Nietzsche
Nietzsche
Nietzsche
Leer a Nietzsche
«No es sino humano, y solamente su poseedor y creador lo toma tan patéticamente como si en él
girasen los goznes del mundo»
(VM, 3)
A principios de 1889, poco antes de que la tensión acumulada hiciera estallar su espléndida
y ya no recobrada lucidez mental, salió el último de sus escritos, en el que hace la siguiente
reflexión:
«Pero en última instancia, ¿quién sabe si yo deseo siquiera ser leído hoy? »
(C 128)
Por todo ello, se impone leer sus textos directamente, escuchando las voces que nos
hagan participar de sus abiertos pensamientos, siempre de una gran complejidad:
(GS, 406)
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Quien se adentre en sus ideas experimentará su forma paradójica, generalmente
problemática y con frecuencia escéptica, pero también luminosa y fascinante. Esto le hace
convertirse en caminante en busca de su propia sombra, quizás. El camino bien podría
romperse en mil lugares y la discontinuidad será el acicate que empuje a su más correcto
conocimiento y auténtica interpretación. «¡Aprended a leerme bien!» (O. 676), nos aconseja,
es decir, rumiando lentamente las frases hasta llegar a saborearlas:
«Nuestro tesoro está allí donde están las colmenas de nuestro conocimiento.»
(0, 877)
1. ¿Qué es la cultura?
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suponer penosidad alguna. ni sacrificios de ningún tipo, sino constituir, por el contrario, una
tarea siempre apasionante Los medios de transmisión de que la sociedad se vale para ello
tienen una responsabilidad colectiva.
El último objetivo de toda cultura es procurar la felicidad de los seres humanos. Y esto
se puede hacer fundamentalmente de dos maneras, que son la expresión de civilizaciones
represivas y civilizaciones eróticas, en cuanto que imponen sacrificar los impulsos de vida o
estimulan su interno desarrollo, liberalizando las mejores tendencias. Freud y Marcuse nos
han dejado acertadas páginas en ambos sentidos.
Hay culturas represivas y liberalizadoras. Freud y Marcuse las han estudiado siendo ya clásicos sus análisis.
Centremos ahora el análisis del tema cultural en dos trabajos de juventud. Fueron
dados a conocer en 1872, a los veintisiete años, cuando estaba dedicado a sus clases en
la Universidad de Basilea, después de un breve período en el ejército alemán con motivo
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de la guerra franco-prusiana. Se trata de Sobre el porvenir de nuestras escuelas (un
conjunto de cinco conferencias) y El nacimiento de la tragedia. Vayamos a la primera obra.
IV. Póstumos
Además de las ya citadas y algunas otras, principalmente:
1906 La voluntad de poder
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Esta es su definición de cultura:
«La habilidad con que se mantiene uno "a la altura de nuestro tiempo", con que se conocen los
caminos que permitan enriquecerse del modo más fácil con que se dominan todos los medios útiles al
comercio entre hombres y entre pueblos»
(NE. 58-9)
Bajo esta consideración de la cultura va a someter toda la civilización anterior a un proceso
de fuerte crítica. Desde este aspecto negativo establecerá las bases para una orientación
positiva de la misma Se propone: «adivinar el porvenir, basándome exclusivamente, como
un augur romano, en las vísceras del presente» (NE, 27). Pero su intención es mucho más
ambiciosa: aproximarse a la civilización alemana misma y a su espíritu, que ha ido
transmitiéndose a través de los monumentos educativos que son las escuelas: Dos son las
tendencias que en ellas se observan:
a) La amplitud y difusión de la cultura.
b) La debilitación de la misma, haciéndola perder su soberanía la subordinación a las
instituciones del Estado.
