Retos Actuales Del Derecho Del Trabajo. BRONSTEIN PDF
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DERECHO DEL TRABAJO* cho del trabajo conoce una fuerte crisis y está
expuesto a embates que lo someten a ruda prue-
ba. De allí a hablar del fin del derecho del trabajo
Arturo BRONSTEIN** hay un solo paso, y hoy no faltan quienes estén
tentados a darlo. Sin embargo, no pienso que
solamente existen motivos de desaliento. La li-
bertad sindical ha indiscutiblemente conocido
más avances que retrocesos; también se ha avan-
zado mucho en materia de protección de los de-
rechos fundamentales en el lugar de trabajo, an-
te todo en la Unión Europea y en medida algo
menor en otras regiones del mundo.
I. INTRODUCCIÓN
C omo cualquier rama del derecho, y quizá más que las otras, el derecho
del trabajo es un reflejo de un entorno jurídico, pero también social,
económico, político, cultural e ideológico. Cualquier cambio en las variables
que conforman ese entorno debería por lo tanto también determinar un cam-
bio en el derecho del trabajo. Mi propósito aquí es tratar de ubicar los retos
del derecho del trabajo dentro del marco de los cambios que ha conocido el
mundo en la última parte del siglo pasado y que se han acentuado al comen-
zar el presente siglo. Si el derecho del trabajo conoce una crisis profunda y ha
sufrido cambios que se pueden calificar de traumáticos, es porque el mundo
en el que vivimos se ha alejado mucho del paradigma de los Treinta Gloriosos1
* No obstante que el tema de este volumen es sobre seguridad social, por su importancia
el presente trabajo se publica en el segundo número.
** Secretario general de la Sociedad Internacional de Derecho del Trabajo y Seguridad So-
cial.
1 Los Treinta Gloriosos (Les Trente Glorieuses) es el título de una célebre obra del sociólogo
francés Jean Fourastié, publicada en 1979 y muchas veces reeditada, que designa para ciertos
países, como Francia, el periodo de tres decenios de expansión económica entre 1945 y 1973,
durante los cuales se alcanzaron el pleno empleo y altos de niveles de bienestar.
A mi juicio, las crisis que hoy conoce el derecho del trabajo corresponden
a cuatro tipos diferentes, que denominaré de cobertura, de adaptación, de territo-
rialidad y, finalmente, la ideológica.
En primer lugar corresponde hablar de una crisis de cobertura. Una de las ca-
racterísticas del derecho del trabajo en el siglo pasado fue su naturaleza ex-
pansiva. Derecho obrero en un primer momento —y recordemos que las prime-
ras cátedras de derecho del trabajo se llamaban de legislación industrial—, sus
primeras preocupaciones estuvieron centradas en la limitación de la jornada
de trabajo, la indemnización de los accidentes y enfermedades ocasionadas
por el trabajo industrial y el trabajo de las mujeres y menores en la industria,
incluyendo a la minería. Sin embargo, no tardó en extender su campo de apli-
cación, primero al comercio y los servicios y más adelante al trabajo rural, sin
olvidar tampoco su efecto de transposición en la administración pública a
través de los estatutos del servicio civil que adaptaron gran parte de las insti-
tuciones del derecho del trabajo a las relaciones entre el Estado y sus servido-
res. Su punto culminante fueron los decenios de los setenta y ochenta, cuan-
do prácticamente toda relación entre una persona física que ejecutaba un
trabajo o prestaba un servicio y otra persona, física o moral, para quien dicho
6 ARTURO BRONSTEIN
2 OIT, Panorama laboral de América Latina y el Caribe, 2004, disponible en: http://www.oit.org.
pe/portal/documentos/panorama_laboral_2004.pdf.
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10 Aunque quizá este Convenio ya fue adoptado a destiempo, como lo sugeriría el hecho de
que a más de veinte años de su adopción solamente lo han ratificado 33 Estados miembros
de la OIT.
