Discrasias Sanguíneas
Discrasias Sanguíneas
Discrasias Sanguíneas
Componentes de la sangre
Eritrocitos: son discos bicóncavos, flexibles, anucleados, que transportan oxígeno a
los tejidos corporales. Su vida media es de 120 días. La principal proteína de los
eritrocitos es la hemoglobina. El hierro de la hemoglobina se une débilmente y
reversible al oxígeno para formar la oxihemoglobina. La hemoglobina fetal posee
mayor afinidad por el oxígeno. La eritropoyesis está regulada por la glucoproteína
eritropoyetina, secretada principalmente en los riñones. La eritropoyetina actúa
acelerando la diferenciación de las células tronco en la médula ósea.
Plaquetas: son pequeños fragmentos celulares anucleares que se forman a partir de los
megacariocitos. Los megacariocitos se encuentran en la médula ósea, y cuando
maduran se fragmentan en plaquetas que pasan a la circulación. La concentración
normal de plaquetas en la sangre está entre 150000 y 300000 por microlitro. Vida
media: 8 a 12 días.
En su citoplasma hay factores activos, tales como: 1) moléculas de actina y de
miosina similares a las que se encuentran en las células musculares, así como otra
proteína contráctil, la trombostenina que hace que las plaquetas se contraigan; 2)
restos del retículo endoplasmático y del aparato de Golgi que sintetizan diversas
enzimas y almacenan grandes cantidades de iones de calcio; 3) mitocondrias y
sistemas enzimáticos que son capaces de formar trifosfato de adenosina y difosfato de
adenosina (ADP); 4) sistemas enzimáticos que sintetizan prostaglandinas, que son
hormonas locales que provocan muchos tipos de reacciones vasculares y tisulares
locales; 5) una proteína llamada factor estabilizador de la fibrina, y 6) un factor de
crecimiento que hace que se multipliquen y crezcan las células endoteliales
vasculares, las células musculares vasculares lisas y los fibroblastos, lo que provoca la
proliferación vascular que ayuda a reparar las paredes vasculares lesionadas. En la
superficie de la membrana celular hay una cubierta de glucoproteínas que evita su
adherencia al endotelio normal y hace que se adhiera a las áreas lesionadas de la pared
vascular; además la membrana tiene grandes cantidades de fosfolípidos que son
activadores en múltiples puntos del proceso de coagulación de la sangre.
Vasoconstricción
La agresión física a un vaso sanguíneo provoca una respuesta contráctil del músculo
liso vascular y se produce por tanto un estrechamiento del vaso, esto reduce
inmediatamente la disminución del flujo de sangre del vaso roto. La vasoconstricción
en las arteriolas o en las arterias pequeñas lesionadas puede llegar a obliterar
totalmente la luz del vaso y a detener el flujo sanguíneo. La contracción es el
resultado de un estímulo producido del objeto penetrante, de reflejos nerviosos y de
factores humorales locales de los tejidos traumatizados y de las plaquetas sanguíneas.
En los vasos pequeños , las plaquetas son responsables de la mayor parte de la
vasoconstricción al liberar el vasoconstrictor tromboxano A. Cuanto más se ha
traumatizado un vaso, mayor es el grado de espasmo; esto significa que un vaso
sanguíneo con un corte agudo suele sangrar mucho mas que un vaso roto por
aplastamiento.
Agregación plaquetaria
Cuando las plaquetas entran en contacto con una superficie vascular dañada, cambian
sus características: empiezan a hincharse, adoptan formas irregulares con numerosos
pseudópodos radiantes que sobresalen de sus superficies; sus proteínas contráctiles se
contraen poderosamente y liberan los gránulos con múltiples factores activos; se
hacen muy pegajosas de forma que se pegan a las fibras de colágeno; secretan grandes
cantidades de ADP y tromboxano A, éstos actúan sobre las plaquetas cercanas para
activarlas, y hace que se adhieran a las plaquetas activadas originalmente;
desencadenando así un círculo vicioso de activación.
