando uno cree que ya hizo "su parte". Cada día, cada
momento, debemos aprovechar el tiempo presente (Efes. 5:16). Es indispensable que
se olviden cosas que nos puedan desanimar, como también las cosas que nos puedan
hacer demasiado "satisfechos" con nuestra vida y servicio a Dios.
          -- "extendiéndome a lo que está delante". El que corre en el estadio se ve
inclinándose hacia la meta, literalmente inclinando su cuerpo "a lo que está delante".
Significa gran empeño.
          3:14 -- "prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en
Cristo Jesús", "sigo corriendo presuroso" (VM). La "meta" se refiere al "blanco", el
objetivo que alcanza el que corre; el "premio" es la recompensa dada por el Autor y
Consumador de la carrera al victorioso es "la corona de justicia" (1 Cor. 9:24; 2 Tim.
4:8), "la corona de la vida" (Apoc. 2:10), "la corona incorruptible de gloria" (1 Ped.
5:4).
          Con respecto a esta carrera nos exhorta Pablo (1 Cor. 9:24), "Corred de tal
manera que lo obtengáis". La meta final es la reunión con Jesús, sea cuando uno
muera (1:23), o en la "manifestación" de Jesús (Tito 2:13).
          La palabra "supremo", ANO, significa "de lo alto, celestial"; "soberana
vocación de Dios" (AVV); "vocación celestial" (VHA). Literalmente dice, "la
vocación de arriba". Compárense Gál. 4:26; Col. 3:1; Hebreos 3:1, "llamamiento
celestial". Los jueces se sentaban en un lugar muy elevado del atrio para poder ver
claramente toda la actividad y así juzgar con equidad. A esta carrera Dios, desde "lo
alto", nos ha llamado; si corremos legítimamente (2 Tim. 2:5) hasta el fin, nos
premiará.
          La actitud de Pablo se explica en parte en Rom. 1:14, "A griegos y a no griegos,
a sabios y a no sabios soy deudor"; en 1 Cor. 9:16, "Pues si anuncio el evangelio, no
tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no
anunciare el evangelio!"; y en 1 Cor. 9:19, "Por lo cual, siendo libre de todos, me he
hecho siervo de todos para ganar a mayor número".
          3:15 -- "Así que, todos los que somos perfectos". En 3:12 Pablo dice "ni que ya
sea perfecto". No era perfecto en el sentido absoluto de vivir sin pecar. Pero en el ver.
15 la usa para indicar la madurez. Se refiere a los que están desarrollados es-
piritualmente, los que son maduros y capacitados para discernir entre el bien y el mal
(Heb. 5:14). En 1 Cor. 2:6; 3:1 es obvio que las palabras "madurez" y "espirituales"
son sinónimos, como lo son "perfectos" y "completos" (Col. 4:12). Los perfectos
(maduros) ya no son "niños" (1 Cor. 14:20; Efes. 4:13). Nuestro amor debe ser
perfecto como el amor del Padre (Mat. 5:48); es decir, debemos imitar a Dios en amar
a todos, y no solamente a los que nos aman (Mat. 5:44-47). Si amamos solamente a los
que nos aman nuestro amor no es perfecto (completo). Pablo nos exhorta a
perfeccionar la santidad en el temor de Dios (2 Cor. 7:1). La fe se perfecciona por las
obras (Sant. 2:22). Santiago nos exhorta a tener gozo cuando nos hallemos en diversas
pruebas y a ser perfectos en el sufrimiento: "Mas tenga la paciencia su obra completa,
para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna" (Sant. 1:2-4).
          No digamos, pues, que "nadie es perfecto". Fuera mejor explicar los usos bíbli-
cos de la palabra. Los cristianos maduros sí son perfectos.
          -- "esto mismo sintamos;" "tengamos esta misma actitud" (BAS), que todos ten-
gan la misma actitud de Pablo expresada en los vers. 7-14, reconociendo que debemos
olvidar lo que queda atrás (aunque sean grandes ventajas como las de Pablo), que
todavía no hemos alcanzado la meta, y que debemos esforzarnos por llegar. Los que
"somos perfectos" (maduros) no debemos pensar que somos "perfectos" en el sentido
de haber vencido todo pecado y de estar fuera de todo peligro, 1 Cor. 9:27; 10:12. El
premio es ganado solamente por los que corren hasta el final de la carrera.
          -- "y si otra cosa sentís", "y si en algo tenéis una actitud distinta" (BAS), "y si
en algo sentís de distinto modo" (VHA). ¿Qué actitud tenía Pablo? "Hermanos, yo
mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que
queda atrás y extendiéndome lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el
premio" (BAS). Si los maduros tienen esta actitud, ¿quiénes tienen otra actitud?
Obviamente los inmaturos.
          -- "esto también os lo revelará Dios". Entonces ¿qué les revelará Dios a
éstos? Dios no les revela nada aparte de su palabra. Muchos -- y hasta hermanos en
Cristo -- aceptan el error calvinista de que el Espíritu Santo iluminará al cristiano en
alguna forma aparte de la palabra, pero si fuera así, ¿por qué reveló las Escrituras?
          Tal vez esta frase indique que con el tiempo los hermanos inmaturos pero sin-
ceros entenderán mejor la revelación de Dios para ser maduros, pero si se refiere a
hermanos carnales, obstinados, y no arrepentidos, entonces "eso también os lo revelará
Dios" en el Día Final.
          De una cosa podemos estar muy seguros: Pablo no promete una revelación
especial y única a los que tienen actitud impropia (a los que creen que ya son
perfectos o que no quieren perfeccionarse). Dios no revelará nada a los que no aceptan
humildemente lo que ha revelado a través de los apóstoles. Dijo Jesús (Jn. 7:17), "El
que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo
por mi propia cuenta"; es decir, todo depende de la actitud de los oyentes. Dice Pablo
(Efes. 3:3,4) "que por revelación me fue declarado el misterio ... leyendo lo cual
podéis entender ..." El entendimiento nuestro depende de una actitud correcta y el
estudio diligente de la palabra. Si tenemos un fuerte deseo de saber la voluntad de
Dios, y si somos fieles a lo que ya hemos entendido, y si no tenemos el deseo de hacer
otra cosa aparte de la voluntad de Dios, sin duda El nos ayuda a entenderla. "Y si
alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada" (Sant. 1:5). Esta es la sabiduría que
desciende de lo alto (Sant. 3:15).
          A. T. Robertson dice sobre esta frase: "y si otra cosa sentís ... Es decir, si
ustedes creen que son absolutamente perfectos, esto también os lo revelará Dios. El
entrega a los tales en manos de Dios. ¿Qué más puede hacer con ellos?" R. C. H.
Lenski está de acuerdo de que no se refiere a una "revelación inmediata", pero no está
de acuerdo con la explicación de Robertson, sino que cree que se refiere a puntos
menores que serán aclarados con más estudio. David Lipscomb cita Juan 7:17 y dice
que "Un deseo sincero de saber y hacer su voluntad ... guiará hacia la plenitud de la
verdad divina". The Living Word Commentary dice: "esto también os lo revelará Dios.
Pablo no indica cómo esta iluminación reveladora será realizada. Ultimamente, por
supuesto, ellos verán el error de su posición en el Ultimo Día. Puede ser que el partido
'perfecto' en Filipos reclama revelación especial y que Pablo habla con sarcasmo. La
frase 'eso también a vosotros' sostiene tal posibilidad".
          Obviamente el texto es difícil, pero lo importante es que no se enseñe nada al
respecto que contradiga la verdad. No habrá revelación especial para los tales.
          3:16 -- "Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla,
sintamos una misma cosa", "Sin embargo, continuemos viviendo según la misma
norma que hemos alcanzado" (BAS). Este texto se ha empleado mal para enseñar que
cada cristiano está bien con el conocimiento que tenga; por ejemplo, si algún hermano
cree que está bien usar instrumentos de música en el culto, o si otro hermano cree que
está bien que haya iglesias patrocinadoras e instituciones iglesias de Cristo, no debe
haber problema, porque los demás hermanos deben aceptar a los tales porque "ellos
predican y practican de acuerdo al nivel de 'aquello a que han llegado' y todos deben
seguir unidos". Tal "explicación" es absurda y es obviamente una perversión de lo que
Pablo dice. No concuerda nada con el contexto.  Pablo no defiende ni en este texto ni
en otro tales prácticas sectarias.
          Tampoco enseña Pablo que la ignorancia justifica la práctica de tales
errores. Dicen algunos hermanos que el que ha obedecido al evangelio y lleva una
vida "fiel" no será separado de Dios aunque practique estos errores con tal que lo haga
por ignorancia. Citan 1 Juan 1:7 ("si andamos en luz, como él está en luz, tenemos co-
munión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado")
para probar que habrá "limpieza continua", porque Dios no les carga  a los tales su
pecado de ignorancia o de debilidad. 1 Juan 1:7 no enseña tal doctrina.
          Pero léase 1 Cor. 4:3,4. "Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por
eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor". ¿Somos justificados por
ser sinceros? Claro que no. Léanse también Prov. 16:2, 25.
          En la carta a los filipenses Pablo dice que los hermanos judaizantes eran
"perros ... malos obreros ... mutiladores del cuerpo" (3:2). ¿Justifica Pablo en el ver.
16 a los que siguieron por ignorancia a estos falsos hermanos mencionados en el
mismo capítulo? También en el mismo capítulo (3:18) les llama "enemigos de la cruz
de Cristo". Pero entre los vers. 2 y 18 ¿enseña que los que siguen por ignorancia a
estos falsos están perfectamente bien porque practican aquello que hasta esa fecha
habían entendido?
          Pablo dice simplemente que todos debemos continuar (perseverar) en la
verdad ("asidos de la palabra", 2:16) que hemos aprendido, y, como hermanos
maduros y fieles, debemos seguir unidos en esa verdad divina. No hemos alcanzado
la perfección absoluta (3:12-14), pero sí somos maduros y debemos esforzarnos con
toda diligencia para obtener el premio. El pensamiento principal y sencillo es que
debemos perseverar en el mismo camino que nos ha traído hasta aquí. Nos ha traído a
esta medida de perfección y nos llevará hasta el final de la carrera. Los hermanos
liberales han olvidado esta exhortación. Si todos hubieran perseverado en el camino
seguro, siguiendo el patrón bíblico, el crecimiento de la iglesia habría sido
incalculable. Pero muchos hermanos estaban descontentos con las "sendas antiguas" y
dijeron, "No andaremos" ya en ellas. Querían ser como las "naciones" vecinas (grupos
sectarios); véase 1 Sam. 8:5. Dejaron la base y los principios que nos habían traído
tanto crecimiento y fuerza. Todo cristiano debe tomar muy en serio esta exhortación
de Pablo. Examínese su vida. Que todos digamos, como dijo Samuel: "Hasta aquí nos
ayudó Jehová" (1 Sam. 7:12) y a la vez preguntar, "Si seguimos por el mismo rumbo,
¿no nos llevará con seguridad hasta su trono?" Si seguimos en el camino original, El
dirá: "No te desampararé, ni te dejaré" (Heb. 13:5).
          -- "misma regla", KANONI, "canon" (una vara o caña derecha usada para
medir), 2 Cor. 10:13; Gál. 6:16. Muchos renuncian a lo que ellos llaman el
"legalismo". Se nos dice que debemos seguir el "espíritu" y no la "letra", que no
estamos bajo ley sino bajo gracia. Tuercen 2 Cor. 3:6 ("porque la letra mata, mas el
espíritu vivifica") texto en el cual Pablo identifica la religión de Moisés como "letra"
que mata (condena pero no tenía salvador) y el evangelio como el "espíritu" que da
vida. Pero los maestros falsos enseñan hoy en día que el seguir el "espíritu" significa
enseñar y hacer religiosamente como a ellos les convenga. Los que enseñan que no
estamos bajo ley ignoran voluntariamente tales textos como Rom. 3:27, "la ley de la
fe"; 8:2, "ley del Espíritu"; Sant. 1:25, "perfecta ley de libertad"; y Gál. 6:2 "la ley de
Cristo".
          Si todos los cristianos seguimos esta misma regla, cumpliremos al mismo
tiempo con la última parte del versículo: "sintamos una misma cosa".
          3:17 -- "sed imitadores de mí", 4:9; 1 Cor. 4:16; 11:1; 1 Tes. 1:6. No hay nada
de soberbia en esta exhortación, sino una humilde confianza, porque Pablo sabía que
él seguía a Cristo. Andaba en el camino correcto. Es guía fiel para nosotros. Si
imitamos a Pablo, como él imitó a Cristo, nunca dejaremos el camino correcto y
perseveraremos hasta el fin. Todo el mundo es imitador. Parece ser instintivo imitar a
otros. Desde nacer imitamos a otros. Es cuestión, pues, de escoger a quién imitar.
Siempre estamos rodeados de malos ejemplos, falsos maestros y guías ciegos. De
estos Pablo habla en seguida (vers. 18,19). En 1 Cor 10:6 Pablo dice que los judíos
eran "ejemplos" que no debemos imitar, pero también hay buenos ejemplos. Hay dos
clases de ejemplos: debemos seguir a los espirituales y no seguir a los carnales.
          -- "mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros".
"Mirad", SKOPEO, de la misma raíz viene la palabra SKOPOS, un vigilante, un
atalaya. En Rom. 16:17 dice "mirar" para evitar. Aquí dice "mirar" para imitar. Por
ejemplo, en esta misma carta, el ejemplo de Timoteo (2:19-23) y Epafrodito (2:25-30).
"Mirad" a ellos para seguirlos (en 1 Cor. 16:15,16 dice "os sujetéis" a los tales).
Debemos seguir a Cristo, seguir a Pablo como él siguió a Cristo, y también debemos
imitar a los hermanos fieles. Véase 2 Cor. 8:1-5; los corintios deberían imitar el
ejemplo de los macedonios, como también esperaba que los de Macedonia imitaran a
Acaya (los corintios, 9:2). Lo mismo 1 Tes. 1:7, "habéis sido ejemplo a todos los de
Macedonia y de Acaya". Heb. 11 es un capítulo de ejemplos de hombres y mujeres de
fe (fieles) a quiénes debemos seguir.
          3:18 -- "Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y
aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo". En este texto
Pablo expresa una emoción profunda. El que se ocupa sinceramente en la obra de
salvar almas y confirmarlas en la fe también se preocupa por ellas, y se siente muy
afligido al ver la destrucción de almas causada por los enemigos de la cruz.
          Pablo escribió a los corintios "con muchas lágrimas" (2 Cor. 2:4), porque había
pecado entre ellos y no lo habían corregido (1 Cor. 5:1,2). El predicaba y trabajaba
entre los efesios "con muchas lágrimas" (Hech. 20:19,31). No era indiferente hacia su
condición espiritual. Habiendo hablado de muchos sufrimientos dice (2 Cor. 11:28), "y
además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas
las iglesias". ¡He aquí la concordancia entre el denunciar fuertemente a los falsos y al
mismo tiempo el derramar lágrimas por causa de ellos! Debemos estar muy
preocupados por enseñar y defender la verdad contra el error, y al mismo tiempo estar
preocupados por las almas que son víctimas del error. Pablo tenía la mente de Cristo.
¿Exponía el error? Sí. ¿Denunciaba el pecado? Sí. ¿Aborrecía al pecador y al falso
maestro? No.
          Pablo es un ejemplo muy bueno para todo evangelista. Expresó una profunda
preocupación por las almas perdidas. "Verdad digo en Cristo, no miento, y mi
conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo
dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por
amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne" (Rom. 9:1-3).
¿Cuántos predicadores hablan así de los perdidos? "Hermanos, ciertamente el anhelo
de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación" (Rom. 10:1).
¿Cuántos evangelistas sienten el dolor expresado por Pablo en Gál. 4:19? ("Hijitos
míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en
vosotros".) Al leer de las lágrimas de Pablo debemos reflexionar seriamente sobre
nuestro ministerio. ¿Tenemos miedo de ser emocionales con respecto a la obra del
Señor? ¿Tenemos temor de que nos llamen pentecostales si lloramos o si predicamos o
enseñamos con emoción? Hay gran peligro de que el evangelio que predicamos no
penetre bien en lo más profundo de nuestros propios corazones. Un evangelio que
solamente sale de la boca no lleva el peso que debe llevar.
          Timoteo es elogiado por Pablo en esta carta: "a ninguno tengo del mismo ánimo,
y que tan sinceramente se interese por vosotros" (2:20). En 2 Tim. 1:4 Pablo dice,
"deseando verte, al acordarme de tus lágrimas". Timoteo era imitador de Pablo en
muchas maneras. Pablo y Timoteo convirtieron y confirmaron a muchos porque no
tuvieron vergüenza de derramar lágrimas al predicar, enseñar y meditar sobre la
salvación de la gente.
          -- "enemigos de la cruz". Los judaizantes negaban la eficacia de la cruz sola (es
decir, la cruz aparte de la circuncisión y la guarda de la ley de Moisés) para salvar. Los
libertinos la menospreciaban, rehusando controlar sus apetitos carnales y sujetarse a
Cristo. Muchos son enemigos de la cruz porque para ellos es un tropiezo (Gál. 5:11),
como lo era para los judaizantes. Siempre hay quienes no desean "padecer persecución
a causa de la cruz de Cristo" (Gál. 6:12). Pero todo cristiano verdadero dirá con Pablo,
"lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el
mundo me es crucificado a mí y yo al mundo" (Gál. 6:14).
          ¿No tenía miedo Pablo de hablar tanto de los falsos en la iglesia? ¿No había
peligro de que los de afuera concluyeran que tanta falsedad en la iglesia era prueba de
que no valía? Pregúntese la misma cosa con respecto al dinero. ¿No hay billetes
falsos? ¡Circulan millones en billetes falsos! ¿No debemos, por eso, dejar de usar
dinero? No conozco a nadie que quiera hacerlo. Seguimos usando el dinero genuino, y
al mismo tiempo seguimos tratando de descubrir y acabar con todo el dinero falso.
          Hay muchos enemigos de la cruz de Cristo: el catolicismo, el calvinismo, el
milenarismo, el humanismo (y su fundamento básico, la evolución), el modernismo, el
sectarismo de toda clase, el liberalismo en la iglesia, etcétera. Los enemigos de las
Escrituras son enemigos de la cruz de Cristo: la Iglesia Católica Romana, los
"testigos", los mormones, los traductores y publicadores de versiones que niegan la
Deidad de Cristo, enseñan el calvinismo, etcétera.
Los enemigos de la enseñanza de Cristo y sus apóstoles son enemigos de la cruz de
Cristo: Hech. 2:42; 1 Cor. 4:16,17; 1 Jn. 4:6; 2 Jn. 9,10. Los enemigos de la iglesia
verdadera de Cristo son enemigos de la cruz de Cristo. En fin, la "cruz" es el corazón
del evangelio que abarca todo el plan de Dios para la redención del hombre. Los que
cambian el evangelio se oponen  a la cruz de Cristo.
          Además,  los que llevan vidas carnales (aunque sean miembros de la iglesia)
son enemigos de la cruz. Los carnales son los que no dan evidencia de un cambio de
corazón, del nuevo nacimiento, de haber crucificado el viejo hombre con sus deseos y
pasiones. Aunque escuchen sermones cada semana, no quieren dejar sus vicios, celos,
envidias, amarguras, etcétera. Prefieren vivir carnalmente. De hecho, los enemigos de
la cruz más amenazantes no son los de afuera sino los mismos miembros de la iglesia
que siguen carnales, mundanos, indiferentes y rebeldes.