11 Es cierto que el Convenio núm. 158 permite la exclusión de los trabajadores bajo contra-
to de duración determinada o por obra o servicios determinados. Sin embargo, también exige
que se establezcan garantías contra el recurso a contratos de trabajo de duración determinada cuyo objeto
sea eludir la protección que prevé el presente Convenio (artículo 2.3).
12 Otros países, como España, lo prohibieron, basándose para ello en una opinión (no vin-
culante) de la Oficina Internacional del Trabajo que consideraba que la actividad de las empre-
sas de trabajo temporal era asimilable a las de las agencias de colocación con fines de lucro. Por
lo tanto entraban en el campo de aplicación del Convenio sobre las Agencias Privadas de Co-
locación (revisado), de 1949 (núm. 96), que preveía su supresión o una reglamentación muy es-
tricta. La OIT revisó posteriormente su posición con respecto al trabajo temporal, y en 1997
adoptó el Convenio sobre las Agencias de Empleo Privadas, de 1997 (núm. 181), que legitima
la actividad de las empresas de trabajo temporal (ETT).
14 ARTURO BRONSTEIN
13 Córdova, Efrén, “Del empleo total al trabajo atípico: hacia un viraje en la evolución de
las relaciones laborales”, Revista Internacional del Trabajo, Ginebra, 105, 4, 1986, pp. 431-449.
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14 Está demostrado que el empleo temporal sirve en muchos casos como trampolín para ac-
ceder a un empleo regular; véase Bronstein, Arturo S., “Trabajo temporal en Europa occiden-
tal: ¿antagonista o complemento del empleo permanente?”, Revista Internacional del Trabajo, Gi-
nebra, 110, 4, 1991, pp. 485-507.
16 ARTURO BRONSTEIN
15 Directiva 1999/70/CE del Consejo, del 28 de junio de 1999, relativa al Acuerdo marco
de la CES, la UNICE y el CEEP sobre el trabajo de duración determinada, Diario Oficial de las
Comunidades Europeas, núm. L 175 del 10 de julio de 1999. En la misma orientación apunta la di-
rectiva 97/81/CE del Consejo, del 15 de diciembre de 1997, relativa al Acuerdo marco sobre
el trabajo a tiempo parcial concluido por la UNICE, el CEEP y la CES, Diario Oficial, núm. L
014 del 20 de enero de 1998, pp. 0009-0014.
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22 Véase El ámbito de la relación de trabajo, Conferencia Internacional del Trabajo, 91a. reu-
nión, 2003, Informe V. Se encuentra disponible en línea en http://www.ilo.org/public/spanish/
standards/relm/ilc/ilc91/pdf/rep-v.pdf. También se puede consultar el primer informe de la OIT
para la reunión de la Conferencia de 2006, en la que se procurará adoptar un instrumento in-
ternacional: http://www.ilo.org/public/spanish/standards/relm/ilc/ilc95/pdf/rep-v-1.pdf.
23 Perulli, Adalberto, “Travail économiquement dépendant / parasubordination: les as-
pects juridiques, sociales et économiques”, estudio solicitado por la Comisión Europea. Su
texto está disponible en línea en: http://www.social-law.net/IMG/pdf/parasubordination_report_fr.
pdf.
RETOS ACTUALES DEL DERECHO DEL TRABAJO 21
26 Ya entonces el problema se agudizaba en la industria textil, que contaba con una muy al-
ta participación femenina en la fuerza de trabajo.
27 En el caso 43-75, llamado Defrenne II (Recueil de jurisprudence, 1976, p. 00455), el TJCE re-
cordó que el artículo 119 CE (actual artículo 141 CE) tiene por objeto evitar que en el marco
de la competencia intracomunitaria las empresas establecidas en Estados que han realizado el
principio de la igualdad de remuneración no estén en desventaja en relación con las empresas
establecidas en países que aún no han eliminado la discriminación salarial en perjuicio de las
trabajadoras. Pero también esta disposición “forma parte de los objetivos sociales de la Comu-
nidad, que no se limitan a una unión económica, sino que al mismo tiempo deben por una ac-
ción común asegurar el progreso social y propender al mejoramiento constante de las condi-
ciones de vida y de empleo de los pueblos europeos, como lo subraya el preámbulo del
Tratado de la Comunidad Europea... Debido a esta doble finalidad, económica y social, el
principio de la igualdad de remuneración forma parte de los fundamentos de la Comunidad”.
