Haring, Bernhard - Libertad y Fidelidad en Cristo 03
Haring, Bernhard - Libertad y Fidelidad en Cristo 03
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LIBERTAD Y FIDELIDAD
EN CRISTO
Teología moral para sacerdotes y seglares
III
RESPONSABILIDAD DEL HOMBRE ANTE LA VIDA
BIBLIOTECA HERDER BERNHARD HARING
SECCIÓN DE TEOLOGÍA Y FILOSOFÍA
VOLUMEN 165
LIBERTAD Y FIDELIDAD
LIBERTAD Y FIDELIDAD EN CRISTO EN CRISTO
Por BERNHARD HÁRING Teología moral para sacerdotes y seglares
III
TOMO TERCERO
RESPONSABILIDAD DEL HOMBRE ANTE LA VIDA
BARCELONA BARCELONA
VOSOTROS SOIS
LA LUZ DEL MUNDO...
LA SAL DE LA TIERRA
Mt 5,13.14
Reconocimiento 15
Introducción 19
7
Índice índice
8 9
Índice
índice
3. Adoración en espíritu y en verdad como garantía de secu-
larización auténtica 166 7. Límites del crecimiento de la población 220
4. Moralidad autónoma en el horizonte de la fe . . 167 8. Libertad y fidelidad creadoras 221
D) Vocación y santidad en el mundo 170
1. Sobre la historia de la teología de la vocación . . . 170 Capítulo sexto: Cultura y ética 223
2. El concepto de vocación en Lutero 171 A) Importancia de la cultura para la moral 224
3. Santidad en el matrimonio y familia 172 B) Importancia de la moral para la cultura 227
4. La crisis de la vocación sacerdotal 173 1. El poder creador de la religión y la moral . . . . 227
5. Vocación, profesión y puesto de trabajo 174 2. El impacto del genio moral 228
6. Las vocaciones a profesiones arduas 176 3. Conciencia y cultura 228
E) ¿Conservar o cambiar el mundo? 177 C) Misión cultural de los cristianos 229
1. Orientación hacia el futuro y sus implicaciones . . . 177 1. Misión y tarea consciente 229
2. La ideología del progreso y la sobriedad cristiana . . . 179 2. Valores imprescindibles de toda cultura 229
3. ¿Punta de lanza o retaguardia de la historia? . . . . 180 3. Mayor espacio para la libertad creadora 230
4. Promover condiciones favorables para la libertad y fide- 4. Todos tienen derecho a participar activamente en los ob-
lidad creadoras 181 jetivos de la cultura 231
5. Cultura y política 232
Capítulo quinto: Ecología y ética 182 D) El encuentro de la religión y de la moral con las diversas
A) La historia y la nueva situación 184 culturas 233
1. La historia nos enseña 184 1. Fidelidad al misterio de la encarnación 233
2. El hombre, manipulador y perdedor 185 2. El éxodo 235
3. La magnitud de los riesgos y peligros 185 3. El reino universal de Dios 236
4. Conocimiento ecológico y decisión 187 4. Metaética 237
B) Reto a la teología y a la ética 188 5. Lo propio de la moral cristiana 238
1. Nuestra actitud básica frente a la creación . . . . 189 E) Conflicto y bendición 239
2. El dominio sobre la naturaleza dado por Dios y el cono- 1. Conflictos evitables 239
cimiento de dominio 191 2. Armonizar lo antiguo y lo nuevo 240
3. ¿Resacralización? 193 3. Proceso de integración 242
4. Teología del devenir y ecología 193 4. Purificación 244
5. Una dinámica visión sacramental 194 5. Proceso de eliminación 245
6. Ecología humana y nuestra esperanza final . . . . 195 6. Crítica de la cultura existente 246
7. Hacia un antropocentrismo sobrio y depurado . . . . 197 F) A la luz de la sociología de las costumbres y de la moral . . 247
8. La ecología y una nueva interpretación de la propiedad . 198 1. Encuentro con una moral ligada a la tradición . 248
9. De una cultura de derroche a un nuevo ascetismo . . 199 2. Encuentro con una moral pragmática 250
C) La conciencia ecológica y sus obstáculos 201 3. Encuentro con una moral de la virtud 251
1. La ideología del crecimiento y expansión constantes . . 201 4. La moral del juicio subsiguiente 252
2. Hábitos y pautas de comportamiento establecidos . . . 203 5. Moral imperativa 253
3. Intereses establecidos 204 6. La moral de los símbolos que inspiran y de las imágenes
4. Nacionalismo y hegemonía 206 ideales 254
5. La megalópolis 206 7. Una moral de aspiraciones 255
6. Ciencia y tecnocracia 207 8. La moral de la actividad creadora 256
7. ¿Qué tipo de radicalismo? 209
D) Estrategia ecológica 210 Capítulo séptimo: La moral de la vida socioeconómica . . . . 257
1. Educación ecológica 210
A) La economía de las bienaventuranzas 258
2. Iniciativas personales y compartidas 211
B) La economía es algo más que un negocio 261
3. Política ecológica 211
1. Economía y sociedad 263
4. Reconciliación entre el hombre y la tecnología . . . 214
2. Economía y la vocación total de la persona . . . . 264
5. Desarrollo global 216
3. La economía, realidad omnipresente 265
6. La energía nuclear y sus alternativas 218
4. Economía y actividad filantrópica 267
10
11
índice Índice
C) La Iglesia como sociedad económica y como maestra en el 3. Nuevas dimensiones de la cuestión social clásica . . . 328
campo socioeconómico 268 a) Nueva conciencia de la función de la mujer . . . 328
1. ¿Modelo o escándalo? 269 b) Trabajadores emigrantes y refugiados 329
2. Enseñar con autoridad 271 c) La situación social de la ancianidad 330
3. Sin salirse de su competencia 272 d) Integración de la juventud en la vida socioeconómica . 331
4. Ministerio profético 273 4. Ecología, megalópolis y «ghetto» urbano 332
D) Historicidad y conflicto 275 5. Del colonialismo a un nuevo orden mundial . . . . 332
1. El materialismo histórico 276 a) Herencia del colonialismo 333
2. El materialismo dialéctico y la función del conflicto . . 279 b) Abismo entre desarrollo y liberación 334
3. Cristianos y socialismo 283 6. El fin de una ideología de constante crecimiento cuanti-
E) La economía, tarea ética común 285 tativo 335
1. La gran herejía 285 7. ¿Cómo controlar el Estado nacional militar? . . . . 336
2. Justicia salvadora de Dios y respuesta solidaria de los
hombres 288 Capítulo octavo: La moral de la política 338
a) La justicia de Dios y nuestra respuesta de fe . . 288 A) La dimensión política de la vida social está presente en toda
b) Dimensiones de la justicia social 289 actuación humana, pero no es la única dimensión del hombre . 339
c) La justicia distributiva a la luz de la justicia social . 291 1. La política del evangelio 339
3. Economía al servicio de las necesidades humanas . . . 292 a) La política y el reino de Dios 339
4. Responsabilidad y subsidiariedad 294 b) Jesús, profeta, denuncia los abusos políticos . . . 342
5. Libertad creadora 295 c) No hay programa político, pero sí una dirección clara 343
6. Solidaridad y fidelidad 296 2. Teología política •• 344
7. Conducta inmoral en los negocios 298 a) Una nueva conciencia 344
a) ¿Qué significa conducta inmoral? 298 b) Política y oración 346
b) Un catálogo de pecados y delitos 299 3. ¿Política cristiana o política de cristianos? . . . . 348
c) Extensión de la delincuencia en los negocios . . 300 4. Comunidad eclesial y política 351
d) Causas principales de la delincuencia mercantil . . 301 a) La nueva situación 351
e) Remedios 302 b) Salir del círculo vicioso de clericalismo y anticleri-
f) Reparación 303 calismo 353
F) Más allá del capitalismo 304 c) Ministerio de reconciliación 354
1. El sistema de mercado social libre 304 d) El cuerpo diplomático papal y el conflicto profético 355
2. Política y economía 306 5. El horizonte de la interacción y responsabilidad políticas . 356
3. La propiedad y la mano de obra 308 a) Política y familia 357
a) Propiedad privada y destino social de los bienes de b) Política y cultura 358
la tierra 308 c) Política y economía 359
b) Títulos de propiedad 309 d) Política y ecología 360
c) Reforma necesaria del derecho de propiedad y de la 6. Posibilidad y necesidad de una ética política . . . . 360
distribución de ésta 311 a) Negación de la posibilidad de la ética política . . 361
d) Socialización o nacionalización 313 b) La ética política del conformismo y del no confor-
4. La función clave del trabajo 314 mismo 362
a) La mayor participación posible de los trabajadores . 315 c) La función de la teología en la ética política . . 362
b) Salarios justos 318 d) Pluralismo de la ética política 364
c) El derecho al trabajo 319 B) La política a la luz de la historia de la creación, pecado y
d) Huelga y «lock-out» 319 redención 365
5. Función del capital y del interés 321 1. Redención, liberación y perdón en el corazón del conflicto 365
6. Función de los ejecutivos 324 2. La función del Estado en un mundo caído y redimido . . 367
7. Su majestad el consumidor, y precios justos . . . . 325 a) Algunas indicaciones del Nuevo Testamento . . . 367
G) Problemas socioeconómicos cambiantes 326 b) En favor de la autoridad pero contra el Estado to-
1. Liberación de los esclavos 326 talitario 369
2. Liberación de los campesinos 327 c) El moderno Estado bienhechor 370
12 13
índice
índice
14
15
RECONOCIMIENTO
B.H.
16
INTRODUCCIÓN
19
Introducción
SECCIÓN PRIMERA
BIOÉTICA
20
21
El comienzo de la vida
22 23
I. Responsabilidad de la vida El origen del genotipo
de despliegue de su revelación. La vida de la planta es esencial- animal hasta llegar a la fase decisiva de animación con un alma
mente algo más que la de la pura materia. La fase subsiguiente de humana, inmortal. Siguiendo a Aristóteles, pensó que, en el feto
su desarrollo es más que la forma previa. Siempre hay algo más, masculino, sucedería esto hacia el cuadragésimo día y, en el feto
algo nuevo, bajo la apariencia del ser humano, una persona que femenino, en el octogésimo. Por supuesto que esta concepción no
puede admirar, adorar, recordar conscientemente, reír, amar... El se sustenta en base alguna científica, pero nació de la supersticiosa
crecimiento y desarrollo son la señal inequívoca de la presencia opinión de que la mujer está más marcada por la animalidad que
creadora de Dios y de su maravilloso plan en la creación. el varón.
La aparición del hombre sobre la tierra es el símbolo más ele- El aspecto positivo de la posición de Tomás de Aquino residía
vado y real de la trascendencia del mundo que responde a su Crea- en que la totalidad de este ser se desarrolla a través de diversos
dor, que llega hasta él por medio de la adoración explícita y del estadios de trascendencia en una única síntesis entre la realidad
amor, pero, al mismo tiempo, alcanza nuevas y más elevadas for- corporal y su principio de vida.
mas de desarrollo y una mayor plenitud de vida. La opinión de la animación sucesiva gozó del firme apoyo que
El desarrollo del ser humano individual no es una repetición le prestaron tanto biólogos como teólogos. Pero, cuando E. Von
del proceso de hominización. Más bien, participa de forma mara- Baer descubrió, en 1827, el huevo y todo el proceso de fertiliza-
villosa, de esta misma dinámica de autotrascendencia, crecimiento ción, los filósofos y teólogos se pasaron a la opinión de la anima-
y desarrollo 2 . Cada fase contiene las potencialidades de la siguien- ción simultánea en el momento de la fertilización. Pensaron que
te y, sin embargo, ésta es algo más que la anterior. No existe signo éste es el comienzo de un ser humano en cuanto tal.
más tangible de la presencia creadora de Dios en la tierra que este ¿Está dotado de alma inmortal ya en ese momento?
maravilloso comienzo y crecimiento de la vida humana. El más profundo conocimiento del desarrollo del embrión llevó
El óvulo, que madura a una media de uno por mes en el ova- a los biólogos, a muchos filósofos y teólogos, a reconocer que no
rio de la mujer, y los cientos de millones de espermas producidos sabemos con certeza el momento o fase en que podemos hablar
cada mes no son aún vida humana. Pero son portadores de ricas con absoluta seguridad de la presencia de una persona humana
informaciones. Su fusión o unión en el momento de la procreación dotada de un alma inmortal y, por consiguiente, revestida de todos
produce algo nuevo y señala el comienzo de una nueva vida hu- los derechos propios de una persona.
mana. Es verdaderamente vida humana y participa de la dinámica No podemos despejar por completo la sospecha de que la ten-
de trascendencia que es la característica más descollante de la con- dencia general de las últimas décadas, favorable a la aprobación
dición humana. del aborto, haya podido influir de alguna manera en las nuevas
La filosofía y teología de tiempos anteriores hablaron del co- opiniones. Pero existen también datos científicos que obligan, in-
mienzo de la vida humana en términos de «animación». En algunas cluso, a los defensores de toda vida humana a no afirmar más que
corrientes de pensamiento parece como si el alma viniera de fuera, lo que permiten lan pruebas científicas.
indudablemente de arriba. La animación parece marcar el momento
de la intervención de Dios en la que llama a este individuo único
por su nombre y para que entre en comunión con él. 1. El origen del genotipo
San Alberto Magno fue uno de los primeros en tratar de la
animación en el mismo momento de la concepción, aunque aún se Con la fertilización del huevo, el genotipo queda determinado.
desconocía el hecho biológico de la fusión de los dos gametos (es- Existe una nueva vida humana distinta de la del padre y de la
perma y óvulo). Sin embargo, su discípulo, santo Tomás, se alineó madre, con un código genético único, irrepetible e irrepetido
con la tradición previa que afirmaba una sucesiva animación. Se- (ADN = ácido desoxirribonucleico), aunque su propio ácido ribo-
gún esta opinión, durante la fase puramente vegetativa se tendría nucleico (ARN) no es aún inmediatamente activo.
un alma vegetativa; la vida animal tendría únicamente un alma La mórula o blastocito desarrolla gradualmente su propia di-
24 25
La hominización
I. Responsabilidad de la vida
aún posible, tenemos ante nosotros una vida verdaderamente hu-
námica de la vida. Después de cinco a siete días de la división ce-
mana con un maravilloso programa de desarrollo verdaderamente
lular, el cigoto encuentra su camino al útero y lleva a cabo sus
autónomo que dirige nuestra atención hacia la presencia del Crea-
grandes tareas de implantación y ulterior desarrollo embrionario.
dor divino y su designio. Debemos distinguir tres cuestiones diver-
Antes de su implantación, su propia red de comunicación está en-
sas: (1) ¿Es moralmente cierto que no nos encontramos frente a
viando ya información hormonal al organismo huésped materno, in-
una persona humana en cuanto tal? (2) ¿O estamos moralmente
vitándole a prepararse para llevar una vida solidaria durante nueve
ciertos de que lo que es autotrascendencia ha entrado en lo que
meses. Así, en este nivel, existe ya un principio dialogal expresado
llamamos persona humana? (3) ¿O existe la duda en el sentido
en una milagrosa y creciente comunicación entre madre y embrión.
estricto?
¿Podemos decir que existe ya ahí un alma inmortal, específi-
Ante todo, tenemos que decir que estos tres interrogantes tie-
camente humana? ¿Tenemos que suponer su donación para expli-
nen seguidores entre personas honestas e inteligentes. Si una per-
car la entelequia, la dinámica milagrosa hacia el desarrollo de una
sona tiene la fuerte y sincera convicción de que ahí no se ha alcan-
vida plenamente humana? ¿O es esta entelequia un signo de la
zado aún el nivel de vida humana que nos da derecho a hablar de
presencia creadora de Dios y de su intención de producir una vida
persona humana, la interrupción del maravilloso proceso de la
completamente humana si condiciones desfavorables no bloquean
vida será un grave problema moral, pero no se podrá hablar de
su decisión?
aborto en el mismo sentido ético que cuando se tiene la certeza
moral de destruir la vida de una persona humana o, al menos, de
2. El momento de la diversificación un ser humano que, de acuerdo con la duda estricta, podría ser
una persona humana.
La división de las células durante los primeros catorce días,
aproximadamente, produce únicamente réplicas de todas las células
nuevas que tienen un carácter idéntico. Esto explica la posibilidad
3. La corteza cerebral y la hominización
del fenómeno de mellizos idénticos. Por ejemplo, cada una de las
treinta y dos células después de la división celular podría ser se-
Los nuevos planteamientos sobre la «muerte» del cerebro como
parada y, en condiciones favorables, podría desarrollarse hasta
terminación de la historia de una vida humana, introduce esta
formar un individuo. Este hecho plantea el importantísimo interro-
teoría del comienzo de la personalidad o comienzo del principio
gante de si, durante los catorce días posteriores a la fertilización,
inmortal de la vida humana. ¿Es el desarrollo de la corteza cere-
podemos llamar al blastocito verdaderamente persona humana, dado
bral típicamente humana el fenómeno decisivo en la ontogénesis
que solamente los individuos tienen el status de persona. «Indivi-
de la persona humana 6 ?
duo» significa no divisible, ser único que excluye la réplica 3 .
La estructura básica de la corteza cerebral humana está ya tra-
Probablemente, Franz Boeckle hace de portavoz de otros mu-
zada entre el vigésimo y vigésimo quinto día; en todo caso, des-
chos cuando afirma: «La individualidad o subsistencia independien-
pués del cuadragésimo día de desarrollo normal. Cuando la diver-
te de un ser espiritual presupone absolutamente que este ser sea
sificación comienza alrededor del decimocuarto día después de la
único e indivisible por su misma naturaleza» *. Pero Boeckle tuvo
fertilización, se desarrolla casi inmediatamente o muy pronto la
mucho cuidado en poner en guardia contra peligrosas conclusiones
célula que tiene la potencialidad de desarrollarse en corteza cere-
derivadas de esta afirmación. «El ser que está desarrollándose tiene
bral. En la octava semana después de la fertilización, puede detec-
derecho a ser protegido desde el comienzo del desarrollo. No de-
tarse actividad cerebral eléctrica. En la duodécima semana, la es-
bería existir discusión alguna en este punto. Pero tenemos que dis-
tructura cerebral está más o menos completa.
cutir qué tipo de valor habría que asignar a ese ser en el duro
¿Podemos afirmar que, después del decimoquinto o vigésimo-
caso de tener que valorar recíprocamente los bienes en conflicto» s .
quinto día, en todo caso después del cuadragésimo, no se producen
Incluso en el momento en que la réplica o «gemelización» es
27
26
I. Responsabilidad de la vida Vida humana y vida humanizada
más saltos cualitativos sino únicamente un desarrollo cuantitativo existencia del alma espiritual encuentra su sustrato biológico»9.
de la ya existente estructura de la corteza cerebral? Me parece que, en el caso de la ontogénesis, tenemos que afir-
Pienso que goza de alta probabilidad la opinión que presento mar la existencia de un organismo humano incluso antes del des-
a continuación. Si, alrededor del decimoquinto día o algunos más arrollo de la corteza cerebral. Y esto, aunque tengamos que añadir
tarde, condiciones desfavorables bloquean el desarrollo de la cor- inmediatamente que, aun siendo ser humano, no puede recibir
teza cerebral, dando como resultado un embrión anencefálico o aún el nombre de sustrato biológico del principio de vida espi-
feto, tenemos algo equivalente a la muerte cerebral (en el sentido ritual.
de muerte del cerebro superior). Normalmente, el organismo ma- Se me permitirá que presente mi opinión, no definitiva, a este
terno expulsa espontáneamente tal embrión. respecto. La expresaría de la manera siguiente: la teoría de la homi-
El salto cualitativo que se produce cuando, después del deci- nización como esencialmente dependiente del desarrollo de la cor-
mocuarto día, el embrión desarrolla el perfil de la corteza cerebral teza cerebral no me da una certeza moral de que no nos hallamos
no es comparable, sencillamente, con la filogénesis. Éste es un aún ante una persona humana. Al menos, no ofrece fundamento
extraordinario e inesperado salto de la historia animal a la histo- alguno para privar al embrión de los derechos humanos básicos, el
ria humana; salto que ha sido preparado por un largo proceso de derecho a la vida y a ser protegido.
evolución y, por supuesto, guiado por Dios. En la ontogénesis del
embrión o feto, con el desarrollo de la corteza cerebral típicamente
4. Distinción entre «vida humana» y «vida humanizada»
humana, se da, indudablemente, una autotrascendencia estupenda,
un salto admirable. Pero cada blastocito contiene dentro de sí la Un grupo de científicos y de teólogos católicos y protestantes
tendencia innata que triunfa siempre que no existen condiciones franceses ha sugerido que el feto es biológicamente «vida humana»
desfavorables específicas, tales como ambiente materno envenenado mientras no es aceptado por la madre. En tal situación, no puede
por el tabaco o las drogas. hablarse de «vida humanizada» y, por consiguiente, carece de la
Aunque somos plenamente conscientes de la gran diferencia cualidad de derecho de una persona humana 10.
existente entre la filogénesis y la ontogénesis, tal como se descri- Aunque considero la no aceptación o rechazo de una vida hu-
bió anteriormente, continúa siendo verdad que la conciencia huma- mana como el acto más devastador y deshumanizador de cuantos
na — que distingue entre humanidad y animalidad — tiene un sus- pueda imaginarse, no estaría, sin embargo, dispuesto a afirmar que
trato indispensable en la corteza cerebral. Sin él, resulta totalmente el acto de deshumanización despoja a la vida humana de toda su
inconcebible cualquier manifestación de atributos personales espe- dignidad y de su calidad como persona humana. Los mencionados
cíficamente humanos 7 . autores pretenden afirmar que el aborto no tiene la malicia del
No obstante la gran diferencia existente entre la filogénesis y homicidio porque el rechazo o no aceptación del feto precede al
la ontogénesis, existe la posibilidad de aventurar la siguiente teo- aborto. Arguyen desde el personalismo yo - tú. Pero, en mi opi-
ría, aunque deberá estar acompañada de una gran cautela: «El nión, se trata de algo absolutamente inaceptable. La vida humana
alma espiritual comienza a existir en una fase tardía del desarrollo que es llamada al ser por Dios es llamada tú por el yo divino.
embrionario. Esto significa que, entre la fertilización del huevo y Y si me niego a reconocer este ser que es llamado por Dios con
el desarrollo del organismo con un principio de vida espiritual, se un nombre único, rechazo prácticamente el tú divino que nos
dan determinadas fases biológicas que no pueden ser llamadas confiere toda la calidad de nosotros, tú, yo.
hombre» s . Con todo, yo no me atrevería a afirmar la siguiente El comienzo de la vida humana continúa siendo un misterio.
aseveración del mismo autor: «Entonces podemos decir realmente Y todo el conocimiento científico de que disponemos no rebaja lo
que tal ontogénesis no corresponde a la filogénesis humana. En más mínimo su carácter de misterio que nos obliga a centrar nues-
ambos casos, un organismo que no es aún humano tiende hacia tra atención en Dios. La alianza que Dios pactó con la humanidad
un mayor grado de complejidad y a una condición en la que la nos llama a la mutua aceptación y corresponsabilidad.
28 29
1. Responsabilidad de la vida La transmisión de vida sana
30 31
I. Responsabilidad de la vida Problemas demográficos
mosomas no relacionados con la determinación del sexo. Se pro- dres portadores de un trastorno genético sea en forma recesiva o
duce transmisión de la vida con el riesgo de sufrimiento activo dominante.
únicamente cuando el progenitor es homocigoto o heterocigoto que
tiene un consorte también heterocigo en el mismo respecto. El
heterocigoto de este tipo no tiene razón alguna para renunciar al 2. Responsabilidad de la salud del feto y del niño
matrimonio o a la transmisión de la vida si él o ella escogen un
consorte que no sea portador de la misma malformación genética Tanto la Iglesia como la sociedad tienen la grave obligación de
recesiva autosomal. educar a las personas en un más profundo sentido de la responsa-
En la genética humana se han verificado unos 120 trastornos bilidad de la salud del feto. Con frecuencia, se encuentra grave-
mente amenazado por el abuso materno de alcohol, drogas, taba-
genéticos que afectan al cromosoma del sexo. En casi todos los
co... Niños muy pequeños expuestos constantemente al humo del
casos el trastorno está relacionado con el cromosoma X. Dado que
tabaco pueden sufrir durante toda su vida. Una conducta irrespon-
la hembra tiene dos cromosomas en forma de X y, normalmente,
sable frente a la madre pregnante y hacia los padres en general
sólo uno está afectado, ella es portadora únicamente de una mal-
tendrá consecuencias negativas para la salud, tanto mental como
formación genética recesiva, aunque tiene un 50 % de riesgo de física, de los niños.
tener un hijo afectado por una forma dominante de trastorno ge-
nético. En estos casos no puede resolverse el problema mediante
la elección de la esposa.
3. Problemas demográficos
Según las diversas estimaciones, el promedio de personas es por-
tador de un número de genes desfavorables que varía entre 5 y 8.
En el mundo actual, los problemas de población constituyen
En la mayoría de los casos, no afectarán a sus hijos en forma de
uno de los temas más candentes de la ética social H y pueden afec-
trastorno genético a no ser que la esposa sea portadora de los tar profundamente todas las relaciones humanas. No se trata úni-
mismos genes desfavorables. Añadamos que la inmensa mayoría de camente de un problema de población; existen muchos problemas
los defectos genéticos conocidos hasta el presente no ocasiona en el seno de esa denominación. Por un lado, nos encontramos
pesos insoportables para las personas afectadas. con un desproporcionado crecimiento de la población, que ame-
Tanto a la hora de elegir consorte como en la decisión con- naza con el peligro de una excesiva población en algunas áreas del
creta relacionada con la transmisión o no transmisión de la vida, el mundo. Por otra parte, asistimos a un drástico decrecimiento de
aspecto genético es solamente uno entre otros muchos a tener en la población, por ejemplo, tanto en Alemania del Este como en
cuenta. Esposos con considerable riesgo genético pero de altas la República Federal de Alemania y en otros países europeos; y,
cualidades humanas y descollante capacidad pedagógica pueden (al vez, dentro de poco, en Norteamérica.
actuar de forma más responsable en la transmitión de la vida que Un rápido decrecimiento en el plazo de una generación puede
otros, libres de problemas genéticos pero menos cualificados para traer consigo una inmigración gigantesca, una entrada de trabaja-
ofrecer a sus hijos un entorno humano digniflcador y una experien- dores huéspedes (migrantes, inmigrantes) con grave peligro de
cia de amor genuino. desarraigo para ellos y para sus familias.
La sociedad hace frente a su responsabilidad, ante todo, ofre- Un incremento de la población excesivamente rápido no sólo
ciendo información genética equilibrada y elevando el nivel de con- ocasiona dificultades de educación y nutrición, sino, de manera es-
ciencia. Con todo, una de sus primeras responsabilidades es cuidar pecial, el peligro del desempleo, puesto que no es nada fácil crear
del entorno y condición de vida que reduzca el peligro de nuevas millones de nuevos puestos de trabajo en un corto espacio de
mutaciones13. Parece que, en la situación actual, existen tantas licmpo. La absoluta superpoblación en una determinada área geo-
personas afectadas por nuevas mutaciones genéticas como por pa- gráfica puede ser fuente no sólo de enoimes riesgos para la ecosfe-
32 33
Ihirinf Libertad III, 2
I. Responsabilidad de la vida Problemas demográficos
ra, sino también de arriesgadas tensiones y conflictos sociales. In- lu humanidad si continúa incrementándose, echan mano de los
cluso puede azuzar el peligro de guerra. Existen problemas, tam- medios más drásticos de manipulación y coerción permisibles o re-
bién, relacionados con la polución del aire y contaminación del probables. Sus escritos encierran enormes exageraciones y presu-
agua; podría darse, incluso, escasez de agua potable. puestos que no han sido probados, por ejemplo, respecto a la
Con A J . Dyck quiero hacer una afirmación preliminar: «Ni crisis de alimentos 16. Parece que, para muchos de ellos, la mera
la pericia ética ni la ciencia social son suficientes por sí solas para supervivencia biológica de la humanidad, incluso la de todas las
trazar el curso más aconsejable en el tema de la política demo- i-species de animales y el espacio para la vida salvaje es más im-
gráfica» 15. i t a n t e que la supervivencia de la dignidad y libertad humanas,
Los problemas demográficos y la planificación familiar están líntre tanto, se ha probado que sus predicciones relacionadas con
relacionados íntimamente entre sí. Sin embargo, la tendencia de- la drástica crisis de alimentos carece de fundamento científico. Al-
mográfica trasciende la responsabilidad de la familia concreta. gunos científicos han llegado a pensar que sería técnicamente po-
Debería convenirse en que la responsable transmisión de la vida sible alimentar a una población diez veces superior a la actual .
y la educación adecuada en el plano familiar evitaría muchos as- De todos modos, no puede negarse que un ilimitado crecimiento de
pectos de los problemas de población. Los padres que educan bien la población podría ocasionar una crisis ecológica de dimensiones
a sus hijos como personas y como ciudadanos de la sociedad hu- y consecuencias insospechables (cf. capítulo V de este volumen).
mana no ocasionan problemas graves. Recordemos que la mayoría En los momentos presentes, no es el incremento de la pobla-
de los problemas y dificultades son ocasionados por el número de c ion, sino el derroche incontenido y tremendo de nuestra opulenta
personas irresponsables e inmaduras, no por el número de habi- sociedad occidental la causa de serios problemas en la salud, en el
tantes. Si, mediante la procreación y educación, las personas bue- medio ambiente y en la conservación de los indispensables y no
nas y sabias «llenan la tierra», habrá suficiente sabiduría para icnovables recursos de nuestro planeta. Muchos de los que se de-
resolver la mayoría de los problemas que se presenten. No obstan- dican a los temas de medio ambiente parecen presuponer, como
te, la ética social tiene que ser realista. Las decisiones relacionadas ixistulado básico, que este derroche puede y debe continuar. Al
con la transmisión de la vida no son únicamente de signo racional menos, parecen incapaces de concebir la idea de un cambio cultu-
o ético; dependen de muchas condiciones sociales y culturales. ral radical.
En muchas áreas de nuestro mundo actual se necesita una po- Los planificadores familiares de las asociaciones de planifica-
lítica que influya en el número de la población y se requieren unas ción de la paternidad, tanto en Estados Unidos de América como
medidas que traten de dar respuesta a los problemas ocasionados en Europa occidental, piensan que el medio principal, si no único,
ya por la población. La primera trata de influir en el crecimiento para resolver el problema del desproporcionado crecimiento de la
o decrecimiento de la población, mientras que las medidas aconse- población debería consistir en la distribución de anticonceptivos,
jadas tratan de responder a las necesidades sociales ocasionadas informar acerca de su utilización y el acceso al aborto, al que con-
por la actual tendencia demográfica. sideran como medio normal para controlar la población. Insisten
Las diversas posturas tomadas frente al problema del rápido unilateralmente en una visión individualista de la libertad, espe-
crecimiento de la población y de una eventual superpoblación re- cialmente la libertad para el consumo ilimitado. El aborto y el
velan sistemas de valor marcadamente diversos, capaces de produ- intrusismo en la intimidad de la vida familiar les parece un mal
cir un fuerte y duradero impacto en la totalidad de la fábrica social menor que cualquier constreñimiento de las actitudes consumistas.
de la humanidad. Además, no ven cómo la fertilidad humana está relacionada con
La crisis ambiental tiende a dramatizar la crisis de alimentos, todas las condiciones sociales, incluidos los sistemas de valor bási-
el agotamiento de los recursos básicos de la tierra, la depredación, cos y las convicciones religiosas.
la polución, la degradación ambiental. Convencidos de que el tema Existe un tercer grupo al que podríamos denominar distribui-
del crecimiento de la población es un asunto de vida o muerte de dores del desarrollo. Entre estos se encuentran autoridades de la
34 35
Esterilización
I. Responsabilidad de la vida
influencia fuertemente negativa en la expresión de la sexualidad.
Iglesia católica, marxistas y otros muchos. Todos ellos están con- Puede, incluso, llegar a poner en peligro la salud mental.
vencidos de que determinados tipos de mejora en las condiciones La esterilización difiere notablemente de la castración. Ésta
socioeconómicas pueden llevar a una más baja tasa de natalidad. priva al cuerpo de importantes hormonas sexuales. Si se lleva a
El plan mundial de acción, aceptado por la conferencia sobre la cabo durante la pubertad o con anterioridad a ella, puede frenar
población, celebrada en Bucarest en 1974, sigue esta teoría. Las
el desarrollo y maduración de la personalidad en gran medida. La
principales perspectivas y recomendaciones son: lucha contra el
castración de una mujer adulta (ovariectomía) llevará a una meno-
analfabetismo, educación en nutrición, especialmente a las muje-
pausia precoz. La castración altera profundamente el comporta-
res, buenos servicios sanitarios para todos, incluyendo una libre
miento sexual de una persona, especialmente del varón.
instrucción sobre el control de la concepción, igualdad para las
En Italia se practicó la castración de niños jóvenes para pre-
mujeres en educación y oportunidades de trabajo, intenso desarro-
llo del trabajo, especialmente en el sector agrícola, seguridad social servar sus voces de manera que pudieran cantar en el coro. Y se
para los mayores y una distribución más equitativa de la riqueza. practicó durante siglos con la aprobación de la autoridad eclesiás-
Sólo podrán armonizarse los intereses de individuos y familias, por tica a pesar de que fue impugnada constantemente por algunos
una parte, y las necesidades de las sociedades cuando exista un teólogos moralistas, cuya crítica produjo, finalmente, un cambio de
razonable grado de justicia social, educación general y condiciones actitud y de la doctrina oficial. Se sigue discutiendo aún el dere-
favorables para el crecimiento de la corresponsabilidad. cho del Estado a imponer la castración como castigo por crímenes
sexuales, especialmente para proteger a otros y ayudar al criminal
a superar sus peligrosas tendencias.
La cuestión de la esterilización es un tema urgente en la ética
4. Esterilización
médica y social de nuestros días.
Esterilidad es la incapacidad de transmitir la vida. La inferti-
lidad no excluye necesariamente la capacidad de concebir, pero
incluye la incapacidad de dar a luz. La esterilización lleva a la es- a) Esterilización directa e indirecta
terilidad, pero puede tener diversos significados según las diferen-
tes situaciones y finalidades 18. La función de la teología moral en La distinción entre esterilización directa e indirecta ha jugado
este campo se limita a ofrecer criterios adecuados para el discer- un papel importante en la historia reciente de la teología moral.
nimiento. En ella se pone de manifiesto un choque entre dos mentalidades
Médicamente, puede realizarse la esterilización por medio de y dos maneras de concebir el mundo.
la vasectomía, que consiste en una intervención quirúrgica menor Para las personas preocupadas únicamente por el control fácil,
sin grandes riesgos. Puede realizarse también mediante ligadura sólo una acción que trata directamente con un órgano sexual en-
tubárica, que requiere hospitalización y puede encerrar algún pe- fermo es considerada como esterilización indirecta y lícita. Cual-
ligro. La histerectomía no puede ser considerada propiamente como quier intervención médica que tenga una finalidad terapéutica o
un procedimiento médico para obtener la esterilización. Se realiza de otro tipo es considerada como esterilización directa incluso si
por otros motivos, aunque lleva a la esterilización. A pesar de que, la esterilidad no es la intención directa o el objetivo interno de
en el caso de la vasectomía y ligadura tubárica, puede reconectar- la acción ". Sin embargo, para la mayoría de los teólogos morales
se los órganos interrumpidos, en la mayoría de los casos, la per- actuales, lo realmente importante para valorar moralmente la in-
sona quedará prácticamente estéril. De suyo, la esterilización no tervención es la intención directa y el significado interno. El inte-
tiene influencia negativa en las relaciones sexuales ni en la per- rrogante decisivo podría expresarse en los siguientes términos: ¿se
sona, pero la esterilización realizada por imposición tendrá una trata de una destrucción arbitraria de la fertilidad cuando se bus-
secuela de ansiedades, de frustraciones, distress... y tendrán una ca directamente la esterilidad? Si la respuesta es afirmativa, la
36 37
intervención es moralmente inaceptable. No sólo cuenta la inten-
ción personal, sino también la finalidad de la acción en cuanto tal. J) Esterilización y paternidad responsable
La tradicional distinción entre directo e indirecto no es suficiente
para un discernimiento cabal. El pretender la esterilización como medio radical de contra-
ceprión es una decisión irresponsable de un esposo o de la pareja
que, basándose en motivos insuficientes o equivocados, no desea
b) Actitud «anti-baby» icner más hijos. Si la decisión de no desear más hijos es el pro-
ducto del egoísmo o de otras actitudes equivocadas, todos los me-
Existen personas que buscan la esterilización porque rechazan dios empleados para el control de la natalidad, incluida la conti-
radicalmente su vocación de paternidad. Para ellos, el éxito mate- nencia parcial o total, están contaminados por el desorden moral
rial, una vida confortable o un perro de elevado coste es más im- en la decisión fundamental de no querer más hijos. Normalmente,
portante que tener un hijo. Se esterilizaron a sí mismos espiritual los esposos no deberían decidir de una vez por todas el número
y psicológicamente antes de practicar la esterilización médica. En de hijos que desean. Por el contrario, deberían mantenerse abier-
estos casos, el mal radica verdaderamente no tanto en la esterili- tos a sucesivas reconsideraciones del tema delante de Dios, en con-
zación en sí, sino en la actitud básica de las personas afectadas. sonancia con las circunstancias concretas. La esterilización, dado que
Discutir con ellos el mal moral de la esterilización directa sería es más o menos irreversible, hace totalmente imposible esta nueva
perder el tiempo. Pero el consejero o médico al que ellos acuden reconsideración.
debería advertirles que, tal vez, un día cambien su sistema de va- No obstante, podría suceder que los esposos tuvieran razones
lores y se conviertan al gran don de la vida. En tal caso, lamenta- convincentes para no tener más hijos y que hubieran tomado la
rían haber practicado la esterilización física. Pero el médico puede decisión con sinceridad de conciencia. Con todo, incluso en este
pensar también que el afianzamiento de la actitud anti-baby me- caso, la decisión de someterse a la esterilización puede ser moral-
diante la esterilización es un mal menor que el aborto. mente equivocada. Puede ser la expresión de una actitud irreflexiva
que da por sentado que las soluciones técnicas son siempre las me-
jores. Tal decisión puede significar la carencia de esfuerzo para
c) Esterilización a causa de la intemperancia tesolver sus problemas por medios menos drásticos.
Pero pensemos también en esposos que han resuelto adecua-
En Norteamérica puede encontrarse varones que llevan un ani- damente la cuestión básica de la transmisión responsable de la
llo roto como símbolo de haberse sometido a una vasectomía. Es vida y han llegado a la convicción clara de que, en su situación,
un mensaje que dice a las mujeres: «Conmigo no corres peligro.» una nueva pregnancia debe quedar excluida de forma definitiva.
Estos varones hacen declaración pública de que son consumidores Pensemos en los esposos que saben perfectamente que el amor es
de sexo y nada más. la respuesta y aceptan la abstinencia periódica o total cuando el
Este tipo de esterilización es verdaderamente un mal moral. amor lo requiere. La salud del matrimonio, las relaciones saluda-
Pero el subyacente desorden de personas que no desean trascen- bles entre los esposos, la armonía en la familia, tan imprescindible
der el nivel de consumo y han reducido las relaciones sexuales a para la adecuada educación de los hijos ya engendrados, la libera-
este bajo estrato es fuente de otros muchos males, aparte de la ción de los esposos, principalmente de la mujer, de peligrosas an-
esterilización arbitraria. El médico no debería mostrarse dispuesto gustias, los peligros que implican otros métodos a la hora de llevar
a colaborar en tales casos. Efectivamente, nada tienen que ver con a la práctica la decisión convencida de no tener más hijos... son
la terapia. Por el contrario, se trata de una acción que simboliza otros tantos puntos para tener en cuenta cuando se trata de ayu-
la degradación de la vida humana. dar a los esposos a discernir el significado moral de la esterilización.
38 39
I. Responsabilidad de la vida
Esterilización VJ. v • /
40 41
Intervención artificial en la reproducción
I. Responsabilidad de la vida
conyugal sana y criar a sus hijos en la senda del amor. Y los pro-
h) Cooperación con la esterilización en hospitales católicos
genitores no deberían consentir que sus bijas se sometieran a la
esterilización a causa de un C.I. relativamente bajo. Por el con-
trario, habría que hacer todo lo posible para ayudar a estas perso- Algunos católicos piensan que, a la vista de la tendencia peli-
nas a alcanzar un nivel más alto de madurez verdaderamente grosa hacia la esterilización inmoral, los hospitales católicos debe-
humana. rían negarse a cualquier forma de esterilización cuando no se trata
de un órgano sexual trastornado, como se niegan a cualquier tipo de
aborto directo. Pienso que deberíamos ofrecer al mundo un tes-
timonio más convincente discerniendo juiciosamente entre formas
g) Esterilización para el control de la población
de esterilización moralmente aceptables e inaceptables. Pero mien-
tras se mantenga, en el plano oficial, el acuerdo de considerar la
Algunas naciones superpobladas han comenzado ya a inducir
esterilización terapéutica como sinónimo de tratamiento de órgano
a los esposos a someterse voluntariamente a la esterilización des-
trastornado, los hospitales católicos pueden seguir una política ba-
pués del segundo o del tercer hijo. Tal persuasión puede lograrse
sada en el discernimiento entre formas de cooperación moralmente
en forma de manipulación psicológica con refuerzos positivos o
aceptables e inaceptables en casos de esterilización que no pueden
negativos e incluso con la coacción. Aunque debemos tener plena
ser aprobados de acuerdo con el concepto estricto de terapia.
y profunda conciencia de la complejidad y gravedad de la situa-
ción, jamás podremos aprobar este planteamiento que priva a la Por supuesto, no se debería cooperar con tendencia de esteri-
persona de su libertad en la esfera más íntima de su vida. Tales lización claramente inmorales. Un hospital católico no puede coope-
posiciones dañan a la sociedad misma, ya que ésta necesita la li- rar con el principio de esterilización voluntaria. Podría, en mi opi-
bertad, y no puede vivir sin los hijos de aquellas familias que pue- nión debería, existir, no obstante, una autorización para que la
den criar y educar, incluso, un número mayor de hijos para un alto administración de los hospitales católicos cooperara materialmente
nivel de corresponsabilidad creadora. en aquellas formas de esterilización que, a juicio de muchos mora-
Por supuesto que limitarnos a protestar o a emitir un juicio listas católicos y de casi todos los éticos protestantes, son tera-
moral sobre estas leyes o prácticas no es suficiente para cumplir péuticas en el sentido más amplio y global del término.
con nuestra obligación cristiana. Como cristianos, estamos obli- No existe similitud alguna entre la cooperación con el aborto
gados a participar activa y creativamente en la búsqueda de solu- o con la esterilización. «Dado que los bienes y males en juego son
ciones a los problemas de población. No podemos limitarnos a diferentes, en mi opinión puede permitirse cooperar con la esteri-
emitir prohibiciones. A pesar de que muchos de nosotros no po- lización, pero debe rechazarse resueltamente el aborto» 25 . La coope-
demos mostrarnos conformes con la esterilización libremente acep- ración juiciosa en casos de esterilización disputados en el seno de
tada como medio para aliviar los problemas de una situación grave la comunidad cristiana puede ser un signo de tolerancia, incluso
derivada de la población excesiva, tendremos que distinguir clara- necesaria en zonas donde sólo existe un hospital católico para
mente entre la decisión libre y consciente de las personas que atender a las necesidades de toda la comunidad.
están convencidas de poder aceptar la esterilización y, por el lado
opuesto, la gran injusticia de la esterilización impuesta. De seguro
que la promoción de complejos de culpabilidad en personas que 5. Intervención artificial en la reproducción humana
ceden a las presiones y a la coacción no es un buen servicio a la
libertad e integridad. Una era tecnocrática acuñó la expresión «reproducción huma-
na». El mismo espíritu puede desorientar a la humanidad para que
permita la intervención artificial en el proceso de la transmisión
de la vida, de manera que se degraden la vida y las relaciones hu-
42 43
I. Responsabilidad de la vida Fertilización «in vitro»
manas. Lo artificial, en cuanto tal, no se opone a la vida, pero sí en que se consultó, encontré dañadas las relaciones entre marido y
el espíritu tecnocrático que desfigura valores fundamentales. mujer; o, al menos, una actitud en la esposa que no permitía con-
El ser humano puede ser manipulado completamente en su on- cebir buenas esperanzas de que aquello resultara bien. Pero en un
togénesis desde la fertilización hasta el nacimiento. Podría pensar- caso concreto, se trataba de un esposo que amaba verdaderamente
se en diversas formas de proceder. Algunas de ellas están ya al y sugirió el AID a su esposa. Pero cuando ésta quedó embarazada
alcance de la mano: la inseminación artificial e injerto de huevos, desarrolló un profundo complejo de culpabilidad que no fue fácil
fertilización in vitro (en el tubo de ensayo), el crecimiento de em- de disipar.
briones prematuros en el laboratorio, el cambio de núcleo en el Existen riesgos adicionales si la mujer es inseminada con semen
huevo, desarrollo de huevos no fertilizados (partenogénesis)26. congelado. «No puede decirse que se conozcan clara y completa-
mente los riesgos que esto entraña» 30 .
44 45
I. Responsabilidad de la vida Aborto
e) Reproducción asexual
c) Terapia de los genes
En un momento en que no se había liberado aún por com-
La terapia de los genes es una modesta parte del campo de la pleto de su pasado maniqueo, Agustín se aventuró a decir que se-
nueva ingeniería biológica. Se diferencia de la eugenética tradicio- ría un gozo inefable el que los esposos pudieran tener hijos sin
nal, en la cual las enfermedades causadas genéticamente, se tratan cohabitación sexual34. Por supuesto que no pudo prever que el
sin corregir la íntima estructura celular que les causa. Así, por hombre técnico del futuro podría intentar reproducir un ser hu-
ejemplo, en la fenicetonuria, con una dieta aplicada a tiempo, se mano de forma asexual35.
puede evitar una imbecilidad. La terapia de los genes pretende un En algunos animales, tales como ranas, conejos, pavos, puede
ataque directo quirúrgico, por medios químicos o radiación, en realizarse la monogénesis (llamada también partenogénesis o gino-
los genes peligrosos con el fin de hacer reversible una mutación o génesis) de manera natural. El famoso científico Pincus logró ob-
eliminar informaciones erróneas en el DNA. Las posibilidades y tener, hace ya algún tiempo, conejos bien desarrollados y fértiles
perspectivas técnicas de la terapia de los genes difieren según sea mediante diversas maniobras de estimulación del huevo.
la forma principal de los trastornos genéticos. Un procedimiento diferente recibe el nombre de cloning (re-
En principio, nada puede decirse contra la terapia de los ge- producción asexual). Exige o implica la infusión de un núcleo con
nes. Y puede ser fuente de dicha para muchas generaciones. El genoma diploide en el óvulo. Se extrae el núcleo de un huevo sin
riesgo implícito será juzgado, igual que en la medicina general, fecundar y se coloca en su lugar el núcleo de una célula asexual
de acuerdo con las expectativas de resultados buenos y el riesgo tomada de un organismo masculino o femenino. Esto es técnica-
proporcional de daño H . mente posible con las ranas y tal vez llegue un día en que sea po-
sible con los seres humanos.
Personalmente, espero que este tipo de reproducción asexual
d) Ingeniería genética: ¿mejorar o cambiar la especie humana? de seres humanos jamás llegue a convertirse en realidad. Dejando
a un lado los evidentes riesgos que esto comportaría a nivel bio-
El maravilloso progreso realizado en el campo de la genética lógico, ocasionaría una grave injusticia a los que nacieran por
permite soñar y parece ofrecer ya ahora algunos planes realistas medio de tal procedimiento. El ser humano tiene el derecho, dado
para moldear el código genético de manera que se logre mejorar por Dios, a sentirse enraizado, a ser parte de la historia humana
algunas dimensiones del ser humano, tales como la memoria o la en la que la vida se transmite juntamente con el amor de los pa-
resistencia a algunas enfermedades. Dado que se trata de una me- dres. Los niños no se convertirían en copias o reproducción de sus
joría que se inserta dentro de la especie humana y no pone en padres. Una sociedad sin padres o sin madres dejaría de tener la
peligro las cualidades humanas más elevadas, juzgaremos los nuevos rica humanidad y diversidad que el Creador trató de regalar a
esfuerzos teniendo presente la proporción entre las ventajas que los hombres.
se espera obtener y los riesgos. En todo caso, debemos subrayar
fuertemente la idea de que el individuo no puede ser reducido
jamás a mero campo de experimentación para la mejora de la es- D) Aborto36
pecie.
La valoración moral será completamente diferente si la inten- El problema moral del aborto ha existido a lo largo de la his-
ción apunta a cambiar la especie humana y a producir algunas com- toria y entre casi todos los pueblos. Sin embargo, la moral públi-
binaciones nuevas entre el código genético humano y otros. Nos ca y la legislación protegieron fuertemente la vida por nacer. En
encontramos aquí con unos límites jerárquicos que jamás deberían toda la tradición cristiana, la prohibición del aborto fue conside-
ser rebasados. rada como parte esencial del mandamiento: «¡No matarás!»
46 47
I. Responsabilidad de la vida Aborto
En la actualidad, nos encontramos en una situación nueva. No se enteran de que, también en su familia, el aborto es un medio
sólo se han desarrollado las técnicas del aborto hasta el punto de para evitar los nacimientos? ¿Acaso no preguntarán a sus padres
hacer extraordinariamente difícil el control público, sino que, ade- interiormente o con palabras explícitas?: «¿Por qué no practicasteis
más, la opinión pública ha cambiado fuertemente en este punto. el aborto conmigo?» Cuando se practica el aborto de hijos no
Casi todos los países marxistas autorizan el aborto durante los tres deseados, ¿no abortan los padres también el significado más pro-
primeros meses de embarazo. Los llamados países libres van aún fundo de la vida de sus hijos?
más lejos, retiran casi por completo la protección a la vida por Además, nuestra relación con la profesión médica — o, al
nacer y utilizan los impuestos públicos para cubrir los gastos del menos, con una subespecie de la profesión médica tan dispuesta a
aborto. ganar dinero con el aborto como con cualquier otro «tratamien-
to» — cambiará por completo. Al menos debería reconocérsenos
el derecho a saber qué médico pertenece a los abortistas y quién
1. Problema moral y social no. Finalmente, un Estado que se niega a proteger la vida aún no
nacida e incluso nos pide unos impuestos para financiar el «dere-
A pesar de todos los esfuerzos de los partidarios del aborto cho» al aborto ocasionará en nosotros una profunda desconfianza.
para declarar el aborto tema de elección privada, se hace cada día El aborto jamás puede caer en la esfera de lo exclusivamente
más evidente que este tema pertenece más a la ética social que a privado37. Siempre hay, al menos, dos personas afectadas, además
la individual. Ño puede privatizarse la sexualidad y la vida huma- del feto: los dos que han transmitido la vida y deciden, solos o con-
na. Una conciencia normal dice al individuo que no es suficiente juntamente, poner fin a esa vida. El negar que tal decisión tiene
distanciarse personalmente del aborto. Cada uno tenemos la res- una dimensión social es tanto como negar que la persona humana
ponsabilidad de proteger toda vida humana y evitar, en la medida tiene una dimensión social innegable. Cuando la sexualidad y la
de lo posible, las causas que conducen al aborto. En consecuencia, responsabilidad de su utilización se convierten en tema de elección
estamos ante el ser o no ser de la sociedad y del Estado. ¿Qué privada, la totalidad de la vida sexual entrará en un desorden pro-
sentido puede tener un Estado que declara el aborto asunto pri- fundo. Todo aquel que está dispuesto a poner fin a una vida como
vado o lo afirma, incluso, como un derecho de los ciudadanos? si se tratara de una mercancía, considera toda la vida humana
¿No es el primer deber de un Estado y de la sociedad proteger como un mero producto.
cualquier ser humano en sus derechos fundamentales a la vida, Si un Estado declara que el aborto a petición es un derecho de
desarrollarla y, sobre todo, proteger a los más débiles? sus ciudadanos, declara también que las irresponsables relaciones
La decisión individual de practicar el aborto en una situación sexuales y la irresponsable transmisión de la vida son un derecho.
compleja es un suceso trágico, pero convertir el aborto en parte Prácticamente está declarando el consumismo del sexo como nor-
de un plan fundamental y convertirlo en derecho garantizado de ma social.
los ciudadanos, apoyado incluso por la profesión médica y por los Sin embargo, todo lo que hemos dicho no debe llevar a un
impuestos públicos, cambia todas las relaciones humanas. unilateral interés por las sanciones legales. No tiene ningún dere-
Lo primero a tener en cuenta es el cambio que se producirá en cho a pedir sanciones punitivas contra mujeres que han abortado
las relaciones entre los hombres y mujeres. La mujer se convertirá quien no se comporta de manera responsable en sus relaciones con
cada vez más en un objeto de explotación sexual. Un matrimonio el otro sexo y no está dispuesto a hacer todo lo posible para pro-
en el que el aborto forma parte de los cálculos desde un principio teger la vida nacida o no. También resulta altamente dañoso que
no es, ciertamente, sacramento de salvación. Todas las expresiones un Estado tenga derecho a decidir y aplicar sanciones legales si no
sexuales entre marido y mujer, incluso toda su reciprocidad, que- cumple las exigencias mínimas de medidas sociales en favor de
darán marcadas por la decisión de «resolver» una pregnancia no la mujer embarazada y del niño que va a nacer. Personalmente,
planificada mediante el aborto. ¿Qué pensarán los adolescentes si me declaro partidario de sanciones legales, principalmente contra
48 49
I. Responsabilidad de la vida Aborto selectivo
aquellos que hacen dinero con los abortos a no ser que se trate rantizar amplio tiempo libre, vacación laboral, antes y después del
de la intervención de un médico en una situación estrictamente te- nacimiento del niño. La legislación del Estado y la sensibilidad de
rapéutica. todos los ciudadanos debería brillar más en esta área.
Con todo, hay mucho camino por recorrer. La obligación pri-
mera y más urgente de la sociedad consistirá en tomar medidas
positivas para hacer desaparecer las causas principales que llevan 3. Aborto selectivo
al aborto: más ayuda y mayor apertura hacia las madres solteras,
mejores condiciones de vida para las madres sin esposo, consultas Para algunos de nuestros contemporáneos, una actitud reflexi-
fácilmente accesibles para quienes las necesitan, garantía de sala- va respecto de la transmisión de la vida ha sido el camino que los
rios adecuados para las dimensiones de la familia tipo en la ma- llevó a una paternidad responsable marcada por un espíritu de
yoría de los países europeos, una más justa distribución de los madurez. Para otros, lamentablemente, el cálculo utilitarista no
impuestos de acuerdo con los gastos que supone una adecuada sólo del número de hijos deseado, sino también qué tipo de hijo
alimentación y educación de los hijos, la abolición del impuesto entraría dentro de sus planes. Esto les lleva a «resolver» una si-
doble a los padres que no desean exponer a sus hijos a las escue- tuación no deseada mediante el aborto selectivo.
las estatales donde la religión y la ética son tabúes, una mejor edu- Adolfo Hitler destruyó cientos de miles de individuos como
cación sexual y otras muchas cosas38. «impropios». Constituye un hecho altamente chocante que el mis-
Además, es obligación de la sociedad informar a las personas ino espíritu considere como prerrogativa de los padres la selección
de que, junto al daño psicológico y moral que ocasiona a muchas de los hijos «apropiados» y el deshacerse de aquellos no deseables.
personas la interrupción de la pregnancia, el aborto puede acarrear La expresión «aborto selectivo» es utilizada frecuentemente por
serias complicaciones. El aborto ocasiona mayores riesgos en el consejeros genéticos que son producto, ellos mismos, de una pseu-
primer alumbramiento y otros diversos problemas en los nacimien- do cultura utilitaria.
tos subsiguientes39. La amniocéntesis y el maravilloso progreso realizado en la me-
dicina genética permite un diagnóstico para saber si el feto está
afectado por algún trastorno genético o qué probabilidad de ries-
2. Aborto espontáneo y no espontáneo go existe. El diagnóstico bioquímico intrauterno puede ser alta-
mente positivo ya que permite un tratamiento adecuado tan pron-
Muchas mujeres sufren intensamente por la pérdida involun- to como se produce el parto. Al mismo tiempo, asegura un emba-
taria del feto. La fetología tiene aún mucho camino por recorrer razo menos tenso emocionalmente si se ha diagnosticado la ausen-
en la tarea de encontrar las causas principales del aborto espon- cia de trastornos. Esto puede evitar que algunos padres caigan en
táneo, especialmente en el primer embarazo. Y las parejas jóvenes la tentación de pedir el aborto basándose en un desconocido gra-
deberían ser informadas adecuadamente acerca de las causas que do de riesgo.
son ya conocidas o caen bajo sospecha. Pero, en muchos casos, los consejeros genéticos se preocupan
Una de las causas del aborto espontáneo puede ser el propio principalmente «de permitir la terminación de la pregnancia si así
descuido de la mujer. Su negligencia puede nacer de un deseo más lo desean los padres» m . Algunos autores y practicantes del aseso-
o menos inconsciente de librarse de un embarazo no planificado, ramiento genético presentarían el aborto como una solución si la
tal vez bajo el impacto de un entorno hostil. La interrupción del amnicéntesis demuestra, por ejemplo, que el feto es varón y,
embarazo puede ser ocasionada por el mal trato del esposo o de eventualmente, con algún riesgo de verse afectado por la hemo-
otros. filia. Algunos llegan a sugerir el aborto por el simple riesgo de
La actividad en favor de la vida debería cuidar, especialmente, una enfermedad hereditaria cuyas consecuencias podrían minimi-
de disminuir el estrés indebido para la mujer embarazada y ga- zarse mediante restricciones dietéticas41.
50 51
I. Responsabilidad de la vida Interrupción del embarazo
52 53
I. Responsabilidad de la vida Pecados contra la vida humana
54 55
I. Responsabilidad de la vida Suicidio
remos aquí de los más frecuentes y graves pecados contra la vida sarias. En la República Federal de Alemania, 14 500 personas mu-
humana. rieron en accidentes de circulación y 48 000 padecieron heridas
graves durante el año de 1976 50. Las cifras proporcionales de otros
países no difieren demasiado. El no respetar las normas de la circu-
i. Dejar morir lación, el conducir después de haber ingerido cantidades excesivas
de alcohol, es un pecado contra la vida propia y contra la de los
Al no prestar cuidados, el sacerdote y el levita de la parábola demás incluso si no llega a producirse accidente alguno. El pecado
del samaritano misericordioso pecaron gravemente contra la soli- no está en que se produzca el accidente, sino en la conducta irres-
daridad humana. Ellos habrían permitido que muriera el hombre ponsable.
que había caído en manos de los ladrones. Este pecado se repite
constantemente por doquier y día tras día. Los vecinos ricos y las
naciones opulentas permiten que millones de niños y de adultos 3. Suicidio
mueran de hambre ya que ni se preocupan de ellos ni están dis-
puestos a compartir con ellos parte de su riqueza superflua. El hombre no es el dueño soberano de su propia vida. Se es-
Una sociedad que gasta billones de dólares en el abuso del al- pera de él que sea un buen administrador, que conserve y pro-
cohol y de la nicotina y no se cuida de la salud del pobre es mueva la plenitud de su vida sirviendo a los demás y promoviendo
responsable de muchas muertes y de muchas vidas con trastornos la plenitud de sus vidas. La más chocante infidelidad del adminis-
y daños irreparables. No se trata sólo de un pecado de los legis- trador de la vida es desecharla como carente de valor.
ladores, sino del pecado de todos los ciudadanos que no hacen El suicidio puede ser el último y final signo de desesperación
absolutamente nada para cambiar la situación. y desconfianza en Dios. Puede ser una rebelión a cara descubierta,
Es especialmente lamentable el caso de un niño minusválido la última expresión de una autonomía destructora frente a Dios.
al que se deja morir negándole una intervención que salvaría su Pero, en la realidad de la vida, rara vez el suicidio tiene esta ma-
vida. Esto es una sentencia de muerte a un niño no deseado. Es licia deliberada. Si nos enteramos de que se ha suicidado un amigo
típico el caso del niño fuerte y sano nacido con el síndrome de al que conocíamos y considerábamos como persona buena y ama-
Down. Dejar que el niño muera de hambre en un proceso penoso ble, pensaremos que se produjo un cortocircuito psicológico y no
y prolongado no es menos cruel que el homicidio directo. Desde un acto moralmente responsable.
un punto de vista moral, la decisión de negar una intervención qui- En muchos casos de suicidio, la censura recae sobre la sociedad
rúrgica rutinaria con el fin de verse libre de un hijo no deseado o sobre un entorno concreto. Efectivamente, en muchos casos, la
tiene la malicia de un homicidio directo. Situación completamente desesperación refleja el fracaso de aquellos que deberían haber sido
diferente es la de retirar el tratamiento a un niño condenado a justos y tiernos con aquella persona distorsionada. Muchas de las
muerte cuando ese tratamiento no le será beneficioso en modo personas mayores o minusválidas son tratadas de manera que son
alguno. invitados prácticamente a desaparecer del teatro de la vida. Y un
intento de suicidio es un último y desesperado intento de lograr
una atención y ayuda adecuadas.
2. Ocasionar la muerte por negligencia Cuando nos encontramos con un prójimo que intenta suicidar-
se, deberemos hacer todo lo posible para salvar su vida. Al actuar
La ética y la legislación distinguen cuidadosamente entre ase- de esa manera, no intentamos disminuir su libertad. Por el con-
sinato (intencionado) y homicidio impremeditado. Muchos mine- trario, podemos presuponer que este intento de suicidarse no es
ros y otros trabajadores no habrían encontrado la muerte en acci- una expresión de su libertad, sino manifestación de la ausencia
dente si se hubieran tomado todas las medidas de seguridad nece- temporal de libertad.
56 51
I. Responsabilidad de la vida La pena de muerte
No pretendo justificar objetivamente el suicidio de personas de una causa justa, tal como la libertad fundamental y los derechos
implicadas en una resistencia valerosa y no violenta a los dictado- humanos, es incomparable al de matar en favor de unos privile-
res crueles. A mi modo de ver, quitarse la vida es una acción vio- gios injustos, de un poder injusto y del abuso de poder.
lenta. No obstante, puede suceder que quienes actúan de esa ma- Los terroristas y secuestradores, que utilizan personas inocen-
nera intenten decir a los dictadores: «No somos esa clase de per- tes como medio para sus objetivos políticos, aunque parezcan estar
sonas que quitan la vida a otras personas, pero deseamos sacrificar justificados, son asesinos intencionales y se convierten en asesinos
nuestra propia vida para apelar a vuestro sentido humanitario.» reales si matan a las personas inocentes. Al utilizar estos medios,
Estos hombres y mujeres, de los que hemos tenido noticia a lo lar- ponen de manifiesto que no son mejores, sino tal vez peores, que
go de los pasados años, deseaban decir al mundo: «Es mejor morir sus oponentes. Si tales personas consiguieran alcanzar el poder,
que someterse a los dictadores y vender nuestra libertad.» continuarían utilizando a las personas como herramientas, como
No me atrevería a acusar de pecado de suicidio a personas que medios.
sacrifican su vida por propia decisión cuando se ven enfrentadas El pecado mayor y el crimen más horrendo contra la prohibi-
a una situación de lavado de cerebro y son forzadas a traicionar ción bíblica «¡No matarás!», es matar en guerras injustas. Y todos
las vidas de otras muchas personas. Esta acción puede revestir el aquellos que han sembrado el odio, el imperialismo o el fanatismo
aspecto material de suicidio, pero su significado formal no coinci- ideológico que conduce a la guerra, participan de este pecado. Los
de, ni mucho menos, con lo que entendemos por suicidio en su gobernantes que intentan utilizar el arma de la guerra y usan a
malicia moral 51 . los ciudadanos para llevar a cabo sus intenciones son quienes ten-
drán que responder en primer lugar a Dios de los homicidios y
odios sembrados por ellos. Cuanto menos justificable sea la guerra
4. Asesinato y participación en un asesinato en masa y mayor la injusticia de los daños que pretende, mayor será su
pecado. Las autoridades de un Estado que exige la entrega incon-
Asesinato es el pecado de homicidio intencionado. Si la defensa dicional en la guerra, haciendo así imposible una tregua y la paz,
de la vida propia o de la de otros, u otros bienes humanos, oca- son responsables de todas las matanzas que se produzcan en ade-
siona la muerte del agresor injusto, no tenemos aquí la malicia lante por ambas partes.
del asesinato ni cae bajo la condena bíblica «¡No matarás!». Pero
si los gobernantes injustos, dictadores y tiranos, son atacados por
*5. La pena de muerte ^
los que sufren grave injusticia, no tienen derecho alguno a res-
ponder con la violencia. Y, si el curso de la reacción violenta, Según la tradición del probabilismo, yo diría que actualmente
matan a aquellos que hacen reclamaciones justas, son asesinos. hay dos opiniones probables dentro del cristianismo y en la Iglesia
Y todos aquellos que participan en esta violencia contra personas católica. Algunos piensan que la pena de muerte puede y debe ser
que buscan nada menos y nada más que su libertad y los derechos impuesta a los criminales peligrosos con miras a proteger a las
humanos son responsables del mismo pecado del asesinato en masa. personas inocentes. Esta opinión encuentra apoyo, especialmente,
Los estudiosos de la ética discuten si las personas oprimidas y cuando se piensa en aquellos terroristas astutos que escapan una
explotadas hasta situaciones extremas pueden reclamar sus derechos v otra vez de la mano de la justicia y ocasionan nuevos baños de
utilizando la revolución violenta. Mi convicción personal es que de- sangre.
beríamos hacer mucho más para conocer el poder de la acción no Personalmente, me inclino a pensar que la abolición de la pena
violenta. Y solamente cuando hayamos agotado todos estos medios de muerte es el camino mejor. Debemos tener presentes las con-
podremos comenzar a discutir si el bien que puede esperarse razo- secuencias generales. Al mismo tiempo, tenemos que reflexionar
nablemente de esta revolución violenta es proporcionado al mal que cuidadosamente sobre experiencias y probables consecuencias del
puede causar. Pero el mal moral de matar en una batalla en favor curso de la acción.
58 59
I. Responsabilidad de la vida
60 61
Fe salvadora y oración
II. Salud y sanidad
pueden ayudarles en la enfermedad y alienación de sus vidas. Si la
salvador de Cristo reduciéndolo prácticamente a la redención y
totalidad de la Iglesia, su teología y apostolado, se convierte en
salvación de las almas se movería única o principalmente en el pla-
manifestación del «convincente poder del Espíritu» (ICor 2,4),
no del alma y de la vida después de la muerte. La salvación, tal
podremos esperar que más personas vengan a la fe en Cristo que
como Cristo la predicó con sus palabras y obras, incluye, sobre
cura y salva 5 .
todo, relaciones saludables con Dios y con nuestros prójimos. El
La Iglesia no sería plenamente creíble en su misión si fuera
centro de su mensaje es la preocupación que Dios tiene por cada
incapaz de comunicar al mundo actual que Jesús es el salvador y
una de las personas en sus dimensiones y situaciones.
que, en él está la promesa no sólo de la salvación en el otro mun-
Una teología basada en la Biblia es salvadora en todas sus pers-
do, sino también de la restauración de la salud y de relaciones más
pectivas. Comprende un diagnóstico de la enfermedad de la per-
saludables en un mundo más sano 6 .
sona, su pecaminosidad y alineación, sus sufrimientos ocasionados
por un mundo alienado, por estructuras autoritarias insanas, con-
diciones socioeconómicas y otros muchos agentes. Pero se trata
2. Fe salvadora y oración
el pecado y la enfermedad únicamente en el contexto de la con-
versión y la salvación.
Conscientes de una de las peores enfermedades de nuestro
El mensaje bíblico de la salvación a través de Cristo y sus dis-
mundo actual, el utilitarismo enfermizo, hay que decir paladina-
cípulos está relacionado con la visión global de la salvación. Pro-
mente que la fe y la oración no sirven para las personas que con-
clama el amor de Cristo y su confianza en el Padre y es una mani-
sideran a Dios únicamente como servidor de sus metas egoístas.
festación de su constante presencia por medio de sus discípulos.
Esas personas no encontrarán curación en un mundo de consumis-
Está relacionado siempre con la fe. No sólo el acontecimiento mi-
mo egoísta. Pero la fe auténtica incluye un gran poder salutífero
lagroso robustece la fe. El vigor de ésta se debe más a la expe-
que irradia de las personas, a través de la relación personal con
riencia del poder amor de Cristo como revelación del cuidado
otros, y empuja hacia la construcción de un mundo mejor.
amoroso del Padre celestial4. Cristo suscita la fe a través de su
mensaje de salvación, que está unido siempre a su solicitud por Hablamos aquí de la fe como don gratuito de Dios, recibida
la persona, y el poder salvador de su amor y confianza. Su cura- inmerecidamente y con alegría y humildad, en sumisión plena a
ción está relacionada también con la propia fe de la persona, su Dios y en confianza total. La oración es el momento de la expre-
apertura y reconocimiento de que todo, incluso la salud, es un don sión plena de esa fe. La oración y la fe que honran a Dios como
otorgado por Dios sin mérito por nuestra parte. Dios y le dan gracias, hacen a las personas claramente conscientes
de que todo viene de Dios y de que puede conducir a él sólo si las
La totalidad del mensaje y la fe de la Iglesia, incluido el ca-
personas comparten sus dones y su responsabilidad en favor de
rácter verdaderamente cristiano de la teología, son expresión de
una salud y unas relaciones sanas en la presencia de Dios.
la fe en Cristo salvador que vino a salvar no sólo almas, sino a
curar a las personas, a restaurar relaciones saludables, a traer el La alabanza y la acción de gracias son el núcleo de la oración
mensaje, la misión y la acción permanente de la justicia salvadora como expresión de fe. Esta oración que honra a Dios como Dios
y de la reconciliación. está unida inseparablemente a un creciente aprecio de los otros, al
La credibibilidad de los cristianos de nuestro mundo no se agradecimiento por todo lo que ellos son y hacen por nosotros. La
juega en el terreno de la apologética, en la prueba de que Jesús auténtica expresión de fe crea una relación más sana con Dios y
realizó milagros de curación. Serán mucho más escuchados y ga- con los demás. La persona que no se reconcilia ve en Dios una
narán fe si se dedican claramente a su misión de sanar, al tiempo amenaza, y esta actitud suscita ansiedad, desánimo, desconfianza
que proclaman la Buena Nueva mediante palabras y amor que con- ante Dios y respecto de los otros.
ducen a la salud. Las gentes de nuestros días no están interesadas La persona reconciliada tiene una confianza absoluta en Dios.
en los argumentos, sino en saber si los cristianos y su mensaje Tiene, igualmente, una confianza ilimitada en los demás, pero no
62 63
II. Salud y sanidad Sentido de la enfermedad
excluye una desconfianza juiciosa subordinada a la confianza fun- do actual necesita una actitud más reverencial frente a la totalidad
damental. Cuando Cristo se topó con personas que volvían a él de la creación, frente a las plantas y a los animales, frente al me-
en la fe y en la confianza, incrementó su confianza ayudándolas a dio ambiente que se nos ha dado como residencia en la que poda-
descubrir de nuevo su dignidad y sus fuerzas interiores. Hizo de mos vivir de manera saludable.
ellos personas nuevas con nuevos corazones, nuevas relaciones sa-
ludables.
La fe que honra a Dios como Dios y experimenta la reconci- 3. Sentido y contrasentido de la enfermedad y del sufrimiento
liación con Dios capacita a las personas para aceptarse a sí mis- La liturgia alaba a Dios porque nos redimió de la muerte, pero,
mas con todas sus limitaciones y sombras. Y cuando esto suceda en realidad, no hemos sido rescatados de la muerte física. Con
descubrirán inmediatamente los recursos interiores, todo lo bueno; todo, hemos sido liberados de una muerte carente de sentido. No
y se ayudarán mutuamente en este permanente proceso de descu- hemos sido rescatados del sufrimiento y de la enfermedad, pero
brimiento. Reconciliados por la fe, cada vez más conscientes de el sufrimiento y la enfermedad han sido redimidos. Y, si acepta-
que todo esto es gracia, don inmerecido de Dios, alcanzarán una mos plenamente la redención, muchas fuentes y causas de enferme-
genuina reciprocidad de conciencias, una comunión basada en el dad y sufrimiento desaparecerán.
compartir y confiar. Y de estas relaciones plenas dimana un nuevo Mi experiencia personal y, especialmente, la experiencia que
poder de mutua curación y de solidaridad en el esfuerzo común otros han compartido conmigo me lleva, en los momentos difíciles,
por crear condiciones de vida humana más saludables. a un profundo agradecimiento del don de la fe que nos ilumina
Estamos hablando de una realidad psicológica y social, pero para que entendamos el poder redentor del sufrimiento. Al mismo
también religiosa, que apunta constantemente hacia la transcen- tiempo, despierta una compasión profunda hacia aquellas perso-
dencia. El don de Dios, recibido con agradecimiento, ayuda a las nas que tienen que pasar los sufrimientos similares o más inten-
personas a transcenderse a sí mismas en reciprocidad genuina y a sos pero sin alcanzar la significación que encierra la vida o sin
encontrar, de ese modo, la dirección de su transcendencia hacia llegar a un mínimo conocimiento o comprensión del sufrimiento
Dios con nosotros. y de la enfermedad.
Esta fe sanante alcanza su grado de vigor más elevado en la La experiencia de la enfermedad revela la caducidad de la exis-
comunidad de los creyentes reunidos para orar a Dios y fundidos tencia humana. Tenemos la enfermedad y, en algún sentido, puede
en el amor recíproco. decirse que la persona crea su malestar. Pero, en todo caso, el
La realidad de la fe y la permanente acción de gracias, cele- hombre les da un significado y fracaso en la detección del sentido
bradas en agradecimiento y reconocimiento mutuos, crean recuer- que encierran. En sus diversas formas y grados, la enfermedad tiene
dos saludables y sanan las posibles heridas. Ayudan a superar mu- su carácter personal que indica las experiencias de la vida, la ma-
chos rasguños ocasionados por recuerdos ingratos de personas que nera de enfrentarnos a ellas y, de maneta especial, las relaciones
fueron ofendidas y se negaron a perdonar. En consecuencia, dañan con nuestros semejantes y con el mundo que nos rodea. «La en-
constantemente a los otros avengonzándoles y renovando sus expe- fermedad forma parte de la existencia humana. Puede forzarnos a
riencias dolorosas. Una vida de fe centrada en la eucaristía, en la valorar los peligros que nos acechan y a reconocer de nuevo nues-
postura de agradecimiento continuo, es capaz de superar muchas tro destino humano y nuestra vocación»8.
de estas enfermedades que se presentan a lo largo de la vida. La capacidad de hacer frente a la enfermedad y a la frustración
La fe y la oración auténticas son fuente de mutuas relaciones depende en gran medida de la destreza para encontrar y dar sen-
de reverencia y respeto 7 . Aunque la reverencia es una actitud que tido a la totalidad de la vida y, por consiguiente, a aquellas expe-
apunta primordialmente a la reciprocidad de personas, abarca tam- riencias que hacen acto de presencia en la vida de cada persona.
bién la totalidad de la creación como don del Padre común, creación «Tiene mucho que ver con la capacidad de diálogo y de compartir,
que debe ser respetada como don para todas las personas. El mun- es decir, con la experiencia de cohumanidad» 9.
64 65
llanng, Libertad III, 3
II. Salud y sanidad
66 67
II. Salud y sanidad La profesión sanitaria
cimiento, educación, cuidado de los miembros que dependen de la laminación de las aguas y la polución atmosférica, implantación
sociedad. Si esta visión entra en la descripción de la salud, se ve de las leyes de limitación de velocidad en las carreteras, etc.
claramente que la intervención médica no puede curar todos estos Nuevos conocimientos y peligros hacen indispensable una ética
males. Esto vale de manera especial respecto de la tendencia a jus- del entorno elaborada cuidadosamente. Tenemos que ser unos ad-
tificar el aborto por «indicaciones sociales». ministradores más cuidadosos y amables de la creación que nos ha
Una interpretación amplia de la salud humana incluye la ma- sido confiada. Tanto para la generación presente como para las
yor armonía posible de todas las fuerzas y energías de la persona futuras, una de las tareas más importantes de la sociedad consiste
humana, la espiritualización más alta posible de la realidad corpo- en proteger y mejorar la bioesfera. El sistema educacional tiene
ral del hombre, la mejor corporeización posible de lo espiritual. que despertar un sentido de responsabilidad común en las estruc-
La salud verdaderamente humana se revela en la autoactualización turas sociales y económicas que favorezcan un entorno más sano,
de las personas que han alcanzado la libertad que encauza todos unas relaciones más saludables y el ordenamiento de la vida para
sus talentos y energías hacia la plena realización de su vocación beneficio de todas las personas. De manera especial las iglesias tie-
humana total. nen responsabilidades urgentes a este respecto.
Digamos también una palabra acerca de la responsabilidad, re-
lativamente nueva, de la sociedad actual frente al consumo exce-
5. Responsabilidad personal y social de la salud sivo de medicamentos. Es necesario advertir y proteger a las per-
sonas contra la excesiva ingestión de medicinas prescrita por algu-
En los estados modernos, el coste de la salud aumenta cons- nos médicos y fomentada, de manera especial, por las poderosas
tantemente y pronto desbordará los límites de lo posible. Los pro- campañas de promoción realizadas por las empresas farmacéuticas.
gresos de la tecnología y la organización de la medicina social han
hecho que demasiadas personas esperen su salud de las institucio-
nes sanitarias y de los avances de la ciencia. Y olvidan su res- B) La profesión sanitaria
ponsabilidad personal. Cada uno debe recordar que «la salud es
una dimensión decisiva de nuestra existencia y, por consiguiente, Todos estamos marcados por la envolvente enfermedad de un
debe ser promovida desde dentro» 15 . inundo desordenado. Pero todos poseemos recursos interiores y
La salud es, ante todo, nuestra responsabilidad personal. Exige poderes curativos. Parte de nuestra vocación total consiste en curar
un determinado estilo de vida que favorezca la salud y nos man- nuestras propias heridas y las de los demás, en trabajar confiada-
tenga alejados de todo aquello que pueda dañarla. No podemos mente para lograr un mundo más sano y relaciones más humanas.
ignorar las viejas reglas de salud, el ritmo adecuado de trabajo y No obstante, a lo largo de toda la historia, la humanidad ha te-
ocio, ayuno y oración; y aprender, de esta manera, acerca del con- nido conciencia de necesitar unos sanadores especiales. Desde los
dicionamiento mutuo y de la unidad que constituyen cuerpo y liempos más remotos, los sacerdotes fueron también curanderos o
alma. La persona no debería ofenderse ni acusar de moralismo a médicos; los terapeutas adquirieron una dimensión sacerdotal. La
un médico que le hablara sinceramente de la necesidad de cam- .icción curativa apunta hacia Dios, hacia su compasión y poderes
biar su estilo de vida y confían más en sus poderes internos propios. curativos. La persona enferma busca un médico humano que le
No es menos importante la responsabilidad social de todos descubra la situación física, de manera que sus poderes interiores
los ciudadanos y de los órganos decisorios de la sociedad. El ma- puedan recibir nuevas energías. Tanto el médico, él mismo tera-
yor progreso en la salud viene de una mejor comprensión popular peuta herido, como los recursos interiores centran la atención en
y consiguiente mejoría de aquellas condiciones ambientales que iquel que es la única fuente de toda salud y curación16.
influyen, a la larga, en la salud humana. Pensemos en unas vi-
viendas mejores, en la nutrición, agua potable pura, evitar la con-
68 69
II. Salud y sanidad El código ético
70 71
Política sanitaria
II. Salud y sanidad
partida respecto de la sociedad. El médico estará obligado a aler-
de cuestiones relacionadas con la medicina y con el progreso de tar, cuando fuere necesario, la conciencia de su paciente acerca
la biología. La ética exige un diálogo constante entre las personas de su responsabilidad frente a su familia y sociedad, por ejemplo,
dedicadas a esta ciencia y los miembros de la profesión sanitaria. en el caso de enfermedad contagiosa o cuando el paciente es por-
Debe prestarse especial atención a aquellos médicos que destacan lador de trastornos genéticos.
por su creatividad y dedicación a la profesión. La confianza mutua, tan decisiva para la relación sanitaria,
El médico católico no puede ignorar o despreciar la enseñanza exige información veraz acerca de las posibilidades y riesgos que
moral de su Iglesia. Sin embargo, la enseñanza del magisterio so- ofrecen diversos tratamientos. Jamás deberá engañarse al paciente
bre materias relacionadas con la profesión médica exige una her- ni a los miembros de su familia. Debería permitírseles participar en
menéutica cuidadosa y requiere la constante cooperación entre las el proceso de toma de decisiones en la medida en que sean capa-
autoridades eclesiáticas, la comunidad de teólogos moralistas y las ces de ello y lo deseen. Actualmente, los médicos deberían evitar
personas dedicadas a la ética, asi como los miembros de la profe- todo tipo de paternalismo a no ser que se trate de personas que,
sión sanitaria. No puede darse una calle de sentido único. Así como debido a su falta de cultura y bajo grado de desarrollo, deseen una
los teólogos moralistas y los médicos aceptan la guía que les ofre- actitud paternalista.
cen las personas constituidas en autoridad, de igual manera éstas Este pacto de confianza debe ser respetado completamente en
necesitan la constante afluencia de reflexión y sugerencias prove- todos los temas confidenciales. El secreto profesional fue conside-
nientes de los profesionales que trabajan en este campo. También rado siempre como parte esencial de la ética médica. El juramento
aquí, como en otras muchas parcelas, la Iglesia es peregrina y los de Hipócrates dice: «Si hay algo que no deba trascender al cono-
que ejercen la autoridad no pueden pensar que disponen de res- cimiento público, lo mantendré en silencio.» El código de la aso-
puesta para todo. Tampoco pueden pensar que sus archivos con- ciación médica americana dice: «La confidencia... jamás será re-
tienen los elementos necesarios para las respuestas importantes a velada a no ser que lo exija la ley o sea necesario para proteger el
preguntas totalmente nuevas. bien de los individuos o comunidades.» Me gustaría añadir un
matiz a esta declaración diciendo que la confidencia puede ser re-
velada sólo cuando lo exigen leyes justas.
3. La relación entre médico y paciente Si el paciente se niega o es incapaz de revelar lo que debería
revelarse cuando está en juego el bien común o el bien y derecho
La relación entre miembros de la profesión sanitaria y sus pa- de otros, el médico, manteniendo el principio de subsidiaridad,
cientes es una realidad de alianza. Va mucho más allá de una rela- puede dar la información necesaria20.
ción contractual o comercial. Una conducta injusta, tal como archivar injustamente procesos
Lo que dijimos en otro lugar acerca de la reciprocidad de con- contra las médicos, daña no sólo a una persona concreta sino a la
ciencias se aplica aquí de manera particular y urgente 18 . Cada uno atmósfera general de confianza entre pacientes y médicos.
de los socios tiene la conciencia de que jamás debe ser traicionado.
Sin embargo, la conciencia sólo es madura cuando se abre a la
conciencia del socio y la respeta. Mediante esta reciprocidad de C) El suministro de la salud y política sanitaria
conciencias, ambos llegarán a acercarse más a la verdad y a lograr
soluciones verdaderas en cada una de las situaciones nuevas. El En una sociedad en que las personas se consideran a sí mismas
médico considerará a su paciente como una persona única, dotada principalmente como consumidores, no es de extrañar que con-
de una dignidad inviolable, de unos derechos y expectativas per- ciban la salud como algo que puede serles suministrado, posible-
sonales w . Tendrán en cuenta constantemente las relaciones del pa- mente a expensas del Estado o de la sociedad en general. Actual-
ciente con Dios, con su familia, amigos y comunidad. mente, demasiadas personas consideran la salud como un derecho
Su reciprocidad de conciencias encierra la responsabilidad com-
73
72
II. Salud y sanidad
74 15
II. Salud y sanidad
Jung presta también atención a la relación de terapeuta y pa- hace crecientemente capaz de reconocer la importancia esencial del
ciente en la medida en que ésta afecta al subconsciente e incons- amor genuino. El terapeuta no trata de imponer su visión personal
ciente y, por consiguiente, al proceso de transferencia39. El ana- del mundo, sus convicciones religiosas o éticas, a los pacientes.
lista reconoce sus propias heridas y vulnerabilidad y, justamente Por el contrario, pretende que éstos descubran sus propios recursos
con su paciente, se esfuerza en caminar hacia una realización más interiores y tengan mayor libertad en la búsqueda del sentido últi-
completa y relaciones más sanas en los niveles consciente e incons- mo. El terapeuta «puede asistir al paciente para que éste alcance
ciente. Para curar heridas, el terapeuta carga con el peso del otro *. un sistema de valores y una concepción que pueda eliminar o absor-
E. Fromm, P. Horney y H.S. Sullivan consideran tanto el ori- ber los factores que producen trastorno» 43 .
gen cultural como instintivo de la neurosis. El personalismo de La escuela de Frankl ha descubierto el poder saludable del sen-
ellos excluye la centralización en sí mismo. Hay que sanar a las tido del humor y su significado como signo o factor de salud pro-
personas en sus relaciones y en su vulnerabilidad respecto del gresiva. Encierra genuina aceptación de sí mismo en la experiencia
entorno físico y social. Se atribuye menor importancia a las expe- de ser aceptado.
riencias de la infancia que al entorno del paciente.
Sería inexacto sacar la impresión de que las diversas escuelas
se excluyen recíprocamente. El terapeuta puede combinar los di- b) Modos terapéuticos
ferentes planteamientos y elegir el acento concreto que case mejor
con las necesidades del paciente y con su propia capacidad. «Todo Uno de los interrogantes decisivos de suma importancia ética
el que trata a pacientes añade su propio e irrepetible carácter a la es si la terapia tiende a ser directiva o menos directiva. La direc-
terapia que lleva a cabo; y la honestidad para consigo mismo es, tiva entrega la iniciativa unilateralmente al terapeuta. Él seleccio-
probablemente, el ingrediente más importante para un tratamiento na el área para cubrir y la senda hacia la salud de acuerdo con sus
útil. La integridad y la interacción emocional espontánea, que es ideas o presupuestos personales acerca de las causas de la enfer-
personal en todos los sentidos de la palabra, son una pieza esencial I medad.
de toda buena terapia» 41 . Reviste una importancia capital la elec- La terapia no directiva se basa en la convicción de que el pa-
ción del terapeuta. La terapia exige un alto grado de confianza mu- | cíente tiene preciosos recursos interiores. Considera que puede ayu-
tua, pero tal confianza debe ser gobernada por el juicio. dársele a descubrir estos recursos mediante una genuina amistad
Pienso que el de Viktor Frankl 42 y su escuela de logoterapia y comprensión. La terapia no directiva pone sumo cuidado en hacer
es el planteamiento más maduro de la terapia de la neurosis. No que el paciente despierte un espíritu de respeto y confianza en su
pretende sustituir el psicoanálisis con la logoterapia. Por el con- propia libertad, sin que ello disminuya para nada su conciencia
trario, pretende trazar una distinción más clara del diagnóstico que de que necesita ayuda para comprenderse mejor.
llevaría a separar las pseudoneurosis somatogenéticas, que requie- Este planteamiento no directivo es algo más que un método;
ren un tratamiento bioquímico, y a centrar la atención en las psi- para su buen funcionamiento, presupone un terapeuta no dirigista
copatologías endógenas que exigen la destreza de la psiquiatría y o dominante. «Aquí, lo verdaderamente importante es la actitud
de la psicología clínica. Frankl presta especial atención a la neuro- que mantiene el consejero respecto del valor y significado del in-
sis noogénica, a la que considera la «neurosis del futuro», la en- dividuo... ¿Consideraremos que cada persona tiene un valor u
fermedad de una era de carencia de objetivos, de aburrimiento, de significación? ¿Respetamos su capacidad y derecho a dirigirse? ¿O
falta de significado último y de meta. pensamos que su vida debería ser dirigida por nosotros? ¿En qué
Frankl da a la transferencia su plena dirección personalista. La medida necesitamos y deseamos dominar a los demás? 44»
considera como un vehículo de encuentro existencial en el que el Terapia no directiva no significa, en modo alguno, no implica-
paciente encuentra la realización de su existencia dialogante, con ción o mera pasividad. El cliente debe tener el sentimiento de ser
capacidad de respuesta. Mediante este encuentro, la persona se plenamente aceptado y respetado. Pero tal impresión jamás podrá
80 81
II. Salud y sanidad Modificación de la conducta
nacer de una falta de interés por su vida. El terapeuta deberá re- hace consciente de ello y no lo comparte con la conciencia del pa-
examinarse constantemente para ver si la confianza básica en el ciente, corre el gran peligro de actuar bajo una represión insidiosa,
valor de su socio es una actitud constante y una aplicación consis- la negación consciente de su propia visión y dirección. La cuida-
tente, orgánica, de convicciones genuinas. ¿Se da un respeto abso- dosamente velada búsqueda del significado de la salud irrumpe de
luto de la libertad y responsabilidad autónoma del cliente en una manera insana, como cualquier otro tipo de represión, y realiza sus
relación de corresponsabilidad? «Para que sea eficaz, el asesora- juegos ocultos.
miento centrado en el cliente, jamás será mero truco o herramien- La transferencia, inevitable en un largo proceso de terapia, y
ta. El pretender que el cliente se guíe a sí mismo no es una con posibilidades de resultar altamente beneficiosa, puede conver-
manera sutil de conducirlo. Para que sea eficaz, la guía tiene que tirse también en dañosa manipulación del paciente. Es muy hu-
ser genuina» *\ mano que el terapeuta disfrute moldeando la vida psíquica de su
Este talante no directivo de la terapia es la mejor ayuda para paciente. Hay un criterio que permite juzgar si se utiliza la trans-
que el paciente discierna el campo de su libertad y para ampliarlo, ferencia de manera adecuada: el saber si capacita al paciente «para
mientras que se distancia de sus obsesiones (problemas emociona- que encuentre la libertad frente a las dependencias infantiles y las
les). «La experiencia llamada en la Iglesia arrepentimiento, unida distorsiones de actitud frente al analista como progenitor... Obvia-
a la experiencia del psicoanálisis, podría enseñarnos que la cura- mente, hay una serie de medidas que no permiten alcanzar esa
ción es imposible si aceptamos nuestras obsesiones y bloqueos psí- meta, liberar al individuo de su dependencia infantil de los pro-
quicos como componentes de nuestro ser. El único camino hacia genitores que le dan todo y le protegen»"'.
la curación es trazar una distinción entre nosotros y ellas, conside- Otro de los peligros de algunos modelos psicoanalistas consis-
rarlas como obsesiones y aceptar esa culpa que es verdaderamente te en que, consciente o inconscientemente, giran alrededor de un
nuestra» 46. concepto individualista de consumación de sí mismo. La psicología
del mejor cuño humanista ha demostrado que bastantes neurosis
tienen sus raíces en una introspección centrada sobre sí misma,
c) Tema principal: la libertad una atención unilateral a la realización propia. Será posible la cu-
ración si tanto el paciente como el terapeuta aprenden que la
Deberemos juzgar la psicoterapia y la logoterapia por el servi- actualización de la persona humana sólo es posible en la autotras-
cio que prestan al incremento de la libertad y fidelidad creadoras. cendencia genuina, en la dedicación a los otros y a la causa común.
Tanto el terapeuta como el paciente tienen que ser fieles a su res-
pectiva conciencia y ayudarse recíprocamente a discernir claramente
4. Modificación de la conducta
entre lo que es una convicción de conciencia genuina o lo que no
pasa de ser una obsesión psíquica. Servirán de manera óptima a En las décadas pasadas, gran número de psicólogos america-
su respectiva libertad si se hacen recíprocamente conscientes de su nos y europeos renunciaron a la psicoterapia clásica en favor de
visión del mundo, de sus convicciones básicas, si se comprometen la modificación de la conducta utilizando las recetas del beha-
a respetar la conciencia del otro. Deberían tratarse como personas viorismo cuyo representante actualmente más influyente es B.F.
que buscan la libertad mediante la búsqueda de la verdad; y actuar Skinner48. El behaviorismo de Skinner niega la realidad de la
así conscientemente como personas autónomas. conciencia y libertad humanas. Cree que la persona humana ha
El psicoanálisis tiende frecuentemente a afirmar su indepen- estado condicionada a lo largo de toda su historia y que ha sido
dencia respecto de todos los sistemas de valores. No obstante, es manipulada prácticamente por su entorno a través de diversos re-
posible que el método y metas del terapeuta impliquen una deter- forzamientos positivos y negativos. Y concluye diciendo que es
minada visión del mundo, una concepción concreta del significado mejor que se lleve a cabo la manipulación conscientemente y que
de la vida, de la salud y de la enfermedad. Si el terapeuta no se la realicen los más competentes.
82 83
II. Salud y sanidad Terapia de alcohólicos y drogadictos
El behaviorismo partió del hallazgo de I.P. Pavlov del fenó- impresionantes que oblonga a la profesión médica y a todos los
meno del «estímulo sustitutivo» o «reflejo condicionado». Toda sectores de la sociedad, pero de manera especial a los legisladores
su psicología se construye sobre el reflejo condicionado *. Compu- y gobernantes, a buscar las múltiples causas interrelacionadas de
so para Stalin el libro de texto del lavado de cerebro. esta plaga social y a diseñar un planteamiento global para prevenir
Skinner experimentó con ratas y con primates más elevados y y curar.
centró su atención en lo que hay de común entre el animal y el La droga y el alcoholismo no se limitan a exigir una terapia
hombre. En mi opinión, llegó a probar que las personas cuyos mo- multidimensional. Constituyen, además, un problema a escala mun-
tivos no van más allá de evitar el dolor y ser remunerados por lo dial que requiere profundos cambios en la cultura y en toda la
que hacen pueden ser manipuladas completamente mediante una manera de pensar de la sociedad. A lo largo de los últimos años,
combinación de refuerzos «adversos» (punitivos) o «no adversos» casi todos los gobiernos y gran número de ciudadanos responsables
(premio). Su sistema práctico parte de un concepto utilitarista de repartidos por todas las partes del mundo han caído en la cuenta
la felicidad. de que el abuso del tabaco tiene, igualmente, consecuencias devas-
Otros, sin embargo, sin compartir la filosofía de Skinner, sien- tadoras no sólo para los fumadores, sino también para las perso-
ten que pueden aceptar, al menos parcialmente, sus técnicas50. Este nas que tienen que convivir con ellos. La sociedad tiene que gastar
autor tiene el mérito de haber demostrado espléndidamente que en estas enfermedades ocasionadas o agravadas por estos abusos
todos nosotros nos convertimos en manipuladores manipulados si mucho más que de lo que recoge de los impuestos que gravan esos
nuestras motivaciones no van más allá del miedo al castigo y la productos.
esperanza de la recompensa. Una más aguda conciencia de estos El envenenar el cuerpo o la mente con el abuso de alcohol,
hallazgos y de las amenazas que encierran para nuestra libertad, drogas o nicotina es un grave desorden moral. Con todo, es abso-
podría llevar a la Iglesia católica, por ejemplo, a cambiar sus sis- lutamente imprescindible olvidarnos de las posturas moralistas, de
temas de promociones, títulos y honores. Mas lo verdaderamente las actitudes de reproche y juicio. Frecuentemente, la mayor parte
básico es que proponemos una solución positiva de terapia genui- de la responsabilidad recae sobre la sociedad misma o sobre aque-
na que respeta la conciencia y la libertad y llama a la responsabi- llos que fracasaron en el intento de ofrecer una educación adecua-
lidad. Vigilando nuestros motivos, podemos cambiar nuestra con- da para crear una comunidad verdaderamente humana y condicio-
ducta más radical y permanentemente. Y para un cristiano, el mo- nes sociales favorables.
tivo básico es el amor agradecido a Dios y un celo ardiente por Tenemos que considerar estos males en el contexto de una so-
su reino de amor, justicia, paz y libertad. ciedad de consumo y en el marco de una cultura en la que el po-
Con todo, Skinner nos dice algo constructivo sobre la impor- seer y consumir cuenta mucho más que ser y amar, una cultura en
tancia de configurar activa y sabiamente nuestro entorno si no que- la que el preocuparse egoístamente sólo de sí mismo y de la pro-
remos ser modelados desfavorablemente por un medio ambiente pia realización es el hilo conductor consciente o inconscientemente.
social distorsionado y deshumanizado. El problema comienza cuando no se aceptan los hijos verda-
deramente como un don de Dios, cuando los padres y educadores
que no les ofrecen amor genuino quieren compensarlo dándoles
5. Terapia de las personas alcohólicas y drogadictas51 más y más cosas. Con frecuencia, los niños no tienen oportunidad
de aprender y apreciar un estilo sencillo de vida ni de disfrutar de
El alcoholismo y la droga constituyen una de las causas de su- unas relaciones de amor, sanas. Su educación se basa en castigo y
frimiento más importantes, desmoronamiento de familias y fre- premio. No se les motiva a renunciar a lo superfluo a fin de ser
cuente criminalidad. Podríamos hablar también de los enormes libres para otros y libres para responder a sus necesidades interio-
costos y pérdidas de capacidad laboral que afecta a toda la sociedad. res más elevadas.
En la actualidad, el problema ha alcanzado unas dimensiones tan Generalmente, se describe a los alcohólicos crónicos y a los
84 85
II. Salud y sanidad Terapia de alcohólicos y drogadictos
adictos a la nicotina como personas inmaduras y excesivamente de- tica dignidad de nuestros hermanos y hermanas que sufren exige
pendientes, frecuentemente con una historia de relaciones interper- que apelemos a su propia libertad y conciencia. Podremos lograr
sonales difíciles. Tienden a buscar una compensación excesiva de esto sin cargar las tintas morales, tomando conciencia de la com-
sus deficiencias personales y del distress ocasionado por los factores plejidad de la situación.
ambientales. Y creen encontrar todo esto escapando a un mundo En muchos casos, la terapia tendrá que extenderse a la familia.
irreal52. Pero conviene tener presente algo sumamente importante: Frecuentemente es aconsejable k terapia de grupo. La experiencia
esta búsqueda de escape sería completamente imposible sin el con- «le los alcohólicos anónimos es altamente ilustrativa. Su éxito se
texto social de personas con hábitos de beber, de drogas, de fu- basa en una especie de terapia en grupo. Los que sufren las heri-
mar socialmente aceptados. das en su propia carne y se encuentran ya en proceso de curación
Una de las causas de la actualmente extendidísima adicción a son, frecuentemente, los terapeutas más eficaces, pues han apren-
las drogas es la constante y poderosa propaganda de fármacos psi- dido por experiencia y tienen un nuevo sentido de la solidaridad,
cotrópicos como remedio para todos los problemas humanos. Lo líxisten comunidades de curación organizadas por drogadictos y
mismo podríamos decir, aunque tal vez en grado inferior, de la .ilcohólicos rehabilitados53.
adicción al tabaco y al alcohol. Efectivamente, los anuncios comer- Las personas que tienen una adicción total a la nicotina o al
ciales de la televisión, los héroes y heroínas de tantas películas y alcohol sólo podrán curarse si aceptan la abstinencia total. Una
espectáculos de televisión hacen ostentación constante de esos há- reincidencia ocasional en el viejo hábito lo reactiva. Esto que aca-
bitos. bamos de decir es más cierto aún en la narcomanía. El antojo de
Los adictos son personas enfermas y necesitan curación en una la droga permanece aún después que el cuerpo se ha desintoxicado,
sociedad enferma, que necesita renovar radicalmente su manera de especialmente si la psicoterapia no ha logrado erradicar la depen-
pensar y sus estructuras. dencia psicológica.
Las leyes penales deberían perseguir a los traficantes de drogas Sería especialmente deseable ofrecer educación continuada a los
en vez de castigar a los adictos, que son personas que sufren ya. pacientes de drogadicción, principalmente si se precisa de largos
Una sociedad que pretenda solucionar sus plagas mediante méto- |ieríodos de hospitalización. Una parte de esta educación perma-
dos penales aplicados a los adictos está cayendo en el escapismo nente podría consistir en discusión informativa acerca de las prin-
tanto como los mismos drogadictos. cipales causas de males sociales tales como el alcoholismo y la dro-
Ante todo, es necesaria una educación adecuada y una infor- (.¡adicción.
mación que influya en la totalidad de la sociedad, especialmente La educación general en la responsabilidad y corresponsabili-
en aquellos que se hallan más expuestos a los peligros de la adic- dad eliminaría, probablemente o, al menos, reduciría muchos de
ción. En segundo lugar, es preciso actuar para poner a disposición los condicionamientos y causas. Si las personas estuvieran motiva-
de las personas los mejores servicios para curar a los adictos. Pro- das por un espíritu de responsabilidad y de corresponsabilidad,
bablemente, esta plaga decrecería drásticamente mediante un gra- caerían en la cuenta, por ejemplo, del daño que ocasiona a otros
dual y fuerte impuesto sobre las drogas, el alcohol y el tabaco. el abuso del alcohol, de las drogas y de la nicotina. Entonces esta-
Pero tales medidas surtirán efecto sólo si forman parte de un es- rían en mejores condiciones para hacer frente a la tentación y
fuerzo más amplio de reeducación de toda la sociedad para que en- romper a tiempo con los hábitos incipientes. Es importante aquí
cuentre una motivación más apropiada y acciones constructivas. una palabra del autor de esta obra. Cuando los análisis probaron
Renunciar a una actitud moralista de juicio no significa, en la existencia de un cáncer de garganta, la primera pregunta del
modo alguno, excluir la responsabilidad personal. Sea cual fuere médico fue: «¿Es usted fumador?» Cuando le respondí que no
la terapia iniciada, tiene que apelar a la aún existente, aunque li- fumo, su segunda pregunta fue si había vivido o trabajado en es-
mitada, libertad del adicto. Aunque el médico y cada uno de nos- pacios donde otros fumaban. Si los padres estuvieran informados
otros estamos llamados a sanar y no a juzgar a los demás, la autén- de que los hijos de padres fumadores padecen problemas respira-
86 87
II. Salud y sanidad
Terapia sexual
torios graves con mayor frecuencia que otros niños, el amor pater-
no los capacitaría para cambiar sus hábitos.
ción sexual en actos de crueldad sobre otras personas, mientras
que el masoquista se excita sexualmente aceptando que otros le
traten con crueldad, por lo general una prostituta o personas de
6. Terapia de las desviaciones sexualesM
esa clase. El fetichismo sexual (no debe ser confundido con el feti-
chismo mágico) desplaza el despertar su excitación sexual a objetos
La terapia sexual se ha convertido en nueva disciplina en los
inanimados tales como prendas de vestir o el cabello de otra per-
últimos años. Muchas personas tienen la sensación de padecer defi-
sona. Estamos hablando de patologías graves. Los que están afec-
ciencias sexuales y explican sus trastornos en el matrimonio y en
tados por ellas necesitan urgentemente de una esmerada terapia y
otras situaciones de relación recurriendo a este tipo de deficiencia.
de la ayuda humana más compasiva para desarrollar una mejor
Las diversas formas de terapia del sexo suscitan numerosos pro-
autocomprensión y autoaceptación. A esto deberá acompañar la
blemas éticos.
educación en el verdadero amor.