                   3:19 -- "el fin de los cuales será perdición", APOLEIA, no aniquilación,


no extinción, sino castigo. "APOLEIA, relacionado con APOLLUMI, ver perder(se),
No. 1, y que indica lo mismo que el verbo una pérdida de bienestar, no de ser" (Vine).
          -- "cuyo dios es el vientre", dominados por sus apetitos y pasiones carnales. No
quieren practicar el dominio propio, ni sujetarse a la sana doctrina. Rom. 16:17 habla
de los que "causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina" pura y el ver. 18
dice que "tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios
vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos". Por
lo tanto no debemos pensar que estos maestros "cuyo dios es el vientre" sean
inconversos; son hermanos falsos.
          -- "cuya gloria es su vergüenza". "¿Se han avergonzado de haber hecho
abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por
tanto, caerán entre los que caigan" (Jer. 6:15). Deben querer esconder su vergüenza, es
decir, su práctica vergonzosa, pero al contrario se glorían en ella. "Habiendo entendido
el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las
hacen, sino que también se complacen con los que las practican" (Rom. 1:32). Véanse
también Apoc. 3:18; 16:15.
          -- "que sólo piensan en lo terrenal", lo carnal. Pensar se refiere a su propósito,
su intento. Compárese Rom. 8:4,5.
          3:20 -- "Mas nuestra ciudadanía está en los cielos". Literalmente, nuestra
comunidad, nuestra patria. Somos gobernados por leyes celestiales. El cielo es nuestro
verdadero hogar. Nuestros intereses principales están arriba. Nuestros nombres están
escritos allí (4:3). Nuestras oraciones ascienden al cielo. Nuestros tesoros están
depositados en el banco celestial (Mat. 6:19,20), y por lo tanto, nuestro corazón está
allí también. Nuestra esperanza, el ancla del alma (Heb. 6:18,19), está en el cielo.
Nuestra madre es "Jerusalén de arriba" (Gál. 4:26).     Aquí en este mundo somos
peregrinos y extranjeros (Heb. 13:14; 1 Ped. 2:11). Véase Fil. 1:27, notas; Juan 18:36;
Efes. 1:3. Los demás ("cuyo dios es el vientre") no tienen ciudad celestial; solamente
viven para el tiempo presente.
          -- "esperamos", "anhelo ardiente", Rom. 8:19; "gemimos ... esperando", Rom.
8:23. Véanse también 1 Cor. 1:7; Gál. 5:5; Heb. 9:28. "Esperamos (con anhelo
intenso) al Salvador". Algunos hacen burla de esta bendita promesa (2 Ped. 3:4), pero
para el cristiano es el ancla del alma (Heb. 6:19), el consuelo vital (1 Tes. 4:13-18) que
lo sostiene. Cristo prometió volver (Juan 14:1-3); los ángeles dijeron que "vendrá
como le habéis visto ir al cielo" (Hech. 1:11). El libro final de la Biblia (Apocalipsis)
principia y termina con esta promesa: 1:7, "He aquí viene con las nubes, y todo ojo le
verá" y 22:20, "Ciertamente vengo en breve".
          3:21 -- "transformará", como se explica en detalle en 1 Cor. 15:35-44, 50-54.
Lo corruptible tiene que ser vestido de incorrupción y lo mortal de inmortalidad.
          -- "cuerpo de la humillación nuestra", "el cuerpo de nuestro estado de
humillación" (BAS). Se llama así porque se corrompe, se deshace (2 Cor. 4:16; 5:1).
          -- "semejante al cuerpo de su gloria", 1 Jn. 3:3.
          Este capítulo maravilloso presenta a Pablo como quien observa su propia carrera
en el atrio de la vida desde el principio hasta el fin. Para participar en ella se tiene que
deshacer de todos los lazos mundanos, aun de los religiosos, que no concuerdan con la
verdad en Cristo, reputando todas las cosas como pérdida para ganar a Cristo, el
premio. Es preciso proseguir adelante, nunca mirando hacia atrás, hasta el fin, hasta
terminar la carrera. Se describe el premio como la "manifestación" de Jesús y la
"transformación" de nuestro cuerpo. Con razón nos dice Heb. 12:1,2, "despojémonos
de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que
tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe". "Pablo
se representa a sí mismo como quien toma parte en una carrera; forzando cada nervio
y empleando hasta la última gota de sus fuerzas, como un corredor, con las venas
hinchadas, por no dejar de llegar a la meta" (Halley).

GUIA DE ESTUDIO PARA EL LIBRO DE FILIPENSES


El fruto de la justicia se produce en todo Cristiano verdadero. El hombre nuevo que
ha vuelto a nacer y que está lleno de la Virtud de Cristo ama a Dios y a sus
semejantes. Se comporta con justicia y rectitud porque es de Cristo y porque mora
en Cristo.

Nosotros los Cristianos debemos revelar en nuestra conducta la naturaleza nueva


que ha nacido en nosotros. Esta es la razón por la que Pablo estaba orando por los
santos y responsables de Filipos.

Después de haber sido Cristianos por algún tiempo, la creación nueva que está
siendo creada en nosotros comienza a gobernar la forma en que actuamos, en que
hablamos y en que pensamos. La gente nota el cambio en nosotros. Cuando los
hombres vean nuestras buenas obras, ellos glorificarán al Padre que está en el
Cielo.

Los Cristianos deben tener una meta suprema-el conocimiento pleno de Cristo.
Nosotros debemos vivir por Su Vida y compartir en Sus sufrimientos. Al hacer esto,
obtenemos la primera resurrección de entre los muertos.

Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se


manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante
a él en su muerte. Así espero alcanzar la resurrección de entre los
muertos. (Filipenses 3:10, 11)

Tabla de Contenido
PREGUNTAS
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro

RESPUESTAS
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
GUÍA DE ESTUDIO PARA EL LIBRO DE FILIPENSES

PREGUNTAS
Capítulo Uno

1. ¿Qué consideraba Pablo que eran él y Timoteo?

2. ¿A quién le estaba escribiendo Pablo?

3. ¿Cuáles dos bendiciones Divinas les dio el Apóstol Pablo a los santos, a los
obispos y a los diáconos?

4. ¿Qué le agradece Pablo a Dios?

5. ¿Por qué Pablo sentía tanta alegría al orar por los santos de Filipos?

6. ¿De qué estaba convencido Pablo?

7. ¿Por qué pensaba Pablo que él estaba bien en creer que Dios llevaría a término
la obra de redención en los santos de Filipos?

8. ¿De qué era testigo Dios?

9. ¿Cuál era la oración de Pablo para los santos de Filipos?

10. ¿Qué cambio había ocurrido en las circunstancias de Pablo?

11. ¿Cuál fue el resultado de este cambio en las circunstancias de Pablo?

12. ¿Qué efecto tuvo sobre los Cristianos en Roma el hecho que Pablo estuviera
confinado entre la guardia del palacio?

13. ¿Qué motivos hubo detrás de este aumento en la predicación de Cristo?

14. ¿Cuál era la actitud de quienes predicaban el Evangelio con buenas


intenciones?

15. ¿Cuál era la actitud de quienes estaban predicando a Cristo por envidia y
rivalidad?

16. ¿Cuál fue la respuesta de Pablo al hecho de que Cristo fuera predicado con
motivos falsos al igual que con sinceridad?
17. ¿Por qué seguía alegrándose Pablo aunque algunos estaban proclamando a
Cristo por motivos injustos?

18. ¿Cuál era la esencia de la vida de Pablo?

19. ¿Cómo consideraba Pablo la muerte física?

20. ¿Qué sería verdad si Pablo continuara viviendo un poco más en su cuerpo
físico?

21. ¿Qué estaba Pablo debatiendo en su mente?

22. ¿De qué estaba convencido Pablo?

23. ¿Cómo debían comportarse los santos?

24. ¿Qué deseaba Pablo escuchar con respecto a ellos ya fuera que él estuviera
con ellos o lejos de ellos?

25. ¿Cómo afectará a los enemigos del Evangelio la falta de temor en los santos de
Filipos?

26. ¿Cómo afectará a su propia fe la falta de temor en los santos de Filipos?

27. ¿Qué le había concedido Dios a los santos de Filipos?

28. ¿Por qué estaban pasando los creyentes?

Capítulo Dos

1. ¿Cuáles, según Pablo, son las actitudes apropiadas que deben tener las
personas Cristianas entre sí?

2. ¿Cómo podían los Filipenses hacer plena la alegría de Pablo?

3. ¿Qué tipo de actitud y de motivación debía evitarse?

4. ¿Qué tipo de actitud y de motivación debía adoptarse?

5. ¿Cómo debe cada santo considerar a su hermano o hermana?

6. ¿Por qué debe velar cada santo?

7. ¿Qué actitud debemos adoptar?

8. ¿En qué forma y con qué naturaleza siempre ha existido Cristo?

9. ¿Qué estaba Cristo dispuesto a hacer con respecto a Su equidad con Dios?
10. ¿Qué forma tomó el Divino Cristo para manifestarse sobre la tierra?

11. ¿De qué otra manera puso Cristo a un lado Su majestuosidad?

12. ¿Qué ha hecho el Padre en respuesta a que Jesús consintiera hacer a un lado
Su gloria Divina y morir en la cruz?

13. ¿Qué es verdad del nombre de Jesucristo?

14. ¿Cómo respondieron los santos de Filipos mientras el Apóstol Pablo estaba con
ellos?

15. ¿Qué les estaba Pablo pidiendo ahora?

16. ¿Qué estaba realmente sucediendo en la personalidad de los santos de Filipos?

17. ¿Cómo debe el santo hacer todas las cosas?

18. ¿Qué demostramos que somos cuando hacemos todas nuestras tareas sin
quejas ni contiendas?

19. ¿Qué es verdad de nosotros cuando nos conducimos sin culpa en medio de una
generación torcida y depravada?

20. ¿Qué se ve y escucha en nosotros cuando nos comportamos de manera sincera


e intachable?

21. Si los santos de Filipos mantuvieran en alto o se aferraran a la Palabra de


Cristo, ¿qué efecto tendría esto sobre el Apóstol Pablo?

22. ¿Cómo se consideraba Pablo a sí mismo?

23. ¿Cómo se sentía Pablo de que su vida fuera derramada sobre el sacrificio y
servicio que proceden de la fe de los santos?

24. ¿Qué quería Pablo que los santos hicieran?

25. ¿Qué esperaba Pablo en el Señor Jesús?

26. ¿Por qué podía Pablo confiar en el reporte de Timoteo sobre la condición de los
santos de Filipos?

27. ¿Cuál era la opinión de Pablo sobre la mayoría de los obreros Cristianos?

28. ¿Qué había demostrado ser Timoteo?

29. ¿Cuándo iba Pablo a enviar a Timoteo a Filipos?


30. ¿Qué confiaba Pablo en el Señor?

31. ¿Qué pensó Pablo que era necesario hacer?

32. ¿Cómo consideraba el Apóstol Pablo a Epafrodito?

33. ¿Cómo se estaba sintiendo Epafrodito?

34. ¿Qué tan enfermo estuvo realmente Epafrodito?

35. ¿Cómo vio Pablo la recuperación de Epafrodito?

36. ¿Por qué tenía Pablo prisa en enviar a Epafrodito de regreso a sus amigos de
Filipos?

37. ¿Cómo debían los santos de Filipos recibir a Epafrodito a su regreso?

38. ¿Qué actitud debía tomar la iglesia hacia Epafrodito?

39. ¿Cómo demostró Epafrodito su carácter y su amor por Cristo?

Capítulo Tres

1. ¿Cuál fue la exhortación general a los santos y responsables de Filipos?

2. ¿Cómo se sentía Pablo sobre las exhortaciones que les había escrito a los
santos de Filipos, y sin duda a los santos de las otras iglesias?

3. ¿De qué tipo de personas deben cuidarse los santos?

4. ¿Quiénes son la circuncisión verdadera?

5. ¿De qué maneras tenía Pablo la delantera en comparación con la mayoría de los
hombres para tener confianza en los esfuerzos humanos?

6. ¿Cómo consideraba Pablo el mérito que había obtenido de su descendencia


Hebrea y de sus obras religiosas?

7. ¿Cómo consideraba Pablo todo lo que pudiera obtener en el mundo, incluyendo


la justicia y aprobación otorgada por las obras de la Ley de Moisés?

8. ¿Qué era verdad sobre los logros de Pablo en el mundo?

9. ¿Cuál era la opinión de Pablo con respecto a todas las cosas que él había
perdido para ganar a Cristo?

10. ¿En qué condición deseaba Pablo ser encontrado?


11. ¿Cuál era la meta suprema de la vida de Pablo?

12. ¿Qué condición buscaba Pablo alcanzar (avanzar a; arribar a)?

13. ¿Había Pablo en este momento (62 D.C. justo antes de su primera aparición en
la corte) ya alcanzado la “resurrección-hacia-afuera”?

14. ¿Cuál era la actitud de Pablo en espíritu y en mente mientras estaba preso en el
cuartel esperando su primer juicio?

15. ¿Qué debe ser verdad de cada miembro del Cuerpo de Cristo que ha madurado
en su andar con Cristo?

16. ¿Qué le sucederá a cada santo que tenga una actitud diferente a la anterior?

17. Mientras no lleguemos a la meta, ¿cómo debemos seguir viviendo?

18. ¿Quién servirá de ejemplo y como modelo para los santos de Filipos?

19. ¿Qué es verdad de tantos que se dicen llamar Cristianos y maestros Cristianos?

20. ¿Cuál es el destino de aquellos que se comportan como los enemigos de la cruz
de Cristo?

21. ¿Qué dios adoran los que se comportan como enemigos de la cruz de Cristo?

22. ¿De qué se enorgullecen los que son enemigos de la cruz?

23. ¿En qué es lo único que piensan?

24. ¿Cuál es la ciudadanía del santo verdadero de Cristo?

25. ¿Qué es lo que el santo verdadero anhela?

26. ¿Qué hará el Salvador por nosotros cuando Él regrese?

27. ¿Cómo transformará Cristo nuestro cuerpo miserable para que sea como Su
cuerpo glorioso?

Capítulo Cuatro

1. ¿Qué sentía Pablo por los santos de Filipos?

2. ¿Cómo quería Pablo que se mantuvieran los santos?

3. ¿Qué le pedía Pablo a Evodia y a Síntique?


4. ¿Quién era el fiel compañero a quien Pablo se estaba dirigiendo en el versículo
3?

5. ¿Qué le pidió Pablo que hiciera a este fiel compañero?

6. ¿Quién más le había ayudado a Pablo en su obra?

7. ¿Cuál fue la exhortación de Pablo, ahora que estaba encarcelado, a los santos y
responsables de Filipos?

8. ¿Qué espíritu debían mostrar los santos hacia los demás?

9. ¿Qué conocimiento debe guiar cada acción, cada palabra y cada pensamiento
del santo?

10. ¿Cuál debe ser la actitud del santo con respecto a las relaciones, los eventos,
las circunstancias y las cosas del mundo?

11. ¿Qué debemos hacer con respecto a nuestras necesidades y a nuestros


deseos?

12. ¿Qué es verdad sobre la paz que viene a nosotros de Dios?

13. ¿Qué hace la paz Divina por nosotros?

14. ¿Qué asuntos debe la mente del santo considerar bien?

15. ¿Qué debían hacer los santos de Filipos?

16. ¿Cuál sería su recompensa si ellos imitaran el comportamiento del Apóstol


Pablo?

17. ¿De qué se alegraba muchísimo en el Señor Pablo?

18. ¿Acaso Pablo les estaba diciendo a los Filipenses que estaba necesitado y que
requería de su ayuda económica?

19. ¿Qué había aprendido Pablo en Cristo?

20. ¿Quién le estaba dando a Pablo sabiduría y fortaleza, paz y gozo, en todo
momento y en todo lugar?

21. ¿Qué dice Pablo acerca de la ayuda económica que le enviaron con Epafrodito?

22. Los Cristianos de Filipos ¿cuándo le ayudaron a Pablo con apoyo económico?

23. ¿Pablo deseaba recibir ofrendas de los santos de Filipos?


24. ¿Qué deseaba?

25. ¿Cómo consideraba Pablo su condición en ese momento?

26. ¿Cómo responderá Dios a quienes hayan enviado dinero a Pablo?

27. El Apóstol Pablo ¿a quién le da la gloria por los siglos de los siglos?

28. ¿Cómo termina Pablo su carta a los santos, obispos y diáconos de Filipos en
Macedonia?

RESPUESTAS
Capítulo Uno.

1. ¿Qué consideraba Pablo que eran él y Timoteo?

Siervos de Cristo Jesús.

2. ¿A quién le estaba escribiendo Pablo?

A todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, junto con los obispos y
diáconos.

3. ¿Cuáles dos bendiciones Divinas les dio el Apóstol Pablo a los santos, a los
obispos y a los diáconos?

Gracia y paz del Padre y del Señor Jesucristo.

La gracia es el favor y la bendición de Dios que se le da a un individuo para que


toda su vida sea tocada con justicia, santidad, protección, provisión, plenitud de
gozo y misericordia Divinas. En el sentido más pleno, la gracia es la Presencia de
Dios a través de Cristo.

La paz es la ausencia de peleas y de temor y la presencia de seguridad y de


comodidad Divinas, de pastos verdes y de aguas tranquilas.

4. ¿Qué le agradece Pablo a Dios?

Agradece cada vez que se acuerda de los santos de Macedonia-recuerdos llenos


de cariño y de confianza.

Epafrodito, un miembro de la iglesia Filipense, había ido a Roma a ver a Pablo para
darle una ofrenda de parte de la iglesia-ésta era la cuarta contribución que éstos
santos habían hecho para el sustento de Pablo. Epafrodito enfermó mientras estuvo
en Roma. Cuando se recuperó, Pablo lo mandó de regreso a Filipos con esta carta.

Pablo y Timoteo habían fundado la iglesia Filipense en el norte de Grecia


aproximadamente en el año 51 D.C.

5. ¿Por qué Pablo sentía tanta alegría al orar por los santos de Filipos?

Por su participación en el Evangelio desde el primer día que lo escucharon.

Ellos estaban apoyando a Pablo económicamente. Ellos habían sufrido persecución


debido a las predicaciones de Pablo (Hechos 16:12-40; 1 Tesalonicenses 2:2).
Aparentemente, los santos de Filipos estaban bien fundados en su doctrina y en su
práctica. En esta Epístola no vemos las advertencias ni los regaños que se
encuentran, por ejemplo, en Gálatas, en Primera de Corintios y en Romanos.

6. ¿De qué estaba convencido Pablo?

De que Dios, quien había comenzado tan buena obra de redención en ellos,
terminaría y perfeccionaría esa obra hasta el Día de Cristo.