24 ARTURO BRONSTEIN
nales. COVERCO está conformado por profesionales de diferentes disciplinas: derecho, so-
ciología, comunicación social, administración de empresas, educación y teología pastoral.
34 La relación entre el comercio internacional y el derecho del trabajo ha sido inscrita en el
temario del XVIII Congreso Mundial de la Sociedad Internacional de Derecho del Trabajo y
de la Seguridad Social que se celebrará en París en septiembre de 2006.
35 Véase Bruun, Niklas, La autonomía del convenio colectivo, Informe sometido al VII Congre-
so Europeo de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, Estocolmo, 2002. Está disponi-
ble en Internet en: http://www.juridicum.su.se/stockholmcongress2002/bruun_spanish.pdf.
36 Se trata de las siguientes materias: a) Temas en que la directiva se puede adoptar por
mayoría cualificada: salud y seguridad de los trabajadores; condiciones de trabajo; información
y consulta de los trabajadores; integración de las personas excluidas del mercado laboral; igual-
30 ARTURO BRONSTEIN
Más aún, el artículo 138 CE (antiguo artículo 118 B, CE) otorga una base jurí-
dica para la negociación colectiva de acuerdos-marco de ámbito comunitario,
que luego podrán ser transpuestos por el Consejo bajo forma de directivas
dirigidas a los Estados miembros. Este procedimiento ya ha dado origen a
tres directivas comunitarias de carácter general y dos de alcance sectorial.37 A
ellos conviene agregar el acuerdo marco sobre el teletrabajo, de mayo de
2002;38 el que a diferencia de los anteriores no ha sido transpuesto mediante
una directiva, sino que se dirige a las organizaciones de empleadores y de tra-
bajadores de cada Estado miembro de la Unión Europea con objeto de que
las mismas le den efecto mediante convenios colectivos de nivel nacional.
No fue evidente llegar a esta situación, y es muy probable que los padres
fundadores de la Unión Europea no hayan pensado en la dimensión social
comunitaria cuando suscribieron el Tratado de Roma en 1957, el que era
esencialmente un acuerdo sobre la creación de un mercado común. En efec-
to, si en su formulación originaria algunas de sus disposiciones —como las
relativas a la libre circulación de los trabajadores y el principio de igual remu-
neración por un trabajo de igual valor— tenían impacto en materia laboral, su
inserción en el Tratado respondía a la necesidad de fomentar y preservar el
buen funcionamiento del mercado común antes que la de proteger a los tra-
bajadores. Sin embargo, a partir de los años setenta la Comunidad Europea
comenzó a adoptar legislación en materias como igualdad de remuneración
dad entre hombres y mujeres por lo que respecta a las oportunidades en el mercado laboral y al
trato en el trabajo. b) Temas en que se requiere la unanimidad: seguridad social y protección
social de los trabajadores; protección de los trabajadores en caso de rescisión del contrato de
trabajo; representación y defensa colectiva de los intereses de los trabajadores y de los empre-
sarios; condiciones de empleo de los nacionales de terceros países que residan legalmente en el
territorio de la Comunidad; contribuciones financieras dirigidas al fomento del empleo y a la
creación de empleo, sin perjuicio de las disposiciones relativas al Fondo Social Europeo.