Coagulación sanguínea
El coágulo empieza a aparecer en 15 a 20 segundos si el traumatismo de la pared
vascular ha sido intenso, y en 1 a 2 minutos si ha sido leve. Las sustancias
activadoras de la pared vascular traumatizada y de las plaquetas y las proteínas
sanguíneas que se adhieren a la pared vascular traumatizada inician el proceso de
coagulación.
Tres a seis minutos después de la ruptura de un vaso si la brecha no es demasiado
grande, toda la brecha o el extremo roto del vaso se llenan con el coágulo. Después
de 20 a 60 minutos, el coágulo se retrae; esto cierra el vaso todavía más. Las
plaquetas desempeñan un papel importante en esta retracción del coágulo.
El coágulo se compone de una red de fibras de fibrina que van en todas direcciones y
atrapan células sanguíneas, plaquetas y plasma. Las fibras de fibrina se adhieren
también a las superficies lesionadas de los vasos sanguíneos; por tanto, el coágulo se
adhiere a la abertura vascular y evita así la pérdida de sangre.
Pocos minutos después de formarse el coágulo, empieza a contraerse y suele exprimir
la mayor parte del líquido de su interior en 20 a 60 segundos. Este líquido se llama
suero porque se ha eliminado todo su fibrinógeno y la mayor parte de los otros
factores de coagulación. El suero no puede coagularse.
DISCRASIAS SANGUÍNEAS
La enfermedad ocurre cuando las células del sistema inmune, llamadas linfocitos,
producen anticuerpos contra las plaquetas. Las plaquetas son necesarias para la
coagulación normal de la sangre, ya que se juntan para taponar los pequeños agujeros
de las vasos sanguíneos dañados.
En la PTI de la infancia se cree que un antígeno (Ag) vírico activa la síntesis de Ac,
los cuales pueden reaccionar con el Ag vírico depositado sobre la superficie
plaquetaria o que puede depositarse sobre ésta en forma de inmunocomplejos Ag-Ac
víricos. Por el contrario, la PTI del adulto se produce generalmente por la generación
de Ac dirigidos contra Ag estructurales plaquetarios (autoanticuerpos).
Síntomas
• Magulladuras
• Sangrado nasal u oral
• Sangrado en la piel; también llamado erupción con petequias y pequeñas
manchas rojas
• Menstruación anormalmente abundante
Signos y exámenes
Tratamiento
• Danazol oral
• Inyecciones con dosis altas de gamma globulina
• Medicamentos supresores del sistema inmune
• Trasportar la sangre a través de una columna de proteína A (Prosorba), la cual
filtra los anticuerpos separándolos del torrente sanguíneo
• La terapia anti-RhD también puede ser de ayuda para personas con tipos de
sangre específicos
Las personas con púrpura trombocitopénica idiopática deben evitar tomar aspirina,
ibuprofeno y warfarina, ya que estos medicamentos interfieren con la función de las
plaquetas y de la coagulación de la sangre, y puede haber sangrado.
Pronóstico
Complicaciones
• Sangrado severo
• Sangrado hacia el cerebro o pérdida de sangre hacia el tracto digestivo
1. Trombocitopenia grave.
2. Hematíes fragmentados en la extensión sanguínea (células en casco, hematíes
triangulares, hematíes deformados).
3. Evidencia de hemólisis (descenso de la cifra de Hb, policromasia en la
extensón de sangre periférica, recuento reticulocitario elevado, valor elevado
de LDH plasmática).
4. Fiebre.
5. Manifestaciones cambiantes de lesiones isquémicas en múltiples órganos.
Entre las últimas mencionadas destacan trastornos variables y extraños del SNC,
ictericia fluctuante (con elevación tanto de la bilirrubina directa como de la indirecta
debido a la combinación de hemólisis y de lesión hepatocelular) y proteinuria,
hematuria y leve elevación del BUN indicativo de lesión renal. Los pacientes también
pueden experimentar episodios de dolor abdominal y arritmias debido a lesión
miocárdica. Estos hallazgos se asocian a una lesión característica que afecta los vasos
de múltiples órganos y que consiste en la presencia de trombos blandos de plaquetas-
fibrina (sin la infiltración de granulocitos en el interior y alrededor de las paredes
vasculares característica de las vasculitis) localizados principalmente en las uniones
arteriolocapilares.
