046 Fuensalida Correspondencia PDF
046 Fuensalida Correspondencia PDF
046 Fuensalida Correspondencia PDF
http://www.archive.org/details/correspondenciadOOgm
Correspondencia
GUTIERRE GOME
DE FlIENSALIDA
Embajador en Alemania, Flaiides <? Inglaterra (¡Agc-i^og)
PUBLICADA POR EL
Ti^
D uque de ficnvick v de rVlha
1
Conde de Si niela
^p
^ X'''
>r,
MADRID
1907
MAY i 8 1972
í^?5/ry of ^^"^^
yf
il°7
INTRODUCCIÓN
i¡ Ha sido también mi guía en este ensayo, como lo fué de mi madre en los suyos,
nuestro Archivero D. .\ntonio Paz y Mélia, á quien rindo aquí igual te^^timonio q\ie le rin-
dió ella en las primeras páginas del primer volumen que publicó.
NOTICIA BIOGRÁFICA DEL EMBAJADOR
§ 1."
de los de más valer de la corte de los Reyes Católicos, según Dixon, y que
durante más de cuarenta años, desde 1475 á 1535, sirvió á su patria y á sus
reyes en guerras, embajadas y cargos importantísimos, asistiendo d los sitios
mismo algunas cartas de los Reyes Católicos, de Almazány las quince ó diez
y seis de la reina Doña Catalina, que como se sabe, son bastante raras, en
aquel concepto (3).
(1) ,,Of Ihe prívate ufe of Fiiensalida I kiiovc iiothiiig." (Calendar of State Papers &" l.o
p.^ CXXVII.)
(2) „Neither Ihe ¡iistriictioiis which Fiieiisaliiia took from Sfiaiii, ñor ttie letters which he
wrote from England areextaiit. \Ve learn what passed beiweeii hin and Henry only from the
letters of the Princess Kaiherine and the despatches \x'h¡ch Ferdinand sent hin wheii he was
in England." (Ibid. p.a CXXVII.)
Su madre, Doña Juana Tellez de Toledo, era nieta del Adelantado Alvar
García de Toledo, y biznieta del Señor de Valdecorneja. Su abuela paterna.
Doña María Díaz de tiaro, era rebiznieta del Conde D. Lope Díaz de Maro.
No se puede negar á nuestro embajador un ilustre abolengo, ni á sus descen-
dientes, como luego se verá, el mérito de haberle sabido conservar con gloria
hasta los tiempos actuales.
Hijo del citado Gil García Laso de la Vega fué Gutierre Laso de la Vega,
Maestresala de D.Juan I, y el hijo de este Gutierre, Alonso Gutiérrez de Fuen-
(1) Fué el primei' Señor de esta villa de la provincia de Toledo, D. Pedro López de Ayala
el Tuerto, hijo de D. P." López, señor de Ayala, y de Doña Leonor de Guzmáii. Casó con
Doña Elvira de Castañeda, y su hijo fué el primer Conde de Fuensalida; pero nada tiene que
ver la familia de nuestro embajador con la de los Condes de Fuensalida, con quien el Calen-
dar la confunde, poniendo bajo el nombre de Gutierre Gómez de Fuensalida la noticia refe-
rente ai Conde de este título, que se hallaba á la sazón en Galicia. (Calendar. Supl. á los to-
perdida.
Estaba dedicada Al nacimiento del Infante D. Alonso.
(3) Contestando éste al Rey Católico que le mandaba permanecer en Flandes, compen-
porque pienso que es peniíencia de muchas ofensas que he heciio á Dios, y no cesaré de ser-
viros hasta la muerte, porque esta es deuda antigua. Mi abuelo dejó á Castilla por seguir al
rey D. Fernando, abuelo de V. A., y en su servicio gastó y destruyó harta hacienda que tenía,
y mi padre siempre siguió al infante D. Enrique, tío de V. A. No es mucho poner la vida por
con doña María de Arroniz, hija de Sancho de Aironiz (1), alcaide de aquella
rre en documentos, es del año de 1475, en que por muerte de su padre, Co-
mendador de Haro y Villaescusa (2), el Amaestre de Santiago D. Rodrigo
Con decir que Gutierre servía d las órdenes del esforzado Conde de Pa-
redes, D. Rodrigo Munrique, está dicho que debió hallarse en tantas batallas
y reencuentros como acreditaron las hazañas de aquel caudillo. El mismo, al
pedir á los Reyes el puesto de Caballerizo mayor de la Casa de la Princesa (4)
(1) Lo ¡lustre de esta Casa es muy uotorio. El primer ¡udíviduo de ella de quien hay
mención, es D. Pedro Qarcés de Arroniz, rico hombre, Señor de San Juan de Pié del Puerto,
Navas de Tolosa (1212).
Tafalla y Dicastillo (1205-1231). Se halló en la batalla de las
Fueron sus hijos D. Martin y D. García Pérez de Arroniz, milites, (1222:. Otros descen-
dientes pasaron á iVlnrcia donde tuvieron gran autoridad y poseyeron cuantiosos bienes. De
allí se trasladaron á Málaga.
Sancho de Arroniz, conquistador de-esta ciudad (1487) y alcaide de Requena. De los 13
caballeros que los Reyca Católicos enviaron en 1489 para el regimiento de la cuidad conquis-
tada, el primen) fué Hurtado de Luna; el segundo, este Sancho de Arroniz; y el tercero, nues-
tro embajador, el Comendador Fuensallda.
Casó Sancho con Doña Juana Pacheco, hija de Rodrigo Pacheco de Aviles (Señor de San-
tiago de la Torre y Martin Ovicco, caballerizo mayor de Enrique IV) y de Doña Catalina de
Alarcón.
Hijos: Luis Pacheco de .arroniz y Doña María de Arronií Pachec:, mujer de nuestro em-
bajador.
Fué D. Luis Alguacil mayor de Granada; casó en primeras nupcias con Doña Luiia deVal^
derrábano, y tuvo una hija llamada Doña Catalina I^acheco y Arroniz, Señora del Mayorazgo
de los heredamientos de Esperilla y Fiienie la Higuera, y del repartimiento de laCasa de Arro-
niz en .VLilaga. Casada con D. Rodrigo Manrique de Lara, 11." Señor de Frigiliana
y Nerja, caba-
llero de Santiago, alcaide y capitán de Málaga, y continuo de la Casa del emperador Carlos V.
Las armas de los Arroniz Pacheco son: escudo en pal; á la diestra, en campo de oro, banda
szul con dragantes, orlado de ocho calderas negras (Arroniz). Al biniestro, en campo de plata,
dos calderas gironadas de oro y rojo, con sierpes por asas (Pacheco;.
(V.L' Moret. An. de Navarra. - Mariana. Hist. de Esp. - Zuriia, Anales. - Oaribay, lib. 25,
c. 5.- Anales de Sevilla, lib. //, p." 127. Salazar, Casa de Lara. 2." 750-753.)
(2) Existe original entre los que he citado, la Carta de creencia que en Valladolid, á 15
de Diciembre de 1453 entregó el Rey á este Comendador de Haro que iba á tratar asuntos
de la Orden.
(3) V.<^^ el Apéndice.
(4) En
de Bruselas de 12 de Enero de 1501, pedía el oficio de Cerero mayor ó el de
carta
Acemilero mayor de la Casa de la Princesa, „aunqne tengan, dice, el nombre contrario al de
embajador".
Después, en carta de l.o de Mayo del mismo año, pidió el olicio de Caballerizo mayor.
recuerda al¡^tinos de los servicios prestados d los Reyes Católicos desde que
empezaron d reinar, y „ cuando desde Toledo á Murcia no liabía quien el
"rra estaba por los que seguían ai rey de Portugal, y yo solo, por mandado
"de Vuestras Altezas, hacía la guerra al Marqués de Villena y á Lope Vaz-
"quez de Acuña desde la fortaleza de Haro, y la continué hasta que Vuestras
"Altezas enviaron á (1) y á Pero Ruiz de Alarcon (2) á hacer guerra al
"Marquesado."
Estos sujetos, por carta patente de los Reyes, le requirieron que continua-
vantaran todo el Marquesado. Además, logró que los receptores Reales cobra-
sen de las tierras del Marques grandes sumas, con que se pagó á la gente de
guerra. La recompensa de estos servicios fué que Diego de Merlo con gente
del de Villena le tuviese seis meses cercado y se apoderase de la renta de dos
(1) En blanco; pero puede llenarse, por constar que el que acompañaba en esta época
(1477) á Ruiz de Alarcón, era Jorge Manrique.
(2) Murió en el sitio de Coin en 1485. (Guillen Robles.- Hist." de Málaga).
(3) En 30 de Diciembre de 1479 su suegra le entregó 100.000 maravedises, á cuenta de
los 260.000 del dote de la hija, que cobró al año siguiente, dando él 50.000 por razón de arras.
Durante un año se ocupó en el repartimiento de Alliama sin salario al:<runo,
Granada. Por último, en Castil de Fierro perdió en lucha con los moros un
confirma una cédula de los Reyes Católicos que tengo original, fechada en
Santa Fe á 8 de Febrero de 1492, en que mandaron darle cuando fué á ave-
cindarse á A4álaga con nuijer é hijos, varios repartimientos en los lugares que
le eran debidos (1)
Parece, pues, muy probable que Fuensalida tomase parte en las campañas
que precedieron á la toma de Granada, y aun que se hallase en ella, puesto
Acaso desde la fecha de la Cédula citada hasta 1494 lograra nuestro Co-
mendador disfrutar algún descanso al lado de su familia en Málaga; pero
en aquel año ya consta que había vuelto al servicio activo de los Reyes Ca-
tólicos, que es lo mismo que decir á las penalidades y á la pobreza. Basta
para prueba leer algo de lo que desde Brujas á /." de Mayo de 1501 (carta ya
«Siete años hace que ando fuera de mi casa, y he venido en tai punto que
i,mis vecinos me han mas mancilla que envidia, porque me vieron con mas
»de lo que tengo, y agora trie ven que de pura necesidad me tengo tres hijas
(1) El Sr. Guillen Robles, en su Historia de Málaga (pág. 516), y con referencia á Medina
Conde (Co/iv. Mulac, que Fuensalida fué uno de los proceres que concurrie-
pág. 282). dice
ron á las conquistas de Málaga y de Granada; que fué Gobernador de aquella ciudad por los
Reyes Católicos, de su Consejo de listado, y que tuvo la alta honra de apadrinar en la pila á
Carlos V.
Cree también probable que asistiese á la memorable derrota de la Axarquia (21 de Marzo
de H83), pues iban con el Maestre de Santiago los Comendadores y freiles de la Orden, y
quedó cautivo de los moros el alcaide de Antequera (pariente de Fuensalida) Gómez de Fi-
giieroa, con 30 Comendadores de Santiago. (Málaga musulmana).
"libraron.
Nadie quería hacerle cambio, ni aun con la gran pérdida de otras veces.
rían de escasa importancia, porque Rey tan experimentado como Don Fernan-
do, ¿había de escoger á hombre que no estu viera ya probado en difíciles co-
da, Corregidor de Granada, con la gente que pudiese, porque llevaba comi-
sión para castigar delitos en lugares de aquel reino, delitos que se perdona-
rían al culpable que descubriese á sus cómplices.
En 1511, le mandó el Rey que dejase de asistir á S. A. en la jornada que
(1) Estos documentos, originales, como los que antes he citado y después he de citar,
existen, según he dicho, en el Archivo de los Duques de Fernán-Nuñez y me han sido genero-
samente facilitados.
VIH —
Gutierre otorgó el suyo diez y siete años después en sus casas de Málaga
á la colación de San Juan el 7 de Agosto de 1534, ante Alonso Martín Tu-
régano. En él se declara vecino de aquella ciudad y hermano de las cofradías
mostró el singular aprecio que bacía de aquel apellido entre los demás tío me-
nos señalados.
Cita en el testamento á sus hermanos Diego López, Pero Suarez de Toledo
(1) En el Apéndice yiwsáen verse las disposiciones principales del testanieiilo y de los
cuitro codicilos que otorgó.
(2) La descendencia de esta hija del embajador hasta los actuales Condes de Puerlollano,
puede verse en el correspondiente árbol genealógico, en el Apéndice, así como algums noti-
cias biográficas de varios de los descendientes.
KMHAIAnA \W. AI.FMAXIA
..beral, pero escaso, y tan pobre, que para que dé 100 florines andan tras él
ti cien días >. En Flandes, además de la desdichada Princesa Doña Juana, con
el Archiduque D. Felipe, Príncipe -de buen fondo, pero movible ;í voluntad
.,de sus consejeros, que le embriagaban con vida licenciosa, trayéndole de
banquete en banquete y de dama en dama, y que como vendidos en cuerpo
,1
.,y alma á Francia, habían hecho del Archiduque un satélite de los france-
contradictor que embajador, según la expresión del nuestro. Así se explica que
después de estar muy en las buenas gracias de los tres Príncipes, con todos
quedara mal quisto.
No faltará quien achaque el escaso éxito de sus negociaciones al concepto
de altanero que algunos historiadores, como Dixon, Hume y otros le han atri-
caría el descontento de los Reyes por haber favorecido tanto la causa del Du-
que de York, que por ello no podían contar con el rey de Inglaterra para la
guerra con Francia. En todas estas negociaciones "no había de hablar sino
solo como y quando fuere menester, y no mas de lo que fuere menester."
Heclios los casamientos, Fonseca y Albión regresarían á Castilla pasan-
do por Milán, y quedaría solo Fuensalida encargado de tan gra ves asuntos,
con arreglo á lo que los Reyes le fuesen escribiendo desde España y Rojas
desde Flandes.
Desgraciadamente, el Registro de la correspondencia de nuestro embaja-
dor, muy maltratado (1) por toda clase de agentes destructores, con las flojas
presiones del embajador, tan necesarias para seguir el hilo de los sucesos en
(1) En 1305 escribía que le querían quitar en Flandes esle Registro; pero que le había
puesto á buen recaudo. Acaso desde entonces empezase sii destrucción parcial.
i
— XI
los años 1490 y 1497. Tenemos, pues, que contentarnos con las cartas de fines
de Enero de 1498 como las más antiguas. (I
reino que les sea favorable, y sí 25. 000 alemanes más dispuestos á ayudará
Francia contra Venecia que contra el Turco, ni tampoco consigue recabar de
Maximiliano los 20.000 escudos anuales señalados para la Archiduquesa
Doña Juana, porque su tesoro no está muy abundante.
Pero las pruebas de confianza á nuestro embajador continúan. Está que-
joso de los que rodean á su hijo, que sólo siguen su voluntad propia, porque
habiendo él hecho la guerra de Gueldres por devolverle sus tierras, ellos no
sólo no ayudan á su capitán, sino que se alegrarían de la victoria del Du-
que. Encerrado con Fuensalida en gran secreto, le descubre las proposiciones
(1) La que equivocadamente lleva como dubitativa la fecha de 14Q6 (pág. 3), no puede
ser de tal fecha, puesto que se cita ya á Alad. Leonor, nacida en Noviembre de 1498. Tam-
poco puede dirigirse al Rey Católico, sino á un particular (acaso á Almazán), puesto que se
le da tratamiento de merced.
XII
"Mi Rey, dice, tiene tanta y tan buena gente, que antes que aceptarla pue-
„de ofrecerla. Sus gallegos, asturianos, vascongados y montañeses son tan
„belicosos, que quando los suizos los vean, más los querrán por compañeros
licos de Maximiliano, que para que la sucesión no sea pacífica, propone á Don
Fernando rebelar á los bretones y casar á su Señora con un Principe español
ó alemán. La Liga entera debe lanzarse contra Francia; á su cabeza irá el
hasta el cabo para cegarla; los italianos romperán por Borgoña, y en tanto
ellos, tomando alguna tierra en Bretaña, proclamarán nuevo Duque y le ca-
(1) Un anónimo (acaso el Dr. Puebla), escribía algunos meses antes á Fuensalida que el
rey de Inglaterra hubiera otorgado cuanto se hubiera querido cuando el de Romanos tenía
en su poder al falso hijo del rey Eduardo; pero que ya sólo quedaban tres caminos para
atraérsele: el castigo de la que se deciXtía suya; guiar bien lo de Flandes, de gran interés para
Inglaterra, ó casar á Doña Catalina con el Príncipe de Gales. Como Enrique VII era sapien-
tísimo, rico, poderoso, cual ninguno en Anglia de 200 años acá, y su potencia era el coco de
Francia, para ir contra ella exigiría grandes garantías, por lo menos dos años de ayuda y resi-
Mcran muy naturales de aquella nación-,/, sin embargo, cuando sus amos le
facultan para dar las pensiones que crea convenientes, más claro, para ganar
á los consejeros del Rey que intentaban apartarle de la amistad con España,
contesta que antes con Fonseca y Albión así lo creía, pero que ya no, porque
todos formaban cuadrillas y todos querían pensiones, y como tan codi-
ciosos, irían exigiendo las recompensas al compás de los servicios, resul-
tando al cabo contraproducente, dada la opinión de Maximiliano arriba ex-
plicada.
„Castilla con el Portugués, han perdido toda esperanza de casarla cun Prin-
..cesa de Francia-
A mediados de Julio de este año, ya Maximiliano revela al embajador
que, siguiendo el Archiduque sus inclinaciones francesas, ha hecho por los
dos amistad con Francia. Tal energía despliega Fuensalida al oirlo, de tal
manera fundamenta sus cargos al acusarlos de ingratitud para con los Re-
yes, que Maximiliano se muestra y se confiesa avergonzado ; llévasele al
campo, y allí, á solas, suspirando, como siempre que habla de su hijo, y de-
clarando que ya sabía lo que hacía no dejándole marchar, así como no supie-
ron lo que pidieron los que procuraron que le dejase ir, echa la culpa de la
paz concertada á los consejeros de su hijo, interesados en que viva fuera de
su poder para gobernar ellos y comerse el reino. Los Reyes, sin embargo,
deben aprestarse á la guerra, y entre ambos lograrán una paz honrosa.
«Y si mis Señores rompen con Francia, ¿qué ayuda tendrán en V. Maj.?"
— «Poca, contesta A4aximiliano, porque, falto de la de mis confederados y
"de la del Imperio, y siendo yo paupérrimo, poco puedo ayudarlos; pero el
"suegros, que si tenían guerra con Francia solo era por él, y por devolverle
"los Estados que el francés le retenía; así que, si en la paz no se ha acordado
"de ellos, menos se acordará en la guerra." — «Vos lo entendéis todo. Escri-
"bid lo que os parecerá, que á la razón no hay contradicción", replica hipó-
critamente el Rey, puesto que á Fuensalida no se le oculta que en su interior
se alegra de la paz con Francia. Y esto á pesar de los terrores que declara le
nuevo subterfíiario del Rey en este curioso diálogo: -»Es que vuestros Seño-
"res hacían otra paz con Francia que no tuvo efecto.- -¿Pero entraban ellos
"y V. Maj.P—Sí.— Pues en la de ahora no entran ellos. No; pero los reservo
"guardaré paz ó haré guerra. Lo que sí afirmo es que Francia no apresta sus
"fuerzas contra mí, sino contra vuestros Príncipes, entre otras razones, por-
"que entre ella y yo hay una barra, que es el Rin. — Pues á mis Señores no
"les acometerá, porque son más poderosos, y si V. Maj. tiene el Rin, ellos los
Italia y de los Príncipes del Imperio, y dinero para prolongar la guerra, por-
que solo, no la vencería, por ser ambas naciones iguales en potencia, y cuando
esto sucede, poco puede ganar la una á la otra.
luego ajustaría, sino con mayor desventaja, cuando su enemiga, más podero-
sa, hubiera aguardado á ver consumidos los recursos del Imperio. No con-
"franceses dicen que cuando tengo cuatro hombres de armas luego quiero dar
"batalla, pues que los tengo, y cuatro votos del Consejo favorables á la gue-
"rra, quiero darles la razón." V en efecto, marcha contra Francia con 25.000
"responde el Rey, pero os diré que sí, siendo general, para que podamos los
con la Princesa, podrá contestará los que oyere referir cosa en contrario. Pro-
curará que la Archiduquesa esté muy bien con la Princesa Margarita y es-
torbará los intentos de los que pretenden que ésta y la Archiduquesa vieja la
tura.
Doctor Puebla, les manifestará la satisfacción que los Reyes tienen de sus
servicios y les pedirá que le enteren de los asuntos que en aquella corte tratan.
del Príncipe de Gales con Doña Catalina: pero acaso el Rey de Romanos
trabaje por deshacerle y buscar otra novia para el Príncipe, no siendo impo-
dido á Inglaterra.
El embajador debe dar por perfectamente concertado el matrimonio, com-
batir toda vacilación de los ingleses sobre este asunto, afirmar que están en
cesa de Gales.
taba alguna mudanza en lo del casamiento, ó si tenía algún trato secreto con
disponen, como los ingleses, á recibir á Doña Catalina con grandes festejos.
Decididamente en aquellos tiempos el cargo de embajador de todo tenía
menos de cómodo y grato. Desde su salida de París, á principios de Junio,
Fitensalida, ¡¡ara poder ver al Rey el 5 de Julio en Grenwuiíe, anduvo todo el
mala suerte, que entraba en rada población cuando el Rey salía para otra.
mareo que rogaba á los Reyes que no le hicieran pasar más el mar, y como
se daban ocasiones como la que cita de no atravesar el canal embarcación al-
guna en quince días, el cargo no ofrecía grandes atractivos.
En Londres encontró Fuensalida á D. Pedro de Ayala y al Doctor de
Puebla, enviado á Inglaterra por los Reyes en 1487 ó 1488 con Juan de Se-
púlveda para negociar el matrimonio de Doña Catalina con el Príncipe de
Gales.
A Puebla, a vaiii man, como le llama Bergenrotti, pero no un candido ni
mucho menos, no pudo nuestro embajador convencerle de que sólo iba á visi-
tar al Rey y á contarle los sucesos de üranada, y para no hacerle más sos-
pechoso, hubo de decirle que traía también comisión para tratar de la Casa
de la Princesa y de las personas que habían de acompañarla. El Doctor de-
claró terminantemente que los ingleses querían muy pocos oficiales en la Casa;
"do se casa, lleva su mujer de casa de su padre mas compañía que ésta que
"Vuestra Serenidad quiere traiga la Princesa. -Esto querría, contesta el Rey,
mente.
No era mejor la de nuestra moneda, si ahora enferma, entonces desahu-
"didas,como porque no tengo crédito. Aquí todas las monedas del mundo va-
"len y tienen puesto precio por donde las toman, sino la moneda de Vuestra
"Alteza, questa ni tiene precio, ni la quieren, ó no la han querido apreciar co-
"mo las otras monedas, ni la osa nadie tomar, sino plateros para deshacella".
Por fin el 5 de Julio tuvo Fuensalida audiencia del Rey. Así durante la
entrevista, como durante su estancia en Inglaterra hasta fin del mes, sólo se
pués de cumplir el Príncipe los 14 años, y sobre el valor de las joyas en el to-
tal del dote concertado. Todo velado con las sospechas de los ingleses de que
España deseaba la dilación del matrimonio.
Tres tendencias se descubren en esta cuestión del casamiento de la Prin-
cipal interés. Por eso veían en Doña Margarita, casada con el Príncipe de
Gales, garantía cierta de la posesión constante de Flandes,y con tal calor lo
defendían, que las apuestas sobre venida ó no venida de Doña Catalina pa-
saban ya de 3.000 nobles.
La segunda entidad á quien tal dilación no sublevaba era, aunque á pri-
mera vista parezca extraño, el mismo D. Fernando, algo remiso para cumplir
el oneroso contrato del dote, é inspirado por su astucia política para esperar
del retraso ver más claramente asentado el poderío del consuegro (1).
(1) Acerca de tales recelos y dilaciones, cuya verdadera causa, según Bacón, era que los
dos reyes, astutos y de extremada prudencia, dejaban pasar el tiempo, observando cada uno
el resultado de las empresas del otro, es curioso lo que escribe luego en su Historia Enrici Vil,
pág. 325. «A 1500. Pensó Enrique VII arrojar de Inglaterra aquella calanndad (*) y endosár-
(*)Se refiere á Eduardo, Conde de Warwick, hijo de Isabel, mujer del duque de Claren-
ce, hijade Ricardo Nevil, Conde de Warwick. Encerrado por Enrique VII en la torre de Lon-
dres, por temor á sus pretensiones á la Corona, intentó huir con Perkin Waerbeck, y fué de-
capitado con él.
Perkin Waerbeck, el falso Duque de York, ó falso Ricardo IV, hijo de un judío de Tour-
nay, pero nacido en Londres. La IDnquesa viuda de Borgoña, Margarita, hermana de Eduar-
do IV, quiso hacerle pasar por su sobrino, Ricardo de York, segundo lujo de Eduardo IV,
asesinado en la Torre en 1483 por Ricardo III. Jacobo IV de Escocia le casó con una parienta
suya. De 1492 á 1498 combatió contra Enrique Vil. que le prendió, le soltó, le volvió á pren-
der, y en 1409 le hizo ahorcar en Tyburn.
.
En tercer lugar venía F.nriqnc Vil. Es sabido que ansiaba la alianza con
daño de España. Natural es, por tanto, que Fuensalida le creyera verdade-
ramente deseoso de concertar y concluir el casamiento. Además, como según
costumbre inglesa, al casar el Príncipe el Rey echaba á sus vasallos un pecho
de la 15.^ parte de las rentas, dióse prisa á echarle apenas le avisaron los Re-
yes que su hija partiría para el verano.
de oro cada una. Los agraciados, mejor dicho, los condenados, eran dos mil
No esperaba, por tanto, sacar menos de 500 á bOO.OOO coronas. Pero niuclios
de estos caballeros, ó por tener que abandonar sus tratos ó mercaderías, ó
por no poder ó no querer sostener el costosísimo boato inherente á la nueva
dignidad, (verdaderos caballeros á palos), para declinar la honra, tenían que
componerse con el Rey por doble cantidad. Otros varios servicios con que aquel
día contribuían los pueblos y las 100.000 coronas de España, elevaban las
entradas á una bonita suma. ¿Quién iba á hablarle de dilación en la venida
de la Princesa, alejando así tan dorada perspectiva? Para el obstáculo de la
poca edad (catorce años) y de la flaqueza del Príncipe, tenía ya imaginado
un recurso: consumado el matrimonio, al día siguiente el Príncipe se apar-
taría de su mujer durante dos años.
Fuensalida, sin embargo, sabe que está entre gente cuyo segundo Dios
«sela á sunuevo pariente el rey de España D. Fernando. Entre estos dos monarcas, que con
"uu simple gesto se entendían perfectamente, las cosas pasaron de tal suerte que llegaron á
"encontrarse cartas de España, públicamente enseñadas, en las que, entre otras razones acerca
"del matrimonio concertado, D. Fernando escribía en expresivos términos al rey Enrique que
"no veía la menor seguridad para los hijos del rey en la sucesión del reino mientras viviese
"el Conde W'arwick, y que no enviaría con tranquilidad á su hija á peligros manifiestos y
él
"entre gentes tumultuarias. Pero aunque con esto el Rey alejase de sí algún tanto aquella ca-
"lamidad, uo echó de ver que con el matrimonio se atraía á un tiempo cierta maldición y
"cierto infausto sino. Sino que al cabo se verificó, pues el Príncipe Arturo estuvo brevísimo
"tienipo casado con Doña Catalina, y esta Princesa, devota y melancólica, tiempo adelante,
"cuando recibió la primera noticia de que Enrique VIII trataba de re|Midiarla, dijo: «Yo estoy
"libre de toda culpa; pero esto sucede por justo juicio de Dios, porque mis bodas se cimen-
"taron en sangre.» Aludiendo á la ejecución de Warwick.»
xxu
"ba las armas mucho como hombre. El Rey de Romanos los contemplaba
»
"mujer.»
Ahora, en su visita á los Archiduques al día siguiente de su llegada, él
Doña Juana, dice Alonso de Patencia (1) que al nacimiento de su hija (Isabel
la Católica, 1451), y á pesar de un parto felicísimo, cayó en profunda tristeza
toria (2), escribe: — «Ls. Reina Doña Juana hizo tantos extremos en la muerte
"de su marido, que augmentó mucho la flaqueza de su juicio de que andaba
(2j Historia de Reyes godos, nis. de la Bibl.a nací., fol. 458 v.o
En este punto de sus creencias religiosas los datos son tan contradicto-
rios como era lógico suponer enjuicio tan perturbado; pero nunca autorizan
las gratuitas suposiciones de Bergenroth.
maleantes, á uno de los cuales había dado 30 florines que gastaban alegre-
mente por los bodegones de París (3).
Pero más tarde, ella misma le escoge por confesor, y ya éste encuentra
mucha mejoría en su vida y conciencia. Está muy humilde. Hay tanta reli-
primero que al pedir remedio á los del Consejo, la habían respondido que
más se debía á los naturales que á los castellanos; yá lo segundo, que no
intervenía en la Casa porque no la daban parte en ella.
"y una vez encargada del gobierno V. Alt., fácil nos será derribarle á él tam-
"bién.-
Doña Juana propuso aguardar aún á ver la futura conducta del de Be-
sanfon y mantener á los demás en la esperanza de las pensiones de Castilla
hasta que fijaran más su proceder. En obediencia del consejo, Fuensalida se
excusó con algunos de aquéllos por estar destinado á la embajada de Inglu-
parte de los Reyes, le dijo que asentaría en un libro sus obras, y si eran bue-
tan unánime en la censura, que acaso, aun en medio de las que merece á Fuen-
salida, sea el de éste el que más atenuantes admite. El mismo Maximiliano,
ya en 1498 se quejaba de la excesiva inclinación de su hijo hacia los franceses.
Zurita hizo de él un retrato muy ajustado á las noticias que nos da
Fuensalida. Descríbele como muy sugestible; más alegre y amigo de jolgo-
rios y de compañías maleantes de lo que á un Rey conviene; apasionado por
la caza: con un santo horror á los asuntos de Estado que deja gustoso á sus
consejeros, más gustosos aún del abandono; girando como veleta hacia don-
de le impulsaban los vientos que hacían soplar sus favoritos.
Y nuestro embajador, reconociendo todos sus defectos, no deja de creer en
su buen fondo y en la leal disposición que conservó de obedecer á sus suegros,
si no fuera tan variable que cualquiera puede mudarle, y tan dócil á los ma-
nejos de sus consejeros y de sus amigos. 'De Francia guían las cosas, y sólo
"franceses hay en torno de él. Tráenlo de banquete en banquete y de dama
"en dama, decía en 1505.
"Vs. Altezas han de sudar para retenerle ahí, (escribía cuando su viaje á
"Si no ha de acabar de perder las pocas virtudes que le quedan, hagan por
"abreviar su ida, porque los que le han criado y aconsejan le dejan rienda
"que él es inclinado. Un criado que fué del Rey Charles de Francia trae con-
"sigo que le sabe bien leer la vida que hacía y él la deprende bien' (1). Y en
las sucesivas negociaciones hemos de ver nuevos y muy acertados juicios de
(1) Carla de 8 de Febrero 1301. Zurita lia copiado lileralinente todas las palabras sub-
rayadas.
-
— xxvu
religioso que tanta obediencia tuviese á su mayor, era cabezudo, lleno de so-
berbia, porque todos viesen que era el que podía hacer y deshacer. \'o soy
"tan cabezudo, decía á Fuensalida, que cuando tomo una cosa por opinión,
'•ella se ha de hacer, ó el mundo se ha de trastornar.
Los demás, Mr. de Berghes, Veré, Villa, el Preboste de Lieja, etc., eran en-
cubiertamente hostiles al embajador mientras no llegaban las pensiones de
aunque siempre más decididos por aquélla. Del Preboste de Utrecht decía
Fuensalida que era la más mala bestia del mundo, sin conciencia ni virtud;
"que por saber una negociación revolvería el mundo, y por haber un be-
"neficio vendería á su padre.
principio gran confianza á los Reyes ni al embajador, por cuanto los prime-
ros, al llegar ella á Flandes, en 1500, recomiendan mucho que no quede con
ningún cargo, y el segundo dice que sabía seguir los apetitos y condición de
su hermano, y que aun cuando iba á casar con el Duque de Sabaya, traba-
jaba, ayudada pot Mudante de Aloyn, Berghes y Molanbaix, por quedarse
con la gobernación del Estado y por retener en su poder á sus sobrinos, por
lo cual aconseja á Doña juana que no se deje vencer ni lo consienta, porque
Cinco años después esta señora parece radicalmente opuesta á los fines y
conducta de su hermano y de sus consejeros y afecta á D. Fernando.
Madama de Rabestain, con tanta presunción como si fuera la Archidu-
quesa, no dejaba que la precediese Madama de Aloyn. Ésta, calificada por la
Reina Católica de mala compañía, tenía enteramente á su devoción á Mojica,
tesorero y confidente de Doña Juana, y como ésta creía que aquélla tenía á
los del Consejo, entre todos ellos la traían tan atemorizada que no osaba
levantar cabeza.
Entre tan hostiles elementos tenía que moverse el embajador, contando
sólo con el á intervalos no muy decidido y claro de D. Fernando; el inseguro
os vais? tenia que interpretar forzosamente: ¿Qué hacéis aquí? Por eso dice
en una de sus cartas que cuando llegó de Inglaterra fué el mal venido, y peor
al saberse que había de servir á los Infantes, así que tardó quince días en
sirvió diez veces aquel cargo, y como pasaba el tiempo en la cámara de los
Infantes, los cortesanos, entre los que sej:ontaba á Mr. de Versóla, Mayor-
domo mayor de los Infantes, el más bajo hombre de costumbres que yo ja-
más lie visto, y aun en el ser es bajo, y enemigo de nosotros, según sus pa-
labras, le decían que si venía como Maestresala á qué embajador, y si em-
bajador á qué Maestresala.
Desde mediados de este año de 1500, hasta la venida á España de los
"felicidad en los vicios de la garganta con sus anejos, pareceles que, idos
"allá, se destierran de todas aquellas cosas que les son apacibles. En todo
"caso, trabajan por que quede aquí la Princesa, á fin de que él regrese más
"pronto... En Flandes desaman y maltratan las cosas de España, y á V. A.
"verdaderamente le desaman, y dicen que no podrá reinar sin ellos.»
(\) Demostró en esla ocasión D. Felipe su constante indelicadeza hacia su mujer, por-
que, habiéuiose opuesto los físicos á que se trasladase á Bruselas, para dar allí á luz, él la
obligó á ir. todo porque la villa daba á sus consejeros 3 ó 4.000 florines si conseguían que
allí naciese el F'ríncipe. Y dio otra prueba de grosería cnardo al
nacer Doña Isabel dijo: „A
esla, porque es fija, póngale el Archiduquesa el estado; cuando Dios nos diere fijo, ponerlo
he yo."
XXIX —
celos que Fuensalida tenía buen cuidado de aumentar de que los Reyes decla-
rasen sucesora á la Reina de Portugal, ni el ejemplo que el suegro le citaba
cuando, llamado á Castilla, vino de Aragón en dos días con dos de muía,
«porque , decía, <para venir á recibir cosa tan grande como un reino nin-
"guno se mostró jamás perezoso»; argumento reforzado por el embajador,
que escribía: — -Desatinado estoy de ver una cosa tan nueva, que haya hom-
"bre en el mundo, por poco que sea, ni por bajos que tenga los pensamien-
"tos, que se muestre perezoso para ir á reinar. Tan sólo lograron conven-
suplicante de los Reyes para persuadirle á que viniese á recibir un reino. De-
bió de hacer por entonces un viaje á España, porque en carta de 1503 á los
"que iba el Principe, dixe á V. Altezas que si quedan ser estimados y repu-
"para recebir al Principe, porque no son estos humildes sino quando son
"maltratados.
"con quanto amor fuistes recebido dende que entrastes en Castilla hasta que
"llegastes donde estañan Sus Altezas. Y hera tanto el gozo que la gente tenia
"de vuestra yda, que no solamente parecía que las gentes solas sentían pla-
"zer, mas los animales, los árboles y las piedras parecía que mostraban ale-
"gria de vuestra venida. Pues el alegría quel Rey y la Reina, mis Señores,
"SU tierra, esto le liarla olvidalla, porque pensauan que si os tomara la voz
"en vuestra tierra, vinierades á quitar de trabajo al Rey, mi Señor, vuestro
"padre, y V. A., como mancebo, tomara toda la carga de la guerra; mas
"como vieron que V. A. perseveraba en su proposito, y en seguir su volun-
"tad y camino, y como os vieron partir, y en el tiempo que partistes, y como
"dexastes á la Princesa, y, finalmente, conociendo que os veniades con des-
"grado del Rey y de la Reyna, mis Señores, todo el amor que las gentes os
"tenian se ha tornado en omezillo, y creo que teneys pocos coragones en
berse publicado nunca, lo que la misma Reina Católica escribió d nuestro em-
bajador sobre las violentas escenas que precedieron á la partida de Doña Jua-
na. Coincide casi en todo coulo dicho por Estanques, Anglería, Padilla y otros,
"donde estuvo cuatro ó cinco días, sin lograr reducirla los ruegos de D. En-
"rique Enriquez, ni del Arzobispo de Toledo». < Y á esta sazón, dice la Rei-
"na, yo vine aquí con más trabajo y priesa, y haciendo mayores jornadas de
"lo que para mi salud convenía, y aunque la envié á decir que venía á posar
"con ella, rogándole que se volviera á su aposentamiento, ni quiso volver, ni
"dar lugar que me aderezasen el aposento, hasta que yo vine y la metí, y en-
Quede para las fantasías inclinadas á las apoteosis de las pasiones exal-
munican los embajadores, á los que despidió diciendo: Nunca de aquí ade-
"lante procuréis de hablarme, que no quiero oir, porque yo estoy mala de la
"cabeza . Por último, ni los ruegos, ni las órdenes del mismo marido la re-
ducen á obediencia, antes le resiste soberbia; sólo cede ante cierta amena-
za. . . que puede ver el lector en la pág. 298.
Todo esto quiere explicarse por los celos, y por tener la cabeza caliente,
pero ésto, sin ningún contrapeso de otros afectos, vese más frecuentemente en
mujeres de intelectualidad inferior, más amantes del varón que del hombre,
Príncipe la mandó despedir las esclavas v servirse de las mujeres que la ha-
orden. Tuvo que acudir el Príncipe á retirar á las esclavas, porque además
la Princesa las señalaba en las caras; pero ella lo resistió, le contestó inso-
todas las puertas menos una, porque recelaba que quisiera escapar á un mo-
nasterio y de allí á España; que no permitiría que la viese ningún español,
y que enviaría allá al limosnero yá las esclavas.
sejo; pero él les contestó que no cedería en lo de las esclavas. Pasaron á ver
á la Princesa para que pusiese remedio á aquello, y les respondió áspera-
mente que no la hablasen de nada, sino de lo que sus padres les encargasen.
El Príncipe mandó traer á los Infantes y la rogó dulcemente que fuese razo-
nable. No produjo efecto el recurso, é insistió ella en querer tener sus escla-
vas, y entonces él, irritado, la dijo que quedaba encerrada, y que ningún
español la vería. Cerróse ella en su cámara y se negó á tomar alimento, y
mandó llamar al Príncipe, que no quiso ir, á pesar de los ruegos de los em-
bajadores. A la noche regresó herido en un pie y enfermo, y se acostó en una
cámara, bajo la de la Princesa. La cual, sintiéndole, daba golpes en el suelo,
con palo ó piedra, llamándole, y así pasó toda la noche diciendo de ratoen rato:
'Respondedme, que quiero saber si estáisahí... Y al mismo tiempo empezaba á
romper con un cuchillo las tablas del suelo. Aldía siguiente puso por condición,
si había de tomar alimento, que se llevasen á sus hijos y á las damas. El Prín-
cipe, desesperado ya de todo remedio, mandó que la abriesen todas las puer-
tas y fuese á donde quisiera, que él marchaba á Flandes para no verla más
— XXXIV
hasta que se redujese á la debida obedieucia. No pasó mucho siu que l(i Prin-
cesa le escribiese una larga carta, al parecer muy razonable, puesto que, se-
más concierto entre ambos. Y ella, por su parte, envió á Castilla á Doña Ana
de Beamonte, aunque regateándola sus salarios vencidos.
Aunque el embajador escribía al Rey:^«E\ Príncipe querría hacer con la
tantos reinos?
Estos cuidados y enojos de los Reyes vino á aumentar la intriga de un
aventurero italiano, haciéndoles recelar la posibilidad de un nuevo y más
poderoso competidor al cetro de Castilla, por el casamiento del rey de Ingla-
terra con la Beltraneja, desdichada criatura asociada á tantos planes tur-
claraba poder ser madre, la propusiera salir del convento y casar con el Rey.
V en caso afirmativo, y si el rey de Portugal accedía al casamiento, que le
casamiento del Infante D. Carlos con Claudia, hija del monarca francés. Los
Reyes Católicos debían renunciar en su nieto los derechos al reino de Ñápa-
les, y el rey de Francia los suyos en favor de su hija; el Archiduque goberna-
ría aquel reino, como tutor de D. Carlos, hasta la mayor edad, pero con es-
pañoles, y una hija suya podría casar con el Delfín. Era condición sine qua
non que D. Carlos había de traerse á España, ya que la otra parte contra-
tante conservaba en su poder á la prometida.
(1) Porque sabía Rey que Alaxiiuiliano y su hijo se habían concertado con Francia sin
el
Obispo; pero que luego había escrito sólo á sus hijos, dándoles prisa á venir porque la Reina
se agravaba, y dos ó tres veces les había llamado cuando falleció. Creyendo que vendrían, no
escribió al Obispo que no hablase en lo de Nápole=; mas muerta la Rei.ia, pues ella había
propuesto lo de aquel reino, las cosas habían cambiado, pues aunque le quería para sus hijos
él en vida, antes procuraría me-
y para su nieto D. Carlos, en ningún modo se
despojaría de
jorarle, como todo lo demás que poseía.
XXX \1 —
sino con monedas, y por tanto, ya no fue' cuestión sino del más ó del menos,
de los mayores de aquel reino, todo oro, según decía D. Fernando para exci-
milde ante los argumentos del embajador. Más difícil era habérselas con los
palaciegos divididos en dos bandos, uno de los cuales trabajaba por derribar
al otro, según costumbre de cortes de Reyes y Príncipes, como dice Fuensali-
da, que los conocía muy bien. El bando de Vila y de su hermano, Mr. de
Fyenes, durante la ausencia del primero, nada había podido contra el otro,
apoyo de España y del embajador, seguirían á los demás. Vila, sin embargo,
sabía sobreponerse á todos, y en su presencia todos callaban. Palacio iba
llenándose de borgoñones, amigos de Francia, y salían despedidos los de
Flandes, Brabante y Henaut.
A Vila y á Nassau atacó Fuensalida ante todo. El ofrecimiento de 4.000
ducados de renta le entregó al primero atado de pies y manos, prometiendo
encaminar la voluntad del Archiduque al afecto y amistad de sus suegros.
Tres mil ducados conmovieron al Conde de Nassau; pero como pusiese algu-
nos reparos á la venida de D. Carlos á España sin previa consulta de los
pueblos, y pretendiese la intervención del Canciller, Fuensalida, con astucia,
supo picar su amor propio demostrándole que, si la negociación se llevaba
esta vez por el Canciller, en adelante tendría que reconocerle por superior.
- X.KXVll —
tjitrf la pensión y li untor propio, quciló rendido el Conde y prometió al
del Infante.
ürafier «podían poco — decía el embajador, —y con I.OOO ducados los ga-
"naría, porque rabiaban por tener pensión de ios Reyes>, importaba más
comprar al Canciller, por ser el que más sabia de todos, por tener mucha in-
supiera que los abuelos la deseaban «Por mí, añade, como es francés y
"contrario siempre á España, no le daría nada, y más querría eclialle en el
"mar, pero si sabe que él solo ha sido exceptuado de las mercedes, lo tor-
"cerá todo.»
Quedó descartado Besangon por tener puestas más altas las miras. Sin-
guiente aconsejaba Fuensalida al Rey que perdiera diez ó doce mil duca-
"dos para tapar las bocas á las personas que allí podían dañar, porque con
"aquéllos se haría más que con veinte hombres de armas?.
Prolijas fueron las negociaciones y cansado el regateo acerca del feudo
de Ñápales. Pedía el Rey de Francia que los Barones napolitanos refu-
giados en sus tierras fuesen restituidos en sus Estados, por haberles dado su
palabra Real de conseguirlo, y resistíalo D. Fernando como peligroso, así
como el que los oficios de acjiíel reino se diesen á otros que á espaíioles por
él nombrados, lo cual contradecía el francés. El Príncipe D. Felipe alcanzó
por más que aquél lo negase con juramento. Su misión aparecía envuelta en
nebulosidades de mal augurio para Fuensalida. Preparó cierta defensa, ga-
nando al Canciller por la módica renta de LOOO ducados; pero nada valió
contra la formidable enemiga de su adversario, que ya en adelante había de
ser su mal genio, y ú quien estaba subordinado por el cargo de Ayo del In-
fante D. Carlos, cuando Fuensalida tenía el de Camarero, y por disposición
de los Reyes que le mandaban continuar con él y con el Obispo de Catania
las negociaciones á que en realidad había ya dado feliz término Fuensalida
cuando D.Juan Manuel vino.
— XX'XIX —
térra á traidores como Puebla? Cierto es que al cabo dio á Fuensalida auto-
rización para despojar al último del cargo de embajador; pero en cambio al
sino que se repitió luego con el Obispo de Caíanla, secuaz del último, con el
judío Ñuño de Gumiel, con Puebla y con D.Juan Manuel, á quien D. Fernan-
do encomendó importantísima y secreta comisión, con desdoro de Ayala y de
Fuensalida, ó quienes trataba soberbiamente, demostrando bien, dice el úl-
timo, que se Itabía fiado de él lo que de ellos no se fió. Así pudo muy bien el
favorecía.
"nen (1), y claramente toda el aljama os desama, y por otra parte indignan
"al pueblo rústico diciendo que \'. A. favorece á los conversos.
Ciertamente, al obrar así D. Fernando, se pasaba de listo, creyendo,
como luego su nieto Felipe II, que lograría estar mejor informado haciendo
que, juntos un a vieso ó ambicioso con un leal, á éste espolearía la actividad
(1) Entre estos conversos se hallaban el contador del Marqués de Villena. Pedro de
Uunza, (^amiidio, criado del Almirante, y otros.
Así las cosas, los Reyes avisaron á su embajador que el rey de Francia
la base del matrimonio del Infante D. Car/os con Claudia, y la cesión al pri-
mero de los derechos al reino napolitano. Todavía accede/! los Reyes á que el
sobrina del rey de Castilla, y concertando paz con Francia en caso que
aprobase el plan.
mas palabras empleadas más tarde por su suegro, cuando recelando que hu-
biese pactado con Francia sin él, decía que no podía creerlo porque sería la
mayor enemiga quejamos hijo hizo á sus padres.
Escribieron los Reyes á su yerno declarando que todo ello era falsísimo
y
maldad de los franceses; prometieron enviar declaración firmada parios em-
bajadores españoles en Francia demostrando la calumnia, encaminada sólo
á enemistar á los suegros con el yerno; explicaron cómo se había pronun-
ciado en la negociación de Ñapóles el nombre de D. Fadrique, sólo por no
— XM —
desesperarle, y cómo los franceses habían dado fomento al lieclio para hacer
verosímil la traición; pero que sabiendo que Ñapóles no podía ser de los bas-
"contra vos mismo, pudiendo ser Señor de toda la Cristiandad y del mundo,
"y habiendo ayer dado carta firmada, con promesa de ayudar contra Francia
"á los Reyes, hoy firmáis amistad con su enemigo? Hasta las piedras se le-
burlaría, y si rompieren con España, él rompería contra ellos, que tal era la
Reina, conservárselos en paz; aunque no debían proveer los oficios sin con-
sultarlo con él, por su conocimiento de las gentes; rechazaba en absoluto la
6
XI.II ^
idea de que en su viaje pasasen por Francia, y sobre todo la pretensión de
maran como era razón. No creía tampoco que llevaran á la Princesa, ¡Dor-
que Señor y servidores temían ser todos empozados ó deshonrados. Por otra
parte, seguían pareciéndole mal los ruegos de D. Fernando. «Con estos fla-
" meneos, decía, hay qne obrar como los venecianos con los alemanes, pro-
" curando más friamente aquello que más ardientemente se desea; porque,
"como armados sobre falsedad los de aquí, si ven ansiar una cosa, la dilatan
"para ganar más en la negociación, y si ven blandura, creen que se les nece-
"SÍ... y le pesa mucho del estado en que la ve. Jura por su alma Fuensalida
que siempre ha conocido bien en el Rey; pero que algunos de sus servidores
cumplen mal sus órdenes.
Es de apreciar esta leal confesión en el embajador, que supo también de-
cirle con noble atrevimiento que tan poco amor había mostrado á los suegros
"perdido.;
En efecto, ni aun la carta con la noticia de la enfermedad de la Reina, que
"y entrarían á dársela, aunque los apalease, pero ella era la portera y no quería
"abrirlos . Cuando al cabo el Obispo logró dársela, le contestó que jamás
procurasen hablarla, que no quería oir porque estaba mala de la cabeza.
Una y otra vez encargaba D. Fernando á su embajador que el Príncipe
"lo hizo (D.Juan Manuel), no fué por nn', sino por lo que yo entendía. > Pro-
hiben que entren españoles á verla, porque dicen que la Reina les pregunta
muchas cosas (probablemente referentes ájos trapícheos del marido), y ellos,
por complacerla, dicen lo que saben y lo que no saben, y ella entra en sos-
pechas.
En Diciembre de 1504 había escrito al Rey Fuensalida que en Flandes.
cuando la enfermedad de la Reina, temían tres cosas: que D. Fernando fuese
jurado en España Gobernador perpetuo y administrador de los reinos; que,
muerta la Reina, tuviese el Rey con la segunda mujer hijos que les quitasen
Por eso Vila le preguntaba que si habían jurado á D. Fernando por go-
bernador á que' ir el Príncipe; y el interpelado contestaba que si la Reina así
"investidura de Ñapóles por D. Carlos, &., habia pensado que seria bien que
"la Reina ordenase que V. Alteza fuese gobernador destos reinos perpetuo;
'que el Rey de Romanos tomase la Corona del Imperio; el Príncipe fuese
"elegido Rey de Romanos y le diera á Ñapóles á cambio del Infante Don
"Carlos. De este modo D. Femando quedaba descansado por tener en su
"poder al nieto, y el Príncipe, entretenido con lo suyo, perderla las ganas de
á su suegra acerca de la enfermedad y cosas de Doña Juana; pero que él, Don
Fernando, jamás habló á su mujer de tal cosa, sino que la dejó entera liber-
(1) En este acto Uivo c-1 pt-iKióii el Duque tle Alba, D. Fadrique.
tad, lo cual acaece á pocos maridos. (Alusión bien directa á la conducta de
D. Felipe con Doña Juana.) Por lo d-niás, que él, D. Fernando, nada sabía
de tal cláusula, hasta que, muerta Doña Isabel, una mujer le dijo que en
"un portacartas estaba una escritura en francés», y él envió por ella y la vio
dose á él, al capellán y á los mozos, iba diciendo: «Viejo traidor! Matad- —
"le! Vos, no, capellán, que no podréis decir misa. Mátalo tu!' Logró escapar
Frenoy ileso; pero al portero, que le favoreció cerrando la puerta, le descala-
bró la Reina con la pala, le agarró por los pelos y le remesó bien, diciendo:
— «Yo hago juramento á esta cruz de os hacer matar á todos.»
Con esto, decía el embajador que nadie osaba entrar á verla, ni flamen-
impidió, diciéndola que para qué quería hablar con una piedra. Otros fla-
mencos, que trabajaban por ganarla, para que, conformándose con su ma-
rido, no escribiese á su padre nada sin noticia y licencia de ellos, habían
escogido por medianero á Juanes de Ancheta (mal enemigo de D. Fernando,
según el embajador) (1), porque la Reina pasaba su tiempo en cantar con él,
malicia. Mr. de Laxaulx llegó á decir que no había nacido persona de más
mala condición y malicia que la Reina.
(1) Había sido maestro de capilla en la Casa del Principe de D. Juan, con el que, y con
cuatro ó cinco muchachos de la capilla, acostumbraba á cantar en las siestas del verano.-
(Oviedo, Libro de la Cámara del Principe D. Juan.)
XLVI
logró darla una el confesor, ella le despidió, sin quererle oir, diciéndole que
no quería ver á Fuensalida ni que la dijesen nada.
Entretanto, los secuaces de D.Juan Manuel, haciéndola creer que Fuen-
salida había escrito á su padre que estaba loca, habían logrado que ni le
"se, y en todas las otras cosas que las miigeres y los ombres an menester
"ayuda. No cura de reinos, ni do hijos, ni de negocios, ni hay quien se lo
"hable, ni ella lo quiere oir. Dicen unos dos mozos de cámara que entran á
"dalla la ropa que se ha de vestir, que eso que habla que les parece que lo
"habla bien. Está siempre desabrida con los que habla, muy rencillosa, lasii-
Estos Judas, con otros que posteriormente se les agregaron, todos á las
órdenes de D. Juan Manuel, eran: D. Alvaro Osario, hijo de D. Diego de
Guevara Y primo del Obispo de Caíanla (luego de León), uña y carne del
primero y al que fácilmente ganaría, porque aunque buena persona, se dejaba
manejar por el primo; Juanes de Ancheta, í^edro de Rada, Garaviio y Her-
nando de ¡iellín, reposíeros de camas; los mozos de cámara y el camarero,
iodos espías contra los servidores de D. Fernando; Hoz, uno del Bastardo;
mala y mala lima sorda, enviado por D.Juan á España, é instrumento
bestia
entre Mr. de Veré y los Grandes de Castilla, amigos de D. Felipe; otro, Her-
Por esto, cuando Fuensalida se quejaba del encierro cada vez más estre-
" otros son los que aconsejan que se haga lo que se hace. - Y cuando pren-
dieron á Otando y se amenazaba á Conchillos con el tormento, decía el em-
bajador que todos estaban escandalizados menos aquellos que lo hacían, que
eran españoles.
Puede decirse que en este tiempo sólo podía contar como leales á D. Pe-
dro de Aya la y á los Obispos de Patencia y de Málaga, á Botton y al ara-
gonés Sampier; porque, aiiiiqiie Doña Margarita, en Julio de 1505, se le
á éste como cuando le era hija obediente en Castilla, aquél la había recha-
zado, diciendo que ella podía casar, y el Rey también, y na quería la inter-
apoyo Fuensaíida.
Desde que Mr. de Veré volvió de Francia y se agravó la enfermedad de la
Reina, comprendió Fuensaíida la fuerza enorme con que tenía que luchar,
viendo á D. Juan Manuel, cabeza de la liga, con el Obispo de Catania,
Mr. de Vila. el Preboste de Utrecht, la más mala bestia del mundo, sin con-
ciencia ni virtud, que por saber una negociación revolvería el mundo, y por
haber un beneficio vendería á su ¡ladre; Laxaulx y todos los del bando de
Veré, dispuestos á ir á España, acaso impulsados por los franceses, para ser
allí Grandes y gobernar, dejando fuera de la liga á nuestro embajador.
Al día siguiente de la llegada de D. Juan, y á pesar del ofredmiento de
Señores.
Otras cosas dejaba de escribir, porque en las respuestas del Rey creía ha-
ber comprendido que se le suponía alguna pasión contra D.Juan Manuel: y
de esto protestaba enérgicamente, porque la única pasión que tenía era por
ver el daño que recibía la causa del rey D. Fernando.
D. Juan estaba claramente descontento de España, y rabiaba por ser
Grande, por cualquier camino. En Junio de 1505 la PrincesaDoña Maroa-
rita le llamaba mal servidor, que tenía á todos tan embaucados, que Don
Felipe creía le había de dar pacíficamente el reino. A ella la había dicho:
Señora, yo os podré servir bien cuando sea allí Contador mayor. ^
Por lo
que se veía que tenían repartidos los cargos del reino. Él mismo dijo á Fuen-
salida que estaba en poco cargo al rey de Aragón: que había de buscar de
"Castilla en busca de lucro. Si no estuviera aquí, como ellos son de tan poco
"corazón, yo les pondría tales temores para ir que vendrían á mí las manos
«atadas.»
Castilla con el Obispo para que Fuensalida quede solo en Flandes, no teme
le 12.000 ducados ó 12.000 florines al arlo en el caso que temían de que Don
Fernando le quitase la pensión que le daba. No tardó mucho en ir á Casti-
lla por embajador de Maximiliano y de su hijo, en realidad para tramar
con los Grandes, dice Fuensalida: < Si V. alteza le recibe por embajador,
Con todo esto la situación del embajador iba siendo intolerable. «Aquí
"la vida es peligrosa, decía este mismo año de 1505; no está en más de cuan-
tito alguno sea malo para decir: — «Este hizo esto». Y hay tantos que traen
"este oficio, y de nuestros castellanos, que es menester velarse los hombres.
"A mí me han revuelto con el Rey, diciéndole que con la confianza que ha-
"que era verdad. Y esto han hecho unos simples españoles mucho de Don
"Juan. -
"estoy mucho aquí, moriré de postema ó haré algún desconcierto que sea
"peor que la muerte por las maldades que oigo decir de los Reyes y de mí.»
-Cierto digo á V. A. que quisiera más que \'. A. me mandara echar por
"dos años á galeras que no que me mandara quedar aquí, porque yo no
"puedo escapar de muerto ó deshonrado, según son malos los que conse-
n
— u —
"jan y ligeros de creer los consejados, que no solamente me lian puesto
"mal con el Rey, sino con la Reina, por industria de D. Juan y de muchos
uconversos que están aquí al servicio de S. k.
Al mismo tiempo que las amenazas tenían que resistir ¡as tentaciones,
porque asi á el como al Obispo de Patencia una y otra vez les acometían con
grandes ofrecimientos de dignidades y proveclios si claudicaban, y procu-
raban picar su amor propio, diciendo Veré á Fuensalida que le habían Ju-
gado tres malas pasadas quitándole (D.Juan) la negociación de las manos
y llevándose otro la gloria; y ni el consuelo del rey D. Fernando le quedaba,
pues daba á Garniel y á D.Juan encargos que no daba á Fuensalida. En
Abril de 1505 se le debían siete meses de salario, y como no querían pagarle,
tenía necesidad.
No me puede venir cosa que yo no lo sufra y con buena cara por el ser-
ras, acerca de la venida de sus hijos, había aconsejado á D. Felipe que con-
vendría mucho su ida á Castilla, Juntamente con Doña Juana, porque los
cían, no para servirle, sino para ver si alcanzaban de él lo que del suegro no
consiguieron: porque de estar ambos conformes, teníanla repulsa segura. Por
requerimiento. «No hay escudero simple, decía, que se contente con 5.000
Todos anhelaban que fuesen allá los Reyes, unos por ganar allí, como
Mr. de Vila, que suspiraba por el Maestrazgo de Santiago; otros por ganar
quedándose, como el Canciller, que esperaba quedar absoluto señor de la
tierra.
que no queremos para que hagan lo que deseamos. Parecióle también opor-
tuno que los Grandes de Castilla, Procuradores y naturales, pidiesen á los
Reyes que cuando fuesen, llevasen consigo á D. Carlos, con lo que se enfria-
rían en la ida y tomarían otro camino; y si le llevaban, sería ventajoso para
1). Fernando, especialmente si la Reina no estaba más conforme con su ma-
rido. Últimamente creía conveniente enviar á D. Pedro de Ayala á visitar al
Rey de Romanos para dar allí algo á la mano, aun al mismo Maximiliano,
"porque lo de allí solo se había de ganar con dar, y acaso este mismo indi-
"cara el consejo-.
un —
porque no era materia para entonces, ó por otros indicios que le descubriera
camino de opinión en el Rey resjiecto á la venida de sus hijos, Fuensalida
escribía á Almazán en 15 de Junio de 1505: Yo no sé lo que V. Alteza
"quiere, aunque entiendo lo que me manda, y como no sé su voluntad, digo
"al pie de la letra lo que me manda que diga, que por ventura sy supiere
"que es vuestra voluntad lo que yo entiendo, diría otra cosa por donde
"V. Alteza dice: -Dezid á mi hijo que venga.» Si esta es vuestra determinada
"voluntad, que vaya, y que vaya solo ó con la Reina, y sin concierto ó con
"luntad, yo podría dezir lo que V. Alteza mandase que se dijese por termi-
"nos que no emponzoñasen; mas no sabiendo yo lo que V. Alteza ha gana,
"digo que manda, y por los términos que lo manda, porque pienso que,
lo
"pues V. Alteza lo manda, que es aquello lo que cumple; aunque veo que
"en algún tiempo daña dezirse las cosas como de allá vienen.-
"desta materia claramente conocer mi intención y deseo, sabed que yo, mi-
"rando lo que he visto del Rey y Principe, y lo que vosotros me habéis es-
"crito del poco amor que tiene a mi y a estos reinos, y de ser tan gobernado
"y mudable, y viendo la condición y manera de su consejo, y viendo de
"Otra parte que no hay en que hacer fundamento en la Reina mi fija, estando
"como está, y conociendo que por las dichas cosas de su venida dellos
LIV
"encaminar así, ¡o mejor seria que ellos se estuviesen holgando alia, y que
"enviasen aqua al Principe Don Carlos, mi nieto, para que yo le hiciese
"aqua y se criase en... (1) y en toda buena enseñanza, para que quando fuese
"de edad de... (2) años á lo menos, como dice el testamento de la Reina que
"y esta fue también la intención y deseo de la Reina que esta en gloria; y
"quedando allá para siempre el Rey e la Reina, yo sería contento de les dar
"todo lo que buenamente se les pudiese dar de lo de aqua; y por esto vues-
•'tro medio sea no dar priesa en la venida, ni tratar en ella, antes si liallase-
"des lugar para estorvarla, lo habéis de hacer, no mostrando por via directa
"ni indirecta que queremos estorvarla; pero mirad que cosa desto no la
vsienta la tierra, que solamente la digo porque sepáis que es esto lo que a
"mí me parece mejor, y porque estéis sobre aviso que, si viniese tal coyun-
"tura, guiéis las cosas á este medio, ^... (3).
curadores del reino del secuestro y malos tratamientos que sufre su hija, para
tomar enérgicas resoluciones, con frases de que ó se ha de hundir el mundo,
ó irá por ella donde esté, si su marido no lo remedia; encarga al embajador
que dé carta suya y que pida claramente lo que desea, y verá lo que él hace
la
por satisfacerla: que desea mucho que ambos vayan á España, porque Don
Felipe no podría entrometerse en la gobernación de los reinos, sin que antes,
viese, porque si estaba sana para gobernar, ellos serían Reyes y él les ayuda-
ría; pero si estaba enferma, como escribió D. Felipe, de tales cosas que de-
cía, que á la honra de todos convenía ponerla en casa ó fortaleza donde es-
tuviese apartada (lo que motivóla cláusula del testamento de la Reina, dando
en tal caso á D. Fernando la gobernación) y así parece la había tenido desde
entonces, prohibiendo que sus naturales la viesen ni hablasen, iii liacieiido,
habían jurado, lo cual debía querer su hijo, pues era conservarle lo suyo
y lo de sus hijos. Al mismo tiempo negaba el aserto de Mr. de Veré, con re-
ferencia á Jaques, de haber él, D. Fernando, dicho, que cuando viniesen sus
hijos, si quería/I, gobernaría con ellos, y si nó, se retiraría á Aragón.
A las quejas del suegro sobre el mal trato de Doña Juana, contestó Don
Felipe:. . . Yo lie querido que esté conmigo en consejo, y ella á todo se
"niega, y desque vino de España ha tomado algún siniestro, y esto es celos,
"como parece, y es verdad; y yo le doy poca causa para ello. Y por no con-
"tradecirla, la dejo hacer todo, &.»
"está loca (1), como su padre dice, y aunque lo estuviera, debía callarlo. Pero
(1) Véase pág. 461, donde el Rey de Inglaterra asegura que D. Felipe y los suyos decían
que estaba ¡oca.
LVI
Á pesar de todo, D. Felipe decía que si lograse hablarle tina hora, espe-
"cilia, ni Ñapóles; que cuanto D. Fernando hacía eran insidias para quitare]
"reino á su yerno (1) y para hacer loca á la Reina, á fin de ser él tiránico go-
Enviaba copia para que ella dijese si la había escrito, ó no, y encargaba la
dijesen que él no deseaba sino verla en Castilla gobernando sus reinos; pero
que temía que por saber allá que sin su favor no lo podía ella conseguir, tra-
cedía, y que fueran pronto á Castilla y vería cómo la daba posesión de sus
reinos. «Entonces conocerá, decía, la maldad de los que la quieren tener en
"testó que no lo hiciera por cosa del mundo, sino que la tratase con dulzu-
"ra. . .
y que si aquello no se había remediado, él llegaría hasta ir por ella
1
1 Esta carta, evidentemente amañada en la camarilla del Rey D. Felipe, y acaso redac-
tada por D. Juan .Waniiel, es la que el Sr. Rodríguez Villa publicó en la pág. 1 10 de su estu-
8
.
"pielaria que es, &. Y que gobernando ella, acá estará segura que ninguna
"si ella no gobernase, vería todo lo contrario. Y si ella ayuda con tales car-
que la Reina le escribía que ni quería ver al embajador ni recibir las cartas.
Despue's envió un sermón á t'uensalida y á D. Pedro de Ayala. Juntos
fueron á contestarle, y tales argumentos le iiirierou, que á todo les respondió
ser verdad lo que decían. En fin, Sefior, acabó diciendo el embajador, giiar-
"dad ese sermón, que yo espero que con él al pescuezo mandaréis ahorcar
"a quien os le dio. Estos son los servicios que hacen los buenos servidores.
"Y es seguro, si no os guardáis, que más os digan que esto.*
"ra, ó que yendo por un camino, me alancearán y dirán que ladrones lo hi-
"cieron, ó levantarme han algún falso testimonio para dar color á lo que ha-
"cen contra mí.-
La postrera carta de Fuensalida está fechada en Amberes á 15 de Julio
de 1505. Las últimas noticias de la Reina eran del 9 de dicho mes. Estaba
muy furiosa, demandando con mucha ansia y muchas veces por el Rey y
apuñeando y remesando muy malamente d dos mozas que tenía consigo, y
que echó de su cámara, quedándose sola, sin que nadie se atreviese á entrar.
No había querido ver á un Briones, enviado del Conde de Ureña; si le
de que el Rey quisiere partir sin la Reina, y por fin declara que no le puede
venir cosa que no sufra y con buena cara por servir á D. Fernando.
declara que lo mejor sería que sus hijos quedasen allá para siempre, y le en-
Quien con tan raro acierto supo predecir en sn anterior embajada lo fu-
ducida por mal consejero, el desvío hacia quien la dice la verdad, achacará
sus escasos éxitos á que no sabe tratar al Rey (1). Algunos historiadores nio-
no le quiere ver ni oir; no sea fiel, á lo que creo, mas porque no le sabe tratar,
no porque él
porque asy como el Dr. Puebla tenia demasiada dulgura en lo que cumplía en los negocios
para con el Rey, estotro ha tomado sobrado rigor con él y con los suyos; mayormente en este
caso, donde yo tengo de quedar sujecta á ellos, no me puede aprovechar syno lo que con
mediana razón se aze, &.•
Sin embargo, la misma Princesa, con quien al principio y durante algún tiempo todo lo
consultaba el embajador, le decía que los ingleses no harían nada por buenas, sino con ame-
nazas. Y, en efecto, en Julio de 150S, después de contestar Fuensalida á los Consejeros del
Rey (que le inclinaban á que le hablase dulcemente y callase ante sus agravios), que no lo
haría aunque perdiera la cabeza, el Rey le habló más blandamente.
(lentos, como Du Boys, Dtxon y Hume, le harán coro llamándole, como atrás
se dijo, altanero, hombre de altivos modales, demasiado vivaz y tieso. No voy
zarla, como dice Dixon, fué ya recomendado por Doña Isabel á Puebla y á
Estrada para que oyesen lo que les comunicase, así en lo del Tratado y des-
posorios como en lo del socorro que de Inglaterra necesitaban los Reyes para
sus guerras. Por su parte, D. Fernando, deseando saber si Inglaterra, para
ir á la guerra, se contentaría con la Guyana y Normandía, en cuyo caso
tendría su ayuda para arrancárselas á Francia, encargaba á Fuensalida
que ante todo dirigiese sus esfuerzos á concluir el matrimonio de Doña Ca-
talina, y á averiguar si Inglaterra quería paz con España.
En su primer viaje á Londres, en Julio de 1500, no vio en el Dr. Puebla
cosa que le disgustara, y creyó que deseaba el servicio de los Reyes; pero no
tardó mucho en cambiar de opinión.
Enviado á Inglaterra con Juan de Sepúlveda, en 1487, para ajustar trata-
do de alianza y para concertar el matrimonio de Doña Catalina, entonces de
cuatro años, con el Príncipe .Arturo, que tenía dos, firmó el Doctor las capi-
tulaciones el 27 de Marzo de 1489. Hubo un regateo acerca de la cuantía del
dote, porque los españoles ofrecían cuatro veces menos de lo que se les deman-
da bn, con gran extra ñeza de los ingleses, que no com prendían la negativa,
puesto que el dinero, decían, no tenía que salir del tesoro de los Reyes, sino
y ajuar de casa, y siendo las joyas apreciadas por tasación exclusiva de pla-
teros de Londres. A éstas seguían otras condiciones onerosísimas (1) para
glés ni castellano que hablasen bien de él, y como había escrito á los Reyes
que D . Pedro de Ayala le turbaba los negocios y que se le quitasen de al
lado, ñ/e/isalida acudió á Enrique para que ya que conocía de dónde dima-
naba la discordia entre los dos embajadores, le dijese de cuál estaba más sa-
tisfecho. La respuesta fué que Puebla había servido tan bien, que no querría
le llamasen sino para remunerarle; pero que Ayala e/a tan gentil persona y
tan de bien, que por cosa del mundo quisiera que se fuese.
que un embajador; les vendía los negocios de allí por onzas, haciéndoles muy
difíciles las cosas que de Inglaterra deseaban, ó porque las tuvieran en más,
dinero con ella por que se hiciera. Todo cuanto había hecho había sido en
ventaja del rey de Inglaterra y en provecho propio. Por último, decía que él
falta de dinero para pago del dote, por los grandes gastos que los Reyes Ca-
tólicos habían tenido. Negó él haberlo dicho, antes afirmó que sus sobera-
"inente esta dilación . Y luego, acercándose al oído del Rey. añadió: '
— Pero
"la procuraron por vías oblicuas y sin ningún mal propósito. A lo que con-
testó el Rey enojado, que con él eran excusados tales medios, y que aunque
á su hijo se ofreciese casamiento en que llevara Francia é Italia, preferiría d
la Princesa.
(1) De él lia escrito Hume en su obra: «Embajador tan extraordinario sólo era posible
con monarcas tan astutos como Fernando y Enrique. Haijía sido alcalde. Pobre, vanidoso,
avaro y corrompido, el último le dominó desde el principio. Representaba además Papa y al
al Imperio. Era casi el i'inico admitido á la confianza de Enrique. ¿Poiqué era embajador de
D. Fernando? Por creerle i'itil para conocer los pensamientos de Enrique, así como éste le
conservaba para hacer traición á D. Fernando. Él vendió á los dos, aunque ninguno le pagó
completamente sus servicios. Cuando no coun'a á la mesa del Rey ó de los nobles, vivia en
una casa de mala reputación, pagando dos peniques de hospedaje, engañando á los compa-
ñeros de casa en interés del huésped. Embustero, adulador, espía, servía á dos picaros pica-
ramente y recibía en justo pago el desprecio de los hombres honrados".
— i.xv —
ciembic de 1501, escribió la Princesa á su padre y que copio por no //aliarla
en el Calendar (1):
"trario, y que cada dia se me crecen trauajos, y todo esto por causa del Do-
"tor de Puebla, que no le a vastado que dende el principio capitulo mil fal-
"sedades contra el seruicio de V. Alteza, sino aora aberme dado nueva pena,
"y porque creo pensara \'. Alteza que me quexo sin razón, le quiero dezir
"todo lo pasado; ya sabrá \'. Alteza como muchas veces le escrito que des-
"pues que a Inglaterra vine no he tenido un solo maravedy, sino cyerta suma
'que para comer se me daba, y esta era tanta que no bastaba sino con mu-
•chas devdas que en londres tengo, lo que mas me pena es ver a mis ser-
"vidores y criados perdidos y que no tienen que se vestir, y esto a sydo todo
"hecho por mano del Dotor, que aunque V. Alteza le a escrito mandándole
„que tuviese manera con el rey de Inglaterra mi señor que acá se le diese
"V. Alteza. Aora señor, de pocos dias acá, doña elvira manuel me pydio li-
cencia para ira Flandes a curarse de una enfermedad que le vino a los
"ojos, que perdió la vista del uno, y ay un fysico en Flandes que sano á la
"que asi lo tenia suplicado al rey, mas negocio que el rey me quitase toda
"mi casa y que tomase toda mi cámara y la mandase poner en una casa suya
a donde yo no fuese señora de nada della, y destó todo no me pesa, sino
"por que lo que toca al seruicio de \'. Alteza aze al contrario de lo que avia
"de ser. suplico a V. Alteza que se le acuerde que soy su ija, que no con-
"sienta que por causa del dotor tenga tanta pena, sino que mande venir aqui
"vn embaxador que sea verdadero seruidor de V. Alteza, y que por ningún
(1) Museo Brit. .Acta inter Angüam Castiliam et .Aragonianí, Bibl. Cottcii. Vespasiaii
CXII. Plut. XXV. .Ws. folio 250 vCopia del Sr. Oayaiígos).
"interese dexe de hazer lo que á su seruicio cumple, y si desto V. Alteza no
"me cree, mande venir aqui vna persona que le informe de la verdad, y des-
"pues liara lo que mas fuere seruido. de mi se dezir á V. Alteza que en ver
"azer a este onbrc tantas cosas no como de buen seruidor de V. Alteza me
"da tanta pena y coiígoxa que me ha quitado mucha parte de mi salud, por
"¡o qual a dos meses que estoy con muy grandes tercianas, y esto sera causa
"que me curen poco, a Y. Alteza suplico que me perdone porque me atrevo
"a suplicalle me aga tanta merced de mandar que este dotor no este aqui,
"porque, cierto, no cuinple a servicio de V. Alteza el qual pospone el al pe-
monias; pero el estado del Príncipe, el más pequeño de cuantos había visto.
No había logrado saber por Puebla en qué consistían sus reutas, cuya tercera
parte había de disfrutar Doña Catalina. Él había averiguado que ascendien-
do á 27 ó 28000 coronas, sólo la tocaban ó ó 7.000. La renta ordinaria
considerábala poca, y lo que el Doctor le ponía por principales entradas del
Príncipe, que eran penas de cámara y achaques, parecíale renta del Purga-
torio, por ser de penas.
En 15 de Abril de 1506 había pedido la Princesa á su padre que envíase
á Londres por su embajador á D. Pedro de Ayala ó á Fuensalida, pero no á
Hernán Duque, aunque ya liabía estado allí, y en 18 de Julio del último año,
escribía otra vez: — «Torno á suplicar á V. Alteza que el que aquí hubiere de
"benir, tenga la autoridad y persona que dicho tengo, porque tiene más que
"azer que V. Alteza piensa, ni yo lo podría dezir, por ser los deste reyno tan
"diferenciados de todos los del mundo, que para negociar en él son menes-
"ter más circunstancias que en otro ninguno, en especyal que es la dificul-
"tad doblada, por estar todo en el estado que está. . . N' antes avria por bien
"ver venir tal persona qual digo sin el dote, que no el dote sin persona bien
"suficiente, 6í.»
Siete días después volvía á escribirle que no tenía que comer; sus deudas
eran muchas; que sus criados estaban á punto de pedir por Dios y que el Rey,
(1) S¡j;iie una postdata que no se copia por tratarse de la cuestión del dote, joyas, &.
— LXVll
había pagado los dineros prometidos. Andaba desnuda, sin tener ni aun
para camisas; desde que salió de España, solo se liabía lieclio dos ropas
nueras, teniendo que vender unas manillas para hacerse una ropa de tercio-
pelo negro. Había estado seis meses antes á la muerte, y no entendiendo el
inglés, hubiera muerto sin confesión, pues no tenía confesor, ¿-, &.
Un año después, su suerte seguía invariable. Lo que más grave se la ha-
cía de sufrir era ver tan de tarde en tarde al Príncipe, pareciéndola crueldad
que, viviendo en la misma casa, pasasen cuatro meses sin verle. Puebla, con
referencia al Rey, la decía que éste lo hacía por el bien de la misma Prince-
sa, á fin de que, sabiéndolo su padre, D. Fernando, diese prisa al pago del
dote. «Así que, decía la Princesa, en nada no hay mejoría por ahora. \'. Al-
"teza manda que entre tanto tenga la manera que viere ser necesaria. Vo lo
"he hecho hasta aquí con el mejor tiento que á mí ha sido posible, y por
"hacello he sufrido ser mártir, y así lo seré todo quanto V. Alteza mandare,
"pues bien puedo jurar que yo lo hago más por servicio de V. Alteza, que
"por lo que á mí misma me toca .
dotes que su hija le pedía para su embajador, cuando le eligió para tal cargo.
1) La primera milad se había pagado cuando la Princesa fiiéá casar con el Príncipe Ar-
turo. De esta segunda mitadque dar 15.000 escudos en dinero; otros tantos en oro y
liabia
plata dorada ó blanca, y 20.000 en joyas. La muerte de Doña Isabel y del Archiduque, la sa-
lida de D. Kernando del reino y otras causas eslorb.iron el payo, por lo que F.nriquc \'ll
concedió dos prórrogas de á seis meses cada una, que ahora cumplían.
el pago, y se enteraría de lo que ofrecían á la [Princesa para sustentar su
casa y estado, aunque esto parecía estar contradicho en la capitulación. De
todos modos, trabajaría por sacar el mejor partido posible y el Rey se lo agra-
decería y premiaría.
Como la Princesa llevó en joyas y atavíos más de diez y seis cuentos, so-
brarán más de cuatro para cumplir los 35.000 escudos abonables en joyas y
plata labrada; por lo que lia de cuidarse que en esto no reciba agravio la
Princesa. Si el rey ingles quiere que se confirme la confederación pactada en
Llevaba Fuensalida una carta del Rey, de creencia, en que llamaba toda-
vía embajador á Puebla, y otra para éste en que le decía por qué le quitaba
el cargo. Si después de hablar con la Princesa viere que convenía ayudarse
del Doctor, se le entregaría la primera; en caso contrario, la otra.
•riéndose al de Doña Juana con el rey de Inglaterra, diréis al Rey todo lo que
"sobre ello ha pasado, y que por vuestro medio y de Juan Stil le comunicaré
"lo que después sucediere.» Esta Instrucción está fechada en Burgos á 7 de
Enero de 150S.
Con pretexto de la gota, el Rey se excusó de recibir al embajador, y fin-
giendo dar gran importancia á saber antes que nadie noticias de los Reyes, y
alegando ser contrario á las costumbres del reino que el embajador viese pri-
sirvió tampoco publicar que iba á pagar el dote antes de concluir el plazo, y
que el dinero estaba ya en Londres, porque comprendió que á los consejeros
LXIX —
"la den, y otras nos darán con muchos dineros que no son de tomar, y aun
"que devriamos dar dineros porque no nos las diesen. Sin ofender a aquellas
"Princesas, por ésta, si no la tuviesedes, deberíais dar dinero, pues á las otras
*Me dicen que habéis de hablarme de otras cosas; traigamos una silla y
"hablemos.
Era por entonces principal anfielo del Rey casarse con Doña Juana (y de
esto esperaba le hablase Fuensalida), porque á toda costa ambicionaba in-
(1) Los elogios del Rey parecían sinceros. En la fiesta celebrada por el desposorio de su
hija María con el Príncipe D. Carlos tomó á ésta por la mano y por otra á Doña Catalina, y
dijo á Fuensalida: - ^.Mira, embajador, si es razón que esté yo ufano de estar entre dos tales
..Princesas; la Princesa, mi hija, que Dios ha juntado un tal par como son ella y el Príncipe,
"mi hijo, de yo espero, plaziendo á Dios, haber herniosa generación, y la Princesa
los quales
"de Castilla, mi hija, y el Príncipe de Castilla, que asimismo son hermosas criaturas. Vedesla
•aquí, y vos conocéis bien al Principe, que me dicen que es una linda criatura. •
A/t'/n/í/o éste á su proj'ecto, llamó d Doña Catalina al saber qiu; había
recibido cartas de España, suponiendo que tratarían del caso, y cuando supo
quena, la dijo: —El Rey vuestro padre es muy saje y tiene buenas pala-
'
bras; mas claramente se ve que no ha gana de casar á la Reina su hija, sino
"que la quiere tener asy por tenerse aquellos reinos y gobernallos. Hace
"mano de Doña Juana no debía ser prometida, pero que el Rey debía ser
Doña Catalina, d quien ya wia vez, en 1507, liabía enviado Enrique VII
200 libras, rogándola que hablase á su hermana en su favor, la escribió que
si casaba con él, sería la más poderosa Reina del mundo, y en pocos días se
conquistaría el África entera. Constábala, como á su padre, la imposibilidad
regateos y discusiones con el embajador acerca del dote (el mayor que se dio
á hija de España, pues que con las alhajas subía á 240.000 coronas i, perte-
nencia de las Joyas, su uso, &., acusándose mutuamente de falta de vergüen-
za. Fuensalida les dice que no habían dado á la Princesa ni sortija que va-
liese un ducado, antes despojádola de los vestidos, atavíos y preseas que
— I.XXI —
del de D. Carlos y la Princesa Alaría. Por otra parte, conocía las esperanzas
dinero, sin contar con las joyas, dispuso Enrique someter á Doria Catalina
d tan indignos tratos, que la lucieron escribir tí su padre que aunque la
que las cartas que salían se tomaban y las que entraban se abrían; que no
iba correo sin permiso del Rey; que además de las joyas del dote faltaban
cabo las joyas y pagase al inglés en dinero, á reserva de venderlas luego con
más ventaja que en Londres, en España ó en Italia. Estas nuevas exaspera-
ron á D. Fernando, al menos en la energía de la frase, y contestó á Fuensa-
lida que si se negaban á entregarle á su hija, en caso de deshacerse el ma-
trimonio, lo que no creía, él la amaba tanto, que iría á hacer la guerra al in-
LXXll
"que siente. Pluguiera á Dios que fuera yo tan rico que pudiese cumplir la
"codicia destos, aunque fuese yo á pedir por Dios, por verla libre de tanta
«injusticia >
Gales. Los sufrimientos de la hija debían ceder ante el objeto político de apar-
tar por tal modo á Enrique Vil de la alianza francesa á que se inclinaba, y
ella tenía que pagar la enormidad contratada por el embajador Puebla, por
él escogido y por él sostenido en Inglaterra.
Con Justísima razón escribía más tarde Fuensalida que la Princesa decía
á veces entre lágrimas: — < Yo fui tan desdichada que en mi desdicha nacen
"todos estos inconvenientes, y parece que el Rey y la Reina, mis señores, me
"tuvieron por desechada, según lo que me han dejado padecer en este reino.
"Pluguiese á Dios que fuera yo en su Casa Real como fueron las hijas del
"uo se vee como la dan de comer y en qué, y como la tratan... Suplico á Vues-
"tra Majestad que no aya misericordia della como padre, mas como Prínci-
"pe que ve á vuestra hija de Reyes tan maltratada... Nunca tanta crueldad se
"tuvo con cativo en tierra de moros como aquí con la Princesa. ^>
Halló Ftiensalula el Consejo privado del Rey todo de mujeres, que eoiio-
con noticias ciertas ó falsas, la decían que el Rey estaba libre de lo capitu-
bilidad de que se le diese la carta del Rey en que se le privaba del cargo de
embajador, y Fuensalida se la entregó. A megos del Doctor le concedió un
plazo de quince días para hacer pública la deposición; pero siguió braveando
y diciendo que como domó á los demás le domaría á él. Entonces Fuensalida
comunicó al Consejo del Rey que Puebla había perdido su carácter oficial.
Rey que no deseando otra cosa sino que la negociación se concluyese con suer-
puelas el día que lo terminase, iría gustoso. Tal era su conducta generosa
10
el: pero que aún estaba insepulto el cadáver de D. Felipe. Como prueba de
su intención, alegaba el haber dejado á solas con su hija á Juan Sfil, en-
viado de Enrique, para que la diera sus cartas j le di/era lo que había visto
por sus ojos, porque Doña Juana estaba tal, que sólo viéndolo podía creerse.
Había que emplear mil rodeos para conseguir de ella algo, y no contrade-
cirla nunca. A veces negaba una cosa, y d pocos días, con ligera mención, la
pedir los 100.000 escudos, y redobló su crueldad en los malos tratos para
con la Princesa. Quitároida su cuarto y la dieron uno malo para invierno y
para verano, y próximo á otro con /¡estíferos olores; suprimióse la comida á
No hay /nativo para suponer que al decir esto la Princesa no fuese sin-
cera, y siéndolo y renunciando así i¡ un casamiento con Príncipe tan gallar-
do, su desinterés destruye ciertas acusaciones que se le han dirigido acerca de
su temperamento.
- I.XXV
El embajador hizo tres ó cuatro proposiciones acerca del pago, todas re-
chazadas, y en cunferencia de más de tres horas con el Rey, volvió este al tema
favorito de su casamiento, dicirndole que el no era disimulador, y que si Don
Femando lo quisiese de veras, enterraría á D. Felipe; pero que buscaba aquel
achaque para gobernar solo.
que no había podido pagar al francés sus deudas hasta estar en Castilla, con
sus rentas; que quería engañarle con las joyas de la Princesa; que tenía á
Doña Juana presa, pues si no, ella dispondría de otro modo de su persona y
bienes. Llegaron á tanto las injurias, que la Princesa aseguró que había esta-
do á punto de responder desatinadamente, aunque supiera perder su negocio.
Las damas iban á condolerse irónicamente con la Princesa por tener que
irse d Castilla.
bre, que por no tener para casar á su hija, iba á llamarla d su lado. Tan-
"tas cosas propalan contra V. Alteza, escribe Fuensalida, que sería menester
•'Otra condición que tienen los castellanos para podello sufrir de no respon-
"der, y desatinadamente. Yo estoy fuera de paciencia.
•ren por estas partes, y porque conozca mejor quien es este Rey; mas porque
"de los reyes las personas bajas no han de hablar mal, no digo quien es; mas
"él se lo dirá aunque calle yo. Crea \'. Alteza que no hay sino un marrano
•en el mundo, y que la injuria que se hace á uno todos la sienten. Tan ene-
"migos están de V. Alteza.
Las noticias que Stil había enviado al Rey relativas á su matrimonio, te-
naz propósito de su enfermiza mente, le traían tan bravo que nadie se atre-
que no podía verla. Unos decían que estaba ético; otros que tenía bubas. No
comía carne; tenía gran sed; su flaqueza era extremada; pero no hacía caso
de los físicos.
I.XXVI —
Conforma con estas noticias de Fuensalida lo que escribe Bacon del Rey,
que padecía alucinaciones y se figuraba ver aparecidos que creía conjurar
una cámara, sin más entrada ni salida que por el cuarto del Rey. No podía
hablar á su padre, si no sólo responderle.
En cuanto al embajador, le traían de espera en espera como Juguete de
niños, mientras el Rey atisbaba por una ventana sus inútiles idas y venidas
á Palacio. En una de las innumerables discusiones de leguleyos y de distin-
gos con los del Consejo, sobre las joyas y el dote, le dicen que se gastaban
con la Princesa más de 8.000 coronas, y se quejan de que los Reyes habían
enviado presentes al Príncipe D. Felipe; pero al de Gales ninguno, con otras
mezquindades por el estilo. Fuensalida pierde la paciencia y con gran ener-
gía les contesta: < No lo puedo eso sufrir con paciencia. Dadme á mí cuatro
'mil y yo le daré muy mejor de comer al doble de lo que le dais á ella y á
" dores . <^Y es verdad, añade, que no ha comido en toda esta quaresma bo-
"cado de todo lo que la llevaban de la cocina del Rey, sino lo que yo la en-
"viaba cada día.
Por este tiempo, y acaso en venganza del frustrado matrimonio con Doña
Juana, se acariciaba en la cámara de Enrique Vil el plan siguiente: Maxi-
miliano, quedándose en Flandes para hacerle espaldas, le entregaría al Prín-
cipe D. Carlos, que casaría con Madama
Margarita con dotes de Castilla y
de Sabaya. Luego iría á meterle en Castilla, y á cambio de gran suma de oro
de Inglaterra y parte de las rentas de Castilla, Maximiliano le daría sus
poderes para ser tutor de D. Carlos y Gobernador del reino. Además se apo-
deraría de la persona de Doña Juana, sana ó enferma; se casaría con ella y
se titularía Rey de Castilla. Una variante era dar dinero Enrique á Maxi-
miliano para que fuese á España y ayudarle él, dándole Santomer, seis le-
"ces ni por tres reinos como los suyos, no me caso; pero dicen que es D. Fer-
"escusemos los de dentro de la cámara, porque estos son los que acortan la
"querrá hazer esta.^ —R. *Ese matrimonio sería bueno, y siendo yo hijo del
"Rey, mi hermano, de todo, y podría mandar el mundo. Yo no
él sería señor
"
E. <;Don Fernando no teme á los Grandes. >
—R. Pues
< á mí me han bus-
"cado para alborotos. . .
y para asosegarlos bien sería que me tuviera por
"hijo.
doliéndose de haber dejado por ella para su hijo casamientos de damas tan
buenas como ella y con cuatro tantos más de dote; que en cambio su padre
había faltado á su palabra; que los 200.000 escudos á él se los dieron por-
contentaba con que le hubiese dado dos hijos para una hija, y él un sólo
dote. De que el rey de Francia le había enviado de regalo uri caballo caste-
llano que le dio D. Fernando, toma pretexto el de Inglaterra para sacar á
la Princesa al campo á verle hacer maravillas, á fin de echarla tn cara que
su padre jamás había enviado regalo alguno.
Con esto no cesaba el mezquino regateo de las alhajas de plata que el
"dría que arrepentirme.» Así podría casarse con otra princesa de Francia,
Flandes ó Alemania, y aunque no sería con perjuicio de sus antiguos ami-
trato que recibía y pensando que sii padre la tenía olvidada, pues en tanto
tiempo ni la había dicho que' pensaba hacer en su caso, ni la escribía para
darla esperanza- Ni médico para asistirla tenia, porque el suyo había muer-
to, y el del Rey se había negado ó ir d verla. Un adarme de azafrán que
para una medicina había pedido á la cocina del Rey, se la había negado
también sin expresa orden del Rey.
Pero la política mantenía cerradas las entrañas del Rey Católico, y el
lida, y algo sin tiento, como él dice, contestó: — ^Stñor, el Rey, mi señor, es
«igual enfama y gloria y potencia con todos los Príncipes cristianos, y nun-
"ca acostumbra de poner tesoro en sus arcas (1), sino hazelle de gentes de
que Doña Catalina autorizase con su presencia, así como Fuensalida, los
desposorios de Madama Alaría con D. Carlos, delante de los embajadores
flamencos, que te/idrían así una prueba más del asentimiento de D. Fernan-
do al matrimonio, porque le acusaba de haberlos reprendido por liaberle con-
certado, y de haber sido causa de que llegasen tan tarde. Al efecto, mitigan-
do sus rigores, el Rey había sacado tres veces á la Princesa para tenerla con-
tenta. Pero ella entendía que no habiendo de casarse con el Príncipe de Ga-
(1)Se ha dicho de Enrique VII que tuvo más sed de oro que de sangre, y que enterra-
ba dinero ó lo encerraba en arca?. Los historiadores ingleses no niegan su avaricia, pero
el
elogian su humanidad y clemencia, que sólo falló en el perdón del hijo del Duque de Cla-
rence y último vastago de la Casa de York.
(2) 509 todavía no había vuelto á ver al Rey desde aquel acto, « por-
En 20 de Marzo de 1
"que muestra, dice, tener gran enojo de mi, y no dice que es la causa porque yo no quise es-
Mar presente al desposorio.»
y
en aquel acto, como era su deseo y el de los suyos, el asistir á él, pare-
¡es
"riré, dice, que dar ocasión á nada contrario á mi padre, y antes de hacerlo
"me ternía por bien aventurada. Aunque me falte constancia para todo lo
"Otro, nunca en lo que tocare al servicio del Rey me mudaré, como verda-
"dera hija lo debe de hacer. Y no me fiaré más de las palabras del Rey, sien-
por la primera ni por la segunda, y aun, que si no fuese tan largo el camino,
iría á oírlo de boca de S. Alteza, puesto que hacie'ndose así para la entrega
de una fortaleza, más debería hacerse para resolución tan grave. ¡Tan bien
conocía al Rey, y tanto dudaba que por mortificación más ó menos de su hija
cansaba en el paseo, tenía que alquilar el primer rocín que pasaba, pues la
dejarían morir por no gastar un dinero más con ella, y la harían desesperar
(1) 'El extranjero que mete eii Inglaterra liacieiicia. dice Fuensalida, resuélvase á perder-
"la si se la quieren lomar en justicia. Dinero, una vez entrado, no puede salir sino por cam-
"bio. Ningún extranjero puede dar á otro moneda de oro ni á cambio, ni por mercadería, so
"pena de perderla y dos tantos más, y asegurando de comprar otro tanto de mercadería cuan-
"to da á cambio.'
Resuelto también el embajador á no asistir d la ceremonia del casamiento
si no se hacían los dos á la vez, aconsejó á la Princesa que si las gestiones
que él hacía fracasaban, resistiese ella; pero que si el Rey la apremiaba, aun
después de exponerle las razones, cediera, pues mejor era que le echasen á él
"ranza que el Príncipe sera mejor que su padre. Plegué á Dios questa espe-
"ranza salga verdadera; mas ningunas apariencias ay dello, porque hablando
"verdad á V. Alteza, sabe poco, y no le tienen por bien acondicionado. ^>
(1) Más tarde dijeron al embajador que, por consejo del fraile confesor de la Princesa, y
por intermedio de un agente suyo, trataba ella deque Fuensalida no asistiese al desposorio,
y
procuraba que los ingleses supiesen que ella quería asistir, á fin de que el Rey acabase de
estar mal con el embajador
(2) Véase pág. LXI.
11
LXXXII —
lucha con el Rey, con muchos de sus compatriotas como Puebla y Esquivel,
complacerla, por su ausencia del reino, y ella le encontró por fin en Abril de
1507. Era éste fray Diego Fernández, que hallándola en aquel desamparo,
tomando con calor su defensa y empleando con vehemencia las armas espi-
rituales del cielo y del Infierno en época de tan arraigadas creencias y con
espíritu tan religioso como la hija de los Reyes Católicos, pronto fué dueño
de la casa y del ánimo de la Princesa por gratitud y por temor (1).
Princesa á que se condujese con más prudencia para acallar los rumores que
sobre su confesor circulaban, retrasó toda comunicación sobre la materia
hasta nueve meses después de su llegada, en Noviembre de 1508.
Ya entonces, además de creerle un obstáculo para el casamiento del Prín-
cipe de Gales con Doña Catalina, tuvo que dar satisfacción á las quejas del
(1) Este fraile ignorante (véase el macarrónico y pedestre latín de sus cartas) era un jo-
ven vigoroso, audaz, ambicioso y tan disoluto, que degradado por un tribunal eclesiástico
por causa de concubinato, y expulsado de Inglaterra, acabó su vida en iwi convento de Espa-
ña, donde fué encerrado por orden de D. Fernando.
Dixon le llama ligero de cascos, lenguaraz, ignorante, hinchado de vanidad y orgullo, y
aficionado á alardear de poderío frente á Reyes y caballeros. Se ocupaba poco de D. Fernan-
do, y más en aconsejar á la Princesa que mirase antes los intereses de Inglaterra que los de Es-
paña. A pesar de lo cual era aborrecido en la corte, y Enrique Vil preguntaba cómo podía
valerse aquélla de hombre tan vil. «Sin embargo, toleraba los escándalos, dice Hume, como
"excusa para retrasar el matrimonio de Doña Catalina.»
camarero Juan de Cuero, que, encargado por D. Fernando de conservar ínte-
chornoso espectáculo acabó con refugiarse los reciencasados en casa del em-
bajador.
»
I.XXXIV
dijo ésta, que revela hasta donde llegaba su estúpida vanidad: — < En esta
"casa hay malas lenguas que me han infamado, y no con lo más bajo de la
"casa de la Princesa, sino con lo mas alto; y esto no es mengua para mí, y
sin compañero, pero en unión de tres ó cuatro hombres con espadas y bro-
queles. Llegaron al embajador quejas del escándalo, y se decidió á hablar á
la Princesa refiriéndola cómo su confesor andaba de mesón en mesón y de
platero en platero vendiéndola la plata; pero ella se enojó al oírlo; le defen-
dió alegando que lo hacia con orden suya, y acabó por decir que aunque no
fuese sino por tenerlo ella por su confesor, debería considerársele por muy
honrado.
Sabiendo por la Princesa lo ocurrido, fray Diego se ensoberbeció y tra-
bajó nuevamente por ponerla mal con el embajador, y para que no le viese,
Como por su parte fray Diego la contaba cuanto le ocurría con el emba-
jador, ella le escribió, dice éste, cartas desabridas para hacerme desati-
"nar; asaz poco honestas para Princesa y para escribirlas á embajador de su
" padre. >
Luego mandó que nadie de su casa le viese, y le hizo saber que ella no
quería verle, porque el Rey estaba mal con él. Así he pasado cinco meses»,
decía Fuensalida.
"al fraile, y ale hecho totnar un pelligeruelo, que era del Dr. de Puebla, y un
"negro del maestresala Alonso de Esquivel. y otro que andaba á pedir por
"Dios, y estos sirven el manjar á la Princesa, que es la mayor vergüenza del
"y no lo ha querido hacer. Si \'. Alteza me dixere: Pues vos estáis ahí, ¿por
"qué no entendéis en que se haga dotra manera? >, digo á V. Alteza que si
Princesa en una casa de un parque aislado, con sólo tres mujeres, el maes-
tresala Esquivel, el camarero Cuero y eljraile, la convidó Madama María
á ir á Richmond. Opúsose el fraile, conminándola á que no fuese, pena de
pecado mortal, con lo que María, después de aguardarla dos horas en vano,
tuvo que marcharse. Al día siguiente cabalgó la Princesa con sus escasos
acompañantes durante una legua, hasta Richmond, donde entraron por la
puerta pública del parque, cerrando la secreta que había. Todo esto con gran
enojo del Rey, peligro de la Princesa y escándalo de las gentes.
«Cosas así la hace hacer el fraile, dice Fuensalida. Así Dios me salve,
"que agora que he conocido bien las cosas de casa de la Princesa, yo quito
"mucha y mucha parte de la culpa que hasta aquí daba al Rey de Inglate-
"rra, y no me maravillo de lo que ha hecho, sino de lo que no hace, ma-
"yormente siendo de condición que quiere que en su casa y en su reino, sin
"contradicción se haga lo quel ordena, y sufrir el Rey las cosas deste fraile
"que tan mal le parecen y que tanto le tiene sobre los ojos, los que lo cono-
"cen Ro lo tienen por buena señal. >
'•no dice quan bien y lealmente me sirve... Y porque las cosas que este em-
"bajador contra mi estado y honra de mi casa con su lengua descoiicertada-
" mente lia cometido por afición de una que fué mía, Francisca de Cácefes no
"se sufre fiallas de pape!, sino que querría más morir que no ver lo que he pa-
"sado y paso cada día deste embajador y de todos los míos, no creeré, etc.. ^
mejor confesor que tuvo mujer de Casa Real. Las acusaciones de Fuensalida
tenían por causa, decía la Princesa, su afición á Francisca de Cáceres, d quien
«V. Alteza sepa que es tanto menester remediar esto deste fraile y quitalle
'Princesa, saben bien lo que pasa, y no lo pueden sufrir. Con el último está
"la r^rincesa como si le hubiese hecho la mayor traición del mundo, porque
"estorba que no vendan cada día una pieza tie plata para conplir las locuras
"del fraile. En quince días vendieron de oro 200 ducados, todo para libros
Por todo ello y por estar tan avanzada la enfermedad del Rey, Fuensa-
lida aconsejaba á D. Fernando que pagase el dote «costásele lo que pudiere
costarle-, y que quedase la Princesa casada en Inglaterra. Además, consin-
tiendo en el casamiento de su nieto D. Carlos con la hija del rey de Inglate-
rra, ganaría para siempre su amistad y no se detendría el matrimonio de
Doña Catalina.
^
— LXXXVII
que en ellas yv.i, pues tanto a mi honrra y estado tocava, que por vyda de
"vra. alteza, no se puede pensar quanto el Comendador mendosylla estando
"aqui por emba.xador me desyrvyo en dejarse ablar lo q ablo y tomar las
"temas q tomo: aunque my confesor fuera el mas malo del mundo, por no
"azer verdadero al sobre dycho enbaxador, le avya de tener comygo en my
"servycyo y azelle un gran perlado, quanto mas syendo tal persona y tan su-
"fycyente qual creo vra. alteza conosce, pues le tengo en mi servycyo, y es-
"pero tener todo el tienpo que yo pudyere y vra. alteza fuere servj'do, y sy
"creyese notenello vra. alteza en la misma opinión, como es razón, me alla-
"no por el servycyo que me an echo, syno solamente por averíos vra. alte-
"za mandado venyr aqua, porque sy vuyera de myrar al atrevymyento
'dellos y del enbaxador, antes supiycara a vra. alteza a el y a ellos man-
•dara castygar; mas por fuerga se han de llamar mios. Supiyco a vra. alteza
«Y aunque sea seguro, escribía al Rey, que V. A. sin saber cierto por que,
"no me querrá deshonrar, pues de antes de agora tiene esperiencia de mi fe
"y lealtad, harta vergüenza seria para un ombre de tal edad, y que en tanto
"vergonzar mis canas, y estas parecerán ante Dios y ante V. A. tan sin ver-
— LXXXVIII
"güengn, en cuanto á ser linpio y leal servidor de V. A., que no Icmo á nin-
"guna persona deste mundo que contra esto me pueda macular. >••
< . . . Ocho meses ha que estoy tan ganoso de dexar esta vida, que la Se-
"fiora Princesa no tiene mas gana de no verme aquí que yo tengo de aver-
"me ido. y esta mesma gana teman todos los que vinieren, si presi'.mieren
da con el nuevo Rey, de quien ya algún palatino había dicho que no celebra-
ría aquel matrimonio por escrúpulo de tener por mujer á la de su hermano.
El 8 de Mayo había propuesto Fuensalida al Consejo un arreglo sobre el
"turco, porque son tales, que no pierden punto de lo que pueden hacer, ni
"miran á ir contra verdad ni amistad. Hagan ellos su hecho que de lo demás
"no se les da nada.»
En presencia de Doña Catalina se convino en que la amistad con Ingla-
terra quedase en los términos i n que estaba; Doña Catalina renunciaba al
dote, los ingleses la prometían la dotación que tenía la madre del nuevo Rey
y Fuensalida besaría la mano á Madama María llamándola Princesa de
Castilla.
.
I.XXXIX
nuevo Rey, debía hacer último de potencia por concluir el de Doña Catalina,
en lo que le haría señalado servicio (2). Envió letras por valor de 100.000 es-
cudos para el dote, pero advirtiendo que se velasen los novios en seguida, sin
esperar la paga, por quitar peligro; mandó que se cediese en todo con tal
Lo que en tantos años no pudieron conseguir del corazón del padre los
verle opuesto al casamiento. Si no, debía contar con el apoyo del fraile.
Con vehemencia que contrastaba con su anterior apatía, y con demostra-
ciones de cariño á su hija, hasta entonces adormecidas, D. Fernando en II y
18 de Moyo escribía también ofreciendo al nuevo Rey su persona y su poder,
pedían antes que el de Doña Catalina, y creía que cumplía mucho que Ingla-
terra, el Rey de Romanos y España estuviesen muy unidos. Con doble juego,
para conseguir la ciega sumisión del embajador y contentará la Princesa, es-
cribió á los dos en el mismo día 18. A Euensalida: = «Lo pasado entre la Prin-
había escrito del embajador había tenido grandísimo enojo, porque le envió
para servirla y no apartarse un cabello de su voluntad. Creía haber sido más
ignorancia que malicia, y si el negocio hubiera sufrido dilación, habría en-
viado otro embajador; pero por la urgencia convenía que disimulase y aun
que mostrase que perdonaba su yerro y le favoreciera, no mirando á él, sino
al embajador del Rey su padre, honrándole y tratándole bien, en particular
"Reina mi Señora, vuestra hermana, otra más baja y más abatida, /// en me-
ónos tenida que yo, no se hallará; pero otra más grande en desear servir al
"mundo.
Pues toda esta abnegación, todo el triunfo conseguido con la realización
del matrimonio de la Princesa, elogiado por D. Fernando y prometido agra-
decer con grandes recompensas, obtuvieron por premio, como dice Bergen-
Sustituyóle en el cargo 1). Luis Carroz, que bien pronto le dio la razón,
escribiendo acerca del confesor al secretario Almazán en 28 de Mayo de 1510:
Concluyo que diria que no he visto más mala persona en mi vida.» Y sin
fueron las nuevas mercedes con que de 1509 á 1513 demostró el Rey Católico
que el odio de su hija al embajador era injusto. Con todo, Fuensalida aban-
cómo allí un adulador cualquiera, un fraile como fray Diego, podía mancillar
una reputación é inutilizar brillantes y largos servicios. De haberla conocido,
pudo recordar en su desgracia la sentencia de su contemporáneo el gran Luis
Vives, muy conocedor de dqudla corte por amarga experiencia:
'En los palacios donde parece deberían tener su siento la más exquisita
mostró, acaso, demasiado enérgico y tieso (l),y que, por consiguiente, el Rey,
poco acostumbrado á tal trato, no quiso recibirle segunda vez. Ya se ha visto
(1) En una discusión entre el embajador y el Rey, en Noviembre de 1508, le decía éste:
• No
entendéis las materias, y por Dios no se que onbre os sois vos, que después que yo soy
"Rey an venido á mi tantos embajadores que no se podrían contar; nunca ninguno estuvo
"conmigo en las altercaciones que vos estáis.- - Fuensalida contestó: «Señor; si yo concedo lo
"que V. Alteza pide, escnsadas están las altercaciones; mas si no os lo tengo de conceder,
"forzado es que dé razón por que lo niego; y si estas á V. Alteza por altercaciones piensa que
"es desacatamiento, no conviene tratar negocios. Mas hablando con el acatamiento debido, el
XCUl
"monarca inglés.
Por último, Hume, en su obra The Wives of Henry Vil!, dice de nuestro
embajador: > Tan altanero como servil había sido Puebla, no logró satisfacer
"Rey y á sus ministros (en lo cual iiay cierta contradicción con las oraciones
"retóricas porque le censura Dixon)- Ofendió á Enrique Vil casi en cuanto
"llegó, y bruscamente tuvieron que negarle la entrada en Palacio. Sólo logró
"declarar en sus trabajosas entrevistas con los Consejeros que si la Princesa
"lio era enviada inmediatamente á España con su dote, D. Fernando y sus
"aliados se vengarían de Inglaterra. Enrique, que comprendía que con la
"le tetiían por bien acondicionado,» contradice algún tanto esta censura de
puesto que en 1514, al quejarse de la cólera del Rey contra Espuria, se dolía
de que le trataban como á un toro, no como á embajador (2).
En todo caso, el hombre que por premio de sus servicios pedía el humilde
(1) Al secretario Alinazáii había dicho en otra ocasión Doña Catalina, que cuando su
padre escribiese al rey de Inglaterra, «/^ diese á entender su poder y estado,» y junto con esto,
mezclase cebo de mucha dulzura, porque así cumplía al servicio de Su Alteza.
(2) Calendar, tomo 11, pág. 248. 6 Octubre 1514.
XCIV
Manuel y por Puebla detenía con sus ruegos al Rey la dulce venganza del
castigo para ambos con que éste le brindaba, no debía ser, creo yo, altanero
"res, que casó con Francisco Qrimaldo. Es la más aficionada persona al ser-
"vicio de su Alteza. Témela el fraile cosa que no se puede decir, y éste nos
Enrique \'lll, hizo pasará la posteridad con una aureola de gloria los sufri-
mientos y angustias de la Reina mártir:
brazos hacia los coros de bienaventurados que la llaman al cielo. Está ins-
"Asuredly.5
beneficios de ella recibidos, Vives, que á ruegos suyos escribió en 1523, para
la Princesa María de Tudor, la Epístola I De ratione studii puerilis, la de-
(1) „Es una excelente criatura y una encantadora dama, acreedora á nuestros más bené-
volos sentimientos."
XlVI
amparo durante las vergonzosas disensiones de! divorcio, raro era el amigo
á quien podía volver los ojos en Inglaterra (1).
cio fué el citado por Bacon (2), de haberse alegado en aquella causa que al
levantarse el Príncipe Arturo al día siguiente de su boda pidió agua, y que
como el que se la dio se sonriese, el Príncipe le dijo bromeando: < Se in medio
"Hispaniffi quoe calida esset regio fiiisse; iter auteni suum sitibmidum eiim
"reddidisseí (3). Argumento ridículo que trasciende á chiste de servidumbre,
gumenta causee, escribió: «...anzi confesso il medesimo Arrigo VIH iii una
"sua lettera a Cario V d'averla avuta vergine."
(3) Que había estado eii el centro de España, región cálida, y que la jornada le había
dado mucha sed.
(4) Cuando la Princesa se vio repudiada por su marido, escribe Bacon que dijo
que <
"nunca habia esperado mucha felicidad de sn unión con porque esla unión la familia Tndor,
"se habia comprado á cosía de sangre inocente.» Alndiendoal suplicio del Conde de Varwick
y de Perkin Vaerbeck, que se dice acabó de determinar á los Reyes Católicos al matrimonio
de su hija, desvanecidos ya con aquella ejecución sus temores acerca de la solidez de la dinas-
tía de los Tndor.
(•) .,No, en verdad, mis amigos, aquéllos que habían de contrapesar mis desgracias;
aquéllos que fortificarían mi confianza, no viven aqui; están, como todos los demás consue-
los míos, fuera de este lugar, en mi propio país, señores."
XCVII —
lidad en favor de Enrique VIH, que sólo era un sepulcro blanqueado, se-
criín la frase del último Itistoriador citado, manchen la memoria de la infor-
tunada Reina con acusaciones c^raves, hasta hoy sin fundamento histórico
bastante,y únicamente sugeridas por conjeturas y deducciones sacadas de
supuestos fisiológicos muy falibles, ó de datos contraproducentes.
Y primeramente, ¿por qué empeñarse, como pretende Hume, en sostener
que Doña Catalina trabajó con ardor por casar á su hermana Doña Juana
con Enrique \'ll? Podrá calificarse de astuta la política de 1). Fernando al
entretener con una promesa, en su conciencia, irrealizable por la locura de su
inocente que fuera. Pues de ser cierto el sacrilego trato de que se les acusa,
manifiesto les era que vivían en pecado mortal, y no se comprende que, te-
niendo en tal caso el fraile recursos más poderosos á que apelar para retraer
"como su madre!
Dixon afirma que cuando Fuensalida comprendió el ascendiente que el
I^ero, ¿en qué carta de Fuensalida (3) puede señalarse tal acusación? No
la hallé en ninguna de cuantas he leído, y valía la pena de haberla citado.
(1) Véanse sus palabras, en el texto, y Calendar, Supleiii. Carla tie Carroz, pág. 37.
(2) Cuando en 14 de Noviembre de 1501 la Princesa, doncella de diez y seis años, entró
en San Pablo conducida por el joven Duque de York para el nialriniouio con el Príncipe Ar-
turo, los ingleses admiraron la belleza y la modestia de su roslrn, realzado por sus hermosos
cabellos castaño claro, que caían sobre sus hombros, y por la mantilla ó velo blanco, prendido
con valiosas joyas.
Sir John Russell, que la conoció de treinta y tres años, aseguró que era tan hermosa como
pudieran serlo Ana Bolena y Juana Seymour.
Dígase, por úllinio, si no merece este elogio en el retrato atribuido á Holbein, que repro-
duce el adjunto grabado, aun cuando la representa de cuarenta y ocho años y con el rostro
ya demacrado por el sufrimiento Hermosa la llamaron, y hermosa les pareció á Enrique \'ll
y á sus dos hijos.
(3) No puede lógicamente deducirse tal cosa de la publicada en el Calendar, Siiplem.,
pág. 20, con fecha 20 de Marzo de 150().
Alí/i /nds crudo y descarado es el letigiiaje de Hume (1).
"sidera nuijer falible y bajo todos conceptos culpable, en gran parte causa
"Vimos ya por las ardientes gestiones que hizo para arrastrar á su afligida
"bía sido humillante y odiosa durante algunos años, siendo el juguete de las
"ambiciones egoístas de aquellos á quienes era incapaz de reprimir. Rodeada
"de personas que la odiaban y que la eran sospechosas, aislada é infeliz, no
"es extraño que cuando Enrique Vil se aproximaba á su fin y el matrimonio
"de Catalina con el Príncipe de Gales aparecía aún muy problemático, la
"lliaiiiie, slie was ill witli agüe, in debt and destitiitioii; and now this great sorrow had fallen
" lipón her, the ¡irepaiable loss of the one dear friend of her young Ufe, which left her lonely
••
ndeed.'
\Ve are all which befell her ¡n the coiuing years; her
familiar with the cliangeful fortunes
"iiiarriage with the yoiing kiiig of Kiiglaiid, Heiiry VIH, inimediately after his father's death
"in June 1509; her stately life as Qtieen of England, tlie troiibles and sorrovis which overwhel-
"iiied her later years, the anstere coiirage and dignity wliith which tliey were borne, and the
"pathetic and of all her greatness-so dearly bonght.*
The Qiieen of Earthly Queens, as Shakespeare calis her in that splendi J eiilogy which
•
"he piits into tlie moiith of King Henry VIII in the great trial-scene. >
In this history w e are oiily coiicerned with Katharine as the daiighter of Isabel oí Castile,
»
"and ninst now tiirn once more to the eveiits which touch npon the closing years of the
"Great Qiieen of Spain.^
(A Qiieen of Qiieens, The Making of Spain, by Christopher Haré, aiithor of 'Dante t/w
H'ayfarer;» The inost illustiioiis tadies of the itaiian Rriinissnncc; Felicita: a Román of
nld Sienna &.
Loiidoii and New-York - Harper & Brothers - 1906 -XII -372, págs. 8.° (Retratos).
(2) Confesaba dos veces por semana; coimilgaba los domingos; llevaba escapulario de
San Francisco; se levantaba á media noche á rezar los oficios, y se vestía á las cinco de la
mañana.
(5) Adúlese aciiií al legendario temperamento meridional i^ma dar fuerza á la suposición
fisiológica, cuando son notorias las muchas excepciones y las no pocas competencias y aun
superioridad queen este punto ofrecen los temperamentos septentrionales.
"(11 ittm de sus cartas, i^crii no podría olvidar que soy liija del Rey de Es-
"paña. ¡Antes que separarme del buen camino preferiría morir!
Natura/ y hoiirosamente se explica, qae cuando desamparada de todos
sufría tan malos tratos de los ingleses, defendiese con calor al que la defen-
verdad suele no poder atravesar los gruesos muros de los palacios. En todo
caso, habrá que confesar en ella defectos de la condición humana, no culpas
dé persona indigna.
Finalmente, y este argumento le repito, no lo invento. ¿Cómo se explica
que cuando para el divorcio con Enrique VIII se buscaban por todas partes
hasta falsos testigos que le justificaran, no se apelara, aunque sólo fuera
para intimidarla, como dice Du Boys, á sus sacrilegas relaciones con el con-
,? ffuticn
;e del I\
r de cui
1 Francia
prnnaví
ae Mila
" -
-I"' "" "
IOS os pscrihirpim
«5^^-
^.
--\
_^.-«'V'^*.«: .
^
Einlxijaclcí cu nicmciiiia.
INSTRUCCrOX
di' los Reyes raid/iros a guticjTC goiiicz de fucnsalida cuando ftied Alemania
á efectuar los casamientos del principe de castilla Don juan con la hija del
Rey de romanos y de su liiio el archiduque con la infanta de castilla doña
'Juana. — (.S". /. i^g^-6?).
Si cuando Ucgaredes a la corte del Rc\' de Romanos fuere ¡do Rojas a Irlan-
ijue abran mas ganas de venir sabiendo que acá hai guerra, que seremos ser-
vidos en que luego se vengan, pues a dios gracias son hechos los casamientos,
l)ara negociar con que fuere menester, según lo que Rojas os escribirá de
el lo
principios del 96, puesto de Noviembre de aquel año se verificaron los matrimo-
que en 5
nios por palabras de presente, y lo-; ilcspnsorios ya entrado el siguiente año.
12) La Princesa Margarita.
miento, si el tiempo lo sufre, y para esto deue se tener esta orden; que si
quando se hicieren los casamientos por palabras de presente ouiere alia navios
de nuestros subditos con que podáis juntar tal armada que sea para poder traer
seguramente a Madama, y hiciere buen tiempo para navegar, que en tal caso
procuréis que venga luego, y que Rojas tome todos los dichos navios que alia
se aliaren de nuestros basallos y los flete como mejor ]3udiere, que siendo acá,
le mandaremos pagar los fletes, y que en nombre de Dios la trayan en la dicha
armada, v aun su venida assy seria mas segura, por que podrían llegar acá,
antes que mucho se publicase su venida, y habiendo tal dispusicion para traerla
luego, no se devria detener por esperar los atavíos e aderec;os de su persona y
casa, que después se los podran enviar; pero si alia no se hallaren navios para
hacer tal armada, o el tiempo fuere indispuesto para navegar, en tal caso escrí-
banoslo Rojas con correo volante, y para cuando podra venir, y enviaremos a
la infante nuestra fija, y podra venir Madama en la armada que ella ira, de
manera que la detenida alia de Madama no ha de ser por falta de armada, sino
por esperar que faga buen tiempo para navegar si tal no lo hiciere.
como de suyo que no trayan mas, háganlo, y si no, dexenlo a voluntad del Rey
de Romanos para cjue la envien como el quisiere, y bastara que el Rey sepa
que de la manera c|ue enviare su fija le enviaremos la nuestra.
Iten, leuais una escritura en que va la relación de las cosas que han pasado
entre nosotros yel Rey de I'rancia, y vais informado de lo demás, y mosen
que el cartel que dimos al Rey de Francia que habla en lo de Ñapóles es fecho
después de la capitulación, pero en el juramento que fecimos los franceses lo
dilaciones para hacer entre tanto sus hechos, y despurs no com|)lira nada de lo
que le prometiere; de manera que el principal fin de vosotros ha de ser dar
priesa t|ue los casamientos se acaben y pongan en obra y desviar todas las
cosas que los pudiesen estorbar o alargar.
Iten, andando el tiempo, después de hechos los casamientos, cuando vierdes
que sea ora, procurareis de saber el fin que el Rey de Romanos tiene en lo de
Francia, y escrevidnoslo heis.
Rey de Romanos en respuesta de la pos-
Lleuais otra carta nuestra para el
trera que nos escribió; decidle de palabra de nuestra ]5arte mas largamente lo
contenido en ella y lo que mas os pareciere conforme a ello.
A Don Ladrón (I) daréis y dezilde de nues-
nuestra carta ([ue para el leuais,
tra parte que nosotros le tenemos por buen servidor, y que nos ha placido mu-
cho de ver el buen testimonio que le faze sobre ello el Rey de Romanos, y que
es verdad que algo estauamos descontentos del porque procuraba tanto lo del
duque de AUorca (2), que aunque creemos t|ue no lo hacia con pensamiento
que nos desirvia en ello, es cierto que nos desservia, porque a causa de aquel
de Allorca no tenemos al Rey de Inglaterra para contra el de Francia, ni le tie-
ne el Rey de Romanos, y que por esto el se aparte de aquello y continué a
bien servirnos, como creemos que lo ha hecho y hará, que nos tenemos volun-
tad de le hacer mercedes y se las faremos placiendo a Dios.
Leváis mas traslado de la carta que fecimos al duque de Borbon en res-
puesta de otra que el nos escribió, para que si alia vierdes c[ue sera bien mos-
trarla al Re}' de Romanos por lo c[ue en ella se habla de lo del imperio, gela
CARJA
de Gutierre Gomes de Fuensalida al Rey Católico. — (S. f. 14Q6 ?).
.\ca me
Rey de Romanos y madama Margarita
ha dicho el (^3 '
y
también en presencia del embaxador del Papa que agora alia esta y del de
Rey de Inglaterra estaua muy nial contento desta liga, como burlando dello,
diziendo nos que porque se hauia hecho syn el era todo el mal contentamien-
to, y que pprque tenia muchos dineros en una caxa encerrados queria ser ado-
rado, y por aqui algunas cosas de esta natura.de manera que su descontenta-
miento todos lo echan, á lo que muestran, a dos cosas: la una, a lo que arriba
digo de averse hecho sin el; la otra, porque parece ser le viene de daño de
mas de XL ó L .f) ducados que dexa de ganar con los venecianos cada año
haciéndose la guerra.
Esto, Señor, vos digo porcjue me escrevis que en que no lo avenios fe-
cho juez lo ha sentido hasta el alma, porque yo no puedo pensar de qué le
habiamos de hazer juez, estando como estaba <á la sazón tan mal con nosotros,
y, cierto, para alaballe de tan sabio como dicen que es, me maravillo de los
pensamientos que tiene sobre no ser mas de lo que es, mayormente lo que,
creyera, aunque de la corte tenia también algún aviso dello, que, cierto, no
nos faltaba agora otro sino que fuera a entender en el gobierno de España, y
quien ha ganado y á quien le toca por toda razón y justicia, y sabe mas su
lo
zapato en ello que todo el saber del resto del mundo, cjue quedase de fuera.
No me parece sino sueño quando hablan en esto, y pues que tenemos cifra ,
Duque de Haviera, que el Rey de Romanos hará mas de lo posible (|ue Ma-
dama Margarita vaya allá porque esto se haga, que Madama Leonor me di/en
i|ue no gela darán en ninguna manera, por ser tan chica; pero yo creo que
ni el liara el hijo por esta sobrina del Rey de Romanos, ni Madama Margarita
ira allá, ]iorque creed (.|ue se lo entiende todo ('i la mayor parle de los incon-
venientes que, .Señor, me escreliis <|ue se le seguirán si alia fuese, como ella
auiiqiie cono/co en ella que esta ijuilatla tlcl UkIo v¡\ su pcnsamientü. I )e loilo
padre y a
ello, si a su los i[\.[c le íindan a alrededor les unta las manos, estare-
mos a ver, que agora me dizen nuevamente han enviado alia |iara enviar escu-
saciones jiorque lo de Mailama Margarita no se ha hecho, y para entender en
el casamiento de su sobrino del Rey de Romanos, y yo creo vna vez para
conmigo que si su padre vuelve vna ve/ las i'S]ialdas para Ah^uania, (¡uc por
letras nunca lo acabará con ella, llágalo Dios como mejor fuere á su servicio.
V aun me han
dicho (|ue ha dicho que vos, Señor, estáis con miedo, y no
se de que suerte, <.|ue no se me diera mucho auni|ue no lo dixera, (|ue como
esta picado, creo estíi algo apasionado, aune|ue el a mi me dice todo lo con-
trario. ^ o es])ero en Dios (|ue lo hará todo mejor t|ue algimos querrían al
ultimo.
(Mvidabame, Señor, arriba de os pedir |)or nu'rced (¡ue pues yo arriba os
escribo la causa que agora dicen por lo que tanto pesa al Rey de Inglaterra
de la liga, que vuestra merced me escriba si le pese y
otra cosa ay porque
porque tanto le llega al alma esto y no avelle hecho juez, como. Señor, me
escribís.
I. OS REYES CATÓLICOS
(i Gutierre Gómez de Fueiisalida.
Por la otra carta nuestra que va aqui veréis lo i_|ue mandamos que digáis
de nuestra ¡jarte al Rey de Romanos. Leedle toda la dicha carta como va y
escribidnos lo que á ello 1
1); y porque sepáis todas las cosas que nos mo-
vieron á hacer esta tregua, demás de lo que decimos en la otra, para t]ue si
fuere menester sepáis responder á quien en ello \2) estas: la primera uer si
en este medio se ]iodria hallar camino para la paz ó tregua general, que entre
todos los de y Rey de Francia están al presente sobreseydas las (3),
la liga
dos ]Jor la liga y por las obligaciones particulares que nos ficieron ]iara que
rompiésemos la guerra. Parecenos que no es razón que nosotros por aqua
queramos entrar ni hacer guerra en Francia mas que ellos por allá, en espe-
cial pues |5or liga no somos obligados de hacer la guerra por aqua, \' porque
ración que como siempre han dicho los de la liga es (3) para defensión y
ga no nos concertáramos para hacer mas de lo que por liga somos obligados,
nosotros, guardando la tregua, podemos cumplir toda la obligación de la liga.
( Sodre).
Al (.'cimendador de llaro.
/NSJJ^L'CCJON
de ¿os Reyes Católicos d Gutierre Gome:: de Fuensalida para su embajada á
Alemania. — Alcalá S de Diciembrt de i4i)'¡-
El Rey e i, a Reina:
timiento, como quiera que ella se esliier/a mucho con mucha cordura como
quien es, i nosotros trabaiamos en aconsolarla y darle plazer como si nada
perdiera; y de su preñez sta buena, bendito Dios, y speramos de su miseri-
cordia que el fruto que della salira sera reparo y consolación de nuestro trá-
balo, y que de la princesa nosotros tenemos y tememos tanto cuidado como
tubieramos de su marido si fuera vivo, que en aquel lugar y en aquel amor
la tenemos y tememos siempre.
Otro si le dezid que vimos todo lo que nos screbistes hasta xxix de se-
tiembre, y que le agradecemos mucho que como verdadero hermano nos
dice lo que (l) por nosotros podría facer y nos conseia que no rompamos con
Francia ni tomemos solos la carga de la guerra, y ciue de tan Inien consejo le
quedamos en mucho cargo porque cmicemos que procede de verdadero amor
de hermano, y que, cierto, nos lo debe según el amor que a el v a sus cosas
tenemos, y que nos parece que dize muy bien, porque el v nosotros devemos
ver lo que nos cumple, por que ya el sabe cuanto el y nosotros hemos fecho
por los de (2) y como postreramente les ofrecimos que porque le ayudaren á
el para ronper en Francia fariamos nosotros solos por aqui tanto como todos
ellos alia, y que nunca lo quisieron hacer, y pues el no quiere ayudarse a si
mismo, parecenos que es muy bien que el Rey nuestro hermano v nosotros
veamos lo que nos cumple, y que si quisiere platicar con vos para que nos
scribais su parecer sobrello. nosotros asimismo le faremos saber lo que nos
pareciere, que para lo que toca á el y al Principe nuestro fijo no es menester
ofrecerle de nuevo lo nuestro, por que el lo y terna siempre tan cierto
tiene
como lo suyo mismo, según lo requiere el amor y deudo que entre nosotros
hay.
Otro si le dezid que después desto el Rey de Francia envió aqui sus em-
baxadores con (3) que venian á pedir paz, y como quier que platica-
mos con ellos paz general, como ya otras veces lo hemos hecho, dixieron que
no traían poder ni (?) paz general, ny hablarían en ella,
comisión para tratar
sino en paz Rey de Romanos y del Rey de Francia y nuestro,
y concierto del
porque en las cosas del Rey de romanos y del Principe se muestran muy bien,
y en nuestras platicas fecimos tanta mención de lo que toca al Rey de roma-
nos y al Principe como de cosa que conocieron que es aquel nuestro fin prin-
cipal, y ellos lo tomaron muy bien de manera que creemos que el Rey de
en tregua general, y ellos hauian por bien que se ficiese tregua general por tres
ron que no traian comisión para hacerla sin ellas, ni la harían, y asi nosotros
los despedímos para que se fuesen. Estando ya ellos despedidos para partir,
enviáronnos a decir que por que las cosas no quedasen en tanta rotura, que
les parecía que devíamos enviar á [iicg] de nuestra parte al Rey de Francia,
y que por ventura se fallaría camino para que alia se concertase lo que acjua
no se habia podido hacer. Respondimos les que por nosotros no quedaría
de hacer todas las esperíencías que pensásemos que pudiesen servir (?) para en
esto, y que nos placía de enviar como decían. Dixeron ellos que por excusar
guerra, seria bien que en tanto sobreseyésemos las [íhí6] faciendo tregua par-
ticular, pues ellos no podían facerla general sin las condiciones Q) dichas. Dexi-
mos les cjue a nosotros bien nos placía de ciuilar todos inconvenientes que pu-
diesen estorbar la paz, pero que no queríamos atarnos á ninguna tregua particu-
lar, sino que pudiésemos dexarla cada vez que pudiésemos, helios dixieron que
les placía de facer así, e nos ]ior ver si se podra fallar camino para la dicha
paz o tregua general, y viendo que entre todos los de la liga y Re}' de Francia
están presente sobreseídas las [dud] y por que no es razón, como dize el Rey
al
ficierenveamos el y nosotros lo (¡ue nos cumple, por que para con los de [//V]
nos parece que es en esto menester, por que cuando de aqua aflojamos tacen
lo que a el y a nosotros cumple, y quando nos ven en guerra no hacen nada,
acordamos de facer la tregua para tornarla cada vez que queramos con tiempo
de dos meses por que estos Q) dos meses nos pareció que eran menester para
consultar con el lo que he dicho, por (¡ue sí viésemos que cumpliese a el y a
nosotros tornar la tregua, lo podamos facer, C|ue por tanto le rogamos que el
quiera deciros su parecer sobre lo (jue el )' nosotros debemos facer, y sí en
tanto fueren alia embaxadores {}) del Rey de !" rancia, nuestro pareceres confor-
me con lo que os fablo el Rey nuestro hermano, y es, que visto lo que los de
[lii] han fecho y hacen con el y con nosotros y como otros se quieren ayud;\r,
que si el pudiere facer los negocios (.") de todos juntamente, que olgarenios
dello; pero si no los pudiere facer todos, que trabaíe de facer los suyos y del
Principe nuestro fi¡o y la paz [pie' gflí stiya] y.' nuestra del Rey de !•" rancia, y que
este mismo l"m ([uc nos ¡larece i|ue el debe tener alia tornemos nosotros aqua;
pero esto deue estar secreto entre el y nosotros, por que el y nosotros y sus
cosas y las nuestras siempre han de ser una misma cosa, y en la parte que nos
cupiese así a de mirar por lo suyo como pur lo nuestro sin diferencia alguna.
— 9 —
y i[ue sobre todo le rogamos qui' nos escriba su parocer, como entre herma-
nos se debe hacer. I'.ii Alcalá viii de deciemlire de xcvii.
G. GÓMEZ de FVENSALIDA
á los Reyes Católicos.
(3) « mismo han de hazer viniendo contra Milán, porque en aquel mismo
grado deven tener el estado de Milán que el suyo, porque sy el rey de I'rangia
cobrase el estado de Milán, no podría ser syno perdida para el Rey y Reyna,
mis hermanos, porque cobraría a Genova y de alli seria poderoso por mar
para ponelles turbagion en Qecjilia, lo qual les seria vn gran trabajo averio de
socorrer,)• la enpresa de Xapoles y C^ec;ilia toda hecha a vn ticnpii; asy que no
puede ganar nada el rey de Frangía en Italia que no sea perdyda para el Rev
y la Reyna, mis hermanos; y porque las cosas están en mucho peligro, es me-
nester que piense byen en ellas, y como prudentes las prouean, porque syno
lo proueen con tienpo podría ser que después fuese muy dificultoso de reme-
diar,y avnque se remediase, seria con mayores gastos, y porque yo tengo vo-
luntad de bengarme del rej' de Frangía y de cobrar lo mió. que no quiero otra
benganga del, y se gierto que mientra el rey de Frangía supiere que yo tengo
de dar socorro a Milán y a Italia que no verna a ella, syno que tenporizara y
syenpre hará gastar á los confederados, yo quiero hazer esta muestra de non
quererme ocupar en las cosas de la liga, syno ocuparme en guerra sobre mis
propias cosas, porquel se engienda en hazer la enpresa de Italia, ]3orque en-
prendyda aquella y viéndole yo metido en ella, ¡jucda mejor hazer mis hechos;
y sy todas estas cosas me faltaren y mis confederados y el Rey y la Reyna
despaña me fallegieren, lo que yo no creo, yo lo padegere y syenpre estare
esperando la fortuna, y quando la fortuna no me ayudare y mis amigos me
faltaran, no podre otra cosa hazer, mas a lo menos mostrare que no quedo por
mi de hazer y tentar todas las cosas; y esto aveys de escrivir con tanto secreto
que ninguno de los de Italia ni otra persona syenta nada desto, porque yo
quiero dalles a entender que de mi ayuda se han de desafuziar.>
<-Asy mismo el amor que esta entre el Rey y la Reyna despaña y mí es
tanto y con tales atamientos, asy de debdos como de escrituras, ciue ni yo les
contra Milán, yo se byen a quien avia de socorrer, y nos lo quiero dezir, avnque
se byen quien tyene mas negcsydad de socorro».
«ítem aveys descrevir a todos los enbaxadores del Rey y de la Reyna, mis
hermanos, que ellos trabajen de traher a estos potentados de Italia a que
vengan en darme xxvg) florines cada mes mientra tura la guerra, porque yo
ronpa en l'rangia, y yo solicitare por otra parte que los den al Rey ya la Reyna,
mis hermanos, y cuando esto sera acabado, yo avre placer que el Rey y la
Reyna, mis hermanos, regiban todas las pecunias, porque puedan hazer vn grue-
so exergito, m.as de lo que ellos harían para entrar en Francia, y entrando el
Rey mi hermano, como dicho tengo, yo le prometeré dentrar por estotra parte
con todo mi poder, porque yo estoy ya aparejado de gente y dinero y no me
falta otra cosa syno querer ellos que la cosa se execute, porque yo no quiero
del dynero de Italia, que nunca mas podra escriuir la Señoría de Venecia ni de-
zir el duque de Milán que el Rey de los Romanos es su capitán y que a su esti-
pendio haze la guerra a Frangía, ni para guerra de Frangía ni para otra guerra
que contra chrístíanos sea nunca tomare sus dyneros; para guerra contra los
turcos, tomallos ya (l) porque para allí convyene lleuar mas poder >.
\'^uestras altezas han sabido esta dyferengia que esta entre el Rey de Ro-
manos y la Señoría de Venegia sobre gícrta permutagion que el Rey hizo con
el conde de Gurigía de ciertos castillos, los quales la Señoría dize que son feu-
do suyo y que aquella permutagion no se pudo hazer syn su espreso consen-
timiento, y piden al Rey que resine el contrato que hizo con el conde de Gu-
rigía y que torne las cosas al prymer estado en que estauan antes de ser
hecha la permutagion. El Rey les respondió que el creya aver hecho justamen-
te la permutagion, y que no hera negesario aver para aquello ligengía el conde,
pues aquello hera cosa que pertenegia al Inperío y el conde hera subdito del
chas alU'raciones salieron de allí syn cunckisyoii nin^niiia, y asy el l\c\- ha ili-
dixo vn dia después de pasadas las fiestas de nahidad tpiel le daria res|)uesta
dende a quatro o cinco dias, y el Rey hi/o la respuesta por escrito y enbiome
a llamar para me la mostrar, porque \o le avia hablado sobre la materia su-
plicándole que quisiese dar tenplaila la respuesta y con alguna esperanza,
porque esta cosa tan pequeña no enpachase a las otras cosas mayores, y que
en esta cosa de Gurigia se tomase vn despidiente o medyo onesto a anbas
partes; v que me pare(;ia t|U(' ¡lara (|ue esta cosa no diese enpacho a las cosas
de y del rey de Frangía, que serya buen medio poner esta cosa en ma-
Italia
nos de \'. al. cjue lo determinase, no por via de ¡ustigia, mas de amigable con-
]3usigion. El Rey me respondió que puesto quel viniese en esto, sy sabia yo
que vernia en ello la Señoría. \ o le respondí (¡ue no lo sabia, mas que hera de
creer que no lo rehusaría. Dixome quel no declararía su voluntad sin ser cierto
que la Señoría quería tomar otro camino del que tomava, lo qual el sabia que
no lo avia de hazer, y que ni cjiíeria estar con el a derecho sobre esta causa,
ni quería que los enbaxadores que aquí estavan vntergediesen en buscar medyo
alguno y ( respuesta que tenia hecha, y preguntóme lo (|ue me
T) la
pondería otro dya, pues quería que pusyese el carro ante los bueyes, asy, por
estas palabras. Y otro dya después de la misa, en presengia de los príngipes
que con ely de los de su consejo y de los enbaxadores que aquí están,
están
le hizo res]3onder por un chanciller suyo desta manera: Enbaxador, vos aveys —
propuesto delante de su magestad y de los de su consejo y destos enbaxado-
de la Señoría vuestra, que el señor Rey de Romanos tyene hecho
res por parte
agravio a la Señoría de Venegia en la permutación que su magestad ha hecho
con conde de Gurigia, y pedís a su magestad C[ue resyne el contrato t[ue
el
tyene hecho, y aveys mostrado giertas escrituras y títulos para prouar vuestra
yntíngion. La voluntad del Rey mi señor nunca fue ni es de agraviar a la ilus-
trisima Señoria vuestra, ni de le tomar ni perturbar cosa que suya fuese, mas
antes ha estado y esta de voluntad de en todas las cosas conseruar el amistad
y confederagion que entre su magestad y la Señoria y en este vuestra esta;
caso de Gurigia su magestad pyensa tener buen derecho, y es verdad que lo
tyene; pero por seros buen amigo y confederado, su magestad se quiere poner
en justigia con la ilustrísíma como archiduque de .-Vvstria delante
Señoría, o
del gran consejo del ymperío, o como Rey de Romanos delante del conventu
de los electores del ynperio, donde mostrara la razón y derecho que a esto
para ver sy se podría mudar de aquello respondydo y dar otra respuesta mas
sabrosa, y yo hable al Rey, \' sobre muchas platicas pasadas, me respondió que
aquello avia seydo determinado por los de su consejo, que no se mudaría dello,
tan sobervíos, que piensan que por requerir que se resyne vn contrato de tal
calidad qual este es, se ha de resynar, y os digo que en toda Alemania no ay
vn voto que sea por ellos, y que ay mas de xxvQ onbres que yrian a su costa
contra ellos sy quisyesemos serles amigo, y de mejor gana ayudaran al rey
(.'')
que diesen al Rey de Romanos x.xv© florines cada mes mientra turase la gue-
rra, que ronperya en Frangía, avnque dize por otro cabo que no, y que hazien-
dose esto se podrían conponer las dyferencías desta Guríga.
Continuamente trabajo por sacar del Rey de Romanos respuesta de lo que
cjuíere hazer en quanlo al con|5lir con la .Señora .Vrchiduquesa los xx9 escudos
agora la vltyma vez que he hablado con su magestad sobre este caso me ha
dicho ([ucl hordcna su casa )• la de la Reyna su mujer, y que quando aya hor-
denado la casa de
reyna y le aya señalado lo que le ha de dar para el en-
la
yo ganar para el, y al capitán que alia tengo ni con vn florin ni con vn onhre
no le ayudan, sino están mirantlo lo que sera, como sy yo fuese otro que no
tuviese debdo ni amistad con su Señor, y antes creo que les plazeria que el
duque de Gueldres prosperase que mi capitán asy que ganase la tierra para
mi hijo y para los que le goviernan con mi gente y con mis dineros, syn
ayudar ni con buena palabra. Asy que mi voluntad clara y buena es para cun-
plir loque tengo asentado y capitulado; pero ellos alia no lo quieren cunplir .
Acáse ha dicho por parte del duque de Milán al señor Rey de Romanos
que \'. al. han hecho tregua con el rey de Frangía perpetua con dos meses de
contramando; asy por estas palabras y muy afirmadamente gelo ha escrito el
dicho duque. El rey no le muestra buena cara a esta nueva.
CARTA AXÓXIMA
tocante a la embajada de G. de Fuetisalida.
n 1 498.
{2) Autógrafa ik- <j. lU- Furusaliil:i.
)
xadiir V ese serenisinio Señor Rey de Romanos scriuieron a este señor Rey
mucho ail ])n')]50situm, y la Magestad deste señor comunico aquel negocio
conmigo niuv por estenso y embio su respuesta a ese Serenisimo Rey con vn
su oficial de armas, y asi bien scriuio al embaxadorde ñapóles, y estoy mara-
villado, estando vos, Señor, ende, como no se comunico también con vos para
que lo que aora me screuistes entonces se scriuiera, y lo yo recibiera, que se
me figura haze mucho al caso. De los resabios passados entre estos señores
no es menester hazer memoria, porque, cierto, no hazen provecho al higado ni
quisiera con este Señor Rey contratar, ninguna cosa por difícil que fuera no
ouiera t|ue aqua no se otorgara de las í\ue oy penden y desseamos; y porque
aquello no se hizo lo que estonces este rogara, es necessario al presente ro-
garle y buscar caminos para deseado, y ay tres cosas que causar pue-
el fin
den todo lo que en vuestra letra dezis, y aun mucho mas adelante, y sy las
dichas cosas prudenter se negocian, no dubdaria breue expedición en el caso,
V aun con grand ¡actura del vniuersal enemigo, y estas tres son: que pues lo
de aquel no se hizo, cjue se hiziese lo justo contra la que se dezia tia de
aquel, y ( I í. Lo segundo, las cosas de Flandes ynportan mucho en este
reyno, y sy aquellas son bien guiadas, es maravilla lo que de alli resultara. Lo
tercero, por este casamiento entre la señora Infanta Doña Cathalina y el señor
Principe de Inglaterra, que sy las dos primeras cosas fuesen asy aparejadas a
se concluyr, no dudaria breuemente dar en este negocio notable expediente
mediante nuestro Señor ad nutum. Y porc|ue en estas cosas la dilación po-
dría causar inconvinientes, seria necessario con mucha diligencia venir en
estas partes alguna persona prudente, para cjue aquel pidiese lo de Flandes,
que oy pende, y asi bien lo de aqui, y thenerlo todo en las manos y concluyr-
lo,que por mi parte ofrezcome a lo procurar y poner en ello todas mis fuer-
gas como por la saluacion. \' ])ues este Rey esta tan rico y el mas poderoso
y pacifico y sapientissimo que nunca se vido de ce años acá en Anglia, y su
potencia es el coco para Francia, no seria mucho que con el, pues no se
quiso hazer su voluntad en lo del sobredicho, que se haga esto que dicho
tengo; pero auiase de hazer simul. dando orilen en lo uno y en lo otro, y
pluguiera a Dios c|ue este Serenissimo Rey estuviese aqui cerca de Flandes,
porque con vuestra ayuda las cosas de alli y todo lo que dicho tengo fiícil-
mente se podria bien hazer. Deste negocio del ác/Zo iuuasivo ninguna pala-
bra fasta oy los embaxadores de venecia y milan le han fablado, ni cosa que
le parezca, y como cosa que tanto les va, bien seria que semejante casso de
parle destos y aun del Papa y del Rey de ñapóles se oviesse de tablar y tra-
tar, pues es cierto, segim dize el Rey de ynglatcrra, nunca Xa])oles ni Italia
por donde las cosas secretas de aqui adelante nos screuiremos, que fasta oy
nunca semejantes cosas a embaxador alguno he scripto en claro, y por esto no
yra esta de mi firmada, que no sabe omnc en que manos a de caer. Nuestro
.Señor su muy virtuosa persona guarde. De esta cibdad (2) a xiij de febrero
de xcviij. a la magestad del señor Rey de Romanos vos terne en merced be-
seys las manos por mi y le ofrezcaj^s mi seruicio como verdadero seruidor.
(Sodre)
Al muy virtuoso señor gutier gomez de fuensalida, embaxador del Rey e de
la Reyna de nuestros señores sermo. Señor
Rev de Romanos.
(i) Repítese ;iqui el mi.smi) signii notes cit.idn; acaso una S:.
OTRA CARTA
para sus altezas fecha i'n Inspnig/i a xxii de hchrero de gS . Leñóla Ospi-
tal, correo.
El postrimero dya del mes de henero llego aqui Ospital, correo, con las le-
tras de \". al. escritas en Alcalá de Henares a tres dias del mes de dizienbre,
y asimismo tres dias después que aquellas letras recebi ove el duplicado de
aquellas con los capítulos de
la tregua hecha entre \'. al. y el rey de Fran-
gía, lo qual me enbio don Juan Manuel, y en continente dy al Rey de Roma-
nos la carta (¡ue \'. al. le enviauan y le hize relagion de todo lo que escriuian,
leyéndole toda la carta como \ al. lo mandaron, y ove mucho plazer de ver
.
— i; —
enmendando y fabricando, se ha detenido veynte dias la expedigion deste co-
rreo, y esto encomendándolo a mucho secreto, y asy me vino a declarar gierta
a Milán con todo lo que es desta parte del Po, y cpie le dexe a Genova con lo
cjue del ducado de Milán esta vltra el Po a la (jarte del ginovesado.
Iten, que el rcalme de Xapoles que lo ayan vuestras altezas o que sea en
Y asy después de pasadas muchas razones sobre esta platica del rey de
Fran(;ia, diziendole todas las cosas que desto podrian nacer sy se hiziese en
pro y contra, se vino a resolver en esto yntVaescrito:
Primeramente, que la dyeta de Fryburg se hará, y que la conclusyon que
cree que alli se tomara sobre las cosas de Italia y del rey de Frangía sera
que los alemanes por ninguna manera permitirán que el Rey de Romanos
ronpa la guerra con el rey de Francia syn que primero la ronpan todos los
rra, queriendo dexar a Italia, y que les parege que los de Italia todos están
agora byen unidos, y cjue se pueden byen defender del rey de Frangía si qui-
syeren, y que pues no hizieron cuenta del ni de sus cosas, las quales perdió,
por entrar en liga con ellos, que les parege que el es suelto para hazer lo que
sera su prouecho.
— I8 —
El Rev de Romanos dize que el consigo mismo ha disputado sobre todas
estas cosas, y piensa en y que conoge que sy el rey de
lo vno y en lo otro,
Francia tuviese en Italia alguna parte, que (^egilia estaría en mucho peligro,
mayormente sy el rey de Fran^,-ia oviese el reyno de Xapoles, y que no esta
svn régelo que tentarla de le tomar la corona del ynperio, y por esto se re-
suelve a rogar a \". al. que se aparejen para la guerra, que sean los primeros
y que el sera en conpañia de entrando junta-
rotura de l-"rancia, \^. al., \-
a la
mente en Frangía, se hará vna paz general para toda onesta y razona- la liga,
Iten, que para esta guerra v para mientra turare, que el hará que los de
Italia den a vuestras altezas viO suygos pagados, }• que sean de los mejores
de suyga, y que los enbien por Genova a Perpyñan, y sy V. al. los querrán
agebtar, que pidan toda la seguridad (|ui' (¡uerran ]iara que esto se cunpla,
y que tal la hará dar qual la pydíeren: esto torno a poner en dubda.
A este articulo yo le respondy que V. al. no tenían negesydad de gente,
porque en sus revnos tenían tanta y tan buena, que podrían byen socorrer a
quien tuviese negesydad delia, porque gallegos y vizcaj^nos y montaiieses y
asturianos heran gente tan belicosa, que quando los suigos se vyesen con ellos,
que los querryan mas ]-)or conpañeros que por contrarios; pero que yo lo
dan regebir daño de los franceses, porque tai mente el se prepara, y que por
dvsymular con el rey de Frangía, comengara vna guerra líuiana, con la qual
porna al re\' de Frangía en tanta sospecha, que preparara su exercito contra
el, regelando que le qui'ere mover la guerra, )• que el hará en tal modo que
al rey de Frangía sea necesario gastar sus pecunias y que no le ose aco-
le
mejor voluntad le ayudaran los frangeses para contra Italia que le ayudan los
no ronper con el rey de romanos por hazer la enpresa de Italia, que en tal
caso el terna syenpre los ojos sobre el rey de Frangía, porque en entrando en
Italia el Rey de Romanos dará de salto sobre el, como quiera que el esta se-
fuese necesario en algund tienpo, por lo que en el fyn desta carta sera dicho
que me aconteció; y de todo lo vno y lo otro cpiiso copia, ni mas ni menos
que yo lo escriuia a \'. al.
Alemania esperara sobre y lis|3aña esperara sobre Avstria, y
los ytalianos,
anbos los reyes sean sapyentes, y entonces qualquiera puede buscar su pro-
uecho V guardar su amigo, y de los byenes de los otros reconpensar al ene-
migo, y con esto adquirir y guardar lo suyo.
Este articulo se entiende asy; que sy los de Italia perseveraren en no que-
rer dar Rey y a la Rej'na despaña y al Rey de los Romanos para
ayuda al
hacer la guerra al Rey de Fran<;ia dentro en su reyno, que se haga paz con el
rey de Frangía en esta manera: quel Rey de los Romanos salue al duque de
Milán y el Rey y la Reyna despaña al rey de Ñapóles, y que sean restituydas
al Archiduque sus tierras, y que el Rey y la Reyna des|iaña y el Rey de los
verdad, y mas lo digo porque fue y sera aquella su opinión, a lo que he podi-
do conocer.
Pues negesario es en estas divisyones y calidad de tienpos que anbos re-
yes despaña y de los romanos estén syenpre levantado el pye contra los
franceses, y el Rey de Romanos no se porna tan hondo a la guerra nueva que
quiere comengar, que syenpre podra salir della por su comodidad vyendo el
tienpo, y asy el Rey y la Reyna despaña deven hazer sy comengaren guerra o
la tyenen comengada contra los moros.
— 20 —
Pues este salteamiento naturalmente lo temen los trangeses, que por tal
fuere dado primero a V. al. que al Rey de Romanos, que \'. al. ronpan
luego que avran el subsydio, y que con correo bolante lo hagan saber al
Rey de Romanos, y que inniediate quel sabrá que \'. al. han ronpydo en
l'rangia, entrara el personalmente, y asy se entiende que en persona ha de
entrar W al.; y sy el subsydio fuere dado al Rey de Romanos antes que a
V, al., que el entrara luego en I'rangia, y que con correo bolante lo hará sa-
ber a vuestras magestades, porque asymismo ])ersonalment(' y syn yntermi-
syon de tienpo V. al. entre en Frangía.
\ porque el Rey de Romanos no tyene gifra con su enbaxador que resyde
— 21 —
en la corle dr \'. al., me nuindo i|uc' cscriuiese a vuestras niagestades ])ara
iiue mandasen comunicar estas cosas al dicho su enbaxador, y el Kvy le
escrine de su mano di/iendole que \'. al. le comunicaran algunas cosas, C[ue
aquello le manda t|ue solicite.
( )trosi me ha dicho el Rey de Romanos de las muchas diferencias que ay
entre el rey de Polonia y el rey de \'^ngria y el \'alaco, y que heran muy pe-
ligrosas para toda la christiandad ,
por quel valaco se ayuda de los turcos y
de los tártaros, y vna parte del reyno de X'^ngria es con el valaco, y que recela
(|ue se le podra encender de alli algund fuego en su tierra, por la (;ercania
y ve/indad i|ue con ellos tvene; y avuipie vna p;u-te del reyno de \'ngria
le llama para c(ue vaya a tomar aipiel reyno, pero cjue todo lo echa a las
niese.
.Asymismo, me dixo, he sabido quel Rey y Reyna mis hermanos han to-
mado vna villa en África: escriuidles de mi parte que en ninguna manera del
mundo la desanparen, syno que la sostengan, y que sy para aquella enpresa
querrán mi conpañia, que yre como archiduque, dexando el nonbre de rey y
de enperador, y que llevare comigo mili nobles de los escogidos de Alemania,
y que avria gran plazer de hallarme con el rey mi hermano en tal enpresa, y
c|ue cada vez que me escriuiran, ynmediate )'re a enbarcarme en Genova,
porque para esto ninguna cosa me lo ynpidira.
El Rey de los Romanos me enbio a llamar después de tener medio escrito,
y comengo a hablarme fuera del proposito en que el dya pasado aviamos ha-
blado, y asy como descuydado, me demando lo que el avia escrito de su mano
sy levaua comigo: dixele que sy, y pidiomelo y abrió vn arquilla de escri-
lo
turas y hizo muestra que buscaua alguna escritura, y como que se le oviese
oluidado do lapu so, dixo: —Tengo tantas escrituras, que no hallare esta noche
aquella que queria que viesedes. Tomo
vna gintilla y ato aquella escritura
que yo le dy y metióla en yo le dixe que su magestad me diese
el arca, y
aquella escritura, porque no me quedava copia delia en latyn syno en roman-
ge. Respondióme: —
Byen os basta esa, que esta yo la quiero aver; y asy se la
quedo. Yo quisyera enbiarla a \^. al., porque aquella escritura de su mano
fuera a poder de \'. al.
