Aprender Con El Cerebro en Mente
Aprender Con El Cerebro en Mente
Aprender Con El Cerebro en Mente
CON EL
CEREBRO
EN MENTE
Muchas gracias por su difusión que permitirá abrir puertas a nuevas miradas
en la comprensión de nuestros estudiantes y su aprendizaje.
1
Los trastornos específicos del aprendizaje
son condiciones en las que ciertas
alteraciones en las funciones cognitivas
básicas generan un impacto en el proceso
de aprendizaje y por tanto en el
rendimiento y la trayectoria escolar. Estos
trastornos, de acuerdo a consensos
mundiales, son la dislexia, la discalculia y
la disgrafía (aunque este último se
presenta en mucha menor medida y es
muy discutido como trastorno dentro de
esta categoría). En estos trastornos se
observan dificultades en la lectura, las
habilidades matemáticas y la escritura,
respectivamente.
2
Los trastornos del aprendizaje tienen un origen neurobiológico, es decir que no son
causados por prácticas parentales o docentes, y tampoco son atribuibles a la voluntad o
“ganas de aprender” del niño. Se definen justamente como situaciones en las que un
niño presenta dificultades significativas para aprender ciertas habilidades
fundamentales para la escolarización, como por ejemplo leer, independientemente de
haber estado expuesto a un proceso de alfabetización y escolarización.
Los trastornos específicos del aprendizaje presentan una fuerte carga genética. Esto
quiere decir que estas dificultades tienen una alta probabilidad de ser heredadas. Por
ejemplo, cuando se estudian las familias de niños con dislexia, es posible encontrar que
varios de sus familiares también presentan este trastorno (ver Gráfico 1). Sin embargo, el
hecho de que estos trastornos sean altamente heredables no quiere decir que todos los
familiares del paciente (padres, hermanos o hijos) necesariamente lo presenten. Por
ejemplo, una persona puede tener dislexia y tener hijos sin este trastorno, y viceversa.
Grafico 1
Diferentes estudios encontraron que la probabilidad de que un paciente con un trastorno específico del lenguaje (TEL) tenga un familiar
con dificultades en el lenguaje o en el aprendizaje es significativamente mayor comparado con personas sin este trastorno.
Los trastornos del aprendizaje persisten a lo largo de la vida, ya que no existe una cura
para estos. Sin embargo, sí existen formas de disminuir las dificultades que presentan
estas personas de forma significativa. También es posible mejorar su aprendizaje en la
escuela. El conocimiento sobre la existencia y características de estos trastornos permite
el trabajo escolar con todos los alumnos.
3
El abordaje de estos trastornos suele consistir tanto en intervenciones profesionales que
buscan mejorar el funcionamiento de las funciones afectadas, como en la
implementación de estrategias docentes y escolares que permitan compensar las
dificultades.
En este volumen describiremos en qué consiste cada uno de estos trastornos, cuáles son
sus orígenes, sus características y qué podemos hacer en el aula para acompañar,
sostener y mejorar las trayectorias de todos los chicos.
4
Dislexia
La dislexia es el trastorno específico del aprendizaje
más frecuente. Se calcula que el 80% de los niños con
trastornos de aprendizaje tienen dislexia; y en
términos generales afecta aproximadamente al
10% de la población. Es un espectro de diversa
magnitud. Las personas con dislexia no son un
grupo homogéneo, lo único que los une como
grupo es la dificultad para aprender a leer.
5
fonológico: tenían dificultades para discriminar contrastes fonológicos. Esto quiere decir
que desde muy temprana edad los niños con dislexia presentan diferencias significativas
en la forma en que procesan los sonidos del habla.
A nivel cerebral, las fallas fonológicas antes mencionadas impactan en la organización del
área de la forma visual de las palabras en el cerebro. Esta área tiene un rol central en el
reconocimiento de las letras escritas y es parte del sistema que integra la forma de las
letras con su sonido. El funcionamiento atípico de los circuitos en esta región deriva en
una dificultad para recuperar el sonido que le corresponde a cada letra, lo cual disminuye
la precisión y la velocidad con la que se lee.