Causas
Aunque la mayoría de los casos no tienen una causa conocida, algunos pueden estar
relacionados con una deficiencia de ADAMTS13 al nacer, cáncer, qumioterapia,
infección por VIH, terapia de reemplazo hormonal y de estrógenos, y muchos
medicamentos de uso común (incluyendo ticlopidina, clopidogrel y ciclosporina A).
Síntomas
• Fiebre
• Debilidad
• Tendencia a la fatiga
• Palidez
• Dificultad respiratoria al esforzarse
• Frecuencia cardíaca sobre 100 por minuto
• Sangrado en la piel o membranas mucosas
• Púrpura: decoloración violácea en la piel producida por pequeños vasos
sangrantes cerca a la superficie cutánea
• Dolor de cabeza
• Confusión
• Cambios del habla
• Cambios en el estado de conciencia
• Color amarillo de la piel (ictericia )
Signos y exámenes
Tratamiento
Complicaciones
• Insuficiencia renal
• Hemorragia
• Accidente cerebrovascular
Pronóstico
La mayoría de los niños pequeños con SHU se recuperan con tratamiento
conservador, incluyendo diálisis. (Puesto que algunos aspectos del SHU se parecen a
los de la PTT, se han probado en estos pacientes la plasmaféresis y el recambio
plasmático, aunque sin evidencias claras de su eficacia).
Síntomas y signos
La enfermedad de vW afecta a ambos sexos y pueden registrarse antecedentes
maternos o paternos positivos. Las manifestaciones hemorrágicas son leves o
moderadas e incluyen facilidad para la formación de hematomas, hemorragias por
pequeños cortes cutáneos que pueden detenerse y reiniciarse de nuevo durante horas,
metrorragias (en algunas mujeres) y hemorragias anormales tras intervenciones
quirúrgicas (p.ej., extracción dentaria y amigdalectomía). Las pruebas de detección
de la coagulación revelarán un tiempo de sangrado prolongado y, a veces, un TTP
algo prolongado, que refleja un nivel plasmático del factor VIII moderadamente
reducido.
Los estímulos vasoactivos inducidos por el estrés o el ejercicio pueden elevar
temporalmente el factor vW plasmático a través de su liberación en los depósitos
endoteliales. Los cambios hormonales asociados al estrés o al embarazo y a la
respuesta de la fase aguda de la inflamación o de la infección aumentan la síntesis del
factor vW y, por lo tanto, su nivel en el plasma por ello, en personas con EvW leve, la
variación en el nivel plasmático puede hacer que las pruebas de detección sean
normales en algunas ocasiones y anormales en otras, dificultando el diagnóstico. Un
tiempo de sangría sensibilizado por AAS puede ser útil en este caso para descubrir
alteración en el tiempo de sangría.
Diagnóstico
La EvWa debe sospecharse en todos los pacientes que presenten una diátesis
hemorrágica de aparición tardía sin historia personal o familiar de coagulopatía. Los
síntomas clínicos son similares a los de la EvW congénita, e incluyen sangramientos
mucocutáneos: equímosis, epístaxis, gingivorragia, menorragia, hemorragia
gastrointestinal especialmente en presencia de angiodisplasia y sangrados
posquirúrgicos. Se ha sugerido que la tendencia hemorrágica depende del mecanismo
patogénico; según Mohri esta es más significativa en pacientes en los que se ha
demostrado la presencia de autoanticuerpos contra el FvW. La prevalencia real de la
EvWa es difícil de establecer, ya que esta condición es probablemente
subdiagnosticada en muchos casos. El diagnóstico de la EvWa frecuentemente es
simultáneo con el diagnóstico de la enfermedad asociada, y en la mayoría de los
casos, se realiza en pacientes mayores de 60 años de edad.