37 A saber: la directiva 96/34/CE relativa al acuerdo marco sobre el permiso parental
(Diario Oficial, núm. L 145 del 19 de junio de 1996), la directiva 97/81/CE relativa al acuerdo
marco sobre el trabajo a tiempo parcial (Diario Oficial, núm. L 014 del 20 de enero de 1998), la
directiva 1999/70/CE relativa al acuerdo marco sobre el trabajo de duración determinada
(Diario Oficial, núm. L 175 del 10 de julio de 1999), la directiva 1999/63/CE relativa al acuerdo
sobre la ordenación del tiempo de trabajo de la gente de mar (Diario Oficial, núm. L 167 del 2
de julio de 1999), y la directiva 2000/79/CE relativa a la aplicación del acuerdo europeo sobre
la ordenación del tiempo de trabajo del personal de vuelo en la aviación civil (Diario Oficial,
núm. L 302 del 1o. de diciembre de 2000).
38 Su texto se puede consultar en: http://europa.eu.int/comm/employment_social/news/2002/
oct/teleworking_agreement_en.pdf.
RETOS ACTUALES DEL DERECHO DEL TRABAJO 31
entre hombres y mujeres por un trabajo de igual valor (1975), despidos colec-
tivos (1975), igualdad de trato entre hombres y mujeres (1976), protección de
los derechos de los trabajadores en caso de transferencia de empresas o parte
de ellas (1977), y protección de los trabajadores en caso de insolvencia del em-
pleador (1980). Es cierto que todas estas directivas fueron adoptadas de con-
formidad con el artículo 94 CE (antiguo artículo 100 CE), al que ya hemos
hecho referencia, y estaban por tanto inspiradas en preocupaciones relacio-
nadas con la buena gobernanza del mercado común. Sin embargo, también lo
es que, cualesquiera hayan sido sus motivaciones, en la práctica tuvieron si no
la finalidad, al menos el efecto de ofrecer una protección jurídica a los traba-
jadores, que en muchos de los casos no tenían en el marco de su propio dere-
cho nacional.
En cualquier caso, ya no quedan dudas que a partir de la Carta Comunita-
ria de los Derechos Sociales Fundamentales de los Trabajadores, suscrita el 9
de diciembre de 1989 en la cumbre de Estrasburgo, la preocupación comuni-
taria por la protección de los trabajadores adquirió una identidad propia, dis-
tinta de la preocupación por el funcionamiento del mercado común. La Carta
estableció grandes principios sobre los que se basaría lo que en adelante sería
llamado el modelo social europeo, y con ese objeto enunció diecinueve derechos
fundamentales de los trabajadores.39 Aun cuando no tiene efectos jurídicos,
expresa la voluntad política de desarrollar esos derechos, sea a escala nacional
o a escala comunitaria, según el principio de subsidiariedad.
El paso siguiente fue en la Conferencia Intergubernamental de 1992 sobre
la unión política, en la que se adoptó un acuerdo sobre política social, al que
siguió en 1992 un protocolo anexo al Tratado de la Unión Europea, o Trata-
do de Maastricht. Esta construcción fue completada con el Tratado de Áms-
terdam de 1997, cuya innovación más importante fue el nuevo título VIII,
que preconiza una estrategia coordinada para el empleo con objeto de fo-
mentar una mano de obra calificada y capaz de adaptarse, y unos mercados
de trabajo que puedan reaccionar con rapidez ante los cambios económicos.
42En la Unión Soviética, la requisa forzosa para la ejecución de tareas importantes para el Estado
fue derogada en 1971, pero el delito de parasitismo social (artículo 209 del Código Penal) desapa-
reció hasta 1991, poco antes de la extinción de la propia URSS. El pasaporte interior, deroga-
do durante la perestroika, también era otro instrumento limitativo de la libertad de trabajo.
RETOS ACTUALES DEL DERECHO DEL TRABAJO 35
43 Así, el artículo 6o. de la Constitución de la URSS de 1977 proclama que “el Partido Co-
munista de la URSS es la fuerza que dirige y orienta la sociedad soviética, el núcleo de su siste-
ma político, de los organismos de Estado y las organizaciones sociales”. Más adelante dispone
que “los sindicatos, la Unión de Juventudes Comunistas Leninistas de la URSS, las organiza-
ciones cooperativas y otras organizaciones sociales participan, en conformidad con sus objeti-
vos estatutarios, en la gestión de los asuntos estatales y sociales y en la solución de las cuestio-
nes políticas, económicas, sociales y culturales”.
