La Vida Llena Del Espíritu. Mónica E. Mastronardi PDF
La Vida Llena Del Espíritu. Mónica E. Mastronardi PDF
La Vida Llena Del Espíritu. Mónica E. Mastronardi PDF
Dirección postal: Apdo. 3977 – 1000 San José, Costa Rica, América Central.
Teléfono (506) 285-0432 / 0423 - E-mail. [email protected]
Colaboradores:
BSc. Joel Poveda (lección 4,5,6,8)
Dr. Rubén E. Fernández (lección 12).
Revisores:
Dr. Jerald Rice
Dra. Dorothy Bullón
Dr. Rubén E. Fernández
Queda prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio, sin el permiso escrito del Ministerio de Discipulado para nuevos
creyentes (Niveles A, B, C) de la Iglesia del Nazareno, Región MAC.
Todas las citas son tomadas de la Biblia Reina Valera, versión 1960, a menos que se indique lo contrario.
Introducción ____________________________________________ 5
Presentación _____________________________________________ 9
Lección 12: Errores comunes sobre la vida llena del Espíritu ____ 105
3
La vida del cristiano es un caminar continuo en el proceso de discipulado, en el cual nuestro ser entero es
moldeado conforme al carácter de Jesucristo por el Espíritu Santo. Todos los que hemos “nacido de nuevo” necesi-
tamos someternos a este proceso de formación para que podamos llegar a ser cristianos maduros y santos en todas
las áreas de nuestra vida.
Este libro contiene 13 lecciones de discipulado enfocadas en las necesidades de consolidación y crecimiento
de las personas que han sido incorporadas recientemente a la membresía de la iglesia local (Discipulado nivel C).
Este primer volumen se complementa con otras 39 lecciones en tres volumenes más para abarcar un año completo
de estudios sobre La Vida Llena del Espíritu.
Estas lecciones se han escrito pensando en el maestro discipulador y en la forma en que él o ella debe dirigir al
grupo de nuevos miembros en el aprendizaje de cómo vivir en santidad, a fin de que este sea interesante, dinámico
y aplicable a su vida. Se presenta la doctrina de santidad en un lenguaje sencillo, práctico y a la vez conectado con
las ideas del mundo contemporáneo.
La vida santa se estudia enfatizando: a) los cambios naturales y progresivos producidos en el cristiano, como
resultado de la acción del Espíritu de Amor en su vida; cambios que son observables no sólo por él mismo, sino
por todos cuantos le rodean; b) la vida llena del Amor de Dios no es el objetivo final del cristiano sino el requisito
indispensable para servir al Señor y a nuestros semejantes; c) la vida total del cristiano debe transformarse progre-
sivamente conforme al modelo de Cristo.
El primer trimestre (lecciones 1 a 13) contiene un desarrollo de lo que la Iglesia del Nazareno cree y enseña
sobre la vida de amor perfecto y servicio a la que Dios quiere conducirnos. Cada lección presenta una nueva opor-
tunidad para que Dios continúe obrando y transformando la mente, los afectos y el estilo de vida del discípulo de
Cristo, por medio de la asimilación de la enseñanza bíblica, ejemplos e ilustraciones, ejercicios de auto evaluación,
reflexión, toma de decisiones y el establecimiento de nuevas metas para el crecimiento espiritual.
Es mi oración que estas lecciones ayuden a los miembros de nuestras iglesias a comprender y vivir más al
estilo de vida santa de nuestro amado Salvador Jesucristo.
5
¿Cómo usar
Estimado maestro discipulador.
?
¡Usted tiene en sus manos una nueva oportunidad de ayudar a sus hermanos y hermanas para que crezcan en
la Vida llena del Espíritu!
Le recomiendo prepararse siguiendo estos pasos:
1. Lea todas las lecciones en forma anticipada (al menos con una semana de antelación) y permita que el Es-
píritu Santo obre en su vida y ponga en práctica las enseñanzas que son nuevas para usted.
2. Ore cada día para que los objetivos de la lección se hagan realidad en la vida de sus alumnos. Ore por las
necesidades espirituales específicas de cada uno de ellos y para que durante estas sesiones ellos puedan ir alcan-
zando las metas de crecimiento.
3. Saque copias de la Hoja de Actividades para todos los alumnos con anticipación. Complete todos los ejer-
cicios para familiarizarse con ellos y prepare los recursos.
4. Al estudiar la lección tenga a mano la Biblia y un diccionario. Aunque las lecciones se han escrito en voca-
bulario sencillo “traduzca” lo que considere difícil de entender a sus alumnos, o sea, ponga la lección en el lenguaje
que ellos comprenden mejor.
5. Relaciónese con sus estudiantes fuera de clase. Estas lecciones tienen el objetivo de transformar la vida de
las personas conforme al modelo de Jesús. Converse con ellos para ver cómo están aplicando los cambios en sus
vidas y cómo usted puede ayudarles.
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Presentación
Discipulado, es una de las necesidades básicas en la Iglesia local.
Con todo gusto presento esta herramienta que es sólo el inicio de una serie de lecciones que pueden ser
utilizadas por el pastor para discipular a la iglesia.
Esperamos que la misma sea utilizada con oración, para que sea una bendición en la vida del pastor, como
de la congregación. Acompañenos en este viaje a travéz de la vida Cristiana y crezca con nosotros.
Regocijaos en el Señor.
Que el alumno:
• Conozca el propósito para el cual el Creador nos ha dado la vida.
Objetivos • Reconozca que somos una creación especial de Dios, con dones valiosos para usar-
los en su obra en este mundo.
• Tome conciencia de que la vida santa es la forma “natural” de vivir para la cual fui-
mos creados, así como el pecado es un mal adquirido y no necesariamente la condi-
ción natural del cristiano.
• Establezca metas para reordenar su vida conforme a los propósitos de Dios para
él o ella.
Unas 16 fotos de animales y/o personas adultos y fotos de sus cachorros o hijos en que
Recursos se puedan reconocer las semejanzas con sus progenitores, pegadas en hojas de papel
(uno en cada hoja, en una el padre, en otra el cachorro y así sucesivamente). Por ejem-
plo: perros de diferentes razas adultos y cachorros. Resulta más difícil si los hacemos
con personas adultas y sus hijos. Procure que se puedan ver las semejanzas, para que
la actividad logre su propósito. También puede incluir algunas fotos sueltas, o sea sólo
del cachorro o sólo del padre para que algunos queden sin encontrar su semejanza.
Introducción
En este trimestre vamos a hablar acerca del propósito para el cual cada uno de nosotros fue creado y salvado por
Jesucristo. Para ello comenzaremos estudiando en esta lección los pasajes bíblicos que hablan sobre la historia de
los orígenes de la raza humana para descubrir ¿cuál es la razón por la cual Dios nos ha dado la vida?. Conoceremos
que tú y yo tenemos una misión valiosa que realizar en esta vida para con Dios y para con nuestros semejantes.
Debido a que muchas personas ignoran o han olvidado ese propósito, Dios por medio de su Palabra nos revela
este maravilloso plan para nuestra vida y nos llama a entrar en él.
Estudio bíblico
1 Fuimos creados a semejanza de Dios.
Inicie el estudio pidiendo a un alumno que lea los versículos de Génesis 1:26-27. Estos dos pasajes nos hablan
de que los seres humanos no somos el fruto de un accidente genético; nuestra vida no vino a la existencia como
fruto de miles de años de evolució n natural, sino que somos una obra de creación especial de Dios “...Jehová Dios
formó al hombre...”.
La enseñanza más importante que resalta dos veces el versículo 27 es que fuimos creados a “imagen” del Crea-
dor: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”
Distribuya sobre una mesa o en el suelo las fotos de progenitores y sus hijos. Pida a los alumnos que
unan a cada cachorro o hijo con sus padres, dejándose guiar por las semejanzas físicas. Luego pregunte:
¿Cómo pudimos darnos cuenta de quién era hijo de quién? La respuesta será: por el parecido. Concluya
el ejercicio diciendo: “De la misma manera la Biblia dice que Dios nos creó a su imagen.”
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Realice con el grupo la actividad No. 1 de la hoja de actividades
El misionero veterano Wesley Duewel afirma: “Posiblemente jamás comprendamos completamente todo lo que
significa el ser hechos a imagen de Dios hasta que nos encontremos con Jesús en el cielo.”
Por medio de esta imagen Dios ha estampado su marca en cada uno de nosotros. Sin esa estampa no seríamos
más que polvo de la tierra. Ser imagen de Dios es lo que nos da nuestra identidad como miembros de la familia
humana, cuyo árbol genealógico tiene su origen en el Creador. Esta semejanza de Dios está presente en cada niño
que nace en este mundo y a pesar de que ha sido estropeada por el pecado, todavía podemos apreciarla. Algunas
de estas capacidades especiales que Dios ha compartido con nosotros son: la libertad de escoger, el poder de com-
prender intelectualmente, la capacidad de comunicarnos con otros, de compartir nuestros deseos, nuestros sueños y
nuestras emociones. A este conjunto de características que Dios nos ha impartido a los seres humanos se le conoce
como la “imagen natural”.
1
Wesley L. Duewel Dios te ofrece su gran salvación. Nappanee, Indiana: Evangel Publishing House, 2000. p. 20.
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Realice con el grupo la actividad No. 3 de la hoja de actividades
13
Cuando Dios nos hizo a “su imagen” lo hizo para que pudiéramos “señorear” sobre la creación toda, o sea
para que el Creador pudiera compartir su trabajo con nosotros. En Génesis 1:26 vemos esta unidad inseparable:
“…hagamos al hombre a nuestra imagen y señoree...”. En este primer capítulo de Génesis se nos muestra a Dios
como un trabajador: Laboró 6 días y el último descansó contemplando la buena obra que había hecho. Tal es así
que el reformador Ulrico Zwinglio (1484-1531) afirmó: “No hay nada en el universo tan igual a Dios como el
trabajador”.2 De manera que el Padre nos ha dado este privilegio tan grande de ser trabajadores como Él. Todos
tenemos trabajo que hacer en el mundo creado por Dios. Es interesante destacar también que los fundadores de la
Iglesia del Nazareno escogieron ese nombre porque “simbolizaba la misión humilde y laboriosa de Jesucristo”.3
El trabajo, lejos de ser un castigo por el pecado, es un regalo, un don que Dios nos ha dado. Trabajar es funda-
mental a nuestra naturaleza humana. La palabra que mejor describe la responsabilidad de trabajo que Dios ha asig-
nado a los seres humanos es “mayordomo”. Esta no es una palabra que usamos mucho hoy, pero es la que mejor
describe la función que se nos ha encomendado. Un mayordomo es alguien a quien el propietario le ha confiado
el cuidado de sus posesiones. Para desempeñar esta responsabilidad, Dios nos ha dado a cada uno capacidades
especiales (talentos y dones) y se nos ha dado una “parte” de las propiedades del Creador para que cuidemos de
ellas de la mejor manera que podamos, mientras dure nuestra vida.
Los seres humanos pensamos a veces que lo que tenemos es nuestro y que de ello podemos dar una parte a Dios.
También se suele dar valor a las personas por lo que tienen; si ésto fuera cierto a los ojos de Dios no tendríamos
ningún valor, porque un mayordomo no es dueño de lo que administra. Salmo 24:1 dice: “De Jehová es la tierra y
su plenitud.” Esto quiere decir que TODO es de Él, las rocas, las plantas, las hormigas, el agua, incluyendo nuestra
vida, el tiempo, nuestros bienes, nuestras capacidades, nuestras profesiones u oficios, nuestra cuenta de banco, nues-
tros hijos, el 100% de todo lo que somos, lo que hacemos, lo que tenemos y aún lo que tendremos alguna vez.
Al mismo tiempo, sin embargo, la Biblia nos enseña que el valor de la vida humana no reside en los bienes
que posee, sino en cómo servimos a Dios en la mayordomía que nos ha asignado a cada uno. ¿Cuál es el valor de
nuestra vida entonces? El salmista lo resume así en Salmo 8:5-6,9: “Le has hecho poco menor que los ángeles, y
lo coronaste de honra y de gloria. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus
pies… ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra!”
Dios nombró a Adán y Eva administradores con el deber de dar un cuidado amoroso y responsable de todo lo que
Dios había hecho. En este sentido, la responsabilidad del ser humano consiste en “guardar “ y “cuidar” que lo creado
se mantenga con vida, saludable y que se multiplique, dando gloria al Creador y mostrando Su grandeza y benevo-
lencia. El buen mayordomo hace su tarea de la misma manera y con el mismo amor que Dios lo haría en su lugar.
2
Citado en El servir a Dios, Ben Patterson, Miami: Vida, 1994. p. 11.
3
Citado en La Historia de los Nazarenos, Timothy L. Smith, Kansas City: CNP, s/f. p.128.
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Realice la actividad No. 5 de la hoja de actividades
el original esta frase significa “una representación exacta”, alguien en quien Dios se puede ver tal cual Él es. De la
misma manera, Dios quiere que nosotros podamos servir a las personas demostrando su infinito y santo amor.
Estas capacidades de trabajar con alegría, de amar a Dios y a nuestros semejantes y de adorar a Dios con todo
nuestro ser, han sido profundamente afectadas por el pecado. Por eso en nuestros días la tendencia del ser humano
es a desobedecer más que a obedecer al Creador. Como veremos en las próximas lecciones, sólo por medio de la
obra de Jesús podemos recuperar el sentido verdadero de nuestra existencia.
Los seres humanos fuimos creados a imagen de Dios. No somos fruto de la casualidad o de la evo-
lución. Dios ha estampado su marca, su sello en cada uno de nosotros. Somos obras de arte firmadas
por el Creador del universo, únicos e inigualables, creados a Su imagen y semejanza, es decir: con
voluntad, libre albedrío, inteligencia, capacidad de comunicación y santos.
Esta imagen de Dios en el ser humano se deterioró a causa del pecado. Sin embargo, el Padre pro-
veyó el único remedio por el cual esa imagen puede ser restaurada: Cristo Jesús, por medio de su Es-
píritu Santo, quien a su vez capacita a los hijos de Dios para que podamos cumplir con los propósitos
para los cuales fuimos creados.
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Definición de términos claves
Adán: Es el primer hombre creado por Dios, pero a la vez, es representante de toda la humanidad crea-
da. Además de ser el nombre propio de la primera persona hombre hecha a semejanza de su Creador, tiene
la connotación de “género humano”.
Santidad: Bondad suprema, ausencia de maldad. Es lo opuesto a imperfección, a pecado, a corrupción.
Es un atributo de Dios cuya pureza moral es perfecta. Los primeros seres humanos fueron creados santos
como Dios es santo. Ellos nunca habían pecado, ni habían visto la maldad en otras personas. Esta santidad
original se ha perdido y ahora sólo podemos ser santos si somos limpiados por la sangre de Jesucristo y
llenos del Espíritu Santo.
Comunión: Esta palabra en sus raíces bíblicas significa: “ser parte de algo” o “pertenecer a algo”.
Usamos esta palabra para expresar que somos parte de Dios o pertenecemos a Dios y que Dios es parte de
nosotros o que pertenece a nosotros.
Ministerio: Se relaciona básicamente al “servicio” que el creyente da a Dios. Ministerio puede ser el
servicio mismo que damos a Dios o un campo específico de labor en el Cuerpo de Cristo con el propósito de
bendecir al prójimo.
Libre albedrío: Es la capacidad que Dios ha dado al ser humano para tomar decisiones sobre sus
pensamientos, palabras y hechos y de tomar el control de su propio destino.
Mayordomo: Alguien al que se le han confiado los bienes y propiedades de otra persona para que los
administre de la manera que más beneficie al dueño.
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Hoja de
actividades
1 lección
3. ¿Tenía algún plan en mente Dios cuando creó al hombre y la mujer con respecto a cuál sería su rol específico dentro de
la creación? ______________________________________________________________________________________
4. ¿Qué hizo Dios luego de terminar su obra en la creación, según Génesis 1:28? ¿Qué significado tiene eso para nosotros
en cuanto al valor que tenemos para Dios? _____________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________________
Actividad 2. Ordena la siguiente lista en dos columnas. En la primera coloca las características que
son propias sólo de una “persona” y en la segunda, las características que posee toda la creación de Dios.
Hablar, Crecer, Animar, Diseñar, Morir, Compadecerse, Respirar, Conversar, Entristecerse, Moverse, Apreciar la belle-
za, Comer, Reproducirse, Amar, Enfermarse, Correr, Dormir, Alegrarse.
Sólo las personas Toda la creación
Actividad 3.
¿Cuál es la cualidad moral de Dios que Él quiere reproducir en nosotros según Levítico 11:44-45 y Éxodo 19:5-6?
________________________________________________________________________________________________
Actividad 4.
Menciona algunas cosas que puedes hacer esta semana para fortalecer tu “comunión con Dios.”
______________________________________________________________________________________________
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Actividad 5.
Según lo que has aprendido en esta lección sobre el propósito de la vida humana señala con una “X” la/s respuesta/s
correcta/s:
¿Qué es el trabajo?
__ Es una condena que el hombre debe sufrir por su desobediencia a Dios.
__ Es parte de la bendición que Dios ha dado al ser humano, creado a Su imagen.
__ Es colaborar con Dios en su propia función de Creador y sustentador de la vida.
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¿En qué reside el valor de la vida humana?
__ En su origen hecho a imagen del Creador.
__ En sus posesiones materiales.
__ En sus habilidades o talentos especiales.
__ En la fidelidad de su trabajo para Dios.
Actividad 6.
Menciona algunas cualidades, habilidades o talentos que Dios te ha dado para que puedas desempeñar la función de mayor-
domo. ______________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
¿Qué cambios te gustaría hacer esta semana en cuanto a la forma en que haces las cosas y sirves a Dios y a los demás?
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En la iglesia: _____________________________________________________________________________________
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En tu hogar: _________________________________________________________________________________________
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Ora unos momentos pidiendo a Dios que te ayude a alcanzar estas metas que te has propuesto.
Lecturas recomendadas
Salmo 8
Salmo 100
Lucas 11:42-48
Colosenses 1:15-23
1 Pedro 1:13-16
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Lección
2 Que el alumno:
El poder destructivo del pecado
• Conozca que la naturaleza del pecado es doble: como acción y como condición.
Objetivos • Comprenda que el pecado tiene un poder expansivo y destructivo que degrada a las
personas, corrompe a la sociedad y trae muerte a toda la creación de Dios.
• Se identifique con el repudio de Dios hacia el pecado y su propósito de desterrarlo de
la vida de sus hijos.
Un espejo mediano, como para verse toda la cara. Barro o tiza molida con agua que
Recursos sirva para ensuciar el espejo.
Introducción
Muestre el espejo bien limpio a los alumnos y pregunte ¿Para qué sirve un espejo? (Ellos responderán
que sirve para vernos tal cual somos). Es verdad, los espejos son creados para devolvernos una imagen
real de cómo nos vemos. Muchos quisiéramos que el espejo nos mostrara más jóvenes, más delgados, con
más pelo, etc.; pero un verdadero espejo no fue hecho para mentir.
Hemos estudiado en la lección anterior que Dios nos creó a su imagen, o sea, como un espejo que refleja lo que
Él es. Esta no es una imagen física, porque Dios es Espíritu y no tiene cuerpo de carne y hueso como nosotros; se
refiere a cómo Dios es en su carácter. ¿Creen ustedes que los seres humanos hoy son el reflejo del carácter santo
de Dios?
Ahora tome el espejo y ensúcielo con barro… y luego pida a los alumnos que se vean en él. Pregunte:
¿Qué es lo que impide que el espejo pueda reflejar su imagen? (el barro, la suciedad…) ¿Cómo se ve la
imagen? (deteriorada, borrosa, manchada…) De la misma manera el pecado es lo que impide que noso-
tros podamos reflejar la imagen plena de Dios en nuestra vida.
En esta lección vamos a ver qué nos dice la Biblia sobre el origen del pecado y su poder destructivo sobre la
vida de las personas.
Estudio bíblico
1 Qué es el pecado?
La palabra pecado (en griego amartía) significa errar el blanco. La idea que trasmite este término es tomar el
camino equivocado o la ruta incorrecta.
Para describir el pecado conforme a la enseñanza de la Palabra debemos definirlo en dos dimensiones:
1. El pecado que cometemos: todo pensamiento, acto o palabra que es contra la ley y la voluntad de Dios. En este
sentido cometer pecado es un acto de rebelión y desobediencia voluntaria a las leyes conocidas de Dios. Cuando
pecamos estamos errando el camino de la perfección para el cual nuestro Padre Dios nos ha creado.
2. El pecado que heredamos: esta es una condición o estado que habita en el corazón de todo ser humano y que lo
separa de la santidad de Dios. Esta “semilla de pecado” nos ha sido transmitida desde nuestros primeros padres,
Adán y Eva, a toda la raza humana. Este pecado como estado motiva a la gente a cometer actos de pecado y les
hace desear el mal (Romanos 7:8). La Biblia nos advierte que esta “semilla de maldad” está presente en cada niño
que nace y a menos que entregue su vida a Cristo el pecado crecerá y reinará sobre su vida (Romanos. 6:12).
19
Realice la actividad No. 1 de la hoja de actividades
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Realice la actividad No. 3 de la hoja de actividades
Satanás usa el orgullo, la ambición y el egoísmo del ser humano para tentarlo. La esencia de todo pecado es el
egoísmo que anida en el corazón del ser humano. En 1 de Juan 2:16 se nos advierte que la tentación puede llegarnos
por tres caminos:
1. Los “deseos” inagotables de satisfacer nuestros intereses egoístas. Esto es cuando tomamos decisiones, actua-
mos y pensamos siempre poniéndonos a nosotros en primer lugar, usurpando el lugar que le pertenece a Dios
en nuestra vida. A esta mentalidad de “primero yo” se le conoce como el “ego carnal” o concupiscencia (deseo
ilícito) que es pecaminosa. Esta es la voluntad humana que en vez de sujetarse a la voluntad de Dios, vive en
rebeldía e independencia de ella. La persona que piensa de esta manera vive para satisfacer los deseos de la
carne o sea, sus deseos físicos.
2. El “deseo de los ojos”, se refiere al afán de acumular bienes materiales, cosas que al verlas, deseamos poseerlas
y se despierta en nosotros la codicia, la envidia, la avaricia y otras formas de pecado.
3. La “vanagloria de la vida” se refiere a la manera de vivir ostentosa, vanidosa y a la exhibición de las posesiones
jactándose de lo que uno tiene.
Cuando Adán y Eva pecaron, llevaron a toda la raza humana a ser servidores del pecado y de sus propios place-
res, los cuales satisfacen a su capricho sin tomar en cuenta a Dios y su propósito para sus vidas. En consecuencia,
el ser humano quedó contaminado con una fuerza que lo arrastra y lo predispone para hacer lo malo.
Un estudio cuidadoso de la tentación de Adán y Eva y la de Jesús nos llevarán a concluir que la tentación siem-
pre quiere llevarnos a rechazar la autoridad de Dios y vivir nuestra vida en autonomía de su voluntad.
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El dolor más grande que enfrenta un ser humano en esta vida es vivir lejos de su Dios. Puesto que fue creado
para ser habitado por el Espíritu Santo y para vivir en armonía a los propósitos de Dios, el ser humano, ahora se-
parado de Dios por su pecado, no puede hallar satisfacción a su profunda sed y hambre espiritual que sólo Dios
puede llenar y ésto le impide ser plenamente feliz.
Los componentes de la primera pareja fueron los primeros en pasar por esta experiencia devastadora: habían
perdido su condición de hijos de Dios. La libertad para servir a Dios fue cambiada por la esclavitud del pecado; el
gozo fue cambiado por vergüenza, la confianza se transformó en temor. Aunque Dios los amaba, no podía ignorar
el pecado que se había establecido en sus vidas.
La única manera de librarse de la culpa es confesando los pecados cometidos a Dios. Adán y Eva confesaron
su pecado y aunque tuvieron que afrontar las consecuencias del mismo, fueron perdonados. La única manera de
librarnos de la culpa es ser perdonados por Dios.
En el Antiguo Testamento, Dios estableció el sistema de sacrificios mediante el cual las personas pedían
perdón a Dios, eran perdonados y libres de la culpa. La ofrenda por el pecado era quemada, o sea destruida,
tomando el lugar del pecador. Estos sacrificios eran el recordatorio del Cordero de Dios que vendría a este mun-
do, tomando sobre sí el castigo que nuestro pecado merece. Jesucristo borró nuestra culpa y nos evitó la justa
pena de muerte que todos merecíamos. Gracias a que Jesucristo puso su vida en nuestro lugar, en la actualidad
no tenemos que hacer sacrificios para ser perdonados, pero sí necesitamos arrepentirnos y reconocer nuestra
culpabilidad delante de Dios.
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De la misma manera que un moribundo al cual desconectan las máquinas que lo mantienen con vida, la sepa-
ración de Adán y Eva de Dios dio inicio a la muerte espiritual de toda la raza humana. Estaban vivos físicamente
hablando pero estaban muertos porque no podían nutrirse de la fuente de la Vida.
La ciencia moderna ha comprobado que aún desde antes del momento de nacer, nuestro cuerpo comien-
za un proceso de deterioro que finalmente, años después, termina con la muerte física. Parece una paradoja,
pero desde que estamos siendo formados en el vientre materno nuestro cuerpo comienza a envejecer. Luego
del nacimiento, cada día, células muertas se desprenden de nuestro cuerpo, algunas se renuevan, otras no y
luego aún las que se renovaban dejan de hacerlo y terminan acabando con nuestra salud. De la misma manera
ocurre con la muerte espiritual. Desde el día en que nacemos cada ser humano tiene un destino marcado: la
muerte. A menos que nos volvamos a Dios, esta “depravación” nos dominará más y más, manipulando nuestro
pensamiento, endureciendo nuestra conciencia, debilitando nuestra razón, llevándonos a una manera de vivir
esclavos del pecado y de Satanás.
El cristiano ha sido perdonado, pero no puede regresar a la inocencia original de Adán y Eva, porque él sí co-
noce el pecado, aunque no lo practica. Cada niño que nace en este mundo nace con la inclinación al pecado en su
corazón. Es inocente en el sentido de que no ha practicado el pecado, pero no es puro.
Este estado de depravación no es el castigo por el pecado, sino la consecuencia de éste. En Génesis 2:7 dice
que la pena establecida por Dios por el pecado es la muerte. Éste es el pago o la retribución que la justicia divina
impone al pecador. Debemos recordar que Dios es quien ha diseñado todas las leyes que rigen el mundo, tanto
en lo natural como en lo moral.
De la misma manera Dios, quien es el único ser completamente justo del universo, ha establecido leyes para que
los seres humanos vivan conforme a ellas. La desobediencia o transgresión de esta ley merece el juicio de Dios y
la pena que Él ha establecido por el pecado es la muerte.
¿Cómo podemos comprender que Dios pueda castigar a alguien con una pena tan extrema? La respuesta está
en el amor de Dios que es santo y también es justo. Si Dios dejara de ser justo, también dejaría de ser santo. La
santidad y la justicia divina son cosa seria. Dios no puede convivir o asociarse con nada sucio o contaminado
por el pecado. La pena de muerte para el pecador abarca tanto la muerte física, como la muerte espiritual y la
muerte eterna. El destino eterno de quien no vive cerca de Dios en esta vida, es la separación eterna de Dios
y la muerte.