6
Lo anterior no implica que el niño disléxico no pueda aprender a decodificar los grafemas
en fonemas (es decir, a leer). Estas alteraciones afectan el nivel con que este proceso se
automatiza, llevando a un proceso lector más lento y trabajoso, menos fluido y con más
errores.
La dificultad para integrar correctamente las letras con los sonidos genera, a su vez, la
necesidad de buscar alternativas para decodificar las palabras escritas. Una de estas
alternativas consiste en apoyarse en la memoria para poder reconocer las palabras y
recuperar su significado. Sin embargo, esta estrategia es disfuncional ya que implica un
mayor esfuerzo cognitivo y solo es útil cuando se quiere leer una palabra ya conocida.
Cuando se intenta leer una palabra desconocida a través de la memoria es posible que se
termine leyendo una palabra distinta a la que está escrita. Por esta razón, es posible
observar que los niños con dislexia sustituyen una palabra por otra cuando leen.
Además de las dificultades lectoras, otros signos asociados a las fallas en la lectoescritura
son:
-----> Errores en la escritura: los más frecuentes y característicos son las dificultades de
segmentación, por ejemplo:
/vamos alacasa de juan/
este es un error basado en una dificultad lingüística muy básica que es la discriminación
en el continuum sonoro de las palabras.
-----> Dificultad para aprender secuencias verbales: por ejemplo los meses del año o los
días de la semana.
-----> Dificultad para completar ejercicios y tareas escritas a tiempo, los tiempos de
procesamiento son más lentos y además las tareas requieren de la lectura de consignas
y/o textos.
-----> Dificultades en la comprensión de texto: el manejo de un texto requiere de dos cosas
fundamentales: la decodificación, es decir leer de modo adecuadamente fluido y la
comprensión verbal. La adecuada comprensión de textos se sigue de un proceso sólido de
alfabetización. Es decir que para comprender un texto se requiere un lector experto (lectu-
ra acorde a nivel escolar/nivel del texto), de modo que los recursos cognitivos estén a
disposición para la comprensión general y específica del texto (más allá de la decodifi-
cación). Además se requiere un manejo de vocabulario adecuado.
-----> El vocabulario es fundamental para la comprensión de texto y las dificultades léxicas
son muy prevalentes en los trastornos del lenguaje.
-----> Dificultades en la automatización de las tablas de multiplicar,
por las dificultades de memoria operativa asociadas a la dislexia
( y también a la discalculia)
7
Señales que alertan posibles dificultades de lectura desde nivel inicial
Una buena parte del conocimiento actual sobre el desarrollo de la dislexia proviene del
estudio longitudinal de Finlandia antes mencionado. Allí, se siguió a niños en riesgo de
tener dislexia (por los antecedentes familiares) desde el nacimiento hasta los 12 años de
edad, tomando medidas de funcionamiento cerebral, pruebas cognitivas, lingüísticas y de
lectura a lo largo de todos esos años. Al relacionar luego estas medidas entre sí, fue
posible encontrar cuáles son los factores que correlacionan positivamente con la dislexia.
Los hallazgos indican que los siguientes son todos indicadores de riesgo:
-----> Tener antecedentes familiares (padre, madre, hermanos) con dislexia: la dislexia
tiene un componente genético importante, con lo cual los antecedentes familiares
constituyen un factor de riesgo considerable.
-----> Presentar retrasos en áreas del lenguaje:
-----> Retrasos en el desarrollo del lenguaje
-----> Déficits en el vocabulario: la pobreza del vocabulario está asociada a la difi-
cultad lectora y de comprensión de texto.
-----> Dificultades en el procesamiento sintáctico: son predictores de futuras
dificultades en la comprensión lectora.
-----> Retrasos en el procesamiento fonológico: por ejemplo retrasos en el
reconocimiento y categorización de sonidos, en la segmentación de palabras o en la
detección y producción de rimas.
-----> Dificultades en el aprendizaje del alfabeto: por ejemplo en el reconocimiento de
letras, sus nombres o sonidos. La dificultad para nombrar rápidamente las letras en primer
grado está asociada con dificultades en la lectura en los años posteriores.
