Mosquera Globaliza
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NOTAS SOBRE ARTE, GLOBALIZACION Y PERIFERIA
- Gerardo Mosquera
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El mayor interés que experimentan los centros hacia el arte de las periferias es
- fruto de los procesos de globalización, demográficos y de descolonización. El
mundo global es también, paradojicamente, el mundo de la diferencia. Ésta ha
- devenido más visible internacionalmente gracias a las comunicaciones, y a la vez
familiar, de las cuales son portadores activos. Todo este fenómeno envuelve un
cambio de sentido. José Bedia, por ejemplo, estaría haciendo arte kongo
postmoderno.
La situación esbozada en estas notas evidencia la necesidad de una
readecuación del sistema de circulación de exposiciones que implique la
intervención activa de las periferias en la comunicación de su propio arte, en
contra del centralismo dominante. Esto incluiría tanto movimientos Sur-Norte
como Sur-Sur, estableciendo circuitos de intercambio y legitimación en las
periferias. Esta pluralización no sólo beneficiaría al "Sur'': traería un
enriquecimiento para todos. Pero, además, lo que llamamos circulación
internacional del arte alcanza sólo a una reducida parte de la población mundial.
, Es necesario atender el problema de los públicos abandonados, que constituyen
la mayoría de la humantdad. Los difíciles pasos en esta dirección conllevarán
transformaciones en los formatos actuales de circulación del arte, y aún del arte
mismo, aspirando a una participación más amplia y activa de las comunidades,
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- vínculos con la educación, interacción con la cultura vernácula, uso de medios
masivos, etc. Quizás resulta utópico intentar ponerle el cascabel al gato. Pero al
menos es preciso saber dónde está el gato.
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COCINi\NDO LA IDENTIDAD.
n Ventanas Hacia P.imérica Latina
n G~R.A.RDO íV10SQUERA
'
n
n En vez de un discurso lineal, voy a presentar a!guncs fragmentos, como ventanas
en un ordenador: cajas de dié!ogo hacia América Latina, programadas desde allí
n dentro. Tal estructura es una metáfora, pues considero que la aceptación del
coí!age resulta decisiva para nuestro Cont:nente. ,Algunas ventanas son
íeflexiones, otras son mitos, citas y hasta chistes, como alegorías de problemas
~ del arte y ia cultura de ,~mérica Latina en !os prccesos contemporáneos.
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Hace medio siglo el antropólogo cubano Fernando Ortiz proc!amó el ajiaco como
metáfora de la cultura híbrida. Este p!ato es un sopón hecho con !os ingredientes
r más diversos, que se van fundiendo en Liíl caldo de síntesis. La metáfora puede
mantener vigencia para las regiones culturales de tipo "caribeño", donde
predomina la mixación etnogenétic2, y para los procesos de hibridación
contemporáneos, impulsados por la globalización, ias migraciones y la
comunicación. Pero habría que ajustarla resaltando que no todo es síntesis en e!
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Pero América Latina no es comida de un solo plato. Aquí hay mezc!a tanto como
mosaico, síntesis al igual que fragmentación. Junto con el ajiaco no del todo
disuelto, el menú latinoamericano incluiría, como píimer plato, lo que en Cuba
l ,,..mamos
.a 1 "moros con cristianos": una comida donde el arroz y los frijoles negros
se cocinan juntos, pero sin confundirse. ¿Y para beber? Ur.a Coca-Cola.
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- E\ tema de !a identidad parece una maldición que no deja libre a la Cíítica, y al
arte mismo, en América Latina. Pero la maldición no es gratuita: proviene de los
problemas "ontológicos" del Yo latinoamericano, resultado de condicionantes
únicos de la historia, geografía y procesos etnoculturales del Continente. La
colonización temprana, el sometimiento o exterminio de los pueblos nativos, el
iraspJante masivo de los esclavos africanos, los procesos de acrioilamier.to e
hibridación, diferenciaron a América Latina del resto déf muñao. Las nuevas
n2ciones se fueron construyendo sobre estos procesos, tíazadas por las
- contingencias de las guerras de independencia, la política y el caudillismo. La
etapa postcolonial comenzó en América Latina a inicios del siglo XIX y, entre
otras -co_s_as,se ha caracterizado por la dependencia neocolonial de Estados
Unidos, la continuación de inmigraciones de europeos durante el XIX y buena
parte del XX, y las emigraciones latinoamericanas de los últimos tiempos.