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Realice la actividad No. 7 de la hoja de actividades
Cuando la primera pareja pecó, Dios sabía que el pecado iba a esparcirse a sus descendientes y que la solución
no sería sencilla, ni para Él, ni para los seres humanos. Su justicia se aplicó sobre sus vidas y ellos tuvieron que
afrontar las consecuencias. Pero Dios no nos abandonó en nuestros pecados: desde allí comenzó a ejecutar el plan
de nuestra salvación. Este plan se concretó cuando Jesucristo vino a morir por el pecado de toda la humanidad y
cuando el Espíritu Santo pudo regresar al fin a morar en el corazón de los hijos de Dios.
El hombre fue creado para vivir en relación con su Creador, pero cayó en la trampa de Satanás y por
causa de su desobediencia perdió la relación de compañerismo con Dios. El Espíritu Santo no pudo per-
manecer morando en su vida y el pecado llegó para instalarse en la raza humana con todas sus nefastas
consecuencias.
Cada ser humano que nace hereda esta condición depravada que lo predispone a pecar alejándose más
y más del Creador y de sus propósitos para su vida. Este pecado arraigado en el corazón humano no sólo
destruye al individuo, sino sus relaciones y contamina todo lo que le rodea.
Pero hay esperanza para la humanidad, pues Dios ha diseñado un plan para rescatarnos del pecado y
librarnos de su poder destructivo por medio de su Hijo Jesucristo. El ser humano puede recibir perdón com-
pleto del pecado; sólo con arrepentirse, pedir perdón, recibir a Jesús como su Señor y Salvador personal y
permitir que el Espíritu Santo de Dios restaure su vida y le guíe a vivir conforme a los propósitos de Dios.
Satanás: En Hebreo significa “adversario”. También se le llama “el diablo”, que significa calumniador
o acusador falso. Él acusa a Dios enseñando ideas falsas sobre Él a la gente (Gènesis 3:1-7); también acusa
a la gente delante de Dios (Job 1:9, 2:4). Otros nombres que recibe son: Apolión (destructor, Apocalipsis
9:11); Belcebú (Mateo 12:24); Belial (Juan 12:31); el dios de este siglo (2 Corintios 4:4); el príncipe de este
mundo (Juan 12:31); el príncipe de la potestad del aire (Efesios 2:2); la serpiente antigua (Apocalipsis 20:2);
el dragón (Apocalipsis 20:2); el adversario (Mateo 13:39; 1 Pedro 5:8); el acusador (Apocalipsis 12:10); el
padre de la mentira (Juan 8:44); asesino (Juan 8:44); el maligno (1 Juan 5:19; Efesios 6:16) y Lucero de la
mañana (Isaías 14:12).
Pecado personal: Todas aquellas decisiones y actos que el hombre comete voluntariamente en contra
de la voluntad y los propósitos conocidos de Dios. El pecado lleva en sí el deseo de rebelarse en contra de
los designios de Dios, para vivir conforme a sus propios caprichos (Romanos 6: 7-11; 7:15; 8:10).
Pecado original o adquirido: Condición heredada que entró en la raza humana cuando sus pri-
meros padres pecaron contra Dios. Esta condición predispone al ser humano para gobernarse a sí mismo y
buscar su autocomplacencia. Es conocida también como depravación, pecado innato, pecaminosidad.
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Muerte física: Ocurre en el momento que los órganos de nuestro cuerpo dejan de funcionar y el es-
píritu abandona el cuerpo. El cuerpo físico, la carne, los huesos, la sangre se desintegran, pero la persona
espiritual no muere, sino que sigue existiendo en un estado de adormecimiento hasta el día de la resurrec-
ción de los muertos en que cada persona será juzgada por Jesucristo y recibirá la justa recompensa de Dios
conforme haya sido su vida en esta tierra.
Muerte espiritual: Es el estado actual de la persona que vive en pecado y por ende separada de
Dios, la fuente de la vida. Aunque la persona tenga vida física si el Espíritu de Dios no vive en él o ella, ya
está muerto, porque su vida de pecado evidencia que rechaza la vida eterna ofrecida por Dios por medio
de Jesucristo.
Muerte eterna: Es la destrucción completa del espíritu y el cuerpo. Está destinada a aquellos que han
rechazado la salvación ofrecida por medio de Jesucristo y persistieron durante su vida física en su desobe-
diencia a Dios. Esta muerte espiritual ocurrirá después del juicio de Dios, cuando Satanás, los demonios y
todos los enemigos de Dios sean castigados por su rebelión. Es lo opuesto a la vida eterna que reciben los
hijos de Dios.
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Hoja de
actividades
2 lección
Actividad 2. ¿Qué nos enseña la Biblia en cuanto al papel de Satanás hoy en día? Con la
ayuda de los versículos señalados responde las siguientes preguntas.
1. ¿Qué hace Satanás para alejar a la gente de Dios? 2 Corintios 4:4. ___________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
2. ¿Qué ofrece Satanás a los que consienten en servirle? Mateo 4:8-10. ________________________________________
_____________________________________________________________________________________________________________
3. ¿Quién es el que pone límites a la acción de Satanás en la vida del creyente? Lucas 22:31. _____________________
___________________________________________________________________________________________________
4. ¿A quiénes usa Satanás para lograr sus fines? Efesios 2:2. _________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
5. ¿Qué hace Satanás con la persona luego de convencerla de cometer pecado? 2 Pedro 2:19. _____________________
___________________________________________________________________________________________________
Actividad 3. Lee el pasaje de Génesis 3:1-6 y completa las siguientes palabras que faltan
en las oraciones sobre los métodos que usa Satanás para tentar a los seres humanos, escogiendo
las palabras correspondientes de la siguiente lista:
1. Satanás usa los _______________ naturales e inocentes y las ________________ para lograr sus propósitos.
2. Satanás inyecta _______________ sobre Dios y su Palabra.
3. Satanás _____________ sobre las buenas intenciones de Dios y hace quedar a Dios como un __________________.
5. Satanás procura que la persona busque ser _________________ de Dios.
Actividad 4. Haz una lista de las consecuencias inmediatas al acto de pecado que cometie-
ron Adán y Eva según Génesis 3:14-24.
___________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
Actividad 5.
Génesis 3:7-13 ¿Cómo trataron Adán y Eva de librarse de la culpa? __________________________________________
_____________________________________________________________________________________________________________
Romanos 5:1 y 8:1 ¿Cuál es la única forma de ser libre de la culpa? ____________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
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Actividad 6.
Menciona algunas leyes naturales diseñadas por Dios que proveen equilibrio a la creación.
___________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
¿Te ha pasado estar cerca de un perro mojado cuando empieza a sacudirse? En mi casa hemos tenido perros como mascotas
varios años. En una ocasión tuvimos una perra de raza cocker spaniel americana, su nombre era Tracy. Como ama de casa me
tocaba bañarla y como no era muy grande cabía en la pileta del lavadero. Era difícil alcanzar el objetivo porque quería salirse
de la pileta y sacudirse el pelo mojado a cada rato, así que en el proceso ella me bañaba también. Cuando terminaba al fin, tenía
bien a mano una toalla y la tapaba antes de que comenzara con la sacudida, ¿te imaginas por qué? Si ella me ganaba, salpicaba
todo lo que había alrededor: paredes, lavadora, piso, cortina, ventana, ropa limpia y ¡mi cara y mi pelo!
Luego de estas enriquecedoras experiencias con un perro de pelo largo, nos pasamos al bóxer. Mi perro actual se llama
Browny (sí como las galletitas ¿adivina porqué?), él es muy grande y lo bañamos en la ducha del baño. Como es una raza dócil
vamos ganando la batalla: él es muy obediente y cuando terminamos su baño, cerramos la cortina de la ducha y le decimos
¡Ahora Browny sacúdete! Ya no limpio todo el lavadero, solo la ducha.
Pero es bien diferente cuando lo bañamos en el jardín con la manguera, allí ¡corremos primero y luego le decimos que se
sacuda! No siempre logramos salvarnos de la lluvia, de manera que debemos bañarnos nosotros después para quitarnos el
“olor a perro” y volver a sentirnos seres humanos.
Así como los perros no pueden evitar sacudirse, de la misma manera ocurre con el pecado, los seres humanos no pueden
evitar que su pecado se riegue por doquier y se impregne en todo lo que toca y todo lo que hace.
Lecturas recomendadas
Romanos 1:16-32
Romanos 2:1-16
Juan 1:29-34
1 Juan 1:5-10
Apocalipsis 20:11-15
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Lección
Que el alumno:
• Conozca cómo actúa la gracia de Dios por medio del Espíritu Santo para llevarnos al
Objetivos encuentro con Cristo.
• Comprenda lo que hace el Espíritu Santo cuando viene a morar en la vida del nuevo
creyente.
• Evalúe si en verdad ha experimentado en su vida la obra regeneradora del Espíritu
Santo.
Recursos Masilla plástica escolar (conocida como plasticina ó plastilina) suficiente para que cada
alumno pueda hacer un muñeco pequeño.
Introducción
Plantee a la clase el siguiente problema: Suponga que tiene que ir a un lugar que no conoce y por un camino
que nunca había recorrido donde hay que sortear peligros y desviaciones. Ahora bien, usted tiene dos opciones para
llegar al destino: un mapa que le hizo un amigo con flechas y señales o la presencia de otro amigo que conoce el
camino y se ha ofrecido a acompañarle y guiarle. ¿Cuál escogería usted? ¿Cuál es la guía más segura: el mapa o
una persona que viaje con usted?
Por supuesto que la persona ¿verdad?
En esta lección veremos que ésto es lo que hace el Espíritu Santo. Él es la persona divina que Jesucristo nos
ha enviado para que nos muestre el camino de la salvación. Si aprendemos a reconocer su voz y a obedecer sus
instrucciones llegaremos seguros a la eternidad.
Estudio bíblico
1 ¿Quién es el Espíritu Santo.
El Espíritu es una persona
¿Quién es una persona? Cuando intentamos definir “persona” obtenemos respuestas que se relacionan con capaci-
dades intelectuales, emocionales y espirituales que nada tienen que ver con la parte física o material del ser humano.
Por ejemplo, en Efesios 4:30 afirma que el Espíritu Santo es una persona que se entristece. La palabra “con-
tristar” significa “causar heridas o angustia” y a nadie le puede suceder ésto a menos que sea una persona.
En Hechos 13:2 vemos que el Espíritu Santo habló a los creyentes de la iglesia en Antioquía para que enviaran
a Pablo y Bernabé como misioneros a evangelizar en otras ciudades.
El Espíritu Santo es una persona divina, que tiene la capacidad de habitar en nuestra vida y comunicarse con
nuestro espíritu guiándonos a vivir santamente.
Lean juntos Romanos 8:14: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”
29
El Espíritu es omnipotente y soberano
El Espíritu Santo es Dios, así como el Padre y el Hijo Jesucristo. Como Dios, tiene todo el poder y autoridad
para obrar en nuestras vidas e intervenir en los asuntos humanos. Hoy día Él actúa guiando al pueblo de Dios para
que el evangelio de Cristo se extienda geográficamente y más personas puedan conocer al Señor como Salvador y
le sirvan con sus vidas.
El Espíritu tiene poder y soberanía para obrar cuando hay hijos de Dios que están dispuestos a dejarse usar
por Él. A pesar de ser Dios poderoso y soberano, respeta nuestro libre albedrío y sólo puede actuar en nuestra vida
cuando encuentra disposición a cooperar con Él.
En la Actividad 2 podemos ver que al menos hay cuatro factores por medio de los cuales actúa la gracia pre-
veniente de Dios para ayudar a que las personas reconozcan que necesitan a Jesús en su vida: La acción interna
del Espíritu Santo convenciendo de pecado, las oraciones del pueblo de Dios a favor de esa persona, la Palabra de
30
Dios (por medio del testimonio, predicación, lectura, enseñanza u otro medio) y la receptividad de la persona a
la gracia de Dios.
Aquí se describe la función del Espíritu Santo en la vida del pecador, para abrir su entendimiento y que éste
pueda reconocer su condición separada de Dios y sin esperanza. Sin esta acción del Espíritu Santo en nuestro
corazón ninguno de nosotros podría caer en cuenta de que los hechos pecaminosos de su vida lo han separado
del Creador.
Es el Espíritu Santo quien nos hace sentir culpa y dolor por los pecados cometidos, intranquiliza nuestra con-
ciencia, nos mueve en los sentimientos y guía nuestra voluntad hacia Dios. Si ésta es dócil y coopera con la gracia
de Dios, puede alcanzar salvación. Sin embargo, la Palabra también nos advierte que la gracia puede ser resistida
por el ser humano.
Fuera de la acción del Espíritu Santo y la gracia preveniente de Dios no habría ninguna esperanza de salvación
para los seres humanos, es por eso que el apóstol Pablo exclamó en Efesios 2:8: “Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe y ésto no de vosotros pues es don de Dios.” o como se traduce en la versión en Lenguaje Actual:
“Ustedes han sido salvados porque aceptaron el amor de Dios. Ninguno de ustedes se ganó la salvación, sino que
Dios se las regaló.”
Pablo dice que cuando creímos en Jesús como Salvador “fuimos sellados con el Espíritu Santo.” Esto significa
que una vez que los pecados cometidos han sido limpiados de nuestra vida, Dios nos da el Espíritu Santo para que
viva en nosotros y esta es la “señal” o el sello que indica que ahora somos hijos e hijas de Dios.
En la antigüedad el sello (por lo general el anillo) era como la firma de una persona y declaraba pertenencia
sobre aquello donde se estampaba la marca. También indicaba autenticidad. Es semejante en nuestros días cuando
los expertos autentican la firma en una obra de arte lo cual le asigna valor de verdadera a la obra, o cuando el no-
tario público (escribano o abogado) autentica una firma con su sello señalando su veracidad como que “esto viene
de quien lo firma”.
Esto es lo mismo que hace Dios al poner su Espíritu en nosotros. Nos señala como “suyos” y ya no del pecado.
A partir de allí el Espíritu comienza a guiarnos en una serie de cambios o transformaciones para llevarnos durante
toda nuestra vida a ser más y más semejantes a Jesús.
En Hechos 19:1-7 vemos la experiencia de un grupo de nuevos cristianos a quienes el apóstol Pablo les hace
una pregunta: “¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay
Espíritu Santo”.
Es importante que el cristiano sea consciente de la presencia del Espíritu Santo en su vida, pues éste es el re-
curso indispensable para que pueda permanecer creciendo en su experiencia de salvación, cerca de Cristo y lejos
del pecado. El Espíritu Santo está presente en tu vida para que puedas relacionarte con Él y permitir que te hable
y te guíe en cada aspecto de tu vida.
31
El Espíritu Santo te imparte una nueva Vida.
Aquí el apóstol Pablo divide la humanidad en dos grandes grupos: los que pertenecen a la generación de Adán
y los que se unen a Cristo. Hay una gran diferencia entre estos dos grupos, a unos se les conoce porque caminan
hacia la muerte y a los otros se les identifica porque han sido “vivificados”, se les ha impartido la vida.
Una vez un hombre llamado Nicodemo vino a ver a Jesús. Este hombre se hallaba en la búsqueda espiritual y
preguntó a Jesús cómo podía llegar a la vida eterna con Dios. Jesús le enseña que la única manera es nacer de nue-
vo (Juan. 3:3). Luego continúa explicándole que éste no es un nacimiento físico sino espiritual y que únicamente
puede ser efectuado en el interior del corazón humano por el Espíritu de Dios. Este renacer espiritual es de adentro
hacia afuera, es un cambio que ocurre en el interior, pero cuyas evidencias se perciben en el exterior.
Pida a un alumno que lea Romanos 8:2 ¿Qué nombre recibe el Espíritu Santo aquí?
Recibe el nombre de “Espíritu de vida” y nos dice que este Espíritu nos libra de “la ley del pecado y de la muerte”.
¿Qué palabra usa Pablo en 2 Corintios 3: 6 y 5:17 para enseñar sobre la obra del Espíritu en el corazón humano?
En 2 Corintios 3:6 usa la palabra “vivificar”, que significa regenerar. Regeneración es corregir algo o alguien
que se había degenerado, restableciéndolo en su función y mejorándolo. En 2 Corintios 5:17 dice “De modo que
si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Reparta los pedazos de masilla plástica escolar a los alumnos y pídales que modelen una figura huma-
na. Luego muévase entre sus alumnos y desfigure los muñecos que hicieron (déles un pellizco o aplástelos
con sus manos), mientras les explica que lo que está haciendo es lo mismo que el pecado ha hecho en
nosotros, hace que perdamos nuestra belleza, nuestra pureza, es decir, la imagen de Dios se desdibuja.
Ahora pídales que hagan con esos muñecos lo que Dios ha hecho en sus vidas, en otras palabras que re-
paren el daño, que les devuelvan su identidad a su obra de arte.
Observe a los alumnos, los que tuvieron que hacer todo el proceso de nuevo y pregunte luego ¿por qué
hicieron de nuevo a su figura en lugar de repararla? Permita que expresen sus ideas al respecto relacio-
nando lo que han hecho con el significado de “regenerar”.
Una de las profecías más grandes en cuanto a nuestra salvación es la que se encuentra en Ezequiel 36:26-27.
Pida a un alumno que lea estos versículos. Jesús vino para que tuviéramos vida, ésto significa que el creyente
recibe vida espiritual en el momento de la salvación. La Biblia dice que cuando nos arrepentimos de nuestros
pecados y ponemos nuestra fe en Cristo como nuestro Señor y Salvador somos hechos en ese mismo instante
“hijos de Dios” (Juan 1:12).
Lo primero que hace el Espíritu de Dios es “cambiar el corazón de piedra por uno de carne”. Lo que signifi-
ca que el Espíritu Santo nos da un nuevo corazón. Éste, al contrario del otro que era rebelde y desobediente, es
sensible a la voz de Dios. A ésto es lo que la Biblia llama “conversión”, un giro radical, una vuelta en “u” o nuevo
comienzo. Este es un milagro, una “cirugía de corazón espiritual” que cada ser humano necesita para cambiar su
forma de vivir centrado en sí mismo a vivir su vida en obediencia a Dios.
En los dos gráficos se puede observar como cambia el corazón de la persona que ha nacido de nuevo.
Toda esta obra es posible gracias al sacrificio perfecto de Jesús en la cruz del Calvario. Él pagó con su sangre
el precio de nuestra salvación al poner su vida en nuestro lugar y recibir el castigo que nuestro pecado merecía.
Jesucristo nos rescató de una vida de muerte espiritual al servicio del pecado, nos limpia de todo nuestro pecado y
ha enviado a su Espíritu para que habite en nuestro ser.
32
La Biblia dice que este cristiano es un bebé espiritual (1 Pedro 2:2), que necesita crecer y fortalecerse en la
Palabra, en el servicio y en la obediencia a Dios en todas las áreas de su vida.
La adopción es un acto maravilloso de la gracia de Dios por medio del cual Dios nos declara “hijos suyos”.
Esto puede ocurrir gracias a que hemos sido perdonados, justificados y regenerados por Dios. El perdón y la justi-
ficación terminan con el problema de la culpa y el dolor que nos causa el pecado.
La regeneración y la adopción nos proveen una nueva identidad como miembros de la familia de Dios, con
derechos y una herencia especial.
El apóstol Pedro dice de manera clara: “vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pue-
blo de Dios…”. El énfasis de este versículo es que ahora pertenecemos a un pueblo distinto, con características,
leyes y propósito diferentes a los demás pueblos de la tierra. Este pueblo no se limita a una raza o a una bandera
nacionalista, sino que se extiende más allá de las fronteras políticas, raciales, culturales o geográficas y abarca a
toda la familia universal de Dios.
Este pueblo es llamado por su Señor a consagrarse o santificarse o sea, entregarse por completo a la misión
que Dios les ha encomendado: anunciar las buenas nuevas del Señor y hacer discípulos de Cristo en todo el mundo
(Mateo 28:19-20).
1
Wesley L. Duewel en “Dios te ofrece su gran Salvación”. Nappanee, Indiana: Evangel Publishing House, 2000, p. 21
33
Resumen de la enseñanza principal de los pasajes estudiados:
El Señor por el poder de su Espíritu nos atrae hacia la salvación. Para ello el Espíritu nos
hace sentir dolor y culpa por el pecado a fin de conducirnos al arrepentimiento, a pedir perdón
y que Jesús sea el Salvador y Señor de nuestra vida.
Cuando Dios nos perdona y limpia nuestro pecado, pone su Espíritu en nosotros y nos
declara justos o santos delante de Él. La experiencia de salvación es un renacer desde ad-
entro hacia afuera, es decir, somos transformados por el Espíritu en nuestro corazón. Dios
nos adopta en su familia y somos unidos a su pueblo. Nuestra vida se convierte en templo y
morada del Espíritu Santo, quien nos imparte la vida de Cristo, nos guía en el crecimiento
continuo viviendo en santidad y siguiendo el modelo de Jesús.
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Hoja de
actividades
3 lección
Actividad 2 . Las cuatro f uerzas que operan para llevar a la persona pecadora a Cristo.
C IA PREVENIE
R A NT
G E
Oraciones
del Pueblo Receptividad
de Dios a la
Juan 17:20, Gracia
Proverbios 15:29
Mateo 13: 14-15
Espíritu
Santo Palabra
Romanos 2:4, Juan 16:8 de Dios
Hechos 26:18
HOMBRE MUJER
Descrito en Romanos 8:7-8
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Actividad 3.
La persona puede despreciar la gracia de Dios. Haz un resumen de la enseñanza de cada uno de estos versículos con re-
specto a cómo los seres humanos pueden resistir la gracia de Dios que opera en su vida para conducirlos a salvación.
• Efesios 4:30
• Hechos 5:9
• Hebreos 10:19
• Isaías 63:10
Actividad 4. Gráfico sobre la vida en pecado y el cristiano nacido de nuevo Romanos 2:4-5
Cuerpo Cuerpo
Em
Em
Mente
Mente
Espíritu
ociones
ociones
Espíritu
Voluntad Voluntad
Actividad 5. Lo que Dios hace para que podamos ser limpios de pecado.
Propiciación: De propiciar, hacer posible algo que era imposible. Es la acción reconciliadora entre el hombre y Dios,
efectuada por Cristo en la cruz. La entrega generosa de Cristo, poniendo su vida en el lugar que el ser humano merecía, fue la
que “propició” la reconciliación de cada pecador con su Creador (Juan 3:16).
Convicción de pecado: Es el resultado de la acción del Espíritu Santo en el corazón de una persona que le hace sentir
culpable y le hace desear ser perdonado para que esa relación pueda ser restaurada (Juan 16:8).
Conversión: Acto de creer en el Señor Jesucristo y arrepentirse sinceramente. Se evidencia en un cambio de actitud en la
persona que decide dar una nueva dirección a su vida en obediencia a Dios. En el acto de conversión, Dios perdona los peca-
dos cometidos por un ser humano y todo ésto es posible gracias a la muerte intercesora de Jesucristo en la cruz, a su favor. La
persona arrepentida recibe una nueva vida espiritual y puede crecer en el conocimiento y servicio a Dios (Romanos 6:4; 12:2;
2 Corintios 5:17; Efesios 4:22-24).
36
Justificación: Término usado por el apóstol Pablo para expresar la gracia divina que perdona al pecador arrepentido y lo
hace “justo” delante de Dios, declarándolo libre de culpa y digno de la comunión con su creador (Romanos 4:25; 5:18).
Regeneración: Se denomina de esta manera a la obra de restauración que efectúa el Espíritu de Dios en la persona que acepta
a Cristo como su Salvador personal. Regenerado significa hecho de nuevo, nacido de nuevo (Juan 3:3).
Adopción: Acto de amor por el cual Dios adopta al nuevo creyente como su hijo y le hace “coheredero con Cristo” de las
bendiciones que Dios ha preparado para sus hijos (Juan 1:12; Romanos 8:16).
Agradece a Dios por los beneficios que te ha dado al adoptarte en Su Familia.
Lecturas recomendadas
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Lección
4 Que el alumno:
La parte humana de la salvación
Introducción
Vivimos en un tiempo en donde las personas esperan que Dios resuelva todos sus problemas. Como conse-
cuencia tendemos a culpar a Dios de todo lo que ocurre en el planeta y en nuestras vidas.
En la lección anterior vimos que toda la iniciativa de salvación proviene del Creador. Sin embargo también
sabemos que Dios no impone su salvación a la fuerza a nadie; es por esta razón que podemos hablar de la parte hu-
mana en la salvación. En este sentido, para que Dios pueda realizar su obra completa de salvación necesita nuestra
cooperación. Sin nuestra aceptación de sus condiciones y nuestra sincera disposición a enderezar toda nuestra vida
conforme a su Palabra, la salvación no podría llegar a buen término. Lo que queremos decir es que esta es una obra
con dos partes que cooperan mutuamente la una con la otra.
En esta lección estudiaremos como la actuación y la decisión del ser humano, permite que la obra de salvación
en Jesús sea efectiva en la vida de todo ser humano que así la busca.
Estudio bíblico
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En la Biblia encontramos varios ejemplos de personas que habiendo confesado su pecado endurecieron su
corazón y por eso no pudieron ser perdonados.
Vivimos en un mundo donde hay poca predicación sobre el pecado. Algunos predicadores prefieren hablar del
amor de Dios, de la prosperidad, de las sanidades, de los milagros, es decir únicamente es de todo lo que podemos
“obtener” de Dios. Debido a ésto, muchas personas van por la vida, ignorando que su gran problema se llama
PECADO. Sin embargo, la convicción de pecado tampoco es suficiente. De nada nos sirve despertar a la gente
de su adormecimiento espiritual para llevarla al convencimiento de la maldad en que está sumergida, si no hace-
mos nada luego para ayudarla a salir de este problema.
Dios no nos abandona cuando estamos cargados de culpa. Él nos conduce a un cambio radical. El llamado de
Dios al arrepentimiento es una proclama de esperanza.
2 ¿Qué es arrepentirse?
La palabra arrepentirse que se usa en el texto bíblico es el término griego metanoia que significa “cambio de
mente y vida”. Trasmite la idea de cambio de ruta, dar un giro de 180 grados para dirigirse hacia la dirección con-
traria. El camino de Dios es opuesto al camino del hombre pecador y al del Diablo.
El arrepentimiento es un cambio completo en la manera de sentir, de pensar y de vivir.
Confesar el pecado
Proverbios 28:13 nos declara que el “que encubre su pecado no prosperará”. La confesión es el reconocimiento
de la culpa personal por el pecado cometido, o sea hacerse responsable ante Dios por todo el mal que ha hecho
(malos pensamientos, malas acciones y malas palabras) y pedirle perdón.
40
En este Salmo David alaba a Dios por haberle perdonado de su pecado y expresa dos verdades muy importantes:
1) Reconoce que su culpa y pecado son solo suyos. Es un asunto personal. Asume la responsabilidad absoluta
por su pecado ante Dios. Aunque nuestro pecado daña a otras personas, todo pecado es una ofensa a Dios: “contra
ti, contra ti sólo he pecado; he hecho lo malo delante de tus ojos…” Salmo 51:4
2) Declara su incapacidad e impotencia para librarse por sí mismo de la carga de su pecado. El pecado cometi-
do es una deuda contraída con Dios. Ningún ser humano puede “saldar” esta deuda, borrar esta ofensa a la santidad
de Dios. Sólo confiando en Cristo como el único y suficiente Salvador podemos ser perdonados (1 Corintios 2:39).
También a veces es necesario confesar el pecado con la gente que se ha ofendido y hacer restitución hasta don-
de sea posible. El Espíritu Santo se encarga de traernos a la memoria las ofensas (pecados) a personas o a grupos
de personas que necesitan ser confesadas a los que han sido dañados.