A pesar de este conocimiento, no hay instrumentos o evaluaciones que puedan indicar con
certeza, desde nivel inicial, quiénes van a presentar dificultades lectoras en el futuro. De
hecho, el uso de evaluaciones de conciencia fonológica entre los 4 y 5 años de edad tiene
mayor valor para encontrar quienes no van a tener dificultades, que para determinar
quienes sí las van a presentar. Esto se debe a que un rendimiento menor a lo esperado en
pruebas en este nivel puede deberse a otros factores diferentes a fallas concretas en
algunas de las habilidades prealfabéticas, como por ejemplo falta de instrucción
adecuada.
Para realizar el diagnóstico de dislexia es necesario esperar hasta la segunda mitad del 1er
grado, luego de que el niño haya estado expuesto a 6 meses de instrucción formal de la
lectura. Sin embargo, es importante saber que los niños con trastornos del desarrollo del
lenguaje son población de riesgo y que el riesgo es mayor si estas dificultades persisten a
los 4 años y mucho mayor aún si persisten a los 5.
Por esta razón es importante estar atentos a las señales de alarma. Detectar factores de
riesgo en un niño permite a los docentes prestar mayor atención al rendimiento,
monitorear con mayor cercanía su progreso y reforzar el proceso de alfabetización con
enseñanza explícita y directa. Este es el modelo de países que tienen altísimo rendimiento
lector al final de 1er grado. Es decir en estos países más del 90% de los alumnos lee al
finalizar 1er grado y no presenta dificultades lectoras a largo plazo. Además, tienen altos
niveles de comprensión lectora a lo largo de los niveles escolares.
8
Por otro lado, esta información es útil para determinar si fuera apropiado sugerir
evaluaciones con especialistas que permitan descartar algún trastorno emergente.
a) b) c)
Esta es una representación esquemática con fines de ilustrar las diferencias en los patrones de activación frente a tareas de lectura
entre niños sin dislexia (A), niños con dislexia sin tratamiento (B) y niños con dislexia luego de tratamiento (C). Para obtener información
detallada ver Shaywitz & Shaywitz (2008).
La nueva Ley de Dificultades Específicas del Aprendizaje (antes citada) incluye indicaciones
posibles que en todos los casos deberían conversarse y consensuarse con los
profesionales y con el alumno.
9
Es importante mencionar que, además de las intervenciones escolares, los espacios de
lectura compartidos en casa –entre padres e hijos– promueve tanto el desarrollo del
lenguaje como la alfabetización.
Además de las fallas fonológicas antes mencionadas, sabemos que la memoria de trabajo
está siempre comprometida en las personas con dislexia.
Conceptos importantes
-----> La dislexia es un problema lingüístico y no un problema visual. El entrenamiento
visual o visomotor no es un tratamiento apropiado ni eficaz para la dislexia.
-----> La dislexia no es invertir letras o escribir en espejo. Todos los niños pueden invertir
letras mientras aprenden a escribir. Esto no es evidencia, ni marcador diagnóstico de un
trastorno en la lectoescritura.
-----> La dislexia no tiene que ver con que la lateralidad cruzada, con la confusión dere-
cha-izquierda ni con ser zurdo. Los ejercicios para conectar ambos hemisferios no tienen
sentido ya que los hemisferios operan siempre de modo conectado (ver el primer volumen
de esta serie).
-----> La dislexia no es un problema que desaparece. Si bien algunos disléxicos pueden
mejorar su habilidad de lectura, esto no quiere decir que los niños con dislexia van a
superar sus dificultades espontáneamente. Es importante dar el tratamiento adecuado tan
temprano como sea posible.
-----> La dislexia no está relacionada con la inteligencia. La dislexia no ocurre por ser más
o menos inteligente que el resto de la población. Este trastorno aparece en todos los
niveles de funcionamiento intelectual. Es una dificultad específica de la lectura asociada al
lenguaje y no al desarrollo cognitivo.
-----> Es frecuente que los disléxicos prefieran escribir en imprenta mayúscula. Esto no
quiere decir que deban aprender a leer solo esa letra. Es fundamental que aprendan a leer
imprenta mixta, tanto mayúsculas como minúsculas. No se debe fomentar, ni estimular, ni
favorecer el trabajo único de lectura en imprenta mayúscula. Tampoco se les debe copiar
en el cuaderno, ni en los textos.