Frente a esto, Nietzsche contrapone la idea de la concentración de la cultura y su esfuerzo
para que adquiera autonomía y vida propia. Todo ello se expresa, resumidamente, en las
siguientes ideas:
1. El joven educando es explotado por el Estado desde su más tierna infancia,
convirtiéndole en un esclavo útil, dócil y sumiso. Claro que oculta tal intención bajo el
nombre de formación cultural, transmitiendo el criterio fundamental de la economía política:
la máxima rentabilidad. Por ello, importa ofrecer la mayor cantidad de conocimiento al
mayor número de sujetos -criterios de ampliación y difusión— de forma que predomine el
objetivo de la competencia.
2. Los dos instrumentos básicos de que se sirve el Estado son los docentes y las
instituciones de bachillerato. Los primeros poseen una espantosa pobreza espiritual y las
segundas forman el núcleo físico de la cultura de un país, siendo la Universidad el cierre
honroso de la profesionalidad cultural. Así presenta un sistema propio de la decadencia,
siendo su marco la erudición y el periodismo. En estas instituciones culturales no se
enseña ni a los clásicos de la nación ni a los griegos:
«Esa relación —la única posible— entre nuestros clásicos y la cultura clásica no se ha
advertido, desde luego, entre los viejos muros del instituto de bachillerato.»
(NE, 88)
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3. El objetivo final es el dominio del pueblo a través de la cultura de masas. Para ello
aumenta las escuelas, recluta escuadras de profesores e incita a los jóvenes a educarse.
En tales condiciones, sólo puede reinar la incompetencia y la pseudocultura, pero el Estado
es el único guía incuestionado:
«¡Ahí tenemos un fenómeno nuevo! , ¡EI Estado como estrella polar de la cultura!»
(NE, 125)
A pesar de tal análisis critico, Nietzsche. en su propuesta final del alumbramiento del
genio, deja claro que no va a quedarse sólo en la crítica. Es preciso dar un paso más.
A la cultura decadente de su tiempo opone el arte. Hasta ahora los filósofos, podríamos
decir, se han limitado a descubrir la verdad única, existente en sí y por sí misma; pero de
lo que se trata es de crearla. La vida es creación, que sólo la dimensión artística puede
inventar, dándola así sentido. El hombre racional funciona mediante conceptos y
abstracciones, estructurando y comprendiendo de este modo la realidad; el artista la
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construye palpitante, inconexa. abigarrada y bella. Es su único artesano, que desborda de
alegría al liberarla de su materia recubridora, experimentando la felicidad propia de! autor.
En 1872 publica un escrito centrado en el nacimiento de !a tragedia, que puede ser
discutible en cuanto a su contenido y posible valor filológico. Tanto que ni sus mejores
amigos se atrevieron a aplaudirlo. Sin embargo, es una obra valiosa en sí misma y de ella
ha podido decirse que contiene todo Nietzsche. En que en lo fundamental haya sido
posteriormente superada. ¿Cuáles son sus valores?
1. A través del mito clásico de la tragedia griega, plantea el «valor de la existencia». Su
respuesta es que tiene una justificación estética. Los griegos se enfrentan al pesimismo de
la existencia realizándola en forma de arte. Hay dos personajes mitológicos que representan
realidades contrapuestas. Apolo es el dios de la medida, de la serenidad, de la luz y de la
belleza. Con él reina la paz, haciéndolo todo inteligible, proporcionando tranquilidad y
seguridad a la vida En él siempre se encuentra ponderación, naturalidad, sabiduría serena.
Es el dios de la perfección y de la ley.
«La relación compleja del espíritu apolíneo y del instinto dionisiaco en la tragedia debería, por
lo tanto. en realidad, ser simbolizado por una alianza fraternal de estas dos divinidades Dioniso habla
el lenguaje de Apolo, pero Apolo hablo finalmente la lengua de Dioniso. y de este modo es alcanzado
sumpremo de la tragedia y del arte.»
(T.129)
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Aunque se trata de dos actitudes (espíritus). Niezsche quiere unir a ambos elementos y
termina invitando al lector a que sacrifique en el altar de las dos divinidades.