Masters, pionero en este campo, toca tres puntos delicados. La bestialidad consiste en pretender la satisfacción sexual me-
Acerca del primero dice: «El Dr. Redlich desarrolla una posición diante un tipo de coito con animales. Esta aberración hace patente
exigente contra la terapéutica del paciente sexual subrayando la que la infortunada persona no ha alcanzado una plena compren-
explotación implícita en esta situación de especial vulnerabilidad sión y realización de su dignidad específicamente humana. Puestos
así como el desmoronamiento de confianza que acompaña invaria- a buscar causas, podríamos señalar, entre otras, una autocompla-
blemente la terminación de tal relación» K . Tal planteamiento no cenda y una orientación sexual completamente desvinculada del
es una norma moral preconcebida, sino el resultado de la expe- crecimiento en el amor humano.
riencia y de la reflexión compartida a la luz del crecimiento y dig- En todas estas situaciones poco podrá ayudar una postura se-
nidad humanos. vera de juicio moral. Pensemos que se trata de trastornos psíqui-
Sobre el segundo problema, Masters señala que él mismo y el cos. Las víctimas sufren y necesitan aceptación. Pero el proceso
instituto fundado por él han «suspendido el uso de substitutivos» de curadón exigirá apelar a estos parientes para que usen toda la
mientras que otras instituciones han iniciado programas en los que libertad de que dispongan para crecer en la madurez por el cami-
el substitutivo funciona como maestro o terapeuta. También su no de una comprensión verdaderamente humana de la sexualidad
tercera observación es sumamente atinada: «El terapeuta del sexo y de su integración en la totalidad de su relación con Dios, consigo
que exige la continuación e incremento de la actividad sexual como mismo y con sus semejantes.
parte del tratamiento actúa de esta manera más por inclinación Una de las aberraciones sexuales más frecuentes es la homo-
personal que por motivos profesionales» 5é. Estas observaciones po- sexualidad (inclinaciones lesbianas en el caso de las mujeres) Sl. De
nen de manifiesto un buen sentido común. la cultura predominante en un lugar concreto depende que esté
La terapia del sexo exige una visión global e implica una tera- ampliamente extendida o circunscrita a casos excepcionales. En
pia general encaminada a crear relaciones más saludables, una acep- una cultura en que el sexo es un artículo más de consumo y la
tación de sí mismo más plena y la aceptación de los otros tal como experimentación incontrolada con el sexo una tendencia extendi-
son. El funcionamiento sexual meramente externo no es una sexua- da, es de esperar que se dé un alto porcentaje de homosexualidad.
lidad sana. La relación sexual saludable y plenamente humana exi- Los médicos y consejeros tendrán que distinguir cuidadosamen-
ge crecer en el amor y respeto; la capacidad para amar y ser fiel. te entre una tendencia homosexual profundamente arraigada y una
Existen desviaciones sexuales tales como el sadismo y maso- experiencia homosexual esporádica. Además, existe la prostitución
quismo, el fetichismo y la bestialidad, que afectan y hieren la homosexual sin condicionamiento homosexual. En determinados
totalidad de la persona y llevan a relaciones trastornadas profun- ambientes y subculturas existe una amplia fobia y ansiedad en per-
damente con otros y consigo mismo. El sádico encuentra satisfac- sonas que temen ser homosexuales. El recelo nace, frecuentemente,
de imprudentes observadones hechas por un amigo o pariente 5i .
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89
II Salud y sanidad
Experimentación con seres humanos
La fobia puede conducir a un colapso mental o a una pseudoho-
mosexualidad. aún más en el campo de la profilaxis de las causas e implicaciones
Las personas que sienten una fuerte atracción erótica hacia su sociopatológicas.
propio sexo pero no caen en la actividad homosexual o lesbiana
no deberían calificarse o ser calificadas de homosexuales. Es más
adecuado hablar de homofilia. De suyo, constituye ya un gran lo- E) Experimentación con seres humanos M
gro mantener estas tendencias eróticas en el plano de la genuina
amistad, lejos de un comportamiento indecente. 1. El hombre explorador y experimentador
Los ambivalentes en su atracción erótica, es decir, los que se
sienten atraídos tanto por personas de su propio sexo como por las En cierto sentido, la persona humana es un autocreador aun-
del opuesto, pueden desarrollar más fácilmente un comportamien- que siempre como administrador bajo la sombra de Dios. La expe-
to heterosexual claro. Un matrimonio feliz remediará su situación. rimentación del hombre tiene su prehistoria en el largo proceso de
Frecuentemente, las tendencias homosexuales se combinan o la evolución, con sus tanteos inquisitivos en el mundo material y
unen a otras psicopatologías. En tales situaciones, la terapia tiene biológico. Sin esos tanteos y sin una constante recolección de expe-
que orientarse hacia las causas más profundas. El crecimiento per- riencia, no sería concebible nuestra existencia en el presente orden
sonal puede conducirles a un nuevo equilibrio de los componentes de la creación. «Jamás podremos olvidar que el carácter distintivo
dinámicos de la personalidad, incluyendo la dimensión sexual. de la persona humana está en su creatividad y libertad aunque
ambas sean limitadas» él . Lo nuevo de la situación actual consiste
No puede excluirse la hipótesis de que determinados casos de
en la postura sistemática de experimentación. El hombre ha inven-
homosexualidad provengan de la herencia. En tal supuesto, sería
tado el arte de la experimentación científica y de la invención.
irreversible59. Sin embargo, muchos estudios se muestran de acuer-
do en afirmar que la mayoría de los problemas homosexuales son El gran interrogante bioético se refiere a la medida en que el
ocasionados o, al menos, agravados por comportamientos desca- hombre es capaz de configurar su bios, su dotación biológica. No
rriados en el entorno familiar o en el ambiente social próximo. Si puede escapar a nuestra atención el hecho de la constante confi-
un niño tiene que pasar por la experiencia dolorosa de ver a su guración y reconfiguración de su fundamento psicológico. Este
padre y madre como amenaza recíproca, sí, además, se le advierte interrogante emerge en el nuevo contexto de consciencia acerca de
constantemente acerca del otro sexo como amenaza o peligro, no las dimensiones en que el progreso humano depende de la experi-
mentación científica, de la constante revisión de la experiencia y
será de extrañar que desarrolle una tendencia homosexual como
de la experimentación sistemática.
postura inconsciente de autodefensa.
El hombre debe ser especialmente cauto y cuidadoso cuando
Actualmente existen muchos homosexuales y lesbianas que de-
experimenta con materiales altamente explosivos y peligrosos, por
sean ser lo que son y se confirman recíprocamente en esta posición.
ejemplo, con la energía atómica. Y no deberá serlo menos cuando
Bastantes lo lamentarán posteriormente si se ven privados de ma-
la experimentación se extiende a su constitución biológica y psico-
trimonio y de familia así como de amistad permanente y fiel.
lógica. La experimentación científica ha invadido áreas que son
Muchos terapeutas están convencidos, y yo participo de tal
más sensibles y cargadas de riesgos mayores. Pensamos, por ejem-
opinión, de que, en la mayoría de los casos, homosexuales relati- plo, en la investigación del cerebro a y de la genética, especial-
vamente jóvenes (por debajo de los treinta años de edad) pueden mente en la manipulación de ácido desoxirribonucleico (ADN).
curarse sí encuentran un terapeuta competente y están fuertemente Estos campos de investigación prometen grandes ventajas para la
motivados. Tenemos derecho a esperar que se realicen mayores totalidad de la vida humana, pero no está descartado el riesgo por
esfuerzos y obtengan crecientes éxitos en la terapia del sexo. Ha- ahora.
bría que hacer mucho más en el plano de la terapia individual y
En este contexto surge la cuestión de qué grado de autoridad
delega la sociedad en los investigadores63. Es indudable que, en
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91
II. Salud y sanidad
Investigación clínica no terapéutica
nuestro mundo moderno, los expertos gozan de gran autoridad
de gran prestigio profesional. Pero cuando está en juego la salud competente. Criterio decisivo será siempre la proporción entre los
la libertad y la vida de innumerables personas, la sociedad no r>u ' resultados esperados y los riesgos posibles para el paciente. En la
de delegar su autoridad en un grupo profesional. De ahí nace medida de lo posible, el médico debe informar al paciente y a su
nuevo problema que desemboca, finalmente, en la siguiente n r e familia acerca de las posibilidades y riesgos; y actuará únicamente
gunta: «¿Quién controla a los controladores M?» Cada una de l a después de haber obtenido el consentimiento libre de los intere-
personas debería participar, de acuerdo con sus posibilidades, e n sados. Los resultados que se pretenden deben ser buenos para el
el proceso de formar una opinión pública sana e influir en las to- paciente concreto, no para la humanidad en general. Debe excluir-
mas de decisión que se llevan a cabo a nivel del Estado y de 10& se totalmente experimentos no terapéuticos con los pacientes. Ni
grupos profesionales. siquiera debería osarse la petición de permiso para tales experimen-
Numerosos códigos éticos sobre experimentación con seres hu- tos no directamente terapéuticos.
manos tratan de trazar límites que, por una parte, protejan la dig.
nidad y libertad de cada ser humano y, por otra, dejen caminos
abiertos para el progreso de la medicina y la biología, para bien 3. investigación clínica no terapéutica
de las generaciones presente y futuras. Es bien conocido el código
de Nuremberg sobre «experimentos médicos permisibles» que sir- La experimentación no terapéutica debería estar exclusivamente
vió como guía para juicios contra experimentos criminales pero en manos de equipos altamente cualificados. Debe sopesarse cui-
fue pensado también como medio que impidiera la repetición de dadosamente la proporción entre riesgos y el progreso esperado.
crímenes similares en el futuro. La de Helsinki es la codificación Tal evaluación será realizada no sólo por el equipo, sino también
más madura: contiene recomendaciones que guían a los médicos por otras personas competentes. Convendrá planificar cuidadosa-
en la investigación clínica, resolución adoptada en el 18 Congreso mente el programa. Durante la realización del proceso de experi-
Mundial de Medicina, junio de 1964, por la Asociación Médica mentación habrá una valoración constante de las investigaciones
Mundial65. La mayoría de los estados modernos donde se están proyectadas. En esa evaluación intervendrán tanto personas compe-
realizando investigaciones importantes han añadido legislación adi- tentes no participantes como miembros del equipo.
cional para nuevos campos tales como la tecnología que recom- En la historia del progreso de la medicina, la autoexperimen-
bina el ADN. tación realizada por médicos e investigadores ha desempeñado un
papel importantísimo. Escribe un médico: «Siempre que tenga sen-
tido y sea posible, la autoexperimentación del investigador debe-
2. Experimentación terapéutica ría preceder a la comprobación en los demás» 66 . Si pide a otros
que participen, debería preguntarse primero a sí mismo si le gus-
La relación de alianza entre médico y paciente, y el clima de taría que su propia esposa, sus hijos o sus mejores amigos partici-
confianza y respeto tan indispensable para la terapia, desaconseja paran en el experimento. Tal manera de pensar evitaría riesgos
la utilización de un paciente como mero sujeto de experimenta- desproporcionados.
ción. El médico deberá emplear los métodos más seguros y efica- Es absolutamente indispensable que los voluntarios den su con-
ces. Pero es libre de utilizar una nueva medida terapéutica si, en sentimiendo informado. Se les deberá poner al corriente de la
su juicio competente, ofrece esperanzas de salvar la vida, restable- finalidad, significado de la investigación y de los inconvenientes
cer la salud o aliviar el sufrimiento (Código de Helsinki u, 1). previsibles así como de los peligros que pueden esperarse razona-
Cuando las posibilidades de los métodos tradicionales y apro- blemente. Jamás debería aceptarse el consentimiento antes de que
bados sean menos eficaces, será más fácilmente justificable el empleo el voluntario haya pedido consejo a otros. Es más deseable tener
de nuevas vías, dotadas de algún riesgo, pero sólo por un médico personas fuera del grupo de investigación que cooperen en el pro-
ceso de información y en la continuada evaluación moral sobre si,
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93
II. Salud y sanidad
t. Cuestión decisiva
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97
ltfring, Libertad III, 4
III. La muerte y el morir Del rechazo a la aceptación
98 99
III. La muerte y el morir ¿Cima de libertad?
relaciones personales saludables permiten una vida más larga que mos y aceptamos nuestra muerte a la luz de su muerte dolorosa
la supuesta por el diagnóstico. y de su venida gloriosa.
Con todo, la útil tipología no debe hacer olvidar el carácter de Los cristianos no tienen necesidad alguna de huir de la muerte.
irrepetibilidad de cada persona y de la muerte personal. Unas creen- La fe cristiana «nos prohibe recurrir a los analgésicos como si fué-
cias robustas pueden alcanzar una aceptación positiva de la muerte ramos incapaces de beber libremente con Jesucristo el cáliz de la
marcadamente diferente de la de aquella otra persona cuya fe no muerte de esta existencia»16. Podemos humanizar la muerte, ilu-
es tan profunda y que no estuvo entregada completamente a la minada por la cruz y la resurrección de Cristo, preparándonos a
voluntad de Dios a lo largo de toda su vida. Añadiré que, frecuen- lo largo de toda nuestra vida. Sin embargo, si percibimos la ver-
temente, sentí una grata sorpresa al contemplar la serenidad y con- dad de la muerte que se aproxima, podremos tener la gracia espe-
fianza que llegaron a alcanzar algunas personas que durante su vida cial y la oportunidad única de alcanzar la cima de nuestra libertad
no tuvieron gran éxito en el combate contra el pecado. encomendándonos a las manos de Dios en el profundísimo cono-
cimiento y compartiendo la muerte y resurrección de Cristo que
tal vez podríamos alcanzar en el tiempo de vida que nos reste.
5. ¿Cima de libertad? La muerte marca el final de la historia terrena de la libertad
humana y podría tratarse de un final que honrara a la libertad. Te-
La persona que jamás llegó a percibir profunda y agradecida- nemos aquí un criterio central para la ética médica que tiene que
mente su dependencia de Dios, el dador de la vida, experimentará vérselas con las postrimerías de la vida. ¿Supone algún bien para
la muerte como pérdida, como destrucción final de su libertad.
la persona moribunda prolongar el proceso de su vida a costa de
Pero el que ha vivido en postura de adoración, de agradecimiento
perder consciencia y libertad? El prolongar una vida irremediable-
y se ha sentido colaborador de Dios, el dador de todo bien, puede
mente condenada a la muerte podría tener algún significado si per-
alcanzar la cima de la libertad humana al enfrentarse a la muerte.
mitiese al paciente alcanzar el más alto grado posible de libertad
Dietrich Bonhoeffer, que dedicó su vida a la causa de la liber-
en la aceptación de la muerte y en su postura como canto a estos
tad para todos, escribió las palabras más bellas en torno a la acep-
momentos decisivos de la vida.
tación de la muerte cuando tuvo la certeza de que le esperaba la
probabilidad de ser ejecutado. «No sólo la acción, también el su- No pueden experimentar la libertad como cima y fiesta de la
frimiento es un camino que lleva a la libertad. Se alcanza la libe- libertad aquellas personas que, irresponsablemente, ponen fin a su
ración en el sufrimiento cuando una persona puede destacarse de vida prematuramente. En el mundo occidental están aumentando
su causa y ponerla totalmente en manos de Dios. En este sentido, rápidamente cuatro causas de muerte: primera, los infartos al co-
la muerte es la coronación de la libertad humana. El que una per- razón; segunda, cáncer de pulmón y bronquitis; tercera, cirrosis
sona entienda su sufrimiento como continuación de su acción, como hepática; cuarta, los accidentes de tráfico. Los infartos son el re-
plenificación de su libertad o no, hará que su acción humana sea sultado frecuente de comer en exceso o de stress psicológico; el
un asunto de fe o no. Pienso que esto es sumamente importante cáncer de pulmón y la bronquitis son frecuentemente la consecuen-
y altamente consolador» a. Su aceptación de la muerte le permitió cia de fumar cigarrillos y, en alguna medida, de la polución atmos-
decir: «En el caminar hacia la libertad, la muerte es la fiesta más férica; la cirrosis hepática es casi siempre consecuencia del uso
excelsa» °. Y su poema sobre los estadios de la libertad explica irresponsable del alcohol; y las innumerables muertes por acciden-
esto: «Sólo por un momento tocaste dichosamente la libertad y la tes de circulación son fruto de la prisa insensata, combinada, a
traspasaste rápidamente a Dios para que él pueda perfeccionarla veces, con el alcohol y con el abuso de la droga. El gobierno de
dichosamente» 14. la República Federal de Alemania informa que unos 140 000 ciu-
La fe cristiana celebra la victoria de Cristo en la cruz y, cuan- dadanos mueren anualmente a consecuencia del tabaco, otros 100 000
do proclamamos la muerte del Señor hasta que él venga, entende- Limadores quedan inválidos prematuramente 17. Tal tipo de muerte
100 101
III. La muerte y el morir
Suicidio y eutanasia
no puede ser la coronación y fiesta de la libertad si no existe un
renacimiento a través del arrepentimiento. Más tarde nos ocuparemos del grave problema de los enormes
esfuerzos realizados por un sector de la profesión médica para pro-
longar la vida, haciendo casi o completamente imposible aquel
B) Malograr el significado de la muerte y de la vida cuidado amoroso que permitiría que la muerte se convirtiera en
un evento de libertad 1S . Las personas pueden llegar a sufrir esta
Indudablemente, es un gran pecado abortar el sentido de la pérdida de toda relación vital en tal medida que tienen la impre-
muerte propia y de los otros. Con todo, hablamos de pecado úni- sión de estar ya enterrados en vida.
camente en el contexto de nuestra vocación positiva a ayudarnos
recíprocamente a descubrir el significado de la vida y de la muerte
y a comprenderlo en la libertad. Es cuestión de corresponsabilidad, 2. Rechazo de la muerte en la práctica médica
de libertad y fidelidad creadoras.
La finalidad de la medicina es restaurar la salud y disminuir
el sufrimiento, especialmente cuando la carrera hacia la muerte es
1. Reprimir la perspectiva de la muerte irreversible. Pero, frecuentemente, la profesión médica está com-
Nuestra sociedad consumista occidental no ayuda a convertir pletamente imbuida de la idea de que su misión principal consis-
la muerte en evento de libertad. Hace todo lo posible por reprimir te en luchar contra la muerte y el prolongar la vida en la medida
el pensamiento de la muerte. Todo nuestro sistema social, incluso la en que esto sea técnicamente posible. Consecuencia de tal postura:
nueva estructura familiar, evita el pensamiento o presencia de no sólo se prolonga el sufrimiento sin sentido alguno, sino que se
la ancianidad y de la muerte. La mayoría de las personas mueren está reprimiendo la idea de la muerte. Prácticamente, no se ofrece
en hospitales o asilos de ancianos donde su existencia transcurre en ayuda alguna al moribundo para que muera su propia muerte,
un ambiente oculto a los ojos del público. La atmósfera reinan- para prepararle a la más alta consciencia y libertad posibles, para
te en los hospitales altamente tecnificados, y de manera especial vivir los últimos días y horas de su vida en unas relaciones huma-
en las unidades de cuidados intensivos, no ayudan en modo alguno nas lo más ricas posible.
a humanizar la muerte. En el mundo externo, la sumisión a los Tal vez una de las tareas más urgentes de la ética médica con-
productos de consumo y a la publicidad promociona una menta- sista en liberar de esta ideología a la profesión sanitaria. Los
lidad descrita por el profeta Isaías: «¡Comamos y bebamos, que miembros de esta profesión deben dedicarse, ante todo, a la li-
mañana moriremos!» (Is 22,13). bertad; especialmente, a aquella libertad que permita un despegue
La mejor ayuda para prepararnos a una muerte llena de sentido creativo y la aceptación final de la muerte.
y libremente aceptada es la experiencia de personas que, al morir,
nos dieron testimonio de tal realidad. Pero actualmente son esca-
sas las personas que tienen la posibilidad de una tal experiencia. 3. Suicidio y eutanasia
El hecho de que tantas personas sean marginadas prácticamente
antes de su muerte física es un impresionante reto para cada cris- El encomendar la vida propia en manos de Dios en el momen-
tiano, para la totalidad de la Iglesia y para la civilización actual. to adecuado y entregar la propia vida al servicio de los demás,
¿Cómo pueden aquellas personas que imponen o aceptan para otros aunque esto pueda llevar a una muerte más temprana, es comple-
un tipo de muerte social y psicológica convertir su propia muerte tamente distinto de quitarse la vida como si se tratara de algo
en cima de libertad? Privar a otros de relaciones vitales, denegarles carente de valor.
prácticamente el derecho a participar en la configuración de la vida Actualmente, el suicidio constituye una de las causas de muer-
que les rodea es, digámoslo claramente, matarlos socialmente. te más frecuentes. Resulta demasiado cómodo presentar el suici-
dio como consecuencia de «trastorno mental». En muchos casos,
102
103
III. La muerte y el morir Suicidio y eutanasia
es el resultado de la muerte social, del verse privado de los más cundario de acortar la vida; (3) lo que los moralistas y médicos
elementales lazos de comunicación vital básica. En tales situacio- llamaron a veces eutanasia pasiva, renunciar al empleo de medios
nes, el suicidio significa: «Me habéis privado ya de aquellas rela- capaces de prolongar la vida (para no crear confusiones, trataré esta
ciones que confieren significado a la vida. Ahora tendréis que en- cuestión por separado); (4) lo que el socialismo de Hitler llamó
terrar mi cuerpo muerto.» El recurso al suicidio es, a veces, el re- eutanasia y asesinato misericorde: sus agentes mataron, de mane-
sorte extremo, «una comunicación, un grito de auxilio a las per- ra sistemática o inmisericorde, a personas consideradas como in-
sonas importantes para el que hace la intentona» 19. deseables o inútiles para sus propósitos. Naturalmente, no puede
El término «suicidio» encierra contenidos diversos. Puede tra- hablarse aquí de eutanasia entendida como la mejor muerte posi-
tarse de un suicidio egoísta: una persona que no desea vivir para ble. (5) Por supuesto, la situación cambia considerablemente si el
otros o con otros, corta todos los lazos mediante este acto de sui- agente causa su propia muerte o la de otros, si es por comisión u
cidio. O puede ser un acto de desesperación total acerca de la vida omisión, con el consentimiento o sin la anuencia de la persona
propia en unas circunstancias concretas; o desesperación de la vida, que va a desaparecer del teatro de la vida 21 .
vacío de sentido de la vida. Puede darse también el raro caso de Aquí tratamos directamente de: (1) acortar la vida consciente
suicidio altruista, sacrificio heroico de la vida propia para salvar a y directamente deteniendo un tratamiento útil al que el paciente
otros de daños graves. tiene derecho (eutanasia negativa) o (2) tomando medidas positi-
La significación y frecuencia del suicidio están «relacionados vas para poner fin a la vida o acortarla (eutanasia positiva). En
directamente con la situación histórica, cultural, social y personal. ambos casos existe una decisión positiva contra la vida del otro,
Ninguna teoría psicológica, social o médica basta, aisladamente, contra el mandamiento de «¡No matarás!». Indudablemente, exis-
para comprender y evitar el suicidio» 20. A lo largo de la historia, te gran diferencia entre el ladrón que asalta y golpea al hombre
el suicidio fue una frecuente «forma de eutanasia», una manera que bajaba de Jerusalén a Jericó y el sacerdote que pasó de largo
de escapar a los malos tratos y a la muerte humillante a manos ante el herido. Pero el caso del médico es mucho más grave ya que
del enemigo. Este fue el caso de Saúl (lSam 31,3-5) y de Sansón el paciente ha sido confiado al médico a través de un pacto que le
(Jue 16,22-31). El autor del libro de los Jueces parece considerar obliga a no causar daño, a no pecar contra la vida de su paciente
como meritoria la acción de Sansón, como parte de su constante valiéndose de su profesión.
lucha con los enemigos, como búsqueda de una muerte más honrosa Los promotores del derecho a la eutanasia utilizan dos argu-
de la que habría tenido si se la hubiesen dado ellos. La eutanasia mentos principales: el primero es el de la compasión ante los su-
a la que nos referimos en este momento entra completamente en frimientos; el segundo, que no puede llamarse vida a tal situación.
el campo del suicidio y de cooperación en él. Es una especie de La motivación de los padecimientos insoportables pierde constan-
homicidio impremeditado, por evitar la palabra asesinato. Excluyo temente poder de convicción ya que la medicina moderna dispone
expresamente de este texto sobre la eutanasia la decisión, comple- de medios nuevos y eficaces para combatir los dolores agudos en
tamente diferente, de no prolongar la vida cuando tal decisión no casi todos los casos; medios que no privan al paciente de la con-
es rechazo de un tratamiento que podría ser útil. ciencia 22.
Soy plenamente consciente de que el término «eutanasia» ha El argumento que se basa en la cualidad de vida para justificar
tenido un significado completamente diferente a lo largo de la his- la eutanasia reviste una gravedad especial para la vida en sociedad
toria. Podría significar: (1) competente y afectuosa asistencia a la debido a las consecuencias que podría engendrar. Se basa en la
persona moribunda para darle la experiencia de un cuidado que presunción de que existen personas con derecho a juzgar si las
ama y de un amor que cuida; y, de esta manera, hacer que su vidas de otros son útiles y tienen un valor. Y no podemos decir
muerte sea lo mejor posible; (2) un tipo de tratamiento que, por que se trate de un juicio desdeñable, pues representa una senten-
su naturaleza y por la intención del agente, tiende a aliviar los cia de muerte. Aunque alguien limitara este argumento a casos en
dolores del final de la vida, pero encierra el previsible efecto se- que se ha perdido la conciencia o el proceso de muerte se presenta
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III. La muerte y el morir
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III. La muerte y el morir Muerte cortical o paro cardíaco
paraguas a las personas. La casuística relacionada con la eutanasia especie de objetor de conciencia, debería estar dispuesto a dar un
y con las técnicas para impedir los casos concretos sólo tienen informe público a favor de una ley que cumple una función in-
sentido cuando hay una estrategia de reflexión compartida y de dispensable en una sociedad civilizada. No se trata simplemente
acción para cambiar el mundo. En este punto, los cristianos indi- de una ley que sanciona principios morales, sino de un tema bási-
vidualistas deberían sentirse sacudidos por Karl Marx 34 . co del bien común y del cumplimiento de una función importante
del poder legislativo.
5. Contra la legalización de la eutanasia
C) El momento de la muerte y el proceso de morir
No puede tratarse el suicidio y la eutanasia exclusivamente en
el marco de la ética individual. Son también problemas de ética 1. Muerte cortical frente a paro cardiaco
social ya que afectan a las relaciones humanas básicas35. La pro-
tección de la vida y los problemas suscitados por el suicidio y la Con motivo del primer trasplante de corazón, el público tomó
eutanasia cargan una grave responsabilidad sobre los legisladores. conciencia de un nuevo concepto de muerte: muerte cerebral. Sin
Yo soy absolutamente contrario a cualquier forma de legalización embargo, por lo que se refiere a la determinación del momento de
de la eutanasia. El Estado que la legalizara socavaría los funda- la muerte, ello ha traído otras nuevas incertidumbres.
mentos éticos de la profesión sanitaria y la confianza de los pa- Muerte cerebral quiere decir que se determina la muerte me-
cientes en los miembros de esta profesión. diante criterios neurológicos, distintos, por consiguiente, de los
El Estado tiene que promover y proteger la solidaridad de la criterios cardiológicos aplicados para determinar la muerte del
familia. La legalización de la eutanasia llevaría con excesiva faci- corazón. Pero no se ha decidido aún cómo debería utilizarse los
lidad a que las familias sugirieran a los miembros molestos la criterios neurológicos. Algunos hablan, más específicamente, de
eutanasia y, de esta manera, abandonar el teatro de la vida. Si se muerte cortical36. Éstos se declaran partidarios de un nuevo con-
convirtiera en derecho legal, incluso en circunstancias limitadas, se cepto de muerte determinada únicamente por la cesación de las
tornaría en una pública llamada implícita o explícita a los enfer- funciones superiores del cerebro, la corteza cerebral, de las que
mos y ancianos para que consideraran si les había llegado la hora depende el conocimiento y la personalidad. Se contradice, pues,
de pedir el «servicio» de la eutanasia. Y esto traería consigo un el concepto de muerte «orientado a la totalidad del cerebro» 37 .
incremento de todas las tendencias peligrosas que ocasionan una Pero aquí se da un hecho claro: después que el cerebro superior
especie de muerte social a los ancianos y enfermos. El Estado de- (córtex) ha cesado por completo y de manera irreversible, el cere-
jaría entonces de estar al servicio del débil, del que sufre y de los bro primitivo o tronco cerebral puede continuar haciendo posible
ancianos. la respiración. Esto significa que la respiración es posible después
La legalización de la eutanasia vigorizaría también la tenden- de la muerte cortical.
cia al suicidio en aquellos que se saben un peso para la familia o El movimiento del corazón puede independizarse aún más del
para la sociedad, pues se les ha dado a entender esto quizás sin control del sistema nervioso. Los neurólogos hablan del síndrome
palabras. apálico (de pallium, o sea el manto o corteza cerebral y la subs-
Más aún: Si la eutanasia se convirtiera en derecho legal para tancia blanca subyacente) cuando el organismo continúa viviendo
padres y médicos, podría dividir la profesión médica entre los que únicamente a nivel metabólico —respiración y latido del cora-
respetan absolutamente la vida y los que están dispuestos a matar zón—, mientras están irrevocablemente muertas aquellas partes
si se lo piden. del cerebro que controlan la consciencia, el conocimiento y otras
Si un médico, en una situación verdaderamente extraordinaria, específicamente humanas u.
se siente justificado u obligado a actuar contra la ley como una Thielicke es portavoz de muchos cuando afirma que «cesa la
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III La muerte y el morir Trasplante de órganos
existencia humana» cuando cesan de manera irreversible aquellas la reanimación si existe riesgo considerable de que la corteza ce-
partes del cerebro sin las que no puede darse comunicación ni con- rebral esté ya esencialmente dañada.
ciencia39. Pero esta opinión no es compartida unánimemente.
J. Wunderli piensa que «infantes nacidos sin un cerebro específi-
camente humano y las personas que mueren con el síndrome apá- 3. El coma irreversible
lico son "seres humanos vivientes" que tal vez carecen de lo que
es específicamente humano, pero que, como seres humanos vivien- Con los avances realizados en los medios para diagnosticar, los
tes, tienen derecho a un máximo de cuidado» 40. Robert Reichardt médicos pueden, frecuentemente, identificar con certeza moral o
se mostraría totalmente contrario a permitir una acción directa absoluta el coma irreversible que pronostica la muerte sin retorno
para poner fin a este residuo de vida humana, pero exigiría única- a la consciencia, pero no indica cuándo terminará el proceso de la
mente cuidados mínimos 41 . Podría argüirse que, después de la muerte. La persona que se encuentra en coma irreversible debe
muerte cortical, pueden darse aún procesos en el tronco cerebral ser tratada aún como ser vivo. No podrá extirparse órganos a tras-
comparables a los sueños42. Aquí se pone claramente de manifies- plantar hasta que no se haya determinado el hecho de la muerte
to que estamos ante dos problemas: primero, cómo puede justifi- de manera definitiva. Cuando los apoyos artificiales pueden ser
carse declarar a una persona como muerta y segundo, cuándo ter- eficaces durante un largo período de tiempo, pero no tienen inci-
mina realmente el proceso de la muerte 43 . dencia en la recuperación, de nada sirve este tipo de prolongación
del proceso de la muerte.
«La destrucción completa del cerebro, incluida la pérdida de
2. Reanimación artificial la respiración espontánea, puede tener lugar cuando el sistema
cardiovascular continúa funcionando de manera autónoma. La ma-
La redefinición de la muerte traza una línea entre lo que se yoría de los autores de obras de medicina han considerado la apnea
llama muerte cerebral, noción que incluye cambios irreversibles — ausencia de respiración espontánea— como señal capital de la
que destruyen el funcionamiento del sistema nervioso central, y total destrucción del cerebro» 47 . En un número considerable de
lo que se ha dado en llamar muerte metabólica, que es cuando han moribundos en coma profundo ocasionado por trauma o deterioro,
cesado las funciones del latido del corazón y la respiración. Des- «el soporte artificial tiene capacidad para ser continuado indefini-
pués de la muerte cortical es posible lograr la reanimación con damente sin perspectivas de que el paciente se recupere, pero sin
medios artificiales. A través de sistemas de apoyo de la vida, el indicar el momento en que cesarán las funciones corporales mien-
organismo puede continuar viviendo a nivel metabólico mientras tras continúa el cuidado médico» m.
que la persona, como agente, está muerta 44 .
La posibilidad de reanimación en unidades de cuidados inten-
sivos es un avance ambiguo en el campo médico. Una de cada
4. Trasplante de órganos.
treinta personas reanimadas jamás despierta a la consciencia pero
continúa funcionando como un organismo con el síndrome apá- El trasplante de órganos plantea numerosos problemas acerca
lico45. Para otras personas, el resultado de la reanimación puede de las relaciones humanas, de la responsabilidad personal y social,
reportar algunos días u horas más de «vida en la agonía» **. Fre- así como respecto de las previsibles consecuencias psíquicas y de
cuentemente, existe un gran riesgo de vida psíquicamente dañada. otro tipo. Uno de los problemas que se presenta en el trasplante
El problema radica en que hay que tomar la decisión rápidamente de un órgano vivo tomado de una persona muerta es la manera de
y, cuando los médicos consideran objetivo principal la preserva- determinar la muerte que autoriza la sustracción del órgano antes
ción de la vida, el paciente sufre, a veces, más daños que bene- de que se produzca el comienzo del proceso de descomposición.
ficio, afirmación extensible a su familia. Jamás debería intentarse En principio, no existe problema ético alguno en continuar la
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111
II l. La muerte y el morir
Trasplante de órganos
circulación de la sangre (perfusión), una vez probada la muerte, a
fin de preservar el órgano que se intenta trasplantar. De hecho, nos. Pero «muchos médicos estarían de acuerdo en que algunos
se trata únicamente de extraer órganos de un cadáver no ente- pacientes van mejor con la diálisis crónica y otros con trasplante
de riñon» H .
rrado **.
Sin embargo, el problema se centra en torno a la muerte cor- El tema del trasplante de un riñon de un donante vivo suscitó
tical en los casos de síndrome apálico. Ulrich Eibach sostiene, con- una larga y apasionada discusión en la comunidad católica. En con-
tra Pompey y otros, que la remoción de un órgano no está permi- sonancia con otros muchos teólogos, subrayé desde un principio el
alto valor moral de una donación libre. Pero numerosos teólogos
tida, en modo alguno, en casos del síndrome apálico, hasta después
morales pensaron que tal acto era absolutamente inmoral. El grupo
de la muerte total del cerebro 50 .
de los que pensaban de esta última manera valoraba la mutilación
Muchos piensan que la medicina moderna ha dedicado esfuer-
o automutilación como acto en sí mismo en vez de evaluarlo en su
zos y gastos desproporcionados al trasplante de órganos. Los tras-
total significado de remover un órgano y darlo en acto de donación
plantes de corazón han tenido éxitos muy breves. Sin embargo,
que salva una vida. Su argumento principal se basaba en una in-
contribuyeron a desarrollar nuevas formas de cirugía a corazón
terpretación concreta del principio de totalidad explicada por
abierto. Pío xii: «Fuera del organismo, el órgano no tiene, por su misma
El riñon es el órgano más frecuentemente trasplantado. Clíni- naturaleza, sentido ni finalidad alguna. Es plenamente absorbido
camente se llevan a cabo también trasplantes de corazón, de hígado, por la totalidad del organismo al que es adjuntado»5*.
pulmón, páncreas, médula ósea y córneas. El descubrimiento de
los agentes inmunosupresivos, la determinación del grupo de teji- Augustine Regan señaló que el principal interés de las decla-
raciones del papa apuntaba a defender al individuo contra un con-
do y de sangre han creado la posibilidad de que los trasplantes
cepto totalitario de sociedad que permitiera irrumpir en la integri-
pudieran verse coronados por el éxito 51 . Una persona con el gru-
dad de la vida corporal de un individuo. Pero, al tiempo que el
po sanguíneo O sólo puede recibir un órgano de un donante que
órgano tiene su significado directo dentro de la totalidad del or-
pertenezca al mismo grupo sanguíneo; el que pertenezca al grupo
ganismo, es parte de la totalidad de la persona en su sublime vo-
AB sólo podrá recibirlo de un donante de cualquier otro grupo, etc.
cación de caridad fraterna. De esta manera, la donación bien orde-
Al principio sólo los trasplantes de riñon de mellizos tuvieron
nada de un órgano es el cumplimiento de la más alta vocación de
éxito; posteriormente, trasplantes de familiares, debido a la simi-
la persona. Esto no significa, sin embargo, que una búsqueda de
litud de los antígenos del tejido. Actualmente, si exceptuamos el autoperfección justificaría esta aplicación del principio de la tota-
caso en que el donante es un familiar, los resultados de ríñones lidad. «En la perspectiva teológica, precisamente el salir de sí
extraídos de donantes vivos no superan a los que se obtienen en mismo es la garantía de un satisfactorio retorno al yo, aunque este
el trasplante de ríñones extirpados a cadáveres. Esto es especial- retorno no sea el motivo dominante o primario de la salida de sí
mente cierto en Estados Unidos, donde muchos Estados permiten mismo en autoentrega» s5 .
declarar muerta a una persona cuando no existe evidencia de fun-
El criterio es la debida proporción del beneficio que supone
cionamiento del cerebro. «El corazón puede continuar latiendo y
para el receptor y la pérdida o riego para el donante. El consenti-
el paciente respirando. En consecuencia, los órganos internos fun-
miento informado es absolutamente imprescindible para su admi-
cionan, de ordinario, con normalidad»52. Por el contrario, en la
sibilidad y valor interno. No puede ejercerse presión de ningún
mayoría de los países europeos, se declara muerta a una persona
tipo. Esta donación libre crea un nuevo lazo de amistad entre el
cuando han cesado las funciones vitales del latido del corazón y
donante y el receptor. La relación es saludable en la medida en
de la respiración. Según estadísticas recientes, la supervivencia de
que el don es libre y el receptor agradecido M.
pacientes que han recibido ríñones de cadáveres es comparable a
La donación de órganos por parte de personas incapaces de un
la de quienes son tratados con diálisis. La diálisis no sólo es mucho
consentimiento informado es moralmente inaceptable excepto cuan-
más costosa, sino que, además, ocasiona más molestias y trastor-
do el futuro del donante depende en gran medida de la supervi-
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III. La muerte y el morir El moribundo tiene derecho a la verdad
vencía del receptor. Normalmente, el don de un riñon de una per- Sin embargo, dado que toca un área de la vida sumamente sen-
sona viva no debería pedirse ni aceptarse si puede disponerse de sible, el legislador deberá tener en cuenta las actitudes del pro-
un órgano extraído de un cadáver. medio de los ciudadanos. El primer paso no consistirá en la for-
mulación de una ley, sino en la creación de una sana opinión pú-
blica.
5. Regulación legal de los trasplantes de un cadáver
El trasplante de un riñon tomado de un cadáver podría salvar D) La profesión sanitaria y el paciente moribundo
muchas vidas y numerosos ciegos recobrarían la vista mediante
córneas tomadas de cadáveres. Tal posibilidad depende de la ge- 1. Favorecer la consciencia, la libertad y la comunicación
nerosidad de las personas y de las reglamentaciones legales que
rodean la determinación de la muerte y la remoción de órganos La profesión sanitaria tiende a concentrarse unilateralmente en
de los cadáveres. ia curación como tal o en la prolongación de la vida. El paciente
En Estados Unidos se han realizado unos 2500 trasplantes de moribundo en un proceso irreversible hacia la muerte es, sin em-
riñon de cadáveres mientras que anualmente fallecen unos 60 000 bargo, uno de los problemas más serios para la profesión médica.
pacientes a consecuencia de fallos renales. Habría suficientes cen- La primera tarea será una atención y solidaridad amorosas, una
tros donde realizar los trasplantes si se dispusiera de los órganos actitud y conducta que comunique al paciente moribundo la sen-
necesariosS7. La situación es aún menos favorable en la República sación de que no es un objeto, sino un compañero valiosísimo. Es
Federal de Alemania. En 1976 se realizaron únicamente 246 tras- preciso hacer todo lo posible para ayudar al paciente a que alcance
plantes de riñon y algunos de esos ríñones vinieron de países ve- la cima de su libertad y fidelidad. «El moribundo y la persona en
cinos. En consecuencia, se ha llegado a reconocer la necesidad de trance de muerte necesitan, hasta el final, una simpatía y atención
una regulación legal que favorezca los trasplantes que salven la especiales. Esperan y desean una cercanía y cuidado cariñosos. De-
vida M. bería ahorrárseles cualquier sensación de soledad y aislamiento físi-
Básicamente, existen dos posibilidades: (1) la toma rutinaria co o psíquico»61.
de los órganos necesarios si no se registra objeción alguna; (2) que Si exceptuamos casos muy contados, es radicalmente irrespon-
los individuos donen los órganos antes de su muerte. Paul Ramsey sable todo tratamiento médico del moribundo encaminado a pro-
y otros se declaran a favor de la donación premortem porque ayuda longar la vida en detrimento de la consciencia, de su capacidad de
mejor a promover una comunidad consensual y expresa libertad y comunicación y de la identidad de la persona 62 . Este principio no
generosidad59. Ulrich Eibach se inclina hacia la primera solución queda a salvo siempre en las modernas unidades de cuidados in-
con un buen argumento. Parte de que honramos a las personas tensivos, donde todo está encaminado más al funcionamiento dis-
presuponiendo que, generalmente y previa la adecuada informa- creto de los órganos que al paciente moribundo, que, frecuente-
ción, comprenderían el alto valor moral de permitir a los médicos mente, tiene la sensación de ser un objeto, de estar abandonado
que extraigan el órgano concreto después de nuestra muerte con el como persona.
fin de salvar la vida de otra persona o de devolverle la visión, etc.
Si se concede a cada ciudadano y a su familia la posibilidad de
presentar objeciones se habría garantizado la libertad suficiente- 2. El paciente moribundo tiene derecho a la verdad
mente.
Existe otro argumento más importante: psicológicamente, no La relación veraz y confiada entre el médico y el paciente es
es fácil acercarse a la familia en el terrible momento del traspaso condición indispensable para que el paciente sane en sentido holís-
y pedirle permiso, con lo que se perdería un tiempo precioso60. tico. Cuando se presenta la necesidad de comunicar la verdad acer-
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III. La muerte y el morir
El moribundo tiene derecho a la verdad
ca del desenlace de una enfermedad, deberá existir una saludable
relación mutua de verdad y de preocupación amorosa. muerte. «Si una persona tiene un alto o bajo temor a la muerte y
En tiempos más paternalistas, cuando los médicos pensaban se pregunta a sí mismo por el impacto que produciría en otra per-
que sólo ellos podían y debían tomar la decisión adecuada, se sen- sona decirle que padece una enfermedad que le llevará a la muerte,
tían fácilmente tentados a esconder al paciente toda información tal vez equivoque sistemáticamente el juicio acerca del impacto
que pudiera trastornar sus sentimientos. No creían suficientemente apelando a su alto o bajo temor a la muerte» a.
en el deseo que tiene el paciente de conocer la verdad y descon- Bowers presenta el problema de manera aún más descarnada.
fiaban, en la mayoría de los casos, de que podría asimilarla. «La verdad en el lecho de la enfermedad es menos problema de
Buen número de estudios han demostrado que, para la mayoría los que deberían ser informados que de aquellos que tienen que
de los pacientes moribundos, la franqueza es la postura más salu- comunicar la verdad» 66 . Thielicke apunta en la misma dirección
dable. Los estudios han revelado que las personas, tanto si tienen suscitando la pregunta básica de si el médico mismo está en la
salud como si están enfermas, desean ser informadas correctamen- verdad, si ha descubierto la verdad acerca de su propia relación
te. Desean que sus enfermeras y los médicos les tengan en cuenta con la vida y la muerte, por ejemplo, conociendo al Señor de la
no sólo cuando se trata de tomar decisiones vitales, como puede vida y de la muerte. «Si ha logrado ver claro sobre las verdades
ser una intervención quirúrgica, sino también en temas que los fundamentales, sobre la vida y la muerte, si se ha enfrentado per-
afectan personalmente, como pueden ser los problemas de la fami- sonalmente a esas verdades, estará en condiciones de encontrar la
lia antes de su partida. Por encima de todo, desean vivir la verdad palabra de la verdad» 67 . Sin este condicionamiento existencial, no
de su situación. Cualquier palabra de consuelo pronunciada por el existe solución al problema de cómo comunicar la proximidad de
médico que, en principio, no está dispuesto a decir la verdad no la muerte.
es un consuelo, sino una experiencia degradante. El cristiano sabe que la verdad existe sólo en el amor. Una
verdad que exige y hace posible una decisión final fructífera sólo
Pero estudios realizados en países occidentales demuestran que
puede ser comunicada en un clima de gran sensibilidad y compa-
existe una enorme diferencia entre la manera de pensar y actitudes
sión. Por eso, es cierto que el amor genuino exige veracidad. Tal
de los médicos, por una parte, y la gran mayoría de las personas
veracidad, como fruto del amor, será paciente y aguardará a que se
no pertenecientes a esa profesión63. Esta averiguación es más ver-
produzca el momento favorable68. La vida es un despliegue de la
dadera aún respecto del tema de si los médicos deberían informar,
verdad y del amor. Y la comunicación de un hecho tan existen-
cuando sea posible, al paciente acerca del carácter irreversible de
cial como es la comunicación de la proximidad de la muerte re-
su enfermedad. Un número considerable de médicos reconoce que
quiere un sentido de la gradación. El silencio temporal o la en-
rara vez hablan abiertamente con sus pacientes moribundos acer-
fatización momentánea de las posibles esperanzas nacidas de la
ca de su muerte. «Es sorprendente, sin embargo, el número de
incertidumbre del diagnóstico pueden ser mentiras redondas si
personas que se declaran capaces de desear la necesaria informa-
nacen de una falta de voluntad de decir la verdad. Pero pueden
ción para entender su prognosis, al tiempo que no es tan cierto
ser una comunicación de amor en la verdad y verdad en el amor
que otros compartan similares deseos»64.
si pretenden crear la mejor comunicación posible 69 .
Recientes encuestas parecen indicar un cambio de actitud en,
Lamentablemente, los médicos modernos carecen, frecuentemen-
al menos, una considerable minoría de médicos que se han liberado
te, de tiempo para permanecer sentados al lado del enfermo y se-
de una concepción paternalista y desean que sus pacientes se con-
guir pacientemente todo el proceso de comunicación70. Y en la
viertan verdaderamente en sus compañeros. Sin embargo, el que
educación moderna no se hace lo suficiente en favor de este gran
la mayoría de los profesionales de la salud no haya cambiado de
arte de la veracidad y discreción en la comunicación.
manera de pensar puede deberse, como sugiere Robert Veatch,
en parte a la incertidumbre del diagnóstico y la prognosis, pero
más aún al temor incomparablemente elevado de los médicos a la
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III. La muerte y el morir Prolongar la vida
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111. La muerte y el morir
Medios ordinarios y extraordinarios
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111. La muerte y el morir
El derecho a morir con dignidad
«Tanto el moribundo como el incurable, si son conscientes y com-
petentes, tienen derecho a rechazar el tratamiento; o, por decir la vida no pueden, en ese caso concreto, más que prolongar el
mejor, a tomar parte en la elección de su tratamiento (incluida la proceso de muerte y aumentar el sufrimiento por encima de lími-
elección de no esperar en una curación)» a. tes aceptables8é.
Hay que plantear la cuestión de si los médicos, en solidaridad Cuando no existe esperanza razonable de salvar la vida del pa-
con la familia del paciente, no deberían tomar la decisión de re- ciente o de prolongarla de forma beneficiosa, el paciente o sus más
nunciar a un tratamiento con posibilidades de salvar la vida, tra- allegados deberían participar en la elección de la acción, natural-
tamiento que, en otro tiempo, fue extraordinario, pero actualmen- mente, después de recibir la información necesaria. Con todo, si
te se ha convertido en estándar, cuando existe un alto grado de el paciente se encuentra en estado comatoso y el proceso de muer-
probabilidad de que el éxito médico reduciría esa vida a una si- te es irreversible, normalmente, el médico no debería echar sobre
tuación miserable que desbordara la verdadera proporción. Nece- las espaldas de la familia el tremendo peso de decidir la suspen-
sariamente debemos considerar la calidad de la vida. Con todo, sión de medidas que mantienen la vida. Pío x n habló en tono
como cristianos tenemos que hacerlo con la mirada puesta en el aprobatorio de aquellas familias que, cuando el médico no toma
misterio pascual, en el sufrimiento, muerte y resurrección de Cris- esta decisión, presionan sobre él para que «sea retirada la respira-
to, no perdiendo de vista la capacidad de sufrir y de amar en me- ción artificial a fin de que el paciente, ya virtualmente muerto,
dio del sufrimiento y en el marco del gran mandamiento de amar parta en paz» 87 .
a Dios y al prójimo, de donde deriva la voluntad de sacrificarse en En todas estas discusiones acerca de la muerte con dignidad,
el cuidado del enfermo. como cristianos «pretendemos reconciliar los conflictos entre las
necesidades del individuo, de su familia, las exigencias de la so-
ciedad y la tradición de una buena ética de la profesión médica»88.
4. El derecho a morir con dignidad No se iniciará la reanimación cuando exista un riesgo despro-
Las acusaciones contra los miembros de la profesión sanitaria porcionado de que el paciente pueda sufrir daños intolerables para
llueven desde todos los rincones. Se dice que utilizan los métodos él y para sus seres queridos. En la República Federal de Alema-
modernos, altamente desarrollados, de forma inhumana, para pro- nia se practican anualmente unas 50 000 reanimaciones y, al me-
longar el proceso del morir 84 . nos, uno de cada treinta vivirá con el síndrome apálico, es decir,
En 1977, la Academia suiza de ciencias médicas y la Socie- con la muerte cortical, pero manteniendo vivo, de alguna manera,
dad alemana de cirujanos hizo públicas unas directrices para mé- el primitivo tronco cerebral w . Y otros muchos jamás habrían permi-
dicos pidiéndoles suma discreción. Se permitía a los médicos no tido la reanimación si hubieran sabido los malísimos resultados.
sólo iniciar, sino también suspender la medicación, así como me- En los casos en que la retirada de los apoyos a la vida lleva
didas técnicas como la respiración artificial, las transfusiones de probabilísimamente a la muerte inmediata, puede existir la apa-
sangre, la alimentación intravenosa, la quemodiálisis, si la situa- riencia externa de que tal decisión ocasiona la muerte. Y jamás
ción básica del paciente moribundo ha entrado en una vía irre- puede permitirse la occisión directa. Sin embargo, la cesación de
versible y la utilización de estas medidas podría significar la pro- un tratamiento que no puede resultar ya beneficioso no es sinó-
longación no razonable de los sufrimientos85. Pero esto nada tiene nimo de asesinato. Se trata, simplemente, de retirar un obstáculo
que ver con la eutanasia, con el asesinato directo ni con la dene- artificial que impide el proceso natural de la muerte. Ni siquiera
gación de medios beneficiosos. puede hablarse de occisión indirecta. Ni el significado de la acción
en sí ni la intención del médico apuntan a matar o a poner fin a
Si el paciente moribundo está todavía consciente debe partici-
la vida. Pretenden, únicamente, quitar obstáculos carentes de sen-
par absolutamente en toda decisión importante que afecte a su
tido en una lucha insensata contra la muerte inminente. En conse-
propia muerte. Pero el médico debería informar honestamente al
cuencia, la argumentación basada en la acción de doble efecto jus-
paciente si está convencido de que todos los medios para salvar
tifica plenamente esta acción que nos ocupa90.
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III. La muerte y el morir Cuidados a los deshauciados
El temor a que los médicos puedan no permitir que el pacien- capellán. Éste considerará, además, deber suyo sostener a los fa-
te muera con dignidad e imponga un tratamiento cuyo efecto glo- miliares y amigos del moribundo, ayudarles para que sus visitas
bal podría ser considerado como plenamente lesivo, ha inducido constituyan un auténtico consuelo para el enfermo.
a muchas personas a participar en esta decisión cuando se encuen- El dar de comer al paciente es una manera importante de co-
tran aún en buenas condiciones de salud. La voluntad de vivir es municación. Habrá que hacerlo, pues, con especial cuidado y ca-
una comunicación emprendida por una persona que se encuentra riño. Si el paciente se encuentra en estado de consciencia, pero
en plenitud de facultades físicas y mentales. Se llama «el derecho no puede alimentarse de manera normal, se le ofrecerá alimenta-
a la muerte con dignidad». En la República Federal de Alemania ción artificial mientras la desee. Retirarle el alimento no es lo
recibe el nombre de Carta del paciente. La persona en cuestión mismo que suspender un tratamiento no beneficioso. Habría que
da a conocer su voluntad y convicción acerca del tipo de trata- entenderlo como retirar la comunicación. Pero si el paciente se
miento que considera beneficioso o no beneficioso, aunque se trate encuentra irreparablemente inconsciente, puede detenerse la ali-
de vida o muerte. Aquí se pone de manifiesto la intención de la mentación artificial cuando resulta excesivamente difícil.
persona: desea participar con los médicos en la decisión última 91 . La actual situación de extrañamiento de los moribundos en
Por supuesto, el médico no queda privado de libertad, por tal vo- los hospitales modernos, y de manera especial en las unidades de
luntad de vivir. Sin embargo, una buena ética médica inclinará al cuidados intensivos, han llevado a una iniciativa constructiva prac-
médico a prestar consideración a esta voluntad si está aún vigente ticada hace ya veinticinco años por el Dr. Cicely Saunders en el
en el momento de tomar la decisión y aquella no aparece como St. Joseph's Hospíce de Londres. Numerosos hospicios de ese tipo
completamente irracional. existen en Gran Bretaña y recientemente han comenzado a proli-
ferar en los Estados Unidos. No se hace nada por prolongar la
vida con medios que no son realmente útiles. En cambio, un mul-
5. Los cuidados de los desbandados tidisciplinario equipo de médicos, enfermeras, asistentes sociales,
miembros del clero y voluntarios prestan cuidados competentes a
La decisión de suspender los tratamientos no beneficiosos los moribundos y a sus familias, ya sea en el hogar, en institucio-
— tratamientos que se limitarían a prolongar el proceso de la nes especiales o en secciones especiales de un hospital. Reina una
muerte y a ocasionar sufrimientos desproporcionados— no signi- honestidad absoluta y veracidad acerca de nuestra mortalidad y
fica que el médico abandone al paciente por completo. Los pro- predomina el esfuerzo amoroso frente a la situación de la muerte
fesionales de la sanidad no sólo tienen el deber de salvar la vida y del moribundo. Se hace todo lo posible para que los familiares
y prolongarla. Su obligación se extiende también al cuidado de se sientan a gusto y «en su casa», para que experimenten que son
aquellos cuya vida no pueden salvar. amados y respetados plenamente en su situación concreta93.
Dyck habla de «benemortasia», que incluiría, al menos, los si-
guientes cuidados del paciente cuya muerte se considera inminen-
te: mitigar el dolor y sufrimiento, prestar atención amorosa y cer-
canía, respetar el derecho del paciente a negarse al tratamiento,
hacer que la situación del paciente sea lo más confortable, hacer
todo esto sin pararse a pensar en la capacidad del paciente para
pagar92.
Si el médico cristiano ha establecido una relación de confianza
mutua con el paciente, éste, si es creyente, apreciará en gran me-
dida la invitación del médico a unirse ambos en la oración. Esta
última fase de la vida exige, sobre todo, la presencia amorosa del
126 127
SECCIÓN SEGUNDA
129
Hüring, Libertad III, 5
La salud en la vida pública
La gran verdad que inunda de luz todas las cosas es que «tan-
to amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único» (Jn 3,16). El
hombre Dios, Jesucristo, es el único que revela la verdadera in- 2. La complejidad del mundo en que vivimos y actuamos
terpretación y significación del mundo y del hombre. Desenmas-
cara el pecado del mundo en la obra de la redención. Mas la para- Personas dedicadas a disciplinas estudian la complejidad de
doja consiste en que él, que revela el amor de Dios al mundo, es nuestro mundo actual. La filosofía y la teología cumplirán sus
rechazado por ese mundo; éste se cierra a su amor humano y di- respectivos cometidos si son plenamente conscientes de estas com-
vino. La «victoria del mundo» en la crucifixión de Jesús, que es plejidades8. En su intento de entrar en diálogo fructífero con to-
la suprema manifestación de cohumanidad, se convierte en la vic- das las personas de nuestro tiempo, el concilio Vaticano n ha es-
toria del amor de Dios sobre el mundo. Por consiguiente, la últi- cudriñado los signos más característicos de nuestro mundo actual.
ma palabra al mundo y del mundo no es rechazo; Dios acepta al La Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual
mundo. Dios asegura al mundo y a la persona que, en su amor, describe, en una exposición preliminar, «la situación del hombre
es más grande que la miseria del mundo pecador. en el mundo de hoy» 9 . «En nuestros días, el género humano, ad-
La vida de los auténticos discípulos de Cristo es una vida en mirado de sus propios descubrimientos y de su propio poder, se
«este mundo» (cf. Jn 13,1; 17,11; ICor 5,10), en esta paradoja formula con frecuencia preguntas angustiosas sobre la evolución
de mundo creado por Dios, caído, y, con todo, objeto de su amor presente del mundo» ,0. Típico del espíritu de la Constitución Pas-
permanente; un mundo confundido e ingrato. Los discípulos no toral, como de su iniciador, Juan XXIII, es el prestar atención pri-
son «de este mundo pecador» (cf. Jn J5,18s; 17,14.18). Pueden meramente a lo bueno. De ese modo, resulta más fácil enfrentarse
ser luz que brilla en el mundo no en virtud de sus propios pode- con el mal. No echa todas las culpas al pecado, sino que entiende
res o de la sabiduría terrena, sino mediante el poder que les es la situación como una «crisis de crecimiento». Como sucede en
concedido de arriba. Son capaces de reflejar el amor de Dios en todas las crisis de crecimiento, la transformación ha traído consigo
su cohumanidad, capaces de amar, incluso, a sus enemigos, capaces serias dificultades ". Pero no se minimiza la situación creada por
de amar a aquellos que no cuentan para el mundo egoísta y arro- el pecado: «Como enfermo y pecador, no raramente hace lo que
gante. no quiere y deja de hacer lo que querría llevar a cabo. Por ello,
siente en sí mismo la división, que tantas y tan graves discordias
Todas las partes de la Biblia coinciden en un rasgo: la visión
provoca en la sociedad» n.
dinámica del mundo; el mundo es historia, tiene una historia; es
La nota de la historia como tiempo de decisiones da altura a
el evento permanente y proceso de decisión ante el Señor del
la visión del mundo: «De esta forma, el mundo moderno aparece
mundo y de la historia, que vino, viene y vendrá 6 . Mediante las
a la vez poderoso y débil, capaz de lo mejor y de lo peor, pues
promesas divinas y la actuación del Espíritu, el «mundo futuro»
tiene abierto el camino para obtar entre la libertad o la esclavitud,
está ya presente de alguna manera 7.
entre el progreso o el retraso, entre la fraternidad o el odio. El
Los diversos usos del término «mundo», que apuntan a rea-
hombre sabe muy bien que está en su mano el dirigir correcta-
lidades tan dispares como la buena creación de Dios, la solidari-
mente las fuerzas que él ha desencadenado, y que pueden aplas-
dad de perdición en un mundo caído, solidaridad de salvación a
tarle o servirle» 13.
través de la fe en Cristo, están interrelacionados en una síntesis
El hombre moderno experimenta este mundo en un nuevo
difícil. El lado de unión de estos aspectos discordantes es que el
sentido, como su historia, un mundo que puede ser planificado y
mundo de los hombres y mujeres es historia en desarrollo.
manipulado en términos impensables hasta ahora 14 . Pero existe
el peligro de utilizar estos nuevos poderes para manipular a sus
semejantes y terminar siendo un manipulador manipulado 15.
Muchas personas de este mundo moderno son agudamente cons-
cientes de que el crecimiento en sabiduría no es lo mismo que el
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IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo Complejidad del mundo
crecimiento en conocimientos técnicos ni en el conocimiento del rizado a sí mismo y su mundo hasta el punto de convertirse en
dominio. El progreso de las ciencias naturales y de la tecnología esclavo de mitos e ideologías más superficiales?
ofrece posibilidades para alimentar a más de seis mil millones de Sólo el pleno reconocimiento del mundo en que vivimos, con
personas a finales de este siglo, pero la humanidad es incapaz de sus triunfos y fracasos, con sus posibilidades y peligros, permite
distribuir y administrar los recursos de la tierra y sus frutos de ejercitar la responsabilidad cristiana y humana de forma adecuada.
manera justa y razonable. De ahí derivan no sólo el hambre y la Karl Rahner nos invita a descubrir nuestra participación en la cruz
enfermedad, sino tensiones extremadamente peligrosas entre las de Cristo en el hecho de tener que «soportar la dureza prosaica
naciones ricas y las naciones pobres, entre el hemisferio norte y de un mundo nada romántico, planificado y tecnificado, con todas
el hemiferio sur, etc. Rechazada la orientación de las bienaventu- las consecuencias que ese mundo acarrea para la cristiandad» I8 .
ranzas, la humanidad experimenta la carrera de la avaricia y la Pero tal aceptación de la situación real nada tiene que ver con
ambición de poder 16 . Pero muchas personas caen en la cuenta el fatalismo. El realismo es sólo el primer paso en la aceptación
de la importancia capital de ser y convertirse auténticamente en de nuestra responsabilidad. Los miembros más previsores y crea-
personas con unas saludables relaciones interpersonales; caen en tivos de la humanidad captan la posibilidad y obligación de llevar
la cuenta de que es más importante ser que tener. Mas, al mismo a cabo paralelamente su mutación personal y la transformación del
tiempo, experimentamos el poder configurador de las estructuras mundo que les rodea. No podemos aceptar en nombre del Señor
algo que sea deshumanizador: «El mismo Dios que crea al hombre
sociales, económicas y políticas insanas; las relaciones «ellos» y
a su imagen y semejanza "crea la tierra y todo cuanto hay en ella
«ello». Martin Heidegger analiza esta nueva experiencia como
para utilidad de todas las personas y de todas las naciones, de
«ser en el mundo». «Mundo» es el lenguaje, la forma espacial y
manera que los bienes creados puedan alcanzar a todos de la ma-
temporal del sentido, el lenguaje del «Ser», que se revela a la per-
nera más justa" (GS 69) y les confiere poder para transformar y
sona y con ello le invita a construir una vivienda para el sentido
perfeccionar el mundo en solidaridad. La singularidad del mensaje
y, en consecuencia, para sí mismo. Se hace crecientemente cons-
cristiano no consiste tanto en la afirmación de la necesidad de
ciente de que no puede actualizarse y encontrarse a sí mismo
cambios estructurales, sino en la insistencia sobre la conversión de
como persona sin sentirse plenamente responsable del mundo. No
las personas que, a su vez, traerá la transformación de las estruc-
existe la posibilidad de huir a la isla de las relaciones «yo - tú». turas. No tendremos un continente nuevo sin unas nuevas estruc-
No existe posibilidad alguna de escapar del mundo configurado turas reformadas, pero será preciso que antes contemos con hom-
por las modernas matemáticas, por la tecnología y por la nueva bres nuevos que sepan ser verdaderamente libres y responsables a
conciencia nacida de las ciencias del comportamiento. Pero la hu- la luz del evangelio» 19.
manidad tiene que plantearse el urgente interrogante de la signi- Enfrentado a problemas enormes, el hombre moderno, y de
ficación última, de la responsabilidad radical en el uso de todas manera especial los cristianos modernos, tiene que liberarse a sí
las posibilidades modernas. mismo de una concepción estática de la naturaleza que sacrifica-
El pensamiento precristiano, de manera especial el pensamien- ría el bien de las personas y de la humanidad a las llamadas «leyes
to griego, sometió radicalmente la persona al cosmos, orden pre- naturales». «Por naturaleza, el hombre es un ser cultural. Esto
existente e inmanente del mundo del ser y de las cosas". Una significa que su misma naturaleza impone sobre él la absoluta res-
concepción mágica del mundo se encondía detrás de muchos ta- ponsabilidad de actualizarse a sí mismo y su mundo» 20 .
búes. El hombre moderno, que desacraliza el mundo como cosmos
o como expresión de la inmanencia divina, tiene que preguntarse
si él mismo no se ha hecho esclavo de la técnica, de los ídolos de
las ciencias empíricas carentes de valor. ¿Ha encontrado realmen-
te el auténtico mundo secular, libre de ideologías o se ha secula-
136 137
IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo Huida del mundo
tribuyen a perpetuar esos males y es, tal vez, tan perniciosa como
3. Dos mentalidades y opciones opuestas la conducta destructiva que rechaza» 22.
D. Bonhoeffer, que recorrió todo el camino del éxodo y del
a) Huida del mundo desierto y lo hizo por el mundo de las personas y para lograr un
mejor orden de las cosas, dice: «El aislamiento del mundo de las
En las grandes religiones mundiales, en las filosofías e ideolo- cosas es una postura idealista, no cristiana. Cristo no arranca a la
gías, encontramos dos actitudes características respecto del mundo. persona del mundo de las cosas, sino del mundo del pecado. Y esto
El maniqueísmo y el gnosticismo consideraron el mundo vi- es enormemente diferente» 2i .
sible, material, como malo, como amenaza para la salvación. En La huida irresponsable forma parte del «mundo del pecado»
algunas corrientes secundarias de monasticismo, en el budismo e en igual medida que la manera irresponsable de actuar en el mun-
incluso en el cristianismo, se percibe un escepticismo profundo do de las cosas y de las personas. «La renuncia al mundo y la
respecto del mundo. No se pone el acento en la magnificencia de afirmación del mundo tienen, en el evangelio, un acento marca-
la obra de Dios ni en la redención del mundo, sino que se enfa- damente diferente al que le confieren el pensamiento y lenguaje
tiza unilateralmente los aspectos negativos del mundo. en uso» M . Por la fe, la persona humana se entrega a Dios con
Esta tendencia se mantiene viva, más o menos inconscientemen- entendimiento y voluntad. Y, al hacerlo así, vence al mundo pe-
te, en aquellos manuales de teología moral que hablan del mundo, cador de la desagradecida independencia y arrogancia en el pensar
nuestro entorno humano, los medios de comunicación social, las y actuar. Este desprendimiento creativo es altamente fructífero
vocaciones difíciles, etc., enfocándolas únicamente desde la pers- para el mundo de sus semejantes.
pectiva de «ocasiones de pecado». En una concepción bíblica, la autonegación y el desprendimien-
Con ello no queremos decir que la vida contemplativa monás- to o distanciamiento del mundo son expresiones de fe. Nos per-
tica esté inspirada o contaminada necesariamente por esta actitud miten un distanciamiento crítico de un mundo idolátrico y confu-
de huida. Puede ser una experiencia de desierto, en éxodo en ple- so, nos da libertad para discernir y actuar más convenientemente
na solidaridad con quienes, en medio del mundo, intentan hacerlo para la mejora del mundo. Nos hacemos capaces de situarnos a
más humano, más justo, más bello. Las comunidades contempla- nosotros y la realidad que nos rodea en el lugar justo, mirando a
tivas pueden corporeizar la síntesis entre el amor de Dios y el Dios y su reino. Pero nadie podrá invocar con razón un lugar del
amor del prójimo, la síntesis entre el mensaje de que «pasa la Nuevo Testamento que permita la simple huida del mundo y de la
figura de este mundo» (ICor 7,31) y la promesa de una nueva ma- responsabilidad frente al mundo. La idea de que «pasa la figura
nera de vivir juntos y de vivir para los demás. Sea cual fuere la de este mundo» pretende mantener íntegra nuestra libertad para
valoración de las posibilidades y riesgos de esta vocación particular, Cristo; y esto significa Übertad para los demás a .
los cristianos no pueden elegir la huida de la responsabilidad en Con todo, es absolutamente cierto que el Nuevo Testamento
el mundo y frente al mundo. no nos ofrece un programa para cambiar las estructuras intramun-
J. Moltmann señala atinadamente que la «huida del alma bella» danas de la economía, de la cultura, de la política. Y esto no se
a otro mundo, lejos de las duras realidades, «significa exactamente debió únicamente a la creencia de que la parusía era inminente,
la opción de abandono de la realidad política y social a los pode- sino a la situación del «reducido rebaño» de cristianos.
res insensibles e inhumanos» a . Gerald y Patricia Mische lo dicen Los cristianos tienen necesidad de una experiencia temporal
en términos más tajantes: «Cuando una persona se retira de la so- de éxodo no sólo a causa de la pecaminosidad del mundo, sino
ciedad, rechazando los "males del mundo" como disociados de ella más aún porque somos conscientes de que «nuestra actitud con-
misma, fijando la fuente del mal en demonios externos —huma- creta frente al mundo en la fe es aún "concupiscente"» 26. La ad-
nos o de otro tipo— y busca únicamente su salvación personal y vertencia del apóstol «no os acomodéis al mundo presente» (Rom
exención de culpa, simula una inocencia e importancia que con- 12,2) no desconoce la solidaridad de los cristianos con el mundo
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IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo Participación responsable
de sus hermanos. Es una llamada a aquella transformación inte- toria de la evolución y con la totalidad del mundo material y vi-
rior que nos permite estar presentes en el mundo como personas viente. Mas sólo quien se preocupa del mundo que le rodea, de
sabias y con discernimiento: «Antes bien transformaos mediante la bioesfera y de toda la humanidad es agente creativo y libre en
la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir una historia única.
cuál es la voluntad de Dios, lo bueno, lo agradable, lo perfecto» Después de Galileo, se ha adelantado a un primer plano un
(Rom 12,2). nuevo concepto de ciencia; una ciencia para la transformación del
Sólo el ascetismo entendido de esta manera forma parte de mundo. Se descubre las posibilidades ocultas en el mundo creado.
una teología del mundo. No implica una huida del mundo, sino Pero existe el peligro de emplear las energías de manera unilateral
el distanciamiento de cualquier forma de egoísmo individual y co- en la configuración de un mundo que le rodea, pero sin lograr
lectivo. Conforme a los discípulos con la kenosis de Jesús, de ma- actualizar su humanismo y cohumanidad. Si esto sucede, su domi-
nera que puedan participar auténticamente en la obra del Reden- nio sobre el mundo no resultará beneficioso, a la larga, ni para el
tor del mundo. individuo ni para el mismo mundo.
Un científico y filósofo moderno, Cari Friedrich von Weiz- Karl Marx ha dado nuevo empuje al cambio del mundo. En
sacker nos habla de la importancia del ascetismo genuinamente re- su undécima tesis sobre Feuerbach declara: «Los filósofos se han
ligioso que condena cualquier forma de huida de la responsabili- limitado a ofrecer diversas interpretaciones del mundo. Pero lo
dad. Mediante su testimonio convincente puede irradiar sobre el realmente importante es cambiarlo.» El objetivo del análisis mar-
mundo y hacer a las personas más libres en la utilización del po- xista es preparar el camino para la inteligencia del dinamismo in-
der y de las cosas terrenas 27 . terno del mundo, de la historia y de la sociedad. El marxismo
piensa que la detección de este dinamismo ofrecerá grandes opor-
tunidades a la libertad: la libertad para la persona, el trabajador,
b) Participación responsable el creador; para ser verdaderamente sujeto y no mero objeto en
la historia futura 30 .
El concilio Vaticano n ha expresado de manera clásica la re- No podemos negar que una interpretación agresiva de todo el
lución del cristiano y su actitud de esperanza frente a las reali- proceso histórico y social, con la firme intención de imponerlo a
dades terrenales: «No obstante, la esperanza de una tierra nueva toda persona para cambiar el mundo, comporta enormes peligros.
no debe amortiguar, sino más bien avivar, la preocupación de per- Para los cristianos se trata de un reto vital para trabajar por el
feccionar esta tierra, donde crece el cuerpo de la nueva familia cambio del mundo hacia situaciones mejores, prestando atención
humana, el cual puede de alguna manera anticipar un vislumbre a la interpretación recta, a la sincera y cuidadosa atención, a la
del siglo nuevo... todos los frutos excelentes de la naturaleza y aplicación no violenta y evitando caer en una ideología de cambio
de nuestro esfuerzo, después de haberlos propagado por la tierra superficial y rápido, disociada del profundo cambio del corazón,
en el Espíritu del Señor y de acuerdo con su mandato, volveremos de la mente y de la voluntad de la persona.
a encontrarlos limpios de toda mancha, iluminados y transfigu- Pero esto no quiere decir que las preocupaciones de los cris-
rados» M. tianos terminen en la conversión personal. Karl Marx atina cuando
El compromiso con la causa de la fraternidad y de la justicia afirma que «la moral es una ciencia frivola si no presta atención
en el mundo es un signo de la total conversión al reino de Dios: a la política y a la legislación»31. Nuestra moralidad y libertad
«Quien con obediencia a Cristo busca ante todo el reino de Dios, 1 permanecen en el plano de los sueños si no inciden sobre la vida
encuentra en éste un amor más fuerte y más puro, para ayudar a 1 socioeconómica y política.
todos sus hermanos y para realizar la obra de la justicia bajo la f A lo largo de toda la historia, los hombres han creado pautas
inspiración de la caridad»7S. de pensamiento, estructuras de vida e instituciones que, a su vez
Mediante su realidad corporal, la persona conecta con la his- influyen en su interioridad. «La dimensión social no es
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IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo
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IV Ri sponsabilidad en el mundo y frente al mundo Misión permanente y estructuras cambiantes
Hablamos del Señor crucificado y de su muerte redentora des- mejor de la tradición bíblica y eclesiástica al tiempo que ha pre-
de nuestra fe en su resurrección. Al resucitar a Jesús de la muer- sentado una renovada autointerpretación de la Iglesia. Para ello
te, Dios ha asegurado al mundo para siempre que él es Padre que fue necesario llevar a cabo una nueva reflexión, superando la re-
nos reconcilia y sana. En consecuencia, interpretamos la relación lación entre Iglesia y Estado (que consideraremos en el capítulo
de Dios con el mundo a la luz de la totalidad del misterio pascual. octavo al hablar de la ética política). El punto de mira es, más
Quien se basa únicamente en la experiencia empírica, el incrédu- bien, la relación entre la Iglesia y el mundo: por una parte, la
lo, argumenta diciendo que la crucifixión y muerte de Jesús prue- Iglesia como pueblo mesiánico de Dios, como morada de Dios,
ban que Dios le abandonó y que, por consiguiente, no fue envia- con una estructura jerárquica, con tradiciones divina y humanas;
do por Dios 45 . en la otra parte, no sólo el resto de la humanidad, sino todo lo
Además, debemos contemplar y vivir nuestras relaciones con el que es el mundo en sus diversos significados bíblicos y modernos.
mundo y con Dios a la luz de las promesas escatológicas. La par-
ticipación en la reconciliación permanente es tan urgente para
1. Misión permanente y estructuras cambiantes
nosotros como lo fue para aquellos primeros cristianos que espe-
raban la inmediata parusía de Cristo. Así como «las personas no Indudablemente, existen unas perspectivas y actitudes perma-
pueden limitarse a ser espectadores, sino que deben participar acti- nentes y vinculantes respecto de la relación entre la Iglesia y el
vamente en la recolección que sigue a la siembra»46, así Dios deja mundo. La relación de Dios con el mundo, revelada en Jesucristo,
espacio y tiempo a las criaturas que, reconciliadas en Cristo, son es la norma y criterio. El Hijo de Dios viene como Redentor y
colaboradores de su obra. Karl Barth advierte a los creyentes: «La ofrece el remedio como servidor. Aunque glorificado por el Pa-
resurrección como verdad no puede ser captada mediante teorías, dre, desea que la Iglesia fundada por él continúe su misión y pre-
sino a través de la práctica del combate»47. sencia semisacramental en el mundo; quiere que la Iglesia le siga
radicalmente como servidora.
El mundo no es para la Iglesia, sino ésta para el mundo. Un
B) La relación entre la Iglesia y el mundo destacado teólogo ortodoxo ha expuesto atinadamente esta idea:
«Cuando la eclesiología no se sitúa en su verdadera perspectiva
Las discusiones teológicas estuvieron centradas durante largo cósmica ("para la vida del mundo"), cuando no es entendida como
tiempo en torno a la relación entre Iglesia y Estado, entre sacer- la forma cristiana de "cosmología", la convertimos en eclesiola-
dotium et imperium. Se trató del famoso y peligroso problema tría; consideramos la Iglesia como ser en sí misma y no (tal sería
acerca de si la Iglesia tenía poder directo o sólo indirecto sobre la recta visión) como la nueva relación de Dios, hombre y mundo» 48 .
la esfera temporal. Prácticamente, Iglesia equivalía a su gobierno
La Iglesia es santa por vocación y gracia divinas; pero es tam-
central, ejercido por un papado monárquico y, debajo de él, por
bién mundo en las diversas significaciones bíblicas49; es aquella
obispos monárquicos.
parte privilegiada del mundo donde la aceptación divina debería
Durante largo tiempo, las relaciones entre Iglesia y Estado fue-
hacerse claramente visible y eficaz. Los jerarcas y las estructuras
ron estudiadas desde el presupuesto de que tanto la Iglesia como
de las iglesias pueden manifestar un rechazo de Cristo siervo y,
el Estado son societas perfecta — e s decir, prácticamente una so-
como consecuencia, de la manera como Dios acepta el mundo. La
ciedad que se basta— aunque con diferentes objetivos y compe-
Iglesia es plenitud de redención, pero puede contener también
tencias. Era ésta una forma excesivamente mundana de razonar,
huellas de la solidaridad con el pecado. No siempre y en todo lu-
ya que el punto de partida y la experiencia era la nación Estado
gar es ella civitas Dei, la ciudad de Dios, mas, por lo que a Dios
cuyos poderes estuvieron frecuentemente en manos de individuos
que, como Luis xiv de Francia, diría: L'état, c'est moi! atañe, es llamada permanentemente (ekklesia) del mundo pecador
a la santidad. Y precisamente esta llamada y esa gracia hacen que
El concilio Vaticano rr ha traído de nuevo al primer plano lo
el pecado en la Iglesia sea más pernicioso.
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IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo Desde los comienzos hasta Constantino
La Iglesia del Verbo encarnado integra legítimamente parte de formas de opresión son intrahumanas; nacen de los hombres que
las concepciones mentales y de las estructuras de una cultura y oprimen a otros. La opresión pasiva, la sufrida por otros y de
sociedad concretas. Mucho es lo que puede ella recibir del mundo. la que desean liberarse, no es un mal moral. Sólo la opresión activa
Después de reflexionar sobre lo que la Iglesia puede ofrecer a los que los hombres infieren a otras personas es pecado.» Por supues-
individuos, a la sociedad y a las actividades humanas, el concilio Va- to, el famoso autor llama a la compasión y se siente dichoso cuan-
ticano II habla expresamente de «la ayuda que la Iglesia recibe del do, como resultado de ser liberados de sus pecados los pecadores,
mundo moderno» M. Ella no ejerce el monopolio de todo lo ver- desaparece la terrible situación de las personas oprimidas y alie-
dadero, bueno y bello. Crece constantemente su conciencia de la nadas. Pero concluye: «La liberación de la explotación, de la
medida en que su historia se entreteje con la de todo el mundo. opresión y de todo tipo de mal temporal no es misión de la Iglesia.
Para hacerse visible y eficaz, la Iglesia necesita de estructuras De otra manera, ésta perdería sus notas características que la dis-
institucionales. Tales estructuras pueden cambiar el ritmo en que tinguen de las sociedades seculares»53.
se mudan las condiciones históricas y sociales, pero pueden tam- Coincido con Nell-Breuning en que todos los hombres y mu-
bién, en cierta medida, independizarse de sus objetivos originales. jeres, cristianos y no cristianos, tienen la tarea de luchar juntos
Existe la posibilidad de enfatizar excesivamente los elementos ins- contra estos males temporales. Sin embargo, como cristiano, veo
titucionales en detrimento de la misión. En tiempos de persecu- en esos males la expresión encarnada de la solidaridad en el pe-
ción, y de manera distinta en las épocas de vigor espiritual, puede cado, de las tentaciones institucionalizadas. Cristo, Redentor del
reducirse al mínimo las estructuras institucionales al tiempo que se mundo, desea que la Iglesia se encuentre en la vanguardia de la
destaca la vida de fe y el testimonio de los miembros de la Iglesia. liberación de estas realidades engendradas y perpetuadas por los
Pero la Iglesia es siempre una socialis compago51, una enti- pecados de muchos y fuente de nuevos pecados. Cuando la Iglesia,
dad social visible. «Aunque la Iglesia no lo desee, como entidad a través de sus dirigentes, llama proféticamente y actúa en solida-
social es una realidad que ejerce un impacto en el ámbito social ridad para hacer desaparecer esos estigmas de un mundo pecador
y político; es un socilogicum, un politicum, incluso un oeconomi- no está realizando sólo un meritorio acto de compasión.
cum de considerable peso. Esta densidad no pertenece a la esen- Sin embargo, el pensamiento de Nell-Breuning nada tiene que
cia de la Iglesia. La cristiandad de los primeros tiempos careció ver con una teología más antigua que dio a la iglesia oficial «poder
de ella. Pero actualmente existe a escala mundial, aunque reviste indirecto sobre la esfera temporal ratione peccati», lo que signi-
diversas formas y grados en las diferentes partes del mundo. En fica poder activo y competencia terrena para decir al Estado y a
todos estos ámbitos, la Iglesia no puede evitar, aunque lo deseara, la sociedad que prohiban y castiguen todo lo que la Iglesia declara
la realidad de que su actividad y sus omisiones ejercen una consi- como pecado. La preocupación de este autor apunta a señalar los
derable influencia. De este hecho derivan numerosas responsabi- límites de la competencia directa e indirecta de la Iglesia. Al mis-
lidades. Incluyen todo el campo de interacción entre la Iglesia y mo tiempo, se preocupa de todas las posibilidades prácticas, his-
el mundo» 52. tóricas, de la Iglesia, como institución y como pueblo de Dios,
El gran experto en ética social, Oswald von Nell-Breuning, para actuar en favor de todo el mundo, en solidaridad con todas
expresa aquí un hecho subrayado fuertemente por la llamada teo- las personas de buena voluntad.
logía política. Pero es incapaz de captar toda la profundidad de
una sana teología política a causa de su roma comprensión de la
misión de la Iglesia. En la práctica, atribuye a la Iglesia una enor- 2. Desde los comienzos hasta la era constantiniana
me misión en la sociedad y en el mundo en sentido amplio, pero
limita su misión específica a liberar a los individuos de los lazos Los Hechos de los apóstoles indican la presencia ideal de la
del pecado. «Sólo el pecado oprime a la humanidad y la acción diminuta comunidad de los discípulos de Cristo: «Gozaban de la
redentora de Jesús se limita a quitar ese peso. Todas las restantes simpatía de todo el pueblo; y gozaban todos de gran simpatía»
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IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo
Martín Lutero
(Act 2,47; 4,33). Constituían una comunidad modélica en la que
la alabanza de Dios se reflejaba en el mutuo amor y en la solida- cuentemente humanizó la situación y, a veces, protegió la inde-
ridad generosa. Hacia el año 200, la Carta a Diogneto indica be- pendencia de la Iglesia en su ámbito espiritual. Sin embargo, sur-
llamente cómo los indigentes cristianos de aquel tiempo entendie- gieron nuevas tentaciones inmanentes al poder, especialmente en
ron su papel en medio de la persecución. Intentaron ser «para el la combinación del poder espiritual con el poder terreno.
mundo lo que el alma es para el cuerpo» M. Confiaron en el poder ¿Cómo podía la Iglesia ejercer su función profética si estaba
de la oración y del testimonio de su vida como su forma de ser- política y económicamente insertada en un superdesarrollado sis-
vir al mundo. tema de honores y privilegios, si se había convertido, prácticamen-
Era normal que profetas y las comunidades ejemplares del an- te, en parte de los poderes terrenos? Un ejemplo puede ilustrar
tiguo Israel produjeran fuerte impacto en toda la vida del pueblo, los peligros. Durante tres siglos, la corona de España envió, desde
pero la inexperta cristiandad no podría esperar ser escuchada por la metrópoli, sacerdotes y obispos a Filipinas, pagándoles un sa-
el poderoso imperio romano. lario y concediéndoles grandes honores a condición de que, ade-
Con Constantino el Grande se produce un cambio histórico. más de predicar el evangelio y celebrar los sacramentos, educaran
Este emperador comprendió que la iglesia cristiana podría tener a las gentes de Filipinas en la fidelidad más absoluta a la corona.
gran importancia para la consecución de sus objetivos políticos, Con alguna frecuencia, sacerdotes y obispos se pusieron del lado
especialmente para la unificación de su imperio. Como herencia de los explotados y oprimidos y, por consiguiente, fueron castiga-
pagana, el emperador era también sumo sacerdote (pontifex má- dos como desleales.
ximas). Por aquellos tiempos, los obispos habían ganado gran No fue muy diferente la situación en Iberoamérica. Y cuando
prestigio entre los fieles porque, en el tiempo de las persecucio- el imperio se desmoronó, nuevas élites ricas y poderosas asumie-
nes, ellos habían sufrido y corrido mayores peligros que el resto de ron la función desempeñada hasta entonces por el difunto imperio.
los cristianos. De ahí que Constantino y sus sucesores derramaran Pienso que Gremillion no es excesivamente duro cuando escribe:
sobre ellos toda clase de privilegios, de riquezas y poderes terre- «En general, las iglesias cristianas se asieron a sus categorías agus-
nos a condición de que ellos utilizaran la influencia de la iglesia tinianas de los dos imperios y de las dos espadas, jurídicamente
para defender el orden establecido y para que el emperador elegi- unidas y cruzándose constantemente. Lucharon para retener una
do por Dios protegiera la religión. Los emperadores construyeron función directa, heredada legalmente y sustentada éticamente por
magníficos templos para su propia gloria y «también para gloria su fe, en los asuntos temporales... La Iglesia católica, tal vez por-
de Dios». que tiene recuerdo más prolongado y rico, fue el adalid de estas
Muchos cristianos comprendieron la profundidad de estos cam- pretensiones todavía un siglo después de que la secularización se
bios y los graves peligros que representaban para la Iglesia. El hubiera implantado de manera definitiva»55.
gran movimiento monacal que se produjo en el siglo iv y siguien-
tes fue una protesta no violenta, pero vigorosa, contra la tendencia
de una Iglesia que se mundanizaba en exceso, que participaba de- 3. Martín Lutero y los «dos reinos y gobiernos-» M
masiado de los poderes mundanos. Las comunidades de monjes
deseaban representar el modelo de la iglesia anterior a Constantino. La idea de Martín Lutero sobre los «dos reinos y gobiernos»
En la situación concreta, Agustín, en su famosa obra De civi- es uno de los más interesantes e influyentes modelos para enten-
tate Dei, propuso el mejor modelo posible de relación mutua entre der no sólo la relación entre la Iglesia y el mundo secular, sino
también, y especialmente, cómo el cristiano y la comunidad cris-
la Iglesia y el mundo. Describe la dualidad de dos reinos, dos elec-
tiana pertenecen, al mismo tiempo, al ámbito de fe proclamada y
ciones, la ciudad de Dios y la ciudad de los hombres.
celebrada por la Iglesia y al campo de la profesión y ciudadanía
La Iglesia oficial (identificando «Iglesia» con «alto clero») hizo
seculares.
numerosas aportaciones meritorias a la cultura y al orden; fre-
Sostiene que Dios eligió dos campos y modalidades para esta-
150
151
JV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo
Martín Lutero
blecer su reino sobre creyentes y pecadores. Ambos campos apun-
manentes consiste en que podemos distinguir dos dimensiones de
tan, aunque por diferentes caminos, al único reino de Dios en la
la persona. En una, lo decisivo es el reconocimiento radical y agra-
tierra. En el ámbito espiritual, se da la presencia de Cristo, reve-
decido de la dependencia de la persona y del don inmerecido, re-
lación del Padre, mediante la proclamación del evangelio, la cele-
conocimiento y receptividad que salva la libertad donada por Dios
bración de los sacramentos, el poder justificante de la fe. Éste es
de las ideologías y servilismos. La segunda dimensión llama a la
el ámbito directo de la acción permanente del Espíritu Santo, el
actividad creadora, a la participación racional y consciente en el
ámbito «a la diestra de Dios». Pero dado que el hombre es peca-
mundo 58 .
dor, que incluso los que han sido justificados por la gracia y la fe
Pero con excesiva frecuencia se trazó una disociación entre
son, al mismo tiempo, «pecadores y justificados», existe el «ámbito
ambos ámbitos dando la impresión de que el cristiano vivía una
a la sinistra de Dios» donde, a causa de la situación de pecado del
especie de dicotomía. Desgraciadamente, algunas fallas en la teolo-
hombre y del espíritu rebelde del mundo, los hombres no se hallan
gía o en la experiencia de Lutero condujeron a una «presencia»,
directa y propiamente bajo el reino salvador de Dios.
no profética y no creativa, de creyentes en el «ámbito de la mano
Este segundo régimen o gobierno es el de la política y la eco- izquierda de Dios». El hecho histórico de que la reforma de Lu-
nomía, la vocación secular (profesiones). Parece que la Iglesia — en tero se llevara a cabo bajo la influencia de los «príncipes cristianos»
la medida, y sólo en la medida, en que es institución y está con- hizo que la doctrina del ámbito y gobierno terrenos se hiciera cada
figurada por tradiciones humanas — pertenece de alguna manera vez más antiprofética. Lutero llegó a adoptar una postura no mati-
al régimen en la mano izquierda de Dios, en el que no se es guia- zada contra los agricultores que deseaban verse libres de la servi-
do directamente por «evangelio y la ley», sino por la experiencia dumbre: predicó la sumisión y obediencia absolutas a las autori-
y razón humanas. Según Lutero, la Iglesia, incluso en la predica- dades terrenas M.
ción de la ley y el evangelio, no tiene competencia o jurisdicción
Casi lo mismo sucedió con la doctrina católica sobre la ley na-
sobre este ámbito.
tural. Por diversas razones, entre las que debemos contar las cir-
¿Puede tachársenos de exagerados si afirmamos que se da aquí cunstancias políticas y religiosas existentes, se confundió frecuen-
un primer esbozo teológico de la secularidad? Por supuesto, no temente con el orden injusto existente. Los teólogos luteranos,
puede hablarse de secularismo puesto que es siempre gobierno de rechazando las teorías de la ley natural como una razón para pro-
Dios. Es voluntad de Dios que el hombre sacara provecho de la testar contra las leyes civiles, hablaron de «orden de creación» y,
experiencia y la racionalidad; y es voluntad de Dios que el peca- de esta manera, dieron apoyo, en formas y grados diversos, a las
dor fuera visitado por la coacción de la ley y por el castigo. condiciones existentes y a los abusos de autoridad.
Esta teoría contradice las ideologías del poder de la Iglesia Lutero ensalzó las profesiones seculares. Vio fidelidad en la
sobre la esfera temporal. En este punto, entendemos que Lutero vida profesional; entendió que es primordial el estado en que uno
enseña que el ámbito secular, la familia, la economía (vida profe- nace frente al sacerdocio tradicional y a la vocación monástica. Pero
sional) y la política no traen la salvación. Ésta viene únicamente como consecuencia de la manera en que la salvación quedó confi-
por medio de la fe como don inmerecido de Dios. Y, puesto que nada al ámbito espiritual, sucedió, como era fácil de preveer, que
en el ámbito secular no se da el ámbito de la salvación (las obras la religión quedó relegada al campo de la «pura interioridad» o se
no dan la salvación), la Iglesia no tiene competencia sobre ese confinó ella misma a la esfera privada de la vida.
campo. Friedrich Gogarten sacó las últimas consecuencias, radica- Aunque Lutero y los teólogos luteranos supieron que una pro-
les, del último pensamiento luterano y dio nacimiento a su peculiar funda opción de fe podría configurar el carácter del creyente y, en
interpretación de secularidad57. consecuencia, influir en su vida del ámbito profesional y político,
La doctrina de Lutero sobre los dos reinos y gobiernos fue no era fácil que nacieran los incentivos proféticos en favor de una
interpretada de maneras diversas y, a veces, contradictorias, espe- presencia creativa en la vida política y civil, cuando el establish-
cialmente en el seno de la iglesia luterana. Una de sus verdades per- ment eclesial era tan antiprof ético.
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IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo Presencia indigente y profética
Que los luteranos fueran generalmente mucho menos dinámicos das; (2) una adaptación dualista diferenciada a las estructuras de
en la vida económica que los calvinistas podría merecer hoy un poder (en ninguno de los casos existe un discernimiento real a la luz
juicio bastante más positivo, especialmente si tenemos en cuenta del evangelio y de la tradición profética); (3) la participación jui-
la crisis ecológica y todos los peligros inherentes a la ideología de ciosa e integrada en el combate divino contra los poderes del mal,
progreso y de crecimiento en la vida económica y social. En todo con miras a transformar el mundo secular al servicio del bien co-
caso, difícilmente podrá negarse y deplorarse suficientemente que mún y de la legítima libertad de todos. El autor luterano termina
ni los luteranos ni los católicos — p o r motivos diferentes y a veces estas reflexiones llamando a un esfuerzo ecuménico en esta di-
por similares razones teológicas — no se sintieran movidos por rección M.
la fuerza del discernimiento cristiano a hacerse críticamente pre-
sentes en el mundo temporal.
Una interpretación unilateral de la doctrina de Lutero llevó a 4. Presencia indigente y profética
algunos teólogos luteranos del siglo xix a afirmar que no sólo las
ciencias naturales y las matemáticas, sino todo el campo de la eco- La Iglesia es cada día más consciente de que sólo puede ayu-
nomía, del arte y de la política deben ser estudiados sin atribuirles dar al mundo en la medida en que ella está profundamente unida
desde fuera una valoración. Esos campos están gobernados por sus a Dios, confía en el poder de su amor y sabiduría y, en consecuen-
propias leyes y determinaciones de tal manera que los cristianos no cia, renuncia a toda pretensión de poder es . La experiencia profé-
deberían interferirse con afirmaciones éticas o religiosas. Así, par- tica es la suma de la experiencia de la ineptitud propia y de la
tiendo de diferentes premisas, llegamos a las mismas conclusiones experiencia del poder de Dios; e incluye siempre la experiencia de
que Adam Smith y otros representantes del liberalismo moderno 60 . la santidad y misericordia de Dios en solidaridad total con el que
La doctrina de Lutero reaccionó contra el abuso cometido por sufre, con el abandonado, con el pobre.
la autoridad de la Iglesia, especialmente contra la tendencia a so- La renovación iniciada por el concilio Vaticano n va en esta
brevalorar la competencia del oficio así como la importancia de la dirección. El sínodo de los obispos celebrado en 1974 declaró que
experiencia y de la racionalidad. Pero, en el proceso del desarrollo la Iglesia debería estar presente en el mundo de esta manera:
e interpretación de su doctrina, los luteranos hicieron tan poco «Fiel a su misión, la Iglesia, comunidad orante y fraterna verda-
como los tratadistas católicos para enfrentarse al impresionante pe- deramente pobre, puede contribuir en gran medida a llevar a cabo
cado del abuso de autoridad y poder 61 . la salvación integral o la plena liberación de los hombres. Puede
Tanto los autores luteranos como católicos inculcaron repeti- extraer del evangelio las razones más profundas e incentivos siem-
damente la obediencia a las autoridades y estructuras políticas y pre nuevos para promover la generosa dedicación al servicio de
socioeconómicas (invocando Rom 13), pero rara vez prestaron la todas las personas — especialmente de los pobres, enfermos y opri-
debida atención a la advertencia del apóstol: «No os acomodéis midos— y eliminar las consecuencias sociales del pecado que se
al mundo presente» (Rom 12,2), ni a la instrucción sobre el dis- han introducido en las estructuras sociales y políticas» *.
cernimiento, que viene a continuación en la carta, ni a lo que san La Iglesia sabe que puede luchar con voz profética contra estas
Pablo dice en diversos contextos sobre su experiencia y visión so- lacras del pecado, si una comunidad orante sin pretensión alguna
bre el poder del evangelio para combatir los poderes de esta era de poder; si se encuentra cercana a las personas. Cuando predique
y de este mundo ffi. la buena nueva de que la conversión es posible y urgente, jamás
Ulrich Duchrow ofrece una tipología de las diversas interpre- podrá separar la conversión personal de la renovación social. «Los
taciones de la doctrina de Lutero sobre los dos reinos y los dos go- demonios actuales no son únicamente el poder inherente de la li-
biernos 63 que, en mi opinión, se aplica también a las diversas teo- bertad humana, sino también pecados corporeizados en las estruc-
rías de los autores católicos y más aún a la práctica de muchos turas sociales, en las costumbres, en los equivocados sistemas de
cristianos: (1) la adaptación indiferenciada a las estructuras da- valores y en las ideas erróneas, tales como la explotación social, la
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IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo Presencia indigente y profética
desigualdad, las castas... Una iglesia que no luche contra estos La iglesia oficial y los organismos ecuménicos de similar rango
"demonios" no es más que una negación institucionalizada de tienen que dirigirse al mundo. Pero cuando se trata de discernir
Jesús» "7. en situaciones concretas necesitarán la ayuda competente de los se-
Probablemente, el documento eclesiástico oficial más vigoroso glares, de los hombres y mujeres que viven esa situación. Fre-
en esta línea es la encíclica Redemptor Hominis, de Juan Pablo n , cuentemente, el mundo moderno es interpelado por eclesiásticos que
que sigue la preocupación y la visión de Paz en la tierra, escrita jamás han escuchado al 53 % de ese mundo, o sea a las mujeres,
por Juan x x m , la de El progreso de los pueblos, de Pablo vi y, a las que Dios hizo explícitamente «compañeras» del hombre (Gen
especialmente, la Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mun- 2,18).
do moderno, promulgada por el concilio Vaticano n. Con Cristo, Gremillion pregunta atinadamente: «¿Por qué no existen es-
la Iglesia llega a todo el mundo. «(El hombre) es el camino pri- tructuras adecuadas que permitan escuchar la voz de los seglares
mero y fundamental de la Iglesia»..., «(el hombre) real, concreto, "desde arriba abajo, desde la periferia al centro" dentro de la Igle-
histórico», que, con gran angustia, experimenta la alienación. sia de Roma? Ésta no se convertirá verdaderamente en Iglesia que
... «que todo lo que compone esta vida responda a la verdadera ama, que sirve, mientras no se invite a todo el pueblo de Dios
dignidad del hombre» M. a participar de forma real en la comunidad y en el misterio»".
La Iglesia como totalidad (el «pueblo de Dios») debe significar Con similar claridad se expresa un destacado seglar protestante,
una presencia profética, pues el Espíritu de Pentecostés ha sido R. von Thadden: «En el ejercicio de su vocación a servir al mun-
dado a todos. «Y sobre mis siervos y sobre mis siervas, en aque- do, ellos (los dirigentes de la Iglesia) incurren con excesiva faci-
llos días, derramaré mi Espíritu» (Act 2,18). lidad en la tentación de considerarse como competentes. Y, de
Para hablar al mundo con eficacia y poder de convicción debe este modo, incurren en la tentación de someter a esclavitud al
reinar la apertura al Espíritu que reúne la experiencia religiosa y espíritu de la época (Zeitgeist), al que captarían mejor si limita-
humana, todo lo mejor del conocimiento de la persona moderna. ran su pretensión de competencia» 72.