Disgrafía
La disgrafía es un trastorno de la expresión escrita, que suele presentarse como
dificultades en la realización de las letras, también pueden aparecer
como dificultades en la organización espacial de la escritura, presentando
cambios abruptos en el tamaño y dirección de las letras. Este trastorno
puede observarse en niños sin dificultad en la
lectura ni en otras habilidades académicas. Sin embargo, puede
coexistir con la dislexia, la torpeza motora y los déficits de atención.
10
Discalculia
La discalculia, también conocida como trastorno del aprendizaje de las matemáticas, consiste
en una dificultad específica y persistente para adquirir habilidades matemáticas, cuando las
oportunidades para aprender estas habilidades son adecuadas. Las dificultades pueden
diferir entre cada niño, variando según su edad y el nivel escolar en el que se encuentre.
Estas dificultades son persistentes a lo largo de toda la escolaridad y pueden afectar ciertas
actividades de la vida diaria, si no son atendidas. La discalculia tiene una base
neurobiológica, vinculandose a fallas en un abanico de funciones cognitivas necesarias para
aprender y desarrollar las habilidades matemáticas, sobre todo el sentido de “magnitud”. Sin
embargo, existen ciertas medidas que permiten desarrollar dichas habilidades, una vez el
trastorno ha sido identificado.
Se calcula que la discalculia se da en el 5% de los niños, aunque esta estimación puede variar
enormemente (desde un 1% a un 10%) según cómo se conceptualice la discalculia.
Es importante destacar que la discalculia, como todos los trastornos específicos del
aprendizaje, es de origen neurobiológico y tiene un componente heredable. En las familias
donde hay una persona con discalculia, la probabilidad de que haya otra persona con estas
dificultades es diez veces mayor que en el resto de la población.
Asimismo, la discalculia se observa con gran frecuencia en niños con dislexia sugiriendo
algunas causas comunes. Hay una relación muy estrecha entre el desarrollo del sentido de
magnitud y numérico y el desarrollo de la conciencia fonológica.
Los niños con discalculia pueden progresar en sus habilidades matemáticas, pero lo hacen a
una velocidad diferente que niños de su misma edad y nivel escolar.
11
¿Cuáles son las dificultades?
Una de las principales expresiones de la discalculia es el uso persistente de estrategias de
resolución de problemas que son esperables para niños de menor edad y nivel escolar. Para
resolver problemas matemáticos sencillos, como contar o sumar, los niños utilizan una
variedad de estrategias. Estas estrategias se van complejizando a medida que avanza la
escolarización, en función del desarrollo del funcionamiento cognitivo de los niños y de los
aprendizaje escolares. Sin embargo, los niños con discalculia no logran aprender e
implementar nuevas estrategias con la misma velocidad que sus pares. Esto se debe a fallas
en ciertos procesos cognitivos (descritos más adelante) que son fundamentales para la
comprensión y ejecución de estos procedimientos. Cuando un niño no logra adoptar
estrategias más complejas y persiste en el uso de las más simples, es proclive a cometer más
errores y tomar más tiempo que sus pares para resolver los mismos problemas.
Un ejemplo habitual tiene que ver con la forma en la que los niños cuentan. Cuando los niños
empiezan a contar suelen valerse de sus dedos para llevar registro del monto acumulado. A
medida que crecen dependen menos de sus dedos, y pasan a llevar la cuenta de modo
verbal. Sin embargo, los niños con discalculia pueden persistir en el uso de los dedos,
usándolos para contar con mucha más frecuencia y por más años que sus pares.
Otro ejemplo frecuente tiene que ver con la forma en que los niños resuelven sumas. Para
resolver sumas simples, como 7 + 4, los niños pueden contar los sumandos de dos formas. La
primera y más básica consiste en contar (frecuentemente con el apoyo de los “dedos”) desde
1 hasta llegar a 7 y después de esto contar cuatro números más (1,2,3,4,5,6,7 … 8,9,10,11), y así
obtener la respuesta. La segunda, más avanzada y eficiente, consiste en partir del número
mayor (7) y contar cuatro números a partir de ahí (8,9,10,11).