Tratamiento
La reposición del factor vW mediante la perfusión de un crioprecipitado controla o
previene la hemorragia en la variante tipo I o en las variantes tipo II de la EvW. La
dosis se establece empíricamente (p.ej., una bola/10 kg c 8-12 h durante varios días
para prevenir la hemorragia excesiva tras una cirugía mayor). Un concentrado del
factor VIII “pasteurizado” y de pureza intermedia, denominado humate-P, contiene
los polímeros de gran tamaño del factor vW y, por otro lado, no se ha demostrado que
trasmita la infección por el VIH o la hepatitis. En consecuencia, constituye una
alternativa segura al crioprecipitado. Cuando no es posible disponer del humate-P,
existen otros concentrados del factor VIII de pureza intermedia, pero con un
contenido menos fiable de factor VIII (los concentrados de factor VIII de alto grado
de pureza se preparan por cromatografía de inmunoafinidad pero al no contener el
factor vW no se deben utilizar como terapia de reposición).
La desmopresina desempeña un importante papel en el tratamiento en la enfermedad
de vW tipo I, pero carece de valor para la mayoría de los pacientes con las variantes
tipo II (además, en los casos de variante tipo II b puede incluso presentar efectos
nocivos paradógicos). Cuando se administra a una dosis de 0.3 ug/kg en 50 ml de una
solución de NaCl al 0.9% I.V. durante 15-30 minutos, puede causar una elevación
suficiente de los niveles del factor vW y el factor VIII en pacientes con enfermedad
vW tipo I leve que van a ser sometidos a una extracción dentaria o a cirugía menor sin
necesidad de terapia de reposición. Los valores de los factores vW y VIII volverán a
la normalidad según la vida media intravascular de aproximadamente 8-10 h. Para
suprimir la fibrinólisis también debe administrarse ácido EACA, 75mg/kg po 4/d o
ácido tranexámico, 25mg/kg 3/d. Deben transcurrir unas 48 horas para que se
acumulen nuevos depósitos endoteliales del factor vW que permitan que una segunda
inyección de desmopresina sea tan eficaz como la dosis inicial. En algunos casos, la
combinación del uso de desmopresina y crioprecipitado puede reducir
sustancialmente la cantidad de crioprecipitado necesaria para controlar o prevenir la
hemorragia.
Las mujeres con un gen defectuoso del factor VIII son portadoras de este rasgo. El
50% de la descendencia masculina de mujeres portadoras presenta la enfermedad y el
50% de la descendencia femenina es portadora. Asimismo, todas las hijas de un varón
hemofílico son portadoras del rasgo.
La gravedad de los síntomas puede variar en esta enfermedad y las formas más graves
se manifiestan desde muy temprano. El sangrado es la característica más importante
de este trastorno y ocurre algunas veces, aunque no siempre, si el niño es
circuncidado. Otras manifestaciones hemorrágicas aparecen cuando el niño comienza
a movilizarse.
Los casos leves pueden pasar inadvertidos hasta una edad posterior, cuando se
presenta un sangrado en respuesta a una cirugía o un trauma. La hemorragia interna se
puede presentar en cualquier sitio y es común el sangrado al interior de las
articulaciones.
Los factores de riesgo son los antecedentes familiares de sangrados y el ser del sexo
masculino. La incidencia de la hemofilia A es de 1 caso por cada 5.000 hombres.
Síntomas
• Magulladuras
• Sangrado espontáneo
• Sangrado al interior de las articulaciones asociado con dolor y edema
• Hemorragias del tracto gastrointestinal y urinario
• Sangre en la orina o en las heces
• Sangrado prolongado producido por heridas, extracciones dentarias y cirugía
Signos y exámenes
• TPT prolongado
• Tiempo de protrombina normal
• Tiempo de sangrado normal
• Niveles normales de fibrinógeno
• Actividad baja del factor VIII sérico
Tratamiento
Los pacientes que desarrollan un inhibidor para el factor VIII pueden requerir
tratamiento con otros factores de la coagulación, tales como el factor VIIa, que
pueden ayudar a la coagulación incluso en ausencia del factor VIII.
Pronóstico
La mayoría de las personas hemofílicas tienen una vida relativamente normal gracias
al tratamiento. Sin embargo, un pequeño porcentaje de ellas desarrollan inhibidores
del factor VIII y pueden morir por pérdida de sangre.