Por los sumarios que de Milán vyenen al Rey de Romanos se supo aqui
vna nueva que de PVangia fue escrita al Duque, que dezia que la señora Prin-
gesa avia movido vn
hijo, y que luego V. al. avian declarado por heredera
de sus reynos a señora Reyna de Portogal y al Rey su marido, y que
la
V. al. los llamavan Pringipes despaña, y c[ue el rey de Portugal asy se ynti-
tula. Anme dicho que el Rey sabe la nueva, pero no me ha hablado sobre
.
— 22 —
ello, ni yo no le he hablado en ello, como quiera que toda la corte lo sabe,
Gali videntes has catu(ir (sii) expectaciones, intrabunt italiam quando Aus-
tria et Germania crunt in|)editi in Geldreni vel Frisia vel Turciuia.
Tune periculum est de is]>ania, vt alias, tjuia Italia aliqualiter fortis est,
propter timorem regís romanorum ([ui multos armígeros ex súbito habere
])otest et itali pecunias quando volunt.
OTRA CARTA
para sus altezas techa en Insprni^h a xxiii de mar(¡o de qS. Enbiose a don
Juan Manuel a Genova.
Por las letras que escriui a \'. al. a xxii de hcbrero avran visto vuestras
magestades como el rey de Romanos avia sabido que la sonora prirn,-esa avia
movido vn y que \ al. luego avian declarado por heredera de sus rey-
hijo, .
movido la señora princesa vna hija y que como quiera que las tales cosas no
,
podyan pasar syn sentirlas pero consyderando que estas cosas son hechas por
,
Dios y que el sabe porque las haze, que el se conformava con su voluntad y
le dava gracias por todo lo que hazia y que acordándosele que avia perdydo
,
al señor principe, que santa gloria aya, que todas las otras cosas que de tal
estaría firme en aquel, y que pues a Dios le avía plazído que del señor prín-
cipe y de la señora princesa su hija \'. al. y la suya no oviesen ávido fruto,
que se alegrava que a \'. al. ¡es quedavan hijas, y tales que son dignas de ser
herederas de sus reynos, y casadas con tales pringípes que serán obydyentí-
símos hijos de V. al., nonbrando primero al señor rey de Portogal, que como
marido de la primogénita de vuestras magestades y mas cercano a sus reynos,
le ternan mucho a su obidíencia, y después al señor archiduque, que avnque
este mas lexos en la voluntad y obidíencia, estara cerca para obedecer a vues-
trasmagestades, como hijo verdadero, y que plazera a Dios que dellos avran
generación, con que vuestras magestades serán alegres y sus reynos ayan
tranquilidad y sosiego.
Después desta habla quel secretario me hizo de parte del rey de Romanos,
yo le fuy a visytar y le regracie en nombre de \'. al. el amor y voluntad que
— 24 —
a vuestras magestades tenia, y que su magestad podia ser gierto que \'. al. le
serian sienpre amigos y hermanos verdaderos, porque la amistad de Y. al. con
la suya no hera hecha de manera que se pudiese desatar, y lo mejor que yo
vn mes que no ha cavalgado, pero ya esta bueno avnque no del todo curado.
Todavía el rey de Romanos se afirma en vna opinión que ha muchos dias
que la tyene, que por este año el rey de Frangía no liara ningund movimiento
contra Italia, y dize que en tanto que la dieta quel ha de tener con los pringi-
pes del ymperio non se hiziere, quel de Frangía no comengara ninguna cosa
rej'
grande honor y que heran muy acarigiados del re}' de Frangía y de todos los
que están en su corte.
seiiores
El rey de Romanos esta cada dya para se partir para la dyeta a Friburg;
el quando partirá no se sabe gierto, svno que nunca a ávido señales giertas de
su partida syno agora.
Senty en aquella habla que el secretario me hizo de parte del re\', que se
piensa donde podran colocar a la señora pringesa por aver generación, porque
dizen que esta casa de Avstria y de Borgonia esta a mucho peligro, porque
están syn esperanga de aver hijos desta reyna, y avnque esto no se dixo muy
claro, pero byen se le pudo dar este entendimiento.
De Insprugh a xxui. de margo de 98.
OTRA CARTA
para sus altezas fecha cu Vlma primero día de mayo de ijS. Enbiose a Ge-
nova a don Jo han Manuel para que la enbiase luego.
Ya por otra carta (]ue cscriui á V. al. a xxui dias de margo les hize saber
como el rey de Romanos me avia enbiado á dezir del parto de la señora ¡¡rin-
— 25 —
cesa y todo lo que de su parto me fue dicho y lo que yo en nombre de \'. al. le
respondy, y agora el viernes santo, que se contaron treze días del mes de abril,
fuego para concluyr esta cosa, y as\-, por hevítar este ynconvíniente y los
rey de I-"rangía y todos tres concertar alguna buena enpresa contra los turcos
y tratar de la salud de toda la christíandad. Respondyome: Xo se podría hazer —
syn niucha dyficultad, porque quando yo la deseava estava a tienpo de lo poder
hazer; agora no, (2) [de hazer la guerra a Guel-
porque yo estoy determinado
dres, y syno aquella, de hazerla a los turcos,] y por esto avnque esa amistad
fuese lo que no es, no se podría hazer esta vista. Yo no le quise mas dezir
porque no pensase que se lo dezia como cosa pensada.
donde se avia
[Esta habla hera en un munesterio quatro leguas de Insprugh
retraydo semana santa, y yo tórneme a Insprugh la pascua, y el martes de
la
pascua enbiome a dezir que fuese con el en vn lugar que se llama Hínyste el
miércoles siguiente porque quería hablar comígo y quería continuar su ca-
mino para Frihurc a tener la dyeta, y aquel dya yo fuy con su magestad y no
(i) Intercalado de mano del embajador: <a Sus altezas, e a su onrra quitarse an muchos
ynconvinientes que píxlria aver en su venida, y a mas escusariase vuestra magestad de
muchos gastos que para agora no le serian prouechosos ni necesarios. Y esto le dixe,
pues me dixo que en todo caso quería su hija consigo.
(2) Intercalado por Gutierre: • de me vengar en alguna manera.
"
— 27 —
nvo logar de hablarme otra cosa syno dezirme c[ue hera muerto el rey de
I IVangiaJ (l).
El jueves que se contaron xix dias de abril el rey tuvo consejo [con los
prin<;¡pes que con el están y con otros muchos de su consejo] sobre lo que
devia hazer en la recuperación de sus tierras quel rey de Frangia le tenia, y
pues ya el rey de Frangía hera muerto, que no le convenia esperar aquel
tienpo en que le avian de ser restituydas. quanto mas que avnquel fuera bvuo,
no convenia esperar al tienpo dicho.
Fuele respondido por los principesy comunmente por todos (3) que
(2)
con toda celeridad devia enbiar sus gentes a la frontera de Frangía y enbiar a
da para esta recuperagion de sus tierras y que esta ayuda fuese de dinero, pues
tenia asaz gente.
que devia procurar de poner alguna discordya en el reyno de Fran-
Iten,
gía, porque no asy pagificamente vuiese la subcesyon del reyno el que oviese
(i) Añadido por Gutierre: — «Jespues destovino la nueva de la muerte del rey de Fran-
cia y el rey enbio por mi.
(2) Sobre el renglón, añadido por el embajador: — que allí estavan.
— 28 —
nia, para que aquella se pusyese vna vez en rebelión
y que los bretones con
nuestras espaldas pidiesen su señora; y sy en España oviese algund pringipe
con quien la casásemos, seria gran byen procurallo, porque casándola, aquello
de Bretania seria dyviso de Frangía, y sy en España no ay tal persona, bus-
carla yamos en Alemania, porque para lo que conviene a la pagificacion de la
christiandad y para hazer yo mis hechos, y avn para que vuestros señores estén
syn sospecha quel rey de Frangía no tentara de enprender alguna cosa con-
tra C^egilia, conviene que por todas vias obremos que la reyna de Frangía case,
[Asymismo yo enbiare a estos pringipes de Italia por ver que podre sacar
del los,y sy vinieren en ayudarme como buenos confederados, podríamos ver-
nos el rey mi hermano y yo por la mar de levante en algund logar convi-
niente, y alli me podrían dar mi hija y traerla ya yo comigo, y sy los de Italia
no me respondieren como amigos y como es razón, sera de hazer otro pensa-
miento. Yo le pregunte: — ¿Que pensamiento sera de hazer? Dixome: Sera de —
pensar en cobrar yo lo mió y no saluar a Italia con mis pecunias, porque ellos
no querrían otra cosa, y sy los confederados de Italia no me respondyesen.
byen podriamonos ver el rey mi hermano y yo en el mar océano en la costa
de Bretania o donde le pareciese, y alli hordenariamos nuestras cosas como
conviniese a nuestros estados.
A yo le respondy que gierto hera que sy comengava guerra contra
esto
F'rangia,que los potentados de Italia, vyendole puesto en ella, no le daryan
aquella ayuda que le avian negado no teniéndola; pero que para mas conven-
gellos, no meparegia mal que los enviase a requerir, y que en este tienpo hor-
denase lo que le con venia para la guerra; pero que sy los de Italia no le res-
pondiesen asy como pensava, que yo loava su pensamiento, y que hera de pen-
sar como dezia en cobrar lo suyo por otra via, y que no devia comengar la
guerra, porque cargarla toda sobre el y sobre X"^. al.,
y que se haria lo que
los de deseavan, y que byen podria hazerse lo que su magestad dezia
Italia
de verse con \'. al. por la parte que mejor fuese y alli platicar y congertar
sus cosas como mejor les pareciese; y en esto dexamos la habla no tomando
conclusyon en ninguna cosa hasta que mas se pensase en lo que avia de res-
ponder (2) a V. al. sobre lo que yo le dixe y sobre este nuevo caso de la
muerte del rey de Frangía.]
Martes que se contaron xxiu días de abril el rey de Romanos (3) [tuvo con-
sejo, en el qual consejo fue acordado que los enbaxadores de los potentados de
Italia que aquí están en su corte fuesen despedydos], diziendoles que los prin-
gipes del ynperio estauan mal contentos de las cosas pasadas y formas (jue con
(1) Añadido por Gutierre: < porque con esto seaflaque<;eria la potencia de Frangía.
(2) Corregido por el mismo: escrivir.
(3) Añadido por el mismo: mando dezyr a los enbaxadores de los potentados de Italia
que aquí están que se podían yr a sus principes.
el |r(>y de Romanos] avian tenido, y que no serian byen vistos en la dyeta
pi*es que con ellos no se podya tratar, ni hablar, ni concluyr ninguna cosa que
a la glorya del rey de Romanos tuese, pues (|ue nunca sus señores avian (]up-
rido resoluersc en aquello (|ue por el rey de Romanos y en ayuda del vnperio
avian de hazer, aviendo ellos sydo ayudados del rey de Romanos y esperando
en loporvenir su ayuda, y que por esto ellos se podyan yr a sus señores y re-
ferirles todas las cosas que acá avian platicado, y sy quisyesen hazer alguna
[Antes que fuese hecha la habla a los enbaxadores por parte del rey, yo
fuy avisado dello, y dixeronme que a todos se avia de hazer en general el man-
damiento, y yo fuy a palagio y ryendome dixe al rey: Señor, por aventura —
—
soy yo de los condenados? ^Comengose a reyr y dixo: -Xo, que vos aveys de —
ser medyanero entre nosotros: esto no toca a vos. Y el rey se entro a su cámara
migo lo quel rey les avia mandado dezyr y tomándolo a ynjuria, acordaron
(3)]
de yr al rey a le dezir algo sobre esto, y rogáronme que yo quisiese ser en de-
zyr al rey que mirase en esto (4) que hera cosa de gran momento despedir asv
los enbaxadores, y yo tuve este medyo, que ni ellos conociesen que yo me
sobre el caso, y estando para hablarle, por saber la causa desta cosa, vinieron
letras del ducjue de Milán por las quales hazia saber al rey que venegíanos le
avian demandado paso por su tierra para enbiar un proueditor con gíerta gen-
enbiar por la señora pringesa de como antes estaua platicado, que me parege
quol rey hordenava de armar en Cienova vna armada en que pudiese venir
segura la señora pringesa hasta allí, y como digo, esto esta disparado por ago-
ra, y el rey dilata de me responder hasta I'Vayburg, y avn yo por esta muta-
(,-ion no solit;¡ti) imicho la ros|")LU'sla, puos (|iio la (lilacinn ha/c al iiroposyto.
Syenpre estare sobre aviso para sentir v salicr lo (|iu' liordcna, por manera niic
con ticnpo pueda estorvar In vno v solicitar In otro I. (
i
üiie ya saben \' al. que entre \'. al. y el rey de Romanos esta vna capi-
.
tulacjion por la c|ual soys amigo de amigo y enemigo de enemigo, y que quan-
que ruega a los otros pringipes de Italia que tenporizen con ellos, por-
aj'uda,
que no vayan mas adelante aquellos movimientos y por aquello no se enpa-
che estotro que es mas al proposyto para la salud de Italia.
Iten, que sy los potentados de Italia le ayudavan, que el nunca los dexara,
me dyo y con ver que por otra parte despedya los enbaxadores para V. al. syn
saberlo yo ni dezirme nada dello, acorde de escriuir esto a V. al. hasta tanto
(i) Adición aufdgr. del embajador: destas cosas me paregio dar notygia a V. al. has-
tanto que aya resoluta respuesta. De Fyesen a .xxvi. de abril de xcvui."
1
— 32 —
que vea el fyn de lo que quiere y en que paran sus pensamientos y movimien-
tosque son muchos.
A todo lo que puedo conprehender creo que le dan de alia pryesa en
quanto a la venida de la pringcsa; quando deste caso mas sabré escriuirlo he
a V. al.
Los enbaxadores que enbia a \\ al. son tres; el vno conosco, cjue se llama
luán Caspar de Lamenberque; los otros no los conosco, y estos se han despa-
chado tan en cubyerto de mi y avn de aquellos de quien yo lo podia saber, que
nunca lo pude sentir hasta el dya que se partían, que acaso lo supe.
.'\symismo enbia enbaxadores al rey de Inglaterra a le requerir de amistad
para esta rotura de Frangía; pero aquello mas dize que es por conplir que no
porque espere que se lleve a efecto, que byen se tyene por dicho que no ha
de venir en ningund congierto con el rey de Inglaterra.
Muchas platicas y opiniones hay sobre esta rotura de Frangía y como se ha
de hazer, y porque son diversas y no ay asyento en ninguna cosa, no las ascrivo
de aqui hasta que asyenten en alguna cosa que se pueda escriuir giertamente.
caron que aquel lugar no hera byen sano, que le pluguiera que se fuesen a vna
tierra que se llama Alemingue y que allí estarían hasta que su magestad man-
que fue con la litera del rey, porque yo supe que ellos lo enbiaron a procu-
rar que le pluguiese que viniese a \'lma.
Kl rey de Romanos nimca me ha t|uerido responder en lo c|ue toca al
traer do la señora print^esa o dexarla en poder de \'. al., saluo que en la pri-
mera habla me dixo que (¡ueria su hija consigo y tenia determinado de enbiar
enbaxadores á \'. al., y de hacer armar en Genova ciertas carracas para la
traer; y esto hera antes de la muerte del rey de Frangía, y después que aquella
nueva vino, resfrióse; estí» asy por esta nueva como porque murió Gaspar Mekj
que hera vno de los enbaxadores que avian de yr; y el otro hera vn presy-
dente de Borgonia, y con la muerte del vno y con tener negesydad del otro
para las cosas de Borgonia, por entonces geso aquel pensamiento, v después
que vinieron las cartas de la señora pringesa y de Lupian que truxo el Gallego,
mogo de espuelas de la pringesa, acordó de elegir otros enbaxadores, pero di-
xome que no los depediria hasta hablar conmigo y dezirme su voluntad en lo
(i) Gutierre repitió casi en los mismus términos estos dos últimos párrafos en su bo-
rrador. (Véase pág. 32).
34
OTRA CARTA
para sus altezas fecha en Vbna á XIIW de mayo de gS. Endiose a mosen
Juan a Milán.
V.\ primer clya de mayo escriui a \". al. de todas las cosas que hasta aciuel
dia ocurrieron en lo que tocava al despedimiento quel Rey hizo al legado y a
los otros enbaxadores de Italia, y después que los enbaxadores vinieron aquí
a Vlma el Rey les mandollamar y a mi con ellos y h izóles vn habla asaz seve-
ra (?) (l) \' muv fuera de la costunbre suya de hablar, en la qual resumió todas
las cosas que avia hecho por la saluagion de Italia y lo que avia perdydo por
entrar en la liga, promesas y palabras que los de Italia
y asymismo les dixo las
cumplido \- de como le avian hech(i venir della y con quanta verguenga hera
tornado en Alemania; v asymismo les dixo que l)yen sabian quantas vezes les
avia requerido que quisvesen avudallc para recuperar sus tierras y que nunca
le avian querido responder s},-no palabras generales; y asymismo que se les
que tenían los pringipes del ynperio contra toda Italia, y finalmente todos los
de la Germania los tenian en aborrecimiento, y que de mejor voluntad yrian
contra ellos que contra los frangeses, y que nunca le avian querydo creer, y que
agora estauan ya en el cabo de todas las cosas donde conogerian que todo lo
que les avia dicho hera verdad, porque el dya que el se ¡untase en la dyeta
con pringipes del ynperio y viesen que con los potentados do Italia no se
los
seguir voluntad de los pringipes, y que por aventura temía Italia en vn tien-
la
po a los frangeses y a los alemanes contra sy; y que esto no se lo dezia po-
niendo dubda en syno certificadamente que seria asy, y que desto el que-
ello,
daría syn cargo, y avn que no pensasen que de la preda el quedase syn parte,
que no avia de consentir el ni el ynperio que el Rey de Frangía tomase a toda
Italia, que ellos avryan su parte della. Y por aquí les dixo muchas cosas con
asaz semblante y no de pagiengia; y los enbaxadores le respondyeron dulge-
mente y cada vno escusando a su señor lo mejor que podya y echando la cul-
pa al compañero como ellos dizen; y en fin desta habla el Rey les dixo: Mas —
os quiero reprehender de palabra que no daros con el bastón en la cabega, y es
negesario que mientras tenemos tiem]io que obremos y busquemos remedyo
para los daños que a Italia se manifiestan, y pensa en el remedio que esto po-
rtMiiedx'o, \- por nu'did drl I i mu-iuladdr i is habla re, (|ur el ipiicfi) que sea cntrr
nosotros medianero, |3or(.|ue nuestras platicas sean secretas y no se estx'cndan
:i quien nos ponj^'a disturbio a las cosas cpie a\' asa/, porque solamente tenéis
a mi en vuestro lavor en tnd,! \len\ania, que lodos los otros os son contrarios.
()tro (Iva el re\' me dixo: Kstas cosas ile It.ili.i están a mucho peligro s\'no
se da a C(jnü(,"er a (fstos pringipes del x-npei'io cpu- se pue(li- tener al^jjima bue-
na esperaníja de los ytalianos (pie h.n'an por el \-nperio \' por mi en mis ne-
gesydades lo ^\\\'• yo he hecho poi' ellos \' lo (pie espero de ha/er C(_)n a\u(l,i
mi"® de cauallo y vu!°@ peones, y que luego ronpa la guerra con Franíjia por
Borgonia en n(jnbre de la liga, v (pie esta gente se pague p(_ir todos nosotnjs
(piatro potentados por termino de tres meses pagando cada vno segund la ,
comigíj y con ellos \' perderán algo de la mala opinión que tyenen y mi hijo
verna a la guerra toreado (_|uand(.) vera que (jtros pr¡n(:;ipes avudan para la re-
cuperación de sus tierras, y en este tienpo de tres meses nos podemos con-
cordar todos ios de la liga para lo de adelante, y con esto espero que en I'ran-
(;ia avra nuevos pensamientos \' podra ser que movimientos; asy cjue hazeldes
cipes del ynperío tyenen con y que avia venido por caminos torcidos por
ella,
ver sv en este lien|iii |iodria tener con ellos alguna conclusvon, y que ya no
podía detenerse mas, syno ]Dartir luego para la dyeta, y en la hora cjue llega-
se, lo primero de c|ue se avia de tratar hera desta materia, y quando no ovíese
alguna razón para ]ioderlos entretener, cpie luego serian enbiados enbaxadores
a Frant;¡a como tenia dicho: t|ue le pesava mucho del daño de Italia, pero
que, en fin, no podía mas hazer, mas que no quería dexar de tentar todas las
cosas por mas satistazer y que le paregia que se podía tener un medyo:
mientra enbiauan con esto a sus señores, C|ue hablasen con el duc|ue de Saso-
nia para rogalleque quisyese agebtar esta enpresa de ser capitán de la liga y
ronper guerra con Frangía y que asymísmo el hablaría con ellos, juntamente
con dicho duque, \' que le diesen gierta esperanza que en esta conduta no
el
avria mancamiento, y que mientra les venia el mandato para asentar las cosas,
que el duque de Sasonia pusyese en horden la gente, y que de lo quel avía de
dar por su perciuo se pagaría luego la gente en tanto que venia la paga de
Italia. )• con esto se remediarían todas las cosas, o a lo menos avria razón para
entretener a los principes del ynperío que no enbiasen enbaxadores a Frangía.
Yo torne a los enbaxadores con esto y díxeles todo lo quel rey me avía
dicho, y como quiera que se les hizo grave aver de hablar en tal cosa v dar
esperanga gierta no teniendo facultad para ello, pero como no dubdasen que
sus señores avrían esto por bueno, acordaron de lo hazer, y asy me díxeron
que lo dixese al rey. Cuando el rey lo ovo, díxome: —-Byen me plaze de su
respuesta, pero es vna dilicultad en esta cosa, cjue el du(.|ue de Sasonia no lo
quiere agebtar, porijue yo iie hablado con el y dize c[uel no lo hará syn con-
senso de los pringipes del ynperío, y sy esto se pone en consejo de aquellos,
tan estimados en los hechos de la guerra, pero serán personas asaz suficientes
para ello y darán buen recabdo en esta cosa; pero sería necesario hazerlo
desta manera, c|ue yo y el legado y los enbaxadores de Ñapóles y ele Milán
os demos ])oder a vos ])ara i|ue en nuestro nonbre busipieys los tales capita-
nes o capitán, y que los condugays y les prometays en nuestro nonbre e por
nosotros, (pie les serán pagados tres meses de sueldo, desde el dya (|ue ron-
,^7 —
prran en l'ram,'ia liasla ser conplidDs los tres meses, y desla manera liallare-
suyo para ponerse en horden syn seguridad de la paga; de/ildo esto a los
cnhaxadores, y sy lo (piisieren ha/er, ha/ed vna escritura eonforme a esto y
firmarla hemos yo y ellos.
N'o lo liahle a los enhaxadores y al legado y ellos rehusaron de ha/er tal
ohligai;ion y respondieron ipie en ninguna manera ellos no harian lo que no
podian ha/er, ponerse ellos a peligro con sus señores y no ha/er
])ori|ue seria
lo t|ue eonvenia a su magestad jjero que les diese termino de diez dias para
;
a])arte del enbaxador vene(,"iant), porque no ha estado aqui, como c|uiera cjue
vino antes desta conclusyon, [lero el rey no quiso que desto se le diese parte.
\'enidas (.pie sean las respLiestas, escrevire aquello que se responderá y lo que
en este tienpo aqui ocurrirá.
Desta negociación, ni de ser el negociador desta cosa, yo me C[uisyera
escusar, sy tuvyera alguna escusa para que no se pudyera sospechar algo de
mi porque no quería entender en ello syendo yo de V. al. y syendo ellos
uiesen a sus señores y que asy me lo dezia a mi. Yo le dixe que no hera ne-
<;esario escriuirlo a \'. al., porque Garcia Laso tenia este cargo en Roma, que
(¡uando alia se platicase i|uel respondería.
Asvmismo me dixo el rey a esta ora, que son las doze de la noche, que
en aquella ora avia enbiad.) a mandar al enbaxador de X'^enegia que se fuese
a su Señoría, \' t|ue su magestad enbiaria con el sus enbaxadores \' (¡ue alia
tase la guerra en lVani;ia por la parte de Horgoña, y que para la paga desta
gente numerava que lieran menester CLxxx°£) ducados para tres meses, v
para el artilleria que hera ne<;esaria llevar con este exergito c|ue heran menes-
ter xkQ ducados; asy que suman ccg) ducados, de los quales su magestad
quería poner los LxxvQ ducados, y que la Santidad de nuestro señor pagase
xxvO ducados, y el LO ducados, y el ilustrisimo
serenísimo rey de Ñapóles
duque de Milán LO
ducados, y que estos fuesen pagados en dos pagas, la
primera luego, syn dilagion níngima, y la segunda a vn tienpo que fuese ra-
zonable, por manera que por defecto de la paga la gente no fuese mal con-
tenta y se 9esase de hazer con ella que se conduzia; y que se-
el efeto para
gund lo que el señor legado y los dichos señores enbaxadores de XapDles v
de Milán dezian de la esperanca que tenían (¡uc sus señores vcrnian en todo
aquello que justo y onesto y razonable fuese que su magestad c|uisyese de-
Uos, que esto le paregia a su magestad que devían conceder v asentar en
nonbre de sus señores.
Después desto la magestad gesarea dixo que en quanto a la tasación del
dynero que los potentados de Italia han de dar, conviene a saber: CxxvO
ducados sobre los LxxvQ ducados que su magestad ha de dar, que quede la
tasagion para ciue ellos la hagan entre ellos.
Después que la magestad gesarea me hizo esta habla, v<i la fuv a comuni-
car al dicho señor legado y a los dichos señores enbaxadores supradichos, v
los prefatos señores loaron el pensamiento de su magestad, que hera bueno v
muy convíniente que asy se hiziese, y que creyan que escriuiendo ellos a sus
señores, que ynmedíate lo harían; pero que ellos no tenían mandatos para
poder acebtar ni concluyr esta cosa, ni para prometer en nonbre de sus se-
ñores de dar esta cantidad de pecunias ni otra menor cantidad; pero que sy
a su magestad le pluguiese de darles termino convíniente jwra escriuir a sus
señores, que escriuirian con toda diligencia y soligitarian que con toda pres-
teza vyníese la respuesta, y que no dubdavan syno que vernia tal qual su ma-
gestad la deseava, pero querían recordar a su magestad algunas cosas que
heran necesarias recordar y son las siguientes:
Que no obstante que esta guerra se comengase por Borgonia, que podría
ser que el rey de Frangía enbiase gente a este, como se dezia que pasaua al
]jresente, y que tentase de hazer algo contra el señor duque de Milán: i|ue
querían saber, sy el tal caso aconteciese, que que ayuda o socorro ternia o le
seria dado al duque de Milán.
Iten, que sy los venecianos quisiesen seguir la enpresa de Pisa, como ya
mostrava que lo querían hazer, que que seria hecho en tal caso.
Iten, que sy los venegianos diesen ayuda contra la .Santidad pontifigía
ayudando a vesynos que son contrarios del contra coluneses para poner tur-
bagion en el estado de la yglesia, que que socorro o ayuda ternia su Santidad.
Iten, que sy venegianos enbiauan gente al reyno de Xapoles para poner
— 40 —
aquel reyno en turb;n;ion, como se dezia que lo querinn hazer, que que ayu-
da teriiia el rey de Ñapóles.
La magestad del rey respondió a esto susodicho, que quanto tocava al es-
tado de Milán, que byen creya su magestad que haziendose la guerra a Fran-
gía por la parte de Borgonia, que byen seguros podrían estar que el rey de
Frangia no enbiaria gente contra el duque de Milán; pero que sy enbiase la
tal gente, que en tal caso su magestad socorrería al duque con todo aquello
que por los capítulos de la liga es obligado cada vno de los confederados de
socorrer al que tuviere neqesidad de ser socorrido.
Iten, que quanto toca a venecianos, sy quisiesen seguir la enpresa de
Pisa contra florentinos, que en tal caso su magestad haría contra venecianos
todo aquello que los otros confederados de Italia hizíesen, ecebto dar dynero
|5ara sostener a Pisa, que esto no lo ha de dar.
blasen con el duque .\lberto de Sasonia para que quisvese acebtar de ser ca-
pitán de la liga pura ronjicr en ['"rangia, y le rogasen que quisyese poner en
borden esta gente sobredicha, y cpie sy los dichos legado y enbaxadores qui-
syesen que su magestad tanbyen hablase con el dicho duque para rogarle
que agebtase este cargo, que díziendogelo el legado y enbaxadores, que su
magestad juntamente con ellos gelo rogarían, y c|ue ellos diesen al dicho du-
que de Sasonia esperanga gierta (|ue esto vernia a efeto y ()uc no mancaría
la obra.
Los sobredichos legado y enbaxadores respondieron cjuc como cjuiera
que ellos no tenían poder para esto y hera cosa fuera de su comisyon, pero
que teniendo gierta esperanga, como la tenian, que sus señores avrian jwr
— 41 —
buena esta conduta deste capilan y ícente, y que no iludavan c|ue con efecto
promelerian sus señores la paga, (¡ue a ellos les pla/ia de liabiar con el dicho
señor duque y dalle toda esperanza y rogalle que a^jebtase este cargo, y (¡ue
asymismo suplicauan a su magestad ijuc juntamente con ellos gelo rogase.
Después que su magestad oyó esta respuesta, dixo que avia en esto vna
gran dificultad; quel duque de Sasonia no ai;ebtar¡a este cargo svn (¡ue fuese
puesto en consulta con los ])rinc;ipes del ynperio, y que este hera vn grande
ynconviniente; pero sy e! duciue no lo aneblase ,
que se hallarían otros capi-
tanes que tomasen el cargo, y cpie ]5ara esto con venia hazer vna cosa; c|ue su
magestad por sy y el señor legado y los señores enbaxadores de Ñapóles y
Milán en nonbre de sus señores me diesen poder a mi, el prefato enbaxador
desjjaña, para que en nonbre de su Santidad de nuestro señor, y de su ma-
gestad y del señor rey de Ñapóles y del señor duque de Milán, conduxese
vn capitán o capitanes, aquellos cjue a mi byen visto fuesen, para cjue tuvie-
lo tjual, y^o, el dicho enbaxador despaña, hize vna escritura conforme a las
magestad me dixo (.jue le plazia la dicha escritura, que la mostrase a los en-
baxadores, y que sy la oviesen pov byen, que la firmasen y que su magestad
la firmaría asymismo.
Yo mostré la escritura a los señores legado y enbaxadores, y respondie-
ron que aquella escritura hera vna oblígagíon, la qual ellos no podían hazer,
porque hera ponerse a peligro con sus señores y no aprouechar mucho a su
magestad, cuyo seruígío deseavan como el de sus propíos señores, y (|ue su
magestad no devia querer dellos ni pedilles aquello que no pidiria a seruido-
res fydelisymos, }' que ellos no se apartarían en ninguna cosa de aquello (pie
nera que venga aciui la meytad del dynero en fin del primer mes de los tres
meses de la conduta, y dende a un mes siguiente la otra meytad, y que en
tanto, con el dynero de su magestad se comengara a entretener y pagar la
gente.
Asymismo, el magnifico enbaxador de Ñapóles dixo que pues su señor
avia de contribuyr en los gastos de la guerra, que hera razón que fuese me-
tido en la liga, y que si esto no se hiziese, que avnque viniese la respuesta del
señor duque de Alijan, tpie no prometerla nada en nonbre de su señor sy pri-
mero no se metia en la liga.
La magestad del rey dixo al señor legado y a miger Arasmo, que lo es-
OTRA CARTA
para sus altezas fecha en Víiiia a xxi de mayo de i^S. Enbiose a don Juan
Mamiel.
cosas (¡ue hasta acjuel dia ocurrieron, y después vyno vn correo tle Mandes
al rey de Romanos, por el t|iial le hizieron saber quel archiduque enbiava
enhaxadores a Fran(,-ia al rey nuevo, de lo qual el rey de Romanos ha seydo
muy mal contento, porque se hizo syn sabiduría y consentimiento suyo, y
estuvo tan alterado, que tenia todas las cosas (jue avia platicado con estos en-
baxadores de la y las que esperava platicar con los prin(,-ipes del ynpe-
liga
rio como desesperadas que pudiesen aver ninguna buena conclusyon, ])are-
Qiendole que pues su hijo no le respondya a su voluntad en esta cosa de la
destos sobredichos tres potentados que aqui están avia hecho que no podria
herrar, syno que surtirla en efecto, y asymismo les dixo la nueva que de su
hijo tenia, y como esta cosa de su hijo ponia muchos ynconvinientes a sus
pensamientos, y que por otra parte, conogiendo la natura de los franceses,
que nunca servauan cosa que pron\etian, que no tenia esperanza que Uegati-
do el tienpo con que avian de conplir con su hijo conpliesen con el, y que no
cunpliendo estonces, su hijo y los de su consejo conogerian el engaño, y que
quando viesen que los franceses los trayan en palabras, que creya que su hijo
se llegaría a su opinión y seguiría su consejo y voluntad, y que les dezia to-
das estas cosas para que le aconsejasen lo que hera de hazer.
muy contento de la respuesta que aquellos pringipes le hízíeron, que fue ofre-
ciéndoles sus personas y gente para todo lo que quisiese hazer, y que sy los
— 44 —
potentados de Italia ayudasen con aquella suma de pecunias que estaua
le
pues con esta poca suma de pecunias pyensa que se hará gran obra, y que se
haga de manera que no se ¡lierda el ticnpo.
Asymismo tyene nueva que los suygos que son de la parte del rey de
Frangía están muy mal contentos porque no les es pagado lo quel rey de
de pins\-on, y asymismo porque no han seydo pagados aque-
F'rangia les da va
llos que le seruir, y enpiegan de conspirar contra el rey de Fran-
han ydo a
gía, y para esto enbia el rey alia personas para que los levanten y que los
tomen para comengar esta guerra en Frangía y piensa que los avra y por ,
vn tercio menos que se les suele dar, asy que de todas partes le parege que
comiengan las cosas a venir a su proposyto.
De Inglaterra es venida nueva por via de mar que después quel rey de
Francia murió el pueblo se ha algo alterado', diziendo que a quando aguarda
el rey a hazer guerra a Francia, y con esto el rey de Romanos determina de
enbiar sus enbaxadores alia, como ya escriui a V. al.
carta de venecianos se contenia que porque este rey syendo duque de Hur-
liens fue syenpre su amigo, que ellos avian enbiado a mandar a vn secreta-
rio suyo que estava con el duque de Saboya que se trasfyriese en Frangía, y
que de parte de la Señoría se congratulase con el rey de la sugesion suya en
acjuel reyno, y ([ue le hiziese saber (|ue la Señoría le enbiaría luego solepne
enbaxador, y que proseguiendo esta su dcterininagíon, ellos avian elegido
tres personas honrradas de su colegio, nonbrandolos ]>or nonbre para enbiar
— 45 —
;il rey (le l'"rani,'ia a lui/cr csla congralula(,-ii)n con anuclla solenidad (jiic a lal
llera obligada a sus confederados, pero que estarla a mirar lo que los otros
harian, y casy dando a entender que haria sus hechos como quisyese. Kl fue
asy respondido, que yo le ove de decir todo lo que V. al. en benefi(,-io de Ita-
lia avian hecho, y las ystan<;ias que ellos avian hecho a V. al. porque ronpie-
scn en Francia, y le declare la yngratitud que avian tenido a \'. al. de lo que
por ellos avian hecho, y que desta yngratitud ellos avian seydo la cabsa,
porque en quantas cosas V. al. avian recordado que se devian hazer y en las
(¡ue les avian requerido que cunpliesen como heran obligados a las cunplir,
nunca avian querido responder syno palabras generales, y que de sus respues-
tas avian tomado los otros potentados enxenplo para no venir en efeto de
el rey de Frangía, que no podya ser a buen fyn, mayormente en esta coyun-
tura de aver demandado ellos al duque de Milán paso por su tierra para en-
biar gente a Pisa, y aviendogelo negado el duque, de lo qual venecianos
avian mostrado mucho
sentimiento, y junto con esto aver el rey despedido
su enbaxador, confirmóle al rey mas la sospecha, y acordó que fuese dicho al
enbaxador que escriuiese a la Señoría que en ninguna manera enbiase los en-
baxadores de Frangía, y sy heran en camino, que los mandase detener
al re)'
hasta que con los potentados de la liga se consultase, porque avnque este no
tuese enemigo común de la liga y de todos los confederados, como lo hera,
que por aver tomado los títulos que avia tomado no le devria enbiar enbaxa-
dores, y asymismo acordó de oscriuir al duque de Milán que sy los venegia-
nos todavía porfiasen a enbiar los enbaxadores, que no les diese paso por su
tierra; byen que se conosca que sy los quiere enbiar, que ay otros caminos.
- 46 -
pero por alongarles la jornada, y que en tanto venga conclusyon de los otros
potentados de Italia y se ronpa la guerra en l'Vangia.
Ouanto al traer a la señora pringesa, no se otro syno lo que tengo escrito
a V. y no quiere responder a aquello esperando que conclusyon tomara
al.,
con Italia, porque sy con ellos se congierta segund lo apuntado, enviara cn-
baxadores a V. al. a requerirles que le ayuden y para congertar vistas con
por mar o por tierra, y porque le parege que V. al. ternian alguna ra-
\'. al.
OTJÍA CARTA
fiara sus altezas hecha en Reytinglen a xxix de mayo de gS. Enbiose a don
Juan Manuel a Genova.
segunda a xuu°, la tercera a xxi, y después acá no ha ávido otra cosa syno la
Iten, que sy esto no se pudiere hazer, que todos los medios que se pudie-
ren tener para traer a \'. al. a esta rotura los tengan, pues que esta guerra
syn \'. al. no se puede byen hazer.
Iten, que sv a los de Italia se hiziere grave de aver de dar en vn tienpo
dvnero a \'. al.
y al rey de Romanos, que pues
podran hazer estas es- \'. al.
vuestras magestades que les serán pagadas las sumas de pecunias que sera
concordado que den a \'. al., porque por esto no se ynpida el ronpimiento.
En el capitulo que comienza «Sy vero ipsi domini conlederati dize: que ^^
las quales son, que del todo pyerdan la esperanga de ser ayudados y que del,
en ningund tienpo pensara de les ayudar, mas que atenderá a sus propias
cosas, y hará su ]3az con el rey de I'rangia, y que le dará lugar que haga
contra que quisyere, y que el no quedara syn parte della.
Italia lo
les paregiere añedir algo, que asymismo no lo puedan hazer, tanto que lo que
se añidiere sea onesto y no dañoso a ninguno de la liga.
Vo no se que pueda dezir a esto que el rey de Romanos hordena, sy po-
dra aver efecto o no, porque avnque los de Italia hagan lo que el quiere, no
creo quel podra conplir lo que dize, porque yo veo tanta pobreza en su casa,
que para dar gien florines han de andar gien dias tras el, y veo otras cosas
por las quales yo no puedo juzgar que la esperanga que tyene desta ayuda
del ynperio que sera gierta: esto me paregio que devia dezir a \^ al. porque
de todo tengan notigia.
A
- 48 -
Por presente no ay otra cosa que escriuir, syno que oy, de la fecha
el
desta carta, el rey de Romanos me dixo, que de aquí a tres o quatro dias me
dirya algunas cosas, que escriuiese a V. al., y que enbiaria sus enbaxadores,
los que escrivi a vuestas magestades que estauan nonhrados piwii cnbiar.
OTRA CAR 7
para stis altezas fecha en Koteuburg- a ix dias de junio de gS. Leñóla el paje
de Salazar.
haziendoles sabor de paso en paso todas las cosas como acá sucedyan, ya
los quatro dias de junio llego aqui vn criado de Salazar, el qual me dyo vna
gitVa de V. y juntamente con aquel llego Montaluo, del qual regehi las
al.,
muy a mi plazer, y mostré al rey de Romanos todas las cosas, y el las vido,
y con mucho plazer y contentamiento me las hizo leer todas, que turo aquel
avdiengia deste dya byen ginco oras, y de las cosas del enbaxador el mostró
mucho enojo, y respondió tanbyen en todo, que yo estoy byen contento de
su respuesta, y con el ayuda de Dyos creo que asy lo estaran V. al. de la
obra, porque syn dubda, en todo muestra ser verdadero amigo y hermano
de y tyene en aquel pregio su amistad y debdo que lo deve tener, y
\'. al.,
mis cartas ha dado en esto alguna cavsa, que V. al. creyesen lo (¡ue me man-
daron escriuir que se y porque desto y de todas las cosas llenara Mol-
dizia,
taluo razón; como tengo dicho, no escriuo aqui mas largo, y Montaluo no tar-
dara mas en despacharse de quanto. el nog. a\'a oydo, vn secretario del rey
de Frangia, porque (¡uiere que de todo \^. al. sean sabidores.
De Rotenburg a ix dias de junio de 98.
49
OTRA CARTA
para sus altezas fecha cu Friburr a vij de jnllio de q8. Leñóla Montaluo.
Martes que se contaron ginco días del mes de junio de 98, llego aqui a la
corte del rey de Romanos, Montaluo, el qual me dio dos gifras de \'. ais. y
qiertas escrituras otras que el traya, y asymismo me dixo lo que \'. ais. le
mandaron que me dixese de palabra, y luego que ove sacado las gifras, tra-
baje de aver avdiengia, y ovela mu}- a mi plazer, y hize relagion al rey de
Romanos de todas las cosas que V. ais. mandauan que se le dixesen, y asy-
mismo le ley todas las escrituras letra por letra y cosa por cosa, syn quedar
ninguna cosa, y con mucha voluntad lo leya y oya, y aquello que no podia
byen entender, con mucha gana de entenderlo me lo preguntaua, y sobre todo
leydo, yo le dixe muy largamente todas las cosas que se devian dezir, para
que entendiese y syntiese la verdad de las cosas y proueyese de enbiar vna
persona que fuese tal que, guardando su seruigio, no desyiruiese ni ynportu-
nase a vuestras magestades, y todo esto paso en presencia de Montaluo, por-
que yo tuve tal modo, quel rey ovo por byen quel fuese presente, porque el
pudiese de vista dezir a V^. ais. lo que pasase, y avnque las palabras el no las
entendiese, por los senblantes juzgase lo que respondía o como tomava lo que
se !e dezia.
Quanto a lo que vuestras magestades dizen que todavia les parece que
seria byen quel rey de Romanos y \'. ais. se concertasen con el rey de Fran-
gía, y que les escriua lo que con el rey de Romanos he pasado sobre ello,
vyendo algunas vezes al rey de Romanos con poca esperanga del ayuda de
los y tállanos me he puesto con el en platica qué se ha de hazer sy ios de
,
Italia no le ayudan para hazer la guerra a Frangía con aquello que les pide,
y vna vez dize que el byen podra cobrar lo suyo cada vez que lo querrá, y
otras vezes dize que nunca lo cobrara sy no lo cobra por fuerza; como quiera
que mas se confirma que lo podra aver syn guerra, queryendo el no hazer con-
trariedad al rey de Frangía para en las cosas de Italia, y que esto en ninguna
—
manera lo ha de hacer; y apretándole sobre esto, diziendole: -Sy los yta-
lianos por su propia salud no ijuieren hazer aquello que devrian, ni quieren
ayudar a vuestra magestad, y vuestra magestad syn ayuda aliena no basta
para cobrar lo suyo por fuerza, que es de hazer, porque no asegurando vues-
tra magestad al rey de Frangía que no le sera contrario, n' os ha de dar lo
vuestro, y vuestra magestad dize que no dexara perder a Italia, y por fuerza
no podéis cobrar lo vuestro, seguirse ha quel señor archiduque perderá sus
7
— so-
tierras sycnpre. A esto me resp<indio: — Sy de la fe de los franceses se pudiese
fiar, byen cobraría ^ lo mió dexando perder a Italia; pero como los france-
)
ses sean de condición que no guardan mas la fe de quanto les esta byen,
en ganando a Italia o parte della, tentaran de aver a (^egilia, y tentando esto,
tengo yo de tornar a la guerra para ayudar al rey y a la reyna mis hermanos,
y juntándose a la potencia de Frangía Italia o parte della, ninguna cosa que-
daría segura, ni Qegilia, ni España, ni Borgoña, ni Avstria, ni el ynperio,
porque luego tentarla de tomar la corona dely por esto es mejor perder lo
,
del Archiduque, mi hijo, quel rey de Frangia le tyene, que en renta es ¡joco,
no fuese hecho; mas quel lo enmendaría con revocar a Lupían, y quel enbía-
ría a Y. ais. persona que igualmente mirase por el seruigio de vuestras mages-
tades como por el suyo, y que seria tal persona con quien V. ais. puedan ha-
blar claramente las cosas que ocurrirán para el byen y conservación de anbos
estados. Y por estonges no quiso regebir las escrituras ni las cartas de la se-
ñora Príngesani de Lupían, ni las leyó, y dixome: Guardadlas vos, porque —
no quiero que ninguno de mi cámara ni otra persona las vea. Y como tengo
dicho, ya avia leydo todas las escrituras que Montaluo truxo y vna carta de
Fonseca, y mandóme que aquellas escrituras que se las hizíese de buena le-
tra porque las pudiese leer, como quiera (]ae muy ]3articularmentp se le die-
ron a entender todas las cosas.
Acá syenjsre ay famas que V. ais. tyenen hecha paz con el rey de Frangía;
como quiera que el rey de Romanos no cree nada, porque cree que \'. ais. no
harán paz syn el, y que quando la ovíesen de hazer, que no se asentaría cosa
syn hazergelo saber, y por esto me paregio que para confirmarle en este
proposyto que hera byen dezílle lo que Montaluo por mandado de \'. ais. me
dixo que dixese al rey de Romanos, que V. ais. nunca por su ])arte dexaran
ni se perderá el amistad que con el rey de Romanos tyenen y con el .Archi-
duque, y (|ue su deseo es de hazer en las cosas del Archiduciue como en nc-
gogio de su propio hijo, y que el rey de l'rangia no trabaja ni es otro su fyn
syno de apartar esta amistad que de parte de V. ais. yo le asegurava que por
su parte que nunca el amistad y debdo que esta entre vuestras magestades y
la suya se perdería, y el rey de Frangía no se gloriaría c|ue avía podido hazer
tanto que V. ais. discordasen d(> su magestad; por tanto, cpie su magestad se
— ?! —
guardase une los franceses con alguna maña no le hiziesen venir en lo (|ue de-
seauan. A esto me respondió que regraqiava sumamente a \'. ais. la buena
demostragion y voluntad conservar su debdo y amistad mostrauan y
c]ue a ,
que muy <;ierto tiene que han de sobrar las obras a las palabras, y que pue-
den estar V. ais. giertos que por su parte nunca esta amistad ni hermandad
diminuyra, y que syenpre la guardara y terna como es razón, y que si por
parte de \'. ais. en alguna cosa faltase, lo que no cree que pueda ser, que ba-
ria todas sus fuerzas por sostenella, y quando le fuese forgado de se apartar
desta amistad, que seria en tal modo que todo el mundo conogiese que no
hera a su cargo.
Iten, en quanto a lo que V. ais. escriuieron que por su consolagion quisie-
se el rey de Romanos dexar a la señora Pringesa en poder de V. ais. hasta
que su casamiento fuese congertado, porque la ternian con tanto honor como
a la señora Pringesa se devia, y con aquel amor que ternian a hija salida de
sus entrañas, a esto responde que byen gierto esta su magestad que asy es
amada y tratada de vuestras magestades como lo dizen, y que regragian a
\'. ais. todo lo que con la Pringesa han hecho y harán; pero que su casa de
Avstria esta a mucho
y asymismo la casa de Borgoña en no tener
peligro,
syno vn heredero, y porque parege que a nuestro señor no le plaze que de la
reyna su muger aya generagion, que determina de aver a su hija en su poder
para le buscar casamiento, porque teniéndola consigo, hablallo y concluyllo
sera todo junto, syn yntermisyon de tienpo, lo qual, sy en Kspaña estuviese,
desde que se asentase el casamiento hasta que viniese, pasarla mucho tienpo,
y como la tardanga en estas cosas trae peligro, determina como dicho es de
la traer, y ruega a V. ais. que esto ayan por bueno, y que desde agora la
V cometyo adulterio, c]ue sus byenes por justigia son o deven ser del marido,
Bretaña: el otro derecho dize que es que los reyes
y que asy le pertenege
de Inglaterra fueron señores en otro tien]jo de la Hretaña, y que defallegien-
do señor, queriendo el rey de Inglaterra aver a Bretaña, le pertenegeria, y
que sy en Inglaterra oviese tal persona a quien el rey quisyese dar aquel de-
recho suyo, que asymismo el rey de Romanos le daria el suyo, y que casase
con la señora Pringesa y fuese hecho duque de Bretaña: el terzero derecho
dize de mose de Rúan, que es próximo a los de la casa de Bretaña,
que es el
que fallegiendo esta rey na, es aquel el verdadero heredero de aquel ducado,
y que se podia negogiar que aquel enprendiese aquesta enpresa con fauor del
rey de Romanos y de \'. ais., y se llamase duque de Bretaña y casase con la
Princesa su hija, y que con el favor de V. ais. y con el suyo y con Ar- el del
chiduque, podria poseer aquello pagificamente, y seria debilitar la casa de
llegara la contratación tan al cabo, que paresca a todos que son ya congertados,
y que asymismo acomulara sus pecunias y las pecunias de Italia para que sú-
pitamente puedan pagar la gente para ronper por la parte de Borgoña con
Frangía, syendo menester o para estorvar al rey de Frangía que no vaya a
Italia, sy quisyere yr alia, y que el rey de Romanos se yra a se enbarcar en
su armada, y llevara mili gentiles onbres consigo, con sus cauallos y ar-
mas, y seys mili peones alemanes de muy buena gente, y que al tienpo que
hará vela enbíara a dezir al rey de Inglaterra sy quiere ser con el a la enpre-
sa de Bretaña, y que para aquello ha hecho aquel armada, y que no tema
del, y que cree que por medio de algunas personas, y porque no se ponga
turbagion en Inglaterra, quel rey de Inglaterra (|uerra su amistad y que yra
con el a la enpresa; y que asymismo a aquel tienpo quel rey de Romanos se
enbarcara, que V. al. armada y trayga en ella mili onbres
se enharcjue en su
darmas y mili gínetes y quatro mili peones, y que se vernan a ¡untar V. al. y
la suya a la isla de Baruic, y que la fama que V. al. echara ha de ser que se
viene a ver con el rey de Romanos y por aconpañar a la Pringesa hasta en-
tregargela; y que asy juntas las harmadas, podran desgender en Bretaña con
mayor parte de Bretaña se levantara o toda, y asy se podra hazer lo que dize
de hazer alli duque nuevo de Bretaña y casallo con la Pringesa su hija. V
aqui hizo vna glosa. Yo le avia dicho en dias pasados que sy hera conforme
con el rey de Frangia, como se dezia, que byen creya yo que avria hecho la
\'. ais., v que sy asy hera, que se podría hazer lo que muchas
paz por y por
el
vezes avia dicho que desea va, que hera verse con \'. ais. por tierra o por mar,
y que en aquellas vistas podria venir el rey de Frangía, y que entre todos
tres reyes se platicarla de la salud de toda la christiandad; y agora, acordán-
dosele de aquello que yo le avia dicho, dixo que haziendose esto de Bretaña,
podrian V. al. y la suya verse con el rey de Frangia en vna batalla, porque
yendo vuestra magestad y la suya a tomar a Bretaña, el rey de Frangia yria
a defenderla, y que las vistas serian en la batalla, que con el no heran me-
nester otras vistas.
El rey de Romanos me mando llamar vn dya y dixome: — Porque tenga-
mos mejor gente por otro camino, y yo yr-
lugar de hablar, yo enbio toda la
palabras formales: —
Entre el rey y la reyna mis hermanos y mi hay tales
vínculos de confederagion y amistad y debdos, que no pueden ser mayores,
porque son hechos con animas y coragones, y sellados con los casamientos
de nuestros hijos, y como quiera que Dios ha querido ronper el vn sello,
queda el otro y las voluntades, con lo qual esta amistad y debdo por mi par-
te syenpre se servara, y querría quitar todos los ynconvínientes que pudiesen
nacer para que esta amistad en níngund tíenpo pudiese ser disuelta entre sus
serenidades y mi y entre sus herederos y los míos, porque mientra el rey y
la reyna mis hermanos y yo biuíeremos, yo soy gierto que nunca esta amis-
tad sera dysuelta, a lo menos por miparte, y tanbyen confio que por la suya;
mas porque podria ser que por sucesyon del reyno de Portogal, y avn por
la
— 54 —
que no devia horodar el hijo ilel hermano avnque fiíese varón, porque ya el
hermano hera apartado del tronco y linea derecha, y que quando el tal her-
mano o hijos de aquel oviesen de heredar, seria defallegiendo herederos de
la linea derecha y no de otra manera, y que quando el pringipe de Portogal
fallegio, esta misma razón enbio a decir al rey don lohan su padre, rogándole
ron batalla los castellanos y los portugueses, y que en aquella batalla fueron
vengidos los castellanos, la qual agora se llama la de Gibarrota, y que los
portugueses, después de vencida la batalla, tomaron por rey a este Rigente y
pusyeronse en rebelión contra el rey don lohan de Castilla y contra la reyna
de Portogal su muger, y con las discordias que a la sazón y después ovo en
Castilla hasta que \^. ais. reynaron, no ovo logar de enprender de sojuzgar a
Portogal, y que el rey don lohan ovo en la reyna de Portogal su muger al
señor rey don Enrique y al señor ynfante don Fernando, que después fue rey
de Aragón, avuelos de V. y el señor rey don Enrique ovo al señor rey
ais.,
don lohan, de gloriosa memoria, padre de \'. al., y V. al., señora, hera la ver-
dadera sugesora del reyno de Portugal, y que aviendose de deslindar esta cosa,
hallaría su magestad que el no tenia ningund derecho al reyno, y avn decláre-
le que el Rigente avia seydo bastardo, porque me parege que lo he leydo asy,
mis señores, para poder ellos mejor hazer sus hechos con entramos. A vuestra
magestad suplico que se guarde destc engaño, pues conoge a los frangeses y
sabe que son sus enemigos, y la cosa de que mas a ellos les pesa es veros
tan conjuntos en debdo y amistad a vos y al rey y reyna mis señores. Y d¡- —
xele todo lo que yo supe dezir en este caso. — Y quanto a lo que vuestra ma-
gestad dize que tanbyen puede aver discordya sobre la sugesyon de Casti-
lla,&, agora ninguna ay ni adelante la podra aver, porque la señora reyna
de Portogal es pringesa y primogénita de aquellos reynos de sus padres, y
aviendo su alteza generación, quito es el debate; no avyendo generagion,
pasarya la sugesyon a la segundagenita, y asy sucesiue a
la tergera y (|uarla,
togal, porque hera hijo de que fue rey de Portogal, y el rey de Por-
hija del
tugal hera ya de la rama de aquel tronco, y que hera menos propinco que el.
Y quanto a lo que le dixe de la sospecha que tenia que esto hera manera de
los frangeses, dixome: —
Vos aveys dicho verdad, que la cosa que mas los fran-
geses desean es que rey y la reyna mis hermanos y yo fuésemos discordes,
el
mi ver no me engaño; tómenlo V. ais. como cosa que pasa por mi fantasya, y
para proueer en lo que en este caso conviene, sy esto fuese como yo lo pien-
so, y junten esto con lo que dize del armada que hará con boz de yr a la de-
liheragion de Periquín, t|ue creo que sy viese que lo podía hazer, que lo ten-
taría.
mas liuiana cosa del mundo, avia de demandar mas y mas, y serian sus de-
mandas ynfinitas, y tanhyen dañaryan sy el rey de Romanos lo supiese,
porque vna de las querellas que de Rojas tyene es que andava prometj'endo
dadyvas vnos y otros por saber sus cosas, diziendogelas el liberalmente. ^'
a
que yo conosco ni los que no conosco no creo (|ue esta ninguno syn esta pa-
uigio de V. ais., y yo he sabido que las que yo enbio y las que me enbian
por aquella via que se detyenen mas tienpo de lo que el camino las deternia;
mas de aqui adelante yo hemendare este yerro, que con las cosas que yn-
portaren enbiare mensajero propio hasta Milán, )' sy no lo he fecho hasta
agora ha seydo por no hazer esperas ynvtiles; y de no escrivir de acá cosas
que otros escriuen, mi yntincion ha seydo de no escriuir a \'. ais. cosas que
no fuesen giertas o que no tuviesen semejangas de verdad; pero de aqui ade-
lante, lo verdadero y lo no verdadero, todo lo que supiere y oyere escriuire,
poniendo lo verdadero en diferencia de lo dubdoso. De las cosas que de Flan-
des y de Roma v de Venegia y de Milán y Ñapóles aqui se escriuen, no he
curado de las escriuir, porque V. ais. tyenen puestas en cada parte destas ta-
lespersonas, que se desvela cada vno dellos por conplir con su cargo, y por
no hazer luenga escritura no he curado de las escriuir, máxime no syendo de
ynportancia; y lo que escriuieron a V. ais. quel duque de Milán dava xxvg)
florines cada mes al rey de Romanos, el se los ]5ydio, mas el duque gelos
negó, y esto yo lo tengo escrito, y quando el Rey ovo aquello que V. ais. so-
bre aquel caso escriuian, dixome: No deve — ser' llegada vuestra carta. Y el
para traer por alli a la pringesa, y como yo su|5e esto, tuve algunos rodeos
para dilatar la partyda de los enbaxadores, porcjue en el tienpo de la dilagion
se pudiese buscar forma de canbiar aquel Gaspar Melc, porquel avia procu-
rado con mucha ynstangia este cargo para yr a pedir a V. ais. las promesas
que Rojas le avia hecho, de lo qual mostrava muchas cartas de V. ais. y de
Rojas, como ya otras vezes tengo escrito esto; y porque aquel y va mas para
\'. ais. que para otro fyn, yo buscaua formas para lo
])cdir y ynportunar a
estorvar, y Dios hordenolo de otra manera, c|ue lo leuo para sy. Después
querían enbiar al presydente solo, y sobrevino la nueva de la muerte del rey
de Frangía, y con esto se enbarago su yda. Después, estotros que estavan
elegidos yo he tenido todas las formas (|Lie he podydo por dilatar su partyda.
— 59 —
creyendo (|ue esto fiinpli.i al seriiit;io de V. ais., y esto por dos cosas, l.i vna,
porque la que estos yvan hera para requerir a V. ais. (|ue
pringipa! cosa sobre
ronpiesen con Francia, por(|uel rey de Romanos (jueria comengar la guerra con
los franceses para recuperar lo suyo, y la otra hera para traer a la .Señora
Princesa, y parecíame que para entramas a dos hera byen la dilación en la
que se han visto el Rey y la Reyna y que se sos]:)echan que quedan congerta-
dos y que la tomara por muger y repudyara la suya; otros dizen que no la
tomara por muger, mas por<|ue Bretaña este sosegada se echa esta fama, y le
comengar la guerra tanto quel rey de Romanos los favoresca, y que avnquel
rey de Frangía les pague lo que se les deve, que no harán paz syn consenti-
miento del rey de Romanos.
me dixo que avnque los de Italia no le ayuden, comengara la gue-
Iten,
rra, y que sy después de comengada no le ayudaren los de Italia, que hará
su paz condenando a Italia, y sy los de Italia le ayudaren, que continuara la
guerra hasta alcangar la paz, y que mas la comengara y continuara en espe-
ranga del ayuda de V. ais. que no en la de Italia.
ron al rey de sus señores le darian los Cxxv0 ducados que les
Romanos que
pidia para pagar meses viu°©
tres peones y uii°@ de cavallo, como ya tengo
escrito a V. ais., el rey de los Romanos ha juntado gente de pye y de cauallo;
la de pye son byen x@ onbres destos de la Sylua negra, que es la mejor gen-
los que están ¡untos, pero quiere que sean vg), y de suycos tyene otra conpa-
tregua o paz de los frangeses, y ha puesto en consejo esta platica que con los
ytalianos ha traydo de aver dellos pecunias, y la poca esperanga que tyene
de ser ayudado dellos, para ver que devia hazer, pues ya la gente esta va
lo
junta, y como quiera que a la guerra y a la paz vuo contradiciones, fue de-
terminado por los de su consejo que devia comengar la guerra, porque de
otra numera conogian que no se podía alcangar la paz; y dixeronme cjue la
mayor dyficultad que se ponia para averie de aconsejar que ronpiese, hera
i]ue no tenian los pringipes que alli ostauan gierta confianga que V. ais. ayu-
ronper, payo sy el eslava cierto que \'. ais. no le faltarían, como avian hecho
los (le Italia, que devia ronjier, ]jorque el poder de \'. ais. hera grande, y
queriéndole \^. ais. ayudar, no tenia necesidad del ayuda de Italia, porque
sy V. ais. le ayudavan, que los pringi]ies del ynperio y todo el ynperio le
ayudarían en manera que pudiesen traer al
tal rey de Frangía a hazer la paz;
y dixeronme Rey les avia gertificado (|uo \'. ais. le ayudaryan, y que el
(piel
eslava muy gierlo que no le fallarían, pori|ue por muchas cartas y por pala-
bras se lo avian V. ais. muchas vezes gertificado; y con esto fue determinada
la rotura, listo me dixo vn obispo que estuvo al consejo, y el rey de Roma-
nos me dixo que ynmcxliate se haría el ronpimiento, porque los del ynperio
le ayudavan con gente y con dyneros, v nuiy mejor de lo. c[uel |)ensava.
Iten, me dixo que escriuiese a \'^. ais. que entre vuestras mageslades y la
suya esta vna capitulagion o escritura por la qual son amigo de amigo y
— 6l —
enemigo de enemigo, y es hecha hermandad perpetua entre la casa de Espa-
ña y la casa de Avstria y Rorgoña, y c]iie por virtud de aquella capitulacjion
son obligados a se socorrer y ayudar los vnos a los otros y los otros a los
otros, quando la necesydad lo re^,"ercara, por la dotensyon de sus estados o
para la recupera<;ion de aquellos o de parte dellos que algund otro prin(,'ipe
lestenga ocupada, y c|ue agora el (piiere ronper la guerra con Franc^ia jior
recuperar las tierras del estado de su hijo quel rey de Francia le tyene hu-
surpadas, y que va a la rotura personalmente y a entrar en l''ran(,Ma; por tan-
to, que ruega y requiere a V. ais. por virtud de aquella capitulac;ion y her-
mandad que esta entre vuestras magestades y la suya, le (|uleran dar a(|ucl
socorro y ayuda que le son obligados a le dar como verdaderos hermanos y
aliados, y que syn dilación ninguna quieran V. ais. ronper con Franc^ia y
\''. quiera venir personal y poderosamente a esta rotura, porcjue la fuer<;a
al.
de los franceses no cargue toda sobre el, y esto ruega muy afectuosamente
a V. ais. que syn tardanza lo quieran hazer, como el lo haria syendo re-
querido de V. ais.
naos bretones que estaran en los puertos de Flandes tomara las que avra me-
nester.
Asymismo me dixo el rey de Romanos quel duque de Milán trata con el
rey de Francia de hazer vna tregua general, y asymismo que es avisado que
se trata de hazer paz con el rey de Frangia dándole a la señora princesa su
hija por muger, y que no aya de restituyr al señor Archiduque ninguna cosa
de lo que le tyene de sus tierras y que le ha seydo dicho que este trato sa-
,
duque de Milán y del Papa entendyendo en esta cosa en la corte del rey de
Frangía, y que con esto se haria paz general, dexando de fuera a venecianos,
syon, y llevo termino de quinze días para responder. Son ya pasados los ocho
días, y el Rey cree que sy no fuere entera paz, que sera tregua por tres
años, y que para esto el dexa en poder del rey de ]-"rangia algunas tierras de
las que le tyene de su hijo, y que le hará restitugion de otras, y que esto
haze y avra por byen de hazer sy se puede congertar, porque mas quiere
cpie su hijo pierda algo de lo suyo que no que el rey de Frangía se haga se-
metyese de dar hasta xxv© francos quel rey de Frangía les dava de pynsyon
en cada vn año; y que el enbio a los suygos sus enbaxadores, juntamente con
los enbaxadores de la liga, a hazer esta obra, y i|ue ])ür entonges no se pudie-
ron ganar syno Ins (piatro cantones, y cjue después acá syenpre ha trabajada
de los ganar tixlos, \- en esta obra ha hechn todo lo i|ue ha podydo, y que lia
|")odydo tanto, ([uc los tyene ganados, y i|uc de buena voluntad van todos
contra el rey de F"rangia; e c|ue en nonbn- de la liga les ha ])rometydo de
- 63 -
darles la dicha ¡¡¡iisxdií y mas; (|lip nn se hará paz con el rey de l'ranQia syn
c|ue el rey de Frangía les pague las debdas que les deve; ])or eso que apergibia
a sus confederados que pagase cada vno su porgion, porque estaua obligado el
y avia dado su firma y sello. Vo le respondy a esto: -Esto fue en tiempo que —
avia liga; agora paregeme que ya no ay liga, segund parege que cada vno
corre tras su pasyon jíriuada; y sy mucho ha ]5rometydo vuestra magestad,
mucho avra de pagar. Esto le dezia en son do liurla y ryendo, v respondióme:
— Xo cures, que por la parte de vuestros pringipes yos enbiare a vos a los
suygos, y por la parte mía y de los otros yo los librare en Milán, que pode-
rosos son para cobrar la libranga, y yo se (|ue la agebtaran de buen grado; y
creedme que sera asy, que Milán y avn todo lo que se gastare en
los pagara,
vernia syn congierto; pero no sabia sy hera venido o no, o sy avian tornado a
otra negociagion.
Asymismo me dixo lohan Bontenps quel avia visto en Frangia que se bus-
cava con gran dyligengia la escritura del enpeño de Perpiñan, que fue fecha
entre señor rey don Juan, padre de vuestra alteza, y el rey Lu)'s de l'ran-
el
gia, y que pregunto para que la buscavan; y que le fue dicho que para pedir
aquella suma j^or que Perpyñan fue enpeñada, y que, avnque se hiziese paz,
que s\'enpre ternian aquella demanda b\-ua; y dixome que crej'a que la avian
hallado en Paris.
De las cosas de aqui no es quien pueda hablar giertamente, porque cada
dya ay muchas mutagiones; y como entre estos pringipes aya muchas dyfe-
rengias, no pueden las cosas determinarse en concordya, porque ay tanta
dyferengia entre ellos sobre las precedengias, que la dyeta no se pasa en otra
cosa syno en concordar aquellas, y Conde palatyno no quiere venir a esta
el
enpeñar tierras, y tj^ene tantas y tales enpeñadas, que sin duda cada cosa de
lo que tyene enpeñado seria estado para vn Señor; y yo he visto muchas co-
sas de las enpeñadas, entre las quales ay vn condado que tyene enpeñado el
conde de Sorua en xLv® florines, que renta cada año viig) florines; ay en el
- 64 -
tres gibdades, que la menor dellas es mayor que laraíjona, y ay quinze cas-
tillos y mas de treynta villajes buenos y muy gentil tierra, y cada dya cargan
sobre el empeño, de forma que de aqui a diez años sera tanta la debda que no
que escriviese. Esperare a ver aquel tienpo, y alli haré todo mi dever porque
se haga lo que V. ais. mandan.
De las cosas de Pisa y de hazerse los venegianos señores della mucho esta
descontento el rey de Romanos, y sy le ayudan para ello, no lo consentirá.
Sy en esto se oviere de hablar como ya se ha hablado otra vez, V'. ais. me
manden dar horden de lo que tengo de hazer, porque para hablar destas cosas
de Pisa fuy requerido de los otros enbaxadores, y como no sabia lo que pla-
zeria a V. ais. fuy tan tibiamente con ellos, que ni negué lo que me pydieron,
ni les dy lo que no devia; y fue escrito que yo me mostrava en esto tybio, que
no sabian la causa por que. Yo dy mi desculpa que desta cosa yo no tenia
mandato, ni nunca lo avia platicado; pero que yo byen creya que V. ais. no
avrian por byen que ninguno de la liga tomase lo que no hera suyo, pues la
liga hera hecha para 0])rimir los tyranos; v ya escriui a V. ais. lo que con el
sen tentar algo contra el, vyendole en la guerra de Erangia, que hallasen quien
los resistiese, porque con la gente de pyt- de la tierra bastan aquellos u@ de
cavallo.
En vn consejo que tuvo el rey de Romanos con todos los pringipes del
ynperio que aqui están juntos, el qual fue oy miércoles, que se contaron xxvu
l\TOSO.
l'^l rey de Romanos se partj-o este dya susodicho para ver hazer la muestra
de la gente que tenia junta, y dixome que mientras yo escriuia, que enbiase
con el a Montaluo, por quel de vista pudiese dar notigia a \'. ais., y asy se hizo.
<1tro dya el rey enbio por mi que fuese donde el estaua, y que le bus-
case las cartas de laseñora pringesa y de Lupian, que hasta estonges no las
avia querido ver ni regebir, y yo fuy donde el estaua y leve las cartas; y otro
d\-a supliquele que no quisyese mas detener a Montaluo, pues que no que-
dava de despachar syno la letra de la revocagion de Lupian, y halle en el vna
gran mudanga en aqueste paso, como quiera que torno a afirmarse en revo-
calle como antes lo avia dicho, pirque en esto yo le hable muy claramente lo
que \harían; y pues se hizo lo que pedy de parte de Y. ais., no quiero
. ais.
enjiachar papel con dezir las demandas y respuestas que sobre esto ovimos.
Montaluo lo dirá de palabra a V. ais.
general por tres años, porque en este tíenpo se entyenda sobre las cosas y
dyferengías del y del rey de Frangía y de Italia, y que en estos tres años el
rey de Frangía me de vn exergito contra los turcos, por que yo pueda conplír
la promesa que tengo hecha de yr contra ellos, y después de conpuestas las
cosas de Italia, que me aya de restituyr las tierras de mí hijo que quedaran
en su poder. Y para que conoscan los frangeses que, sy no se concluye este
— 66 —
apuntamiento, que les tengo de ronper la guerra, yo enbio a las fronteras de
Borgüña xixS) peones y v® de cavallo, asy que es menester quel Rey y la
Reyna, mis hermanos, hagan toda demostración de guerra, y háganlo de ma-
nera quel rey de Frangía lo pueda saber, y mande apropincar a las fronteras
esto les escriuid que quieran hazer, como os lo tengo dicho, porque, asy pi\r,\
la tregua como para la guerra, convyene de hazer toda demostragion.
Asymismo les escriuid que tengo gran esperanga que podre aver dos gib-
dades, las mejores del ducado de Borgoña, y brevemente, sin ponelles sytyo,
porque los tratos cjue en ellas traygo son muy giertos y que no se pueden
herrar.
De Roma se escriuio al rey de Romanos que el pleyto que se trata entre el
rey de Vngria y la reyna Beatriz que eslava concluso, y que se daria declara-
gion que no hera su muger, y que syn enbargo deste casamiento se podria
casar el rey de \'ngr¡a, avyendo dispensagion del prymer matrimonio que avia
contraydo con la hermana marques de Hrandanburc, a la qual dispensa-
del
gion ella dava lugar y le plazia que entre ella y el rey de Vngria fuese hecho
diuorgio; y como yo supe esto, puseme en platica con el Rey vn dia por venir
a hablar en esta materia, y pregúntele sy hera verdad que le oviesen escrito lo
susodicho, y dixome que sy. Vo le dixe que sy su magestad me queria oyr
como a seruidor que le deseaua mucho seruir, que le diria algo de lo que me
ocurría sobre este caso; dixome que avria plazer y que dixese lo que quisyese.
Vo le dixe que, scgund lo que su magestad me avia dicho de la capitulagíi>n
t|ue entre el y el rey de \"ngría, fue hecha sobre la subcesyon de aquel reyno,
avia vn capítulo que dezía que sy el rey de Vngria no oviese hijos k-gytimos,
que el reyno tornase al rey de los Romanos, o a sus herederos después de los
dyas del rey de \''ngria y (¡ue me paregia, segund lo que de Roma le cscrí-
uían, iiue hecha declaragíon c|ue la reyna Beatriz no hera muger del rey de
- 67 -
\ iitjria, V iuiuclla otra con quien avia seydo (lcs|)os;i(la primero consenlya y
avia por hyen (|ue t'iiese hecho entre ellos dyvorgio, ([iie no seria (lifií^il al-
can(,-ar la dispensagion para poderse casar, y casándose, podria aver genera-
ción, y aviendo generación, su magestad perdya el reyno de N'ngria; y <iue
pues esto estaua en este peligro, ([ue me paremia que su magestad podria
ganar aquel reyno para ayudarse del Rey como del hijo en su vida, y para
que des]iues de sus dias quedase a sus nietos, y que seria a mi ver byen ca-
sada la señora princesa, su hija, con aquel Rey, pues que en la christiandad
no avia pringipe con quien casase, y que con este casamiento se soldarían
muchas cosas que traya mucho ynconviniente a la quiete de la christiandad.
Respondióme: — V'os dezis muy byen; mas estays muy lexos de mi pensa-
miento. Kl reyno de V^ngria yo para mi hijo y no para mi hija, y yo
lo c[u¡ero
Rey dungria hera tan mancebo como el y (pie hera muy luenga esperanca es-
,
perar muerte ajena, y que tanbyen hera mortal su magestad como el Rey
la
dungria, y que en vida del Rey de V'ngria no podia su magestad tentar ningu-
na cosa contra el con justicia; y que sy acaesciese morir su magestad antes quel
Rev de X'^ngria, (|ue aquello de la sucesyon no sabia como sucedería, que me-
car esta materia. Doy dello aviso a porque sy mandan que en esto ha-
\'. ais.,
ble, como en cosa que parece a Y. ais. que sería byen, hablallo he, y sy desto
que he dicho no plaze a V. ais., abstenerme he de no hablar en ello; y lo que
he hablado fue por que V. ais. me enbíaron a mandar que hablase en el
lo
to que dize que agora se habla, que syn falta le ronpera la guerra; mas lo que
yo" pienso desto y avn lo que por el vulgo se dize, podria ser que fuese mas
elruydo, como dizen; y creo que estos principes del ynperio le yncitan a la
guerra por traelle después a la paz, syguiendo en las palabras su apetyto >•
cunpliendo en las obras su voluntad dellos; y yo he sentido que quieren en-
biar enbaxadores al rey de P>ancia para le requerir que se ponga en justicia
— 68 —
con el rey de Romanos, y que pornan la cosa en dilac;iones hasta tanto que se
le pase al rey de Romanos la furia y se consuma en juntas de gentes sus pocos
dyneros, syn hazer efect<i ninguno con ellos; y asy pasara todo como ha jia-
sado otras vezes otras semejantes demostraciones de guerra, como quiera que
esta demostración es grande, porque ya la gente esta junta y son ydos a la
frontera. Podria ser que sugediese como el Rey dize y no como yo pienso;
como quiera que (|uando lo vyere lo creeré.
reynos; pero como quien conoge algo de la condición del rey de Romanos,
me parece que no cunpliria con lo que a mi devo sy en esto no hablase. El
rey de Romanos es discreto y sotil y picase de ser mañoso en las negocia-
ciones, y de mucho tienpo antes que aya menester las cosas y antes que
vengan las piensa y las ]3latica para aprouecharse dellas cjuando lui-re el tien-
po; y hele visto muchas vezes con muchos desgrados de sus confederados y
con mucha desconfianza dellos, mayormente con los de v con V. ais.
Italia,
no ha estado menos algunas vezes, avnque syenpre ha hablado en \'. ais. con
mas tenplanga; pero no dexava de dar algunos puntos que pungían en el
alma; 3^ como estos que están cerca del sj'enpre trabajan de le apartar de
todas las amistades que tyene, ponenle en sospechas y en que tenga poca
confianga de todos, y como ellos sean contynos cerca del Rey, y syenpre con-
tinúan esta platica, por bueno que yo le dexe quando hablo con el, quando
otra vez torno le hallo rebotado, y traenle a la memoria todas las cosas pasa-
das que han hecho sus confederados, y ponenle dolencias en las por venir
le
para hazelle desconfiar dellos, y han podido tanto, que le han hecho ronper
con los de Italia despidiéndoles sus enba.xadores , y declarándoles que sera
contra ellos sy no le quieren ayudar, como ya lo tengo escrito a V. ais. ^' sy
con \'. ais. mismo, ha seydo por la dyferengia que ay de las
no ha hecho lo
(|ue \'. ais. han conplido con el y con todos sus confederados, y ellos no con
V. ais., y asyra destotra razón para hazer su hecho bueno quando en conten-
gion oviese de venir con V. ais.; y como el conosca la mala voluntad que los
frangeses tyenen a vuestras magestades, cree que fagilmente los trayria a su
amistad para poner a V. ais. en negesydad; y segund mi pensamiento, el se
arma para que sy sugediere no respondello \'^. ais. como el (|ueria, o que se
— 69 —
pone alguna dilación a la res|iuesla y a la obra; por tanto \ ais. deven |)en- .
\'. ais. le mandarían salir de la corte, porque las cosas de Lupian no heran
para toleraV: y que bastava que \^. ais. lo avian sufrido hasta hazergelo
saber; y que sy no le cjueria revocar, que V. ais. no le consentirían estar
mas en su corte. Y sobre muchas altercaciones dixo que nunca avia seydo
su costunbre deshonrrar sus seruidores, y que por la honor de Lupian (pieria
con toda brevedad despachar estotros enbaxadores, y que Lupian se sufriese
hasta tanto que estotros llegasen, y avn porque la princesa no recibiese
desplazer y syntiese soledad de quedar syn persona suya que estuviese
con ella, porque yendo los enbaxadores, ellos declararían a la princesa su
voluntad, y entendiéndola la señora princesa, avria por bueno que Lupian
se viniese; y como esto el no lo queria escriuir, syno que a boca lo dixesen
los enbaxadores a la princesa, y syno escriuiendoselo se revocase Lupian,
que no dubdava syno que la princesa lo oviese a mal y recibiría dello pesar;
por tanto quel determinava de no le revocar. Guando yo le vi perseverar en
este proposyto, y que no me aprouechauan quantas razones le dezia, pare-
cióme de buscar algund medyo para en tanto que los enbaxadores y van y ,
( I í Está tachado desde aquí hasta el párrafo cuarto siguiente , sin duda porque del pri-
OTRA CARTA
para sus altezas fecha en Fraybnrc a xvi de jullio de gS. Enbiose a don
'Jnan Manuel a Genova. /)u/>lirada leñóla Her/'a.
y me dixo: —
Muchas nuevas tenemos, y no son buenas, por(|uel Archiducjuc
mi hijo quiere ser franges y estar so las alas del rev de Fran(;ia v en la ohi-
di<^nQÍa de aquel y no en la mia, y ha hecho apuntamiento y paz con el rey
veen ynclinado a ser franges y sobjetarse al rey de Frangía )'• no quiere ser
de los principes del ynperio ni concurrir en ninguna cosa con ellos; y que
ellos, por quel Archiduque cobrase sus tierras avian por byen de dar este
susydio al rey de Romanos, y que el Archiduque, syendo suya la querella y
syendo su hijo, no queria que en sus tierras aquel subsydio se repartyese;
asy que, sabido que su hijo avia hecho la paz, y visto que los de Italia del todo
se partyan de le ayudar, y que los pringipes del ynperio le quitavan las espe-
rangas de dalle el subsydio, quel no podx'a sostener ninguna guerra ¡lor lieve
que fuese, y que le convenia aver de mantener la paz que su hijo avia hecho,
avnque hera con dolor de su anima; pero que su probeza no le dava lugar a
hazer otra cosa, y que el rey de Frangía luego serya puesto en horden, o para
la enpresa de Italia, o para la guerra contra vuestras magestades.
Vo le pregunte que de que manera se entendya esta paz, que sy entra van
en ella V. ais. Dixome: — Ella es hecha como os tengo dicho, y no entra en ella
quedan en esfuergo de sus fuergas, y yo creo que la guerra sera con vuestros
reyes. Yo
respondy que no pagauan byen su magestad ni el señor .Archi-
le
duque a V. ais. lo que por ellos avian hecho, porque sy V. ais. avian ronpido
— 72 —
con Frangía, no avia seydo otra la cavsa syno tener hec)ia alian<;a ,con su
magestad, y pedirlo y requerirlo su magestad a Y. ais., y que sy no avian
acjebtado V. ais. la paz quel rey de Frangía muchas vezes les avia ticniandado,
que no avia seydo otra la cavsa syno por hazer quel señor Archiduque reco-
brase lo suyo, y que no tenian otra querella con el rey de Frangía
\'. ais.
y estar so la protección del rey de Frangía, y esto han hecho sus consejeros
porque yo no pueda aver a mí hijo en mí poder, y sy le ovyere, que no sea po-
deroso para remover la governagion de su estado, y por tener aquellos espacio
para este efecto de governar aquello y comérselo, han hecho aqueste apun-
tamiento; y sy desto tengo dolor o no, no creo es menester que yo os lo diga,
porque vos lo conogereys; pero querría que escriuiesedes al Rey y a la Reyna
vuestros señores, que como quiera que esto sea hecho, y tan contra nii volun-
tud y honrra como lo es, que ellos quieran hazer toda demostragion de guerra,
por quel rey de Frangía y estos pringipes del ynperio y todo el mundo conos-
ca que avnque mí hijo me dexa, y mis confederados de Italia me fallegen, y
todas las otras esperangas que tenia, que sus serenidades me son verdaderos
amigos, y que estauan y están aparejados para ayudarme y favorescerme con
todas sus fuergas; y con esto y con toda la obra que yo podre hazer, podría
ser que se ynterronpíese este apuntamiento, y que se hiziese el apuntamiento
que por medio del duque de Sasonía se trata va, y haziendose aquel, tememos
la paz honrrada, o a lo menos tregua no tan deshonrrada como esta paz, en la
qual serán gonprehensos vuestros señores.
Yo respondy a esto del Rey y de la Reyna mis señores: -Vuestra ma-
le —
gestad puede estar byen gíerto que en demostragiones y en obras harán por
vuestra magestad todo aquello que por verdadero hermano y aliado se deva
hazer; pero querría saber sy el Rey y la Reyna mis señores hizieren esta de-
mostragion, y el rey de I-Vangia, estando seguro de vos y del Archiduque como
lo esta, quisyere ir contra el Rey y la Reyna mis señores, que socorro o aj'uda
creya asy como su magestad lo creya, porque este tratado no le avian mo-
vido los franceses para concluyllo, syno con sotileza para enbaragalle que no
syntiese el apuntamiento que hazian con el Archiduque hasta que fuese con-
cluj'do, porque no enbaragase, y que agora cpie aquel hera concluydo, (]ue
lo
dyeta, y creo que sea este el tratamiento que traya Juan Bontenps, que el
rey de Frangía no quería de Italia syno a Genova y al realme, (l) y que el du-
cado de Milán, que el quería renungiar su derecho en el ynperio o en el
enperador, y que se lo ayudaría a ganar; y que dexaría syn tocamiento
todas las otras cosas de Italia que pertenegían al ynperio, y no se enpacharía
dellas, porque le diesen lugar que hiziese la enpresa de Genova como dicho
tengo: y hecha esta proposygion, el Rey, en conspecto de todos los pringipes,
sas en la dyeta asy como el pensaua ni dezia, y esto no hera juyzio ynrrazona-
ble, que juzgando las cosas por lo pasado y por aquellas que presentes vía,
se conogia claro el fyn que avían de tener.
Después de muchas razones ávidas entre su magestad y mí en el canpo
este dya, —
me pregunto: -Que pensays mas, o quel rey de Frangía yra con-
tra vuestros reyes o contra Italia? Yo le respondy Yo, señor, no tengo :
—
temor quel rey de Frangía ha de yr contra España porque el sabe lo poco ,
que alia puede ganar, quanto mas avyendose juntado Portugal con Castilla y
Aragón, y cada vez quel rey y la reyna, mis señores, querrán la paz, la ter-
nan y tal qual la quisyeren, y yo mas creo que esta en peligro Italia y
, el
estado de vuestro hijo y vuestra honrra que no los reynos del Rey y de la
tomar corona del ynperio; y temo yo desto que podra redundar por esta
la
cavsa al Rey y a la Reyna, mis señores, alguna guerra y gastos y trabajos, que
como verdaderos principes y amigos de sus amigos y hermanos vuestros y
padres del Archiduque, no podran sufrir de no remediar, avnque sea con
daño suyo, lo que de otra manera no tyene remedyo. Esto es lo que yo temo
que podra venir a mis seíiores; mas de aver su paz quando la querrán, yo no
dubdo ni temo que, queryendo ellos paz, el rey de Francia les haga guerra.
—
Mas digame vuestra magestad vna cosa: Sy el rev de Francia demanda la
paz al Rey y la Reyna, mis señores, como ya otras vezes se la ha demandado,
y con aquellas condigiones que primero la pidya, que partyesen a Italia entre
ellos y que fuesen amos juntos a la enpresa della, y conbidase asymismo el
rey de Frangía a vuestra magestad para esto agebtallo, ya después, o ageb-
tandolo o no, Italia ha de venir en mano de frangeses sv el Rey y la Revna,
- 76 -
Yo respondy que su magestad podya estar seguro que V. ais. no harían en
le
esta parte cosa ninguna syn su sabiduría. Dixo que el esta va byen gierto dello,
pero que hera byen que V. ais. estuviesen advertydos dello.
He trabajado por saber la verdad de la gente quel rey de Romanos avía
embiado a la frontera de Borgoña, porque en la nuestra nos parecía que se-
rian onze o doze mili onbres, y el dezia que heran xix© de pye y v© de
cauallo, }• he hallado por aquellos que los pagan en Borgoña que serán los
peones hasta vj© y los de cauallo mili, y estos han estado syn hazer movi-
miento ninguno. Dizen agora que parte de aquellos quiere poner en la guarda
del Condado de Borgoña, y parte despedyr. No se sabe quantos quedaran.
Asymismo he trabajado de saber la verdad del negogio de los suygos
porque escríuí a V. ais. de vn congierto que me avia dicho que tenia hecho
con y he hallado por gierto que es todo ayre. El Bali de Dyjun por
ellos;
parte del rey de Frangía anda por la Suyga con dynero procurando de aver
gente, y créese que la avra, pues de acá no les dan dynero, y todo el trato
que de Romanos dezia que tenía con ellos hera syn fundamento, y con
el rejr
rra y el no es poderoso para se defender, y junto con esto vyno nueva al rey
de Romanos que entrado a correr su tierra y avían llegado a
los turcos avian
vna tierra pringipal que se llama Trígestís, que es a los confynes de venegia-
nos. La opyníon de todos los de acá es que los venegianos son ynventores des-
ta guerra del turco con el rey de Romanos. Fueron los turcos que entraron en
la tierradel rey de Romanos dizen que mas de xv@, y que pusyeron canpo y
que corrieron toda aquella pouingía, y quando el correo fue despachado de
alia para venir ai Rey avn no heran levantados del canpo, ni se sabia el daño
(]ue avían hecho; ]3ero presúmese que es mucho, porque los tomaron seguros.
No se ha determinado la respuesta que darán al rey de Polonia, ni lo que hará
el Rey en esto que en su tierra es hecho; pero la razón y negesitlad trae de
rrian |)onelhi por obra; pero con esUi mieva no se lo que liaran, por el yn-
conviniente i|ue tengo dicho a vuestra nuigestad c|iie ay en hazer esta demos-
tración V no tener esperanza de ser ayudados sy oviesen de continuar la
guerra.
De Frayburg a xvi de jullio de 98.
OTRA CARTA
para sus altezas hecha en Frayhurc a xi de agosto de g8. Enbiose a don
lohan Manuel a Genova.
Después que escriui a vuestras magestades de la paz que hera hecha entre
el rey de Frangía y el señor Archiduque, la gente del rey de los Romanos que
enbio a la frontera de Borgoña entraron por Frangía robando y quemando la
tierra, y tomaron giertas villas, no de mucha ynportangia, como quiera que he-
ran muradas, v metyeronlas a saco y quemaron algunas dellas y pusyeron el
sytio sobre vna villa y fortaleza muy fuerte, y con el artillerya batieron la mu-
ralla de la villa, y los de la villa no quisyeron esperar el conbate y dieronse, y
pusyeron luego el artillerya contra la fortaleza y asymismo la tomaron; y diz
que es tan buena cosa, que es la puerta de la canpyña de aquella jirovingia por
do ellos van, y la gente syenpre va adelante la via de vna cibdad que se llama
Langres; y haziendose estas cosas como tengo dicho, vyno la nueva por la
qual se gertifico ser hecha la paz, y por esta nueva ni el rey de Romanos
mando retraer la gente, ni menos les mando yr adelante, como quiera que la
nueva de ser hecha la paz estava muy publica, porque el Rey tenia pensamien-
to, como ya escriui a V. ais., de obrar todo quanto pudiese para ronper esta
paz, y no la tenia por gierta porque no gelo escriuia el Archiduque ni mose de
Nasavt que estava en Frangía tratando la cosa; mas agora ha seydo escrito al
rey de Romanos por mose de Xasavt ciuel ha asentado el rey de la paz con
Frangía por el rey de Romanos y por el Archiduque, y que su magestad la
deve mandar guardar, v restituyr las plagas que los suyos han tomado, y man-
dar salir su gente de Frangía. V en esto haze fin su letra, syn enbiarle razón
de las condiciones con que la paz es hecha.
Después desto el pringipe dorenja (l) enbíava vn cauallero al rey de los
Romanos, y aquel enbio a pedyr al capitán de aquel exergito del rey de los Ro-
manos que esta en Frangía que le diese vn saluo conduto para pasar al rey
algunos dizen que ay mas condigiones, entre las quales dizen que es vna que
el duque de Gueldres quede por duque y señor de aquel ducado, syn que con-
boca del rey de Romanos vn dia le hallo en guardar la paz y otro en conti-
nuar la guerra, y su corte toda esta llena de paz, y en su provingia de Borgo-
ña arde el fuego.
Hasta aquy no avia byen declarado quel oviese dado consentimiento a que
la paz se asentase, pero agora confiesa que es hecha con su sabiduría. Yo le
Frangía, como quiera quel rey de Frangía la avia pedydo muchas vezes a
\'. ais.,
y con grandes partydos, s}-n que primero al Archiduque le fuesen en-
tregadas sus tierras y su magestad fuese contento y satisfecho de las quere-
llas que tenia con I'rangia; y asymismo como avia oluidado su magestad que
capitulagion que entre ais. y la suya estava, que \^. ais. le ayudasen y
\'^.
ronpiesen la guerra con Frangía, por quel asymísmo la ronpia por recuperar
— —
— 79 -
lo lie su hijo, y que oluidado lodo esto, su magostad aver liado consentimiento
a que se hiziese la paz syn \^ ais., no teniendo V'. ais. otra (|uerella con el
rey de Frangía syno la suya, que yo no podya loar esta paz. Respondióme:
No es hecha la paz syn el Rey y Reyna, mis hermanos, que yo los he reser-
vado. Pregúntele como es esa reservación, sy estava espresamente declarado
en los apuntamientos de la paz. Dixo: -Xo, pero yo los he reservado en mi
mente. .Xsy, por estas palabras. Yo le dixe: — Por esa reservación hyen ata-
das les quedan las manos a los franceses, y las fortalezas del Rey y Reyna, mis
señores, que están en las lamieras de Frangía, no han menester alcaydes ni
guarda. Dixome: — El Rey y la Reyna, mis hermanos, hazian otra paz como
esta con rey de Frangía por ellos y por mi; mas no cuajo, que los frangeses
el
gente dos ni tres meses, y querrá saber que ha de hazer esta gente, sy han
de proseguir la guerra, o sy se han de estar syn hazer la guerra metydos en los
lugares; y tanbyen querrá saber sy se determinara vuestra magestad a conti-
nuar la guerra o no, porque sy
sostyene esta gente tres meses, y en fj'n de
el
con mi hijo que se detenga y de dylagion al fyrmar y jurar la paz, y creo que
se podra byen dilatar y avra cavsa razonable para la dylagion, porque yo
dyre que no quiero restituyr estas fortalezas que los mios tomaron hasta que
sean entregadas las villas que han de entregar al Archiduque, ^• los frangeses
no las entregaran antes que yo aya hecho
la restitugion destotras y sacado mi
gente de Frangía, y asy se pasaran estos dos meses que quedan del verano
de dylagion en dylagion, por manera que la capitulagion de la paz quede de-
syerta y no se cunpla a los tienpos que se ha de conplir; y haziendo esto, ga-
naremos el tienpo del ynvierno para concertar lo que se deve hazer, y podra
ser que en este tienpo,vyendo los frangeses que yo no hago retraer la gente
ni restituyo loque han tomado, que vengan a algund apuntamiento de tregua
o paz general; como quiera que esto que yo digo es contra la opinión de los
mas de mi consejo, porque los mas son de opynion que devo guardar la paz.
\'erdad es que ay algunos que son contra esta opynion, pero son los menos,
y como esta dyvysion sea entre los de mi consejo, yo no muestro qual de
aquellas opiniones me plaze, pero estoy determinado en no guardar la paz sy
hallo modo para sostener la gente en el canpo; y sy el duque de Alilan y los
otros confederados querrán dar horden de sostenella, estarse ha en el canpo
como agora esta, y estando la gente en el canpo, avnque no hagan guerra,
estara segura Italia que no yra a ella el rey de I'Vangia, ni enbiara gente; pero
sy ellos no dan horden como se sostenga, de negesydad avre de consentyr
en la paz, porque yo no puedo sostener la gente, y sera forgado de hazer la
escusa razonable para no venir a mi; v venido, \o ]iodre tanto hazer que le
vnperio como los otros pringipes, todos vamos juntos sobre a(]uel o aquellos
que serán estorvadores de tan gran byen; y asy no tardara medyo año que no
ayamos la paz, y do otra manera nunca tememos sosyego, ni podremos yr
contra los ynfieles, ni ayudar a aquellos que syn ayuda aliena no pueden de-
fender sus tierras; asy que hablad con este enbaxador del duque de ^íilan, y
trabajad de traelle a este voto que os he dicho que esta gente se sostenga, y
después que tengays conogido del que le parege byen este medio de sostener
la gente que es saludable para lo que convyene a su señor, escriiiires v.>s y el
al duque en conformidad.
Cada vez que habla en su hijo, habla con sospiro, y dize: Vo sabia byen —
lo que hazia quando le tuve en mi poder de no dexalle yr, porque sabia que
fyn avian de aver las cosas, y los que procuraron que le dexase yr no supie-
ron lo que pydieron.
Juan Bontenps me dixo en vna manera falsa que desta paz del rey de
Romanos y del Archiduque con el rey de Frangía, no podria surtir syno gue-
rra a \'. ais. por cabsa de Portugal Vo le dixe que me declarase que querya
, .
agora esta en mucha gragia del rey de Frangía, porque son primos, hijos de
hermanos, el rey de Frangía le promete de le favorecer y ayudar para aquel
caso, y por esta vía los frangeses pornan alguna negesydad a España; y Fe-
lipe de Rebestan yo se byen que esta puesto en esta demanda desde quel rey
de Portugal murió; asy que, sy los frangeses pueden desmenbrar esta alianga
tan conjunta como esta o deve estar entre estos pringipes, vuestros señores, y
el rey de Romanos, los franceses podran byen hazer sus hechos seguramente.
\ o le respondy que de aquel engaño me paregia que no se guardavan acá,
que \ ais. hasta agora byen se avian guardado del, porque nunca avian que-
.
rido hazer paz syn que al Archiduque le fuesen entregadas sus tierras y eJ rey
de Romanos fuese satisfecho de las querellas que del rey de Frangía tenia,
porque V. ais. no tenían otra querella con el rey de Frangía syno esta, ni
avia cosa que les pudiese ynpedír la paz, syendo esta cosa del Archiduque
confirmada; mas que el rey de Romanos y el Archiduque avian hecho la paz
syn V. ais. y los avian dexado en la enemistad que por cavsa dellos con Fran-
gía teman. Este Juan Bontenps es asy franges como yo castellano.
11
— 82 —
Las nuevas que por muchas partes aquí se dizen son que el rey de Fran-
cia haze toda demostragion de querer yr contra V. ais., y que haze todos los
aparejos que son necesarios para la guerra, y esto dyzen tudescos y borgo-
ñones y franceses, todos quantos de Frangía vyenen No dubdaria que esta .
fuese nueva echadiza, y que sale de aqui desta corte mas que de Frangía; mas
salga de qualquier parte que saliere, me paregio de dar aviso dello a \'. ais.
Yo he seydo preguntado por algunos que qué me paregia i|uel rey de Ro-
manos devria hazer: o guardar la paz, o continuar la guerra. Yo he respondydo
que en esto yo no tengo pareger, ni podria hablar en esta cosa, como persona
que esta aqui por \^. ais., syn a ver mandado de vuestras magestades, porque
por mandado del rey de Romanos yo avia escrito en ocho dias la guerra y la
paz, y que hasta ver qual de aquellas plazia a vuestras magestades, yo no
sabría ni podria byen hablar en lo que se devia seguir; que escriuiendome
V. ais. lo que les plazia de aquello, que entonges yo hablaría en lo que V. ais.
OTRA CARTA
para sus altezas fecha en Fribjirc a xv de agosto de gS. Endiose a don Juan
Manuel a Genova.
(Jy lunes, que se contaron xiu dias de agosto, el re}- de Romanos me en-
bio a dezir hera venida nueva que su exergito hera derramado, y que
que le
vnos yvan a vna parte y otros a otra, y que junto con esto tenia nueva mu)'
gierta quel rey de Francia se aparejava para la guerra, con fama de yr a vna
de tres partes: o contra V. duque de Milán, o contra el rey
ais., o contra el
de Romanos; y que asymismo sabia gierto quel Bali de Dyjun avia levado
bven v@ guygos a Frangía, y que no enbargante que sus gentes se oviesen
derramado, que el quería tornarlos a juntar y resforgar aquel exergito para
esperar lo quel rey de 1-Vangia querría hazer; y que sy fuesen contra V. ais.,
quel daría en Frangía por estotra parte, y que yo escriuíese con toda dyli-
gcngia a vuestras magestades haziendoles saber aquesta nueva, porque se
aperciban para la guerra, ¡jorque sy el rey de Frangía tuere contra \' . ais.,
viniere contra el rey de Romanos, que V. ais. entren por Frangía poderosa-
mente, y tanbyen para que sy el rey de Frangía fuere a Italia, que a vn ticnpo
- 83 —
vuestras magestades y su majestad entren jior I"ran(,-la \- vayan al encuentro
de los iVangeses.
quiero escriuir al Rey y Reyna, mis señores, lo que vuestra magestad manda;
pero seria necesario (|ue vuestra magestad se determinase en aquello que ha
de hazer, porque yo pudiese escriuir cosa Qierta, sy ha de guardar la paz o sy
ha de continuar la guerra, porque escriuir tantas mutagiones es para no saber
determinar lo que se ha de hazer o lo que se deve hazer, porque en ocho
dyas vuestra magestad me ha hecho escriuir vna vez de guerra otra vez de
paz, y otra vez de anbas a dos cosas, y todo con dubitagion. Sy agora se ha
de escriuir esto (|ue vuestra magestad manda, seria byen que vuestra mages-
tad determinadamente dixese lo que ha deliberado de hazer, o de guardar la
guerra de los turcos, y después de los tres años, que asygnemos vna dyeta
general o vn congilio donde se determinen estas dyferengias de entre el y
Italia, porque no yendo los frangeses comigo, yo no osarla yr sin ellos, por-
que mientra yo estuviese con los turcos no me hiziesen algund daño por acá;
y en esto de hazer esta tregua general trabajo y trabajare quanto pudyere, y
para esto yo tornare a juntar un exergito y lo resforgare hasta ver la conclu-
syon que en este negogio se tomara; porque sy yo os digo que continuare la
guerra , puedo hazer sy mis confederados no me ayudan y hasta agora
no lo ,
pringipes; y esta armada que haze mas es para alia que no contra mi, porque
queriendo yo el no verna contra mi y demás desto tenemos vna gran barra
, ;
entre medias, que es el Ryn, que no se puede pasar por todas partes. Yo le
—
respondy a esto: Entre el rey de Frangia y el Rey y la Reyna, mis señores,
no ay otra querella syno la de vuestra magestad y de su hijo el Archiduque,
y esta dyferengia concordada, no ay cosa que ynpyda la paz entre sus altezas
y el rey de Frangia; y cada vez quel Rey 3^ la Reyna, inis señores, querrán la
paz, la ternan qual la quisyeren, y nunca el rey de Frangia les acometerá,
porque sabe lo poco que de aquel acometimiento tyene de ganar, y son mas
poderosos el Rey y la Reyna, mis señores, que no es el rey de Frangia; y como
vuestra magestad dize que tyene el Ryn que es obstáculo para que los fran-
- 84 -
ceses no peisen a vuestra magestad,el Rey e la Reyna, mis señores, tyenen
los montes Peryneos entre sus reynos y el de Franijia, que tyenen menos
entradas y pasos quel Ryn; pero se yo byen que no se pornan sus altezas tras
los montes. Y asy se dyo fyn a esta habla, diziendome que yo escriuiese a
V. ais. que me avia hecho
esto dezir, porque V. ais. estuviesen apercibidos
para qualquier cosa que fuese.
Yo he procurado de aver los capítulos de la paz hecha, y dizeme que no
lostyene, y que no ay mas de aquello que primero se supo. Yo creo que las
Keyna, mis señores, y i)odria ser que costase a vuestra magestad la mitad me-
nos de lo que le costara, enbiando tan repentynamente por la señora Pringesa.
—
Respondyome: No se puede esperar mas tienpo, porque yo la quiero dexar
donde ha de estar, antes que yo me ocupe en alguna guerra, y basta vna ca-
rraca que yo enbiare, y quatro naves cjue el Rey y la Rey na, mis hermanos, le
darán, y con esto podra venir segura. Vo le dixe: Con tan poca armada yo —
no la asegurarla, segund los cosarios de los franceses anclan |ior aquellos ma-
res; mayormente sy los frangeses son sabidores de su venida
y que trahe tan
poca armada; y después desto, no es honrra de vuestra magestad que vna tan
gran Pringesa venga tan desaconpañada. Dixo: —Esto basta para su conpañia,
y para la seguridad verna segura de los frangeses, que no acometerán nada
contra ella, pues tenemos paz.
Los que van por enbaxadores son: vn maestro dotel del rey, vna persona
de byen y mu\- agebta al rey de Romanos, y vn presydente de Borgoña, y
otro borgoñon no le conosco; y va por su aconpañado dellos, no con nonbre
de enbaxador, syno por secretario, vn Xicolao Cesaro; es florentyno; este va
puesto por mano de Juan Bontenps. Pasten V. ais. avisados que no se tratara
cosa ante este que no lo sepa Juan Bontenps, y sabiéndolo aquel, luego lo han
de saber en Frangía. P"l pringipal de los enbaxadores es el maestro dotel este ;
OTRA CARTA
para sus altezas hecha en Fraybtirc a xx de agosto de gS. Rnbiose a don
Juan Manuel a Genova.
Aqui a la corle del rey de Romanos vino vn cauallero del señor Archi-
duque que se llama Tentevilla, el qual venia de Fran(,-ia, que le enhiaua mose
de Nasavt para hazer saber al rey de los Romanos el asyento de la paz que
hera hecha entre el y el rey de Frangía y el Archiduque, y para soligitar
quel rey de Romanos la agebtase, y para levar la acebtagion al rey de Fran-
gía; y asy mismo venía con aquel Tentevilla vna persona secreta del rey de
Frangía; y el rey de los Romanos los oyó en secreto, syn llamar enbaxadores
a la habla; y asymismo les respondyo sin dezir a los enbaxadores que aqui
están dela liga lo que aquellos avian propuesto, ni lo que les avía respon-
dydo, saluo dezir que procuravan vna tregua general, segund tengo escrito a
V. ais.; y después de aquellos partydos, yo fuy a hablar al rey de los Roma-
nos, porque supe que despachauan los enbaxadores para V. ais., y dixome:
—Yo he despachado a Tentevilla y al otro que venia con el, y el despacho
que líeuan es que yo no he agebtado la paz, mas asentamos vn sobresey-
miento de guerra por vn mes, y asygnamos vna dyeta para entender y plati-
car en la paz o tregua general que os dixe que trabajaua de hazer, y el sobre-
seymiento de la paz turara tanto quanto turara la dyeta, la qual dyeta se terna
en Lucenburc, y serán tratadas las cosas por enbaxadores míos y del rey de
Frangía, y en esta tregua entran vuestros reyes, y presto nos partiremos
para allí, y entenderemos en las cosas para traellas a este fyn desta tregua
general que os avernos dicho.
En esta paz que es hecha entre el rey de Frangía y el Archiduque, yo ni la
V. ais. eligiesen la paz, que yo cometería yerro, y asy por el contrario, y que
hasta saber lo que a V^. ais. plazía, ninguna cosa de lo que yo en esta parte
hablase no lo hablava en nonbre de V. ais., en quanto a agebtar la paz o no
- 8- _
a(,-ebtarla; mas que sy esta paz no fuera hecha, ni) dexando a \'. ais. fuera
(lella, pues V. ais. no tenian otra pendenc^ia con el rey de Frant;ia syno sobre
las querellas del rey de Romanos y del .Xrchiduque, que yo la loara, pues
iluel rey de Frant^ia conplia con el Archiduque segund lo capitulado de la
Romanos fuese satisfecho de las querellas que contra Francia tenia; y que
desta paz particular el rey de Frangía avia requerido muchas vezes a V. ais. y
con grandes partvdos, y que Y. ais. no la avían querido agebtar, segund tenia
dicho; y que muchas vezes su magestad me avia dicho que escriuiese a \'^. ais.
que nunca haría paz en que V. ais. no entrasen, pues sus cosas y las de
V. ais. heran todas vna, y que agora agebtar la paz su magestad syn V. ais.,
questo yo no lo podya loar, ni estava contento dello; mas que me paregía
que se devía trabajar antes que su magestad agebtase esta paz que V. ais.
fuesen conprehensos en ella; y que sy esto no se pudiese acabar, que me
paregía que quanto al Archiduque, que esta paz devía quedar por asentada, y
quanto a su magestad, fuese ávida por tregua en la qual entrasen Y. ais., y
que en este tíenpo que la tregua turase se entendería en la paz dentre su ma-
gestad y Y. ais. y el rey de Frangía; y que sj' esta tregua que dezia pudiese
ser hecha por todos los confederados, que serya mejor; pero no pudj'endose
hazer por todos, se devría hazer entrando V. ais. en ella, como tengo dicho.
Y para este efecto he hecho toda la ystangía que he podydo, ni loando la paz
ni contradizíendola, saluo en este paso de no entrar \^. ais. en ella. El rey de
Romanos me respondyo que aquello trabajaría, v asy me ha dicho agora desta
tregua o sobreseymiento de guerra por vn mes, y mas, quanto la dyeta de los
enbaxadores turare para tratar de la paz o tregua general, en la qual tregua
se entyende entrar Y. ais. Yo tanpoco creo esto, por quel rey de los Roma-
nos, como pone en platica vna cosa, luego la tyene por hecha, syn mas espe-
rar respuesta.
De la rey de Romanos, y he trabajado
señora Pringesa vino vn correo al
por saber que truxo, o con que vino, y no lo he podydo entender, syno que
vyene dizíendo mili males; y asymísmo vino otro Hulíbet, que era magero de
la señora Pringesa, y este en mal dezír no perdona a nadye; y acá no sola-
mente se ponen a escuchalle, mas yncítarle a que diga; y de la venida de
aquel correo ha nagído dar mas priesa en el despacho de los enbaxadores que
han de yr a V. ais.; y como yo supe de la priesa que se dava para los despa-
char, y que ordenavan de enbíar navios para traer a la señora Pringesa, 3-0
mostrava tener contentamiento de aquello, v con vna diligencia symulada
mostrava soligitar su partyda, por saber las cosas con que y van pero no me :
ponia a los enbaxadores en temores de la mar, asy del peligro della, como
del peligro de los muchos
cosarios franceses que andavan en aquella mar; y
como ellos son borgoñones, y de la mar tenyan poca espiriengia, temían, y
Rey que les mandase dar en (ienova vna carraca en que pasasen, y
(lixeron al
que en ninguna manera pasarian en navio pequeño. El Rey, rehuyendo la cos-
ta, diziales que mejor pasarian en vna caravela, porque las carracas son pe-
sadas y han menester mucho vyento, y poniéndoles todas las tachas que les
podya poner; y yo hera presente a esto, y como ellos porfiasen que les fuese
dada vna carraca, dixoles el Rey que fuesen por Flandes. Vo le dixe que me
pareíjia que yrian mejor y mas seguros, sy V. ais. estuvieran en Salamanca,
se, mas a mi ¡uyzio en todos estos tres humores i[U(' he dicho toca esta enfer-
medad; y la quarta espe(,-ie es que creo que se afuzian en que V. ais. supli-
rán sus faltas. Byen seria sy fuese agradecido, mas pyensan i\ue es debda que
se les deve.
El Rey me ha dicho que quiere hazer todavía la enpresa de Gueldres, y
que esta gente que tenia en Frangía que la cpiiere enbiar alia. El duque de
Jasa es ya partydo para Mandes; dizen que para ponerse en horden para
aquella enpresa.
El duque de
Alilan haze toda ynstangia por quel rey de Romanos no agebte
esta paz, y haze algunas promesas de dynero; pero no suben de Lx© duca-
dos; y quanto al cunplillos, syenpre se están en Milán, y el Rey nunca haze
syno pedir, y el Duque tener y prometer.
Después de aquesto escrito saque de aquel Nicolao Qesar que escríuí a
\'. ais. que y va con los enbaxadores, la cavsa de su yda
y el cargo que lieva,
y es que va para quedar con \'. ais. y tener cargo de regebir las rentas de la
señora Pringesa y de enbiar acá el dynero, y para fletar navios y pagarlos de
aquellas rentas para traer a la Pringesa.
Yo he sabido gierto que son ydos a F'rangia xg) suygos, y selo de vn on-
bre que ha biuido comigo después que estoy en estas partes, y fue a Frangía;
y el me díxo que los avia visto, o la mayor parte dellos, y que hera fama en
Frangía que querva yr el rey de Frangía contra V.
ais., y ya escriui a V. ais.
que fama se dyvulgava por muchas partes, y que todos quantos de ]*"ran-
esta
gia venian lo dezian asy. Byen creo que no es aquello lo gierto, pero acá as\-
se dize, y el Rey mismo me lo dixo.
que fueron xx días de agosto, vino nueva que los frangeses avían
(^y,
tomado vna fortaleza de las que la gente del rey de Romanos avían ganado en
Frangía, y que se deshazían los frangeses en la frontera de Borgoña. El rey
de Romanos bravea, y dize que no ha de guardar la paz, porque sabe que es
tronperya todo lo de los frangeses. Pero no ha quedadci vn onbrc en la fron-
tera de Borgoña de la gente quel rey de Romanos alia tenía, que todos s(in
OTRA CARTA
para sus altezas fecha en Fraybnrc a xxv de agosto de g8. Enbiose a don
yjiaii Manuel.
\'o he escrito a vuestras magestades de todas las cosas que han sucedydo,
de paso en paso, hasta los xx dias deste mes de agosto. En la vltinia letra
escriui aV. ais. de vn cauallero que se llama Tentevilla, que avia venido al
rey de los Romanos, y de otra persona del rey de Franijia que con aquel
venia; y asymismo escriui quel rey de Romanos me avia dicho que la res-
puesta qne levauan hera quel no quería agebtar y que avia platicado
la paz,
con ellos de asentar vna tregua por vn mes y de tener vna dyeta, por medio
de enbaxadores suyos y del rey de Frangía, para entender en hazer vna tre-
gua general, y que, syn mas esperar respuesta, el rey de Romanos lo tenia
por asentado aquello. V después destos mensajeros partydos, y el hexergito
del Rey derramado, los franceses vynieron al condado de Borgoña y sytiaron
vna tierra que se llama \ ergy, y asentaron su artillería y batieron vna gran
parte de la muralla; y el Señor de aquella tierra enbio a demandar socorro al
rey de Romanos; y afuziandose el Rey en que la villa hera muy fuerte, diese
espagio en socorrerla, \' avn esperando que en est6 tienpo seria agebtada la
tregua por los frangeses y que se levantarían del sj-tio; y los frangeses conba-
tieron la villa y tomáronla; y dizen que metieron a espada todos los que halla-
ron dentro, y que murieron de los frangeses byen quinientos onbres en el
conbate. V luego que fue tomada, vino la nueva al rey de Romanos, y junto
con el mensajero que traya la nueva llego vn rey darmas del rey de Frangía,
el qual no traya cartas ni mandado ninguno al rey de Romanos; y preguntado
a que venia, dlxo que traya letras para los pringipes del ynperio y gierto
mensaje de parte del rey de Frangía; mas avn no ha dado las cartas ni ha
declarado a que vyene, porque ya estos pringipes son derramados, y no están
aquí syno el duque de Sasonla y el argoblspo de Magungia, que por enfer-
medad no es partydo. El rey de Romanos ha estado oy día de la fecha desta
todo dya en consejo. Dizese que ciuiere tornar a juntar su gente y yr per-
el
chiduque avia jurado la pti/ que hera hecha entre el y el rey de Fran^;ia,
publicamente, en la iglesia mayor de Bruselas, después de oyda la misa; y
que las cosas ([ue juro son <|ue en su vida el no demandarla el ducaclo de
Borgüña al rey de Frangía, ni la Picardya, y hizo fydelidad y omenaje al
rey de Francia por el condado de Flandes; y el rey de Frangía le prometya
de darle tres villas, que son en Artues, que se llaman Hera y l.etodan y otra,
no se el nonbre; pero que se entendiese que estas no se avian de entregar
hasta quel rey de Romanos oviese sacado su gente de F'rangia y restituyelo lo
que avia tomado.
Después desto es venido vn bali de Ypre que dize la misma nueva, y dize
quel rev de F'rangia pyde que, sy ha de entregar aquellas villas, que quiere
que los quatro mienbros de Flandes hagan juramento y aseguren quel Archi-
duque terna y guardara este asyento hecho, y que sy en algand tienpo que-
rrá yr contra ello, que sean obligados aquellos quatro mienbros a obedecer
alrey de F""rangia como a señor natural; y este mismo juramento y seguridad
demanda que le hagan otras doze villas de Flandes, demás de los quatro
mienbros; y asymismo diz que demanda que los principales del Señorío del
Archiduque juren de hazer tener y guardar este asyento; y que sy el .^^Vrchi-
duque en algund tienpo quisyere yr contra ello, que estos, syn carga de sus
honrras, puedan dexar al Archiduque y aver por Señor al rey de Frangía.
t!sto dize este bali de Ypre que he dicho.
Vn enbaxador de Polonia esta aqui, el qual vino a demandar socorro al
rey de Romanos y al ynperio, y segund lo que he sentydo del, venia en vo-
luntad, o traya mandato para ])edir a madama Margarita para el rey de Po-
lonia, y oy que cerré esta carta vino a mi posada y, entre otras cosas que
hablamos, me dixo que le avian dicho, y por muy gierto, quel rey de Roma-
nos avia prometydo de dar a madama al duque de Sasonia, y que eslava ma-
ravillado de vn tanto principe dar su hija a vn duque, y no de mucho estado,
aviendo sydo muger de vn tan gran Pringipe, y que sy pudiese ser que este
casamiento no se hiziese, que se podria hazer quel Rey, su señor, la tomase
por muger; y que me rogava que yo hablase al Rey, para saber del sy hera
verdad que hera congertado o concluso el duque de Saso-
casamiento con el
Asymismo me dixo este enbaxador que a esta cavsa de ser asentado este
casamiento del duque de Sasonia, davan priesa a enbiar por matlama la Prin-
gesa, y que esto sabia de personas ciertas.
— 92 —
Al rey de Romanos no le ha plazido deste juramento quel Archiduque ha
hecho, V no me avia dicho nada dello, como quiera que lo sabia, y pregun-
tóme: —-Que nuevas ay? Dixele: —
Vuestra magestad las deve saber mejor,
nixo: — No mas dezime las que vos teneys, y deziros he las que yo tengo,
se;
la Reyna, mis señores, no les ynpidya otra cosa la paz con Frangía syno las di-
O TUA CARTA
para sus altezas hecha en Heiies a ix de setienbre de q8. Enbiose a don
Jtian Manuel a Getiova.
Hasta los x.kv dias del mes de agosto tengo escrito a vuestras magesta-
des todas las cosas de acá segund sugedian, y a los xxvui" del dicho mes
vino vn mensajero de Borgoña con nueua que los franceses avian tornado a
— 93 —
tomar vna fortaleza muy alemanes avian ganado en I'ranQia, y
fuerte que los
que después de tomada, avian ahorcado hasta sesenta honhres que hallaron
biuiis, ijue todos los otros heran muertos defendyendo la fortaleza, y avia en-
tre estos que ahorcaron algunos honhres de fagion. Y desta nueva el rey de
Ixomanos fue muy alterado, y todos los pringipes que aqui están con el; y a
la orael Rey se partyo de Brandeburc para venir la via de Fiorgoña; y en
este medio llego otro mensajero con nueva que los frangeses andavan destru-
yendo toda la tierra del condado de Borgoña; y el Rey despacho todos los
capitanes que con el estauan para que fuesen a hazer la mas gente de a jjye
i|ae pudiesen; v a la ora ([ue se partia enbioiiK^ a mandar (|ue caualgase y
porque syenpre se me figuro que avia de parar en esto que agora esta. Yo le
avia dicho antes que se hiziese el ronpimiento, porque me demando que me
paregia, sy devia ronper o no, yo le dixe que su magestad devia consyderar
tres cosas: la primera, de que poder hera el rey de Frangía, y sy bastava el
poder suyo para resystir o sofrir la fuerga de los frangeses syn ayuda aliena:
la segunda, sy hera seguro que los confederados de Italia y los pringipes del
ynperio le ayudarían para esta guerra: la tercera, sy tenya dynero para po-
der sofrir luengamente el gasto de la guerra, porque sy el comengaua la gue-
rra solamente con esfuergo de sus fuergas, que me paregia que podria poco
ganar, porque la potengia de Frangía hera ygual a la suya, y que quando dos
potencias son yguales, poco se podya ganar de la vna a la otra; y demás
desto, que devia pensar que los frangeses heran astutos y tenían en su corte
personas que les avisauan de todas las cosas que su magestad hazia, y que
sabiendo los frangeses que el comengaua la guerra con sola la fuzia (I)
qual vos y nos, y todos los otros buenos y virtuosos principes, por razón y
obligación natural, por el descargo de nuestras congiengias y de la salud de
nuestras animas, devemos y somos tenidos de nos ayudar y esforgar los vnos
a los otros.Asy vos rogamos e requerimos, como dicho es, que aquesta vez,
y syn dylacion, lo querays asy hazer, y noá enbyeys prestamente y por es-
crito vuestra buena voluntad, &.
De Henes a ix de setienbre de 98.
OTJ?A CARTA
fiara sus altezas fecha en Bisan(;on a xviii de setienhre de q8. Levóla Claver
a Milán para qne la enhiase a don Jnan Manuel a Genova.
villa que se llama Monbeliar, donde espero dos días que llegase alguna gente
que venia en su seguimiento, y llegada tjue fue, luego se partyo para yr a
lafrontera de Frangía, y mandarnos a mi e al enbaxador de Milán t|ue nos
viniésemos a gibdad de Hisangon, y (|uc alli nos enbiaria a dezir adonde
la
su paite,que le rogava que los creyese, y que les enbiase su seguro, para
que pudiesen venir a el; y el Tentcvilla escriuio al rey de Romanos quel rey
de l'rangia le enbiava a su magestad, y que |)or algunas amena/as i|ue mose
— 95 —
do \'ergi le avia hecho, el no osava pasar adelante syn saino condulo; que a
rey de I-'rangia avia pla/er de su amistad, y que fuese asentada tregua por seys
meses, y que se asignase dya y lugar donde se pudiesen ver para dar asyen-
to en sus dyferen(;ias, o por ellos mismos, o por sus enbaxadores; y leydas
estas cartas en el consejo, el Rey demando a los que allí estauan que le di-
xesen lo que devia de hazer; y alli fueron tiyversas opiniones, piirc|ue vnos
dezian que se devia agehtar la tregua, otros para la guerra le confortauan;
pero heran mas los que tenían la opinión de acehtar la tregua y de hazer pa/:
y después que todos ovieron dicho, demando mi pareger, porque tal es la cos-
tunbre de Alemania, que los que son menos en el consejo dizen jirimero su
opinión, y viene a finir en los que son mas, o en aquellos que representan las
mayores personas.
Mi parecer fue i[ue su magestad devia acrblar esta tregua, v buscar todos
los modos que pudiese para venir a la paz, pues que su magestad no tenia
que dízen que devo hazer la guerra, yo quiero seguir mi opinión (I)
hasta ver que fuerga es la de los frangeses, y como no curo syno
levantarse y asentar en aquella de Y asy se partyo y nos mando
venir a esta gíbdad Bysangon , como dicho tengo.
duque de Sasonia, que es el que govierna la casa, y el pri-
u el
mero del consejo, y le dixo que estava maravillado desto que via hazer al
rey de Romanos, porquel rey de Frangía mostrava su carta firmada de su non-
bre, en que manda va a mose de Xasavt que asentase la paz, y que su mages-
tad avia mandado escríuir a \'. ais., después que la paz fue asentada, que el
avia de guardar la paz hecha, y que después avía enbíado al cavallero Tente-
villa a asentar tregua con el rey de Frangía por vn mes, y agebtandola el rey
(') Los puntos indicaa palabras que faltan por haber destruido la humedad el papel.
— 96 —
de Francia por seys meses, que no sabia porque su magestad la desechava y
quería hazer guerra que no se podría sufrir ni turar luengo tienpo; y t[ue su
magestad ponia en platica, y avn en obra, de requerir a V. ais. que le ayu-
dasen, )' que no se le acordava de lo que me avia hecho escriuir, y no se le
acordava que después de escrito a V. ais. que avia de guardar la paz, hera ve-
nida nueva que V. avian hecho paz con Frangía, y que me paregia que sy
ais.
V. ais. avian asentado la paz que seria o fue por lo que el rey de Romanos
,
camino de la paz.
Después desto escrito, recebi vna carta de V. ais. de tres de agosto, la
qual ove por la vía del enbaxador de Milán, y luego me partiré a comunicar
aquella carta al rey de Romanos. Esta carta regebi a xvn de setienbre.
Con el correo que la carta de V. ais. me truxo escriuío el duque de Aíilan
gía estava, y por no gastar la Duxca; m;is es venida vna nueva, que hasta
dos mili suygos de los ciue estañan en el canpo del rey de Frangía demandaron
su pagamiento, y porque no se lo dyeron tan presto como ellos quisyeron, se
entraron en vna villa muy buena que se llama Xalon, y mataron todos los
frangeses que estauan allí on guarnigion, y apoderáronse de la villa y pren-
dieron a los pringipales del rey de Romanos. Es vna de las pringi-
pales villas de Duxca la sy y no saben sy por esta cabsa el Rey yra
allí y dexara el camino de Xanpañia par el |mal tienjio para estar la gente
en el canpo, que todo el mes de agosto y lo que vade setienbre nunca ha he-
cho syno llover, que en quarenta e gínco o cinquenta días no ovo días claros,
y por esto no pueden tirar adelante el artylleria, que no pueden pasar los ca-
rros de la tierra, tan mojada esta, y las riberas van grandes.
De Bisangon a xvni de setienbre de 98.
— 97 —
OTRA CARTA
para sus a/tczas hecha en Mcssa a dos de otiibrc de qS. Enhiose a Sancho de
Londoño, enbaxador en Flaudes, para que la enbiase a sus altezas.
Por otra carta escriui a \'. ais. qiiel rey de Romanos me avia mandado
quedar en Bisangon, y que el meque avia de hazer o
enbiaria a dezir lo
adonde fuese; y como regebi las letras que V. ais. me mandaron escriuir a xxxi
de agosto, yo me party para donde el Rey estava, y llegue a vna cibdad yn-
pcrial que se llama Messa, postrero dia de setienbre, donde halle al rey de
los Romanos. Y esa noche que llegue no fuy a palagio; y otro dia, byen por
la mañana, el Rey me enbio a llamar con dos mensajeros, vno en pos de otro;
y yo fuy a palagio y hállele que avia oydo misa y queria comer para se yr a
ver con el duque de Lorena, y apartóse comigo y hablóme mostrando senti-
miento y dolor del fallegimiento de la seiiora reyna de Portugal, que santa
gloria aya; y yo le dixe lo que V. ais. me avian mandado escriuir, asy desto
ya dicho, como de la paz que hera hecha entre V. ais. y el rey de Frangía; y
a lo que conogi, la cabsa porque me mandava llamar apriesa hera por saber
de mi sy hera verdad lo le escriuia, y hera que le
quel señor Archiduque
hazia saber en vna letra el fallegimiento de la señora reyna de Portogal, y
asymismo del señor Pringipe, su hijo, y que avia fallegido tres dias después
de la señora Reyna. Y yo le dixe que no hera gierto, y saque la carta que
V. ais. me mandaron escriuir y disela, y leyóla y dixo: Esta es la verdad, —
que esta escrita ocho dias después que la Reyna paryo; y a lo que Dios haze,
no ay mas que dalle gragias y rogalle que guarde al Pringipe, porque byuien-
do aquel, el Rey y la Reyna, mis hermanos, serán consolados, y sera remedio
para sus reynos, y Dios les dará hijos de las otras hijas que les quedan con
que se consuelen. Y la paz que dezis quel Rey y la Rej-na, mis hermanos, an
hecho, no la pues quel Archiduque negó a ellos
tengo por mal , y yo ,
han hecho yo sabia que hera reformar y retificar la paz antigua que hera en-
tre Frangía y España, syn ynnovar cosa de nuevo.
Toda la corte del rey de los Romanos estava llena desta nueva quel señor
Archiduque avia escrito a su padre; y no es negesario dezir s\' estauan tristes
o alegres, porque V. ais. lo conprehenderan; y dexo de escriuir muchas pre-
guntas que algunos me hizieron, porque no es tienpo de proseguir esta materia.
13
— 98 -
(i) socorro de dynero, que conosgeria que su magestad no podya
luengamente sostener la gente, y que la dexaria andar tres o quatr'o meses
por el canpo syn hazer demostración ninguna, syno solamente ponerse en sus
cruarnigiones ¡lara defender las tierras; y que en aquellos tres meses su ma-
gestad consumirla sus pecunias, y segund la costunbre de los alemanes, fal-
tándoles la paga, se le yria toda la gente; y quando los frangeses viesen toda
lagente derramada y deshecho su exergito, que se juntarían y tornarían a
cobrar lo que les ovyesen tomado, y antes quel pudiese tornar a juntar la
gente le tomarían el condado de Borgoña o se le destruyrian; y que me pa-
regia que no devia comengar la guerra sin estarde tal manera proueydo que,
a lo menos, pudiese por vn año sostener la gente, porque de negesidad y por
faltade dynero no se oviese de derramar; y que agora aquello mismo me
parecía, porque sy su magestad no tenia dynero y ayuda de sus confederados
para continuar esta guerra, que devría buscar otros medios para venir en con-
cordya con el rey de Frangía, y no comengar cosa que no se pudiese leuar
adelante, porque sería peor el yerro postrero quel prymero; quanto mas que
los frangeses no le avian tomado nada de lo suyo; y que queriendo su mages-
gestad devría mirar que, para guerra ynjusta no se mueve ninguno de buena
gana a dar ayuda, por amigo ni paryente que sea, y avn que los vasallos y
seruídores, que no pueden hazer otra cosa syno lo que les hes mandado, van
de mala gana a la tal guerra; y de la ynjustigia se congibe vn temor en los
coragones, que aquel temor, con poca fuerga, basta para ser vengidos los que
ynjustamente quieren hazer guerra; y por- esta manera le dixe muchas cosas.
El me respondió: —
Quando yo comenge la guerra, yo tenia justa querella,
y que mis confederados de Italia me ayudarían con los CL@
tenia esperanga
ducados que estava platicado que me diesen para esta guerra, y asymísmo
tenía esperanga de ser ayudado del ynperio; pero como mis confederados me
faltaron, los del ynperio se resfriaron en darme ayuda, como aveys visto; y
por esta cavsa yo me movy a consentir en esta paz que en aquel tienpo el
Archiduque, mi hijo, enbio a hazer, como quiera que no fue asentada como
yo lo mandava, o como lo escriui a mose de Xasavt; mas de qualquier manera
que fuese hecho, yo os dixe que la queria guardar, porque a todos los prin-
gipes del ynperio y a todos los de mí consejo les paregía que, pues yo avía
escrito que se asentase, y mí hijo hera contento della, que yo la devia guar-
dar, y asy os mande que lo escríuiesedes al Rey y a la Reyna, mis hermanos;
y con este asyento yo hize retraher mis gentes; y antes que se retruxesen, mí
capitán general hablo con el capitán y governador de Xampanía sy guardaría
guardar qualquier asyento que su señor el rey de l'Vangia oviese hecho; jjor
tanto, que seguramente podía retraher la gente y Qosar de hazcr mas daño en
las tierras delrey de Frangia. V después doslo vyno, como vistes, Tentevilla,
y el otro del rey de Frangia que con el venia; y como quiera que yo les res-
pondy que no quería acebtar la paz hasta saber las condigíones della, dymos
asyento de vn mes de tregua como os tengo dicho, y que la tre-
,
gua turase tanto quanto turase la dyeta. V con este asyento yo escríui a mí
capitán general que retruxese la gente y que la despídyese, y que no quedase
syno la que hera menester para la guarda de las tierras y del artillerya. Y
despedida la gente por este asyento, an venido los franceses y an tomado las
fuergas que los míos avian ganado, y han tomado y destruydo toda la tierra
de mose de Vergí, que es mi capitán y vasallo, y han corrido y robado toda
la contea de Borgoña, y nunca gesan de hazer daño en ella y de progeder
syn gran ynfamia y deshonrra miar Asy que yo no puedo hazer otra cosa
syno hazerle la guerra y juntar mí gente y yr a buscar los enemigos; y la
guerra es justa, pues que yo por el byen vni versal de la christíandad me pla-
zía de consentir la paz avnque hera vergongosa; y sy avía dado aquel asyento
de tregua, no hera para no guardar la paz, mas por poder hazer paz con me-
nos verguenga. Mas han vsado de sus mañas, y no hizieron todo
los franceses
lo que han hecho syno para tronpar como suelen, y para ponernos a todos los
confederados en dyvisyon, y después a ninguno guardaran ni manternan ver-
dad. Asy que ya estoy determinado a hazer la guerra, y avre ayuda de mis
vasallos y amigos y del ynperio para esta guerra, y esto se ha de hazer. Es-
criuildo al Rey y Reyna, mis hermanos, y que yo les ruego y requiero
a la
con el amistad que entre nosotros esta, que me quieran ayudar, no tanto para
recuperar lo perdydo como para defender lo que resta. Y como quiera que
digan los franceses que han hecho paz con España, yo no lo creo; y asymis-
mo yo quiero escríuir al Rey y a la Reyna, mis hermanos, todas estas cosas
mas largamente, porque y determinen a me ayudar.
se apergíban
Y asy hablando en estas cosas llegamos a vn lugar que se llama Brísac,
donde dende a dos días vyníeron algunas gentes de pye y de cavallo, y fueles
dado dynero y pasaron a la contea de Borgoña. Y de ay el Rey se partyo
para vna villa que se llama Henes, donde estavan ayuntados todos los prín-
gipales del condado de Ferrete, asy cavalleros y hidalgos como gibdadanos y
plebeyos.
En esta villa ya dicha el Rey tuvo consejo con aquellos de su tierra que
estañan juntos, y hizoles vna habla dándoles razón de las cavsas que le
— loo —
niovian a hazer guerra, y que como quiera que el avia procurado por todas
las vias (\ue avia podydo de no venir en ronpimiento con el rey de Francia,
pero que no le avia valido nada; por tanto, que como a vasallos y amigos les
rogaua que quisyesen darle ayuda de gente y dinero para hemendarse de la
ofensa quel rey de Frangía le avia hecho, y que no quisyesen que por men-
gua de dynero y de ayuda oviese de dexar perder la contea de Borgoña
y que se les acordase de los daños que de los frangeses avian re-
gebido en este condado de Ferrete después de la muerte del duque Charles,
y que esperasen otros tales sy los frangeses cobrasen la contea de Borgoña,
lo qual no se podria escusar sy no fuese socorrido y ayudado de sus vasa-
el
llos y amigos; y dixoles tantas cosas, que todos a vna hoz respondieron que
estauan aparejados para le dar todo lo que demandase y que a ellos posyble
fuese de hazer, hasta enpeñar los hijos y las mugeres. .
donde estavan juntos los pringipales de todas las tierras ynperiales que están
a la parte de Frangía, pasado el Ryn, y asymismo tuvo alli consejo con ellos,
y hizoles otra habla en tal manera, que todos le prometyeron de le dar ayu-
da; y alli su magestad me mostró vna lista de gente que tenia en que sumava
a XXV0 peones y v® de cauallo, y dixome que esta gente podria sostener vn
año, porque sus vasallos y los del ynperio le pagauan la mayor parte della,
y alli le llegaron xxv® ducados quel duque de Milán le enbiaua, y syenpre
le viene gente y reciben dynero y pasan la via de Borgoña, que es a dos jor-
Parys; y como
que por otras partes lo avia sabido, no lo creya, por-
(pilera
que no avia avtor syno franges; mas agora lo creo, pues este lo dize. Yo le
dixe: —
Cosa es que puede ser quel Rey y la Reyna, mis señores, ayan hecho
paz con el rey de Francia, porque vuestra magestad sabe que quando mose
de Nasavt estava asentando la paz con el rey de Frangía por vuestra mages-
tad y por el señor .Archidueiue, llegaron a la corte del rey de Frangía los en-
baxadores del Rey y de la Reyna, mis señores, y sabe vuestra magestad que
(i) Se copió más adelaute, y se iiiipriim- dDiicle el embajador lo intci caló. (Véase
pág. 103).
— lor -
le (Irxeron qiiel rey de l"ran<,~ia les avia clcmanilado que le declarasen a que
venían, y que los enbaxadores respondieron que ellos no trayan comisyon
de hablar ninguna cc^sa hasta saber el estado en que estauan las cosas del
señor Archiduque, <.> sy se avia tomado conclusyon en ellas; y asyniismo di-
xeron a vuestra magestad quel rey de Frangia les avia dicho que pues no
([uerian exponer su enbaxada, que se fuesen a gierta casa do les mando yr
fuera de Paris, y que puso guarda que no pudiesen hablar con nadye; y
les
mientra ellos estuvieron alli, el rey de Frangia asento su paz con mjse de
Xasavt en nonbre de vuestra magestad y del señor Archiduque, y asentada,
enbio por los enbaxadores del Rey y Keyna, mis señores, y yo dixe a vues-
tra magestad que me avian escrito de gierta parte quel rey de Frangia avia
mostrado a los enbaxadores del Rey y Reyna, mis señores, la comisyon que
mose de Xasavt levo del señor Archiduque para asentar la paz, y asymismo
vna letra que vuestra magestad escriuio a mose de Xasavt, por la qual vues-
tra magestad dava consentimiento a que se asentase la paz; y como la paz fue
asentada, conviene a saber enbaxadores del Rey y de la Reyna,
....... los
mis señores, vyesen que sus altezas quedavan fuera de la paz, pudo ser que
ellos asymismo asentasen paz en nonbre del Rey y de la Reyna, mis señores,
con el rey de Frangia. V demás desto, vuestra magestad me mando escriuir
al Rey y a la Reyna, mis señores, que vuestra magestad avia de guardar la
tada por medyo año, y que se tuviese la dyeta en Lucenburc, asi como es-
taua platicado. Yo le pregunte que sy la acebtaria. üíxome que no. Yo le dixe
que a mí ver, su Magestad la devia agebtar, porque desta tregua no podya sur-
tir syno paz,
y que me paregia que esto hera mejor que no continuar la gue-
rra, mayormente no estando su magestad cierto de la ayuda de sus confede-
rados, y avn de
de su hijo yo dubdava; y del ynperio, segund sentía, no
la
estava tan gierta que de presente le ayudasen; y que sy su magestad con solo
su dynero comengaba la guerra, que no la podría sostener mucho tienpo, se-
gund su magestad muchas vezes me avia dicho; y que sy por falta de dynero
oviese de retraher la gente, como avia hecho estotra vez, que seria perder
lo gastado y poner en gran aventura sus tierras, y perdería la reputagion; y
demás desto devria mirar que me avia hecho escriuir a V. ais. que la paz hera
hecha entre el señor Archiduque y el rey de Frangía, y que a su magestad le
convenía guardarla, y que sobre esto esgrito se dezia y afirmava que V. ais.
avian hecho paz con Frangía; y que sy hera hecha la paz, que no me paregia
que asy tan fácilmente como su magestad dezia vuestras pues que
su magestad avía mandado escriuir a V. ais. que quería guardar la paz. Y
sobre esto ovo replicatos asaz, de manera que por este dya yo no (¡uede
_
mucho en su gragia.
Después yo hable con vn (Mibaxador que vín<i del señor .Archiduque, y
pregúntele sy el señor .Archiduque estaua de proposyto de guardar la paz o
no. El me dixo que no hera venido por otra cosa syno a procurar con el Rey
que la quisyese guardar, porque esto hera lo que convenía a la seguridad del
estado del señor .Archiduque, y que no estaua de proposyto de hazer otra
cosa. Y
este mismo me dixo que hera hecha la paz entre V. ais. y el rey de
Frangia, y que entraua en ella el Papa y el rey de Xapoles y la Señoría de
Venegia, egebto el duque de Milán, y byen creo iiuc lo sabe el Rey, porque
yo he conogido en su gesto cpie no le ha mostrado byen claro contra mí
después.
— I03 —
I'.l Rey ha/c todavía sus a|)arcjoK para )'r en jx'i'sona íí csla guerra, y ya
sus cavallos y arivias son pasados a Horgoña, y cargase la mas arlilleria (jue
puede aver por estas tierras suyas, y tanbien de las tierras ynperiales; y d¡-
se hazian fuertes de fonsados, y están puestos entre dos puentes de vna ribe-
ra grande por donde el ny de Romanos ha de pasar, para defendelle el paso;
y el Rey esta determinado, sy le esperan alli, de conbatilles el canpo, o que
por tiierga le han de dar la batalla, sy piensan defendelle el paso; porc[uel no
puede pasar adelante syn levantarlos de alli, y dcxar atpiel paso seguro por
donde le lleven bituallas; y los frangeses diz que dizen que le esperaran la ba-
talla, y que no le dexaran el paso, y syenpre les vyene gente, y se enforta-
legen quanto pueden para resystir el paso. Dizen que están agora veynte o
XXV?) franceses y suygos en aciuel canpo.
Yo le pregunte al Rey que me dixese su magested como queria comentar
esta guerra, porque ya hera ynvierno, y no hera tienpo para guerrear; y
el
demás desto, ya via como Italia le respondya, y que no sabia el ayuda que
y de sus vasallos; y tanbyen estava dubdoso del señor Ar-
tenia del ynperio
chiduque que, aviendo jurado la paz, viniese yncontinente a la guerra, no
aviendo querido venir a ella antes de aver hecho el juramento. Respondióme
a esto: — F2n el invierno es mejor guerrear que no en el verano para la gen-
te alemana, y agora es el propio tienpo, que avn nos queda medio setyenbre
y todo otubre, que es verano. V quanto a lo que dezis que Italia no me res-
ponde byen, yo no hago cura de los ytalianos; solamente tuve esperanza, y
tengo, en el Rey y Reyna, mis hermanos, que me ayudaran, que destotros
confederados dias ha que la tengo perdyda. Mis vasallos y el ynperio me
ayudaran byen, y en esto no ay que dubdar. Del Archiduque no dubdes,
porquel hará lo que yo mandare, por la burla que vee que le han hecho los
frangeses. Yo le dixe: —
Otra cosa me queda de preguntar a vuestra mages-
tad, sy vuestra magestad no me lo tyene a soberuia. Dixo: Dezid lo que —
quereys. Dixele: —
Sy Dios dyere vitoria a vuestra magestad contra los fran-
hes? (l). Dixo: —-Soys inquisydor de las entrañas; pero yo os lo quiero decla-
rar. Hazer guerra hasta cobrar mió sera justamente hecha; después no ay
lo
y que la christiandad quede syn turbagion porque podamos boluer las armas
contra los ynfyeles.
syno que quieren por todas las vías que ellos pueden poner confusyon entre
lO? —
todos los (le la sania liga, y mantenernos en guerra y en (:lyvisyi)n, y por
discurso de lien]3o dyviilirnos y apartarnos los vnos de los otros hasta la
que el señor Archiduque ronpiese con Frangía, que su magestad devria esto
mirar con mucha prudengia, y no progeder rigurosamente en este negogio,
porque ya su magestad avia escrito al Archiduque todas las cosas que le pla-
zian y aquellas que non le heran agradables, y que no obstante sus amones-
tagiones, al señor Archiduque y a los de su consejo les avia paregído que
devian hazer la paz, y que la avian hecho; y después de hecha, su magestad
avia trabajado por sostener que no se jurase, y que non lo avia podydo aca-
bar, y la paz se juro; pues sy. . . . después de todas estas cosas pasadas, pen-
saua su magestad de traher al Archiduque a la guerra, que yo no podía creer
le dixe que no sabia que tal cosa se oviese hablado; mas que creya que en
tal caso V. ais. no harían nada syn su sabiduría y consentimiento. Dixome:
—No sera syn mi consentimiento. Y en el modo del dezirlo paregio, segund
mi juyzio, que consentirá en ello.
El Rey lleva mili de cauallo y tres mili peones, muy buena gente. (Juando
lleguemos al fyn de la jornada escriuire a V. ais. lo que sugedera. Van con el
OTRA CARTA
para sus altezas hecha eii Bruselas a xi de nouieiibre de gS. Leuola
Moxica.
lii-.n;u al Archiduquesa hasta ponerla en las andas, y asy fueron junios hasta
muy cerca de Bruselas, donde hallaron Archiduque, armado y a cauallo,
al
con otros syete onbres darmas, y en vn canpo, delante del Rey y de la Rey-
na, se encontraron cpiatro por quatro, y anduvieron vn gran rato dando ....
el Rey estaua muy alegre mirando a su hijo, que syn duda parece
,
hablando en esto vn gran rato: y de aquella habla salto en la guerra que V. ais.
avian hecho a los moros, y la que agora hazian allende, y dixo a Sancho de
Londoño:— Guando yo supe de aquella villa que ganaron el Rey y la Keyna,
mis hermanos, allende, yo dixe al enbaxador que aqui esta que escriuiesen al
Rey y a la Reyna, mis hermanos, que para aquella guerra yo les ofrecía mi
ayuda, y en persona; y agora digo que avria muy gran plazer do seruirles
con mi persona y gente en aquella conquista, sy ellos me querrán en su con-
pañia. Asy por estas mismas palabras lo dixo.
Después quel Rey se despidió de la señora Archiduquesa, yo le dixe, en
presengia de Sancho de Londoño, que porque yo non sabia quanto tienpo su
magestad estarla que no queria perder tienpo en lo que avia de
en esta tierra,
negociar, que ya sabia su magestad quanta ystangia le avia hecho y quantas
veges le avia ynportunado sobre que se cunpliesen los xxQ escudos (l).
CARTA
de Gutierre d los Reyes Católicos. Lyndo 28 Julio I4gg.
(i) Aquí se interrumpe la caria del embajador, que dejó ea el Registro que me sirve
de original cinco hojas en blanco, sin duda para copiar las siguientes minutas. Por aqui
puede calcularse las carias que faltarían de su embajada en Alemania. Después de las
hojas en blanco, ya inserta la carta de Londres. 29 de Junio de 1500. Fallan, pues, las de
Noviembre y Diciembre de 1498 y todas las del de 1499, porque la que sigue es original
y no está en el Registro.
— io8 —
ymperio que están ¡untas en Lyndo y en Uberling y en Constanga, y. porque
la vía era áspera, mandónos a los embaxadores que aqui están que nos fuése-
mos por la via llana, y que saliésemos a el a Lyndo, porque allí se deternia
algún día, y asi continuamos el camino según nos fue ordenado; y cuando
llegamos al Lyndo, el Rey era partido para (Iberling, por dar audiencia a los
embaxadores de Francia que alli eran venidos; y en una fortaleza que esta
dentro en el lago de Costanza acordó de los oir, y alli fueron con el, y lo que
en la habla publica dixeron es, después de darle las saludes de parte del rey
de Francia, fue decirle que el rey de Francia abia sabido las diferencias y
guerra que abia entre Rey y los suizos, antiquísimos amigos del rey de
el
¡•"rancia, y que le desplacía mucho de la tal guerra, asi porque aquellos eran
subditos del Imperio, como porque eran sus antiguos amigos y confederados,
y porque de la tal rebelión no podia seguirse sino muy cruda guerra entre-
llos, y de aquella se podia encender en toda la cristiandad por manera que
para ver si le placerla que se entendiese en dar algún medio para atajar estas
discordias y diferencias entre ellos, y placiéndole desto, que por su parte
seria hecho tanto por que las cosas viniesen a concordia cuanto a el posible
fuese. Y
por esta forma estendieron su oración en ato publico y a tercera
asi
mente y les mando ir a una villa, por apartallos de la contratación de las gen-
tes, mayormente de algunos señores que no querrían que los suizos fuesen
destruidos.
Después de ser idos los embaxadores de Francia a aquella villa que los
fue señalada para aposentamiento, el Rey se fue a Costanza, y alli vino aquel
micer Galeazo Vizconde, con ciertos capítulos que abia llevado del Rey a los
suizos para que algunas cosas de aquellas se moderasen, y el Rey torno a
porfiar en lo que pidia; mas al fin, recelando que en este tiempo los franceses
romperían con el Duque de Milán, y los venecianos asimismo, dio facultad
al Galeazo Vizconde para no dejarse aquello so cierta manera, y el Rey vinose
por barcos a Lindo, por hacer en este medio una entrada en Suiza, v en el
camino salióle al encuentro uno de los embaxadores de Francia, y alli le ha-
blo en la barca. Dicen que en aquella habla le demando de parte del rey de
Francia la investidura del Ducado de Milán, y que el seria tan obediente prin-
cipe del Imperio teniendo ducado de Milán, como lo era el señor Ludo-
el
miento, que el les enviarla la respuesta de aquello que le pedian desde Lindo;
y asi el Rey vino al Lindo, y el embaxador se torno a su aposentamiento, y
a la hora que llego se partieron todos los embaxadores de Francia para Cos-
tanza por barcas, y en llegando, dixeron al capitán que alli estaba que lleba-
ban licencia del Rey para ir a hablar con los Suizos al campo dellos, que es-
taba a una milla de Costanza, y que habian de retornar al Rey. El capitán,
como hombre de buena fé, dioles , y asi, hospite insalutato , se pasa-
ron a Suiza, y interrumpieron la platica de la paz que traia aquel del Duque
de Milán. El Rey ubo desto muy gran enojo, y luego a una hora me envió a
llamar para decírmelo, diciendome: —Qué os parece de las platicas destos
franceses.' Ved si son hombres para tener con ellos amistad ni contratación
ninguna. Estos no vinieron sino por sentir las cosas mias en el estado en que
estaban, para poner disturbio en la concordia, porque el rey de Francia pueda
hacer la empresa de Milán estando yo embarazado con estos.
Estando en aquella habla llegaron cartas como los suizos habian desbara-
tado la gente que el Rey
condado de F'errete, que eran iScx) de
tenia en el
caballo y 6000 peones. Vino
nueva tan cruda que se escribió que no ha-
la ,
bian escapado de todos aquellos sino obra de ICX), o pocos mas. El Rey fue
muy turbado, porque en aquella gente tenia su esperanza, porque era propia
suya, y encerróse por aquel dia y por otro, que ninguno no le via, y por al-
gunos de la casa yo fui movido a irle a visitar, como quiera que a todos era
hecho mandamiento que sin llamarle no fuese a palacio, y como un portero le
fue a decir que yo estaba alli, mandóme entrar, y alíele muy triste y muy tur-
bado, y con las mejores palabras que yo pude yo le conforte; y asi hablando
llego un correo con letras de la Reina en que le hacia saber la destroza de su
gente, mas que no era tanta como primero se habia dicho, como quiera que
I lO
era muerto el conde de Fustimbere, su niarixal, y otro Conde con hasta tres-
cientos hombres de las otras gentes, y que habían perdido el artillería; mas
que al tiempo que estaban peleando que hablan sobrebenido ,
las gentes de
españoles y borgoñones que son de la guarda del Rey, y habían recogido la
gente de los alemanes que era puesta en tuga, y que habían muerto bien mil
y trescientos suizos; mas como los suizos eran muchos mas, que los habían
dexado el campo y los suyos se habían retraído. Con esta nueva el Rey se
alegro, pues que no era rota del todo punto su gente, como quiera que sintió
mucho perdida de su marixal. Esto fue víspera de Santiago, y el día de San-
la
tiago el Rey hizo hacer osequias por los muertos, estando el a ellas, y en sa-
liendo de la misa, díxo; —Pues habernos dado refrigerio a las animas, vamos a
go, porque quiero que estedes presente a una habla que haré en Oberbín a
los ]irincipes del Imperio que allí están ¡untos, y sera necesario que allí ha-
bles algo que sera en favor mío, porque de todo me he menester aprovechar
en este tiempo.
Yo le respondí a esto: — Señor, yo deseo servir a vuestra magestad en to-
das las cosas que a mi posibles serán, tanto que yo no haga error en el cargo
que tengo. Sí pluguiere a vuestra Magestad decirme lo que ha de hablar de-
lante de aquellos príncipes antes de estar ellos presentes, diria a vuestra ma-
gestad sí podría hablar en aquella materia o no, porque si vuestra magestad
dijese alguna cosa c[ue yo sin consultalla no pudiese responderá ella, seria
confusión para mi, y vuestra magestad sería deservido. Suplicóle que me quie-
ra advertir de aquello que quiere decir y de lo que querría que yo dijese, lil
me respondió: —No es necesario, porque todo lo que yo diré se que os place-
ra, y aun vos dires mas de aquello después que por tanto no es me-
lo oyais;
Flcindcs é Inglaterra.
ÍXSTKUCC/OX
de los Reyes Católicos d Fuensalida para Flandes.
Sevilla ¡ ii/avo ííoo.
El Reí v la Reina:
fija, y dezidie que le rogamos ciue nos haga saber como se alia después de
tan largo camino, porque deseamos su salud y su bien como de nuestra pro-
pia fija, y que por el amor (|ue le tenemos, todo lo que nos pudiéremos a\'u-
dar V enderezar en lo que toca a su colocación lo haremos de muy buena
voluntad.
(^tro si, ya vais informado de las cossas pasadas de la Princesa; si alia
oyeredes dezir otra cosa, dad ra/:on dello a quien y como vieredes c[ue con-
venga.
Otro si, ya vais avisado fie como se dice que algunas personas ]3iensan de
])oner a la Princes.i y a la duagera en que hagan todos y contra- los enojos
SECRETA
para F/ai idos.
con correo bulante, y volveos a Inglaterra para resydyr ally, dizyendo que
nos vos lo mandamos assy, y ally procurad de desfazer el dicho trato y de
remedyar el negocyo como vieredes que mas cumple.
Pero sy hallardes que no tienen trato con Inglaterra sobre el casamiento
de la Princesa, en este caso resydid en Flandes para hazer ally las cosas con-
tenidas en nuestra Instrucción que para ally Ueuays, y las otras que ocurrie-
ren tocantes a nuestro servvcvo (I).
INSTRUCCIÓN
de lo que ha de liacer Gutierre Gjiiiez de FuensaUda en Inglaterra qiu
parte a Flandes por enbaxador.
Sevilla 5 Mayo ijoo.
El Rev e la Reixa:
guiente:
Que Archiduque y .Vrchiduquesa, nuestros
vos enbiamos a Flandes al
fijos, y vos mandamos que passasedes por Inglaterra, para que de nuestra
nos hagáis saber de las suyas y de su salud, y dezidles como, a Dios gracias,
nos y el Principe, nuestro nieto. \- la princesa de Gales y la infanta, nuestras
fijas, estamos bien y deseamos saber esto mismo del Rey y de la Reyna de
Inglaterra, nuestros hermanos, y del principe de Gales, nuestro fijo.
Otro si, diréis al dicho Rey. nuestro hermano, que porque nos desseamos
que la casa que ha de Ueuar la princesa de Gales, nuestra fija, se ordene a su
voluntad del y de la reina de Inglaterra, nuestra hermana, conviene saber, en
las mugeres y seruidores que ha de Ueuar para que queden alia con ella,
que le rogamos que luego nos quiera fazer saber la manera que en esto que-
rría el que se tuuiese, y sabida sobresto su voluntad, escriuidnosla muy por
menudo.
(~)tro si, direys al dicho Rey. nuestro hermano, todo lo acahecido en
Granada i en las Alpujarras, y de la manera que todo ello queda acabado y
asentado, gracias a nuestro Señor, contandogelo todo particularmente como
ello ha sido.
si, visitareis de nuestra parte a la reina de Inglaterra, nuestra her-
Otro
mana, diziendole el mucho amor que le tenemos y lo que por ella desseamos
fazer, y todo lo que hauemos dicho que digáis al dicho Rei, nuestro hermano.