Es esperable que todos los niños empiecen utilizando la primera estrategia y a medida que
avancen en la escolarización implementen con mayor frecuencia la segunda. Sin embargo, los
niños con discalculia pueden tardar mucho más tiempo en implementar la estrategia más
avanzada, continuando con el conteo de todos los números hasta obtener el resultado.
Otra forma de resolver una suma es traer la respuesta de la memoria. A medida que los niños
resuelven una y otra vez las mismas sumas, aprenden sus soluciones por asociación. Es decir,
12
llega un momento en el cual aprenden como un “hecho” que 2 más 4 es 6, 3 más 5 es 8, etc. A
partir de ese momento los niños usan su memoria, y no un procedimiento de conteo, para
resolver estas sumas. Sin embargo, los niños con discalculia pueden recurrir en menor
medida a la memoria que sus pares y continuar contando para resolver sumas simples
durante más tiempo.
A nivel general, los niños con discalculia presentan dificultades en el uso de información o
“hechos” matemáticos aprendidos. Esto los puede llevar a tardar más en resolver las
operaciones y cometer más errores.
Las dificultades en los niños con discalculia pueden aparecer en el nivel inicial o pueden
surgir en algún momento de la trayectoria escolar, esto dependerá del nivel de dificultad que
presente el niño. A medida que los niños avanzan en la escolaridad las habilidades
matemáticas requeridas se van complejizando. De igual manera, estas habilidades van
requiriendo de un funcionamiento cognitivo cada vez más sofisticado. Así, algunas funciones
cognitivas que antes no eran necesarias para el rendimiento en matemáticas pueden adquirir
un rol fundamental en etapas posteriores. Si alguna de estas funciones cognitivas avanzadas
está afectada, las dificultades se harán evidentes a partir de este momento. Esto explica
porqué algunas de las dificultades de la discalculia pueden aparecer tardíamente, y no
necesariamente desde el inicio de la escolaridad.
13
-----> leer los precios
-----> leer la temperatura
-----> leer una dirección en la calle o anotarla
-----> estimar distancias
-----> leer el reloj
-----> manejar dinero (en niños más grandes)
Existen dos posturas respecto a cuáles son las causas de la discalculia. Una propone que la
discalculia surge de un déficit en una función única, central al procesamiento de la
aritmética, que da lugar a las fallas observadas. La otra postura considera que la
discalculia surge de la alteración de uno o varios de los procesos cognitivos –específicos y
generales– necesarios para la aritmética, dando lugar a distintos subtipos de discalculia.
Esta es una discusión que aún sigue en curso, habiéndose encontrado evidencia para cada
una de estas posturas.
14
Cuando se afecta la numerosidad pueden observarse errores en tareas sencillas de
comparación –como ¿qué número es más grande 4 o 5?– o para determinar rápidamente la
magnitud de un conjunto de 2 o 3 elementos. De esta manera, las alteraciones del sentido
numérico de los niños discalcúlicos afectaría su capacidad para comprender la aritmética,
generando un círculo vicioso entorno al aprendizaje de las habilidades matemáticas. Por
esta razón se ha propuesto que las fallas en la numerosidad son a la discalculia, como las
fallas en el procesamiento fonológico son a la dislexia.
Existe otra teoría que sugiere que la discalculia surge de fallas en la capacidad para asociar
la representación de las magnitudes con los símbolos de los números. Los niños con
discalculia no tendrían dificultades para comprender magnitudes, sino para poder integrar
estas representaciones con los símbolos que las representan. En nuestra cultura contamos
con dos tipos de símbolos para representar los números: los números arábigos (1,2,3,...) y
las palabras escritas (uno, dos, tres, ...). Los niños con discalculia podrían comprender
correctamente la numerosidad de un conjunto de objetos, por ejemplo 3 pelotas, pero
tendrían dificultades para conectar eficazmente esta representación con el símbolo 3 o
tres. Debido a que para resolver casi todos los problemas matemáticos es necesario
manejar símbolos numéricos y comprender sus magnitudes, un procesamiento deficiente
de esta relación daría lugar a los errores, los tiempos de respuesta prolongados y demás
fallas observadas en los niños con discalculia.