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1 veremos que a esta persona siempre le resultará mucho más claro orientarse
· dentro de los distintos planos que enmarcan su existencia: ei de su cultura
i1 tradicional, el del orbe occidental y el mundo de habla inglesa, el de su
ciudadanía en el país muitinacional llamado Nigeria, y aún en el Estado de Cross
1 Riveí. En América Latina la colonización fue diferente, y todo se fue mezclando y
desdibujando desde el primer momento. El latinoamericano se confunde entre
Occidente y No Occidente porque participa de ambos "geneticamente". No ha
1 conseguido asumir su "inautenticidad'\ por lo que necesita afirmarse mediante
relatos que lo ontologicen. O proclama que es tan o más europeo, indio o
africano que cualquiera, o se acompleja por no serlo del todo. Cree pertenecer a ..
11 una nueva raza de vocación universalista, o se siente víctima de un caos o
escindido entre mundos paralelos._ Tal diversidad a veces tiene ventajas
1 prácticas: el gobierno de Cuba nos ha proclamado indoamericanos, africanos o
gallegos según su conveniencia.
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América Latina. Yo mismo lo he destacado no sólo como fusién de etnoculturas
diferentes sino de diferentes estructuras sociales y sus conciencias
ccrrespondientes, o sea, en cuanto "mestizaje del tiempo". Pero hay que estar en
-- guardia ante el empleo del concepto en calidad de discurso demostrntivo de una
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supuesta equidad cultural, étnica y social en proyectos nacionales falazmente
integradores, que a menudo marginan a grandes sectores, y aún a la mayoría de
la población. Como las burguesías blancas criollas construyeron los nuevos
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como de conservación. Las complejidades del nuevo debate resultan muy
fecundas para transformar las bases de la vieja discusión en América Latina,
precisamente en el momento en que ésta pierde interés. Es una ironía sabrosa
•
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que después de que la crftica de arte latinoamericana se fatigó tanto en
discusiones acerca de identidad y cosmopolitismo, originalidad y mimesis,
universalidad y localismo, Occidente haya descubierto de pronto que el planeta
entero es un solar mestizo, relativista y multicuitural, y que, como ha dicho James
Clifford, "quizás ahora todos somos caribeños en nuestros aichipiélagos
' urbanos".
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Unidos. "Ya que tratan de imitar todo", decía, "¿por qué no imitarán la
originalidad?" .
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IV
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desorientaba y escindía. Hoy se la asume, transformando en ventaja lo que se
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sufría como contradicción .
• de modo más abierto, borrando los esencialismos que casi siempre limitaron su
teoría y su práctica. Esto resulta particularmente útil para las culturas
postcoloniales, con frecuencia entrampadas ~mtre la "autenticidad" de "las raíces"
••
y el "colonialismo'' de lo contemporáneo. Desaparecen los complejos e
incomprensiones en la creación de cultura nueva, neológica, heteroglótíca, .
inventora de identidad acorde con el sincretismo píOpio de los procesos actuales.
Según suele ocurrir, también se ha exagerado hacia un "construccionismo" que
ignora el factor de la experiencia específica vivida por les sujetos. Ella establece
un marco para la acción creadora en el diseño de las identidades.
Puede seí útil recordar la polémica desarrollada entre los escritores africanos a
inicios de ios 60, polarizada en los conceptos negritud y tigritud. La negritud
correspondía a ia búsqueda, invención y proclamación de una identidad, era un
proyecto de construir cultura africana nueva. La tigritud procedía de !a siguiente
advertencia de Woie Soyinka: "Un tigre no anuncia su tigritud: salta. Un tigre no
está en la selva y dice: Yo soy un tigre. Al pasar junto al lugar donde está el tigre
y ver el esqueleto de la gacela es cuando se sabe que allí ha rebosado tigritud".
La metáfora enfatiza la identidad vívida espontaneamente, como acción natural.
No es casual que la primera posición fuera defendida por intelectuales del Africa
y el Caribe francófonos, y la segunda por los del Africa anglófona. El poder
colonial francés buscó el afrancesamiento de los colonizados y gobernó mediante
instituciones y funcionarios metropolitanos. La liberación implicaba
desafrancesarse y rediseñar una cultura propia. Inglaterra empleó el "indirect
(TJ/e'',conservando instituciones y funcionarios africanos en la base, por lo que la
gente permaneció más dentro de su propia cultura.