(Xro si, visitareis de nuestra parte al principe de Gales, nuestro fijo, di-
ziendole quanto amor le tenemos y quanto deseamos saber de continuo de su
salud V de sus buenas nueuas.
lio
que tiene de saber del y de sus buenas nuevas, y lo que mas os decimos a
este proposito.
Pero antes de hablar al Rey, dad nuestras letras de creencia que lleuais
a don Pedro dayala y al doctor de la Puebla, a cada uno por si, y dezidles
que nos estamos contentos de la diligencia y buen recaudo que han puesto y
ponen alli en las cosas de nuestro seruicio que han tenido y tienen en cargo,
y ([ue nos tenemos por bien seruidos dellos, y que os embiamos a Flandes y
os mandamos que de pasada visitéis al rei de Inglaterra, nuestro hermano, y
os informeys de todas las cosas de alli, e informaos dellas de los dichos em-
baxadores muy por menudo, y después id a fablar al Rey y a la Reina y al
Principe, como de suso dezimos, fecha en seviUa a 5 áe mayo de quinientos
años.
YO EL REY. YO LA REINA. AliHagau sccrctario.
CARTA PRIMERA
para sus xxix de junio de quinientos años. Fue
altezas fecha en Londres a
duplicada: la vita fue por la via dé los mercaderes de Brujas, enderezada a
Diego de Soria a B?irgos para que la enhiase a sus altezas, y la otra leuo
vn patrón de vna caravela del obispo de Cordova.
supe que estaua alli y quel Archiduque se venia a ver con el. Y preguntado
sy sabian la cabsa de las vistas o sobre que heran, todos dezian que sobre
casamiento del |3rin<;ipe de Gales con la pringesa Margarita. Y con estas nue-
vas que los fran(,'eses por (^iertas me me
apresure a caminar, y
dezian, yo
quando llegue a vna villa i|ue se dize Boloña, que es la postrera de Francjia,
a diez h-guas de Cales, supe quel rey de Inglaterra hera pasado la mar, y
quel Archiduque estaua en vna villa que se llama Santomer, que es a seys
leguas de Cales. Y como en Roloña algunos españoles que alli están con el
de Gales c de la princesa Margarita, y supe por cierto quel Rey avia pasado
la mar, vo acortle de yr a Santomer, pues para yr a Cales no se rodeava syní>
en ninguna cosa que paresca que sea dilagion o mudamiento de que esta
lo
aparejos, y que agora veya que no hera posyble venir el verano, que antes
pasarla el mes de novienbre que fuese venida, porque ni se via ni conogia
V. ais. aparejar para enbialla, mayormente que se sabia acá que V. ais.
no mandauan detener ningunos navios, ni los de la flota que ha de venir
en Flandes, que acá les parege gran señal de dilagicn. Yo todavya le sanee
lo que hera razón de sanealle, y verdad que V. ais. no estauan de otro
pensamiento syno de conplir al tienpo que heran obligados; y que esto de
que byen sabia el que \\ ais. no la avian de enbiar, ni heran obligados a en-
bialla hasta aver conplido el Principe xun.°años, y que V. ais. no sabyan avn
byen gierto quando los con])lia, mas que creyan que los cunplya en fyn de
setyenbre, y que sy asy hera verdad, que V. ais. hasta aquel tienpo no avian
de enbiar a la Pringesa; mas que después de conplidos los xuii.° años, luego
V. darian borden en su partyda; y que de no venir hasta en fyn de no-
ais.
uyenhre, que no hera de maravillar, que no hera la Pringesa yo, o otro correo
que b liando y con pryesa se oviese de enbiar ni venir; y todo quanto yo
pude para satisfazer a su razón le dixe. Asy que, muy poderosos Señores,
desta primera habla yo no estoy muy contento. Otras avenios ávido después
en que parege que esta mas puesto en razón, y mucho mas; asy que
me
socorrerme he en demandar ayuda a nuestro Señor para que pueda traer las
cosas al voto de vuestras magestades.
.Asymismo, quando le pregunte sy conogia aver alguna mudanga en el rey
de Inglaterra o sospecha de V. ais. en este negogio, dixome que nunca la avia
conogido, syno en el tlarle la retylicagion del matrimonio después (|ue se hizo
,
- 119 —
por palabras de presente, por quel Rey la avia iletenido, y catla vez que la
Con muchos mercaderes destos que aqui están, subdytos ile V. ais., lie
hablado, por sentir dellos alguna cosa, lodos me dizen que saben que se
hazen grandes aparejos para la venida de la Pringesa, y que todos general-
mente la desean. Como quiera que muchos ay que dubdan de su venida, pre-
guntándoles que de donde ]iro(;edia aquella dubda, o porque lo sospechauan
dizen que porque piensan que \'. ais. han de dylatar el negoijio. listo es, muy
poderosos Señores, que hasta aqui he podydo sentir.
lo
Dixome: — Byen seria que yo fuese con mas sy sus altezas no lo man-
ellos;
OTRA CARTA
para sus altezas hecha eii Londres a vi de julUo de quinientos años. Fue
duplicada; la vna letio yuan Baptista, ginoves, vezino de Londres, y la otra
Icuo Juan Peres, escribano de la nao dt Iñigo de Deva, viscayno.
- 120 -
hecho del casamiento del señor pringipe de Gales, vuestro hijo, y de la se-
y por todo, querryan ser gertificados del tienpo en que el pringipe de Gales
cunple los xiui años, porque sabido esto, el Rey y la Reyna, mis señores
aderegaran para entonges todas las cosas que son negesarias para enbiar a la
pringesa de Gales, su hija; y porque sus altezas creen que vuestra Serenidad
enbiara sus enbaxadores para aquel tienpo con poder bastante del pringipe
de Gales después de aver conplido el pringipe los xuii." años, para que antes
que la Pringesa senbarque se haga abto del desposorio por palabras de
alia el
sus Altezas sepan a quales y a quantas personas han de mandar que vengan
para quedar acá con la Pringesa.
bre venidero deste presente año, vn dia mas o otro menos. \' a lo que dezis
creen que yo enbiare mis enbaxadores, ya yo los avria enbiado, sy sus enba-
xadores que aqui resyden no me lo estorvaran, diziendo cjue no hera negesa-
rio enbiar enbaxadores, y avn dando a entender quel Rey y la Reyna, mis
hermanos, no los querían. Y
quanto a avellos de enbiar, y con poder bastante
del Pringipe, y el poder que sea otorgado después de coaplidos los xiui.° años
el Pringipe, para hazer el abto del desposorio por palabras do presente, esto
— 121 —
me parche ynconviniente, portiiu' sy los enbaxadorcs han tle partir después
quel Prirn,-ipe aya conplido cator/e años, pues que dezis quel poder se ha de
otorgar después de la hadad conplida , no podran llegar los enbaxadores alia
Kevna, mis hermanos; y sy no están en parte donde, hecho el abto aquel dia
se puedan enlxircar, no podran venir a la costa de la mar en todo el mes de
nouienbre, pues en aquel tienpo ya ynvierno es tan entrado y la mar es
el
tan peligrosa, que seria gran ynconviniente poner a la Pringesa a tal peligro,
V desta manera haziendose, no se cunpliria lo capitulado. A lo que dezis del
hordenar de la casa de la Pringesa, yo les tengo en singular gragia que esto
quieran hazer a la voluntad mia, porque yo tengo de ser padre de la Pringesa
y me tengo de desvelar en como ella sea muy byen tratada y seruida y acon-
pañada, y asy lo sera, aviendo respecto a cuya hija es, y que es muger de mi
hijo, y que su mereger lo merege. Asy que en esto todo que me aveys dicho,
— Muchas cosas ay aqui tpie mirar, entre las quales son estas; este ahto no es
necesario hazerse alia, pues acá es hecho con toda aquella solenidad que se
requería; otra, que no es negesario el poder del Pringipe, ni esperar el tien]3o
dispenso supliendo qualquier defecto que oviese en las hedades, y por esto el
matrimonio es hecho, y tan fyrme como sy ovieran cada xx años; lo otro es,
que sy aquel tienpo se oviese desperar, hera ynposible venir este año, y to-
das las escrituras quedavan desyertas.
—
Yo le respondy: Como quiera. Señor, que lodo lo que dezis sea as)', y
que esa dispensagion sea ganada, y el ahto del matrimonio por virtud della
hecho, no se entiende por eso el Rey y la Reyna, mis señores, oviesen de en-
hiar a la Pringesa antes de aver coniilido el Pringipe los xuii." años. Y avnque
no sea de necesydad aver de hazer alia otra vez el abto del desposorio, mas
como el dotor ha dicho, es para dar contentamiento al reyno, y porque asy
se deve hazer por la onor de la Pringesa. Estonges el Rey dixo: —Qierto; a mi
asy me paregc, que por el honor de la Pringesa y de todos se deve hazer;
mas es de temer el peligro a que se ha de poner su persona, porque sy caso
es, lo que Dios no quiera, que oviese algund peligro, o que corriesen alguna
tormenta, y oviese algund ynconviniente de se tornar, o de no poder venir,
luego echarían juyzíos los tjue mal nos quieren que Dios no consentía que
estos casamientos se hizíesen; y por evitar estas cosas, querría que buscáse-
mos algund medyo para que todo se hiziese y viniese a buena conclusyon lo
asentado, porque no querría que la señora Pringesa, mi hija, oviese vn traba-
jo por todas las cosas del mundo, quanto mas ponella a ¡jeligro. Estonges yo
le dixe: —
-Eso deve V. Al. mucho mirar, y pues conoge esta mar, y quan pe-
ligrosa es, vea sy sera l.)yon dexarsu venida para la primavera, avnque esto
no lo harían el Rey e la Reyna, mis señores, avnque supiesen que la Pringesa
avia -de correr peligro, por conplir lo cjue sus Altezas tyenen asentado, sy
vuestra magestad no se lo enblase mucho a rogar, y avia de ser escrito de
vuestra mano, y firmado y sellado con vuestro sello, y (piedando en su fuer-
ga y vigor todo lo asentado y abtuado. Esto non le plugo al dotor, porque
le ¡iaregieron jialahras rigurosas de dezir que (piedase ]r,\n\ la primavera, por
las sospechas (|ne piensa tpie acá tyenen (¡ue \'. Ais. lo quieren dilatar. El
Rey respondió (]ue me viniese a mi posada, y que el
por estonges cpie yo
con los de su consejo platicarían para ver sy hallarían algund medyo. Asy,
muy poderosos señores, ha pasado. \'lsta la conclusyon, luego serán adver-
tidos y. Ais.
— 123 —
I. o (|iie conoQi de aquellos (|iie alli csUmaii luc i[iu', a todo lo quel Rey
mostró, lyeiu' buena voluntad y sana on este ncgogio, porque después se
aparti> —
comigo y me dixo: Yo estoy tan alegre y tan contendí del debdo y
amistad que tenemos el Rey y la Reyna, mis hermanos, y yo, que ninguna
cosa estimo mas en esta vida, solamente porque los conosco por pringipes
verdaderos y que sienpre han guardado y conplido lo que comigo han asen-
tado, mayormente lo conosco agora por espiricngia; y sean ciertos que para
sostener su reputación y para defender su estado, y para ofender a quien qui-
syeren, ijue me tyenen tan gierto como a sy mismos, y sy necesario fuere
poner por ellos mi reyno y quanto tengo y mi persona, cada vez que la avran
menester la hallaran a su voluntad, y lo suyo mismo no tyenen mas gierto
questo; por tanto, bus(|iiemos algund medyo para que los que mal quieren
obrar y dezir no tengan lugar.
Yo le respondy: -.Señor, yo he — muy gran gozo de oyr tales ]3alabras de
la boca de vuestra Magestad, porque conosco que están conformes todas las
amistad y hermandad que con vuestra Serenidad tyenen, que es fuera de toda
estimagion, y asy tiene vuestra Magestad al Rey y a la Reyna, mis señores,
para todas aquellas cosas que fueren avmento de honrra y estado de vuestra
-Serenidad como tyenen a sy mismo, y destas dos cosas no avenios de hazer
apartamiento ninguno, porque la fortuna de la vna ha de ser de la otra. Asy
por estonges no ovo mas razones.
Conogi en aquel que se llama Priuasello, y en otros que estauan gerca i
que algauan las orejas y que se holgauan, porque les paregia que aquellas
palabras heran de dilagion en este negocio, porque aquel y otros que alli
estauan cerca que son del consejo, que oyan la platica, (l) son pinsyonarios
de Frangía, segund supe de vna persona que dize que ha recebido mercedes
de vuestras Magestades; y miranvanse vnos a otros, en espegial aquel Priua-
sello, (2) atravesaua algunas razones, no de buena manera; y oregeando en
paña, aqui esta madama Margarita ya. Y muchos de los afigionados a Frangía
(|ue darian mucho por que este casamiento se estoruase, y estotro de Flan-
des se hiziese, porque les parege que sy aquel casamiento se hiziese, que se-
ria mas al proposyto dellos, y que nunca este Rey seria contra los frangeses.
lie sabido esto de algunas personas que me han venido a vysitar, y por ven-
tura con pensamiento de sauer de mi alguna cosa han descubierto sus pen-
samientos, y entre el vulgo andan algunas platicas desto que vernia muy byen
a Inglaterra el casamiento de Flandes; como quiera que en lo general todos
desean que la Pringesa fuese venida, y ay tantas apuestas entre ellos, vnos
que verna otros que no verna q.ie me gertificauan que suben a mas de tres
,
\'erdad es que le parece que son materias peligrosas para tentar dezir que la
otra cosa syno que por parte de V. ais. (l) [se ynova o tienta alguna cosa que
paresca dilación, o yr contra lo asentado y capitulado,] porque pudiesen obrar
sus malas yntingiones; y en esta parte yo le creo, segund lo que de algunos
quel Rey se queria partir a vna gibdad vnas sesenta leguas de aqui. A la ora
caualgo para yr donde ellos están, porque! Rey esta en vna casa sola, a tres
leguas de Londres, y ellos vinieron a otra parte a tener consejo a vna legua
de Londres, y enbiaron a dezir al dotor que fuésemos alia.
OTRA CARTA
para sus altezas hecha en Londres a viii." de jnllio de quinientos años. Fue
duplicada: la vna leuo Juan Peres, escribano de la nao de Iñigo de Deva,
z'iscaj'no, r la otra fue por fia de mercaderes a Brujas, y de alli por la via
dellos a Burgos, enderezada a Diego de Soria para que la enbiea sus altezas.
Después que escriui a \'. ais. a los vi dias de jullio, oy miércoles, que se
contaron ocho dias del mes de jullio, el cardenal de Conturbel me enbio a de-
zir quel tenia cargo del rev de Inglaterra de hablarme sobre las cosas por mi
concordado; mas juntamente con esto dixistes que vuestros Pringipes tenian
por gierto quel Rey, nuestro señor, avia de enbiar enbaxadores para aquel
tienpo que la Pringesa oviese de enbarcar, y con poder sufigiente del pringipe
Pringesa para la primavera, que quedase, avnque para esto hera menester que
su Magestad lo escriuiese al Rey e a la Reyna, vuestros señores, rogandogelo,
y que desta manera creyades que sus altezas lo harian, y no de otra manera;
de donde el Rey, nuestro señor, concibió que aquello hera vuestra yntingion.
— 126 ^
y lo que que se hiziese; y su Magestad tomo espidienU- por eston-
ijuci-iades
ces, diziendo que quería aver madura deliberación sobre lo que se hária; y su
Magestad nos cometyo a los que aqui estamos que hablásemos entre nosotros
sobre esta materia, y que aquello que entre nosotros fuese acordado, que os.
lo dixesemos. Sobre lo qual nosotros hemos ávido larga disputación; y sy esto
porque no es enxuta la tynta de las cartas que han escrito certificando que la
Pringesa vernia en fin deste verano, y no es quitado de nuestros oydos el
sonido de las palabras quel enbaxador que aqui esta presente a dicho confir-
mando Rey, nuestro señor, y a nosotros; por virtud de las quales car-
esto al
tas y palabras, el Rey, nuestro señor, y todos los de su reyno han hecho y
hazen muchas cosas para el recibimiento de la Pringesa, en que se gasta tan-
ta suma de dynero, que ciertamente es en mucha mas cantidad que no suma
el dote que trahera la Pringesa. Lo qual , sy esta dylacion en la venida de la
Pringesa se diese, seria vn gran daño para este reyno, y todo lo que esta he-
cho para el recibimiento se perderla, o la mayor parte dello; y demás desto,
por virtud de las cartas y palabras sobre dichas, el Rey, nuestro señor, a es-
crito al rey de Frangía y a todos los señores della esta venida, gertificandoles
señora Princesa sea venida os haze interpretar las palabras que se dizen a otro
fin que son dichas; porque yo claramente hable Rey vuestro, y
al serenísimo
aquellas palabras que a su Magestad dixe diré agora, y declarare mas lo que
dixe porque asy como lo dixe sea entendido. Yo digo quel Rey y la Reyna,
mis señores, están determinados de conplir todo lo que tienen capitulado y
asentado con el serenisimo señor rey de Inglaterra, y que aquello cunpliran;
mas respondiendo a lo quel señor Rey dixo, sy los enbaxadores oviesen des-
perar a llevar el poder otorgado del Principe después de aver conp'ido los
xiui." años, que seria entrado el ynvierno, y que seria gran peligro poner a la
ves palabras, pues esto dicho no tyene mas fuerga de averio yo dicho por vn
pareger piadoso de querer o desear que la Pringosa no entrase en tienpo peli-
groso en la mar, por que yo he pasado en ella: mas quanto a lo
los peligros
que dezis que no se podria hazer syn quedar las escrituras violadas e que-
brantadas, y que hera menester hazer nuevas escrituras sobre esto, yo no soy
— 128 —
jurista, mas pareccnie que quanrlo de consentimiento de partes quieren pro-
rrogar vn termino quedando lo capitulado en su fuerga e vigor, que aquello
puede quedar firme y syn vinlacion ninguna, y que esto se podria hazer s\'
elpeligro se manifiesta. Y quanto a no ser necesario el poder del Pringipe,
yo lo creo asy, porque lo hecho esta firme, que no se puede deshazer; mas
esto querrían el Rey y la Reyna que se hiziese.
El respondyo (jue en ninguna manera hera de admitir mi razón, mas que
le paregia que, o yo, creyendo que no me entendían, o aiuziandome en que
avia de declarar mas esta materia, syenpre dezia que V. ais. avian de conplir,
y que procurava la dilación; que me aclarase sy esto sy lo pedia de partes de
V. ais. Yo le dixe que en aquella soberuia yo no pecava de pensar que no me
entendían; mas quanto a declaralles mas, que yo les certificaua que lo que
yo dezia no heran palabras de V. ais., ni pensamiento, mas que hera dicho
de mi, respondiendo a lo ()ue! Rey avia dicho, y que yo no despertara tal
tifican que en todo caso verna la Pringesa este verano, porque algunos desean
la dylagion, y esto se conoge por(]ue algunos dellos la procuran; mas la ma-
yor parte giertamente desean mucho la venida, scgund lo que de sus ])ala-
hras se conoge, y anme gertificado que! Rey lo desea mas que ninguno, por
ttnlas las razones desear y por las que tocan a la pecunia, por-
que ay para lo
Key puede echar pecho a todos los de su reyno de la quinzena parte de sus
rentas, y esta tyenela ya echada después que V. ais. le escriuieron gertifi-
candole que la Pringesa vernia este verano. Asj^mismo es costunbre quel dia
de la el Key arme ciertos cauallcros en gran numero de aquellos
velagion
que son cabdalosos en el reyno, estos quieran o no quieran, los quales han
de dar al Rey cada vno quarenta libras, que son ginco' coronas de oro cada
libra: y destos quel Rey señala para armar caualleros, por no dexar el trato
ria; y como el Rey tenga ya puestos en nomina dos mili onbres cabdalosos
para armar caualleros aquel dya, estyma sacar de aqui quinientas o seyscien-
tas mili coronas, y demás otros seruicios que aquel dia suelen hazer los pue-
blos, y ¡unto con esto, gien mili coronas que esperan regebir de V. ais.; asy
que este sabor dulge de tantas pecunias les haze el gusto amargo quando les
hablan en dilagion. Y por esto, y por todo lo que he conogido, no me podre
abstener de dezir lo que me parege, y es que, estando estas cosas ya dichas
presentes, y casy al tienpo de regebir las pecunias, y en gente que tyene por
segundo Dios el dynero, que se podria cavsar de la dilagion de la venida de
la Pringesa vn muy gran ynconviniente, y este ynconviniente se haze muy
grande y muy mas grande en tener aqui tan a la mano a la pringesa Mar-
garita, que mucha parte del reyno desea que este casamiento se hiziese, y ay
muchos gercanos al Rey que con todas sus fuergas lo procuran, sy en estotro
viesen alguna tj-bieza, porque muy publicamente hablan en ello mercaderes
y gentes populares, diziendo que pues Inglaterra no puede byuir syn Flan-
des, y toda su riqueza viene de alli, syendo hecha la concordya entre el Rey
de Inglaterra e el Archiduque, que seria grande firmeza para questa concor-
dya durase para syenpre sy madama Margarita casase con el Pringipe de In-
glaterra. Asv que, muy poderosos Seiiores, no dexo de escriuir ninguna cosa
de lo que syento y oygo, porque vuestras Magcstades, sabyendo las cosas,
mas maduramente determinen en aquello que sera su seruigio.
Nuestro Señor, &.
De Londres a viii." de ¡ullio de quinientos años.
130
OTRA CARTA
para sus altezas hecha en Santomer, en Flandes, a xxv días de jii/lio de
quinientos años. Fue duplicada por dos partes; la vna leño Harri Yuba,
vezino de Santomer , y la otra leuo z'u correo que se dice Bretón, vezino de
Burgos.
das las cosas agradalles y conplazelles; mas vos querriades que esta prorroga-
gion se hiziese, y que no paregiese que vos la pedis por parte de vuestros
Pringipes, syno que yo de mió lo hago, lo qual yo no quiei'o consentyr, por-
que lo que yo mas querría y seria a mi mas agradable es que la Pringesa fue-
se ya venida, y que las bodas fuesen gelebradas; y esto mismo desea el Prin-
gipe, mi hijo, v todos los de mi reyno; mas sy vos me
que vuestros dezis
Principes serán mas contentos que esta venida de la Pringesa quede para la
primavera que no enbiarla este verano, sera otra cosa, y avremos otra deter-
minagion. Por tanto, pues mi voluntad esta buena para agradar a vuestros
pringipes, nos cerres vos, y dezid claramente lo que les sera mas agradable.
Yo le respondy: — Asaz es platicado sobre esta materia con vuestra Sere-
nidad y con los de vuestro consejo, y por las razones que son pasadas avra
entendydo lo que es dicho, y por esto a mi no me queda mas que dezir; mas
porque mas claramente se entyenda lo que yo digo, digo as\' quel Rey y la :
Reyna, mis señores, están determinados de conplir con vuestra Magestad todo
lo asentado y capitulado syn vyolagion de la menor cosa de todo quanto esta
,
l'ringesa, fuese venida; mas como el amor y debdo que tengo al Rey y a la
Keyna, mis hermanos, proceda a todas las otras cosas, yo los t|uiero agradar
en todas las cosas posyhles a mi de hazer, y no en esto que es razonable, mas
en todas las cosas que a ellos pluguiese que yo hiziese, salua solamente nij
honor, no seria cosa en esta vida que yo no la hiziese por ellos, porque los
mis señores, que son los que han de dar, pueden syn pecado, y syn ninguna
cosa otra que se les pueda oponer, gozar de toda la porrogacion que vuestra
Magestad querrá dar en este negogio, y no es necesario hazer nuevas escritu-
ras. Dixo: —A
mi asy me parege, mas los letrados dizen otra cosa, y que es
negesario que se haga vna escritura, la qual esta hecha; velda, y sy os pare-
gieseque esta onesta, sy no, onestarse ha.
Luego vn secretario saco vna escritura en la qual recontava muchas cosas
que no me paregieron byen, y porque seria materia larga para escriuir, las
— 13^ —
dexo. Fynalmente, cine sobre muchas alteragiones, oviiiios de consentiren que
se enbiase esta escritura que aqui va, pues que no pudiemos tomar otra cosa
que alegauan tantas cosas y le ponían tantas dubdas, que no se
los letrados
osava determinar en otra cosa syno en que ellos le consejauan, diziendole que
heran puntos de derecho. Y
visto, muy poderosos Señores, que yo no podya
tomar otro espidiente syno este, porque no tenia a ninguno por mi, y todos
los de acá y el de alia me heran contrarios, me pareció que, avnque me acla-
rase a dezir que V. ais. avrian por byen que la venida de la Princesa quedase
para la primavera, queriéndolo el rey de Inglaterra, que no hera mucho
eceso, pues que con este medyo se gana va la negogiagion y tienpo para pla-
ticar en lo otro, v para mas cómodamente poder enbiar a la señora Pringesa,
o vu0 coronas cada año. Esto escriuo a Ais. para que lo sepan, y vean lo
\'.
que podría quedar a la Pringesa en que biuiese, sy Dios dyspusiese algo del
Pringipe, y quedase syn hijos, lo que Dios no quiera.
He sabido de persona gierta quel Rey tyene determinado quel Pringipe
conosca a su muger el dia de la velagion, y apartársela después por dos o tres
años, porque en alguna manera diz que el Pringipe es flaco, y el Rey me dixo
que los quería tener consigo los tres años primeros hasta quel Pringipe su-
piese governarse ]5or sy; y asymismo supe de buen lugar que con la Pringe-
sa se hará lo que con el Archiduque se haze, que es quel Pringipe cunpla
todo que avra menester, y que no terna casa aparte, ni cosa conogida en
lo
vida del I'ringipe, porque desta manera esta la Reyna, avnque nunca se vso
en Inglaterra syno agora.
Hable al Rey sobre la plata y oro y joyas que la Pringesa avia de traher,
—
— 133 —
p.tra i|ui' ,n|iu'llas no nvicscn de ser (|iiita(las dr poilcr ilc la l'i-ini,-i-sa , y esto
se liahli) mucho contra la voluntad d-1 dotor, i|uc syenprc me estonio (|uc i-io
joyas «luc truxere, mas le daré yo de las mias; mas esto no ha de ser por
obligagion, syno por mi voluntad, y vna vez ]Dor vna, todo ha de venir a mi
mano.
A lo que le hable tocante a casa que avia de traher la Fringesa quisye-
la
el debdo y amistad del Rey y de la Reyna despaiía, que ninguna cosa se pue-
de igualar con esto, y pregio tanto la persona de la Princ;esa, que por sola ella
desecharla todo lo al. Y
con enojo dicho.
La persona del Rey muy pomposa, y la de la Reyna mucho mas; en su
es
atavio dentranbos y cerimonias, tanto quanto a pringipes se requiere es; mas
no negando la verdad, este es el mas pequeño estado de Pringipe de todos
quantos )o he visto.
Agora, muy poderosos Señores, quiero dezir a V. ais., por lo que toca a
cnbaxador vna persona de byen asy como es el IVotonotario, jiiies nue sabe-
mos que han tenido personas de byen en las cortes fie los otros Princ;ipes.
Este por cosa del mundo yo no tpicrria <|ue antes de la venida de la l'r¡n(;esa
en vn dya, y fue quel dotor, por vender por suyo lo que se ha despachado
syendo el el contradytor, trabajo quel secretario le diese el doble destas letras
para enbiarle el primero, y la fecha de su doble es de xvui.", avnque creo que
no yra alia, porcjuel Rey tue avisad<i dello, v no regibio plazer, segund me
dixo vn suyo que va al Archiduque, que ]5artio después de mi; y estando )'o
que quería caualgar en Londres para me partir, cntm vn onbre en ñii i^osada
con vna carta de vn patrón de vna nao que se partia, y enbiavala a don Pedro
de Ayala. Dizia la carta:
«Señor: Perdóneme vuestra merced porque no le fuy a ver, porquel dotor
de Puebla me tomo juramento que no truxese cartas de nadye, porque asy
conplia al seruigio de sus altezas.»
Don Pedro de Ayala vino dos dias antes que tomase conclusyon el Rey, y
dile la carta de V. ais., y después que le ove hablado, me demando sy V. ais.
para yrme ni pava estar; y que sy todavía mandaren que este aqui, que re-
medien a los dichos del dotor y a mi honrra como mas conplira a su seruigio,
pues que, a mi ver, no tengo pecado por que sus Altezas quieran hazer comigo
lo que mmca hizieron con nadye. l'aregiome ¡lor lo que tocava al seruigio de
dedor.
Pregúntele como estaua con el Key descogía; dixome que en buena paz, )•
que ya heran concertados en quel Rey descogía casase con su hija, y que
esperauan la venida de la Pringesa para que las bodas del Pringipe y el des-
posorio del Rey descogía se hiziese en vn dya; mas pues la venida de la Prin-
gesa se dylata, que para en fin de setienhre se hará el des]5osorio.
Pregúntele como estaua con el rey de Romanos; dixome que estando en
buena paz con el hijo, que asy creya que la tenia con el padre, y que después
de averse visto con el Archiduque, avia regebido dos cartas del rey de Roma-
nos asaz amorosas, y que espera que mas estrecha se hará su amistad.
Preguntóme del armada que V. ais. hazian, y para donde y va. Yo le dixe
lo que V. Ais. me dixeron; y asymismo me pregunto de la venida del rey de
Navarra, sy sabia la cabsa. Dixele que no la avia sabido, porquel dia que llego
a la corte de vuestras magestades avia yo partido della.
Acá son venidos muchos que dizen que V. ais. avian casailo a la se-
ñora yntanta doña Alaria con el rey de Portogal , y que ya la ha levado a su
reyno.
Vn capellán de la señora pringesa de Gales, vn yngles, escriue acá tantas
cartas, y de tantas locuras y pocas verdades, que es maravilla; y avn dize que
las escriue con sabiduría de V. ais. Poripie creo que es la verdad en contra-
rio, V. ais. lo remedien.
En Londres mueren de pestilengia reziamente, y estiendense [jor toda la
tierra.
El Rey me tomo las cartas que traya para el Pringipe, y dixele que V. ais.
me avian mandado que le fuese a vysytar. Dixome: Pasares gran pena, que —
esta lexos, y es mala tierra para caminar.
— 137 —
Tycnen por costiinbre en Inglaterra los reyes de no tener ningund hijo
consigo; todos los tyene el Rey derramados por sus estados.
Suplico a vuestras Magestades que cjuando enbiaren esta escritura, que si
fueren seruidos, que la manden enbiar a l""landes, porque yo enbiare persona
mia que la lieve, y que sean seruidos de no mandarme pasar mas la mar, por-
que nunca vez entro en ella ([ue no salga como muerto.
que hera quando los cornualeses le venian a dar la batalla , y desta manera se
han guiado todas las otras cosas para vendellas mas caras alia y aver mas por
ellas acá.
(Añadydo.)
, 18
138
OTRA CARTA
para sus a/tesas hecha en Bruselas a quatro de agosto de quinientos años.
Leuola Pedro de Avila, correo de sus altezas.
con correo propio, con el qual enbie vna carta del rey de Inglaterra,
y vna
escritura dentro en ella,y después desde Brujas escriui asymismo con correo
propio, que le despache miércoles a xxix de julio, el qual leuo el duplicado
de las primeras, y porque creo que el vno o entranbos serán ya llegados, no
haré aqui mas mingion de lo de Inglaterra, pues de aquellas letras lo avran
entendydo vuestras Magestades.
Vo llegue a la corte del señor Archiduque a dos dias del mes de agosto,
y fuy byen recebido en la entrada, y el dia siguiente yo fuy a visytar al Ar-
chiduque. Regibiome con mucha alegria y preguntándome mucho por vues-
tras Magestades; y en este dia no pasaron syno cosas generales y preguntas
de salud de V. ais., y del buen estado de sus reynos; y salydo de alli fuy
la
3' rezio que parege de vn año; madama Leonor es tan biua y tan aguda, que
en el entendimiento parege de hedad de ginco años. Esto es, muy poderosos
Señores, lo que hasta agora ay que escriuir de las personas destos señores,
hijos de V. ais.; están muy buenos y alegres y gentiles, mayormente la seño-
ra Archiduquesa, que esta tan hermosa que es maravilla.
Estos que goviernan esta corte he sabido que están con mucho deseo es-
perando mi venida, porque creen que les traya recabdo de sus pinsiones, y
annie mostrado todos muy buena cara, y yo he acordado de no les dar las le-
tras de V. ais. ,
pues que no se les ha de dezir cosa que satisfaga a sus espe-
rangas; esto por agora, hasta mas sentir de las cosas. No se terna esta manera
con el argobispo de Bysangon, porquel tyra a mas de pynsion, y porquel la
es el que govierna esta nao, y no se haze otra cosa syno lo quel hordena.
Dalle he la carta de V. ais. y hablalle he dulgemente, y procurare de hazelle
buen seruidor de la señora .-Vrchiduquesa, y asymismo a todos los otros; mas
segund he sentido, este ha tentado ya de meterse en manos de la señora Ar-
chiduquesa, avnque syenpre dexa vna cola con que borra lo que haze. Como
syntiere de las cosas, asy me governare. Por agora no ocurre otra cosa syno
— 139 —
i|ue l.aiiiaxa, ((iif os govcrnador ili- la casa de la l'iingesa, cstaiia aqui espe-
rándome, creyencU) c|ue yo traya alguna cosa locante a las cosas de la Prince-
sa, y hablóme sobre ello. Vo le dixe (¡iie avia de yr a visytar a la I'riin;esa de
|)arte de V. ais., y que seria en breve, y el se partyo luego. VA Archiduque
OTIÍA CARTA
para sus altezas, fecha en Bruselas a vi de agosto de quinientos años. Leuola
Pedro de Avila correo de sus
, altezas.
Después que escriui a V. ais. a los quatro de agosto, hable mucho con la
ya tienpo que mostrase que hera Señora, y que tenia ya hijos que avian de
ser Señores deste estado, porque me paregia que no hera ya de dysimular con
estas gentes, pues que en ellas no avia comedimiento ninguno. Y a la señora
Archiduquesa le plugo de oyrme, y discurriendo por la materia, y venidos a al-
gunas particularidades, su Escelencia descubrió vn grandisymo ynconvinien-
te c[ue para (|ue esto se hiziese avia, y hera que ella no podia traher estas co-
sas a su mano syn tener la voluntad del Archiduque, y que esta byen creya
que la tenia quando ellos estauan solos, porque conoge que la ama; mas es de
tan mal secreto, que ninguna cosa se le dize de ninguna calidad que sea que
no la diga luego al argobispo de Bysangon; y por esto no se osa soltar a de-
zirle algunas cosas que le parece que serian razonables de le dezir y que se
hiziesen. Vo le dixe que aquel gran ynconviniente hera, mas que se podria
tener vn modo de ganar a estos que le Archiduque
goviernan, porque sy el
no se determina syn consejo dellos, que ganados aquellos, hera ganado el Ar-
chiduque, y que pues su Excelengia conogia quien estos heran, que viese qual
hera aquel que mas prouechoso seria, o que mas pensaua que le seria verda-
dero seruidor, y que acjuel se procurase de ganar. Respondióme quel obispo
de Bisangon le dava muchas palabras, mas c[ue no avia en el obras, ni avn
dava fe a lo que le dezia, porque ya tenia congebido que todo lo que le dezia
hera con falsedad; mas que el de Vergas mostrava muy gran gana de seruirla.
— [40 —
y que este pensaua que la seruiria mas de voluntad; como quiera que no se
osava soltar con el ,
porque temia que hera echado de los otros para sentir de-
11a su voluntad. Y mas ynclinada
pare^-iome que estaua su ilustrisinia Señora
a este de Vergas que al de Bysangon. Del de Nasavt no se haze mucha cura,
porque! no es asy anbigioso del govyerno como estotros, como quiera que del
despojo quiere su parte. \ o le pregunte al Archiduquesa que me dixese qual
destos dos tenia mas la voluntad del Archiduque, el de Bysangon o el de Ver-
gas. Dixome que aquello hera syn conparagion, porquel de Bisangon hera
asoluto. Yo respondy que pues asy hera, y quel de Bysangon tenia la vo-
le
luntad del Pringipe, y podia en todas las cosas mandar y vedar asolutamente,
que me paregia queste se devia ganar, porque ganando a este en cuyo poder
estaua enagenada la voluntad del Pringipe, hera ganado todo, porque con la
voluntad del Archiduque y con la mano deste, se echarían los otros fuera de
la governagion, y avnque no se echasen del todo, trahellos hia a tal punto que
sus obras, y que sy el obrase de tal manera que se conogiese la mejoría, que
estonges seria razón de ofregelle galardón de sus seruigios y dárselo; y tan-
byen con estotros no despedillos de todo punto, ni tomallos de tal manera
que se mostrase hazer mucha cuenta dellos, )• en esto quedo esta habla.
El de Bergas vyno a mi posada y me dixo: Yo vengo a vos a os dezir —
que Musyor quiere yr en Holanda, y que sy vos quereys yr con el, que sereys
e! byenvenido, y sy quereys quedar aqui, que sera a vuestra voluntad; mas
uieron quel obispo don Juan de Fonseca estaua despachado para venir aqui
por enbaxador, el qual traya comisyon para entender en dar asyento en las
cosas de la Pringesa y en otras cosas cpie aqui están suspensas hasta la venida
de aquel y agora poco ha le an escrito
,
quel obispo no vyene mas quel Rey ,
mandar lo (|ue vo avia de hazer; asy que podeys dezir a Musyor que hasta
cjue yo aya mensajero de sus Altezas, yo no tengo que hablar, saluo algunas
cosas particulares que no locan a estos negO(;ios que dezis; mas sy su iluslri-
sima Señora algo querrá hablar en sus negogios o en otros cjualesquier, yo
seré presto para oyrlo y para consultar lo que me dirá el Rey y la Reyna, mis
señores. Y en quanto a la yda de Olanda, yo no tengo de hazer a<iui otros
negogios syno seguir Archiduiiue, y donde quiera que fuere yre, y do
el
que para ellos traya, porque no les podia dezir cosa que byen les supiese, se-
gund lo que V. ais. mandaron que claramente se les dixese, que no avian de
aver pinsyones, y porc]ue paregio a la señora Archiduquesa que no se de-
las
via de dezir tan presto hasta conoger dellos el fynal fyn en que estauan, por-
que conogido aquel, avria tienpo para los despedir o para dalles esperanga, la
qual no les satisfará, segund lo que he sentydo, porque ya no esperauan syno
obra. Y. ais. manden escriuir sobre este paso lo que mas sera su seruigio,
porque hasta ver mandamiento de Y. ais. yo no les hablare ni en dalles espe-
ranga, ni en quitársela.
Con la yda o estada del obispo de Ma-
señora Archiduquesa hable sobre la
laga, y dixele que sy su estada del obispo no seruia, que Y. ais. avrian por
byen que se fuese, y sy seruia algo o podria traher su estada algund proue-
cho, que estuviese. Respondióme que por agora no querria que se fuese hasta
ver lo que destos se podia ganar, porque sy las cosas avian de venir a su go-
vernagion, que tenia necesydad del porque no tenia otra persona que le acon-
,
sejase asy como el; mas que sy esto no sugediese, que estonces se podria
hazer como Y. ais. lo mandasen, y agora tanbyen, mas que le paregia que
que piensa que sera en vano, porque aquella, con lo que tyene, tyene tanta
presungion como el Archiduquesa, y bive mucho a su plazer, que por su vo-
luntad ella seria venida a su corte, porque lo desea mucho, mas que no veen
modo como se haga. Y dize el Archiduquesa que sy de alia V. ais. le pudie-
sen enbiar vna persona onesta y cuerda, t]ue mucho lo querría, y que fuese
tal persona que la supiese consejar, y c|ue lo que viese en ella deshordenado
se lo supiese dezírcon modo y manera de seruídora y consejera, y no con
modo de ygual, porque dize que avnquel consejo sea bueno, dízíendolo en
modo desacatado, que mas prouoca a yra a aquel a quien se dize, que no a
correpgion. De las quales palabras juzgue que, avnque las que tyene algo le
digan que sea de enmendar, que egeden en el modo del dezír.
Con el .Archiduque hable oy para dezírle que quería yr a visytar a la
— 143 —
viesen que os devian consejar, y su ayuda qierta y con tienpo quando la ovie-
sedes menester, y no se herraría nada por aquí, por<|ue cjuien ha regido y
governado tantos reynos y tan byen, byen sabrá aconsejaros en vuestras co-
sas, y los que son tan poderosos byen podran ayudaros en vuestras necesyda-
des. Asy que, ilustrisimo Señor, teniendo vos tal padre y madre, y que tanto
saben y pueden, y que tanto os aman, mucha synrazon hazeys a vos mismo
en hazer cosa ninguna ni pensalla de que no les dedes parte, y que no espe-
reys a que os enbven su consejo antes que os delibres. V sy asy lo hiziere
esta ya despedido de aver nada de V. ais., como quiera que el pyensa que lo
le darían toda y de
la gloría,
lo no byen hecho mostrarya su inogengia; mas
como estas cosas no pueden llegar a pruevas, díze que dexa todo lo pasado
atrás, mas quel se enpleara de tal manera en seruicio de \'. ais. y de la señora
Archiduquesa, que se vera por sus obras que merege las mergedes, las qua-
les el nunca pedirá; quel quedaua satisfecho con aver seruido a su soberana
Señora y a que reputa son dignos de ser seruidos de todas las gentes
\'. ais.,
sobre todos los principes del mundo. Yo le respondy que, haziendolo el asy,
yo le salía por fiador del galardón; mas que hera negesario comengar a obrar
y perseverar en lo comengado, porque ya yo le avia oydo otras vezes esta
razón, y que syenpre via quexarse de las obras, y que no creya que de lo no
byen hecho se pudiese escusar, porque todos saben, o a lo menos lo dizen,
que es el el que manda y govierna asolutamente. Todavía se afyrmo en dezír
quel obraría mejor que lo dezia. Yo le replique que yo estava aqui, que seria
explorador de sus cosas, y que tales quales viese sus obras, las asentaría en
mí libro para se las mostrar. Buena cara muestra; no se qual estara lo de
dentro.
Estando escriuiendo esta, el Archiduque, me enbio a dezír que aquí
heran venidos dos españoles, los quales venían por doña Beatriz de Bovadilla,
y que no le avian traydo a el carta ninguna de V. ais., syno al Archiduquesa,
y que dezian que su madre la tenia desposada, y que la quería levar para
casarla, y que le parece que esto es algo contra su honor que lo que nunca
en esta casa ha sydo en tienpo de sus antecesores que sea agora en su tienpo
que nunca muger vino con las señoras pasadas que no fuese muy byen casada
— 144 —
en esta y que esto mismo querria el seguir sy la voluntad de V. ais.
tierra;
fuese. Y dize que sy V. ais. sui^icran lo que acá se negogiaua y esta' en paso
de se concluyr en lo que toca a esta dama, que byen cree que no dyeran su
carta paraque la levaran, ni consyntieran enbiar por ella; y que haze saber a
V. que vn cavallero mancebo, gentil onbre y byen dispuesto, y de renta
ais.
Muy poderosos señores, quando el Archiduque leyó las cartas de \'. ais.,
dixo al obispo: — Esta letra no ha pues de creengia . Y creo que con aquello
se cerraran de no hablarconmigo en ningund negogio. Hagolo saber a V. ais.
porque prouean segund sera su seruigio, porque yo se gierto que seré aqui
Pedro por demás sy V. ais. no les hazen entender otra cosa.
Nuestro Señor, &.
De Bruselas a vi de agosto de c|uinicntos.
OTRA CARTA
para sus altezas hecha en Bruselas a xi de agosto de quinientos afws. Lc-
uola Pedro de Avila, correo de sus altezas.
A los ocho dias del mes de agosto regebi vna carta de vuestras Magesta-
des, en la qual hazen memoria aver regebido las letras mias de seys de jullio
-
145
escritas en Londres, y no parege aver regebido otras alli escritas a ocho días
del dicho mes, lasquales de seys y de ocho todas fueron en vn navio,
letras
y desjjues dr paso en paso yva escriuiendo las cosas segund sugedian. Creo
\o que todas las letras ciue yo he escrito avran buen recabdo, porque yo las
dy a personas giertas, y todas fueron dujilicadas, vnas por la mar y otras ]jor
la tierra, pnr la via de mercaderes, y postreramente he enbiado dos co-
los
rreos propios con el despacho final; vno despache dia de Santiago en Santo-
mer en Artuesa, y otro despache a xxix del dicho mes de ¡ullio en Brujas,
avnque la fecha va de Santomer, ])orque hera el duplicado del primer despa-
cho. \'a creo que aquellos serán llegados, y por aquellas letras verán V. ais.
algo de las cosas acá dichas \' las respuestas a ellas dadas, y por esto gesare
de reyterallo; solamente responderé a algtmas cosas que \'. ais. tocan en su
carta gerca de lo que numdan que la voluntad del rev de Inglaterra se sanee.
.\ todo quanto yo puedo conocer, el esta hyen saneado y syn ninguna dubda,
V a mi no me quedo cosa ninguna ]ior dezir de las t[ue yo supe para quitarle
qualquier duda que tuviese, y sy alguna sospecha o duda ha tenido que de
parte de V. ais. avria la conclusyon deste casamiento algund enharago, creo
que se haya cabsado de algún mal congejito quel dotor ha tenido, creyendo
o entendiendo o queriendo el dar este entendimiento a vna carta que V. ais.
le escriuieron, que V. ais. (_iueriaii dilatar este negogio, y esto yo lo entendy
del mismo dotor, porque quando vido que yo perseveraua en ([uerer la dila-
gesa, este es vn paso que en su presengia fue muy discutydo, porque nos mos-
de su consejo, á don Pedro de Ayala y el dotor,
tró la carta, presentes todos los
—
y yo le dixe: Señor, suplico a V. al. que no ponga en su carta lo que yo no
he dicho, que hasta agora nunca de mi aveys oydo que yo pida esta dilación
por parte de mis soberanos Señores. Dixo: —
Cómo, ;vos no dexistes a los de mi
consejo que esta venida de la Pringesa ni la paga del dote no se podrían byen
conplir, por los grandes gastos que en este año avian hecho vuestros Pringi-
pes en la venida de la reyna de Ñapóles, y en la guerra de los moros, y en el
armada, v en la venida del rey de Navarra y otros grandes gastos oltra aques-
1»
— 146 —
tos? Yo le respondy:— Señor, yo no lo dixe; mas el dotor lo dixo hablando ya
fuera de las materias propuestas, y fuera de todo proposyto de lo que hera
hablado, syno memorando las grandes expensas de nuestros Pringipes; y yo
respondy cntonges a lo que los de vuestro consejo dyxeron, que no obstante
todos aquellos gastos y otros muchos que heran en mas cantidad que se po-
año dos millones de oro, y no lo sentyan. Aqui están todos presentes; digan
sy es asv. Ellos dixeron alli la verdad, ^'o dixe entonces al Rey: Señor, su- —
plico a vuestra Serenidad que no pongan en su carta cosa con que ayan razón
mis Pringipes de cortarme la cabega, pues yo nunca he pedido esta dilagion
en su nonbre. El Rey respondió: —Yo asy lo avia entendido que vos lo avia-
bado estas palabras formalmente: Señor, per Deum vivum, per Deum vivum,
que nunca fue la voluntad del Rey y de la Reyna, mis señores, que esta
dixo: —
Ora sa, enbaxador, quita de alli lo que os parege que os trahe perjuy-
zio, y emiendese la carta. Y mandola hemendar; mas sospecho quel dotor,
como es amigo del secretario, procuro que no se enmendase, mas que fuese
como eslava escrita, porque \''. ais. me pudiesen reprehender, porque, cierto,
no trabaja syno porque acá y alia sean tenidos en poco los que V. ais. cn-
que asy es como V^. ais. lo dizen; mas tanbyen se byen tpie en esto no se
conforma la vohmtad del dotor con la voluntad de \'. ais., i^orque como el
dotar pyense que yr enbaxadores de acá a ha/er alia el abto del desposorio
([uel ha hecho acá que es en perjuyzio de su hoiu'ra, v le paresca que rei^ibe
en ello mucha mengua, estorva o a esliirvado que los enbaxadores no vayan,
y no han dexado de tentarme que me ofre(,-iese yo a tpie no fuesen tenudos
de enbiar enljaxadores para ha/er alia el ablo del desposorio, sy se hiziese la
y yo sospecho que fue tentagion del dotor; y el Rey mismo me dixo quel mas
quisiera enbiar alia a hazer este abto que no hazelle acá, sy el dotor lo con-
syntiera; mas cpiel lo porfió que acá se hiziese, diziendole que V. ais. asy lo
ais., que venia de Inglaterra de me buscar, el qual me dio vna gifra de V'. ais.
y vna copia de vna letra que vuestras Magestades escriuen al dotor de Puebla,
y otra escritura de gierlos capitulos, lo qual todo venia debaxo de vna cubierta
de don Pedro de Ayala; y regibi asy mismo vna letra del mismo don Pedro,
en la qual me dezia que, visto tjuel dolor no eslaua allí, y yo me hííra par-
tido, quel avia abyerto el pliego y que avia enbiado su carta al dotor, y luego
avia despachado el correo para mi. \ visto las cosas que V. ais. mandan quel
dotor procure de enmendar, y t[ue yo, juntamente con el, lo procure, yo
conosco que Dios me quiere guardar de yerro, p.jrquel conoge (piales son mis
— 148 —
entrañas acerca del seruicio de V. pues que me toman sus cartas fuera
ais.,
de Inglaterra, porque yo se gierto que sy estas cosas que V. ais. mandan que
se procuren no tuvieran buena salida, que luego el dotor lo avia de atribuyr a
la conpañia, porque syenpre quiere ser solo, por poder vender las cosas por
mas pregio de lo que cuestan. Esto digo porque todo lo que ais. mandan es W
justo y razonable de se hazer, mas no en el pensamiento del dotor, que es en-
re al dotor que para mejor acabarlo es negesario que don Pedro de Ayala se
vaya, y sy el dotor gertificadamente me dixere que yéndose don Pedro se
acabarían las dichas cosas, que en tal caso yo diga a don Pedro que se vaya,
y que yo haga de manera que no syenta don Pedro la cabsa por que se haze.
Vo quiero, muy poderosos Señores, dezir en estas cosas a V. ais. lo que
conosco, con protestagion de no traspasar la menor cosa de vuestros manda-
mientos, avnque en esto que toca a don Pedro de Ayala conosco que no es
esto vuestro seruicio. A los ojos enfermos, muy poderosos Señores, enemiga
es la luz, y a los ladrones mucho aborregible es el dia y amable la obscury-
dad de la noche, y, por el consiguiente, a los que no hazen sus obras muy
claras, les enemiga toda conpañia, porque no querrían que oviese quien les
viese sus turbulentas maneras y modos que tyenen en sus negogios. Yo sos-
pecho quel dotor ha escrito a V. ais. que don Pedro de Ayala le turba los
negogios o se los ynpide, y que estando aqui don Pedro no ])uede el byen
negogiar: y verdaderamente pasa asy, que vyendo el dotor a don Pedro en-
mudege y no sabe hablar, que quien lo vyere y no supiere de que progede
pensara que tiene otro mal; y sy asy es la relagion , como yo pienso, no es
buena ni hecha con deseo de seruir a V. ais., porquel ynpedimento que don
Pedro de Ayala da al dolor aquel mismo
daré yo, y otro qualquier que alli
le
vaya, porquel dotor'no quiere ser visto, ni querría que ally viniese persona
que conogíese nada de los negogios, porque conogiendolos, y siendo verda-
dero seruídor de V. ais., no podra encobrír la mala forma quel dotor ha tenido
en la negogíagíon, ni podra dexar de dezir que V. ais. han seydo mal ynfor-
mados de las relaciones que les ha hecho el dotor, porque todo lo que ha he-
cho ha seydo a prouecho y ventaja del rey de Inglaterra y enderegado a su
propio ynterese del mismo; y que sea esto verdad, porque concluyo el casa-
miento, al tienpo que lo concluyo le dio el Rey seysgientas coronas de renta
para su hijo, y creo que syenpre ha hecho entender a V. ais. que todo lo que
ha negogiado ha sydo acabado con sudores de sangre, syendo gierto que no
ay persona en Inglaterra que no se maraville de lo que han visto, ver que en
tienpo que el reyno todo estava contra el Rey y (]uo Pori<]uin (l) hera entrado
lla a vna pequeña legua de Londres, y que sy perdiera el Rey la batalla fuera
avia hecho al rey de Inglaterra, me dixo este por iirinqipal articulo, a lo qual
yo le respondy: —-jFues como se hizo el casamiento o el contrato del tan a
desventaja nuestra estando el Rey en tan extrema necesydad' C'erro la ]íuerta
a la respuesta. Y como
dolor sabe que todas estas cosas sabe don Pedro, y
el
otras muchas que están por orla deste escudo, y se las ha dicho, cargándole
alguna culpa y reprehendiéndoselas, desea mucho que este se vaya de acjui,
porque teme que podra escreuir tantas cosas y verdaderas del, que escriuien-
dolas vezes, V. ais. enbiaran alguna persona que le vea o sepa la ver-
muchas
dad, y creo que ydo de aqui, no terna tanta parte su persona de don Pedro
para poderlas dezir facie a lacie a V. ais. como lo podra hazer con cartas; y
por esto el haze entender a vuestras Magestades que don Pedro daña los ne-
gocios o le estorva para ellos. Y sy creen V. que terna menos pasyon con
ais.
ninguno que allí vaya, creo que regiben engaño, porque yo no me pregio de
byen acondigionado y creo que seria el mas malino honbre del mundo en
conpañia del dolor, o el mas desconcertado, porque ni le quedaron lysonjas,
ni cometimientos de cobdigias, ni mostrarme caminos para adquirir pecunias,
ni ninguna cosa con que los onbres se suelen corronper Cjue todas no las
sy don Pedro daña los negocios o no, manden al dotor que les escriua alguna
cosa particular que don Pedro ava hecho, y hallaran que no escriuira syni>
que quando están en palagio se le antoja que le quiere preceder; que yo lo
esamine esto mucho con el dotor, y le dixe que tenia mucha culpa sy el sabia
alguna cosa en que don Pedro o otro alguno procurase de dañar los negogios
de \'. ais. V no lo escriuia particularmente en que y como, para que vuestras
Magestades castigasen, y que nunca pude sacar del otra ct)sa syno que le
lo
Quanto a lo que toca a la quarta parte del dote que se entyende que ha
de ser pagado en joyas y vestydos y atavíos de casa, yo lo he discutydo con
— 150 —
el dotor, y dize cine sy otras dozientas mili ct)ronas \ . ais. dyeren ¡i su hija
en vestydos y atavíos de casa, que no han de tomar vn solo dynero de todo
elloen cuenta, syno que las dozientas mili c>)ron\s han de ser en oro y en co-
sasque luego que las quisyeren vender se halle el dynero por ellas. Yo le dixe
que yo no sabia como avian pasado lo tal V. ais., porque me paremia cosa nuiy
ynjusta y cosa que ¡amas se avia visto en casamiento de ninguna persona de
e|ualquier estado que fuese. El me respondió c]ue \ . ais. miran lo cjue sera su
honrra, que el rey de Inglaterra no recibiria nada de aquello en cuenta; v,
gierto, no creo quel Rey ni los de su consejo enhestaran tanbyen su razón
como el dotor diome este capitulo para (|ue viese que estava
la enhiesta, y
asentado asy y confirmado por V. ais.
«Es concordado y conclusydo que sus altezas den en dote a la ilustrisima
Pringesa de Galps dozientos mili escudos de oro, los c© destos en moneda de
oro o de plata, dentro de diez días, antes o después de la solenizagion del
matrimonio, e dende en vn año L® escudos en moneda de oro o de plata, y
dentro de otro año los otros L0 restantes, xvg) enmoneda de oro o plata, y
los otros xvg) en baxilla de oro y plata blanca o dorada, y los otros xxS) vlti-
mos para conplimiento de toda la paga en joyas de perlas
y piedras pregiosas,
lo qual ha de ser apreciado por plateros y lapj'darios de Londres juramen-
tados, &.»
Quanto a este apregio, yo le dixe que me paregia mal aquel articulo que
se oviese de apregiar por lapidarios de Londres, que en aquello se podia re-
gebir tanto engaño que costasen mas los engaños quel dote pringipal; que a
lo menos que deviera sacar partydo que vn platero o lapydario fuese de parte
de \'^.
y otro de parte del rey de Inglaterra para hazer el apregio. Final-
ais.,
mente me dixo que los que sabian poco luego reprehendían las obras de los
otros, o tales palabras que quisyeron esto sonar. No pyenso yo, muy podero-
sos Señores, que sufrir yo tales palabras de tal persona como es el dotor con
pagiengia sea de menos meregimiento que todos los otros seruigios que yo he
hecho a V. ais.
me ponía por pringipal, que son las penas de la cámara y achaques (]ue
— 151 —
pertonect'n al l'rini;ipe, yo creo que la otra rcnl.i lionliiiaria es poca, \' es-
totra me pare<;e que es renta del purgatorio, pues es de penas.
\'o escriuo luego al dotor conforme a lo que \'. ais. mandan, y la sustan-
cia de lo que le escriuo es ([ue vea aquellas escrituras y letras de \'. ais.,
y que
luego úcvr de entender en procurar ([ue se enmienden aquellas cosas como
V. mandan, y que de paso en i)aso me escriua de lo (¡ue halla o de lo
ais. lo
acá la determinada voluntad de V. ais.; \' cjue sy para procurar ac|uellas cosas
le parece que la estada de don Pedro alli trahe algund ynconviniente, (;ertifi-
candonu' el que, venido don Pedro, dará todas aquellas cosas enmendadas,
que yo tengo mandato de \'. ais. para proueer aquello, lo (pial inc ha de
enbiar firmado de su non\hre.
Nuestro Señor, &.
De Bruselas a xi de agosto de (luinientos añ<is.
OTNA CAJETA
pai'a sus altezas hecha en Bmsehis a xiii de setienhre de quinientos años. Le-
no/a Hoges, criado del bastardo.
escriuieron que, despachadas las cosas que en Inglaterra avia de hazer, que me
viniese a resydir en la corte del Archiduque, y que sabido \'. ais. que hera
venido, alli me escriuirian lo que avia de hazer; mas que sy su ilustrisima Se-
ñora mandaua que yo escriuiese alguna cosa a V. ais., que yo lo haria. Dixo-
me que ella queria enhiar correo, pues que yo no traya el recabdo que ella
hazen perjuyzio en no platicar comigo las cosas de sustangia, y avn, ala ver-
dad, a mi asy me parege; y avnque me parege por vna parte que yo devo de
vsar de aquello que yo sabria hazer, por otra me refreno de ponerme muy
adelante, porque alguno no se atreva a dezirme que syn mi se pueden hazer
las cosas; y por algunos me ha seydo preguntado: ;Ouando os aveys de partyr.'
Yo entyendo que quiere dezir aquello: ¿Oue hazeys aqui? Esto escriño a V. ais.
]iorque sepan que como el pan de balde, lo qual no querría hazer, ni lo que
es propio mió y que no tengo de dar cuenta dello syno a Dios no lo querría
comer sj'n meregerlo. V. ais. manden aquello con que mas sean seruidos.
De donjuán Manuel receby vna carta, y escriue muy breue; solamente
dize quel rey de Romanos ha acabado la dyeta, y que dize que es acabada
mucho a su voluntad, y que enbian el y los pringipes del ynperio enbaxado-
res a Frangía a requerir al rey de Frangía giertas cosas, y que sy no respon-
diere byen y con obra a lo que le demandan, dizen que han de hazer maraui-
llas. \" dize mas en su carta quel rey de Romanos estaua para yr en Avstria
la Baxa por se ver con el rey de Vngria y cpie después que se supo esta
,
nueva despaña se revoco de aquel proposyto; mas que todavya se queria par-
tir de alli do tuvo la dyeta, mas que no sabe donde yra.
y las quales renungio quando lúe a España, y en otros caminos, para estor-
varle el casamiento. Mayormente dizen que lo haze mose de Veré porque la
tyene en poder y con gran partido, que le da byen vn cuento, \- no querría
perder aquel estado. En espegial después que llego el correo de \'. ais. \- su-
pieron que hera pasada la sulicesyon de los reynos de V. ais. al Archiduque,
luego le hablaron a ella misma ([ue quitase el pensamiento de los duques de
acá, que agora podria casar con el rey de Portogal. Esto yo se gierto que se lo
hablaron, y como cosa que podria ser, lo han platicado y puesto en consejo;
mas como esta materia me paresca que ni es de V. ais., ni es a mi de hablar
en ella, no he curado de saber mas desto que escriuo, y escriuirlo a vuestras
Magestades porque de todas las cosas de acá tengan notigia.
Mose de \'ere dizen estos españoles que no habla muy byen en las cosas
de \". ais., \- avn que avia proybido que ninguno de que byuian con la
los
terra sedespacho y todo lo que de alli he podydo saber. He sabido por letras
de don Pedro de Ayala que se ha estendydo la pestilengia por todas partes,
y en Londres en gran manera ha cregido.
Muy poderosos Señores, los que syruen syn pereza no creo que les es
20
— I?4 —
pmybl<l>i i|iio no demanden mergedes a sus pringipes, quanto mas. aquellos
que no tyonen otro por procurador syno a Dios y a sus seruigios; y como yo
sea vno destos, avnquel cnydado de mi deva dexarlo a Dios que sabe la ver-
dad de la voluntad con que yo sxtuo, mas syguiendo aquel dicho de ayúdate
y ayudarte ha Dios, me paregio que podria atreverme, mediante mis serui-
gios, a suplicar a V. ais. que quieran aver memoria de mi, y que en la hor-
denagion d(^ la casa de la señora l'ringesa o del señor Pringipe les plega de
me hazer merged de algund ofigio, y no señalo deste o de aquel, porque
V. ais. que yo soy, y asy lo proueeran; y suplico a V. ais.
conogeran para lo
OTRA CARTA
para sus altezas hecha en Bruselas a vi//." de ot/ibre de quinientos años. Le-
tiola Bartolomé de Sagredo , cojtco.
De las cosas de aqui no puedo dar entera razón, ijoniuc, como tengo es-
critii a \^. ais., ni los de acá las comunlt-;m coniigo, ni los de alia me hablan
en mas de aquello que entre los que están a la puerta del palagio se ha-
ellas;
bla dyreL) que he podydo recoger. Dizese que V. ais. han escrito a los seño-
res Pringipe y Pringesa, sus hijos, que deven yrse a España, y esto syn \n-
termision de tienpo; y sobre esta yda se dizen muchas cosas, y todos conclu-
yen en dezir que se deve hazer; mas dizen que estos que gouiernan no que-
rrían (jue fuese tan presta la yda como V. ais. lo querrían; y he sabido de buen
lugar c]ue todas las dilaciones que podran ]ioner pornan, y buscaran todos h^s
modos que se podran hallar para dylatallo; y por la obra se conoge porque ,
ellos dizen que syn consulta del rey de Romanos estos Señores no se deven
mover; y esto, avnque asy sea la razón, no es esta la yntingion suya; y como
conoscan que! rey de Romanos es largo en sus determinagiones, hanse acogi-
do a dezir que este negogio syn el no se deve hazer ni determinar, porque
puedan dezir que esto no queda por ellos, sy se tardare mas, porque el rey de
Romanos no se determina; y anse detenido en resp )iider a W ais. esperando
vn mensajero que avian enbiado al rey de Ronumos, y venido este, an dicho
— 155 —
i]uel rey de R. míanos es cántenlo (|ue vaya en I^sjiaña, mas quo le i|uiero ver
primero; lo qual a mi no me lo escrive asy clon Juan Manuel; mas flizo en su
carta quel Rey le ha dicho <.\ue quiere i[ue lueg'o syn dilagion vaya, y (|uel
l'rangia.
Aqu! es venido vno del parlamento de Paris por enbaxador del rey de
l-Vangia. Las fiestas, como suele, no le han faltado. Faregiome de dezir algo al
de Bisangon por meterme con en nuevas, y dixele:
el Yo he sabido de la —
venida deste enbaxador de Frangía; la cabsa o porque viene no la se; mas a
qualquier cosa que sea, me paregeria que se ha de tener otro modo de aqu i
adelante en las negogiagiones con los frangeses del que se ha tenido hasta
aqui, porque como quiera que la casa despaña y esta heran conjuntas en deb-
do y en amor, y para averse de ayudar la vna a la otra, mas no heran asy vni-
das como son agora, que es hecha vna, y sy hasta aqui avia negogios que
apartadamente esta casa syn la despaña podya hazer, agora me parege que no
deve de aver este apartamiento, porque ya los negocios y las casas son juntas
de manera que ninguna cosa separada se deve hazer, ni de las que antes
tal
ta fue byen tibia, porque avnque quieren fingir otra cosa de lo acostunbra-
do, no lo pueden hazer que no se conosca, sy les quieren mirar a las manos.
Después me dixo vna persona gierta: — \'^na carta lieua este enbaxador de
F"rangia, firmada del Archiduque, que le han hecho estos suyos firmar, que
no la firmara vno que tuviera las manos atadas. Yo le pregunte que que hera.
Dixome: — Xo se las particularydades de la carta, syno cjue los mas de los
me trux(>. he escrito al dotor tres vezes con mensajeros giertos, \' se que ha
,
— 156 —
rebebido mis cartas, y nunca a ninguna uic ha respondydd, ni después que
V. ais. lescriuieron no es venido a la corte del rey de Inglaterra. Segiind de
alia me han escrito por letras de xxvii de setienhre, el esta en vn lugar don-
de su tyene ciertos benefigios, y el Rey anda de lugar en lugar porque
hijo
la pestilengia se estyende por todas partes. En Inglaterra son muertos de los
del consejo del Rey tres: el cardenal de Conturbel, c]ue hera chanciller ma-
yor, y otros dos obispos. Escrivenme quel dotor aquexa muy reziamente al
ello, mas al fyn dizen que se ha vencido y que todavía le dará algunos bene-
figios. El mismo dotor lo ha escrito aqui. Aviso a V. ais. que me han escrito
gierto quel dotor no entenderá en cosa que no sea sabrosa al rey de Inglate-
rra. Yo fuera ydo alia, mas anmelo estorvado dos cosas: la vna, no tener
color con que yr, que sy en este tienpo oviera venido que enbie la escritura
de Inglaterra, con aquella color yo ovyera ydo; v la otra,
a \^. ais. del rey
que mueren tanto en Inglaterra, que todos andan por los canpos fugitivos.
De vn Martin de Qamudio que esta en Bilbao regebi vna carta por la
qual me avisa que a xx dias de agosto me enbio en vna nao vn pliego de
letras de V. ais., y manos del dotor de Puebla y nunca
estas cartas fueron a
me las ha enbiado; y como quiera que yo le escrito que me las enbie, calla y
no me responde. Escrivolo a \^. ais. porque, sy heran sobre algund caso o
negogio ynportante, que sepan que no las he regebido, y que el dotor de
Puebla se las tyene.
Carfo, y quel Papa ayudava con gien mili ducados para paga del armada, y
que avia dado a V. ais. para durante sus vidas que pudiesen proueer de todos
los benefigios de sus reynos, y que V. ais. avian dado el maestradgo de Cala-
traua al duque de Valentyn Nuesa, (I) alias cardenal de \'alengia. )an por 1
ueer, porque ya ando tomando prestado. En este estado del señor .\rchidu-
que todas las monedas del mundo valen y tyenen puesto pregio por donde
las toman, syno la moneda de V. ais., questa ni tyene pregii) ni la quieren, O
no la han querido apreciar como las otras monedas, ni la osa nadye tomar,
syno son plateros para deshazella.
Del rev de Romanos diz que vienen enbaxadores aqui sobre el casamiento
de la Princesa. No son llegados. Pero Ximenes, vn tesorero de la Princesa, me
dixo quel rey de Romanos le avia enbiado agora mili varas de seda para que
quitase el luto. El Principe y la Princesa quieren yr a visytarla, porque ha
estado mal de tergianas.
Nuestro Señor, &.
I>e Bruselas a viu." de otubre de ([uinientos.
OTKA CARTA
para sus altcsas hecha en Bruselas a gituo de nouienbre de quinientos años.
Leuola Juan de Salinas, correo.
Salinas, correo de \ . ais., llego aqui a Bruselas a xix dias de otubre, y sa-
cadas que aquel truxo, luego el obispo de Malaga y yo fuymos a ha-
las gifras
zer relagion a la señora Pringesade todas las cosas que V. ais. escriuian, y
para consultar con su Alteza lo que se devia dezir al señor Pringipe, y pare-
giole a su Alteza que no podíamos tener otra mejor manera que mostrarle la
misma carta, quitadas della algunas cosas que no heran para que las viesen, y
nuestro parecer se conformo con el de su Alteza; y asy, mudadas algunas pa-
labras, leymos la carta al Pringipe en presengia de la señora Pringesa y del
obispo de Bysangon; porque al tienpo que fuymos a hablar al Pringipe, yo le
dixe que lo que le aviamos de dezir heran cosas que tocauan asy a la Pringesa
como a el, y que en su presengia aviamos de dezir lo que \'. ais. nos nianda-
uan que dixesemos. El Pringipe respondió que estava ocupada con la Pringesa
su hermana y que no podría estar presente. Vo todavía ensysty en que fuese
,
sa, nuestros hijos, que con ellas vinieron, y la pintura de los ynt'antes, y con
todo ello ovimos mucho plazer. Asymismo vymos lo que hablastes al Princ^ipe
bydoH y jurados por tantos y tan grandes reynos como son estos, no pudyen-
do ser jurados segund las leyes y antigua costunbre destos reynos syno es-
tando ellos presentes, no deven poner dylagion de vn solo momento en su
venida; y acuérdense de lo cpie yo, el Rey, híze (.[uando fuy llamado, c|ue
vyne en dos días desde Aragón, con dos de mul.i, y como vynieron el rey y
la reyna de Portugal, estando la Reyna muy ¡arenada, a mucha priesa desde
Portogal a 'l'oletlo, porque |)ara venir a regebir cosa tan grande ninguno se
mostró jamas ])er('zoso, y asy dcvrian ellos, syn ningund detenimii'nlo partirse
y venir a regciiír tan grande señorío como Dios les ha dado. Y dad vos toda la
— 159 —
priesa i[iie pudioroiU's en su venida, y dadles a entender cinc su venida no la
deseamos por lo cpie a nosotros toca, mas por lo que a ellos les cunplí', eomo
ijuiera ([ue deseamos nuiclm verlos; mas como conoscamos los peligros y yn-
mos i[ue no es menester, cjue syendo ellos tan prudentes como son,byen
creemos tpie miraran en esto lo que convyene a
honrra y prouecho de su la
gia a nosotros que no se hazia ninguna preparagion para su partida de! Prin-
gipe, que se hazia todo lo que hera posyble de se hazer; mas que no querían
hazello publico, y que agora se entendya en como se oviese el dynero con
que las tierras avian de seruir en vn año, pagado por plazos, que fuese pagado
todo junto, y en otras cosas muchas que convenían, asy para la partida como
las que tocauan a la governagion deste estado; mas que no hera posyble antes
de ser pasado el ynvierno aver de yr, porque por tierra no hera razón que
tuesen, y por la mar que no hera razón de ponerse a peligro en tal tienpo syn
muy evydente negesydad; y quel Pringipe avia deliberado de enbiarle a el
por enbaxador a V. ais., y que esto se hazia por muchos fynes: vno, por no
pareger desagradegidos a V. ais. de tanta merged y amor como avian hecho
y mostrado a estos Señores; otra, por dar cuenta a los que mirauan, asy como
el rey de Frangía y el de Inglaterra, que no dixesen que avian caregido de
Pringesa, que no nos paregia que devia yr, porque ni seria byen oydo ni
byen regebido, y que como amigo le aconsejavamos que no acebtase tal viaje;
y que sy quería seruir byen a su Pringipe y a V. ais., que acortase este cami-
no quanto pudiese, y con aquello se harían byen todas las cosas, y que todo
aíjucUo que dezian se podía saber por correos, y muy mas presto que no
—
yendo enbaxadores. Respondió: No so yo tan syn consejo que oviese de
ponerme a tanto trabajo para enojar y desseruir al Rey y a la Reyna despaña;
mas sy voy, voy con yntingíon de asentar con sus Altezas dya y tienpo para
la j'da destos Señores; y lo que yo asentare alia yo haré que se cun|)la acá
syn falta, y sy supiese que asy no se avia de hazer y que yo avía de salir menti-
roso, no tomarla tal cargo. V asy pasamos muchas platicas sobre esta materia.
— t6i —
^' después desto l'uynios a hablar al Principe y a demandalle respuesta
sobre lo ([ue le aviamos dicho. Respondiónos su chancjiller en su |3resengia:
— El bycn entendido lo que le dexistes de parte del Rey y de la
l'ringipe ha
Reyna, y tanbyen ha entendido lo que habiastes a mose de Risangon y a
mose de 15ergas, y regragia al Rey y a la Reyna, sus señores, la voluntad que
muestran y deseo que tyenen que el vaya en España para ser jurado y rege-
bido por aquellos reynos; mas como el aya de entender en muchas cosas, asy
para lo que toca a su yda como para lo que toca a dexar sus tierras en buena
governagion, no asy brevemente se puede hazer syn que aya alguna dilagion
de tienpo, y esta sera la menos que podra ser; y no se presuma quel Pringipe
toma esta cosa con animo lento, mas tan caídamente como conviene; y por-
que ya es el ynvierno y no es razón de ponerse a peligro del mar syn grande
negesydad, ni avn vosotros se lo consejariades, a acordado todavía de enbiar
al obispo de Bisangon, como persona muy acebta a el, y sy otra persona mas
acebta tuviese, aquella enbiaria para asentar y congertar el tienpo y dia de
la partida y a donde yran a desenbarcar y como an de yr, y a declaralles
zas laspongan desde donde estuuieren hasta alli porque mas presto sea avi-
,
sado de lo que sus Altezas mandaran. Asy que el Archiduque escrivira decla-
rando su voluntad a sus Altezas. Y esto os dize para que vosotros lo escriuays.
Nosotros le suplicamos que lo que nos dezia nos lo diese por escrito, por-
que no queríamos variar en vna palabra. Respondió que nos daría la copia de
la letra quel escríviese a Y. ais.
Mucho avernos trabajado el Obispo y yo, cada vno por su parte, por sen-
tir deste obispo de Bysangon el fyn de su yda y a todo quanto del por ro-
,
de muchos, que querrá hazer alia su vida; y para tener ya ganadas las volun-
tades de V. ais. antes de la yda del Pringipe, no quiere dexar de gozar desto,
que sy agora lo perdiese no lo cobrara.
— 1 62 —
El rey de Romanos se dize que esta en Xolenberg, y que en breve defen-
derá en estas partes. El Archiduque mesmo me lo dixo. Dizese tanb'yen quel
Archiduque quiere yr después del san Martin a Lugenburg, es muy gerca de
Colonia, donde se espera que verna el rey de Romanos. Unos dizen que la
cabsa de la yda es por verle; otros dizen que va a demandar aquella provin-
gia algund seruicio; otros dizen que va a sacar aquella prouincia de manos
del marques de Bada. No se dize por nadye qual desto sea la cavsa de la yda;
todas tres pueden ser.
Los enbaxadores quel Archiduque tenia en Frangía son agora venidos. De
su venida no se ha sabido cosa que verdaderamente se pueda escriuir, syno
que en casa de la pringesa Margarita se dixo a mese de Veré: Venidos son —
los enbaxadores que heran ydos a Frangía, y diz que trahen grandes cosas y
De las cosas que tocan a Inglaterra, luego en la ora que llego este correo
despache vn correo con las letras que venian para el dotor de Puebla, y con
la escritura que se avia de dar al rey de Inglaterra, y asymismo enbie al dotor
el poder de la señora pringesa de Gales, que avia dos días quel dotor de Pue-
bla me avia enbiado el pliego de cartas de V. ais. donde venia aquel poder y
le escriue lo mas encargadamente que yo pude para que luego pusiese en
Otra cosa no ay por agora syno que estos señores Pringipe y Pringesa y
ynfantes están muy buenos, loores a Dios. La preñez de la señora Pringesa no
salió como Musior de Lucenburg, Dios lo guarde, esta cregido, se-
se dezia.
gund la hedad, que es maravilla. Madama Lonor es la mas salada criatura que
nunca vy. En escriuir lo que me parege de la señora Pringesa querria estender
la mano; mas porque mi seso no sabrá dar los loores que a tal Pringesa perte-
OTRA CARTA
para sus altezas hecha en Bruselas a xxii de noiiienhre de quinientos años.
Fue por via de los mercaderes de Brujas: fue duplicada dos vezes por la mis-
ma via de los mercaderes.
fuese tornado, y vna persona que yo tengo avisada para que me avise de lo
que supiere, vinomelo a dezir, y yo acorde de yr a hablar al de Bysangon so-
bre ello, porque sy asy hera verdad, no se conformava aquello con lo que nos
avia dicho al obispo de Malaga y a mi juntos, y después a cada vno por sy,
que el no vernia despaña hasta tanto quel Pringipe y la Pringesa fuesen por- ,
quel dexaria acá las cosas de manera asentadas, que el dya quel dixese a
tal
V. ais. en que los Pringipes partirían, fuese gierto y syn falta; y yo le tome
en su posada y le dixe: —
^ o vengo a hablar con vos, y muy francamente,
como se deve hablar con amigo. Yo he sabido que hablando en vuestra yda
despaña se ha dicho tal y tal cosa, y sy asy es verdad, y vos vays con tal
pensamiento de tornar acá antes quel Pringipe y la Pringesa partan yos con- ,
sejo que no tomes tanto trabajo, porque no sacares del ningund buen fruto,
que en la ora que salierdes del proposyto que el obispo de Malaga y yo es-
criuimos al Rey y a la Reyna, nuestros Señores, no seres escuchado ni byen
visto, porque todo lo demás que querres hablar que no sea coniorme a abre-
uiar la yda destos Señores, sera mal tomado y mal escuchado, y vos perderes
el credyto para que nunca mas sus Altezas os quieran oyr, ni negogiar con
vos; y podria ser que pusj'esedes tanta dolengia en el negogio, que fuese yn-
curable. Por tanto, yo otra vez os consejo que no tomes este trabajo, ni pro-
cures esta yda, sy vays con yntingion de dylatar su partida vn solo momen-
to; y mas byen del negogio, que no hables en
os consejo que sy quereys el
otra materia ninguna, porque se dize por algunos que vays con yntingion de
saber y asentar como ha de yr el Archiduque, y lo que le han de dar, y las
villas o tierras que ha de tener, porque quien les da el todo dalles ha la parte
que verán que convyene darles. Y esto se ha de dexar a la voluntad del Rey
y de la Reyna, mis Señores, y no a voluntad de otro, ni es justo pedirlo. Y
demás desto, no querría que onbre tan cuerdo como vos fuese con tal enbaxa-
da, que llamando al Pringipe para dalle aquellos reynos, lo tenga en tan poco
— l64 —
que quiera capitular sobre su yda, como ha de yr, y lo que le han de dar. Xo
quiero tanto deziros quanto se os podría dezir sobre esta materia, sj-no con-
cluyr con deziros que sy vays con otro proposyto del que hasta aqui aveys
dicho, que seres mal visto y mal despachado, y que vuestro Señor no regebi-
ra ningund seruigio de vuestra yda; y sy me quereys creer, pues que ya te-
neys determinado de yr, no avreys de dezir otra cosa sino: Señores, yo soy
venido por mandado del Pringipe, vuestro hijo, y vengo a saber que es lo que
lemandays, porquel esta presto para lo obedeger. Y junto con esto, que pon-
gays por obra lo que les dixeredes, y sy esto hazeys, vos avreys mejor des-
pacho que lo deseays.
El me respondió: — üuanto a lo que dezis que en mi mesa o en mi casa se
hablo de tal cosa, yo lo niego; a lo menos delante de mi. Quanto a esotras co-
sas, no soy yo tan loco que no tenga
esta cosa por tan grande quanto ella es;
diese venir daño o perjuyzio a mi Señor. Yo voy con yntingion de dezir eso
que vos dezis que diga, y ávida respuesta de lo que sus Altezas querrán, en
aquella ora les demandare ligengia para yr a ver las cibdades de sus reynos,
y escriuire al Archiduque que luego ponga en execucion su camino, y esto
vereys por la obra.
Otro dya, aquella mesma persona me dixo: Sabed que se dize que mose
de Bysangon va con Archiduque a Lucenburque. Yo fuy a el y dixele:—
el
que para sacar aquel estado de manos del marques de Bada, mucho aproue-
charia vuestra prudengia y espiriengia; y por otro cabo, me parege yncon-
viniente que ayays de yr alia, porquel tienpo esta muy adelante, y sy fuese-
des a Lucenburc, no podiades yr tan ayna a España, y vn dya es vn año; mas
sy todo se pudiese hazer y se pudiese medir el tienpo, no seria malo que os
hallasedes en esto. Esto le dezia mañosamente por ver sy le sacarla algo. El
me respondió que verdad hera quel haria algund prouecho sy alia fuese, mas
que no dexaria la yda despaña por cosa del mundo, que estotro syn el se po-
dría hazer de manera que no haria falta. Visto que estaua firme en la yda, yo
le dixe: —
-Yo os quiero acordar de lo que os dixe estotro dya, y querría que
estuviesedes confirmado en este proposyto, porque con esto haréis muy byen
las cosas del Archiduque, y las vuestras no se harán mal. El replico que le
- 165 -
no lo osava preguntar a la Pringosa, y asymismo el obispo de Malaga lo syn-
tia, y acordamos entranbos que yo dixese a la Pringesa lo que avia pasado
con elde Bysangon, y que por aventura nos diria sy traya con su Alteza
algund trato encubyerto de nosotros. Y yo la hable delante del obispo, rela-
tando que tengo escrito. Su .Alteza respondió como enojada, diziendo:
lo
tura; y como quiera que su Alteza porfió mucho por no la firmar, por no
descontentar al Pringipe, la firmo, diziendole: —Yo la firmo contra mi volun-
tad, porque se que nos ha de dañar; mas sera gierto el Argobispo quel no
leuara letras mias para el Rey ni para la Reyna, mis Señores. Y asy firmada
la escritura, otro dia vyno el Argobispo con el Pringipe a la Pringesa para que
sellase la escritura, y la Princesa hizo otro tanto al sellar que al firmar; y el
Argobispo, visto aquello, fuese mal contento. La Pringesa les dixo: —Vean
esta escritura el obispo de Malaga y el enbaxador, y sy ellos dixeren que es
para firmar, yo la sellare. A esto no quisieron salir en ninguna manera quel
Obispo ni yo lo supiésemos. De manera que, ydo el Argobispo descontento, el
y parege que aveys hecho poca confianga del Argobispo; el esta muj' ynju-
riado, y dize que no quiere yr a España; y sy el no va, yo no puedo yr alia,
ni yre en ninguna manera, porque yo no se como tengo de yr, ni conosco la
nos al Obispo e a mi que hera menos ynconviniente que este fuese y levase
esta escritura que no que se ynpydiese su yda, porque segund es cabegudo y
lleno de soberuia, porque todo el mundo vea quel es el que puede hazer y
deshazer lo que quisiere con este Señor, tomara vn revés que no se pudiese
tornar a enderegar syn mucho enojo; y pues V. ais. pjdian ser prevenidos de
lo que este Ileua y de lo que acá es pasado, que su Alteza devia sellar la
escritura, porque yo haria vn correo que llegase antes que el, para que
V. ais. supiesen todas las cosas, y que sabrían curalle su enfermedad; y por
otro cabo nos paregia que sy la señora Pringesa nos diese ligengia para
— i66 —
hablar claro, que devriamos dezir al Archiduque que en nin^^una manera en-
biase los enbaxadores, porque no serian byen regebidos, pues que sabíamos
que llevauan cosas con que darían enojo a V. ais., y que no aprouecharian
nada en los negogios. En este pareger hallavanios muchos ynconvinientes,
porque este Señor no sabe comer sy el argobispo de Bysangon no le dize que
coma; y es tan señor del, que yo no vy religioso que tanta obydiengia tuviese
a su mayor. V lo que la escritura contyene, por el traslado della que aqui va
lo verán V. ais.
en ellos, V. ais. sabrán como les han de hablar, porque byen avernos cono-
gido esta condigion en ellos en este negogio.
Sobre todo nos paregia que estos enbaxadores ni devian de venir de alia
antes de que el Pringi]")e y la Pringesa, avnque se quisyesen venir, porque
— i67 —
contontds dolió, y quel rey úc Frangía Ki (|iK'r¡a, y que avia dicho que sy
no ovicse hijos, ([ue daria en casamiento a su liija a Bretaña y al ducado de
Milán, y que agora el Pringipe no cjueria ha/er en este caso ninguna cosa syn
que la iVingesa lo supiese, pues tanta parte dello le cabia, y que el enbiaria
al Rey, su padre, los mismos enbaxadores para que lo concluyesen o para
ver lo que quería que se hiziese, pues al rey de Frangía le plazia; que se lo
azia saber porque quería que fuese con su voluntad. La Pringesa le respondió
que syn V. ais. no se devía entender en tal materia, y que en este caso no ter-
nia pareger, ni consejo, ni consentimiento antes de consultallo a V. ais. Dize
la señora Pringesa que V. ais. deven dar en esto breve respuesta; que segund
hizo. Díze su Alteza que asy en esto como en todas las otras cosas que escri-
uira, V. ais. hagan lo que sera su seruicio, porque aquello es lo que su Alteza
quiere y no otra cosa; y tanbyen mose de Bergas le demando cartas para que
V. ais. les pagasen sus pínsiones a el y al conde de Nasavt, y dioselas por
Los enbaxadores parten mañana lunes, que se contaran xxiu días de no-
vienbre; todavía se sospecha que pasando darán vista al rey de Frangía.
Nuestro Señor, &
De Bruselas a xxii de nouienbre de quinientos.
OTJiA CARTA
para sus altezas hecha en Bruselas a syete dias de dizienbre de quinientos
años. Fue duplicada: la vna, por via de los mercaderes de Brujas, y la otra
leuo Mathco de Lira, correo, vezino de Burgos.
poner en obra vuestra yda a España. El congierto del casamiento del señor
ynfante don Carlos y de la hija del rey de Frangía creo que es casi concluydo.
El Rey esta con gana de concluyr luego el amistad de Inglaterra. Asymismo
esta de pensamiento de hazer tomar al Pringipe y a V. ais. tytulo deRey y
Reyna de Bohemia, porque dize que agora halla escrituras que le pertenege.
Quisyera que de alia le respondieran mas claro en
la yda despaña, porque
diz que le responden escuro.» Todo esto me ha dicho en secreto. Asy lo tenga
V. al., avnque no lo sea. Y tanpoco quiere que se diga que ha de yr alia,
syno desdel camino escriuirlo. Pareceme que quiere enbiar a España enba-
xada, y preguntóme quien me parecía. Dixele que el bastardo, mi cuñado.»
Esto dixe creyendo que es buen seruidor de V. al.
Escriuio el Turco a sus enbaxadores que tiene con el rey de \^ngria ha-
ziendoles saber la vitoria que ovo de los venegianos, y llámalos enemigos de
nobleza; y dezia que presto queria yr a Roma a castigar al Papa, que le dizian
que hera mal christiano.
El Pringipe, como tengo dicho, es ydo a Lucenburc; estuvo para tornarse
del camino por el mal tienpo que le hizo, mas los nobles de aquella prouingia
le suplicaron que no se tornase, syno que todavía les fuese a visytar. Créese
que desta vez la sacara de manos del marques de Bada, o a lo menos la de-
xara mas gierta a su seruigio. Yo no fuy con el Pringipe por esperar al fyn de
la partida del argobispo de Bysangon, o por conocer de donde procedía la
dilación de su partida.
Nuestro Señor, &.
De Bruselas a syete de dizienbre de quinientos años.
1 69
OTRA CARTA
para sus altezas hecha en Bruselas a xii de henero de 501 años. Leuola Ma-
theo de Lira, correo, vezino de Burgos.
la carta de \'^. ais.; y sobre aquello le diximos algunas cosas, a las quales res-
pondió que estava determinado de conplir en todo y por todo los manda-
mientos de V. ais., y que con este pensamiento, ayer sábado dixo a los esta-
dos su determinada voluntad, que hera de yr a España, y que no esperaba
otra cosa sino lo que V. ais. le mandarían, y, por tanto, que les rogaua que
le ayudasen con c© florines para esta yda, y que fuese lo mas breve que se
pudiese, porque no esperava sino quel argobispo de Bysangon, que avia
enbiado a V. ais., lescriuiese, y que queria tener todas las cosas necesarias
para su camino aparejadas, porque sy V. ais. le escriuiesen que, vista su car-
ta, se partyese, quel no sentendia de detener vn solo momento, y que esto
mismo nos respondya a nosotros: que en la ora que V. ais. le escriuiesen
partirla, y que en ninguna cosa saldría de su mandamiento; }• quel argobispo
de Bysangon no hera ydo para dilatar su yda, sj'no para la abreuiar mas, por-
que hera razón de enbiar alguna persona delante para que le avisase de lo que
avia de hazer, por esto le avia enbiado;y que nos gertificaua que de aqui a
tresmeses ternia todos sus negogios despedidos y todas sus cosas asentadas
y navios aderegados, porque en la ora que viese las cartas de V. ais. pusiese
en obra su partida syn dilagion; mas que de vna cosa avisásemos a V. ais.,
que Pringesa estava preñada, y que hera gran peligro ponella en la mar
la
estando asy, que pues no corria peligro su detenimiento hasta ser parj^da,
y pues paryria a tienpo, que después del parto seria buen tienpo para na-
vegar, que V.ais. devrian querer que se esperase su partida hasta ser paryda
Princesa ningund mal le hazia la mar; mas que sy por caso V. ais. mandasen
que la yda gesase hasta ser paryda la Pringesa, que no se aventiiraua nada en
estar todo apergebido; y sy nuestro Señor la alunbrase de vn hijo, que po-
dían lleuar a musyor de Lucenburc y dexar acá el que nagiese. No lo ovyt -
uieron.
Este correo avemos hecho porque nos escriuieron de Brujas que las car-
tas que aviamos escrito a xxn de nouienbre heran perdidas, y sospechamos
que las ayan tomado; y porque V. ais. no nos tengan por negligentes que no
les advertymos de las cosas acá platicadas, acordamos de hazer este correo,
asy para que V^. ais. sepan lo de estonges y lo de agora; como quiera que yo
tengo enbiado el doble de aquellas cartas por otra via, mas regelando que no
avra buen recabdo, pues las primeras lo han ávido malo, teniendo el viaje
por muy seguro y cierto, acordamos de enbiar este, como dicho tengo.
Madama Margarita es venida aqui a Bruselas, quel Pringipe fue por ella;
miro yo que soy el que pide la merged, mas que son V. ais. los que la han
de dar, v que me podran hazer dyno de la regebir. A V. ais. suplico que me
- 17 1 -
quieran hazer nierci'd de vim do dus otigins; a i^erero mayor, o azeniilero ma-
yor, avnque tengan el nonbre contrario de enhaxador; y sy ninguno des-
al
OTUA CARTA
para sus altezas hecha en Gante a ocho de hebrcro de ¡oí años. Enbiose por
la vía de los mercaderes de Brujas, enderagada a Diego de Soria, vezino de
Burgos, para que la enbiase a sus altezas. Fue duplicada enderezada a Mar-
,
A los xu dias del mes de henero escriui a V. ais. de todas las cosas que
acá avia; agora no ay otra cosa de nuevo syno que con la preñez de la señora
Princesa tyenen cabsa de hablar en la dilación de su partida, diziendo que
pues no ay peligro en su tardanga, que no hera razón de poner a peligro su
persona y la criatura, y que esto por ninguna manera se devria querer; y
afirman mucho su esperanga que, sabiendo V. ais. que la señora Pringesa esta
preñada, les enbiaran a mandar que se detengan hasta que sea paryda; y esto
hablan todas las vezes que con nosotros se juntan, y echan vnos y otros que
nos hablen en ello para sentir de nosotros que nos parege. Por mi digo lo
que nunca me hablaron en la materia que no les dixese que no avia peligro
ninguno, mayormente al tienpo que partirían entraría su Alteza en los syete
meses, y que estonges hera menos peligro que en otro tienpo.
Asymismo he sentido que madama Lagrand procura por quantas vías
puede que los ynfantes queden en su poder y governacion, y asymismo pro-
cura de entender en la en absengía del Pringipe, y
governagion de la tierra
bues y madama Daloyn todos lo procuran, cada vno por sy y todos juntos; y
como estos son agora la mayor parte del consejo, no estamos syn régelo que
lo acabaran. Yo le he dicho a la señora Pringesa que en ninguna manera lo
esto todas sus fuergas, que nos dexe hazer al Obispo e a mi, que nosotros lo
— 1/2 —
estorvaremos e dyremos sueltamente lo que se deve dezir en tal caso.
veo ninguno, y syn dezir casy, digo que no ay ninguno, porque el de Ver-
gas ha de yr con el Pringipe; el de Nasavt es viejo y doliente; el de Bysan-
gon no osara quedar ni querrá de los otros; no veo ni conosco onbre de tanta
abtorydad que pueda quedar por pringipal, porque todos los que quedan son
de poco estado, y no querrán los vnos quedar so la mano de los otros, ni los
otros de los otros; de manera que ellos mismos n(i saben determinar a quien
dexaran por governador. Muchos creen que el marques de Bada quedara, mas
(i) Los puntos indican palabras que ha hecho desaparecer la humedad tan completa-
mente, que han resistido á todos los medios que hoy se conocen y se emplean para hacer
reaparecer lo borrado.
— —
- 173 —
es alemán, y tyene aquel estado de Lucenburc, y sy le dan mas señorío en la
vayan? Yo le respondí: —
Como no basta que llamen al Archiduque para da-
lle sus reynos, syno que le enbien dyneros con que vaya, yo se quel Archi-
duque no los recibirya, porque no se dixese que hera tan pobre (¡ue, llamán-
dole para yr a reynar, dexava de yr por falta de dyneros. Dixo: No cures de —
eso, que sy se los dan, el los tomara, mas no los demandara por cosa del
mundo, antes se dexara morir. Yo le respondy: CJierto, sy el los deman- —
dase, no seria mucha honrra suya, ni creo que los tomarla avnque se los die-
sen, y sy alguno se lo consejase no le consejaría su honrra ,
que ¡syendo esta
casa tan grande y tenida por la mayor de la christiandad de Pringipe syn
corona, que se mostrase agora tanta pobredad que no tuviese con que yr a
recebir la corona de tantos reynos. Yo creo byen que avnque el Rey y la
Reyna, mis Señores, le enbiasen estos ducados, quel no los regebiria, ni los
y serán muy alegres de su yda; mas syno quisyeren yr, no tyenen de dexar
sus reynos syn herederos. Dixome: —Este casamiento de Portogal a parecido
acá que es hecho para poner algund obstáculo al Archiduque. Yo le dixe:
— Non puede traher ynconviniente ninguno, ni se hizo con lal iyn; mas
le
Dixome que por muchas cosas que hazia que no heran cosas [para se escri-
bir]?y que esta con enojo del, avia procurado el dotor de comer a la mesa
del Rey y de la Reyna esta fiesta de Xabidad pasada, y que no avia dexado
onbre en toda la corte a quien no avia ynportunado sobre ello, y quel Rey
estaua muy mal contento de aquello, diziendo que no hera onbre para sen-
tarse a su mesa, mayormente con la Reyna; fynaliter, quel Rey vna noche
quiso cenar con la Reyna en su cámara retraydo, y enbio a llamar al dotor
para que cenase alli, y el dotor no quedo satisfecho porque no fue en publico;
tava por parte del rey de Frangía que casase musyor de Lucenburc con su
hija,que aquello hera para pasar el tienpo, mas no para que viniese en efecto.
La señora Pringesa le respondió que esto hera cosa para pensar en ello, y
que pensarla en lo que le avia dicho y que le responderla. Yo le dixe que su
Alteza tenia buena la respuesta: dezirle que en tal caso no se podia hablar
syn consultallo primero con V. ais., y que después de averio consultado y
ávida respuesta de vuestras ¡Magestades, le responderla, .\cordo de lo hazer
asy. Mandóme que lo escriuiese a V. ais. para que sobre ello le escriuan lo
y avn que fuese esperta en aver criado sus hijos. Y como acá no tyene su
Alteza tal persona, querría que V. al., Señora, que conoge las mugeres que
ay en sus reynos que serian para tal cargo [eligiese]? vna, y que no fuese de
tanto estado que se pusyese en puntas con la que
syno que fuese tan concertada y cuerda y quita de toda fanlasya, jiorquc sy
de otra manera fuese, no se podria sufrir acá, ni la sufrirla la Princesa. Y
porque avn no ha determinado a quien quedaran, no escriue su Alteza a
V. ais. que se la enbie, mas querría que la tuviese elegida, porque en deter-
minándose donde han de quedar los señores ynfantes y quien los ha de tener
en cargo, su Alteza escriuiria a V. al. para que la enbiase. Antes desto me
avia dicho su Alteza que tanbien queria dexar vn onbre para que viese como
los curauan y criavan. Y de pareger del Obispo y mió hera que asy lo devia
de hazer, y que no hera razón que quedasen syn vna muger de Castilla y un
cauallero o otra persona que syenpre estuviese con ellos y que cada dya ,
OTRA CARTA
pai-a sus altezas hecha en Brujas a xxü de margo de ¡oí años. Lena la Sali-
nas, correo.
poder.
Salidos nosotros de la cámara, el Pringipe vino a la Pringesa, y dixole:
que devria hazer, porque de buena razón, ni en las semejantes cosas ni en las
domesticas de vuestra casa devriades entender syn consejo y sabiduria del
Rey y de la Rey na, mis Señores y vuestros padres, de quien vos. Señor,
tanto byen y honrra esperays. Y puesto que musyor de Lucenburc sea vues-
tro hijo, esheredero y sucesor del Rey y de la Reyna, mis señores, y V. al.
no devria entender en atalle en casamiento ni hazer alianga con algund Prin-
cipe syn quel Rey y la Reyna, mis Señores, lo supiesen y sus Altezas os lo
mandasen, porque |):irecera muy mal que syendo V. al. Principe despaña y
de Segilia ayays de hazer amistad y casamiento de vuestro hijo con ningund
Principe, sy aquel no fuere en amistad y aliani^a con el Rey y la Reyna, mis
Señores, que no se espera que en ningund tienpo ternan con el dyferengia.
Y como V. al. no sabe el estado en que están las cosas de los Pringipes de la
ñor, desde la primera ora que se movió lo deviera V. al. descriuir al Rey y
a la Reyna, mis Señores, o a lo menos llamarnos al Obispo y a mi y dárnoslo
para que lo escriuieramos; mas, Señor, no le desplega a V. al. por lo que le
quiero dezír. Tan poco amor mostráis al Rey y a la Reyna, mis Señores, y a
sus cosas agora que os han declarado por sugesor, como quando pensauades
que os quitauan el derecho de la sugesion; y, cierto, sy el Rey y la Reyna,
mis Señores, me enbiasen a mandar que me fuese y me quisyesen otra vez
enbiar a vos por su enbaxador, avnque me diesen vn estado razonable, yo no
vernía, porque estar con Pringipe que ni en el ni en los de su casa no se
conoge vna demostración de amor ni de honor, no es para los que lealmente
desean seruír a sus Pringipes. Y digo a V. al. que yo he tolerado esto hasta
agora de no dezír el desgrado que tengo del poco amor que mostrays al Rey
23
- 178 -
y a Reyna, mis Señores, ya sus cosas, creyendo que poco a poco lo yria-
la
des enmendando, y nunca he escrito a sus Altezas lo que de razón les avia de
aver escrito; mas de oy demás sepa V. al. que no les dexare descrevir la ver-
dad, porque de otra manera yo pensaría que herrava gravemente a su serui-
gio, porque ni a mi que estoy aqui en su nonbre se me dize nada para que
les escriua, ni veo que a ninguna persona que aqui están de sus Altezas y
digo porque me parege que soy obligado a os lo dezir, porque los que estos
veen y vyenen de aquellos reynos que dirán o que yran diziendo quando de
V. al. ni de onbre de vuestra casa vna señal de amor ni de onor se les haze
ni la ven? Cierto no se concebirá desto en los coragones de aquellos sobre
veo que ninguna cosa de ninguna calidad que sea consultays con el Rey ni
con la Reyna, mis Señores, lo qual no devriades vos hazer por lo que a vos
os toca que a sus Altezas cunple, y en consultar vuestras
mas que por lo
cosas con sus Altezas dariades señal del amor y obidiengia que les deveys
tener, y en no hazello days señales de lo contrario. La segunda es que, des-
pués que yo esto}' aqui, nunca para comunicar comigo ninguna cosa que a
las cosas de sus Altezas tocase me Uamastes, y a alguna cosa que yo de parte
de sus Altezas dixe a V. al. a que me aviades de responder, (y para la res-
puesta me hezistes detener vn correo sesenta dias,) aquella res])uesta nunca
me la distes, y despachastes el correo mandándole que no dixese nada, y que
(i) Aquí deben faltar palabras, puesto que parece que cambia el interlocutor, que
ahora es el Príncipe.
xadores cjue enbie todo el mundo lo sabia, no hera necesario que yo os lo
esto tengays por que en todas las cosas ha de ser muy obidiente
muy gierto,
que esto se hará svn falta, es de creello asy como el lo dize en nonbre de
V. al., porque la razón asy lo quiere que sea, y s}' otra cosa V. al. hiziese,
mi me parege que seria mejor que lo supiesen sus Altezas primero y que des-
pués se enbiasen los enbaxadores, y que V. al. esperase la respuesta del Rey
y de Reyna, mis Señores, porque sy vna vez se platica el negogio y llega
la
tan grandes cosas como han sucedydo después que reynan en sus reynos y
fuera dellos, byen sabrán governar las vuestras, que ya son, v después que
os dieron su hija fueron su)-as. A esto respondió vna palabra como entre dien-
tes, la qual declaro el chanciller y díxo: —En las cosas de Xapoles el Rey y
la Reyna se entienden con el rey de Francia, y ellos están concertados en
esotro de hazer saber a sus Altezas esto del matrimonio.Asy se hará, avnque
no hera negesario porque Musyor sabe que les plaze quel enbaxador de sus
,
dizen, esto basta a Musyor, jiorque los enbaxadores lo avran escrito a sus
Altezas; y pues lo saben y ellos lo quieren, no ay porque esperen los enba-
xadores ni se detengan. Yo le replique que los dichos de los enbaxadores no
satisfazian a su Alteza sy aquellos no lo dezian a su Alteza por mandamiento
que tuviesen de se comunicar y denunciar, ni tanpoco satísfazia a lo que
lo
su Alteza hera obligado, avnque yo oviese escrito, ni otro enbaxador a \'. ais.
este caso ni otro ninguno, porque los enbaxadores todas las cosas que saben
escriuen, y los Señores no responden syno a aquellas que les son escritas por
sus enbaxadores, las quales han sido dichas a los enbaxadores para que las
escriuan; y avnque su Alteza me lo oviera dicho a mi para que lo escriuiera,
lo qual nunca me lia dicho, me parecía que avía de hazer mas dyligengia,
- iSi
quel como hijo lodevyera escriuir y aver escrito desdel comiengo o principio
de la negogiagion. Finalmente, que nuestras amonestaciones fueron de nin-
gund efeto, porque luego aquel dia partieron los enbaxadores, después como
yo. Asy de aquella palabra que dixo, que V. ais. se entendian con el rey de
Frangía sobre lo del reyno de Xapoles, yo trabaje de sentir lo que sabian; y
he sentido que aqui tyenen por dicho de los franceses que \'^. ais. tyenen
hecho tal congierto con el rey de Frangía quel pase en Italia y la vsurpe toda,
y que tome el reyno de Xapoles, y que tomado, que lo entregue a V. ais., y
que V. ais. le ayudan con dynero para ello. Lo que yo desto he sentido mas
lo querria dezir a V. ais. que escriuirlo, y asy lo haré.
les de yda a España porque regelan que les sera quitado de las manos y
la
que no serán tan asolutos señores del ni de lo suyo como agora lo son. Los
gentiles onbres aborregen este camino porque la costunbre suya en todas las
cosas es tan dyferente de la costunbre castellana como el byen del mal,
y como acá este la feligídad en los vigios de la'garganta con sus anexos,
paregeles que ydos alia se destierran de todas aquellas cosas que les son
apazibles. Verdad es que todos dízen que es negesaria la yda,
y que sería
— I82 —
vergonzosa la quedada: mas en fin, no ay ninguno que con voluntad abyerta
muestre gana de yr alia.
nuel que alia en Alemania se platica. Por Dios que se me figura que V. ais.
han de tener mucha pena con el y con sus gentes, y que cada dya han de
dezir que se quieren venir, y que con mucha pena le han de tener, porque
segund en lo que le veo puesto, no se me antoja que ha de poder sufrir la
gravedad del reynar. La Pringesa es la que padege, y sy su .Vlteza no fijese
tan guarnecida de virtudes, no podria sufrir lo que vee; mas en persona de
tan poca hedad no creo qu'e se ha visto tanta cordura.
El casamiento de madama Margarita con el duque de Saboya se tyene
por gierto. El Pringipe me lo dixo que el ya lo tenia otorgado y el chanciller ,
ha dicho a vna persona que a mi me lo dixo que es gierto, y que le dan do-
dyo al enba-
zientos mili florines en dote, pagados en tres o quatro años. Ella
xador del duque de Saboya que vino aqui a tratar el casamiento, quando se
partió, vn joyel y una cadena que dizen que valia dos mili florines. Personas
que lo vyeron me lo dyxeron.
Madama la Pringesa esta muy preñada y muy buena, loores a Dios. Mu-
syor de Lucenburc y madama Leonor están muy buenos, a Dios gragias.
Musior de Lucenburc ya anda en vn carretongillo, y anda tan regio y con
tanta fuerga como sy fuese de tres años. Madama Leonor es muy linda.
De Inglaterra me escriuieron los grandes aparejos de justas y fiestas quel
rey de Inglaterra haze para el recibimiento de la Pringesa de Gales. Dizen los
que de alia vyenen que nunca habla en otra cosa syno en su venida, que lo
CARTA
de sus altezas hecha ai Granada a xxx días de ii/arfo de $oi. Truxola el
Arzobispo de Bisan(o/i; llego a Bruselas a xiiii.° de yunió de d. i.
La Reyna.
OTRA CARTA
para sus altezas hecha en Brujas primero dia de Mayo de §oi. Leuda San
Martín el mismo día.
Después que escriui a vuestras Magestades con Salinas, correo, a los xxii
dias de margo pasado, no ha sugedydo cosa ninguna para escriuir, ni agora
ay otra syno que los señores Pringipe y Pringesa están muy buenos loores a ,
Dios. Los señores ynfantes han estado vn poco enojados de vnas calenturi-
llas; 3'a a Dios gragias están buenos.
De Alemania se dize quel rey de los Romanos es venido de Avstria la
baxa a Xurunberga, donde están juntos los Pringipes del ynperio. Dizen que
vyene con yntingion de ronper con Frangia; otros dizen que están congerta-
dos; son yngiertas las vnas nuevas y las otras.
Muy poderosos Señores, por otras dos cartas he suplicado a V. ais. que
me quieran hazer merced de algund ofigio en la casa de la señora Pringesa, y
suplique por vno dedos: o gerero mayor, o cauallerizo mayor, y señale uno
destos porque son ofygios que suelen tener otros que valen mas que yo y
otros que son menos; mas porque la petigion no levase consigo la negativa,
no suby el pensamiento adonde me podrya bastar el animo, y como yo estoy
absenté y no tengo procurador que procure por mi cerca de V. ais., y mu-
chas vezes los seruigios hechos en absengia, avnque sean buenos, no son tan
agebtos como los de presengia, podria ser que me fuese respondydo que aya
pagiengia, porque otros han seruido mas que yo; y taubien podria ser que se
me atribuyese a liuiandad pedyr yo ofigio a \'. ais. con tan poco gimiento de
seruigios; y para saluar todo esto, me paregio de reduzir a la memoria de
V. quanto ha que los syrvo y que seruigios les he hecho, y quanto por
ais.
rique vinieron y levantaron todo el marquesado; mas j'o puedo dezir que fuy
el pringipio. Yo hize cobrar a los regebtores de V. ais. mucha suma de dynero
ando fuera de mi casa. Asy que, muy poderosos Señores, yo he dicho todo
esto a V. ais. porque sepan quanto ha que los syrvo, y en que les he seruido
de lo que ella podia sofrir, y asy lo dixe a V. al., suplicándole tuviese por
bj'en de mandar que me fuese hecha la libranga. Agora mi muger me ha
escrito quexandose que la dexe con muchas debdas y con poco remedyo,
porque la libranga no se avia hecho. A V. al. suplico quiera mandar que se
me libren.
Asymismo he escrito a V. ais. que no hallo acá quien me quiera hazer
canbio, y hasta agora hallava quien lo hiziese, avnque hera con mucha per-
dyda; mas agora ni con mucha ni con poca no lo quieren hazer, y ya corren
cinco meses que no he ávido dyneros, y quando esta llegue correrán seys.
21
— i8ó —
Suplico a V. ais. que me mander proueer, que, cierto, ya no queda que en-
peñar en la posada, que todo esta enpeñado.
Nuestro Señor, &.
De Brujas primero de mayo de 501.
OTRA CARTA a)
de sus altezas hecha en Granada a xvii de mayo de d. i. años. Triixola el
El Rey e la Reyna.
OTRA CARTA
de sus altezas hecha en Granada a xxii días de inajo de ¡01 años. Tru-
xola Pe
(i) Estas cartas de los Reyes son originales; no están copiadas en el Registro del
Embajador.
- i87 ~
porque a respondimos largamente a todo lo que truxeron, y vos escri-
ellos
uimos con no ha ávido que escriuiros por otra parte, ni agora lo ay,
ellos,
syno que esperamos con mucho deseo la venida del Principe y de la Prin-
cesa, nuestros hijos, y en tanto avremos mucho plazer de saber de su salud y
buenas nuevas.
De Granada a xxu dias de mayo de d. i. años.
Yo el Rey. Yo la Reyna.
Miguel Peres Dalmagan.
OTRA CAUTA
fiara sus altezas hedía eti Brtiselas a xxi de junio de ¡oí años. Leuola vii
Después que escrivi a \'. ais. el primer dia de mayo, sugedio quel Pringi-
pe se partió de Brujas para yr a Gelanda, y detúvose algunos dias en Bruse-
las; y en este tienpo musyor de Lucenburc y madama Leonor adolecieron y
a Bruselas, y dieron tanta priesa en esto, que contra toda razón y opinión de
los fysicos, su Alteza ovo de partir ya entrada en los ocho meses, y los yn-
xadores. Dizen que mose de Bisangon hizo largo discurso recontando las gran-
dezas que vido y los honores que le fueron hechos. Diz que el Pringipe estava
muy alegre de lo oyr, y salidos del consejo, el arcobispo de Bisangon me
tomo y hablo comigo muy gran rato. Dize maravillas; muéstrase tan castella-
no y tan seruidor de V. ais., que nos pone enbidia a los que lo oymos, avn-
que no dexamos de hazer todo lo que es en nosotros en tener deseo de ser-
uir a V. ais. y tener afycion a España, y creo que dize lo que tyene en el
pensamiento. Como quiera que yo le respondy a muchas cosas que me dixo,
que yo le creya muy byen todo lo que dezia que avia de hazer por seruigio
de V. ais., mas que le rogava que lo conogiesemos asy por las obras, porque
aquellas se avia de dar entera fee. Remityose a ellas. Dixome en esta habla
que porquel queria comengar a obrar byen, para que las obras fuesen testi-
monio de su fe, que dixese a la Pringesa que viese su Alteza desde la menor
cosa hasta la mayor todo lo que queria que se hiziese, que asolutamente
mandase.
De acá no ay otra cosa que dezir sino que, a Dios gragias, los señores
Pringipe y Pringesa están muy buenos, y los señores Ynfantes, a Dios gra-
cias, tyenen entera salud. Son tales quales Dios los guarde por luengos tien-
pos para descanso de V. ais., que en toda mi vida vy tales dos criaturas.
Acuerdóme que escriui a V. ais. quel Principe me avia dicho que ya te-
nia congertado el casamiento de madama Margarita con el duque de Saboya,
y después el rey de Romanos no
fue byen contento de aquel congierto,
y
quisyera casalla con duque de Sasonia o con otro en Alemania. Agora dizen
el
estuviese la yda de estos Señores tan gerca, suplicarla a V. ais. que me die-
sen ligengia para yrme a mi casa, porque so me haze congiengia que V. ais.
gasten comigo lo que gastan syn hazer ningund seruigio, y estando corrydo
de la forma que aqui tyenen todos en el tratamiento de los enbaxadores de
V. ais. Esto escriuo porque yo me satisfago que no es la falta en mi, que si
lo fuese, yo me callarla por no ser tenido en poco. Yo oso dezir que nunca
OTRA CARTA
de sus altezas hecha etiGranada a x de agosto de d. i. años. Vino por las
postas de Bruselas a xxv de
El Rey v la Revna.
Todas las nuevas que nos escriuistes vos tenemos en seruigio, y pues la ve-
nida acá de los dichos Pringipes, nuestros hijos, ha de ser tan presta, pla-
ziendo a nuestro Señor, y teniéndola nos por gierta para el tienpo que esta
— rgo —
asentado, aderec^nmos ya nuestra partida para yr a regebirlos a Castilla, pla-
ziendo a nuestro Señor. No ay mas que dezir aqui syno que rogamos a nues-
tro Señor que el quiera ser su guia y traherlos a buen saluamiento, como
deseamos.
De Granada a x dias de agosto de 501 años.
Yo el Re3\ Yo la Reyna.
Miguel Peres Dalmagan.
OTRA CARTA
para sus altezas hecha en Bruselas a x.vz'ii de agosto de §ot. Leuola vn
correo.
Después que escriui a V. ais. a los xvi dias de jullio del alunbramiento
de la señora Pringesa, no ha sugedydo cosa ninguna para escriuir, ni agora
ay otra cosa syno que su Alteza y el señor Pringipe están muy buenos, loores
a Dyos. Danse toda la pryesa que pueden, a lo que parege, para su partyda.
Tyenese por gierto, en opynion del vulgo, que sera para xx dias de setien-
bre, o a lo mas al fyn del mes. Los señores Ynfante y Ynfantas están muy
buenos, a Dios gracias. Musyor de Lucenburc anda ya por sy. Dios le guar-
de, que la mas rezia criatura es que yo he visto de su hedad.
El argobispo de Bj'sangon avn no es venido de Frangía. Dizen que verna
de aqui a seys Hanse hecho aqui alegrías por el casamiento o desposorio
dias.
de musyor de Lucenburc con hija del rey de Frangía. Todos están alegres de
la paz y casamiento.
Avra que el duque de Sofolca (ij se vino huyendo de In-
diez o doze dias
Archiduque, y estuvo dos o tres dias en vna villa
glaterra a este señorío del
que se llama Malinas, y pasóse luego a Alemania. Dizen aqui que avia gran
conjuragion con aquel Duque en Inglaterra contra el Rey, y que aguardavan a
executar su traygion al dya de las bodas del Pringipe; y como se tenia por
dicho que vernia la Pringesa para san Juan, o a lo mas largo al Santiago, y
vieron que no venia, o le fallegio el animo, o temió que seria descubierto; fy-
nalmente, quel se salió del reyno. No se sabe aqui de ninguna novedad hecha
en Inglaterra por su salida de aquel , ni sabemos otra cosa syno quel es ydo
en Alemania, y lleva consigo otro capitán yngles que andava o estava aqui
fugitiuo de temor del Rey, sobre el qual muchas vezes avia escrito el rey de
Inglaterra al Archiduque rogándole que le echase de sus tierras.
lanas de los mercaderes, y dieron licencia a todas las otras que se fuesen.
Dizen que se dan pryesa a poner en ellas bituallas y a hazer algunos aposen-
tamientos. Segund lo que parege, no llevara mucha conpaña.
De Alemania se dize que el rey de Romanos esta determinado
de venir aqui por ver al l'ringipe y a la Pringesa antes que se partan; mas
hasta agora no se sabe que sea partido de Inspruc.
Los enbaxadores del duque de Saboya se esperan aqui de aqui a tres dias.
donde les seria hecha tuda onor y buen recebimiento, ofregiendole todo lo
que de vn pringipe a otro se puede ofreger; y esto mismo dixo el enbaxador
a la señora Pringesa, estando delante el obispo de Cordova y el de Malaga
y
otros muchos; mas ninguno de nosotros oyó lo que le dixo, porque hablo en
voz muy baxa. De la respuesta de su Alteza, por algunas palabras que se
entendieron, se jusgo lo que les avia hablado.
Vyernes que se contaron dies y siete dias deste mes, fue respondydo
el enbaxador de Frangía publycamente. Dizen los que allí estavan presentes
quel yvierno entrava, avia acordado de las despedir, y por conplazer al Rey
de Frangía, delibrava de hazer su camino por tierra: mas que no tenia deter-
minado tyenpo para partir, avnque creya que seria en breve, y que quando
ovíese de partir, que con mensagero propryo le haría saber el día de su par-
tida y que camino levaría. Agora dizen que an de partir en fyn de otubre;
otros dizen en fyn de novíenbre; yo no creo nada, porque nunca dizen ver-
dad. No se otra cosa que dezir syno que, a todo lo que puedo conoger, no
hallan el camino para yr a España, ni lo an mas gana quel yr al ynfierno.
Desatinado estoy de ver vna cosa tan nueva, que aya onbre en el mundo,
por poco que sea, ni por baxos que tenga los pensamientos, que se muestre
perezosa para yr a reynar.
Otra cosa no ocurre para escrevir syno que los señores Pringipe y Prín-
gesa y los señores Ynfantes, sus hijos, están muy buenos, loores a Dios.
Madama Isabel es tan linda criatura como es posible; musyor de Lucenburc
ya anda por sy y tan rezyo como sy ovyese dos años.
,
Los enbaxadores de Saboya que están aquí dan mucha priesa por ser des-
pachados. Créese que de aquí a dies días se despacharan y llevaran a madama
Margarita, y tememos quitado un enpedimiento de tres que dizen que enpa-
chan la partida del Pringipe, y este es el vno.
l'anbien se dize quel rey de Romanos viene a Lugenburc, y que a de yr
allí el Pringipe. I^ixomelo vn cavallero del rey de Romanos que esta aquí, y
otrosme lo an dicho, y dizen quel rey de Romanos escrivío al Pringipe que
no se partiese para España syn verle, so pena de maldigion. No se díze
quando sera la venida.
De Bruselas a xx de setíenbre de 50 1.
— 193 —
CARTA III
ron que avia de seruir a los Ynfantes, y yo estuve mas de quinze dias que no
dy la carta del Principe que dyo para que vyesen que me avian hecho merced
del ofigio de maestresala del Ynfante, y sy viera que sin ella pudiera yo tener
la entrada franca en su cámara a todas oras, yo no la mostrara; mas como esta
puesto por mayordomo mayor vn mose de Rersola, el mas baxo onbre en
costunbres que yo jamas he visto, y avn en el ser es baso, este, como ene-
migo de nosotros, no mostrava buena cara quando yo yva ally; y dexare mu-
chas cosas que pasaron. Finalmente, yo mostré la carta del Pringipe, y ellos
con mucha pena la obedegieron, y no la obedegieran si la señora Pringesa no
escriuiera a la Duquesa vieja sobre ello, y ella hizo que la obedegiesen, y yo
serui a los Ynfantes muy pocos dias. En vezes repartidos no los he seruido
de maestresala diez vezes. \ esto es que mose de Veré agora dize, que yo
lo
vyne a ser maestresala del Ynfante, y que quiero ser enbaxador. Y, por gier-
to, después quel Pringipe vyno, y con vn mes antes, yo nunca serui; antes
(i) Así empieza esta carta falta en principio de cuaderno. Las hojas anteriores están
sueltas y han debido perderse algunas.
— 194 —
sea peor que la muerte; que no es para sufrir las maldades que dizen,.y no loS
peores dellos, syno los mas pringipales; y las personas Reales de V. ais. no
perdonan; y como esto no sea de sufrir a ningund leal vasallo, temo que por
desconcertarme dirán algo en mi presengia que no sea para sufrir, y por esto
querría sy V. ais. fuesen seruidos de mandarme dar licencia, porque a vues-
tro seruigio tan poco como a mi prouecho ni honrra cunple tener aqui persona
vuestra, porque verdaderamente os desaman, y es byen enpleado las mer-
cedes que V. ais. les ha hecho, mayormente a mose de Veré y a su hermano.
Y porque ya no es de hablar en parábolas, desengaño a V^. ais. que estos d¡-
zen que nunca vez ellos querrán que V. ais. hagan lo que ellos quisyeren que
no lo alcancen, porque no podej^s reynar ni sostener vuestros reynos syn
ellos; y esto dizeii por quantas tavernas se hallan, y segund los repartimien-
tos de rentas hazen entre ellos, negesario sera despoblar la tierra o deshere-
dar las heredades, que en lo que pertenege a la corona poco ay para henchir
la suma del repartimiento. No ay escudero syn]3le entre ellos que se contente
con ginco mili ducados de renta el dya quel Pringipe sucediere, lo qual plega
a L^ios que sea tan tarde que ellos no gcjzen de lo que desean. Por no dar pena
a V. ais. porne silengio a mi pluma, que en vn año, avnque continuamente
escriuiese, no acabaría de escriuir las cosas que dizen.
Vna cosa no quiero dexar de traer a la memoria a V. ais. Acuérdeseles
que quando yo llegue a Seuilla a hazelles saber quel Pringipe y va, dixe a
V. ais. que si querían ser estymados y reputados tanto ([uanto su grandeza
requería, que no se moviesen de Seuilla para regebir al Pringipe, porque no
son estos humilldes sino cjuando son maltratados. Aquello mismo digo agora;
que sy estos conogen blandura en V. ais., confirmarse an en su pensamiento
que teneys necesydad dellos, y nunca V. ais. harán con ellos ni dellos lo que
quisieren; y sy les days a conoger el yerro que han hecho, de lo qual ellos
están ya sospechosos que se ha de hazer, ellos yran rastrando los pechos por
tierra; y no enbian los que enbian syno para conocer en que están V. ais. y
en que los estyman, y pago mi deuda.
De otras cosas de nuevo no ay, syno que entre estos se afirma que V. ais.
han hecho tregua con Frangía, y dizen que V. ais. la han demandado, y pla-
zeles dello, no por el byen que dello vyene a V. ais., mas porquel rey de
Francia se rehaga para tornar a hazer la guerra. Los señores Ynfantes están
muy buenos, loores a Dios.
Nuestro Señor, &.
De Bruselas a xxvn de dizienbre de (¡uinientos e tres años.
"95
OTRA CARTA
de su\ Altezas hecha cu w) de íoy. Tnixola
gerca de la partida
cesa, nuestra hija, le enbiamos a dezir con el que no partirla la Pringesa hasta
que supiésemos que el hera salido de Frangía, porque teniendo como tenía-
mos por muy peligrosa su pasada del por Frangi.i, mucho mas lo fuera la de
anbos, sy estando el en Frangía fuera ella tanbyen por alli. Después, quando
vino Suatre a hazernos saber que el Pringipe, nuestro hijo, hera pasado de
Frangía, y a soligitar la partida de la Pringesa, ella estaua doliente como el
vido, en tal dispusygion, que no estava para ponerse en camino, lo qual hezi-
mos estonces saber al Pringipe, nuestro hijo, con el dicho Suatre, para saber
sy queria que partiese estando de aquella manera, üuando boluio Suatre, que
estaua ella buena, las cosas de entre nos y el Rey de Frangía eran venidas
en mayor quiebra, y sugedio la venida de los trangeses sobre Salsas y la vda
del Rey, mi Señor, a procurar aquello; de manera que estando nosotros en
guerra con el Rey de Frangía, por España ni por Ñapóles no hera razón que
la Pringesa nuestra hija fuese por Frangía a poder de nuestro enemigo. Pues
por la mar, ya el tienpo hera tan adelante quando llego Suatre, que hera en
setienbre, que por mucha priesa que mandáramos dar en aparejar los navios
y cosas negesarias para su partida, no pudyeran aparejarse que no fuera ya
entrado nouienbre, que es el tiempo mas peligroso para navegar; quanto mas
que con mucha ocupagion que teníamos para proueer las cosas de la guerra
la
(i) Todas las cabezas de las hojas están destruidas por la humedad,
— 196 —
nos y del Principe, segund su (lispusygion en qLie estava y la pasyon que
tenia, no aviendo cerca della quien en aquello le tenplase y refrenase, pudiera,
yendo a esperar alli, apresurar su yda a tienpo o por lugar que pusyera en
mucho peligro su persona. Y avnque todo esto estaua asy platicado y cono-
gido, por satisfazer algo a la congoxa que ella tenia por su partida, aviendo
vdo pedirme ligengia a Valverde para j^artir, ove por byen de no negargela,
a
con tal que fuese por mar, syendo tienpo de navegar, a consejo de marine-
ros. Y con este acuerdo la Pringesa, nuestra hija, se boluio aqui a Medina y
estonges se platico con personas que saben las cosas de la mar si hera tienpo
para ponerse la Pringesa en ella, y todos dixeron que seria la mayor crueldad
del mundo y en tienpo tan peligroso y de tantas tenpestades ella se pusyese
en la mar.
Y en aquella sazón sugedio que los frangeses se fueron huyendo de Sal-
sas, y vna de las cabsas porque estonges el Rey, nuestro Señor, ovo por
byen que asentásemos la tregua con el rej^ de Frangía, y que se entendiese
en el trato de la paz, fue por poderse venir luego su Señoría para que se diese
borden en la partida de la Pringesa nuestra hija por mar para la primave-
ra, o sy nuestro Señor diese paz, que pudiese yr por tierra,y asy le escriuio
su Señoría vna carta se aqui porque la de-
seava ver el ynvierno no se podía levar por
a su camino que no se detuviese syno dos dias en Lucenburc
para hazer que los de aquel pringipado de Cataluña
jurasen como le escriui conforme a lo que su Señoría escriuio,
rogándole que lo hiziesen asy, pues amor y deseo de verla gelo
enbiaua a rogar, y ni por la carta de su Señoría, ni por las nunca
quiso dezir que esperarya; antes quanto mas gelo escriuiamos, tanta mayor
gana mostrava de partirse. Y quando yo supe esto, enbiele a Pedro de Torres,
mi secretario, vna carta amistosa para ella y con creengias para los suyos,
para que todos le dixesen la razón que avia para esperar, y para se lo acon-
sejar y rogar de mi parte, y asy se lo escriui yo de mi mano largamente,
dyziendole que yo le rogaua que como avia de esperar el tienpo en la costa,
lo esperase aqui, donde estarla mejor y la podría ver su Señoría antes de su
vna cozina que esta donde estuvo otros quatro o ginco dias,
alli en la barrera,
que por muchas cartas que yo escriui, ni porque yo enbie al argobispo de
Toledo y a don Enrrique para que trabajasen que saliese de alli y boluiese a
su aposentamiento, nunca con ella se pudo acabar. Y a esta cabsa yo vine
aqui con mas trabajo y pryesa y haziendo mayores ¡ornadas de que para mi
salud convenia; y avnque le enbie a dezir que yo venia a posar con ella, ro-
gándole que se boluiera a su aposentamiento, ni quiso boluer, ni dar lugar
que me aderegasen el aposentamiento, hasta que yo vine y la mety; y eston-
ges ella me hablo tan reziamente palabras de tanto desacatamiento y tan fuera
de lo que hijadcve dezir a madre, que sy yo no viera la dispusigion en que
ella estava, yo no se las sufryera en ninguna manera. ^ se yo gierto que al
de la Pringesa, nuestra hija, asy porque es razón que este con el Pringipe
nuestro hijo, como porque creemos que aprouecharia mucho para su salud;
pero que ya vee que no es razón que pongamos a peligro y aventura su per-
sona syno que miremos que vaya en buen tienpo, y según quien ella es; y
,
que tenga por gierto que su partida sera, plaziendo a nuestro Señor, para el
tienpo que con Jaques le avernos escrito; que si la paz se hiziese, ella podra
yr por tierra, y mucho mejor sy asentase y concluyese la negogiagion que por
la que este lieva, de que ya Jaques levo la original, vos escriuimos;
otra carta
y que porque la Pringesa, nuestra hija, estando como esta, tyene negesydad
después de partida, hasta que, Dios queryendo, llegue al Pringipe, que aya
gerca della personas que tengan avtoridad para tenplarla y refrenarla, porque
con la pasyon que tyene no haga ni le dexen hazer cosa de que pudiese venir
daño a su persona o deshonor, yo le ruego al Pringipe, mi hijo, que por lo
que toca al byen y onrra de la Pringesa, y suya y nuestra, el escriua luego a
mose de Mehí y a madama de Aloyn dándoles toda avtoridad pavii que, des-
pués que la Pringesa fuere partida de nos, y hasta que llegue a el, la tengan
y refrenen en las cosas que su pasyon le podria hazer que hiziese, y no la
dexen hazer en ninguna manera cosa de que su persona pudiese regebir
daño o deshonor, asy en el tienpo y manera de enbarcar, sy fuere por la mar,
como en todas las otras cosas, yendo por la mar o por la tierra, y que escriva
a la Pringesa de nianera que crea y siga lo que ellos le dixeren y aconse-
jaren.
OTJ^A CARTA
de sus a/tesas hecha en Medina del Canpo a primero de Enero de ^o^. Triixola
dicho año.
tro nieto; y con condigion que el tenga y govierne el dicho rey no de Ñapóles
con españoles, y que con esto se asentase la paz y amistad nuestra y el rey
de Frangía, y que nos y el Archiduque procurásemos que se acabase tanbyen
de asentar la paz del rey de Romanos y del rey de Frangía; y que asimismo
se podría asentar casamiento de vna de sus hijas del Pringipe y Príngesa, nues-
tros hijos, nuestra nieta, con mese de Angulema, dalfin de Frangía, sy suge-
diere en Frangía, o con el que fuere dalfin, porque con esto nos parege que se-
ría para mayor seguridad y perpetuydad de
la paz y amistad que nosotros y
hazerles alli buenas mercedes, sin que le cueste nada, demás desto que luego
les damos. Y sy dubdaren que por estar acá el Ynfante gastara acá el proue-
cho que ovyese del dicho reyno, dezildes que nos avernos por byen quel Ar-
chiduque aya todo el prouecho, y que no se de cosa dello para el gasto del
dicho Ynfante, que acá le proueeremos. Dios mediante. Y asy con todas las
otras razones que os parec^ieren, trabajad de ganar a los susodichos para que
acaben esta negogiagion con el Principe. Sy demás de lo susodicho fuere me-
nester prometerles algo de nuestra parte en dynero para que luego lo ayan a
los dichos quatro, hazedlo; y sy Laxao puede aprouechar y ayudar en ello y
OTRA CARTA
para sus altezas hecha en Bruselas a xix dias de Enero de §0^ años. Fue por
la mar, eitderegada a Martin Sánchez de ^amudio.
Dos dias después del dia de año nuevo fuy a palagio y entre en la cámara
del Pringipe como onbre que no y va a negogios, y el Pringipe se llego a vna
— 20I —
ventana gerca de donde yo estaua, y comenconu- a preguntar do avia estado,
y sy sabia nuevas de V. ais.; y de poco en poco comenganios a hablar en mu-
chas cosas a solas, y páreseme que hera aquello mucha novedad, segund lo
que los dias pasados hazia, y se avia hecho amigo. V como vy tienpo apare-
jado, yo dixele: —Señor: Quiero dezir a muchas vezes he pensa-
\*. al. lo <[ue
do de deziros, porque creo que n'os lo dize ninguno de los vuestros, y podra
ser que no lo sepan asy como yo lo se, o sy lo saben, n'os lo quieren dezir. Por
tanto, de lo que di.Kere, syno fuere todo muy sabroso a V. ;il.. crea que mi
yntingion es buena, y que querría agertar en lo que dixese. V. al. tome dello
lo que vyere que es de tomar. V. al. sabe con quanto amor el Roy y la Rey-
es, mis Señores, después del fallecimiento del pringipe don Miguel, os decla-
raron por su heredero, y procuraron c|ue vos fuesedes a España, para c|ue en
aquellos reynos fuesedes jurado, y para que los pueblos os conociesen, y vos
conogiesedes las gentes de aquellos reynos; y sabeys. Señor, con quanto amor
fuistes regebido dende que entrastes en Castilla hasta que Uegastes donde es-
tauan sus altezas.Y hera tanto el gozo que la gente tenia de vuestra yda, que
n(j solamente paregia que las gentes solas sentyan plazer, mas los animales,
los arboles y las piedras paregia que mostrauan alegría de vuestra venida.
Pues el alegría quel Rey y la Reyna mis Señores, syntieron de veros, es yn-
,
Rey, mi Señor, vuestro padre, y Y. al., como mancebo, tomara toda la carga
de la guerra; mas como vyeron que V. al.perseverava en su proposyto, y en
seguir su voluntad y camino, }• como os vyeron partyr, y en el tienpo que
partistes, y como dexastes conogiendo que os
á la Pringesa, y, fynalmente,
veniades con desgrado del Reyna, mis Señores, todo el amor que
Rey y de la
las gentes os tenían se ha tornado en omezíUo, y creo que teneys pocos co-
26
— 202 —
todas las gentes que acá son venidas despaña por la mar con sus mercadurías
anse ydo tan maltratados de vuestras justigias, cjue no pare<^¡an sino que he-
ran enemigos; de manera que |)or todas partes se han hecho cosas por donde
eldesamor tenga lugar de yr syenpre en cregimiento. Paregeme ya, Señor,
que devria V. al. pensar en estas cosas, y que es peligrosa cosa yr a reynar
sobre pueblo yndinado, y avn injuriado, porque segund las cosas han suge-
dydo y los vuestros an hablado, parege que los menospregiays, y el pueblo
sabe que os venistes, y no sabe la cavsa que tuvistes para veniros; saben lo
que ha sugedydo, y no ven cavsa para escusaros. A V. al. suplico que piense
en el remedyo, v que asy V. al., como los governadores de vuestros señoríos
hagavs otras demostragiones de las que hasta aqui se an hecho, porque con
las buenas demostragiones y obras se oluiden las cosas pasadas. Y que sy yo
he dicho algo que paresca que ha sydo atrevimiento dezillo, que V. al. lo per-
done, pues que solamente lo digo con zelo de vuestro seruigio.
—
Respondióme: Yos agradesco lo que me aveys dicho, y a los seruidores
no les esta mal que claramente digan a sus señores aquello que conocieren
que es su seruigio; y asy yo regibo byen esto que me dezis; mas el Rey y la
Reyna, mis Señores, saben la razón que yo tuve para venyrme, y a muchos
de los grandes del reyno que vinieron a mi para estorvar mi venida se les dixo:
El pueblo no puede saber estas cosas. Mas yo querría hazer todo aquello en
que el Rey y la Reyna, mis Señores, y todas las gentes puedan connger el
afición y amor que yo tengo a sus altezas y aquellos reynos, y querría que me
dixesedes vuestro pareger de lo (¡ue os parege que yo devria hazer para esto.
Yo le respondy:— Señor, con dos palabras se puede esto remediar, y con
muchas Rey y a la Reyna, vuestros pa-
obras. Las palabras son que digays al
dres: — Señores;
yo os suplico que nos acordeys de lo pasado, y que en lo
porvenir mandeys a toda vuestra voluntad. Y sy V. al. esto dixere y obrare,
yo se quel Rey y la Reyna, mis Señores, os aman tanto, queoluidaran lo pa-
sado. Y en lo que toca a lo que vos aveys de hazer, que no querrán cosa que
no sea vuestro onor y prouecho. Mas mirad, Señor, en lo que dixeredes, que
lo aveys de hazer, y que no haziendolo, que es mejor que no lo digays. jOuien
Después desto, yo hable a mose de Villa, que es agora el que mas esta en
la gragia del Fringipe, v dixele esto que avia dicho al Pringipe, y el me dixo:
- -F.l Pringipe no pensó que asy avian de sugeder las cosas como an sugedido
después i|ue partió despaña; mas jjues no avemos agertado, razón es que siga-
mos otro camino, y yos prometo que yo haré tanto con el Pringipe, (]uel siga
la volunlafl del Rey y de la Reyna; y yo los entiendo de seruir de tal manera,
t.\üv .i\ni|ii(' sepa ]5crder la nunca le diré (|iif haga otra
graíjia del l'riiK^ipe,
l)le, y (|uerria que sus ^Vilezas supiesen la voluntad que tengo de seruillos, y
querría (|ue su|Mesen quan poco cargo tengo de las cosas ¡¡asadas. V'o le dixe:
—-Yo escriuire a sus altezas lo i|ue conosca de vuestra voluntad y lo que me
tlezis; mas escriuilles he ([ui- no tyen mas de vos de aquello que vieren (|ui-
hazes, piirque aqui no son menester palabras, syno obras. Finalmente, que yo
tengo a este byen edificado. Sy a \'. ais. paregiere que sera bien escriuirle, se
(|ue sy ve vna carta de V. ais. en que el conosca que V. ais. le tyenen por
seruidor, o (|ue le querrán tener ]jor seruidor, (piel obrara todo lo (|ue pudie-
re V enderezara las cosas por aquel camino tpie \'. ais. mandaren.
Dixome mose de \'illa con gran sentimiento: --(rran deslionrra sera para
el Principe sy sus Alte/as hazen la paz con el rey de |-" rancia syn el, y mucho
estamos recelosos quel enojo de la Reyna se estendera a hazer esta mengua
al Principe; y no ay cosa en el mundo tpiel Principe no hiziese por seruigio de
sus Altezas, sy el estuviese gierto cjue no le harian esta mengua.
Mucho lo syenten, mas no ay ninguno que lo syenta asy como mose de
Villa, porque tyene esperanga de yr a Es|iaña, \- ninguno destotros no pien-
sa en aquello.
Anclan tantas ijuestiones secretas entre estos que govienian, (pie es cosa
para espantar las cavtelas, las maligias, las astugias que traen los vnos para
echar a y los otros para echar a los otros;
los otros, mas al fin mose de Villa
a subido arriba, avnque se juntaron todos contra el. El es gierto el que mas
vale con el Pringipe.
Alose de Veré se va a Frangía; partirá mañana, cjue sera x.x dias de hene-
ro. Muchos piensan que le enbian esta ¡ornada de yndustria p(3r apartalle de
aqui, y yo asy lo creo, porquel no va muy contento.
El Pringipe a comengado la guerra con Geldres. El duque de Juliet es ve-
nido aqui, que ha de ser capitán desta guerra; mas el comiengo es frió; no se
(|ue fin avra.
Por el presente no ay mas que dezir, svno que los Ynfantes están muy
buenos, loores a Dios, y el Pringipe huelga mucho con ellos v los vee muchas
vezes.
Nuestro Señor, &.
De Bruselas a xix de henero de 504.
.'04
OTRA CARTA
para sus altezas hecha cu Mons en Heiuiut, a cinco de hebrcro de f;o^. Leñóla
'Jaqnes, gentilonbre del Principe.
Yo dixe al Pringipe todas las cosas que V. ais. escriuieron que le dixese,
avnque primero hize vn discurso de todas las cosas que V. ais. avian hecho
por el, y de algunos herrores que por su parte avian seydo cometydos, y ale-
gróse en gran manera de ovr lo que W ais. mandauan que se le dixese, por-
que le paregia que venia aquello fuera de su esperanga, que su pensamiento
hera que V. ais. estauan tan enojados de su partida y de las cosas que des-
pués avian sucedydo, que no pensaua que en la menor cosa del mundo
V. ais. se avian de acordar del; mas no enbargante que muy alegre de le fue
oyr que al reyno de Ñapóles tocava, fuele muy áspero quando le dixe que
lo
aquello no se avia de hazer syn que el diese al ynfante don Carlos a V. ais.,
y avnque no me respondió mal, no le supo byen, y conogiose en la turbagion
que ovo y en la mudanga de su gesto, y con todo no se pudo abstener de
dezir: — Esto es vna gran cosa, y yo no se como se podria hazer, ni se como
la tomaran los pueblos. Yo le —
respondy: Señor: ya no es tienpo de andar
con vuestros pueblos en tenplangas, syno mostrar que soys Señor, y dezir:
— Esto quiero yo que se haga. Porque del tienpo del duque Felipo, vuestro
visavuelo, y del duque Charles, vuestro avuelo, a vuestro tienpo ay gran di-
ferengia; no para que vos, por el poder que teneys, hagays cosas que sean
contra justigia, mus para que entyendan los pueblos que soys vos Señor y
ellos vasallos. Y tuve tal manera en la negociagion, que le dixe:— Señor: yes
tengo de hablar de grandes materias, y sino me asegurays de tener secreto lo
que os diré, yo no os hablare nada; mas porque son cosas de mucha ynpor-
tangia, y converna que las comuniques con algunos de vuestro consejo, yo os
diré aquellos que las podran saber y aquellos de quien se han de encobrir,
porque sy las supiesen muchos, podria ser que no se hiziesen las cosas asy a
vuestro plazer, ni como cunple a vuestro seruigio, como se harán sy se guar-
da secreto. Respondióme: — Yo os doy mi palabra como Pringipe, que lo que
me dixeredes yo no lo diré a persona del mundo, syno aquellos que vos se-
ñalaredes que os pluguiere cjue se diga. Y asy, después de declaradas al Prin-
gipe todas las cosas, yo le dixe: —
^Esto se puede dezir a mose de Xasavt y a
mese de Villa. Y el Pringipe los enbio a llamar, y delante de mi les tomo jura-
mento que ninguna cosa que yo les dixese ellos no lo dirian a nadye, con amo-
nestamiento (jue les hazia que el no lo avia de comunicar con nadye, y f|ue sy
- 205 —
se sabia esta negogiai;i»n, quel lomaria flellos eniiiieiida cmnn ile personas i|iip
descubrian sus secretos. Y asy con esta seguridad hecha, el Priin,-i|)c nos de\o
a todos tres y se fue a caga. Y yo les dixe algunas cosas, y algunas reserve
(le dezirles hasta sentir dellos su voluntad. Yo me tenia ya ganado a mose
de \'illa antes t|ue estas cartas viniesen, como creo que ya V. ais. ]3ür mis
cartas avran visto, y mose de Villa no espero quel conde hablase, y dixo:
— Pardios, este es vn gran amor quel Rey y la Reyna muestran a Musyor, y
nosotros no lo pudyeramos creer asy; mas byen parege que sus altezas son
padres y sabios y el Principe ha seydo mangebo en sus cosas; mas duro me
parege quel duque Charles aya de yr a España y que esta tierra quede svii
heredero. El conde de Nasavt tomo la mano y cnpino este negogio tan alto,
que no avia a su parecer cosa que igualase ni fuese yquevalente a dar el Yn-
fante; y pasam is muchas razones en las quales yo les dy byen a entender quan
gran cosa hera lo que V. ais. hazian, y quan poco hera lo que ellos davan; y
que sy ellos sabios heran y pasyon no los governava, que conogerian que
lo que y. ais. demandauan, ellos se avian de convidar a ello y dar dyncros a
V. ais. porque lo quisyesen agebtar. Y asy aquel dia pasamos en muchas pla-
ticas, syn poder conoger dellos que vernian al ¡jartydo; y otro dia yo torne a
esta vida syno agradar y seruir al Rey y a la Reyna, mis Señores; mas como
en cosa tan grande no se a de determinar syn consejo, sy los de mi consejo
son contrarios a mi opinión jque queres que )-o haga.- Yo le dixe: -Señor: —
Juntémonos V. al. y el conde de Xasavt y mose de Villa v yo y platiquemos ,
sobre la materia, y sed vos juez y no hables; y sy ellos dixeren mejor raxon
que yo, allegaos a su voto; y sy yo dixere mejor razón que ellos, allegaos al
mió, y hazedles conoger la synrazon que tyenen, y estonces vos podres hazer
lo que dezis que querriades. Quedo asy congertado para otro dia. Yo tome a
mose de Villa y di.xele: —Vos soys onbre perdydo; los otros se aprouechan
desiruiendo a su Señor, y vos siruiendole nos sabeys aprouechar. Pues me
aveys dicho que seruires al Rey y a la Reyna, mis .Señores, agora es tienjio
que los siruays; y sy en esto que tanta honrra y prouecho viene al Pringipe
no los seruis, ."en que los aveys de seruir.' Hablad al Pringipe y hazedle enten-
der que esto quel Rey y la Reyna, mis Señores, hazen con el, que nunca ])a-
dre lo hizo con hijo; por tanto, que yo le aviso que esta es prueva quel Rey y
la Reyna, mis Señores, le hazen; y sy en esto les sera obydiente, sus altezas
harán mas con el; y sy en esto pusyere alguna duda, podra ser que perderá
— 2o6
esto y mas. Desengañadle y de/idle '\ue no este ciego; que vea que esta
es la mayor honrra que nunca jamas fue hecha a pringipe, y que no siga la
opinión de quien no conoge quanto es grande esta cosa. Y sy vos hazes quel
Principe este firme en esto, y que obedecerá al Rey y a la Reyna, mis Seño-
res, sus altezas os darán en el reyno de Xapoles mig) ducados de renta sobre
vasallos, v esto podexvos ganar mas justamente que no las pinsyones que
otros an ávido. Con esto el me promet3'o de hazer todo su poder.
Otro dia venimos al habla, como yo lo demande al Pringipe, y platicamos
muchas cosas. Yo conogi quel Pringipe estaua muy enderegado a obedeger a
V. ais., ora fuese por lo que yo le mose de
avia dicho, ora porque obro algo
Villa, que el mostrava que V. ais. mas por el que el avia seruido; y
hazian
que en demandar a su hijo, que tenian razón; y que sy cuerdamente quisye-
sen esto mirar, que el lo avia aquello de suplicar y de querer, y que no lo
avia de rehusar demandándolo V. ais., quanto mas dándole tanta honrra y tan-
to prouecho como le ofregia. Mose de Xasahut estava duro: — ;Como quedara <
esta tierra sin heredero? Podra aconteger que vos ayays de yr a Alemania, o
a otra parte donde os converna; jcomo quedara la tierra.- Esto no se debe de
hazer syn acuerdo de los pueblos.» Yo replique lo que me paregio, y el c|uedo
algo confuso, v decláreles alli como no conocían la merged que V. ais. hazian
al Pringipe, y que no heran buenos seruidores los que le consejauan que no
otros tres o quatro, v platicad sobre esta materia, y con mas maduro consejo
determinad que aves de hazer. üuando yo vy quel chanciller se avia de lla-
lo
mar, paregiome que no podia espedirse este negogio syno con dificultad y
costando mas. Yo dexe yr al conde de Xasavt y quédeme con el Pringipe, y
martíllele tanto como fierro, de manera que yo le tuve byen blando por es-
tonges; y salido de alli, vo me fuy al conde de Xasavt, y díxele: —Señor: yo
me maravillo de onbre tan prudente como vos en cosa tan manifiesta, y en
que tanta honrra y prouecho gana Musíor, y en cosa que tanto podes vosotros
ser aprouechados. Como estays tan giego, aves dicho quel chanciller entyen-
da en esto. Yo
byen quel es discreto y que conogera la razón y que luego
se ,
aconsejara a Musyor que lo haga: ¿pues quereys vuestra gloria dalla a otro, y
que lo que vos podeys hazer que querays quel changiller lo haga.^ Sera dalle
tanta avtoridad a el y quitárosla a vos, que después no podres determinar en
la menor cosa del mundo sin su consentimiento. Guardaos no hagays esto,
syno, desde aqui le tomays por soberano, y vos os hazeys ynferior del y de- ;
mas desto, sy vos hazeys que se haga esto quel Rey y la Reyna, mis Seño-
res, quieren, yo terne manera como vuestra pinsion se cresca, y que como os
dan mili ducados de pinsyon, os den iii® ducados de renta en el reyno de
Xapoles sobre vasallos. Y mirad que podeys aver mas prouecho de sus Alte-
zas en vn dia que acá en cien años. Respondióme: Aora sa, esto es dura —
— 207 —
cosa; tornad a hablar aMus\or y juntar nos hemos, y pla/era a I )ios (|iie se
niente quel chanciller querrá poner. Vos estad firme, y yo os prometo de par-
te del Rey y de la Reyna, mis Señores, que haziendose el tratado de la paz
desta manera que sus Altezas escriven y creen que se hará, y dándoles Mu-
syor el vnfante don Carlos, que sus Altezas os darán en el rey no de Ñapó-
les 111® ducados de renta sobre vasallos. \' a mose de Villa le promety asy-
lleno poder y facultad, por tratar e concluyr e dar horden e fazer aquello que
a ellos plazera, por lo mejor hordenar y mandar, y yo me recomiendo muy
huniilliiientp á su buena tri-agia.
l"",n (|uanto a este punto que toca cjue \ . ais. le den al x'ntante don Her-
nando, dándoles el ynfante don Carlos, yo estuve en alguna porfía cpie no se
pusyese, \' dixe al Prin(;ipe: — Vo no tengo facultad de hablar en esto. Y. al.
ponga que quisyere, que yos digo distintamente que lo del reyno de Ña-
lo
póles no se hará syno days al Ynfante; y esto no se pide syno por lo que cun-
ple a V. al. y al N'nlaiitc Dixome; — Yo no daria al imo sv no me diesen al
otro, porque tan byen an de querer el Rey y la Reyna la seguridad destas
tierras v de las de .Alemania, como de las de España. .Asy que esto se puso
port|ue no pude en ello mas hazer, y avn porque creo que sin dificultad lo
liaran \ . ais.
i )emas del asyento suso dicho, yo he sacado vn partido con el Pringipe de-
lante del conde de Xasavt y de mose de Villa, con mucha seguridad que les
tome que esto no se dvxese [lor agora ni adelante, pues que no av necesidad
de dezillo: i|ue pues el Pringipe hera obligado de entretener el estado de su
hijo, C[ue de las rentas del reyno de Ñapóles V^. ais. tomen cada año gien mili
estado. Paregiome que se devia esto sacar, v que no deven cargar todas las
cosas sobre V. ais., sj' lo ovyeren por bven, s\-no, mi \'ntingion ha sevdo
buena.
El Pringipe escriuio a sus enbaxadores que están en Frangía, que es mose
de Veré y el Grafier, lo que W ais. escriuieron que se avia movido al carde-
nal de Rúan, lo qual acá no an entendido que por parte de V. ais. se movió,
syno que algunos seruidores de V. ais. lo movyeron, y mándales que hablen
con niosen Gralla para saber del sy ay alguna dificultad en la i-onclusyon del
negogio, para que ellos trabajen con el rey de i'rangia de parte del Pringipe
que venga en ello; mas que sy sintieren que no ay dificultad, y que los enba-
xadores de V. ais., syn sus enbaxadores del l'ringijie, lo podran acabar, que
en ninguna manera no hablen en esta materia al Rey ni a otro ningunt), ni
den a entender (¡ue la saben. Y asymismo les enbia a mandar que hablen el
casamiento de madama Leonor con el üelfin, y <|ue lo procuren con toda yns-
tangia; y asymismo que procuren con la Reyna que madama (ilavda, hecho
el asyento de la paz, se lieue a Bretania, porepie sy el rey de Prangia muriese,
que no se la tomen para casalla con el Daltin. Yo les puse en esto, paregien-
dome cpie sy se ]iuede acabar, que sera liven; mas yo no les dixe cpie V. ais.
hablauan en esto.