44 En esos casos, el Estado simplemente perseguía a los organizadores de un movimiento
sindical libre, argumentando, como lo hizo reiteradamente ante el Comité de Libertad Sindical
de la OIT, que no eran sindicalistas sino personajes asociales, enfermos mentales, bandidos,
etcétera. Véase el caso núm. 905, queja contra el gobierno de la URSS presentada por la Con-
federación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres y la Confederación Mundial del
Trabajo el 9 de mayo de 1978. Los informes del CLS están disponibles en el Boletín Oficial de la
OIT, vol. LXII, 1979, serie B, núm. 1, informe (provisional) núm. 190, par. 361-388, vol. LXII,
1979, serie B, núm. 3; informe provisional núm. 197 (par. 592-640), vol. LXIII, 1980, serie B,
núm. 3, y vol. LXIV, 1981, serie B, núm. 1, informe (definitivo) núm. 207 (par. 100-130).
36 ARTURO BRONSTEIN
45 Véase, por ejemplo, para la URSS el decreto núm. P-12/270 del 26 de agosto de 1977,
publicado en la Serie Legislativa de la OIT, SL 1977-URSS.1.
46 Sobre todo en la Unión Soviética y los países que más se acercaban a su modelo, pero
no en otros, por ejemplo Hungría o Yugoslavia, en donde existía mucha mayor descentraliza-
ción. En la URSS, las reformas de Gorbachov alcanzaron a descentralizar la fijación de los sa-
larios, pero la URSS desapareció antes de que llegaran a aplicarse efectivamente.
47 Nunca fue claro el alcance de una ley de la URSS de diciembre de 1958 en materia de
responsabilidad penal por delitos contra el Estado, que consideraba como delito a todo hecho
o abstención con el objeto de socavar la industria, los transportes o la agricultura con el fin de
debilitar al Estado soviético, si el interesado ha utilizado una institución, empresa u organiza-
ción del Estado o pública, o ha impedido su funcionamiento normal. En todo caso, a partir de
la histórica huelga de los mineros, en 1989, fue evidente que la legislación soviética era inade-
cuada, por lo que la URSS debió adoptar la ley de octubre de 1989 sobre solución de conflictos
del trabajo, en donde se reconoce explícitamente el derecho de huelga.
48 También era muy distinta la situación en Yugoslavia, donde existía una fuerte centrali-
zación política pero bastante amplia descentralización administrativa, sobre todo en Croacia y
Eslovenia.
RETOS ACTUALES DEL DERECHO DEL TRABAJO 37
49 Véase Casale, Giuseppe, Collective Bargaining and the Law in Central and Eastern Europe: Re-
cent Trends and Issues, Informe sometido al VII Congreso Regional Europeo de la SIDTSS,
Estocolmo, septiembre de 2002. Este documento está disponible en línea en: http://www.juridi-
cum.su.se/stockholmcongress2002/casale_english.pdf.
50 Ley núm. 7961 del 12 de julio de 1995, varias veces modificada.
51 Ley del Trabajo de 1995, varias veces modificada.
52 Código de Trabajo de 2001 (varias enmiendas desde entonces).
53 Ley sobre Relaciones de Trabajo de 24 de abril de 2002.
54 Ley núm. 22 de 1992 de Código de Trabajo (varias enmiendas desde entonces).
38 ARTURO BRONSTEIN
55Código del Trabajo de 1994; reemplazado en 2001 por la Ley del Trabajo.
56Varias leyes adoptadas desde 1992, reemplazadas por el Código de Trabajo de 4 de ju-
nio de 2002.
57 Código de Trabajo núm. 154-XV de 28 de marzo de 2003.
58 Ley núm. 53 de 24 enero de 2003 (Código del Trabajo).
59 Código de Trabajo de la Federación de Rusia de 30 de diciembre de 2001 (entró en vi-
gor el 1o. de febrero de 2002).