7. ¿Por qué pensaba Pablo que él estaba bien en creer que Dios llevaría a término
la obra de redención en los santos de Filipos?

Porque ellos estaban en el corazón de Pablo, y Pablo estaba en los corazones de


ellos. Ellos estaban ayudando económicamente a Pablo, se estaban identificando
con él ahora que estaba encarcelado, y además, estaban defendiendo y
confirmando el Evangelio. Ellos estaban compartiendo con Pablo la gracia Divina
que le había sido dada.

8. ¿De qué era testigo Dios?

Del amor de Cristo que Pablo sentía por los santos de Filipos.

Sólo alguien que ha sido llenado con amor por otras personas puede comprender lo
que Pablo estaba diciendo en el versículo ocho. La mayoría de los Cristianos tiene
muchas oportunidades para dar testimonio de Cristo durante el transcurso de sus
vidas. Parece ser que algunos Cristianos reciben un amor misionero por alguna
raza, nación o grupo de personas. Es el amor de Cristo que está siendo expresado
hacia el grupo de personas en particular.

El amor misionero es una de las fuerzas más poderosas que puede morar en el
corazón humano. El Cristiano que es bendecido con el amor de Cristo hacia otras
personas está más que dispuesto a ceder su vida por la gente hacia la que siente
atracción. Él está listo para ser hecho pedacitos y ser sembrado en sus corazones
para que el amor consumidor de Cristo pueda encontrar su expresión plena y pueda
hacer su obra de transformación.

9. ¿Cuál era la oración de Pablo para los santos de Filipos?

Que su amor abundara cada vez más en conocimiento y en buen juicio; que
pudieran discernir lo que es mejor; que fueran puros e irreprochables para el Día de
Cristo; que fueran llenos del fruto de justicia que se produce por medio de
Jesucristo, cuya justicia es para gloria y alabanza de Dios Padre.

El fruto de justicia se produce en todo Cristiano verdadero. El hombre nuevo que ha


vuelto a nacer y que está lleno de la Virtud de Cristo ama a Dios y ama a sus
semejantes. Se comporta con justicia porque es de Cristo y porque mora en Cristo.

Nosotros los Cristianos no siempre mostramos en nuestra conducta la naturaleza


nueva que ha nacido en nosotros. Esta es la razón por la que Pablo estaba orando
por los santos y responsables de Filipos.

Un árbol no produce fruto el día que es plantado. Después de haber sido Cristianos
por algún tiempo, la creación nueva que está siendo creada en nosotros comienza a
gobernar la forma en que actuamos, en que hablamos y en que pensamos. La
gente nota el cambio en nosotros. Cuando los hombres vean nuestras obras
buenas, ellos glorificarán al Padre que está en el Cielo.

10. ¿Qué cambio había ocurrido en las circunstancias de Pablo?

Había sido transferido de su propia casa alquilada en Roma, donde había sido
encadenado a un soldado, al cuartel de la Guardia Pretoriana que estaba adjunto al
palacio del Cesar en Roma. Pablo había estado bajo custodia durante dos años (61-
63 D.C.) y era hora de que se presentara ante Nerón.

11. ¿Cuál fue el resultado de este cambio en las circunstancias de Pablo?

El avance del Evangelio.

Esto es verdad de todas nuestras experiencias en Cristo. Si le permitimos al Señor


que dirija nuestros senderos, encomendándole nuestros caminos y tomándolo en
cuanta, todas las cosas que nos sucedan resultarán en la construcción del Reino de
Dios.
Verdaderamente, Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman,
para los que han sido llamados de acuerdo con Sus propósitos.

Como resultado de que Pablo fuera transferido, los miembros de la Guardia Imperial
ahora sabían que Pablo había sido encarcelado por el Evangelio. Parece ser que
toda Roma sabía sobre Pablo y sobre su mensaje.

12. ¿Qué efecto tuvo sobre los Cristianos en Roma el hecho que Pablo estuviera
confinado entre la guardia del palacio?

Las cadenas de Pablo les dio el valor para anunciar sin temor la Palabra de Dios.

La historia de la iglesia Cristiana nos muestra que cuando un obrero Cristiano, como
un misionero, por ejemplo, es torturado y asesinado, algunos otros creyentes que
quizá no hayan sido tan fervientes o que no hayan sido movidos anteriormente,
ahora “reviven” y avanzan para tomar el lugar del que fue invitado a sufrir por Cristo
y por el Evangelio.

13. ¿Qué motivos hubo detrás de este aumento en la predicación de Cristo?

Algunos predicaron por envidia y rivalidad, otros predicaron con buenas intenciones
por su amor a Pablo que estaba encarcelado en Roma defendiendo el Evangelio.

14. ¿Cuál era la actitud de quienes predicaban el Evangelio con buenas


intenciones?

Ellos amaban a Pablo, y lo estaban apoyando, sabiendo que Cristo había escogido
a Pablo para defender el Evangelio.

15. ¿Cuál era la actitud de quienes estaban predicando a Cristo por envidia y
rivalidad?

Aparentemente, ellos odiaban a Pablo e intentaban lastimarlo.

Ellos eran contenciosos, predicando el Evangelio por motivos equivocados. Algunos


eruditos creen que eran maestros Judíos celosos de la popularidad de Pablo como
maestro y que intentaban lograr preeminencia sobre él en la enseñanza del Reino
de Dios aprovechando que Pablo estaba bajo custodia.

Otros eruditos son de la opinión que los enemigos de Pablo proclamaban el


Evangelio con la intención de que el gobierno Romano notara a Pablo. Tenían la
esperanza de que los oficiales se desharían de este hombre cuyo mensaje podía
considerarse como perjudicial para el gobierno.
Es fácil para el discípulo Cristiano comprender que la tribulación que estaba
cayendo sobre el Apóstol Pablo inspirara y diera valor a otros santos para que
levantaran el estandarte de Cristo y marcharan hacia adelante con valentía
renovada.

Es difícil para nosotros concebir que hombres se aprovecharan de esta oportunidad


para conseguir sobresalir más que Pablo como maestros exitosos, o, peor aún,
proclamar el Evangelio de Cristo para que Pablo fuera perseguido por los Romanos.

Sin embargo, es cierto que este tipo de maldad ha girado alrededor de la


predicación del Evangelio del Reino de Dios-y continúa hasta este día. Nosotros los
Cristianos, sin embargo, mientras que reconocemos estos hechos de la vida,
debemos mantenernos tan libres de la malicia y la amargura como los
niños. No debemos preocuparnos en lo más mínimo por los que están practicando
la maldad o lastimándonos de alguna manera-intencionalmente o no. Debemos
mantener nuestra vista sobre el Señor Jesús, alabándolo y dándole gracias a Dios
continuamente.

16. ¿Cuál fue la respuesta de Pablo al hecho de que Cristo fuera predicado con
motivos falsos al igual que con sinceridad?

Pablo seguía alegrándose porque Cristo estaba siendo predicado.

17. ¿Por qué seguía alegrándose Pablo aunque algunos estaban proclamando a
Cristo por motivos injustos?

Porque él sabía que la proclamación del Evangelio de Cristo resultaría en su


salvación, mientras los santos Filipenses siguieran orando por él y siguiera
recibiendo ayuda del Espíritu de Jesucristo.

Quizá Pablo quería decir que mientras Cristo fuera proclamado, ya fuera por
hombres de buena voluntad o por hombres con malas intenciones, la comisión de
Pablo como apóstol sería lograda. Las oraciones de los santos de Filipos, y la
provisión abundante del Espíritu de Cristo, aseguraría que todo lo que pasara se
volvería para bien del Reino de Dios, y que Pablo sería liberado de cualquier daño y
finalmente podría estar en la Gloria ante el Hijo del Hombre.

La meta de Pablo era que Cristo fuera magnificado y exaltado en su cuerpo, ya


fuera por su vida o por su muerte. Pablo se estaba esforzando por ganar la corona
de justicia. Más adelante en esta Epístola encontramos que él estaba decidido a
conocer a Cristo completamente, experimentando el poder de Su resurrección y
compartiendo en Sus sufrimientos, logrando con esto la resurrección-hacia-afuera
de entre los muertos.

Pablo esperaba y anhelaba ardientemente no ser avergonzado en nada sino seguir


exaltando a Cristo con toda libertad en su cuerpo físico.

18. ¿Cuál era la esencia de la vida de Pablo?

La vida de Pablo era Cristo. “Pablo” se había crucificado con Cristo y Cristo estaba


viviendo en la personalidad de Pablo. Esto nos recuerda el hecho que el Padre
estaba morando en la personalidad de Cristo.

La relación del santo con Cristo es la misma que la relación de Cristo con el Padre.

El Padre envió a Cristo al mundo. Cristo bajó del Cielo, no para hacer Su propia
voluntad sino para hacer la voluntad del Padre. El Padre estaba morando en Cristo.
Las palabras y obras de Jesús eran las palabras y obras del Padre.

Cristo ha enviado a los santos al mundo. Nosotros continuamos en ese amor del
Padre y del Hijo. No debemos buscar nuestra propia voluntad sino que debemos
hacer la voluntad de Cristo. El Señor Jesús está morando en los discípulos.
Conforme estamos dispuestos a ser cambiados a la muerte de Cristo comenzará a
ser verdad sobre nosotros a un grado continuamente en aumento que nuestras
palabras y acciones no serán las nuestras sino que procederán de Aquel que fue
enviado al mundo.

19. ¿Cómo consideraba Pablo la muerte física?

Como ganancia.

Para todo discípulo que está portando su cruz, la muerte física es ganancia. Sólo el
individuo que no es salvo o el Cristiano carnal se aferra a la vida en el mundo. El
santo verdadero aguanta con paciencia las tribulaciones que le llegan en el mundo
para lograr una mejor resurrección. Él considera la muerte física como ser liberado
del dolor que ocasiona el mundo actual y como ser promovido al gozo y a la gloria
que puede contemplar sólo oscuramente en este momento.

Como hemos dicho, Pablo había sido transferido de su propia casa


alquilada (Hechos 28:30) a ser custodiado más de cerca en el cuartel de la Guardia
Pretoriana que estaba adjunto al palacio de Nerón. Este no era un medio ambiente
agradable para el Apóstol. Todo lo que veía y escuchaba durante el día era el
comportamiento vulgar de los soldados Romanos. Además, la vida de Pablo estaba
constantemente en peligro debido al aumento de maldad y de intriga en la corte de
Nerón.

Anteriormente en su vida, Pablo había sido llevado al Tercer Cielo, al Paraíso. Pero
ahora, él estaba viviendo entre hombres militares. No hay duda de que había mucha
blasfemia, de que veía mucha conducta obscena. Para un hombre de oración y
santidad este ambiente ciertamente sería una cruz que soportar, especialmente
para alguien criado como Judío ortodoxo.

Podemos estar seguros de que Pablo ansiaba dejar los cuarteles Pretorianos
impíos y pasar a estar en la Presencia de Jesús, de los santos de todas las épocas
que ya se habían ido antes que él, de los parientes y amigos ya fallecidos de Pablo,
y de los ángeles electos. El reino espiritual es un lugar de deleite y gozo según los
santos que han tenido visiones del Cielo.

Lo sorprendente del Cristianismo es que nosotros los Cristianos no tenemos un


anhelo mayor que ir a nuestro hogar con Jesús. Es verdad para cada discípulo
fervoroso que el morir es ganancia. En algunos casos el Señor Jesús debe volver
nuestras circunstancias muy dolorosas antes de que deseemos estar ausentes del
cuerpo y en nuestro hogar con Jesús.

20. ¿Qué sería verdad si Pablo continuara viviendo un poco más en su cuerpo
físico?

Él podría continuar trabajando fructíferamente en el Reino de Dios.

21. ¿Qué estaba Pablo debatiendo en su mente?

Si fuese mejor que él se fuera a vivir con Jesús o que permaneciera en su cuerpo
para ministrar a las necesidades de la gente Cristiana.

Podemos comprender las presiones que estaban sobre Pablo en estos momentos.
Partir y estar con Jesús significaría un gran gozo y deleite en abundancia en el reino
espiritual. Pero existían pocos-si es que alguno-seres humanos viviendo sobre la
tierra que pudieran impartir a las iglesias la sabiduría, la fuerza, el valor, la
determinación, la inspiración, y el ejemplo que Pablo podía dar por la gracia del
Señor.
Así que este Judío aguantador y fiel despertaba cada mañana al encarcelamiento
desagradable en el cuartel militar soportando en su espíritu el peso de todas las
iglesias de Cristo. A Pablo todavía le quedaban algunos años más antes de que
pudiera escribirle a Timoteo que su carrera había terminado y que la corona de
justicia le pertenecía.

Una gracia maravillosa le ha llegado al Cuerpo de Cristo debido a los años que le
quedaron a Pablo estando aprisionado en su cuerpo físico. Además, la personalidad
misma de Pablo logró mayor madurez y estar mejor preparada para pasar a la
Presencia de la infinitamente pura, del infinitamente gentil Jesús.

22. ¿De qué estaba convencido Pablo?

De que era más necesario que él viviera un poco más en su cuerpo para que se
lograran las necesidades espirituales de los santos de Filipos y de otras partes.

Estando convencido de esto, Pablo sabía que seguiría viviendo sobre la tierra para
promover el crecimiento en Cristo de los santos y el gozo en su creencia.

Podemos estar agradecidos que Pablo haya vivido otros cinco o seis años. Después
de la Epístola a los santos de Filipos, Pablo escribió Colosenses, Filemón, Efesios,
1 de Timoteo y 2 de Timoteo. Al Cuerpo de Cristo se le hubiera negado mucho
crecimiento y gozo si a Pablo se le hubiera permitido ir a la Gloria después de haber
escrito a los Filipenses.

Pablo tenía un deseo comprensible de ser liberado de su encarcelamiento en el


cuartel militar para nuevamente visitar a sus amigos de Filipos. Él confiaba que su
presencia entre ellos les daría gran satisfacción en Cristo.

23. ¿Cómo debían comportarse los santos?

Como personas dignas del Evangelio de Cristo.

24. ¿Qué deseaba Pablo escuchar con respecto a ellos ya fuera que él estuviera
con ellos o lejos de ellos?

Que seguían firmes en un mismo propósito, luchando unánimes por la fe del


Evangelio, y sin temor alguno a sus adversarios.

25. ¿Cómo afectará a los enemigos del Evangelio la falta de temor en los santos de
Filipos?

Será una señal para los enemigos de su (de los enemigos) próxima destrucción.
26. ¿Cómo afectará a su propia fe la falta de temor en los santos de Filipos?

Será evidencia y señal de su salvación, que vendrá de la mano de Dios.

27. ¿Qué le había concedido Dios a los santos de Filipos?

El privilegio de no sólo creer en Cristo sino también de sufrir por Él.

28. ¿Por qué estaban pasando los creyentes?

Estaban sosteniendo la misma lucha, la misma batalla, que antes vieron a Pablo
sostener cuando él fue a verlos por primera vez, y que, como habían escuchado
recientemente, seguía sosteniendo.

En los días en que estamos viviendo ahora se ha infiltrado en el Evangelio de Cristo


una decepción sutil, amadora del placer y agradable al oído que está dejando a los
creyentes sin preparación para las tribulaciones que se aproximan. El temor de Dios
ha sido quitado de las iglesias. Existe un espíritu de seguridad que no proviene de
Dios. Las Escrituras nos advierten que trabajemos en nuestra propia salvación con
temor y temblor.

La gracia Divina se está usando como un pretexto para el comportamiento


pecaminoso. Se tiene la imagen de que Dios es un caballero amable que hace el
bien pero que no hace ningún daño. Esta confianza en demasía parece ser una de
las armas principales de Satanás para los últimos días. Los “santos”, en muchos
casos, se están quedando dormidos en el regazo de las lujurias materiales.

El verdadero discipulado de Cristo es una lucha prolongada. No es un camino fácil.


Para poseer nuestras almas y vencer a Satanás y al mundo se requiere de la gracia
de Dios y de resistir pacientemente hasta el día en que fallezcamos o hasta que el
Señor regrese. El Cristiano pasa por muchas tribulaciones. Dios nos libera de toda
aflicción siempre y cuando sigamos perseverando en Su voluntad cada día.

Existen algunas interrupciones en la lucha. Somos soldados en la guerra más


violenta. Dios le da la gracia y la gloria a quienes se mantienen fiel al Señor Cristo
Jesús.

Debemos servir a Cristo, haciendo a un lado nuestras vidas por Él y por el


Evangelio. En la era que vendrá seremos recompensados por haber puesto a un
lado hoy nuestros propios deseos y comodidades. Esta es la verdadera vida
Cristiana. La adaptación actual frívola del Evangelio antiguo y apostólico es una
forma de decepción-una amenaza mucho más seria para nuestra salvación que la
persecución y oposición directa por hombres malos que están declarando
abiertamente su intención de destruirnos.

El término Israel significa “él lucha con Dios”.

Capítulo Dos.

1. ¿Cuáles, según Pablo, son las actitudes apropiadas que deben tener las
personas Cristianas entre sí?

Un estímulo en su unión con Cristo, un consuelo en su amor mutuo, un


compañerismo debido a que todos comparten al mismo Espíritu Santo de Dios, un
afecto entrañable, y simpatía de unos hacia otros.

2. ¿Cómo podían los Filipenses hacer plena la alegría de Pablo?

Teniendo un mismo parecer, viviendo juntos en amor, unidos en alma y


pensamiento.

3. ¿Qué tipo de actitud y de motivación debía evitarse?

Egoísmo, ambición personal, vanidad, orgullo.

4. ¿Qué tipo de actitud y de motivación debía adoptarse?

Humildad de pensamiento, modestia.

5. ¿Cómo debe cada santo considerar a su hermano o hermana?

Como superiores a sí mismo.

6. ¿Por qué debe velar cada santo?

No sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás.

7. ¿Qué actitud debemos adoptar?

La actitud de Cristo.

8. ¿En qué forma y con qué naturaleza siempre ha existido Cristo?

Como el Señor Dios del Cielo.

9. ¿Qué estaba Cristo dispuesto a hacer con respecto a Su equidad con Dios?
Cristo estaba dispuesto a ceder Su gloria, sin aferrarse ni retenerla a la fuerza. Él
hizo a un lado Su majestuosidad Divina. Se rebajó voluntariamente a tomar la forma
y la naturaleza de siervo.

10. ¿Qué forma tomó el Divino Cristo para manifestarse sobre la tierra?

Se manifestó como hombre.

11. ¿De qué otra manera puso Cristo a un lado Su majestuosidad?

Se humilló a Sí mismo y se hizo obediente a Dios hasta morir como criminal en una
cruz.

12. ¿Qué ha hecho el Padre en respuesta a que Jesús consintiera hacer a un lado
Su gloria Divina y morir en la cruz?

Dios exaltó a Jesús hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo
nombre.

13. ¿Qué es verdad del nombre de Jesucristo?

Ante este nombre, toda criatura en el Cielo, en la tierra y debajo de la tierra doblará
su rodilla en reverencia, en obediencia. Toda criatura de Dios confesará con su
boca que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

14. ¿Cómo respondieron los santos de Filipos mientras el Apóstol Pablo estaba con
ellos?