\'. ais. creo que no saben las diferengias y enemistades (jue ay entre estas
— 209 —
gentes, ni creo que saben comn ya loda la governagiun es venida a manos del
conde de Nasavt y de mose de Villa. Avnque esto yo lo tengo escrito a V. ais.,
ya el Grafier no es nada; su abtoridad no se estiende a tanto que sea menes-
ter conpralle. Mose de Veré no esta aqui, que ha sydo gran cosa; avnque no
tyene tanta abtoridad como solia. Laxav alguna abtoridad tyene; como es so-
ligito y desvergonzado, métese mas que le meteryan, y haze mas muestras que
puede, y gierto, para con los de Frangía, porque de alia le dan favor, el bulle
y parege que vale algo, y en las cosas domesticas algo puede; mas para las
otras cosas mucho a caydo, porque mose de Villa les muy contrario. Y a cre-
cido tanto en abtoridad el de que no tyene en nada a los otros; mayor-
\'^illa,
guna duda, yo le ganara con mili ducados; que no desea el otra cosa en este
mundo syno tener pinsyon de V. ais.; mas acordándome de aquel dicho «non
est bonum sumere panem filiorum>, trabaje que se diese lo menos que yo
pude. No hera el chanciller el que a mi me espantava syno el conde de Na-,
A ocho dias deste mes de hebrero regebi vna carta escrita de mano
los
La Reyna, mi Señora, me lo escrive, y como quiera que todas las cosas pa-
sadas en este caso sean de calidad para recebir enojo y pesar de oyllas, de
ninguna dellasme pesa tanto quanto me pesa de aver dicho la Pringesa a la
Reyna, mi Señora, palabras de desacatamiento, porque dexado de ser su Alte-
za madre de la Pringesa, por su gran autoridad y gravedad me parege que
ninguna persona podría tener osadía para de/yrle palabras de desacatamiento;
mas la Pringesa tyene la cabega caliente, y muchas vezes dize lo que después
no querría aver dicho; mas yo no podre regracyar a la Reyna, mí Señora, ny
seruírle tanta merged como me a hecho en tolerar y sufrir con su prudencia
los desconciertos de la Pringesa mí muger, porque su Alteza a tenido respec-
,
me tiene, y del gran deseo que tiene de venir a juntarse comigo. Pluguiera a
Dios que yo no fuera partido de Castilla como party, porque creo que no fueran
acontegídas estas cosas y otras que an sugedido de mí partida; mas lo que es
pasado, muy mas fagílmente se puede reprehender que no emendar, y por esto
no es de tomar tanta pena que nos traygan algún daño, pues que no puede
ser que lo hecho no sea. Escrevid a su Alteza que yo le regragio humilmente
la pena que a tomado de me querer escrevir, y que syn escrevírme, su Alte-
za pudiera ordenar de la Pringesa todo lo que fuera su voluntad, como madre
y Señora suya, pues que esta creo que no pudiera ordenar cosa que no fuera
a su onor, v svendo a su onor, fuera a onor de la Pringesa y mío; y que le
— 211 —
suplico umilmente que quiera tolerar las ynportunidades déla Princesa, pues
su Alteza conogera las causas de donde progeden, como tengo dicho. Y que
en quanto a poner personas de autoridad gerca de la Pringesa mientra estu-
viere en Castilla, para que la refrenen y aparten, que no haga lo que no es «le
hazer; que en todo su Alteza puede proveer a su voluntad, porque yo tengo
creydo que aquello que su Alteza proueyere sera lo que conviene para la
onor de la Pringesa y mió; y que yo escrito a mose de Moluyn y a madama
de Aloyn para que ellos hagan lo que la Reyna, mi Señora, les mandara en
las cosas que tocan a la governagion de la persona de la Pringesa, y para que
viniendo por mar o por tierra la Pringesa, ellos la goviernen de tal manera y
por tal orden como la Reyna y Señora les dirá, y como ellas verán que con-
viene para la onor de la Pringesa, mi muger, y mió. Y escrevi a su Alteza
que yo le tengo en merged delyberacion y conclusyon (jue a tomado en la
la
partida de la Pringesa; que yo le suplico que syn falta su Alteza quiera que
se aga prymero de margo, como me escrive, o por mar o por tierra; porque
el
cha pena de oyr que la Pringesa se aya desconcertado en palabras con V. al.
y desto ni a mose de Villa ni al conde de Xasavt no a querido dar parte; an-
tes me dixo quel estarya el mas corrydo del mundo sy ellas ni nadie lo supie-
sen, y mostró mucho el sentimiento que ovo, porque aquel dia fue a la caga y
1
2i;
todo el dia anduvo pensativo y apartado, syn tomar calor en la ca?a, lo qual
el no suele hazer.
Jaques partió de aqui a v dias deste mes de hebrero con respuesta de lo
que V. ais. mandaron que se dixese al Principe. Creo que plazera la respuesta
Puede ser que sea falta de quien se lo deve dezir y no se lo dize. Yo les ser-
uire bien a mi posible, y creo que sus Altezas se acordaran de mi. Escrivolo
a V. ais. para que vean lo que dize, y lo que mandan que se le diga. No sera
syno byen que V. ais. escrivan al de Nasavt, y al de Villa, y al chanciller.
El rey de Franc,-ia dizen que esta muy mal, y hazen su enfermedad bien
grave. No se diuulga, porque esta es la costunbre. Aqui an enbiado de Frangía
vnos capítulos que fueron hechos entre Gongalo Hernandes y los frangeses,
sobre la entrega de Gayata. Parecen muy favorables a los vengidos, y no tan
favorables a los vengedores. E\ Pringipe sospecha que los frangeses se favo-
regen, y les escrive antes que de otra parte se sepa, porquel pueblo conci-
ba De la primera nueva querría saber como a pasado. V. ais. se lo
( 1.
manden escrivir.
De Mons a x dias de hebrem | 1504].
07 HA CARIA
de sus altezas hecha en Medina del Campo a vüi.° de margo de 504. Iruxola
el dicho Jaques; llego a Gante en Flandes a xxix del dicho mes.
Vimos vuestra carta de ginco de hebrero que truxo Jaques, levador desta,
en que nos escriuistes todo lo que pasastes con y con el Pringipe, nuestro hijo,
el conde de Nasavt y mose de \'illa, sobre lo que os avemos escrito gerca de
la paz y de lo del revno de Ñapóles, y de la venida acá del ynfante don Car-
los, nuestro nieto, y la conclusyon e asyento que en ello tomastes con el Prin-
gipe. Y gíertamente vos lo aveys hecho tan byen y tan cuerdamente, que no
mucho en seruígio; y asy como vos te-
pudiera ser mejor, y vos lo tenemos
neys muy buen cuydado de nos seruir, lo tememos de os hazer merged, y
avemos ávido plazer de ver el asyento que aveys tomado en el dicho negogío,
y todo esta byen asentado y a nuestro contentamiento. Solamente querríamos
que donde dize que después de la conclusyon e execugion de la dicha paz y
(t) Debe fie faltar algiiuM pal.-ibra coin» esperanzas ú otra análoga.
— 213 —
de aver entregado nos el reyno de Ñapóles al dicho Fringipe, nuestro hijo,
que nos enbiara acá al dicho ynlante don Carlos, nuestro nieto, se emendase
que la trayda acá del Vnfante y la entrega de Ñapóles fuese a vn tienpo se-
ñalado, porque después de entregado el reyno no buscasen achaques para no
enbiarnos el dicho Ynfante; pero por que nos esperamos que esto se podra
emendar en el asyento de la paz que se hará con Frangia, donde sr ha de
hazer mingion dello; el qual asyento después de concluydo por nos, el Prin-
cipe lo ha tanbyen de de la dicha emienda
cosa alguna.
Asymismo fue muy bien el otro que escriuistes cada
año c& ducados, para que de ellos se ponga casa
Asymismo nos paregio byen lo que dezis que el Pringipe escriuio sobre
este negogio a sus enbaxadores que están en Frangia, y nos avernos escrito a
los nuestros conforme aquello; solamente que ha de emendar en aquello lo
que dezis que les escriuio que procurase con la Keyna de Francia
el asyento de la paz, lleven a Bretania a madama Glauda, su hija; [5f)ríjuo no
es razón de demandar al rey de Frangia que aparte de sy vna sola hija que
tyene, quanto mas que para el tenella en Bretania, es como sy la tuviese en
Faris. Pero avnque el la quisyese apartar de sy, nos no avemos de venir en
entregar a Ñapóles sin que asymismo nos entreguen al dicho Vnfante, nues-
y por esto deves dezir que no procure quel rey de Frangia entre-
tro nieto;
gue a madama Glavda, porque es razón que la tenga el en su poder, como
avemos de tener al ynfante don Carlos, y porque podria ser cabsa de estoruar
la negogiagion pringipal.
Direys al Pringipe que vimos la respuesta que os dyo a lo que sobre este
negogio le hablastes de nuestra parte
y que avemos ávido plazer de ver el
,
afigion con que regibe lo que nos con mucho amor y verdadero, como de pa-
dres, hazemos por el y por la Fringesa por los honrrar y acregentar. y de
ver los buenos otregimientos que nos haze, los quales le agradegemos mucho,
y tenemos por gierto que lo hará como lo dize y como por Cortavilla nos lo a
enbiado a dezir; y que tanto quanto mas lo hiziere, asy tanto mayor honrra
sera suya ymayor cargo y obligagion nos echara para que cada dya de mas
en mas mostremos por obra el mucho amor que le tenemos. Y a este propo-
syto le dezid todo lo que mas os paregiere para le poner en mucho amor con
nos, y para que syenjjre nos sea verdadero y obidiente hijo. Y dezidle que
nos ha paregido muy liyen todo lo que dezis que sobre este negogio escriuio
a sus enbaxadores que están en Frangia, y que conforme a ello avemos es-
crito a los nuestros; pero porque sy antes de concluyrse la paz hablasen en
que llevasen la hija del rey de Frangia podria estorvar la pringipal negogia-
gion, que les deve luego escriuir que en ninguna manera hablen en ello ni lo
asomen, y que solamente atyendan a que se concluya la negogiagion pringi-
pal, y que para la conclusyon dello, sy menester fuere, ayuden en lo que nues-
tros enbaxadores los requiryeren; pero sy no fuere menester que ellos hablen
— 214 —
en ella, que es muy bven . como el Pringipe les escriuio, que ni hablen ni
gesa, avernos dado horden que la Pringesa partió de aqui el primero dia de
margo, como teníamos ofregido, y va a se enbarcar en Laredo, para hazer
le
gion de aquel reyno ellos anbos serán ávidos por españoles. Porque no las
avernos osado enbiar por tierra, porque sy las tomasen seria publicar el ni'-
de las genas de Aragón, y de oy en adelante cada vn año. Por eso que enbie
el un poder suyo a quien lo regiba por el.
Tanbyen nos parece muy byen que trabajeys de ganar por nuestro al
Changiller, para mayor seguridad del negogio, prometyendole que le daremos
en el reyno de Ñapóles hasta la cantidad que os paregiere, viniendo el nego-
gio a efeto. Y esto remitimos a vos para que lo hagays quando y como vyer-
des que mas convenga; (jue tanbyen vos enbiamos carta nuestra para el, por-
que mejor lo podays negogiar.
Porque el rey de los Romanos no estorve la venida acá del dicho yntante
don Carlos, avisad a donjuán Manuel por la cifra general de lo que con el
Pringipe teneys asentado, para que el este sobre aviso, porque el rey de los
Romanos no lo estorve; ])ero escriuidle que no sepa el rey de Romanos que
sin el lo ha asentado el Pringipe, que por aventura lo estorvaria, y que sy el
rey de los Romanos lo supiere, que le de a entender que se ha hecho por sn
mano del rey do los Romanos, y que procure todo lo que vyerdes que cunple
para que este negogio aya efeto.
Cortavilla vino a nos y nos hizo gragioso ofregimiento de parte del Pringi-
pe, al qual nos le respondymos como hera razón, y el aniso que esto fuese
,
— 215 —
muy secreto; \' el deiiiandonüs de ¡jarte tlcl Principe tantos mili florines para
los gastos de la yda de la Pringesa, nuestra hija, mostrando querernos hazei
afrenta y requerimientos sobre ello, y diziendolo como cosa a que teníamos
obligación. V nos viendo (¡ue de mandarse en tal tienpo y de tal manera de
parte del Pringipe los dyneros que nos avernos gastado para defensyon deJ
reyno, no nos a viendo el ayudado para ello, no conplia a la honrra del Prin-
gipe que tal que no hablase en ello,
se dixese ni supiese, convínonos le dezir
porque asy queremos encobrir lo que podria hazer daño a su honrra, como
sy fuese nuestro propio; pero después no avemos dexado de conplir con la
Pringesa lo que segund nuestra negesidad y el tienpo se ha podydo hazer,
OIRÁ CARTA
de SUS altezas hecha en Medina del Campo a xii de marco de ¡o^ años.
Truxola el obispo de Catania por la mar. Llego a Brujas a xvi de mayo
del dicho año.
El Rey e la Revna.
OTRA CARTA
de sus altezas hecha en Medina del Canpo a x.wi de vtargo de ¡o^ años.
Truxola Bartolomé Sagredo, correo. Llego a Brujas a vi de
Esto que aqui diremos no sepa el Pringipe ni nadie que vos lo aves escri-
to. Y por la via de Frangía nos an escrito que el rey de Romanos y el Prin-
gipe son congertados y congiertan con rey de Frangía syn nosotros, y se
el
y governador del ducado de Borgoña, que después de los dias del rey de
Frangía entregara al Principe el dicho ducado de Borgoña y todas las for-
talezas,con los condados, para el ynfante don Carlos y madama (ilavda, has-
ta que sea de hedad, y que por seguridad desto, mose de Neversa da por fia-
dor al duque de Cleves, su hermano, el qual se obliga con su persona y bye-
nes que el dicho mose de Neversa conplira al tienpo que lo ha jurado. Y que
asymismo el rey de Frangía a prometydo a los dichos enbaxadores c|ue des-
de agora el hará jurar a su governador de Milán, para que después de los
dias del rey de Frangía haga lo mismo que del ducado de Borgoña. Iten, quel
rey de Frangía a prometydo de les dar después de sus dias a los dichos yn-
fante don Carlos e madama Glavdya el condado de Bles con sus pertenen-
gias. Iten, que el dicho rey de Frangía desde agora da al Pringipe, por su vida
y de su hijo, las ayudas que a acostunbrado de levar en el condado de Ar-
tues, que montan por año xim°@ florynes. Iten, que la reyna de Frangía pro-
mete asimismo de tener dicho casamiento, y que del ducado de Bretaña,
el
que después de sus dias entreguen el dicho ducado y fortalezas a los dichos
del congierto suyo del Rey de Romanos con el rey de Frangía, y que no sin
y
gran cavsa de esperanza del mayor prouecho suyo promete el rey de Frangía
de dar al Rey de los Romanos los trezientos mili francos. Oue el mire que con
prometerle el rey de Frangía al Pringipe cosas de por venir en que ninguna
seguridad ay, quiere estorvar que Ñapóles que es tan
grande y tan rico, como de tanto a avtoridad para el
reyno sobre que tyene, y tener mas fuerga para todo lo que le cunpliere,
lo
como con aquello el ternia; y quanto mas ayna hará el rey de Frangía en las
cosas que a el tocan vyendole mas fuerte que sy le viese flaco; y que mire el
mucho amor con que le pues esta que es tan grande cosa, que no
solamente dexamos lo nuestro para después de nuestros dias, mas en nues-
le
tra vida que le queremos dar aquel reyno. Que mire que con negogio enga-
ñoso el rey de Frangía no haga que el dicho Pringipe, nuestro hijo, con sus
mismas manos se quite lo que nos con tanto amor le damos, y lo que el rey
de Frangía con todo lo que puede no ha podydo quitar. Y que mire que no
le levanten poniéndole temores, pues ha visto lo que es el poder de Francia,
syeren, y que no los mudasen, pueden hazer que no estén so mano dellos; vi-
niendo el caso el entregar los dichos ducados por los alcaydes que tyenen las
dichas fortalezas, no las entregarían. De manera que laque le dan es segury-
dad de vyento, y por esperanga tan dubdosa y yngierta lo que le prometen
en lo porvenir, no seria buen consejo al presente dexar cosa tan grande, y
que nos anbas cosas queremos y deseamos para el Pringipe, conviene a saber,
lo del reyno de Ñapóles y lo que el rey de Frangía le promete; mas querría-
mos que fuese de manera que la negociación de lo que! rey de Frangía le pro-
mete para lo porvenir no estoruase la negogiagion de lo que nos luego al pre-
sente le queremos dar.^, concluyéndose la manera que
dicha negogiagion de la
avenios dicho y escrito por otras, que antes esto ayudaría a lo otro. Y que
mire que el fin del rey de Frangía en esto es quitarle el reyno de Ñapóles que
nos le damos, y quítalle fuergas y avtoridad; porque vyendo el rey de Fran-
gía que lo que nos fazemos es cosa de mucha honrra y acrecentamiento para
el Pringipe, y que por este camino crecyendo el Principe en fuergas y estado,
y con nuestro favor podría cobrar mas presto a Borgoña y todo lo que el rey
- 28
— 2l8 —
de Frangía le pnjinete, y que asymismo el Rey de Romanos podría hazer en
esto lo que de otra manera le sería ynposíble, vyendo esto el rey de 'Frangía
quanto todo esto es en favor del Pringipe y del Rey de Romanos, procura con
colores y vías yndiretas y con esperangas vanas que se estorve lo que nos
queremos hazer para tanto acrecentamiento y honrra y avtoridad del Pringípe,
nuestro hijo. Por esta vía pyensa el rey de Frangía poner tanto miedo a los
venegianos y al Pringípe que de pura necesidad vengan a juntarse con el para
contra el Rey de Romanos y conti-a quien el quisiere, y con las condigiones
que el quisyere. Y por esto el Pringípe, nuestro hijo, mire mucho que en nin-
guna manera asyente ni concluya cosa que pudyese estorvar la dicha nuestra
negogiagion, y que para en esto mejor seria que hasta ser concluyda y asen-
tada la dicha negogiagion que nosotros tratamos para su byen, se sobreseye-
sen las otras negogiagiones, que después las haría avn mas a su ventaja, o que
se hizíesen juntas con la negogiagion que nos tratamos. Eso mismo procurad
con los del Pringipe, dándoles byen a entender quanto esto cunple al Pringí-
pe y la grandeza y riqueza de aquel reyno de Ñapóles, que es todo oro, y los
prouechos que del pueden ellos aver. Y
a este proposyto dezid lo que os pa-
regiere, para que procuren con el Pringipe, nuestro hijo, lo que aquí dezimos,
y que luego prouea y escriua a sus enbaxadores que tyene en Frangía; y vos
allí lo que gerca desto deven ser avisados. Y asymísmo
avisad a los que están
avisad a para que el procure esto mismo con el Rey de Ro-
manos, y enviadle luego con correo vuestras que aquí van para el
sobre ello, poniendo en esto toda vuestra dílígengia, como de vos confiamos;
y mostrad esta carta al obispo de Catanía luego que allí llegue, que va con la
Pringesa.
Después que os respondimos con Jaques lo que el truxo, de la qual res-
puesta va agora la duplicada, recebímos la carta del Pringipe, nuestro hijo, y
vuestras de onze de hebrero, que truxo este correo; y como quiera que con el
obispo de Catanía, que va por la mar con la Pringesa, avenios respondido lar-
gamente á todo ello, como del sabreys, pero porque podra ser llegar este alia
A loque dezis que alia se fauoregen los frangeses de los capítulos que se
hizieron sobre el entrega de Gayeta, aqui os enbianios el traslado de los di-
chos capítulos, y no podemos pensar de que se puedan favoreger, pues el
asvento della fue entregarnos a Gayeta e yrse del reyno los que dellos que-
davan con seguro de nuestro capitán general, el qual nos escriuio que los
dexo mas por ])yedad de ver el estrago que poco antes les avia fecho alli en
los trangeses en la postrera batalla que los nuestros les vengieron, que por
sobre ello prouey^o, avnque aquello es que cunple al byen y onrra suya
lo
muy verdadera madre en todas las cosas que le tocaran, como vera, plaziendo
a nuestro Señor. Y dezidle que viendo yo que lo que la Pringesa, mi hija,
al salir de Medina comigo hizo, fue todo con el amor y deseo que tyene de yr
OTJ^A CARTA
para sus altezas, hecha en Gante a diez dios de abril de 50./. Leuola jaques.
Las cartas que Jaques truxo, hechas en Medina a ocho de margo, recebi
a los XXIX dias del dicho mes, y luego hable al Pringipe y le dixe lo que hera
— 220 —
de dezir en aquella sentencia que \ . ais. escriven. Ovo mucho plazer de oyr
que V. ais. estauan contentos de su respuesta, y dixome: Cierto, eí Rey y —
la Reyna, mis Señores, hazen tanto por mi, que yo no se lo podre seruir ni
gradeger asy como es razón. Mas en todo lo que a mi posible sera, yo haré de
manera que no puedan tener desgrado de mi, y les seré muy obidiente en to-
das las cosas; y plazeme mucho porque son venidas estas letras, que yo es-
taua muy temeroso que sus ^\ltezas estauan enojados comigo y con los de mi
consejo, segund lo que he entendido por algunas letras que de su corte algu-
nos me escriuieron, por algunas cosas que de acá algunos les an escrito, que
no son asy, avnque tenia vna esperanga, que sus Altezas son tan prudentes
que no creerán lo que no tyene razón para creerse. quanto a lo que mandan Y
que escriua a mis enbaxadores que no hablen en aquel caso que toca a ma-
dama Glavda, ni en el negogio del tratado de la paz, ni den a entender que
ío saben, yo les escriui luego asy como sus .Vltezas lo mandan, y les mandare
que hagan todo lo que enbaxadores del Rey y de la Reyna, mis Señores,
los
Asymismo escriuistes de mi parte a sus Altezas que lo que j'o les enbie a
dezir con Cortavilla y con don Diego, mis seruidores, y lo que vos les aveys
escrito agerca deste negogio que me avej's hablado, y sienpre lo hallaran
verdad, y que en ninguna cosa avra mutagion; y que suplico a sus Altezas
que continuamente me escriuan, porque sienpre sepa su voluntad, y en todo
aquella se cunpla. Y quanto a lo que Cortavilla a hecho, no me maravillo,
porquel no levaua comisión de demandar a sus Altezas gran suma, ni peque-
ña de dyneros; mas yo creo que Pringesa se lo haria hazer, y que con poco
la
l'adrique, en posta, el qual fue alia por su amo, por ver sy podra aver el
realme, y el Rey despaña le dixo que hera contento, tanto quel rey de Fran-
gía consyntiese, y que su hijo de don Fadrique casase con la sobrina del Rey
despaña. Esta es la respuesta quel Rey despaña a hecho al dicho secretario
de don Fadrique, y esto a escrito en gifras a sus enbaxadores, y dizen, por
otra parte, quel Rey despaña esta deliberado de daros el realme de Ñapóles
— 221 —
sy el rey de Francia es contento, y a enbiado a sus enbaxadores c|iie lo comu-
niciuen e lo traten con el rey de I'"r;in(;i.i de la dicha materia.
El dicho secretario ha hecho su enhaxada. Anle respondido que no harán
mas que estar prestos para conplir lo que tyenen prometydo, y es a saber:
que su hijo case con madama de Fox, y <|ue tome el realme a fevdo del rey
de Frangía, y el rey de F'rangia lo tomara del Papa; y que le de a Gayeta y
a Iscla al dicho rey de Francia, por seguridad de c® ducados cada año. En
efecto, todas estas condiciones son ynposybles.
A los enbaxadores despaña les ha sabido muy mal ciuc su amo haze falta
mara a todo.
Por resolugion, el rey de Frangía a respondido que es contento que vos
ayays realme en vuestras manos para vuestro hijo y su
el hija, y que esto es
la honrra de todos.
Aquí creemos que quieren dos condiciones los dichos enbaxadores, y po-
nellas adelante, las quales dubytan que ellas sean muy dífigiles; y oy fue to-
mado para comengar a hablar, e se hallaran con el dicho legado a lui" oras
después medio dya; e de lo que byen luego por el dicho
se hará yo lo sabré
legado, e luego vos avisare, mí Señor. alegre que oy sonYo esto muy
venidas las postas, y porque las aveys puesto por que mas a menudo vos
pueda esgreuir, porque la dicha materia trae byen que seays avisado a me
nudo.
Ellos duhítan que los dichos enbaxadores ayan a cargo de dezir y propo-
ner que Gongalo Hernández quede sienpre en el realme, y que el reyno que-
de en manos de castellanos como esta agora; y aquello seria vn gran engaño
para vos y para el rey de Frangía; tanto que aqui no lo deliberaran de con-
sentir,mío Señor. Yos suplico que entretengays al señor legado, y que sy-
gays su consejo, quel os sirue byen y muy byen, que mejor no podría; y te-
nelde en mas que a otro pringipe, porque le soys en mas cargo que a otro
ninguno. Y 3^0 vos digo esta palabra: V'os teneys ay que hazer mas que
— 222
nunca y avreys al tienpo achienido mas que hazer; por ende, no consintays
en cosa que sea engaño.
Los yngleses continúan dv pear en peor, y vienen con terrible agror. "S'o
vos escriuire otra vez mas largo y en gifras.
Mi Señor: yo creo que avreys enbiado al Rey, vuestro padre, para ha-
zerle enpachar y dezir que no es agora tienpo de gruñir; cjue Dios dará tienpo
para darle la palma y salir con onor; que agora no es tienpo. VA byen de vues-
tros negogios es que escriuays luego al legado.»
Muy poderosos Señores: Yo conosco mucho a este prouoste que escriue
esta carta, porque le trate muchos días y años, y es la mas mala bestia que
ay en mundo, syn congiengia ni virtud; y por saber vna negogiagion rebol-
el
reyno, porque por defendello padre y hijo harían su posible. A mi parecer digo
esto.
Donjuán Alanuel es venido aqui, y dixome que venia llamado del Pringi-
pe, y mostróme vna yo no la pude leer; mas el me dize
carta del Pringipe;
quel Pringipe, por aquella carta, dava gran pryasa que viniese aqui. Fl
le
Pringipe me pregunto sy sabia a que venia donjuán; yo le dixa que hera bue-
na pregunta, que le avia llamado su Alteza, y pregunta vame a mi a que ve-
nia. — —
Dixome: Cierto, no he. [?| Dixela: Xo le ha escrito V. al. ninguna carta ?
—
Dixome: Si, mas fue en rcs]5ursla de otra quel me escriuio, en que dezia:
VA Rey, vuestro padre, me cjuiere enbiar a vos; sy soys seruido, yo tomare
la pena >. Y yo lo oscriui que cpiando viniese, que seria by<-n venido. V a mas
— 223 —
(le (los meses (¡uel re\' mi p.ulre me escriiiio i[>.\c le (|ueria eiibiar a mi. .Asn' (
|iie
gesa y de sus hijos (|ue no avia otra cosa. V" porque me creays, yo quiero (|iie
de aquí adelante entreys en mi consejo, porque sepays y veays todas las
cosas.
Otro dia que donjuán vino, fue a hablar al Princjipe, y yo estaua con el
Princjipequando fue; y don Juan c[uiso quel Pringipe estuviese solo, y asy nos
mandaron salir a todos, y al salir, donjuán finjo, o fue asy la verdad, que n(j
—
me avia visto hasta estonces, y dixo: Nos avia visto. Mas no me dixo: c[uc-
dad. Y asy hablo al Pringipe. Antes de comer el primero dia de Abril, a la
tarde, se salió el Pringipe a caga, y fuyme con su Alteza, y en el canpo dixo-
—
me muchas cosas. Me ha hablado donjuán, y habla p(Tr términos tan escii-
ros, que no le puedo entender la sentengia, avnque entyendo las palabras.
Mas de lo que he sentydo de esta habla, paregeme que son muchos movi-
mientos livianos. Anie demandado personas con quien comunique. Yo he se-
ñalado al chanciller, y al conde de Nasavt, y a mose de Villa, que hablen con
el para ver lo que dize. Y el segundo dia de abril vinieron a comunicar con
sabrá proponellas y traellas al proposyto de V. ais., y que el, vistas las ynvin-
ciones del Rey de Romanos para enbaragalle y dilatar el tienpo y negocios,
avra agebtado de venir a platicallas con el Pringipe. Byen creo quel avra es-
crito a V. cabsa de su venida y el cargo que trae. Por esto, y jiorque
ais. la
y quel lo ha hecho todo, y que por su consejo se a guiado, pues conoce que
es onbre que se ceva destas cosas. Y demás desto, yo me fuy al changiller,
porque me paregio que hera tienpo para prendalle, porque de despechado de
no averie dado algo como a no asyese de alguna cosa de lo que don
los otros,
Juan traya para seguir la opinión del Rey de Romanos o del de Frangía y ha-
blele tan dulgemente como fue posyble, y prometile de parte de \' ais. mili .
que otro ninguno, avnque el Pringipe perderla mucho; y yo creo que halla-
revs a don luán contrario de la opinión quel Rey de Romanos tyene en las
cosas que de su parte a de comunicar con el Pringipe y con vosotros en su
lugar. Mirad byen que nos engañen promesas de franceses, que todo lo hazen
por separar al Pringipe del amor del Rey e de la Reyna, mis Señores, y des-
que esto tengan acabado, tanbyen se pornan en enemistalle con su padre, y
todos quedares burlados. Asy que yo negogio todo lo que puedo, y avnque
sean sobradas estas diligencias, pues es don Juan el que en esto entyende,
que es tan antiguo y buen seruidor de V. ais.; mas por no quexarme de mi,
hago lo que me parege que puede aprouechar en el seruicio de V. ais.
Al Pringipe vino vn comendador de la horden de San Juan, que se llama
Vinciguerra, y dixo en lo publico que Y. ais. le enbiauan, y hablo secreta-
mente con Pringipe; y quando vyno aquel, yo no esta va con el Pringipe,
el
porquel Pringipe hera ydo a caga a unos villajes, y alia hablo con el, y se
despidió. Y el Pringipe vino, yo le pregunte que onbre hera aquel
quando
que vino y dixo que venia por mandado del Rey y de la Reyna,
a V'. al.,
—
mis Señores. Dixome: Vn onbre liuiano hera. Pregúntele sy le avia traydo
carta. Dixo: —
-Xo. Pregúntele que le avia dicho. Dixo: Mili liviandades. Xo le —
apreté por estonces mas, syno dixe: -Algún burlador —
seria. Después tórnele
a preguntar dende a muchos dias: —
Xo me dirá V. al. las locuras que aquel
Vingiguerra le dixo.' Dize: — Sy
que he pensado en ello, y paregeme que
es cosa para avisar al Rey y a la Reyna. El hablo comigo en gran secreto, y
—
me dixo: Yo soy del rey de Inglaterra, y tengo gajas del; y llamóme vn dia,
V dixome sy le haria vn gran seruigio. Yo le dixe que sy. El me dixo: Pues —
aste de confesar y tomar el corpus Christi, y hazer juramento de no des-
cubrir lo que te diré; y sy lo hizieres, yo te haré mercedes. Y dize: Yo me —
confesé y regebi corpus Christi en su presengia, y jure de tener secreto de
el
cjiíe sy ella (¡iierra salir del monesterio, que yo me casare con ella. Y si le
respondiere bven, vete al rey de Portogal, y dile (pie eres mió, y cpie sy el
me quiere dar a su prima, la hija del rey don .Anricpie, por muger, que yo la
recebire; v c[ue haré con el tal amistad por su rey no sera avmentado; y
la cpial
que podra aver de mi vna buena suma de dynero, y avnque le jirometas i.x©
nobles ¡loripie lo haga, yo lo cunplire.
Kl es ydo alia, y dexome vna i;ifra para escriuirme lo que hallase, h'.scri-
uidlo (l) a sus Altezas, que avnque yo lo tengo por burla, que no se que se es
aquello, podra ser que sea algo. Yo le dixe todo el progcso de aquella, y es-
tonces le peso mas porque tan tarde me lo avia dicho. Asy que V. ais.
manden mirar por aquel onbre; llamase micer Pedro X'iiigiguerra ; es del
horden de San Juan, y avn dize que es hijo de vn hijo bastartlo de la casa
de .Aragón. El es na(;ido en Calabria.
El Pringipe me hablo oy, que se contaron ix dias deste mes, }-a de noche,
y dixome: —Yo enbio alRey y a la Reyna, mis Señores, las ystruc;iones quel
Rey, mi padre, dyo a donjuán Manuel, y asymismo vna copia de ciertos ca-
pítulos que hizieron los enbaxadores del Rey, mi padre, y algunas personas
diputadas por el re_\- de Fran(;ia para |ilaticar en aquellas materias que en
ellos se contienen, lo qual todo va escrito por la cifra de donjuán. Y aquellos
capítulos yo nunca los vi, ni supe dellos hasta que donjuán me los truxo; ni
mis enbaxadores que están en las cortes del rey de Francia no an sabido nin-
guna cosa dellos. Y yo no he querido dezir a don Juan ninguna cosa de las
que he sentydo de aquellos capítulos. Atas escríuístes al Rey y a la Reyna,
mis Señores, que me parege quel artículo postrero es muy contrario, y avn-
i|ue me paregio mal y tpie no hera de enbiarle, mas porque entyendan todas
las cosas, yo no le quise quitar de allí, que yo les suplico que lo tomen a
Dyversas opiniones ha ávido sobre los capítulos quel Rey de los Romanos
enbio al Príncipe con don Juan Manuel, y vnos dizian vno y otros dezían otro.
Y el Pringipe quiso oyr mi pareger delante del conde de Nasavt, y del chan-
ciller —
y de mose de Villa, y yo le dixe: Señor: Los frangeses tyentan tod o
lo que pueden tentar para ver sy por otra parte podran hallar remedio a sus
cosas y quiebras: porque sy en otra ])arte o por otra parte ellos se pueden
valer, no vernan con el Rey ni con la Reyna, mis Señores, en apuntamiento
de paz. Lo qual V. al. puede muy byen conprehender deste vltymo capitulo,
c[ue todo se enderega a separar al Rey de Romanos, y a vuestro padre, y a
V. al. del Rey e de la Reyna, mis Señores, y echan estos gevos destas parti-
giones destas tierras de Italia a vuestro |iadre. Y vuestro padre, gustando la
pasadas, y que este mismo trato movió el rey Carlos al Rey y a la Reyna, mis
Señores, desecharia todas estas partigiones )' contratagiones, como estonces
se desecharon. Porque sy Rey, vuestro padre y vos, desta partición ga-
el
sea elecion, ellos trabajaran quanto podran que vos no seays elegido por en-
perador, y conpraran los eletores para estoruar que vos no seays elegido. Y
después de los dias de vuestro padre, sy otro fuere elegido por enperador,
poneros an en discordya con y con otros señores de Alemania, de manera
el
el finque an las cosas de entre el Rey y la Reyna, mis Señores, y ellos, por-
que aquello que sus Altezas quieren y os an escrito, es lo mas seguro y lo
que vos deveys acebtar. Y todas estotras cosas, avnque al presente parescan
prouechosas, ternan mayor el daño en lo porvenir. Y vos consejo que a bue-
no o a malo nos desasays del Rey v de la Reyna, mis Señores, pues conogeys
quanto os aman, y que tyenen mas pujangia para dar a vuestro padre y a vos
en Italia lo que quisierdes tomar en ello, o para ayudároslo a ganar, que no
los franceses. Y guardaos que los frangeses con la mano de vuestro padre y
con la vuestra no se hagan mas poderosos en Italia de lo que agora son sy no,
,
tyenen del, que la ])ierdan. Yo le respondo que sy el asy lo haze, que el ga-
nara mas que en tener afecion a las cosas de Fran(;ia.
Yo he escrito muchas vezas al tesorero Morales que me escriuiese sy
mandavan V. ais. que enbiase mas armas de las que tengo enbiadas, o no;
porque yo tome a canbio vg) ducatlos, y de aquellos tengo enbiadas cxxxix
armas, y i®uclxu armaduras de peones, y mas lxi arneses que enbiare agora
en las naos que yran al Andalugia. V. ais. manden proueer de persona que
los regiba en Cáliz y los ponga a recabdo porque no se dañen. Y sy V. ais.
mandan que se enbien mas armas, tomare otro canbio y enbiallas he. De todo
me manden avisar V. ais., y que armas se han de enbiar, (|ue yo no haré
ninguna cosa hasta saber la voluntad de vuestras Alagestades.
Nuestro Señor, &.
De Gante a x de abril de 504.
07 J^ A CARTA
de sus Altezas hecha eii Medina del Campo a xx de abril de ¡o^ años. Trii-
xola Bartolomé Sagredo, correo de sus Altecas. Llego a Brujas a vi de Mayo
del dicho año.
Con Jaques de Parzilla que salió de aqui a los vii de margo, respondimos
a vuestras letras de ginco de hebrero y a lo del asyento que teneys hecho
con el Pringipe, nuestro hijo, sobre la venida acá del ynfante don Carlos. Y
aqui va la dicha nuestra letra; y después vos escrivimos
duplicada de la
a los XXVI. de margo haziendo vos saber lo que por la via de Frangía nos es-
criuieron del congierto que el Rey de Romanos y el Pringipe, nuestro hijo,
avian hecho o hazian syn nos con el rey de Frangía, para que lo estorvase-
des ,
])or las cavsas y razones que en la dicha nuestra carta diziamos, de que
asymismo va aqui la duplicada. Después de lo qual avemos regebido cartas
— 228 —
(le don luán Manuel en que nos escriue que en ki platica que ovo entre el
Rev de Romanos v el sobre la venida acá del ynfante don Carlos, se hablo
que viniese a España o a Ñapóles; y como quiera que aquello paso en platica,
creemos que seria para mejor atraer al Rej- de Romanos a que ovyese por
byen quel dicho ynfante viniese acá y no para otra cosa; y nos le avemos
escrito al dicho donjuán como vos teneys asentado con el Prin<;ipe quel di-
cho ynfante venga acá, y que esto es lo que se ha de procurar, y no que vaya
a Ñapóles ni a otra parte, porque avn y deshazer toda nuestra
seria estorvar
pudyese estorvar; pero como quiera que sea, sy ay vyniere el dicho don
]uan, entretanto que el ay estuviere, tened anbos juntamente el cargo de
esta negogiagion y estad muy
conformes; y quando el obispo de Catania
que va con la Pringesa fuere llegado alia, porque tanbyen lleva gargo
de entender con vosotros en la dicha negogiagion, entended todos tres en ella
dyere ser la venida del dicho ynfante, devese asentar que sea traydo a Espa-
ña, y dentro della en nuestro poder, al tienpo que nos entregaremos al Prin-
gipe, nuestro hijo, elreyno de Ñapóles; y que para esto, el Pringipe sea te-
nido de le entregar a las personas que nos enbiaremos por el Pringipe, y le
traygan por la mar y que gelo entreguen dentro en los navios en la mar a
tienpo que, medyante nuestro Señor, pueda ser en España al tienpo que se
asentara (]ue entreguemos el reyno de Ñapóles al Pringipe. Y sy por la ter-
nura de hedad del ynfante don Hernando se pudyere escusar que su yda
la
alia no aya de ser luego que el dicho ynfante don Carlos sea llegado acá, syno
que pase algund tienpo en medyo, mucho nos plazeria; y para estonges byen
podreys asentar que lo enbiaremos; y quando otra cosa no pudyeredes hazer,
podres asentar qua lo enbiaremos pocos dias después de ser destetado, porque
antes no seria razón de ponerlo en tan largo camino; de manera que pro-
cureys que, syn enbiar acá enbaxadores, el Pringipe asyente alia con vos la
venida acá del dicho ynfante don ("arhis, nuestro nieto, para el tienpo y de
— 229 —
1,1 in.uu'r.i siisiulicha ,
piii-i[ur i'ii syriidii jjoc^iatjinii ninsli.i idii
lo vno ni lo otro se jiuetle |)oner en obra syn dikn,"ion. Pero estad sobre aviso
(.[lie en el asyenlo que hizieredes donde dize que
el Principe tenga
y govierne
el reyno de Ñapóles y las fortalezas del y ofu^ios con españoles, diga con es-
pañoles que por nos fueren nombrados y no con otros, [jorque n(is los cono-
cemos mejor a lodos (pie el Prin(;i|5e, y nonbraromos los cpie sepan mejor
governar y sean mas leales ])ara el Princ^ipe y que tengan mas seguro el diclui
re\-ni) de Ñapóles y mejor governado. V sy desto se agraviase muciio y se
frangeses que los varones del reyno de Xapoles que están en i'rangia sean
restituydos en sus cstadcjs, y que esto es cosa muy peligrosa para aquel rey-
no. Xos trabajamos de dar en ello el mejor asyento que nos paregiere con el
rey de l'rangia para remediar el peligro del reyno; por eso estad sobre aviso
quel Pringipe no otorgue cosa alguna Síjbre lo de los dichos varones, ) dad
byen a entender a los suyos que quede a ellos para las mergedes que ellos
chados, y tanbyen para no hazer perjuyzio a los <.|ue en a(piello nos han
seruido.
De Medina a xx de abril de 504.
OTRA CARTA
de sus A /(esas para el comendador de Ilaro, hecha en Medina dd Canpo
a X de mayo de ¡t)^. Truxola el dicho 'Jaques.
Xos respondemos a vos y .1 don Juan por otra nuestra que va a(pii a lo
(|uelPringipe y vosotros nos escriuistes con ]a(^ues, levador desta; y por la
otra mandamos como veres que todos, tanto que don Juan estuviere ay, enten-
days anbos juntamente en nuestros negogios con la conformidad (pie es razón;
— 230 —
y (jiianto a la contraryedad que alia hallavades sobre la cavsa de la venida
ay del dicho don Juan, verdad es quel Principe lo envió a llamar por carta
suya, y el Principe mismo nos escriuio como le enbiaua a llamar, rogándonos
que looviesemos por byen; pero esto sea para vos solo y no lo digays al
Princ;ipe. A lo de Vinciguerra, dezid al Pringipe que tanbyen vino a nos, y en
sustancia nos dixo lo mismo que a e! avnque mas estendio, nonbrando algu-
,
nos Grandes de nuestros reynos que dize que cabian en ello, y que avnque
sea cosa de liviandad y fuera de razón, es byen estar en ella sobre aviso y de
no menospregiarla y que nos avenios proueydo en ello como es menester; y
,
vos restan de los v@ ducados quel tesorero Morales ha pagado para hazer
armas , compradlos de armas suygas y enbiadnoslas.
De Medina del Canpo a x de mayo de 504.
OTKA CARTA
de sus Altezas hecha en Medina del Canpo a .v de mayo de 507. Triixola
yaques, gentil onhre del Prini;ipe\ llego a Gante a xxvi de mayo del dicho año;
venia para don Juan Manuel y para el comendador de Haro.
Con Jaques, llevador desta, regebimos las letras del Pringipe, nuestro hij(_),
y vimos las cartas de vos, don Juan, de ocho y de nueve de abril, y las de vos.
Comendador, de diez del dicho mes, por todas las quales vemos como el Prin-
gipe enbia a consultar con nos para que le consejemos lo que nos parege que
se deve hazer, asy en la negociación que trata con el Rey de Romanos sobre las
saber y proueer todas las particularydades dellos, como quiera (¡ue todo lo
sustangial creemos c|ue venia en la dicha duplicada. Respondereys de nuestra
parte al Pringipe que vimos lo que nos escriuio y los artículos que nos enbio de
— 23i —
las segurydades quo se an apuntado para lo del dicho casamiento, y la suma
que vos, donjuán, nos enbiastes de la contestación que los frangeses an movido
al Rey de Romanos, y a el tocante a lo de los venecianos y que avenios ávido
plazer de ver quan sabia y cuerdamente se govierna el Pringipe, nuestro hijo,
en consultar con nos estas materias y en aver determinado de tenerlas sus-
pensas, y no concluyr sobre ellas cosa ninguna sin consejo y consentimiento
nuestro, porque demás de responder en esto alia por que nos le tenemos, ha-
ziendolo asy y guiandolo como a nos paregiere, esperamos que con ayuda
el
de las cosas mas pringipales que nos queremos mirar y procurar en la dicha
negogiagion de la paz es quel dicho casamiento se ate y asegure como mejor y
mas enteramente se pudyere asegurar; y que con este fin y deseo que tenemos
veemos que los dichos artículos que nos envió, tocantes a la seguridad del
gasamiento, por sy solos ninguna cosa de seguridad tyenen mas de la quel
rey de Frangía quisyere que tengan, asy porque son hechos con presupuesto
que el dicho casamiento esta ya muy byen y muy seguramente asentado, y
sino esta asentado asy, todo lo que se pone sobre aquel asyento y presu-
puesto es ninguno, y los frangeses dizen que el rey de Francia es obligado
al asyento del dicho casamiento en caso solamente que el rey de Frangía aya
del rey de Frangía heredarla todas sus tierras,y que no habiendo el rey de
Frangía hijo varón, no es obligado de hazer el dicho casamiento de su hija
syno es con quien el quisyere, y que en el dicho caso quel rey de Frangía
no haya hijo varón, el y todo su reyno están en que su hija case con el Daufin
de Frangía, porque no se aparte de Frangía Bretania y Milán y las otras tierras
que en el dicho caso pertenegeran a ella, como a hei-edera de sus padres; y no
es de creer quel rey de Frangía en su vida consyenta apartar de su corona
ninguna de las dichas cosas, y mucho menos el que después del sugediere. \
las segurydades quel rey de Frangía da para esto por sy solas poco aproue-
a que la dicha entrega aya efeto; pero que laverdadera y principal seguridad
c]ue ay ])ara el dicho casamiento, como en su carta dize, es que se asyente el
dicho casamiento y lo del reyno de Ñapóles y la paz de la manera que ave-
nios dicho; y luego después de esta y ¡unto con ello en vna misma capitula-
ción verna muy byen que
se asyenten asymismo las dichas segurydades (¡uc
hemendando en ellas algunas palabras para que se pon-
están apuntadas, y
gan como sean mas giertas y sin engaño para el Pringipe, como esperamos
que se asentara en la capitulación que asentaremos nos y el Pringipe con el
rey de ]'"ranc;ia, pues se ha de consultar con nos y con el antes (jue se firme.
\" cpianto a las dos cosas que apuntaron alia, la una, que sy el rey de Frangía
no vyniere en lo de la paz que avernos escrito, sy vernemos nosotros en dar
el reyno cié Ñapóles al Pringipe, y que venga acá el )'nfante don Carlos, y la
a los suyos que en ello entyenden cjue en ninguna manera ni por ninguna
Pringipe vosotros quan grande engaño es este que los frangeses le quieren ha-
zer,y como determinadamente es con deseo que tyenen de no velle tan grande
como espera ser con esta sugesyon, y que syn duda ninguna otra cosa le po-
dría poner duda y estoruo y rezia contradigion en la dicha sugesyon, syno
solamente pensar de ayudarse para ello de frangeses, porque es tanta la ene-
miga que ay entre españoles y trangeses, que sy el Principe pensase de ayu-
darse de los frangeses para esta sugesion, esto solo bastarya para hazerle per-
der todos los españoles, y de sudytos y seruidores hazerselos el mismo con-
traryos y enemigos, y lo que espera aver con toda paz y obidiengin
por el mucho amor que le tenemos v por lo
que los frangeses le dan a entender, serya camino para perderlo todo; y que le
rogamos que en esto crea mas a nos, que le somos verdaderos padres y de-
seamos su prosperydad, que no a los frangeses, que desean que sea syenpre
su sudyto, y que no le querrían ver tan grande como espera ser; y que pyense
byen que sy agora a los frangeses les pesa ver lo que nos con solo nuestro
estado podemos hazer, quanto mas les ha de pesar de pensar que el Pringipe
aya de tener lo que agora tyene y todo lo nuestro y lo del Rey de Romanos,
y piense que todo el cuydado de los trangeses ha de ser trabajar de ponelle en
todo ello toda la dolengia, y con sus mismas manos del Pringipe sy pudycren,
porque de otra manera, estando el junto con nos, ninguna duda ni ynconvi-
niente le puede poner en ello; asy que lo que nos consejamos al Pringipe, y
lo que a el cunple, es que este syempre muy junto con nos y nos lo estemos
con el, y que para verdadera seguridad del casamiento de Carlos y Glavda
trabajaremos nos y el Pringipe de asentar con el rey de Frangía la negogía-
— 234 —
(-ion del casamiento y la del reyno de Ñapóles de la manera que avernos es-
y luego después junto con ello en la misma capitulagion que se asyente
crito,
cosa ni la oyga, antes la deseche y contradiga como es razón, que demás del
daño seria para el la cosa de mayor ynfamia que se podia pensar, y en tal
caso por fuerga aviamos de ¡untar con nosotros a los venecianos y ayudarles
a defender lo suyo, por no dexara peligro lo nuestro, y ]Dorque ellos nos ayu-
dasen a defendello, y juntada nuestra potengia con la de venegianos, con el
ayuda de nuestro Señor, los venecianos avrian poco temor de recebir daño, y
antes podrían hazerlo; y dezid al Pringipe que asy como nosotros con el ayuda
de nuestro Señor avenios cobrado y r-csfituydo a nuestra corona real lo que
— 235 —
i'st.iva usurpado, asy (leseaimis qufl Kcy de Roinanos y el Prin(;i(ic cobren
lodo ha seydo vsurpado de sus antiguos patrimonios, y holgaremos
lo (|ue les
de ayudarles para ello; pero (|ue deven mirar que esto se haga de manera que,
queriendo cobrar jiaite de su patrimonio, no lo ¡ñongan todo en peligro, y que
sy para ello se juntasen con solo el rey de l-'rangia, syn nosotros, ¡lor tener,
COI1U1 tiene, en Italia a Milán y a (íenova y a .'\.ste y los florentinos y duque
de I'errara y martpies de ¡Mantua y llolonia que están ¡untos con el, sy demás
desto acregeiitase en lo do los venecianos y los deshiziese con la mano y ayuda
del Rey de los Romanos y del Pringipe, con lo cual asymismo el Papa se decla-
raria del todo por el rey de Franv'ia, serya tanta la reputación que con esto
ganarla el rey de l'rangia en Italia, y estando solo y tan poderoso en ella, que
no avria seguridad para (IrTriidiM-se tA reyno de Ñapóles, ni para defender lo
que el Rey de los Romanos y el Pringipe oviesen cobrado de los venecianos
quel rey de Frangía no lo cobrase todo; pero haciéndose y asentándose pri-
mero nuestra paz y lo del Pringipe, como avenios dicho, luego después se
puede entender en todo lo otro para que se haga el negogio del Rey de Roma-
nos y del Pringipe y lo nuestro que tyenen los venegianos en el reyno de Ña-
póles, y entonces haziendolo desta manera, el Rey de Romanos y nos y el Prin-
gipe con lo que podemos, a Dios gracias, y con lo que tenemos en Italia, y
estando syenpre juntos, seriamos alli tanta parte, quel rey de Frangía no po-
dría, avnque quisyese, hazer fuerga a ellos ni a nosotros, y desta manera se
haria aquello con segurydad del Rey de Romanos y nuestra y del Pringipe, y
no se estorvaria lo y de la paz, antes
del reyno de Ñapóles y del casamiento
se asegurarla mas
y asy, no viniendo contra la dicha negogiagion de la paz
todo;
que nosotros tratamos, y concluyéndose y asentándose aquella por principal
fundamento y seguridad de todo, se podra hazer, como avemos dicho, lo que
toca al Rey de Romanos y al Pringipe, y haziendose asy, se haze syn peligro y
syn ynconviniente y con mucha honrra y avtorydad del Rey de Romanos y
del Pringipe;y sy lo quel rey de Frangía les ha movido no es para engañarlos,
no pesara que todos entremos en ello y se haga como ha dicho; y si dan a
le
como a don Juan, syno como a nuestro enbaxador, y en lugar de nuestras per-
sonas ; y las facultades que en este nonbre se os dan no las deveys de dexar,
avnque procurasen que las dexasedes, syno vsar dellas enteramente, porque
lo contrario seria en perjuyzio de los negocios, y asy deves procurar que el
Pringipe escriua, y escriuid vos don Juan a los dichos enbaxadores del Rey de
Romanos de su parte lo que vierdes que sea menester para que los negogios
sehagan como de suso dezimos, y para que por cabega y comiengo de todo se
asyente por nuestros enbaxadores la negogiagion del casamiento y lo del rej'no
de dargela hasta que sean concluj-das y asentadas todas las cosas que cunplen
al Rey de Romanos y a nos y al Pringipe. V a lo que vos don Juan dezis que
— 237 —
sv queremos que se desbarate la contratación de los venecianos que so jiotlra
no ha ávido posybylidad para ello, porque nos fue forcado para los muy gran-
des gastos que ovimos de hazer para la dj-finsyon de los reynos, asy en el
reyno de Ñapóles como en España, tomar aquello como para tal negesidad
ovieramos tomado y nos ovieramos aprouechado de otra cualquier cosa suya
como de lo nuestro propyo; pero que pasado este año, plaziendo a nuestro
Señor, se hará y se le acudyra con ello, porque syn ninguna dubda deseamos
hazer por el todo lo que pudyeremos con mucho amor, como por nuestro ver-
dadero y mucho mas agora que le vemos enderegado a las cosas de acá
hijo,
y las como
mira suyas. Tanbyen nos ha enbiado a suplicar por vna prouisyon
para que los navios de sus subdytos puedan cargar en nuestros reynos como
los de nuestros subdytos. Dezidle que nos lo avernos mandado despachar de
muy buena voluntad, y la enbiamos aqui para que gela dedes; pero que le
rogamos que prouea de manera que los que cargaren en nuestros reynos sean
verdaderamente los navios y mercadurias de los subditos del Principe y no
de otros.
Asymismo dezid al Pringipe que nos avemos mucho plazer que! nos escriua
a menudo y nos haga saber las cosas que le ocurren, y que asy lo haremos
nos, y esperamos que desta manera todos los negogios tomaran mejor conclu-
syon en toda la susodicha negogiagion y en qualquier otra cosa que ay se
oviere de negogiar por nos. Entretanto que vos don Juan estuvieredes ay ne-
gociad anbos vosotros juntamente, y asymismo continuadlo y platicadlo todo
juntamente, y asymismo hazednos saber anbos la respuesta de todo con mu-
cha conformidad, como es razón, y lo mismo hazed con el obispo de Catania
quando llegare. Tanbyen vos enbiamos cartas nuestras para el conde de Nasavt
y para chanciller y para mose de Villa en respuesta de las que ellos nos
el
escriuieron con creengia remitida a vosotros, para que por virtud della podays
hablar a cada vno dellos de nuestra parte lo que vyeredes que sea menester.
— 238 —
I.a princesa es ya partida para alia; nuestro Señor la lleve a buen snluamienlo.
OTRA CARTA
paj-a sus altezas, hecha cu Brujas a xv de mayo de ¡04. Leñóla Sagredo,
correo.
ynfante don Carlos sea enbiado a España, y antes de dar la posesyon del
reyno de Ñapóles al Pringipe, fueles muy agro de oyr, y en gran manera el
Principe se turvo, avnque disymulo lo mejor que pudo, y por este dia no ha-
blo mas en el negogio. Otro dia enbiome a llamar para platicar en el negogio,
—
y dixonie estas palabras: Vo creya quel Rey y la Reyna mis señores esta-
ñan contentos de lo que yo avia respondido que haria en este negogio de en-
biar mi hijo, el j-nfante don Carlos, y segund lo que sus altezas me escriuieron
apretar tanto al Pringipe que les enbie su hijo antes de entregarle la posesyon
del reyno de Ñapóles. Yo le respondy a esto: Ninguna desas razones es de ad-
mitir, porque el Rey y la Reyna, mis señores, esto que han enbiado a dezir
al Principe que quieren hazer con el no se lo an movido costreñidos de ne-
cesydad, syno de su propia voluntad, por el mucho amor que le tienen y por-
que tyenen gana de engradegelle y honrralle y atorizarle; y para aver al yn-
fante no tenian necesidad de dar el reyno de Ñapóles, que otros caminos avia
para avello, y que vosotros se le dierades y que no pudierades hazer otra cosa;
no solamente les dierades el ynfante don Carlos, mas dexaredes al ynfante don
Hernando en España, tanto quanto sus altezas fueran contentos; ni tanpoco
creays quel Rey y la Reyna, mis señores, tengan desconfianga del Pringipe
que no ha de conplir con ellos lo que asentare de no enbialles el j-nfante des-
pués de ávida la posesyon del reyno de Ñapóles, porque ni esto es de pensar,
y avnque vosotros tentasedes de lo hazer, no ganariades otra cosa syno decla-
rar vuestra buena voluntad y perder el byen que se os ofregio; asy que no
tenga^'s esos pensamientos, syno andad claros con sus altezas y consejar al
Pringipe que en ninguna cosa haga mas de lo que sus altezas quisyeren y man-
daren, pues vedes que andándose caga y a plazeres sus altezas trabajan
el a
otra parte yo temo tanto de enojar a sus altezas que no querría que desto to-
masen algund resabio, y que pensasen de mi otra cosa de lo que yo tengo en
la voluntad, que no deseo syno seruillos y hazer tanto, que sy alguna cosa
siniestra avian concebido de mi,la oluidasen y creyesen que les tengo de ser
de las hazer. Yos ruego que querays regebir este articulo desta manera, que
en la ora que con correo bolante me harán saber que me an dado la posesyon
del reyno de Xapoles, en aquella ora yo entregare el ynfante don Carlos a las
personas que sus altezas enbiaran por el ]:)ara que lo lieuen a España, y con
esto mis pueblos y sudytos serán contentos, y yo lo podre muy byen conplir,
y de otra manera yo no se sy lo podria hazer a grado dellos; y no es byen a
los principes prometer cosa que no sepan que la pueden conplir, porque lo
otro es hazer engaño, y yo querría ser mas muerto que prometer a sus altezas
vna tal cosa y que después no lo pudyese conplir syn trabajo, o del todo no
lo pudiese conplir; y no creo que de regebir vos este capitulo asy sus altezas
avran enojo, pues se que no querrán poner turbación entre mi y mis pueblos,
de donde se syga que ellos me desacaten y que yo los aya de castigar; y que
vos querays escriuir a sus altezas que les suplico que quieran estar saneados
de mi, que yo no tengo otro pensamiento syno de seruillos y de hazer todo lo
que me mandaren; mas esto querrialo hazer de tal manera que ellos fuesen ser-
uidos y que yo no tuviese con mis sudytos enojo.
Yo le respondy a esto lo que me paregio, y le dixe entre otras cosas: Que
seguridad ternan sus altezas que conplira vuestra alteza esto después que os
ayan entregado el reyno de Ñapóles, que hazes tan dyficultoso de conplir an-
tes que sea entregado? Paregeme a mi que ay poca diferengia a dezir que os
le han de entregar o a dezir que os le han entregado, porque esto no es cosa
Rey y la Reyna, mis señores, enbian por las mismas palabras que yo he dado
a vuestra alteza, y yo no tengo comisyon para añadir ni quitar en el cosa al-
guna. A vuestra alteza suplico que no deys ocasyon al Rey y a la Rej'na, mis
señores, para que piensen otra cosa de lo que se deve pensar de vos y de lo
que vuestra alteza les tyene escrito y enbiado a dezir por sus enbaxadores.
Mose de Villa en quanto puede contradize a los otros, y syenpre se llega
a mi opinión, y, gierto, yo le hallo muy derecho para lo que cunple al seruigio
de vuestras altezas; mas como es mangebo, teme de hablar muy sueltamente
entre los otros, y ame dicho claro: Guando yo estoy con el Pringipe solo, yo
le digo byen lo que me parege; mas en presencia de estos otros nos maravilles
sy no me congierto en todo con vos, porque tengo temor que sylas cosas no
Castilla, y quando el ynfante don Hernando estara para traerle acá, yra el yn-
fante don Carlos a Castilla y traheran el ynfante don Fernando. Yo le respon-
dy: Señor, o vuestra alteza no me ha entendydo, o no se le acuerda de lo que he
dicho. El tratado de la paz no se ha de fazer syno con que renuncien el Rey y la
ser que vuestra alteza muriese, (Dios os guarde), y quedando vuestro hijo en
poder de los que quieren byen a Frangia, podria ser que, corronpidos con da-
porque cada vno atribuye a sy todo lo que puede ganar, avnque sea con tra-
bajo ageno. Esta negogiagion de agora yo la he negogiado por mi, porque
quando don Juan vino no avia que hazer, que todo estaua hecho syno esta
mutagion deste capitulo. Kn lo de adelante vuestras altezas mandaran a el y a
mi lo que avenios de hazer, porque a vn onbre bástale vn señor.
Ea que facta conclusa et concordata inter chatolicos et potentissimos Prin-
cipes regem et reginam Hispaniarum, &, et ilustrissimum Principen! Híspanle,
archiducem Austrie et ducem Burgundie sunt que secuntur:
Primo quod eo tempore quo serenissimi rex et regina Hispaniarum dede-
rint litteras suas et miserintperssonam uel perssonas que dent et ponant
illustrissimo Híspanle principi in possessione regni Neapolis et quam primum
nuncius accesserit sue illustrissime dominacioni per quem sciat ipsum habere
possessionem predictam predicti regni, inmediate et absque mora dabit filium
suun infantem Charolum el perssone uel eis perssonis quam uel quas mages-
tates sue mitterent, ut illa uel illas, scilicet perssona uel perssonas, predictum
infantem carolum in Híspanla ducant per marem uel per terram, sicut magis
suis serenitatibus placuerit, et ponant ei in manu et potestate serenissimorum
dominorum regis et regine Hispaniarum.
ítem, quod dominas princeps gubernabit predictum regnum per consilium
hispanarum perssonarum et non per alias perssonas alterius nacionis, sed in-
telligatur quod comes de Nasaut et Johanes de Lucenburc pro hispanis ha-
beantur et Laxaut.
ítem, quod dominus princeps non amoueat nec amouere faciat nec expellat
nec expeliere faciat a suo officio aliquam perssonam uel perssonas illarum que
— 244 —
nunc sunt uel fuerint iii officiis quod non
generalibus predicti regni, hoc est,
OTRA CARTA
del Archiduque D. Felipe á la reina D." Isabel (i).
Serenísima señora:
Las letras quel Rey mi señor y vuestra alteza me escriuieron regibi, por las
quales se conoge el mucho amor que su alteza y vuestra alteza me teneys, lo
qual os suplico que querays continuar; a las quales letras, serenísima señora, yo
respondo como vuestra alteza por mis letras vera; mas no enbargante aquello
que juntamente al Rey mi señor y a vuestra alteza escrivo, me paregio que
devia escriuir a vuestra alteza para mas certificarle mi voluntad y para alguna
reconpensagion del maternal amor que me mostrays, el qual yo no podre re-
OTRA CARTA
del mismo d la Reitia (i).
posta, no enbargante que ellos me han escrito que an hecho senblante que
no saben nada, mandado; mas mis enbaxadores han sabido por
como yo se lo he
algunas personas en secreto y me an avisado que los dichos enbaxadores del
Rey y de la Reyna despaña an propuesto en el tratado de la paz, y expresa-
mente han propuesto que Gongalo Hernandes y los castellanos an de quedar
en realme en los oficios y cargos que en el tyenen, lo qual los franceses no
el
quieren por ninguna cosa oyr; de la qual dyficultad los dichos enbaxadores
han advertido al Rej^ y a la Reyna sus señores; mas yo espero quel Rey y la
,
Reyna, mis señores, con su mucha prudengia hallaran algún buen medio en esto
por el qual esta dyficultad podra ser remedyada en manera que la dicha paz
por esto no se dexara de concluyr; y yo suplico a sus altezas muy humillmen-
te que lo quieran hazer asy, y les podes asegurar de mi parte que en todas las
OTRA CARTA
de sus altezas hecha en Medina a xx de mayo del dicho año. Truxola el
dicho Sagredo.
Después de escritas las otras nuestras que van con estas, regebimos vna
carta del Pringipe nuestro hijo, que truxo el correo que lieua esta, en que el
escriuio al Rey de Romanos que huviese por byen que don Juan Manuel vi-
niese ay, y quel Rey de Romanos le avia escrito que hera contento, y que ya
don Juan estaua en camino para venir ay, rogándonos lo ayamos por byen.
Dize asymismo que nos ha a byen (sic) que nuestros enbaxadores que están en
Frangía ayan fecho ninguna abertura de paz segund los artículos que vos de
nuestra parte le dixistes, suplicándonos mandásemos que asy se haga, y que las
materias vengan a byen y breve fin. A lo primero, dezilde de nuestra parte nos
avernos por byen que don Juan Manuel sea venido ay a su llamamiento como
por la otra dezimos, aunque no quisyeramos que en tal tienpo dexara don Juan
al Rey de los Romanos. A lo segundo, le dezid que no crea que le tenemos ol-
OTRA CARTA
para sus altezas de don 'Juan Manuel y del obispo de Catania y del comot-
dador de Hará, fecha en Bruselas a iui° de junio de ¡04. Fue por las postas
del P7-ingipe enderezada a niosen Gralla a Frangia para que la envié a sus
altezas.
Regebimos las cartas que vuestra alteza nos niando enviar de diez de mayo,
y hablamos juntamente al Pringipe sobre los negogios y le dimos las cartas de
creengia, y a nuestro pareger, el regibc muy byen todo loque por parte de
vuestra alteza se le dize, y no dexa de conoger que las segurydades que por
parte del rey de Frangía le ofrecen para en lo del casamiento, son poco bas-
— 247 —
tantes, y que para con el rey de Frangía serian menester
conplidas y muy
ciertas prendas; mas dize que sus enbaxadores han hecho aquella capitulación
syn su mandamiento, como quiera que fue hecha condigionalmente sy el Prin-
gipe la quisyese; pero ha tenido tanto respeto al rey de Frangía que hasta
y besa las manos a vuestra alteza por la prouísyon que le mando enbíar para
que puedan cargar los navios de sus sudytos en los reynos, y dize que pro-
ueera que no puedan vsar desto otras personas syno los suyos, segund nos-
otros le dixímos.
Asymísmo dize el Pringipe que hará saber a vuestra alteza de su salud y
— 248 —
de la muy a menudo, como vuestra alteza nos
Pringesa y de sus negocios
mando que dixesemos; y gerca de no venir mas aconpañada la Priiigesa no
le
fue menester dezirle mucho, porque a el le parege que vino muy byen, y que
viniera muy mejor acompañada si quisyera. Cerca dello ha escrito a vuestra
alteza con Gómez de Buytron. La señora Pringesa esta muy buena, gracias a
nuestro Señor, y ha ávido mucho plazer con el Pringipe y con los Ynfantes,
como la razón quiere. Plazera a Dios que de aqui adelante estara mas contenta
y alegre. Las cartas de creencia se han dado a mose de Villa y al chanciller,
porquel conde de Nasavt ya hera fallegido quando las cartas vinieron, esto es,
en respuesta de la carta de vuestra alteza de diez de Mayo.
Lo que después ha sucedydo es quel Rey de Romanos escriuio a mi, don
Juan, habiéndome saber que el estaua en gran trabajo, porque le dezian quel
rey de Frangia se metya de secreto en ayudar al Conde Palatyno contra el otro
duque de Bavyera, procurando con los suygos que le fuesen a seruir y tanbyen
otros de Alemania, y que esto creya que hera por ponelle el rey de Frangía en
negesidad para que hiziese lo quel quisyere, y quel avia escrito al rey de
Frangía por entretenerle; que le rogaua que no se enpachase de las cosas de
Alemania, mas que en lo que buenamente pudyese le ayudase a poner paz
entre aquellos, y que pacificado aquello, quel podria yr con aquella gente que
tyene junta a lo de la partigion de Italia, y que esto haria para el primero dia
de agosto que serian ya acabadas todas las contrataciones que se platicavan, y
que de otra manera no podria entender en lo de Italia hasta el mes de abril
que verna; y que para asentar todo lo que se trata seria byen quel cardenal
de Rúan se viniese hazia la rybera del Rin o a la gibdad de Treves, y quel
vernia alli, y concluyéndose esto, le darya la ynvestidura del ducado de Milán;
y que yo procure quel Pringipe vaya alli, y que sy negesario fuere, que ayude
al Rey de los Romanos sy los suygos le quieren ofender por cabsa del rey de
Frangia; y que porque piensa que esto no se hará de la venida del Cardenal,
que me ruega que yo vaya a Frangia y que me enbiara alli sus letras y comi-
syones, y que podre hazeralli mucho en su seruigio y en el de Vuestra alteza.
y i|iicl rey ilc I'rangia le creerá, porque sabe que es agcbto; al Priní;ipe; y que
porque esta paz aya fin. que nosotros escriuamos a V^iiestra alteza suplicándole
por su parte ijue quiera X'uestra altera contentarse quel rey de Franc;ia no aya
de firmar, ni |5onerse en la escritura de la paz que los españoles ayan de go-
vernar y estar en todas las fortalezas y ofigios del reyno de Ñapóles, porquel
rey de Fran(;ia no vernia en cpie esto se asentase en la capitulación de la paz,
razonable, y que para con el Pringipe se asegure \'uestra alteza qunnto qui-
syere.
Otrosy suplica el Pringipe a X'uoslra alteza que en lo de aquellos caualleros
napolitanos huydos de Xapoles quiera dar algún medio, teniendo los españoles
quedando en sus lugares y haziendas, o otro medio qual
sus fortalezas v ellos
a Vuestra alteza paregiere; de manera c|ue por tan poca cosa no se dexe de
hazer tanto byen en la christiandad como hazerse esta paz, ni dexe el Principe
de regebir la merced que X'uestra alteza le quiere hazer, por(|uc en solos estos
dos puntos consiste el hacerse o deshazerse la paz.
Paregele al Pringipe que Vuestra alteza deve mandar responder a esto tan
presto que mose de Villa lo pueda saber en llegando a la corte del rey de
Frangía; el qual diz que partirá de aqui a quatro o cinco dias; y dize asymismo
el Pringipe que sv por caso \'uestra alteza no viniere en lo ipie aqui se dize,
que le que no ayan por mal c|ue el trate y asyente el casamiento del
suplica
infante don Carlos y de madama Glavda con las condigiones quel Pringipe
enbio a dar a Vuestra alteza que le darian para quel casamiento fuese hrme,
avnque el las tyene por ningunas, y que no ay en ellas cosa que perjudique a
\'uestra alteza; lo qual sy oviese, el dize que perdería todo quanto tyene antes
que hazerlo, porque le conviene \" le es negesario al presente mas que nunca,
a cabsa quel tyene creydo quel rey de Frangía esta al cabo fie sus dias por
algunas enfermedades secretas iinc tyene, y sy muere antes de hecho este con-
gierto, el sabe que tomaran la hija del rey do Frangía para el Delfín, y quel
perderá todo aquello, que son tan grandes cosas como vuestra alteza sabe. .V
esto le respondimos tornándole a dezir que poca fuerga tenia el congierto deste
casamiento syn la paz, y hablamos largo las razones por donde esto debía creer.
Paregele al Pringipe y a los de su consejo que con la parte que la reyna de
Frangía tyene en Frangía, y con color de ser hecho este casamiento, el avra,
no solo el ducado de Borgoña, mas todo lo que toca a la hija, y cpie avra la
governacion de Frangía. V ya V^uestra alteza esta avisada quel Pringipe ha dias
que esta en este pensamiento; y, en fin, nixntr.is diximos que escriuiriamos a
^
32
— 250 —
Vuestra alteza lo quel Prinijipe maiidaua, y que sabíamos que lo que fuese
honra y acregentamiento del Pringipe Vuestra alteza lo querría y ayudaría a
ello, y que el devria creer que lo que X'uestra alteza no tuviese jior tal que no
seria su byen.
Al Príngipe le ha pesado porque mosen Gralla y míger Agvstin diz que
han hablado en Frangía en la yda del infante don Carlos a España y en otras
tras para que con diligengía las enbien a Vuestra alteza, y les escriuímos que
nos parege que en ninguna manera deben hablar en este paso de la yda del
OTRA CARTA
de sus altezas para el comeiuiador de Haro, hecha en Medina del Canpo a w.
dejullio de Í07. Trnxola el dicho Martin de Vy, correo de sus altezas.
a lo que os dixo el Príngípe que le avian escrito que yo la Reyna avia hecho
jurar a todos los grandes y procuradores del reyno que, vengiendome de días
el Rey mi señor, fuese governador destos reynos durante su vida; y syn ninguna
dos se avia de hazer, como se hizo quando juraron al Príngípe don Juan nues-
tro hijo que gloría aya, y no solamente no se hizo, mas quando los querían
jurar y se hordenava el avto de su juramento, avyendo muchos que suplica-
van C]ue se hiziese como el del Príngípe don Juan, nunca yo el Rey lo quise
consentir, antes lo contradixe, y no dy lugar a ello en ninguna manera, y asy
fueron jurados los dichos Pringipe y Príngesa nuestros hijos syn ninguna con-
digion, tan libre y entera y conplidamente como jamas Pringipe se juro. De-
zidlo asy de nuestra parte al Pringipe nuestro hijo, y que le rogamos que no
de oreja a tales cosas, que avnque la color es de seruille, es el mayor desser-
uigio que le pueden hazer, porque ninguno a de mirar asy todo lo que toca al
byen suyo y de su estado como nosotros, ni porna asy por el la persona y es-
tado por remediar a el y a lo suyo como nosotros mismos sy el caso lo truxe-
se, y mire byen que teniendo el en nosotros todo su remedio después de Dios,
— 251 —
procuran que el misino se lo t]iiilo los i[ue no lyeiien buena vnlingion y le que-
rrían ver en pudyese remediar.
negesydad syn cjue se
OTRA CARTA
de sus a/tesas hecha en Medina del Canpo d vi de jullio de §04 para don
ylian Manuel y para el obispo de Catania y para el comendador de 1 1aro.
Truxola Martin de Pj\ correo.
asyento, que nos suplica que no se ponga esto de los españoles en la ca])itu-
\-
lagion de la paz que se asentare con el rey de Frangía, mucho nns maravi-
llamos de dezirse tal cosa y de hablar en ella como sy fuera cosa que agora de
nuevo se movyera, porque esta es la paz que esta platicada en Frangía, y ante
que al Pringipe nuestro hijo le hiziesemos saber desta negogiagion la tenian ya
asy platicada nuestros enbaxadores con el rey de Frangía, y asy^ se lo hezimos
saber entonces al y sy esto no se oviese de poner en la
Principe nuestro hijo;
misma ynslancía el Papa como señor del fevdo; y asy, avn quel Principe quisye-
se, no podría conpiir con aquello lo (.|ue prometyese fuera de la capitulagion
de la paz, y avn cjuedaria abierto camino al rey de Frangía, no solamente para
desechar de allí los españoles, mas para procurar que por el ynterese de ma-
dama Glavda, su hija, pusiese el Pringípe nuestro hijo en aquel reyno en la go-
vernagion del algunos frangeses, y asy seria mucho ynportunado por el rey de
Frangía de cosa que el no deve hazer en ninguna manera; y sy lo de los espa-
ñoles no se pusyese en la capitulación de la paz, sería camino para que la paz
durase poco, v para que no oviese seguridad en ello. Y en ponerse lo de los es-
pañoles en la capitulagion de la paz, se remedía todo, quanto mas que no sería
c]ue ellos ganaron: de manera que ninguna cosa le podría venir en esto peor
al Pringípe que lo que los frangeses procuran. Y pues el rey de Frangía quan-
do tenía la posesyon de la vna parte del reyno de Ñapóles y platícava en en-
tregalla quería que lo quel entregava lo tuvyesen frangeses, que no son subditos
byen son vasallos del Pringípe. \' a lo que los frangeses dizen que sería esta
para ellos vna paz vergongosa, dezilde que sy el rey de Frangía considerase que
sy el tuvyese el dicho reyno no lo dexaria por amor del Pringípe, ni por ha-
zer paz con nos, y que lo dexamos nos por amor del Pringípe y por hazer paz
con el, y teniendo la posesyon y el derecho perjudicamos a nuestro derecho
en pareger que damos lugar que sea partigipante en el derecho madama (ilav-
da, su hija, con nuestro nieto, conogera que este asyento es muy honrrado para
ely no ay razón por donde el lo deva desechar, y que sy demás de dexar nos-
otros el reyno y con que echasen del a nuestros españoles que con tanto tra-
bajo lo han ganado y nos han tan byen seruído en el, esto pueden dezir que se-
ria paz deshonrrosa para nosotros; giertamente no es caso quel rey de Fran-
gía entregara todo el reyno como nosotros le entregamos, enpacho ovyeramos
de pedirle semejante cosa de personas que tanto le ovyeran seruído, quanto
mas donde esta toda la fuerga de la seguridad de la paz. Y por todo lo susodi-
cho conocerá el Pringípe nuestro hijo que no podemos ni devemos hazer otra
cosa syno que esto se ponga en la paz de Frangía, pues fuera della seria nin-
guno, y asy lo escríuímos a niosen (jralla y a micer .-\.gvstín, y que diga al rey
de Frangía particularmente la mucha razón que para esto tenemos y como el
no la tyene para demandar el contrarío.
Ouanto al articulo de los varones, nos cscriuinios a mosen dralla v a mi-
— 253 —
ger Agvstyn que poniiiel legado dize que syenlc pena do tener alli aquellos
varones y de gastar con ellos, (|ue nos somos contentos de descargar desta
pena rey de Francia, y que al presiente nos daremos sus rentas a los dichos
al
varones en habiéndose la pa/, para que tengan con i|ue se mantener, y cjue estén
o en nuestras tierras despaña o en las tierras ilel Principe nuestro hijo, donde
ellos mas quisyeren, de manera que ni estarán en l"ranv>a, ni gastara con ellos
el rey de Fran^,na. \' esto podra ser por algunos años, en tanto i.|ue las cosas se
asyenten mas; y pasados íiqucUos, que ya las cosas de la pa/ v del reyno es-
taran mas asentadas, ellos podran yr si quisyeren a oslar en sus estacU)s, por-
que sy agora fuesen, syn ninguna duhda serían cavsa de guerra \- de rebueltas
en aquel reyno, como fueron la primera vez; asy que pues nosotros ha/emos
en esto todo lo que podemos y aquello con que de razón deven ser contentos,
los varones, el rey de Frangía se deve contentar con ello, sy ha gana de paz y
quel Prim^ipe nuestro hijo aya ai|uel reyno, y asy escriuimos a mosen (iralla
y a mic;er Agvstin que lo hablen de nuestra parte al rey de Francia en los
dichos artículos conforme a lo susodicho, y que trabajen (_|ue se asyente la paz
desta manera que tenemos escrito. Y
avernos pja/er t[ue mose de Villa va a
Frangía a entender en estos negogios, porque creemos que podra mucho apro-
uechar en y escriuimos á nuestros enbaxadores i[ue comuni<|uen con el
ellos;
y se ayuden del en la negogiagion; mas dezid al Pringipe nuestro hijo que nos
creemos que al rey de Frangía le pesa quol aya el reyno de Xapoles, avnque
alia es de creer y lo dysymulara, porque agora jioco ha hizo
C[ue lo encubrirá
dezir al rey F'ederico quel esta en que aya el dicho rey I'ederico el dicho
reyno de Ñapóles y que procurase con nosotros que nuestros enbaxadores di-
gan al rey de Frangía que nos somos contentos quel dicho rey don I'adrique
aya el dicho reyno, y que luego asentara la capitulagion para (.[ue se le resti-
tituya; y esto ha escrito aqui el rey F'ederico con correo bolante a estos su-
yos que aqui están, los quales no hazen mucha ynstangia ijue escriuamos lo
susodicho a nuestros enbaxadores, v que ellos saben que en ha- muy gierto
blandolo ellos al rey de l'rangia, el dicho rey de l'rangia verna luego en que
el dicho reyno so de al dicho rey don F'adrique, y por alia dan a entender ai
Pringipe que quieren hazer mucho por el; y como quiera (|ue nos estemos de-
terminados, con el a\uda do nuestro Señor, de no apartar el dicho reyno de
nuestra Casa Real, teniéndole nos o el Pringipe nuestro hijo, y escriuimos a
nuestros enbaxadores que no hablen en tal cosa, pero pésanos de conoger que
segund esto, el rey de Frangía no debe estar en que se asyente la paz que se
ha platicado, ni en que el dicho Pringipe nuestro hijo aya el dicho reyncí, v
pensamos que para desviarlo buscara otros colores y tomara otros achaques.
Paregenos t|uel Pringipe nuestro hijo deve avisar luego desto a mose de \'"illa
y quel debe dezir luego al rey do Francia y al legado que syenle que so ha-
ble en que se de el reyno de Xa]>oles al rey don Fadrique, sin decir de donde
lo syente, y agraviarlo mucho como es razón, y procurar que en ninguna ma-
nera se hable en tal cosa, por ser en tanto perjuyzio del Pringipe y para estor-
— 254 —
varia y a este proposyto, lo C[ue a el le paregera, de manera que se dexen
pa.z:
y en el Rey de Romanos que quieren estar vnidos con nos y nos con ellos, y
no podra hazer otra cosa, y que syn esto, no vemos ninguna seguridad en el di-
cho casamiento, porque claro esta que sy el rey de Frangia muere y la reyna
tuviera en Frangia la parte que dize, mas querrá casar su hija en paz con el
con que no asyente cosa en perjuyzio mió, y que nos egebte y salue como
tal
es razón, y quede el libre para ]5odernos ayudar en caso de que fuese menes-
ter, asy en lo de Xapoles como en lo otro todo, pues siendo el y la Pringesa
Es byen que dezis que procurays quel Pringipe estorue quel cardenal
lo
para que nos le trayan, que en tal caso sean libres y quitos de los juramentos
y omenajes; y desta manera se sanea lo quel Pringipe quiere que terna el pri-
mero la posesyon del reyno que nos entregue al ynfante, y se satisfaze asy-
niismo a lo de la entrega del dicho ynfante. V porque en cosa tan grande no
aya yerro, dexandose de poner vna palabra y poniéndose otras, enbiamos aqui
hordenada la escritura conforme a lo susodicho de la manera que la ha de
otorgar el Pringipe nuestro hijo, en la qual no aveys de quitar ni añadir vna
palabra, que aquello byen mirado todo, es lo que cunple a el mas que a nos-
otros;y firmada y jurada por el la dicha escritura, nos asymismo la ratificare-
mos y juraremos y firmaremos. Dezidgelo todo de nuestra parte, y procura que
la firme y jure como
y que se haga lo mas secretamente que se pudyere
va,
hazer, y asy despachada, podeys nos la enbiar por la mar. ^' direys al Pringipe
nuestro hijo que por amor del avenios puesto en la dicha escritura por españo-
les,con mose de \"illa y con el chanciller que primero teníamos otorgados, a
mose de Fyenes y al gran baylio de Henavt, y que nos plaze que aya cada vno
destos dos la meytad de la merged que teníamos hecha al conde de Nasavt.
Laxao no va nombrado por español, porque por todos en nuestro reyno es ávi-
do por muy franges; paregenos muy temprano para ponelle ])or español hasta
tanto que mas se conosca del que lo es.
A lo que dezis quel Pringipe nuestro hijo pyensa governar a Frangía, gier-
tamente nos parege que el es mal aconsejado en dezír que por governar a
Frangía se somete rey de Frangía, y posponga todo lo suyo; y vosotros como
al
servarlo y acregentarlo, que ello es tanto, a Dios gragias, que con tenerlo y go-
vernarlo byen, governara a Frangía avnque no quiera; y este es el camino ver-
dadero para governar a Frangía, y no sometyendose al rey de Frangía, hazien-
- 256 —
dose su vasallii \ <'n^raiul(\-¡end() al rc\- de Frangía, y apocándose a rl, (|ii(>
este antes es camino para que el rey de Frangía govierne a el y a l(i suyo )
le pongan en ello negesydades, que no para conservar aquello y governar lo
otro. Y sy el l'ringipe di/e esto para que nosotros lo sepamos, dezidgelo de
nuestra parle; pero sy lo dize para vosotros solos, dezidgelo como de vuestro.
I )e Medina del Canpo a vi. de ¡ullio de 504.
OTRA CARIA
para sus a/teDas de/ loiiiciidador de llaro, lu\lia en Bnisiias a seys de jullio
de ^o^. ¡.Lito/ti Martin de Moxiea.
Por algunas cosas ([ue son pasadas después cpie vyno la IVingesa, el l'rin-
gipe acordó de enhiar mensajero a \ uestras altezas ])ara hazerles saber loque
lia suged\-(lo, \- como la materia sea de calidad que no se eleva comunicar a
muchos, y(j pregunte al Pringipe ijuien liera el c|ue avia de yr a vuestras
Altezas:dixome que enbiaria a Xuatre o a otro criado suyo. Yo le di\e que
mi pareger seria que su Alteza no devria comunicar esto a muchas personas, y
avnque su Alteza tuviese a Xuatre por persona fiable, que para tales materias
mas hera menester, c|ue hera menester que fuese fiable y secreto, y ciue fuese
persona con quien vuestras .Altezas libremente y syn enpacho iludiesen ha-
blar, porque las materias heran de calidad cpie vuestras .Altezas penarían en
oyllas, y no hablarían ellas con todas personas syn enpacho. Demandándome
Cjue quien me paregia c|ue devia enbiar, yo le dixe que me paregia (]ue debia en-
viar a Miixica pnr muchas razones, y la mas ¡iringipal, ]3nr(|iie el sabya muy
byen todas las cosas de la serenisima Pringesa, \- vuestras .Altezas no se enpa-
charian de hablar con el muy que no harían con
a la clara tiKlas las cosas, lo
otro que no conogiesen y determinóse de lo enbiar, \'
tanto. Paregiole byen,
asy se ha hecho; y porqucl Pringipe escriue muy largamente a vuestras .Alte-
zas con Mo.xica, y el va muy ynformado de todas las cosas, asy ])or parte del
Pringipe como por parte del Obispo y de don hian y mia, no diré ac[ui nada
de lo (¡ue el lieva, |iiies por lo (piel Pringipe esciiiic por su relagion vuestras \-
([up es su seruicio, como quiera que al Pringipe le parece que seria byen que
su ])adre tuviese enbaxador de vuestras .Altezas.
- ^57 —
Asynii.smo el Priiivipe me luí Icjiíunlo agora a dczir muy .ihincadamente
que suplica a vuestras Altezas que quieran poner en lugar del conde de Na-
savt a most' de Fyenes y al gran haylio de Henavt mose de Xiebres para en la
governagiun del reyno de Xapoles, y que la pinsion que se dava al conde de
Nasavt en acjuel reyno se de a entranbos, como en la carta que escriui a Al-
magan lo escriui.
lo hiziese. Agora quel conde de Nasavt es muerto, mose de Villa no es tan biuo
como han de ser los onbres de corte, y con la mucha confianga que tyene en
el amor quel Pringipe le t3'ene y en el favor que le haze, muchas vezes se des-
cuyda, y Laxavt es soligito, y avn a la verdad sabe mas de bj-en y de mal que
quantos aqui están. El va ganando tanta tierra, quel Pringipe no se muda de
aqui alli syn Laxavt. Yo he trabajado, visto de
halagar y animar y
esto, le
gogios toca, y ya el Pringipe en todas las cosas habla muy a la clara con el,
mayormente después que mose de Villa fue a Frangia y todos conogen la
buena voluntad que le tyene. Mi pareger seria que sy vuestras Altezas desean
la conclusión de lo que han comengado, en lo cual no conozco hasta agora
mudamiento ninguno, que deven ganar a este Laxavt con dalle algo y escri-
uirle gragiosamente, porque quando venga el tienpo de ponerse en efeto lo
que esta asentado no salga de través algún enbarago, mayormente que quien
mas lo avia de querer lo estorvara s}' pudyere; y avnque digo que lo creo
como dudando, no lo digo, syno que es cierto, según me han dicho de algunas
- Si
— 258 —
pakibras que la Pringesa dixo al Pringipe, que fueron estas: Vo os escriui que
guardasedes vuestros hijos, que os los querían trahcr a España. Eí Pringipe
respondió: Vo no se como pudyese ser esto syn mi voluntad. Dixole: Sy, que
yo puédese
lo se
y hazer. Diz que el Pringipe le respondió: Vo no se como se
pudiese hazer, y yo se por doñana de Biamonte que no me haria traygion, ni el
comendador de Haro no entenderla en hazer cosa que no pudyese salir, ni el
Rey ni la Reyna, mis Señores, no avian de tentar cosa que no fuese a mi pla-
zer, pues que yo los tengo de seruir a su voluntad. .\sy que escriño a vuestras
Altezas todas estas cosas para que hagan aquello que mas fuere su seruigio,
y con el primero que venga vuestras Altezas escriuan a Laxavt, porque syn
duda aprouechara.
Aqui enbio los capítulos firmados del Pringipe para que vuestras Altezas
los tengan, y no los he enviado antes por la razón que escriui a vuestras Al-
tezas de no confiallos de vn correo.
De las cosas de Alemania no se mas de lo quel Pringipe me dize. Dize que
su padre esta muy enbaragado con la guerra del Conde Palatyno, como quiera
que an cargado tantos sobre el Conde que casy le an destruj-do toda la tierra,
y piensa que le llegaran al cabo y que no le dexaran hasta deshazelle del todo.
El Conde tenia mucha esperanga en los frangeses, y créese que los frangeses
le alivianaron mas para que entrase en este trabajo por tener enbaragado al
Rey de Romanos.
Dizese aquí que los frangeses hazen gente en Milán, quinientos onbres dar-
mas, y en Frangía tanbyen, y claramente que es para contra vuestras Altezas.
Asymismo dizen que algunos varones de Bretaña an huydo de la corte de
Frangía, y que ay alguna discordia entre el Rey y la Reyna, y quel Rey ha
enbiado tras estos varones dozientas langas para prendellos.
Muy poderosos señores: porque creo que no tengo acerca de vuestras Al-
tezas quien les haga memoria de mi, no me quiero yo dexar de oluidar, pues
que no tengo pereza para seruiros, no devo tener enpacho de demandar a vues-
tras Altezas que me hagan mergedes. Dizen que la encomienda mayor es vaca,
OTRA CARTA
para sus altezas del obispo de Cataiiia _v de don y/iaii Manuel y del eoinen-
dado?' de Ilaro, hecha en Bruselas a w de jullio de jo^. Leñóla Martin de
Moxica.
l,os ilias pasados esc^riiiimus a vuestras Altc/as por la vía <le r~ran(,-ia, y les
hezimos saber lo c[uel l^r¡n(,-ipc respondió a lo (|U(> de parte de vuestras Alte-
zas le diximos, y porque hasta agora no avernos ávido respuesta ni sabemos
que ayan recebido esta carta, cnbiaiiios aqui la duplicada.
El Pringipe ha pasado ciertas cosas con la I-'ringesa, y ha tjuerido dar
cuenta de todo a vuestras Altezas, y por ser persona Moxiya de quien mejor y
mas seguramente se podía fiar qualquier cosa y con quien hablarían V. ais. mas
lamilíarmente que con ninguno de los cjue acá están, procuramos quel fuese el
de ver que la Príngesa no nos quiere ver ni que la hablemos, avnque lo ave-
OTRA CARTA
desús Altezas para el obispo y para don Jnan Manuel y para el comendador
de Haro, hecha en ñJedina del Canpo a xxi.k de jullio de §o^. Vino por las
postas del Principe desde Frangía.
A los VI deste mes de jullio vos enbiamos con Martin de Vy, correo, hor-
denada capitulación quel Pringipe, nuestro hijo a de firmar y jurar sobre la
la
mos a mose Gralla y al dotor Agvstin a los dos artículos sobre que nos con-
sultaron, como vereys por las dos duplicadas, dándoles pryesa para que apre-
tasen la dicha negogíagion con el rey de Frangía y trabajasen de concluyr.
Después avemos regebido cartas de mose Gralla \' del dotor Agvstin de seys
del presente, en que en sustangia escriuen que el rey de Frangía, delante de
muchas gentes de su corte y de su consejo, hizo hazer vna habla a los enbaxa-
doresdel Papa y del Rey de Romanos y del Pringipe y a los nuestros en que
— 26o —
parege que so algunos colores de just¡fica(¿ion (jueria despedir nuestros enha-
xadores y no entender mas en la negogiagion cjue se trata en favor del Pringipe,
nuestro hijo, ) del Ynfante don Carlos, nuestro nieto, diziendo en conclusyon
que las dyferengias que ay entre y nos son sobre el reyno de Ñapóles, v
el
que pues el dyreto señorío de aquel reyno es del Papa, y el es verdadero juez
destas quistiones, que al rey de Frangía le plazia de dexar absolutamente las
dichas dyferengias en poder del Papa para que las determine; y so esta color,
como quiera que claramente no dispidyeron a nuestros enbaxadores, pero pa-
rece que estauan para despedirlos; y después avernos regebido otras cartas de
mosen Gralla y miger Agvstin de quinze del presente en que dizen que el
rey de Frangía les dio tienpo de xxx dias para que consultasen con nos para
que les enbiasemos nuestra determinada voluntad; y junto con esto avenios
sabido quel rey de Francia ha enbiado sus capitanes y gente darmas al du-
cado de Milán, y que haze muestras de querer ronper la tregua de tres años
que con nos tyene asentada. Avemonos mucho maravillado de ver que al tienpo
que estaua al cabo la negogiagion que se trata en favor del Pringipe y del Yn-
fante don Carlos el rey de Frangía aya hecho tan gran mudanga y demostra-
gion de ronpimiento de guerra, de lo qual no podemos juzgar syno que el rey
de Frangía nunca estuvo de verdad en querer esta negogiagion, y que agora
vee ya que estaua al cabo para concluyrse y nos veya tan determinados en
querer quel Pringipe, nuestro hijo, ovyese aquel rej-no, asentándose la paz, ha
buscado este desvio para estorvar quel Pringipe no lo aya, y trabajar de averio
el. Dezidlo al Pringipe, nuestro hijo, y que por aqui vera como en Frangía le
traen engañado, ) que todo lo que alli le dizen es burla, pues que con espe-
rangas que le darán de cosa de porvenir en que no ay ninguna seguridad ni
certinidad le quieren quitar luego cosa tan grande como es aquel reyno; y
que avnque todo esto se conosca del rey de Francia, que nos todavía estamos
en trabajar quel dicho rey de Frangía venga en ello, y que se concluya con el
que no tuvyesen españoles; y (pie asy es agora razón que, pues nos entre-
lo
somos contentos quel Papa con el Colegio de los Cardenales, pues por ser
aquel reyno fevdatario a la yglesia de derecho les pertenege el conogimiento
desta cavsa, conoscan y determinen por derecho entre nos y el rey de Fran-
gía a qual de nosotros pertenege de derecho aquel reyno; y estad sobre aviso
que si se dixese de parte del Pringipe que, pues dexamos estas dyferengias
de entre nos y el rey de Frangia sobre a qual de nosotros pertenege aquel
reyno de derecho, que dexemos tanbyen en manos del Pa|ia las dyterengias
de la negociación del Pringipe, respondereys cjue la negogiagion del Pringipe
no sufre otro medio ninguno, que ya por amor del venimos en lo vltymo en
que podemos venir, y asy no aprouecharia dexar lo que toca a esta nego-
giagion en manos de nadye. Y direys al Pringipe nuestro hijo que, según las
muestras quel rey de F'rangia comienga a hazer, creemos cjue ni querrá que
el Pringipe, nuestro hijo, aya aquel reyno con la paz como se ha platicado, ni
que el Papa ni los Cardenales determinen el derecho ni guarden la tregua; y
que, pues, el rey de Frangia muestra claramente que no quiere el byen del
Pringipe, y que todo su fyn es tomar a Ñapóles para sy, y lo que mas pudyere,
que nos rogamos al Pringipe, nuestro hijo, que el este con el rey de F'rangia
con mas recataniiento que hasta aqui, y que escriva a mose de \'illa cpie jun-
tamente con nuestros enbaxadores apryete con el rey de Frangia la nego-
giagion que hasta aqui se ha platicado, que '.-sto en su mano del Pringipe es,
que sy el quiere apretarlo, como es razón, y el rey de l'rangia conoge que.
sy no lo haze, el Pringipe se juntara con nos, cierto es quel rey de Frangia
no gelo negara, y que verna en ello, y (|ue mire, pues es en su mano la ne-
gociación, no la pyerda por no hazer en ello lo que deve; y que, pues clara-
— 262 —
mente el rey de Franc^in muestra t|ue quiere ronper y mover la guerra cuntra
lo mismo que es y ha de ser del Pringipe, que el dicho mose de \'illa n'o asyen-
te con el rey de Frangía congierto alguno de entre el Pringipe y el rey de
Frangía syn que juntamente se asyente y que lo mismo procure
el nuestro,
con el Rey de Romanos, pues nos no avernos querydo ni queremos hazer con-
gierto con el rey de Frangía syn ellos, y es razón que ellos lo hagan asy;
que sy por las nuestras cartas de vi de jullio davamos nuestro consentimiento
para quel Pringipe se pudyese concertar con el rey de F'rangia, hera creyendo
quel rey de Frangía guardarla la tregua, y con condigion que no asentase cosa
en nuestro perjuizio, y que quedase libre ]iara podernos ayudar; mas agora
que ya el rey de F'rangia muestra claramente que no quiere guardar la tre-
gua, que no es razón que se congierte con el de vna manera ni de otra, syno
que juntamente se haga el congierto nuestro y tanbyen del Rey de Romanos,
y que todos tres seamos syenpre juntos para paz y para guerra, pues en tal
caso, avnqup estuvyera congertado con el rey de F'rangia, se avia de descon-
gertar con el para ayudarnos, y ([uc sy el rey de Frangia quebrantare la
dicha tregua de tres años que con nos tyene asentada, y movyere la guerra
para trabajar de tomar a Ñapóles, que en tal caso rogamos al Pringipe, nues-
tro hijo, que juntamente con nos se ]3onga a la defensyon y ofensyon contra
el rey de F'rangia, como estos dias pasados nos lo enbio a ofreger, y que pro-
cure quel Rey de Romanos haga lo mismo, y que sy el rey de Frangia tra-
bajare de quitarnos el reyno de Ñapóles, que todos tres nosotros trabajemos
en que el estado de Milán sea restituydo al Knperador y al ynperio cuyo es,
y el ducado de Borgoña al Pringipe, nuestro hijo, cuyo es; que mas justa
querella sera esta nuestra que no la del rey de Frangia^ y asy avenios de es-
perar que nuestro Señor nos ayudara en ella. Y gerca desto hablad al Prin-
que vieredes que sera menester para que haga en
gipe, nuestro hijo, todo lo
ello loque deve. Y mirad vosotros que en estar vnidos y juntos nosotros y el
Rey de Romanos y el Pringipe, y en la conservación de Ñapóles va todo el
byen o el mal de la paz y del estado común de todos tres, porque sy el rey
de Frangia nos vee juntos en paz y en guerra, como es razón, no se porna en
guerra con ninguno de nosotros, antes yerna a lo que sera razón. Por eso pro-
curad quanto pudyeredes quel Pringipe persevere en estar junto con nos, como
lo ha comengado, y no se dexe venger de los engaños de Frangia,
y que tra-
baje lo mismo con el Rey, su padre; y sy syntieredes quel rey de Frangia pasa
adelante en las cosas de la guerra con nos, en tal caso apartad por todas mane-
ars al Pringipe
y al Rey de Romanos para que nos ayuden, \- para que todos
entendamos, con el ayuda de nuestro Señor, no solamente en defendernos, mas
OTRA CARTA
para sus altezas liCí lia cu O lauda a w\. de agosto de §o^. Leñóla Martin de
ly, rorreo, ¡¡era de don 7nan Manuel v del comendador de Haro.
y luego hezimos relagion de todo lo que \'. ais. escriuieron al Pringipe, y muy
largamente le dimos a entender todas las cosas. Su alteza besa las manos
de \'. ais. por todo lo que le escriuen y por los medios que dan para que esta
apuntamiento, a menos que esta paz de Y ais. se haga con las condigiones .
que V. ais. la quieren, declarándole que sy otra cosa querrá hazer, que sepa
quel Rey de Romanos, su padre, y el están determinados de a\udar a \'. ais. en
t>*das las cosas que tuvieren necesidad de su ayuda.
Dize asymismo que la paz de \'. ais. no se hiziere por el peli-
si por caso
gro quel tyene, y pues V, ais. han por bien, quel asentara el matrimonio
lo
del duque Charles su hijo y de madama Glavda, con las seguridades que el rey
de Francia le da para que sea conplido ¡o que le promete, pues que en ellas
no ay cosa que perjudique a Y ais. ni que le ligue a el para no quedar libre
.
cjuel asyente sus cosas sin espresar esto, pues, como avenios dicho, dize que
queda libre.
Asymismo nos dixo quel Rey, su padre, le avia escrito ([uel tenia tal trato
nando y de la hija del rey de Vngria se hiziese, que desde agora los grandes
del reyno y pueblo avrian por hecha la elegion de aquel reyno para después
de los (lias del Rey en el ynfante don Hernando y en la hija del rey de \^n-
gria, y que pues c[ue la cosa hera tal que hera cobrar ac[uellos reynos, (¡ue
luego le enviase su poder bastante para concluyr el casamiento. Y como el
Pringipe esta en no hazer ninguna cosa sin consejo y consentimiento de
Y. ais., el responde a su padre que el ynfante esta en España, y que V. ais. le
tyenen; que lo escriuira a V. ais. y le hará saber lo que le respondieren. .Man-
dónos que lo escriuiesemos a \'. ais. para que vean cjue es lo c|ue se deve ha-
zer, pues que con esto se ganara aciuel reyno, y de otra manera esta a peligro
con las cifras para que las sacase y nos enbiase a llamar sy le paregiese ne-
gesario. El nos escriuio que luego devriamos yr donde el Pringipe estuviese,
— 205 —
y asy lo ciucriamos poner en obra; pero por(|iio la Pringesa no quería ([iie fué-
semos, tomamos por medio, y avn syn ligengia, (¡ue yo don Juan fuese, y que-
dase t'on ella i-l nhispo, y asy se hizo, y juntamente el Comendador (!<• líam
quanto podemos por congertar este descongierto; hasta agora ningund (ruto
se saca de nuestro trabajo. \U ()bis])o, r[ue esta alia con ella, escriuira lo demás.
El Pringipe quiere aver vn escritura tal como esta que ha firmailo, fir-
OTRA CARTA
del comendador de Haro.
sera no creer a los que le escriuieren cosas de tal calidad; avnque creo, a lo
que puedo sentir, que continuamente le escriuen algunas destas cosas y otras
semejantes; mas en esto guarda tanto secreto, que no se puede entender de
su Alteza quien son las personas cpie le escriuen; mas ay algunas señales por
do se conoge algo, avnque no con tanta certidunbre que sea razón de lo de-
zir, porque podría ser herrar el pensamiento; basta que su Alteza este byen
saneado.
Quanto a lo que V. ais. mandan que se haga en lo que toca a Moxica,
quando las cartas de vuestra Magestad a mi llegaron ya el hera partydo, y
quando estas lleguen yo creo quel sera ya llegado a la corte de V. ais., y sa-
brán largamente la causa de su yda. Por esto no diré mas de lo que a esto
toca.
Beso las reales manos y pies de V. ais, por la merced que me han hecho
y por que me harán, en la qual merced no tuvieron V. ais acatamiento
las
que hera yo al que hazian la merced, mas que heran V. ais. los que la hazian
l)orque mis pequeiios seruigios no han meregido tanto galardón. Espero en
34
— 266 —
nuestro Señor que me darn gracia de seruir a \'. ais. de tal manera que no
se arrepyentan de averme hecho mercedes.
El Pringipe me dixo que escriuiese a V. ais. suplicándoles de su parte
que manden enbiar sus letras a mose de Fienes y a mose de Xiebres de la
merged que les hazen, asy como la enbiaron al chanciller, y parecióme que la
merged se les devia de prometer de por vida, y no mas de mili ducados a
cada vno, y asy se lo. dixo el Pringipe a ellos, y los otros mili ducados queden
para sy fuere negesario hazer merced a otro o a otros, que estos quedan con-
tentos con esto por agora.
Muy poderosos señores: quando V. ais. me mandaron venir acá, les su-
plique que me quisyesen hazer merced de relevar a mi muger del trabajo de
tener cuydado de enbiar las langas o langa con que mi encomienda a de seruir,
puedan hazer mengua, que me hagan merced que mi muger sea relevada deste
trabajo, y avn la encomienda no bastara para pagarlas, segund los encomen-
dados tratan las rentas della.
OTRA CARTA
de sus altezas para el obispo y para don Juan y para el comendador de la
mos hazer otra tal, y firmada de nuestras manos y sellada con nuestro sello
vos la enbiaremos por mar para que gela dedes al Pringipe. Dezidgelo asy de
nuestra parte, y que le agradecemos mucho lo que dize, que en caso de quel
rey de Frangía no quiera paz con nosotros y nos ronpa la guerra quel nos ,
Diego de Guevara nos lo enbio a dezir, y mas con la escritura que dezis que
agora os ha dado para ello que nos la enbyeys, porque demás de obligarle a
ello el amor y estrecho debdo que entre nosotros es, le obliga asymismo que
de las cosas del reyno de Vngria, se deve muy byen ynformar, y que syendo
byen ynformado, sy le paregiere que convyene, y que justamente se puede
hazer, haga y asyente sobre ello lo que mejor le paregiere; y estad sobre aviso
que de palabra deys este contentamiento; mas que no nos prendeys por es-
critura en ninguna manera.
De lo que dezis del descontentamiento y desamor que comienga aver en-
tre el Pringipe y la Pringesa nos pesa mucho; entre tanto que nos proueemos
en ello ellos todo amor y confor-
con mas acuerdo, procurad vosotros entre
midad en la mejor manera que os paregiere.
Ouanto a los dos ofigios de que suplicays que vos fagamos merced en casa
del infante don Carlos, a vos, don Juan, de Ayo, y a vos, Gutierre Gómez, de
camarero del dicho Ynfante, a nos plaze de vos hazer merged de los dichos
ofigios,y pues ay tanbyen la esperanga, como nos escriuen, de concluyrse en
Frangía la negociación que tratamos en favor del Pringipe y del Ynfante don
()77\V1 CAK/A
para sus altezas del obispo de Catania y del eomendador de llaro, ¡leília ni
Enveres a xxx de agosto de jO-/.. Leiwla correo propio.
Las cartas que \ . ais. enbiaron de Medina del Canpo escritas a xxix de
jiillio rcgebinios jueves a xxn de agosto, y al tienpo que las cartas vinieron
el Principe no hera venido de Gelanda; y don Juan y el Comendador se avian
venido delante, y quando las cartas llegaron don Juan se syntio vn ]ioco mal
,
y esto mismo avia enbiado el Pringipe a suplicar al Rey, su padre, antes que
las cartasde V. ais. viniesen; asy que esto se proueyo con toda diligengia,
como quiera quel Pringipe dize que cree que ya estara asentado y tomada
conclusyon en su apuntamiento con el rey de Frangía, porque ha mas de ocho
dias que escriuio mose de Villa que hera disparada la negogiagion de V. ais.
le
ie procurar la paz por todas las maneras que pudiesen; mas que sy el rey de
Frangia ronpia la tregua, V. ais. estauan de proposyto de se la hazer de tal
manera que nunca vernia con el en apuntamiento de paz hasta que P'rangia
se destruyese o vuestros reynos; y que, pues V. ais. estauan deste pro-
— 269 —
posyto, y asy lo executarian, que hcra menester quol I'ringipe y el Rey
\'. ais. les ayudarían dr tal manera quel rr¡ni;ipe oviese a Borgoña y el Rey
manera que los dias pasados os he dicho, no se entyende c[ue ])or aquello yo
quede ligado ]iara no ayudarme a mi mismo syn espresallo en la capitulagion;
y vos Comendador sabeys lo que yo os respondy en este caso, y la carta que
os dv firmada de mi nonbre; y yo i|uerria ser mas muerto y perder quanto
tengo que aver hecho cosa que me quitase la libertad de poder ayudar al Rey
y a la Reyna, mis Señores, en todo lo que me avran menester; y puesto que
yo no gelo oviera prometydo, ni lo ovyera firmado, la razón me obliga para
averio de hazer. Por tanto, podeys asegurar a sus altezas que sy el rey de
Frangía querrá hazerles guerra, que yo tengo de poner mi persona y estado
luego para los ayudar, y que se gierto cjue mi padre hará lo mismo que yo
hiziere, y que todos tres seremos en vna misma fortuna; y avnque el Rey y
dize; y el changiller estaua presente a esta habla, el qual tergio tan byen, que
nosotros avn echavamos mas agua en nuestras razones; que syn duda el hablo
tan caídamente en esto como sy V. ais. le ovieran enbiado a el por su enba-
xador para procurar de ganar la voluntad del Pringipe. Bueno sera que V. ais.
syenpre le que nos enbien algunas cartas para quien nos pa-
escriuan, y avn
recerán que podran aprouechar al negogio, porque mucho harán cartas gra-
giosas de V. ais. en este tienpo.
Después de todas estas cosas dichas, el Pringipe nos di.xo: üuieros dezir
vna cosa quel cardenal de Rúan a dicho a mose de Villa, y como quiera que
yo no la creo, no ha dexado de darme mucha congoxa y alteragion, porque
aves conogido la claridad con que yo ando con el Rey y con la Reyna, mis Se-
ñores, y asymismo sy tuvieren necesidad de mi conogeran la obra, y sy para
en pago desto fuese verdad quel Rey e la Reyna, mis Señores, tal cosa an en-
biado a dezir al rey de Frangía, yo no sabria de quien me fiar, y con razón
podria dezir que mis amigos y enemigos todos me venden. El caso es que los
— 270 —
quel rey de Francjia les hizo hazer, procuraron de aver avdiengia secreta con
el rey de Frangía, y quel Rey por estar malo los remityo al cardenal de Rúan
y y que en mucho secreto, y avn conjuramento, les dyxeron: El
al chanciller,
Rey y la Reyna, nuestros Señores, enbian a dezir al rey de Frangía que ellos
syenten cargadas sus congiengias por aver despojado al rey don Fadrique del
reyno de Ñapóles, y no piensan que lo pueden tener con buena congiengia, y
acuerdan, sy el rey de Frangía sera contento, como ya otras veces lo ha dicho,
de restituyr este reyno al rey Federico con tal condición quel duque de Cala-
bria case con la Reyna moga, sobrina del Rey, nuestro Señor, y que aj^an de
sugeder en aquel reyno; y sy el rey de Frangía esto ha por byen, el Rey y la
Reyna, nuestros Señores, le entregaran luego el reyno, y harán amistad per-
petua con el rey de Frangía, amigo de amigo y enemigo de enemigo, y le
ayudaran contra todas las personas quel tuviese debate. Y a vos señor carde-
nal, sy esto acabades, el Rey y la Reyna, nuestros Señores, os lo pagaran tan
byen, que no ayays perdido vuestro trabajo. Y dezia esto el Pringipe quando
nos con mucho sentimiento y con palabras de asaz demostragion de
lo dezia
CARTA
del comendador de Haro que leiio el mismo correo.
Antes quel obispo de Catania viniese para hablar al Pringipe sobre lo que
y a la Reyna, mis señores, con don Diego y con Cortavilla, que yo les seré obi-
diente hijo en todas las cosas que me querrán mandar, y yo les he escrito algu-
nas cartas, como vos sabeys, en que les he ofregido y prometydo de les seruir
y ayudar con mí persona y estado quando me avran menester; y sin duda de
aquello que les escriui y mande dezir, ni de lo que vos en esta razón avreys
escrito nunca me hallaran mudado, y yo lo conplire a todo mi poder sea con-
— 2-1 —
trn quien uniera cine sea, ([iiantn mas ciintra la casa de Frangia que syenpre
liasydo enemiga de mis antepasados y el amistad que conmigo tyenen ses-
tenderia a abaxarme ginquenta codos y no acregerme vno. Y esto yo lo tengo
byen conogido, y no estoy en el engaño que el Rey y la Reyna, mis señores
pj'ensan, y vos y los otros enbaxadores muchas vezes rae aveys dicho; mas es-
toy maravillado, sy sus altezas an entendido mi voluntad y vos se lo aveys es-
crito de manera que lo entyendan, como pueden hazer contra mi lo que hazen,
sy es verdad cjue se ha dicho por sus enbaxadores que están en I'rangia lo
quel cardenal de Rúan me ha enbiado a decir que agora en lo vltimo an dicho
al rey de Frangía de parte del Rey y de la Reyna, mis señores, lo qual yo no
creo, mas el cardenal de Rúan lo a dicho a mose de Villa para que me lo es-
criua, afirmándolo con ¡uramento que es verdad y que los enbaxadores an di-
cho a el y al chanciller para que lo digan al rey de Frangia cjue V. ais. le en-
bian a dezir que ellos se hallan muy cargados por aver despojado del reyno
de Xapoles al rey l'"ederico, y que creen que sus conciencias no estaran byen
seguras sy no le hiziesen restitugion del reyno, y que pues el rey de Frangia
esto avia querido otras veces, que sy el quería agora consentir en ello, que
V. ais. restituyrian al rey don Fadríque en el reyno, con tal condigion que
casase su hijo el duque de Calabria con la reyna de Xapoles moga, y que se
hiziese paz perpetua entre V. ais. y el rey de Francia, y que fuesen amigo de
amigo y enemigo de enemigo, y que le ayudarían contra todas las personas del
mundo con quien tuviese querella, syn saluar a ninguno; y sy esto es verdad
que los enbaxadores del Rey 3^ de la Reyna, mis señores, lo an dicho asy, sus
altezas no andan comigo con aquella claridad que yo ando con ellos. Y sy esto
pensauan hazer, que necesidad avia de dezír que me querían dar el reyno de
Ñapóles y de andar comigo en capitulagiones, ni apuntamientos, ni en todas las
otras cosas que an andado.^ Y
sy no me querían dar aquel reyno, no hera me-
nester hazer las cosas que vos sabeys que son hechas. Yo no creo nada desto,
porque yo creo que las tronperías de los frangeses bastan para esto y para mas,
y quel Cardenal no avra verguenga de averio dicho; mas sy esto fuese verdad,
a quien creería yo, o de quien me fiaría quando mis padres me quisiesen en-
gañar? Y sin duda esto sería cosa yntolerable, y yo no se sy ternía pagíengía
para la sufrir. Mas todavía yo no lo puedo creer, y os lo digo porque no lo
quiero tener encubierto, pues vos sabeys quanto de su parte me aves dicho y
ofregído, y sabes quanto yo he hecho y os he dicho que haré por su seruicío.
Yos ruego que en vuestra gifra lo escríuays al Rey e a la Reyna, mis señores,
y que no lo digays al Obispo ni a donjuán, porque yo no quiero que lo sepa
otro syno vos. su presengía me mando que lo dixese al
Avnque después en
Obispo. Y syn
duda me dixo muchas cosas sobre esta razón y con mucho sen-
timiento, todavía diziendo que no lo creya. Y el changíUer que estaua presente
díxo muchas cosas, en las ([uales vna vez le dezia que no lo crej^ese, otra vez
con mucha querella lo acriminava. Yo me rey mucho desque ovieron acabado
de hablar. El chanciller me dixo: Alas es este caso para hazer admiración c[ue
— 2T2 —
no para reyr. Yo le dixe: De las cosas que son creybles se deven los onbres ad-
mirar quando son tales que no se deven hazer; mas de las que no tienen razón
para creellas, se ha onbre de reyr. Sy el Rey y la Reyna, mis señores, eso qui-
syeran hazer, mejor tienpo tuvieron para hazello quando el rey de Francia lo
dixo al rey don Fadrique, segund sus altezas lo enbiaron a decir al Pringipe,
i[ue no agora que sus altezas han de rogar por aquello que estonges les roga-
van, segund el cardenal dize que ruegan. Y
no es de creer quel Rey y la Rey-
na, mis señores, aguardasen a saber el derecho que tenian a aquel reyno des-
pués que lo ovyesen tomado, ni es de creer que se movieran a tomallo sy no
les pertenegiera. Y tanbyen es de creer que sy la congiengia les acusara, que
aquella negogiagion que agora dize el Cardenal que sus altezas mueven, movie-
ran primero, y no la que movyeron. Y tanbyen deveys considerar que sy esto
sus altezas hazen por descargar su congiengia, que no tenian negesidad de to-
mar consentimimiento del rey de Frangia para hazello, pues sus altezas tenian
el reyno y al duque de Calabria en su poder, y no les costava mas de pensar de
hazello y esecutallo; mas estas cosas son todas tronperias de los franceses. Y
acordaos que quando el conde de Nasavt fue a hazer la paz del Pringipe a
Frangia, le dixeron que los enbaxadores del Rey y de la Reyna, mis señores,
avian ya hecho su paz; que que hazia el, y asy le engañaron. Agora veese clara-
mente quel rey de Frangia no quiere que V. al. aya aquel reyno, y quiere
os hazer creer que el Rey y la Reyna, mis señores, han desbaratado la nego-
giacion que se tratava en vuestro favor para darle al rey don Fadrique aquel
reyno. Ni esto, señor, es verdad, ni tiene semejanga della. Estad firme en vues-
tro proposyto, y creed quel Rey y la Reyna, mis señores, no harán cosa que
mala sea contra vos, pues que no la hizieron, ni la harán contra nadye. Y dixe-
les todo que me ocurrió para sanearle y quitarle de aquella opinión. Y por-
lo
que es cosa que syenten mucho, 3-0 delibre de hazer correo propio, porqua
V. ais. lo sepan y sean advertydos de lo que acá se dize y siente del Pringipe.
Yo no puedo dezir syno que estoy tan contento y alegre cada vez que le ha-
blo en estas materias de ver el deseo que tiene que V. ais. estén mu\'' giertos
del y que los ha de seruir, que después que se ha determinado de seguir la
voluntad de V. ais., ni burlando, ni de verdad, ni en secreto, ni en publico, no
dize otra cosa syno que, byen o mal, lo que le mandaredes ha de seguir.
Este correo que lieua estas cartas ha de yr hasta Burgos en xvi. dias. Anle
de dar xxvu ducados. A de esperar la respuesta en Burgos x. dias a sus des-
pensas, y sy no le enbiaren V. ais. la respuesta en aquel tiempo, no es mas
obligado,y ase de venir; y sy \ . ais. le enviaren la respuesta a Burgos, es obli-
gado de tornar aquí en xx. dias. A mi pareger, V. ais. deven escriuir luego al
IVingipe, porque, cierto, están muy escandalizados desto.
De Enveres a xx.x de agosto de 504.
— 273
OTRA CARTA
lie sus a/tiZiis para el obispo de CíXtaniii y para don Juan y para el lOincnda-
dor de la Menbrilla, heeha en Medina del Canpo a x de setienbre de §o^. Le-
ñóla el dicho Sagredo correo.
Después de escrita la otra nuestra c]ue con esta va, estando para ¡lartir el
del rey don Fadrique que el quería concluyr aquella negogiagion del rey don
Fadrique y no la que hera en favor del Pringipe, y que por nosotros quedava
de hazer la paz después de aver sydo nuestros enbaxadores desafuziados y
despedydos del todo de la negogiagion que hera en favor del Pringipe, como
avenios dicho, teniendo por cierto quel rey de Frangía no dezia lo del rey
don I'adrique para hazerlo, syno por justyficarsenos, asymismo por justificar-
nos, y porque no paregiese que desechavamos ningund medio de paz de los
que el movia. salimos a el respondiéndole a ello desta manera: que nuestros
enbaxadores dixesen de nuestra parte al cardenal de Rúan y al chanciller
que pues el rey de Frangía no quería venir en la negogiacion que procura-
vamos en favor del Pringipe y del Ynfante don Carlos, que respondiesen que
hera su voluntad en la negogiagion que al comiengo se hablo de la restitu-
gion del rey don Fadrique, y asymismo porquel rey de Frangía por justifi-
cársenos avia enbiado a dezir que se dexasen estas dyferengias de entre nos
35
— 2/4 —
V el rey de Frangía en poder del Papa, le dixeron de nuestra parte que nos
plazia de dexar las dichas dyferengias en poder del Papa y de los cardenales,
pues de derecho al Papa y al Colegio de los Cardenales pertenegia dezir se-
mejante sentengia y declaragion de reyno fevdatario a la iglesia para que la
sentengia fuese syn duda y segura. Y venimos en este medio del Papa y del
Colegio, confiando que tenemos justigia, y por no desechar ningund camino
ni medio de paz que fuese y para que sy por qualquier camino el rey de
justo,
hijo y con el Rey de Romanos, para que con acuerdo de todos se hiziera en
ello lo que fuere justo, y lo que todos tres vyeramos que mas convenia a
nuestros comunes estados, de manera que syn ellos y syn su voluntad y con-
sentimiento no se concluyera cosa. Y dizen nuestros enbaxadores quel carde-
nal (le Rúan y el chanciller les dixeron que lo comunicarian con el rey de
Frangía, y C|ue los responderían, y que la respuesta fue quel rey de ¡""rangia
los hizo llamar, y en presengia de muchos los hizo despedir para que se vi-
niesen a nos syn concluyr ni asentar cosa alguna, desechando la negogiacion
que tratavamos con el Pringipe, como ya la avia desechado, y el medio de
ponerlo en poder del Papa y del Colegio y todos los otros medios, y sobrando
con nos toda la platica y trato de paz, y continuando a hazer los aparejos de
guerra que por otra os escriuimos que nos hízieron saber que hazía. Y como
quiera que nos ha mucho pesado que asy aya querydo el rey de Frangía
cerrar la puerta a todos los caminos de paz y concordia, en que parege que
nunca tuvo fyn de paz, y que sy escucho la negogiagion que hera en favor
del Pringipe fue porque tuviese tienpo y lugar para poderse rehazer y pro-
ueer para la guerra, y no con fyn de paz; pero plazenos que nosotros queda-
mos en esto byen descargados con Dios y con el mundo, pues ninguna cosa
avemos dexado de hazer y tentar y procurar de quantas podían ser ]iara ve-
nir a paz, portjue dexando lode antes, byen sabeys que después quel rey de
Frangía despidió y echo de su corte dos vezes a nuestros enbaxadores, avien-
donos dado nuestro Señor vitoría contra el asy en Xapoles como en Salsas, y
pudyendo hazer entonges mucho daño en Frangía syn hallar resystengía, como
no la hallamos; pero consyderando que heran christíanos, cuya guerra syen-
pre aborregimos, no lo quesymosavnque fuera razón que no torná-
hazer, y
ramos entonges a enbiar nuestros enbaxadores al rey de Frangía, pues los avía
despedydo y echado dos vezes, syno que los enbíara el a nos; pero no miran-
gipe, nuestro hijo, y del Ynfante don Carlos, nuestro nieto, de que nos tanto
avemos procurado y deseado la conclusyon. Kn el artículo de los varones, ya
los restytuymos en toda su renta, y aviamos por byen que estuvyesen o en
Frangia o en las tierras del Pringipe, nuestro hijo, o en las nuestras, donde
— 275 —
mas f|iiisyesen, por algund tienpo, en tanto que nos y el Priníjipe procurava-
mos en lo mismo de Xapoles dar conpensa a los que agora poseen sus tierras
concertarlos de manera que sin quistiones ni dyferenqias de entre los vnos
y los otros pudyeran ser restituydos, y todo esto se pudyera hazer en breve
tienpo de manera que sy el rey de Frangía tuviera fin de |iaz, este articulo
estaua tan justificado, que por no tenia razón de quebrar, y queriendo el,
el
los varones fueran dello muy contentos, y lo re<;ibieran por merced. Hl otro
articulo del tener y governar el Fringipe aquel reyno con españoles es cosa
muy justa, pues son sus vasallos, y lo entregamos nos, y para la paz no avia
otra seguridad; y sy esto se quitara, el rey de Frangía pudyera pedir y apre-
tar al Pringipe para que vna parte del reyno governaran frangeses, y no se
pudyera el byen escusar dello; de que, haziendose, no solamente no se syguiera
la paz, mas mayor guerra y mas peligrosa para nosotros y para el Pringipe,
nuestro hijo, y para el Re\' de Romanos; y pues por byen de paz y por amor
del Pringipe nos haziamos lo mas, que hera dexar el reyno, poseyéndolo todo,
razón fuera que por el mismo respeto el rey de Frangía ovj^era por byen lo
que es mucho menos, que hera quel Pringipe governase con españoles, pues
son sus vasallos; y esto mismo convenia al Pringipe para que no paregiese que
desechava de la governagion a los españoles que lo ganaron mayormente
syendo como son el y la Princesa herederos despaña. Pues el otro medio de
dexarlo en poder del Papa y del Colegio, avnquel rey de Frangía desechara
los otros, no devj^era desechar este, pues movyo el que lo dexasemos en po-
der del Papa, y asy parege que mueve las cosas para justificarse creyendo que
no acebtaremos, y quanrfo las agebtamos, se sale dellas. Dezildo todo al
las
Pringipe, nuestro hijo, y vos don Juan hazedlo saber al Rey de Romanos, y
dezildes que pues el rey de Frangía ha despedido nuestros enbaxadores y a
atajado todos los tratos de paz y concordia entre el y nos, y ha hecho y haze
aparejos de guerra teniendo como tyene asentada tregua con nosotros, que
no es señal que la quiere guardar, porque sy la quisyere guardar, no haría los
aparejos que agora haze para la guerra, ni tanpoco ovyera atajado los tratados
de la paz; y que pues claramente se vee que quiere con nosotros guerra, y es
para trabajar de quitarnos lo que es y ha de ser del Pringipe y de la Pringesa,
nuestros hijos, y lo que nos trabajamos es conservarlo y defenderlo para ellos,
que rogamos muy afectuosamente al Pringipe, nuestro hijo, y al Rey de Ro-
manos, nuestro hermano, que no solamente asyenten paz con el rey de Fran-
gía syn que nos asentemos la nuestra juntamente, pues nos no la asentaremos
syn ellos; mas que sy el rey de Frangía nos quisyere ofender y ronper la
guerra, que ellos asy mismo quieran estar aparejados para juntamente con nos-
otros ponerse a la defensyon y ofensyon, como nos haríamos por ellos en se-
mejante caso; y mire el Pringipe que no podra hazer agora syn nosotros
asyento de concordia con rey de Frangía que no fuese en favor de la parte
el
aver, hera mucho de dudar sy trocarían lo que ya es ganado por ellas. Esto
mismo hareys saber al Rey de Romanos, y que le rogamos que consydere
byen todo esto, y que entretanto que el no diere la ynvestidura de Milán al
rey de Frangía, el rey de Frangía estara en necesidad, y cada vez estara en
manos del Rey de Romanos de aver del la paz que quisyere; y que sy le da
la ynvestidura, le saca luego de negesydad, y le da cavsa que salga de sus li-
mites a ofender a las gentes. Y demás desto miren que paregeria en todo el
sodicho con el 1^-ingipe y con el Rey de los Romanos. Y sy como vos don
Juan dezis, es menester entretener al Re\- de Romanos con esperangas de otras
negogiagiones, hazed todo lo que pudyerdes que pueda aprouechar para esto,
y Razednos luego saber lo que en esto devemos esperar del Pringipe, nuestro
hijo, y del Rey de Romanos. Y pues vedes lo que en esto nos va a nos y a
OTRA CARTA
para sus altezas de don 'Jican Maniitl y dd comendador de I ¡aro, ¡techa en ¡h
¿odut/iie a S.IK de seíieuóre de ^o^. Levóla Hoz, (¡ercro de la ¡^rincesa.
Las letras de V. ais. recebimos, escritas en Medina del Canpo a xiii. dias
del mes de agosto, y vinieron en tal coyuntura que ninguna cosa de lo que en
ellas venia podymos hablar, antes diximos al Pringipe que her.i el duplicado
de otras que V'. ais. avian escrito a xxix de jullio, y esto hezinios porquel
Pringipe esta tan escandalizado de lo que de Frangía le han escrito, que nin-
guna razón que le diesen en tal coyuntura le podria ser sabrosa. El caso es quel
Pringipe nos mostró tres cartas firmadas y selladas, la vna hera de su firma y
sello del rey de Frangía, la qual en sustangia contyene estas palabras: Prymo:
el rey de Frangia, v avn sospechamos que esta concertado, teniendo esto por
cierto, y que, segund el Pringipe esta enojado y bravo, que V. ais. no se po-
drían ayudar del tanpoco como del padre; y avn sentimos que le parege que
haze harto en no seros contrarios, segund el sentimiento tyene desta cosa. Y
avnque oy que se contaron xvu. de setienbre nos parege que tyenen vn poco
de mas blandura, y creemos que los ha ablandado las muchas cosas que les
avemos dicho, que el chanciller vino a hablar con nosotros y nos dixo estas pa-
labras: El enojo y turbagion quel Pringipe ha ávido y todos nosotros con el
zón de le mostrar tal desamor, y quel ternia razón de se quexar dellos; y toda-
vía, avnque es razón de dar fe a lo quel rey de Frangia y el logado y los otros
de su consejo del rey de PVangia le escriuen, dubda que sea asy verdad como
- 2/9 —
se lo escriuen, ni ([lic sus altezas lo ayan eiihiado a clecir de la manera i[ue se
ses le aprietan mucho que asyente su capitulac^ion con ellos, pues que no (|ue-
da por ellos de concluyr el tratado de la paz que se ¡ilaticava en su favor, aña-
diendo que es])resamente se ponga en los capitulos ([ut' sy V. ais. y el rey de
Frangía vinieren en ronpimíento, Pringipe sea neutral, y que ni ayudara al
el
rey de Frangía contra \^. ais., ni a V. ais. contra el rey de Frangía, y que esto
se entyende asy sobre las cjuerellas del reyno de Ñapóles, como todas las otras
cosas que sugedieren de dylcrengias entre V. ais y el rey de Frangía sobre
qualquiera cavsa que sea y en qualquier parte que sea; y que esto, segund dize
el changiller, el l'rinciiie no lo hará por saber morir, porque nunca hará cosa
por que puedan dezir \^. ais.: por que hezímos esto, hezístes estotro; yque ha es-
crito a sus enbaxadores que no den oydo a esto, y sy se lo díxeren mas, que no
tomen cargo de se lo escriuir, y que asy se lo manda que no se lo escriuan; y
que syno ovyere otro remedio syno disparar la negociación, que la disparen,
que mas quiere quedar descongertado con los frangeses que hazer cosa que le
puedan reprehender; y pues el esta desta voluntad, que suplica a V. ais. que
miren en estas cosas de tal manera que no le hagan ynjuría y que no conos-
can las gentes quetyenen desamor; y querría ([ue mosen Gralla y mícer
le
proueer en ello como vieren que conviene, y quisymos enbíar persona fyable
OTRA CARTA
para sus altezas del comendador de Haro, licclia en Boloduque a .xix de se-
tienbre de ¡04. Leñóla el dicho Hoz.
Vno de los yntímos del secreto del Príngípe me dixo estas ]3alabras: Yo
quiero hablar con vos claramente; mas no c|uiero que nuestra habla se es-
— 28o —
tyenda a tergera persona, mayormente de los que están acá, ni de los nuestros,
ni de los vuestros. Byen bastaua quel Rey y la Reyna vna vez ovyesén echo
injuria al Pringipe aviendo venido a Francia con su poder a asentar la paz, y
después que la ovo asentado, no
quisyeron regebir; y pues todo acjuelio avia
la
que podría ser que la voluntad que tyene buena para obedeger y seruir al
Rey y a la Rej-na, se le canbiase, porque ay hartos en su consejo que le ayu-
daran para ello, y de aquí no resultara syno quel Rey de Romanos, synt\'en-
dose de tal torno como este, se congertara con el re}' de Frangía, mayormente
que esto no lo sentirá solamente como ynjuria hecha a su hijo, mas como burla
hecha a el, que por este negogío ha dexado de hazer sus hechos con el rey de
Frangía posponiendo su byen y honrra particular por que los hechos del Rey
y de la Reyna se hiziesen a su honor y a prouecho de su hijo, avnque fuese
con daño suyo. V lo qual yo os gertifico que creo que suge-
sy esto sugede,
dera, no creo quel Reyna avran ningund prouecho de tal congierto,
Rey y la
tanto, que ninguna cosa me podria venir que mas lo syntiese; y que halle yo
mas fe y amor en mis enemigos que en mis padres, esta es cosa ynavdyta. Mu-
chas cosas me ha dicho, cierto, con mucho enojo y poco sufrimiento. Yo estoy
regeloso, y no se en que parara su enojo sy esto es verdad, avnque después
desto el chanciller hablo con don Juan y comigo, segund por esta carta de en-
tranbos V. ais. verán, y asymismo este que he dicho que hablo comigc me
torno a dezir después desta habla del chanciller: Yo se byen quel Pringipe mos-
trara tener pagiengiaen este negogio, y que se os dirán palabras dulges, y po-
dria serque no fuesen fingidas; mas segund lo que yo puedo sentir de su enojo
y como toma este negogio y como algunos le hablan en ello, yo juzgarla mas
que esto se dize para mas tomar la razón por sy, y que cuando algo hiziere,
sy este negogio no se remediare y jiasara adelante de la manera que agora
parege, que no le puedan reprehender. Y tanbyen os digo quel ama tanto al
Rey y a la Reyna, que creo que sufrirá todo lo que sus altezas quisyeren ha-
zer; mas es grande ynconviniente que están a par del vnos que por no ha-
zerse negogiagion estén despechados, y otros que lo estauan porque no les
la
cabia parte del prouecho como a los otros. Aviso de todo a vuestras altezas,
asy como me ha sydo dicho, y con aquella condigion que este me hablo, (jue
no quiere que desto sepa nadye, ni quel me habla en tal cosa, porquel no
se mueve a dezir esto syno por el mucho deseo que tyene que la vnion y
^ 3G
— 282 —
concordia de V. ais. y del Pringijie que por esto daría su
se acregiente,
sangre, y que no querría otras gra<;¡as deste negogio syno que por su aviso se
pudyesen reparar las cosas, y que no viniesen en rotura, quel quedaría desto
asaz satisfecho para con Dios y para con el mundo; y que yo no creyese quel
se movia con pensamiento de nunca pedir dello gragias ni a \^ ais.
a esto
ni al Pringipe, syno con vn zelo de amor que tyene a vuestro seruigio y por
el dolor que tyene de los males que han de venir a la chistiandad sy tanta
discordia cregiere entre quien tanta concordia devría de aver.
De Bolduque a xix de setienbre de 504.
OTRA CARTA
de sus a/tesas para el Obispo y para don Juan y para el comendador de la
parte del rey de l^ranc^ia nos enbiaron a de/Ir sobro ello lo c[U(' a(|iii iliromos;
y nuicho menos enliiamos a dezir ¡.[nv haríamos amistad contra todas las per-
sonas del mundo, ([ue por (;ierto, por todos rcynos y hyenes del mundo no
los
de Romanos, mas no la haríamos syn ellos; y todas aquellas palabras son Un-
gidas y ynventadas por los frangeses por vsar de sus tronperias como suelen,
por traer al Principe á lo que ellos quieren, que a Dios gragias, nuestras obras
no han sydo tales, ni el amor que tenemos al Pringipe y a la Pringesa, nuestros
hijos, y a sus hijos, nuestros nietos, no es de manera que nos pudyese lia/er
oluldar lo que a ellos toca, ni hazer cosa en perjuizio dellos y de nuestra suge-
sion, que avnque no tuvyesen con nos tan estrecho debdo, n¡ les luvyesemos
tanto amor como les tenemos, por lo que devenios )' por nuestra congiengla y
honrra no haríamos tal cosa en perjuyzio de nuestros sugesores. Y que tenien-
do esto por gierto, le rogamos que este sobre aviso que lo que platicaremos en
los negogios para nuestro descargo y justyficagion y para lo que convyene, syn
seguírsele a el perjuyzio alguno dello, que no le den a entender que se dize por
otros fynes, pues al fyn las obras le darán syenpre testigo de nuestra voluntad
y del amor que le tenemos. V que gerca desto se hablo es esto: que nuestros
lo
lo dezia por vno de dos fynes poner gelos entre nos y el Prlngi]5e sy
algo hablásemos en ello, o syno, para que paregiese al rey don P'adrique que
quedava por nosotros de hazerse la paz y la dicha restitugion a el, y para ene-
mistarle contra nos y ayudarse del y de sus afigionados en el reyno de Ñapó-
les contra nos, y tanbyen por mostrar que se justifica va, nos, entendyendo su
hijo, lo que vyesemos que nos cunpliese, porque esto cunplia para nos y para
Frangía quisiera tener con nos platica de paz, porque paregiese que nosotros no
desechavamos los medios, antes trabajásemos de la entretener en la platica de
la dicha negogiagion, hasta que, quiryendo Dios, le truxesemos a la paz y con-
cordia que cunpliere a nos y al Pringipe, nuestro al Rey de Romanos,
hijo, y
nuestro hermano, comunicando syenpre con ellos que nos movyeran los
lo
chos, visto lo quel rey de Frangía nos envió a dezir sobre lo del rey don Fa-
drique, y sabiendo que estava ya para despedir nuestros enbaxadores, nos les
escrivimos que todavía apretasen por todas las maneras y vias posybles quan-
to pudyesen la negogiagion que hera en favor del Pringipe, nuestro hijo, dándo-
les para ello toda la facultad que les podíamos dar, porque no quebrase, y que
del rey don Fadrique, para que nuestros enbaxadores nos lo hiziesen saber;
los quales nos escriuieron que le dixeron estas mismas palabras y no ninguna
de las que los franceses escriuieron ay al Pringipe que avian dicho, y sabemos
gierto que por la vida ellos no dyrian palabra de las que dize el cardenal de
Rúan que dixeron, y estas mandamos dezir por los fynes y respetos susodi-
chos, y no porque tuvyesemos fyn de dar el rey no de Xapoles al rey don Fa-
drique, ni de quitarlo de nuestra sucesj'on en ninguna manera, porque el ver-
dadero y natural derecho de aquel reyno de Ñapóles es nuestro y de nuestros
sugesores, y no nos lo pudyeron quitar los bastardos de nuestra casa; y porque
conogemos que sy dyesemos aquel reyno de Ñapóles al rey don I'adrique se-
que por esto avernos tanto trabajado en que concluyera la negogiagion que pro-
— 285 —
i'uravamos en lavur suyo v del A'nlant.e don L arlos su hijo, luieslro nieto, ¡lor-
(|ue, sy fuera posyble, poseyera en paz; y como el ha visto, el rey de Fran-
t;\a. no ha querido que el aya luego el dicho reyno de Ñapóles, porque es gier-
to que el no lo cjucrria ver acregentado; mas que nos, con el ayuda de nuestro
Señor, trabajaremos de lo defender con todo lo otro para el
y jjara la l'rin<,-e-
sa, nuestra hija, y ]5ara sus hijos; y cpie sy agora el IVingipe, nuestro hijo, y el
Rey de Romanos le dyese la ynvestidura tlel ducaíki de Milán por esto ipie los
franceses les han hecho entender, el rey de ¡'"rancia saliria de negesydad y te-
con el favor y nombre y avtoridad del amistad dellos hazernos mayor guerra y
contraryedad, (¡ue le rogamos al Pringipc, nuestro hijo, que pues vee lo que en
esto va a nos y a el mismo, no haga congierto ni asyento ninguno con el rey
de Frangía; y tanbyen C[ue el Rey de Romanos, su padre, no lo haga hasta que,
sy pluguiere a nuestro Señor, lo hagamos todos ¡untos, pues nos avernos estado
y estamos determinados de no lo hazer syn ellos; y sy por ventura el IVingipe
algo tuvyese comengado a asentar y no acabado, que no lo acabe, por escusar
los ynconvinientes que dello se siguen. A lo que os dixo el Pringipe, nuestro
hijo, que sy el rey de l'raiigia ron|)yere la guerra con nos, nos ha de ayudar
con su persona y estado, dezidle que gelo agradegemos mucho, y que nos te-
nemos por gierto que lo hará asy como lo dize, y como nos en semejante caso
lo haríamos por el, y que asy le rogamos que este apergebido y procure quel
tenemos por gierto que lo hará, y procure que lo mismo haga el Rey de Ro-
manos, su padre, que sy el rey de P'rangia sabe que todos tres somos y ave-
rnos de ser juntos en paz y en guerra, nos tenemos por gierto que el no nos
ronpera la guerra, y vosotros vedes lo que en esto va al estado nuestro y del
Pringipe; trabajad en ello como de vosotros confiamos, y hazednos saber lo
OTRA CARTA
del Rey nuestro señor para el Obispo y para don 'Juan y para el comendador
de la Menbrilla, hecha en Medina del Canpo a xxvi de sctienbre de §o^.
Tru.vola el dicho Martin de I y, correo.
Esto que aqui diré guardadlo en mucho secreto, y no lo sepa persona bi-
uiente syno el Principe y la Pringesa, mis hijos, y al Principe dezidle que yo
le ruego que no lo diga a ninguno syno a mose de Villa, porque le tengo por
tan buen seruidor del Pringipe y nuestro que del toda cosa se puede confiar.
Dyreys al Pringipe, mi
que antes de agora no le he querido escriuir de
hijo,
muger, porque pensava que nuestro Señor le daria salud, y que no hera de
ponerlo en congoxa y cuydado syn cavsa, y como quiera que yo tengo espe-
ranga en la misericordia de nuestro Señor que le dará salud y mas larga vida
que a mi, como yo gela deseo, y que no me dexara ver cosa de tanto trabajo;
pero porque sy otra cosa el hordenare, asy por el mucho amor que yo tengo
al Pringipe y a la Pringesa, mis hijos, como por ser su padre, deseo verdade-
ramente y con entrañable amor mirar por lo que cunple al byen dellos y de
su estado, y prevenir y avysarlos dello en tienpo y consejarles syenpre lo que
les cunple, como a hijos a quien tanto amo; y tanbyen porque en caso de
tanto trabajo, después de lo de Dyos, ninguna consolagion me quedarla syno
ellos, acorde de les hazer saber en mucho secreto, como he dicho, la dispu-
sycion de la dolengia de la Reyna y mi pareger de lo que deven hazer, y es
que ya sabe el Pringipe, mi hijo, quan grandes dolengias ha tenido la Reyna
de mucho tienpo acá y las yndisposyciones, y no buenas, a lo que dellas le
han quedado, y que después quel jullio pasado adolegimos aqui de calentu-
ras yo y ella juntamente, de que yo, a Dios gragias, sane, a la reyna, avnque
estuvo mucho mejor, nunca le ha dexado la calentura continua, avnque lenta
y con reprehensyon, y que antes de pasar de la dicha dolengia a tornado
agora a recaher y le han venido dos rezias sygiones; de manera avnque
yo tengo esperanga en nuestro Señor que le dará salud; pero según lo que ha
pasado y su disposycion, temo mucho; y de lo que a nuestro Señor en esto
pluguiere hazer, asy en su salud, sy nuestro Señor gela dyere, como de lo al
que Dios dispusyere, yo avisare con correo bolante al Pringipe, mi hijo, que
por estar la cosa en tanta dubda y peligro, para que en caso que nuestro Se-
ñor dispusyese della, por([ue es razón que en cosa tan grande el Pringipe y la
Pringesa, mis hijos, sean con tienpo prevenidos y avisados de lo que deven
hazer, que me parege que desde luego mucho secretamente el Pringipe, mi
hijo, deve hordenar sus cosas de alia de manera que queden al recabdo que
convyene, syn que se pueda saber ni conoger la cavsa por que lo haze, y se-
cretamente sean aparejados el y la Pringesa, mi hija, para que sy tal caso vi-
— 28; —
nierc, en avicndo menR;ii<M'o mió, partan y se vengan acá por la mar syn
luej^o
que son para byen servir, y con lo que ellos acá verán y con lo que yo les
aconsejare, podran mejor ver que les cunpla en la prouisyon
y determinar lo
de los ofigios y cosas de acá, porque en esto no yerren; que yo le ruego que
sy el dicho caso viniere, no provean de ningún cargo ni ofigio hasta que sean
acá, y lo hagan con buena deliberagion y acuerdo, como he dicho.
De Medina del Canpo a xxvi de setyenbre de duu° años.
OTRA CARTA
del mismo comendador de Haro, que agora es de la Meiibrilla, para sus alte-
cas, hecha en Enveres a vi de otubre de ¡04. Leñóla Pedro de ñIÍ7-anda, su
mogo despnelas, por la mar.
Luego que Sagredo, correo, llego con las letras de V. ais., yo hize relación
sydo esto ¿tan ageleradamente aveys querido hazer este negogio syn esperar
a saber la verdad, tanta fe aves dado a los franceses que crees que no pueden
mentir? Dixome. El Rey, mi padre, se enojo tanto quando supo que los enba-
xadores del Rey y de la Reyna, mis .Señores, avian hablado al rey de Frangía
— 288 —
de parte de sus altezas que serian contentos que se restituyese el reyno de
Ñapóles al rey don Fadrique, que ninguna cosa pudiera oyr que mas le pesa-
ra, y túvose por burlado del Rey y de la Reyna, porquel ha dexado de hazer
sus negogios esperando que los del Rey e de la Reyna, mis Señores, se hi-
ziesen, y ver agora que movían estotro partydo de restituyr el reyno al rey
don Fadrique, que no lo pudo sufrir con pagiengia; y el a asentado su paz con
el rey de Frangía. Yo le pregunte que me dixese de que manera. Dixome: Yo
hablare con mi changíller y el hablara con don Juan y con vos. Yo le suplique
que me dixese algo, porque yo ternia mucha pena hasta hablar con el chan-
ciller. Dixome: No digays nada hasta quel chanciller os hable, y yo os diré todo
señor, ¿sera verdad que en el mundo so diga que vos soys tan tímido que ha-
zas capítulos con vuestro enemigo de ayudalle contra vos, teniendo aparejos
de ser señor de la christíandad y del mundo, y puede ser verdad que vos no
tengavs mili vezes al dia pensamiento desto, syendo tan gran señor, como
soys, y esperando tan grandes herengías, como esperays? ¿Que se dirá de vos
y que se dirá en Castilla, que ayer me distes vna carta firmada de vuestro
nonbre que ayudariades al Rey y a la Reyna, mis Señores, sy el rey de Fran-
gía les quisyesc hazer guerra, y se lo enliiastes a tlezír con Cortavílla y con
— 289 —
don Diego de (lucvara, y <iih' oy ayays asentado jiaz con su enemigo, amigo
de amigo y enemigo de enemigo? No solamente ios oniíres despaña se levan-
taran contra vos, mas las piedras syn t[ue nadye las mueva; yos suplico, se-
ñor, que no hagays tan gran yerro, [jorque seres disfamado por todo el mundo
nonbre avres escrito a sus altezas. V esa noche sobre muchas razones pasadas.
Y yo fuera de tyento diziendole lo que en toda la pasyon no le dixera, dexa-
mos la habla. Otro dia tuvieron gran consejo, y a la noche el chanciller vyno
a hablar con don Juany comigo, y en parábolas nos dixo muchas cosas, syn
que dellas pudyesemos cojer que queria dezir, saluo que por lo quel Pringipe
me avia a mi dicho le entendíamos, que hera lo mismo quel Pringipe avia di-
cho; mas no lo declarava, y tomo termino de seys dias para darnos resoluta
respuesta a lo que V. ais. escriuieron. Como nos avran respondido, des]5acha-
remos a Sagredo para en tanto yo escriua esto que he sabido, porque V. ais.
sean advertydos.
Los dias pasados escriuimos a V. ais. que esta negogiagion del Pringipe
que agora se concluye con el rey de Frangía los enbaxadores del Pringipe
que estañan en Frangía la movieron syn su mandamiento, y después quel
Pringipe lo supo y les mando que no hablasen en ella, la pusyeron tan ade-
lante, que fue forgado al Pringipe de enbiar a mose de Villa para remediallo
sy pudyese, y para que procurase que la negogiagion de V. ais. se concluyese;
y como esta casa esta ]niesta en dos vandos, los vnos trabajan por derribar a
los otros y los otros a los otros, como es antigua costunbre en las cortes
de
los reyes y principes; y los que movieron quedado con
esta negogiagion an
el
Pringipe, y los que la defendían o estorvauan, que hera mose de Villa y sus
paryentes, en estar mose de \^illa avsente, no an sydo su hermano mose de
Fyenes ni los que le syguen tan sabios que hayan podydo ni avn entendydo
la manera que los otros han tenido para hazer que esta negogiagion se con-
37
— 290 —
cluya, porque los que la principiaron dieran las animas al ynfierno por liazer
que se concluyera, y as)' lo an acabado; y mose de Fyenes después 'que por
lo que yo le he dicho lo a sentydo, no a sydo a tienpo de poderlo remediar,
como quiera cjuel sea descarado a dezir muchas cosas por las quales ya el y
su hermano están aqui tenidos por españoles, y en enemistad clara con los
otros. Y quando mose de Villa entendió mandavan concluyr la
que de acá le
OTRA CARTA
dd rey niustro scfior para el obispo de Catania y para don Juan Manuel y
para el comemiador de la Menbrilla, heeha en Mediiui del Canpo a xv de
otiihre de ¡04. Truxola Pedro de Canpo, torreo.
sejo y el cardenal de Rúan avian escrito al Pringipe, mi hijo, que aviamos en-
biado a dezir con nuestros enbaxadores al rey de Frangía, y como quier que
por nuestras cartas duplicadas que vos escriuimos a xx de setienbre avra sa-
bido el Pringipe, mi hijo, como lo que los frangeses dizen es maldad; pero
porque mejor lo crea, dezidleque yo le afirmo en fe de Rey que después que
vo y la Revna enbiamos a mover al rey de Frangía la negogiagion que hera
en favor del Pringipe, nuestro hijo, y del Ynfante, y la hezimos saber al Prin-
gipe, que no avemos enbiado a dezir al rey de Frangía las palabras que dizen
ely los de su consejo y el cardenal de Rúan, syno las que vos avemos escrito
por los fvnes y respetos que vos avemos escrito, y aquellas después de des-
pedydos nuestros enbaxadores de la negogiagion del Pringipe, nuestro hijo. V
que después que enbiamos a dezir al Pringipe la dicha negogiagion, que hera
en favor suvo y del Ynfante, su hijo, no he tenido voluntad quel rey don Fa-
drique con casamiento ni syn el aya el reyno de Xapoles, antes después acá
he estado y estoy determinado en que en ninguna manera ni por ninguna
cavsa ni via lo aya el dicho rey Federico, avnquel rey de Francia ha nueva-
mente procurado que gelo restituyésemos al dicho rey don Fadrique casando
el Duque su hijo con sobrina del rey de Frangía, hija de mose de Fox, porque
se que aquel reyno y el derecho natural del es mió, y que los bastardos no
me lo pudyeron quitar, y no quiero quitar a mi ni a mis hijos y nietos vn ca-
bello de mi sugesyon, quanto mas tal reyno; mayormente que al rey don Fa-
drique no le soy en cargo ninguno; que toda su vida ha sydo y es muy fran-
no seria syno darlo al rey de Frangía, que como rey, don Fadrique es flaco y
no lo podria defender, y luego el rey de Francia gelo tomaría. porquel rey Y
de Frangía vido que no salíamos a la restitugion del rey don Fadrique con el
casamiento de su sobrina, nos movió por vía del rey don Fadrique la restitu-
gion del rey don Fadrique con casamiento de nuestra sobrina para el Duque
su hijo, no porque creyese que nos lo haríamos, ni porquel quisyese hazerlo,
syno por que vos avemos escrito; pero nos lo desviamos con la res-
los fynes
puesta, y de la manera que avres visto por nuestras cartas de xxu de setienbre.
Y sobre todo esto nos maravillamos mucho jurar el cardenal de Rúan, syendo
tal onbre, que estamos en dar aquel reyno al rey don Fadrique avyendo el
mismo jurado al rey don Fadrique que sabia que estavamos determinados a
— 292 —
no dargelo a el, y que estavamos en darlo al Pr¡n<;ipe y al Ynfante; y en vi-
niendo mose Gralla y miger Agostin les mandaremos que con ¡uramejito en-
byen sellado y firmado al Principe lo que les enbiamos a mandar que dixesen
al re\' de Frangía y al cardenal de Rúan, y lo que en esta negogiagion han
OTRA CARTA
para sus altezas de don Jiian Manuelj> del obispo de Catania y del comenda-
dor de la Menbrilla, hecha en Bruselas a .k\i. de otubre de 507. Levóla Sa-
gredo, correo.
Antes que Sagredo, correo, viniese con las cartas de \'. ais. de x. de setien-
bre, aviamos procurado y trabajado con mucha instancia de estorvar quel Prin-
gipe no hiziese paz ni apuntamiento con el rey de Frangía, y después que Sa-
gredo vino y le hezimos relagion de lo que V. ais. escriuian, apretamos mucho
en el negogio, mas no nos ha aprouechado nada, porque el Rey de Romanos,
teniendo por gierto lo que los franceses escriuieron al Pringipe y a el, que V. ais.
escrito, respondiónos pnr medio del chanciller, y las palabras formales (|uel
chaiioilicr iUmmIc parte del rr¡n(,-¡pc, son las siguientes; 1*^1 i'riiK^ipe ha oydo
lo quel Rey y ki Reyna, sus señores hescriuen en res])uesta de lo (piel Frin(;ii)e
os dixo, y el regragia mucho
a sus altezas la continuación (pie han tenido y
tyenen y el amor que muestran en ([ucrer su honor y acrecentamiento como
le
hasta aqui lo han mostrado, y que como quiera que los frangeses le ayan es-
crito lo que le lo ayan enbiado firmado y sellado de tantas
han escrito y se
firmas y sellos, que syempre creyó o sospecho que aquello no devia de ser
el
asy como ellos lo dezian, y ipie el cree byen (pie lo (piel Rey v la Reyna di/en
es la verdad, y que el nunca a creydo otra cosa, y quel se liadetenid.» en res-
ponderos hasta agora pensando (^ue podria hazer saber al Rey ya la Reyna cla-
ramente lo que hera asentado con el rey de Franijia; mas como mose de \'illa
y Filiberto y Certayn, enbaxadores del Rey de Romanos, le an escrito que son
ya partydos del rey de Frangía, y que se vienen para el Pringipe, y que dellos
sabrá el asyento que se a tomado en sus negogios, y no se lo an escrito, que
por(jue no detengays aqui los mensajeros, el I'ringipe dize que podeys escriuir
al Rey ya la Rejma esto que arriba es dicho, y que venido mose de Villa y
los otros enbaxadores del Rey de Romanos que con el vvenen, el os hará sa-
ber lo que han asentado y enbiara los mismos artyculos al Rey y a la Reyna,
y les hará saber claramente su voluntad, y segund lo quel chanciller nos dize
y el Pringipe nos muestra, el esta de proposyto de conplir con su honrra y lo
que tyene escrito a V. ais.