60 La base de datos NATLEX de la OIT (http://www.ilo.org/dyn/natlex/natlex_browse.ho-
me?p_lang=es) dispone de la mayor parte de estos textos en línea e informa sobre sus sucesivas
enmiendas.
RETOS ACTUALES DEL DERECHO DEL TRABAJO 39
que ingresaron en la Unión Europea en 2004,61 lo mismo que los que esperan
poder ingresar en 2007 o 2008,62 debieron integrar el acervo comunitario (ac-
quis communautraire) en sus legislaciones laborales, pues ésta era una de las
condiciones impuestas para su ingreso. Hacia finales de 2004 este proceso ya
había sido completado o estaba próximo a serlo.
El conjunto de todas estas reformas se dio en un espacio de tiempo suma-
mente corto, por lo que es razonable formularse preguntas sobre la capacidad
de estos países para aplicar y administrar las nuevas reglas, y más aún sobre la
asimilación de estas reglas por una cultura que se había formado en varias dé-
cadas de régimen comunista, y de la que sería ingenuo suponer que se puede
disponer por decreto. Esto explica la subsistencia de bastantes resabios del
pasado que el legislador ha estimado conveniente guardar. Lo más notable es
quizá el hecho de que la legislación laboral de los antiguos países comunistas
sigue focalizada sobre las relaciones individuales y colectivas en las grandes
empresas, por lo que deja muy poco espacio para reconocer los problemas
específicos de las pequeñas y medianas. Esto se nota, por ejemplo, en materia
de remedios en caso de despido, que casi invariablemente prevén el reintegro
del trabajador en su antiguo empleo, lo que es poco menos que impracticable
en una pequeña empresa.63 En algunos casos, como es el de Bulgaria, Estonia
y Lituania, se incluyen disposiciones relativas al nombramiento o promoción
de empleados por concurso, o por elección popular, que estarían mejor ubi-
cadas en un estatuto del servicio civil. En otros se establecen reglas harto de-
talladas sobre procedimientos y sanciones disciplinarias, y aún existen bastan-
tes disposiciones en materia de responsabilidad contractual de los asalariados
con motivo de daños ocasionados a la propiedad o los intereses del emplea-
dor, que eran muy características de la antigua legislación comunista.
de trabajo. Ante todo se debe definir lo que se entenderá aquí como derechos
fundamentales, pues los criterios para considerar que un derecho es fundamental,
o no lo es, no son siempre coincidentes aun cuando sí parece haber acuerdo
en torno de dos conceptos básicos: a) los derechos fundamentales son aque-
llos que reflejan los valores esenciales de una sociedad, y b) son inalienables e
irrenunciables. Una buena parte de ellos han sido reconocidos en virtud de
instrumentos internacionales, incluyendo tratados vinculantes como el Con-
venio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Liber-
tades Fundamentales, conocido también como Convención Europea de Derechos
Humanos (CEDH),64 la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(llamada también Pacto de San José) y su Protocolo adicional sobre Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador),65 así como nu-
merosos pactos adoptados dentro del marco de las Naciones Unidas.66 A me-
nudo se les acuerda un reconocimiento explícito en la Constitución, pero la
ausencia de ese reconocimiento no significa que el derecho nacional los des-
conozca. En realidad, son los valores sociales y culturales de una sociedad,
tanto o quizá más que el derecho, quienes reconocen como fundamental un de-
recho o una libertad en particular, y esto casi invariablemente se refleja en la
jurisprudencia.