15
Por último, existen otras teorías que atribuyen las dificultades a fallas en funciones
cognitivas más generales como la memoria de trabajo, el control inhibitorio o el control
atencional. Como vimos en el segundo volumen de esta serie (Aprendizaje autorregulado),
la memoria de trabajo es la capacidad que tenemos de sostener y manipular información
en la mente. La memoria de trabajo en los más chicos es limitada, con lo cual operar con
información en la mente les requiere de gran esfuerzo. Cuando los niños empiezan a contar
suelen valerse de sus dedos o de objetos para representarse y llevar registro del monto
acumulado. El uso de los dedos o de objetos externos disminuye la carga de la memoria de
trabajo, haciendo que el procedimiento sea más fluido y preciso. Sin embargo, a medida
que los niños crecen su memoria de trabajo aumenta, permitiéndoles manipular mayor
cantidad de información en la mente y depender cada vez menos de objetos externos para
contar. Por esta razón, se observa que a medida que crecen dependen menos de sus dedos
o de objetos, y pasan a llevar las cuentas “en su mente”. Como mencionamos previamente,
algunos niños con discalculia continúan usando los dedos cuando los demás niños han
pasado a realizar cuentas de forma verbal o en su mente. Esta persistencia en el tiempo en
el uso de los dedos para contar se ha relacionado con fallas en la memoria de trabajo.
Las fallas en la memoria de trabajo también están vinculadas con las dificultades para
resolver problemas matemáticos más complejos. Para resolver algunos problemas
matemáticos es necesario recorrer una secuencia de operaciones específica. La memoria
de trabajo permite sostener en la mente esta secuencia, ejecutar cada una de las
operaciones correspondientes y monitorear los resultados para evitar cometer errores.
16
Aportes de las neurociencias a la enseñanza de las matemáticas
Las neurociencias permiten una nueva conceptualización de las habilidades matemáticas,
distinta a la tradicional, en la cual se separaban estas habilidades en relación a
operaciones (sumas, multiplicación, etc). Esta disciplina ha desplazado la atención hacia
los procesos cognitivos que subyacen a los procedimientos aritméticos (p. ej., la
comprensión de la magnitud, la capacidad para representar magnitudes en símbolos, etc.).
Este nuevo abordaje permite comprender mejor cómo se adquieren y desarrollan las
habilidades matemáticas. Asimismo, permite entender de otra manera las dificultades en
su aprendizaje, desarrollar mejores instrumentos para detectarlas y diseñar intervenciones
que resulten más efectivas para superar estas dificultades.
Este nuevo abordaje permite generar preguntas de investigación como ¿qué habilidades
podemos desarrollar para mejorar las oportunidades de aprendizaje? o ¿qué importancia
tienen las habilidades matemáticas para el desempeño escolar general? Por ejemplo, en
los últimos años se ha acumulado evidencia sobre la importancia que tienen las
habilidades numéricas simbólicas (ver recuadro) en el nivel inicial para el rendimiento
escolar posterior. En algunos entornos escolares la enseñanza de símbolos numéricos es
un tema abordado en la primaria. Esto se justifica en parte sobre una suposición de que
primero deben desarrollarse las habilidades numéricas no simbólicas (por ejemplo saber
contar verbalmente o saber qué grupo es más grande que otro) para luego poder
desarrollar las habilidades numéricas simbólicas. De esta manera, se ha decidido trabajar
en el nivel inicial con actividades informales que desarrollen el sentido del número y
postergar a la primaria el abordaje de los símbolos numéricos.
17
Sin embargo, estas suposiciones han sido desafiadas en los últimos años. Se ha
encontrado que el conocimiento simbólico de los números no solo puede ser desarrollado
desde el nivel inicial sino que incluso facilita la comprensión de nociones numéricas no
simbólicas. Por ejemplo, los niños que adquieren el principio cardinal (ver recuadro) tienen
mejor rendimiento en tareas no simbólicas, como comparar cantidades, que los chicos que
no lo han adquirido aún. Lo que la evidencia sugiere para este punto, es que la relación
entre las habilidades numéricas no simbólicas y las simbólicas es bidireccional, y no
unidireccional como se puede pensar intuitivamente.