«Por doquier vemos agitarse violentamente las facultades dionisiacos es preciso también que
Apolo envuelto en nubes haya descendido ya sobre nosotros y una próxima generación contemplará
ciertamente las más esplendidas manifestaciones de su poder y belleza.»
De este modo, el artista (el genio) salvará la existencia humara ¿De qué?
«En este libro mi espíritu se reconoce como defensor de la vida “contra” la moral y crea una
concepción puramente artística, “anticristiana” ¿Cómo llamarla?.. con el nombre de un dios, la llamaría
“dionisiaca”.»
(T. 16-7)
¿Puede haber algún tipo de reconciliación entre la concepción estética de la vida y la concepción moral
cristiana?
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III. LA CRITICA DE LA CULTURA OCCIDENTAL
Ha escrito H. Lefebvre, con mayúsculas, que Nietzsche es el Gran Descodificador del
mundo occidental. A demostrar con algunos detalles el contenido de tal afirmación se dirige
el presente epígrafe
1. La dinamita nietzscheana
a) La posición de Nietzsche acerca de la cultura occidental se mantiene invariable desde los
primeros escritos a los últimos: es decadente. Es decir se trata de una cultura tan debilitada
que no sirve ya; se encuentra en el comienzo de su destrucción. Está en crisis. Todas las
fuerzas de la vida arrastran hacia la disolución porque en su lucha contra ellas ha perdido la
batalla. Nietzsche se considera el conductor, que llegará a feliz termino al viaje critico:
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d) El máximo responsable en Europa es el platonismo:
«El peor, el más duradero y peligroso de todos los errores ha sido hasta ahora un error de
dogmáticos, a saber, la invención por Platón del espíritu puro del bien en sí.»
(BM, 18, Prólogo)
Se pregunta quién pudo corromper a «la más bella planta de la Antigüedad» (así se
refiere a Platón) y sugiere que quizá el malvado Sócrates. Más urde, la herencia fue
recogida por el cristianismo, que es el platonismo para d pueblo, elevando la
corrupción al grado más absoluto. Con la violencia propia de su estilo escribe palabras
tremendas contra la tradición cristiano-eclesiástica:
«He llegado al final y pronuncio mi veredicto. Declaro culpable al cristianismo formulo contra
la iglesia cristiana la acusación más terrible que ha sido formulada jamás por acusador alguno. Se
me aparece ella como la acusación más grande que pueda concebirse, ha optado por la máxima
corrupción posible. La iglesia cristiana ha contagiado su corrupción a todas las cosas; ha hecho de
todo valor un sinvalor. de toda verdad una mentira y de toda probidad una falsía de alma.»
«Esta acusación eterna contra el cristianismo la quiero escribir en toda las paredes: yo tengo
un alfabeto aun para los ciegos,.. Llamo al cristianismo la gran maldición, la gran corrupción más
soterrada, el gran instinto de la venganza para el cual ningún medio es bastante pérfido, furtivo,
subrepticio y mezquino; le llamo el borrón inmortal de la humanidad.»
e) Pues bien, ya es hora de despertar y cambiar todo esto, que ha ido creciendo
excesivamente, tensando tanto el arco que su sufrimiento opresivo se hace insoportable.
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Será nuestra tarea de hombres del siglo venidero:
«... nosotros los buenos europeos y espíritus libres, muy libres— ¡nosotros la tenemos todavía,
tenemos la penosidad toda del espíritu y la entera tensión de su arco!... Y acaso también la flecha, la
tarea y. ¿quién sabe?, incluso el blanco...»
(BM. 19. Prólogo)
f) Por más que Nietzsche sea un filósofo nada sistemático (C, 33). vamos -sintetizar su
crítica en tres aspectos que parecen fundamentales: la moral, la metafísica y la ciencia
(positiva). Es en estos tres ámbitos en los que la cultura occidental ha hecho crisis.
Considerémoslos detenidamente.
«... toda moral es una tiranía contra la "naturaleza", también contra la “razón"...»