No avenios sabido sy \'. ais. han regebido la escritura (pie V. ais. enbiaron
para que el Pringipe firmase, y vna carta del Pringipe en que prometya de ayu-
dar a V. ais., la qual escritura y carta fue por la mar enderegada á Martin San-
ches de Qamudio.
Venido que sea mose de V^illa, y sabido lo que trae, luego despacharemos
a Martin de Vy, porque V. ais. sepan el fin de estas cosas. Creemos que de
aqui a xu. o xv. dias serán llegados los sobre dichos mose de Villa y enbaxa-
dores, y en tanto que vyenen y después de venidos, haremos todo quanto pu-
dyeremos para enderegar lo que conviene al seruigio de V. ais., que es el mis-
mo seruigio del Pringipe.
A la ora que cpieriamos cerrar esta, nos enbio a dezir el Principe quel que-
ría enbiar vna persona de su casa a V. ais., con el qual les haria saber de la
otras cosas, y que no enbargante quel Rey, su padre, aya hecho la paz creyen-
do que hera verdad lo que los franceses le avian escrito que los enbaxadores
de V. ais. avian dicho en Frangía, quel hará todo lo que fuere posyble a el para
que syga su voluntad.
De Bruselas a xvi. de otubre de 504.
— 294
O TRA CAK T. I
para el Rey, nuestro señor, de ¿os sobrediehos todos ti'es, lieeha el misino día.
Leuola el dielio Sagredo.
que asy por ya dicho y porque mose de Villa no estava aqui, que le pare-
lo
gia que esto se devia fiar de algunos de su consejo, a los quales en nuestra
presengia el tomarla juramento que lo guardasen secreto, y que asy podria pro-
ueer en lo .que hera negesario para partir, viniendo el caso, lo que Dios no
quiera, y para que sus tierras queden como an de quedar, y señalo que fue-
sen el chanciller y mose de Veré y mose de P'yenes, a los quales en nuestra
presengia tomo juramento y venimos en ello; porque, queriendo nosotros o no,
lo avian de saber. Guando despacharemos a Martin de Yy escriuiremos a
V. al. lo que se haze y lo que sentimos y conogeremos. A la Princesa no le dy-
mos la carta de V. al. ni le diximos nada, porque esto fue el pareger del Prin-
gipe, que no se le dixese sy V. al. queria que se tuviese secreto; y por otros
respetos nos paregio a nosotros tanbyen que no se lo deviamos dezir, pringi-
palmente pues que, dezirselo o no, no haze ni deshaze para lo quel Pringipe
ha de procurar y proueer, y podria dafiar para el secreto, segund el Pringipe
dize; mas dezirse y paregenos que quando el caso lo requiryere, que
le ha,
V. al. debe proueer de tal manera que acá no pasen cartas algunas ni mensa-
jeros syno aquellos que V. al. vyere que cunple a su seruigio; y a nuestro pa-
reger, esto es negesario, como V. al. puede mejor conoger y conprehender; mas
plazera a nuestro Señor que todo esto podra cesar con mucha salud que el dará
a V. al. y a la Reyna, la qual buena nueva estamos esperando con
mayor cuy-
dado que seria posyble escriuir.
Después de esto escrito, vinieron a hablar con nosotros los sobredichos, y
mas Laxao con ellos, y nos dixeron quel Pringipe avia acordado que se junta-
sen cada dia con nosotros para platicar sobre la yda del Pringipe a España, y
sy devia yr por mar o por tierra, y como aconpañado, y que manera ternia
con el rey de Francia, y como dexaria la guerra de Geldres y la governagion
- 295 —
de toda y sy esto i|uc ha de ser secreto se descubriría al Rey de Ro-
la tierra,
manos. Fueles respondido por nosotros aprouando la consulta que con nosotros
quieren tener cada dya, y que al Rey de Romanos por el presente no se diese
cuenta desto hasta ver otra carta de V. al., y que la yda por mar hera negesa-
ria y nn por tierra, y i|ue totlas las cosas estuviesen en horden jjara ([uando
V. al. escriuiese que partyesc el Pringipe y la Princesa, y que la conpañia fue-
se la quel (|uisyese, tanto ([ue por ello no se detubyese, pues yva donde hallarla
conpañia harta que le syruicse. V a lo del rey de r'rangia, cjue pues con el no
tenia guerra, syno buena vezindad, que poco avia que hazer; y en lo de la gue-
rra de Gueldres, que en su mano estava el asyento quel quisyese tomar; y
cuanto a la governagion de acá, que nosotros nos remityemos a ellos que co-
nocían las personas de quien el Principe se podia seruir para que rigiesen y go-
vernasen byen la tierra. Y para cada cosa destas les dimos las razones que sij-
Pringipe, y algunas palabras ásperas que le ha dicho, temen que quando alia
este, que no le estimaran como es razón, y que de allí se podran seguir mu-
chos ynconvynientes, los quales les saneamos en quanto posyble nos fue, po-
niéndoles otros mayores en el quedar la Princesa acá, y en fin dixeron que es-
tonges no querían mas hablar con nosotros en estas materias hasta lo consul-
tar con el Pringipe.
de Bruselas a xvi. de otubre de 504.
OTRA CARTA
para ¿os cmbaxadores.
El Rey.
Reuerendo in Christo padre, obispo de Catania, y don Juan Manuel, y co-
mendador de la Menbrílla, mis enbaxadores y del mi consejo. \^imos vuestras
cartas que truxo Martín de Moxica, maestresala de la Pringesa, mi hija, leva-
dor desta, y oymos que de nuestra parte nos hablo, y a todo
lo ello le respon-
dimos como el díra. Dadle entera fe e creengia.
De Medina del Canpo a xxu días de otubre_de d uu." años.
296
OTRA CARTA
para Gutierre Gómez de Fnensalida.
El. Rev.
OTRA CARTA
para sus a/tesas, del Principe. Levóla el dicho Martin de Ij.
dad del matrimonió, y ac[uellas de la paz an sydo llevadas por Ferrete al Rey,
mi padre, y yo no he syno vna synple copia y no atenticada; de las quales
delibre de les onbiar las copias; y me parege que en los dichos dos tratados
— 207 —
no ay cosa (.le mi parle vn i|iii'l Roy y la Rcyiia puedan aver suspií^ion ni sy-
niestra yniaginagion, sy no es en el primer articulo del tratado de la paz que
haze mingion amigo de amigo y enemigo de enemigo. Sobre lo qual, por hazer
mi dever, he concluydo, asy por esto como por algunas otras cosas, de enbiar a
(ilaudü de Sylli, maestresala de mi muger, con diligencia al Rey y a la Reyna,
y tengo firme esperanza que, después que le ayan oydo, no avran causa de se
c^uexar de aquel articulo, y que se contentaran de mi, porque yo les mostrare
c[ue yo quiero syenpre ser su muy humillde y obidyente hijo,
OTRA CARTA
para sus altezas del obispo de Catania y del comendador de la Menbri lia, fe-
cha en Bruselas primero dia de novenbre de §0^. Leñóla Martin de Vy,
correo.
Después que Moxica partió de acjui, del c[ual avran sabido V. ais. ad [)le-
num las cosas pasadas después c[ue la Princesa vino despaña, an sucedido mu-
chas cosas, de las quales, por no hazer progeso ynfinito, no diré mas aqui syno
cha continuagion de los baños y del lavarse la cavega, lo qual, segund los fisy-
cos dezian, le hazia muchos daños, el Pringipe acordó de le quitar las escla-
vas, y enbio a mandar que se las quytasen. Y sabido lo quel Princi]:)e avia
mandado, procuróse que se hiziese de manera que la Pringesa resgibiese el
menos enojo que ser pudyese, y don Juan tomo cargo de venyr a hablar a la
Pringesa, y a traelle vna carta del Pringipe y a rogalle de parte del Pringipe
que quisvese seruirse de giertas mugeres angianas quel Principe le avia dado
y de otras mugeres de cámara, y que quisyese dexar aquellas esclavas, y que
sy no hazia esto, que el Pringipe no vernia a verla hasta que lo hiziese. Y vi-
niendo don Juan a camino adolegio de quartana, y enbio a Bruselas
esto, en el
caso tomase consigo a la \nzcondesa y a las otras damas ancianas que le avia
dado, y que no se syruiese de las esclavas. Y
a lo primero respondió mal, y a
lo postrero peor, diziendo cjue por ninguna cosa dexaria las esclavas, y sobre
esto dixo algunas palabras ásperas de que. el Pringipe estaua harto resabiado;
de manera que no estuvo aqui syno vn dia, y partióse syn dezir nada a la
Princesa, y fuese a caga dos leguas de aqui, y de alia le escriuio rogándole que
hiziese lo que le avia dicho, sy no, que perdiese la esperanga de verle acá tan
presto. Finalmente, ni respondió al Pringipe, ni quiso hazer lo que le escriuia,
y pasados ginco o seys días, acordó de venir, con deliberagion de quitalle por
fuerga las esclavas. Y
luego que supimos esto, fuymos al lugar donde estaua,
y diximosle lo que vuestra alteza dezia en la carta que escriuio al Obispo cerca
de la manera que devia tener con la Pringesa, que hera tratarla dulgemente;
y dixo quel se esforgaria a hazello asy, avnque no podria syno con mucha
pena; mas que por cosa del mundo no dexaria de cjuitarle las esclavas, y que
para aquello ternia la mejor manera que pudyese. Y
la noche que vino envió a
sy no, quel vernia y se las haria echar. Tanpoco quiso de aquella vez. El Prin-
gipe vino a la cámara, y con palabras duras, segund su alteza dize, le dixo:
Señora, yo no soy contento que estas esclavas estén en vuestra conpañia, y
echaldas de aqui, porque yo no dormiré en vuestra cámara mientras ellas
aqui estuvyeren. La Pringesa diz que ynterpuso otras razones, y el Pringipe
mando al Simay que tomase las esclavas y que las levase de alli.
Pringipe de
Visto la Pringesa esto, dixo: No vades alia, que yo las mandare yr. P^l Pringi-
pe fue contento, y dixo que las mandase yr, y quel se vernia a dormir luego
que supiese que las esclavas heran ydas. Y dende a rato Laxao torno a la
Pringesa a ver sy heran ydas las esclavas, quel Pringipe quería venir a dormir.
La Pringesa diz que le respondió rudamente, diziendole: Vos no podes escusa-
ros de venir con estas enbaxadas. Para esta cruz que vos me lo pages. Dezid
al Pringipe que se venga a dormir, que las esclavas no están ya aciui. \ mando
a las esclavas que se fuesen a la cámara de la camarera, y al salir cpie se sa-
llan, remeso y apuñeo a la vna, segund ella dize. Otro dia en levantándose
el Pringipe, luego enbio ]X)r vna de las esclavas, de lo qual el Pringipe recibió
— 299 —
enojo, y tornóle a enbiar a dezir c|iie la echase de su cámara, sy no, que le pro-
nietya de n(5 verla mas. De manera suijedio la que fue negesario quel
cosa,
l'ringipe la mandase sacar, y asy aíiuolias dos esclavas que la seruian y otras
dos que estauaii imi cas, i de la camarera el i'n'in;¡|)c las mando levar lucra de
pala(,;io. Otro día, ipiando el l'rin<;¡pe se levantava, dize c|ue lo dixo: Señora, yo
lie mandado levar vuestras esclavas a vna casa ado estaran onestaniente. La
Prin(;esa le respondió: Burlaysnie?: Dixo: No, cierto, syno que es verdad. Yo os
riiecro i|ue vos os querays seruir destas mugeres que yo os he dado, que son
Respondióle, seguntl el Prin(,Mpe dize, muy rudamente y con palabras asa/ ])e-
sadas ]>ara entre tales personas, entre las quales le dixo: Vos me aveys hecho
este torno; mas yo os haré otro de que os pese, el qual vos no pensays. Y asy
se partieron mu\' enojados. El Pringipe se fue a vn abadia dos leguas de aqui, y
otro dia hizonos dezir por el Principe de Simaya e por Laxao: pues la Pringesa
no (pieria hazer nada de lo que el t]ueria, ni ([ueria estar como convenia a su
onor y al suyo, v ha/ia otras cosas tpie mucho le dañauan, quel avia determi-
nado de le gerrar todas las puertas de su aposentamiento, y que no quedase
syno vna abyerta por do se siruiese, porcjue temia, segund lo que le avia di-
cho, cjue se saldría vna noche y se yria a algún monesterio de monjas, con
pensamieEito de vrse de alli secretamente a algún puerto de mar donde se
enbarcase para España, lo qual seria granel deshonrra para el y para todos. Y
porque no pudiese tener avinanteza de hazer esto o otra cosa, quel mandava
que ningund seruielor español no entrase en su cámara; y que (pieria enbiar al
limosnero con las esclavas a España. Y visto nosotros quan dura hera esta de-
terminagion, acordamos de yr a hablar al Pringipe y suplicalle que quisyese
bien mirar lo que hazia, y que no hiziese tal cosa sin mucho consejo. Sienpre
avenios hallado al Pringipe bien dispuesto para agradar a la Pringesa, si su
alteza quisyese. Y concluyóse que no se haria nada hasta que nosotros hablá-
semos a la Pringesa. Y asy procuramos otro dia de la hablar. La c[ual habla se
alcango con harta dyficultad, y con condición que no le hablásemos de las
todos los otros respondía; y tornamosle a suplicar que mirase mucho lo que
quería hazer, y mirase los ynconvinientes que desto se podrían seguir, pues
— 300 —
hera cjierto que !a Prin<;esa lo avia de sentir mucho. Y en este medio tienpo
el Pringipe avia enbiado por los Ynfantes, pensando que en traérselos la- ablan-
darían. Vinieron, y el Pringipe se fue a la cámara de la Pringesa para regibir
juntamente sus hijos. Estuvo de buena manera la Pringesa en presengia de toda
la corte al recibir de los Ynfantes; besólos, y no hizo mucha demostragion de
holgarse con ellos. Esa noche el Pringipe durmió en la cámara de la Pringesa,
y rogóle, segund otro dia nos dixo, con muchas palabras dulges, que quisyese
tener su estado y manera segund le pertenegia. Dize que le dixo muchas co-
los quales lo dixeron a estos pringipales que están gerca del Pringipe. Y en
este tienpo la Pringesa no avia comido, y fueronle a dezir sy queria comer.
Respondióles mal a los que se lo preguntaron, y dixo: Yo comeré quando qui-
syere. El Pringipe vino a las ocho oras de la noche, y no fue a ver a la Prin-
gesa, y venia malo, que se avia hincado vn palo en el pye; y en viniendo, quí-
sose luego echar, y su cámara esta debaxo de la cámara de la Pringesa, y la
Princesa syntiolo y comengo a dar golpes y dezir: Señor: yos ruego qué me
hagays abrir la puerta para que yo me vaya a estar alia con vos, o que vos
vengays a hablar comigo. Respondióle: Yo estoy mahí; mañana yos hablare.
Uizen que en toda la noche nunca dexo de dar golpes sobre la cama del Prin-
gipe con vna piedra o palo, y que de rato a rato le dezia: Señor, habíame, que
quiero saber sy estays ay. Y que con vn cuchillo comengo a ronper vna tabla
— 30I —
del suelo de la cámara. V asv n¡ el Pi-in(;lpe ni la Pringosa no durmieron esa
noche. Otro dia el j'ringipe subió a su cámara, y dixole: Señora, que querej^s.'
muy Creemos que todo lo que en ella dize deve ser bueno, porquel
alegres.
Pringipe nos dixo que avia leydo el principio della, y que le dezia que eslava
maravillada de averse partido syn dezirla nada, y que le haga saber c|uando
ha de bolver, porque querría hablarle muchas cosas,
de Bruselas primero de nouienbre de 504.
OJJ^A CAKTA
pa)-a el secretario Almagau del couiendadúr de la Menbrilla, hecha en Bruse-
las a primero de nouienbre de IVHd uii°; levóla el dicho Martin de Vy.
Señor, hablando el Obispo y yo con mose de Villa sobre la paz que avían
hecho en Frangía entre el Rey de Romanos y el rey de Frangía y el Pringipe,
'^ — 302 —
oviniiis de hal>lai- dol iratndd de la paz (|ue se tratava entre el Rey y la Re\na,
nuestros señores, y el rey de Frangía, para quel Principe oviese el reyno de
Xapoles; y diximosle: El Rey y la Reyna, nuestros señores, no pudieron hazer
mas de lo que hizieron en aquel tratado, porque sus altezas vinieron a todo lo
quel rey de Frangia quiso, y el rey de Francia asyo de aquel articulo (]ue de-
zia quel Principe oviese de governar aquel reyno con españoles, y por solo este
articulo desbarato la negogiagion y no dio lugar a quel Pringipe oviese aquel
reyno. Respondió: El rey de Frangía no despydio la negogiagion por este ar-
ticulo, syno por el articulo de los varones, que ese articulo de governar aquel
revno con españoles, el rey de Frangía lo pasara; mas no se desconcertó syno
por lo de los varones, enhaxadores del Rey y de la Reyna dixeron al
que los
por esto se descongerto, cjue sy sus altezas quisieran poner vn termino convi-
de Frangía lo pasara y no se dexara de hazer la paz. Nosotros le
niente, el rey
respondimos que sus altezas avían mandado dezir al rey de Frangia vltyma-
mentc que heran contentos de restituyr a los varones sus estados; mas porque
algunas tierras de los de aquellos tenían algunas personas a quien sus altezas
avian hecho merged, que Sus altezas desde luego mandarían acudir con las ren-
tas a los varones, y que mientras se asentavan las cosas de aquel reyno y se
dava orden de reconpensar a los que tenían las tierras de ae^uellos, qiie los
antes los tenyan, y que en esto no pasaría tienpo de dos años. Alose de Villa
replico dízíendo: que hera verdad que los enhaxadores avían dicho lo que nos-
otros dezíamos; pero todavía poniendo termino de seys años a la restítugion
de las tierras de los varones, y que por esto avia quedado de se concluir el tra-
tado de la paz y de aver el Príngí]ie aquel reyno; y quel otro articulo de gover-
nar aquel reyno con españoles, quel rey de rancia lo pasara, avnque hera algo
!•"
contra su honor; mas que toda vez que Sus altezas quisyesen venir en hazer la
Glavde Sylli, el qual partyra muy presto. Dixonos que aquel dirá a boca a sus
altezas la declaragíon Yo creo que
el vaya a esto, y tanbien creo
de su voluntad.
que va a ver que Dios ha hecho, y a entender lo que alia se haze; y acá yo
lo
tengo sospecha que ay algunas ynteligengias secretas con algunos de alia; mas
no lo puedo alcangar a saber de gierto. Trabajare de lo entender, sy fuere po-
syble.
Muchas vezes, señor, por no saberse las cosas verdaderamente se guian
losnegogios por vn camino que, sabidas, seria negesario y saludable gaiallas
por otro; mas como no sea ligíto a todas personas hablar en todas cosas, mu-
chas vezes me muerdo la lengua y pongo freno a la mano para no escriuyr lo
que y conosco, porque no se sy Sus altezas toman las cosas que les escri-
se
uen sus seruídores con aquella voluntad que ellos las escriuen; y como yo ten-
go tanta razón de desear su seruicio y su descanso, y sea muy afigionado a mí
patria y desee el byen vniversal della, muchas vezes pierdo el sueño, porque
visto el termino en que están las cosas de quien pende la salud de todos, re-
presentanse a mi fantasya los males que nos están aparejados; mas, cierto, no
tengo osadía para lo escriuir, y tenerla ya (l) para lo hablar, sy en presengia de
Sus altezas me y podría ser que, sabidas
viese; las cosas verdaderamente. Sus
altezas proueyesen con grandisymo cuydado a lo que puede venir, como es de
pensar que agora hazen y avenios visto que sienpre lo hizieron; mas muchas
lo
vezes, no sabiéndose las cosas como se deven de saber, se guian los negogios
por camino que, sabidas, tomarían el contrario. Esto digo porque las cosas de
OTRA CARTA
para sus altezas de don Juan Mamut y del comendador de la Menbrilla, he-
cha en (¡ante a diez de nouienbre de ^o^; levóla l'edro del Canpo, correo.
lo que por ella mando; y giertaniente, el Pringipe esta con gran deseo de saber
como por otra avernos escrito, que es onbre de byen y afigionado al seruicio de
V. al. Y tanbyen nos parece aquel que acá ha de venir por parte de V. al. sera
bueno que venga presto, por que la ynvestitura quel Rey de Romanos ha de
dar al rey de Frangía del estado de Milán a de ser en breve tienpo, como
V. al. avra visto por la capitulación que le enbiamos con el correo ([ue antes
deste partyo; y podria ser que lo que V. al. enbia a dezir al Pringipe sera do
tal que podremos trabajar de dar alguna dilagion a la ynvestidura, por-
calidad,
que avnquel Pringipe dize (|ue hará a este proposyto lo que pudyere, figura-
— 305 =-
senos que puede ha/cr muchu. I'.l dicho (ilaudio S\'lli, scj^iiiid pndcmos enli'ii-
der partirá dentro de quatro o ginco dias, y yra con razonable diligencia.
VA Pringipe nos ha hecho saber quel enbia alia las esclavas tjue estauan
con la l'ringesa, porcjue no t[ueryendo otra conpañia ni seruicio syno la de-
llas, iiuil.indogelas, sera necesario (jue se syrva de niugeres de bycn y de cuen-
ta, como es razón. \' tanbyen enbia ¡unto con ellas vna dueña qu(» dizen el anta,
que es valengiana, y a su marytlo; y as\'niisino enbia otro que se dize Sepulve-
da, repostero de camas del señor Ynfante, del tjual nos posa, |)onpie le tene-
mos por buen seruidor y buen onbre. Y dize el Pringipe que estos enbia por
buenos respetos, creyendo que apartando estos de la Princesa, avra mas ayna
concordia entre el y la Pringesa.
(Hrosy la Pringesa enbio a don Aluaro Osorio a doña Ana de líjanionte, y
mandóle que le dyxese de su parte que luego se fuese a líspaña en vnas naos
que agora heran venidas, y que llevase consigo a su sobrina, üoña Ana le res-
pondió que era contenta de hazer lo fjue Su alteza mandaua; mas le suplicava
que le diese con que se fuese y en que biuiese, pues que sabia Su alteza lo que
le Su alteza con don Aluaro platicando en el quanto le da-
avia seruido. Estuvo
ria,y asy quedo syn partir, porque la Pringesa no se determino en lo que le
avia de dar. La Pringesa parege que hablo con el dicho don Aluaro de mejor
voluntad que con otro, porque algunas vezes nosotros avernos enbiado a dezir
algunas cosas con el a Su alteza, porque es onbre cuerdo.
El obispo de Catanya quedo con la Princesa, y desde alli partirá con el co-
Pringesa y de lo que mas ovyere cjue dezir; y asy haremos nosotros de acá por
todas las vias que pudyeremos.
de Gante a diez de nouienbre de u.ini años.
del Rey, nuestro señor, hecha en Medina del Canpo a xi de nouienbre de §04.
Truxola Lope, correo.
39
— 3o6 —
supiese y viese y la mandase asentar; }' en dezirnos quel Priníjipe no sabe lo
y vea claramente como atjuello fue ment)'ra, y tanbyen porque lo c[uel Pringi-
pé nos escriuio, y vosotros por su mandado, tpie el Rey de Romanos le avia
escrito sobreque de nuevo entendiésemos y tratásemos por alia juntamente
con con el rey de Frangía, para que juntamente con ellos la asen-
ellos la paz
tásemos, y porque vea el Pringipé, nuestro hijo, lo que en esto y en todo de-
seamos hazer por el, nos avemos enbiado el recabdo que para ello conviene,
como vera byen pocos dias desjjues c[ue esta ayays regebido, y con aquel re-
cabdo escriuimos a vosotros nuestra voluntad. \in todo aquello nos remitymos.
En tanto, avnque la paz y liga que dizen quel Pringipé a hecho syn nosotros no
sea gierta, como creemos c]ue no lo es de la manera que la dizen; pero sy en
qualquier manera es gierto cpiel Rey de Romanos a asentado paz con el rey de
Frangía, y C[ue le ha prometydo de dar la x'nvestidura, porcjue cimple mucho a
nos y al Pringipé, nuestro hijo, y tanbyen al Rey de los Romanos, quel dicho
Rey de Romanos dilate de dar la ynvestitura de Milán al rey de P'rangia has-
ta tanto c]uel Pringipé, nuestro hijo, y el vean lo que nosles enbiamos, con lo
c[ual se podra hazer la paz de todos, juntamente con el rey de Prangia, con
mas honrra y seguridad de toda la casa, y con mayor honrra y avtoridad del
Pringipé, nuestro hijo; y asymismo cunplele mucho que hasta tanto c|uel Prin-
gipé vea lo que le enbiamos, no acabe de conchnr ni asentar con el rey de
P'rangia cosa alguna, avemos acordado que vos, donjuán, partays luego en re-
gibiendo esta jiara el Rey de los Romanos, y asy vos mandamos que lo pon-
gays en obra, v que con todas vuestras fuerzas procures con el que sobresea en
el dar de la dicha ynvestitura hasta tanto ([ue el y el Pringipé sepan y vean lo
cjue enbiamos para el efeto susodicho al Pringi]5e, nuestro hijo; y vos lo en-
biamos por dos vias a Alemania; y no cures de poner escusa ni dilagion en
— 307 —
viioslra vda, cliziendii que desde av podres mejor negociar, por(|ii<' si vos ser-
uycio nos deseays hazer, ciinpie que ¡)ongays luego en obra vuestra yda
syn ninguna dilat;ion, v de lo contrario seriamos mucho deseruidos. \" quando
seays con el Rey de y regibays nuestro recabdo que por Italia
los Ro. nanos
vos enbiamos, vos conocereys quanto cumple a nuestro seruigio vuestra es-
tada ailv, V a quanta aventura y |)eligro |)orniades lo que alli loca a nuestro
seruigio sy luego no lueredcs. l\")r eso no la dilates ni vn momento; v en tanto
que regebis en Alemania el dicho nuestro recabdo, trabajad (¡uel Rey de Ro-
manos nos dilate de dar la ynveslitura al rey de Frangia, pues avra tienpo para
dargela, haziendose la paz de todos tres con el rey de Frangia, como se hará sy
quieren; v trabajad de seruirnos en esto como de vos confiamos, y haziendo lo
asv, vereys la demostragion que hazemos en vos y en vuestra casa. V vos,
(obispo, venid vos luego para nos,como por la carta clara vos lo escriuo yo el
Rev muy ynformado de lodo lo de alia. Y vos Comendador, <]ueda con el Prin-
gipe, y trabajad, como avenios dicho, c(ue ni) acabe de concluyr ni cfetuar cosa
alguna con el rey de Frangia hasta ver lo que le enbiamos, y escriuidnos luego
largamente lo que aveys sabido de la paz y de las otras cosas, syn esperar a
quel Pringipe, nuestro hijo, nos lo haga saber con persona propia.
En Medina del Canpo a xi de nouienbre de 504-
OTRA CARTA
del rcTy nuestro seíior, kcilia cu Medina del Canpo a xi de nouienbre de ^<>4-
Reyna, a Dios gragias, esta mejor. Espero yo en nuestro Señor que su mejo-
ría vra adelante. V como quiera que creemos que con buena yntengion y por
buenos respetos, gomo dezis, dexastes de dar mi carta a la Pringesa y dezirle
lo que mandaua que le dixesedes; pero a la Reyna y a mi nos paregio que he-
des, porque vyendo como es ella la heredera, ella es el todo, y della ave) s de
hazer syenpre el pringipal cavdal, y no paregeria byen que vosotros, syendo
nuestros sudytos y naturales y suyos della, hiziesedes otra cosa, que avnque
ella, segund lo quel Pringipe y vosotros escriuistes, no este agora tan sana
caso viniere, plega a Dios que sea de aqui a muchos años, como yo espero
que sera, que la Pringesa ha de venir a tomar y tener la posesyon y governa-
gion de sus reynos, como heredera propietaria dellos, quando lo fuere, como
la ha tenido y tyene Reyna, su madre; y que no piense el Pringipe en ve-
la
demás.
En Medina a xi de nouienbre de 504-
OTRA CARTA
del comendador de la Mcnbrilla para sus alíesas, hecha en Gante a xviu° de
noiiie'abre de fo^. Levóla Glaiidlo Sylli, maestresala de la pringesa.
estorvare, y sy veen que se deve estorvar, yo terne mis mañas para estorvarlo.
Y a mi pareger, este es el onbre que menos cunple que este en la corte de
V. ais., no porque sy quisyese hazer bien que no lo sabrá hazer, porque es
onbre que sabrá vrdir la tela que quisyere; y pues V. ais. le conogen, no
quiero mas dezir.
Tanbyen me ha dicho el Pringipe quel Rey, su padre, le ha enbiado a de-
— 309 —
zir que <|uerr¡a que se viesen, y cree quel Rey do Romanos se aliaxara acerca
Colonia, y que alli se |iodian ver; y dize quel agehta esta vista por hablar
(le
con el Rey, su padre, de sus cosas y lo que convyene para la buena governa-
(^iondo su estado, sv caso viniere quel ava do vr a l'.spana. I'li'^a a 'ios 1
Vna carta ([uo la ^ ntanta doña Leonor me escriuio cnliio a \ ais., porcpie .
OTRA CARTA
del 7'cy, ¡Ilustro señor, lucha cu Medina del Caupo a xxmí." de iwuieiihrc de
§04. Truxola Martin de Vy, correo.
con condigion byen perjudigial al mismo Pringipe y a nos, ciue aya dexado pa-
sar mas de los dos meses antes de nos lo hazer saber, v cjue pasaran antes los
quatro que venga su mensajero que nos ha de ynformar, pudriéndose hazer
aquello por vna carta de vosotros el mismo que se asento la liga. Decid al
dia
Pringipe que avemos visto la capitulación de que su padre y el han asen-
la liga
tado con el rey de P'rangia, y que por ser cosa que en tantas maneras ofende
a su honrra del Pringipeya su estado, nos la callamos y encubrymos acá quan-
to podemos, esperando que, como el dize en su carta, que quando seremos yn-
formados de todo y byen, y veremos su obra, seriamos byen contentos del. Y
pues que con lo que le enbiamos estara en su mano el remedio de todo, que le
— 3IO —
rogamos que el (|uiera romediar cosa tan grave como esta, y no consienta que
por el mundo se diga del lo que nunca se dixo de Pringipe; mayormente pues
esto es mayor seguridad para misma paz y casamiento de Frangia que el
la
quiere; y porque todo se haga juntamente, que le rogamos quel trabaje quel
Rey de Romanos dylate de dar la ynveslidura de Milán al rey de I'rangia. ^'
vos donjuán, sy no fueredes partido, en todo caso partid luego al Rey de los
Romanos para procurar esto; que en dilatarse de dar la dicha ynvestidura has-
ta cjue todo ¡unto se haga, va todo el byen ilel negogio. Y vos, Obispo, venid,
ges sera dellos, y que syn ella el Pringipe no es parte, ni seria regebido en nin-
guna manera. Y vosotros dezid y hazed en este caso lo (pie fieles sudytos y ser-
uidores deven dezir por su Pringesa v señora, como de vosotros confiamos. \
trabajad que sea muy byen tratada, y n i hagays cosa de que ella regiba des-
contentamiento.
De Medina del Can]30 a xxiui de novienbre de düu." años.
— 311 —
OTRA CARTA
del rcv nuestro señor para el coiiieiuiador de la Menhrilla, heeha en Medina
del Canpo a xxiui" de noiiienbre de uuu" años. Truxola el dicho Martin de
Vy, correo.
OTRA CARTA
para sus altezas de don Juan Manuel y del comendador de la Menbrilla,
hecha en Enveres a tres dias de dizienbre de nuu" años. Levóla Lope, coitco.
no pudimos escriuir syno aquello que supimos y el Pringipe nos quiso dezir.
No ha quedado por nosotros de procurar de saber y entender todo lo que a
sydo posyble, y byen creemos que sy los mensajeros que de acá avemos des-
pachado no son muertos, que ya \'. ais. avran visto todo lo que acá se ha he-
car en cosas de estado, porque esto nos diera tanta avtoridad que supiéramos
rodear que todas las cosas vinieran a su mano; mas de antes de agoni ni agora
nunca se ha podido esto alcangar de su alteza por ninguno de los ijue ai¡ui han
estado; asy que a Uios ni a V. ais. tenemos cargo desto ni a su alteza.
Después que escriuimos a \'. ais. que no aviamos dado la carta de vuestra
alteza a la Pringesa, ni le aviamos dicho de la enfermedad de la Reyna, nues-
tra Señora, lo qual dexamos de hazer por muchos respetos estonges, después
acordamos que hera byen que lo supiese, y procuramos de la hablar, lo cjual
no se pudo ostener, y acordamos quel (^biS])o le diese la carta y se lo dixese,
y asy lo hizo, lil senblante que hizo y lo que syntio creemos quel Obispo lo
avra escrito, lo qual ni nosotros lo querríamos aver visto, ni lo queremos es-
— 313 -
palabras para dezir; mas todo lo que se le puede dezir de aqui a gien años se
le ha dicho, y mostrado por muchas razones que la Pringesa ha de yr delante,
En lo que \'. ais. mandan que les escriuamos muy por menudo sy se apa-
rejan, sy necesidad fuese, y que aparejos hazen, los aparejos que vemos no es-
tan syno en la boca, en obra, ninguno vemos, ni señales, sy caso viniese, por
que ovyesen de yr. Plega a Dios que sea tan tarde como nosotros deseamos, no
creemos que serian en la ora, y avn creemos que tomaran antes el camino por
la tierra que por la mar, porque aman mucho sus personas.
Como quiera que yo don Juan Manuel esto mal dispuesto para yr en Ale-
mania, yo lo haré de muy buena voluntad, como V. ais. lo mandan, v bven
presto, plaziendo a nuestro señor, y escrivire desde alia luego a V. ais., y
avn desde aqui a la ora de la partida.
de Enveres a tres de dizienbre de 504.
O TI?A CARTA
para sus altezas del comendador de la Menbrilla, hecha eii Enveres a tres de
dizienbre de j;o^; lez'ola el dicho Lope, correo.
Agora avra tres dias que yo hablaua con el Pringipe sobre la yda despaña
y deziale que me paregia que para vna tan gran cosa que esperaua, que dor-
mía mucho, porque no le via hazer ningún aparejo por do se pudiese conoger
40
— 314 —
quel tenia voluntad de yr en España tan presto como seria menester, viniendo
el caso. Respondióme: Yo estoy en gran cuydado, porque parege (¡ue todas es-
tas cosas me han venido mal a punto, la enfermedad de
Reyna, mi señora, la
ra el duque de Gueldres tyene mas gente que yo, porque le ayuda alguna per-
sona, que yo no me regelava de aquello, y es me forgado tomar gente de nuevo;
y si el gastare xg) florines, me hará a mi gastar cg), y no se como sugederan
y esme gran ynpedimento para aver de yr a España, porque avnc[ue
las cosas,
como la avriades yendo luego, o que no hallarla \'. al. tan pagificos los reynos
como los hallariades alia, y por esto me parege
sy fuesedes en llamándoos de
que V. al. desde agora deve proueer a todo por manera que lo vno no enpache
a lo otro. Mas quien puede dar ayuda al duque de Gueldres, sino es el rey de
Frangia, que os puede poner en tanta negesidad como V. al. muestra? Dixome:
Sy me prometes de no comunicar con donjuán ni con otra persona ninguna,
yos lo diré, porque no lo sabe syno mose de X'illa y yo; nii se avn a quales de
mi consejo lo diré; v digo que no lo digays a donjuán, porquel tyene vn her-
mano en Inglaterra, v no querría que se supiese lo que yo quiero hazer. Yo le
promety de tenelle secreto. Dixome: Sabe quel rey de Inglaterra a enbiado dy-
nero al duque de Gueldres, con lo qual el duque de Gueldres a hecho y haze
gente, y tiene propuesto de venir a hazerme el daño que pudiere en mi tierra;
y esto haze el rey de Inglaterra, porquel duque de Gueldres le de al duque de
Sofolque que tyene en su poder, y yo he escrito al rey de Inglaterra sobre
ello, y ame respondido que no haze cosa que no deva en querer aver su
sudito, y que sy vo soy mal contento y no le quiero por amigo, quel no dexara
de hazer su prouecho. A sydo vna respuesta dura y casy desafio, y yo pien-
so que siéndome este contrario, que yo no podre tan ayna descabullirme desto
de Geldres, pues hazer tregua con Geldres esme vergongoso, y no lo haré por
morir; mas yo tengo pensado, sy el rey de Inglaterra no me responde agora
mejor con vn mensajero que le he enbiado, de procurar de le poner la guerra
en su casa. El duque de Sofolca tyene vn hermano en Colonia, el qual esta alli
bio a Colonia a pagar aquellas pecunias cjue ellos deven, y enbio por el heinia-
no del Duque, y yo le daré a este tanto favor por la mar que el rebuelua el rey-
no de Inglaterra, y asy podra ser que se torne en daño del rey de Inglaterra
el daño que me piensa hazer. Yo le dixe cjue me paregia que syn tener bien sa-
— 315 —
hidiiquel rey de Inglaterra avia daiio ayuda al dimue de Ciueldres de dinero,
y syn aver respuesta del rey de Inglaterra, no devia moverse a hazer tal cosa,
porque estas cosas heran ligeras en los principios y después hazlanse tan pe-
sadas, que no se podia asy rodear como los onbres querían: que devia tentar
todos los medios para no uenir en nmpimiento con el rey de Inglaterra y para
no ocuparse en cosa voluntaria para que le diese enpacho en lo que hera ne-
cesario;y tanbyen que mirase quel rey de Inglaterra hera poderoso para con el,
V (jue no se aíuziase en el ayuda de los Irangeses; y tanbyen que mirase que la
Princesa de (lales hera hija tle \'. ais. y avia de suceder en aquelhw reynos,
por lo qual deveria tentar todos los medios que pudiese para no quebrar con el
sey de Inglaterra, v |3ara quel rey de Inglaterra no le hiziese contrariedad.
Cierto, me respondió a esto de buena manera, di/iendomi- que la Pringesa de
(jales pesaua mucho en este negogio; tpie por todo lo otro no dexaria de ron-
per con el rey de Inglaterra, quel hera harto poderoso para con y por aven-
el,
Después que \'. al. escriuio que enbiaria el despacho para que donjuán
fuese a Francia, hablando vn dia el chanciller y yo, me dixo; Xo seria mejor
ijue fuesen enbaxadores de Francia a España a tratar esta paz por la honrra
del Rev y la Reyna, que no aver agora Sus altezas de enbiar de nuevo enbaxa -
dores a demandar la paz al rey de Francia.^ ^'o le respondí que si aquello se pu-
diese rodear, que yo lo avria por mejor. Dixome: Dexame hazer, que yo quie-
ro tentar sy los podre seruir en esto; mas no lo ha de saber el prouoste de
Vtreq ni donjuán, porque qualquier dellos que lo sepa lo sabrá el otro, se-
gún son amigos ellos dos y el de Veré. Agora oy dia de la fecha de esta, sa-
liendo yo de hablar con el Pringipe, el chanciller me dixo: Sabes como he ten-
tado aquella materia de que os hable, y esta ya puesta en hilo, y de aqui a diez
OTA' A CARTA
del comendador de la Meiibrilla para el secretario Miguel Pérez de Ahi/a^an,
/lecha en Enveres a \\\ de dizienhre de ¡o^. Levóla el dicho Lope, correo.
OTRA CARTA
del Rey nuestro seiior para el cotnendador de la Menbrilla, hecha en la Meto-
rada a vn" de dizienbre de uuu" afios.
OTRA CARTA
para el rey nuestro señor, hecha en Bruselas a doze de dizienbre de duii años:
levóla Perot, correo.
(Esta carta se enhio primero que esta otra de arriba.)
Como quiera que mis pensamientos no sean con aquella prudengia que
para hablar en tan grande negogio seria menester; mas no son vazios de mu-
cha y deseo que tengo al seruigio
fe de vuestra alteza y al byen común de la
patria, y con esto yo escriui Almagan, como vuestra alteza haze mingion por su
carta, y pues manda que escriva mas claramente mi yntingion, hazerlo he,
avnque sea la materia peligrosa para escriuir. Uuando vuestra alteza y la Rey-
na, nuestra señora, que santa gloria aya, movieron partydo de dar el reyno de
Ñapóles y aver en su poder al Vnfante don Carlos, vuestro nieto,
al Pringipe,
después de largos y byen aventurados dias V. ais. los de.xasen, y creya que
tenyan entero conocimiento de sus sugesores, y que como prudentes
\'. ais.
tuviese, y estos Señores tomasen la sugesyon, que no podria ser syno que
oviese muchas y grandes mutagiones y alguna discordia entre vuestra alteza
y el Pringipe, por la qual cabsa esos reynos que han sydo librados por la mano
de vuestra alteza de muchas tiranías y discordias tornasen al estado en que
estauan quando vuestra alteza reyno; y muchas vezes pensando en el remedio,
me vinieron muchas cosas a la fantasya, entre las quales me paregia que se
podia remediar todo desta manera: que la Reyna, nuestra señora, consyde-
rando y peligros con que Vuestra alteza gano y sojuzgo estos rey-
los trabajos
nos y los anplio, hordenase que Nuestra alteza fuere governador dellos perpe-
- 318 -
tuo, V ¡unto con esto, que se trabajase quel Rey de Romanos tomase la corona
tlelVinperio, y quel Pringipe fuere elegido por Rey de Romanos, y qué V. ais.
diesen al Pringipe el reyno de Ñapóles, porque diese al Ynfante, y el Principe
ocupado en esto de acá, perdería la voluntad de yr en Kspaña, y as)' V. ais.
biuientes, ternian con su nieto vida descansada y sus reynos pagificos; y si Dios
hordenase lo c|ue agora ha hordenado, quedando vuestra alteza por perpetuo
governador de sus reynos, y teniendo a su nieto, todas las cosas que están en
potengia de sugeder mal se convertirían en bien; y por esto escriui Almagan,
y dízía en mi carta: Saliis oinniíini consistit in filio^ porque sy los padres van
a reynar, y vuestra alteza alga mano de la governagion, poderoso es Dios
la
para hazer todo lo que quisyere; mas sy por razón humana lo avemos de juz-
gar, byenaventurados serán aquellos que no lo verán. Con temor escriuo esto,
porque ay alia muchos que escríven acá todo lo que oyen, y por esto no me
estendere mas a escrivir, avnque avria tantas cosas que dezir, que en harto
espagio de tienpo no se podria hablar; y tanbyen lo dexo porque esta tan
turbado mi entendimiento por esta triste y desaventurada nueva que acá es ve-
nida, que casy estoy syn sentydo; mas todavía dyre algo de lo que acá syento,
porque vuestra alteza se sirua de todo para lo que le converna hordenar. Tres
cosas temen acá, y la vna tenian por muy cierta que hera, y las otras creyan que
podrían ser: la que tenian por gierta es que Vuestra alteza hera jurado en esos
reynos por perpetuo governador y administrador dellos, segund yo lo escriui
a Vuestra alteza dias ha; la otra es que, sy nuestro señor llevase a la Reyna,
que X'uestra alteza quedava en hedad de se casar, y casándose y avyendo ge-
neragion, perdían la sugesyon de Vuestra alteza; y la otra, que entre estos se
hablaua quel rey de Portugal les podia ser algún ynpedimento para la suge-
syon; y hablando alguno sobre esta materia, me dixo: No es el temor que tye-
nen del rey de Portugal que el se porna a enpachar la sugesyon al Pringipe;
mas que dará aquella señora que que se llama Reyna de
esta en Portugal,
Castilla, al Rey, y quel Rey podra tomarla por muger, y con el titulo de aque-
lla, poseer el reyno. Asy que escriuo a \'^uestra alteza lo que acá he sentido, \'
dexo otras cosas que mas querría dezirlas a boca que no escriuirlas en carta,
de Bruselas a xxu de dizienbre de nuu".
Después de esta escrita, el obispo de C'ordova llego, del qual el Pringipe su-
po verdad del fallegimiento de la Reyna, nuestra señora, y luego a la ora
la
enbio vn correo a don Juan Manuel que yva a Alemania que se boluiese, y es-
tornado aqui. Plega a Dios enderegar todas las cosas como Vuestra alteza lo
desea v como estos revnos lo an menester.
.
— 319 —
OTRA CARTA
para el l\iv nuestro señor, hecha en Nr/ise/as a veynte e syete de dizienbrc de
nuil, leñóla Martin de / 7, correo.
Sy los onbres pudiesen mostrar lo cjuí' est.i dciUro del coraron, hallaría \'
al. en ni¡ coragon escrito su nonbre, )• sy muchas partes se hiziese, en cada vna
dellas se hallarla la verdadera fe que tengo para seruir a Vuestra magestad, y
tanto quanto yo biuiere la terne y con aiiuella moriré, y no rehusarla trabajo
ni peligro que me pudiese venir; y desto mis (íbras darán testimonio, y tanbyen
p ídran ser testigos los que vieren y an visto la singeridad y linpieza con que
yo trabajo en las cosas que al seruigio de vuestra real magestad tocan; y sv al-
gund revés tomasen las cosas lo que yo no espero, syno (|ue tiidas sugederan
ad uotiim, no seria por defeto de mi fe y lealtad y fedelidad, porque esta sera
firme y sin ninguna mutagion, porque quien tiene buena fe agora es tienpo de
mostralla.
Manda V. al. qne sienpre escriua de las cosas de acá lo que viere que cun-
ple a su seruigio. Yo no seré perezoso para conplir su mandamiento; y con el
vltinio correo que aqui avenios despachado escriui a Wiestra magestad algo
que muchas vezes avia pasado por mi fantasva, v no estoy sin mucho arrepen-
timiento porque antes no lo escriui. Yagora avra tres dias que hable con el Rey^
aconsejándole que tuviese mucha vigilangia sobre estar sienpre a la obedien-
gia de y seguir su consejo, y diziendole y mostrándole muchas cabsas,
V. al.
xome: De las cosas despaña yo no puedo agora hablar, ni sabria hablar en ellas
hasta quel obispo de Cordova me hable y declare lo que quiere dezir de
parte del Rey, mi señor, y tanbyen os digo que yo no determinare ni hablare
en ninguna cosa hasta ver al Rey, mi padre, con el qual yo me veré } muy^
presto, y con su consejo haré todas las cosas, y como es razón, yo no ecedere
de lo me consejare, que en las pequeñas cosas es razón de hazerlas por su
quel
consejo, quanto mas en cosas tan grandes como estas en que ay bien que
pensar.
Después, hablando con mose de X'illa, preguntóme: Es verdad que en Cas-
tilla han jurado al Rey por governador perpetuo de aquellos reynosr Yo le dixe:
As_\' lo dizen los que de alia vyenen; yo no tengo carta dello. El me dixo: Pues a
que ha de yr Rey, o para que le llamays Rey, que llamalle Rey y no
alia el
qi'e sera, sera svno como vn niño governado.' Par dios, yo no se entender esta
cosa. Yo le respondy: No se lo que es hecho; mas segund las leyes de aquellos
— 320 —
revaos, hase de coiiplir l;i voluntad del testador, mayormente quando ay cab-
sas legitimas por las quales el señor de los byenes puede disponer deHos a su
voluntad y conforme al derecho. Dixome: Bien, mas seria menester la clavsula
del testamento, y ver lo que mando y como lo mando. Yo creo que sy los gran-
des del reyno \' los procuradores de las cibdades han jurado por governador
perpetuo al Rey, mi señor, que no lo jurarían syn saber muy byen sabido por
que lo ¡uravan. Replico: Pues para que dizen al Rey que vaya, y para que le yn-
titulan Rey.'' Que ha de hazerr Yo le dixe: Nos desconfíes, que todas las cosas
por malas que sean tyenen remedio, y por buenas que sean tyenen contrario;
por tanto, sabios soys, y aqui tenes personas que os sabrán consejar; y sy dis-
cretos fueredes, a todo hallareys remedio; y guardaos no os determineys en co-
sa en que ayan de ganar vuestros enemigos v perder vosotros; v lo que con-
vyene al Rey es que syenpre este en obidiengia del Rey, su padre, porque no le
podra mejor consejar ninguno quel; y sy la Reyna, que gloria aya, no oviera
mandado en su testamento quel Rey, mi señor, fuese governador de aquellos
reynos, el Rey se lo devria suplicar, porque ni el ni vosotros soys espertos para
governar a Castilla, y no la conoges; y si tomasedes la governagion en las ma-
y la Reyna como prudentísima pro-
nos, podriades hazer herrores yrreparables,
uevo a esto. Y pasamos muchas cosas. Yo he sentydo y syento que tyenen n".u-
chos temores, y creo que vernan a todo lo que V. al. mandare, porque ellos
conogen que no les cunple otra cosa, y byen veen que no tyenen fuergas para
tentar fuerga, avnque tyenen mucha esperanga en Frangía; y los cuerdos byen
conogen que es aquella su destruygion, y que en la ora que se ayudaren de los
franceses son enemistados con todos los castellanos y españoles; mas la afegion
que con ellos tyenen es grande; y por otro cabo pyensan en el peligro que po-
nen la y en esto vo les pongo todos los temores <_¡ue ¡uiedo.
sucesyon de V. al.,
.\sy que por agora no ay otra cosa de que avisar a V. al. Uuando la avra, po-
nerse a toda diligengia para c|ue V. al. lo sepa.
Asymismo, halilando después con el Rey, y todavía trayendo a la memoria
quanto le cunple estar syenpre al consejo y obidiengia de V. al., me dixo: Yo
lo haré asy tanto quel Rey guarde mi honrra, que de los byenes no curo, que
tengo asaz; y sy esto no se guardare, yo tengo padre y paryentes y amigos que
me ayudaran a hazer que se guarde.
Ya escriui a \'. al. que don hian se avia tornado del camino de Alemania
luego que supo la nueva desaventurada, y hablando verdad, nunca crey quel
yva ni avia de yr, avnque partió, jiorcjue avia muchas cabsas para sospechallo;
verdad es quel Rey escriuio que se tornase, y de su tornada a sugedido que
nunca se ha hecho consejo syn el. Según quien el es, yo creo que guardara su
linpieza a todas partes, y no podría creer otra cosa de tal persona. \'. al. en-
tyende vno y lo otro; yo me descargo.
lo
Veré a V. al., y agora ase del todo punto determinado (|ue vaya, y despachase
— 321 —
para yr. Vo le hablado. Dize que ha de trabajar la conformidad entre V. al. y el
obras.
Del maestresala Moxica he sentido después que vyno aquello que de ver-
dadero seruidor de V. al. se deve sentir, y con tanto cuydado anda sobre las
cosas que ve que puede enderegar para que se haga lo que convyene al ser-
el
uicio de V. al., que no veo acá otro que mayor cuydado tenga. Sentydo lo aii
acá, y avn ayer le dixeron que se escusase de hablar muchas vezes á la Reyna.
No sabe la cavsa, ni creemos que sera otra syno conoger que es verdadero ser-
uidor de su alteza y de la vuestra.
OTRA CARTA
para el rey nuestro señor, hedía en Bruselas a xvi de henero de dv° años; le-
para las cosas de vuestro seruigio, y no quedo por no avisarle yo dello; mas
como los onbres tengan diversos fines, no aprouecho. La liga se comengo desde
la venida de mose de \'ere de Francia, y acabóse luego que se supo que se
contentamiento que de alia tyene. ni la gana que tyene de ser grande por vna
via o por otra. he escrito a Vuestra alteza algo de lo que algunos me avian
Yo
dicho que el dezia, y agora, no de oydas, mas de vista hablo, que el me dixo:
Yo soy en poco cargo al rey de Aragón, y pyenso que en seruir al Rey, nues-
tro señor, hago lo que devo; y a mi me convyene buscar de comer y avello de
entramos sy pudyese; y sy alia no me lo dieren, yo lo tomare de acá, y pienso
no herrar en ello, pues estos son nuestros señores naturales. Yo no dexare de
hazer todo lo que pudiere en seruigio del Rey, pues que seruir a entranbos no
41
— 322 —
se ofende ninguno. V asy discurrientlo por la habla dixo: En los tienpos de paz
pocos son los que ganan, y en los tienpos rebueltos se hazen los ohbres; }•
otras palabras conformes a estas. Finalmente, quel tyene acá puesta toda su
esperanga, y quiere que lo sejjamos, y yo no conosco otra cosa, y como per-
sona que ya tyene su hecho por asentado, cabe en todos los negogios, y agora
por el se guian.
Asymismo me dizen que trabaja de ganar al obispo de León. No creo que
terna mucho que hazer en ello, porque avnquel Obispo es muy buena persona,
y desea el seruicio de vuestra alteza, a todo lo que yo del conosco, mas go-
viernase por vn su primo, que se llama don Aluaro Osorio, hijo de don Diego
Osorio, y este con vn poco de vyento que acá ha ávido, es todo de acá, y
trae al Obispo a su voluntad.
Asvmismo me dixeron oy personas ciertas y de creer que hablando don
Juan en las cosas de Castilla, dixo: Hasta aqui la casa de los Manrriques ha
estado abatyda; agora es su tienpo. Yo'no le doy otro entendimiento syno que
hazen acá mucho cavdal del duque de Xajera, v que creen que le tyenen
giertode su parte; y tanbyen don Diego de Guevara les ha ofregido al mar-
ques de Villena y a su parentela, según yo he sentido. Byen lo creo, porquel
dezidor y oydores tyenen harta liuiandad quando les veo hazer mucho cavdal
de Juan \'elasques para en cosas de estado.
Asymismo me dixo donjuán que avian ávido correo de Alemania, y C]uel
Rey de los Romanos dezia al Rey, su hijo, que aparejase todas las cosas para
su camino, y que se delibrase de lo poner en execugion lo mas ayna que pu-
diese; y que el se descabulliria de las cosas que tenia entre manos, y vernia a
le ver, y que enbiaria por el cardenal de Rúan para que se hallase con ellos
que veen levar el manjar no saben otra cosa de lo que veen, o sy lo saben, no
parece asy mal como paregia lo primero.
Mucha congoxa tyene don Juan diziendo quel de Veré ha de tardar mu-
— 323 —
cho en camino, y teme, segiind he sentido, que mañosamente el obispo de
el
Falencia no se avra con el Rey, y como el desea que por mano del de Veré
se hagan las cosas, dale gran pryesa con cartas que se de jiryesa al camino.
No me pesa que este sea partido de aqui, porque a la verdad no avia otro de
quien temer; y sy mi pareger fuere bueno, syno tómelo \''uestra alteza con la
voluntad que lo digo. A mose de \'ere es de hazerle mucha honrra, v ponelle
en conpañia de personas que sea fiable a vuestra alteza, para que no tengan
lugar de platicar con el algunos qui" no ternan buena opinión, o para (|U(' el
no trate con algunos que echen pongoña a los negocios; y oyrle y dilatar con
el en la respuesta, hasta que vuestra alteza avise acá al obispo de Falencia de
porque se terna manera con los cpie no les plaze de las delan-
lo cjue el pide,
teras que ese toma como acá con ellos el Obispo tome conclusyon, o se pon-
gan las cosas en términos para saber el fyn que estos tyenen en el Rey. .Syn
duda yo no puedo dezir otra cosa syno que sienpre le hallo ganoso de estar
obidiente a Vuestra alteza; y Eiiose de \'iila es onbre que lyene buena yntiii-
gion, y por este yo creo que no c|uedara de hazerse las cosas a voluntad de
vuestra alteza, Dios lo enderece, como Vuestra alteza lo desea, y yo daría mi
vida por ello, y porne todo mi cuydado en seruir a Wiestra alteza, como soy
obligado.
Después de esto escrito hable con mosen de X'ilia, y entre muchas cosas
que platicamos, me dixo: Vos digo quel Rey esta de tal voliuitad, como la
quiriedes para obedecer y hazer lodo lo quel Rey, su suegro, le mandare, v
no creo que se mudara desto, porc|uel conoge que es esto lo que le cunple, sy
de vuestras gentes no ay quien le dañe; y los que estays aqui podeys hazer
mucho byen o mucho mal. Yo le respondi: No esta eso en nosotros, syno en
vosotros, que pues conocej's que la concordia es buena v la discordia mala,
al que os hablare palabras enderezadas a discordia, no le tengays por serui-
dor de ninguno de los Reyes, mas por desleal y enemigo de entranbos; \' nin-
guno ay que pueda poner mal, sy el Rey que aqui esta quiere obedeger a la
razón, y la razón es que en todas las cosas el este a governagion y obedyen-
gia del Rey, mi señor, que le ha de dexar todo lo que tyene; y haziendo el
esto, no tyene necesidad de nadye. V sy cree a los que le dyran otra cosa, esto
en que agora sugede y lo otro que espera porna en mucha aventura; por ende,
si sabio soys, materia teneys entre las manos para aver honrra
y prouecho.
Respondióme: Verdad es, si se guia byen. Mose de Veré es ydo a España. Sy
alia negogian con el, como sera lo que dezis, syno se liaze vna cosa, que es
que alia le hagan toda la xira del mundo, y que las cosas se negocien acá,
pues el Rey confia de mose de Palengia, y acá el Rey avra plazer de negogiar
sus cosas, y yo enderegare todo lo que pudiere para que las cosas se hagan a
onor de entranbos reynos, porque sy los franceses pueden acabar que entre
padre y hijo aya discordia, no querrán otra cosa, ni verán mejor dia, y eston-
ges se burlaran de vosotros )' de nosotros. Yo os ruego que vos trabajes quel
obispo de Falencia y yo estemos muy concertados, porque podamos hazer al-
— 324 —
gund buen seruigio. Paregiome que se conforma con lo que arriba tengo es-
crito. X'^uestra alteza tome lo que bueno le paregiere.
de Bruselas a xvi de enero de 505 años.
OTRA CARTA
del Rey, nuestro señor, para el comendador de la Menbrilla, hecha en Toro a
XXIII. de enero de d.v. años. Trnxola Perot, correo.
OTRA CARTA
para el Rey ntiestro señor, hecha en Bruselas a dos de hebrero de d.v.° años:
levóla Pedro del Canpo, correo y levóla duplicada Perot, correo.
Segund lo que puedo alcangar destas gentes, paregeme que todos están
conformes en querer y desear quel Rey y la Reyna vayan a España, porque
los vnos esperan ganar quedando, y los otros tyenen por muy gierto la ganan-
gia yendo; y estos son el chanciller y los que le syguen y mose de Villa y sus
aliados. El chanciller desea quel Rey vaya porquel ha de quedar por absoluto
señor desta tierra, y como agora no ay ninguna persona de estado ni abtory-
— 325 —
dad para (luednr ]íor govprnndor, ¡lyensa ([uf ¡lodra el ser señor y mandar a
ciuien quiera que quedare en su conpañia. El de Villa tyene puesto el pensa-
miento en alto lugar, y piensa que podra aver el maestradgo de Santiago, y avn
a la verdad dizen que se lo tyenen prometydo. \o lo se esto gierto, syno que
muchos y estos otros que están en torno del Rey pyensan que en poco
lo dizen;
tienpo podra cada vno dellos subir a gran estado, y a esta cabsa lodos son con-
formes para aconsejarle que vaya, y juntóse con esto el pareger y consejo de
don Juan que los abiva mas en ciue esto se syga.
donjuán ha s)'do y es y sera muy gran ynpedimento para
Cierto es que
los negocios, y sy el no estuvyera aqui, yo creo que con menos costa y mas a
sabor se negogiaran las cosas que se negociaron agora, porque don Juan sabe
los conosco por tan de poco coragon, que ellos buscaran medios para asegu-
rar lo de adelante, y que no ageptaran la yda por el presente, avnque se les re-
quiriera que fueran, porque por tales medios se les pusyeran temores y tan jus-
tos, que ellos vinieran las manos atadas; mas teniendo por consejero aquel que
sabe que sabemos y dize: mas adelante!, esfuerganse y estiendanse con las
lo
esperangas que les da; y sy por alguna manera este se pudiese quitar de aqui,
sin duda creo que seria muy gran byen para lo que se oviese de negociar. Vo
no querría que \'. al. pensase que alguna pasyon particular me haze dezir esto,
porque Dios sabe que es verdad que yo no tengo otro syno de penarme
que no se hazen a mi voluntad las cosas que tocan a vuestro seruigio: digo a
mi voluntad, que querría yo que por vna manera o por otra se hiziese lo que
V. al. desea; y avnque yo recibiese en ello verguenga o mengua o daño, }'o me
ternia por byenaventurado porque \'. al. fuese seruido, y sy pensase que don
Juan podria acabar lo que V. al. desea, y que hera negesario para esto cjue \'.
al. me avergongase, y que con deshonrra me quitase de aqui, yo se lo suplica-
ría, porque por Dios y por el Rey y por la patria a todo se an de poner los
pensaua que tenía allí mucho crédito, y el asy lo publica; y creya que de tan
gran negogiagion no podía quedar pobre. Y todo quanto el ha hecho y rodea-
do después que V. al. movió de dar a Ñapóles al Rey, vuestro hijo, a sydo a
este fin de yr a entender el en este negogio. Sy agora V. al. le mandase yr alia,
y con darle algún fruto en las hordenes o en alguna dellas para sus hijos, no
— 326 —
creo que ay cosa que de aqui le arrancase sy esta no; pero a de ser con maña,
que V. al. me enbiase a mi una carta de creengia para que le hablase, y que la
dexar pasar el tienpo de la tregua que tyene con el rey de Frangía syn cono-
cer el fin que los franceses tyenen, ])ara después de salida la tregua, que \'. al.
a acordado de enbiar enbaxadores a Frangía para tratar la paz con el rey de
Frangía, ó para alargar la tregua en caso que la paz no se pueda aver, y que
para esto, \'. al. a acordado que los enbaxadores sean el obispo de Palengía y
damento ha de ser para que de allí vaya a Castilla syn tornar acá, o estar que-
do allí.
Asymismo estos dubdan del poder quel Obispo tyene, porque es poder da-
do antes que Reyna, que santa gloria aya, fallegiese, y creen que hera para
la
syeron alguna duda sy era bastante o no. Paregeme que \'. al. lo deue ratifi-
car, o enbiar otro de nuevo, porque no tenga achat[ue para no negociar, por-
que toda la dilagíon que puede dar donjuán y los del partido de mose de Veré
Rey, díziendo quel se estyende a mas de lo que V. al. manda por estoruar su
yda, y a todo lo que he podido entender, el de \'ere no va seruídor de V. al.,
porque dizen que díxo quando de aquí partió: Yo hago voto a Dios de no re-
cebir vn jarro de agua del Rey de Aragón, pues que el ha reprehendido tanto
lo c|ue yo tome de Frangía.
Asymismo me parege que seria gran torcedor para estos de mandarles que
lleven consigo al Pringipe don Carlos, y no solamente que lo demandase V. al.,
los grandes firmasen en ella, no sería ynconviniente; y creo (¡ue quando esto
le demandasen que se enfriarían en la yda, y que tomarían otro camino; y sy
tar en mayormente
Castilla, sy la Reyna no esta mas conforme con el, basta-
ria para prouar ser buena mi yntingion.
para alli don IVdro de Ayala, y pluguiese a Dios que todos los seruidores de
\'. al. tuvyesen tanta fe a vuestro seruigio como el tyene, que el muestra en
esta jornada quien es.
Asymismo diré agora lo (|ue nunca he dicho, que he tenido mucha sospe-
cha que don Juan no ha avisado al Rey de Romanos de los descargos que V.
al. ha hecho sobre esto que los frangeses han escrito al Rey de los Romanos y
al hijo, que V. al. queria dar al rey don Fadrique el reyno de Ñapó-
Rey, su
les;y la cabsa que me lo haze sospechar es que nunca don Juan a tomado co-
pia de carta ninguna que Y. al. aya escrito sobre este caso, y no pueden cjue-
dar tan byen las memoria de vna sola vez que se oygan para po-
cosas en la
dellas escrivir como conviene; y mas lo sospecho por dezirme el que el Rey
de los Romanos esta mas yndinado sobre esto quel Rey su hijo, porque sy el
Rey de los Romanos oviera byen entendido los descargos que \'. al. ha hecho
sobre esta razón, yo le tengo por onbre que, avnque tuviese concebido el con-
trario, que hera verdad lo que los frangeses dizen, creyera ai contrario, porque
los conoge, mas todavía no puedo estar syn sospecha que no ha sydo byen yn-
formado de acá.
Asymismo es menester para bven negogiar que \ . al. determine de gas-
tar diez o doze mili ducados perdidos para dar de mano a personas que pue-
den dañar, para atapalles las bocas que no dañen, que con estos se hará mas
que con dozientos onbres darmas.
Asymismo es negesario que W
al. mande tener buena diligengia en co-
rreos, y que a lo menos estén seys diputados para lo de aqui, y que los dos es-
ten alia syenpre esperando, y los dos acá, y los dos que continuamente anden;
por manera que el dya que llegare alia vno, se despache otro para acá, y el
dia que llegare acá otro, se despache otro para alia, y asy sera V. al. avisado
cada semana de lo que sugediere, que agora es tienpo de gastar.
Asymismo estos dubdan de la clausula del testamento que toca a lo de la
gobernación, y tyenen mucha ansya por saberla sy es absoluta o condigional;
no seria malo enbiarla abtorizada.
La Reyna esta todavia en su soledad; es verdad que su alteza lo quiere, mas
avn creo que sy le quisyesen hazer plazer, que lo regibiria; mas ni se lo dan, ni
les plaze que ninguno hable con su alteza. Xo veo otra cosa syno que quan-
do en esto se habla, que responden: El Rey lo haria y lo querría sy la Reyna
quisyese regibirlo, mas no veo que quiere tomar la pena de hazerlo. Ya yo
callo, porque me aprouecha poco dezirlo, y avn porque, segund el gesto me
— 328 —
liazen, creo que no me tyenen buena voluntad, y quien a hecho que me la ten-
gan mala no lo ha hecho por mi, mas por lo que yo entendya.
Del Rej^ como tengo otras vezes escrito, no siento syno todo byen, y creo
que no esta syno en seruir y agradar a V. al.; mas cree tanto a los (¡ue le con-
sejan, que querria yo que fiiese mas señor de sy de io c[ue es. Plega a Dios d<^
enderezarlo todo, y i¡ue no de lugar á los que tyenen las voluntades torcidas.
."\symismo, a todo lo que puedo sentir, todos estos del Rey están muy pues-
tos en aver los ofigios todos del reyno, y yo creo que donjuán los ha geuado
con esto, porque hablando el vn dia conmigo, me dixo: Hartos ofigios ay ago-
ra para dar.Yo le dixe que creya que no se mudarían ningunos, mayormente
contadores mayores y otros ofigios pringipales. Respondióme: Yo por vacos los
tengo, y por eso no dexaria de demandar qualquier ofigio. Yo creo verdadera-
mente que ya entre sy los tyenen repartydos, y por esto fue byen, y avn nege-
Obispo dixo, que los ofigios y tenengias y benefigios no se
sario, dezir lo quel
avian de dar syno a onbres casados en Castilla, segund la ley del reyno. Y no
me parege esto syn razón, pues acá tyenen ley que ningund extrangero tenga
ofigio ni benefigio en su tierra, y no es mucho que se haga alia esto, pues acá
esta colgada a la puerta del chanciller vna tabla en que esta escrito: Sepan to-
dos que sy el Archiduque hiziere merced de xxv florynes arriba syn que sea
tos negogios por la mucha parte que dizen que tyene con el Rey, no se enga-
ñe V. que la parte que el tyene, yo la ternia sy oviese querido renegar la
al.,
ra, y de
la Jaques mucho menos. Byen creo que sy el correo que yo despache
tras Jaques fuera llegado, que V. al. no le despachara tan ayna, que su venida
nos ha enbargado, como de la carta del Obispo V. al. entenderá.
de Bruselas a dos de hebrero de 505 años.
OTRA CARTA
para el rey nuestro señor, hecha en Bruselas a xvi de hebrero de dv° años: fue
por la mar y duplicada por vn correo de Brujas.
vna carta de \'. al. escrita en Toro a xxiii de henero, y beso las
Re<;ibi
fuerte por las muchas aguas ([ue por ella corren, y las villas son tuertes, y el
se a de saberlo.
Asymismo es venido aqui vn criado del Almirante, que se llama Fulan de
C^amudio. Truxo cartas al Rey y a la Reyna; mas este no a hecho
los misterios
de encobryrse como el otro. Syenpre estare sobre aviso para saber y entender
los que vyenen y de quien son, y luego daré aviso a Vuestra magestad con
gio de V. al.
se gierto.
La Reyna dizen que esta preñada; ay señales dello: esta byen flaca y ama-
rilla; dizen tanbyen que se haze etica; no es maravilla, que después que de
OTRA CARTA
del Rey al embajador.
El Rev.
no conviene dezir aqui mas syno que aquello se ponga en obra, porque asy
cunple al byen de y yo vos escriuire a vos lo que ovierdes de
los negogios;
hazer; y en tanto hazedme saber de contino las cosas de alia muy por me-
nudo, y principalmente de la salud y buenas nuevas del Rey e Reyna e Prin-
Lo de vuestro ofigio de Ñapóles ya lo prouey como cunple, y
gipes, mis hijos.
en las otras cosas que vos tocan se hará todo lo que vuestros buenos seruigios
meregen.
De Toro a xxiiu" de hebrero de 505.
OTRA CARTA
para el Rey, nuestro señor, hedía en Bruselas a cinco días de inar<;o de ¡o¡
años; levóla Perot, correo.
A que puedo conoger del Re}' y de los que están gerca del, el tye-
todo lo
ne mucha gana de yr a España, y ayudanle para .esto los que escriui a V. al.,
que son el chanciller, porquel ha de quedar solo en esta tierra y señor della, y
mose de Villa y don Juan y toda la liga de don Juan, que son el obispo de Ca-
taniay prouoste de Utrec y Laxao y todos los de su partido del de Veré, por-
que pyensan ser todos grandes señores en España, y piensan mandarla y go-
vernarla;y no estoy sin sospecha que los franceses, por yndustria desta liga que
digo, leaniman para yr alia; y segund lo quel Rey hablo oy conmigo, no ay
cosa que le estorvase la yda; y tanbyen conogi del que por yr alia vernia a
qualquier partido que le hiziesen; tanto que no fuese tan contra su honor que
no fuese de ageptar; y yo no hallo en su yda syno vn ynconviniente, que es
muy grande; que es muy variable, y quien quiera terna poder para lo mudar;
y según la costunbre de los castellanos, mayormente de los Cirandes, que son
— 333 —
amigos do mutacidnos, no sf sv v'do alia le allerariaii |iara hazí-rk- ([iiebrar lo
que asentase y prometyeso: y sy caso fuese que esto sucediese asy, y V. al. y
la suva oviesen de venir en quiebra, sy esta no se puede escusar, mejor seria
que estuviese fuera del reyno que no en el. l'or otro caso ay otra ra/on contra
esta, que asy como vnos le podrían mudar para ponelle en diferencjias con V .
al. de aquella manera, se podría sostener y mudar para que dexase aquellos
de secreto dizen que es ydo en enbaxada al rey de Frangía que esta en Paris,
y como el Rey se halla a xxx leguas pequeñas de Paris, enbio alia a mose de
Villa. Avn no es venido.
Asymismo después que escriui esta carta que aqui va, la qual enbie por la
mar, ha sugedido quel Rey enbio a llamar a Moxica y a Sabastian Dolando, se-
cretario de la Reyna, y Moxica fue al Rey, y el Sabastian no, porque la Reyna
le mando que no fuese, y que escriviese al Rey que su alteza se lo avia man-
dado; mas que sy hera necesaria su yda para cosas que cunpliesen o tocasen a
entramos, que se lo escriviese el Rey a la Reyna y que lo mandarla yr. Como el
Rey regibio la carta, dixeronme que la dio a donjuán, y otro dia vino vna car-
ta del Rey y llevaron a Sabastian preso a vna fortaleza. El obispo de Palengia
que como Lope quiso yr a besar las manos a la Reyna, Moxica y Savastian Do-
lando fueron con el, y escriuieronselo luego al Rey los que alli estauan, y luego
sugedio esto. Es la mayor verguenga del mundo las niñerías que aqui andan, y
— 334 —
es vida peligrosa, porque nn esta en mas la vida de ningLino de quanto alguno
fuere malo para dezir: Este hizo esto; y ay tantos malos y que traen este ofigio,
viniendo el obispo de Palengia y con las materias que avia venido, me avia jim-
tado con el y avia dexado a don Juan y al obispo de Catania. El mismo Rey
me lo dixo, porque 3^0 le dixe que me avian dicho que su alteza eslava enojado
de mi, y que algunos gentiles onbres de su casa dezian que no osavan venir a
mi posada como solian, porque a su alteza le pesava; y asy me dixo estotro. Yo
y no le negé que dezia verdad, y esto han hecho vnos synples espa-
le satisfize,
iiolesque aqui están, que son mucho de don Juan: y no se sy ellos, pensando
que le hazian plazer, o porque el se lo dixese, andavan senbrando esta fama por
todos los que solian venir a mi posada; pero en fin, biva \'. al., ct ego dcspi-
ciam inimicos meos.
Asymismo por consejo de don Juan y de Laxao y del prouoste de Vtrec,
que son tres personas y vn anima, se rodeava que el Grafier fuese a estar por
secretario del de Veré, y el lo escryvio desde alia a ynstangia dellos para po-
der mejor saber las cosas que V. al. platicase alia antes quel Rey, o tan ayna
como el. Ase estorvado por alguna manera, y creo que no yra. Estando yo con
el Rey le dyeron vna carta escrita en latyn: la firma dezia: Bcrnardus de Per-
phiatr, y en el primer renglón dezia: Bcrnardus de Perpinan, subditas uestre
magestatis , no ley mas porquel Rey cerro luego la carta. No se quien es
aquel; creo que sea alguno de Perpinan.
Asymismo Rey me dixo que tenia mensajeros del marques de \^illena y
el
Micer Filiberto Natural escriuio a vn tal quel avia ydo a I-'rangia después del
fallegimiento de Reyna despaña, y que avia concertado de tal manera al rey
la
no se que consejo ovo, que no ha querido responder hasta que vea al Rey, su
— 335 —
padre; y esto no es asv en lo gierto, syno tiiie no le dexan responder loscoli-
tiados delde \'ere hasta qiiel llegue a \'. al., y escrivan lo que alia halla; que sy
el fuese llegado y oviese escrito, no esperarían el consejo del padre; y oy que
son cinco de margo he hablado yo con el chanciller, y pregúntele: Que os pare-
ge de lo quel Rey, mi señor, a escrito? Dixome: Todo es bien, syno que ay mu-
chas cosas que no se entyenden bien. Yo le que syenprc
dixe: Este es el error
hezistes en su casa, que no entendeys byen las cosas, y no las quereys platicar
con quien os las puede declarar. Paregeme que fuera razón, sy no lo aves en-
tendydo, de llamar al Obispo y a mi y preguntar: Como entendeys vosotros
esto? y platicar sobre ello; mas no entendeys las cosas, y callays y dezis que no
andamos claros con vosotros. El me confeso que dezia la verdad; mas que do
av muchas cabegas ay muchos pareceres; mas que sy su voto valiese, que con
nosotros se comunicaría todo. Dyome a entender que avia quien estorvava que
con nosotros no tuviesen otra comunicagion syno oyrnos y callar y esperar a
lo quel de \'ere haría alia; y como ya tengo escrito a \'. al., donjuán y Laxao
que beuiese, tomólo en la mano y beuiolo dizíendo: Mas quiero ponerme al pe-
ligro que no poner sospecha en la fe del medico. Asy me parege que, pues en
esto no ay peligro, que deve V. al. fiar de la fe del Obispo, pues le conoge por
verdadero y fiel seruidor, porque avyendole enbiado \'. al., y syendo la per-
sona que es, sy \'. al. negogiase alia con el de Veré, aviendo el Obispo venido
acá primero, no podría ser s\'n ofensa de su honrra. V porque desto podría sur-
tir algún ynconviniente a la negogiagion, me atrevo a escrívirlo asy claramente,
avnque conosco en el Obispo tanta lealtad y amor a vuestro seruigío que, tanto
que se haga que V. al. quiere, el sufriría con buen rostro todo lo que a el
lo
OTRA CARTA
del rey itnestro señor para el comendador de la Menbrilla,, hecha en Monte-
viarta a xxvi. de margo de ¡o§ años. Truxola Lope, correo.
Vy
que me escriuistes con Perot, correo, hasta ocho de margo, y por
lo
y lo que mas vereys aqui. Xo queda que dezir syno que trabajeys mucho por
saber sy hazen en Frangía algund movimiento o aparejo para guerra y para
donde, y me hagays saber todo lo que dello supieredes, porqLie yo prouea lo
y por tan seruido me terne de vosotros, pues hazeys lo que deveys, como sy
por mano de cada vno de vosotros se concluyese.
V.n el monasterio di- Mnnlomarta a xwi. de Mar/n de nv años.
ii7 —
OTRA CAJETA
para el rcv ntustro señor, hecha en Lu^enburc a xxvi de marqo de us años;
levóla Pedro del Canpo, correo.
Vna carta de vuestra magestad regibi escrita en Toro a xxiiii días del mes
de hebrero, y asymismo oy lo que V. al. escriue al Obispo, y creo que ya avra
visto V.las cartas que Perot, correo, levo, como se remedio lo que se
al. por
y aquello esta asy como sy nunca fuera dicho, porque se les ha
avia movido,
deshecho muy byen, y avn porque ellos no entendieron byen lo que se les
queria dezir, avnque eslava dicho harto claramente. Agora no ay otra cosa que
escriuir syno que don Juan claramente no quiere obedeger el mandamiento
de V. al., y avn dizenme que dize que no es obligado a obedecelle, que comigo
no tyene mas conversagion ni comunicagion que si nunca nos conogieramos;
mas yo se gierto que el esta en seguir lo que acá siguieren y no otra cosa,
porque acá no siguen en las cosas despaña otro pareger ni consejo syno el de
don Juan; ninguna cosa haze ni dize syno lo que syente que sabe byen a estos,
porque su fin es de subir, sea como quiera. \ porque los que mas hablan con
el que yo escriuiran mas largo a \^. al., no digo mas del, avnque se harto que
dezir, syno que en ninguna manera no yra syno fuere por enbaxador del Rey,
vuestro hijo.
El jueves de la Obispo y yo al Rey para hazerle saber
cena hablamos el
del Rey, mas aquello han hecho con la Reyna por yndustria de don Juan y
de muchos conversos que están aqui al seruigio de su alteza. A V. al. suplico
que, si posible es, que me libre de tanta angustia, no porque tema moryr por
vuestro seruigio, que nunca vez por esto me verna la muerte que no la regiba
con animo viril; mas porque ya no podria yo aqui aprouechar ni hazer ningún
buen fruto.
Asymismo el cardenal de Santa Cruz cada dia enbia aqui cartas y mensa-
jeros,y por medio de don Juan trabaja de tener alguna comisyon por el Rey
y por la Reyna. Kn forma no he sabido cosa particular, mas de aversele ofre-
gido que si quiere que venga para yr con el a Castilla, que el saldrá a Fuen-
terravia a el, y que trabajara de traer potestad de legado y ofrecer muy lar-
gamente su seruigio.
Don Pedro de Ayala se parte luego de aqui para el Rey de los Romanos
byen ynformado de todas las cosas. Con mucha gana va de seruir a V. al.
Buena ley tyene; yo fio que no le corronpan dadyvas ni promesas.
Lope de Conchillos se trata acá cuerdamente, y con mucha íe y lealtad a
vuestro seruigio, lo que no hazen otros que acá están que de razón la deve-
ryan tener.
De las cosas de la Reyna no se que diga syno cjue a mi parecer esta ya
enduregida su enfermedad. Yo he tentado a su alteza por muchas partes, y le
de donjuán. Estos que están cerca del Rey no i|uicrcn oyr dezir a nadie que
haze. Laxao me lo dixo no a dos dias, que no creyese nadye que la Reyna
estava qual dezian, mas que el pensaba que no avia nacido otra persona en el
mundo de tan mala condición, y que quanto hazia hazia de pura maligia.
Mose de Villa desta yda postrera que fue a I'rancia secretamente ha ve-
nido muy buen franges, y como don Juan y el provoste de \'trec y Laxav y
el de \'ere están muy juntos, y claramente hazon contra el de \'illa, el esta
algo y mucho desabrido, y no le hallo tal qual primero le hallava, y avn pa-
rege que por la el haze del enojado con su amo. Oy me ha
contención destos
hablado, diziendome que yo he traydo burlado hasta aquí, que le dixe que
le
la negogiagion no saldría de sus manos, y que agora paregia que hera salida de
las suyas y de mias y de las del Obispo, y que se hazia lo que queria don
las
quererme ensañar diziendo que j'a avia visto que me avian hecho tres tornos,
que las negogiagiones que yo tenia enpegadas y acabadas, luego venia quien
me las sacava de las manos y se levava la gloria dellas; y por aqui comengo a
ynpinar esto, creyendo que yo saldría a sentillo. Yo le dixe: Yo, avnque reciba
daño de levarse otro el galardón y gloria de lo que yo trabajo, no recibo yn-
¡uria, porque yo y qualquier seruidor deve seruir a su Señor a su voluntad, v
si mi Señor es contento de hazerlo asy como vos dezis que se ha hecho comi-
go, yo soy contento, y no tengo yo de mostrar sentimiento por ello para de-
xar de seruir como onbre linpio, ni para dexar de hazer todo lo que yo viere
que cunple a su seruigio; y el sentimiento quedara para entre mi Señor y mi;
mas no para que yo dexe de hazer lo que devo. Respondióme estas palabras:
Por tener yo esa fe he perdido harto, y agora conosco que es yerro. Yo le
dixe: Yo pienso que es acertar y no errar; que mas quiero quexarme de mi
Señor que no me ha galardonado mis seruigios, ni a guardado mi onor, que no
que mi Señor pueda dezir ni nadye que yo hize lo que no devia. En fin, me
dixo: Pardios, yo deseo seruir al señor rey de Aragón, porque yo conosco quel
Rey, mi señor, esta en voluntad de le obedeger y de serle buen hijo, y yo
querría que vos me entretuviesedes en su buena gragia, porque sy las cosas
vinieren a mis manos, yo haré que conosca que soy buen seruidor. Xo sera
malo que V. al. le escriua alguna carta de creengia para mi, por entretenelle
que no se pierda del todo.
Xo \". al. lo que me a paregido de esta llamada
quiero dexar de dezir a
del Obispo, y que sy no fuera onbre de tanta fe, que asy por llamarle de la
es
manera que se llamo, como por algunas palabras de reprehensyon que Alma-
gan le haze de lo que el no tyene culpa, pudiera tomar algún revés, mayor-
mente que se ha trabajado por estos todo lo posyble por ganarle; y gierto, yo
le vi con gran sentimiento hasta hechar lagrimas. Paregeme que quando alia
llegare, que V. al. le debe r'egebir byen y darle a conoger que le tj'ene por tal
— 340 —
seruidor, como el es, porque a los onbres de honrra no les haze cobdicjia ni
otras cosas tomar caminos syniestros; mas sy les tocan en el honor, no'tycnen
tyento. Sy digo mas de que lo me perdone, que el mu-
devria, suplico a V. al.
Reyna, avn le paregia que enbiava tarde. Don Juan y don Diego de Guevara
son los que menean las cosas destos mensajeros de Grandes que acá están, y
con ellos se llegan. A nosotros no viene onbre dellos, ni nos hablan sino de
pasada.
Beso las manos a V. al. por las cartas que mando escriuir
a Gongalo Her-
OTRA CARTA
para el Rey, nuestro señor, hecha en Bruselas a vii. de abril de ^<>j;. lez'ola
Lope, correo.
Desde Lu(;enbiirc escriui a \'. al. todo lo que hasta allí ocurrió, porque yo
me torne desde Treves con el obispo de Palengia, porque estando alli me vi-
nieron vnas calenturas y no estaua para pasar adelante, y llegando aqui a vna
legua de Bruselas, encontramos con el comendador Moxica y con Sabastian de
Olando, que yvan llamados por el Rey y con llamamiento byen riguroso, y des-
pués que fuymos llegados a Bruselas, hallamos que avian hecho mandamiento
a todos los castellanos que aqui están que ninguno no entrase en palacio avn-
que la Rej-na le enbiase a llamar; y mandaron que vn capellán tan solamente
entrase para le dezir misa, mas que en acabándose de desnudar, se saliese de la
cámara y no hablase a la Reyna, avnque su alteza lo llamase, y pusyeron diez o
doze archeros de guarda dentro de la primera cámara, a la puerta de la cámara
de la Reyna, y desta manera la tyenen encerrada y guardada. Esta noche que
se contaron quatro de abril diz que pasaron la cozinade la Reyna en vna cámara
junto con la suva donde le solian dezir misa, y alli le guisan de comer. Manda-
ron esta misma noche tener aparejadas las hacaneas de la Reyna, y a quatro
oras de la noche y regidores de
la justigia al palagio y estu-
la villa vinieron
vieron en gran consejo con los que tyenen cargo de la Reyna. Xo he podydo
entender hasta agora que ha sido la cavsa de todo esto, ni a que proposyto
esto se haze, saluo que me dixo vno que avia visto salir a la Reyna llorando y
diziendo: Soy yo mala muger, o que guardas son estas que me ponen? \ asy se
torno a su cámara diziendo: O que esto dixo muchas
malaventurada de mi! Y
vezes. Y pues el obispo de Palengia a visto y sabe todo lo que de aqui se pue-
de saber, no diré mas desta materia; y porquel asymismo sabe lo que la Reyna
ha pasado con el obispo de León y poca obidiengia quel a tenido a sus man-
la
póles, porque tyenen por muy gierto que ha de aver quiebra entre Y. al. y el
Rej-, vuestro hijo; y claramente se dize que esta junta del Rey de Romanos y
del Rey, su hijo, y del cardenal de Rúan, que no es por otro misterio syno para
aliarse contra V. al., sy no le quisiere dar libre el entrada y sucesyon del reyno
de Castilla.
Asymismo he sabido acá de algunas personas que los ginoveses están muy
mal contentos de la governagion de franceses, asy los Fragosos como los Ador-
nos. Ya Y. al. sabe quanto Genova ynporta para las cosas de Italia, mayor-
— 342 —
mente para lo de Ñapóles, por la mar; sy los franceses han de tornar a la gue-
rra con V. al., acuérdesele de proueer con tienpo sy podra ganar aquel'los, que
gran cosa seria ponelles la guerra en su tierra y estorvarles que no vean la de
V. al.
l^os ingleses y los desta tierra parege que están en alguna rotura sobre los
tratos y mercadurías de las vnas tierras a las otras. P21 Rey a hecho pregonar
¡)or toda su tierra que no entren en toda ella paños de Inglaterra, )• el Rey de
Inglaterra a mandado pregonar que de su reyno no salga mercaduría ninguna
para Irlandés, ni de Flandes lleven mercadurías a su tierra, y hazc el establa de
las lanas en Cales; y el Rey a defendydo a todos los de Flandes y de todos sus
señoríos que ninguno no vaya a Cales, ni conpre las lanas de los yngleses; asy
que comiengo y no pequeño de discordia entre ellos. Sy agora gesase de
es vn
venir flota despaña, esta tierra seria toda motynada.
L'is enbaxadores de V. al. que están en Italia escriuen a don Juan Manuel
vea sy es menester proueer en algo que no quiera que se sepa acá antes que
se haga.
Muy poderoso señor, a mi se me deven syete meses de mi salario, y he en-
biado gedula de canbyo de cccc°lxxx° ducados que monta el salario de los
quatro meses, y hasta agora no tengo respuesta que se ayan pagado. Suplico
a V. al. muy humillmente quiera mandar que aquello se pague, y en lo por-
venir mande que sea proueydo de manera que yo no aya de tener negesidad.
El obispo de Palengia sabe la negesidad que yo tengo, y lo que Antonio del Va-
lle, mercader, me di.xo delante del, demandándome que quería ser pagado de lo
que me avia dado, pues que alia no se pagava.
De Bruselas a vu. de abril de 505.
que digo en la carta que ha pasado la Re^'na con el Pringipe de Symay, que el
Obispo lo dirá, que se lo pregunte V. al. porque si se le oluidare. Escriuialo asy
,
porque no habla sabido lo gierto como avia pasado, y porque se lo avian dicho
a el de vna manera y a mi de otra, .\gora yo lo he sabido de persona que estava
presente, y es asy que, como la Reyna supo que avian mandado a todos sus ser-
man-
uidores que no entrase ninguno a hablar a su alteza aun(]ue los llamase,
do llamar al Symay, y el Pringipe no oso subyr solo, y levo con-
Pringipe de
sigo otro cauallero que se llama mosc de P'renoy, que es suegro de mose de
\'ere, y como le dixeron a la Reyna que estauan allí, tomo vna pala de fierro
— 343 —
(|ue eslaua en la la |nicrta y salió do ellos estauan, vestida tan
chimiiiea y abrió
solamente vna cota y como el Principe la vido salir asy, boto a huyr,
senzilla;
medio, lo qual, diziendo verdad a V^. al., no se tyene tal esperanga, la harán es-
p. . . .tar syn remedio. Diziame Sauastian de Olando que la ha hablado, mas
que esta muy rezia con V. al., diziendo que V. al. ha de reynar y governar sus
reynos, que no quiere que otro los govierne, que nunca Dios querrá que ella
sea desobidiente a V. al. y que goviernen sus reynos vellacos. Estas son sus
palabras, segund Savastian me dezia. Ya escriui en estotra carta como son ydos
ely Moxica a Alemania, y he alcangado a saber que ha sydo hecho todo esto
que agora an hecho con la Reyna de encerralla y ponelle guardas y quitalle
sus seruidores, porque escriuio para Y. al. vnas cartas, las quales enbio con vn
criado suyo que se llama Herrera, el qual, o el las dio para que las viesen, o se
las tomaron, y por 1(3 que en ellas vieron hizieron este mudamiento. El Herrera
yo se que fue echado alli para que la Reyna escriuiese con el, de yndustria
para tomalle las cartas. El que le echo alli acá se barrunta. El (obispo lo dirá,
y tanbyen se presume quel sabia que le echauan para aquello, y que con el se
hizo el trato de aver las cartas.
a X de abril de 505.
OTRA CARTA
para d Rey, nuestro señor, hecha en Bruselas a xviu. días de abril de §o¡. Le-
vóla vn correo de Brujas; fue enderezada a Bernuy y duplicada, por la mar.
Oy que se contaron xu dias del mes de abril, fuy a palagio por hablar a la
Reyna, y por no recebir alguna afrenta destos que están en guarda de su alte-
— 344 —
za, acorde de hablar al Principe de Simay y a mose de Frenoy, y dixeles: Vo
he ávido letras del Rey de España, mi señor, entre las quales avya vna para la
a la ora le escriuiremos lo que nos aves dicho, y haremos lo que su alteza man-
dara que en esto se haga, y deziros hemos su respuesta; y entre tanto parege-
nos que estareys mejor en Malinas o en Enveres, que no aqui. Esta fue la res-
puesta, y asy no he dado la carta de \'. al., ni ay manera para la hablar syn
ligengia del Rey, ni por tergera persona.
Este mismo dia vi vna carta quel Rey de Castilla escriue a su chanciller, y
en sustangia dize: El Rey, mi señor y mi padre, y el christianisymo señor rey
para entender en nuestra 3'da despaña con toda diligengia. Otras machas cosas
se dizen entre las gentes de los pueblos, entre las quales dizen que los pueblos
están mal contentos de esta yda y que procuraran que enbie al Pringipe don
Carlos y trayga al ynfante don Hernando, y que el Rey no vaya, y otras mu-
chas cosas que, por no ser giertas, ni tener aparengia de serlo, no las escrivo.
Todavía rey de Frangia enbia gente a Milán, y agora dizen que con mas
el
fervor que antes. Dizese que es para yr contra venegianos el Rey de Romanos y
el juntamente, cada vno por su parte; mas los que algo saben, dizen: Esta es la
color,y Ñapóles, es la verdad que ally tyene puesto su pensamiento, y jiara alli
haze todos los aparejos que puede; porque a mi me ha dicho vn cavallero que
le an oydo dezir al rey de I'rangia agora nuevamente, que el moryra o se ben-
gara de los españoles, o que sobre ello perderá el reyno.
Después de esto escrito, yo trabaje conel confesor de la Reyna que la fue-
OÍR A CARTA
del rey nuestro sefior, hecha en Toro a xxuii dios de abril de uv arios. Trn-
xola Lope, correo.
que va aqui; y no es menester que alia hableys en ello, ni digavs que vos lo
enbio, que solamente es para vuestra ynformagion; y agora yo espero lo que
a esto responderán.
Rey e archiduque, mi hijo, que escriuio a mose de Veré, he
Por cartas del
sabido como Rey de los Romanos y el cardenal de Rúan, en nonbre
el y el
del rey de Frangía, firmaron y juraron la liga sj'n egebtarme en ella, y como
el Rey de Romanos dyo al rey de Frangia la ynvestidura de Milán, y como el
44
— 346 —
ranga de casamiento de Glavda. En el no ay ni puede aver ninguna seguridad,
sy no la pusj^esen en poder del Rey de Romanos o del Rey e archiduque, mi
hijo, lo qual ellos no harán, ni ay onbre en Frangía que crea que la dicha Glavda
case syno con el Dalfin de Frangía; y puesto que byen creo yo que la yntíncíon
con que el Rey, mi hijo, a hecho esto no ha sydo hazer contra las coronas de
na, mí hija, se contyene que ninguna de las partes podamos hazer paz, amis-
tad ni liga syn conprehender y egebtar en ella la vna parte a la otra, lo que
Frangía, la qual hize a ynstangia del Rey de Romanos, que me enbio vn enba-
xador para procurar que la hiziese; y agora el Rey de Romanos, mí hermano,
y el Rey e archiduque, mi hijo, han bien quebrantado la dicha confederagion
y la firma e que en ella pusieron, en aver hecho la dicha liga svn egebtar-
me eny sy esto hizíera qualquíer otro Príngipe con quien yo tuviera
ella;
OTRA CARTA
lül Rey, nuestro señor, hecha en Areva/o primero dia de mayo de v.\. años.
que la siruan ni hablen ni vean sus naturales, y que le han puesto su cozina y
que le guisan de comer en vna cámara delante de la en que ella esta, y le han
puesto archeros de guarda a la puerta de su cámara para que ninguno de sus
naturales la entren a seruir, ni avnque ella los llame, y que
hablar, ni ver,
aquellos de sus naturales que hazen algo de lo que ella manda son alia mal-
tratados, y que ella esta fuera de su libertad, y que syendo la Reyna, mi hija,
cosa pasa, yo lo encubro acá y callo hasta ver sy se remedia alia; y que sola-
mente lo he dicho a mose de Veré para que gelo escriva; y que yo ruego al
dicho Rey e Pringipe, mi hijo, con la mayor afegion e ynstangia que puedo,
que el quiera luego remediar lo susodicho y tratar y honrrar a la Reyna, mi
— 348 —
hija, como quien ella es, y dar lugar y mandar i|ae la siruan y vean v hablen
sus naturales como es razón y como ha de ser quando acá viniere, pkíziendo
a nuestro Señor, y que este en su libertad, y que en todo y por todo sea hon-
rrada y seruida como su real estado lo requiere, dexando que la siruan las
personas que ella quiere; y que mire el Rey, mi hijo, quanto mejor es que lo
haga mismo luego alia, que no esperar que se haga acá; y que con hazer esto
el
conplira como buen marydo lo que deve a la Reyna, mi hija, }' conplira co-
migo y con estos reynos; y que sy no lo hiziese, de mas de la quexa que yo
con razón ternia del, a mi me seria forgado de dar parte dello y comunicarlo a
losperlados y grandes y pueblos y procuradores destos reynos, para que se
entendiese en el remedio dello, que estos reynos no avian de consentir que su
Reyna y señora natural no fuese remediada. Y vos como fidelisymo castellano
que soys, con el tyento y prudengia que conviene, procurad de mi parte el re-
medio dello enteramente con toda ynstangia, y hazerme es saber como se ha
remediado; y dareys a la Reyna, mi hija, mi carta que aqui va con creengia re-
mityda a vos, por virtud de la qual le direys que yo he sabido como ella es
maltratada, y que lo syento en el alma, y que yo vos he mandado que de mi
parte digays y requirays al Rey y Pringipe, mi hijo, que lo remedye luego, y
c|ue la honrre y trate como su estado lo requiere, y que la dexe seruir y ver y
hablar a sus naturales de quien ella se quisyere seruir, y que la dexe en entera
libertad como es razón, y que yo espero que lo hará asy; y que sy no lo hizie-
re, que me lo haga saber, que crea la Reyna, mi hija, que yo he de poner mi
persona y estado por el remedio della; y que vea lo que quiere, que todo se
hará; y enbiadme luego la respuesta de todo esto. Al Rey y Pringipe, mi hijo,
escriuo rogándole que vos dexe hablar con la Reyna, mi hija. No cures de de-
zir a el lo (|ue aveys de dezir a ella, y escriuidme vuestro pareger sobre todo
ello y nuevas de alia.
De Arénalo, primero de mayo de 505.
OTRA CARTA
para el í'cy nuestro señor, hecha en Enveres a dos de mayo de §o§ años. Le-
vóse por la mar endere(;ada a Martin Sauíhez de Qamudio a Bilbao, y fue
duplicada por mar y por tierra.
El Rev vino a(]ui a Bruselas niiercoles que se contaron xxiii dias de abril,
y yo fuy otro dia a besar las manos a su alteza y para dezille sy mandava que
yo hablase a la Reyna para darle la carta de V. al., que hasta agora no me la
han dexado hablar, y hizome tal acogimiento que me paregio que ni aquello
— 349 -
ni otra cosa no le dcvia dezir; y asy me torne por ese dia sin mas dezir; y ese
dia mandaron a ios porteros de la puerta de palagio que sy Lope de Conchillos
ó Savastian de (liando fuesen a palagio, que no los- dexasen entrar; y yo su-
^'
pelo, y dixele a Lope que no fuese a palagio, porque no le hiziesen afrenta.
después que yo vine de palacio el Rey tuvo gran consejo hasta la vna ora, y
salidos del consejo, onbio Laxao a llamar a Lope de Conchillos, y metyeronlo
en el jardín do estaña el Rey y encerráronlo en vna casa que alli ay; y desque
fueron las diez oras de noche, tomáronle en vn carro y leváronle a vna for-
la
taleza que se llama Villaborda, donde ponen a todos los quel Rey manda pren-
der por algund gran climen. Yo no he hablado al Rey ninguna cosa sobre el
hasta agora, y hasta saber alguna cosa de la cavsa porque le prendyeron no
hablare; y a mi an venido algunos, creo an sydo echadizos, para tentarme
agraviando mucho el caso, y diziendome: Pardios, no esta ninguno seguro de
quantos aqui estays. V casy enderegando a mi que no me descuidase; asy que
desta manera tratan acá a los que somos claramente seruidores de V. al. On-
bre del mundo ni castellano ni franges no entra en mi casa, me topan los
y sy
que aqui ay, todos se apartan por no hablarme,
castellanos y muy mas mues-
que no los de acá. He tomado alguno dellos, y le he pre-
tran ellos el omezillo
guntado que es la cavsa desta novedad, pues antes de agora todos comian y
cenavan comigo, y que hera la cavsa porque me catavan con tenencya. Res-
pondiéronme. Todos dizen quel Rey nos tyene buena voluntad; no queremos
que tome sospecha de nosotros, pues somos suyos. Yo creo que escriui a \ .
al. que hablando jí'o al Rey sobre este caso que me dezian que su alteza esta-
ua mal contento de mi, que le suplicava que me dixese por que, que yo no
pensaua que le avia desseruido, antes pensava que le avia seruido mas que
nunca onbre avia seruido a Señor de quien no levase dyneros, dixome: Cierto,
yo de vos no tengo enojo; mas sy no hago tanta cuenta de vos, y no os tengo
como que vos soys enbaxador del rey de Aragón, y yo quieros
seruidor, es
tratar como y no como a seruidor. Y estando escriuiendo esta,
a enbaxador
vino vno a dezirme: Yo vernia a veros; mas, cierto, yo y otros muchos no lo
osamos hazer, porque dizen tantas cosas que nos espantan; y dizen quel Rey
os quiere muy mal, porque syendo castellano, paresge que a su desplazer es-
tays aqui procurando los negogios del rey de Aragón que son contra el. \ o le
respondy: Sy creeys que de venir a verme os ha de venir daño, no vengays
acá; y quanto a esotro, podeys responder que digo yo que yo no vine por
enbaxador del rey de Aragón, mas vine y he estado por enbaxador del Rey e
de la Reyna despaña, y pues me tomo aqui el fallegimiento de la Reyna, y yo
bivo con el Rey, mi Señor, que yo no hago mal ninguno en procurar lo que
me manda, ni pienso que hago contra mi honrra, ni creo que soy obligado a
otra cosa; y que en tanto que yo no tuvyere ligengia de su alteza para yrme,
que yo no me yre, saluo sy el rey de Castilla me mandase yr de su corte, que
estonces yo no estare en ella contra su voluntad; y que byen saben todos ellos
que yo no tengo por agora aqui otro negogio syno gastar mis dineros y an-
— 35° —
darme por aqui a mi voluntad; después que
la Reyna, nuestra señora, falie-
ni
gioyo no he hablado en cosa que sea por el Rey ni contra el Rey. Esto res-
ponded, sy os ha sydo dicho que me digays esotro. Dixome: Xo lo diré yo,
porque yo os digo esotro en secreto para vuestro aviso, y no quiero que se se-
pa que yo os lo he dicho por ninguna manera, porque me echariades a perder.
En esta ora me Rey llama a ]\lox¡i;a y a Savastian de
vino vno a de/iir; El
Olando, y créese que los quieren prender, y a Lope de Conchillos an dado tor-
mento, y le demandan vn poder que dizen que la Reyna le dio para V. al. para
que güvernase por ella. Todos están escandalizados quantos aqui están, syno
aquellos que lo hazen; españoles, digo.
\'n Loaysavenido aqui, y dizenme que pedrica y no byen de \'^.
es al., y
sy a los otros dize o a dicho lo que a mi, sermones son que ni los vnos ni los
otros no le darán gragias por ellos. Entre las otras cosas me ha dicho que mu-
chos Grandes del reyno están juntos para contradezir a V. al. Pregúntele quien
heran. Dixo que el duque de Bejar que avia demandado a Plagengia, y el con-
de de Benavente que pedia Coruña, y el marques de \'¡llena que pedia el
a la
Marquesado, y el duque de Najara de quien todos hazian cabega. Pregúntele
por que. Dixo: Porque el Rey, luego que laReyna murió, hizo pargialidad de
juntar consigo al duque de Alúa y hazelle amigo del Condestable, y por esto
han tomado otros desabrimientos, y el Almirante tanbyen esta mal contento,
y este se cree que lo bulle todo de secreto, a lo menos lo del duque de Najara.
Yo le me parege que se haze contra el Rey don Fe-
dixe a este: Pues eso todo
lipe y contra Reyna doña Juana, y en ese cargo mas son a su padre, allende
la
de todas las otras cosas que ha hecho por ellos, porque se quiere enemistar
con los Grandes por defendelles lo que pertenege a su corona real. Señal es
esa que no se les quiere algar con el reyno, pues no contenta a los Grandes.
Dixo: Pues sy están los Grandes contentos, los pueblos están contentos. Des-
amanle tanto los pueblos, que es cosa maravillosa, y desean tanto la yda del
Rey y de la Reyna, que no es de creer. Pregúntele: Que es la cabsa porque los
pueblos le desamen, que hasta aqui no a ávido Rey tan amado en Castilla de
los pueblos como ha sydo su alteza? Dixome: Porque dizen que se govierna por
conversos, y que los favorege. Dixome tanbyen que están tales todos general-
mente, que en entrando el Rey y la Reyna en Castilla, las Hordenes les supli-
carían que les consyntiese elegir Maestre, que no tuvyese Y. al. la admi-
nistragion dellos;y que el sabia gierto que todos se conformarían para esto.
Dize tantas cosas que es maravilla. No se que onbre es, syno quel ha dicho a
quien a mi me lo ha tlicho que viene por d duque de Bejar a procurar sus
negogios.
Aqui ha venido nueva quel rey de Navarra es muerto. An mostrado asaz
sentimiento en los gestos; no se que esperanga tenian del.
El rey de Frangía an dicho que es muerto. Esto no lo dizen ellos; mas an-
dan muy tristes; mas los mismos franceses lo dizen, y ponen recabdo en las vi-
llas que están en la frontera desla tierra del Rey. No se lo que es verdad desto.
— 351 —
Aqui es venido vn enbaxador veneciano. A lo cjue el me ha mostrado, dame
a entender que V. al. tyene hecha amistatl con venegianos y el Papa asy-
misnio.
La Reyna se esta tan estrecha como hasta aqui, y algo mas; por gierto, avn-
que su alteza es la cavsa, no ay coragon de sudito que lo pueda sufrir con pa-
giengia, syno son aquellos que lo hazen hazer, que claramente nos dizen los
flamencos: Señores, nos quexes, que de vosotros mismos son los que dan el
consejo para que se hagan las cosas que se hazen. Xo tengo agora otro que es-
criuir. Y. al. prouea como mas fuere su seriiigio a todo, y a Lope de Cunchi-
Uos que, gierto, segund el odio tj'enen con el, no ternia a maravilla que le ma-
tasen; y a mi yo creo que publicamente no me harán nada, por ser enbaxa-
dor; mas no sera mucho secretamente hazer contra mi lo que j'o no podre re-
systir. Xo tongo temor ninguno, porque estoy determinado de sufrir la muerte
voluntariosamente por lo que toca al seruigio de V. al. Vo no les daré ocasyon
para ello; mas no dexare de dezir y hazer lo que V. al. me enhiare a mandar
de ser con vna condigion, que qualquier cosa que la Reyna les dixese o les
mandase, o ellos por alguna manera supiesen que hazia o dezia, y qualquier
otro alguno, que luego lo fuesen a dezir al Rey o a quien quedase de guarda
de Reyna; y que sy esto no hazian, que se fuesen, que no les ternia
la el Rey
por seruidores. Savastian me aviso desto por tergera persona, porque me pa-
rege que les han defendido que no comuniquen comigo. Savastian me enbio
a dezir que el no quedaria con esta condigion en ninguna manera, y que ya
que Moxica quedaria con esta condición; y he sydo avisado que todas las no-
ches del mundo ay guardas sobre mi. De dia yo lo veo claramente, que de casa
de don Juan, o de otros españoles quel trae puestos para esto, 3-0 no estoy syn
espia. Yo estoy determinado de dezirlo al Rey, y dicho, yrme he de la corte a
Enveres o a Brujas, y alli esperare el mandamiento de V. al.; y yo terne mis
maneras para saber lo que se haze en la corte como sy estuviese en ella, por-
que ya estas gentes de hecho hazen todo lo que se les antoja con dezir al Rey:
Mostraos fiero para que os teman todos, que con esto que acá hareys porneys
temor en toda Castilla, que los castellanos no quieren ser tratados con amor.
Yo se que se lo han dicho. Aloxica a mostrado mucha flaqueza, y nunca ni por
tercera persona ni otra manera me ha enbiado a dezir nada. Xo quiero enco-
brir nada de lo que se, toque a quien tocare, que en publico y en secreto yo
mostrare mi fedylidad.
Después de escrito esto, yo hable al Rey, y le dixe: Señor, yo creo que nos
— 352 —
he hecho deseruigio ningLino, y creo que os he seniido muy hyen. Todos estos
españoles que aqui están dizen que no osan hablarme ni entrar en mi casa,
porque \'^. al. regibe enojo dello. \'os suplico que me digays sy es asy, porque
sy nos plaze que yo este en vuestra corte, yo lo escriuire al Rey, mi señor, y
avn ya he escrito a Su alteza que me de ligengia para yrme, porque contra
vuestra voluntad no es razón que yo este aqui; y yo no estaría donde de mi
se tuviese sospecha, porque yo no haré cosa que no deva hazer en ninguna
parte que estuviese, ni dexare de seruir a mi Señor en lo que me mandare. Y
para quitar toda sospecha, en tanto cjue mi mensajero vyene, yo me yre a estar
en Enveres o en Boloduc o en otra parte. Respondióme: Cierto, nos an dicho
verdad, que a mi no me pesa porque vayan a vos todos los que os quisyeren
ver, y por eso vos no dexes de estar aqui; mas sy os quisyeredes yr a espe-
rarme a Enveres, pues yo he de yr por alli, vos lo podreys hazer; y no sera
malo, que sy vos ovyesedes hecho alguna cosa que a mi me oviese despla-
zido, yo os lo diria a vos, y os lo avria dicho para que os guardasedes de ha-
zello mas; y pues no lo digo, no creays nada desotro que os dizen, que maneras
son de corte y platicas de cortesanos.
Lo que me dixeron de aver dado tormento a Lope de Cunchillos, donjuán
me ha dicho oy que no es verdad, que nos topamos a caso en la cámara del
Rey; mas dize quel Rey esta byen enojado del, y quel a dicho todo lo quel
Rey a querido saber, mas no por tormento; y segund he sentido, creo que La-
xao a sido la cabsa, por giertas razones que pasaron el y Lope de Conchillos
por las quales la Laxao algunas palabras no byen sabrosas.
Reyna dixo a
Después de todo esto escrito, mose de Villa mando llamar a todos los que
entran a seruir a la Reyna, digo a seruir, que lleuan todas las cosas que su al-
tega a menester, y a los capellanes y mo<;os de capilla que son españoles, \-
o les dixese algo, que luego lo viniesen a dezir al Rey, o a quien alli estuvyese
en guarda de la Reyna; y cjue sy alguno dellos supiese alguna cosa que tocase
a la Reyna o a los Ynfantes, que lo viniesen luego a dezir; asy que yo creó que
tyenen temor que se los an de hurtar. Avnque va algún castellano a los ver, no
se los dexan ver synó esta alli su ayo.
de Enveres a dos de mavo de ^O^.
353 —
OTRA CARTA
Respuesta del Rey don J-'elipe. /.ez'o/a el dicho l'crot.
su alteza quisyese, se terna manera t¡ue se porrogue el tienpo para que pueda
entrar en ella; y esta amistad fue jurada por el rey de Frangía personalmente
y por los enbaxadores del Rey, mi señor y mios en nonbre nuestro después
de partidos los enbaxadores despaña que en Francia estauan, y por no aver
querido ellos hazer lo mismo. V en la dicha paz y confederagion no se asento
cosa alguna contra el Rey don I'ernando, mi señor, avnque sus enbaxadores
la querían asentar con el rey de Frangía claramente contra nosotros, que hera
cosa asaz ynvmana quitar la herengia a los hijos sin cavsa, y quererla dar a los
enemigos, asymismo sin cavsa.
V cuando agora yo me fuy a despedir del Rey de Romanos, mi señor, para
me yr en España y para dar borden con su magestad en nuestras cosas, vino
alli el cardenal de Rúan para que nosotros jurásemos personalmente el dicho
asyento como le avia jurado el rey de Frangía, y alli no se hizo otra novedad
saluo que el ilustrisimo Pringipe, mi muy caro e y madamamuy amado hijo,
Glavdia, fueron ynvestidos desde agora del ducado de Milán para después de
los dias del Rey de Francia, y de presente se toma por ellos la posesyon del
dicho Ducado y de los ducados de Bretaña y Borgoña, que avnque el Rey, mi
señor, no haze mingion desto, syno de lo de Gurigia, no es de pequeña ynpor-
tancia para toda la casa.
-Vsy que la dicha confederagion e amistad se hizo justa y honrrosa y pro-
- 354 —
uechosa para en vida del rey de Frangía, y no menos para después de su vida,
y nada en daño del Rey don Fernando, mi señor, sy su alteza no lo quiere, lo
qual yo le suplico que no quiera, porque verdaderamente le deseo seruir como
al Rey de Romanos, mi señor.
Y de las capitulaciones pasadas entre el Rey de los Romanos y el dicho
Rey, mis señores, vos Comendador sabeys muy byen que el Rey de los Ro-
manos, mi señor, esta grandemente quexoso, y lo ha estado en diversos tien-
pos del Rey don Fernando, mi señor, porque dize que muchas vezes le ha sydo
quebrantada a su magestad la dicha capitulagion.
en Rreda a xv de mayo de 505. d.v años (sic).
OTRA CARTA,
respuesta del Rey don Felipe. Levóla el dicho Perot.
la ynformagion que dize que a ávido Rey don Fernando, mi señor, que la
el
serenísima Reyna, mi muy cara e muy amada muger, esta retrayda y no ser-
uida con la deve, y que tyene su cozina cerca su cámara,
cerimonia que se le
conporto que su cozina este cerca de su cámara, es porque esta preñada, y dize
que se le antoja de tenella alli para comer lo que quiere y a la ora que se le
antoja. 'S' quanto a lo de los archeros, vos sabeys que en esta casa se acostun-
bra tenerlos syenpre en los palagíos donde están los Príngipes y Príngesas des-
ta tierra, y sy subieron algunos pocos dellos a la sala de la Reyna, fue porque
algunos livianamente los ynformo que alia avía algún regogijo, y luego se tor-
naron donde tyenen de luenga costunbre de estar. Y como vos sabeys, no ay
españoles aquí a quien se aya quitado sus gajas, antes se dan a hartos a quien
10 se devrian dar, syno solamente por tener nonbre despañoles. Verdad es que
— 355 -
alguno ha seydü delenido, y otros no están tan adelante como |irlinero esta-
llan, porque se ha sabido que [irocuran que la Reyna escriuiese o dixese cosas
para dar a creer que su seso no es tan buenocomo a Dios gracias lo tyene, y
esto hera contra honrra del Rey, mi señor y jiadre, [)or(|ue diz (|ue lo hazian
la
teza escrivay haga lo que escrive y haze, ni busque colores para ello; y avnque
yo d\'simulo por acatamiento, yo soy Pringipe para tornar por mi honrra y por
la de mi muger, y para no perder cosa de lo que a ella y a mi pertenege y a
OTRA CARTA
para el Rey, nuestro señor, heclta en Enveres a xv. días de mayo de d. v. años.
Levóla Perot, correo.
Las cartas que V. al. escriuio regebi y casy en vn dia, asy la que Perot co-
rreo truxo, como la que V. al. mando enbiar por las postas del Rey, y yo saque
la gifra y dixe al Rey todo lo que V. al. me mandava por ellas que le dixese, y
para no dexar nada de dezir, porque me paregio que todas heran cosas de sus-
tangia, yo llevaua la copia de las cartas en la mano y por ella dezia lo que V.
al. y acabado que ove de hablar, el Rey me tomo la carta de las ma-
escriuia;
nos y dixome: Porque me dezis muchas cosas, yo quiero tomar esta escritura y
yos responderé. Dixele: Señor, darme ha V. al. pena de tornarla a sacar otra
vez de la gifra. Dixome: Pues tomalda y dadme por escrito todo lo que aves
dicho para que os responda. Paregiome que, pues no se podia escusar, que le
devia dexar aquella copia, y dexesela, y dixome que me la tornarla, mas que
fuesen sacados los puntos a que avia de responder, y esto con gesto asaz tur-
bado; y byen paregio en su gesto que antes avia cerca de aquello ávido otro
M
356
xarope, porque segund Rey me dixo, iiiose de \'ere le avia escrito lo mis-
el
mo, y para cotejallo, me tomo la carta de las manos. Dixo que avia hallado mas
en la de \^ere que en esta; y otro dia mandóme llamar, y estauan con el mose
de Villa y don Juan y Laxao. Mando a don Juan que hablase y don Juan dixo:
Comendador, el Rey, nuestro señor, ha visto lo que le aveys dicho, y su alteza
dize que a esto quel Rey le escriue del mal tratamiento de la Reyna, que vos
sabeys la verdad de todo lo que a pasado después que la Reyna vino de Cas-
tilla,
y que no es nada a vos escondido, y avn cree, como es verdad, que vos lo
aveys escrito al Rey y a la Reyna, que gloria aya, y todos los que acá estaua-
mos en su seruigio se lo avenios escrito. Su alteza dize asy: que pues vos sa-
beys todas las cosas que a esto tocan, que o su alteza hará la carta diziendo lo
que es verdad, y que la firmes vos, o que, pues vos sabeys las cosas, C[ue ha-
gays la respuesta y la mostreys a su alteza y la firmes y la enbyes. Vo le res-
pondí: De las cosas pasadas hasta que la Reyna, que gloria aya, fallegio, el Rey
mi señor, esta byen ynformado, asy de vos y del obispo de Catania, como de
mi, porque todos tres ¡untos y cada vno por sy las avernos escrito. De las que
después son pasadas yo no las se syno por oydas. Su alteza escriua lo que man-
de quesera razón; mas sy por otro camino va, como agora parege que lo
lo
en Castilla para sienpre, ni muchos tienpos sj'n aver de salir della a proueer en
las otras cosas que tengo, que son grandes, asy en este estado como en lo de
Alemania, y en mi absengia todo ha de tener y governar el Rey, mi suegro?
lo
muchos Grandes le escriuen esto. (Xros le escriuen quel Rey se quiere casar
con la Beltranica. Dixo el Rey: Eso hiziese el Rey, mi suegro, para que ni lo de
Aragón, ni lo de Segilia, ni de Ñapóles no lo tuvyese seguro. Y an escrito de
— 358 —
acá que sy el rey de Frangía muryese, que matarian a la Reyna, y que me
casaría yo con reyna de Frangía, y escríuen mili maldades. Yo díxe que esto
la
y claramente, que ponía mal, y que esto sabían byen, porque avía quien es-
criuia lo que de acá se escriuia. Vo dixe que sus cosas se hazian acá tan pu-
blicas, que avnc|ue yo no las escriuiese, avría c|uien las escriuiese, quanto mas
que conmigo no avian de recebir engaño, que mientras yo siruiese a \". al. y
al mas pobre honbre del mundo, yo le seruiria muy lealmente a todo mi po-
va del Rey, y en su cámara y con los Grandes que son acebtos a Y. al., dizien-
do que nunca yría alia, y que no hera para yr alia, y que no ay cosa que alia
hagays, ni digáis en secreto, ni quando estays solo que no se sepa acá; y quel
duque de Alúa dize muchos males y el argobispo de Toledo. Y cosas se di-
xeron para espantar. Finalmente, que el Rey torno algo reposado a dezir: Sy
el Rey, mi suegro, quisyere, yo le seré mas obidiente hijo que no le fuera el
Príngipe don Juan. Yos ruego. Comendador, que vos lo hagays saber al Rey
lo que aveis sienpre conogído de mí, y queriendo el, nunca me mudare deste
y dixome: El Rey don Fernando me tyene por franges: yo soy franges y turco
y diablo por seruir a mí amo, y sy yo viese quel Rey don Fernando se ponía
en razón, yo trabajaría quanto posible me fuese porquel Rey, nuestro señor, se
pusyese en razón; y avnque sean pasadas muchas cosas entre ellos, byen se
pueden todas y el Rey, que es mas viejo, ha de comengar el bien, y el
soldar;
Rey, que es mas mogo, lo seguirá; mas sy el Rey de Aragón quiere vna cosa
tan desonesta y tan contra razón ¿como quiere que los que estamos cerca del
Rey no seamos frangeses y turcos y diablos.^
Asymismo me dixeron allí en presengia del Rey que dixeron a la Reyna
lo que V. al. avia hecho de mostrar aquella escritura, y que la publicava por
loca, y que hizo grandes brauezas y que dixo: ¿No ay quien castigue esto, ni
el ni vos.^ ¿Como no cortan las cabegas a todos los que lo an di-
Rey, mi padre,
cho? Y que escriuio vna carta asaz cruda para Y. al.; pero allí en la habla
diz
se descovrio como le avian llevado la carta seys vezes hecha, y que no la avia
querido firmar, y cada vez tomava por achaque de quitar vna palabra, y que
— 359 —
dizia en la carta que avnque ella estuvyese tal qual dizian, que no avia de
governar otro sus reynos, syno el Rey, su marido, a quien ella mucho amava.
Dixo el Rey: Por esa palabra la desecho ginco vezes, mas al fin la firmo asy.
En aquella habla me botaron como halcones a picaga; el vno me dava y el
otro me acudia diziendome que yo dysimulava y hazia el ynocente, que no sa-
bia en que estado estavan las cosas. Yo les dezia que yo les dezia verdad, que
después que mose de \'ere alia estaua, yo no sabia lo que dizia ni lo que le
respondían. Dixome el Rey: Es duro a creer que tal se haga; o el Rey confia de
vos, o no: sy confia de vos, ase de creer que sabes todo lo que se haze; syno,
para que os tj'ene aqui.- Vo le respondi: Señor, yo he dicho verdad: mi señor
se sirue de mi a su voluntad, y yo estoy contento de aquello.
Xo quiero poner sospecha sobre nadye, porque podria ser ofensa, mas que-
rría, sy V. al. es seruido, que mis cartas no saliesen de Almagan; porque quien
no piensa V. al. escrive acá que desta jornada todos piensan ser (irandes.
Anme yo no lo se syno por oydas, quel Papa ha enbiado vn breve
dicho,
al Rey diziendole que pues el es Rey de Castilla, que en lo que tocare a la
prouision de los beneficios della que el no quiere hazer collagion syno a quien
el presentare en las cosas que pertenegen a el la presentación. Sy es, puede ser
obra del de Santa Cruz, que rauia y muere por meterse con este en negogios.
Este le huye porque le tyene mandada vn abadia. y sy vna vez le prenda, aver-
sela ha de dar.
Iten me dixeron que Lope de Cunchillos dixo lo que sabia y no sabia, y en
su dicho dixo que de todo heramos partigipes el Obispo de Falencia y yo. Asy
me lo an dicho; no tormento haze dezir muchas cosas. Xo se sy
lo se, mas el
gún me an dicho, y avn don Juan me lo dize asy, y que de los Grandes que es-
criuen y de otros, que muchos se descubren a el y muchos se encubren del;
mas finalmente, por ruyn se tyene el que no escrive.
— 3^0 —
De los mendoganos y de los y de los nianriques hazen acá gran
cavdal, y del duque de Bejar tyenese por pargial a V. al. al co'nde de
Benavente tanbien; al Almirante ni le tyenen ni le dexan.
Con los Grandes y con los conversos enemistan a Y. al. diziendo que nos-
otros avemos dicho al Rey de parte de V. al. que se guarde de creer a los
Grandes y de creer ni acojer a los conversos. Son byen venidos los que dellos
vyenen acá, v claramente toda el aljama desama a V. al., y por otra parte yn-
dinan el pueblo rustico diziendo que V. al. favoreze los conversos.
Dixeronnie que esta mose de \'ere atónito de las cosas que alia le vyenen
a dezir vnos y otros, y que es cosa maravillosa los que secretamente vyenen
a el, y de personas que son tenidas por de los yntimos de V. al. Puede ser
verdad; mas yo sospecho que lo dizen por poner a \'. al en sospechas, que es
muy gran peligro quando los Pringipes entran en sospechas de sus seruidores.
Dize \'. al. que medio se podra tener para ganar al prouoste de Vtrec. Poco
tyene Castilla para le dar, segund lo quel espera de aver. Don Juan me ha di-
cho que sera presto cardenal, y que es el mas nuevo onbre en negogios y mas
esgelente que nunca le ha ávido. Procure \'. al. ganar al de \"ere, que aqui no
podre yo dezir a vno cosa destas que no lo sepan todos, que asy se a fecho en
lo pasado, y en haziendolo, yo se donde yre.
Alia esta vna mala bestia echado por don Juan, y es Hoz, vno del bastar-
do. Es una mala lima sorda, y dizenme que es el ynstrumento por donde mose
de Veré trama con los Grandes.
El rey de Frangía esta muy mal; cada dia vyenen aqui nuevas que esta a
la muerte. Dios le ponga en parayso, avoque ha de pesar a muchos.
La guerra de Gueldres se haze; las aguas dilatan su fin; créese que en breve
tienpo se acabara, y luego dizen que tomaran su camino para España con
aquel exercito. De lo que fuere yo avisare. El Rey de Romanos diz que es con-
gertado con el Palatino; vyene a la guerra de Gueldres.
Después de pasadas todas las platicas que he dicho con el Rey y con los
de su consejo, el Rey me enbio esta carta que a(]ui va, y esta escritura, la
qual creo yo que es hordenada de don Juan, porque a la ora quel Rey hablo
comigo enbio por el, ca.sa de don ]uan, y don
y esa noche se juntaron todos en
Juan mando escriuir esta escritura; que quando yo demande al Rey la res-
puesta, el Rey dixo: Don Juan, hazelda traer. Don Juan respondió: .\vn no
es trasladada, luego se traerá. Y después que me la dieron, y yo la ley, yo fui
a don y dixele: Esta escritura esta en buen
luán, español, y yo presumo que
vos soys que la aveys hordenado; paregeme que se devria mas onestar,
el
por punto de honrra, y tyenen creydo que todo lo que dize y haze es ende-
rezado a este fyn de querérselo tener todo. Vo lo diré al Rey, y veamos lo que
querrá hazer. Otro dia de mañana yo enbie a el a ver sy lo avia dicho al Rey.
Enbiome a dezir que luego yria a palacio y lo diria al Rey. Vo escrivile vna
Cjedula diziendole que porque yo tenia la jornada luenga y hera tarde, )• por
no andar el domingo de la Trinidad, que yo dexava alli vno mió para que me
levase la escritura. El cerro la escritura y sellóla y enbiomela syn dezir nada
al Rey. Yo tórnele a enbiar las escrituras, y tórnele a escriuir que yo no de-
mandava la escritura syn que primero la viese el Rey, y el le dixese lo que yo
dizia, y que se onestase mas, y que por no dar lugar al mal hazia esta diligen-
gia, y que deseava que no errasen. Don Juan me respondió estas palabras: Asy
Dios me de salud, que yo entendy que (|ueriades, señor, la escritura, syn ha-
blar mas en y desjiues que vino esta gedula, yo hable al Rey, presentes
ella;
dos o tres de los que en estos negogios entyenden, y dixe vuestro pareger y
no el mió, que en este caso fueron vno; y por conclusyon el del Rey e de los
otros fue que no se devia responder a lo que se propuso, syno la respuesta que
don Prouoste os dio por escrito, la qual os torno a enbiar con poco plazer. Esta
que aqui va es la misma escritura que me dieron; asy la enbio como me la
dieron con esta carta del Rev [)ara Y. al.
V. al. me manda que yo aya pagiengia, y que este aqui. Yo lo haré como
V. al. lo manda, porque pienso que es penitengia de muchas ofensas que he
hecho a Dios, y no cesare de seruiros hasta la muerte, porque esta es debda
antigua. Mi avuelo dexo a Castilla por seguir al rey don Fernando, agüelo de
V. al., y en su seruigio gasto y destruyo harta hagienda que tenia, y mi padre
syenpre syguio al Vnfante don Enrique, tio de \^. al., y primero al rey don
Juan, vuestro padre. Yo soy hechura de V. al.; no es mucho poner la vida por
quien me la ha sostenido hasta aqui y con honrra.
La Reyna sj-enpre. Yo nunca la he visto ni hablado mas ha
se esta como
de quatro meses, ni procurare de darle esta carta, ni de dezille lo que V. al.
manda, porque dizen claramente que por ynduzimiento de algunos de \'. al., o
porque piensan algunos que os hazen seruigio, procuran de yr a hablar con la
Reyna para ver sy esta sana o no, para escrivirlo a vuestra magestad, porque
con aquello piensa \'^.
al. fundar su derecho; y tanbyen lo dexo porque no me
querrá ver, que yo soy el que le han señalado que ha escrito a V. al. que esta
no sana.
Gongalo Hernández escriue aqui, y ha enbiado vn mensajero por saber
como están las cosas, enderegado a los enbaxadores, rogándoles que le avisen,
porque cunple al seruigio de V. al. ser avisado como esta el rey don Felipe
con V. al., y de todas cosas que tocaran a aquel reyno.
las otras Yo le he avi-
sado de algo; vea V. al. que manda que se haga.
4li
— 362 —
Vn enbaxador veneciano esta aqui pov hablar a la Reyna, que dize que
aquella es la principal cavsa porque es venido. Xo lo ha podido acabítr hasta
agora. No se sy lo podra alcangar. Dize que V. al. tyene hecha liga con la .Se-
de Flory.
Herrera que leuaua las cartas de la Reyna paregío acá a los xi. días, como
parida, muv y muy gordo, diziendo que venía despaña, y que V. al. le
luzío
avía regebido byen, y con tanto plazer de lo que avia hecho, como sy ovíera
hecho la mavor hazaña de! mundo; y ya yo tengo escrito deste caso lo i|ue sa-
bía; mas agora esta claro quel fue echado alli para esto. El Obispo sabe por
quien, que la fama corryo primero que le quería enbiar a Xapoles, y quien le
quería enbiar. Destos tales tyene la Rexna muchos en su seruigío. Esta es la
cavsa de la prisyon de Lope de Conchillos. Por tres vías lo escriui a \'. al. lue-
go que acontegio. Xo se sy an ávido mis cartas buen recabdo, porque yo hize
toda diligengía para que V. al. lo supiese y lo remediase, y escríuiese sobre
ello al Rev; y porque supe que quería tomar las escrituras de (."uncliillos, yo
las tome todas y queme todas las copias de las cartas que el avia escrito a \ .
al.Dí.xome donjuán que temiendo Cunchillos que le querían matar, avía en-
bíado al Rey a le dezír que le suplícava, sy tenía determinado de hazelle morir,
que se lo hizíese saber tres o quatro días antes, porquel entendiese en su ani-
ma, y que le enbiase a Botón, porque hablaría con aquel mas claramente que
con otro, y le diría muchas cosas que tocavan a su seruigío. Creo que se lo an
enbiado para saber que es o que no; no porque crea yo que le mataran, por lo
que tengo dicho que me dixo el Rey.
En lo que toca donjuán Manuel, en que dize de castigalle \*. al., a mi
lo
me parege que V. al. avn deve disimular; no parque yo piense que el se revo-
cara del camino que ha tomado, mas porque syenpre ay tíenpo para hazer lo
que V. al. quísyere; y sí las cosas de entre V. al. y el Rey, su hijo, an buen fyn,
mas aveys de perdonar; y sy tomaren otro revés, mas le aveys de castigar;
le
de Enveres.
OTKA CARTA
para ti rcv nuestro señor, hecha en Breda a xz' de niayo de ^o¡ años; diose al
rey don Felipe para que la mandase enbiar por sus postas.
qual vino por las postas del Rey, y luego saque y mostré a su alteza a
la gifVa
la letra lo que \'. al. escriuia; y asymismo le dixe y mostré lo que \'. al. me
escriuio con Perot, correo, y su alteza me dixo: \ o veré sobre todo lo que me
aveys dicho, v yes responderé. \ oy cpie se contaron quinze dias de mayo, su
alteza me
enbio a llamar, y en presencia de mose de Villa y de don Juan .Ma-
nuel y de Laxao me respondió a lo que \'. al. dize del mal tratamiento de
la Reyna lo ipie respondió Cristo a los dysgipulos de San Juan que le tueron a
preguntar quien hera: Vd y dezid lo cjue vistes y oystes. \'os sabes byen todas
las cosas que son pasadas con Reyna tlesde el comiengo hasta agora, y lo
la
que yo he hecho, y la voluntad que he tenido de tratarla byen. \'^os podres res-
ponder al Rey mejor que nadye; asy que esto os doy por respuesta quanto a
esto; y pues su alteza comete a mi la respuesta, yo diré lo que otras vezes por
mis cartas he dicho a V. al. y a la Reyna que gloria aya. Yo he escrito la pena
quel Rey ha tenido y tyene porque la Reyna quiere estar de la manera ([ue
esta, y he escrito quantos medios y modos a tenido el Rey para hazella venir
sy, porquel Rey mandava que de todo lo que pasava diésemos notigia a V. al.
y a la Reyna que gloria aya; y el Rey todas las cosas comunicava con nos-
otros, y nos las dezia, y hazia su alteza todo lo que nosotros le deziamos que
deuia de hazer con la Reyna para atraella a hazer lo que hera razón; y muchas
vezes su alteza conbido a la Reyna para que fuese con el a la caga o a bolar,
o a otros plazeres, y nunca lo agebto ni quiso hazer; y tanbyen nos dixo el Rey
que muchas vezes le avia rogado que quisyese estar en los consejos y enten-
der en las cosas, y que sy le penava porquel consejo se hazia a la mañana, que
se haria a la tarde, o la quisyese, y que firmasen juntamente las
ora que ella
pertenege; y para con Dios y para con el mundo y para con V. al. su alteza
esta byen descargado; y creo, como creo en Dios, que no ay onbre por cuerdo
que sea que ovyese tenido tanta pagiengia en cosa tan dura; mas todo no a
aprouechado nada; asy que en lo pasado V. al., a mi ver, no se puede quexar
del Rey que no haya hecho todo lo que buen marido devia hazer, porque su
alteza contino nos notigias a V. al. y a la Reyna, que
mandava que diésemos
gloria aya, que sugedia, y nos dezia cosas que nosotros no las po-
de todo lo
díamos saber syno de su alteza, porque heran cosas que pasauan entre ellos
entramos; y sienpre el estado de la Reyna ha estado tan entero y tan conplido
como en el tienpo que mas entero estuvo, asy en su plato, como en todas las
otras cosas,que por nada no se ha ahorrado de su plato vn florin, antes creo
quel Rey ha gastado por estar la casa de la Reyna partida en tantas partes
mucho mas de lo que se gastara estando ¡unta; y yo no conosco otra cosa syno
quel Rey tyene mucha pena de lo que la Reyna haze, y que la ama como a sy;
y desto que agora V^. al. escrive que ha sabido nuevamente, yo no puedo sa-
ber syno las cosas publicas y lo que ¡publicamente se dize, porque después quel
obispo de Palencia y yo nos tornamos del camino de Alemania, y avn de ... .
negogiar, pues estaiia nlla mose de \'ere con ciiiien V. al. ncgociava, que me
mandase dar ligengia para me yr. Y como digo, yo no se mas de lo (|iie publi-
camente entre todos se dize. Dizese que an mandado a todos los castellanos
([ue están en seruigio de la Reyna que ninguno no entre a donde su alteza es-
tuvyere syn ligengia del caballero de onor. La cavsa porque no se dize, ni yo
la se; se que al obispo de Palengia ni a mi nos lo dixeron claramente, porquel
(obispo quisyera ver a Reyna quando se partió, y dixeronle que no lo pro-
la
curase, que no se podia hazer a menos quel Rey lo escriviese y mandase, por-
que avia hecho mandamiento general que ninguno no hablase a la Reyna; y el
Obispo se fue syn hablar a su alteza; y a mi me dixeron después que sy el Rey
no mandava que yo diese a la Reyna la carta que V. al. le escriuio, que no se
la podia dar; yo lo dixe al Rey después que vino, y su alteza me dixo que
\'
byen podia yo hablar a la Reyna y dalla las cartas que V. al. escriuiese; mas
yo no la dy ni lo procure de dar. Lo de tener la Reyna su cozina junto con su
cámara, esto su alteza lo quiso y lo mando, y hizose y no ovo ninguno que lo
osase contradezir, y fue antes quel Rey viniese de .Alemania. -Se que quando
vino y lo hallo asv, que se corrió mucho dello, y que ovo enojo y grande, y
que trabajo con la Reyna porque se quitase de alli,
y que no lo quiso hazer;
y como la Reyna esta sospechosa de la boca, el Rey no le quiso hazer fuerga,
chillos por algo c[ue ha mal hecho; y que sy no fuera por aver sido criado de
V. al. V de la Revna, que gloria aya, y sobrino de Almagan, que su alteza
oviera procedido contra el con mas rigor, según lo meregia. ^' en lo (]u<' toca
a mandar a los españoles que no entren a do esta la Reyna, avncjue su alteza
los llame, que esto no se mando hazer con tanto rigor como se a hecho ni to-
mado, porque su alteza lo mando por algunos por muy buen fin, y es que al-
gunos destos seruidores de la Reyna, como su alteza les pregunta muchas co-
sas, dizenle lo que les pregunta y lo que saben y lo que no saben, sy veen que
su carta y pensaron quel mandamiento hera general; y que desque supo que
el obispo de Falencia no avia hablado a la Reyna, que le peso mucho, porque
las otras cosas dizeque ruega y avn suplica a V. al. como hijo que no crea tiue
de su voluntad pueda emanar mandar tratar mal a persona que tanto el ama,
como es la Reyna, y que tanta razón ay para tratalla byen; y que avnque no
oviese otra razón syno ser vuestra hija, y por esto se avia de hazer, quanto
mas avyendo tantas razones para hazello; y que byen cree su alteza cjue avn-
([ue V. al. aya escrito esto como padre, que como prudente y tan sabio como
\'. al. es, juzgara que no es verdad que por su mandamiento ni consentimiento
la Reyna sea mal tratada en ningmia manera; y i|ue de no querer tener la
Reyna otra vida de la que tyene, ni \'. al. como padre, ni la Reyna, que gloria
ava, como madre, podistes ni podes tener tanto sentimiento ni pesar como su
alteza tyene. Esto me ha respondido satisfaziendo a cada parte, y sin duda yo
creo lo que su porque yo ¡uro por la saluagion de mi anima que
alteza dize,
nunca otra cosa he conogido en su alteza, y que muchas vezes yo le he ávido
manzilla; mas, gierto, algunos de sus seruidores a quien encomienda que hagan
algunas cosas en la manera de executallas se esgeden, y como no puede pa-
recer manifiesto a todos lo que se mando, ni como se mando, o por que razones,
y es manifiesto lo que se hizo y el modo con que se hizo, juzgan de aíjuello
que veen y no de lo que fue mandado que se hiziese; y avn estos puede ser no
errar con nialigia, syno por no entender las cosas. Asy que esto responde el
Rey a V. al. a lo que le mando dezir por mi sobre este caso,
de Breda a xv de mayo de 505.
- 3^7
OIRÁ CARTA
del Rey nuestro señor,
> liechti en Sej^viiia a \\\ de mayo de u.w años. Iraxo-
la Pedro de Canpo, correo.
Muse lie \ en- m<> niostiM viia Cíirla escrita \' felrendada de I'ern Ximenos,
\- lu-mada <\<- la Keviia, mi hija, la copia de la c|ual va atiui, porciue vos vereys
lo que contyene. 1 lome maravillaiio escrevir ella tal carta, sabiendo ella c|iie yo
le he enbiado a dezir todo que ciinple a ella y a su honrra y estado, y que
lo
ella misma no desea mas ((ue yo su bien y todo lo (|iie le toca; y tengo sospe-
cha que su firma es falsa, o que gela han hecho firmar contra su voluntad. .\c[ui
vos enhio vna carta mia con creengia remityda a vos; dadgela luego en llegan-
do este correo que no va por otra cosa, y dezidle de mi parte que niose de
\'ere me ha iimstrado vna carta que el dize que ha escrito, y mostradle
ella le
la copia della y leedgela, y dezidle que le ruego yo que vos diga sy mando ella
y que es lo (¡ue le han dicho para hazergela fir-
escriuir a(|uella carta o no,
mar, porque vo ninguna cosa deseo en este mundo mas t[ue verla a ella en es-
tos sus reynos, y govierne y mande como señora dellos, y ponerla
que ella los
en y que sea
su libertad, seruida de sus naturales, y que este mejor tratada y
honrrada y seruida que no agora dizen que alia esta; y que no solamente de-
seo yo esto, mas cjue hasta verla no estare byen contento ni alegre; y que no
solamente quiero y deseo que ella govierne estos sus reynos, mas los mios;
que ya sabe cjue todo lo mió quiero yo para ella y que ella es mi heredera y
mi descanso, v que yo he miedo que los (|ue desean que ella este syenpre fue-
ra de su libertad y asy subjeta y maltratada como agora dizen que esta, ¡jor-
que saben que mi ñn y deseo y obra todo se enderega para que ella mande y
govierne y sea señora de lo suyo y sea seruida y honrrada y acatada como es
razón, como saben que no lo puede ella alcanzar ni sostener esto sin mi favor,
trabajaran quanto pudieren por poner discordia entre ella e mi, porque creen
que desanparandola yo, harán della lo que quisyeren, y que crea que nunca yo
la desanparare ni haré en mi enpresyon ninguna cosa que digan para poner
discordia entre ella e mi; y que asy le ruego yo, por el amor que le tengo, que
no haga ella enpresyon en ninguna cosa de quantas le podran dezir para poner
discordia entre ella e mi, pues no tyene entera razón para ello, porque yo no
quiero ni deseo syno lo que desea; y que yo le ruego que
ella misma quiere y
os diga claramente todo lo que ella quiere que yo haga que cunjile a ella e a
su estado, y vera como lo pongo luego en obra; y que asymismo yo le ruego
que ella trabaje de abreviar su venida acá, y vera de que manera yo la porne
en posesyon y governagion de sus reynos, y vera por espiriengia la maldad
la
de los que le dan a entender otra cosa, que es porque ella nunca govierne ni
sea señora de lo suyo, y que la tenga syenpre subjeta y presa, metida en vn rin-
cón donde hagan della lo que quis\i-n>n v le traygan las mancebas dentro de su
— 368 —
casa;y que en todos estos negogios yo le ruego que ella crea mas mis obras
que no a las palabras que alia le pueden dezir; y que sy acá algo se ha dicho
para juzgarla que tyene falta de seso, que el Rey, su marydo, es el que acá lo
ha escrito y enbiado a dezir, concluyendo que la queria poner en vna forta-
leza para que estuviese alli apartada de los pueblos; y que Dios sabe lo que yo
senty en mi coragon y en mi anima quando aquella ley, y que nunca lo he
creydo ni creo, ni plega a Dios que tal sea; y que yo respondy entonges al
Rey, su marido, que por cosa del mundo no la pusyese en fortaleza, ni la tu-
vyese presa, syno que la tratase muy byen y trabajase de la contentar y hon-
rrar en todas las cosas, y que la tuvyese en su libertad; y que el otro dya, sa-
biendo que ella hera alia maltratada, hable aqui a mose de Veré muy rezio
agrauiandogelo quanto yo pude para que escriuiese al Rey de mi parte quan-
to sentya yo que ella estuviese tan maltratada, y que le avisaua que la tratase
muy byen y muy honrradamente como quien ella es, y que la pusyese en li-
bertad, y que la dexasen seruir )' hablar a sus naturales, aquellos de (¡uien ella
se quisyese seruir; y que sy esto no hazia, que yo daria parte dello y lo haria
saber todo este tratamiento a todos los Grandes y pueblos destos reynos, y lo
remediaría como cunplia a la honrra de la Reyna, mi hija; y que esto mismo
yo escriuia a vos para que de mi parte lo dixesedes al Rey, su marido, y lo
procurasedes; y que vos diga sy esta remediado, syno, que yo trabajare de lo
remediar con todas mis fuergas hasta yr yo alia en persona, sy menester fuere,
para traella a estos reynos para que acá sea servida y honrrada y sea señora
de lo suyo y govierne sus reynos. Y que para con el Rey, su marydo, y para
con los suyos yo he dysimulado lo susodicho que digo quel Rey, su marj^do,
me escriuio y enbio a dezir sobre su dolengia della, por tener mas color para
hazer que la traygan acá, diziendo que
quiero ver y que la quieren ver sus
la
reynos, porque algunos han hablado y procuran que venga acá el Rey, su ma-
rido solo y la dexe a ella alia, lo que yo nunca he de consentir, syno que ven-
ga ella como es razón; y que sy ella por lo que alia le avran dicho algo creya
de mi que no fuese conforme a lo que he dicho, que a mi solo en secreto me
lo avia de escriuir y dezirme su voluntad y quando yo
que es lo que quiere, )'
no lo hiziese, estonges podia escriuir ella por otra via lo que quisyera; mas que
syn escriuirme a mi cosa, escriuir ella que mose de Veré lo hable acá a todas
las personas quel viere, de vna parte no conviene a su honrra della que se lie-
ue por las plagas y por las lenguas de todos platica que toque a ella en sy
esta buena o no, y de otra parte aquella carta no aprouecha acá syno para que
los que tyenen malas yntingiones y deseos de poner discordia entre mi y ella,
y rebueltas en el reyno tanta color para tentarlo y trabajarlo; y que ya ella vee
quan dañoso es todo esto y quan contrario a lo que yo procuro y trabajo, que
es de tener para ella estos sus reynos en justigia y paz y en su obidiengia, y
para entregárselos asy en paz en viniendo ella acá, sy a Dios pluguiere, como
yo lo deseo. Y
que tanbyen me paregio grande ynconviniente para lo que a
ella cunplc poner en la carta que ella no podia dar a otro, syno al Roy, su
— 3<59 —
marido, la governagion de sus hijos y de sus sugesores, porque parece en al-
guna manera que se quiere excluyr ella de la governagion, y que quiere dezir
que a sus hijos pertenegen estos reynos en su vida della, y que esto no lo ha
de asomar ni mentar ella en su vida, guárdela Dios, porque a ella pcrtenege y
ella es la Reyna y señora propietaria destos reynos, y biuiendo ella, los ha de
vida y salud, guárdela Dios; y que governando y mandando ella, y estando acá,
estara segura que ninguna muger le osara hazer ruyndad con su marydo, y asy
se remediara lo de los gelos que ella dize; y sy ella no governase, verya todo lo
contrario; y quel fin de algunos malos seruidores suyos es que ella no govier-
ne, y tenerla sujeta y maltratada; y que sy ella les ayuda con tales cartas, pa- y
ra quitarse ellamisma la governagion, que mire que se haze mucho daño y que
se pone en mucho peligro, porque aveys de saber que yo he sydo avisado de
Frangía en grandysimo secreto que se ha hablado mucho secretamente casa-
miento del Rey don Felipe con reyna de Frangía, diziendo quel rey de Fran-
la
gía moryra de aqui a poco, y que ay mataran con yervas al tienpo del parvr a
la Reyna, mi hija, y que dirán que murió de parto,
y que asy casaran el Rey
don Felipe y la reyna de Frangía, y que con esto avran a Bretaña v a otras
cosas; y avnque yo no puedo creer cosas de tan gran maldad, pero temóla, y
querría que la Reyna, mi hija, se guardase señaladamente al tienpo de parir.
Mas esto deste casamiento que de Frangía me han escrito que tratan, no lo di-
gays a la Reyna, mi hija, syno vieredes que cunplíese para la seguridad de su
vida avisarle dello; y en tal caso sea con juramento que a nadve no lo diga; v
en conclusyon de todo, le dezid que yo le ruego que para remedio de su hon-
rra y de su vida della de prj'esa en su venida acá, porque tanto que este alia
nunca harán los malos seruidores syno trabajar de poner zizaña entre ella e
mi; que me escriva que es lo que quiere, y vera como yo lo haré todo a su vo-
luntad y contentamiento della, y quando yo no lo hiziere, quexese de mi. Y de-
zidle que porque acá se dize que ella es alia fuera de su libertad, y que no de-
xan C|ue sus naturales la syruan ni vean, que yo no se sy le han hecho firmar
por fuerga la dicha carta; y que me han dicho que vna carta larga que ella me
escriuia de su mano con Herrera, quel dicho Herrera la vendió alia haziendo
traygion a ella e a mi, e que no es venida a mi poder la dicha carta, ni se lo
que me que yo le ruego que ella me escriua de su mano, syquiera en
escriuia;
pocas palabras lo que quiere, y vera como yo lo haré; y sy esto no puede, di-
gaos a vos lo que quiere para que me lo escriuays. Y gerca de como ella es
maltratada, yo y estos reynos proueeremos luego lo que conviene para que se
remedye. Al Rey y Pringípe, mi hijo, dezidle de mi parte que yo he trabajado
y trabajo de tener estos reynos en mucha paz y sosiego, porque cunple asy a
el y a la Reyna, mi hija, que sy vna ves se reboluiesen, ellos temían después
esta fuera de su libertad y que no la dexan seruir a sus naturales que ella quie-
re, ni le dexan escriuir lo que quiere, que no le hagan firmar lo que no quiere,
OTRA CARTA
del rey nuestro señor, hecha en Segovia a xxvii de mayo de d.v. años. Trti-
Por vuestras cartas de xii de abril vy que nos dexaron dar mi carta a la
lo que sabia que la Reyna, mi hija, hablo con el, y donde lo tuvyeron, y sy lo
sueltan luego o no; y las cartas que yo he enbiado con los correos sy galas han
dado o tomado; y sy supierdes donde están, cobradlas vos, porque lodo esto
— 371
coiivyenc sal>er para lo que se lia do ha/er acá. ^ poned por escrito en cifra
muy larga y particularmente todos los malos tratamientos que se han hecho
y hazen a la hija, alia, y como le tyenen puestas guardas, y como
Reyna, mi
esta presa fuerade su libertad, y como le tomaron la carta que escriuio de su
mano para mi, \' como no le dexan cscriuir ni hazer cosa de lo c|ue ella quiere,
y como no consienten cpie sus naturales, aquellos de quien ella se quiere seruir,
la siruan ni hablen ni estén con ella, ni menos a vos que soys mi enbaxador,
ni le dexan dar mis cartas; y dezid totlas las otras cosas y avtos que gerca
desto han pasado y pasan, porque es muy negesario que yo las sepa; y escri-
uidme el estado en que agora esta, y si siruen a la Reyna, mi hija, Moxica y
Savastian y los otros que ella tyene y quiere que la syruan, y sy estos son
buenos seruidores, como yo creo que lo son; y escriuidme en C[ue mes esta de
su preñez la Reyna, mi hija; y hazeme saber en ([ue esta la guerra de (kieldres
y las otras cosas de alia, y en que esta el Rey, mi hijo; y enbiad a don Pedro
de Ayala mi carta que aqui va para el con quien la de en sus manos; y dezid
de mi parte Lope de Conchillos que se venga luego para acá por do mas
a
OTRA CARTA
del rey Católico., para su embaxador.
El Rey.
Gutierre Gómez de l'uensalida, comendador de la Menbrilla, mi enbaxa-
dor y del mi consejo. Dezid de mi parte al Rey, mi fijo, que yo, deseando su
bien, muchas veces le he enbiado a rogar y aconsejar como su verdadero pa-
dre que no quisiese dar fe a los que le aconsejasen cosas de discordia entre
el y la Reyna, mi fija, su muger, y entre mi y el, porque desto no se podia
ni puede seguir ningún bien; y quanto mas yo esto le he enbiado a rogar y
aconsejar, mas parece que sigue el camino de creer a los que so otros colores
leconsejan discordia y la procuran, porque ya sabe como le enbie a dezir por
medio de mosen de Veré, su enbaxador, y después por medio vuestro, como
hauia sabido que la Reyna, mi fija, era alia maltratada, y que la tenían con
guardas fuera de su libertad, habiéndole quitado todas las personas sus natu-
rales de quien ella se quiere y deue ser servida, poniéndole personas que a
ella no le agradan, que no son sus naturales, y vedando que sus naturales no
la siruan ni la fablen ny entren donde ella esta, ahunque ella los mande lla-
mar, y no dexando le escreuir lo que ella quiere, y faciéndole firmar lo que no
— 3/2 —
quiere, y taciendn oirás cosas en inuclio perjuizio de la libertad que ella, como
Reyna y Señora propietaria dcslos reynos, según las leyes y antigua costun-
bre dellos, deue tener en su persona real y sobre sus naturales v seruidores,
\- en perjuicio de los mismos naturales y de la lealtad que como a su Reyna
¡iropietaria y Soberana Señora le deuen. V que como quiera que por ser estas
cosas tan grandes y en tanto perjuizio de la Reyna, mi fija, y de mi honrra y
de todo el reyno, yo deuiera luego fazerlo saber a los perlados y Grandes, ca-
ualleros y pueblos destos reynos, para que yo y el reyno entendiésemos en el
remedio dello, pero que esperando que el lo remediara, no lo fi/,e, y quise
jjrimero fazer gelo saber como padre lo deue fazer con fijo, y rogarle c|ue lo
remediasse; y que agora, esperando a saber el remedio que en ello se ponia, me
han certificado que, no solamente esta todavia fecho vedamiento que no sir-
uan ny fablen a la Reyna, mi fija, sus naturales y seruidores, mas que pren-
den a los que fazen algo de lo que ella les manda, y que por esta causa el Rej',
mi fijo, mando primero prender a Savastian de Olano, secretario de la Reyna,
mi fija, V (jue agora a mandado prender a Lope de Cunchillos, mi secretario
mando, como ¡jor su linpiega y lealtad era obligado. Y por ser esto cosa de tan
grande v graue calidad, no la puedo creer, porque la Reyna, mi fija, como
Reyna y señora propietaria de estos reynos, por las leyes y antigua costunbre
dellos libres ha de tener sus naturales y seruidores para fazer en su seruicio
lo que mandare, como placiendo a Dios lo vera aqua el Rey, mi fijo;
ella les
V meregen
faziendolo, merced, y no ser presos ni maltratados, \' mucho menos
siendo como es Lope de Cunchillos mi secretario, y mensajero enbiado por mi
para que sirua a la Reyna, mi fija, que no es cosa nueua cjue los padres en-
bien a sus fijas herederas ofiziales suyos para que las siruan, \- ([ue sean oficia-
les delpadre y de la fija, como lo es el dicho Lope de Cunchillos, al cual tengo
yo por luenga esperienza conocido por tal que por ninguna cosa dexaria de
fazeren seruicio de su Princesa y señora aquello a que su lealtad le obliga. \'
agrauia mas el caso prenderlo siendo mió, sin enbiarme a dar razón, ny a de-
zir la causa de su prisión, que yo aqua mandase prender a alguno del Rey,
si
tuosamente quel quiera remediar luego todas las dichas cosas que alia dizen
que faze en tanto perjuicio de la Reyna, mi fija, y de sus naturales y seruidores
y de mi honrra, y la quiera poner en su libertad y dexarla escreuir y tazer li-
bremente las cosas que tocaren a ella y a su estado, y tratarla como a quien es;
y no solamente mandar soltar al dicho Lope Cunchillos y a los otros seruido-
res de la Reyna, mi fija, que houiere mandado prender porque fazian lo que
ella les mandaua en su seruicio, mas dar lugar a que la siruan y fablen y estén
con ella sus naturales y seruidores y mis enbaxadores. Y no dudo que pues
asi lo quiere la razón, y esta es una de las cosas que mas cunplen al bien suyo
y de su estado, que el Rey, mi fijo, lo remediara como quien es; y si lo fiziere,
yo rezibire dello mucho plazer y contentamiento, y si no, a mi me pesara mu-
cho, y yo quedare descargado para con Dios y con el mundo; y en tal caso
no me podre escusar de dar parte dello a todos estos reynos, y juntamente
con ellos entender en el remedio dello, según la inportancia del caso lo re-
quiere; ni me podre escusar de mandar llamar a todos los españoles que están
alia con el Rey, mi fijo, porque viendo tener asi a su Reyna y señora propie-
taria fuera de su libertad, y viendo tratar assi a sus naturales que la siruen, no
Ü'íRA CARTA
para el 7xy nuestro señor, heclia en Enveres a xxix de mayo de n.v. años. Le-
vóla Lope, coi-reo.