De esta manera, hay suficiente evidencia para sugerir la instrucción de las habilidades
numéricas simbólicas desde el nivel inicial. La ventaja de desarrollar las habilidades
simbólicas va más allá de fortalecer las nociones no simbólicas. Se ha encontrado que el
nivel de manejo que tienen los chicos de los símbolos numéricos antes de ingresar a la
primaria predice en gran medida cuál será su rendimiento en matemáticas en los años
posteriores. Esto quiere decir que desarrollar las habilidades numéricas simbólicas en
nivel inicial puede ser una via para fortalecer las habilidades matemáticas de los niños y
promover un mejor desempeño en los años siguientes.
18
Las matemáticas en el cerebro
Como se mencionó previamente, las habilidades matemáticas requieren de múltiples
funciones cognitivas, las cuales tienen sus bases en distintas regiones del cerebro. Algunas
de estas funciones son bastante específicas para el procesamiento del número y las
cantidades. Otras son necesarias para resolver diversos tipos de tareas –entre ellas
problemas matemáticos– en donde se requiere recuperar información almacenada, sostener
información en la mente y regular los procesos cognitivos. A continuación describiremos de
forma simplificada cuatro sistemas involucrados en el procesamiento de la aritmética.
Una vez el cerebro reconoce la forma del número debe procesar su numerosidad. Esto quiere
decir que el cerebro debe formar una representación de la cantidad que implica un número
(por ejemplo un 3), lo cual es tarea del surco intraparietal. Esta región se activa
sistemáticamente ante cualquier tarea que involucre el procesamiento de una cantidad, ya
sea comparar magnitudes, realizar operaciones como sumas o restas, o realizar
aproximaciones.
Manipulación de la información
Una vez se genera una representación de las cantidades, esta información debe ser sostenida
en la mente para poder ser utilizada. Esto es tarea de circuitos fronto-parietales y
fronto-subcorticales asociados a la memoria de trabajo. Este sistema también va a permitir
monitorear todo el proceso, evitando que se cometan errores.
19
FORMA DEL NÚMERO
NUMEROSIDAD
MEMORIA DE TRABAJO
CONTROL ATENCIONAL
Sin embargo, el SIP no se dedica exclusivamente al procesamiento del número, también está
estrechamente vinculado con el procesamiento del espacio y el tiempo. Por ejemplo, esta
región también se encarga de la comparación de tamaño. Esto explica en parte por qué los
niños cuando comienzan a aprender matemáticas pueden confundir el tamaño físico de un
número escrito con su magnitud al compararlo con otro.
Hay, como dijimos al inicio, una multiplicidad de factores que afectan la vida cotidiana de los
chicos y la escuela es parte central de la cotidianeidad, Cualquier evento que afecte la vida
cotidiana puede afectar también su desarrollo escolar. La diferencia con los trastornos del
aprendizaje es que estos afectan de modo directo, encapsulado y persistente algunos
aprendizaje, mientras que factores ambientales, conductuales, emocionales, sociales u otros
afectan de manera difusa el rendimiento general pero pasados o solucionados dejan de
afectar los aprendizajes de modo puntual.
20
Poder entender el origen de las dificultades de un niño permite hacer las intervenciones
específicas necesarias, para solucionar y acompañar de modo adecuado a cada uno. No es lo
mismo lo que requerirá una alumna con dislexia que una que está en una situación familiar o
social delicada.
Además de los trastornos específicos del aprendizaje hay muchas condiciones infantiles de
diversa prevalencia que tienen un importante impacto en el aprendizaje. Un ejemplo de estas
es el autismo. En los trastornos del espectro autista se ve afectado principalmente la
comunicación social. Sin embargo, también es posible observar dificultades en el aprendizaje
en niños y jóvenes con esta patología. Como describimos en el volumen 6 de esta serie, las
habilidades sociales juegan un rol importante en el aprendizaje y el rendimiento académico.
Sin embargo, cabe destacar que los niños y jóvenes con trastornos del espectro autista
presentan perfiles muy heterogéneos de funcionamiento, tanto cognitivo como social. Por
este motivo, no todos los niños y jóvenes con esta patología van a presentar dificultades
académicas del mismo nivel y características.