Lo obedecieron como embajador de Cristo.

15. ¿Qué les estaba Pablo pidiendo ahora?

Que en su ausencia ellos fueran aun más fervorosos para seguir su ejemplo y sus
advertencias, llevando a cabo su salvación con temor y temblor.

16. ¿Qué estaba realmente sucediendo en la personalidad de los santos de Filipos?

El poder de Dios estaba obrando en ellos, produciendo en ellos tanto el querer


como el hacer para que se cumpliera Su buena voluntad.

17. ¿Cómo debe el santo hacer todas las cosas?

Sin quejas, ni contiendas, ni discusiones, ni interrogatorios, ni razonamientos, ni


críticas, ni descontentos.
18. ¿Qué demostramos que somos cuando hacemos todas nuestras tareas sin
quejas ni contiendas?

Intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y
depravada.

19. ¿Qué es verdad de nosotros cuando nos conducimos sin culpa en medio de una
generación torcida y depravada?

Brillamos como estrellas en el firmamento.

Cuando los hombres vean nuestras obras buenas, ellos glorificarán a nuestro Padre
que está en el Cielo. Ellos comprenderán que nosotros somos Sus hijos, y que
estamos haciendo las obras del Padre.

20. ¿Qué se ve y escucha en nosotros cuando nos comportamos de manera sincera


e intachable?

La Palabra de Vida, la Palabra de Cristo.

21. Si los santos de Filipos mantuvieran en alto o se aferraran a la Palabra de


Cristo, ¿qué efecto tendría esto sobre el Apóstol Pablo?

En el Día de Cristo, Pablo se sentiría satisfecho de no haber corrido en vano su


carrera de discipulado, ni de haber trabajado en vano entre los Filipenses.

22. ¿Cómo se consideraba Pablo a sí mismo?

Como libación derramada sobre el sacrificio y servicio que proceden de la fe que los
santos de Filipos estaban ofreciendo a Dios.

Éste (el cordero sacrificado diariamente) es el holocausto diario, instituido en el


monte Sinaí como ofrenda presentada por fuego, de aroma grato al SEÑOR. Con
cada cordero ofrecerás un litro de vino, como ofrenda de libación, la cual
derramarás en el santuario en honor del SEÑOR. (Números 28:6, 7-NVI)
23. ¿Cómo se sentía Pablo de que su vida fuera derramada sobre el sacrificio y
servicio que proceden de la fe de los santos?

Se alegraba y compartía con ellos su alegría.

24. ¿Qué quería Pablo que los santos hicieran?

Que se alegraran y compartieran su alegría con él.

25. ¿Qué esperaba Pablo en el Señor Jesús?


Poder enviarles pronto a Timoteo para que Pablo también pudiera cobrar ánimos al
recibir noticias sobre la iglesia de Filipos.

26. ¿Por qué podía Pablo confiar en el reporte de Timoteo sobre la condición de los
santos de Filipos?

Porque Pablo consideraba que Timoteo era alguien tan dedicado y sincero como él
mismo con respecto a la obra del Evangelio de Cristo. Pablo no tenía a nadie más
que, como él, se preocupara de verdad por el bienestar espiritual de los santos con
una preocupación paternal igual a la suya.

27. ¿Cuál era la opinión de Pablo sobre la mayoría de los obreros Cristianos?

Ellos buscaban sus propios intereses, sus propias metas y no las de Jesucristo.

Quizá sea cierto que la mayoría de las obras Cristianas durante los tiempos
pasados han procedido sin la cruz, sin la dirección de Cristo, sin la guía del Espíritu
Santo. Quizá esto parezca ser una acusación demasiado generalizada pero es lo
que Pablo estaba diciendo.

Las barreras por denominación existen, no porque Cristo esté poniendo a un santo
en contra de otro sino porque los hombres están buscando la fructificación y el
dominio sin la unión con Cristo. No es posible que la única Cabeza, Cristo, incite a
una parte de Su Cuerpo a que aleje a los miembros de otra parte de Su Cuerpo. Por
esto, sabemos que muchos líderes Cristianos están viviendo y sirviendo según sus
propias ambiciones carnales.

La cruz reconcilia a todos los creyentes. La cruz hace que dependamos del poder
de Cristo. La cruz quita al rey “Yo” del trono de nuestro corazón y establece en su
lugar al Rey Jesús.

No hay duda de que durante la oscuridad espiritual que aun ahora está llenando la
tierra, los creyentes en Cristo serán divididos en dos campamentos: aquellos que
están llenos de Cristo, y aquellos que dicen ser Cristianos pero que no están llenos
con Su Vida. En cuanto esta separación y su fruto hayan llegado a la madurez,
entonces regresará el Señor Jesús.

Entonces, la “sinagoga de Satanás” comprenderá que Cristo ama a los que son Sus
santos verdaderos y que, además, portan su cruz. Entonces, los justos brillarán en
el Reino de su Padre.
28. ¿Qué había demostrado ser Timoteo?

Un verdadero hijo de Pablo quien con amor y fidelidad servía con su “padre” en el
Evangelio de Cristo.

29. ¿Cuándo iba Pablo a enviar a Timoteo a Filipos?

Tan pronto como Pablo supiera lo que Nerón o sus subordinados iban a hacer con
él, cuando supiera la fecha de su juicio y su resultado.

A veces es bueno para nosotros recordar las dolorosas condiciones bajo las que
Pablo escribió muchas de las Epístolas.

30. ¿Qué confiaba Pablo en el Señor?

Que él mismo iría pronto a visitar a los santos y responsables de Filipos.

31. ¿Qué pensó Pablo que era necesario hacer?

Enviar a Epafrodito de regreso a su casa en Filipos.

Epafrodito era un miembro de la iglesia de Filipos que había sido enviado por la
iglesia para llevarle a Pablo dinero para su sustento-la cuarta ofrenda de este tipo.
Epafrodito enfermó mientras estuvo en Roma. La noticia de su enfermedad causó
pesar y ansiedad entre sus amigos Filipenses. Cuando se recuperó, él deseaba
regresar a Filipos, así que Pablo lo envió de vuelta, con esta carta dirigida a los
santos y responsables de allá.

32. ¿Cómo consideraba el Apóstol Pablo a Epafrodito?

Como un hermano, un colaborador y compañero de lucha-la persona enviada por la


iglesia de Filipos para atender a las necesidades de Pablo.

33. ¿Cómo se estaba sintiendo Epafrodito?

Él extrañaba mucho a sus amigos de Filipos y estaba afligido porque ellos se


habían enterado de que estaba muy enfermo.

34. ¿Qué tan enfermo estuvo realmente Epafrodito?

Al borde de la muerte.

35. ¿Cómo vio Pablo la recuperación de Epafrodito?

Como que Dios se compadeció de Epafrodito, y también de Pablo para no añadir


tristeza a la tristeza que ya tenía.
36. ¿Por qué tenía Pablo prisa en enviar a Epafrodito de regreso a sus amigos de
Filipos?

Para que Pablo pudiera despreocuparse de la ansiedad que los Filipenses tenían
sobre el bienestar de Epafrodito.

Observa la actitud de Pablo hacia la sanidad Divina. Hoy en día, algunas de las
personas que están enseñando sanidad Divina son muy entusiastas. Ellos nos
quieren hacer creer que si alguien no es sanado es la culpa del individuo enfermo y
también de los que oran por él. La sanidad Divina se ha vuelto una magia y
obligación religiosa en lugar de una señal de la validez del Evangelio o de una
bendición que frecuentemente acompaña nuestro crecimiento en el Señor.

Las Escrituras no apoyan el punto de vista de que si alguien no es sanado


inmediatamente es porque esa persona, o nosotros, no está haciendo la voluntad
de Dios. Debemos aprender a ser pacientes con Dios y permitirle trabajar con
nosotros. Nosotros no podemos hacer que haya sanidad a fuerzas ejerciendo fe
humana. El autor ha sido sanado sobrenaturalmente en muchas ocasiones, pero
nunca por intentar producir la sanidad por su propia habilidad de creer.

La sanidad Divina les llega a los que están sirviendo al Señor. Un discipulado
constante y diligente es más probable que reciba sanidad que un intento repentino
por ejercer fe. El Señor sana a los justos en Su tiempo y a Su manera.

Les dijo: “Yo soy el SEÑOR su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo
considero justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes
ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el SEÑOR, que
les devuelve la salud.” (Éxodo 15:26-NVI)
Me sacó a un amplio espacio; me libró porque se agradó de mí. (Salmo 18:19-NVI)
“Porque se agradó de mí.”

Si somos fervorosos en obedecer la Palabra del Señor, Él nos sanará. El énfasis se


encuentra en una vida consistente y santa ante Él.

Con esto tampoco estamos apoyando ni alentando la doctrina que dice que si


estamos enfermos es por la voluntad de Dios. Nosotros debemos orar
repetidamente como lo hizo Pablo para que el Señor quite la enfermedad de
nosotros. Sólo cuando hayamos escuchado del Señor que la aflicción viene de Él es
que debemos dejar de implorar al Señor y aceptar que Él nos está mostrando Su
fuerza por medio de nuestras debilidades.
¡La gente que no lo pida quizá no obtenga sanidad!

La sanidad Divina nos llega conforme ponemos nuestra confianza en la Palabra de


Dios, pidiéndole repetidamente (conforme sea necesario) que nos sane, mientras
tanto debemos amarlo y adorarlo. Tenemos fe que Dios nos sanará, pero no
logramos esa sanidad buscando manipular el reino espiritual por nuestra propia “fe”.

En este episodio con respecto a Epafrodito, Pablo nos muestra que la sanidad
Divina nos llega de acuerdo con la voluntad del Padre, no por nuestro intento de
ejercer “fe”. Epafrodito se recuperó porque Dios en Su amor mostró misericordia
hacia él, y también hacia Pablo.

Los intentos por hacer milagros en el reino físico por medio de la “fe”, sin una vida
obediente a Cristo y portadora de su cruz, y sin sentir la dirección y coordinación del
Señor no tienen lugar en el Reino de Dios.

37. ¿Cómo debían los santos de Filipos recibir a Epafrodito a su regreso?

Con toda alegría en el Señor.

38. ¿Qué actitud debía tomar la iglesia hacia Epafrodito?

La iglesia debía honrar a Epafrodito y a los que son como él.

39. ¿Cómo demostró Epafrodito su carácter y su amor por Cristo?

Arriesgando su propia vida para suplir el servicio a Pablo que la iglesia de Filipos no
podía prestarle.

Capítulo Tres.

1. ¿Cuál fue la exhortación general a los santos y responsables de Filipos?

“Alégrense en el Señor”.

Es una maravillosa revelación del poder de Cristo darse cuenta que Pablo, quien
estaba viviendo en circunstancias angustiosas en un cuartel militar, esperando su
juicio ante un gobierno que se había vuelto perverso, estaba alentando a las
personas que no estaban en prisión a que siguieran estando contentos y alegres en
Cristo. Un santo inmaduro se hubiera estado lamentando de sus propias
circunstancias, implorando continuamente que oraran por él para ser liberado “del
diablo”.
2. ¿Cómo se sentía Pablo sobre las exhortaciones que les había escrito a los
santos de Filipos, y sin duda a los santos de las otras iglesias?

Para Pablo no era molestia volver a escribirles lo mismo, y a ellos les daba
seguridad.

3. ¿De qué tipo de personas deben cuidarse los santos?

De los perros-personas que se comportan como bestias, que hacen el mal, aquellos
que están circuncidados en la carne pero no en su corazón.

Los “perros”, “los que hacen el mal” y “los que mutilan el cuerpo” quizá se estén
refiriendo a los Judaizantes. Los Judaizantes eran Judíos que se acercaron a los
Cristianos nuevos e intentaron persuadirlos de que parte de la Ley de Moisés,
incluyendo la circuncisión, debiera ser incluida en la fe Cristiana. Pablo le advirtió a
las iglesias, especialmente a la iglesia de Galacia, que se cuidara de estas
enseñanzas.

Además, había muchas personas en las primeras iglesias que estaban llenas de
adulterio, de amor al dinero y de rebelión en contra de toda autoridad. Los Libros de
2 de Pedro y de Judas tienen mucho que decir con respecto a la gente mala que se
reúne con los santos.

En el pueblo judío hubo falsos profetas, y también entre ustedes habrá falsos
maestros que encubiertamente introducirán herejías destructivas, al extremo de
negar al mismo Señor que los rescató. Esto les traerá una pronta destrucción. (2
Pedro 2:1-NVI)
El problema es que se han infiltrado entre ustedes ciertos individuos que desde
hace mucho tiempo han estado señalados para condenación. Son impíos que
cambian en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan a Jesucristo, nuestro único
Soberano y Señor. (Judas 1:4-NVI)
Cuando Judas habla sobre la venida de los santos para ejercer juicio, él se está
refiriendo al juicio Divino sobre los Cristianos falsos.

Para someter a juicio a todos y para reprender a todos los pecadores impíos por
todas las malas obras que han cometido, y por todas las injurias que han proferido
contra él. (Judas 1:15-NVI)
Compara:
Los pecadores están aterrados en Sión; el temblor atrapa a los impíos: ¿Quién de
nosotros puede habitar en el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros puede habitar
en la hoguera eterna? (Isaías 33:14-NVI)
Los Cristianos falsos son una sinagoga de Satanás. A su debido tiempo ellos
adorarán a Dios a los pies de los santos verdaderos.

Voy a hacer que los de la sinagoga de Satanás, que dicen ser judíos pero que en
realidad mienten, vayan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he
amado. (Apocalipsis 3:9-NVI)
4. ¿Quiénes son la circuncisión verdadera?

Los que adoran por medio del Evangelio de Dios, los que se enorgullecen en Cristo
Jesús y los que no ponen su confianza en esfuerzos humanos para complacer a
Dios.

5. ¿De qué maneras tenía Pablo la delantera en comparación con la mayoría de los
hombres para tener confianza en los esfuerzos humanos?

Él había sido:

 Circuncidado al octavo día.


 Del pueblo de Israel, de la tribu de Benjamín, Hebreo de pura cepa.
 En cuanto a la interpretación de la Ley, Fariseo.
 En cuanto al celo, perseguidor de las iglesias de Cristo.
 En cuanto a la justicia que la ley exige, intachable.
6. ¿Cómo consideraba Pablo el mérito que había obtenido de su descendencia
Hebrea y de sus obras religiosas?

Como pérdida por causa de Cristo, como pérdida por vivir la Vida de Cristo.

7. ¿Cómo consideraba Pablo todo lo que pudiera obtener en el mundo, incluyendo


la justicia y aprobación otorgada por las obras de la Ley de Moisés?

Como pérdida, en cuanto a que esa justicia y aprobación disminuirían la perfección


y la plenitud de su relación con Cristo.

8. ¿Qué era verdad sobre los logros de Pablo en el mundo?

Él había dejado todo para poder ser perfectamente fiel a Cristo.


En nuestros días debemos hacer hincapié en el concepto de renunciar al mundo
para poder ser perfectamente fieles al Señor Cristo Jesús. Las religiones del mundo
les enseñan a los hombres y a las mujeres cómo lograr algo para sí mismos, ya sea
negando el reino material para obtener el paraíso, o adquiriendo poder en el reino
material mediante la adoración de demonios o por la aplicación de principios
sobrenaturales y mentales. En algunos casos, el Evangelio Cristiano ha sido
infectado por estas diversas disciplinas religiosas.

A veces, el problema está en la manera egoísta y egocéntrica de abordar el


Evangelio de tal manera que el ministerio, los dones y otras obras de servicio son
conducidas de acuerdo a las necesidades de uno mismo o a las necesidades de
otros en lugar de ser para la Gloria de Dios.

La gente de hoy se está preguntando cómo puede Cristo o Sus iglesias satisfacer
sus necesidades. Pastores y maestros emprendedores están haciendo encuestas
entre la gente para conocer sus necesidades y deseos (especialmente sus deseos)
y están diseñando “servicios de alabanza” de acuerdo a los deseos expresados.

El Evangelio Cristiano verdadero, aunque a final de cuentas es de ganancia, no está


orientado a que obtengamos lo que queramos. Más bien, está orientado a que el
Señor obtenga lo que Él quiere. Cuando el Evangelio es utilizado como el medio por
el cual obtenemos lo que queremos, entonces será seguido por la decepción y la
confusión.

El Evangelio Cristiano opera en una escala mayor de lo que es verdad de todas las
demás religiones. El Evangelio es el medio por el cual llegará a existir la visión y el
plan del Dios Todopoderoso del Cielo. El Reino de Dios es el establecimiento de la
adoración de Dios y de la obediencia a Dios por parte de todas las criaturas en el
Cielo y sobre la tierra.

Le ha placido al Padre hacer de Cristo el Centro y la Circunferencia de todas las


criaturas y de todas las cosas en el Cielo y sobre la tierra. Nosotros los Cristianos
debemos ser las primicias, los primeros frutos, de la creación nueva centrada en
Cristo.

Nos equivocamos cuando proclamamos que Cristo vino para darle a la gente esto o
lo otro, o para liberarlos para que puedan cumplir su propio destino. Cristo no vino
para “liberar” a la gente. Él vino para convertirlos en posesión Suya. Aquí está una
importante y gran diferencia. Es la diferencia entre el Profeta Falso y el Espíritu
Santo.

Dios tiene varios objetivos que está logrando por medio del Señor Jesús: está
llenando el universo, espiritual y material, con Cristo; está construyendo un templo
vivo y eterno para Sí mismo; está perfeccionando a una Novia para Su Hijo; está
creando un Cuerpo para Su Hijo; está llevando a muchos hijos de Dios y a muchos
hermanos de Cristo a la imagen de Cristo; está entrenando a sacerdotes y reyes
para que reinen los mundos que vendrán; está destruyendo a Satanás y todas sus
obras; está multiplicando Su propio Ser Divino.

Los objetivos de Dios no pueden ser logrados mientras estemos preocupados con
nuestras propias necesidades y nuestros propios deseos. Sólo se pueden lograr
conforme estemos dispuestos a “morir”, a perdernos en la voluntad de Cristo. Es
imposible para nosotros avanzar hacia el Reino de Dios hasta que renunciemos a
todo y a todos. Ningún hombre puede servir a dos amos. Debemos echar a un lado
nuestra propia vida por el bien de Cristo y del Evangelio.

Esto no quiere decir que debemos ignorar a nuestros seres queridos o a nuestras
circunstancias. Lo que sí significa es que en nuestro corazón debemos poner a toda
persona, a toda cosa y a toda circunstancia sobre el altar de Dios hasta que la
voluntad de Cristo tenga el camino libre en nuestra vida. Pablo había hecho esto. Él
no se estaba aferrando a nada más que a Cristo.

El santo Cristiano verdadero, el vencedor, es aquel a quien el Espíritu Santo está


liberando de todo ídolo para que pueda conocer a Cristo de manera más perfecta.

9. ¿Cuál era la opinión de Pablo con respecto a todas las cosas que él había
perdido para ganar a Cristo?

Todo era estiércol, basura, tonterías, desperdicios.

