El Gato Negro

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GUÍA NÚMERO 3

LENGUA Y LITERATURA
SÉPTIMO AÑO BÁSICO
Junto con saludarlos, a continuación les explicaré el desarrollo de
esta guía de trabajo:

Esta guía debes desarrollarla en TRES DÍAS, para que el trabajo no


se haga pesado.

I Lee comprensivamente el siguiente texto, relacionado con el misterio y terror,


temas que desarrollaremos en esta nueva unidad.

(Este texto no se escribe en el cuaderno)

El gato negro
No espero ni pido que nadie crea el extravagante pero sencillo relato que me
dispongo a escribir. Loco estaría, de veras, si lo esperase, cuando mis sentidos
rechazan su propia evidencia. Sin embargo, no estoy loco, y ciertamente no sueño.
Pero mañana moriré, y hoy quiero aliviar mi alma. Mi propósito inmediato es
presentar al mundo, clara, sucintamente y sin comentarios, una serie de episodios
domésticos. Las consecuencias de estos episodios me han aterrorizado, me han
torturado, me han destruido. Sin embargo, no trataré de interpretarlos. Para mí han
significado poco, salvo el horror, a muchos les parecerán más barrocos que terribles.
En el futuro, tal vez aparezca alguien cuya inteligencia reduzca mis fantasmas a
lugares comunes, una inteligencia más tranquila, más lógica y mucho menos excitable
que la mía, capaz de ver en las circunstancias, que detallo con temor, sólo una
sucesión ordinaria de causas y efectos muy naturales.
    Desde la infancia me distinguía por la docilidad y humanidad de mi carácter. La
ternura de mi corazón era incluso tan evidente, que me convertía en objeto de burla
para mis compañeros. Sobre todo, sentía un gran afecto por los animales, y mis
padres me permitían tener una gran variedad. Pasaba la mayor parte de mi tiempo con
ellos y nunca me sentía tan feliz como cuando les daba de comer y los acariciaba.
Este rasgo de mi carácter crecía conmigo y, cuando ya era hombre, me proporcionaba
una de mis principales fuentes de placer. Aquellos que han sentido afecto por un
perro fiel y sagaz no necesitan que me moleste en explicarles la naturaleza ni la
intensidad de la satisfacción así recibida. Hay algo en el generoso y abnegado amor
de un animal que llega directamente al corazón de aquel que con frecuencia ha
probado la mezquina amistad y frágil fidelidad del hombre.

    Me casé joven y tuve la alegría de descubrir que mi mujer tenía un carácter no
incompatible con el mío. Al observar mi preferencia por los animales domésticos, ella
no perdía oportunidad de conseguir los más agradables de entre ellos. Teníamos
pajaritos, peces de colores, un hermoso pero, conejos, un mono pequeño y un gato.
 Este último era un hermoso animal, notablemente grande, completamente negro y de
una sagacidad asombrosa. Al referirse a su inteligencia, mi mujer, que en el fondo era
un poco supersticiosa, aludía con frecuencia a la antigua creencia popular de que
todos los gatos negros eran brujas disfrazadas. No quiero decir que lo creyera en
serio, y sólo menciono el asunto porque lo he recordado ahora por casualidad.

    Pluto - Tal era el nombre del gato- era mi


predilecto y mi camarada. Sólo yo le daba
de comer y él me acompañaba en casa por
todas partes. Incluso me resultaba difícil
impedir que me siguiera por las calles.

    Nuestra amistad duró, así, varios años, en


el transcurso de los cuales mi temperamento
y mi carácter, por medio del demonio y la
intolerancia (y enrojezco al confesarlo),
habían empeorado radicalmente. Día a día
me fui volviendo más irritable,
malhumorado e indiferente hacia los sentimientos ajenos. Me permitía usar palabras
duras con mi mujer. Por fin, incluso llegué a infligirle violencias personales. Mis
animales, por supuesto, sintieron también el cambio de mi carácter. No sólo los
descuidaba, sino que llegué a hacerles daño. Hacia Pluto, sin embargo, aún sentía el
suficiente respeto como para abstenerme de maltratarlo, como hacía, sin escrúpulos,
con los conejos, el mono, y hasta el perro, cuando por accidente, o por afecto, se
cruzaban en mi camino. Pero mi enfermedad empeoraba- pues ¿qué enfermedad es
comparable con el alcohol?-, y al fin incluso Pluto, que entonces envejecía y, en
consecuencia se ponía irritable, incluso Pluto empezó a sufrir los efectos de mi mal
humor.
    Una noche, al regresar a casa, muy embriagado, de uno de mis lugares predilectos
del centro de la ciudad, me imaginé que el gato evitaba mi presencia. Lo agarré y,
asustado por mi violencia, me mordió levemente en la mano. Al instante se apoderó
de mí la furia de un demonio. Ya no me reconocía a mí mismo. Mi alma original
pareció volar de pronto de mi cuerpo; y una malevolencia, más que diabólica,
alimentada por la ginebra, estremeció cada fibra de mi ser. Saqué del bolsillo del
chaleco un cortaplumas, lo abrí, sujeté a la pobre bestia por la garganta y
¡deliberadamente le saqué un ojo! Siento vergüenza, me abraso, tiemblo mientras
escribo de aquella condenable atrocidad.

    Cuando con la mañana mi razón retornó, cuando con el sueño se habían pasado los
vapores de la orgía nocturna, experimenté un sentimiento de horror mezclado con
remordimiento ante el crimen del que era culpable, pero sólo era un sentimiento débil
y equívoco, y no llegó a tocar mi alma. Otra vez me hundí en los excesos y pronto
ahogué en vino todo recuerdo del acto.