Así cómo los sentimientos humanos responden a la convicción de pecado y la tristeza producida por Dios
para llevarnos al arrepentimiento; la confesión de pecado, la renuncia al pecado y el hacer actos de restitución son
impulsados por la voluntad.
Dios en su gracia pone en nuestro corazón un sentimiento de repudio hacia todo tipo de pecado. Pero aún
así se necesita hacer ejercicio de la voluntad para decir no, cada vez que la oportunidad del pecado se asoma.
El pasaje citado en Proverbios 28:13 anteriormente nos dice que el que confiesa el pecado y “lo abandona”,
alcanzará misericordia. Esto no significa que podamos de alguna manera ganar la salvación, pero nuestra res-
puesta positiva a Dios es indispensable para que esta obra de limpieza pueda completarse en nosotros. Es por
eso que 1 Juan 1:9 dice: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y
limpiarnos de toda maldad.”
Muestre el llavero con las llaves y diga algo como ésto mientras va señalando: Aquí yo tengo las llaves
que uso frecuentemente. Esta es la llave del auto, esta la llave de mi oficina, esta la del templo, esta la de
mi casa. Todas son bastante parecidas entre sí, son de metal, lucen bastante similares, pero una sola -la
correcta- es la que abre la puerta de mi casa. Yo puedo intentar abrir la puerta de mi casa con cualquier
llave, pero sólo si uso la correcta se abrirá. Lo mismo ocurre con la fe, hay varios tipos de fe, pero una
sola es la fe que nos abre la puerta a la salvación.
Veamos estos tipos de fe. La fe de algunas personas es una fe de tipo histórico. Creen en Jesús como creen en…
(diga el nombre de un personaje importante en la historia del país). Esta fe es de tipo intelectual o cognoscitiva.
Creemos que esta persona existió o existe pero no le conocemos realmente.
41
La fe de otras personas se parece a la heladera de camping. La tenemos guardada en el garage o en la bodega
de la casa, allí esta acumulando polvo y no nos acordamos de ella hasta que la usamos una o quizás dos veces al
año. Si la hemos prestado a alguien y no la devolvió, recién entonces -cuando la necesitamos- recordamos que
debemos reclamarla. Algunas personas tienen una fe “temporal”, una fe que hace su aparición cuando estamos en
una necesidad. Nos acordamos de Dios y clamamos a Él para pedir trabajo, para pedir salud, para pedir que nos
proteja en un viaje. Es una fe que usamos sólo en algunos momentos de la vida.
Pero la fe salvadora es muy diferente a la fe intelectual y la fe temporal.
Acerque ahora la silla vacía a usted y párese al lado de ella. Mientras habla mire la silla y haga ade-
manes adecuados con sus brazos y cara que refuercen el significado de las palabras. Vamos a usar esta
silla para comprender la fe salvadora. Mire esta silla, parece fuerte y yo creo que si me siento no me voy a
caer ¿Qué piensan? ¿Resistirá mi peso? Yo puedo quedarme mirando la silla argumentando, diciendo co-
sas sobre su construcción o apariencia, pero nunca sentarme en ella. Al contrario, la fe salvadora es esa
fe en la que yo tomo la decisión de poner toda mi confianza en la silla y me siento en ella, o sea deposito
mis (…) kilogramos (o libras) confiando en que ella me va a sostener y no me dejará caer al suelo.
Así es la fe salvadora, ¡sólo si depositamos toda nuestra confianza en Jesucristo podemos ser salvos! Su fe pue-
de ser débil, puede ser dubitativa, pero lo importante no es la calidad de su fe sino en quién está poniendo su fe.
Juan nos dice que el Hijo no vino al mundo a condenarlo, sino “para que el mundo sea salvo por Él”. No hay
otro camino de salvación, poner nuestra fe en la persona correcta es fundamental para que podamos ser salvos.
No está mal admirar a personas buenas vivas o muertas, pero estas personas no pueden hacer nada para limpiar
nuestro pecado. Sólo la sangre de Jesucristo derramada en la cruz tiene el poder para perdonarnos de toda maldad
(1 Juan 1:7-9).
42
En la siguiente actividad veremos porqué el nuevo creyente necesita sujetarse al señorío de Cristo.
Todos los que han sido perdonados de sus pecados han renacido a una nueva vida. Antes estaban vivos, pero
muertos espiritualmente porque no tenían vida eterna; pero a partir de que el Espíritu Santo viene a vivir en su ser,
tienen VIDA espiritual. Esta vida se extiende más allá de la muerte física, es una vida eterna, que no tendrá un final
sino que nos permitirá estar con Jesucristo y servirle para siempre. Sin embargo, de nada sirve esta verdad si no la
creemos y no vivimos de acuerdo a ella.
También, el apóstol Pablo dice en 2 Corintios 5:17 que si estamos en Cristo “somos nueva criatura”. Esta
nueva criatura viene a reemplazar a la persona que antes yo era. Esa criatura vieja que vivía en pecado tiene que
dejar de existir para dar espacio a que esta nueva persona crezca en nosotros. El bautismo cristiano justamente
representa esta verdad espiritual. Simboliza que la persona ha muerto al pecado (cuando se sumerge en el agua) y
que ha renacido a una nueva vida como discípulo de Cristo.
Si creemos con todo nuestro corazón que hemos sido hechos nuevas criaturas, esta convicción interior nos
ayudará a mirarnos a nosotros mismos y a las circunstancias que nos rodean de manera diferente. Ya no tenemos
que seguir pecando, ahora somos hijos e hijas de Dios, creados para vivir en santidad y servir a los propósitos de
Dios en este mundo.
Creer que hemos sido hechos nuevos es indispensable, porque es el punto de partida para un desarrollo saluda-
ble en esta nueva vida, permitiendo que la vida de Jesús crezca en nuestro interior y se expanda hasta llenar todo
nuestro ser.
Termine con unos momentos de oración por las necesidades personales que surjan de la actividad anterior.
43
Resumen de la enseñanza principal de los pasajes estudiados:
La salvación en Cristo no es algo que sucede accidentalmente: es un plan diseñado por el Dios eterno.
A la vez, este plan no es impuesto al ser humano, es por eso que la salvación implica un reconocimiento
personal de la necesidad de ser salvos.
La salvación no puede llegar sin arrepentimiento genuino por parte de la persona pecadora lo cual le
lleva a humillarse y pedir perdón a Dios por sus pecados.
La salvación requiere un acto de fe de parte del pecador arrepentido y una entrega absoluta a Jesu-
cristo aceptándole como único Salvador y Señor de la vida.
Esta experiencia se mantendrá fresca en nosotros en la medida que nos comprometamos a ser discípu-
los del Maestro toda la vida.
Fe: Esta palabra es usada en tres maneras: creer en algo que no puede probar o ver; la acción de depositar
toda confianza en Cristo para la salvación; o tambien puede señalar el conjunto de creencias fundamentales
del cristianismo.
Don: Habilidad o capacidad recibida de Dios por medio del Espíritu Santo para realizar algún servicio
cristiano. Por ejemplo; enseñanza, proveer para las necesidades de otros, sanar enfermos, entre otros.
Arrepentimiento: Es una experiencia necesaria para ser salvos por Cristo. Consiste en sentir profun-
do dolor por haber pecado contra Dios y desear apartarse de la práctica del pecado para vivir una vida santa.
Discipulado: Es el proceso de aprendizaje que abarca toda la vida por medio del cual crecemos siendo
más y más semejantes a Jesús. El discipulado empieza en la conversión y sigue hasta el final de la vida.
44
4
lección
Texto ¿De quien se trata? ¿Cuál fue el pecado que ¿Cómo terminó su vida?
confesó?
Éxodo 9:27,34
Números 22:34; 23:10 y
31:8
Josué 7:20
1 Samuel 15:24
Mateo 27:4
Completa la siguiente lista de las características de la fe salvadora buscando en los versículos bíblicos y comple-
tando las palabras que faltan en las oraciones.
Actividad 3. ¿Por qué es necesario poner nuestra vida bajo el Señorío de Cristo?
Responde a las siguientes preguntas en equipos de dos o tres alumnos.
a) Compartan testimonios de algunas dificultades que han experimentado en sus vidas y cómo el Señor les ha
ayudado.
b) Comparen sus testimonios con las dificultades que se mencionan en los siguientes versículos:
Juan 16:33, 1 Corintios 10:13, Efesios 6:10-12
c) Según Mateo 6:24 y Romanos 6:16 ¿cuál es la razón por la cuál Cristo debe tener el señorío en tu vida?
d) ¿Qué decisión importante nos ruega hacer Pablo en Romanos 12:1?
e) ¿Cuáles serán las implicaciones prácticas en sus vidas que traerá esta decisión?
45
Actividad 5. Autoevaluación ¿He tenido realmente esta experiencia de ser salvo?
Responde a las siguientes preguntas, señalando en el casillero correspondiente con sí, no.
Indica al maestro/a las áreas de tu vida en que has contestado no. Si en verdad y de todo tu corazón quieres arrepen-
tirte de tus pecados y ser salvo no lo dejes para la otra semana. Pide al Señor conforme a tu necesidad y confía plena-
mente en que Él hará su parte y te hará una nueva criatura.
Lecturas recomendadas
Isaías 57
Isaías 61
Salmo 51
Salmo 134
Salmo 147
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Lección
Que el alumno:
• Conozca los cambios internos que se reflejan en el estilo de vida del nuevo discípulo.
Objetivos • Comparta su testimonio sobre las evidencias del nuevo nacimiento en su vida.
• Verifique si está dando espacio al Espíritu Santo en su vida para que le guíe a reordenar
su vida conforme a las enseñanzas de Jesús.
Introducción
En las lecciones anteriores estudiamos la parte de Dios y la parte humana en la experiencia de la salvación. El
milagro del nuevo nacimiento marca el inicio de una serie de cambios internos y transformaciones externas que el
Espíritu Santo dirige en nuestra vida.
En esta lección hablaremos sobre estas evidencias externas e internas de la salvación que evidencian que el
Espíritu Santo ha venido a habitar en el corazón y ha iniciado la transformación de la forma de pensar y de vivir.
Los cambios internos sólo pueden ser apreciados por la misma persona, pero el proceso de transformación externa
en su manera de vivir puede ser apreciado por todos los que le rodean. Estas evidencias de cambio en la manera de
pensar, de hablar y de comportarse son la prueba contundente de que el arrepentimiento ha sido sincero y que en
verdad la persona ha nacido de nuevo.
Juan el Bautista fue quien precedió a Jesús anunciando a la gente de su tiempo que debía arrepentirse de sus
pecados. A los que confesaban con su boca su arrepentimiento Juan los bautizaba en agua. No obstante, Juan dudaba
de la sinceridad de algunas personas, porque llevaban una doble vida. Por un lado eran religiosos que cumplían con
todo lo que la ley judía señalaba, pero por el otro, su vida estaba llena de pecado. Por eso Juan los despedía dicién-
doles. “Haced frutos dignos de arrepentimiento…” (Mateo 3:8).
Hablaremos de estos frutos en esta lección y para ello responderemos a la pregunta: ¿Cuáles son los cambios
internos y externos en la vida de la persona que evidencian que ha nacido de nuevo?
Estudio bíblico
1 Un corazón pleno de felicidad
La historia del rey David siempre nos conmueve.
La Biblia nos muestra a David tal cual era, con sus debilidades pero también con una tremenda sensibilidad para
dejarse guiar por el Señor. Él era un poeta y escribió muchas canciones que se encuentran en el libro de los Salmos.
Una de ellas es el Salmo 32 donde David describe el gozo de haber sido perdonado, luego de la cadena de pecados
cometidos en relación a su adulterio con Betsabé.
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David trata de expresar en palabras el gran cambio que ha ocurrido en su interior cuando fue perdonado. Todos
los sentimientos negativos que causaba el pecado en su vida habían desaparecido y habían sido reemplazados por
“bienaventuranza”.
Esta palabra “bienaventuranza” significa felicidad. Este no es cualquier tipo de felicidad temporal como cuando
recibimos una buena noticia, sino un gozo profundo que viene al corazón del nuevo cristiano para quedarse. Esta
felicidad es posible porque ahora la única fuente de la felicidad verdadera que es Dios habita en su vida por medio
del Espíritu Santo.
Ésta no es una felicidad que nosotros podamos fabricar o fingir. Es una emoción natural que fluye en el interior
del nuevo discípulo desde que tiene la certeza de haber sido perdonado y haber sido reconciliado con Dios.
La expresión externa de esa felicidad va a depender de nuestra personalidad. Para David era escribir can-
ciones de alabanza a Dios. Con David pueden identificarse aquellos cristianos que cantan en voz alta mientras
escuchan canciones cristianas. Otros quizás no lo expresan de manera audible pero de todas maneras alaban a
Dios en su corazón.
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ello el salmista lo compara con la sed. En salmo 42:1-2 dice: “Como el ciervo brama por las corrientes de aguas,
así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré y me presentaré
delante de Dios?”
Esta sed insaciable de tener compañerismo con Dios es uno de los frutos de esta vida nueva como hijo o hija
de Dios.
El Señor Jesucristo es nuestro mejor modelo de una vida de oración. Él oraba cuando estaba contento y cuando
estaba triste. Cuando estaba relajado y cuando estaba estresado. El cansancio nunca le impidió orar, en ocasiones
pasó toda la noche orando (Lucas 6:12).
Desarrollar una disciplina de oración siendo sensibles a esa sed de nuestra alma por compañerismo con Dios es
indispensable para nuestra permanencia en el camino del Señor.
Los cristianos somos miembros de la familia de Dios. Esto es lo mismo que dice el apóstol Pedro en 1 Pedro
2:9-10. La palabra “linaje” significa unión a una familia por lazos de sangre. Todos los que han aceptado a Cristo
como su Señor y Salvador pertenecen al linaje de la familia de Dios. Esta relación no se refiere a un parentesco
político, sino a una línea directa de filiación. La iglesia ha sido escogida por Dios para ser su especial familia.
Todo nuevo creyente necesita del amor y del calor de esta familia para poder sobrevivir -espiritualmente
hablando- en este mundo contaminado por el pecado. A este compañerismo entre los cristianos se le llama
también “comunión”.
Al comienzo de la vida cristiana es normal sentir temor a entrar en un grupo de gente que no conocemos. Pero al
poco tiempo, cuando vamos haciendo amigos comenzamos a desear estar en compañerismo con los “hermanos en
Cristo”. En la Familia de Dios, Cristo es el hermano mayor y todos somos hermanos los unos de los otros (Romanos
8:29). Con el paso de los días y los meses llegamos a amar a la familia de la fe como si fuera nuestra familia de sangre.
Esto no es casualidad, Dios nos está preparando para vivir por toda la eternidad con nuestra familia espiritual.
En la iglesia local los nuevos creyentes o bebés espirituales deben recibir amor, calor, instrucción, protección y
disciplina. Una de las formas como el ser humano aprende es por imitación y solo estando con la iglesia podemos
aprender a vivir como hijos e hijas de Dios. La iglesia debe vivir como una familia donde los integrantes se
preocupan y se ayudan los unos a los otros (Gálatas 6:10).
Sin embargo, no debemos esperar que la iglesia sea “perfecta”. Sí bien es cierto que la iglesia debe vivir en
santidad, al mismo tiempo la iglesia está compuesta por seres humanos que son diferentes en muchas formas y que
son el fruto de las influencias que reciben de su medio familiar, religioso, social, político, cultural y económico.
Muchas veces ésto ocasiona roces y cambios de opinión en la familia de Dios; no obstante, en una familia lo que
debe prevalecer es el amor y el respeto. En la familia de Dios debemos poner todo nuestro esfuerzo para compren-
dernos, amarnos y apoyarnos que es la forma en que las familias permanecen unidas y son más fuertes.
Pida a dos voluntarios que lean los pasajes de Lucas 5:10-11 y Mateo 9:9.
Por ejemplo en Lucas 5:10-11 vemos como la vida de varios pescadores cambió, producto de un milagro de
pesca. De hecho el pasaje dice: “...dejándolo todo, le siguieron” y ellos comenzaron a ser discípulos de Jesús. Tam-
bién tenemos el ejemplo de Mateo cuando estaba sentado en el banco de tributos. De repente aparece por allí Jesús,
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lo mira y le dice: “Sígueme” (Mateo 9:9) y la Palabra dice: “Y se levantó y le siguió”. La vida de estos hombres
cambió en un instante.
Cuando el Espíritu de Dios viene a morar en nuestra vida nos cambia la visión. Antes veíamos al mundo, a las
personas y a nosotros mismos con nuestros propios ojos, pero ahora comenzamos a ver con los ojos de Jesús. A
medida que conocemos más a Jesús y nos relacionamos con Él y Su Palabra, nuestra visión se reenfoca para que
podamos ver como Jesús ve.
La nueva vida en Cristo trae consigo un reenfoque de nuestra forma de ver a la gente, de ordenar nuestras prio-
ridades, en el uso que hacemos del tiempo y en cómo usamos el dinero, entre otros.
Este reenfoque de la vida no es un cambio cosmético que afecta sólo el exterior de nuestra vida, ni tampoco es
esforzarse en obedecer ciertas reglas, sino una transformación de adentro hacia afuera, que se inicia por un cambio
de motivaciones y sentimientos y se irradia en la vida exterior.
Cuando el cristiano se encuentra frente a una situación y actúa como lo hacía antes (mintiendo, manipulando o
de otra forma) algo diferente pasa en su vida. Una voz en su interior lo reprende, le hace sentir tristeza por lo que
ha hecho o cómo lo ha hecho.
Pregunte a los alumnos: ¿De quién es esa voz según el versículo 30?
La presencia del Espíritu Santo en nuestra vida nos hace diferentes. Ya no podemos pecar con libertad como
antes lo hacíamos. La Palabra de Dios dice que el Espíritu que habita en nosotros se entristece cuando pecamos.
En la Biblia encontramos ejemplos claros de cómo un corazón transformado por el poder de Dios, busca resol-
ver las circunstancias difíciles de acuerdo a la Palabra de Dios. En Hechos 6:1-7 se relata un problema que surgió
en la iglesia de Jerusalén que pudo haber desatado un grave conflicto; pero al que los apóstoles dieron solución
abriendo espacio para que otros participen en el ministerio. Así, los apóstoles seguían cumpliendo con su llama-
miento y las viudas continuarían siendo atendidas en sus necesidades. El principio para resolver el problema aquí
fue buscar el bien para todos los involucrados.
En Gálatas 6:1 encontramos otro problema. Éste era un caso de un hermano que había pecado y la iglesia te-
nía que tomar una decisión sobre el asunto. El apóstol Pablo aconseja que cuando alguien sea sorprendido en un
pecado, los que son espirituales lo restauren ayudándole a llevar esta carga o esta vergüenza. Ésta -por cierto- no
es la solución más sencilla y fácil. Humanamente cuando alguien nos traiciona queremos hacerle pagar por lo
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que nos hizo. Pero la actitud de Cristo hacia el pecador es una de amor perdonador que busca restaurar y este es
el camino que Pablo les indica tomar. El principio aquí es amar y perdonar a quienes nos defraudan, aunque sea
el camino más difícil.
En Gálatas 2:11 encontramos un problema de conflicto entre dos hermanos en la fe, ambos líderes en la iglesia.
Pablo se había dado cuenta de que Pedro se estaba conduciendo mal con respecto a los creyentes no judíos. Sabia-
mente, en vez de comenzar a murmurar del apóstol Pedro prefirió enfrentarlo cara a cara. ¡Qué gran ejemplo para
la iglesia! En ningún pasaje bíblico nos dice que Pedro y Pablo después de este incidente quedaron enojados de
por vida; al contrario, corrigió Pedro su actitud y ambos líderes continuaron propagando el evangelio. El principio
aquí es que para resolver los conflictos interpersonales el mejor camino es confrontar al otro y decirle la verdad
con amor, buscando siempre el bien y el crecimiento de mi hermano o hermana.
La experiencia de salvación es una obra que ocurre en el interior del corazón pero que puede verse por
los cambios exteriores en la vida del cristiano. La salvación -cuando es verdadera- puede ser vista por otras
personas a través de los “frutos de arrepentimiento” que se muestran en todos los aspectos de la vida del
nuevo discípulo.
Alabanza: Expresiones verbales que salen espontáneamente del corazón de la persona en reconoci-
miento de quién es Dios.
Comunión: Esta relación entre los creyentes es también conocida bajo el termino griego “koinonía.”
La expresión era usada mucho en el Nuevo Testamento para describir a la iglesia de aquel entonces. La
koinonía existe cuando únicamente lo que une a los creyentes en Cristo es el amor. Esta koinonía es posible
cuando los hermanos en la Fe poseen al Espíritu Santo en sus corazones y practican sacramentos juntos
como por ejemplo, la Cena del Señor.
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Hoja de
actividades
5 lección
Actividad 1. ¿Cómo expresas en tu vida el gozo de ser un cristiano? ¿Con cuál de estos
ejemplos bíblicos te identificas?
Busca en tu Biblia algunas diferentes expresiones de la felicidad interior y señala aquellas que son semejantes a tu ex-
periencia y comparte con el resto de la clase.
¿Qué cambios podemos hacer en nuestra vida para aprender a ser más agradecidos? _____________________________
___________________________________________________________________________________________________
Haz una lista de las cosas que hacían juntos los miembros de la primera iglesia en Jerusalén. Luego en la columna de
la derecha haz una lista de aquellas cosas que hacen juntos en tu iglesia local. Para finalizar aprecia las coincidencias y
dialoguen sobre lo siguiente: ¿En nuestra iglesia local estamos dando evidencias de que somos una familia en Cristo?
¿Hay algo más que deberíamos hacer para estrechar los lazos de hermandad entre nosotros?
¿Cómo cultivaban la comunión en la iglesia de Jerusalén? ¿Cómo expresamos nosotros nuestra comunión?
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__ Viajar en un tren o autobús repleto de gente.
__ Quedar atrapado con tu automóvil entre el tráfico por horas.
__ Hacer fila en la caja del supermercado o del banco por mucho más de lo normal.
Si tu respuesta es sí, ¿pensaste, dijiste o sentiste algo como esto en ese instante?
Ahora reflexiona por unos momentos: ¿Cuán diferente hubiera sido tu apreciación si hubieras mirado esa ciudad o la
multitud con los ojos de Jesús?
Finalmente compara tu respuesta con Mateo 9:36 y comparte con el resto de la clase tus respuestas.
Una joven cristiana que buscaba trabajo fue recomendada por un hermano de la iglesia para trabajar en la juguetería
de un amigo. Era un negocio grande que vendía juguetes al mayoreo para jugueterías pequeñas. El primer día se presentó
en la mañana y la llevaron a la oficina de contabilidad donde le explicaron sus responsabilidades como asistente admi-
nistrativa. Entre otras cosas le enseñaron a escribir cheques, a registrar en los libros contables y comenzó a trabajar con
mucho entusiasmo. El salario que ofrecían no era exuberante pero tampoco era malo.
Sin embargo, algo extraño ocurrió casi llegado el mediodía. La tesorera le explicó que habían dos libros para regis-
trar los cheques y que se le indicaría en qué libro debía registrar cada uno. Luego continuó la explicación: “Este libro
es el que mostramos si vienen los inspectores de impuestos del gobierno y éste otro lo guardamos aquí debajo de esta
madera escondido, a éste le llamamos el libro negro.”
La joven entendió toda la explicación claramente y volvió a su silla. Pero algo comenzó a ocurrir en su mente y en
su corazón. Una voz en su interior le decía que eso estaba mal, que si ella se quedaba en este empleo cada día de su vida
en adelante estaría obligada a mentir. La joven se disculpó con la tesorera y le dijo: “disculpe señora, yo necesito este
trabajo y usted ha sido muy amable conmigo, pero yo no puedo quedarme. Si hago lo que usted me dice para ocultar
datos al gobierno estaría defraudando a mi Dios y para mí, una vida lejos de Dios no vale la pena. Por favor, entienda
las razones por las cuáles no puedo aceptar este empleo.” La joven salió del negocio y nunca regresó.
Reflexión personal
¿Crees que la joven tomó la decisión correcta? ¿Qué impacto crees que su forma de actuar causó en la tesorera? ¿Cono-
ces a alguien que se encuentra actualmente en una situación similar? ¿Cuál sería tu consejo para esta persona?
Lecturas recomendadas
Salmo 92
Salmo 148
2 Corintios 6
Efesios 4:17-32
Efesios 5:1-20
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Lección
Que el alumno:
• Conozca las actitudes pecaminosas que permanecían en los discípulos y que Jesús re-
Objetivos prendió.
• Compare sus propias actitudes con estas que había en el corazón de los discípulos.
• Comparta testimonio sobre estas actitudes pecaminosas que están presentes en su vida
y que necesitan ser limpiadas.
• Comprenda que, como Jesucristo, debemos ser pacientes con otros hermanos mien-
tras van descubriendo las áreas de su vida que necesitan ser purificadas y entregadas
al Señor.
Trozos de cartulina con las siguientes palabras: duda, egoísmo, impaciencia, enojo, in-
Recursos tolerancia, orgullo, inclemente, vengativo, peleador, ambición de poder. Cinta para pe-
gar los trozos de cartulina en la pizarra. Si no puede preparar los carteles puede optar
por ir escribiendo en la pizarra las palabras. Si puede, use colores.
Introducción
Al contemplar en los libros del Nuevo Testamento la obra gigantesca realizada por los apóstoles, el lector puede
concluir fácilmente en que estos eran hombres extraordinarios. Sin embargo estos no parecen ser los mismos hom-
bres que estuvieron con Jesús y que se retratan en los Evangelios.
Jesús escogió a doce personas imperfectas que necesitaban ser restauradas. Cuando Jesús llamó a los doce, éstos
se caracterizaban por ser personas sin desarrollo espiritual ni intelectual; impulsivos (Juan 21:7; 13:9; 18:10; Lucas
9:54; 1 Juan 4:8); pecadores (Marcos 9:33,34; 10:37; Lucas 22:24); incapaces de solucionar muchos problemas que
los dejaban perplejos (Mateo 18:21-35, 9:3; Lucas 10:29; 20:22); ignorantes; prejuiciados (Marcos 10:22); inestables
1
en su fe (Juan 6:67). Ninguno de los discípulos de Jesús “pertenecía a las clases superiores. Eran pescadores, cobra-
dores de impuestos, obreros. Mateo y Simón el Zelote, eran incluso, por su origen, mortales enemigos políticos”.2
Jesús hizo de este grupo de hombres con tantas imperfecciones… “Juzgando por los resultados la mejor generación
de maestros que el mundo ha conocido: doce hombres que después revolucionaron el mundo”.3 Un autor afirma con
razón: “El milagro más grande de la historia parece ser la transformación que Jesús efectuó en aquellos hombres”.4
Jesús escogió gente imperfecta que necesitaba ser restaurada y reconocía esa necesidad. Otras personas del
tiempo de Jesús necesitaban ser restauradas pero no lo reconocían, como los fariseos, a los cuales Él condenó por
su vanidad y orgullo, pues se negaban a admitir su necesidad de ser restaurados del pecado.
El propósito de esta lección es estudiar algunas de las actitudes pecaminosas que salían a la luz en la vida de los
discípulos y que Jesús reprendió en ellos, a fin de que podamos examinar nuestra vida para descubrir e identificar
aquellas actitudes arraigadas en lo profundo de nuestro corazón que no concuerdan con la vida santa que Dios
quiere que vivamos.
1
Price, JM. en “Jesús el maestro”. El paso, Texas: C.B.P., s/f. p. 29-46.
2
Gabner-Hainer, Antón en “ Vocabulario práctico de la Biblia. Barcelona: Herder, 1975: 407.