Los ministerios, incluso los más elevados, serán escuchados si tam- En muchas situaciones y ocasiones, los cristianos y otros saben
bién los jerarcas están dispuestos a escuchar y, de ese modo, a lo que es justo. En tales casos, es fácil hacer una vigorosa llama-
adquirir verdadera competencia, incluida la competencia para co- da a la acción si nosotros mismos deseamos actuar conjuntamente.
municarse con los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Pero se dan otras situaciones y problemas más complejos y, en-
En nuestro mundo actual se considera como indispensable las tonces, lo primero es reconocer las limitaciones de nuestra com-
ciencias del comportamiento, todas las ciencias dedicadas al cono- petencia y la necesidad de emprender un esfuerzo común. «El ha-
cimiento del hombre. Esas disciplinas han adquirido cierta autono- cer hincapié en la certeza puede ser una forma de escapar a la
mía. Los que hablan al mundo en nombre de la Iglesia serán mejor ansiedad de la incertidumbre y a la necesidad de escuchar ade-
escuchados si han sido capaces de integrar en el diálogo todas las cuadamente a las personas que se muestran en desacuerdo con nos-
competencias actualmente disponibles(S. La encíclica Redemptor otros. Por otra parte, el subrayar la incertidumbre puede ser un
Hominis ha recogido con particular énfasis la hermosa realidad pretexto para permitir que las personas se eximan de su respon-
de que las grandes religiones (una parte importante de nuestro sabilidad» li. Tales problemas nos afectan a todos, pero, de manera
mundo) son portadoras de profunda experiencia humana, de sabi- especial, a los que tienen grandes responsabilidades públicas.
duría y tesoros espirituales. No podemos hablar de mundo moder- La presencia profética, indigente, sin pretensiones, en el mun-
no ni dirigirnos a éste si no nos unimos a sus moradores en la do es condición indispensable para que la Iglesia cumpla con su
búsqueda de Dios y de la plena significación de la dignidad huma- misión divina de ser «sal de la tierra y luz del mundo» (Mt 5,13-14).
na. Con todo, los partidarios de todas las religiones tendrán que Sólo la «estrecha senda de la cruz» 74 permite servir plenamente
preguntarse sobre lo que significa para ellos la presencia del ateís- al reino de Dios en la tierra, reino de paz y de justicia. Una parte
mo organizado™. esencial de esta cruz es la necesidad que tiene la Iglesia de exami-
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IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo Presencia indigente y profética
nar constantemente toda su vida, sus estructuras, la utilización de dos en el camino de Cristo, en el evento mesiánico.» Y unos días
la autoridad, su esfuerzo o desinterés por escuchar a los profetas más tarde proseguía su meditación: «Esto es lo que entiendo por
que resultan molestos y su grado de promoción de la participación «mundanidad» (Diesseitigkeit), salvando de paso la vida, con to-
activa de las personas. dos sus deberes y problemas, con sus éxitos y fracasos, sus expe-
El documento del sínodo de los Obispos, de 1971, sobre la riencias y desilusiones. En una vida de ese estilo, nos entregamos
justicia, es un ejemplo destacado de este coraje de autocrítica: «Te- completamente en brazos de Dios. Entonces, dejamos de conceder
nemos que emprender un examen de los modos de actuar, de las importancia a nuestros propios sufrimientos y tenemos en cuenta
posesiones y estilos de vida existentes dentro de la Iglesia misma... sólo los sufrimientos de Dios en el mundo, vivimos con Cristo en
Es absolutamente necesario que las mujeres tengan su propia par- Getsemaní. Esto es fe, esto es metanoia, esto es lo que hace a uno
ticipación en la responsabilidad de la vida social de la comunidad hombre, cristiano. ¿Cómo podrá el éxito hacernos arrogantes y
y de la Iglesia... La Iglesia reconoce el derecho a una conveniente ei fracaso conducirnos al desánimo si participamos de los sufri-
libertad de pensamiento y expresión. Esto incluye el derecho a mientos de Cristo que vive en este mundo? Me siento verdadera-
que cada uno sea escuchado en espíritu de diálogo que haga posi- mente agradecido por haber tenido la oportunidad de aprenderlo;
ble la legítima diversidad dentro de la Iglesia. Los procedimientos y estoy plenamente convencido de que sólo podía llegar a ese punto
judiciales deberían dar al acusado el derecho a conocer a sus acu- recorriendo la senda que emprendí» 78 .
sadores y también el derecho a la propia defensa»75. El ministro profético tiene que permanecer vigilante para cap-
Sólo uno es el profeta, Jesucristo, verdadero Dios y verdade- tar el kairos, el tiempo oportuno para hablar o esperar. «Siempre
ro hombre, absolutamente santo. Al hacer frente a la injusticia existen pioneros que viven en una tensión dialéctica entre las es-
del mundo dio ejemplo de pobreza radical y de su disponibilidad tructuras y las personas. Algunas ideas caen en el vacío porque no
a sufrir en el ejercicio de su misión. son comunicadas con los medios apropiados. Y esta afirmación
Todos los que comparten el ministerio profético de Cristo tie- vale tanto para las ideas de reforma social o religiosa como para
nen que estar dispuestos a sufrir como él, pero deben tener presen- los descubrimientos científicos»79. Sin embargo, un fracaso inicial
te la necesidad de aprender y de crecer en el proceso de ejercer su puede ser el primer paso decisivo para preparar la futura cosecha.
ministerio. Y esto vale tanto para los ministros de la Iglesia como El problema más urgente parece ser la educación de los cris-
para los seglares. Todos deberán preguntarse constantemente si tianos en el discernimiento y coraje profético, en la libertad y fide-
están dispuestos a aceptar el reto profético que los acosa desde lidad creadoras. Cuando se haya intensificado esta educación po-
dentro y desde fuera de su propia comunidad. dremos alimentar la esperanza de que los creyentes verán con
La presencia profética ante los poderosos, los opresores, los mayor claridad las necesidades del mundo. Cari Friedrich von
violentos es auténtica en la medida de nuestra pobreza y nuestra Weízsácker tiene la sensación de que los cristianos del llamado
completa solidaridad con los menesterosos y oprimidos76. Necesi- tercer mundo saben esto mejor que los que pertenecemos al mun-
tamos un espíritu de no violencia, pero conscientes de que nosotros do occidental ya que aquéllos están menos esclavizados que nos-
mismos debemos arrepentimos y convertirnos constantemente a otros por los abstractos esquemas racionalistas m .
la menesterosidad de la acción no violenta que fija su mirada en La Iglesia está aprendiendo el duro camino de que es impo-
el poder del amor de Dios y en su justicia salvadora. Los cristianos sible cambiar el mundo mediante imposiciones de leyes. Si ella
en el mundo deben ser una comunidad con mentalidad de éxodo, quiere realizar su presencia salvadora en el mundo, tendrá que for-
caminando tras la kenosis del profeta, Cristo 77 . mar primero a sus miembros, convencerles de su misión; y pos-
Dietrich Bonhoeffer expresó esta verdad con profundo senti- teriormente darles espacio libre para que actúen como miembros
miento cuando comprendió con claridad que no habría liberación libres y responsables de la Iglesia y de la sociedad. Es fundamen-
para él ni para sus asociados: «Somos llamados a participar en el tal la participación en el proceso de formar una opinión pública
sufrimiento de Dios en el mundo ateo... permitiendo ser inserta- sana81. Los seglares tienen que aceptar sus propias responsabili-
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IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo Un solo mundo y una sola historia
dades. No puede hacerse todo en el nombre de la Iglesia oficial. único mundo confiado a la totalidad de la humanidad. La verdad
A íin de ser Iglesia para todo el mundo, las partes separadas fundamental de la moral revelada, la alianza de Dios con la huma-
de la cristiandad tienen que pasar por un aprendizaje ecuménico nidad, su significado de historia y de vida en la fe, la decisión en
para descubrir cómo se es Iglesia para el mundo, cómo hablar favor de la solidaridad que Cristo nos ha revelado, aparecen re-
del mundo y al mundo, cómo trabajar juntos para hacer de este vestidas de una nueva actualidad y urgencia. La crisis de pobla-
mundo habitado (la oikumene) un mundo verdaderamente habi- ción, ecológica, energética, de la economía mundial, hace que la
table, un hogar para todos los hombres S2 . Todas estas dimensiones humanidad caiga patéticamente en la cuenta de que todos nos en-
correrán grave riesgo de no cumplirse si la causa de la unidad de contramos en el mismo barco y que una humanidad desasosegada,
los cristianos se mantiene alejada del esfuerzo común para enten- polarizada y llevada a campos opuestos por los egoísmos de grupo
der lo que Cristo espera de su Iglesia en sus relaciones con el mun- o por ideologías, puede hacer que se hunda el barco 86 .
do y del servicio común al mundo. Este mundo, que por el desarrollo de la tecnología y de las
comunicaciones es irrevocablemente uno, vive aún en una especie
de tribalismo moral, con sistemas de casta e instituciones anticua-
C) El mundo y los signos de los tiempos das que permanecen en el plano del provincialismo87. Incluso las
iglesias tratan cuestiones morales de vital importancia para toda
El humanismo y el amor cristianos son concretos; están rela- la humanidad con mentalidad individualista y con especulaciones
cionados con la situación histórica de nuestros prójimos. Nuestra sobre la esencia de una naturaleza humana concebida por una teo-
relación con las personas cercanas a nosotros y con el mundo exi- rización abstracta e individualista.
ge el esfuerzo constante para detectar los signos de los tiempos. Todavía no se afrontan de manera realista las previsibles con-
No podremos cambiar el mundo ni a nosotros mismos en la di- secuencias de teorías estrechamente individualista y de «leyes»
rección adecuada si no conocemos las posibilidades actuales, las aplicadas a la historia y a la humanidad. Muchas de las acciones
necesidades y los peligros. políticas, de los planes económicos y falta de plan, desarrollo de
Entre los signos de los tiempos más tangibles y urgentes po- la tecnología, etc., están marcados por el complejo de seguridad de
demos señalar: (1) las formas a través de las cuales el mundo cada grupo o nación. No podrán superarse los planteamientos bá-
actual está convirtiéndose en un mundo; (2) pero con una nueva sicos sin un replanteamiento mental completamente nuevo y sin
captación de pluralidad83 y una nueva percepción de la seculari- formas de organización y estructuras a escala mundial. Ante la
dad del mundo 84 , las posibilidades de una auténtica secularidad creciente conciencia de interdependencia, los cristianos, con todas
y la amenaza de un secularismo espurio; (3) las nuevas oportuni- las personas de buena voluntad, deberían ser capaces de quitarse
dades, pero también los enormes peligros para la dignidad de cada de encima «los viejos y restringidos paradigmas» y crear unas pau-
persona; y (4), el dinamismo y ambigüedad de nuestro mundo y tas nuevas para hacer frente a la nueva situación «abierta a inicia-
cultura técnicos. tivas nuevas»88.
Hay que predicar a los cristianos la necesidad de conversión;
estimularles a lograr una renovada visión de alianza, a una moral
1. Un solo mundo y una sola historia de responsabilidad mundial. ¿Cómo podemos aceptar el abismo
entre los cristianos del mundo occidental y los de las naciones sub-
Examinando los signos de los tiempos, el concilio Vaticano n desarrolladas del hemisferio Sur, cuando las élites recientemente
hace la siguiente afirmación básica: «El género humano corre una desarrolladas de esas naciones, educadas por iglesias cristianas, imi-
misma suerte y no se diversifica ya en varias historias dispersas» 85. tan frecuentemente el estilo de vida de sus hermanos del Occi-
La historia se convierte ahora en objeto importante de vida cris- dente 89? En este momento histórico, nuestra fe en un solo Dios
tiana. Encierra una nueva visión de la creación y evolución del es puesta a prueba por nuestra libertad para actuar en solidaridad
160 161
Hiring, Libertad III, 6
IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo Secularidad y secularismo
en favor de este único mundo. Desde esta perspectiva nos ocupa- con la naturaleza. Es típica, en este sentido, la expresión de Spi-
remos más tarde de la misión de los creyentes en pro de la paz y noza: Deus sive natura (Dios o naturaleza).
la justicia 90. Tal vez ningún otro documento eclesiástico moderno está tan
cerca de este mundo conceptual y lenguaje como la encíclica Casti
connubii de Pío xi. Frecuentemente, y probablemente de manera
2. Secularidad auténtica y secularismo espurio inconsciente, sigue el vocabulario de Spinoza, por ejemplo: natura
Deoque jubente (singular) con lo que «naturaleza y Dios» son un
La reciente experiencia de fanatismo religioso que choca con sujeto indiviso que «da el precepto» **; o Deo Creatore ipsaque
todas las normas de racionalidad91 no pueden desvirtuar el proceso naturae lcge jubentibus (plural: «el imperativo viene de Dios y de
de secularización. Indudablemente, se trata de un fenómeno y pro- la ley de la naturaleza»), quae a Deo et natura auctoribus instituta
ceso extremadamente complejos. Por consiguiente no es fácil ofre- sunt («que fue instituida por Dios y la naturaleza como autores») "5.
cer una interpretación. El lenguaje, frecuentemente repetido a lo largo de la encícli-
En la secularidad encontramos la ambivalencia de un mundo ca 96 , da la impresión de que existen dos autoridades o legislado-
que es la buena creación de Dios, caído en los lazos del pecado, res, Dios y la naturaleza; no en el sentido de que Dios habla di-
pero redimido. Algunos teólogos, es el caso de Karl Rahner y de rectamente a través de la naturaleza del mundo y de las cosas, sino
Johann Baptist Metz, ven la más profunda realidad del mundo como si la naturaleza física fuera una hipóstasis intangible descu-
secular a la luz de la redención (con lo que se entiende también bierta y aprobada por la divina sabiduría. La naturaleza, a la que
la creación como parte de la acción salvadora de Dios). El hecho se considera aquí como inmutable, es una especie de causa for-
decisivo consiste en la «liberación del mundo, en su carácter secu- malis, una fuente final y causa formal que se mantiene junto a
lar, a través de su aceptación por parte de Dios, es decir, el mun- Dios o delante de Dios cuando él crea y, de esta manera, promul-
do ha sido liberado para que viva su secularidad propia» 92 . ga leyes inmutables 97.
El verdadero progreso de la historia de salvación, la fidelidad Con esta manera de pensar, la encíclica dio más valor al mero
genuina de los discípulos de Cristo y especialmente de la Iglesia funcionamiento de los órganos que a las exigencias y de la natural
oficial manifestará más aún este designio divino. Éste ha sido des- atracción y necesidad del hombre y la mujer, bendecida por Dios
figurado por la concupiscencia, por la condición pecadora de la en el Antiguo Testamento y afirmada por Cristo en el Nuevo.
humanidad y por los pecados actuales; ha sido deformado, espe- Igualmente típica de la mentalidad anterior a la securalización
cialmente, por todas las actitudes y acciones de los representantes es la aproblemática actitud que afirma que la Iglesia conoce todas
de confesiones religiosas que intentan dominar el mundo. Si ha- estas leyes naturales de una vez y para siempre y que no tiene ne-
blamos positivamente del evento de secularización y de seculari- cesidad de recurrir a la búsqueda común, a la experiencia, a la
dad, reconocemos que los dirigentes religiosos se liberan cada día reflexión o al diálogo con el mundo.
más de la tentación de ir más allá de sus competencias y de todo En la fe, y mediante la fe, se hace más patente que liberar el
lo que injustamente limite el ámbito de la libertad y fidelidad mundo de todas las tendencias de divinización, de la ambición
creativas en la secularidad auténtica. clerical de poder, del fatalismo, es libertad para el mundo real,
Pero, probablemente, el núcleo del asunto es la transforma- mundo creado por Dios y confiado a la libertad de los hombres,
ción de toda la interpretación y autocomprensión del mundo en y, en el acto de la redención, un mundo, una creación que «espera
general, «la transición de un mundo divinizado a un mundo huma- vivamente la revelación de los hijos de Dios... gime hasta el pre-
nizado» 93. Mediante el crecimiento de la conciencia, favorecido sente y sufre dolores de parto» (Rom 8,19-22).
también por la concepción judeocristiana de la historia, la huma- Friedrich Gogarten, el teólogo protestante que, durante cua-
nidad en general se ha liberado de una concepción mágica del mun- renta años, concentró sus estudios sobre el fenómeno de la secu-
do y de aquella especie de panteísmo que casi identificaba a Dios larización, escribe: «La Iglesia ofrece al mundo un doble servicio:
162 163
JV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo
Secularidad y secularismo
le ayuda a conocer que es sólo mundo, pero, de esta manera, le de Cristo, podemos desenmascarar las distorsiones de la seculari-
descubre el otro conocimiento: que es creación de Dios» 9S. En la
dad auténtica y denunciar un velado culto de humillante profani-
misma línea, podemos decir que una Iglesia que, por su relación
dad m. Las diversas maneras en que la maldad se ha inscrito en
con el mundo como mundo, honra a Dios como Dios y renuncia
el mundo crean antagonismos violentos respecto de la secularidad
a todas las actitudes de dominio puede anunciar el reino univer-
sal de Dios y denunciar las rebeliones del mundo allí donde se auténtica.
produzcan. Y, al mismo tiempo, le recuerda que es aceptado (re- Karl Rahner ha señalado algunas indicaciones sumamente váli-
dimido) por Dios. das de cómo puede el cristiano, en la fe, vivir una espiritualidad
que dirige el camino hacia una secularidad auténtica. La vida mun-
Para J.B. Metz, el reconocimiento pleno de la secularidad del
dana, vivida honradamente y sin reservas, es ya un elemento de
mundo es afirmación expresa de la transcendencia de Dios y de su
espiritualidad ya que Dios mismo ama al mundo, le da su gracia y
descenso absolutamente libre al mundo. Dios «habita en luz inac-
no siente envidia de él como de quien le hiciera la competencia...
cesible» (lTim 6,16). «Para los griegos, el mundo ha tenido siem-
pre una componente luminosa; existió siempre el oscuro comien- Todo lo que en el hombre tiene realmente un contenido rico y
zo de Dios mismo; todos sus horizontes emergieron a la ambiva- una vida original y auténtica está llamado a ser fecundado por la
lencia de los dioses. Tal visión jamás permitió que el mundo fuera gracia de Cristo, aun antes de que sea expresamente bautizado.
plenamente secular porque nunca permitió a Dios ser plenamen- Más aún, con tal de que el cristiano no cierre su corazón a Dios,
te Dios» ". no siempre es absolutamente preciso que sea bautizado»102.
En la misma línea plantea el problema de cómo el cristiano
Por consiguiente, para Metz, secularidad significa el reflejo de
acepta el pluralismo, que es una característica esencial de la secu-
la libertad de Dios en el mundo creado. Dios crea el mundo y,
como liberador, lo acepta de manera que el mundo pueda descu- laridad. «Otra cosa que caracteriza la vida del cristiano es la acep-
brir gradualmente la auténtica libertad en la manera en que acepta tación abierta del pluralismo de la existencia humana. Podríamos
este «ser aceptado». «Pensemos en dos personas amigas. Cuando opinar que el cristiano es precisamente aquel que quiere construir-
más profundamente una es aceptada por la otra y admitida en su lo todo desde Dios y desde una donación de sentido religioso que
existencia, más radicalmente es liberada para sus propias posibili- configura inmediatamente la vida. Sin duda esto es verdadero en
dades. Aquí, las expresiones "ser aceptado" y "autonomía" no se cuanto el hombre sabe que todo lo terrestre — su existencia en el
oponen, sino que se corresponden entre sí» 10°. espíritu y la naturaleza, en la vida y la muerte— está abarcado
por el uno e incomprensible que llamamos Dios y que confesa-
Cuando reconocemos plenamente el desarrollo del mundo hacia
la secularidad, nos preguntamos más realistamente si es simple- mos como el Padre del amor eterno, como el Padre de nuestro
mente secularidad lo que vive nuestro mundo actual. Por otra señor Jesucristo... Si el cristiano confiesa realmente que Dios pue-
parte, continúan vivas aún viejas imágenes de un mundo divini- de ser y es hasta tal punto Dios, que tiene capacidad de poner en
zado con sus tabúes y arrobamientos espurios. Además, se dan la realidad lo cabalmente distinto de él en su pluralidad absoluta,
nuevos mitos, tales como el del progreso constante mediante el incalculable, en consecuencia puede y debe exponerse sin reservas,
desarrollo técnico o de la mejora a través de la violencia, y otros en una confianza real, a este pluralismo de la existencia humana» 1CB.
muchos. Y se da la distorsionada secularidad de un mundo opues- La fe en el Creador del mundo y en el Dios de la historia no
to no sólo al clericalismo, sino que se rebela contra Dios o se permite una postura de integrismo religioso y prohibe el corsé de
desinteresa completamente de Dios. El último de los hechos apun- un sistema deductivo que reprime todo lo que no cuadre con tal
tados es una causa principal de la susceptibilidad de nuestro mundo integrismo. El cristiano debería distinguirse por su forma de es-
a todos los desórdenes de estos mitos secularistas. cuchar, de buscar mancomunadamente con otros, permitiendo que
Sólo desde la consideración de la secularidad auténtica y su re- la realidad le hable. El discernimiento es especialmente útil y ne-
conocimiento existencia! en la fe, desde la plena luz del evento cesario en una actitud de apertura al mundo.
164
165
IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo
Moralidad autónoma
3. Adoración en espíritu y en verdad como garantía de seculan- la adoración, en solidaridad con todas las personas y respetando la
dad auténtica dignidad de cada una de ellas.
San Pablo habla claramente de la diferencia que hay entre los
Existen muchos cristianos que no están dispuestos, teórica- no creyentes y los creyentes: «Aunque se diga que hay dioses en
mente, a reconocer la secularidad del mundo, pero viven una reli- el cielo y en la tierra, que hay muchos dioses y muchos señores;
giosidad absolutamente alejada de sus actividades profesionales, para nosotros, sin embargo, no hay más que un solo Dios, el Pa-
políticas y culturales. Y esto conduce a una mundanidad insana. dre, de quien todo procede y para quien somos nosotros, y un
Puesto que la aceptación y liberación del mundo por Dios son la solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por quien
base de una secularidad auténtica, sólo quienes acepten su liber- somos nosotros también» (ICor 8,5-6). Si vivimos esta verdad no
tad y actividad en el mundo como don y mandato proveniente de sólo en nuestra convicción interior y en nuestra vida privada, sino
Dios podrán tener un concepto cabal de la secularidad y de Jas también en todas nuestras actividades en el mundo, entonces ado-
actitudes y acciones que casan con ella. ramos «en espíritu y en verdad» y somos liberados de un mundo
idólatra, liberados para una secularidad verdadera.
«Los cristianos sólo podrán tomar la secularidad en toda su
Según nuestra fe, el mundo es sostenido por Dios y su afirma-
seriedad aceptándola tal cual es, sin manipularla o someterla a
ción del mundo. «Él sólo, en el libre misterio de su amor, es el
una ideología, pues tales comportamientos romperían su facticidad
lugar de toda verdadera convergencia entre fe y m u n d o » m . La
sobria, objetiva, casi invisible.» Metz extrae una conclusión radical
creación y la redención, así como toda la historia del mundo per-
de esta idea: «La persona no cristiana, que no cree, dará inevita-
siguen una meta: «Que Dios sea todo en todas las cosas» (ICor
blemente, una falsificación ideológica a esta secularidad excelsa;
15,28). La vida caracterizada por la «adoración en espíritu y en
la llevará a la utopía o a una ingenua creencia en el progreso, en
verdad» es la manera que tiene el cristiano de adherirse al designio
el paraíso en la tierra o a un trágico nihilismo y escepticismo re-
divino. Quienes caminan por esta senda contribuirán a que el mun-
signado acerca del mundo» I04. Utilizando el concepto acuñado por
do se libere de los grilletes de la magia, del mito, de la violencia
Karl Rahner, Metz aplica la expresión «cristiano anónimo» a aque-
y de la ambición de poder. Recibirán el don del discernimiento.
llos no cristianos que miran abiertamente a este mundo, sin mitos
Su vida y su palabra se convertirán en la mejor crítica social. La
ni ideologías.
visión e interpretación proféticas estarán presentes en medio de
Yves Congar ve la presencia del Espíritu de Dios en el proce-
los verdaderos adoradores de Dios.
so histórico que tiende hacia una auténtica secularidad105. La va-
Para los verdaderos creyentes y adoradores de Dios, el mejor
loración que el concilio Vaticano n hace del comportamiento ge-
camino para la experiencia de la fe es la experiencia de la libertad
neral humano como valor creativo nace, al menos parcialmente, de
creadora y el compromiso firme con la dignidad y libertad de to-
esta actividad del Espíritu dentro del mundo y de la historia, in-
dos. La prueba de la fe y adoración verdaderas es la fidelidad a
cluso fuera de los límites jurídicos de la Iglesia. «Todo esto se
la tarea compartida de una «más profunda humanización de la vida
aplica no sólo a los cristianos, sino a todas las personas de buena
humana» I09.
voluntad en cuyos corazones trabaja la gracia de manera invisi-
ble» 106. «El Espíritu de Dios, que dirige con providencia maravi-
llosa el despliegue del tiempo y renueva la faz de la tierra, no está
4. Moralidad autónoma en el horizonte de la fe
ausente de este desarrollo» m.
No se sirve a la verdadera secularidad con la pura creencia
Pienso que se da el locus teologicus del discutido problema de
teórica de que existe un Dios, sino únicamente mediante la autén-
la ética autónoma en la responsabilidad del cristiano en el mundo
tica ortodoxia que venera al único Dios como Dios en toda nues-
y frente al mundo.
tra vida, mediante la adoración directa y una vida coherente con
En primer lugar, tenemos que subrayar que la mayoría de los
166 167
IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo Moralidad autónoma
teólogos morales que fueron pioneros en insistir sobre la ética del artículo 36 se refiere al caso de Galileo Galilei y a «costum-
autónoma en la esfera del mundo 1)0 jamás negaron o minimizaron bres que no pueden ser sino deploradas».
la importancia de la fe como horizonte de la comprensión y de la Con todo, no debería pasarse por alto que el concilio habla a
opción fundamental que se abre a la gracia y luz liberadoras que los cristianos, a quienes invita, como Juan Pablo II en su encíclica
vienen de Cristo. Se sintieron preocupados principalmente por la Redemptor Hommis, a que abran de par en par las puertas de sus
credibilidad y racionalidad de nuestras normas morales, del diálogo corazones para que Cristo los ilumine y mueva ,I3 .
con el mundo moderno y la cooperación con todas las personas de Recordemos que Lutero, que tan insistentemente denunció el
buena voluntad, la afirmación de la unidad del plan de salvación orgulloso racionalismo como una «prostituta», creyó que la racio-
para todos y la liberación de un tradicionalismo y legalismo irra- nalidad es la senda que también los cristianos deben seguir en el
cionales. orden civil, siempre que se decidan por la fe en Cristo. «La hu-
Deberíamos recordar aquí que las encíclicas sociales escritas manidad caída no sólo es mala, sino estúpida» m .
desde León XIII hasta Pablo vi utilizan principalmente argumen- La fe, entendida no como aceptación de un catálogo de doc-
tos racionales (conceptos de ley natural) que, según estos pontífi- trina, sino como conversión total a Cristo y docilidad a su Espíritu,
ces, serían accesibles a todas las personas. El concilio Vaticano n libera al creyente no sólo de los malos caminos, sino también de
ha hecho declaraciones de largo alcance sobre la autonomía de las cualquier alienación de su inteligencia. Pero la fe por sí misma no
diversas esferas. Que Cristo Jesús «tenga primacía en todo» (Col resuelve los problemas sociales, económicos, políticos, culturales.
1, 18) «no sólo no priva al orden temporal de su autonomía, de Más bien, empuja al creyente a buscar en solidaridad, a compartir
sus propios fines, leyes, medios e importancia para el bien del experiencia y reflexiones con todas las personas de buena voluntad.
hombre, sino que, por el contrario, lo perfecciona en su valor y Con demasiada frecuencia en el pasado se ofrecieron solucio-
excelencia propia y, al mismo tiempo, lo ajusta a la vocación plena nes en nombre de Dios cuando el aprendizaje compartido y la con-
del hombre sobre la tierra.» Como consecuencia práctica de esta ciencia de los límites de la competencia personal (no sólo del ofi-
visión, el Decreto sobre el apostolado de los seglares recuerda al cio, sino también del conocimiento) habrían permitido libertad
laicado que «hay que instaurar el orden temporal de tal forma que, para mejores maneras de pensar y actuar. Piensa Karl Rahner que
salvando íntegramente sus propias leyes, se ajuste a los principios el crecimiento de la Iglesia en su comprensión de sí misma y en
superiores de la vida cristiana y se mantenga adaptado a las varia- la conciencia de su identidad libera a la persona para un esfuerzo
das circunstancias de lugar, tiempo y nación» I n . común en la esfera terrena. Pero esto exige que la Iglesia oficial
La constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo moder- sea profundamente humilde cuando enseña normas morales, espe-
no habla del concepto de autonomía de las cosas terrenas, sin per- cialmente cuando toca campos en los que otros poseen mayor expe-
der de vista el temor de muchos de nuestros contemporáneos que riencia y competencia 115.
consideran la religión como enemigo de su independencia y auto- Cuanto más respeten los cristianos la autonomía relativa de
nomía moral. «Si por autonomía de la realidad terrena se quiere los diversos campos de la vida, especialmente cuando elaboran y
decir que las cosas creadas y la sociedad misma gozan de propias proponen normas éticas, tanto más capaces serán de realizar su
leyes y valores, que el hombre ha de descubrir, emplear y ordenar tarea profética. Esta misión pretende integrar cuidadosamente todo
poco a poco, es absolutamente legítima esta exigencia de auto- lo que es bueno, verdadero, hermoso y noble, eliminar todo lo
nomía» " 2 . que contradiga a la fe y purificar todo lo que necesita purifica-
En este punto, está fuera de lugar cualquier forma de integris- ción né.
mo. Se pone el acento en la necesidad gradual de descifrar los va- Actuamos bien cuando criticamos la racionalidad moderna que
lores y en «la investigación metódica en todos los campos del ha perdido la visión de totalidad y sigue únicamente un conoci-
saber... para penetrar en los secretos de la realidad con humil- miento desintegrado de dominio i n . C.F. von Weizsacker sugiere
dad y perseverancia». En este contexto, una nota a pie de página que la mejor forma de prestar esta ayuda a la comunidad científica
168 169
IV Responsabilidad en el mundo y frente al mundo El concepto de vocación en Lutero
es planteando interrogantes pertinentes, por ejemplo, sobre la idea pueblo, era la respuesta adecuada a los privilegios y rango enten-
de tecnología y ciencia que permiten la construcción de bombas didos como dones de Dios. Los miembros cristianos de la nobleza
atómicas, la destrucción del entorno humano, etc. Ni la ciencia ni consideraron sus obligaciones no como trabajo privilegiado, sino
la tecnología en cuanto tales necesitan de nuestras normas. Más como una vocación recibida por nacimiento a la que debía respon-
bien la tendencia peligrosa a absolutizai el progreso científico y der una ética exigente.
técnico sin preocuparse de su significado último necesita nuestra En Tomás de Aquino encontramos algunas ideas fundamen-
presencia crítica y creativa es absolutamente imprescindible118. tales para la ética de todos los estados sociales de la vida. Cada
persona podría considerar el lugar que ocupa en el orden de la
sociedad como querido por Dios, respetable y, en alguna manera,
D) Vocación y santidad en el mundo sacro. Tomás cita al Pseudo-Dionisio: «Hacerse cooperador de
Dios es más divino que cualquier otra cosa» m . «Para santo To-
Entender nuestra responsabilidad en el mundo y frente al mun- más de Aquino, toda actividad profesional se halla en conexión
do requiere también una visión renovada de la vocación y la pro- esencial con el hacer de Dios, creador y conservador del mundo.
fesión 1W. La ética social no puede prestar demasiada atención a las Éste es el ftnis operis de tal actividad» m. La actividad profesio-
diversas éticas profesionales. El concepto profético de santidad en nal en el estado de vida querido por Dios es parte de su designio
el mundo tiene que hacerse carne y sangre en el elemento concre- divino al crear al hombre a su imagen y semejanza.
to de nuestra existencia. La actuación responsable en la profesión Pero en la consideración medieval del concepto de vocación
es parte y parcela de una mundanidad santa. estuvo ausente un aspecto que boy consideramos esencial: la libre
elección. Incluso la entrada en el monasterio o en el estado sacer-
dotal eran, frecuentemente, la aceptación de lo que otras personas
1. Sobre la historia de la teología de la vocación o circunstancias habían determinado; no era el fruto de una deci-
sión personal. Pero los teólogos tuvieron esas vocaciones en alta
Algunas profesiones, los sacerdotes, los médicos, los reyes, es- estima porque, en ellas, se había tenido en cuenta una especial
taban rodeados de una especie de nimbo en casi todas culturas. Se providencia de Dios y se había dado respuesta libre a la llamada».
consideraban como participación directa en el ámbito de lo sacro, Mientras que el concepto actual de profesión y presencia en el
como portadoras de poderes divinos. En la era constantiniana, es- mundo implica, sobre todo, la misión a configurar el mundo, a
pecialmente a lo largo de la edad media, tanto en el imperio ro- crear un entorno humano, el concepto medieval consistía en acep-
manogermánico como en el romano de oriente, la teología prestó tar el lugar de uno en un mundo dado, en un orden social dado.
gran atención a la misión divina de los emperadores y reyes. Y no
sólo en el sentido peyorativo de «los sacerdotes del rey», sino, fre-
cuentemente, en sentido constructivo. Trató de las exigencias que 2. El concepto de vocación en Lutero
emanaban de la investidura divina en poderes reales.
En un orden del mundo considerado como sacro, los reyes y Lutero no sólo aceptó, sino que hizo mayor hincapié en el
la nobleza constituían los pilares de ese orden. Puesto que se en- lugar dado en el orden social, mientras que Calvino hizo impor-
tendió que su posición en la sociedad era sancionada directamente tantes aperturas hacia un posible eventual cambio del lugar que
por Dios, exigía una elevada ética vocacional. Durante el siglo vi uno ocupa. Es cierto que tales cambios eran concebidos sólo con
y siguientes aparecieron numerosos tratados titulados Espejo de miras a la teocrática comunidad calvinista.
príncipes (una especie de espejo para que se examinaran los prín- El aspecto revolucionario (en el marco de la altamente conser-
cipes y reyes) 12°. Ponían claramente de manifiesto que el servicio vadora visión de los estados de vida) fue la pasión antimonástíca
fiel prestado a la Iglesia y al emperador, pero, especialmente, al de Lutero. Para él, la vida monástica no entraba en la visión del
170 171
IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo La crisis de la vocación sacerdotal
llamamiento divino (Berufung), puesto que Dios no llama a nadie mentó del matrimonio dada por canonistas e incluso por documen-
a adquirir la salvación por las obras, que de nada sirven. La pro- tos oficiales durante largas épocas oscureció esta importante ver-
fesión entendida como vocación, para él no podrá ser una cuestión dad de la doctrina católica. El sacramento fue identificado con el
de actos meritorios, sino de aceptación de un puesto en obedien- «contrato» válidamente realizado en una «ceremonia eclesiástica».
cia a la fe. Esta obediencia merecía veneración especial porque los El contenido del contrato era el derecho a los «actos aptos para
estados de vida, las actividades profesionales dan gloria al gobierno la procreación», mientras que se daba categoría secundaria al amor.
de Dios en el mundo y servían a otros. Omnes status huc tendunt La tradición agustiniana subrayó la «amistad de las almas», mien-
ut aliis serviant (Cada profesión encuentra su significado en el tras que el acto conyugal tenía que acudir menesterosamente a la
servicio de los otros) m. excusa de que se justificaba por su intención procreativa.
Lutero prestó especial atención al estado familiar, que incluye El concilio Vaticano n hizo grandes esfuerzos para poner el
a marido y mujer, hijos y sirvientes. Y lo consideró como estado núcleo del matrimonio y la familia en el contexto de la visión sa-
de vida básico y vocación que mantiene al mundo. No lamentaba cramental 126. Los esposos están llamados a ser, recíprocamente y
el estado de esclavitud de los agricultores alemanes; éstos tenían para sus hijos, la verdadera imagen del amor de Dios, de su fide-
que contentarse con el lugar que la divina providencia les había lidad, compasión reconciliante y paciencia. El matrimonio no es
asignado. Tampoco tuvo reparos respecto de la vocación a la vida para la procreación, sino para aquel tipo de paternidad responsa-
militar. El buen soldado debería pensar que Dios mismo, «golpea, ble y amorosa que apunta a la paternidad de Dios.
apuñala y estrangula» 124. Queda aún largo camino en la tarea de enseñar a todos los
Indiscutiblemente, Lutero contribuyó a apreciar la vida en el cristianos que el matrimonio debería ser considerado verdadera-
mundo, haciendo la voluntad de Dios en el orden y rango esta- mente como una vocación basada en la llamada fundamental de
blecido, siendo honesto y fiable y santificando la propia vida en cada cristiano a la santidad, vocación a edificar el cuerpo místico y
la realidad mundana. Pero su conservadurismo 125 hizo a los lute- para el bien de la sociedad. Esta visión exige una preparación y
ranos sirvientes de los calvinistas reyes emperadores de Prusia, con espiritualidad adecuadas.
consecuencias perniciosas que se prolongaron hasta los tiempos
de Hitler.
Por otro lado, la posición católica, que tendió frecuentemente 4. La crisis de la vocación sacerdotal
a reservar el honor de la vocación a sacerdotes y religiosos, no
logró integrar la actividad en el mundo —vida profesional, fami- El desarrollo de la interpretación que la Iglesia hace de sí
lia y política— en la llamada fundamental, la llamada a cooperar misma, interpretación expresada en la Constitución pastoral sobre
con la actividad de Dios en el mundo, con su intención amorosa la iglesia en el mundo moderno, tal vez sea la mejor llave para
de perfeccionar todos los hombres y mujeres a su imagen y se- discernir la actual crisis del sacerdocio ministerial w . Los sacer-
mejanza. dotes que fueron formados en seminarios menores y mayores es-
tuvieron, en alguna medida, separados de la realidad del mundo.
No estaban preparados para cumplir su función en una Iglesia que
3. Santidad en el matrimonio y familia se entiende a sí misma en el servicio al mundo y acepta la realidad
básica de la secularidad del mundo en el sentido expuesto con an-
La sociedad nace del matrimonio y de la familia. En ésta, al- terioridad. Por supuesto, el sacerdote tiene que ser, ante todo,
canza la vida su máxima intensidad. Cuando la Iglesia enseña que hombre de oración, pero tiene que descollar también en el cono-
el matrimonio es un sacramento, dice que la religión está en la cimiento del hombre y del mundo, capaz de guiar por discerni-
vida y que la vida en su experiencia más vital es un camino de miento y de formar cristianos capaces de discernir.
salvación. Lamentablemente, la interpretación teológica del sacra- Actualmente existen enormes recursos para buenas vocaciones
172 173
IV, Responsabilidad en el mundo y frente al mundo
Vocación, profesión y trabajo
sacerdotales en los grupos de hombres que, alrededor de sus sesenta
años, se retiran de su profesión principal y se sienten plenamente La primera es ganar lo suficiente para la vida real, para la vida de
libres para servir la causa del reino de Dios. Frecuentemente, se la familia y para un consumo que da prestigio, tiempo de ocio y
placer. La segunda es adquirir un status social mediante logros de
encuentran mejor cualificados para el ministerio de la Iglesia, tal
orden monetario. En un sistema capitalista, tanto si se trata de ca-
como ésta se entiende a sí misma en el concilio Vaticano n , que
pitalismo privado o de Estado, el trabajo se convierte en un ar-
la mayoría de hombres jóvenes no han tenido oportunidad de
tículo de venta, algo que no pertenece a la persona como persona,
aprender por experiencia acerca de las personas en sus condiciones
que no se encuadra en las relaciones yo - tú - nosotros. A lo que
reales. La Iglesia necesita actualmente diversos tipos de sacerdotes, Lutero expresó con tanta fuerza: «Cada profesión encuentra su
capaces de cooperar con los seglares, aceptándolos como compa- significado en el servicio a los otros», añadió: «Nosotros lo inver-
ñeros. timos» 131. Actuamos precisamente de la manera opuesta.
Mas ¿qué entendemos por trabajo como mandato o vocación?
En el trabajo en su sentido más amplio, descubrimos las potencia-
5. Vocación, profesión y puesto de trabajo
lidades de la realidad creada y participamos de la acción creadora
de Dios. Al hacer esto de manera adecuada, descubrimos y desarro-
Existen dos caminos diferentes para construir una teología de llamos nuestras propias capacidades. Y si lo hacemos teniendo pre-
la vocación y de la profesión. Según Alfons Auer, Karl Barth ofre- sente la dimensión y perspectiva social, desarrollamos nuestra pro-
ce una tal teología «desde arriba». El punto de partida y de refe- pia personalidad y preciosas relaciones sociales contribuyendo a la
rencia constante es la llamada de Cristo y nuestro ser llamados en creación de condiciones socioeconómicas humanas. No tenemos
Cristo a la salvación y a vivir en el mundo, a venerar a Dios. Auer por qué excluir la actitud de la generalidad de las personas frente
mismo ofrece una excelente teología de la profesión «desde aba- a su trabajo entendido como medio de ganar dinero, soporte de la
jo», desde la experiencia de la gente de nuestros días en su activi- familia y afirmación del status social. No excluiremos estos aspec-
dad y profesión, situándolo todo, finalmente, en una visión de fe, tos siempre que tales dimensiones estén integradas en una visión
de creación de Dios, que encuentra en Cristo su punto Omega, su más amplia.
desvelamiento y salvación w.
Una de las tareas más olvidadas de la educación, a pesar de su
Dietrich Bonhoeffer jamás perdió de vista el papel central de extraordinaria importancia, es la de conducir a las personas a una
Cristo. «Hablar del mundo sin Cristo es mera abstracción. El mun- integrada interpretación del trabajo en general y en el caso concreto.
do está relacionado con Cristo, lo sepa aquél o no. Esta relación Cada uno de nosotros deberíamos ver claramente qué función cum-
con Cristo se hace concreta en determinados mandatos de Dios plimos en el mosaico del proceso de los servicios sociales y de la
en el m u n d o » m . Para Bonhoefer, los mandatos principales son: producción. Para algunos trabajadores profesionales esto es más
trabajo, matrimonio, autoridad, Iglesia. Toda actividad profesional fácil que para otros que ocupan unos puestos de trabajo que pa-
tiene claramente el carácter de un «mandato divino para la conser- recen ser mucho menos importantes o socialmente menos apre-
vación del mundo para Cristo y con miras a Cristo» 130. ciados. Una educación como la que describimos cambiaría, proba-
Nos preguntamos aquí: ¿Cómo ve el hombre moderno el tra- blemente, la faz de la sociedad. Las personas no aceptarían tan
bajo? ¿Lo reconoce como una vocación, una llamada divina o un fácilmente actividades que degradan, que son socialmente irrele-
mandato? Como consecuencia de la industrialización y de la pro- vantes, carecen de valor o son perjudiciales.
ducción en cadena, en la que no se produce tanto lo que se nece- D. von Hildebrand estudia la cuestión de cómo puede inte-
sita como lo más lucrativo, a lo que tenemos que sumar la men- grarse el trabajo o tarea concreta en la vocación original de llama-
talidad de consumo de nuestra sociedad, el trabajo se ha conver- miento de Dios y de comunión con él. Frente al trabajo pueden
tido, para muchas personas, en puro medio para lograr un dinero. darse diversas posturas. Una persona tal vez olvide la significación
En cuanto al trabajo así vivido predominan dos consideraciones. inmediata de su trabajo y se limite a aceptarlo como voluntad de
174 175
IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo
Orientación hacia el futuro
Dios. Otra entra en contacto con personas mediante su actividad
y puede utilizarlo para manifestar justicia, aprecio y amor a ellos su lugar de manera que ellos puedan disfrutar de una vida tran-
o puede, mediante el trabajo en equipo, capacitarse para ejercer quila y segura 134.
el apostolado con tal motivo. Con todo, la tercera postura puede Entre las profesiones actuales especialmente arduas, pero de-
ser calificada de ideal. Consiste en descubrir el valor inmanente del cisivas para la actual y venideras generaciones del mundo, tenemos
propio trabajo y unas relaciones sociales; honrar a Dios ante todo que señalar, entre otras, la profesión de la política, la artística, la
dando al trabajo su propio significado. De esta manera, las restan- periodística. Pero no deberíamos olvidar a los pioneros en los
tes motivaciones ganarán en autenticidad m . campos de la medicina, de las ciencias sociales y del comporta-
La apertura a las necesidades de los otros, la respuesta a la miento, a los expertos en renovación urbana, al genio que pro-
totalidad del ámbito de la relación personal y al tipo de relaciones mueve auténticas alternativas a las estructuras y mentalidad so-
existente en el mundo del trabajo es el modo normal de desarrollo cioeconómicas actuales, al novelista que ayuda a descubrir los des-
que transforma el trabajo concreto en un mandato divino IM. órdenes y esperanzas del mundo actual, a los abogados que saben
cómo hacer leyes, los servicios eficaces prestados por ellos a los
derechos y dignidad humanos.
6. Las vocaciones a profesiones arduas La sociedad necesita urgentemente de hombres y mujeres que
puedan ofrecer una visión que permita organizar y utilizar mejor
Existen actividades profesionales que, por su misma natura- los medios de comunicación. Además, el mundo actual necesita de
leza, son humanizadoras al tiempo que sirven a las necesidades bá- filósofos y teólogos intrépidos que descubran fundamentos nuevos
sicas de la humanidad. Pensemos en la agricultura, la horticultura, aun a riesgo de ser considerados como «no seguros». Necesitamos
las profesiones sanitarias. Muchas actividades del sector industrial personas creativas como Mahatma Ghandi, que enseñen a la huma-
sirven a necesidades básicas pero, frecuentemente, están organiza- nidad la fuerza de la participación no violenta en favor de la paz
das de manera que deshumanizan al trabajador aunque, por su me- y la justicia.
diación, la materia se convierte en beneficiosa. Cuando se dan tales No necesitamos «profesionales», sino hombres y mujeres que
casos, sería completamente ilusorio pedir una mejor ética en sen- cumplan esos «mandatos» como corporeización de santidad en el
tido individual si no se hace nada por cambiar las condiciones so- mundo. Necesitan adecuada preparación espiritual y profesional.
ciales y económicas. Kásemann ha hablado bellamente de este espíritu que convierte a
Quiero llamar aquí especialmente la atención sobre las profe- las personas en pioneras en la historia y en el mundo, en testimo-
siones arduas que, por su misma naturaleza, pueden convertirse, de nio en favor de las bienaventuranzas: «Aquellos que tienen ham-
manera eminente, en vocación o mandamiento divino. Al menos bre y sed de la justicia no son otra cosa que el reverso de la li-
parcialmente, caen bajo la categoría «autoridad» tal como la en- bertad cristiana en su realidad sobre la tierra; la traducción de una
tendió Bonhoeffer. Me refiero a profesiones punteras, a posiciones santificación genuina que debemos practicar diariamente» 135.
clave que permiten una influencia sustancial y beneficiosa en el
logro de mejoras, pero de las que puede abusarse también de for-
ma terrible. E) ¿Conservar o cambiar el mundo?
Se olvidó injustamente todas estas profesiones cuando los mo-
ralistas católicos no decían ni una palabra sobre su condición de 1. Orientación hacia el futuro y sus implicaciones
vocaciones sobresalientes limitándose a tratarlas bajo el encabe-
zamiento de «ocasión próxima de pecado». Karl Rahner habla de Una de las razones que explican el gran impacto de la ideolo-
la mentalidad pietista que mantiene al «piadoso» lejos de la acti- gía marxista en algunas generaciones es su orientación radical hacia
vidad política, esperando que otros hagan «ese trabajo sucio» en el futuro. A pesar de su rígido revestimiento científico-analítico, se
inserta en la línea de la «profecía». Señala un camino para salir
176
177
IV. Responsabilidad en el mundo y frente al mundo
La ideología del progreso
del inaceptable presente. Ha producido impacto especialmente fuer-
papel importante en la tarea hermenéutica humana de buscar luz
te en aquellas partes del mundo que fueron en un tiempo cristia-
para las acciones futuras» 14°.
nas; su implantación en esos ambientes es debido a que la cris-
J.B. Metz opina que los teólogos cristianos deberían estar
tiandad, en su núcleo y en su gran tradición, estaba orientada al
«alarmados por la pérdida de escatología» e «inquietos por el ol-
futuro, era dinámica; estaba gobernada por las divinas promesas
vido del futuro en la teología. Este olvido llega hasta el punto, por
y por los correspondientes mandamientos. Pero el cristianismo bur-
ejemplo, de que la llamada interpretación existencia! del Nuevo
gués, y de manera especial el moralismo legalista, ha traicionado
Testamento significa únicamente la reactualización y representación
esta herencia esencial que sintoniza con el núcleo de la persona
del pasado en el momento presente de la decisión religiosa. No
creada por Dios. Así, al marxismo le resultó fácil robar el ímpetu
existe realmente el futuro en tal interpretación» 141. Sin embargo,
cristiano.
la respuesta no puede limitarse a una mera escatología teórica. Ne-
En una conferencia sobre diálogo entre cristianos y marxis-
cesitamos aquella que nos obligue a cargar con nuestras respon-
tas, Y. Congar se atreve a decir: «Frecuentemente, algunos teólo-
sabilidades de cara al futuro.
gos se limitan a justificar las condiciones dadas. Con argumentos
que consideran sacros apuntalan la situación existente» m. El gran
científico y filósofo protestante, Cari Friedrich von Weizsácker, 2. La ideología del progreso y la sobriedad cristiana
llega a la misma conclusión: «La necesidad de reasegurarnos en
A la hora de intentar una evaluación realista de nuestro mundo
nuestras antiguas tradiciones es una reacción angustiosa nostálgica
actual deberemos tener presentes el almacenamiento de armas nu-
contra la realidad que nos empuja hacia adelante. Efectivamente,
cleares, la creciente criminalidad y terrorismo, la devastación eco-
problemas que podrían encontrar una solución se hacen irreversi-
lógica y los daños ocasionados a la bioesfera. La humanidad se ha
bles a causa de esta huida inspirada por la angustia» 137.
sentido menos dichosa y más angustiada a medida que se ha in-
J. Gremillion hace la siguiente valoración de los cambios pro-
ternado en las intrincadas sendas de las diversas mitologías. Para
ducidos en la actitud oficial de la Iglesia: los documentos sobre el
muchas personas, el evangelio marxista ha sido una especie de pe-
aggiomamento señalan «un alejamiento radical del statu quo de los
sadilla nocturna; y lo mismo hay que decir del materialismo y re-
modelos de sociedad que mancharon el pensamiento social católico
duccionismo. Es hora ya de que los cristianos demos testimonio
desde que León x n i intentó revivir los gremios medievales y Pío
al mundo de que la humanización de nuestras sociedades sólo es
xi y Pío x n se declararon partidarios de un orden corporativo pre-
posible volviendo al Señor de la historia.
concebido. Juan XXIII comenzó la década de los años sesenta ala-
La humanidad está irrevocable y urgentemente confrontada con
bando la modernÍ2ación138 y la socialización. En 1970, la Iglesia
el tema de la configuración de este mundo construido por los hom-
aceptó la función eclesial de promover un cambio profundo y rá-
bres. ¿Cómo podemos superar esta «demora ética, esa disparidad
pido. Pablo vi llegó hasta afirmar el valor de «utopías» «... para
entre las curvas de crecimiento de los logros tecnológicos y el com-
provocar la imaginación y hacer que mire hacia adelante ... para que
portamiento ético» 142?
se dirija hacia un futuro sin estrenar» 139.
Un cierto optimismo encarnacionista en la teología tiene que
Entre tanto, el tradicionalista obispo rebelde Lefebvre nos re-
preguntarse inevitablemente si no está contaminado por el mito
cuerda lo peor de una mentalidad dominante en otro tiempo, cuyo
del progreso. No debemos divinizar el mundo, pero tampoco te-
símbolo sería la esposa de Lot mirando hacia atrás: «La mujer
nemos derecho a endemoniarlo. La esperanza absoluta de la vic-
de Lot miró atrás y se convitrió en estatua de sal» (Gen 19,26).
toria final tiene que mantenernos vigilantes y sobrios en la actual
Podría yo recordar aquí al lector lo que he dicho ya en otras
tensión y combate que libramos. Mantienen una orientación clara
páginas: que esta orientación hacia el futuro tiene su sólida base
quienes están permanentemente abiertos al paso próximo, aunque
y fuerza interior en un recuerdo agradecido. Pero deberá ser, al
sea modesto, en nuestro esfuerzo por lograr un mundo menos in-
mismo tiempo, un acuerdo crítico. Sólo podrá desempeñar «un
humano y cada vez más justo.
178
179
•
IV Responsabilidad en el mundo y frente al mundo
Libertad y fidelidad creadoras
3. ¿Punta de lanza o retaguardia de la historia? drán que esforzarse denodadamente por lograr una renovación per-
manente. ¿Tienen derecho los cristianos a ser el freno de la reno-
No debemos confundir la sobriedad con la pereza o carencia vación y del cambio? «No podrá preservarse el Estado ni la fa-
de corage creativo. Si los cristianos son fieles al Señor de la his- milia si se equipara el orden jurídico y político concretos con los
toria y permanecen atentos a los signos de la historia, serán punta mandamientos de Dios, si se declara sagrada e inmutable la rea-
de lanza de un progreso genuínamente humano. La esperanza crea- lidad histórica» 14S.
tiva y militante tiene que marcar nuestra relación con el mundo
y con la historia. Pero no confundamos esta postura con el «opti-
mismo militante» 143. La esperanza cristiana es profética y se con- 4. Promover condiciones favorables para la libertad y fidelidad
vierte en acción proléptica en la acción, en la radical decisión de creadoras
afirmar siempre el amor al prójimo. Entonces afianzamos nuestra
esperanza de que el amor cambia el mundo. Este amor tiende a La libertad de Dios para amar al mundo se revela en su admi-
expresarse mediante la acción responsable y compartida en todos rable fidelidad al mundo y a la historia, escribiendo derecho in-
los campos de la vida. cluso con líneas torcidas. A pesar de la rebelión del mundo, Dios
«La esperanza del evangelio tiene una relación polémica y li- permanece fiel a su designio original, liberando al hombre para
beradora con la vida presente práctica de la persona, con las con- que participe de forma libre y responsable. Nuestra libertad es
diciones sociales en las que aquella desarrolla su vida»144. Los participación en el acto creador de Dios; y presencia en su verda-
cristianos y la Iglesia en sus representantes oficiales tienen solidísi- dero sentido si es también participación en su fidelidad a cada una
mos motivos para rechazar la tentación de «eternalismo» que tien- de las personas, a la comunidad y a la sociedad.
de fácilmente a sacralizar las formulaciones y estructuras heredadas. Si algo necesita el mundo moderno es, precisamente, esta fide-
«En el pensamiento bíblico coexisten la eternidad y el tiempo in- lidad. Potenciaremos al máximo los atributos creadores de la per-
novador y creativo. Tiempo no es sólo la repetición de lo prede- sona en participación responsable si logramos enraizarlo adecuada-
terminado intemporalmente, lo que permitiría una visión atem- mente y conseguimos que sea fiel a la persona y a la tradición vi-
poral para comprender lo que existe de una vez para siempre. viente. Entre las tareas más importantes de la crítica social de la
Tiempo es realmente la realización espiritual de lo nuevo que ja- Iglesia se encuentra el restablecimiento de la mejor parte de la tra-
más puede preverse» I45. Nuestra tarea no consiste en permitir que dición y el «contener la creciente pérdida de recuerdo e historia
Dios continúe siendo Dios en su eternidad, sino en permitirle ser en la consciencia de nuestra planificada sociedad moderna» im.
Dios en nosotros y, mediante nuestra participación, en la historia 146. Recordando, en la celebración común y en la vida personal, al
Con frecuencia, a las personas de este mundo moderno les re- que se ofreció y continúa ofreciéndose como «el pan de vida para
sulta difícil creer en Dios. Para ellas, es como si «Dios fuera el la vida del mundo» (Jn 6,51), encontraremos ánimo y fuerzas para
representante simbólico de aquellos sistemas sociales que mantie- entregarnos por los demás, para luchar por la causa de todas las
nen al hombre en la inmadurez a fin de dominarlo» w. Esta consi- personas. A través de ese compromiso encontraremos nuevas po-
deración debe ser un nuevo acicate para que los cristianos y la sibilidades para actualizar nuestra libertad e invitar a los otros a
iglesia oficial se liberen de un unilateral «conocimiento de domi- la participación responsable. Una memoria fiel y agradecida que
nio» que tan frecuentemente los ha convertido en retaguardia en nos haga partícipes de la aceptación del mundo por Cristo llevará
e! desarrollo histórico. hacia adelante la verdadera revolución de la libertad en fidelidad
H.D. Wendland insiste en que sólo podemos preservar al mun- a las bienaventuranzas, libertad de la ambición de poder, libertad
do cambiándolo. La Iglesia y cada uno de los cristianos no pueden para las iniciativas de estrategias no violentas, libertad de los com-
conformarse predicando únicamente la conversión individual. Ten- plejos de culpa y de angustia, libertad para la aventura siempre
nueva que descubre y utiliza las oportunidades presentes.
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181
Ecología y ética
su obra, palabra y revelación, no queda reducido a la escala de ducida. Actualmente, el hombre está a punto de convertirse en
deficiencia personal. Actualmente vemos con claridad que se trata desertizador en unas proporciones que destrozan el sistema eco-
de una «tragedia cósmica» 9. Y no podemos ignorar por más tiem- lógico global.
po que la respuesta adecuada a Dios y la responsabilidad frente
a Ja humanidad deben manifestarse en nuestra conciencia ecoló-
gica de que hay que respetar la naturaleza, que es el sistema que 2. El hombre, manipulador y perdedor
sostiene la vida. No puede devastarse ese sistema sin pecar contra
la dimensión cósmica esencial de la creación y redención10. No El hombre científico, técnico, es el más hábil manipulador de
podemos negar que el ignorante homo faber, careciendo de la sa- la naturaleza. No es malo configurar y perfeccionar las cosas. Pero
biduría del homo sapiens, no sólo ha creado el desierto, sino que cuando el hombre moderno construye un enorme capital moneta-
se ha convertido en factor perturbador de la estabilidad biológica. rio, ingentes plantas industríales y autopistas, se olvida de ad-
ministrar sabiamente el capital mucho mayor y más preciado ofre-
cido por la naturaleza, a la que ni siquiera reconoce como tal. «Su
A) La historia y la nueva situación mayor parte es utilizada ahora en tasas alarmantes. El símbolo
principal de este proceso histórico es el combustible fósil. No ha
1. La historia nos enseña sido creado por el hombre, pero éste puede reciclarlo» 15.
Siempre hay un perdedor: el hombre. La explotación incon-
Durante miles de años, la humanidad ha vivido en varias his- trolada de recursos indispensables no renovables va de la mano
torias separadas entre sí. Lo que hacían las gentes de una cultura de la explotación del hombre por el hombre. El moderno hombre
determinada repercutía únicamente en su propio entorno. Marga- industrial invade el margen de tolerancia de la naturalzea y de
ret Mead y Walter Fairservis nos dicen que, entre las grandes cul- la subsistencia humana. Explota la naturaleza de una forma que
turas del pasado, existieron algunas que socavaron su futuro com- bloquea la senda hacia un futuro más saludable para la humanidad.
portándose de manera irresponsable con la naturaleza n . La agre-
siva cultura mesopotámica desapareció casi por completo a causa
de la decadencia ecológica que provocó, al tiempo que las antiguas 3. La magnitud de los riesgos y peligros
culturas egipcia y china mostraron una actitud mucho más res-
petuosa hacia su medio ambiente. En consecuencia, pervivieron La conciencia ecológica va emergiendo gradualmente del exa-
durante mayor espacio de tiempo. El imperio romano, tan explo- men de los errores ambientales de las épocas pasadas, pero más
tador como los sumerios, provocó su caída por el materialismo aún de una «creciente conciencia de las consecuencias probables
extremo que violentó la naturaleza; por ejemplo, a través de la de las actuales decisiones relacionadas con el medio ambiente» 16 .
amplísima deforestación n . Platón comentó en su Kritias la defo- Desde que la humanidad ha comenzado a vivir una historia única
restación del Ática13, y los países ribereños del Mediterráneo su- en la que las relaciones entre el hombre y la naturaleza alcanzan
frieron desastrosas crisis ecológicas debidas a la misma razón. Mu- dimensiones globales, universales, no podemos permitirnos los erro-
chas tribus destruyeron la base de su propia subsistencia excedién- res de cálculo cometidos por algunas tribus e imperios del pasado.
dose en los abusos. Algunos autores han intentado calcular en billones de dólares
«El desierto es el panorama dominante de nuestro sistema so- el daño mensurable ocasionado al medio ambiente humano. Pero,
lar» 14. El que regiones enteras de la tierra, antes extraordinaria- además de que el daño causado escapa a cualquier posibilidad de
mente fértiles, se hayan convertido en grandes desiertos es, al expresión en términos materiales, el hombre fabricante ha alcan-
menos parcialmente, culpa del hombre. Pero, de ordinario, lo que zado un punto en que, ya sea mediante las armas nucleares, por
aconteció en la historia pasada afecta a un área relativamente re- la polución ambiental y la explotación temeraria, puede envenenar
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V. Ecología y ética Conocimiento ecológico
toda la tierra y poner en serio peligro la supervivencia humana. la posteridad, el mundo en que vivimos, ha destruido ya lo mejor
Un atolondrado comportamiento ecológico en asuntos ordinarios de su propio sentido de la responsabilidad.
puede conducir a idénticos resultados que un dramático holocausto
nuclear 17.
No podemos limitarnos a considerar el factor individual. De- A. Conocimiento ecológico y decisión
bemos tener en cuenta la combinación de todos los trastornos del
entorno humano ocasionados por la polución de la atmósfera y la La magnitud del problema radica, principalmente, en nuestra
contaminación de las aguas, por la destrucción de los recursos in- indisposición para estudiar el todo y sus partes con una firme de-
dispensables, por el envenenamiento de los genes. La utilización cisión de actuar sobre él sistemáticamente y de forma coherente.
del DDT (insecticida persistente) a escala mundial, millones de En USA, unas cincuenta mil personas mueren anualmente en ac-
toneladas de polvo de plomo, mercurio y cadmio, han producido cidentes de tráfico; unas quince mil en cada una de las principales
no sólo un aterrador incremento del cáncer, sino un aumento no naciones industrializadas de la Europa occidental. A pesar de todo,
menos espantoso de las mutaciones genéticas de todo tipo. todas esas naciones continúan promoviendo la industria automo-
En muchas partes del mundo se ha sobrepasado el margen de vilística y el coche particular. Cada año, millones de hectáreas
tolerancia de la radiación ionizante causada por la industria y los de tierra cultivable son robadas a la agricultura para construir
armamentos. Se produce y utiliza el asbesto en cantidades crecien- carreteras de gran velocidad. Además, el auto privado es el prin-
tes a pesar de que es una de las causas principales del cáncer de cipal causante de la más peligrosa polución atmosférica en las
pulmón, precedida por los excesos en el fumar. Un estudio pro- áreas urbanas.
movido por el Health Research Council ha demostrado que las La actual costumbre de utilizar el coche privado innecesaria-
personas que fuman mucho son 92 veces más propensas al cáncer mente consume energía no renovable y que se acabará en un fu-
que las personas que no fuman o no están en contacto con as- turo previsible si nada cambia. Los propietarios de automóviles
besto 1S. y los productores tienen la palabra en este tema. «Si el coche pri-
Además, la industria tiene prisa por explotar lo antes posible vado fuera expulsado del interior de las ciudades, el transporte
la recombinación del ADN, que puede conducir a un desastroso público aumentaría sus prestaciones de tal manera que los viaje-
envenenamiento del ambiente, como indeseado subproducto de la ros podrían ver recortado en un setenta por ciento el tiempo que
tecnología. Se especula mucho sobre la manipulación genética. En invierten en sus recorridos a través de la ciudad» 21 . Esto es un
principio, no podemos señalar objeción alguna si se trata de medio ejemplo de casos en los que disponemos de conocimiento que no
terapéutico. Pero no podemos «perder de vista los agentes que llega a producir un impacto moral tan necesario para un cambio
causaron el daño: mutagenes, carcinogenes, radiación, etc. Nues- profundo a gran escala. Además de los intereses en juego, nues-
tros problemas no están en nuestros genes. Nuestro verdadero in- tros hábitos establecidos impiden una valoración realista y el co-
terés se centra en recrear una sociedad que proteja los genes de raje para buscar un cambio adecuado.
los individuos del daño innecesario. Es críticamente importante Otro problema realmente importante es el de los limitados
que la capacidad para identificar el daño genético sea, al mismo recursos de determinados materiales, especialmente el combustible
tiempo, un primer paso en la identificación de la causa del daño fósil. Si todas las naciones los utilizaran como EE UU y los prin-
y posibilidad de hacerlo desaparecer de la ecoesfera humana»". cipales países industrializados, estos tesoros se agotarían en una
Estamos de acuerdo con Konrad Lorenz cuando afirma que uno o dos generaciones.
de los pecados mortales del hombre civilizado consiste no sólo Opinamos con Cari Friedrich von Weizsacker, director del Ins-
en la destrucción del mundo que le rodea, sino más aún en la des- tituto Max Plank, que la totalidad de los posibles recursos ener-
trucción de sí mismo, su sentido de la belleza y su respeto a la géticos sería suficiente para abastecer a la población mundial y
creación20. La persona que, por egoísmo, destruye, para sí y para para la utilización sensata. Pero el problema concreto radica en
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V. Ecología y ética Actitud frente a la creación
el acceso limitado (debido al alto costo o a los riesgos excesivos) n . objetivo tendría que ser alcanzar una conversión y una renovación
No es difícil darse cuenta de que la utilización del combustible en profundas25.
fósil en las proporciones actuales conduciría a un callejón sin sa-
lida antes de que se desarrollen otras tecnologías que conviertan
en verdaderamente accesibles otras fuentes de energía. Si la huma- 1. Nuestra actitud básica frente a la creación
nidad no toma decisiones drásticas, tenemos que esperar enormes
conflictos políticos y sociales, así como problemas psicológicos. La ecología es una ciencia relacional. Entre todas las interac-
Es imprescindible estudiar todos los hechos ecológicos y sus ciones e interdependencias en el ecosistema humano tenemos que
implicaciones; darlos a conocer al mayor número posible de per- calificar de sumamente importantes las actitudes de la persona,
sonas. Sólo así podrán darse pasos sobre un más sólido funda- tanto conscientes como inconscientes, respecto de la naturaleza.
mento de conocimiento y una más precisa valoración. Los gritos ¿Cuál debería ser la visión y actitud de los cristianos y, princi-
de alarma, por necesarios que sean, no cambian la situación. palmente, de la teología?
Nos urge explorar y evaluar las variables de la tolerancia de No sólo los desconocedores y los enemigos del cristianismo,
nuestro ecosistema y su elasticidad para regenerarse, el tipo de sino también los teólogos más serios tienen la impresión de que,
comportamiento que es hostil a nuestro entorno humano y las acti- a este respecto, algo fallaba en las pautas de pensamiento de la
tudes que fueron y son las causas principales de la situación. tradición judeocristiana. Dieron crédito al cristianismo en cuanto
El problema ecológico está profundamente enraizado en nume- a la desmitologización de la naturaleza, que permitió el desarrollo
rosas y complejas situaciones y condiciones sociales. Una vez rea- de la ciencia y tecnología modernas en el mundo occidental. Pero
lizada una seria valoración de los riesgos y oportunidades, tendre- son conscientes de que los teólogos cristianos, las tradiciones man-
mos que preguntarnos si tenemos o podemos despertar la dispo- tenidas en la Iglesia, incluso la enseñanza bíblica tuvieron, al me-
sición a cambiar nuestras actitudes y a buscar iniciativas políticas nos, parte de culpa en la falta de respeto a la naturaleza; una
que pongan en marcha, gradualmente pero con firmeza, las me- carencia que, a la larga, ha llevado a la depredación despiadada26.
didas necesarias. Además de las soluciones generales y a largo pla- Es típica la expresión de Paul Ehrlich: «Nuestro dilema es un des-
zo, debe existir un catálogo de medidas realistas y convincentes afortunado crecimiento de la herencia judeocristiana que ha pro-
para implantarlas lo antes posible23. «La tarea principal consiste ducido una ciencia y tecnología ciegas y una cultura centrada en
en aprender qué adaptaciones ambientales son necesarias para hacer la economía» 27.
frente a las necesidades humanas que pueden ser demostradas y Margaret Mead y John Passmore ven las causas no en una
evaluadas, no meramente afirmadas»24. tradición bíblica y típicamente judeocristiana, sino en el carácter
especial de la gente y de las culturas a o en pensadores que in-
fluyeron al mundo occidental de forma que no se corresponde con
B) Reto a la teología y a la ética la Biblia. John Passmore señala la influencia de Aristóteles. Ha-
blando de aquellos que piensan que toda la naturaleza está pen-
La magnitud del problema ecológico no permite a la teología sada para ser utilizada por el hombre, encontramos textos sorpren-
moral limitarse a recetas o a mera casuística de las obligaciones dentes incluso entre los estoicos, por ejemplo, Cicerón. A este
inmediatas. La drástica situación creada principalmente en los paí- respecto afirma un autor moderno: «Si podemos hablar de "arro-
ses industrializados de tradición cristiana, tiene que encontrar a gancia cristiana" al suponer que las cosas han sido hechas para
los cristianos, pero especialmente a los teólogos, preparados para los hombres, deberemos tener presente que no se trata de "arro-
examinar su conciencia no sólo sobre acciones equivocadas o des- gancia" judeocristiana, sino grecocristiana»29.
astrosas omisiones, sino sobre actitudes o ideologías que pueden Las obras de Descartes y de Bacon son los casos más típicos
ayudar a explicar las causas más profundas de los síntomas. El de pensamiento occidental que no reflejan la revelación bíblica.
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V. Ecología y ética
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V. Ecología y ética Teología del devenir
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Háring, Libertad III, 7
V. Ecología y ética
Ecología humana y esperanza final
pensamiento se centra en la «indeterminación» (Heisenberg) en
una creación no terminada, evolutiva; en una naturaleza llena de Una visión cristológica sacramental es dinámica. Ve todas las
energía creadora. Es el polo opuesto del deísmo. Dios no está le- cosas como creadas por la Palabra que se hizo carne en medio de
jano, vigilando el funcionamiento de la naturaleza, como si de una la historia. Pero sabe que el mundo creado está inmerso en aque-
máquina se tratara. Está implicado, con todo su amor y presencia, lla chocante catástrofe de la que la actual crisis ecológica es un
en un proceso permanente. Y nosotros, como cocreadores, debe- símbolo. Y recuerda que este mundo ansia recibir su participación
ríamos reflejarle a él, que nos creó a su imagen y semejanza, utili- en la libertad de los hijos de Dios, ya potencialmente presente,
zando nuestra responsabilidad. pero todavía por revelar (cf. Rom 8,21).
Veneramos a Dios y servimos a los planes que trazó sobre la Una «actitud reverente, receptiva», en consonancia con esta
naturaleza no cuando adoptamos una postura de pasividad o cae- visión sacramental permite y exige una participación responsable.
mos en los tabúes que limitan nuestra libertad. Actuamos correc- La falsa sacralización priva de discernimiento en libertad y fide-
tamente cuando participamos de manera solidaria y responsable. lidad creativas. Es significativo que los teólogos protestantes des-
Dios no quiere que seamos espectadores estúpidos ni utilitaristas tacados que se preocupan especialmente de despertar la concien-
sin norma. Honramos la transcendencia de Dios cuando lo adora- cia ecológica están de acuerdo con el planteamiento ortodoxo y
mos, en la discerniente y valerosa autotranscendencia, en la dedi- subrayan la fertilidad ecológica del simbolismo y celebración sa-
cación a nuestros prójimos y a la totalidad de la historia de la cramentales 47.
creación y redención. Celebramos el origen y meta de nuestra vida «tomando, como
Werner Heisenberg, el genial descubridor del factor de la in- símbolos de la presencia divina en este mundo, aquellos elemen-
determinación en la evolución, creyó profundamente en un Dios tol del entorno natural utilizados por el Señor: pan, vino y agua.
trascendente, pero jamás lo consideró como mero espectador. In- La vida sacramental del cristiano, en la que se compendia toda su
cluso la ciencia humana debería reflejar la presencia creadora de vida en el mundo, es un testimonio viviente del amor de Dios al
Dios y contribuir a una respuesta madura, dinámica. «La ciencia hombre y a su entorno» 48 .
natural debería poner fin a su postura de mero observador de la Si la piedad del antiguo Israel y la liturgia cristiana nos en-
naturaleza; tendría que considerarse a sí misma como parte de esta señan a contemplar el poder, la belleza y sabiduría de Dios en la
interacción entre hombre y naturaleza» *. creación, no veremos, en el mundo que nos rodea, más que artículos
para la producción y el consumo. Pero aprenderemos también a
reconocer el lugar e importancia de las ciencias naturales y la tec-
5. Una dinámica visión sacrame?ital nología. El pueblo sacramental de Dios no desdeñará su utilidad,
pero integrará su significado en el marco del conocimiento de sal-
Lo mejor de la teología ortodoxa y nuestra propia tradición vación, en solidaridad, servicio y amor mutuo. Entonces, las cosas
pueden conducirnos a una espiritualidad (ética) que es a la vez naturales comienzan a adorar a Dios en espíritu y en verdad. La
reverente y creativamente responsable. Deberíamos rechazar para responsabilidad ecológica es una parte de nuestra alabanza al Crea-
siempre cualquier tipo de sacralización que cerrara prácticamente dor y Redentor.
el camino a la libertad creadora. Pero no podemos aceptar aquel
tipo de desacralización que nos presenta sólo una estrecha visión
a la hora de usar de la naturaleza. Desde una perspectiva teológi- 6. Ecología humana y nuestra esperanza final
ca, preferimos hablar de creación o universo creado en vez de uti-
lizar el concepto «naturaleza». Efectivamente, deseamos recordar-
El simbolismo crítico y sacramental no sólo apunta al pasado
nos a nosotros mismos que Dios desea que la realidad creada se
y al presente, sino también al futuro. Las divinas promesas de sal-
haga transparente, que le revele a él y apunte hacia él.
vación final se expresan por medio de imágenes que representan
una ecología reconciliada. Si destruimos las cosas dadas por Dios,
194
195
V. Ecología y ética Hacia un antropocentrismo
la belleza, la salud y la armonía de la ecología humana, ¿cómo «Es crucial una política de largo alcance. Si queremos evitar de-
podremos utilizar todas estas imágenes bíblicas como signos de sastres, nuestra noción del adecuado cuidado de la tierra se incli-
nuestra esperanza? Además, nuestra esperanza y la del universo nará imaginativamente hacia el futuro» 52 .
creado no puede ser verdadera si no la expresamos, la simboliza-
mos constantemente, en nuestra conducta responsable y a través
de un medio ambiente que la testimonia. 7. Hacia un antropocentrismo sobrio y depurado
Las promesas y bendiciones de Dios a los hombres y a la na-
turaleza (cf. Is 11,1-9; Rom 8,19-22) proclaman el señorío (Col Un antropocentrismo cristiano difiere completamente de cual-
1,15-21) y el poder redentor, curativo, de Cristo, de tal manera quier planteamiento hecho desde la incredulidad. Nosotros mira-
que si estamos compenetrados con esas verdades no podremos sen- mos a Cristo, el punto omega de toda la creación y de la historia:
tirnos indiferentes acerca del equilibrio en beneficio de la actual «Todas las cosas fueron creadas mediante él y para él» (Col 1,16).
y futuras generaciones. El simbolismo sacramental y el ecológico Él es el adorador del Padre en espíritu y en verdad. Si decimos
de las divinas promesas nos dicen claramente a los creyentes que que la aparición del hombre es el gran momento en la evolución,
la naturaleza no es algo neutro y carente de valor. Por consiguien- nuestro interés no se centrará primeramente en el hombre fabri-
te, mediante nuestra cooperación creativa, responsable, la natura- cante, sino en el hombre adorador que, en su relación con toda la
leza despliega la bondad y cuidado del Creador en el sustento de naturaleza, honra al Creador y le da gracias. Es la imagen de Dios
la vida humana 49 . en su capacidad para amar a su Creador y asemejarse al Creador en
La experiencia de nuestro mundo actual pone de manifiesto su amor a los demás.
que la irresponsabilidad ecológica ha ocasionado y causará enor- En el centro del plan de creación y salvación está una huma-
mes sufrimientos a nuestros prójimos y a los que vengan después nidad que honra a Dios mediante el mutuo amor y reverencia,
de nosotros. En lenguaje bíblico, la creación (naturaleza) misma con el cuidado agradecido de todos sus dones. Quienes aceptan la
protesta contra este abuso que contradice su origen y destino. El llamada a ser un espejo que refleje el amor de Dios a sus seme-
género humano redimido nos pone en guardia y nos llama a jun- jantes, serán también espejo del cuidado que Dios tiene de toda
tarnos en solidaridad en la lucha entablada entre el hombre y el la naturaleza.
universo creado. Es como si Dios mismo nos llamase, a través de «La visión bíblica de la relación del hombre con la naturaleza
todas estas panorámicas ecológicas, a una renovada cooperación es definitivamente antropocéntrica, pero libre de falsa confianza
con la naturaleza, a una «solidaridad planetaria» 30 . en los resultados de la maestría del hombre... Desde el Génesis en
No podemos decir que exista armonía entre la esperanza cris- adelante, la persona es concebida como una unidad de lo bio-
tiana y la realidad ecológica. Los símbolos bíblicos y litúrgicos de lógico y lo espiritual; ambos aspectos son inseparables por natu-
esperanza nos dicen que ni el hombre ni la naturaleza pueden pro- raleza propia y ejercen un dominio conjunto sobre ella»53.
ducir la paz y armonía finales que Dios promete como su don in- Sin que ello suponga menoscabo de lo que Dios ha creado por
merecido. Pero la fe agradecida y teñida de esperanza estimula a medio de su Palabra poderosa, no podemos pasar por alto los ni-
la humanidad para que resista al pecado y al decaimiento; para veles de ser, los grados de significación y, sobre todo, la posición
que suscite símbolos reales de esperanza, aunque sean de carácter del hombre en el universo 54 .
transitorio 51 . Un antropocentrismo sobrio y depurado lleva consigo la con-
Un compromiso compartido en favor de un ecosistema huma- ciencia de que formamos parte de un todo. En cierto sentido po-
no saludable es señal de que donamos nuestros esfuerzos a la pre- demos decir: «Somos miembros recíprocamente», también puesta
sente y futuras generaciones. Este amor cargado de esperanza nos la mira en la realidad situada por debajo de la persona humana.
permite proclamar nuestra esperanza final con mayor confianza. «Todas las entidades creadas, desde los protones hasta las perso-
Desde esta perspectiva coincido con Theodor S. Derr cuando dice: nas, son como fuentes, ejecutan su existencia» K . Pero nuestra re-
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V. Ecología y ética Cultura de derroche y ascetismo
lación de alianza con toda la humanidad vigoriza y mantiene en
res que permitieron abusar ampliamente de los recursos dados por
alto nuestra conciencia de esas interacciones dinámicas, soporte de
Dios y del capital acumulado por el hombre, produciendo graves
la vida, y el sentido de solidaridad con el universo creado.
daños a todas las clases sociales, a la comunidad humana presente
Así pues, nuestra responsabilidad ecológica es un acto central
y futura. Entendemos así con toda claridad la verdad del salmista:
de justicia y de amor a Dios y a nuestros semejantes. «Una tierra
«La tierra es del Señor y todo cuanto la llena» (Sal 24,1-2).
administrada de una forma ecológicamente conveniente es más va-
No podremos asegurar eficazmente la igualdad y libertad entre
liosa a la humanidad que si se olvida el aspecto ecológico. La jus-
las personas si no urgimos la responsabilidad solidaria respecto de
ticia distributiva exige una tierra ecológicamente sana» M .
nuestro ecosistema y de los recursos no renovables de la tierra. La
El hombre, cocreador bajo la dirección de Dios, tiene derecho justicia social y legal prohiben que alguien reciba honores y poder
a manipular el proceso de la naturaleza siempre que tenga la cer- por medios que dañan el ecosistema humano. Sólo podrá permi-
teza moral de que su acción es beneficiosa para la generación pre- tirse las diversas agravaciones del ecosistema, por ejemplo la po-
sente y no supone un peligro para la futura. Pero tan pronto como lución atmosférica, en la medida en que lo exijan las necesidades
se dé cuenta de que esta intervención manipuladora hace más daño sociales reales.
que beneficio a los hombres, tendrá que cambiar el curso de su Ninguna persona ni organismo económico tienen derecho a
acción. La conciencia le obliga a ello. En tales situaciones puede considerar la bioesfera humana como si fuera de su propiedad. El
o debe utilizar también la ciencia y la tecnología para reparar el contexto de esta bioesfera y la limitación de los recursos materia-
daño causado y disminuir los sufrimientos. les importantes obligan a la humanidad no sólo a tomar en serio
Indudablemente, la actual impresionante crisis ecológica debe las responsabilidades locales, sino también a crear acuerdos y or-
ser interpretada en clave profética y entendida como llamada a la ganizaciones internacionales que garanticen la seguridad de este
conversión, a una renovada relación con la naturaleza dada por nuestro precioso patrimonio. Con la auténtica internacionalización
Dios, pero siempre en el marco de una renovada relación con la de los problemas de la salud del medio ambiente, de la energía y
especie humana. los recursos —cuidando siempre escrupulosamente el principio de
subsidiariedad—, «la producción nacional de armas de destruc-
ción masiva no tiene sentido» 58 . En este campo debería llevarse a
8. La ecología y una nueva interpretación de la propiedad cabo la mayor contribución para hacer desaparecer la más horrible
amenaza que pende sobre la supervivencia del hombre y la conco-
Las nuevas formas de socialización, condicionadas por la cien- mitante amenaza del deterioro catastrófico de la biosfera.
cia y tecnología modernas, han puesto de manifiesto los daños cau-
sados por un concepto individualista del derecho de propiedad
privada. No se trata únicamente de encontrar nuevas y diversifi- 9. De una cultura de derroche a un nuevo ascetismo
cadas formas de propiedad. Existe, además, la necesidad urgente El eminente economista E. Fritz Schumacher, que ve la solu-
de pensar de manera distinta y de cambiar de actitudes. Y el me- ción de la crisis ecológica en la sencillez, belleza y gozo accesibles
jor exponente de esto es la crisis ecológica. a los que se distancian creativamente de la codicia, de la ambición
En su mensaje a la primera conferencia mundial sobre ecolo- de poder, del gigantismo y de los vacíos símbolos de status social,
gía, escribió Pablo vi: «El medio ambiente es res omnium, patri- comenta sobre Keynes, el padre de la teoría del progreso constan-
monio de la humanidad» 57 . La justicia obliga a cada individuo, a te. Keynes sostiene que no ha llegado todavía la hora de «volver
toda entidad pública o privada, a cooperar en la preservación de a algunos de los más seguros y ciertos principios de la religión y
esta herencia común. Equivocados conceptos de la propiedad han de las virtudes tradicionales — e l de que "la avaricia es un vicio,
llevado a situaciones sociales graves, pero la presente situación del la usura mala y el amor al dinero detestable" —». Sugiere que el
sistema de la bioesfera pone de manifiesto la gravedad de los erro- deseado progreso económico sólo puede «obtenerse si empleamos
198 199
V. Ecología y ética La ideología del crecimiento
200 201
V. Ecología y ética Hábitos de comportamiento
pon? El 5,6 % de la población mundial vive en los Estados Uni- valoración que traerá consecuencias trágicas. El informe del Club
dos, se lleva el 40 % de los recursos primarios mundiales y causa de Roma sobre los límites del crecimiento llama la atención sobre
casi el 50 % de la polución atmosférica y de la contaminación de la criminalidad en las ciudades superpobladas, el stress psicológi-
las aguas66. co, la falta de vida privada y, especialmente, el peligro de guerra.
La seriedad de la situación es el resultado en gran medida, de No es desatinado afirmar: potenciar al máximo la tasa de creci-
la influencia ejercida por los economistas sobre los políticos y la miento de los daños ecológicos71.
opinión pública, de manera que es mucho más fácil «vender» Luchar contra la poderosa ideología del crecimiento constante
programas de alto crecimiento que de bajo crecimiento a los vo- del PIB (producto interior bruto, idéntico al PNB) no quiere ser
tantes y al mercado laboral. La escuela keinesiana del crecimiento sinónimo de oprimir el progreso. Cuando existen tantas necesida-
constante predomina aún. En los países altamente industrializa- des humanas que requieren mayor y mejor atención, tantas di-
dos, el consumo de energía se duplicó 67 entre 1960 y 1975. La mensiones del humanismo que claman por un mejor desarrollo, el
tasa del crecimiento del lujo fue casi igual. cultivo sistemático de nuevas necesidades materiales para incre-
Las estadísticas del PNB, que tanto impresionan a la opinión mentar el crecimiento del PIB «es la antítesis de la sabiduría. Tal
pública, no se miden por el grado de satisfacción de las necesi- vez existía alguna excusa para mantener la sabiduría alejada de la
dades humanas ni por la mejora de la calidad de la vida. Sólo economía, de la ciencia y de la técnica mientras conseguíamos po-
cuenta lo cuantificable. Los costos de la cobertura de accidentes cos éxitos en esos campos, pero ahora que cosechamos tantos éxitos,
de automóvil (sin contar los sufrimientos), el dinero gastado en el problema de la verdad espiritual y moral pasa a ocupar la po-
alcohol, en nicotina y drogas duras, todo forma parte del éxito sición central» 72 .
del PNB. «Pero lo peor y más destructor de la civilización es la La tarea es gigantesca. Es preciso transformar por completo
pretensión de que todo tiene un precio; en otras palabras, que el la educación de los ciudadanos de nuestras sociedades de consu-
dinero es el supremo de los valores»68. La manera de medir el mo. Necesitamos nuevos y persuasivos ideales y pautas de compor-
progreso y el crecimiento es señal bien manifiesta del subdesarro- tamiento para los individuos y la sociedad. El problema de las
11o de lo económico que ha perdido la visión de conjunto. naciones orientadas por el afán de lucro, de los llamados países
Nuestras estadísticas son incapaces de demostrarnos la rela- libres no se ha simplificado a consecuencia del conflicto con las
ción entre el PNB y los daños ocasionados a la biosfera y a la ideologías marxistas en el capitalismo de Estado, donde la mega-
salud de la actual y futuras generaciones, la suma de mutagenes lomanía, el gigantismo y la burocracia estéril ha creado enormes
peligrosos, el precio que pagamos en el rápido crecimiento de la dificultades a un nuevo planteamiento y reestructuración73. De
criminalidad, en el incremento de costos para garantizar la segu- todos modos, una formación sistemática, objetiva, bien documen-
ridad, la alienación de los trabajadores en el proceso de produc- tada sobre las relaciones ecológicas puede convertirse en importan-
ción, pérdida de creatividad, vacío del tiempo libre. Todo esto no te punto de arranque para un replanteamiento global tanto en el
es cuantificable y, por consiguiente, «no cuenta» 69 . Todas estas Este como en el Oeste.
cuentas parecen ser justamente el «producto», como dice Dolan:
«Mientras basemos nuestras metas nacionales en un número que
mide producto en vez de bienestar, podéis estar seguros de que 2. Hábitos y pautas de comportamiento establecidos
el gobierno hará cuanto esté en sus manos para potenciar al má-
ximo el crecimiento del producto, sin tener en cuenta para nada El problema ecológico está adquiriendo creciente atención. Pero
el efecto que esto tenga sobre el bienestar» 70. como quiera que los remedios imponen contracciones notorias en
La decisión de ignorar el daño cuantificable, y más aún el no cada uno de nosotros, la lucha no se centra únicamente contra las
cuantificable, ocasionado a la biosfera y a la salud humana por estructuras de poder, sino, primeramente, contra nuestros propios
esa megalomanía que afirma: «El más fuerte es el mejor», es una hábitos y modos de pensar y de actuar. Ellos son los aliados del
202 203
Intereses establecidos
V. Ecología y ética
sistema de una economía orientada por el lucro y por una cultura sigo el fumar76, lo mismo sucede, de manera consciente o incons-
consumista. Barbara Ward describe la situación de forma realista: ciente, con las industrias químicas. Los expertos de esas industrias
tratan de quitar importancia a los peligros comprobados y se es-
«La imparable búsqueda de intereses nacionales distintos por parte
fuerzan por poner entredicho su interpretación. Y no queremos
de los ricos y de los pobres en una bioesfera totalmente interde-
afirmar que ellos estén mintiendo o tratando de engañar conscien-
pendiente produce el desastre global del irreversible daño am-
temente. Se trata de un mecanismo de memoria selectiva, del
biental» 74.
punto de mira bajo el impacto de los prevalentes motivos e in-
Mientras el egoísmo individual no se siente amenazado de for-
fluencias de su grupo.
ma tangible e inmediata por un ecosistema envenenado, no se
siente motivado para imponerse restricciones en beneficio de la Hemos visto que los daños ambientales no son tenidos en
generación presente y de las venideras. Podremos unirnos en la cuenta en las estadísticas que presenta el PIB. Tal tendencia es
lucha salvadora contra el poder de los intereses establecidos cuan- mucho más notoria en las compañías centradas en el lucro. No se
do luchemos también contra nuestro propio egoísmo, contra el in- trata simplemente del poder de los capitalistas, sino, además, de
dividualismo y particularismo. Un determinado granjero puede una cierta solidaridad de grupo. Según el ideólogo de empresa y
pensar, en una situación de excesivo pastoreo en el área de la dirección, C.C. Parkinson, el ejecutivo que tiene en cuenta el bien
tribu, en la posibilidad de obtener algún beneficio personal aña- común cuando la ley no le obliga a ello, incumple su obligación
diendo una cabeza más a su rebaño. De manera parecida, un occi- respecto de la empresa77.
dental puede opinar que un incinerador más no cambia notable- El principio selectivo de conocimiento y atención es especial-
mente la situación. Cuando cada uno piensa de esta manera, la mente activo cuando la acción responsable para evitar o reducir
catástrofe es inevitable. drásticamente daños ambientales podría exigir gastos considera-
bles. En el planteamiento costos-beneficios no suele dejarse espacio
para los bienes de la salud y de la bioesfera humana sana a no ser
3. Intereses establecidos que lo exige la ley o existan grandes presiones de la opinión pú-
blica o de iniciativas de los ciudadanos.
La encíclica Mater et Magistro, de Juan xxm, que trató de Los sindicatos no son todavía suficientemente conscientes de
algunos de los aspectos de la crisis energética y ambiental no po- esta realidad a pesar de que este tema es tan urgente hoy como
día comprender la magnitud y urgencia del problema en nuestros los principales temas de la lucha de la clase obrera en épocas pa-
días. Y no es de extrañar, ya que el papa no podía prever todavía sadas. Resultado directo de esta ceguera es lo engañoso del precio
las inmensas dificultades que encerraba abrir el camino a la razón del producto. Empresa y trabajadores comparten el beneficio mien-
y la justicia75. tras que el público en general sufre pérdidas ambientales.
Uno de los mayores problemas que puede bloquear la solución Y todo esto tiene lugar no sólo donde se trata meramente de
adecuada de la crisis ambiental son los casi sesenta imperios eco- una cuestión de riesgo a largo plazo, sino incluso cuando el pade-
nómicos multinacionales con sus expertos en todos los campos de cimiento se presenta de forma casi inmediata. «Los principales
las ciencias relacionadas y su impresionante poder para influir so- descubrimientos han llevado a reconocer que gran parte del cán-
bre la opinión pública. Hay que atribuir gran responsabilidad a cer humano es evitable. Pero existen poderosos intereses y fuerzas
las fuertes compañías petrolíferas, a la industria del automóvil y económicas empeñados en que se continúe la producción y venta
a la industria química. Quienes ocasionan los mayores daños a la de estos agentes. En consecuencia, la prevención del cáncer requie-
bioesfera no se sienten motivados a estudiar el problema de ma- re una lucha social que no difiere mucho de las que combatió la
nera objetiva. Por el contrario, así como la industria del tabaco clase obrera del siglo pasado para lograr mejores condiciones la-
ha sido capaz de sacar provecho durante largo tiempo de la igno- borales» 78.
rancia acerca del incremento del riesgo de cáncer que lleva con- El más alto porcentaje de científicos cualificados está emplea-
204 205
V. Ecología y ética
Ciencia y tecnocracia
do en la industria de armamentos o en las poderosas industrias
que causan los mayores daños ambientales. Y esto lleva a la de- carece de dimensiones humanas de cercanía y enraizamiento, sino
plorable situación de benigna negligencia de los temas ambientales que es, en diversos aspectos, un ambiente enfermo y causante de
por aquellos que tienen especíales responsabilidades. enfermedad. El desproporcionado crecimiento de algunos centros
Sobre la base de intereses de la economía, el gobierno y las industriales y comerciales no ha nacido como respuesta a las ne-
organizaciones laborales, en parte equilibrados, puede resultar cesidades humanas, sino como consecuencia de las facilidades de
(constelación) que las fuerzas iguales que juzgan sobre el uso de los transporte y comunicaciones, unidas a la lucrativa especulación
medios públicos para la investigación científica y con ayuda de del suelo.
los medios de comunicación de masas forman la opinión pública, Se habla mucho de la planificación urbana. Pero, junto a los
también influyan sobre los órganos legislativos y sepan impedir persuasivos condicionamientos de los poderes públicos y económi-
disposiciones legales a favor del medio ambiente. Lo que más im- cos, es preciso saber hasta qué punto se admite a la sabiduría y la
presiona es la indicación de que miles de puestos de trabajo están previsión como partícipes del diálogo necesario para la planifica-
en juego; pero, por suerte, «existen, en las sociedades democráti- ción. Existe un umbral óptimo. Una vez traspasado, en la vida de
cas, mecanismos de protesta e ilustración que no se tienen en otros la ciudad la ecología escapa a nuestro dominio; el nivel de la con-
sistemas políticos»79. Para avanzar en las cuestiones vitales son taminación de la atmósfera, de la contaminación de las aguas y el
necesarias iniciativas reflexionadas y pensadas, por parte de los nivel de ruidos se hace intolerable. El costo de los esfuerzos para
ciudadanos. evitar los peores daños al entorno humano indica tan sólo una
En este punto, todos debemos ser muy conscientes de que la mínima parte del iceberg. En la zona del Ruhr, parte noroccidental
tarea es justamente tan difícil porque se trata de conciliar intere- de Alemania Federal, con sus 5,5 millones de habitantes, el costo
ses muy distintos. Esto es fruto de un espíritu de solidaridad más para reducir levemente los niveles de contaminación atmosférica
intensivo y de una inteligente disponibilidad de compromiso. oscila entre el 5 y el 15 % del costo total de las plantas indus-
triales 80 . Es preciso también tener en cuenta los nocivos efectos
físicos y psíquicos de determinados niveles de ruido.
4. Nacionalismo y hegemonía El economista E.F. Schumacher y el etólogo Konrad Lorenz
llegan a la conclusión de que las modernas megalópolis producen
La presión y la lucha se hacen especialmente intensas debido
pasmosos problemas de stress, alienación, violencia y todo tipo
a nuevas formas de nacionalismo, al conflicto de grupos ideológi-
de crímenes81.
cos opuestos y, de manera especial, a consecuencia de las tenden-
En su carta Octogésima Adveniens, Pablo vi llamaba la aten-
cias hegemónicas en los campos de la política y la economía. La
ción sobre los crecientes problemas ecológicos y humanos de la
candente amenaza ecológica ¿no podría convertirse en motivo para
megalópolis e hizo algunas sugerencias útiles acerca de la humani-
que todas las personas de buena voluntad renunciaran al naciona-
zación de la vida en nuestras grandes urbes 82 . Debería prestarse
nalismo y hegemonismo que conducen a insensatas carreras de ar-
mayor atención a este agudo problema humano y realizar esfuer-
mamentos que implican todo el espectro político y económico, los
zos más amplios para lograr algún cambio.
aumentos de los ingentes arsenales de armas que podrían hacer que
la tierra fuera inhabitable para siempre?
6. Ciencia y tecnocracia
5. La megalópolis La ética ecológica está inseparablemente unida con una revi-
sión profunda de los presupuestos básicos de las modernas cien-
La idolatría del gigantismo, una de las más serias desviaciones cias naturales así como del comportamiento tecnológico y econó-
de la tecnología moderna, ha llevado a la megalópolis que no sólo mico B . Con todo, nuestra crítica no se dirige contra la ciencia y
tecnología como tales, pero es imprescindible revisar la tendencia
206
207
V. Ecología y ética ¿Qué tipo de radicalismo?
al reduccionismo, actuante en algunos científicos y en la tecno- El hombre tecnocrático analiza científicamente los últimos ele-
cracia moderna; someterla a examen en el contexto de la totalidad mentos y construye una síntesis de ellos con miras a lograr la
del sistema educativo. «Las raíces de lo económico y su falta de mayor eficacia posible 89 . No abogamos para que se renuncie a la
cuidado de la bioesfera están fuera del ámbito económico, en la ciencia ni a la tecnocracia. Nos declaramos a favor de la sabiduría
educación, organización, disciplina... M» Algunos «intelectuales» es- que nos permita transformar, dirigir y dominar esa ciencia y tec-
pecialistas en ciencia o tecnología, olvidan de tal manera la bús- nología en beneficio del hombre racional y de su medio ambiente.
queda de una visión de totalidad, de significación última y de sa- Estamos hablando de una tarea que es completamente imposible
biduría que «carecen de la menor idea del significado que puede sin ascetismo en la utilización de la tecnología.
tener el término (sabiduría)» 8;\ ¿No es evidente que no ha sido la revelación bíblica la que ha
De ahí que la tecnología se haya convertido en fin en sí misma; llevado a una tecnocracia caótica y destructiva, sino que tal situa-
ha perdido la dirección. Se desarrolla como si la persona careciera ción es la consecuencia de la infidelidad a sus principios básicos90?
de importancia. La ciencia y la tecnología resultan beneficiosas La situación actual es una llamada a la metanoia radical.
dentro de sus límites propios, es decir, ubicadas en una visión de
totalidad y sabiduría. Necesitamos, ante todo, cuidadosa conside-
7. ¿Qué tipo de radicalismo?
ración de la dirección y finalidad que persigue la investigación.
Vendrá después al encontrar la manera de aplicar de la manera Para los radicales desilusionados, la crisis ecológica puede con-
más beneficiosa las ciencias y tecnologías. vertirse en tema político central que llegue, incluso, a justificar
El «mundo moderno está configurado por las metafísicas que la revolución violenta, «la destrucción completa del sistema». Si
configuraron su educación. Ésta ha engendrado la ciencia y la tec- los irredentos poderes de los que acabamos de hablar oponen sanas
nología» *6. La economía como ciencia y la economía aplicada no y rigorosas medidas, tal situación podría derivar cada vez más
debería reducirse a pura ciencia, sino tender, por encima de todo, en violentos conflictos.
a ser expresión de sabiduría. Las ciencias del comportamiento po- Pero estoy pensando en un radicalismo de signo completamente
drían hacer útiles aportaciones en este sentido. Pero es preciso diverso, que no sigue las pautas de aquellos que quieren comen-
mantener una constante postura de vigilancia sobre el peligro del zar de cero y esperan que todo provendrá automáticamente de
reduccionismo que, frecuentemente, gana terreno incluso en una diferentes estructuras económicas y políticas, de cuya naturaleza
ciencia del comportamiento cuando se convierte en algo absoluto ellos no pueden hablarnos. Lo verdaderamente necesario es una ma-
y se aisla del resto de la experiencia humana. nera de pensar completamente nueva y comportamientos distintos.
Hacer todo lo que técnicamente es posible contradice el obje- Y, una vez situados en este contexto, necesitaremos una actitud
tivo de la tecnología «y es infantil». La tecnología como agente de crítica respecto del planteamiento global de una economía orien-
cultura no es posible «sin la capacidad para ejercer el ascetismo tada hacia el lucro, del nacionalismo y hegemonismo, así como de
en el campo de la tecnología»g7. la tecnocracia sin rumbo.
Pero el problema no se plantea en una tecnología abstracta ni Es completamente inevitable que se produzcan conflictos en
únicamente en la tecnocracia ejercida por algunos; está clavado en la lucha por conseguir un entorno más sano, pero tales conflic-
el hombre moderno. Helmut Schelsky escribe: «El hombre moder- tos deben solucionarse de manera que se ponga de manifiesto que
no, como ser social y psíquico, se ha convertido para sí mismo en la relación del hombre con el ambiente está indisolublemente liga-
una tarea técnica y científica de producción»88. De ahí que la da a las relaciones humanas saludables.
tecnología haya perdido la integración y dirección. Por consiguien- La lucha radical en favor de una biosfera buena es cuestión
te, destruye la creatividad del trabajo de la mayoría de las perso- de justicia social. Por consiguiente, tiene que ir de la mano de la
nas y destroza la bioesfera al mismo tiempo. Es enemiga del hom- promoción de la justicia, del amor y de la paz a todos los niveles
bre y de su entorno. y en todas las áreas de la vida.
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Política ecológica
V. Ecología y ética
que «la primera puede conducir las actitudes y éstas puedan dar Rin; las condiciones ambientales de los 5,5 millones de habitantes
apoyo a aquella» n . No tenemos derecho alguno a criticar a nues- de la zona del Ruhr son bastante más sanas que hace unos quince
tros legisladores y gobernantes si no hacemos nada de cuanto está años.
en nuestras manos para vigorizar la conciencia y actitudes de Pero la magnitud del problema exige medidas que superan
todos los ciudadanos. los límites de un Estado concreto. Es importante mantener el prin-
La acción política no puede agotarse en una «permanente con- cipio de subsidiaridad, que permite la participación creativa y or-
frontación con la crisis»93. Es preciso trazar programas a largo ganizada de todos. Pero necesitamos nuevas estructuras que res-
plazo que pongan más énfasis en la prevención que en la simple pondan a la indivisibilidad de nuestras bioesfera y de nuestro des-
reparación de los peores daños. Parece prevalecer todavía la ten- tino económico y político.
dencia a tratar los problemas ecológicos de forma sectorial en El informe del Club de Roma, de 1974, «Humanidad en la
vez de hacer una planificación global en consonancia con la natura- crisis», pide «un nuevo orden económico y un sistema global de
leza de nuestra biosfera y de las diversas acciones y condiciones reparto de recursos». Esto se encuentra en el programa de las
que le son adversas. Naciones Unidas desde 1975, pero su realización no es fácil. Por-
Por otra parte, deberemos permitir que los legisladores y go- que se requiere nada menos que una conversión radical a una
bernantes sean realistas, que traten de encontrar programas y es- solidaridad mundial en lo económico y el logro de un acuerdo
tructuras intermedias. Los dirigentes políticos tienen que buscar mínimo sobre la escala de valores.
maneras aceptables para la población concreta, formas que promo- Un nuevo orden mundial en libertad será posible si desaparece
cionen la conciencia y preparen para ulteriores pasos. No se trata el hegemonismo, si las iniciativas locales y nacionales tratan de
de crear programas perfectos pero irrealizables. Por otra parte, abrir el camino a las mejores soluciones internacionales posibles.