El concepto de ganar a Cristo, de obtener a Cristo, es una idea importante que


debemos considerar. Obviamente, Pablo no se estaba refiriendo a creer en Cristo
para tener la salvación. No hay duda de que Pablo, en esta etapa de su vida, no
estaba luchando para salvarse de la ira. Entonces, ¿qué quiso decir cuando dijo que
él había renunciado a todo para poder ganar a Cristo, para obtener a Cristo?
Es evidente por el pasaje que estamos estudiando que hay más en el Cristianismo
que nuestra aceptación inicial por fe del Señor y Salvador, Cristo. El discipulado
Cristiano verdadero es un esfuerzo que dura toda la vida para obtener a Cristo.

No es que nosotros nos hayamos hecho acreedores a una posición de favoritismo


con el Señor Jesús, aunque algo de esto puede haber. Más bien, lo cierto es que
existe tanto de Cristo a que aferrarnos que se requiere de nuestra atención
fervorosa cada día de nuestras vidas para poder lograr algo de progreso verdadero
en entender la Gloria que hay en Cristo y que es Cristo.

Podríamos comparar a Cristo con un piano de cola. Una persona podría tener un
piano de cola en su casa durante 50 años y no poder tocar en él ni una sola pieza.
Pero con un buen maestro y viarias horas de práctica diarias, él podría convertirse
en un músico bastante hábil en pocos años.

Lo mismo sucede con Cristo. Durante 50 años podemos decir que creemos en
Cristo y permanecer sin cambio en nuestra personalidad. Con la ayuda de nuestro
Maestro, el Espíritu Santo, podemos convertirnos en un santo conquistador, en un
profeta de Dios, si nos damos de lleno a las cosas de Cristo.

Pablo se alejó de todo lo que competía por sus intereses y por su cariño, por sus
metas y ambiciones, y se dedicó a llegar a conocer la plenitud de la Gloria de Cristo.
Como resultado, Pablo cambió a ser en la imagen de Cristo. Las Epístolas de Pablo
han producido una cantidad incalculable de fruto sobre la faz de toda la tierra desde
el primer siglo.

Verdaderamente, ¡sí existe una recompensa por buscar al Señor!

Podemos estar de acuerdo con Pablo que sus deseos y ambiciones pasajeros, que
se presentaron durante el transcurso de su vida, realmente eran basura en
comparación con el fruto espiritual que se ha producido como resultado directo de
sus Epístolas. Debemos detenernos y darnos cuenta que esto también es cierto de
cada uno de nosotros. ¿Quién podrá medir el fruto de nuestra propia vida si nos
damos a nosotros mismo completamente para ganar a Cristo?

10. ¿En qué condición deseaba Pablo ser encontrado?

Pablo deseaba ser encontrado en Cristo y que Cristo fuera encontrado en él. Pablo
quería tener la aprobación de Dios sobre sí y sobre sus acciones de tal manera que
Dios lo viera como una persona justa.
Pablo no quería que ni una pizca de la aprobación de Dios resultara de que
guardara algún aspecto de la Ley de Moisés. Él quería que la aprobación de Dios
resultara del hecho de que él se había convertido en una parte eternamente
inseparable del Señor Jesús. Pablo quería que la justicia de Cristo mismo fuera su
justicia. Pablo deseaba tener la fe y la confianza de que la justicia de Cristo se
había vuelto su propia justicia sin tener que cumplir cualquier parte de la Ley.

11. ¿Cuál era la meta suprema de la vida de Pablo?

Conocer a Cristo; experimentar el poder que se manifestó en Su resurrección;


participar en Sus sufrimientos; y llegar a ser semejante a Él en Su muerte.

Todo Cristiano “conoce” a Cristo en cuanto a que comprende que Cristo es el Hijo
de Dios quien dio Su vida por nuestros pecados. Reconoce el hecho que Cristo
resucitó de entre los muertos y que algún día regresará a la tierra como Rey de
reyes y Señor de señores.

La mayoría de nosotros conoce el nombre de muchas personas. Hemos leído sobre


personajes famosos, pasados y presentes. Además, quizá tengamos muchos
amigos y parientes. Pero probablemente sea cierto que sólo hay unas cuantas
personas a quienes conocemos íntimamente.

Para conocer a alguien íntimamente debemos dedicarle tiempo y atención,


compartiendo con él o ella alegrías y sufrimientos, comunicándole victorias y
derrotas, esperanzas y temores, planes y frustraciones. Pablo había sufrido la
pérdida de todo para ganar un conocimiento íntimo de Cristo.

¿Por qué debe el creyente dejar a un lado todos sus demás intereses para ganar un
conocimiento íntimo del Señor Jesús?

Primero, consideremos el hecho que Cristo es un Rey poderoso. Los reyes no


confían tan fácilmente en otras personas. Un rey quizá tenga uno o dos consejeros
o mentores de confianza en quienes confía. El hecho sorprendente y extraordinario
es que el Señor Cristo Jesús entra en una comunión íntima con cualquiera aparte
de con Dios Padre.

Además, es Dios. Él es la Palabra de Dios, la Vida Eterna de Dios desde el


principio. Entre más compleja y profunda sea una persona, más tiempo y
compromiso se requiere para llegar a conocerla íntimamente y completamente.
Cristo es infinitamente complejo, infinitamente profundo. En Él se
esconden todos los tesoros de sabiduría y conocimiento. Es posible que nos
acerquemos a conocer a Cristo como realmente es durante el futuro que no tiene
fin.

Además, Cristo es el que nos ama. El amor intenso y apasionado de nuestro


Creador es celoso en cuanto a nuestro cariño. El nombre del Señor es celoso. El
amor humano más ardiente es sólo una sombra pálida en comparación con el amor
de Dios hacia nosotros. El amor Divino no es un cariño generalizado, como el que
un rey terrenal tendría por sus súbditos. Es un amor intenso y personal-como el que
se expresa en el Cantar de Cantares.

Gran parte de nuestro discipulado Cristiano está dedicado a quitar ídolos que
tenemos para que podamos amar a Cristo con un corazón decidido.

La meta suprema de Pablo era profundizar y ampliar su relación con el Señor


Jesucristo. Pablo estaba listo para alejarse de toda cosa o circunstancia creada que
el Espíritu Santo le señalara como un estorbo a su amor por Cristo y al amor de
Cristo por él.

Pablo quería conocer, quería experimentar, el poder que se manifestó en la


resurrección de Cristo.

Y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese


poder es la fuerza grandiosa y eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó
de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales. (Efesios
1:19, 20-NVI)
Si Satanás hubiera tenido el poder para evitarlo, él hubiera evitado la resurrección
del Señor Jesús. La resurrección triunfante de Cristo quiere decir que el poder de
Satanás ha sido vencido eternamente. Por esto, el creyente que está morando en
Cristo es eternamente victorioso e indestructible.

El poder por el que gobierna Cristo es el poder de Su Vida de resurrección.

Que ha llegado a serlo (un sacerdote), no conforme a un requisito legal respecto a


linaje humano, sino conforme al poder de una vida indestructible. (Hebreos 7:16-
NVI)
No existe ningún otro poder en el universo tan grande como el poder del Espíritu
Santo-el poder que resucitó al Señor Jesús de las prisiones espirituales que hay
dentro de la tierra y que lo elevó al trono más alto de todos.
El deseo de Pablo, aquel por el que descartó todos sus demás intereses, era vivir y
moverse y tener su existencia no por la energía y la sabiduría de carne y huesos
sino gracias la energía y la sabiduría que fluyen del trono de Dios Todopoderoso.
Pablo comprendía muy bien que la persona que está viviendo por la vida eterna de
resurrección nunca puede ser vencida. Se vuelve como la zarza de Moisés que arde
y arde y que nunca se consume.

El individuo que está viviendo por la Vida de Cristo está vivo eternamente. La
persona que está viviendo sólo por su vida de carne y huesos se está muriendo
mientras está vivo.

Al vencedor de la iglesia de Esmirna se le promete “la corona de vida” si es fiel


hasta la muerte. Recibir la corona de vida significa que se le da la autoridad y el
poder de la vida de resurrección-autoridad y poder suficientemente poderosos para
someter a todos los enemigos de Cristo, para obligarlos a doblar sus rodillas para
rendirle homenaje y confesar que Jesús es el Señor.

Podríamos cambiar hoy el curso del mundo si poseyéramos la autoridad y el poder.


Los poseeremos en cuanto estemos dispuestos a morir a nuestra ambición
egocéntrica y le permitamos al Señor Cristo Jesús que reine como el Rey de Dios
adentro de nosotros.

Pablo buscaba participar en los sufrimientos de Cristo hasta el punto de ser


semejante a Él en Su muerte.

Si existiera un “secreto” para la vida de victoria en Cristo, ese secreto sería la cruz
personal del santo. La cruz de Cristo, así como nuestra cruz personal, es la “locura
de Dios”-una locura muy alejada de la sabiduría del hombre. La cruz de Cristo y del
santo victorioso separa a Cristo del Profeta Falso y al santo conquistador del
“creyente” egoísta.

Como dijimos anteriormente, podríamos cambiar y cambiaríamos el curso del


mundo hoy si poseyéramos la autoridad y el poder de la corona de vida, la
recompensa prometida al conquistador de Esmirna. Esta corona le es otorgada a
aquel que es fiel hasta la muerte. ¡Y con justa razón!

Si se nos diera toda la autoridad y todo el poder que deseáramos, ciertamente nos
convertiríamos en el Profeta Falso, destruyéndonos a nosotros mismos y a quienes
nos rodean.
La cruz se interpone entre nosotros y el poder que Cristo le ha asignado a la Iglesia.
El sufrimiento y la muerte de la cruz echan fuera nuestra voluntad propia, nuestro
egoísmo, nuestra ambición personal, nuestro deseo por engrandecernos, nuestro
egocentrismo, nuestro deseo de manipular a todas las personas y circunstancias-
inclusive a Dios mismo-para lograr nuestros propios fines.

Pablo estaba buscando gloria y honor, pero buscaba gloria y honor por el camino de
Dios, esto es, por el camino de la cruz de Cristo. Pablo buscaba experimentar el
poder de una vida eterna e incorruptible, pero él comprendía que la vida espiritual
abundante que Cristo nos prometió surge en nosotros sólo conforme los apetitos
muertos de la naturaleza pecaminosa y la ambición personal del alma son podados,
son circuncidados, por experiencias dolorosas.

Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados;


perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. Dondequiera
que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que
también su vida se manifieste en nuestro cuerpo. (2 Corintios 4:8-10-NVI)
Pablo recibió visiones de Dios. Sobre los talones de las visiones llegó el mensajero
de Satanás para penetrar en su carne. Cristo le explicó a Pablo que su sufrimiento
era necesario si Cristo iba a ser exaltado en la vida y en el ministerio de Pablo.

Quizá nosotros estemos buscando poder. Dios está buscando llenar todas las cosas
con Su Hijo amado, el Señor Cristo Jesús. Por esto, somos rebajados hasta la
muerte por los problemas, por las perplejidades, por la persecución, por el golpe
tras golpe que cae sobre nosotros. Dios continúa levantándonos, y el poder que nos
levanta se derrama hacia otras personas y los levanta a ellos también.

Nosotros siempre estamos avanzando hacia los sufrimientos de Cristo, estamos


siendo presionados al molde de Su muerte sobre la cruz. Es la muerte al dolor, a la
debilidad y a la impotencia hasta que llegamos a acostumbrarnos a confiar sólo en
Dios para todas las cosas, para todas nuestras necesidades y nuestros deseos. De
esta manera, Cristo nos resucita llenándonos, y todas las personas y circunstancias
relacionadas con nosotros, Consigo mismo.

Dios nunca le dará Su gloria a otra persona. Si queremos recibir la Gloria de Dios
debemos morir para que Cristo pueda vivir en nosotros. Debemos convertirnos en
una parte eternamente inseparable de Dios mediante Cristo.
Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos
uno. (Juan 17:22-NVI)
La Gloria de Dios le ha sido dada al Señor Jesús. El Señor Jesús nos ha dado esa
Gloria a nosotros. El hecho en sí de que Jesús nos ha dado Su Gloria es tan
asombroso en cuanto a sus consecuencias, tan completamente fuera de cualquier
cosa que podríamos imaginar o desear, que no podremos comprender el valor de lo
que nos ha sido dado hasta que nos adentremos en la Era del Reinado de los mil
años.

12. ¿Qué condición buscaba Pablo alcanzar (avanzar a; arribar a)?

La resurrección de entre los muertos.

El término Griego utilizado aquí es resurrección-hacia-afuera. No es utilizado en


ninguna otra parte del Nuevo Testamento a excepción que uno considere el
término primera resurrección como su equivalente, que es como el autor lo
considera. Nuestro punto de vista es que la “resurrección-hacia-afuera” de Pablo es
lo mismo que la “primera resurrección”.

Ésta es la primera resurrección; los demás muertos no volvieron a vivir hasta que
se cumplieron los mil años. (Apocalipsis 20:5-NVI)
Filipenses 3:11 es un versículo notable. No se parece en casi nada a nuestro
entendimiento tradicional de la resurrección de entre los muertos.

El término resurrección-hacia-afuera, o resurrección de entre los muertos, implica


una resurrección temprana, una primera resurrección de entre los muertos.

Quizá no exista una mayor necesidad doctrinal en nuestros días que la comprensión
de la primera resurrección y de nuestra necesidad de alcanzarla. El discipulado
Cristiano siempre debe ser algo a lo que aspiramos con la intención de alcanzar una
“mejor resurrección”.

El contexto de 3:11 sugiere que la resurrección de entre los muertos tiene que ver
con experimentar el poder que se manifestó en la resurrección de Cristo y con
participar en Sus sufrimientos, y además con la transformación de nuestro cuerpo
miserable; ya que Pablo dice unos cuantos versículos más adelante:

Él transformará nuestro cuerpo miserable [nuestro humilde cuerpo-Rotherham] para


que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con que somete a sí mismo
todas las cosas. (Filipenses 3:21-NVI)
No hay duda de que la resurrección-hacia-afuera, la resurrección de entre los
muertos, es la resurrección de la cual habló Pablo en Romanos 8:11, en 1 Corintios
15:52, en Tesalonicenses 4:16, y que el Apóstol Juan reveló en Apocalipsis 20:4-6.

…Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años. (Apocalipsis 20:4-NVI)


Por la expresión “volvieron a vivir” (anteriormente) Juan está hablando de la
transformación que sufre nuestro cuerpo miserable al volver a la vida, ya que
nuestra naturaleza interna que ha vuelto a nacer ya está eternamente viva en Cristo
a la derecha del Padre.

El siguiente versículo se refiere a la resurrección y ascensión de nuestra naturaleza


interior que ha vuelto a nacer.

Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la derecha de Dios. Concentren su atención en las cosas de arriba, no en
las de la tierra, pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en
Dios. (Colosenses 3:1-3-NVI)
Cuando Pablo estaba buscando alcanzar, avanzar hacia, o arribar a la resurrección
de entre los muertos, tuvo que haberse estado refiriendo a la transformación hacia
la vida de nuestro cuerpo físico. A diferencia de nuestro cuerpo físico,
nuestra naturaleza espiritual experimenta vida de resurrección en el momento en
que recibimos a Cristo como nuestro Señor y Salvador.

Si Pablo verdaderamente está hablando sobre la primera resurrección, sobre la


transformación hacia la vida de nuestro cuerpo mortal, el hecho asombroso es que
Pablo nos está enseñando que se nos exige avanzar hacia adelante hacia la vida y
muerte de Cristo para poder alcanzarla.

Nuestro entendimiento tradicional, por otro lado, es que toda persona que hace una
profesión de fe en el Señor Cristo Jesús, y que es bautizado en agua, participará en
la primera resurrección de entre los muertos.

Nuestro entendimiento tradicional no está de acuerdo con el tercer capítulo del Libro
de Filipenses ni está en armonía con las parábolas del Reino de Dios que Jesús
enseñó. El Señor Jesús nos enseñó que el Reino de Dios es tan pequeño como una
semilla y que crece hasta llenar todas las cosas, y también que muchos corazones
en donde la Semilla del Reino ha sido plantada no producen fruto duradero-
ciertamente no produce el fruto de un cuerpo que todo lo puede.
Otra parte cayó en terreno pedregoso, sin mucha tierra. Esa semilla brotó pronto
porque la tierra no era profunda; pero cuando salió el sol, las plantas se marchitaron
y, por no tener raíz, se secaron. (Mateo 13:5, 6-NVI)
El Reino de Dios es más que una etiqueta que le ponemos a nuestra personalidad.
El Reino de Dios es más que un boleto para ir al Cielo. El Reino de Dios es más que
una doctrina religiosa sobre la que intentamos lograr que nuestro conocimiento y
nuestra comprensión sean correctos.

El Reino de Dios, la resurrección, es una Semilla viviente que entra a nosotros


logrando que volvamos a nacer. Si queremos alcanzar la resurrección de entre los
muertos, debemos nutrir conscientemente la Semilla viviente. De otra manera, la
Semilla, la vida de resurrección, se marchitará o será ahogada antes de que pueda
llevar a la perfección cualquier fruto (Lucas 8:5-16).

Además, el entendimiento tradicional que tenemos de que recibimos la cantidad


completa de vida eterna en el momento en que recibimos a Cristo no corresponde
con los Capítulos Dos y Tres del Libro de Apocalipsis-las promesas al que salga
vencedor.

Nosotros creemos que los Capítulos Dos y Tres de Apocalipsis están describiendo
cómo mejorar nuestras posibilidades para alcanzar la primera resurrección de entre
los muertos. Nos es de ayuda considerar las recompensas que se mencionan ahí.
No son el tipo de recompensas que generalmente asociamos con ir al Cielo. El
clímax de las recompensas coincide con la descripción de la primera resurrección
de entre los muertos.

Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como


también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono. (Apocalipsis 3:21-NVI)
Compara:

Entonces vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar.
… (Apocalipsis 20:4-NVI)
El Capítulo Tres del Libro de Filipenses, los Capítulos Dos y Tres de Apocalipsis, y
la referencia que Pablo hace de correr en una carrera, de competir con fervor para
ganar la corona de vida, sugiere que la primera resurrección de entre los muertos,
incluyendo la obtención de un cuerpo glorificado, será la recompensa asignada al
santo conquistador. No será otorgado en base a la simple profesión de una creencia
doctrinal.
Consideremos por un momento el hecho que en el Nuevo Testamento la plenitud de
la salvación se considera como algo que ocurre al final de nuestro peregrinaje en
lugar de al principio. El que persevere hasta el final será salvo.

Observa cuidadosamente lo siguiente:

Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de
los que tienen fe y preservan su vida. (Hebreos 10:39-NVI)
Nosotros somos “de los que tienen fe y preservan su vida”. Nosotros somos salvos
si perseveramos en nuestra fe durante toda nuestra vida.

Si consideramos la salvación como algo que ocurre al final de nuestra vida en lugar
de al comienzo, podemos tener una imagen más clara de la vida Cristiana. El
concepto de hoy en día que dice que una vez que hacemos una profesión de fe en
el Señor Jesús somos “salvos”, queriendo decir con esto que cualquier cosa que
hagamos después de eso no puede evitar nuestra entrada a la plenitud de la gloria
y de la autoridad, ha producido a iglesias Cristianas muy alejadas de Dios y de Su
redención.