3
Maquis citado en Price, p. 46, op. cit.
4
T. R. Glover, citado en Price, p. 45, op. cit.
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Estudio bíblico
En el caminar con Jesús los discípulos demostraron que había cosas que les era difícil aceptar. Ellos querían
ser como Jesús pero encontraban en sí mismos pensamientos e ideas contradictorias con sus enseñanzas y ésto re-
veló la raíz de egoísmo que había en sus corazones. Debemos agradecer a Dios por los escritores de los Evangelios
porque no ocultaron las luchas espirituales que ellos tuvieron al tratar de vivir una vida de pureza y comportarse
como Jesús esperaba de ellos. Veamos si hay en nuestra vida actitudes como las de ellos que impiden que el carác-
ter santo de Jesús se refleje en nuestra vida.
Llega un momento en la vida de todo cristiano en que su fe tiene que ser puesta a prueba. Es algo que ocurre
a la mayoría de los jóvenes cristianos cuando cursan sus estudios universitarios donde escuchan muchas “voces”
que cuestionan y niegan la veracidad de la existencia de Dios, de Jesús y la validez de la Biblia como autoridad
para la vida.
Hoy en día estas voces llegan a los cristianos de todas las edades por los medios de comunicación. Casi todos
los días estamos expuestos a información que contradice y niega las afirmaciones de la Biblia sobre el origen de los
seres humanos, sobre la realidad de un Dios que nos ama y se relaciona con nosotros y de que tenga un propósito
para nuestra vida. Se pone en duda la existencia del pecado, de Jesús… y ¡hasta de nosotros mismos!
Una fe débil no sobrevivirá a esta tormenta de mentiras. Un cristiano que duda es vulnerable a la tentación y
en cualquier momento puede volver al pecado.
Cada creyente debe decidir si va a creerle a Dios, a quien no puede ver, o creer lo que ve y oye en los medios
de comunicación. Esta fe es obrada por el Espíritu Santo en nuestra vida, pero depende de nuestra decisión que
pueda crecer y hacerse fuerte.
Dibuje un corazón suficientemente grande en la pizarra para que entren todos los trozos de cartulina
y pegue la palabra: Duda. En esta lección se remarcan en negrita las palabras que debe ir agregando en
este corazón mientras se desarrolla la lección.
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impregnados por la forma de pensar egoísta de este mundo. Esa forma de pensar es normal a la gente que vive sin
Dios, pero es casi siempre opuesta a la verdad de Dios y a su voluntad para nuestra vida.
En el versículo siguiente Jesús hace una de las declaraciones más importantes y que más se ha debatido en la
historia de la Iglesia, afirmando que nadie puede ser su discípulo si no está dispuesto a tomar la cruz y seguirle.
Tomar la cruz es para nosotros hoy, estar dispuestos a obedecer a Dios en cualquier cosa que nos pida para llevar
salvación a este mundo perdido -cueste lo que cueste-, tomando la decisión de entregar todo por su causa, aun hasta
nuestra propia vida.
Los discípulos aún no habían hecho una entrega total y absoluta de sus vidas al Señor.
Parece ser que el ser humano siempre demanda paciencia hacia él, pero tiene problemas para ser paciente
con otros. Sobre todo es difícil para los adultos tener paciencia con los niños. Esta es la realidad que propaga
el personaje El Chavo, de la famosa serie televisiva de Roberto Gómez Bolaños, cuando exclama: “es que no
me tienen paciencia”.
Los discípulos se molestaron con los padres que llevaban a sus niños pequeños para que Jesús los bendijese. Los
judíos tenían la costumbre de bendecir poniendo las manos sobre la cabeza. Esta era una forma de dedicación o con-
sagración de la persona a Dios, siendo que desde entonces se consideraba que esta persona era propiedad de Dios.
Jesús les reprende la actitud a sus discípulos porque con su forma de actuar -impidiendo a los niños llegar hasta
él- estaban discriminando a estas criaturas cerrándoles el camino a la gracia divina y a la Salvación.
La impaciencia nos lleva al enojo y el enojo nos lleva a pecar. La impaciencia surge por la intolerancia o falta
de aceptación de otras personas. El cristiano debe ser una persona que ame a las otros tal cual son y no solamente
cuando le agrada como son y como se comportan. Este amor sólo puede recibirse de Dios cuando el orgullo es
limpiado de nuestro corazón.
4 Manifestaban dureza para juzgar a otros
Pida a un alumno que lea Lucas 9:51-54.
En esta ocasión la gente de esta aldea de Samaria había sido grosera con Jesús al negarle la ayuda que solici-
taba. Judíos y samaritanos se odiaban entre sí y Jesús tenía que pasar por tierra de Samaria para llegar a Jerusalén.
Probablemente los discípulos temían que ladrones los asaltaran y le hicieran daño al Maestro.
Jacobo y Juan (a quienes apodaban los hijos del trueno) se sienten ofendidos por estos samaritanos y haciendo
gala de su orgullo nacionalista le piden a Jesús autorización para enviar fuego del cielo y consumir a la ciudad y
su gente. Nuevamente la reacción impaciente surge, pero esta vez aunada a la inclemencia o falta de misericordia
y los deseos de venganza.
Dios jamás pondrá a nuestra disposición su autoridad y poder para que nosotros castiguemos a otros por haber
ofendido nuestro orgullo. Jacobo y Juan querían usar el poder de Dios para satisfacer sus deseos de venganza. Esta
actitud de los apóstoles nos recuerda al profeta Jonás, quien se sentó a esperar que Dios destruyera la ciudad. ¡Ni
por un momento se le ocurrió pensar en que Dios no es un Dios vengativo sino uno que mira a todas las naciones
con misericordia!
Jesús les reprende duramente porque los pensamientos y los deseos de ellos estaban diametralmente opuestos
al sentir del corazón de Dios. Jacobo y Juan tenían un corazón lleno de amargura contra los samaritanos. Estaban
más preocupados por la ofensa que recibieron de ellos que lastimó su orgullo que en demostrarles el amor de Dios.
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Su reacción ante la agresión de los enemigos no correspondía al “Espíritu de Jesús”. Ellos continuaban reaccionan-
do ante las circunstancias de manera que no era digna de un hijo o hija de Dios.
Dejar que en nuestro corazón echen raíces los sentimientos de odio y amargura y los deseos de venganza es
contrario al amor y la misericordia de Cristo que debe llenar nuestro ser.
Este suceso ocurre poco antes de la muerte de Jesús. En el versículo 1 dice que Jesús sabía que la hora de su
muerte había llegado. Todo el tiempo que Jesucristo vivió como hombre y sirvió en este mundo lo hizo mientras
caminaba hacia su destino: la cruz. El Hijo de Dios había venido al mundo para llegar a ese momento, esa era la
meta suprema de su venida, entregarse en sacrificio por nuestros pecados.
Pero en esta ocasión encontramos a Jesús dando una lección muy importante a los discípulos. En aquellos
tiempos la mayoría de la gente se desplazaba de un lugar a otro caminando por caminos polvorientos, contando
sólo con unas sandalias amarradas con tiras de cuero que cubrían sus pies, de manera que los pies se llenaban de
polvo lo cual causaba incomodidad. Al llegar a una casa como gesto de bienvenida los buenos anfitriones adinerados
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ponían a un esclavo a lavar lo pies de los invitados. Los discípulos estaban en una habitación prestada en la cual
no había anfitrión y aunque allí estaba el recipiente con el agua y la toalla, ninguno de los doce tomó la iniciativa
para prestar este servicio a los demás, ninguno quiso tomar el lugar de siervo.
Probablemente todos estaban esperando que Jesús señalara a uno de ellos y le ordenara hacer ésto. Mientras
estaban comiendo, Jesús se levanta en silencio, toma el agua y comienza a lavarles los pies. Jesús, el Hijo de Dios
encarnado no sentía que asumir este trabajo para servir a otras personas era una deshonra o una humillación, pero
el orgullo que estaba arraigado en el corazón de los discípulos les hacía pensar de otra manera.
En el verso 7 Jesús nos da la respuesta. Pedro no podía entender que Jesús, el líder del grupo, el Hijo de Dios,
el Dios hecho carne, se rebajara a tomar este papel de esclavo, lo que socialmente se consideraba entre los oficios
más humillantes. Pero Jesús le dice que lo que Él estaba haciendo no era posible que lo comprendiera todavía pero
que lo comprendería después. ¿A qué se refiere Jesús con ésto? ¿Cuándo comprendería Pedro que el hacer obras de
servicio al prójimo no es algo que degrada a los ojos de Dios, sino todo lo contrario?
Queda claro en estas palabras de Jesús, que el servir a otros debe ser una característica natural en la vida del
cristiano. Pero aunque los discípulos amaban al Señor y querían imitarle en todo lo que Él hacía, todavía no alcan-
zaban a comprender la grandeza de Su amor y no eran capaces de amar a otros de esta manera, no podían vivir la
vida como Jesús.
Mientras Jesús estuvo con ellos fue el modelo de esa clase de vida donde el amor de Dios se derrama desde el
corazón hacia afuera, aunque ellos demostraron una y otra vez que no eran capaces de reproducir este amor santo
en su vida. Jesús no ignoraba ésto; el amor de Dios no se puede imitar, no se puede obtener por los esfuerzos hu-
manos, no se produce por hacer sacrificios personales, ni por estar convencido de que es lo que debemos hacer.
En el versículo 20 les dice que la capacidad para amar de esta manera sólo podría llegar a sus vidas cuando re-
cibieran al que enviaría en su lugar. Luego en el capítulo 14: 16-17, Jesús les dice que Él enviará al Espíritu Santo.
Esta obra del Espíritu Santo será el tema de la lección siguiente.
En la próxima lección hablaremos sobre la provisión que Dios ha hecho por medio de la muerte de Cristo y
la obra del Espíritu en nuestra vida, para ser libres de estas actitudes egoístas (señale el corazón de la pizarra) que
impiden que el amor de Jesús se apodere de nuestro espíritu, mente y corazón.
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Resumen de la enseñanza principal de los pasajes estudiados:
Los pasajes estudiados nos muestran algunas de las reacciones que salían a la luz en la vida de los
discípulos donde ellos podían ver las evidencias de que necesitaban una obra más profunda de limpieza
del pecado en su ser. El seguir a Jesús y servir a otros requiere que estas actitudes sean purificadas.
Cada cristiano, así como los discípulos, ve surgir estos pensamientos, actitudes, palabras y hasta
acciones en su vida. Sólo el poder del Espíritu Santo morando plenamente en el creyente puede lim-
piar este pecado indeseable que trae tristeza y dolor a quien desea agradar a Dios en el 100% de todo
lo que piensa, dice y hace.
Fe: La fe es una persuasión, proviene de la palabra griega “pistis” que significa “estar convencido, creer
fuertemente, tener la convicción de que una cosa es real, verdadera o cierta”.
Siervo: Un siervo es aquel que trabaja para otra persona. Los sirvientes pueden ser esclavos o pueden
ser remunerados por sus servicios. Al decir que somos siervos de Dios, le estamos diciendo que Él es nuestro
dueño y que estamos a su disposición.
Esclavo: El esclavo es aquella persona que sirve a otra porque esa otra persona es el dueño de su vida.
Los esclavos casi siempre tienen pocos derechos y pueden ser usados por su amo o dueño de la manera que a
ellos les plazca. Ser un esclavo es lo exactamente opuesto a ser una persona libre. Pero a veces, por decisión
propia, decidimos hacernos esclavos de alguien más. Como cuando decidimos hacernos siervos de Dios, le
estamos diciendo que queremos ser sus esclavos para que Él controle nuestras vidas.
Humildad: La humildad es básicamente una actitud de modestia. Para ser una persona humilde es nece-
sario entender que nuestro orgullo propio puede llevarnos a tener un concepto mucho mas alto de nosotros mis-
mos de lo que en realidad somos. Aunque muchas veces seamos exitosos y prósperos, como personas humildes
tenemos que entender que todo lo que tenemos, incluyendo nuestra vida, es un regalo de la Gracia de Dios.
Egoísmo: La palabra de Dios nos dice en Mateo 10: 8b que si de gracia recibimos, de la misma manera
tenemos que dar. Cuando no queremos llevar a cabo este mandato dado por nuestro Señor Jesucristo, estamos
siendo egoístas. El ser egoísta quiere decir que no queremos que los demás tengan lo que nosotros tenemos.
Orgullo: Cuando nos referimos a orgullo queremos decir que la arrogancia, vanidad y el exceso de
estimación propia son parte de nuestras vidas.
60
6
lección
4. ¿Estás de acuerdo en que el miedo y la duda son síntomas de falta de fe? ___________________________________
____________________________________________________________________________________________________
6. Lean 2 Timoteo 1:12 y comparen lo que dice sobre la fe con la definición de la pizarra y las ideas que escribieron en la
pregunta anterior. Luego escriban una definición de fe propia del grupo. ____________________________________
____________________________________________________________________________________________________
7. En base a estas definiciones describan ¿Cómo es una fe débil? (Puedes usar palabras como: desconfiada, dudosa, teme-
rosa, fluctuante, indecisa y otras). ____________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________________
8. Señala en el siguiente test entre el 0 y el 10 ¿cómo está tu fe en este momento? Marca un círculo alrededor del número,
siendo el 0 lo más bajo y el 10 lo más alto.
a. ¿Tienes o has tenido problemas para seguir a Jesús, o sea obedecer todo lo que te pide?____________________________
____________________________________________________________________________________________________
c. ¿Qué es lo que estás dispuesto a hacer para seguir a Jesús hoy, si el te lo pidiera? Señala si, no o tal vez en la siguiente lista.
61
No Talvez Sí
1. Arriesgar tu vida predicando en un país donde hay pena de muerte por hacerse cristiano.
2. Cuidar a un enfermo con sida.
3. Ir de misionero a un país donde puedes enfermar de algo incurable.
4. Ir a evangelizar a los niños de un barrio donde hay pandillas violentas.
5. Pasar noches en vela para atender a drogadictos en recuperación.
6. Vender tu auto confortable para comprar un viejo microbús y llevar gente a la iglesia.
7. Sacrificar el tiempo de los partidos de fútbol para prepararte para enseñar a otros.
8. Renunciar a un trabajo bien pagado para tener más tiempo para el ministerio.
9. Ayunar la comida que te gusta para ofrendar ese dinero a las misiones.
10. Dormir menos para estudiar en el Seminario o escuela de liderazgo.
¿Crees que tu reacción se debe a orgullo, vanidad, egoísmo o auto complacencia que hay en tu corazón? ________________
____________________________________________________________________________________________________
¿Crees que serías un mejor cristiano si tu corazón fuera libre de estas tendencias egoístas? ___________________________
____________________________________________________________________________________________________
¿Cuáles son los trabajos de servicio a otros o a la comunidad que son menos valorados por la sociedad? ________________
____________________________________________________________________________________________________
Haz una lista de aquellas cosas en las que te cuesta servir a otros de buen ánimo en tu hogar, en tu trabajo, en la iglesia, en tu
comunidad, etc. ______________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________________
¿Qué crees que necesitas para tener la disposición que tenía Jesús a servir a otros? ___________________________________
_____________________________________________________________________________________________________
Actividad 5. Haz un dibujo que represente tu corazón y escribe en él las actitudes pe-
caminosas que están presentes en tu vida y que necesitan ser limpiadas.
Lecturas recomendadas
Juan 1:19-28
Juan 14:15-31
Juan 15:1-17
Juan 16:1-24
Juan 17:1-26
62
Lección
7 Que el alumno:
¿Natural, carnal o espiritual?
• Conozca los diferentes estados espirituales y el lenguaje bíblico que los describe.
Objetivos • Comprenda que el cristiano no ha sido salvado para vivir esclavo del pecado.
• Identifique dónde se encuentra su vida en este momento en cuanto a su progreso
espiritual.
• Tome conciencia de que la llenura del Espíritu no es una opción sino una etapa más
en el desarrollo del cristiano.
• Sea incentivado a experimentar esa vida de calidad, libre del dominio del pecado que
provee la llenura del Espíritu.
Introducción
En la lección anterior estudiamos sobre las actitudes pecaminosas que permanecen en los creyentes y que son
fruto de la raíz de pecado que anida en su ser interior. En esta lección y la siguiente estudiaremos cuatro tipos de
estados espirituales y vamos a conocer más sobre el pecado que mora en la vida del creyente y que le estorba para
vivir la vida conforme a la voluntad de Dios.
Luego pida a cada grupo que se identifique, por ejemplo ¿Quiénes se identificaron con Julia? ¿Quiénes
con Roberto? Y así sucesivamente. Luego felicite a su clase por su honestidad y obsequie unos caramelos
como recompensa por un trabajo bien hecho.
Continúe explicando lo siguiente y mientras habla, escriba el nombre de los personajes y la palabra
clave de cada uno en la pizarra.
Para los que se identificaron con Julia, la palabra clave que describe tu experiencia con Dios es: Relación, ¡fe-
licidades, eres una persona espiritual! Tú desarrollo espiritual es como debe ser.
Si tu vida es como la de Miguel, la palabra clave para ti es insatisfacción. No te desanimes, ahora conoces a Dios
pero quieres más y ese sentido de insatisfacción es una etapa más de tu crecimiento cristiano. Esta inconformidad
la ha puesto el Espíritu Santo dentro de ti porque Dios quiere llevarte a una entrega más completa a su voluntad.
¡Felicidades! Vas por buen camino.
Si tu vida se parece a la de Karina, la palabra clave que describe tu experiencia con Dios es: religión, eres una
persona natural, o sea, aún no has aceptado a Cristo como tu Salvador personal.
Si tu vida es semejante a la de Enrique, la palabra clave que describe tu experiencia con Dios es: Conocer; y en
palabras del apóstol Pablo eres un cristiano carnal. Tu vida no es lo que Dios quiere para ti. Necesitas un compro-
miso más profundo con el Señor.
63
Estudio bíblico
Veamos qué nos dice la Palabra de cada uno de estos estados. Todo cristiano que desea crecer a semejanza de Cristo
pasa en su vida espiritual por tres etapas:
La persona natural es como Karina, está viva pero muerta espiritualmente porque vive separada de Dios. Su
mente, sus emociones y su voluntad están dirigidas por su carne. Toma sus decisiones guiada por su propio enten-
dimiento sin la orientación de la Palabra de Dios. Hemos estudiado este estado espiritual en las primeras lecciones
de este trimestre.
En Efesios leímos que todos los que ahora somos salvos pasamos por esta etapa cuando vivíamos en desobe-
diencia a Dios. Esta es una persona que comete pecado en su pensamiento, en su hablar y en su manera de hacer
las cosas. La lista de pecados de Gálatas 5 incluye tanto el pecado interior como las manifestaciones externas que
son el fruto de éstos que no se pueden ver.
La persona natural está muerta espiritualmente. Puede ser una persona muy malvada o puede ser un buen
ciudadano, una persona decente que se ve a si misma como justa, pero al no tener a Cristo en su vida no tiene al
Espíritu ni tiene vida eterna. Tiene cuerpo y alma, pero no tiene vida espiritual. Romanos 8:9 dice: “Y si alguno no
tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.”
Esta persona necesita arrepentirse de sus pecados y aceptar a Cristo como su Salvador personal.
Todos los cristianos vivimos en la carne, porque estamos en un cuerpo de carne, pero hay una diferencia entre
vivir en la carne y ser carnal. Esta palabra griega que se traduce “carne” representa todo aquello que se opone al
Espíritu. Los deseos de la carne nos quieren impulsar a servir a la carne o sea vivir conforme nos dictan los deseos
del cuerpo, la mente y las emociones. No es que el cuerpo sea malo, pues es creación de Dios y Dios no hace nada
que sea malo o que no sirva. Pero el problema del cuerpo es que está acostumbrado a satisfacerse a sí mismo de
manera egoísta.
Por ejemplo un alcohólico que quiere dejar de beber, no puede obedecer a su cuerpo porque éste desea seguir
bebiendo y se ha hecho dependiente del alcohol. A menos que su voluntad se imponga a los deseos de su físico
seguirá siendo un bebedor toda su vida.
Ahora bien, esta carne permanece en todos los nuevos creyentes y muy pronto se manifiesta en la vida del
discípulo como vimos en la lección anterior. Algunos cristianos se confunden cuando descubren este anhelo dentro
de sí mismos de volver a las cosas que habían dejado. Probablemente ésto se debe a que están confundidos al creer
que en la experiencia de salvación se acaban todos los problemas con el pecado.
Pero no fue así. En realidad, en su interior se inició una guerra. Vencer las tentaciones se hace difícil, hay un
deseo creciente en su interior de satisfacer los deseos de la carne, que se oponen a la vida que Jesús quiere ense-
ñarle. Esta fuerza interior que nos invita a desear lo opuesto a la voluntad de Dios, recibe también los nombres
de “vieja naturaleza”, “viejo yo” o “viejo hombre”. Este deseo proviene de la raíz del pecado de Adán con el cuál
toda la raza humana ha sido contaminada. Este “viejo yo” desea que vuelvas a las costumbres que tenías antes de
ser cristiano y lucha para que en tu vida no se arraiguen hábitos nuevos como orar, diezmar, amar a los enemigos,
servir a otros primero, etc. Tu cuerpo se resiste a los cambios, tu mente se resiste a ser una persona diferente, tu
corazón no quiere separarse de los viejos amigos que ahora se burlan de ti por ser un cristiano…
64
Alguien describió que la vida del cristiano en esta etapa es como tener dos leones peleando en su interior para
ver quién logra tener el dominio. Uno es el león viejo, nuestra vieja voluntad también llamada el viejo hombre o el
“yo” pecaminoso, la cual está acostumbrada a dominar y no tiene ninguna intención de sujetarse a Cristo. Esta es
nuestra identidad anterior, nuestra vida vieja habituada al pecado, lo que éramos antes de haber nacido de nuevo en
Cristo. El otro león es joven, es la vida nueva, la persona regenerada y renacida en Cristo que desea agradar a su
Salvador y Señor. El creyente pronto descubre que el león viejo es difícil de mantener bajo control.
Lo natural en la vida del cristiano no es permanecer mucho tiempo en este estado. En las lecciones siguientes
veremos la salida que Dios ha provisto en Cristo para darnos libertad completa de esta condición de pecado.
Hay otra forma de vivir a la que Dios quiso llevarnos desde que nos ha dado la vida en Cristo Jesús, es la
vida conforme al Espíritu. Como Julia, la persona espiritual ha ido más allá de la experiencia de la salvación y ha
descubierto que ser lleno del Espíritu le ha cambiado la vida.
Si leemos los primeros capítulos del libro de los Hechos, comprobaremos que cuando los discípulos fueron lle-
nos del Espíritu Santo se produjo un cambio maravilloso en sus vidas. Mientras ellos estaban con Jesús no podían
vivir a la altura de la vida de su Maestro, pero cuando el Espíritu les llenó, de repente comenzaron a tener poder
para vivir la vida como su Señor.
Veamos algunos de los resultados de la llenura del Espíritu en la vida de estos hombres y mujeres.
Cuando el Espíritu llena al creyente, un amor nuevo hacia Dios se establece en su corazón. Cuando recibimos
el amor de Dios, éste inunda nuestro ser, comienza a desbordarse y amar a otras personas es algo que fluye natural-
mente de la vida del cristiano. Nuestro corazón se convierte en algo así como una represa que es anegada de agua
fresca y tiene que abrir las compuertas para derramar el agua a los campos sedientos o de otra manera estallará.
Cuando Jesús nos llena de Su vida con Su Espíritu, Él y nosotros nos volvemos uno. Es algo así como una sim-
biosis espiritual y Él comienza a llenar nuestros pensamientos de sus pensamientos, nuestros afectos de los suyos,
nuestra pasión de Su pasión. Lo normal en la vida del cristiano es que desee esta relación más profunda con Jesús.
La unidad con el Cuerpo de Cristo se fortalece
El amor de Dios derramado en el corazón de los discípulos reemplazó las malas actitudes que había en ellos. El
amor de Dios es lo que hace posible que podamos amar a otros cristianos y estemos dispuestos a servirles en sus
necesidades. Los cristianos de la iglesia primitiva compartían sus bienes materiales y su riqueza espiritual.
Muchas veces en la iglesia tenemos problemas cuando ponemos a trabajar personas que por su temperamento
chocan entre sí. Algunas iglesias llegan a dividirse por este tipo de peleas que terminan enemistando a los hermanos.
65
Cada uno dice amar a Dios individualmente pero ninguno está dispuesto a ceder en su orgullo para que la obra de
Dios gane. ¡Es difícil creer que estas personas estén llenas de este Espíritu de amor de Dios!
En algunos de nuestros países de Latinoamérica todavía se pueden ver las construcciones donde se usaba
barro para unir los bloques de piedra o los ladrillos de arcilla cocidos. Estas construcciones se han mantenido
en algunos casos por más de cien años, pero estas paredes son fáciles de demoler. En España, también se pue-
den encontrar todavía en los pueblos casas viejas cuyas paredes son de piedras naturales puestas una sobre la
otra y unidas con barro. Usted puede sacar con facilidad una piedra pequeña de estos muros porque la mezcla
que las une no es buena. Todas estas construcciones se hicieron donde y cuando no había cemento disponible,
o donde no se sabía que existía tal cosa. Pero hoy en día ¿a quién se le ocurriría hacer una casa uniendo los
ladrillos con barro?
El amor de Dios tal como se describe en la Biblia es como la mezcla de cemento que se usa para unir los la-
drillos en una pared. Este amor está disponible, sin embargo algunos siguen usando sustitutos que no unen de la
misma manera, como el barro que se usaba antaño.
El creyente lleno del Espíritu tiene una unción especial que produce fruto cuando sirve al Señor. Esto se debe
a varios factores de los cuales mencionaremos algunos.
El cristiano lleno del Espíritu es humilde para aprender, ha muerto al egoísmo que le llevaba a creer que todo
lo sabía. Una persona que estudia y se prepara es más útil en la obra de Dios y su trabajo rinde mayor fruto. Otros,
a causa del orgullo, andan a tientas cometiendo multitud de errores que pudieron prevenirse y gastan su tiempo y
energía sin mayor provecho.
El cristiano lleno de la presencia del Señor trabaja en sociedad con el Espíritu Santo. En su caminar diario
aprende a conversar con el Espíritu y a tomar decisiones guiado por el Espíritu. Es el Espíritu quien le muestra a
dónde debe ir a predicar el evangelio, Él le hace recordar la enseñanza de la Palabra para cada ocasión, Él le da
sabiduría práctica para resolver los problemas de la vida y dar consejo a otras personas.
El Espíritu Santo va delante de la persona espiritual preparando los corazones de la gente para que tengan ham-
bre de oír la Palabra de Dios y deseen arrepentirse. Por otra parte, el Espíritu le da la valentía al hombre o la mujer
espiritual para hablar sin temor y sin vergüenza a las personas.
La voluntad de Dios para sus hijos es que no ofrezcan ninguna oportunidad al pecado en sus vidas. El desea
expresar su amor por este mundo perdido por medio de todo nuestro ser, convertir nuestras manos, mentes y pies
en instrumentos útiles y bien afinados que Él pueda usar. Los cristianos santos hablan con verdad, aman lo justo, se
apasionan por la obra de Dios, invierten su tiempo, sus capacidades y bienes para servir a Dios. La vida de santidad
es posible sólo cuando somos llenos del Espíritu Santo de Dios.
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El apóstol Santiago le llama “hombre de doble ánimo” que significa “una persona que tiene dos almas o una
doble vida”. Esta persona quiere vivir como cristiano y como mundano al mismo tiempo; no quiere renunciar a los
placeres terrenales, pero tampoco quiere perderse la vida eterna.