Después que escriui con Perot, correo, no a sugedido cosa (.|ue sea des-
crevir, saluo que! Rey de los Romanos es venido a Colonia para entender en
esta guerra de Gueldres, porque se desenbarage el Rejr, su hijo, para yrse a
España, y trae consigo a la duquesa de Saboya. Dizen que le darán al Pringipe
y a las Ynfantas para que los tenga ella en Malinas. ííl Rey se parte el lunes,
que serán dos dias de junio, con todo su exergito a recebir a su padre. Juntar-
se han en vna villa que medio del ducado de Gueldres. üizenme
es casy en el
que tyenen mucha necesydad de dynero y mal recabdo de capitanes. Dios les
haze merced, cjue tyenen el enemigo flaco y pobre; mas sy cavdal tuviese,
avnque fuese la meytad menos de los que van contra el, según son todos
nueva gente- asy los milytes como el duque del exergito, no seria mucho ha-
zelles vna vergüenza.
El Re)' esta muy porque no
le escriue buenas nuevas el de Veré, y
triste
desea mucho poderse ver con V. porque piensa que sy se viesen y habla-
al.,
go, que despachan para que vaya a Roma por enbaxador del Rey y de la
le
Reyna para negociar con el Papa que no haga en las cosas de Castylla ningu-
na cosa de lo que V. al. le escriuiere, en espegial en el de los obispados que
vacaren o beneficio o dinidades, y esta es ynvingion de aquel que ynventa to-
das las otras cosas. Por ende V. al. prouea en Roma con tienpo lo que viere
que se deve proueer, porque avnque el obispo de Catania aya de partir luego,
el camino es largo y el no correrá la posta, } V. al. podra preuenir a su en-
baxador.
A Lope de Conchillos ynterrogaron la víspera de Corpus Christí, y tomá-
ronle juramento. Dixo lo que sabia, según me escriuio en vna cartilla que pudo
escrevir, y dixo que hera venido por mandado de V. al. a saber y aver, y dixo
otras cosas, segund yo he sabido, como onbre que esta preso, y piensa que ha-
ze algo en su hecho en culpar a otros. Se que me amenazan, y avn he sydo avi-
sado que querrán tentar de tomarme la memoria que tengo de las cartas que
vida.
Don Luys de Cordova, tyo conde de Cabra, es venido aquí, y fue avi-
del
sado que sy venia a biuir con el Rey, que avia de huir de mi. Respondió: Xo lo
haré, porque se que es enba.xador del Rey, nuestro señor, y yo no soy onbre
que tengo de venir con malos tratos. Yo no dexare de verle y de hablarle y
holgarme con el. Y asy lo ha hecho, }• creo no trae mas de venir a prouar la
ventura, y aqui pocos la han hallado buena; syno, pregúntelo a Salazar y a Al-
uarado y a otros muchos que aqui han scruido mucho y sabrán el galardón
que han ávido de sus seruicios.
— 376 —
Aviso a \'. al. (.[ue Andrea de Burgu lúe por yndustria de don Juan \- del
prouoste Filiberto, y que no es mas del Rey de Romanos que mió enquanto
a hazer los negogios, syno al proposyto de ganar el y hazer ganar a estos otros.
S)' ganando ellos V. al. puede hazer su mejor, byen; mas sy \'. al. piensa que
ese ni esos otros tyenen otro tyn syno de ganar, no se engañe, porque no
guian las cosas por otro camino. Mucho están alterados estos de las cartas ul-
timas que mese de Veré ha escrito. No
que se
se es.
OTRA CARTA
para el nj nuestro señor, hecha en Bolodiic a x\ días de junio de ii.\'. años.
Letiola Pairo del Canpo, correo.
Las cartas escritas en Segovia a xvi de mayo que Pedro del Canpo, correo,
me truxo regebi, y el Rey hera ydo a Alemania por verse con su padre quan-
do el dicho Pedro del Canpo llego, y yo me party luego para el Rey por le
son contra el, y luego que llegue fuy a hablar con el Rev, y dixele lo siguiente:
Señor, el muy byen que algunos Grandes de Castilla
Rey, mi señor, sabe
y otros que no lo son os escriuen muchas cosas por las quales vos soys en-
trado en sospechas del Rey, mi señor, vuestro padre, y no menos se haze de
acá, que alguno o algunos que dizen que son vuestros buenos seruidores escri-
uen alia algunas cosas que no son de menos calidad para poner en sospecha de
vos al Rey mi señor; y tanbyen os consejan acá algunos algunas cosas que sy
V. al.entendiese y conogiese el camino que llevan los que os escriuen de Casti-
lla y que os consejan acá, V. al. no tomaría el consejo de los vnos ni leería
los
mas porque piensan aver de vos aquello quel Rey, mi señor, les ha negado; y
trabajan de poner en discordia a su alteza y a la vuestra, porque saben que es-
tando conformes, han de aver de V. al. la respuesta que su alteza les ha dado
a lo que le an pedido. Y
que no son Grandes y os consejan que hagays al-
los
gunas cosas que estuuieran mejor por fazer, nos lo han aconsejado porque hera
aquello lo que os cunjjlia, mas porque cunplia a ellos que lo hiziesedes asy pa-
ra que entre el Rey, mi señor, y vos entrasen sospechas y para teneros en ne-
gesydad y para ganar con vosotros entranbos. Por tanto, el Rey, mi señor, rue-
ga a V. al. que conoscays quien son los que os escriuen y quien son los que
os consejan, y que no dedes lugar a que sus malas yntingiones puedan hallar
entrada en vos para que os pongan en discordia con su alteza, pues vedes que
dañosa seria la la casa; y paregele que
discordia de entre vos otros para toda
seria gran remedio para esto que V.y Reyna juntamente entranbos, y no
al. la
el vno syn el otro, os fuesedes a España, y lo mas presto que pudyesedes, por-
dezir, devria V. al. creer quel Rey, mi señor, desea la salud de la Reyna sobre
todas las cosas del mundo.
Asymismo a trabajado y trabaja después que la Reyna.
dize su alteza que
que y conseruar aquellos reynos en aquella paz
gloria aya, fallegio, de tener
gozes. Y que agora mose de \'ere a mostrado alia vna carta firmada de la Rey.
na, la qual por yr refrendada de Pedro Ximenez dubda su alteza que sea de
la Reyna, la qual carta no ha hecho otro fruto ni le puede hazer syno dar
cavsa a los que tj'enen malas voluntades y pensamientos para ponello en obra.
Ruega el Rey, mi señor, a V. al. que pues no dexays a la Reyna en su liber-
tad para que escriva lo que quiere, ni a quien quiere, que no le hagays firmar
lo que no quiere y lo que trae a V. al. y a la suya ynconvinientes y daños.
- 378 -
Asvmisnio el Rey, mi señor, cscriue a !a Reyna, su hija, carias de su mano
y a mi vna de creengia de algunas cosas que de parte suya le diga.' Yo no
quise yr a la Reyna syn hazerlo saber a V. al., por lo que teneys mandado.
V. al. me de ligengia para yr a Bruselas, y que pueda hablar a la Reyna y da-
lle las cartas quel Rey, mi señor, le enbia.
Asymismo su alteza dize que, como otra vez a escrito, sabe c|ue la Reyna
esta fuera de su libertad, y no tratada como deve y según a su real persona y
estado pertenece, y que son mal tratados los que la syruen de sus naturales,
y esto se dize muy publicamente, y confirmase ser verdad por lo que su al-
teza agora ha sabido, que V. al. mando prender a Lope de Cunchillos porque
hizo lo que la Reyna le mando; y que le fueron tomadas a la Reyna vnas car-
tas que escriuia al Rey, su padre, las quales dio a Herrera, su criado. Ruega a
V. al. que ponga a la Reyna en toda su libertad, como es razón y como lo
tyene escrito, y que mande soltar a Lope de Cunchillos, pues en hazer lo que
la Reyna le mandava hizo lo que devia. Y dize que todo es en ]Derjuyzio vues-
en el remedio de-
tro, y que es forgado, sy V. al. no lo remedia, de entender
llo. Yo le dixe esto de Lope de Cunchillos y de las cartas para que supiese que
este buena, esto no es malo de creer, porque yo creo que su alteza la ama
como a hija y que deseara su salud mas que otro ninguno.
(Juanto a lo que dezis quel Rey, mi señor, dize que ha trabajado y trabaja
— 379 —
para conservar aquellos reyíios en paz, &., y (lue yo no le íivihId para ello,
mayormente por aíjuella carta de la Keyna que niose de Vare a mostrado alia,
yo creo que su alteza lo haze asy, por(|ue la obra da testimonio dello, y que
yo no he hecho ninguna cosa para piTturhar la paz de aquellos rcynos, y c|ue
aquella carta (|ue la Revna escriuio lue |iara satisfazer a lo que alia se dizia
della, y para mostrar a todos los que avian sal)ido lo primero i|ue hera al cim-
trariode lo c[ue les dezian; y a la Rej'iia pareí^io cjue para satisfazer a su ho-
nor hera byen escrevir aquello, y no iue escrito por premia syno por voliui-
tad, y esto no es ni fue desa\'udar a lo que su alteza haze, syno para satisfazer
a lo que de la Reyna se dezia.
Ouanto a lo que dezis qucl Rey, mi señor, escriue a la Re\'na, su hija, y a
vos que le digays algunas cosas de su parte, \'o no avre pesar dello; mas por-
que yo tengo prometydo a la Reyna que mientras yo estuviere absenté della
que no permityre que ninguno la hable, y esto a su petigion, yo le escriuire
lo que vos me dezis, y que yo querria que os oyese, y venida su respuesta, yos
no ha traydo averselas tomado. Y que ningún otro seruidor se trata mal, basta
lo que en Breda se respondió.
que le fuese a hablar. Yo lo hize asy, y fuymos don Pedro y yo ¡untos a ha-
blalle, y diximosle lo que nos paregio sobre ello, glosándolo al revés de como
estaua glosado; y diximosle muchas cosas a las quales no avia (jue responder,
o a lo menos no tuvo que responder; y a todo quanto le deziamos nos dezia
que hera verdad. Estaua tan apretado y tan enbaragado, que no podia ser mas.
— 38o —
Vo le (lixe: l'",n fin, señor, guardad este sermón, ciue yo espero que con el al
pescuezo mandareys ahorcar a quien os le dio. Estos son los seruigios que ha-
zen los buenos seruidores. Yos seguro, sy nos guardays, que mas os digan que
esto. De ay fuymos a hablar a la duquesa Margarita, y hablando con ella sobre
estas cosas de entre \'. al.
y el Rey, su hijo, dixo: De mi asy se guardan como
sy yo fuese castellana, y anme querido dar
entender que todo esta byen y
a
que no ay nada mal; mas a tres dias que yo he entendido algo. Yo lo he en-
tendido por vn sermón que don Juan me dio, y yo le dixe: Esta tal escritura,
don luán, no hera para mostrar al Rey, mi hermano. Respondióme: Porque no.'
Razón es que se sepa lo que publicamente se dize. Dize que le dixo: Porque
avnque sean verdad las tales cosas, los buenos seruidores las han de encobrir
y no mostrallas, por no poner mal. Dicen que a conogido del su poca fydeli-
dad (no lo dixo tan onestamente'l, y que cree quel a dañado y daña mucho en
estos negogios; y esto confirman algunos que saben lo quel habla en el conse-
jo; mas que los tyene a todos tan enbavcados con promesas y con sus ynvin-
giones,que avnque detras del conoge que es el que no deve, en presengia con-
syente en lo que dize, porquel Rey esta tan hechizado de sus palabras, que no
quiere creer syno que don Juan le ha de dar el reyno pagiñco.
Dixo don Juan a madama Margarita: Señora, avn yo os podre tan byen ser-
uir como Antonio de Fonseca quando yo este en Castilla y contador mayor.
Por donde se prueva que otras vezes he escrito, que entre el y estos otros
lo
tro hijo, fuerades congertados y a vuestra voluntad, y creo que mientras es-
tuviere aqui, que nunca dará lugar a que os congerteys por mano de nadye y
sin que primero sepa el lo que ha de sacar del corretaje; y creo que seria en-
biado poder a mose de \'ere para asentar todas las cosas con V. al.; mas dizen
que el lo estorva, porque no querría que paregiese que ninguno acaba este ne-
gogio syno el, avnque fuese su hijo y por ello le diesen el maestradgo de San-
tiago.
dios, yo no se entender este latyn. Vosotros los enbaxadores aveys dicho al Rey
que se guarde de los judíos y que no fie dallos, y agora enbia el Rey vuestro
amo a mover partidos con vn judio que todos sabemos que lo es. Yo le respon-
dy que no sabia nada hasta quel Rey me lo avia dicho; mas que creya que no
vernia syno por mose de Veré. Dijo: Es verdad; mas el vyene tanbyen por par-
^ 381 —
lo del Rey, v el I\ey a conseiuitlo i|Ui- venga el. Xo iiLiieri) de/ir I.) que mas
me dixo sobre osle caso, porque son palabras (|ue im tocan syno a mi, en las
Dizenme que reprehende lo cjue alia han hecho los procuradores de cortes en
dar la administnn-ion a V. al., y a V. al. porque y otras muchas co-
la ai^ebto;
sas me an dicho, pur donde yo creo cjue dobla aliay aun acá. VA ha sydo re-
prehendido de ingrato de algunos cardenales c[ue aman a V. al. .Su respuesta
diz que fue; Vosotros no sabeys las cosas de Castilla, y yo que las se tengo ra-
zón de dezir lo c[ue digo.
der de V. al. para dar conclusyon en los negogios. Pluguiese a Dios que el vi-
niese acá, no porque piense yo que don Juan a de cpierer que se concluirá,
mas porque vyese de vista muchas cosas cpie no se saben escrivir, y avncjue se
escriviesen, no se podrían byen entender; mas mi pensamiento es este en este
caso, y no es el pensamiento syn cavsa. Donjuán querría esto por dos fines; el
vno, por sacar la negogiagion de las manos de mose de Veré, porque ya el esta
arrepentydo de aver dado su voto para que el fuese, y lo otro, por apartar de
V. al. a Almagan. Y no es este pensamiento de agora, que mas de ginco vezes
se lo he oydo yo: No se podría tener manera que Almagan viniese acá.' Asy
tjue mire V. al. en ello, y no piense Almagan que don Juan lo haze por su byen,
cjue yo le gertifico que no es asy, porque no esta don Juan tan querelloso de
honbre en Castilla como de Almagan.
La guerra de Gueldres esta en estos términos: el Rey asento su real en la
tierra de Gueldres junto con vna vylla suya que se llama Grava, a doze dias
deste mes de Junio, y a llovido tanto, que de negesydad vuo de moverse de alli
para ponerse en algund lugar enxuto hasta que su gente fuese toda junta. Vo
le tente para saber que yntingion tenia; dixome que el se pornia en medio de
la tierra del duque de Gueldres; mas que no pornia sytio a ninguna villa por-
([ue son muy fuertes, y por gerco y por conbate no se podrian tomar; y que es-
perava que viéndole asy en el canpo, que vernan con el en algún apuntamien-
to, y que syno vinieren en apuntamiento, que les talara los panes y las yervas
puedo hazer con la Reyna, y con aquel escrivire largamente lo que de alli su-
piere.
Las cartas que \'. ai. ha enbiado a Lope de Cunchillos después que esta
preso yo las he quemado con todas sus escrituras, porque como escrevi a \'. al.,
da crédito. Ale dicho muchas cosas y ale dado muchas razones porque deve
estar obidiente a todo lo que V. al.Ale dicho claro el engaño que de
quisiere.
sus consejeros regibe o de algunos. No Razón seria que este sintye-
se lo niega.
se que \'^. al. esta ynformado
de su buena voluntad y obra, porquel tome mas
voluntad de continuar en lo que ha comengado.
Vo escriui a Y. al. de vn Sanpyer que esta aqui, que fue criado de la se-
ñora Reyna de Xapoles; es aragonés, el qual por averse mostrado seruidor de
\'. al. y aver avisado al Obispo y a mi de muchas cosas, don Juan le ha toma-
do tanto omezillo, quel pecador esta perdido con el Rey, \' no esta esperando
syno que vn dya le pornan en vna ])risyon, o al mejor librar le echaran de la
casa. Byen creo quel obispo de Palengia avra dicho a \'. al. deste onbre y lo
que sabe de las cosas de don Juan, y podria ser que pudiese aprouechar en al-
gund tienpo, porque de las cosas de aqui el ha entendydo asaz. Ko seria malo
que para dalle animo y para que a enxenplo de aquellos otros que están acá
vuestros suditos hiziesen lo que deuen, que supiese de V. al., que quando de
aqui le echasen que tyene plaga en vuestra casa real o en la guarda de sus
gentes darmas, que onbre es que sabrá seruir, y para en los negogios presentes,
syno van corno deseamos, puede aprouechar.
Xo quiero dexar de dezir a V. al. lo que muchas vezes he estado para es-
criuir; mas porque lo de hasta aqui no ynportava tanto como lo de agora, no lo
he escrito. Pareceme que ningund onbre puede obrar byen ninguna cosa syno
sabe byen el arte de aquella cosa que quiere hazer, y sy alguna cosa alguno
obrare no sabiendo el arte, sera ynposible acertalla, y asy ningund seruidor de
\'^. al.
podra acertar a negogiar byen ninguna cosa, porque no sabe lo que \'. al.
quiere obrar. Sy V. al. tyene confianga de sus seruidores y conoge que son per-
sonas que sabrán buscar medios para hazer dígaseles claro: yo querría
tal cosa, y querría que se guiase a tal an medios y modos para hazer lo
. . . . . .
es vuestra voluntad lo que yo entyendo, diria otra cosa por donde pensarla
mas presto venir al fyn que querrya. Y sy en lo pasado quando el obispo de
Falencia vino yo supiera lo que queria V. al., por aventura las cosas estuvye-
ran en otros términos que no están. Digo esto, porque V. al. dize: Dezid a mi
hijo que venga. Sy esta es vuestra determinada voluntad, que vaya, y que vaya
solo o con la Reyna, y sin concierto o con el, yo sabré buscar modos para ello,
y sy es otra la voluntad de V. al., tanbyen se buscarían formas para estorvallo,
porque tengo deseo de seruir a Y. al. y de agertar en seruirle mucho a su con-
tentamiento, y no tengo otro fin. Y si leparege a V. al. que esto no se me deve
a mi decir, no se maraville V. al. de quel yerro que se haga, porque el que anda
ascuras no a de andar syn miedo de tropegar; y sabiendo yo vuestra voluntad,
yo podria dezir lo que \'. al. mandase que se dixese por términos que no en-
pongoñasen; mas no sabiendo yo lo que Y. al. ha gana, digo lo que manda y
por los términos que lo manda, porque pienso que, pues \^. al. lo manda, que
es aquello lo que cunple; avnque veo que en algún tienpo daña dezirse las co-
sas como de alia vyenen.
Después de todo esto escrito, hable a madama Margarita aqui en Boloduc,
que se va a su tierra y dixome que ella avia hablado con su hermano y que le
avia dicho que sy queria que ella se pusyese entre \'. al., y el. Dize que le res-
pondió: No, que vos podeys casar y tanbyen, y no quiero que tal tergero se
el
gañado y fuera de sy, y que no le dexan ni le dexaran congertarse con \'. al.,
máxime aquel que ya tengo arriba nonbrado. Dize que crea Y. al. que asy os
sera agora obidiente hija como quando mas obidiente os fue estando en vues-
tros reynos, y que ella se va a su tierra, no por otra cosa syno porque no po-
dra sufrir de ver las cosas que aqui pasan syn hablar, y hablandolas, le ha de
venir daño, que por esto ella se va a su tierra para oyllas de alia y no vellas,
pues que conoge claramente que esta es la destruycion de la casa de su herma-
no y de su padre; y que suplica a V. al. que en lo que se quisyere seruir della
se lo enbie a mandar, que lo hará con toda voluntad y amor como hija. Dixele
que porque no y va a hablar a la Reyna. Dixome: Porque no lo han estos gana.
Dixeronme que le avia dicho don Juan que para que queria yr a hablar a vna
piedra, que hahl.ir a ella o a vna piedra todo hera vno. Muchas cosas nos ha
dicho ciue por c|u¡tar prolixidad no se oscriuen.
,\symismo supimos don Pedro y yo que don Juan ha trabajado de ganar al-
gunos que están gerca de la duquesa Margarita, en espegial a vn Mi.'= Luys, al
qual donjuán le dixo estas palabras: Que sy el hazla con su ama que en todas
las cosas syguiese la voluntad del Rey, su hermano, que el baria al Rey de Cas-
tilla que le diese en aquellos reynos tan byen de comer, como al mas pringipal
- 3S5 —
lie sil casa, \' i|iii' viese, pues el sabia a Castilla, c|ue ollgio o l)enel"ii;¡u (|ncri.i,
nuijuesa y nunca mas le hablo, syendo el onbre de tiuien mas ella fyava.
OTRA CARTA
para el secretario A/iiiaf;aii, lurlia cu Boloduc a xv dv junio de :i.v. años.
Levóla el dicho Pedro del Canpo, correo.
soltar por agora. Yo entendy del que por su gana no le ternia alli; mas ha-
zenle hazer lo quel no quiere; quien lo haze no es malo de entender. Cierto,
don Juan comerla de sus carnes y de las vuestras, no menos de las mias, no
les daria tal sepoltura; asy que es menester quel Rey, nuestro señor, y vues-
tra merced apretes alia con el de \^ere para quel escriva que le suelten, y
tenplaos en el dezir hasta que le saques, que de otra manera yo temo su vida.
Estas cartas me escrivio agora; a la ora que esta se cierra me las truxeron. \ o
acuerdo de hazer yr a Aluaro y a todos los que acá tyene, syno vno solo, por-
que sy le soltaren, yo le haré luego yr donde no le puedan tornar a prender, o
donde no le pueden mandar matar. No he osado dezir que después de suelto
se ha de yr, porque le traerla daño, que no querrien que de acá fuese onbre
(¡ue alia supiese ni pudiese hablar; y de mi os digo que sy me diesedes ligen-
gia, que no lo diria hasta que estuviese dentro de la nao, que por tierra yo no
osarla yr. Yo trabajare por su deliberación, como lo haria por saluar mi vida;
mas alia lo aveys de hazer con el de Veré. Porque con estotro correo escri-
uire mas largo, no digo aquí nada.
Paregeme, señor, que si las cosas de Castilla están tan seguras como mos-
trays que están a los que somos seruidores, lo qual no dizen asy los que no
lo son, que se haze vn muy gran yerro en hervir tanto en la negogiac^ion, por-
que al Rey, nuestro señor, qualquier dilagion le esta byen, porque en el dis-
curso del tienpo nacen cosas que aprouechan mucho a los negogios, y a esto-
tros la breuedad o el abreviar el tienpo les esta byen; y hazer alia lo (|ue han de
— 386 —
hazer acá páreseme cjue es error grande, porque a vosotros devria bastar lo
hecho y lo dicho, y no se avia de mover partido ninguno por vuestra 'parte,
porque sv callays y no mostrays tanta negesydad de concierto como mostrays,
ellos os moverán partidos. Xo entendays esto que lo digo porque no me pare-
el tienpo les haze, que moverán partido y partidos, a todo lo que creo; y sy
otra miente sugediese, lo que agora os darán que están el agua a la boca, os
darán quando les de al tovillo. No tengays esta manera que hasta aqui se ha te-
nido de no hablar claro con los servidores, porque sy hablasedes claro, sabria
onbre guiar las que se desea, y sy esto se haze porque no tenej'S
cosas al fin
OTRA CARTA
del Archiduque D. Felipe
Le Roy de Castu^le.
Chier et bon ami: en ensuyant ce qui uous auez nagair requis, nous auons
escript et requis bien instamment nostre tres chiere et tres-ames conpaigne la
royne vous donner audience et entendre ce que luy vouldriez diré de la part
de tres hauit et tres puissant prince, nostre tres chiere et bon pere le Roy don
Fernande. A quoy elle nous a fait faire respondre selon que vous auais
come plusseurs fois elle nous a requis que ne le voulssisons traueiller ne pres-
ser de par aucuns ambassadeurs, et mesmemcntc ciuelle sestoit na-
- 387 -
gaire excusee de parler a lambassadeur de Venize, nous priant estre encoré de
porter de parler a vous ou autres ambassadeurs, lescjuels, par nous entenrlues,
et considerant lostat ou quel elle cst, nauons endure la presser [)liis, douhtant
la troubler, donl vous auons bien volu aucrlir ptnir nostrc douoir vi ac<|uit, et
cer nostre dicte conpaigne eust este conseiUee de bonsoyr nous leus-
sions voulentiers vous eust fait grant plaisir. Et siet nostre seignour
qui chier et bon ami vous ait en sa sainte guarde. Escript en nostre camp a
grvtthnss le xvui ¡our de ¡uiiig lan w.' cinq.
Philippe.
Ilaneton.
OTRA QIFRA
del rejf nuestro señor, hecha en Segouia a xxii de junio \k\. años. Iruxola
Pei'ot, correo.
de sus seruidores, no proueo agora otra cosa sobre aquello, porque no puedo
creer quel Rey e archiduque, mi fijo, no lo remedie; y sy quando esta regi-
bierdes no fuere suelto Lope Cunchillos, trabajad que lo suelten, y me lo en-
byen luego. Y escriuidme de que manera se remedia todo esto, porque no re-
mediándose, no podre yo escusarme de hazer sobre ello.
OTRA CARTA
para el Rey, nuestro señor, hecha en Enveres a xxix. dejunio de d. \. años. Le-
vóla Sagredo.
Por lo que escriui con Pedro de Canpo, correo, desde Boloduc a los xv. dias
deste mes de junio, avra \'. al. entendydo lo que yo hable al Rey y lo que me
— 388 —
respomlio, y asyniisiiio avra cnlendido como yo no ose 3'r a tentar de hablar a
la Reyna syn quel Rey lo supiese, por la proybicion que tiene hecha que nin-
guno no la hable, mayormente syendo castellano y yo; y el Rey me dixo que
escriuiria a la Reyna rogándole (¡ue ella me quisyese oyr, porquel le avia pro-
metydo a su requesta della que no la hablarla ninguno mientras el no estuvie-
se alli; y porque el Rey se yva a poner su real cerca de Animega, y yo no te-
nia aparejo de estar en real, que aqui no aposenta en el a los enbaxadores,
mayormente a mi, como \^. al. aposentava en sus reales a los enbaxadores que
con el estauan, yo me vyne a Boloduc para esperar alli la respuesta quel Rey
me haria; y visto que se tardava, yo le escriui suplicándole que me mandase
responder, y que yo me yva a Bruselas. Diz que se enojo muy malamente no
tratándome byen de palabra; y mose de \"illa me dizen que con mucha furia
dixo: El Comendador avia de esperar la respuesta del Rey en Boloduc, y es
se ydo a Bruselas. Podra ser que no le salga a byen. Algo dello me escrive vn
amigo mió; por esta carta que aqui enbio lo vera V. al. Finalmente, quel Rey
me escriuio esta carta que aqui va. V. al. haga juizio asy de lo dicho primero,
como de lo que agora escrive, que yo no quiero dezir otra cosa syno la verdad
como pasa, y aun no me aseguran diziendola. Tanbyen me dixo el Rey hablan-
dole sobre estar la Reyna apartada, que no dcxan hablar a nadye con ella: Nos
maravilles porque se haga, que yo he sydo advertido que algunos quieren ha-
blarla yprocuran para saber y sentir qual esta para escrivirlo; y por esto,
lo
zillo a los que están en su guarda; asy, que segund lo quel confesor dize, no ay
mejoría. Dizen otros (jue esta alegre y gorda, y que haze muchas cosas de ves-
tir, y nunca entyende syno en mudar pyedras y perlas y guarniciones de vna
ay quien se lo hable, ni ella lo quiere oyr. Dizen vnos dos mogos de cámara
que entran a dalle la ropa que se ha de vestir, que eso que habla que les pa-
rece que lo habla byen. Esta sienpre desabrida con los (.|ue habla; muy renzi-
Uosa, iastymera. Todas estas son nuevas de ov'das. De vista, no se yo que de/ir.
- 389 -
pues no l;i vt'o. ) odos los scniidoresespañoles que con su alteza vinieron y es-
tañan acá del ]5rini;ipio de su venida, todos son ¡laryentes de Judas; nini^uno a
quedado fiel; cada vno procura como estara byen con el Rey; de la Reyna en
ninguna cosa se hazc mas cavdal que de mi, que no lo puedo mas encareger.
Olando tyenen agora, a lo
^loxica y Savastian de que parege, la fe, mas
que no osan mostrar sino que son conformes con los otros. Yo creo
gierto que harán cosa que quando no devan, y por mas rezio tengo a
Savastian byen ce fuere menester tjue mostrara lo que tyene como onbre
de byen; pero Savastian agora mas lo muestra. \ís gran peligro navegar en este
mar. Juro por mi fe que creo que no avria onbre (|ue no tenblase sy le dixesen
lo que a mi me dizen cada dya, (]ue pocos son los dias que no me condenan a
para acebtar los que le movieren; )• según el nos a tratado soberuiamente a don
Pedro de Ayala y a mi, byen muestra que se ha fiado del lo que de nosotros
no se fia, y el asy lo ha dado a entender.
Esta carta que aqui va es la quel Key me escriuio, la qual yo guardare; por
ella vera \'. al. el escusa que haze para que yo no hable a la Reyna (l).
«Caro y buen amigo: acordándonos deso que vos nos aves poco ha dicho,
nos avernos escrito y rogado byen ynstantemente a nuestra cara e muy amada
muger la Reyna que os y entendiese eso que vos le dires de
diese avdiengia
parte del muy alto e muy poderoso Pringipe, nuestro muy amado señor y buen
padre el Rey don I'ernando; a lo qual ella nos ha hecho respuesta aquello que
vos avernos dicho, como muchas vezes ella nos ha rogado que no la quisye-
semos trabajar ni ynportunar que hablase a algunos enbaxadores, y tanbyen
que poco ha ella se ha escusado de hablar al enbaxador de Venegia, y que nos
ruega que no la hagamos hablar a vos ni a otros enbaxadores. Las quales cosas
por nos entendidas, y considerando el estado en que ella esta, no avernos po-
dydo acabar con nos de la ynportunar mas sobre ello, dubdando de la 'turbar;
lo qual vos avenios querido hazer saber por nuestro dever y descargo, y gierto,
quando nuestra dicha niuger oviese estado consejada de vos oyr, nos lo avria-
mos oydo de buena voluntad y nos avia hecho gran plazer. >
El Rev anda ]3or el ducado de (jueldres y hazeles tan mal tienpo, cjue des-
pués que salió al canpo nunca a cesado de llover. \o hazen nada, ni se espera
que liaran en este verano. Ya querrían ser quitos de la guerra si tuvyesen bue-
na color para dexalla. Dizen que esta muy gastado, que no tyenen dinero. Deve
ser asy, pues por las puertas de las yglesias y por las de las villas están pues-
tas cartas que quien quisyere conprar de las rentas del Rey que venga a su
tesoro y que se lo venderán.
os (l) esta en Colonia creo, segund he sentido que los pringipales del
vnperio de ¡untar alli dylatan con el hasta que se pase alguna parte
deste verano, porque no pueda uenir a lo de Gueldres.
Dizenie este enbaxador venegiano que esta aqui que ha hablado algunas ve-
zes con elRey y con algunos destos suyos. A sentido en ellos tener temor quel
rev de F"rangia busca de acordarse con V. al., y que temen mucho que V. al. ha
de agebtar el casamiento de la hija de Fox, por concertarse con el rey de
Frangía.
Asvmismo Feliberto Natural es partido de la corte: dezian que venia a apa-
rejar naves para en que fuese el Rey a España. No ha venido a ninguno de los
Or/iA CAUTA
para el rey nuestro señor, hecha en Enveres a x\- días julUo de D.v.años. Le-
vo/a Pei'ot, correo.
Las cartas que V. al. enbio con Perot, correo, desde Segouia, escritas a
xxni de junio, regebi en Enveres a syete de ¡ullio, y quanto toca a lo de la
Reyna y do su tratamiento, ya \ al. por las cartas que levo Pedro del Canpo,
.
que partió de aqui a xv de junio, y por las que Sagredo, correo, levo, que partió
de aqui a >cxix del dicho mes tie junio, \ al. avra entendido todas las cosas
.
tanbyen que aquellos que están alli en su guarda que aquella noche enbiaron
a llamar algunos pringipales de la villa para aver consejo, y que estuvieron
toda la noche velando el palagio. Después ase sosegado, y asy se esta. Xo he
sabido sy tornaron aquellos seruidores o otros a la cámara.
Asvmismo me dixeron, y avn es verdad, que vn mensajero del conde de
\'reña, que se llama Bryones, es venido aqui, y dixo que traya cartas para la
Revna, y dixeronle que no se las podia dar nique primero ha-
hablarla syn
blase al Rey; y el vn dia fuese a palacio y entróse en la capilla do dizen misa
a la Rej-na, y la Reyna oye la misa desde vna ventana de vna cámara, y aquel
Bryones se puso en frente de la ventana y vido a la Reyna, y el, o deviera de
estar con proposyto de, acabada la misa, de llegar a la Reyna, o no se con que
proposyto se puso alli; finalmente, que la Reyna le vido y conogio que hera
onbre nuevo, y cerro la puerta de su cámara y fuese de alli. Diz que vinieron
a el esos que guardan a la Reyna, y dixeronle: Dezi, jvsase esto en Castilla de
entrar do esta Dixo: Lsase entrar a oyr misa a la capilla de la Reyna
:
quendo, no de jDroposyto, y en mi carta avra visto \'. al. (jue quando le dixe
que devia de yr que le dixe que avia de yr con la Reyna, y no el vno syn el
otro; mas byen es que V. al. sepa lo que acá se dize. El Rey a dicho al enba-
xador venegiano cjue vaya con el a España, y el enbaxador le respondió que
avia menester mandamiento de la .Señoría. El Rey le dixo que lo escriuiese,
porquel queria partir en breve. El enbaxador le dixo sy yria syn la Reyna.
Dixole que sy, que V. al. le avia escrito que sy la Reyna no estaua para poner
en camino, que se fuese syn ella y que abreviase su yda. Por otra parte se dize
publicamente que Ñuño de Gumiel vyno a soligitar su yda y a darle pryesa
por parte de V. al., y el Ñuño asy lo publica, y avn el Rey me dixo a mi que
tenia ligengia de V. al. para yr syn la Reyna; \^ con esto hazen demostragio-
nes de querer partyr para alia, y enbian a hazer muestra de aparejar cosas para
su partyda y con mucha pryesa; asy que lo que yo hable fue quando
como dicho tengo; mas no para que se pudiese presumir que lo dezia yo por
parte de V. al. Esto otro se dize publico. V. al. sabe la verdad.
Asymismo se dize publicamente lo que escriui a V. al. que dezian que
traya Ñuño de Gumiel, y el asy lo confiesa, y dize que lleva grandes cosas en
respuesta. Esto se publica entre estos sus parientes, que a mi no me ha visto
ni hablado antes. Oy
que se escriuio esta, veniendo de misa el freyle, venia
comigo, encontramos en vna calle, y el se quisyera tornar, mas no fue a tien-
le
po, y paso por mi muy apriesa y muy turbado, perdida la color, y dixome:
Mantenga Dios, señor, y paso tan rezio, f|ue vo pense ([ue algún mal tenia. Yo
le dixe: Tesorero, seays byen venido. .Asy que destam añera me hablo. \ o
Lo que yo escriui del obispo de Catania es asy y paso asy como yo lo es-
criui a V. al., y el agebto la yda de Roma. Verdad es quel me ha dicho que
no le dixeron a que ni a que no le enbiauan; mas túvose tal manera por algu-
nos rodeos (jue le dixeron que hera byen que fuosi- primero a Castilla, y que
- 393 —
después de allí so partiría ael loriiaria acá luego, y el harto corr\'do se tomo
lliiijendo t|ue le pla/ia; mas yo afirmo t|ue le peso y que le pesa de jTse; mas
la ne(,-esydad le a ecluulo de acá, y créame V. al. i|ue sy el hallara manera
para ])oderse sostener, tiue no lucra a Castilla hasta cjue el Rey fuera; y i|uaii-
do el escriuio esa carta a Alma<;an que \ . al. dize, el estaua ya tan al cabo de
no aver hallado remedio, c]ue no podia mas; y, cierto,yva me han dicho cpiel
nes hera congedida a los reyes de Castilla, y ipie atiuel cpie sugediese en el
tydos;mas todavía están elegidos para yr. üuando yo veré que querrán ])artir,
yo diré al Rey lo que V. al. manda.
Don Pedro de Guevara es partido para alia. Creo c|ue va en conpañía del
( )bispo, y va por la mar. Anme
mart|ues de \'¡llena y
dicho c[ue va a hablar al
avn a don Alonso, su hermano, y a otros Grandes, y hazen acá mucho cavdal
de la parentela de don Diego para en la montaña y \'yzcaya. Xo se gierto a
cjue vaya; se giertoque va por consejo de don Juan, y que el a hablado acá
byen sueltamente en las cosas de V. al.
Don .\kiaro )sor¡o, primo del obispo de Catania, tanbyen va alia enbiado
(
por el Rey. Es vña y carne de donjuán. Ase escondido de mí. Aquí dizen que
va a hablar al marques de Astorga y a otros Grandes, porque el acá a dicho
que puede mucho en Castilla, en espegial en Galligia, y que tyene fortalezas
con que puede seruir. Alia va. Mírenle a las manos.
Hernán Gómez de Avila es venido aquí; no le he visto: dizenme que dize
maravillas, asy en su perjuyzio como en |3er¡uvzío de otros; no muestra en sus
palabras, según dizen los que le an oydo, que moryra por vuestro seruigio.
Bravea mucho mas; sy plaze a Dios, el sera manso antes de c|uatro meses.
K\ Rey a tomado en Gueldres la villa de Arnalt y otras tres vílletas que
50
— 394 —
son s ijelas ;u|uella. \'ino el Rey do Romanos desde Colonia toma de
]iara la
a(|nclla villa, v bat\'eron nui\' li\'en la muralla con el artilleria, v quando ([iii-
syoron conhatyr, dieronsele; reíjihiolos a partido, v el dia tpiel Rey entro en
la villa el Rey de Romanos se torno para Colonia. Créese <|ue no verna
de alli
hasta aver acabado la dyeta í\uc con
Ynperio tj'ene. laze
los l'ringipes del 1
tan mal tien|)o que nunca dexa de llover, y frió, (|ue no parege syno el mes de
otuhre. Dizenme que andan en tratos con el duque de Gueldres. Creen que
avra algund apuntamiento, y sy no lo oviere, no creen que podran por este
verano hazer mas de lo hecho, syno a\- alguna traygion en las villas.
l)e lo que \ al. escriue que a mi toca, no me puede venir cosa que yo no
.
la sufra, y con buena cara por seniir a V. Como quiera que me traten,
al. ni
don l'clipe, &; de la Reyna no se haze mingion, y asy es en todas ¡as otras
cosas.
.\ madama Margarita an hecho detener en
la tierra del Rey, que ya ella
se yva de camino para su tierra, y esta detenida en el postrer lugar desta pro-
uingia. .\o se la cavsa porque se detyene, syno que a dicho que quiere tornar
a ver a la Reyna y a sus sobrinos los Vnfantes.
FA Pringipe esta malo de calenturas; dizen c|ue esta algo mejor; mas no
guarido del todo. Las Ynfantas están muy buenas. Todos aquellos lugares son
entredichos para mi. \o voy a Bruselas do esta la Re\na, ni a Malinas do es-
tan los Ynfantes.
Moxica y Sabastian de Olano están en Bruselas; ni los habla nadye, ni ellos
hablan a ningimo; paregen descomulgados; no me osan escriuir, ni yo no los
escriño, porque syenpre tyenen las espias engima, y sy alguno mió va a Bru-
selas, jamas se parte vno del hasta yo puedo escriuir, ni
cjue se parte; y asy ni
ellosme osan escriuir, y los espias son castellanos, un Pedro de Rada y otro
Garavito y otro Hernando de lellin, que son reposteros de camas; y todos los
I
mogos de cámara y elcamarero todos son esjjias para los que syenten que son
seruidores de V. al. Están tan aflijidos Mo.\ica y Savastian, que sy ellos osa-
sen, va serian vdos a Castilla, mas no osan tentallo.
— 395 —
^ 11 nii' |Mi1irr hii-oi) p.iiM üiiliiiluc, por estar mas i^iTca del Rcn', o para ha-
blarle s\' |)uil\ci-i' pasar.
Sy [lor caso el Rey tjiiisvere partir para C astilla s\ii la Keyíia, eomo di/en
(¡uc lo c[uiere hazer, cjue manila V. al. (\w liaga o diga en tal caso? ponjue
si \'. al. no me escrive i|ue haga o ipie diga, yo no haré otra cosa (¡Lie escri-
0-rM.l CARTA
de ¿os Reyes al embajador Gutierre, (i)
me que no, si no de suyo. Dijeles que quando me fablasen de parte del Rey y
Principe, que yo y a esta causa mose de
les responderla, envió a Xuño
de (lumiel honbre de quien el y su amo mucho confian, diz que a co-
municar el pensamiento suyo y del dicho embajador al Rey, mi fijo, y a procu-
rar que le diese comisión para moverme, pues que si yo hubiera de enviar a
mover cosas, claro esta que no las había de enviar a mover con otro, estando
ahi vos y don Pedro, sino con vosotros, y muchos con Xuño de (lumiel,
siendo quien es; y bien quisiera cpie particularmente me escribierades todo lo
(2) Esta carta, toda en ciñ'a, tiene grupos convenidos para nombres propios, etc., cuya
clave no posee. Esto explica los claros. Algunas palabras no forman sentido, sin que
me explique la causa, pues están fielmente transcritas según la clave general de letras.
Van de cursiva.
— 396 —
que alia sentistes de lo (¡ue el llevo y fablo y negociu, (lueaunque ellos aqiia
clan color a su ¡da i[ue es para (|ue me |iudiesen mover cosas, yo he sospecha-
do que el fue con los que aqua mose de trabaja de tener con
unos y con otros. Si venido el dicho Ñuño me movieren cos;íS quales cunple
para mi y para el bien de nu(>stros reinos, yo os lo haré saber y vos avisare de
mi intención y voluntad cerca de lo que me movieren si tal cosa fuere; pero
según lo que hasta agora siento, no veo que se pongan en camino que cunpla
albien de nuestros reinos; y porque como decis, podáis cerca de esta materia
claramente [conocer?] mi intención y deseo, sabed que yo, mirando U.i que he
visto del Rey y Principe, y lo que vosotros me habéis escrito del poco amor
que tiene a mi e a estos reinos, y de ser tan gobernado y mudable, y viendo la
condición y manera de su consejo, y biendo de otra parte que no hay en que
hacer fundamento en la Reina, mi fija, estando como esta, y conociendo que
por las dichas cosas de su venida de ellos aqua no se podria seguir bien nin-
guno a nuestros reinos, y que della se podria seguir mucha confusión y revuel-
tas V daños, deseando escusarlos, y deseando como mi propia vida el bien y
conservación de nuestros reinos, pareceme que, si nuestro Señor dello fuese
servido y le pluguiese de lo encaminar asi, lo mejor seria que ellos se estuvie-
sen holgando y que enviasen atpia al Principe don Carlos, mi nieto, para
alia,
la Reina que esta en gloria, fuese enseñado y tuviese habilidatl para poder go-
bernar; y desta manera, con la ayuda de nuestro Señor, conservarse hian sien-
pre estos reinos en paz y prosperidad, y estarla segura la sucesión dellos, y
asino entrarían estrangeros en la gobernación dellos, y todo estarla
naturales; y esta fue tanbien la intención y deseo de la Reina, que esta en glo-
ria; y quedando alia para sienpre el Rey e la Reina, yo seria contento de les
dar todo lo que buenamente se les pudiese dar de lo de aqua; y por esto vues-
tro medio sea no tlar priesa en la venida, ni tratar en ella, antes si allasedes
lugar para estorvarla, lo habéis de hazer, no mostrando por via directa ni in-
directa cjue queremos estorvarla; pero mirad que cosa desto no la sienta la
tierra, c[ue solamente la digo |ior (|ue sepáis (¡ue es esto lo que a mi me ])a-
rece mejor, y porque estéis sobre aviso que, si viniese tal coyuntura, guiéis
las cosas a este medio; mas pareceme que no habiades de entrar en ello de
la toma lU- la dicha villa: han publicado aqui los flamencos que el Rey y Prin-
amigo mercader que sea ho\' el por cuya mano en tal caso me aviséis, sin que
el sepa la causa, de manera que por una via o por otra yo sea avisado dello
antes quel Rey y Principe parta de alia. Y en tal caso escrebidme si trae gente
de guerra de alia, y que tanta, o como viene, y todo lo que mas supieredes
cerca dello, para que, según viniere, asi provea yo aqua lo que viere que con-
viene; y escribidme el medio que ha habido la guerra de Gueldres, y todo lo
de alia: y todavía procurad la deliberación de Lope Cunchillos en la ma-
nera que mejor vos pareciere. Mose de \'ere no me ha dicho sobre ello cosa
que los excuse de haberlo prendido, ni que justifique su prisión; mas dice que
el Rey Principe satisfará en esto a mi voluntad.
—
Del PLspinar de Segovia a xxvii de Julio de dv. -(Rubrica del Roy, prece-
dida de la inicial de la Reina. —
Rubrica de .\lmagan). (Cifra). —
OTRA CARTA
de Friiy 'Juan de Enguera al embajador.
Mu\' magnifico e mas virtuoso señor: Hoy llego este correo que esta ....
dos leguas desta y por negociar y saber lo que
villa, el cristianísimo
rey de Francia negociaba, no pude luego espedir este correo.
Sepa Vm. como hoy dicho Rey ha expedido un matre de hotel de su casa
por enbaxador paral Rey de Romanos y archiduque sobre cosas tocantes al Rey,
nuestro señor, especialmente que tomara cargo de velar amigablemente en-
tre el Rey, nuestro señor, e dicho archiduque quien dellos tiene justicia, e si
larchiduque lo tuuiere al rey cristianísimo de Francia por sospechoso, que el
Rey, nuestro señor, sera contento que sea juhez junto con dicho cristianísimo
Rey el rey de Inglaterra, la qual cosa le parece muy razonable e justificada a
— 398 —
ilkho Rey. Vo, señor, os escriuire con dicho cnhaxador, (|ue mañana parte,
el t|iial vos mostrara todas las instrucciones que el leua para dezir a lo» dichos
Rey (le Romanos e archiduque que asy lo tiene prometido. Yo ya las tengo
vistas.
Mas tengo concertado con voluntad del Rey, nuestro señor, con dicho ma-
tre dothel que alguna cosa de inportancia ocorrendo, e no tuuiendo vos, se-
ñor, ciM-reo presto, deys y screuays a dicho Rey, nuestro señor, e dad las car-
tas a dicho enbaxador, y el enbiarlas ha en el pliego del rey cristianísimo de
l-"rancia para que las me den, e yo las enbiare a su alteza con correo volante.
Acá no hay nueuas, saluo que el martes se viene la Corte de modo para esta
villa.
(Autógrafa).
OTRA giFRA
de sus altezas, hecha en Granada a m. de otnbre de 5. Trnxo/a el dicho Sa-
linas.
rrogagion que se hizo dela yda de la Pringesa de Gales para san Juan Bautista
hyen del negogio, procureys con el dicho Rey de Inglaterra todas las cosas
contenidas en la dicha carta que escriuimos al dicho dotor, v as\' vos manda-
mos lo hagays; y en caso cpie vays alia, no algeys la mano delhj hasta avei-
nos enhiado el despacho negesario sobre ello; y en las otras cosas c|ue os avia-
mos mandado que procurasedes con el dicho Rey de Inglaterra, ])or agora no
hableys ninguna cosa.
De Granada a iii de otubre de í. años.
077ÍA CARTA
n'spULSta qucl Rey, nuestro señor, dio a viose de Ve^r en respuesta de otras
i
cosas que le dixo de parte del Rey don Felipe ( ").
Yo hable al Rey lo que \'. al. me escriuio, y le ley la escritura tpie \'. al.
nos syn que primero, con la presengia acá de la Reyna, oviese de ser mani-
fiesto V constar de su salud; y asymismo, syendo ella, como es, la señora pro-
meterse en la governacion, como acá vera, y como se hizo con su alteza quan-
do sugedíeron en estos reynos el y la Rex'na, que gloria aya.
üuanto a la venida de \^. al. por Frangia o por mar, di/e su alte/a que para
ha pasado entre ellos y los franceses; y que mire V. al. lo que todo el mundo
ternia que dezir, y como lo juzgarían para confirmar las cosas pasadas; y que
de otra manera aveys de mirar agora que soys Reyes de Castilla en las segu-
ridades de vuestras reales personas y de vuestra honrra y en las otras gircuns-
tangias que ay en esto, que no antes que fuesedes Reyes; pero cpie quando
V. al. que en vuestra mano esta, que su alteza cun-
otra cosa quisyere hazer,
ple con averos dicho su pareger y lo que a la honrra y al hyen de todos con-
vyene.
Enlo que V. al. dize gerca de la salud o enfermedad de la Reyna, dize su
alteza que nuestro Seiior es testigo que ninguna cosa de las del mundo desea
su alteza tanto con la voluntad y con el coragon y con el anima como ver sana
a la Reyna, su hija, para que pueda governar estos sus reynos, como lo quie-
ren las leyes y antigua costunbre dellos, y V. al. juntamente con ella, que esto
daria tanta alegría y contentamiento a su alteza, que no podria ser mayor; y
que esto deve hyen creer V. al., pues que, demás de serle su leal padre, es ella
y V. en quien quedan y han de quedar todos los reynos y señoríos que sus
al.
y allende desto, syendo ella la señora propietaria destos reynos a ([uien perte-
nege entender en las cosas del estado de ellos y en todos los otros negogios
tocantes a estos reynos, segund las leyes y antigua costunbre dellos, como ve-
reys, plaziendo a Dios, al tienpo que acá vinierdes, no haziendo \^. al. ni ha-
viendo mas memoria della que sy no fuese en el mundo, (pie por todas estas
cosas y otras no parege que, después de las dichas ynformagiones que Y. al.
enbio, aya tenido mejoría en su salud, y que en este caso, pues de derecho y
de ley destos reynos, y por el testamento de la Reyna, que gloria aya, de jus-
tigia pertenege a su alteza, como a |)adre della, la cura y administragion des-
— 401 —
tos reynos, como y no ay letrado en todos estos reynos y
lo tyoneri jurado,
fuera dellos en toda líspaña que no ten^ja esto por cosa muy clara y muy de-
terminada, y tjue no tyene iluda ninguna en derecho, que as)' como en el pri-
mero caso su alteza se justifica y no quiere cosa de lo que os pertenege, como
ya tyene escrito, que asy en este segundo caso es razón que V. al. se justifi.
(jue en no contradezir lo que la justigia quiere, porque esto no es razón que
haga con nadye, y mucho menos con padre que tanto desea vuestro
\'. al. lo
bycn; mayormente i|uc ya \'. al. vec cuie su alteza, por lo que le obliga lo cjue
lleve a Dios e a su congiengia y a su honrra, no podria, avnquc quisyese, dexar
de hazer en esto lo que es obligado, syn hazer mucha ofensa a IMos v a su
congiengia y a su honrra, y syn hazer gran poquedad y cosa muy fea, la qual,
pues, a Dios gragias, su alteza nunca hizo, no deve querer V. al. que lahaga
agora en su postrimería; y que conformarse V. al. en este caso con lo que la
justigia quiere, no seria perderlo, como dize, que antes seria conservar lo que
es y ha de ser de su muger y suyo \' de sus hijos por el camino dicho, y como
Dios y la justigia lo quieren: y que sy \'. al. tomase otro camino, lo que no
podria creer, que a su alteza le pesaría en el alma mas que de ninguna cosa
del mundo: pero que haziendo su alteza lo que Dios y la justigia y la congien-
gia y la honrra le obligan en este caso, quedaría descargado ante Dios y ante
el mundo de todo lo que dello pudiese sugeder; y que todavía ruega a \'. al.
muy afetuosamente que \'. al. quiera en esto justificarse como su alteza se
y no quiera contra justigia poner desamor } discordia dontle ay y
justifica,
desea su alteza que ava tanto amor v concordia como el debtlo y la razón lo
requiere.
A lo que \'. al. dize, o yo de su parte he dicho sobre las cosas de Frangía,
díze su alteza que pues en aquello hasta aquí vee las cosas contrarias, ya vee
\'. al. como le podran satisfazer las palabras; pero que todavía espera que V.
al. mirara y hará en esto lo que cunple al byen de toda la casa, pues tanto os
toca en honrra v en vnterese: v, en fin, <\\ze su alteza que svenpre vereys y
conocereys del amor y obras de muy verdadero padre, como es])era y tyene
creydo que \'. al. le sera verdailero hijo.
Vo dixe al Rey que traya ciertas ynstrugiones de \'. al. para hablar a su al-
teza, y que V. al. me escriuio al camino con Hoz que no hablase nada de aque-
llo, syno sobre lo que después de yo partido se avia hablado a \' al., y díxe- .
— 402 —
le todo lo quel oliispo de Falencia hablo a \'. al., \- que después de aver dicho
esto el ()his])0, el Rey le avia dicho cfue
llego alia Ia(|iies y dixo a V. al. como
el no deseava otra cosa y la Reyna syno que
viniesedes \'. al.
acá, \' i|ue en
vno que cjuedase con V^. al.; y que su alteza avia mirado por la honrra de \'.
al. y de la Reyna, byen como padre que havia hecho lo que no hay memoria
que nunca Rey mismo dya que la Reyna murió salió a la plaga y
hiziese, quel
gloria aya, estando mala, temiendo que sy Dios della hordenase no oviese al-
guna tlyferengia entre V. al. y la suya, y deseando (¡ue no la oviese, movió
aquella negociagion ele Ñapóles que el Obispo llevaua; y tjue su alteza como
veva Reyna asy doliente y congoxada, y viendo que aquello deseava tan-
a la
to, |)<ir non la desconplazer en tal lienpo, y creyendo que a(|uello seria cavsa de
darle salud y alargarle la vida, que hera lo quel mas deseava, y como la Rey-
na dyo tanta ]iriesa a la \-da del dicho Obispo, su alteza dio lugar a tjue lo leva-
se, pero su alteza como no lo tenia en voluntad (.'), avia escrito solo syn la Reyna
que la Reyna avia movido, ni le paregia que hera negesario escriuirio, |)ues
que a(|uella avia sydo movida por la Reyna, y muerta ella, las cosas estañan
mudadas, y que con la ])riesa que su alteza dava en la venida de V. al. y de la
Reyna, gesava aeiuella negogiagion; pero t|ue luego después, vyendo que V ais. .
el reyno de Xapoles y todos los otros reynos y señoríos suyos, pero c|ue en su
vida no cpiiere despojarse de lo suyo, syno conservároslo y avn mejorarlo esto
y totlo lo que su alteza tyene.
que os pertenege, que asy es razón que en este segundo caso \^. al. quiera v
aya plazer que el tenga lo quel derecho le da, que esto que es querer cada vno
lo que le pertenece es cosa que se guarda y lleve guardar entre amigos, C|uan-
to mas entre padres y hijos; que queriendo como el quiere todo lo suyo para
\'. al., no deve cjuerer V. al. que en su vida dexe lo que le pertenege, ni que
ante Dios y ante el mundo regibiese el tal verguenga e ynfamia; y cjue guar-
dándose esto de vna parte a otra, en todo lo otro el fara por \'. al. como buen
[jadre con su verdadero hijo, con tanto amor que no pueda ser ma\or.
Y porque yo le avia dicho que t]uando el (^bis]>o hablo con \'. al. que la
Reyna no estaua buena, que V. al. lo syntio mucho, su alteza me dixo quel
Obispo no tenia culpa en aquello, porcjue \'. al. lo avia hecho, que queryendo
dar razón porque queriades poner en vna fortalezii a la Reyna, su hija, enbias-
tes a la Reyna, que gloria aya, vna escritura larga firmada de vuestra mano,
en que se contenían tantas cosas de su enfermedad, que aquello príngípalmen-
te, allende de lo que ella misma vído y supo, movió
que gloria aya, a la Reyna,
a hordenar por su testamento lo que hordeno, para que no pudíendo la Rey-
na, su hija, governar, tuviese el la governagion, como después largamente en
las cortes generales destos reynos se hizo y asento; y que nunca su alteza ha-
blo a la Reyna que hordenase tal cosa, ni ella a el, que antes la dexo syenpre
muy libre para cjue hiziese lo que quisyese, lo c|ual acaesge a pocos maridos;
— 404 -
tianos, como todo el mundo sabe, y deseando enplearse en la guerra de los yn-
fieles, y que siendo la paz qual convenga para toda la casa, que su alteza avia
plazer de venir en ella, y en todo medio justo y razonable; pero que no entyen-
de de dexar en su vida vna almena de su reyno de Ñapóles.
Dixome asymismo su alteza que esta agraviado de V. al. de dos cosas; la
vna, porque hezistes amistad y liga con el rey de Frangia de amigo de amigo
OTRA CARTA
del Cardenal de Santa Cria: al cnthajador Fuensalida.
Muy noble nuestro muy amado primo señor: esta es para hazeros saber
como somos benidos en Brabancia por entender en algund bien de la repú-
blica cristiana, y si no tuera por algunos estorbadores, que nunca faltan, mu-
cho bien se ouiera hecho; pero con el ayuda de Dios tengo esperanga de dar
algund buen asiento, y desto no cesaremos jamas, como hauemos hecho por
lo pasado; y asi, señor, vos rogamos lo hagáis vos alia con ese señor Rev, en
buena conuiíliilad de correos \- postas, (|ue lo mismo nos haremos do las co-
sas de aea. \ uestra nuii noble |iersona I >ios, nuestro señor, guarde y acre-
ciente.
Va\ Mallines \iu de julio de nxii.
El Cardenal de S. f.
\t hScpjciilli
JMKCHI
íMct íjiií'
tfltHdXlITinltt'
rtiHtnoc
r««<Tni«t>6i& iMíJx-ín' '•iS"!''"")' >¡i" 'tf'f'eá {''"i itiitti.c'»>f4C
CAPITULACIONES MATRIMONIALES
iiK D.'"' Catamna y i:i, Príncipe df. Iíalks
INSTRUCCIÓN
de lo qtic tenia de hacer Gutierre Gómez de FuensaUda en Inglaterra en los
casamientos de los Principes de Gales para qne fue embiado por embajador.
trellos el desposorio y casamiento que ficieron los dias pasados, por virtud de
la dispensación apostólica que para ello fue otorgada, la cual esta en poder del
Serenísimo Rey de Inglateri-a, my hermano, como parece por una carta suva
que sobrello me escrivyo y le lleváis con vos, y assimisnio Uevays el acto au-
tentico del dicho desposorio. E después, procurando que los dichos ilustrissi-
mos Principe e Princesa, mis fijos, se velen e reciban las bendiciones de la
manera C[ue alia vos pareciese mejor, sabiendo primero sobrello el aviso \'
Iten, vos lleváis traslado de la capitulación ciue los dias passados lúe asen-
tada entre nos y el dicho serenísimo Rey de Inglaterra, my hermano, sobre el
dicho matrinnnio, por la cual entre las otras cosas veréis como en habiendo
cumplido el dicho ilustrissimo Principe de Gales, my fijo, edad de quince años,
se haya de celebrar y confirmar el dicho matrimonio entre el y la dicha ilustri-
sima Princesa deGales, mi fija, faciéndose diez dias antes o después cumplimien-
to de pago de la dote, dentro de la ciudad de Londres, al dicho serenísimo Rey
de Inglaterra, my hermano, la cual dote son doscientos mil escudos de oro,
que cada escudo valga cuatro sueldos y dos dineros, moneda de Inglaterra, de
— 408 —
los (|iialcs de/lentos mil escudos el dicho Sereiiisimo Rc¡, nu' heniiaiio, por l:i
misma capilulacion nos tlio ([uilanza de los cien mil escudos, porcjue gelos pa-
gamos cuando la dicha ilustrisima Princesa de Gales, my fija, fue al dicho rei-
se cumple en fin del mes de que primero verna, como parece por la car-
ta con que el dicho Serenísimo Rei, mi hermano, fizo la dicha porrogacion, la
cual llenáis con vos; y por esto es muy necesario t[ue deis priesa en vuestro
camino buenamente pudieredes, por que lleguéis a la corte del dicho
la ([ue
bréis y platicareis con ella secretamente tpio es lo que por ella se puede facer
casa y estado, para (|u(; sea en (]uanlid;i(l razonable con t[ue ella pueda bien
cumplir los gastos suyos y de su casa sin necesidad, y para que lo tenga donde
le sea cierto y bien juagado a sus tiempos; ahunque a esto nos parece que con-
tradice el asiento (|ue sobrello se fizo de que, como he dicho, llenáis traslado.
— 409 —
porque en ambos estos artículos esta asentado lo que se a de facer, y dice
que la dicha ilustrisima Princesa, mi tija, no pueda demandar mas en dntali-
cio e clonación propter nupcias de lo que alli esta asentado; y aluin dice que
entonces lo había de ratificar la dicha ilustrisima Princesa, mi tija, y creo que
lo ratifico; pero con todo, considerando que en ambas las dichas cosas parece
claramente que se fizo agravio a la my fija, y nos
dicha ilustrisima Princesa,
entonces no lo quisimos contradecir, sino facerlo todo a voluntad del dicho
Serenísimo Rey, my
hermano, teniendo por cierto que al tiempo de la cele-
braci m del dicho matrimonio el miraría y faria complidamenle lo que toca a
la dicha ilustrisima Princesa, nuestra común fija, y hauiendo también conside-
rací )n a que quanto mejor esto se ficiere, mas honrra sera del dicho Serenísi-
mo Rey de mi hermano, acatando estas cosas, todo lo que vieredes
Inglaterra,
se faga muy byen, pues es la con que la dicha ilustrissíma Princessa, mí fijas
y daños y males y escándalos, que qualquíer otra cosa de las susodichas que
digo que procuréis se debe antes posponer que venir a estos términos. Y des-
pués de celebrado y concluydo el dicho matrimonio, haura mas lugar y razón
para procurarse las cosas que complieren a la dicha ilustrissíma Princesa, mi
fija,y entonces se tara sin la aventura e inconuinientes susodichos. Y por esto,
y por las muestras que el dicho Serenísimo Reí, mí hermano, ha fecho cerca
deste casamiento después que murió la Serenísima Reina, mí mujer, que san-
ta gloria haya, como de palabra vos he dicho, todauía hauria yo por mas sano
V mas seguro consejo que, fasta ser celebrado y consomado el dicho casamíen-
t(í, no se tocase en pedir alteración e mudanza de lo que por la capitulación
esta assentado, o a lo menos fasta ser fecho de nuevo por palabras de presen-
te el dicho desposorio e casamiento por virtud de la dicha dispensación, y assi
- 4IO —
lo decid de jui parte a la dicha Serenisinia Princesa, mi fija, secretamente; y
si dixere cjue después de estar ella atada como se podra procurar, dezidle que
antes que este atada la aventura de mengua no la corre el ilustrisimo Principe
de Gales, su esposo, mi fijo, sino ella, y que por no aventurar esto, todo lo
otro sedebe posponer fasta que ella y el dicho Principe, su esposo, estén ata-
dos de manera que no se puedan desatar; mayormente que agora podria de-
cir el dicho serenísimo Rey, my hermano, que lo que han de facer con ella ya
esta assentado y atado y firmado y jurado y loado por las partes, y que si
dello no se contentan, que el quiere quedar libre, ) que su fijo lo esta, y otras
cosas a este proposito; y después de atados en matrimonio indisoluble los di-
chos ilustrisimos Principe y Princesa, mis fijos, ahunque digan la primera ra-
zón, no podran decir la segunda, y entonces con seguridad y sin peligro se po-
dra [jrocurar qualquier cosa y haura lugar de decir al dicho Serenísimo Rey,
my hermano, que por honrra suya y de los ilustrissimos Principe e Prin-
la
cesa, nuestros comunes fijos, lo deue facer, por que no combiene a su Real dig-
nidad que digan que en su casa Real y en su rein(j padece necessidad la Prin-
cesa, muger de su primogénito y heredero; y otras muchas cosas que no
fijo
mirar, estad mucho sobre aviso para gobernaros en esto con mucha prudencia
y tiento v cordura, como vedes que el negocio lo requiere, y como yo de vos
confio.
Iten, viniendo a la forma de la paga de los dichos cien mil escuilos en oro,
mycer Agostin Italian es obligado, como sabéis, de pagar en la ciudad de Lon-
el mes de
dres de Inglaterra Lxvg) ducados de oro a quien yo mandare por todo
febrero que primero verna, de qualmycer Agostin lleuais el recaudo y despa-
cho que es menester, para que, quando vos quisieredes, se paguen los dichos
sesenta y cinco mil ducados de oro dentro del dicho tienpo, o mas adelante,
quando se hayan de pagar. Destos dichos sesenta \- cinco mil ducailos de oro
pagareis los susodichos sesenta y cinco mil escudos de oro, y lo que montan
mas los ducados que los escudos sera para cumplir en parte l;i falta que houie-
re en ha de pagar en oro y plata y joyas, si la houiere.
lo ciue se
Iten, para los trevnta y cinco mil escudos que se han de |iagar en oro y
plata y joyas, la dicha illustrisima Princesa mi fija, lleno consigo que le dimos
en cosas de oro y plata y joyas para la dicha paga, las quales ella tiene en su
poder, en valor de mas de xvj quentos. De manera tjuc monta mas de quatro
quentos lo que en las dichas cosas Heno de mas de los dichos treynta y cinco
mil escudos, según parece por cuenta y razón que dello lleuais particular-
la
mente, y por el mismo libro (jue se fizo cjuandose pesaron y apreciaron y en-
tregaron todas las dichas cosas, el C|ual asiniissmo Ih-u.iis. Y assi, al tiempo t[ue
se houiere de paga, terneys manera que las dichas cosas de oro y plata
fazer la
y joyas se aprecien por lo que realmente valen, trabajando que en ello no re-
lo mns (Ule piulin-edi's, sct^mul de pal.ihra vais ¡nl'i irmailo, (|iie en el oco y piala
no se puede |ierder, pues va apreciado sin tecluiia, y segund el assiento, ])o-
driades ayudaros en algo de la heelun'a, poripie di/e (|ue sea a|)ree¡ado por lo
que de piedras y perlas, por mucho cpu' quisieran
valiere, jnies en las joyas
dichos t|uatro cpientos y mas que monta el .ipreejn que aqua se fl/o de lo viio
den cumplir largamente los dichos treynta y cinco mil escudos de oro; las qua-
les joyas y oro y plata assi ajireciadas dareys en pago de los diciios treynta \-
cinco mil escudos de oro; y lo que mas montare de la dicha cpiantidatl cpie-
dese a la dicha Princesa, mi lija, sin apreciarlo; y si por aventura el oro
y plata
y joyas susodichas no bastaren al valor de los dichos tre)'nta i cinco mil es-
cudos que han de montar, y faltare algo, podreislo cumplir de lo (|ue valen
mas los sesenta y cinco mil ducados que los sesenta v cinco mil escudos; pero
si no faltare, la demasía darla e\'s a la dicha Princesa de (¡ales, m\' l'ija, para
ayuda a sus necesidades.
Iten, fecha la susodicha paga de dichos cien mil escudos en dinero y
los
oro y plata y joyas, como de suso es dicho, cobrareis del dicho serenísimo rey
de Inglaterra, mi hermano, la carta de pago de los dichos cien mil escudos, la
qual trahereys con vos quando, placiendo a nuestro señor, vinyeredes para me
la entregar.
Iten, lleváis la escritura original del dotalicio e donación pro|iter nupcias
cjue fue otorgada a la dicha illustrisima Princesa de Gales, mi fija, v de que
ella tomo possesion a! tiempo del Principe Artus que Dios tiene, la qual haveis
tarse, segund su condición y estado; y digo que lleuays la dicha escritura ori-
ginal, porque, segund lo asentado, se hade facer otra, y dando vos la otra, ha-
ueis de entregar la que lleuays.
Iten, por que las capitulaciones assi'dela amistad y confederación como del
dicho matrimonio que están assentadas con el dicho Serenísimo Rey de Ingla-
terra, mi hermano, como sabéis, fueron assentadas con el dicho Serenísimo Rey
sores, si por parte ilel dicho Serenisimo Rey, niy hermano, eslo se pidiere, di-
reys t[iie luego en sabiéndolo yo enbiare la dicha confirmación muy cíimpüda
y bastante de la dicha confederación e amistad, vna en mi nombre como Rey
de Aragón y de las dos Sicilias &, por mi y por mis successores, y otra en
nomlire de la Serenísima Reina, mi fija, como Reina de Castilla y de León y de
Granada & |)or ella y por sus successores; y si el dicho Serenisimo Rey, mi her-
mano, quisiere cjiíe otorguéis en mi nombre alguna escritura de la sustancia su-
sodicha, otorgarla eys por virtud de mi poder que para ello lleváis, otorgando y
firmando otra tal el dicho Serenisimo Rey, my hermano por su parte, y entre-
gandovosla para que me la tra}-gais o embieys.
Iten, antes de entrar con el dicho Serenisimo Rey de Inglaterra, mi herma-
no, en negociación de cosa de lo susodicho, luego en llegando a su corte, pla-
ciendo a nuestro Señor, le ireys a facer la primera visitación que acostumbran
de facer los embaxadores en su primera llegada, dándole mi carta de creencia
que para y mis encomiendas, y diciendole que de todas las buenas
el llenáis
a ella le cumplo, vos mande que comiinicasedes con ella imiy largamente todo
lo <|ue toca a esta negociación, por(|Lie con lo que yo vos he mandado y con
los avisos y consejos que ella os diere, podays trabajar c|ue se faga todo lo me-
jorque ser pudiere para en su favor; y platicareis con ella secretamente en to-
das las cosas, según de suso esta dicho, y según vays largamente informado, y
Irabajarevs que todo se faga e concluya como mejor se pudiere facer, confor-
me a lo contenido en esta Instrucion.
Iten, vos lleuais caria niia para el dotor de la l'uebla en que le llamo emba-
xador, y esta es creencia para vos; y lleuais otra carta mia para el, en que le
vieredes c]ue conuiene darle primera carta y ayudaros del para mejor nego-
la
ciar, dadgela, y dezidle de mi parte lo que vieredes que conuenga; y si, savido
IXSJJiL'CCIOX
del Rey don Fernando a Gutierre Gómez para la Embajada de Inglaterra.
El Rev.
Lo que vos Gutierre Gómez de Fuensalida, (,'oniendador de la ^lenbrilla,
my embajador y del my consejo, haveys de decir secretamente de my parte
— 414 —
al sertMiissimo rey de Inglaterra, niy muy caro y imiy amado hermano, por
virtud de mi carta de creencia que para el lleváis, de mas de lo contenido en
la otra Instrucción, es lo siguiente:
Primeramente le comunicareis de mi parte y muy larga y ))art¡cularmentc
todas las cosas mias )•de mi real estado, según dellas vais conplidamente in-
formado, porque por el mucho amor de le comunicar
c[ue le tengo, \-o fuelgo
haré saber de continuo lo que en ello sucediere; de ló cual, pues vais muy
particularmente avisado, no tago atjui . las larga relación, por ser de la cjuali-
dad que es, muy necesario ((ue todo lo que se tratare del sea con grandísimo
secreto.
Fecha en la ciudad de Burgos a vii dias delmes de enero, año de mil y qui-
nientos y ocho. — Yo EL Rev. — Por mandado de su alteza, Miguel Pérez de Al-
mazan.
PRIMÉISA CARTA
fecha en Londres pj-iiiiero dia de mar^o de f;oS. Fue enderezada por la z'ia
de Brujas para que la enbiasen a España, y quc la diesen eon otras cartas a
ini^er Agastin Italian, y fue duplicada por la mar para que las diesen al rey
nuestro señor.
Por dos vias he escrito a vuestra magestad haziendole saber como llegue
a Cales a los xni dias del mes de hebrero, y a Londres a los xxn. del dicho mes,
que no fue poca ventura pasar la mar tan presto, que mas avia de xv. dias (]ue
no avian pasado de Cales a Inglaterra hasta el dia que yo llegue; y luego que
arribe a Dobra, lo hize saber al Rey y a la Pringesa, como tengo escrito á
V. al., y el Rey me enbio a dezir que fuese en buen ora venido, con el prior
fie San Jiian y con su cauallerizo mayor y con el dotor Oeste, y que me roga-
va <|ue yo ovies;' ])aQ¡eni,ia, porcpie no estaua byen dispuesto de su salud, ma-
yormente que estaua malo de vn pye, (jue le avia ctjrrydo alli la gota, y que
— 415 —
en hallándose para poderme hablar, (]ue me lo enhiaria a dezir. Y como yo es-
taua ya sospechoso de lo (¡ue me avia dicho el cavallerizo mayor quando me
dexo en mi posada el dya que entre en que los criados del
f.ondres, \- pcjr lo
ron a mi con la respuesta, y dixeronme: \il Rey syente mas no poderos o)-r
que no el mal cjue tyene; ruégaos que ayays pagiengia por diez o doze dias, y
podria ser que no fuesen tantos, y su magestad os promete que, estando bue-
no, el |irymero que le vera seres vos. Y quanto a yr a ver a la señora Pringesa,
que esto seria contra las costunbres de sus reynos, y avnque la costunbre no
fuese tal, ni) quiere que nadye goze deste plazer de saber antes las buenas
nuevas del católico Rey, su hermano, ([ue su magestad; y en amor quiere con-
tender con la Pringesa, cjue aunque ella sea su hija, y por amor hordenado es
de creer que ella ama a su padre mas que otra persona, que en esto
el Rey no
le (juiere dar la ventaja; asy que en esto y en todo os ruega que ayays pa-
giengia.
\'^¡sta su pro])osycion, yo ablándeme lo mas que pude, y dixeles que avn-
iiue a mi se me hazia pena estar tantos dias en Londres syn ver a la Pringesa,
y su alteza asvmismo la regebiria por no saber las buenas nuevas de V . al., (¡ue
— 4l6 —
metido con Rey en negociaciones, y el Rey óyele de buena voluntad y mán-
el
dale dar de comer en su sala a el y a los suyos, i|ue trae tres o quatro serui-
dores. Dize muchas cosas y todas muy varias, y asy ha dicho aqui a vnos vno,
y a otros otro. Sospechan aqui c|ue es enbiado por V. al. secretamente. Kl ame
dicho (|ue a andatln en busca de don Juan Manuel i^ara prendelle, y otras ve-
ces sale de aquel propisyto y dize ([uel ha hecho vn gran servicio a la Frin-
gesa, y que espera hazerle mayor a V. al. He sabido quel estuvo con la Prin-
cesa Margarita en Flandes, y de alli es venido aqui. Vuestra alte/a me mande
avysar sy es de V*. al. o no, porque sepa como tengo de tratalle; avni|ui- en la
OTJÍA CARTA
para su alteza, fecha cu Richarnontc a xi de mar(;o de §08. Fue en vna nao
yngksa enderezada a Martin Sánchez de Qainndio, a Bilbao, para que la
enbiase a sii alteza, y fue duplicada por tierra. Levóla Gavriel (¡allego, >nofo
despuelas, y partió a xm. de mar(¡o.
Después que escriui n \'. al. el postrero dia de hebrero, el rey de Yngla-
terra me enbio a dezir que, avnque del todo ¡junto no estaua guarydo de su
enfermedad, ni estaua para entender en negogios, que se le hazia tarde para
verme y oyrme, segund el deseo tenia de oyr las buenas nuevas de vuestra
magestad y de la Reyna, su cosyna, y el sábado cpic se contaron ¡juatro dias
de margo, yo vine a Rixamonte donde esta, y luego aquella tarde fuyle a vysi-
tar, y antes que entrase en su cámara, el Priuasello salió a mi y dixome: VA
Rey no byen dispuesto y ([uerria que vuestra habla fuese breve. ^ o le
esta
respond}' que a mi me piazia de hazer su mandado, que no me eslenderia a
mas i)alabras de la salutagion; y luego entramos a la cámara, y después de
averie dado las saludes y recomendaciones de parte de vuestra magestad con
mucha demostragion de amor y con muy dulges palabras, me respondió (|uan
alegre estaua de oj'r de salud y prosperidad de V. al. y de la serenisyma
la
hermana, que Dios tyene; avnque no han faltado muchos tratos y muchos ca-
samientos para mi hijo de Piingesas y de damas de alta sangre, y con mucho
mayor dote quel Rey y la Keyna, mis hermanos, dieron a su hija; mas nunca
estopudo mudar mi pensamiento, porque quando yo prometo vna cosa, no
hallaran que en ningund tienpo voy contra aquella, y sienpre me pregie de
mantener a todas gentes verdad, mayormente a Pringipes tan altos. \' vo sov
muy alegre con vuestra venida, y, plaziendo a Dios, quando yo estare mas re-
zio para negogiar, entenderemos en los negocios, y por buenos medios se con-
dad y discrigion y prudengia, y quan dotada es de todas virtudes; asy que, se-
ñor, avyendo V. al. esperimentado esto, y avyendola tenido en sus reynos y
casa real tan luengamente, esta es por la que avia de dar V. al. por avella mu-
chos dineros; y pues la tyene, conosca de quanto valor es su persona. Respon-
—
dióme: -Es verdad lo que dezis; mas virtudes y buenas costunbres en muchas
damas mas toda vez yo amo tanto a la Pringesa, mi hija, que es ver-
se hallan;
dad que os he dicho, que por ningund partydo de los que me han movido
lo
y dixo: — Mira, enbaxador, sy es razón que este }-o ufano de estar entre dos ta-
les princesas; la Pringesa, mi hija, que Dios ha juntado vn tal par como son ella
dias nos devemos abstener de hablar al Rey en cosas que le fatiguen el espíri-
tu, hasta f]ue este mas convalegido, y, gierto, esta muy flaco.
Al dotor de Puebla hable para tentalle que tal estaua, y hallo que es ver-
dadero seruidor del rey de Inglaterra, y avnque no pueden estar dos contra-
rios en vn sojeto, en este están: el coragon es yngles y la lengua castellana, v
estauan las cosas asentadas, y por do le paregia que deviamos comengar esta
negogiagion para que diésemos fyn y presto a este matrimonio. Respondyo-
me ad eíesyos, como el dize, haziendome vna gran arenga, y que hera menes-
ter hablar al rey en materyas duges y que le agradasen, y que en ninguna
materya podya hablar cpie sabrosa le fuese, syno hera en vna c[uel avia
se le
despertado, que le paregia que hera para hazelle mas ayna concluyr estotra y
lenelle mas sabroso para la concluxT, y <iue desta pringipalmente le devria ha-
blar. Pregúntele qual heía. Dixo: Yo me marauillo desa ¡iregunta, sobre creer
yo, e avn creer acá, qui' la pringipal cavsa que os trae acá o a que soys veni-
do es, o deve ser, esta. Yo le torne a dezir que no entendya lo que dezia. Dixo;
Uuiero os lo declarar, avncpie se que me entendes. Yo puse al rey de Inglate-
rra en que seria byen que moviese casamiento entre el e la reyna de Casti-
lla, e avn vo lo escriui al rey nuestro señor, y como acá estén con pensamiento
que traes esta platica, sy no hablasedes en ella, no creo que otra ninguna se-
ria sabrosa. \'o le respondy: — Respóndeme a lo que os he ]3reguntado, y eso
dexemoslo para su tienpo, porque esa es cosa que, avnque se oviese de hazer
o de hablar, no esta tan a la mano, y a menester alguna dilagion de tienpo, |)or
muchas calidades que ay en el negogio; y hablemos en lo (¡ue tenemos pre-
sente ) en lo que no ]3uede aver dilagion, porque haziendose esto brevemente,
jnies no ay cavsa para dylatallo, agucar es que se echa para la otra negogia-
gion, y dilatándose esto, seria vinagre. Salioseme de las manos y dixo que le
llamavan a genar, porquel gena y come en sala con los otros del palagio del
rey, y asy se me fue por este dya, y el dotor se fue derecho al rey y el
— 419 —
dixo lo que yo le avia dicho, seguiid lo quel rey olro dya dixo ii la PriiHj-esa.
vos hablays sabiamente; mas el rey, mi hermano, vuestro padre, es tropo seje{2).
El miércoles, primero dia de cuaresma, yo enbie a dezir c|ue queria yr a
hablaral Rey, y enbiaronme a dezir t|ue desque fuese tienpo, quel Rey enbia-
uien, porque sabido esto, señalara dia para la gelebragion de las bodas, y pro-
ueerse han todas las cosas negesarias. Vo le respondí que aquello hera lo (|ue
queria, c[ue en este negogio no se diesen a dilagion, y que por eso V^. al.
\'. al.
no avia querido gozar del tienpo de la porrogagion, mas avia enbiado el paga-
miento mes e medio antes que se cunpliese el plazo, como avian visto; y cjue
en quanto a lo que dezia del pagamiento, como y en que se avia de hazer, que
Iruxesen capitulagion y que viesen por ella a lo que V. al. hera obligado, y
la
(|ue syn faltar ninguna cosa yo lo conpliria. Replico: Vos sabeys byen a lo
quel Rey, vuestro señor, es obligado; no es menester ver la capitulagion. Yo
les dixe: Brevemente podeys ser respondidos. Yo, segund lo cjue he visto de
la capitulación, tengo de conplir en nonibre del Rey, mi señor, i.xvg) escudos
escudos en piedras pregiosas y perlas, y todo esto esta aparejado para con-
plirse, segiind el tenor e forma de la capitulación. Respondióme: Esto; teneslo
das estas cosas a traellas y a guardallas hasta que fuese el tienpo de las dar y
de hazer el pagamiento, asy que muchos dias y años ha que esto esta en In-
glaterra, y todos lo sabes. Dixome: Por cierto, esta es cosa nueva, y maravilla-
monos que digays que lo sabemos, que nunca tal supo el Rey, ni nosotros
nunca tal entendimos. Yo le dixe: Mas me maravillo yo de personas tan hon-
rradas que digan que no saben cosa que todos los niños de Inglaterra lo sa-
ben, y no se ha platicado otra cosa con el Rey, ni los enbaxadores del Rey, mi
señor, nunca an tenido otra contengion con el Rey y con vosotros syno esta,
porque por parte del Rey y de vosotros se dizia que sj^ aquello se avia de to-
mar en cuenta, que la Pringesa avia de ser despojada dello y todo avia de pa-
sar a poder del Rey; y los enbaxadores dizian quel Rey lo avia de tomar en
cuenta, y que se avia de quedar en poder de la Pringesa, y esta es questyon
muchas vezes platicada. Xo se como dezis que no lo supistes. Respondió: To-
davía dezimos que nunca lo supimos, y quel Rey no lo sabe, antes piensa y
cree y es asy verdad, que todo lo que la Pringesa metyo en su reyno es suyo,
y que asy como su marydo es señor y tyene dominio sobre su persona, asy es
señor y tiene dominio sobre todas las cosas que son de su muger; y sy fuera
asy como vos dezis, que desde que vino la Pringesa vinieron estas cosas, y que
vinieron para darlas en pago de su dote, dyeranlas quando se caso, o dieranlo
entongas al Rey; mas nunca los enbaxadores que aqui an venido ni estado an
dicho tal cosa. Yo le replique que a lo que dezia que Rey pensaua y tenia el
creydo, y hera asy, que todo lo que la Pringesa avia metydo en su reyno hera
suyo o del Pringipe, por las razones que avia dicho, que aquello mas seria de
fuerga que de derecho, porque avnque aquellas cosas fueron traydas quando
vino la Pringesa, no hera señora dellas hasta que fuesen apregiadas y entre-
gadas, y que syenpre avian estado por de V. al. en poder del camarero que
las truxo, y sy no se avian dado quando la Pringesa se caso, tpie avia sydo
porque avn no hera llegado el tienpo de la paga, y quel fallegimiento del Prin-
gipe avia atajado que la paga no se hiziese; y avnque no se dixera al Rey en-
tonces que aquellas joyas y baxillas se trayan para dárselo en cuenta y parte
de la paga, segund lo capitulado, que no avia sydo ynconviniente, pues quel
tiempo de la paga no hera llegado, ni agora no hera inconviniente no auello sa-
bido, pues bastaua ([ue lo supiese quando se oviese de hazer la paga. Y a lo
- 4-'l —
que deziii quel Rey ai ellos no lo avian sabido, que yo añnnava que sy, y que
no quería otra prueva para prouar ser verdad c|up1 Key y ellos lo avian sabido,
syno quel Rey avia dicho que no vsascn publicamente de aquellas baxillas, ni
piedras, ni perlas que trayan, |3orqucl nn toniaria cosa ninguna de aiiiiello que
se oviese visto a la Pringesa, ni vsar dello para su seruigio. Todavia se afirma-
ron en dezirque nunca avian sabido, y que creyese que todo aquello liera
tal
del Rey o del Pringipe, y con aquello no se podia hazer el pagamiento, y que
esta hera vna cosa muy vergongosa que V. al. y la Reyna oviesen enbiado su
hija d(;snuda,enbiandola a casar con vn tan alto Pringipe, y que la Pringesa
avia vsado destas joyas y baxillas como ile cosa suya propia, y por este uso t|ue
dellas avia tenido, su marido avia adquirido derecho a ellas, v que no sabia
como no nos avergongavamos de hablar en tal materia y pensar de pagar al
para el jueves siguiente. Y tanbyen se han hecho sordos y no me han mas ha-
blado, y dizen quel Rey no esta para oyr nada. Xo estoy syn sospecha que
todo es vrdienbre del dotor de Puebla, porque aquel dia se hizo mal, y el jue-
ves de mañana, pensando que yria a palagio, se hizo mal, hasta la tarde que
supo que no yva a palagio, que me \'a estaua bueno. Muchas
enbio a dezir que
palabras pasamos; con mal son dichas, mayormente quel dotor Hoeste dixo al-
gunas palabras que me sacaron de pagiengia, y no se fi.ie syn respuesta dellas.
Por no hazer progeso j^nfinito dexo de contar al luengo y por borden todas las
palabras que se dixeron.
— 422 —
Byeii i reo yo que lodo eslo es dilatar, por ver lo que se liaze cu el nego-
cio que mas desea rey de Inglaterra, y piensa y a dicho quel sabf; gierlo
el
que la Reyna esta del contenta y avn enamorada, y que por \'. al. queda de
concluyrsc el negogio; pero al fin crea \ . al. que han de haxer tan gran quie-
bra en los aprecios, que se ha de perder la mitad, y que se ha de poner la ne-
gogiagion en condigion, tiue sy quisyeseinos sacar las joyas y plata para ven-
derlo en otra ¡larte y dalle el dynero, que no lo consyntiria; y si, lo que Dios
no quiera, el negogio se descongertase, desde agora tenga \ . al. crevdo que
avnque demande a la Pringesa, que no se la darán.
Tanbyen a de saber \ . al. que ay gran falta en la plata y ¡ovas de oro que
la Pringesa truxo, porque asv, svn saber que he comengado a saber,
mas de lo
creo que faltan u. marcos de plata, digo quinientos, con cxx. marcos que es-
tan cargados c|ue venian en vna cama, la qual cama no vino acá, y de lo otro
faltaran C(< c cosas de oro faltan hartas, y plega a Dios
marcos o mas, y de las
que avnque Juan López, contador, en vn memorial que me dio dize que avn-
que quiten de los apregios quatm cuentos que quedan en doze, que cjueden en
ocho.
Iten, de las piedras y perlas faltan asa/; no he sabido quanto es, [)ero es en
buen numero, y las mas cosas que la Pringesa ha dado han sydo dadas contra
su voluntad, porque se dauan a voluntad de quien la governava, y por algunos
respetos que ninguno dellos no hera seruigio de la Pringesa.
Ay tan gran recabdo sobre los que escriuen en este reyno, que no sale car-
ta que no s? tome, y todas las que entran se abren, y avnque se busquen co-
rreos, no hay ninguno que tome cargo de levar cartas de nadye syn ligengia
del Rey. Seria negesario que \'. al. me enbiase aqui vn correo, porque de dya
en dia pudiese escriuir el sugeso de las cosas.
cama no vino acá, que desde la Coruña la boluieron; mas agora digo (]ue he
visto la cuenta, que faltan de lo que acá vino d. marcos y mas, y que laltan
del oro byen xxxv. marcos. Vuestra alteza prouea lo que es menester.
.isymismo viernes, C|ue se contaron diez dias de margo, tornamos a la ha-
bla, y yo llene al dotor de Puebla comigo para prueva de lo que había dicho,
quel rey de Inglaterra y los de su consejo sabian que las joyas y ])lata que la
Pringesa avia traydo heran para pagar la parte del dote que en acjuellas cosas
se avia de pagar, segund lo capitulado, y el se lo dixo alli claramente. loda-
via ellos lo negaron, v no quieren confesar avello sabido, v entre las otras co-
sas que pasaron en la habla, dixeron: —
No sabemos como pensays vosotros
hazer el pagamiento con estas cosas, avnque fuese razón de las tomar, (|uanto
mas <|ue no lo es, porquel Rey dize ijue ha visto todas las joyas y que no a\'
en ellas joya que vala iQd ducados, y segund el numenj dellas, no podrían su-
bir al pregio cjue aveys de dar en perlas y piedras. gierto, crea V. Y al. c]ue sy
valen xx0 escudos, que no las han de apregiar en vi©, y avra de pagar \'. al.
— 423 —
la demasya; y por mejor seria, a mi ver, (¡in' V al. to-
esto, sy hazer se puede, .
vale aqui en Londres, y ay (|uatro marcos por <,-iento de dyferencia iii el peso
de Castilla al de a(pii, ques mayor este, y la piala dorada quand > llegare a
iiQccc, pensaran que dan mucho por ella, y l.imhyen en esto se perderá mu-
cho. Sy no dieren p<ir ella el justo precio, mejor seria levarla, |)ui s tundién-
dola, se sacaría della mucho mas precjio de In que acpii la apreciaran. De lod<j
aviso a para (pie prouea y presto, porque, segund he senlydn. (pierryan
\". al.
dilatar de venir a ha/er estos apreciiís hasta cpie sea pasado el mes de mar(;o
para dezir que V. al. no cunple.
Va de un comendador de Calalraua que se llama Knrricpie Mexia
escriui
que estaua aqui y no se podia alcanzar que hazia, porque vna vez ilize que es
de y que esta aqui entendyendo en cosa de vuestro seruifiíi; otra vez
\'. al.
dize que le enbio V. al. para que prendiese a don Juan Manuel, utras vezes
Agora yo he sabido gierto que madama Margaryta le prouee
dize otras cosas.
de dynero con que se sostyene aqui, y creo que donjuán Manuel trama algo,
porquel Rey ha dicho quel sabe que esta en Ah^mania, v que avn aquel hará
otro synsabor a \^. al.
Yo
he comunicado acá con miger Francisco Grimaldo, conpanero de mi-
ger Agvstin, que vino acá comigo, ¡lara pagar los lxv© escudos, sy por ven-
tura me faltasen diez o doce mili ducados, sy podria dar
forma de los pagar
acá por V. al. P-s muy buen
onbre e desea mucho seruir a \^ al., y respon-
dióme que avnquel supiese perder ii© ducados en xg) ducados, cpie porque V.
al. pudiese conplir, y porque en este otro negogio por defeto de la paga no
ovyese ynconviniente, que asegurando V. al. alia que lo (]uel tomase acá para
conplir lo que faltase, quel haria lo posyble en todo. Escriuolo a \'. al. para
que por vna gedula se lo agradezca, y sy fuere menester, ponga por obra.
lo
Sy \'. al. no pudiere enbiar en dynero contado lo que faltara, que sera harto,
a mi ver, o sy \'. al. no quisyere perder la mitad del valor de las joyas, y por
aventura las dos partes, segund el apregio se espera que se hará, ha de pro-
ueer \'^.
que están estimadas las joyas, y mas de lo que falta de la
al. de lo
plata, asy del como de la estimagion en que esta puesta, que acá no to-
peso
maran el marco de la plata syno a ag) de la blanca y de la dorada a uQccc, y
avn pensaran que hazen honrra en ello. Vuestra alteza prt)uea en lodo, y con
tienpo, que acá todo lo que se ¡juede tentar se tyenta para dar a cniender el
La seííora Pringesa no esta muy sana, sino harto flaca \' descolorida. El
Rey esta muy flaco y muy viejo; rehusa quanto puede de hablar ciimigo,
que ayer me dixeron que los fisycos le defendyan que no hablase en negocios,
porque yo procurava de hablalle.
De Rixamonte a onze de margo de d. mu. años.
4^4
OTRA CARTA
para sn alteza, fecha en Rixamonte a xiii. de marfo de fo8. Leuola el dicho
Grauiel Gallego, mo(¡o despuelas.
no creya t|ue ninguna cosa hera tan provechosa ni avia sydo a esos reynos ni
a Y . al. como seria este casamiento,pues este Rey yria para la guerra de África
muy poderoso y muy y que
rico,todas las cosas se harian a voluntad de V. al.,
y que este no avia de hazer con Y. al. lo que hizo el rey don Felipe, s\'no que
en todo le seria obidiente.
Yo le respondy muy lexos de su proposyto, syn tocar en mi respuesta a
ninguna cosa de aquello quel me dezia; y por no ocupar ])apel, ni dar t'astydio
a V . al., no diré syno la sustangia de \o que le respondy. Dixele: Dotor, vos—
sabes byen quanto el rey mi señor y la reyna, que gloria aya, han hecho por el
rey de Inglaterra, y negesydad en que estaua quando vos atastes este casa-
la
sen contrarios, y esta señora que teneys en Inglaterra y sus padres aseguraron
el estado del rey de Inglaterra; y después quel se vido estabilido en su reyno,
lo que ha hecho con el rey y con la reyna, mis señores, vos lo sabeys, y sabeys
lo que contra el rey, mi señor, se capitulo en la venida del re}' don Felipe en
Inglaterra, y sabes la caridad y onor c in que ha sydo tratada después acá la
Pringesa, y los tratos de casan^ientos que en diversas partes el rey de Inglaterra
a traydo, y todo esto ha sufrido y pasado el rey mi señor como pringipe ver-
dadero y que no quiere yr contra su palabra, y todas las cosas regibe y las
echa en la mejor parte, como verdadero amigo del rey de Inglaterra; y su al-
teza, como os tengo dicho, me enbia a hazer el pagamiento de lo cpie deve del
dote de su y ya no ay cabsa para quel negogio se dilate. Parege quel rey
hija,
ver en c|ue sugede esta yda del Rey de Romanos en Italia, porque aqui fiíuo-
resgen las cosas del Rey de Romanos en gran manera, y sy sus cosas sugedie-
sen byen, piensan que pornian a \'. ai. en ne<;esydad. Y porque V. al. sepa
todas las cosas, avnque he escrito por dyversas partes, acorde de enbiar correo
propio, porque ay muy gran recabdo, como tengo dicho, en las cartas que sa-
len y entran en este reyno; y porque syendo el correo mió no creo que le to-
maran, asy como harán con las cartas que por otras vias se escriuen, las quales
todas las toman y las abren.
Por la mar he escrito el lo de
y por otra via otras ter-
duplicado de arriba,
OTJ?^ CARTA
para su alteza, hecha en Londres a s.vni. de margo de ¡08. Fue por la mar^
dirigida a don Pedro de Amia y duplicada por via de los mercaderes de
Brujas.
apregio de las joyas, que se a de perder las dos partes de lo en que están
apregiadas, y que avnque queramos después dezir que V. al. quiere pagar en
dyneros y no dar las joyas, que no lo querrán regebir, syno tomar las joyas
en que fueren apregiadas, y que pague V. al. lo que faltare, y asy harán en lo
de la plata. Vuestra alteza vea sobre todo, y con correo que haga diligengia
escriua lo que manda que en esto se haga, que a mi ver, y es gierto, que se
perderán en el apregio de todo mas de xv@ coronas de lo en que alia están
apreciadas las cosas, y mas de xviiig) coronas.
De Flandes me han escrito que desean mucho meterse por las puertas de
\'. al., portjue conogen que a la postre este a de ser su remedio; y el que me
— 427 —
OTRA CAR/
para su alteza, hcclta iii Ciranviclic a xxi. de iiiar<;ú de íiaV años. I .ciiola i'ii
Üespues i|ue escriui a V. al. a los x\ iii. lüas de margo v\\ vna cart.i (|iif
vva dirigida a ilon l'edni de Avala, los del consejo del Rey me enbiaron a de-
/ir lunes si^Liieiile, nue fueron veyntc del dicho mes, que cpierian hablar comi-
t(o,
y yo fuy a la corte |)ara hablarles, y dixeronmc sy ([uei-ia de/ir algo. Yo
les dixe que en ellos avia quedado la habla, y que me avian de responder la
voluntad del Rey acerca de la materia en que aviamos hablado, que yo oyria
de buena voluntad lo quel re\' avia respondido. Dixeronme: La respuesta del
Rey es la i|uc vistes el primer día, que se maravilla mucho como hablaxs en
cosa tan vergonzosa que es quererle pagar con lo suyo y, cierto, su magestad
tyene razón de maravillarse desto, porque nunca le fue dicho tal cosa que
aquella plata y joyas si- trayaii para le pagar, porque sy lo supiera, o las to-
mara, o las mandara poner en guarda, y no las dexara a dispusy(,'ion de la
Pringesa; y la Princesa ha vsado de las cosas todas como de suyas propias, y
nosotros por suyas las tenemos, y por suyas las conocemos, y asy es de creer
(|ue aquellas le fueron dadas por sus padres gragiosas, syn pensamiento de ha-
zer pagado al rey de Inglaterra con ellas; y si no hera asy y venian para pagar
al Rey, .'por (¡ue no se lo dixeron haziendo algún abto sobre ello.^ Yo les res-
pondy que me maravillaua de la respuesta (jue me davan, y mas en dezirme
que hera aquella la respuesta del rey de Inglaterra, y que en ninguna manera
queria creer quel Rey tal dixese, porque se podia byen preñar quel Rey fue sa-
bidor dello, y que aquellas joyas y plata se trayan para pagalle la suma que en
joyas y plata le avian de pagar; y para en prueva desto dezia quel dia que se
celebraron las bodas del Pringipe Artur y de la Pringesa, Pero Manrique avia
querido poner vn aparador con toda la plata que la Pringesa avia traj'do, y quel
Rey avia mandado que no se pusyese, que pues venia aquella plata para pa-
galle, que no queria que se viese; y mas, c|uel mismo Rey avia dicho al cama-
rero que aquella plata que trayan y joyas no vsasen dello publicamente, por-
que no tomarla cosa ninguna de aquello que paregiese aver husado la Pringesa
dello; y mas, que muchas veces en tienpo del Pringipe Artur el Rey avia dicho
al dotor de Puebla que pues el avia de ser pagado de aquellas joyas y plata,
que se las diesen, y quel dotor se avia defendido de las dar porque avn no
hera venido el tienpo del pagamiento; y quel Rey avia dicho asymismo al do-
torque sy avia de tomar aquellas joyas y plata en pago del dote, que aquello
lodo le avia de ser entregado y avia de ser sacado de poder de la Princesa; y
quel dotorle dixo que no, que la voluntad de V. ais. no avia sydo aquella,
heran las joyas de la Pringesa, syno de V. al., y que por mas seguridad las
avian traydo ciuando la I'ringesa vino; y sy Dios avia atajado las cosas con la
muerte del Pringipe Artur, que fue antes de ser conplido el tienpo en que las
joyas se avian de entregar, que esto no hera a culpa de V. al., antes devian de
agradeger que antes de ser conplido el tienpo y mucho antes, estuviesen aque-
llas joyas y plata en Inglaterra para hazer el pagamiento. que a lo que dezian Y
<[ue la Pringesa avia vsado de toda la baxilla y de todas las joyas en Gales
quando fueron casados el Pringipe y ella, que este vso no le atribuya ningund
derecho, t[ue la Pringesa lo pudo lomar prestado para ataviar su persona y
seruir su casa; y que por la onestidad cpieria dexar de dezir algo mas que po-
dría dezir, o en la habla pasada avia dicho, porque me avergongava de lo de-
zir. Respondieron: No, syno dezi francamente, que esta, platica es que pasa en-
tre nosotros. Yo les dixe: Vosotros sabeys byen lo quel rey de Inglaterra y el
avia seruido de la baxilla avía sido porque no yva tan proueydo el Pringipe
que no ovíese sido menester quel camarero que V. al. avía enbíado para guar-
dar estas joyas hasta que se oviesen de entregar no las sacase; y que por esto
la Pringesa avia vsado dellas tomándolas ¡Drestadas, o aprouechandose de aque-
llo que hera de sus padres y avia de ser suyo. Fínahnente, que me díxeron
que aquello ellos lo tenian por suyo, y que V. al. no conplia como yo avía di-
cho que venia a conplir y pagarlos c® escudos. Yo les dixe que V. al. con-
plia, y yo tenía todo el pagamiento en Londres, y que cunpliese el Rey lo que
hera obligado, que yo haria el pagamiento a vista de todos los que lo quisie-
sen ver, entero, y en forma y manera que V. al. hera obligado a lo hazer. Tor-
la
naron a dezir que sy se entendya aquello como primero avia dicho, que avia
de hazer el pagamiento con la plata y joyas (¡ue acá estauan, ciue j'a me avian
dicho que aquello hera suyo, v no de V. al. Yo les replique que aquello hera de
V. al. y no del rey de Inglaterra, y que V. al. podía hazer dello lo que qui-
siese, vendello o levallo a Castilla. Respondiéronme: Xo podréis ni os lo dexa-
riamos sacar, que aquello es del rey de Inglaterra. Respondíles: Sera porquel
Rey de Inglaterra querrá tomar lo que es del Rey, mi señor; mas no porque
- 429 -
tern;i ¡iisliíjia a elki. Kespoiidieron: No, syiio tiiie tyene ¡uslii^ia. Rcspondilfs:
Luego todo lo que entra «mi vuestra tierra es del Rey? Respondiéronme: .\s\
lo tenemos por <;ierto, que todo esta dehaxo de su mano v de todo puede dis"
poner a su voluntad. \' levantai-unsí' muy enojados, di/iendo (|ue los avia yn-
juriadü en dezir c|ue el rey de Inglatc'rra querva despojar a V". al., que su Rey
hera tan rico, que no avia ne<,'esydad de los pocos hyenes de los otros reyes.
Yoles respond)': Nd nos ciuehremos las cabegas sobre esta materia, i.|iu- pues
queres negar la verdad, no ay razón tpie se diga que sea buena. \ I ¡ios \- a
vosotros tomo jior testigos como yo soy venido aqui a conplir con el rey de
Inglaterra lo quel K(^y, mi señor, es obligado, y como sov venido antes de ser
conplido el tienpi), y que estoy [iresto |3ara hazer el pagamiento, cunpliendo el
(.\ue esto que moves es mas para dar dilagion en este negoc^io, o para no que-
rer conplir lo capitulado, que porque tengays razón para dezillo, hagos saber
que aqui no son menester dilaciones ni largas, syno que avenios de venir a la
dixo que yo traya anpla potestad para hazer todo lo que quísyese; y asy se
detyenen en esto para esperar a ver lo que tengo dicho; mas crea V. al. que
con mucha dificultad se acabara que tomen muchas cosas de que la Pringesa
se ha seruído, > <|ue sy las tomaren, que las han de poner en tan baxo |)regio,
que se perderá, como tengo dicho, en la plata la sesma parte, y en las joyas de
perlas y piedras las dos partes de lo en que están apregiadas; y sy venimos al
pregio, que las pornan en tan poco que casy no sea nada; y después de apre-
giadas, sy las pusyesen en poco pregio y las quísyesemos tomar por el tanto, o
dar quien diese por ellas mas, que no lo consyntyrian, syno que dirían que
en aquel pregio por que fuesen apregiadas es obligado el Rey a tomallas, y que
en aquel pregio las quiere, y Y.
avra de pagar lo que faltare; y por esto se-
al.
ria bvQn sy pudiésemos aver las joyas y la plata pagallo en dinero, pues ha
— 430 —
cíe pagar \'. al. asy como asy In c|uc en aquellas se menoscabare. X^uestra al-
teza haga a(_|uello que sea su seruii;io, y con correo que haga diligengiar mande
responder lo (jiie es de hazer, cpie es menester asy.
La Pringesa esta tan fatigada tle ver las maneras destos, t|ue de ninguna
cosa se puede consolar acordándose de las cosas que ha pasado, que averio es-
crito a V. al., o averio sabido acá de muchos las cosas que ha pasado v las
necesidades t[ue ha sufrido y las palabras que le han dicho y los malos trata-
mientos que le han hecho, a\' mucha dyferengia, y an sydo cosas para aver do-
lor de pasado ver esto que agora vee, esta tan afligida y tan
oyllas; y sobre lo
desconsolada. no se puede dezir, y avnque con su real coragon muestra la
(.|ue
Dios \^ me despojara de todo lo que tuvyera por ver la salida de tanta angus-
tia. Tiene tanta necesidad su alteza, y si V. al.- no la prouee, regibe mucha ver-
guna cosa de todo lo que la Pringesa oviese traydo, ni de cosa ninguna que
su alteza oviese vsado, parque todas aquellas cosas que la Pringesa tenia, con
las quales, según avian entendido de mi, les pensava hazer el pago, que ellos
las tenían por de la Pringesa y no |3or agenas. Yo les hyze otra protestagion:
que yo era venido aqui mes y medio antes que se cunpliese el tienpo en
que se avia de hazer el pagamiento, y que ya sabían que les avia dicho y re-
querydo que lo c[uisyesen regebir y que ellos cunpliesen lo c|ue eran obligados,
y (lue no avian ([uerido hazer, y avian traydo sus dilagiones para venir aquel
lo
tienpo; que pues el tienpo avn no era conplido en que se avia de hazer la
paga, que yo les requerya cjue la recibiesen, porque yo eslava ])resto de con-
plir con el rey de Inglaterra en nombre de V. al. todo lo que estava capitula-
do. \ asy avernos estado hasta agora, que no se a hecho ni dicho mas. Guando
criados de sus altezas, que quedaron con muchos y muchos quentos de renta,
y a mi que fvy su hyja, por treynta mil coronas que se an de dar vna ves para
syenpre an querydo poner mi onrra y la suya en tanta aventura. Crea V. al.
que la Pringesa tiene real coragon; mas la mucha ¡lasyon que syente de lo que
espera y de lo que a pasado le haze dezyr esto y otras cosas muchas desta ca-
lidad que a mi en secreto me dize, Xo ay persona en el mundo que la vea que
se persona oy en esta vida que tan maltratada sea y aya sydo como su alteza;
y no se puede creer syno se ve como le dan de comer, y en que, y como la tra-
tan; mas para sufrir. Por no dar pena a V. al. en oyr por menudo las cosas tjue
pasa \' a pasado su alteza, geso de las escrevir. Basta esto poco, que por esto
entenderá lo cpie es su alteza. Suplico a vuestra magestad que no aya miseri-
cordia della como padre, mas como pringipe que ve a vuestra hija de reyes
tan maltratada.
El dotor de Puebla en ninguna cosa le hallo prouechoso a los negogios, mas
paso con el; ni le desecho, ni le pongo en ellos; trabaja quanto puede porque
yo hable con el Rey en el casamiento de la Reyna, syn quel me hable en ello, y
viene muchas veces a mi con esta razón. Xunca a podido sentir de mi que tray-
go comisyon de hablar en tal materia; y de que ve que me gierro, dize que esto
tiene desabrido al Rey, y que no me vera, y hallo que es verdad el no verme,
porque nunca e podido acabar con el que me de avdiengia. X'erdad es que esta
mal y bien malo, y muy flaco, y avncjue creen los suyos que se va |)oco a poco,
mas todavía negogia con otros.
Juan Castil escrive acá tantas particularidades y tantas cosas, que no creo
que aprouecha nada su escrevir; v vnas vezes los hallo con alteragiones délas
— 432 —
alteragiones que les escrive que alia ay, otras vezes están mansos. No les tomo
tyento.
Suplico a V. al. que me mande escrevir que medio se tomara con estos, que
yo creydo tengo que serán malos de sacar deste proposyto, y que sy vinieren
en tomar algo destas cosas, que ha de ser muy poco, y en tal pregio que se pier-
da mas de la mitad. Y como escrevi a V. al., faltan quinientos marcos de plata,
con c.'ivi., marcos que estavan en vna cama, la qual no vino acá; y del oro, avn-
que escrevi que faltavan treinta y ginco marcos, no ay biuo del todo syno los
collares y las gintas, y avn destas falta algunas axorcas y cadenas y cuentas y
t()das las otras cosas de menudencias en que avia oro, todo es dado, y gastado;
OTRA CARTA
escrita a xvii. de Abril de rniu. Fue por Brujas duplicada: la vita, enderezada
a Pedro Lopes y la otra a Martin Sánchez de Qainndio.
A los dos dias de Abril escrevi a \'. al. todo lo que hasta ally avia pasa-
do. .-\gora a los syete de Abril, los del consejo del rey dinglaterra menbiaron
a dezyr que queryan hablar comigo, y yo fvy a les hablar, y dixeronme estas
palabras: —
.\o apartándonos de lo que tenemos protestado en nonbre del Rey
nuestro señor, queremos ver est^S cosas que dezys de plata y joyas que tenes
para hazer este pagamiento; y por esto no se entienda que el Rey se a de mu-
dar de lo que de su parte tenemos dicho, que es no tomar ninguna cosa de lo
que la Pryngesa aya traydo sobre sy, ni de la plata de que ella vuyere vsado.
Yo les respondí: —Sv no lo aves de tomar, no es necesario de lo ver, porque
aquello, (¡uando no quisyesedes estar |ior lo capitulado, o yo lo hundiré y lo
liaremoneda, o yo lo levare a España. Dixeronme: No os lo con>-,entiremos; —
mas todavia el Rey quiere verlo v saber lo que es; y no deves poneros en no
mostrallo, pues de mostrallo a no mostrallo no ay mas ynctmviniente en lo
vno que en lo otro. Yo acorde de se lo mostrar, y hyzelo poner todo en vna
sala muy
bien puesto, los collares y las gintas y todas las cosas de oro por su
parte, y las joyas y la plata dorada por la suya, y la blanca por la suya, y allí
— 433 —
vyiiieroii los del consejo a lo ver, y miráronlo todo y mandaron <|iic sf lo dexa-
sen ;illy por vi\ ora; y dexaroiilo ally, y el Rey y madre salieron a vello todo,
su
cosas, y |5arec;ele todo bien; mas dizc ([ue por ninguna manera no tomara cosa
de lo (|ue sea para adornamiento y seruigio de la Pringesa, porque le ¡jaregerya
cosa d? mucha ynumanidad, y avn c|ue sonarya mal en todo el mundo. Y que
se maravilla de pringi|ies tan poderosos y señores de tantos reynos como es \'.
ai.y era la reyna, que glorya aya, querer que se aya de quitar a su hyja las jo-
yas c[ue dieron para onrra de su persona y para mostrar la grandeza de sus
le
jiadres. Yo les respondí (¡ue me paregia que en aquello no tenia razón el Rey,
|ior([ue \'^. ais. avian prometido con su hyja dozicntas mil coronas, y (|ue avia
sydo p' mayor dote que nunca se avia dado a hyja despaña, y que allende de
aquello, avian enbiadosu hyja con tal de lo que era plata y oro y
atavio, fuera
joyas, que valia mas de veynte mil ducados, de lo ([ual ninguna cosa se conta-
va, y cjue queryan no tomar en quenta lo que era plata y oro 3^ joyas, y que se
([ueryan quedar con ello, de manera quel nonbre avrya sydo de dozyentos mil
escudos, y la paga seryan dozientos y quarenta mil que valían las joyas; y que
la yntingion de \'. ais. nunca avia sydo que aquellas joyas se quitasen a la
avian tomado cuydado cjue el rey y su hyjo avian de tener de dar joyas y
el
ron dizyendo: —
El Rey en ninguna manera tomara los collares y las gintas y
las otras cosas de oro, ni los joyeles, Pryngesa, y
porque de todo a vsado la
como cosas suyas las conocemos y teniéndolas por tales, son del pryngipe, su
marydo, según las leyes deste reyno, y no son de vuestro Rey, como vos de-
zys; asy que en estas no hableys. En lo de la plata no dezymos tjue no tomara
alguna; mas todo lo que pertenege a la capylla, no se a de tomar nada en cuenta,
ni de la plata blanca toda la que la Pryngesa trae en su seruigio cotidiano, ni
las guarnigiones de cavallos, ny nada desto. Por ende ved sobre que hazes gi-
míento, questo que quedara muy poco es para tan gran suma como aves de
conplir; y paregenos que queres dar dílagion, avnque dezys y os quexays de
nosotros que dilatamos o queremos dilatar. Yo les respondí satisfagiendoles a
muchas cosas que me dixeron, y a la verdad, no quedaron syn algún conogí-
míento que yo les satisfazya a todo; mas su obstínagíon es tal, que no bastan
razones para satisfazer a su cobdigya, ni avn bastaran dineros, que tantos
quantos mas tuvieren tantos mas desearan.
Salidos desta habla, el dotorvino a mi con esta habla: Yo syenpre trabajo
quanlo puedo porque estos negogios ayan buen fyn, y no dudes syno que to-
maran lo mas de la plata; y paregeme que hazen harto, según su condigion. \
en lo de las joyas dívryades dispensar, o el Rey no se devia en esto detener,
55
— 434 —
pues da a su hyja; y no me pnrege questa tan malo el negocio como vos pen-
la
says, que harto es que vengan en tomar la plata, ^'o le dixe: Dotor, el Rey, —
mi señor, quiere conplir lo que vos mal capituhistes, y cunple mejor y mas con-
plidamente que esta en la capytulagion; y paregeme que como distes dozyen-
tos mil escudos en tienpo que los diera el rey dinglaterra porquel rey y la
reyna, nuestros señores, le dieran su hija, (¡ue devryades trabajar que se con-
tentasen con cunplyr Rey, mi señor, mejor que no esta prometido, y que
el
pyerde mas de quinze mil ducados en las cosas que se an de dar, y que truxo
la Pringesa sobre xx® ducados de ventaja. Comentóme a traer enxenplos y re-
franes, y dezyr que V. al. avia dañado todo este negogio, a viendo escrito tan
sen la pena de su liviandad. Y visto que el dotor en nada aprouecha a los ne-
gocios, yo le e dado la carta de V. al., que hasta aqui no se la avia dado, y e
declarado que no es enbaxailor; no digo que daña, por no pecar, mas pyadosa-
mente lo puedo creer, porque nunca ves me habla que quando yo voy a hablar
a los del consejo no halle las palabras quel me dize en ellos.
.A los catorze dias deste mes yo fuy a hablar a los del consejo, y escrevi
teza lo que e hecho, querrya quel Rey se resoluiese y me diese respuesta reso-
luta por que yo pueda escrevir al Rey, mi señor, cosa gyerta, para cjue su alteza
haga la determinagion que le converna hazer. Respondiéronme: — Qierto, no es
dilagion,syno quel Rey esta mal dispuesto, y ruégaos que de aqui a quince dias
ayays paziengia, porque los físicos le dizen que para aquel tienpo estara bien
para poder entender en negogios, y entonges su alteza, o nosotros en su non-
bre, os diremos claramente la fyn a la conclusyon a este negogio; mas en tanto
vos podes escrevir al Rey, vuestro señor, que no deve de hazer cuenta desto
que acá dize que tiene para pagar, syno que deve enbiar el pagamiento como
— 435 —
es razón que lo cnhie. Kn esto paramos, avii(|iic' iivo liarlas ra/oncs cnlre
medias.
VA consejo deste Rey es totio de mujeres, di^o el consejo priuado, y estas
saben todo quanto el Rey muchas nuevas a la l'ringesa, quier
sabe, y vienen con
sean verdaderas, (|uier sean cchadi/as. Di/en ipiel Rey di/e ([ue esta suelto
de la cap¡tula(;ion que tenia hecha, |)or(|ue a dado dos términos de porroga-
<;ion a \'., al. y (pie agora no lenhia el ])aganiiento conplido; y dizen tantas co-
sas a la Princesa, ipie la liencMi tan atribulada, que yo tengo mucho temor <|ue
a de caer en alguna gran enfermedad, porque su alteza no esta sana, syno bien
flaca y muy descoloryda, y muy dañada la conplysion, y sobreuiniendole tales
plazeres, tengo rezelo cpie a de venir a mucho peor de loque esta. Xunca tanta
crueldad se tuvo con vna cativa ([uesluviese en tierra de moros, como se tiene
aqui con la Frin(,-esa.
OJA'A CARTA
del Rey Católico a Gutierre Gomes de Ftiensalida, su embajador en Ingla-
terra.
Va. Rkv.
le tengo por Principe muy virtuoso y muy verdadero, y que por ninguna cosa
del mundo no vernia contra su palabra < asiento; y que teniendo yo esta opi-
nión que tengo del, no solamente lo cpie entre nosotros esta asentado, mas
qualquier otro asiento c]ue con el ficiese se ternia por muy seguro e firmisi-
mo, V no pornia en el duda ninguna, como se podria poner en otros de quien
se ha visto es]ieriencia contraria; porque asi como quando una vez se vee que
alguno (juiebra la fe se presume que no la guardara otras veces, asi el (jue la
guarda vna vez se cree que la guardara siempre; y que no deue tener en poco
el dicho serenissimo Rey, mi hermano, esta estimación y crédito que se tiene
a su fey promesa Real en toda parte, porque demás de ser cosa tan principal
V tan necesaria ala dignidad Real guardar la fe, le da grande crédito y aucto-
ridad en el mundo; y que asi puede tener por cierto que yo le tengo y ter-
ne siempre mucho amor y muy verdadera amistad, y que no solamente guar-
dare muy cumplidamente que entre nosotros esta asentado, mas en todo
lo
buenas obras el mucho amor que le tengo, lo fare como verdadero hermano
lo deue facer.
(l) Entendí todo lo (,|ue lia pasado entre vos y los del consejo del Rey de
Princesa de Gales, mis fijos, lo mas brevemente que ser pudiere, y en esto solo
entender con todo vuestro cuidado y buena industria, que después de fecho
esto, todas las otras cosas de la dicha Princesa ternan buen remedio. Y para
que esto se acabe presto, ver vos qual es el camino mejor y mas corto, y se-
guir aquel, porque la conclusión de este negocio no se alargue. Mas por la falta
que decís que hay en la plata y oro y en los aprecios de eso y de las joyas,
uisto lo quede todo eso haueís escrito, particularmente que falta, como cpiiera
([ue por muy baxas (|ue alia quieran hacer las tasaciones, no creo que habrá
razón ni justa causa para abaxarlas tanto; pero por mas seguridad del negocio,
vos envió con la presente cédula de cambio de diez mil ducados de oro, con
los cuales se cumplen largamente todas las dichas faltas que escriuistes, y aun
sobran mas de tres mil escudos de oro, según lo bereis particularmente por
un pliego (|ue va aqui ordenado por Juan Lojiez, en que va sumado todo lo que
montan las faltas, y lo ultimo en que creéis que abaxaran los precios, y lo que
¡ovas ni la plata v oro para patear en dineros, sino que se pague con ellas,
auníjue se pierda lo que dccis, porque no haya dilación en este negocio; y lo
que faltare en los aprecios, que lo paguéis de los dichos diez mil ducados. Mas
todauia trabajar i|uc el agrauio que se nos ficiere en los dichos aprecios sea el
menos que ser pudiere; sobre todo vuestro fin sea abreviar la conclusión del
negocio, pues uedes lo que en ello va, ayudándoos de todo lo que para ello
pudiere aprouechar. Y
para esto pareceme que al Rey de Inglaterra, auntiuo
no le deis esperanza cierta ilel casamiento de Reina y Princesa, mi
la lija,
fablo todo lo que quiso, según el lo escriue; y como la Reina, mi fija, esta en
hombre quiere. Y si Juan Stil quiere escriuir la verdad, no puede en este caso
- 438 -
decir en efecto mas de lo susodicho; y ame acaecido con ella en algunas co-
sas que, después de las haber procurado mucho con ella y no las (¡uérer ella
no, porque vea que no le encubro nada, y que voy con el muy claramente, y
que yo no dejare de facer en esto todo lo posible, y vos fare saber lo que en
ello sucediere, y como he dicho, las cosas de la Reina, mi fija, son de manera
uechoso y muy conuiniente para los estados de ambas partes, que daqui ade-
lante j'o tengo a madama María, Princesa de Castilla, por mi fija, como al Prin-
cipe don Carlos, mi fijo, su esposo. No he querido tocar particularmente en
esta materia en la carta que escríuo en respuesta de las suyas, porque fasta
ser fechas las velaciones del Príncipe y Princesa de Gales, mis fijos, no quiero
que ]iarezca por escritura clara firmada de mi mano (|ue yo confirmo el di-
cho casamiento del Principe don Carlos y de madama María; pero si por auen-
— 439 —
tura el rcv de Inglaterra im iiuisiese (|ue se ficiesen las ueiaciones del Prin-
cipe y Princesa de dales, mis fijos, sino que yo confirmase, e vos en mi nom-
bre por virtud de mi poder dicho casamiento del Principe don Carlos y de
el
del Principe y Princesa de (iales, mis fijos; pero si no vos pidieren la dicha
confirmación, no loquéis vos en ella, mas de decir buenas palaiiras, mostrando
tpie a mi me ])lace del dicho casamiento.
La tercera cosa que decis que espera el rey de Inglaterra, que es ver como
sucederá la empresa del Rey de Romanos, por lo de (gan) (l) se puede juzgar
lo de adelante. Kl comenzó la guerra a los venecianos por dos partes, y en la
una le desbarataron su gente y tomaron el (de) (2) cjue aquella gente traia; y por
la otra fecho nada sino recebir vergüenza en entrar y volverse dos o
no (A'í) (3')
tres veces; y agora dicen c[ue es ido a tener una pieza en {da\ para procurar
que le den dinero, y que el Imperio alargue el tiempo de la gente que le da-
ban, que diz que se acabo a diez de este abril; aunque todauia dexaba la gente
en la frontera de Trento con un {tiot) general; pero yo tengo por cierto que
(g-ol) (4) no fara en aquello cosa de sustancia. Y considerado todo lo que en es-
tas tres cosas he dicho, yo creo quel rey de Inglaterra no deterna por ellas
las velaciones del Principe y Princesa de Gales, mis fijos, y vos haueis de ha-
cer ultimo de potencia para que no las alargue.
A que decis que en caso que el rey de Inglaterra no quisiese hacer este
lo
caso, con muy mayor voluntad yria a hacer la guerra a el rey de Inglaterra
que al {po¿) (6); y creed que en este caso, o el rej^ de Inglaterra me ha de guar-
dar verdad, o se ha de hundir el mundo sobre ello. Esto digo solamente para
vuestro auiso, para que sepáis mi determinación. Lo que os han dicho de ca-
sarse en Francia el Principe de Gales,yo creo que es cosa levantada ahi, por-
que el rey de Francia me ha escrito agora que por todo el mundo no tara en
este caso cosa que sea en mi perjuicio, y que si yo quiero que su embajador
(i) Gau = atrás? Los grupos de letras, representantes de palabras para cuya interijre-
tación falta clave, van entre paréntesis por si alguna vez se encontrara.
(2) />*•= artillería? (3) Lee = hnn- .4) Go! = A'cy i/e Romanos? (5) Go = enemi-
gos- (6) Pol ^ Turco?
— 440 —
juntamente con vos íable y apriete al rey de Inglaterra sobre la conclusión
de lo de la l^rincesa de Gales, mi lija, que lo fara; y dice que le haii escrito
c[ue el rey de Inglaterra esta hético en la tercera especie, y que deuo trabajar
que se fagan luego las velaciones del Principe y Princesa de Gales, mis fijos,
antes que muera el rey de Inglaterra, porque lo tiene por peligroso, conclu-
yéndose o dilatándose las dichas velaciones. Y faciéndolo bien el rey de In-
glaterra, o no lo faciendo bien, en qualquier caso tratad de mi parte muy dul-
cemente al Principe de Gales, mi fijo, diciendole cuan entrañable amor le ten-
go, y certificándole que para lo que a el en su estado tocare agora y siempre,
no menos cuenta puede hacer de mi y del estado de la Reina, mi fija, e mió
OTRA CARTA
de Almazán a Gome:: de FnensaHda.
Ese Comendador de Calatrava Mexia que esta alia no esta por negocios cl<-
su alteza, ni con su voluntad ni sabiduría; lo que del se ha podido saber es que
aqua le tienen por burlador, porque aqua yva de vnos en otros pidiendo pres-
tados dineros, y a un grande decia que lo embiaba otro y a otros dezia otras
cosas para sacarles dineros prestados; de manera que quando conocieron su
chocarreria, algunos de quien tomo prestado le pidieron la paga ante los del
letomasen sus bienes para pagar, y no le pudieron hauer, que creo que se fue
entonces. Nuestro Señor guarde y acreciente la muy noble persona y casa de
V. en Burgos a xxiii de abril de dvui.
La suma de las nuevas que ha fecho el Rey de los Romanos en todas estas
asonadas y estruendos pasados es que entro en Italia y rompió la guerra a ve-
necianos por dos partes, por la parte de Trento, que es ciudad suya, al confín
de venecianos, entrando la via de Roberato, que es de venecianos, y alli cerca
guardaban passo los venecianos y algunos franceses con micer Juan Jacobo,
el
capitán general del rey de Francia, y por esta parte no fizo nada sino recebir
alguna vergüenza de no acometer a la gente del passo y de uolverse sin fazer
nada; la donde entro fue por el Frioli, y por alli gano una valle
otra parte por
de tierra de venecianos, que se le entrego porque al tiempo que entro su gen-
te los venecianos no tenian alli gente de guerra. Llamase la valle la Val de
Cardore, en que hauia vna gran fortaleza y asaz lugares y diz que fizieron ho-
menaje Romanos; en sabiéndolo los venecianos embiaron a Bar-
al Rey de los
tolomé de Albiano con gente, y, en fin, diz que el jueves de las comadres los
alemanes que estaban en aquella valle se emborracharon y que el viernes si-
guiente antes del dia dio en ellos Bartholome Dalbiano v desbaratólos v mato
mucho numero dellos y torno a cobrar la dicha valle y la fortaleza. Los vene-
cianos dizen que los alemanes que murieron en aquel desbarato fueron 3500,
los alemanes dizen que no se perdieron sino 2000 alemanes y ciertas piezas de
artilleria que lleuaban. Esta nueva fue certísima, porque nos la escriuieron de
ambas las partes; agora que estábamos esperando que el campo de los alema-
nes faria algo, son venidas letras de cinco deste abril de Roma, que dizen como
los capitanesde los venecianos hauian escrito a su embaxador que no hauia
quedado ningún alemán en la frontera, que todos se hauian vuelto y que el
Rey de los Romanos yva a tener cierta dieta para procurar que los del imperio
le otorgasen mas pagas de gente porque las que hauian otorgado eran ya aca-
(
I
) Equivalente á Almazán.
442
OTRA CARTA
Fecha a xxvit. de ahril. Enbiosc por la vía de Flaudes y duplicada asyiiiisvio.
lataynd a Brujas.
los questan cabe el hablan tan sueltamente en vuestra real persona, que seria
menester otra condigion que tienen los castellanos para podello sufrir de no
responder, y desatinadamente. Por mi digo que yo estoy fuera de pagiengya,
porque esta Semana santa me an venido con tantos mensages y con tantas nue-
vas que, mala Pascua les de Dios, que mala semana me an dado, hasta que les
e respondido mal a los noveleros, y les e dicho que no tornen a mi posada con
- 443 -
nuova mala ni buena, poríiuc di' la raniara <lel Rey nunca salen syno nuevas
mentirosas y pcr¡u(li(,'iaies a las onrras de Ins Pringi[3es. 1.a primera nueva con
que me vinieron en gran secreto, que vn privado del Rey avia dicho que los
Grandes de Castilla eran rebelados contra \ al., }' muchos pueblos, y c|ue la .
cavsa era porque V. al. cjueria enbiar gente al rey de Frangía contra el Rey de
Romanos, v que la l^cyna avia dicho que no consentirya que de sus reynos sa-
liese gente a ayudar contra el agüelo de sus hyjos; y que sobresto V. al. la avía
retraydo, y que los Grandes se avian levantado. Luego otro dia vino otro y di-
xo: Xo aves sabido nuevas despaña.' Dixele: No; c|ue ay.^ ,\y algima mentira de
las cpie suele? Dixome: Cierto, vno de los mas agebtos al Rey, comió oy
cas de vn tal fulano, y le dixo en secreto (¡ue eran venidas nuevas que V. al.
la cámara del Rey dinglaterra que V. al. estava tan pobre, c|ue no tenia [)ara
quieren en estas partes, y porque conosca mejor quien es este Rey; mas por-
que de los Reyes las personas bajas no han de hablar mal, no digo quien es;
mas el se lo dirá avnque calle yo.
Mucho seria negesario que \^. al. me mandase avysar que es lo que tengo
de hazer, teniendo por dicho que en ninguna manera el Rey dinglaterra sal-
drá deste proposytú en que esta, y que no a de tomar ninguna cosa de las jo-
yas, pues que piensa que no las podra perder por ninguna manera, como el
mer; y crea V. al., que esta tan divulgado por Londres que la Pringesa se a
dir en España, como s}' ya estuviesen las naves en el puerto para levarla,
Pringesa; y avnque ellos saben la verdad y la creen, no osan dezyr otra cosa;
(i) Antes había escrito y lo tacho: de la hija (iangumela con el principe de Castilla
y el de la madre de esta con el rey de Inglaterra.
— 444 —
verdad es que no pueden negar de mostrar mucho pesar dello todas las gen-
tes, y dizen claramente que por su alteza tienen pas en Inglaterra', que \-
después que vino a estos reynos, syenpre a ydo byen a los yngleses; pero al
fyn como gente sojuzgada, y mas que otra, no osan mostrar otra cosa syno
quel Rey sabe lo que haze.
Crea V. al., que no ay syno un marrano en el mundo, y que la ynjuria (_|ae
se haze a vno todos la syenten, tan enemigos están de V. al., sy este vocablo
entre tanta diferencj^'a puede caber los de acá como los de Castilla; y nuevas
levantan y cosas dizen ques abom¡na(;¡on oyllas; y ayuda byen Juan Astil,
quescrive abominagiones y tantas particularydades que no se puede creer que
tantas cosas aya en el mundo; y e sentido que haze creer acá que habla a la
Reyna, y que escrive que su alteza esta ynclynada a este casamiento, mas que
V. al. lo estorva.
Pregúntele a este que me dixo esto: ijPues, como dexan ya de hablar en el
podra acabar con el Rey, vuestro señor, que case el Pringipe, su nieto, con la
los quales tienen acá muy buen recabdo, se ofrege, por seruir a V. al., que el
saldrá acá a pagar hasta en dies o doze mil ducados, sy serán menester, y que
por estos no se ponga V. al. en fatiga como se conpliran, mandando dar V. al.
alia seguridad de conplir a los plazos que el los tomara acá, porquel tiene acá
tan buen crédito, ciue podra conplir esto y avn mas. llagólo saber a V. al. por-
qués razón que tenga noticia de los que le desean seruir.
L)e Londres a xwii. de abril de 508. (l)
07 M A CARIA
para su alteza, fecha en Londres a ix. de mayo de 508. Levóla 'Juan de /'a-
lagios, correo de su alteza; partió el dicho dia a las doze oras; avia de ser en
la corte despaña en nueve días desde Cales.
Las cartas de V, al. de xviii." tle abril regcbi el seEjiimlo dia de mayo en
amaneciendo, y puseme luego a sacar la gifra, y en tanto que la sacaua, enbie
a dezir al rey de Inglaterra que yo avia regebido cartas de \'. al. y que las es-
taua sacando en linpio, y que para el medio dia estarían sacadas; que supli-
caua a su alteza que me mandase dar avdiengia por aquel dia. \o me respon-
dieron nada. Otro dia yo fuy a palacio y fuyme a cámara de la Princesa y la
enliie a dezir a los del consejo del Rey que yo estaua alli, que lo dixesen al
Re\- A- me enbiasen a dezir lo quel Rey mandase. Estuve mas de tres oras es-
perando, y al fin enbiaronme a dezir que por entonces no avia lugar de hablar
al Rey, mas que otro dia a la vna ora viniese a palagio. Yo vine otro dia aque-
lla ora que me señalaron, y viniendo, llego vn portero o mogo de cámara del
Rey a ver sy venia, porque los del consejo me
estauan esperando, y por gierto
yo no estaua de palagio vn tyro de pj-edra, y en entrando en palagio, enbieles
a dezir que yo estava alli. Enbiaronme a dezir que esperase vn poco, y que me
fuese a la cámara ile la Pringesa. Vo me fuy y enbiaron por el maestresala
alia,
y no hera asy verdad, que todos estauan alli. Y como el Rey esta todo lo mas
a vna ventana sobre la rybera, o tyene sienpre atalaya para ver quien entra o
sale en palagio, como me vyeron venir, el Rey enbio a llamar a los del Consejo,
y cuando andavan estos mensajes estauan con el. Yo les enbie a dezir con el
mismo maestresala que me paregia que jugauan como niños a vos y venios,
como sy yo tuese vn onbre de poco; que ya aquello no se podia sufrir con
pagiengia, avnque en lo pasado la avia tenido; que no hera ya tienpo de
dysymular, syno dalles a entender que sentya y conogia sus maneras, las qua-
les a mi ver no heran buenas, ni a los Pringipcs donde yo avia svdo enbaxa-
dor por \^. al. mmca los avia visto usar con los enbaxadores de tal manera
como ellos usauan comigo. Tornáronme a enbiar el maestresala que me dixese
que el portero avia herrado, que nunca ellos le mandaron que fuese a dezir que
me esperauan, y quel regibiria la pena de su yerro. Enbieles a dezir que bas-
taua que ellos me avian asignado ora en que viniese, y que sabia yo que esta-
uan juntos y todos los que solían hablar comigo; que no queria regebir su
escusa. Entonces salieron de la cámara del Rey y viniéronse a la cámara don-
juntos, syn fallar ninguno de los ijuc solían platicar comigo. AUi pasaron algu-
nas platicas (|ue no hazen al proposyto. V esto que he escrito escrivolo asy
largamente como paso, porque sepa V. al. mejor juzgar el proceso destas co-
sas; como quiera que ay tantas niñerías y aviiidades que no se acabarían de
escriuir en mucho tienpo; finalmente, que nos sentamos, y el Priuasello co-
mengo a hablar desta manera:
Knbaxador, vos escriuistes
al Rey, nuestro señor, que aviades recehido
cartas del Rey Reyna, vuestros señores, y que teniades carta para su
e de la
alteza y creencia de muchas cosas ([ue le aviades de dezir, y el Rey ovo mu-
cho plazer porque holgara de saber de las buenas nuevas de la Reyna y del
Rey, su hermano. Escriuo las palabras formalmente como las dixo. Y su alteza
querría saber ante todas cosas sy teneys cartas de la Reyna para el. Yo le
dixe:La costunbre que agora se tyene en el escriuir es esta: que se escriue a los
enbaxadores en nonbre del Rey y de la Reyna, como quiera que las cartas no
—
vengan firmadas syno del Rey. Dixome: Aora byen, ])ues el Rev, mi señor,
esta muy flaco, y no esta en dispusygion de poderos oyr, páreseme que le de-
veys enbiar las cartas y dezirnos a nosotros la creengia, que nosotros le rela-
taremos lo que nos dixeredes. Yo le respondy: —
Señor Priuasello, yo no vengo
a demandar consejo de lo que tengo de hazer. Lo quel Rey, mi señor, me man-
da que yo por mi boca diga al rey de Inglaterra, no lo tengo de dezir a ter-
cera persona. Sy su alteza no esta para oyrme, o no me quiere oyr, yo esperare
hasta que su alteza pueda o quiera oyrme. Dixome: — Seria byen (jue escriuie-
sedes la creengia y la firmasedes de vuestro nonbre y la sellasedes, y asy ge-
rrada nos la y dársela hemos. Yo le dixe: No es costunbre de en-
diesedes, —
baxadores dar nada de lo que dizen por escrito, y no comengare yo a hazer
— 447 —
blndd confirmamos. Yo les dixe: — La respuesta que yo tengo del Rey y de la
Keyna, mis señores, es que se maravillan mucho de oyr tal novedail i-om<i
vosotros, señores, dezis quel Rey dize, que no ha de tomar y joyas que
la plata
acá están en parte del pagamiento del dote, como esta asentado y capitulado;
y que demás de maravillarse de tal novedad, se maravilla que se diga cosa tan
vnjusta y tan contra razón y derecho que lo que sus altezas enbiaron para pa-
gar el dote sea del rey de Inglaterra, y que tiene derecho a ello y como suyo
lo puede tomar; y que en ninguna manera sus altezas podrían creer que el rey
de Inglaterra, su hermano, tal diga, por(|ue de Pringipe tan católico y tan
justo y verdadero no es de creer que salgan palabras tan ynjustas y tan contra
razón; y que avnque sea razón de creer lo que los del consejo dizen, que sy yo
no escriuiese que lo avia oydo a la boca del rey de Inglaterra, que se les ba-
ria duro a creer; y que avn escriuiendoselo yo que lo avia oydo al Rey, por-
nian duda en ello. V que pues sus altezas cunplen y an enbiado a conplir como
son obligados, ruegan al Rey que quiera regebir la paga, como es razón cpie se
haga, V como sus altezas son tenidos de lo hazer, y que quiera gelebrar las bo-
das syn ninguna dila<;ion, pues que a anbas partes esta byen la brevedad deste
negogio. A
mi ver, señor, al rey de Inglaterra le cunple mas, y vosotros devria-
des dar pryesa en este negogio, porque vosoti^os dezis quel Rej^ esta muy mal,
y no teneys syno vn ojo, que es el Principe, y devriades para cobrar iitro o
otros ojos abreviar este negogio; y pues en esto no ay mucho que hazer, co-
mencemos a pesar la plata y aprcgiar las joyas, y comiengese aderegar lo que
es menester para celebrar las bodas, y demos fin a este negogio. Dixo el Priua-
sello, en manera descarnio: Rydiciilum . Mas nos maravillamos nosotros desa
respuesta que dezis que teneys, porque lo que nosotros dezimos, por la boca
del Rey v en su nombre
dezimos, y cosa descarnio es querer ¡lagar al Rey
lo
con lo que es suyo; y no dezimos esto, que es poco; mas sy valor de vn millón
liemos con todos los letrados que tomaren a defender vuestra razón. Dixele:-
Pongamos las joyas en Francjia y disputemos después la cavsa. Dixo:^-Poneros
las hemos en Ybernia. Digo: Mas ponemelas en Viscaya, y después elegi por
(lual derecho las queres ganar, que por qualquier manera os las defendemos.
Dixo el Secretario: El Obispo os dize la verdad, que esa es la ley deste rey-
no; mas n' os la da byen a entender. El marido gana el dote que trae la nuiger,
porque el dia que se velan le haze el marido donagion, que se dize proptci-
xo es del Rey o del Pringipe, dadme razón que donagion tyene pi-optcr nupcias.
Dixo el Tesorero: Tyene gran dotagion, que tyene el tergio del Pringipado, y
de todos los otros señoríos del Pringipe, &. Ouanto sera?: Dixo: Byen se podra
saber. Digo: Serán xS) ducados? Dixo: Mas serán xv® ducados. Dixo: creo que
sy, o mas. Digo: Pues dad cuenta a la Pringesa de xvg) ducados que ovo de aver
cada año, que en seys años que ha que esta byuda suman xc® ducados, que de
alli avra para pagar el dote, y piérdanse las joyas. Dixo el Tesorero y el Priua-
sello:Ouando la Pringesa governo su casa por sy, ella regibio su rentayla gasto,
y mucho mas. Dixe: Xo se hallara ser asy, que la Pringesa nunca ha visto lo que
tyene, ni nunca se lo aveys mostrado ni entregado, y el Rey lo ha tomado y
gastado, que la Pringesa no ha tomado nada. Dixo el Priuasello: Por gierto esto
brón y no sube a vi® coronas cada año, y después quel Rey metió a la Prin-
gesa en su casa no se gastan con ella uu°® coronas. Dixo el Camarero: Gastan-
se con ella mas de ocho mili coronas. Dixele: No lo puedo eso sufrir con pa-
giengia; mucha verguenga devriades todos aver que tengays a la Pringesa tan
miseramente como la teneys, y que la syruays tan mal como la seruis, que
el Rey con ella vni.°® coronas; verguenga devriades aver que ni a su alteza ni
a los suyos de lo suyo nunca le aveys dado vn dinero. Entremos en cuenta y
vereys lo que deveys. Finalmente, que nunca mas pude sacar dellos syno
le
que esto es suyo y que no lo han de tomar en cuenta. Dixeles ya que nos
queríamos salir: No me parege que esta es la cavsa porque se dilata este nego-
gio, syno que pensando que es esta cavsa onesta para dilatalle, la aveys yn-
ventadi), y hagos saber que os entendemos y que la cavsa que tomays es muy
-
449 —
desonesta y imiy fuera ile razón. Dixo el Priuasollo: Xo tenemos otrt) fin s) iio
(le abreviallo, mas vos lo dilatays. Pone nos cien mili escudos en moneda con-
laila en esta tabla y vereys sy lo dilataremos. Dixelle: — Avn creo c|ue sy se
pusyesen como dezis, lo dilatariades. Dixo: —-l^jdria ser, mas yo creo cjue no
y asy nos salimos no byen contentos, lodavia dizicndome ([ue diese la creen-
(,Ma por escrito. Dixeles: — Dezi al Rey ijue j'« etcnuim nunca lo liare.
Xo esta la Pringesa ni yo syn sospecha que esto aya sydo vrdyenbre del
dotor de Puebla, porquel mismo dia quel correo vino lo supo el dotor, por-
t|uel correo se fue a su casa |iara preguntar por la mia, y otro dia escriuiomo
vna carta diziendome quel Rey estaua tan retraydo que no queria ver a nadye,
y quel enbaxador de Flandes avia ¡procurado aviiienqia y no la avia podido
aver; mas que si lo que V. al. escriuia se avia de dezir al Rey jior alguna yn-
terposyta persona, que el lo baria. Yo le respoudy que en mis negocios
lo que
miento; mas que pensaua que avnquel Rey oviese negado la avdiengia al de
Flandes, c|ue no me la negarla a mi; y el dia que j'o fuy a la corte, vna ora an-
tes avia el ydo a la cámara de la Priníjesa, y enbiole a dezir que la queria ha-
blar y que le queria pagar una debda. La Priníjesa no estaua buena y no le ha-
blo; asy que su alteza piadosamente cree que quien a hecho gien «jestns ipi
hará vno.
Manda que trabaje de catar benivolengia del Principe, lil primer dia
\'. al.
tyenen tan encerrado como a dama, y quando sale no sale con todos ni con
otras personas syno con aquellos que están dyputados para salir con el, y sale
por puerta escondida a vn parque, y por la vida no seria ninguno osado de
le llegar a hablar, y continuamente esta en una cámara que no tyene otra
entrada ni salida syno por la cámara del Rey; y esta tan sojuzgado, que no
habla vna palabra syno en respuesta de lo quel Rey le pregunta. Xo crea \'.
al. que darían mas lugar a que le hablase vn enbaxador a solas que le darían
a una dama de quien se tuvyese mucha sospecha. Dizenme que están muy
corrydos del tienpo pasado, que \'. al. y la Reyna, que gloria aya, enbiaron
presentes al rey don Felipe syendo Principe, y iiue a el nunca le han enbiado
nada; y dizenme quel rey de Inglaterra esta muy quexoso de
porque en \'. al.
los tienpos que contrataua con el rey don Felipe nunca hizo cuenta del, y tye-
nen tantas niñerías, que es el mayor enojo del mundo de vello.
Dizen aquellas damas que saben todos sus secretos, que después que reci-
bió las cartas de Juan Astil esta tan bravo y tan enojado, que no ay pers.ina en
el mundo que le ose hablar, y enbia por su hija y ryñe con ella syn ninguna
cavsa, y dexa a ella y toma al Pringipe y ryñe con el, que lo quiere malar, y
syentase en vna sylla y esta como traspuesto dos y tres oras, que ni duerme ni
vela, ni puede abrir los ojos; todas las noches del mundo se levanta dos vezes y
se viste y se pasea y tornase acostar; dizen los suyos que es tanta la cobdigia y
el avarigia que tyene, que no se puede creer. A mi me lo han dicho por gierto.
— 450 —
La (jedula de cambio que \^. al. mando enbiar tengo secreta, que no lo sabe
syno Frangisco Grimaldo, que la ha de [jagar; el qual la reíjibio de bUena vo-
luntad, y di/e (¡ue nj solamente la pagara a xx dias vista, como la gedula di-
/.e, mas que sy lue¿^o fuere menester, que luego pagara, y que por seruir á
la
\'. al., sy por casj mas fuese menester, quel saldría aqui al rey de Inglaterra
por pagar lodo tjuanto sus fuergas alcanzaren, y le dará fiangas a su conten-
le
toca, quanto por lacongoxa que piensa que terna V. al. a su cavsa, y ayer me
dixo: Por gierto, para el Rey, mi señor, y avn para mi salud, mejor seria que
me sacase de aqui, que no que su alteza hiziese por casarme a mi cosa que no
fuese de hazer a tal Pringipe, mayormente con esta gente que piensa que de
miedo y de negesydad se haze todo lo que con ellos se haze; y no crea su al-
teza que le pornia en congoxa que me buscase casamiento, que yo le qiutaria
desta pena, queriéndolo su alteza. Y esto dicho con tanta pena y con tanta
congoxa, que yo estuve muy arrepentydo de averie hablado lo que los del
consejo avian pasado comigo; mas no lo pude escusar, porque las primeras ra-
zones pasaron en su presengia y después quiso saber en que aviamos parado.
Byen creo yo que sy \'. al. pagase los c® escudos en dinero, que ni por
eso dexarian de tomar a la Pringesa todo lo que tyene, a lo menos toda la pla-
ta dorada, en espegial las fuentes todas en las piegas que son byen labradas,
porquel Rey esta muy cobdigioso dellas, y si,-no se lo tomaren todo junto, to-
márselo an poco a poco, de manera que jjor acá o por alia syenpre se lo saca-
ran de poder. Escrivo todo lo que yo syento; byen puedo herrar.
Esta la Pringesa tan necesytada y todos los suyos, que creo cpie vna de las
fatigas que tyene es ver a los suyos sufrir tanta necesydad y no podellos so-
correr. Un día desta semana enbio a rogar a vn ginoves que le prestase gien
ducados o se en liengos y en cosas que avia menester para los su-
los diese
yos, y no se los quiso dar sin ([ue le diese prendas, y su alteza por no enpe-
ñar ya mas de lo que ha empeñado y vendido, no quiso dallas. Se que esta tan
afligida de ver que no tyene para remediar los suyos, que no puede ser mas.
.'\nla puesto en que me demandase- a mi dozientos o trezientos ducados; no lo
ha querido hazer, yo oso tocar en vno de los que acá están para pagar lo que
ni
vi)liinla<l (le se lo acordar, y que se partia para Malinas, donde se ¡uiitaiian to-
dos los seiiores de la tiprra del Print;¡po a oyi" vna gran enhajada que liera ve-
nida de Alemania, y los yngleses dizen que aeiuella enbaxada vyene aqui y
dizen que Andrea de Burgo va a Portogal. Estas cartas en que esto me escriven
son de xxviii." de abril y ([uel Rey de los Romanos esta en \^lma teniendo )ye- I
ta, y creen que su exergito es deshecho tanbyen por la dyeta que les dava.
Pesde el dia de Carrastolcndas hasta oy no ha visto el Rey a la Prince-
sa svno vna vez, v a(iuella ci>n daño, y todos los diasdel nuindii se sale a pa-
sear a cavallo, en vna huerta debaxo de las ventanas de la Pr¡n<,-esa, y (piando
enbian a saber como esta, syenpre le responde que no esta para vella. Muchas
opiniones ay en su mal: vnos dizen que esta hético; otros que tyene las Inivas.
í,os de su consejo me
dixeron ayer que tenia demasiada flaqueza y que no co-
mía ninguna carne y que tenia mucha sed y que tenia el estomago tan flaco
que no digistya nada y que tenia demasyada calor y que estaua muy nial en-
conioso y que no queria obedeger a los fisycos.
lie sentido que se trae trato con el Rey de Romanos que le darán dyne-
ros sy haze que los flamencos entreguen al Princ^ipe al rey de Inglaterra para
que lo tenga hasta que sea de hedad de casarse; no lo he entendydo de muy
buen lugar, mas entre algunos principales anda esta platica, y dizen cpic hasta
hablan con tanta soberuia como el dya de antes; y después de pasadas muchas
razones, me dixo: La final conclusión que en esto se os puede dezir es, que dize
el Rey que, por ser señor del mundo, no tomara en cuenta ni parte de pago
los collares ni las gintas de oro, ni los joyeles piedras y perlas que la
ni las
vna protestagion, que en estas cosas no le aveys de hablar, porque sera dalle
mucho enojo. Yo les respondy que no podria esto sufrirse con pagiengia, avn-
que hera torgado de lo sufrir y desperar tanto, quanto el Rey no me quisyese
— 452 ~
v^r; niMs i|uc porc|ue niierian dilalar este iiey;oi;io, y que de
no saliia dil.i- 1 i
al rcv de Inglaterra como creemos cjuc lo ama, por su salud no lo avra esto
por byen; pjr gierlo nosotros creemos que lo avra por b)en. V'o les dixe: Se-
ñálame tienp ), y no sea como estotras vezes. üi.Kcron: ICso no podremos hazer,
(jue esta en las manos de Dios; podra ser (pie de aqui a ocho dias este para
veays, y podra ser que de aqui a dos meses no estara para ello. Yo les
([lie le
mundo no hallareys otra tal como la Prin<;esa, ni que sea hija de tan altos pa-
dres, ni tan exí^elentes. Dixome: .\sy es, y nos congoxes, que todas las cosas se
harán Inen, queriendo el Rey, vuestro señor. En esto conchiymos, \'. al. vea
sobre todo y prouea como viere que es mas su seruigio.