Si percibiéramos la salvación como una condición de aceptación a Dios que


ciertamente comienza en un momento definido que es cuando ponemos nuestra fe
en el Señor Jesús y que luego debe ser continuado durante toda nuestra vida con
toda diligencia, evitaríamos la complacencia mortal que ha destruido la vida
espiritual de las iglesias en las naciones prósperas.

Seremos salvos si perseveramos hasta el final. Nuestra redención está en el futuro.


Si queremos lograr la redención futura, todo momento de nuestra vida sobre la tierra
debe ser pasado en la búsqueda de la vida eterna.

En el Capítulo Tres de Filipenses, Pablo no está hablando principalmente de ser


salvo de la ira de Dios. Entonces, ¿de qué está hablando?

Cuando recibimos al Señor Cristo Jesús por fe, creyendo que Su sangre ha lavado
nuestros pecados, nos volvemos candidatos para el Paraíso. Seremos salvos en
lugar de estar perdidos en el gran y terrible Día del Señor si continuamos durante
toda nuestra vida poniendo nuestra esperanza y confianza en el Señor.

Pero alcanzar la primera resurrección de entre los muertos, la transformación de


nuestro cuerpo para que sea a semejanza del glorioso cuerpo de Cristo,
ascendiendo a los tronos de la vida eterna que gobiernan la creación material,
requiere que entendamos perfectamente el poder que se manifestó en Su
resurrección de entre los muertos y una participación completa en Sus sufrimientos
en la cruz.

Muchos son los llamados al Reino de Dios pero pocos son los escogidos para ser
miembros de la Esposa del Cordero. Entre los miembros del Reino de Dios hay
algunos que producen a Cristo el treinta por uno, algunos que producen a Cristo el
sesenta por uno, y algunos que producen a Cristo el ciento por uno. Luego hay
creyentes que son salvos como quien pasa por el fuego, sin recibir recompensa.
Sus obras, sus herencias, y una gran parte de su personalidad es quemada de ellos
para que su espíritu pueda salvarse.

Entramos por las puertas de la salvación recibiendo a nuestro Señor Jesucristo.


Después, mediante Su gracia, avanzamos hacia adelante hacia el Reino de Dios. Al
grado al que alcancemos el Reino determinará nuestra herencia, nuestra posición,
nuestras oportunidades para tener comunión con Dios y para ser de servicio
durante la eternidad que vendrá.

Una gran parte de nuestra herencia será reflejada por el cuerpo de vida que cubrirá
nuestro cuerpo mortal. ¡Sí existe una recompensa por servir al Señor!

Segaremos lo que hayamos sembrado. Quienes hayan servido al Señor


descuidadamente serán recompensados descuidadamente. Quienes hayan servido
al Señor de todo corazón serán recompensados de todo corazón por el Señor.
Quienes hayan dado poco al Señor recibirán poco del Señor. Quienes hayan dado
todo lo que son al Señor recibirán todo lo que el Señor Es.

La primera resurrección de entre los muertos, la “resurrección-hacia-afuera”, es la


resurrección de los sacerdotes y reyes de Dios. Es un gran honor en el Reino de
Dios participar en la primera resurrección. A quienes alcancen la primera
resurrección se les dará autoridad y poder inimaginables, como el Espíritu de Dios
lo ha presentado en los Capítulos Dos y Tres del Libro de Apocalipsis.

Podemos darnos cuenta un poco del grado de madurez espiritual que representa la
primera resurrección por el hecho que el Apóstol Pablo, 5 o 6 años antes de su
martirio, todavía buscaba llegar al nivel de cercanía con el Rey de Dios-con el Señor
Cristo Jesús-que le ayudaría a calificar para participar en la primera resurrección de
entre los muertos.
Calificamos para escapar de la ira de Dios creyendo en Cristo y siendo bautizados
en agua en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Alcanzamos la primera resurrección de entre los muertos renunciando a todas las


demás actividades para poder ser transformados a la muerte y resurrección del
Señor Jesús.

Durante muchos años, el autor ha batallado con el problema de quién será


resucitado de entre los muertos y ascendido a encontrarse con el Señor en el aire
cuando Él aparezca.

El lenguaje de la Primera Carta a los Tesalonicenses 4:13-18 nos deja la impresión


de que todos los creyentes serán atraídos hacia el Señor en ese momento. Sin
embargo, debemos tener en cuenta que la definición de Pablo de un creyente y de
lo que significa “dormir en Jesús”, y la definición y el entendimiento actual, pueden
ser muy diferentes.

Existen representaciones y declaraciones que implican que sólo una primicia de los
creyentes será encontrada digna de participar en la primera resurrección. Nosotros
finalmente hemos llegado a estar de acuerdo con este punto de vista-que sólo una
primicia del pueblo del Señor (y por la expresión “el pueblo del Señor” queremos
decir el Israel espiritual, la familia de Dios, toda la Iglesia, toda la Esposa del
Cordero) participará en la primera resurrección de entre los muertos.

Si es verdad que una primicia del pueblo de Dios será resucitada en la primera
resurrección, entonces el resto de la iglesia será resucitada en la resurrección
general de los muertos-la que sucederá cuando el primer cielo y la primera tierra
hayan huido de la Presencia del Señor.

Si la mayoría del pueblo del Señor va a ser resucitada en la resurrección general de


los muertos, entonces la resurrección que sucederá a la venida del Señor será una
resurrección-hacia-afuera especial de un ejército santo de “hombres fuertes y
poderosos” cuyo propósito será trabajar con el Señor para gobernar a las naciones
salvas, y quizá para asistir a los miembros jóvenes de la Novia en su crecimiento a
la madurez.

Está la historia del ejército de Gedeón-300 hombres seleccionados de todo el


campamento de Israel. El relato de las trompetas y de cuando se estrellaron los
cántaros para que la luz brillara es posiblemente la representación más convincente
en el Antiguo Testamento de la venida del Señor.
Está la separación del Arca del resto de la Tienda de Reunión y su regreso a final
de cuentas como parte del Templo de Salomón. La separación y el regreso del Arca
sugiere una separación temporal de toda la Iglesia por un remanente luchador, una
compañía de “Sión”, una primicia para el Señor.

La unción de David como rey de Judá antes de ser ungido rey de todo Israel habla
de un gobierno temporal del Señor sobre una “compañía de Judá“.

Isaías habla sobre un remanente santo.

Entonces tanto el que quede en Sión como el que sobreviva en Jerusalén serán
llamados santos, e inscritos para vida en Jerusalén. (Isaías 4:3-NVI)
Joel profetiza sobre un remanente que servirá al Señor en los últimos días.

Y todo el que invoque el nombre del SEÑOR escapará con vida, porque en el
monte Sión y en Jerusalén habrá escapatoria, como lo ha dicho el SEÑOR. Y entre
los sobrevivientes [remanente] estarán los llamados del SEÑOR. (Joel 2:32-NVI)
“Y entre los sobrevivientes estarán los llamados del Señor”. ¡Entre
los sobrevivientes!

Judas menciona a un remanente que regresará a juzgar la casa del Señor:

También Enoc, el séptimo patriarca a partir de Adán, profetizó acerca de ellos [de
los impíos de las iglesias]: “Miren, el Señor viene con millares y millares de sus
ángeles [santos] para someter a juicio a todos y para reprender a todos los
pecadores impíos por todas las malas obras que han cometido, y por todas las
injurias que han proferido contra él”. (Judas 1:14, 15-NVI)
Un repaso del contexto revelará que estos santos que vienen con el Señor, quizá un
remanente de toda la Iglesia, aparecerá con el propósito de juzgar a los impíos de la
casa de Dios.

Luego está el hecho de que la Esposa del Cordero (quizá, según nuestro punto de
vista, una primicia de la Novia) aparece al comienzo de la Era del Reinado de los
mil años vestida en las ropas blancas de su conducta justa:

Y se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente. (El lino fino


representa las acciones justas de los santos). (Apocalipsis 19:8-NVI)
Y luego como la gloriosa ciudad santa, al final de la Era del Reinado de los mil años.
Se acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas con las últimas
siete plagas. Me habló así: “Ven, que te voy a presentar a la novia, la esposa del
Cordero”. (Apocalipsis 21:9-NVI)
La diferencia entre las dos apariciones de la Esposa del Cordero quizá indique que
una primicia-combatiente aparecerá con el Señor al comenzar la Era del Reinado de
los mil años, y que durante la Era del Reinado de los mil años el resto de la Iglesia
será ministrado en el reino espiritual por la primicia-combatiente, la compañía de
“Sión-cebada-primicia”, el remanente santo del Señor.

La cebada es el primer grano en madurar y fue usado durante la fiesta Levítica de


las Primicias.

Gedeón está asociado con la cebada.

Gedeón llegó precisamente en el momento en que un hombre le contaba su sueño


a un amigo.-Tuve un sueño-decía-, en el que un pan de cebada llegaba rodando al
campamento madianita, y con tal fuerza golpeaba una carpa que ésta se volteaba y
se venía abajo. (Jueces 7:13-NVI)
El regimiento de las primicias, de los primeros frutos, está, según el Libro de
Apocalipsis, de pie sobre el Monte Sión, en el lugar donde David guardó el Arca del
Pacto cuando estaba separado del resto de la Tienda de Reunión.

Luego miré, y apareció el Cordero. Estaba de pie sobre el monte Sión, en compañía
de ciento cuarenta y cuatro mil personas que llevaban escrito en la frente el nombre
del Cordero y de su Padre. (Apocalipsis 14:1-NVI)
Con esto podemos observar que el concepto de que la primera resurrección es una
resurrección y ascensión especial y adelantada, una guardia de honor para saludar
al Señor Jesús cuando venga para asumir el gobierno de Israel y de las otras
naciones de la tierra, tiene apoyo convincente tanto en el Antiguo Testamento como
en declaraciones del Nuevo Testamento.

Si la primera resurrección es una resurrección especial y adelantada de los


“hombres fuertes y poderosos” del Señor, entonces el celo de Pablo para alcanzar
la resurrección-hacia-afuera hasta el final de su discipulado tiene mucho sentido.

De otra manera, el deseo de Pablo por alcanzar la resurrección de entre los


muertos sería difícil de comprender.

La declaración que finalmente nos orilló a tomar la postura de que sólo un


remanente será resucitado a la venida del Señor, es la siguiente:
Dichosos y santos los que tienen parte en la primera resurrección. La segunda
muerte no tiene poder sobre ellos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y
reinarán con él mil años. (Apocalipsis 20:6-NVI)
Existen numerosas personas que creen en Jesús, que tiene, según nosotros, una
experiencia genuina de tener sus pecados perdonados. Ellos verdaderamente aman
al Señor y Su Espíritu está en ellos. Pero no podemos verlos a todos ellos sirviendo
como miembros del real sacerdocio. Muchos son bebés en Cristo. Sus pastores los
alimentan con leche diluida; ya que si les presentaran una palabra más dura sus
congregaciones se ahogarían y morirían.

Tales creyentes sencillamente no son reyes ni sacerdotes en el Reino. Ellos no son


reyes ni sacerdotes el día de hoy ni tampoco lo serán por arte de magia cuando el
Señor aparezca, ni por ninguna “gracia”, ni por ningún perdón, ni por ninguna
misericordia, ni por ningún otro método rápido y sencillo. Ellos no están listos para
ser los jueces que se sentarán sobre los tronos todopoderosos en el aire que
gobiernan la condición espiritual de las naciones de la tierra. Pensar que Cristianos
inmaduros y mundanos serán asignados repentinamente con suprema autoridad y
poder es consentir una fantasía.

Luego también, el Señor nos advirtió sobre las diez vírgenes que tenían lámparas-
las lámparas representan la Palabra de Dios. Cinco de ellas tenían aceite, es decir,
la Vida de Cristo morando en ellas. Ellas estaban viviendo por Su Vida. Las otras
cinco tenían lámparas pero su aceite se había consumido. Ellas no fueron
aceptadas por el Señor cuando Él vino.

Cuando verdaderamente recibimos al Señor, recibimos una porción de aceite, una


porción de la Vida de Cristo. Para mantenernos llenos de aceite debemos tomar
nuestra cruz y seguir al Señor, viviendo diariamente por Su vida de resurrección.
¿Cuántos creyentes realmente viven por la Vida del Señor?

En los días en que estamos viviendo, el Señor separará a un remanente santo


después de que éste haya pasado por mucha tribulación.

Nosotros pensamos que hemos llegado a la conclusión correcta, es decir, que sólo
un remanente santo de santos-combatientes se elevará para encontrarse con el
Señor cuando Él aparezca. Si existe la posibilidad de que nosotros estemos en lo
correcto, entonces toda persona que ama al Señor haría bien en seguir el ejemplo
del Apóstol Pablo en dedicarse a alcanzar la primera resurrección de entre los
muertos.

13. ¿Había Pablo en este momento (62 D.C. justo antes de su primera aparición en
la corte) ya alcanzado la “resurrección-hacia-afuera”?

Según él, todavía no la había alcanzado.

El versículo 12 nos revela que alcanzar la primera resurrección es lo mismo que ser
perfecto. Llegar a ser perfecto en Cristo es alcanzar la resurrección-hacia-afuera.

14. ¿Cuál era la actitud de Pablo en espíritu y en mente mientras estaba preso en el
cuartel esperando su primer juicio?

Él estaba tratando de alcanzar un objetivo, se estaba dirigiendo hacia una meta en


Cristo.

Esto es realmente sorprendente. ¿Hacia qué estaba avanzando?

¿Qué trataba de alcanzar?

A estas alturas, Pablo había sido salvo y lleno con el Espíritu de Dios por muchos
años. Su obra misionera había producido mucho fruto. Ahora estaba en prisión
anticipando sin lugar a dudas el martirio. ¿No había alcanzado ya todos los
aspectos de la redención que son posibles en el mundo?

¿No es verdad que después de ser salvos, llenos con el Espíritu Santo de Dios, y
que trabajemos exitosamente en la obra del Reino que ya no existe un nivel
espiritual personal hacia el que debemos avanzar mientras que estamos en el
mundo?

¿Acaso no se supone que debemos esperar pacientemente hasta que el Señor


Jesús venga y “nos lleve a nuestro hogar eterno en el Cielo?

Sí, debemos esperar pacientemente hasta que el Señor Jesús venga con el poder
de Su Reino y nos lleve a la gloria y la honra. Mientras tanto, existe
un objetivo, una meta que ha sido puesta delante de nosotros por el Señor Jesús.
El objetivo, la meta, es tener la comunión perfecta y completa con Cristo a la que
hemos sido llamados.

Cada santo que alcanza una comunión completa con Cristo ya ha recibido los
aspectos internos de la primera resurrección. La venida del Señor Jesús no traerá
los aspectos internos de la vida de trono al santo perfeccionado. Más bien, la venida
de Cristo manifestará a la creación, mediante el avivamiento y la glorificación del
cuerpo mortal del santo, la Vida Divina y la comunión que fue lograda durante la
vida del santo sobre la tierra.

Pablo anhelaba alcanzar aquello para lo cual Cristo lo había alcanzado.

¿Acaso Cristo te ha alcanzado realmente a ti o a mí para que podamos ser llevados


a transformaciones, a relaciones, y a posiciones de las cuales casi no estamos
conscientes, que entrevemos a oscuras?

¿Con qué fin vamos a ser resucitados?

Nosotros sugerimos que el llamado hacia arriba que se le hace al santo del pacto
nuevo es igual a la comisión dada a los seres humanos en el principio:

 Ser en la imagen de Dios en espíritu, alma y cuerpo.


 Ser hombre y mujer, esto es, tener la capacidad de unión con Dios y con
todos los que están en Dios.
 Ser fructíferos.
 Tener dominio sobre la creación.
En cuanto a la imagen:

Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser
transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos. (Romanos 8:29-NVI)
En cuanto a la unión:

Para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que
ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has
enviado. (Juan 17:21-NVI)
En cuanto a ser fructífero:

No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné
para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que
le pidan en mi nombre. (Juan 15:16-NVI)
En cuanto a tener dominio:

Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como


también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono. (Apocalipsis 3:21-NVI)
De las cuatro partes de la comisión original dada a los seres humanos, la unión es
la más importante. Cuando Dios hizo al hombre, lo hizo hombre y mujer para que
fuera imposible para cualquier individuo que lograra la imagen, la fructificación o el
dominio aparte de tenerlo en unión con otra persona. Sólo el Padre, Dios, es capaz
de tener la imagen, la fructificación y el dominio aparte de tenerlos con otra persona.

El tercer capítulo de Filipenses se preocupa de la unión plena del santo con Cristo.
Pablo estaba haciendo a un lado todas las demás metas para que pudiera intentar
alcanzar la única meta suprema de conocer al Señor Cristo Jesús, de conocer el
poder que se manifestó en Su resurrección de entre los muertos (no el poder de la
resurrección de Pablo sino el poder que se manifestó en la resurrección de Cristo),
y participar en los sufrimientos de Cristo (no en los sufrimientos de Pablo).

¿Acaso el poder y el sufrimiento no llegan a ser de Pablo?

Sí, ciertamente que lo llegan a ser. Pero el aspecto importante es que son el poder
y el sufrimiento de Cristo. No es lo que nosotros alcanzamos lo que es tan
vitalmente importante. El único logro verdadero del ser humano es entrar a todo lo
que Cristo es, a todo lo que Cristo hace, en lo que Cristo se convierta, a lo
que Cristo experimente, y a lo que Cristo alcance y herede.

Nosotros somos coherederos con Cristo. Nada de lo que somos o hagamos tiene
valor sin el Señor. El aspecto necesario de la salvación es unión con Él.

La diferencia entre el Profeta Falso (la religión) y Cristo (la redención Divina) es la
siguiente: el Profeta Falso y los que le pertenecen a él están buscando la imagen, la
fructificación y el dominio sin la unión con Cristo, sin la unión con Dios. Cristo y
aquellos que le pertenecen a Él también están buscando la imagen, la fructificación
y el dominio pero sólo conforme estos elementos fluyan naturalmente de su unión
con Dios.

Por esto, todas las fórmulas religiosas, ya sea que tengan que ver con el ayuno, con
la meditación, con estar firmes en las promesas de las Escrituras, con el
discipulado, con los patrones del bautismo, con los dones del Espíritu, con diseños
de organización, o con cualquier otra cosa que sea enfatizado son del Profeta Falso
a excepción de que sus metas sean logradas por medio de la unión con el Señor
Cristo Jesús.

Nosotros no buscamos adquirir la semejanza a Dios en nuestra vida, ni la


fructificación, ni el dominio para volvernos espiritualmente hábiles o personas
poderosas. Más bien, buscamos tener unión con Dios mediante el Señor Cristo
Jesús para que la imagen, la fructificación y el dominio Divino, que son las metas
verdaderas de toda persona, nos puedan ser dadas legalmente y nos ayuden a
complacer al Padre.