Personas como éstas tienen su mente y sus afectos divididos, no están dispuestas a renunciar a hacer su volun-
tad para seguir a Cristo en un cien por ciento. El cristiano carnal no está viviendo una vida agradable a Cristo.
Ningún hijo o hija de Dios tiene que permanecer en esta doble vida. El pecado es difícil de abandonar, penetra
en nuestro pensamiento, en nuestra personalidad, nos esclaviza llevándonos a hacer cosas que nos avergüenzan y
nos impide ver la salida que Dios nos ofrece por medio de Cristo Jesús. Pero cada hijo de Dios puede y debe vivir
libre del dominio del pecado.
¿Desea usted que Dios quite completamente el pecado de su vida y le dé la libertad de su dominio? En las
próximas lecciones vamos a profundizar más sobre el peligro de vivir en la carne y los beneficios de la vida en
el Espíritu.
Todas las personas viven en uno de los cuatro estados espirituales. La persona natural es aquella
que no tiene una relación con Dios, vive en pecado, no tiene vida espiritual y a menos que acepte a
Cristo como Salvador está destinada al infierno. El nuevo cristiano es una persona que ha renacido del
Espíritu y está en una etapa de crecimiento en su relación con Dios. Seguir a Jesús se le hace difícil
debido a la herencia de pecado que hay en su vida y que necesita ser quitada por el Espíritu Santo.
La persona espiritual es aquella que ha entregado el cien por ciento de su vida al Señor, ha muerto al
egoísmo y crece en su relación de amor con Jesús y con sus semejantes. El cristiano carnal es un cre-
yente que permanece por decisión propia viviendo una doble vida, su relación con Dios no es íntima
y su vida es una mezcla de lo mundano con lo cristiano. Este último estilo de vida no es agradable a
los ojos de Dios.
Mundano: Perteneciente al mundo, que sirve al pecado y que es opuesto a Dios y a su voluntad. Puede
usarse para señalar una costumbre, estilo de vida o una persona que no es agradable a los ojos de Dios.
Simbiosis: Asociación de dos o más elementos para formar una sola unidad, una vida en común.
Carne: La vida del hombre habituada al pecado cuyo estilo de vida es proveer para sus propios gustos,
placeres y ambiciones egoístas. En esta vida domina el “yo” o la voluntad de la persona.
Vieja naturaleza, viejo yo o viejo hombre: Otros nombres que recibe la vida en la carne, la cual
se denomina “vieja” para distinguirla de nueva vida en Cristo que ha venido a reemplazarla.
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Hoja de
actividades
7 lección
Actividad 1 ¿Con quien te identificas más? ¿A cuál de estas personas se asemeja más tu
relación con Dios, con el mundo y con tu familia?
Julia:
Para Julia Dios es un Padre cercano y amoroso. Esta relación es muy importante para ella porque tanto su padre como el
padre de sus hijos no fueron personas cariñosas y tiernas.
Ella disfruta de su tiempo a solas con Dios, conversa con Dios como con un amigo. Habla de Dios con entusiasmo y tiene
la certeza de que Dios siempre la escucha, aún cuando está triste y desanimada. Habla con Dios en su casa, mientras viaja al
trabajo, cuando se levanta, cuando se acuesta… Para ella Dios es la persona más interesante del universo, alguien a quien vale
la pena dedicarle tiempo para conocerlo más. Para ella obedecer a Dios no es una carga pesada, sino es la respuesta natural de
alguien que ama a otro y desea agradarle.
Julia le ha entregado a Dios el control de toda su vida y siempre le consulta cómo usar sus talentos, cómo educar a sus
hijos y cada decisión importante o pequeña de su vida está bajo su dirección.
Para Julia vivir cada día en este mundo la confronta con un gran desafío. Ella sabe que las costumbres de las personas y los
principios por los cuales viven están lejos de lo que la palabra de Dios enseña. Ella examina la Biblia buscando dirección para
todos los asuntos de su vida: ¿cómo vestirse, como relacionarse con el sexo opuesto, qué ver en la TV, qué película alquilar?
Algunas veces es difícil e incluso doloroso obedecer al Señor porque las reglas de Dios no son populares.
Ella se esfuerza por criar a sus hijos de manera que amen a Dios y tengan una relación personal con Él. Ella confía en que
el Señor es su proveedor y le dará sabiduría para administrar sus entradas. Para ella su trabajo, es un servicio para Dios.
Julia sufrió mucho cuando su esposo decidió terminar con su matrimonio, pero se recuperó con la ayuda de su familia y
su iglesia. Luego de su divorcio ella decidió que ella y sus hijos servirían al Señor. Quiere ser un ejemplo de fidelidad cristiana
a sus hijos. Quiere que ellos recuerden su voz cuando oraba por ellos. Ella quiere que sus hijos sepan que tienen una misión
en este mundo para la cual Dios les ha dado la vida.
Miguel:
Miguel es un joven de 25 años que tiene unos meses de haber nacido de nuevo y está tomando las clases de discipulado
en su iglesia. Tiene muchos deseos de conocer más a Jesús, por eso se esfuerza por leer la Biblia y orar cada día. Le gusta ir a
la iglesia porque allí aprende cosas nuevas acerca de Dios. Miguel siente que está enamorado de su Señor, le admira profun-
damente y desea ser como Él en todas las áreas de su vida.
Pero últimamente descubrió que no es tan fácil obedecer a Jesús en todo lo que le pide. Muchas preguntas surgen en
su cabeza: ¿Qué es eso de amar a los otros como nos amamos a nosotros mismos? ¿Eso de vivir sin pecar, es verdad que es
posible? ¿Cómo puedo amar y perdonar a los que me han lastimado tanto?
Miguel quiere involucrarse en los ministerios de la iglesia y realmente disfruta mucho de esto de servir a otros, pero
a veces le resulta difícil cuando hay en la televisión un programa que le interesa, o cuando quiere quedarse los sábados a
dormir hasta tarde.
El admira a otros cristianos a los que siempre se les ve animados para trabajar en la iglesia y parece que nada les cuesta
renunciar a su tiempo libre para estar allí trabajando junto a los líderes de los ministerios. El admira a Jessica, por ejem-
plo, una joven de 23 años que todos los sábados llega al templo a limpiar y preparar todo para los servicios del domingo.
También admira a don José, un hermano mayor que siempre le recibe con una sonrisa en la puerta del templo y ¡se sabe el
nombre de las más de 100 personas que asisten! Pero su favorita es doña Sonia, que es la cocinera cuando hay un evento
especial. A ella la abandonó su esposo hace muchos años y sola crió a sus ocho hijos, trabaja de cajera en un supermercado
y todavía tiene tiempo para evangelizar y discipular a otros. ¡Ella ha traído a más de cinco familias a la iglesia desde que
se convirtió hace tres años!
Para Miguel es difícil dejar las cosas de la vida antes de ser cristiano. Todavía siente deseos de ir a bailar con sus amigos.
Le gusta fumar y de vez en cuando le da una probadita al cigarrillo. Miguel ha descubierto que dentro de sí hay una fuerza que
le hace difícil obedecer a Dios en todo. A veces duda de su salvación, porque aunque quiere ser como otros cristianos, siente
que nunca llegará a ser así.
Su relación con su familia no es fácil. De vez en cuando todavía le responde con mal ánimo a su padre. Pero el problema
mayor se presentó con su novia, Paula. Ella no es cristiana y no sólo no entiende el cambio que hay en la vida de Miguel, si no
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que lo obligó a decidir entre ella o la iglesia. Si quería seguir con ella tenía que demostrárselo empezando a vivir juntos como
pareja (aunque sin casarse). Miguel con mucho dolor porque ama a su novia se vio obligado a terminar la relación. Él confía
en que Dios tiene una esposa cristiana para él y está decidido a esperar por ella.
Miguel no quiere volver atrás, él desea con todo su corazón tener la valentía para romper con todo lo que había en su pasado
que le relaciona con el pecado. Miguel quiere tener esa fuerza interior para servir a otros y que no le cueste tanto dejar otras cosas
para dedicar tiempo al trabajo en la iglesia. Miguel sabe que la felicidad que experimenta con Jesús, en nada se compara a la
felicidad que le daba el mundo y quiere con todo su corazón que Dios llene su ser de Su amor y de pureza para ser como Jesús.
El quiere ser recordado como alguien valiente que siguió y sirvió a Jesús con todas sus fuerzas.
Karina
Karina tiene conciencia de que existe un Dios o fuerza de vida o ser superior, como quieran llamarle. De pequeña su
abuela la llevó a la Escuela Dominical pero ya casi no recuerda nada de aquella época. Tiene prejuicios contra la iglesia orga-
nizada y desconfía de los evangelistas de TV y sacerdotes. A veces se pone a pensar acerca de Dios cuando está de vacaciones
en las montañas o en el mar.
Karina se considera una persona religiosa. Para ella Dios está en todas partes. Recientemente le ha despertado curiosidad
por leer libros sobre la vida espiritual. Ha comprado biografías del Dalai Lama, Mahatma Gandi, Buda y otros. Ha probado
la meditación y la psicoterapia para ponerse en contacto con su ser interior. Cree que dentro de ella misma está la clave para
cumplir con su destino en este mundo. Para ella la autoridad de su vida es su propio yo iluminado.
Karina está siempre en onda con lo nuevo. Opina negativamente sobre el aborto, la homosexualidad, la eutanasia, pero
defiende el dercho de cada persona a escoger lo que quiera, lo que para ella vale realmente, es el libre derecho del ser humano
a hacer lo que quiera con su vida y su cuerpo.
El trabajo para ella es un campo de juego donde unos y otros compiten por el éxito, el dinero, el poder y la realización
personal. Ella está determinada a tener éxito en su profesión cueste lo que cueste.
Se va a casar cuando encuentre realmente un buen candidato, por ahora está pensando mudarse con su novio actual para
ver como funciona.
Ella sueña con tener hijos con buena educación y que sean unos triunfadores. Quiere que sus hijos la recuerden como una
mujer inteligente, independiente, afectuosa y divertida.
Ella quiere ser recordada como alguien que sabe bien lo que quiere y sabe luchar por sus sueños.
Enrique
Enrique tiene mucho tiempo de ser cristiano y sabe mucho acerca de Dios, él puede recitar versículos bíblicos de memoria
como nadie y se expresa muy bien en la oración en público. También ora en su casa desde que aceptó a Jesús como su Salvador
en su juventud.
Para él, Dios es un líder poderoso y que está demasiado ocupado resolviendo los problemas de este mundo. Él no cree que
Dios tenga interés en cultivar una relación personal con él.
Enrique ora por las mismas cosas una y otra vez porque piensa que de esta manera por su insistencia quizás Dios tenga mise-
ricordia y le escuche. Por lo general sus oraciones son por cosas que él mismo necesita: trabajo, seguridad para su familia, etc.
Para él, servir a Dios es su responsabilidad. Él es cristiano porque es el estilo de vida correcto, pero “siempre y cuando
no te vuelvas un fanático” dice. A él le gusta compartir con la gente en la iglesia y colaborar con la iglesia porque es lo que
Dios demanda de él y a Enrique no le gusta sentirse culpable.
Entre la congregación además, tiene una red de contactos para su trabajo en la radio cristiana.
No le gusta mucho cuando el pastor de la iglesia pide ofrendas especiales o que den tiempo para algún ministerio. Para él
Dios le hizo para disfrutar de la vida.
Enrique no es una mala persona, a él le interesa conocer lo que Dios quiere para su vida, pero por lo general hace lo que
él quiere.
Para Enrique la Biblia es un libro un poco desactualizado en cuanto a asuntos de moral y valores. Enrique vive la vida de
acuerdo a las normas aprendidas de sus padres o de su comunidad cristiana.
Sus valores cristianos son flexibles. En su casa se ven programas de TV y películas que enseñan valores y principios que
están en rebelión contra la voluntad de Dios, pero está contento porque sus hijos todavía desean asistir al grupo de jóvenes de
la iglesia.
Para Enrique su trabajo es una forma de ganarse la vida y el éxito que tiene en su profesión se debe a su esfuerzo y talentos
naturales.
Tiene muchas esperanzas para su familia. Él se esfuerza por darle todo a sus hijos. Estos son adolescentes y pasan mucho
tiempo con amigos no cristianos, pero siguen sacando buenas notas en la escuela y no son tan malos o tan mal educados como
otros muchachos del barrio.
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Su matrimonio parece fuerte, pero han perdido el romance después de muchos años de vivir juntos. Hay como una especie
de pacto entre ellos dos: mientras él mantenga estable la economía de la casa ella lo tratará bien.
Enrique piensa que cuando lo recuerden van a decir: “Él y su familia trataron de servir al Señor”. Espera que sus hijos
sean mejores cristianos que él y que no tomen en cuenta que no pasó mucho tiempo con ellos debido a su trabajo.
Si es con Julia estás satisfecho/a con tu experiencia actual con Dios y te gusta crecer cada día en tu relación con Él.
Si es con Miguel, conoces a Dios pero no estás satisfecho/a de tu relación actual y estás en la búsqueda de una experiencia
y relación más profunda.
Si eres como Karina aún no has aceptado a Jesús como Salvador y estás viviendo como una persona religiosa.
Si eres como Enrique, conoces a Dios pero has optado por un estado de infancia espiritual que es extremadamente
peligrosa.
Lecturas recomendadas
Salmo 1
Salmo 42
Salmo 112
Lucas 8:4-15
Apocalipsis 3:14-22
71
Lección
8 Que el alumno:
Una infancia larga y peligrosa
• Comprenda que permanecer en la vida en la carne no es una opción para los hijos e
Objetivos hijas de Dios.
• Pueda identificar si existen en su vida las evidencias del dominio del pecado sobre la
voluntad de Dios.
• Reflexione sobre el mal que causa la persona carnal a sí mismo y a la iglesia del Señor.
La Biblia en diferentes versiones. Dos frutas de estación del mismo tipo, una verde y
la otra madura en el punto en que es más dulce. Por ejemplo: durazno, pera, papaya,
Recursos melón, banano u otro tipo en el cual la diferencia de sabor se distinga cuando la fruta
está madura. Un plato o fuente, cuchillo y palillos de dientes o servilletas para servir.
Llevarlas a la clase enteras, para cortarlas en trocitos y dar de probar a los alumnos un
trozo de fruta verde y otro de fruta ya madura y dulce. Calcule llevar suficiente para
toda la clase.
Introducción
En la lección anterior vimos el tipo de vida del creyente carnal que es semejante a la de Enrique. Enrique es
el típico creyente que se rehúsa a crecer, a ir más adelante en la vida espiritual. Vamos a hacer un repaso de lo que
vimos sobre la vida del creyente carnal.
Hemos apartado esta lección para estudiar este estado espiritual de los cristianos que se mantienen viviendo
en la carne porque este es el problema más serio que ha enfrentado la iglesia cristiana en toda su historia. Usted se
pregunta: ¿por qué? ¿Qué daño puede hacer este tipo de persona? ¿Por qué no les dejamos vivir la vida cristiana a
su manera? ¿Después de todo ellos son así y tenemos el deber de amarlos como son?
Si usted piensa de esta manera no tiene la información adecuada. Los cristianos carnales han sido y son el
peor enemigo para el avance del evangelio en este mundo. Para comprenderlo mejor vea las comparaciones de la
actividad 2.
Estudio bíblico
Inicie el estudio bíblico asignando a varios alumnos que lean 1 Corintios 3:1-4 en distintas versiones.
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En este capítulo de 1 Corintios el apóstol Pablo describe la situación espiritual en que se encontraban los cris-
tianos de Corinto. Les llama carnales y bebés espirituales, les dice que viven peleándose entre ellos y que son se-
mejantes a los hombres y mujeres pecadores. Esta era la razón de que el apóstol se viera limitado para enseñarles
las verdades espirituales, ya que ellos no estaban en condiciones de comprenderlas y ponerlas en práctica. No era
que a los creyentes de Corinto les faltaba inteligencia, ellos eran personas educadas y capaces de aprender; pero
eran incapaces de asimilar las verdades profundas que Dios tenía para sus vidas.
Este estado de carnalidad en que vivían los hermanos de Corinto causaba problemas a la iglesia, a los líderes
espirituales y a ellos mismos. Veamos entonces cuáles son los peligros de que el creyente permanezca indefinida-
mente en este estado.
El autor de la carta a los Hebreos, al igual que Pablo se encuentra con esta misma dificultad con algunos creyen-
tes judíos que se resistían a madurar. Los líderes de la iglesia no podían entrenarlos para que asumieran responsa-
bilidades de ministerio en la iglesia; por el contrario, debían ayudarles porque no tenían fortaleza espiritual. Debido
a que los creyentes carnales no pueden ayudarse a sí mismos tampoco pueden servir de guía espiritual para otro.
El autor de Hebreos dice en el verso 12: “debiendo ser ya maestros después de tanto tiempo,…” Estos herma-
nos tenían varios años de ser cristianos, pero no eran capaces de asumir responsabilidades en la iglesia.
En nuestro tiempo escuchamos con frecuencia a los pastores quejarse de los creyentes que no asumen responsabi-
lidades. En ocasiones encontramos iglesias donde asiste un promedio de 100 personas y ¡no pueden llenar apenas las
siete plazas de maestros de Escuela Dominical! Da mucha tristeza estar en alguna iglesia donde se piden voluntarios
74
para hacer tareas pequeñas, como por ejemplo alistar los elementos de la comunión, traer un plato de comida para
el almuerzo o colaborar con una ofrenda para el campamento de jóvenes de la iglesia y ver que pocas son las
manos que se levantan. ¿Qué nos pasa? ¿Qué es esta falta de interés? ¿Será que somos como niños incapaces de
asumir cualquier tipo de responsabilidad? ¿Será que nos falta amor y pasión por la obra de Dios? Todos estos son
síntomas de carnalidad y la carnalidad es pecado.
En las iglesias saludables los cristianos crecen. Desde que aceptan a Cristo como Salvador son discipulados en
forma constante hasta que están preparados para asumir responsabilidades en el Cuerpo de Cristo. La experiencia
de muchas de estas iglesias crecientes alrededor del mundo, demuestra que lleva un promedio de dos años preparar
a un nuevo creyente para que asuma una responsabilidad de liderar a otros, como por ejemplo ser un discipulador
o un líder de grupo de estudio bíblico o un maestro.
En ocasiones tenemos que reconocer que la culpa ha sido de los líderes de la iglesia local que no le han dado
prioridad al discipulado. Es triste que los nuevos creyentes permanezcan sentados en las bancas o sillas del templo y
que no haya preocupación en los líderes por entrenarlos para que ellos puedan involucrarse en el servicio también.
Por el contrario, cuando se dan las condiciones en la iglesia local y la persona recibe enseñanza para su nivel
de desarrollo espiritual y de todas maneras no hay progreso en su vida y no hay interés en servir a los demás, los
síntomas evidencian carnalidad.
No habían aprendido
Luego en el versículo 12 dice: …”tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudi-
mentos de la palabra de Dios…” Estos hermanos eran como alumnos de escuela que habiendo desaprobado el año
debían volver a cursar el mismo período y tomar las mismas lecciones.
Es importante que entendamos bien en qué consiste el aprendizaje. Para que ocurra aprendizaje espiritual se nece-
sita la participación de al menos tres sujetos: el maestro que cumple el rol de educador; el alumno que cumple el rol de
aprendiz o discípulo y el Espíritu Santo quien obra el milagro de la enseñanza. Es importante señalar que si cualquiera
de estas partes no cumple con su función entonces no hay aprendizaje. Veamos brevemente los roles de cada uno.
El maestro es el responsable de dar el alimento adecuado según la etapa de desarrollo espiritual de la persona.
A los bebés espirituales debe darles “leche” o sea las cosas básicas que se ven en las lecciones para nuevos cre-
yentes. Cuando tiene alumnos más maduros ya puede ir a los conceptos y verdades más profundas de la Palabra
de Dios. Sin embargo, la enseñanza espiritual no es sólo el traspaso de datos y conceptos del maestro al alumno,
pues el discipulado cristiano consiste en aprender a vivir como Jesús en todas las áreas de la vida. De manera que
el maestro o líder cristiano es uno que enseña a vivir y para eso es fundamental mostrar el ejemplo y constatar de
que sus alumnos estén viviendo de acuerdo a lo que se espera de ellos en cada etapa de su desarrollo.
El alumno es responsable de llevar lo que aprende a su diario vivir. En el discipulado cristiano no podemos es-
coger qué vamos a obedecer y qué no. Cuando hacemos este tipo de elecciones nos convertimos en carnales. Esta
actitud del creyente carnal es lo que expresa el dicho popular: “le entra por un oído y le sale por el otro”. Pero si
el alumno oye y aplica los conocimientos de la Palabra, su vida se desarrolla normalmente y la vida de Cristo se va
conformando en su ser, crece paso tras paso recibiendo más y más del Espíritu.
El Espíritu Santo es quien hace posible que lo que aprendemos por medio de los sentidos (oído, vista, tacto, etc.)
podamos comprenderlo, es decir que sea algo que tenga sentido para nuestra vida. El Espíritu nos da también la sabi-
duría para llevarlo a la práctica. Sin embargo, como toda gracia que viene de Dios, puede resistirse. El creyente puede
negarse a hacer algún cambio que sabe que Dios le pide; limitando de esta manera el actuar del Espíritu en su ser.
¿Cómo nos damos cuenta si una persona aprendió o no? Cuando da muestras de madurez ¿verdad?
75
Saque las frutas, muéstrelas a la clase y pregunte: ¿Cómo distinguimos la fruta madura de la inma-
dura? Deje que expresen sus ideas, al tiempo que usted corta las frutas en pedazos y pone los trozos en
dos platos diferentes, uno para las maduras y otro para las verdes.
Luego diga… la mejor forma de saber si una fruta está madura es probándola ¿verdad?
Permita que ellos tomen un pedazo de fruta de cada plato y lo coman. Luego pregunte: ¿Cuál sabe mejor?
¿Cuál prefiere usted? ¿Qué nos enseña ésto? ¿Cómo podemos comprobar que una persona está apren-
diendo y creciendo en la vida de Cristo?
Puede anotar sus ideas en la pizarra y luego hacer una síntesis de la opinión de la clase en una frase corta.
Eran inexpertos
Luego en el verso 13 les llama “inexpertos”, que significa carentes de experiencia. Estas personas no habían
experimentado muchas de las cosas de la vida cristiana. Eran rebeldes para poner en práctica en su vida lo que
aprendían y por eso no adquirían experiencia.
Por ejemplo, si aprendo que debo perdonar a los que me han ofendido y me niego a hacerlo, no estoy poniendo
en práctica el perdón. El perdón sigue siendo tan sólo un concepto para mí y no podré comprobar la libertad de
esa carga del odio o el resentimiento. Si no he perdonado, tampoco puedo poner en práctica el amor hacia mis
enemigos. Esta falta de obediencia va creando una barrera entre el Padre Celestial y el creyente, porque negarse a
obedecer es pecado.
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A veces la tendencia de los cristianos es a pasar por alto estos pecados a los que consideramos “pequeños”
como son los celos, la envidia, la lucha de poder y otros que causan grave daño a la hermandad entre los cristianos.
Pablo señala aquí lo grave de la conducta de estos hermanos, quienes habiendo nacido de nuevo seguían viviendo
y pensando como los que no son hijos e hijas de Dios.
Aunque ellos se consideraban espirituales, su forma de pensar y su modo de actuar demostraban lo contrario.
Cuando damos lugar en nuestra vida a reacciones temperamentales, orgullo, envidia, divisiones, palabras duras e
hirientes, falta de perdón, hablar mal de alguien a sus espaldas, falta de bondad, falta de interés por ayudar a otros,
etc.; lo que estamos mostrando son los frutos de la carne y la carne solo produce pecado. La carne es egoísta y
orgullosa, no genera amabilidad. La carne es todo lo opuesto al amor que es fruto del Espíritu.
Debemos mencionar que en los capítulos 5, 6, 7 y 8 de Romanos, Pablo relata la búsqueda del ser humano para
llegar a vivir la vida espiritual en compañerismo con Dios. El apóstol para darse a explicar mejor escribe en pri-
mera persona, o sea, actúa el papel de una persona que va de la vida natural a la vida espiritual.
En este capítulo 7 describe la lucha interior del creyente carnal (los dos leones de nuestra lección anterior) y
concluye con estas palabras de desesperación: “¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de
muerte?” Este es el grito desesperado de una persona que ha tratado por sus propias fuerzas vivir la vida de Cristo
y se siente miserable, fracasado, derrotado. Esta es una experiencia dolorosa pero necesaria.
El creyente carnal necesita “tocar fondo”, pues es la única forma de que esté plenamente convencido de lo
malo de su carnalidad. Hasta que no esté completamente seguro de que en su interior reside una fuerza de maldad
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que se opone a la voluntad de Dios para su vida, no pedirá ayuda de Dios. El Espíritu Santo trabaja en la vida del
creyente para llevarlo a este punto. Nos hace ver como en un espejo lo horrorosa que es la maldad que se aloja en
nuestro ser.
De la misma manera que el pecador arrepentido busca a Cristo para ser librado de sus pecados, el creyente tiene
que arribar a la certeza de su maldad y desesperación para que llegue finalmente al punto de reconocer que nunca
podrá ser como Cristo en sus propias fuerzas o con su propia inteligencia.
En la próxima lección vamos a ver que la única solución para salir de la carnalidad es renunciar por completo a
ella. No hay otra forma de comenzar a vivir en el Espíritu.
Anime a los alumnos a reflexionar en esta semana en las lecturas bíblicas sugeridas y a prepararse en
oración para hacer una entrega total y completa de su ser a Jesucristo.
La vida del creyente carnal no es lo normal que Dios quiere para sus Hijos. Cristo murió en la cruz
para hacernos totalmente libres del poder del pecado. El creyente que se mantiene obstinadamente
viviendo en la carne desobedece a Dios y no es apto para asumir responsabilidades de ministerio en
la iglesia. El Espíritu Santo trata de llevar al creyente carnal a un convencimiento de la pecaminosa
fuerza de maldad que lo habita, para traerlo al punto de reconocer que es impotente para vivir la vida
de Cristo por sus propios medios y que sólo renunciando por completo a esa fuerza de pecado puede
recibir la plenitud del Espíritu Santo de Dios.
Discernir: Distinguir algo de otra cosa, señalando la diferencia que hay entre ellas. Comúnmente se
refiere a poder distinguir entre lo bueno y lo malo.
Dones espirituales: Habilidad o capacidad recibida de Dios por medio del Espíritu Santo para rea-
lizar algún servicio cristiano. Por ejemplo: enseñanza, proveer para las necesidades de otros, orar por los
enfermos, entre otros.
Fruto del Espíritu: Se refiere a los resultados que produce la obra del Espíritu Santo en la vida del
cristiano y que se mencionan en Gálatas 5:22-23.
78
8
lección
1. Si la iglesia local fuera un equipo de fútbol los cristianos carnales serían los que marcan los goles en contra.
2. Si la iglesia local fuera un quirófano los creyentes carnales serían los que no se lavan las manos.
3. Si la iglesia local fuera un campo de trigo, los creyentes carnales serían la mala hierba que contamina los cultivos.
4. Si la iglesia local fuera un ejército, los creyentes carnales serían los soldados indisciplinados.
5. Si la iglesia local fuera una empresa de camiones de carga, los creyentes carnales serían aquellos que producen pérdidas
a los intereses de la compañía.