«para que una estrategia de supervivencia tenga alguna posibilidad Pero cada uno debería comprender que «si deseamos aire puro
de éxito, habrá que formular las soluciones a la luz de los pro- sobre nuestras tierras y mares limpios que bañen nuestras costas,
blemas y no desde un conocimiento tímido y superficial de lo que tendremos que participar en el control de la polución a escala
puede realizarse inmediatamente»94. Lo necesario para la salud mundial» 95 .
y bienestar de la población, y tal vez para su supervivencia, puede Citemos uno de los interrogantes más importantes: ¿Quién
ser factible cambiando el gobierno o mediante una reestructu- paga los gastos de restauración y preservación de la ecología hu-
ración de las instituciones, pero jamás optando por un régimen mana?
totalitario. Algunos legisladores, por ejemplo en Alemania federal, han
Antes de tomar decisiones habrá que sopesar concienzudamente establecido el principio general de que el productor tiene que
las diversas alternativas y tener en cuenta todas las consecuencias pagar el daño o aportar los fondos necesarios para prevenir la po-
previsibles. Por ejemplo, una nación que desee independizarse lución. Con todo, existen bienes indispensables para las necesi-
de la presión política y evitar el riesgo de pérdida de libertad al dades comunes. No sería incorrecto que los impuestos públicos
tiempo que busca nuevos recursos que pueden disminuir la be- contribuyeran a pagar parte de los costos ambientales. Cuando
lleza del paisaje y aumentar la polución ambiental, ponderará todos los productores de bienes indispensables perdieran toda compe-
los valores y peligros antes de tomar la decisión. Los compromisos titividad en caso de tener que cargar con todos los gastos de la
serán inevitables y la ética cristiana tiene la misión de explicar prevención de los daños ecológicos, debería intervenir la acción
cómo tales compromisos deben ser honestos y dinámicos, al tiem- política, incluso a escala internacional96. Pero no debería haber
po que tienden al próximo paso posible en una dirección clara. indulgencia con los fabricantes de productos innecesarios. Ellos
En la pasada década se han producido señales de que existen deberían pagar todos los costos, en la medida en que son evalua-
grandes posibilidades. Londres se ha liberado de su proverbial bles. Hace ya medio siglo, A. Pigon escribió sobre el problema de
niebla. Los peces pueden vivir de nuevo en el Támesis y en el los «costos externos»: «El humo en las grandes ciudades ocasiona
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V. Ecología y ética Reconciliación entre el hombre y la tecnología
grandes pérdidas a la comunidad, daña los edificios y la vegeta- Los ecólogos hablan de tecnología media, de escala reducida,
ción, obliga a pagar por la limpieza de los trajes y de las habi- adaptada a la cultura particular y que evite la centralización de
taciones ... y de otras muchas formas» w . masas y la supertecnología. La idea, si no la práctica concreta,
sigue el ejemplo de Mahatma Ghandi y de Julius Nyerere (Tanza-
nia). La tecnología media es especialmente importante para des-
4. Reconciliación entre el hombre y la tecnología arrollar países con enorme excedente de mano de obra. Podría,
no obstante, implantarse también en los países industrializados.
La segunda revolución industrial ha puesto a la humanidad Y ello por muchas razones, de las que no sería la menos impor-
en una encrucijada. Se ve obligada a decidir entre seguir la senda tante la de crear más numerosos y satisfactorios puestos de trabajo.
de una tecnología de gigantismo, de masificación, a la que sigue La tecnología a pequeña escala, benévola con la ecología, es espe-
la destrucción del trabajo creador y el aumento del desempleo, cialmente adecuada para la obtención de energía solar, eólica... y
o reconciliarse con la tecnología creando una «tecnología con ros- otros recursos disponibles.
tro humano» 9S. Si se caminara por esta senda, llegaría un día en que la huma-
La manipulación de la naturaleza, absolutamente necesaria, será nidad bendeciría al Señor por la falta de petróleo. Es preciso no
mucho más cuidada. Se tratará de seguir sus ritmos en la medida perder tiempo. Necesitamos una especie de tiempo muerto entre
de lo posible. Habrá que apearse del principio del lucro para el impulso creativo y la disponibilidad final a gran escala. Pero
convertirnos en cuidadosos administradores, sumamente escrupulo- este tiempo muerto necesario para la tecnología a escala reducida
sos con los métodos empleados en la utilización de los recursos. es incomparablemente menor que el exigido, por ejemplo, para la
Schumacher escribe a este respecto: «Hay una medida en todas implantación de energía nuclear masiva.
las cosas naturales, en su tamaño, velocidad o violencia. En con- En su obra, best-seller a escala mundial, Small is Beautiful,
secuencia, el sistema del que el hombre forma parte tiende al cons- E.F. Schumacher subraya la dimensión de belleza, del trabajo crea-
tante equilibrio, a reajustarse constantemente de manera adecuada. tivo y de arte que considera uno de los portones indispensables
No ocurre lo mismo con la tecnología o, por mejor decir, con el para llegar a la verdad liberadora 101. El dualismo cartesiano entre
hombre dominado por la tecnología y la especialización»". «cosa pensante» (hombre) y cosa espacial (res extensa) es absoluta-
Una tecnología con rasgos humanos, que promueva la creati- mente incapaz de promover una relación saludable entre estas dos
vidad y relaciones humanas sanas, ha de favorecer el medio am- «especies de cosas».
biente. Si somos conscientes de que el desarrollo técnico conduce Schumacher sintetiza sus propuestas atinadamente: «La sabidu-
a un gigantismo imprevisible y que todo lo que en él está impli- ría exige una nueva orientación de la ciencia y la tecnología hacia
cado es inhumano y desfavorable al medio ambiente, el próximo lo orgánico, lo amable, lo no violento, lo elegante y bello.» Estas
paso deberá ser una constante comprobación de los efectos de las tecnologías suaves y elegantes, reconciliadas con la ecología huma-
diversas técnicas sobre el hombre y su medio. Aquí el acento de- na, deberían ser «lo suficientemente baratas como para ser acce-
berá estar sobre la razonable elección de las diversas alternativas. sibles virtualmente a cualquiera, útiles para la aplicación a escala
Jamás debería permitirse que la tecnocracia afrontara riesgos in- reducida, compatibles con las necesidades de creatividad de la
necesarios que repercutirán nocivamente en las relaciones humanas persona»102. Si la tecnología media presta especial atención a
o en la ecología. Los riesgos que recaen sobre nosotros en con- la creatividad y la belleza, ha comenzado la reconciliación real
junto son mayores que los ya conocidos, como son los daños que de la tecnología con el hombre.
el fumador puede causarse a sí mismo, aunque, desgraciadamente,
también polucionan el aire que otros respiran. Pero esto es sólo
un porcentaje relativamente pequeño de todas las lacras de nuestro
medio ambiente 10°.
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V. Ecología y ética Desarrollo global
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V. Ecología y ética La energía nuclear
la tierra no son una propiedad privada, sino herencia común de la bomba atómica. El Estado atómico ¿no se convertiría inevitable-
humanidad. mente en Estado policía? Y con la energía nuclear ¿no se exten-
Necesitamos una «ética cristiana que sea crítica frente a la dería gradualmente la producción de las armas nucleares por todo
economía de consumo al tiempo que presiona en favor de las el mundo?
exigencias de los pobres a participar más de los beneficios ma- Schumacher desaconseja dramáticamente tal desarrollo. Está con-
teriales» 106. vencido de que la solución de la crisis energética mediante el po-
Las naciones en vías de desarrollo podrían prestar una gran der nuclear equivaldría a crear «un problema infinitamente mayor».
contribución al progreso genuino general desarrollando y utilizando Se trata de la «salvación o condenación nuclear». La «radiación
creativamente una tecnología media, a escala reducida, tan reco- ionizante se ha convertido en el más serio agente de polución» uo .
mendada por Schumacher, por muchos ecólogos y expertos en des- La reunión de Boston sobre «Ciencia y fe», organizada por el
arrollo. Todas las culturas necesitan ayuda recíproca a fin de libe- Consejo de las iglesias en julio de 1979, propuso una moratoria
rarse para el culto de valores más elevados, tales como el aprecio de cinco años hasta que pudiéramos ver con mayor claridad. Mu-
de la contemplación y el disfrute tranquilo. chos de los participantes rusos y norteamericanos se declararon
Para lograr todo esto es absolutamente necesaria una revolu- favorables a la energía nuclear mientras que muchos representan-
ción en favor de una solidaridad a escala mundial107. Entonces los tes europeos y tercermundistas advirtieron contra ella111.
países industrializados no exportarían buscando únicamente el be- El famoso científico ruso Sacharov, conocido por su indepen-
neficio, sino que estudiarían cuidadosamente, en cooperación con dencia de criterios, se declara favorable de la energía nuclear tanto
personas de los países en vías de desarrollo, lo que realmente en el tema de la responsabilidad respecto del medio ambiente
cuadra a su cultura y ecosistema. Esto se aplica, de manera con- como sobre la posibilidad de suficiente seguridad m . Friedrich
creta, por ejemplo, a la nueva explosión de conocimiento acerca Weizsácker, científico renombrado y favorable a una evaluación
del recombinante ADN para la producción de alimentos. Todo equilibrada, es cauto en sus afirmaciones y, habida cuenta de
esto «exigiría educación biológica sustancial y una investigación todas las alternativas y dimensiones, no se opone a una cuidadosa
de la salud ambiental y ocupacional» m . y moderada decisión política favorable a la energía nuclear. Aun-
que un «ascetismo mundial» y soluciones a escala reducida con
la energía solar u otras formas sería más ideal, los dirigentes polí-
6. La energía nuclear y sus alternativas ticos deben tener en cuenta la aún prevalente tendencia de la so-
ciedad de consumo y la dificultad de lograr tiempo suficiente para
Uno de los temas ecológicos más candentes es la cuestión de otras soluciones m .
la energía nuclear. Obliga a los políticos a tomar decisiones difí- Quienes protestan contra cualquier tipo de energía nuclear — a
ciles, decisiones en las que deberían participar los ciudadanos bien mi modo de ver tienen buenas razones para ello — deben tener
informados. La opinión de los expertos respecto de los riesgos en cuenta bajo qué presupuestos pueden actuar de forma cohe-
varía considerablemente. No se trata únicamente de un tema eco- rente y honesta. La humanidad puede tirar hacia adelante sin
lógico, sino altamente político, de un problema de seguridad con- centrales térmicas nucleares si retorna a la simplicidad y renuncia
tra el terrorismo y, en caso de guerra, contra el enemigo. al despilfarro. Si nos negamos a elegir conscientemente un estilo
Se calcula que, a comienzos del próximo milenio, serían nece- de vida sencillo como presupuesto de nuestra acción, entonces tie-
sarios unos 25 000 generadores o reactores de plutonio para su- nen razón quienes dicen que el crecimiento industrial es absolu-
ministrar energía suficiente (también para las naciones que se en- tamente imposible sin poder nuclear.
cuentran actualmente en vías de desarrollo) si no se produce entre El sociólogo Hoefnagels, que hace hincapié sobre los peligros,
tanto un cambio radical en la economía y en el estilo de vida109. estaría dispuesto a tomar en consideración la energía nuclear como
Seis kilogramos de plutonio son suficientes para producir una solución interina limitada, mientras se hace todo lo posible por
218 219
V. Ecología y ética Libertad y fidelidad creadoras
obtener fuentes de energía «limpia» 114. Personalmente, me inclino tándose a aplicar las soluciones morales tradicionales fuera del
hacia este tipo de solución. Pero las iglesias y toda persona sen- contexto totalmente nuevo — p o r ejemplo contra la planificación
sible, al igual que todos los grupos con esta calificación, deberían familiar y control de la natalidad— sin intención de cambiar su
hacer todo lo posible para poner fin a la carrera de armamentos propio estilo de vida ni de cooperar generosamente para lograr
nucleares. Tal postura es absolutamente necesaria no sólo pensan- los necesarios cambios económicos y sociales.
do en las horribles guerras que podrían desencadenarse, sino por J. Gremillion señala lo absurdo que resulta, en tales situacio-
consideraciones que tienen en cuenta «el peligro que corren nues- nes, adherirse a una política de natalidad inspirada por el motivo
tros genes a causa del plutonio y de otros mortíferos efectos deri- «el mayor número de hijos posible» 118.
vados de la producción de armas nucleares» n ".
220 221
V. Ecología y ética
223
222
VI. Cultura y ética Importancia
palabra "cultura" se indica, en sentido general, todo aquello con con los valores decisivos. Todo esto enriquece a la persona huma-
lo que el hombre afina y desarrolla sus innumerables cualidades na desde los inicios de su vida familiar y social. «La cultura se
espirituales y corporales; procura someter el mismo orbe terrestre basa en una realidad global de convicciones y actitudes frente a la
con su conocimiento y trabajo; hace más humana la vida social, vida y el mundo, recibidas por el niño desde su más tierna infan-
tanto en la familia como en toda la sociedad civil, mediante el pro- cia y que lo configuran espiritualmente» 4 .
greso de las costumbres e instituciones; finalmente, a través del De estas raíces culturales, se desarrollan la ley y el orden que
tiempo expresa, comunica y conserva en sus obras grandes expe- regulan y protegen relaciones fundamentales en la familia, socie-
riencias espirituales y aspiraciones para que sirvan de provecho a dad y economía. La ley y el orden son una parte esencial de la
muchos, e incluso a todo el género humano. De aquí se sigue que cultura, pero no constituyen su cima. Su fuerza y utilidad depen-
la cultura humana presenta necesariamente un aspecto histórico y den de la totalidad de la cultura.
social...» 2 . Lo dicho anteriormente pone de manifiesto que la función prin-
cipal de la cultura es el crecimiento moral y realización de la per-
sona. De ahí que la cultura deba ser tema importante en el cuadro
A) Importancia de la cultura para la moral de la ética.
Sin el apoyo y estímulo que provienen de la cultura, sería to-
A la visión de las alarmantes injusticias y crímenes políticos, talmente imposible pensar en los genios religiosos o morales, en
de la enfermedad de la sociedad de consumo y del frecuente reduc- el santo, el profeta, el héroe. George Gurvitch critica la famosa
cionismo, el moralista puede instalarse fácilmente en determinados obra de Henri Bergson, Las dos fuentes de la moral y la religión
prejuicios e insinuar que la persona moral tiene que mantenerse porque no atribuye la debida importancia, su papel primordial, a
en lucha constante con una cultura inmoral. Típico de esta pers- la cultura, con su moral, su expresión jurídica y toda la riqueza de
pectiva unilateral es el interesante libro Moral Man and Immoral valores incorporados 5 .
Society, escrito por Reinhold Niebuhr, un gran moralista cris- Jürgen Moltmann advierte contra la estrechez de una «antro-
tiano 3. pología meramente ética» 6 . La antropología biológica elabora la
Pienso que nuestra fe en la bondad de la creación y en la su- distinción entre animal y persona. La antropología cultural nace
perabundancia de la redención, acompañada de un gran sentido del estudio del encuentro de diversas culturas, y desenmascara el
de agradecimiento a las generaciones pasadas y a la nuestra, nos subdesarrollo de una visión etnocéntrica en la que sólo cuentan las
obligan a descubrir, primero, lo que es bueno en nuestra cultura personas de una determinada tribu o cultura o se confiere carác-
y, para ser más auténticos, en todas las culturas. Desde esa postura ter absoluto a demasiadas cosas. La antropología religiosa no puede
seremos capaces de hacer frente a los males con decisión y de ofre- ignorar la antropología cultural (cultura comparada). «Existen in-
cer una crítica constructiva. Si, por el contrario, nuestra primera numerables lazos entre el mensaje de salvación y la cultura hu-
atención se dirige a los puntos oscuros, nuestra relación con la cul- mana. Dios, que se reveló a su pueblo hasta manifestarse en su
tura sufrirá trastornos que engendrarán graves obstáculos para nues- Hijo encarnado, ha hablado en la cultura propia de las diferentes
tra misión cultural. épocas» 7. De idéntica manera actúa la Iglesia cuando sigue el com-
En primer lugar, pensamos en la riqueza y belleza de nuestro portamiento divino con fidelidad.
lenguaje, que refleja la experiencia y sabiduría de muchas genera- La cultura objetiva — el conjunto de tradición, costumbres,
ciones y logros de eminentes genios. El lenguaje nos pone en con- moral, ley — es indispensable para despertar la conciencia del in-
tacto con la totalidad de la tradición que nos habla y enriquece con dividuo, pero no puede garantizar el desarrollo de una conciencia
tantos monumentos de arte y, especialmente, con la sabiduría ex- sensible y madura. Por el contrario, existen determinadas culturas,
presada en costumbres, instituciones, proverbios, etc. Los usos y formas de tradición y costumbres que, especialmente bajo desafor-
costumbres son encarnación de una moral, de una relación básica tunadas estructuras de autoridad, han impuesto tan fuertemente
224 225
Hüring, Libertad III, 8
VI. Cultura y ética
226 227
VI. Cultura y ética
Valores imprescindibles
los campos de la educación; deberían prestar una mayor atención propio fin, no sea forzada a servir al poder político o económico» a .
a la visión de totalidad a fin de superar la peligrosa tendencia de Utilizar las actividades culturales como medios para la ambi-
nuestra cultura hacia un reduccionismo, pragmatismo superficial y ción política o con intenciones de lucro económico es una verda-
especialización unilateral. dera violación.
El mononoplio del Estado sobre la escuela, especialmente si
destierra toda religión de su sistema educativo, es un desastre cul-
tural. El Estado y la sociedad deberían no sólo tolerar sino esti- D) El encuentro de la religión y de la moral con las diversas
mular entidades educativas relacionadas con la Iglesia y con otras culturas
instituciones que ofrecen alternativas creadoras22. Las escuelas es-
tatales a todos los niveles deberían intentar competir con las Dado que vivimos en un tiempo de cambios rápidos y profun-
«escuelas alternativas» en un espíritu de enriquecimiento mutuo dos en nuestra propia cultura y de encuentro con otras muchas,
e innovación. Pero la escuela del Estado difícilmente estará en tendremos que plantearnos interrogantes inaplazables: ¿es nuestra
condiciones de dar respuesta satisfactoria al objetivo educacional religión — con sus formas de organización condicionadas cultural-
de formar la totalidad de la persona como persona. El carácter mente, con sus planteamientos conceptuales y símbolos— expre-
pluralista de nuestra sociedad hace que esto sea realmente difícil sión adecuada del evangelio y de la fe? ¿Cómo la fe y nuestra
si los padres y niños no tienen el derecho y la posibilidad real de moral basadas en el evangelio sale al encuentro de la actual cultu-
elegir una escuela que garantice básicamente la misma visión y ra científica, técnica, urbana, sin perder su integridad y sin per-
objetivo de vida y educación. manecer alejada de ella? ¿Qué decir del encuentro de la iglesia
occidental con las culturas de África, Asia, Oceanía, etc.? Los cris-
tianos del tercer mundo y de otras religiones mantienen reservas
5. Cultura y política críticas sobre la manera cómo la Iglesia latina organizó sus expre-
siones y estructuras religiosas; y, especialmente, de la forma cómo
Una buena política es un servicio indispensable a la cultura. enseñó la moral siguiendo los manuales clásicos occidentales. ¿Aca-
Pero hay otro bien aún más fundamental: la promoción de la cul- so esta manera de actuar no es un esconder, en vez de revelar, la
tura es condición previa indispensable para una política útil. Te- novedad de la moral evangélica?
nemos que afirmar tajantemente esto contra la tentación de un
superficial «catolicismo político». En el pasado, ministros de la
Iglesia y seglares pretendieron frecuentemente obtener demasiado
(llevados por buenos o no tan buenos motivos) mediante la utili- 1. fidelidad al misterio de la encarnación
zación directa de la política o ejerciendo presiones sobre los polí-
ticos, al tiempo que descuidaban el sector cultural. Nuestra res- Toda la historia de la creación y salvación alcanza su vértice
ponsabilidad de promocionar la cultura es fundamental. en la encarnación de la Palabra de Dios. Ésta no se limitó a tomar
La sana política es una manera de promover la cultura e in- la carne de la humanidad, sino que se hizo judío para los judíos
tentar crear las mejores condiciones posibles para preservar la al tiempo que se mantenía igualmente libre para los samaritanos
cultura y lograr su desarrollo. El concilio Vaticano II ha señalado y gentiles.
principios atinados a este respecto: «A la autoridad pública com- La Iglesia debe permanecer completamente fiel a su orienta-
pete no el determinar el carácter propio de cada cultura, sino el ción básica, mostrada maravillosamente por el apóstol de los gen-
fomentar las condiciones y los medios para promover la vida cul- tiles 24 . Esto requiere un esfuerzo valiente y constante para encar-
tural entre todos, aun dentro de las minorías de alguna nación. Por nar la permanente verdad del evangelio y de la moral evangélica en
ello, hay que insistir sobre todo en que la cultura, apartada de su las tradiciones vivas, en las formas de moral, las costumbres y
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VI. Cultura y ética El éxodo
en la totalidad de cada una de las culturas de los diversos pue- y la moral simplemente con su expresión, condicionada por el
blos, tribus y cubculturas. tiempo, en una cultura sería sinónimo de herejía. Y esto es lo
El decreto del concilio Vaticano n sobre las misiones, otros que los tradicionalistas hacen inconscientemente.
muchos decretos preconciliares y, especialmente, posconciliares de El mensaje de salvación, incluidas las exigencias morales de la
los papas y de la Santa Sede adoptaron plenamente este principio fe, tiene que manifestar, siempre y en todo lugar, su novedad y
de encarnación. Por supuesto, es mucho más fácil afirmarlo en lozana frescura. Se traiciona esta dimensión importante cuando,
términos generales que aplicarlo a los problemas urgentes: «La con arrogancia cultural o con planteamientos culturales extraños,
obra de implantación de la Iglesia en un determinado grupo hu- se ofrece el mensaje evangélico a las personas de tal manera que
mano consigue su objetivo cuando la congregación de los fieles, el asentimiento parece exigir la adopción de pautas culturales
arraigada ya en la vida social y conformada de alguna manera a la ajenas.
cultura del ambiente, disfruta de cierta estabilidad y firmeza»2S. El decreto del concilio Vaticano n sobre las misiones subraya
Esta encarnación e implantación requiere, como afirma la ex- esta experiencia de novedad y su presuposición para personas de
hortación apostólica de Juan Pablo n sobre la catequesis, cierto otra cultura en su encuentro con la buena nueva. «Y deben expre-
diálogo cultural que guarde contacto con la manera en que —des- sar esta vida nueva en el ambiente de la sociedad y de la cultura
de sus comienzos en Jesús, en los apóstoles y posteriormente en patria, según las tradiciones de su nación. Tienen que conocer esta
el curso de la historia— el evangelio se encarnó en las diversas cultura, sanearla y conservarla, desarrollarla según las nuevas con-
culturas. Cuando esto se realiza de manera fiel, «la fuerza del diciones y, finalmente, perfeccionarla en Cristo, para que la fe cris-
evangelio produce por doquier transformación y regeneración. Si tiana y la vida de la iglesia no sea ya extraña a la sociedad en que
el evangelio es levadura en la cultura, no es de extrañar que corrija viven, sino que empiece a penetrarla y transformarla»27.
algunos elementos»26. En este encuentro encarnacional no cambia
el evangelio; el cambio se produce, más bien, en la cultura, pero
desde dentro. 2. El éxodo
Esta adaptación valiente a las nuevas culturas no es, en modo
alguno, falta de fidelidad a la Iglesia. Hasta hace poco tiempo, La evangelización a encarnacional de que hablamos exige fideli-
la Iglesia misma fue casi exclusivamente latina, occidental, mar- dad al éxodo que alcanzó su plenitud en Cristo Jesús. Esto es par-
cada por el pensamiento cultural del mundo griego, romano, ger- ticularmente lamentable para la Iglesia que, durante largo tiempo,
mánico. Y la auténtica encarnación de esas corrientes fue un pro- no protestó contra el colonialismo y frecuentemente alimentó un
ceso de encarnación en el pasado. La fidelidad genuina al pasado complejo de superioridad a causa de su cultura occidental y, espe-
no consiste en la repetición de un evento pasado creativo, sino, cialmente, de la latina. Cuando se publicó el desafortunado docu-
más bien, en la valentía para emprender nuevas formas de en- mento Veterum Sapientiae, que firmó Juan x x m y pronto lo la-
cuentro encarnacional con otras culturas. mentó profundamente, «L'Osservatore Romano» habló repetidas
El encuentro con tan numerosas culturas antiguas y nuevas ayu- veces en tonos triunfalistas de la «supercultura latina» de los ro-
dan a preservar la pureza de la fe en el misterio de salvación, ya manos que la Iglesia atesora y utiliza «para cultivar a los bárbaros».
que el misterio de Dios y de la vida verdaderamente cristiana es El concilio Vaticano n —previo un examen de conciencia y
infinitamente más rico que las expresiones dadas en una única cul- violentas oposiciones por parte de algunos— logró invertir el sen-
tura. El proceso de encarnación impide desviaciones heréticas cuan- tido de la marcha, pero, como sucedió con el apóstol de los gentiles,
do se da la aguda conciencia de que la misma fe y el mismo men- tiene que defender esa nueva orientación contra tentaciones siem-
saje moral se articulan en muchas lenguas y culturas. Es algo así pre nuevas y contra intentos reaccionarios. En una intervención
como una orquesta maravillosa en la que cada voz e instrumento decisiva, el cardenal Lercaro trató estos problemas utilizando el pa-
alcanza su verdad plena en el conjunto. Identificar la fe cristiana radigma de la pobreza evangélica29. Insistió en que la cultura es
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VI. Cultura y ética Metaética
el medio básico, una pauta presente en cada palabra, en cada sím- diferentes papeles en el marco del comportamiento moral total de
bolo, rito y mensaje. Y lamentablemente, la iglesia latina ha vincu- la humanidad, cuyo resultado será único y mucho mayor que lo
lado la mediación a un «órgano» exclusivamente occidental. El contemplado por el ojo humano» x .
Cardenal llamó a una conversión a la pobreza evangélica volviendo
a la simplicidad de la Biblia y renunciando a la vanagloria de la
4. Metaética
carne, a la vanagloria en su cultura superior.
Si se asienta sobre las bases de la pobreza y la sencillez del La encarnación de la única fe, con sus implicaciones morales,
evangelio, la Iglesia misionera tendrá mayores facilidades para lo- en una enorme diversidad de culturas constantemente cambiantes
grar un diálogo con las diversas culturas del mundo. Permítase es algo desasosegante y ciertamente molesto para los que se preocu-
sugerir la conveniencia de que la generación de mayor edad debería pan principalmente por la seguridad o por el conocimiento de do-
aplicar la misma visión y actitud para conseguir dialogar con la minio. Pero incluso cuando no se trata de insano complejo de se-
generación más joven. guridad ni de descarado conocimiento de dominio, el planteamien-
to encarnacional representa un gran reto a la moral cristiana y a
la moral en general. Dada la pluriforme interdependencia entre
3. El reino universal de Dios cultura y moral, «la moral debe escudriñar con atención vigilante
lo que, en la relación entre ambas, pertenece al campo de lo esen-
La Iglesia sería infiel a su misión principal — l a de proclamar cial y permanente y lo que forma parte de lo condicionado his-
el reino universal de Dios de palabra y obra, con la liturgia y las tóricamente» 31.
estructuras organizadas— si diera una especie de monopolio en su Partiendo de la diversidad de manifestaciones morales entre
vida, instituciones y enseñanza moral a una cultura concreta. No tantas y tan variadas culturas, filósofos como Platón, Aristóteles,
puede ni siquiera soñar con una cultura universal en la que una Tomás de Aquino, Kant, Hegel... trataron de dar figura a una
cultura se tragaría a las restantes o les impondría su lengua, sus metaética con validez universal. Pero en tal empresa filosófica que-
pautas de pensamiento, sus símbolos, etc. Esto equivaldría a un dó prendida la huella de su tiempo y emergió de nuevo la tenta-
abominable colonialismo cultural. Y si se utilizara la enseñanza ción a ignorar o minimizar la historicidad del hombre. Como con-
religiosa y moral con estos fines, tendríamos que hablar de sacri- secuencia, la metaética construida no habla del hombre histórico
legio. y menos aún de la complejidad de una humanidad caída y redimida.
La verdadera cultura universal, prefigurada en el acontecimien- En tiempos recientes, sociólogos de costumbres y de moral
to de Pentecostés, se caracteriza por varias lenguas, símbolos, cos- han intentado su propio camino para alcanzar una especie de me-
tumbres que, como si de una gran sinfonía se tratara, ejecutan el taética por métodos que manejan la comparación de las culturas.
papel que les compete. Todas contienen elementos preciosos, he- Pero se encuentran con idénticos resultados que los filósofos. Un
rencia milenaria constantemente renovada y enriquecida. Mediante gran sociólogo advierte: «Se les escapó la irreductible multiplici-
su diversidad, que tiende hacia una verdadera unidad mediante el dad y diversidad de estilos morales que coexisten bajo las mismas
impacto del evangelio plenamente encarnado, pueden proclamar condiciones sociológicas y más aún en toda la sociedad»32.
el reino de Dios y apuntar hacia su misterio mucho mejor que si Existen tantos elementos comunes en la naturaleza humana y
de una sola cultura se tratara. De hecho, si una cultura pretendie- en el equipamiento moral de la humanidad que resulta razonable,
ra un monopolio, sería absolutamente un contrasigno del reino e incluso necesario, reflexionar sobre la posibilidad, objetivo y
de Dios. significado de una metaética. Con todo, no debemos perder de
La gran tarea moral común a todos los pueblos no sólo per- vista que puede pensarse esto y hablar de ello siempre desde una
mite, sino que actualmente exige una diversidad de usos, costum- lengua concreta y desde unos modos de pensar, que no pueden ser
bres y formas de moral «en una especie de reparto histórico de traducidos literalmente a otra cultura distinta.
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VI. Cultura y ética Conflictos evitables
Hay que tener, además, en cuenta que cuando unas personas, mensiones de historia y, finalmente, aunque no es lo menos im-
tanto en la misma cultura como en diversas, buscan sincera y li- portante, el aprecio de la redimida inteligencia humana, la cons-
bremente lo que es bueno y verdadero y lo llevan a la práctica de tante disposición a compartir la experiencia y la reflexión fuera
manera creativa, jamás podrá existir una moral monótona y ca- de los límites de la cultura y subcultura a la que uno pertenece.
rente de tensiones. Las personas maduras y sinceras podrán po-
nerse de acuerdo sobre valores básicos, derechos, deberes, pero
ni la vida de un santo ni la mejor Summa Moralis es capaz de con- E) Conflicto y bendición
tener la rica plenitud de los valores morales y su encarnación. La
metaética tendrá que contener las verdades y valores básicos, pero 1. Conflictos evitables
no podrá aspirar a más.
La historia de los tratados de derecho natural pone claramente La historia de todas las religiones principales, incluido el cris-
de manifiesto la tentación a absolutizar lo que es común a un de- tianismo, recoge trágicos conflictos, que frecuentemente llevaron a
terminado grupo. Los famosos textos de los siglos pasados sobre persecuciones, causados por una desafortunada enseñanza religiosa
derecho natural nos permiten reconstruir en gran medida las cos- y especialmente, por inculcar normas e imperativos en nombre de
tumbres, las formas de moral y las deficiencias en el ambiente de la religión cuando, en realidad, condicionamientos sociales y es-
los filósofos partiendo de aquellos que ellos presentan como abso- tructuras autoritarias insanas desempeñaron un papel decisivo en
luto. Estas observaciones deberían bastar para hacernos cautos el establecimiento de esas normas.
cuando se trata de generalizar. Esta misma cautela debería permi- Un ejemplo clásico es la disputa sobre el rito chino y el latino.
tirnos salir al encuentro de otras culturas con mayor apertura y No sólo se trataba, como podría parecer a un observador super-
respeto y aprender de ellas y con ellas. ficial, de la uniformidad de la «lengua sagrada» y los rituales, sino
que se pretendía la completa uniformidad en materia de usos,
costumbres, tradiciones y formas de moral. En la práctica, esto
5. Lo propio de la moral cristiana significa un intento de favorecer a una cultura tratando de elimi-
nar las restantes en nombre de la religión. Muchos cismas dentro
Llegados aquí podemos retornar al óüscutidísimo propriut» de de la cristiandad nacieron a consecuencia de ambigüedades rela-
la moral cristiana. Podemos expresarlo de una manera que no nos cionadas con diferencias culturales y, más deplorable aún, de una
separa de las restantes culturas y religiones, sino que nos une en combinación de actitudes de superioridad cultural y la arrogancia
la búsqueda sincera y realización de lo que es bueno, verdadero y de círculos religiosos.
bello. Ya en los primerísimos tiempos del cristianismo, la misión de
Tal como hemos visto, el aspecto encarnacional pertenece esen- evangelizar todas las naciones encontró un obstáculo casi insupe-
cialmente al mensaje moral cristiano. Debemos subrayar igual- rable en la firme convicción de muchos judeocristianos según la
mente la dimensión histórica de salvación y la vida que responde cual, la conversión a Cristo implicaba esencialmente la plena acep-
al mensaje de salvación, la universalidad del reino de Dios en la tación de la ley de Moisés. Ello habría significado prácticamente
tierra, el poder del contenido y la actitud de fe para moldear y la aceptación de toda la cultura judía y el total distanciamiento
enriquecer el talante y conocimiento moral. Es contra la fe en el de la cultura propia. En aquellos tiempos resultaba comprensible
misterio pascual de la muerte y resurrección de Cristo, así como ese error debido al falso concepto de la elección judía y la total
en la venida del Espíritu Santo, para revelar el verdadero conte- carencia de reflexión respecto de la interdependencia entre religión
nido del amor. Es también esencial la dinámica universal del amor y cultura. Mediante revelación divina, el apóstol de los gentiles
de Dios y del prójimo articulada en todas las virtudes cristianas, pudo romper la barrera, pero se vio envuelto en numerosos y do-
la preeminencia de las virtudes escatológicas que reflejan las di- lorosos conflictos.
238 239
VI. Cultura y ética Lo antiguo y lo nuevo
Los primeros grandes misioneros del Lejano Oriente, Matteo Una genuina enseñanza de la moral evangélica realizada por
Ricci y De Nobili, tenían la amplia visión de san Pablo, ayudada dirigentes cristianos bien instruidos en las ciencias sagradas y hu-
por una reflexión sólida sobre la legítima diversidad de culturas manas será siempre, directa o indirectamente, un servicio a las
y la necesidad de que el evangelio enraizara en la cultura. La de- culturas aunque temporalmente sean inevitables algunos conflictos
cisión romana contra sus ideas y trabajo levantó una muralla la- y tensiones.
tina que hizo la evangelización casi estéril durante largo tiempo. Pienso que una buena norma para hacer frente al problema es
La actual investigación etnológica sistemática, la antropología cul- la distinción entre la «moral sagrada» y la «moral sancionada»,
tural, la sociología de la cultura y costumbres hace aún menos propuesta hace medio siglo por Rudolf Otto 3 3 . Para él, «moral
excusable la infidelidad al ejemplo del apóstol de los gentiles. El sancionada» significa casi lo mismo que para Alfons Auer, una
gobierno central de la Iglesia debería utilizar ampliamente a los moral del mundo de un cristiano o de otro creyente34. Es la mo-
expertos en estas ciencias cuando se presentan cuestiones relacio- ral existente en el grupo cultural o profesional, que no nace de la
nadas con si una determinada norma moral debe o puede ser im- fe en cuanto tal, mientras que la «moral sagrada» es inherente a la
puesta sin tener en cuenta para nada las diferencias culturales. experiencia religiosa. La moral sagrada determina nuestra relación
en la esfera de lo sagrado, con Dios y con lo que apunta directa-
mente hacia él o le pertenece de una manera especial. Aunque no
2. Armonizar lo antiguo y lo nuevo es totalmente independiente de la cultura existente, la transciende
de manera esencial; es más que un fenómeno cultural. En la expe-
Es preciso afrontar claramente la complejidad del problema. riencia básica de lo sagrado y de su moral, existen diferencias,
A pesar de la buena voluntad y de la competencia científica, que- pero también importantes similitudes en la religiosidad oriental y
da suficiente espacio para la perplejidad y los conflictos. Las re- en la occidental. Como cristianos, sintetizamos la moral sagrada en
flexiones que ofrecemos pretenden ayudar a evitar conflictos evi- fe, esperanza, amor y adoración.
tables y hacer que los enfrentamientos inevitables resulten fructí- Muchos de los conflictos entre diferentes religiones o entre
feros o, al menos, menos dañosos. personas religiosas de diferentes culturas conciernen directamente
Para que se vea la importancia de este tema candente, presen- a dimensiones de la moral sagrada. Un ejemplo importante es el
to al lector la siguiente pregunta: los dirigentes responsables de culto a los antepasados35. En algunas culturas africanas y asiáticas,
una tribu o nación ¿tienen el derecho y el deber de prevenir un la moral sagrada encuentra su expresión central en el culto a los
extrañamiento cultural y una erradicación que ellos prevén o expe- antepasados. La gratitud profundamente sentida y la solidaridad
rimentan de hecho como resultado de métodos alienantes de evan- con ellos motiva y sanciona las tradiciones, especialmente la del
gelización? ¿Puede invocarse el principio de libertad religiosa cuan- espíritu de la familia. Se confía y se teme a los espíritus de los
do extranjeros, en el nombre de Dios, imponen nuevas normas antepasados como mediadores entre Dios y su progenie. La gente
morales que rompen la unidad cultural? ¿Puede un hombre de tiene la impresión de que los antepasados son desdichados y se
Iglesia que, llevado de un falso tradicionalismo, reafirma normas encuentran incómodos en las asambleas de los antepasados vene-
morales concebidas en tiempos pasados bajo condiciones históricas rados si sus retoños son infieles a las costumbres heredadas o no
ampliamente diferentes, sin tener en cuenta nuevos conocimientos cumplen adecuadamente su función en la comunidad humana.
y urgentes necesidades desconocidas antaño, esperar que la reac- Los misioneros cristianos y autoridades eclesiásticas que con-
ción sea más juiciosa que su acción? Para mí la respuesta no puede denaron el culto de los antepasados en términos generales no sólo
ser un «si» o un «no» teórico. La respuesta existencial diría que dañan profundamente las experiencias religiosas, sino que socavan
el cristiano debe hacer todo lo posible para evitar cualquier forma seriamente la fábrica moral y social de estas culturas o hacen total-
de enajenamiento cultural o cualquier intento de socavar las legí- mente imposible que la gente acepte el mensaje cristiano. El culto
timas estructuras de las culturas existentes. a los antepasados encierra tal verdad y belleza que podría., acep-
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240
P Ay>
VI. Cultura y ética
Proceso de integración
tarse perfectamente y reafirmarlo como una experiencia de soli-
daridad salvadora más allá de la muerte, como parte del recuerdo cribió a las comunidades no contienen, al menos en su mayor parte,
de nuestros antecesores reales, Jesucristo y los santos. normas de acción concretas materialmente nuevas; se limitó a to-
La «moral sancionada» es aquella parte de la moral de la per- mar esas normas de la sabiduría judía de los proverbios y de la
sona más estrechamente ligada a la cultura y a toda la experien- filosofía griega» 36. Para un encuentro y discernimiento fructíferos,
cia humana en familia y en sociedad. Guía la actitud frente al las costumbres y la moral de la persona son más importantes que
mundo. Según Otto, las grandes religiones, como el islam y el los sistemas filosóficos, que no llegaron ni llegan a la persona
cristianismo, no crearon esta moral, sino que la encontraron ya media.
dada, como realidad profundamente enraizada. La función de la Todo lo que los creyentes recientemente convertidos conside-
religión es sancionar esta moral existente. Sancionarla como expre- ran válido en su pasada experiencia recibe la sanción no de una
sión de la voluntad divina o eliminar lo que contradice la «moral autoridad religiosa externa, sino de su propia conciencia ilumina-
sagrada» de estas religiones. da y purificada por la fe. No es una sanción añadida como motivo
El objetivo primero de los mensajeros del evangelio de Cristo para esperar la recompensa o temer el castigo, sino sanción prove-
no consiste en enseñar una nueva moral o una especie de nuevo niente de la verdadera integridad de la conciencia del creyente. En
código moral. Lo primero es comunicar la experiencia de la no- las situaciones más logradas se produce una integración orgánica
vedad de la fe en Jesucristo, su muerte y resurrección, la misión que da también un sentido de continuidad con el pasado, que con-
del Espíritu Santo y la espera de la venida final de Cristo. Una fiere mayor fertilidad a la lozanía del mensaje cristiano.
parte de este mensaje será, por supuesto, la novedad de una «vida Normalmente, en la conducta de los miembros y grupos más
en Cristo Jesús» con su llamada directa a amar al prójimo y a la sobresalientes se pone de manifiesto lo que la conciencia del fiel
solidaridad universal como forma de participar en el amor de Cris- puede sancionar e integrar, y la fe de la comunidad puede apro-
to y de su Padre a todos los hijos de Dios. De seguro que la nueva bar. En este proceso, el dirigente religioso puede a veces sentir
experiencia del amor universal en Cristo no conduce a los conflic- la necesidad de alertar a los grupos influyentes para que cultiven
tos con la cultura dada o con las buenas personas. La fertilización un mayor sentido de responsabilidad, como Pablo hizo con los
o el choque se producen cuando la religión trata temas vitales de «fuertes» de Corinto (lCor 8-9). La salvación entera, juntamente
la moral y costumbres heredadas, con argumentos racionales, ofrece criterios. Pero no podemos apli-
carlos literalmente en situaciones completamente diferentes.
En el Antiguo Testamento y en el Nuevo encontramos muchos
3. Proceso de integración casos de «moral sancionada», es decir, de formas de moral y cos-
Lo que Otto llama sancionar podría entenderse mejor como tumbres que no fueron reveladas sino encontradas o heredadas
integración en el caso feliz en que no se trate simplemente de una por aquellos que vinieron a la fe en Yahveh o en Cristo. Y si las
aprobación o vigorización de la moral, sino de una asunción en comparamos entre sí, caeremos en la cuenta de que lo que fue
una síntesis vital, profundamente sentida. Pero el primer paso a sancionado como voluntad de Dios en una situación no mereció
dar será discernir en la moral y en las costumbres lo que es recto, atención alguna o fue desaprobado en otra era o cultura. Si igno-
bueno, honesto (cf. Flp 4,8) y mantenerlo. Y, a continuación, con- ramos el proceso histórico de encuentro e integración, puede dar
vertirlo conscientemente en parte de la fidelidad a Cristo. la impresión de que Dios manda en un caso lo que prohibe en
Pablo no tuvo que inventar o importar las virtudes relacio- otro. La explicación consiste en que cada comunidad de creyen-
nadas con el comportamiento de las personas (Ef 6,5ss; Col 3,18ss); tes, situada en un tiempo y cultura concretos, tiene que buscar y
las encontró como parte de las costumbres de la cultura griega. discernir en espíritu de apertura 37 . Y lo que tal vez sea aceptable
«Punto de partida es la moralidad del medio concreto, nacido de en un estadio del crecimiento de la fe, tal vez no lo sea en un es-
la historia, determinado culturalmente. Las cartas que Pablo es- tadio superior, y lo que resulta útil en un contexto cultural, qui-
zás sea destructor en otro.
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243
VI. Cultura y ética
Proceso de eliminación
No sólo lo que es bueno en todos los casos, también las cos-
tumbres condicionadas por el tiempo pueden recibir una sanción no puede cambiarse de repente sin grave daño para todas las per-
auténticamente religiosa. Ejemplo clásico es la orden de Pablo, sonas implicadas y para la vida de una nueva iglesia38.
dada a las mujeres de Corinto, de que observaran la costumbre
de su cultura de no aparecer en público con la cabeza descubierta.
La razón fue el buen nombre de los cristianos y la sintonización 5. Proceso de eliminación
con los sentimientos de los conciudadanos.
La educación en la fe y la enseñanza moral pueden, y en oca-
siones deben, conducir a una desaprobación y gradual, pero firme,
4. Purificación eliminación de determinadas formas de conducta moral, actitudes
o prácticas que son parte y parcela de una cultura existente pero
Frecuentemente, el proceso no consiste tanto en una simple que contradice de manera frontal las implicaciones morales; de la fe.
y clara integración cuanto en la gradual purificación de una cos- Puedo relatar aquí un ejemplo que estudié antes y durante mi
tumbre que es sancionada posteriormente en su forma modificada. actividad con la tribu Bemba en Zambia. Es lo que se llama pup-
Si la fe del individuo y de la comunidad es vigorosa, actúa gra- yani. Mientras que en las tribus vecinas el levirato regula el ma-
dual pero constantemente como levadura en la masa. De ahí que trimonio de una viuda con un hermano o pariente del último es-
la obligación de los evangelizadores consista en vigorizar la fe y poso, los Bemba retorcieron esta costumbre de una manera extra-
la virtud del discernimiento al tiempo que tolera por algún pe- ña. La viuda debe mantener relación sexual con un miembro del
ríodo algunas costumbres o formas de moralidad más o menos im- clan al que pertenecía el marido fallecido; a continuación, puede
perfectas. retornar a su propio clan y familia, donde es libre para casarse de
No interpretaremos equivocadamente esto como un falso com- nuevo con quien ella o su familia deseen.
promiso. Si así lo deseamos, podemos darle el nombre de compro- La iglesia misionera intentó abolir esta abominable práctica
miso, pero debemos concebirlo como un proceso más dinámico de utilizando severas prohibiciones y graves sanciones contra el hom-
una educación en la fe y discernimiento de intensidad siempre bre y la mujer transgresores, pero no obtuvo resultado. La hipó-
creciente. La actitud de san Pablo respecto de la esclavitud es una tesis a la que llegué y que es compartida por muchas personas
buena ilustración de este aspecto. La Carta a Filemón señala la con las que hablé o mantuve correspondencia es la siguiente: la
meta. La primera Carta a los corintios (lCor 7,20-24) y la tabla práctica pupyani es reflejo de un conflicto acaecido hace dos o
de las virtudes del individuo en las cartas dirigidas a comunidades tres siglos entre la antigua y pacífica cultura matriarcal y la tribu
ponen claramente de manifiesto la tolerancia gradual o temporal. de los guerreros cazadores que conquistaron la zona. Los hom-
Sólo una forma ingenua de pensar podría confundir la tolerancia bres Bemba, portadores de un fuerte patriarcalismo centrado en el
temporal con la sanción e integración. varón, demostraban, mediante esta práctica su superioridad frente
En mi opinión, esta visión podría ser útil, por ejemplo, para a la anterior estructura familiar matriarcal. De esta manera, ellos
plantear de manera realista el problema del bautizo de los polí- simbolizan que el clan del marido detenta la propiedad de la mu-
gamos africanos sin destruir una unidad familiar socialmente apro- jer, pero no se siente obligado a cuidarse amorosamente de la
bada y sancionada. ¿No podría tolerarse temporalmente el matri- viuda mediante el proceso normal del matrimonio de levirato.
monio de levírato, una de las obligaciones morales más sanciona- Las mujeres se mostraban, y se muestran, en desacuerdo con
das en el Antiguo Testamento, en comunidades africanas recien- esta manera de afirmar el dominio del varón, pero fueron final-
temente convertidas en las que esta institución tiene la misma mente sometidas mediante la utilización de un mito, una super-
función y sentido de obligación que en el Antiguo Testamento? estructura típica: la creencia de que la mujer que se niega al
Lo mismo podemos decir de los estadios de matrimonio usual, que pupyani y la familia de aquélla serán castigadas severamente por
el espíritu del esposo difunto.
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245
VI. Cultura y ética Las costumbres y la moral
Desde un punto de vista pastoral, yo no intentaría eliminar cesarios sin que de ellos se obtenga bien alguno. La tarea crítico-
ct.to mediante amenazas y castigos, sino instruyendo a las perso- cultural de las comunidades cristianas sólo tiene pleno sentido
nas sobre el origen y carácter ideológico de la práctica. Y es su- creativo como parte integrante aquella actividad de los fieles que
mamente importante lo que voy a añadir: honrando altamente a promueve y vitaliza la cultura. La luz de Cristo permite entender
aquellos hombres y mujeres que se negaron valientemente a esta y realizar de forma óptima esta importante contribución. Recor-
explotación sexual a pesar de las graves amenazas, éstos se con- demos que Cristo es el profeta por excelencia. Una Iglesia capaz
vierten en los verdaderos antepasados y héroes de una nueva era de descifrar los signos de los tiempos en este espíritu es una ben-
a la que deberán dar gloria las nuevas generaciones. dición incalculable para la cultura humana.
Estudiando las culturas occidentales, la sociología traza una ti- del tipo de tradición y de la medida en que se asimilan interna-
pología de moral y costumbres en las diversas clases y agrupacio- mente, se aprecian y desarrollan estos valores de forma creativa.
nes sociales. A través de ese trabajo se ve que los agricultores Dentro de la misma cultura pueden coexistir y entrar en con-
tienden a preferir una moral ligada a la tradición, la burguesía flicto recíprocamente los más diferentes tipos de moral ligada a
un planteamiento pragmático, la típica clase media una moral ex- la tradición. Baste recordar las tradiciones profética y sacerdotal
presada en términos de obligación, el proletariado consciente de sí en Israel. Podemos comparar la moral israelita vinculada a la tra-
mismo se inclina hacia una moral de altas aspiraciones y de inno- dición con las culturas de África y Asia, muchas de las cuales tie-
vación creativa41. nen una orientación comunitaria. Una moral individualista no pue-
G. Gurvitch ofrece una interesante tipología de las actitudes de fomentar idénticos valores de continuidad y fidelidad que la
y formas básicas de moralidad: 1) la moral ligada a la tradición; determinada por su orientación comunitaria; para sobrevivir aqué-
2) moral pragmática con tendencia al utilitarismo; 3) una moral de lla necesitará de controles más numerosos.
virtud; 4) la moral de control y juicio subsiguiente; 5) la moral La historia y la sociología pueden enseñarnos mucho acerca
imperativa; 6) una moral de símbolos e imágenes ideales; 7) una de las relaciones sanas e insanas con la tradición; sobre sus pre-
moral de altas aspiraciones, una moral de nuevos planteamientos; supuestos y consecuencias socioculturales. Como cristianos, y espe-
8) moral de libertad y de actitud innovadora. cialmente como católicos u ortodoxos cristianos, debemos valorar
Dentro de cada tipo puede existir tensión entre: a) una orien- altamente una tradición que incorpore las experiencias y reflexio-
tación más mística o más racional; b) un modo de conocimiento nes morales compartidas por muchas generaciones y la sabiduría
más intuitivo o más reflexivo; c) moral de imposición rígida u otra del genio así como de las personas sencillas. La fidelidad creativa
de dones naturales; d) moral de apertura o de estrechez; e) moral es la mejor arma de que disponemos para demostrar nuestro agra-
que atrae fácilmente o aquella otra que no llama a nadie; f) mo- decimiento.
ral que subraya la dimensión colectiva y aquella otra que prefiere Cuando nos hallemos frente a una moral ligada a la tradición,
el aspecto individual42. marcada por la decadencia, la estrechez y la superficialidad, no tra-
Juntamente con Gurvitch quiero dejar claro que el relativismo taremos de imponer otro tipo completamente diferente. Por el
de la sociología que descubre la relatividad funcional de la inter- contrario, intentaremos dejar muy claro que la genuina fidelidad
acción e interdependencias nada tiene que ver con el relativismo a la tradición y el enraizamiento saludable son otra cosa bastante
filosófico. La tarea de la moral comienza donde termina la de la diferente. La tarea primera no es cambiar las tradiciones, sino des-
sociología. Nos preguntamos cómo el mensaje moral cristiano cubrir el significado real de la tradición a la luz de toda la riqueza
puede reconciliar, integrar o purificar la escala de valores y la pers- de la historia.
pectiva moral de formas de moral condicionadas culturalmente *3. Cuando tratamos con personas de culturas que experimentan
profundos cambios e innovaciones nos cuidaremos mucho de caer
en el desastre de enseñar únicamente en términos de moral ligada
1. Encuentro con una moral ligada a la tradición a la tradición caracterizada por el individualismo, por la insepara-
ble estrechez y el control. El paradigma de la tradición profética
No confundamos enraizamiento en la tradición con tradiciona- y del éxodo resultará mucho más útil.
lismo en sentido peyorativo. Una moral ligada a la tradición pue- Nuestra sociedad se caracteriza por la búsqueda de nuevos ca-
de ser mística e intuitiva; puede contener elementos preciosos de minos y por la coexistencia de muchos grupos y costumbres socia-
muchos de los restantes tipos de moralidad. Puede ser una moral les ligados a la tradición. La reacción de una parte de la sociedad
de ascenso, que se abre a nuevos horizontes y encuentra seguido- y de la Iglesia contra un excesivo tradicionalismo ha llevado a una
res, pero puede ser también una moral estrecha de duros contro- cierta pérdida del sentido de la tradición. La pedagogía moral no
les y de escaso seguimiento por convicción personal. Esto depende puede conformarse con salir al encuentro de la moral de cada clase
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VI. Cultura y ética La moral de la virtud
y grupo sociales. Tiene que pretender, al mismo tiempo, un mutuo que, en tal cultura, serán rechazados o se tornarán en pura segu-
enriquecimiento y complementaridad. La proclamación del mensa- ridad utilitarista. Tampoco ayudará una «moral de la virtud», pues
je moral cristiano a diferentes subgrupos culturales exige gran ha- se tornaría en asunto de una autoconsumación castrada en el
bilidad para comunicar desde diversas perspectivas y con distintos egoísmo.
acentos. El remedio vendrá por el camino de la integración en una mo-
ral de agradecimiento, una mayor penetración en la fertilidad in-
terior del bien, tal como lo vemos clásicamente en Jn 15. No es
2. Encuentro con una moral pragmática cuestión de pragmatismo utilitario, sino de hacer bueno el árbol,
esperando la sanación moral y la salvación de la dedicación al bien
Un cierto tipo de clase media alta, la llamada burguesía, tien- y de la gozosa fe en Cristo y del sometimiento a su reino. Una
de a una moral pragmática cargando el acento en la recompensa enseñanza genuinamente cristiana y el ejemplo de una moral de
y en el castigo; es una moral de mérito. La recompensa eterna y responsabilidad'*4 puede utilizar las energías de una cultura prag-
temporal es la razón principal que empuja a hacer el bien. La va- mática, transformarla y ennoblecerla, evitar que caiga en un bur-
loración pragmática mira más al objetivo y resultado que a los va- do utilitarismo.
lores y significado permanentes. Frecuentemente prevalece una co-
loración utilitarista.
Si se trata de una moral de tinte religioso, la motivación del 3. Encuentro con una moral de la virtud
más allá puede mitigar un egoísmo pleno, pero cuando se evapo-
ra la dimensión religiosa el carácter pragmático abre las puertas de Gurvitch piensa que una moral de la virtud (como la de con-
par en par a la valoración egoísta utilitaria bien sea para uno trol y de imposición imperativa) tiende a la estrechez, a la osifi-
mismo o para el grupo. En teoría tal vez se hable del mayor bien cación y al rigorismo y carece de atractivo actualmetne para la
posible para todos, en la práctica — esto se ve claramente en la parte más dinámica de la juventud y de los adultos 45 . Evidente-
teoría liberal clásica en su vertiente socioeconómica — el «mayor mente, él encontró, en diversas culturas, una moral que se centra
bien posible» se interpreta como permiso para que cada uno bus- fuertemente en la virtud, pero su hilo conductor es la realización
que su propia ventaja. de sí mismo o una moral consciente similar a la de los estoicos,
Un cierto pragmatismo, si es moderado por motivos morales y por no hablar de las ostentosas virtudes del fariseísmo de siempre.
religiosos que transcienden el campo del objetivo manifiesto, pue- Completamente diferente es la moral cristiana de las virtudes
de evitar el peligro de un fanatismo obsesionado por los princi- escatológicas: agradecimiento, esperanza, vigilancia, discernimiento,
pios abstractos. Pero un pragmatismo sin una clara escala de va- serenidad. Ese tipo de moral bíblica lleva dentro de sí el dinamis-
lores bloquea el desarrollo normal de la conciencia madura. mo de la historia de la salvación. Puede prender fácilmente en una
La peor desviación del pragmatismo se concreta en la propues- forma de moral en la que los símbolos ideales, las altas aspiracio-
ta de Skinner para manipular científicamente la conducta de la nes, la actividad creadora y la tensión hacia el futuro se mantienen
persona mediante los binomios dolor-placer, castigo-recompensa. culturalmente vivas.
Esta teoría sólo podrá encontrar seguidores en una cultura o sub- La historia de la teología moral católica demuestra que el en-
cultura utilitaristas. cuentro del mensaje moral cristiano de la Biblia con la moral de
La educación cristiana que se encuentre con ese tipo de moral realización por las virtudes podría transformar profundamente el
no necesita eliminar todo pragmatismo, pero debe integrarlo y concepto y estilo de éstas, que se convirtieron en una parte de la
sanarlo mediante una visión y motivaciones más elevadas y ple- amorosa respuesta de fe en Dios, en parte de la dedicación al reino
nas. No podrá lograrse tal objetivo mediante la sola enseñanza de de Dios. Pero con demasiada frecuencia, de manera especial en
una moral del descarnado deber o con imperativos autoritarios los últimos siglos, bajo el impacto de una cultura individualista,
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VI. Cultura y ética Moral imperativa
la moral de la virtud olvidó prácticamente la posición central de trolado de moral necesitan ayuda para experimentar la novedad
las virtudes escatológicas y se centró, por el contrario, en la idea de la moral evangélica. No es suficiente derribar los múltiples con-
de la propia perfección. troles. Gomo sucede en la educación de los niños, hay que dismi-
Se da un contraste chocante entre la moral de la virtud des- nuir los controles gradualmente a medida que crecen la nueva vi-
crita por Gurvitch y la moral de la Biblia. A todas las personas sión y motivación. Pero también tienen que ser remodelados, aun-
de todas las culturas deberíamos predicar la moral del misterio que corran algún riesgo, para crecer en madurez.
pascual, de las bienaventuranzas, que nos advierten que todo
aquel que se busca egoístamente, aunque se trate de las virtudes,
se perderá. En cambio los que abandonan su yo egoísta encontra- 5. Moral imperativa
rán su verdadero yo.
La moral de Confucio, centrada sobre las cuatro virtudes car- Las tribus salvajes y amantes de la guerra, conducidas a la mo-
dinales, no cae bajo las categorías de Gurvitch ya que aquéllas no ral de alianza por Moisés y sus sucesores, necesitaban la guía mo-
son consideradas como medios de perfeccionarse, sino esencialmen- ral de direcciones claras e imperativos vigorosos. En realidad,
te como dones del cielo. Practica una moral de agradecimiento vemos que el núcleo de la moral de Israel fue imperativo por anto-
por los dones celestiales. No nos hallamos, pues, lejos de las vir- nomasia. Y la historia de Israel, especialmente la parte profética,
tudes escatológicas. «La participación más preciosa que el cielo nos ofrece un paradigma de cómo hacer frente a condiciones cul-
concede a los sabios son las actitudes de benevolencia, justicia, tem- turales similares. El acento imperativo, la guía desde fuera, deja
planza y prudencia. Éstas tienen sus raíces en el corazón. Sus fru- paso gradualmente a la moral del «corazón del hombre», una mo-
tos irradian en la continencia»*. El esfuerzo de los misioneros por ral de elevadas aspiraciones y de símbolos vitales.
enseñar a los cristianos chinos las cuatro virtudes estoicas o vir- En la historia de Occidente hubo un largo período de tiempo
tudes cardinales aristotélicas fue un ejercicio vano y un insulto en que la vieja moral germana de absoluta sumisión a los jefes o
al maravilloso acervo cultural de los chinos. a los príncipes se combinó con la tendencia imperativa del derecho
romano. La evangelización de las tribus germánicas (y celtas) pudo
utilizar la moral de la absoluta sumisión; cuando el jefe fue bau-
4. La moral del juicio subsiguiente tizado, sus subditos siguieron su ejemplo y orden casi automáti-
camente.
Gurvitch considera la moral de subsiguiente como moral de Con todo, la verdadera conversión a Cristo era algo bastante
control y de éxito exterior, la más estéril de todas las formas diferente. La mejor teoría y práctica misioneras, expresadas clási-
de moral, signo de cultura personal de bajo nivel. Se opone com- camente en el viejo himno germánico Heliana, hizo del principio
pletamente a la moral del «corazón», de convicción interior y de de la sumisión absoluta un buen punto de partida, pero advirtien-
recursos. Este autor ve determinada forma de tradición en la Igle- do de sus aspectos peligrosos. El nuevo mensaje transformador
sia católica que acentúa excesivamente el control y la sanción, en tiene un núcleo: «Sólo a ti, Cristo, te seguimos en fidelidad plena
forma similar a lo que se estila en los partidos y regímenes co- y a los jefes de la tierra en la medida en que ellos te siguen a ti.»
munistas 41. En esa moral no hay lugar para el aliento creativo, Si las estructuras de la autoridad en la Iglesia y la enseñanza
para innovaciones valientes ni para sensibilidad en la captación de moral hubieran seguido este planteamiento, en el siglo xvi no se
los signos de los tiempos. Hay que crear un espacio para la moral habría proclamado y practicado el principio cuius regio, eius et
cristiana de la gracia y libertad de los hijos de Dios. religio, lo que significa que el jefe determina la religión (status
Tal transformación o, por mejor decir, reeducación nos ayuda denominativo) de sus subditos. Tampoco se habría producido, en
a comprender mejor el concepto bíblico de nueva creación. El pro- nuestros tiempos, la esclava lealtad y obediencia de tantos cató-
ceso requiere tiempo. Los cristianos deformados por el tipo con- licos y cristianos luteranos a su jefe, Hitler. No se habría encon-
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VI. Cultura y ética Una moral de aspiraciones
trado ni un obispo que bendijera a los guerreros y las armas de bles tareas y para alimentar una moral vital guiada por símbolos
las guerras nacionalistas o coloniales carentes de sentido. e imágenes ideales.
La teología del concilio Vaticano n ha reintegrado la visión
sacramental de fe y vida que fue tan central y fructífera en la
6. La moral de los símbolos que inspiran cristiandad primitiva. La Iglesia se entiende a sí misma principal-
y de las imágenes ideales mente como un símbolo sacramental de unión con Dios y de uni-
dad de la humanidad 50 .
Gurvitch opina que la moral que vive mediante símbolos, que La pedagogía moral y la espiritualidad de las iglesias orienta-
inspiran, e imágenes ideales que hablan al corazón de la persona, les se distinguió por una visión sacramental que abre la mente a
es señal de elevada cultura humana. Los símbolos pueden unir a los signos de la presencia de Dios en el mundo. Estoy firmemente
la gente más profundamente que los secos conceptos y los áridos convencido (y Gurvitch me da la razón) de que varias culturas de
imperativos. Piensa ese autor que este tipo de orientación moral África, Asia y Oceanía invitan a la Iglesia a realizar una síntesis
es especialmente adecuado y fructífero en tiempos de profundos de sus propios símbolos vitales e imágenes ideales con la compren-
cambios, de nuevas posibilidades y riesgos. Permite constante cre- sión sacramental de la vida cristiana. Todo esto me resulta evi-
cimiento y renovación; ayuda a las personas a descubrir sus pro- dente cuando participaba en la celebración de la liturgia o en para-
pios recursos interiores y, por consiguiente, nuevas posibilidades. liturgias en diversas culturas africanas. La cultura y la moral que
Después de todo lo que se ha dicho y escrito sobre la sociedad tienen sus fuentes principales en los símbolos vitales y en la sim-
urbana tecnológica de nuestro tiempo, sorprende la afirmación de plicidad de la expresión creativa encierran gran fuerza y poder de
Gurvitch de que «vivimos en una era en que la moral de los sím- creación. Por supuesto, esta visión, que traza un puente entre la
bolos ideales ocupa un lugar destacado en la vida moral» w . Po- fe y la vida, será plenamente fructífera si las formas litúrgicas no
demos descubrir aquí las mejores posibilidades para rejuvenecer son impuestas por una cultura extraña.
los poderes de la enseñanza moral de la Iglesia, enseñanza que
esté alejada del puro concepto y de la árida ley.
También sorprende que un destacado teólogo protestante de 7. Una moral de aspiraciones
Norteamérica, el continente más típico de la moderna cultura téc-
nica, llegue a una conclusión similar. Langdon Gilkey manifiesta La moral de una parte de los proletarios modernos y más aún
su esperanza de que la renovada teología sacramental y la liturgia de partes del tercer mundo se encuadra en este tipo al que Gur-
de la Iglesia católica pueda contribuir en gran medida a levantar vitch caracteriza como «moral de nuevos rumbos y de altas aspi-
puentes entre las expresiones más vitales de la vida actual y el raciones».
corazón de la religión. Presupone que los símbolos e imágenes de El gran movimiento de la clase trabajadora en Europa se ini-
la celebración de los misterios de fe, esperanza y caridad apunta- ció con una especie de fe en que podían cambiar radicalmente
rán eficazmente a la realidad de nuestra vida y de nuestra cultura, las condiciones de vida y las estructuras sociales. De ahí que la
de manera que podamos descubrir los signos de la presencia di- filosofía de la historia, de manera especial en la forma propuesta
námica de Dios. La liturgia tiene que poner los puntos decisivos por Karl Marx, pudiera atraer más al proletariado, a los estudian-
de la vida y de la cultura ante la presencia de Dios y dar direc- tes y a bastantes intelectuales que a los partidarios de una filosofía
ción a la vida m. estática del orden social y de una moral de normas fijas.
Quienes desean retornar a una liturgia estereotipada cuyas for- No necesitamos buscar la salvación en la filosofía del progreso
mas estén todas sometidas a un gobierno central, deberían reflexio- presentada por Augusto Comte o K. Marx. Nos basta dejarnos
nar atentamente sobre estas realidades. La libertad creadora es conducir por la visión de la historia de la salvación, aceptar la
imprescindible para que la liturgia y la teología cumplan sus no- llamada bíblica a la conversión y traducir al lenguaje de nuestro
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VI. Cultura y ética
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Hiring, Libertad III, 9
VIL Moral de la vida socioeconómica
Economía de las bienaventuranzas
cesidad, de un socialismo como expresión de la responsabilidad
cristiana (D). Trataremos de descubrir una visión más amplia en
cia y bienes terrenos, al servicio de los demás, en quienes reco-
la que podamos captar la dimensión de la economía como tarea
nocerán a sus hermanos y hermanas.
ética (E). Desbordando las diversas ideologías de capitalismo (in-
El gran economista E.F. Schumacher se hace eco de esta visión
cluido el capitalismo de Estado), formularemos interrogantes so-
del concilio y la traduce a llamamientos más específicos y a una
bre la economía de mercado libre, la necesidad y límites de la
visión más concreta de un orden económico sano. «Somos pobres,
política económica, la función y ordenamiento de la propiedad,
no semidioses. Tenemos abundancia para sentir preocupación; no
especialmente la propiedad productiva en relación con el trabajo
emergemos a una edad de oro. Necesitamos una actitud de mode-
y las diversas funciones en la empresa económica (F). Discernien-
ración, un espíritu no violento; lo pequeño es bello. Tenemos que
do los signos de los tiempos, trataremos los importantes proble-
preocuparnos de la justicia y tratar de que prevalezca el derecho.
mas de la economía y la ética ( G ) ' .
Todo esto, y sólo esto, puede capacitarnos para convertirnos en
creadores de la paz» 4.
Frente a la tradición pietista individualista hay que subrayar
A) La economía de las bienaventuranzas
que el espíritu de las bienaventuranzas no afecta únicamente a la
moral individual. Tiene que ver también con las comunidades y
La humanidad redimida participa del misterio pascual de muer-
sociedades, con la economía y la política. Es un reto que nos hace
te y resurrección experimentado el poder liberador de Espíritu
el Salvador del mundo, un mandamiento positivo nacido del hecho
Santo en una vida en sintonía con las bienaventuranzas2.
de que la redención afecta a la totalidad del universo. El hombre
La moral teológica de la vida socioeconómica considera el or-
económico y su sociedad necesitan también de redención. El com-
den de la creación en la tensión entre pecado y redención, presente
promiso con el espíritu de las bienaventuranzas en las actividades
en la dinámica de todas las relaciones y procesos acaecidos a lo
económicas, en las relaciones y en las estructuras, no sólo es testi-
largo de la historia. Es, pues, atinada la postura del concilio Va-
monio convincente a favor del evangelio, sino que nos abre a un
ticano II cuando, al final de su capítulo sobre la vida socioeconó-
más profundo conocimiento de Dios y prepara el camino para el
mica, lo enmarca todo en las bienaventuranzas. Sólo de esta ma-
verdadero conocimiento de salvación, que el mundo tanto ne-
nera «resultará iluminador» el ejemplo de los discípulos de Cristo.
cesita» 5.
En fidelidad a éste y a su evangelio, y después de adquirir la ne-
El hombre y el mundo pecadores necesitan de la conversión
cesaria pericia y experiencia, observarán el recto orden de valores
radical otorgada y expresada por las bienaventuranzas si pretende
en sus actividades terrenas. Toda su vida —la individual como
producir frutos del Espíritu visibles en la realidad económica y
la social — estará gobernada por el espíritu de las bienaventu-
social. El documento de Medellín sobre la justicia lo ha expresado
ranzas, especialmente por el espíritu de pobreza.
de manera perfecta. «La singularidad del mensaje cristiano no
Quien, en obediencia a Cristo, busca primero el reino de Dios,
consiste tanto en afirmar la necesidad de cambios estructurales
recibirá un amor más puro y fuerte para ayudar a todos sus herma-
cuanto en la insistencia en la conversión de las personas, de la
nos y hermanas, para «perfeccionar la obra de la justicia bajo la
que derivará inevitablemente este cambio. No tendremos un con-
inspiración del amor redimido» 3 . Vemos aquí claramente que el
tinente nuevo si no contamos con estructuras nuevas y renovadas;
mensaje del Concilio enmarcado en el espíritu de las bienaventu-
Pero tampoco contaremos con un continente nuevo sin hombres
ranzas no es desencarnado en modo alguno. No nos exime de
nuevos que conozcan cómo ser verdaderamente libres y responsa-
adquirir la necesaria pericia y experiencia ni de compartir la re-
bles de acuerdo con la luz del evangelio» 6.
flexión sobre el «recto orden de valores». Recibiéndolo todo como
La Iglesia tiene que ser consciente de que una ética estática
don de Dios, los discípulos de Cristo no tratarán de aprovecharse
y abstracta del derecho natural no puede hacer frente a la situa-
de los demás, sino que se pondrán, con sus habilidades, experien-
ción conflictiva de un mundo pecador. Necesitamos captar con ma-
yor agudeza la tensión entre los poderes de la maldad y la reden-
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259
VII. Moral de la vida socioeconómica La economía es más que un negocio
ción, tal como está expresada en Rom 7,14ss 7 . Las esperanzas bienaventurada pobreza de los creyentes que veneran, como don
optimistas acerca de un mundo mejor 8 no pueden basarse en una del único Dios, creador y redentor, todas las cosas buenas que
filosofía de la historia como ley inmanente del desarrollo histórico. pueden ayudar a la liberación de la persona, a su propia realiza-
La única base es el poder de la redención ofrecido a los que acep- ción en amor y justicia mutuos.
tan la gracia y llamamiento de conversión y de compromiso com-
En este mismo sentido, Johann Baptist Metz escribe: «La po-
partido en favor de la renovación.
breza como virtud es la protesta contra la dictadura del tener, del
Como repitió constantemente Juan xxm, la Iglesia, enviada a poseer y de autoengrandecimiento. Lleva a la solidaridad con aque-
los pobres, debe comprender que no puede proclamar la buena llos para quienes la pobreza no es precisamente una virtud sino
nueva a los pobres ni la liberación a los oprimidos si no vive de una triste situación vital e imposición social»13. La pobreza como
acuerdo con el misterio pascual, si no se convierte al don abso- don del Espíritu y signo del venidero reino de Dios es una libera-
luto ni se siente empujada hacia la justicia y el amor'. ción de la codicia y la avaricia (Col 3,5) que envenena las rela-
Esta conversión radical al espíritu de las bienaventuranzas, esta ciones humanas y las estructuras socioeconómicas14.
hambre y sed de que prevalezca la justicia salvadora de Dios son La pobreza que significa carencia de bienes de este mundo ne-
parte y parcela de la evangelización genuina. En sintonía con la cesarios para vivir dignamente como seres humanos es un mal, es-
misión de Cristo (cf. Luc 4,18), empujada por su amor e ilumi- pecialmente si tal situación es consecuencia de estructuras y perso-
nada por el evangelio, «la Iglesia, como comunidad verdaderamen- nas injustas. Los profetas la denuncian. En el polo opuesto se
te pobre, orante y fraterna, puede hacer mucho para llevar a cabo sitúa la pobreza como don del Espíritu, característica distintiva
la salvación integral o, por mejor decir, la liberación de los hom- del «pobre de Yahveh». Este don no puede darse si no existe un
bres. Puede extraer del evangelio las más profundas razones e compromiso creciente de ayudar al pobre y de hacer desaparecer
incentivos siempre nuevos para promover la generosa dedicación las causas y prácticas injustas que le afligen1S. Es una parte del
al servicio de todos, de los pobres especialmente, de los enfermos ministerio profético de los teólogos y de todos aquellos cuya com-
y oprimidos; para eliminar las consecuencias sociales del pecado, petencia les da autoridad para desenmascarar y denunciar las ideolo-
traducidas a estructuras sociales y políticas injustas» ,0 . gías que ofrecen constantemente un fundamento «racional para
Cristo, el siervo de Dios, es ungido y enviado por el Espíritu. que los privilegiados actúen de acuerdo con sus propios intere-
Sus discípulos podrán participar de su misión en favor de la libera- ses y no se abran a las peticiones del pobre para compartir los
ción integral si son renovados por el Espíritu y confían en él. «La recursos de que aquéllos disponen y éstos necesitan» 16.
fe en la renovación mediante el Espíritu Santo y la esperanza en
Mediante la buena nueva de las bienaventuranzas proclamadas
la venida del reino de Dios confiere a los creyentes la libertad para
e interpretadas con el ejemplo de la vida, la Iglesia puede y debe
rechazar las estructuras existentes, las relaciones de poder; pa-
«unir la luz de la revelación a la experiencia humana para ilumi-
ra emprender pasos valientes hacia un cambio que favorezca a los
nar el camino recientemente emprendido por la humanidad» I7 .
que padecen la miseria» a .
Una adhesión personal a la economía de las bienaventuranzas no
Philipp Schmitz indica que el punto de partida para una mo- nos dispensa, sin embargo, de compartir la experiencia y de coope-
ral específicamente cristiana debería ser la pobreza en el mundo, a rar activamente con todos los que tienen competencia especial en
la luz de aquel nuevo sentido y dinamismo de la pobreza percep- este campo.
tible en Cristo y donado a sus bienaventurados. Nos hallamos fren-
te a complejas realidades y dimensiones de pobreza: primero, po-
breza como experiencia radical de «pérdida y alienación. En su B) La economía es algo más que un negocio
consecuencia final, es el símbolo de obstáculo y resistencia a aque-
Dos ideologías se corresponden con un modo de comporta-
lla autorealización humana inteligible únicamente en términos de
miento aún más extendido: aislamiento (falta de integración) y la
gracia» n . Y esto pone de manifiesto la segunda perspectiva: la
absolutización de la actividad económica.
260 261
VII. Moral de la vida socioeconómica
Economía y sociedad
El liberalismo clásico (con Adam Smith como jefe ideológico)
considera la economía como autónoma, con un mecanismo auto- conducen a las trágicas luchas de clase»21. Aquí radica una de las
regulador, que, en la mayoría de los casos, es el interés personal principales causas de las guerras.
del hombre económico. Filosóficamente, esto establece y justifica
un sistema económico y un comportamiento independiente de cual- 1. Economía y sociedad
quier norma ética que no sean las «leyes» del mercado y el motivo
del interés personal. A diferencia de la posterior sociología cien- Uno de los mayores sociólogos, que comenzó su carrera como
economista, escribió la obra fundamental sobre la relación exis-
tífica, no se tiene en cuenta la relación existente entre la econo-
tente entre la economía y los restantes rasgos de la sociedad22.
mía y las restantes dimensiones y esferas de la vida social e in-
Otro notable economista, Werner Sombart, llegó a idéntica con-
dividual.
clusión de que no puede entenderse la economía en términos me-
Esta ideología afecta a muchas personas, entre ellas a los cris-
ramente económicos. La economía es algo más que los negocios. El
tianos. Esas personas viven sus vidas en compartimentos estancos. lucro no es su única significación ni el móvil exclusivo.
La religión, vida familiar, cultura, realidad política y la responsa-
Karl Marx tuvo aguda conciencia del impacto que la economía
bilidad están desintegradas. La economía, así como las restantes
produce en las relaciones y procesos económicos de estructuración
áreas de la vida, incluida la moral y el arte, se caracterizan por de la vida cultural y social, de la organización política, de las ins-
una «pérdida del centro» 18. tituciones religiosas y del pensamiento. Aunque tiende a absolutizar
El segundo fenómeno, relacionado con el primero, es la ten- el poder determinante de la dinámica económica sobre las restantes
dencia a absolutizar la economía de una manera u otra. Karl Marx, realidades históricas, él siente especial interés por la base social
al menos en la interpretación de Friedrich Engels y bastantes mar- de la economía y por su organización. La ideología individualista
xistas ortodoxos, califican la relación y proceso económicos como no puede competir con las intuiciones de Karl Marx. La unilate-
el factor determinante de todas las restantes dimensiones de la ralidad de éste sólo puede ser corregida por aquellos que prestan
vida social, cultural, política y religiosa. ¿Quién puede negar que atención corrrecta a las dimensiones sociales y culturales de la
no sólo los marxistas sino otras muchas personas permiten que el economía misma y a sus diversas relaciones con la estructura y di-
pensamiento y la actividad económicos determinen prácticamente namismo de la familia, de la comunidad y de la sociedad.
la mayor parte de sus vidas? La etología pone de manifiesto cómo, también entre los ani-
El concilio Vaticano il ha puesto su dedo en este fenómeno males, la organización social y el comportamiento están condicio-
lamentable. «Muchos hombres, sobre todo en regiones económica- nados en buena medida por la situación económica23. Característi-
mentes desarrolladas, parecen guiarse por la economía, de tal ma- co de los humanos es que otros factores influyan en la economía
nera que casi toda su vida personal y social está como teñida de así como en las organizaciones sociales.
cierto espíritu económico tanto en las naciones de economía co- Tratar la vida económica como compartimento estanco o como
lectivizadas como en las otras» 19. la única clave para todo lo restante destruye la sociedad, la cul-
Como ciencia, la economía goza de consideración relativamen- tura, la política y al mismo «hombre económico». Tal plantea-
te amplia y privilegiada. Más grave es aún la tendencia de bastan- miento contradice la realidad histórica. «Cuando todo se ha dicho
y hecho, tal vez las circunstancias históricas y los valores hereda-
tes economistas a explicar toda la vida cultural y social en clave de
dos culturalmente, así como las creencias, tengan más que ver con
conceptos económicos20. El reduccionismo de estos economistas
la configuración de la vida económica que los motivos económicos
está relacionado con el pensamiento y la práctica de las personas
universales»24. Se ha dicho y demostrado que el hombre de las
de cultura unidimensional. culturas primitivas dedicaba relativamente más tiempo y trabajo
«Donde la economía se convierte en el único interés, la vida que el hombre moderno a actividades que no perseguían una fina-
económica está viciada y los conflictos de los intereses económicos lidad directamente económica25.
262 263
VIJ. Moral de la vida socioeconómica
Realidad omnipresente
Sociedad libre y libertad en las relaciones económicas están re-
lacionadas entre sí y ambas dependen de cómo la cultura y la re-
dad, el test de si se conoce y honra a Cristo, redentor de toda la
ligión entiendan e incorporen los valores básicos de libertad y fide-
persona y de todas las personas (cf. Mt 25,31-46).
lidad. Una «ética de empresa libre» x necesita tener clara esta vi-
Aunque el marxismo no descubre la relación transcendental de
sión de la interacción e integración. De otro modo será irrealista
la economía humana, ve algunos aspectos importantes. Contra el
e ineficaz.
liberalismo, que separa la economía del resto de la vida, y contra
El documento de Medellín sobre Familia y demografía (6-9-
la utilización desencarnada de las cosas materiales, el joven Marx
1968) es un buen ejemplo de un planteamiento ético y pastoral
afirma insistentemente que «la esencia de la persona es ser crea-
basado sobre una nueva conciencia de las complejas interdepen-
tiva y social. El hombre es autocreador»31. Consecuentemente,
dencias n , conciencia de la que carecieron otros muchos escritos
describe como alienación todas las estructuras de las fuerzas pro-
éticos y documentos de la Iglesia. Ya el título dedicado por el
ductivas y todas las relaciones que bloquean la creatividad de la
concilio Vaticano u a su capítulo sobre Vida socioeconómica ex-
persona y las relaciones sociales sanas. Para Marx, la alienación
presó idéntica conciencia M.
de los trabajadores y de quienes los explotan en el campo econó-
mico es la raíz de todas las restantes formas de alienación; es,
podríamos decir, una especie de pecado original. Por consiguiente,
2. Economía y la vocación total de la persona
la abolición de tal explotación es la conditio sine qua non para
erradicar todo comportamiento antisocial32.
El concilio Vaticano n comienza sus reflexiones sobre la vida
Es una lástima que un antimarxismo ciego haya impedido a
socioeconómica subrayando «la dignidad y vocación total de la
muchas personas descubrir lo que hay de verdadero en esta des-
persona humana». El «bienestar de la sociedad como conjunto»
cripción de la alienación, sus causas y remedios. Pero es igualmente
no puede avanzar verdaderamente cuando la vida socioeconómica
lamentable que la teoría marxista tienda a insinuar que bastan los
(la organización de las fuerzas productivas y el ordenamiento de
cambios estructurales para superar el mal. No puede sanarse la
la relación productiva) no dan testimonio de la verdad básica de
relación económica sin un cambio del corazón, de la interioridad
que el «hombre es la fuente, el centro y la finalidad de toda la
de la persona, en una reciprocidad de conciencias.
vida socioeconómica»29.
Si los critianos concedemos la prioridad a este cambio del co-
No debería existir dicotomía entre el ámbito de la cultura per-
razón, nuestro compromiso en favor de estos cambios estructura-
sonal y el dominio de la naturaleza. En las actividades y relacio-
les que contribuyan a superar toda forma de alienación no se de-
nes económicas, o la persona expresa y desarrolla sus propias ca-
bilitará sino que adquirirá mayor vigor33. Si queremos plantear
pacidades creativas y su corresponsabilidad o, de lo contrario, se
de manera realista la ordenación adecuada de las fuerzas y rela-
degrada a sí misma y daña a los demás. En las actividades econó-
ciones productivas tendremos que considerarlas como parte inte-
micas y a través de ellas, en el trabajo y relaciones laborales, la
gral de la cultura de la persona y como alimento de comunidades
persona puede expresar, comunicar y conservar «grandes experien-
y sociedades sanas y pacíficas.
cias y deseos espirituales de manera que éstos puedan ser de uti-
lidad para muchos, incluso para la totalidad de la familia humana» *.
El «hombre económico» es, al mismo tiempo, una persona so- 3. La economía, realidad omnipresente
cial y, sólo ordenando sus actividades y relaciones económicas con
La economía es más que los negocios. Comienza ordenando
responsabilidad social y cooperación, puede integrar este ámbito
adecuadamente lo doméstico (oikonomia). En una familia sana, las
de vida en su vocación total y construir su propia salud espiritual actividades productivas económicas compartidas son el sostén de
y psíquica. La utilización personal de las cosas materiales es, in- las relaciones domésticas; el tipo de distribución que se practica
cluso, el test de la suprema vocación a amar y actuar en solidari- pone de manifiesto que la economía es para la familia y no ésta
para la economía.
264
265
VII. Moral de la vida socioeconómica
Actividad filantrópica
En la teología oriental, y parcialmente también en la occidental,
La aparición de las empresas multinacionales, con todos los
el ordenamiento ideal de todas las actividades y usos económicos
conflictos que ellas producen, pone de relieve el problema de la
en una familia sana tiene valor de símbolo: la «economía de la
relación entre cultura y economía. «¿Puede una institución, la
salvación» da sentido a las leyes e instituciones y no viceversa. En
corporación, florecer en una pluralidad de culturas, cada una de
la oración dominical, tras las peticiones relacionadas con el nom-
ellas con tradiciones éticas distintivas?» 37 La conciencia más agu-
bre, reino y voluntad de Dios, viene la súplica en favor de la fa-
da de este fenómeno aumentaría la sensibilidad de las personas y
milia: «El pan nuestro de cada día dánoslo hoy.» La manera en
podría ayudar a evitar muchos errores desagradables.
que utilizamos las cosas terrenas — e l pan para todos y de to-
Un conocimiento más claro sobre las variadísimas relaciones
dos— refleja la seriedad de nuestro esfuerzo para honrar el nom-
entre cultura, ecoesfera y economía podría ayudar a comprender
bre de Dios, para esperar su reino y hacer nuestra su voluntad
las llamadas éticas de economistas de la talla de E.F. Schumacher,
amorosa. Quien se niega a considerar nuestro pan — e l alimento
quien no se cansa de insistir en que «está en juego la cultura, no
y las restantes cosas que han producido la tierra y las manos de
la economía». Y nos pone delante un modelo económico que apun-
los hombres— como dones del único Dios para todos sus hijos,
ta a las bienaventuranzas y nos enseña «a vivir dentro de las li-
no puede orar verdaderamente cuando dice «no nos dejes caer en
mitaciones de nuestra naturaleza y del mundo físico» M .
la tentación, más líbranos del mal».
La sociología de la religión ha ofrecido evidencia abundante
de la relación existente entre economía y religión34. Las excesiva-
4. Economía y actividad filantrópica
mente simplificadas y polémicas teorías de Karl Marx han dado
pie a consideraciones más matizadas. La fuerza y flaqueza de la
El notable economista y sociólogo Werner Sombart ha presta-
religión se reflejan en las relaciones económicas. Peligrosas ideo-
do gran atención al problema de los motivos altruistas en la vida
logías sobre el «hombre económico» falsean la religión y llevan a
económica y a las actividades filantrópicas39. El altruismo no sólo
una mezcla confusa de religión, moral religiosa e ideologías. No
es importante «para explicar determinadas asignaciones de recur-
puede entenderse el eros y la civilización, la revolución y contra-
sos, especialmente de aquellos que se encuentran fuera del merca-
revolución sin relacionarlas también (pero no de forma exclusiva)
do; los fenómenos altruistas son igualmente cruciales para el fun-
con las estructuras económicas y comportamiento predominantes 35 .
cionamiento del mercado» m. En las sociedades primitivas, las acti-
Las personas e instituciones religiosas no quedan al margen de vidades económicas pretendían, primero, cubrir las necesidades de
la influencia, buena o mala, de la realidad económica. Cuanto me- la familia y, segundo, el intercambio de regalos. Esto expresa un
nos consciente y deliberadamente aborden estos problemas más altruismo básico, la conciencia de la dependencia y solidaridad
eficaz será la oculta vestimenta ideológica de la realidad económi- mutuas, el gozo de dar, la idea de que quienes dan generosamente
ca. Todas las grandes religiones mundiales han condenado el culto recibirán dones generosos y, lo que es más importante, obtendrán
a la codicia y la ambición de poder, pero con excesiva frecuencia un reconocimiento social.
hemos visto que se comprometieron con estos poderes no redimi-
«En una sociedad democrática, el voto de gastos para bene-
dos e insaciables.
ficio de otros constituye una institucionalización de la donación»41.
Toda persona que tenga algunos conocimientos históricos y de En el actual mundo libre, mediante organizaciones caritativas y
la situación actual, estará de acuerdo en afirmar que «la política y otras que no pretenden el lucro, la filantropía organizada consti-
la economía se condicionan respectivamente y de forma profun- tuye un voluntarismo considerable que se da sin lucro económico.
da» 36. Pero evitemos las conclusiones. No se producen intentos Bastantes estados modernos reconocen este servicio al bien común
concretos ni postura vigilante, ni los esfuerzos suficientemente y a necesidades urgentes recompensando con la reducción de im-
consistentes para limpiar la interrelación mediante cambios estruc- puestos 42.
turales y una clara educación ética.
La filantropía a través de las iglesias y otras organizaciones
266 267
Vil. Moral de la vida socioeconómica
mismo dialéctico nace no del pensamiento, sino de las tensiones de sus secuaces y observar la disposición de algunos «cristianos»
existentes en las fuerzas, procesos y relaciones económicas. En ricos a invertir dinero para dar alas al tradicionalismo de aquél.
segundo lugar, Marx comparte el optimismo de Hegel, según el Marx no tuvo la suerte de encontrar una práctica genuinamente
cual la dialéctica parte de la tesis, pasa por la antítesis para des- cristiana. También le influyó la manera de pensar de las gentes
embocar en una síntesis más satisfactoria, finalmente en una sínte- con quienes vivió, fuente de muchos sufrimientos para él.
sis perfecta en la sociedad sin clases. En ella la solidaridad y dig- Aunque consideró su análisis como meramente científico y no
nidad de todas las personas está incorporada en la vida socioeco- ético, de hecho es una vigorosa protesta profética contra la injus-
nómica. En tercer lugar, el énfasis marxista recae sobre la aliena- ticia no sólo de actos individuales, sino de la totalidad del sistema
ción e injusticia económicas como fuente del odio y lucha de cla- socioeconómico. Sin embargo, la moral rechazada por Marx no
ses; también se centra sobre la lucha como elemento creativo en era la ética genuinamente cristiana y humanista, sino un imperativo
la formación de una síntesis mejor. De ahí, en el marxismo orto- desencarnado de «amor» que no sentía la perentoria necesidad de
doxo, la tendencia a justificar fácilmente la violencia y a recurrir denunciar las condiciones inhumanas.
a ella como paso inevitable en el progreso dialéctico hacia un mun-
La Iglesia del concilio Vaticano u y el Consejo Mundial de las
do mejor.
Iglesias no van a la zaga de Marx en la crítica de las condiciones
Entre los cristianos de nuestros días (incluidos los teólogos de injustas y alienantes de la vida socioeconómica. En línea con la
la liberación) se discute acaloradamente si el modelo del materia- gran tradición profética añaden conciencia a las situaciones con-
lismo dialéctico sirve para analizar la situación histórica y los pro- flictivas75. La protesta es verdaderamente profética porque se ins-
cesos previsibles. Hay aquí unos puntos decisivos: primero, si se pira en la fe en Dios, creador de la materia y del espíritu, en Dios
está de acuerdo con el marxismo rígido en que la lucha con odio redentor de la totalidad de la persona y del hombre socioeconó-
es necesaria y, por tanto, moralmente indiferente e incluso buena; micos, y en el Espíritu Santo que desea renovar los corazones y
segundo, si a la hora de analizar, se intenta explicarlo todo por la faz de la tierra sin exceptuar el ámbito socioeconómico.
medio de la realidad económica, como si no existiera el Dios del
La visión cristiana no acepta un mecanismo fatalista de lucha
amor, al menos en el campo socioeconómico, y como si el poder
teñida de odio y violencia, pero advierte a quienes se aferran al
del compromiso de la no violencia en favor de la justicia, la paz
orden injusto, a quienes no utilizan los recursos de la no violen-
y el amor no tuviera posibilidad alguna.
cia, de la acción creadora; les dice claramente que están entre-
Como se pone de manifiesto en muchos de sus textos, espe- gándose al mecanismo fatal de la codicia, de la ambición de poder
cialmente en El Capital, el análisis que Marx hace de la función o de la pasividad cobarde y perezosa.
de la religión se basa en el triste hecho, experimentado frecuen-
La protesta de la Iglesia es verdaderamente profética porque
temente, de que los estamentos religiosos tendieron a justificar y
no acepta la teoría de que las condiciones y relaciones económicas
«santificar» como querido por Dios el ordenamiento laboral, fre-
injustas constituyen una ley de progreso. Por el contrario, las
cuentemente inhumano, que afectó, incluso, a mujeres y niños.
iglesias las denuncian como origen del pecado, como perpetuación
Ante tales valoraciones, tenemos que sentirnos de acuerdo con
e incremento de la maldad. El gran pecado consiste en que éstas
Marx en que quienes actúan de esa manera están completamente
continúan a pesar de que Dios nos ofrece una justicia y una paz
marcados por la economía de la avaricia y de la ambición de poder
liberadoras.
o carecen de discernimiento. Afirmamos también que los trabaja-
Por otra parte, los teólogos y científicos actuales investigan
dores que aceptan las condiciones y relaciones deshumanizadoras
también aquellas dimensiones del conflicto que no son necesaria
como «queridas por Dios» hablan de un «Dios» en quien no puede
o totalmente consecuencia del pecado 7é . Pueden utilizarse los con-
creer una persona que tenga un mínimo sentido crítico.
flictos de manera creativa si renunciamos a explicar todo como
Para comprender la situación histórica analizada por Marx, consecuencia de la mala voluntad y del pecado de otros. Cristo,
sólo necesitamos leer los escritos del obispo rebelde Lefebvre y Salvador del mundo, es también el conflicto salvador77. Acentúa
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Vil Moral de la vida socioeconómica
Cristianos y socialismo
desgarradoramente el conflicto desenmascarando el pecado del hom-
bre y Ja maldad del mundo. Pero ora: «¡Padre, perdónalos porque nal es una alternativa importantísima a la violencia. De ahí que lo
no saben lo que hacen!» (Le 23,34). situemos en los primeros lugares de los medios a utilizar para so-
La Iglesia reconoce la necesidad del conflicto y la conciencia lucionar conflictos 81.
creciente de las situaciones conflictivas. Pero no admite la nece- El compromiso es posible, y frecuentemente moralmente ne-
sidad de la violencia; al menos no cree en la violencia como medio cesario, incluso si los conflictos conciernen no sólo a medios e
normal 78 . Los discípulos de Cristo, el profeta, hablan un lenguaje intereses, sino también a metas e ideales básicos82. En la estrategia
que no puede agradar al rico ni al poderoso no conversos. «Mien- del compromiso provisional honesto, cada una de las partes reco-
tras que una masa enorme de personas carece aún de lo absoluta- noce y hace reconocer a la otra parte que la reconciliación es una
mente necesario para vivir, algunos, incluso en países menos avan- tarea permanente y que el compromiso alcanzado por ellos debe-
zados, viven suntuosamente o amontonan riqueza. El lujo y la ría despejar el camino para un diálogo más amplio y preparar una
miseria se tocan» 79. base mejor para soluciones más satisfactorias.
Al fatalismo del odio y la violencia, el mensaje moral del evan-
gelio contrapone la buena nueva de la reconciliación. Pero sería
una equivocación desastrosa confundir la reconciliación genuina 3. Cristianos y socialismo 83
con la pasiva aquiescencia y aceptación de un injusto status quo.
Por la redención y la reconciliación, los discípulos de Cristo se Desde un comienzo, una mentalidad marcada por la postura
convierten en profetas, en levadura en la masa, actuando para lo- defensiva y por el unilateral «conocimiento de dominio» tendió
grar cambios profundos. a condenar como comunismo cualquier movimiento que subrayara
Necesitamos urgentísímamente una cuidadosa psicología, mo- lazos sociales y determinadas formas de socialismo. Igualmente se
ral y arte de la solución de conflictos, la valentía de hacer frente apuntó con el dedo a quien se declarara favorable a cualquier tipo
al conflicto y a sus raíces, discernir lo que puede cambiarse y lo de socialismo.
que tenemos que aceptar o tolerar durante el tiempo venidero- La Iglesia oficial de hoy adopta una postura de mayor discer-
Charles Curran se hace portavoz de muchas personas cuando es- nimiento. La expresión más significativa del matizado plantea-
cribe: «En mi opinión y hablando en general, el pensamiento so- miento actual se encuentra, probablemente, en la carta apostólica
cial católico tiene que prestar mayor atención al conflicto, conce- de Pablo vi, Octogésima Adveniens (14-5-1971): «Algunos cris-
derle mayor importancia, cargar menos el acento en el orden y tianos se sienten atraídos actualmente por corrientes socialistas y
en la armonía» M. sus diversos desarrollos. Reconocen en ellas una serie de aspira-
Necesitamos una estrategia para lograr una cabal reconciliación ciones que llevan dentro de sí mismos en nombre de su fe. Se
que exprese la auténtica justicia y el amor. Forma parte de esa sienten parte de esta corriente histórica y desean ser pieza activa
estrategia una ética y suerte de compromiso que rechace cualquier en ella. Ahora bien, esta corriente histórica adquiere, bajo el mis-
componenda insensata pero promueva concesiones dinámicas que mo nombre, formas diferentes de acuerdo con los diversos conti-
faciliten la posibilidad de dar un paso más hacia una situación nentes y culturas, a pesar de que extrajo sus aspiraciones, y con-
menos inhumana y menos injusta. Se acepta la concesión como tinúa haciéndolo en bastante casos, de ideologías incompatibles
mal menor mientras continúa la lucha contra el mal. «Si se entien- con la fe. Es preciso un altísimo grado de discernimiento» M .
de el compromiso como "arreglo" a pesar de las visiones en con- Aquí se reconoce indirectamente que no todas las formas de
flicto» (Messner), entonces el esfuerzo decisivo se encaminará a socialismo han extraído sus aspiraciones de ideologías irreconci-
lograr una «arreglo consensuado», aunque continúen existiendo liables con la fe y que algunas otras se han distanciado de tales
desacuerdos de opinión evidentes en algunas materias, incluso des- fuentes. No podemos juzgar simplemente sobre la base de los tér-
pués de la reconciliación. En todo caso, el compromiso provisio- minos «socialismo» o «comunismo». El texto continúa y desacon-
seja una simplificación excesiva: «Hay que distinguir para guiar
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283
V1J. Moral de la vida socioeconómica
Tarea ética común
la elección concreta entre los diversos niveles de expresión de so-
cialismo: una búsqueda generosa de una sociedad más justa, mo- jadas de la posición dura, según la cual «todo lo que favorece
vimientos históricos con finalidad y organización política, ideolo- nuestro comunismo es bueno». Mientras que el comunismo ruso
gía que pretende presentar una pintura completa y autosuficiente lleva la impronta del pesado autoritarismo y centralismo de la era
del hombre. Con todo, estas distinciones no deben llevar a consi- de los zares, el comunismo chino es influido frecuentemente por la
derar tales niveles como completamente separados e independien- gran historia ética del confucianismo y utiliza eficazmente el re-
tes. Hay que poner claramente de manifiesto los lazos que, según curso directo a la moral. Al menos una corriente encierra una se-
las circunstancias, existen entre ellas. Este discernimiento capaci- mejanza con el experimento que Dubcek quiso realizar en Che-
tará a los cristianos para ver el grado de compromiso posible en coslovaquia tratando de llegar a un socialismo con «rostro hu-
estas líneas, compatible con la conservación de los valores, espe- mano» **.
cialmente de la libertad, responsabilidad y apertura a lo espiritual, El socialismo africano actual, especialmente el inaugurado por
que garantice el desarrollo íntegro de la persona.» Julius Nyerere, presidente de Tanzania, se basa en lo mejor de
Esta guía oficial, que cierra el paso a cualquier fórmula o tipo las tradiciones africanas y de las aspiraciones cristianas. «Ujamaa
de simplificación, merece la aceptación y reflexión más cuidadosas. o "espíritu de familia" describe nuestro socialismo. Se opone al
La historia de la vida socioeconómica ofrece varios modelos. capitalismo que pretende construir una sociedad feliz sobre la
Además de las diversas sociedades primitivas caracterizadas por la explotación del hombre por el hombre. El socialismo africano con-
solidaridad, la participación, la propiedad colectiva y el protago- sidera a todas las personas como hermanos, como miembros de
nismo en los procesos de toma de decisiones, existen modelos de su familia que se extiende sin cesar»89.
una especie de capitalismo de Estado. Recordemos la historia del Criterio decisivo es el tipo de autoridad que concibe o produce
patriarca José en Egipto. Informa Heródoto que «en las ciuda- el socialismo: ¿existe participación máxima en los procesos de toma
des de Persia no existía mercado» 85. El rey organizaba la distribución de decisiones? ¿O se encuentra el poder económico, cultural, po-
de los bienes. La secta de Qumrán, así como la primera comuni- lítico en manos de unos pocos y de una burocracia alienada?
dad cristiana en Jerusalén y las comunidades religiosas, fueron, en Una de las funciones básicas de la doctrina social católica es
diversas grados, modelos de socialismo, donde la solidaridad de las el servicio a la libertad genuina, a la educación de la persona para
personas en los valores espirituales se reflejaba en la vida y es- la libertad, su utilización liberadora para beneficio de todos, la
tructuras socioeconómicas. preocupación por instituciones que mantengan y promuevan la li-
Los grandes movimientos socialistas del siglo pasado y del bertad para todos 90.
actual tuvieron, como fuente común, la conciencia de que la tecno-
logía y los medios de comunicación modernos multiplican los la-
zos sociales y las dependencias socioeconómicas86. La concentra- E) La economía, tarea ética común
ción de las fuerzas y bienes de producción en manos de personas
o grupos privados ha tendido a excluir las masas de la propiedad 1. La gran herejía
y de los procesos de toma de decisiones que afectan vitalmente a
las personas marginadas. «Es obvio que las grandes concentraciones La codicia y la ambición de poder pueden convertirse en las
de riqueza influyeron siempre en el proceso democrático despro- formas principales de idolatría (Col 3,5). En los tiempos moder-
porcionadamente» m. nos, estos falsos dioses se han plasmado en ideologías que les
Para la línea dura marxista-leninista-stalinista es imposible com- hacen aparecer como razonables. El maquiavelismo justificó una
paginar el socialismo científico y aquel otro basado en un plan- política del poder que tiene su justificación en sí misma. Adam
teamiento ético (socialismo utópico). Con todo, los comunistas Smith (1723-1790) y su escuela, bajo la influencia del deísmo (un
recurren, frecuentemente, a reflexiones éticas profundamente ale- Dios lejano), enseñó que la economía y el hombre económico no
necesitan de imperativos éticos, sino que pueden fiarse totalmente
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Vil. Moral de la vida socioeconómica Tarea ética común
del interés personal de cada individuo. Afirmaron como tesis que hombre. Sin un juicio de valor no puede existir una economía ver-
el mecanismo del mercado libre y la suma de los intereses indi- daderamente humana y menos aún humanizada. Eliminar el juicio
viduales desembocaría en un todo armonioso. «Cada individuo se de valor de las ciencias sociales, especialmente de la economía y
afana constantemente por encontrar el empleo más ventajoso del elevar estas ciencias a la categoría de norma para el área socio-
capital de que pueda disponer. Tiene presente su propio prove- económica de la vida equivale a perder la dimensión humana.
cho, no el de la sociedad. Pero el estudio de su propio provecho «La economía del laissez-faire tendió a abolir el problema mo-
le lleva, de manera necesaria, a preferir aquel empleo que es más ral tratando de poner de manifiesto que la prosecución del interés
ventajoso para la sociedad»91. personal redunda en beneficio de todos. La generación actual tiene
En nuestros días, una economía conscientemente desprovista que reafirmar la autoridad de la moral sobre la tecnología. La
de valores y autosuficiente, con su reduccionismo, llega casi a las misión de los científicos sociales será ayudar a los hombres de
excesivamente optimistas conclusiones de Adam Smith sobre el nuestros días para que vean la necesidad y dificultad que va a en-
desenlace automáticamente armonioso. El neoliberal Ludwig von trañar esta tarea» 96 . Naturalmente que no es tarea fácil ofrecer
Mises escribe: «El liberalismo deriva de las ciencias puras de la normas morales concretas para la actividad económica. Pero el
economía y la sociología. Éstas no emiten juicios de valor en su hombre económico puede adquirir las virtudes básicas tales como
esfera propia y nada dicen acerca de lo que debe ser ni sobre lo dignidad de cada persona, libertad genuina, fidelidad y solidaridad;
que es bueno o malo; se limitan a poner al descubierto lo que es y puede considerar su tarea socioeconómica a la luz de la vocación
y cómo llega a ser» 91. total de la humanidad97.