Por eso hay que ser inmorales, porque moral es contranaturaleza, contra la vida.
«Pero atacar las pasiones en su raíz significa atacar la vida en su raíz la praxis de la Iglesia es
hostil a la vida... »
«Tener que combatir los instintos, esa es la formula de la décadence: mientras la vida
asciende es felicidad igual a instinto...»
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¿Por que todo esto? ¿Dónde se encuentra la raíz más profunda? Llegamos ahora a
ideas ya conocidas es que existe otra vida, otro orden. Ellos son los genuinos, pero los no
auténticos habrán de ser redimidos. En una palabra: toda la moral sana esta regida por un
instinto de la vida. En cambio, la moral hasta ahora enseñada, venerada y predicada se rige,
por lo contrario precisamente contra los instintos de la vida. No hay que olvidarlo: La vida
acaba donde comienza el "reino de Dios"- (C. 57).
Todo el problema consiste en la orientación que se ha dado a la moral en la historia de la
civilización occidental Si ha sido radicalmente negativa, entonces actuar moralmente (o
como Nietzsche dice, hacer moral) es. paradojicamente, hacer lo contrario, es decir,
atreverse a ser inmorales. Esto es lo que expone, con la desnuda concisión de los
aforismos, en el 36:
«Si nosotros los amoralistas hacernos daño a la virtud?- Tan poco como los anarquistas los
príncipes. Solo desde que se dispara contra estos vuelven a estar firmemente asentados en su trono.
Moraleja: hay que disparar contra la moral»
3. La irritante metafísica
a) Antitesis de valores
El testimonio de los sentidos nos pone en contacto con el movimiento de la realidad y
con sus problemas, muchas veces inexplicables Mas se trata de un mundo empírico,
ilusorio y de pura apariencia. Superior a él está el mundo del pensamiento, de !a verdad y
de la lógica. Esta realidad -en sí- e imperecedera es su principio; mediante ella quedan
explicadas las apariencias y sometidas a logos:
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b) Dios como fundamento
En el mundo verdadero el Ser se identifica con el Bien, objetivo supremo de la moral.
Todo es en él permanente, consistiendo la felicidad en la posesión del Bien. Dios como
causa, garantiza este mundo real, absoluto, bueno y verdadero. Ante tales fabulaciones,
exclama Nietzsche
«¡Que la humanidad haya tenido que tomar en serio las dolencias cerebrales de unos
enfermos tejedores de telaraña! - ¡ Y lo ha pagado caro!.. »
d) Sospechas
¿Puede interpretarse sospechosamente la metafísica? Veamos. Ofrece un mundo
desconocido, otro, verdadero. ¿Qué podrían significar los contenidos encerrados en tales
conceptos? Si nos es desconocido, gocemos de éste en que estamos ahora. Si es otro,
distinto de nosotros y lejano, atendamos con preferencia a éste, que es nuestro. Pero es el
verdadero. ¿Lo es? Entonces éste debe ser el de las sombras y el mal. digno de desprecio.
¿No será que alguien se inventa otro porque está cansado de éste, porque no ama la vida?
En cualquier caso, también esto parece verosímil y. quizás, más que lo otro, que suena a
una nada celestial.
e) Vampirismo metafísico
Así considerada la metafísica, aparece como el capullo de la religión, que posee la
naturaleza del vampirismo: apoyada en el concepto de Dios ha ido chupando la vida. ¿Para
qué el más allá? Probablemente, para desvalorizar el más acá.
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En conclusión; la metafísica ha sido en sí misma un error. Frente a ella hay que de
defender la tesis de que el único mundo real es el que ha sido calificado de aparente; otrora
cosa no puede demostrarse. Cambiemos pues los términos:
«En otro tiempo se tomaba la modificación, el cambio, el devenir en general como prueba de
apariencia, como signo de que ahí tiene que haber algo que nos induce al error. Hoy, a la inversa.»