Complicaciones
También se debe acudir al médico si la persona padece esta enfermedad y planea tener
hijos.
Prevención
• Asesoramiento genético
• Diagnóstico prenatal intrauterino con la terminación del embarazo como una
opción
Hemofilia B
La gravedad de los síntomas puede variar en esta enfermedad y las formas graves se
manifiestan en forma temprana. El sangrado es la característica más importante de
este trastorno y ocurre algunas veces, aunque no siempre, si el niño es circuncidado.
Otras manifestaciones hemorrágicas adicionales aparecen cuando el niño comienza a
movilizarse.
Los casos leves pueden pasar inadvertidos hasta una edad posterior, cuando se
presente un sangrado en respuesta a una cirugía o a un trauma. La hemorragia interna
se puede presentar en cualquier sitio y es común el sangrado en el interior de las
articulaciones.
Los factores de riesgo son los antecedentes familiares de sangrado y el ser del sexo
masculino. La incidencia de la hemofilia B es aproximadamente de 1 caso por cada
32.000 hombres.
Síntomas
• Sangrado nasal
• Hematomas
• Sangrado espontáneo
• Sangrado dentro de las articulaciones asociado con dolor y edema
• Hemorragia del tracto gastrointestinal y urinario
• Sangre en la orina o en las heces
• Sangrado prolongado producido por heridas, extracciones dentales y cirugía
• Sangrado excesivo después de la circuncisión
Signos y exámenes
Si la persona bajo estudio es la primera del grupo familiar que se la identifica con este
trastorno de coagulación, los estudios de coagulación que se le realizan involucran
muchos exámenes. Una vez que se ha identificado el defecto, los otros miembros de la
familia requerirán menos cantidad de exámenes para el diagnóstico.
• TPT prolongado
• tiempo de protrombina normal
• tiempo de sangría normal
• fibrinógeno normal
• disminución de los niveles del factor IX sérico
Tratamiento
Para prevenir una crisis hemorrágica, a las personas con hemofilia y a sus familias se
les puede enseñar la forma de administrar concentrados del factor IX en sus hogares,
ante los primeros signos de sangrado. Las personas con formas severas de la
enfermedad pueden requerir infusiones profilácticas de concentrado del factor IX de
forma regular.
Pronóstico
Prevención
ANEMIA
Definición
Es un síndrome caracterizado por la disminución en las cifras de hemoglobina o de los
eritrocitos por debajo de los niveles considerados normales a determinada edad, sexo
y altura sobre el nivel del mar.
En relación a la altura sobre el nivel del mar es importante recordar que conforme nos
alejamos del nivel del mar, el aire contiene menos oxígeno; debido a que la hipoxia es
el estímulo más potente para la hematopoyesis el nivel de hemoglobina se incrementa
en la medida que el individuo se ubica en diferentes altitudes con relación al nivel del
mar.
Clasificación
La anemia constituye una manifestación clínica de diversas enfermedades o
alteraciones fisiológicas por lo cual su clasificación puede ser enfocada desde
diversos puntos de vista.
ANEMIAS AGUDAS Y CRÓNICAS
Clasificación Patogénica
Las anemias arregenerativas son aquellas que cursan con respuesta reticulocitaria baja
y traducen la existencia de una médula ósea inactiva. 4 En este grupo se encuentran la
gran mayoría de las anemias crónicas. Asimismo, los mecanismos patogénicos en este
grupo de entidades son muy variados e incluyen principalmente cuatro categorías:
a) alteración en la síntesis de hemoglobina
b) alteración de la eritropoyesis
c) anemias secundarias a diversas enfermedades sistémicas
d) estímulo eritropoyético ajustado a un nivel más bajo.
Clasificación morfológica
Etiología
La anemia por deficiencia de hierro representa la forma más frecuente de las anemias
crónicas arregenerativas con respuesta reticulocitoria baja por alteración en la síntesis
de hemoglobina.
Normalmente, se absorbe alrededor de 10% del hierro ingerido en la dieta. Pero, este
aprovechamiento puede verse limitado en pacientes con síndrome de malabsorción
intestinal.