El «socialismo científico», aunque llega a resultados prácticos Apuntaremos los criterios fundamentales para un juicio ético
completamente diferentes, adopta el mismo planteamiento aparen- de las teorías, estructuras y modos de comportamiento económi-
temente científico alejado de todo juicio de valor. Según sus de- cos: 1) la dignidad, bienestar y desarrollo de todas las personas;
fensores, no compete a la ética («ávido deseo utópico»), sino a 2) la solidaridad de la humanidad; 3) participación activa y creati-
los análisis científicos exactos sobre las leyes innatas de la historia va de todos los que quieren y pueden construir estructuras de auto-
económica determinar qué vida socioeconómica resultará. Sin em- ridad que promuevan estos valores.
bargo, esto no les impide combinar «sus análisis económicos con No sólo existe un número creciente de personas que propone
expresiones de violación moral» 93 y tajantes imperativos que con- un socialismo basado sobre la ética, sino que hay también defen-
vierten sus análisis en ley coercitiva. sores del mercado libre que señalan la convicción y el comporta-
La enseñanza social de los papas, iniciada con la Rerum Nova- miento éticos como condición absoluta para el funcionamiento de
rum de León xn, debe ser contemplada sobre el trasfondo de la libertad en el mundo socioeconómico. «A los empresarios de-
estas herejías del liberalismo y del «socialismo científico» **. La fensores ardientes de la economía de mercado les digo: "Dejad
Iglesia denuncia incansablemente aquellas ideologías que niegan de engañaros a vosotros mismos; dejad de renunciar a un poco
la posibilidad de reconocer las exigencias básicas de la verdad y más de libertad a cambio de menos dinero a corto plazo. Si creéis
la justicia; denuncia, igualmente, toda tendencia a «sacrificar, para realmente en una economía de mercado abierta y competitiva, si
vivir, las razones de vivir» K . creéis en el valor de vuestro propio producto o servicio, sed ho-
El hombre moderno que crea este mundo sin objetivos éticos nestos"» w . Por supuesto que una persona no es honesta ni conoce
claros no puede sentirse en él como si estuviera en su propia casa las exigencias de la honestidad si desconoce los valores básicos de
y se siente invadido por la carencia de sentido, cercana al nihilis- la solidaridad, de la corresponsabilidad y respeto de la dignidad
mo. Si prevalecen las concepciones que niegan una orientación de cada persona.
ética consciente en el mundo socioeconómico, no es de extrañar
que este mundo moderno sea incapaz de poner su enorme des-
arrollo técnico al servicio de toda persona y de la totalidad de cada
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Vil. Moral de la vida socioeconómica
Dimensiones de la justicia social
2. Justicia salvadora de Dios y respuesta solidaria de los hombres " cesidad como medida de la justicia de Dios para con él» 101. Cari
Friedrich von Weizsácker está convencido de que estas cualidades
a) La justicia de Dios y nuestra respuesta de fe de la justicia social son notas características de una moral univer-
sal y fruto de la experiencia contemplativa de todas las grandes
Todos los artículos de la fe cristiana llaman urgentemente a la religiones. Está también convencido de que muchos jóvenes ansian
solidaridad humana, especialmente a la justicia social activa de este tipo de experiencia m . Lawrence Kohlberg, en su investiga-
todos en favor del débil y del oprimido. El concepto bíblico de ción cultural, llega a la conclusión de que la virtud de la justicia
la justicia (dikaiosyne) de Dios puede servir como punto de mira. universal late por doquier en el pensamiento del niño. «El pro-
Pablo y Mateo acentúan de manera especial la justicia salvadora blema reside en sacar esa percepción del niño de las sombras de
de Dios. Dios — siendo justo y fiel a su propio nombre, Padre — la cueva, paso a paso, hacia la luz de la justicia como forma ideal» m.
toma la iniciativa y sale a buscar al que se ha perdido, justifica
al pecador por pura gracia.
La doctrina paulina de la justificación por la fe y la gracia no b) Dimensiones de la justicia social
debe ser interpretada equivocadamente como individualista o como
título para la vanagloria respecto de otros, como hicieron los cal- La expresión «justicia social» ha adquirido un puesto desta-
vinistas al considerar su éxito económico como señal de su propia cado en la enseñanza social de la Iglesia especialmente desde la
predestinación. La justicia salvadora de Dios es una llamada que encíclica Quadragesimo Anuo, de Pío xi (1931). Este tipo de jus-
reúne. El que me salva es el Salvador del mundo. El que llama a ticia conviene a la humanidad como familia del único Dios. Oswald
la salvación me llama a la comunión con él y con todas las per- von Nell-Breuning escribe: «Para la doctrina social católica, el
sonas. Aceptar la inmerecida gracia de Dios, alabar su acción jus- bienestar común es la norma suprema de toda vida social y de
tificante, significa esencialmente estar dispuesto a conformarse a todo orden... de ahí que la justicia social exija nada más y nada
esta verdad de la justicia salvadora de Dios. Ella se convierte en menos que todo lo necesario para conservar el bien común donde
la ley escrita en nuestros corazones. existe y hacerlo existir, o aproximarse a ese objetivo, donde está
Un cristiano no puede limitarse a la justicia conmutativa («te ausente»1M. «Concepción (la del bien común) que se concreta en
doy y me das»). Si, en fe agradecida, comprendemos que Dios el conjunto de las condiciones sociales que permiten y favorecen,
actuó gratuitamente, y continúa actuando, para salvarnos con la en los seres humanos, el desarrollo integral de su persona» 10S.
justicia inmerecida, comprenderemos también que los marginados, El modelo es una familia sólidamente unida en la que preva-
los explotados, los «casos que no tienen remedio» constituyen un
lece el interés común, donde es evidente que los miembros débi-
fuerte reto a nuestras acciones individuales y solidarias en favor
les tienen derecho a esperar de los más vigorosos y de la solida-
de ellos. Todo el que no percibe esto desde dentro, y en comu-
ridad de todos. Esta experiencia, así como la educación en las vir-
nión con quienes tienen su misma fe, vive aún en una religión
tudes básicas de la familia, revisten capital importancia para la
alienada I0°. La fe genuina ensancha el horizonte y fortalece las
edificación del bienestar común. Por otra parte, una sociedad
energías para la justicia social. Ahí se pone a prueba la fe del in-
transida de justicia social reporta grandes beneficios y ejemplos
individuo y de la comunidad de fe. La fidelidad a la acción de
morales a las familias 106.
Dios se derrama en fidelidad entre las personas, especialmente en
fidelidad al necesitado. Aunque no puede darse el mismo tipo de reación en una em-
«La noción bíblica de justicia puede resumirse en el principio presa moderna y en la familia, debería existir, más allá del trabajo
"a cada uno de acuerdo con la medida de su necesidad", no por común y de las metas económicas, un sentimiento de objetivo de
ser algo humano que se encuentra en necesidad, sino por su ne- vida compartido, de corresponsabilidad y cuidado de los débiles.
Ése sería el fruto de la justicia social como virtud. Pero no fruc-
288
289
liártng, Libertad III, 10
VII. Moral de la vida socioeconómica
La justicia distributiva
tificará sin el esfuerzo constante para desarrollar estructuras que
favorezcan esta solidaridad. pero, en su forma perfecta, es un mandamiento positivo que nos
La justicia social tiende a la igualdad de oportunidades y de llama a permanecer siempre en la senda que lleva a una mejor
condiciones de vida; al menos éste es el presupuesto inicial. Las comprensión y realización.
desviaciones deberían evitarse. Sin embargo «no existe injusticia
en que algunos alcancen beneficio mayor a condición de que la
c) La justicia distributiva a la luz de la justicia social
situación de personas no afortunadas de esta manera mejore con
aquel beneficio» " 7 . El Estado moderno entiende que la justicia distributiva se ex-
La virtud de la justicia social va más allá de las posibilidades presa en un sistema equilibrado de impuestos de manera que to-
de la economía de mercado social y de la legislación social a la dos, de acuerdo con sus posibilidades, lleven las cargas de las ta-
que aquélla da visión y eficacia. El estado de prosperidad no pue- reas comunes, con notable delicadeza para los más débiles. Ade-
de dar lo que puede ser ofrecido libremente por personas que más, gran parte del producto bruto es repartido por el Estado a
practican esta virtud: por ejemplo, el cuidado personal por quie- aquéllos, enfermos, minusválidos, víctimas de discriminación, los
nes quebrantan la ley, la espera de sanación de éstos, la restaura- analfabetos y otros infortunados, que tienen pocas posibilidades de
ción de su dignidad, la bienvenida de personas marginadas que obtener su parte en el mercado.
retornan a su medio ambiente propio. Las leyes e instituciones tie- Existe una nueva conciencia de derechos que el legislador y la
nen que favorecer este género de aceptación, respeto y cuidado, administración del Estado no puede ignorar. La Dedaraáón de
pero la sociedad permanecerá desordenada si la justicia social las Naciones Unidas sobre los derechos humanos (1948) dice en el
como virtud no está profundamente enraizada en los corazones de artículo 25: «Toda persona tiene derecho a un nivel de vida su-
las personas. Si ella forma realmente los corazones y las mentes ficiente para asegurar su salud, su bienestar y los de su familia,
de los creyentes, sus horizontes tendrán dimensiones mundiales. especialmente por la alimentación, el vestido, el domicilio, los cui-
La justicia social no es algo que afecte únicamente al patrón y dados médicos y los servicios sociales necesarios, toda persona tiene
a su empleado. Influye profundamente en las condiciones en que derecho a la seguridad en caso de apuro, enfermedad, invalidez,
la gente produce y distribuye los productos de su trabajo. Lo toca viudedad, ancianidad, o en otros casos de pérdida de sus medios
todo, promueve el desarrollo de la cultura personal, abarca también de subsistencia a consecuencia de circunstancias independientes a
las relaciones internacionales, especialmente las que existen entre las su voluntad.» Esta visión alcanza dimensiones internacionales me-
naciones industrializadas poderosas y ricas y los países pobres, en diante la declaración de la asamblea general de las Naciones Uni-
vías de desarrollo. das en abril de 1974, acerca de un Nuevo orden económico inter-
Mahatma Gandhi habla el lenguaje profético de los padres de nacional, y la Carta de los derechos y deberes económicos, publi-
la Iglesia, desenmascara los pecados contra la justicia social. «Su- cada en septiembre de 1975. Aunque las Naciones Unidas no tie-
giero que somos ladrones, en un sentido. Si yo tomo algo que no nen poder para obligar al cumplimiento de estos derechos, la de-
necesito para mi uso inmediato y lo guardo, se lo robo a alguien... claración expresa y promueve una nueva conciencia colectiva.
Si cada uno tomara únicamente lo que necesita y nada más, no El cardenal Roy, presidente de la comisión pontificia Justicia
existiría pobreza en el mundo, ninguna persona moriría de ham- y Paz, ve «algún movimiento hacia un nuevo consenso en el que
bre. Pero, mientras existe esa desigualdad, somos ladrones»'". primitivos conceptos de crecimiento económico son complemen-
Y esto se aplica tanto a las relaciones entre grupos sociales como tados con nuevas ideas de justicia social... El hombre económico
entre naciones. Pero debemos añadir que también pecan contra la está comenzando a atisbar algo de la visión plena de la persona
justicia social aquellos que rehusan hacer su propia aportación al como agente responsable, creativo en su acción, libre en sus de-
bien común al tiempo que exigen la ayuda de otros. cisiones últimas, unido a sus semejantes en los lazos sociales de
La justicia social contiene exigencias absolutas e inmediatas, respeto, amistad, cogestión en la obra de levantar un mundo justo
y pacífico» m.
290
291
VII. Moral de la vida socioeconómica Al servicio de las necesidades
Esta visión difiere profundamente de la sostenida por David de la' economía humana estén orientados al servicio de las necesi-
Ricardo, expresada en el prólogo de su famosa obra The Principies dades auténticamente humanas. «La finalidad fundamental de esta
o\ Poliiical Econotny and Taxation (Londres 1814). Allí hablaba productividad no es el mero incremento de productos, ni el be-
únicamente de la distribución de los productos de la tierra, del neficio mayor, ni el poder, sino el servicio del hombre, del hom-
trabajo, de la maquinaria y del capital, entre «las tres clases de bre integral, teniendo en cuenta sus necesidades materiales y sus
Ja sociedad», los propietarios de la tierra, del capital y del traba- aspiraciones intelectuales, morales, espirituales y religiosas... pen-
jo. Para él, el principal cometido era estudiar las leyes que deter- samos en cada persona y en cada grupo de personas.» Sólo de esta
minaran la distribución. manera la actividad económica caminará por el sendero de la mo-
La justicia social no sólo regula la distribución de la ayuda ral, de manera que se cumpla el plan que Dios trazó para la hu-
económica a los pobres. Principalmente responde a la dignidad y manidad " 3 .
libertad del hombre y respeta la «aspiración de la persona a la Debemos distinguir diversos tipos de necesidades: primero, lo
igualdad y a la participación» no . que las personas necesitan para llevar una vida segura y digna; se-
La justicia distributiva, inspirada por la justicia social, intenta gundo, lo que uno «necesita» porque ya otros lo tienen; tercero,
no sólo una mejor distribución de los bienes, sino también corre- lo que uno desea para satisfacer su sentimiento de superioridad
gir las enormes desigualdades de poder que permite a una minoría sobre otros. Aunque la segunda categoría de deseo o necesidad
tomar decisiones que afectan claramente la vida de muchos. La podría ser entendida como deseo de igualdad, el tercero es una de
justicia y la igualdad requieren vigorosos esfuerzos «para hacer des- las principales causas de trastornos en la vida social y en el cre-
aparecer lo antes posible las inmensas desigualdades económicas» cimiento personal. En la producción y distribución de bienes de-
que, frecuentemente, «están acompañadas por discriminaciones in- bería darse la preferencia absoluta al primer tipo de necesidad.
dividuales o de grupos» i n . Hasta las últimas décadas, el mundo
También la educación, acomodada al tipo de cultura y econo-
no ha llegado a ser consciente de la enorme injusticia que supone
mía en que uno vive, es una necesidad básica. Desgraciadamente,
la discriminación en virtud de la raza o del sexo. La Iglesia tiene la
gran parte de la educación actual, de manera especial la educación
imperiosa y urgente necesidad de dar a las mujeres una plena
informal transmitida por los medios de comunicación social, está
participación en el proceso de toma de decisiones. De lo contra-
determinada por los intereses de mercado. Se fomenta en las gen-
rio, la Iglesia no tendrá credibilidad cuando llame a la sociedad a
tes el deseo de poseer más en lugar de ser más. Esta tendencia
superar «lo antes posible» la discriminación contra la mujer m.
favorece el aumento del materialismo y la violencia en la sociedad
Con el fin de superar pasadas injusticias cometidas con deter- y en el mundo.
minados grupos raciales, sexuales o minoritarios, algunos países Los principales obstáculos para montar una economía orien-
han propuesto o implantado ya un sistema de cupo como medio para
tada a cubrir las verdaderas necesidades humanas, en vez de per-
asegurar que las minorías tengan mejor acceso a determinados
seguir unilateralmente el lucro, son las grandes industrias, la masa
puestos de trabajo o a determinados puestos en escuelas. La jus-
laboral, los gobiernos fuertes. «El más potente ha pretendido
ticia distributiva, que reconoce el criterio fundamental de la ne-
hacer el trabajo de forma más eficaz. La cantidad y el pragmatismo
cesidad humana y se basa en una igualdad proporcional, no arit-
prevalecen sobre la calidad y el significado» U4.
mética, está abierta a ese tipo de propuestas como medio de com-
pensar pasadas discriminaciones. En el mundo actual, especialmente en los países en vías de
desarrollo y con altas tasas de natalidad, el empleo es una nece-
sidad muy urgente. Deberá cuidarse un equilibrio entre los bienes
3. Economía al servicio de las necesidades humanas para el consumo y las inversiones necesarias para garantizar «in-
gresos suficientes para la población presente y futura» 115.
En contra de una economía orientada exclusivamente por el
De la economía no podemos desterrar el lucro, pero deberá ser
lucro, la justicia social exige que los objetivos y la organización
moderado y edulcorado por el cuidado del bien común. La políti-
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293
VII. Moral de la vida socioeconómica
Libertad creadora
ca económica cuidará de que los servicios y funciones importan-
tes para la sociedad o para determinados grupos no sean sacrifi- de una cierta autonomía a grupos étnicos minoritarios en el cua-
cados a los intereses lucrativos. dro de las naciones soberanas 119. Otra aplicación es la disposición
de la nación a renunciar a determinados derechos y funciones que
sólo pueden ser administrados adecuadamente por organizaciones
4. Responsabilidad y subsidiariedad internacionales. Los esfuerzos sociales de la Iglesia durante las
últimas décadas «intentaron crear formas participadas de interac-
La justicia social exige y promueve la participación responsa- ción, en vez del modelo anterior de contrato social, la sociedad je-
ble de todos. El principio básico de subsidiariedad es una llamada rárquica o una pauta de comportamiento en la que predomina el
a garantizar un espacio para la responsabilidad tanto personal principio del quid pro quo» 12°.
como solidaria. E.F. Schumacber explica el rigor y funcionamiento de la subsi-
diariedad por el «principio de vindicación». «El peso de la prueba
Se atentará contra la justicia social cuando toda la organiza-
recae siempre sobre aquellos que desean privar a un nivel más
ción y conducta de la sociedad sofoca la capacidad creativa res-
bajo de sus funciones y, con ello, de su libertad y responsabilidad.»
ponsable de los individuos y de los grupos intermedios. Una or-
El mencionado autor aplica esto atinadamente a las intervenciones
ganización situada en un determinado plano no puede pretender
del gobierno. «Un buen gobierno es siempre gobierno por excep-
para ella funciones que puede llevar a cabo otra organización ubi-
ción. Salvo en los casos excepcionales, hay que defender y promo-
cada en un nivel inferior al de aquélla. Cuando, por incapacidad
ver la unidad subsidiaria m .»
de la organización inferior, la superior toma a su cargo las men-
cionadas funciones, ésta tratará, ante todo, de capacitar a la orga- La práctica de la subsidiariedad encuentra muchos e impor-
nización inferior para que vuelva a asumir sus funciones lo antes tantes obstáculos. En primer lugar, muchas personas carecían com-
posible. Por otra parte, iría igualmente contra la justicia social la pletamente de educación en la responsabilidad personal y en la
pretensión de una organización inferior de arrogarse funciones en- corresponsabilidad. En nuestra sociedad existe una cierta tenden-
caminadas al bien común que sólo puede realizar una organización cia al anonimato en la toma de decisiones. La creciente especia-
superior. lización hace más difícil cada día captar las cuestiones. La Iglesia
y la sociedad tienen que realizar esfuerzos mayores y más precisos
La doctrina de la subsidiariedad fue presentada en ü encíclica
para ofrecer una educación adecuada y para fomentar estructuras
Quadragesimo Anno, de Pío xi. Su objetivo, constantemente in-
que estimulen la disponibilidad y capacidad de las personas para
culcado y gradualmente aplicado a las instituciones de la Iglesia,
aceptar responsabilidades. La Iglesia tiene que dejar muy en cla-
es posibilitar al máximo la participación de los individuos en la
ro que «el hombre no sólo está llamado, por gracia, a su respon-
toma de decisiones y robustecer los órganos intermediarios con el
sabilidad mundanal, sino que se encuentra equipado, por esa mis-
fin de evitar un centralismo socofante !I*. «El concepto cristiano de
ma gracia, para asumir sus responsabilidades» '~.
subsidiariedad es un grito potente en favor de la libertad, de la
posibilidad de elegir, de la asociación voluntaria, de la comunidad
local, del pluralismo de costumbres y modos» 117. 5. Libertad creadora
La doctrina social de la Iglesia aplica este principio de subsi-
Todas estas reflexiones nos llevan de nuevo a unos de los hilos
diariedad que exige iniciativa responsable y cooperación a todos
conductores fundamentales en nuestro planteamiento de la teolo-
los niveles. Aunque es indispensable una cierta graduación para
gía moral. El principio de la subsidiariedad ofrece espacio y opor-
su aplicación, Juan XXIII veía el futuro con optimismo: «En un
tunidad para ejercitar la libertad creadora. Aquél cumplirá su fun-
próximo plazo no habrá ya pueblos que dominen a los demás ni
ción y finalidad si un número suficiente de personas descubre su
pueblos que obedezcan a potencias extranjeras» m. Una aplicación
llamamiento a la creatividad, si emprende iniciativas que son ho-
concreta, especialmente urgente en nuestros días, es la concesión
nestas, recíprocamente respetuosas y fieles al objetivo común.
294
295
VII. Moral de la vida socioeconómica
Solidaridad y fidelidad
Pablo vi, hablando de la creatividad, llegó a pronunciarse en
favor de las utopías que, sin embargo, tendrán sentido sólo en un hemos firmado, sino la fidelidad a nuestro ser íntimo, nuestra per-
espíritu de responsabilidad valiente. La perspectiva utópica puede tenencia a los demás.
ser una forma de «imaginación, prospectiva a la vez, para perci- Ni siquiera las mejores leyes pueden ser de mucha utilidad si
bir en el presente lo posiblemente ignorado que se encuentra ins- la persona no está profundamente convencida de que la solidari-
crito en él y para orientar hacia un futuro nuevo; ella sostiene dad forma parte de la esencia de nuestra humanidad, de nuestra
así la dinámica social por la confianza que da a las fuerzas inven- condición de criaturas a imagen de Dios, amadas por el Padre de
tivas del espíritu y del corazón humano; y, si no rehusa ninguna todos, capacitadas por el Espíritu Santo para amar a todos. La
apertura, puede también encontrar nuevamente el llamamiento cris- educación cristiana tiene que imprimir esto en la mente y en el
tiano. El Espíritu del Señor, que anima al hombre renovado en corazón de cada una de las personas. «Sin una educación renova-
Cristo, cambia sin cesar los horizontes donde su inteligencia quiere da de la solidaridad, una afirmación excesiva de la igualdad puede
encontrar su seguridad, y los límites donde su acción se encerraría dar lugar a un individualismo donde cada cual reivindique sus
de buena gana; lo penetra una fuerza que lo llama a superar todo derechos sin querer hacerse responsable del bien común»127.
sistema y toda ideología» m. La solidaridad cristiana, entendida como fidelidad a la alianza,
La vida económica «necesita del ordenamiento jurídico claro se extiende, de manera particular, al pobre e infortunado. Ellos
y de lo imprevisible de la libertad creadora» m . El espacio para nos pertenecen como nosotros pertenecemos a Cristo quien, sin
la innovación creadora es especialmente importante hoy para re- mérito alguno por nuestra parte, se identificó con nosotros. «En
solver los más urgentes problemas de la ecología y para la super- esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por
vivencia de la libertad auténtica. A la vista de las equivocadas nosotros. También nosotros tenemos que dar la vida por los her-
ideas sobre la libertad, tanto en el liberalismo clásico como en manos. Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano
otras corrientes, la actual discusión sobre los valores básicos para padecer necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer
la vida social tiene que clarificar, sobre todo, lo que la libertad en él el amor de Dios?» (ljn 3,16-17) m.
significa y pretende m. La enseñanza social de la Iglesia subraya fuertemente la di-
mensión universal de la solidaridad como elemento intrínseco de
la fidelidad a la alianza, basada en la creación y redención. «El
hombre debe encontrar al hombre, las naciones deben encontrarse
6. Solidaridad y fidelidad
entre sí como hermanos y hermanas, como hijos de Dios. En esta
comprensión y amistad mutuas, en esta comunión sagrada, debe-
La libertad genuina no puede sobrevivir sin la alianza básica
mos igualmente comenzar a actuar a una para edificar el porvenir
de la solidaridad y la fidelidad. La psicología presta un flaco servi-
común de la especie humana.» Aquí es donde se pondrá de mani-
cio cuando se centra en la exclusiva liberación de uno mismo del
fiesto la preocupación obligatoria de las naciones más ricas. «Sus
pasado tratando de lograr la propia realización. Tiene que insistir obligaciones tienen sus raíces en la fraternidad humana y sobre-
más que nunca en la «permanencia, lealtad, fidelidad y deber». En natural y se presentan bajo un triple aspecto: deber de solidari-
un tiempo de cambios rápidos como es el nuestro, deberíamos dad, en la ayuda que las naciones ricas deben aportar a los países
comprender que «encontrarse a sí mismo por compromiso con el en vías de desarrollo; deber de justicia social, enderezando las re-
mundo en que se vive es condición para la creatividad y una trans- laciones comerciales defectuosas entre los pueblos fuertes y débi-
misión de vida llena de sentido» 12°. les; deber de caridad universal, por la promoción de un mundo
La acción de Dios en la historia manifiesta su fidelidad a su más humano para todos» 1M.
propio nombre como Creador de todo. Es una llamada a la fideli- Indudablemente, tenemos que prepararnos para «un cambio
dad a la alianza a todos los niveles, incluido el de la vida socio- prolongado y angustioso, como destino inevitable de la sociedad
económica. Lo principal no es la fidelidad a los contratos que humana durante un largo período de tiempo» 13°. La predicación
296 297
VII. Moral de la vida socioeconómica Pecados y delitos
del autocontrol resultará ineficaz si los grupos decisorios y decisi- inculca y ejemplariza en la familia y en la escuela, rara vez se
vos no reconocen y aceptan las dimensiones de la solidaridad como extiende a los métodos utilizados en los negocios m . Bastantes
expresión de la fidelidad a la alianza escrita en lo más profundo personas que se mueven por orientaciones morales en el resto de
de nuestro ser. su vida, carecen de criterios éticos en lo relacionado a la conducta
en el ámbito de la economía. Cuando se trata de negocios, evita-
rán de ordinario delinquir, pero no lo que definimos como con-
7. Conducta inmoral en los negocios ducta inmoral según las normas morales.
298 299
VII. Moral de la vida socioeconómica Delincuencia mercantil
En el área de patrono y obrero, ambas partes pueden cometer deral y Estados Unidos137. Dos tercios de los 1227 lectores con-
pecados; injusta recompensa del patrono, a la que el empleado sultados por «Harvard Business Review» escribieron que prácticas
responde trabajando de manera injusta; cierre de fábricas injusto, consideradas por ellos como inmorales existen en su industria; la
huelgas innecesarias y costosas, violencia por ambas partes. El mitad de ellos opinan que sus superiores frecuentemente «no quie-
cierre de fábricas y la huelga pueden llegar a ser, en determinadas ren saber» cómo se han conseguido los resultados, con tal que se
ocasiones, pecados graves de injusticia al público, por ejemplo, logre el objetivo deseado. «Los que respondieron, se lamentaban
huelgas de la profesión médica en los hospitales, en las institu- frecuentemente de la presión ejercida por los superiores sobre ellos
ciones para enfermos mentales u otras gentes hospitalizadas o sin para que apoyaran puntos de vista incorrectos, para que firmaran
ayuda; así como huelgas de empleados públicos: bomberos, poli- documentos falsos, para que hicieran la vista gorda a actuaciones de
cía, maestros... Tales huelgas afectan prácticamente al bienestar sus superiores, para que hicieran negocios con los amigos de los
de toda la comunidad. . i?»
superiores» .
Las estimaciones de los daños financieros ocasionados anual-
men en Alemania federal por la delincuencia en el campo de los
c) Extensión de la delincuencia en los negocios
negocios varía entre diez y quince mil millones de marcos 139. El
daño inmaterial — la pérdida de la confianza mutua, necesidad de
La sociología ha estudiado la delincuencia en los negocios y
controles ofensivos y, a veces, degradantes, la tendencia del crimi-
de manera especial la delincuencia de guante blanco135, pero se
nal normal a racionalizar su propio comportamiento respecto de
ha prestado escasa atención a aquellas desviaciones morales en los
las personas situadas en estamentos sociales elevados — es inesti-
negocios situados generalmente fuera de la ley. Se ha considerado
mablemente mayor. Esto ocurre, especialmente, cuando se con-
en alguna medida las actuaciones de los dirigentes sindicales y de
donan más o menos los delitos en los negocios o cuando se castigan
las de la patronal (asociaciones de empresarios) relacionadas con
con menor severidad que las relativamente pequeñas transgresiones
conductas inmorales tales como el fraude, la extorsión, actos o
de ladrones vulgares.
políticas que hacen imposibles los procedimientos democráticos,
actos que influyen desfavorablemente en las condiciones salariales
y laborales, maniobras vergonzosas contra los bienintencionados d) Causas principales en la delincuencia mercantil
planteamientos de la organización propia (mala gestión de los fon-
dos de las pensiones, por ejemplo) o, más frecuentemente, contra De seguro que la pobreza no es la causa principal de la delin-
el bien común. Pero hay que decir que «la mayoría de los dirigen- cuencia en el mundo de los negocios. Desempeñan un papel im-
tes sindicales dignos de tal nombre piensan que el movimiento portante las características del transgresor. En muchos casos, un
laboral es una fuerza moral y ética» m. ejecutivo subordinado desea presionar para mantener su puesto
Algunos consideran a los ejecutivos de las empresas situados elevado o lograr una promoción. Frecuentemente, la tendencia ge-
a diversos niveles como villanos. La atención mundial se ha fijado neral inmoral en la economía tiene bastante que ver: si la com-
en algunas empresas multinacionales a causa de la divulgación de petencia se vale de tales medios, uno no desea ser perdedor. Casi
devastadores sobornos económicos o políticos pagados a los ofi- la mitad de los que respondieron a «Harvard Business Review»
ciales más altos de países extranjeros y de sus propios países «para perciben que la «competencia hoy es más encarnizada que nunca.
lubricar la maquinaria de la toma de decisiones» en favor de sus En consecuencia, muchos de los que se encuentran en los nego-
productos. En algunos casos, la falta no está tanto en quien paga cios se ven forzados a echar mano de prácticas consideradas como
los sobornos, sino en quien los solicita. vergonzosas, pero que aparecen como necesarias para asegurar la
Opp afirma que la delincuencia en el campo de los negocios es supervivencia» 140. La tentación aumenta cuando esas prácticas soo
desacostumbradamente elevada en países tales como Alemania fe- aprobadas o condonadas fácilmente en el entorno concreto, cuando
300 301
Vil Moral de la vida socioeconómica
Reparación
el transgresor espera no ser descubierto o castigado. Finalmente,
aunque no es lo menos importante, tenemos que reconocer el im- contra la tentación. No basta con que la opinión pública sepa del
pacto de la extendidísíma codicia y de la general decadencia de alto porcentaje de transgresores. La gente necesita tener concien-
la moral. cia del trasfondo, de las motivaciones predominantes, de las con-
secuencias desastrosas, de la determinación de la sociedad en la
Sin embargo, sería equivocado pensar que los hombres de ne-
lucha contra el mal144.
gocios, de manera especial los ejecutivos, tienen una menor orien-
Quienes desean seguir una carrera que comporta difíciles res-
tación ética actualmente que en las décadas pasadas. Una compa-
ponsabilidades éticas no sólo deben equiparse con claros objetivos
ración de la encuesta realizada por «Harvard Business Review»
éticos, sino cualificarse profesionalmente. «El ejecutivo socialmen-
en 1977 con otra anterior practicada en 1961 parece, por el con-
te consciente tiene que demostrar convincentemente una clara ven-
trario, indicar una mejora de la conciencia ética. En 1977, dos
taja económica a corto y largo plazo a la empresa. Sólo de esta
tercios de los encuestados afirman el principio de que, en el mun-
manera logrará que sea aceptada cualquier medida responsable que
do de los negocios, también el individuo está moralmente obligado,
él pueda proponer» 14S.
tienen en cuenta la dimensión social de la responsabilidad y hasta
un 83 % cree que la empresa en conjunto debe tomar una actitud
responsable frente a toda la sociedad141. f) Reparación
La educación moral en la justicia incluye una clara conciencia
de la obligación de reparar y satisfacer los daños ocasionados, tanto
e) Remedios
si lo manda la ley como si no. Sacar provecho de las propias fe-
chorías por tener una conciencia dormida (la llamada «buena con-
Los marxistas afirman que es imposible luchar contra la delin-
ciencia»), equivale a no tener conciencia moral. El que no quiere
cuencia mercantil en una sociedad montada sobre la competencia
reparar, difícilmente se corregirá.
del mercado libre, en el que el lucro es la principal fuerza y mo-
La adecuada implantación de la ley sirve también para educar
tivo. Opp dice que el análisis sociológico no prueba semejante
la conciencia colectiva. No existen objeciones graves a medidas
tesis. Así como tampoco puede probarse que el Estado socialista,
legales que protejan el buen nombre y las oportunidades sociales
por su propia naturaleza, elimine esta plaga 142.
de un transgresor que no es peligroso socialmente. Pero es abso-
Los partidarios del sistema social del mercado libre subrayan
lutamente inaceptable que transgresores mercantiles que han oca-
fuertemente la necesidad de una vigorosa educación ética. Si no
sionado y pueden aún infligir enormes daños sean tratados más
hay honestidad, el mercado libre no puede funcionar para el bien
suavemente que transgresores pobres que han robado para sobrevi-
común. El lucro es una medida completamente inadecuada para la
vir. Señalemos, en cualquier caso, la tendencia, en los cuerpos go-
eficacia social de los negocios 143. Los códigos éticos solos no bas-
bernantes, a dictar leyes menos severas contra el tipo de crímenes
tan. Es preciso que las personas estén completamente convencidas
o prácticas inmorales de los más prominentes miembros de una
de que la conciencia colectiva condena sin ambigüedades la con-
sociedad que tienen conexiones funcionales con grandes negocios,
ducta inmoral en los negocios. En este último supuesto, puede re-
grandes industrias o con el gobierno.
sultar sumamente provechoso que las empresas adopten libremen-
Teniendo en cuenta los muchos tipos de daños sociales ocasio-
te, y den a conocer, un código ético y obliguen, de alguna mane-
nados por la mayoría de los delitos mercantiles, es adecuado im-
ra, a cumplirlo.
poner, además del castigo, severas exigencias de reparación. Ale-
Si la conciencia y sensibilidad colectivas están plenamente des-
mania federal castiga severamente algunas transgresiones de car-
piertas y quienes sienten la tentación saben por las informaciones
teles e impone reparaciones tres veces más elevadas que los bene-
públicas que muchos transgresores son pillados en la trampa y
ficios obtenidos con la infracción 146. Y esto no se sale del campo
castigados de manera ejemplar, se verán fuertemente protegidos
de la justicia.
302
303
VII. Moral de la vida socioeconómica Mercado social libre
304 305
VIL Moral de la vida socioeconómica Política y economía
resultados no equitativos»151. En otras palabras, las normas del nacional e internacional hace más necesaria la regulación para ser-
capitalismo del latssez-faire no pueden servir la causa de la justi- vir la causa de la justicia social y de la paz157. La política econó-
cia social internacional. Así como, a escala nacional, el sistema de mica debería servir a un crecimiento cualitativo de la economía,
mercado libre tiene que ser suavizado con determinadas correc- especialmente en el mercado del tercer mundo, haciendo a éste
ciones politicosociales, «es preciso encontrar caminos similares más independiente. Cuando la política económica concede la pre-
para lograr, a nivel internacional, algo que se asemeje al sistema ferencia a determinadas metas y medios, habría que tener en cuen-
de mercado social» 152. Y podemos afirmar, sin temor a equivocar- ta «consideraciones y valoración de orden ético y moral: ¿favore-
nos, que la tarea no es fácil. ce todo esto los valores humanos básicos?»158
En modo alguno podrán resolverse los problemas ecológicos
sin una política ecológica. Es aún más evidente que la distribución
2. Política y economía153 de recursos indispensables y no renovables no puede ser dejada al
juego libre de los intereses del mercado. El legislador tiene que
A causa de la interdependencia entre la economía y la vida crear un derecho social cuidadosamente elaborado para el merca-
sociopolítica, tendremos que hablar de la función de la política en do social. Al mismo tiempo, toda la sociedad debe sentirse afec-
el proceso, las relaciones y las estructuras económicas. El sistema tada por aquellas convicciones y criterios éticos imprescindibles
de mercado social libre parece estar inseparablemente asociado con para la eficacia del mercado libre y de la legislación social159.
los gobiernos democráticos. La permanente reforma política se Toda persona debería permanecer alerta respecto de las ten-
convierte en requisito indispensable para lograr unas condiciones dencias que E.F. Schumacher llama «la afición de los planificadores
socioeconómicas sanas. a la supercentralización» y a la «ilegítima confusión entre política
La doctrina social católica acentúa la función de la política y economía» 160. Los políticos y legisladores no deberían estar do-
económica a nivel de las instituciones intermediarias, de los Esta- minados por los hombres de negocios ni creerse los dueños del
dos y de cuerpos internacionales. «Cada uno siente que, en los Estado. Por el contrario, el poder legislativo y el ejecutivo de-
campos social y económico, la decisión última está en manos del berían asegurar que el pueblo, sólidamente unido, fuera el dueño
poder político» I54. del Estado.
El concilio Vaticano n se muestra sumamente crítico tanto En su pograma de Godesberg, el partido socialdemócrata ale-
respecto del desequilibrado liberalismo económico como de aque- mán estableció el sano principio al optar por un sistema econó-
llas teorías «que sacrifican los derechos fundamentales de la per- mico mixto (la economía social de mercado) en el que exista «la
sona y de los grupos en aras de la organización colectiva de la mayor competitividad posible y la planificación en cuanto sea nece-
producción» 155. Pablo vi, refiriéndose a la encíclica Mater et Mc- saria» 1M. Se da un caso a priori para la utilización del sistema de
gistra de Juan xxm, insiste en que, para evitar una injusta acumu- mercado libre y «existe la urgencia más fuerte de no interferirse en
lación de riqueza en manos de unos pocos y el dominio del más él a no ser que se inspeccionen cuidadosamente las más amplias
fuerte, se necesitan programas. «Son necesarios para "animar, es- consecuencias de tal interferencia»162.
timular, coordinar, suplir e integrar" la acción de los individuos y El creciente desequilibrio y el consiguente poder despropor-
de los cuerpos intermedios. Toca a los poderes públicos escoger y cionado de los grandes negocios y las grandes industrias suminis-
ver el modo de imponer los objetivos que hay que proponerse, las tra razones suficientes para una política económica que proteja las
metas que hay que fijar, los medios para llegar a ellas, estimulan- pequeñas y medianas empresas, la artesanía y la empresa agrícola
do al mismo tiempo todas las fuerzas, agrupadas en esta acción familiar. De esa manera manifestará la decisión política en favor
común. Pero ellas han de tener cuidado de asociar a esta empresa de la calidad frente a la cantidad. Las subvenciones del Estado de-
las iniciativas privadas y los cuerpos intermedios»156. berían concederse principalmente con miras al bien común, para
El incremento de los lazos sociales en la moderna economía favorecer a las clases medias, a los débiles y a las minorías.
306 307
VIL Moral de la vida socioeconómica Títulos de propiedad
El mercado social libre está fuertemente amenazado por los vigoroso texto del concilio Vaticano n se basa en otro de santo
enormes gastos para la defensa y por las grandes industrias que Tomás de Aquino, que enseña que, «según la ley natural, todas
viven a la sombra de los intereses militares al tiempo que ad- las cosas son comunes» 165.
quieren desproporcionada influencia sobre la totalidad del sistema Por consiguiente, todo orden concreto de propiedad privada y
industrial. la utilización que la persona haga de su propiedad debe justificarse
por este principio más básico: el bien común. Esto, sin embargo,
no excluye el derecho a la propiedad privada, pero su distribución
3. La propiedad y la mano de obra pertenece únicamente al «derecho natural secundario» y, por con-
siguiente, está sujeto a cambios históricos. A la hora de valorar
Dios creador ha ofrecido dones abundantes a su pueblo para los cambios habrá que preguntar siempre por la medida en que
que éste cumpla el mandamiento de someter el mundo mediante se observa en ellos el derecho natural primario.
el trabajo en beneficio de toda su familia. Tanto los dones como el Es tan clara la percepción del objetivo social de toda propie-
mandato son una llamada a la solidaridad mediante el esfuerzo dad privada que el concilio Vaticano n no sólo urge el compartir
individual y colectivo. El hombre reconoce la soberanía de Dios espontáneo con el necesitado, sino que afirma el derecho absoluto
sobre la tierra si cumple el mandato divino con generosidad y de una persona «en extrema necesidad a tomar de las riquezas
justicia. de otros lo que ella necesita» 166 si no puede obtenerlo mediante
Una cultura occidental marcada por el individualismo y el li- la ayuda libremente concedida. El rico que utiliza sus riquezas
beralismo capitalista acentuó de tal manera la institución de la egoístamente en presencia de la miseria que clama al cielo debe-
propiedad privada y el interés personal del individuo que ningún ría escuchar las palabras de la Biblia: «Si uno que posee bienes
abuso parecía ser suficientemente malo como para justificar una de la tierra, ve a su hermano pasar necesidad y le cierra su corazón,
interferencia en los títulos de propiedad. La protección de la pro- ¿cómo podrá permanecer en él el amor de Dios?» (ljn 3,17).
piedad privada parecía ser una de las funciones principales del La encíclica Populorum Progressio cita una de las expresiones
Estado en la economía, de tal manera que la distribución actual más fuertes de san Ambrosio, típica de la enseñanza de los padres
se consideraba como sagrada. «La moral cristiana se contaminó de de la Iglesia: «Tú no regalas tu posesión a la persona pobre. Sim-
esta ideología» 163. plemente pones en su mano lo que es suyo. Porque tú te has reser-
La enseñanza oficial de la Iglesia católica, al igual que el Con- vado para ti lo que fue dado en común para utilidad de todos. El
sejo mundial de las iglesias, han traído de nuevo a un primer pla- mundo fue dado a todos, no sólo a los ricos» 167. Por consiguiente,
no las dimensiones sociales de la propiedad así como del trabajo. se está dentro del espíritu de la Biblia y de los padres de la Igle-
sia cuando, en nuestra época de interacción a escala mundial, se
aplica análogamente estos textos a la relación entre los países ricos
a) Propiedad privada y destino social de los bienes de la tierra y los extremadamente pobres.
308 309
VIL Moral de la vida socioeconómica Reforma del derecho de propiedad
común. Más complicados fueron los acuerdos sobre terrenos de puede ser completamente injusto incluso si se observa la justicia
pastoreo para los rebaños de los nómadas y sobre las áreas para conmutativa (paridad de precio) por las partes contratantes.
los pastores organizados. Entre estos últimos se tendía a solucio- Existen nuevas formas de propiedad, tales como sistemas de
nar los conflictos mediante la violencia. La ocupación de tierra seguridad social, seguros de vida y de otros tipos, ahorros, con-
arable, llevada a cabo por grupos agrícolas estables, supuso un tratos de construcción y de préstamos, etc., que permiten a la per-
paso decisivo hacia la propiedad permanente. sona «mirar el futuro con tranquilidad»1W. Sin embargo, la po-
Durante las épocas de las migraciones masivas, y hasta nues- sesión más valiosa, tanto para uno mismo como para su descen-
tros días, este tipo de ocupación se realizó de manera pacífica sólo dencia, es una buena educación humana y profesional, que no
en casos contadísimos. Prevalecía el derecho del más fuerte. En pueda ser destruida por la inflación. Una educación global, que
algunos casos, los pioneros se apropiaron de toda la tierra que incluya la dimensión de la justicia social, y la reglamentación de
eran capaces de cultivar. En otros casos, desposeían a los grupos la propiedad que premie el trabajo orientado socialmente como
más débiles y los reducían a la condición de esclavos en sus ante- título primario a la propiedad, contribuirá de la mejor manera a
riores dominios. Las generaciones siguientes olvidaron la historia comprender que «el trabajo, realizado adecuadamente en condi-
de la apropiación violenta a expensas de otros. Esto sucedió en ciones de dignidad y libertad, es una bendición para quienes lo
gran parte del nuevo mundo y las consecuencias históricas pervi- realizan e igualmente para sus productos» !?0.
ven aún, de manera especial en Iberoamérica.
En nuestros días se impone crecientemente la convicción ética c) Reforma necesaria del derecho de propiedad y de la distribución
de que continuar la actual ocupación de la tierra y recursos que de ésta
uno no puede atender con su propio trabajo es injusta. La tierra
y los océanos, los ríos y los recursos terrenos pertenecen a Dios La distribución actual de la propiedad y la función que ésta
y, por consiguiente, a todas las personas. La propiedad privada cumple en la economía moderna contradicen demasiado frecuente-
deberá justificarse constantemente por su orientación social m y mente los argumentos tradicionales en favor de la institución de
por las necesidades sociales existentes. la propiedad. Nos referimos a los argumentos tomados de la dig-
La herencia es un título legítimo de propiedad privada porque nidad humana, de la libertad creadora, del espíritu de familia, de
ésta se orienta hacia la familia desde el principio. El derecho de la fidelidad, solidaridad y subsidiariedad. De ahí que la verdadera
herencia no es sólo un incentivo importante para el cuidado res- significación de esta institución y el derecho natural pidan una
ponsable; al mismo tiempo, confiere un sentido de estabilidad, per- reforma profunda y, a veces, una especie de redistribución.
manencia y fidelidad a la comunidad básica de personas. Pero si la En la Iglesia, esta conciencia ha ido abriéndose camino gra-
acumulación de tierra, recursos o medios de producción es el re- dualmente a pesar de la resistencia de quienes deseaban ver en la
sultado de anterior explotación o se convierte en obstáculo a la Iglesia un arma para mantener el status quo. Los interesados en
subsidiariedad, a la solidaridad y participación de todos, la justi- la actual distribución (que citan textos de la Iglesia en favor suyo)
cia tendrá que intervenir para configurar esa propiedad de manera actúan frecuentemente de manera que contradicen todas las razones
distinta. La herencia debería ofrecer a los herederos la posibilidad éticas en favor de la propiedad privada.
de un trabajo orientado socialmente, no un título para vivir ocio- La lacha en favor de la libertad del trabajo humano y la par-
samente del trabajo de otras personas a las que mantienen bajo ticipación responsable de todos comienza humanizando las condi-
su dependencia reteniendo cantidades inmoderadas de propiedad. ciones de trabajo y mediante la distribución justa del poder, tan
Por consiguiente, la legislación puede imponer leyes de privación ampliamente basado en la propiedad. Pero la libertad e iniciativa
progresiva de herencia en casos de riqueza desproporcionada. a las que nos referimos no incluyen el derecho de cada uno a mon-
Una transferencia de propiedad por medio de un contrato que tar una factoría o crear una universidad en detrimento de la par-
condiciona el trabajo, independencia y seguridad de otra persona ticipación de otras personas.
310 311
VII. Moral de la vida socioeconómica Socialización o nacionalización
Según estudios serios, el 1,6 % de la población adulta de las personas y planificación urbanística. Las consecuencias se tifien
América detenta, al menos, el 3 0 % de la riqueza171. No resulta de desastre para millones de familias y para las condiciones de
difícil ver su desproporcionado poder en la vida económica, cul- vida en las ciudades modernas. De ahí que sea necesario el fuerte
tural, política. Tal acumulación de poder económico, así como la lenguaje de los profetas (cf. Is 5,8; Neh 5,8-12). Toda nuestra
influencia de cartels y monopolios socialmente incontrolados, ero- manera de vivir está relacionada de alguna manera con la valora-
siona los cimientos de la democracia política. Frecuentemente, ción de la tierra. Es señal alarmante el que se convierta en objeto
llega, incluso, a privar a las instituciones políticas del poder para de especulación en una cultura 173.
actuar al servicio del bien c o m ú n m . Cuando los terratenientes flagrantemente injustos o los especu-
Por esto, en muchas partes del mundo, es de máxima urgencia ladores de la tierra han causado gran daño a la masa del pueblo
una sabia y animosa reforma agraria. Numerosos documentos pa- y al bien común, viven en lujo mientras explotan a los demás, debe
pales y el concilio Vaticano n se han manifestado abiertamente exigirse una compensación por la tierra o, incluso, someterla a
sobre este importante tema. Oswald von Nell-Breuning considera cargas adicionales a pagar por la riqueza acumulada de los explo-
el siguiente texto de la constitución pastoral como una de las afir- tadores. Cuando no pueda probarse la existencia de injusticia per-
maciones más importantes del concilio m . «En muchas regiones sonal, deberá compensarse a los expropiados de manera que se
económicamente menos desarrolladas existen posesiones rurales ex- les ofrezca una posibilidad de utilizar sus capacidades en la vida
tensas y aun extensísimas, mediocremente cultivadas o reservadas «conómica.
sin cultivo para especular con ellas, mientras la mayor parte de la La crisis ecológica y la previsible falta de recursos importan-
población carece de tierras o posee sólo parcelas irrisorias y el tes nos obliga a comprender más profundamente la verdad de que
desarrollo de la producción agrícola presenta caracteres de urgen- la tierra y todo cuanto contiene pertenece al Señor, lo que nos
cia. No raras veces, los braceros o los arrendatarios de alguna parte obliga necesariamente a pensar en los hijos de Dios. La voluntad
de esas posesiones reciben un salario o beneficio indigno del hom- de reconocerle verdaderamente exige nuevas y valientes expresio-
bre, carecen de alojamiento decente y son explotados por los inter- nes de solidaridad que, por supuesto, no se referirán únicamente
mediarios. Viven en la más total inseguridad y en tal situación de al mercado.
inferioridad personal, que apenas tienen ocasión de actuar libre Un falso concepto de propiedad privada es también la causa
y responsablemente, de promover su nivel de vida y de participa- principal de nuestra creciente miseria ecológica. No se puede res-
ción en la vida social y política. Son, pues, necesarias las reformas ponder a la pregunta: «¿Quién posee la tierra?», diciendo: «El
que tengan por fin, según los casos, el incremento de las remune- Estado nacional militar», o: «Un monopolio de unos pocos ricos
raciones, la mejora de las condiciones laborales, el aumento de y poderosos» 176.
la seguridad en el empleo, el estímulo para la iniciativa en el tra-
bajo; más todavía, el reparto de las propiedades insuficientemente
cultivadas a favor de quienes sean capaces de hacerlas valer. En d) Socialización o nacionalización
este caso, deben asegurárseles los elementos y servicios indispen-
sables, en particular los medios de educación y las posibilidades La irresistible multiplicación de las relaciones sociales como
que ofrece una justa ordenación de tipo cooperativo. Siempre que consecuencia de la ciencia moderna, de la tecnología, de los me-
el bien común exija una expropiación, debe valorarse la indemni- •dios de comunicación y de los modernos mercados obliga a que
zación según equidad, teniendo en cuenta todo el conjunto de las el gobierno intervenga cada día más en la vida económica para ase-
circunstancias» . gurar el servicio de la salud pública, la educación para todos, la
Desgraciadamente, la mayoría de los países capitalistas no han libre comunicación social y alguna organización de los medios de
sido aún capaces de poner fin a la especulación del suelo con las producción en industrias clave. «Pero es menester afirmar conti-
lamentables consecuencias que esto tiene para el alojamiento de nuamente el principio de que la presencia del Estado en el cam-
312 313
VII. Moral de la vida socioeconómica Participación de los trabajadores
po económico, por dilatada y profunda que sea, no se encamina zarse el trabajo de manera que cumpla su función en la realiza-
,i empequeñecer cada vez más la esfera de la libertad en la inicia- ción de la propia persona.
liva de los ciudadanos particulares, sino antes a garantizar a esa
esfera la mayor amplitud posible, tutelando efectivamente, para a) La mayor participación posible de los trabajadores
todos y cada uno, los derechos esenciales de la persona» m. Por
ejemplo, los legisladores y gobernantes pueden garantizar la edu- La nobleza del trabajo y su expresión de solidaridad debe de-
cación y utilización social de los medios de comunicación sin mo- terminar las relaciones productivas a todos los niveles. Si el tra-
nopolizarlos. Socialización no tiene por qué ser necesariamente si- bajo es algo vendible y nada más, es alienante; el trabajo — y
nónimo de nacionalización. Muchos países han formado institucio- rapidísimamente los trabajadores — se convierten sólo en medios
nes para radio y televisión representativas de las principales fuer- de vida 1M. El trabajo se torna humano verdaderamente no por la
zas sociales y culturales, al tiempo que reducen la intervención mera producción de bienes materiales sino por las relaciones inter-
política directa al mínimo necesario. subjetivas en el proceso de producción y de distribución. Por con-
La doctrina social de la Iglesia no excluye la socialización ni siguiente, no es indiferente al propietario de los medios de pro-
la nacionalización de las industrias clave o de los recursos indis- ducción y a quien los administra eficazmente decidiendo así las
pensables si lo exige el bien común y la adecuada participación de condiciones de trabajo.
todos. «El derecho de propiedad privada no es incompatible con Hay algo sano en la propiedad privada del propietario traba-
las diversas formas de propiedad pública existentes. El paso de jador en la empresa local, personal, a pequeña escala. En la em-
bienes a la propiedad pública sólo puede ser hecho por la auto- presa de tamaño medio, la propiedad privada es funcionalmente
ridad competente de acuerdo con las exigencias del bien común y innecesaria; la idea de propiedad se ha esfumado ya. En las em-
dentro de los límites de este último, supuesta la compensación presas de grandes dimensiones, la propiedad privada se convierte
adecuada» m . La encíclica Ouadragesimo anno, de Pío xi, da cada vez más en una ficción que permite al propietario pasivo vivir
como razón principal para esta transferencia de bienes a los entes «parasitariamente del trabajo de otros» 1K.
públicos la siguiente razón: «Se pretende que se reserven a la po- Es útil considerar descarnadamente la tipología de la relación pro-
testad pública cierto género de bienes que comportan consigo tal ductiva. (1) El propietario de una empresa de tamaño pequeño o
preponderancia, que pueden dejarse en manos de particulares sin medio tiene colaboradores en su trabajo. Aunque éstos no parti-
peligro para el Estado» m. cipan de su propiedad son considerados como colaboradores. Es
apreciada su creatividad. Su paga es considerada como una esti-
mada participación en el trabajo común. (2) El modelo opuesto
4. La función clave del trabajo es representado por el propietario pasivo que alquila trabajadores,
no les permite participar en decisiones importantes que afectan a
El intolerable error del capitalismo puro consistió, y consista las condiciones laborales y les paga el trabajo como cosa, como
en considerar el trabajo como cualquier otro elemento de los cos- uno de los elementos que constituye el capítulo de costos. (3) El
tos: el capitalista desea comprar trabajo en el mercado laboral caso extremo lo constituye el trabajo mismo organizado hasta tal
como compra materias primas y máquinas. En principio, la doc- punto que se convierte en fastidioso, aborregador o en quebrade-
trina social católica concuerda con una tesis importante de Kari ro de nervios para los trabajadores. El producto cuenta más que
Marx, según la cual el trabajo debe ser considerado como la fun- la persona en sus condiciones y relaciones laborales.
ción preeminente en la vida socioeconómica. Y tal concepción tiene En el amplísimo abanico de la vida económica existen muchos
que determinar todas las relaciones y procesos productivos. «La grados y formas de participación de los trabajadores en las empre-
historia de la liberación de la libertad comienza con el trabajo» 1S0, sas pequeñas, medianas y grandes, a nivel regional, nacional e in-
con su tornarse plenamente humano y humanizante. Debe organi- ternacional.
314 315
VIL Moral de la vida socioeconómica Participación de los trabajadores
En el capitalismo clásico, los propietarios del capital alquilan quedando a salvo la unidad necesaria en la dirección, se ha de
trabajadores y adquieren trabajo como los lores de viejos tiem- promover la activa participación de todos en la gestión de la em-
pos. Pero mediante las potentes organizaciones sindicales, los pro- presa, según formas que habrá que determinar con acierto. Con
pietarios y los empleados se convierten en socios que pactan no todo, como en muchos casos no es a nivel de empresa, sino en
sólo acerca de los salarios, sino también sobre la organización y niveles institucionales superiores, donde se toman las decisiones
condiciones del trabajo. Así, los ejecutivos tienen que preocuparse económicas y sociales de las que depende el porvenir de los tra-
cada día tanto o más de tener contentos a los trabajadores que bajadores y sus hijos, deben los trabajadores participar también
del lucro económico de los accionistas 183. en semejantes decisiones por sí mismos o por medio de represen-
Pero no basta con fijarnos únicamente en los frecuentes con- tantes libremente elegidos» 185.
flictos entre las organizaciones empresariales y los sindicatos. Son Juan xxin dio una respuesta inspirada a la discusión sobre si
sumamente importantes las relaciones más directas en la empresa el derecho de los trabajadores a una mayor participación y res-
misma. Desde la participación en los beneficios hasta la cogestión ponsabilidad es un derecho perteneciente al derecho natural o se
en todas las decisiones que conciernen a la dignidad y seguridad trata simplemente de una respuesta aceptable a las condiciones
de las condiciones laborales, al futuro de la empresa y de los tra- históricas. «No sólo es acorde con la naturaleza de la persona, sino
bajadores, hay toda una gama de posibilidades de participación. que está en conformidad con los desarrollos históricos en los cam-
En estas vías de participación, la propiedad común o el bienestar pos de la economía, de la política y lo social» 186. Ésta es una ca-
general son el desarrollo natural de estas relaciones. Pero en este racterística del empeño de Juan XXIII en descifrar los «signos de
arreglo concebido como bienestar común, lo importante no es los tiempos» como elemento esencial de la naturaleza histórica del
tanto los títulos formales de propiedad cuanto «los derechos y res- hombre, y, especialmente, de la naturaleza redimida de la persona.
ponsabilidades específicas en la administración de las posesiones» m. Ya en los inicios de los movimientos de los obreros y socia-
No bastan las nuevas formas de organización, participación y listas, el obispo Wilhelm Emmanuel von Ketteler se mostraba de
propiedad. Éstas se limitan a crear condiciones más favorables para
acuerdo con su amigo, antiguo dirigente socialista, Ferdinand La-
objetivos e ideales más altos de relaciones socioeconómicas. De
ssalle en que no podía superarse la alienación del proletariado sin
ahí que la organización de nuevas estructuras deba emparejarse con
la más plena participación posible de los trabajadores. La diferen-
una renovada visión del significado y cometido de la economía en
cia consistía en que para Ketteler esta idea era tan convincente
la totalidad de la cultura humana. La participación no pretende
que consideraba que un atractivo moral movería a cada persona a
incrementar la producción material, sino elevar la moral en las
ponerla en práctica. En cambio, Lassalle, más realista, acentuó
relaciones humanas.
fuertemente la acción política como medio para implantar esta
La doctrina de la Iglesia sobre una participación general de
aprobaciónI87.
los trabajadores en las empresas económicas, así como en la vida
económica nacional e internacional empezó a desarrollarse a partir Si los cristianos, incluido el cuerpo oficial de la Iglesia, hu-
de una expresión constructiva de Pío xi en la encíclica Quadra- bieran escuchado a estos hombres, la historia habría tomado un
gesimo atino, a las que siguieron algunas palabras cautelosas de curso notablemente diferente. Pero todavía hoy, bastantes cristia-
Pío xn, pero también otras estimulantes. Posteriormente vino la nos, incluso entre los que más insisten en la «obediencia a la Igle-
visión clara de Juan xxni en su encíclica Mater et Magistra y, sia» (por ejemplo en materia de moral sexual), parecen no tener
finalmente, la vigorosa afirmación de la constitución pastoral del intención de obedecer a la doctrina, ahora más clara, de la Iglesia
concilio Vaticano n : «En las empresas económicas son personas, oficial sobre la vida socioeconómica.
las que se asocian, es decir, hombres libres y autónomos, creados La idea de la mayor participación posible de los trabajadores
a imagen de Dios. Por ello, teniendo en cuenta las funciones de y empleados en la empresa económica haría desaparecer el abismo
cada uno, propietarios, administradores, técnicos, trabajadores, y existente entre países socialistas como Yugoslavia y Tanzania y
316 317
VII. Moral de la vida socioeconómica Huelga y «lock-out»
las naciones con un concepto avanzado del sistema libre de mer- es una cuestión de poder y no de consideraciones morales de jus-
cado social. ticia. Añadiré que esta opinión es contradicha por otros responsa-
bles sindicales. La primera consideración tiene que enmarcarse en
la justicia social y distributiva, en las consecuencias previsibles
b) Salarios justos para la empresa, para la economía nacional, la estabilidad mone-
taria, etc. A renglón seguido vendrán, por supuesto, las conside-
Debería estar claro para todos que la justicia social no se ocu- raciones del poder para lograr lo que es justo o sólo un razonable
pa únicamente de precios y salarios. Por encima de todo, se pre- compromiso en la senda hacia una distribución más justa del pro-
ocupa de las relaciones humanas dignificadoras. Mas, por esa misma ducto social.
razón, se aplica a los precios y más aún a los salarios justos para Las negociaciones salariales deben tener en consideración los
los trabajadores. Aquí, entendemos por trabajadores a todos los límites del crecimiento económico, el objetivo de pleno empleo y
que contribuyen en la economía, sea con sus manos o con la inteli- deberían evitar «una inflación de los costos que vaya más allá de
gencia, trabajo manual o intelectual. la normal relación de oferta y demanda»190. Éste es un problema
Desde los tiempos de León xin, la enseñanza católica ha in- urgente, sobre todo en tiempos de recesión.
sistido en el derecho de los trabajadores a un salario justo para
vivir. Actualmente se reconoce que tal salario debe ser suficiente
para mantener la propia familia. Esta enseñanza reconoce que el c) El derecho al trabajo
trabajo es algo más que una mercancía que se compra y se vende.
El salario vital se basa en el hecho de que, mediante el trabajo, La persona tiene obligación de trabajar para su propio susten-
una persona tiene derecho a lo económicamente necesario para to y el de su familia, para contribuir al bien común. El perezoso
sostener la propia familia dotándola de unas comodidades básicas. tendrá que escuchar la sentencia: «Si alguno no quiere trabajar,
Uno de los problemas principales afecta al equilibrio entre el que no coma» (2Tes 3,10). La voluntad de trabajar es necesaria
salario merecido y los salarios que toman en consideración no sólo para la realización de sí mismo como ser social que da v recibe.
la contribución personal a la producción, sino también la posición La otra vertiente de la obligación es el derecho a trabajar en
y función social (permitidas por el salario) que da al trabajador y condiciones adecuadas de trabajo «en las que la salud física no
a su familia un «nivel de vida propio de la dignidad humana» 188. sufre peligro, se salvaguarda la moral y no se frena el normal des-
El salario económicamente justo tiene que corresponder a los arrollo de los jóvenes. Las mujeres tienen derecho a unas condi-
recursos disponibles, a la situación económica de la empresa y a ciones de trabajo de acuerdo con sus exigencias y obligaciones
la productividad general. El salario orientado a la familia es un como esposas y madres» W1.
ingreso orientado y determinado socialmente. Por ejemplo una El trabajo debería ser una fuente de alegría, de iniciativas
madre que cría niños pequeños no produce en una empresa eco- creadoras, una oportunidad para manifestar responsabilidad, soli-
nómica, pero hace una aportación importantísima a la sociedad en daridad y fidelidad. Todo el que destruye radicalmente el gozo
todas sus dimensiones, incluida la económica. No puede esperarse inherente al trabajo dignificador, socialmente orientado, arriesga
que la empresa pueda hacer frente por sí misma a todas las exi- el placer del ocio.
gencias de un salario socialmente justo. Especialmente cuando se
trata de familias numerosas, tendrá que ser suplida mediante al-
gunos esfuerzos sociopolíticos tales como la exención de impuestos d) Huelga y «lock-out»
y otras ayudas m.
Durante un curso que di a responsables sindicales, escuché a La doctrina social católica afirma el derecho de los trabajado-
veces la opinión de que la consecución de salarios más ¿levados res a juntarse en asociaciones (sindicatos) mediante las que pue-
318 319
VII. Moral de la vida socioeconómica Función del capital
dan lograr justicia para ellos en salarios, condiciones de trabajo y mo tuve que esperar durante algunas semanas una operación de
otros beneficios. cáncer. El personal hospitalario de toda Italia estaba en huelga.
Los sindicatos obreros y las asociaciones de empleados tienen Aparte del riesgo inmediato de pérdida de la vida, la consecuen-
importantes funciones sociales. Sus acuerdos no alcanzan única- cia fue la pérdida de la laringe y de la voz. Millares de enfermos
mente a temas de lucro material; deben garantizar también la leal- son los «rehenes» en una discusión que, con la ayuda de leyes ade-
tad y fidelidad recíprocas. Sus acuerdos y prestaciones pueden con- cuadas, diálogo paciente y conciencia de la opinión pública, podría
tribuir en gran medida a la paz social y a la justicia. resolverse pacíficamente.
Constantemente surgen situaciones conflictivas. Después de ala- Si las leyes y las órdenes del gobierno prohiben la huelga en
bar la función de los sindicatos en la ayuda que prestan a la clase servicios públicos vitales, habrá que tomar las medidas necesarias
obrera para que se sienta y actúe como «asociada en la tarea total para que los trabajadores y empleados, privados de la poderosa
del desarrollo social y económico y en la consecución del bien uni- arma de la huelga, no salgan peor que aquellos otros que pudieron
versal», el concilio Vaticano n advierte: «En caso de conflictos ganar su causa utilizando la huelga. El sometimiento de tales dispu-
económico-sociales hay que esforzarse por encontrarles soluciones tas a un arbitraje imparcial vinculante parece ser el camino más
pacíficas. Aunque se ha de recurrir siempre primero a un sincero justo y elegante para atender a las necesidades de todos los im-
diálogo entre las partes, sin embargo, en la situación presente, la plicados.
huelga puede seguir siendo medio necesario, aunque extremo, para Sorprende que el concilio no haya dicho nada acerca del arma
la defensa de los derechos y el logro de las aspiraciones justas de del lock-out, utilizada con alguna frecuencia de manera inmiseri-
los trabajadores. Búsquense, con todo, cuanto antes, caminos para corde por las asociaciones patronales. Existe la necesidad de una
negociar y para reanudar el diálogo conciliatorio» m . legislación y acción política que limiten el derecho de lock-out
Tanto los sindicatos como los patronos deben comprender su al menos hasta el punto donde la paridad entre los socios está ga-
solidaridad con todos los restantes seres humanos y evitar la ten- rantizada. Muchos países tienen leyes sobre la huelga con el fin de
tación de sacar adelante su causa propia a expensas de otros. Los proteger el bien común y la paz social contra formas excesivas de
miembros del sindicato y los restantes obreros deben formar sus huelga 193.
conciencias juiciosamente acerca de si una huelga es justa y está
justificada, especialmente cuando los sufrimientos que ocasiona a
personas inocentes y el daño que produce al bien común son pro- 5. Función del capital y del interés
porcionados a los derechos y ventajas por lo que quiere hacerse
la huelga. Debería hacer oír su voz todo el que piense que no se El Antiguo Testamento prohibió a los israelitas cobrar inte-
ha hecho lo suficiente para evitar la huelga o la considere injusta. reses por un préstamo concedido a uno de los miembros de su
Debería evitarse de manera tajante y completa aquellas huel- pueblo, pero les permitía recibir intereses de aquellas otras perso-
gas que privan a las personas de servicios públicos importantes: nas que no pertenecían a Israel (Éx 22,25; Dt 23; cf. Ez 18,8.13).
escuelas, transportes, servicio postal, bomberos y policía; espe- Hasta la encíclica Quadragesimo auno (1931) la doctrina oficial de
cialmente hospitales y demás servicios para los menesterosos, los la Iglesia prohibió cobrar intereses bajo sanciones graves y sin dis-
heridos, enfermos y moribundos. El autor de esta obra ha tenido tinguir entre préstamos a pobres y préstamos en la economía mo-
vivencias personales que le hacen especialmente sensible a este derna. Los moralistas y confesores se encontraron constantemente
respecto. Uno de sus mejores amigos fue llevado al aeropuerto de en conflicto entre la doctrina y la conciencia de las personas. Gran
Roma para ser trasladado a Zurich, donde debía practicársele una parte de responsabilidad recae sobre aquellos teólogos y canonis-
operación quirúrgica urgente. Una huelga repentina convocada en tas que se vanagloriaban de su fidelidad al magisterio repitiendo
el aeropuerto hizo imposible el transporte y la persona murió por- las viejas fórmulas y atacando a quienes tenían conciencia de la
que la operación quirúrgica se realizó demasiado tarde. Y yo mis- nueva situación. Como consecuencia, la doctrina de la Iglesia no
320 321
Há'ring, Libertad III, 11
VIL Moral de la vida socioeconómica Función del capital
ejercería influencia constructiva sobre las nuevas formas de eco- El porcentaje del interés justo no puede ser determinado en
nomía m. abstracto. Entre otros aspectos, hay que tener presente la tasa de
La tradición se remitió frecuentemente a la autoridad de la inflación y su repercusión sobre el desarrollo económico.
palabra de Cristo tal como aparece recogida en Le 6,34: «Si pres- El problema del capital e interés comienza con la excesiva acu-
táis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? mulación de capital y del correspondiente interés en manos de
Pues también los pecadores prestan a los pecadores.» Esta ense- una minoría relativamente pequeña. Es verdad que la mayor parte
ñanza continúa reteniendo toda su fuerza original y en las circuns- de la riqueza del rico es capital productivo invertido, riqueza para
tancias similares a las que motivaron el dicho de Jesús. Habla de beneficio del bien común. Con todo, no puede negarse que un
prestar bienes perecederos o dinero a aquellos que se encuentran porcentaje excesivamente alto de algunos intereses desorbitados
en necesidad. ¿Cómo puede un discípulo de Cristo cerrar su cora- van a parar al consumo de lujo. Y, naturalmente, esto irrita a las
zón cuando se encuentra ante una necesidad grave? ¿Cómo puede clases más bajas y más pobres. Más grave es aún el hecho de que
atreverse a actuar sólo por afán de lucro en detrimento del nece- la riqueza mantenida en trust se convierte en poder peligroso,
sitado? rompe el equilibrio democrático y priva a bastantes trabajadores
Pero, en la economía moderna, tal como se desarrolló especial- de participar en los procesos de toma de decisiones. La política
mente desde el siglo xn, y más aún desde el siglo xvi, los prés- económica y la opinión pública tienen que vigilar estos peligros y
tamos tienen un significado completamente diferente. El dinero buscar remedios.
prestado al negociante reporta a éste un interés considerable (el Pablo vi criticó uno de los abusos egoístas del capital que,
significado original de «interés») parte del cual da a quienes le recientemente, ha ocasionado profundas heridas a las economías
prestaron el dinero (interés en el sentido actual de la palabra). nacionales y puesto en peligro el equilibrio económico internacio-
Sin este sistema, no habría sido posible el desarrollo de la indus- nal: la fuga de capitales. «La renta disponible no es cosa que
tria moderna ni del comercio, el crecimiento de la población, la queda abandonada al libre capricho de los hombres, y que las
multiplicación de los puestos de trabajo. El acometer la enseñanza especulaciones egoístas deben ser eliminadas. Desde luego no se
sin analizar la situación histórica y el significado concreto fue podría admitir que ciudadanos provistos de rentas abundantes,
desastroso para las relaciones en la Iglesia, y entre la Iglesia oficial provenientes de los recursos y de la actividad nacional, las trans-
y la sociedad moderna. firiesen en parte considerable al extranjero, por puro provecho
Los préstamos concedidos en forma de capital rentable a ver- personal, sin preocuparse del daño evidente que con ello infligirían
daderos empresarios a una tasa de interés decente constituye una a la propia patria» 195. Sin embargo, una causa de estos abusos y
cuestión moral completamente diferente de la que representaría el desórdenes puede ser la política económica de bancos y autorida-
préstamo para ayudar a los que se encuentran en necesidad. Po- des públicas.
dríamos aplicar la distinción, de alguna manera, a los préstamos Uno de los problemas más difíciles de los tiempos modernos es
que se conceden a las naciones más pobres en vías de desarrollo la tasa de inflación. Daña los procesos y relaciones económicas, y,
si hicieran actualmente uso de ellos para escapar de la pobreza frecuentemente, es una injusticia clamorosa contra las personas de
extrema. las clases media y baja que ve esfumarse gradualmente sus modes-
El interés como incentivo para el ahorro tiene suma importan- tos ahorros. El gobierno y los legisladores añaden nuevas injus-
cia para las inversiones que se necesitan urgentemente para lograr ticias si esas personas se ven obligadas a pagar impuestos sobre
el pleno empleo y el desarrollo pacífico de la industria, agricultura intereses que no llegan a cubrir la pérdida sufrida por la inflación.
y comercio. El interés es una recompensa justa a la renuncia a Tenemos que recordar que la inflación rara vez, por no decir
bienes de consumo inmediato. Además, puede servir para la segu- nunca, golpea proporcionalmente al gran capital invertido en bie-
ridad de quien presta, así como para incrementar la producción y nes productivos. Las altas tasas de inflación, permitidas por las
el empleo. políticas económicas en muchos países, representan una redistribu-
322 323
VII. Moral de la vida socioeconómica El consumidor
ción desorbitadamente injusta de ingresos y riqueza que desorganiza Es interesante señalar que los modernos ejecutivos se van ha-
la actividad económica, frustra el necesario ahorro y su empleo ciendo conscientes de que su empresa no es sólo una unidad eco-
adecuado, y daña gravemente a muchas familias m. nómica, sino también una entidad social y que «su responsabilidad
ante el consumidor está por delante de la responsabilidad ante los
6. Función de los ejecutivos accionistas y empleados» m. A la larga, los empleados serán los ma-
yores beneficiarios del buen servicio y buenas relaciones con los
Los problemas éticos y sociales más espinosos conciernen, espe- consumidores. Por otra parte, un monopolio que tienda a explotar
cialmente, a los ejecutivos de las empresas modernas y del go- al consumidor se verá afectado por las malas relaciones del consu-
bierno m, quienes ocupan una posición clave para el mejor o peor midor con la empresa. La razón de ser de la empresa es servir a
funcionamiento de la vida económica y social. Pueden mediar entre las necesidades y expectativas de sus consumidores.
los intereses de los accionistas y las personas implicadas en los
procesos laborales. Y cuanto más influyente sea su posición en el
7. Su majestad el consumidor, y precios justos
proceso de toma de decisiones tanto más vulnerables pueden ha-
cerse a los conflictos entre sus intereses privados y su obligación En principio, en un sistema de mercado libre, los consumidores
de ofrecer un servicio objetivo. Lo mismo podemos decir de los deciden lo que habría que producir, qué necesidades deberían ser
miembros de los consejos de dirección, que trazan la política general atendidas y de qué manera. Algunos grupos profesionales han ela-
de las empresas. borado códigos éticos que les obligan a ofrecer servicio fidedigno
Depende en gran medida de la dirección, especialmente de los a sus consumidores2C0.
altos ejecutivos, que una empresa lleve una política económica que Si cada ciudadano eligiera servicios y productos juiciosamente,
tenga en cuenta las necesidades morales y sociales, las expectativas estaríamos ante una de las contribuciones más importantes a una
de la sociedad a la que se supone que sirve. Tareas principales vida socioeconómica sana. Los consumidores pueden juntarse para
del cuerpo ejecutivo son: hacer que la empresa marche, mantener boicotear servicios deficientes, productos no fiables y precios injus-
los puestos de trabajo creados, acomodar las condiciones laborales tos. Sin embargo, existen bloques de poder que imponen precios
a los mejores hallazgos de las ciencias relacionadas con el tema, abusivos. Contra ellos sólo pueden actuar las medidas políticas y
cuidar de que los trabajadores tengan el máximo de seguridad. De- una opinión pública vigilante.
bería promoverse una cogestión constructiva, buenas relaciones hu- Los economistas tratan las fuerzas actuales que influyen en los
manas y públicas, garantizarse un interés congruo a los accionistas, precios. Y esto puede ser sumamente útil para vigilar el meca-
potenciar al máximo la producción y los servicios, cuidar de que nismo en la línea de la justicia conmutativa y social. Es posible que
no se derrochen las materias primas ni la energía, promoverse y la relación entre oferta y demanda desempeñe un papel importante,
asegurarse un comportamiento ecológico saludable. Deberían obser- pero pueden falsearse los comportamientos del mercado mediante
varse las normas de la competencia honesta; debería ofrecerse in- prácticas injustas, como la competencia desleal, el abuso del mono-
formación veraz dentro de la empresa y a la opinión pública me- polio, funcionamiento monopolístico de los carteles, manipulación
diante una propaganda verdadera, serse leal a la legislación y al de precios producida por grupos poderosos, propaganda engañosa,
gobierno; deberían presentarse las actividades de la empresa en maniobras de psicología de masas para crear necesidades ficticias,
forma transparente a los trabajadores, a los accionistas y al público etc. Elemento trastornante es también el que los productos agrí-
en general198. colas se sitúen muy por debajo de los productos y salarios indus-
Una definición clara de la función en el contrato debería expo- triales. En determinados casos pueden existir buenas razones para
ner las condiciones para planificar y para la iniciativa, así como que la autoridad pública proteja los precios 2M . Las leyes justas que
para una dinámica participación de los trabajadores en las decisio- limitan los precios obligan en conciencia. Las ganancias obtenidas
nes de dirección que les afectan. mediante precios injustos exigen restitución.
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VIL Moral de la vida socioeconómica Liberación de los campesinos
326 327
VIL Moral de la vida socioeconómica Emigrantes y refugiados
emigrantes y a sus familias en el nuevo entorno, al tiempo que aspectos más negativos del envejecimiento; puede existir una sor-
se reconoce y favorece su raíz cultural y étnica. El segundo paso prendente lozanía y sabiduría vigilante hasta en la edad avanzada.
consiste en planificar de manera que no desaparezcan las posibili- Se abren considerables posibilidades a la ancianidad. Muchas escue-
dades de obtener un puesto de trabajo en el propio entorno de las y colegios les ofrecen cursos interesantes; de manera especial
manera que los trabajadores no sean enviados a lugares distantes durante los meses del verano, cuando puede disponerse de las
y a países extranjeros. aulas de las escuelas, colegios y universidades. También la Iglesia
Existe, además, la conciencia pública creciente acerca de los debería caer en la cuenta del enorme potencial que encierran las
millones de personas refugiadas y desplazadas, pero no existe aún personas retiradas para diversas formas de apostolado y de activi-
la suficiente sensibilidad respecto del problema o esfuerzos sufi- dad caritativa.
cientemente organizados, primero, para ayudar a esas personas que El retiro no debería producirse de manera brusca ni debería
sufren; segundo, para hacer que desaparezcan las causas políticas, ser impuesto cuando la persona es capaz de desempeñar su tarea
culturales y socioeconómicas que llevan a tales consecuencias. normal u otra nueva. Cuando una sociedad margina a la anciani-
dad, no es ésta sola la que sufre. La comunidad o sociedad pierde
las enormes posibilidades de la población entrada en años pero
c) La situación social de la ancianidad206 aún activa.
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VII. Moral de la vida socioeconómica Herencia del colonialismo
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\'lí. Moral de la vida socioeconómica Fin del crecimiento constante
ingentes evasiones de impuestos mediante compañías extranjeras
el rico.» En este orden de cosas, Pablo vi advierte sobre la posi-
que remiten sus beneficios y dividendos al extranjero, el endeuda-
bilidad de que tengamos que superar este conflicto primero en
miento progresivo, los monopolios internacionales y el imperialismo
nosotros mismos mediante la decisión firme de actuar de manera
del dinero211.
solidaria. «A cada uno toca examinar su conciencia, que tiene una
Las empresas multinacionales tienen mucho que ver en todo lo
nueva voz para nuestra época. ¿Está dispuesto a sostener con su
dicho anteriormente. Las operaciones que estas empresas realizan
dinero las obras y las empresas organizadas en favor de los más
a lo ancho de todo el mundo dependen en gran medida de las
pobres? ¿A pagar más impuestos para que los poderes públicos
decisiones tomadas en Estados Unidos, Japón o Europa occidental.
intensifiquen su esfuerzo para el desarrollo?»214.
Algunas empresas multinacionales, al igual que algunos países del
Cuestión importante de ética social, especialmente en el tema
tercer mundo, proponen códigos de conducta para sus actividades m.
desarrollo y liberación, es si estamos dispuestos a renunciar a una
Muchas de ellas actúan en sectores económicos clave. Esos códigos
parte de nuestro bienestar —especialmente de nuestro poder —
pueden trazar un campo ético en el que se realice el juego. Preten-
hasta el punto de permitir a otros la oportunidad de que alcancen
den regular las maneras de solucionar las disputas, garantizar el
un nivel de igualdad en el proceso de tomar una decisión e igual-
acceso a informaciones indispensables y asegurar un tratamiento
dad en todas las relaciones socioeconómicas que constituyeran un
honesto en general.
punto de partida más justo para todos. Probablemente, todo esto
exige una redistribución del poder y, en alguna medida, de la pro-
piedad.
b) Abismo entre desarrollo y liberación
La Constitución pastoral del concilio Vaticano n y la encíclica 6. El fin de una ideología de constante crecimiento cuantitativo
Populorum Progressio de Pablo vi acentúan de manera preferente
la necesidad del desarrollo en su significación íntegra, y la corres- El capitalismo, tanto el capitalismo del laissez-faire como el
pondiente ayuda al desarrollo prestada por las naciones ricas. Pero capitalismo de los estados socialistas, está desposado con la ideolo-
las crueles experiencias bajo diversas formas de neocolonialismo gía del crecimiento y expansión cuantitativos constantes. De ahí
así como la resistencia de las clases superprivilegiadas llevaron a derivan frecuentemente los conflictos crecientes. La agudeza de la
una visión nueva, y más básica, de liberación. Ésta se caracteriza crisis ecológica, la escasez de energía y de materias primas fuerza
por una conciencia más viva de la situación de conflicto, por la al género humano a distanciarse de esta peligrosa ideología. Pro-
protesta profética, por la búsqueda de una espiritualidad y méto- bablemente, ésta es la cuestión social más espinosa que aguarda a
dos de solucionar los conflictos. Esto no significa que dejen de las décadas venideras 2b . Aún no existe conciencia suficiente de las
tener valor anteriores propuestas constructivas (fondo mundial y dimensiones y desastres previsibles de la actual ideología. Es cues-
sistema mundial de impuestos) sobre asistencia mutua en el des- tión de salud espiritual, de relaciones globales y de la paz del
arrollo y mayor participación de los países en vías de desarrollo mundo.
en las decisiones213. Incluso si se resolviera la actual crisis energética mediante nue-
Desarrollo no es sinónimo de reducción de la pobreza y elimina- vos descubrimientos técnicos — por ejemplo, los nuevos métodos
ción del hambre. «Se trata de construir un mundo donde todo de producir y conservar hidrógeno — 216 continúa en pie la necesi-
hombre, sin excepción de raza, religión o nacionalidad, pueda vivir dad de liberarnos de la manía del crecimiento cuantitativo. «Cuando
una vida plenamente humana, emancipado de las servidumbres que el crecimiento se divorcia de los valores culturales y espirituales,
le vienen de parte de los hombres y de una naturaleza insuficiente- se convierte en búsqueda maligna de la satisfacción en la mera
mente dominada; un mundo donde la libertad no sea una palabra acumulación de bienes materiales»217. Si los individuos, grupos,
vana y donde el pobre Lázaro pueda sentarse en la misma mesa que empresas, naciones son incapaces de quebrar el deseo de más bienes
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VII. Moral de la vida socioeconómica Control del Estado militar
materiales, más expansión de los negocios, mayor poder, nada po- puede alcanzar una posición clave en la investigación y planifica-
drá evitar los conflictos constantes y las guerras ruinosas. Necesi- ción. El equilibrio entre importación y exportación se logra con la
tamos urgentemente una descentralización del poder, un desarrollo venta de armas. Gran parte de la llamada «ayuda para el desarrollo»
más equilibrado de las comunidades de tamaño reducido y medio, es engullida por la venta de armamentos. Los coroneles y generales
y relaciones integradas. retirados del servicio militar activo en plena madurez pasan a ocu-
El paso de una economía de crecimiento constante a otra cua- par posiciones económicas poderosas. El presupuesto para la de-
litativa y más humanizada lleva consigo dificultades enormes. Que fensa modifica casi toda la planificación cultural y social.
no podrán resolverse sin un nuevo espíritu que camine en la direc- No habrá solución para estos problemas sociales a gran escala
ción de lo que he dado en llamar la economía de las bienaventu- de hoy y de las décadas venideras si no se produce un nuevo orden
ranzas. Pero, al mismo tiempo, se requiere suma competencia en mundial en el que las ambiciones de los estados nacionales queden
las personas responsables de los diversos sectores de la economía. frenadas y las naciones emprendan, unidas solidariamente, medidas
¿Cómo puede reconciliarse este cambio cualitativo con el cua- pacíficas para resolver esos problemas. Para ello son absolutamente
drilátero mágico donde pleno empleo, moneda estable, equilibrio necesarios un nuevo espíritu, conocimientos más profundos y una
entre exportación e importación tienen el crecimiento cuantitativo organización internacional adecuada.
como soporte principal? La solución tiene que venir de la distri-
bución, redistribución, del tiempo para el trabajo, para el ocio, para
actividades culturales. Si se lleva esto a cabo no hay por qué dejar
de lado la preocupación por el pleno empleo.
La renuncia a la manía del desarrollo no debe sonar a estanca-
miento. Por el contrario, liberaría energías de las personas para un
ordenamiento más creativo de la vida socioeconómica integrada más
plenamente en un desarrollo cultural saludable, lo que se traduci-
ría en un incremento de la esfera espiritual de la vida.
Para lograr esta transición, tendremos que realizar grandes es-
fuerzos en el campo de la educación. El primer paso consiste en
desenmascarar la actual ideología, liberar a las mentes de la manía
del crecimiento. Deseamos crecer como seres humanos en relaciones
saludables en lugar de desear constantemente vender, adquirir, po-
seer y usar más cosas.
m
7. ¿Cómo controlar el Estado nacional militar?
336 337
La política y el reino de Dios
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VIII. La moral de la política La política y el reino de Dios
entre los profetas y los dirigentes políticos siempre que estos últi- se convirtieron completamente en una parte del juego del poder
mos contradicen la ley salvadora de Dios; el paradigma de los político.
reinos terrenos (que incluyen las dinastías de Israel). Frente a esos El evangelio no se desentiende de los acontecimientos políti-
paradigmas, encontramos la ley de Dios, en la que no hay lugar cos. Destaca los acontecimientos salvíficos en el contexto de la
para la opresión ni explotación. Encontramos las promesas de la historia política (cf. Le 1,5; 2,1; 3,1). La encarnación, la acti-
venida del reino de Dios, expresadas en imágenes políticas, pero vidad pública de Jesús, su muerte, están «fechadas» políticamente;
destinadas no exclusivamente a Israel. El nuevo Israel no seguirá afectan a la historia del mundo en mayor medida que ningún otro
el ejemplo de los antiguos poderes políticos con su opresión. Ser- acontecimiento.
virá a todas las naciones; será un signo destinado a todo el género El evangelio de Jesús acerca de la venida del reino de Dios
humano. no es un manifiesto político. Pero encierra impresionantes impli-
Cuando Jesús proclama la proximidad del reino de Dios y su caciones políticas. Es el cumplimiento de las profecías de que,
función salvadora, utiliza frecuentemente imágenes políticas. Pero después del imperio terreno dominante, vendrá el reino salvador
deja meridianamente claro que la venida del reino de Dios no es de Dios, en el que no existirá el dominio de unos sobre otros, en
el resultado del poder político. Uno de los temas centrales y om- el que todos serán servidores de todos, signos del amor de Dios y
nipresentes del evangelio es el conflicto de Jesús con la falsa expec- de su justicia salvadora, ministros de paz y solidaridad entre to-
tación mesiánica. Ésta se inserta en el paradigma de la tentación. dos los hombres y mujeres.
El reduccionismo político de la expectación mesiánica es un aire Cuando sea aceptado el reino de Dios, desaparecerá la explo-
viciado que envuelve a Jesús. Ni siquiera puede permitir que sus tación y degradación del pobre; incluso el perseguido dejará de
discípulos le llamen públicamente Mesías, ya que las gentes tam- odiar y pondrá de manifiesto el poder de la reconciliación y del
bién están contaminadas de este espíritu peligroso que permitiría amor. Las bienaventuranzas constituyen el mensaje más revolu-
a los privilegiados obtener poder, riquezas y los primeros puestos cionario y son motor de los mayores cambios en el ámbito político
del futuro reino de Dios. Cuando Pedro se niega a admitir la ver- cuando las personas viven de la fe.
dad del siervo Mesías que renuncia a toda ambición política, Jesús Este mensaje tiene que ver con los que son realmente pobres
le llama Satán: «¡Quítate de mi vista, Satán! ¡Tropiezo eres para y oprimidos. Las maldiciones de Jesús se dirigen a aquellos que
mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los poseen los bienes y el poder de este mundo pero se niegan a la
hombres!» (Mt 16,23). conversión ofrecida por el reino de Dios, que viene. Pero se trata
A veces existe la impresión de que los fariseos fueron los prin- no sólo de una conversión al Dios transcendente, sino al Dios de
cipales enemigos de Jesús, pero esto no responde a la realidad. la historia; por consiguiente, al pobre que será invitado a sentarse
Jesús hizo todo lo posible para conquistarlos y, finalmente, bas- en la mesa del rico convertido (cf. Le 6,20ss).
tantes de ellos aceptaron el evangelio y creyeron en su resurrec- Al resistirse a la tentación del Mesías con poder y escoger la
ción. Sus enemigos más enconados fueron los componentes de la vida doliente del siervo de Dios, Jesús dio la lección que más cho-
clase dirigente, en su mayoría saduceos, que no creían en la resu- cante podía resultar a la historia del mundo, así como al ámbito
rrección, ni en la vida después de la muerte, por lo que buscaron político. Jesús podría prever las implicaciones que esto traería
la «salvación» exclusivamente en el ámbito político. Lucas tuvo consigo: la condena a muerte, muerte en una cruz, destinada a los
especial interés en poner de manifiesto que el pueblo judío como esclavos y enemigos políticos, muerte impuesta por el poder polí-
tal no fue culpable de la muerte de Jesús. «Lucas no atribuye res- tico del imperio romano y por el abuso político de la autoridad
ponsabilidad importante a grupo alguno judío, sino a los sumos religiosa. Jesús tuvo conciencia agudísima de la situación política.
sacerdotes y a sus aliados» 3 . Ellos pusieron en marcha las manio- El que los cristianos confiesen a uno que fue condenado a muerte
bras políticas para deshacerse de él. Para ello colaboraron con el por el imperio romano deberá tener consecuencia e implicaj¿ones
poder de los romanos, a quienes odiaban. En su reduccionismo, políticas \ / ^ ^
342 343
Teología política
VIII. La moral de la política
El objetivo, limitado, pero importante, de una sana teología
todos viejos utilizados por la acción política. Tenemos ahí una
política es el estudio de la interacción entre la religión, en sus
advertencia para la teología de la liberación: que olvide la dimensión
manifestaciones más y menos verdaderas, y la dimensión política
escatológica y lo espere casi todo de los cambios de las estructuras
de la vida humana, incluyendo la situación política actual.
externas. Pero es igualmente verdad que aceptar de todo corazón
Hemos visto que las parábolas y muchos de los mensajes de
el reino de Dios y, como consecuencia, la decisión de buscar pri-
Jesús se expresan en imágenes tomadas de la experiencia política
mero la justicia salvadora de Dios genera sorprendentes energías
de aquel tiempo. La teología política tiene una orientación pasto-
para la vida política y privada (cf. Mt 6,33).
ral. En primer lugar, trata de agudizar la conciencia de las conse-
No se trata de pensar que actividad política — «dar al César
cuencias religiosas de cada estilo y elección religiosos. Además,
lo que es del César» — y fe, adoración, dar a Dios lo que es de
llama a un agudo autoexamen crítico de las ideas políticas, idea-
Dios, son dos magnitudes iguales. En este contexto, el dicho de
les, ideologías e intereses que pueden determinar ilegítimamente
Jesús significa, más bien, que únicamente los que honran a Dios
el horizonte del pensamiento teológico y de la práctica religiosa.
como Dios y aceptan su ley salvadora pueden cumplir plenamente
Cuando la teología política y su práctica aparezca como unila-
su obligación política en la actual situación histórica. Ni César ob-
teral, recordaremos la unilateralidad de unas pautas de pensa-
tendrá lo que le pertenece, ni nosotros entenderemos jamás la
miento y de práctica individualista, pietista, meramente vertical.
política del evangelio si no intentamos, por encima de todo, com-
El catecismo de la comunidad de Isolotto (Florencia) evidencia
prender lo que es de Dios, que nos envía a su Hijo unigénito
manifiestamente una determinada dirección de práctica política.
como salvador del mundo.
Pero quienes la condenaron en nombre de la verdad eterna de-
berían preguntarse a sí mismos si sus fórmulas inalterables, su
2. Teología política8 énfasis en meras opiniones teológicas, su «espiritualidad», no es-
taban políticamente determinados y condicionadas, si no condicio-
a) Una nueva conciencia nan y favorecen una opinión política.
Los numerosos teólogos que afirmaron simplemente que la mi- La teología política nos recuerda que, a los ojos de la cristian-
sión de Jesús fue no política, espiritual y escatológica, llegaron a dad primitiva, Jesús fue consciente de que la fe en él y su segui-
esta conclusión porque tenían un concepto estrecho de la política. miento ocasionaría conflictos dentro del clan y fuera de él. La ver-
No encontraron lo que buscaban: consejos políticos directos y par- dad estrictamente teológica puede ser formulada con una clara nota
ticipación de Jesús en la carrera política. A la luz de la nueva de contraste con las situaciones políticas. Cuando Pablo escribe:
conciencia expresada en la teología política, y frecuentemente por «Pero nosotros somos ciudadanos (politeuma) del cielo, de donde
quienes se oponen a la teología política, descubrimos más fácil- esperamos que venga el Salvador (soter) al señor (kyrios) Jesu-
mente el horizonte político de Jesús, de su vida, muerte, comuni- cristo» (Flp 3,20), no se limita a advertir de manera general a
dad apostólica; captamos las implicaciones políticas de sus origi- aquellos que tienen sus mentes «ocupadas con cosas terrenas»,
nales y auténticas elecciones religiosas. sino que se opone a las pretensiones religioso-políticas del empe-
La teología política puede ser tan equivocada y unilateral como rador romano de ser «salvador y señor». Es la negación rotunda
la de aquellos que se limitan a ignorar la dimensión política de la del culto al emperador y de cualquier tipo de práctica que contra-
redención. Conduce al error cuando su principal interés reside en diga la ciudadanía del reino de Cristo.
la política o cuando la posición política de los teólogos decide, La teología y los hombres de la Iglesia tienen que examinarse
práctica o teóricamente, sus intereses y visión teológica. La teolo- constantemente no sólo de lo que dicen o hacen, sino también de
gía política arranca de cimientos sanos cuando su primer interés es lo que silencian de palabra o de obra. No puede olvidarse la oculta
la búsqueda del reino de Dios, la fe, esperanza, amor y adoración interacción entre intereses políticos y estructuras y pensamiento
en espíritu y en verdad. religiosos. Tenemos que preguntarnos cómo esto influirá o dejará
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VIII. La moral de la política Política y oración
de influir como debiera en la vida política en sentido estricto y pregunta, debemos tener el valor de enfrentarnos al otro interro-
en el más amplio. gante: sí existen tipos de oración, litúrgica o de otro género, que
La teología política de J.B. Metz se centra en lo que correc- nazcan inconscientemente de una opción política falsa o manifies-
tamente es considerado el centro de nuestra fe y práctica, la me- ten una huida de la responsabilidad política y utilicen a Dios para
moria de la muerte y resurrección del Señor. Urge a las personas intereses privados.
ricas, poderosas, que participan o se niegan a participar respon- Cuando nos hallamos en la oración auténticamente cristiana, en-
sablemente en la vida política (especialmente de los superpode- tramos en el misterio de Cristo, redentor y hermano de todos. Res-
res) a que se pregunten, a la luz de esta memoria, por qué y cómo pondemos personalmente y en solidaridad con Dios, nuestro Pa-
ellos son fuente de sufrimiento, cómo este sufrimiento está rela- dre, que nos llama hijos suyos y nos invita a formar parte de su
cionado con la pasión de Cristo 9 . Por supuesto, nadie podrá pen- familia. Si pedimos, en la oración, que el nombre de Dios sea
sar que esto es huir de la fe a la política. Por el contrario, se trata santificado, aquellas personas que están en la calle y que no tienen
de lo más serio de la fe en todos los ámbitos de la vida y espe- nombre son reconocidas como nuestros hermanos y hermanas. En-
cialmente en la política. contrado nuestro propio único nombre, no utilizaremos a los otros
La teología política no pretende confrontarnos con un modelo como medios, como el fanatismo y terrorismo políticos hacen tan
vinculante de integración del Estado nacional europeo en una Euro- frecuentemente, tentación a la que se ven expuestos también cons-
pa unificada. Por el contrario, nos empuja a examinar todos los tantemente los poderes políticos. Si al orar deseamos verdadera-
modelos posibles para ver si, y en qué medida, promueven la so- mente la venida del reino de Dios, estamos deseando que todas
lidaridad a escala mundial, la paz y la reconciliación; examinar las personas — tanto los poderosos y ricos como los oprimidos y
cómo sirven a la causa de la libertad y la subsidiariedad10. explotados — puedan experimentar su venida mediante la atrac-
Parece fácil poner de manifiesto cómo las estructuras de la ción recíproca en su experiencia de fe. «Orar es buscar la venida
Iglesia (monárquicas o extremadamente jerárquicas, colegiales, cen- del reino, la implantación de sus valores en la sociedad en que
tralistas o federales) tienen un respaldo e implicaciones políticas. vivimos. Es aceptar nuestra vocación política a colaborar en la
Es obvio que quienes desean verdaderamente una sociedad parti- transformación de la sociedad» n.
cipativa desistirán de establecer la equivalencia entre «Iglesia» y La nueva identidad que encontramos en la oración debe encar-
una autoridad eclesial centralista. Pero queremos preguntar si tam- narse en las estructuras sociales, en todo lo que podamos hacer
bién las expresiones más íntimas y directas de la fe, tales como políticamente de manera que se cumpla la voluntad de Dios que
la oración, deben ser pasadas también por el tamiz de la crítica nos llama a la fraternidad y reconciliación; que el pan de la tierra
a la luz de la teología política. se convierta en «nuestro» pan para todos y que las tentaciones ins-
titucionalizadas cedan su puesto a estructuras y relaciones más
sanas. Pero la oración genuina hace que todo esto trascienda la
b) Política y oración categoría del «debe». Se convierte en necesidad íntima, en expre-
sión de una nueva libertad.
Los dos volúmenes de Political Night Prayer in Cologne ", edi- Joseph Gremillion, reflexionando sobre lo que dice Pablo vi en
tados por Dorothee Sólle y Fulbert Steffensky establecen una co- torno al «renocimiento de las utopías» 13, ámbito en el que el Es-
nexión entre oración y política. Pero tenemos que preguntarnos píritu del Señor, que habita en nuestros corazones, nos empuja «a
sí no se usa aquí el término oración como actividad y arma políti- ir más allá de cualquier sistema e ideología», alude a los diver-
ca. ¿Continúa siendo, ante todo y por encima de todo, oración sos grupos de oración que, a lo ancho del mundo y en oración
cuya primera finalidad consiste en reconocer a Dios y honrarlo creativa y compartida, se abren a las grandes preocupaciones de
como Dios? ¿Se vuelven las personas a Dios o hacen que él se la justicia y de la paz superando las fronteras nacionales» I4.
convierta a la opinión política de ellas? Y, sí nos planteamos esta La liturgia cristiana, como proclamación de la palabra de Dios,
346 347
VIII. La moral de la política Política de cristianos
como escuela y práctica de «adoración en espíritu y en verdad», ralismo crea el espacio para una racionalidad vital de tal disputa.
ejerce una influencia en la realidad política no por la intenciona- Efectivamente, la fe cristiana nos libera de la tentación de inten-
lidad expresamente política, sino por su autenticidad. «Toda per- tar lograr a través de la actividad política lo que esperamos como
sona que ha tenido experiencia de sistemas políticos totalitarios contenido de la fe y esperanza de salvación» 19.
sabe que el culto cristiano como tal, incluso si no se escucha ni Otro teólogo protestante expresa la misma convicción con los
una palabra política en él, es un politicum del más alto rango... términos más tajantes: «Así como no existe una medicina cristia-
Si uno pasa de una asamblea de culto político a un simple acto na, tampoco existe una política cristiana; sí cristianos en la polí-
de culto, se sentirá tocado por una atmósfera de libertad» I5. Los tica. Y, como sucede en la profesión sanitaria, ellos son necesarios
hombres situados en autoridad política tal vez desconocen frecuen- en la política»20. Jacques Ellul motiva estas distinciones de forma
temente lo que significa que la comunidad cristiana los incluya en convincente. El cristiano «no cristianiza el Estado. Por otra parte,
sus oraciones. «Situación diferente cuando se recuerda las víctimas presenta una serie de exigencias basadas en otra concepción de la
de un poder político depravado. En tal caso, los que han ocasio- realidad»21. El mencionado autor tal vez acentúa excesivamente
nado las víctimas desean que los nombres de aquéllas sean olvi- el testimonio directo del cristiano en la actividad política a favor
dados» '*. Para la comunidad de creyentes, nadie es no persona o de la realidad última en la que cree. Tiende a justificar la presen-
enemigo que deba ser aniquilado cia de los cristianos en la arena política no tanto por el interés
político sino por la intención inmediata de evangelizar a las per-
sonas. Si, como pensamos, la presencia de los cristianos en la po-
3. ¿Política cristiana o política de cristianos? lítica pretende, sobre todo, contribuir beneficiosamente en las de-
cisiones políticas, el cristiano debería ser capaz de expresar sus
Para bien de nuestra propia identidad en nuestro diálogo y opiniones políticas de manera racional.
cooperación con todas las personas, es importante que considere- Cuando hablamos aquí del carácter distintivo de la actividad
mos la pregunta: ¿existe una política cristiana o deberíamos ha- política de los cristianos fieles e iluminados no pensamos en clave
blar, más bien, de política de cristianos? exclusivista. Probablemente, podría encontrarse cada una de esas
Podríamos hablar de una política del evangelio como direc- notas también en no cristianos.
ción o utopía absoluta, como ideal vinculante pero nunca realiza- El verdadero cristiano debe hacerlo todo en aquel amor que
do plenamente que, frecuentemente, produce utopías relativas y Cristo ha revelado y que es fruto del Espíritu. Si los cristianos
libera a los creyentes para políticas realistas y discutibles. Mas, tienen que actuar siempre en el amor a Dios y al prójimo, en so-
por numerosas razones, haremos mejor si no hablamos de política lidaridad con todos los hijos de Dios, tal exigencia mantendrá su
cristiana". En primer lugar, los cristianos no detentan monopo- validez también en sus elecciones políticas. Por supuesto, esto no
lio alguno en materia política. Por otra parte, ningún cristiano se quiere decir que él pueda transformar toda la política en amor
atrevería a calificar su actividad política como «cristiana» sin más puro. La política no puede convertirse en el reino pleno del amor
aditamentos. Resulta siempre tan imperfecta que deberemos cui- como el Estado tampoco puede ser el reino de Dios. Pero la acti-
darnos de no identificar la política con el nombre de Cristo. En vidad política de los cristianos puede calificarse a sí misma median-
tercer lugar, los cristianos, manteniéndose fieles a su fe y concien- te la pujanza de su amor. Cuando actúa el amor redimido, no pue-
cia, pueden elegir entre diversos modelos políticos 18. Trutz Rend- de reinar una política del poder por el poder, ni puede eliminar
torff cuenta con el asenso de su iglesia evangélica y con muchos la necesidad de poder 22 . Con todo, el amor puede dar sentido a la
católicos cuando escribe: «Existe una moral específicamente cris- utilización adecuada del poder. Los cristianos que se alimentan de
tiana de la política sólo en la forma concreta de lo pragmático, de la palabra de Dios y cuidan de la pureza de intención, deberían
la política racional y humana. Ese tipo de moral no sólo incluye estas cualificados en grado sumo para discernir lo que exige el
un pluralismo en la disputa política, sino que ese género de plu- amor y cuáles son los mejores medios para encarnarlo.
