Tres Violetas, Tercera Semana
Tres Violetas, Tercera Semana
Tres Violetas, Tercera Semana
Hermanos Maristas
Tres violetas
Tercera Semana
Colocar una imagen de la Buena Madre y música instrumental de fondo que nos ayude a entrar en
meditación.
Introducción
Damos la Bienvenida a toda la comunidad educativa del Santa María de los Andes y empezamos
poniéndonos en presencia del Señor haciendo la Señal de la Cruz
En el nombre del Padre y del hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Como hijos de un mismo Padre nos unimos a la Iglesia universal con el rezo del Padre nuestro
pidiendo por el Papa Francisco y por todos los obispos y sacerdotes del mundo.
Padre Nuestro …
Nos unimos a los maristas de todo el mundo y teniendo como protectora a nuestra Buena Madre
rezamos juntos La salve
Dios te salve reina y madre, madre de misericordia…
Primera violeta
1. En la misión: ser el rostro de María.
María inspira nuestra actitud con los jóvenes. Al contemplar su figura en las Escrituras quedamos
impregnados de su espíritu. Vamos con prontitud a la “región montañosa” de las vidas de los
jóvenes para llevarles la buena noticia de la justicia y la fidelidad misericordiosa del Señor. Al
relacionarnos con los jóvenes con un estilo mariano, nos convertimos en el rostro de María para
ellos. (AdR 27)
Reflexión
Que en el encuentro con el prójimo podamos ser rostros y manos de la misericordia de Dios y
sepamos acoger antes que juzgar, brindar perdón sin calcular el daño y mirar la nobleza de cada
ser humano.
María se sorprende ante la irrupción de Dios en su vida. Está atemorizada. Luego se sosiega
porque intuye su presencia amorosa. Sin tener todas las respuestas a sus dudas, ella se fía y se
ofrece a Dios, que le infunde confianza. A veces nos toca luchar con nuestros miedos y
vacilaciones, como le pasó a María en la Anunciación. (AdR 61).
Reflexión
Como María, que nosotros seamos también capaces de confiar en Dios aunque muchas veces
veamos nuestras esperanzas perdidas y no conozcamos los planes del Señor. Pero seamos
conscientes de que sus planes de amor siempre son mejores que los nuestros si nos
abandonamos en él.
Tercera violeta
3. Con María, ser contemplativo y activo.
María inspiró en Marcelino el estilo de estar en la misión. Ella acogió al Espíritu Santo en la
Anunciación y dio una respuesta inmediata a las necesidades de Isabel. Con ello nos muestra que
tanto la contemplación como la acción son elementos indispensables de la espiritualidad. Las
actitudes de María constituyen la base de todas nuestras acciones: escucha, espera paciente,
sencillez, cultivo de la interioridad y disponibilidad a la voluntad del Señor.
Invitada por el Espíritu, María se siente impulsada a abandonar su casa para ir a casa de los
demás. Ella nos indica la dirección de la misión: debemos ir al encuentro de los otros allí donde
ellos están. (AdR 132)
Reflexión
Que como María, no nos dejemos arrastrar por el tedio y el acelerado ritmo de vida que nos alejan
de Cristo y sepamos darnos espacios de interioridad que nos nutran para actuar con fe y
esperanza construyendo el reino de Dios en nuestra vida diaria.