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- extranjera. Los perrns, dondequiera estén, constituyen un espacio de libertad
_ cultural. Uno les habla y los trata como nace hacerlo.
El sentido de esta anécdota podría ser contradecido por otra. Cuentan que hace
- tiempo Camnitzer fue intervenido quirurgicamente, y, al volver de la anestesia,
deliraba en alemán.
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V!
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, El castellano es una lengua en auge. Alrededor de 330 millones de personas lo
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tienen desde la niñez. Vivimos una época de grandes migraciones, y las eñes se
han desplazado también hacia los centros de poder y riqueza. Estados Unidos es
el cuarto país de Babia castellana, después de México, España y Colombia. Se
calcula que en unos años más será el tercero. Esto implica transformaciones
11 culturales, y es ejemplo de una invasión de! Sur hacia el Norte que avanza por
doquier.
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muy distintos centros y periferias e interconexiones entre ellos. Terceros mundos
dentrn de primerns mt.:ndos y viceversa, como señaló Trinh T. Minh-ha.
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VII
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• reunión se escuchaban muchos acentos) .
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VIII
"A fines de l972 fui a Pakistán en unión de mi esposa, y viajamos allí durante dos
meses. La idea era explorar la posibilidad de mi "regreso" a la patria. Resulta tal
vez irónico que el más duro golpe a mi "identidad cultural" fue propinado mientras
viajaba por Pakistán --mi propio país, mi propio hogar- y en un momento cuando
"regresaba" a casa, aunque temporalmente, en busca de mi Yo "real". Estaba en
Lahore, acompañado por mi esposa. Caminábamos por una calle cuando reparé
en un limpiabotas sentado en e! pavimento. Decidí limpiar mis zapatos. Mientras
el hombre lo hacía, entré en conversación con él y, por supuesto, hablamos en
urdu, la l~n_gua principal de Paquistán. Durante la conversación, me preguntó si
yo podría llevarlo a mi país. Le dije "¿Qué?". "Quisiera ir a su país", me contestó
muy serio. "Pero éste es mi país, yo soy paquistaní". Según trataba de
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convencerlo acerca de mi identidad real, é! me interrumpía: "No, no, no, usted
brome~. Usted habla muy buen urdu, pero usted no es paquistaní". Me mantuve
insistiendo en que yo era paquistaní, pero él no se inmutaba. En vista de eso
• muchas lenguas" .
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• · IX
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Tenemos la ilusión de vivir en un orbe de comunicaciones e intercambios
globales. Continuamente se habla de globalización, y uno imagina un planeta
interconectado reticularmente hacia todos lados. En realidad, estas conexiones
se tienden dentro de esquemas radiales y hegemónicos alrededor de los centros
de poder, dejando desconectada entre sí buena parte del mundo, o conectándola
de modo indirecto por vía -y bajo el control- de los centros. La globalización que
experimentamos es la expansión de una red mundial de centros de poder un
poco más diversificados y sus zonas económicas múltiples y altamente
diversificadas, traz 9das sobre ejes Norte-Sur.-Poco ha avanzado la globalización
Sur-Sur.
Durante los años cuando v1aJe por África comprobé en la práctica que coh
frecuencia !a mejo.emanera de ir de un país a otro fronterlzo es vía Europa. Como
no tenía dinero para hacerlo, quedaba fuera del sistema, en una zona de silencio.
Esta estructura de globalización axial. y zonas de silencio macro-conforma las
redes económicas, políticas y culturales del planeta. La tan llevada y traída
"globalización'' es en verdad una g!obalización desde y para los centros, con
limitadas líneas Sur-Sur.
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Cuba ha sido un foco principal del desarrollo de la religión de los yoruba -una de
las mayores etnias de África- en América. Como parte de ella se ha conservado
11 el sistema de adivinación de lfá, oráculo sagrado de los pueblos yoruba y ewe-
fon. Lo usan los sacerdotes de Orula-lfá, dios de la· sabiduría y la adivinación,
llamados babalaos ("padres de los secretos"). El dios diagnostica y aconseja
11 mediante este complejo sistema. En una ceremonia el baba!ao tira una cadena
cuyos elementos, según la combinación en que caigan, referirán a uno de los 365
odduns o signos mitológicos. Cada uno de ellos contiene var¡os mitos yoruba,
11 cuya interpretación alegórica sirve para conocer la palabra del dios.