(C. 48)
«Admitir que la no-verdad es condición de la vida: esto significa, desde luego enfrentarse de
modo peligroso a los sentimientos de valor habitúales: y una filosofía que osa hacer esto se coloca, ya
solo con ello, más allá del bien y del mal.»
(BM. 24)
a) Espíritu científico
Hoy constituye la forma de los ideales metafísicos y en este sentido sigue apuntando con
la misma necedad a la universalidad, en contra de una concepción trágica del mundo:
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«En lo que respecta a la superstición de los lógicos: no me cansaré de subrayar una y otra vez
un hecho pequeño y exiguo, que esos supersticiosos confiesan a disgusto, —a saber, que un
pensamiento viene cuando "el" quiere, y no cuando "yo" quiero.»
(BM. 33)
b) Entender es dominar
Caracterízase la ciencia por la búsqueda. Por ello calcula, cuenta, maneja, constata.
Todo será explicado y comprendido así: la esquematización es el procedimiento. Dominar
la realidad es, entonces, entenderla.
c) Objetividad
Otra de las características de la ciencia es la objetividad. Es buena mientras se
mantenga como procedimiento instrumental para reflejar las cosas, pero no cuando se
pretende convertirla en fin en sí misma:
«Su alma reflectante y que eternamente esta alisándose no sabe va afirmar, no sabe ya negar;
no la ordenes, tampoco destruye»
Y, sin embargo, la realidad es que este modelo de hombre científico tiene demasiadas
limitaciones:
Es «un instrumento de medida... preciso, pero no es una meta un resultado y elevación... una
conclusión. un comienzo, una procreación...: antes bien, es sólo un delicado, hinchado, fino, móvil
recipiente formal, que tiene que aguaitar a un contenido y a una sustancia cualesquiera para
"configurarse" a sí mismo de acuerdo con ellos—, de ordinario es un hombre sin contenido ni
sustancia, un hombre “sin sí mismo" En consecuencia, tampoco es una cosa para mujeres, in
parenthesi»
d) Superficialidad
La realidad calculable, pensable, contable, palpable, mecanizable, etc., es la pura
exterioridad, su piel. Con esto no alcanzaremos nunca los grandes interrogantes de la
existencia, que yacen en sus profundidades. Por ejemplo, si quisiéramos traducir una obra
musical en caracteres científicos, jamás apreciaríamos su «música», su significación como
tal:
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Por último, en su critica a la ciencia Nietzsche no olvida propone: una auténtica
concepción de la misma que se alce sobre la inocencia y libertad del espíritu y que haga
posible el disfrute de la vida. Será una ciencia no distorsionadota, que crea en una sociedad
de espíritu libres.
«... Que la mejor ciencia sea precisamente la que más quiere retenernos dentro de ese mundo
simplificado, completamente artificial, debidamente fingido, debidamente falseado porque ella ama,
queriéndolo o sin quererlo el error, porque ella, la viviente –¡ ama la vida! »
5. El lenguaje incomunicador
En las tres concepciones expuestas – moral, metafísica y ciencia- el lenguaje es
vehículo imprescindible de expresión de contenidos e ideas que interpretan la realidad.
Nunca se insistirá suficientemente en la importancia del mismo.
a) Lenguaje y realidad
Que las palabras no puedan expresar la verdad y que. por lo tanto, no llegamos a la misma
mediante el lenguaje, es una antigua tesis de Nietzsche. Para captar las cosas nos valemos
de metáforas, pero aquéllas no se agotan en estas. Las cosas no son los sonidos, ni las
imágenes que empleamos para captarías y que generalmente confundimos con ella. Así
suplantamos las cosas:
«Creemos saber algo de las cosas mismas cuando hablamos de árboles, nieve y flores y no
poseemos, sin embargo, más que metáforas de las cosas que no corresponden en absoluto a las
esencias primitivas. »
b) Lenguaje y gramática
Nos seducen las palabras creemos en la gramática que nos domina Así seguimos sin
librarnos del error. Vivimos capturados por sus imperceptibles pero seguras redes.