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VIII. La moral de la política Comunidad eclesial y política
La contribución de los cristianos es una de tantas. ¿Hacen pa- soluciones particulares como si encerraran validez universal. A este
tente lo que puede hacer una postura de servicio por encima de respecto dijo Pablo vi: «No es tal nuestra ambición ni nuestra
los intereses particulares? ¿Logran llamar la atención sobre lo que misión. Toca a las comunidades cristianas analizar con objetividad
el reino de Dios pretende para la humanidad? Según lo mejor de la situación adecuada a su propio país» 25 .
la tradición cristiana, la fe es mucho más que el simple asenti-
miento a una verdad. Es, más bien, la apertura total al amor re-
dimido y redentor. 4. Comunidad eclesial y política 26
Los cristianos cuya fe y vida lo sitúan todo en la memoria de
la muerte y resurrección de Cristo tomarán sus decisiones en fa- a) La nueva situación
vor de los infraprivilegiados de manera que esta solidaridad y
dedicación al bien común concede un lugar a cada uno, especial- Desde los tiempos de Constantino el Grande, la organización
mente a aquellos que no pueden actuar como grupos de presión. de la Iglesia (institución) tendió a imitar las estructuras del im-
Una clara visión cristiana libera del exclusivismo y del fana- perio. Esto llevó a un episcopado monárquico y a un papado cen-
tismo; nos libera para el discernimiento y diálogo genuinos. El tralizado, monárquico, similar al imperio. Los obispos usurparon
cristiano auténtico no maldecirá a su oponente, sino que tratará de cada vez más funciones políticas. El obispo de Roma, con la lega-
descubrir sus puntos de preocupación y razones positivas. Cons- lidad de la Iglesia Estado, se situó entre los poderes políticos como
ciente de que una opción clara en favor de los ideales indicados uno má^. El gobierno centralizado de la Iglesia se dio a sí mismo
por el evangelio y la experiencia humana no confieren infalibilidad el nombre de «la Iglesia». Sus representantes diplomáticos fueron
alguna, los cristianos pueden elegir diferentes partidos con pro- simultáneamente decanos de los cuerpos diplomáticos en los diver-
gramas diversos. Puesto que las diferentes posiciones son el resul- sos imperios y reinos al tiempo que supervisaban a los obispos.
tado de condicionantes humanos tales como el ambiente familiar, Se pensó esta Iglesia para garantizar el status quo de los poderes
el medio social y cultural y otros factores, el cristiano tolerante políticos al tiempo que se esperaba que éstos se convirtieran en el
puede elegir entre diversos movimientos y grupos. Esta diversi- «brazo secular» de la Iglesia que impusiera la enseñanza moral y
dad, «lejos de manifestar la incompetencia del pensamiento cris- religiosa de ésta, y demasiado frecuentemente, también sus posi-
tiano, será una vigorosa expresión de libertad cristiana» a. ciones políticas.
Si los cristianos están equipados con el amor, libertad y dis- Esta situación influyó en gran medida en todas las relaciones
cernimiento que exige su fe, trabajarán por encontrar soluciones en el stno de la Iglesia, incluso en los conceptos teológicos, por
positivas a los conflictos. De esa manera la visión cristiana de la ejemplo, en el concepto de pecado. Los que están «bajo la Igle-
reconciliación fructificará en el campo de la política. sia» (subditos de la Iglesia) podrían y deberían privatizar la reli-
El cristiano maduro no permitirá que nadie patrocine sus deci- gión ya que ellos nada tenían que decir acerca de la vida pública,
siones políticas24. Es plenamente consciente de que no puede hon- que se encontraba en manos de los poderes terrenos, incluyendo
rar a Cristo y a su Iglesia o servir el bien común sin fidelidad a los poderes terrenos de la Iglesia centralizada. El que, a pesar de
su propia conciencia. esta situación, no muriera el carisma profético en la Iglesia debe
El cristiano que vive las dimensiones de la historia de salva- ser considerado como uno de los milagros de la historia. Lo mis-
ción en agradecimiento por el pasado, en vigilancia para detectar mo hay que pensar del comportamiento de los profetas. Éstos ha-
las oportunidades actuales y en activa esperanza para el futuro, no blaron siempre de manera totalmente diferente al «conocimiento
se alienará en esquemas rígidos. Su orientación clara por un ideal de dominio».
permanente se unirá a la evaluación realista de las posibilidades No hablamos aquí del modelo histórico «relaciones Iglesia-Es-
actuales para dar un paso más en la dirección adecuada. Jamás sa- tado». Por el contrario, nos referimos a la relación entre la comu-
crificará personas a ideales abstractos, ni se empeñará en imponer nidad de los creyentes y la comunidad política v que, al hacerse
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VIII. La moral de la política
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Háring, Libertad III, 12
VIII. La moral de la política Diplomacia y profecía
no en nombre de la comunidad eclesial. Pero es peligroso que los para ellos personalmente ni para la Iglesia o institución. En este
sacerdotes y religiosos se sientan como los más competentes para punto, el concilio Vaticano n , después de un interesante debate,
las actividades políticas. En la realidad concreta de la historia esto se expresó de manera solemne: «(La Iglesia) no pone, sin embar-
huele a clericalismo. De ahí la advertencia: «Vosotros sois minis- go, su esperanza en privilegios dados por el poder civil; más aún,
tros del pueblo de Dios, ministros de la fe, dispensadores y tes- renunciará al ejercicio de ciertos derechos legítimamente adquiri-
tigos del amor de Cristo a los hombres... ser sacerdotes y religio- dos tan pronto como conste que su uso puede empañar la pureza
sos, no líderes sociopolíticos o funcionarios de un poder terreno» 30. de su testimonio o las nuevas condiciones de vida exijan otra dis-
Si los sacerdotes piensan que los seglares no están igualmente posición»31. ¡Magnífico! Indudablemente se trata de renunciar, de
cualificados para las tareas políticas tendrían que preguntarse como una vez por todas, a la tentación de utilizar los poderes políticos
sacerdotes si respetan plenamente el papel y misión de los segla- como brazo secular para imponer los credos de la Iglesia y su en-
res, si han hecho todo lo posible para que se hicieran religiosa y señanza moral 32 .
moralmente competentes en el ejercicio de su competencia polí- El ministerio profético de la Iglesia es para todas las perso-
tica. La formación sacerdotal, aunque incluya la ética social y po- nas; debe significar paz y justicia para todos, respeto de la digni-
lítica, no puede ser considerada en modo alguno como escuela de dad humana, justicia y oportunidad para el pobre y el oprimido;
políticos. incluye todos los derechos humanos básicos. En nombre del hu-
manismo y de Cristo reconciliador, la Iglesia urgirá a los poderes
políticos para que utilicen la coacción y la justicia vindicativa sólo
c) Ministerio de reconciliación en la medida necesaria, para que hagan todo lo posible para sanar
las heridas sociales y para rehabilitar a quienes quebrantan la ley.
Los papas, obispos y sacerdotes no deben oscurecer en modo
alguno el hecho de que su misión privilegiada consiste en ser em-
bajadores de la reconciliación, mensajeros de la paz, servidores de d) El cuerpo diplomático papal y el conflicto profético
todo el pueblo de Dios. Por consiguiente, no deben dar la impre-
sión de ser parte de una facción o partido político. Por supuesto, Una de las tareas más gigantescas de la actual reforma de la
los cristianos tienen que aceptarse recíprocamente en la comunidad Iglesia consistirá en armonizar la continuidad con la saludable dis-
de fe y de culto al tiempo que pertenecen a diferentes organiza- continuidad en la institución y funciones del cuerpo papal con la
ciones políticas y se adhieren a distintos programas políticos, eco- «Secretaría de Estado de su Santidad» a la cabeza. Tanto el nom-
nómicos y culturales. Pero desgraciadamente, la realidad suele ser bre como la organización apuntan a un pasado que, en este punto,
a veces bastante distinta. El sacerdote o el obispo no están en con- necesita de recuerdo crítico y de redención. La posición de los
diciones de ser signo eficaz y ministro de la unidad y de la recon- nuncios como decanos del cuerpo diplomático acreditado en los di-
ciliación cuando hablan o actúan públicamente como hombres de versos países, todo el sistema de honores y de promoción, la
partido sin dejar muy claro para todos que no hablan como sacer- conjunción de tareas diplomáticas con enorme influencia sobre el
dote u obispo, sino estrictamente como ciudadanos particulares. control y nombramiento de obispos, plantea graves problemas y
Pero ¿cómo pueden dejar clara tal diferencia al hablar de ética puede constituir una fuerte tentación institucionalizada a ser me-
política cuando existen intereses creados de un grupo y ese sacer- nos fiel a la misión profética de Iglesia servidora.
dote u obispo aparecen como parte de aquel grupo? Por otro lado, es demasiado fácil pedir una supresión total de
El ministerio de reconciliación y la proclamación del reino de esta institución que desempeña todavía un papel importante en los
Dios a todas las esferas de la vida, incluida la dimensión política, esfuerzos de la Iglesia en favor de la paz y de una comunidad
exige absolutamente que quienes se entregaron a tal misión no mundial de naciones. ¿Cómo puede una educación adecuada de
busquen poder, honores o riqueza en el ejercicio de su misión, ni quienes ejercen la diplomacia de la Iglesia transformar este servi-
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VIII. La moral de la política
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VIH. La moral de la política Política y economía
Todos los niveles de política deben tomar posturas responsables vidades culturales de grupos y cuerpos que no se confunden con
en las diversas situaciones demográficas. Será política pobre la que lo político. Al mismo tiempo, tanto los legisladores como los go-
trate de luchar contra la población excesiva utilizando sólo o prin- biernos tendrían que ser plenamente conscientes de la relación que
cipalmente medios de contracepción, esterilización y el inhumano existe entre la cultura y la política. La mejor aportación de la
«derecho» al aborto a elección. Puede hacerse mucho más a través política al desarrollo de la cultura consistirá en asegurar iguales
de la educación general para la responsabilidad sexual, mediante la oportunidades y libertad a todos los ciudadanos en el ámbito de
promoción de la igualdad de derechos y de la mejor educación po- las iniciativas y actividades culturales.
sible de las mujeres. En Alemania federal y en otros países alta-
mente industrializados, la población tiende a la familia con un solo
hijo o sin ninguno. En tales situaciones, la oferta de un deter- c) Política y economía
minado apoyo financiero por cada hijo no es una respuesta ade-
cuada. Una bienintencionada promoción política de este tipo de La interacción entre economía y política difiere profundamente
solución suscita el grito egoísta. «Que carguen con el peso quienes de acuerdo con la ideología o sistema que determine la vida eco-
quieran varios hijos.» En su estructura, explicación y aplicación, la nómica. El liberalismo capitalista extremado no sólo restringe la
legislación debería poner de manifiesto que no se trata de ayudar política económica del Estado, sino que, al dividir las diversas
a las familias pobres en la crianza de sus hijos. Que, por el con- dimensiones sociales en esferas autorreguladoras, autónomas, deja
trario, se trata de la «alianza de las generaciones». Así como el escaso espacio para una política constructiva, integrada. Según Frie-
anciano, que ha contribuido al bienestar actual, tiene derecho a re- drich Engels y otros intérpretes del marxismo, las fuerzas y rela-
cibir seguridad social de lo que la presente generación produce, de ciones económicas determinan todas las superestructuras, incluida
igual manera la relación de alianza debería extenderse a la genera- la política. El marxismo considera la política de la sociedad capi-
ción venidera a través de aquellas familias que están dispuestas a talista como lucha de clases sostenida por las clases privilegiadas,
educar hijos y, de esta manera, hacer una aportación más sustan- mientras que, en la futura sociedad socialista, desaparecerán la
cial a la seguridad futura de la actual generación laboral. política y la lucha de clases. Nos dicen que, en una sociedad sin
Permitir que las familias con tres o más hijos soporten todo clases, con su economía científica, autorreguladora, donde cada uno
el peso de la educación (o, como en Estados Unidos imponerles buscará el beneficio de todos, no habrá necesidad de la política.
prácticamente un doble impuesto educativo si no se someten al Se espera que el Estado desaparezca.
monopolio educativo del Estado) no sólo es injusto para aquellas El que no se cumpliera esta predicción científica después de la
familias, sino que rompe la «alianza de las generaciones» M. revolución soviética fue uno de los grandes dilemas. La respuesta
parecía ser doble: la primera, que las profecías se realizarían cuando
el comunismo se instalara en todo el mundo. Segundo: según la
b) Política y cultura teoría de Stalin, la conciencia social — también ella superestructura
del proceso y relaciones económicas —• «se había rezagado». De ahí
Una política racional y sabia es parte y expresión importante que el partido comunista (es decir, el poder político) se viera en
de la cultura. La política depende, a todos los niveles, de la salud la obligación de acelerar esta nueva conciencia mediante la co-
y crecimiento de la cultura. Uno de los pecados originales de las acción política34.
«naciones» Estado de los siglos pasados fue la tendencia al crisol El sistema mixto de mercado social libre reconoce la comple-
cultural, sin tener en cuenta para nada, o discriminando, determi- jidad de la interacción entre las fuerzas, relaciones y procesos eco-
nadas subculturas sociales, éticas o de otro tipo. nómicos, por una parte, y la cultura y la política, por otra. El papel
No puede darse una sociedad libre sin riqueza y diversidad de de la política respecto del orden económico y de su transformación
cultura. El gobierno debería respetar más cuidadosamente las acti- debe permitir el principio de subsidiariedad. La política tiene una
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VIII. La moral de la política
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VIII. La moral de la política Teología y ética pública
miento rezaba de la manera siguiente: conservar el podei Ellos «política del evangelio», la enseñanza directa o indirecta del Nuevo
podrían utilizar medios considerados hasta el presente como inmo- Testamento sobre la ética política. La fertilidad de la doctrina y
rales y criminales, si tales medios eran necesarios para lograr sus símbolos religiosos en el ámbito político depende, sin embargo,
objetivos. La virtud de los príncipes consistía en ser valerosos en del dinamismo de la fe. Podemos decir con Reinhold Niebuhr:
el combate y triunfar en la utilización del poder 40 . «La fe profética en Dios, que es fundamento y realización última
de la existencia, que es creador y juez del mundo, está presente
en cada situación moral» 41 .
b) La ética política del conformismo y del no conformismo Pero Reinhold Niebuhr piensa, al mismo tiempo, que la con-
cepción básica del principio primordial de la justicia es común a
La división en conformistas y no conformistas no es tanto cues- toda la humanidad: «Toda sociedad humana tiene algo que se ase-
tión del pensamiento ético sistemático cuanto resultado de presu- meja al concepto de la ley natural. Por ello asume la existencia de
puestos aceptados frecuentemente de manera acrítica e incluso in- principios de justicia más inmutables y puros que los actualmente
consciente. Al examinar críticamente los sistemas morales o los encarnados obviamente en leyes relativas»42. El perfeccionamiento
tratados de ética política tendremos que ver si prevalece una u de las leyes y costumbres civiles sería imposible si las personas no
otra tendencia o mentalidad. El conformista pone el acento en la tuvieran una intuición más profunda de la justicia y la equidad.
conservación, seguridad, estabilidad del orden existente. Consecuen- «Cada sociedad necesita principios vigentes de justicia como crite-
temente, tenderá a la fidelidad absoluta y a la obediencia acrítica. rios para sus leyes positivas y sistemas restrictivos. Los más pro-
O, desde la vertiente de los poderosos, la tendencia a actuar de fundos de éstos trascienden actualmente la razón y están enraiza-
igual manera que los demás. dos en las concepciones religiosas de la significación de la exis-
La tradición católica del derecho natural fue a veces suficiente- tencia» A¡.
mente dinámica para discernir y rechazar el conformismo cuando Los derechos de la persona humana, que la autoridad política
la actividad política contradecía los principios de los derechos na- tiene que respetar, honrar y promover, como la organización de las
turales. Pero, en otras épocas se concibió la teoría de la ley na- Naciones Unidas expuso en 1948 y en ulteriores ocasiones, cons-
tural en clave excesivamente estática y, por consiguiente, no favo- tituyen una buena plataforma donde las grandes religiones mun-
reció una mente crítica ni la actitud responsable de inconformismo. diales pueden encontrarse con el humanismo auténtico y definir, al
Entre los cristianos, desde los tiempos de Constantino el Gran- menos, algunos principios básicos de la política. Siempre, y en
de, coexistieron el conformismo y el inconformismo. Y ambos uti- todas las cuestiones, se partirá de la concepción de la existencia
lizaron a veces argumentos religiosos para justificar su propia ética. humana en las relaciones nosotros-tú-yo.
Pero, sobre todo, existió y existe la influencia de los intereses, tem- En 1516 — p o r entonces nacieron los escritos de Machiavelli —
peramentos, entorno cultural, las filosofías predominantes y las dos grandes cristianos y humanistas publicaron bosquejos de una
concepciones del mundo. moral política humanista: Tomás Moro en su Utopia y Erasmo de
Rotterdam en su Institutio principis christianiM. Tomás Moro cree
en el poder de la formación completa del público como garantía
de justicia y paz. Piensa que pueden solucionarse los conflictos de
c) La función de la teología en la ética pública intereses de los individuos, grupos y naciones sobre la base de una
educación plenamente humana. El ideal de Erasmo es un pacifismo
Quien estudie la historia de los profetas del Antiguo Testa- cristiano humanista: cristiano en la medida en que se basa en el
mento y los hombres y mujeres proféticos a lo largo de la historia amor redentor revelado en Cristo y en la común convicción cris-
de la Iglesia y de otras religiones no podrá negar la influencia de tiana de que la justicia y la paz son las implicaciones más urgen-
la fe en la ética política. Hemos llamado ya la atención sobre la tes del amor. Piensa que los cristianos podrían conquistar a todos
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VIII. La moral de la política Redención, liberación y perdón
los hombres de buena voluntad si estuvieran en camino hacia una nantes se convirtió en exigencia de la obediencia religiosa. Con
política del sermón de la Montaña y de un humanismo genuino. excesiva frecuencia, este proceso estuvo en conexión con un me-
sianismo terreno por el que las naciones poderosas se sintieron
divinamente llamadas a convertirse en instrumento de Dios en la
d) Pluralismo de la ética política escena política.
Hitler y Rosenberg utilizaron la religión para justificar la su-
Es posible, e incluso inevitable, un cierto pluralismo en la ética perioridad sobre otras naciones y para la eliminación de judíos y
política de acuerdo con la diversidad de culturas, necesidades y gitanos. De esta manera, la herejía era patente para todos. En 1935
oportunidades religiosas y políticas. Un pluralismo genuino permi- oí al cardenal Faulhaber, entonces arzobispo de Munich, decir a
tiría un diálogo constructivo y la cooperación enriquecedora en un pequeño grupo de estudiantes que el nacionalsocialismo de Hitler
diversas lenguas (expresiones culturales) si el arte del diálogo fuera combinaba todas las herejías de todos los tiempos en una gran
parte y parcela de la educación universal. herejía.
Sin embargo, la historia nos presenta el panorama horroroso Las guerras nacionales, especialmente las guerras coloniales, pe-
de las causas y resultados de un pluralismo mayoritariamente heré- leadas en nombre del único Dios del credo cristiano, fueron atenta-
tico conectado con el politeísmo político. En la antigüedad pagana dos sacrilegos para introducir el politeísmo político en la religión
de Europa y del Oriente medio cada entidad política tenía sus cristiana.
propios dioses que patrocinaban los conflictos y guerras de cada
bando.
Cuando las personas creen verdaderamente en un solo Dios, B) La política a la luz de la historia de la creación, pecado y
creador y padre de todos, los conflictos adquieren una configura- redención
ción diferente. La fe en Dios será, por sí misma, el monitor cons-
tante de la reconciliación. Pero la triste realidad de la historia nos La ética y la actividad políticas no pueden ignorar la comple-
demuestra que el monoteísmo teológico viajó frecuentemente en jidad de la historia en la que Dios, creador y redentor, es el prin-
compañía de un politeísmo práctico de la ética política. Los cris- cipal actor, pero que, concretamente, es representada por hombres
tianos, judíos y musulmanes, pelearon «guerras santas» en nombre y mujeres que son piezas maestras de Dios, pero al mismo tiempo,
de Dios, monopolizando al Dios único para sus intereses naciona- se encuentran involucrados en la larga historia de la maldad colec-
les e ideológicos. ¿Cuál fue, por ejemplo, la imagen de Dios en tiva y de los pecados personales. Mas, para los cristianos, la última
las cruzadas a los santos lugares? ¿Cuáles fueron los intereses palabra no es pecado, sino redención, reconciliación, perdón. Una
políticos ocultos que castraron el monoteísmo y lo transformaron de las razones para el pluralismo de la ética política entre cristia-
en grito de batalla? ¿Acaso las guerras nacionalistas de los últimos nos es la diferencia de concepción y acento en la tensión entre la
siglos entre naciones cristianas, con gobernantes cristianos, no fue- caída y la redención.
ron un politeísmo político herético? Hay un hecho claramente hu-
millante: los poderosos hombres de Iglesia y comunidades cristia-
nas hicieron a su Dios garante y motivo de su patriotismo irra- 1. Redención, liberación y perdón en el corazón del conflicto
cional.
Esta herejía se cimentó sobre aquel tipo de privatización e ideo- El pesimista se denomina a sí mismo realista cuando constan-
logización de la religión que no podría ver directa y claramente las temente apunta a la maldad del mundo y, especialmente, a los pe-
implicaciones políticas del credo y, por otra parte, las tendencias cados de los enemigos. El optimista superficial no tiene la valentía
de divinizar a las autoridades políticas en las naciones Estado hasta de hacer frente al mal existente en él y en el mundo que le rodea.
el punto de que la fidelidad al politeísmo herético de los gober- La visión auténticamente cristiana jamás olvida la cruz de Cristo,
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VIII. La moral de la política La función del Estado
donde el mal —incluido el mal político— se hace más patente. armada, antisemitismo, etc. De esta manera buscarán perdón en
Pero las palabras decisivas en la cruz son una promesa de con- la contrición solidaria y, al mismo tiempo, humilde ofrecimiento
fianza y un testamento de reconciliación y de perdón. de perdón a la otra parte.
La política cristiana responsable mira de frente al terrible mal El valor básico del perdón a la luz de la redención obrada por
perpetrado por la política y por la negativa a ver la responsabili- Cristo cambiaría radicalmente la escala de valores de la política.
dad política a la luz de la resurrección. La resurrección es el signo El orden de la justicia y la búsqueda de seguridad no serán abo-
absoluto de la victoria final de la reconciliación, victoria compar- lidos sino transformados e integrados de manera liberadora. Algo
tida por quienes buscan sabiduría y prudencia a la luz de la muerte muere en nosotros y en nuestra conciencia colectiva: el orgullo
y resurrección de Cristo. ofendido, el resentimiento, el monstruo de la justicia vindicativa
Frecuentísimamente, en política, el integrismo es una combina- que, en realidad, frecuentemente, no es otra cosa que vindicati-
ción de justificación de sí mismo y pesimismo acerca del pecado va justificación de sí mismo. Sólo entonces se romperá el círculo del
en el mundo, especialmente en el mundo de los enemigos. El in- odio. «El odio carece de poder creativo.» El padre Kolbe dijo
tegrista tiende a negar la posibilidad de diálogo con el otro. An- esto a sus compañeros de prisión, y de alguna manera a sus tortu-
ticipa la separación final entre las ovejas y los cabritos. La reden- radores, en el campo de concentración. Su testamento fue de
ción, tal como ha sido expuesta por el concilio Vaticano n inspira perdón *.
al cristiano realista para superar la antigua mentalidad «amigo-ene-
migo», para buscar todo lo bueno del oponente político, a fin de
entenderlo mejor. Por ejemplo, el humanismo cristiano detectará 2. La junción del Estado en un mundo caído y redimido
los rasgos y tendencias humanistas del socialismo y del marxismo,
mantendrá un diálogo paciente con miras a cooperar en la causa El papel del Estado no puede ser exactamente el mismo en
de la justicia, de la paz, de los derechos humanos. todos sus aspectos ni en todo tiempo y circunstancia. La Biblia y
Pero la fe en la victoria final de la redención no autoriza ideo- la tradición contienen declaraciones condicionadas por el tiempo,
logía alguna del progreso necesario y constante del verdadero hu- pero al mismo tiempo, ofrecen indicaciones válidas de dirección
manismo. La libertad de la persona puede traicionar en cualquier permanente. El Estado tiene que realizar su tarea siempre en un
momento la liberación ofrecida por Cristo. Al mismo tiempo, pesa mundo caído y redimido.
constantemente toda la herencia de los pecados cometidos a lo
largo de la historia, superable únicamente mediante la solidaridad,
verdad central de la fe cristiana. La lucha en favor del bien y en a) Algunas indicaciones del Nuevo Testamento
contra del mal en nosotros y alrededor de nosotros es una tarea
constante. «Jamás puede garantizarse que el progreso en el bien Lo que el Nuevo Testamento dice del Estado y de su función
— digamos, en la civilización considerada como la disminución de debe ser entendido en la perspectiva escatológica. «Los que, en
las huellas del pecado original— se haya conseguido de una vez medio de la comunidad de fe, han encontrado su verdadera polis
por todas. Pensar de otra manera es aceptar el mito del progreso» 4 • (ciudad) y viven de acuerdo con sus leyes no pueden considerar
La visión específicamente cristiana de la tensión entre pecado y el Estado o el conjunto de esta tierra como el fundamento de su
reconciliación impone al cristiano una presencia característica en la existencia. Por lo que concierne al Estado, se trata únicamente de
arena política. Los cristianos confesarán sus pecados, expondrán y una tienda que desaparecerá... La patria y el Estado no son el
denunciarán los pecados colectivos de su propio grupo y nación, suelo en que estamos enraizados para siempre. En principio, no se
los pecados de nacionalismo, de mesianismo terreno, de responsa- rechaza el Estado y la política ni se califican de malos. Pero se les
bilidad en la guerra, de crímenes de guerra tales como bombardeos priva de apariencia divina y se relativizan»47.
de ciudades abiertas, lanzamiento de bombas sobre población des- El hecho de que los cristianos primitivos esperaran la parusía
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VIII. La moral de la política Contra el Estado totalitario
para un futuro no demasiado distante influyó en su concepción de cida de todo lo bueno en el ejercicio de la autoridad política evita
la política o en su olvido de dar la atención adecuada a lo político. el peligro de una política descarriada.
Sin embargo, siempre, la expectación escatológica repercute en Con todo, el cristianismo primitivo fue plenamente consciente
nuestras relaciones con el Estado. El conocimiento de que termina- de la maldad del Estado concreto, del imperio romano. Siguiendo
rá la ciudad terrestre nos permite reconocer el mundo —incluido la tradición profética, denunció los rasgos idolátricos de aquella
el ámbito de la política — en su verdadero carácter como creación política concreta (cf. Ap 13). Los cristianos tenían que negarse a
de Dios, contaminada por el «pecado del mundo», pero reintegrada participar en esta idolatría uno de cuyos símbolos fue el culto que
a la verdad mediante la redención. los emperadores romanos exigieron para sí mismos. Cuando los
Los cristianos aprecian el orden y la tranquilidad garantizados cristianos preferían las torturas y el martirio antes de someterse
por los buenos gobernantes. De ahí la exhortación: «Ante todo re- a ese culto no demostraban carencia de sumisión a las autoridades
comiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de políticas como tales, sino el indispensable servicio al Estado a fin
gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los cons- de que éste pudiera liberarse de esa alienación perversa.
tituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila
y apacible con toda piedad y dignidad» (lTim 2,1-2).
Se aconseja a los creyentes: Sed sumisos, a causa del Señor, a b) En favor de la autoridad pero contra el Estado totalitario
toda institución humana: sea al rey, como soberano, sea a los
gobernantes, como enviados por él para castigo de los que obran Aristóteles definió a la persona humana como zoon politikon,
mal y alabanza de los que obran el bien. Pues ésta es la voluntad como animal político. Acentuó excesivamente la dimensión política
de Dios: que obrando el bien, cerréis la boca a los ignorantes e y sus comentarios ceden frecuentemente a la tentación de someter
insensatos» (lPe 2,13-15). Aquí se ofrece una razón intrínseca para la persona completamente al Estado o a medir su valor de acuerdo
la sumisión pedida con la mirada puesta en el servicio que los con su actividad política. Contra cualquier tipo de interpretación
gobernantes prestan al orden, pero el acento especial parece recaer totalitaria, santo Tomás de Aquino escribió: «La persona no está
en la credibilidad y aceptabilidad de los cristianos. Éstos deberían ordenada a la comunidad política de manera absoluta ni en todo
ser reconocidos como promotores de la paz y de una vida ordenada lo que pertenece al hombre» 48 .
(cf. Tit 3,1). La tradición de la doctrina social católica equilibra el papel
Rom 13,1-7 es el texto más citado del Nuevo Testamento cuan- del Estado mediante la reciprocidad de los dos conceptos de soli-
do se habla de las obligaciones respecto del Estado. Este texto no daridad y subsidiariedad. El Estado y las restantes instituciones
es una aprobación lisa y llana de la política que encontramos, sino políticas tienen por finalidad coordinar las actividades cuando esto
reconocimiento de la función del Estado y de las obligaciones de es necesario para el bien común. Actualmente se tiene plena con-
las autoridades políticas en la medida en que cumplen sus tareas ciencia de esta función, especialmente cuando se trata de conflic-
en favor de la justicia y del orden como «agentes de Dios». tos surgidos en el capo socioeconómico. Pablo vi escribió: «Es
El texto no exige en modo alguno obediencia absoluta, sino «su- verdad que el término "política" puede encerrar muchas confusio-
misión»; y prohibe la actitud rebelde. «Sométanse todos a las auto- nes que deben ser esclarecidas, pero toda persona percibe que el
ridades constituidas» (13,1). Por supuesto, se rechaza una actitud poder político es la última instancia decisoria en el campo social
anárquica contra el Estado y contra los gobernantes. Pero sumisión y económico, tanto nacional como internacional»49.
no es sinónimo de obediencia indiscriminada. La carta de Pablo Subsidiariedad significa, especialmente, tres cosas importantes:
(13,8) inserta los deberes del ciudadano para con el Estado en la primero, el Estado no debería incluir en la esfera de sus obliga-
visión del mandamiento del amor. Se entiende la sumisión como ciones tareas sociales, económicas y culturales que pueden realizar
reconocimiento de las funciones de la autoridad política queridas plenamente otros grupos; segundo, en la vida política no debería
por Dios. Reconocer la finalidad del Estado y la postura agrade- predominar un centralismo asfixiante: el principio federal debería
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VIII. La moral de la política Impuestos
permitir un campo de juego a las entidades políticas intermedias; tener (.na participación congrua. Juan xxni se sintió más bien en-
tercero, no debe ahogarse la libertad de la persona ni de las fami- tusiasmado con el moderno Estado ideal bienhechor, porque la
lias. Actualmente, el principio de subsidiariedad y la estructura Iglesia «se preocupa con solicidad de las exigencias del vivir dia-
federal adquieren vital importancia teniendo en cuenta la necesi- rio de los hombres, no sólo en cuanto al sustento y a las condicio-
dad de organizaciones mundiales y de algún tipo de autoridad nes de vida, sino también en cuanto a la prosperidad y a la cul-
mundial. tura en sus múltiples aspectos y según las diversas épocas»51.
La comunidad política necesita autoridades capaces de repre- Superando las necesidades mínimas, el Estado bienhechor ofre-
sentarla en sus asuntos internos y externos. Para funcionar ade- ce — o trata de garantizar — servicios sanitarios, educación (aun-
cuadamente, dependen en gran medida del consenso de aquellos que frecuentemente con una inaceptable tendencia al monopolio),
a quienes pretender representar. El consenso no alcanzará sólo a alojamiento, comunicación social y seguridad social52. Pablo vi
la legitimidad, sino también a los valores básicos sobre los que se alaba el Estado bienhechor que no se limita a promover el des-
asientan la solidaridad y la unidad, que dan sentido y orientación arrollo material, sino un crecimiento integral, que es para él «un
a la política. Estos valores son, principalmente, la dignidad de la nuevo nombre de la paz» 53.
persona, la libertad y solidaridad creativas. La sumisión mencio-
nada en Rom 13,1 o el consenso en favor de la comunidad polí-
3. Impuestos
tica y de sus autoridades encierra también la disponibilidad a
renunciar a aquellas manifestaciones de libertad que negarían prác- El moderno Estado bienhechor es, necesariamente, también
ticamente o disminuirían irresponsablemente la igualdad, la liber- un Estado de tributación M . Los impuestos suponen una preocupa-
tad, las posibilidades de otras personas o grupos. ción importante para muchas personas. A lo largo de los siglos ha
Las autoridades públicas deben demostrar templanza no sólo cambiado notablemente el significado, extensión, modalidad de los
manteniendo sus actividades dentro de los límites de sus compe- impuestos así como las costumbres. La consideración ética debe
tencias, sino también evitando la multiplicación de las leyes más tener en cuenta estos hechos. Debemos considerar lo poco que la
allá de lo estrictamente necesario o sumamente útil para el bien Biblia nos dice acerca de los impuestos dentro de un contexto his-
común. La desenfrenada multiplicación de las leyes conduce a un tórico.
Estado policial intolerante o a disminuir el valor de la legislación. En Israel, las personas tenían que pagar en forma de un títu-
Tomás de Aquino advertía: «Nadie puede ser obligado a realizar lo que, en la teocracia, era, al mismo tiempo, impuesto eclesiástico
cosas imposibles. Por consiguiente, si una autoridad introduce o y estatal. El profeta Samuel juzgó severamente la manera en que
impone tal número de leyes que el ciudadano no puede cumplir- los reyes de las naciones imponían a sus subditos coercitivamente
las, éste está excusado de pecado» 50. La sumisión o el consenso a trabajos e impuestos insoportables. Al mismo tiempo, advertía a
la comunidad política no incluye la disposición favorable a una los reyes de Israel para que no imitaran esa manera de proceder
privación innecesaria de significativas expresiones de libertad crea- (Sam 8,10-18). A partir de aquel momento, los profetas de Israel
tiva ni a aguantar el peso de leyes innecesarias o inútiles. denunciaron frecuentemente abusos de los poderes políticos que
explotaban a los ciudadanos.
En los tiempos de Jesús, los recaudadores de impuestos eran
c) El moderno Estado bienhechor considerados pecadores públicos no sólo por colaborar con el po-
der colonial, sino porque muchos de ellos se enriquecían incre-
La Iglesia de nuestros días afirma el moderno Estado bien- mentando arbitraria e inmoderadamente su propia participación.
hechor que no se limita a promocionar la producción de los bienes Para Zaqueo, un jefe de recaudadores de impuestos, la experien-
más necesarios y puede garantizar cierta abundancia, sino que, in- cia de fe fue también el despertar a la conciencia de haber abu-
cluso, cuida de los infraprivilegiados de manera que éstos puedan sado de las personas y a la necesidad de reparar (Le 19,8).
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VIII. La moral de la política Impuestos
Para muchos contemporáneos de Jesús el problema no era si impuestos y de los ingresos aduaneros para su vida lujosa y para
estaban obligados en conciencia a pagar impuestos a un poder co- guerras insensatas. Dado que la severa censura no permitía mani-
lonial extranjero; el problema era mucho más agudo: «¿Es lícito festarse abiertamente sobre la incalificable injusticia de este siste-
pagar tributo al César o no?» (Me 12,14). La respuesta de Jesús: ma, los moralistas se inclinaron a favor de los pagadores de im-
«Lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios» (Me puestos declarando que las leyes de impuestos y de peaje eran
12,17) ha dado pie a diversas interpretaciones. ¿Se trataba única- meras «leyes penales» que no obligaban en conciencia, pero tam-
mente de una censura a quienes le plantearon la pregunta, ya que poco permitían la rebelión abierta de aquellos que intentaron es-
no eran sinceros en sus intenciones? Parece que la frase encierra, capar del pago de impuestos o aduanas y tuvieron que pagar una
a pesar del énfasis que pone en «dar a Dios lo que es de Dios», multa.
el reconocimiento de Jesús de la realidad de la soberanía política En la actualidad, al menos en las socidades democráticas, la
del César y, de ahí, su derecho a exigir impuestos 55 . Evidentemen- situación es diferente. La cuestión ética no se reduce ya única-
te, a los ojos de Jesús las discusiones sobre los impuestos carecen mente a si el ciudadano está obligado en justicia a observar las
completamente de sentido si la persona no se cuida realmente de leyes de impuestos y de aduanas justas. Actualmente, se plantea
dar a Dios lo que es de Dios. la cuestión de si el ciudadano, mediante su voto y participación
El apóstol Pablo, ciudadano romano, habla de una manera di- en la formación de la opinión pública coopera en el apoyo de la
recta sobre la obligación de pagar impuestos. Después de afirmar legislación justa sobre impuestos. No tenemos que hablar única-
que la sumisión a la autoridad política no se fundamenta en el mente del pecado de la evasión de impuestos intentando escapar al
temor al castigo sino en la conciencia, continúa: «Por eso precisa- pago de los impuestos. Frecuentemente se da la injusticia, mayor
mente pagáis los impuestos, porque son funcionarios de Dios, ocu- aún, de bloquear la legislación adecuada mediante los poderosos
pados asiduamente en ese oficio. Dad a cada cual lo que se le debe: grupos de presión y por medio de la cooperación en estos peca-
a quien impuestos, impuestos; a quien tributo, tributo; a quien dos a causa del egoísmo individual y de grupo.
respeto, respeto; a quien honor, honor» (Rom 13,6-7). Mediante Pero el crimen más abominable en materia de impuestos es el
el pago de los impuestos se honra y compensa a los oficiales po- de aquellos miembros de cuerpos legislativos que, para beneficio
líticos. personal, respaldan a grupos ya de por sí mismos privilegiados en
No se tocó el problema de si todos los impuestos eran justos. exceso en detrimento de los menos privilegiados y del bienestar
La nueva comunidad cristiana no se planteó en modo alguno ningu- de todos.
na cuestión acerca del sistema de impuestos. Seguramente que Todo el que afirme el Estado bienhechor debe tener voluntad
habrían desaprobado los fraudes de los recaudadores de impues- de pagar los impuestos decretados para garantizar los objetivos de
tos, pero no estaba en sus manos la posibilidad de reformar el la justicia social. Al propio tiempo, debería sentirse obligado en
cuestionable sistema de arrendamiento del cobro de impuestos. Este conciencia a cooperar responsablemente para tener unas leyes tri-
sistema dejaba amplia libertad a los arrendatarios del servicio para butarias justas.
fijar la parte que ellos se llevarían con tal que pagaran la suma Ningún ciudadano responsable puede ser indiferente respecto
estipulada a las autoridades. Actualmente, cuando podemos hacer cómo los legisladores y administradores utilizan los impuestos re-
oír nuestra voz, no nos habríamos contentado con advertir a los caudados. Actualmente, la cuestión candente parece ser: ¿qué pue-
recaudadores de impuestos que no se excedieran demasiado. Ha- de hacerse en los países ricos industrializados y en las naciones en
bríamos insistido en que era preciso cambiar las reglas del juego. vías de desarrollo para evitar que los gobernantes gasten más en
Desde el siglo XVII hasta el siglo xix, los moralistas fueron armamento que en educación, en medicina, rehabilitación de los
profundamente críticos respecto del sistema de impuestos de los minusválidos y tantas otras necesidades humanas?
gobernantes absolutistas que recibían enormes ingresos de sus pro- En un Estado bienhechor democrático donde se observa bien
pias posesiones y, al propio tiempo, utilizaban gran parte de los las reglas del juego de los impuestos, la misma afirmación de de-
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VIII. La moral de la política Poder demoníaco
moctacia reconoce que las leyes tributarias obligan, generalmente, nidad de cada persona y convirtiéndose para los demás en imagen
en conciencia. Con esto no quiere decirse que esté fuera de lu- más perfecta de su amor y belleza. Pero tan pronto como comen
gar una mente crítica y los esfuerzos para corregir la legislación, del fruto prohibido del poder, independizándose de Dios, domi-
para que los legisladores y la administración descubran los frau- narán sobre los demás y su poder sobre la tierra traerá el desor-
des. Pueden darse situaciones extremas cuando, por ejemplo, el den a sus relaciones mutuas, al medio ambiente y a la historia de
dinero de los impuestos es utilizado para objetivos militaristas de la humanidad.
signo nacionalista, cuando el presupuesto de la defensa crece a Los hombres y mujeres tienen que cultivar el poder de su
causa de una injusta política de poder o cuando el dinero de los amor: amor a Dios con todos sus poderes, incluyendo el poder
impuestos es utilizado para financiar abortos que carecen de indi- de sus pasiones, que es bueno, honesto y bello; y su cólera contra
cación terapéutica seria. En tales circunstancias, no puede excluir- el mal, especialmente el mal de abusar de los demás. ¿Cómo po-
se categóricamente la protesta pública y la eventual huelga de drían aprender a amar a Dios con todos sus poderes si no se res-
impuestos. petan recíprocamente? El noble objetivo del poder de las perso-
Los crímenes tributarios cometidos por legisladores y funcio- nas autorizadas por Dios es el bien, el amor, la justicia.
narios, así como por los contribuyentes, exigen restitución de la El poder redimido, poder recibido gratuitamente de Dios y
mejor forma posible. compartido entre todos, es el poder para permanecer en la verdad
y para mantener a todos en la verdad. La gloria verdaderamente
humana deriva del poder utilizado para el servicio de Dios y de
4. Poder, rédenlo e irredento50 cada una de las personas. Pero el poder confiado por Dios a la
responsabilidad y corresponsabilidad humana puede pervertirse las-
Hace ya algunas décadas, mi venerado maestro Romano Guar- timosamente.
dini escribió que la cuestión decisiva de la era inmediata sería la El resistir a la glorificación del poder humano es una parte
cuestión del poder: ¿será capaz la humanidad de dominarlo sufi- esencial del primer mandamiento, así como parte del mandamiento
cientemente para que sea utilizado racionalmente en favor de la del amor mutuo. «Sólo existe una manera de legitimar el poder:
justicia o nos encontraremos ante un poder prepotente que domi- compartirlo con los demás. El poder que se niega a ser compartido
ne a las personas de manera irracional? * Jacob Burckhardt consi- o, en otras palabras, el poder no transformado en amor, se con-
deró el poder del Estado simplemente como mal, al tiempo que vierte en puro dominio y opresión» 59.
Friederich Nietzsche alabó la voluntad de adquirir poder y utili-
zarlo sobre otros 58 . A su modo, ambas posiciones conducían al
hechizo del poder. b) Poder demoníaco
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VIII. La moral de la política
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VIII. La moral de la política Poder y justicia en un mundo pecador
clara, la racionalidad exige a veces un compromiso. En política, La policía debería recibir el mejor entrenamiento posible para
el compromiso prudente busca el grado de poder que puede pro- ser temperante y no echar mano con facilidad de las acciones vio-
teger y promover la paz y la justicia en un mundo malo. A pesar lentas. Pero, en situaciones peligrosas, el principio sostiene que la
de que la meta será siempre garantizar el espacio para la libertad, condición de las fuerzas del orden debe ser mejor que la situación
amor y justicia, la prudencia política tal vez recomiende a veces de los agresores injustos. Si se ordena a la policía que se absten-
la aceptación de aliados con los que no se está plenamente de acuer- ga de la violencia en la medida de lo posible, es justo que los cri-
do y la permisión temporal de egoísmos vituperables. Por otra minales que los atacan violentamente reciban un castigo particu-
parte, puede darse a veces la terrible obligación de oponerse a larmente severo.
personas cuyos motivos son dignos de todo respeto. El Estado puede utilizar la violencia sólo dentro de los límites
La carrera política puede implicar compromisos no sólo con estrictos de la justicia y de acuerdo con leyes perfectamente de-
otras fuerzas o personas, sino incluso con uno mismo, promocio- finidas.
nando la propia ambición mediante el servicio a lo que uno consi- La presencia de los cristianos en la política debería tener como
dera una buena causa. Pero se cae en la esclavitud de la ambición punto de mira el ideal de la utilización no violenta del poder. In-
y poder irracionales tan pronto como se pactan compromisos trai- cluso cuando una situación extrema legitime el uso de la violencia
cionando la clara meta de la justicia y de la verdad o utilizando contra la violencia injusta, los cristianos deberían cooperar con
medios que la contradicen claramente. profunda repugnancia, manifestando claramente que ellos prefe-
rirían soluciones no violentas y que su amor llega también a aque-
llos a quienes tienen que oponerse por medios violentos.
á) Peder contra violencia Si las autoridades del Estado utilizan la violencia o mandan su
empleo en una causa injusta, toda persona tiene la obligación de
El Estado no tiene, o no debería tener, el monopolio del po- negarse a colaborar; y, si es posible, tiene que protestar y tratar
der. Su poder no debería privar de esa prerrogativa al mayor nú- de persuadir a las personas implicadas para que desistan de la uti-
mero de personas o grupos posible. Pero las autoridades políticas lización injusta de la violencia. Todo Estado necesita personas que
legítimas tienen, en cierto sentido, el monoplío en la utilización promuevan la utilización no violenta del poder incluso si, a los
de la violencia cuando ella es la única arma para detener la vio- ojos de las autoridades políticas, no siempre puede llevarse a Ja
lencia injusta. En otras palabras, «tienen el poder de la espada» práctica plenamente este ideal.
(Rom 13.4). Es señal de auténtica autoridad considerar los me-
dios violentos — castigo severo de los criminales y, especialmen-
te, la pena de muerte — como casi innecesarios. 5. Ley penal, imposición y rehabilitaciónél
La enseñanza común de la Iglesia dice que las autoridades del
Estado jamás, en ninguna circunstancia, tienen derecho de tortu- a) Poder y justicia en un mundo pecador
rar a las personas. La guerra moderna es la más atroz utilización
de la violencia. ¿Puede justificarse la guerra? (cf. capítulo IX). En un mundo pecador en el que elementos criminales amena-
Cuando queda restringida a casos extremos, la violencia puede zan la vida, la libertad, la propiedad y otros derechos de sus pró-
ser un acto de amor, al igual que la justicia es una modalidad de jimos, el poder político tiene que ser capaz y estar dispuesto a
amor. Sin embargo, la utilización de la violencia jamás puede pre- utilizar incluso medios prácticos definidos mediante la imposición
tender romper la voluntad libre de una persona ni obligarle a de leyes penales si se desea garantizar, al menos, un mínimo de
realizar algo que va contra su conciencia sincera. El objetivo de justicia y seguridad. Pero los legisladores y ciudadanos cristianos
la violencia legítima es impedir que las personas actúen dañosa- jamás deberían olvidar que la palabra decisiva de Dios a nosotros
mente contra otras o contra el bien común. y a nuestro mundo pecador es la palabra de redención, de perdón
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VIII. La moral de la política Pecado frente a delito
y de reconciliación. Y esto tiene que reflejarse en la legislación, Actualmente no ha> la menor duda de que el sistema penitencia-
en los tribunales y, de manera especial, en el sistema de corrección rio que tenemos no sirve para corregir.
y rehabilitación. Los gobiernos deberían dotar a los centros correccionales de
Es triste observar cómo cristianos ultraconservadores de di- los mejores equipos. Los cristianos que se sienten llamados a ser
versas iglesias, que consideran a Dios principalmente como juez, «embajadores de la reconciliación» y pueden adquirir la educación
sienten a veces mayor inclinación que los no creyentes a la visceral necesaria para ella, deberían estar en los sistemas correccionales
y tradicional reacción de venganza. Ponen su confianza más en la para humanizarlos; deberían trabajar para que sus experiencias di-
justicia vindicativa que en planteamientos constructivos. Las con- lectas fueran tenidas en cuenta por la opinión pública y por los
secuencias son desastrosas para la sociedad y para la credibilidad legisladores. Éste es un test decisivo de si creemos verdaderamente
de su testimonio de fe. Los creyentes cuyas vidas están profunda- en el Salvador divino que, a través de sus discípulos, llega hasta
mente marcadas por la experiencia de la fe, del perdón y la re- los últimos rincones. Los reclusos de nuestras prisiones necesitan
conciliación mediante Cristo, llevarán a cabo una misión terapéu- asistencia profesional y, sobre todo, la amistad y presencia de per-
tica incluso en el ámbito de la ley penal. sonas que los ayuden a descubrir sus propios recursos interiores
Distinguimos tres fases de la ley penal: (1) legislación, (2) para lo que es bueno.
administración de justicia y (3) aplicación de la decisión de los
tribunales.
(1) La legislación penal criminal debe poner de manifiesto la b) Pecado frente a delito
virtud de la templanza y combinarse con medidas que tiendan a
hacer desaparecer las principales causas de delincuencia. Para cum- Los leyes penales no hacen santos. La conversión no puede lo-
plir eficazmente una función disuasoria, las leyes deben ser claras, grarse mediante leyes y mucho menos mediante coacciones im-
estar bien motivadas; no deberán cargar la mano con mayor fuer- puestas por la ley. Por supuesto que la política tiene que cuidarse
za sobre el pobre y el indefenso que sobre el rico y el poderoso. de lograr una conducta socialmente deseable. No obstante, la coac-
ción debería ser el último recurso. Los planteamientos de la jus-
(2) La administración de la justicia tiene que ser razonable;
ticia social, la educación ética y la mejora de las condiciones am-
debe guiarse por un profundo conocimiento psicológico y tener en
bientales pueden obtener resultados mucho más positivos. Un Es-
cuenta el impacto que ejercerá en el ambiento social. Objetivo prin-
tado policía con demasiadas y excesivamente severas leyes pena-
cipal será la reconciliación del ofensor con la sociedad, expresada
les con un sistema de castigo impregnado de espíritu vengativo
mediante la atrición (castigo). Los tribunales, defensores del bien
tal vez intimide a los elementos menos peligrosos, pero provocará
común de la sociedad, deberían evitar en lo posible medios inne-
reacciones más violentas y mayores tendencias criminales en otros.
cesarios de castigo, tales como la incapacitación civil y la cárcel,
La ley y la moral ni se identifican ni están totalmente diso-
en la medida en que tales procedimientos imposibilitan la reinser-
ciadas. Existe una relación de polaridad. La ley debería servir a
ción del ofensor en la sociedad. En otras palabras, bloquean una la propia realización de los individuos en su reciprocidad social y
reconciliación duradera. Los tribunales de menores deberían ser solidaridad. Los ciudadanos, legisladores y políticos tienen respon-
especialmente cuidadosos en este punto. sabilidad moral en una buena legislación y en la aplicación honrada
(3) El sistema penal debería estar completamente limpio de de buenas leyes. Pero sería desastroso soñar con formar una so-
cualquier señal de venganza. El encarcelamiento no debe ser con- ciedad perfecta tratando de imponer casi toda la moral y la buena
siderado como el medio más ordinario de corrección. El que los conducta mediante leyes penales.
Estados Unidos de América gasten 125 000 millones de dólares Las leyes penales deberían tener por objeto únicamente con-
en prisiones y sólo de 30 a 40 millones para rehabilitación62 pone ductas socialmente peligrosas. Para ser eficaces, deberían incluir
de manifiesto una trágica falta de imaginación y de objetivos claros. sólo aquellas acciones que no son desaprobadas moralmente y
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VIII. La moral de la política Lucha contra la corrupcón política
consideradas socialmente peligrosas por la mayor parte de la po- tigo no significa, en modo alguno, aprobación de la conducta social.
blación. Los legisladores deberían estar constantemente atentos La más reciente legislación contra la drogadicción pone de ma-
para ver si la promulgación de una ley penal es una especie de nifiesto un incremento de la conciencia mundial de que la ley penal
huida de la promulgación de leyes constructivas que hagan desapa- no sólo es ineficaz sino injusta si no se integra en una amplia
recer las causas más profundas de la delincuencia. legislación que ofrezca una terapia mejor y haga desaparecer, en
la medida de lo posible, los males sociales que dan origen a esta
pestilencia.
c) No castigar no es sinónimo de aprobación En este contexto, reconocemos que la mayoría de las leyes pe-
nales de la Iglesia son entendidas como leyes terapéuticas (poenae
El castigo no pasa de tener una función subsidiaria en la lucha medicinales). No se aplican en casos en que no puede presumirse
contra la conducta equivocada y socialmente indeseable. Es la- la malicia. Y todos los que caen bajo esos castigos — normalmen-
mentable que simples ciudadanos e incluso legisladores lleguen ¡i te, exclusión de los sacramentos— tienen derecho a ser absueltos
pensar que está permitido todo lo que no está prohibido por una tan pronto como manifiesten buena voluntad. El llamado castigo
ley penal. El legislador puede desaprobar fuertemente un determi- vindicativo (poenae vindicativae) no es concebido como un tipo de
nado tipo de comportamiento o puede comprender que es moral- venganza sino como subrayado de la necesidad de reparar. Son
mente inaceptable, pero, no obstante y por diversas razones, re- comparables a las incapacidades civiles de la ley penal del Estado.
chazar una imposición por ley. En la vida de la Iglesia actual, estos castigos están haciéndose cada
Tal es el caso, por ejemplo, en la actual ley del aborto de la día menos frecuentes.
república federal de Alemania. La constitución obliga al legislador La exclusión de los sacramentos (especialmente de la comu-
a proteger la vida humana aún no nacida. Pero si existe una razón nión) de los divorciados católicos que han vuelto a contraer invá-
terapéutica grave y serios problemas sociales no será perseguida lidamente nuevo matrimonio y que, a pesar de su buena voluntad,
la mujer si ha llevado su caso ante una comisión donde fue infor- no pueden disolver en conciencia la actual unión estable y prove-
mada de alternativas y posibles ayudas. En todos estos casos no chosa, no es castigo vindicativo ni terapéutico. Parece que tal me-
se dice que hay derecho legal a interrumpir el embarazo, sino úni- dida de la Iglesia sólo tendría sentido como elemento dísuasorio
camente que, en determinadas circunstancias, el caso no cae bajo para los demás. Pero ¿continúa teniendo sentido tal medida cuan-
la ley penal. do ha perdido toda su eficacia y lo único que consigue es apartar a
En los Estados Unidos, la legislación es claramente diferente. mucha gente de la Iglesia? Especialmente lamentable es la situa-
Si el contribuyente tiene que pagar por el aborto, esto parece sig- ción de los padres que tratan de educar a sus hijos como católicos,
nificar que la mujer tiene derecho al aborto. ¿No significa esto pero qi.e jamás pueden acercarse con ellos a recibir el sacramento
que ella tiene derecho a una actividad sexual responsable y al su- de la eucaristía.
cesivo aborto a expensas de los contribuyentes?
Algunas legislaciones reconocen exención de castigo a aquellos
(especialmente jóvenes) que utilizan drogas prohibidas. Se preten- d) Lucha contra la corrupción política63
de con tal postura lograr una mayor cooperación en la terapia.
Pero las mismas leyes se preocupan de una mejor información so- A pesar de que la mayoría de los ciudadanos se comportan de
bre los peligros de las drogas y sobre las injusticias que ocasionan manera benévola casi siempre, David Hume afirma que los legis-
las personas a la sociedad cuando, como consecuencia del abuso ladores tienen motivos más que suficientes para establecer meca-
de drogas, corren el riesgo de incapacitarse para el trabajo y se nismos de vigilancia social como si las personas fueran egoístas
exponen al peligro de cometer crímenes bajo la presión de la dro- servidores de sí mismo. Si este postulado es realista, parece apli-
gadicción. Tenemos aquí un caso claro en que h exención de cas- carse aún más estrictamente a los agentes de la política, que, de-
382 383
VIII. La moral de la política Sociedad paiticipativa
masiado frecuentemente, persiguen metas egoístas con detrimento un código moral que describe un número de crímenes políticos. Po-
para el bien común 64 . líticos que aceptan dinero para presionar en favor de poderosos
A lo largo de la historia, especialmente en épocas de absolu- grupos económicos, industriales o de otras profesiones se expo-
tismo, los tratados éticos tendían a poner de manifiesto un pesi- nen, a lo sumo, a ver vista publicada su conducta si son pillados.
mismo extremo respecto de las cualidades morales de la persona Pero ¿es esto suficiente para luchar con eficacia contra tales abu-
y un excesivo optimismo acerca del nivel moral y sabiduría de los sos? ¿Hay aquí proporción con las medidas que se toman en otros
gobernantes. La historia nos demuestra los escasos motivos que campos de nuestros códigos penales?
existían para apuntalar el optimismo, especialmente cuando los go- La ley y los mecanismos de vigilancia deberían hacer desapare-
bernantes no consultaban a los ciudadanos sabios, no compartían cer, en lo posible, las causas permanentes de conflicto entre inte-
el poder con otros y no permitieron la existencia de mecanismos reses privados y el bien común. «La regulación de los conflictos
de vigilancia aplicables a ellos mismos. de intereses pretende evitar las situaciones que dan origen a la
Actualmente crece la convicción mundial de que es manifiesta tentación»65. De ahí que, entre otras medidas, los «parlamenta-
hipocresía aplicar leyes penales a los ciudadanos ordinarios cuan- rios y los miembros del poder ejecutivo deberían ser requeridos
do no existen dispositivos legales para luchar contra la corrupción públicamente para que declarasen su situación y actividades finan-
de los actores de la política. Si preguntáramos por el nombre, cieras» *.
especie y número de los delitos políticos, este demonio podría res- Deberían existir tribunales internacionales no sólo de arbitraje,
ponder como los demonios que suplicaban entrar en los cerdos: «Mi sino también para perseguir la conducta criminal de los gobiernos
nombre es Legión, porque somos muchos» (Me 5,9). A lo largo en materia internacional, especialmente en los crímenes de guerra.
de la historia, rara vez se reconoció a los peores de estos demonios Pero no debería imponerse «la justicia del vencedor». La decisión
en su carácter impuro, mientras que ellos sembraron odio contra común de todas las naciones en una tal institución internacional
otras naciones, otros grupos étnicos o clases sociales, ocasionando absolutamente imparcial contribuiría en gran medida a configurar
guerras, revueltas sin sentido, revoluciones injustas, intrigas y la conciencia de los agentes políticos y militares. Necesitamos ur-
mentiras que fueron causa de sufrimientos horribles para muchas gentemente de tal ley penal como disuasivo.
personas y naciones. Hasta nuestros días, los hombres de Iglesia,
los periodistas y Amnesty International no han desenmascarado
públicamente uno de los crímenes políticos más repugnantes, la C) Sociedad participativa
tortura de los adversarios políticos y el empleo de asesinos a sueldo
para matar a los que trabajan por un mundo más humano. Las La libertad creativa, la fidelidad de alianza y la responsabili-
declaraciones de la ONU sobre derechos humanos hacen más fácil dad compartida son valores fundamentales no sólo para la propia
llamar por su nombre a algunos de estos demonios. realización individual, sino también para todas las dimensiones de
Hombres y mujeres situados en influyentes posiciones políti- la vida social. Por consiguiente, tenemos que estudiar cómo debe-
cas se hallan especialmente expuestos al soborno y a otras formas ría estructurarse la comunidad política, a fin de favorecer esas
de corrupción que favorecen a los grandes negocios y grupos de cualidades en los individuos y en los grupos, y cómo puede ser
presión. Mientras que se encarcela a jóvenes indefensos por cual- sostenida por ellos. «Los conceptos de participación, responsabi-
quier hurto no cuantioso, los legisladores y otros agentes políticos, lidad, conciencia y libertad estarán relacionados entre sí» 67 .
que sobornan y son sobornados para presionar en favor de grupos Documentos del Consejo mundial de las iglesias y el magiste-
poderosos o para bloquear la continuación de prácticas gravemen- rio de la Iglesia católica han presentado con creciente claridad y
te dañosas para esos grupos quedan frecuentemente libres de todo extensión el ideal de la sociedad participativa. Se aplica al desarro-
castigo. llo de la estructura societaria en el matrimonio moderno y en la
En junio de 1980, el parlamento de Alemania federal aprobó vida familiar, así como, a su modo, en los ámbitos económico, cul-
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Háring, Libertad III, 13
VIII. La moral de la política Democracia
tural y político. Por doquier debería pretenderse la forma más sabilidad común» íl. En Octogésima advenieus, de Pablo vi, se
elevada y mejor posible de participación activa de todas las partes defiende una democracia que incluya, al menos, un esfuerzo perma-
y miembros componentes. Lo que la Iglesia católica ha afirmado nente de las fuerzas culturales y políticas para crear las condiciones
con creciente claridad sobre la participación de todos a todos los que den a la democracia sentido y veracidad.
niveles de la economía se destaca cada día más a un primer plano La dictadura y todas las formas de sistemas totalitarios, en que
también en la vida política. una persona o un club partidista utilizan a los demás como meros
Los derechos personales y la participación activa son inter- instrumentos, contradicen la dignidad humana y la finalidad de la
dependientes. El concilio Vaticano n ha hablado claramente de autoridad pública. Cuando, como consecuencia de determinados con-
esto: «La protección del derecho personal es condición necesaria dicionamientos históricos, se recortan algunos derechos básicos — por
para la participación activa de los ciudadanos, como individuo y ejemplo, la libertad de prensa y de reunión— temporalmente, hay
como sociedad, en la vida del gobierno del Estado» 68 . Pablo vi, que hacer todo lo necesario para restablecerlos y devolvérselos a
plenamente consciente de la complejidad de las elecciones políti- la persona tan pronto como sea posible 72 .
cas, se expresó vigorosamente sobre «una exigencia del hombre La autoridad pública alcanza su propio valor y resulta bene-
actual» de una mayor participación responsable en «el campo po- ficiosa en sentido verdaderamente humano, si es reconocida por
lítico». «Esta aspiración legítima se hace más evidente a medida el consenso libre en vez de imponerse a sí misma y sus dictados
que se eleva el nivel cultural, se desarrolla el sentido de libertad de manera arbitraria 73 .
y el hombre se hace más consciente de cómo, en un mundo que Democracia significa una firme opción en favor de la igualdad
se enfrenta con un futuro incierto, las decisiones de hoy condicio de las personas y, en la manera de lo posible, de oportunidades
nan ya la vida de mañana» 60. iguales de participación, libertad de reunión y expresión abierta de
Podemos prever que esta fuerte opción en favor de una so- las opiniones y convicciones personales. Aunque sabemos que ma-
ciedad participativa ejercerá un impacto, necesariamente, también yoría democrática no es sinónimo de derecho infalible, el espíritu
en las estructuras de la Iglesia, al igual que en los siglos pasados democrático exige lealtad a las decisiones tomadas por mayoría al
la alianza con las monarquías del mundo moldeó los aspectos insti- tiempo que reconoce el derecho de las minorías a expresar su dis-
tucionales mudables de la Iglesia. Debería llevarse a cabo un ajus- conformidad; obliga a realizar esfuerzos honestos para lograr un
te juicioso manteniendo cuidadosa fidelidad a la interpretación bí- nuevo consenso y los cambios que éste requiera. Una mayoría ele-
blica que la Iglesia hace de sí misma como pueblo de Dios, como gida democráticamente deja de serlo cuando impide que las mino-
comunidad reunida y vitalizada por los múltiples dones del Es- rías publiquen sus opciones y razones de forma que puedan nacer
píritu Santo (cf. Act 2,16-17). nuevas mayorías democráticas.
La democracia auténtica permite y hace que las minorías étni-
cas y de otro tipo cooperen como iguales; que presenten sus plan-
1. Democracia: dónde y cómo funciona 70 teamientos de manera abierta y clara. La democracia auténtica se
cimienta en el presupuesto básico de que el pluralismo, como tal,
Los documentos de la Iglesia consideran el desarrollo hacia un no es antagonismo, sino una forma de complementariedad, de
estilo democrático en las comunidades económicas, culturales y, cooperación constructiva74 que garantice las mejores soluciones po-
especialmente, políticas como parte del desarrollo integral de la sibles.
persona y de la sociedad, pero también como remedio necesario La democracia no sólo necesita estructuras adecuadas, sino, so-
contra la despersonalización masiva. «Para hacer frente a una tec- bre todo, que todos sus ciudadanos crezcan en la decisión y dis-
nocracia creciente hay que inventar formas de democracia moderna, cernimiento morales. Entonces, las estructuras y todos los esfuer-
no solamente dando a cada hombre la posibilidad de informarse zos educativos ayudarían a alcanzar el estado de madurez y des-
y de expresar su opinión, sino de comprometerse en una respon- arrollo de conciencia que Lawrence Kohlberg y otros denominan
386 387
VIII. La moral de la política
Condicionantes históricos
7
postconvencional '. Esto significa que la democracia no se actua-
liza de una vez para siempre. Hay que mejorarla y renovarla cons- ningún sistema político o constitución será mejor que la prudencia
tantemente a través del desarrollo integral y los esfuerzos conjun- de sus representantes. El sistema no garantiza automáticamente la
tos de manera que la mayoría dirigente y la oposición estén más racionalidad. Es permanente la exigencia moral a realizar esfuerzos
preocupados por los principios básicos de la democracia que de al- en esa dirección. Los criterios seguidos por un ciudadano a la hora
canzar la victoria en la lucha por el poder. de ejercitar su obligación de elegir, en la elección de candidatos,
a la hora de apoyar o criticar sus programas o criticar sus resulta-
Uno de los problemas cruciales de la democracia es, por una
dos son un test de la calidad de su conciencia y madurez política.
parte, la difícil síntesis entre una mente crítica que abre nuevos
Tal vez sería mejor no participar en una elección que hacerlo sin
horizontes para el cambio y, por otra parte, la disposición a cola-
un juicio bien formado y consciente. Uno de los criterios principa-
borar lealmente con el poder legislativo y el gobierno. Un ciu-
les será la moderación, sentido de la justicia y de la paz con que
dadano maduro jamás traicionará su conciencia, pero estará dis-
se presenta cada candidato.
puesto a trabajar dentro de estructuras imperfectas para lograr otras
mejores. Se da una relación evidente entre un sistema totalitario que
La democracia exige un talante de tolerancia, la aceptación res- oprime a las personas como enemigos si expresan ideas diferentes
petuosa de la diversidad de opiniones, convicciones y opciones. Pero y la tendencia a tratar como enemigos a aquellos países extranjeros
las fuerzas democráticas no pueden aceptar ni un libertinismo que que mantienen concepciones del mundo diferentes, metas o ideo-
conduce progresivamente a la anarquía, ni un sistema autoritario logías políticas diversas. Si un candidato en un sistema democrá-
o totalitario que, por racismo u otras desviaciones, socavaría la tico trata a sus oponentes políticos como enemigos y es incapaz
auténtica substancia de una sociedad participativa, democrática. de apreciar los aspectos positivos de sus programas y sus logros,
no está mejor cualificado para la paz que los representantes de
La resistencia firme contra el terrorismo de grupos extraparla-
regímenes totalitarios.
mentarios antidemocráticos es una señal de confianza en el signi-
ficado y objetivo de la democracia. Tal resistencia guiada por un
buen gobierno democrático será eficaz si existe un consenso fuerte
en los valores y objetivos democráticos básicos. 2. Condicionantes históricos de la organización política
En los Estados Unidos de América, la clase trabajadora como
Es bueno que reine un fuerte consenso a favor de la constitu-
conjunto no apoya a fuerzas subversivas porque, a pesar de todas
ción y tradición democrática en una nación, pero es malo que ese
las frustraciones, prevalece la convicción de que las fuerzas demo-
consenso acompañe a la intolerancia de formas distintas de orga-
cráticas podrían lograr un mínimo, o tal vez el máximo, de justicia
nización política en otras partes del mundo. Cuando esto suceda,
social. En Francia, un consenso a favor de una democracia leal,
no podremos hablar de una forma o estadio de sistema participa-
aunque debilitado por las fuerzas antidemocráticas de izquierdas y
tivo. La democracia inglesa y norteamericana se desarrollaron gra-
de derechas, permitió a Charles de Gaulle preservar una libertad
dualmente en medio de condiciones específicas y favorables, pero
relativa. La historia nos enseña que la libertad que una comunidad
conocieron diversas crisis. Las democracias salidas de la revolución
puede alcanzar está en proporción con la firmeza del consenso obte-
francesa adquirieron una configuración distinta y un mayor grado
nido sin una manipulación degradante76. A la larga, la democracia
de inestabilidad.
política funcionará adecuadamente sí se caracteriza por la partici-
pación activa y por la corresponsabilidad en la educación y en la Cualquier esfuerzo de un determinado sistema político para
totalidad de la vida social, económica y cultural. imponer su ideología y principios organizativos a otros países es
antidemocrático y contraproducente. Debemos permitir que cada
La participación en las elecciones a todos los niveles políticos
cultura y comunidad política evolucione de acuerdo con sus pro-
es uno de los derechos básicos de las democracias. Las elecciones
pias tradiciones e ideales. La mejor propaganda de la democracia
son una justificación y responsabilidad de los agentes políticos. Pero
es un buen funcionamiento, un Estado amante de la paz que se
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389
VIII. La moral de la política
Cambio pacífico, conflicto, levolución
abstenga de apoyar a las dictaduras y de cualquier otra rorma de
interferencia en la vida interna de las restantes naciones. civil, los ciudadanos maduros evitan la quiebra de la autoridad y
En una era de comunicaciones a escala mundial, existen innu- se resisten al «abuso». Es lo que Juan XXIII presenta con tanta
merables oportunidades para dialogar sobre las diversas experien- fuerza. Es, al mismo tiempo, la interpretación correcta de algunos
cias históricas y actuales que pueden arrojar alguna luz para mejo- textos bíblicos de los que abusaron frecuentemente aquellos que
rar la participación, la libertad y el consenso. Pero debería ser deseaban una obediencia absoluta e indiscriminada. Obedeciendo al
absolutamente claro para todos que no existe una organización po- César sólo cuando sus leyes encajan perfectamente en el orden mo-
lítica que pueda ser calificada como absoluta y óptima para todos ral querido por Dios, los ciudadanos dan a Dios lo que es de Dios
los lugares y tiempos. Al tiempo que expresa una opción en favor y al César lo que es del César. De esta manera, los ciudadanos
de la mejor participación política posible, el concilio Vaticano n leales que, en determinadas ocasiones protestan contra leyes injus-
insiste: «Las modalidades concretas por las que la comunidad polí- tas y manifiestan la desobediencia civil de manera no violenta,
tica organiza su estructura fundamental y el equilibrio de los pode- rinden un servicio indispensable a la comunidad política y a las
res públicos pueden ser diferentes, según el genio de cada pueblo personas que ejercen la autoridad. Cuando el apóstol Pablo dice
y la marcha de su historia» Tl. que hay que obedecer a los gobernantes no por temor sino en
conciencia (Rom 13,5), añade inmediatamente que obedezcan en la
medida en que se lo permite su conciencia.
3. Obediencia responsable frente a desobediencia civil78 En determinadas circunstancias, puede suceder que la resistencia
política temporal y la desobediencia civil sean el mejor beneficio
En su encíclica Pacem in terris, Juan XXIII explica la afirma- que podemos ofrecer al Estado. Naturalmente, es absolutamente
ción de que la autoridad legítima viene de Dios. E insiste en dos indispensable hacer esto a tiempo, antes de que la injusticia con-
puntos. El primero es que esta doctrina, entendida rectamente, «es duzca al desastre 82. Sin embargo, no deberíamos olvidar que tanto
plenamente conciliable con cualquier régimen verdaderamente de- los ciudadanos como los políticos pueden llegar a convicciones erró-
mocrático» 79. El segundo de los puntos es que tal afirmación no neas que se contradicen recíprocamente. Por consiguiente, así como
sólo exige obediencia, sino que señala claramente sus límites. «La los legisladores y administradores deben esclarecer y examinar con-
autoridad, como está dicho, es postulada por el orden moral y de- cienzudamente sus razones y escuchar los argumentos de la otra
riva de Dios. Por tanto, si las leyes o preceptos de los gobernantes parte antes de legislar y promulgar una ley, de igual manera los
estuvieren en contradicción con aquel orden y, consiguientemente, ciudadanos examinarán sus razones y escucharán a la otra parte
en contradicción con la voluntad de Dios, no tendrían fuerza para antes de recurrir a la protesta en conciencia y a la desobediencia
obligar en conciencia, puesto que «es necesario obedecer a Dios civil.
antes que a los hombres (Act 5,29); más aún, en tal caso, la auto- Los cristianos deberían estar en primera línea tanto cuando se
ridad dejaría de ser tal y degeneraría en abuso»80. trata de apoyar leyes justas como de protestar contra las injustas.
De entre las diversas afirmaciones de Tomás de Aquino que Su fe auténtica en el Redentor del mundo y la fidelidad a ser «luz
autorizan la desobediencia civil, Juan XXIII elige aquí uno de los del mundo» excluye tanto la desobediencia egoísta como la fideli-
textos más vigorosos: «La ley humana es verdaderamente ley sólo dad ciega. El cristiano puede obedecer sin convertirse en esclavo
cuando está en consonancia con la recta razón y, por consiguiente, del Estado y puede demostrar reverencia y lealtad sin divinizar a
deriva de la ley eterna. En la medida en que se aparte de la recta los gobernantes ni al sistema.
razón, se dice que es una ley mala; y, careciendo de la verdadera
naturaleza de ley, es, más bien, un tipo de violencia» 81. 4. Cambio pacífico, conflicto, revolución83
Mediante el discernimiento que en situaciones normales pide
que la conciencia obedezca y en otros casos exige la desobediencia Las esperanzas humanas, y especialmente la esperanza cristiana
basada en las promesas divinas y en el evangelio de conversión, no
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391
VIII. La moral de la política Cambio pacífico, conflicto, revolución
pueden aceptar un status quo social, económico y político injusto empujados por nuestra fe en el futuro y ya inminente reino de
y deshumanizante. La tradición profética, que llama a un cambio Dios hay espacio para la utopía absoluta, como quintaesencia de
profundo en todas las relaciones humanas, se enfrenta a una nueva la esperanza cristiana, y para la utopía relativa del mejor orden
situación histórica en nuestros días, producida por la revolución posible alcanzables por personas que están marcadas, simultánea-
industrial, por los inventos, los medios de comunicación social y la mente, por el pecado y la redención. Esta utopía relativa es sólo
ciencia histórica que nos permite comparar configuraciones com- un símbolo imperfecto, análogo, del reino de Dios proclamado por
pletamente diferentes. la Iglesia. Apunta dinámicamente hacia una dirección clara88. Pero
En el pasado, un extendido fatalismo fue el enemigo principal siempre deberá venir a continuación el esfuerzo para dar otro paso
del progreso social, cultural y político. El hombre moderno supera hacia adelante y para utilizar los medios apropiados.
una intolerancia ancestral frente a lo nuevo, a los cambios pro- Como cristianos, ¿nos decantamos a favor de la revolución?
fundos. Jürgen Moltmann expresa esta nueva conciencia de ma- ¿Debemos tomar esta decisión? La respuesta está condicionada por
nera específicamente cristiana: «Somos constructores, no sólo in- el sentido que demos a la palabra «revolución». Si la entendemos
térpretes, del futuro cuyo poder, en esperanza y consumación, es genéricamente como proceso profundo, radical, histórico, de cambio
Dios. Esto significa que la esperanza cristiana es militante y crea- y no como manojo de algunas modificaciones sin importancia, en-
tiva» M. tonces tendremos que ser o hacernos revolucionarios por fidelidad
La habilidad de vigorizar, profundizar e iluminar esta nueva al Creador y Redentor del mundo. De manera especial en una
conciencia parece ser la fuerza más eficaz para preparar un futuro época revolucionaria, urge que la Iglesia enseñe, de palabra y obra,
mejor8S. El proceso de concienciación se desarrolló para compro- esta única gran revolución que haría innecesarias todas aquellas re-
meter a las personas en la determinación de sus propias metas y beliones violentas que están atrapadas en el círculo vicioso de la
proceso de cambio. Por ello, el modelo de la mejor teología de la codicia, de la opresión y de la ambición de poder. Sin embargo,
liberación es la «revolución para ser»8". Ese modelo prepara para habría que dejar muy claro que la revolución querida por el evan-
el cambio creador de las estructuras decisivas de forma mucho más gelio nada tiene que ver con el caos y violencia fanáticos que,
profunda y duradera que la estrategia de los reformadores y revo- mediante la anarquía, desean producir una «sociedad perfecta» in-
lucionarios que defienden primero la revolución del tener (conse- minente. Este fanatismo, con su sueño de cambio repentino, vio-
guir más bienes y poder). Si la «revolución del ser» es la «revo- lento y total de la vida sociopolítica menosprecia al «revisionista».
lución de los santos» 87 , vendrá inevitablemente un nuevo orden. El marxismo ortodoxo, antes de su revolución, se resistió a
Así como para el cristiano la conversión es un proceso que jamás toda reforma política y social incluso cuando los pasos concretos
termina, tampoco la renovación de la vida económica, cultural, so- apuntaron a un cambio profundo. Tal conducta se debió a su fe
cial y política se realiza de una vez para siempre. (ideología) de que sólo mediante la dialéctica de la tensión cre-
Resulta extraordinariamente difícil crecer en capacidad crítica, ciente se prepararía el camino para una revolución profunda que
mantener el compromiso con los cambios profundos y, al mismo prometía una sociedad perfecta, sin clases. Durante largo tiempo,
tiempo, comprender que la conversión y el cambio político y social los marxistas persiguieron a los revisionistas como herejes, al igual
exigen una paciencia sin límites y la capacidad para armonizar la que los «religionistas» más intolerantes persiguieron a los que con-
indispensable discontinuidad con aquella continuidad profunda y sideraban herejes. El partido socialista alemán ha recorrido un largo
total que sólo la fidelidad creadora puede descubrir. camino desde la creencia revolucionaria hasta un revisionismo con-
La esperanza y el realismo cristianos nos llaman al esfuerzo siderablemente modificado con reformas más bien limitadas. Nume-
constante de descubrir lo que puede mejorarse aquí y ahora, lo rosos partidos comunistas del mundo occidental han elegido, teórica
que debemos tolerar durante algún tiempo, lo que deberíamos con- y prácticamente, el revisionismo. Mediante reformas graduales, y
siderar como inmutable, por su propio valor, en un programa de en el marco de las actuales instituciones democráticas, intentan pre-
reformas a largo plazo. En este largo éxodo de un mundo injusto, parar su sociedad para el esperado futuro Estado plenamente so-
392 393
VIII. La moral de la política Cambio pacífico, conflicto, revolución
cialista. Con todo, ni ellos mismos se ponen de acuerdo sobre el mediante los abusos policiales, la tortura o las estructuras opresi-
carácter exacto de ese Estado futuro. vas, alienantes y explotadoras. Difícilmente podrá negarse en el
El revisionista puede sentirse tentado a conformarse con medias mundo actual la existencia de sistemas políticos y de dictadores
medidas y con reformas discontinuas. Pero puede existir un re- que pecan escandalosamente mediante el abuso del poder violento
visionismo que, manteniendo los más elevados ideales y una gran y leyes completamente injustas. Tampoco podemos negar que exis-
dosis de realismo, trabaje por un cambio mucho más profundo de ten estructuras que violan la dignidad de la persona y su libertad.
la sociedad que el prometido por el revolucionario violento. Pero el pensar que todo esto no tiene otra salida que la utilización
En realidad, la visión de la sociedad participativa, con un com- de diferentes formas de violencia pone de manifiesto que los revo-
promiso ilimitado en favor de la justicia social y del amor social lucionarios están presos en un círculo vicioso. Tenemos que llamar
a todos los niveles, significa un cambio mucho más radical que el a la violencia, opresión, explotación e injusticia por sus nombres.
del marxismo ortodoxo y el de otras ideologías revolucionarias; Tenemos que alarmar a la opinión pública y sacudir la conciencia
más profundo que el que puedan lograr esos sistemas a través de de los que participan o se aprovechan de estas situaciones.
medios violentos y opresivos. Lamentablemente, grupos cristianos Tal vez, quienes levantan sus voces de protesta o de crítica sen-
que ejercen poder político degeneran frecuentemente en aquel tipo sata al tiempo que utilizan estrategias no violentas creativas tengan
de reformadores que encubren, con muchos cambios tácticos, su que sufrir algo. Pero el tema de fondo es si creemos en el poder
voluntad de no aceptar la revolución del evangelio. Si los cristianos de la conciencia para convencer y convertir. Si confiamos poco en
pierden su visión y dinamismo, si utilizan medios impropios de esas realidades, nuestra violencia no cambiará el mundo a mejor.
la esperanza cristiana, son responsables del caos producido por las Algunos países democráticos tienen enormes problemas con el te-
revoluciones violentas nacidas de ideologías peligrosas. rrorismo organizado a niveles nacionales o internacionales y promo-
La teología moral tradicional católica ha discernido juiciosamente vido, al menos parcialmente, por fuerzas políticas extranjeras bien
sobre el problema de la revolución violenta. Los grupos decisivos conocidas por sus prácticas opresivas. Los terroristas y sus patro-
pueden plantearse, como arma última, el derrocamiento violento sólo cinadores saben perfectamente que no pueden lograr una mayoría
cuando un tirano o un sistema político privan a los ciudadanos de política mediante las armas democráticas. De ahí que ellos (una
los derechos humanos básicos o los explotan de forma intolerable. reducida minoría) intenten imponer sus preferencias utilizando me-
Sin embargo, tienen que plantearse primero los problemas que traerá dios violentos. Si llegaran a alcanzar el poder, por la pura lógica
consigo la revolución violenta: ¿existe la esperanza real de que los de sus comienzos, continuarían utilizando la violencia contra la
daños y sufrimientos de tal revolución serán menos destructivos mayoría de los ciudadanos. Cuando acusan a las democracias mo-
que la situación actual? ¿Existe la probabilidad de que la revolu- dernas de estructuras y métodos opresivos, cada uno, incluidos los
ción conduzca a un orden más justo o a un caos mayor? terroristas, deberían comprender que el terrorismo practicado con-
Pienso que la primera pregunta de conciencia a formular actual- tra la mayoría democrática sólo puede llevar a un régimen infinita-
mente por todos nosotros, y especialmente por aquellos que se y Oí)
no puede existir sin un cierto pluralismo en la educación política. protegió a las personas frente a la arbitrariedad de los funcionarios
Por supuesto que las autoridades públicas no pueden confiar la coloniales.
educación política a elementos subversivos que se oponen a la de- Las obras clásicas sobre el ius gentium, escritas por Francisco
mocracia en cuanto tal y tratan de manipular a las personas en de Vitoria y otros moralistas españoles del siglo xvi, tenían un
favor de ideologías intolerantes. Pero la educación política, como talante anticolonial que pretendía proteger los derechos de los gru-
la educación en general, no puede ser neutra respecto de un sis- pos y de los individuos. Durante los últimos siglos, especialmente
tema de valores. Los cristianos y otros grupos humanistas prestan después de la revolución francesa, las teorías sobre el derecho na-
un servicio precioso a la comunidad política haciendo de la ética tural tuvieron un acento marcadamente individualista. Por lo que
sana una parte de esa educación. se refiere a grupos y naciones, el «derecho internacional» conside-
raba únicamente las naciones Estado como sus sujetos.
A partir de 1919, primero a través de la Sociedad de Naciones y,
D) Hacia la comunidad mundial después de la segunda guerra mundial por medio de las Naciones
Unidas, se iniciaron considerables esfuerzos para concebir y pro-
La doctrina social de la Iglesia acentúa cada día más el aspecto mulgar un derecho internacional que protegiera los derechos básicos
de la sociedad planetaria, la justicia social planetaria94. La humani- de las personas y grupos. Pero el nuevo concepto de derecho de
dad ha alcanzado una cota en la que no tiene sentido hablar de un gentes no ha encontrado hasta ahora un portavoz autorizado. No
sólo Dios, creador y redentor, sin tener un celo ardiente por la puede ser impuesto, si el gobierno de una nación no desea recono-
construcción de una auténtica comunidad mundial donde se reco- cerlo o actuar de acuerdo con él. El estrecho concepto de soberanía
nozca la dignidad de cada uno y los derechos humanos elementales, de las naciones Estado continúa siendo un obstáculo.
donde cada nación llegue a darse cuenta de que no puede seguir Necesitamos una política doméstica a escala mundial, de manera
pensando en su bien común particular sin una preocupación sincera que, en tema de derechos básicos, ninguna persona, grupo étnico
por el bien común de todas las naciones95. Todos los signos de o religioso, ninguna cultura ni subcultura, sea tratada como extran-
los tiempos apuntan hacia una nueva conciencia a escala mundial jera en la comunidad mundial. La humanidad como totalidad tiene
de que la humanidad es una y que carece de futuro si no desarrolla que hacerse cargo de la tarea de la justicia social para todas las
una nueva actitud y nuevas estructuras que expresen esta solida- personas, grupos y naciones, de forma que nadie quede convertido
ridad de manera eficaz. en puro objeto. Hay que pretender que todos se conviertan en
sujetos, que promuevan la unidad básica y la solidaridad dentro de
todas las diversidades legítimas.
398 399
VIII. La moral de la poli tic?
La amenaza de un Superestado
fundamente la sociedad de naciones Estados y las liberará de sus
en fe en el poder comunista. Como consecuencia, el principio de
traumas espantosos. La sociedad de las naciones Estados se divide
la esperanza sucumbe al temor en tal medida que no hay suficiente
en bloques capitaneados por dos o tres superpotencias que agravan
imaginación y creatividad para una solidaridad de todas las naciones
el peligroso sistema de la competencia; competencia en las armas,
mucho más verdadera y eficaz que la de la URSS y las restantes
competencia en el comercio, competencia en la obtención de los
superpotencias.
escasos recursos. De ahí que el complejo de seguridad de cada na-
ción agudiza todos los conflictos restantes. La tensión entre las
superpotencias y los bloques se intensifica a través de la confron-
3. ha amenaza de un Superestado
tación ideológica que envuelve incluso a cada una de esas naciones
que dicen pertenecer a los no alineados, al tercer mundo.
Si tenemos alguna fe en la libertad y en la fidelidad a los de-
La meta moral decisiva para toda persona sensible es trabajar
signios de Dios, siempre nos quedaremos cortos en rechazar la idea
en favor de una opinión y actitud mundial que sitúe el interés co-
de un Superestado que disponga de poder absoluto para imponer
mún de la supervivencia y los necesarios lazos de fraternidad entre
su ideología y dictados a todos. Si somos capaces de ver y prever
todas las personas por encima de los anticuados complejos de se-
la necesidad de la unificación mundial y, por consiguiente, de una
guridad de las naciones Estado y de las ambiciones de poder. Para
autoridad mundial, deberemos hacer todo lo posible para hacer
ello es urgente que millones de personas vean la meta con claridad,
que esto se convierta en realidad mediante el consentimiento libre,
así como los medios adecuados; que descubran constantemente de
tomando las medidas y espacio necesarios para el espíritu de liber-
nuevo el paso inmediato siguiente.
tad en corresponsabilidad. Y si esto no se lleva a cabo mediante
Mientras los estados nacionales se mantengan ciegamente en la
el consentimiento libre y la previsión para que sobreviva la libertad,
carrera de armamentos, en la competición productiva, en la lucha
sucederá por la imposición de una superpotencia guiada por una
por mantener su balanza de pagos y por conseguir los escasos re-
ideología enemiga de la libertad tal como nosotros la entendemos.
cursos, el interés y preocupación por todas las personas no pasará
La autoridad mundial futura no debería estructurarse a imagen
a un primer plano. Las declaraciones y acuerdos sobre derechos
y semejanza de una nación Estado centralista; mucho menos si-
humanos, por ejemplo los acuerdos de Helsinki, por importantes
guiendo el modelo de una superpotencia que pretenda dominar la
que sean, no cambiarán profundamente la situación mientras no
vida económica y política de otros estados. Por consiguiente, una
prevalezca por doquier una nueva y urgente conciencia de que la
de las responsabilidades morales más urgentes hoy es la de trabajar
humanidad debe encontrar principios de solidaridad organizativos,
creativamente para lograr una autoridad mundial mediante consen-
a escala mundial, absolutamente nuevos. Podrán resolverse pacífica
timiento libre; una autoridad que no seguiría las pautas del sistema
y razonablemente los conflictos de intereses si las élites decisorias
de estados poderosos que, durante casi seis mil años, han concebido
de cada país están interesadas, sobre todo, en la justicia social y
su poder supremo como derecho y capacidad para entablar guerras
en la fraternidad universal.
contra otros estados9S.
El comunismo soviético ofrece un modelo de unificación mun-
El desarrollo de los modernos armamentos y técnicas, así como
dial que nos parece extremadamente peligroso y totalmente des-
la creciente tendencia hacia una economía mundial nos fuerza a
acertado 97. Pero la mera postura anticomunista no resuelve el pro-
acelerar este proceso. Actualmente, la tarea primordial y urgente
blema mientras los países occidentales se mantengan testarudamente
consiste en conseguir una concepción clara del espíritu y estructura
en el sistema e ideología de competición entre naciones Estado so-
de tal autoridad mundial.
beranas. Tampoco ayudará el temor al comunismo soviético. Parece
que el agresivo comunismo mundial ha perdido el poder atrayente
de la «fe» y del mesianismo terrenal. Pero existe aún una espe-
cie de temor entre los anticomunistas extremos que se convierte casi
400
401
VIII. La moral de la política
1. La promesa de la paz Cuando los israelitas se saludan entre sí con la palabra shalom,
ensalzan al Dios de la paz y se comprometen a honrar a Dios bus-
En todas las culturas de la antigüedad que conocemos, la paz es cando los caminos de la paz entre ellos y el resto de la humanidad.
concepto altamente religioso. En el antiguo Israel fue un término La verdad de las promesas divinas de paz final les sitúa, aquí y
absolutamente central para su religión, su esperanza y fe 3 . ahora, en la senda de la paz (cf. Os 2,20; Am 9,13; Is 9,5; Zac 9,
El nombre shalom (paz) deriva de la forma verbal sbalem, que 9ss; Miq 5,4). La esperada reunificación de las dos partes en que
puede significar: estar completo o completar, dar armonía y ple- estuvo separado Israel fue un símbolo de la prometida paz mesíá-
nitud. Donde existe shalom, «tanto el conjunto como sus partes nica y constituye una llamada constante a trabajar en pro de la
constitutivas han alcanzado el máximo y óptimo de su ser»*. Shalom reconciliación y la justicia. Sólo de esta manera puede esperarse
es la armonía de una comunidad cuidadosa informada en cada punto confiadamente el tiempo en que «la justicia producirá la paz» (Is
por su conciencia del don y de la llamada de Dios 5 . Shalom es el 32,17).
designio del Creador para la humanidad y para la tierra. Dios, Después del año 597 y 587 a.C, el mensaje de paz se convierte
creador y redentor, es el garante del cumplimiento final de la his- en núcleo de las promesas proféticas, especialmente en el Deute-
toria en la paz. roisaías. Salvación, liberación, gloria y justicia son las características
«En la enseñanza bíblica, la paz es escatológica y primordial. de la expectación de la paz, de la final «alianza de paz» (Is 54,10;
Es escatológica en el sentido de que su plena realización pertenece 62,1-2). Pero, en el centro, se encuentra la predicción de la venida
al final de la historia» 6 . Es primordial en el sentido de que, desde del Mesías sufriente «el príncipe de la paz» (Is 9,6; 61,2), que
el principio, Dios dio a la humanidad la potencialidad y tarea de la pagará, con su persona, el precio de la paz (Is 53,5). «Y él será la
paz (cf. Gen 1-2). En el designio del Creador, la fundación del paz» (Miq 5,4).
mundo es promesa de paz. Dios protege al mundo contra el caos
y conduce a su pueblo desde la fase de egoísmo y autoaniquilación
hacia la paz (shalom). Dios establece una alianza de paz con Adán, 2. La paz de Cristo
Noé, Abraham y Moisés. El pueblo tendrá seguridad de la alianza
de paz si es fiel a la alianza. Desde el cántico navideño de los ángeles, «¡Paz en la tierra!»
La paz (shalom) fluye hacia la salvación. Es enteramente un don (Le 2,14), hasta la entrada solemne de Cristo en Jerusalén (19,38),
de Dios. Todo el que recibe este don con agradecimiento está en Lucas presenta a Cristo como el prometido «rey de paz». Con el
paz con Dios, es portador de la paz, irradia paz, se entrega a la saludo Shalom, Jesús sana a los enfermos (8,48) y perdona los
tarea de la paz. El Antiguo Testamento y el Nuevo enseñan clara- pecados (7,50). El evangelio de Juan nos dice que Cristo comparte
mente que la paz es iniciativa de Dios. Cuando Gedeón levantó su paz con sus discípulos: «Os doy la paz, os doy mi paz» (14,27).
un altar en honor del Señor, «lo llamó Yahveh Paz» (Jue 6,24). Se dice esto en el contexto de la venida del Espíritu Santo que
El Señor es paz. Los fieles saben que tienen que honrar a Dios es el don supremo del Padre (14,26). Shalom es el saludo y don
como la fuente de paz mediante la humilde oración de petición y del Señor resucitado que sopla sobre sus discípulos y dice: «Recibid
la acción de gracias. Sólo él puede crear la paz (cf. Is 45,5-8). el Espíritu Santo» (Jn 20,19-25).
A través de los profetas, Yahveh denuncia todas las prevaricaciones La misma visión hallamos en Pablo. Doce veces habla de paz,
y falsedades en materia de paz. De esa manera quiere preparar el juntamente con kharis, la gracia del Espíritu. Como el amor y el
camino a la justificación y fidelidad a la paz. agradecimiento, la paz es fruto del Espíritu Santo (Gal 5,22; Rom
La paz que viene de Dios y la paz con Dios es la dimensión 14,17). Para Pablo, la paz de Cristo es un compartir la propia
transcendental, pero no se menosprecia el horizonte de la paz social vida y paz de Cristo: «Y la paz de Cristo, que supera todo cono-
y política. Por el contrario, aquélla es el fundamento firme y urgente cimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en
de todas las perspectivas y dimensiones. Cristo Jesús» (Flp 4,7).
404 405
IX. Paz en la tierra Paz en medio del conflicto
Aquí se nos recuerda de nuevo el hilo conductor de su teología fronteras, el rostro de los hermanos, el rostro de los amigos» u .
moral «en Cristo». La paz no es un don cualquiera, es un com- El mundo necesita urgentemente hombres y mujeres que, llenos
partir, es signo de nuestra «vida en Cristo Jesús». «Él mismo es de la paz de Cristo, actúen como pacificadores 12. La obra de la paz
nuestra paz» (Ef 2,14). Este mensaje central aparece en el contexto ha sido confiada a todas las personas, tanto hombres como mujeres.
de la reconciliación de judíos y gentiles en Cristo, mediante la La participación cada vez mayor de las mujeres en la vida de la
alianza en su sangre. Y esto es algo inmensamente superior a la sociedad «aporta una contribución específica de gran valor, gracias
reunificación de las dos partes divididas de Israel 7 ; es el símbolo a las cualidades que Dios les ha concedido. Esas cualidades de
real sacramental del amanecer de la paz mesiánica (cf. Col 3,15). intuición, creatividad, sensibilidad, un sentido de ternura y com-
En todo esto, Jesús hace patente para nosotros «al Dios del amor pasión, una profunda capacidad para entender y amar hacen que
y de la paz» (2Cor 13,11) 8 . las mujeres sean especialmente aptas para lograr la reconciliación
en las familias y en la sociedad» 13.
Siguiendo a Jacques Ellul, insistimos en que «una de las fun-
3. Mensajeros de paz ciones más importantes del cristiano es la de ser factor pacificador
entre las personas» M. El sermón de la montaña está dirigido a todas
Al compartir su propia paz con sus discípulos, Cristo los con- las personas de todos los tiempos y lugares. Su evangelio de paz
vierte en mensajeros y constructores de la paz, en embajadores de puede cambiar el mundo. En realidad, no podría haber sido escrito
la reconciliación. A través de ellos, Cristo dice al mundo que la si no hubieran existido entonces, como ahora, personas ganadas
paz es posible si se acepta su mensaje y don. La norma de su reino totalmente por el mensaje y la realidad de la paz. Por fidelidad a
es la búsqueda de la paz: «Bienaventurados los que construyen la Cristo y al mundo, los cristianos deben dar testimonio del poder
paz, porque serán hijos de Dios» (Mt 5,9). salvador de Cristo i5.
El emperador romano era llamado «hijo de Dios, pacificador»,
pero hacía la paz dominando a las personas con brazo poderoso 9 .
Cristo da una paz «que el mundo no puede dar» (Jn 14,27). Sus 4. Paz en medio del conflicto
mensajeros sólo podrán ganar el mundo para Cristo mediante el
espíritu de mansedumbre (Mt 5,4). El que reconcilió a los pecado- Renovados por la paz de Cristo, somos enviados como pacifi-
res mediante sus largos sufrimientos y amor no violento comparte cadores aunque estamos en guerra con nuestra propia pecaminosi-
su paz con sus mensajeros y les dice: «Como el Padre me envió, dad. Por consiguiente, tenemos que combatir una doble lucha en
así os envío yo a vosotros» (Jn 20,21). un mundo redimido, pero obstinado aún en sus antagonismos.
El ministerio y mensaje confiado a los discípulos de Cristo pue- Precisamente en su misión de paz, Cristo encontró los más vio-
de resumirse como «evangelio de paz» (Ef 6,15; cf. Ef 2,17; Act lentos conflictos y las mayores resistencias y rechazo. En su pa-
10,36). Esta paz caracteriza tanto al mensajero como a su obra: sión y muerte, infligida por los violentos y poderosos, el amor no
«La paz está en el sujeto, es su obra» 10. violento de Dios entró en los conflictos del mundo caído. Como
La justicia es no sólo el camino para la paz; es también su el Padre envió a su Hijo, éste nos envió a nosotros a un mundo
fruto. «El fruto de la justicia se siembra en la paz, para los que donde el evangelio de paz es una espada de doble filo. El que es
obran la paz» (Sant 3,18). Con la palabra y con su comportamien- nuestra paz nos advierte: «No penséis que he venido a traer la
to, ellos ofrecerán por doquier el saludo y don de la paz (Le 10, paz; he venido a traer no la paz, sino la espada» (Mt 10,34).
5-6). En Cristo, el verdadero discípulo puede ser cocreador de la «¿Pensáis que he venido para dar paz a la tierra? No, os lo ase-
paz. «Amigo de la paz proseguirá su camino, irradiando alegría, guro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa
y derramando luz y gracia en el corazón de los hombres por toda y estarán divididos; tres contra dos y dos contra tres» (Le 12,
la faz de la tierra, haciéndoles descubrir, por encima de todas las 51-52). Los conflictos y disensiones ocultas se hacen patentes. Sólo
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IX. Paz en la tierra Paz en medio del conflicto
puede llegarse a la paz atravesando una crisis dolorosa. La oposi- Según Mao Tse Tung y otros muchos, «la filosofía marxista sos-
ción que encontramos cuando proclamamos «el evangelio de la tiene que la ley de la unidad de los opuestos es la ley fundamen-
pwy.» es un reto para que arranquemos de nosotros todo lo que tal del universo» 17. Estaríamos en condiciones de declararnos de
wnsiona discordia. Mediante Cristo, príncipe de la paz, y sus men- acuerdo entendiendo tal afirmación, con Nicolás de Cusa, como la
sajeros «quedarán al descubierto los pensamientos secretos de mu- «complejidad de los opuestos». Pero Mao nos lo dice claramente:
chos» (Le 2,35). «En cualquier fenómeno o cosa dados, la unidad de los opuestos
El desastre de Jerusalén, que prefirió soluciones violentas a está condicionada temporal y transitoriamente, y por ello es re-
1H paz de Cristo, es más deplorable que si Cristo no hubiera ve- lativa; mientras que la lucha de los opuestos es absoluta» I8.
nido. Jerusalén disfrutó de una posibilidad real de paz (cf. Le Friedrich Nietzche nos lo dice de manera descarnada: «Ama-
19,42-46). Al expulsar del templo a los traficantes, Jesús hace un rás la paz como medio para nuevas guerras; preferirás una paz corta
esfuerzo profético supremo para poner punto final al abuso de la a otra larga. Que tu paz sea victoria» ,q . En la misma tesitura,
religión (Le 19,45-46) y preparar el camino para la verdad y la paz. Niccolo Machiavelli enseña que «un gobernante no debería tener
Los que intentan justificar soluciones violentas a los conflictos •otro empeño o pensamiento, no intentar otra cosa que la guerra,
arguyen con las palabras de Jesús sobre la «espada» (cf. Mt 10,34; su organización y disciplina»20. El mencionado autor desea que
Le 22,35-38). Lucas (12,51) utiliza la palabra «división» en lugar sus príncipes utilicen la religión astutamente para lograr tales
de «espada». La palabra utilizada en Le traduce perfectamente el •objetivos.
pensamiento de Cristo. De seguro que él no fue partidario de que Al tiempo que servimos al evangelio de la paz, debemos ser
sus discípulos utilizaran la espada. Parece que, en un principio los plenamente conscientes de estas ideologías y tomar una decisión
discípulos interpretaron equivocadamente las palabras simbólicas clara y fundamentada. Una cosa es conciencia del conflicto y de la
con que Cristo anunció la irrupción del conflicto final: «Pues ahora, violencia y otra cosa muy distinta es «pensar en ella, analizarla y
el que tenga bolsa que la tome y lo mismo alforja, y el que no •desearla conscientemente. Muchas personas interpretan esto como
tenga que venda su manto y compre una espada». Cuando ellos una ley de la historia. Presentan la sociedad como ligada esencial-
respondieron: «Señor, aquí hay dos espadas», él les respondió: mente al conflicto. A veces se piensa que la lucha de las culturas,
«¡Basta!» (Le 22,37-38). En el contexto y teniendo presente Le clases o ideologías asegura la transformación de la vida social»21.