Por otro lado, la dieta puede contener proporciones adecuadas de hierro, las cuales,
sin embargo, son insuficientes en periodos de demanda incrementada, como ocurre en
el niño prematuro, el adolescente y el desnutrido grave en fase de recuperación.
Por último, cualquier circunstancia que ocasione una pérdida crónica de sangre,
condicionará una disminución de la reservas de hierro con el subsiguiente desarrollo
del cuadro anémico.
Manifestaciones clínicas
Los pacientes con anemia de grado leve no presentan manifestaciones clínicas
evidentes, por lo que el diagnóstico se hace en base a los hallazgos de laboratorio. En
estos casos, la sospecha clínica debe fundamentarse en el interrogatorio de datos
como ingesta alimenticia e incremento de los requerimientos o pérdidas sanguíneas
previas.
Hallazgos de laboratorio
Prevención
ANEMIA MEGALOBLÁSTICA
Etiología
La anemia megaloblástica en el niño casi siempre se debe a la carencia de folatos, con
menos frecuencia a la de vitamina B12 y más raramente a defectos hereditarios de la
absorción, transporte o metabolismo de estas vitaminas; en más del 95% de los casos
se debe a carencia de estas vitaminas.
A. Anemia aplástica
1. Adquirida
2. Constitucionales o congénitas
a) Anemia de Fanconi
b) Disqueratosis congénita
c) Síndrome de Shwachman-Diamond
d) Púrpura trombocitopénica amegacariocítica
e) Anemia aplástica familiar
B. Aplasia pura de serie roja
1. Congénita o síndrome de Blackfan-Diamond
2. Adquirida
Manifestaciones clínicas
La deficiencia de la vitamina B12 es rara antes de los dos años de edad; algunos
pacientes presentan signos que permiten sospechar esta deficiencia: la lengua es
dolorosa y adquiere un color rojo intenso, presenta atrofia papilar y signos de glositis
recidivante; con frecuencia existe fiebre moderada y diarrea crónica o episódica. El
bazo es palpable en la mitad de los pacientes severamente anémicos.
Hallazgos de laboratorio
Las alteraciones morfológicas en sangre periférica y médula ósea son idénticas, tanto
en la deficiencia de folatos como en la de vitamina B12; el diagnóstico etiológico
depende de la realización de otros estudios.
Sangre periférica
Médula ósea
En el paciente con anemia severa la médula ósea es hipercelular; las células eritroides
en todas sus etapas toman un aspecto megaloblástico.
Las anormalidades de los granulocitos son más aparentes en los metamielocitos; éstos
son anormalmente grandes con el núcleo en forma de herradura; las bandas presentan
caracteríticas similares.
Los límites normales de folato en el suero varían entre 10 a 15 ng/ml, en tanto que los
del folato eritrocítico fluctúan entre 160 a 640 ng/ml.
Por su parte, los valores normales de vitamina B12 en el suero varían entre 150 a 900
pg/ml; se acepta que un valor igual o inferior a 100 pg/ml apoya el diagnóstico de
carencia de esta vitamina.
Tratamiento
La dosis habitual de ácido fólico es de 50 a 100 mg/kg/día, administrada por vía oral.
El tratamiento se mantiene habitualmente por un lapso de cuatro meses, periodo en el
cual se ha formado ya una nueva población de eritrocitos. El ácido fólico no posee
efectos tóxicos. En México se presenta en tabletas de 5 mg.
El ácido folíco, denominado también factor Citrovorum se encuentra disponible sólo
para su uso parenteral. Se encuentra indicada su administración cuando debe inhibirse
la acción de los antagonistas del ácido fólico o cuando el paciente tiene imposibilitada
la vía oral; en ausencia de esta situación poco se logra con el tratamiento de la
deficiencia con este compuesto en lugar del ácido fólico. La dosis recomendada es de
3 a 6mg/día por vía intramuscular o intravenosa.