Ningún ser humano jamás encuentra reposo y gozo hasta que los encuentra en el
corazón de Dios.

Esto es lo que Pablo anhelaba-ser encontrado en Cristo, sin tener ningún logro,
ninguna justicia propia. Todo lo que fuera de ganancia para Pablo debía llegar como
resultado de su unión con Cristo.

La unión Divina, la vida Divina, la imagen, la fructificación y el dominio ordenado


Divinamente son un llamado hacia arriba. El llamado baja a nosotros desde el trono
de Dios Todopoderoso y nos atrae hacia arriba hacia ese trono.

El llamado a la unión es el llamado que se hace para la Novia del Cordero.


Responder al llamado del amor Divino requiere que todos los demás intereses y lo
demás a lo que le tenemos cariño sea considerado secundario y que todos los
logros y las experiencias anteriores se pongan a un lado y sean olvidados.

La Novia del Cordero se aleja de toda relación que la está envolviendo para que
Cristo pueda tener el primer lugar indiscutible en su corazón. Él no permitirá
competidores.

Escucha, hija, fíjate bien y presta atención: olvídate de tu pueblo y de tu familia. El


rey está cautivado por tu hermosura; él es tu señor: inclínate ante él. (Salmo 45:10,
11-NVI)
Pablo se estaba esforzando por alcanzar la plenitud en la comunión con Cristo, una
plenitud que el Señor hizo que apareciera en el horizonte de la conciencia espiritual
de Pablo. Él estaba avanzando hacia adelante buscando con constancia y
resolución esta comunión plena y perfecta.

Esta devoción pura a Cristo es admirable bajo cualquier circunstancia. El hecho que
Pablo buscara a Cristo con tanta intensidad mientras que estaba en prisión, con el
entusiasmo de alguien recientemente salvo, debería darnos una orientación
diferente a lo que es el discipulado Cristiano comparado con la “decisión por Cristo”
que tenemos ahora.
Nuestro estándar de lo que es el discipulado está muy por debajo del que presenta
Pablo. Quizá creamos en una o dos “obras de gracia” que hacen que el buscador
tenga sociedad en un grupo en particular. Pero las Escrituras nos señalan una
búsqueda, que dura toda la vida, de unión completa con Cristo: con todo lo que Él
es, que Él hace y que Él hereda.

“Así espero alcanzar la primera resurrección de entre los muertos.” ¡Vaya reto! ¡Qué
alejado de nuestra forma tradicional de pensar! ¿Acaso nuestra complacencia,
nuestra indiferencia, obligará al Señor Dios a bajar Sus estándares?

¿O acaso Él cumplirá Su Palabra?

Si debemos apegarnos a la Palabra escrita de los Apóstoles del Cordero, ¿cuántos


de nosotros realmente alcanzaremos la primera resurrección, la resurrección-hacia-
afuera de entre los muertos?

Cuando Pablo le escribió a los santos, obispos y diáconos de Filipos, él todavía no


había alcanzado la primera resurrección.

No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo
adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a
mí. (Filipenses 3:12-NVI)
Dada la estatura espiritual de Pablo en esta etapa de su vida, se vuelve obvio que
las recompensas al que salga vencedor pueden ser ganadas por nada menos que
la total devoción a Cristo.

Somos invitados a seguir avanzando hasta alcanzar aquello para lo que hemos sido
alcanzados por el Señor Cristo Jesús. Pablo considera el haber sido convertido a
Cristo, el haber vuelto a nacer, el poder hablar en lenguas y el trabajar en el
ministerio como si fuera sólo lo básico del Cristianismo. ¡La riqueza de la gloria en
Cristo que está disponible al creyente va mucho más allá de lo básico!

Hay pocos, si es que hay alguno, que han alcanzado a Cristo al grado al que hemos
sido llamados. ¿Acaso debemos hacernos de la vista gorda ante el reto y
compararnos entre nosotros mismos?

¡Claro que no! Debemos olvidar lo que hemos logrado hasta este momento.
Debemos darnos cuenta de que Dios nunca nos ordena que debemos hacer algo
sino que Él está listo con todo el poder y la sabiduría (gracia) que necesitamos para
cumplir perfectamente y completamente todas Sus expectativas con respecto a
nosotros mismos. Nosotros debemos esforzarnos hacia adelante hasta el horizonte
que el Espíritu Santo nos está revelando como individuos.

Debemos abanicar nuestro primer amor hasta convertirlo en un fuego consumidor.


Debemos prepararnos a nosotros mismos para ser cortados hasta los huesos y
hasta la médula de los huesos. Nuestra resolución debe endurecerse como el acero
más fino.

El cuchillo de Dios podará. Circuncisará lo que es inútil y lo que está muerto en


nuestra personalidad.

Debemos comenzar una vez más con el entusiasmo y la alegría del recién
convertido. Debemos regresar a nuestro primer amor y a hacer las obras que
hacíamos al principio. No debemos saber nada. Debemos ser como un niño aunque
quizá hayamos estado en el ministerio durante varias décadas.

Quizá estemos satisfechos con nuestros logros actuales en Cristo. Ya no debemos


seguir satisfechos. Debemos pedirle a Dios nuestro propio objetivo, nuestra propia
meta. No dudemos que Cristo nos presentará con una meta clara. No dudemos que
Él igualará nuestra completa sinceridad con Su completa sinceridad. ¡Existe algo
terriblemente sincero acerca del Calvario!

Habiendo sido mostrados esta meta clara, ese objetivo definido, debemos seguir
avanzando con cada fibra de nuestra personalidad para poder llegar a esa meta. No
perdamos el tiempo. Estamos corriendo para ganar. Sí podemos ganar la corona de
gloria, con la gracia de Cristo, si estamos dispuestos a que nuestra carne esté bajo
la sujeción del Espíritu Santo; si estamos dispuestos a ser hechos débiles para que
la sabiduría y la fuerza de Cristo puedan ser vertidos sobre nosotros-y por medio de
nosotros.

15. ¿Qué debe ser verdad de cada miembro del Cuerpo de Cristo que ha madurado
en su andar con Cristo?

Debe tener la actitud de Pablo, la actitud de esforzarse para alcanzar un


conocimiento íntimo sobre Cristo; la actitud de querer recibir Su vida de resurrección
incorruptible y eterna; la actitud de participar en Sus sufrimientos.

16. ¿Qué le sucederá a cada santo que tenga una actitud diferente a la anterior?

Dios lo llevará a la actitud que Pablo está expresando aquí.


Así que, ¡escuchen los perfectos! Todos debemos tener este modo de pensar. Y si
alguno piensa de forma diferente, Dios les hará ver esto también. (Filipenses 3:15-
NVI)
17. Mientras no lleguemos a la meta, ¿cómo debemos seguir viviendo?

Al mismo nivel de santidad y obediencia a Dios que ya hemos alcanzado.

18. ¿Quién servirá de ejemplo y como modelo para los santos de Filipos?

Pablo, y aquellos que se están apegando al modelo establecido por el andar de


Pablo en Cristo.

19. ¿Qué es verdad de tantos que se dicen llamar Cristianos y maestros Cristianos?

Se comportan como enemigos de la cruz de Cristo.

Lo mismo sucede hoy en día. Aparentemente, existe una multitud de maestros


como éstos y tienen a muchos seguidores. Ellos y sus estudiantes profesan fe en
Cristo. Ellos hablan en lenguas, profetizan, dicen haber sido lavados en la sangre y
llaman a Jesús, Señor.

Ellos nos enseñan cómo tener poder con Dios. Ellos nos revelan cómo usar nuestra
fe para adquirir dinero, éxito en el mundo y abundancia en bienes materiales.

Ellos son del Profeta Falso. Ellos son adoradores del dios Dinero. Ellos operan
sobre las emociones de los que son de corazón sencillo. Les roban dinero a los
ancianos, diciéndoles que su dinero será invertido en la obra del Señor. Estos
maestros están diciendo sus mentiras y están robando en el nombre del Evangelio
del Señor Cristo Jesús.

No debemos juzgarlos, tampoco debemos participar ni cooperar con ellos. Ellos


serán expuestos por lo que son en el Día del Señor.

Es casi seguro que el Día de Cristo será la sorpresa más grande en la historia del
hombre. Muchos de los que han sido prominentes en la obra del Señor serán
echados fuera de la Presencia de Dios y del Cordero porque son hacedores de
maldad. Ellos aman las cosas del mundo y están usando las cosas de Cristo para
volverse ricos.

En nuestros días, ellos se encuentran predicando y enseñando. Ellos serán


echados a las tinieblas de afuera cuando Cristo aparezca.
Judas habla sobre aquellos que “por ganar dinero se entregaron al error de
Balaam”. Balaam intentó usar el don de Dios para poder hacer dinero. Al hacerlo,
abrió su personalidad para ser engañada.

Toda persona que intente usar a Cristo para hacer dinero será engañada. Balaam
fue asesinado por el ejército Israelita bajo las órdenes de Josué. Toda persona que
esté usando a Cristo para hacer dinero será asesinada por el ejército del Señor
cuando Él comience a tomar posesión de la tierra.

20. ¿Cuál es el destino de aquellos que se comportan como los enemigos de la cruz
de Cristo?

La destrucción.

21. ¿Qué dios adoran los que se comportan como enemigos de la cruz de Cristo?

El dios de sus propios deseos, su dios es el estómago.

22. ¿De qué se enorgullecen los que son enemigos de la cruz?

De su vergüenza.

23. ¿En qué es lo único que piensan?

En lo terrenal.

24. ¿Cuál es la ciudadanía del santo verdadero de Cristo?

El Cielo.

25. ¿Qué es lo que el santo verdadero anhela?

Recibir en la tierra al Salvador, al Señor Cristo Jesús.

26. ¿Qué hará el Salvador por nosotros cuando Él regrese?

Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como Su cuerpo glorioso.

27. ¿Cómo transformará Cristo nuestro cuerpo miserable para que sea como Su
cuerpo glorioso?

Mediante el increíble poder con que somete a Sí mismo todas las cosas.

Capítulo Cuatro.

1. ¿Qué sentía Pablo por los santos de Filipos?

Él los amaba y los extrañaba mucho. Ellos eran la alegría y la corona de Pablo.
2. ¿Cómo quería Pablo que se mantuvieran los santos?

Firmes en el Señor.

Nosotros estamos defendiendo nuestra posición hoy en día. Cuando el Señor


regrese comenzaremos a atacar.

3. ¿Qué le pedía Pablo a Evodia y a Síntique?

Aprender a vivir en armonía como hermanas en el Señor.

4. ¿Quién era el fiel compañero a quien Pablo se estaba dirigiendo en el versículo


3?

Quizá Lucas, o Silas, o algún otro líder entre los responsables de los santos de
Filipos.

5. ¿Qué le pidió Pablo que hiciera a este fiel compañero?

Ayudar a Evodia y a Síntique porque estas dos mujeres habían luchado al lado de
Pablo en la obra del Evangelio.

6. ¿Quién más le había ayudado a Pablo en su obra?

Clemente, y otros colaboradores cuyos nombres no conocemos-pero cuyos


nombres se encuentran en el Libro de la Vida del Cordero.

Algunos eruditos creen que el Clemente que se menciona aquí era el líder
prominente de los tiempos apostólicos que fue Obispo de Roma. El origen así lo
identifica.

7. ¿Cuál fue la exhortación de Pablo, ahora que estaba encarcelado, a los santos y
responsables de Filipos?

“Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!”

8. ¿Qué espíritu debían mostrar los santos hacia los demás?

Un espíritu de amabilidad, de razonabilidad, de generosidad, de consideración, de


gentileza, de cortesía.

9. ¿Qué conocimiento debe guiar cada acción, cada palabra y cada pensamiento
del santo?

Que la venida del Señor Jesús está cerca.


10. ¿Cuál debe ser la actitud del santo con respecto a las relaciones, los eventos,
las circunstancias y las cosas del mundo?

No debe inquietarse ni preocuparse por ninguno de ellos.

11. ¿Qué debemos hacer con respecto a nuestras necesidades y a nuestros


deseos?

No debemos inquietarnos por ellos. Más bien, en toda ocasión, con oración y ruego,
debemos presentar nuestras peticiones a Dios, dándole gracias por la multitud de
bendiciones.

12. ¿Qué es verdad sobre la paz que viene a nosotros de Dios?

La paz Divina sobrepasa todo entendimiento.

La paz de Dios no llega después de que todos los problemas se hayan resuelto, ni
de que todas las perplejidades hayan sido eliminadas. La paz de Dios fluye en
nuestro corazón, en nuestro espíritu y en nuestra mente en medio de nuestras
confusiones y temores. Es cuando sabemos que todo está bien aunque todavía no
somos testigos de la solución en el reino material.

13. ¿Qué hace la paz Divina por nosotros?

La paz de Dios cuida nuestros corazones y nuestras mentes en Cristo Jesús,


evitando que la ansiedad, la preocupación, el temor, el alboroto, la distracción, la
confusión, la discordia, la ambición excesiva, la escrupulosidad extrema y el
perfeccionismo destruyan la tranquilidad de nuestro reposo, de nuestra paz y
seguridad y de nuestro gozo. Nuestro Buen Pastor nos guía hasta los pastos verdes
junto a aguas tranquilas.

14. ¿Qué asuntos debe la mente del santo considerar bien?

 Todo lo verdadero.
 Todo lo respetable, honesto y honorable.
 Todo lo justo y recto.
 Todo lo puro.
 Todo lo amable.
 Todo lo digno de admiración.
 Todo lo excelente y virtuoso.
 Todo lo que merezca elogio.
Sin duda alguna, esta exhortación es de suma importancia para nosotros el día de
hoy. Existe tanta maldad. Existe tanta perversidad. Existe tanta decepción.

Cuando no tenemos cuidado, pronto nos encontramos intentando pelear contra el


fuego de Satanás usando el fuego de nosotros mismos. Satanás disfruta lograr que
hagamos esto porque él es el maestro de la violencia, del asesinato, de la malicia,
de la mentira, de la deshonestidad, de la injusticia, de la suciedad, de la maldad y
de todo lo que es perverso y destructivo.

No es bueno que el Cristiano vea la televisión constantemente, que lea el periódico


detenidamente, que piense constantemente en la maldad en el mundo y en la
iglesia. Permitir que nuestra mente piense constantemente sobre lo que está mal en
el mundo es destructivo para la justicia.

La Palabra de Dios nos ordena que evitemos irritarnos o impacientarnos. ¿Cómo


podemos evitar ser irritados si le permitimos a nuestras mentes que piensen
constantemente sobre lo que es perverso e injusto?

No te irrites a causa de los impíos ni envidies a los que cometen injusticias; porque
pronto se marchitan, como la hierba; pronto se secan, como el verdor del
pasto. (Salmo 37:1, 2-NVI)
El Espíritu Santo en Pablo nos dirige a pensar continuamente sobre lo que es
verdadero, respetable, justo, puro, amable y digno de admiración. Cuando
consideramos estas cosas somos llenados con justicia, paz y gozo-con el Reino de
Dios.

Una persona puede ver el mundo y notar al diablo por todos lados. Otra persona
puede ver el mundo y contemplar la Gloria de Dios por todos lados. Podemos
pensar constantemente sobre lo que el pecado ha logrado o podemos pensar
constantemente sobre lo que Dios ha logrado. La elección es nuestra.

La Biblia nos ordena que pensemos sobre lo que es santo. La Biblia nos ordena que
evitemos irritarnos con lo que es malo, ya que pronto pasará. Si queremos hacer la
voluntad de Dios, debemos permitir que seamos transformados por la renovación de
nuestras mentes. Obedezcamos al Espíritu de Dios en este aspecto de la
redención.
Pablo estaba en prisión cuando escribió el Libro de Filipenses. Él estaba rodeado
por soldados Romanos que no eran salvos. No había ni un momento en la vida de
Pablo en que pudiera escapar para rodearse de quietud, de paz y de santidad. Él
pudo haberse amargado, pudo haberse dedicado a quejarse, o a llenarse de
preocupaciones. Pero en lugar de hacer eso, él escogió pensar sobre todo lo que es
puro, amable y digno de admiración.

15. ¿Qué debían hacer los santos de Filipos?

Poner en práctica lo que habían aprendido, recibido y oído de Pablo.

16. ¿Cuál sería su recompensa si ellos imitaran el comportamiento del Apóstol


Pablo?

El Dios de paz estaría con ellos.

17. ¿De qué se alegraba muchísimo en el Señor Pablo?

De que la iglesia de Filipos hubiera mandado a Epafrodito a ver a Pablo con una
ofrenda de dinero para su sustento.

Las declaraciones de Pablo en los versículos 10 y 11 nos revelan que no era el


dinero lo que alegraba a Pablo, sino el hecho que los creyentes de Filipos realmente
le tuvieran cariño. Pablo les aseguró que él comprendía que ellos siempre se
preocuparan por su bienestar pero que a veces no tenían la oportunidad para
demostrar su cariño.

La llegada de Epafrodito debió haber significado mucho para Pablo. Pablo tuvo
mucho tiempo para estar sentado y pensar mientras esperaba su juicio. Una
cuidadosa leída al Libro de Hechos nos da una idea de la oposición que Pablo
enfrentó conforme intentó explicar que Jesús de Nazaret es Cristo, que Él murió por
nuestros pecados y que resucitó de entre los muertos.

El Apóstol Pablo era un individuo audaz y decidido. Él predicó a Cristo con el mismo
celo con el que anteriormente había intentado destruir a las iglesias. Pasó muchas
horas discutiendo con los Judíos.

Los Judíos en muchas ocasiones buscaron matar a Pablo. Maestros Judíos lo


siguieron e intentaron convencer a los Cristianos Gentiles para que se circuncisaran
y que obedecieran la Ley de Moisés.
Aparentemente, Pablo fue rechazado más veces de las que fue aceptado. Por esto,
podemos imaginarnos que el acto de interés sincero que le fue mostrado conforme
esperaba pacientemente en el cuartel Pretoriano, sin saber cual sería el resultado
de su juicio, le fue de consuelo y de bendición. Le demostró que su trabajo en el
Señor no había sido en vano.

18. ¿Acaso Pablo les estaba diciendo a los Filipenses que estaba necesitado y que
requería de su ayuda económica?

No.

19. ¿Qué había aprendido Pablo en Cristo?

Él había aprendido a estar satisfecho, sabiendo que Cristo se ocuparía de sus


necesidades sin importar cuáles fueran sus circunstancias.

Pablo sabía cómo vivir en circunstancias humildes. Sabía cómo vivir en la


abundancia material. Pablo podía servir a Cristo cuando todas las comodidades
físicas le estuvieran disponibles y podía servir a Cristo cuando tenía frío, hambre y
dolor por haber sido golpeado por causa del Evangelio.

Algunas personas sirven al Señor diligentemente cuando las cosas están yendo
bien y también cuando hay muchos problemas. Otras sirven al Señor sólo cuando
ellas están cómodas y seguras. Y otros buscan al Señor diligentemente sólo cuando
están sufriendo o en algún peligro. Pablo podía morar en Cristo y hacer Su voluntad
bajo cualquier condición.