22,49-50, quiere decir: «Basta de esto. Dejaos de eso» ló. Las pala-
En la encrucijada histórica actual es evidente que una huma-
bras recogidas por Mateo (26,52) hacen ver claramente que Jesús
nidad que siga el esquema clásico de la política del poder y crea
se sintió molesto por la equivocada interpretación: ¡Vuelve tu es-
explícitamente que la violencia es lo absoluto en los conflictos,
pada a su sitio, porque todos los que empuñan la espada, a espa-
prepara días de tragedia. Por consiguiente, todo cristiano que crea
da morirán!»
en el evangelio de la paz debe tomar una opción fundamental que
Aunque la muerte de Jesús en la cruz y muchos textos del penetre toda su vida, especialmente la manera de hacer frente a
Nuevo Testamento no nos permiten minimizar el conflicto, el los conflictos. Jamás deberíamos caer en la ilusión de que aquellos
evento de la resurrección y la totalidad del mensaje bíblico de paz que han recibido su entrenamiento filosófico y psicológico en la
hacen ver con claridad que la última palabra no es conflicto, sino política del poder y de la violencia sin ley, basada en una ideolo-
la paz prometida por Dios en Cristo y que debía ser proclamada gía como la de Hobbes, Machiavelli, Nietzsche o Mao Tse Tung
y fomentada por los discípulos de Cristo. producirán una era de paz después de obtener la victoria n .
Deberíamos caer en la cuenta del contraste existente entre el La opción fundamental a favor de la verdad de que la paz es
mensaje bíblico y la tradición humana desde los tiempos de Hera- posible y de que toda la creación anhela y pide a gritos la paz, nos
clito, que considera la guerra como «el padre de todas las cosas» obliga a examinar cuidadosamente los planteamientos de nuestra
o ve al hombre —desde los tiempos de Thomas Hobbes— como cultura, economía y política. ¿Están en contradicción con la ver-
«lobo para el hombre». dad afirmada en la frase anterior? ¿Siguen la gran herejía que
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409
IX. Paz en la tierra La historia del pacifismo
pretende convertir la guerra en procreador de todas las cosas? Son sus discípulos quienes aman a sus enemigos, viven en paz con
E.F. Schumacher aplica su análisis a la ciencia y a la tecnología: todas las personas en la medida en que eso depende de ellos; uti-
«Se ha dicho frecuentemente que la paz es indivisible. ¿Cómo lizan el bien para derrotar el mal. Sólo así no caerán en las redes
podría, en tal caso, construirse la paz sobre una ciencia insensata del mal (Rom 12,18-21).
y sobre la tecnología violenta?» 23 Estas directrices positivas y rotundas son más importantes que
cualquier observación incidental e indirecta sobre el realismo po-
lítico en la parábola que parte de la base de que sólo un loco de-
B) El curso de la guerra24 clararía la guerra sin considerar previamente sus posibilidades de
obtener la victoria (Le 14,31-32). A la vista de la profunda mal-
1. Guerra y paz en el Nuevo Testamento dad de la guerra moderna y de su lamentable inevitabilidad, de
nada servirá el realismo si no adoptamos la visión y espíritu del
Por lo que se refiere al tiempo después de Constantino, pien- evangelio y fomentamos la firme voluntad de liberarnos de todo
so que está en lo cierto Roland Bainton cuando afirma que «la lo que pueda empañar nuestra condición de discípulos (Le 14,33).
ética cristiana de la guerra no fue específicamente cristiana, sino,
más bien, hebrea o griega con acomodaciones cristianas»25. Sería
vano pretender encontrar preceptos concretos en el Nuevo Testa- 2. Sobre ¡a historia del pacifismo
mento, por ejemplo, acerca de la «guerra justa». Lo que importa
es un apropiado acercamiento hermenéutíco y utilización de la En un cuidadoso y documentado estudio, Roland Bainton con-
Biblia. Entonces vemos perspectivas claras, una panorámica más cluye que «la Iglesia primitiva fue pacifista hasta el tiempo de
importante y principios básicos. Constantino» 26 . Su pacifismo no derivaba de una utilización lega-
En la historia de Israel y en la Escritura del Antiguo Testa- lista de los textos neotestamentarios, «sino de un esfuerzo por
mento vemos los conflictos entre la mentalidad de las tribus gue- aplicar lo que se consideraba el pensamiento de Cristo. La cris-
rreras y la profecía de la paz. Existe la insensatez de la llamada tiandad llevó a los problemas sociales no un código detallado de
guerra santa, pero también, y ésta es la línea de la revelación, la normas éticas o una nueva teoría política, sino una nueva escala
conciencia creciente de que las espirales de los asesinatos y de la de valores» 27.
guerra son una señal pestilente y consecuente de la malicia; la En nuestra época militarista, algunos escritores católicos tien-
conciencia de que Dios quiere poner fin a las guerras (cf. Gen den a explicar el pacifismo de los tres primeros siglos mediante
4.8-16: historia de Caín; Gen 4,19-24: historia de Lamec). Los consideraciones no pacifistas28. El servicio militar trajo el peligro
profetas despertaron un gran deseo de paz, poniendo de mani- 'del culto al emperador y otras ocasiones de pecado. Parece que la
fiesto que es una «empresa de justicia» (Is 32,17) y proclamando Iglesia fue más tolerante con el servicio militar en las fronteras
que el Señor persigue el objetivo de la paz. «Forjarán de sus es- amenazadas por los peligros de invasión. Bainton detecta una tra-
padas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantará espada dición casi continua de los cristianos en el servicio militar en la
nación contra nación, ni se ejercitarán más en la guerra» (Is 2,4). frontera oriental. Pero, en principio, «todos los escritores desta-
La tentación de un mesianismo nacionalista y pervertido está cados del este y del oeste repudiaron la participación en la gue-
presente en todas las narraciones del evangelio. Jesús hace cuanto rra» 29. Se toleró el servicio militar, al menos en parte, porque
está en su mano, de palabra y de obra, para poner de manifiesto podría ser considerado como una especie de servicio político. Cosa
que, en su vida y muerte, él es el Mesías siervo. No deja lugar muy distinta era la participación en la guerra.
alguno para el nacionalismo, la ambición de poder o la codicia. Durante la primera centuria de la era constantiniana, !os pa-
La norma del reino proclamado por él es la mansedumbre y el dres de la Iglesia, aunque hicieron algunas aproximaciones a las
espíritu de paz. Su enseñanza es totalmente clara en este punto. teorías de la «guerra justa», mantuvieron el pacifismo como nor-
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IX. Paz en la tierra La «guerra justa» y su historia
ma absoluta para monjes y clérigos; trazaron severas normas para de la diplomacia, no se podrá negar el derecho de legítima defen-
la conducta no violenta en la vida privada. Ambrosio y Agustín no sa a los gobiernos» 34.
admitieron como justo el matar en defensa propia a no ser en el Pienso que el estudio de la larga historia de la teoría de la
servicio militar o público 30 . San Basilio expresó la aversión de la «guerra justa» nos sería de gran utilidad.
Iglesia primitiva al derramiento de sangre, aunque abandonó la Como resultado de la estrecha vinculación de la Iglesia y el
objeción general a la participación en la guerra: «Los padres di- Estado desde los tiempos de Constantino, debido especialmente a
ferenciaron el matar en la guerra y el asesinato... sin embargo, tal la amenaza de las invasiones de los bárbaros, los cristianos de los
vez sería bueno que aquellos cuyas manos están manchadas se siglos iv y v, tomaron del mundo clásico la teoría de la guerra
abstengan de la comunión durante tres años» 31 . justa, cuyo objetivo era «vengar la justicia y restaurar la paz» 35 ,
En oposición a una Iglesia proclive al militarismo, las sectas Aristóteles, primer forjador de la expresión «guerra justa»,
de los siglos finales del medioevo se inclinaron, generalmente, al consideró que su principal cometido era mantener la paz entre los
pacifismo que caracterizó a la cristiandad primitiva. En el mundo Estados helenos. Debería conservarse la solidaridad en esta cul-
protestante, los anabaptistas (menonitas) y los cuáqueros se mos- tura incluso en medio de los conflictos. La pintura fue diferente
traron y muestran como firmes partidarios de esta tradición, pera para las gentes situadas fuera del ámbito helénico. Las poblacio-
con una diferencia notable. Mientras que los anabaptistas se man- nes destinadas por naturaleza a la servidumbre podrían ser some-
tienen alejados de la política, los cuáqueros combinan un fuerte tidas por la guerra si se resistían a aceptar su lugar específico en
sentido de responsabilidad política y de actuación en el marco de el Estado social36. Cicerón hizo una aportación positiva a la teoría
su pacifismo. Mediante su lealtad y tolerancia frente a los que de la guerra justa al insistir en la paz como objetivo primario de
piensan de forma diferente, convencieron al gobierno inglés de los la guerra justa. Por supuesto, él piensa en la Pax Romana. Su prin-
derechos de la conciencia. Así, por primera vez en la historia se cipal preocupación fue el trato humano de las tribus y naciones
acordó, en 1802, la exención del servicio militar por motivos de vencidas «porque sólo una paz liberal era base sana para construir
conciencia. «El Estado inglés accedió, al menos, a conceder un el imperio. Revisando la historia de Roma hasta sus días, expre-
status civil a una convicción interior considerada locura por el só el veredicto de que Roma había conquistado el mundo por medio
Estado» 32. de la guerra justa y la paz generosa» 37.
Aunque siempre existieron muchos amantes de la paz y pacifis- Cicerón influyó en san Ambrosio, quien formuló la primera
tas en las principales corrientes de las Iglesias, no todos compar- vez la ética cristiana de la guerra justa. Al insistir en que los sacer-
tieron el optimismo del cuáquero William Smith, quien concibió dotes y monjes deberían mantenerse alejados de la guerra, Am-
el sueño de un ejército espiritual que marchara bajo la bandera brosio subrayó el mal de la guerra. Insistió en que no debería em-
del amor, que llegara a alcanzar tal fuerza que «pondría fin a las prenderse la guerra sin motivos proporcionados y afirmó que ésta
guerras, a la crueldad, que haría señor de todo al amor» 33. habría de regirse por comportamientos. «Ni las águilas ni los pája-
ros deben guiar el ejército, sino tu nombre y religión, ¡oh Jesús!»38
Ambrosio estaba pensando en guerras defensivas contra los bárba-
3. La teoría de la «guerra justa» y su historia ros, mayoritariamente arríanos.
Agustín formuló las condiciones básicas para que una guerra
Aunque la liberación de la vieja esclavitud de la guerra cons- pudiera considerarse justa: (1) debe pretender siempre la restau-
tituyó una de las intenciones declaradas del concilio Vaticano II, ración dte la paz; (2) su objetivo será vengar la justicia con mo-
éste mantuvo la teoría tradicional de la «guerra justa» sometién- deración: (3) la guerra no puede ser justa si no existe la disposi-
dola a una formulación restrictiva. «Mientras exista el riesgo de ción interior del amor cristiano; el amor no excluye guerras de
guerra y falte una autoridad internacional competente y provista compasión movidas por el bien 38 ; (4) la guerra tiene que ser justa.
de medios eficaces, una vez agotados todos los recursos pacíficos Deberá ser guiada por la autoridad de un gobernante legítimo;
412 413
IX. Paz en la tierra justicia en la conducción de la guerra
(5) la conducción de la guerra tiene que ser justa. En el trato con guerra (tus in bello). La voluntad de hacer la guerra debe ser con-
el enemigo tiene que prevalecer la fe. Se excluirá absolutamente dicional y todo tendría que apuntar hacia la paz y la reconcilia-
la venganza, las atrocidades y las represalias39. Tomás de Aquino ción. El amor al enemigo hará que las matanzas se reduzcan al
tomó esta visión y le confirió su autoridad 40 . mínimo posible, acompañado siempre de pesar. La población ci-
En los tiempos modernos, Francisco de Vitoria ha sido el for- vil debe estar a salvo de cualquier daño. Se evitarán igualmente,
mulador más importante de las teorías de la guerra justa 41 . Él en lo posible, las matanzas indirectas y no intencionadas. Las re-
preparó dos obras sobre el tema de la guerra: De los indios (De presalias en cuanto tales quedarán excluidas. Los intentos de se-
indis) y De la ley de la guerra (De iure belli). Según él, no podría ducir al pueblo para que odie, utilizando calumnias y otros me-
considerarse justa una guerra que infligiera graves daños al mundo dios, es un pecado abominable que conduce a los crímenes más
en general y a la población cristiana en particular. Pero incluso horribles cometidos con una conciencia dormida o corrupta.
Vitoria, que rechazó numerosas razones utilizadas para justificar la Durante la segunda guerra mundial, «Hitler bombardeó Var-
guerra, aceptó la defensa de los misioneros cristianos y de sus con- sovia y Rotterdam, con la consiguiente destrucción de población
versos como causa de guerra 42 . La tradición de la guerra justa ex- civil ...En mayo de 1940, los británicos hicieron que su aviación
cluye tajantemente las guerras de exterminio y las que pretenden bombardeara ciudades, no para facilitar el movimiento de sus tro-
como objetivo la rendición incondicional43. pas, sino para quebrar el espíritu de resistencia de la población
Las teorías de la guerra justa sostenidas por los grandes teólo- enemiga. En septiembre, Alemania respondió atacando Coventry y
gos pretenden, en primer lugar, limitar la guerra. Erasmo, que Birmingham. Churchill declaró: «No existirá tipo de violencia al
suscribió la ética tradicional de la guerra justa, revisó las guerras que no recurramos» 47.
de Europa y las condenó como «incompatibles con las exigen- El colmo de esta guerra contra la población civil fueron las
cias de la guerra justa» **. Pero, lamentablemente, jerarcas de la igle- bombas atómicas de Nagasaki e Hiroshima, donde el llamado mun-
sia y moralistas de segunda fila, carecieron, frecuentemente, de do libre asesinó cientos de miles de niños, mujeres y ancianos y
discernimiento. Le Roy Walter cierra su estudio con la chocante su propia credibilidad. No digo que lo hiciera el presidente Tra-
declaración de que «todos los teóricos utilizaron las categorías de man; existía una sorprendente proporción de personas que lo hi-
la guerra justa para argumentar que sus países respectivos tenían cieron posible y lo aprobaron. Todos aquellos, incluidos los ecle-
una causa justa para hacer la guerra en los casos en litigio» *5. siásticos y moralistas, que no protestaron contra los bombardeos,
Roland Bainton llega a una conclusión similar. Durante la pri- tuvieron parte de responsabilidad. «Incluso después de terminar
mera guerra mundial «las iglesias de cada país apoyaron a sus la guerra, una encuesta realizada por Fortune revelaba que la mitad
propios gobiernos... El católico Mausbach y el protestante Holl de los que respondieron se mostraban de acuerdo en que la utili-
consideraron a Alemania como rodeada de enemigos empeñados zación de la bomba atómica sobre Nagasaki e Hiroshima había
en exterminarla... En Inglaterra, las opiniones se dividieron en- sido justa. Y aproximadamente una cuarta parte de ellos lamen-
tre la guerra justa y la cruzada... Los jerarcas norteamericanos taba que no se hubieran lanzado bombas sobre otras ciudades
de todas las religiones jamás fueron tan unánimes en pensar que japonesas» m . Si todos los moralistas y hombres de Iglesia se hu-
«ésta era una guerra santa» 4é . Nos sorprende la falta de espíritu bieran manifestado, como «Christian Century» y el teólogo católico
profetice Todos ejercieron como «sacerdotes del rey», privados John C. Ford 49 , jamás se hubiera puesto en marcha la barbarie
del conocimiento de salvación. atómica.
La suprema autoridad de la Iglesia católica, en el concilio,
4. Justicia en la conducción de la guerra publicó una de las declaraciones más fuertes contra el salvajismo
de la guerra moderna y especialmente contra el bombardeo de las
La tradición clásica de la guerra justa, incluido el concilio Va- ciudades. «Toda acción bélica que tiende indiscriminadamente a la
ticano I I , presta atención especial al comportamiento justo en la destrucción de ciudades enteras o de extensas regiones junto con
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IX. Paz en la tierra Las guerras contra los nativos
sus habitantes es un crimen contra Dios y la humanidad, crimen las guerras de exterminio contra los nativos en América. En las
que hay que condenar con firmeza y sin vacilaciones» 50. Al tiem- guerras modernas, motivadas por ansias de poder y de riqueza
po que resultaba sorprendente comprobar que algunos jerarcas de — con ideologías religiosas o sin ellas — hay que hacer creer que
países poderosos se resistían a poner su firma bajo este texto, fue el enemigo es tan abominable como para ofrecer una base racional
consolador ver la actitud resuelta de Pablo vi y de la gran mayoría a la guerra de exterminio o a la insistencia en la «rendición in-
de los padres del concilio Vaticano n. La declaración se sitúa de condicional».
lleno en la línea de toda la tradición que, lamentablemente, fue Una de las grandes amenazas que penden sobre la superviven-
demasiadas veces trasgredida durante las guerras con la compli- cia de la especie humana y otros seres de nuestro tiempo son las
cidad de los «sacerdotes del rey». formas secularizadas de la tradición de la «guerra santa». El con-
cilio Vaticano II habla atinadamente de «ideologías obstinadas» D2.
En este contexto deberíamos situar no sólo al comunismo extremo,
5. Las «guerras santas» y las cruzadas sino también el fanatismo de aquellos anticomunistas que, en una
especie de espíritu de «guerra santa», estarían dispuestos a utilizar
La fe de algunas personas se ve fuertemente sacudida cuando todo el arsenal armamentista que puede exterminar la totalidad
leen por primera vez algunas de las historias de los libros de los del género humano y más personas que existieran.
Números y de los Jueces que hablan de las guerras «santas» de Una cosa debe aparecer claramente ante nuestra consideración:
exterminio combatidas en el nombre de Dios. ¿Cómo puede ser si la cristiandad quiere contribuir de manera auténtica a la paz en
el Dios santísimo que se reveló en Jesucristo el mismo Dios que la tierra deberá purificarse completamente de la tradición de cru-
ordenó a los israelitas matar a poblaciones enteras, incluyendo zada. Haríamos bien en escuchar a personas como Roland Bainton
mujeres y niños? que tan claramente ha puesto en guardia contra la «justicia del
Los estudiosos de la Biblia nos dicen hoy que tales guerras vencedor», la más incapaz de administrar justicia y de trabajar por
quizá nunca tuvieron lugar; que el Deuteronomista dató sus pro- una paz duradera mientras continúen vivos el espíritu y los anti-
pias concepciones situándolas en tiempos anteriores y que las his- guos argumentos de la tradición de cruzada53.
torias fueron las de «reformadores románticos cuyo programa ja-
más se cumplió»51. Con todo, esas páginas nos hablan de la imper-
fecta percepción de los hombres religiosos y deberían inspirar el 6. Las guerras contra los nativos
más profundo agradecimiento por la plena revelación que Dios nos
ha regalado en su hijo Jesucristo, quien nos dio una dirección com- En las guerras contra los indios de América, los conquistadores
pletamente diferente. Es una pena que, en el nacimiento, ocaso y castellanos adaptaron y falsificaron groseramente la teoría de la
renacimiento del ideal de las cruzadas, en realidad hasta que llegó «guerra justa». La codicia y un complejo de superioridad egoísta
el criticismo bíblico, la Iglesia no cayera en la cuenta de que tales fueron los motivos reales. Los conquistadores más despiadados ten-
guerras de exterminio jamás tuvieron lugar. Si los teólogos y je- dieron hipócritamente a revestir la lucha con motivos religiosos.
rarcas de la Iglesia hubieran conformado su mente a la de Cristo, La evangelización se convirtió en pretexto para esclavizar a la po-
como hizo san Francisco de Asís, habría podido evitarse las cru- blación.
zadas o, al menos, no habrían degenerado de manera tan escanda- Francisco de Vitoria insistió en que no debía forzarse a los nati-
losa. El espíritu de las cruzadas fue una extraña mezcla de ansia vos a convertirse ni asesinarlos porque rechazaban el evangelio. Pero
vandálica de combatir y celo por los lugares sagrados. captó falsamente la situación cuando permitió que la teoría de la
Las ideas heréticas sobre las cruzadas y la consiguiente justifi- guerra justa fuera aplicada cuando los nativos impedían el paso a
cación de las crueldades más abominables revivió en las guerras través de sus territorios o atando se negaban a permitir la predi-
de religión después de la reforma del siglo xvi y, parcialmente, en cación del evangelio. A decir verdad, los nativos disponían de
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Haring, Libertad III, 14
IX. Paz en la tierra Liberación de la esclavitud de la guerra
sólidos motivos para actuar como lo hicieron, ya que ambas accio- unas relaciones de convivencia con culturas marcadas por falsos
nes iban asociadas al intento de someterlos. El influyente español «elitismos». La fuente más profunda del mal es el abandono par-
Sepúlveda respondió a la situación renovando la enseñanza de cial del evangelio de paz traído por el Mesías siervo.
Aristóteles según la cual había buenas razones para la guerra justa
esclavizando a los que, por naturaleza, estaban destinados a este
status inferior5*. Las Casas hizo cuanto estuvo en su mano por C) Liberación de la esclavitud de la guerra
poner al descubierto los motivos reales y su exposición impresionó
de tal manera al emperador Carlos v que éste mandó suspender En la segunda guerra mundial el salvajismo alcanzó su cota
temporalmente la expansión y pidió a los teólogos que estudiaran más alta. Desde 1945 han existido aproximadamente 150 conflic-
la cuestión. tos armados a lo largo y ancho del mundo. Más de 25 millones de
En Norteamérica, los puritanos reavivaron la idea de la cru- hombres sirven activamente en los diversos ejércitos y al menos
zada en sus guerras de exterminio contra los indios, mientras que 12 millones de reservistas pueden ser llamados a filas en cualquier
los cuáqueros en Pennsylvania se adhirieron firmemente al sermón momento. Más del 60 % de ellos pertenecen a los países en vías
de la montaña. Los «nuevos ingleses» se consideraron a sí mismos de desarrollo. Más del 6 % del producto mundial bruto se despil-
como emisarios de Dios, como Moisés, para erradicar los nativo» farra en la carrera armamentista56.
«condenados por Dios» 5<i. Al contemplar este cuadro desgarrador, tal vez nos sintamos
Los cristianos deberían aprender, al menos, a dejar el nom- tentados a estar de acuerdo con Reinhold Niebuhr (1892-1970), el
bre de Dios fuera de sus guerras. moralista norteamericano más valiente de este siglo. Piensa que los
individuos pueden convertirse a la paz, pero que la «sociedad
inmoral» jamás se liberará de su adicción a la guerra 57 . Sin em-
7. Falso mesianismo y armamento para las guerras santas bargo, y teniendo en cuenta la sobreabundante redención en Cristo,
pienso e intento proclamar con Juan xxili, Pablo vi y sus suce-
La verdadera elección, tal como se ha consumado en Cristo, sores, que «la paz es posible» y que, por consiguiente, podemos
significa ser elegido para otros. La idea herética de elección por exhortar a la humanidad a decidir «¡Basta de guerras! ¡Nunca
encima de los otros y sobre los otros lleva a esclavizar a otros y más! La paz tiene que guiar los destinos de los pueblos y de toda
a la tentación de imponer a los otros nuestro propio concepto de la humanidad» *.
verdad y nuestras ideas sociales y políticas. Ésta es una de las Las enormes dificultades que entraña esta tarea deberían empu-
causas principales de las guerras, especialmente de las abominables jarnos a todos a juntarnos en esta decisiva esperanza y esfuerzo 59.
«guerras santas». El falso mesianismo fue nocivo para la vida y
misión pacificadora de la Iglesia. La idea puritana de una elección
materialista fue fuente de prosperidad económica, pero en detri- ]. Ha llegado el momento
mento de una sociedad justa y equilibrada, así como de la vida so-
cioeconómica. Tras un sobrio planteamiento de las nuevas situaciones y expe-
Normalmente pequeñas élites deciden sobre las guerras Estos riencias, el concilio Vaticano n exhorta a la humanidad a utilizar
grupos no cumplen la misión de ser élites sociales ni de trabajar la pausa de que gozamos, concedida por la Providencia, para hacer
en beneficio de otros. Ellos crean el mito de las guerras como si todo Jo posible «para liberarnos de la antigua esclavitud de la
éstas fueran deseadas por la totalidad de la nación. Tenemos que guerra. Si renunciáramos a este intento, no sabemos adonde nos
desenmascarar este mito si queremos una paz estable. llevará este mal camino por el que hemos entrado» 60. Toda per-
La Iglesia ha servido frecuentemente a la causa de la paz, pero sona que no haya perdido la rectitud de su mente debería mos-
también ha participado en una mentalidad belicista manteniendo trarse de acuerdo con el cardenal Roy cuando afirma que «la gue-
418 419
IX. Paz en la tierra
420 421
IX. Paz en la tierra La acción no violenta
po religioso (como los mennonitas). Se trata de una convicción sivamente contra la guerra y sus causas; utiliza como medios la
personal consiguiente a la reflexión sobre lo absurdo de la guerra espiritualidad y medios adecuados. «Una vida de no violencia sig-
moderna y la irracionalidad de los armamentos modernos. La fir- nifica no sólo sacrificio ocasional, sino sacrificio perpetuo, gozo en
meza con que muchos de los objetores de conciencia aceptan la el sacrificio» /0. Para un cristiano, la dedicación creativa, incondicio-
prisión y otros perjuicios — otros se ofrecen para realizar tareas nal, a la acción no violenta es la expresión más valiente de la fe
pacificadoras— convierte su objeción en protesta profética, en en el Redentor del mundo, el príncipe de la paz que reveló el po-
un llamamiento a la sociedad para que discierna y trabaje en pro der de la verdad y del amor hasta la muerte en cruz.
de la reconciliación internacional. Satyagraha libera al mundo de la mentalidad amigo-enemigo,
El concilio Vaticano n reconoce, al menos, la sinceridad de del círculo vicioso del temor y la amenaza. Las personas que viven
conciencia y pide que los Estados modernos la respeten. «También la verdad liberadora en la acción no violenta, creativa, y en la
parece razonable que las leyes tengan en cuenta, con sentido hu- comunicación, no desean machacar a los que se encuentran en el
mano, el caso de los que se niegan a tomar las armas por motivos otro bando, sino cambiar sus corazones. Hacen saber a los otros
de conciencia y aceptan al mismo tiempo servir a la comunidad que todos pueden ser amigos, que nadie es perdedor. En el ámbito
humana de otra forma» bS. Si la humanidad en el futuro alcanzara de la no violencia, la victoria de una de las partes es también la
una nueva mentalidad pacifista, el desarme a gran escala y nuevas victoria del otro. ¡Así de poderoso es el camino de la no violencia!
estructuras para la protección y promoción de la paz, existirá un Es subversiva en el mejor sentido de la palabra; cambia totalmente
recuerdo agradecido de los movimientos pacifistas y de sus már- el sistema de antagonismo. Es una transfiguración de la política
tires, así como de los objetores de conciencia que ayudan ahora en Cristo y mediante la historia de Cristo 71 .
a preparar tal acontecimiento. La no violencia efectiva es, al mismo tiempo, desafío y exigen-
Los movimientos pacifistas exigen el arrepentimiento personal cia. Para que ella funcione es necesario que, primero, nos libere-
y colectivo; pero no por las guerras pasadas, sino por todas las mos a nosotros mismos; que liberemos gradualmente nuestra cul-
actitudes presentes que siembran la guerra. tura de la codicia esclavizante y de todo lo que encierra la codicia.
Quienes siguen el camino de la no violencia rechazan la violencia
psíquica y física, el fraude o el engaño, incluso en casos de du-
3. Espiritualidad e importancia de la acción no violenta ros conflictos. Carecen de ambición de poder. Como Jesús, se en-
frentan al mal desarmados, sin odio ni resentimiento; bendicen
En el capítulo vin se ha escrito sobre la acción no violenta a los que les interpretan equivocadamente y les persiguen. Con el
como una alternativa a la revolución violenta. En mi opinión, la poder del amor y en absoluta franqueza, resisten al mal valerosa-
acción orientada por la no violencia no sólo es la alternativa a la mente, con decisión y de manera concreta, pero en un nivel nuevo "n.
guerra, sino el arma más terrible y temible contra la guerra y en La Iglesia oficial ha comenzado a descubrir el valor esperanza-
favor de la verdad, del amor y de la justicia liberadores m . dor del combate no violento contra la falta de paz, la injusticia y
San Francisco y sus seguidores más destacados no fueron pre- la guerra. El concilio Vaticano n ha dicho: «Por todo lo cual, se
cisamente pacifistas, sino opositores agresivos a la guerra y re- llama insistentemente la atención de todos los cristianos para que,
conciliadores activos que quisieron aceptar el riesgo que implica- viviendo con sinceridad en la caridad (Ef 4,15), se unan con los
ban tales acciones. El pacifista que se contenta simplemente con hombres realmente pacíficos para implorar y establecer la paz. Mo-
no ofrecer resistencia tal vez traicione la verdad y la justicia al no vidos por el mismo Espíritu, no podemos dejar de alabar a aque-
tomarlas con suficiente seriedad llos que, renunciando a la violencia en la exigencia de sus dere-
Justamente el punto opuesto está representado en la satyagraha chos, recurren a los medios de defensa que, por otra parte, están
de Mahatma Gandhi y Vinoba, que es entrega y dedicación total al alcance incluso de los más débiles, con tal que esto sea posible
a la verdad del amor, de la justicia y de la hermandad. Lucha agre- sin lesionar los derechos y obligaciones de otros o de la sociedad» n.
422 423
IX. Paz en la tierra Desarme radical
La expresión «con tal que» es una concesión a los que no tienen más peligrosas K. Las naciones que forman la NATO gastaron casi
aún una idea clara de satyagraha, el servicio más completo a la otro tanto en «defensa».
justicia y la paz. Pero ¿cómo puede una estrategia de este tipo, El «equilibrio de poder» implica una amenaza de destrucción
inspirada por la no violencia, por el amor a la verdad, causar daño total del enemigo y, al mismo tiempo, el riesgo de casi total auto-
a alguien? aniquilación que pretende tener la ventaja de la iniciativa. Entre
Se necesita una enseñanza sistemática de este espíritu y estra- tanto, las llamadas armas «tradicionales» se hacen cada vez más
tegia. Todas las iglesias deben enseñarlo a sus fieles. Seguirá un destructoras. Si una eventual guerra librada con estas armas tra-
esfuerzo concertado de todas las personas pacíficas para convencer dicionales concediera una amenazante superioridad a una de las
a la opinión pública, a los legisladores y autoridades civiles de la partes en litigio, la otra se vería empujada inevitablemente a uti-
urgencia de construir esa acción verdaderamente santa contra la lizar las armas nucleares.
guerra y en favor de la paz y de la justicia. No se trata de defen- Esta situación anormal parece ser una buena razón para no
der los derechos personales de uno. Necesitamos una educación iniciar una guerra, pero es una extraña protección de la paz. Por
tolerante y orientada; precisamos un ejercicio que nos conduzca a supuesto que no merece el nombre de paz. Existe el riesgo cons-
erradicar el temor mutuo. Pero tenemos que incluir una estrategia tante de que el temor y las suspicacias, unidas a un error en el
de la resistencia no violenta, pero más eficaz, al agresor militar, de sistema de alarma, puedan conducir a algo que vaya más allá de
manera que quienes se embarcan en acciones agresivas puedan expe- una guerra local. Si continúa la situación actual, ésta empeorará
rimentar el poder de la verdad y del amor. inevitablemente. Incluso un riesgo reducido puede convertirse, a
La resistencia no violenta del pueblo de Checoslovaquia contra la larga, en alto riesgo; en realidad, en el riesgo más absurdo que la
la invasión soviética en 1968 fue uno de los testimonios más bellos humanidad jamás haya vivido 77 .
de humanismo, libertad y falta de temor. Lamentablemente, un
brote de violencia dio a los invasores una excusa para aplastar
toda forma de protesta sin la menor consideración74. Todas las b) Llamamiento urgente para un desarme radical
naciones pacíficas y amantes de la paz deberían prepararse para
afrontar acontecimientos de ese tipo. La preparación adecuada re- La situación presente es una patología monstruosa, una locura
portaría grandes beneficios a la totalidad de la cultura. Sólo ésta colectiva, un enorme «hurto e injusticia»78. «La carrera de arma-
es la alternativa realista a la insensata carrera de armamentos, a la mentos es la mayor plaga del género humano y perjudica a los po-
guerra y al sometimiento cobarde. bres de manera intolerable» 79. El concilio Vaticano n , los romanos
pontífices, el Consejo Mundial de las iglesias y casi todas las igle-
sias gritan a los oídos de los líderes políticos80. Es absolutamente
4. Desarme11 necesario desterrar por completo las armas nucleares y bactereoló-
gicas; es igualmente imprescindible colocar todo el material nu-
a) El terror del armamento clear bajo vigilancia regional e internacional. Las llamadas armas
nucleares estratégicas con radio de acción limitado deberían ser
Violencia y terrorismo se han convertido en paralelos en un prohibidas. Efectivamente, una vez superadas, dejan de ser límite
«equilibrio del terror» aceptado casi como normal e inevitable claro y eficaz. Pero el desarme tiene que aplicarse también a las
entre las naciones y los bloques de poder. Aunque el arsenal exis- armas tradicionales. Una fuerte opinión pública internacional y una
tente de armas nucleares es suficiente para destruir a todo el gé- autoridad de idénticas dimensiones debería bloquear el comercio
nero humano y para devastar la ecología humana por completo, de armas.
la URSS gastó en 1979 aproximadamente 165 000 millones de dó-
lares (17 por ciento del producto nacional bruto) en armas aún
424 425
IX. Paz en la tierra Desarme comprobado
Las personas realistas aconsejan el desarme mutuamente acor- gencia, esfuerzo y tiempo a la investigación y educación en la paz
dado y vigilado. Hasta el momento presente no se han logrado que al armamento y la guerra?
grandes resultados a causa de la terrible mezcla de desconfianza
y de la influencia de los halcones en ambos bloques, a causa de la
falta de voluntad de renunciar a la superioridad en armamentos. 1. Significado y objetivo de la investigación de la paz
428 429
IX. Paz en la tierra Nuevas estructuras para la paz
desde un punto de vista psicológico, se ve que las fuentes de la bien se estudian en la investigación sobre la paz, las artes del diá-
violencia son muy variadas95. logo, de la conciliación, del arbitraje y del desarrollo paciente de
La investigación sobre la paz, como esfuerzo interdisciplina- relaciones más saludables.
rio, estudia intensamente las causas objetivas de tensión y conflicto, Kenneth Boulding deplora que los gobiernos, en lugar de com-
pero presta igual atención a los modos de percepción de la ima- prometerse en la búsqueda de una paz sólida, pongan su confianza
gen propia y de la del enemigo % . Hay que relacionar constante- en espías y diplomáticos como fuente de su información «a pesar
mente los determinantes de la conducta de conflicto con la situa- de que este sistema es notoriamente corrupto y es mucho más pro-
ción real tal como los observadores objetivos la describen. Es ab- bable que ofrezca desinformación que verdad» 97 .
solutamente imposible atacar las causas objetivas de conflicto sin
descubrir las fuentes subjetivas y psicológicas. Esto se ve clara-
mente en los escritos de aquellos investigadores en el tema de la 3. Nuevas estructuras para la paz
paz que se expresan principalmente en términos de relaciones hu- Un espíritu nuevo y actitudes distintas tienen que encarnarse
manas. La capacidad o incapacidad para abordar los conflictos de en estructuras nuevas. La política pacifista y las estructuras pro-
manera razonable depende no sólo de las tensiones, sino tam- motoras de la paz deberían hacer posible una nueva conciencia.
bién de las características de las personas implicadas en ellos. Esta, a su vez, promovería un orden nuevo y estructuras favora-
bles para una paz duradera. Todo lo dicho en los tres volúmenes
sobre el espacio para la libertad, para la encarnación de una liber-
2. De la investigación sobre la paz a la politka pacifista tad y fidelidad creativas se aplica igualmente a la paz. Nuestro
objetivo es la libertad y fidelidad a la alianza para todos con
Aunque mantiene relaciones tangenciales con diversos campos miras a lograr la paz para cada persona.
de ciencia, la investigación de la paz no es una disciplina especu- Kenneth Boulding sugiere que, en cada gobierno, debería exis-
lativa; se inscribe en el ámbito de la prudencia. La política paci- tir un «departamento de paz» con determinadas misiones, entre
fista es un talante de aquella actividad política que presta priori- las que se encontraría la investigación sobre la paz y sus aplica-
dad consciente a la paz social e internacional. Examina cada una ciones. Podría ser el animador de la política pacifista, promover
de las decisiones para ver si tendrá influencia positiva sobre la la educación en la paz, colaborar con las instituciones internacio-
causa de la paz. Incluye toda acción política que contribuya po- nales para la paz y descubrir nuevas tareas importantes para la
sitivamente a crear, mantener o robustecer las condiciones que paz. No debería limitarse a ampliar los intercambios culturales,
hacen posible la paz. sino tratar de coordinar mejor las relaciones con la investigación
La investigación sobre la paz trata de encontrar las maneras sobre la paz y la educación en ella98.
de convencer a los grupos decisorios en las diversas poblaciones de Existen modestas relaciones de cooperación entre grandes reli-
que sólo una política de paz puede contribuir realmente al bien giones a escala mundial, por ejemplo, las Conferencias Mundiales
común. Ofrece ayuda en los problemas cruciales a los que quieren sobre Religión y Paz en Kyoto (1970) y Lovaina (1974)". Puede
dedicarse a ese tipo de política; los enseña a deshinchar las tensio- hacerse más en este sentido. Diversos grupos e instituciones para
nes en las situaciones peligrosas al tiempo que orienta hacia las la investigación sobre la paz están probando modelos de orden
metas positivas. Los ayuda a presentar conflictos ocultos y situa- mundial justo y en paz 10°. En general, las opciones no apuntan ha-
ciones conflictivas a la opinión pública antes de que tales situa- cia un gobierno mundial centralista, sino hacia agencias de paz fun-
ciones y conflictos estallen y no tengan solución. La mencionada cionales que transferirían algunas funciones importantes de un
investigación promueve el cambio de imágenes para lograr una plano nacional a otro planetario. Uno de sus objetivos principales
mayor compatibilidad y estimular la disposición a cambiar la con- apuntaría a desmontar el motor de la seguridad nacional y a limi-
ducta propia y la percepción de la causa de la otra parte. Tam- tar las concentraciones peligrosas de estructuras de poder.
430 431
IX. Paz en la tierra Educación en la paz
Hay espacio para utopías en un nuevo orden mundial que pue- pueden ser fieles a Dios, creador y redentor, si no cultivan cui-
de inspirar propuestas más realistas101. Los modelistas del orden dadosamente esta potencialidad.
mundial pueden combinar la visión profética y los postulados nor- Como científico y educador, Abraham Maslow ha compartido
mativos con realismo. La mayoría de las propuestas ven posibili- incansablemente su descubrimiento de que, en cada persona, exis-
dades para ampliar y fortalecer las funciones de la organización ten fuentes profundas de libertad creadora, de generosidad y de
de las Naciones Unidas, paso a paso, al tiempo que crece una con- pacifismo. Si se educa a las personas para que descubran y culti-
vicción pública a escala mundial que concibe la paz como tarea ven estas posibilidades, ellas podrán crear una sociedad buena.
y responsabilidad de cada persona y nación. «Existe una interdependencia entre una sociedad buena y la per-
Una de las tareas más urgentes sería una organización de des- sona buena. Ambas se necesitan recíprocamente. Dejo a un lado
arme de las Naciones Unidas y una agencia de paz mediadora per- el problema de cuál es primera. Es absolutamente claro que ambas
manente con competencias más eficaces que las del actual consejo se desarrollan simultáneamente y formando un tándem. En todo
de seguridad de las Naciones Unidas. Todo esto será posible cuan- caso, sería imposible lograr una sin la otra. Por sociedad buena
do nazca una opinión mundial consciente de su urgencia y de que entiendo, en último término, una especie, un mundo» m.
se trata de una cuestión de vida o muerte. La extendida escalada de desesperanza, violencia, enfermedad
mental, desprecio mutuo, son síntoma del fracaso de las institu-
ciones existentes en su tarea de ofrecer una visión global, un sen-
m
E) Educación en la paz tido, la creación de personas y sociedad pacíficas.
Indudablemente, necesitamos una investigación y discusión de-
Los que opinan que las nuevas estructuras solas, y concreta- talladas de las teorías de Sigmund Freud, de Konrad Lorenz y de
mente estructuras nacidas de la violencia teñida de odio, traerán la otros sobre la agresividad congénita, pero lo realmente importante
síntesis de la paz, son ciegos que guían a ciegos. Sabemos que es la educación que ayude a las personas a canalizar sus energías
la totalidad de las estructuras de la paz no nacerá ni podrá fun- psíquicas de agresividad y ponerlas al servicio de la justicia y de
cionar si no existe un espíritu nuevo y actitudes distintas. Com- la paz105. Además, el pesado fardo de agresividad que el hombre
pete a todas las personas — a los individuos, comunidades y na- lleva sobre sí necesita redención y una educación basada en la fe
ciones — ser portadores y creadores de la paz. De ahí que el co- en el Redentor. La experiencia de la paz de Cristo incluye fe en
metido principal de la educación en la paz consiste en el esfuerzo la cruz, como parte del ser discípulo, y fe en la victoria de los
sistemático y sólidamente unido para formar personas y comuni- que, animados por el Espíritu de Cristo, condenan a muerte a su
dades pacifistas. egoísmo.
Una educación en la que la paz reciba prioridad puede crear
una nueva conciencia y conducir a una más profundamente en-
1. Espíritu y objetivo de la educación en la paz raizada opción fundamental a favor de la paz y de las actitudes
necesarias en los pacificadores.
La educación en la paz se basa en la convicción de que la paz La educación para la libertad y fidelidad en Cristo promueve
es posible, de que la guerra debe y puede desaparecer. Para los la liberación de la angustia. C.F. von Weizsácker nos dice que la
cristianos, dedicarse a la educación en la paz nace de la fe en la angustia es el tema más urgente en una psicología volcada hacia
redención. «El cristiano sabe que existen posibilidades radicalmente la paz106.
sanas en cada persona ... Por consiguiente, si tiene la esperanza Los hombres y mujeres de nuestro tiempo necesitan mentes
de que Dios concederá la paz al mundo es porque confía que la críticas para defenderse contra el engaño y la manipulación. Pero
persona, criatura de Dios, no es sustancialmente mala, que existe la crítica sin la virtud del discernimiento se convierte en animal
una potencialidad para la paz en el hombre» m. Los cristianos no salvaje. Por consiguiente, la educación en la paz no debería limi-
432 433
La Iglesia, sacramento de paz
IX. Paz en la tierra
casos, había venido a traer la división y la espada» m . Con todo,
tarse a ofrecer criterios sino que intentará promover una actitud debe quedar muy claro que, en nuestra opinión, la decisión abso-
de discernimiento con miras a formar una persona juiciosa. lutamente resuelta del pacificador debe utilizar solamente el doble
Esto es imposible sin sabiduría. El economista E.F. Schuma- filo de la espada de la no violencia: la agresiva verdad del amor
cher, interesado también en la educación en la paz, nos dice que que ayuda a los otros a descubrir sus mejores posibilidades para
«la persona se encuentra muy lejos de poder sobrevivir sin sabi- la justicia y la paz.
duría. Nadie trabaja realmente en favor de la paz si su labor no La educación en la paz desea promover la perseverancia; la paz
se dirige primeramente a la restauración de la sabiduría.» Y nos necesita un esfuerzo constante. Los que abogan por la paz en una
advierte que «el cultivo y expansión de las necesidades es la antí-
sociedad en la que hay tanto desasosiego, enajenamiento y descon-
tesis de la sabiduría. Y es, igualmente, la antítesis de la libertad
fianza mutua, están dispuestos a todo para hacer visible la paz en
y de la paz» I07.
la propia conducta, deben tener el valor de ver en todo ello un
La verdadera educación en la paz no permite fugas hacia los
principio modesto y al mismo tiempo abrigar la esperanza y des-
sueños de paz en la mente escapando de la responsabilidad. Pero
pertarla en otros de que, a pesar de todo, existe un camino que
afirma con igual claridad que la paz del mundo depende de la paz
conduce a un mundo más pacífico y mejor 112.
que logremos dentro de nosotros mismos. Y, en este punto, es
evidente para los creyentes que «la transformación espiritual debe
acompañar al método psicológico» 108. F) La Iglesia, sacramento de paz
Debemos dar gracias a Dios porque ha pasado la época de la
2. Aprender el arte de la paz en medio del conflicto Iglesia Estado y las iglesias del Estado, eras en las que hombres
de Iglesia y muchedumbres acríticas de cristianos intentaron jus-
Douglas Steere expresa admirablemente el objetivo de un rea- tificar las guerras aduciendo, incluso, motivos religiosos. La cris-
lismo que no excluye la esperanza en la educación en la paz. «El tiandad actual está recuperando su catolicidad en una nueva con-
cristiano es tres cosas: se halla absolutamente libre de temor, siem- ciencia de las dimensiones de su misión de ser y hacerse cada vez
pre en zozobra, inmensamente feliz» I0°. La educación en la paz más un sacramento eficaz de reconciliación para todo el género
sigue las pautas de la visión bíblica: paz en medio de un mundo humano.
erizado de conflictos, en medio del conflicto con el egoísmo y falta El proceso de la reconciliación ecuménica y la apertura de la
de paz en nosotros mismos. Frecuentemente, la autojusticia de uno, Iglesia a escala mundial trae consigo inevitables nuevas tensiones.
al pretender el monopolio de la verdad y la virtud, comete críme- Tenemos que aprender a enfrentarnos mejor a ellas con plena con-
nes contra la paz, como los cometidos en el pasado con las guerras ciencia de nuestra misión de paz, de la que depende nuestro dere-
«santas». C.F. von Weizsacker opina que la conciencia de que cho a llamarnos a nosotros mismos hijos e hijas de Dios. La ma-
nosotros, todos sin excepción, somos pecadores y necesitamos de nera de irradiar la paz en medio de las tensiones existentes en
redención forma parte de la verdadera substancia del amor cristia- nuestra propia Iglesia nativa y en el movimiento ecuménico es
no y de nuestra misión de paz110. La redención, el esfuerzo por de suma importancia para la paz y para la unidad de los hombres.
la paz y esta conciencia de solidaridad en el pecado pueden cons- Nuestra auténtica misión como artífices de la paz para el mundo
truir muchos puentes. «exige, en primer lugar, que promovamos, dentro de la Iglesia
La educación en la paz no permite la convivencia de ésta con misma, estima mutua, reverencia y armonía, mediante el recono-
la injusticia, con la opresión ni con la manipulación. «No existe la cimiento de las legítimas divergencias». Los avances que esta uni-
menor duda de que Cristo vino a traer la paz a los hombres, pero dad realice en la verdad y en la caridad bajo la poderosa virtud
no la paz de la ciénaga en reposo, ni la paz basada en la injusticia del Espíritu Santo serán otros tantos presagios de unidad y de
o la que se opone al desarrollo. Cristo mismo dijo que, en tales paz para el universo mundo»113.
434
435
IX. Paz en la tierra La Iglesia, sacramento de paz
Con motivo del décimo aniversario de la encíclica Paz en la para el mundo y en el mundo, si la vida de los cristianos fuera el
tierra, del papa Juan x x m , el cardenal Maurice Roy, presidente reflejo del espíritu y de la oración de san Francisco!: «Señor,
de la comisión pontificia Justicia y Paz, expresó algunas reflexio- hazme instrumento de tu paz. Que donde reina el odio siembre
nes sumamente atinadas de cómo la Iglesia puede cumplir «su yo el amor; donde la injuria, el perdón; donde la duda, la fe;
vocación de ser signo y sacramento de paz en el mundo y para donde la desesperación, la esperanza; donde la tristeza, el go-
el mundo». La primera condición es «restablecer la paz consigo zo; donde la oscuridad, la luz.»
misma» y «ejercer el discernimiento de espíritus, al que nos invita
la utilización de los signos de los tiempos». «El mismo celo con
que los cristianos luchan contra toda discriminación racial, étnica,
nacional o ideológica tiene que inspirar sus mutuas relaciones den-
tro del pueblo de Dios.» De palabra y de obra, la Iglesia tiene
que manifestar «amor como fuerza conductora de la historia». En
este mismo contexto, se nos recuerda que la prioridad del amor
en la historia arrastra a numerosos cristianos «a preferir el camino
de la acción no violenta» 114.
Es comprensible que algunos jerarcas de la iglesia no puedan
pronunciar un sí o un no claros, pero habría que prestar especial
atención a declaraciones significativas de hombres y mujeres segla-
res, especialmente si están revestidos de competencia especial y de
profunda dedicación a la causa de Cristo. El físico e investigador
en materia de paz, el alemán C.F. von Weizsácker, dice lo si-
guiente: «Si me pregunto a mí mismo, después de leer el Nuevo
Testamento, si puedo arrojar una bomba de hidrógeno, sé que la
respuesta es no. Y, si yo no puedo arrojarla, tampoco puedo hacer
que otro la lance. Y si no puedo hacer que otro la lance, tampoco
puedo fabricarla para que sea utilizada como amenaza... Me re-
sulta totalmente imposible creer que la Iglesia pueda dar su apro-
bación al uso de la bomba H. Si es incapaz de decir no, tendrá
que reconocer su perplejidad abiertamente o guardando absoluto
silencio. Con todo, pienso que miembros de la Iglesia pueden
prestar un servicio a sí mismos y a todo el género humano si, en
presupuestos claramente definidos, pronuncian un no rotundo» 115 .
Lo que san Nicolás de Flüe, el gran pacificador de Suiza, es-
cribió en su tiempo a los gobernantes de la ciudad de Basilea vale
para los políticos de nuestro tiempo de manera concreta. «La paz
está completamente en Dios, pues Dios es la paz; por consiguien-
te, no puede destruirse la paz. Además, todo lo contrario a la paz
perecerá. Por consiguiente, aplicaos a resolver en favor de la
paz» m.
¡Qué gran signo y sacramento de la paz podría ser la Iglesia
436 437
NOTAS
SECCIÓN PRIMERA
Capítulo I (r 21-60)
1. Bibliograíía general: Cí. B. Haring, Medical Etbics, Slough, Inglaterra y Notre Dame,
indiana 31974 (p. 219-235: bibliografía) (versión castellana: Moral y medicina: ética médica
v sus problemas actuales, Perpetuo socorro, Madrid 1977); id.. Ética de la manipulación en
medicina, en control de la conducta y en genética, Herder, Barcelona 1978; U. Eibach,
Recbt auf Leben und Rccbt auf Sterben. Antbropologische Grundlegung einer medizinischen
Etbik, Wuppertal 1974; id., Medizin und Menschenivürde. Etbische Probleme in der Me-
dizin tim thrtsflicher Sicbt. Wuppertal 1976; H. Pompey, Fortscbritt der Medizin und christ-
licbe Humamtat. Ver Die?ist der prahtiseben Tbeologie an einer Medizin im Umbruch,
Wurzburgo 1974; J.B. Nelson, Human Medicine, Etbical Perspectives on Neto Medical Issues,
MinneápoJis 1974; P. Kranss, Medizh.tscher FotlscbrUt und arzllicbe Etbik, Munich 1974,
M. von Rad (dir.), Antbropologic ais Tbema psvcbosomatiscber Medizin, Stuttgart 1974;
G.V. Lobo, S.J., Current Probhms tn Medical htbics, AJlhabat 1974; A.V. Campbell, Moral
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tribution of Theologv to Medical Elbics, Marquette 1975; TF. Dedek, Contemporary Me-
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etbik fúr Pflegeherufe, Dusseldorf 1975; id., Medicina y ética en discusión, Verbo divino,
E^tella; N. Andersen, Jssues of Life and Death, Londres 1976; A.S. Duncan, R. Dunstan
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Death, Londres 1977; Cl. Bruaire, XJne étbique pour la medicine, París 1978; W. Reich
(dir.), Encyclopedia of Bioethics, 4 vols., Nueva Yor': y Londres 1978 (con abundante bi-
bliografía); M. Reidy, Foundations for a Medical Ethic, Dublín 1979; R. Munson, Inter-
vention and Reflection: Basic Issues in Medical Etbics, Belmont 1979, L. Walter (dir.),
Bibliography of Bioethics, Washington, D.C. 1975, 1977. íctica profesional de la enferme-
ría, Univ. Navarra, Pamplona 1977; A. León Cechini, Ética en medicina, Científico Mé-
dica, Barcelona 1973; R. Bastide, Antropología aplicada, Amorrortu, Madrid 1977.]
2. Cf. P. Krauss, Mediziniscber Vortscbrilt und arztliebe Etbik, Munich 1974, 20;
K. Rahner, La hominización como interrogante teológico, en K. Rahner y P. üverhage,
Das Problem det Bomimstílion, Friburgo 31968, 74ss; versión castellana: El problema de la
hominización, sobre el origen biológico del hombre, Cristiandad, Madrid 1977.
3. Respecto de la reproducción gemela, cf. B. Háring, New Dimensions of Responsible
Parenthood, «Theological Studies» 37 (1976), 120-132; G. Altner, Humangenetische Aspskte,
en Handbuch der christlicben Etbik, Friburgo de Brisgovia 1978, 17-36; F. Bockle, Medizi-
nisch-ethische Aspektc, en Handbuch der christlicben Etbik, TI, 36-59.
4. F. Bockle, L e , 43.
5. L.c, 44.
439
Notas (cap I) Notas (cap I)
6 Cf W Ruff, Individuahtat und Personalttat mi embryonalen Werden «Theologie und D Bergsma (dir) Medical Gewlics Today Baltimore l c ~4 R M Veatch y otros Popa
Philosopme» 45 (1970) 24 59 latwn Polín Proposah en Ene of Bwethics III 1273 1316
7 Q P Teilhard de Chardin El fenómeno humano Taurus Madrid 1963 199 230 25 J P Boyle The Steiiltzation Controversy A Ne u rrists for ti e Catholic Hospitals?
8 K Rahner y P Overhage 1 c 79 Nueva York 1971, 91, cf I N Traimn, F Rosner, B Haring, T S Derr Rehgwus Direc
9 Ibid twes m Medical Ethics en Ew of Bwethics IV, 1428 143°
10 Dossier sur l avortement «Études» 388 (1973), 55 84 511534, 389 (1973) 262 282 26 Cf B Haring Ética de la manipulación o c , 251 267 (con bibliografía)
B Harmg, Reflexión sobre el «Dossier sur lavortemen'> «Pentecostés» 11 (1973) 263 270 27 Pío XII Discurso a los médicos católicos 29 de septiembre de 1949 AAS 41 (1949)
11 Cf Libertad y Fidelidad en Cristo II p 535 549 560 Fr r Hurth principal concejero de Pío XII en cuLstioncs morales sugirió que se
12 G Altner I c , 17 36 B Haring, Genetics and Responsible Parentbood, «The Ken respetarla la ley natural cuando en el coito con un condón perforado parte del espermí
nedy Institute Quarterly Report» Wmter 1975, 6-9 seria depositado en la vagina mientras que la parte restante rxxlm ser utilizada para Ja
13 Cf Genettk Qualitat des Lebens Ein okumentscher Bencht «Zeitschnft fur evan «inseminación asistida» Este método es mucho menos convincente que la t>lena ínsermm
gehsche Ethik» (1975) 182 cion artificial con el esperma del marido
14 B Haring, Some Theological Reflections about tbe Populatwn Problems en L H 28 G V Lobo Curren! Problems m Medical Fthtcs 3 >2
Tansen (dir), Populatwn Problems and Cathohc Responsabiltty, Tilburg 1974, 194 203 A J 29 V M Riccardo l e 219 El autor añade «No se \c con claudad a qut se debe
Dyck On Human Care Nashvtlle '1978, 32 51, R M Veatch (dir), Populatwn Policy and una tan amplia aversión a esta técnica como alternativa genética »
Ethics Tbe American Traditwn, Nueva York 1977 A J Dyck M S Teitelbaum W Pe 30 L E Karp Genetic Engineering Threat or Promise? Chicago 1976, 143
terson J J Spengler, P G Brown, R B Potter, Populatwn Ethics, en Ene of Bwethtcs III 31 P Overhage Die Evolution zum Menschen hin en T Hasenbugel Gott, Meimh
12151316, Gaudium et Spes, constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo moderno Vniversum Gratz Colonia 197a 403
87 cf concilio Vaticano n Constituciones decretos declaraciones ed Católica Madrid 32 Cf León Kass New Beginnings in Human Life en M P Hamúton (da ) The New
51967 Genetics and the Future of Man Grand Rapids 1972 27
15 A J Dyck, On Human Care 32 33 Cf B Haring Ética de la manipulación 228 236 una buena descripción de la for
16 P Fhrlich y A Ehrlich Populatwn and Lnnronment Issues m Human Ecology San ma de terapia de genes actualmente posible o pensable en W Klmgmuller Gen Manipula
Francisco 1970 tion und Gen Therapie Berlín \ Nueva York 19~6 331ss
17 R Ravelle Food and Populatwn, «Scientific America» (1974) 231 34 San Agustín Sermo 51 c 15, PL 38 346
18 E S E Hafer y T N Evans (dirs), Human Reproduction Conceptwn and Contracep 35 Cf B H^nng Ética de la manipulado 263 267 (sobr* clomng > partuiofecnesis)
tion Nueva York 1973, L Lader (dir), Foolproof Birtb Control Male and Female Steri 36 B Haring, Medical Ethics 94119 y bibliografía, 225 229, W Siebel, Sozwlogte der
hzatwn, Boston 1973, R A McCormick, Stertlizatwn und theologische Metbode, «Theol d Abtreibung Fmpirische Fot schm" theoretische Analyse Stuttgarr 1971 D Hoffroann (du )
Gegenwart» 20 (1977) 110 114, «Theological Studies» 37 (1976) 471477, L H Hellman, Schwangerschaflunterbrechung Akluelle Überlegungen zur Reform des § 218 Francfort 1974
K Lebacqz, J M Fnedman Sterilizatton en Ene of Bwethics IV 16061618 T Connery Abortion The Development of tbe Román Cathohc Perspectwe Chicago 1977
19 Típico de un determinado género de argumentación, capaz de alejar a las personas R L Ganz (dir) Thou shalt not Kill The Christian Cate a'iflinsl Abortion ¡Vw Rochelle
de la Iglesia si se presenta tal argumentación como propia de ella, es el artículo de T J N Y 1978, A E Hellegers D M Felman, J R Connerv T B Nelson Ch E Curnn J M
ODonnell, Stertlizatton «The New Catholic Encyclopedia» 13 (1967), 704 705 Por ejem Fmnis Abortion en Fnc of Bwethics I 132 TT Nooman A Frítate Cloice Aborimi m
pío, en el caso de psicosis de embarazo que no puede curarse sin esterilización, O'Donnell Imerica m the Seventies, San Francisco 1979
afirma lo siguiente «La esterilización directamente contraceptiva es siempre inmoral tanto 37 Cf T T Noonan o c
si se practica por motivaciones médicas, eugenesicas o punitivas ya que los órganos gene 38 Cf P Kr-tuss Medizmischer Foitschnlt und arztliche Ethik Munich 1974 47 57
radores tienen una finalidad ineludible la preservación de la especie» ¿Puede tener sen 39 L e 66
tido este argumento cuando la transmisión de la vida sena un acto de irresponsabilidad tanto 40 V M Riccardo, l e , 163
si lo consideramos desde el punto de vista de h especie como si atendemos a los legítimos 41 L e 83 110 y, especialmente 209 donde el atitoi sugicie que un 3 % de nesgo
intereses del individuo y de la pareja' puede justificar un «aborto selectivo»
20 Cf J F Hulka y TE Davis en Hafez y Evans l e 427 446 (con bibliografía) El 42 S E Karp l e p 11 ct 45
sínodo común de las diócesis suizas invito a las autoridades eclesiásticas a reconsiderar el 43 L e 81
problema de la esterilización cuando existen razones graves que desaconsejan el nesgo de 44 L e 43ss
un nuevo embarazo 45 L e 123 cf Riccardo l e 265
21 F Bockel l e II 49 46 P Krauss 1 c 37
22 Cf N Kittne The Right to be Different Baltimore 1971 297 339, I D Joyce Who 4/ B Haring New Dimensión tn Parentbood < Theological Studies» 37 (19761 P0132
should have Chtldren? An Environmental and Genetic Approach Indianopolis 1973, J Ro (con bibliografía)
bitscher (dir), Eugenio Sterilization, Springfield 1973, A Milunsky (dir) The Preventian 48 Alfonso de Ligoi lo Theotogia moralis lib TU n ° J9 1 ed Gande 1905 p 644 646)
of Genetic Disease and Mental Retardatwn TiladeHa I ondres foronto 1975 P Over 49 F Bockle 1 c , II, 58
hage, Die btologische Zukunft der Menschheit, Francfort 1977 I Gottesman, E B Hook, 50 Herderkorrcspondenz 1977 141
T C Loehlin A L Caplan, Genetic Aspects of Human Fehaviour en Ene of Bwethics I 51 Cf A Lser (dir) Suizid nt d Euthanasie ais human und socialwissenschaftliches
527 578 Problem Stuttgart 1976 (bibliografía), D H Smith y S Perlin, Suicide en Ene of Bwethics
23 Es típica la sugerencia de V M Riccardo «Es necesaria la acción legal para lograr IV 16181627, S Perhn (dir), A Handbook for the Study of Suicide Nueva York 1975
que sean esterilizadas las personas retrasadas o que padezcan cualquier otro upo de impe J Estruch y S Cardub Los suicidios Herder, Barcelona 198'
dtmento» (The Genetic Approach lo Human Viseases, Nueva York 1977, 251) 52 Cf G Godwin, Die Geschichle d'r Abschaffnng der Todesstrafe tn der BRD,
24 A E H Emety (dir) Antenatal Dtagnosis of Genetic Diseases Edimburgo 1973, Schwenningen 19?2 P Althaus, Die Todesstrafe ais Problem der Christlichen Ethtk
442 443
Notas (cap II) Notas (cap III)
J Ziegler, Les vtvants et la mort Essai de soaologie, París 1975, W Kluge The Prac
204 211 cf R M Réstale The Brain The Last Fiontier Garden City 1979, R Neville, Beba
tice of Death, New Haven y Londres 1975 P Steinfels 5 R M Ve-vtch Death Instde
itor Control, en Ene of Bioethics I 85 93, M E Lloyd, Behavioral Therapy, 1 c , I, 101107
Out Hastmgs Center Report, Nueva York 1975, J Ch Hampe, Sterben ist doch ganz an
49 Cf 1 P Pavlov, Refle/os condicionados e inhibiciones, Ediaons 62 Barcelona
ders, Stuttgart y Berlín 1976, M D Heifetz, Ch Mangel D«t Recht zu sterben, Franc
50 Cf B F Skinner Mas alia de la libertad y la dignidad Fontanella Barcelona 1980
fort 1976, Ph A Aries Studien ~ur Geschichle des Todes im Abendland, Munich 1976
id , About Behaviorism, Nueva York 1974, 149 (versión castetlara Sobre el conductismo
St Baum, Der verborgene Tod — Auskunfte uber em Tabú Francfort 1976, G H Poteet
Fontanella, Barcelona 1977)
Death and Dymg A Bibliography (19501947), Troy, N Y , 1976, P Sporken, Ayudando a
51 G W Schimmelpeuning Das Sucbt und Drogenproblem en Handbuch der chnstltchen 1 onr Sal Terne Santander 1978 R M Veatcb, Death Dyme. and the Biological Revo
Fthik I I , 80-88, M Keller Use of Alcohol en Ene of Bioethics I 69 75 (con bibliografía) lutton Our Quest for Responsability, New Haven 1976 J Femer, Die Krankheit und
R Nevüle, Drug Use, Abuse, and Dependence, en Ene of Bioethics I, 326 334 cf B Hanng das Saklament des Salbungsgcbetc r en Mysterium ^alutn V 1976 4^4 550 L \ Thomas
The Therapy of Drug Addiction and Al ololisn en Medical Etbics 189 192 A Lcgnaro Anthropologte de la mort, París 1976, U Eibach Medtzin und Menschenuiurde Ethische
Drogen und sozíokultm eller Wandel Colonia 1975 Pi óbleme m der Medizw am christltcher Stcht, Wuppertal 1976 (con abundante biblio
52 G Clandge, Drugi and Human Behaviour Londres 1970 229 230, W Feuerlein grafía) H Ch Piper Gesprach mü Sterbenden Gotmga 1Q77 W Hofer (dir) Leben
AU oholistnus Missbrauch und Abhangigkeit Stuttgan 1975 H Haisch Htlfe fur Alkoholtker mussen — sterben durfen Die letzten Dinge, die tente Stundc Bergisch Gladbach 1977,
und ándete Drogtrabhangige Maguncia 21977 D Landy y otros, Death en Ene of Bioethics I Nueva York 1978, 221 307 (con abun
53 Cf J Durand Dassier Psychoth lapin san* ps)choth"iap£l tes Comiminautc de dro dante bibliografía), E Kubler Ross, Leben bis wtr Abschied nehmen Stuttgart 1979, i d ,
gues et psychopathiques París 1970 On Death and Dymg Nueva York 1968 J Glover, Causing Death and Savtng Life Lon
54 Para bibliografía sobre desviaciones sexuales cf Libertad 3 Fidelidad en Cristo II dres '1979 H Thielicke Wer darf sterben? Friburgo de Brisgovu 1979, [J Pieper, Muer
625, n 165, W H Masteis V E Johnson R C Kolodnv (dir) T¡bical hsues m Je* te e inmortalidad, Herder, Barcelona 21977 H Vorgrimler, El cristiano ante la muerte
TI erapy and Research Boston 1977 Herder, Barcelona 1981 R Kastenbaum y otros autores Entre la vida y la muerte Her
55 W H Masters l e 215 dei Barcelona 1983 T Rat?inger Escatologia, Herder Barcelona 1980 H Thiehcke Vivir
56 L e , 216 con la muerte Herder Barcelona 1983]
57 Cf B Hanng Omosesnali a en Dizio ¡ario ene a teologu noralt Rcmi 41976
682 689, R Gallagher, Understardmg the Homosexual «The Fuxrow» 30 (1979) 555 569 2 D M High Death Deftmtion and Determination en Ene of Bioethics I 304, cf
58 A Massone Cause e terapia dell omosessualita Várese 1970 83 M Heidegger, Sein und Zett Fnburgo de Bnsgovia 19~7, 319.349 353 (versión castellana
El ser y el tiempo londo de Cultura Económica México 21962)
59 L e , 112ss, 117ss
60 Cf J Katz, Fxpenmentation with Human Beitigs Nuevi York 1972 (con amplísima 3 Cf I Illich, Die Fntctgnung der Gesundheit — Medical Nemests Hamburg 1975,
bibliografía), P Krau'-s Mediztmscbei Fortschril nd ar^ Urbe Elbil. Munich 1974 79 101 180 (versión castellana Nemesis medica Barral Barcelona 19751
B Freedman, A Moral Tbeory of Informed Consent en Hastmgs Cenler Report vol 5 4 Cf R May, Man s Quest for Himself 65
n ° 4 (1975), 32 39, B H Bray, Human Subjects in Medical Experimentation A Sociológica' 5 O U Eibach l e , 145
Study of the Conduct and Regula'ion of CUnical Research Nueva York 1975, V Tackson 6 L Wachter, Der Tod im AT Stuttgart 1967 203
(dir), Genetic Enginecrings The Recombinant DNA Research Controlfm Birminghim Al 7 Gaudium et Spes 18, comentario de J Rat7ingei, Das Zmeüe Vatikamsche Konzil
1977 T Wojcik Muted Consent a Casebook in Medical Ethto West Lafaiette 1978 III Fnburgo de Bnsgotia 1968 333 335
61 ChE Curran Poltttcs Medicine and Cbristian Tthics Filadelfia 1973 203 8 Gaudium et Spes 18c
62 Cf B Hanng Etica de la mamp ilecion 180 211 9 Cf E Jungel Tod, Stuttgart 1971 98ss, H Golhutzer, Krummes Holz und aufrech
63 Q J Katz l e 376 513 ter Gang Dif Frage nach dem Sinn des Lebens Dusseldorf 1971 109 (versión castellana
64 Cf B Hanng Ética de la n amputación 110 114 268 273 Pregunto por el sentido de la nda Atenas Madrid 1977)
65 Puede encontrarse el texto completo en B H-iring Medical Ftbics 209 212 10 Cf Kubler Ross, Death and Dymg Nueva York 1968
66 P Krauss, 1 c , 90 11 R A Kahsh, Attttudes Toward Death en Ene of Bioethics I 287
67 Cf J S Stumphausel (dir ) Behavior i berap\ 'uttb Delinquents Springfield II! 12 D Bonhoeffer Widersland und Ergebung Munich 1970 407 cf 308
1973 13 L e , 408
68 Cf P Ramsey The Patien as Person 20ss 14 L e , 403
25 K Rahner Curso fundamental sobre la fe Herdei Barcelona 21974 466
16 Ibid 466-467
Capitulo III (p 95 127 17 U Fibach l e 535s
18 Cf U Eibach, 1 c , 309, K Jorns, Nicht leben und mcht sterben konnen Suizid
1 Bibliografía general sobre la mueite K Rahner Sentido teológico de la muerte gefahrdung und Suche nach dem Leben Gotmga 1979, 136
Herder, Barcelona 21969, id , Das Slerben vom Tod her gesehen en Mysterium Salutis V 19 D H Smith y S Perlm Smctde en Ene of Bioethics IV, 1618
Zurich y Einsiedeln 1976, 473 493 (versión castellana en 5 vols Cristiandad Madrid 1975) 20 L e IV, 1620
Archives oí tbe Foundation of Thanatology Nueva York 1969 1970 1971 etc (con abun 21 Cf J Wunderh, Mogltchketlen und Grenzen arzthcher Lebenserbaltungspflicht en
dame bibliografía), W Shibles Death An lnterdisciplinar\ Analysis Whitewatei Wisc I Wunderh <dir), Medtzin tm Widerspruch Olten y Fnburgo de Bnsgovia 1977 199ss
1974, D P Brooks, Dealing uiith Death — A Chrntian Persp-ctwe Nashville 1974 I" bibliografía general sobre la eutanasia P Mohr, Die Freiheit zum Tod, Hamburgo 1973
Cutter Commg to Terms tvüh Death Facmg the Inevitable with Wisdom and Digmtv (uno de los primeros escritores alemanes posteriores a Hitler que se declara partidario
Chicago 1974, J Caruso Die Trennung der Liebenden Eme Phanomenologte des Todes de la eutanasia activa), D C Maguire, Death by Chotee, Garden City, N Y , 1974, K Men
Berna y Stuttgart 1975, E Jungel, Death Tbe Riddle and the Mystery Tiladelfia 1975 mnger, El hombre contra si mismo, Ediciones 62, Barcelona, J Wunderh, Embanaste oder
O Thibault, La mailrese de la mort París 1975, G Heuse, Guiie de la mort París 1975 Über die Wurde des Sterbens Stuttgart 1974 H D Hiersche (dir) Eutbanasie Probleme
444 445
Notas (cap III)
Notas (cap III)
Medical EJiícs» 2 (1975) ^9 60, T DalycU, Tissite for Itansplantation 1 c , 6162 J Ma
ti r Slabehilfe Fine inttrdisziplmare Stellunyiahme Munich \ Zurich 1975 J A Roben
honey, Etbtcal Aspects of Donor Consent in Transplantation 1 c , 67-70, M Honccker
•ion Involtmtary Tuthanasia of Detective Newboms A Legtl Arahsts, <Sttnford Iaw
Etbiscbe Überlegungen zur Dial)se und Transplantation, «Zettschiift fur Evangelische Ethik»
Keview» 27 (1975) 213 267, TA Behnke y S Bock (dir ) The Dilemn of lutbanasta,
19 (1975), 129 147, J G Ziegler (dir), Organverpflanzung, Dusseldorf 1977, A L Jameton,
Carden Cit\ N Y , 1975 Th Lohmann, Embanaste tn i>ei Dtskusion /ti Bettragen ans
Orgtn Donatwn, en Fue of Bwethics III 1157 1160 R J Howard J S Najauan, R C
Mediztn and Theologte sett l'M5 Dusseldorf 1975, V Eid (dir), Embanaste oicr Solí
Fox R \ McCormick, Organ Transplantation en Ene >/ Bioetbtc* III 11601173
rúan auf Verlangen toten>, Maguncia 1975, J Toulat, Faut ti tuer par amour', París 1976,
51 R J Howard y J S Najarían, 1 c , 1160
A Eser (dir ) Smzid und Fútannoste ais bjman tmd sozialwissenschallltch-> Problet
52 L e 1161
Stuttgart 1976 P Beretta (dir) con colaboraciones de B Harmg y otros autores, Mortre
53 L e 1160
\t tita guando? Milán 1917, fT Es.ti-.ich S ( ardus, lo vitadlos Herder 1982,! Sien
Congregatio pro Doctrina Fidci Dedaratio de Embanasta AAS 72 (1980) 542 552, da una 54 Pío xn, AAS 44 (1952) 779 789, cita p 786 787, cf AAS 48 (1956) 461462
respuesta clarísima v detallada a este problema Mi definición de eutanasia coincide exacta 55 R A McCormick, Organ Transplantation Etbtcal Principies, en Ene of Bioetbics
mente con la de este impoitante documento 111 1171, A Regan, The Basic Morahty of Organ Transplantation between Lwing Humans
«Studia Moralia» 5 (1968), 320 361, id , Los transplantes en pro y en confia Perpetuo
22 Cf \ Mijihofer v P Porpes Moglichkatm une Gnu -i d"r Scbm •rztussihaltung Socorro, Madrid 1970
wttlels Nervenblockade en A Eset (dir ), 1 c , 121 124 56 Ct R C Fox Oigan Ti u splantatton Soctologtcal Asp«cls, en Ene of Bwethics
23 Cf U Eibach, l e , 280 III 1166 1169
24 Cf K Jorns, 1 c , 17s
57 £»„ of Bwethics III, 1164
25 D Bonhocffer, btbtk, Munich 1964, cí U Elbach, l e 287 2'íss
58 <-! la reglamentación juridici del tnsí l inte de órganos, Pro'oLolU ichS! hi Lian
26 Suma teológica, II-II, 64 5 ed Catól ci Midnd 17 vols
^eliscbm Akademie Bad Boíl 6 1979 (con abundante bibliografía)
27 K Barth, Churcb Dogmatics, vol III Tdimburgo 1961, pt 4 402
59 P Ramsey, The Patient as Versan, New Haven 1970, 212 214
28 Cf D H Smith y S Pellín Suicide en 11 c nf Bioetbics IV 1618 1627 (bul )
60 U Elbach, l e 496 497
29 L e 1624s cf U Eibach, l e , 232 P Spokcn Ttitbattasie mi Kahmeii de' Lebens—
61 R c c nuon de la Sociedad alemma de cinifia cí FA/ 6 de septiembre de 1979
und Stefbehtlfe en A Eser (dir ) 1 c , 278ss
62 U Elbach l e 169, 391 K Rahner, Dte Freihett de* Kranhtn ni tbeologtscbcr
30 H Tbiclicle I c 27 Subí, «St d Zeit» 100 (1975), 3140
31 H Pohlmeier ' d i r ) , Selbstmordverbulung An nassung oder Virpfltrbtmi¿> Bonn 63 Pa'a USA, cf R M Veatcn Trulh Tellwg Altitudes, en Ene oí Bwethics IV,
1978, K P Torns, Ntcht leben tmd mcht sterben Suiztdnefahrdung und Svcb i ich dan 1677-1682, K Pustet, Die Wabrbeil am Krankenbett, Munich ^1969, H Godan Dte Soge
Ltbeti Gotmga v Friburgo de Bnsgovia 1979 i arnte ~Wehrheit am Krankenbett Darmstadt 1972, i. Ansohn, Die Wahrheit am Kranken
32 D H Smith y S Polín l e 223ss bett Gtundfra%en etner arztltchen Sterbebilfe Hamburgo 1975 P Bolech, J Fluber Dte
33 Cf D Landy, Death Anthropologual Per'peetwe en Y re of liioctl i i I 223ss kommumkatiol dir Wahrhett ai i Krankenbett Ai/t un ! Ciirist» 2^ (1976) 77 102 P
34 H Thiclicke 1 c 55 Sporken, Untgang mit Sterbenden Dusseldorf 41978
35 Cf B Harmg Motallheologiscbe Übetligungen zu Suiztd und Embanaste en A F«er 64 R Kalish, Attltudes Touarl Death en Ene of Btoetbtcs I 290
(dir) 1 c 261 270, id Eutanasia e teología morale en P Beretta (dir), l e , 221232 65 R M Veatch, l e , 1681, lelinendose a 1 Schul/ v D Ademan llotí tbe Mednal
36 G F Molinan, Crtlena for Dealb, en Ene of Bwethics I 292 296, A M Capion, Siaft Copes i ¡th Dying Patients A Critical Revieu, «Omega» 7 (1976), 11-21
Dealh Legal Aspeéis, en Ent of Btothics I, 296 301, W Kosl y E Schetver (dir ), Dte 66 M K Bowers (dir ), Wte konnen u>ir Steibenden beisteben? Munich 1971 100
Besttmtnung des Todeszettptmktes, Viena 1973
67 H Thiehcke, 1 c , 71
37 Cf R M Veatch fbt Wbole Biatn Ouented Concepl of Death \n üufmoded Pbi- 68 R Leuenberger, Handbuco dir cbristlicben Ttbik II, 112
losophtcal Fornulatton «Journal of Thanatology» 3, n 1 (1975) 13 30 69 Cf Libertad y Fidelidad en Cristo, II, 58 76 (Veracidad i discreción en la comu
38 H Goerke v otros Dfr Grcnzbereicb zwtscben leben und Tod Gotmsa 1976, i nación) cf H Thielicke, 1 c , 74
102 108 70 Cf S Boch Trutb Telltng Etbtcal Aspects en 1 nc of Btoetbtcs IV, 1683
39 H Thielicke, 1 c , 63 71 O V Elbach 1 c , 468ss y 181
40 J W'undfli 1 ntba n/t oder Vbet d't VC urdí !i\ Slcrh, ns Stutt^i í W 4 , 108 72 Pío xii, cita en AAS 49 (1957) 1027 1033, cf P Galindo, Colección de encich
41 R Reichhardt, Ethtsche und soztologtscbe ProHeme un Grenzberetch zwtscben Tod cas Acción Católica, Madrid «1962, II, 1809ss, «The Pope Speaks» 4 (1958) 393 398 H
und Leben, en H Goerke, 1 c , 45 67 Thielicke, l e , 30, S Boc Embanasta, en Ene of Bwethics I, 270
42 L e 50
73 P Rimsev, Etbtcs al tbe Edges of Life Medical and Etbtcal lntersecttons, New
43 A M Capron, l e í , 298ss
IIa\en 1978, 192, cí 206
44 T Parsons, Death tn tbe Western World, en Em of Btoetbtcs I 259
74 Cf P Ramseí, l e 177
45 Cf U Eibach, 1 c , 299 y 403
75 H Thiehcke 1 c , 13
46 A R íonsen y G Listel Life supportinv, Ssslems n hnt oí Btoclbic, TI S45
76 U Elbach, 1 c , 343, ct 345 y 254ss
47 G F Molinan, 1 c , 293
77 Q A J. Dyck, On Human Care, Nashvillc 21978 73
48 A M Capron, 1 c , 396
78 WK Frankcna tibies Englewood Cllffs, N J 2197> 47
49 H Thielicke, 1 c , 50.
79 A J Dyck, 1 c , 88 89
50 U Elbach, 1 c , 313s, W Ruft, Orgat lerpflanzung Etbiscbe Piobleine aus katho
80 S Bok, Death and Dytng Etbtcal Views en Ene ot Bioetbics I, 271
liscber Sicht, Munich 197] H Pompcv, Fortubrttt dir Med'ztn und ihrtstlic" Huifanitct
81 P Ramsey, 1 c , 182, donde se manifiesta de manera polémica contra el artículo
Der Dtctisl der prakltschen Theologte an etner Mediztn tm Umbrucb, Wurzburgo 1974,
de R A MrCormil To Saie Life or to Let Die Ibc Dtleiima o' Modera Midicwe
id , Gehtrn/od tmd tolaler Tod Moraltbiologtsche Ftwagungen zur Herzírmispíantatton,
« \menca» 13 Julio 1974, 6 10, 5 octubre, 1974, 169 173
«Munchner med Zeitschnft» 111 (1969) 736ss, R V Calme, Transplantalion, «Journal of
447
446
Notas (cap. III) Notas (cap IV)
82 ü Eibach, 1 c , 504 3 Gaudium et spes 1
83 P Ramsey, 1 c 182 4 Cf R Volkl, l e , 18ss
84 I Illich, Die Enteignung der Gesundheil — Medical Nemesis, Hamburgo 1975, 5 Cf A V Bauer, Fretbetl <.ur Welt Zum Weltverstandnts und Weltverhaltms des
9s, 53ss y 115ss, U Eibach, 1 c , 525ss, H Thielicke, 1 c , 34ss (versión castellana he Chrtsten nach der Theologie Friedrich Gogar'ens Paderborn 1967 229 233
mests medica, Barral, Barcelona 1975) 6 Cf J B Metz, Tbeologte der Welt 46 50
85 Cf V Eid R Frey (dirs ), Sterbebilfe odei Wte ueit reicht die arztltche Bewtands 7 K Rahner, l e 755
pfltchP Maguncia 1978, 23 8 Sobre la complejidad de nuestra época, cf R Guardmi, Das Ende der Neuzeit,
86 P M Veatch, Tnc of Bwethtcs I, 279, cf la resolución de la Sociedad alemini Wurzburgo 1950, id El poder Cnstianchd Madrid 1977 B Hanng, Fuerza y flaqueza de
de cirugía en FAZ, 26 abril, 1979, texto de la Academia Suiza de Ciencias Médicas en la religión Herder, Barcelona 31967
V Eid, l e , 56 59 9 Gaudium et spes 4 10
87 Pío xn, discurso a los médicos, 24 nov 1957, AAS 49 (1957) 1028, P Galindo, 10 Gaudium et spes 3
Colección de encíclicas y documentos , Acción Católica, Madrid 61962, I I , 1818ss 11 Gaudium et spes A
88 Cf M McGatch, Dealh and Dymg Post bibhcal Chnstian Thought, Ene of Bwe 12 Gaudium et spes 10
thics I, 235 13 Gaudium et spes 9
89 U Eibach, 1 c , 433 14 K Rahner, l e , 755
90 Cf R A McCormick, Ambtgmty of Moral Choice, Milwaukee 1973, 1 112 15 Cf B Hanng, Ética de la manipulación, Herder, Barcelona 1978
91 Cf R M Veatch, Eulhanasia and Sustaimng Life, en Ene of Btoethtcs I, 280 282 16 P R Rcgamey, Pauvrete chretienne et construction du monde París 1967, 59
W Uhlenbnnk, Der Pattentenbrief — die privatautonome Gestaltung des Recbtes auf einen 17 Cf G Haeffner l e 1308s
menschenwurdigen Tod, NJW 12 (1978) 566 570 18 K Rahner l e , 773
92 A J Dyck, On Human Care Nashville 21978 83ss cf Resolución de la Sociedad 19 Documentos de Mtdellm Sobre la justicia texto en J Gremilhon, The Gospel of
alemana de cirugía, 1 c Peace and Justice Catbohc Social Teacbíng since Pope John Maryknoll, N Y , 1976 446s
93 Buena información \ reflexiones sobre la alternativa Hospicio, «Hospital Progress», 20 N A Luyten, Der Mensch ais Selbst— und Weltgestalter en N Luyten (dir) Welt
(1979) 37 76 gestaltung ais Herausfoiderung Friburgo de Brisgovn v Munich 1973 34
21 J Moltmann, Die 7ukunft der Schopfung Munich 1977 14
22 G v P Mische, Toward a Human World Order Beyond the National Security
SECCIÓN SEGUNDA (p 129 130) Strattiacket Nueva York 1977, 230s
23 D Bonhoeffer, Ethics Nueva York 1955 291
1 Con la expresión «la salud tn la vida publica» manifestamos el programa de uno de 24 R Volkl, 1 c , 153, cf 19
los pioneros del pensamiento y acción católicos, Franz Josef Ritter von Buss, en su obra 25 G Haeffner, 1 c , 1304
en tres volúmenes, System der gesamten Armenpflege, 1843 1846, cf H Schipperges, Zum 26 T B Metz l e 45, cf 92, id Konhifiszens en H Fríes (dir) Handbuch theolo
System der Amen und Krankenpflege des Ritter von Buss «Renovatio» 32 (Ratisbona 1976) gischer Gnindbegriffe Munich 1962 843 851 (versión castellana Conceptos fundamentales de
29 la teología 4 vols , Cristiandad, Madrid 1966 1967)
2 D Roessler Etbos aes Arztes der Zukunft, «Reno\atio» 32 (1976) 103 27 C F von Weizsacker Deutlichkat Bcttiage zu polttischen und lehftosen Gegen
•iartsfra%en Munich 1978, 102s
28 Gaudium et spes 39
Capitulo IV (p 131 131) 29 Gaudium et spes 72
30 H D Wendland, Die Welt verandern Zur cbristhcben Deutung der marxistichen
1 Cf R Volkl, Christ und Welt nach dem Neuen Teslament Wurzburgo 1961, J B These, en F Karrenberg \ J Beckman (dirs ) Veranu ortung fur die Menscben Stuttgart
Metz (dir), Fe y entendimiento del mundo Taurus, Madrid 1970, i d , Zur Theologie der 1952, 27ss
Welt Maguncia Munich 196S (versión castellana Teología del mundo Sigúeme, Salamanca 31 K Marx, La sagrada familia, Critica, Baicelona 1978
1970), J Olinger, Christlicbe Weltverantwortung Die Kirche m der Welt von heute, Co 32 E Schillebeeckx Questions on Christi ¡ i Sahation of ,nd for Man Tracy Kung Mct?
loma 1968, P Schoonenberg, Vn Dios de los hombres Herder Barcelona 1972, K Rahner, (dirs), Toward Vatican III Work that has to be done Nueva York 1978, 34 35 (versión
Iglesia y mundo en Sacramentum Mundi III, Herder Barcelona 21976, 752-775 (con bi castellana Hacia el Vaticano III, Cristiandad, Madrid 1978)
bliografía), G Haeffner, Mundo, en Sacramentum Mundi IV, Herder, Barcelona 21977, 826- 33 J B Metz, Zur Tbeologte der Welt 52
839 (con bibliografía), U Duchrow, Cbristenheit und "Weltverantwortung Stuttgart 31970, 34 D Bonhoeffer, l e 25
T Fuchs, Human Valúes and Cbristian Moraltty Dublin 1970, W Kasper, Fe e historia, 35 L c 192
Sigúeme, Salamanca 1974, P Kerans, Theology of the World, Nueva York 1974, G Bauer, 36 A Koberle, Das Weltbild des Glaubens en Der Áuftrag der Ktrcbe Festscbrift zum
Cbrtstltche Holjnung und menschhcher Fortschritt Die politische Theologie von J B Metz 70 Geburtslag von E Brunner Zurich y Stuttgart 1959, 65s, 69
ais theologische Begrundung gesellschafthcher Verantwortung, Maguncia 1975, Ch Duquoc, 37 H U von Balthasar, Verbum Caro Einsiedeln 1960, 67
Presenta cristiana nella comumtí umana Una problemática morale medita, en T Goffi (dir ),
38 Cf W Zimmerli, Die Weltlichkeit des Alten Testaments, Gotmga 1971
Problemí e prospettive di teología morale, Brescia 1976, 315 332, F. Schlosser, Thema Welt,
39 D Wiederkehr Di? Wirklicbheit Chris'i tm Honzont des Weltverhaltmsses Gotles
Ja zur Welt Schopfungsglaube Zukunft der Welt Neues Weltverhaltms Spannungsfelder
und des Gottesverbaltmsses der Welt, en Mysterium salutu 111 1, 1970, 520 648, cita p 643,
Viena 1976, B Welte, Die Wurde des Menscben und die Rehgtonen, Francfort 1977
versión castellana Cristiandad Madrid 1975, 5 vols
2 Gaudium et spes 2, cf Concilio Vaticano n , Constituciones, decretos y declaracio- 40 J B Metz, 7ur Tbeologte der Welt 19
nes, BAC, Madrid, 51967, 209ss 41 Ibid 26, cf 40ss
448 449
Hanng, Libertad III, 15
Notas (cap IV) Notas (cap IV)
a
42 Cf J Moltmann, Dt Zukunft der Schopfung Munich 1977, 35 76 U Duchrow l e 276ss 294 297ss
43 E Kasemann, Dte Vcrsohnungslebre im Neuen Testament, en E Dinkler (dir ) 77 J B Metz, 1 c 86s, 87s
¿ett und Geschichte, Tubinga 1964, 34 78 D Bonhoeffer, Widerstand und Ergebung (cartas del 18 y 21 de julio de 1944) Mu
44 J Moltmann Metiscb Cbristhche Anlbropologte in den Konflikten der Gegenwart nich 1970, 395, versión castellana Resistencia y sumisión, Ariel, Barcelona 1969
Stuttgart j Berlín 1977, 34 79 Y Congar Der chrtsllicbe Menscb im Spannungsfeld der Gescbubte und Gesellschaft
45 D Wiederkehr l e 520s en E Kellner (dn ) Schopfertum und Fretbeit ¡n einer humanen Welt, Francfort y Zurich
46 K Barth, Kirchhche Dogiaitih IV 3 383 1969, 6_>, cf también Y Congar Cristianos hacen la historia Palabra Madrid 1968
47 K Barth, Auferstehung der Toíen Eme akademrscbe Vorlesung uber 1 Kor 15 80 C 1 ion Ueizsarker, Dtuthchkeit 153
Munich 1924 122 81 O von Nell Breunmg, 1 c 204, 212
48 A Schmemann For tbe Ltf" of tbe Woild Sacraments and Orthodoxy, Nueva York 82 W Simpfendorfer, Ókumene temen «Evangclisehe Kommentare» 12 (1979) 461
21977 68 83 Sobre pluralismo, cf Libertad y fidelidad en Cristo II 177 183, 324 327
49 Cf J B Meu Zar 7 beologie der Well 85s 84 Sobre seculansmo, cf Libertad y fidelidad en Cristo II, 370 373
50 Gaudium et spes 44 85 Gaudium et spes 5
51 Lumen gentium 8 cf Concilio Vaticano H Constituciones decretos i declaraciones 86 Cf G Altner, Zwtscben Satur un l Menschengeschtchte Perspektwen fur eme neue
ed Católica, Madrid 51976 p 9ss S^hupfungstheologie Munich 1975
52 O von Nell Breunmg Sozíale Sichcrheit? zu Grundfragen de- Soztalordnung an 87 Cf J Moltmann Menscb 44
cbnsllicher Verantwortung Fnburgo de Brisgovia 1979 202 88 G > P Mische 1 c 6 17 31
53 L e 224 Pienso que el concepto individualista de pecado y redención que tiene 89 P R Régamey, 1 c 9ss
Nell Breunmg le hace adoptar una postura extremadamente crítica de la teología política 90 Cf capitulo IX de este volumen
como tal no solo respecto de algunos acentos concretos 91 El ayatollah Khomeim de Irán pretende, desde hace mucho tiempo, sel un símbolo
54 Carta a Diogneto, especialmente capítulos 5 y 6 de este tipo de rel'gion desfasada Probablemente, nadie puede manifestar mejor que lo ha
55 J Gremillion í bt Gospel of Peace and Justice 4 hecho el lo absurdo de un sistema eclesial donde la ambición le poder y de riqueza se unen
56 En esta sección sigo, principalmente, a U Duchrow (dir) Zwei Reiche und Regí a un uso fundamentalista inhumano de los libros sagrados \ de un legalismo cercano a la
mente Ideologie oder evangehscbe Ortentierung?, Gutersloh 1977 cf H H Schrey (dir ) anomia
Reich Gottes und Welt Darmstadt 1969, K H Hero (dir ¡ Tu o Kwgdoms and One World 92 k Rahner, l e 766 cf B Hanng Fatth and Moraltty in tbe Secular Age Slough
A Source Boot tn Cbnstian Ethtts Minneapohs 1976 y Nueva York 1973
57 Cf F Gogarten, Die Schuld der Kirche gegen dte Welt Jena 1928, id , Politische 93 J B Metz, 1 c 52
Elhtk Jena 1932 id Ist Volksgesetz Gottesge^etz?, Hamburgo 1934, id Dte Kirche tn der 94 Pío Xl Casli connubu AAS 22 (1930) 545 cf P C-ihndo Colección de encíclicas
Welt, Heidelberg 1942, i d , Dei Menscb zunchen Gott und Welt Stuttgait 21956 id Vir y documentos Acción católica Madrid 1967, 1609
bangnts und Hoffnung der Netaett Stuttgart 21958, id , Jesús Cbristus Wende der Welt 95 L e 546, 577
Tubinga 1966 cf A V Bauer, Fretbeit zur Welt Zum Weltverstandms und Weltverraltnts 96 Le 547 557 560 563
der Chnsten nach der Theologl' Trtedrich Gegarlein Paderbom 1967 97 Le 583
58 Cf U Duchrow, l e 282 98 F Gogarten Dte Kirche tn der Welt Feídelberg 1948 127
59 L c 13 20, 25 287s 99 J B Metz 1 c 30 cf 60ss
60 L e 22, 25 100 L e 23s
61 L e 278 282s 288 101 L e 42
62 Cf E Kasemann An dte Romer Tubmga 21974 102 K Rahncl Espirituclitlad antigua y actual en Escritos de teología VII, Taurus,
63 V Duchrow, 1 c 275ss Madrid 1969 13 35 cita 28
64 L e 302s 103 K Rahner, Curso tundamental sobie la fe Herder, Barcelona 21979 467s
65 Cf U Occhiali Presenza a Dio e presenza al mondo Milán 1974 104 TB Metz, l e 47
66 Sínodo de los obispos Roma 1974 Evangelization of tbe Modern World Declaración 105 Y Congar, 1 c 92ss 96
n » 12 en «Word and Worship», en febr (1975) 100 106 Gaudium et spes 22s cf Lumen gentu m 16
67 J Desiochers, Cbrist tbe Lioerator Bengalore 1977, 47 107 Gaudium et spes 26 cf 38 41 57
68 Juan Pablo n, Redemptor Hommts, esp n 1315, cf la ed castellana publicada por 108 J B Metz l e 45
Editorial Herder, Barcelona 1980 con un comentario de B Hanng 109 L e 75
69 Cf K Rahner, 1 c 753, 757, 764 110 Cf A Auei Autonome Moral und Glaube Dusseldorf 1971 id , Weltoffener Cbrist,
70 Redemptor Hommts 11 Dusseldorf 21962
71 J Gremillion, l e 132 111 Decreto sobre el apostolado seglar 1
72 R von Thaden Wu Reformen verfehlt wurden am Betspiel der HochschuUn und 112 Gaudium et spes 36, cf 41
Kiichen «Evangelische Kommentare» 12 (1979) 450 113 Redenplo Homina esp 8 cf ed casicllma con un comentario de B Hanng Her
73 R L Shinn, Hotv Control Technology? Taifh Science Confeience An Overvtew der Barcelona 1980
«Christian Century» 39 (1979) 263 114 A Koberle, Da: Weltbild des Glaubens, 70 cf 66
74 Ad gentes 1 115 A Rahner, Sacra<-ientum Mundi IV 758 765
75 Sínodo de los obispoa Roma 1971 Justicia en el mundo moderno 39 48, en J Gre 116 A V Bauer Treiheit zur Welt 43ss 59 187ss
milhon, 1 c 522s 117 U Duchrow, l e 277
450 451
Notas (cap IV) Notas (cap V)
118 C F von Weizsacker, Deutltchkett 157ss, cf G Schnellmann, Tbeologte der Techntk mann, Em Plenet wtrd unbewohnbar Em Sunderregisíer der Menschheil von der Antike bts
40 Jahre Dtskusston um die Techntk, zuglcch em Beitrag zu einer Tbeologie der Tecbntk, zur Gegenumr!, Munich 1973, H Siebert, Das produzíerle Chaos ókonomie und Umwelt,
Colonia y Bonn 1974 Stuttgart 1973, R Dumont, L'utopte ou la mort?, París 1973 (versión castellana La utopía o
119 Cf D von Húdebrand, Katholisches Berufsetbos, Augsburgo 1931, A Auer, Bl cris la muerte, Villalar, Madrid 1978), G Altner, Schopfung am Abgrund, Neukirchen - Vluyn
nano en la profestón, Herder, Barcelona 1970, H Asperger, Ch Leitmaier, F A Westpha 1974, H Gmhl Ein Planet jjird ausgeplundert Schreckensbtlanz unserer Poltttk, Francfort
len (dirs ), Em Cbor der Antworten Glaube und Beruf, Viena y Munich 1969, M Oraison, 1975, H D Engelhardt (dir ), Umwellstrategie, Gütersloh 1975, E F. Schumacher, Small is
Birufsftndung und Bertifurtg Francfort del Meno 1972 Beautiful, Nueva York y Londies 1975, G Remmert Umtíelt und Gesellschaft, «Stimmen der
120 Cf A Auer l e 65ss Zeit» 196 (1978) 85 94, E Pies (dir) Üherheben u,tr die /ukunft? Ummeltkrtse - matenelle
121 Tomás de Aquino, Summa contra Gentiles III, 21, ed Católica, Madrid, 2 vol , und ethiscbe Aspekte Stuttgart 1979, [P Ehihch, Población Recursos y medio ambiente,
Pseudo-Dionysio, De coel hter 3 Omega, Barcelona 1974, i d , El hombre y la ecosfera, Blume (Hermann), Madrid 1979,
122 A Auer, l e 78 E Eppler, Hay poco tiempo para el tercer mundo, Aguilar, Madrid 1973]
123 M Luther, Predtgten Weimarer Luther Ausgabe 15, 625 (versión castellana en Obras 2 C Amery Natur ais Poltttk Die okologtscbe Chance des Menschen, Reinbeck 1977,
de M Lulero, Sigúeme, Salamanca 1977) 36s
124 M Luther, Ob Kriegsleute aucb tm seligen Stand setn konnen WA 19, 656 3 Cf G Liedke, Im Baucb des Fisches Okologtscbe Tbeologte, Stuttgart y Berlín
125 Cf K Dunkmann Dte hehre vom Beruf Bine Einfubrung m die Gescbtcbte und 1979, 101
Sozmlogie des Berufs Berlín lt>22, 92s 4 G von Wahlerr, A v Mensch ais Bestandtetl der Euolutton en Aichlem/Liedke (dirs ),
126 Gaudtum el spes 48 51, cf B Hanng, Libertad y fidelidad en Cristo II, 510 563 Naturwissenscheft und Tbeologte, Neukirchen 1974, 239
127 Cf U Sánchez, La crisis sacerdotal según la «Gaudtum et spes» Actitudes y cami 5 L K Caldwell, Envtronment a Challenge for Modern Society, Garden City 1970, x
nos de superación, Caracas 1977 (con prólogo de B Hanng) 6 L e 66
128 A Auer, l e 131ss, cf 246 259 7 Cf. l e 89
129 D Bonhoeffer Elhik Munich 31953, 70 8 Ch Birch, Nature God and Humamty tn Ecologicaí Perspecttve, «Christianity and
130 L e 257 Crisis» 39 (1970) 261
131 Cf nota 123 9 L e 265
132 Cf D von Hildebrand, l e , 19 22, A Auer, 1 c 353 373 10 G Altner Zwiscbcn Nalur und Menschengesihichte Perspektwen fur eme Schopfungs
133 Cf M Oraison, 1 c 108 tbeologte, Munich 1975, 91
134 K Rahner, Escritos de Teología VII 27s 11 M Mead y W Fairservis, Kulturelle Velhaltensaetsen und die Umtíelt des Men
135 E Kasemann, Ver Ruf nacb Freiheit, Tubinga 51971, (versión castellana La llamada schen, en D Engenhardt (dir ), Umweltstrategie, l e 15 32
de la libertad, Sigúeme, Salamanca 1975 12 L e , 24, 30s
136 Y Congar, Der Cbrtstltc'oe Mensch tm Spannungsfeld der Gescbtcbte und GesellscbaH 13 Th S Derr, Ecology and Human Needs, Filadelfia 21975, 31
en E Kellner (dir ), 1 c 90 14 R Gore, The Desert An Age Oíd Challenge Grows, «National Geographic» 156
137 C F Weizsacker l e , 153 (1979) 585 639
138 Cuando Juan xxni repitió en 1959, en algunas ocasiones públicamente «Hanng ha 15 E F Schumacher, Small ts Beauttful Economía as tf People Mattered, Nueva York
modernizado la teología moral», algunos habrían respondido «Hanng es un modernista» y Londres 1975, 15s
Pero muchos no serian capaces nunca de distingull entre modernidad > modernismo 16 LK Caldwell, l e 21
139 J Gremilüon, 1 c , 2, cita de Pablo vi Octogésima advemens 37 17 L e 81
140 E SchiUebeeckx, l e 36 18 G Rr Taylor, Das Selbstmordprogramm 144
141 J B Metz, Zar Tbeologte der Welt 86 19 Prospects and Hazards of New Genettc Technologies, «Chnstianity and Crisis» (1979)
142 Cf G y P Mische, 1 c , 203, 213, J Moltmann, Menscb, 42s 247-252 (cita, p 251)
143 J B Metz, Zur Tbeologte der Welt 88 20 K Lorenz, Die achí Todsunden der ztvtltsterten Menschhett, Munich '1974, 107 (ver
144 J Moltmann, Tbeologte der Hoffnung, Munich 1964, 304 sion castellana Los ocho pecados mortales de la humanidad civilizada, Plaza Janes, Barcelo-
145 Cl Tresmontant, Bssat sur la pensee hebratque París 1953 43 na 1973)
146 Y Congar, l e 102 21 J V Taylor, Enough is Enough, Londres '1976, 24
147 C F von Weizsacker l e 164 22 C F von Weizsacker, Deutltchkett Bettrage zu poltttschen und reltgtosen Gegenwarts-
148 H D Wendland, Die Welt verandern, 1 c 33 fragen, Munich y Viena 1978, 54
149 J B Metz, 7ur Tbeologte der Welt 146 23 C F von Weizsacker Dte Rettung der Lebenswelt uni der Erwartungshorizont der
Zukunft, «Umversitas» 34 (1979) 897 904, Engelhardt, 1 c 225.