Yo he tentado con el dotor de Puebla todas las maneras que he podido
l.ntar, pensando traelle a buena recordación, y esto no a plazer de la Pringesa,
l^orque su alteza byen lo conoge, v svenpre me dixo cpie con el no haria nada,
mayormente que sy el conogia que yo mostraua tener alguna negesydad del,
que se ensancharla, y asy a sydo; y después que le dy la carta de V. al. y le
gar que aipiello estuviese secreto. Yo le enbie a dezirque no sabia a cjue pro-
posyto; mas que sy el ¡jensaua hazer algund buen fruto, que yo lo haria; y tu-
velo secreto mas de xv. dias, y en estos dias syenpre le echaua quien le dixese
i|ue hiziese algo para que obrase byen, y quanto mas esto le dezian, tanto mas
se ensobervegia, diziendoque todos los que aqui avian venido los avia domado,
tpie asy haria a mi; y yo syenpre hallaua en los del consejo mas aspereza, y to-
das laspalabras quel me dezia pregisamente las liallava en los del consejo y no
otras, por do p iregia que mas hera aquella por su yndustria que no agertar el
por la esperyengia que dize que destos tyene en lo que me avian de dezir.
i'"ynalment°, que yo delibre de lo dezir a los del consejo del rey de Inglaterra
que nn le tuvyesen por enbaxador de \'. al., ni tratasen con el materias ni ne-
gjgios comj enbaxador; y agora anda trab:i¡ando con el Rey que muestre por
esto algund descontentimiento, y comigo por tergeras personas para que yo
negjgie de restituylle en su abtoridad. Yo le lesjiondo cpie haga el alguna obra
por donde meresca esto que se haga, ipu* vo lo trabajare con V. al. .Y esto dize
ipie ni ¡luede mas; mas (jue sy el juntamente comigo hablase en los negogios,
que podria ser que se hiziese algo, porque ay cosas que se an de platicar en for-
m.i ;1 •
derech ). .-\ esto yo le digo que no hay cosa que se aya de |5oner en ta-
l?.s términos de derecho, (pie haga el alguna demostragion de bven, como lo ha
1 ecli I
y que entmces avra lugar lo c|ue quiere. V. al. crea tpiel
al c )ntrario,
Re.' jura (\A? pueda hazer ning.md bven, syno liipro dándole ynlerese.
De l.onrlres a ix. de mavo de dviii." años.
OTRA CAR /A i i i
Después que cscrivi a \'. al. a los ix de mayo con l'alagios, coire<j, rege-
h¡ vna carta del secretario ;\liiia(;an, en (¡ue por ella ipe dezya cjuc todavía
era bicti de hablar al Rey lo ([ue V. al. me mando (¡ue le hablase sobre el ca-
samiento de Reyna; y yo e procurado por todas las vias del mundo de aver
la
c|ue me dixeron. In pryniis el Rey dis que hyzo mucha burla de aquello, y dixo
a sus fauoridas (¡ue están continuamente con el muchas palabras soberuias y
con gran yra, v después los del consejo me dixeron a mi: VA Re\' vido vui-stia
carta, y paréemele cpie todo esto es palabras, y que vuestro Rev quiere traello en
il¡la(,-iones, porque sy el quisyese o oviese gana queste matrimonio se hizyese,
mandarla que se enterrase el cuerpo ilel Rev don Felipe, y no consenlir\'a cosa
tan ynfame como es traer vn cuerpo muerto syenpre consigo; mas esto bien se
conoge como se haze, que quien tiene poder asoluto para todas las cosas que
cjuiere, tenerlo ya para esto; mas tomase por escusa para no venir en estotro. Yo
les satisfyze a que dixeron, y fynalmente, que el Rey haze mucha bur-
todo lo
la de lo que en este caso le dizen, y yo les dixe: No me parege tpiel Rey ¡ii.'íga
bien de lo (piel Rey, mi señor, haze con tan buena volimtad y tan claramente
en este negogio, que avnque otra señal no vuiese sj-no lo ([ue su alteza hyzo
de meter a Juan Astil a la Reyna, no queriendo la Reyna ver a nadie, devria
bastar para conoger quel Rey, mi señor, a gana deste negogio; mas esto no se
puede hazer por la condigion de la Reyna, syno con mucha maña y por mu-
chos rodeos; v nn deve el Rey creer quel Rey, mi señor, tenga en esto cautela
ningima. respondieron: \'erdad es cpie le metió a hablar a la Reyna; mas
.\ esto
bien lo entendemos todo. Yo les dixe: Pues que la claridad del Rey, mi señor,
no es regebida, ni ningima buena razón os satisfaze, no hablemos mas desta ma-
teria; hablemos destotra que de razón no deve tener ynpedimento ninguno. IJi-
xeronme: Menos ay que hablar en estotro: hablen gien mil escudos que aves
de dar, que ya os avenios dicho que syn esto, que trabajays en vano, que nun-
ca el Rey regebiía cosa ninguna de lo que acá dezys que dareys en pago del
zen esto, mas hazenlo con demostragiones tales, que todos ven que lo haze por
dar enojo y disiamara la Pringesa. Su alteza súfrelo todo con buen rostro; mas
no syn gran daño de su salud, porque en estos dias a estado asas mala, syno
que Dios la las pyadades ni benefigios que le hazen no seria
remedia, que por
biva. Pues encomer y en todas las otras cosas no se puede dezyr quan des-
el
tydo, que costo mas que pudieran robar en este año. El Rey de Romanos dizen
cjue anda alderredor de Colonia, y que se cree que trae algún trato de pas con
el rey de IVanijia.
l".l Rey dinglaterra esta muy hrauo y descontento porque no vienen los
enbaxadores de Flandes a confyrmar el casamiento del Priníjipe con su hyja.
De cosa que to(.|ue a este negogio no les e dicho nada, avnque por vias yndi-
Escrivenme que donjuán Manuel es venido por mandado del Rey de Ro-
manos al dutjue de Saboya, y sospecho por algunas cosas cpie oygo que este
comendador de Calatrava que esta aqui, que se llama Enrrique Mexia, que esta
por don Juan Manuel, y este levanta nuevas de mala calidad contra V. al., y
con esto sentretíene aqui: y estotro día vino por aqui vn onbre que dizen que
era arrendador de las rentas de Galizya, y el dicho Comendador tomólo y hyzo
creer a los del consejo del Rey y al enbaxador de Flandes que le tray letras
de Flandes, y quera vna persona pringipal que algunos Grandes enbíaron al
Ivev de Romanos; y como yo supe esto, trabaje por tomar al onbre y el se fue
escondidamente en Flandes. Paregerme ya que este por alguna manera se de-
vria echar de aqui, que, gierto, daña, y mandalle como a religioso que vaya a
resydir a su orden, y creo yo que requiryendo sobrello al rey dinglaterra so
esta color, quel darya lugar a que lo levasen preso a V. al.
45'J
fecha a di es y ocho de junio de f¡oS. Levóla por la mar don Gil de Andrade,
paje de la señora ¡'riu(;esa de Gales.
cámara del Rev, que el Rey a algunos dias ([uc esta bueno, mas por no darme
a mi audiencia dize que no lo esta; y este dia supe en la corte c[ue vn Pedro
de Larrea, c[ue byue en Portogalete, el qual lieva cartas mias para V. al., vino
a Flandes, y rey dinglaterra y truxole cartas; no
de Flandes es venido aquí al
me dixeron de quien, syno que vn secretaryo del rey dinglaterra pregimto por
ela vn español, y dixole cjue le buscase y le dixese que viniese a el y que le
darva la respuesta de las cartas que avia traydo al Rey; y este a cjuien dixo
tóle por otros Grandes; y como aquel criado de la Pringesa le paregiese esto
cosa nueva, vynomelo luego a dezyr, que con mucha ystangia le avia rogado
que le dicho Pedro de Larrea, y hyzole escrevir los nonbres de
buscase al
desjíachado, y avn diole el Rey ligengia para meter gierto vyno en Inglaterra,
(|ue no le puede meter syno yngles. Mande que se tome este Pedro de
\'. al.
Larrea, quel me dixo quel levarya las cartas cpie yo le dy para Y. al., avnque
yo las enderegava a Martin Sanches de (Jamudio, y deste se sabrá las cartas
cjue de a(|ui lleva y para (juien las lyeva.
La Pringesa enbia este paje suyo que esta lleva, porque acá su alteza no le
\'o o nioiiido atibunas partidas a estos del consejo del rey dinglatcrra, y el
primero fue dc/illos tpio se pesase la plata y se apregiasen las ¡ovas, y que sy
algo faltase del apre(;io que se hyzyese para conplir los gien mil escudos, <|ue
yo lo conplyrya en dinero contado; y desto hurlaron mucho di/iendo tollas las
razones que ya tengo escritas, pjr las quales dyzen questo que acá esta es todo
suyo. Y después les movy otro partido, que se pesase la plata, la c[ual creya
que valga mas de dies mil ducados, y sobre aquello que yo les darya setenta
mil coronas y que tomasen las joyas v oro en lo (pie restava, como ([uiera (|ue
en esto V. al. perdia mas de dies mil coronas, fanpoco lo quisveron aceptar.
A la fyn: yo les movy este partido, que de la plata se sacasen cruzes v caliges
que tenia la Pringesa, quel Rey lo tomase en quinze mil coronas que laltauan,
avnque valia todo mas de xxvg) ducados, con tai condigion que ninguna cosa
de oro ni de piedras ni de perlas no fuese quitado a la Pringesa, syno que
todo ello quedase en su poder. A esto estuvieron mas de dies dias que no me
respondieron, y en este tienpo el Rey estuvo bueno, y el [primer dia que salió
publico enbio por el enbaxador de P'landes y hablo con el; otro dia enbio por
el enbaxador de Frangía y hablo con el, y despidióse para se partir, y en este
tienpo iue a la Pringesa vna dama de las tres fauoridas del Rey, }• dixole:— Se-
ñora, porque no procura el enbaxador del Rey, vuestro padre, de hablar al
Rey. Y aquella vyno echadiza porque yo procurase la habla, y la Pringesa di-
xomelo, y yo dixe a su alteza que me paregia que por agora no avia para t|ue
yo procurase de hablar al Rey, y quanto mas que los del consejo me avian
dicho muchas vezes que yo serya el primero quel Rey hablarla después que
estuviese para negogiar, y que avian llamado a los enbaxadores de F"landes y
Frangya; que me paregia que yo devia esperar a (¡ue me llamasen, pues espe-
rava la respuesta del partido postrero que les avia acometido. A su alteza le
paregio bien, y asy estuvymos, ellos esperando que yo demandase el audiengia,
(i) Autógrafa del einliajador, como las que si^rut-u hasta nueva advertencia.
- 45S ~
que ynpedimiento que dize que ay de no ser enterrado el cuerpo del rey
este
don Felipe quel le quitarya, ]jues es tan sabio y tan prudente y puede hazer de
su h\-¡a V de sus reynos ttxlo lo que quisyere; mas como el esta en voUmlad
de tenerse aquellos reynos y gouernallos, toma esto por achaque y dize que la
Reyna no consvente enterrar el cuerpo de su marido, y que hasta que sea en-
syendo esta vna cosa tan
terrado, ella no cpiiere ovr jilatica de casamiento, y
vergonzosa y tan ynfame v tan contra nuestra fe, mucho me maravillo querer
en esto el Rey, mi hermano, hazello con voluntad de la Reyna, su hija, pues
haze otras cosas contra su voluntad; mas el prensa pasar tienpo comigo hasta
que estotro casamiento de su hyja se haga y despups dirá: la Reyna, mi hija,
—
no se quiere casar, y asy hará escarnio de mi. Yo le dixe: Señor, no cpicrria
yo que V. al. tuvyese tal opinión del Rey, mi señor, que tan verdaderamente
os ama, ^• es verdad que su alteza desea tanto hazer este matrimonio quanto
V. al. qucrrya averie hecho; mas la Reyna no esta en disposygion para hazelle
llas,yo soy libre y mi hyjo esta libre. Vo le dixe:- Señor, los matrimonios no
tienen condigiones, porque acjuellos no se hazen syno por concordia de las
voluntades, y no por las capitulaciones que se hazen sobre el pagar las pecu-
Pringipe y de la Pringesa y la vuestra fueron
nias,y pues las voluntades del
conformes para hazer este matrimonio, no lo puede nadie separar, sy Dios no,
con buena congiengia; y en lo de la capitulagion sobre esto hecha no a ávido
—
quebrantamiento ninguno. Dixo: Sy a, que dos años a que avia de ser cun-
¡jlido. Dixele: —
Señor, verdad es, mas por legylymas causas, como vuestra .se-
renidad sabe, el Rev, mi señor, os demando prorrogagion del tienpo por dos
- 459 —
vivi'.s \- \'. al. la L'iirn;c'iiii>, i|tu'(lan(li) la (.-.ipiliilagion rn su I.iim\-.i y v_\'gor; y el
Key, mi señor, tiene ea|)itidado con V. al.; sy \'. al. no lo a i|iierido regehir,
el Rev, mi señor, no tiene culpa. 1 )¡xo; — l^uena hurla es esa, que ipiiera el Rey,
vuestro señor, pagarme con lo cpies mió, y no me ipiieren agradecer (|ue s\'en-
qual cahega esto sea vuestro, .syentlo biua la l'riin;esa y no muerto su marydo.
I^ixo: — Las leyes de mis reynos son estas, (]ue todo lo cpie la muger trae a po-
der del maritlo es suyo y se lo puede lomar. )ixele: 1 — Ksto es contra las leyes
de todos los reynos del mundo; mas yo no vengo a contender con vuestra
magestad, syno a le pagar; suplycole y requierole que tome el pagamiento
conforme a lo caiiitidado. Dixo: — Vo no toniarf- la menor cosa tle todo ello en
pregio del dote, (|ue yo no estimo gien mil ducad(5s en tanto como vos esty-
mays esa jiaja tpie tenes debaxo de los pies; mas no (|uiera Dios que vuestr(.)
l\e\', ni todos los que lo oyeren, me tengan por negio tpie case mi lix'jo con
muger syn yo aya de hazer cosa tan vergongosa c[ue las joyas y
dote, y c|ue
cosas que Pringesa truxo para atavio de su persona y para seruigio de su
la
estado lo a)-a yo de tomar a cuenta del dote, y que la aya de despojar dello es
cosa tan vergongíísa, que vo e verguenga que me hables de tal cosa, y mayor
la avria s\- algimo supyese (_[ue me la aviades a mi hablado. Xo lo e por la
lla niengion que era de hazer de agüelo y de madre del Prini^ipe, mayormente
que en conparagion de lo quel Pringipe a de eredar dellos, lo que tiene no es
mucho, V que como a agüelo y a madre a quien pertene(,'ia dar consentimiento
para casar su nieto y hyjo se lo hyzyeran saber; y avnque no fuera syn razón
que se hyzyera con acuerdo y consentimiento de los reynos de Castilla y Ara-
gón y de los otros reynos quel Pringipe espera eredar; mas no enbargante
esto, por el mucho amor (jue tiene a V. al. y porque desea el aumentagion de
vuestra casa, y porque a vuestros hyjos los reputa por suj'os propyos, cpies
muy contento deste casamiento, y que sy a su alteza le uuieran demandado
consejo con quien casaryan al pringipe de Castilla, su nieto, que esto les con-
sejara que hyzyeran por muchas razones; asy que su alteza dize que es muy
contento deste casamiento, y que desde agora tiene a madama Marya por Prin-
gosa de Castilla, &. Dixome: —
Yo regragio al Rey, mi ermano, su buena volun-
tad y lo que menbia a dezyr, porque deste casamiento no se puede seguyr
syno mucho bien a todas las partes; mas como os dixe primero, yo no soy
disymulador. Yo tengo cartas de Flandes quel Rey, vuestro señor, a yncrepado
mucho porque an hecho este casamiento, y por
a los del conseje) del Pringipe
su yncrepagion se an detenido de venir los enbaxadores. Yo le dixe: \ o no —
se lo quel Rej', mi señor, a hecho; mas sy su alteza a escrito algo deso que
V. al. me dize, serya reprehendiéndolos porque lo avyan hecho sjm su manda-
miento; mas no porque no tuviese por bueno el casamiento. Ara sa (l), sea por
lo que querrá, sy el es contento deste casamiento, ame de dar sus cartas paten-
mos en este negogio. Concluyamos y yo daré aqui todo lo que sea ne-
estotro,
cesaryo en estotro negogio que yo tengo poder para lo hazer; dixo: Bien, vea- —
mos el poder, y allende de aquello que vos podres hazer, quiero aver estotro,
y yo hablare a los de mi consejo y ellos os hablaran mas abiertamente en estas
materias y os dirán lo que se a de hazer; y después de aquello vos escrivires.
Dixome: Knbaxador, |ior vuestra fe ([ue vos me digays sy la reyna esta <|ual
su marydo dezya, o como muchos dizen questa, porque yo sy ella esta como
(,i) PoiOffa.
—
- 4^1 —
nuichits (iiiiercn ilo/yr (lucsta, pur tres reynos tales como k)a siiyiis yo no me
c;isare con ella; mas otms alirman (|Liel i\ev, vuestro señor, la (|niere tener asy,
y a diga que ella esta asy, poi' tomárselo todo. \'o le dixe:
|>la/er (¡iie se Se- —
ñor, deiuandaysme cosa a que yo nos (|uerrya respondei", mas parc<;cme que
los onl)res c|ue somos ya entrados en edad, que mas devenios buscar vyda
quieta cjue no vyda con trabajos para acortar la vida; y a lo menos sy li>s tra-
Keyna, v mu\' bien escucha y responde; \' (piando yo la vy, mu\' bien me pare-
(;iii, y con buena manera y contenengia hablava, y no perdiemlo |)unto de su
Ke)-, vuestro señor, se lo quiere todo; mas sy la Reyna no esta para governar
tutor a de ser el pariente mas proiiinco. Dixo: No a de ser asy, syno que sy —
el pidiere el reyno, tjue se le an de dar de justigia, y que se a de governar por
los de su consejo. Dixele: Xo son esas las leyes de Castylla, syno que mientra
el Principe es minor, a destar en poder de tutor, y el tutor a de governar el
reyno, y porna en el consejo los que quisyere y sacara los que quisyere. Dixo:
—Aqui ay quien sabe las leyes de vuestro reyno y dize al contraryo de lo que
vos dezys. Dixele, ese sabe pocas leyes buenas, y asy como
dicho y hecho a
otras leyes malas, cjuerra hazer esta. Dixo: — Kntendes vos ]3or quien lo digo?
Dixele: —Respondo a las palabras. Dixome: — Piste matrimonio serya muy bue-
no para sosegar estas cosas, pori[ue el Rey de los Romanos syenjjre cpierra que
se de el reyno a su nieto, y s}'enpre terna tratos con los (¡randes despaña, y
syendo yo hyjo del rey, mi ermano, el serya señor de todo y podria mandar
el mundo; y no tengo yo de ser como el rey don F"elipe, que era vn jouen y
cjueda de hazerse por falta de su alteza; que dize del Rey de Romanos,
mas a lo
muy poco sueño perderán en y Grandes cjue quisyeren ha-
Castilla por el, los
zer alteragiones en el reyno, serán punidos, y no hay quien las haga. Dixo:
Anda, no cures, que sy ay, y ay quien me a acometido a mi algo, y quien me
ha hecho alguna abertura sobrestés casamientos. Digo: No se lo que an acome-
tido a \'. al.: mas se os de/vr cpie de los Grandes cpie algo ¡rueden, ([ue no ay
ninguno i[ue no sea seruitlnr del rev, mi señor, v que no ame su palrya. 1 Hxo:
— Anda, que todo sabemos, y para asosegar estas cosas bueno serva (juel
lo
rey me tuviese por liyjo. Y otras muchas platicas pasamos, que turo mas de
tres oras la habla, y al tienp.) (pie me ilespedia, dixome: Los de mi consejo ha-
bl.iraii con vos \' os abrirán mas mi voluntad.
El mierci)les que se contaron xxvm." de junio, yo fuy a hablar a los del
consejo del Rey dinglaterra y dixeronme: El Rey hablo con nosotros y nos
dixo todo que con vos avia platicado y
lo lo que le dexiste, y a ávido mucho
plazer de saber la buena voluntad y amor (piel Rey, nuestro señor, le tiene, y
dize que avnque el esta lybre por muchas razones de la capituIa(,-ion que te-
nia hecha agerca deste casamiento, (piel no quiere syno acrecentar el amor y
amistad (pie entre el \' el Ri^y, vuestro señor, a estado \' estara, n(5 dándole el
Rey, vuestro señor, causa para lo contrario; y (pie el a por byen quel casa-
miento de la Pringesa se haga dándole los gien mil escudos como es razón que
se los den, y confyrmando y apr(juando el matrimonio hecho entrel Principe
de Castilla y madama Marya; y j) )r([ue el Rey, nuestro señ(jr, os demando sy
teniades poder, y vos le Yo Ilevava el poder
dexiste que sy, querriamosle ver.
comigo y mostreselo. Leyéronle y dixeron: ICste poder no habla nada deste ma-
trimonio. ^ o les dixe que como avia de hablar el ¡loder de cosa epie V. al. no
avia sabido; mas ([ue me ]xu-e(;ia que el poder era bastante, pues esto era para
confyrmagion y aumenta(;ion del amistad de entramos Reyes. Dixeronme: Bien
sea que por este poder se podria hazer algo; mas daros amos por capítulos lo
cpiel Rey quiere acerca deste caso, y vos los otorgares o los enbiares al Rey,
vuestro señor, para que los otorge. Yo les dixe que me diesen lo (jue c[uisye-
sen, que sy fuese de otorgar a mi, \'0 \o otorgarya, y s\- alguna cosa oviese
rpie yo no K) pudiese otorgar syn consultallo, cpie yo la enbiarya a \'. al., v cpic
cnliiallc ii ilezyr tosa del imuulo; y parcgcme i.|iic svc-jijüi' van cri-i,-¡eiulu las
bre,y no se habla en otra cosa syno que V. al. no cunple con el.
Los enbaxadores del Rey de Romanos y de blandos vernan a los xxv dias
de julio aLondres. Va esta hecho el aposentamiento, y aderegan todas las co-
sas para el desposoryo. Andrea de Burgo es venido a Dolía; avn no es entrado
en la corte: dizen c|uentrara oy que son tres dias de julyo. El Rey de Romanos
dizen que viene a Flandes, y de ay a Cales a verse con este Rey. .\y fama de
guerra con Frangía; mas porque sera gastar, no se cree.
Juan Astil escrive muchas cosas, y syenpre pone sospechas de dilerengias
en esos reynos. Kste Rey se alegra de qualquier nueva desta calida, y sospecho
([ue trae algunas ynteligengias en Castilla. No se gierto con quien, syno que ha-
zen continua ynquisigion por los Grandes y quien es cada vno y que afectyon
tiene, y a escrito t[ue \'. al. a quitado el ynfante a la Reyna, de lo cpial la Rey-
na y los Grandes están mal contentos.
Después de todo esto escrito, el Rey menbio estas tres escrituras que aqui
enbio para que \'. al. y la Re\'na las confyrmen y aprueven y selle y firmen, y
que hecho esto, y venidas las escrituras y el pagamiento, como tengo escrito,
c]ue luego se hará el casamiento.
Agora quiero dezyr en letra clara a \'^.
al., la manera (¡ue e tenido con el
al dotor comigo para que el les dixesc como la plata y joj^as que avia traydo
la Pringesa avia venido para pagar la parte del dote que en aquello se avia de
pagar; y el fue de bvena voluntad comigo, y yo movy la habla y respondié-
ronme: Nunca supymos, ni el Rey supo que estas cosas vinieron para darse á
cuenta del dote, ni sobrello se ha hecho auto ninguno por ninguno de los en-
baxadores ([ue aquí son venidos, ni por el dotor de Puebla que aquí esta, l'.l
vosotros todos lo sabes. Ellos dixeron y juraron que nunca lo avian sabido hasta
(jue yo se lo dixe; y dende a rato recogose el dotor y dixo: Dizen estos verdad,
([ue no esta aqui ninguno de los (|ue lo supieron, que todos son muertos. \ o se lo
dixe a ellos como el dotor me lo dizya. liUos dixeron: Biuos somos los cjue ave-
nios entendido en estos negogios y aqui estamos; mas nunca tal supimos ni nos
fue dicho. Después desto yo tuve muchas platicas con el dotor, y en todas ellas
syenpre me amonestava que la dilagion serya ]5rouechosa al negogio, y que en
ninguna manera no devia hablar en el negogio por toda la cuaresma, y avn sy mas
tienjio lo dilatase, serya mejor. Yo le contradizya esto, que no sabia a (pie apro-
uechava la dilagion svno a que Rey dinglaterra ganase tienpo sy traya otras
el
causa, (^tro dia hablando la Pringesa con su confesor, diz que le dixo: El dotor
me a pregimtado sy es venido el correo, y yo dixele que no. Dixome: Vo seguro
que mas tarde de lo que pyensan, porque yo escrevy al Rey como acá no se
guiavan bien los negogios, y yo espero quel correo trayra otro recabdo del que
se piensa, y que se harán los negogios por otra mano y dotra manera que se
hazen; v sy estotro da ginco, yo lo acabare con dos. La Pringesa me lo enbio a
dezyr y con congoxa, diziendo que quando este no avia podido salir con su
intinzion, que procura de ynpedir el negogio con sus ofregimientos, como
otras veges avia hecho, y que esto esta hecho de yndustrya porque yo les apre-
tava, y que para dar dilagion en el negogio, el dotor avia hecho esto. Todo esto
escrivo a V. al. para este fin que diré. Quando yo acepte de venir a Inglaterra
no me movy por ganar mas onrra ni por provecho ni por otra causa, sino por
seruir a V. al. y por acabar de dar conclusyon a este negogio; pues que mi
trabajo se tomava por la mas egelente Pringesa que yo conosco; y syendo esta
mi yntingion, yo no deseo otra cosa syno questo se haga y se acabe, avnque
¡jonga yo algo de mi casa como lo pongo, y sea por qualquier mano que fuere.
A V. al. suplico que en ninguna cosa quel dotor aya escrito tenga reguardo a
mi onrra syno aquello que fuere mas su seruigio y al camino
ni a otra cosa,
por donde mejor y mas ayna se acabara este negogio; y sy no se puede hazer
syn quel dotor lo haga, y que yo vaya el dia que se acabare en jubón delante
del dotor y por su mogo.despuelas, aquello me mande V. al., que yo lo haré,
porque en este negogio yo no tengo otro fyn syno de acaballo; y en todos los
negogios que por vuestra magestad e tenido, este a sj'do mi fyn de hazer lo
que cunpliese a vuestro seruigio y no mirar sy se hazya con onrra o con men-
gua mia, pues que no es buen seruidor el que antepone su locura al seruigio de
al., que sy el dotor se ofrege a hazer mr.s
su seiior. Esto suplico vmilmente a V.
de lo que yo puedo hazer, que no solamente le cometa el negogio, mas que me
tomar vn poco de trabajo y de sufryr vna gryta que como sombra se pasa.
De Londres a v. de jullio de dviii." años.
— 466
OTRA CARTA
para su alter:a hecha en Londres a xi. días de jnllio. Fice por ¡a v/a de in/fLT
Después que escrevi a \ al. a los c;¡nco de julyo con mensagero j^ropvo,
.
como suegro y con poder del Rey de Romanos, como tutor del i^rin<^ipe, aya
dir a governar a Castilla, y que de al Rey de los Romanos de las rentas de
Castilla vna pieria parte, y agora luego en contado vna gran suma de dinero
para que el Rey de Romanos quede por governador de las tierras del Pringipe,
tan amigos, que otro dia quiso tanbien hablaile, y después que le uuo hablado,
dixole que viese al Pringipe y que fuese a Granuche a ver a madama Marya,
y sy querya ver a la Pringesa de Gales, que la podria ver. El obispo vino el lu-
nes que fueron x. de ¡uiyo a (¡ranuche, y yo era ydo ally a ver a la Pringesa, y
el Obispo se fue al aposentamiento de madama Marya syn enbiar a dezyr nada
a la Pringesa, y estuvo alia muy gran rato, y hyzyeronle todas las fiestas ([ue
suelen hazer aqiii a los que vienen a ver los hyjos del rey, que la hyzyeron
rya bien regebido en Mandes sy le viesen muy familiar con el enbaxador del
rey de Aragón.' Y aquel dia que vido a la l'ringesa, yo le dixe: Señor Obispo, —
yes verya, syno que me parege que no mostrays gana dello. Díxo: Estamos en
tierra sospechosa, y yo avria plazer de os comunicar; mas no se lo que es me-
jor. Yo (|u¡se tentar sy le podría hazer acpií detener hasta c|ue Y al. lo supye- .
— 467 —
se, y no los veo de tal pensamiento, antes avrian plaücr c|ue viniesen otros
Grandes como este a venido.
Donjuán Manuel dizen c|ue viene a([ui {la<|ui a seys dias; atynnaiilo niu-
clio; no se sy es (;ierto. i, os enhaxadores do l-'iandes dis que vernan lodavya a
ios XXV. de este mes. Didiome an que tlespues i|i!c Andrea de líurgo es veni-
do, lian iiablado en la cámara del Rey de nuevo casamiento para el Principe
ilinglaterra. Lo vno ni lo otro no tengo de parte que pueda dezyrlo por verdad,
ni tanbyen los que lo an dicho no son de los que menos cabida tyenen en la
OJRA CARTA
del embajador para su alteza (Londres 2^ de 'Julio de i^oS).
torva, y esta luego tan brauo, tpie sale de madre; quexase a todos quantos le
hablan en el casamiento de la Pryngesn, que \'. al. a dos años que le trae en
palabras y que no cunple con el, y dize que por esto esta suelto el y su hyjo. Ny
en el ny en los de su consejo no tomo tino; vn dia hablan en el negogio de ma-
nera que no se puede poner duda en la conclusyon, otro dia hablan tan al con-
traryo como sy nunca oviese ávido comengamiento el negogio. Paregeme que
serya muy negesaryo saber la voluntad de V. al. acerca deste pagamiento del
dote, sy es de hazello como ellos lo pyden, o sy quiere Y . al. que en todas ma-
neras se guarde lo capitulado, porque sabydo esto, en esta coyuntura destos
desposoryos llegarlos ya al cabo, para ver sy esta dilagion esta solamente por la
paga o por mas; avnque según el dotor de Puebla dize, congedido vno, deman-
daran otro, y nunca les faltara causa para dílatallo; y crea V. al. que no se di-
— 4^^ -
bio susdamas las fauoridas para (|ue viesen en que dispusygion estava la Prin-
cesa,y que ellas saliesen con ella para ver sy era verdad que podia andar y
questava buena; y venidas, la Pringesa las levo consigo y anduvo con ellas mas
de quatro tiros de vallesta a pye. P21 Rey
vino luego otro dia, y por su venida a
gesado aquel exergigio; mas yo trabajare que aquello no gese, porque es darle
la vida; y del todo punto la Pringesa estarya sana, s\^ la diesen algunos plaze-
res y cesasen de dalle tantos enojos como le dan, mayormente ]:)oniendola
cada dia en sospechas que quieren casar al Pringipe en otra parte, y esto le
dizen tan de continuo, que avnque este sana, la enfermaran.
PLl cardenal de Santa Cruz mescrivio desde alalinas, y entre otras cosas
mientras estuvo en Castilla, y avn que no avia hecho tanto quanto le avia sydo
mandado, lo qual le a sydo después reprehendido, y que de la reprehensión el
se a librado, y que nunca dexara de tener afection al seruigio de V. al., porque
cree que V. al. tyene buena y santa yntengion, y quel a de hazer tanto que
Dcccc langas. Plls aquel el paso de los frangeses para pasar a Geldres por el
Obyspado de Leja, y juntanse alli con el duque de Lorrena. PZn Flandes dis que
an mandado juntar toda la gente para furnir a Loveyn, que esta gerca del paso
de y para furnir las villas questan a la frontera de Frangya.
los frangeses,
parte a la ora cjuesta se gierra, no j)uedo escrevir.al luengo las razones que pa-
— 4'>f) —
saron, porque no c visto a la I'rirn,-csa; mas so «[ik- iiiiedo tal de la habla, (|iic
mudiü.)
OTRA CANIA
para su alteza, hecha en Londres a xxvi. de jullio de f;oS. Fue en la misma
nao que de ve(;ino de Bilbao enderezada a Martin Sanches de
Qimudio, y fueron juntos.
al Rey, que desdel dia de San Juan no le
()y dia de Santiago fuy a visytar
avia visto, y re<;ibiomey hablóme con mas gragia que no avia hablado a la
Princesa. Xo se sv lo hyzo que en algunas hablas que yo e ávido con los de
su consejo me an syenpre amonestado que con el Rey dinglaterra conviene
hablalle muy dulgemente y no respondelle a nada de lo que dixere, avnque
sea algo agro; y mi respuesta a sydo que yo se como se debe hablar con los
Reyes; mas que el Rey tenga tal modo en sus palabras que no sea verguenga
al enbaxador dexalle de responder, porquesto no harya yo por perder la
cabe(;a; asy que hablóme muy blandamente y con mucho amor; avncjue al-
gunas palabras pasaron que sy en dezyllas no fueran mescladas con buen sen-
blante, no pudieran pasar syn respuesta tal qual el son dellas mere(;ia; pero
respondióse a ellas con el mismo senblante con quel las dixo, no dexando de-
zyr lo que convenia. Fynalmente, que me pregunto si tenia nuevas de \'. al.
Dixele que no, que cada dia esperava mensagero. Dixo: Mucho a que nos a ve-
nido correo despaña: que quiere dezyr esto? Yo le dixe: Xo es syno por bien —
la tardanza; no puede tardar. Dixome:— Pues yos quiero dezyr nuevas despaña,
y muy frescas. El rey daragon y la reyna, su muger, están en Burgos, y muy
buenos, y hazen muchas fiestas y muchas y gran cosa es en tal tienpo
justas,
tener espagio para entender en tantos plazeres: señal es de tener pocos nego-
qíos. Yo le dixe: —Señor, lo vno no ynpyde a lo otro, quel Rey, mi señor, tiene
tan congertada la vida y su consejo, que por los plazeres y fyestas no se yn-
pyden los negogios; quanto mas que las grandes cortes, como es la del Rey,
mi señor, y donde ay tantos Grandes y tantos cavalleros mangebos, no pue-
den estar syn semejantes exergigios, y la Reyna gozara destas fyestas y sus
damas, y el Rey, mi señor, no gastara su tienpo syn algún prouecho del reyno,
como quiera que tanbien tomara su parte de aquellas fyestas, porque lo supo
muy bien hazer, y avn agora lo harya sy fuese menester. Maravillóse de de-
— 470 —
zyrie que V. al. estaba en dispusygion para poder justar. De aquí dixo: -N la —
reyna de Castilla syenpre sesta donde solya y como solia; avn(|ue los mas
dizen que su mal es fingydo, y otros dizen que no, yo mas me allego a la opi-
nión de los primeros, y ya yo e llegado al cabo la voluntad del Rey, vuestro
señor, y estoy despedido de la nego(,-ia(;ion del casamiento, y pésame por lo
que en el se a hablado, y la l'ringcsa me puso en esto. Vo bien sabia c|ue no
avia de aver buen fyn esta negogiagion; mas yo estoy delibrado de me casar,
buen amigo de mis amigos, y fuera bueno darme su hyja y tomarme por yerno,
porque en el tienpo de adelante el terna mas negesydad que no piensa agora.
—
Yo le respondí: Señor, no se yo lo que después que yo soy venido a vuestra
corte a sugedydo en este caso deste casamiento; mas se que la voluntad del
Rey, mi señor, era buena para en este caso, y se que a hecho todo lo que a
sydo en el para lo traer a conclusyon; mas en caso de casamientos no es ma-
ravilla que aya varyagiones; mayormente teniendo libertad que a de con- la
que escrivays al Rey, mi ermano, la voluntad que en esto tengo, cpies de po-
ner estos Pringipes en pas, porque mas espeditamente podamos tomar las ar-
mas contra los ynfieles. Yo le loe su santo proposyto, y le suplique que avn-
que vna ves y dos no fuese por alguno destos Pryngipes bien respondido, que
por aquello no dexase de llevar su buen proposyto adelante, porque en esto
no solamente hazya seruigio a Dios, mas librava las tierras del Pringipe don
Carlos de mucho trabajo, porquel Rey de los Romanos tray gente darmas y
no dinero, y todas las costas avian de caer sobre las tierras del Pringipe, y
puesto quel rey de Frangía no se pusyese a defender al duque de (ieldres, re-
cebiria el Pringipe tanto daño, que avnque ganasen a Geldres, su tierra queda-
ría perdida;y y no negesarya; y sy el Rey de Roma-
esta guerra es voluntarya
nos quisyese creer buen consejo, no tomarya nueva guerra viniendo con poca
vitorya de la pasada; y sy por caso en esta no le sugediese bien, lo qual es
de creer teniendo tan duro adversarvo como es el rev de Frangía, el perde-
rya del todo la reputagion, o dexarya a su nieto en gran trabajo. Por eso \'^.
al.
cargue la mano sobrel Rey de Romanos que no comienge la guerra, que íacyl
cosa sera de acabar con el rey de Frangía que no enbie gente en ayuda de
Cieldres; y en esto liara \^. al. mayor benefycio al Pringipe y a su tierra que le
OTRA CARTA
para su alteza, fecha en Londres a \\\\° de agosto de §oS. Fue por ¡a via de
Flandes enderezada a Pedro Loptz de Calataynd para que la enbiase.
sucedvdo otra cosa que descrevir sea, syno que todos los dias que se tardan
se los harían (l); y entre las otras cosas que le dizen y le hazen an hecho vna
de mucha descortesya. El Rey dinglaterra se fue a la caga que en estos tienpos
suele hazer, y enbiome a dezyr que fuese con el a ella; y yo tengo vna llaga en
el espynilla que se me hyzo en este camino, y no puedo traer caiga. Enbiele a
dezyr que su alteza me perdonase, que yo no podia cavalgar para andar a caga
por vna llaga que tenia en la pierna. Dixome la Pringesa que se enojo tanto de-
11o, como sy reyno, y quando se partió dexo
le vendiera el mandado a los guar-
das del palagio que sy yo fuese a ver a la Pringesa, que no
dexasen entrar, y me
que dixesen que porque morían en Londres avia mandado el Rey que no en-
trase en el avnque la Prín-
palagio ninguna persona que de Londres viniese; y
ges;i enbio a dezyr a los porteros (]uemandamiento no se estenderia para
a(|uel
del Rey lo que avya pasado, y que bien creya queste mandamiento no hera he-
cho por el enbaxador de V. al., avnque los porteros lo avian tomado syn egep-
gion ninguna; que les rogava les enbiase a dezyr que sy yo fuese ally, que no me
([uel avia hahhulo al Rey, y i[uel Rey dizya averio el mandado, y que] manda-
miento avya sydo general, y que no lo devia yo aver por mal, que bien creye
que esta era la costunbre de Castilla, ([ue mientras el Rey no estuviese en vn lu-
gar, ([ue los enbaxadores no avyan dir a ver a sus hyjas, y que esta costunbre
era la de sus reynos, y que no la cjuerya quebrantar; que supx'ese quel manda-
miento era tan bien por mi Asy que agora, hasta quel venga,
como por los otros.
la visUi de la l'rin(,-esa Todo esto se haze porque cree que la
esta entredicha.
dila<;ion de la venida destos enbaxadores es V. al. la causa, y esta tan despe-
tanto de oyr las semejantes nuevas, que no se puede abstener de no dezyr mil
cosas a la Pringesa sobre cada cosita que le dizen, dizyendole claramente que
las cosas de V
yran syenpre mal, y que V.
. al. ai. conogera que le fuera el
buen amigo quando no tenga tienpo de ganallo.
De Londres a iiii.° de agosto de uvui." años.
Xos Joana, dei gracia Regina ("astelle: legionis: Granate: toleti: Gallecie:
Hispalis; Cordube: Murcie: Giennis: Algarbii; Algesire: Gibraltaris et insula-
rum Cañarle ac insularuní indiarum et terre firme maris occeani, princeps Ara-
gonuní utriusque Sicilie Hierusalen &: Archiducissa Austrie, Ducissa Burgun-
die, brabancie: comitissa Flandrie ac Tirolis: domina Vizcaye et Moline. Ouia
iuxta tenorem capitulorum sternis diebus firmatorum et iuratorum Ínter sere-
nissimos et potentissimos dóminos Regem Ferdinandum feliciter regnantem et
— 474 —
nostram charissimam: inter alia per eosdem serenissimos genitores nostros
colendissimos dictis capitulis promissa: fuit conueiitum et in pactiim ileduc-
tum quod in partem solucionis dotis vestre per eosdem serenissimos genito-
res nostros soiuende darent et sokierent eisdem serenissimo Rege Anglie
consanguineo et illustrissinio principi WaÜe eius filio fratri nostri in ¡o-
calibus viginti milia sciitos auro et argento quindecini niilia... íl) ducati
que nos referimus lacius continetur: Verum
auri proiit in dictis capitulis ad
cum Reges genitores nostri colendissimi vos eandem illus-
prefati serenissinii
trissimam principem Walie germanam nostram charissimam ad dictun^ reg-
num anglie proficiscendam miserunt ut tantos decebat Reges iocalia: aurum
et argentum tot et tanta sponte sua vobis eidem illustrissime germane uostre
justis et rationalibus causis ampliore amore vos prosequendo, uti par est, fuit
ac donationis puré simplicis et irrevocabilis que dicitur inter vivos habere de-
cernentes de nostra certa scientia deliberare et consulto donamus donationc
pura simplici et irrevocabili que dicitur inter vivos et sponte nostra elargimur
nobis eidem illustrissime Catherine principi Walie germane nostre tanquan
benemerite dicta jocalia aurum et argentum quarum actualiter realiteret cor-
poraliter posessionem habetis, et quam donationem ad omnímodas voluntates
vestri vestrorumque facimus et sicut melius plenius et utilius ad vestri et ves-
trorum conmiodum et intellectum potest intelligi siue dici sitque virtute hujus-
modi donationis predicta jocalia et argentum iliusque dominum vos dic-
aurum
ta illustrissima germana nostra charissima penes vos licite retiñere et de illis
per nos aut heredes et successores nostros impeti aut molestari valeatis: quin
pocius nobis et heredibus et successoribus nostris super predictis silencium
sempiternum imponimus. \'olentes de nostre Regie potestatis plenitudine in
leti die vi[ mensis Augusti anno a nativitate domini millesimo quingentésimo
octavo. y - Yn el Rey. — Ego Michaol IVrez dalmagan Secretarius serenissi-
— 475 —
me et potentissime Regine (loniine nostre eaní scrilii feci mandato Maiestatis
doinini Regís patris sui. — (Rúbrica).
(En las espaliias. —-Kegistrata. — (Juagóla. — Ziiagola chanccllarius. — (Sello
de placa estropeado).
OTRA CARTA
(acaso de Alinazdn) ¡>ara el embajador
El Rey, nuestro señor, embio estos dias passados desde Burgos a Cordoua
al alcalde Herrera por pesquisidor para que ficiesse alli pesquisa de cierta de-
sobediencia que se habia fecho a y castigase a los culpados. En lle-
la justicia
yo. Su alteza, viendo tan grande atrevimiento, y que no podia ser fec^ho por el
dicho Marques sino con fin de turbar la paz del reino, ha acordado de yr, co-
mo ua, en persona a Cordoua a castigar al dicho Marc|ues de manera c[ue que-
de exemplo para que otros no se atreuan a fazer semejante desvario, v a de-
xado en Arcos a la Reina y Princesa, nuestra señora, y lleua consigo al señor
Infante, porque como le tenia alli encerrado sin dexarle salir de una cámara,
no se y estaua en mucho peligro su salud y vida. Lo que el dicho
sintia bien
Marques ha fecho después que supo como su alteza tomaua su caso, ha sido
soltar al dicho alcalde y alguaziles, y embiar a dezir a su alteza que el se quie-
re venir a poner en manos de su magestad para que faga del lo que fuere ser-
vido. Si lo fiziere asi, no se procederá contra el con todo el rigor que las leyes
del reino quieren en este caso, y sera menor la pena. Y si de otra manera lo
fiziese, sera muy bien castigado, mediante nuestro Señor, y en hauiendo pro-
veído su alteza lo del Andaluzia, se volverá agua.
Lo que se escribió alia del Infante no era verdad al tienpo que lo escriuie-
Para vuestro salario tomad, señor, a cambio, que aqua se conplira su falta.
— 4/6 —
Cjiíardc nuestro Señor vuestra muy noble persona ^ acreciente vuestra casa
como vuestra merced desea. De Olmedo, de camino, a ix. de agosto dé nvui.
(Sobre): Para el señor(i. G Comendador de la Membrilla, emba-
xador de la católica magestad del Rey, nuestro señor, en Inglaterra.
OTRA CARIA
del embajador á S. A.
Después que escrevi a V. al. a los quatro de agosto, se agrauo mas la pes-
tilengia en Londres y estendiose al lugar do esta la Princesa y madama ^iarya,
y avn donde el Rey dinglaterra y el Principe andavan a caga; murveron de la
cámara del Principe tres, y el pringipal de la cámara del Rey fue herydo, que
se llama maestre Dernis, y en la cámara de madama Mar\'a fue heryda su aya;
V como el Rey lo supo, enbio a mandar que luego sacasen de ally a su hyja v
la llevasen a otra casa tres leguas de ally, y preguntáronle que haryan de la
Pringosa. Respondió lo que por esta carta de la Pringesa que aqui enbio V . al.,
vera. No crea V. al. que le tienen mas amor ni la tratan dotra manera c|ue sy
fuese ]irisyonera, y de buena guerra. Ks verdad que, dexanclo en su arbytry(0 la
yda o la quedada, que tenia buen aparejo para poder salyr de ally o quedar,
porque no tiene vna muía en que cavalgue, que estos dias su alteza a continua-
do a salir al canpo porque le haze muy gran prouecho, que en ninguna manera
del mundo no podia andar, y no tenia en que cavalgase, ni avnque la oyeran
morir no se lo dieran, de manera que quando salia a pasearse por el parque tor-
nava tan cansada, que no podia venir a pye en ninguna manera, y avian de to-
mar el priir.er rogin que se hallava por el aldea para en que vyniese, (|ue por
no gastar mas vn dinero de lo questa ordenado, dexaran moryr a su alteza y a
todos quantos están con ella. Esta su alteza tan desesperada, ques manzylla de
vella,y todo esto se haze por poner a \'. al. en negesydad para cjue cunpla las
gien mil coronas en moneda, y se queden con todo lo que acá esta; y cada dia
enbian a saber sy me es venido correo, hazyendo grandes admiragiones de la
tardanga, y que quiere dezyr esta cosa. Escrivolo a V. al. porque sepa lo vno y
lo otro.
OTRA CARTA
fecha a n. de seticnhre de dvui." Fue por /a mar en viia nao ynglesa.
Después ijue escrevi a V. a!, a los dies y seys de agosto no a avydo cosa
nueva que escrevyr syno quel rey dinglaterra muchas vezes me a preguntado
y hecho preguntar sy e avydo respuesta de lo que escrevy a Y. al., y esta
muy maravillado, y pregúntame sy se la causa de tan larga dilagyon, y mues-
tra estar mal contento, y todo lo paga la Pringesa. La Pringesa esta tan deses-
perada, que no basta razón ninguna ni escusa para confortalla, porque de vna
parte syente lo que acá le hazen, y de otra parte pyensa que V. al. la tiene ol-
uidada, y no puede creer otra cosa, pues en tanto tienpo \^. al. no le a hecho
saber lo que determina de hazer en su caso, ni le a escrito cosa ninguna para
detenella en esperanga de lo que a de ser de su alteza; y gierto, muy podero-
so señor, según la vida a pasado y la que pasa, yo me maravyllo como no esta
mas enferma de lo que a estado. Agora, a Dios gragias, algo esta mejor, mas el
cuydado que tiene de la longura deste negogio no le dexa tener entera salud.
Agora de dies dias a esta parte el Rey dinglaterra la a sacado a cagar tres o
quatro dias, y le a mostrado algún buen rostro, y esto juzgamos que sea \ior-
que los enbaxadores de Flandes están ya despachados para venir, y por tenelia
algo contenta para quando aquellos vynieren, para con su alteza abtoryzar su
fyesta y comigo; y yo estoy delibrado de no estar presente a los desposoryos,
sy juntamente no se desposare el pringipe de Gales con la Pringesa, porque ya
me andan ablandando y yo doy buenas palabras hasta la ora. Yo estuve mas
de veynte dias que no vi a la Pringesa, porque, como escrevy a Y . al., fue en-
tredicha por el Rey mi entrada a palagio, ni avn agora les plaze que vea a su
alteza, syno bien pocas vezes; la causa no la podemos alcangar, mas jusga-
mos que sea para hazelle este desabrimiento con todos los otros que le an
hecho.
El rey de Inglaterra me dixo que ya el rey de Romanos y el rey de Fran-
gía estavan en rotura, y que le pesava dello; mas yo no lo syento asx, syno que
le plaze, no digo destar ellos en rotura, mas todos los pringipes de la Cristian-
— 478 —
dad querrya questuviesen dyscordes. Ksto se conoge bien del y no lo puede
negar, avnque diga otra cosa.
El rey de Frangía enbio agora al Pringipe dinglaterra vn cavallo castellano
que V. al. dio al rey de Frangía, según aqui an dicho, y enbiosele muy bien
guarnecido y encabeceado, y enbiole vn hoqueton de sus colores del rey din-
glaterra y de sus devisas; y sobresto se an dicho muchas cosas, quexandose de
\'^. al. y de la Reyna, que glorya aya, que nunca ni al Pringipe pasado ni a este
\''s. ais. enbiaron ninguna cosa, ni nunca an hecho con ellos ninguna demos-
que acá esta. Xo se que mas escrevyr, syno que quanto mas esto se dilata,
tanto mas me parege que senpeora el negogio. La Pringesa suplyca a V. al.
que le mande escrevj'r, porque no este tan penada esperando tan luengo tien-
po lo que V. al. determina de hazer.
De Londres a n. de setienbre de dvui." años.
Xo escrive la Pringesa porque a la ora questa sescrive abaxava la nao que
se yva a España en que va esta carta, y no ovo lugar descrevir su alteza.
OTRA CARTA
para su a/tesa, hecha en Londres a xi. de setienbre de dviu." llenóla el Ga-
llego, lacayo.
al. tyene, quiere y a por byen de os conplazer en algo desto que demandays,
— 48o —
Has me pareciere byen, avnque
vno y lo otro de justicia es todo mió; y lo
lo
(|ue tomare a de ser por plata quebrada, y por el pregio que los plíiteros de
aqui esta para conplir con su estado. V. al. tomara lo que fuere razón de to-
mar, y a la Pringesa vos le dares baxilla con que se syrva. Dixo: —Yo, porque?
Digo: Porque es vuestra y muger de vuestro hijo, y avesla de mandar ser-
hija
uir como es razón que sea seruida. Dixo: —-Agora concluyamos esto, y pa-
semos a lo demás, que es lo mas, y yo tomare desta plata vna buena parte y
por plata quebrada.
Dixo: —Pues a los otros puntos y escrituras que os dy que enbiasedes ;que
responde el —
Rey, mi ermano.' Dixele: .Señor, a lo de la escritura de la renun-
giagion del dote de la Pringesa que V. al. me dio que enbiase al Rey, mi se-
ñor, para que la enbiase firmada y sellada, dize el Rey, mi señor, (|ue mire
V. al. lo que V. al. haria en tal caso, y que aquello pyda que haga el; y que
mire \ . al.que es vuestra hija, y que le parege que esto seria claramente des-
heredar a la Pringesa, su hija, y que la aves criado, y que deves de trabajar de
dexalla de tal manera colocada y heredada, que no se aya de quexar la Prin-
gesa en algund tienpo que tuvo dos padres tan prudentes y que proueyeron
mal en su colocagion. Respondióme: —
Por gierto yo quiero tanto a la Pringesa
como sy fuese mi verdadera hija, y cosa cruel seria desheredalla y ynhumana;
mas esto que yo demando es muy gran razón, pues que la Pringesa ha de ser
dotada, y con la dotagion que le esta señalada a de ser contenta, quanto mas
que esto no lo demando yo de nuevo, que en la capytulagion esta por el Rey y
por la Reyna, sus padres, renungiado; y maravillóme yo rehusar el Rey, mi her-
mano, de lo hazer, pues que ya lo tyene hecho. Dixele: Señor, el Rey, mi se- —
ñor, no rehusa ninguna cosa, ni rehusara de aquello que sea razón de hazer; mas
V al. deve considerar que somos todos mortales, y que podria acontecer, lo
.
vida, y quel Rey que viniese no le quisyese dar la renta quel Pringipe le dexa-
se; ¿como hiuiria, o que razón ternia para por justigia demandalla c[uan(lo se
morir la Pringesa antes de aver hijos; ¿seria justa cosa que sus herederos per-
diesen su dote? V. al. mire byen sobre esto, y mire que la Pringesa es vuestra
hija, y que no tyene madre, y quel Rey, mi señor, es ya viejo, y que puede mo-
rir como los otros, y no dexe V. al. a la Pringesa en catyvcrio; quanto mas que
nagiendo algund caso de los que he dicho, V. ai. ni el Pringipe nos aves de llevar
— 4Si —
estos reyíios ni estos byenes i|ue ac;i tenes al otro mundo, y sera gran priulc-n-
c;¡ay hecho de Pringipi; virtuoso prouecr a todos los casos que la fortuna o ¡im-
uidengia do Dyos querrá ordenar. Dixome: —
Esto es mió y ha de ser mió, y la
Prin<;esa se ha de contentar con su dotac;¡on y estar en los reynos donde es l'rin-
que le despoje yo dello, que los ce© escudos a mi, a mi propio me los dieron
por el consentymienlo tjue dy que casase mi hijo con su hija, y para mi vtylidad
fiiertm dados, y para ([ue yo dispusyese dellos como de cosa mia propia: y no
se contenta el Rey, vuestro señor, que dy mis dos hijos a vna su hija, y que
no le dieron syno vii dote! V esto dicho con la furia cpiel suele desque esta
—
engendido. Vo le dixe: Señor, byen c[ue en la capitulación diga que \*. al.
|5uede disponer desto como de cosa suya propia; mas entyendese que esto fue
dado en dote a Pringesa, y que dysuelto el matrimonio, la Pringesa avia
la
de aver su dote. V. al. mire esto como padre, y no quiera quel Rey, mi señor,
haga que \'. al. no haria. El raviaua por venir al punto del casamiento del
lo
Pringipe. —
Dixome: Bven, esto es para hablar mas sobrello con los de mi con-
sejo: dexemos esto, y decidme sy el Rey, mi hermano, enbia la escritura firma-
—
da y sellada que le pedv. Yo le dixe: Señor, quanto a este punto, el Rey, mi
señor, dize que es muj- contento deste casamiento, por todas las razones que se
pueden dezir, y que huelga mucho dello, porque asy desea la avmentacion de
vuestra casa y de vuestros suya propia y de sus hijos: y que
hijos como la
tenga V. al. por gierto que esto terna y avra por byen, \' nunca lo contradir.i.
Vna vez, señor, hágase el casamiento de la Pringesa, pues que en no hazello
se pyerde tienpo, que estotro syenpre tyene tienpo; y pues el Rey, mi señor,
lo ha esto por byen, )• hecho el casamiento de la Pringesa, lo aprouara, no debe
lo vno enpachar a lo otro. Ya el estaba mas amarillo que la gera, y respondió
con mucha yra: ¿Como no ynpide lo vno a lo otro? Sy ynpide. Sy elRey, vues-
tro señor, estono haze, no se hará estotro. Basta que he sydo tronpado en el
casamiento de la reyna de Castilla, syno que me querrán tron]jar en estotro.
—
Yo le dixe con mucha pagiengia: Señor, no tome \". al. asy las cosas, por-
que el casamiento de la Reyna y de V. al., por daros esperangas que se haria,
sy quisyese la Rejma casar, no se ha de entender que ya hera prometydo.
Dixo: — Sy a sydo tronperia, que mas me dieron esperanga que fue promesa,
y me an tronpado; mas yo soy contento de lo que an hecho, que por aventura
sy fuera hecho yo me arrepyntyera; mas en estotro no me tronparan, que an-
bos casamientos se han de hazer, o no se ha de hazer estotro. Yo le dixe: — Se-
ñor, el Rey, mi señor, no dize que no lo hará, antes dize que le plaze,y desde
aqui yos prometo en su nonbre que lo avra por bueno. Dyome vna gran ry-
sada. — Xo a querido enbiar la escritura, y aseguraysme vos que lo hará. Xo son
para mi estas cosas, que soy viejo y esperymentado. con mucho enojo dezia Y
todo esto; yo ablandando quanto podia. Finalmente, que me dixo: Pastas son
materias que es razón de las comunicar con los de mi consejo, y por esta pes-
—
— 482 —
tilenqia que anda, y porque algunos dellos an sydo tocados della, no se podra
ver en ello tanayna; mas de aqui a cjuinze o veynte días yo tornare destas
cagas a que voy, y ¡untare a los de mi consejo y os responderé. Yo le dixe:
Largo es, señor, el tienpo; byen seria abreuiallo y concluyr este casamiento
de la Pringesa, y después entender en estotro. Tornóme a dezir con mucha yra:
No se hará este syn lo otro, y el l\ey, vuestro señor, es el que dilata, cjue yo
concluyr querrya.
Despedido que fuy desta habla, }'o me fuy a la cámara de la Princesa y di-
xele parte de lo que avia pasado con el Key, y alguna parte calle por no darle
enojo, y ya que me salia, tope con el Rey que venia a la cámara de la Prince-
sa y dixome: Yo pense que ya herades ydo; mas pues estays aqui, andad acá.
líntro a la Pringesa y dixole delante todos y en boz alta ad Inngum todo lo c|uc
aviamos pasado, y dixole: Mi hija: yo, por el mucho amor que os he tenido, os
he dado mis dos hijos, y anbos herederos, y holgava de vuestro devdo por lo
mucho que vos vales, y he dexado (jtras mugeres que me trayan para mi hijcj
tan buenas como vos, y con dos tanto y tres tanto y i[u:itro tanto (|ue vos tru-
xistes; mas por tener mi palabra, 3-0 no he querido syno teneros a vos por hija,
ro tomar en parte de i')ago alguna de la ¡jlata cfue vos truxistes, y vuestro padre
no ha querido firmar vna escritura (|ue le cnbie, que confirmase el casamiento
del Pringipe, su nieto, y de madama Alaria, mi hija, la cpial yo demande syn
tener dello necesydad, quel casamiento se hará, gierto, y el no lo podra estor-
var,que para en este caso no es menester su consentimiento, ni el Rey de Ro-
manos a sydo contento ]3or averio yo demandaflo, antes se ha algo dilatado la
conclusyon a esta cavsa. A esto le respt)ndio la Pringesa: Señor, quiga porque!
Rey, mi señor, vido que no hera negesario su consentimiento, no enbio la es-
critura que le demando \'. al. ^" pues asy es, de aqui adelante no me culpes,
pues vuestro padre quiere dilatar vuestro casamiento. La Pringesa estava muy
turbada. Yo dyxele: Señora, el Rey, mi señor, vuestro padre, enbia a dezir al
señor rey de Inglaterra que es contento (|ue este casamiento se haga, y que su
alteza lo ha por byen, y que yo asegure al rey de Inglaterra por virtud de la
carta de creengia quel Rey, mi señor, le enbia sobre mi, que nunca, agora, ni
tan prudente y tan espirymentado como \'. al. sabe. Dixo: Ya os digo que no
— 483 -
luu' iKx'i.'slilad (le mi rciiiscnlimic-iUn, ni ;il l\i-\' ilf lúimanos le pla/c |iiiri|iic se-
lla |)e(l\'di), i|upl i'c\' ilr Riimanus Ixcnc poiler |jara lo hazer, pues rs lulor v
agiielo ]jaterno, y ni eslo no l\riii- ijuc lia/ei" el Rev, vuestro señor. Yo le dixe:
-•Como ñor ya con algiind enojo; el l\cy, mi scñi-)r, \- la Ke\'na, mi señoi-a, son
los principales desta nego(,'ia(;ion, pues la mayor parle y lo me¡or tpiel l'rin-
de saber esto, pues cjiíel l'ringipe es heredero de los reynos de Aragón y Se-
y N'apoles y de las
t;ilia otras yslas y señoríos que son del Re\-, mi señor. l)i-
xome: l'or ^;ierto, vos honrravs h\ en a vuestro Rey con tantos reynos, y no
tyene cQ escudos para pagar el dote de su hija. -Algo svn tyento le respondv:
Señor, Rey, mi señor, es ygual en tama y gloria y potení^ia con todos los
el
l'ringipes christianos, \' nunca acostualira de poner tesoro en sus arcas, syno
hazelle de gentesdarmas con cpie a cont[u¡stado los revnos que ha concpiista-
chiy syenpre concpiista. Knhraveyiose tanto comigo, que fue maravilla. Des-
pués dixo; Agora, mi hija, de a(|ui adelante no mecul]3es, pues esto queda por
vuestro padre v no por mi. Yo le torne a replicar: Señor, el Rev, mi señor,
syenpre tuvo y tyene yntingion de conplazer a vuestra magestad, v no tpieda
ni quedara nada ]H)r el. Dixo. Por el i|ueda; no es menester mas. Y como tengo
dicho, de ac|ui a quin/e dias os res])ondere: Dixele: ;Oue sera, .Señor la res-
jjuesta, tpie os traygan las escrituras v que conclu\'res este casamiento? Dixo:
No digo yo eso, ni lo dirán los de mi consejo, y avnque viniesen, no vernian a
tienpo. Dixele: Byen podre escriuir con esto al Rey, mi señor. Dixo: Xo, hasta
(|ue os de la respuesta con acuerdo de los de mi consejo, porcpie sera resoluta.
1 )espiies quel Rey se tue ydo, la Princesa, me torno a llamar y muy congo-
xatla y turliada de las razones pasadas, dixome: Xos maravilles sy no respondy
al Rey, porque yo eslava tan turbada, que no sabia ipie responder a tales pa-
labras. La Pringesa me mando que en todo caso enbiase mensagero a \'. al. jiara
.•|ue supiese lo pasado, |iues que se avia de tener ¡jor <;ierlo que aquello mis-
mo se responderla de aqui a cpiinze tlias que agora se avia dicho; y a mi me
|)arei;io ((ue hera byen, y por eso he despachado este mensagero, ])or(:iue \ al. .
prouea en lo que ha de venir, por([ue a todo lo que yo creo, y sera as)' gierto,
c[uel rey de Inglaterra no hará este casamiento syn que primero le de V. al.
que es el negogio de tan alta calidad, que esto no se deve hazer por el prime-
ro ni segundo mandamiento; y avn sy el camino no fuese tan largo, perdó-
neme V. al., c[ue no esecutaria este mandamiento sy yo no lo oyese a la boca
de V. al.; y pues estas tales diligencias se hazen para aver de entregar vna
- 484 —
íorlaU'/.a, me que mejor caben lia/erse en vn negogio tan pesado y tan
parcíje
grande. Y. presuponga que este no ha de responder otra cosa mas de lo
al.
que ha dicho, y con este prosupuesto, escriua con correo bolante lo que man-
da. Y tanbyen me parege que es mucha synrrazon y mucho perjuigio al estado
real de V. al. que su hija aya de yr sola comigo, pues no costara mucho en-
hiar (le alia vna nao para tal caso C()n vn Obispo, avnquf no venga otro onbre
de estado, y acá se tomara lo demás que fuere menester, porque son tan mal-
vados estos yngleses, c[ue harían desto grandes escarnios; y avn podria ser
quel Rey se escusase de la dar, como hizo quando Hernán Duque la pidió, c|ue
le dixo que no podia creer que \'. al. mandase (|ue su hija fuese levada de tal
manera, que por lo que tocava a su honrra del no la daria. Xo se podrían aca-
bar descrevir las niñerías y avilidades que aqui tyenen. Xo querría yndinar a
\'. al., ni cjuerria que aqui veo y pasa, porcpie son cosas no su-
dezirle todo lo
frideras. Bien podra la Pringesa ser Reyna de ynglaterra; mas ofregese a la mas
desaventurada vida que nunca muger tuvo. Y dize \'. al. que tyene esperanga
quel Fringipe sera mejor que su padre. Plega a )ios que esta esperanga salga 1
De lo que V. al. manda que este avisado para que no hagan alguna burla
en el dinero (.|ue esta acá, asy se hará, y ya estaua yo sobre aviso, y harto
dello es pasado a l^rujas, y asy se pasarya todo lo que queda, sy fuere me-
nester, y no con perdyda de V. al.; y en todas las otras cosas (|ue V. al. man-
da que este sobre aviso no faltara fe ni diligencia para las facer.
De Flandes me escriuen que ay alguna dilación en la venida de los Emba-
xadores, y que temen de la guerra de Gueldres, porquel rey de F" rancia enbia
gente, y avn diz que a escrito una carta a madama Margaryta bien áspera; y
el Rey dinglaterra me
y a todo lo que puedo conocer
lo dixo, del, huelga des-
tas dyvysyones y discordias, aunque publica otra cosa.
De Londres a xi de setvembre de d\iu. años.
mandado plazo o tiempo para pagalle hasta quinze o veinte mil coronas que
faltarían, dándole fiangas de mercaderes en Londres para (|ue se las pagaran
miento todo junto para el dia siguiente después de la gelebragion de las liodas;
\' vvstu esto, yo acorde de U) escrev yr a V. al., porque esta a de ser su ly-
nal respuesta, y ala de dilatar tanto quanto se dilatare la venida de los enbaxa-
dores. V. al. con correo bolante escriva lo (pie manda que se haga, porque!
ybierno se entra. Y a la verdad, la Prin^;esa a sentido mucho aquellas palabras
cpiel Rey le dixo, y syente lo que cada dia le hazen, y pare<;ele en su salud, y sy
caso viniese, lo tpie Dios no quiera, (.pie se ouiese de pedir la Pringesa, y el Rey
nor tyene, según mescriven, muy menos ]3ersona que edad, y no tiene edad pa-
ra casar daqui a tres años, y el Pringipe no esta en dispusycion desperar tanto
tienpo, ni avn creo que los yngleses lo querrán, y avnque lo quisyesen, como
dixe arriba, la Ynfanta no tiene persona de mas de seys o syete años, según
(i) (Al margen: aqiii entiardla carta. Pero olvidó sin duda intercalarlíi, parque falta.)
— 486 —
fli/cn, y por esto no es de pensar ([ue de all\' pucil.in cstorvar rsLc casa-
miento.
\'a cscrevy a \'. al. el desmán que era venido para poder tomar <i\'neros a
caabiü, ¡nir ac[uel mercader vene(,-iano (pie acpii agora se ai(,-o, y no enbargante
esto, Francisco (irimaldo, conKj escrevy a V. al., se ofregio al Rey dinglalc-
rra de le pagar todo el dote, que por esto no dexase de hazer el casamiento;
mas, gierto, costaran los canhios muy mas caros ipie hasta acjiíi, v por eso se-
rva bueno que se hyzyese lo qucl dicho Franc;isco (¡rimaldo escrive a V. al.
y yo escrevy, ([ue es que Agvstyn llaliaii aya por bien i|ue acá se ponga su
crédito y el de toda su conpañia, por(|ue con esto se hallaran dineros, y dar alia
orden ]oara (pie en dineros senbien al plazo que acá se tomaran, porque para
dar aijui eldinero y pagallo en León o en Roma o en Venec^ia a quien lo die-
se, perderse ya mucho, y sy se tomasen acá dos o tres meses de plazo |)ara la
paga, podríanse enbiar alia los dineros para León, y de León por canbio po-
drían venir aquí, y ganarse ya harto en el canbio; digo que se ganarya ]5or(|ue
no se perderya tanto.
.Sy p(5r Rey dinglaterra negase la lygen(,-ia de la yda de la IViní^esa
caso el
tos como de mi estada atpii, \'. al. prouea para lo vno y para lo otro como con-
vyniere a su seruyc^io.
Donjuán .Manuel me |)are<;e (|Lie no cansa. Yo tenia vn mercader en i5ru-
jas, aragonés, a cpiien enbiaua algunas cartas para V. al., }• (|ue me avisava de
todo lo (|ue en Flandes el podía salicr, v parece (jue don Juan súpolo, v enbio-
le a amenazar, y que no le cnn|ilia rei;ebir cartas ni enbiallas, s\' no, ipie se ha-
llarya mal dello.
I*,l rey de I' i'aiigi.i dis ipie manda hazer en ISunleos y en la costa de Bretaña
\' en Xormandia a mu\' gran pr\'esa seys gruesas naos; a\' muchos ¡uvzvos so-
bresto.
Puesto (jLiel Rey dinglaterra me aya escrito esta carta diU-rvendo la res-
puesta hasta (pie el venga a Londres o a cuerea de Londres, V. al. tenga por
gierto quel dilatara (juanto pudiere de me resjionder, y a la fyn no responderá
otra cosa s\'no (pie le enbie V. al. las escrituras (pie lenbio, iyrmadas v sella-
das, y sy no, que no se hará el casamiento de la Princesa, Yo e sydo avysad(j
desto; por tanto, \'. al. no deve de tardar de mandar resolutamente lo (pie se
OTRA CARIA
escrita en Londres a los vi. días ile iiovienhre de nviii." años. IJeiu/a Sepnl-
lu'da: fue dufiíuada [>or la mar, enderezada a Martin Sancl/es de (
'ainndio a
Bilbao.
A los (lies (lias del mes ili' oIliIm-c el R('\- (liiiglaterra cnhlo pur mi \- l'uv
Vo le respondí: Señor, lo (¡ue yo e dicho a \'. al. no fueron razones tan luen-
gas que V . al. no las recogyese en la memorya; mas sy con otros grandes ne-
gocios algo se a oluidado, yo lo diré delante los tie vuestro consejo. Dixo:
Bien. Llamo a los de su cijnsejo que estañan ally, y dixoles lo ipie me avya dicho
y lo avya respondido, y comengo a regytar lo que yo le av\a dicho de
que le
partes de Y
al. en los dias pasados, y recytolo todo verdaderamente; y de que
.
uvo acabado, dixo: lis esto lo que dexyste.-* Dixele: Señor, sy; byen li) entendió
V. al. y bien lo recojo en la memorya. Dixo: Pues conviene que vos mismo lo
iligays. Vo lo torne a dezyr delante de los de su consejo, y acabado que uue de
hablar, hablaron todos en su yngles, y el Rey tornóme a dezyr: — Uien que los
de mi consejo an oydo esto, mas es necesaryo para que yo os res|ionda c[ue me
lo dedes por escrito, porque os quiero responder por escrito, (|ue muchas ve-
zes en tales cosasno se recytan las ¡lalabras que se dizen como se dizen, y algu-
nas se dexan c[ue no se deVian dexar, y otras se dizen que se devryan callar; y
por eso yo ipiiero aver por escrito lo que me ilezys, y quiero daros la respuesta
clara y en buen latin, porque no se pueda minuyr ni acregentar mas de lo (jue
se dixere en escrito. \ o le dixe; Señor, no me parege ques necesarxo, ])ues \^.
que ellas son, ni hasta oy nunca en parte do estuviese me demandaron por es-
crito loque entendían por la palabra. Sy \'^. al. no me entendiese, ni los de su
consejo, razón era de dar por escrito lo que dixese, para bien entendello. Dixo
con enojo: Vedes a(.[ui las maneras; esto se suele hazer, y para vuestro descargo
vos lo devryades ]5ed¡r; y ¡jues os lo pido yo, y vos pensays de lo hazer, no es
syn causa, o vos soys onbre syn es|5Írengia. De manera que me dixo que no me
responderva svno por escrito, \- ipie ])ara res])ondernie por escrito, (¡uerrva por
- 488 —
escrito loque le avia dicho. Y de aquí comentamos dentrar en plalycas, y di-
xele: Señor, paregeme (jue las cosas eslan muy adelante, y que esta respuesta
que V. al. me quiere dar, para lo que se a de hazer o se devrya de hazer, que
me la dedes oy, o daeiui a ciuinze dias no haze el caso. Los enbaxadores de Flan-
des están ya a la puerta, según V. al. dize; paregerme ya que V. al. devrya ha-
zerel casamiento del Princype y de l.i Princesa de Gales juntamente con el
desposoryo del Princype de Castilla y de madama Marya, vuestra hija. Res-
pondióme con yra: jComo dezys eso? ¿'Xo a querydo el Rey, vuestro señor, fyr-
mar las escrituras que lenbie, y dezys que haga yo el casamiento de la Prin-
cesa.- Dixele; Señor, no ynpyde lo vno a lo otro, porque el casamiento de la
Princesa a mucho questa concertado, y pues pov parte del Rey, mi señor,
se cunple todo lo que su altiva devya conplir, no se deve dilatar la esecugion
de las bodas. Dixn: ¿Como ciuiple.' ¿Pcnsays vos ques poco sustangial esto de la
negogiagion que negogia por su señor. Dixome: tenes espyrengia, y ])or eso No
contradezys lo que es justo que se congeda. Dixele: Señor, no an de ser hechas
todas las cosas a vuestra ueiitaja: en esto que pedis de la renungiagion de la re-
de la Pringesa, sy nagiere caso, lo que 1 )ios no quiera, por tpie su alteza avra de
pueda hazer sy quisyere; y digo asy, c|ue sy la Pringesa
repetir su dote, cpie lo
muryere syn hyjos, que sus erederos puedan demandar la dote, y sy por aven-
tura, lo que Dios no quiera, acontegiese que la Pringesa enbiudase, y ella qui-
syere en tal caso bokierse en España, que sea en su libertad de pedir su dote,
o contentarse con la donagion proter nungias que le ha de ser hecha. Dixo: Ya
os digo (luf no entendes las materyas, que sy las entendiesedes, veriades ques
mejor para la Pringesa lo que yo pido, (|ue no lo que su padre quiere. Dixele:
Señor, yo entiendo bien a V. al., avncpie os paresca que no; mas sy cpieres el
bien de la Pringesa, (juered lo (|uc su padre quiere, y con esto cun]Dlires con
Dios y con ella, sy dañoso le fuere. Dixome: en estotro de dar consentimien- Y
to para el casamiento del Pringipe con mi hyja, ¿que razón tiene el Rey, vuestro
señor, para lo negar? Dixele: Señor, el Rey, mi señor, no lo niega, antes lo a
por bueno, como yo lo e dicho a \'. al. Dixo: Eso es de vuestra palabra; mas
no ([uiso fyrmar la escritura; y este consentimiento no le demando yo porque
sea menester, ni tengo negesydad dello, ipiel casamiento se hará, y des]3ues de
— 489 —
lieclio, no le pudra el desliazer, asentándolo el l\e\' tle Romanos, ([iies Uilor dil
(~)ra sa, el buen cozynero daña o adoba el manjar, y avnque la vianda sea buena,
callar lo malo que ven y dezyi" lo bueno, para conservar el amor entre su Prin-
cipe y acjuel con quien están. Por tanto, sy vos entendiesedes las niateryas, y
elRey, vuestro señor, entendiese cjuanto bien lesta que su nieto case con mi
me lo rogarya; por tanto, hazed buena salsa. Dixele: Señor, no se de
hyja, el
donde os aya nagido esta sospecha, porque yo me tengo por crystiano, y no
harya obras de diablo; y yo no vine aqui syno para hazer el casamiento de la
Pringesa, y para pagaros su dote, y para avmentar el amor entre vuestra ma-
gestad y el Rey, mi señor, y no vine a meter zyzaña; mas téngame \'. al. por
onbre de tanta para con Dios y para con mi señor que nunca lengañare. V.
fe
al. haga con amor y con sabor este casamiento, pues es ya razón de concluy-
11o, que Rey, mi señor, mucha voluntad tiene de os conplazer en todas las
el
cosas; y paregeme que V. al. no lo divya dilatar, sino que juntamente se hy-
zyesen anbos casamientos, porque sy V. al. haze el vno y no concluye el otro,
no se yo como el Rey, mi señor, se lo tomara; y podría ser que la buena vo-
luntad que agora tiene se le mudase, vyendo que \'. al. no querya gelebrar
lasbodas de vuestros comunes hyjos, no quedando nada de conjilir de lo (¡uc
de su parte se a de conplyr. Y asy me despedí de la habla, y a mi ver, y asy
es lo gierto, no con buena gragia.
Yo le di que me demando y lo que le avia dicho, por aver
por escrito lo
esto V. al. le haze agrauio, pues estava capytulado que V. al. regibiese en
perlas y pyedras y baxilla gyerta suma, según en la capitulagion mas larga-
mente se contiene; mas por conplazer a \'. al., pues que en esto y en todas las
— 490 —
cosas que a vueslro buen phuer fueren le desea conplazer, quiere dar a la
ilustrisima Princjesa, su hyja, gratys todas las joyas de oro y pyedras'y perlas
que la dicha señora Pringesa tiene, que el valor de las sobredichas cosas sera
mas de veynte mil ducados; y en quanto a la vaxilla de argento, el Rey, m¡
señor, dize que le parege ques razón (|uc V. al. la regiba en aquel pregio que
sera apregiada, v que sobre aquello tpie la vaxilla valiere yo cunpla con vues-
tra magestad en pecunia numerata los dichos gien mil escudos, sacando de la
dicha baxilla los vasos sagrados y cruzes y la vaxylla que es del seruigio co-
tydiano de la señora Pringesa.
Iten, quanto al segundo punto, que es.de la repetigion de la dote de la ilus-
trisima Pringesa que vuestra magestad pyde quel Rey y la Reyna, mis señores,
y la señora Pringesa de Gales la renungie, y que ellos ni sus erederos ni suge-
sores no la puedan demandar en ningún tienpo, syno que los dichos dozyen-
tos mil escudos de la dote sean para \'. al. y para sus erederos y sugesores, y
que \". al. libremente pueda dis]50ner dellos a su voluntad, según mas larga-
mente se contiene en vna escriUn-a ((ue vuestra .Serenidad me mando dar, el
Rey, mi señor, dize que le parege que esta petigion es en perjuyzio de la Prin-
gesa, que ella ni sus erederos no demanden ni puedan demandar su dote na-
giendo caso, lo que Dios no quiera, por el qual se deva demandar; mas por
satisfazer en todas las cosas a \". al., al Re}-, mi señíir, le parege que esto deue
de quedar en el arbitrio de la Pringesa, que sy enbiudase, lo que Dios no
quiera, que ella pueda pedir su dote, sy quisyese tornarse a líspaña, o conten-
tarse con la donagion propter nungias (|uc se le a de hazer, s\' quisyese que-
dar en Inglaterra.
Iten, quanto al tergero punto (|ue vuestra .Serenidad pyde quel Rey, mi
señor, jireste su asentimiento para (|uc se haga matrimonio entre el ilustrisi-
mo Pringij^e de Castilla, su nieto, y la ilustrisima madama Mar\'a, hija de vues-
tra magestad, el Rey, mi señor, responde i|ue, hazyendose luego el casamiento
de los ilustrisimos Pringipe y Pringesa de Gales, su alteza confyrma y aprueva
y a por bueno el iliclio casamiento del dicho señor Principe de Castylla y
de la dicha señora madama Marya, y le plaze que se haga, y que agora ni en
ningún tienpo no lo contradirá, ni yra ni verna contra ello. esto es, muy po- Y
deroso señor, lo que yo e dicho a vuestra Magestad de ])arte del Rey, mi se-
ñor, y agora en esta scritura de mi mano escrita lo digo.
A lo (|ual el Rey responde esto ipie aqui enbio:
(11
— 491 —
<>ti;i manera ni) se jioclrva escusar la vergüenza, pi)n|iie ya el Rey tenia he-
clii) menioryal de las damas i|iie avian de liaylar y danzaron el desposoryo, v
avn de lo c|iie su alteza avya de hazer.
Vo le responili que ya avya dias (|ue yo avya iliilio a su alteza <|ue me
jjaregia que, viniendo estos enbaxadores de l'landes a hazer este des|josoryo,
que su alteza recybyria afrenta destar presente, sy las bodas no se ouiescn de
hazer en ai|uel dia, y que yo no entendia de ser presente sv el consenti-
miento quel Rey dinglaterra demandava a \'. al. para hazer el tlichu desposo-
ryo no fuese venido; mas que me
«.[ue scrya para mi muy gran error
paremia
executar el mandamiento de V. de pedirla, pues \o avia escrito a \'. al.
al.
tica que oy paso con el Rey, y paregeme ([ue su alteza esta determinado de
como el es, haga cosa tan vergongosa; mas de sus palabras sale esla sospecha,
sy ay razón de la sospechar, y por esto me parege que la Pringesa no deue
ser presente a tal auto, sy sus bodas no se an do celebrar. Dixome: Xo creays —
que tal pueda ser, ni ay onbre en Inglaterra que lo diga ni lo piense. Di-
xele: —Yo asy lo creo; mas yos ruego que lo digays al Rey asy como yos lo
digo. V es cierto que no se habla dotra cosa en toda Inglaterra sj-no que nunca
la Pringesa casara con el Pringipe, y a ella misma se lo dixo una dama de las
fauoridas del Rey. Dixole: Madama, yo darya todo lo que tengo por estar
gierta que vos casares con el Pringipe.
Desde el dia susodicho hasta oy, que se contaron tres dias de novienbre,
me a traj'do el Rey dinglaterra dilatando de dia en dia la respuesta, y asy la
dilatara vn año, sj^ yo no lenbiara a demandar vn pasaporte para enbiar vn
correo o mensagero propyo a Y. al.; y no me quysyeron dar el pasaporte,
dizyendo que con otras ocupagiones no me avyan podido responder, y que me
responderian y me darian el pasaporte; y asy menbiaron esta respuesta en
latyn que aquy enbio, la qual en algo egede su relagion de lo que yo dixe, en
espegial en este articulo ¡)Ostrero que dize que, entre otras palabras que yo
hable al rey de Inglaterra, dixe que a \'. al. le paregia cosa muy fuera de ra-
zón aver de fyrmar lo que no sabia que era ni avya visto, y que le podia ser
mu}'^ perjudigial, y que dixe que era conviniente cosa que V. al. viese los ca-
pítulos, &. Esto paso delante de la Pringesa, porquel dixo a la Princesa: Vues-
tro padre no a querydo fyrmar vna escritura que lenbie que confyrmase el
casamiento del Pringipe, su nieto, y de madama Marya, mi hyja, la qual yo
demande syn tener negesydad dello, quel casamiento se hará, gierto, y el no
lo podra estorvar. A esto le respondí yo que V. al. lo avya por bien; y como
vuo muchos replicatos, dixele: —
Vuestra alteza tiene synrrazon en lo que pyde,
que yo que soy vn pobre onbre, avnque supyese moryr, no fyrmarya lo que no
supyese, quanto mas el Rey, mí señor, no avya de fyrmar lo que no a visto,
ni sabe sy le sera perjudigyal a el y a sus reynos. Y después sobresto en la
postrera habla que con Rey vue me lo torno esto a replicar, dizyendome:
el
ron. Dixele: —
Eso no se yo: no puedo dezyr lo que no se. Dixome: Yo os —
mandare dar la copya de los capítulos autoryzada, para que se la enbíeys, y
sabello a. Dixele: —
Señor, yo no la demando, ni mí comisyon no es de hablar
en esto. Holuíose a los —
de su consejo, y díxoles: Vedes aquí, estas son bue-
nas maneras? Y después me an porfyado que tomase los capítulos autoryza-
dos, y yo no los e querydo tomar, escusandomc que yo no tenia comisyon de
hazer ni dezyr mas de lo dicho, ni hazya al caso enbiallos o dexallos. Esto digo
porque ponen las palabras en este articulo a su proposyto. lín lo demás asy
se lo di por cscryto como lo dizen, y como yo aqui lo cscrivo, ni mas ni me-
— ^93 —
nos; y svnplc escrilura s\'n l\Tnia ni otra tvrnu-/a, la (|ual im inc pude cscii-
sar ili' 111) dalla, s\' no quis\'era cnpogoñallc lanUí, que cslo Imnara ])ara su des-
l.n PrirK^esa nie mando ([ue con esto enbinse mensagero propyi), y (|ue
enbiar vn medico, i^orcjue tiene mucha ne(;esydad del, porquel suyo quiso te-
ner conpañia al dolor de Puebla, tpie eran amos dun trybu, y según la Pi-in-
cesa a estado, avncpie agora esta buena a Dios gragias, tiene mucha negesy-
dad de vn fysyco. Suplica a V. al. t|ue syn dilación se le mande enbiar, por-
que este dia después que muryo su fysyco, se syntio mal dispuesta, y enbio a
llamar al fysyco del Rey, y no quiso venir a verla; y esta su alteza con sos-
pecha que, sy adolegiese, tpie no la daryan fysyco ([ue la curase, a lo menos
syn que pasase |ior determinación de los del consejo sy se lo daryan, pues
para dalla vn adarame de agafran an de entrar en consejo. Y no pyense Y.
al. (¡uesto es dicho conparatiue, syno que pasa en verdad; que la Pringesa me
dixo estotro dia que avia tenido negesydad de tomar vna melezyna en que
avya de aver agafran, y fueron a demandar vn adarame al que tiene las espe-
gias para la cozyna del Rey, y respondió que sy el camarero mayor o el ma-
yordomo mayor no lo mandavan ])or gedula o por tocano, que no lo darya. Asy
que sy para dar tan poca cosa an dentrar en consejo, mayor consejo ternan
para averie de dar fysyco; y por(|ue su dispusygion de la Pringesa no sufre es-
tar syn el, suplica a V. al. que con toda diligengia le mande enbiar vn fj'syco.
l.os enbaxadores del Rey de Romanos que avyan de venir a hazer el casa-
miento del Principe no son avn venidos, y los qucl Rey dinglaterra enbio a
¡•"landes avn no an hablado al Rey de Romanos, y son pasados mas de quinze
dias que llegaron a Envers. El Rey dinglaterra esta muy despechado de lo vno
y de lo otro, y muy brauo, y con cada cosyta que no venga a su plazer se en-
brauege, y luego dizen los suyos: el Rey de Aragón lo haze, quel estorva este
casamiento y amistad. \o se sabe quando estos enbaxadores vernan, avnquel
Rey sj'enpre haze aparejos para los regebir. No se sy es de corrydo para dar
color a sus yngleses que hablan mucho en esto.
Del rey de Frangía dizen que viene aqui enbaxador, y certificanme que
viene a hablar en casamiento del Rey dinglaterra y de su hyjo; y de Flandes
no estoy agora bien seguro que no ynpyden nuestro casamiento: la verdad no
la se. El Rey haze agora carigias a la Pringesa, y no es la causa otra syno para
que su alteza escriva a \^. al. que consyenta en este casamiento del Pringipe, y
avnque no se lo dize claro, por fyguras y con halagos la querrya traer a su
proposito.
— 494 —
Anflrca de l^urgí) es toiiiado i\:\\ú, y vyene muy dulicndose de no haver pd-
didii hablar a \'. al., poniiic el Uevava cosas cjiíe \'. al. no las pudiera ]5ensar;
y alireuiando, me di\o cjue llevaua los negogios de tal manera, que! Rey de
Romanos darya la carta blanca para que V. al. la hinchese a su vohiiilíid; \- en
las cosas de entre el Rey de Romanos y el rey de I'rangia, tpie aipiellas que
eran ditycultosas y en que ellos no se podyan con<;ertar, el l\e\' de Romanos
las rimitia a V. al. y las ilexava en su mano; mas que no avya sydo su ventura
quel pudiese acabar tan buena obra, y \'. al. conozer c[uan rlerecho seruidor
suyo era; mas (jue no se quexava de V. al. en no regebille, syno de algunos
malos castellanos questan gerca del Re\' de Romanos, que por su particular \n-
terese no an gana de la pas, y de otros llaniencos y alemanes que syguen la
.-\qui se an dicho tantas cosas sobre no avalle regebido en Castilla, que esto
es vna cosa admirable y no oyda, diziendo c[ue, avnque fuera enbaxador tlel
tes; y enpinanlo por aqui cpianto pueden, afeando el negogio. y muestran tanto
sentimiento dello como sy a ellos tocase.
Tornando a la materya pringipal, yo tengo pensamiento (|ue aviiipie \'. al.
congeda esto quel Rev dinglaterra demanda, sy es de conceder, (|ue no le lal-
taran después otras demandas ])ara dilatar el negogio, y tengo giertamente
creydo que nunca a de hazer este casamiento, syno fuere constreñido de algu-
na necesydad; mas, mientras el pensare c|uesta prospero, y que los otros Prin-
gipes de la christiandad o alguno dellos tiene neces\'dad del, nunca hará v\'r-
tud; y V. al. con correo bolante deue mandar que se a de hazer, porcjue la
lo
menos se (|ue no tengo libertad denbiar mensagero cada ves que (¡uiero, qui-
de negesydad lo an de saber, y no puede salir syn ])asaporte, (|ue luego seria
preso (|ual(iuiera (jue (¡uisyesc salir sin<i le levase, mayormente syendo mió.
— 495 —
Kl K(.'y (le 1 ni; la Ierra requiere cada ilia su arlillerya y su casa de armas, )'
Después de todo esto escrito y dada esta respuesta que aqui enbio, me de-
tuvieron el pasaporte, que no me le quisyeron dar dos dias, y a cabo de dos
dias enbiaronme el pasaporte y esta escritura que va fuera de pliego, que son
los capitulos que se hyzyeron sobrel casamiento del Pringi¡)e: y \'o dixe al que
los truxo que yo no avya pedido esta escritura, ni tenia comisyon de hablar en
este articulo mas de lo que tenia dicho, ([ue ñola querya. Dixome: Pues bien,
\'o la tornare. Digo: Dadme el pasapcjrte. Dixo: Xo me mandaron dar lo vno
syn lo otro. V asy la vue de tomar.
Agora torna a sentyrse lo que en dias ¡jasados escrivy a V. al. tpie se de-
zya aqui, que se tratava entre el Rej' de Romanos y este Rey dinglaterra que
este diese vna gran suma de dinero al Rey de Romanos, y que quedase en
Flandes para hazer espaldas a y que este fuese con el Pringipe a metelle
este,
en Castilla y a gobernalla con poder del Rey de Romanos; y dizese (|ue ay yn-
tellygengias con (irandes en Castilla. Esto se dize muy llaulado y al oreja, que
los que lo hablan no lo osan dezyr donde se pueda saber; y es gierto, a lo que
deste se puede sentir, que a de trabajar esto quanto el pudiere. Ye sydo avy-
sado de otra cosa, que no solamente tomara el enpresa de levar Pringipe y
al
CARTA
de creencia del Rey Católico en favor de Gutierre Gómez de Fnensalida, para
el rey de Inglaterra, Enrique VIH, especial para el casamiento de D." Cata-
lina. I 'alladoUd II de Mayo de i^oq.
lamisma gracia rey de Aragón, de las dos sicilias, de Hierusalen, etc., vos em-
biamos mucho a saludar como aquel que mucho amamos y preciamos, y para
quien querríamos que Dios diesse tanta vida, salud y honrra quanta vos mis-
mo deseáis. A la hora que esta se escriue hauemos sabido la muerte del sere-
nissimo rey de Inglaterra, vuestro padre, nuestro muy amado hermano, que
santa gloria aya, de que hauemos hauido mucho pesar, como era razón, por-
(juemuerte de tan sabio y tan excelente Principe es gran perdida ¡lara vos y
para nos, y para todos sus deudos y amigos; pero considerando que a Dios
nuestro Señor le ha plazido assi, y que viuio muy prospera y honrradamente,
y que murió como católico Principe, con esto nos deuemos aconsolar, y con-
formar nos con la voluntad de nuestro Señor que le plugo, y assi vos rogamos
muy afectuosamente lo queráis azer, que nos en ver que quedáis vos en su
lugar y succession, quedamos muy aconsolados, considerando que si en el di-
cho serenissimo Rey, vuestro padre, jjerdimos hermano, en vos abianios fijo,
a quien nos amamos muy entrañablemente, y de cuyo bien y prosperidad ha-
uemos de tener el mismo cuidado que de la propia nuestra. Y como quiera
([ue nos esperamos y confiamos que por vuestra justicia i buena prouidencia,
y por la fidelidad de los de vuestro reino a vuestra corona real haueis succe-
dido en el pacificamente y con uniuersal obediencia de todos y sin contradi-
llente Principe, nuestro muy caro y muy amado fijo, nuestro Señor todos
tiempos vos haya en su especial guarda y encomienda.
De Valladolid a xi dias del mes de mayo, año de mil y quinientos y nueve.
Vuestro buen hermano y padre. —Yo el Rev.
(Copia coetánea).
OTRA CARTA
para el Rey, nuestro señor, hecha en Londres a xxiit. de dizienbre ae nviii."
baxadores del Rey de Romanos ser gierta, la Pringesa menbio a llamar para
ver lo que su alteza devya hazer en la venida destos enbaxadores, y lo que yo
harya, y regelando yo que no ternia libre la entrada de Palagio, enbie a dezyr
a su alteza que me paregia que devia dezyrlo o mandarlo dezyr al Rey dinglate-
rra, porque no me hyzyesen alguna verguenga, como los dias pasados. La Prin-
gesa mismalo dixo al Rey, y el Rey le dixo que yo podia yr quando ella man-
dase; y con esta respuesta yo fuy, y quando llegue a Granuche donde estavan,
halle ai maestresala de la Pringesa y a su camarero que mestavan esperando
en mi posada, } dixeronme: La Pringesa os espera. Yo no me detuve mas de
quanto me vesti, y fuy luego a Palagio, y a la entrada de la puerta de la calle
6»
— 498 —
el portero se vino a mi y me travo de la manga de la ropa, y dixonie: Xo po-
des pasar de aqui syn quel Rey lo sepa. Dixeronle los que yvan comigo': El Rey
losabe y lo a mandado. Dixo: Xo me lo an mandado a mi, que yo tengo otro
mandamiento. Y asy estuve a la puerta por espacio de media hora, mirándome
todo el mundo desde las ventanas, y avn cre(j cjuel Rey lo via, porque su ven-
tana de su cámara estava abierta y avya algunos parados a ella. Fueron al Rey
en este tienpo, y enbio a mandar que me dexasen entrar. La Pringesa estava
muy congoxada de la venida de los enbaxadores, y dixome: Podra aver reme-
dio de estorvarsc que yo no este a este auto, pues questo se haze syn consenti-
miento del Rey, mi señor, y syn consentimiento de la Reyna, mi hermana.' Yo
le dixe:Pareceme, señora, que sy estos conocidamente no quieren hazer fuer-
ga a \'^.
que deve de bastar lo que yo enbie a dezyr al Rey con su secre-
al.,
tario; y sy aquello no l)asta, no hay otro remedio syno que V. ai. muestre co-
sucedieron, a las quales, según vosotros señores los del consejo dezys, se re-
quiere responder antes de la gelebragion de las bodas; pues sy las bodas se an
de dilatar hasta questa respuesta venga asy, me parege a mi que la Pringesa se
deve abstener destar en publicas fyestas por lo que toca a su onor; por tanto,
yo, señor, os suplico que lo hables al señor Rey, y supliques que en esto y
le
bien detenella, que la detuviese hasta otro dia, pues yo avia dir a la corte, y
que vo hablarya con el. Su alteza en viendo la carta, syn mas tardar se la en-
bio. Otro dia, luego que yo entre eg la sala del Rey, el Priuasello con todos hjs
del consejo me apartaron y me dixeron: \"imüs vna carta que ayer nos enbias-
tes, y maravillamonos que digays que la Pringesa no haya destar o no deve
que os las avra dicho. Dixo el Priuasello; 5y nos las dixo; mas aquellas nos pa-
rege que no son sufygientes y razonables para que la Pringesa se aya descusar
de onrrar a su cuñada. Yo le dixe: Paregeme a mi que la vna de las razones
que yo dixe al secretaryo bastarya para que la Pringesa sescusase, quanto mas
todas. Dixo: Como, vos no aves dicho quel Rey, vuestro señor, es contento
queste casamiento se haga? ;Como agora dezys que la Pringesa ni vos no esta-
res al desposoryo? Dixele: Yo dixe lo que vos dezj's, mas dixelo condicional-
mente, sy luego syn dilagion gelebrasedes las bodas de la Pringesa, y pues el
Rey no lo quiso ageptar con aquella condigion, lo dicho ya no es nada; quanto
mas que el Rey y vosotros aves dicho que sy el Rey, mi señor, no enbia fir-
madas y selladas aquellas cosas que le pedis, que no hares el casamiento. Yo no
se como el Rey, mi señor, tomara esto, y sy, visto lo que le pedis, se mudara del
buen proposyto que tenia o no, y hasta saber su voluntad, no aprovares comigo
lo que su alteza avn no a otorgado, y sy la Pringesa me cree, hará lo mismo,
que no tengo nuevas. Y day tomóme syn dez\'rme mas, y abaxamos a la cáma-
ra de la Pringesa. Yo pense que me llevava para dezyrme delante de su alteza
algo, y callo, que ni a su alteza ni a mi no dixo nada. Después otro dia vino a
la Pringesa madama, de las fauoridas del Rey, a dezylle: Como, madame, liares
vos lo quel enbaxador de vuestro padre a dicho que aves de hazer, de no es-
tar a losdesposorios de vuestra ermana.' Por gierto, sy vos lo hazes, ello sera
mal hecho, y el Rey terna causa destar mal con vos, porc^ue este enbaxador
os quiere echar a perder. El Rey esta muy mal con el, porque lescrive hi«in
que no tenes que comer y que os matan de hanbre, y
.Astil cjue a escrito alia
esta tan enojado con el, que es maravilla, y amenázale fuertemente. La Pringe-
sa le respondió: Yo no se nada de lo quel enbaxador a dicho: se que no dirá
cosa que no sea a seruigio del Rey, mi señor, y mi onrra. Creo yo que es fal-
samente dicho lo que dizen quel a escrito; mas de ser yo bien tratada o mal, a
todos es publico, no es menester cjue nadie lo cscriva, pues todos lo sabes. Y
por a(|ui (lixole muchas cosas y otro dia asymismo,
otro dia por el seíiiejante,
iVase, que se devria doxar vem;er, porque en este caso, mejor era que se pu-
diese echar a mi la culpa que no a su alteza, porque estando su alteza presen-
te, ni aprouaua el desposoryo, ni ió dexava de aprouar, y que estando yo pre-
sente, avian de dar a entender a todo el iiuindi) que se hazya con consenti-
miento de V. al.;
y que sy a V. al. le estuviese bj'en de consentillo, que no
avria otro daño syno ser yo reprehendido, y dezyr que no avia hecho bien,
que era poco daño para el negogio; y que sy V. al. no uviese por bien este ca-
samiento, que yo avrya hecho lo que devia; que tanto que V. al. quedase des-
te negogio para qualquiera cosa que bien le estuviese hazer syn calupnia, que
de mi no me dava nada, pues mi voluntad no era de errar. V no vine a dar este
consejo a la Pringesa por algunas cavsas que son para dezyr y no para escri-
vir. Guando V. al. me las jireguntare, las sabrades, si Dios me diere vida.
A los dies y seys dias deste mes el Rey y los enbaxadores se fueron a
Rixamonte para hazer alia las fyestas y desposoryo, y el sábado en la noche,
que llegaron alia, el Rey enbio a dezyr a la Pringesa que le hazya saber que
el domingo de mañana se -avia de desposar madama Marya, que le rogava tpie
se hallase presente, y que le hazya saber que madama Marya la avia de pre-
geder en todas las cosas. Esto lenbio a dezyr con su camarero mayor. La Prin-
gesa dis que sescuso y dio razones por que no devia dyr a las fyestas. Torno
otra ves el dicho camarero de partes del Rey a se lo rogar, y que no quisyese
ser cavsa descandalo. La Pringesa sescuso. Finalmente, quel Rey vino a la Prin-
gesa,y con muchos halagos y lisonjas gelo rogo. La Pringesa se defendió quanto
—
pudo, y dixole el Rey: Vos no lo hazes syno por pasar esta noche hasta que
lo escrivays a vuestro enbaxador. Yo no tengo de dar lugar a ello, ni me yre
de aqui hasta que me prometays de yr a las f\'estas; y en lo de la pregeden-
gia no sera syno solamente mañana, pues es razón, y la fyesta es de mi hyja,
que sy el fuera alia oydo, las cosas estuvieran en mejor punto que agora es-
tan, porquel levava larga comisyon para todas las cosas. Yo le respondi: Yo —
no lo se gierto; mas fyguraseme que pues vna ves le avian mandado salir des-
paña, que no deviera de tornar a ella syn hazer saber que yva, y syn tener li-
gengia para que fuese; y de no ser recebido nos maravilles, ¡mrque por lo que
le mandaron salir estava muy sabido, y con lo que yva no ló sabia nadie; asy
quel error desto esta en vuestra parte y no en la nuestra. ]\Ias dezydme, que
diferengias ay entre el Rey de los Romanos y el Rey, mi señor, para que se
aya de pensar que por sus diferengias se a de hundir el mundo, que yo no las
— 502 —
puedo alcangar a saber, y creo que no ay ningunas, ni causa para avellas, pues
que cada vno dellos tiene lo que le pertenege; el Rey de Romanos la gover-
nagion del estado del Pringipe de aquello que le pertenege de parte de su ]ia-
razones para ello; mas los que algo sabíamos de Castylla se lo contradixymos,
dizyendo al Rey de Romanos que no creyese tal vanidad: (creo que el clerygo
que dize es el maestro Mota); que dos mil onbres para Castilla era cosa de
rey.r pensallo, quanto mas dezyllo; mas la causa quel Rey de Romanos tiene
para no estar bien con el Rey, vuestro señor, no es syno ver quanto asydo
esta con Frangia, y que a dado ayuda a venegianos contra el, v ya sabes cpianto
enemigo es el Rey de Romanos de frangeses y de venegianos, y syendo ene-
—
migo destos, no puede ser amigo de sus amigos. Dixele: -Vos sabes quien hyzo
amigo al Rey, mi señor, de frangeses, y tanbien sabes vos sy lo era su alteza
—
de coragon. Dixome: Por gierto que a mi me dixo hartas cosas dellos. Y digo:
pues esto sabes, porque le culpays que sea amigo de quien quiere ser su ami-
go, pues los que de razón avian de ser sus amigos se le mostraron enemigos.-
—
Dixome: Todo eso e dicho yo al Rey de Romanos, que el Rey, vuestro se-
ñor, constreñido de negesydad de su hyjo el rey don Felipe, avia tomado la
amistad de los frangeses. Y de aqui saltamos a otra materya, y dixele:— ¿Oue
negesydad aves tenido o tenes para que tanta pryesa os days en casar al Prin-
gipe, y syn consentimiento del Rey y de la Reyna, mis señores, y syn saby-
—
durya de sus reynos? Dixo: -La necesydad que a vosotros os hyzo ser frange-
ses nos haze a nosotros ser yngleses. El rey de Frangia ganava cada dia tanto
sobre nosotros, que S)' no buscáramos fauorde algún otro Pryngipc, vn dia nos
echara la tierra toda engima, porque de vuestra gente de corte, digo, de los
cavalleros, los mas tenia ganados, y los pueblos poco a poco los ganava, y te-
niamos guerra de Gueldres a las espaldas de (Castylla; no esperavamos so-
la
— 503 —
mi señor, tjiio ha/c tener la ryenda a los (¡iie se mueven contra vosotros. Di-
xonie: — Va esto estava tan adelante, que syn (¡uedar muy mal con estos, no
se podía dexar de hazer. Y otras muchas cosas jiasainos.
parte, que yo syenpre le fuy buen seruidor, y agora no le fuy malo, y sj'enpre
le seruire a todo mi leal poder, porque creo que su yntingion es tal qual los
en prendas, ques vna joya syngular que era del duque de Charles, y obliga-
gion de las tierras de Flandes que sera pagado en quatro años. .Andrea de
Burgo queda aquí; del sabré algo.
Este sobredicho día me dixo vno que avya ydo en la cámara del Rey, que
el Rey tenia nueva señora reyna de Castylla era fallegida, y quel Rey
que la
— 504 —
y avii agora no se a perdido tien|>(i, poniue sy a su mngestad le plugiiyerc de
mi yda, c[ue no estoy esperando aqui otra cosa syno aver su consentimiento
y ligengya para yr, yos gertyfyco que su alteza conogera que yo le soy buen
seruidor, y que todas las cosas se harán a su voluntad y glorya; y sy su alteza
supyese las cavtelas con que el que an gana des-
Rey, mi señor, anda con los
poder para hazer grandes cosas y todas a onor del Rey, vuestro señor. Escry-
volo a vuestra magestad porque sepa todas las cosas y elija las que mas fue-
ren su seruigio.
De aqui no a)' mas que escrevir de lo que tengo escrito, syno que a veynte
dias que no e visto a la Pringesa, ni tengo esperanga de verla tan ayna.
De Londres prymero dia del año de nix.
Pryngesa sola en secreto, las a savydo el Rey. De donde las supo, banunlase;
mas no se sabe de gierta sabidurya; y oy bispera de los Reyes supe esto de
buen orygynal; y lo que agora se trata es quel rey dinglaterra trata con el
Rey de Romanos de aver al pringipe de Castylla en sus manos, y para quel
Pringipe sea muy bien tratado, que le den a madama Margaryta i)or muger,
í 1^ Desde íiqui h;i>t;i l.is píil^iljiíis: v oy hispirá de los Rtyes <•/<:., eslá tachado.
— ?05 —
con segurydad que le serán ciertDS los dotes que ella ,tyene en Castylla y en
Saboya, y que el dará al Rey de los Romanos tanta suma de dinero para quel
pueda enprender la yda despaña, y quel por estotra parte ayudara para ello; y
que para segurydad de lo que dará y de lo que dé demás de la ]5orsona del
Prin^ype, c|ue lentreguen la vylla de Santomer, ques vna de las mas tuertes
Principe, su hyjo, case con madama Leonor; y que en todo esto muestra muy
gran gana de destruyr a V. al. Esto me fue dicho en confysyon , que solo a
V. al. lo pudiese escrevir. El autor es tal persona a quien se puede dar fe. Este
que esto me díxo me CDnjuro t[uesto fuese tan secreto, que no lo supyese syno
V. al., porque le va la vida en ello, porque por la menor palabra que se supiese,
savria el rey dinglaterra de ilo salia.
V dixome mas, (|uel Rey dinglaterra mostrava esta enemiga con \'. al., por-
que le avia prometido vna promesa, la qual no le cunplya, y que por esto no
casarya su liyio con hija de \'. al., sy V. al. no le cunplyese la promesa. Vo le
pregunte sy sabia que promesa fuese. El dixo que no, syno questo sabia, y cpie
con lo de vuestra hija darya guerra a V. al. Creo que sea esto lo del casa-
miento de la Reyna, porque dize que V. al. se lo prometió, y que la Pringesa
se lo certifyco, y le dixo muchas vezes que lo tuviese por hecho, quella por
hecho lo tenia.
Fueme dicho juntamente con esto: ¿Porque no saca el Rey, vuestro señor,
a don Juan Manuel de las manos del Rey de R imanos y de F"landes.' porqués
cruel enemigo, no solamente de vuestro Rey. mas de todas las casas, y esto mi
por el, syno por su partycular ynterese y porque de su condición es bully-
gioso. Dixele: —
¿Como el Rey, mi señor, lo podra sacar de ay, sy se muestra
su deseruidorr Dixome: —
Yo se quel esta desesperado, y que muere de hanbre,
V sy el Rey, vuestro señor, le perdonase y le diese de comer, quel yrya y le
seruyrya de grado; y sy se muestra agora deseruidor, no es syno por no per-
der lo de acá. pues tiene perdido lo de alia. Dixele: Mas daño podrya hazer —
estando en Castilla y so color de seruidor. que puede hazer agora estando de-
clarado por deseruidor y en Alemania. Dixo: —
Xo, mas es el daño que acá haze
quel que alia podrya hazer; y yo se bien que alia que no lo osarya hazer, y
dándole de comer, que no lo harya; y de mi pareger, por todas las vías que se
pudyese devrya el Rey, vuestro señor, de trabajar de lo quitar de ally, y fa-
gilmente le darya el Rey de Romanos cargo para con que fuese alia. Este que
me dixo esto es vn cavallero que se muestra muy seruidor a Y. al., porque el
y vn erniano suyo dize que an regebido de V. al. mergedes, y conogelo este
en que muestra.
lo
Después desto, el dia de ios Reyes me dieron esta carta de vn Antonio del
Valle, que biue en Enveres, en que dize algo desto.
Agora de nuevo se syente un rumor, el qual avnque no es nuevo, algunos
dias a estado callado, y es quel Rey dinglaterra dize que V. al. le es obligado
a le pagar cien mil escudos que quedaron por pagar del prymer casamiento de
t!4
— 5o6 —
la Princesa, y que no obstante questolro matrymonio no consyga efecto, que
la deuda se le a de pagar, porque ya aquella dote era ganada, pues el prymer
matrymonio consyguyo efecto; y agora se sabe la causa de lo que yo escrivy a
\'. al. en dias pasados, que me avyan dicho que no ternia tan libre la salida
guerra a V. al., syn que a el le costase nada. Y diré que me parege: sy por
lo
toca, no dexe V. al. de hazer lo que fuere su seruigio; mas sy ay camino para
asegurar lo vno y lo otro, \^. al. lo pyense, y en todo prouea para que syn di-
lagion se haga lo que V. al. mandare. Y pues esta claro todo, V. al. escriva
dystyntamente: sy esto fuere, hazed esto, y sy estotro fuere, hazed estotro,
porque no se enpache tienpo en enbiar y esperar correos.
Para sy tal caso nagiere, lo que Dios no quiera, quel casamiento se descon-
gierte, porque! Rey dinglaterra a de querer ser pagado del primer dote, como
dicho tengo, porque en pydiendole que de a la Pringesa a de asyr de Frangis-
co Grymaldo para tomar el dinero, y por aventura de mi, Y. al. prouea a lo
vno y a lo otro, porque yo en la primera señal que conosca quemare las ge-
dulas de canbyo, porque no aya con que demandalle. El dinero se saca poco a
poco de aquí; no se sy aprouechara.
Luego que vyno mi mensagero screvy a la Pringesa hazyendole saber que
avya regebido cartas de X'. al. y que no avya en ellas cosa que se pudiese de-
zyr al Rey dinglaterra; que yo deseava ver a su alteza, porque avya muchos
dias que no la avya visto: que asy por esto, como para darle relagion de lo que
V. al. que su alteza mandase que demandasen al Rey
escrivia, le suplicava
ligengia para que yo pudiese yrle a besar las manos, porque según el Rey es-
lava comigo, porque no quise estar a los desposoryos de su hyja, que bien pen-
saua que avnque yo pydiese la ligengia, que no me la daryan. A su alteza le pa-
regio, o a los de su consejo, que su alteza no se devia poner en ello, syno que yo
procurase la ligengia. \'o hvzelo como su alteza lo mando, y escrevi vna carta
'i) Desdi- aquí hnsta el fin del párrafo. lacha<ln <-n el autógr.ifo
-
— 507 —
al Priiiasello que le (kv\a i|ui' me avva venick) \ ii niensagero <le lui casa, )• tan-
bien venia de la corte de V. al., y que no me avya traydo cartas que tocasen
a ncgogios, porque avya mucho que era partido desimana, syno vna tan sola-
mente del secretarvo de \'. al., en ipie me dezya que después de la l'yesta de
Xabidad \'. al. responderya a lo que se le avia escrito y que, porque avya mu-
chos dias que yo no avya visto a la Princesa, que suplicava al Rey dinglatf
rra me diese ligengia para yrle a besar las manos. Lo c[ue me respondió de pa-
labra es esto, que no mescrivyo: Dizykle al enbasador que yo mostré su carta
al Rey, mi señor, y su alteza da t.d respuesta y dize quel a sabido como el en-
baxadoi-'a hecho gierta ynlormagyon al Rey de Aragón, la c|ual no es buena,
que por eso esta determinado de no hablalle tanto que no aya negogios del
Rev de Aragiin para con el. Por esto no (.[uiere tpie le vea. ni quiere ([ue vea
a la Pringesa, porque no tiene dada segiirydad ni fyangas para aver de hablar
a la Pringesa, y que quando tuviere negogios del Rey de Aragón, quel le dará
audiengia.
OTRA CARTA
f>iira s/i iiltesay fecha ¿n L>n<li\s a s.k de inarQ) de »ix. aíios. Leuola el Ga-
llego.
Después (-[ue escrevy a \'. al. por la vya tle .Martin Sanches de (^amudio,
son venydos aqui enbaxadores del Rey de Romanos y de madama Margaryta,
los quales vynyeron a seys dias del mes de margo, y estuvyeron ocho dias y
luego fueron despedidos syn ver Rey, porque esta malo de la enfermedad de
al
del duque .Alberto de Bauyera y hyja de ermana del Rey de Romanos, y segu-
rándole que sy haze este casamiento, qiie todavya casara con el madama Marga-
ryta, y que le darán todas las segurydades que querrá para que el casamiento
hecho del Princype de Castylla y de su hyja sera fyrme. No lo e sabido esto de
tal orygynal que yo lo tenga por gierto; mas como las cosas desta corte todas
yncontynente que se platycan salgan afuera, puede ser quel que me lo dixo
lo aya oydo en buen lugar. Asymesmo soy avisado que dan mucha pryesa los
Grandes del reyno al Rey para que case su hyjo, mayormente después que lo
an vysto enfermo, y no lo dizen mas con vna <|ue con otra, saluo dezyrle que
se determine en lo que quiere, o le estara mejor, y <|ue case al Pringipe, por-
que ya el Pringipe esta muy onbre y el reyno esta a peligro con vn solo erede-
ro. Dizenme a tomado termino de dos meses para determynarse, y están todos
— 5o8 —
muy niaravyllados como larda \'. al. tanto en responder, o como tarda tanto
to verna aqui vn perlado, y avn certifycadamente que sera don Pedro de Aya-
la, obispo de Canarya; y porque \\ al. sea avysado de todas las cosas, acorde
denbiar este mensagero, porque me parege que para lo vno o para lo otro se-
rya bien que V. al. determinase lo que quiere en este negogio, porque estos
no dexan de pedrycar al pueblo, y por todas las partes que pueden, que por
no cunplir V. al. con el Rey dinglaterra se dexa de concluyr este casamiento;
y avnque de nuestra parte oviese mil pedrycadores, no los harán creer otra
cosa, lo que ya tienen congebido.
syno
Yo no e vysto al Rey dinglaterra desde que se desposo su hyja, porque
muestra tener gran enojo de mi, y no dize ques la causa por que yo no quise
estar presente al desposoryo de su hyja, sino que e hecho relagiones synies-
trasa V. al. por donde V. al. no a congedido lo que el pyde, según lo que
escrevy a vuestra magestad quel Priuasello me lo avya enbiado a dezyr, y que
por aquello no querya verme syno tenia negogios sobre que hablar; y tanjioco
e vysto desde enlonges a la Pringesa, porque a los que consejan a su alteza les
parege que no es bien que su alteza me vea, pues el Rey dinglaterra no esta
bien comigo, y que cree ques bien lo que aque-
su alteza les da tanto credyto,
llos le dizen; y no solamente se fynge estar su alteza mal comigo, mas mues-
ver a la Pringesa, no podre estar syn dezille algo de lo que no me parege bien
de aquellos questo le consejan; y con este temor, no solamente con la Pringesa
an acabado que este mal comigo y que lo muestre, mas an grangeado por to-
das las partes que an podido para quitarme que no pueda comunicar a su al-
teza, y pasan en su casa muchas cosas que tienen negesydad de enmienda; mas
su alteza esta tan obediente a vn frayle i|ue tiene por confesor, que le haze ha-
zer hartas cosas que sy no se hyzyesen, no se perderya nada, y vltimamente
le hyzo hazer vna cosa que la syntio el Rey mucho, y fue questava en vna
rya la esperava conla conpañia que eslava diputada para yr con ellas, vyno el
de se quedar, y pasaron mas de dos oras que madama Marya la eslava espe-
rando, enbio a dezyr a madama Marya que se fuese, que no se syntia buena. De
que los yngleses vieron esto, y avyan visto a la Pringesa en la misa y en la me-
sa, cavalgaron con madama Marya y fueronse, y quedóse la Pringesa sola con
— 509 —
sus iilugeres con solu su niaeslrcsala y con el camarero que \ iio a caso, que
\' _\
no estava ally, y de ally a Rixamonte no avya syno vna legua. El recabdo que
quedo a la Pringesa esa noche no es menester dedillo, porque como cosa na-
cida syn pensalla, no se proueyo, ni ellos so dieron mucha pena para prouello.
Fynalmente. que otro dia el Rey no hy/o mas proueinüento para enbiar por la
Princ^esa, que sy ella tuviera conpañia la que le conventa: y dizenme quel Rey
se enojo mucho de su quedada; y otro dia la Pringesa con tres mugeres ca-
valgando y el maestresala y el camarero y el frayle, syn otra biua cryatura, se
vinieron a Rixamonte, y avia vna. puerta secreta por el parque por do podyan
entrar, y gerraron la puerta y hyzyeronla venir por la puerta publica. V des-
tas cosas le haze ha/er aqueste frayle y otras de peor calidad mil. El Rey a mas
de veynte días que no a visto a la Priní^fsa, ni nunca a enbiado desde aquella
quedada a saber como esta, avncjue a me ayude, que
estado mala; y asy Dios
agora que e conogido bien las cosas de casa de yo quito mucha y la Pringesa,
mucha parte de la culpa que hasta aqui dava al Rey dinglaterra, y no me ma-
ravillo de lo que a hecho, syno de lo que no haze, mayormente syendo de
condigion que quiere que en su casa y en su reyno syn contradigion se haga
lo quel ordena, y sul'ryr el Rey las cosas deste frayle que tan mal le paregen,
onbre que le paregian mal muchas cosas, no pudiendo sufryrlas, a dicho algo
deste frayle, por donde no le a venido muy gran bien; mas V. al. sepa que es
tanto menester remediar esto deslr frayle y quitalle de aqui como a persona
pestífera,que asy es lo gierto.
Kl camarero Juan de Cuero, como inien seruidor, no puede estar que no
diga la verdad, la qual no se quiere oyr. Esta la Princesa con el como sy le
oviese hecho la mayor traygion del mundo, y todo porque va a la mano que
no vendan cada dia vna piega de plata para conplir las locuras del Irayle. Su-
plica a \'. al. le haga merged de vna gedula para quien A', al. mandare que le
tome la cuenta del cargo que a tenido, porquesta muy viejo y no querrya que
le tomase muerte syn averie quitado del cargo questa sobrel. V. al. lo deve
la
devya asy hazer. Sy otra cosa \ al. mandare, mándeme avysar con correo bo-
.
OTRA CARTA
del mismo a Su a/Uza. (Sin ftrha).
Lunes a dies y nueve dias del mes de margo regehy vna carta de V. al. en
y otra en claro, abierta, y por entramas \'. al. manda que regiba el di-
gifra,
nero que Frangysco de Grymaldo tiene acá para pagar el dote de la Pringesa,
y regebido, luego de dello a Lorengo Lecauala e a Bautista e Bartolomé Lome-
lynes, quarenta mil ducados, &, e questo sea secreto, &. Asymismo me dieron
vna carta ¡lara el dicho Francisco de Grymaldo de \'. al. en cjue le manda tjue
luego que fuese cobrado el dinero, \- avn vendólo cobrando, se le darya. y cpie
(i) Esta carta se publicó eu el (.'a/eiuiíi/ . .Siii)lcm. p." ^3-29, tomáiulohi lUI (lescilVa<i<i
(leAlmazán que se guarda en Simancas. La que publico, por ser aut(V,'rafa <lcl einbaja<l<)r.
ofrece naturalmente mejor texto: por ejemplo, este pasaje: de allí d Rixamoiite no liah'a
_)'
una legua, etc., es en el Calendar: y de allí anchamente no lia/iía nn.i le^ni; error que se repite
luego, y .isi otra? equivocaciones que podrá ver el que se tomare el trabajo de cotejar
los dos textos.
— 511 —
yo cunplyrya lo que \'. al. niandaua; mas como yo e escrito a \'. al. de las
sospechas que tenia y temor, y porque V. al. mescrivyo queste dinero eslava
a ryesgo de Agvstin Italyan y de su conpañia hasta tanto que ellos lo vuiesen
de pagar, para pagarlo al rey dinglalerra, yo dixe a IVan^isco de Grymaldo
que me paregia que como de dinero suyo devya disponer, y que serya bien
que sacase de aqui lo mas que pudiese y lo pusycse en Brujas o en otra parte,
gamiento, y hecho asy, que ya tengo escrito a V. al. quel a sacado gerca
el alo
de treynta mil ducados, y algunos dellos con perdida, y otros ni ci>n perdida
ni con ganangia, avnque en el retorno alguna sesperase.
Asymismo las leyes deste rej'no son tan estrechas, mayormente para los
estrangeros, que el que mete aqui hazyenda, de hazer cuenta que, sy se la
a
quieren tomar con justicia, según sus leyes, que la a perdido; y el dinero que
vna ves aqui entra, por ninguna manera puede salir syno por canbio. Av otra
ley, que ningún estrangero puede dar a estrangero moneda de oro, ni a canbio,
ni por mercaderya, so pena que sy la diere, que la aya perdido con el dostanto.
que le darj-a dies y ocho mil ducados que tenia en Brujas y en León, y que
le darya aqui luego dies mil ducados en moneda desterlines,
y que dentro de
quinze dias le harya entero el pagamiento de lo que restava para xlQ duca-
dos: y que para segurydad de aquello, que le darya gedulas de canbio acepta-
das de mercaderes gynoveses que le pagaryan dentro de ios quinze dias, por-
que de otra manera era j'nposyble poder sacar el dinero syn mucha perdida
suya, por tenello tan derramado; y avnque alguno pornia en aventura, sy qui-
syese apretar los deudores, el dicho Lorengo rehusava todos estos partydos, v
bien que tomava los dies mil ducados aqui luego en moneda y los dies y ocho
mil en Brujas y León, porque lestava a el bien; mas no queria regebyr las ge-
dulas de canbio, syno que pusyese los ducados que tenia en oro y las vergas
de oro en la casa de la moneda, y quel tesorero de la casa le saliese a pagar,
o que le diese lo que tenia en ducados, y lo otro que lo hyzvese labrar mo-
neda, y quel tesorero de la casa le saliese a pagar. Frangisco de Grymaldo le
respondió que aquello no lo podia hazer, porque sy el le diese los ducados,
que luego serya condenado en ellos } en dos tantos, y que no se querya po-
ner a peligro con el Rey, pues el no podia sacar daqui estos ducados, ni mo-
neda, syno por gedulas de canbio; y que poner el otro oro en la casa de la
moneda, que le harya perder el tergio, sy viesen que con negesydad yva :\
vendello, porque aqui para los forasteros no ay ley, que sy no quieren tomar
los ducados o el oro por lo que valen, no apremian a ningún natural que lo
- 512 —
tome; y lo que responden es: A este no lesta bien tomallo por lo que vale; sy
se lo quieres dar por lo quel quiere, sy no, tente tu mercaderya. Asy 'que como
todos estos gynoveses no se tengan buena voluntad los vnos a los otros, estos
que an de regebir este dinero trabajan sy pudieren quel crédito de Agvstin
V de su conpañia se amengüe. Yo traiiajo todo lo que puedo para concertallos
V porque se cunpla lo que Y. al. manda syn escándalo y daño del crédito y
hazyenda destotros, y el Frangisco de Grymaldo haze mas de lo que puede
por seruir a \'^. al., y por no dar lugar a la nialigia destos que le quieren des-
truyr. Por ventura escreviran a V. al. alguna cosa que a esto toque; todo lo que
no congertare con esto que yo escrivo, no es verdad, porque esto pasa asy. Y
p sentido destos que an de regebir este dinero, que mas querryan que el nego-
gio viniese a estado que ellos pudiesen protestar, que no que se cunpliese con
ellos,y esto claramente lo an mostra(l<i asymismo por las gedulas de canbio
que yo truxe. Para este dinero no son obligados a dar Agustín y su conpañia
syno a Liu dineros por cada ducado de moneda desterlines, y estos anme de-
mandado que yo les de ducados de oro en oro como dize la gedula, o que es-
criva a \'. al. ducados a quatro sueldos y medio, tiue son
que aqui valen los
avnque a perdido mas de quinientos ducados en las partidas que con este Lo-
rengo Lecauela a hecho, alo ávido por bien, por cunplir lo que V. al. manda;
y porque esto se hyzvese lo mas syn
escándalo que ser pudiese, estos xlS)
ducados son cunplidos a luí. dineros de desterlynes, y para darme los
moneda
otros el se dará toda la pryesa que pudiere, y no podra ser tan breue que no
pase mas de mes y medio; mas ni por esto V. al. dexe de hazer lo que al ne-
gocio pringipal conviene, que en tanto que viene de venir y se ne-
el que a
nuiy gran suma de dinero. .Asymismn a soltarlo y suelta lodos los presos qucs-
— 513 —
tan por deudas de sesenta ducados abaxo; a soltado muchos y haze otros mu-
chos bienes. Mucho se duda de su salud; por tanto, me parege que V. al. de-
vrya echar el que a de venir, o enbiar a mandar
que se a de hazer, (¡ue H\'n
lo
duda, al dicho de todos, el Rey esta pelygroso, y este reyno no syn peligro, y
no puedo dexar de dezyr esta palabra: cueste a \^. al. lo que le pudiere cos-
tar, y quede la Pringesa casada en Inglaterra.
que hecho despedir los yngleses quel Rey le dio por ser-
at[ui tiene t|ue le a
Pringesa, que se la creerán, y serán tenidos por erejes los que no la creyeren.
E sabido agora que la Pringesa deue aqui mil lybras o mas, y que tiene
dadas gedulas de su mano fyrmadas de las pagar; y a mi an venido a reque-
ryrme algunos que les haga pagar, y no es de dudar que sy ven que la Prin-
cesa se a dir, que enbargaran la ropa por las deudas, y avn el Rey holgara de-
Uo; por tanto, V. al. este de todo proveydo. Mil lybras valen quatro mil qui-
nientos ducados. Esto es lo que se sabe, y créese ques harto mas, syn la plata
que pocos dias acá se a enpeñado.
Según lo que de algunos e conogido, creo que sy V al. viniese en consen- .
tir en este casamiento del Pringipe de Castylla y de la hyja del Rey dingla-
terra, que V. al. ganarya para syenpre su amistad, y que no avrya detenimien-
es
- 514 -
puesta de \'. al., para que todos vean que queda syn cargo sy el Prini^ipe no
casare con la Pringesa. Annie dicho que es venido atjui vn mensagero del car-
denal de Rúan, el cual viene a hazer saber al Rey como le quieren enbiarvna
onrrada enbaxada, y avn ques partida para venir, y que se cree que vienen a
hablar en el casamiento de la hyja de Angulema, y quel Rey le a respondido
que por algunos dias se detenga hasta quel este bueno, porque no esta para
regebir enbaxadores. No lo tengo esto por muy gierto; mas como tengo escrito
a V. al., plaga las cosas que en secreto se platican. Puede
luego salen aqui a la
V. al. quel Rey^ dinglaterra esta tan al cabo de sus dias, que creo yo que no
esperara a ver el tienpo en que sera razón de celebrar las bodas del pringipe
de Castylla y de su hyja; y creo yo que sy el pringipe de Gales no quedase
casado con la Pringesa, que avrya liarla duda en hazerse el casamiento, avn-
questo pyensa la Pringesa al contraryo, o los que se lo hazen creer.
Después que escrevy a. vuestra magestad con vn cryado del obispo de Ca-
narva v enbie la carta de pago de los cpiarenta mil ducados que V. al. mando
que se diesen a Lorengo Lecauela, gynoves, se a agravado la enfermedad del
Rey dinglaterra en tanta manera, que todos afyrman ques muerto, y por mu-
chas novedades que se an vysto se tiene por gierto; y como quiera cjue quie-
ran tener su muerte por algunos dias encubierta, o que los que esto quieren
encobry^r digan ques byuo, no se cree, mayormente como vean que los médi-
cos que le que hasta aqui no so-
curavan tienen espagio de venir a Londres, lo
lian hazer, ni se partian vn momento de la cámara del Rey; mas sea byuo o
muerto, ni los que lo quieren encubrir ni otro ninguno no tyenen esperangas
que a descapar, porque del todo esta consumido, y no ay virtud que le pueda
ayudar; mas lo gierto es quel a dado ya fyn a sus dias; y demás desto ay otra
novedad, que llevan a la Pringesa a vna fortaleza que se llama Vinsor, y to-
dos mercaderes estrangeros algan su ropa y la ponen en seguro. Yo e teni-
los
vuo ninguno c|ue sobre aquello mas replycase, porquel confesor se lo dixo de-
lante de algunos del consejo; y e sydo avysado que vna persona, cjuando vydo
al Rey en tal estado, le dixo algunas palabras en perjuyzyo de la Pringesa: no
me declararon que.
Syno tuese el tienpo tal, suplicarya a \'. al. muy ahyncadamente ipie tu-
Pryngesa ponga en obra que me an dicho que su alteza a dicho, que traba-
lo
jara que V. al. me mande llamar, y con mi desonrra; y avnque sea seguro que
V. al., syn saber gierto porque, no me querrá desonrrar, pues de antes de ago-
ra tiene espyryengia de mi fe y lealtad, harta verguenga serya para vn onbre
mientos, ni los onbres que juzgan de las obras, no podran ni sabrán dezj'r de
mi cosa que pueda envergonzar mis canas, y estas paregeran ante Dios y ante
\'. al., tan syn verguenga en quanto a ser linpyo y leal seruidor de V. al., que
no temo a ninguna persona deste mundo que contra esto me pueda macular.
Dexo descrevyr a V. al. vn largo progeso y de poca sustangya, avnque a sydo
para mi de mucho enojo y de mayor verguenga y afruenta, por el tienpo en
que me toma la bos; mas sy el que V. al. a denbiar a de venir presto, pues
aquel podra mejor hazer lo que yo aqui hago, besare los pies y las manos a
vuestra magestad que me congeda la ligengia, que por gierto, ocho meses a
que estov tan ganoso de dexar esta vyda, que la señora Pringesa no tiene mas
gana de no verme aqui que yo tengo de averme ydo, y esta mysma gana ter-
nan todos los que vinieren, sy presumieren de lo que yo e presumido, ques
seruir lealmente v svn mentiras.
OTIíA CARTA
para el Rey, nuestro señor, hecha en Londres a tx. dyas de abril de fjoqafws.
Leñóla 'Juan de Palacios.
A V. al. e escryto muchas vezes que mande que se tome la cuenta a Juan
de Cuero del cargo que a tenido, porque con aquello se porna freno a los des-
ordenes del vender y del dar la Pryngesa lo que tiene syn ninguna orden ni
razón, y agora es mas menester que nunca, porque hasta aqui ase defendido
en muchas cosas con el mandamiento quel Rey le hyzo que pusyese muy buen
recabdo en las cosas de la Pryngesa, sy no, que se tornarya a el, y con esto a
- 516 -
estorvado que no sea vendido mas en grueso de lo que se a hecho; mas agora
que no ay freno, no lo podra el resystyr, porque ya se ven señales de lo que
podra sugeder. O V. al. mande que se le tome la cuenta, o mande escrevir al di-
cho Juan de Cuero que no consyenta meter la mano en lo que esta a su cargo,
que ya no ay coxyn de seda ni de brocado, ni cuentas, ni cosas menudas de
oro, ni alhonbras ni colchas ni naday de la plata como de cosa robada se dis-
pone della; todo anda perdido.
Son diversas opyniones de la muerte del Rey: los mas gertifycan ques
muerto, otros dizen que no; mas todos congiertan en que no puede biuir dies
dias, sy no es muerto. Su alteza prouea como sy fuese muerto, porque acá de
tal manera proueen todas las cosas, y con correo que haga dilygengia, porque
Pringesa, dixo vno dellos que, a lo que podya conoger del Pryngipe, que no,
porque se le hazya congiengia casar con la muger de su ermano; mas estas son
nuevas de no muy giertas personas. Vuestra magestad prouea como conuiene
a su seruigio; mas de vna cosa sea gierta V. al., que no an de responder bien
a ninguna cosa, sy vuestra pnagestad no confyrma el casamiento de madama
Todas las dilygengias que e podido hazer para hazer saber a V. al. la nue-
va del fallecimiento del Rey dinglaterra e hecho, mas no me a aprouechado na-
— 51/ —
(la, uuc sxi'iipre me an tornado las cartas a la mano, ([iie no an ]jo(li(lo pasar:
van todos los yntereses: a mandado pregonar que todos los que se syntiesen
agrauiados de su padre o de sus ofyziales, que vengan a_ mostrar su razón ante
los de su consejo, y ([ue sy se hallare ([uestan agrauiados, t[ue los desagravya-
ran, \' otras muchas cosas de bien se dizen, de que el pueblo esta muy alegre.
Yo quise yr a besar las manos al Rey nuevo, y procúrelo por hablar con
quiere antes que pase vn enbaxador del rey de Frangía questa en Boloña es-
perando lygengia para pasar, y antes que vengan enbaxadores de Flaiides, por-
que se dize claramente quel de Frangía vyene a hablar en casamiento para el
Rey, y esto de antes que su padre muryese avya uenido ally este enbaxador.
Por el presente no ay mas que dezyr, syno que la Pringesa esta en \'insor, y
que no se a^'uda bien para sus negogios.
De Londres a xxvii. de abryl de dix. (Sic, aunque al principio dice q de abril).
OTRA CARTA
del embajador paj-a su alteza. A viii. de mayo. Levóla correo: a dyr en ocho
dias.
Después que escrevy a V. al. a los xxvu. de abryl con correo propyo ha-
zyendole saber del fallegimiento del Rey dinglaterra, vn cavallero de los del
- 5i8 -
consejo del Rey me dixo ([uel Rey avya estado mu\- quexoso de V. al., por
aver tardado tanto en le responder a la idtynia escrytura me avyan dado
(jiie
sas; que sy esto no pudiese ser, que holgarya de hablar a los del consejo para
condolerme de jiarte de \'. al. del fallegimiento del Rey, \- para congratular-
me de la sugesyon del Rey nuevo, y para hablalles algunas cosas que conue-
nian para el negogyo a que yo era venido, líllos menbiaron a dezyr que no era
costunbre de yr a hablar al Rey hasta que ¡casasen giertos dias, y que a ellcis no
serya posyble hablalles, por lasmuchas cosas que lenian entre las manos; mas
quenbiauan al secretario del Rey con quien yo hablase, sy algo les querva de-
zyr, y quel lo referyrj-a al Re\- y a los de su consejo. El secretaryo vyno a mi,
lunes primero de mayo; yo le dixe: Secretaryo, por aventura el Rey, que glo-
rya aya, y los de su consejo estaryan maravyllados como el Rey, mi señor, en
tanto tienpo no a respondido a la escrituraque me distes que le enbiase, y la
culpa no es de su magestad, porque a muchos dias C[ue respondió; mas es mia,
que no e querydo dar la respuesta esperando quel Rey, que Uios aya, estarx'a
bueno, y que en estando bueno, le darya la respuesta, pues no aprouechaba na-
da dezyllo a los del consejo, no estando el Rey tal para poder entender en ne-
gogios. Nuestro señor alo querydo levar para sy; asy que no creays quel Rey^
mi señor, esta tan descuidado deste negogio. Lo que su alteza responde a los
tres puntos que demandays es lo syguiente: Ouanto al prymer punto, que es so-
bre la paga del dote de la Pryngesa, su alteza dize que le plaze (jue se haga se-
gún y por la manera que entre el Rey, que Dios aya, y mi fue concordado, con-
vyene a saber, quel Rey, mi señor, da gragiosamente a la Pryncesa, su hyja, las
pyedras y perlas y collares y cintas de oro, y quiere que la plata de la capilla
no entre en cuenta del pagamiento, y asymismo la vaxylla con que la Pringe-
sa se syrue continuamente, y que lo demás que sea apregiado según la forma
de la capytulagion, y que se tome en cuenta aquello que montare, y quel resy-
duo se pague en moneda contada.
Iten, quanto a la renungiagion del dote de la Pringesa, el Rey mi señor,
Rey, mi señor, dará la escrytura que sera menester para segurydad dello, por
sy y por sus sugesores: y en este articulo nos detengays, que la IVyngesa sera
contenta de lo renungiar, con tal que su alteza sea dotada de tal dotagion qual
le prometistes, y que sea declarado donde lo a de aver y quanto a de aver,
— 519 —
pori|uc sy cascí diere, Id ipie Pios no (|iiiera, i|uc c|ued;ise hiurla, ciue ao cstu-
vyese como a estailo hasta aqiii, y sepa con que a de biuir y sostener su
estado. Ouanto al tercero |íunto, c[ue es dar el Rey, mi señor, coiifvrninciou
y apn)ua(;¡oii del casamiento hecho del Pryngipe, su nieto, con madama Ma-
rva, livjíudcl Rc\' dinglaterra, el Rey mi señor, comunico este articulo con al-
gunos tirandes del reyno, y asy a los Grandes como a los del consejo les
pare<,-i<i cjue en ninguna manera por el presente no lo devya hazer, porque era
en mucho perjuyzyo de su onor quel consyntiese quel Rey de Romanos casa-
se su nieto y su eredero syn su sahydurya, y que su alteza ouvese de confyr-
mar en tal caso lo quel Rey de Romanos ovyese hecho; y no enbargante que
esta fue la opynion y consejo de
los Grandes y de todos los de su consejo,
su alteza dize t|ue ruega Rey dinglaterra, su ermano, quel quiera i^cle-
al
hrar las bodas de sus comunes hyjos, pues que este casamiento se concertó
y asento antes que ovyese pensamiento de hazer estotro; y que después de
gelebradas las bodas, sy algo el serenisymo Rey, su ermano, le pydiera, (¡ue
su alteza hará de tal manera que no quede del descontento; asy que, señor se-
cretaryo, breuemente esta es la respuesta quel Rey, mi señor, a dias que men-
bio, y por no estar el Rey en dispusygion para hablalle, no la e dado hasta ago-
ra; y agora me parege que la respuesta tiene sazón, y que el señor Rey no tiene
porque dexar de hazer luego sus bodas juntamente con su coronación. Y pues
avevs vysto lo que nunca vystes ni oystes en Inglaterra, quel Rey a sugedido
tan jiagifycamente, ques esto muy ageno de la costunbre dinglaterra, sugeda
asymismo en las amigygyas de su padre, mayormente en la amistad despaña,
que tan prouechosa a sydo para estos reynos; y mire su alteza, y vosotros se-
ñores los de su consejo, quan pelygrosas son las enemistades de los pringipes,
y mas sobre tal caso serva peligrosysyma, y hazyendo su alteza sus bodas,
como yo espero que las hará liberalmente, pues el Rey, mi señor, cunple todo
lo que le aveys pedido gerca de su casamiento, crea que no querrá después
cosa del Rey, mi señor, que no la aya, sy onesta fuere de hazer, porquel Rey,
mi señor, ama al Rey vuestro moderno como a su verdadero hyjo, y teniendo
el señor Rey dinglaterra talpadre y tal ayudador, no tienen de cjuien temer
en el mundo; ) sy por la desaventura de la christiandad otramente se hyzyese,
lo que Dios no quiera, mucho daño seria jiara el que mejor lybrase, y por
esto, syn detenimiento, su alteza deve hazer sus bodas, porque tanta quanta
mas liberalydad en esto mostrare, tanto mas oblygara al Rey, mi señor, para
avelle de conplazer en las cosas que le pydiere.
El secretaryo se fue con esto y relatólo al Rey y a los de su consejo, y
dende a dos dias tornaron a mi el Priuasello y el Secretaryo, y el Priuasello
me dixo: — Rey avemos oydo lo quel secretaryo que aqui
Los del consejo del
esta nos dixo que vos le hablastes, y avemos platicado sobrello, y querryamos
que abryesedes vuestro pecho con nosotros, porque no se ponga mas dilagion
en este negogio; y sy ay otra cosa mas ([ue dezyr, no la guardes para mas tarde,
svno dezynosla; y deves consyderar <|ue ya el Rey es Rey y no Pringy|ie, y
—
— 520 —
que dotra manera se a de hablar agora en esto que quando era Pringype. Vo
le dixe: —
Yes e dicho claramente lo que el Rey, mi señor, respondió; no me
queda mas que dezyr; y quanto a hablar dotra manera en este negocjio, en
nuestro pensamiento no ay ninguna novedad, que sy agora el Rey es Rey, con
ese pensamiento estañamos que lo avya de ser, y quanto a esto no me parece
cpie ay en esto novedad de lo que pensauamos que avya de ser. Dixo: Ver- —
dad es; mas hasta aqui tratavanse las cosas con su padre, y agora anse de tra-
tar con el, que es Rey; y digo esto, porcjue la amistad que con su padre avya
era muy y aquella ya a espyrado, y es menester que se haga con
flaca, el
Rey, mi señor, y vuestro Rey hecha, ni la tengo por espyrada, porque aquella
era con tales fuergas ytal, que a viendo menester el vn Rey al otro y el otro
al otro, tenia cada vno gierta ayuda del otro, y esta amistad sestendia para ellos
—
y para sus sugesores in perpetuum. Dixo: Asy es verdad; mas comengemos
la platica del comiengo, y vamos discurryendo por ella y asentemos en algu-
na cosa. Byen me parege, dixe yo, lo que dezys; yo estoy presto para oyr,
pues yo e dicho lo que avya de dezyr. Dixo: —Paregeme que para la onor del
Rey, vuestro señor, que no esta bien que se ponga en querer que se tome
parte desta plata en pregio, syno que se paguen las gien mil coronas; sy en esto
nos congertamos, pasaremos adelante. Dixele: —Syn razón pedis, y alguna cob-
digia mostrays; baste lo quel Rey, mi señor, a hecho, y contentaos con ello,
sentimiento del casamiento del Pryngipe, cjue le parcgia que era cosa muy ra-
zonable que V. al. lo consyntiese, y sy no lo avya V. al. querido congeder al
padre por algunos respetos, que no lo devya negar al hyjo, pues V. al. avya
de ser padre del y de sus ermanos, y que en tener a V. al. pensava que no
avya perdido padre, y que pues en el mundo no se podya hallar casamiento
mas a proposyto del Pryngipe para lo que se dirá adelante, que V. al. no lo
devrya rehusar.
Iten, que ellos vyan quan asydo estava V. al. de la amistad de hrangia, y
que consyderavan la poca costangia de los franceses, y que nunca tenian con
ninguno fyrme amistad, sy ellos se sentían poderosos para hazer lo que qui-
syesen y cobrar alguna ventaja sobre sus vezynos, y que consyderavan que
V. al. y el rey de Frangía eran ya onbres de edad y mortales, y que el rey
dinglaterra era mogo y el Pryngipe de Castylla niño, y que la casa de Ingla-
terra no tenia otra contraryedad en el mundo syno era l'rangia, y (¡ue esta
— 521 -
misma contraryodad tenia la casa de lioi-j^oña, y fiue sy estas dos casas que-
dasen y estuvyesen muy unidas desde la vyda de V. al., que syenpre se con-
seruaryan sus estados, y que sy algún tienpo lúe menester esta unión, que
era agora, porquel rey de Frangía se hazya cada dia mas grande, y sy estas
casas no estuvyesen conformes. y vniílas, (¡ue fácilmente las pedia deshazer; y
que V. al. devya consyderar que la casa de Horgoña ya estava encorporada
glatcrra asymisnio, vos queryendo, avya de ser de los nietos de \'. al., y cjue
1 1 casa de Frangía nos tocava nada, y que aquella serya amiga de V. al. tanto
([uanto los tuviese bien; y que avnque en vida deste Rey tuviese V. al. gierta
la amistad, que no sabya como la ternia con el sugesor; y avn que no asegu-
rava que amistad deste y de V. al. serya perpetua, según la condigion de
la
V. que era negesaryo que esta amistad se hyzyese mas fyrme, y tal (¡ue
al.,
paregiese que en hazer este casamiento ganava mas de tomar muger, y questo
me dezyan con muy sana y buena voluntad, y que pues V. al. era padre del
rey dinglaterra, y el asy tenia y avia de tener a \'. al. por padre, que era ra-
zón que todos supyesen que era y avj'a de ser asy en efetto; y avn que me
jurava el Priuasello por las ordenes que tenia que el sabya muy bien quantas
vezes el rey de Frangía, después que V. al. avya hecho con el amistad, avya re-
querydo al rey dinglaterra que quysiese casar su hyjo con el ermana del Dal-
fyn, y que hyzyesen entre ellos amistad, amigo de amigo y enemigo de enemi-
go, y que no lo dexase por la palabra de casamiento que tenia dada de tomar
la hyja de V. al., cjuel se oblygava de hazer a V. al. que consyntyese en ello; y
que esto no me lo dezya por poner zizaña, ni por apartar a V. al. de sus amista-
des; mas porque era verdad que muchas vezes avya requerydo al rey dinglate-
rra con esta razón, y dixome mas: Xo se la segurydad quel Rey, vuestro señor,
tiene de los frangeses; mas nosotros bien pensamos que sy el rey de Frangía
a vytorya de los venegianos y se ve prospero en Italya y con tan gran poder
como agora tiene alia, que a de pensar dir adelante so color de yr contra los
turcos, porque los frangeses son de tal condigion que no pyerden punto de lo
que pueden hazer, ni tienen acatamiento a que van contra la verdad ni amistad
que tienen; hagan ellos su demás no se les da nada. V en
hecho, que de lo
esto fenegio la habla por este dia. Dixeronme que comunicaryan con el Rey y
con los de su consejo lo que avyamos hablado, y que me daryan resoluta res-
puesta para que pudiese enbyar correo bolante a V.al.El Priuasello me dixo en
secreto: Dezyd al Rey, vuestro señor, que yo consejo a su magestad que se re-
suelua en lo que a de hazer, y presto, y que case su hyja antes que comiengen
a venir estorvadores, porque los del consejo del rey de Inglaterra son muchos
y cada vno tiene su opynion, y agora todos están buenos en esto; sy el Rey,
vuestro señor, qiivsvere hazer tal amicycya con el Rey nuestro, qual deve ser
— 522 —
enti-e padre y hy¡o, convyene a saber, amigo de amigo y enemigo de enemi-
go, y consentyr en estotro matrymonio, pues es cosa onesta, y agora no lo
liara el Rey de Romanos, syno el, y no lo congedera al Rey su ermano, syno
al Rey su hyjo, y como seruydor yo le consejo esto por el deseo que tengo
del servicio de la Pringesa y de la vnion destas casas. Otro dia tornamos a ha-
lilar el Priuasello y yo, y dixele c[ue qiierya yr a ver a la Pryngesa, <jue hyzye-
se al Rey que me dyese ligengia para vella.- Ryose mucho. Dixele; De que os
reys? Dixo: El Rey enbiara al camarero de madama iNIarya que os dexe entrar
en la corte y os aconpañe, mas no se sy la Pringesa os querrá ver. Yo me
hyze marauyllado de aquello. Fj'nalmente, me
y sy nos quy-
(jue dixo: Yd alia,
en estotra carta, y diré lo que toca al caso. Otro día estos que e dicho fueron
ally sehablaron todas las cosas; y para no hazer luengo progeso, asentamos en
esto:que lo de la amistad agora se quedase en aquella fuerga y vygor y esta-
do en questava en vyda del rey defunto. En lo del casamiento del Pryngipe y
madama Marya, (¡ue yo le besase la mano y la llamase l^ringesa de Castylla, y
— 523 —
que por agora eran contentos. I"".n lo de la renungiagion del dote, la l'ringesa fue
contenta de lo renungyar y ellos le prometieron cpie le darya el Rev la doia-
QÍon (|ue tenia la Reyna, su madre, y en aquellas vyllas y castyllos y casas en
quella la tenia, y í[ue serya tan onrrada dotagion como le pertenegia, y que
no fuéramos tan adelante por mas vos nos aves engañado. Yo los
la platica:
dixe: Este no es engaño; tened confianga, que por defetto de la paga no gesara
esto. Dixeron: En ninguna manera no se dará tal tienpo, porque esto avemos
hecho por escusar dentrar en negogyagyones que nos mueven, y algunos del
consejo están dotra opynion que nosotros estamos, y sy la platica comiengan
podrya ser errar nuestro negogio. Yo les dixe que mirasen las causas que avya
ávido para esto y quan repentynaraente era venida esta cosa; que pues el rey
dinglaterra no tenia negesj'dad para aver menester el dinero, que no ynpydie-
se esto el negogio, pues era llegado a tales términos. Dixeron: Xo podemos dar
ni vn ora; antes lo dicho es ninguno. \'o les dixe muchas razones, que vo busca-
rya modo como cumplyesen gincuenta mil coronas luego, y que para lo otro
se
dyesen vn tienpo. Dixeron que no lo podyan hazer sy no fuese desta manera:
que les diese gincuenta mil coronas luego y fyadores abonados, para que den-
tro en quarenta dyas les pagaryan el resto. Yo les dixe questo no sabya sy lo
podrya hazer; mas que yo trabajarya lo que pudyese; mas que me paregia
que todo lo borra van quanto avyan byen hecho en hazer este estremo. Dixeron
que no podyan mas, y que me avysavan questavan las cosas muy en pelygro,
porque de muchas partes tenían aberturas de casamientos, mayormente de
Frangía y del Rey de Romanos, y que por escusar las platicas ellos avyan tra-
bajado de traello a este estado, y que se hallavan engañados. Fynalmente, que
lo que pude acabar con ellos fue esto: que hasta en fyn del mes de mayo me
davan de tienpo para que yo escriviese a V. al., y para que proueyese luego
de la paga y de todas gíen mil coronas, porque no entendían tomar de la plata
nada, porque ellos avyan sabido que lo quel Rey avya de tomar della que eran
algunas fuentes que le paregieron bien, que no creyan que valdryan dos mil
ducados, y que no tomaryan nada, y que sy esto no querya, que lo dicho fuese
ninguno, y pues en todas las otras cosas hazyan o avyan hecho lo que yo
avya querydo, que no negase esto sy querya que la negogiagíon viniese a
conclusyon; y que me apergebian sy en este mes de mayo no respondyese
V. al. con obra, o seys días después, que no tuvyese por hecho nada; asy
— 524 —
que yo les concedy la paga de todos gien mil escudos y les dixe que yo es-
cryvyrya con correo bolante a V. al., y que no dudasen de la paga. V. al.
uea el pelygro en que esta el negogio, y quanta verguenga sera que cosa tan
concertada se descongierte por defetto de la paga, y V. al. prouea con correo
bolante y con efetto, porque 3'a no aprouecharan palabras, y sepa V. al. que
ya estar, a la puerta enbaxadores que no les dan lugar que entren en el reyno
hasta ser esto hecho o despedido; y V. al. se aproueche agora de muchos a
quien aves hecho mergedes y prestado o canbiado o enpeñado. V. al. cunpla sy
quyere casar su hyja. Después el conde de Sorrey y el secretaryo me dixeron:
Porciue no tomays aqui el dinero a canbio?. Yo les dixe: Porque tanta suma no
la fyaryan de mi. Dixeron: Pues nosotros como amigos os dezymos que busques
remedio de dinero o fyangas, y que pages, porquesta muy pelygroso el negogio,
que aves dado armas a los que en el consejo son contra nuestra opynyon. Yo les
dixe no puedo mas hazer denbyar correo bolante al Rey mi señor, y entre tanto
buscar como os pueda pagar gyncuenta mil coronas y dadme plazo para en
que se puedan pagar las otras gyncuenta mil. Respondieron: No ay lugar de di-
lagion; buscad las gyncuenta mil coronas y fyadores tales que se oblygen a
pagar de aqui a quarenta dias las otras gyncuenta mil coronas, y hares bien;
donde no, sea Dios testigo cjue por vosotros queda. Y vyendome yo apretado,
e hecho a Frangisco de Grymaldo que tome quynze mil ducados a canbio pan
conplyr las gincuenta mil coronas, sy estos las quysyeren regebir y trabajar
con ellos por aver plazo para el resto, y quedamos el y yo oblygados al can-
byo V recanbyo, según se suele hazer, y sy l'rangisco de Grymaldo hallara
quien le fyara toda la cantidad por seruir a V. al. toda la carga tomara a cues-
tas; mas no ay quien tanto dinero tenga, y yo creo bien, según el poco dinero
aqui hay y la esperanga que de estos canbyos tienen, quel perderá en este mer-
cado. Kl a tomado estos dineros a canbio, como digo, por seruir a \^. al.; el a de
pagar alia, digo el; mandar pagar estos quinze mil ducados al fyn
V. al. a de
desta ferya de mayo en Medina y ase de pagar por cada ducado cccc.xii ma-
ravedís, y acá se an de pagar los ducados a gyncuenta y tres dineros de mo-
neda desterlynes. A \^. al. suplyco que mande que se cunpla al tienpo, pues
sabe quanto cregen los recanbios, y que no tenemos el ni yo caudal para les
pagar. Y V. al. mande luego despachar este correo o otro para que se sepa la
voluntad do vuestra alteza. Y no crea que sy no viene luego el despacho como
esta asentado, que darán vn dia de plazo ni de dilagion. Asymismo, Frangisco
de Grymaldo por la mucha gana que tiene de seruir a V. al., trabajo de bus-
car fyangas para los otros gincuenta mil escudos y hallólas para plazo largo en
que se pudiesen buscar y no lo quise hazer, por ser tanta la can-
los dineros,
tidad, syn consultallo a V. y avn porque estos que avyan de fyar era ne-
al.;
gesaryo que tuviesen gierta segurydad; mas por que no sabya avn sy estos
<|uerryan dar tan largo plazo, y por no detener el correo, como digo, no lo
quise ag«>ptar; mas sy alia no se puede poner remedio tan presto, contentando
V. al. a .Vgvslyn de Grymaldo y a .A.gvstyn de Byualdo, a quien van las ge-
— 525 —
(lulas de los iiiiin/e mil ducados, se liara acá la fyanga, avnque no creo que
para largo plazo la ([uerra regebir: mas lo mas seguro serva que \'. al. en con-
tado con toda pryesa ]5roueyese.