Etiopatogenia
Manifestaciones clínicas
La edad al inicio de las manifestaciones clínicas en los niños con AHAIP varía
ampliamente desde la etapa de la lactancia hasta la adolescencia. Habitualmente el
inicio es agudo con descenso rápido en los niveles de hemoglobina. Asimismo, la
mayor parte de los pacientes presentan periodos breves de evolución, menores de tres
a seis meses. Sin embargo, en otros casos, la evolución de los síntomas es insidiosa y
progresiva por periodos de meses o años antes que se establezca el diagnóstico, lo
cual hace difícil precisar el tiempo de inicio de las manifestaciones clínicas. En series
grandes de niños con AHAIP aproximadamente 48% de ellos presentaron un curso
agudo. En cambio la proporción de pacientes con un curso más crónico ha variado
entre 23 a 74%. Los niños menores de dos y mayores de 12 años de edad al inicio de
la enfermedad tienen tendencia a presentar un curso crónico.
Hallazgos de laboratorio
Aunque la anemia es un hecho constante en los niños con AHAIP, los valores de
hemoglobina y hematocrito varían según la intensidad del fenómeno hemolítico.
Asimismo, el volumen corpuscular medio de los eritrocitos suele encontrarse elevado,
en relación con la macrocitosis presente. Estos macrocitos corresponden a eritrocitos
jóvenes (reticulocitos) y su producción guarda relación directa con la intensidad de la
hemólisis y la capacidad de la médula ósea para su producción. En el frotis de sangre
periférica es frecuente la observación de esferocitos, así como de los signos indirectos
de regeneración medular: macrocitosis con basofilia difusa; además, con frecuencia
aparecen normoblastos (glóbulos rojos nucleados), cuando la hemólisis es intensa.
Los anticuerpos también pueden ser identificados por medio de la prueba indirecta de
Coombs; esta prueba implica la reacción del suero del paciente con eritrocitos con
antígenos conocidos. Si el suero del paciente contiene un anticuerpo del antígeno
correspondiente, se producirá aglutinación o sensibilización de los glóbulos rojos. En
este último caso, la adición de la antiglobulina de Coombs producirá aglutinación de
los eritrocitos sensibilizados.
Tratamiento
Aunque algunos pacientes con AHAIP con cuadros de hemólisis benigna, pueden no
requerir indicación de tratamiento, en la mayoría de los casos éste es necesario debido
a la persistencia o agravamiento del fenómeno hemolítico.
Corticoesteroides
Los niños agudamente enfermos deberán ser tratados por medio de la administración
intravenosa de metilprednisolona en dosis de 100 a 200mg/m2 en las primeras 24 a 48
horas, hasta que pueda utilizarse la prednisona por vía oral. En estos casos, la
administración de prednisona deberá iniciarse antes de suspender la terapia
intravenosa.
En los niños con cuadros menos graves puede iniciarse el tratamiento con prednisona
en dosis de 40 a 60mg/m2/día (ó 1 a 2mg/kg/día), dividida en tres o cuatro tomas al
día. Después de cuatro a siete días puede administrarse la prednisona en una toma
única al día. En algunos casos se requiere incrementar la dosis administrada en los
primeros cinco a siete días de iniciado el tratamiento.
Aunque en ocasiones se produce una reacción rápida al tratamiento (en uno o dos días
de iniciado), por lo general ésta se observa hacia el final de la primera semana. La
respuesta favorable se caracteriza por estabilización de los valores de hemoglobina en
cifras de 10g/dl o mayores, con descenso de la cuenta de reticulocitos y disminución
de los títulos de anticuerpos en la prueba de Coombs directa.
Inmunoglobulina intravenosa
La esplenectomía es eficaz en los pacientes con AHAIP provocada por IgG, ya que
los eritrocitos cubiertos con IgG son principalmente destruidos en el bazo. En cambio,
no es eficaz en pacientes con aglutininas circulantes de tipo IgM, ya que la
destrucción de los glóbulos rojos ocurre principalmente en el hígado.
Plasmaféresis
Transfusiones sanguíneas
ejemplo, la hemofilia.
odontológica.
UNIVERSIDAD LATINA DE COSTA RICA
ÉNFASIS DE ODONTOPEDIATRÍA
“DISCRASIAS SANGUÍNEAS”
99020014
I CUATRIMESTRE
2006