6. Si la iglesia local fuera una escuela, los cristianos carnales serían los alumnos reprobados.
7. Si la iglesia local fuera una agencia de noticias, los creyentes carnales serían los que se ocuparían de las secciones de
noticias negativas, chismes y de promocionar entretenimientos mundanos.
8. Si la iglesia local fuera un concurso de belleza, los creyentes carnales no pasarían el examen de admisión.
9. Si la iglesia local fuera un museo de obras de arte, los creyentes carnales serían como esos cuadros donde la firma del
autor apenas se puede ver, con dificultad.
10. Si la iglesia local fuera una biblioteca, los creyentes carnales se clasificarían DC (demasiado corriente).
11. Si la iglesia local fuera una empresa de productos alimenticios, los cristianos carnales no pasarían el control de calidad.
¿Te parece que algunas de ellas son exageradas? ¿Por qué? ___________________________________________________
____________________________________________________________________________________________________
¿Puedes hacer una lista de cosas buenas acerca de los cristianos carnales? Por ejemplo: ¿Cómo contribuye un cristiano
carnal para la propagación del evangelio? ________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
Comparte ejemplos de excusas que ponen los cristianos para continuar pecando, como puede ser la falta de perdón, la
avaricia, el enojo; la falta de compromiso con la obra de la iglesia, entre otros. _________________________________
____________________________________________________________________________________________________
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Actividad 3. El fruto de la carne produce lo opuesto al fruto del Espíritu de amor.
En la columna de la izquierda se incluye una lista de los frutos del amor que Pablo menciona en 1 Corintios 13, como los
distintivos de la vida espiritual. Como vimos la vida en la carne es lo opuesto a la vida en el Espíritu. Estos se incluyen en la
lista de la derecha. Señala en ambas listas cuáles son las conductas más frecuentes en tu vida actualmente.
Si tienes la mayoría de las marcas en la segunda columna necesitas ser libre del dominio de la carne en tu vida. Si tienes sólo
algunas, igualmente necesitas crecer en estas áreas específicas.
Lecturas recomendadas
Hechos 5:1-11
Gálatas 5
Gálatas 6
Filipenses 3
1 Juan 2:7-17
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Lección
Que el alumno:
• Conozca en qué consiste la vida de amor santo a la cual Dios quiere llevarnos.
Objetivos • Comprenda que sólo renunciando al autogobierno y la auto-idolatría puede ser lleno
del Espíritu Santo.
• Sea incentivado a orar para ser lleno del Espíritu.
Dos lapiceros u otro regalito para obsequiar a los ganadores. Un frasco grande (gigante) y
Recursos transparente. Una piedra grande y otras piedras menores de diferentes tamaños. Arena.
Practique esta demostración antes de hacerla en clase: Ponga primero en el interior del
frasco la piedra grande, luego acomode las otras piedras, de las más grandes a las más
pequeñas hasta llenar el frasco. Luego agregue arena hasta el borde. Esto es porque en
la clase usted llevará el frasco lleno con estos elementos, lo vaciará y pedirá a los alum-
nos que vuelvan a meter todos los elementos. Es importante que no diga el secreto de
poner las piedras grandes primero y deje que ellos intenten algunas veces a ver si logran
alcanzar el objetivo de poner todos los elementos.
Introducción
Comience la clase mostrando el frasco lleno y diga lo siguiente: La vida del creyente lleno del Espíritu
se parece mucho a este frasco. Dios quiere llenarnos hasta el borde con su Espíritu, es una llenura del cien
por ciento de su amor y su pureza. Pero para que Dios pueda llenarnos tenemos que vaciarnos primero
(vacíe el contenido del frasco en una bandeja).
En esta clase vamos a hablar de cómo ocurre este proceso de ser llenados del Espíritu Santo y para ello voy a
solicitar dos voluntarios para que vuelvan a meter todos estos materiales dentro del frasco.
Ubique a los voluntarios en un lugar visible para que los alumnos puedan verlos mientras trabajan.
Las instrucciones serán: poner todo en el frasco en 1 minuto de tiempo, una sola oportunidad y no debe
sobrar nada. Si lo logran se llevan el premio.
Sin embargo, es probable que fracasen. Agradezca a los voluntarios y señale el frasco mientras pre-
gunta a la clase: ¿Por qué no pudieron poner todos los ingredientes en el frasco?
Escuche las respuestas y luego diga: ¿Creen que lo habrían logrado si les hubiera demostrado cómo
hacerlo? Vamos a ver cuál es el secreto mientras estudiamos en la Palabra qué es lo que debemos hacer
para que Dios pueda llenarnos por completo de su Espíritu y darnos todas esas bendiciones que tiene
reservadas para nosotros.
Si lo logran poniendo las piedras grandes primero, felicítelos y entregue el premio. Luego diga que
ellos hicieron lo correcto pusieron lo más grande, la piedra más importante primero.
Como veremos en esta lección, para ser llenos del Espíritu Santo debemos dar a Dios el lugar de importancia
que merece en nuestra vida.
Estudio bíblico
1 ¿Deseas con todo el corazón ser santo como Él es santo?
El primer paso para preparar nuestra vida es estar seguros de que deseamos esta experiencia.
¿En qué consiste esta experiencia? Las Escrituras hablan de la santidad de muchas formas diferentes.
81
Realice la actividad No. 1 de la hoja de actividades
Todas estas formas de describir la santidad pueden confundirnos, pero en realidad el propósito de Dios es mos-
trarnos de muchas maneras una misma verdad para que podamos comprenderla mejor. Hay dos aspectos que son
centrales sobre la vida de santidad que nos ayudarán a comprender mejor esta experiencia:
Dios nos ha prometido capacitarnos para amar perfectamente a Dios y a nuestros semejantes. De esta manera
cada cristiano tiene el privilegio que sólo un hijo o hija de Dios puede tener de ser partícipe de la naturaleza divina.
Cuando Dios nos llena de Su amor, nos llena de Su misma esencia.
Cuando somos llenos del Espíritu no hay lugar para el pecado. El amor a Dios nos impulsa a amar lo que Él
ama y aborrecer lo que Él odia. El resultado es una vida de pureza, alejarnos de todo lo mundano para entregarnos
a servir a Dios con nuestras vidas. Se incluye un test para ayudarte a evaluar si realmente deseas esta experiencia
con todo tu ser.
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¿Cómo vaciarse de esta manera? Hay tres pasos muy importantes que debes hacer antes de que Dios pueda
llenarte de Su amor santo.
Cuando Jesús pidió ésto a sus discípulos, Él pidió nada más y nada menos que fuéramos capaces de hacer por
Él, lo mismo que Él hizo por nosotros cuando entregó su vida en la cruz para morir por nuestros pecados.
Lea Filipenses 2:5-8 y pregunte ¿Qué hizo Cristo por amor a nosotros?
Tomar la cruz significa renunciar a nuestra propia vida, morir a sí mismo. Morir a sí mismo significa renunciar
al autogobierno y renunciar a la autoidolatría. Al morir a nosotros mismos renunciamos a todo lo nuestro que se
opone a Dios: forma de pensar incorrecta, malas actitudes y malos deseos.
Los apóstoles pudieron ser llenos del Espíritu porque estuvieron dispuestos a morir a sí mismos.
Veamos el testimonio de Pablo.
La única manera de vivir la vida de Cristo es dejar de vivir en nosotros. Dejar de apoyarnos en nuestro orgullo,
en nuestras capacidades, en nuestra experiencia, en nuestro nombre, para rendirnos por completo a la dirección de
Dios, de la misma manera que un ciego se deja guiar por su perro lazarillo.
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Cuando Dios nos llena con su Espíritu de amor la vida de Cristo se funde con la nuestra. En el momento de
la entrega, nosotros hacemos un pacto con Dios y Él lo firma llenándonos con su Espíritu. Ya no nos goberna-
mos solos, sino que nuestro espíritu dialoga con el Espíritu y decidimos lo que es lo mejor para nuestra vida,
para nuestra iglesia, para nuestra familia, porque el que nos dirige y aconseja es el Espíritu de amor y el amor
de Dios nunca se equivoca.
En este pasaje el Apóstol Pablo ruega a los hermanos de la iglesia en Roma que hagan esta entrega de todo su
ser al Señor, presentando sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios. Veamos qué agrega esta des-
cripción de Pablo a nuestra comprensión de la entrega que Dios requiere de nosotros.
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4 El Espíritu Santo se recibe por fe
La llenura del Espíritu se recibe por la fe, de la misma manera que recibimos la salvación. Hay cristianos que
pasan días ayunando y orando pensando que de esta manera convencerán a Dios de que ellos merecen ser llenos de su
Espíritu. Ayunar y orar no está mal pero el propósito fundamental de estas disciplinas debería ser someter nuestra vo-
luntad y examinarnos a nosotros mismos para estar preparados para esta experiencia. Dios no espera que usted le rue-
gue que le llene con su Espíritu, ¡El desea hacerlo y está listo para llenarlo con Su Amor cuando usted se lo pida!
Veamos esta comparación, si usted hace un cheque de su cuenta de banco y quiere hacerlo efectivo, ¿qué hace?
¿Va al cajero del banco y se pone de rodillas suplicándole que le dé el dinero? No, porque no es necesario. Usted
tiene dinero en ese banco y sabe que cuando lo necesite ellos se lo darán. Esta experiencia es como un cheque que
podemos cobrar en cualquier momento… ¡Dios tiene un banco lleno de riquezas espirituales y están allí para que
nosotros las hagamos efectivas en nuestra vida!
Algunos cristianos pasan mucho tiempo esperando por esta experiencia del Espíritu porque están confundidos
y lo que buscan es alguna manifestación de tipo emocional, una señal o un ángel que baje del cielo y les diga que ya
fue hecho. Pero esto no ocurrirá, porque la llenura del Amor de Dios se recibe por la fe. Es tan simple como cuando
usted fue salvo. De la misma manera que Dios le llamó a la salvación ahora le llama a ser lleno del Espíritu.
El apóstol Pedro dice que somos “elegidos según la presciencia de Dios Padre”, lo que significa que la volun-
tad de Dios desde que nos salvó es que seamos santificados por completo. En su sabiduría Dios ha trazado un plan
perfecto para restaurarnos completamente del pecado y llevarnos a vivir en pureza de amor. Luego dice que: “nos
hizo renacer para una esperanza viva”. Esto significa que por medio del sacrificio de Cristo en la cruz, Dios nos ha
regalado una nueva vida para que comencemos a vivirla en esta tierra, libres de la corrupción de pecado. Para el
cristiano la vida eterna comienza cuando recibe a Cristo como Salvador.
Tanto la salvación, como la llenura del Espíritu y la vida de crecimiento que viene luego es el camino que Dios
ha elegido y diseñado para cada uno de sus hijos e hijas. De manera que no hay lugar a dudas de que Dios quiere
llenarnos con su Espíritu.
Lo que sí debemos asegurarnos de hacer primero es preparar nuestro corazón para que pueda ser llenado.
Tome ahora el frasco vacío y diga: Para que Dios pueda llenarnos por completo con su Espíritu de
amor, tenemos que seguir el orden correcto, primero vaciamos nuestra vida, renunciando a todas las for-
mas de pecado que nos han llevado a una vida de auto gobierno y auto idolatría.
Ponga primero la piedra grande y diga: lo primero que Dios va a darnos es su Espíritu Santo. Éste
ocupará el lugar principal en nuestra vida.
Acomode las otras piedras -de las más grandes a las más pequeñas- y diga: El Espíritu Santo trae
consigo el amor perfecto de Dios que llenará nuestra vida de buenas intenciones, buenos pensamientos,
buenas actitudes, buenas obras,… o sea nos guiará para hacer todos los cambios que sean necesarios
para reproducir en nosotros la vida de Cristo.
Luego finalmente agregue la arena hasta llenar el frasco hasta el borde y diga: este amor de Dios dará
frutos maravillosos e incontables como los granitos de esta arena que estamos echando. Por medio de es-
tos frutos la gente podrá ver y experimentar el amor de Cristo. Nosotros perderemos la cuenta porque dar
amor será lo natural que brote de nuestra vida. Lo importante no es contar la arena, sino ver lo hermosa
que se ve extendida en la playa proveyendo reposo a los que están cansados.
Pida a un alumno que lea Juan 7:37-39 y pregunte a la clase ¿Cuál es el agua viva que Jesús prometió
dar a todo el que se la pide?
Termine llenando el frasco con agua y diga: El Espíritu Santo es el agua de vida prometida por Jesús
a cada uno de sus hijos e hijas. Hasta que no seas lleno por completo de Él, no podrás experimentar lo
que es estar realmente vivo.
Estar vivo para Dios es ser completamente libre del pecado para amar como Dios nos ama y ésto sólo podrás
hacerlo cuando el Espíritu te llene por completo.
85
¿Quieres tener esta vida de Dios corriendo por tu ser y derramándose a todo el que te rodea? ¿Quieres ser lleno
del Espíritu de Amor ahora?
Se incluye una guía para que pueda guiar a los alumnos a orar para pedir a Dios que les llene con
su Espíritu de Amor. Si no hay tiempo en la clase, anime a los alumnos a tomar un tiempo especial en la
semana y hacer esta oración para ser llenos del Espíritu.
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Hoja de
actividades
9 lección
Actividad 1. De las siguientes formas en que se describe la vida santa en la Biblia, ¿cuáles no
habías escuchado hasta ahora o tienes dudas acerca de lo que significan? Marcalas con una X.
Luego al final de la clase si aún tienes preguntas sobre alguna de ellas puedes pedir más explicación a tu maestro/a.
- Una entrega completa de todo nuestro ser a Dios o consagración.
- Ser santificado, es decir, capacitado por Dios para vivir en pureza.
- Ser lleno del Espíritu.
- La segunda obra de gracia.
- Ser hechos perfectos en amor.
- La perfección cristiana.
- El bautismo del Espíritu Santo.
- La entera santificación.
- Morir a uno mismo.
- Una vida y un corazón puro.
- Ser semejante a Cristo.
- Vivir en pureza como Cristo.
- Ser restaurado a la imagen de Cristo.
Actividad 2. Según lo que lees más abajo en 2 Pedro 1:3-4 (Traducción en Lenguaje
Actual) responde: ¿Qué es vivir en santidad?
“Dios utilizó su poder para darnos todo lo que necesitamos y para que vivamos como Él quiere. Dios nos dio todo
eso cuando nos hizo conocer a Jesucristo. Por medio de Él, nos eligió para que seamos parte de su reino maravilloso.
Además, nos ha dado todas las cosas importantes y valiosas que nos prometió. Por medio de ellas, ustedes podrán ser
como Dios y no como la gente pecadora de este mundo, porque los malos deseos de esa gente destruyen a los demás.”
Actividad 3. ¿Deseas con todo tu corazón ser lleno del Espíritu de amor? Responde a las
siguientes preguntas con sí o no.
___ ¿Estás cansado de luchar en la vida cristiana con tus propias fuerzas?
___ ¿Con frecuencia eres débil para controlar los pensamientos negativos que te hacen pensar mal de los hermanos y de
tus líderes?
___ ¿Te cuesta cerrar la boca y hablas de otros para luego lamentarlo?
___ ¿Te gustaría tener más fe y confianza en Dios?
___ ¿Te gustaría orar con mayor convicción de que Dios responderá a tus ruegos?
___ ¿Estás cansado/a de hacer las cosas en tus propias fuerzas en lugar de tener paciencia para esperar que Dios las haga?
___ ¿Te sientes mal cuando a menudo muestras orgullo de tus capacidades y te crees mejor que otros?
___ ¿Te gustaría amar a los otros como son en lugar de buscar siempre sus defectos?
___ ¿Te cuesta poner a Dios en primer lugar en tu vida, pero sabes que es lo mejor?
___ ¿Te gustaría no tener problemas para dar el diezmo y ofrendar?
___ ¿Te gustaría no tener problemas para dar de tu tiempo al ministerio de la iglesia?
___ ¿Estás cansado de la lucha en tu interior rebelándote contra lo que sabes que es correcto?
___ ¿Te gustaría ser más conocido por tu amabilidad que por tu mal humor?
___ ¿A menudo tienes cambios de ánimo que te llevan a ser inconstante en tu vida espiritual?
___ ¿Te gustaría conocer más a Jesús y disfrutar de su compañerismo?
___ ¿Te gustaría que tu vida sea un instrumento para bendecir la vida de otras personas?
___ ¿Quieres que tu vida sea limpia de todo egoísmo que te separa de Dios?
Si la mayoría de tus respuestas es sí, entonces no demores en pedir a Dios que te llene con su Espíritu.
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Actividad 4. Lee este trozo seleccionado del libro “La santidad para todo creyente”
del autor Keith Drury y luego responde a las preguntas que se incluyen abajo.
“La mayoría de los cristianos, tarde o temprano, se dan cuenta de uno de estos problemas o de los dos: 1. Una inclinación in-
terior a desobedecer al Señor, que puede resultar en pecar, sobre todo en cometer pecados de actitud o de pensamiento; 2. Una
falta de poder y de motivación para hacer el trabajo de Dios en el mundo por causa de la tibieza, la indiferencia y la frialdad
de corazón.”
a. ¿Qué opinas de lo que dice este autor? ¿Has tenido algún problema como estos en tu vida? __________________________
___________________________________________________________________________________________________
b. Para este autor el problema es que Dios no es completamente Señor de la vida del cristiano, o sea que éste ha decidido ser
su propio jefe, ¿Estás de acuerdo? ________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________________
c. ¿Cuál crees que es la solución a estos problemas? ¿Qué es lo que le falta a estos cristianos? __________________________
___________________________________________________________________________________________________
Actividad 5. Oración para pedir a Dios que te llene con su Espíritu de Amor
Lecturas recomendadas
Filipenses 1: 1:11
Filipenses 1:12-30
Filipenses 2:1-30
Filipenses 3
Filipenses 4
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Lección
10 De Simón a Pedro:
Cambios internos resultantes de la llenura del Espíritu
Que el alumno:
• Conozca la obra interior que ha hecho el Espíritu Santo en su vida cuando fue lleno
Objetivos del amor de Dios.
• Comprenda que la llenura del Espíritu es el inicio de una vida libre del dominio del
pecado.
• Haga un compromiso de perseverar en esta experiencia de pureza, reafirmando su
compromiso con Dios cada día.
Dos o tres aparatos que requieran baterías para funcionar, como por ejemplo, un radio
Recursos o reproductor de música, una linterna, un reloj despertador u otros.
Introducción
Inicie la clase pidiendo a los alumnos que narren experiencias que vivieron en la semana en cuanto a
su oración para recibir la llenura del Espíritu de amor.
En esta lección hablaremos sobre los cambios internos que se producen en la vida de los cristianos cuando Dios
los llena con su Espíritu de amor.
Pida a un alumno que lea Mateo 14:22-33. Luego escriba en la pizarra: “De Simón a Pedro”.
Una de las transformaciones más asombrosas que nos narra la Biblia sobre el cambio en la vida de un cristiano
al recibir la llenura del Espíritu Santo, es la de Simón Pedro.
Juan y Andrés fueron los primeros discípulos en ser llamados por Jesús. Andrés era hermano de Simón y el mis-
mo día fue y buscó a su hermano. Juan era hermano de Jacobo e hizo lo mismo que Andrés llevando a su hermano
a Jesús. Este grupo de hermanos se conocían desde niños, eran de la misma ciudad y compartían una empresa de
pesca. Simón era el líder de este equipo de pescadores.
¿Cómo era Simón? Simón era ansioso y ambicioso; era audaz, sincero y decidido. Frecuentemente sobresalía
por su iniciativa: mientras los otros discípulos estaban todavía reflexionando en una pregunta, Simón lanzaba su
respuesta.
A Simón le gustaba estar en el centro de la acción. Por eso en el medio de la tormenta -como narra Mateo- mien-
tras los demás discípulos están aferrados a las bancas del bote, Simón se lanza a caminar en el agua sin pensarlo
dos veces. Debemos reconocer que Simón era valiente. No debemos olvidar que ¡cuando Simón se hunde ya había
llegado caminando hasta el centro del lago! En otras palabras, tuvo la valentía de llegar hasta allí, la cual ninguno
había tenido. También siguió a Jesús hasta el patio del Sumo Sacerdote junto a Juan. Los demás habían huido y él
permaneció allí hasta que el gallo cantó.
A Simón le gustaba hablar, hablar y hablar. Era curioso y preguntón. En los evangelios hace más preguntas que
todos los demás apóstoles juntos y si vemos los primeros capítulos del libro de Hechos -donde Juan y él son inse-
parables- Simón es el que habla siempre, Juan parecería que fuese mudo.
Obviamente, Simón no era perfecto. Una de sus debilidades era el hábito de hacer funcionar su boca antes que
su cerebro. Simón era impetuoso, inconstante, poco digno de confianza, solía hacer grandes promesas que no podía
cumplir. Era de aquellas personas que se meten en un proyecto ambicioso pero que se rinden antes de terminarlo.
Era el primero en entrar y el primero en abandonar. Era la típica persona carnal de doble ánimo. Encaja muy bien
con lo que dice Santiago 1:8 “El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”.
¿Cómo fue transformada la vida de este hombre en su caminar como discípulo de Jesús?
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Estudio bíblico
1 Jesús le cambió el nombre
El nombre Simón era un nombre común y corriente. En los evangelios se mencionan al menos siete personas
diferentes de nombre Simón.
- Simón el Zelote era otro de los 12 (Mateo 10:4).
- Uno de los hermanos de Jesús (Mateo 13:55).
- El padre de Judas Iscariote (Juan 6:1).
- Simón el leproso, Jesús comió en su casa (Mateo 26:6).
- Un fariseo donde Jesús comió también (Lucas 7:36-40).
- El que cargó la cruz Simón de Cirene (Mateo 27:32).
Su nombre completo era Simón, hijo de Jonás o “Juan” que a veces se traduce Jonás (Mateo 16:17; Juan 21:15-
17). Excepto el nombre de sus padres no sabemos nada más de su familia.
Pida a un alumno que lea Juan 1:42 donde relata el primer encuentro de Simón con Jesús: “Y mirán-
dole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir Pedro)” Pedro
era una especie de sobrenombre que significaba “roca” o “pedazo de roca” (en griego es Petros y en
arameo Cefas).
Como estos ejemplos, Simón necesitaba creer que Jesús iba a transformarle en una roca, es decir, alguien a quien
se puede creer, alguien a quien se puede seguir.
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El Espíritu Santo estaba permitiendo que la vieja naturaleza carnal aflorara en Simón para que él pudiera darse
cuenta de que había una tendencia de pecado en su vida que debía ser limpiada para que pudiera ser el Pedro que
Jesús quería de él.
Simón el indisciplinado
Lucas relata uno de los fracasos más serios que tuvo que enfrentar Pedro en su carrera como discípulo: Traicionó
a su maestro. Jesús le había advertido a Pedro que esto iba a ocurrir: como leemos en Lucas 22:31 “Simón, Simón,
he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo”.
En el huerto de Getsemaní Pedro no pudo permanecer orando como Jesús le había pedido y se quedó dormi-
do: Marcos escribe: “Vino luego Jesús y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: “Simón, ¿duermes? ¿No has podido
velar una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne
es débil” (Marcos 14:37-38).
Debe haber llegado el punto de que cada vez que Jesús le llamaba Simón, Pedro temblaba. En su interior desea-
ba que Jesús le llamara Roca. Pero Jesús sólo le llamó Roca cuando pensaba, hablaba y actuaba correctamente.
Simón el impaciente
La última vez que Jesús le llama Simón fue después de su resurrección.
Asigne a un alumno para que lea: Juan 21:3 y Juan 21:15-19.
Jesús les había pedido que fueran a Galilea donde Él se encontraría con ellos. Sin embargo Simón se cansó de
esperar y se interna con el bote en el lago a pescar, a donde los demás discípulos lo siguieron. Ellos pescaron toda
la noche y no sacaron nada. En la mañana estaban agotados y a lo lejos ven a Jesús en la playa esperándoles con
un suculento desayuno.
Luego de comer juntos, Jesús conversa con Pedro sobre su traición, en el patio del Sumo Sacerdote, mientras
Él era sometido al interrogatorio. Probablemente Simón estaba tratando de evitar esta confrontación. Él había
negado tres veces conocer o ser amigo de Jesús, pese a que antes había prometido delante de todo el grupo de dis-
cípulos que seguiría a Cristo hasta la muerte.
Jesús comprendía la naturaleza humana que luchaba en el interior de Pedro. Pedro era como muchos de
nosotros: a veces actuaba en su naturaleza carnal o en las costumbres de su vida antes de ser cristiano y en otras
ocasiones se comportaba como un verdadero hijo de Dios.
El evangelio de Juan dice que Jesús le hizo una misma pregunta tres veces: “Simón hijo de Jonás, ¿me amas?”
Y tres veces Pedro respondió: “Si Señor, tú sabes que te amo….” ¿Qué le pidió Jesús que hiciera para demostrar su
amor? Que pastoreara a otros creyentes, desde bebés espirituales (corderitos) hasta los ya maduros (corderos).
Para cuidar y guiar a la gente en la vida cristiana Simón tenía que ser convertido en Pedro. Aquella fue la últi-
ma vez que Jesús le llamó Simón.
La tarea principal para la cual Dios nos capacita cuando nos llena con su Espíritu es para hacer discípulos, es
decir, cuidar a otras personas mientras ocurre su desarrollo espiritual y enseñarles a vivir la vida de Cristo. Para
ésto es necesaria mucha paciencia y la paciencia es una de las capacidades que nos da el fruto del Espíritu.
Fue en este último encuentro con Jesús que Simón comprendió al fin que para poder servir a su Señor tenía que
dejar que Jesucristo le transformara con el poder de su Espíritu.
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“Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.”Los cam-
bios en la vida de Pedro saltan a la vista: fue él quien se levantó y con valentía predicó un tremendo sermón y 3
mil personas se convirtieron. Pedro nunca volvió atrás… Al fin lleno del Espíritu Santo, Pedro estuvo listo para
servir a su Señor. ¿Cómo ocurrió ésto? Esto fue posible porque alguien amó tanto a Pedro que invirtió su vida
para que él pudiera ser trasformado.
Jesús prometió a sus discípulos que la llenura del Espíritu traería poder a sus vidas. Veamos algunos de los
cambios evidentes que este poder del Espíritu de Dios trajo a la vida de Pedro.
La única fuente de poder para el cristiano es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo capacita a los creyentes con
un poder sobrenatural que les infunde pureza, poder o valor y energía espiritual para ser testigos y para la oración,
amor perfecto, abundancia de fruto y reposo. Todos estos requisitos son indispensables para llevar adelante la mi-
sión encomendada por su Señor de hacer discípulos suyos en todas las naciones. Veamos entonces brevemente en
esta lección el poder para vivir en pureza, para dar testimonio y para la oración, que son evidentes en la experiencia
y enseñanzas del apóstol Pedro. Dejaremos los otros resultados de la llenura del Espíritu para estudiarlos en la
próxima lección.
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que no era popular. Sólo cuando fue lleno del Espíritu, fue fácil para él cumplir con el propósito de Dios para su
vida y aún ante la amenaza de persecución permaneció en Jerusalén y no dejaba de predicar el evangelio.
El Espíritu de amor nos capacita con una compasión especial para la gente que sufre a causa del pecado. Dar
testimonio de Cristo no es una opción para el creyente lleno del Espíritu. La fuerza de amor más grande y podero-
sa que existe en el universo está en su corazón y le impulsa a hacer algo para que las personas conozcan a Cristo.
Como vemos en el ejemplo de Esteban, esta pasión no puede ser apagada ni aún por las pruebas y el martirio
(Hechos 7:55-60).