La presencia de estos trastornos del aprendizaje explica parte de la heterogeneidad del aula,
todos pueden aprender. Para esto debemos entender los perfiles de cada uno de nuestros
alumnos y acompañarlos en su trayectoria escolar.
El rendimiento escolar se puede ver afectado por múltiples motivos, los trastornos del
aprendizaje son uno de ellos. Es importante tener en cuenta su existencia y prevalencia, así
como los factores ambientales, sociales y psicológicos que pueden influir en el rendimiento
académico. Con este conocimiento es posible acompañar a todos los niños en su desarrollo
escolar.
21
Ideas clave
Los trastornos específicos del aprendizaje son condiciones en las que ciertas
#4
La dislexia es producto de fallas en el procesamiento del lenguaje oral. Estas
fallas impactan en la adquisición de la conciencia fonológica y otras
habilidades fundamentales para la alfabetización.
#5
sistemática de las correspondencias entre fonemas y grafemas junto con las
adaptaciones estratégicas escolares permiten compensar en buena medida
los déficits.
#6 Los niños con disgrafía pueden presentar una capacidad de lectura adecuada,
aunque se observa con alta frecuencia una co-ocurrencia con la dislexia.
22
Referencias (seleccionadas)
Bartelet, D., Ansari, D., Vaessen, A., & Blomert, L. (2014). Cognitive subtypes of mathematics
learning difficulties in primary education. Research in Developmental Disabilities, 35(3), 657-670.
Bishop, D. V., Snowling, M. J., Thompson, P. A., & Greenhalgh, T. (2016). CATALISE: A multinational
and multidisciplinary Delphi consensus study. Identifying language impairments in children. PLoS
One, 11(7), e0158753.
Butterworth, B. (2010). Foundational numerical capacities and the origins of dyscalculia. Trends in
cognitive sciences, 14(12), 534-541.
Butterworth, B., & Kovas, Y. (2013). Understanding neurocognitive developmental disorders can
improve education for all. Science, 340(6130), 300-305.
Butterworth, B., Varma, S., & Laurillard, D. (2011). Dyscalculia: from brain to education. science,
332(6033), 1049-1053.
Döhla, D., & Heim, S. (2015). Developmental dyslexia and dysgraphia: What can we learn from the
one about the other?. Frontiers in psychology, 6.
Gillum, J. (2012). Dyscalculia: issues for practice in educational psychology. Educational psychology
in practice, 28(3), 287-297.
Fias, W., Menon, V., & Szucs, D. (2013). Multiple components of developmental dyscalculia. Trends
in neuroscience and education, 2(2), 43-47.
Lyytinen, H., Erskine, J., Hämäläinen, J., Torppa, M., & Ronimus, M. (2015). Dyslexia—early
identification and prevention: Highlights from the Jyväskylä longitudinal study of dyslexia. Current
developmental disorders reports, 2(4), 330-338.
Merkley, R., & Ansari, D. (2016). Why numerical symbols count in the development of mathematical
skills: evidence from brain and behavior. Current Opinion in Behavioral Sciences, 10, 14-20.
Sans, A., Boix, C., Colomé, R., López-Sala, A., & Sanguinetti, A. (2012). Trastornos del aprendizaje.
Pediatr Integral, 16(9), 691-9. Disponible en https://goo.gl/VNGdgv
Shaywitz, S. E., & Shaywitz, B. A. (2008). Paying attention to reading: the neurobiology of reading
and dyslexia. Development and psychopathology, 20(04), 1329-1349.
Szűcs, D., & Goswami, U. (2013). Developmental dyscalculia: fresh perspectives. Trends in
Neuroscience and Education.
Whitby, P. J. S., & Mancil, G. R. (2009). Academic achievement profiles of children with high
functioning autism and Asperger syndrome: A review of the literature. Education and Training in
Developmental Disabilities, 551-560.
23
Para saber más
Otros recursos
Identifying, Assessing, and Treating Dyslexia at School. Christo, C., Davis, J. M., &
Brock, S. E. Sacramento: Springer Science & Business Media. 2009
Signs of Dyslexia. The Yale Center for Dyslexia and Creativity. 2017. Disponible en
https://goo.gl/6TuJSm
24