Nos preguntaremos en este punto si existe un catálogo de derechos que
pudiéramos considerar como fundamental en materia laboral, y en caso afirma-
tivo qué contenido tiene el mismo. La respuesta hoy día es afirmativa, y casi
siempre se ofrece como referencia la Declaración de la OIT sobre Principios
y Derechos Fundamentales en el Trabajo adoptada por la Conferencia Inter-
nacional del Trabajo en 1998. Este instrumento, que contrariamente a los
convenios de la OIT no tiene efectos jurídicos vinculantes, define como de-
rechos fundamentales a los que guardan relación con: a) la libertad de asocia-
ción y la libertad sindical y el reconocimiento efectivo del derecho de nego-
67
Publicada en Diario Oficial, núm. C 364 del 18 de diciembre de 2000, pp. 0001-0022.
68
Véase Valdés dal Ré, Fernando, Los derechos fundamentales de la persona del trabajador, en
XVII Congreso Mundial de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, Montevideo, 2005.
Libro de Informes Generales, pp. 37-160.
RETOS ACTUALES DEL DERECHO DEL TRABAJO 43
69 Así, el artículo VI, párrafo 3, de la Constitución de los Estados Unidos de 1787 dispone
que “nunca se exigirá una declaración religiosa como condición para ocupar ningún empleo o
mandato público de los Estados Unidos”.
70 Directiva 76/207/CEE del Consejo, del 9 de febrero de 1976, relativa a la aplicación
del principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres en lo que se refiere al acceso al em-
pleo, a la formación y a la promoción profesionales, y a las condiciones de trabajo, Diario Ofi-
cial, núm. L 039 del 14 de febrero de 1976, pp. 0040-0042.
71 En 1997 se adoptó la directiva 97/80/CE del Consejo del 15 de diciembre de 1997
(Diario Oficial, núm. L 014 del 20 de enero de 1998), relativa a la carga de la prueba en los casos
de discriminación por razón de sexo; en ella se estableció el principio de la inversión de la car-
ga de la prueba cuando el reclamante establece los elementos a partir de los cuales puede pre-
sumirse prima facie que ha sido víctima de discriminación por motivos de sexo. A ella siguió la
directiva 2000/43/CE de 29 de junio de 2000, relativa a la aplicación del principio de igualdad
de trato de las personas independientemente de su origen racial o étnico (Diario Oficial, núm. L
180 del 19 de julio de 2000), y luego la directiva 2000/78/CE, de 27 de noviembre 2000 (Diario
Oficial, núm. L 303 del 2 de diciembre de 2000), mediante la cual se establece un marco general
con miras a combatir la discriminación por motivos de religión o credo, discapacidad, edad o
RETOS ACTUALES DEL DERECHO DEL TRABAJO 45
88 Asunto Koma, véase Homan, T., “Dutch Law”, in On-line Rights for Employees in
the Information Society, cit., p. 103.
89 Ross vs. Rosedale Tansport Ltd., véase Lancaster’s Federal Labour and Employment Law Re-
porter, vol. 3, núm. 78, julio-agosto de 2003.
90 Convención Colectiva de Trabajo núm. 68 del 16 de junio de 1998 relativa a la protec-
ción de la vida privada de los trabajadores con relación a la vigilancia por medio de cámaras en
el lugar de trabajo. Disponible en el sitio Web del Consejo Nacional del Trabajo: http://www.
cnt-nar.be/F1I.htm.
91 Protected Disclosures Act 1994 (Nueva Gales del Sur); Whistleblowers Protection Act 1994
(Queensland); Whistleblowers Protection Act 1993 (South Australia).
92 Public Interest Disclosure Act 1998, disponible en línea: http://www.opsi.gov.uk/acts/acts
1998/19980023.htm.
52 ARTURO BRONSTEIN
Cada época conlleva cambios y éstos traen consigo sus cuotas de prome-
sas y esperanzas, de riesgos y angustias, de retos y respuestas. El comienzo
del siglo XXI no escapa a esta regla, y si nos dejamos llevar por el pesimismo
podríamos tener bastantes razones para pensar que en materia de derecho del
trabajo la cuota de riesgos y angustias es hoy mayor que la de promesas y es-
peranzas, y la cuota de retos es aún mayor que la de respuestas.