24 LK Caldwell, l e 134
Capitulo V (p 182 222) 25 Cf para esta sección B J Sittler, Tbe Ecology of Taith, Filadelfia 21970, A Pottmann,
Naturschultz wird Menschenschulz Zunch 1971, Vntted Nations Conference on tbe Human En
1 R L Carson The Stlcnt Sprtng, Nueva York 1962, C R Taylor, Das Selbslmordpro uromnent Panel of Experts on Development and Environment, Ginebra 1972, C Amery,
giamm, Francfort 1970, H Weinzierl, Das grosse Slerben Vmweltnostand Wege tn eme heilere Das Ende der Vorschung Die gnadenlosen tolgen des Christentums Hamburgo 1972
Welt, Munich 1971, B Commoner, El circulo que se cierra Plaza Janes, Barcelona 1973 M Schmoemann, Wachstumstoi und Eschatologte Die Herausforderung chrtstlicber Theolo
E Weizsácker, Humanókologte und Umweltschutz, Stuttgart 1972, B Ward y R Dubos Only gie durch die Vmweltkrise, Stuttgart 1973, F Cramer, Fortschritt durcb Verztcht Ist das
One Eartb The Care and Maintenance of a Small Vianet Penguin Books, 1972, F W Dah btologische Wesen Mensch setner Zukunft gewachsen?, Munich 1975, Th Sieger Derr, Ecology
men W Heiss, Umtíelt cin Schlagwort oder reitende Ewsicbt?, Salzburgo 31973, H Lieb and Human Need, Filadelfia 1975, G Altner, Schopfung am Abgrund Die Tbeologte vor der
452 453
Notas (cap V) Notas (cap V)
Umweltfrage, Neukirchen Vluyn 21977, O H Steck, Welt und Vmwelt (confrontación bíbli- 56 L e 266
ca), Stuttgart 1978, J Renker, Umweltfemdhche Moral' Zur Weltverantwortung der Christen, 57 Texto en J Gremillion, The Gospel of Peace and Justtce Maryknoll 1976 109.
«Theologie der Gegenwart» 22 (1979), 11 18, «Herderkorrespondenz» 33 (1979), 9194, Theo- 58 G y P Mische, Toward a Human World Order, Nueva York 1977, 256
logie tmd Naturwtssenschaft zu emer Tagung der Fvangelischer Akademte Arnoldbetm, K A
59 E l Schumacher, l e 31, cf V! Harich, Consumismo sin crecimiento Mateaales,
Wohlfahrt, Dte Umweltkrtse ais Bewertungspioblem «Stimmen der Zeit» 197 (1979 173182
Bjrcekma 1978
(con bibliografía seleccionada), K M Meyer Abich (dir), Fneden mit der Natur, Friburgo
60 Cf C F ion Weizsacker Deutlichkeit 58 69, 74 m,s
de Bnsgovia 1979, G Liedke, Im Bauch des Ftscbcs Okologischc fheologu, Stuttgart 1979
61 L K Cakrtiell, l e 108
26 Th S Derr, 1 c , y G Liedke, 1 c , hacen referencia frecuentemente a autores que 62 A J Dyck, On Human Care, Nashville 21978, 46
tratan de echar la culpa de la falta de responsabilidad en los problemas ecológicos no solo 63 Cf H Hoefnagels D;e neue Soltdarttat, Munich 1979 192
a los cristianos, sino, incluso a la Biblia
64 K Polanyi ha contribuido en gran medida a la reflexión sobre el crecimiento exis
27 P Ehrlich, How to be a Suruvor Ballantme Books, 1971, 129 termal Cf su obra Coi eicío 1 mercado en los imperios antiguos Labor Barcelona 1976
28 M Mead, l e 17ss 65 Para esta sección cf los diversos informes del Club de Roma, comenzando con
29 J Passmore, Man s Responsability for ¡sature, Nueva York 1974, 17 (versión ciste D Meadow, The Limits of Growth e t c , P Bohm y A V Kneese, Tbe Economtcs of Envt
llana La responsabilidad del hombre frente a la naturaleza, Alianza, Madrid 1978) ronmenl Londres 1971 Der Ra' d^r Sacht-ersundi luí Vi IU'lificgen Vmweltgutachten
30 R Descartes, Dtscours de la métbode, parte sexta, Oeuvres, París 1864, I, 53 56 1974 Stuttgart 1974 P O Baikley y D W Seckleí Eronomic Growth and Environmental
(versión castellana Discurso del método, Espasa Calpe, Madrid 19801 Decay The Solution Becoties tbe Problem, Nueva York 1972 G Myrdal Okonomte tn emer
31 R Descartes, Les principes de la philosophte, parte tercera, Oeuvres II, 92, cf "6 i erbesserten Vmwelt en H von Nussbaum (dir ), Dte Zukunlt des Wacbstums Knttscbe Ant
(versión castellana Los principios de la filosofía Reus, Madrid 1925) u orlen zum *Bericht des Club of Rome», Dusseldorf 1973, D Gabor, U Colombo, A King,
32 Cf Ch Westermann, Der Segen m der Btbel und im Handeln der Kircbe, Munich R Galli, Das Ende der Verschuendnng 7ur Mu eiiellen Lage dtr Menschbeit Etn Tatsa
1968, id , Schopfung Stuttgart y Berlín 1971, id , Lrtrag der Forschung Génesis 1 11, Darm cbenbericht an den Club o/ Rome Stuttgart 1976 H Swoba Dic Qualitat des Lebens Von
stadt 1972, G Liedke, 1 c 85ss Wohlstand zum Wohlbefindtli Sruttgau 1973, E Eppki Mass alc fin eme humane Gesell
33 E F Schumacher, 1 c 14, en el mismo sentido, C F Weizsacker, Der Garlen schaft Standard oder Lebensaualitjt, Stuttgart 1974, E F Schumacher Fs gebt aucb anders
des Menschlichen, Munich Viena 51978, 94 fíliseis s des Wach'tiins Basileí 1974 TV lavlor Tnoufb is Fnough Londres 1975,
34 Cf F Blanke, Unsere Verantwortung gegenuber der Schopfung, en Der Auftrag aer I Illich Selbstbegrenzung Eme polmsche Kntik der Technik Hamburgo 1975 M Linquist,
Kircbe tn der modernen Welt Festschrift fur t Brunner ¿urich y Stuttgart 1959, 194 Economic Grouth and tbe Quaiity of Life Analysts of tbe Devate Witbin tbe World Council
35 G Liedke l e 114 of Churches 196619"M Helsinki 1975, O Jensen Unter dem 7u.ang des Wacbstums Oko
36 L e 66 logie und Religión Munic'i 1977 H Siebert Okomenist.be Tbenru der Vmwelt Tubmga
37 F Bacon, Religtous Meditations, en Woiks of Francis Bocón (dir Spedding), \ol 1978 H Ch Binswanger \V Geissberger Th Ginsburg (dirs ) Der NAWV Report Wege
VII, 253 ant der M¡oblstandsfalle Strategien gegen Arbetstslosigkeit und Umweltkrtse, Francfort 1978
38 J Passmore l e 19 66 Cf E F Schumacher Small is Beauttful 119 121 H D Engelhardt l e 349
39 T Bacon, Nora»/ Organum Aphonsm 129, Works vol IV, 114, versión castellar-a 67 Hoefnagels, l e 33
en Fontanella, Barcelona 1979 68 E F Schumacher, l e 46
40 Th S Derr, 1 c 77 69 Cf H D Engelhardt, l e 76
41 E F Schumacher, 1 c 151 70 F G Dolan The Fconon ic Strategy for Environmental Crisis Nueva York 1971 9
42 G Altner, Zutschen Natur und Menscbergeschichte 170 71 U E Simoms, 1 tbensqualitat Ansaze zur Gewinnung sozto okonomtscher Ztele en
43 T h S Derr, l e 44 H D Engelhardt, 1 c 352
44 R Shinn, Eiftics and tbe Family of Man, en M Hamilton (dir ), The Ltttle Planet 72 E F Schumacher, 1 c 33
Londres y Nueva York 1970, 138 73 Q H D Fngelhardt, 1 c 326
45 No es mi intención aventurar aquí una valoración del conjunto y de lps detalles del 74 B Ward, Only One Eartb «Anticipatiom 11 (197"7) 31
moderno proceso de la teología (especialmente norteamericana), basado en gran medida en el 75 Juan xxin, Mater et Magistra 188, 189, 192 cf T Gremillion l e 99, cf ed cas
proceso filosófico de N "Whitehead Sin que ello se entienda como aceptación de tal pro tdlana con comentarlo de E Welty Herder Barcelona 1963
ceso, pienso que su afinidad con la ética dinámica de la ecología es digna de ser tenida en 76 John Passmore, 1 c 47
sena consideración Cf G Liedke, 1 c 103ss, y «Evangelische Kommentare» 12 (1979) 438
77 C Cortecote Parkinson Btg Busn ess Londres 1974, 217ss, 228ss
439 Demutige Wissenschafl, Th S Derr, l e 27, 38 42
78 J King, Prospects and Hazards of New Genetic Technologies, 1 c 248
46 W Hei'enberg Das Naturbild der heuttgen Physik, en Bayerische Akademie cer 79 John Passmore, 1 c 62
Schonen Kunste (dir ), Die Kunste im techmschen Zeitalter, 1956, 45ss 80 Cf L Wierhng, Dte Grenzen des Wacbstums, en H D Fngelhardt, 1 c 379-392
47 a G Liedke, 1 c 107 153, 177 81 E F Schumacher, l e 70, K Lorenz, Die acht Todsünden der ztvilisierten Menscbbeit,
48 Th S Derr, 1 c 158 Munich 71974 21 (versión castellana Los ocho pecado mortales de la humanidad civilizada,
49 Cf Derr, 1 c 23s, Liedke, 1 c 155 162 Plaza Janes, Barcelona 1973)
50 Th S Derr, 1 c 175 82 Pablo vi Octogésima adtemens 10 11, 12 (texto castellano completo en «Ecclesia»
51 Cf H Westmuller, en H D Engelhardt (dir ), 1 c 321 xvx, 1971, 645ss), cf J Gremillion, 109
52 Th S Derr, 1 c 89s 83 Cf H Westmuller, Die VmweltLrise Eme Anfrage an die Tbeologie en H D En
53 L e 17s gelhardt, l e 344
54 E F Schumacher, 1 c % 84 E F Schumacher, l e 204
55 Ch Birch, Nature, God and Humamty in Ecológica! Perspective, l e 264 85 L e 38
454 455
Notas (cap V) Notas (cap VI)
86 L e 146 de la diversidad de las culturas Bibliografía general sobre cultura y moral M Scheler,
87 C F von Weizsacker, Deuthchkeit 91 Sozwlogie und Weisbeitslehre, vol i, Moralia, Leipzig 1923, J Dewey, Freedon and Cul
88 H Schelsky, Auf der Suche mch der Wirkltkett, Dusseldorf y Colonia 1965, 449 tute, Nueva York 1939, R Guardini, La cultura como obra y como nesgo, Cristiandad,
89 Cf H Schelsky, Der Menscb tn der unssenschafthchen Zivilization Colonia y Madrid 1960, S Niebuhr, Chnst and Culture, Nueva York 1956, B Hanng, Fuerza y fla-
Opalden 1961 queza de la religión La sociología religiosa como llamamiento al apostolado, Herder, Bar
90 Cí J Ellul, La tecbmque ou l'enieu du siecle, París 1954, 160, 255, cf también id, celona 31967, 288 328 Religión y cultura (p 326-328, bibliografía), D D Lee, Freedom
El siglo xx y la técnica, Labor Barcelona 1960 and Culture Englewcod Chfts N J 1959, J Messner Kulturetbik mit Grundlagung von
91 C F von TJTeizsacker, l e 69, H D Engehardt, 1 c 56 Prinzipienethik und Personhchkeitsethik Innsbruck J1959, G Gurvitch, Morale théonque et
3
92 Th S Derr, 1 c 146 sciences des moeurs, París 1961, i d , La science des fatts moraux et la morale théonque
93 A J Moore, Meetmg on Science and Taith Debales — Tibies and Technology, chez E Durhkeim, en G Gurvitch, La vocation actuelle de la sociologie, París 21963, vol i,
«Christianity and Crisis» (1979) 245 c x, i d , W E Moore Sociología del siglo XX, Ateneo, Madrid 1970, K Brockmuller,
Industnekultur und Religión Francfort 1964, P Tillich, Teología de la cultura, Amorrortu,
94 J Passmore, l e 58
Madrid 1974, i d , Die rehgtose Substanz der Kultur, Stuttgart 1967, H Freyer, Scbwelle
95 Th S Derr, l e 90s
der Zeiten Beitrage zur Sozíologie der Kultur Stuttgart 1965, L Huber, Pnnzipien und
96 L e 145
Moghchkeiten chnstlicher Kulturpolitik, Wurzburgo 1965, A F Bednarski, Église, culture
97 A Pigon, The Economtcs o/ Welfare Londres 41932, 184
et promotion húmame, París 1970, id , Introduztone alia teología delta cultura, Roma 1973,
98 E F Schumacher, l e 146159
J Habermas, Kultur und Krttik Francfort 1973, diversos autores, Cristianesimo e cultura,
99 L e 146 Milán 1975, Th M McFadden (dir), America m Tht ological Perspecttve Nueva York
100 J Passmore, 1 c 50 1976, L J Lubetak, The Church and Cultures An Applied Anthropology for the Religious
101 Cf Libertad y Fidelidad en Cristo II, cap n , sobre belleza y arte, cf O Jen Works, South Pasadena 21977, J Sénior, The Death of Chnsltan Culture, Arlington House
sen, Unter dem Zivang des Wachstums 97 1978, Ch Lash, The Culture of Narcisism, Nueva York 1979, A Peccei, La calidad huma
102 E F Schumacher, 1 c , 34 na Taurus, Madrid 1977
103 Pablo vi, Octogesiama advemens 21, Juan Pablo n, Redemptor hommis 8, 16 cf
ed castellana Hetder, Barcelona 1980 2 Gaudtum et spes 53
104 Th S Derr, l e 136 3 R Niebuhr, Moral Man and Immoral Society, Londres 1963, Nueva York '1934
105 R Dumont, L outopte ou la motfi, París 1974 59 4 J Messner, 1 c 331
106 Th S Derr, 1 c 148 5 G Gurvitch, Soaologie de la morale, en Gurvitch (dir ), Traite de soaologte, 31968,
107 Cf E laszlow y otros, Goals for Mankmd A Report to the Club of Rome on 137, H Bergson, Les deux sources de la morale et de la reltgion, París 161934
tbe New Honzons of the Global Communtty, Nueva York 1977, 387, 451ss 6 J Moltmann, Menscb Christlicbe Anthropologie in den Konflikten der Gegenwart,
108 J Kmg, Prospects and Hazards of New Genetic Technologies 1 c 252 Stuttgart y Berlín 1977, 24
109 H Hoefnagels, Die neue Solidantat, Munich 1979, 35 7 Gaudtum et spes 58
110 E F Schumacher, 1 c 19 y 134-145 8 J Messner, 1 c 357
111 A J Moore, l e 224 227, H N Janowski, Fur eme Ethlk des Lebens Von der 9 Gaudtum et spes 62
ckonomiscben Weltkonferenz in Boston «Evangehscbe Kommentare» 12 (1979), 514 517 10 Gaudtum et spes 56, 61
112 A D Sacharow, «Neue Zurcher Zeitung» 3 de mavo de 1978 11 Gaudtum et spes 36, 58, sobre los valores permanentes y la autonomía de la cul
113 C F von Weizsacker, Deuthchkeit 43ss tura, cf J Messner, 1 c 410ss, 425ss
114 H Hoefnagels, 1 c 197, nota 28 12 Cí J Messner, 1 c 359
115 J King, l e 252 13 Cf R Scherer, Cultura, en Sacramentum Mundi I I , 97 106
116 C F von Weizsacker, Deuthchkeit 48 14 Gaudtum et spes 55 esto es también preocupación y tema principal de la encíclica
117 L e 74, K Lorenz, l e 37, expresa esta idea de forma aun más dramática, cf Rídemptor Hommis, de Juan Pablo II
R Jungk, Atomstaat Vom Forlschrilt in die Unmenscbltcbkeit, Munich 1977 15 Cf C F von Weizsacker, Der Garlen des Menschlichen Munich 51978, 62
118 J Gremülion, 1 c 94 16 Cf J Messner, 1 c 425ss
119 E F Schumacher, 1 c 230s 17 Cf J Messner, 1 c 351ss 379, G. Gurvitch, Soctologie de la morale, 1 c 143
120 D Meadows, Dte Grenzen des Wachstums Stuttgart 1972, 172s 18 Gaudtum et spes 56
121 J Passmore, 1 c 170 19 Gaudtum et spes 62
20 Gaudtum et spes 60
122 L e 95
123 H Hoefnagels, 1 c 57 21 Gaudtum et spes 60
22 Cf el excelente estudio sobre escuelas alternativas en Alemania Federal, Francia,
Italia, Gran Bretaña y USA, ofrecido por 30 expertos D Goldschmidt y P M Roeder,
Capítulo VI (p 223 256) (dirs), Alternattve Schulen? Gestalt und Funktion mchístaatlicher Schulen im Rahmen des
offentheben Btldungswesens, Stuttgart 1979
1 Gaudtum et spes 33 62 (ed castellana en Concilio Vaticano n, Constituciones de 23 Gaudtum et spes 59
cretos y declaraciones, BAC, Madrid 51967) Idéntico significado tiene el hecho de que en 24 Cf Tradición y adaptación a la luz del misterio de la encarnación, en B Haring,
el primer consistorio consultivo convocado por Juan Pablo n con los cardenales, el resul El mensa/e y la hora presente, Herder, Barcelona 1968, 83 98
tado más evidente fue la fuerte convicción de los participantes en el sentido de que había 25 Ad gentes (sobre las misiones) 19
que prestar mucho mayor atención a la tarea de distinguir bien la cultura moderna y 26 Juan Pablo H, exhortación apostólica sobre la catequesis, Catechest Tradendae, 53,
456 457
Notas (cap VI) Notas (cap VII)
cf la versión castellana Sobre la catcquesis ho-> con un comentario de A Exeler, Herder, Mass 1977, 1 Schwarte Grundjragen des menschlnhen Zusammenlebens tn christltcher Sicht
Barcelona 1981 Paderborn 1977, J P Wogaman The Great Fconomic Debate An Ethtcal Analysis Filadel
27 Ad gentes 21 fia 1977, S T Bruyn, The Social Economy People Transjortnmg Modern Bustness, Nueva
28 B Harmg, hvangclizatton Today, Slough y Notre Dame, Ind 1974, B Buhlmann, York 1977, W Weber Person und Gesellschafl Paderborn 1<»78 F Bockle F J Stegmann,
The Commg of ¡he Third Churcb Slough y Maryknoll, N Y 1976 Ktrcbe und Gesellsachafí beute Paderborn 1979 [A Ut¿, Cuestiones fundamentales de la
29 Cf I^extkon jur Tbeologie und Ktrcbe Das Zivette Vatikatuscbe Konzil III, 263 nda política y social Bibliografía crítica, Herder, Fnburgo de Bnsgovia, Barcelona etc,
30 M Scheler Der Formalismus in der bthí und du malcríale Wt Utbik Halle 31927, 4 vols , 19601966, id Ética 'oaal Herder, Barcelona, 2 vols P1964, II 1965 ]
565
2 Cf R Régamev Pauvrete et construction du monde, París 1967, Ph Schmitz, Die
31 J Mtssner, 1 c 388 Armut tn der Welt ais Ftage an dte chrtstlicbe Soztalethik Francfort 1973 A Rizzi, Ei
32 G Gurvitch, Iratíe de soctologte 139 cándalo y bienaventuranza de la pobreza, Paulinas, Madrid 1978 E F Schumacher, Small
33 R Otto, Lo sanio, Revista de Occidente, Madrid 21973 i d , U es! Óslhche Mjsltk ts Beautiful Economtcs as if People Mattered, Nueva York 1975 M D Gutnon (dir ),
Vergletch und Uníerscbetdung zur Wesensdcu/ung Gotba 21929 i d , Freihett und Notwen Gospel Poverly Essays tn Btbltcal Theology, Chicago 1977, Sr A Niel, A Soctotbeology of
digkett Etn Geprach mtt Nicolai Hartmann uber Theonomte und Autonomie der Werte, Letttng Go A First World Church Factng Tbtrd World People, Nueva York 1977, A Cussia-
Tubinga 1940, B Haring, Das Heüige und da* Cute Religión und Stttlicbkeit in ibrem novich, Religious Life and the Poor Maryknoll, N Y , 1979
gegensetttgen Bezug, Kraüling 1950, 167-187
3 Gaudium et spes, 72 La nota a pie de página remite a numerosos textos bíblicos
34 A Auer, Autonome Moral und cbnstlicher Glaube Dusseldorf Sin embargo Auer
tales como Le 3,11, 10,30, 11,4 y otros, cf concilio Vaticano II Constituciones decretos,
jamás cita las obras de R Otto
declaraciones, ed Católica, Madrid 51976, 209ss
35 Cf C Kalisa, Le cuite et la croyance aux ancetres au Rtvanda confrontes avec le
4 E F Schumacher, 1 c 156a
message chetten, disertación no publicada, Academia Alfonsiana, Roma 1972, J R Goodj,
5 luán xxm Pacem tn Térras 45 cf ed castellana Herder Barcelona 1965, con comen-
Deatb, Property and Ancestors Londres 1962
tirio de A F Utz
36 F Bockle, Fundamentalmoral, Munich 1977, 229
6 Documento de Medelhn Sobre la >usticia 3
37 Cf López Azpitarte, inca humana y moral cristiana, «Studia Moialu> 15 (1971) J 3 7 Gaudium et spes 10
38 He tratado este tema más explícitamente en mi obra Evangelizaron Today y en el 8 Populorum progressto 17 cf ed castellana Herder Barcelona 1968 con comentario
ultimo capítulo del tomo III de esta misma obra de los profesores de ILADES
39 Gaudium et spes 43, Ad gentes 21 y 41, Decreto sobre el apostolado seglar 7, De 9 Sínodo de los obispos Roma 1971 Justicia en el mundo 5,32 34
creto sobre la comunicación social 21
10 Sínodo de los obispos, Roma 1974, Evangelizactón del Mundo Moderno 12
40 Se trata esta íelación de manera mas completa en Libertad y Fidelidad en Cristo I, 11 H Kunst, H Tenhumberg (dirs ), Soztale Gerechtígkett und Internationale Wtrtschafts
cap vil ordung, Munich y Maguncia 1976 7
41 Cf G Gurvitch Traite de soctologte, París 31968, 145
12 Ph Schmitz, 1 c 64
42 L e 146 13 J B Metz, For a Ra ewd Churcb bt iore a New Council A Concept tn Tour Tbesis
43 L e 171 en Toward Voltean III 140
44 Libertad y Fidelidad en Cristo I, cap III
14 V Taylor, Enough is Enough, Londres 1976, 4ss
45 G Gurvitch, 1 c 160
15 Documento de Medellín, Pobreza de la iglesia 4 7
46 Les quatre hvres de Konfucius, Ho Kien Fou 1895, 616
16 Sr A Niel, The Challenge of Sociobiology en «Cbnstianity and Crisis» 40 (1980)
47 G Gurvitch, l e 151, 158-160 345 Augusta Niel llama nuestra atención sobre aquel tipo de sociobiología que, mediante
48 L e 164 teorías biológicas, trata de desanimar cualquier tipo de ayuda a individuos y grupos des
49 L Gilley, Cathohasm Confronts Moderntty Nueva York 1975, 198, cf 22 aventajados, cf E O Wilson Soctobtology A New Systbesis Cambridge, Mass , 1975
50 Lumen genttum 1, cf B Haring, Tbe Sacraments m a Secular Age A Vision tn
17 Gaudium et spes 33
Depth and its Impact on Moral Lije, Slough 1976
18 H Sedlmayr, Verlust der Mitte, Salzburgo 1948
51 G Gurvitch, l e 155
19 Gaudium et spes 63
20 Algunos economistas famosos que colaboraron en el libro de E S Phelps (dirs ),
Altruism Morality and Economic Theory Nueva York 1975, presentan el altruismo y las
Capitulo Vil (p 257 337) actividades filantrópicas exclusivamente en términos de «consumo»
21 A Tautscher, 1 c 42
1 Cf A F Utz B von Galen (dirs), Die katoltsch" Sozíaldoktrtn tn ibrer geschichh-
22 M Weber, The Theory of Social and Fconomic Or^antzation Glencoe 111 , 1947
chen Entfaltung Eme Sammlung papstlicher Dokumente vom V Jabrhundert bis tn die
(forma parte de su importantísima obra Wtrtschaft und Gesellschaft), M Scheler, Die
Gegenwart, 4 vols , Aquisgran 1976, A F Utz, Bibltographíe der Socialethik, 10 vols,
Wissensformen und die Gesellschaft, Leipzig 1926, K Mannheim, Essay on Soctology of
Fnburgo de Bnsgovia 19641978, A Tautscher, Wirtschaftsethtk, Munich 1957, O Schilling
Knouiledge, Londres 1952, P L Berger y Th Luckman, The Social Construction of Realtty,
Christltcbe Wirtschaftsethtk, Munich 21959, W Kunneth, Moderne Wtrtschaft, chrtstliche Exis
Nueva York 1966, H Schelsky Theorie der Institution, Dusseldorf 1970, G E Steiner,
tenz, Munich 1959, N Monzel, Doctrina social, 2 vols, Herder, Barcelona 19691972,
bustness and Society Nueva York 21975 E W Bockenforde, Staat Gesellschaft, Fretheit,
J Kenneth Galbraith, Economtcs and the Public Purpose, Boston 1973, i d , A Contempo
Francfort 1976
rary Guide to Economtcs, Peace and Laugbter, Boston 1971, H E Richter, Lernztel Solí
23 W 'Wickler, Ergebnisse der Verhaltensforschung — auch von Bedeulung fur die
daritdt, Reinbeck 1974, H Ludwig, Die Ktrcbe tm Prozess der gesellscbaftltchen Differen
Ethtk?, «Renovatio» (Ratisbona) 32 (1976) 58 63
zterung, Maguncia 1976, I HiU (dir), The Ethtcal Basa o) Economic Freedom, Chapel
Hill, N C , 1976, R K Mueller, Metadevelopment Beyond the Bottom Ltne Lexington, 24 J P Wogaman, 1 c 164, cf 151
25 J Robinson, 1 c 18ss
458 459
Notas (cap VII) Notas (cap VII)
26 W E Simón A Challenge to the Tree Enterprise en I Hill, 1 c 406 52 P Knauer Der Glaube kommt vom Horen Ókumenisehe Fundamentaltbeologie
27 Puede encontrarse el texto en J Gremilhon, The Gospel of Peace and Justtce, Ma- Graz 1978, 224, cf Mater et Magistra 220, Pacem in Terrts 36 Esta complementandad
ryknoll, N Y , 1976, 464 471 entre los pastores de la Iglesia v los seglares competentes ha sido expresada en Gaudtum
28 Gaudtum et spes 63 72 et spes 43
29 Gaudtum et spes 63 53 D A Seeber < Herderkorrespondenz» 33 (1979) 488
30 Gaudtum et spes 53 54 Ésta es una dimensión fundamental de la constitución pastoral Gaudtum et spes
31 J P Wogaman, l e 59 en todas sus partes, cf ibid 14
32 Ibid , 61 55 Mater et magistra 236, cf ed castellana, Herdet Barcelona 1963, con comentario
_>3 Juan Pablo n , Redemptor homints 15 de E Welt>
34 B Haring, Fuerza y flaqueza de la religión, Herdet, Barcelona 31%7 (capitulo 56 Cf la declaración conjunta de la Conferencia de los obispos católicos y del Con
sobre la relación entre Religión y economía), M Weber, The Protestant Ethic and the sejo de la iglesia evangélica en Alemania Federal sobre Grundwerte und Gottes Gebote
Spmt of Capitalism, Nueva York 195S (publicada primero en Alemania 1904-1905), K H «Herderkorrespondenz > 33 (1979) 561571
Tawney, Religión and the Rise of Capttalísm, Londres 1926, A Muller Armacfc, Religión 57 H Cox, The Seductton of the Spirtt Nueva York 1973, 75 (versión castellana La
und Wttschaft Geistesgeschichtliche Hmtergrund" unserer europaischen Lebensform Stuttgart seducción del espíritu Sal Terrae, Santander 1969)
±959, R Niebuhr, Man's Nature and His Commumttes, Nueva York 1965, B Hármg, Man 58 Lukas Vtscher halt Rcickscbau auf 18 Okumene Jahre «Ut omnes unum sint» 42
in Quest of Liberation tn Communtty, en L Colonnese (dir), Human Rtghts and the (1979) 180 185
Liberation tn the Americas, Notre Dame 1970, 247 258
59 E Curran Social Ethics Agenda for tbe Future en D Tracy (dir), Toward Van
35 H Marcuse, Eros y civilización, Seix Barral, Barcelona 1976, id , La agresividad can III 152
en la civilización industrial avanzada, Alianza, Madrid 1979
60 Pacem in tenis 35, 38, Populorum progressto 13, Octogésima advemens 50
36 J P Wogaman, 1 c vil
61 J Gremilhon, l e 129
37 J L Peacock, Ethics, Economics and Society m Evolutionary Perspective, en I Hill,
62 Durante los años 19401950 tuve oportunidad de participar frecuentemente en gru
The Ethical Basis of Economtc Freedom 36
pos de discusión con Gundlach Éste rechazo apasionadamente cualquier conexión entre la
38 J P Wogaman, l e 145
visión bíblica de la historia de la salvación y los conceptos dinámicos de historicidad per
39 W Sombart, Der moderne Kapitaltsmus Htstorisch systematiche Darsteüung des
tenecientes al derecho natural Sin embargo, otros consejeros de Pío xn se inclinaban hacia
gesamt europaischen Wirtschaftslebens von Anfang bis zur Gegenwart Munich y Leipzig vol
una visión más dinámica
I y vol II, 1927, i d , Studien zur Entstebung des modernen Kapttalismus, Munich y Leip
zig 1913, cf id , Lu¡o y capitalismo, Alianza, Madrid 1979 63 J Messner, Aktualttat des Naturrechts, «Ósterreichische Zeitschnft fur das offentliche
40 E S Phelps, l e 3 Recht» 27 (1976) 43 66
41 K J Arrow, Gifts and Exchanges, en E S Phelps (dir ), 1 c 15 64 O von Nell Breumng, Soztale Stcberbeit?, Fnburgo de Bnsgovia 1979, 225, 227
42 W Vikrey, Prívate Philantbropy and Public Pinance en E S Phelps (dir), 1 c 65 K Marx, El capital, Akal, Barcelona 1976, 8 vols (Das Kapttal, vol I, publicado
149 169 1867, vols II y III editados después de la muerte de Marx por F Engels), J Schumpeter,
43 Ibid 166 Htstory of Economtc Analysts, Oxford y Nueva York 1954, i d , Capttalísm, Sociahsm and
44 B Bolmck, Toward a Behavioral Theory of Philanthropic Activity, en E S Phelps Democracy Nueva York 31950, K Polanyi y otros, Comercio y mercado en los imperios an
(dir ), 1 c 197 223, cita p 197 198 tiguos, Labor, Barcelona 1976, id (K Polanyi), The Great Transformation Poltttsche und
45 J Stamp, The Christian Ethics as an Economtc Tactor, Londres 1939, i d , Chns okonomische Ursprunge von Gesellschaften und Wirschaftssystemen, Munich 1977, J Haber
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47 H Kunst y H Tenhumberg (dirs ), 1 c 9 de los pueblos, experiencia humana de derechos y deberes, cf Gaudium et Spes 5 y 6
48 Sínodo de los obispos, Roma 1971, Justicia en el mundo 5-6 71 J M Pohier, Cl Geffre, Cburch Reform and individual Life, en D Tracy (dir ),
49 Mater et Magistra 239 l e 108
50 J Giers, Der Weg der katbolischen Sozíalehre, «Jahrbuch fur christhche Sozul 72 H Zwiefelkofer, Wandel der Gesellschaft und PluraUtal der Erwartungen, en J Wall
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der Wirtschaft Grundlagen und Grundsatze der Wirtschaflsethtk rmch dem Zwetten Valí 73 H Cox, 1 c 61
kantschen Konztl, Colonia 1971, 12ss 74 D A Seeber, Vakuum, «Herderkorrespondenz» 33 (1979) 485-488
51 P S J Cafferty, Tbe Cburcb tn Public Poltcy Maktng The Need for Professional 75 D Hollenbach, Clatms tn Confluí Retrievmg and Renewtng the Catholtc Human
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Vaticano III, Cristiandad, Madrid 1978) 76 Gaudtum et spes 6 7, 9 10
460 461
Notas (cap VII) Notas (cap VII)
77 B Haring Theology tn Protest, Nueva Yotk 1970, cf también Teología moral en 109 Mensaje a U Thant Secretano geneial de N ü (19 11 19/0 texto en J Cremilhon
camino, Perpetuo socorro, Madrid 1969 l e 482
78 Populorum progressio 32 110 Octogésima advemens 22
79 Gaudtum et spes 63 111 Gaudium ti spes 66 Mater et magistra 82 Populorum progresuo 9, sobre la dis
80 E Curran, Social Ethics, 1 c 155 criminación racial cf G Myrdal The American Dilema The Negro Problem in Modem
81 A Klose Da kathohscbe Sozíalelbtk lhr Anspruch ihre Aktuahtat Graz 1979 45s Democracy Nueva York 1944
82 E H Pless, Wirtschaft uni Etbik «Renovatio» 32 (1976) 53ss 112 Gaudium et spes 29
83 M Harrmgton, Socialista Tbe Accidental Century Baltimore 1968, id , Toward a 113 Ibid 64 cf Populorum progressio 26
Democrattc Left Baltimore 1968 J Eagleson (dir), Cbristtans and SociaUsm Movements 114 T Gremillion l e 117
11 Latín America Maryknoll N \ 1975, Cl D Kermg Soxiahsmus Etn Handbucb, 3 vols 115 Gaudium et spes 70
Siuttgart 1979 1980 116 Ibld 31 63 65 cf Valer et magistia 6167, Pctrem ¡n temí 24 34, 42
84 Octogésima advemens 31 117 BV Mmno Subsidiante and Pluralism A Social Phüosopby Perspeclwc en D Tra
85 J Robmson Die Gesellscbaft ais Wirtschaftsgesellschaft, Munich 1971, 43 cy (dir ) Toward Vatican 111 Nueva York 1978, 319 333 cita 331 (versión castellana Hacia
86 Gaudium et spes 63 el Vaticano III Cristiandad Madrid 1977)
87 J P Wogaman 1 c 71 118 Pacem m tenis 42
88 J Robmson, l e 101 119 Ibid 43
89 J Nyerere, <sU¡amaa» Tbe Basis of African Socialism Dar es Salaam 1962 8 cf 120 Sr A Niel The Challenge of Socmbwlog\ 1 c p4^
id Socialismo, democracia y unidad Zeto Madrid 1973 121 E F Schumacher, 1 c 244 246
90 H Ludwig, Die Kirche tm Prozess der gesellschaftltcben Dtfferenzierung Munich 122 H te l e 75
1976, 190 123 Octogésima adi^mens 37
91 A Srmth, Investigación de la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones 124 E F Schumacher l e 243 265
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92 L von Mises The Free and Responsible Commonwealtb An íxposttion of tbe Ideas 496-501, refeiencia a G Wills, lnventton America Jefferson Declaration of Iniependence
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1977, G Myrdal, Valué tn Social Tbeory Londres 1958 id , Agamst tbe Stream Critica! cientemente desarrollada en esta declaración
Essays on Economics, Nueva York 1973 126 T N Kotre Of human Fertility en D Tracy (dir ) l e 267
93 J P Wogaman l e 24 127 Octogésima adieniens 23
94 Mater et magistra 11 128 Juan XXTII utiliza este texto 'olemntmente en Mater cl magistia para afirmar una
95 Populorum progressio 40, cf Mater et magtslra 206 dimensión esencial de la solidaridad
96 J Robmson, Freedom and Necessity, Londres 1970 124 129 Populorum progressio 43 44
97 Gaudium et spes 63, A Tautscher, 1 c 81 130 R L Heilbronner An Inquiry into the Hu nan Prospect Nueva York 1975, 178 cf
98 I Hill, Tbe Meantng of Ethics and Freedom, en I Hill (dir ), The Etbical Basis of también id , El porvenir humano Guadarrama Madrid 1975
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105 Mater et magistra 65 141 Ibid 68 142 K D Opp le. 94 121ss
106 K B Clark Pathos and Power Nueva York 1974, 57-65 143 K C Lodge Top Priority Renovating our Ideology «Harvard Business Review >
107 J Rawls, 1 c 15 sept oct (1970) 50
108 M K Ghandi All are Brothers Life and Thought of Mahatma Ghandi as told tn 144 K D Opp, l e 94 181, 190, St N Brenner, l e 66s
bis own Words, Unesco, Ginebra 1958, 130 (versión castellana Todos los hombres son her 145 A Z Carr Can ar- Fxecuttve Afford a Conscience* «Harvard Business Reueix» ju
manos, Sigúeme Salamanca 1979) lio agosto (1970) 58 St N Brenner, 1 c 69
462 463
Notas (cap VII) Notas (cap VII)
146 K D Opp, 1 c 162 150, 17 184 D Clurnian, The Business Condomimum A Sevj Torm of Propala Ownershtp
147 Octogésima advemens 35, cf 26, cf J V Robmson, Aaumulatton of Capital, Lon Nueva York 1973, H P Steinbrenner Arbeitspaitizipation Motell einer neuen Unternehmens
dres 1956, id , Contributtons to Modern Economics, Oxford 1978 verfassung zur Emanztpation der Mttarbuter, Francfort y Zunch 1974, G D Garson, On De
148 F U Fack, Sozíale Marktwirtschaft, Wurzburgo 1979, 47 mocratic Admimstratton and Soctahst Self-Management A Comparative Survey emphasmng
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152 H Kunst, H Tenhumberg, 1 c 11 G Fisher, Ways to Self Rule Beyond Marxism and Anarchtsm Hicksville, N Y 1978
153 G Myrdal, Beyond the Reliare State Planning w the Welfare States and ns ínter 185 Gaudium et spes 68, Pío xi, Quadragestmo anno 29, Pío xn alocución del 3 6 1950,
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freier Inittatwe durch die offentliche Hand Dusseldorf 1976 711ss), Juan xxin, Mater et magistra 84, 91 103
154 Octogésima advemens 16 186 Mater et magistra 93
155 Gaudium et spes 65 187 W E von Ketteler, Schnften publicados por J Mumbauer, Maguncia 1911 vol III
156 Populorum progressio 35 124, 134, 160
157 C T von Weizsacker, Wege ir der Gefahr Eme Studie uber Wtrtschafl, Gesell 188 Pacem tn terrts 20
schaft imd Kriegsverhutung, Munich 1976, 39s 47s, 80ss 189 A F Utz, Phtlosophische Grundlager der Wirtscbafts und Soztal Politik, Fnburgo
158 A Fazio, Valori umam in economía «Parlamento» 25 (1979) N 12, 20 24) de Suiza 1961, 11-16, A Tautscher 1 c 114
159 H F Zacher, Soztalrecht und Sozíale MarktwirtschaH, «Stimmen der Zeit» 198 (1980) 190 J P Wogaman, l e 108
319 333 191 Pacem in terrts 19
160 E F Schumacner 1 c 269ss 192 Gaudium et spes 68
161 J P Wogaman, l e 104 y 99 193 H Streithofen, Werlmassstabe der Gíuerscbaft'poltttk Fnburgo dt Sui?a 1967,
162 D Munby, Chrtsttantty and Economic Growth, Londres 1956, 303 T Hengsbach, Die Kampfparttat der Tanfpartner, «Stimmen der Zeit» 198 (1980) 341, 350,
163 E Beutter Die Eigentumsordnung tn der Moralthelogte des 19 Jahrhunderts, G Eadice, The Industrial Democrats Trade Umans tn an Uncertatn World, Londres 1978
Munich y Paderborn 1970 194 J Noonan, J r , The Scholasttc Analysis of Usury, Cambridge 1957, Th F Divine
164 Gaudium et spes 69 Interest An Histortcal and Analytical Study tn Economics and Modern Ethics, Milwaukee
165 Suma teológica, 11-11, q 66, a 2, ed Católica, Madnd, 17 vols Secundum tus 1959, W Weber, GeW und Zins t» der spamschen Spatscholasttk, Munster 1962
naturale omma sunt commuma 195 Populorum progressio 24, cf Gaudium et spes 65
166 Gaudium et spes 69, el concilio remite a la Summa Theologica II-II, q 66, a 7 1% A Fazio, l e 23, J K Galbraith, Money Whence tt Carne Where it Went Bos
insistiendo «Obviamente para la aplicación correcta del principio, deben darse todas las ton 1975, r Beutter, lur sitthcben Beurteilung ion Inílationen Triburgo de Brisgovia 1965,
condiciones exigidas moralmente » G K Kaltenbrunner, Inflatton obne Ende Wer icrltert und wer gewinnp, Fnburgo de Bns
167 Populorun progressio 2i Ambrosio D- Nabuthe c 12 n 53 PL 14 747 govia 1977
168 Mater et magistra 43, Gaudium et spes 34, 35, 67, 69, 71 197 J Messner, El funcionario, Riap, Madrid 1962, A K Rice, Tbe Enterprise and Us
169 Mater et magistra 105 Enviromnent A System Theory of Management and Organizatton, Londres 1963, R W Acker
170 E F Scbumacher, 1 c 55 man, The Social Challenge to Business, Cambridge, Mass 1975, J B Condhffe Capitaltst
171 A B Atkmson, The Economics of Inequahty, Oxford 1975, 38s Enterprise and Bureaucracy, en I Hill l e 83110
172 J P Wogaman, 1 c 96 198 E H Plesser, Wirtschaft und Ethik, «Renovatio» 32 (1976) 56
173 O von Nell Breuning, Commentary on the chapter on soctoeconomic Ufe of Vati 199. R C Baumhart, «Harvard Business Review», enero febrero (1977) 68
can 11, en Lexikon fur Theologie und Ktrche 111, 513s 200 Cf por ejemplo, Code or Ethics and Regulalton of the Direct Selltng Assoctatton
174 Gaudium et spes 71, cf Populorum progressio 24 en I Hill, l e 276 282, Code of Ethics of the National Assoctatton of Relators, l e 359 363
175 W Kerber (dir), Eigentum und Bodenrecht Materialten und Stellungnahmen, Co- 201 Mater et magistra 137-140, K Brunner (dir), The Economics of Pnce and Wage
lonia 1972 Controls, Amsterdam 1976, Th G Meyer, Lohn- und Pretskontrollen ais Instrument der
176 Cf el importante documento de la comisión pontificia Justicia y Paz, de 6 81977, Stabüitatspoltttk Begrundung und Wirksamkett, Bochura 1978
sobre el destino universal de los bienes de la tierra, cf R Orfeo, Vaticano Parole nuove 202 F. Tonmes, Die Entwtcklung der soztalen Frage bis zum Weltkrteg, Berlín y Leip
sulla proprieta, «Rassegna di critica política» 1 (1977) n 5, 57 59 zig 31919, R L Camp, The Papal Ideology of Social Reform A Study tn Histortcal Deve
177 Mater et magis'ra 55 lopment 18781%7, Leiden 1967, St E Szyzik (dir) Cbrtstltches Gesellschaftsdenken im üm
178 Gaudium et spes 71 bruch, Ratisbona 1977
179 Quadragestmo anno 45, AAS 23 (1931) 214, cf Mater et magistra 116 203 Mater et magistra 137-140, Gaudium et spes 66, Pablo vi a la FAO, 911-1974 7 y
180 W Luijpen, Existenttelle Phinomenologie, Munich 1971, 173 8 texto en J Gremillion, 1 c 599 606, B Moore, Los orígenes sociales de la dictadura y la
181 K Marx, Kritik der Nattonalokonomie, en Marx Engels, Kleine okonomische Schnften, democracia, Edicions 62, Barcelona 1973
Berlín 1955, 104 204 Gaudium et spes 52, cf Octogésima advemens 10-12
182 E F Schumacner, l e 263ss 205 Gaudium et spes 66
183 Ibid 278 206 Cf F Coester, Entscheidungsmogltchketten het der Integratwn alterer Menschen, en
464 465
Notas (cap. VIII)
Notas (cap VII)
4 Cf P C Hodgson New Birth of Freedom, Filadelfia 1976, 248
H J Wallraff (dir ), Sozíalethik ¡m Wandel der Gevlhchaft, Limburgo 1974, 82106 D C
5 Después de leer numerosos libios de Dorothee Solle quiero afirmai que comparto mu
Kimmel, Adultbood and Aging An Interdisaphnary üeielopment View, Nueva York 1974
chas de sus ideas y su pasión por la liberación de los oprimidos, pero tengo la impresión
A Fontana, The Last Frontier The Social Meamng o/ Grou ing Oíd Londres 1977, E W
de que su interpretación de la «resurrección» como sinónimo de «insurrección», al tiempo
Manan, Plannmg for the Elderly Filadelfia 1978, F Mayer, Schopferisch alt werden, Inns
que niega constantemente la resurrección personal por completo, contiene un tono de mío
bruck 1978
laancia y una inclinación a la acción violenta en su teología política de la liberación Cf ,
207 Octogésima advemens 810, J R Feagm, U Hahn Ghetto Revolts The Politics ot
por ejemplo, su Wahlt die Wabrheit Stuttgart v Berlín 1980
Vióleme m American Ctttes Nueva York 1973, P H Furfey, Love ani Urban Ghetto Mi
6 Cf R J Cassidy, 1 c 37
ryknoll 1978
7 Cf W Panneberg, Pohtische Dimensionen des Evangehums, en E Horl, l e 16 20
208 Populorum progresólo 3
8 Cf H Peukert (dir ), Diskussion zur <pohttichen Theologier. (con bibliografía sobre
209 Ibid 52, rf íbid /
e' tema) Munich ; Maguncia 1969 Política y liturgia «Concilium^ 92 (Madrid 1974j Cl
210 Mensaje a U Thant secretario general de las Naciones Unidas, 19 11 1970, 9 texto
Geffre y G Gutierre?, Praxis de liberación y fe cristiana (el testimonio de los teólogos
en J Gremillion, 1 c 479
latinoamericanos) «Concilmm» 96 (Madrid 1974), G Bauei, Chnstliche Hoffnung und poh-
211 Documento de Medelhn, Justicia y Paz 9, en J Gremillion, l e 456 458
tucher Fortschntt Die polittsch* Theologie von 1 Ti Metz ils thcologische Btgrundung gesell
212 Cf T N Behrman, Codes for Transnattonal Enterprise*, en I Hill (dlr), I c 125
schaftltcher Verantwortung des Christen, Maguncia 1976, A González Montes, Razón política
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213 TI Dams, lí eltwirtscbaft im Vmb-ucb Konfrontativn oder Kooperation mit der
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Survwal Informe de una comisión internacional independiente ofrecido al secretario general 9 Cf J B Metz, Glauee m Geschichte und Gegenwart, Mainz 1977, lOOss
de las Naciones Unidas, febrero 1980 10 Cf A Rich, Theologische Frwagungen zum Intcgrationsproklem en Th Strohm,
214 Populorum progressio 47 H D Wendland Pohttk und Ethtk Darmstadt 1968, 383 403
215 R L Stivers The Sustatnab'e Society Tibies and Economtc Grovjth Filadelfia 11 Cf D Solle, F Steffensky (dirs ), Pohlisches Nacbtgcbert tn Koln Texle und Ana
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nen Wasserstoff Wirtschaft Munich 1980 13 Octogésima Advemens 37
217 M Larnb en F Lawrence Loneigan Worskshop Mi^scula 1978, 289 14 J Gremillion, The Gospel of Peace Cathohc Social Teacbtng unce pope Jobn XXIII,
218 J K Galbraith, Hoto to Control the Müitary Garden City, N J 1969, G y P Mi Maryknoll 1976, 45
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III, 1975, 551 ss, ct también La esencia de la fe cristiana, Marova 1974
16 E Jungel, Reden fur die Stadt, Munich 1979, 32
Capítulo VIII (p 338 402) 17 Cf J Bennett, Chrislian Ethtcs and Social Pohcy Nueva York 1946, A Rich
Glaube tn polttischer Entschetdung Bettrage zur Ethik des Pohtischen Zurich y Stuttgart
1 Cf F Moderstein, Menschenbild und Gesclhchaftsidee 7ur Knsis der pohtischen Ethik 1962, K G Steck, Krttik des pohttscben Katbohzismus, Francfort 1963, A Schardt Inte
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a Way of Helping People, Minneápolis 1974, C F von Weizsacker, Wege tn der Gefahr, 21 I Ellul, The Ethtcs of Freedom, Londres 1976, 386
Munich 1976, H Goltwitzer, Forderungen der Umkehr Beitríge zur Theologie der Gesell 22 a A Rich, 1 c 387
schaft, Munich 1976, id , Forderungen der Freiheit, Munich 1962, R F Goodin, The Politics 23 J Ellul, 1 c 379
of Rattonat Man, Londres 1976, D Sternberger, Dtei Wurzeln der Pohttk, Frankfurt 1978, 24 Gaudtum et spes 76, Octogésima advemens 46
F D Wilhelmson, Christiamty and Pohtical Philosophy, Athens, Gt 1978, St Hampshire (dir ), 25 Octogésima advemens 4, cf 48 50
Prívate and Public Moraltly, Cambridge 1978, T Rendtorft, Pohtische Ethtk und Chrtsten 26 E Schillebeeckx, El magisterio y el mundo pohtfo, «Conalium» 36 (Madrid 1968)
tum, Munich 1978 404 427, E W Bockenforde, Ktrchhcher Auftrag und pohtische Entschetdung, Fnburgo de
2 Cf J Hempel, Pohtische Abstcht und pohtische Wirkung im bibhschen Schrifttum Bnsgovia 1973, F S Potts, Kircben und Pohttk tn Deutscbland, Stuttgart 1976, F Furger,
Leipzig 1938, E F Scott, Man and Society in the New Tettament, Nueva York 1946; P Leh Hilfe zui Freiheit ethtscbe Verhundigung tn emer plurahstiscben Gesellschaft, «Studia mo
mann, Ideology and Incarnatton, Ginebra 1962, id , The Transfiguraron of Polines, Nueva ralla» 15 (1977) 713 730, U Damemann, Theologie und Pohttk ím Denken Karl Barths,
York 1975, R Horl (dir), Dte Pohttk und das Heil, Maguncia 1968, R T Cassidy, Jesús Munich 1977, M Cordero (dir), L'aulunno del concordato, Turnio 1977.
Pohtics and Society A Study of Luke's Gospel, Maryknoll 1978 27 Especialmente significativo de esta concepción es el título de un famoso libro de
3 Cf R J Cassidy, 1 c 71 Karl Barth Comunidad cristiana y comunidad civil, Fontanella, Barcelona 1976
466 467
Notas (cap VIII)
Notas (cap. VIII)
walten tn Neuen Testament Fnburgo de Bnsgovia 1958 A A Berle Power, Nueva Yoik
28 Gaudium et spes 76, l 1969 F Bockle 5 J Pohier (dirs ) Power and the Word ol God tr cast Problemas
29 Ibid 76 1 éticos del poder «Concilium» 90 (Madrid 1973), W Weber (dir ), Machí, Dtenst Herrschaft
30 Juan Pablo II citado en E W Bockenforde, Vas neue politische Engagement der m Kirche und Gesellschaft, Fnburgo de Brisgovia 1974, St Clegg, Power, Rule and Do
Kirche Zur «polttischen Theologie» Jobannes Pauls II, «Stunmen der Zeit» 198 (1980), 219 mtnatton A Cntical and Empirical Vnderstandmg of Pouier tn Sociologtcal Theory and
234 cita p 228 Organizational Life, Londres y Boston 1975, P Tournier, Vtolence et puissance, París 1977
31 Gaudium et spes 76 6 M Parenti, Power and the Powerless, Nueva York 1978, H B Streithofer, Macht und Moral
32 C£ K Rahner, Kirche und sakulare Welt en id , Übei die bletbende Bedeutung Dte Grundwerle tn der Pohttk Stuttgart 1979 F Hammer, Macht, Wesen, Formen Gren
des Zweiten Vatikanischen Konzils Munich 1979 6 7 zen Kómgstein 1979
33 a H Maier, Der Katholtk ais Burger, «Evangelische Kommentare» 13 (1980) 29 32 57 R Guardmi, Die Macbt Versuch emer Wegewitsun% Wurzburgo '1965, id , Der
34 Cf V Kubálkova, Moral Precepts and Contemporary Soviet Polttics, en R Pitmann unvollendete Mensch und dte Macht Wurzburgo 1956
Moral Claims in World Afjatrs, Londres 1979, 170-193, Z Brezxnski, Soiiet Marxism A 58 Cf R Hauser, l e 79
Critical Analysis, Cambridge Mass 1967 The Road to Commumsrr Vocuments of the 59 D Solle, Wahll dte Wahrhett, Stuttgart y Berlín 1980, 134
22nd Congress of CPSU, Moscú 1961 60 C F von Weizsacker, Wege m der Gefahr, Munich 1976 252
35 Cf H O Vetter, "Die dntte wdustrieüe Revolution, «Evangelische Kommentare» 13 61 T R Armstrong y K M Cinnamon, Power and Auto'ity in Law Enforcement
(1980) 193195 Spnngfield, 111, 1976 St S Nagel, The Criminal Justtce System Londres 1977, H Fou
36 Cf G Leclercq, Morale ou moralisme?, París 1979 198, J Habermas, Über das cauld, Discipline and Punish The Btrth of the Prtson, Nueva York 1977, G Newman
Verhallms von Poltttk und Moral en Th Strohm, H D Wendland (dirs), Polttik und The Puntshment Response, Filadelfia 1978, W Molinski (dir), Versohnen oder Bestrafen
Etbik, Darmstadt 1969, 61 90 Perspektiven fur die Slraffalltgenhilfe Fnburgo de Bnsgovia v Gotmga 1979
37 Cf E Kamenka, Marxismus and Ethics, Nueva York 1969, id , The Ethtcal Foun 62 Cf H H Punke, Lducatton Lawlessness and Pohtical Corruptton tn America, North
dattons of Marxism, Londres 1971 R T de Geoige Soviet Fthics and Morality, Ann Arbor Quincy/Mass 1978, 120
1969 63 Cf L L Berg H Hahn, J R Schmidhauser, Corruptton tn the American Political
38 W Dirks, Hat der Marxismus Raum fur eme Moral?, en id , Das schmutxtge Ge System Mornstown, N J , 1976, A S Rose, Corruptton A Study m Polittcal Economy,
<cbaft Die Pohtik und die Verantworlung der Chnslen, Fnburgo de Bnsgovia 1964, 135 Nueva York 1978 G S Benson, Pohtical Corruptton m America, Lexington, Mass , 1978
39 Ibid 154 64 R E Goodin The Polttics of Rational Man, Nueva York 1976, 16 y 18
40 N Machiavelli, 11 principe, escrito en 1513 v publicado por primera vez en 1531, 65 Cf A Kneier, Ethics tn Government Service A Cntical Look al Federal Conflict
cf G Ritter, Politische Etbik Der historiche Ursprung ihrer Problemattk, en Th Strohm of Interest Regulations en I Hill (dir) The Ethtcal Basis of Economtc Freedom, Chapel
H D Wendland (dirs ), 1 c 12 27, G Ritter, El problema etico del poder, Revista de Occi HiU, N C , 1976, 215 232, cita p 218
dente, Madrid 1972 66 Ibid 229
41 R Nlebubr, An lnterpretation of Chrtstian Ethics, Nueva York 1935, 105 67 M D Chenu, Vox popult — vox Det Dte offentliche Meinung m dem Volke Gottes
42 R Niebuhr, The Children o) Light and the Children of Darkness, Nueva York 1944, en R Horl (dir ), Pohttk und das Hetl, Maguncia 1968, 66, cf G Gorschenk (dir ), Grund
68 werte tn Staat und Gesellschaft, Munich 1977
43 Ibid 71 68 Gaudium et spes 73, cf ibid 75
44 Cf G Ritter, l e 25ss 69 Octogésima advemens 47
45 A L Burns In¡ustice and Evi' m the Politics of the Powers en R Pittnan (dir) 70 Cf M Imboden, Die politlscben Systeme, Basilea 1962, R S Downie, Government
l e 125 Action and Morality Some Principies and Concepts of Liberal Democracy, Londres y Nueva
46 H Dietzfelbinger, Veránderung durch Vergebung Dber eme elementare Lebensfunk York 1964, R H Horwitz, The Moral Foundations of the American Republtc, Charlottesville
I ion der GcscUschaft «Evangelische Kommentare» 12 Í1979) 390 1977
47 H Schlier, Die Bedeutung des Staates im Neuen Testament en i d , Die Zeit der 71 Octogésima advemens 47
Kirche, Fnburgo de Bnsgovia 1956, 3, cf O Cullmann, Estado en el Nuevo Testamento, 72 Cf Gaudium et spes 75
Taurus, Madrid 1966, id , Jesús y los revolucionarios de su tiempo Herder, Barcelona 31980, 73 Cf Pacem tn terris 138, cf ed castellana Herder Barcelona 1968, con comentario
R Notzik, Anarchy, State and Utopia, Nueva York 1974 R Stone, Realism and Hope de A F Utz
Washington, D C , 1977 74 Cf lo que se dijo en Libertad y fidelidad en Cristo III, págs 177183, sobre
48 Suma teológica, I I I , 21,4 ad 3, ed Católica, Madrid 17 vols Homo non ordina la dinámica del pluralismo
tur ad communitalem politicam secumdum ss totum et secumdum omnia sua 75 Cf H Schelsky, Der selbstandtge und der betreute Mensch Stuttgart 1976, 34ss,
49 Octogésima advemens 46 C F von Weizsacker, Wege tn der Gefahr 246
50 Suma teológica, I I I I , 105,1, ed Católica, Madrid, 17 vols 76 Cf R Niebuhr, Consensus tn emer demokratiscben Gesellschaft, en Th Strohm H D
51 Mater et magislra 3 Wendland (dirs ), 1 c 201 y 208
52 Ibid 61, 79, 105, 127 77 Gaudium et spes 74
53 Cf J Gremúlion, 1 c 5-7 78 Cf E Weisband y Th Frank, Resignation tn Protest Pohtical and Ethtcal Chotees
54 O von Nell Breunmg, Impuestos, Moral tributaria, en Sacramentum Mundi III, between Loyalty to Team and Loyalty to Consctence tn American Polttical Life, Nueva York
854 858 (con bibliografía), B Tretter, Die Steuermentalitit Ein tnternattonaler Vergletch, 1975, D Hollenbach, Claims tn Conflict Retitevmg and Renewing the Catholtc Human
Berlín 1974, G H Udias, Implicaciones éticas del fraude tributario, «Pentecostés» 17 (1978) PJghts Tradttton, Paramus, N J 1979
111 132, K H Monch, Steuerkrimmalitat und Sanktionswabrschetnlichkeit, Francfort 1978 79 Pacem tn terrts 52
55 Cf R Hauser, Was des Kaisers tst, Francfort 1968, 19ss 80 Ibid 51.
56 P Tilhch, Love, Power and Justtce, Londres 1954, H Schlier, MScbte und Ge
469
468
Notas (cap. IX)
Notas (cap. VIII)
4. J. Macquarrie, l.c. 15.
81. Suma teológica, M I , q. 93, a 3 ad 2, ed. Católica, Madrid, 17 vols., cf. ST II-II, 5. J.V. Taylor, Bnough is Enougb, Londres 71976, 41.
q. 104, a 6 ad 3; «La persona tiene que obedecer a la autoridad civil en la medida en que 6. J. Macquarrie, l.c. 19.
el orden de justicia lo exige.» 7. ¿Acaso no podríamos considerar el tema de la reconciliación entre israelitas y pales-
82. E. Jüngel, Reden für die Sladt, Munich 1919, 36. tinos como símbolo parcial del cumplimiento de las profecías roesiánicas?
83. Sobre revolución y violencia, cf.: T. Rendtorff, Christentum zwischen Revolution 8. El concilio Vaticano n alude frecuentemente a estos textos bíblicos sobre Cristo,
und Restauration. Politiscbe Wirkung neuzeitlicber Tbcologie, Munich 1970; H. Cámara, paz y portador de la paz, p.e.: Lumen gentium 9; Gaudium et spes 38, 77, 78.
Revolution through Peace, Nueva York 1971; M. Hengel, Victory over violence, Filadelfia 9. Cf. H. Beck, eirene-Friede, en L. Coenen (dir.), Begriffslexikon zum Neuen Tesla-
1973; id., Wat Jesús a Revolutionary?, Filadelfia 1971; W. Becker, H. Maier, M. Spicker, ment I, Wuppertal 1967, 388.
Revolution, Demokratie, Kirche, Paderborn 1975; E J . Hobsbaum, Revolución industrial 10. Cardenal Maurice Roy, Reflections on Pacem in tenis (11 de abril de 1973), n. 120
y revuelta agraria, Siglo xxi, Madrid; J.G. Davies, Christian Politics and Violent Revo- (A los diez años de la «Pacem in Terris», PPC, Madrid 1973); en J, Gremillion, l.c. 555.
lutions, Maryknoll 1976; R. Salert, Revolutions and Revolutionanes, Four Theories, Nueva 11. Pablo vi, Populorum progressio 75 (citando el discurso que pronunció Juan xxm
York 1976; C. Audry, Les militants et leurs morales, París 1976; J.P. Gunneroan, The al recibir el premio Balzan de la Paz, 10 de mayo de 1963, AAS 55 [1963] 455).
Moral Meaning of Revolution, New Haven 1979; A. Hortelano, La violencia, en Problemas
12. Lumen gentium 38 (texto castellano en Concilio Vaticano II, Constituciones, decre-
actuales de la moral, Sigúeme, Salamanca 1980, II, 9-223; M. Vidal, Moral de actitudes,
tos, declaraciones, BAC, Madrid 51967, 9ss).
Perpetuo Socorro, Madrid 1980.
13. Pablo vi, Mensaje para la celebración mundial del día de la paz (1.° de enero de
84. J. Moltmann, Religión, Revolution and the Future, Nueva York 1969. 1975), n. 13, texto en AAS 55 (1963) 455.
85. Cf. P. Freiré, Pedagogy of the Oppressed, Nueva York 1970; id., Bducation for
14. J. Ellul, The Ethic of Freedom, Londres-Oxford 1976, 383.
Critical Consciousness, Nueva York 1973.
15. C F . von Weizsacker, Der Garlen des Menschlichen, Munich 41978, 5-14s.
86. Cf. G. Lagos, Revolution for Being, Nueva York 1977.
16. R.J. Cassidy, Jesús, Politics and Society. A study of Luke's Cospel, Maryknoll 1978,
87. Cf. M. Walzer, The Revolution of the Saints, Nueva York 1969.
88. Cf. K. Barth, Comunidad cristiana y comunidad civil, Fontanella, Barcelona 1976, 23; 45.
H. Gollwitzer, Forderungen der Umkebr, Munich 1976, 35ss; R. Spaemann, Crítica de las 17. J. Macquarrie, l.c. 16.
utopías políticas, Rialp, Madrid. 18. Quotations from Chairman Mao Tse-Tung. «Foreign Languagc Press», Peking 1966,
89. Cf. H. Dichgans, Die Well verandern. Reform oder Revolution, Dusseldorf 1974, 225ss. 214.
90. Cf. W. Dirks, Das scbmutzige Geschdft. Politik und Verantwortung der Cbristen, 19. F. Nietzsche, Also sprach Zarathuslra, Leipzig 1916, VI, 67; cf. 359 (versión caste-
Olten 1964; H.H. Punke, Education. Lawlessness and Political Corruption in America, llana: Así habló Zaratustra, Bruguera, Barcelona 1979).
North Quincy, Mass., 1978. 20. N. Machiavelli, II Principe, Florencia 1857, cap. xiv, 43 (versión castellana: El
91. Cf. Ch. Zimmer, Cine y política, Sigúeme, Salamanca 1976; M. Tracey, The Pro- príncipe, Espasa-Calpe, Madrid 1979).
duction of Political Televisión, Londres 1977; P. Ñau, Zur Kritik des politischen Films 21. Card. M. Roy, l.c. 93, en J. Gremillion, l.c. 548.
Colonia 1978. 22. Cf. C F . von Weizsückef, Wege in der Gefahr, Munich 1976, 215.
92. Gaudium et spes 75. 23. E.F. Schumacher, Smatt is Beautiful 34.
93. Ibid. 24. Para esta sección, cf. R.H. Bainton, Christian Altitudes Toward War and Peace.
94. G. y P. Mische, Toward a Human World Order. Beyond the National Security A Historical and Critical Survey and Evaluation, Nueva York 1960 (versión castellana:
Straitjacket, Nueva York 1977; R. Pittman (dir.), Moral Claims in World Affairs, Londres Actitudes cristianas ante la guerra y la paz, Tecnos, Madrid 1963); H. Asmussen, Krieg
1979.
und Frieden, Osnabruck 1961; K. Hammer, Christen, Krieg und Frieden, Olten-Friburgo
95. Pacem in ierris 98. de Brisgovia 1972, W. Huber (dir.), Kirche zwischen Krieg und Frieden, Stuttgart 1976;
96. H. Boíl, Human Rights and World Politics, en R. Pittman (dir.), l.c. 82.
id,, Christentum und Militarismus, Munich y Stuttgart 1974; M.A. Bressler y L.A. Bressler,
97. V. Kubálková, Moral Precepts of Contemporary Soviet Politics, en R. Pittman (dir.),
Peace and War. Can Humanity Make the Chotee?, Englewood Cliffs, N J . , 1977; LX.
l.c. 170-193.
Farrar, Jr. (dir.), War. A Historical, Political and Social Study, Santa Bárbara y Oxford
98. C F . von Weizshcker, Der Garlen des Menschlichen, Munich "1978, 103.
1978.
99. N. 16, texto en J. Gremillion, l.c. 382.
25. R.H. Bainton, l.c. 14.
26. Ibid. 14.
Capítulo IX (p. 403-437) 27. Ibid. 53-54,
28. Cf. E.E. Ryan, The Rejection of Military Service by the Early Christians, «Theo-
1. R. Schneider, Der Friede der Welt, Wiesbaden 1956; E. Biser, Der Sinn des Frie- logical Studies» 13 (1952) 1-32.
dens, Munich 1960; J. Comblin, Théologie de la paix, París 1960; A. Sustar (dir.), Papst 29. R.H. Bainton, l.c. 70 y 73.
Paul VI: Friede ais Auftrag, Lucerna y Munich 1968; H.H. Schmid, Frieden ohne ¡Ilusio- 30. Ambrosio, De Officiis m'mistrorum, PL 16, 74-78; 81-86; Agustín, Epist. 47,5 PL
nen. Die Bedeutung des Bcgriffs «Scbalom» ais Gmndlage für eine Théologie des Frieiens, 33,186-187.
Zurich 1971; G. Liedke (dir.), Frieden, Bibel, Kirche, Stuttgart y Munich 1972; J. Mac- 31. Basilio, Epist. 101, PG 32,682
quarrie, Tbe Concept of Peace, Nueva York 1973; K, Forster (dir.), Vergebung, Versohnung, 32. R.H. Bainton, l.c. 161.
Friede, Donauworth 1976. 33. M.E. Hirst, The Quakers in Peace and War, Londres 1923, 130.
2. J. Macquarrie, l.c. ls. 34. Gaudium et spes 79; cf. Concilio Vaticano II, Constituciones, decretos, declaracio-
3. Cf. R.H. Bainton, Christian Altitudes Tacará War and Peace. A Historical Survey nes, ed. Católica, Madrid =1976; 209ss.
and Critical Evaluation, Nueva York 1960, 18. 35. R.H. Bainton, l.c. 14.
470 471
Notas (cap IX) Notas (cap IX)
36 Aristóteles, Política I 1256 (cf versión castellana de J Pallí Bragueta, Barcelona 65 Erasmo Querela Pacis (Lamento de h Paz) LX \ Reimpresa la ed principe de
1974), cf R H Bamton l e 23 26 Basilea 1517 por B Wendt, Froben Verlag Munich 1961
37 Cicero, La república III 35 (versión castellana Aguúar, Madrid 1980) 66 Cf D Prasad y T Smythe (dirs ), Conscriptton A World Survey Compulson
38 Ambrosio, De ftde cbristiana II, PL 16 587 590 Military Service and Reststance to u Londres 1968, U Duchrow y G Scharffenorth (dirs ),
39 R H Bainton, l e 95 99, cf G Combés, La doctrine poltttque de Saint Augustm, honfllkte zwischen ¥ehrdienst und Friedensdlenst Fin Sti jkturproblem der Ktrche Stuttgirt
París 1927 y Munich 1970, B Montanan, Obiezione di coscienza U« analtsi det suot fondamenti etici
40 Suma teológica I I I I q 40, ed Católica, Madrid 17 vols e pohttci Mlhtn 1976, V Raubaut hriegsdtemtverwei&eri ti?, heule Geuussens— md Rech's
41 Cf J T Johnson Morahty and Forcé tn Statecraft Paul Ramsey and the Just War ftagen, Munich 61977
Traditwn en J T Tohnson y D Smith (dirs), Love and Society Essays tn the Ethics of 67 Gaudium et spes 79
Paul Ramsey, Missoula 1976 93 114, L Walter, Htstortcal Applications of the Just War 68 Gaudium et spes 79 El sínodo de obispos celebrado en Roma (noviembre de 1971)
Theory Four Case Studies in Normative Ethics, I c 115138 M Walzer Just and Un/ust en su documento sobre justicia n ° 65, publico un texto fuerte tanto sobre la objeción
War A Moral Argument uiith Htstortcal Uluslrations, New York 1977, J F Childress de conciencia como acerca de una estrategia de la no violencia cf J Gremillion 1 c 526s
Just War Theortes The Bases, Interrelation Pnorities and Foundation of their Criteria,
69 Sobre la acción no violenta como alternativa al pacifismo y guerra, cf Mahadev
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42 L Walter, l e 133 Fischer, The Life of Mahatma Gandhi Londres 1951, M K Gandhi, Autobiografía, Kraft
43 Cf J T Johnson 1 c 107, T Merton On Peace Londres Oxford 1976 22 Buenos Aires J Bondurant, Conquest of Vtolence the Gandhian Philosopby of Confita
44 R H Bamton, l e 131 Berkeley 1967 R Regamey, Non vtolence et conscience chretterne París 1958 A Roberts
45 L Walter, l e 135 (dir), Cwilian Resístame as a National Defense, Baltimore 1969, G Sharp, The Politics
46 R H Bamton, 1 c 207 209, cf J Mausbach Vom gerechten Krieg Munster 1914, of Non Violent Action, Boston 1973, id Explormg Non violent Alternatives, Boston 1973
K Holl, Gesammelte Werke III 1928, 147170 (un discurso pronunciado en 1917) A Montagu The Nature of Aggres ton Oxford 1976 R Schutz La violencia de los pací
47 R H Bainton, l e 225 cf Vera Bnttain, Seeds of Chaos, Londres 1944, 15 ¡icos, Herder, Barcelona '1978
48 T Merton, 1 c 31 70 L del Vasto Gandm to Vmoba Nueva York 1974 215
49 «Christian Century» (22 de marzo de 1944) 361, J C Ford, The Morality of Obltte- 71 Cf P Lehman The Transfiguraron of Polittcs Nueva York 1975, 79102, 264 274
ration Bombmg, «Theological Studies» (sept de 1944) 261309 72 H Goss Mayr Dií Wahrheit und Kraft des Trtedens «Diakonia» 11 (1980) 48 50
50 Gaudtum et spes 80, cf íbid 79 73 Gaudium et spes, 78, cf Card Roy, 1 c , n 96 98, en J Gremilhon 1 c 549
51 R H Bainton, l e 51 (sobre «guerras santas» y cruzadas, l e 44 52 v 101 121 con Documento de Medellin sobre la paz, n ° 15, en Giemillion, 1 c 459
bibliografía), G von Rad, Der hetlige Krieg im Alten Israel, Gotinga 1965, cf también 74 Cf A Roberts Czechoslovaha A Bit'le Won a War Lost en T Dunn (dit )
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21976, p 346-357 75 Para el tema del desarme, cf W Dirks Fricde itn Aiomzeüaller Miguncia 1967
52 Gaudium et spei 82 E von Weizsacker (dir ), hC-Waffen und Fnedenspohttk, Stuttgart y Munich 1970, D Seng
53 R H Bamton, l e 243 haas, Abschreckung und Frieden Studien zur Kntik organtuerten Fuedlosigkeit ? rjncfort
54 Ibid 166 1969, id , Rustung und Militansmus Francfort 1972 L Knorr Vom Wettrusten rur Ab
55 Ibid 168 rustung, Colonia 1978
56 Cf U Albrecht, Milttarhtlfe und Ruslungsimporte m Entwtcklungslander, en H 76 «Wirtschaftswoche» 13 de mayo (1980) 41
Kunst y H Tenhumberg (dirs ), Internationale Wtrtschaftsordnung, Munich y Maguncia 1976, 77 Cf K E Boulding, l e 95ss
114s 78 Card M Roy, 1 c n 106
57 Cf Ph Schmitz Paztfismus mit neuen Aüzenten? Zu den Frtedensbewegungen m 79 Gaudtum ct spes 81
den USA, «Herderkorrespondenz» 34 (1980) 330 333
80 Pacem m terris 112ss, cf Gaudium et spes 81 v 82, cf H Trettner, Der hl Stuhl
58 Alocución de Pablo vi en la Asamblea General de la ONU, 4 de octubre de 1965 und dte Abrustung «Kathoh^che Intern Zeitschnft» 7 (1978) 151 165
n 19, en J Gremillion, 1 c 383 81 K E Boulding, 1 c 103
59 Para esta sección, cf F Bockle, La paz y la guerra moderna, «Concilium» 15 82 Ibid 116
(Madrid 1966), C A van Ouwerkerk, El debate sobre la guerra moderna en Holanda y 83 J Dedring, Recent Advances tn Peace and Confhct Research A Crittcal Survey Ion
Francia, ibid , 125132, K Fischer, Erlosung zum Frieden, «Onentierung» 37 (1973) 80-84, dres 1976, 81ss
B Haring, Gerechtigkeit und Frtede, en Myslerium Salutts V, Emsiedeln 1976, 270 284 84 C F von Weizsacker, Wege tn der Gefabt 132
(versión castellana Cristiandad, Madrid 1975, 5 vols ), C F von Weizsacker y U Scheuner
85 Cf R Coste comentario a Gaudium el ¿pes 7«ss en Lextkon fur Theolngie und
Die Christenheit und der Weltfriede, Bonn y Bad Godesberg 1976, W J Weilgart, Peace
hache Erganzungsband III 529
through People A Human Philosophy of Survival for the Panatomic Age, Decorah 1977,
86 R H Bamton, l e 265266
R Schneider, Emberufung zum Frieden, Gutersloh 1978, Juan Pablo n, mensaje para la
87 Gaudium et spes 81
celebración del día mundial de la paz, 22 de diciembre de 1978, y su alocución en la
88 Gaudtum et spes 82
asamblea general de la ONU «Herderkorrespondenz» 33 (1979) 83 88, 554 561
89 Ch E Osgood, An Alternatwe to War or Surrender, Urbana, 111 1962, cf T De
60 Gaudium et spes 81 riring, 1 c 173ss
61 Card M Roy, 1 c , n 81 90 T Merton, l e 21
62 K E Bouldmg, Stable Peace Austin y Londres 1978, 94 95 91 R H Bamton l e 259
63 C F von Weizsacker, Wege in der Gefahr, Munich 1976, 111
92 Para el tema de la investigación sobre la paz ademas de las obras mencionadas
64 C F von Weizsacker Der Garten des Menschlichen, Munich 41978, 44 45
puede verse C F von Weizsacker, Der ungesicherte Frtede, Gotinga 1969, id , (dir ), Kriegs
472 473
N o t a s (cap. I X )
iolgen und Kriegsverhülung, Munich 1971; G. Scharffenorth y \V. Huber (dirs.), Bibliogrjpbie
zur Friedensforschung, Stuttgart y Munich 1970; id., Neue Eibtiographie zur Friedensforschung,
Stuttgart 1973; A. Kuhn, Tbeorie und Praxis hisloriscber Friedensforschung, Stuttgart 1971;
A. Curie, Conflictividad y pacificación, Herder, Barceloru 1978; E. Czempiel, Scbwerpunkte
der Friedensforschung, Munich 1972; D.W. Wainhousc, International Peacekeeping at
Crossroads, Baltimore 1973; D. Senghaas, Gewalt, Konfltkt, Friedcn. Essays zur Friedens-
forschung, Hamburgo 1974; R.A. Falk, This Fndangered Vianet: Prospects and Proposals for
Human Survival, Nueva York 1971; id., A Sludy for Future World, Nueva York 1975; R.J.
Rummel, Understanding Conflict and War, Londres 1975; P. Wehr y M. Washbum, Peocc
and World Order Systems. Teachtng and Research, Londres 1976; J. Galtung, Tbe True
World, Nueva York 1977; M. Funke (dir.), Friedensforschung. Entscbeidungshilfe gegen Ge-
walt, Bonn 21978; de entre la docena aproximada de publicaciones que informan de las in-
vestigaciones sobre la paz, quiero mencionar «Journal of Peace Kesearch. An International
Journal of the Scientific Study of Conñíct and Conflict Management», dir. por W. Isard, ÍNDICE ANALÍTICO
Universidad de Pcnnsylvania, a partir de 1973.
93. Cf. K.E. Boulding, l.c. 127-131; G. y P. Mische, Toward a Human World Order:
Beyond the National Security Straitjacket, Nueva York 197"', 321.
94. Card. M. Roy, en sus reflexiones sobre Pacem in terris de Juan xxni 56, entiende Aberraciones sexuales 329s llamada al 144
esta encíclica como una «fenomenología de la paz». Aborto 25 27 29 35 43 47-55 68 382 y paz 436
95. Cf. R. May, Power and Innocence. A Search for tbe Sources of Violence, Nueva como elección privada 48ss y poder 349 375
York 1972. directo e indirecto 53ss Ancianidad 330s
96. Cf. C F . von Weizsácker, Wege in der Gefabr, 145ss; J. Dedring, l.c. 141-159. espontáneo 50s Animación 24s 28s
97. K.E. Boulding, l.c. 142. implicaciones morales 48ss Anti-baby, actitud 38
98. Ibíd. 114-115. selectivo 51s Anticlericalismo 353s
99. G. y P. Mische, l.c. 315ss. Antropocentrismo cristiano 197ss
terapéutico 55
100. Cf. S.A. Mendlovitz (dir.), On the Creation of a Just World Order. Preferred
Abraham 132 227 Antropología 225 227
Worlds for tbe 1990's, Nueva York 1975.
Academia suiza de ciencias médicas 124 Apnea 111
101. a . R.A. Falk, l . c ; J. Dedring, l.c. 64ss.
102. Para educación en la paz, cf.: D. Emeis, 7.um Frieden erzieben. Fin Arbeitsbucb, Actio miserear 270 Arbitraje vinculante 321
Munich 1968; M. Montessori, Ueducazione e Pace, Garzanti, Milán; ch. Wulf (dir.), Hand- Acton, lord 376 Aristóteles 25 189 237 369 4 B 418
bnok for Peace Education, Francfort 1974; H.L. Elvin, Education and Peace, en T. Dunn Adán 191 Armamentista, carrera 206 420 424s
(dir.), Foundations of Peace and Freedom, Swansea 1975, 125-136. Adler, Alfred 79 427s
103. T. Merton, l.c. 115. Administrador 23 57 91 ARN (ácido ribonucleico) 25
104. A. Maslow, Farther Reacbes of Human Nalure, Nueva York 1971, 19. A D N (ácido desoxirribonucleico) 25 Asesinato 58s
105. Cf. A. Plack, Der Mythos vom Aggressionstrieb, Colonia 1973.
46 91s 186 218 Asociación Médica Mundial 92
106. C F , von Weizsácker, Ver Gartsn des Menschlichen 39ss.
Agresividad 433 Ateísmo 156
107. E.r. Schurnacher, The Economics or Vermanence, en T. Dunn (dir.), l.c. 93-106,
citas, 101. 102. Agustín, san 47 150 173 412s Auer, Alfons 174
108. Card. M. Roy, l.c. 123, en J. Gremillion, l . c , 555. A I D (esperma de un donante anó- Autoexperimentación 93
109. Citado por C F . von Weizsácker, l.c. 572. nimo) 44s Autoridad 154 176
110. C F . von Weizsácker, l.c. 546. A I H (esperma del esposo) 44 mundial 402
111. H. Cámara, Revolucao dentro da paz, según la trad. Revolution through Peace, Alberto Magno, san 24 Autotrasccndencia 23ss 28 64 83
Nueva York 1971, 130. Alcohólicos anónimos 87
112. J. Macquarrie, l.c. 34. Alcoholismo 56 84-88 101 Bacon, Francis 189 192
113. Gaudium et spes 92. Alejandro Magno 201 Baer, E. von 25
114. Card. M. Roy, l . c , 159-166, en J. Gremillion, l.c. 564-565. Alfonso M. a de Ligorio, san 53
115. C F . von Weizsácker, Etbical and Political Questions of the Alomic Age, Londres Baile de san Vito o corea de Hun-
Alianza de las generaciones 358 tington 31
1959, citado por R.H. Bainton, l.c. 260.
Alimentación artificial 127 Bainton, Roland 410 414 417 427s
116. Citado por W. Nigg, Bruder Klaus. Eine Begegnung mit Nikolaus von Flüe, Lucer-
na 1977, 57. Ambientales, problemas 34s 203ss 213 Barth. Karl 106 146 174
Ambrosio, san 309 412 413 Basilio, san 412
Amery, Cari 182 Beneficencia 122s
Amniocéntesis 51s «Benemortasia» 126
Amor Bergson, Henri 225
475
474
Índice analítico índice analítico
476 477
índice analítico í n d i c e analítico
Drogadicción 84-88 101 382s somática 77 80s y moral 167ss 227 atómica 415 424ss
Duchrovv, Ulrích 154 y padecimiento 65s y oración 63ss justa 412 417
Dyck, Arthur J. 34 126 Engels, Friedrich 262 359 361 y política 346s santa 416ss 435
Erasmo 363 420 y sufrimiento 65s y guerras 59s 364s 366 378 403
Ecología Erikson, Erik 79 Feuerbach, Ludwig 114 279 408 411 432
conferencia mundial sobre 198 Ehrlich, Paul 189 Fertilización in vitro 45 Gundlach, Gustav 276
e industria automovilística 187 Esclavitud 277 326s Fetichismo sexual 89 Gurvitch, George 225 252 254ss
v esperanza 195ss de la población 418 Fidelidad
y propiedad 198s Esperanza cristiana 180 391ss 420 a la alianza 297 338 403 431 Health Research Council 186
Ecológica, irresponsabilidad 196s 200 Esperma, venta de 44s y solidaridad 296 Hegel, Georg W. 237 277 279
216s Estado Filantropía 262ss Heidegger, Martin 95 136 182
véase también Educación ecológica bienhechor 290 304 370-374 Filogénesis 28 Fleisenberg, Werner 194
Economía y política 368 Ford, John 415 Herodes 341
autónoma 262 Esterilidad 36 Francisco de Asís 422 437 Heterocigotos 31s
crecimiento constante 335 Esterilización 36-43 Francisco de Vitoria 417 Hildebrand, Dietrich von 175
de salvación 266 de retrasados 41s Frankl, Viktor 80s Histerectomía 36 38s
escuela del laissez-faire 287 directa e inditecta 37-40 Fraude tributario 372ss Hitler, Adolph 31 41 51 5} 105 253
realidad omnipresente 265s genética 41s Freud, Anna 79 339 365 415
vocación personal 264s impuesta 41s Freud, Sigmund 433 Hobbes, Thomas 408
y ética 287 310 terapéutica 40-43 Fromm. Eric 80 Hoefnagels, H. 219
y filantropía 267s Ética Función de lo-; ejecutivos 324s Hominización 24 29
y las bienaventuranzas 258-261 267 empresarial 298 302s Funerales 118s Homocígotos 31s
y lucro 293 política 338 356 360-363 Homofilia 90
y necesidades humanas 292s pluralismo de 364s Galileo 141 169 Homosexualidad 88ss
y política 266 306 Eugenesia 46 Gandhí, Mahatma 177 215 223 290 Horney, P. 80
y religión 266 Eutanasia 103-109 124 332 422 Hospicios y pacientes moribundos 127
y sabiduría 208 Evangelización 235 25ls 260 349 Gaudium et spes 275 27.S Huelga 319ss
y sociedad 263s Experimentación Gaulle, Charles de 38S Hugo de San Víctor 191
y vida sociopolítica 305s científica 88ss Gemelización 26 Humanismo cristiano 229 366
Educación médica 92 Generatividad 30 Hume, David 383
de la juventud 33 ls no terapéutica 93 Genes defectuosos 31
de los niños 85 232 358 terapéutica 92s Genética Ideología de ciedmiento constante
del consumidor 203 Exterminio por bombas 415s investigación 186 201 ss
ecológica 209 218 terapia 46 Iglesia
política 396ss Fairservis, Walter 184 Genético como institución 148
sobre la droga 86s Familia asesoramiemo 51 como modelo socioeconómico 268s
y tribunal supremo 60 y economía 265s esterilización 41s 272s
Eibach, Ulrich 112 114 123 y política 357s ingeniería 46 como patrón 270
El capital 280 Familiar, planificación 34s trastorno 31 s 52 73 como peregrini: 72
Elecciones políticas 388s FAO (Organización de la agricultura Genotipo 25s como sacramento de paz 435ss
Ellul, Jacques 349 407 y alimentación) 217 Gigantismo 206s 214 praxis económica 269s
Empresas multinacionales 334 Faulhaber, cardenal 365 Gilkey, Larigdon 254 su autoridad docente 271s
Encarnación 234 Fe Ginogénesis 47 su autoridad moral 272
Energía nuclear 219 como conversión 169 Godesberg, programa 30"" su ministerio profético 155-159 273ss
Enfermedad 66s 77ss poder sanante 63s Gogarten, Friedrich 152 163 282 351 355
endógena 77 80 y acción de gracias 64 Gremillion, loseph 151 3 57 178 221 su ministerio profético 155-159
hereditaria 51 y adoración 166s 347 273ss 282 351 355
psicógena 77 y amor 349 Guardini, Romano 374 su misión 62s 69 76 147ss 155 157
significado y valor 65s y confianza 63s Guerra 169 180 210 224 229s 236s
478 479
índice analítico
índice analítico
y justicia 338 Messner, Josef 226 276 282
256 260 270s 393 435s Juan xxin, papa 135 156 204 235 y moralidad 141 Metaética 237s
y Estado 146s 150s 351 353 260 271-275 294 317 371 390 y responsabilidad 221s Metz, Johann Baptist 144 162 164 166
y laicado 157 419 436 y subsidiariedad 295 346 179 261 346
y mundo 131 146-160 Juan Pablo n, papa 156 234 276 353 y vida socioeconómica 295 Ministerio
y política 351ss Jung, Cari Gustav 79s Libre comercio 306 pastoral 118 127
y servicio militar 411 Juramento de Hipócrates 73 Liderazgo político 368ss 383ss profético 273s
véase también Reforma de la Igle- Justicia 362 380 Liedke, Gerhard 191 Mische, Gerald 138
sia distributiva 29ls Liturgia 254s Mische, Patricia 138
Igualdad de las mujeres 328s noción bíblica 288s Lobo, George 44 Mises, Ludwig von 286
Illich, Ivan 75 96 reparación 303s Lock-out 319 Misiones 234
Imperialismo 201 social 288ss 336s 398 Logoterapia 80s Modificación de la conducta 83s 94
Impuestos sobre el patrimonio 310 pecados contra la 290 Lorenz, Konrad 186 207 429 433 Moltmann, Jürgen 138 225 392
Industria y paz 338 Lucro 293 297 Momento de diversificación 26s
de armas 308 336s 396 424s y paz 363 406 424 Luis xiv 146 Monacato 138 150 171s
de la salud 74ss Lutero, Martín 143 151-155 169 172 Monogénesis 47
limitación de tamaño 308 Kant, Immanuel 237 175 Monoteísmo 23
Inflación 323 Karp, Lawrence 52 Montalembert 276
Ingeniería genética 46 Ká'semann, Ernst 177 Macchiavelli, Niccolo 361 409 Moral
Inseminación Ketteler, Wilhelm E. von 276 317 Mandamientos positivos 343 de actividad creativa 256
artificial 31 44s Keynes, John M. 199 202 305 Manía de crecimiento 336 de agradecimiento 251
asistida 44 King, Martin Luther 228 Manipulación 84 135 250 de alianza 23 227 253s 338
Institulio principis chnstiani 363 Kóberle, A. 142 Martirio 369 de aspiraciones 255
Integrismo 366 Kohlberg, Lawrence 289 387 Marx, Karl 108 141 178 255s 262-265 de juicio 252s
Intemperancia y esterilización 38 Kübler-Ross, Elizabeth 99 276s 279s 304 314 359 361 de responsabilidad 251
Interés y préstamos 32 ls 366 393 409 de símbolos 254
Intrauterino, dispositivo 53 Lefebvre, obispo 280 Maslow, Abraham 433 de virtud 25ls
Ireneo, san 129 Legislación Masoquismo 88s del misterio pascual 252
Irenología 428 médica 71 s Masters, William H. 88 evangélica 233s
Isaías 102 penal 379s 382s 385 Mater et Magistra 204 médica 71s
IUD (dispositivo intrauterino) 53 social 290 Materia y vida 23 pragmática 235s
Lenguaje 224s Materialismo y cultura 223s 233 239
Jesucristo León xin 231 278 286 318 328 dialéctico 279-283 y humor 256
el conflicto salvador 281 Lercaro, cardenal Giacomo 235s histórico 276-279 Moro, Tomás 363
el profeta 158 282 342s Lesbianas 89 Matrimonio y familia 172s 357 385 Mortalidad natural 96ss
el reconciliador 355 Ley (es) MCAA (movimiento contra las armas Muerte
el redentor 140 147 149 265 347 imposición de la 225 379ss nucleares) 426 aceptación de la 95s 98ss
el rey de la paz 405 limitación de las 370 Mead, Margaret 184 189 cardíaca 109
el salvador 61ss 288 381 natural 137 142 153 163 257 259 Medellín, documento causas de la 56 101
el sanador 19 61ss 69 129 146 273 275s 309 317 362 398s sobre la familia 264 cerebral 28 109ss
el servidor 145ss penal 383 sobre la justicia 259 con dignidad 124ss
el siervo de Dios 260 políticas y legislación 390s Médica, práctica ante la muerte 103s cortical 109ss 125
el siervo doliente 341 tributaria 37 2s Médico(s) evento de libertad 100-103
el siervo Mesías 340 376 410 419 Liberación véase Teología de la libe- ética del 70s metabólica 110
el vencedor de la muerte 98 ración procesos contra los 73 momento de la 109-113
fuente de vida 22s Liberalismo 286 304 359 y enfermo 72s 92s 96s morir 95-127
la alianza 144 Libertad Megalópolis 206ss 332 natural y artificial 98
su humanidad 22 llamamiento a la 132 181 350 Mercado social libre 305s 318 359 negación de la 102ss
y la política 339-344 y fidelidad 141 151 181 221ss 227 Merton, Thomas 428 social 106 108
Juan Crisóstomo 326 343
480
HSiiní, Libertad III, 16
Índice analítico índice analítico
temor de la 98s 117 emigrantes 331 investigación sobre la 429ss redimido 375
y libertad 66 relación patrono-obrero 300 315s la promesa de 404s y los indigentes 377
Mujeres 320 movimientos en favor de la 422 Politeísmo político 364s
y la Iglesia 156s 292 328s Octogésima Adveniens 207 283 387 nuevas estructuras de 43ls Política
en la sociedad 342 Odio 367 Pecado(s) cristiana 347-351 366
Multinacional véase Empresas multi- Oligarquía 376 colectivo 274 del evangelio 339-344 348s
nacionales Ontogénesis 27 29 44 consecuencias del 97 del poder 285s
Mundo ONU 384 contra la vida humana 55-60 organización 389s
actitud religiosa 138ss Opción fundamental económicos y crímenes 299-302 pacifista 430s
etimología 138 de la fe en la redención 97 y mal 135 139 148s 165 259 281s politeísmo 364s
huida del 138ss para hacer frente a la moral 96 366 sanitaria 76
la responsabilidad personal 131-181 por la paz 409 y reconciliación 366 y amor 349
plan mundial de acción 36 Opp, K.D. 300 302 Pena de muerte 59s y cultura 232s 358s
su complejidad 135ss Oración Pensamiento social católico 178 y ecología 211ss 307 360
su historia 134 160ss cristiana 346ss Perdón y política 367 y economía 221s 305ss 359s
teología del 140 y el moribundo 118 126s Persona y tercer mundo 307
y criatura 143 y política 346 como cocreadora 198 y ética 338-402
y humanidad 133s «Orden social» 275 dimensiones de la 153s y oración 346
y salvación 143ss Organización Mundial de la Salud 67 dominio de la tierra 191s Políticos 309
véase también Conservación del Osgood, Charles 428 el operario manipulador 185 191 Polución 185s 198s 207 212 214
mundo Overhage, Paul 45 198 Populor/jm Progressio 156 309 334
moral y sociedad inmoral 224s Positivismo 361s
Nacionalismo y hegemonía 206 Pablo apóstol, san y entorno 183-188 Práctica médica ante la muerte 103s
Nacionalización 313s sobre la autoridad 154 y naturaleza 189ss 193s 198 Pragmatismo 250s
Naciones pobres véase Derechos de sobre la muerte 98 y política 369 386s Préstamos de capital 322
las naciones pobres sobre la obediencia 391 y tecnología 214s Producto nacional bruto 201 205
Naciones Unidas sobre la paz 405 Pesticidas 216 Profesiones arduas 176s
sobre derechos humanos 291 363 sobre la política 345 368 370 PIB (producto interior bruto) 203 Profetas modernos 228
384 sobre los impuestos 372 205 211 217 Progreso y moralidad 179
sobre la mujer 329 Pablo vi, papa 156 198 207 283 296 Pigon, A. 213 Promesa mesiánica 340 365
Naturaleza 304ss 334 347 351 387 402 Pincus, Gregory C 47 Propiedad 231
visión bíblica de la 189ss 197s 416 419 Pío xi, papa 163 289 294 316 común 308
profanación de la 193 Pacem in tenis 156 278 390 436 Pío xn, papa 44 113 121 125 276 de la tierra y trabajo 309ss
visión sacramental de la 194s Pacientes moribundos 115-118 124s 316 distribución de la 3lis
Negocio Pacifismo 363 41 ls 422 Platón 184 237 nuevas formas de 311
e industria 307s Paracelsus 77 Pluralismo 364 387 398 por herencia 310
responsabilidades sociales 298 303 Parkinson, C.C. 205 PNB (producto nacional bruto) 202s privada 312 313s
Nell-Breuning, Oswald von 148s 276 Partenogénesis 47 Pobre véase Derechos del pobre su finalidad 308
289 312 Passmore, John 189 192 222 Pobreza y el bien común 308s
Neocolonialismo 333s Paternidad responsable 30 39 dimensiones de la 260s y el dueño del trabajo 315
Newman, cardenal John Henry 230 Patología 77ss evangélica 235 Protección de precios 325
Nicolás de Flüe, san 436 noogenética l"1 Poder 374ss Psicoanálisis 82s 220
Niebuhr, Reinhold 224 363 419 Pavlov, Ivan P. 84 abuso del 376s 395 Psicoterapia 77-83
Nietzsche, Friedrich 374 409 Paz absoluto 376 Puritanos 419
Niños 33 52 constructores de la 403 406 431 ambición de 285 339 362 376 423
Noé 191s 434ss demoníaco 375s Quadragesimo Anno 289-295
Nyerere, Julius 215 285 educación en la 428-435 económico 31 ls
en el conflicto 407-410 434 frente a violencia 378s Radicalismo 209
Obreros evangelio de 409 420 racional 377s Rahner, Karl 137 162 165s 169 176
482 483
índice analítico índice analítico
Ramsey, Paul 114 123 definición 67-79 Solidaridad Terrorismo 59s 395 424
Reanimación 11 Os don inmerecido 62 a escala mundial 218 346 Test 381
artificial 110 124 responsabilidad personal 68s con los indefensos 158ss Thadden, R. von 157
Recaudadores de impuestos 371ss y curación 61-94 129s con miras al bien común 350 Thielicke, Helmut 107 109 117 122
Reconciliación 130 135s 350 354s 380 y medicación excesiva 69 75 con todas las personas 167 Tomás de Aquino 24ss 106 171 237
ecuménica 435 Salvación 61s 143ss 234 de la familia 289s 309 369s 390 414
Redemptor Homims 156 169 Sanadores y sanación 61s 69ss en el pecado 434 Totalitarismo 387ss
Redención 145s 367 Sanitaria, profesión humana 288 Trabajadores
y sanación 61s obligaciones de la 126s llamada a la 308 alienación de los 265
Reduccionismo 207ss 340 su código ético 71s 108 y justicia 361 creativos 315s
Reforma su misión 69-72 y poder 377 derechos y deberes de los 316ss
agraria 312 y el moribundo 115-119 y subsidiariedad 369 Trabajo
de la Iglesia 355s Sansón 104 y trabajo 314 como mandamiento 174ss
Refugiados 329s Santidad 140 173 Solle, Dorothee 346 humanización del 311
Regan, Augustine 113 Satyagraha 423 Sombart, Werner 263 267 su función 314-319
Regulación de natalidad 53 Saúl 104 Spinoza, B. 163 Trasplante
Rehabilitación Saunders, Cicely 127 Stalin, Josef 84 de corazón 112
de drogadictos 87 Schelsky, Helmut 208 Steere, Douglas 434 de órganos 111 113ss
penal 379ss Schmitz, Philipp 260 Steffensky, Fulbert 346 de riñon 54 112ss
Reichardt, Robert 110 Schumacher, Emil F. 190 192 199s Subsidiariedad 294s 359 369 377 402 Tribunal mundial 402
Religión 207 214 215 218 221 259 267 Sufrimiento 158 346 Tributario sistema 371ss
y cultura 223 229s 233 295 307 410 434 camino para la libertad 66 véase también Fraude tributario
y moral 227 Secretariado «Justicia y Paz» 275 278 y enfermedad 65s
Rendtorff, Trutz 348 Secularismo 152 160-167 Suicidio 57s 103ss 107s Urbanística, planificación 207 332
Reproducción Seglares 156s 159s 168 Sullivan, Harry S. 80 Utopia 363
asexual 47 Señor de la historia 278 Sumisión frente a obediencia 368 370 Utopías 296 347ss 393 427 432
humana 43 Servicio Supercultura latina 235
Rerum Novarum 231 286 militar 4lis 421 Superestado 401 Vasectomía 36
Resistencia 388 social 327s Superpotencias 399ss Veatch, Robert 116
Retiro 330s Signos de los tiempos 160 278 317 y desarme 424ss Venganza 380s
Revisionismo 393 Sindicatos 205 319s Venta de esperma 44s
Revolución y revolucionarios 392-396 Síndrome apálico 109ss 125 Tabaco 33 86ss 101 186 214 Verdad y amor 116
Ricardo, David 292 Sínodo de los obispos Tecnocracia 136 207 214 386s Veterum Sapientiae 235
Rilke, Rainer Maria 96 (1971) 158 271 Tecnología Vida
Riqueza 309 (1974) 155 benévola 215 calidad de 123
Roessler, H. 130 Skinner, Burrhus F. 83s 94 250 y capitalismo 279 humana
Roy, cardenal Maurice 278 291 333 Small is Beautiful 215 y moral 169 207s aspectos genéticos 30ss
419 436 Smith, Adam 154 262 286 Teilhard de Chardin, Pierre 193 origen de la 23-29
Soborno 300 384 Teología significado y valor 22s
Sabiduría y paz 434 Socialismo 283ss del devenir 193s transmisión de la 30 43s
Sacerdote y política 354 africano 285 de la liberación 328 344 392 humanizada 29s
Sacharov, A.D. 219 científico 286 361 política 148s 344-348 medios que sostienen la 124ss
Sadismo 88 nuevos modelos de 304 terapéutica 61ss prolongación de la lOlss llOs 116
Saduceos 340 342 y ética 287 Terapia 119ss 123s
Salario Socialización 313s 339 de la neurosis 77-80 83 beneficios y perjuicios 121-124
justo 318s Sociedad alemana de cirujanos 124 del humor 81 126
Sociedad para la salud y los valores del sexo 88-91 medios ordinarios y extraordina-
merecido 318
negociación 319 humanos 75 modos de 81s rios 119s
Salud Sociedad y conflicto 409 no directiva 81s y demora 121s
484 485
índice analítico
486