Estando (.¡ue iiuerya despachar este correo, me dieron una carta de \'. al.
y otra del lygengyado y tesorero Vargas; por ella manda de veynte \'. al. ciue
Un correo que vino agora de Flandes en ocho dias, ha certificado que tO|jo
en Francia otro correo que venia de Inglaterra para mi, y que le dixo que el
rey de Inglaterra es muerto, y que luego en muriendo el, los ingleses alzaron
por Rey al principe de Gales, su fijo,
y que el dicho correo iva la via de I.eon
y de alli había de volver para mi; el qual fasta la hora que este parte, no es ve-
nido y si la dicha nueva es verdadera, bien veo quanta razón habia para que
vos me la ficiesedes saber con correo volante y no se a que proposito el dicho
correo dexo el camino derecho para aqua y fue de León, y sospecho la via
que creyendo vos que el rey de Francia estaba ahun en León, screviriades
algo sobrello a mi embaxador que esta con el rey de Francia, que os parece-
ría que convenia quel procurase alli y que dadas las cartas se viniese para mi;
y si esto es, como no habrá fallado en León al rey de Francia, pienso quel di-
cho correo sera ¡do a Milán, donde agora esta el rey de Francia, y que assi
tardare yo mucho en saber la dicha nueva y vuestro parecer, que creo que
me screviriades, de lo que yo debía proveer; y porque para tan grande nego-
cio no puede ser sobrada ninguna diligencia que sobrello se faga, acorde de
enviaros este correo volante para avisaros de lo que en tal caso habéis de fa-
cer. Si la dicha muerte del rey de Inglaterra fuere verdad, porque es de sos-
pechar que assi de Francia como de otras partes trabajaran quanto pudieren
por estorbar el casamiento de la Princesa de Gales, mi fija, por ganar al dicho
contenidos enla dicha mi carta con mas largas palabras lo mejor y mas dulce-
mente que pudieredes, y decidle por virtud de la creencia todo lo al que vie-
redes que convenga y de que el pueda recebir mayor contentamiento, ségund
el estado de las cosas de alia; y después de dicho esto, decidle de mi parte que
de que yo le ruego muy afectuosamente que Cjuiera haber por bien de ve-
fijos,
larse luego con la Princesa, mi fija, su esposa, que vos complireis ahy lo de la
dote; y que assi mismo el Rey, su padre, me habia enviado a demandar al-
gunas cosas, las quales yo no habia querido otorgar, porque supe que en vida
del rey don Felipe, el Rey, su padre, no me fuebuen hermano; pero que agora
<|ue todo sucede en beneficio del dicho Rey, mi fijo, y de su estado, que lo
lo susodicho que vos por virtud de los dichos nuestros poderes otorgaredes y
firmaredes en nuestro noml)re, y que dello le daremos todas las escrituras y
cautelas necesarias, y assi lo faremos de manera que no se dexe ni dilate de
fazer el Y si por aventura jjara mas abre-
dicho casamiento por ningLma cosa.
viarlo vieredes que sea necesario prometer de mi parte algim dinero a algu-
na persona de las mas cercanas del dicho Rey, mi fijo, que tenga mas mano
en la negociación para poderla acabar, facedlo, que yo lo complire de la ma-
nera que lo prometieredes, porque el dicho casamiento se concluya luego; y
pues vedes lo que en esto va al bien y collocacion de la dicha Princesa, mi
fija, que yo tanto amo y a mi estado, y vedes que vos envió otorgado todo lo
que fasta aqui detenia el efeto del dicho casamiento, por mi servicio que os
desveléis, y que con grandissimo cuydado y diligencia y buena prudencia y
maña trabajéis que este casamiento se efectué luego, y que no se dilate, pre-
suponiendo que en darle priessa agora de fresco antes que la cosa se enfrie y
antes que se ofrescan otros embarazos, consiste todo el bien deste negocio, y
que quanto mas se dilatasse, seria mas dificultoso, y no curéis de fablar agora
a la Princesa, mi
lo del confessor ni en otra cosa que sea fuera deste
fija, en
proposito, sino en caso que aquel estorbase el efecto deste casamiento, antes
si pudiere aprovechar os habéis de ayudar del para ello, y agora todo vuestro
CARTA
del Secretario Alniazán al embajador Fuensalida. (/) Valladolid 11 de
Mayo de ijog.
(i) Archivo general de Simancas. Tratados con Inglaterra. Legajo 5. Folio 111.
Publicada en el Cale?idat\ 2." ¡i.^ en extracto y en inglés.
1 1 ,
— 529 —
la conclusión de este negocio, demás que el servicio sera grande, para vos, se-
ñor, sera mucha reputación y mucho mérito, y por esto digo que os fagáis pe-
damos por acabar este casamiento. Pareceme (¡ue lo primero debéis tomar para
ello prenda de firma y juramento del Rey, confirmando lo pasado si en las
velaciones hay dilación, y después desta primera prenda, procurar que se des-
posen por palabras de presente, diciendo que aunque están desposados, es bien
c|ue confirme aquel auto de desposorio agora como Rey. Lo tercero han de ser
las velaciones; pero si una vez se desposasen |>or palabras de presente, aunque
lo otro se difiriese algo, ya el negocio estarla seguro. Ouanto al recaudo que
dice el Rey, nuestro señor, en su carta que vos envia para la paga de los
lOO.OOO escudos, no va con este, porque como el dinero se saco de ay, y esta
derramado en tantas partes, no puede volverse ahy sin algún discurso de tiem-
po. Este trabajaremos que sea el menos que
y que haya ahy quien
ser pudiere,
prometa luego de pagar a cierto plazo, y con este recaudo se vos enviara lue-
go otro correo, que a su alteza le pareció que este no se debia detener, porque
podáis asentar con esos poderes toda negociación; y pareceme que en lo de
la
la paga debéis decir que tenéis recaudo para complir, porque en tanto que
asentáis bien, vos enviaremos el despacho, y siempre tomareis algún tiempo
para la dicha paga, pues les darán ahy no habéis de po-
fiangas &; pero agora
ner duda ni fablar en tiempo fasta que todo lo otro este concertado, que como
digo, tras este ira el despacho del dinero.
Manda que proveáis con los mercaderes que el dinero que no es
su alteza
sacado de ahy de lo que estaba alia no se saque en ninguna manera.
CARTA
del Rey Católico al embajador Fuensalida. I ''alladolid 18 de JJaj'o de i^og. (./)
Con Juan de Azcotia, que partió de aqui por las postas a once del presen-
te y ofreció de ser en Cales en II dias, vos escrevi que ficiesedes ultimo de
potencia por que se concluyese y efectuase luego el casamiento de mi fija con
el Rey de Inglaterra, y vos envíe poderes mió y de la Reina de Castilla, mi fija,
(i^ .Archivo geoeral de Simancas. Tratados con Inglaterra. Legajo 5. Folio 115. (Cifra).
Publicada en el Calendar. 2." pát;. 15: extracto en inglés.
— 530 —
para que en mi nombre v suyo confirmasedes el casamiento del Principe Don
Carlos, mi nieto y fijo, y de madama Maria, hermana del dicK;i Rey'de Ingla-
terra, y que le otorgasedes en nuestro nombre que no se pudiese re[)etir la
dote, y que le dixiesedes que me placia de pagar los cien mil escudos en di-
nero, porque todo esto que negaba al Rey, su padre, holgaba de facerlo por el,
porque lo tengo por y he gana que estemos muy unidos, y
muy verdadero fijo,
vos envié caMas niias para el Rey y para mi fija, y todo este despacho vos en-
vié duplicado con Petijuan, correo que partió de aqui a 14 del presente y ha-
bía de ser en Cales en lO dias, y con este correo vos envié despacho de mer-
caderes para la paga de la dote, que no faltaba sino 7.000 ducados, poco mas
o menos; y estando para enviar el proveimiento dellos con otro correo, re-
cebi vuestras letras de 18 del presente en que me facéis saber c mo, a Dios
gracias, habéis ya concertado con los del consejo del Rey de Inglaterra, mi
fijo, todo lo dicho casamiento, y que para que se velen no que-
que toca al
dava que fazer sino complir la paga de la dote, de que he havido grandisimo
placer, y doy muchas gracias a nuestro señor por ello, y a vos tengo mucho
en servicio buena manera y prudencia con que lo haveis negociado; y visto
la
que en vuestra letra decis que debia enviar luego de aqua el dinero de conta-
do, yo lo queria proveer assi, y estaba presto para lo enviar en dinero contado;
mas ha parecido que si va por la mar, el tiempo podria detenerlo mas de lo
que es menester, y que si va por tierra, va a peligro que lo tomen en Franiña;
de manera que por la una via y por la otra hay peligro que tarde tanto en lle-
gar alia, que la dilación pussiese en peligro el casamiento, y por esto me pa-
reció no enviarlo en dinero contado, sino proveerlo por via de mercaderes; fago
quenta que con los 15.OOO ducados que habéis tomado a cambio para aqua, los
quales se compliran aqua, y con el proveimiento que vos envié con el dicho
Petijuan, correo, terneis recaudo parala paga de lOO.OOO escudos y sobrara
dinero; pero porque aquel proveimiento era para por todo setiembre, y decis
que alia no quieren esperar, sino cjue luego les deis los cinquenta mil escudos,
mil escudos, y que
y que dende a quarenta dias les deis los otros cinquenta
desde luegoles deis fiadores para ello, vos envió con la presente un despacho
de micer Agostin de Bivaldo, para que assi lo ])odais complir, como veréis por
el memorial que va en claro con el dicho des|iacho, pov ende; luego en llegan-
habernos de juntar. Y sepa el Rey, mi fijo, que sin que tuviese nada asentado
con el, sino con solo verle casado con mi fija, porne [5or el y por su estado mi
persona y estado con mucho amor y voluntad, y que deseo todo su bien y
prosperidad como el mismo, y asi he de ayudar a ella. Y torno a decir que no
dexeis de facer cosa de las que convenga para que el dicho casamiento se efec-
tué luego, y en siendo velados, si place a nuestro señor, facédmelo saber a toda
diligencia. que ha pasado entre mi fija y vos, ciertamente me ha
Ouanto a lo
pesado en el alma, y yo tengo tan conocida y esperimentada vuestra lealtad y
b -indad, que en esto no hay que decir; ])ero lo que agora cumple a mi servi-
gio y para el bien de ese negocio es que en esta materia no fableis mas alia
palabra con mi fija ni con hombre del mundo; toda vuestra obra y diligencia
sea en que el casamiento se faga, y no solamente disimulad con mi fija, mas
pedidle perdón y fabladle mucho a su gusto y voluntad y contentamiento, que
yo le escribo que vos honre y que faga con vos lo cjue es razón, y assi creo
que lo fara; mas como dicho he, por cosa del mundo ni fableis, ni por vuestra
causa fable otro, ni assome a(iuella materia, ni curéis de quexaros poripie mi
fija vos haya agraviado, que en sufrir todo esto me servis como en acabar lo
CAJi TA
del Rey Católico a su /lija /a J'rinct'sa Doña Catalina. ValladoUd xviu de
Mayo de dviii. (i)
mil escudos; )' para la paga dellos he enviado recaudo, y que se confirme
agora nuestra amistad como estaba con su padre, que después de vos velada,
muy mas fijo, y mi; y todo lo fago con mucho
estrecha sera entrel Rey, mi
amor, porque tengo por cierto que que fago y fiziere por el Rey, mi fijo, y
lo
por vos, lo fago por mi mismo, y el me fallara en todo siempre nuiv verda-
dero padre; y, en fin, yo he proveído y proveo todo lo que es menester para
que vuestro casamiento no se dilate.
De lo que me escribís cjue ha dicho y fecho mi embaxador he habido gran-
dísimo enojo, porque habiéndole yo enviado para que os sirviese y negociase
a vuestro contentamiento, no habia de exceder un cabello de vuestra volun-
tad, quanto mas en lo que por vuestra letra significáis; como quiera que tengo
por cierto que suya ha sido mas ignorancia que malicia; y si vuestro nego-
la
.Alniagan, secretario.
CARIA
del embajador Fnensalida al Rey Católico, (i)
Poríjue \'. al. sepa el discurso de mi vida después que llegue a Ins^laterra,
dycyendo verdad a \". al. como es razón, es lo que sigue:
Yo fuy recibido de la Princesa C(ín tanto amor y tanta demostración de
plazer de mi venida, quanta no se puede mas decir, y yo servi a su alteza tan
lealmente y tan claramente y tan a su sabor quanto yo pude, y su alteza es
dello buen testigo y todos los de su casa; y su alteza continuo su buena de-
míjstracion de estar contenta de mi servicio hasta el mes de novienbre, que
eran pasados del tienpo de mi venida hasta alli nueve meses, que nunca yo
conocí en su alteza otra cosa syno buena voluntad, y su alteza no podra dezir
ni onbre del mundo que vo hasta ally hiciese ni dixese cosa por donde su al-
se descubrió, que fray Diego, su confesor, no estaba bien contento de mi, por-
que le parecía que, siendo el confesor de la Princesa, su alteza era obligada a
dalle parte de todos los negocios, y yo era obligado a no hazer en ellos cosa
syn el, y de ver (]ue yo no hazia a(|uella cuenta del quel quisiera que se hizie-
ra, trabajaba de ponerme en desgracia de la Princesa y reprendíale porfjue
me comunicaba tanto, y trabajaba por todas las partes que podia y modos
como yo no comunicase a la Princesa, y reprendíale porque me escrevia mu-
chas veces, y culpábame a my porque también escrebia a su alteza, y diziele
tresala.
El fraile, como no pudo por esta manera entrar en tener parte de los nego-
cios, porque vna Francisca de Laceres, que entonces era el todo de la casa de
la Princesa, y aun de su persona, se lo estorbaba, como conocía su ambición
y
soberbia y liviandad, púsose el fraile en pensar que si el echaba a la Francisca
de Caceres de la gracia de la Princesa, quel haría de la Princesa a su voluntad.
Y de todo esto estaba yo inocente, y el fraile no cesaba de poner sienpre a la
Princesa en mala grazia conmigo, y ya yo sentya alguna tibieza en la Prince-
sa, y no podia pensar que fuese; y el fraile hallo lo que deseaba para echar
fuera a Francisca de Caceres, que le era todo el inpedímento para lo (|uel de-
seaba, y púsose por casamentero entrella y Francisco de Grimaldo, y siguióle
tanto hasta que le venció, lo qual \^. al. vera por esta carta de frav Diego que
les envío; y la Princesa le hizo muchos ofrecimientos, y en su presencia se des-
poso; y estaba la Princesa tan contenta, que no pensaba que avia hecho poco,
y yo dixe a su alteza primero que les desposasen, que su alteza lo devia decir
al Rey de ynglaterra, y que no lo debía de hazer sin su sabiduría, pues estaba
que tocaba al servicio de la Princesa, que era muy gran vergüenza ver como
aquel fraile andaba. Yo fuy un día a ver a la Princesa y dixele: —Señora, el
— 535 —
dad, que anda sin conpañero y con onbrcs con espadas y broqueles tras sy, y
de mesón en mesón, y de platero en platero vendiendo vuestra plata, que no
es oficio de vuestro confesor. Vuestra alteza lo mande emendar por lo que toca
a vuestro servicio. Su muy
fuertemente y dixome:
alteza se enojo Por cierto, —
enbaxador, vos |)ones nonbre inpropio a mi confesor, quel no es liviano, sino
muy discreta persona, y muy onesto y muy currado, y no digáis tal de mi con-
fesor, —
que no lo puedo sofrir. Dixele: Señora, yo digo a V. al. lo (|ue veo, y
lo que muchos dizen; sy le a pesado dello, ayalo por no dicho, mas a mi no se
—
me parece bien. Dixo: Por cierto el es tal qual yo digo, y aunque no fuese
otra cosa sino tenelle yo por confesor, bastaba para que vos le tuviesedes por
muy onrado; y si vende mi plata, yo se lo mando, y sábelo el muy bien hazer.
Dixele: —
Señora, ya digo a V. al. que sy os a pesado que sea como e dicho,
yo ago lo que debo; y de vender vuestra jjlata no es bien que vuestro confe-
sor ni otro la venda, porque no es bien que lo sepa el Rey de ynglaterra, pues
estamos con el en pendencia que la tome en cuenta de lo que se ha de pagar
de vuestro dote; y si ay Tiecesidad porque se deva vender, no la aga el con-
fesor de V. al., que no lo puede el hazer tan secreto que no se sepa. Dixo:
—
Pues quien lo hará.- Dixele: Vuestra alteza tiene personas que lo sabrán bien
hazer y que lo harán mas secreto, y sera mas onesto que no hazello vuestro
confesor. Dixome: —
Xo tengo quien lo haga. Dixele: Yo lo haré, quando otro —
no hubiere, y venderse a por mia y no por de V. al. Di.xo: -Y o
la plata — lo quie-
ro asy, y el lo —
sabe bien hazer. Dixele: Señora, sea como plaze a V. al.; mas
todavía, como puede bien parecer? Su alteza dixo luego todas estas cosas al
y
fraile, cobro desto orgullo, y coniengo mas de recio a siguir su processo
el
dase y al Francisco de Grimaldo para que lo hiziese, que traya una pena con-
sygo que no reposaba noche ni dia, y el Francisco de Grimaldo dixole: ¿Como
me tengo de casar, que no se lo que la Princesa a de hazer conmigo ni con mi
—
muger? Dixole el frayle: Hazed una cédula, que la Princesa os la firmara, de
toda la cantidad que quisieredes, y no esteys por eso, que no ay oficio en su
casa ni cosa que vos pydays que no se os de. El Francisco de Grimaldo dyxo-
me lo quel frayle le dyzia. Yo le dixe que no se, (l) que se hyziese la
y que el les daría de comer, que pues el los había casado, que el quería gozar
de a(|uella onrra. El Francisco de Grimaldo y la Francisca de Caceres no lo
quisieron hacer, sino c[ue pues en palacio no avia de ser, cpie querían venirse a
mi casa.
El fraile fue desto mal contento. Vino el día de las bodas, y el fraile y la
confesor del Rey de ynglaterra, que es de la orden de San Francisco. Fue esto
tanta injuria para el fraile, que hizo bramuras como loco; de manera cpie hizo
a la Princesa estar tan mal con la Francisca de Caceres, que la enbyo aquel
dia que se vbo de velar como siubiera hecho maldad en su casa, y vinieron y
veláronse en mi casa. Dexo esto, porque todo esto fue principio de lo que des-
pués ha sucedido.
Al tienpo que los enbaxadores de Flandes vinieron a hazer el desposo-
rio del Principe y de la hija del rey de Inglaterra, la Princesa por
de Castilla
un ájente tratavame a mí que hiziese de manera cpie no estuviese a los des-
posorios, y por otra parte hazia muestras para que los yngleses viesen que
quería estar a ellos, y esto era consejo del fraile, porquel Rey acabase destar
mal conmigo, y para que el pudiese dar a entender que por su consejo la
— 537 —
Princesa (|iicTÍa estar a los desposorios; y escriviome la Princesa esta carta
que aqui maestro, y yo escrivi una carta a los del consejo diziendoles que me
parecía que la Princesa no devia estar al desposorio, dándoles algunas razones
por que asy se devia de hazer; y no contenta la Princesa desto, hizo que yo
mismo lo dixese a los del consejo, y hizelo, y como no se pudo conocer de-
llos sino (.[ue era forgado que avia destar, dixole el frayle: Enviad a dezir al —
enbaxador <]ue cunjila lo que el Rey, vuestro padre, le mando, y que os de-
mande. Dixo la Princesa: Como lo haré eso, que a escrito al Rey, mi señor,
que no me demandara hasta que su alteza se lo escriva otra vez? Dixole: lín-
viadselo a dezir y no se lo escrivais, quel ha hecho mal en no hazello, y vos
aves pecado mortalmente en consentillo y no obedecer el mandamiento de
vuestro padre. Y todo esto era cauteloso. Dixole la Princesa: Padre, pues id
vos a decírselo. Dixole: Déme V. al. una carta de creencia y yre alia. Diosela
y vino a mi y dixome: La Princesa os manda que cunplays lo quel Rey, su
padre, os enbio a mandar, por([ue dotra manera no se puede escusar destar a
estos desposorios. Dixele: La Princesa os mando que me viniesedes a decir
eso? Dixo: Si. Dixele: Y dixoos que era? Dixo:
Si, yo lo se de antes. Dixele:
dole que yo le harya muchas carj'cias y onrra y lo que quiso. El frayle vino a
—
mi posada, y comengamos a hablar y di.xome: Yo se que os an dicho muchas
cosas de mi. Yo le dixe: —
Por cierto, padre, no han dicho nada. Dixo: Yo lo —
se, que quien os lo dixo me lo dixo. Yo le dixe: —
Bien puede cada uno levan-
tarse falso testimonio; mas yo os ¡uro por el corpus Cristi que no me han di-
—
cho nada que yo me acuerde. Dixo: Si, aqui en esta casa ay malas lenguas, y
me an ynfamado, y no con lo mas baxo de la casa, syno con lo mas alto; y
esto no es mengua a my, y por no hazelló verdad estoy aqui, que ya me seria
ydo. Yo túrbeme de oylle dezir tales palabras, y deseaba huirme del, y fuese, y
no bien contento. Otro dia torno a mi de parte de la Princesa, y comentóme a
dezir no se que cosas, y yo le dixe: — Padre, no consejays bien a su alteza. Dixo:
— Xo ha menester consejo, que su alteza sabe lo que haze. Dixele: Verdad —
es; mas esta carta no negares vos que no es vuestra nota, y de aqui se puede
creer que quien esto escribió que conseja estotro. Ensoberbecioseme mucho,
—
y no se que palabra me dixo, que le dixe: Vos soys mal onbre. Dixo: Yo —
—
soy tan bueno como quien quiera. Dixele: Si vos buen onbre fuesedes, no
daryades tan malos consejos. Y salióse y fuese a la Princesa y ynformo a su
alteza a su proposito. De aqui la Princesa escriviome vna y otra y muchas car-
tasdesabrydas, por hazerme desatynar, y yo torne al camarero y dixele.— Ca-
marero, dezy a su alteza que le su])Iico que no de oydos a los que no son de
escuchallos, y que le suplico yo que a su confesor que no le tenga en tanta
veneración quanta le tiene, porque sy su alteza viese y oyese lo que nosotros
que acá estamos fuera oymos y vemos del, que su alteza no ternia tanta con-
fianga de su seso. Y porque su alteza vea si es de tener tal onbre cerca de sy,
dezyide esto que me a dicho; y dixele lo que e dicho que el me dixo acerca
de avcile ynfamado; y como lo a dicho a mi, lo a dicho a otras personas, y di-
—
— 539 —
zelo de manera de jactancia; que por lo que cun]3le a su servicio se lo hago
de my, de manera que la Princesa mescribio una carta asaz onesta para Prin-
cesa y para escrevilla a enbaxador de su padre, y desde ay mando que onbre
de su casa no me viese, y yo demande lycencya para yr a visitar a su alteza,
y supe que su alteza o el frayle tenian prevenidos a los del consejo que no me
la diesen, porque la Princesa no queria verme, y la causa porque dizian que
era por que pues el Rey dynglaterra eslava malo conmigo, que no me queria
ver la Princesa.
Desta manera e estado cinco meses, y como \'. al. me escrivio que enbya-
ria vn perlado, enbye la carta a la Pringesa, y creyendo su frayle quel perlado
venya por defecto mió, y que en viniendo el seria yo revocado y despedido, y
que nunca la Princesa me querrya ver, asy su alteza como el frayle con esta
esperanga que nunca mas avia de ver a la Princesa, y que no entenderya mas
en los negocios, hyzieron y dixeron todo lo que de un traydor se pudo dezyr,
hasta que llego al punto quescrevi a V. al., que la Princesa yendo a tomar con-
clusión en sus negocios, no me quiso ver, y por cierto aquello no fue sino de
puro empacho de lo que conmigo tan sin causa se avia hecho, que no porque
su alteza pudiese dar razón que le oviese hecho deservicio alguno; lo mas que
me que avia recebido en mi casa a Francisca de Caceres y a Francisco
dixo,
de Grimaldo aviendola su alteza echado de la suya. A esto le dixe que yo pen-
saba que le avia hecho servicio en querer encobrir lo que no fuera onrra de
su alteza que se publicara, y que 3'o no los avia recibido de nuevo en mi casa;
que Francisco de Grimaldo tenia en mi casa dos cámaras alquiladas por sus
— 540 —
dineros, como que posaban alli; que la casa era grande, y que
las tenían otros
comia con el algunas veces a mi mesa, y que sigun la vida que yo tenia en In-
glaterra, a ellos o a otros avia de buscar que comiesen comigo, por no parecer
del todo punto preso; mas que si su alteza me oviera mandado dezir que no
era contenta dello, que yo no la enojara, mas que nunca nada me avia sido
dicho ni por su alteza ni por otro de su parte; que no tenia razón de olvidar
por esto los servicios que yo le avia hecho, ni era razón que me desonrrase
como me desonrrava.
Asi que, muy poderoso señor, este es el proceso de mi vida en Inglaterra y la
obra que este devoto religioso haze,que en Babilonia no ovo tanta confusión co-
mo ay a su causa cas de la Princesa; y a su alteza doy por testigo si en las cosas
que tocaron a sus negocios sy hice cosa syn su mandado y consejo y sabidu-
rya; yRey dynglaterra estuvo mal conmigo, todo fue por hazer yo lo que
si el
blandamente están como están. Pues en todo lo que e dicho que a sucedido
después que yo no entendía en negocios, quito el frayle, que es la parte agen-
te, yo doy por testigos a todos los de la casa si e hecho cosa porque vviese de
ser tan maltratado, y porque tan publicamente vviese de procurar la Princesa
de desonrrarme.
Muy virtuoso señor: Regibi vuestra carta, y no se otra cosa que dezyr
syno que me parece esto a la condigion de los enfermos, que por duges que
sean los manjares que les dan, les paregen amargos; y como su alteza syn cau-
sa nynguna a (¡uerj'do mostrar enojo comygo, nynguna cosa que yo haga ny
hyzyere de aqui adelante podra tener en servygio; y asy dios me salue, que
la
(i) Autógrafa.
— 541 —
mas mi te basta para veiiger tocias las malas venturas. Y no se
lor leiigü (k'llo;
yo pori(ue su alteza tome a mal que yo enbie mensagero al rrey, mi señor, pues
que eleve de pensar que sy lenbio, que eleve de cunplir a su seruvgio, y que
dotra manera no querrya gastar dineros. Y tanbien me maravillo que diga su
alteza cpies novedad esta no cscrcville la causa por([ue enbyo mensagero; por
gierto, cosas t[ue, puesta mi boca al oydo de su alte/a, ternia temor de de-
nagen
zyrselas porijue no se sujjiesen, quanto mas encomendallas a cartas. Bien ten-
go yo razón destar desesperado (_[uanclo ovgn lo tal, que no ])ense yo (iiie avya
oy en el mundo qyen pudiese poner sos]iecha en my para las cosas que tocasen
al seruigio del rrey my señor y
de sus hyjos, porque si yo con dios tuviese tanta
fe, avn creerya que podrya dezir, sy no me diese el parayso, que me hazya
le
synjustygia; y por esta tan inmensa fe sufriré todo lo ([ue su alte/a quisyere
dezir y hazer y mostrar comygo, y tanto quanto mas mal me tratare su alteza,
tanto mas parezera mi bondad y
lealtad, porque no con menor amor procura-
otras cosas hay en el mundo, enespegial en la tela de agora, que corren tan-
to riesgo como esta, avnque esta sea para su alteza la mayor que puede ser.
Y los embaxadores no tienen termino señalado para aver de avisar, avnque le
tengan para lo que an de hacer; y avnque no vuyese causa para escrevir como
su alteza lo pyensa, bastara que me paregiese a my que se devya hazer, pues
el rey mi señor me
encomendado
a las cosas de su seruygio, y aquellas con
tanta my anyma las tengo de myrar. Y demás
vygilangya como para saluar
y hazyenda tengo yo para poder gastar cincuenta ducados en un
desto, casa
mensagero para las cosas que me cunplen; y sy su alteza sospecha que enbio
a demandar lycengya, esta sospegha puede progeder de lo que su alteza haze
comygo, y no de lo que yo e hecho en las cosas que tocan a su seruygio; y
sy la demandare, no sera maravilla, porque yo no vine sino por seys meses, y
e estadovn año; y como e sydo onrrado y tratado en ynglaterra, su alteza lo
sabe, y portjueme ha sydo hecho el mal tratamiento; y lo que su alteza a he-
cho comygo de pocos dias acá, todos lo saben; y la causa, para aqui y para de-
lante diosque creo que avn su alteza no la sabe; y sy causa alguna ay, yo no
la se;y conogiendo su alteza quan verdadero seruydor yo soy suyo, y con el
amor que me movya a venir a Inglatera syn tener uegesidad nynguna desta
venyda, syno solamente por seruylla, avnque yo quysyese errar, su alteza no
me avya de dar lugar ay sy yo hago o e hecho alguna cosa que le pare-
ello;
to, porque me
tengo por malaventurado, pues estoy a cabo de sesenta años en
Inglatera y tan onrrado como me veo en ella. Sy no escrevy a su alteza, fue
porque era negesaryo satisfazer a su carta, y no se pudya satisfazer a ella syn
algún atrevymyento, como su alteza dize que e tenydo; y por esto digo lo que
dixo el conde de Osorno: Mas la quiero seruyr que rres|50nder.»
Yo enbyo mis cartas a Brujas para que de ally despachen correo, porque
aqui no se halla. Si su alteza quysyere escrevyr, esperare dos o tres días. Y
asi quedo encomendándome en merged de la señora camarera y en la vuestra.
A Rodrigo de Cuero dad mys encomyendas.
De londres oy domyngo, xiiu° de enero. Nueva ay que a los
seys de dizyenbre paso Sepulveda por Burgos; tiraba su camino a sevylla.
es vuestro servydor
Gutierre Gómez.
Almagan: aquy en este envoltoryo os enbyo una carta del rey de yngla-
terra, my señor, en yngles para vn su crvado que se llama Juan estyl, (¡ue
{i¡ ."Xiitógrafo.
- 543 -
esta en la corte de la señora re\'na y pryncesa (l), para que con el |)rymer
mensajero que alia fuere las enbyeys a buen recaudo; no ay mas que dezyros
syno que acabo de my mano en Granuche a xvn de julyo. [2)
OTRA CARTA
de la Princesa de Gales al mismo Almazán. (3)
su alteza, de todo lo que con el se yzyere olgare yo, porque aga mas el Rey,
my señor, de lo que le tyene merecydo; asy os ruego quado su alteza escryvie-
re alRey, syenpre acordeys a su alteza que le de a entender su poder y estado,
y junto con esto mezcle cebo de mucha dulgura, porque asy cunple al servy-
cyo de su alteza, y por eso os lo escryvo a uos, como a persona que se yo que
lo myrareys y en quyen todo puede caber; querrya poderme aprovechar de
las gyfraspara escryvyr, mas no basta my cyencya para mas de sacallas; lo
que os ruego es que en llegado el Rey, my señor, a castylla, de donde avra
mas escrevyr, que de todo muy por entero me agays saber, porque por tener
por tan cyertas vuestras nuevas las huelgo de saber mas de vos que de nadye:
acabo, de my mano en granuche a xvm. de julyo.
h — la princesa de gales— h.
OTRA CARTA
de la Princesa para el embajador Fuensalida.
OTRA CARTA
de la misma al mismo.
que aquy no se sabya; mas deveys myrar que pues al Rey no se le acorde (l)
nada en todo su reyno, especyal los que a el vyenen, creo sera myjor vos le
H. la princesa de Gales. H.
OTRA
de la Princesa al embajador.
Enbaxador: pensando veros aqua esta navydad y daros yo misma las bue-
nas Pascuas, he esperado asta agora, y aunque sean ya pasadas, no quyse que-
dar syn dároslas, y por esto yo mande a my confesor que os vysytase y de
mi parte os las dyese; pues no quereys que en vuestra venyda nada se able, y
para estos juyses yngleses no ay otro remedyo syno dysj^mulallos o no azer
cuenta dellos, pues son mas para esto que no para sentyllos, aunque lo agan
con yntencyon de dar enojo, y vos no le deveys recevyr, pues es venganga co-
mo de nyños, )' no es razón tenérsela, en tanto que puedan pensar que se
syente, antes de que vean el contraryo, ternan mas vergüenga que plazer de lo
que an echo. Y pues el padre es el mensajero, no os quj^ero dezir nuevas de
my, pues del las podeys saber todas, syno rogaros que, pues no os puedo ver,
OTRA
de la l'rincesa al embajador.
Mnbaxador: son tantas y tales las nuevas que los que de vuestra casa vye-
nen me traen, que no puedo estar syn maravyllarme de vos no se os acordar,
de lo (_[ue luego quando aquy venystes y después muchas vezes os ilyxe, avy-
sandos para que no oyesedes las mentyras que los myos os dyxesen, que por
tenerlas yo esperymentas, de nynguno de ellos me fyaba, y sabyerído vos esto,
no pensaba yo consentyryades que en vuestra casa y presencya tanto en mi
honra se toque, y por toda l.ondre tales casas (sic) se syenbre, que auinjuc por
otra cosa no fuese, por solo el servj'cyo de cuya persona representaos, no es
bueno (jue lo guilays (lo deveys guflir) (l), por lo tjual no quyse pasar syn es-
crevvros que pues asta aquy syen])re aveys myrado el servycyo del Rey, my
señor, que agora por mentyrosas ynformacyones no le olvydeys. Acabo de my
mano en anurt oy miércoles.
OTRA CARTA
de la misma al mismo.
sepa la en que su alteza manda que este, me valgo de la partyda del correo,
por(|ue detcrmynara ya su alte<!a lo que de my fuese servydo, y sy lo es que
(|uede en ynglaterra, su alteza pagara todo lo que en esto travajaredes. acabo
de mi mano en Vuysor a x de mayo.
OTRA CARTA
de la Princesa.
OTRA CARTA
de la misma al mismo.
Enbaxador: vy las cartas que menvyastes, y el plazer que con ellas receby
os agradezco por saber de la salud del Rey, my señor, y de la señora Reyna de
Castylla,y fueme doblado de conocer como ya su alteza quyere dar tyn a la
vyda que aquy tengo, la qual, sy mas turase, no puedo aliar manera con que se
— 548 —
gufla;y pues vos aveys vysto y de my sabj'do lo que e pasado y paso, no
creays que persona nyngiina pyensa que en vuestra negocyacyon a-ya avydo
alguna falta, y desto deveys byen no tener sospecha que en
estar seguro, y tan
my presencya tal se aya dycho, porque nó es my costunhre oyr de nadye lo
que en vuestra carta me dezys, especyal syendo testygo de lo que en este caso
aveys echo, ser todo al servycyo del Rey, my señor; y por esto no es necesy-
dad que tengays el dolor que dezj^s, syno que no consyntais que os vayan con
tales nuevas, pues conoceys no son verdaderas. Acabo oy lunes.
H. la princesa de Gales H,
OTRA CARTA
de la Princesa.
mal recaudo que por ellas no esteys cyerto que se puede saber nada. Acabo
oy sábado en ryxamonte.
H. la princesa de gales H.
OTRA CAKÍA
de la misma para Fiwusaíiiia.
H. ¡a princesa de gales H.
(En las espaldasi: Al enbaxador.
segunda en gramote.
OTRA CARIA
de la Princesa.
Enbaxador: yo escry vy al Rey la carta que aquy os envyo para que veays
quan a vuestra voluntad fue echo. Su respuesta fue con antogano como suele,
que me agradecyo my carta con tanto amor escrj^ta, y que no me respondya
porque por entonces avya de despachar al enbaxador del Rey de los Romanos;
mas porque el tenya el mysmo deseo de verse conmygo que yo, cjue su veny-
da a lo mas tarde serya el jueves, y entonces yryamos a elram a cagar y aver
plazer en aquel parque; sabe dyos quanto yo me velgo que sea vreue su veny-
da, porque con ella espero que se algara vuestro entredj-cho. Yo no voy al
parque desde que supe que el Rey no avya por bj'en que fuese su hija, y asy
después acua envyo a mandar que madama marya estuvyese en su cámara y
yo en la mya, que no nos vysytasemos la vna a la otra todo lo que este tyen-
po que esta mal sano turase; esto os dygo para que sepays la causa porque
— ?50 —
ceso mv cKorcycyo, que ác mi vnluntad no In avrya dexadn, aun(|u<' svn el
estoy liuona, loado sea dyos; la partyda del cnbaxador del Rey de'los Roma-
nos ])afa castylla esta tan publyca ([ue no traen otras nuevas los ([ue van a
londres; no se sy quyere el enbaxador que ya se pubiyque. Acabo deseando
la tVyaldad de vuestra casa para la salud de francysca de caceres.
Jm ¡^7'incL'sa al embajador.
•jarles; mas que daquy adelante ello se enmendarya; mas aunque esto dyga,
— "im —
yo quedo escarmenta (sin de no onvyar mas por vos syn tenello lodo antes
prove\'do, v no me fyaiv" mas en sus palabras, pues son todas tan fengyilas.
I. a misma al embajador.
sera contento; y en esto tengo y terne tanta constancya, que aunque me falte
]3ara todo lo otro, que tocase al
nunca en lo servycyo del Rey, my señor, me
mudare, como verdadera deve de azer, especyal, tenyendo tal padre; y
hija lo
]3ues para el jueves soys convydado, entonces os ablare para en todo tomar
vuestro parecer, y sj' entretanto supyese algo de que os pueda avysar, luego
os lo escryvyre, pues ay tanta necesydad que de todo esteys prevenydo jjara
lo que se vuyere de azer. Acabo oy martes.
La Princesa al mismo.
Enbaxador: esta tan sentydo el Rey de pensar que no tengo de festejar este
su desposoryo, que vusca causa para que todos pyensen que no se enoja syn
tener mucha [sic), y de que no halla otra, quexase de vos: mylate ysabel me
a dicho O}' en el barco de parte del Rey como el a sabydo que vos escryvys-
tes al Rey, my señor, cjue ny yo ny los suyos apenas tenj'amos que comer, y
que era tratada de tal manera, que aunque fuera prysyonera, no lo podyan peor
azer, y que esto no puede caer que es la causa que os lo aze dezyr, pues es
tan contraryo de la verdad, y que a my pone por testygo para que dyga sy
nunca me a faltado el comer; la respuesta que le dy fue que no creyese su
alteza tal cosa, porque vos tenyades tantos otros negocyos grandes en que
entender, que no os pornyades en este, syendo tan pequeño, y que lo que se
azya comygo era tan publyco a todo el mundo, que no avya necesydad que
vos lo escrivyesedes al Rey, my señor, pues el remedyo no avya de venyr
syno del Rey; y de que me vbo dicho sobre esto muchas cosas publycamente
delante de las ynglesas, acordó de dezyrme en secreto que el Rey dezya quan
mal hecho era, sy yo no tenya yntyncion de estar presente a este auto, y que
aunque yo fuese cyerta que el Rey, my señor, recevyria enojo dello, por aver
sydo casada con su hijo, era razón que iyzyese antes su parte; a esto le dyxe
que el Rey a m\' no me avj'a ablado nada sobre esto, y que quando algo me
dyxese, de my savrya my voluntad, como el otro dya a ella le dyxe; no se con-
tento con esto, syno dyxome que devya ablar al Rey, porque estava tan eno-
jado, que avj'a myedo que adelante yo no lo pagase; según lo que dello al-
cango, creo me an de llamar a la ora, porque no tenga ninguna escusa, y para
que tenga alguna, yo e dexado toda mi cámara en granuche, para dezyr que
aunque quyera, no tengo que me vestyr; no se sy aun todo esto me bastara,
porque sygun el Rey se enbravece, byen creo al fyn terna manera como ally
me lleve, aunque sea contra toda my voluntad; lo que comygo agora azen son
tantas honrras como al ydolo de san macaryo, porque venga en lo que quye-
ren; mas pues soy cyerta de las pedradas que tras esto an de venyr, queryame
lybrar dellas sy pudyeso, especyal tocando al servycvo del Rey, my señor;
acabo; de vestmostr.
H. ¡a princesa de gales H.
Al enbaxador.
granuche no quiero estar a ios desposorvos.
— 5S3 —
La Princesa ai mismo.
paña supyeredes, porque estoy con mucha congoxa, i[ue nos an dycho acá que
el Rey y la Reyna, mys señores, no están byen dyspuestos, y aquy vyenen
tan tarde mensajeros, que nunca sabemos lo cyerto, y por eso envyo este crya-
do suyo a la Señora Pryncesa. para cpie su alteza me mande azer saber de su
salud, porque después que vyno, nunca su alteza se a acordado de my, ny me
ascryto; a su alteza beso las manos y al Señor Pryncipe, y que no les escrybo
asta saber sy es servido con mys cartas: con esto acabo: de my mano a xviti de
set\-enbre
H. la Princesa de Gales. H.
La misma al embajador.
sas que para ello ay, las quales byen creo avreys conocydo en aver echo yo
tanta niudanga, pues es cyerto que no la avya de azer syn razón; y tan poco
me parece que es byen echo que Francisco de Grimaldo este agora con su mu-
ger antes que se casasen, pues sabeys vos byen que la pryncypal causa
como
porque yo os dyxe que querya que se casasen luego, fue porque no estuvye-
sen en my sala como estavan, que no era honesto para my estado ny edad, ny
— 554 —
para la conpanya que esta comygo; y pues ya son casados, yo os ruego (lue
vos a el de my parte le dygays quando alia vaya, [)orque no es cosa que yo
aqua se lo dygo, o que el no a de venyr a ver a su muger myentias que en mv
cámara esta, v a de tomar casa en este lugar, u a do ([uysyese,
]5ara que la pue-
B. /a rrinccsa. JJ.
Al embaxador.
Serenissyma señora:
Receby la carta de y sabe Dios con cuanta pena yo bolui por no po-
\'. al.,
der entrar a besaile las manos; mas pues lo pyrmite Dios y lo quiere el Rey,
es forgado de aver paciencia. No me maravillo que \'^. alteza no entendiese mi
mal latyn, que aunque son palabras de Salomón, quirieado yo mudar alguna,
pudo ser que corronpyese las otras; mas del romance pudiera \'. al. bien sa-
cai- la yntincyon o la causa, porque lo del latyn se escribió no pudiéndome
escusar descrebillo, porque me parecía que era vuestro servicio, y el que llevo
en tal caso debia de tener, que era confirmárseme y tener por bueno lo que
V. al. hiziese, y por muy mejor fpie lo que yo suplicaba, aunque se negara,
como se negó. Y lo que yo dixe al padre confesor de \ al. no fue tan mal di- .
cho quanto me parece que V. al. lo toina, aunque tenia entonces algún enojo
de ver tpie todo quanto yo e granjeado todos estos tienpos (|ue a que acá es-
toy para que se pudiese bien pagar el dote de Y . al. por algunas fiificulta-
des que en ello por nuestra parte avia, se me yva de entre manos, según lo
(i) Esta carta, autógrafa, no tiene fecha; pero como en ella cumple el embajador lo
que el Rey le ordenó en la suya de i8 de Mayo de 1509, bien puede suponerse la fecha de
V como de aquello no podría resultar sino vergüenza y desonrra para mi, por
aver prometido con la fuzya deste al señor Rey dinglaterra que le pagaria en-
teramente el dote de V. al., doliendome de la vergüenza que avia de pasar, es-
taba desesperado, v tanbien temiendo la yra del Rey, mi señor, que aviendo
yo escrito a su alteza que acá se cunpliria lo que faltase para la paga, sy alia
no avia aparejo por el presente para hazello, por lo que este por servicio de
su alteza me avia ofrecido, y agora faltarme todo, cierto, estaba muy turbado.
V con aquella turbación y pena que tenia, viendo que procedía esto de cosa
que tan poco costaba, yo dixe al padre confesor lo que le dixe; y bien creo yo
que V. al. es tan sabia y tan prudente, que no tiene para ninguna cosa nece-
sidad de consejo; pero todavía los reyes y los emperadores y los que mas sa-
ben tyenen personas que les consejen, y con consejo determinan los grandes
y los pequeños negocios; y tengo yo por tan sabio y discreto al reverendo pa-
dre confesor de V. al., que no es syn razón sy V. al. le diere parte de sus ne-
gocios, que por su vida y ciencia es díno de participar dellos; y aunque no aya
otra prueba para ello y para tenelle en tal posysyon syno la que V. al. dize,
basta, y vo no mentremeto en sy V. al. onrra mucho o poco a sus servidores,
porque no es de mi comisión, y aun([ue lo fuere, serva de ver sy sabría dis-
cerner si era bueno lo que V. al. hyziese, quanto mas que en esto ateccion me
cegaría, porque ninguna cosa puede proceder de V. al. que a mí juicio no sea
muv bueno; asy que desto V. al. no me de cargo, que poco se ocupa mí pen-
samiento en esto. Y [si] las palabras que yo dixe al confesor sonaron tan mal
en los oydos de V. al., o yo las dixe con son que no pudiesen sonar bien, no
fue otra la causa sino la que he dicho, que temiendo mi vergüenza, y dolien-
dome de qualquíer cosa que pueda traer inconveniente al servicio de V. al.,
dixe que se avia hecho otra cosa, que sí yo cupiera en ello no se hyzíera, por-
que a sido bien echo, no se sy fue esto lo que agravo mí pecado.
A lo que V. al. dyze que no consyenta que Francisco de Grimaldo diga lo
que dyze, ni no esta en mano de nadie refre-
haga amenaza que se quiere yr,
nar la lengua agena; y no crea V. al. que delante de mí el dirá cosa que no se
deba dezír, porque sabe que acjuello que estara en mi mano quisiera reprehen-
delle, de cesar de hazerse; y por cierto yo no le e oydo dezír cosa
que no a
que mala dezyrme a my que querrya que recibiese este dinero, por-
sea, salvo
que el se pierde aquí, que no vino sino para estar un mes, y a estado diez co-
miendo de lo suyo cara quiete serene (.-i, y deseando hazer algún servicio a Y
y que pues pareze'que este negocio se dilata, y que no es recebida su buena
al.;
voluntad, quel se quiere }-r, y que sy no quiero recebir el dinero, que me hará
tra alteza este descuydada que, ])ues a mi me toca, sy V. al. piensa í[ue seré
perezoso para lo que toca a su servicio, no terne ninguna pereza para enbiar
uno y dos correos y quantos fueren menester; y V. al. dyze muy bien que no
tiene necesidad sino de Dios y del Rey, mi señor, su padre; yo asy lo confieso,
y es muy bien dicho que V. al. asy lo diga; mas todavía, serenissima señora,
qualquier artífice tiene necesidad de ystrumentos i^ara hazer su obra, porque
sin aquellos puede bien hazer, y muchas veces un pequeñito clavo tiene
no la
una gran talla; y acuerdóme haber leido en el libro de líster, que un dia es-
tando Mardocheo, tio de Ester, asentado a la ]5uerta del palacio del rey Asne-
ro, le dixeron cpie que hazia ally todos los dias. Respondió: Muchas vezes a los
Reyes se les entra una brizna de carne entre los dientes, y abaxanse y toman
vna paxa rehollada que les haze gran servicio para quitar aquella pena; podria i
ser que estando aqui hiziese algún servicio al Re)'. Asy que, señora, no pue-
de ser tan pequeña una persona que no pueda algún tienpo hazer al Rey y al
enperador y a Dios algún servicio; y si en esta pluraridad de personas baxas
que V. al. escrive, entro yo, tiene razón; que de los subditos y servidores del
Rey, mi señor, vuestro padre, y de la Reyna, mi señora, vuestra ermana, otra
mas baxa y mas abatida ni en níenos tenida que yo no se hallara; pero otra
mas grande en desear servir al Rey, mi señor, y a V. al. y a toda su progenie
real, n« creo que la ay en el mundo, porque en mi coragon y volimtad no ay
lugar vazio, que todo esta lleno de amor y de deseo de serville, y Dios dará el
poder para hazello.
Señor: Yo dixe a la Princesa, mi señora, las cosas que mandastes que supie-
se, y la una, que es lo de micer Francisco, fjucdarsp a para quando vyere a V.
)
— y?7 -
ni., que sera el jueves o viernes, ijiie sli alteza de aqui |):irliia para ( uiisnioslil,
tarde vino el camarero ma)or a la Princesa de partes del j-íey a le rogar y pe-
dir por merced que en estas fiestas se fallase, que avian de ser el domingo otro
dia los desposorios a las nueve, y de ay se avian de yr a la capilla a oyr misa
el Rey con proli Regy (l), y que le liazia saber cpie este dia avia de preceder
en todas cosas madama Marya a la Princesa, mi señora. La Princesa le respon-
dió que en ninguna manera seria en ello, porcpie no sabia como el Rey, mi se-
ñor, su padre, lo tomarla; y con esta respuesta se fue el dicho camarero, y
dende a poco espacio torno otra vez a venir a le pedir por merced a la Princesa
lo el qual torno a llevar la misma respuesta, que la Princesa no yria
mismo:
alia.Su alteza me enbio a llamar, y me di.xo todo esto que e escrito, ni mas ni
menos; yo le respondí lo que mandastes, que si por ventura se lo enviasen a
rogar, que se dexase vencer; quiso nos Dios bien, que se hizo al fin como,
señor, deseabades y aconsejastes, que estando yo hablando con su alteza en
esta materia, ya que era noche, después de aver cenado, vino el Rey a ver a
su alteza, y se aparto con ella a fablar; y le pidió por merced lo mismo cpie con
su camarero, diciendole que este dia le hiciese esta merced, pues que después
de aquel pasado, avia sienpre su alteza de preceder a madama Maria en todas
las cosas, pues avia de ser reyna de ynglaterra. La Princesa, mi señora, se de-
fendió mucho, poniéndole muchos inconvenientes en ello, hasta dezille que no
tenia que se vestir aquel dia, porque con pensamiento de no estar a la fies-
ta, no lo avia mandado traer. El Rey le respondió c[ue no era aquella la causa,
sino que lo difiria hasta tomar consejo con vni. \'ino la cosa en tanto estre-
cho, quel Rey le dixo que no se yria de alli sin cpie se lo prometiese. Y yo,
el alma en un hylo, porque no se fyziese tanto de rogar su alteza, hasta que
le vuo de dezir que era contenta. Y por acortar, señor, este dia de domingo
pasado fue como dia de obispillo (2), que en todo precedióla S. madama Maria.
Después de hecho el desposorio, los enbaxadores besaron las manos a la Prin-
cesa, mi señora, con mucho acatamiento, y de ay se fueron a misa todos
¡untos, y después a comer cada persona a su aposentamiento, dexado los en-
baxadores, que comieron con el Rey. Luego después de comer fueron a ver
la fiesta de ocho caballos, por enderezados, y lo hizieron
cierto, señor, bien
bien,y después de haber cenado se fueron a la hala grande, do vbo vn castillo
do venian ocho momos, los quales fueron los justadores, por cierto muy bien
enderezados, y tras el dicho castillo vino otro entremés, y dentro ocho damas
muy gentilmente vestidas, y danzaron todos juntos, y acabóse muy tarde, que
( 1
Sic, por: cum prole regia.
(2) AlusiÓQ á cierta costumbre observada en algunas catedrales el dia de Inocentes en
que se vestía de Obispo á un niño de coro, y presidía los oficios.
1
- 558 -
fue ora de acostar. Dezyr a vm. particularmente lo (|ue cada iinu llevaba, y
como fue, seria para no acabar tan ayna: basta que lo sepáis al pie ele la letra
hasta que vm. me lo oiga del filo al pavilo, que no le errare ninguna cosa. Yo,
señor, pase este dia harto trabajoso de mi asma, y si lo queréis ver, saberlo
eys por no escriviros de mi mano, lo qual os pido por merced, señor, me per-
donéis. Nuestro señor guarde vuestra magnifica persona y en mucho estado
acreciente. —
Muy cierto servidor de vni.
Johan Esquivcl. 1 1
Porc|ue creo que ya vuestra merced avra sido ynformado de quan des-
acompañada la princesa mi señora vino de aquella casa en que estaba a esta,
no diré en esto aqui otra cosa syno que no ovo menester onbre saber quenta
de alguarismo para numerar la diversidad de personas que a su alteza en
aquella jornada syrvieron, porque con solos tres o quatro de nosotros, y otros
tantos de la guarda del Rey, se cumplió el viaje. Bien a mosado (sic) el Rey
asi en aquello como en nunca aver enviado a salier della el enojo que tiene,
jjorque la hizieron quedar en Hanort el dia que el de allí partió; el que por
condenación, y que esta acelerada prisa sera espuelas ]3ara que los negocios
de la Princesa mi señora mas brevemente se concluyan, e la verdad e limpieza
e derecha yntencion de vra. md. sea vencedora, como sieni|>re lo fue de todos
Magnifico señor:
A su alteza di las cartas, como vuestra merced por la suya me mando. San-
dio lleua la respuesta de su alteza: plega a nuestro señor sienpre tenga vues-
tra merced buenas nueuas. Acá en esta carta se van dando yndicios de tan dul-
ces, (|ue mas no puede ser: plega a nuestro señor sea a su santo seruicio \-
Magnifico señor:
Plega a nuestro señor de siempre le dar tan buenas nuebas, que por mas
menos que sea de lo que soy, no puedo si no cognoser son muy graciosas, mas
que nunca fueron. De mi oficio de confesor, en tal mano y tan cristianísima es-
toy puestoque, avnque todo el mundo ([uiera, no puedo húsar sino lo que fue-
re a seruicio y de vuestra merced, que representa la
de Dios y de su alteza
persona del Rey, nuestro señor; cuya magnifica persona, nuestro señor pros-
|3ere como vuestra merced desea
de vuestra merced humil sieruo y capellán,
Didacus Fernandez.
(Autógrafa).
(Sobre): Al magnifico sen >r, mi señor, el señor emb;ijador del Rey, nuestro
señor y de su consejo.
APÉNDICES
563 -
OTRA CARTA
í,'íí (ic ¡.nhar[> ccria de Sagredo correo.
hedad del Pringipe lo sufre; y (|ue os parece que seria meior(|ue su yda tuese
para primavera; y entrando desta manera, podreys rodear quel Rey venga
la
de su\'o en que su vda quede para la primavera; pero sy conogierdes (|ue por
esto se pudyese poner a peligro de perderse el negogio, en tal caso de/id al
rey de Inglaterra que sy el no nos escrive que quede su \'da para la |irima-
OTRA I^ÍFRA
de SUS altezas, hecha en Anteqiiera a xxx de junio de f." años. Truxola Bar-
tjlome de Sagredo, correo', llego a Bruselas domingo \\ de agosto de §."
sobre ello se haga, como en la dicha carta del dotor dezimos, nos vos manda-
mos que juntamente con el, y en la mejor manera que os paregiere, procureys
que las dichas cosas se hemienden como alli dezimos. Y dezi al dotor que nos
seruira mucho en acabar que las dichas hemiendas se hagan; y que sy le pare-
ge que para mejor acabarlo es negesario cjue se venga acá don Pedro de Aya-
la, que tenes comisyon nuestra para dezirle que se venga luego; y en caso quel
dotor os de gertinidad que, viniéndose don Pedro, se enmendaran luego las di-
chas cosas, en este caso dares a don Pedro nuestra carta que aqui va para el
sobre su venida, con creengia remitida a vos; y dezidle de nuestra parte que
pues ya lo de Inglaterra es todo acabado y asentado, que se venga luego a nos,
porque queremos seruirnos del en otra cosa; y hazedlo de manera que no
syenta don Pedrola cabsa porque se haze.
haze gerca de las dichas enmiendas, vyesedes que avia en ellas mucha dyficul-
tad, y que a la cabsa se pusyese a peligro el casamiento de los dichos Pringipe
y Pringesa de Gales, nuestros hijos, en este caso, avnque al dotor escrivie-
se acabar y espegialmente es asentado sean rege
dellas nos pudiere pal fin sea conseruar mudanga, en
este caso trabajad que todas estas dichas cosas ca del dotor y la
C.lfCT.l
de siialtesa parael iomcndador de Maro, hecha en Granada a xxv dcjnllw
de s" afMs (I). Lez'ola de Avi ¡a, correo.
gocios para concurrir i|ue dixo el Rey de Inglaterra que quería en-
biar enbaxadores nuestro enbaxador. Byea sabe el dotor que, jiorque
el escriuio de venir comiendo deste año, escriuinios (pie seria nie-
al
¡or que vinie partida de la Prinijesa, pero nunca que dexasen de venir,
antes svenpro ha supuesto que avian de venir.
Dezid al rey de Inglaterra que en este negogio nuestra vt)luntad esta y
estara syenpre tan y tan entera que mas no podría ser, porque demás
del mucho amor que tenemos a el y al Pringipe de Gales, y de quanto precia-
mos su debdo y amistad, y deseamos de ver ya a la Pringesa en su casa con el
Pringipe, su marido, nuestro hijo, ])or todos los byenes del mundo no dexaria-
mos de conplir lo que entre nosotros esta capitulado y asentado, y que cun-
pliendo nosotros esto, le rogamos que aya por byen que se haga como se cos-
tunbro hazer en semejantes negogíos, guardándose en ello la honrra de la
Pringesa, nuestra hija; pues es de todos gierto que nos no ponemos dubda nin-
guna en que con la dispensagion del Pa]")a, el casamiento que se hizo por pa-
labras de presente es fyrme e yndysolubile, porque asy lo tenemos, y solo Dios
es el que lo podra deshazer; pero que byen salie que avn(_[ue los tales casa-
mientos se hazen entre los Pringipes por procuradores, y tengan con aquello
entera firmeza, que por esn dexan quando en persona se vean el Prin-
gipe y la Pringesa de tornar a hazer el abto del desposorio y casamiento en
persona, port|ue avnque en la fuerza del casamiento no añaden mas de lo cpie
xiui." años que a la entrada del ynvierno, pues nosotros no tenemos obliga-
gion, segund lo capitulado, de la enbiar hasta conplido el tienpo de los dichos
xuii." años, y enbíandola entonges, conplimos y no queda deshierto lo asenta-
(i"l 1500.
— 566 —
do, ni quebrado en cosa alguna; dezid al rey de Inglaterra que puede
disponer a enljiar con conplfdo ios xiui.° años yda, v en vi-
niendo el conpuesta para yr luego en ella, y ellos levar esta
aparejado y mandamos mos dicho, y haziendo nosotros esto, conpl irnos
entera rogamos que no crea que nosotros por ninguna
Inglaterra (|ue le
cosa ni pjr ninguna cahsa (|ue pudiese venir avenios de dexar este su debdo,
que avnque n tuviésemos otra hija syno a la Pringesa de Gales, la terniamos
)
y tenemos ]5or mejor casada alli que no en otra ninguna parte del mundo, v
en esto no ponga dubda. Knbiadnos luego la respuesta desto duplicada.
De Granada a xxv de ¡ullio de 5." años ( 1 ).
CARTA
de EiiriqíLC I T/ (í /os Reyes Católicos.
(,i) 1500.
— 5<57 —
cuales, uo sin algún ¿ran incomodo 1 1 1 la dicha ilustrissima señora Doña Catalina
dentro en tiempo limitado no podia ser a nos traducida; mas no obstante to-
el
la fiestade San Juan Bautista primero venidero, de tal manera y con esta 'con-
dición, y no en otra manera, que vuestras magestades estas escrituras subscri-
tas de la mano de nuestro secretario que con estas enviamos en aquella forma
(i) A esto alude el embajador en su carta del 1 1 de Agosto de 1500 (pág. 45 y lín. 3;).
así que la fecha de esta carta del rey de Inglaterra, que carece de ella, debe ser de pocos
días antes de la citada.
— 568 —
(leteniiinada. Por tanto, nos ciertamente por proveer a esta incertidumbre, v
por proveer lo que semejante recebcion pertenece en cuanto iludiéremos, mas
prometemos, y por las presentes nos obligamos, que cuando esta dicha vuestra
obligación nos embiardes e nos fuere dada, nos todas las cosas y cada una de-
fllas sobre el dicho contrato de matrimonio ante esta entre nosotros concor-
dadas e concluidas, aun no esecutadas, cuanto a lo (|ne a nos toca firmemente
lo observaremos guardaremos e compliremos.
e
(Copia contemporánea.^
OTRA QIJ'RA
de SUS altezas, hecha en Granada a xui de agosto de {i§oo?) años. Llego a Bru-
selas a XII de otnhre del diclw año. Enbiola el dotor de Puebla.
Al dotor de Puebla escriuinios vna carta del tenor siguiente. Por nuestras
cartas que antes desta vos avenios escrito, y por las duplicadas que aqui van,
vereys lo que mandavamos (¡ue procurasedes cerga de
la venida de los enba-
xadores del rey de Inglaterra, nuestro hermano, para que después que el Prin-
gipe de Gales aya conplido los xiui años, tornes a hazer acá con su poder y en
su nonbre el matrimonio de la Pringesa de Gales por palabras de presente,
porque hecho puede ella partir para alia en nonbre de Dyos; v tanbyen
esto,
vos esCriuimos quel matrimonio hecho esta, y ñrme, que no se puede deshazer;
pero que avnque esta hecho, se acostunbra hazer el dicho avto, y que hera me-
nester que se hiziese. Después avenios pensado que porque en esto se haga
mas brevemente, como parege que lo quiere el rey de Inglaterra, nuestro her-
mano, y como nos lo deseamos, sera byen
en cunpliendo el Pringipe de
cjue
sente con el dicho Pringipe en persona, y para ello vos enbiamos aqui poder de
la dicha Pringesa de (jales, nuestra hija, y desta manera se conplira con la hon-
OTRA ilFRA
de SHS altezas, heclui en Granada a xxvi. de agosto de ^ años [i^oo). Llego a
Bruselas correo.
para mucho y descanso nuestro. Nos avenios escrito dos vezes de nues-
tras manos a ella e al Pringipe, nuestro hijo, la vna con vn correo que partió
de aqui a xxiui. de julio, y la otra con Juan Velez. Consejadles y ponellos quan-
to pudierdes en que conoscan y siruan mucho a nuestro Señor, pues sobre to-
das las otras obligagiones que para ello tyenen, se añadió esta de averies dado
nuestro Señor tan grandes reynos; y porque como sabeys, los dichos Pringi-
pes, nuestros hijos, an de ser jurados por todos nuestros reynos, y para esto
es negesaria su venida acá, y tanbyen por nuestro descanso y suyo, y para ver
lo que Dios les ha dado, y para conoger y que los conoscan en estos reynos,
lo qual todo, como vedes, es lo que cunple a ellos, y por esto quisyeramos que
desde la primera ora que les escriuimos, escreuirles sobre su venida; pero por-
que conogemos que los que tyenen mano en la governagion de la casa son ta-
les que, conogiendo que en esto les cunple tanto, y que quanto mas nos lo es-
rodease que lo quieran como cosa que tanto les cunple; pero que todo esto di-
xese ala Pringesa, nuestra hija, para que ella tuviese maña y rodease como
ellos lo quieran.
Después de esl.i, enbiamos a dezir con Juan \'elez a la Pringesa, nuestra
— 570 —
liija, (jue ya ella sabe c|iiant<i les va a ella e al Píin(;ij)e, nuestro hijo, en su
presta venida a estos reynos, por las cabsas que de suso dezimos, y que demás
de ser esto su byen, nos la deseamos ver por nuestro plazer v consohn-ion, por-
que es tan grande el amor que le tenemos, que después de üyos, en ella sola
esta todo nuestro descanso; y que por tanto le rogamos que ella procurase y tu-
vyese manera como su venida dellos sea lo mas presto cpie se pueda, y pues que
vyenen a su casa, no se deven detener por traher grande aparato, que cada
dya podran yr e venir los que cpüeren. Tanbyen mandamos a los dichos Obis-
po y Juan Velez, que sy syntiesen c[ue estañan para venir por Frangía, lo es-
toruasen, porque en ninguna manera viniesen por alli, syno por la mar, y c[ui-
con qualesquier navios de nuestros naturales o suyos que alia están, pueden
venir, y que la Pringesa, nuestra hija, deve trabajar en su venida antes que pase
el verano.
Iten, que sy por ventura pusyesen al Pringipe, nuestro hijo, en que antes de
su venida deve juntar los estados de sus tierras para que le hagan algund ser-
uigio para su venida, o para otra cosa se podia tener condigio-
nes y cosas que
Otrosy, que sy algunos pidiesen a los dichos Pringipe y Pringesa ipie ...
han de tener, que les dixesen de nuestra parte que les vemos de man-
dar, y que syn nosotros no pueden de ninguna maru-ia den palabra a
nadye.
Otrosy, que dixesen a la dicha Pringesa, nuestra hija, qtie sy por ventura
se conbidasen a venir con ella mas mugeres de las que ella tyene, que no, syno
a las suyas, syno fuese alguna hija de Marina Manuel, que sy su padre
se la quisyese dar, la deve traher.
Iten, que sy a la Pringesa, nuestra hija,pareg¡ese que devian hablar de nues-
tra parte al Pringipe, nuestro hijo, lo cjue toca a su venida dellos, que gelo ha-
blasen, y syno, que gelo hablasen como de suyo, mostrando que gelo dizen
como seruidores, y soligitandolo cada vez cpie fuese menester.
Otrosy escriuimos al dicho obispo de Malaga {|ue sy por ventura syntiese
(|ue se entendiese en procurar casamiento de la Pringesa Margarita con el Prin-
el Infante, su hijo, heredero, syno C|ue quede a el el cargo y a los que con el
— 5/1 -
(iuiil;iri-ii, V (|iif' en líiiitruii.i iikiiutíi (|ucd(' en nii\ijiin<l iMis^o la <licha l'iiiir''-
sa Margarita; pero i|iie sv cDiioí^icsf (|iii' no li- han dr tnieier dcxai' iiiiigund
l'rinc;esa, nuestra hija, (|lii- el dicho ( )his])o procurase de saber, syn que ella lo
])udiese sentir, sy esta con pensaniieiilo de venir, y sy sintiese <pie esta con
tal pensamiento, trabajase (pi.mlo ¡Hidiese por desviarlo por las mejores mane-
ras (|ue le paregiese, y sy otra cosa no bastase para desviarlo, desengañase al
los dichos l'ringipes, nuestros hijos, mostrando, como es la verdad, que es por
hí que y en todas las otras cosas susodichas estad avisado para
a ellos cunple,
7'/^. I CÍFh'A
de SUS altezas, Iicclia cu Granada a 111 de otiihrc de /; años (i^ool.
pues es cosa que por el amor que les tyene, sabiendo que tanto les cunple
venir luego acá, recebira mucho plazer dello, y no puede aconsejarles otra cosa
syno que syn ningún detenimiento vengan; y sy al tienpo que este mensajero
llegare no fuere venida su respuesta, trabajad por todas las vias que pudier-
des como luego la ayan, y escrivid sobre ello a Don Juan Manuel, para que
con mucha diligengia l.i procure.
(1) 1500.
- 572 —
(Jiianto a las gi'a(;ias que mis dan, dezul de nuestra parte a los Pringipes
ya dichos que no es menester de nos dar gragias por ello, pues que lo hizo
Dios, y demás desto, en ser ellos los cpie nuestro .Señor Dios nos dio por suh-
gesores, por lo que conocemos de sus virtudes y meregimientos, y por el
mucho amor que les tenemos, nos ha seydo y es mucha consolación \' con-
tentamiento, porque de tales hijos no podemos esperar syno lo que deseamos
de ver en ellos; y dezidles que las gragias que nos querríamos dellos es su
presengia, para que sean jurados por est<is nuestros rey nos, pues de otra ma-
nera no se puede hazer.
V sy los dichos Fringipes ovyeren por tan grave como dezys de traher
consigo al Infante, dezidles que
byen pueden dexarlo alia por agora hasta
c|ue sea de mas hedad, poripie no piensen que vyene acá para nunca mas
holver alia, antes podran yr e venir todas las veces cpie quisyeren, después de
jurados; y en esto dezid sy la venida de los dichos Pringi])es puede ser antes
de aver parido la Pringesa; pero s\' su venida no puede ser antes de su parto,
y Dios la alumbrare de vn hijo, en tal caso dezidles de nuestra parte que de-
ven dexar alia el que paryere y traher al Ynfante; y vos procurad que se haga
asy con ti)da la ynstangia c[ue pudierdes, ])ues es cosa tan razonada como
vedes.
üuanto a los enbaxadores que dezis que el Pringipe y la Pringesa cpierian
enbiar, dezidles <jue no es menester que vengan, poripie en semejantes casos
no se acostunbran enbyar enbaxadores, y que por el amor que les tenemos,
vyendo quanto les cunple su presta venida, querríamos que fuesen ellos mis-
mos los enbaxadores, y cpie abrevyen su venida lo mas presto que pudieren,
porque para ser regebidos y jurados por tantos y tan grandes reynos como
son estos, no podyendo ser jurados según las leyes y muy antigua costunbre
destos reynos solo momento mado que vyene en el
ellos cunple, pues saben ipianfo les va en ello, deve p11;i dar toila la priesa
que pudiere en su venida, para t|ue sean jurados personalmente por todos
nuestros reynos.
No vos enbiamos las cartas i|ue demandays para el argob¡S|)o de ISisangon
y mose de \^ergas, porque sy les escriuimos, pensaran que por lo que nos
cunple procuramos la venida de los dichos Pringipes, y sy ellos pensasen cjue
nos lo deseamos por esta cavsa, por ventura pornian algund ympedimento o
dilagion ensu venida, y por esto nos ha paregido mejor cjue vos y nuestro
enbaxador jimtamente les digays lo cpie vierdes que convenga para (pie ayu-
den a abreviar la venida de los dichos Pringipes, haziendo syenpre fundamen-
to de quanto les cunple a ellos \' qnanla necesydad lyenrn di- venir presto; y
— 573 -
f>n sv(^iuli> lomada (Iclcrminacion en la forma de In dicha venida y el (|iiand(),
hazednoslo saber con correo apriesa. Por ende nos vos mandamos (|ue ¡iinta-
menle con el dicho Ohisjio digays de mi [larle a los dichos Fringipes lo (|iie a
([lie ser pudiere; y sy syntierdes que están para venir por l'rangia, estorvar-
lo, para que en ninguna manera vengan por alli, syno por la mar, que con
<|ualesquier navios de nuestros naturales o de los reyn s cjue alia están pue-
den venir, como ya os escrivimos.
De Granada a ni de otubre de 5 años (130O).
OTRA CARTA
Copia de lo que se esenue al dotar de Puebla.
A los XKVL. de agosto vos escriuimos por letras duplicadas por la via de
Martin Sánchez de Qamudio, que les avia de enbiar con dos pasajes, como avia-
mos visto vuestras cartas en que escriuiste la porrogagion de la yda de la Prin-
gesa de Gales hasta san Juan Bautista que primero verna, y que de ello ave-
rnos ávido plazer, porque no fuese en tienpo tan jieligroso como es el ynvier-
no, y vos enbiamos carta nuestra iluplicada para el rey de Inglaterra, en res-
puesta de la c[ue el nos escriuio sobre ello, y vos escriuimos otras cosas, como
vereys por lo duplicado del mismo despacho que va aqui. Después regebimos
vuestras cartas de ginco y onze y treze de agosto, y tanbyen vinieron las del
comendador de Haro, en que enbio la escritura que demanda el dicho re\'
de Inglaterra, la cual enbiamos, y visto lo que dezis en vuestras cartas, pare-
genos byen que por agora no hableys al dicho rey de Inglaterra todas las co-
sas que vos escriuimos que procurasedes t|ue se enmendasen en la capitula-
gion hecha sobre matrimonio, saino las que aqui dyremos, porque son tan
el
razonables, que no pueden ser mas. Primera, pues ya el Pringipe de Gales cun-
plio la hedad legitima para poder ojutraher matrimonio por palabras de ])re-
sente syn dispensagion a los xxii deste presente mes de setienbre, com<í quier
quel dicho matrimonio tyene entera firmeza, pues se hizo con dispensagion,
pero porque como sabeys se acostunbra que avnque se haga antes la
hiaremos syn esperar el tvn del tienpo de la porrogagion. Segunda: lo (|ue aves
de procurar agora es quel rey de Inglaterra sea contento ([ue las x.Kxv.g) c<i-
de mirar aipiel asyento, hasta |30co ha que vos escriuimos sobre ello; pero sy
después de lo aver mucho consejado no pudierdes acabar que se regiban en
cuenta en la segunda, y que dicha Pringesa no sea desapoderada de las dichas
jovas e oro e plata, porque en semejantes casos syenpre se ha hecho asy, que
avnf|ue se asvente que vna partede la dote se pague en oro y plata yjoyas, syen-
pre quedan a la Pringesa que las lleva, y ella se syrve y goza dellas, y nunca
se vio otra cosa, v no creemos quel dicho rey de Inglaterra no otorgue a la
dicha Pringesa lo que se hazecon todas las otras Princesas. La tergera cosa que
aveys de procurar agora es quel dicho rey de Inglaterra aya por byen que con
ladicha Pringesa queden alia en su casa y sean las mugeres y onbres que ve-
reys por vn memorial que va aquí señalado de .Miguel Peres de Almagan en
los üñgios y cargos contenidos en ti dicho memorial, que aquello nos parege
que es lo menos i|ue vna Pringesa puede llevar, y lo demás alia lo podra hen-
chir el dicho rev di' Inglaterra como quisyere. La quarta parte es que agora
aveys de procurar que luego se asyente que luego en viniéndose los di-
chos Pringipes, se ayan de celebrar las bodas (Mitre el Pringipe de Gales y la
Pringesa, pues dezis que es cosa muy ligera de acabar, y que asy se acostun-
bra, V pues en las cosas que dezimos que procurej's debamos las -mas pringl-
pales de que dezis ipiel dicho rey de Inglaterra ])odria regebir están ni
01 R A CIFRA
de sus altezas, hecha eti Granada a xii de otubre de 5 años. Enbiola el dolor
de Puebla desde Inglatirra: llego a Bruselas postriviero día de dizienbre del
dicho afio.
en persona, y que la dilagion les podria ser muy dañosa; sy ellos no curan
dello,no pódenlos al hazer syno dolemos de su daño y dexarlos estar, que
para con nos no ay a que enbiar ni que negogiar en esto, que ellos no pueden
ser jurados syno en persona, v la dilagion no puede syno serles muy dañosa;
y sy ellos quieren aventurar tan grande cosa como nuestro Señor les dyo, sea
a su culpa, pues los avernos desengañado. Dezidles de nuestra parte vos y el
comendador de Haro, nuestro enbaxador, que avenios sabido que nos quieren
enbiar enbaxadores. v porque acá nunca se vio que de hijos a padres se en-
biasen enbaxadores, syno cartas y mensajeros familiares, y que acá por ser
cosa tan nueva lo avrian por mucho grave y muy estraño, que les rogamos c|ue
que por mar, porque avnque en anbos caminos aya peligro, ay [gran
diferencia de los] vnos a los otros, que los de la mar esta en solo Dios que
es de es que los y a la Pringesa no le haze mal la mar, y
los de tierra están en los onbres de es de tener tal confianza en cosa
tan grande.
A lo que temen los del Pringipe que querrá el Rey de Romanos tener la
- 576 -
governaijion de su tierra en su alisongia. dezidles de vuestro que nunca nos
seremos en que la tenga otro syno ellos, y que trabajaremos con el Pringipe,
nuestro hijo, que ellos sean syenpre conseruados en ella; y esto les certificad
y segurad mucho.
Por ende vos trabajad de guiar el negocio como atjui dezinios.
Henricus dei gra rex anglie' et franc. ac dns hibnie. Specü- et egregio uiro
dno gutterio gomes de fuensalida, Oratori Seremor, dnor. regis et regine his-
|3aniar cosaguineor. et affiniu nror. carmor. Sal. et psperitatem. Legimus Irás
urás uicesimo quarto octobr. bruxellis nup. datas, quas harum tabellarius uob'
reddidit, quibus intellexinuis prefatos dóminos supremos vestros iUud ¡strume-
tum ad nos quod superioribus tliebus inter nos in palatio nro grenwici
misisse,
fuerat concordatum, quod t|u¡dem istrumentum una cum litteris uestris accepi-
nius et perlibenter uidimus: ([uanquam atea e.x eisdem vestris supremis inlel-
lixeuuis illud ideni instrumentan\ esse ad nos trásmittedLi. Placuit iiohis quod
intra statutum tempus hec oiá ad nianus nras peruenit bene ac legaliter expe-
dita: agimusque uobis ingentes gras pro fide ac diligentia in ea re habita:
Ouod uero ipá prorrogatio aduenlus Tllme. dne. Chaterine S. uestris supremis
uehementer, pergratum fuit nobis allexisse: et qnia scribitis illos ante diem
prestitutum eandem Illmani. d. Chaterinam fore ad nos missuros, sane quando-
cumque applicuerit, eá perbenigno ac leto uultu suscipiemus. Ceterum
quia tam humaniter uos et operam uraní nob' obtuHstis gratanter accipimus
hunc uestrum bonum erga nos aninuim et propensam de uob' benemerendi
voluntatem. Ouod si aliquando dabilur occasio, etiam pro illa fide et opinione
para Yngiatcrra.
Iten, en caso de que conoscays que haya alguna duda en lo del casamyen-
to, deteneos en Ynglaterra con algún achaque, y sy vos pudyerdes remediar-
lo, trabajad de remediarlo por la mejor manera que os pareciere, y deteneos
en Ynglaterra con algún achaque, y auisadnos luego con correo apriesa par-
tycularmente del estado en que avres aliado todo el negocj'o, y de todo lo que
avres sentydo, y el remedio que os pareciere que se deue de poner en ello.
CARTA
del tesorero Morales. Año de j^dii años.
I i) Autógrafo de Fueusalida.
- 578 -
que le falte cosa alguna, e dozientos arneses enteros, e avn trezientos. En lo
del artillería escriuese a los que tyenen el cargo que enbien las ríiedydas e
manera dello, para que luego lo enbiare a vuestra merged, pues avnque sea
partido avra lugar, pues se ha de detener en Inglaterra. Parege que con esta
seguridad, e con que las mismas armas vernan en prendas, se hallara quien
de el dynero a canbio, que va hasta en xS) ducados. Vuestra merced porna en
ello el recabdo que convyene, y si algo de acá es menester mas ]3roueer, vues-
tra merced me lo avise por que se prouea.
Nuestro Señor, &.
De Madrid a ginco de otubre de iS);lii aiios. — Morales.
OTRA CARTA
de Morales al embajador.
579
CUENTA
de las armas que he comprado y embiado a Castilla, ansi de la primera
compra dellas como de lo que se gasto en enviallas.
Primeramente enbie eii la nao de Ochoa de la Rea que iba a Calis, catorce
arneses, e costo cada arnés a cinco mil maravedises, que montan .... lxx®
Envié en la nao de Iñigo Martines de la Pedriza, vecino de Portogalete,
que fue a Bilbao, 44 arneses c[ue costaron a cinco mil maravedís cada uno,
que montan ccxx©
Costaron veintinueve medios toneles para en que fuesen los dichos arne-
ses, a setenta maravedís cada uno, (jue montan iiQxxx
Costaron clavos para empacar los toneles, y paja para empacallos, y con lo
que se dio a los empacadores ccc
Costaron levar dende Bruxelas a Enveres i©i)C
Costaron levar dende Bruselas a Enveres, con lo Cjue se dio a los que los
empacaron i^cclxxv
Costaron levar dende Enveres a Gelanda dclxxv
Pagáronse de derechos en Enveres "O maravedís por cada tonel, que mon-
taron I 5 toneles dcccc
Pagáronse de derechos en Gelanda JO maravedis por tonel, tpie monta-
ron DCCCC
Costaron 95-2 armaduras de ps. que fueron en la susodicha nao, a 440 ma-
ravedises cada una, que montaron ccccxvm©DCCCLXxx
Costaron 17 toneles en que se levaron las sobre dichas 952 escaravisas a
160 maravedis cada tonel, (]ue montan ii?)dccxx
Costaron levar dende Enveres a Gelanda los sobredichos 1/ tone-
les i®ccxxv
Pagóse de derechos en Enveres por los dichos toneles, a 60 maravedises
por tonel, que montan i@xx
Pagóse de derechos en Gelanda de los sobredichos toneles, a 60 mrs. por
tonel, que montan iS)xx
Aseguráronse en la sobredicha nao Santa Alaria las sobredichas armas que
iban en ella, conviene a saber: 8 I arneses y 952 escarabigas, 2.400 ducados, a
9 ducados y un cuarto ]3or ciento hasta Calis, cjue montaron. . . . lxxxiiQlxii
Costaron 22 arneses que envié en la nao de Sancho Freiré, vecino de Bil-
Yo, Ortiiño de la Salde, vezino de Azcoitia, maestro que soy, después dt-
Dios, de la nao que nuestro Señor salve, nombrada Santa María, que al pre-
sente esta en el puerto de Raniua, para con la buena ventura seguir su viaje
al Andaluzia al puerto de Cáliz, otorgo e conosco que recebi e tengo cargado
dentro de la dicha mi nao de vos Antonio del Valle, vezino de Enveres, treyn-
ta y dos toneles de armas para los Reyes, nuestros señores, de la marca de
fuera, y en cada tonel esta escrito: Rey; con los quales, llevando Dios en salve-
dad la dicha mi nao al dicho puerto de Calis, prometo de acudir a Rodrigo
lie Ballesteros a Diego de Covasrubias, o a su cierto mandado, pagándome de
flete e averias de los dichos treynta y dos toneles cinquenta e dos ducados de
oro, e de peso, o su valor; a lo qual ansi tener e guardar e conplir obligo a mi
e a mis bienes muebles e rayzes, ávidos e por aver, e a la dicha nao e flete e
aparejos, e a todo lo mejor parado. En firmeza de lo qual vos di tres conoci-
mientos, tal vno como otro, el vno pagado, el otro sea de ningún valor. Fecho
en Enveres a xuii dias del mes de novienbre de 1 503 años. Y hase de pagar
el lemán y el sebo, si las otras mercaderías lo pagaren. \'ertuño de la Saldi. —
(Sigue un conocimiento semejante firmado por Sancho de Vasogabal, lla-
mado Sancho Frayle, vecino de Bilbao y maestro de la nao San \"icente, por
el que confesó haber recibido de .Antonio del Valle 13 toneles con armadu-
ras y pipas para conducirlos á Cádiz ó á San Lucar, para entregar al tesorero
Morales, medíante el pago de 13 ducados de oro de flete y averías. Ramua O
de Julio de 1504).
RELACIÓN
de lo que pasó con l^imignerra (ijo^). (l)
aquí dos dias antes que llegasen las cartas de Vs. ais., y hablo al Principe
muy largamente, y nególe haber visto, ni hablado a Vs. y dejo aquí una
ais.,
Señor; 3'a sabe V. al. que el rey de ynglaterra perdió su hijo el Principe
Artur, el <[ual era casado con la infanta Doña Catalina, vuestra cuñada. Con
todo ello, como aquel que siente ansy grande dolor, lo mejor que pudo tomo
en paciencia y traxo su dolor lo mejor que pudo, aviendo confianza que dios
le daria de los otros <ítro hijo, que a la hora era l)uc|ue de Ayor-
ca, el qual quedo principe, y fue ñangado con dispensación papal con la dicha
infanta Doña Catalina, vuestra cuñada. Sobre eso, aun no era llegado un año
de la muerte de su hijo el Principe, el cjual murió a los tres dias de Abril de
quinientos e dos, murió la su buena mujer, reyna de Inglaterra, a los xvu dias
de Marzo de quinientos e donde fue gran perdida. Veyendo esto su Con-
tres,
sejo que el no tenia otro syno uno, e una hija casada con el Rey de Esco-
hijo
cia, y asi le han amonestado que se debe casar otra vez por haber mas hijos,
porque si este que agora el tiene por cjuakiue desdicha falleciese, el reino C[ue-
daria en grandes divisiones. Asi que todos sabemos que es verdad, y con todo,
el Rey, mi señor, les ha respondido e dicho que lo quiere liacer, y el ha muy
bien estudiado donde se pudiese casar, y halla que no hay hija de ningún
Principe en toda la Cristiandad que pueda ser su pareja para se casar; mas el
ha nido decir que V. al. tiene en su reino y en su protección una buena seño-
ra, la qual indinamente dicen que es privada- de su derecho reino, y la tal se-
ñora es llamada la Reina Excelente, hija del Rey Enrique de España, el qual
era hermano de la presente reina Isabela de España, la qual reina Isabela aun
dicen que deseredo a su sobrina Reyna Excelente, diciendo que ella era bas-
tarda. Asy lo dice que la hecho, a causa que mas deseaba el reyno para ella
que no para la sobrina. Y dicen c[ue un vuestro progenitor, llamado rey Don
Alfonso, se puso a la conquista deste reino de España por remeter la dicha
reina Excelente en su derecho reyno, e dicen que en aviendo la entrepresa, mu-
rio. Agora esa señora que V. al. tiene en sus manos y la haze guardar, asi nos
envia, rogando el rey de ynglaterra como amigo y pariente, y vos pide por
merced que con vuestro buen consejo esa señora sea remembrada, y pues (]ue
dios os ha hecho asi noble y poderoso, piense V. al. que los bienes tempora-
les quedaran a los otros, y los buenos hechos y buenas obras que V. al. fara
nunca se partirán de vos, bivo e muerto, y mas que le parece que nuestro se-
ñor en esto fuera mucho pagado y contento quando los huérfanos son remem-
brados, y ipiien es aquel que debe remembrarse de los tales mas tpie los Re-
yes, asy y tan nobles y poderosos como V. al. esf por eso, señor, por Dios, Y
oydme muy bien. \L\ rey de Inglaterra vos ruega que sea vuestro plazer de ser
— 583 —
su buen amigo y do \c dar esa señora que se llama la Reyna Excelente, la qual
el entiendo prender muger, y esto que sea en secreto consejo hasta tanto
]ior
nes tal ]iarte, que \'. al. sera muy bien contento, y el es hombre de hacerse
ayudar de aquellos que están en el mismo reyno. Por eso, señor, si plaze a
V. al. desto, no se haga parte a todos los vuestros criados, por esc|uivar los
males que desto pudiesen venir, &
Aqui fenece la comisión principal que yo tengo. Agora, señor, si plaze a
V. que yo le diga mi parecer en esto y mi opinión, yo la daré, mas quan-
al.
Responsuní Regis.
Mi buen amigo: yo he muy bien oido el mensaje en el qual vos acjui ve-
nistes,y vos sabes muy bien que la causa no es tan cierta que se debe hacer
asy empresadamente. Por tanto, os pido por merced folgades aqui por estos
dos dias, que después de mañana vos avres el responso entero, y vo habré
harto tiempo para ystudiar en la materia, &
Luego el Rey mando que luego me donen buen aposentamiento y todo lo
que yo menester habría. Ansy espere los dos dias.
Venido que fue el otro dia, después de comer fuime yo a los Palacios y
embie a decir al Rey como yo estaba allí. Luego el Rey se aparto en ima cá-
mara solo y ahi fablamos.
Responsiiiii Rcgis.
Mi muy amado amigo: vos aqui me trujistes una embajada muy grande, v
porque vos me dijistes que las cosas deben ser secretas, y también pienso
que no deben ser descubiertas, mas por esquivar los males y errores v escán-
dalos, yo os haré una carta de crédito que vos crea el Rey de Inglaterra lo
que vos le direys, y entonces yo vos daré algunas palabras de sustancia; mas
vos verneys aqui después de cenar, en compaftia del Barón; quando fuere des-
pués de cena, llegaos a la corte con el varón, y apartamos nos con el Rev-
Di,Kome: cierto, verdad es que yo soy abiertamente avisado del amor del sere-
nísimo Rey de Inglaterra, y mucho amo a su alteza, y todo el plazer que vo
podre hazer en mi reyno por su honra y servicio holgara de lo hacer, y por
tanto que yo soy siempre y seré a lo que cumple por su honra, y yo le envia-
re en vuestra compañía uno de mis fidalgos para hablar con el y para me
traer responso. Y vos digo a eso que por amor de mi traes; primeramente, me
enconiendareys al Rey de Inglaterra, y si ay algo que aqui vos cumple, eso
vos dezillo, porque por cierto ha re por vos tanto quanto sy vos fuesedes cria-
do en mi compañía &.
?84
yo soy tan simple que me puedo llamar pagado de vuestra respuesta. Verdad
es, digo. Señor, que yo se a que soy venido; mas no se nada en que jj^o vuelvo,
simplemente, sin saber lo que V. al. me responde del negocio. Y por cierto,
Señor, crea \'. al. que antes iria en 'I\u-([uia o yn (sic) morisma que bolver en
Inglaterra asy simplemente.
Responsnm Regís.
Amigo; al quanto bien entiendo vuestra razón, y plazeme que soys tan
buen criado; mas vos sabeys que aun yo no quisiera responder al Rey de In-
glaterra hasta tanto que yo entienda mas abiertamente su voluntad, y por eso
yo envió mi criado con vos, y a el darey la carga de mi voluntad para respon-
der al Rey vuestro amo.
I'ctnis Viuíignei-ra.
Señor: agora me oyra Y . al. en punto, porque el otro dia yo vos prometí
de no vos fablar fingido, quiero vos hablar e dezir mi entera opinión. Por tan-
to, que V. al. me prometa por la fe que debe a su Real Corona que esto nin-
Petrjis Vincigncrra.
lente, y puedo decir que, sin injuriar Rey ni Principe en toda la cristiandad,
el es uno de los mas escelentes, asi en virtud como en humildad y en libera-
lidad y en vera justicia; mas otra causa le es, que es gobernado por los con-
-^ 585 —
sejeros, los qiiales son de diversas o|iiaioiics, y por bueno yo os digo que si
ingleses; y mas es, ([ue el rey de Inglaterra no ha de vivir toda esta vida; y ])ues
es otra causa peor, que esta Señora es ya mujer de no haber hijos, y pues
\'. al. sabe que a un tal Rey como \'. al. no pertenece hacer traición al Rey de
Castilla, vuestro padre, y a Reina vuestra madre, y después. Señor, vos sa-
la
béis que siempre IJios les dio Vitoria contra todos aquellos ([ue fueron contra
ellos, y si ellos no oviesen el derecho ni la causa, por cierto cuido que Dios
no les ayudarla asy bien, mas Dios siempre ayuda a la justicia; y después vos
sabéis, señor, que estas cabsas tocan al señor Archiduque, el cual es tan alto
y tan noble Principe, y es hijo del Rey de Romanos, y es buen amigo con el
rey de Francia, donde todos ellos fueran contra vos dos, y vos t[ue no sois en
isla, vos fuerades el peor tratados, y cuando vos esperaredes ayuda de los
otros, estonces vos allariades engañado e burlado dellos, por que cada persona
diria:quien ha mal su daño sea, y a vos Dios hos ha dado muchas aventuras
a acabar en vuestra honrra y a vuestro provecho; por eso, si Dios os ama y
os ha en su gracia, no busquéis su indinacion; tened vos a lo que vos ha dado
Dios a derecho, que harto tenedes por la gracia de Dios.
Asi me parece que \'. al. querer oir hablaren esto; con todo, Señor, haga
\'. al. lo que mejor le parece: si bien he hablado. Señor, loadme, v si mal he
hablado, Señor, perdonadme.
Ri-.r.
Pctrus Vincig.
Señor: como quier que yo, indigno caballero, no he deservido tantos bienes
de \". al. cuanto me ofrece por su beninitat, yo le beso muy vmillmente las
Rex.
el Rey: Amigo, vuestro consejo nos parece muy bueno, y también por que
— 586 —
sepáis yo no era tan simple que luego me ligase con alguno sin saber como;
y asi vos dico que nos somos trocados de voluntad, y nos parece que vos vol-
váis al rey de Inglaterra y me encomendes a el, y le deis esta carta de crédito,
que! me perdone por merced, y que aqui hay otras señoras nobles e grandes
que si el ombre entrase en tales quistiones, muy livianamente pudiera perder
mas de lo quel ombre se piensa; y si alguna cosa otra ay que yo pueda hacer
en su provecho y por su honrra, que yo lo fare de muy buena gana.
Venido el Rey, mi señor, e hecha la respuesta, dixele: Agora, señor, V . al.
me entienda; yo, como aquel que servir vos desea, he pensado que a^' otros
mejores matrimonios para \'. al. y mas onestos. Ay una señora que es sobrina
del rey de España, que es hermana del rey don Fadrique de Ñapóles por
parte de su padre y no de su madre, y es y es muy her-
muger de xxij años,
mosa señora, y fue casada con el rei don Fadrique y rey don Fernandino que
reino dos años en Ñapóles después que el rey Charles se fue del reino de Ña-
póles; y también el mismo rey don Fadrique tiene una hermana muy hermosa
y muy noble señora que no es sino de xnij años, y llamase doña Ysabel como
su madre, y el dixo que hasta que" el mes de mayo pase no queria mas hablar
en esto.
¿:>OTE
de ¿a Princesa D." Catalina.
xvQ ducados a cambio, con los quales se cumplió suma de l© que alia tiene.
de manera que faltauan xlv® para el cumplimiento de los xcv0 que montan
los c3 escudos; y entiéndase que como quiera que agora se embia recaudo
para l'3 por mayor cumplimiento que no haya falta que no se han de recibir
por virtud destas cédulas mas de xlv©, pues con estos se cumplen los c© escu-
dos de oro.
El embaxador este sobre que podria ser que estos que han de hazer
avisi)
este crédito destos lS) escudos, teniendo parte en el canbio que se tomase alia,
encareciesen el dinero, sabiendo que de necesario se ha de tomar tanta suma a
cambio para acá; por ende ha de mirar si sera bien no darles las cartas a los
sobredichos que han de hazer el crédito, hasta tentar y concertar el precio del
cambio para acá, dándoles a entender c|ue se quiere aprouechar de las cédu-
las de cambio que alia tiene de los xij) escudos, y fingiendo que no hay tanta
necesidad de hauer luego el dinero, porque cpiiza desta manera se haura mas
barato el cambio para acá. Esto se dexa a aluedrio del dicho embaxador.
Iten, en caso que quando este correo llegareembaxador se haya aproue-
el
chado ya de las dichas cédulas de cambio y haya cumplido con ellas lo que
se ha de cumplir, en tal caso no sera menester usar deste segundo proueimien-
— 588 —
to, V deue escreuir luego el embaxador de qual destos dos proueymientos se
aproiiecha.
.Asimesnio va aqui segunda cédula de cambio para el embaxador en Lo-
renzo Locabela, para lo de su salario.
CUENTA
de lo que Gutierre Gómez de Fnensalida recibió en 150C) para pagar el dote
MEMORlAl,
del dinero que se llevo a Yugalaterra, e se tomo alia a canbio para pagar el
dote de la señora Princesa de Gales, que fueron cient mili coronas del sol, ra-
zonadas a cinquenta dineros cada corona, segund parece por la capitulación
— 589 —
se obligaron a pagar en í.uiulres para el dote de la señora I^rincesa de
Gales i>ív © ducados
Vten, le enhiaron después al dicho i-raiicisco de (iriniaklo, diez mili duca-
dos en oro; llevoselos ¡Montenegro, criado de Agvstin Vtalian, y entregoselos
al dicho Francisco de Grinialdo xg) ducados.
r.os quales dichos setenta e c;inco mili ducados syenpre estovieron a cargo
del dicho Francisco de (jrimaldo e de su conpañia.
Destos setenta e ginco mili ducados, por algiind régelo (|ue se tovo i[ue el
Key de Yngalaterra los loniarya s\-ii conclu\'r el casamiento de la señora
contento del dicho Lorengo í.ecavela de como regibio los dichos tiuarenta
mili ducados, se enbio luego al Rey, nuestro señor, porque ansy lo enbio a
mandar xi.® ducados.
Quedaron en poder del dicho l-"rancisco de Grimaldo treynta e ginco mili
ducados XXXV® ducados
Concluyóse el casamiento de la señora Pringesa de Gales, con asyento c¡ue
se pagase luego dentro de ocho dias después de concluydo el casamiento gin-
([uenta mili coronas. Kste asyento fue fecho en el jiies de mayo de cjuinientos
e nueve años, a que el dia de san JNIigel venidero del dicho año se pagasen
las otras ginquenta mili coronas, e para seguridad de la paga se diesen fian-
gas llanas e abonadas de mercaderes, para que al tienpo pagasen las dichas
ginquenta mili coronas; e para hazer la primera paga de las dichas cinquenta
setienbre, como dicho es, de que se han de dar fiadores llanos o abonados, se
tomaron a canbio quarenta e cinco mili ducados.
Hechos los quarenta e ginco mil ducados coronas, montaron quarenta e
....
— 590 —
syete mili e setegientas coronas, e para suplimiento de las ginquenta mil co-
ronas que se an de pagar, se dieron a los que se obligaron al Rey de Yngala-
terra las gedulas de canbio de las dichas quarenta e syete mili e setegientas
coronas xi.viif)DCC coronas
Dioseles mas novecientas coronas t|ue sobraron tle los (_[uinze mili duca-
dos Dcccc coronas
Dioles mas Francisco de Grimaldo mili e (|uatrogientas coronas, con las
quales se hincheron las cinquenta mili coronas a los fiadores t|ue se obligaron
a pagar al Rey de Yngalaterra i©cccc. coronas.
Desta manera se conplieron a los fiadores las dichas cin<|U('nta mili coro-
nas que se an de pagar al Rey de Yngalaterra para el dia de san Miguel pri-
mero venidero del dicho año, e ellos se obligaron al Rey de pagarle i,© co-
ronas.
Asy que paresge que de treynta e syete mili e cien coronas que monta-
ron los treynta e ginco mili ducados que thenia Frangisco de Grimaldo, que ha
dado el dicho Frangisco de Grimaldo treynta e seys mil e quatrogientas co-
ronas para la paga del dote de la señora I'ringesa en la manera c|ue dicha
es xxxviQLXcc coronas
Restan en poder del dicho Frangisco de (jrimaldo para conplimiento de
treynta e syete mili e gient coronas que montaron los dichos treynta e ginco
mili ducados que el dicho Frangisco de Grimaldo avia de pagar, setegientas
coronas ucc coronas.
Descargo de las dichas setegientas coronas.
Da en quenta el dicho Francisco de Grimaldo, que pago a correos que se
despacharon para yr a Castilla, lo siguiente:
Oue dio al Gallego, correo, la primera vez que fue a Castilla, diez e ocho
coronas xviii.° coronas
Diole segunda vez diez e ocho coronas xviii." coronas.
Diole tercera vez veynte coronas xx coronas.
Diole quarta vez que hallo al Rey en Seuilla, veynte c quatro coronas . . .
xxiui.° coronas
Que dio a Juan de Sepulveda que se enbio con cartas al Rey, nuestro se-
ñor, quarenta e dos coronas xi.n. coronas.
Oue dio a otro correo que llevo la nueva de la muerte del Rey de Ingala-
terra, quarenta coronas xi.. coronas.
. Que le dio el mismo ¡•"rangisco de Grimaldo a otro correo que levo la nu(--
- 591 —
Da mas en quenta di)zientas coronas que me dio a mi para desaliixarme de
Londres quando nos partimos ce. coronas.
QUENTA
con el secretario Aliñaban, de mi salario.
— 592 —
Por manera que alcanga el dicho Comendador por treynta e vna coronas
e quarenta dineros, los qiiales declaro el dicho Comendador quel Rey Católico
ches. =: Hí7j'
I /ijs lorrcspondieiites rubricas.)
CARTA
en favor de Fiiiiando d Cató/iro. (íio6?) (Sin nombre de autor) (l)
Razón es ya que aga saber a vuestra merced nuevas daca y ipie me lo pa-
gueys en la misma moneda. El Rey esta muy bueno y muy justo en sus ho-
bras, a cuanto paresce a los mas, y en las palabras a los mas y a los menos
paresce justificado. Xo le podemos negar que levantar por Reyes a sus liijos
en Castilla y nonbrarse por su governador jnon fue obra mu}' justa y muy
omil? Y si después acá gouerno bien estos reynos y defendió los bienes de la
corona real de grandes ynportunidades, notorio es a todos; y sy después el
Rey y la Reyna, nuestros señores, cpiisieron su ayuda y su consejo, el fue
contento de la dar, y de tomar con ellos el concierto que ellos quisieron, por
do paresce claramente non ser sus altezas en tanto cargo a nadie para las co-
sas destos reynos como a el, y después a los que le syguieron, en el seruicio
de los quales se fyzieron las cosas ya dichas.
Sy otras cosas nuevas se fizieren de aqui adelante, es destar atentos para
ver a que nos obligan, que posyble seria que con alguna pasión, o con cabsa
que para mudase de su buen proposito; lo (|ual no es de creer
ello le diesen, se
de quien tantas buenas espirencias hemos visto; ]Dero caso cpie en su tauor sea
la clausula del testamento de la Reyna, nuestra señora, que aya gloria, ])or la
fuerga que tiene en ser su postrera voluntad, y por la coniormedat en cpie es-
tan con las leyes del reyno, y por ell autoridad del i[ue la hordeno, \' por la
necesydad c)ue ay para la buena gouernacion cpie entienda en ella quien tanto
ha que la usa, a lo menos hasta que la esperencia aga mas maestros alRey e
a la Reyna, nuestros señores, y aunque a nadie sen (sic) al derecho del Rey es-
conder a la Reyna, por do claramente paresceria no querer ella lo (pie cjuiere
(i) Este curioso documento, anónimo, ;uiiiquc de letra coetánon «le lo que se refiere,
RESPUESTA
de algún Grande español 1 1 ) de/ partido de don Felipe.
fuergo que la razón me pone, me haze querer, señor, responderos por vuestros
consonantes, y plazeme porque sea por escrito, porque se me figura que de lo
Reyna, nuestra señora, syn hazer mención del. .\sy que esto no me parece
que cabe en ley de natura.
En lo que, señor, dezis que si su alteza gobernó bien estos reynos, &, que
es razón de dar crédito a sus consejos, e asymismo conoscerle el cargo en que
le son de aver defendido lo de la corona de muchas ynportunidades, no me
parece que desto hera para dexar en el tyntero una respuesta; e digo que en
esto abria mas que decir que en todo, sy no fuese la larga prolexidad; pero
aun esa buena gobernación que dezis que su alteza ha tenido tiene hartas con-
trariedades, que mas propiamente le podemos dezir que fue pacifica que
buena, syno que los castellanos sycnpre tenemos vocablos corrutos.
Digo en defensa de mi openion que la buena governacion pende en dos co-
sas: la una, en el byen, como que avemos de querer mas que otra nynguna co-
sa, porque los Principes e todos los que algo tienen son llamados padres de la
¡latria, e an de criar e sustentar sus subditos como hijos; y la otra parte pende
en partycular, que es dar a cada uno lo suyo, e ser yguales en la justicia; asy
que en estos dos puntos pende toda buena gobernación. Pues ved, señor, destas
dos cosas como están todos los estados deste reyno, asy seglares como ecle-
syasticos satisfechos en lo que toca al bien común; pues de lo otro partycular
yo puedo ser buen testigo, porque en solo mi negocio ay harta espirencia de
— 595 —
como a seydo administrada la justicia, syn la de otros que avera hartos agra-
cargo de justicia, porque aun estos tales heran ¡luestos pormano de sus pri-
vados; asy (¡ue si, depende de buena goveina-
señor, vos parece (|ue todo esto
cion, otros muchos avera a que ]5areceni lo ct)ntr;u¡o, que de la gobernación
pasada no tiuiero hablar, porque se hizo con conpañia, aunque bien avrva cjue
decir, y tanto que no cabria en poco papel.
üezis, señor, que si algunas cosas se ynovaren de aqui adelante, (]ue es
bien de estar atentos para ver a que nos obligan. A esto digo c|ue la fortuna,
que es aguazii de Dios, vea lo que tiene determinado; pero los honbres han ile
seguir lo que deven a los obligados, e como esto en el caso en que estamos
esta muy determinado, no conviene remitirlo a mas pareceres. Pero sy el se-
ñor rey don Fernando es tan justo como que no dará
se haze, bien se cree
lugar a ningund escándalo, ni querrá de lo ageno mas de lo que pluguiere a
su dueño. Pues la clausula que decis del testamento de la Reyna, nuestra se-
ñora, no pudo en derecho obligar a estos, nuestros señores, porque nemo dat
quod non habct. De forma que su alteza como bienes de mayorazgo no pudo
disponer para después de sus dias, aviendo legítimos herederos e subcesores,
ni tampoco enagenar la governacion de quien pertenescia, en especial por los
espyrimentos que desto han parecido e se han fecho en Kspaña algunas vezes
de haberse los governadores yntitulado de Reyes, como acaescio en tienpo
del rey don Rodrigo e de otros; que la necesidad que dezis, señor, que podria
aver de la governacion del señor rey don Fernando hasta que el Rey, nuestro
señor, fuese de mas espiryencia, esto seria sy oviese rey extranjero que fuese
conpetydor destos reynos, o toviese question o guerra con algund Pryncipe;
pero estando con todo el mundo en paz, no me parece que es grand filosofía
sustentar una cosa que no tyene competencia; quanto mas que el Rey, nuestro
señor, es tan sabido quanto es menester, y tan querido e amado, e lo sera de
los que lo conoscieren, que lo que otros Pryncipes no podran hazer con armas,
hará su alteza con la palabra; e antes creheria yo que la tal governacion tra-
heria mas daño que provecho por respecto de las parcialidades que en estos
reynos ay, y los conoscidos favores que su alteza da mas- a unos que a otros.
Pareceme que algunos de no muy buena yntencion an publicado alia que
la Reyna, nuestra señora, tiene mas encerramiento del que su alteza querría,
y que esto se cree que es por querer su alteza otra cosa de la que acá se
quiere. Y esto yo puedo certeficaros tan byen como el que mas dello sopiere;
y la verdad es que la Reyna, nuestra señora, de su condición es algo retrayda
y no a gana de comunicarse; pero quien le quiere hazer reverencia e hablar,
no se lo ynpiden, y ella muestra mucho contentamiento con todos los que aqui
— 596 —
venimos; y el jueves pasado le besaron la mano el marques de Villcna y el
conde de Benavente y todos quantos con ellos venian, y a qualquier con quien
su alteza a gana de halilar Iiabla y huelga, y no la esconden de nadie, como
alia dizen, e aun quiga querrían que su alteza se comunicase, si con su condi-
ción se pudiese acabar. Asy que deste pecado se deven alia todos de des-
ayunar.
Dezis, señor, que siempre
governacion de gente e.xtraña a seydo odiosa.
la
Eso querría yo (|ue se mirase alia, por cuyos pecados permytio Dios (jue vié-
semos la muerte de tantos principes naturales y de nuestra generación quan-
tos en estos reyn<is nuestro Señor a querido lleuar, |)ara (]ue viniesen a seño-
rear pryncipes estrangeros, como, señor, dezis, '|ue aun para henmienda de las
vidas haria harto provecho el tal conoscimiento, si cada uno con su condición
lo pudiese acabar; ni creo que yo, n¡ nadie tiene por mas odioso ny amigable
governacion. Asy que lo me.xor desto es dexar hazer a Dios, quel sabe lo que
haze. Y sy la Reyna, nuestra señora, no a gana de governar, sy por alia se dize,
no se quien deva ser mas justo tutor de sus hijos que su padre. Y por aqui,
señor, veréis a que son obligados los de acá e los de alia; quanto mas que
seyendo el Rey, nuestro señor, de la mas alta sangre e generación de crys-
tianos, no podra Dios fazernos mayor nierced que darnos tal persona por Pryn-
cipe, y creo (jue esto emano mas de su clemencia que de nuestros mereci-
mientos.
Yo creo, señor, que sus altezas serán tan catolycos e tan cuerdos, que ni
<
Q
<
Z
w
te.
Oí
o
Q
<
w
G
<
<
oí
O
OH
<
<
Oí
<
u
c
-]
s
u
<
Ü 1¿ ^^
' ' \ m
«^S
\
3
I
1
>
:h
51)7
—
n
XOTJCIAS {i)
Alonso Heiu.indez Roelas fue señor de Fiieusalida y hubo otro del mismo nom-
(k- l.is
bre, y eran primos, hijos de hermanos, y... a diferencia del uno llamaban al olro Alonso
Hernández f/ rfí Fiieiisaliila, pm- manera i]in- ya no le conocían sino por este nombre,
Alonso Heraaudez de Fueasalida, el cual mamUJ en su testamento que el que heiedase de
S'is hijos á Fueasalida se llamase Alonso ó Juan de Fuensalida, ó otro cuakiuirr nombre,
Mencia casó con Pero Gómez Barroso. Era la mayor, y después se llamó de Fuensalida. Do-
ña Elvira de Fuensalida casó con Ju;ni Gudyol de las Ruelas.
Doña Mayor casó con Gutierre Laso de la Vega, hijo de Gil García Laso de la Viga.
El hijo mayor del Alonso Hernández de Fuensalida murió sin hijos, y pasó la herencia
á D. Gutierre, que fue' Obispo de Avila, y á causa de la herencia, llamóse de Fuensalida, y
por esto todos sus hermanos se llamaron ilc l-'iiciisaliíla. Muerto el Obispo, dexó la heren-
cia de Fuensalida á Doña Mencia, su hermana, mujer de Pero Gómez Barroso, y dióle po-
der i)ara que hiciera su testamento conforme al testamento de su padre, con las iyuelas
quel mayorazgo esta viuclado, y hizolo de la manera siguiente:
Oue aya la mitad de Fueasalida después de mi vida con las casas y vasallos, y pe-
chos y derechos, y jurisdicción y señorío, etc., etc., que el dicho señor Obispo habia en el
dicho lugar e su termino, Garci Barroso, fijo de Pero Gómez Barroso y de mi la dicha Doña
Mencia de Fuensalida, con condición que no la puebla vender, ai cambiar, oi obligar, ni do-
nar, ni enagenar, mas que la tenga por toda su vida, levando frutos y renta, y á su muerte,
por cuanto el su fijo mayor, según las condiciones con que los Cardenales D. Pedro Barro-
so el viejo V D. Pedro Barroso el mozo dejaron los mayorazgos que el dicho Garci Barroso hoy
dia posee, ha de tomar las armas e apellido de Barroso, mandamos que la no pueda haber;
mas que de los otros fijos del dicho Garci Laso, que la haya el mayor que tomare las armas
V apellido de Fuensalida, armas del dicho señor Obispo un escudo colorado con
que son las
seis roelas blancas, vandadas cada uaa de tres vandas ó barras negras al través, e dende en
adelante que lo aya su hijo ó nieto ó biznieto perpetuamente y los otros sus descendien-
tes legítimos por linea derecha de varones, tanto que el que la meytad de Fueasalida
oviere, sea el mayor plai;o (?), y tome el apellido y traiga las armas del dicho señor Obiápo;
y si el dicho Garci Barroso ó alguno de sus decendientes que oviere la meytad de Fuensa-
decendiente varón e legitimo por linea decendien-
lida falleciere sin hijos, e oviere otro
te de varones, que la aya con las dichas condiciones su nieto ó biznieto, o otro decen-
diente de varón, legitimo decendiente, si le oviere que del decienda por linea de mugeres;
y en este caso, si oviere decendientes de muchas mugeres, que lo. aya el que viniere de la
sazón fuere viva que la aya que suso dicho es, e que si la
linea de la dicha (Doña) (?) Guiomar se acabara del todo, que aya la dicha parte de Fuen-
salida García de las Ruelas, fijo de Juan Garcia de las Ruelas e de Doña Elvira de Fuen-
salida e sus decendientes; con las condicionen susodichas; e si el linaje del dicho Garcia de
las Roelas se acabare del todo, que aya la dicha parte de Fuensalida Alonso Hernández de
Fuensalida, Comendador de Montalegre de la Orden fie Santiago e sus decendientes.
€1 Señor
de lo
Casa de la Vega
Alón
después, i
'•^u' ierre
^oña J^ayor
Xaso de la Vega Soñó Elvira
(J^aestresala de
de hs f^oelas
de fuensatida
de fuensa'ida
/)ie^o Z¿)pez /tfarij de fiya'a
7>- Juan O
Señor de Valdecornejo
9=
yilonso Xaso de la Vega,
J)oñj Jifana ¡)'az de ^aro después Jjlonso X^rnandez
t^eb lindel a del ó ^ut.errez de J-uensahda jffdetanlado
3 Xooe 7>iaz Comendador de plonteale-
Conde Jflvar jarcia de Toledo
gre'Sanl.'') (JVIaestresala
de J{aro
de €nnque III)
Pedro Sji'ej de femand fiharez "Siego Xope7 Comendador gutigrrt ffámez SoAi
Toledo de To'-eda
dtspués.da fuensalida
RRE GÓMEZ DE FUENSALIDA
\
^J-
^on Gutierre de las
/Roelas y de fuensa- Siena jtfencia
A-s fi.^e.^s ,'idj'c^r fierenaa del Juan de las /¡oelos de fuensahda ¡"fiere^
\tudioi herma.^:> mayor S^on ¡/ de fuensafida dera del Obispo ^on P * ^cmez ferroso
t sin h'J^s)
7¡:ego- ^lif'erre. su hermano}
Cb'SPO de ^vi.'a ^
_i
^ara $arroso
fheredó ¡a
'
de /)Oña ^u'Omar
',
fuensO'ida, ^arraso,
ó la ^arrasa
con vasallos, ej
Sancho de Jírronz
2>oñJ Juana Pachez;
} '¡de de ifequenj - /*/>
pero <^cmez
$a'roiO
¿arroso) I
de JtfoscoiO
— 599 —
molinos traperos ó batanes, una jabonería y varias tierras en la villa de Jumilla, camino de
Chinchilla, valuadas en 100.000 maravedises, á cuenta de los 260.000 que ofrecieron en
(lote á su hija Doña María de Arroniz cuando casó con Gutierre. (Ya lo estaban en dicha
fecha.)
TÍTULOS Y MERCEDES
concedidas a Gutierre Gómez de Fuensalida (1475-1513).
Cédula de los Reyes Católicos para que á Gutierre Gómez de Fuensalida, Comenda-
dor de Haro, que fué con mujer é hijos á avecindarse en Málaga, se le den los repartimien-
tos en los lugares que le son debidos.
Santa Fe, 8 de Febrero de 1492.
(Original).
Merced á Gutierre Gómez de Fuensalida del oficio de Camartro mayor del Infante Don
Carlos, otorgada por su padre Felipe el Hermoso, en recompensa de su emb.'ijada en
Flandes.
Bahía de Holanda, 12 de Agosto de 1504.
Merced de la Encomienda de
Membrilla (Orden de Santiago) á Gutierre Gómez de
la
Cédula del Rey Católico por la que hizo merced á Gutierre Gómez de Fuensalida, en
recompensa de sus servicios de i.odo ducados de oro de los bienes confisc.idos á herejes
en Granada y Málaga.
Valladolid, 24 de Abril de 1506.
(Original).
Merced que el Rey Católico hizo á Gutierre Gómez de Fuensalida de 350 fanegas de
todo pan al año en diezmos pertenecientes á
los la Orden de Santiago.
Segovia, 13 de Junio de 1505.
(Original).
Merced que hizo el Rey Católico á Gutierre Gómez de Fuensalida de 100.000 marave-
dises situados principalmente en la renta de yerba de la dehesa del Redrojo, de la Mesa
maestral en la provincia de León.
Tudela, 4 de Julio de 1506.
(Original).
Cédula del Rey Católico para que se p.ague á Gutierre Gómez de Fuensaliila lo ipie
le correspondía como Comendador de Haro.
San Martín, 8 de Julio de 1506.
(Original).
Merced vitalicia de 400 ducados de carlinas nap)litanos en cada año en enmienda del
oficiode aduanero de la Aduana mayor de F.indici, de Ñapóles, concedido á Gutierre Gó-
mez de Fuensalida y dado á Lorenzo Palmer por no poder Gutierre desempeñarle.
Firmado por D. Fernando ¡le Araron \ de Xiipoles.
Castillo novo, 3 de Mayo de 507.
1 1
(Copia).
Cédula del Rey para que se le paguen puntualmente los 400 ducados. Burgos, 7 de Di-
ciembre de 1507.
(Copia).
. .
6oi —
F.¡ Rf\:
Concejo, justicia, regidores, caualleros, escuderos, ofiiales, homes l>uenosdla muy non-
brada e oraiul cibdad d. granada: ya sabcys como gutierre gomez de fuensalyda, comcnda-
<lor tila menbrilla, fue proueydo di corregimycnto día dicha cibdad por cierto tienpo, e
segund en In prouysion patente que dello le fue dada mas largament se contiene, e porq.
eldicho termino diz que espira breuemente e nuestra merced e noluntad es que tenga
eldicho oficio de corregimyeoto por un año primero syguyente que cuenta desdel dia
que dicho primero termyno espirase en adelante. Yo vos mando que conforme a la dicha
prouysion primera useys con el en el dicho oficio de corregimycnto por el dicho tiempo
de un año en todas las cosas a el anexas e concernyentes; por cuanto yo le prorrogo el
dicho tpo, como dicho es; e non fagadcs ende al. fecha en valladolid a dias del mes
de setiembre de myll e quioyentos e nueue años.
Yo EL Rey.
Por mandado de su alteza,
Miguel de Valencia. {\).
(Prorrogación del corregimy" de granada por un año al comdor. de la nienbrillaV
Carta del Rey Católico á sus capitanes de la costa del río de Granada, de recomenda-
ción de Gutierre Gomez de Fuensalidn para que le den la gente que pidiere, y le obedez-
can en la comisión que lleva.
Carta del Rey Católico para que los guardas y gente de la costa del reino de Granada
acudiesen á los llamamientos de Gutierre Gomez de Fuensalida, y fuesen con él (era Corre-
gidor de Granada) á castigar los delitos de algunas personas en lugares de aquel reine.
Monzón, 26 de Agosto de 1510.
(Original).
NoT.\s. — Que al que descubriere al delincuente, se le perdone la culpa que tuviere en
el delito. Que halile ron il Pn/iieiij y cun /'. M/^iiel para resolver.
(Original).
(Sello de placa del Rey, como .\dininistrador de la Orden de Santiago.)
te mayor de Castilla, favorecido por la reina Doña Juana con el cargo del Almirantazgo del
reino de Granada.
Burgos, 23 de Diciembre de 5 1 1 1
(Original).
Cédula del Real Católico para que á Gutierre Gómez de Fuensalida se le diesen anual-
mente 75.000 maravedises para cosas del servicio del Rey, de lo que no se le había de pe-
dir cuentas nunca.
Valladolid, 7 de Agosto de 1513.
(Original).
Facultad concedida porel Emperador Carlos V y por su madre Doña Juana á Gutie-
rre Gómez de Fuensalida para fundar m.iyorazgo de todos sus bienes en cabeza de cual-
quiera de sus nietos, en atención á no tener hijos varones, ni disposición de tenerlos.
(Firmada por el Emperador y refrendada por Francisco de los Cobos, su secretario, en
Audinarda de Alemania en 3 de Noviembre de 1521).
(1) Guillen RoWes, IlUloria de Málaga, pág 51C. con rcferenelaá .Medina Conde, Conv. iiialac. Tomo III,
página 282, dice que se construyó en la salida de la calle del Marquesa la plazuela de Arrióla. Y allí se enterró
al fundador Gutierre antes de ser trasladado el Convento (1525), cerca de la .Merced, con cuyos religiosos tuvo
pleito por los terrenos.
— 603 —
viuo desde el convenio de C:irniiin:i y fné piimer.i abadesa, ai)licáatl<)sele luego de fiin
dado, el quinto de sus y i su citada hija el tercio. Diú licencia Gutierre para
liieues,
la fuodacióu del Patronato en i6 de liuero de 151S, y dispuso que la capilla mayor fue-
se para enterramiento de él y de sus sucesores. Situó al electo censo.s sobre los molinos
alto y bajo de Alora, y dio al convento el molino de los Naranjos o .-Mto. En 1565 se tras-
ladó aquél :i la plazuela, frente á la Puerta de Gran.ida; pero todavía en 1614 no estaba
edificada la capilla mayor, pues coasta la reclamación que sobre ello hizo en tal fecha á las
monjas D. Luis Laso de la Vega.
Cuatro codicilos otorgó además. I).-' .Marí.i, en 1517 y hasta en 13 de Marzo 1518, en
los que fué mollificando sucesivamente su liltima voluntad, pues declaró en el primero
por herederos á sus nietos Gutierre Laso de la Vega, Cristo!)al de Moscoso, Doña María
Laso de la Vega y Doña Leonor de Figueroa, hijos de Doña Catalina Laso y del Comen-
dador Gómez Suárez de Figueroa; revocó luego la mejoni del 5.° ni Convento, y del 3." á
su hija, en favor de la primera nieta citada, y acabó en el líltimo por revocar los anteriores,
nombrando por único heredero á su marido. Llegó el afán de cambio hasta disponer que
volviesen ala esclavitud tres esclavas que había mandado ahorrar en las primeras disposi-
ciones.
Entre los bienes relictos, además de piezas de plata doradas y sin dorar, dadas á su
maiido por los Reyes, declaró unas jabonerías en Frejenal, vendidas en 450.000 marave-
dises para comprar la heredad de .Mhaurin, y el molino nuevo de Alora; 200 fanegadas en
término de .Alfamáu, campo de Edil; otras tantas en término ile Málaga y Alora; 40 en Val
Santa María y 20 en Popiana.
á su voluntad.
Declaró que su hija, María Laso de la Veg^i, fu monja en Santa Clara de Carmona, con
dote de 60.000 ms.; y aunque quedó usufructuario á la muerte de su mujer, y no tenía obli-
gación de dar nada, por ciertos respetos se concertó con este convento en darle 370.000
ms. por todo lo que pudiese tocar á su hija de los bienes de la madre, y á más dio 32.500.
Quesu hija murió (hacia 1531), en el monasterio de Nuestra Señora de la Paz, de Má-
laga,orden de Santa Clara, y así aceptaba la herencia de su hija y la incorporaba en los
bienes del mayorazgo hecho en cabeza de su nieto Gutierre Laso de la Vega.
Que con sus bienes se pagasen las armas, cabalio, muía y cama que estaba obligado á
dar á la Orden después de su fallecimiento.
Que á su hermano Pedro Suárez de Toledo se le dio por repartimiento en Málaga 20
alanzadas de tierras en su término, una casilla y dos aranzadas de viña en Beñaque, y una
— • 604 —
casa en Málaga, «y muerto Pedro, los Reyes Católicos dieron dichos bieues á Diego López,
»mi hermaoo, y á los herederos de Pedro Siiárez, mi hermano, y en las particioaes que
hicieron el dicho Diego López y /'enidn Aharcz de Toledo, mi hermano, de los bienes re-
»lictos por muerte de Doña Juana Téllez de Toledo, mi señora madre, nos concertamos mis
hermanos y yo que yo me contentase con las 20 aranzadas, casa y viña de Beñaque y casa
de Málaga, y les dejase toda la legítima que me tocase de dicha mi madre en Ocañay en
>Toledo, y aunque esto era má-;, lo cedí por hacerles merced».
La casa le salió incierta, teniendo que restituirla á la Portuguesa, mujer de uu botica-
rio, que le puso pleito, eu que gastó Gutierre 12.000 ms. Prestó á su hermano Diego Ló-
pez 50 ducados {ó 18.750 ms.), los cuales se llevó su hijo Pero Ruiz. Nada de esto le paga-
ron. Y así, añade, que si Diego López ó Fernán Alvarez de Toledo, sus hermanos, ó sus he-
rederos, pidieran algo de dichos bienes, se les pidieran cuentas de los bienes de Ocaña y
Toledo.
Finalmente, dice que hizo Mayorazgo en favor de su nieto Gutierre Laso de la Vega,
con facultad del Emperador.
Había 13 monjas.
La capilla niaym- quedaba por su patronato y para enterramiento del fundador y de sus
sucesores.
En 1535 el Embajador rebajó á 6 monjas las que podía presentar, eu vez de las 13.
En 1548 Gutierre Laso de la Vega ilió al Convento agua de su presa de Coraquel, en
el Guadalquivirejo, para mover el molino de los Naranjos ó Alto, propio del Convento, y
que antes fué de Gutierre Gómez de Fuensalida.
En 1563 las monjas eran ya 29, y no siendo bastante capaz el Convento, Gutierre Laso
de la Vega las dio licencia para mudarse á otra iglesia mayor en la plazuela frente á la
Puerta de Granada.
En 61 4 D. Luis Laso de la Vega e.Kigió á las monjas que edificasen la Capilla mayor,
1
como ofrecieron cuando se trasladaron, y el Provincial mandó que se hiciese con los dos
primeros dotes que se recibiesen.
En 1652 y en 1682 Rospigliosi dio licencia á la Condesa de Puertollano, D.'' Francisca
de Córdoba, como patrona del Convento, paia que entrase 12 veces al año en el Convento.
605
[II
I). ri<iio Viiliil lie Moscos», á i|iiicn Ihiinniiin ili- .S;inti;ij;o, Señor drl ICstailo y («sa de
AlUiniiía.
Casó con Doña Tert-sa Sancho/, do 1'1I(m, natural do Galicia, hija de Sancho Sanchoz de
UUoa y Doña Maria Riiiz de Molina, Señora ,V- Ullua y Monterroso y Señora de San Jnsto.
{AicIiíto lie Allanüiix).
(Hijo: D. Sancho Sanchoz i\<- Moscoso).
Bayona y Genova.
No se sabe cuándo murió D. Suero, si en campaña, ahogado en la toma de Gibraltar, ó
en Sevilla.
— 6o6 —
Ambos cónyuges están sepulUidos eu SaiUi.igo <1e hi KspadM, Sevilla, en el entena-
miento de su abuelo Suero Vázquez de Moscoso.
¡Hijo: D. Cristóbal de Mosquera Moscoso).
Doña Catalina murió en Málaga, ignórase año y sitio; aunque se cree fuera en Málaga.
(Hijo; Gutierre Laso de la Vega, nacido poco antes de 1521).
¿Será este el Gómez de Figueroa, alcaide de Antequera, que en 1483 (21 de Marzo),
quedó cautivo de los moros en la derrota de la A.Karquia de Málaga? (V.e Guillen, JAíYíj^'íí
mi/siílmana).
(1) Vcosc C'a'endar. Tomo de U8515C9, [iiig 31, XX1> Iitlrodacclóii, donde se le rita como embajador es-
I»nfn»l en Inglaterra.
ÁRBOL GENEALÓGICO DE LOS LASO E I
Según cjpifulaciones
matrimoniales
/^
Comendador
J).
Jñigo J^anrique,
^omez Suarez de figjtroa
JAaeztresala de la Empera-
triz 2>.' Jsobel
i) francisco de J^sis
ÍCaso de la Vega
Conde de fuertoHono
^uque del firco
¿jjfizodo en /Madrid
«: 22 Jul<o 1729
D LA \'EGA, COXDES DE PUERTOLLAXO
Á :a3 MSAS. T.° V - i .* PARTE.)
"C
^i>-
/ S jaree ¿f Ja 't-i^
''
Murió D. Luis en Málaga el 29 de Octubre de 1589. Su mujer, muy anciana, siendo tu-
tora de sus nietos D. Luis Lasso, Conde de PucrtoUano y hermanos.
(Hijo: D. Gutierre Lasso de la Vegaj.
D. Luis Lasso de la Vega, 2." del noml)re, primerConde de Puertollano en 1633, y ca-
ballero de Calatrava, nació en- Ecija en 10 de Noviembre de 1575, y fué bautizado en Santa
María de Ecija.
Casó en Bruselas, en el palacio de los Archiduques, en 1608, con Doña Maria de Recourt,
llamada de Liques, natural de Flandes (dama de la Archiduquesa de Austria, Isabel, Infanta
de Castilla). Capitulaciones ante Liberto Melin, notario.
Murió él en Málaga, en 1646.
Ella en Málaga, el 30 de Marzo de 1639. Test." .inte Miguel Ruiz del Pozo.
(Hijo: D. Gabriel Lasso de la Vega).
D. Luis Lasso de la Vega, 3.° del nombre, nació en Málaga (ó Madrid?) en 1651. Bau-
tizado en la el 24 de Abril. Fué caballero de la Orden de Calatra-
parroquia de Santiago
va; Marqués de Miranda y heredado Conde de Puertollano.
Casó en 8 de Julio de 1669 con Doña Antonia de Nava y Grimonda, (natural de San
Cristóbal de la Laguna (Canarias), que se bautizó en 27 de Abril de 1653).
Murió D. Luis el 22 de Mayo de 170S, en Madrid.
Ella en Almagro en 1685 ó en uno de los años siguientes.
(Hijo: D. Tomás Lasso de la Vega).
Casó el 12 de Noviembre de 1697 en el Real Palacio con Doña alaría Manrique de Sil-
/
6o9
IV
DOCUMEXTOS VARIOS
referentes d /os Laso lie la Ve^n. CotuUs de Puertollaiw.
(>575-'658.)
Memorial de servicios del i.er Conde de Puertollano, D. Luis Laso de la Vega, redac-
tado poi su Irijo n. Gabriel Laso de la Vega, caballero de Santiago. Con<le de Puerto-
llano en 1651.
D. Luis sirvió de más de 52 años acá 11651), primero eu las galeras de España en tiem-
po del Adelantado mayor de Castilla, contra ingleses y turcos.
Luego en las galeras de Portugal con el Marqués de Santa Cruz, su tío.
En 1600 pasó á Flandes y se halló en el sitio de Ostende, en la compañía del Maestro
de Campo D. Jerónimo de Monroy.
En 1617, Gobernador del partido de Martos.
Ea 1625 asistió en Málaga á D. Pedro Pacheco en la fortificación de la ciudad contra la
armada inglesa, teniendo á su cargo 2.200 hombres de guerra de los lugares de la Hoya y
los fuertes.
Corregidor de Granada.
A imitación de su padre, D. Gutierre Laso de la Vega, que se halló en Lepanto, asis-
tió al Marqués de Santa Cruz, su tío, peleando á su lado; luego estuvo en la jornada de
Chipre y otras.
D. Luis Laso de la Vega, su abuelo, fué menino de la Emperatriz.
El nieto fué Gobernador de los lugares que en la ribera del Tajo tenía la Orden de
Santiago, y della fué Trece; gastando toda su hacienda en tales cargos y viajes, sin remu-
neración ni premio alguno
Por todo lo cual el D. Gabriel pedía al Rey título de Marqués y oficio de Gentilhom-
bre de Cámara.
Merced que S. >L hizo á D. Luis Laso de la Vega, de 400 escudos anuales sobre la Te-
sorería general de! reino de Sicilia.
Valladolid 9 Junio 1604.
Real dispensación para que á D. Luis Laso de la Vega se recibiese la profesión acos-
tumbrada de Caballero de Calatrava en un monasterio de Benitos ó Bernardos de Flandes.
— 6io —
Aranjuez 24 de Abril 1607.
2 CertiflcacioDes de la profesión en 1608.
Título de Gobernadoi' del paiUdo de I\Iartos á D. Luis Laso de la Vega, con 200.000
mrs. de salario anuales.
Madrid 4 de Febrero 1617.
En 1618 se le concede prorrogación de nn año.
primo.
En agosto 1625 se le dio el cargo de la gente que en la Hoya de Málaga debía impedir
el desembarco del enemigo: había estado en el Gobierno de Mai^tos.
Conde de Puertollano. Primer Mayordomo del Cardenal Infante. Asistió á las jornadas
de Cataluña, Italia, Alemania y Flandes, durante 8 años desde 1636.
En 1638, el Cardenal Infante, desde Bruselas, pide al Rey una licencia de 8 meses para
el Conde, á fin de que vaya á Málaga á ver su casa y hacienda que su mujer é hijos han te-
Título de corregidor de Granada á D. Luis Laso de la Vega, y encargo para que tome
residencia á D. García Bravo de Acuña, su corregidor.
Madrid 28 de Mayo de 1626.
D. Martín de Aspe al Conde de Puertollano (Madrid 3 Junio 1631). le avisa que está
nombrado para acompañar al Infante Cardenal en sajornada á Flandes.
ÁRBOL GENEALÓGICO DE LOS t
gecrge de Ubitthem.
Jjcgues de Jiécourt
_/Jnne Jsabelle Seigneur de J/erilIche, Jlrquennes,
$aron de Xicques. C^astehm
de foucquesolles Jfaufuenne, l^uiílbroerl,
^hiliDpe de ífecourt,
Jeanne de Ubitthem
_0aron de Xícques. Chastelam
de Xens, Zome de f^ut/sbroecfi
^abriei de liecourf^
¿aron de Xicques
phitppe de KecQ'jñ
^aron de Xicques
-¿:Z
Pfjilippe Charles ^erlhohmé
Jacque/ine Susonne de f^ecourt, ^jron de Xicques JñaneZh.ér} -J-
^abnel de Xrcques, J^arie Jenne de Xicques, eslcrée J^arquis de Xicques
de Xicques €pousa Jefv:
Capitain de Chevaux;
€pousjfiaise de ^ab'e, f
par le f^oi de ranee. <^rand
bj'lii des Fprels du pays de d-^ndeloi, Vka
Jdjrquis d'JJiseau, Comtff ^pousa /ficolas de Xicques
^{oinault. tpousa Jtfaraueríte
Jitourut sans f}olrs
/i/sdePh.'e Seigneur de J(^»-
de ¿eaurieu L'orcUne Qertrude de '^erlo,
Chjnoinesse á Jtfoustier
(i) Facsímile de un original ms. del S. xviii, que debe tener algunas equivocaciones en apellidos y títi^
, BELLIDOS RECOURT Y LICQUES(0
Richard dt pfttodt^
¿onn de J{Msa!,ie ft de /fís
J(amsu. \
^pcuso Jfelaine de Jñetun
— 6ii —
El Rey al Vizconde del Puerto llano. Madrid, i8 de Febrero de 1633. Sobre los 2 sol-
dados '/, por '«"s !0 lanzas con que estaba obligado á servir, y en su lugar 1.800 rs.
El Marqués de Poza suplica Conde de Puertollano tenga dos días preso á su hijo don
al
Gabriel, por haber resistido una orden del Marqués sobre querer sacar el corregidor del
cuerpo de guardia del D. Gabriel á un preso con dos muertes y una que acababa de suce-
der, sentando luego plaza.
Por billete accede el Marqués á que salga el mancebo de prisión.
Ordena el Rey en 1642 al Conde de Puertollano que v.iya á Molina de .Aragón con su
séquito, lacayos, muías, etc., pues él va allá.
En 1640, el Rey le llama Vizconde de Puertollano al citarle para las Cortes á que iba á
Aragón y Valencia.
Carta del Conde de Merode (Max.), Marqués de Deiinse, á su primo D. Gabriel Laso
de la Vega, Conde de Puertollano, en que le dice ha sabido que es pariente suyo.
La Haya, 28 de Mayo de 1658.
— 6l2 —
V
DOCUMENTOS
relativos d indiviiiuos lie la familia Recourf, Barón di Licques.
escribe que maldad de los que intentan prenderle ó matarle le ha hecho retirarse á Na-
la
Carta de Felipe II al Barón de Licques en que le agradece los servicios que presta á
D. Juan de Austria.
Madrid 2 Septiembre 1577.
de Gravelingas.
Madrid 4 Diciembre i 578.
Patente de Capitán, soberano Bailío del castillo de La Mota, á favor de D. Felipe Re-
court, Barón de Licques, dada por Felipe II.
24 de Marzo 1582.
Trasl. aut.° perg."
Cláusula del testamento de «Messire Flandae (?) de W'itzeu (i) et dame Marguerite de
Robles, sa compagne>.
(En las espaldas: Cláusula del testamento del Sr. de Risburque).
Bruselas i.° Julio 1628.
(Francés).
á S. ^^., hasta que logró reducir á la obediencia el país de Artois, por lo que se le dio un
regimiento de walones y los gobiernos de Tornay, Lila, Douay, &, &, una compañía vieja, y
plaza del Consejo de guerra, en cuyos cargos acabó sus días.
A un hijo suyo de 17 años, capitán de infantería alemana, le llevó la cabeza un caño-
nazo en el sitio de Audenarde, á la vista del Duque de Parma.
El padre del suplicante, Gobernador de Lovayna y coronel de walones, sirvió con su
regimiento en la estacada de Amberes y fué muerto allí de un mosquetazo á los 26 años,
dejando de 3 al suplicante y á otro hermano suyo, que siendo capitán de caballos corazas,
fué muerto gloriosamente en la batalla de Praga.
Luego, en las guerras con franceses y españoles, éstos le confiscaron sus bienes, (que
dieron al Gobernador de Ardres, el cual taló todos sus bosques), y además 10.000 florines
de renta anual que sacaba de la Baronía de Licques, Boningues, Rodelinguen. Aicot y
Odelant.
Otros 2.000 escudos de renta le confiscaron los rebeldes, de la hacienda de su mujer.
Suplica se le paguen los sueldos vencidos de su padre y suyos. ít. 1650 Desciende de
la Casa de Borgoña por .Antonio de Borgona, Gran Bastardo de Borgoña, su 5.° abuelo.
CARTA del Barón de Lwqucs d su sobrina Doña Francisca Lasso de la Vega v Córdoba, mu-
jer de D. Antonio de Tassis (que vivía frente de San Gil, en Madrid 1.
Adornos (Los).— Pág. 341. 169-170-1 72- 75- 179- 183-186-188-189- 190
1
6l6
230-231-233-242-249-252-254-263-267-278
Fernando tle .dragón (Dou^i. 361. —
288-291-344-346-353.
Fernando II <le Ñapóles. 586. —
Fernando el Católico. — Pass v págs. 592 á
Cleves (Duque de). 216. — 596.
Concordia (Obispo de),(Leonelo)let;a(lo del Ferrara (Duque de). — 235.
Papa.— 38. Ferrete. — 296.
CoNCHiLLOS (Lope de). 329-331-333-338 Fennes (Mr. de), hermano de Villa. — 255-257
349-350-35 1 -35--359-362-365-366-370- 37 266-289-290-303.
372-373-375-378-379-383-385-387-391-39^ F1LIBERT0 Natural. — Véase Utrech (Prebos-
-394-397- te de).
Condestable (El). - 350. Flandes (Presidente de). — 498.
C0NSTANTIN (Baylío de). 277. — Flandes (Duquesa vieja de). — 15.
CÓRDOBA (D. Luis de). 375. — Flory (Baylío de). — 362.
CÓRDOBA (^Obispo de).— Véase Rodríguez de Foix (D.^ Germana de). — 469.
Fonseca (D. Juan). Foix (Juan de). Señor de Lautrec. — 277-291
—
CoRTAviLLA. Véase Courteville. 294.
—
COURTEVILLE. 207-2 3-2 4-22O-266-27O- 288.
I I
Foi.K (Madama de), hija del Conde de Foix.
CovARRUBLAS (Diego de). 581. — 221-390.
Croy (Felipe de), Conde y luego Príncipe Fonseca (Antonio de). — 1-50-57-380.
lieChimay.— 29S-299-342-344-365-39 1-57 1
Fragosos (Los). - 341.
Cuero (Juan de), criado de Isabel la Católi-
ca en 1473 y Camarero ile D.^ Catalina.
FRANCiA(Rey de). — Véase Carlos VIII yLuis
XII.
450-478-509-5 ' 5-5 '6- 540- 542-547 y 548. Francia (Reina de). — 28-358-369.
Cuero (Rodrigo de). — 542-558. Freiré ó Frayle (Sancho). 5S0-581. —
Frenoy (Mr. de). -298-342-343-344 y 365.
Chiévres (Mr. de), (véase Xiévres). Furstenberg (Conde Félix de).— 1 10.
Chimay (Príncipe de). Véase Croy (Felipe —
de). Gales (Princesa de). — Véase Catalina de
Chimay (Damisella de), hermana de Felipe Aragón.
de Croy, Principe de Chimay. — 162 y 571. Gales (Príncipe de), Arturo, hijo de Enrique
\'II. — 14-1 1
5-1 16-1
1
7- 18-121-122-124-125
Delfín de Francia, (1505-1508). 346 y 521. — 126- 127-1 28-1 30- 132-136-407-408-4 10-4 1 I
6l-
Italian (Agostin). —
4 10-41 4-42 ;-44 ^-444-486 208-209-212-21 3-2 1 4-2 1 6 227-22S-229-230-
51 1-512-588-589-591. 231-232-233-238-239-240-242-243-244-248-
249-250-251-254-255-260-263-267-273-274-
Jacobo (Micer Juan). Capitán general del 278-282-2S3-285-288-291-292-300-317-31S-
rey de Francia. 441. — 326-344-304-396-403-418-425-429-438-439-
Jassa.— Véase Hesse. 440-443-444-459-460-462-471-475-485-488-
Ji.MÉNEZ Pedro). — 157-367 377. 490-492-507-513-514-516-522-527-530-531-
Ju.AN (Rey D.) de Castilla.— 54.
I 532-536-572.
Juan II de Castilla. 63. — LuxEMBOURG (Juao de). 243. —
Juan II de Navarra.— 361.
Juan (Príncipe D.), hijo de los Reyes Católi- Maguncia (Arzobispo de). — 90.
cos. — 1-6-250-358-528. M.^LAGA (Obispo de) (Diego), Ramírez de Vi-
— - . -
— 6l<S —
llaescusa. 141-157-159- 161-162-163-165- 321-328-333-341-343-350-351-356-362-366-
166-169-171-175-176-177-191-256-259-265- 370-371-389-394.
266-268-271-569-570-571-573. Murcia (Adelantado de).- 184.
¡Malombes (Mi-, 6 Molanbues.
i 164-165-171. — Muñoz (Licenciado). 592. —
M.\NRiQUE (D. Pedroi. 184-427. —
M.\NTU.v (Marqurs de). — 235. NÁJERA (Duque de). D. Pcdm Manrique.
M.\NUEL (D.Juan). —
6- 1 5 2- 5 5- 1 6S- 8 2-2 1 4 -
1
1
1 322-334-350.
222-223-224-225-228-229-230-231-236-237- Ñapóles (Rey de). —14-19-20-21-25 35-37-38-
243-246- 247-24S-2 5 1-2 56-2 59-2(13-265-266 39-40-41-42-43-44-47 83- 102-220-221-222-
267-268-271-273-275-276-277-281-282-286- 253-254-270-271-272-273-277-278-280-282-
287-288-289-291-292-295-297-304-306-307- 283-2S4- 287-288-291 -292-296-322-327-586.
3 10-311-313-31 4-3 5-3 16-31 8-320-321 -3 22
1
-
Ñapóles (Reina del. —
145-270-271-27S-337-
325-326-327-328-330-332-333-334-335-337- 383-
338-339-340-34^ 344-345-35 '-352-356-359- Nassau (Conde de).— 63-77 -86-95-98-100-
360-361-362-363-376-378-380-381-382-383- 101-140-141-167- 172-199-204-205-206 207-
384-385-393-416-423-455-467-476-486-502- 208-209-21 1-212 214-222-223-224-225-227-
505-571- 237-239-241-243-248-255-257-272.
Manl-el (D.^ ¡Marina), f 1500. 113-167-570. — —
Navarra. (Rey de). 136-145-350.
Margarita (Duquesa vieja), Donariac. — 106- Navarro (Conde Pedro). 475. —
114 193. —
Nevers (¡\Ír. de). 216 277.
Margarita (Princesa D.^), hija de Maximi-
liano, Duquesa de Salioya. 1-2-3-4-5-7- — OCHOA DE LA RhA. — 579.
1 6-2 1 -23-24-S4-85-87 - S8-S9-9 1-92-1 06- 114- Oeste (sic) ú Hoeste (Doctcu-). — 414-419-
1 16-1 17-124-125-129-1 51-153-162-167-169- 421-467.
170-172-181-182-187-188 191-192-380-384- Olando (.Sebastián de). —
i"9-333-34i-343-
385-394-4 16-423-450-4S4 -492-498-503-504- 349-350-351-362 365-366-370-37 '-372-389-
507-570-571. 394-
María (Madama), liija del ley de Inglaten-a. Orange (Príncipe de). — 77.
439-443-454-455-459-4()0-4'62-466-472 476- Orbignv (Mr. d') 455. —
482-485-488-490-492-499-50 -50S-5 13-5 16 1
Orleans (Duque de). - 27 44
522-527-536-537-551-557. OsoRio (D. Alvaro). —
305-322-3S1-385-393.
María (D.^), leina de Portugal. 97-136-158. — OsoRio (D. Diego). 322. —
María de Borgoña, mujer de Maximiliano I. OsoRNo (Conde de). 542. —
12.
Martínez de la Pedriza ¡Iñigo). 579. — Pacheco y — 185-266 y
."Xrrüniz (D." .María).
Matienzo (Fray Tomás de). — Véase Santa .Apéndice. — (Árbol genealógico de Fuen-
Cruz fSubprior de). salida).
Maximiliano I (Rey de Romanos). Pass. — Pal.acios (Juande).— 445-453-454-51 5.
Apéndice 585. —
Palatino (Conde). 63-248-258-330-360-376-
¡Medina Sidonia (Duque de). 391-500. — 381.
1\Ieiía (Enrique), Comendador de Calatrava. Palencia (( )bispo de), D.Juan de Fonseca.
415-423-441-455-473 477- 316-321-323-324-325-326-328-329-330-331-
Melg. (Gaspar). 33-58. — 332-333-334-335-336 337-338-339-340-341-
Melu (Nir. de) ó ¡\[oluyn. 198-211. 342-343-344-345-359-362-364-365-366-383-
Merlo (Diego de). 184. — 384-402-403.
Metalburg? (Duque de). — 43-51. Papa (Fl). —
35-37-38-39-40-43-44-46-47-56-
¡VíiGUEi.(Principe D.^l, hijo de D." Isabel y 61-62-67-69-70-74 -83 -102-106-1 26 -127-
del rey de Portugal. 201. — I56-168-216-221-251-252-259-260-261-266-
¡lii.vN (Duque de), Maximiliano Sforza. lo- — 274-275-35 '-359-375-393-404 565-
13- 19-20-21 -29-30 35-37-38-39-40-4I-42- París (Obispo de). 277. —
43-44-45-46-47-56-58-60 61 62 65-79-80-81- Parzilla (Jacques de), Gentil-hiunbre del
82-83-89-96- 00- 102 -105- 108- 109- 1 10.
1 Principe. —
197-204-212-2 1S-219-227-229-
Milán (Kmbajador de) 1498). 94-96. 1
— 230-241-316-3 19-402-403.
Miranda (Pedro de). — 2S7. Peña (Fray Antonio de la). 381. —
M0NTALB0. - 48-49-50-56- 57-58-64-65-69- PiíREZ (Alvaro). — 362.
71-76. Pérez de Almazáii (Miguel). 13-22-256- —
Montenegro. — 589. 357-30' -3 "-3 '6-3 7-3' 8-339-359-366-382-
1
6lQ
Por.ONiA (Rey del— 2 1-^5-5 1-76-91. Sampier (Aragonés), criado de Rein.i di- l.i
142.
Ravestaix (Felipe del, primo del rev de Tapacis (Coude de). 584. —
Francia. — 81. —
Tentevilla. 86 90-94-95-99.
Reyes Católicos (D. Fernando y Doña Isa- Toledo (Arzobispo de), (1504J. — 197-358.
bel). — 9-10-19-21 y pass.
—
Torres (Pedro de), secretario de Fernan<io
RiBAGORZA (Conde de). 156. el Católico.- 196-197.
Rich.mond, rey de armas del Rev di- Ingla- Tréveris (Arzobispo de"l. 63. —
terra. — 174. Turco (El).— 156-168.
R1XAMONTE (Véase Richmond).
—
Robles (Beltrán de). 331. Ureña (Conde de). 391. —
Rodríguez de Fonseca {D. Juau', Obispo de ütrech (Prevoste de). Filiberlo Natural.
Córdoba. (1500). — 116-140-186-191-197- Embajador de Maximiliano. — 217-220-222
296-318-319. 233-236-247-267-273-277-283-293-315-316-
Roías (D. Francisco de), emb.ij.iilor. — 1-2- 320-332-334-335-339-347-356-358-360-361-
57 58- 376-390.
Roles (?) (Maestro de).— 467.
Ros (Mr. de). 290. — Valaquia (Hospodar de). 21. —
RouAN (Cardenal de). — 19S-199-20S-248-254- Valentinois Duque de). Cardenal de Va-
.
— 020 —
Vergas (Mr. de). —I39-mo-i4I-i55-i;,6-i59- ViscoNTi (Micer Galeazo). 108-109.—
161-164-165-167-1 69- 171-17 2-426-498-50 1 - VivALDO (Agustín y Laquin de). 5<;4-587- —
503-504-572. 589-
Vergi (Mos. de), cuñado del Cardenal de Vy (Martin de). —
250-251-259-263-282292-
Rouan, Capitán general de la guerra de 293-294-296-297-30 -309-3 11-319.
1
Pedro Mártir de Anglería. -Opiis episto- lleniy \II-Henry \'III. London. Long-
lillUlll. nian, 1862-90.
Zi'RiTA. — Anales de Aragón. Calendar of Lettei-s and papers, Foreing
Correspondance de Maximilien I et df M.u- and Domestic, of the ReLgn of Henry VIII,
•¡iierite d'Aiitiiche. sa ñlle (1507 15 19). preserved in Her Majesty's Public Re-
A. de Lai-aing, Seiijneur de Álontiguy. coril Office.
Rei.ahon du premier vnyage de Philippc- The Brítish Museum &.!Edited by J. S. Bre-
le Beau ea Espagne en 1501. ^CxUect. des wer, M. A. Professor of english Literatii-
voy. des Souver. des Pays Bas). re, King's College. and by James Gairi.1-
DiCTiONNAiRE biographique piihlir par ner-Esq. London, 1862-S3. Vols. I-\'II.
l'Acad. Roy. de Belgique. Cavendish.— Vie de Wolscy.
Le Glay. Negotiatioiis diplomatiques en- E.NGLAND in the Reign of King Henry the
tre la Flanee et r.Autriche. leight. Londou, 1S78. Vol. 32 extra series
C0LLECT1ON des chroniqnes belges inédites. de (Early English text Society).
Padilla (Lorenzo de — Fragmentos de la
'.
—
Friedmann (PauU. .-Xnne Boleny. A chapter
Crónica de Felipe I lel Hermosol of english History. 1527-1536. 2 vols. 8."
La Reina Doña Jiína la Loca.— Estudio London. R. Clay, 1884.
histórico por .\. Rodríguez Villa. Madrid.
Fortanet. 1S92.
Legrand (Joachim). —
Histoire du divorce
de Heury VIH.
RiBADENEVRA (P.) — Histoi'ia eclesiástica del
cisma del reino de Inglaterra. (Trad. del LiNGARD. — Histoire d'Angleterre.
libro original de SanderV Rawdox Brown. Four V'ears at the Court
—
Sanderus (Xiculaus). De Schismate Angli- of Henry VIH.
cano ubi preciare loquitur de sanctitate RuTLAND PAPERS. Original documents illus-
Regine Catherinse. trative of the courts and times of Hen-
De causa matrimonii regis Anglije libar: ry VII and Henry VIII. London, John
Joanne Roffensi episcopo auctore. Com- Bowyer Nichols. 1S42. i vol. 4."
pUni. 1530. —
Wiesener (M.i La jeunesse d'Elisabeth.
Tractatus Ferdinandi de Loazes iu causa —
Di.xox (W. H.) History of two queens Ca-
matrimonii Henrici et Catherina; Anglia; therine of .\ragon and Anne Boleny. Lon-
Regum. Barchinoue. 1531. don, 1874. 4 vol. 8."
Life it reijn oí king Henry the eight, bv Froude (}. A.) —
The divorce of Catherine
Herbert of Cherbury. London. 1649. of .Aragón. The story as told by the im-
HiSTOiKE du divorce de Henri VIII et de perial ambass^Kiors resident at the Court
Catherine d'.Aragon, par l'abbé Irail. Pa- of Henry VIII. .Aberdeen University
rís. 1766. Press. 1897. XII. 543 págs. 8.°
LiTTER.E et acta publica de rebus britani- —
HfME (Martin). The Wives of Henry the
cis et hibernicis, Henrico VIH regnante. Eighth aml the parti they played in his-
London, 1831-52. 11 vols. 4.° tory. London-Eveleigh Nash, 1905. VII.
Ai-Di.v.— Vida de Enrique VIII. 4Ó7 págs.
Brewer (Dr.) —
Letters and der^patches. Miss Striki.and. - Lives of the Queens of
Blr.net. -Réfutation des deu.x premiéis li- Eugland.
vres de l'histoire de la Réformation. WoOD iMarv .a. E). — Letters of Royal aiut
Calendar of Letters, despatches and State IllustrioTis Ladies i. 121.
p.ipers, relating to the negotiations bet- —
Haré (Christopher). A Oueen of Queens.
ween Eugland and Spain preserved in The Making of Spain. London and New
the .Archives at Simancas and elsewhere. York. Harper S: Brothers, 1906.
ERRATAS
Pice Deba decir
Prólogo. Pág. LXXXVII, línea lo. 30 de Ju- ...30 de Julio, escribía la Princesa.
lio.
ÍNDICE
Páginas.
Introdi:ccii'>n I
Embajada on Alemania IX
Embajada en Kiandes XVII
Embajada en Inglatei ra LXI
Correspondencia.
Embajada en .\lemania i
Apéndices S*"