20. ¿Quién le estaba dando a Pablo sabiduría y fortaleza, paz y gozo, en todo
momento y en todo lugar?

El Señor Cristo Jesús.

21. ¿Qué dice Pablo acerca de la ayuda económica que le enviaron con Epafrodito?

Él les dice que hicieron bien en alentarlo y apoyarlo mientras estaba en prisión,
aunque el Señor Jesús mismo lo estaba alentando y apoyando.

22. Los Cristianos de Filipos ¿cuándo le ayudaron a Pablo con apoyo económico?

Cuando salió de Macedonia y viajó hacia el Sur para predicar el Evangelio en


Corinto.
Pablo había predicado en Filipos (Hechos, Capítulo 16). Luego había pasado por
Anfípolis y Apolonia hasta llegar a Tesalonica. Ahí, las predicaciones de Pablo y de
Silas provocaron a los Judíos que reclutaron a unos maleantes callejeros para
atacar a los apóstoles (Hechos 17:5). Filipenses 4:16 dice que los santos de Filipos
mandaron dinero en más de una ocasión a Pablo mientras él predicaba en la iglesia
de los Tesalonicenses.

Debido a la persecución, los santos Tesalonicenses enviaron a Pablo y a Silas a


Berea (Hechos 17:19).

Los Judíos Tesalonicenses siguieron a los apóstoles hasta Berea y agitaron y


alborotaron a los de Berea en contra de los apóstoles (Hechos 17:13). Entonces, los
santos de Berea condujeron a Pablo hasta la costa y lo llevaron a Atenas. De
Atenas, Pablo fue a Corinto (Hechos 18:1).

Cuando Pablo dejó Berea, él estaba saliendo de la región de Macedonia y entrando


a la región de Acaya en donde se localizaba la ciudad de Corinto. Los santos de
Filipos fueron los únicos creyentes que continuaron apoyando a Pablo después de
que dejó Macedonia.

Cuando estuve entre ustedes (Corintios) y necesité algo, no fui una carga para
nadie, ya que los hermanos que llegaron de Macedonia (Filipos de Macedonia)
suplieron mis necesidades. He evitado serles una carga en cualquier sentido, y
seguiré evitándolo. (2 Corintios 11:9-NVI)
23. ¿Pablo deseaba recibir ofrendas de los santos de Filipos?

No.

24. ¿Qué deseaba?

Que tuvieran la oportunidad de mostrar su amor hacia él y su apoyo a la obra del


Reino de Dios. Pablo sabía que el Padre aceptaría este tipo de fruto de los santos
de Filipos y que aumentaría el crédito a su cuenta en el Día de Cristo.

25. ¿Cómo consideraba Pablo su condición en ese momento?

Tenía dinero de sobra debido a la ofrenda que los Filipenses habían enviado con
Epafrodito. El dinero era un sacrificio que Dios aceptaba con agrado, el aroma de un
incienso fragante como el que ascendía a Dios desde el Altar del Incienso en la
Tienda de Reunión.
26. ¿Cómo responderá Dios a quienes hayan enviado dinero a Pablo?

Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a Sus gloriosas riquezas-
riquezas que se les dan a los santos a través del Señor Cristo Jesús.

27. El Apóstol Pablo ¿a quién le da la gloria por los siglos de los siglos?

A Dios Padre.

28. ¿Cómo termina Pablo su carta a los santos, obispos y diáconos de Filipos en
Macedonia?

Saluden a todos los santos en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo les
mandan saludos. Saludos de parte de todos los santos, especialmente los de la
casa del emperador. Que la gracia del Señor Jesucristo sea con su espíritu.
Amén. (Filipenses 4:21-23-NVI

Filipenses 3
3.1 Como protector, Pablo hace una revisión de lo básico con estos creyentes. La Biblia es nuestra
salvaguardia tanto en lo moral como en lo teológico. Cuando la leemos en forma particular y pública
en la iglesia, ella corrige lo que necesitan nuestros pensamientos, actitudes y acciones.

3.2, 3 Estos "perros" y "malos obreros" eran como los judaizantes cristianos judíos, que creían
erróneamente que era esencial para los gentiles cumplir con todas las leyes judías del Antiguo
Testamento, especialmente lo relacionado con el rito de la circuncisión, para poder obtener la
salvación. Muchos judaizantes estaban motivados por el orgullo espiritual. Como habían invertido
mucho tiempo y esfuerzo en cumplir sus leyes, no podían aceptar que todos sus esfuerzos no les
ayudaban a acercarse, ni un paso, a la salvación. Pablo los criticó porque miraban el cristianismo al
revés, pensando que lo que ellos hacían (la circuncisión, cortar o mutilar la carne) los hacía más
creyentes que el regalo de gracia dado por Cristo. Lo que los creyentes hacen es el resultado de la fe,
no un prerrequisito para la fe. Esto fue confirmado por los líderes de la iglesia primitiva en el
concilio de Jerusalén once años antes (Hechos 15). ¿Quiénes son los judaizantes en nuestros días?
Son aquellos que dicen que debe agregarse algo a la fe. Ninguna persona debe intentar agregar algo
al ofrecimiento de salvación de Cristo, que es por gracia por medio de la fe.

3.2, 3 Es fácil enfatizar más en los esfuerzos religiosos ("confianza en la carne") que en la fe interna,
pero Dios da valor a la actitud de nuestros corazones por encima de todo. No juzgue a las personas y
su espiritualidad por el cumplimiento de ritos o el nivel de actividad humana. Y no piense que
logrará satisfacer a Dios por el fervor con que hace su trabajo. Dios se da cuenta de lo que usted hace
para El y lo premiará por eso, pero solo si primero acepta en amor su regalo de salvación.

3.4-6 A primera vista, parece que Pablo alardeaba con sus logros. Pero es todo lo contrario, muestra
que los logros humanos, pese a lo significativos que sean, no permiten obtener la salvación personal
y la vida eterna con Dios. Pablo tenía cartas de presentación impresionantes: formación,
nacionalidad, trasfondo familiar, herencia, ortodoxia, actividad y moralidad. (Si desea más
información sobre las credenciales, véanse 2 Corintios 11; Gal 1:13, Gal 1:24.) Sin embargo, su
conversión a la fe en Cristo (Hechos 9), no se basó en sus credenciales, sino en la gracia de Dios.
Pablo no dependía de sus obras para agradar a Dios, porque aun las credenciales más impresionantes
no son suficientes ante las normas de un Dios santo. ¿Está usted dependiendo de sus padres
cristianos, su afiliación a una iglesia, o simplemente de lo bueno que es, para quedar bien con Dios?
Cartas credenciales, logros o reputación no nos sirven para obtener la salvación. Esta viene solo a
través de la fe en Cristo. 3.5 Pablo pertenecía a la tribu de Benjamín, una herencia muy estimada
entre los judíos. De esta tribu vino el primer rey de Israel, Saúl (1Sa 10:20-24). Las tribus de
Benjamín y Judá fueron las únicas que regresaron a Israel después del cautiverio (Ezr 4:1). Pablo
también era fariseo, miembro de una secta judía muy devota, que guardaba escrupulosamente sus
numerosas reglas en adición a las leyes de Moisés. Los oyentes judíos debieron sentirse
impresionados por todas esas credenciales. 3.6 ¿Por qué Pablo, un líder judío devoto, persiguió a la
iglesia? En armonía con los líderes del sistema religioso, Pablo pensó que el cristianismo era herético
y blasfemo. Como Jesús no satisfizo sus expectativas de cómo sería el Mesías, Pablo creyó que las
declaraciones de El eran falsas, y por lo tanto perversas. Además, vio al cristianismo como una
política amenazadora porque pretendía trastornar la frágil armonía entre los judíos y el gobierno
romano.

3.7 Cuando Pablo habló de su "ganancia", se refería a sus credenciales, estudios y éxitos. Después de
mostrar que podía superar a los judaizantes en su propio juego (por el orgullo de lo que era y de lo
que había conseguido), les indica que están en el juego equivocado. Tenga cuidado al considerar sus
logros del pasado tan importantes que lo aparten de su relación con Cristo.

3.8 Después que Pablo consideró todo lo que había logrado en la vida, manifiesta que nada de eso
tenía valor, cuando se comparaba con el conocimiento de Cristo. Esta es una declaración profunda
acerca de los valores: la relación de una persona con Cristo es más importante que cualquier otra
cosa. Conocer a Cristo debe ser nuestra meta final. Considere sus valores. ¿Hay algo más importante
que su relación con Cristo? Si sus prioridades están equivocadas, ¿cómo puede reordenarlas?

3.9 Ni guardar la ley, ni el mejoramiento personal, la disciplina ni ninguna cantidad de esfuerzos


religiosos pueden hacernos perfectos delante de Dios. La justificación viene solo de El. Somos
hechos justos (recibir la justicia al permanecer con El) al confiar en Cristo. El cambia nuestros
pecado y nuestras faltas por su completa justicia. Véase 2Co 5:21 para más detalles sobre el regalo
de la justificación en Cristo. 3.9, 10 Pablo entrega todo, familia, amistades y libertad, a fin de
conocer a Cristo y el poder que lo resucitó. También nosotros tenemos acceso a ese conocimiento y a
ese poder, pero es necesario hacer algunos sacrificios para disfrutarlos. ¿Qué está dispuesto a dar a
fin de conocer a Cristo? ¿Una agenda repleta a fin de dedicar unos pocos minutos cada día para orar
y estudiar la Biblia? ¿La aprobación de sus amigos? ¿Algunos de sus planes o placeres? Sea lo que
sea, conocer a Cristo es más valioso que el sacrificio.

3.10 Cuando nos unimos a Cristo confiando en El, experimentamos el poder que lo resucitó de la
muerte. Ese mismo poder maravilloso nos ayudará a vivir moralmente, renovará y regenerará
nuestras vidas. Pero antes de que caminemos en nueva vida debemos morir al pecado. Así como la
resurrección de Cristo nos da el poder de Cristo para vivir para El, su crucifixión señala la muerte de
nuestra vieja naturaleza pecadora. No podemos conocer la victoria de la resurrección sin usar
personalmente la crucifixión. 3.11 Cuando Pablo escribió: "Si en alguna manera llegase a la
resurrección" no estaba sugiriendo alguna duda o incertidumbre. El no sabía el camino que lo
llevaría a la presencia de Dios: ejecución o muerte natural. Pablo no dudó que resucitaría, pero si
sabía que esto se lograría por el poder de Dios y no por el suyo.
3.11 Así como Cristo fue exaltado después de su resurrección, un día compartiremos la gloria de El
(APOC. 22:1-7). Pablo sabía que podría morir pronto, pero tenía fe en que resucitaría a la vida otra
vez.

3.12-14 Pablo dice que su meta era conocer a Cristo, ser como El, y ser todo lo que Cristo pensaba
en cuanto a él. Esta meta absorbió todas sus energías. Esto es un ejemplo valioso para nosotros. No
debiéramos permitir que nada aparte la meta de nuestros ojos: conocer a Cristo. Con la concentración
de un atleta en entrenamiento, debemos poner a un lado todo lo que es perjudicial y olvidarnos aun
de las cosas buenas que podrían distraernos e impedir que seamos cristianos efectivos. ¿Qué lo
retiene?

3.13, 14 Pablo tenía razón para olvidar lo que estaba atrás: él cuidó la ropa de los que apedrearon a
Esteban, el primer mártir cristiano (Act 7:57-58; aquí Pablo es llamado Saulo). Todos hemos hecho
cosas de las que nos avergonzamos y vivimos en la tensión de lo que hemos sido y de lo que
queremos ser. Como nuestra esperanza está en Cristo, sin embargo, podemos olvidar la culpa pasada
y proyectarnos a lo que El nos ayudará a ser. No se estanque en su pasado. Más bien, crezca en el
conocimiento de Dios, concentrándose en su relación con El ahora. Sepa que ha sido perdonado, y
muévase en dirección a una vida de fe y obediencia. Proyéctese hacia una vida plena y de mayor
significado gracias a su esperanza en Cristo.

3.15, 16 Algunas veces tratar de vivir una perfecta vida cristiana puede ser tan dificultoso que nos
puede agotar y desanimar. Podemos sentirnos tan lejos de lo perfecto, que nunca agradaremos a Dios
con nuestras vidas. Pablo usó el término perfecto (3.12), para significar maduro o completo, no
intachable en cada detalle. Aquellos que son maduros deberían perseverar en el poder del Espíritu
Santo, sabiendo que Cristo revelará y llenará cualquier discrepancia entre lo que somos y lo que
deberíamos ser. Esta provisión de Cristo no es una excusa para una devoción pobre, pero provee
alivio y confianza para aquellos que se sienten apremiados.

3.16 La madurez cristiana implica actuar en base a la guía que usted ya ha recibido. Siempre
podemos excusarnos diciendo que todavía tenemos mucho por aprender. La instrucción para
nosotros es vivir de acuerdo con lo que ya conocemos y dejar aquello que ya aprendimos que no
debemos hacer. No nos conviene distraernos con una búsqueda interminable de la verdad.

3.17 Pablo desafió a los filipenses a buscar la semejanza a Cristo, invitándolos a que siguieran su
ejemplo. Esto no significaba, naturalmente, que debían copiar cada cosa que él hacía; él ya había
establecido que no era perfecto (3.12). Quiso darles a entender que así como su vida estaba centrada
en Cristo, la de ellos también debería estarlo. Da la impresión de que ninguno de los evangelios
había sido aún escrito, de manera que Pablo no podía decirles que leyeran la Biblia para ver cómo
era Cristo. Por tanto, los exhorta a que lo imiten. Que Pablo pudiera decir a la gente que siguieran su
ejemplo es un testimonio de su carácter. ¿Puede usted hacer lo mismo? ¿Qué clase de seguidor sería
un cristiano nuevo si lo imitara a usted? 3.17 Pablo desafió a los filipenses a buscar la semejanza a
Cristo, invitándolos a que siguieran su ejemplo. Esto no significaba, naturalmente, que debían copiar
cada cosa que él hacía; él ya había establecido que no era perfecto (3.12). Quiso darles a entender
que así como su vida estaba centrada en Cristo, la de ellos también debería estarlo. Da la impresión
de que ninguno de los evangelios había sido aún escrito, de manera que Pablo no podía decirles que
leyeran la Biblia para ver cómo era Cristo. Por tanto, los exhorta a que lo imiten. Que Pablo pudiera
decir a la gente que siguieran su ejemplo es un testimonio de su carácter. ¿Puede usted hacer lo
mismo? ¿Qué clase de seguidor sería un cristiano nuevo si lo imitara a usted?
3.17-21 Pablo criticó no solo a los judaizantes (véase la primera nota a 3.2, 3), sino también a los
cristianos autoindulgentes. Estas son personas que afirman ser cristianos pero no viven de acuerdo al
modelo de Cristo, en cuanto a su servicio y sacrificio. Satisfacen sus propios deseos, aun pensando
en las necesidades de otros. La libertad en Cristo no significa libertad para ser egoísta. Significa
oportunidad para servir y llegar a ser la mejor persona que usted puede ser.

3.20 Los ciudadanos de Filipos tenían los mismos derechos y privilegios que los de Roma porque
Filipos era una colonia romana. De igual manera los cristianos experimentaremos un día todos los
privilegios especiales de nuestra ciudadanía celestial porque pertenecemos a Cristo. No nos
apeguemos tanto a esta vida que lleguemos a lamentar el regreso de Cristo.

3.21 El "cuerpo de la humillación" no representa una actitud negativa hacia el cuerpo humano. Sin
embargo, el cuerpo que recibiremos cuando resucitemos será similar al cuerpo resucitado de Cristo.
Aquellos que lucharon contra el dolor, las limitaciones físicas o la incapacidad pueden tener una
maravillosa esperanza en la resurrección. Para ampliar esta información véanse 1Co 15:35ss y 2Co
5:1-10.
TRES NIVELES DE PERFECCION
1. Relación perfecta Somos perfectos debido a nuestra eterna unión con el infinitamente perfecto
Cristo. Cuando nos convertimos en sus hijos, somos declarados "no culpables", en otras palabras
justos, gracias a lo que Cristo, el Hijo amado de Dios, hizo por nosotros. Esta perfección es absoluta
e invariable, y es esta relación perfecta la que nos garantiza que un día seremos "completamente
perfectos" (abajo). Véanse Col 2:8-10; Heb 10:8-14.

2. Progreso perfecto Podemos crecer y madurar espiritualmente a medida que continuemos


confiando en Cristo, aprendamos más acerca de El, nos acerquemos más a El, y le obedezcamos.
Nuestro progreso es variable (en contraste con nuestra relación, arriba), porque depende de nuestro
caminar cotidiano, hay veces en que maduramos más que otras. Pero estamos creciendo hacia la
perfección si proseguimos esforzándonos para lograrla (Phi 3:12). Estas obras buenas no nos
perfeccionan, sino que en la medida que Dios nos perfecciona hacemos obras buenas para El. Véase
Phi 3:1-15.

3. Perfectos totalmente Cuando Cristo vuelva para llevarnos a su reino eterno, seremos glorificados y
hechos completamente perfectos. Véase Phi 3:20-21. Todas las fases de la perfección están fundadas
en la fe en Cristo y en lo que hizo, no en lo que podamos hacer para El. No podemos perfeccionarnos
a nosotros mismos; solo Dios puede obrar en y por medio de nosotros hasta que su buena obra quede
perfeccionada en el día en que Jesucristo regrese (1.6).

PREPARACION PARA LA VIDA CRISTIANA Así como se necesita mucha preparación para las
actividades atléticas, debemos prepararnos con diligencia para la vida cristiana. Tal preparación
demanda tiempo, dedicación, energía, práctica constante y visión. Debemos dedicarnos a la vida
cristiana, pero antes debemos conocer las reglas prescritas en la Palabra de Dios (2Ti 2:5). 1Co 9:24-
27- Carrera Abstenerse de muchas cosas para lograr el premio. Nos preparamos para emprender la
carrera de la vida. Ponemos nuestros ojos en Cristo, la meta, para no desviarnos a un lado ni
desfallecer. Cuando lo hagamos, ganaremos un premio en el reino de Cristo. Filipenses 3.13, 14 -
Carrera Concentrar todas las energías en ganar la carrera. Vivir la vida cristiana exige todas nuestras
energías. Podemos olvidar el pasado y extendernos a la meta porque sabemos que Cristo nos ha
prometido la vida eterna con El cuando termine la carrera. 1Ti 4:7-10- Ejercicios Ejercicios
espirituales ayudarán en su crecimiento, en fe y carácter. Así como debemos repetir los ejercicios
para dar forma a nuestros cuerpos, debemos repetir los ejercicios espirituales a fin de ser
espiritualmente aptos. Al hacerlo, seremos mejores cristianos y viviremos de acuerdo a la voluntad
de Dios. Ese tipo de vida atraerá a otros a Cristo y pagará dividendos en esta vida y en la otra. 2
Timoteo 4.7, 8 - Pelear carrera Pelear la buena carrera y perseverar hasta el fin. La vida cristiana es
una batalla contra las fuerzas de maldad externas y las tentaciones internas. Si permanecemos fieles
en ellas, Dios nos promete un final, un descanso y una corona.

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