Necesitamos signos de comunicación de los pensamientos. La transmisión no puede
realizarse sin puentes por donde pasarla. Pero un pensamiento individual y vivo, cuando se
comunica, pierde sus perspectivas únicas y originales generalizándose y haciéndose
común. Así deviene apropiado por los receptores exteriores mediante su correspondiente
decodificación. De ello se encarga la gramática.¿Cómo nos liberaremos de semejantes
manipulaciones?
«La razón en el lenguaje ¡Oh que vieja hembra engañadora! Temo que no vamos a
desembarazarnos de Dios, porque continuamos creyendo en la gramática»
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c) Función del lenguaje
¿Para que sirve entonces el lenguaje?¿qué tipo de comunicación produce y cómo?
También tiene necesidad de cuestionar este medio. Sinteticemos su pensamiento.
«No nos estimamos ya bastante cuando nos comunicamos.... en todo hablar hay una pizca de
desprecio. El lenguaje parece ha sido inventado sólo para decir lo ordinario, mediano, comunicable.
Con el lenguaje se vulgariza ya el que habla- De una moral para sordomudos y otros filósofos. »
IV. EL NIHILISMO
1. Aclaración
Habría que tener en cuenta que Nietzsche no pudo fijar definitivamente sus posiciones
sobre estos temas. El tiempo de su corta existencia física no se lo permitió. Es en los dos
años anteriores a su muerte psíquica cuando se los plantea y traza el plan de elaboración
sistemática. Recojamos las principales ideas al respecto.
2. Qué es el nihilismo
«El nihilismo no es una causa, sino una consecuencia lógica de la decadencia», afirma
en La voluntad de poder (Lib. III. 43). Sigue, pues, a la decadencia, es su resultado.
¿Cuáles son sus manifestaciones?
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a) El nihilismo se manifiesta en la atmósfera repugnante que envuelve las instituciones.
Todo es inestable, se encuentra vacío: no sine ya lo anterior.
b) Los valores se han esfumado al desaparecer su fundamento más profundo: la muerte
de Dios. Su descripción le da ocasión de escribir los interrogantes y expresiones más
tétricas y bellas al mismo tiempo. Significa borrar el horizonte, desprender la tierra del sol,
quedar desorientados. Véase:
«¿Hacia dónde nos movemos nosotros, apartándonos de todos los soles? ¿No nos precipitamos
continuamente?, ¿hacia atrás, adelante, a un lado y a todas partes? ¿Existe todavía para nosotros un
arriba y un abajo?, ¿no vamos errantes como a través de una nada infinita?, ¿no nos absorbe el
espacio vacío?, ¿no hace más frío? ¿No viene la noche para siempre, más y mas noche? ¿No se han
de encender linternas a mediodía?...»
(GS. 242)
c) Era necesario que todo esto ocurriera y que las valoraciones artificiales y
contranaturales se desvalorizaran y desapareciera el último hombre para poder crear
nuevos valores. Mientras, todas las fuerzas se han dilapidado, desgraciadamente.
«Y si no queréis ser destinos ni inexorables: ¿cómo podríais algún día —vencer conmigo?
Y si vuestra dureza no quiere fulminar y cortar y sajar: ¿como podríais algún día —crear
conmigo?
Los creadores son duros, en efecto. Y una bienaventuranza tiene que pareceros el imprimir
diestra mano sobre milenios como si fuesen cera...»
(C 139)
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el camino. Se trata de una bella y brillante descripción, titulada «De las tres
transformaciones del espíritu».
«El niño es inocencia y olvido, un nuevo comienzo, una rueda que se mueve por sí misma, un
primer movimiento, una afirmación santa. »
(Z. 1ª parte)
« “¡... o acabáis con vuestras veneraciones o ...con vosotros mismo”. Lo último sería el
nihilismo, pero ¿no sería también nihilismo lo primero? Este es nuestro interrogante.»
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