II Lee los siguientes párrafos del texto leído y DIBUJA lo que se pregunta.
(ESTA ACTIVIDAD SI SE HACE EN EL CUADERNO)

1 No espero ni pido que nadie crea el extravagante pero sencillo relato que me
dispongo a escribir. Loco estaría, de veras, si lo esperase, cuando mis sentidos
rechazan su propia evidencia. Sin embargo, no estoy loco, y ciertamente no sueño.
Pero mañana moriré, y hoy quiero aliviar mi alma. Mi propósito inmediato es
presentar al mundo, clara, sucintamente y sin comentarios, una serie de episodios
domésticos. Las consecuencias de estos episodios me han aterrorizado, me han
torturado, me han destruido.

Imagina cómo es el personaje y en qué lugar está.

DIBUJO
   

2 Desde la infancia me distinguía por la docilidad y humanidad de mi carácter. La


ternura de mi corazón era incluso tan evidente, que me convertía en objeto de burla
para mis compañeros. Sobre todo, sentía un gran afecto por los animales, y mis
padres me permitían tener una gran variedad. Pasaba la mayor parte de mi tiempo con
ellos y nunca me sentía tan feliz como cuando les daba de comer y los acariciaba.
Este rasgo de mi carácter crecía conmigo

¿Qué cosas le gustaba hacer al personaje?

DIBUJO

3 Me casé joven y tuve la alegría de descubrir que mi mujer tenía un carácter no


incompatible con el mío. Al observar mi preferencia por los animales domésticos, ella
no perdía oportunidad de conseguir los más agradables de entre ellos. Teníamos
pajaritos, peces de colores, un hermoso pero, conejos, un mono pequeño y un gato.
 Este último era un hermoso animal, notablemente grande, completamente negro y de
una sagacidad asombrosa. Al referirse a su inteligencia, mi mujer, que en el fondo era
un poco supersticiosa, aludía con frecuencia a la antigua creencia popular de que
todos los gatos negros eran brujas disfrazadas. No quiero decir que lo creyera en
serio, y sólo menciono el asunto porque lo he recordado ahora por casualidad.

¿Con quiénes vivía el personaje?

DIBUJO
4 Pluto - Tal era el nombre del gato- era mi predilecto y mi camarada. Sólo yo le daba
de comer y él me acompañaba en casa por todas partes. Incluso me resultaba difícil
impedir que me siguiera por las calles.

¿Qué hacía el personaje con Pluto, el gato?


DIBUJO

5 Nuestra amistad duró, así, varios años, en el transcurso de los cuales mi


temperamento y mi carácter, por medio del demonio y la intolerancia (y enrojezco al
confesarlo), habían empeorado radicalmente. Día a día me fui volviendo más
irritable, malhumorado e indiferente hacia los sentimientos ajenos. Me permitía usar
palabras duras con mi mujer. Por fin, incluso llegué a infligirle violencias personales.

¿Qué ocurría a lo largo del tiempo?


DIBUJO
6 Pero mi enfermedad empeoraba- pues ¿qué enfermedad es comparable con el
alcohol?-, y al fin incluso Pluto, que entonces envejecía y, en consecuencia se ponía
irritable, incluso Pluto empezó a sufrir los efectos de mi mal humor.

¿Cuál era la enfermedad del personaje? ¿Con quién se


llevaba mal?
DUBUJO

7 Una noche, al regresar a casa, muy embriagado, de uno de mis lugares predilectos
del centro de la ciudad, me imaginé que el gato evitaba mi presencia. Lo agarré y,
asustado por mi violencia, me mordió levemente en la mano. Saqué del bolsillo del
chaleco un cortaplumas, lo abrí, sujeté a la pobre bestia por la garganta y
¡deliberadamente le saqué un ojo! Siento vergüenza, me abraso, tiemblo mientras
escribo de aquella condenable atrocidad.

¿Qué le hizo el personaje al gato?

DIBUJO
8 Experimenté un sentimiento de horror mezclado con remordimiento ante el crimen
del que era culpable, pero sólo era un sentimiento débil y equívoco, y no llegó a tocar
mi alma. Otra vez me hundí en los excesos y pronto ahogué en vino todo recuerdo del
acto.

Al despertar, ¿Cuál fue el comportamiento del


personaje?

DIBUJO

III Lee comprensivamente cada una de las preguntas y respóndelas en


TU CUADERNO. Puedes escribir la pregunta y solo la respuesta.
1. ¿Cómo llama el narrador a los hechos que está
relatando?
a. Espantosos
b. Episodios domésticos
c. Intrigantes

2. ¿Cuál es la terrible enfermedad que lo atormenta?


a. La demencia
b. La locura
c. El alcohol

3. ¿Qué le hizo al gato negro?


a. Le arrancó un ojo
b. Lo mató y lo escondió
c. Lo regaló
4. ¿Qué significa la palabra infligir?
a. Sobornar
b. Engañar
c. Descargar

5. ¿Se sintió muy trastornado por sus horribles actos?


a. SÍ, se sintió muy preocupado y enfermo.
b. Sólo sintió un débil y equívoco sentimiento.

6. ¿Por qué antes no había atacado al gato negro?


a. Porque le daba miedo.
b. Le inspiraba ternura.
c. Aún sentía respeto hacia él.

7. ¿Qué imaginó antes de atacar al gato negro?


a. Que el gato lo evitaba.
b. Que le despertaba terror.
c. Que debía morir.

8. ¿Cómo describe el narrador a su esposa?


a. Como una persona compasiva y complaciente.
b. Como una tirana que lo atormentaba.
c. Un ser repulsivo y engañoso.

9. Se podría decir que Pluto era un animal:


a. Traicionero y engañoso
b. Amistoso y fiel.
c. Elegante y sofisticado.

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