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No sé si se podría hacer una consulta al oráculo en nombre del arte postcolonial,
pero bien lo necesitaría en virtud de las incomprensiones, exclusiones y
contradicciones que a menudo sufre en su laberinto de la alteridad. De todos
modos, varios de los mitos de lfá podrían servir como metáforas iluminadoras
sobre problemas de este arte y su relación con los centros.
El oddun llamado Orbe Oche incluye un mito donde se cuenta de una asamblea
que tuvieron todas las aves. Cada una iba llegando, saludaba a Olofí (Dios) y
proseguía a ocupar su puesto. En eso entró un loro con un plumaje blanco tan
puro que despertó la envidia de todos. Subrepticiamente, un pájaro en la multitud
le lanzó tinta, y otros ceniza, manteca de corojo, epó, almagre, cada uno por su
lado, pero todos con el propósito de manchar su blancura .. Avergonzado de
tantas máculas, se presentó cabizbajo ante Olofi. Dios lo observó, y exclamó
admirado: "¡Qué belleza! ¡Tienes el plumaje más rico entre todas las aves!". Y
lo mandó sentarse junto a él. 1
El mito del camaleón aparece en el oddun Ojuani Melle. Antes este animal tenía
un solo color y carecía de collar. Envidiaba mucho a los perros, porque cada vez
que desde su árbol veía pasar uno lo notaba diferente, con colores y collares
distintos. Un día decidió ir a consultar el oráculo a casa de Orula. Este le
aconsejó que no envidiara ni deseara mal a nadie, porque el mal que se le desea
a otro se vuelve contra uno mismo. Pero Orula le hizo "rogación" y después !e
dijo: "Vaya, ya está usted como quería". El camaleón regresó al monte y se puso
muy contento al descubrir que podía cambiar de color con solo desplazarse, y
que la piel de su cuello tomaba la forma de un collar. En eso apareció un perro.
El camaleón lo llamó, y alardeó frente a él mostrándole sus colores cambiantes y
su vistoso collar. A partir de este punto el mito continúa en dos versiones
diferentes. Según la primera versión, el camaleón le dice al perro: "¡Ya soy igual
que tú!". El perro reflexiona un momento, y le responde mirándolo fijo a los ojos:
"¿Qué has ganado con ocultar tu manera original?". Según la segunda versión,
más común, el perro sólo lo miró un momento con indiferencia, y continuó su
camino.
XI
(AQUI V,CJ..
LA IMAGEN)
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para hacer trabajo de campo.
(AQUI VA LA IMAGEN)
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1111
1
l.
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una cartografía desde la cima. Parafraseando a Torres podríamos confirmar una
vez más que "nuestro Norte es el Sur", como el artista estableció correctamente,
pero también debemos estar alertas de que nuestro Sur es el norte de ellos.
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1 - La artista neoyorquina Maura Sheehan parece corroborarlo con sus obras de
1990 tituladas Lección de Geografía
(AQUI VA LA IMAGEN)
donde usa una cartografía similar, pero con un sentido opuesto, de carácter
crítico.
XII
Cierro las ventanas con un chiste, a manera de alegoría final sobre una posible
estrategia del arte latinoamericano hacia la resolución de sus dualidades entre
Occidente y No Occidente, lo "primitivo" y lo moderno, lo nacional y lo
internadonal, etc. No es un chiste cubano o caribeño sino gallego, que mi madre
solía contarme. No hace mucho, durante mi primera visita a Galicia, lo oí de
"
nuevo después de tantos años, y me impresionó como una fábula acerca de un
modo posible de enfrentar esas bipolaridades.
I
Un campesino tenía que atravesar un puente en muy malas condiciones. Entró en
él atento, y mientras avanzaba con pies de plomo decía: "Dios es bueno, el
"\"
Diablo no es malo; Dios es bueno, el Diablo no es malo ...". El puente crujía y el
campesino repetía la frase, hasta que finalmente alcanzó la otra orilla. Entonces
exclamó: "¡Vayan al carajo los dos!". Y prosiguió su camino.
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