Si bien todos los cristianos pueden testificar, hay una gran diferencia cuando testificamos llenos del poder del
Espíritu.
Poder en la oración
Pida a un alumno que lea 1 Pedro 2:5 y 9.
Uno de las responsabilidades del sacerdote en Israel era la de elevar a Dios oraciones intercesoras por el pue-
blo. El plan de Dios desde la venida de Cristo es que todos lo cristianos seamos sacerdotes y que podamos dirigir-
nos a Dios con toda confianza.
Cualquier cristiano puede orar, pero la oración del creyente lleno del Espíritu es diferente.
Este versículo dice que el Espíritu nos ayuda. El creyente y el Espíritu son dos personas que se dirigen a Dios
juntas. El Espíritu Santo se pone a nuestro lado y suple todo lo que humanamente nos falta para orar como es
necesario. En ocasiones cuando no encontramos las palabras para expresar nuestras emociones a Dios, o cuando no
sabemos qué debemos pedir, lo mejor es callar y quedarnos en silencio derramando nuestra vida en la presencia de
Dios, con la confianza de que el Espíritu llevará ante Dios nuestra petición. El Espíritu se solidariza con el hijo o
hija de Dios y clama por nosotros. Es maravilloso contar con esta ayuda permanente en nuestra vida.
93
Si el pecado nos ha dejado marcas, esas marcas se convierten en un testimonio vivo de la obra de restauración que
Jesucristo ha hecho en nosotros. Si tenemos alguna cosa valiosa, Dios lo convierte en un tesoro que gana intereses
continuamente al invertirlos en la transformación de las vidas de nuestros semejantes.
Todas las personas, aún los cristianos buscamos una roca firme en la cual anclar el barco de nuestra vida. La
vida en este mundo es un mar lleno de tormentas que no tienen piedad de nosotros. Estas tormentas nos sacuden,
nos lastiman, nos llenan de temor. Los seres humanos buscan asegurar su vida en muchas cosas, algunos -como
Pedro- en sí mismos, otros en los bienes materiales, otros en su pareja, otros en un líder espiritual, otros en su
conocimiento y otros en otras cosas.
Sin embargo, para ser lleno del Espíritu, Pedro tuvo que tocar fondo y darse cuenta de que la única Roca segura
donde anclar la vida es Jesucristo. En este pasaje Pedro afirma no sólo que había hallado la… Piedra Viva, escogi-
da por Dios y preciosa… sino que además, desde entonces, dedicó toda su vida para que otros también pudieran
encontrarla.
Este mismo cambio operado en Pedro es el que Dios hace en la vida de cada uno de sus hijos. Ser lleno del Espíritu
no implica que el creyente tenga más del Espíritu Santo sino al contrario, que el Espíritu Santo tiene más del cristia-
no, quien habiendo renunciado a colocar en primer lugar sus deseos egoístas, se pone enteramente a la disposición
del Señor para que le use conforme a sus propósitos.
94
Hoja de 10
actividades
lección
De Simón a Pedro:
Cambios internos resultantes de la
llenura del Espíritu
Actividad 1. Luego de leer estos ejemplos contemporáneos de apodos que indican lo que
la persona debe llegar a ser. Piense en lo siguiente: ¿Si Jesús te diera hoy un sobrenombre que
te recordara lo que debes llegar a ser ¿Cuál crees que sería?
El Buldog
Hace años llegó a las ligas menores de béisbol de Estados Unidos un muchacho tímido, llamado Orel que tenía un brazo
extraordinariamente fuerte y certero.
El entrenador de los Dodgers, Tommy Lasorda, se dio cuenta del potencial que había en este joven para llegar a ser uno
de los grandes del béisbol. Sin embargo, el joven carecía de confianza en sí mismo y de espíritu competitivo. El entrenador
le puso entonces un sobrenombre que era lo opuesto a su personalidad. Le puso “Buldog”.
Con el tiempo Orel, llegó a ser uno de los jugadores más tenaces de las ligas de béisbol. Su sobrenombre le ayudó a
definir su actitud y a recordarle lo que él debía ser.
Neo
En la película “Matrix” al protagonista se le da un nuevo nombre NEO, que significa nuevo, o algo viejo o que ya existe
pero regenerado. Este nombre le recordaba que él era el elegido para salvar a la raza humana de la Matrix y que aunque
todavía no lo sabía, tenía el poder para hacer algo especial, que nadie más podía hacer.
Completa las siguientes oraciones conforme a lo que lees en los versículos que se indican abajo.
1. Juan el Bautista dijo que Jesús tiene el poder de bautizar con __________________________ (Mateo 3:11)
2. Palabras que describen la purificación interior son: __________________________________ (1 Corintios 6:11).
3. Por medio de __________________________________________________ somos limpiados (Juan 15:3).
4. Jesús oró para que fuéramos ____________________________________________________ (Juan 17:17).
5. La voluntad de Dios para nuestra vida es que crezcamos en ___________________________ (Mateo 5:48).
6. Pablo nos dio ejemplo de perseverar en ___________________________________________ (Filipenses 3:12).
Actividad 3. ¿Cuál es la diferencia que marca el hecho de testificar lleno del Espí-
ritu? ¿Cuáles son las características que le dan poder de dar fruto al testimonio de una
persona llena del Espíritu?
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Actividad 4. ¿Cómo nos guía el Espíritu en nuestras oraciones?
Reflexiona en la siguiente lectura escogida de Leslie Parrott ¿Qué es la santificación? (página 52)
“El orar en el espíritu es más que palabras. ¿Ha orado usted con tanta intensidad que finalmente ha caído sobre la cama
implorando: “O Dios, yo no sé que decir ni hacer. Dejo todo en tus manos”. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en
nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros
con gemidos indecibles… Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…” (Romanos 8:26, 28).
La persona santificada aprende a dejar su vida en las manos de Dios. No se consume en inquietud, porque confía en el Señor.
No critica, no es quejumbroso, ni se enoja; porque sabe que aun las cosas desafortunadas que ocurren en la iglesia o en su
vida privada redundarán para la gloria de Dios. Los que no están completamente consagrados no pueden tener tal fe.”
Actividad 5. Lee la siguiente anécdota y luego evalúa tu vida respondiendo las siguientes
preguntas:
El verdadero testimonio del cristiano no descansa en sus palabras, sino en los hechos de su vida. El médico misionero y
explorador David Livingstone (1813-1873) se encontró en África central con otro explorador y escritor, el Sr. H. M. Stanley
(1841-1904) quien no era cristiano. Luego de un tiempo de viajar juntos y compartir experiencias, el Sr. Stanley dijo: “Si
hubiese permanecido con él algo más de tiempo, me habría convencido de hacerme cristiano; y conste que no me habló de
ello en lo absoluto.”
¿Está tu vida reflejando la vida de Cristo o todavía sigues siendo la misma persona que eras antes?
________________________________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________________________
¿Has sentido este poder del Espíritu actuando en tu vida? ¿Cómo? ______________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
¿Te gustaría tener esta clase de vida que convence a otros de seguir a Cristo sólo por conocerte? _____________________
________________________________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________________________
¿Qué cambios necesitas hacer en tu vida para que la gente pueda notar la vida de Cristo en ti y desear cambiar sus vidas?
________________________________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________________________
Lecturas recomendadas
Salmos 24
Salmos 31
Salmos 51
Salmos 63
Mateo 6:38-48
1 Juan 1
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Lección
11 Que el alumno:
Amor perfecto: El estilo de vida del
cristiano lleno del Espíritu
Varios tipos de semillas diferentes, como ser: frijoles, café, arroz, maíz, entre otras.
Recursos Una planta pequeña, bonita y sana en su maceta.
Una ilustración de un árbol adulto, grande y frondoso (o uno que se pueda ver desde el
aula de clase).
Si no puede conseguir las semillas y la planta, puede conseguir unas láminas o fotos
ilustrativas.
Introducción
Pregunte a los alumnos ¿qué es estilo de vida? Escriba la pregunta en la pizarra y permita a los alum-
nos expresar sus ideas.
Luego escriba en la pizarra esta definición y pida a los alumnos que la comparen con lo que han ex-
presado.
“El estilo de vida se refiere a los hábitos, el conjunto de comportamientos y las actitudes
que desarrollan las personas.”
Solicite a dos o tres alumnos que voluntariamente compartan con el resto lo que escribieron.
Lean juntos Efesios 4:13 y pregunte ¿Cuál de estas tres personas que vieron en la actividad 1 tiene más
posibilidades de alcanzar esta meta?
Cuando el creyente es lleno del Espíritu inicia una caminata espiritual. Día por día, año tras año crece y se ase-
meja más a Cristo. Para que ésto sea posible, el creyente debe colaborar con el Espíritu haciendo tantos cambios
en su vida como sean necesarios para llegar a ser lo más semejante a Cristo que pueda llegar a ser. En este proceso
Dios transformará por completo su vida. Este cambio inicia en nuestro ser interior, como vimos en la lección pasa-
da, pero como veremos en esta lección, se hace cada vez más evidente en nuestro exterior.
Estudio bíblico
En este estudio vamos a definir dos palabras muy importantes: amor y perfección. La importancia de estas
palabras es que ellas resumen lo que es el estilo de vida del cristiano lleno del Espíritu. Ambas palabras describen
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la cualidad central de esta capacidad que recibimos de Dios por medio de Su Espíritu. Ambas están íntimamente
relacionadas de tal manera, que una cualidad no puede ser posible sin la otra.
A los ojos de Dios no podemos ser perfectos si no tenemos el amor que nos hace perfectos. Así mismo, para
amar como Dios ama se requiere ser perfectos. Comenzaremos definiendo “perfección”.
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento encontramos el llamado de Dios a sus hijos e hijas para ser
perfectos delante de Él.
¿Qué es perfecto? ¿Qué entiende la gente por perfección?
Escriba las ideas que expresan ambos grupos en la pizarra en dos columnas y luego marquen las coin-
cidencias. Seguidamente pida a cada grupo que escriba una definición de ¿Qué es un fruto perfecto?
Luego pida a los alumnos que compartan con la clase sus definiciones.
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crecer y tenía metas buenas para su vida. Pero Jesús lo pone frente a un nuevo desafío, una nueva meta: amar
como Dios ama, para lo cual tenía que dejar todo lo demás en segundo plano. La enseñanza aquí es que las metas
personales del cristiano deben resultar en beneficio de otras personas y no sólo para sí mismo.
Pablo también habla de perfección en Efesios 4:13 cuando escribe a la iglesia: “ …hasta que todos lleguemos a
la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud
de Cristo.” Pablo usa aquí la misma palabra teleios, pero para describir a un hombre perfecto o sea maduro. En
sus escritos Pablo siempre insta a los hermanos a dejar la niñez espiritual y alcanzar la meta de la madurez. Pablo
inicia esta frase afirmando que todos y cada uno de los creyentes debe llegar a esta meta y que ésta es la tarea pri-
mordial de los líderes y pastores de las iglesias.
En 2 Timoteo 3:17 Pablo también escribe: “... a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente prepara-
do para toda buena obra”. Aquí Pablo usa otra palabra griega “artios” que se traduce perfecto y significa equipado,
ajustado o perfectamente preparado.
Observando este breve estudio, podemos concluir que en la Biblia la única perfección posible es la perfección
de amor. El cristiano perfecto entonces, es aquel que ha crecido hasta un punto de madurez en que recibe el amor
de Dios. Este amor perfecto morando en su vida, lo capacita, lo equipa para el servicio, pero a la vez lo sigue
equipando y ajustando conforme al modelo de Jesús.
Ninguno de nosotros puede ser perfecto en mente, en entendimiento, en el hablar, o en el actuar hasta que este-
mos en la presencia de Dios. Pero sí podemos ser perfectos, si en nosotros corre el río del amor perfecto de Dios.
Lo que nos hace perfectos no es lo que hacemos, sino la energía del amor de Dios que habita en nuestro ser y esta
energía es la que nos dirige y nos impulsa para que cada uno de nosotros viva conforme al propósito para el cual
fuimos salvados.
Para comprender mejor lo que significa ser perfecto vamos a demostrarlo con estas semillas, esta
planta y este árbol. (Muestre los elementos mientras da la explicación que sigue).
Veamos estas semillas. Todas ellas son diferentes, pero en cada una de ellas reside el potencial para
llegar a ser una planta o un árbol de acuerdo a su familia. ¿Diría usted que esta semilla es perfecta? Sí,
es sana, está completa y cumple con su propósito.
Veamos ahora la planta. Esta es una planta sana, tiene todo lo que necesita para crecer y multiplicarse.
¿Diría usted que esta planta es perfecta? Sí.
Veamos ahora este frondoso árbol, ¿diría usted que es perfecto? Sí, es sano, está completo, tiene todo
lo que necesita para seguir creciendo y agregar anillos a su tronco. Aunque es un árbol grande y ya adulto
tiene la capacidad de reproducir hojas y ramas y hasta de crecer en altura.
Estos tres, semilla, planta y árbol son perfectos en su tiempo de desarrollo. Son perfectos porque están
sanos y tienen todo lo que necesitan para seguir creciendo y cumplir el propósito para el cual Dios los
creó. Todos ellos dan fruto, aunque el fruto es diferente. Algunas dan luz a una nueva vida, otros adornan
la vista, otras dan sombra, semilla, fruto y madera.
Igualmente los cristianos llenos del Espíritu son perfectos en este sentido de estar completos, tienen la capaci-
dad de crecer a semejanza de Cristo y de cumplir con el propósito para el cual Dios los ha llamado a cada uno.
El amor perfecto es aquel que el apóstol Pablo describe en 1 Corintios 13. Es el mismo amor con el cual nos
ama Cristo. Este es un amor que se da sin reservas, sin condiciones, sin medida. Es el amor puro despojado de
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egoísmo. Es el amor que nos permite amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente (Mateo
22:37). Este es el amor del cual Dios nos llena con Su Espíritu.
El Espíritu Santo al llenar el corazón del creyente produce cambio en los motivos y en los afectos que ahora se
centran en hacer la voluntad perfecta de Dios y se demuestran en una nueva capacidad de amar a Dios, a su obra y
a todas las personas con un amor ilimitado, aún a costa del sacrificio personal. Es un amor que no busca lo suyo,
sino que siempre y en todo procura el avance del reino de Dios.
Veamos algunas de las formas en que el amor perfecto se manifiesta en la vida de los cristianos llenos del
Espíritu.
Es amor intencional
Pida a un alumno que lea 1 Juan 4:19 y pregunte a la clase ¿Quién amó primero: Dios a nosotros o
nosotros a Él?
Por medio de la Palabra nosotros sabemos que Dios nos ama intencionalmente, o sea Él nos ama porque ha de-
cidido amarnos, porque lo desea y tiene la voluntad de amarnos. El cristiano lleno del Espíritu no sólo debe sentir
este amor perfecto sino que debe tomar la decisión de cultivar ese amor hacia Dios y hacia sus semejantes.
Con respecto a Dios, el creyente lleno del Espíritu lo pone en el centro de sus afectos. Dios se convierte en la
pasión número uno de su vida. El cristiano lleno del Espíritu se esfuerza por agradar a Dios y así como Jesús, su
único deseo, el propósito fundamental de su vida, es no hacer su propia voluntad, sino la de su Dios (Juan 6:38).
Este amor se expresa en el cumplimiento de todos los mandamientos de Dios, en su relación con Dios y en amar a
otras personas como Dios las ama.
Los griegos usaban tres palabras diferentes para expresar amor. Estas palabras nos ayudan a describir mejor el
amor de Dios. El amor ágape se refiere al amor que siempre entrega bien, aún a cambio de mal; el amor eros es aquel
que se deleita con lo bello, con lo que gratifica los sentidos; el amor filial, es aquel que une en lazos de amistad.
Los cristianos muestran este amor en lo siguiente: El cristiano responde a las ofensas pagando bien por mal (Ro-
manos 5:8 y 12:14). Promueve el bienestar de los demás, aún de los que le han hecho daño. El cristiano se deleita
al contemplar la belleza de la creación y disfruta de lo bueno, lo valioso, lo hermoso. Procura resaltar la belleza de
la creación de Dios en lugar de destruirla, pero al mismo tiempo se horroriza con el pecado que corrompe al mundo
y las criaturas de Dios. El cristiano es un amigo fiel y promueve y cultiva los lazos de amistad.
Un cristiano lleno del Espíritu tiene el amor de Dios derramado en su corazón. No es un cristiano de nombre
solamente sino uno que intencionalmente busca más de Dios en su corazón y en su vida.
Jesús comparó este fruto abundante del Espíritu con un río de agua viva fluyendo dentro de nuestro ser. Cuando
Jesús hablaba de agua viva quería resaltar la gran diferencia que hay entre un río y un lago. En los ríos el agua
fluye, corre; su cauce se vacía y se vuelve a llenar. Los lagos reciben el agua pero la acumulan. En Palestina existe
un lago conocido como el Mar Muerto, el cual recibe las aguas limpias y frescas del río Jordán, pero en vez de
distribuirlas para que rieguen los campos, las acumula. Estas aguas tienen tan alto contenido de sal, que nada puede
vivir en ellas. Es agua muerta.
El Espíritu de Dios es una fuerza de amor generosa que corre como agua fresca en la vida del cristiano y éste
sólo puede ser plenamente feliz, cuando derrama su vida en servicio. Con la misma intensidad con que ama a Dios
con todo su corazón, le sirve con todas sus fuerzas (Hechos. 24:16). Emplea sus talentos y fuerzas constantemente
de acuerdo a la voluntad de su Maestro.
La abundancia del Espíritu produce abundancia de ministerio. El amor perfecto se manifiesta en acción. el amor
de Dios nos moviliza. Dios nos ama y ese amor le llevó a hacer algo por nosotros, por nuestro bienestar. El cris-
tiano que ama sólo de palabra no está reflejando el genuino amor de Dios.
El clamor de Dios es un amor proactivo, es decir, busca la oportunidad de expresarse en lugar de sentarse a es-
perar que le inviten a hacer algo por otras personas. Es un amor que energiza, nos da fuerzas y valor para ir adonde
100
quiera que esté la necesidad. No es un cristiano al que comúnmente se conoce como “calienta bancas”. Es pro
activo para hacer el bien a todos cuantos pueda. Participa en compasión y en evangelismo, al tiempo que comparte
las responsabilidades del trabajo en la iglesia.
Este amor se expresa en muchas formas distintas y en muchas personalidades diferentes, por ejemplo:
Es un amor que anima al otro y se alegra cuando logra su objetivo, como ser: Hablar a otros conforme a su ca-
pacidad para que despierten del pecado; llevar a otros a Cristo para que sean justificados por la fe y tengan paz con
Dios (Romanos 5:1) y estimular a los salvos para que abunden más en amor y buenas obras.
Es un amor que perdona, no guarda rencor ni toma venganza. En otras palabras, perdona y no registra las
ofensas... es un amor que soporta y olvida, perdonando en la misma forma en que Dios le ha perdonado en Cristo
(Colosenses 3:13).
Es un amor que le mueve a dar tiempo y dinero en forma sacrificada, más allá de lo que a veces otros ven como
algo racional, mucho más de lo que cualquier persona buena daría para una buena causa.
Un cristiano lleno del Espíritu es una persona cuya vida exterior es el reflejo de la relación íntima que tiene con
su Señor.
La vida llena del Espíritu es una vida de reposo que se compara con el descanso que tuvo Dios en el sexto día
luego de crear el mundo y al del pueblo de Israel cuando entró por fin en la tierra de Canaán (Génesis 1:31-2:2).
El autor de Hebreos dice que este descanso es sólo para el pueblo de Dios y que es el resultado de poner toda la fe
y toda la confianza en nuestro Dios.
Cuando el cristiano es lleno del Espíritu la guerra en su ser interior entre la vida en la carne y la voluntad de
Dios se termina. Su ser interior ya no está dividido, se encuentra en paz. Su mente se encuentra en calma porque
tiene una nueva seguridad de que su vida depende por completo de Dios y encuentra felicidad plena haciendo la
voluntad de Dios.
El cristiano lleno del Espíritu es una persona reconciliada con Dios y consigo mismo y ésto se refleja en sus
relaciones con otras personas. Como en su interior hay paz, se convierte en un pacificador. Su corazón es limpio.
Ha sido purificado de toda pasión de venganza, de envidia, de malicia y de ira, de toda actitud despiadada o de
inclinación maligna. Ha sido limpiado de orgullo y de la altivez que provoca contiendas (Proverbios 13:10). Este
amor perfecto se muestra en dominio propio, autocontrol y humildad.
Este amor al igual que el de Dios tiene tres cualidades importantes: es firme, sincero y siempre busca el bienes-
tar del otro. Es un amor que se exige a sí mismo al máximo para dar lo mejor de sí. Es un amor que no hace nada
indebido, no apoya lo incorrecto y no se goza en la injusticia, muestra confianza, respeto, compasión, es paciente,
amable y siempre dice la verdad.
Este amor perfecto se vuelve el principio que gobierna o que está detrás de todo lo que hacemos y eso
incluye como nos relacionamos con otras personas. El estilo de vida del cristiano lleno del Espíritu es uno que
crece en relaciones de amor con otras personas.
101
Resumen de la enseñanza principal de los pasajes estudiados:
La vida en el Espíritu es una vida de crecimiento en el amor perfecto, es una vida que cada vez se
llena más de Cristo. La abundancia del amor de Cristo se va haciendo carne en la vida del creyente,
transforma su carácter, sus hábitos, sus actitudes y la forma en que se conduce y relaciona con otros.
Este amor perfecto produce en su vida crecimiento que le llevará a ser un cristiano maduro. El estilo de
vida del creyente lleno del Espíritu es de crecimiento en el amor perfecto de Dios. Este crecimiento es
intencional y se expresa en una vida entregada al servicio y en las buenas relaciones con los demás.
Amor perfecto: Es el amor de Dios, del cual nos llena el Espíritu Santo. Este es un amor descrito en
1 Corintios 13, un amor desinteresado, que da lo mejor de sí y espera lo mejor de otros.
Ministerio: Servicio que una persona presta a Dios y a sus semejantes.
Intencional: De intención: propósito de hacer algo, deseo voluntad y determinación por algo.
Deleite, deleitarse: Placer, satisfacción, sentirse satisfecho, feliz, pleno.
Proactivo: Que promueve la actividad, uno que toma la iniciativa.
102
11
lección
Menciona ejemplos de: hábitos, comportamientos, actitudes para responder a las preguntas.
Actividad 2. Si su maestro/a le pidiera que para la próxima clase trajera una fruta perfecta
¿Cómo la escogería? ¿Qué buscaría en ella? ¿Cuáles serían sus cualidades o características?
___________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
1. Que tiene el mayor grado posible de calidad o bondad entre sus semejantes.
4. Que cumple con responsabilidad y eficacia la función para la que fue diseñado.
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Actividad 5. Menciona algunas formas en que puedes mostrar intencionalmente el amor de
Dios a las siguientes personas esta semana:
Actividad 6.
¿Cuánto de valor hay en tu historia pasada que puedes usar para servir a Dios? ____________________________________
___________________________________________________________________________________________________
¿Hay en tu vida estudios, talentos especiales, habilidades naturales o aprendidas que pueden ser útiles para Dios?
___________________________________________________________________________________________________
¿Hay alguna experiencia dolorosa que has superado y puede ser de utilidad para aconsejar a otros?
___________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
¿Hay algún logro o éxito que hayas alcanzado en tu pasado y que puedes usar para servir al Señor?
___________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
Lee Gálatas 5:22-23 y 1 Corintios 13:4-7 que se incluyen en la Nueva Versión Internacional y escribe abajo cuáles son las
áreas en que estás consciente que debes crecer para que el amor de Dios pueda mostrarse más plenamente en tu vida?
“… En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio
propio. No hay ley que condene estas cosas”. Gálatas 5:22-23.
“El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no
es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad.
Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. 1 Corintios 13:4-7.
Lecturas recomendadas
Juan 4
Romanos 15: 1-21
Filipenses 4
Colosenses 3
1 Tesalonicenses 5:12-28
104
Lección
Que el alumno:
• Reconozca las interpretaciones erróneas sobre las evidencias de la santidad de vida.
Objetivos • Reflexione sobre el peligro que representan a la unidad de la iglesia estas formas equi-
vocadas de entender la vida llena del Espíritu.
• Comparta experiencias sobre cómo afectan estas malas interpretaciones el testimonio
de la iglesia en la sociedad.
• Proponga ideas de cómo puede ayudar a las personas confundidas, a comprender lo que
verdaderamente significa vivir en santidad.
Introducción
Comience la clase escribiendo la siguiente pregunta en la pizarra ¿Es importante conocer las ideas
equivocadas sobre la vida llena del Espíritu? ¿Por qué y para qué nos será útil esta información?
Permítales expresar sus respuestas… Resuma cada idea y a medida que hablan haga una lista en la
pizarra. Si no lo mencionan, usted puede agregar: para no caer en los mismos errores, para ayudar a los
que están equivocados, para defender lo que la Biblia enseña al respecto, entre otros.
Luego lea cada afirmación y pida a la clase que diga en voz alta si es Verdadero o Falso y luego usted
les corrige si se equivocan para que cada uno pueda corregir sus respuestas.
En la presente lección vamos a estudiar sobre algunos de estos errores más comunes en torno a lo que significa
ser lleno del Espíritu y vivir en santidad.
Estudio bíblico
Algunas ideas equivocadas sobre lo que hace una vida santa son:
105
huerto del Edén y también encontramos que hace nacer el árbol de la ciencia del bien y del mal. Ésto representa en
realidad, la oportunidad de escoger. Por supuesto que Dios hace su recomendación al ser humano, pero no influye
en la decisión de éste. Observemos la decisión de la primera pareja en Génesis 3:6 “y tomó de su fruto, y comió; y
dio también a su marido, el cual comió así como ella”. Adán y Eva escogieron una opción fatal para sus vidas pues
les trajo separación de su Creador.
Veamos el ejemplo de Jesús.
Pida a dos alumnos que lea Lucas 22:39-44.
En este pasaje encontramos al Señor escogiendo obedecer la voluntad de su Padre por más difícil que ésto fuera
y Jesús expresó al Padre su deseo. No fue fácil para Él ir a la cruz, requería sacrificarse, ganar enemigos, pagar el
precio de la soledad, de la incomprensión, recibir insultos, maltrato físico y hasta la muerte. Jesús no fue obligado
a ir a la cruz, Él fue por su propia voluntad, por amor a su Padre y por amor a nosotros. Es por eso que ora pidiendo
fortaleza para cumplir la voluntad de su Padre hasta el final.
Como podemos observar, el libre albedrío no se destruye en la vida de la persona llena del Espíritu, en la vida cris-
tiana siempre tendremos que tomar decisiones y a Dios le agrada que sus hijos le obedezcan por su propia voluntad.
Aquí el Señor fue tentado tres veces. En la primera Satanás se aprovecha de la necesidad humana básica de ali-
mentarse, ya que Jesús había pasado 40 días en ayuno; en la segunda, fue tentado a probar la fidelidad de su Padre
y en la tercera fue tentado con riquezas y poder. Hebreos 4:15 (VP) nos dice que Jesús “… puede compadecerse de
nuestra debilidad, porque Él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; sólo que jamás pecó”.
En las Escrituras encontramos muchos ejemplos de personas que no lograron superar o salir victoriosos de la
tentación como por ejemplo Ananías y Safira, cuya historia se narra en Hechos 5:1-11. Esta pareja cristiana fue
tentada en el área del dinero. Decidieron tratar de engañar a los apóstoles quedando bien con ellos, pero guardando
parte del monto de la venta de su propiedad. Pedro le recuerda a Ananías que él no estaba obligado a vender su
terreno, o a entregar el dinero de la venta a la iglesia (Hechos 5:4). El pecado consistió en no ser honestos con Dios,
a quien nadie puede engañar (Gálatas 6:7). La consecuencia de esta actitud fue mortal.