Sin embargo, con una visión que a mi juicio no es sólo más optimista sino
también más ajustada a la realidad, deberíamos también convenir que en este
fin de siglo XX y comienzos del XXI el derecho del trabajo no ha conocido
únicamente retrocesos. También ha tenido logros, pues ha ganado mayores
espacios de libertad para los trabajadores, y pienso en primer lugar, pero no
únicamente, en los avances de la libertad sindical en los antiguos países co-
munistas.
De la misma manera se han ampliado los temas de debate. Si las respuestas
no son siempre claras ni en algunos casos eficaces, ya estamos cuando menos
en presencia de pistas para tratar los problemas que plantea la descentraliza-
ción productiva, como pueden ser el desenfoque de la relación de trabajo o la
difuminación de los contornos de la empresa. A veces no son más que pistas.
También comienzan a abrirse algunas pistas interesantes para abordar las
cuestiones de las relaciones entre el comercio y las normas del trabajo. ¿Nos
llevan esas pistas a las buenas respuestas? Pienso que aún es prematuro para
saberlo.
Si en un terreno se han logrado progresos indiscutibles es en el del recono-
cimiento de las libertades y derechos fundamentales en el ámbito del trabajo.
93 Casación Social, fallo del 28 de abril de 1988, Droit Social, 1988, p. 428.
RETOS ACTUALES DEL DERECHO DEL TRABAJO 53
En este punto se deberá convenir que nos encontramos hoy ante una temáti-
ca que se desarrolla a pasos acelerados. Si antes se asumía que la relación de
trabajo conllevaba la alienación de la libertad del trabajador durante todo el
tiempo en que se mantenía subordinado al empleador, hoy debemos recono-
cer que la regla está cambiando, pues se considera que los derechos y liberta-
des fundamentales son inalienables. El reto que aquí enfrenta el derecho del
trabajo consiste en garantizar el respeto y ejercicio de los derechos funda-
mentales de los trabajadores dentro del entorno jerarquizado de la empresa.
Temas como la protección de la vida privada, el respeto por las convicciones
religiosas de la persona, la libertad de expresión o la lucha contra todas las
formas de discriminación en el ámbito del trabajo son moneda corriente en el
derecho laboral de muchos países, cuando antes se desconocía o apenas se
sospechaba su enorme importancia para uno de los aspectos fundamentales
de nuestra materia: el respeto de la dignidad del trabajador.
Hace unos meses escuchaba una conferencia magistral del eminente juris-
ta brasileño Wagner Giglio, a quien se había pedido que expusiera su visión
sobre el futuro del derecho del trabajo. Su mensaje se podía resumir en dos
ideas: la primera es que a la hora actual ese futuro es incierto y no puede pro-
nosticar hacia donde irá. La segunda es que mientras existan los trabajadores
deberá existir un derecho del trabajo.
Pocas dudas tenemos, como se acaba de ver, respecto a que los paráme-
tros sociales, políticos, tecnológicos, económicos, organizacionales, etcétera,
en que se basó el derecho del trabajo en el siglo XX, se encuentran hoy en
profunda mutación. Sin embargo, de ahí no se debería deducir que todas las
soluciones que ofreció el derecho del trabajo a los problemas que encontró
en el siglo XX han dejado de ser válidas en el siglo XXI. El trabajo depen-
diente sigue existiendo y la vulnerabilidad del trabajador, subordinado o no,
continúa siendo una realidad y sigue creando una necesidad de protección
por lo menos igual, si no es que mayor, a aquella que se reconoció cuando se
dio nacimiento al derecho del trabajo. A mi juicio, la esencia de los problemas
no ha cambiado, pero estos problemas se han vuelto más complejos. La cues-
tión no consiste tanto en saber si se debe desmantelar al derecho del trabajo,
por considerarlo desfasado frente a los cambios que ha conocido el mundo,
sino más bien en encontrar la manera de adaptarlo o, quizá con más propie-
dad, de revitalizarlo para que pueda seguir protegiendo a quienes tienen nece-
sidad de su protección.
54 ARTURO BRONSTEIN