No podemos evitar ser tentados, pero si podemos orar para que Dios nos ayude para triunfar sobre la tentación.
De la misma manera que este padre de la ilustración, la persona llena del Espíritu puede “técnicamente”
pecar. Como hemos visto, no está libre de tentaciones. La cosa es que no desea pecar, porque ama tanto a su Señor
que no desea hacer nada que a Él le desagrade. Ha sido librado del deseo de hacer lo malo conscientemente, por
amor a aquel que lo amó primero y se entregó por él en la cruz.
106
automóvil, nunca será la misma que la de una persona que tiene muchos años conduciendo. Su licencia y la del
otro conductor son muy parecidas, dicen más o menos lo mismo y ambas resultarán satisfactorias cuando un oficial
de tránsito las examine. La diferencia es que su licencia está nueva y la del otro chofer ha sido renovada en varias
ocasiones y tiene las marcas del paso de los años. De igual modo es con la pureza y la madurez.
Un ejemplo de una persona pura y al mismo tiempo inmadura lo encontramos en la vida del apóstol Pedro.
Lea Gálatas 2:11-14.
Pedro era una persona llena del Espíritu Santo que actuó hipócritamente al dejar de compartir, con los creyen-
tes no judíos, por temor a lo que pensarían de él otros líderes de la iglesia. Pablo reprende a Pedro por su actitud
inmadura, al asociarse con quienes exigían que los “gentiles” pasaran por el rito de la circuncisión (una costumbre
judía que venía de los tiempos de Moisés) antes de ser aceptados en la iglesia.
Pregunte a la clase ¿Puede Dios tomar ventaja de nuestros temperamentos naturales y utilizarlos para
el cumplimiento de la misión que nos encomendó? ¿De qué manera? ¿Pueden dar algunos ejemplos?
107
(Mateo 5:13-16). Mientras sigamos cumpliendo con nuestra misión en esta vida nunca estaremos libres de errores
y debilidades humanas.
Sin embargo –como vimos en el punto 3- debemos crecer cada día a fin de parecernos más y más a Cristo. Si
-por ejemplo-, al principio de mi caminar en el Espíritu me afectaban fuertemente los comentarios y actitudes de los
demás; luego de varios años he aprendido a que no me dañen, perdonando y olvidando la ofensa inmediatamente.
Si años atrás juzgaba con facilidad las intenciones de otras personas, he aprendido que esa es tarea del Señor. Si
tomaba decisiones apresuradamente que podían perjudicar a personas o bienes, hoy oro y medito más, explorando
todas las posibilidades para buscar la opción que sea realmente la que Dios quiere. Aún así, nunca estaré exento de
equivocarme, mientras esté en este mundo.
108
8 Se confunde con emocionalismo
En nuestros días y como consecuencia de una sociedad cada vez más hambrienta de emociones “fuertes”, el
extremo del emocionalismo es probablemente más notorio que nunca antes.
Obviamente, los seres humanos somos emocionales por naturaleza y no hay nada malo con expresar nuestras emo-
ciones. De hecho, no es posible, ni saludable tener una relación con Dios que carezca de emoción. Sin embargo po-
demos caer en el error de que las manifestaciones emocionales ocupen el lugar principal en nuestra vida espiritual.
Cuando decimos que Dios está con nosotros porque nos “sentimos bien”, o cuando medimos nuestro nivel de
espiritualidad por “cuánto disfrutamos el servicio de hoy”, estamos dando muestras evidentes de emocionalismo.
Lo interesante es que a veces los creyentes, en un estado de desborde emocional, podemos no saber lo que estamos
diciendo, como Pedro en el monte de la transfiguración (Lucas 9: 33-36).
Es necesario destacar que todos nosotros respondemos emocionalmente a las experiencias espirituales. Sin embar-
go, la manera en que respondemos está determinada por nuestra forma de ser o temperamento, nuestro pasado y el
medio ambiente en el que nos desenvolvemos. Para algunas personas será levantar una o ambas manos al cielo con
los ojos cerrados, para otras será dar palmadas o gritar “amén”, para otra será solamente decir “gracias Señor” en voz
baja, o derramar algunas lágrimas. No podemos “legislar” una u otra manera de responder a la presencia del Señor.
Keith Drury dice que “El emocionalismo puede ser engañoso… una desviación atractiva que nos aleja de la
verdad central de la santidad… induce a las personas a buscar una “embriaguez espiritual”, o cierta sensación. Las
emociones pueden ser excitadas por la predicación, por los cantantes, o por los conjuntos musicales, resultando en
un sentido falso de la bendición de Dios mientras que, en verdad, es un disfraz superficial de lo verdadero” 1
Mezclar la fe con lo emocional no es un fenómeno nuevo. Ha sucedido antes en la historia de la iglesia. En las
congregaciones cristianas en diferentes épocas, se han asociado algunas manifestaciones emocionales con la pre-
sencia de Dios o aún con la llenura del Espíritu Santo.
Divida a la clase en grupos de dos. La mitad de los grupos trabajará sobre el Legalismo y la otra mi-
tad sobre el emocionalismo. Luego modere un tiempo de exposición de parte de cada uno de los grupos
comenzando con los de legalismo y luego con los de emocionalismo, para que el resto de los grupos que
trataron otro tema puedan opinar también.
Termine la clase con una oración de agradecimiento a Dios por la buena enseñanza que hay en nuestra
Iglesia del Nazareno, la cuál nos ayuda a no salirnos del camino hacia la madurez espiritual, lo cual es la
voluntad de Dios para nuestra vida revelada en Jesucristo.
1
(La Santidad para todo creyente. Wesleyan Publishing House. Indiana, EUA: 1995, p. 47).
109
Resumen de la enseñanza principal de los pasajes estudiados:
A nuestro alrededor hay muchas formas diferentes de comprender la vida de santidad y la expe-
riencia de la llenura de Espíritu. Algunas son bíblicamente correctas y otras equivocadas. Muchos
confunden santidad con emocionalismo, legalismo, libertinaje, ser perfecto, ser inmune a la tentación
y otras cosas. Identificar estos errores nos ayudará a no caer en ellos y nos mantendrá concentrados
en continuar creciendo en la vida santa mientras el Espíritu nos enseña a vivir más cerca del amor de
Dios y más lejos del pecado cada día.
110
12
lección
Actividad 1. A continuación encontrará algunas afirmaciones sobre la vida santa. Señale con F
las que considere falsas y con V las verdaderas.
La persona santificada.
Actividad 2. ¿Es posible pecar si uno es lleno del Espíritu? Reflexione sobre lo siguiente
y responda:
Piense en un padre de familia, de unos 40 años. Su esposa acaba de tener un precioso hijo después de muchos años de
búsqueda infructuosa y la enfermera se lo trae al padre para que lo cargue en sus brazos por primera vez.
¿Piensa que puede ese padre matar a su hijo? ¿Tiene las fuerzas suficientes para hacerlo? ¿Tiene los medios disponibles?
La respuesta a todas estas preguntas será un evidente SI PUEDE “técnicamente”, pero… ¿Matará el padre a su hijo?
¿Por qué creen ustedes que no lo haría? ___________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
Actividad 3. Legalismo y emocionalismo hoy. Discutan en grupo sobre las siguientes pre-
guntas:
¿Existen aún hoy algunas de las formas mencionadas de legalismo / emocionalismo en nuestro entorno?
___________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
Lecturas recomendadas
Romanos 7:7 – 8:17
Colosenses 3
1 Timoteo 1
1 Timoteo 4:1-16
2 Timoteo 2:14-26
111
Lección
Que el alumno:
• Comprenda que debe asumir responsabilidad para su crecimiento espiritual.
Objetivos • Reflexione sobre las maneras en que los cristianos perseveran en la vida llena del
Espíritu.
• Mida su estado actual de vulnerabilidad a la tentación.
• Evalúe su crecimiento espiritual hasta hoy.
• Proponga nuevas metas para su vida espiritual en los próximos seis meses.
Una foto de una vid, una rama de vid (si es posible) y uvas frescas o jugo de uva. Vasi-
Recursos tos o servilletas para repartir a los alumnos. Uselos para ilustrar esta lección.
Introducción
En esta lección vamos a estudiar lo que nos dice la Palabra de Dios sobre la responsabilidad del cristiano de
cuidar y crecer en la experiencia de la llenura del Espíritu. Como hemos estudiado en las lecciones de este trimes-
tre, Dios nos salva para que vivamos llenos de su Espíritu y tengamos un estilo de vida de amor perfecto.
Para vivir en esta experiencia de santidad y crecer en ella es muy importante que comprendamos bien ¿cuál es
nuestra responsabilidad en cuanto a colaborar con el Espíritu en la obra de restauración que ha iniciado en nuestra
vida? ¿Cuáles son los peligros que amenazan mi crecimiento espiritual saludable?
Como en las lecciones anteriores intentaremos darle algunas ayudas prácticas.
Estudio bíblico
¿Santo yo? ¿Cómo es la vida de una persona que vive llena del amor santo de Dios? Veamos una ilustración
que nos ayudará a captar mejor esta idea:
Un muchachito fue de vacaciones a Europa con su familia. Recorrieron varias ciudades y muchos de los
templos más imponentes que el hombre ha construido en la historia. Unos meses después, en la clase de Escuela
Dominical su maestra preguntó ¿Qué es un santo? El niño pensó durante un momento y recordó la gran belleza de
las inmensas ventanas de aquellas catedrales con sus cristales de variados colores y dijo: “Un santo es una persona
que deja pasar la luz de Dios a través de él”.
Este niño expresó el concepto de la santidad en pocas palabras con una gran riqueza de significado: La vida san-
ta es una que es transparente y limpia, que permite que la vida de Cristo se muestre con todo su esplendor; amando,
sanando, enseñando y trayendo luz de salvación a todo el que sea posible.
Como dijimos en la introducción vamos a ver algunas cosas que debemos hacer para crecer saludablemente en
la vida de amor perfecto.
En esta enseñanza que Jesús dio a sus discípulos se encuentran las claves para nuestra permanencia y creci-
miento en la vida de amor. Veamos cuáles son:
113
Jesús dice que para permanecer en la vida espiritual tenemos que ser como la rama o el sarmiento de la vid.
La rama no tiene otra cosa que hacer más que seguir pegada al tronco y dar fruto. Su responsabilidad se limita a
recibir la savia y la nutrición que el tronco le trae desde la raíz. Al contrario de lo que algunos creen, la vida llena
del Espíritu sólo requiere vivir conectada a la fuente de vida. Nada puede reemplazar esta comunión íntima con
Jesús. Algunos sin darse cuenta la llegan a sustituir por trabajo en el ministerio, u otras ocupaciones legítimas de la
vida, es decir, se preocupan más por dar mucho fruto que por estar unidos al Señor del fruto.
Pero si meditamos con seriedad lo que dice la Palabra nos daremos cuenta que el fruto no nos dará los nutrien-
tes necesarios para mantenernos vivos espiritualmente hablando. Si usted hace un picadillo de uvas o toma un vaso
de jugo de uvas y pone allí dentro una rama de la vid ¿Qué ocurrirá?
Si ponemos nuestra mirada en los resultados de nuestro trabajo, en nuestros logros y triunfos, corremos el
peligro de creernos la fuente del fruto. Al fin y al cabo -nos decimos, ¿no fue la rama la que dio el fruto? Por ello
nuestra primera responsabilidad para mantenernos llenos del Espíritu es permanecer unidos a Jesucristo.
114
El cristiano crece en gozo cuando aprende a bendecir. Bendecir significa dar palabras de paz, de ánimo, de per-
dón, de aceptación. El Espíritu quiere enseñarnos a llevar nuestros pensamientos por la ruta de la bendición y usar
nuestra boca como herramienta de bendición, desechando todo hábito y costumbre pecaminosa de hablar.
4 No dejes de alimentarte
Lea el verso de Juan 15:7.
La savia que corre por el tronco y que trae los nutrientes a nuestra vida es esta maravillosa asociación del
Espíritu Santo y la Palabra de Dios. Cuando el Espíritu llena al creyente, pone en su vida el deseo de conocer más
del Señor Dios y le anima en una reflexión más profunda de la Palabra de Dios. Todo esto redunda en mayor cre-
cimiento, en una vida cristiana más fuerte, más sólida. Sin embargo, para que esto sea posible, el cristiano debe
disciplinarse en dedicar tiempo y esfuerzo al estudio, manteniendo hábitos saludables como: asistir a los cultos,
ir a clases de estudio bíblico, disfrutar la amistad y la conversación con los hermanos, ayudar a discipular a otros,
estudiar la Palabra a solas y en grupo y perfeccionarse en la practica de sus dones para el ministerio. Todo esto le
ayudará a crecer saludable.
Es bueno que hagamos una advertencia aquí, no debe equipararse el crecimiento espiritual con conocimiento
intelectual. El crecimiento del cristiano no consiste sólo en aprender cierta información de la Biblia. Algunas
personas pueden llegar a saber mucho acerca de Dios, pero en realidad no le conocen, ni le sirven con sus vidas. El
conocimiento intelectual conlleva en sí mismo el peligro del envanecimiento que tan sólo edifica el orgullo, pero
este por sí sólo no cambia la forma de vivir (Mateo 7:16; Efesios 5:8; Santiago 2:18).
No queremos decir que el conocimiento es malo, por el contrario, afirmamos que es bueno cuando comprende-
mos que es tan sólo el primer escalón en el progreso hacia la madurez. Para crecer en la vida espiritual se necesita
además pasar por una variedad de experiencias como adorar, tener compañerismo, estudiar y poner en práctica lo
aprendido en nuestra vida. El crecimiento espiritual forma nuestro carácter, nuestra visión y nos provee de habi-
lidades para el ministerio.
En Filipenses 3:13 el apóstol Pablo dice: “…no pretendo haberlo ya alcanzado…” El camino hacia la madu-
rez cristiana es para transitarlo toda la vida. A medida que avanzamos podemos reconocer lo que nos hace falta
y así ponernos en acción para remediarlo. Para crecer en santidad de vida es imprescindible reconocer delante de
Dios que necesitamos de Él para llegar a la meta. Esta actitud humilde es necesaria para dejarnos formar por Las
Escrituras y por nuestros líderes y maestros cristianos.
Este proceso de crecimiento lleva todo el resto de la vida a una persona. Es por ello que en la iglesia todos se-
guimos siendo discípulos, aún los líderes que están en las posiciones de mayor responsabilidad. Recordemos que el
crecimiento espiritual del cristiano es intencional y no es automático (Hechos 5:12, Filipenses 2:12, Romanos 6:13).
Para vivir lleno del Espíritu es indispensable seguir alimentándose y nutrirse de la mejor manera posible para
crecer fuertes y saludables en esta nueva vida.
Si usted señaló como verdadera: “La santidad de corazón sólo es posible mediante una vida disciplinada, está
en lo correcto”. Esto es lo que quiso enseñar el apóstol Pedro en el v. 13 cuando dice: “…ceñid los lomos de vuestro
entendimiento”. Esta figura nos recuerda la costumbre oriental de amarrarse la túnica con un cinturón en prepara-
ción para ponerse en acción. Lo que está diciendo aquí el apóstol Pedro es que es nuestra responsabilidad tomar
la decisión de poner en práctica las enseñanzas de la Palabra de Dios en nuestro vivir.
Como vemos, la vida de obediencia es la vida normal del discípulo de Cristo, como dice el v. 15: “sino como
Aquel que os llamó es santo sed también vosotros santos…”
115
Un periodista le preguntó a la Madre Teresa de Calcuta: --- ¿Qué opina acerca de lo que dice la gente de que
usted es una santa? Ella contestó: ---- ¡No veo porqué me ven como algo extraordinario, santos es lo que todos
debemos ser. Para eso nos ha creado Dios, es lo más natural que debe ocurrir en la vida de cada ser humano!
Vivir en santidad no es una opción, es un llamado y una vocación para todos los cristianos.
Pedro termina diciendo en “toda vuestra manera de vivir”. ¿En dónde y cuándo debemos vivir en obediencia
perfecta a la voluntad de Dios para nuestra vida? La respuesta bíblica es un absoluto total: “en el cien por ciento
de la vida”. Esto se refiere a la vida pública y la vida privada. Abarca los motivos, los deseos, los sentimientos, las
actitudes, lo que decimos, lo que pensamos y lo que hacemos.
En nuestra vida existe una dimensión que los demás pueden ver y otra muy íntima que sólo Dios y nosotros
conocemos. La obediencia más difícil para el cristiano es la que tiene que ver con la vida privada. Allí estamos
solos con nuestros pensamientos, nuestros deseos y nuestras motivaciones. Pero cuando nos mantenemos puros y
obedientes en nuestra vida privada, los resultados saltan a la vista cuando estamos con otros.
Algunos cristianos intentan mantener una doble vida y puede que lo logren por un tiempo, pero tarde o tempra-
no la falta de vida espiritual se hace notar en su vida. No es posible vivir lleno del Espíritu para servir en la iglesia y
vivir a nuestro antojo en la vida privada. Esto causa muchos problemas, no sólo a la persona que permanece en pe-
cado, sino que daña el testimonio de la iglesia y puede alejar a los hijos de estos creyentes del camino del Señor.
El gran desafío para nosotros es vivir en pureza y obediencia del cien por ciento, delante de Dios, de nosotros
mismos y de nuestros prójimos.
Las tentaciones han tenido éxito una y otra vez, aún en la vida de personas que estaban sirviendo a Dios con sus
vidas. Las tentaciones más peligrosas son aquellas que nos atacan en los momentos en que somos más vulnerables
(a Jesús lo tentó Satanás cuando estaba cansado y hambriento).
Cualquier cristiano puede caer en la tentación alguna vez, aún el que está lleno del Espíritu. Por lo general no
serán grandes pecados: un mal pensamiento, una mala decisión, una palabra ofensiva por perder la paciencia, una
expresión de orgullo, entre otros. Estos pequeños pecados pueden ser aquellas grietas peligrosas por las cuales
nuestra vida llegue a deslizarse y caer en un abismo de pecado más profundo.
Para evitarlo, es importante, que cuanto el Espíritu Santo nos alerta del peligro de la tentación busquemos
fuerza de Dios para resistirla en oración. Si se ha caído, lo mejor es pedir perdón de inmediato a Dios y a quien ha
recibido el daño de nuestra conducta. Así como el viñador poda la viña, el cristiano lleno del Espíritu necesita que
su vida se mantenga limpia todo el tiempo.
Todos nosotros pasamos por etapas de debilidad en nuestra vida, donde somos más vulnerables a la tentación.
En cuanto nos sea posible, debemos evitar entrar en estas áreas peligrosas, aunque no siempre será factible. Por
ejemplo, los cristianos trabajamos a veces en exceso. Tenemos responsabilidades laborales, en la casa, con la
familia, en la iglesia y muchos agregan y agregan compromisos en sus días al punto de no tener un momento de
descanso. En el siguiente auto examen veremos por ejemplo que estar exhausto física y mentalmente ofrece una
calle abierta a las tentaciones.
116
Pida a los alumnos que completen la actividad 3. Una vez que tengan las sumas de su estado de sensibilidad a
la tentación pídales que lean la interpretación de puntajes.
En la vida cristiana si no avanzamos, nos deterioramos. La clave es no dejar de crecer. Pablo dice “extendién-
dome a lo que está delante prosigo a la meta”.
¿Quién dijo que la vida cristiana es aburrida? Por el contrario, la vida cristiana es una que siempre nos presenta
nuevos desafíos, nuevas montañas espirituales que escalar, nuevos mares de conocimiento que navegar. Para el
intelectual, Jesucristo es una fuente inagotable de conocimiento; para la persona práctica, Jesucristo es el Dios que
cada día nos sorprende con pequeños milagros; para el artista, Dios es el autor de inagotables maravillas; para el
romántico, Dios es la fuente de amor… La vida cristiana es una vida donde siempre hay algo mejor y maravilloso
que Dios tiene para nosotros.
Este pasaje enseña el valor de tener metas en la vida. Para alcanzar una meta se necesita determinación. El
cristiano que alcanza la meta es aquel que no se rinde ante las dificultades. Debemos tener claro que la salvación
y la perfección cristiana es por la fe, pero el crecimiento depende de que nosotros prosigamos hacia la meta de
madurez a la que el Espíritu nos guía.
Las metas en la vida espiritual nos ayudan a evitar los siguientes peligros: el estancamiento, la vida cristiana
mediocre y el conformismo.
Las metas nos ayudan a acercarnos más a Dios, conocer más a Cristo, depender más de Él, y ser cada día más
semejantes a Él.
La permanencia del cristiano en la vida llena del Espíritu depende de su propio compromiso y
obediencia manteniéndose unido a Jesús y lejos del pecado. No existe una vacuna contra la tentación,
los creyentes santificados también experimentan tentación pero cuentan con la ayuda del Espíritu
Santo para reconocerla. Si el creyente peca es indispensable que se arrepienta y no permanezca en el
pecado. La formación de la vida de Cristo en el cristiano demanda que éste tenga metas claras para su
crecimiento espiritual y se discipline para alcanzarlas. Siempre hay nuevas metas adelante para crecer
en la vida llena del Espíritu.
117
Definición de términos claves
Tentación: Estímulo que induce a obrar mal. Puede provenir de nuestros propios malos deseos internos
o de de las circunstancias que se presentan en la vida y que despiertan estos deseos.
Meta: Finalidad, objetivo o propósito que una persona se traza.
Humilde: Actitud de la persona que no presume de sus logros, reconoce sus fracasos y debilidades y
actúa sin orgullo.
118
13
lección
Actividad 2. ¿Está tu vida de santidad siendo atacada por las tentaciones? Señala en esta
lista los pensamientos que han venido a tu vida en las últimas semanas
En cada momento de nuestra vida nos encontramos en diferentes niveles de sensibilidad a la tentación. El siguiente auto
examen te ayudará a medir cómo se encuentra tu sensibilidad ahora. Cada una de estas diez categorías tiene un extremo más
negativo y va pasando por una escala ascendente desde 1 a 10 para llegar al lado más positivo.
Marca con un círculo el número que identifica en cada categoría como te encuentras ahora:
1
Adaptado de Bruce Wilkinson. Santidad personal en momentos de tentación. Miami: Unilit, 1998, p. 157-158
119
6 Alejado de los demás/ Frío 1-2-3-4-5-6-7-8-9-10 Cercano/ Cálido
7 Interiormente pesimista/ Triste 1-2-3-4-5-6-7-8-9-10 Optimista/ Feliz
8 Inseguro a nivel personal/ Poco seguro 1-2-3-4-5-6-7-8-9-10 Seguro/ Confiado
9 Amargado en secreto/ De mal genio 1-2-3-4-5-6-7-8-9-10 Perdonador/ Tolerante
10 Profundamente resentido/ Lastimado 1-2-3-4-5-6-7-8-9-10 Apreciado/ Amado
Mi suma de hoy es:
Area saludable
90-100 ¡Usted no está en este mundo, ya está en los cielos con Dios!
80-89 Está muy fortalecido, pero quizás debe tener cuidado con el orgullo y la arrogancia.
70-79 Está fuerte, mantenga su dependencia del Señor.
60-69 Usted va por el camino adecuado, manténgase en obediencia al Señor.
Area de peligro
50-59 Se encuentra débil y emocionalmente vulnerable. Pida a otros que oren por usted por fortaleza.
30-49 ¡Usted está en peligro! Protéjase muy bien porque está débil. Busque un amigo cristiano de su mismo sexo para que
le preste ayuda.
Zona de crisis
20-29 La situación es crítica, posiblemente usted ya cedió a algún pecado grave. Busque ayuda de un consejero cristiano y
arrepiéntase.
10-19 ¿Está usted respirando? ¿Puede mover el cuerpo? Usted necesita nacer de nuevo, porque su vida no es la de un dis-
cípulo de Cristo.
Algunas de ellas son positivas y favorecen tu crecimiento espiritual, otras son negativas en el sentido que te mantienen estan-
cado, detienen tu crecimiento. Evalúa cómo está tu vida actualmente en cada aspecto con la tabla siguiente:
Columna A Columna B
___ Me lamento por los fracasos en la vida pasada. ___ Miro el futuro con esperanza.
___ Olvido los errores que cometo. ___ Aprendo de mis errores.
___ No noto mucho cambio en mi vida. ___ Cada cosa que aprendo trato de vivirla.
___ Me aburro en los cultos. ___ Voy a los cultos con entusiasmo.
___ No tengo amigos de verdad que sean cristianos. ___ Tengo buenos amigos en la iglesia.
___ Doy ofrendas porque hay que hacerlo. ___ Dar ofrendas es un privilegio.
___ No estoy de acuerdo en amar tanto a otros. ___ Me preocupo por crecer en amor.
___ Tengo mucho tiempo para llegar a ser cristiano maduro. ___ Deseo ser un cristiano maduro.
___ No tengo tiempo para trabajar en la iglesia. ___ Disfruto del trabajo en la iglesia.
___ Critico a mi pastor y mis líderes. ___ Agradezco por mi pastor y líderes.
___ Si algo me gusta me lo pongo. ___ Tengo cuidado en mi forma de vestir.
___ La gente debe tolerar mi carácter porque Dios me hizo así ___ Pido perdón si digo o hago algo indebido.
___ Yo sé demasiado de esto… ___ Tengo más que aprender sobre ésto…
___ Mis logros se deben a mis habilidades. ___ Mis logros se los debo al Señor.
___ En mi casa mando yo ___ En mi casa el Señor es Jesús.
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Actividad 5. ¿Cómo evaluar mi crecimiento espiritual?
Las siguientes preguntas te ayudarán a evaluar tu desarrollo espiritual hasta aquí. Responde Si o No.
___ ¿Puedes decir que conoces más a Dios que hace dos meses?
___ ¿Los principios bíblicos que aprendí han cambiado en algo mi vida estos últimos semanas?
___ ¿Invierto tiempo a diario en leer la Palabra de Dios y meditar en ella?
___ ¿Los tiempos que dedico para orar, tanto personal como congregacional, son de fortaleza y edificación para mi vida, la
de mi familia y mi congregación?
___ ¿Mi familia ha notado los cambios que Cristo ha producido en mi carácter?
___ ¿Mis amigos y vecinos han notado que soy un cristiano por mi estilo de vida?
___ ¿Necesito conocer y crecer más en mi experiencia cristiana?
___ ¿Considero que conozco lo suficiente como para ayudar a otros?
___ ¿Busco la dirección de Dios para tomar decisiones para mi vida y la de mi familia?
___ Si eres casado, ¿ha mejorado el compañerismo en tu pareja?
___ ¿Asistes regularmente a los cultos de la iglesia?
___ ¿Usas tus dones trabajando voluntariamente en los ministerios de la iglesia?
___ ¿Das el diezmo de todos tus ingresos? ¿Ofrendas con generosidad?
Actividad 6. Escribe unas metas para tu crecimiento espiritual en los próximos seis meses.
Puedes ver tus áreas débiles en los resultados de la Actividad 4 y 5. Antes ora para pedir al Espíritu Santo que te muestre
aquellas áreas en que necesitas mayor crecimiento.
Lecturas recomendadas
Gálatas 5:1-15
Efesios 5:1-33
Efesios 6:10-20
Filipenses 3
1 Timoteo 6:11-19
1 Pedro 1:13-2:3
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